Post on 15-Mar-2022
TEMA
Durante años, “La casa de hojas” de Mark Z. Danielewski arrastró una fama de “intraducible” que escondía otra difi cultad: parecía de hecho ineditable, tan elevados como se antojaban los costes asociados. Pero el esfuerzo conjunto de Alpha Decay y Pálido Fuego, con Javier Calvo a la traducción y Robert Juan-
Cantavella como responsable de su titánica maquetación, ha permitido que se abran las puertas para España de una novela fascinante, cruce contra natura entre Stephen King y un texto académico, a cuya fantasía formal rendimos homenaje con la desestructuración de este artículo. texto MILO J. KRMPOTIC’ foto EMMAN MONTALVAN
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unque la literatura nos ha legado una serie de memorables (por aterradoras) casas encantadas, ninguna puede compararse a la que alquiló el premio Pulitzer Will Navidson en la Virginia rural para enderezar su matrimonio y reencontrarse con sus hijos. Y es que, a medida que los cambios en su estructura y pasillos interdi-
mensionales conducen a la angustia (y quizá la locura) a sus ocupantes, también el texto que los relata, escrito por un ciego llamado Zampanò como comentario pretendidamente académico a un documental del propio Navidson, cae en la des-estructuración, la multiplicidad de acotaciones paralelas (2) e incluso el caos.
José Luis Amores supo de la novela experimental más famosa de este siglo XXI, cuando menos en el ámbito anglosajón, a través del crítico Larry McCa-ffery. En 2011 pidió precio por ella para su inminente sello Pálido Fuego y descubrió que Ana S. Pareja llevaba dos años buscando cómo agenciarse sus derechos sin que la empresa hiciera tambalearse a Alpha Decay. Así, de su consiguiente unión surgió la fuerza para acometer una labor que coor-dinó Pareja y que involucró a Javier Calvo (traducción), Robert Juan-Cantavella (maquetación), Roser Ruiz (correc-ción), José Luis Amores (apartado gráfi co) y su hermano Juan (ilustración de cubierta), y que contó con la ayuda del mexicano René López Villamar a la hora de desentrañar las muchas claves escondidas por Mark Z. Danielewski en las páginas del libro.
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La casa de hojasMark Z. Danielewski
Alpha Decay / Pálido Fuego
736 págs. 29,90 ¤.
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Fiel a su naturaleza des-
mitifi cadora, Javier Calvo
nos cuenta que La casa de hojas
“puede ser lenta, engorrosa o
irritante de traducir a veces,
pero no es el libro más difícil
con el que me he encontrado”. Y
añade que, “para ser justos, la
traducción debería estar acre-
ditada de forma colectiva. Ana
S. Pareja solucionó los acrós-
ticos y las claves secretas”.
Sobre un posible parentesco con
David Foster Wallace, autor al
que también ha volcado en cas-
tellano, aclara que “las seme-
janzas entre ambos son bastante
cosmeticas, y tienen que ver
con su monumentalidad, su afi -
ción por los aparatos de notas
o su público gafapasta”. Pero
se aviene a dejarnos con buen
sabor de boca: “Me resultó una
obra bastante única, que intri-
ga, fascina y seduce en la pri-
mera lectura”. Aunque la versión castellana cuen-
ta con un treinta por ciento más de
palabras, Robert Juan-Cantavella ha
conseguido que cada página conten-
ga la misma información que el ori-
ginal. Su disposición, eso sí, con cajas que na-
cen de otras y texto a veces boca abajo, otras
invertido en un refl ejo especular (1),
invita constantemente “a que el lector
tenga que aprender por dónde se entra
a leer”. Así, más allá de sus virtudes lite-
rarias, La casa de hojas es un artefacto visual
sembrado de enigmas, con su uso de las tintas
de colores y los acrósticos y mensajes que en
ella se esconden, que hace prácticamente im-
posible su conversión en libro digital.
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1. Amén de seis niveles de notas a pie de página y varias extrañeces formales más.2. Entre ellas, citas de un corpus inexistente, tal y como destacaron Luis Vicente Mora y Avier Javilés en su meticuloso ensayo Ash Tree Lane. Exégesis de una casa de pesadilla (Los Libros de Portnoy, 2002).3. La conexión francesa puede establecerse también a través de la estancia de Danielewski hijo en París, donde pasó una temporada escribiendo.
“La casa de hojas” es un libro-objeto plagado de juegos que imposibilitan su versión digital. ggg
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