Post on 08-May-2020
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Elcaná, un hombre que temía a Dios, tenía dos mujeres;
Peniná era madre de muchos hijos mientras que Ana era estéril.
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Leyendo el primer capítulo
del primer libro de Samuel,
trata de entrar en sintonía
con los sentimientos de
Ana que es estéril y vive
junto a Peniná que es
madre de muchos hijos.
Identifica cuál es el
comportamiento de Peniná,
pon atención en sus
comentarios y en su forma
de mirar con desprecio a
Ana por su esterilidad.
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Ahora pon tu mirada en ti
mismo, en el ambiente de tu
familia, de tu trabajo, de tu
comunidad:
¿Cómo me tratan los de mi familia,
mis compañeros de trabajo, de apostolado?
¿Conozco alguno de mis defectos?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Cuánto y porqué me
molesta que me hagan
ver mis defectos?
¿Cómo afronto la
realidad de mis defectos
cuando otros me los
hacen ver?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Me limito a llorar en silencio
o a negarme a comer? (cf 1 Sam 1, 7)
O ¿Más bien me enojo
y me vuelvo violento y grosero?
¿Cómo respondo al que me ofende?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Ana reaccionaba a las ofensas de Peniná desahogando el propio dolor con el Señor. Retomando tu pasado, trata de pensar en las personas que alguna vez te ofendieron, en las humillaciones que te han hecho pasar o sobre los hechos que te han herido de alguna manera en profundidad.
Tomando en cuenta estos momentos dolorosos:
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Cuál ha sido generalmente mi reacción?
¿Cuáles han sido mis pensamientos
y sentimientos en esos momentos?
Bajo estas circunstancias
¿Cuál es mi actitud
ante Dios?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Habría alguien con quién pudiera platicar de mis
humillaciones, ofensas y coraje?
En su caso,
¿Cómo creo de haber superado las
ofensas y humillaciones recibidas?
¿De qué modo me han podido ayudar a aceptar,
entender y cambiar mi corazón?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Ana no estaba enojada con Dios. En su dolor oraba pidiendo lo que
verdaderamente deseaba: Si me das un hijo varón, yo te lo consagraré por
todos los días de su vida, y en señal de ello, la navaja no tocará su cabeza. (1 Sam 1, 11).
Considerando tu vida de oración:
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Cómo creo que en mi oración
resuenen los
acontecimientos negativos
de mi vida?
Alguna vez
¿Los acontecimientos negativos han hecho que mis
intenciones y mi comportamiento en la oración
sean inadecuados?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Siendo así
¿Continuo a orar por aquello que quiero
a la luz de Dios;
o más bien mi corazón se concentra
sólo en las cosas negativas?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Ana deseaba un hijo varón. Lo pedía con fe y con profunda confianza, prometiendo a Dios que si la escuchaba le consagraría aquel hijo a su servicio.
Cuando hago mi oración :
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Estoy siempre consciente de lo que estoy haciendo?
¿Estoy consciente de las consecuencias que vendrían
si Dios escuchara mis oraciones?
¿Me parece estar dispuesto, como Ana, de ofrecer
al mismo tiempo al Señor, lo que se me ha dado en
respuesta a mi oración?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿Qué tan sincera es mi oración?
No consideres a tu sierva por una mujer perdida, pues el exceso de mi pena y de mi dolor
me han movido a orar de este modo (1 Sam 1, 16).
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
La oración de Ana fue escuchada, tuvo un hijo y le puso por nombre
Samuel.
Ana mantuvo su promesa y cuando el niño dejó de tomar la leche materna, lo presentó al sacerdote Elí.
Recordando las veces en las que tu oración ha sido escuchada:
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
¿He olvidado inmediatamente
el pasado o regreso
para agradecer al Señor?
Si he hecho alguna promesa
¿La he mantenido como Ana?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
O ¿Estuve aferrado
a los dones recibidos
que fue difícil mantener
lo que había prometido?
Si soy consagrado
¿Cómo vivo el mantener
los votos en la vida consagrada
y de hacerlo con agradecimiento?
O
r d
e n
S i
e r
v o
s
d
e
M
a r
í a
Poniéndote de frente a la figura bíblica de Ana, trata de pensar en la manera en cómo vives
las invitaciones del Señor, para no permanecer en los momentos difíciles
buscando sólo la compasión de los demás y caminar hacia la reconciliación,
hacia la comunión Trinitaria.