Pan de Vida Febrero 2013

Post on 10-Mar-2016

247 views 2 download

description

Pan de Vida Febrero 2013 - Boletín mensual de la Iglesia Bautista Fundamental

Transcript of Pan de Vida Febrero 2013

Pastor José Agüero

La amistad como un regalo de Dios

Espero que con este testimonio pueda ser de ayuda a otras mujeres que como yo, fuimos marcadas por venir de un hogar disfuncional.

1. Sujeta a la autoridad y dirección de su esposo

Efesios 5:22 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor” – “Sus propios maridos” sirven para limitar la sumisión de la mujer a un solo hombre que Dios a puesto sobre ella.

El señor nos responsabiliza a cumplir con este mandato. El “estar sujeta” quiere decir de tu misma estás afirmando, apoyando y manteniendo a tu marido como la cabeza.

Te aconsejo hermana, que te pongas de acuerdo con tu esposo y no intentes tú también ser la jefa, porque cuando hay dos jefes que están tratando de dirigir un trabajo a la ve, hay problemas; porque jamás se ponen de acuerdo, y eso es lo que Dios quiere evitarnos a ti y a mi. Con el transcurso de los años he aprendido como esposa que para estar sujeta a i marido necesito cultivar dos cualidades: 1- Temor a Dios 2- Obediencia a la Palabra de Dios

Dios quiere que la mujer se sujete a su marido de forma voluntaria y amorosa, que sea un deleite para ella darle cumplimiento a la palabra de Dios, como el Señor nos manda. Cuando

nos sometemos al Señor, se nos hace más fácil sujetarnos al esposo y es por eso la importancia del sometimiento al Señor primero.

2. ¿Es mi esposo mi papá?

Aquí es donde voy a compartir mi testimonio, que quizás ha sido tu caso y no has podido perdonar a tu papá. E deseo del Señor es que sanes todas tus heridas del pasado y las eches en lo más profundo del mar para que puedas salir adelante en tu vida como cristiana, como esposa y como madre.

Vine de un hogar no cristiano, aún así mi madre era temerosa de Dios y se sujetaba a mi papá. Mi padre nunca valoro esa sumisión y su respuesta era causarle dolor y humillación. Crecí pensando: “Cuando me case, no voy a ser como mi mamá, porque no voy a permitir que me humillen”.

Naturalmente, yo no era cristiana. Al transcurrir el tiempo conocí al Señor y me casé, pero seguía con ese pensamiento: “Cuando me casé no seré como mi mamá”

Hermanas, me había creado un caparazón para protegerme y para que no me hicieran daño. Les cuento que pasaron muchos años en los cuales yo me rebelé, tanto a la palabra de Dios como a mi esposo, siempre pensando en mi papá.

Pensaba sujetarme a mi esposo

iba a ser humillada, como mi madre. Había una constante lucha de poder en mi matrimonio. Hasta que un día, el Señor abrió mis ojos y entendí que mi hogar no iba a ser de bendición si yo no me sujetaba primero a mi Dios y luego a mi esposo.

Querida hermana, ni tu hogar, ni mi hogar, ni el hogar de ninguna mujer puede ser feliz si no aprendemos a cumplir con el mandato de sujetarnos a nuestros esposos. Que el Señor nos dé la sabiduría para ser obedientes a Su Palabra.

Caballeros

-● Por Ligia Agüero ●- 4