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7/31/2019 Transicin chilena a la democracia: etapas, implicancias, reflexiones y especulaciones.
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Sebastian E. Adasme Favreau
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Transicin chilena a la democracia:
Etapas, implicancias, reflexiones y especulaciones.
La historia latinoamericana ha presentado particularidades y singularidades. En momentos es
apropiado hablar de dcadas, abordando las realidades de varios pases. As lo seal Lechner: si
la revolucin es el eje articular de la discusin latinoamericana en la dcada del 60, en los 80 el
tema central es la democracia1. Asimismo, en otros perodos resulta til separar las historias de
cada nacin. Ahora bien, que en los 80 la democracia fuera el tema central (en casi todos los
pases latinoamericanos) responde a que se viva el reinado autoritario y que, ese reinado, no sepodra extender mucho ms. Los autoritarismos no podan ser para siempre, y las oposiciones
asuman la misin de dejar atrs al autoritarismo y generar el contexto de transicin para retomar
una democracia. El perodo de la transicin merece un anlisis en profundidad, una observacin
aparte, pero es apropiado considerar todas las transiciones como el mismo suceso?
Puede que todos los episodios transitolgiso confluyan en el mismo fin, pero claramente no todos
se dieron de la misma manera o generaron los mismos cambios. El caso chileno de transicin de
una dictadura a una democracia ha sido considerado como ejemplar, pero qu ha significado la
transicin chilena a la democracia? Es ac donde nos concentraremos, en el caso chileno, en
donde la dictadura se prolong por casi dos dcadas, y la transicin cost casi otras dos dcadas
ms. Una transicin que consolid un sistema generado en dictadura, una transicin que cimentel modelo de sociedad que Chile es hoy, en parte tan igual, en otra tan desigual.
Fenmeno autoritario chileno: ejecutor de la neoliberalizacin.
Las transiciones en el continente no han sido slo polticas, sino que han contemplado una
transicin econmica, o ms bien, una serie de reformas en el plano econmico que van ligadas a
un sentido socio-poltico. Pero el caso chileno, en ese sentido, presenta una diferencia: las
reformas econmicas (y de sociedad) se gestaron en un contexto autoritario, en la dictadura. A
estas reformas, o transicin econmica, se le ha otorgado el nombre de reformas de primera
generacin, las que tienen por objetivo, a modo general, establecer una economa (y sociedad)
neoliberal.
La dictadura chilena se encarg de neoliberalizaral pas, de consolidar las reformas de primera
generacin, esto es, dar el punta pie inicial a la privatizacin de empresas pblicas y a la
liberalizacin del mercado. Un ejemplo claro sobre el eje privatizador es el nacimiento de las AFPs
y las Isapres. De todos los pases latinoamericanos que pretendieron la implementacin de las
1Lechner, De la revolucin a la democracia, 2006, p. 24.
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reformas de primera generacin, o bien, que pretendieron neoliberalizar su pas, Chile es el nico
que, de manera exitosa, logra instaurar este nuevo modelo en un contexto autoritario.
Por qu la dictadura logra implementar el modelo neoliberal? Tanto el autoritarismo como el
sistema neoliberal tienen un objetivo poltico: no considerar la poltica. La neoliberalizacin
conlleva efectos inmediatos, de corto plazo, que no son positivos para la mayora; entonces, si la
pretensin es generar cambios que de manera inmediata traera el rechazo de la ciudadana o de
la poltica en general, por lo tanto, para generar esos cambios hay que sacar a la poltica, reducirla,
haba que omitir la presin ciudadana, objetivo que se logr con la intimidacin autoritaria, con la
represin.
Transicin a la democracia, o democratizacin del modelo neoliberal?
El autoritarismo no fue eterno, aunque lo pareca. En algn momento la dictadura tena que
terminar y dar paso a otro esquema poltico, a una tan ansiada democracia; la transicin del
autoritarismo chileno a una democracia no fue tan simple como subir un par de escalones en una
escalera y abrir una puerta y pasar a otra etapa. No, no fue as. La palabra clave, No. La gestacindel No en Chile es el primer escaln de la escalera transicional.
La gestacin de este proceso de transicin debe ser considerado en una dimensin intelectual y
otra poltica; la perspectiva de la sociologa (y las ciencias sociales) poltica y el proyecto de
izquierda concertacionista, respectivamente. La Concertacin por la Democracia es EL proyecto
contra la dictadura. El hecho que la Concertacin se plantee contra la dictadura lleva implcito el
reconocimiento del autoritarismo como un rgimen legtimo Pinochet busc dar crdito de
legitimidad llamando a su perodo una democracia autoritaria, incluso, en donde la Concertacin
se plantea como el otro antagnico. Adems tengamos en cuenta que, para que un proceso de
transicin sea exitoso, debe existir un reconocimiento del otro como un otro antagnico, junto con
aceptar las reglas que ya estn en juegos, o bien, asumir una posturaposibilista.
Subamos un par de peldaos y centrmonos ya en los noventa, ya en el pleno de la transicin.
Qu es la transicin en este sentido? Es una transicin a la democracia, una transicin a los
acuerdos, a los consensos pero, la transicin a la democracia en Chile es un proceso que
pretende cambiar el modelo de sociedad instaurado en dictadura, o ms bien es un proceso que
busca equilibrarla sociedad formada en dictadura a una con matices democrticos?
La transicin fue una forma de generar acuerdos (mnimos) entre una dictadura saliente y un
sistema democrtico que retorna. O eso, por lo menos, es el primer paso de la transicin chilena a
la democracia. Fue, en parte, un proceso de cambiar las reglas del juego, hacer un juego msjusto
y equilibrado. La transicin a la democracia gener consensos de procedimientos y valores,
consolid los procedimientos democrticos para el control poltico (y social), y legitim, con
algunos matices, los valores instaurados en dictadura.
Transicin, adaptacin, y no-cambios estructurales.
La suposicin es que la transicin fue pasar de un estadio a otro, abrir una puerta y entrar a algo
nuevo, o no tan nuevo. Pasar de un autoritarismo a una democracia suena simple, como entrar a
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un ascensor, apretar el botn del ltimo piso, y esperar que se abran las puertas. Pero, realmente,
no fue tan as. En palabras de Przeworski, la democracia es necesaria precisamente porque no
podemos ponernos de acuerdo. La democracia slo es un sistema para elaborar los conflictos,
ganadores y perdedores. La ausencia de conflictos slo se da en los sistemas autoritarios2. Si
entendemos la democracia como un sistema para elaborar los conflictos, tanto ganadores (los de
la Concertacin) y perdedores (los de la Dictadura), entenderemos la problemtica reinante en la
transicin.
La transicin a la democracia o la conduccin de la transicin en democracia es el consenso de
conflictos, es conseguir acuerdos para modificar los procedimientos democrticos, de cambios en
el modelo social, en las libertades, etctera. Pero estos acuerdos eran formulados bajo la lgica de
hacer todo en la medida de lo posible. La imagen del autoritarismo, como regresin, era latente
para impedir mayores cambios o grandes consensos que modificaran exponencialmente lo
instaurado en dictadura.
Parafraseando a Durn, la alusin al proceso poltico chileno como un tiempo de transicin fue
altamente exitosa en cuanto permiti a sus actores hegemnicos evadir la discusin en torno a las
caractersticas estructurales del modelo democrtico que a partir de 1990 comienza aconsolidarse
3. Entonces qu intent resolver la transicin? De qu consensos podemos hablar
en perodo transicional? Podemos considerar dos enfoques desde quienes condujeron la
transicin: a) la Concertacin actu con el miedo latente de la regresin autoritaria, o b) la
Concertacin por la Democracia se acomod al modelo neoliberal y slo buscaron la perpetuacin
en un contexto democrtico. Esto, por el momento, slo lo dejaremos enunciado.
Lo cierto es que el perodo de transicin pareciera generar un sentido de adaptacin para las
fuerzas polticas, que el modelo de sociedad neoliberal que se adopt en dictadura es un modelo
apropiado de sociedad y tendern a la conservacin del mismo. Tambin, que la gran
problemtica de la transicin es la generacin de acuerdos; asimismo, el gran resultado de la
transicin es el acomodamiento poltico y la evasin de considerar los cambios estructuralesnecesarios, o bien, el cambios estructurales en base a acuerdos de apoco se iban omitiendo.
Transicin: el paso de una cultura de la omnipotencia a una cultura de la mortalidad.
La repercusin de la dictadura en la poltica fue despolitizar, mientras que en la transicin a la
democracia fue elitizarla poltica. En la dcada de los 50, 60, e incluso los 70, haba una inflacin
poltica, una sobre-ciudadanizacin; el Estado (desarrollista) se encargaba de otorgar inclusin
poltica a la ciudadana. Parafraseando a Tironi, esa poca era la de la cultura de la omnipotencia,
donde la hiperpolitizacin le otorgaba a la ciudadana el poder de exigir y, de alguna manera,
obtener respuesta por parte del Estado.
La dictadura demoli esa cultura de la omnipotencia, ese sentimiento de considerarse dioses. Y en
la transicin, incluso hoy, esa cultura pas de ser de omnipotencia a una cultura de la mortalidad.
La elitizacin de la poltica, que se consolid en la transicin, ha generado una desigualdad
ciudadana (en cuanto al poder poltico que se pueda tener), una escases de representacin, una
2Przeworski, Transiciones a la democracia, 1995, p. 164.
3Durn, Sobre promesas y amenazas, 2009, p. 94.
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escases del sentido ciudadano. La transicin derrumb toda pretensin de participacin poltica
por parte de los ciudadanos, por parte de los comunes y corrientes.
El mismo Tironi, en el ao 2002, publica un ensayo (en formato libro) titulado El cambio est aqu,
pero de qu cambio nos est hablando Tironi? El socilogo chileno nos plantea que la eleccin de
Lagos como presidente de Chile para el perodo 2000-2006 es un episodio que hace cambiar las
futuras estrategias polticas, tanto para la Concertacin como para la Alianza. Tambin vuelve
sobre su escrito de 1984, Slo ayer ramos dioses, refirindose al cambio de la inmortalidad al
descontento. Pero, insisto, cul es el cambio del que no est hablando Tironi? En trminos
concretos, no hubo mayor cambio, salvo en formas de very analizar las derrotas y victorias por
parte de la Alianza y la Concertacin. Cambiaron enfoques de estrategia para perpetuar el camino
de una democracia elitizada, pero no cambiaron la democracia en si misma.
Si queremos hablar de cambios, podramos pensar los acercamientos tmidos que gestion la
Concertacin, en el periodo transicional, frente a las reformas de segunda generacin; tales
aproximaciones a las reformas consideradas como neoinstitucionales fueron temerosas, limitadas
por el temor de regresin al autoritarismo.Si el fenmeno autoritario chileno sembr la semilla
del neoliberalismo, la transicin, a juicio de algunos, deba podar esa planta que emana polenneoliberalizador, e incluso, la Concertacin podra haber sacado un esqueje de esa planta y as
obtener nuevas races en perodo democrtico.
En algunos aspectos, ese esqueje se hizo aunque, ms bien, fue una poda menor. Este cambio est
demostrado en la reforma a la constitucin del 2005. Pero, vmonos a un aspecto anterior a la
reforma, segn Mario Garcs en realidad, ninguna de las constituciones de larga duracin la de
1833, 1925 y 1980han sido el resultado del ejercicio del poder constituyente de los ciudadanos,
razn por la cual todas han sido objeto de sucesivas reformas hasta la nueva crisis poltica e
institucional4. Pues bien, la constitucin de 1980, propia de un laboratorio neoliberal-dictatorial, se
legitim en la fase transicional, y las reformas efectuadas en el gobierno de Lagos, en el 2005, no
son las grandes reformas que se esperaban. Ahora, bajo el postulado de Garcs, la constitucin de1980 ser objeto de sucesivas reformas; ya va una, y no cambi mucho la realidad democrtica
chilena. Entonces, si adoptamos una posicin visionario-reflexivo sern las nuevas reformas a la
constitucin las encargadas de generar cambios sustantivos? O bien la conducencia poltica en
Chile est encaminada a una nueva crisis poltica que de origen a una nueva Carta Fundamental?
Slo en crisis poltica se piensa en generar una nueva Constitucin?
En el 2000 hubo posibilidad de cambio, estuvo ah el cambio, y era que la transicin se nutriera de
un principio fundamental de la democracia: la alternancia. Pero el miedo a que la poltica fuera
conducida por la Derecha no era muy alentador para una sociedad post-dictadura. Entonces si el
cambio no se concret en esa lnea, estaba en cambiar las reglas del juego de manera drstica, con
una nueva Constitucin, con la implementacin a largo plazo de un nuevo modelo de sociedad no
basada en el neoliberalismo, tampoco en un Estado desarrollista o (extremo)socialista. La opcin
de conducir reformas de segunda generacin y potenciar un, parafraseando a Bresser Pereira,
Estado social-liberal, claramente ha sido dbil, y no fue un objetivo central en la transicin.
Como mencion prrafos atrs, las reformas de segunda generacin fueron aproximaciones
solamente, un intento tibio de modificar un modelo de sociedad. Se intent regularizar, mediante
4Garcs, El despertar de la sociedad, 2012, p. 96.
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instituciones, la neoliberalizacin de la sociedad, pero hasta qu punto fueron eficientes las
medidas? Hoy, ao 2012, vemos la creacin del sernac financiero y la superintendencia de
educacin (y superintendencia de casi todo) como respuesta a que, desde las reformas
constitucionales del 2005 y acercamientos a reformas neoinstitucionales, no ha sido un proceso
exitoso.
Enclaves autoritarios y dicotomizacin social: superacin de la transicin?
Hice alusin varias veces al miedo de la regresin autoritaria, fenmeno que, en trminos de
Durn (y que ste lo hace en trminos de Garretn), est basado en los enclaves autoritarios.
Estos enclaves estn expresados en forma de instituciones, en forma tico-simblico, y en actores;
hace un par de aos, el 2009, Durn nos deca que estos enclaves autoritarios se diluyeron, que ya,
despus de casi dos dcadas de democracia (o de transicin a la democracia) no son una barrera
que limita las acciones y decisiones polticas, que ya, prcticamente, no estn.
Realmente fueron superados los enclaves autoritarios? Es la superacin de estos enclaves el fin
de la etapa transicional? Los enclaves autoritarios puede que se hayan ocultado, omitidos, en laopinin pblica, pero superados? No, no han sido superados. Hoy, en el ao 2012, an estn
presentes los tres tipos de enclaves. El sistema binominalfue, es y ser un enclave autoritario; en
todo los aos de Concertacin no se cambi porque, ms all del sistema binominal, es el sistema
poltico basado en la constitucin de 1980 (incluyendo la reforma del 2005) un enclave
institucional. A lo anterior le podemos agregar una composicin no plenamente democrtica en el
parlamento, en otras palabras, Diputados y Senadores designados por los mismos partidos
polticos, hecho que no obedece a una eleccin representativa y democrtica.
En cuanto a los enclaves tico-simblicos, el tema de los derechos humanos es un ir-y-venir; a
veces parece tema superado, pero basta que se realicen homenajes como el de Krassnoff, o la
reciente proyeccin de un documental sobre Pinochet (a modo de homenaje). Si bien existelibertad de expresin y manifestacinhasta cierto grado, homenajes como los sealados activan
un recuerdo adormecido sobre la violacin de los derechos humanos. En cuanto al enclave de
actores pueden ser considerados desde la fuerza policial (y su excesivo control represor en las
manifestaciones sociales), y/o desde una parte (considerable) del gabinete presidencial de Piera,
incluso alcaldes como Labb.
Los enclaves aparecen y desaparecen; la transicin no logr la reconciliacin necesaria para
suprimir estas trabas que recuerdan el episodio dictatorial. En el contexto en que Durn escribi el
texto Sobre promesas y amenazas puede que se hayan mantenido oculto; en la actualidad, el
2012, estos enclaves dan claras luces de re-aparecer. Ahora, la superacin, omisin, u olvido
completo de estos enclaves no nos asegura la finalizacin del periodo transicional, pero tampoco,
ya sumergidos en una democracia, nos advierte una posible regresin autoritaria.
Ahora, si nos enmarcamos en el contexto (y supuesto) de haber superado los enclaves y que el
perodo de transicin a la democracia ha finalizado, es posible pensar en la aplicacin de
reformas de segunda generacin de forma completa? La despersonalizacin de lo poltico ha sido,
en parte, un avance en relacin a estas reformas; las instituciones en Chile son fuertes, funcionan,
pero hasta qu punto las instituciones funcionan? La gran mayora de la clase poltica, este grupo
elitizado de polticos, posee conflictos de inters gracias al legado neoliberal de la dictadura: el
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avance privatizador es el privilegio para las lites que van a estar en el poder. Es decir, la gran
mayora de los polticos que estn en el podertanto ejecutivo como legislativo tienen lazos en
sociedades annimas y algunas no tan annimas que controlan una buena parte de la
economa-pas.
La despersonalizacin buscara disminuir, efectivamente, estos conflictos de inters? La idea
central que se puede desprender de las reformas de segunda generacin es la regulacin de las
reformas de primera generacin, eso, por lo menos, en la situacin de Chile. La creacin de
instituciones encargadas de regular las acciones racionales (o darle ms podera las instituciones,
las que seran las neoinstituciones) nos lleva al dilema de quin est controlando las instituciones
que se encargan de controlar. Si los encargados de controlar las instituciones controladoras son
parte de la misma lite poltica estn exentos de conflictos de inters?
Las instituciones pueden funcionar, pueden serfuertes, pero ese funcionamiento es favorable para
algunosla lite poltica y desfavorable para otrosla ciudadana despolitizada. En este sentido,
se puede generar una acumulacin de demandas sociales insatisfechas, lo que, en la lgica de
Laclau, se transformaran en demandas polticas. Siguiendo en los postulados de Laclau, estas
demandas sociales, que pasan a ser demandas polticas, pueden ser tomadas por diversos grupos,los que las hacen confluir generando as un bloque de demandas; esto se traduce en una
dicotomizacin social, en donde, basados en una lgica de la equivalencia y diferencia, diversos
grupos adhieren diversas demandas sociales que las vuelven polticas y se plantean como un
bloque opositor.
En chile, en el papel, hay una dicotomizacin poltica Concertacin vs Coalicin, pero sta
dicotomizacin responde a las demandas que nacen y producen desde ese mismo bloque, lo que,
a las finales, es slo una consecucin de su elitizacin poltica. Si buscamos en Chile algn indicio
de dicotomizacin social, la podemos encontrar en los movimientos sociales que han emanado de
las diversas demandas sociales (por Hidroaysn, movimiento por la Educacin, Monsanto, Freirina,
y puede seguir la lista); estas demandas transgredieron lo social y se han transformado endemandas polticas que buscan una respuesta a cambios estructurales del modelo de sociedad.
Esta dicotomizacin, en conjunto de las demandas polticas, puede ser entendida como la
necesidad de concretar las reformas de segunda generacin. Si entendemos lo anterior como la
necesidad de esas reformas, es aceptar que la neoinstitucionalizacin en Chile no ha sido efectiva
en cuanto a la tarea de controlar, y eso sumado a que la elitizacin de la poltica ha generado un
desconocimiento de lo social, o bien, se ha fortalecido un sistema poltico de la no-representacin.
Ahora bien, siguiendo en la lnea de Laclau, esta dicotomizacin social y las demandas polticas,
para ser efectiva, son asumidas por un lder, por un populista de tercera generacin. En chile se
produce dicotomizacin y las demandas sociales se transforman en polticas, pero no hay un lder
que las interprete y proponga la solucin como ruptura populista. Marco Enrquez-Ominami
apareci como un outsidery pudo haber sido considerado como un lder en bsqueda, de manera
implcita o inconsciente, de esta ruptura populista. Pero ME-O entr al juego poltico como lo hizo
la Concertacin en la dictadura. Hoy aparece otra figura, Franco Parisi, con tenues intenciones de
cambiar la desregulacin, o bien, potenciar la regulacin de instituciones en Chile. Es la aparicin
de personajes como ME-O o Parisi una aproximacin a una ruptura populista (de tercera
generacin)? As parecen a primera vista, pero en su discurso no se apoderan de las demandas
sociales/polticas, es decir, no encarnano no interpretan la dicotomizacin que se genera.
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Y, qu viene ahora?
Luego de las implicancias mencionadas sobre la transicin a la democracia en Chile, qu ha sido
el fenmeno transitolgico en nuestro pas? Qu es lo que se ha consolidado como modelo de
sociedad? Ha finalizado el perodo de transicin? Cul fue el papel de la Concertacin y la
Alianzaahora Coalicin en el contexto de transicin? Los objetivos polticos de ambos bandos
se han modificado en torno a la representacin ciudadana? Varias de estas preguntas fueron
respondidas en el desarrollo argumentativo de ste ensayo pero, a modo de recapitulacin, dar
una respuesta generala todas las preguntas.
El fenmeno transitolgico, en Chile, ha sido un perodo de generacin de consensos entorno a la
conduccin poltica del pas (lo que implica una conduccin econmica, y por debajo la conduccin
social). Esta conduccin poltica se basa en mantener los acuerdos post-dictatoriales, se trata de
consensos frente a modificar el modelo neoliberal instaurado. Entonces, el primer objetivo de la
transicin fue consolidar un modelo neoliberal democrtico, un modelo de sociedad en donde la
poltica est a cargo de una lite, la economa se libera para todo el que quiera competir
libremente (lo que se traduce en abrir la economa a grupos elitizados que acuan poder
econmico), y el mbito social, la ciudadana, queda en el acuerdo de ser una repblicademocrtica libre, que en lo concreto no mantena una ciudadana tan libre.
Esta etapa de transicin se vivi hasta comienzos del siglo XXI, en donde se pasa a un perodo de
prueba de finalizacin de la transicin. La segunda fase se enmarca en el contexto de reformar la
constitucin y dar algunas luces en cambiar parte del modelo de sociedad que se ha legitimado en
la ltima dcada del siglo XX. Ciertamente no se generan grandes cambios y slo se potencian
algunas instituciones que tienen como objetivo una regulacin. Esta fase la podemos entender
como una transicin dentro de la transicin.
La tercera fase de la transicin a la democracia se desarrolla con los gobiernos de Bachelet y
Piera. En el perodo de gobierno de Bachelet se comienza a delinear la dicotomizacin de lasociedad. Es una agrupacin mnima de demandas que van creciendo y que, ya en el gobierno de
Piera, han florecido como demandas polticas por sobre las demandas sociales que son
diferenciadas en cada grupo. En paralelo a este efecto dicotomizador de la sociedad, la eleccin de
Piera como presidente da el primer paso a una democracia consolidada, todo bajo la perspectiva
de la alternancia como principio bsico de democracia viable.
Entonces se termin la transicin? S, se termin la transicin, pero se ha terminado gracias a la
alternancia producida en la eleccin presidencial del 2010. No es un gran mrito de la Coalicin el
dar trmino a esta transicin a la democracia, hablando slo en trmino de democracia. Que
Piera salga electo presidente es, ms que una derrota para la Concertacin, es una derrota-pas
de seguir potenciando el modelo neoliberal (y constitucional) heredado por la dictadura. Podemos
entender fin a la transicin a la democracia desde la perspectiva de democracia, o podemos
entender la transicin poltica de sociedad la cual, a modo general, slo fue una transicin de un
rgimen represora un rgimen (pseudo)garantizador.
Es difcil ponerse de acuerdo y dar por finalizado el periodo transicional. Como mencion, la
transicin se puede dar por concluida en trminos de democracia, o en trminos poltico-social. De
la manera que sea, los valores y procedimientos de la neoliberalizacin se consolidaron como
sinnimo de democracia, como modelo necesario para el pas. La eleccin de lo bueno y malo est
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determinado por la legitimidad que se le entrega a cada una, y la transicin se encarg de
legitimar el modelo neoliberal como algo bueno, necesario, para el correcto desarrollo (ms
econmico que social) del pas. La transicin se encarg, adems, de acomodara la Concertacin
en el modelo neoliberal, de seducir a esa lite poltica a las bondades neoliberales. Qu produjo
esto? Que la democracia chilena se transformara en la democracia de la no-representacin, con
dos bandospolarizados (o dicotomizados polticamente) que en el papel son opuestos, pero en la
prctica no demuestran tales diferenciasesto a modo general.
Hoy en da se habla de democracia y no de transicin, se da por finalizado completamente. Puede
que sea as, pero Qu deviene ahora? Puede devenir una ruptura populista que se apodere de las
demandas polticas de un grupo dicotomizado socialmente; puede acontecer un gobierno de
Concertacin que intente implementar, de forma clara y absoluta, las reformas de segunda
generacin haciendo despersonalizar en trminos reales, y no slo en papel (constitucional) la
poltica y potenciar las neoinstituciones que controlen los conflictos de inters; puede seguir todo
tal cual, con un sistema binominal y constitucin que nos siga recordando los enclaves
autoritarios; puede suceder el fin del mundo. Quin sabe? Slo podemos especular y entregarle
un matiz visionario a las ciencias sociales, un carcter Salfaterista5, o un tenue sentido visionario.
Chile puede seguir siendo un modelo ejemplar a la hora de hacer cambios; como lo fue la va
chilena (democrtica) al socialismo, como lo fue la neoliberalizacin en dictadura, como lo podra
ser un derrumbe de la democracia no-representativa a cambio de un modelo realmente
representativo, con una nueva Carta Fundamental generada por la soberana constituyente de la
ciudadana aunque esto pueda sonar ms utpico y sin un sistema binominal que legitima la
elitizacin poltica. Chile puede ser el modelo ejemplar de consolidar un Estado social-liberalque
funcione, que realmente regule y despersonalice mediante las instituciones. Los chilenos podemos
volver a la cultura de la omnipotencia, estas nuevas generaciones, mi generacin, tienen el poder
de cambio; el cambio pudo estar en el 2002 como deca Tironi, pero la generacin de sa poca no
reaccion al cambio. La transicin devino en consolidar un modelo de sociedad, y la finalizacin de
la transicin ser, en trmino poltico y social, cuando se comience a gestar un modelo-pas que noest basado en la herencia (explcita) de la dictadura; es decir, la finalizacin (efectiva) ser cuando
plantemos una nueva semilla de modelo de sociedad, sus races se alimenten de la democracia, y
constantemente se le realicen podas que regulen su extensin. Subimos cada escaln de la
transicin y nos encontramos con una puerta cerrada con llave y candado y, para abrirla, es
necesario el despertar de la sociedad(que se traduce en la exigencia de cambios),
5Este concepto no s si se ha implementado anteriormente, pero lo utilizo dando cuenta de una cultura de
la conspiracin, la cual prev el devenir de la sociedad en torno a grandes conspiraciones que cambiaran
modelos de sociedades y, con ello, modos de vida.
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Bibliografa
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Durn, Carlos. Sobre promesas y amenazas: el fin de los enclaves autoritarios y lasparadojas de una transicin exitosa. Nostromo. Revista crtica latinoamericana, 2009, ao
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Sebastian Eduardo Adasme Favreau
Ensayo para la ctedra Historia Social y Poltica de Amrica Latina II
Profesor: Carlos Durn
Pregrado de Sociologa, Universidad Alberto Hurtado
Junio, 2012