Post on 09-Jul-2015
Mis Caminos
Entre estas montañas abrí mis ojos a la vida por
vez primera,
Por aquí caminé descalzo, mojé mis cabellos y
respiré tu aroma
En estos valles te encontré mujer de mi vida, y
procreé mi descendencia
Renací al sol y deposité mis huesos
He vuelto a estos ríos tantas veces, vida tras vida
Una y otra vez, he gritando tu nombre
Al amanecer, bajo el calor del mediodía,
Y en el atardecer, oliendo el polvo del
camino, arrastrando mi poncho y mi
lumbre… he vuelto a ti
Y tú siempre me has seguido en el levantar del
rastrojo y en la cosecha,
Con la llama, la vicuña y la alpaca, nos hemos
aventado a la vera de caminos fríos
Nada fue suficiente y mira ahora, tú ya no estás
Te he buscado por las quebradas, he trepado las
cumbres
En ese musgo en que antes apoyábamos
nuestros cuerpos jóvenes
Por la mañana, al mediodía, durante la
siesta y el atardecer… ya no estás
He llorado tu distancia, tu ausencia y mi
soledad
El frío de la noche ha cortado mi piel, el sol la
ha curtido
Y sólo cicatrices quedan del ayer
He andado hacia el oriente buscando tu
perfume, confundido con el caminante,
Ollando con mis pies tus calzadas antiguas,
subiendo tus montañas
Oliendo tus malezas, tus tiernos amaneceres
tus curvas, subidas y bajadas, siguiendo a los
antiguos, ansioso por encontrarte
He pasado frías noches resguardado en las
alturas, descansando mis quehaceres
Mirando a las alturas, oteando las distancias,
rezando a mi Dios
Me he perdido en la foresta, he resbalado en sus
declives, me he mojado en sus aguas
Me he tumbado en medio del camino, abierto mis
venas y llenado de ti
Nunca dejé de andar, de buscarte, de esperarte, de
sentirte, de añorarte
Perdido en mil recodos, gritando tu hermoso nombre
bebiendo de tus antiguos besos
Excitado en mi espera, escuchando tus viejos llantos
que me acechan a lo lejos
No te encuentro, pero te sigo, no te tengo, pero te quiero
Y allá voy sin sentido, sin esperanza, sin cansancio, con
los ojos abiertos
La mirada inquiriente, la boca seca, los ampollados pies,
por la cumbres de tu mundo
Subiendo empinadas cuestas bajo el sol del
mediodía
Buscando hasta las cimas para gritar tu
ausencia
Y cansarme de buscarte en las lejanas cumbres
En los fríos páramos, en la puna adormecida
Me he arriesgado a ir donde los dioses habitan
Donde Mama Ocllo una vez me sostuvo en su
regazo
Y he honrado a las doncellas y he ofrecido
mis sacrificios
Pero sólo el maíz me fue aceptado, más no la
sangre mía
Y hoy le pregunto a la roca, al viento, a mis
montañas, al cóndor que pasa…
Dónde está mi amor, quien se la llevó,
en que posada descansa,
A que oriente partió…
Pero volveré… mil vidas más…