Post on 12-Feb-2019
Tuve la fortuna de visitar Filipinas en enero de 2011 gracias al concurso Jóvenes Periodistas del CICR. Fui a aprender y producir materiales sobre la vida de los jóvenes que viven en situaciones de conAlicto armado, a la luz del trabajo del CICR y de las oAicinas locales de las Cruz Roja, especialmente en la región de Mindanao.
A lo largo de 12 días, visité comunidades en las que viven personas desplazadas por el conAlicto, un centro de prótesis, diferentes oAicinas de la Cruz Roja Filipina, escuelas y barangays (barrios) afectados. Conocí a beneAiciarios del CICR, a jóvenes activistas, a profesionales de planeación de proyectos y a leyendas locales. Sobra decir que esos 12 días estuvieron llenos de incontables enseñanzas que me da gusto compartir contigo.
Los jóvenes y el conflicto armado: perspec6vas pinoyspor Mariel García Montes
Comencemos –valga la redundancia– desde el principio.
¿Cómo es la vida de un joven en Filipinas?
No soy una cientí<ica social, y no pasé meses conviviendo con jóvenes <ilipinos (o pinoys, según se autodenominan) como para entender su situación cabalmente, así que no puedo responder a esa pregunta de manera puntual. Sin embargo, las estadísticas muestran algo con claridad: Filipinas es un país de jóvenes.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
1
Algunos de los más jóvenes beneAiciarios del CICR en Filipinas.
Más de la mitad de la población de Filipinas tiene menos de 25 años de edad.1 Sesenta por ciento tienen 29 años o menos, y 70% tiene menos de 35 años. Mientras algunos países occidentales se preocupan por tener su<icientes trabajadores que puedan mantener a una población que envejece, Filipinas necesita preocuparse primordialmente por la educación y manutención de su juventud abundante.
Ponte a pensar en el gran mercado juvenil en Filipinas: 3 de cada 10 personas son adolescentes o adultos jóvenes. Eso sí que es un gran incentivo para que las celebridades del pop y los diseñadores de moda inviertan en publicidad.
Asimismo, un estudio de mercado2 muestra que los jóvenes pinoys son usuarios importantes de las tecnologías de comunicación. Treinta por ciento de estos jóvenes dicen que no pueden vivir sin sus teles. Tres de cada 10 son bloggeros activos; páginas web como el sitio de micro-‐blogging Plurk (http://www.plurk.com) tienen secciones para pinoys.
La juventud <ilipina es móvil tecnológica y geográ<icamente. El uso de celulares es común, y los <ilipinos en promedio tienen el número más grande de contactos en sus teléfonos móviles en comparación con todos los asiáticos. También, 10% de la población urbana de 15 a 29 años estaba compuesta por migrantes cuando se estudió la distribución en 2004. Esta cifra crecía hasta 19% en la capital del país.3 Incluso, sin con<lictos internos, la proporción de migrantes puede incrementarse conforme crezca la población: con la actual tasa anual de crecimiento (del 1.8%), la población total de Filipinas podría duplicarse para el 2050.
¿Cómo es la vida para un joven filipino en el conflicto armado?
Filipinas es un país de contrastes. Están los jóvenes pinoys que cada semana disfrutan de días de compras “energizados” con comida rápida estadounidense, y también los que viven en una zona en con<licto armado con menos de dos dólares (o 25 pesos mexicanos) al día. Muchos ciertamente no tienen fácil acceso a iPods, o
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
2
1 OAicina Nacional de Estadística de Filipinas, Censo de la población 2007 (http://www.census.gov.ph/data/sectordata/datapop.html).
2 El quinto estudio Synovate Young Asians (ver http://www.synovate.com).
3 S. Gultiano, "Age-‐structure and urban migration of youth in the Philippines," artículo presentado en el CICRED Seminar on Age-‐Structural Transitions, París, 23-‐26 de febrero de 2004. Disponible en: http://www.cicred.org/Eng/Seminars/Details/Seminars/Popwaves/PopwavesGultiano.pdf.
Un adolescente Ailipino utilizando su celular.
siquiera a estudios universitarios. Al mismo tiempo, estos jóvenes no están completamente aislados de la vida de glamour. Ellos saben, gracias a los medios, que ésta existe en el mismo país en que viven; sólo que no está a su alcance.
Me enfocaré en los jóvenes de Mindanao, la región en la que pude ver de primera mano el trabajo del CICR, y donde pude conocer a sus bene<iciarios.
¿Qué tipo de con<licto viven los jóvenes de Mindanao? La respuesta simple es que... es una historia muy larga. Las raíces de este con<licto datan de cientos de años, y éste toma la forma de disputas entre clanes, rebeliones en contra del gobierno <ilipino y violencia esporádica. Diferentes intereses y visiones del mundo in<luyen en los diferentes participantes del con<licto, y yo no podría hacer un buen trabajo explicándolos. Así que no lo voy a intentar.
En vez de eso, me basaré en historias personales para mostrar los retos a los que se enfrentan las personas allí.
Los efectos del conflicto armado en la juventud
El efecto más obvio de un con<licto armado en los jóvenes es que éstos, o sus parientes o amigos, pueden ser heridos <ísicamente.
Por esta razón, visitamos el Davao Jubilee Center, que recibe apoyo del CICR para su programa de prótesis.
Jubilee busca ayudar a la gente q u e t i e n e c a p a c i d a d e s
diferentes a vivir de manera independiente; regresar “a la vida normal”, como algunos dicen por ahí. Logran esto evaluando la capacidad visual y auditiva de pacientes, dando aparatos para la audición, produciendo prótesis personales y entrenando a quienes las reciben para su buena utilización.
El CICR ayuda a las víctimas de con<licto a través del programa de rehabilitación de Jubilee. Entrevistamos a dos recipientes de prótesis; ambos perdieron una pierna por heridas de bala que recibieron mientras trabajaban en sus huertas.
Ellos no saben quiénes les dispararon. Lo que sí saben, sin embargo, es la desesperación que embarga a quienes pasan por una amputación cuando se dan cuenta del cambio fundamental, y tal vez no bueno, que habrá en sus vidas.
También saben lo di<ícil que es el primer entrenamiento con la nueva prótesis. Cosas que tomamos por sentado, como nuestro centro de equilibrio, necesitan ser reaprendidas durante las dos semanas del programa de rehabilitación. Pero los pacientes dicen que, en ese punto, la desesperación se torna esperanza.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
3
Un asentamiento de desplazados en Mindanao, Filipinas-
Llegando al Davao Jubilee Center, un centro de esperanza para los heridos del conAlicto.
Poniendo los toques Ainales a una prótesis hecha para un
paciente de Jubilee.
La gente que conocimos era de edad adulta, pero Jubilee también trabaja con víctimas del con<licto mucho más jóvenes. De hecho, la coordinadora del programa de rehabilitación <ísica, Chona Serra, habla del paciente más memorable de Jubilee: un niño de cinco años, hecho huérfano y amputado bilateral a causa del con<licto.
La Srta. Serra dice: “No hay palabras para explicar lo que uno siente al ver felicidad después de ver tanta tristeza.” La comunidad aprecia que Jubilee incluya en su rehabilitación aspectos psicosociales: no sólo se trata de poder caminar de nuevo, sino también de regresar a una vida normal. Se trata de aprender a sonreír otra vez.
Pero, ¿qué otras consecuencias hay durante el con<licto?
Reconectando familias con sus seres queridos que están en detención
Durante el caos del con<licto, hay un gran riesgo de detención de jóvenes o de sus familiares. Es aquí que entra el programa de visitas familiares del CICR.
Conocimos a dos mujeres cuyos esposos fueron detenidos lejos de casa durante el con<licto. El CICR ayuda a estas mujeres a visitar a sus esposos hasta cuatro veces al año.
La primera mujer, que tiene dos hijas, dice que lo más di<ícil es tener que mantener a su familia sola. Entre otras cosas, ella teje hojas de nipa para hacer piezas para techo. Esta mujer gana 30 pesos <ilipinos, que es menos de un dólar (o menos de diez pesos mexicanos) por el trabajo de varios días. Sobra decir que sus hijas simplemente no tienen oportunidad de vivir el estilo relativamente cómodo que otros jóvenes <ilipinos sí.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
4
Un niño de cinco años, paciente de amputación bilateral, prueba sus nuevas prótesis con la ayuda de la Srita. Chona
Serra.Crédito: ICRC/Albert Madrazo
El CICR está ayudando a esta mujer a visitar a su esposo en prisión.
La otra mujer, madre de cuatro, decidió llevar a todos sus hijos a ver a su padre. Como su presupuesto es limitado, sólo podrá hacer una visita al año -‐ y como está en una prisión de alta seguridad, la visita sólo durará dos horas, y la familia no tendrá contacto con él fuera de este tiempo.
Cuando les preguntamos a estas mujeres qué era lo que deseaban más en la vida, ellas no hablaron de posesiones ni de estabilidad. Su deseo, y el de sus hijos, es simplemente ver a su familia reunida.
El CICR no sólo ayuda a las mujeres a visitar a sus esposos o a los niños a visitar a sus padres. También ayuda a padres a visitar a sus hijos en prisión.
Pero la separación de su familia es sólo una de las maneras en las que el con<licto afecta a los jóvenes. Algo más básico todavía es el efecto que el con<licto tiene en el acceso de estos niños a la educación y a la alimentación.
La educación durante el conflicto
Cuando el con<licto hace erupción, las comunidades se mudan rápidamente, llevando consigo sólo lo que pueden cargar en los brazos durante sus caminatas de kilómetros hacia los nuevos asentamientos, en los que generalmente no hay servicios. Ahí tienen que comenzar una nueva vida desde cero.
La escuela es, en la mayoría de los casos, una de las primeras víctimas del desplazamiento. Las familias tienen otras cosas por las cuales preocuparse, como sobrevivir y encontrar comida. Para entender esta situación, visitamos a comunidades donde se han asentado los desplazados por el con<licto.
En un lugar, los niños tuvieron que abandonar la escuela repentinamente, y sólo pudieron regresar hasta que dos madres de la comunidad organizaron una escuela independiente, ayudadas por una de las ONG’s que dan apoyo en la región.
Estos niños están recibiendo educación ahora, pero la situación es más di<ícil para los jóvenes mayores. Es di<ícil que éstos tengan acceso a bachilleratos, y, aunque éstos existen, los grupos por lo general están sobrepoblados y no tienen su<icientes recursos. Es di<ícil enseñar el uso básico de computadoras (para que
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
5
El ajuste a un nuevo ambiente es un obstáculo para los niños afectados.
Cuando las familias se desplazan, la educación generalmente se interrumpe.
estos jóvenes puedan buscar un trabajo de o<icina, por ejemplo) cuando sólo hay una computadora en una comunidad de más de cien estudiantes.
Los adultos jóvenes generalmente no pueden entrar a una universidad porque el con<licto les impidió obtener un certi<icado de preparatoria. Los que sí lo logran tienen de todas maneras más di<icultades para aprender, pues tienen generalmente recursos limitados, y obligaciones como apoyar en los negocios familiares.
Alimentos
Cuando el con<licto llega a las áreas rurales, la gente tiene que dejar sus huertas, perdiendo al mismo tiempo su fuente de ingresos y su fuente de alimentación. No pueden recoger la cosecha de esa temporada, o llevarse a su carabao (el búfalo asiático que ayuda en las plantaciones de arroz) o sus costales de semillas con ellos. Encima de eso, las poblaciones tienen que encontrar tierra disponible; usualmente, esta tierra es virgen y necesita limpiarse y tratarse antes de su cultivo.
Se necesita un esfuerzo colectivo para producir comida para todos. Estas comunidades reciben apoyo de diferentes organizaciones, incluido el CICR, pero bajo condiciones tan austeras todos necesitan trabajar la tierra todos los días del año.
El CICR estudia las necesidades de la comunidad. ¿Cuál es la base de su dieta? ¿Cuáles son sus habilidades – pueden pescar, mantener ganado o sólo cultivar plantas? ¿Qué apoyos están recibiendo? ¿Qué tipo de agricultura se puede llevar a cabo en la tierra en que están? La asistencia dada por el CICR depende de las respuestas a estas preguntas. Las comunidades pueden recibir grupos de peces para repoblar ríos, o semillas y materiales para cultivar plantas para alimentación a largo plazo.
Se están implementando grandes proyectos para hacer la agricultura más e<iciente. Aquí entra en escena la distribución del legendario kuliglig: esas máquinas para arar hacen que el trabajo en el campo se lleve a cabo más fácilmente.
Mientras tanto, algunas personas reciben alimentos. Es di<ícil trabajar bajo el sol durante horas cada día cuando no se tiene nada que comer.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
6
Estos cacahuates recién cultivados son uno de los productos de las semillas dadas por el CICR a estas
comunidades.
Estas máquinas para arar (kuligligs) hacen la agricultura más
eAiciente.
Alguien tiene que asegurarse de que las cosechas estén listas para su consumo. ¡Este camote sí que lo estaba!
Iden6dad y aspiraciones
La “crisis de la adolescencia”, de suyo, ya es bastante di<ícil sin la presión de un con<licto armado que la acrecienta. En nuestras visitas a comunidades, escuchamos muchas historias personales de adolescentes que están creciendo en medio del con<licto.
Para algunos jóvenes desplazados, era vergonzoso asentarse en un lugar diferente porque creían que los nuevos vecinos los verían mal. Aunque eventualmente se ajustaron al nuevo ambiente, este miedo inicial los llevó a aislarse.
Cuando le preguntamos sobre sus planes futuros, Rowena nos dijo que lo que más quiere es ayudar a sus padres. Ella apoya en las actividades de su casa, en los pequeños negocios, y ayuda también en la escuela, en la que enseña matemáticas, su materia favorita.
En el futuro, ella quiere trabajar fuera de Filipinas para mandar dinero a casa. No es la única que quiere hacerlo; muchos jóvenes <ilipinos piensan que trabajar en otros países puede ayudar a aliviar su situación económica. Rowena piensa que la fuerza que ha ganado como víctima de un con<licto – viéndose caminar en el lodo para encontrar un nuevo lugar para vivir– le ayudará en su misión.
Muchos otros jóvenes toman decisiones diferentes: buscando una mejor vida, se casan a edad temprana. Entonces, cuando tienen hijos que cuidar, no hay tiempo para terminar la escuela.
Otros adolescentes, sin embargo, tienen mucho en común con otros jóvenes <ilipinos y del mundo: Rowena se declara fan del pasatiempo nacional: cantar. Otro adolescente de la misma comunidad entró a una
competencia de danza con sus amigos. Con el premio, él se compró un par de tenis que estaban de moda. La siguiente parada de ese grupo es un programa de talentos en televisión.
Sí: las poblaciones desplazadas no son inmunes a la in<luencia de la cultura popular. Puede que no tengan tele en casa, pero los adolescentes usan sus celulares para sacar fotos, y les importa su apariencia. Tal vez de manera sorprendente, todos los adolescentes que conocimos en una comunidad tenían celulares propios para estar en contacto con amigos y padres. Si piensas que sus padres no son estrictos con el uso de los celulares de la manera en que lo son los padres occidentales (“no mandes mensajitos mientras comes”), debes saber que las llamadas en la noche están prohibidas.
A los jóvenes que se han desplazado por el con<licto también les importa lo que piensan sobre ellos las personas que viven en otros lugares. Un joven voluntario de la Cruz Roja Filipina en Cotabato nos dijo que le entristeció ver que, en el resto del país, la gente de las áreas en que se desenvuelve el con<licto de Mindanao es vista estereotípicamente como rebelde o terrorista. Él lo vivió de primera mano cuando fue a estudiar en otra región. “Traté de ayudarlos a ver que hay más cosas en esta región”, dijo.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
7
Rowena espera encontrar trabajo en otro país para ayudar a su
familia.
Como los adolescentes en todos lados, los jóvenes de Mindanao se preocupan
por cómo son vistos.
Op6mismo y acción
¿Se puede resolver el largo con<licto de Mindanao? Muchos adultos te dirán que no; que seguirá durante generaciones y generaciones. ¿Y quién los puede culpar de pesimismo ante una situación tan compleja?
Pero los jóvenes piensan diferente. Los problemas pueden ser resueltos porque ellos los van a resolver. Para encontrar un justo medio entre pesimismo e ingenuidad, escuchemos los pensamientos de esos jóvenes que están trabajando para cambiar la situación.
Tuvimos la oportunidad de conocer a jóvenes llenos de entusiasmo en un evento organizado en el Midsayap Southern Christian College, cerca de Cotabato City.
La discusión se centró en cómo encontrar una solución, no en si era posible hacerlo. Pero nunca se indicó que ésta sería la dirección del debate. Sorprendentemente, aunque este evento sólo se llamaba “un foro juvenil”, sin más indicaciones, la discusión entera estuvo relacionada con proyectos de paz.
Todos estos activistas habían tenido encuentros con el con<licto. Algunos habían sido desplazados, otros conocían amigos que nunca regresaron a la escuela, y ciertamente todos vieron el límite de sus oportunidades. Nadie tuvo que decirles que la discusión tenía que ser sobre proyectos de paz – ellos lo sabían implícitamente.
Pero estos jóvenes no sólo hablan acerca del con<licto; están trabajando para erradicarlo. A través de las artes, deportes y programas educativos, hacen un esfuerzo para desarrollar una cultura de la paz entre los jóvenes.
Una de ellos es Aiza, una talentosa chica de 20 años que trabaja en “Bola hindi bala” (Bolas, no balas). Este programa junta a niños desplazados en un campamento de deportes para darles apoyo psicosocial y para ayudar a disminuir las barreras que existen entre religiones.
Los proyectos discutidos en Midsayap eran grandes y ambiciosos, e involucraban a cientos de jóvenes. Incluían iniciativas como la Operación Caja de Zapato, en la que estudiantes de primaria llenan cajas con útiles escolares para sus compañeros que se encuentran en zonas afectadas por el con<licto.
La Cruz Roja Juventud en Filipinas
Entre los jóvenes que están trabajando para mejorar la situación en Filipinas, se encuentra la Cruz Roja Juventud. Hay mucho que decir sobre esta organización; aquí sólo mencionaré algunos de los aspectos principales.
Tuve la oportunidad de conocer a miembros de la o<icina en Davao City. Son genuinos todólogos que trabajan en cualquier contexto, sea desde el radio room en donde responden a llamadas de emergencia hasta los salones donde enseñan primeros auxilios (como puedes ver en las fotos).
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
8
Los jóvenes traen perspectivas frescas a la discusión sobre la erradicación del conAlicto.
Aiza habló sobre un campamento de deportes que promueve la convivencia interreligiosa de las personas.
A la derecha, miembros de la o<icina de la Cruz Roja Juventud en Davao City, Filipinas, responden con risas cuando la fotógrafa trata de capturarlas desprevenidas.
A la izquierda, las mismas chicas se ven más serenas cuando ya tuvieron oportunidad de acomodarse el cabello.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
9
También conocimos a miembros de la o<icina de Cotabato (ver foto a la derecha). Estos jóvenes trabajan en el campo distribuyendo ayuda y dando apoyo psicológico a las víctimas de desastres naturales. Muchos de ellos tienen conocimientos médicos.
Finalmente, conocimos a jóvenes de la o<icina de Rizal en Metro-‐Manila. Pudimos ver una de sus famosas “invasiones de barangay”: entran a diferentes barrios, o barangays, a dar consejo a jóvenes sobre temas como abuso de sustancias, la prevención de enfermedades de transmisión sexual, y otros temas relevantes para la juventud (ver fotos abajo).
Las invasiones de barangay incluyen visitas a escuelas locales...
… pláticas con los adolescentes de la zona…
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
10
… (inclusive con la niña que se está escondiendo en la sari-‐sari, o tiendita de la esquina)…
… y generalmente estar allí para escuchar a los jóvenes y recordarles la importancia de sus decisiones.
¿Pero acaso lo que hacen realmente tiene un impacto?
“Sí” es la respuesta inmediata de sus colegas de más años. La sede de la Cruz Roja Filipina en Manila estima que la Cruz Roja Juventud constituye el 75% de los voluntarios de esta organización en el país entero. Piénsalo así: tres cuartos de los voluntarios distribuyendo ayuda, haciendo un manejo experto de las donaciones de sangre y creando conciencia sobre la prevención de desastres tiene menos de 25 años de edad.
Los adultos de esta organización están orgullosos del trabajo arduo e independiente de estos jóvenes. El legendario Sr. Antonio Uy, que ha trabajado con la Cruz Roja Filipina desde 1956, dice que uno de sus momentos favoritos en su carrera entera fue ver a los jóvenes voluntarios trabajando solos en las bodegas, sin necesitar instrucciones sobre cómo actuar, durante la respuesta a un desastre natural.
Estos jóvenes no sólo pueden ser, sino que ya son, la más grande fuente de poder de una institución tan grande como la Cruz Roja Filipina.
Pero tal vez no todos ven a los jóvenes con tan buenos ojos.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
11
Sí podemos
A pesar de todo el trabajo que están llevando a cabo, y del hecho de que constituyen más de la mitad de la población, los jóvenes en Filipinas parecen sentir generalmente que sus creencias y acciones no reciben el respeto de los mayores.
Jóvenes de Rizal dicen que, en sus invasiones de barangays y en otros programas que llevan a cabo, hay adultos que intervienen cuando están hablando con otros jóvenes. “Ellos piensan que no tenemos el conocimiento necesario para hacer lo que hacemos; no con<ían en nuestra preparación”, dice una miembro de Cruz Roja Juventud.
Es por eso que los jóvenes en Filipinas dicen “sí podemos”. Y aquí están las razones por las que, según ellos, merecen la con<ianza de sus mayores:
Por su pasión. Estos jóvenes pasan horas, tal vez meses, cada año trabajando para mejorar su comunidad.
Por el apoyo que de hecho ya reciben. No tienen que trabajar desde cero; la existencia de programas como Cruz Roja Juventud les da las herramientas que necesitan para enfocar sus esfuerzos en trabajo de verdad.
Por los materiales, programas y recursos que han creado y compartido con muchos, desde boletines hasta manuales.
Porque pueden hablar con otros jóvenes como compañeros. A veces, eso es lo que necesitan los jóvenes para hablar sobre lo que más les interesa.
Porque saben qué inspira a los jóvenes para convertirse voluntarios. Después de todo, ellos también necesitaron motivación.
¡Porque tienen conocimiento! Aparte del entrenamiento que reciben para convertirse en voluntarios, estos chicos acarrean todo el conocimiento que han adquirido en las escuelas de medicina y enfermería, o en otras áreas de educación superior.
Los voluntarios siempre necesitan más entrenamiento y mejores herramientas; los
bene<iciarios necesitan ver que las necesidades relacionadas con su etapa de vida están siendo consideradas. Los jóvenes <ilipinos en general necesitan apoyo de los adultos para enfrentarse a los retos que enfrentan.
Es inspirador ver que, inclusive para aquéllos más afectados por el con<licto, hay adultos que prestan atención a sus necesidades y tratan de mejorar las cosas para ellos. Es también inspirador ver a estos jóvenes aceptar su papel en la creación del cambio de una manera responsable.
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
12
Los jóvenes activistas traen habilidades y conocimiento verdaderos a su trabajo.
Los jóvenes saben qué temas importan más a sus compañeros.
Asegurémonos de que nunca les falte apoyo.
Photo credits: ICRC/Mariel García Montes
Los jóvenes y el conAlicto armado: perspectivas pinoys
13
Jóvenes de la Cruz Roja Juventud en Filipinas trabajan con los adultos para mejorar la situación en su comunidad.