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Carlos A. Yampufé Requejo cayare2@gmail.com 981770982
PRINCIPALES PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
Los padres se preocupan mucho cuando su hijo tiene problemas de aprendizaje
en la escuela. Hay muchas razones para el fracaso escolar, pero entre las más
comunes se encuentra específicamente la de los problemas del aprendizaje. Los
niños con problemas de aprendizaje suelen tener un nivel normal de inteligencia.
Ellos tratan arduamente de seguir las instrucciones, de concentrarse y de portarse
bien en la escuela y en la casa. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, él/ella tiene
mucha dificultad dominando las tareas de la escuela y se atrasa. Los problemas
del aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños de edad escolar.
Existe la creencia de que los problemas del aprendizaje son causados por alguna
dificultad con el sistema nervioso que afecta la recepción, el procesamiento o la
comunicación de la información. También puede ser común en familias. Algunos
niños con problemas del aprendizaje son también hiperactivos, no se pueden
estar quietos, se distraen con facilidad y tienen una capacidad para prestar
atención muy corta.
Los siquiatras de niños y adolescentes indican que los problemas del aprendizaje
se pueden tratar. Si no se detectan y se les da tratamiento a tiempo, sus efectos
pueden ir aumentando y agravándose como una bola de nieve al rodar. Por
ejemplo, un niño que no aprende a sumar en la escuela primaria no podrá
entender el álgebra en la escuela secundaria. El niño, al esforzarse tanto por
aprender, se frustra más y más y desarrolla problemas emocionales, tales como
una baja autoestima ante tantos fracasos. Algunos niños con problemas de
aprendizaje se portan mal en la escuela porque prefieren que los crean "malos" a
que los crean "estúpidos".
Los padres deben estar conscientes de las señales más frecuentes que indican la
presencia de un problema de aprendizaje, cuando el niño:
Tiene dificultad entendiendo y siguiendo instrucciones.
Tiene dificultad recordando lo que alguien le acaba de decir.
No domina las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o
matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.
Tiene dificultad distinguiendo entre la derecha y la izquierda, tiene dificultad
identificando las palabras o una tendencia a escribir las letras, palabras o
números al revés como por ejemplo: al confundir el número 25 con el
número 52
Le falta coordinación al caminar, hacer deportes o llevar a cabo actividades
sencillas, tales como aguantar un lápiz o amarrarse el pasador del zapato.
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Fácilmente se le pierden o extravían sus cuadernos, libros de la escuela y
otros artículos.
No puede entender el concepto de tiempo, se confunde con "ayer", "hoy" y
"mañana".
Tales problemas merecen una evaluación comprensiva por un experto que pueda
enjuiciar todos los diferentes factores que afectan al niño. Un siquiatra de niños y
adolescentes puede ayudar a coordinar la evaluación y trabajar con profesionales
de la escuela y otros para llevar a cabo la evaluación y las pruebas escolásticas y
así clarificar si existe un problema de aprendizaje. Ello incluye el hablar con el
niño y la familia, evaluar su situación, revisar las pruebas educativas y consultar
con la escuela. El siquiatra de niños y adolescentes entonces hará sus
recomendaciones sobre dónde colocar al niño en la escuela, la necesidad de
ayudas especiales, tales como terapia de educación especial o la terapia del habla
y los pasos que deben seguir los padres para asistir al niño para que pueda lograr
el máximo de su potencial de aprendizaje. Algunas veces se recomienda
sicoterapia individual o de familia. Los medicamentos pueden ser recetados para
la hiperactividad o para la distracción. Es importante reforzar la confianza del
niño en sí mismo, tan vital para un desarrollo saludable, y también ayudar a
padres y a otros miembros de la familia a que entiendan mejor y puedan hacer
frente a las realidades de vivir con un niño con problemas de aprendizaje.
Entre los principales problemas de aprendizaje, tenemos: Dislexia, Dislalia,
Disgrafía y Discalculia.
DISLEXIA
Etimológicamente la palabra dislexia quiere decir
aproximadamente dificultades de lenguaje. En la
acepción actual se refiere a problemas de lecto-
escritura, trastorno en la adquisición de la lectura.
Una primera definición sencilla de la dislexia es la
que nos dice que es el problema para aprender a
leer que presentan niños cuyo coeficiente intelectual
es normal y no aparecen otros problemas físicos o
psicológicos que puedan explicar las dichas dificultades.
Según algunas estadísticas la dislexia afecta en mayor o menor grado a un 10% o
un 15% de la población escolar y adulta. Afecta en igual medida a niños y niñas.
Hay consenso en que entre un 4 y un 5% de los niños presentan problemas
graves de aprendizaje de la lectura, con la consecuente dificultad escritora.
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Dada la generalización de la enseñanza a toda la población de forma obligatoria
y el uso prioritario de la lectura y la escritura como mediadores de la enseñanza,
la cantidad de niños que tienen dificultades escolares por esta causa es un factor
relevante a tener en cuenta por el enseñante. Según las estadísticas citadas arriba
se puede esperar que en cada aula de 25 alumnos haya al menos un niño con
esta dificultad para el aprendizaje.
Una buena definición la da M.Thomson "es una grave dificultad con la forma
escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural
y emocional. Se caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el ámbito
de la lectura, la escritura y el deletreo, están muy por debajo del nivel esperado
en función de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema de índole
cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la
modalidad escrita, particularmente el paso de la modalidad escrita,
particularmente el paso de la codificación visual a la verbal, la memoria a corto
plazo, la percepción de orden y la secuenciación.”
Existe cierta confusión en el uso de "apellidos" aplicados a la dislexia. Tales los
calificativos de "madurativa", "evolutiva;" "adquirida".
En la práctica se habla de dislexia evolutiva cuando aparecen dificultades y
síntomas parecidos o iguales a los disléxicos en niños que inician su aprendizaje,
pero rápidamente estos síntomas desaparecen por sí solos durante el aprendizaje.
Los síntomas son inversiones en la escritura y / o en la lectura, adiciones,
omisiones, escritura en espejo, vacilaciones, repeticiones, etc.
Sin embargo en un texto sobre dislexia, da el calificativo de dislexia madurativa a
las dificultades de aprendizaje de la lecto-escritura que se dan en niños con
deficiencias intelectuales. Los niños con retraso presentan síntomas similares y a
veces el tipo de material y programas son similares, pero la diferencia de
capacidad intelectual es fundamental para el enfoque.
Siendo la dislexia en principio un problema de aprendizaje, acaba por crear una
personalidad característica que en el aula se hace notar o bien por la inhibición y
el retraimiento o bien por la aparición de conductas disruptivas, hablar, pelearse,
no trabajar, etc. Como formas de obtener el reconocimiento que no puede
alcanzar por sus resultados escolares.
La dislexia va unida en ocasiones a otros problemas de aprendizaje escolar, tales
como la disgrafía (dificultades en el trazado correcto de las letras, en el
paralelismo de las líneas, en el tamaño de las letras, en la presión de la
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escritura...) y en fases posteriores aparece la disortografía (dificultades para el uso
correcto de las reglas de ortografía, desde las que se llaman de ortografía natural
a las de nivel más complejo.)
En ocasiones la dislexia va unida a dificultades de pronunciación, con mayor
incidencia en la dificultad de pronunciación de palabras nuevas, largas o que
contengan combinaciones de letras del tipo de las que le producen dificultades
en la lectura.
En el aula la dislexia se puede detectar inicialmente por el retraso en el
aprendizaje de la lecto-escritura, las peculiaridades que se dan cuando consigue
iniciar el aprendizaje, la lentitud, la tendencia al deletreo, la escasa comprensión
lectora debida a la falta de ritmo, la ausencia de puntuación. A medida que los
cursos pasan, los problemas se agudizan, ya que el estudio, y el trabajo escolar
en general se basa en las habilidades que el niño no tiene y se retrasa
progresivamente. Así, la dificultad lectora, la escasez de comprensión, llevan a
malos resultados escolares, mal autoconcepto, actitudes de desgana y conductas
en ocasiones, disruptivas, perturbadoras del buen funcionamiento del clima del
aula.
Ocurre con gran frecuencia que al niño se le tacha de vago, distraído y se
atribuye a estas características su mal funcionamiento escolar, presionándole para
que trabaje, atienda, y de alguna manera menospreciándolo por su incapacidad
para aprender.
Hay que tener en cuenta que la realidad es justo al revés, ya que las
características de distraibilidad es consustancial al síndrome disléxico y si bien es
una dificultad para el aprendizaje, no es algo que el niño pueda controlar
voluntariamente y cuya mejora debe entrar dentro del esquema de tratamiento
del problema.
La dislexia se presenta en muchos grados, desde pequeños problemas superables
en breve plazo, hasta una dificultad que se arrastra de por vida y que se
aproxima como en un continuo hacia la disfasia, que es un problema más grave
y profundo de todas las áreas de lenguaje. De cualquier modo, con la iniciación
del tratamiento con suficiente precocidad se suelen derivar resultados positivos y
una clara mejora en el rendimiento escolar. La mayor o menor efectividad va a
depender de factores tales como la profundidad del trastorno, el nivel de
motivación, inicial o que se le consiga inculcar, grado de implicación de la familia
y el profesorado, adecuado diagnóstico y tratamiento, duración y seguimiento
del trabajo.
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He de insistir en la importancia de la detección precoz de estos problemas, antes
de que generen los problemas de personalidad a que hemos aludido. En vez de
ignorar las dificultades, atribuirlas a desidia, distraibilidad, o inmadurez,
recomiendo la derivación hacia el psicopedagogo/a escolar con el fin de
descartar problemas de deficiencia intelectual u otros y orientar el diagnóstico
hacia la inmadurez o la dislexia. Recomiendo no perder de vista la presencia de
una dislexia en todos aquellos niños calificados de inmaduros.
Profundizando en la detección de los niños con problemas de dislexia, de
acuerdo con los criterios de la Asociación Británica de Dislexia y con otras
fuentes, los signos que pueden tener (algunos d ellos, no necesariamente todos)
los niños según la edad serían los siguientes:
Niños de Preescolar (Educación Infantil)
Historia Familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos, otros familiares)
Retraso en aprender a hablar con claridad
Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por su fonética
Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por ejemplo los
colores
Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial
Alternancia de días "buenos" y "malos " en el trabajo escolar, sin razón
aparente.
Aptitud para la construcción y los objetos y juguetes "técnicos" (mayor
habilidad manual que lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de
inteligencia.), juegos de bloques, lego,
Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar
Dificultades con la palabras rimadas
Dificultades con las secuencias
Niños hasta 9 años
Particular dificultad para aprender a leer y escribir
Persistente tendencia a escribir los números en espejo o en dirección o
orientación inadecuada.
Dificultad para distinguir la izquierda de la derecha.
Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en general para
retener secuencias, como por ejemplo los días de la semana, los dedos de la
mano, los meses del año.
Falta de atención y de concentración.
Frustración, posible inicio de problemas de conducta.
Niños entre 9 y 12 años
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Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora.
Forma extraña de escribir, por ejemplo, con omisiones de letras o alteraciones
del orden de las mismas.
Desorganización en casa y en la escuela.
Dificultad para copiar cuidadosamente en la pizarra y en el cuaderno.
Dificultad para seguir instrucciones orales.
Aumento de la falta de autoconfianza y aumento de la frustración.
Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención , inmadurez.
Niños de 12 años en adelante
Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones
incomprensible.
Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de las
omisiones, alteraciones y adiciones de la etapa anterior.
Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en
general.
Tendencia a confundir las instrucciones verbales y los números de teléfono.
Gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
Baja auto-estima
Dificultad en la percepción del lenguaje, por ejemplo en seguir instrucciones .
Baja comprensión lectora.
Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces,
depresión.
Aversión a la lectura y la escritura.
La observación de que todos los trastornos que desencadenan la dislexia no se
dan siempre en su totalidad, y de que sus manifestaciones no se dan siempre en
su totalidad, lleva a algunos autores a pensar que existen dos matices distintos de
la dislexia:
o Dislexia con alteraciones fundamentalmente viso-espaciales y motrices, cuyas
características serían: escritura en espejo, confusiones e inversiones al escribir,
torpeza motriz, disgrafías.
o Dislexia con alteraciones fundamentalmente verbales y de ritmo, que se
caracterizaría por trastornos del lenguaje: dislalias, inversiones, pobreza de
expresión, poca fluidez verbal, comprensión baja de las reglas sintácticas,
dificultad para redactar y para relatar oralmente.
Se cita a Ajuriaguerra como autor clásico que haría corresponder estas dos clases
de dislexias a alteraciones funcionales o lesiones de uno u otro hemisferio
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cerebral: las lesiones derechas se relacionarían con trastornos gnoso-práxicos,
viso-espaciales, apraxias constructivas, perturbaciones somato-gnósicas, que se
corresponderían con lo observado en el primer tipo de dislexia, mientras que las
lesiones izquierdas están más relacionadas con los trastornos de las funciones
simbólicas (trastornos del lenguaje, alexia, agnosia para los colores, etc..)
Así, es característico que destaquen estos niños por la falta de atención. Debido
al esfuerzo intelectual que tiene que realizar para superar sus dificultades
perceptivas específicas, suelen presentar un alto grado de fatigabilidad, lo cual
produce una atención inestable y poco continuada. Por esta causa, los
aprendizajes de lectura y escritura les resultan áridos, sin interés, no encontrando
en ellos ninguna motivación que atraiga su atención. Este problema se agudiza
con el tiempo si el aprendizaje de la lecto-escritura se retrasa, pues el trabajo
escolar exige cada vez más de estas habilidades y el niños se distancia cada vez
más de lo que ocurre en el aula. En ocasiones compensa un tanto su dificultad, si
se le consigue motivar, mediante la atención auditiva a lo que se dice en el aula,
en niños con alta capacidad intelectual, para que aprenda por esta vía. Pero en
general se produce:
Desinterés por el estudio, en especial cuando se da un medio familiar y/o escolar
poco estimulantes. Sus calificaciones escolares son bajas y con frecuencia son
marginados del grupo y llegan a ser considerados (y a considerarse a sí mismos)
como niños con retraso intelectual.
La posición de la familia y con harta frecuencia, de los profesores es creer que el
niño tiene un retraso evolutivo (o intelectual en casos extremos) o bien, lo más
frecuente, que es un vago, lo que se le reprocha continuamente, con
consecuencias funestas para la personalidad del niño, que se rebela frente a la
calificación con conductas disruptivas para llamar la atención o se hunde en una
inhibición y pesimismo cercanos a la depresión. Se producen a veces también
mecanismos compensatorios como se describen a continuación:
Inadaptación personal. Es frecuente encontrar en los niños disléxicos una serie de
rasgos que denotan cierto desajuste emocional, que en estudios realizados y en
mi práctica aparecen tres rasgos característicos: sentimiento de inseguridad,
compensado por una cierta vanidad y falsa seguridad en sí mismos y en
ocasiones terquedad para entrar en el trabajo y la motivación que requieren los
tratamientos. En general la franqueza, la explicación de su problema, la
incidencia en que su capacidad intelectual es normal o superior, ayudan a crear
un clima que favorece la intervención del terapeuta. La dificultad estriba en
generalizar esa actitud positiva al resto del entorno de los niños: familia y
escuela.
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Precisamente donde la dislexia se manifiesta de una forma concreta, donde se
suelen empezar a detectar los síntomas y los problemas, es en la escuela ,
precisamente en las materias que inician fundamentalmente el aprendizaje, la
lectura y la escritura, y en ocasiones también afecta el problema a los
aprendizajes del cálculo apareciendo una discalculia, si bien en mi práctica esto es
menos frecuente, en especial en los comienzos, con la suma y la resta y los
primeros números, pero aparece con más frecuencia el problema al iniciarse la
resta llevando, tener que memorizar las tablas de multiplicar y aprender la
escritura numérica y con letras de grandes números.
En esta primera etapa aparecen muchos niños que presentan síntomas que a
veces se consideran característicos de los disléxicos, tales como incipiente
escritura en espejo, inversiones... La dificultad en este nivel es la de distinguir a
niños que comenten errores normales en una primera etapa de aprendizaje, de
los verdaderos disléxicos cuyos problemas son más profundos y permanentes.
Según va creciendo, el niño va presentando unos problemas, que dentro de la
amplia variación individual para estructurarlos, predominar unos sobre otros,
etc. caracterizan aproximadamente a ciertos niveles de edad.
En algunos estudios se agrupan los niños con este problema en tres niveles de
edad o más bien de etapas de evolución. En general el niño disléxico al superar
las dificultades de un nivel, se encuentra con las dificultades propias del siguiente
nivel. Sin embargo, una reeducación adecuada hace en general que las
dificultades se atenúen, se enfrenten con mayor facilidad o pueden no aparecer,
en función de la dificultad intrínseca del niño, nivel de motivación, éxito de la
reeducación....
Niños en edades comprendidas entre los 4 y los 6 años
Este período coincide con la etapa preescolar, actualmente es el segundo ciclo de
la educación infantil. Los niños se inician en la adquisición de la lectura y la
escritura, mediante ejercicios preparatorios, pero todavía no se puede hablar de
lectura y escritura como tales salvo al final del período. En este nivel se puede
hablar de predislexia, posible predisposición a que aparezca el trastorno o
indicios que hacen temer que se vaya a producir el problema. Las alteraciones
tienden a aparecer más en la esfera del lenguaje:
Dislalias
Omisiones de fonemas, principalmente en las sílabas compuestas e inversas.
Ocurre a veces también la omisión del último fonema. Así el niño dice "bazo"
por "brazo", cuando no hay rotacismo o dislalia de la "r". O dice "e perro"
omitiendo la "l" en vez de decir "el perro".
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Confusiones de fonemas que a veces van acompañadas de lenguaje borroso.
Puede hablar claro si se le invita a hablar despacio, pero su lenguaje
espontáneo es confuso.
Inversiones, que pueden ser de fonemas dentro de una sílaba o de sílabas
dentro de una palabra. Por ejemplo: "pardo" por "prado" y "cacheta" por
"chaqueta".
En general, pobreza de vocabulario y de expresión, junto a comprensión
verbal baja.
Además de las alteraciones de lenguaje, se observa también frecuentemente:
Retraso en la estructuración y reconocimiento del esquema corporal
Dificultad para los ejercicios sensorioperceptivos: distinción de colores,
formas, tamaños, posiciones.
Torpeza motriz, con poca habilidad para los ejercicios manuales y de grafía.
Si se observa con detenimiento, se suele dar falta de independencia
segmentaria, dificultad de mover independientemente las distintas
articulaciones.
Movimientos gráficos de base invertidos. Nuestra grafía requiere el giro en
sentido contrario a las agujas del reloj , pero hay niños que los hacen en el
mismo sentido de las agujas.
Al final del período, si consigue aprender letras y números, memorizarlos y
distinguirlos, parece la escritura en espejo de letras y números, las
inversiones, las confusiones, la falta de alineación de la escritura el tamaño
inconstante de las grafías
Cuando se ha aprendido la técnica lectora se notan vacilaciones, omisiones,
adiciones, confusiones de letras con simetrías, dificultades de las descritas
arriba a nivel oral a la hora de escribir.
Niños de edades comprendidas entre los 6 y los 9 años
Este período abarca los años iniciales de la enseñanza primaria,
aproximadamente hasta el 4º de primaria. Es un período crucial de los niños con
este problema. En estos primeros cursos se presta especial atención a la
adquisición de las denominadas técnicas instrumentales (lectura, escritura,
cálculo) que deben ser manejadas con cierto dominio y agilidad al final, como
instrumentos de base de futuros aprendizajes. En estos niveles de edad es cuando
con más frecuencia se detecta el problema y se solicita la ayuda del especialista.
Siempre que o bien padres o profesores o alguien del entorno o el psicólogo
escolar encauce adecuadamente el problema y no lo atribuyan a inmadurez,
pereza, falta de voluntad, deficiencia mental o cualquier otra atribución
alternativa para "explicar" el problema.
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En el lenguaje, las dislalias y omisiones del período anterior se suelen haber
superado o están en fase de superación, más fácilmente si se han abordado a
tiempo y no responden a una dislalia verdadera, a veces de más difícil
superación inicial o espontánea. Sin embargo las inversiones y confusiones de
fonemas aumentan. Se observa expresión verbal pobre y dificultad de aprender
palabras nuevas, en especial los polisílabos, las palabras nuevas o las
fonéticamente complicadas. En general el rendimiento en las áreas lingüísticas es
bajo. Pese a ello, si se le explican las cosas verbalmente es más capaz de aprender
que si se le exige que adquiera los conocimientos mediante la lectura o la
escritura repetida.
Michel Lobrot considera que una de las dificultades de los disléxicos está en la
función de repetición. El exceso de actividades repetitivas en el aula los aburre
particularmente, más cuando el avance del conocimiento no se produce por estas
vías y no se realiza el refuerzo adecuado.
En la lectura, Las confusiones se producen sobre todo en las letras que tienen
cierta similitud morfológica o fonética. Por ejemplo a y o en las vocales
manuscritas, a y e en las vocales impresas, u abierta y o a nivel fonético. A nivel
fonético se produce también la confusión entre p,b y m y en ocasiones confusión
también con la n.
Existe también con frecuencia la confusión entre letras que gráficamente se
diferencian por su simetría o pequeños detalle, en especial en letra de imprenta.
Así: d/b; p/q; b/g; u/n; g/p; d/p. A esta confusión la llaman algunos autores,
confusión estática
Se producen de otro lado omisiones de letras, adiciones, principalmente a final
de palabra y en sílabas compuestas. Por ejemplo carte por cartel, pelo por pelos
ten por tren.
En las sílabas se producen sobre todo inversiones, reiteraciones y omisiones. Las
inversiones pueden ser por cambio de orden de las letras dentro de una sílaba
directa: lapa por pala, o en una sílaba inversa, como por ejemplo rapa por arpa.
Pero es más frecuente la inversión de letras que forman parte de una sílaba
compuesta, trabada o sinfón, que de las tres maneras se denomina. Así, por
ejemplo, pader por padre o barzo por brazo.
En otras ocasiones se cambia el orden de las sílabas dentro de la palabra, en
especial cuando son sílabas compuestas, así por ejemplo, drala por ladra. Esto es
lo que recibe el nombre de inversiones dinámicas.
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Se producen también reiteraciones de sílabas: cocicina por cocina.
Otro de los errores frecuentes es la omisión de sílabas, si bien se produce en
menor grado que las omisiones de letras y afecta sobre todo a palabras largas
con sílabas compuestas, que se "apocopan" por parte del niño con dificultades de
lectura.
En las palabras se producen: omisiones, reiteraciones y sustituciones de una sílaba
por otra que empieza por la misma sílaba o tiene un sonido parecido, por
ejemplo, lagarto por letargo. A veces la palabra sólo tienen común la primera
letra. Lo que ocurre es que el disléxico no tiene la capacidad de "prever" lo que
viene a continuación, capacidad que los buenos lectores sí tienen y que tiene que
ver con los movimientos sacádicos de los ojos al leer.
En aspectos generales dentro de la lectura, además de los problemas concretos
citados se observan unas características bastante típicas que deben guiar
enseguida las sospechas hacia una posible dislexia:
Falta de ritmo en la lectura
Lentitud en ocasiones exasperante. Muchas veces, como precaución, leen en
voz baja antes de leer en voz alta para asegurarse la corrección, lo que no
suelen conseguir y añade lentitud a la lectura.
Falta de sincronía de la respiración con la lectura, que tiene que ver con:
Los signos de puntuación no se usan para las pautas que están previstos, con
lo que se amontonan las frases o se cortan sin sentido.
Hay una dificultad en seguir la lectura, que se manifiesta en saltos de línea al
acabar cada línea, pérdidas de la continuidad de la lectura en cuanto levanta
la vista del texto. Esto hace que en muchas ocasiones vuelva a comenzar a
leer la misma línea.
Cuando se consigue la lectura correcta es mecánica, no se produce apenas
comprensión de lo leído.
Un ejemplo ilustrativo es el siguiente:
"Ya llególa primavera.
Por eso los sapos, desoiden desu letrago invierno y sale al sol que dejando estoy
no se para menos, hacerme eso que no pruebo bocao."
Si lo comparamos con el texto que reproducimos a continuación se verá que hay
omisiones, falta de puntuación, uniones y separaciones inadecuadas, omisiones
de porciones enteras de la lectura. Cuando se le pregunta al niño por el tema de
la lectura, dice: "Algo de un sapo"
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El texto completo era:
Ya llegó la primavera.
Por eso, don Sapo, despierta de su letargo invernal y sale al sol. "¡Qué delgado
estoy! Pero ¡no es para menos! ¡Hace meses que no pruebo un bocado!
En la escritura. En ocasiones se producen inversiones de letras en espejo. En
algunos casos, se llega a producir una escritura total en espejo.
La alteración de la dirección de los óvalos tiende a dar una escritura vacilante e
irregular, a veces las letras están hechas de trazos sueltos y en ocasiones, pese a
una letra de apariencia correcta se observa lentitud y algunos fallos debido a la
inversión de los giros, que el niño ha sobrecompensado con dobles giros,
trazados peculiares, etc.
Presenta en muchas ocasiones confusiones de letras que se parecen por la
grafía o por el sonido.
Se suelen presentar omisiones similares a las que se dan en su lectura, de
letras, sílabas o palabras.
Mezcla de letras mayúsculas con minúsculas
Inversiones de letras, sílabas o palabras, pero lo más frecuente son las
inversiones en las sílabas compuestas o inversas.
Se producen agrupaciones y separaciones incorrectas, partiendo palabras o
uniendo varias palabras en una sola:
" y enlaplaya viaunas olas muigrandes y mecudrian"
Mala elaboración de las frases y escritura confusa por las alteraciones de tamaño
descritas y la unión en ocasiones de varios de los problemas a los que se han
aludido en los párrafos anteriores.
En general en la escritura encontramos además una serie de características:
Torpeza y coordinación manual baja.
Postura inadecuada, tanto del niño como de la hoja de papel.
Tonicidad muscular inadecuada, que puede ser por falta de presión o por
exceso de la misma.
Las alteraciones gráficas afectan también obviamente a los números, sin que
se pueda hablar de una discalculia. Se da también la escritura en espejo de los
números aislados, en especial algunos de ellos con más frecuencia (5,7,3,9/6 )
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Se dan inversiones de cifras en números de dos cifras, 24/42. Con números de
tres o más cifras se hace más frecuente. Encuentran gran dificultad en
diferenciar 104 de 140
Tienden a confundir números de sonido semejante (60/70), en mayor
medida que la población normal.
Trastornos de carácter espacio-temporal son: Dificultades de seriación, como
hemos apuntado más arriba. Se manifiestan por ejemplo en los pasos de una
decena a otra y en las seriaciones en sentido inverso, descendente.
Hay casos extremos con gran retraso en el aprendizaje de la serie de los 100
primeros números.
Las dificultades gráficas y de orientación espacial se unen para dar un aspecto
desordenado a las operaciones, dificulta una correcta alineación de las cifras en
las operaciones, tienden en ocasiones a empezar las operaciones por la izquierda.
Niños mayores de 9 años
La variabilidad que el trastorno presenta en las características individuales que
acompañan al problema fundamental de dificultad lecto-escritora, se hace mayor
a medida que el niño crece, ya que la manera de interactuar los distintos
elementos personales y del entorno aumenta en amplitud y complejidad.
Hay algunos factores que influyen en el estado del problema en esta edad:
El nivel mental. Los niños con una capacidad intelectual alta, encuentran a veces
la forma de superar los problemas, en especial si han recibido atención
especializada, y/o apoyo familiar, a veces en forma de repaso insistente a nivel
oral cuando se dan cuenta intuitivamente que pueden compensar su dificultad de
comprensión lectora de ese modo.
La gravedad de la dislexia. Las alteraciones profundas son más difíciles de superar
que las leves. Según algunos autores la dislexia forma un continuo con la disfasia,
un trastorno del área del lenguaje más profundo y con un mayor correlato con
disfunciones cerebrales. Hay disléxicos que mantienen su dificultad de adultos
pese al tratamiento.
El diagnóstico precoz y la reeducación adecuada, aumenta las posibilidades de
que el trastorno se supere.
La eficaz colaboración de la familia y el profesorado en el tratamiento, teniendo
en cuenta la motivación y el aumento de la autoestima como factores de vital
importancia en el mantenimiento y éxito del tratamiento.
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Los trastornos típicos de esta edad y que a veces permanecen son:
Dificultades para elaborar y estructurar correctamente las frases, para estructuras
relatos y por lo tanto para exponer conocimientos de una forma autónoma.
Dificultad para expresarse con términos precisos. Dificultad en el uso adecuado
de los tiempos del verbo. En general continua la pobreza de expresión oral. La
comprensión verbal continúa en desnivel con la capacidad intelectual.
En la lectura es frecuente que se queden en un nivel de lectura vacilante-
mecánica, con lo que no encuentran gusto alguno en la lectura y no se motivan
en los aprendizajes escolares ni en la lectura como distracción o complemento. El
esfuerzo del niño, cuando lo hace, se pierde en gran parte en descifrar las
palabras, se cansa, y tiene gran dificultad para abstraer el significado de lo que
lee.
En ocasiones se detecta que la lectura silenciosa, para sí, le resulta más eficaz que
la lectura en voz alta, donde las dificultades se manifiestan de forma más
patente.
Permanece la dificultad en las seriaciones. Esto se manifiesta en la dificultad de
uso del diccionario. Les cuesta aprender la ordenación alfabética de las letras.
Además les cuesta recordar la ordenación de las letras dentro de la palabra, lo
que unido a las dificultades ortográficas que suelen tener, da como resultado esa
gran dificultad en el uso del diccionario.
En la escritura, siguen presentando cierta torpeza en el aspecto motriz. Es
frecuente el agarrotamiento y el cansancio motriz, dado el sobreesfuerzo que le
requiere la escritura a nivel gráfico, comprensivo, ortográfico y de ordenación en
el papel. Se llega a dar una especie de fobia hacia la escritura, que dificulta el
tratamiento y que hay que superar en las fases iniciales del mismo. En la lectura
se da también esa posición de rechazo sistemático cuasi-fóbico de la esa actividad
tan negativamente cargada.
La ortografía, como hemos referido arriba, es una gran dificultad para estos niños
y se puede hablar en muchas ocasiones de disortografía. Muchos niños acaban
leyendo aceptablemente, pero la ortografía es deficiente, debido a una
percepción y memorización visual deficientes, de la "gestalt " de las palabras. Les
cuesta recordarlas como un todo.
Al redactar de forma espontánea pone de manifiesto su mala ortografía en
mayor medida que en otros usos de la escritura. A ello se une la dificultad para
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ordenar las frases, para puntuar con corrección y expresarse con los términos
precisos. Es una versión aumentada de su dificultad de expresión oral.
En otras materias además de la lectura, la escritura y el cálculo, se observan
dificultades que tienen que ver con las características descritas, como la
desorientación espacio-temporal. Así, en historia les cuesta captar la sucesión
temporal y la duración de los períodos. En geografía tienen gran dificultad para
localizar y en especial para establecer las coordenadas geográficas y los puntos
cardinales. En geometría se producen grandes dificultades por su relación directa
con la estructuración espacial.
Como hemos comentado en otros lugares, pese a la reeducación en algunos
casos la dislexia de forma atenuada hasta la edad adulta: les cuesta automatizar
las nociones espaciales y temporales, su lectura no llega alcanzar nunca una gran
rapidez y su expresión oral no suele ser muy fluida. Esto no impide el desarrollo
profesional, incluso a nivel universitario.
CAUSAS
La discusión sobre el origen de este trastorno no se ha cerrado hasta la fecha.
Aportaremos diversas teorías y estudioso que avalan distintas tesis. Adelantaré
que mi punto de vista es que es una dificultad funcional de alguna parte o partes
del cerebro que interviene en el proceso de aprendizaje y ejecución de la lecto-
escritura, que va generalmente acompañada de disfunciones colaterales
(orientación espacial y temporal, lateralidad, psicomotricidad gruesa y fina ,
esquema corporal) , que hay un componente hereditario en una gran cantidad
de casos, que se distribuye en un continuo con variación de niveles de gravedad
y de manifestaciones y cuya gravedad final depende de la situación personal de
partida y la interactuación con el entorno familiar, escolar y psicopedagógico.
Las hipótesis explicativas se agrupan principalmente en dos grandes áreas o tipos
de problemas: de tipo neurológico y de tipo cognitivo. El nivel neurológico de
explicación se refiere a la manera en que el cerebro procesa la información y
cómo se diferencian los disléxicos en este campo. La organización
neuropsicológica es la base en la que se asienta el funcionamiento cognitivo, que
es el aspecto al que se le presta más atención por ser directamente observable en
pruebas de lectura y en trabajos de observación en laboratorios.
Otro modo de clasificar las explicaciones de la alteración disléxica es
entendiéndola como una deficiencia neurológica, una alteración de la memoria a
corto plazo o de codificación o como un problema lingüístico de algún tipo. L a
dificultad y la posible clave para llegar a alguna conclusión sobre la etiología de
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la dislexia sería ver cómo interaccionan estas áreas débiles o lábiles con el
problema de lecto-escritura, que es lo que aparece al exterior.
La dislexia, como otras alteraciones de etiología no clara, puede ser el producto
final de diversas alteraciones que afectan, al funcionamiento correcto del
complejo sistema que hace posible en el hombre el aprendizaje de la lecto-
escritura. Así, distintas dificultades y problemas, de orígenes distintos, afectarían
tramos de los circuitos cerebrales implicados en estos aprendizajes de distintas
maneras.
En general se admite que el hemisferio cerebral izquierdo tiene una implicación
directa en el aprendizaje de estas habilidades. Así una inmadurez de desarrollo
produciría estos problemas. Esto avalaría las tesis de la dislexia como inmadurez,
pero los estudios con el WISC diferencian retrasos mauritanos y déficits en
determinadas áreas, que pueden aparecer como inmadurez debido a un buen
entrenamiento paliativo.
La existencia de dislexia adquirida en adultos que sabían leer y que han sufrido
determinadas lesiones neurológicas ha disparado estudios y paralelismo, pero los
autores no se ponen de acuerdo.
DIAGNÓSTICO
Para los profesionales de la enseñanza es importante detectar los problemas de
dislexia si quieren contribuir a su solución y no aumentar los problemas que estos
niños tienen en esta área de aprendizaje tan crucial en nuestro sistema de
enseñanza.
Con las listas y descripciones que se presentan anteriormente en este trabajo, se
puede empezar a sospechar la existencia de una dislexia en un alumno. Vuelvo a
insistir en que lo fundamental es la dificultad para aprender a leer y escribir
correctamente en ausencia de problemas intelectuales o de otro tipo que den
una explicación alternativa al problema presentado.
Así, hay que descartar:
- defectos de visión
- defectos de la audición
- Un C.I. por debajo de lo normal
- La existencia de una perturbación emocional primaria
- Que el problema sea debido a mera falta de instrucción.
- Que haya problemas de salud graves que mediaticen el aprendizaje
- Que no se den lesiones cerebrales diagnosticables y que puedan afectar al área
del lenguaje.
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- Que pueda darse el diagnóstico de algún retraso grave de desarrollo.
Algo que puede guiar en el diagnóstico, además de las dificultades de lecto-
escritura, es la existencia de dificultades similares en la familia. Las dificultades
fonológicas (de correcta repetición de determinadas palabras ) y las dificultades
de pronunciación, si no hay una dislalia clara, pueden orientar hacia la dislexia.
La lateralidad cruzada o no definida, suele ir ligada a la dislexia.
El WISC (Escala de inteligencia de Wechsler para niños) es el test de inteligencia
más utilizado, por la amplia información que proporcionan sus subtests y la
posibilidad de establecer un perfil, que si bien se discute su utilidad, al menos
permite conocer detalles del funcionamiento y las posibles lagunas de dicho
funcionamiento cognitivo..
Este es el aspecto fundamental, junto con una prueba de lecto-escritura, que
puede ser el castellano el T.A.L.E., (Test de Análisis de Lectura y Escritura), que
permite una análisis detallado por niveles de edad y escolarización de los
problemas que aparecen en todas las áreas y modos de la lecto-escritura: letras,
sílabas, lecturas, comprensión lectora, dictado, copiado...
Si se considera necesario por la mayor incidencia de problemas de lenguaje, se
puede utilizar el ITPA (El test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas)
El aspecto psicomotriz se puede ver mediante las pruebas de Mira-Stambak y el
área de integración mediante el test Gestáltico-Visomotor de Lauretta Bender.
Un buen indicador inicial y que se puede inicialmente en el aula,
proporcionando información al evaluador posterior, es el test de la figura
humana de Goodenough.
Una alternativa para medir la inteligencia con escaso componente verbal, son la
matrices progresivas de Raven.
La percepción visual en niños pequeños se puede evaluar con el test de Frostig,
que tiene un programa para recuperar las deficiencias encontradas.
La lateralidad se puede evaluar con diversas pruebas, como la LATERALIDAD
Usual de Marguerite Auzias
En un aula se puede detectar una posible dislexia haciendo leer a un niño en voz
alta y pidiéndole que nos cuente algún acontecimiento previamente narrado por
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él o lo que ha leído, cuando se ha comprobado o que lo ha comprendido y lo
ha expresado correctamente a nivel oral.
En la lectura se pueden encontrar errores desde el desconocimiento de más o
menos letras, hasta las adiciones, omisiones, repeticiones, inversiones, cambios de
línea, lectura con falta de ritmo, ausencia de puntuación, acentuación y
entonación, dificultades en sílabas compuestas, inversas, palabras largas o nuevas,
o con acumulación de dificultades de pronunciación, dificultades con la g y la j,
con la c y la z, confusiones en letras simétricas :d/b, p/q, d/p, letras de
pronunciación similar : m/n, m/p, b/p, b/m... Cuando son mayores, típicamente
inician la lectura de una palabra larga y acaban con otra que aparentemente se
inventan. Esto es debido a que por falta de agilidad y práctica no hacen la
adecuada previsión de lo que viene a continuación, como hacen los buenos
lectores. Por eso en la reeducación hay que acompañarlos al leer y corregir con
suavidad sus errores para que puedan hacer un aprendizaje correcto y
reestructuras sus hábitos y automatismos lectores.
Como se ve la cantidad de errores posibles y las posibilidades de combinación
abundancia, influencia en las dificultades, es variada, y habrá de ser tenida en
cuenta a la hora de programar la reeducación.
En la escritura, cuando se le pide que escriba de una manera espontánea,
generalmente se producen estos fenómenos:
1.- Dificultad inicial para imaginar la historia o si la ha imaginado
adecuadamente, se siente incapaz de expresarla por escrito o reacio a hacerlo.
Consume mucho en tiempo antes de iniciar el trabajo. A veces es preciso
sugerirle los temas y el cómo expresarlos.
2.- El niño necesita un tiempo excesivo para escribir su relato. Puede tardar 15 o
20 minutos para escribir dos líneas, aunque esto es un caso extremo.
3.- La escritura en sí puede ser indicativa, por el tipo de letra, la mayor o menor
disgrafía , la forma a veces incorrecta de coger el lápiz, la forma de realizar los
óvalos de las letras. Se puede observar agarrotamiento a la hora de escribir. El
niño puede manifestar cansancio. L letra inicialmente correcta, se va
desestructurando, el niño pierde el control que a veces ejerce inicialmente a costa
de grandes esfuerzos. Por eso en ocasiones animo a que escriban prescindiendo
de la buena letra, pese alas tendencias uniformadoras de los profesores.
4.- Discrepancia entre lo escrito y el lenguaje oral del niño. (Por eso a veces
convendría evaluar a los niños disléxicos oralmente y no por escrito). A veces
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utilizan una sintaxis extraña, omite palabras en especial los nexos y las palabras
de función, dándose cuenta de ello en ocasiones al releer el texto. Igualmente el
uso de los signos de puntuación apenas responde a las normas sintácticas.
Cuando detectamos estos errores en un alumno, o algunos de ellos, debemos
sospechar una dislexia y derivar el niño para un diagnóstico en profundidad.
TRATAMIENTO
Cuando se habla del tratamiento de la dislexia generalmente se piensa en fichas
de lateralidad, orientación espacial, grafomotricidad, orientación temporal,
seriaciones, etc.
Sin embargo no está demostrado que todo esto sea necesariamente previo al
aprendizaje de la lectoescritura ni "conditio sine qua non" para poder avanzar y
recuperar las dificultades disléxicas. Lo que yo practico fundamentalmente y
recomienda Thomson es el "sobreaprendizaje". Volver a aprender la
lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño, trabajando
siempre con el principio rector del aprendizaje sin errores, propiciando los éxitos
desde el principio y a cada paso del trabajo de sobreaprendizaje. Se trata de
hacer el reaprendizaje correcto de las técnicas lecto-escritoras, haciéndolas
agradables y útiles para el niño, propiciando como digo el éxito, en lugar del
fracaso que está acostumbrado a cosechar.
Las colecciones de fichas me parecen útiles como trabajo de apoyo y
complementación de la tarea principal, para variar las tareas y que no sean
demasiado idénticas a las del aula, así como para trabajar determinados aspectos
en los que algún niño debe incidir especialmente.
En la situación del aula se pueden dar las siguientes sugerencias específicas:
1. Haga saber al niño que se interesa por él y que desea ayudarle. Él se siente
inseguro y preocupado por las reacciones del profesor.
2. Establezca criterios para su trabajo en términos concretos que él pueda
entender, sabiendo que realizar un trabajo sin errores puede quedar fuera de sus
posibilidades. Evalúe sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel
inicial, no con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los
trabajos en las áreas que necesita mejorar.
3. Dele atención individualizada siempre que sea posible. Hágale saber que
puede preguntar sobre lo que no comprenda.
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4. Asegúrese de que entiende las tareas, pues a menudo no las comprenderá.
Divide las lecciones en partes y comprueba, paso a paso, que las comprende ¡Un
disléxico no es tonto! Puede comprender muy bien las instrucciones verbales.
5. La información nueva, debe repetírsela más de una vez, debido a su problema
de distracción, memoria a corto plazo y a veces escasa capacidad de atención.
6. Puede requerir más práctica que un estudiante normal para dominar una
nueva técnica.
7. Necesitará ayuda para relacionar los conceptos nuevos con la experiencia
previa.
8. Dele tiempo: para organizar sus pensamientos, para terminar su trabajo. Si no
hay apremios de tiempo estará menos nervioso y en mejores condiciones para
mostrarle sus conocimientos. En especial para copiar de la pizarra y tomar
apuntes.
9. Alguien puede ayudarle leyéndole el material de estudio y en especial los
exámenes. Muchos disléxicos compensan los primeros años por el esfuerzo de
unos padres pacientes y comprensivos en leerles y repasarles las lecciones
oralmente.
Si lee para obtener información o para practicar, tiene que hacerlo en libros que
estén al nivel de su aptitud lectora en cada momento.
Tiene una dificultad tan real como un niño ciego, del que no se espera que
obtenga información de un texto escrito normal. Algunos niños pueden leer un
pasaje correctamente en voz alta, y aún así no comprender el significado del
texto.
10. Evitar la corrección sistemática de todos los errores en su escritura. Hacerle
notar aquellos sobre los que se está trabajando en cada momento.
11. Si es posible hacerle exámenes orales, evitando las dificultades que le suponen
su mala lectura, escritura y capacidad organizativa.
12. Tener en cuenta que le llevará más tiempo hacer las tareas para casa que a los
demás alumnos de la clase. Se cansa más que los demás. Procurarle un trabajo
más ligero y más breve. No aumentar su frustración y rechazo.
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13. Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de
señale aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay que
elogiarlos y alentarlos siempre que sea posible.
14. Es fundamental ser consciente de la necesidad que tiene de que se desarrolle
su autoestima. Hay que darles oportunidades de que hagan aportaciones a la
clase. Evite compararle con otros alumnos en términos negativos ( así es como a
veces se consigue que se conviertan en caracteriales). No hacer jamás chistes
sobre sus dificultades. No hacerle leer en voz alta en público contra su voluntad.
Es una buena medida el encontrar algo en que el niño sea especialmente bueno y
desarrollar su autoestima mediante el estímulo y el éxito.
15. Hay que considerar la posibilidad, como se ha dicho antes, de evaluarle con
respecto a sus propios esfuerzos y logros, en vez de avaluarle respecto de los
otros alumnos de la clase. (Es la misma filosofía de las adaptaciones curriculares).
El sentimiento de obtener éxito lleva al éxito. El fracaso conduce al fracaso
(profecía que se auto-cumple)
16. Permitirle aprender de la manera que le sea posible, con los instrumentos
alternativos a la lectura y escritura que estén a nuestro alcance: calculadoras,
magnetófonos, tablas de datos...
Todo profesional de la enseñanza debería saber algo sobre dislexia y tener en
cuenta estas oraciones en la medida de lo posible. Se evitarían muchos
problemas en las aulas.
El papel de los padres en el tratamiento de la dislexia
En nuestro sistema educativo se da por supuesto que la responsabilidad de la
enseñanza recae sobre el profesor más que sobre los padres. En el caso de los
niños disléxicos, suele recaer sobre el especialista (psicólogo, pedagogo,
logopeda, profesor especializado). Este énfasis en la labor del profesor no es
adecuado por cuanto los padres pueden ser y de hecho son en ocasiones por
propia iniciativa, una fuente de ayuda importante para sus hijos.
El papel más importante que tienen que cumplir los padres de niños disléxicos
quizás sea el de apoyo emocional y social. El niño de be de saber que sus padres
comprenden la naturaleza de sus problemas de aprendizaje. Esto requerirá
frecuentemente el tener que dar al niño algún tipo de explicación acerca de sus
dificultades disléxicas. El mensaje importante que hay que comunicar es que
todos los implicados saben que el niño no es estúpido y que quizá ha tenido que
esforzarse mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura y
escritura.
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También es importante comunicarle que se le seguirá queriendo, aunque no
pueda ir especialmente bien en el colegio. Hay que evitar que la ansiedad de los
padres aumente los problemas del niño, aumentando su ansiedad y
preocupación generando dificultades emocionales secundarias.
Los padres (y todos los que se relacionan con él o ella) deben dejar muy claro al
niño que puede tener éxito, ya que si el niño "sabe" que no puede tener éxito,
porque así se lo hacen sentir las personas importantes de su entorno, el niño
tiene miedo a intentarlo y como en la profecía que se auto-cumple, hace por
fracasar, sin apenas darse cuenta. Esto complica la tarea del especialista.
El éxito puede implicar una considerable cantidad de trabajo, pero se le hace ver
que se comprende su problema y él va a recibir una ayuda específica a fin de que
pueda superarlo.
Irónicamente, son a veces los padres que han tenido dificultades similares y que
han sufrido mucho en la escuela son los que tienden a ejercer una presión mayor,
consiguiendo un fin diametralmente opuesto al pretendido. Conviene que
admitan su preocupación y compartir con el niño los problemas que tuvieron.
Esto le hace al niño sentirse más normal.
Es totalmente inadecuado e inútil comparar en sentido desfavorable al niño
disléxico con un niño sin problemas. Esto sucede especialmente si el niño que va
bien en el colegio es más pequeño que el que tiene el problema. Conviene
recordar que ambos son distintos y que el disléxico tiene sus cualidades. La
rivalidades fomentadas entre hermanos pueden acabar mal..
Es importante desarrollar la autoestima en todos los niveles. Puede hacerse
dispensando al niño consideración positiva incondicional, en especial cuando se
siente decaído o fracasado. Es fundamental evaluarlo con su propio nivel,
esfuerzo y rendimiento. La dificultad es no pasar a la sobreprotección, al "todo
vale". Pero la guía es tener clara la escala de valores en la que se desenvuelve el
niño, la situación de partida, el esfuerzo realizado.
Otra cosa a tener en cuenta son las dificultades prácticas asociadas con la dislexia:
confusiones con las horas del día, equivocaciones respecto del lugar donde se
colocan las cosas, tendencia al desorden, distraibilidad, torpeza en ocasiones,
dificultad en el cumplimiento de las instrucciones (sino se le dan muy claras y
concretas y se aseguran de que las haya comprendido). Todo esto exige una
buena dosis de paciencia, pero es tan importante como comprender las
dificultades mismas del aprendizaje del lenguaje escrito.
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Los padres pueden tener en ocasiones un papel directo de enseñantes. Esto
depende en buena medida del tipo de relación que haya entre padres e hijos. A
veces es completamente imposible y hasta desaconsejable que los padres ayuden
a sus hijos. La situación se torna en ocasiones en tan cargada de ansiedad que los
padres o el niño pierden la calma, se enfadan y las condiciones de un aprendizaje
con éxito y de refuerzo positivo sistemático, se vuelven inalcanzables.
DISLALIA
Se define a la dislalia como alteración en la articulación de algún o algunos
fonemas bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o
por la sustitución de estos por otros, es un trastorno para la producción de los
sonidos articulados, donde no exista una
entidad neurológica de base, éstas pueden
ser clasificadas en dislalias orgánicas,
cuando es determinada por una lesión
anatómica de los órganos articulatorios, y
dislalias funcionales, cuya causa reside en
una mala coordinación muscular, debido
a factores etiológicos diferentes. El
diagnóstico diferencial se realiza con las
disartrias; la terapia se realiza siguiendo
las líneas generales de tratamiento para los trastornos articulatorios. Además
inciden en el pronóstico distintos factores como el tipo de dislalia, cuantía y
calidad de la afección anatómica, así como coeficiente intelectual, atención
acústica, cooperación individual y familiar.
Se hace referencia a la dislalia como alteraciones en la articulación de los sonidos
del habla, donde no existe una entidad neurológica de base.
Dentro de su etiología pueden existir malformaciones o deformidades
anatómicas de los órganos articulatorios, dislalias orgánicas; o simplemente una
mala coordinación muscular, dislalias funcionales. Es la afección del habla más
frecuente en la infancia, de pronóstico favorable en la mayoría de los casos,
luego de la realización de un tratamiento logopédico oportuno.
El trastorno del habla más difundido entre los escolares, tanto en educación
especial como de educación primaria, lo constituyen las alteraciones en la
pronunciación, lo que tradicionalmente se conoce como dislalias.
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Etimológicamente significa dificultad en el habla, del griego dis=dificultad,
lalein=hablar, pudiendo definirse como los trastornos de la articulación en los
sonidos del habla (pronunciación), donde no exista como base una entidad
neurológica.
El término dislalia no existió siempre. Por mucho tiempo se agrupaban los
trastornos de la pronunciación bajo el nombre de dislabia. El suizo Schulter en
los años 30 del siglo XIX comenzó a utilizar el término de dislalia para
diferenciarlo de la alalia (sin lenguaje); posteriormente los estudios realizados
por diferentes autores como A. Kussmaul (1879), Berkan (1892), H. Gutzman
(1927), P. Liebmann (1924), Froschels (1928), y otros hicieron posible el
significado que conserva hoy.
Las causas de las dislalias son diversas. En los años 80 del siglo pasado Soep,
intentó clasificar el trastorno teniendo en cuenta la existencia de dislalias
mecánicas (orgánicas) y funcionales.
A comienzos de este siglo XX, autores soviéticos trataron de explicar el
surgimiento de la dislalia sobre bases de trastornos auditivos de carácter
periférico por un lado, y con alteraciones en la función de los órganos de la
articulación por otro.
Según Segre las dislalias son trastornos de la articulación de la palabra, debida a
las alteraciones de los órganos periféricos que la producen sin daño neurológico;
clasificándolas en orgánicas a consecuencia de lesiones anatómicas en los órganos
articulatorios y funcionales, cuya causa está dada por una mala coordinación
muscular debido a factores etiológicos diferentes.
Es necesario tener en cuenta que la pronunciación de los fonemas puede estar
alterada de diferentes formas, por sustitución, distorsión y omisión; a su vez
pueden variar de acuerdo con el número de fonemas afectados, pudiendo ser
simple, múltiple y generalizada. Además la nomenclatura del trastorno
correspondiente se determina con el uso del nombre griego del fonema, al que
se une el sufijo (ismo). La alteración de la /r/ rotacismo, la de la /s/ sigmatismo,
etc. Si el fonema no está incluido en el alfabeto griego, se utiliza dislalia de
nombre del fonema en español (Trabajo de Terminación de Residencia Dra.
Regal 1984).
Clasificación de dislalias
Según las causas podemos clasificar las dislalias en:
Dislalia evolutiva, corresponde a una fase del desarrollo infantil en la que el niño
no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha, a causa de ello
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repite las palabras de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. Dentro
de una evolución normal en la maduración del niño, estas dificultades se van
superando y sólo persiste más allá de los cuatro o cinco años, se puede
considerar como patológicas.
Dislalia funcional, es un defecto en el desarrollo de la articulación del lenguaje,
puede darse en cualquier fonema, pero lo más frecuente es la sustitución,
omisión o deformación de la /r/, /k/, /l/, /s/, /z/ y /ch/. Las causas pueden ser las
siguientes:
Escasa habilidad motora de los órganos articulatorios
Dificultades en la percepción del espacio y el tiempo.
Falta de comprensión o discriminación auditiva.
Factores psicológicos (pueden ser causados por celos tras el nacimiento de
algún hermano, la sobreprotección, etc.)
Factores ambientales.
Factores hereditarios.
Deficiencia intelectual.
Dislalia audiógena, esta alteración en la articulación es producida por una
audición defectuosa provocando la dificultad para reconocer y reproducir
sonidos que ofrezcan entre sí una semejanza, al faltarle la capacidad de
diferenciación auditiva, dificultando la pérdida auditiva en menor o mayor
grado la adquisición y el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje de conocimientos
escolares, trastorna la afectividad y altera el comportamiento.
Dislalia orgánica, son aquellos trastornos de la articulación que están motivados
por alteraciones orgánicas. La dislalia orgánica puede ser de dos tipos:
Disartria, recibe este nombre cuando el niño es incapaz de articular un
fonema o grupo de fonemas debido a una lesión en las áreas encargadas en el
lenguaje.
Disglosia, la alteración afecta a los órganos del habla por anomalías
anatómicas o malformaciones en los órganos del lenguaje son siempre causa
de defectos de pronunciación. Sus causas están en malformaciones congénitas
en su mayor parte, pero también pueden ser ocasionadas por parálisis
periféricas, traumatismos, trastornos del crecimiento, etc. Estas alteraciones
pueden estar localizadas en los labios, lengua, paladar óseo o blando,
dientes, maxilares o fosas nasales, pero en cualquier caso impedirán al niño
una articulación correcta de algunos fonemas.
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Diagnóstico
Teniendo en cuenta la clasificación inicial, las dislalias orgánicas, pueden
comprometer los diferentes órganos articulatorios, siendo la toma dependiente
de cada zona específica.
La dislalia labial puede verse en los casos de parálisis facial y en el labio leporino.
La parálisis facial unilateral de los músculos de la cara produce en el paciente una
dificultad subjetiva para articular las sílabas que contienen las consonantes
labiales. La mayoría son de origen periférico, y pueden curar ya sea
espontáneamente o mediante tratamiento médico. Cuando esto no ocurre, el
trastorno articulatorio suele alcanzar una efectiva y espontánea compensación
funcional por acción de los músculos vecinos homo o contralaterales. Solamente
en contados casos el timbre vocal queda algo deformado y habrá que recurrir a
la atención logofoniátrica, practicándose iguales técnicas que en el labio
leporino.
El labio leporino como malformación congénita, se caracteriza por una fisura
paramediana uni o bilateral que divide el labio superior en 2 y en algunos casos
en 3 partes asimétricas. Esto compromete todos los tejidos que constituyen el
labio superior, siendo interrumpido el anillo muscular, que como esfínter limita y
regula la abertura bucal y constituye el músculo orbicular de los labios. Se
comprende así que todos los movimientos a este nivel resultan deformados
especialmente para la articulación correcta de los fonemas bilabiales.
Las dislalias de origen dental y maxilofacial, están en igual grupo, porque la
conducta a seguir es muy parecida. Las malformaciones de las arcadas alveolares
o del paladar óseo y las maloclusiones dentales, traducen trastornos del habla.
Su interferencia sobre el mecanismo de la palabra es mucho más evidente en la
infancia. Si la normal articulación fonética se encuentra ya bien automatizada,
cuando aparece la patología odontomaxilar, las alteraciones del habla serán
menores o transitorias, pero de cualquier manera desaparecerán solamente con
la intervención del ortodoncista o del cirujano maxilofacial.
En el adulto, la caída de múltiples piezas dentarias, la mala oclusión de las
arcadas dentales por fractura o luxación de una o ambas articulaciones
temporomandibulares, influyen poco en los fonemas; la lengua, los labios, los
arcos alveolares, los carrillos, etcétera compensan o pueden sustituir bastante la
zona dentoalveolar.
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En el niño las condiciones anatómicas anteriormente mencionadas, determinan
en forma refleja y secundaria una imperfecta posición o movilidad de la lengua,
y es precisamente ésta la que al final empeora la articulación de la palabra y
hasta puede agravar la dismorfia maxilodental.
En los niños más pequeños, la patología odontomaxilar puede modificar también
la función deglutoria de la lengua (deglución atípica), alterando a su vez la
función articulatoria; lo mismo sucede con la incidencia de hábitos deformantes.
Dentro de las dislalias de origen lingual debemos mencionar al frenillo
sublingual, pues se le atribuye, aun entre personas cultas, ser el responsable de las
dislalias más variadas, así como también otras afecciones del habla como la
tartamudez (disfemia) y la disartría; se ha demostrado que pocas veces el frenillo
es tan corto como para dificultar la articulación, y cuando sucede sólo están
comprometidos los fonemas /r/ y /l/(Trabajo de Terminación de Residencia.
Regal, 1984).
Las dislalias nasales y palatales, pueden incluirlas en el mismo grupo pues sus
patologías se caracterizan por modificar la resonancia de los fonemas, por
aumento (rinolalia abierta),o una disminución (rinolalia cerrada). En los casos
más leves no se trata en realidad de dislalias, porque no está afectada la
articulación, sino sólo en los casos más acentuados hay verdadera dislalia (fisura
palatina); en la rinolalia cerrada, las causas fundamentales son por obstrucción de
la cavidad nasofaríngea (pólipos, vegetaciones adenoideas, tumores, etcétera),
mejorando en la mayoría de las veces con el tratamiento quirúrgico
correspondiente.
En las dislalias funcionales, el defecto articulatorio no depende de una alteración
anatómica de los órganos que intervienen en este proceso.
Su etiología puede ser variada y Segre señala dentro de éstas los retardos en el
desarrollo del lenguaje secundario a retraso mental y déficit auditivo
específicamente; la disfunción puede interesar uno o más sonidos
independientemente de la zona de articulación, pudiendo las consonantes ser
deformadas, omitidas, sustituidas y en ocasiones aparecer de manera alternante
sobre todo en los casos de retraso mental.
En el déficit auditivo la secuela más notable es el defecto de la palabra. Cuando
aparece en la primera infancia, no permite un desarrollo espontáneo del habla.
Shlorhaufer, puntualiza que en estos casos los movimientos articulatorios
transcurren en forma más tosca y llamativa, que en los niños de audición normal.
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Perelló, señala que hay tendencia a articular mejor las vocales, lo que coincide
con otros autores, con respecto a las consonantes las fricativas son las más
afectadas.
Finalmente, mencionaremos las dislalias de tipo fisiológico, como su nombre lo
indica, son aquellos trastornos articulatorios de carácter transitorio que se
observan durante las primeras etapas de desarrollo del habla en el niño, y que
van desapareciendo a medida que se fijan y automatizan los modelo acústicos-
motores verbales del ambiente. Esto hay que saberlo respetar y no pretender que
el niño queme etapas hablando con perfección articulatoria, cuando esto no es
posible, por razones sensomotrices de maduración incompleta, pues esta actitud
perfeccionista a destiempo puede dar lugar a una concientización exagerada del
acto verbal y llevar consecuentemente a la tartamudez (disfemia).
Tratamiento
Ésta se efectuará teniendo en cuenta las líneas generales de tratamiento,
para los trastornos articulatorios.
Utilización de articulaciones o cualidades de articulación, que lleve
implícito el esqueleto funcional del fonema afecto.
Movimientos biológicos con similares bases de funcionalismo.
En las dislalias orgánicas se debe realizar la corrección de la deformidad o
malformación anatómica, y valorar posteriormente la terapia logopédica.
El logoterapeuta evocará las posiciones y los mecanismos normales de los
distintos fonemas, enseñará al sujeto a repetir el movimiento correcto. Se
valdrá para esto de la imitación visual, acústica y cinestésica de su propia
articulación, que solicitará al paciente como fonema aislado en un
principio, para sumarla luego en sílabas y sucesivamente en palabras.
Dentro de los factores que influyen en la evolución se encuentran, el
coeficiente intelectual, la atención acústica, la cooperación individual y las
características del ambiente sociofamiliar. Se plantea que esta terapia debe
ser presentada al niño, como un entretenimiento, en el cual encuentre
gusto y justificación instructiva, repitiéndolo diariamente hasta llegar a la
automatización de los fonemas aprendidos.
Sintomatología
El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse la
dificultad a muchos fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las
continuas desfiguraciones verbales que emplea, como ocurre en las dislalias
múltiples.
Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico son:
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Sustitución: Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro.
El alumno se ve incapaz de pronunciar una articulación concreta, y en su lugar,
emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por ejemplo, dice “lata” en lugar
de “rata”.
También puede darse este error de sustitución por la dificultad en la percepción
o discriminación auditiva. En estos casos, el niño percibe el fonema, no de
forma correcta, sino tal como él lo emite al ser sustituido por otro. Por ejemplo,
dice “jueba” en lugar de “juega”.
Distorsión: Hablamos de sonido distorsionado cuando se da de forma incorrecta
o deformada, pudiéndose aproximar más o menos a la articulación
correspondiente. Es decir, cuando no siendo sustitución, no emite el sonido
correctamente.
Las distorsiones suelen ser muy personales siendo muy difícil su transcripción al
lenguaje escrito. Generalmente son debidas a una imperfecta posición de los
órganos de articulación, o a la forma improcedente de salida del aire fonador.
Por ejemplo, dice “cardo” en lugar de “carro”.
La distorsión junto con la sustitución son los errores más frecuentes.
Omisión: El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. En unas ocasiones la
omisión afecta solo a la consonante, por ejemplo, dice “apato” en lugar de
“zapato”. Pero también se suele presentar la omisión de la sílaba completa que
contiene dicha consonante, por ejemplo, dice “lida” en lugar de “salida”. En los
sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes
seguidas, como “bra”,”cla”, etc., es muy frecuente la omisión de la consonante
líquida cuando existe dificultad para la articulación.
Adición: Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que
no corresponde a la palabra. Por ejemplo, dice “balanco” en lugar de “blanco”,
“teres” en lugar de “tres”.
Inversión: Consiste en cambiar el orden de los sonidos. Por ejemplo, dice
“cocholate” en lugar de “chocolate”.
Más detalladamente, Laura Bosch (1.982), describe los distintos procesos de
simplificación intervinientes en el habla infantil:
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Procesos sustitutorios
- Frontalización: sustitución de una velar, /x/ o /g/, por una consonante
anterior.
/boro/ por /gorro/
- Posteriorización: sustitución de consonantes anteriores por velares.
/caza/ por /taza/
- Pérdida de sonoridad. Generalmente afecta a los grupos de consonante
nasal+oclusiva sonora.
/bufanta/ por /bufanda/
- Fricatización de oclusivas. En general no queda alterado el lugar de
articulación.
/jorro/ por /gorro/
- Consonantización de semivocales: /i/ y /u/ en diptongos se convierten en
consonantes.
/pegne/ por /peine/
/artubus/ por /autobús/
- Oclusivización de fricativas: implica la pérdida de la característica de fricación.
/plecha/ por /flecha/
- Pérdida de africación: la africada pierde la oclusión inicial y se convierte en
fricativa.
/saqueta/ por /chaqueta/
- Protusión de la lengua o ceceo (aunque puede afectar a otras consonantes
que no sean /s/.
/bolzo/ por /bolso/
- Sustitución de fricativas interdentales no estridentes, por fricativas anteriores
estridentes: /f/ y /s/ por /z/ y /d/.
/tafa/ por /taza/
/sielo/ por /cielo/
- Aspiración de /s/ ante una oclusiva. (Puede ser dialectal). Palatalización de
fricativas.
/bolSo/ por /bolso/
- Sonorización de fricativas sordas. (debemos tener en cuenta que en castellano
no existe ninguna fricativa sonora con valor fonemático).
/vuego/ por /fuego/
- Semiconsonantización de líquidas: cualquier consonante del grupo de las
líquidas puede ser sustituida por /j/ o /w/.
/wojo/ por /rojo/
- Ausencia de lateralización: /d/ o /r/ por por/l/./dapiz/ por /lápiz/
- Lateralización de líquidas vibrantes.
/tambol/ por /tambor/
- Ausencia de vibrante simple.
/cada/ por /cara/
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- Ausencia de vibrante múltiple.
/goro/ o /godo/ por /gorro/
- Posteriorización de vibrantes: la vibración es uvular y es más frecuente en
sustitución de una vibrante múltiple.
/Rojo/ por /rrojo/
- Conversión en líquida de la linguodental sonora /d/.
/espara/ o /espala/ por /espada/
- Procesos asimilatorios
- Asimilaciones velares.
/gojo/ por /rrojo/
- Asimilaciones alveolares.
/liblo/ por /libro/
- Asimilaciones labiales.
/bobo/ por /globo/ más proceso de simplificación del grupo consonántico.
- Asimilaciones nasales.
/tambon/ por /tambor/
- Asimilaciones palatales.
/SeSa/ por /flecha/ más pérdida de africación.
- Asimilaciones interdentales.
/zeza/ por /flecha/ más protusión de la lengua.
- Desnasalización de una nasal cerca de una consonante no nasal.
/poka/ por /mosca/ más simplificación del grupo consonántico. Procesos
relativos a la estructura silábica
- Omisión de consonantes finales.
/lapi/ por /lápiz/
- Omisión de consonantes iniciales.
/ufanda/ por /bufanda/
- Omisión de sílabas átonas iniciales.
/fanda/ por /bufanda/
- Reducción de diptongos a un solo elemento.
/dente/ por /diente/
- Simplificación de los grupos consonánticos.
/pacha/ por /plancha/
- Metátesis o inversión en la secuencia de producción de los sonidos.
/pierda/ por /piedra/
- Coalescencia o asimilación de los sonidos diferenciados que da como
resultado un sonido nuevo.
/pierra/ por /piedra/
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DISGRAFÍA
Fonseca define la disgrafía como “la
incapacidad para reproducir total o
parcialmente los trazados gráficos sin
que existan déficits intelectuales,
neurológicos, sensoriales o afectivos
graves en sujetos con una estimulación
psicopedagógica adecuada”.
La disgrafía atiende, pues, a la forma
en sí misma de los rasgos gráficos así
como al modo en que éstos han sido
realizados. La disgrafía aparece en:
a) Los trastornos que afectan a la forma de la representación gráfica de los
grafemas o letras y que hacen ilegible la escritura.
b) Las dificultades de realización (grafomotricidad), resultando una escritura
de excesiva lentitud y fatigosidad.
Esta sintomatología puede acompañar a otro tipo de síndrome (parálisis cerebral,
deficiencia mental, deficiencia visual…) constituyendo un tipo de digrafía
secundaria.
Siguiendo a Juan Antonio García Nuñez, las condiciones que requiere la
integración de la escritura son:
- Coordinación visomotora, es decir, concordancia entre el ojo y la mano
a la hora de la ejecución psicomotriz.
- Constancia de formas, es decir, el proceso perceptivo de reconocimiento
y apropiación de formas.
- Memoria visual y auditiva.
- Correcta prensión de útil y posición del soporte que implica una madurez
psicomotriz fina adecuada.
- Coordinación entre prensión del útil y presión de éste sobre el soporte,
que presupone una adquisición de la independencia segmentaria de
dedos, muñeca, antebrazo y brazo consecuencia de un ajuste global del
cuerpo.
- Integración del trazo en la estructura bidimensional del soporte, lo que
precisa además del aspecto perceptivo-visual la correcta direccionalidad
en la realización.
- Automatización del barrido y salto perceptivo-motor, visual y auditivo
en los parámetros de la escritura (izquierda-derecha y arriba-abajo)
- Automatización de los giros sinistrógiros (sentido contrario a las agujas del
reloj) y dextrógiros (según las agujas del reloj) y combinación de ambos.
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- Integración motora de las grafías encadenadas en forma de secuencias
(bucles).
Luria señala como causas de los trastornos disgráficos:
a) Causas de tipo madurativo
• Lateralidad mal definida o cruzada (trastornos de la lateralización)
• Trastornos en la eficiencia psicomotora (motricidad débil,
hipercinéticos…)
• Trastornos de la eficiencia corporal y de las funciones perceptivomotrices
(inadecuada visualización de las grafías, falta de coordinación visomotora,
trastornos espaciales, mala postura corporal, soporte anómalo del útil…)
• Trastornos de la expresión gráfica del lenguaje (inversiones, confusiones,
agregados…)
• Desórdenes tónico-cinéticos que producen una escritura llena de
tachaduras, retoques, deformaciones…
b) Causas caracteriales: situaciones de inadaptación, agresividad y fobias que se
reflejan en una escritura inestable de tamaños irregulares, deficiente espaciación e
inclinación.
c) Causas pedagógicas: Determinadas prácticas educativas generan disgrafías
dispedagógicas o se constituyen en agentes reforzadores de los trastornos
escritores en niños/as con déficits madurativos. Brucker cita como causas de la
disgrafía:
• Instrucción rígida e inflexible que no atiende a las características
individuales de los alumnos/as.
• Descuido del diagnóstico del grafismo que identifique las dificultades
iniciales.
• Deficiente adquisición de destrezas motoras.
• Orientación inadecuada al cambiar de la letra script a la cursiva o ligada.
• Acentuar excesivamente la rapidez o calidad escritora.
• La no realización de ejercicios que corrijan las dificultades iniciales ante la
aparición de los primeros rasgos disgráficos.
• Inadecuada enseñanza de la escritura a los zurdos
Según el proceso cognitivo dañado, las disgrafias pueden ser centrales (la lesión
se
produce en los componentes léxicos) y periféricas (trastornos de tipo motor)
1) Dentro de las disgrafias centrales se distinguen:
• disgrafia superficial: el daño está en la ruta léxica (hay dificultad para
escribir palabras irregulares, errores ortográficos y buena escritura de las
pseudopalabras)
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• disgrafia fonológica: el daño está en la ruta fonológica (dificultades para
escribir pseudopalabras, errores derivativos, lexicalizaciones)
• disgrafia de acceso semántico: hay lesión en el sistema semántico o en el
acceso a él, pero el léxico ortográfico está intacto (puede escribir palabras
irregulares y pseudopalabras pero no comprende el significado de las
palabras que escribe)
• disgrafía profunda, que se da cuando se lesionan ambas rutas, la léxica y
la fonológica (incapacidad para escribir pseudopalabras, errores
semánticos en la escritura, errores derivativos, mayor dificultad para
escribir palabras funcionales que palabras de contenido, mayor dificultas
para escribir palabras abstractas que concretas).
2) Respecto a las disgrafías periféricas, hay diversos tipos según el estadio
afectado del proceso que va desde el almacén grafémico hasta la escritura en el
papel. Encontramos tres tipos: disgrafía por alteración de alógrafos, disfrasia
apráxica y disgrafía aferente:
• disgrafia por alteración de alógrafos: tienen dificultades con los diferentes
tipos de letra y formatos por lo que pueden mezclar esos tipos de letra
(por ejemplo CaSa).
• disgrafia apráxica: la lesión produce pérdida de los programas motores
que controlan la formación de letras (por ejemplo letras muy
deformadas).
• disgrafia aferente: las dificultades son perceptivas, de ahí que pueden
tener dificultades para mantener las letras en una línea horizontal o una
tendencia a omitir o duplicar rasgos y letras.
Miguel Alvarado, en su obra “La Disgrafía Escolar” incluye un inventario
disgráfico que recoge las dificultades de la escritura atendiendo al trazado de las
letras, a los enlaces y al conjunto del escrito. Estas son las dificultades disgráficas
que recoge en dicho inventario:
Letras no reconocibles: grafemas que no podemos identificar.
Grafismos que permiten la confusión de letras: los grafismos son tan
ambiguos que se confunden unos con otros.
Confusiones originadas por la cantidad: las letras se confunden porque se
añaden se quitan elementos (confusiones n/m, por ejemplo)
Grafemas trazados en una dirección inadecuada: cuando se sigue una
dirección errónea al trazar una letra, en las uniones de letras se pueden
producir sobreimpresiones de trazos.
Letras sobreimpresas: cuando se sigue una dirección inadecuada al escribir
la ”a” la “o”, hay que repasar lo escrito para hacer el enlace.
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Letras en varios trazos: cuando para completar una letra se añaden dos o
más trazos, estos pueden superponerse o separarse, afectando a la
legibilidad.
Omisión de bucles: sobre todo en las letras “b”,“v” y “o”
Bucles excesivos: también en las letras “b”,“v” y “o”.
Letras abiertas: cuando no se cierra el semicírculo de las letras “o”, “a”,
“g” y “d”.
Letra atrofiada: el tamaño de la letra es tan pequeño (por ejemplo en el
caso de las “e”) que no llega a identificarse.
Angulaciones: llegan a desaparecer las formas redondeadas de algunas
letras hasta el punto que no se puedan identificar.
Bastones discontinuos: se producen cuando los bastones o jambas de las
letras se retocan para prolongarlos.
Bastones en curva: los bastones ascendentes o descendentes de las letras
aparecen curvados, generalmente hacia atrás.
Formas hinchadas: cuando el diámetro de las letras ovaladas es más alto
que ancho.
Abolladuras: los círculos de las letras presentan abolladuras u ondulaciones
irregulares.
Temblor: el trazado oscilante e irregular de las letras ofrece un aspecto
tembloroso.
Letras retocadas: al acabar de escribir la letra, ésta se retoca para
mejorarla.
Letras incrustadas: las letras aparecen yuxtapuestas o pegadas.
Collages: retocar las letras para unirlas o completar su trazado.
Puntos en “x”: los enlaces de dos letras se cruzan y forman una “x”
Pseudouniones: las letras no se enlazan, sino que aparecen pegadas por
los elementos de enlace.
Relleno de ojetes o bucles: no se ve el interior del bucle de una letra
(especialmente la “e”).
Sacudidas: los enlaces aparecen prolongados excesivamente.
Tamaño desproporcionado de las letras: ya sea por muy grande o muy
pequeño (el tamaño medio sería de 2.5 mm.). Este fallo no se tiene en
cuenta en los primeros años del aprendizaje.
Desproporción entre las zonas gráficas: las tres zonas del renglón
(superior, media e inferior) miden aproximadamente 2,5 mm. Puede
darse hipertrofia cuando los bastones o jambas superan el triple de la
altura media de las vocales, y atrofia cuando la altura de los bastones sea
menor del doble de la vocal.
Desproporción del tamaño de las mayúsculas: Cuando la mayúscula mide
más que el tamaño de una letra normal se habla de hipertrofia; cuando
mide lo mismo que una letra normal, se trata de una atrofia.
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Irregularidad en la dimensión: la altura de las letras varía a lo largo del
escrito.
Letra extendida: las letras son exageradamente anchas en relación a su
altura
Letra encogida: las letras son exageradamente estrechas en relación a su
altura
Separación irregular entre las palabras: La distancia entre las palabras no
es equilibrada, sino irregular.
Palabras apretadas: apenas existe distancia entre las palabras.
Líneas ascendentes o descendentes: se considera línea ascendente o
descendente cuando la inclinación es superior a 6º.
Línea fluctuante: la línea sube y baja, en ondulaciones.
Línea rota: la línea sube y baja bruscamente, de manera quebrada.
Espacio irregular entre los renglones: los renglones se acercan o separan de
forma irregular.
Ausencia de márgenes: no se respetan el margen derecho o/ni el
izquierdo.
Conjunto sucio: el conjunto del escrito transmite sensación de suciedad,
letras corregidas, trazado borroso, etc.
Irregularidad de inclinación: la orientación de las letras varía tanto a la
izquierda como hacia la derecha en un mismo escrito.
Por su parte, Ajuriaguerra en su obra "La Escritura del niño" clasifica en tres
apartados los principales problemas disgráficos:
- La página: conjunto sucio, línea rota, línea fluctuante, línea descendente,
palabras amontonadas, espacios/palabras irregulares, márgenes
insuficientes.
- La torpeza: trazo de mala calidad, letras retocadas, desigualdades, arqueos
de mn-u, angulación de los arcos, puntos de empalme, encolados,
yuxtaposiciones, tirones, finales con impulso, irregularidades de
dimensión, zonas mal diferenciadas, letras atrofiadas.
- Errores de forma y de proporciones: letras muy estrechas o demasiado
lábiles, malas formas, escritura muy grande o muy pequeña, mala
proporción de zonas gráficas, escritura demasiado extendida o estrecha.
Como indica Carmelo Monedero para establecer un programa de rehabilitación-
reeducación adecuado para el disgráfico/a es preciso realizar:
• Un diagnóstico neuropsicológico que especifique el tipo de alteraciones
del lenguaje, visuales, auditivas, motrices, prácticas y espaciales.
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• Diagnóstico del tipo de disgrafía. Consiste en explorar cómo realiza la
copia, el dictado y la escritura espontánea. Hay que realizar un estudio
preciso del tipo de errores que presenta en ellas.
Un programa de reeducación para alumnos/as disgráficos debería contemplar
aspectos:
1. Aptitudinales: tendrá en cuenta los distintos factores que inciden en el
acto de la escritura (psicomotricidad, coordinación psicomotriz, audición,
lenguaje, orientación y organización espacio-temporal…)
2. Pedagógicos: atenderá directamente a la sintomatología observada en la
escritura. Las orientaciones metodológicas irían hacia la realización de los
movimientos de base correctos de los distintos grafemas, ligaduras,
regularización en los márgenes y líneas…
3. Psicoterapeutas: indicará sobre la presencia de estado de ansiedad,
oposición, fobia… producto de sus dificultades disgráficas. Se trata de
devolverle la confianza para que pueda afrontar con éxito su aprendizaje.
Las características generales de la metodología que proponemos serían las
siguientes:
• Emplearemos el método de reeducación en base a la escritura ligada o
cursiva. La letra script o el aprendizaje por medio de mayúsculas está
demostrado como poco eficaz. La letra script presenta una serie de
inconvenientes: indiferenciación de espacios interpalabra y de letras en la
palabra lo que propicia la aparición de particiones y añadidos; facilita la
aparición de rotaciones (p por q; b por d); la escritura es mucho más lenta
y tarde o temprano se abandona la letra script.
• Desechamos los métodos basados en ejercicios de caligrafía consistente en
la repetición de un modelo dado (método Rubio y otros) que en ningún
caso pueden ser útiles en disgráficos en los que el perfeccionamiento de la
mala letra depende de causas perceptivas, motrices, caracteriales o
dispedagógicas. Los típicos cuadernos caligráficos son fuente de frustración
para el disgráfico ya que existe una gran discrepancia entre la calidad de
su letra y el modelo de caligrafía a reproducir, demasiado lejos de sus
habilidades/posibilidades.
• La reeducación de la disgrafía consistirá en identificar las causas que están
produciendo las dificultades y actuará sobre las áreas deficitarias a base de
ejercicios específicos. Tendrá un planteamiento basado sustancialmente en
la psicomotricidad bien sea de tipo global, viso-manual y grafomotora.
La rehabilitación-reeducación de la disgrafía respetará las siguientes etapas:
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1. Relajación
Se trata de lograr la relajación segmentaria esencialmente aunque no se
excluye la relajación global. Se conseguirá primero la distensión del brazo,
luego de la mano y finalmente de los dedos. Se pueden realizar ejercicios de
pesadez-ligereza empleando pelotas y objetos sólidos. Los ejercicios de
relajación son recomendables especialmente en casos de rigidez, hipertonía e
hipotonía.
2. Reeducación manual, digital y visomotora
Antes de pretender reeducar la motricidad de los dedos, es preciso haber
logrado la independencia brazo-hombro, antebrazo-brazo, mano-antebrazo,
dedo-mano y por último, independencia de todos los dedos.
Entre los diversos ejercicios que se pueden practicar estarían:
• Dar círculos con el brazo a distintos ritmos.
• Lanzamiento de objetos de distinta manera y lanzamientos de precisión
(canasta, diana…)
• Ejercicios de circunducción, reflexión y extensión de la muñeca.
• Sacar punta a los lápices.
• Amasar con arcilla, plastilina, hacer bolas arrugando papeles, recortar con
tijeras.
• Seguir el trazo de línea con los dedos.
• Enroscar y desenroscar tornillos.
• Recortar a pellizcos figuras de papel.
• Hacer presión dedo a dedo.
• Picar con punzón. Ensartar bolas. Calcado de figuras con papel de carbón.
• Pintura de dedos con presión fuerte y débil, pintura con múltiples gruesos
(ceras, pinceles…)
• Dibujo y repaso de contorno o hueco de figuras.
3. Reeducación grafomotriz
Se realiza con el lápiz o bolígrafo mediante ejercicios de reeducación del
gesto y control gráfico. En los trazos rectilíneos es muy importante lograr el
frenado.
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DISCALCULIA
La discalculia o dificultades en el aprendizaje de las matemáticas (DAM) es un
problema de aprendizaje específico en matemáticas es el equivalente al adislexia
solo que en lugar de tratarse de los problemas que
enfrenta un niño para expresarse correctamente en el
lenguaje, se trata en esta ocasión de dificultad para
comprender y realizar cálculos matemáticos, afecta a un
porcentaje de la población infantil (entre el 3% y el 6%),
e infortunadamente esta anomalía casi nunca se diagnostica
y trata adecuadamente. Como la dislexia, la discalculia puede ser causada por un
déficit de percepción visual o problemas en cuanto a la orientación.
El término discalculia se refiere específicamente a la incapacidad de realizar
operaciones de matemáticas o aritméticas. Es un problema de aprendizaje
relativamente poco conocida.
De hecho, se considera una variación de la dislexia. Quien padece discalculia por
lo general tiene un cociente intelectual normal o superior, pero manifiesta
problemas con las matemáticas, señas y direcciones, etc.
La discalculia es un término que hace referencia a un amplio rango de problemas
relacionados con el aprendizaje de las habilidades matemáticas. No existe una
única forma de trastorno del aprendizaje de las matemáticas y las dificultades
que se presentan varían de persona a persona y afectan de modo diferente en
cada momento del ciclo vital de las personas.
Características
La discalculia se caracteriza por la presencia de dificultades en:
• Perceptivo-visuales
• Dificultades amnésicas
• Orientación espacial
• Esquema corporal
• Figura y longitud
• Distancia y tamaño
Síntomas
Entre los diferentes síntomas que se producen dentro del fenómeno de la
discalculía, cabrían destacar los siguientes:
Dificultades frecuentes con los números, confusión de los signos: +, -, / y ×,
reversión o transposición de números, etc.
Dificultades amnésicas relacionadas con la información numérica.
Dificultades con tablas de itinerarios, cálculo mental, señas y direcciones, etc.
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Buena capacidad en materias como ciencias y geometría hasta que se requiere
un nivel más alto que exige usar las matemáticas.
Dificultades relacionadas con la orientación espacial, tanto la propia como la
de los objetos.
Dificultad con los conceptos abstractos del tiempo y la dirección.
Incapacidad para realizar planificación financiera o presupuestos.
Incapacidad para comprender y recordar conceptos, reglas, fórmulas,
secuencias matemáticas (orden de operaciones).
Déficits en referencia a las relaciones entre figura y longitud.
Hay errores de transcripción, por ejemplo, escribir números dictados
Dificultad para llevar la puntuación durante los juegos.
Ansiedad, ante aquellas tareas y actividades relacionadas con las matemáticas.
Dificultades para realizar abstracciones y elaborar asociaciones a partir de
material numérico.
Se utilizan los dedos para contar.
Lo anteriormente comentado, es solo una lista de posibles características que
pueden dar en menores que padezcan discalculia. Cuando se dan varios de los
déficits comentados con lo anterior u otros similares se hace preciso acudir a un
profesional para realizar una valoración completa del menor con el fin de
valorar el posible caso
Bases biológicas
Se han realizado diversos estudios en niños nacidos en condiciones desfavorables,
de estudios sobre trastornos genéticos y en estudios con familias y gemelos con
discalculia que parece confirmar que este trastorno se debe a causas genéticas o
biológicas. A la hora de trabajar en investigaciones para determinar las bases
neuroanatómicas de la discalculia, se trabaja con personas que padecen un
síndrome genético que está acompañado de este trastorno del aprendizaje. El
hecho de que todas las investigaciones se realicen con pacientes diagnosticados
con otro trastorno se debe a que se parte del presupuesto de que el síndrome
genético es el causante de la alteración cognitiva relacionada con el
procesamiento numérico.
En 2005, un estudio llevado a cabo con pacientes con Síndrome Velocardiofacial
encontró algunas zonas que parecían estar relacionadas con el aprendizaje
aritmético que se encontraban disminuídas o hipoactivas. De estas áreas la que
parece ser más importante o clave para realizar todo tipo de tareas numéricas es
el lóbulo parietal, concretamente, el segmento horizontal del Surco Intraparietal
y el giro angular. La primera de ellas parece que se encarga de representar de
forma interna las cantidades y las relaciones entre cantidades. También, junto
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con el Giro Angular, parece ser el centro de las operaciones de cálculo. El Giro
Angular además, parece que controlar aquellas tareas de procesamiento
numérico o de cálculo donde es necesario la presencia de un procesamiento
verbal.
Otra área con cierta importancia a la hora de resolver tareas numéricas es el
lóbulo parietal posterior superior, que parece ser el encargado de los procesos
atencionales necesarios para resolver el cálculo. Otro estudio con pacientes con
síndrome de Turner (que padecían discalculia) comprobó que sufrían una
disminución del surco intraparietal derecho. Una investigación con pacientes de
X frágil hallaron que las áreas relacionadas con el procesamiento numérico
disminuían su activación a medida que aumentaba la dificultad de la tarea
matemática.
El lóbulo frontal también parece cumplir algunas funciones secundarias
relacionadas con la resolución de problemas aritméticos. Se encarga de la
memoria de trabajo, necesaria para retener las operaciones intermedias durante
el proceso. Otra función es la de organizar y planificar los pasos de la tarea, e
incluso la de comprobar y corregir los errores. Las áreas temporal medial y
prefrontal derecha parece que cumplen la función de recuperar la información
que hace falta para resolver el problema. En la actualidad numerosas
investigaciones (Bruandet, M., Molko, N.,...) sugieren de la existencia de un
sustrato neural específico para el procesamiento de las matemáticas implicados
en los déficits de la discalculia. En concreto intervendrían las siguientes áreas
cerebrales.
El segmento horizontal del Surco Intraparietal (SHSIP) es la estructura
anatómica clave involucrada en la realización de todo tipo de tareas de
naturaleza numérica.
El Giro Angular Izquierdo, que en conexión con otras áreas perisilvianas, se
encarga de la manipulación verbal de los números.
Un sistema bilateral parietal posterior-superior que permite la orientación
atencional (espacial y no espacial) con respecto al sistema de representación
mental de las cantidades. Anomalías tanto en estas zonas cerebrales como en
aquellas aferencias y eferencias que las conectan, pueden producir o
acrecentar los déficits característicos de la discalculia.
Estudios genéticos Numerosos estudios (Shalev y colb... , Molko y colb...)
realizados a parir de gemelos discalcúlicos donde se reporta que el índice de
heredabilidad en gemelos monocigóticos discalcúlicos es de 0,73 y en gemelos
dicigóticos de 0,56. Asimismo, se comprobó que los familiares de los escolares
con discalculia tienen de 5 a 10 veces mayor riesgo de ser discalcúlicos que la
población general. Por otra parte, evidencias provenientes de estudios de análisis
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genético univariado y multivariado sugieren que dos tercios de la varianza en la
capacidad aritmética pueden ser explicados por genes compartidos con la
capacidad cognitiva general y la lectura.
Aunque este solapamiento genético pone en tela de juicio la especificidad del
procesamiento numérico, existen evidencias de que un tercio de la varianza es
explicada por genes específicos para las matemáticas. Estos datos parecen aportar
la información necesaria para considerar que existe en cierto modo, aspectos
biológicos y genéticos que determinan en cierto modo la presencia de estos
déficits en aquellas áreas del aprendizaje relacionadas con la aritmética, cálculos
númericos.... relacionados con la discalculia. Es importante comentar, que a pesar
de la presencia de estos marcadores genéticos que en cierto modo facilitan la
presencia de esta dificultad del aprendizaje en los menores, no en todos los casos
tienen que producirse estos déficis géneticos o en zonas cerebrales. También
juegan un importante factor otros aspectos como los patrones de educación del
menor o factores ambientales en el contexto en el cual este se encuentra.
Relación de la discalculia con otros transtornos • Estudios de Bruandet y
colaboradores, donde se comparan compararon 12 sujetos con Síndrome de
Turner (ST) cuyo perfil cognitivo incluye discalculia (18-40 años de edad) y 13
sujetos normales (20 - 40 años). Encontrándose una relación significativa entre
las áreas cerebrales afectadas en ambos trastornos y los déficits en matemáticas. •
Estudios de Rivera y colaboradores, compararon 16 pacientes con Síndrome X
Frágil (sexo femenino, edad: 10,22 – 22,73 años) y 16 sujetos de controles (10,85
- 22,67 años de edad) y encontraron una hipoactivación en las áreas cerebrales
involucradas en el procesamiento numérico relacionadas con la discalculia ante el
incremento en la dificultad de una tarea de cálculo.
Tipos de discalculia
El trastorno asociado a dificultades del aprendizaje en matemáticas conocido
como discalculia, se puede presentar de diferentes formas en relación con el
diagnostico que presente o las características que dicho déficits muestra.
Tradicionalmente, se ha divido en cuatro tipos: discalculia primaria, discalculia
secundaria, disaritmética y discalculia espacial.
• Discalculia primaria: Trastorno específico y exclusivo del cálculo, unido a una
lesión cerebral.
• Discalculia secundaria: Se diagnostica al producirse por parte del menor una
mala utilización de símbolos numéricos y una mala realización de operaciones
asociadas a dichos símbolos, especialmente las inversas. Va asociada a otros
trastornos como dificultades del lenguaje, baja capacidad de razonamiento y
desorientación espacio-temporal.
• Disaritmética: Se caracteriza al presentar el menor déficits para comprender el
mecanismo de la numeración, retener el vocabulario asociado a este , concebir
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los mecanismos para la resolución de sumas, restas, multiplicaciones y divisiones (
cuatro operaciones básicas) contar mentalmente y utilizar sus adquisiciones para
la resolución de problemas.
• Discalculia Espacial: Dificultad para ordenar los números según una estructura
espacial.
Diagnóstico
La edad para detectar un problema de discalculia está entre los seis y ocho años,
momento en que se introducen las matemáticas como materia independiente y
se puede comparar el rendimiento de unos niños con otros.
Para realizar un correcto diagnostico, es necesario realizar un diagnostico
diferencial. Es importante realizar un correcto seguimiento del rendimiento
escolar del menor puesto que en muchas ocasiones se suele confundir discalculia
con otros déficits como el TDAH, u otros factores como falta de motivación del
menor para las matemáticas. Es importante también realizar una valoración
global del nivel intelectual del menor con el fin de comprobar si los déficits
asociados a la discalculia presentes en el menor son primarios o son secundarios
relacionados con un bajo nivel intelectual por parte del menor.
Para realizar el diagnóstico es necesario realizar una serie de pruebas para medir
diferentes habilidades en el menor, la mayoría de estas pruebas o test presentan
una alta fiabilidad acorde a los patrones de edad y desarrollo propios del menor
al que se pretende evaluar.
Para diagnosticar discalculia, es necesario que se produzca un rendimiento escolar
en esta área dos cursos académicos por debajo del nivel esperado. A
continuación se muestran una selección de serie de procedimientos útiles para
evaluar las habilidades en matemáticas del menor:
• Dictados de números
• Copiados de números
• Cálculos no estructurados mediante juegos o gráficos
• Resolución de problemas con una o varias variables.
• Resolución de problemas lúdicos de la vida cotidiana.
En los casos en los cuales se diagnostique discalculia, se considera recomendable
realizar también una evaluación neuropsicológica con el objetivo de detectar
posibles déficits neurológicos en el menor y delimitar con mayor precisión el
problema.
Tratamiento
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Es necesario comentar que el tratamiento siempre se tiene que realizar en función
del diagnóstico previamente establecido, con el fin de conocer de forma segura
las limitaciones y fortalezas del menor. Cuando no se encuentran déficits
orgánicos graves en el menor, es preciso comenzar con la reeducación de este,
con el objetivo de que el menor asimile y sintetice de forma correcta la
información relacionada con el área de las mátematicas.
Es importante considerar una serie de recomendaciones antes de comenzar el
tratamiento:
Es aconsejable que las sesiones sean individuales, en las cuales participe el
menor con un profesional. En ocasiones también se pueden hacer colectivas
(clases de apoyo)
La implantación de las sesiones ha de ser gradual
No es recomedable límitar el tiempo de la tarea al menor, con el fin de
reducir la ansiedad que este experimenta.
Encontrar actividades que motiven al menor.
No presionar en exceso al menor.
Entre las tareas que se pueden realizar destacan las siguientes:
La adquisición de destreza en el empleo de relaciones cuantitativas
Tareas en las que se requieran procesos de razonamiento.
Ejercicios para consolidar los símbolos numéricos y sus relaciones.
Resolución de problemas.
Utilizar una aproximación multisensorial, ya que cuando hay dificultades en
el área de las matemáticas hay dificultades para entender los procedimientos
y las reglas desde el codigo verbal, resulta demasiado abstracto.
El tratamiento de la discalculia es gradual, se produce una reestructuración
cognitiva en las habilidades matemáticas del niño pero en general suele tener
buenos resultados.
Cómo tratar con estudiantes discalcúlicos
Anime a los estudiantes a “visualizar” los problemas de matemáticas y deles
tiempo suficiente para ello mismo.
Dótelos de estrategias cognitivas que les faciliten el cálculo mental y el
razonamiento visual.
Adapte los aprendizajes a las capacidades del alumno, sabiendo cuales son los
canales de recepción de la información básicos para éste.
Haga que el estudiante lea problemas en voz alta y escuche con mucha
atención. A menudo, las dificultades surgen debido a que una persona
discalcúlica no comprende bien los problemas de matemáticas.
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Dé ejemplos e intente relacionar los problemas a situaciones de la vida real.
Proporcione hojas de trabajo que no tengan amontonamiento visual.
Los estudiantes discalcúlicos deben invertir tiempo extra en la memorización
de hechos matemáticos. La repetición es muy importante. Use ritmo o música
para ayudar con la memorización.
Permita al estudiante hacer el examen de manera personalizada en presencia
del maestro.
No regañe al estudiante ni le tenga lástima. Pórtese con él como con
cualquiera otra persona.