Post on 21-Dec-2015
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Alejandro Antúnez OlguínFilosofía contemporánea II
“Los imperativos formales de Kant y Sade”
“Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme quienquiera, y ese derecho lo ejerceré
sin que ningún límite me detenga en el capricho de las exacciones que me venga en gana
saciar en él”, esa es la máxima que Lacan nos dice encontrar en Sade; mas ella parece nacer
de la relación, o mejor dicho contrastación entre la visión kantiana de lo moralmente
correcto, el imperativo categórico. Con ello tenemos dos visiones, por un lado la suspensión
del goce, y por el otro la afirmación total de éste. Sin embargo, hay que notar que estas son
las conclusiones y argumentos de Lacan, y que él deja en claro su inclinación hacia la
visión de Sade; es entonces que se hace una crítica al pensamiento de Kant frente a lo que
es bueno, legal.
Lacan a lo largo del texto arguye a que uno de los problemas del imperativo
kantiano está en la formalidad excesiva de éste. Al rechazar el goce como sustento, propone
que el bien surge como una práctica incondicional de la razón, es decir, como obediencia a
la pura forma de la ley, obediencia que implica la expulsión del objeto de bienestar.
Siempre seguir la ley de forma incondicional puesto que al ser meramente formal es
aplicable a todos los casos. Por otro lado, Sade, según Lacan, deja dentro de esta ley el
concepto del goce, lo cual lo concierte en el factor de la incondicionalidad; en este sentido
es el goce el que debe seguirse como ley, siempre como obligación. Mas, ¿la máxima
sadiana no peca de la misma formalidad que lo hace la máxima kantiana? Parece ser que sí
ya que es tomada como ley, como un deber impuesto no sólo por la razón sino también por
la propia naturaleza del hombre que es el de gozar. Digo esto porque parece ser parte de la
crítica que hace a Kant se centra en este formalismo vacío, sin nada que se encuentre del
otro lado en la relación del sujeto-objeto; y que, a mi parecer, parece rescatar con el
concepto del goce y el deseo, al decir que todo hombre por naturaleza desea. Sin embargo,
no deja a un lado su formalidad, la cual puede ser llenada con cualquier tipo de goce;
entonces, todo goce, absolutamente todo es permitido.
Quizá una respuesta se encuentre en la concepción del hombre frente a lo otro.
Dicho de otra forma, en Kant su imperativo contrarresta cualquier tipo de pasión, y esto
parece ser que se relaciona con la libertad. Pero para Sade la libertad no existe en
prohibición alguna del placer y el goce, sino que es éste lo que mueve a la moralidad del
hombre. Entonces, ¿qué tan importante es la libertad con relación a las pasiones y la
formalidad de la ley?