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PRACTICAS DE LO REAL bufonesco EN LA ESCENA CONTEMPORANEA.
(Un ensayo a partir del capítulo Teatros del Encuentro en el libro Prácticas De Lo Real En La Escena Contemporánea de José
Antonio Sánchez. Ed. Visor 2007)
Las ratas son rizomas, sus madrigueras lo son en todas sus funciones de
hábitat, de provisión, de desplazamiento, de guarida y de ruptura (…)
ramificadas en todos los sentidos (…) corren unas por encima de otras.
Cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro y debe
serlo. Eso no sucede en el árbol ni en la raíz, que siempre fijan un punto, un
orden. El árbol lingüístico, a la manera de Chomsky, comienza en un punto S
y va procediendo por dicotomías […] Un rizoma por el contrario no cesaría de
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conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, circunstancias
relacionadas con las artes, las ciencias, las luchas sociales[…]No hay lengua
madre, sino toma del poder de una lengua dominante en una multiplicidad
política. La lengua se estabiliza en torno a una parroquia, a un obispado, a una
capital, hace bulbo. Evoluciona por tallos y flujos subterráneos, a los largo de
los valles fluviales o de las líneas de ferrocarril, se desplaza por manchas de
aceite.
El mundo ha devenido caos, pero el libro continúa siendo una imagen del
mundo, caosmos-raicilla, en lugar de cosmos-raíz. Extraña mistificación la del
libro, tanto más total cuanto más fragmentado. (RIZOMA, Gilles Deleuze,
Félix Guattari. Ed. Pre-textos.2005.Valencia
No es casual- nos dice José Antonio Sánchez (J.A.S.) en el libro con el que
dialogamos- que dos piezas fundadoras del teatro postmoderno, Hamletmaschine
(1977), de Heiner Müller y La clase muerta (1975), de Tadeusz Kantor( …)ocurran la
una en el cerebro-máquina del autor(…)y la otra en la máquina de la memoria
representada por los bancos de la escuela. Este desplazamiento de la realidad a un
segundo o tercer nivel de referencia anunciaba los planteamientos de gran parte de las
producciones del teatro de creación de los ochenta y primeros noventa. Aparquemos
este concepto para retomarlo mas adelante.
Desde el punto de vista de un bufón, lo real es el mundo al revés y es a la vez todo lo
que proviene y es relativo al Rey, al Monarca. En un país con monarquía parlamentaria
la idea de realidad será desde luego dual, por no decir ambigua, polisémica. Saltarse a la
torera esta evidencia no es serio, es cómico. La irrupción del Guardia Civil Tejero en el
Parlamento es una de las performance que más han aportado a las Prácticas de lo Real
en la Escena Contemporánea. Las imágenes que recorren el mundo por Internet han
convertido esta intervención realizada por actores no profesionales en un paradigma que
merece ser considerado como contribución a las nuevas tendencias del teatro español.
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La realidad, la realeza, el realismo o el juancarlismo salieron reforzados de esa
bufonada. La tradición bufonesca ligada a los Borbones esta unida en la historia del
teatro contemporáneo por Follial, un jefe de bufones imaginarios que habita El Escorial
y que funda la Escuela de Bufones en épocas de Felipe II el serio. Ambas obras del
dramaturgo belga Michel de Ghelderode desarrollan las ideas de realidad que aquí serán
expuestas. En El escorial, es el intercambio de roles característico del carnaval lo que
coloca al Bufón en el papel del Rey y a ese Monarca corrompiéndose en la
depravación bufonesca. Y en la Escuela de Bufones vemos el mecanismo de la traición
como una máquina que ejecuta de manera inexorable el Misterio de este arte burlesco:
La Crueldad.
Es decir, dos ideas son introducidas aquí: a) la realidad como circunstancia
intercambiable, efímera y en transformación, b) la infidelidad a lo real visto como
traición. En efecto, si revisamos el argumento de El escorial veremos que el bufón en el
papel del rey expone su efímera realidad como farsa: “En mi país en Cuaresma, se elige a
un inocente al que se le ponen atavíos, una corona y un cetro. ¡Y se convierte al inocente en
rey! Un rey al que se festeja y al que se lleva a su ilusorio trono. Se le hacen todos los honores.
La chusma desfila, conspira, adula y aclama. El rey bebe, se hincha de cerveza y de vana
gloria. Y cuando ya está bien engreído con su destino…se le quita la corona…y se recupera su
cetro…para volver a hacer de él un hombre como antes!... Realidad efímera
Esta democratización carnavalesca de la realidad real nos da una clave no despreciable
para comprender la supervivencia de las monarquías europeas y su anacrónica
convivencia con el espíritu parlamentario. Realidad intercambiable, realeza en
transformación que cambia algo para que nada cambie y así mantener su vasallaje. Unos
súbditos que cimientan su comportamiento y se rigen por una Constitución, en la que el
máximo defensor de la democracia es el rey, es un pueblo cuyos espacios de
representación de la realidad contienen lo imaginario. Solo una elevada capacidad de
abstracción nos permite justificar, acatar y ser súbditos de una institución cuyo guión
ha sido escrito con sangre en nuestra memoria. Somos herederos de la conciencia
acrecentada del Segismundo calderoniano, podemos resistirlo todo y resignarnos a ello.
Podemos de un Golpe no ser nadie, recuperar la Democracia y tenerlo todo, para
terminar coronados por la Nada y vivir la realidad como un sueño ajeno, que ocurre en
palacios y yates principescos en los cuales navegamos sobre la Revista Hola.
El bufón Galgut traiciona a su jefe Follial en la Escuela De Bufones de Michel de
Ghelderode . Realidad traicionada.
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Nuestra fidelidad a lo real se funda en una traición. El heredero de Franco, caudillo-
padre de todos los golpes, se erige en un instante, en una figura anti-golpista que
conjura el golpe “de un militar vestido con gorro de torero que ocupa el Parlamento
español”, como dirían en la bolsa de Frankfurt a punto de desatar una corrida bancaria.
El rey, heredero de la autarquía franquista, termina por defender la democracia, esta es
la imagen que ha quedado grabada en nuestra conciencia.
En palabras de Jean Baudrillard: La cultura contemporánea (como teatro de los
acontecimientos) actúa como una fábrica de imágenes con las que ya no se pretende
representar la realidad, se trata de una industria que ante el desvanecimiento de lo real,
produce una artesanía de lo inmediato. La intención de esta industria es inventar una
realidad, y es ya una ciencia de la persuasión, en palabras de Chomsky: La Ingeniería
del Consentimiento, en una palabra: Podemos entender el teatro español contemporáneo
desplegándose en una escena, donde la realidad es un decreto real. Ante la destrucción
de la seguridad y certeza que nos produce la realidad el Rey instala su realeza real.
Se me objetará que confundo teatro y realidad., pues no hay actores en el hemiciclo
del parlamento del 23F.
Quienes confunden teatro y realidad no han sido tradicionalmente los actores, sino los
caballeros armados. Recordad el caso de maese Pedro con todos sus muñecos
destruidos porque Don Quijote, no pudo soportar que los moros raptaran a la bella
Melisendra, aunque ello solo ocurriera en el retablo del titiritero. Lo mismo le pasó al
Bufón Albert Boadella que pagó con la cárcel y fue acusado de injurias y calumnias al
ejército, a causa de los fantoches que se agitaron en su obra La Torna en 1977. En
1956 en Colombia le había ocurrido otro tanto a Enrique Buenaventura con la Obra La
trampa que fue sancionada por la dictablanda del general Rojas Pinilla pues se vio
reflejado en la realidad esperpéntica de la escena teatral. Y que decir de Leo Bassi a
quien la ultraderecha, directamente le puso una bomba en el teatro Alfil, mientras
bailaba break dance vestido de Papa e invitaba al público a firmar como apóstatas, en
su obra La Revelación. ¡Pero si solo era teatro! ¡Un pobre Bufón! ¡A que vienen las
bombas!. ¿Por qué sacar las pistolas si solo se trata del juego imaginario de unos locos a
los cuales no merece la pena tomarlos en serio?. ¿O es que los caballeros armados
confunden el teatro y la realidad?
Más allá de que todos estos artistas han demostrado que las leyes de la ficción
teatral no pueden ser juzgadas por el código penal, y me atrevería a decir que tampoco
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por la hermenéutica, ni por la semiótica, ni por la socio-crítica, simplemente porque el
oficio de Baco tiene sus propias leyes inéditas, mas allá y a pesar de esta evidencia
sobre el cuerpo de la escena contemporánea se han practicado operaciones en las que la
realidad ha entrado a saco y sin pedir permiso. Como el 23 F que es una
espectacularización de la política nacional con características globales. Entonces, lo más
interesante para mí no es el tema de cómo los artistas intervienen en la realidad, sino del
intervencionismo de la realidad en el arte teatral. A esto me abocaré.
En Arturo Ui de Bertolt Brecht vemos como el jefe de la política y de la Mafia se
forma como actor para dirigirse a las multitudes. A propósito de la mafia Roberto
Saviano se queja con amargura de la “vita di merda” que está obligado a llevar después
de haber escrito Gomorra. Pasolini es asesinado después de haber estrenado 120 días de
Sodoma. Salman Rushdie es amenazado de muerte por los fundamentalistas del Islam.
Lo real es aquello que resquebraja la ilusión – nos dice J.A.S. – en cualquiera de sus
niveles (…). Pero lo real escapa a la representación: toda representación lo es siempre
de una ilusión, más o menos compartida, a la que llamamos realidad. Distinguimos tres
niveles en esa construcción de la realidad: lo real, la realidad (ilusión compartida) y la
ilusión (segunda realidad). La realidad es “el referente universalmente garantizado de
una ilusión colectiva”. La convicción de que El Rey es adalid de la democracia goza de
un consenso tan apabullante que no admite disensión alguna, so pena de cárcel. Es una
realidad que sirve como garantía para la evaluación del resto de las ficciones, así se
representa nuestra sociedad, con lo real dispuesto de un determinado modo.
Resquebrajar esa realidad con una imagen, como lo hizo la revista el Jueves mostrando
una caricatura del príncipe de Asturias follando con la princesa, como único ejemplo
real de trabajo productivo, es un desafío bufonesco, una blasfemia que provoca con
una representación ilusoria y paródica la destrucción de la realidad oficial. La ficción ha
creado una segunda realidad que actúa aquí de modo artístico como un destructor de
aquella ilusión compartida. Los del Jueves tuvieron por cierto su respuesta, la casa real
fue magnánima y los jueces benevolentes, porque la multa no les salio tan cara a los
periodistas bufones. Un precio mucho más alto pagó Pasolini por su osadía, y es que los
bufones siempre están expuestos a que el rey les mande cortar la cabeza. Sobre todo si
en el lugar del rey esta el fascismo italiano.
Antes, señalaba J.A.S., la idea de realidad de los grupos de los ochenta y noventa
encontraba su representación en la máquina cerebro del Hamletmaschine de Müller.
Quisiera señalar que ese espacio de manipulación mental se asentaba (en mi propia
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experiencia como actor durante seis años del Teatro Experimental de Cali) en los años
setenta y tal vez venía de más lejos. Lo explicaré así:
La Central de Inteligencia Americana (CIA) se había interesado en los experimentos del
psiquiatra Ewen Cameron, quien aplicaba el electro shock con la idea de borrar y
volver a crear al individuo trastornado. Los trastornos que le podían crear las
democracias incipientes de Latinoamérica a la democracia imperial norteamericana,
también podían ser tratados con el Shock. De allí surge la llamada “Doctrina de
Seguridad Interior del Estado”, que formaba en la “Escuela Militar de las Américas” a
las futuras joyitas que aplastarían con un electroshock sangriento a los movimientos
populares en America Latina. De esa School of Panamá, (formación de cuadros
militares) salió el soporte para destacados sátrapas: Pinochet en Chile, Banzer en
Bolivia y Galtieri en Argentina. Los teatros experimentales de los etenta resistieron ese
ataque espectacular a las democracias latinoamericanas.
La teatralización de la resistencia política es una respuesta coherente a la
espectacularización de la política global, nos dice J.A.S.
Son estas compañías resistentes junto a Yuyachkani, al teatro chicano de Luis
Valdés, a La Candelaria de Bogota, al Groupov belga y otras asociaciones agrupadas
por J.A.S en la categoría de Teatros del Encuentro las que son empujadas a una lucha
revolucionaria. Afirmaré que más que ir al encuentro de la realidad, había cierto temor
de encontrarse con una realidad brutal que hiciera desaparecer todo encuentro, toda
manifestación artística y toda manifestación de vida.
En medio de esta realidad los bufones solo podían moverse en bandas para protegerse
de las burlas macabras que preparaban los gorilas que en esos momentos gobernaban
arbitrariamente Latinoamérica. Eran tiempos oscuros y los bufones cortesanos tenían
poco que hacer en una sociedad de dictadores y no de reyes. Es así como están
conectados Leo Bassi y Albert Boadella grandes bufones de la corte con estas bandas
de bufones latinoamericanos de los setenta y ochenta que quedaron con el sueño
colectivo contrahecho o definitivamente en el reino del Bufón Yorick
¿Qué se hicieron las burlas, tus brincos, tus cantares y aquellos chistes repentinos que
animaban la mesa con tanto estrépito? Pregunta Hamlet ante la calavera de Yorick el
Bufón del Rey en la primera escena del Acto V frente a los clowns sepultureros.
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El Bassibus un viaje turístico hacia la realidad del Mundo del Revés.
Los recorridos diseñados por Leo Bassi en la ciudad y los alrededores de Madrid
tuvieron una intencionalidad claramente política, coincidiendo con los últimos años del
régimen instaurado por Aznar y, por tanto con la participación española en la invasión
ilegal de Irak.
Estamos diciendo que Aznar nos ha metido ilegalmente en una guerra, sin embargo
subrayamos que detrás de la acción artística de Leo Bassi hay una clara intención
política. Lo que intento demostrar con este ensayo es que el mester de bufonería es una
reacción al protagonismo de aquellos actores políticos aficionados que sin embargo nos
arrastran como un coro griego hacia el centro de la Tragedia. No son los artistas metidos
en política, es como ha sido siempre, la praxis política apoderándose del arte. Y desde
luego la reacción del Arte ante la tiranía política. Unas veces la política es dejada en
manos de actores amateurs como el del sombrero Tejano y su partenaire Bigotes, otras
en manos de verdaderos profesionales como Reagan o Schwarzenegger, pero nunca es
dejada al arbitrio de Bufones a pesar de que en Italia Beppe Grillo se erige hoy como un
Bufón poderoso y elegible.
Leo Bassi guió a quienes le acompañaban a bordo de su Bassibus hasta diferentes
lugares donde se hacían visibles actuaciones irregulares y especulativas, agresivas
contra el patrimonio o el medio ambiente, así como huellas de un pasado condenable al
que aún se consagran tantos monumentos o al abismo económico entre los habitantes de
las urbanizaciones custodiadas por muros, alambradas y sofisticados sistemas de
vigilancia y la precariedad de las chabolas donde se hacinan inmigrantes y nacionales.
Lo define J.A.S. con sus palabras: actuaciones especulativas agresivas. Es decir, el
Bassibufón reaccionaba ante una actuación abusiva. No quema, no demuele, no
destruye, sus armas son la ironía y la risa. Albert Boadella señala que el teatro tiene que
tener un equilibrio perfecto entre el Agora y el Oráculo. Es el ágora el lugar donde se
discuten los asuntos de la Polis, la res-pública y es frente al Oráculo donde se
desentraña el Misterio. El Teatro es un arte muy endogámico, dice el Bufón Boadella,
porque ese juego de la realidad en miniatura o ampliada es como crear la vida en sí
misma, así la gente de teatro se ensimisma en aquello que han creado…se narcotizan…
por esta razón…a mis alumnos prácticamente no les hablo de teatro les hablo de otras
cosas.
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El Viaje mítico del Bassibus conecta al viajero con la peripecia de Ulises que va a
visitar lo peor de la zona en un ritual que descubre una realidad oculta. ¡La paradoja del
turista! Es la forma del viaje teatral la que entraña el misterio, son las claves del
Oráculo, las que despiertan la intuición y el placer de otorgar un sentido a los
fenómenos, pero es la contundencia de las revelaciones, de los datos que aporta el bufón
lo que desata el espacio del Ágora, donde la razón despliega sus ramas que nos
conectan con las raíces del drama expuesto. Y penetramos por las raíces en ese Mundo
del revés. El procedimiento como se ve es metafórico, artístico, es estético, no solo
político. En una primera excursión al Valle de los Caídos construido gracias a los
trabajos forzados de prisioneros de la guerra civil española y donde aún reposan los
restos del dictador se penetra directamente en esa máquina de la memoria que Kantor
representaba con bancos de escuela y que Bassi nos presenta haciendo que metamos los
pies físicamente en la tierra donde descansan los huesos de los antepasados de una
guerra civil a la cual se le quiere echar tierra encima. Es la reacción bufonesca frente a
la voluntad política no solo de Bigotes Aznar sino de una buena parte de la sociedad. Se
piensa que para construir el presente hay que edificarlo sobre el olvido total de lo que ha
ocurrido y de lo que somos en este pasado casi inmediato que es la guerra Civil, lo que
se consigue es cortar con las raíces y la memoria histórica, que permiten entender por
qué se han producido las cosas y por qué estas cosas han sido tapadas, nos dice el bufón
Boadella1. En torno al año 2000 un año antes de esta entrevista de Boadella Miguel
Rubio director peruano del grupo Yuyachkani y Delcuvellerie director del teatro belga
Groupov coincidían en una práctica artística vinculada a la memoria, la diferencia entre
ambas prácticas de lo real, residía en la función que cumple lo escénico en cada caso,
marcada, por la proximidad o la distancia respecto a la realidad. Mientras los peruanos
están inmersos intervienen y son intervenidos por ella, el grupo belga da en cambio
testimonio siendo su pieza una indagación en ellos mismos, en cuanto, ciudadanos
occidentales, conmovidos con el genocidio de Ruanda presentado por la prensa como
lejano.
El Bassibus nos ha transportado en esta digresión al mundo de los muertos para
conectarnos con un bufón sagrado. Efectivamente Augusto Casafranca actor de
Yuyachkani en la obra Adiós Ayacucho aborda su personaje desde la figura tradicional
del “colla” de Paucartambo (Cuzco) un cómico andino que acompaña las comparsas y
bailes festivos. El bufón sagrado “colla” llega a un acuerdo con el muerto desaparecido
1 Revista de teatro Ophelia.Nº5 diciembre 2001.pag 20
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Cánepa que protagoniza la obra mencionada, y le presta su cuerpo danzante en su viaje
a Lima, donde encontrará los huesos que le faltan para recuperar su cadáver. Es una
danza sin fin que se niega al olvido
El Bufón de Bassi en el Valle de los Caídos es provocador, altera el orden, la policía
expulsa los buses del lugar y los espectadores demandan la devolución de sus billetes.
El bufón de Augusto Casafranca del Valle de Paucartambo es metafísico, despierta
ternura y también esta ligado a un movimiento social llamado Allpa Rayku (Por la
Tierra 1979) que surge después de la Reforma Agraria del gobierno militar de Juan
Velasco Alvarado (1974 -78) donde se produjeron numerosas invasiones de haciendas
impulsadas por la federación Campesina de Andahuaylas y que acabaron casi siempre
en la expulsión violenta de los ocupantes por parte de los terratenientes. Yuyachkani
construyó este espectáculo con improvisaciones rítmicas y gestuales que conseguían
plantear uno de los conflictos políticos más importantes del Perú en un formato popular.
El viaje hacia el dolor ajeno del colectivo belga Groupov que fue a Ruanda y que
sinceramente en cada representación compartían un duelo que los reunía y también
desunía con la víctimas verdaderas de ese genocidio, era un viaje muy distinto al de
Yuyachkani que no tuvieron que desplazarse de continente ni siquiera de país pues solo
les bastaba recorrer el camino entre Lima y Huamanga, Huanta o Ayacucho, donde en
abril del 2002 comenzaron las audiencias de la Comisión de Verdad y Reconciliación
que la ONU auspició, siguiendo el modelo utilizado poco antes en Sudáfrica, para
esclarecer la muerte de más de treinta mil personas durante el período de violencia
política que padeció el país entre 1980 y el 2000. Los conflictos entre Sendero
Luminoso y las fuerzas armadas golpearon mayoritariamente a la población indígena de
esa zona, en la que se produjeron miles de asesinatos, secuestros, desapariciones
forzadas, torturas, detenciones injustas y otras violaciones de los derechos humanos. A
diferencia de Groupov, el trabajo de Yuyachkani no tenía como objetivo construir una
forma en la que los ciudadanos occidentales conocieran el sufrimiento del otro y
reconocieran su responsabilidad, sino más bien proporcionar apoyo a quienes por sí
mismos estaban participando en la ceremonia de la verdad.
Bassi, el iconoclasta, se propuso recrear con ayuda de los viajeros del Bassibus el
derribo de la estatua de Sadam Hussein en Bagdad utilizando para ello la estatua del
general Franco que aún estaba erecta en un lateral de Nuevos Ministerios. Es un
mecanismo carnavalesco similar al del manteo y quema de un pelele, centrado
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nuevamente en el contenido del patrimonio histórico. Invita a la risa y al jolgorio, pero
por supuesto origina bandos de adeptos y otros de opositores según perciban la realidad
histórica los unos o los otros.
Un bufón no es alguien que integre demasiado, en su dimensión religiosa tal vez
herede la connotación bíblica del que vino a separar madre de hijo y al hermano de la
hermana. Y en esta resistencia a olvidar, que lucha contra el olvidar por decreto,
surgen en Argentina los escraches y en Chile las funas a finales del 1996, que son
acciones que tienen como propósito “generar conciencia pública acerca de la
impunidad” de los torturadores., se trataba de acciones realizadas en los barrios, en las
calles y frente a las casas de aquellos, para desvelar la identidad de quien pretende
ocultar su pasado, marcar socialmente a los responsables de crímenes no juzgados,
visualizar públicamente la injusticia y romper el silencio mediante carteles, palabras,
acciones y gritos que persiguen al criminal y le impiden el anonimato, la respetabilidad
y el descanso…el “escrache”, no responde a ninguna intencionalidad artística. Sin
embargo su acción va más allá de lo inmediato, adquiere valor simbólico y, tal como
las propuestas de Yuyachkani o Groupov, amplifican la denuncia y animan el
desarrollo de prácticas similares: espectáculos de la memoria en el que se cruzan lo
real y lo simbólico.
La memoria, erigida en instrumento político, esta siempre asediada por el
resentimiento, nos dice Pascal Bruckner en su libro La tiranía de la Penitencia. Como
ayer mismo en la antigua Yugoslavia, cuando los nacionalistas serbios invocaban las
hecatombes pasadas para justificar sus crímenes se estaban despertando a los
muertos, a los torturados, se les echaba en cara a los vivos y se gritaba: no tenéis
derecho a mantener la cabeza fría, pedid perdón….Recitar la lista interminable de
carnicerías, deportaciones o asesinatos cuyos culpables serían nuestros padres es
como abrir una caja fuerte sin fondo de donde sacar la revancha y la cólera, es hacer
pagar a los contemporáneos los crímenes de sus antepasados. Desenterrar todos los
cadáveres es desenterrar todos los odios, es aplicar la ley del talión a una distancia de
siglos.
Sobre este guión se están construyendo las actuaciones de la policía francesa contra
las barriadas parisinas de negros inmigrantes…la inmigración, en lugar de ser una
oportunidad para los que llegan y para el país de acogida, sería una simple
restitución. Francia (u Holanda, Gran Bretaña o España) pagarían sus deudas a
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África recibiendo a sus hijos. Europa les debe todo: alojamiento, sanidad, educación,
salarios decentes y sobre todo respeto a la identidad. Incluso antes de desembarcar en
nuestro territorio son acreedores que vienen a cobrar, continua escribiendo su guión
Bruckner (ex izquierdista) y Sarkozi y Berlusconi mandan a endurecer las medidas
contras los inmigrantes.
La reacción de los bufones va desarticulando ese discurso. El primer recorrido del
Bassibus por la ciudad de Barcelona fue organizado por Simona Levi, directora del
festival Inmotion. Quien fue la organizadora durante la campaña Anti-Forum de una
manifestación de denuncia que se tituló Paterem el Forum (2004), referido a las pateras
utilizadas por los inmigrantes para alcanzar las costas españolas desde el Norte de
África, los convocantes animaron a la construcción de cualquier tipo de embarcación
que pudiera cubrir el trayecto entre la playa de Nova Mar Bella y el recinto del Forum.
Otro viaje de Odiseo paradójico y cómico que como el Bassibus fue vigilado por
patrulleras de la Guardia civil.
Un conocidísimo bufón francés Dieudonné ironiza sobre la segregación en un sketch
que ambienta en una Asociación de Racistas Anónimos. En la cual parafraseando a los
alcohólicos anónimos los enfermos de racismo hacen confesión pública de su
compulsión, (transcribo un trozo en mi propia traducción libre)
Sí….me llamo Sylvie Tatinó tengo cuarenta y ocho años soy enfermera especialista en
geriatría para personas mayores…tengo una depresión, he perdido diecisiete kilos en
tres días y me siento invadida, por una fuerza incontrolable y una repulsión visceral,
hacia los negros, los negros para mí tiene que vivir en Negrasia…me dan miedo…están
en todas partes…en el metro bajo tierra, levantas una piedra un negro…el nuevo cura
de la parroquia…. ahora también es negro. Dios me abandonó… ¿perdón?....sí, en el
hospital, en mi trabajo, ahora estoy en un sector que está infestado de negros…Antes
había un solo blanco el profesor Desental que conocía mi problema de negrofobia y me
trataba…me hacia tratamientos,… que yo veía con sus inyecciones…veía a todo el
mundo verde….Dieudonne se defendía de las acusaciones que recibía de los
intelectuales franceses y la censura del gobierno francés que lo acusaban de antisemita
por denunciar a través de la risa al sionismo beligerante que desataba masacres en
Palestina.
La realidad irrumpe en la ficción. El bufón es uno que no se traga la realidad oficial,
la ilusión compartida. El decreto real impuesto a la realidad es destruido por el discurso
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blasfemo del mundo. El Método carnavalesco de poner el mundo al revés, de mostrar a
través de la inutilidad del juego la futilidad de los afanes que pretenden encadenarnos a
una máquina que produce beneficios exorbitantes para unos y desecho y pobrezas para
quienes la hacen funcionar. Como en Tiempos Modernos, Chaplin a través de la
parodia nos rebela el gran mecanismo de la industria que esclaviza y enajena. Muestra
su cuerpo cómica y bufonescamente mecanizado. Pero hablamos de máquina de la
memoria mostrando esta estrategia cosificadora de Kantor, que podemos rastrearla en la
historia del realismo llegando a Flaubert, tal como lo describe J.A.S. en el libro sobre el
que trabajamos. En la aplicación de una implacable estrategia cosificadora, una de las
escenas más impresionantes de Madame Bovary es precisamente la muerte de Emma, es
decir su transformación en cosa.
Este procedimiento realista es aplicado en esta experiencia personal siguiendo la idea
que suscribo en la que es la realidad la que asalta la ficción. Describo un hecho
totalmente real:
La agonía y muerte de mi madre, su expiración a la hora 0.00 del día 20 de octubre de
1994 no es para mi cosa de bufones. En un momento quedó establecido por el médico y
los exámenes que su muerte era inminente. El ritual de sacrificio se ponía en
movimiento. La víctima, los dolientes, la comunidad. La Catarsis se prepara. La
respiración cobra toda la relevancia que tiene. La última expiración marca el origen de
lo cómico propiamente tal. La condición de muñeco que adquiere el cuerpo humano es
impresionante. El ser que me dio la vida es objeto de manipulaciones, se le cierra la
mandíbula, se le viste, se le amortaja, se mete en el ataúd. Es una reducción total de
status merced a la cual se adquiere una nueva dignidad. Estoy profundamente
conmovido. Todas las cosas de mi madre están ridículamente cargadas de una existencia
que jamás podrán tener. Zapatos, vestidos, carteras tienen la condición de lo inanimado.
Lo sagrado esta presente en cada cosa, mi madre es una cosa más. Ha cesado el afán. Ya
no tiene nada que hacer. Descansa en paz. Decir que uno no puede reírse con lo sagrado
equivale a decir que uno no puede bromear con nada. Porque todo lo cotidiano, nos
recuerda G. K. Chesterton, esta terriblemente tocado por lo sagrado.
Método realista: Suministrar los detalles y dejar que los significados emerjan por sí
mismos aconseja Defoe. Este realismo del detalle externo encontró su realización
escénica no tanto en el naturalismo de Antoine cuanto en el impresionismo de
Konstantin Stanislavsky. Este compartía con Flaubert la exigencia casi obsesiva, de una
documentación precisa sobre los referentes reales que había de servir de modelos a la
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construcción artística, así como sobre los contextos históricos y sociales en los que tales
modelos se inscribían.
Leo Bassi utiliza toda esa investigación histórica y social no para reconstruir un trozo
de vida como Zola o Antoine, sino al servicio de denunciar con detalle y alevosía los
entresijos que hay tras el deseo del Cabildo de Lanzarote de renovar la carretera que
recorre "la geria", o zona de cultivo del vino volcánico lanzaroteño, perjudicando los
intereses de la mayoría de los isleños. Resultado: se consigue detener la construcción de
esta vía
Investiga las fincas de la familia de Esperanza Aguirre (beneficiaria de la revalorización
de los terrenos en torno a la excesivamente lejana estación del AVE de Guadalajara)
Resultado: La Estación sigue construida igualmente.
Conclusión: realismo eficaz o ineficaz pueden formar parte de una misma estrategia.
Este realismo no solo es un procedimiento sino que son obras y trabajos marcados por
un fuerte intento de la transformación de la realidad. Angélica Lidell con Y los peces
salieron a combatir contra los hombres. Roger Bernat, Amnesia de fuga. No se trata
solo de interpretar la realidad sino de cambiarla. Pero sobre todo de cambiar el punto de
vista de las cosas como principio transformador. El Bufón es alguien que no cree en
nada que se erige como poder establecido., por esto es necesario a todo poder y revela y
denuncia las falsas jerarquías. Su método es poner el mundo del revés o por lo menos
mirarlo al revés.
Esto es lo que Philipe Gaulier, maestro de bufones llama el ángulo de las
aberraciones.
Enseño otra manera de ver. Como un búho en los amaneceres. Un búho que siempre
duda a mirar aquí al sol que se eleva y allá la tierra que se ilumina, un búho que
jamás ha sabido donde atisbar exactamente y que siempre piensa: Si miro el sol que se
eleva, no veo la vaca que se ilumina. Si miro demasiado la vaca apreciaré mal su
belleza ante la luz naciente.
Enseño la imposibilidad de mirar y focalizar solo una cosa, enseño a mirar como si
siempre alguna otra cosa, alguna otra imagen pudiera venir desde otra parte.
Diré para simplificar: enseño el ángulo de las aberraciones.
¿Que es eso?
El ángulo de las aberraciones es un efecto óptico por el cual se ve un astro desde
una posición diferente de su posición actual, a causa del tiempo que su luz tarda en
llegar hasta nosotros y a la rotación de la tierra.
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Un actor o un creador que no sintiera que su obra se nutre de su lugar incierto en el
universo no será más que un jodido majadero.
Enseño y muestro un lugar que se sitúa en alguna parte entre la velocidad de la luz y la
rotación de la tierra.
Los golpes de estado enseñan a gente, decía en los años de dictadura el poeta
chileno Nicanor Parra, esta frase que viene a ser como que los golpes de estado enseñan
a tener modales era una aberración, caía muy mal a izquierdas y a derechas, pero refleja
exactamente la paradoja bufonesca. Una intervención brutal, que rompe con las reglas
del juego, nos hace ver con claridad el juego democrático, apreciar los límites que tiene
el parlamento, su verdad. Ver a Tejero con la pistola y al General Gutiérrez Mellado
llamándolo al orden, bien plantado y sin que por la fuerza lo logren doblegar es un
teatro de actitudes, de intenciones, de riesgo; como en el ruedo o en la pista del Price,
se juega con la vida
El golpe de estado en Chile había ocurrido tres meses antes de que en España Carrero
Blanco fuera a dar a la azotea de los jesuitas por efecto de una bomba que detonó la
ETA. Ocho años después algunos militares hablaban sobre la grave situación de
España, de la desmembración de la Patria, de los crímenes de ETA y del GRAPO y de
la necesidad de la mano dura que condujo a la cruel bufonada del 23 F.
La obra no le gustó al ejército y el 16 de diciembre de ese mismo año el bufón entró en
prisión. Entre rejas y bufoneando reconstruye las reacciones del ejército ficcionándolas
como sigue:
CAPITAN DE CABALLERÍA: (Amenazador) Esta si que no nos la tragamos; ese
canalla de Suárez quiere jodernos de todas a todas, y encima que aguantemos las
provocaciones tocándonos los cojones en los cuartos de bandera.
COMANDANTE PACO: (Completamente congestionado) ¡Manda huevos!, si
parecemos cabestros, ¡hostia! Ya lo del partido comunista fue la gota que colma el vaso;
me tuve que contener para no armar la gorda. Pero que unos mierdas, unos miserables
volatineros se vayan choteando de nosotros por media España, sin que nadie con un par
de cojones les meta un petardo como a los de El Papus…por mis muertos que en este
país se ha caído muy bajo…
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Una corte militar para unos bufones, es la forma desproporcionada en que la
realidad mete entre rejas al artista. La irrupción de lo real es para mí el tema.
Cuando en Huarochiri Perú Los curcuches, que son bufones bajados de las cumbres
sagradas, traen los regalos de los cerros, entre ellos las preciadas yerbas curativas que
crecen silvestres en la altura, el pueblo ríe y los celebra porque traen también la parodia
de todas las instituciones y se ríen del ejército y el servicio militar obligatorio, por lo
cual pasan dos minutos rituales en la cárcel y luego salen a seguir la fiesta.
Más de dos minutos tendría que estar Boadella entre rejas, se pedían de cuatro a
seis años por injurias y calumnias al ejército. El sentido del humor aquí y allá nos
muestra diversas percepciones de la realidad.
Y sigue el Bufón reconstruyendo la realidad
CORONEL JUEZ: ….Todos dicen siempre lo mismo; que no tenía ánimo de injuriar,
que solo pretendía divertir al público, que de guardia civiles y militares, nada de nada,
… ¡La madre que lo parió!....y con los demás ¿Qué le parece que conviene hacer?
GENERAL AUDITOR:. Entrégales el auto de procesamiento y los dejas en libertad
provisional. Con el cabecilla amarrado esos desgraciados ni se mueven.
Mofa y befa de la institución militar provocando la hilaridad del público, esto rezaba la
acusación del fiscal
con toda la desmesura que suponía encarcelar y juzgar unos comediantes en consejo de
guerra.
Sin embargo, a pesar de la desaparición del dictador, a finales de 1977 el automatismo
militar de sumisión al régimen permanecía indemne, ya que ninguna de sus estructuras
internas había sido modificada por los nuevos dirigentes. Solo cuatro años después
vendría el secuestro de los parlamentarios del 23 F.
En La Torna se satiriza severamente unos estamentos castrenses
mancillados por el indigno vasallaje a un régimen criminal que
ejecutó un hombre, encubriendo así, oscuros intereses políticos.
A través de las investigaciones del periodista Raúl M. Riebenbauer,
sabemos hoy que el nombre Heinz Chez era falso, y que tampoco se
trataba de un indigente polaco sin familia. Se llamaba Georg Welzel,
era ciudadano de Alemania del este, donde tenía la madre, dos
hermanos, una mujer y tres hijos. Datos, todos ellos, alevosamente
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ocultados por el tribunal militar que lo condenó a muerte, y que sólo
por esta omisión, demostró su desprecio al honor y a la justicia.
La Torna estrenada el año 1977 mostraba claramente lo que en
definitiva supuso un crimen de estado.
Había una ley promulgada por Federico II en 1221 contra los bufones que difaman e
insultan. Una ley que consentía a cualquier ciudadano ultrajar, apalear e incluso matar
a este divertidor público. Todo con la bendición del emperador, sin riesgo, sin procesos
ni condenas. Contra jogulatores obloquentes es el nombre de la Ley y de la tesis que el
Bufón premio Nobel de literatura 1977 Darío Fo lee en la ceremonia de la Academia
Sueca en medio de las carcajadas y aplausos de connotados académicos.
Esta ha sido siempre la realidad bufonesca Y esta posición marginal, de incomoda
conciencia cómica plantea una misión sobre todo cuando se va al estrado a hablar a los
jóvenes aprendices del arte. No basta con enseñar una técnica o un estilo: Tienen que
ser capaces de contar su propia historia. Un teatro, una literatura, una expresión
artística que no hable de su propio tiempo no tiene relevancia. De esta manera Darío
Fo y Franca Rame entienden y expresan su relación con la realidad y su contexto. Y
enseñan desde la Risa
Pero la risa del bufón es satírica y la sátira siempre nace de la tragedia. En la raíz de la
comicidad grotesca siempre hay una situación dramática. En las farsas más famosas de
los griegos todo se mueve entorno a injusticias paradójicas, estafas criminales, violencia
contra mujeres y niños inocentes, masacres de poblaciones, destrucción de ciudades y
prevaricaciones de tiranos que llevan aparejada la eliminación de los derechos civiles y
la libertad. El juego satírico ofende e indigna siempre al poder.
Por esto si queremos hablar de la crisis y de los millones de parados en
España habrá que empezar a hablar sobre lo que ocurrió hace cinco, hace diez
hace treinta años atrás. Por ello afirmamos que: La irrupción del Guardia Civil
Tejero en el Parlamento es una de las performance que más han aportado a las Prácticas
de lo Real en la Escena Contemporánea.
Y J. A.. S nos lo hace ver con claridad, en estos teatros del encuentro existe una clara
voluntad en la cual los realistas basaban su contribución en un deseo de transformar la
realidad. Lejos de los discursos maximalistas y grandilocuentes, hemos aprendido que
las pequeñas transformaciones son también transformaciones, que en el despliegue de
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lo cotidiano puede surgir el conocimiento, que la risa puede ser un arma de resistencia y
el humor un elemento revolucionario las imágenes construidas de una realidad que
apenas resiste el contacto con lo real y con la risa acaba de resquebrajarse.
Podemos entender el teatro español contemporáneo desplegándose en una escena,
donde la realidad es un decreto real.
ICONOGRAFIA DE UN ICONOCLASTA.
Solo al final nos ha parecido necesario perfilar una figura claramente indefinible.
Una máscara que desvela. Un personaje que no representa a otro sino que nos confronta
con todo nuestro ser. Un loco que reclama un poco de coherencia y cordura. Un bufón
que a través de las mentiras desliza la verdad y sobre todo la hace escuchar haciendo
tambalear toda falsa jerarquía. El más extemporáneo de los contemporáneos. El hombre
que camina de adelante para atrás. El Si-No. El Anacrónico ser que nos enseña a estar
siempre en el presente. El Icono de un destructor de íconos.
Por contraste el clown ritual disuelve las fronteras por sí mismo
Cuando Julia Kristeva descubre a los payasos sagrados, Empieza a pensar en la
literatura como una función de este bufón ritual. Desacralizar lo sagrado
volviéndolo aún más sacro. Función iconoclasta. Es la función
tradicional en que se enraízan las propuestas contemporáneas de Julian
Beck del Living Theatre con su obra La Prisión, en la cual irrumpe la
realidad en la escena en la que están escindidos espectadores y actores por
una enorme reja. La Reja como icono de separación prepara la caída de
todo ídolo erecto. Su límite absurdo, incita a entrar a la escena carnavalesca
en la cual espectadores y actores precisamente están integrados. Las
fronteras dentro y fuera de sí mismo esta siendo rebasadas, desbordadas,
‘paterizadas’. Es la carnavalización que nos trae la Nave de los Locos, el
Loco, el idiota. El bufón destruyendo los falsos ídolos, entrando a saco en
el templo y rompiendo los negocios y absurdos sacrificios de los sacerdotes
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y mercachifles .El mensaje es claro: nadie debe dejarse entrampar en la fe,
sea ésta sentida de corazón o impuesta, dogmática o supersticiosa. Es
menester no dejarse obnubilar por el límite de peligro que toda doctrina
instaura para contener a quien pretenda ver del otro lado, conocerle el
reverso a la moneda que nos están vendiendo. En esta escena iconoclasta
Lars Von Trier, treinta años después que el Living Theatre y con una visión
más cínica nos propone en Los Idiotas, película realizada con las reglas de
Dogma, otra bufonada contemporánea: un grupo de personas entre los
treinta y los cuarenta se reúnen en una casa residencial y dan rienda suelta a
su idiota interior. Lo hacen colectivamente, como banda de bufones, para
engañar a quienes los reciben e incluso sacar dinero de ello. La película
plantea en su nivel más básico un conflicto moral: ¿está bien engañar a los
demás, jugar con la compasión de la gente, instrumentalizar el sufrimiento
de quien realmente es idiota? Pero plantea también otro problema límite: el
de la libertad. Los “idiotas” consiguen la liberación, la expresión del idiota
interior, gracias a la aceptación de unas reglas de comportamiento en el
seno de un grupo cerrado: liberación del dinero y de las relaciones
mercantiles, liberación de las obligaciones y compromisos familiares,
liberación orgiástica del cuerpo. Cuando se plantean trasladar este juego a
un contexto abierto, todos fracasan a excepción de Karen la última en
incorporarse al grupo y la que nunca ha hecho el idiota. Su situación
personal es tan dramática (ha perdido a su hijo, su marido la maltrata y su
familia la oprime) que no pierde nada jugando a la idiotez. Es ella la que
salva el juego precisamente anulando el juego: porque para ella no es un
juego, sino meramente una opción de supervivencia.
Los vínculos entre el idiota, el loco de carnaval y el Bufón son
indisolubles. Son términos que al matizarlos pueden ayudar a construir una
imagen de estos destructores de imágenes, Podemos pensar a Beppe Grillo
Dieudonne y tal vez a Coluche como bufones idiotas capaces de
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desarticular y denunciar al parlamento a los mercaderes de la política y a
las falsas jerarquías transformándose ellos mismos en líderes de masa. A
Leo Bassi podemos verlo como una especie de loco de carnaval, que sale
del circo para incitar a las bandas de bufones a ridiculizar a los poderosos
con extraños rituales en los que embadurnarse de miel o de caca se alterna
con desenterrar como Antígona a los desaparecidos. Y por fin a Boadella
como el Bufón cortesano que lleno de genuflexiones acepta estar al servicio
de Esperanza Aguirre en el teatro del Canal, con tal de renegar de toda la
“progresía” a la cual detesta con toda el alma y a quienes mantiene en vilo
a la espera de que en cualquier momento saldrá con un escándalo
arrabaliano cuyas consecuencias nunca van más allá de épater le bourgois .
Las imágenes de las ametralladoras atronando en el parlamento con sus
señorías lamiendo el polvo mientras Suárez y Gutiérrez Mellado se crecían
como hidalgos caballeros, la condena de Armada y de Milán del Bosch, la
contraescena del rey como generalísimo del Ejército defendiendo la
democracia, han sido telón de fondo, marco y contexto de la escena
contemporánea de los últimos casi cuarenta años. Esta ilusión compartida
que constituye un Decreto de Realidad impuesto por la Realeza esta
llamada a convertirse en carne de Bufón y las prácticas de lo real bufonesco
entrarán ,sin duda, al trapo apenas se pueda.
Solo cabe anotar casi como apéndice y porque acaba de publicarse en
El Mundo las notas de realidad que enseñan la crueldad con la que la
realidad irrumpe en la escena contemporánea.
El rey de la pequeña pantalla en Manaos puerto fluvial de la densa
Amazonía brasileña era un periodista y productor llamado Wallace Souza
un tipo gesticulador, mostachudo y carismático, que saltó del periodismo
truculento y sensacionalista a la política en calidad de diputado. Un asesino
a sueldo llamado Moacir Moa Jorge da Costa reconoce ante la policía los
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crímenes cometidos de manera profesional y por encargo de la estrella
mediática el diputado Souza, quien contrataba y llegaba con sus cámaras
ubicuas y omniscientes al lugar del crimen al mismo tiempo que los
asesinos. El diputado pagaba al asesino para ser el héroe ante el oscuro
crimen. Conclusión: El Rey de canal Libre de Manaos encargaba esos
espeluznantes homicidios para filmarlos antes de que lo hicieran sus
competidores. Una primicia que enganchaba a la tele audiencia que se
alimentaba de sangre y subía el rating. Como decía Baudrillard….la
verdadera realidad en la que vive el bípedo contemporáneo no es el mundo
que cree pisar sino las imágenes que fingen reflejarlo y que no son sino las
interesadas y manipuladas versiones que dan de él los medios audiovisuales
al servicio de los poderosos de este mundo.
Un rey al que se festeja y al que se lleva a su ilusorio trono. El rey bebe, se hincha de cerveza y
de vana gloria. Y cuando ya está bien engreído con su destino…se le quita la corona…y se
recupera su cetro…para volver a hacer de él un hombre como antes.
Pero es que aún ese hombre no existe según Michel Foucault…puesto que
cada ser humano no es sino una larga secuencia de simulacros variopintos
hechos deshechos y rehechos por las circunstancias variables de la realidad.
Mientras tanto muchos de los deshechos humanos que participaban de los
crímenes del Rey de Manaos están presos, no así el héroe del macabro
aquelarre pues tiene aún inmunidad parlamentaria. El hombre delinquió sí,
pero con la noble intención de servir a su público. Era un comunicador
audiovisual celoso de su trabajo que contaba además con una miríada de
morbosos, subnormales y pervertidos a los que ver mujeres desventradas y
chiquillos decapitados los hace pasar una noche divertida. Divertir ha pasado
a ser el valor supremo de unos medios audiovisuales en frenética carrera por
conquistar audiencia escarbando en la degradación, la indignidad y en las
sentinas de la vida. Son crímenes cometidos para convertirlos en imágenes, la
realidad real pasa a ser subsidiaria de la realidad reflejada por las cámaras. La
televisión comienza a ser la vida misma y nosotros sus inexistentes
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comparsas. Como en el mito de Argos, no somos nosotros quienes vemos
televisión es que cada uno de los terminales electrónicos es un ojo que nos
informa de la realidad y a través del cual vemos y somos vistos.
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