G M N CANARIA U LA EMIGMCION A INDIAS EN EL XVH (1500-1565)

A TRATES DE LOS PROTOCOLOS NOTARIALES

Manuel Lobo Cabrera Universidad de Las Pal~nas de Gran Canaria

La emigración canaria al Nuevo Mundo ha sido una constante a lo largo de la historia. Se sabe de las caracte- rísticas de la misma, de su conhibución a la conquista y al poblamiento, de la posible dirección, pero no se ha podido cuantificar el número de emigrantes que partieron del archipiélago, a lo largo del Antiguo Rérrimen, rumbo al Nuevo Mundo, salvo algunas cifras dadas para el siglo XVI, cuestionadas por algunos - - autores'. Además, Canarias fue elegida como zona providencial por muchas personas para realizar el viaje hansoceánico, escapando así al control de la Casa de la Conhatación de Sevilla.

En el Quinientos, además, es difícil hallar el número total de emigrantes, porque no toda la emi- gración era igual y también porque al ser un hecho tan cotidiano en los puertos insulares en aquellos mo- mentos, no se veía tan trascendente, salvo en el caso de despoblación de algunas de las islas. Por tanto los protocolos se convierten en una fuente útil y casi única para poder evaluar el peso de la emigración en los primeros años del Descubrimiento y colonización de las Indias. También es cierto que presentan deficiencias y que no todos los emigrantes regishaban ante notario su partida, bien porque se enrolaban en huestes o flotas, o bien porque no tenían nada que declarar. Tambikn el estado de la documentación y la pérdida de escribanías completas, más en unas islas asoladas por incendios y ataques piráticos2, impiden la exhaustividad, pero a falta de obas fuentes no queda otra solución; en este sentido el historiador francés N. Lapeyre, seiíalaba, refiriéndose a esta fuente, que en ella "...se recogen datos menudos, que vienen a ser significativos, cuando se acumulan, pero se sospecha que nunca son exhaustivos ...

En resumidas cuentas, hay que recurrir a los documentos notariales cuando faltan ohos más alec- cionadores3.

Por tanto, para el título que proponemos y para Gran Canaria es la única fuente que nos puede permitir, al menos de manera aproximada, evaluar la emigración a Indias en el Quinientos. Mediante los

' Para cstc tetria y para Canana5 los cifras Iian ~i,l<l a ~ w t a d , ~ ~ p~r UOI<CES, A. (lo'/<)): "Las priiiicra\ n1igra;iones a Indi.1~ clc>rlc las Islas Orieiitalci (hniariite, Fiicrievvntiira, Gr.111 Canaria)', cn 11 Cilliyll~i> id< 1 1 1 ~ t ~ ~ r 1 ~ 1 C~~IIO?~~-~~»II~~~I.'IIIIII (1977). Las Palmas, T.I., págs. 23-60.

El estudio de la piratería en Canarias ha sido abordado con precisión y amplitud por RUMEU DE ARMAS, A. (1947-19W): Piratedas y ataques navales contra las Islas Canarias, Madrid, 3 Tornos.

LAPEYRE, H. y CARANDE,R. (1959): "Relaciones comerciales en el Mditenáneo durante el siglo XVI': en VICongreso de Historia de la Corona de Aragón, Madrid, pág. 705.

318 MANUEL LOBO CABREKA

fletamentos, poderes, compWías, conhatos de marinería, pagos de pasaje, podemos conoces las características de los emigrantes, su origen, su destino y sus profesiones.

Intentamos esto al comprobar que mdiante las licencias concedidas por la Casa de la Contratación, una vez exigida la documentación requerida, el peso especifíco de Canarias en el conjunto de las regiones del solar hispano es míniino, si lo comparamos con el resto.

Por otra parte, también la documenhrión notarial nos permite conocer el paso de peninsulares y exhanjerosgor la isla, que obvian la salida de Sevilla para evitar problemas, en especial aquellos que habían sido juzgados por la Inquisición y otras rninorias confesionales. También nos ayuda a distinguir a aquellos que tienen como fin fundar casa en Indias y vivir de su actividad, y los que hacen el viaje de ida y vuelta, bien por motivos de su profesión o de negocios, como los maestres y marineros de los navíos y los mcrca- deres, aunque muchos de ellos se queden luego definitivamente al otro lado del Adántico.

Estudio cuanLitnLivo

La bibliogaiía para este echdio, que abarca desde comienzos del siglo hasta 1565, es muy precaria, salvo algunas excepciones4, al haberse incidido más en los viajes colombinos y en el tráfico comercial5. Sin embargo se ha manifestado que diez mil insulares pasaron a Indias a lo largo del siglo XVI, en calidad tanto de conquistadores como de pobladores, como para evangelizar y gobernar las nuevas tierras6. Esta cifra ha sido cuestioiiada al plantearse que no todos los emigrantes eran isleños entendiendo como tales a aquellos que habían vivido en el archipiélago más de diez años y estuvieran casados, como bien señala Veitia Linage7-, sino emigrantes peninsulares y extranjeros que llegan a Canarias y desde aquí continúan luego legal o ilegalmente su viaje a AnnéricaB.

Rente a esta cifra hay que cuestionar también la aportada por P. Boyd-Bowman. Este, a través de sus investigaciones9, estima que entre 1493 y 1559 pasaron al Nuevo Mundo 63 canarios, de todas las islas, lo que representa un porcentaje del 0,2% en d conjunto de las contribuciones regionales10. Menor número

DORGES, A. (1972): Art. cit.; "La región canaria en los orígenes americanos", en Anuario de Estudios Ailánticos, 18, Madrid-Las Palmas, págs. 199.276; "Aproximación al estudio de la emigración canaria a América en el siglo XVI", en Anuario de Estudios Atlánticos, 23, Madrid-Las Palmas, 1977, págs. 239-262.

BORGES, A. (1977): "Viajes colombinos. Participación en la conquista de América", enHistok General de las Islas Canarias de A. Millares Torres, S/C. de Tenerife, T. 11, págs. 241-260. En el tema comercial heron pioneros los trabajos d e PERAZA i

DE AYALA, J. (1977): El régimen comercial de Canarias con las Indias en los siglos XVI, XVIl y XVIII, Sevilla; y MORALES l

PADRON, F. (1955): El comercio canario-atnencano (siglos XVI, XVII y XVIII), Sevilla.

BORGES, A.: Las primer m..., art. cit. En la discusión de esta comunicación prrsentada al 11 Coloquio d e Historia Canario-Americana, algunos autores, entre ellos M.A. Ladero Quesada y E. Benito Ruano, plantearon sus dudas sobrr las cifras. 1 \

VEIíIA LINAGE, J. (1945): Norte de la Contratacidn, Buenos Aires, libro 11, cap. XXV.

Ladero Quesada, en la citada reunión, plantea que habría que relacionar el número de emigrantes con la demografía d e las islas, y por consipiente señala que muchos de los llamados "canarios" no con sino emigrantes que llegan d e la

l i Península, adoptan en las islas dicha denominación para continuar luego su viaje a Indias.

BOYD-MWRAAW, P. (1964-1%8): lndice geobiogudfico de cuarenta mil pobladores españoles de Amé9fca.T.L: 1492-1519, T.U, 3520-1539, Bogotá-México; "La piocedencia de los epañoles de América", "Historia Mexicana", vol. XVII, nQ65, México,

i 1~x7, pags. 37-71.

'O Cuadro promenorizado de las conhibuciones e o n a l e s al poblamiento americano en COLANO, F. d e (1983): "Emigración andaluza a las Indias durante el siglo XVI", en America y la Espaíia del siglo XVI, Madrid, T.n, pág. 43.

I 1

GRAN CANARIA Y LA EMGRACIÚN A INDIAS EN EL XVI. PROTOCOLOS

se registra en el Catalogo de pasajeros a Indias", donde según las licencias salen de Canarias más 4 personas que siendo peninsulares salen del archipiélago con desti Pedro Lasso que se detiene en las islas por tener negocios en las mismas12.

Ninguna de estas cifras coincide, como se podrá comprobar, pero de lo que sí estamos seguros es de que la emigracióii canaria h e bastante suprior a las estimaciones de Boyd-Bowinan. Fuentes paralelas a las motadales confirman este aserto, pues en 1511 el rey católico concede privilegios de excepción a los insulares que deseen pasar a 1ndias13. Incluso la anuencia de canarios a Canto Domingo y a otras partes de las Indias debió llegar a ser de tal proporción que el regidor de Gran Canaria Pedro de Escobar expuso

al rey el peligro que ello conllevaba para la seguridad de la islaT4. Nosotros, por nuesira parte, mediante el estudio de 177 escrituras notariales de todo tipo, entresacadas

de los registros notariales de Gran Canaria, entre 1508 y 1565, contabilizamos la presencia de 211 personas que realizaron el viaje a Indias en este periodo, algunos de los cuales murieron en la nueva tierra, como Pero Mayor, padre e hijo, que fallecieron en la conquista de Venezuela, y Juan Gme en la de ~uatemala'~.

Del total, 84 son vecinos de Canarias, lo que representa el 39%, y el resto son peninsulares y extran- jeros que utilizan la isla como vía para embarcarse con destino al Nuevo Mundo.

Ea inmensa mayoría de los emigrantes con del sexo masculino, siendo la mujer un personaje escaso en estos viajes, a pesar del prestigio de que gozaba en Indias. %lo cuatro Mminas parten en este periodo desde Gran Canaria. De ellas, dos viajan con sus maridos; de éstas, una va con tres hijos y otra en el séquito de la mujer de un funcionario que va a Canto Domingo a reunirse con su esposo, y oh-a viaja totalmente sola. Cobre el origen de las mismas, una es vecina de Granada que reemprende su viaje a Nueva España por haberla dejado el maesh-e en tierra, cosa habitual según las reclamaciones, otra es de La Palma; y las dos restantes, criada y señora, son de Gran ~anar ia '~ .

La procedencia de estos emigantes es bastante variada, pues no sólo son naturales de las islas sino de bastantes regiones peninsulares e incluso extranjeros, además de aquellos residentes en Indias que en su viaje de vuelta parten de Gran Canaria.

Los vecinos de Canarias reprwntan el 39% y de ellos son mayoría, como es lógico, los de Gran

" Catálogo de pasajeros a Indias durante los siglos XV1,XVII y XVTII, vol.I(l509-1533). Madrid, 1930; vol.II(1535-15381, Sevilla, 1942. " lbúl., vol. 11, registro 1.994. Este Lasso era vecino de Olmedo. l3 PERAZADE AYALA, J.: Op. cit.,pág.28. En la Real Cédulade 1511 sóloseexige que seescriba el nombredela persona que quisierz pasar a Indias, sin examen ni información. I4 Bzti,, nota 61. Esta queja dio como resultado que no saliese ningún vecino de la Isla para quedarse en Indias. l5 ArchivoHistórico Provincial de Las Palmas, Nernando de Padilia, nQ751, f . 109 r.: la mujer de Pero Mayor daba poder a su liermano, vecino de La Española, para que pudiera cobrar los bienes que quedaron por fallecimiento de su marido e hijo, fallecidos envenezuela. Asimismo la mujer de Juan Ome daba poder a su hijo, vecino de Antequera de Guayaca, para que cobrara los bienes que hubieran quedado de su Iújo, Juan Ome, muerto en la conqiiista de la provincia de Guatemala, siendo maestre de campo de una capitanía del adelantado don Pedro de Alvarado: ibíd., fs. 123 r. y 124 r. l6 W.H.P.L.P., Antonio Lorenzo, nn 808, f.r. Dona María Feraza, mujer del licenciado Diego Fermoselle del Corro, se concierta con Mmos Rdíípez y su mujer Catalina Gutiériez, estantes, para llevarlos a Canto Domingo, donde les temían que servir un &o, mediante el pago de M doblas y más 10 por la cría de una niña.

Canana, en especial los de su capital, Las Palmas, seguidos de los vecinos de la ciudad de Telde y de la villa de Gufa. De otras islas toman el puerto grancanario para pasar a Indias un vecino de La Palma, que parte con su familia con destino a Canto Domingo o Canta Marta17, y cinco de Tenerife, todos ellos rela- cionados con el trabajo del mar1'. Esta era una medida usual, pues era un medio muy socorrido el emolarse en los barcos como marineros o grumetes, sirviendo en ellos sin provecho alguno, a cambio tan sólo de que los llevaran al puerto de destino del navío. A la vez, la presencia de gentes de Tenerife contratándose como niarineros, maestres y calalates en el puerto de Las Palmas confirma la teoría de Chaunú de que las flotas de Indias a su paso por Canarias solían contratar a parte de su t~ipulación~~. No obstante, estos marineros no parece que vayan a quedarse definitivamente en Indias, puesto que en su contrato especifican que se obligan a hacer el habajo en el viaje de ida y vuelta hasta %villaz0. También es posible que lo certificaran para evitar el que se le pidiera por parte de las autoridades fianza de su regreso.

Los peninsulares representaban el 24% del total, que asciende a 51 personas, sobresaliendo los anda- luces de Sevilla, Moguer y Cádiz, seguidos por ohos de la costa onubense e incluso del interior, con 41 enteros; le siguen los castellanos, 4, los extremeños y gallegos, 2 de cada, un vizcaíno y un valenciano.

Entre los extranjeros destacan los portugueses, seguidos de los flamencos y genoveses, representados por 8,4 y un individuo respectivamente. La proporción está en relación con la presencia de estas colonias en las islas2'.

Del resto, 60, hasta completar los 211, no tenemos filiación alguna sobre su origen, pero inhrimos que al no registrarla podríamos entender que son residentes en las islas.

l

Destino

El destino de los emigrantes es variado y cubre casi toda la geografía del sur americano, desde el Río de la Plata hasta La Florida. En muchos casos este destino viene motivado por el lugar a donde se dirigen las naves de las expediciones de conquista y, por supuesto, por la travesía que lleven los navíos dedicados al háfico mercantil. Lo normal es que los barcos tocaran en su ruta un puerto de las Antillas para, desde allí, encaminarse a Tierra Firme.

En este caso se pueden distinguir tres derroteros diferentes: uno que tenía como puerto de destino inicial Santiago de Cuba, para desde allí tomar rumbo a Nueva España; otro que, una vez llegado a Puerto Rico, se encaminaba a los tres puertos más importantes de la costa norte de Canto Domingo en aquellos momentos: Puerto Plata, Montecristo y Ayaguán, y desde allí a Santiago de Cuba; por último tenemos,

l7 A.H.P.L.P., Francisco Méndez, nQ 818, fs. 319 v. y 321 r. Pedro Suárez, vecino de La Palma, paga al maestre de navío Diego Pérrz de Castro, vecino, 45 ducados en una esclava mulata de 14 años, para que lo lleve junto con su mujer y 3 hijos, más dos cajas, su cama y lo tocante al matalotaje, a la isla Española desanto Domingo o Santa Marta o Cartagena.

'' De ellos uno es maestrr, otro es calafate y carpintero, otro carpintero y dos marineros, de los cuales tres llevan por destino Santo Domingo y dos Indias.

l9 Vid . LOBO CABRERA, M . (1982): 0i esclavitud en las Canarias Orientales en el siglo XVI (negros, moros y mariscos), Las Palmas, págs. 83-84.

Concretamente los vecinos de Tenerife, Juan Báez y Melchor Alvarez, se obligan a servir en una nao de marineros, en el viaje de ida y vuelta, par prrcio de 70 ducados cada uno, a cobrar: 20 en Santo Domingo y el resto en Sevilla, en un plazo de 15 días después de la llegada: A.W.P.L.P., Alonso de Balboa, n' 775, f. 447 r. 21 Vid. LOBO CABRERA, M. (1979): Grupos humanos en la sociedad canaria del siglo XVI, Las Palmas.

GRAN CANARIA Y LA EMIGRACIÓN A INDIAS EN XVI. PaOTXOLffi 321

igualmente, los que habiendo tocado Puerto Rico tuercen hacia d sur con arribadac en cabo de la Vela,

Canta Marta y Cartagena d e Indias. Ea m y o r preferencia de los emigantes es Santo Domingo, a donde se dirigen 67 personas, clue

representan el 31,7%. Esto está c o n h m d o a d e d s px la carta que, en 1545, envían los oidores de la ~ u d i ~ ~ - cia de 'Santo Domingo al Consejo de Indias, en d o d e explican que el mayor socorro que se les hace proviene d e Canariasz2, y por la capitulación que firma en Madrid el vecino de Gran Canaria, Rancisco de Mesa, para fundar u n pueblo en ~ o n t e c r i s t o ~ ~ , puerto b ~ u e n b d o asimismo e n el trihco de mercancías.

En cuanto a porcentajes se refiere, están los que declaran dirigirse a Indias sin más, pero esto es m u y imprecisc y pueden incluirse gentes que se dirijan tanto a las Antillas como al Conitiriente. N o obstante declaran esto 52 personas, con u n índice del 24,6%.

Nueva Espana, con destino a RiIexico, Veracruz y Can Juan de UIUa, es la segianda zona d e atracción, por dirigirse allí gran parte de las flotas y ser lugar asiduo a donde se remiten rnercaricías isleñas. Allí se dirigen 34 personas, entre gente d e la rniarineria, mercaderes y pasajeros

Le sigue e n importancia el Nombre de Dios, a donde e n 1534 se dirige u n niarnero de personas que conciertan su pasaje con los veciiros de Gran Canaria, Bartolomé de MGjica y García de Míqjica, participes e n la fundación de aquel lugaS4. Concretamente aparecen regiskadas 14 personas que pasaron a ese destino, e n k e ellas artesanos, clérigos y simples labradores que embarcan con mercancías para vender e n Indias, más su matalotaje y las herramientas d e sil oficioz5. Cuba y el K o de la Plata le siguen a la zaga. 1.a isla del Caribe es elegida por 9 p r w n a s . Los emigrantes que llevan por desrino la Argentina se enrolan e n la expedición del gobernador y adelantado del Rlo de la Plata y Mar del Sur, doni Pedro de Mendoza, pues parte de la misma se rehizo en Gran Canaria. Al hente de la misma estaba Cristóbal d e Fpias Marañón, piloto, que p m a n e c i 6 en Gran Canaria y en &a Gomera 35 díasz6. En esta hueste se epirolaron Antonio de Orerio y Cristóbal de %rpaZ7, junto con el clerigo Juan1 López de Fonseca, que presta dinero a l vecino de Terceira, Antonio Eópez de Amilar, capitán y maestre del n a v b "Santa ~atalina'"! Estos dos Ulíintoc personajes fueron piezas claves en la expedición platense. Antoniio bópez realizó varios viajes con sus naves Dara socorrer a los conquistadores d e Buenos Aires y a los establecidos en Asunción del ~ ( l r a g z a y ~ ~ .

El resto se reparte por toda la geogafia americana: cinco al X o d e la Hacha, h e s a Puerto Rico, dos a Santa Marta, dos a Cartagena de Inidias y a Venezoiela, y uno a kaslilla del Oro, Nuevo Reino de Granada, Guatemala, Panamá, Florida, P-Yonduras y Perú.

A estas cifras consignadas en las escribms notariales hay que afiadir las citadas en otras hrenies,

-~ -~

22 PEREZ VIDAL, J. (1955): "Aportación de Canarias a la población de América", cn Anuario de Estudios Afldnticos, 1, Madrid-Las Palmas, pág. 109.

23 C.O.D.O.I.N., 'T. X X X I I , f~ágs. 110-117.

24 BORGEC, A,: La regióli ..., alt. cit., pág. 257.

" M estas prsonas uno es herrero, y otro es siérigo; el resto indican su profesión, pero rnlietran su deseo de pasar al Nombre de Dios. De ellos 3 w n estantes, uno es podiigués, y opio es d e San Juan del Puerto; el resta mi1 vecinos de las islas. A.H.P.L.P., Jerónimo Batista, ni" 756, fs. 181 v., 183 v., 333 v., 335 v., 336 v., 338 v. y 344 v.

26 BORGES, A.: Viajes ..., &. cit., pág. 252.

27 A.H.P.L.P., Hernando de Padilla, no 749, f. 163 s. Estos embarcan por compra que haccn a dos vecinos de LoQ de 2 yeguas a bordo d e la nao de Cristóbal Frías, del pasajc de cllos y los animales, más su mantenirriienio y otras cosas, por precio de 102 doblas.

28 A.H.P.L.P., Hernando de Padilia, nV49, f. 86 r.

29 BORGES, A,: La regidn ..., ai(. cit., pág. 246; Las primeras ..., art. cit., pág. 51. Zñ autora considera coino grancanario a Antonio L ó p z dc Aguiar, pero en realidad ec portugués y natural de la isla Terceira en las Azores.

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así sabemos que a Castilla del Oro, además del gobernador de Gran Canaria, Lope de Sosa, que pasó a Darién en 1519 donde murió ahogado, pasaron con él "cierto número de vecinos de Gran Canaria con sus muje~es'"~, lo mismo que al Perú, donde según el Catálogo de pasajeros pasaron tres personas más3'.

Piofesiones

De todas estas personas que pasaron a Indias vía Gran Canaria sólo conocemos la profesión de 104, casi la mitad. La gama es amplia, pero destacan los hombres del mar, que emigran temporalmente e incluso se enrolan como tales en las naves para conseguir un pasaje gratis y a la vez ganar algo en el trayectn, puesto que mienhas unos declaran que realizan el viaje para regresar luego a Sevilla, otros confirman su deseo de permanecer en Indias y de vender allí sus naves. Entre ellos están los maestres, capitanes, pilotos, contramaestres, calafates, carpinteros, marineros, grumetes y escribanos de nao.

En el campo de la administración e Iglesia, tenemos un gobernador, un oficial real, un oidor, un regidor, un arcediano, dos clérigos y el obispo de Canta Mana de Darién, fray Vicente Peraza, natural de ~uerteventura~'.

Los hombres del comercio no podían faltar, destacando los mercaderes, 16, y un cargador. Estos son emigrantes temporales, pues en principio residen en Indias el tiempo que dura la compañía, dos, tres o cuatro años. Como ejemplo podemos citar el de dos andaluces, uno de Baeza y otro de Ubeda, que celebran . . .

escritura de compañía para el trato de mercaderías por cuatro años para negociar en Santo Domingo y otras partes de las ~ n d i a s ~ ~ .

Finalmente, tenemos los artesanos que embarcan con sus herramientas con el propósito de abrir tienda en el lugar de deslino y, por tanto, quedarse allí. En este grupo entran los zapateros, herreros, tone- leros y sastres.

Capítulo aparte merecen los que se denominan a sí mismos pasajeros, que pagan su pasaje mediante concierto con el maestre o señor de un navío, para el traslado de sus personas, mercancías y matalotaje, más el mantenimiento. En estos casos se comprometen a pagar la mitad del mismo en el puerto de embarque, en este caso el de las Isletas en Gran Canaria, y la otra mitad en el de destino34. En otros casos estos pasa- jeros no van solos sino acornpaiiados de sus criados, pagando por tanto el conjunto de tos Retes de las personas y el alquiler de una cámara a bordo del navío35.

Las condiciones en que estos hombres hacen y pagan su pasaje, de común acuerdo con el maestre

AZNARVALLEJO, E. (1983): LB integracwn delas islas Canarias m la Corona de Castllla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y económicos, La Laguna, pág. 158.

31 Catálogo ..., op. cit., registros ns. 1.994, 2.381 y 2.387.

32 Estas personas habían ostentado algún cargo en la administración isleña como los gobernadores d e Gran Canaria Lope d e Sosa y el licenciado Juan Serrano deVigil, que es nombrado oidor d e la AudienciaReal d e los Reyes: A.H.P.L.P., Alonsa de Dalboa, nP 775, f. 485 r. Fray Vicente Peraza es el primer isleño que ocupa mitra en Indias.

33 A.II.P.L.P., Cristóbal d e Can Clemene, nP 942, fs. 10 r.-13 v. Estos invierten, en 1535,178.000 maravedíes en distintas mercaderías, y las remiten en el navío d e varios vecinos d e Telde que se dirigen a Indias.

En estas condiciones se concietfa un vecino que lleva por destino el Nombre d e Dios: paga por su pasaje y mantenimiento 12 castellanos de om, la mitad en la isla y el resto en el Nombre d e Dios: A.H.P.L.P., Jerónimo Batista, nP 756, f. 346 v.

35 El vecino d e Baeza Jorge Cerón se obliga pagar a un maestre de gale6n 23 ducados por su pasaje, el d e dos criados y por una cámara que le da en el galeón para ir a Santo Domingo: A.H.P.L.P., Hemando d e Padilla, nV95, f.149 r.

GRAN CANARIA Y LA EMIGRACIÓN A INDIAS EN EL XVI. PROTOCOLOS 323

del navío, presentan variaciones en función de las fechas y del destino. Lo más corriente es que paguen cierta cantidad de maravedíes -3.150 en 152236, 6.750 en 1537'~~ y 10.400 en 15G3% con derecho a

y beber durante el viaje, al igual que la hipulación, aunque, a veces, tan &lo se les da agua, sal y lefia39, En otras ocasiones quien costea el viaje esun segundo, que además se obliga a mantener al emi-ante

durante la travesía, más darle las ropas necesarias, tanto en mar como en tierra, a condición de servirse de él en el barco y en el puerto de destino durante algún tiempo, más darle la mitad de lo que llegara a

tener4'. Con esto el prestamista realizaba un buen trato a cambio tan solo de poner en la otra orilla a un nuevo conquistador o poblador.

El equipo que llevan estos pobladores a la nueva tierra, que se iba a convertir bien pronto en su residencia definitiva, era muy poco, o al menos así se consigna en los documentos. Lo normal era que llevaran su matalotaje y algunos bastimentos, aunque había casos excepcionales donde el ajuar resulta más rico y variado?'

'' A.H.P.L.P., Cristóbal de San Clemente, nP 735, f . 762 r.

37 A.H.P.L.P., %ando de Padilla, nP 750, f.19 v.

A.H.P.L.P., Larenzo de Palenzuela, nq25, f. 234 r.

39 A.H.P.L.P., Cristóbal de San Clemente, nV41, f. 686 v. Un maestre de navío se obliga llevar a dos personas, estantes, a Santo Domingo por precio de 12 doblas antes de partir y 12 pews de oro al llegar, dándoles en la travesía agua dulce, sal y leña.

'O Gonzalo Piiarro se obliga con Juan Martinez Durango, vecino de Sevilla, que como éste le había dado mantemiento y ropas desde que habían salido de Sevilla, más comida y bebida que le daría en el viaje, más el pago de su pasaje, a servirle durante cuatro años en el Río de la PlaLa: A.H.P.L.P., Cristóbal de San Clemente, nP 742, f. 524 r.

A.H.P.L.P., Larenzo de Palenzuela, nP 825, f. 234 r.