Heidegger

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Sintesis sobre la filosofia de Heidegger

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FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

ANÁLISIS CRITICO DE LAS TEORÍAS SOCIALES

ING. MARCO ANTONIO OSORIOMAESTRA: ALEJANDRA RANGEL

EL PENSAMIENTO

FILOSÓFICO DE

MARTIN HEIDEGGER

ALGUNAS OBRAS

1927 Ser y Tiempo

1929 ¿Qué es metafísica?

1929 Kant y el problema de la metafísica

1929 La esencia del fundamento

1942 La doctrina de Platón acerca de la verdad

1943 De la esencia de la verdad

1946 Carta sobre el humanismo

1953 Introducción a la metafísica

1954 Ensayos y discursos

1954 ¿Qué significa pensar?

1956 ¿Qué es eso, la filosofía?

1957 El principio de razón

1957 Identidad y diferencia

1961 Nietzsche

1962La pregunta por la cosa. La doctrina kantiana de

los principios trascendentales

1963 La tesis de Kant sobre el ser

1889-1976

Messkirch-Brisgovia.

(Alemania)

SER Y TIEMPO

Ser y Tiempo fue publicada en 1927 y

se centra fundamentalmente en una

pregunta, la pregunta por el ser, del

sentido del ser, su estructura, su

necesidad y su permanencia.

Heidegger se preocupó por la que

definía como cuestión filosófica (y

humana) esencial: qué es ser. Esto le

llevo a formularse la pregunta de qué

clase de ser (Sein) tienen los seres

humanos. la cultura como los objetos

naturales son objetos y artefactos

resultantes llegan a la humanidad desde

el pasado o se utilizan en el presente

para alcanzar metas futuras, en su

interpretación propuso una relación

fundamental entre el modo de ser de los

objetos y de la humanidad, y de la

estructura del tiempo.

Aquello de lo que preguntamos es el ser.

Lo que preguntamos es su sentido. Queremos comprender con precisión qué

significa “ser”. Y preguntamos a los entes pues decimos de todo ente que

“es”, que tiene ser.

Desde estos elementos Heidegger configura el proyecto de su investigación.

Hay un hecho, la comprensión del ser, que forma parte esencial del ser

humano pues este es un ente. Debemos comenzar, por tanto, con el análisis

de la existencia humana como el lugar del ser. Este análisis es la base para

acceder al ser y nos revelará que la temporalidad es el sentido básico de la

existencia humana y el suelo nutricio de nuestra precomprensión del ser. Por

eso, sólo podremos acceder al sentido del ser cuando comprendamos la

articulación entre tiempo y ser.

LA PREGUNTA POR EL SER

LA PREGUNTA POR EL SER

Así pues, hay que asumir la diferencia ontológica ser-ente

y no mezclarlos como ha hecho toda la metafísica

occidental.

Esta distinción es necesaria, a pesar de que nos dificulte la

comprensión del ser, ya que nos resulta difícil determinar

que sea el ser. Pero esto no quiere decir que el ser sea un

concepto vacío, el ser es el horizonte significativo desde el

que toda realidad, todo ente, es visto.

La pregunta por el ser no es la pregunta por el

ente sino por lo que hace que el ente sea. Por lo

tanto, el ser no es un ente a pesar de que para

hablar de él lo cosifiquemos. El ser es el

presupuesto del ente, lo que hace posible el ente.

Pensamiento Filosófico

El principal problema que se plantea Heidegger es la

pregunta por el ser como algo constitutivo y fundamental

de todo que hacer filosófico, al mismo tiempo que

denuncia el olvido de esta cuestión por parte de los

mismos filósofos griegos que iniciaron una investigación

rigurosa sobre el ser.

Platón y Aristóteles no lograron definirlo, sino que

oscurecieron su sentido al tratarlo como un ente,

como una "presencia" e, incluso, como una simple

cópula: aquello que define sin definirse a sí mismo.

Heidegger intenta establecer una

ontología distinta, una superación de

la metafísica tradicional "olvidadiza"

de la cuestión del ser, mediante una

analítica existencial:

es el hombre el que se pregunta por el sentido del ser

(Dasein, ser-ahí) y, por lo tanto, todo estudio de esta cuestión

requiere un examen previo de lo que es el hombre, entendido

no de manera genérica, sino como aquello que abre la visión

del ser y a través del cual se deja oír su voz.

El individuo está, sin embargo, siempre enpeligro de ser sumergido en el mundo de losobjetos, en la rutina diaria, y en elconvencional y superficial comportamiento dela multitud. El sentimiento de temor (Angst)lleva al individuo a una confrontación con lamuerte y el último sin sentido de la vida, perosólo por este enfrentamiento puede adquirirseun auténtico sentido del ser y de la libertad

Pensamiento Filosófico

EL EXISTENCIALISMO - HEIDEGGER

¿QUE ES EL

SER?

AUTENTICA

INAUTENTICA

LA

EXISTENCIA

HUMANA

SER EN EL

MUNDO

NUESTRO

SER CON OTROS

LAS COSAS OBJETIVADAS

Insertado

en

Puede ser LA ANGUSTIA

Se caracteriza

por

SER PARA

LA MUERTE

De

LA VERDAD

DE LA

EXISTENCIA

Revela

PUNTO DE PARTIDA

Reflexionar sobreel ser y la realidad del mundo, pero el

hombre al intentar alcanzar esa reflexión chocará con una

dificultad insalvable:

ÉL MISMO SERÁ EL PORTADOR DELA REALIDAD.

Los seres humanos son arrojados a un mundo que no han creado pero

que consiste en asuntos útiles en potencia, incluyendo la cultura y

los objetos naturales. El individuo está en peligro de ser sumergido

en el mundo de los objetos,la rutina y el comportamiento

de la multitud.

EL HOMBRE ES ESENCIALMENTE

PREGUNTA.

CADA UNO TIENE QUE MORIR

SU PROPIA MUERTE.

EL HOMBRE.

Lo define su provisionalidad, pero ésta esla posibilidad de realización de susinfinitos potenciales. Al elegir una

posibilidad frente a otra el hombre va extendiendo y limitando sus posibilidades existenciales, hasta que se halla ante la

única e inevitable posibilidad, ante laCual no hay elección: LA MUERTE.

LA ANGUSTIA.

Revela al hombre que su verdadero

ser es la nada. Cuando somos

poseídos por la angustia las cosas

y los demás siguen existiendo pero

ya no nos interesa, entonces

aceptamos libremente la

realidad de existir.

Un ser arrojado al mundo, arrojado

Para morir.

EL SEÑOR DEL ENTE

Fracaso de la metafísica: La metafísica occidental piensa el ser del ente, pero no

piensa la diferencia entre los dos. No pregunta por la verdad misma del ser.

Tampoco puede comprender la verdad de ser y por lo tanto triunfa el

subjetivismo.

Las consecuencias del olvido

del ser, transforman a los entes

en "objetos" para el "sujeto"

humano, que ya no aspirará a

humanizarlos sino a dominarlos.

Superación de la metafísica: Colocar al hombre en la claridad del ser.

EC-SISTENCIA: el hombre debe vivir extáticamente fuera de sí en la verdad

del ser .No hace proyectos lanzándose hacia el futuro si no que el

mismo es lanzado en la claridad del ser para que lo cuide.

El "señor del ente" debetransformarse en el "pastor

del ser".Heidegger no responde qué es

el ser, pero para él, la pregunta importante es:

¿Cuáles fueron las consecuencias del olvido del ser?

HERMENÉUTICA.

Nuestra propia existencia encarnauna determinada representación e interpretación del mundo. El ser es lenguaje y tiempo, y nuestro

contacto con las cosas está siempre mediado por prejuicios y expectativas como consecuencia

del uso del lenguaje.

Cualquier respuesta a una pregunta acerca de la realidad esta manipulada

porque siempre existe una precomprensión acerca de todo lo que

pienso. Esta precomprensión de las cosas produce una circularidad

natural en la comprensión que va de lo incomprendido a lo comprendido, y

que ha sido denominada "círculo hermenéutico".

La humanidad ha olvidado

su verdadera vocación

que es recuperar la mas

profunda comprensión de

la existencia lograda

por los primeros griegos

Y perdida por los filósofos posteriores.

El Sein. Es el primero de los conceptos en los cuales divide al ser.

Heidegger considera que el Sein es el ser, o sea, los entes que no tienen

conciencia de sí, que no pueden interrogarse acerca de sí, son los "seres

a la mano“.

El Dasein. Es "el ser ahí", es el hombre, el que se pregunta por el ser,

por su existencia. Heidegger lo explica mediante tres elementos:

El ser que existe en el mundo es el Dasein, el ente CONCRETO, el

cual es el hombre.

El Dasein se relaciona con el mundo de una forma especial porque

comprende su existencia, el Sein no sabe que existe el mundo para él.

El Dasein no existe ni aislado ni independientemente, sino que existe

inmerso en le mundo con los demás seres.

FILOSOFÍA DE HEIDEGGER

FILOSOFÍA DE HEIDEGGER

Asimila al ser con la permanencia y la eternidad, en

oposición al carácter sumamente efímero y cambiante

del ente.

Nuestra propia existencia encarna una determinada

representación e interpretación del mundo. El ser es

lenguaje y tiempo, y nuestro contacto con las cosas

está siempre mediado por prejuicios y expectativas

como consecuencia del uso del lenguaje. Cualquier

respuesta a una pregunta acerca de la realidad se

halla manipulada de antemano, ya que siempre existe

una precomprensión acerca de todo lo que pienso.

El hombre es un decir inconcluso, un proyecto incompleto que debe

asumir la muerte como fin radical. Estamos arrojados a un mundo

que es nuestro espacio y posibilidad de realización y , por lo tanto,

puede ser considerado un utensilio, un instrumento que utilizamos

para realizarnos. En la medida en que nos servimos del mundo y lo

instrumentalizamos para nuestras acciones y proyectos, creamos

una relación con él que varía dependiendo no sólo de los

condicionantes históricos y temporales, sino con cada individuo. El

hombre crea mundo, hace mundo, dependiendo del uso y de los

fines que lleve a cabo.

EL DASEIN

A la existencia humana le es necesaria una comprensión del mundo y de las

cosas. Es decir, el mundo es parte constitutiva del ser de la existencia

humana.

Para referirse a la existencia humana como lugar privilegiado de la

comprensión del ser, Heidegger utiliza el término Dasein (ser-ahí). Además,

afirma que el tipo de ser del ser-ahí, su “esencia”, radica en su existencia (en

sentido etimológico “estar fuera de”; es decir, el Dasein tiene que construirse).

Así, la analítica de la existencia es la forma más adecuada para acercarse a la

comprensión del ser. Heidegger concreta el concepto de existencia en la idea

de ser-en-el-mundo. El Dasein es en el mundo. Esta última afirmación debe

ser bien entendida ya que no estamos hablando de dos seres Dasein y Mundo

sino de que el Dasein, la existencia humana, tiene un trato habitual, se ocupa

de, las cosas del mundo. La vida del ser humano transcurre, se desarrolla, se

constituye en el mundo. El ser-en-el-mundo es, por tanto, una estructura

unitaria que constituye el ser del Dasein.

EL DASEINSER AHÍ

Heidegger propone, en consecuencia, un análisis de tres momentos constitutivos:

el mundo, el Dasein y el ser-en.

¿Qué es lo primero que se nos muestra del mundo? Nuestra respuesta,

aparentemente ingenua, sería: las cosas. Heidegger nos advierte de que esta

respuesta no tiene nada de ingenua y que responde ya a una concepción

metafísica tradicional: entender las cosas como sustancias.

Por eso, él prefiere no hablar de cosas sino de entes intramundanos y cambiar la

pregunta: ¿Cómo se presentan los entes intramundanos en nuestro cotidiano

ocuparnos de ellos?

Se nos presentan como prágmata –en el bien decir de los griegos. Es decir, como

útiles.

Y lo que define un útil es su “servir para”. Pero éste sólo se puede determinar por

referencia a otros útiles o, como Heidegger dice, por referencia a su campo

pragmático.

Así, podríamos decir que el “estar a mano” (disponibilidad, manejabilidad) es

lo que define el ser de los entes intramundanos.

El saber del útil es un saber primordial que se da en su uso. Todo saber

teórico es, por tanto, derivado. Es un “ver en torno”, circunspección.

Si los entes intramundanos son útiles, ¿qué es el mundo?

En una primera aproximación diríamos que la condición de posibilidad de los

útiles.

Todo útil es un “para qué” que cobra su sentido por referencia a los otros

“para qués” (útiles) de su campo pragmático; pero todo campo pragmático lo

es en referencia a un “por lo que”. Éste es el Dasein, la existencia humana.

Por lo tanto, el mundo hay que entenderlo como la totalidad de relaciones

ensambladas que se refieren al Dasein y a las que éste se refiere. El mundo,

pues, se define en relación al Dasein.

Este mundo es fenómeno y como tal no puede confundirse con el conjunto de los

entes intramundanos. No es un útil sino un carácter estructural de la existencia, un

existencial. Además, es un tipo peculiar de fenómeno pues no es un objeto; se da,

pero no como objeto sino como abierto; es el espacio en el que se dan las cosas y

que abre las cosas.

¿Quién es el mundo? El Dasein, el yo. Pero, ¿cómo se presenta ese yo en nuestro

ser-en-en-mundo cotidiano?

En primer lugar, mi Dasein es Mitsein (ser-con). Es decir, mi ser-en-el-mundo es

compartido, se da frente a los otros. Aunque no habláramos de ello, al hablar de los

útiles que se dan en el mundo es evidente que el

útil lo es siempre para un quién y ese quién no soy sólo yo. Hay otros Dasein que

son-en-en-mundo-conmigo y que aparecen como aquellos de los que no me

destaco. Así, el ser-en-el-mundo es ser con otros.

El Mitsein expresa un carácter estructural de la existencia, es un existencial. Esta

relación constitutiva no es igual que la que tenemos con las cosas. Mi relación con

los otros no es un “ocuparse de” sino un “preocuparse por”.

En lo cotidiano mi Dasein está bajo el dominio de los otros que le han sustraído

el ser. Los otros no tienen carácter personal, son simplemente un “se”

impersonal. Mi yo, por tanto, no es más que otro “se” impersonal. Así, se ha

establecido una ontología en la que se interpreta la existencia desde lo que no

es ella, desde las cosas. Así, en la cotidianidad, el Dasein ha renunciado a su

propia autoconstitución dejándose llevar por esa tendencia arraigada en sí

mismo, a caer en las cosas, a la pérdida de sí mismo - lo que Heidegger

denomina caída.

Nos queda ocuparnos del ser-en. ¿Cómo hay que entender la ineludible

referencia del Dasein al mundo? ¿Cuál es la estructura del trato con el mundo?

Heidegger dice que nuestra referencia al mundo responde a tres momentos

cooriginarios (tres nuevos existenciales): encontrarse, comprensión y habla.

El encontrarse es la condición afectiva de la existencia, el temple o estado de

ánimo que nos hace conscientes de que estamos arrojados en el mundo

(facticidad) y de que tenemos la responsabilidad de hacer nuestro propio ser, de

realizar nuestra existencia.

La comprensión es el carácter que la existencia arrojada tiene como un

permanente poder ser. Es decir, en nuestra existencia arrojada tenemos

una serie de posibilidades para construir nuestro Dasein –Heidegger habla

del Dasein como proyecto- y en la medida en que estas posibilidades son

asumidas, descubiertas, como posibilidades mías son comprendidas. Por

tanto, no estamos hablando aquí de una comprensión racional sino de una

comprensión existencial, previa a toda conceptualización racional que,

además, como comprensión original, será fuente de toda forma de

conocimiento.

La comprensibilidad general del mundo, como espacio organizado de

sentido es habla, discurso. Tener sentido y poder ser dicho, son en

realidad, la misma cosa. Pero no se puede confundir habla y lenguaje; el

existencial habla es la condición de posibilidad de todo lenguaje al igual

que la comprensión es la fuente de todo conocimiento.

Ya que todos los existenciales son ingredientes esenciales de la existencia,

tienen que poder ser comprendidos en una unidad. Dicha unidad la aporta

el concepto de cuidado o cura (Sorge).

EL PENSAMIENTO DE HEIDEGGER

La definición de cuidado que recoge Heidegger es ciertamente compleja: Pre-ser-se-ya-

en (el mundo) como ser-cabe (los entes que hacen frente dentro del mundo).

Pre-ser-se indica que mi existencia en tanto que es proyecto anticipa constantemente lo

que voy a ser. Ser-ya-en se refiere a la facticidad, al hecho de estar arrojado en la

existencia.

Mundo es el ámbito de las posibilidades de mi existencia en el que se encuentra mi

facticidad.

Ser-cabe (los entes) es el resultado de la caída, en la que se encuentra el “se” anónimo

que ha renunciado a su proyecto y se pierde en las cosas interpretándose desde ellas.

La noción de cuidado nos arroja la tensión dramática en la que se encuentra el Dasein

que tiene que alcanzar el ser en el mundo pero que se encuentra sometido a los entes.

Esta situación se expresa en la angustia que me sitúa ante mí mismo y rompe la

cotidianidad presentándome su situación como existencia inauténtica.

a. El cuidado, en tanto que anticipación, nos habla de lo

que todavía no es y, por tanto, no nos puede entregar

totalmente el todo de la existencia. Ese todo sólo es

entregado con el cierre de las posibilidades que establece

la muerte. Es necesario, por tanto, una interpretación

existencial de la muerte.

b. La cotidianidad es la base fenoménica del cuidado y

nos presenta la dimensión inauténtica de la existencia lo

que nos obliga a tematizar qué es la existencia auténtica.

El cuidado nos abre la

estructura esencial de la

existencia humana; pero aquí

surgen dos problemas:

El Hombre es ser para la muerte. Dice Heidegger que elhombre es un ser para la muerte , que ha sido arrojado almundo "para en él morar e ir muriendo", ya que la muertees lo único seguro que cabe esperar al hombre, afirma quela totalidad existencial, con la muerte , llega a su fin.

La cotidianidad, el reino del “se”, es ocultamiento de laexistencia auténtica pero Heidegger considera que no puedehacer desaparecer íntegramente la posibilidad de construirseun ser propio. Esta posibilidad se expresa en la angustia ygracias a ella podemos recuperar la figura original de laexistencia.

La muerte es mi más fundamental y extrema posibilidad yes el fin de la existencia. Pero no es un fin externo sinointerno a mi propia existencia, es una posibilidad de mipropia existencia, no un “hecho” sino la posibilidad a laque estoy referido. La presencia de la muerte es la de unconducirnos frente a ella, la de un ser-para-la-muerte.

Pero, ¿Qué es esta existencia auténtica?

Es una concreta posibilidad de la existencia que puede seradoptada y que se nos da en el fenómeno de la voz de laconciencia y que es una llamada de la existencia a sí misma(llamada del cuidado).

Esta llamada del cuidado supone una conciencia de culpa, perono en sentido moral. La culpa viene dada como forma defectuosadel ser: El ser humano está arrojado en la existencia, sin haberloelegido; el conjunto de posibilidades que se abre en su proyectoes limitado y elegir unas posibilidades supone renunciar a otras;además, es un ser-para-la muerte.

En definitiva, la culpa nos revela nuestra situación de finitudradical. Esta situación debe ser aceptada como nuestraposibilidad más propia mediante un querer-tener-conciencia quees la señal distintiva del existir auténtico. Es decir, el serhumano debe elegir el proyecto de vivir su finitud como supropio poder ser y, de esta manera, hacerse responsable de suculpabilidad irremisible. Quien vive así, vive una existenciaresuelta, auténtica.

Pero aún no hemos llegado a comprender plenamente el ser del Dasein. Paracomprenderlo tenemos que entender lo que hace posible la estructura internadel cuidado: la temporalidad.

La existencia auténtica en tanto que proyección hacia la muerte nos permitevernos a la luz de ella y, desde aquí, podemos comprender que sólo hayfuturo para un ser que es esencialmente porvenir, apertura a su posibilidadmás propia. Además, esto implica aceptar nuestra finitud que se manifiestaen nuestro ser arrojados. El que es arrojado no inicia su ser por sí mismo, portanto, tiene un pasado, más aún es su pasado.

Por último, la existencia auténtica se sabe siempre en situación, se hacecargo de las situaciones en las que se ejerce su existencia, es tambiénpresente.

Esta imbricación futuro, pasado, presente constituye la propia temporalidaddel Dasein cuya existencia no transcurre en la temporalidad sino que es ellamisma temporal. Eso es lo que quiere expresar Heidegger al decir que laexistencia es esencialmente extática (está fuera de sí). La temporalidad es,pues, la estructura de nuestro vivir en el mundo.

Hasta aquí Ser y Tiempo. Pero, ¿ha respondido Heidegger a la cuestión delser? Es evidente que no. Él anunció una segunda parte de su obra, que nuncapublicó, en la que debería mostrar que el ser mismo, no sólo el ser humano,es temporal pero nunca terminó su obra y, además, renunció a ello.

Después de Ser y Tiempo

• Heidegger considera que la metafísica ha cosificado al

ser confundiéndolo con un ente, el Ser Supremo. Y, en

consecuencia, ha olvidado el ser que está más allá del

ente y que es su suelo nutricio. Ha roto con el proceso

de iluminación-ocultamiento.

• Pero, además, la metafísica no es un mero modelo

teórico sino un modo de instalación en la realidad que

comprende al hombre y al mundo y que configura a toda

la historia de Occidente que se configura como la

historia del olvido del ser.

• Heidegger afirma que el final de la metafísica, su consumación, es

preparado por la filosofía moderna de la subjetividad cuya máxima

expresión filosófica se encuentra en el pensamiento de Nietzsche y

su máxima realización en la civilización técnica en que vivimos.

• Del pensamiento de Nietzsche hace nuestro filósofo una

interpretación peculiar. Nietzsche al poner como centro de su

pensamiento la vida ha comenzado a pensar en términos de valor.

Pero el valor sólo lo es para un sujeto. Por eso, ha matado a los

entes para centrarse en la subjetividad que se expresa de manera

suprema en la voluntad de poder.

Así, el pensar esencial supone romper radicalmente con la actitud metafísica y dejar que el ser sea. Es un

intento inusitado de pensar el ser que se manifiesta ocultándose en los entes. Es dejar ser al ser y acogerlo

correspondiendo a su apelación ya que el ser es lo absolutamente digno de ser pensado.

Este pensar el ser debe ser llevado al lenguaje. El lenguaje, que no debe ser construido –como lo es el de la

metafísica occidental- es el ámbito privilegiado del pensar del ser. Es la dimensión originaria en la cual la

esencia del hombre puede corresponder a la apelación del ser y pertenecer a él. Este corresponder originario

es el pensar.

Así, el pensar del ser como atención al lenguaje se realiza de una doble manera:

• a. Etimología. Es un intento de búsqueda en las palabras de las palabras fundamentales que nos sirvan

para reconstruir la experiencia de la que brotaron. Es decir, la experiencia de desocultamiento que podrá

ser vista como envío del ser.

• b. Poesía y arte. La poesía no se limita a reflejar lo dado ni a crear lenguajes exactos al servicio de la

precisión científico-técnica. No, la poesía mantiene el sentido pleno de la verdad, instituye un mundo,

muestra las cosas a una nueva luz. Nombra lo que es como lo que es, lo deja en su lugar. Funda el ser.

Pensar el ser es la misión de la Filosofía en nuestra época, misión difícil pero necesaria y cuya eficacia

contemplaba Heidegger con pesimismo. Acabemos con sus propias palabras al respecto:

“La filosofía no puede realizar ningún cambio inmediato en el actual estado de cosas del mundo. Esto es válido

no sólo de la filosofía, sino de todo sentimiento y aspiración meramente humanos. Sólo un dios puede aún

salvarnos. A nosotros nos queda la única posibilidad de, con el pensamiento y la poesía, preparar una

disponibilidad para la aparición del dios o para su ausencia en el ocaso”.