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Tema 5: RENÉ DESCARTES (1596- 1650)
© Gabi Hernández Pujol
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TEMA 5: RENÉ DESCARTES (1596- 1650): El Racionalismo.
1. VIDA Y OBRA.
Descartes elabora su teoría filosófica en el s. XVII, que coincide con los inicios de la
Edad Moderna y con los primeros estados nacionales. Es una época de crisis y de guerras de
religión, que culmina con la Paz de Westfalia. Aún así el incipiente capitalismo promueve el
progreso de las ciencias.
La filosofía prescinde del criterio de autoridad y deposita toda su confianza en las
capacidades de la razón. El acceso del hombre renacentista a los textos originales de los
antiguos les hace descubrir que tampoco ellos han tenido una doctrina única ni están por tanto
en posesión de la verdad.
La ordenación teológica del mundo, propia de la Edad Media comenzó a ponerse en
duda. Esto desemboca en una crítica de la escolástica. Ahora no se preguntan qué son las
cosas sino cómo se comportan.
Descartes nació en una familia adinerada y estudió en el Colegio Jesuita de La Flèche
(Francia), pero al terminar sus estudios decidió aprender en "el gran libro del mundo". Estudió
filosofía durante tres años dentro de la tradición escolástica, aunque tuvo la oportunidad de
conocer las ideas de Galileo. Decepcionado por la educación que le daban en La Flèche, decidió
iniciar un periodo de auto aprendizaje para encontrar un saber que estuviera a la altura de los
tiempos.
Se alistó como soldado en la Guerra de los Treinta años, e inició una serie de viajes
durante diez años. Establecido en Holanda se dedicó a estudiar Física, Matemáticas y
Anatomía. Murió en Suecia, invitado por la Reina Cristina.
Entre sus obras destacan el Discurso del Método, las Meditaciones metafísicas y los
Principios de la Filosofía.
Descartes perteneció a la corriente filosófica llamada Racionalismo, caracterizada por
defender la supremacía de la razón como única fuente de conocimiento, por afirmar que
existen las ideas innatas, por aspirar a crear una ciencia única, universal y necesaria (Mathesis
Universalis) y por sostener el proceder de las matemáticas junto con la intuición intelectual, es
el método adecuado para el ejercicio del pensamiento.
2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RACIONALISMO.
El Racionalismo es junto con el Empirismo una de las corrientes filosóficas más
importantes del s. XVII. Se caracteriza por defender la supremacía de la razón sobre el
conocimiento sensible. Los rasgos principales de este movimiento son los siguientes:
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1. Se considera que la razón es la única fuente válida para conocer la verdad.
2. Es la infravaloración del conocimiento sensible. Por tanto la ciencia que es un
conocimiento necesario y universal no puede fundamentarse en los sentidos sino en la
razón.
3. Se admite la existencia de ideas innatas que se encuentran potencialmente en el
entendimiento e independientes de la experiencia.
4. Aspiración a crear una ciencia única, universal y necesaria. La razón humana es común
a todos por tanto la ciencia que se busca pretende ser común a todas las ciencias.
5. El Racionalismo adopta el método de las matemáticas cómo modelo de la ciencia y sus
auxiliares son la educación y la intuición intelectual.
6. Se defiende la racionalidad del mundo. Todo lo que sucede en el mundo, todo lo que
compone la realidad tiene una justificación que la inteligencia humana puede llegar a
conocer.
Además de Descartes otros conocidos racionalistas fueron: Spinoza y Leibniz.
RAZÓN VERDAD
DESPRECIO DE LOS SENTIDOS
RACIONALISMO IDEAS INNATAS
(S. XVII) MATHESIS UNIVERSALIS
METODO MATEMÁTICO
RACIONALIDAD DEL MUNDO
3. EL MÉTODO CARTESIANO
3.1. Definición y reglas del método.
Descartes define el método cómo un conjunto de reglas ciertas y fáciles mediante las
cuales no se tome nunca nada falso o verdadero, y se aumenten gradualmente los
conocimientos hasta donde sea posible. El método permite por un lado avanzar con orden en
la adquisión de nuevos conocimientos, y por otro lado fundamentar la unidad de la ciencia. El
método consta de cuatro preceptos inspirados en las demostraciones de las matemáticas
(More Geometrico):
1. La EVIDENCIA. El principio de evidencia es el criterio de verdad. Una verdad evidente
es aquella que se presenta a la mente de un modo claro y distinto. Una idea es clara
cuando se muestra inmediatamente a cualquier persona atenta. Una idea es distinta
cuando no puede ser confundida por otra. Mediante las ideas claras y distintas la razón
puede captar los elementos más simples del conocimiento. La evidencia no admite
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grados por tanto todo lo que sea dudoso, oscuro y confuso debe ser rechazado como
punto de partida.
2. El ANÁLISIS. Consiste en la descomposición de una idea compleja o un problema en sus
elementos más simples.
3. La SÍNTESIS. De los simple se vuelve a recomponer lo complejo de un modo ordenado.
4. La ENUMERACIÓN. Es la comprobación y revisión de todo el proceso anterior.
3.2. La duda metódica.
Una vez establecido el método, que se basa en las matemáticas, Descartes decide
aplicarlo al resto de las ciencias, comenzando por la metafísica. En primer lugar es necesario
encontrar una verdad evidente a partir de la cual construir todo el sistema de la filosofía. Para
alcanzar este objetivo Descartes decidió recurrir a la duda: se trata de dudar de todo con el fin
de buscar algo que resista a toda duda, es decir, algo que se muestre como una verdad
indudable sobre la cual asentar de un modo sólido los cimientos de la filosofía. La duda
cartesiana se caracteriza por ser:
1. METÓDICA. Se trata de un procedimiento metodológico para encontrar algo de lo que
no se pueda dudar.
2. TEORÉTICA. Se aplica sólo al ámbito de la reflexión filosófica, no al ámbito de la
religión ni de la moral, es decir, no se aplica al terreno práctico.
3. UNIVERSAL. Descartes pone en duda todos los conocimientos, tanto los procedentes
de la experiencia sensible, como los conocimientos matemáticos que se suponen
infalibles.
¿Cuáles son los motivos que nos pueden hacer dudar?
El primer motivo de duda es la fiabilidad de los sentidos: si algunas veces nos engañan
pueden hacerlo siempre, por lo que no debemos fiarnos de ellos. Este motivo se confirma con
la imposibilidad de distinguir el sueño de la vigilia: percibimos el mundo como real, pero
también vivimos sensaciones similares mientras dormimos.
El segundo motivo de duda son los propios razonamientos: nos podemos equivocar
mientras razonamos, incluso podemos cometer errores en las demostraciones matemáticas.
Y por último, el tercer motivo de duda, es poner en duda la propia capacidad de la
inteligencia: tal vez hemos sido creados por un dios que nos engaña sistemáticamente, que ha
dispuesto nuestra naturaleza de tal modo que creamos estar en la verdad cuando realmente
estamos en un error. Pero Descartes rechaza la idea de que Dios, que es sumamente bueno,
puede engañarnos, de tal modo que habla en lugar de Dios un genio maligno que nos obliga a
errar pensando que estamos en lo cierto.
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3.3. Cogito ergo sum.
La duda a puesto entre paréntesis incluso las certezas más habituales: Descartes
desconfía ahora de la existencia del mundo y de dios, objetos externos a él; de la existencia de
su propio cuerpo; duda incluso de las verdades matemáticas. ¿Qué le queda? ¿dónde está esa
verdad indudable sobre la cual edificar el sistema de la filosofía? Lo único que no se puede
poner en duda es el propio sujeto que duda, el propio sujeto que piensa en la inexistencia de
las cosas (solipsismo).
Del acto mismo de dudar surge la verdad indudable: que si pienso existo. Esta verdad
es tomada por Descartes como el primer principio evidente de la filosofía. Es la verdad clara y
distinta de la que pueden deducirse todas las demás verdades. En este punto está clara la
influencia de San Agustín, según el cual en el entendimiento existen verdades inmutables y
necesarias cuyo fundamento solo puede hallarse en Dios.
Esta evidencia, pienso luego existo, no es el resultado de la deducción si no de una
intuición, gracias a la cual me experimento a mi mismo como una cosa que piensa o como una
sustancia pensante (res cogitas). Es problema inmutable y absolutamente verdadero del que
no se puede dudar. Para Descartes por tanto el pensamiento se define como acto consciente
del espíritu y es el acto de pensar el que es evidente y no su contenido.
3.4. La sustancia.
Descartes define el término sustancia como aquello que no necesita de otra cosa para
existir, excepto de Dios. Lo propio de una sustancia es la existencia completa. Admite dos tipos
de sustancias:
1. Infinita (res infinita); que identifica con Dios, no necesita de nada para existir y es en sí
misma y por sí misma.
2. Finita; que no necesita de otra cosa para existir excepto de Dios y es en sí misma pero
no por sí misma. Podemos diferenciar dos formas:
a. Extensa (res extensa), todo lo relacionado con lo material y con el cuerpo
humano.
b. Pensante (res cogitans), que se refiere en el ámbito espiritual del ser humano.
Descartes demuestra la existencia de Dios a partir de la idea de perfección. El que yo
dude supone que soy imperfecto, pero ser consciente de mi imperfección implica que en mí
existe la idea de perfección.
Las ideas son actos mentales, es decir, imágenes por la que nos representamos las
cosas. Hay tres tipos:
1. Ideas adventicias, proceden de la experiencia externa, es decir, de los sentidos.
2. Ideas facticias, proceden de la experiencia interna, es decir, de la imaginación.
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3. Ideas innatas, son ideas que posee el entendimiento por naturaleza. Y aquí es donde
debemos situar la idea de Dios.
Descartes relaciona a Dios con la idea de perfección: no puede ser adventicia ya que
nada exterior a mí es perfecto; tampoco puede ser facticia, puesto que no poseemos
elementos para crearla en la imaginación; debe ser por tanto una idea innata puesta en mi
interior por ser un ser que posea tal cualidad, y ese ser sólo puede ser Dios.
El hecho de dudar muestra también que somos seres finitos. La idea de finitud del
mismo modo procede de la idea de infinitud. Como dicha idea no se encuentra en nosotros ni
en nada de lo que nos rodea, es necesario que proceda de Dios. A partir de aquí Descartes
concluye que es necesario que Dios exista, siguiendo el argumento ontológico de San Anselmo
de Canterbury.
Queda demostrada así la existencia de un sujeto que piensa y la existencia de Dios. A
continuación Descartes considera que como Dios es perfecto y también bueno, no puede
engañarnos con respecto a la existencia del mundo exterior o las verdades de las matemáticas.
Recupera entonces por medio de Dios todo lo que antes se había puesto en duda.
Hay dos tipos de sustancias finitas: el alma y el cuerpo, y a cada una le corresponde un
atributo. El pensamiento, al alma; y la extensión, al cuerpo. La res cogitans es una cosa que
piensa, duda, imagina y siente. Nuestro conocimiento por tanto consiste en un "yo" o sujeto
que piensa ideas. En el caso del cuerpo todo se reduce a materia y movimiento. Se trata por
tanto de un dualismo antropológico.