Post on 20-Jul-2015
LA ACAMPADA DE
PUERTO RICO
Este año, como el año pasado, he ido a la escuela de vela de
Puerto Rico, pero la diferencia es que este año me lo he pasado
mejor.
El 26 de marzo de 2014 (primer día de la acampada) he ido al
colegio y he esperado junto con mis compañeros y mi tutor a la
guagua Amanda Bus. Cuando llegó, me senté al lado de David.
Fuimos a la acampada 5º, 6º y tres alumnos de 4º que eran
Paula, José Luis y mi hermano Alejandro.
Por cierto, había cuatro monitores:
Aníbal, Carlo, Saúl y Aridane.
Cuando llegamos, dejamos las maletas en una especie de patio
en la entrada llamado corralito y los monitores Aníbal y Carlo
nos dieron la bienvenida y nos explicaron en un aula estas
cosas:
Las normas del comedor, que había un delegado de cada mesa
del comedor para cada día y que las chicas iban a estar todas
en una habitación juntas y los chicos iban a estar separados en
tres grupos.
El delegado del primer día de mi mesa era Sofía, los del
segundo día eran Juan y Altea y yo era el delegado del viernes.
En la habitación estaba con Fran, José María, José Luis y mi
hermano Ale.
Luego, nos dijeron que nos pusiéramos el bañador y
volviéramos al aula.
Cuando volvimos, nos explicaron las partes de un óptimist, que
era un tipo de barco para dos personas), que nosotros teníamos
que montar y desmontar el óptimist y que podíamos escribir a
una caja de cartón llamada Chona.
También nos explicaron qué era la zona boba, cómo se sabe en
qué dirección va el viento, que las cuerdas de los barcos se
llaman cabos, que la parte de delante de un barco se llamaba
proa, la de atrás popa, la del centro era cuaderna, que izquierda
era babor y derecha estribor y para qué servía la orza y el
timón.
Y por último nos explicaron en qué momento uno tenía que
llevar el timón y el otro la vela, cuando se tenía que cazar vela y
cuándo había que soltar vela, cómo navegar un barco.
Luego, nos enseñaron cuatro nudos marineros, nos dijeron
cómo había que montar un óptimist paso a paso, preparamos
los óptimist e hicimos un pequeño trayecto con el óptimist. Yo
hice el trayecto con José Luis.
Después, desmontamos los óptimist y tuvimos un tiempo de
descanso para jugar en la playa. Nos dieron porterías, discos,
un balón de fútbol, raquetas de playa y una pelota para las
raquetas de playa.
Yo jugué al fútbol y perdimos 4-0.
Más tarde, nos duchamos, cenamos e hicimos varios juegos
nocturnos en la playa:
El primero se trataba de una carrera de relevos en el que tenías
que llevar una garrafa de diferentes formas a Aníbal, rodearlo y
volver lo más rápido posible.
El segundo se llamaba el inquilino, habían que hacer grupos de
tres: uno era el inquilino, otro la pared derecha y otro la pared
izquierda.
Si el monitor o un niño eliminado decía inquilino los inquilinos
tenían que buscar otra casa, si decía pared derecha las paredes
derechas tenían que buscar otra casa y si decía pared izquierda
las paredes izquierdas tenían que buscar otra casa.
El tercero era un juego similar al pañuelito que se trataba de
hacer dos filas y un niño de cada fila tenía que rozar las manos
o los pies de un niño de otra fila. Entonces, el niño al que le
rozaron tiene que pillar al niño que le rozó. Si lo pilla el niño
que le rozó queda eliminado pero si no le pilla queda eliminado
el niño al que le rozaron.
Y el último era la araña, era que un niño era la araña y los otros
niños que eran los mosquitos corrían alrededor de él hasta que
él diga… ¡araña! Entonces los mosquitos tenían que corre hacia
un muro para que la araña no los pillara y así no convertirse en
araña.
Cuando terminaron los juegos, leímos las cartas de Chona y nos
fuimos a dormir.
El segundo día nos levantamos, desayunamos e hicimos el
concurso de habitaciones que trataba sobre que un monitor
revisaba las camas, el suelo y los roperos de las habitaciones y
puntuaba sobre lo ordenados y limpios que estaban. Luego,
había que inventarse una canción.
Había cuatro grupos:
Los pipirifláuticos, los colegas del sur, los playboys y las nenas
de Puerto Rico.
Después de recontar los puntos, hicimos tres grupos:
El primero y el segundo se iban en dos raqueros (que eran
barcos para seis o siete niños) a mar adentro y el tercer grupo
navegaba en óptimist alrededor de dos bollas.
Yo fui con mi hermano Alejandro en el óptimist.
Luego, almorzamos y cambiamos de barco:
Los que fueron en óptimist cambiaron al raquero y los que
fueron en raquero cambiaron a óptimist.
Yo fui con el monitor Saúl y Manuel era el que contaba los
chistes.
Por la noche, después de cenar, fuimos caminando a Amadores
y nos comimos un helado.
Luego, jugamos al pistolero que trataba de que si el monitor
disparaba a uno, ese se tenía que agachar y los dos niños que
estaban alrededor de él tenían que decir “pum”. El primero que
lo decía ganaba.
Cuando solo quedaban Javi y David en el juego, todos subimos
las escaleras y les gastamos una broma.
Cuando volvimos, leímos las cartas de Chona y Aníbal cantó una
canción de la que solo recuerdo:
“Quiero, quiero ir… volando hasta la Luna, a ver si es aceituna.”
Luego, nos fuimos a la cama.
El último día hicimos otra vez el concurso de habitaciones y
desayunamos.
Luego, nos explicaron cómo manejar un kayak y montamos en
él en grupos de tres y de cuatro.
Yo fui con David, Fran y mi hermano Ale.
Mientras monté en kayak me di un chapuzón un par de veces.
Luego, Carlo nos bañó con una manguera y nos vestimos.
Después, nos dieron un diploma por haber convivido tres días
en la escuela de vela.
Mientras esperábamos a la guagua me compré un refresco.
Me senté al lado de Fran en la guagua.
Llegamos a Sansofé sobre las cuatro y media.
Me encantó volver a la escuela de vela y montar en óptimist, en
raquero y en kayak otra vez.
Francisco Javier García Santana – 6º curso