· A nuestros Pastores César y Claudia Castellanos ... Sólo la Sangre de Jesús entrará a lo...

FRANKLIN Y LUCELYS OSORIO

Pastores Franklin y Lucelys Osorio. © 2016

Publicado por DCN INTERNACIONAL.

Todos los derechos reservados.Prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra en cualquiera de sus formas, gráfica, audiovisual, electrónica, magnetofónica o digital, sin la debida autorización de los editores.

Librería Shailoh.Colaboradores: Mgs. Magdy Rincón de Pineda. Abg. Dario y Merly de Corzo.Lcda. Carolina Valbuena.

Diseño de Portada y Maquetación: Pastor Asnardo Palmar. Nohemi Gil.

Av. 2A, Sector Mota Blanca, calle 75 #75-114Maracaibo-Venezuela. 1+58-0261- 7924785.

SÍGUENOS:@franklinjosedcn@lucelyscausilWeb: www.dcni12.com.veInstagram: [email protected]

DEDICATORIA

Dedicamos este libro a nuestros hijos Natanael, Rebeca y Ester, quienes prepararán las futuras generaciones, asumirán grandes responsabilidades y desafíos en el reino de Dios.

A la Iglesia Dios con Nosotros, Pastores y líderes de 12, 144, 1728 de cada Red: Hombres, Mujeres y Jóvenes. Quienes aprovecharán al máximo los principios aquí establecidos y vivirán en completa libertad.

AGRADECIMIENTO

Primeramente a Dios por darnos la sabiduría para estas enseñanzas y revelarnos los suministros del sacrificio de Jesús en la Cruz, los cuales traerán siempre libertad a nuestras vidas.

A nuestros Pastores César y Claudia Castellanos por enseñarnos la Revelación de la Cruz.

Al Dr. Derek Prince quien, a través de su Ministerio y del libro “Comprado a Precio de Sangre”, nos enseñó a tratar los problemas de la raza humana desde la raíz. Por cuanto, la solución de todo está en la Cruz.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN. 11

CAPÍTULO I: RENUÉVATE. 17 CAPÍTULO II: LIBRES DE ESTE SIGLO MALO. 43 CAPÍTULO III: LIBRES DEL LEGALISMO. 67 CAPÍTULO IV: LIBRES DEL “YO” EGOCENTRISMO. 85

CAPÍTULO V: LIBRES DE LAS OBRAS DE LA CARNE. 103

CAPÍTULO VI: LIBRES DEL MUNDO. 129

CAPÍTULO VII: REENFOCARNOS EN LA VISIÓN. 141

BIBLIOGRAFÍA. 159

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INTRODUCCIÓN

Durante nuestras vidas hemos visto el deseo de transformación en los seres humanos y el anhelo de renovarse. Algunos piensan que ésta se logra cambiando de lugar, comprando un vestido nuevo o con un cambio de look. Aunque esto es bueno, la búsqueda la hacen en sus propias fuerzas y a través de métodos equivocados.

En vista de la gran necesidad de cambios en nuestras generaciones, Dios nos iluminó a buscar estrategias y herramientas que ayudarán a nuestras familias, pastores y líderes a experimentar una transformación de forma correcta.

En esta búsqueda de renovación e insistir en nuestras vidas, tras la reponsabilidad que tenemos por enseñar y marcar el destino de esta generación; comprendimos que debe haber primero un crecimiento espiritual en la relación con Dios. Ésta comienza cuando las personas deciden seguir a Jesús y ser sus discípulos; dispuestos a recibir sus enseñanzas, obedecerle y conocerle, hasta parecerse más a Él.

El Apóstol Pedro, nos da las siguientes instrucciones: Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad (2 Pedro 3:18).

Es necesario ir más allá de saber que el Hijo de Dios nació en un pesebre, hacer ritos religiosos

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y asistir solamente a la iglesia de vez en cuando; porque ninguno de nosotros crece espiritualmente sin una vida de oración efectiva y, al mismo tiempo, emprende una acción o estrategias para dicho crecimiento.

¿Cómo hemos de crecer?. Pedro, nos da la respuesta: Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia (2 Pedro 1:3).

Es Dios con su poder quien nos transforma a su imagen a través de su palabra, la cual es el manual que contiene principios de vida. Pero, es nuestro compromiso poner en práctica todo el conocimiento del pacto de redención, de la muerte y resurrección de Cristo en la Cruz. Las personas no son muy conscientes ni tampoco entienden lo que se cumplió allí. Él nos hizo libres en todas las áreas de nuestras vidas, quitó las manchas de pecado para así obtener el perdón. De esta manera, experimentarán los cambios profundos y radicales para poder tener una nueva vida.

Esa es la razón por la cual también estudiaremos las 5 áreas donde necesitamos experimentar la libertad: Libres del dios de este siglo, libres del legalismo, libres del egocentrismo, libres de las obras de la carne, libres de la influencia del mundo, para así reenfocarnos en la visión de Dios.

Tales enseñanzas tratan a profundidad los problemas que enfrenta la Iglesia Cristiana de todos

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los tiempos. Jesucristo es la provisión de Dios para todas nuestras necesidades; así como lo afirman las Sagradas Escrituras: Dios no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32).

Todos necesitamos avanzar de acuerdo a las etapas que nos corresponde vivir. Como las águilas tenemos sueños de volar, elevarnos de la mediocridad a la excelencia, alcanzar metas, aceptar desafíos y vencer. No es suficiente tener una información superficial de Jesús. La Cruz hay que hacerla real y verdadera.

¡Ánimo!, Renuévate. ¡Ésta es tu oportunidad, de tener un nuevo comienzo!.

Pastores Franklin y Lucelys Osorio

CAPITULO I

RENUÉVATE

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RENUÉVATE

Todos hemos experimentado ciclos de derrota, estancamiento, ceguera espiritual, doble ánimo; sentimos que estamos en el mismo lugar. Tenemos muchos años en el ministerio sirviendo al Señor, sin embargo, los resultados no corresponden con el tiempo dedicado, es decir, llevamos muchos años de ser cristianos trabajando al servicio del Señor, pero no hemos visto la manifestación de la gloria de Dios y la razón ha sido que nos hemos enfocado más en lo externo que en lo interno.

Anhelamos la bendición de Dios, pero no queremos cambiar nuestras vidas, no estamos dispuestos a renovarnos y soltar el pecado. Por ejemplo, Juan nos dice: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Juan 1:2). Podemos observar que si nuestra alma es prosperada es porque ha sido renovada, es cuando experimentamos la transformación: Fuertes y saludables en el espíritu y en el cuerpo.

La palabra Renovación implica la acción y efecto de volver a ser nuevo o acción y efecto de renovar.Esta compuesta por: Re: Hacía atrás, de nuevo. Novum: Nuevo. Ción: Acción y efecto. (DRAE).

Por lo tanto, Renovación es el resultado de

adquirir una persona o una cosa un aspecto que la haga parecer nueva. Se refiere hacer como nuevo una cosa o volverla a su estado original.

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RENUÉVATE

Cuando Adán y Eva pecaron todo se alteró, se contaminó y, por consiguiente, la raza humana experimentó dolor, frustración, estancamiento y pérdidas en todos los sentidos. Al separarnos de Dios perdimos la imagen correcta que Él nos había dado, como también la capacidad de avanzar y elevarnos con los atributos divinos a las dimensiones de fe para caminar en lo sobrenatural.

Renovación es volver al estado original: LA CRUZ. Porque sólo Jesús, a través de ese sacrificio perfecto, recuperó todas las bendiciones y nos llevó nuevamente a una relación íntima con Dios. Esta renovación tiene que darse en el alma, donde está nuestra mente, intelecto, voluntad, sentimientos y emociones, como también en el espíritu y en el cuerpo.

Por su parte, Pablo, en el libro de los Efesios 2:3, dice: Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Este versículo nos enseña que hemos estado haciendo nuestra voluntad, agradando los deseos del alma, del cuerpo y de los pensamientos. Si vamos a tratar el problema desde la raíz, la causa principal de la falta de renovación, es el pecado, es decir, nuestra rebeldía contra Dios. Él siempre va a la raíz y si queremos experimentar una transformación debemos quitar todo engaño.

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También, 1 de Corintios 15:49 nos aclara: Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos la imagen del Celestial. Es decir, con este desafío de renovación traeremos la imagen del celestial. Porque el hombre terrenal es como Adán y está alejado de Dios, por el contrario, el hombre celestial se renueva cada día a su imagen y la meta es parecernos a Cristo. Iniciaremos este proceso renovando nuestra mente, sanando el corazón y también nuestra lengua.

Renovar la Mente. La renovación inicia en nuestra mente, pues si cambiamos nuestra manera de pensar todo se iluminará en nuestras vidas.

Partamos de este pasaje: Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta (Romanos 12: 1-2 NTV).

Este sacrificio vivo es una entrega total de nuestras vidas, siendo ésta la adoración que a Él le agrada. El libro de los Efesios 1:17-18, nos enseña: Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál

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es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. Se nos dice que al orar debemos pedir la sabiduría y la revelación, para que nuestro entendimiento sea alumbrado y así recibir las abundantes riquezas de su sabiduría, las que el Señor tiene para nosotros.

El libro de Isaías 55: 8-9 afirma: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Aquí vemos con claridad que nuestros pensamientos no están en concordancia con los pensamientos de Dios.

¿Sí lo comprendió?. ¿Por qué nos ha costado tanto renovarnos?. Porque hay que cambiar nuestra manera de pensar, sacando obras muertas, argumentos, pensamientos negativos y toda la basura que hemos permitido en nuestra mente.

Sólo la Sangre de Jesús entrará a lo más profundo de nuestras conciencias, sacará todo pasado y aquello que nos daña, como lo profundiza la siguiente cita el libro de los Hebreos: Cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados (Hebreos 9:14 NTV).

Al respecto, el Apóstol Pablo nos enseña:

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Deshágase de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu Santo les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo (Efesios 4:22-24 NTV).

Cambiar nuestra manera de pensar es una acción que implica sacar un pensamiento malo e implantar un principio de Dios. Si tiene este pensamiento: Nadie me ama, quítelo de su mente y establezca este: Con amor eterno te he amado (Jeremías 31:3). El plan de Dios es que tengamos en Cristo los tesoros escondidos de la sabiduría y del conocimiento (Colosenses 2:2-3). Si renovamos nuestra manera de pensar, también cambiará nuestro comportamiento y aprenderemos a hacer la voluntad de Dios para nosotros, la cual es:

Buena: Dios quiere darnos los mejores regalos

para que los disfrutemos. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago 1:17).

Agradable: Quien mejor que el Señor para darte lo mejor y aún mas allá de lo que pedimos o entendemos. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros (Efesios 3:20).

Perfecta: Porque elegimos el camino correcto

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de Jesucristo y de ésta manera reconocemos nuestras debilidades para cambiarlas por fortalezas. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón (Salmos 40:8).

Aprendimos de nuestro Pastor César Castellanos, que la voluntad perfecta es completa, dado que Dios nunca deja nada incompleto, porque alcanzamos madurez y Dios nos da sus bendiciones para disfrutarlas plenamente. Por lo tanto, tome en cuenta este mandamiento: Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres (Deuteronomio 8:1).

También Zofar, el amigo de Job nos expresa, de qué manera podemos experimentar una renovación, por lo que escribió: Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos; Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa la injusticia, Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, Y serás fuerte, y nada temerás; Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron. La vida te será más clara que el mediodía; Aunque oscureciere, será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro. Te acostarás, y no habrá quien te espante; Y muchos suplicarán tu favor (Job 11:13-19).

Al meditar en esta enseñanza debemos:

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• Disponer el corazón: Es permitir la libertad en nuestro espíritu para ser libres de la contaminación, las cuales son mezclas que afectan los fundamentos bíblicos en nuestros corazones, es decir, ser íntegros en nuestra manera de vivir y tener siempre un corazón sensible para aprender.

• Renunciar a las iniquidades: Éstas son semillas de pecados que vienen de nuestros padres, nuestros antepasados, como también por la cultura y el modelaje de las personas que nos rodean. Es necesario echarlas fuera de nuestras vidas.

• No consentir la injusticia: Se trata de todo aquello que es incorrecto. Tiene su origen en la maldad. Por ejemplo, vemos normal que en casa haya pleitos y contiendas, si es así estamos consintiendo, aceptando lo malo en nuestras vidas y familias. No permitamos el pecado en nuestras vidas,ni en nuestras casas, ni en todo cuanto hagamos.

Entonces, como resultado de ésto levantarás tu rostro limpio de manchas, serás fuerte y nada temerás, es decir, tendrás gracia y favor; vivirás en paz y tranquilidad. Esta es la vida abundante que Dios quiere que tengamos.

Como explicamos anteriormente, la renovación inicia en la mente, porque nuestra meta debe ser pensar como Dios piensa, pero también hay que sanar dos órganos vitales: El corazón y la lengua.

Sanar el corazón. El corazón es el centro de la

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vida misma, por esa razón hay que cuidarlo más que a nada en el mundo. Actualmente nuestras vidas se desarrollan a un ritmo acelerado y no dedicamos tiempo a cuidar nuestro corazón. Salomón nos dice en Proverbios 4:23, sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.

El mismo Jesús nos enseña que el corazón es como un árbol y las palabras son el fruto de ese árbol. Al respecto, Él dijo: ¡Generación de víboras! ¿Como podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas (Mateo 12:34-35).

¿Cuántas cosas malas albergamos en nuestro corazón?. El dolor, el enojo, la ira, el resentimiento, la amargura y el odio que nos traen estancamiento, parálisis y frustraciones. Sin embargo, la medicina correcta es ésta: Jesús en la Cruz soportó la herida de la vergüenza, el dolor y la humillación para que podamos ser sanados, esto lo afirma Isaías:

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto, como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos. Ciertamente llevó él las enfermedades, sufrió nuestros dolores y nosotros le tuvimos por azotados, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestra rebeliones, molidos por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isaias 53:3-5).

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Como nos damos cuenta, Jesús llevó el castigo que nosotros merecíamos para darnos su perdón. Por lo tanto, nosotros debemos perdonar a aquellas personas que nos han hecho daño. Si ya Jesús llevó el castigo, no podemos seguir llevando el castigo de la falta de perdón, la amargura y el odio en nuestras vidas.

Sanar la lengua: La lengua es un miembro pequeño y oculto, pero uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Santiago nos muestra la necesidad de sanarla. Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanzas de Dios (Santiago 3:8-9).

Como hemos comprendido, si el corazón está herido lo que sale por nuestra boca es maldición. Por tal motivo, es trascendental sanar el corazón para que nuestra lengua sea sanada. Ningún hombre puede dominar su lengua, se necesita la intervención divina, la ayuda del Espíritu Santo, Él es el único que puede sanarla, domarla y controlarla.

El motivo por el cual tenemos una lengua no es para el chisme, herir, mentir o maldecir, sino para bendecir, glorificar y exaltar el nombre de nuestro Dios. Por lo tanto, nuestras palabras deben estar alineadas a la palabra de Dios.

En conclusión, para que haya entonces una renovación debe haber una transformación en

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nuestra mente, sanidad en nuestro corazón y en nuestra lengua.

O TE CONFORMAS O TE TRANSFORMAS

Según el DRAE conformarse significa reducirse, darse por satisfecho con algo y acceder a algo sin protesta.

Volvemos a escudriñar este pasaje de la Biblia: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:1-2).

Entonces, conformarse equivale a estancarse, quedarse paralizado o distraído. Es nuestra responsabilidad renovar nuestra mente, aunque Dios nos salva y nos da un espíritu nuevo, es nuestro deber controlar los pensamientos que albergamos y enfocar nuestra mente en lo que honra al Señor, de tal forma que nuestra manera de pensar pueda ser transformada.

Estamos en la temporada de la renovación y la fructificación. Para ver resultados en nuestras vidas, empresas y ministerios es urgente tener la revelación de la Cruz, no de lo que ella puede hacer por nosotros, sino lo que puede hacer dentro de nosotros. Dios nos exige nuestro cuerpo rendido

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sobre el altar sin reserva alguna. Una vez que rindas tu cuerpo renovarás tu mente.

Recordemos que la estrategia astuta de Satanás es cegar el entendimiento para que no resplandezca la luz del evangelio y que usted no tenga una visión clara. Esto con el fin de evitar que recibamos todos los beneficios de la Cruz. Profundice en este pasaje bíblico. En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo el cual es imagen de Dios (2 de Corintios 4:4).

Otra forma del adversario engañarnos es atar a los cristianos, manteniendolos distraídos sin que se den cuenta de los beneficios de la Cruz. Entendamos que para ser renovados es sólo mediante la Cruz, de la muerte y resurrección de Jesús. Debemos meditar a diario en la palabra de Dios, considerando su significado y aplicándola a nuestras vidas, cada verdad o principio que vayamos descubriendo, porque es así como el Espíritu Santo nos cambia y llegamos a tener la mente de Cristo. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16).

PONER LA CRUZ EN EL CENTRO DE NUESTRAS VIDAS

La Cruz es el ancla de la fe cristiana. Por lo tanto, el lugar correcto para la Cruz es el centro de nuestras vidas, lo cual significa que en cada decisión haremos sólo lo que nos enseña la Palabra de Dios, aunque nos duela o nos ponga en tela de juicio.

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En tal sentido, el Dr. Derek Prince nos ratifica: Dios le dijo a su pueblo que cuando construyesen un altar, no le colocaran ningún otro objeto alrededor. No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tú Dios, que tú te habrás hecho, ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios (Deuteronomio 16:21-22).

De acuerdo a este pasaje, no debía haber ningún objeto que distrajese la atención del altar donde se ofrecían los sacrificios. Nada debe rodear la Cruz. También en Éxodo 20: 24-25, Dios nos establece el mandamiento: Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás.

No debemos poner nada sobre o frente a la Cruz que, en cierta forma, la oscurezca o la opaque. Ésto hace referencia cuando no aparta de su tiempo para adorar a Dios, atender una célula, bien sea porque está enfocado en otras cosas; está opacando la Cruz en su vida. Para una mayor comprensión:

Nada puede rodear la Cruz: La Cruz la rodean los ídolos, es decir, aquello que amamos, a lo cual dedicamos mayor esfuerzo y pasión, cuando hacemos nuestra voluntad y no la del Señor, la infidelidad y andar en las obras de la carne.

Nada puede opacar la Cruz: Ésta es opacada por la rebeldía, el engaño, servir al dios mamón o

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afán por obtener riquezas, la desobediencia y todo aquello que usted añada a la palabra de Dios.

En efecto, el libro de 1 de Juan 1:7-10, nos enfatiza

la importancia de ser sinceros: Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

En consecuencia, la Sangre de Jesús no hace efecto, en nuestras vidas, cuando estamos bajo engaño, es decir, en tinieblas; sólo cuando venimos a la luz podemos recibir la limpieza de nuestros pecados. Añadimos a la Cruz cuando nos engañamos a nosotros mismos. Muchas veces vemos las fallas en otras personas, pero creemos que nosotros estamos bien. Recordemos que cuando confesamos nuestros pecados venimos a la luz, pues se quita el velo o ceguera espiritual. Entonces, Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

Para dejar el conformismo y la mediocridad es trascendental volver al Sacrificio de la Cruz de Cristo, comenzando con ajustes de prioridades. Desarrollaremos este principio: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33).

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Observamos que Dios Padre tiene todas las bendiciones en el reino de los cielos. Jesús es quien las entregó por medio de su justicia y el Espíritu Santo nos dará todas las cosas. Todo se nos dará si buscamos a Dios primero. Tienes que darle prioridad a Dios en tu vida y a su palabra sobre todas las demás cosas.

Por lo cual damos 3 sugerencias para acercarse a la palabra de Dios:

1. Comprenda que la Biblia es la voz de Dios. La Biblia es la mente de Dios, ella contiene sus mandamientos, sus estatutos y preceptos para que la humanidad pueda vivir conforme a su voluntad. Por lo tanto, debemos recibirla con humildad, como se nos indica: Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes (1 de Tesalonicenses 2:13).

2. Reciba la palabra de Dios con mansedumbre. Es dejarse tratar por Dios y permitir que Él nos corrija. En el siguiente pasaje nos detalla: Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas (Santiago 1:21).

3. Buscar a Dios con diligencia. Para oír y

obedecer la voz de Dios debo meditar en la palabra todos los días, estar en silencio y en quietud, porque

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diligencia es prontitud, cuidado, agilidad y prisa. Los profetas indagaron, fueron diligentes, escudriñaron e inquirieron acerca del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, para que la humanidad recibiera la salvación (1 de Pedro 1:10 - 11).

En efecto, cuando meditas en la palabra de Dios con una mente y corazón abierto, viene el oír aquello que Dios te dice, éste es el rhema porque se vuelve real en tu vida. Como producto del oír se desarrolla la fe. Dedica tiempo para oír lo que Dios tiene que decirte y la fe se activará en tu vida. La fe no viene sólo por leer la Biblia, sino por oír atentamente la voz de Dios y luego viene la fe, la cual es vital; pero también se necesita la diligencia para meditar en la palabra de Dios y hacerla cumplir en nosotros para así recibir las promesas.

También es relevante estar dispuestos a reconocer nuestras fallas y asumir las consecuencias por ellas. Cuando negamos nuestros pecados retrasamos nuestro crecimiento espiritual; en cambio, si confesamos nuestros pecados e iniquidades alcanzamos madurez. El libro de Juan nos dice: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).

Por lo tanto, confesar nuestros pecados debe ir seguido del arrepentimiento genuino, que consiste en algo más que reconocer. Arrepentimiento tiene su origen en la palabra griega “metanoia”. Meta: Cambio - Noia: Mente. Significa acto de cambiar de mente.

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Los cristianos no hemos entendido el verdadero arrepentimiento, puesto que éste se percibe como una sencilla oración que hacemos cuando estamos en la iglesia, en el carro, en células, reuniones familiares, entre otros.

Al respecto, Pablo nos enseña que debemos volvernos a Dios haciendo obras dignas de arrepentimiento (Hechos 26:20). Quiere decir que un verdadero arrepentimiento es tener en mente un enfoque de cambio y transformación. Por su parte, el salmista David dijo: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí (Salmos 51:10). Es abandonar la rebeldía, el orgullo, la altivez, no fijar nuestras propias normas, ni hacer lo que queremos, tampoco seguir nuestros caminos. Es determinar no pecar más. Nuestra voluntad la sometemos al gobierno de Dios y al señorío de Jesucristo.

En este proceso de transformación la meta principal es que lleguemos a ser semejantes a Cristo; esto sucede cuando por medio de la fe obedecemos sus mandatos y aplicamos sus principios a nuestras vidas.

De este modo, nuestra relación con Dios comienza a crecer, hacerse más profunda y experimentaremos las más abundantes bendiciones que Dios tiene para nosotros.

Tomemos el ejemplo del águila cuando se renueva.

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EL DESAFÍO DEL ÁGUILA

El águila a sus 40 años de vida entra en la etapa de envejecimiento; su pico se vuelve puntiagudo, se encorva apuntando contra el pecho, sus alas están envejecidas, pesadas, sus plumas gruesas y volar se le dificulta; por lo cual tiene dos alternativas: Morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 5 meses.

Cuando el águila toma la decisión de enfrentar y desarrollar el proceso de renovación en pro de tener una nueva vida, se prepara y se eleva a mayores alturas. Por lo cual estudiaremos los 4 desafíos que debe enfrentar:

1. Estar a solas: El águila sube a la montaña más alta para posar en un peñasco donde pueda estar a solas.

2. Arranca su pico: Golpea su pico contra la roca hasta arrancarlo por completo y espera pacientemente hasta que su pico renazca de nuevo.

3. Arranca sus plumas: Con el pico nuevo quita todo su plumaje viejo.

4. Arranca sus uñas: Golpea sus uñas contra la roca hasta hacerlas desaparecer.

Queremos contarles nuestra experiencia cuando tomamos la determinación de entrar en el proceso de renovación. Llevamos más de 20

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años de servir a Dios en el ministerio, restaurando familias y ayudando al necesitado. Siempre nos ha caracterizado la fe y el entusiasmo para conquistar cosas grandes.

Sin embargo, nos habíamos sentido paralizados en un mismo lugar y sin fuerzas para volar a nuevas dimensiones de fe. Por tal motivo, tuvimos que armarnos de valor para enfrentar la situación y decidir de una vez por todas entrar en un proceso de renovación, tomando como ejemplo el desafío del águila, el cual ha sido inspiración para nosotros y también lo será para todo aquel que decida obtener un cambio radical en su vida.

Quizás, has sentido lo mismo, las heridas emocionales han traído dolor a tu corazón; tal vez desánimo, apatía e indiferencia. Has perdido la fuerza de conquista y piensas que no hay nada más que hacer. Querido lector tenemos buenas noticias para ti; es tiempo de renovarte, de reinventarte, te llegó el momento de un nuevo comienzo. Debemos desprendernos del pasado, costumbres, tradiciones, malos hábitos, de recuerdos negativos que son nocivos y causan dolor.

Esto no es otra cosa que romper paradigmas, que viene de la palabra griega “Paradeima” que significa modelo, tipo. Se trata de un modelo profundamente arraigado a la mente humana, por cuanto envuelve, controla, define y delimita todo lo que se percibe y se cree que es la verdad (DRAE).

La palabra Paradigma se deriva de varios

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vocablos:

PA: Papá. RA del dios Ra egipcio. DIG: Ideas. MA: Mamá.

Paradigma son ideas implantadas a la mente humana por la religión, ideas y creencias adoptadas por papá y mamá; por tal motivo, son tan díficiles de cambiar o romper y sólo la Sangre de Cristo, mediante el Espíritu Eterno, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que sirvamos al único Dios verdadero (Hebreos 9:14).

Por ello, tomemos la disposición de renovarnos

para tener un cambio substancial en nuestras vidas y la mejor manera es elevarnos sobre las alturas, esto nos llevará a la grandeza como seres humanos e hijos de Dios.

Por otra parte, queremos anunciarte que vienen grandes desafíos en este último tiempo y sólo con las fuerzas renovadas podemos enfrentarlos y a la vez disfrutarlos.

Primer Desafío: Estar a solas. Cuanto nos cuesta estar en quietud. Siempre queremos estar haciendo algo, ocupados en tantas actividades, distraídos en los quehaceres cotidianos que nos hacen creer que todo está bien; ignorando que estar en el reposo lo cambia todo por los beneficios que esto trae en sí mismo.

El tercer mandamiento de la Ley de Dios es el reposo. Aprendemos en las Sagradas Escrituras que

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el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios, no hagas obra alguna. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día. Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó (Éxodo 20: 8-11).

Estar a solas es apartarse para la meditación de la Palabra de Dios, cerrar la puerta de tu habitación y permanecer a cara descubierta con tu Padre Celestial. Dejar tu comida preferida para estar en ayuno y recibir los nutrientes del reino de los cielos.

Nos llama la atención que Dios bendijo y santificó el día de reposo. Determina en este dia apartarte a solas o hacer tu día de descanso. Al orar, adorar y escudriñar la palabra de Dios y Él santificará tu vida y bendecirá todo lo que hagas.

Notamos que al momento de la crucifixión de Jesús le pusieron un solo clavo en sus pies, esto es representativo para nosotros, pues significa firmeza. Los pies del Señor estuvieron firmes en su propósito, nunca perdió el enfoque. Cuando Dios nos entregó la armadura del guerrero en Efesios 6:15, nos instruye lo siguiente: y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Este calzado tenía suelas gruesas, con tachuelas de hierro que le permitían al soldado estar anclado en el suelo y permanecer firme. Aplique la Sangre que derramó Jesús de sus pies para que su vida tenga quietud, determinación y firmeza.

Si vencemos este primer desafío, estar a solas con Dios, le dedicamos tiempo valioso a nuestra salud

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espiritual. Soltar el pasado, perdonar de corazón y evaluarnos internamente nos hará el camino más fácil para enfrentar los demás desafíos a conquistar. Es necesario vencer a su primer enemigo, ¡Y ese es usted!.

Segundo Desafío: Sana tu lengua. El pico del águila lo representa nuestra lengua. Lo que sale por nuestra boca delata lo que hay en nuestros corazones.

Tenemos que reconocer que poseemos heridas profundas en nuestro corazón, por ende, la lengua está enferma y se hace evidente al momento de hablar. Algunas enfermedades de la lengua se manifiestan de la siguiente manera:

• Hablar demasiado: En las muchas palabras no falta pecado; más el que refrena sus labios es prudente (Proverbios 10:19).

• Palabras ociosas o descuidadas: Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado (Mateo 12:36).

• El chisme o la calumnia: La palabra chisme significa diablo. No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová (Levítico 19:16).

• La lengua mentirosa: Seis cosas aborrece

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Jehová, Y aún siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos (Proverbios 6:16-19).

• Lengua lisonjera: Es cuando la persona alaba hipócrita e interesadamente para conseguir un favor, es adular y falta de integridad. Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente (Salmo 12:1-3).

• Ligereza al hablar: Es hablar sin pensar, ni meditar. ¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él (Proverbios 29:20).

Debemos poner en práctica este principio de Dios, que el libro de los Hechos 2: 25-26, nos enseña de cómo sanar la lengua y ser transparentes para agradar siempre al Señor. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aún mi carne descansará en esperanza (Salmos 16:8-9).

El propósito por el cual tenemos la lengua es

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para alabar y glorificar a Dios. Con la lengua podemos hablar la Palabra de Dios y ésta a su vez activa el milagro, desata los ángeles del cielo y lo imposible se hará posible. Cuando quieras hablar malas palabras, piensa que el Señor está delante de ti. Tu corazón es fuente de vida, tu lengua se gozará y aún tu cuerpo reposará en esperanza.

Tercer Desafío: Cambia tus vestidos. Las plumas del águila representan las vestiduras de una persona. Con la palabra de Dios, que sale de tu boca, arrancarás todo pecado, resentimiento, amargura y destruirás los poderes de las tinieblas. Tus palabras tienen poder y activan tu milagro. Puedes entrar en un profundo arrepentimiento, pedir perdón a Dios y permitir que Jesucristo limpie tus pecados con su Sangre.

El libro de Isaías 61:3 declara que, el Señor dió la orden: A los afligidos de Sión se les diera gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría, en lugar de espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová para gloria suya.

Dios cambiará las vestiduras de luto, les dará un vestido nuevo de alegría y gozo. Quita ese plumaje de tristeza, ansiedad y angustia. ¡Tu destino es volar en las alturas!.

Cuarto Desafío: Arranca esas uñas viejas y débiles. Golpearlas contra la roca significa orar, clamar a Dios, hacer ayunos, guerra espiritual; así como también tomar la autoridad que Dios te ha

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dado.

Al respecto, el pasaje de Isaías 54:17 nos aclara: ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mi vendrá, dijo Jehová.

Camina en completa libertad porque ningún arma forjada contra ti prosperará, rompe los límites, no pierdas tu tiempo lamentándote por el pasado o por lo que dejaste de hacer. Renueva tus fuerzas como el águila. ¡No te rindas, sigue adelante porque naciste para triunfar!.

ORACIÓN

Padre amado, me he sentido sin fuerzas y sin esperanzas. El pecado me separó de ti y he vivido fuera de tu voluntad. Determino entrar al plan de renovación y tener una relación contigo a través de tu Hijo Jesucristo. Me arrepiento de todos mis pecados, a seguir el plan original de Dios para mí, ordenar mi vida interna y apropiarme de todo cuando Jesús proveyó para mí en la Cruz, como también a ejecutar las estrategias que requiero para mí transformación.

Suelto todo mi pasado, mis miedos, la amargura, la frustración y el desánimo. Creo que Dios cambiará mi vida y me dará un vestido nuevo de alegría y gozo.¡Mi destino es volar en las alturas!. ¡Nací para conquistar y caminar en el propósito de Dios!. ¡Sólo contigo Jesús podré alcanzar el éxito!. Amén.

CAPITULO II

LIBRES DE ESTE SIGLO MALO

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Al permitir la renovación en nuestras vidas podemos identificar aquellas cosas que nos dañan. Ser libres del dios de este siglo es no permitir que el adversario nos controle con sus artimañas. Estudiemos este pasaje: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre (Gálatas 1:3-4).

La voluntad de Dios para nosotros es que seamos libres de este siglo malo. La palabra “siglo” (aeon) significa “era”, período de tiempo, como también un cierto número de generaciones. Pablo lo afirma, cuando dice: Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero (Efesios 1:21).

¿CÓMO OPERA EL DIOS DE ESTE SIGLO?

Es relevante tomar como base esta enseñanza. En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4:4).

Este siglo malo está gobernado por Satanás y sus demonios, siendo su manifestación a través de las trampas del engaño y teniendo como objetivo que el evangelio no sea predicado, por tal motivo opera de 2 formas:

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1. Ciega el entendimiento.

2. Nos distrae y nos hace creer que somos de esta era.

De esta manera, nos hace ser cristianos estériles y sin frutos. Al perder el enfoque de nuestro trabajo en esta tierra cuidamos la era de Satanás. Los afanes y cuidados de esta era se manifiestan con el engaño de las riquezas; la gente piensa que éstas le producen felicidad y creen que durarán para siempre. Por lo tanto, dedican la mayor parte de sus vidas buscando los “cobritos”, como se dice en Maracaibo, o el dinero como todos conocemos.

El PELIGRO DE LA DISTRACCIÓN

Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), la palabra distracción significa: distancia, separación y entretenimiento. Cosa que atrae la atención apartándola de aquello que está aplicada.

Por lo tanto, la distracción tiene la capacidad y la fuerza de sacarte del propósito que Dios tiene para tu vida; es capaz de hacer que te pierdas de momentos y experiencias que significan una bendición para ti. Esto nuestro enemigo lo sabe muy bien, cada momento de distracción puede significar la pérdida del enfoque de lo que Dios nos ha mandado a hacer.

En esta era digital y tecnológica con autopistas de información, somos propensos a estar la mayor parte del tiempo con el teléfono, en las redes

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sociales, televisión, vídeo juegos y descuidamos lo más importante; la meditación de la palabra de Dios y la oración. Puede haber también estas formas de distraerte:

• Una Novedad: Encuentras algo nuevo o recuerdas algo olvidado, lo cual te desvía del objetivo propuesto.

• La falta de perspectiva: Es ver una tarea donde no la hay y te convences que hay que hacerla. Puede que tengas varias cosas por hacer, pero siempre debes realizar lo importante, no lo urgente.

• Prioridades invertidas: Momentáneamente olvidas que existen prioridades y que constantemente tenemos más cosas que hacer que tiempo para hacerlas.

De igual manera, nuestra vida diaria es bombardeada por diversas distracciones: críticas, presiones económicas, problemas de salud, entre otras. Cualquiera de ellas puede hacer que nos apartemos del plan perfecto de Dios. Como un modelo a seguir, Nehemías nos muestra el valor de vencer la distracción.

• Enfoque: Su temor reverente al Señor, no le permitía tener una mente dividida. Estaba consciente del trabajo en la reedificación de los muros de Jerusalén. Cuando ponemos nuestra atención solamente en el plan de Dios, nuestra mente permanece fija en la tarea, sin importar

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las dificultades (Nehemías 2:17-18).

• El favor de Dios: La bendición del Señor está siempre sobre nosotros cuando somos obedientes a Él.

• Rendir cuentas: Nehemías tenía que informar al rey lo que había logrado. Un día nosotros estaremos delante de Jesús, nuestro rey, y le daremos cuenta de cómo utilizamos nuestras habilidades, recursos y, sobre todo, de nuestro tiempo.

Finalmente, Nehemías terminó el proyecto en sólo 52 días. Si seguimos su ejemplo, Dios puede hacer grandes cosas en y a través de nosotros.

DIOS NOS LLAMA A SER PRODUCTIVOS

A continuación leemos esta parábola la cual trae claridad acerca de nuestro trabajo en el reino de Dios: Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga (Mateo 13:3-9).

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Explicación de la parábola:

• El que fue sembrado junto al camino: Son aquellas personas que siguen a Jesús por una necesidad y no están dispuestos a someterse y a obedecer lo que Él les manda a hacer. Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo y arrebata la siembra en su corazón.

• El que fue sembrado en pedregales: Éste es el que oye la palabra y al momento la recibe con gozo; pero como no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, tropieza.

• El que fue sembrado entre espinos: Éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra haciéndola infructuosa.

• El que fue sembrado en buena tierra: Éste es el que oye, entiende la palabra y da fruto; produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

En consecuencia, la vida cristiana se traduce en sembrar: sembramos amor, cuidado y protección, sembramos enseñanzas, principios y valores. Debemos comprender que Dios nos enseña el carácter del sembrador y los tipos de tierra. Por lo tanto, debemos cumplir la ley de la siembra para poder cosechar, la cual es perseverar y tomar estos principios para ser un buen sembrador:

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1. Tener un corazón limpio y recto: El salmista David nos enseña como limpiar nuestro corazón. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí (Salmos 51:10). Cuando permitimos amargura, frustración y resentimiento dejamos de sembrar lo correcto. Nos estancamos y no vemos resultados en lo que hacemos. Es necesario tener un nuevo comienzo, soltar las cargas de dolor, depresión, de odio a través del perdón y permitir que Dios sane y limpie nuestro corazón a través del Espíritu Santo.

2. Orar y hacer guerra espiritual: El sembrador no se detuvo, a pesar de los obstáculos cuando se enfrentó a varios tipos de tierra. Cuando hacemos la obra de Dios también enfrentamos adversidades, sobre todo, con personas que no quieren saber nada de Dios o no quieren tener compromiso con la iglesia; pero nunca debemos permitir el desánimo. Al hacer guerra espiritual estamos arrancando los espinos, los abrojos, las piedras y quitamos los obstáculos que impiden que el sembrador recoja su fruto.

3. No detenerse: No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos (Gálatas 6:9). Los que se detienen pierden la cosecha. Para el sembrador lo más importante es perseverar para ver los frutos, porque su anhelo es tener la cosecha.

Al respecto, el Pastor César Castellanos dice: El entusiasmo para la multiplicación es lo que hace la

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diferencia en cada área de nuestras vidas. Nuestra meta es dar fruto al ciento por uno, lo cual es ser productivos. ¡Sigue sembrando!. Nuestro trabajo es sembrar y Dios dará el crecimiento.

Cuando Jesús explicó la parábola del sembrador y la calidad de la tierra, vimos los resultados tanto en el sembrador como en la tierra. Pero fijemos la mirada en el que sembró la semilla entre espinos: El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa (Mateo 13:22).

Si le dedicas o inviertes tu tiempo, tu fuerza, tu vida en cuidar esta era, es decir, el presente siglo malo, vendrás a ser un cristiano sin frutos y la palabra de Dios no hará su obra en ti. Te has preguntado ¿Por qué en tantos años que tienes poniendo tu vida al servicio del Señor, no has visto los resultados esperados?; ¿Por qué no crece tu ministerio?; ¿Por qué tu familia no le sirve al Señor? y ¿Por qué no obtienes las bendiciones de Dios?.

Aquí puedes conseguir las respuestas. Vamos con frecuencia a la iglesia, cumplimos con algunos ritos en el culto los domingos, pero cuando llega la semana continuamos cuidando la era de Satanás, nos preocupamos por ella, a tal punto, que todo gira en torno a los afanes y quehaceres de esta vida.

Pablo nos da ejemplo de un discípulo que había perdido su propósito: Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a

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Tesalónica (2 Timoteo 4:10).

Por lo tanto, el trabajo de un pastor es productivo en la medida que las ovejas se unan al proyecto de restaurar familias, con un compromiso genuino y dejando las excusas, que hoy son evidentes como por ejemplo: no hay tiempo para servir a Dios.

Es relevante señalar que cuando conocimos la iglesia Misión Carismática Internacional, en Bogotá Colombia, lo que más nos llamó la atención fue ver a toda la iglesia comprometida con el reino de Dios. Al preguntar cuántos líderes trabajan a tiempo completo, quedamos perplejos, porque la mayoría trabaja secularmente y aun así es la iglesia más grande de Latinoamérica y de mayor impacto en la formación de líderes. ¿A qué se debe?. Ellos han hecho frente al dios de este siglo, sometiendo sus vidas al Señorío de Jesucristo y, por supuesto, han tomado con seriedad el compromiso de predicar el evangelio. Esto los ha llevado a ser fructíferos en todo lo que hacen, dando cumplimiento a las promesas de Dios en sus vidas y familias.

Así pues, no puedes amar la presente era mala y amar a Jesucristo. Las dos cosas no se pueden hacer: Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24).

EL DIOS DE ESTE SIGLO CONTROLA CON EL AFÁN Y LA ANSIEDAD

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La palabra “afán” (griego-merimna) significa ansiedad, preocupación, lo que divide. Nos hace pensar en algo que distrae la mente. Es lo que hace girar la mente de la persona angustiada en diferentes direcciones.

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas (Mateo 6:25-32).

Observa que el Señor no dice que no trabajes. Lo que está diciendo es no te afanes por el trabajo, el dinero, la comida, el vestido. Trabaja, pero sin afán, porque este es una preocupación extrema. El dios de este siglo te incita al afán para que no recibas las bendiciones que Dios tiene preparadas para tí.

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¿Por qué es importante ser libre del afán y la preocupación?. La preocupación es como una mecedora, te entretiene pero no te lleva a ninguna parte, es una inquietud o un temor producido ante una situación difícil. Es necesario ser libre de la ansiedad porque:

• Divide nuestro ser interior, lo vuelve débil y vulnerable.

• Divide los sentimientos, por tanto, no hay estabilidad emocional.

• Divide el entendimiento, entonces no hay estabilidad para decidir.

• Divide la percepción, por ende las observaciones no son del todo correctas porque no hay buen juicio, ni discernimiento.

En efecto, el afán del que habla la Biblia es la ansiedad que resulta cuando no podemos controlar una situación. Si estamos en control no nos afanamos, pero cuando perdemos el control nos llenamos de temor, de ira y de ansiedad. Este es el afán que nos atormenta, roba nuestra paz y produce trastornos dentro de la familia.

Las consecuencias del afán y la ansiedad. Algunas de ellas pueden ser:

• Físicas: Dolor de cabeza, problemas gástricos, presión alta, problemas cardíacos, dolores musculares, trastornos del sueño o insomnio, cansancio, entre otras.

• Emocionales: Estrés, depresión, ira, mal genio,

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temor, angustia.

• Sociales: El afanado muchas veces trata de dominar a otras personas o manipularlas para aliviar su estrés. Lo hace por medio de la ira, la autocompasión, la queja, y/o la crítica. El afanado sufre rechazo por su misma manera de ser y ésto multiplica su ansiedad.

• Espirituales: Algunas de ellas pueden ser cuando las personas dudan y se siente lejos de Dios, porque hay desgano y apatía espiritual.

LA CURA PARA LA ANSIEDAD Y LA PREOCUPACIÓN

Vamos aplicar este principio: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:6-7). Para ser libre de la ansiedad recomendamos:

• Llevar el afán a la Cruz del calvario: Las cargas e imposibilidades. Echar toda ansiedad sobre el Señor y apoyarse en Él (1 Pedro 5:7).

• Reconocer que Dios está con nosotros: Dios está en control de todo ( Colosenses 1:15-20).

• Tener equilibrio en la vida diaria: Una forma de liberarnos del afán y las preocupaciones es disfrutar en familia, salir a vacacionar y

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oxigenarnos con el ejercicio físico (1de Corintios 6:18-20).

• Buscar la paz de Dios: Ésta paz es tanta que no se puede entender, pues se trata de una tranquilidad sobrenatural. El resultado de entregar la ansiedad a Dios es paz sobrenatural. La paz de Dios guarda nuestras emociones de pensamientos negativos (Filipenses 4.6-7).

Debemos entender que a veces nuestras emociones necesitan tiempo para tranquilizarse. El mismo Señor Jesús oró en tres oportunidades en el huerto de Getsemaní, antes de lograr estar decidido ante la prueba que enfrentaba. Así como lo registra el libro de Lucas 22:44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Por esta razón, no debemos sentir culpa si tenemos que orar una y otra vez por el mismo problema. Dios nos conoce y responderá en su tiempo como Él lo sabe hacer. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día (Lucas 21:34).

Cuando nos ocupamos de la oración avanzamos y experimentamos los cambios en cada situación. Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Colosenses 3:1-2).

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Asimismo, orar es especialmente importante en este tiempo de crisis económica porque nunca podrás cambiar nada por tí mismo, sólo Dios transformará el destino de nuestras naciones. Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2 Crónicas 7:14).

Sin lugar a duda, nuestra mayor responsabilidad es orar y no afanarnos. Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras y oró fervientemente para que no lloviese y durante 3 años y 6 meses no llovió sobre la tierra. Y otra vez oró, y la tierra dio su fruto (Santiago 5:17-18).

Si persistimos en la oración Dios enviará su lluvia sobre Venezuela y ésta tierra dará sus frutos. La oración hace que permitamos que Dios se haga cargo de nuestras necesidades y nos ahorra tiempo. Los que se enfocan en lo eterno son los que siempre tendrán mayores resultados y les irá bien.

Desde hoy enfócate en la oración y busca con diligencia al Señor y todas tus necesidades serán suplidas, siendo obedientes a éste principio. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal (Mateo 6:33-34).

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LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán (Mateo 24:3-4).

Una de las señales, antes de la venida de Jesús, es el engaño y el fin del mundo del que habla el Ápostol Mateo; no es el fin del planeta, sino de la presente era maligna. Es el fin del reino de Satanás para dar paso a la era de Cristo, nuestro Señor. Por eso Jesús dijo: De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo (era). Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a todos los que hacen iniquidad (Mateo 13: 40- 41).

Nótese que Jesús habla del fin del presente siglo malo cuando Él vuelva con sus ángeles, entonces, el fin del mundo es el fin de esta era presente con todos sus males. Sin embargo, el Señor Jesús nos dice que aquellos que le han servido tendrán cien veces más en esta vida y en el siglo venidero obtendremos la vida eterna.

Jesús dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más

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ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna (Marcos 10: 29-30).

Por otro lado, el Apóstol Pablo le dice a la iglesia de Éfeso que el adversario está por ser retirado de este presente siglo malo, gobernado por Satanás y sus demonios y contra ellos nosotros debemos hacer guerra espiritual, desligarnos y renunciar a toda su influencia (Efesios 6: 12 - 13).

En cuanto a la nueva tierra, la Biblia habla de ella, pero en el sentido de una nueva edad o era. También se nos dice que nosotros los creyentes, somos nuevas criaturas pero en el sentido espiritual y moral, aunque seamos aún imperfectos. Veamos lo que nos dice el Apóstol Pedro sobre la nueva tierra: Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia (2 Pedro 3:13).

Como se señala, en la nueva tierra morará la justicia, por cuanto en esta tierra o período de tiempo malo, la injusticia está por todas partes. Esto finalizará pronto. De igual manera, el Apóstol Juan nos dice algo más sobre la próxima era maravillosa con estas palabras: Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4).

Entonces, las primeras cosas de esta era mala habrán pasado al olvido. La muerte, el llanto, el clamor y el dolor son las características más resaltantes del

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presente siglo malo; pero en el venidero, esos males habrán dejado de existir.

Además, el profeta Isaías, hablando de la nueva tierra nos dice lo siguiente: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Más os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo (Isaías 65:17- 18).

Por esta razón, nosotros no somos de esta era, porque no le pertenecemos. Somos personas con la eternidad de Dios marcada en nuestros corazones. El propósito de Dios es que vivamos para Él, poniendo el enfoque en aquello que tiene trascendencia eterna, con la mirada en Dios y no en las cosas temporales y pasajeras.

Jesús prometió a sus discípulos que él regresaría otra vez. En el libro de Juan 14: 1- 4 dice: No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Nosotros somos pregrinos en esta tierra, por lo tanto, debemos desligarnos del dios de este siglo y esperar la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo en santidad y en obediencia. Lucas 21:34-

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36 dice: Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día (...) Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenido por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y estar en pie delante del Hijo del Hombre.

¿CÓMO SER LIBRES DEL DIOS DE ESTE SIGLO?

La voluntad de Dios para nosotros es que seamos libres de este siglo malo, a través de Jesucristo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor (Efesios 5:14-17).

Es determinante ser libre del presente siglo malo y lo haremos de esta manera:

• Renunciando a su influencia: El adversario se esforzará para tener a los cristianos: ciegos, sordos, saturados de actividades para desgastarlos, que se conformen a este sistema y no puedan disfrutar de los beneficios del sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.

• Reconocer que no somos de esta era: Nuestra ciudadanía está en los cielos. Estudiaremos esta verdad: si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está

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Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:1-3).

• Predicando el Evangelio: Los cristianos que obedecen y llevan con seriedad el llamado de Dios en sus vidas amenazan a Satanás con la predicación del evangelio, porque cuando éste evangelio del reino sea predicado a todas las personas en el mundo, entonces vendrá el fin. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14).

• Comportarnos de una manera sobria y justa: Es caminar con firmeza y madurez. Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobrio, justa y piadosamente (Tito 2:11-12).

• Ponerse la armadura de Dios: Es tomar las armas que Dios le ha dado para combatir las mentiras del enemigo, fortalecerse y protegerse en todo tiempo. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,

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contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:11-12).

A continuación explicaremos la importancia de apropiarse de las armas que el Señor le ha dado:

VÍSTASE A DIARIO CON LA ARMADURA DE DIOS

Siempre nos vestimos de acuerdo a la ocasión, si hay calor con ropas frescas, si hay frío nos abrigamos. Por lo tanto, es un mandamiento de Dios vestirse con su armadura que nos da una idea de “envolvernos en”, escondernos dentro de la fuerza de Dios. La obediencia a Dios sostiene la armadura para nosotros y en tiempos difíciles y contínuas conquistas, vístase con ella, pues Dios la ha provisto para nosotros (Efesios 6:10-18).

1. El cinturón de la verdad: La verdad de quienes somos en Cristo, tenemos y podemos en Él. Somos hijos de Dios y nunca se apartará la verdad de la palabra de Dios de nuestros corazones (Josué 1:8).

2. La coraza de justicia: Nos protege de las flechas mortíferas o dardos del enemigo y a nuestras emociones. Dios nos ha perdonado, justificado y su gracia nos rodea como un escudo. La Sangre que Jesús derramó en el huerto de Getsemaní es rociada sobre la mente, voluntad, emociones y sentimientos.

3. El calzado del evangelio: Este calzado tenían

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suelas gruesas, con tachuelas de hierro, que le permitían al soldado anclarse en el suelo y permanecer firme. Manténgase firme en Cristo y predicando el evangelio (1 Corintios 9:16).

4. El escudo de la fe: Nos protege de todos los dardos de fuego del maligno. La fe es creer con certeza lo que se espera y la convicción de lo que no vemos. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Tu fe tiene que estar basada en la palabra de Dios (Romanos 10:9-10; Hebreos 11:1).

5. El yelmo de la salvación: Nos protege de todo ataque mental del enemigo. Nos apropiamos de la mente de Cristo, la cual nos da discernimiento y sabiduría. No permita al adversario controlar sus pensamientos y piense siempre en todo lo verdadero, lo justo, lo puro y lo honesto (Filipenses 4:8-9).

6. La espada del espíritu: Es la palabra de Dios que creemos y confesamos a nuestra necesidad. Con la verdad y las promesas de Dios combatimos las mentiras del enemigo (Hebreos 4:12).

7. Orar en todo tiempo: Orar es un acto de adoración, donde agradecemos y pedimos a Dios conforme a las promesas que Él nos ha dado. La oración constante nos asegura la victoria. La falta de oración detiene tu milagro, por lo tanto, debe ser sin desmayar, porque éste es un mandamiento de Dios (Lucas 18:1).

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ORACIÓN

Padre reconozco que me he estancado, permitiendo la distracción y el afán. Renuncio al dios de este siglo y declaro: La Sangre que derramó Jesús de su frente en el huerto de Getsemaní viene sobre mi vida y quita todo engaño.

Soy libre de la rebeldía. Mis ojos espirituales se abren. Desde hoy atiendo el llamado de Dios y soy productivo en lo que hago. Me levanto a renovar mi vida, suelto todo pasado y todo patrón de conducta negativo. Determino caminar en lo nuevo de Dios. Amén.

CAPITULO III

LIBRES DEL LEGALISMO

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LIBRES DEL LEGALISMO Para ser libre del legalismo primero estudiaremos acerca de la ley. Es relevante comprender el por qué necesitamos ser libre de la ley debido a que nuestra tendencia es mandar a hacer a otros normas que nosotros no cumplimos. El Apóstol Pablo en su experiencia expresó: tenemos que darle muerte a la ley, ser libre de ella, para así tener una vida cristiana agradable a Dios. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios (Gálatas 2:19).

¿QUÉ ES LEGALISMO?

El significado de legalismo es la tendencia o actitud de quien antepone, a todo, la aplicación estricta de las leyes. También hace referencia a una formalidad o detalle legal que obstaculiza y/o condiciona la plena resolución de una cosa.

En este caso, legalismo es un término que usan los cristianos para describir una posición doctrinal, enfatizando un sistema de reglas y normas para alcanzar tanto la salvación como el crecimiento espiritual. Los legalistas creen que es necesaria la estricta adherencia literal a esas reglas.

Doctrinalmente es una posición opuesta a la Gracia de Dios. La clase de legalismo donde una persona trata o sostiene su salvación guardando la ley, se puede convertir en una falsa doctrina. Recibimos nuestra salvación a través de la fe, no por nuestra habilidad de ser buenos.

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Asimismo, se puede considerar como el uso excesivo e inapropiado de la ley 10 mandamientos; denominadas las leyes de santidad. Este legalismo puede expresarse de la siguiente manera:

• Cuando una persona intenta guardar la ley para obtener salvación.

• Cuando se juzga a alguien por no cumplir ciertas normas y reglas de conducta que el legalista piensa que necesitan ser guardados.

CARACTERÍSTICAS DE UNA PERSONA LEGALISTA

Quienes sostienen una postura legalista, tienen varias características:

• Juzgan a las personas, porque no cumple ciertos patrones de conducta.

• Se preocupan más por lo externo que lo interno.• Son injustos, porque imponen cargas que ellos

no pueden cumplir.

De igual manera, cuando juzgan por no cumplir ciertos códigos que necesitan ser guardados, se refieren con desprecio a otros cristianos que no tienen su nivel de santidad, lo cual es un problema frecuente en las iglesias. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas (Gálatas 3:10). Entonces, ya no dependemos de la ley, puesto que Cristo nos redimió de la maldición de la ley hecho por nosotros maldición, (porque esta escrito: maldito todo el que

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es colgado en un madero) (Gálatas 3:13).

Veamos algunos ejemplos:

1. Un padre legalista quiere la perfección de su hijo pidiéndole que haga lo que él no hace.

2. En un esposo legalista, el nivel de comunicación con su esposa es bajo, porque considera que esta no es importante.

3. Un líder legalista piensa que está bien con Dios haciendo activismo religioso, es decir, haciendo la obra del Señor dejando de lado la comunión con Dios.

Al respecto, otro caso se dio en la iglesia donde recibí las primeras enseñanzas para la vida cristiana, donde duré un año en la capacitación para el bautismo en agua. Como tenía hambre de Dios, en ese mismo año había leído la Biblia completa y en las evaluaciones que me hacían sacaba “A”. Estaba feliz esperando el día del bautismo; pero un día antes fui a ver al pastor y le pregunté como sería la logística para bautizarme y me respondió: “usted no puede ser bautizada porque usa pantalones”.

Sin embargo, aunque no me bautizaron, no me aparté y gracias a Dios hoy estoy desarrollando mi llamado en libertad en este ministerio, el cual pastoreo con mi esposo. (Pastora Lucelys de Osorio).

Es necesario evitar caer en la trampa del legalismo, sujetandonos firmemente a las palabras del Apóstol Juan. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por

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medio de Jesucristo (Juan 1:17).

LA SALVACIÓN SE OBTIENE POR LA FE EN CRISTO JESÚS

Simplemente, es más que un imposible pretender guardar la ley para ser salvo. Por lo tanto, tratar y pensar que la salvación se obtiene por nuestros esfuerzos es una falsa enseñanza. Es aún peligroso para aquellos que piensan que pueden lograr su salvación de esta forma, no podrán recibir la herencia que Dios tiene preparados para ellos.

En relación, el libro de Romanos 3:24-27, expone un panorama más claro acerca de cómo ser libre de la ley y ser salvos por la fe. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

¿Confío en guardar la ley a fin de ser justo delante de Dios?, o ¿Me apropio de la muerte de Cristo en la Cruz como única garantía para alcanzar la salvación?.

Así sucedía en el antiguo pacto. Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para

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expiación, y un carnero para holocausto (Levítico 16: 3).

Estar bajo la ley significaba generalmente que para ser salvos o alcanzar el favor de Dios, se debía cumplir con la circuncisión, los sacrificios de corderos y demás ritos.

En este caso, el sacerdote entraba al santuario anualmente, se santificaba primero, luego expiaba los pecados del pueblo y duraba un año ese proceso de expiación.

Por otra parte, en el tiempo de Moisés se establecieron leyes para mantener al pueblo unido al Padre y, de esta manera, se mantenía la convivencia humana.

Cuando Adán y Eva pecaron, ésto los separó de Dios, porque Dios es Santo y no hace las paces con el pecado; en tanto, se necesitaba una forma para que la raza humana fuera libre del pecado y fue entonces cuando Dios estableció un plan para perdonar sus pecados.

Pero ahora, hemos aceptado a Jesús como Señor y Salvador, quien es el Sumo Sacerdote que entró una vez y para siempre al lugar Santísimo y perdonó todos nuestros pecados. En este caso no se trata de expiación, que significa tapar nuestros pecados o cubrirlos por un año. En Cristo ya no estamos bajo la ley, sino bajo el Pacto en su Sangre, lo cual quiere decir que no podemos hacer nada por méritos, fuerzas humanas, ni reglas o patrones

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humanos, sino por lo que ya Él hizo por nosotros en la Cruz: Nos salvó, liberó, sanó, nos dió de todas sus bendiciones que no merecíamos. Esto es Gracia o favor inmerecido. ¿Te das cuenta por qué no estás bajo la ley sino bajo la gracia?.

Te invitamos a disfrutar de todas las bendiciones de Dios y a vivir sin condenación. Si fallas pide perdón a Dios y la Sangre de Jesús te limpia ahora y continuamente de todo pecado (Juan 1:7). Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:18-20).

Por tal razón, si ya destruiste en tu vida la religiosidad, el pecado, el engaño y la traición, entonces permanece firme, porque Cristo te hizo libre. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (Gálatas 5:1).

Jesús nos da una reflexión en la parábola del Buen Samaritano, donde el sacerdote y el levita vieron al hombre herido y pasaron de largo, porque su postura legalista no les permitía ayudarle. Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de

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largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia (Lucas 10: 30-33).

Sin duda, el legalismo mata la gracia y la misericordia en una persona. Es lo opuesto a ser compasivo. Por lo tanto, los hijos de Dios somos enseñados a ser misericordiosos unos con otros. Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones (Romanos 14:1). El ser misericordiosos, especialmente hacia nuestros hermanos en Cristo. ¿Tú, quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme (Romanos 14:4). Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10).

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Con la finalidad de traer claridad en dos áreas importantes de este versículo, se explica:

1. Salvos por la fe: ...Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo (Romanos10:8-9).

2. Justificados por la fe: Nuestra justificación es

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por fe, no por las obras. El libro de Romanos también añade, mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia (Romanos 4:5).

Queremos dejar en claro que la salvación es solo a través de Jesús. El Apóstol Pablo también añade: En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7), aquí se ilustra el tema de la salvación por la fe. Dios nos perdonó a través de Jesucristo. Su muerte en la Cruz nos redimió de la maldición del pecado y de la muerte. Cuando hay perdón de nuestros pecados hay redención.

Redención: Significa rescatar o sacar de la esclavitud al cautivo mediante precio. Jesucristo nos compró de nuevo con su Sangre.

Por eso, el método de salvación de Dios es el siguiente: a Jesús se le castigó para darnos de su perdón. El método de salvación humano es querer acercarse a Dios con ritos religiosos obviando la Cruz. Jamás alcanzaremos la justicia de Dios por tratar de agradarlo haciendo cosas; ni siquiera por ser buenos. Sólo hay una forma de apoderarnos de la justicia divina: Por medio de la fe en Jesucristo.

Jesús fue convertido en pecado y llevó todas nuestras iniquidades a fin que podamos llegar a ser la justicia de Dios en Él. ¿Se da cuenta? que la salvación es por lo que ya Cristo ha hecho por nosotros en la Cruz.

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LEGALISMO RELIGIOSO O FARISEÍSMO MODERNO

Estudiaremos en el libro de Lucas, acerca de éste tema: A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como éste publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lucas 18:9-14).

Los fariseos eran legalistas religiosos que habían logrado desarrollar un método de interpretación de los libros de la ley, lo cual requería prácticas minuciosas y detallistas para llegar a la santidad. Ellos confiaban en su conocimiento meramente intelectual, en su interpretación tradicional de las leyes de Dios y se consideraban a sí mismos justos, exaltándose por creerse más buenos, más santos, más religiosos o más sabios que los demás.

Por esta razón, Jesús les llamó hipócritas porque aparentaban ser justos, pero su corazón estaba lleno de maldad. Los legalistas creen que poseen la verdad y atacan a los que contradicen sus

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interpretaciones. La palabra de Dios es viva y eficaz, va hasta donde Dios quiere y hace lo que Dios quiere que haga (Hebreos 4:12).

Cuando vió esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora... Y a ella [Jesús] le dijo, tus pecados te son perdonados. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste que también perdona pecados? (Lucas 7:39 y 49).

En efecto, el legalista se caracteriza por criticar y juzgar todo lo que lo rodea, creyendo que es mejor que los demás. Ve la paja en el ojo ajeno, pero no ve la viga en su propio ojo. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echad de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mateo 7:3). Murmuran entre sí e inyectan dudas a los que los rodean y pueden perjudicar a una persona creyendo firmemente que están sirviendo a Dios, creen que los motiva la justicia, cuando en realidad Satanás está detrás de cada una de sus murmuraciones, contiendas y dudas.

Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos, limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro son lobos rapaces. Necios, ¿el que hizo lo de afuera, no hizo también lo de adentro? (Lucas 11:39-40).

En este pasaje, la escritura refleja que ellos se alarmaron porque Jesús no se lavó las manos antes

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de comer. Los legalistas buscan los más mínimos defectos en los siervos de Dios, los juzgan, levantan contienda y división en contra de ellos, hasta dañar su imagen. Lo hicieron con Jesús, quien nos enseñó la verdadera libertad de alabar a Dios por sus maravillas, porque predicó a los pecadores y se sentaba a comer y beber con ellos.

También, los legalistas se caracterizan por cuidar mucho las apariencias, pero se olvidan fácilmente del amor y la justicia de Dios. Critican a aquellos que vienen con fervor a servir al Señor, porque se sienten cansados y desgastados, pero no son capaces de comprometerse con los proyectos de la visión de Dios. Si alguno se atreve a crecer en el Señor avanzando en su llamado, de inmediato lo cuestionan y dicen que eso es momentáneo porque está de moda para los pastores. Así matan en los nuevos creyentes ese espíritu de conquista, servicio y agradecimiento a Dios por haberles salvado.

Por lo tanto, tenemos que amarnos como Cristo amó a su iglesia y dió su vida por ella. Nosotros debemos predicar arrepentimiento en amor y la justicia debemos dejarla en las manos de Dios.

SER LIBRE DEL YUGO DEL LEGALISMO

El Dr. Derek Prince en su libro “Comprado a Precio de Sangre”, nos enseña que debemos escoger: ¿Vivir por la Fe o Vivir por la Ley?. Analicemos este pasaje: Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen

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nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra (Romanos 7:6).

En este versículo, Pablo dice que estamos muertos para la ley. ¿Dónde morimos?; EN LA CRUZ. Cuando murió el Señor Jesús, él tomó nuestro lugar. Sin embargo, si no permitimos esta libertad por medio de la muerte de Cristo, no podemos servir en la libertad del Espíritu Santo.

Por tanto, imagínese que planea un viaje a un sitio desconocido. Tiene dos opciones:

1. Puede utilizar un mapa. 2. Puede buscar un guía personal.

Por un lado el mapa es seguro y por el otro, el guía conoce el camino y no necesita consultar la cartografía. El mapa es como la ley, pero nadie ha llegado al punto final del viaje que es “La Justicia”, siguiendo el mapa, que es la ley, aunque millones lo han intentado. Por otro lado, el Espíritu Santo se ofrece como guía personal para conducirlo a su meta. Además ¡Él fue quién hizo el mapa!.

Solo hay dos maneras de obtener justicia:

1.Por obras. LEGALISMO Reglas Humanas.2. Por gracia. La Fe. Ser Guiados por El

Espíritu Santo.

El legalismo mata la fe, más la gracia de Dios es a través de su Santo Espíritu.

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DONDE ESTÁ EL ESPÍRITU SANTOHAY LIBERTAD

El Espíritu Santo es una persona, es un guía que Jesucristo nos dejó. Él dijo: a ustedes les conviene que yo me vaya, porque yo terminé mi propósito de redención en la Cruz. Pero El Espíritu Santo será quien administre todo cuanto les he dado. Solo Él les guiará a toda la verdad, porque les hará saber la revelación del pacto en mi Sangre. Porque Él tiene la llave de los tesoros del reino de los cielos.

En cuanto a mi experiencia personal con Él, siento cuando algo no le agrada, me revela y me hace entender que estoy haciendo mal y también me da estrategias para lograr las cosas que me he propuesto. Está tan cerca que se involucra conmigo en las actividades diarias. Me ayuda en mis debilidades, comparto con Él y tomo en cuenta sus enseñanzas. (Pastora Lucelys de Osorio).

Por lo tanto, si permitimos que el Espíritu Santo nos guíe en nuestra vida seremos libres de legalismo, de ataduras, opresión, enfermedades, stress y preocupaciones.

Para tal efecto, meditemos en Gálatas 5:18. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. El camino a la madurez es ser guiado por el Espíritu Santo. Ya no podemos confiar más en un conjunto de reglas para hacernos justos y santos.

El Consolador quiere que sepas qué hacer y cuándo hacerlo. Confía en Él, para que sea tu Guía

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diaria. También debemos estar atentos cuando nos indique emprender cierta acción o decir cierta palabra, esto requiere entregar nuestra mente para que El Espíritu Santo la dirija y luego procedemos a obedecer sus indicaciones.

Pero, el Dulce Espíritu de Dios siempre nos habla en el silencio y la quietud afirmando la palabra de Dios en nuestros corazones.

Hay personas que dicen si siento paz es de Dios; pero a veces cuando hacemos cosas que nos gustan y que favorecen los sentimientos y las emociones, tendemos a confundirnos y, por ende, no es de Dios. Somos guiados por el Espíritu cuando tenemos una palabra de convicción, de acuerdo con los principios en la Biblia. Así nos da dirección para que nos apartemos de algo perjudicial o cuando sentimos una pesadez o intranquilidad.

Entonces, ¿Cómo saber si nos hemos rendido por completo al Espíritu Santo?. Hay 2 maneras de hacerlo:

1. Cuando es capaz de decirle, esto es lo que quiero y me agrada; pero me has hecho saber que no. Está bien Espíritu Santo, haré lo que tú digas.

2. Creer y obedecer su Guía, si constantemente buscamos a Dios tendremos claridad en la dirección del Espíritu. Es fundamental la fe y Él recompensa a los que le buscan con diligencia. Él nos imparte la fe que necesitamos, a fin que

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vivamos en obediencia y fidelidad. Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6).

En conclusión, podemos decir que el legalismo mata la obra redentora de la gracia que Jesús nos brindó en la Cruz. Además es lo opuesto a ser compasivo. Por lo tanto, los hijos de Dios somos enseñados a ser misericordiosos unos con otros y vivir a plenitud la vida cristiana a través de la fe, porque está escrito: He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá (Habacuc 2:4).

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gálatas 5:14).

ORACIÓN

Señor Jesús, hoy acepto a través de la fe que me has justificado por tu gracia. Renuncio al legalismo, al pecado, al engaño y la falsedad. Nunca más refutaré tus enseñanzas y estoy dispuesto a obedecerlas.

Espíritu Santo quiero que seas mi maestro y guíame a toda la verdad. Enseñame a amar y a tener compasión por mi familia. No haré las cosas a mi fuerza, sino que dejaré que Jesús entre a mi corazón y se haga cargo de mis dificultades. Caminaré y conquistaré a través de la fe. ¡Separado de tí Jesús nada puedo hacer!. Amén.

CAPITULO IV

LIBRES DEL “YO” EGOCENTRISMO

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LIBRES DEL YO – EGOCENTRISMO

Hay una gran necesidad de ser liberados del egocentrismo, porque somos propensos a ser muy independientes, individualistas y egoístas. Y esto es precisamente lo que reflejamos en nuestras familias o cuando hacemos un trabajo de equipo e igualmente en la sociedad en general.

Por lo tanto, estudiaremos algunos rasgos y comportamientos de una persona egocéntrica. En psicología egocentrismo, es la característica que define a las personas que creen que sus opiniones e intereses son más importantes que las de otros.

La altivez es una característica de una persona egocéntrica. En la palabra de Dios también encontramos ejemplos y enseñanzas que indican que el ego, es la auto exaltación, la cual es dañina, por lo que conlleva a perder abundantes bendiciones. Es más, Dios al altivo lo mira de lejos. Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Más al altivo mira de lejos (Salmos 138:6).

En esta otra cita bíblica observamos la importancia de ser libres del yo. Leamos: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20).

Al respecto el Dr. Derek Prince, nos enseña: Todos necesitamos ser libres del egocentrismo. El “yo” es el que más te exige, siempre quiere que se le

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adule y se le preste toda la atención. Jamás cesa en sus exigencias: Yo soy importante,necesito apoyo ahora mismo, ayúdame, ruega por mí. El “yo” se interpone ante la presencia de Dios. Es el mayor culpable de los divorcios, como también de los problemas en la familias. Hoy debemos destronar al “yo” para que Cristo entre y se haga cargo de nuestras vidas; sólo nosotros tenemos potestad de hacerlo.

Continuamente se miran las fallas en las demás personas, también queremos escapar o huir de nuestras dificultades. Pero donde quiera que vayas siempre llevarás el problema: Tu ego, tu yo. El problema eres tú y por esa razón necesitas ser libre del egocentrismo, porque tendrás la solución en otras áreas de tu vida, pero el “yo” hay que destronarlo del corazón. Tienes que morir para que puedas ver las oportunidades y la grandeza de Dios en tu vida y lo que esta representa.

No podemos seguir a Jesús sino hasta cuando hayamos hecho estas dos cosas: Negarse así mismo y tomar su Cruz, como Él mismo lo enseñó:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mateo 16:24).

Negarse es decir no a su ego. Éste dice Quiero, y usted responde: No. El ego dice: siento y usted le responde: No importa lo que yo sienta, sólo haré lo que Dios diga. Tiene que volverse contra su propio ego.

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LIBRES DEL “YO” (EGOCENTRISMO).

Por lo tanto, para agradar a Dios la fe es el ingrediente más importante. Para agradar a Jesús y seguirle es necesario negarnos a nosotros mismos, destronar el ego y tomar la cruz, es decir, tomar la responsabilidad de negarnos, para ser transformados a su imagen. Es determinante morir al “yo” y la única solución es la Cruz.

¿CÓMO SER LIBRES DEL EGOCENTRISMO?

Lo primero que necesitamos es querer y anhelar un cambio en nuestras vidas. Para esto recomendamos estos principios: Destronar el yo de nuestro corazón; humillarnos ante el Señor y poner la Cruz en el centro, en la mente y en el corazón. Explicaremos, cada uno de ellos:

1. Destronar el Yo: Entre más nos enfocamos en nosotros mismos nos volvemos esclavos del egocentrismo y el egoísmo se fortalece más. Evalúate, si estas palabras gritan en tu alma: “Mírenme a mí, a mí no me han dicho nada”... “Yo soy importante, necesito apoyo ahora mismo”. La esposa le recuerda al esposo “tú no me has dado nada, todo lo he hecho yo”. Las ovejas con frecuencia expresan al pastor “aquí no hay amor, nadie me visita, ni una llamada telefónica”; el líder abre sus labios y dice “mis discípulos no me apoyan”. Los hijos le dicen a sus padres “dame la herencia que me corresponde, porque yo no quiero vivir más en esta casa, porque no me dan lo que yo quiero...yo quiero llegar a la hora que me da la gana, yo estoy harto de rendir cuentas”.

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La única manera de destronar el “yo” es tomar la decisión de ponerlo en su lugar, en la Cruz. Declare: destrono al “yo”; renuncio y abdico a Jesucristo en el lugar del “yo”.

Entonces, ¿Por qué abdico?. Abdicar es el acto mediante el cual un rey o un príncipe renuncia o cede, generalmente de manera voluntaria al derecho del título soberano. En este caso el “yo” que esta reinando quítelo de ese trono, el cual está impidiendo su crecimiento y formación de su carácter.

Sobre este asunto, nuestro consejo es buscar siempre un mentor que le ayude y a quien usted pueda rendir cuentas. Como también en oración, en ayuno, en tiempos a solas con Dios permita que Cristo entre y gobierne su vida. Tienes que ser constante porque mientras más te humilles delante del Señor, Él hará de ti la persona que Él quiere que seas.

2. Humillarnos ante El Señor: Dios nos enseña que Él resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo (1 de Pedro 5: 5- 6). El primer requisito esencial es humillarnos. La Biblia dice que Dios resiste a los soberbios. Así que, si intentamos llegar a la presencia de Dios pero somos soberbios, podemos presionar a Dios, pero él también nos presionará cuando vengan las pruebas y el quebrantamiento. Él consigue presionar con más fuerza que nosotros para así enseñarnos a depender y someternos a Él.

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En ningún lugar en la Biblia dice que Dios nos hará humildes. Dios siempre coloca sobre nosotros la responsabilidad de humillarnos, esto es una decisión personal. Nadie puede hacerlo por nosotros; los demás pueden orar y predicarnos la palabra de Dios, pero somos nosotros quienes tenemos que tomar la decisión de humillarnos bajo la poderosa mano del Señor, para que Él nos exalte cuando fuere tiempo.

Por lo tanto, al humillarse debe:

• Recibir la verdad de la palabra de Dios en amor. • Cultivar el temor del Señor.

Veamos esta cita: Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo (Gálatas 6:14).

Por lo cual, el quebrantamiento es la herra-mienta para que seamos útiles al máximo. Este viene al ser humildes. Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos (Jeremías 15:19).

Con frecuencia vemos en los cristianos un deseo que se les de exaltación por sus logros y el servicio que han hecho para el Señor. Algunos luchan por reconocimiento y elaboran una larga lista de logros personales para dársela a Dios cuando lleguen a su presencia y decirle: Mira lo que yo he hecho por ti.

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A mí se me fue revelado y entendí esto: ya absolutamente todo lo hizo Cristo en la Cruz, no puedo añadir, ni quitar nada. Dios nunca nos acepta en base a lo que hayamos hecho, Él nos recibe gracias a lo que Cristo ha hecho en la Cruz. Esta enseñanza la aprendí, años atrás cuando quería que por lo menos mi esposo valorara y reconociera todo lo que había dejado por Jesús: Mi familia; porque a mis 19 años dejé a mis padres; mi patria, mi amada Colombia. Después de casarme me dediqué al comercio y tenía unos locales comerciales que luego vendí por seguir a mi esposo en el ministerio atendiendo lo que Dios me mando a hacer.

Luego de cuatro años en Barinas, Dios nos regaló dos casas, de las cuales escogimos una e invertimos lo poco que teníamos para arreglarla. Pero cuando nos llamaron para pastorear la iglesia Dios con Nosotros, dejé mi casa y nunca me la pagaron.

Así sucesivamente, mi vida se traduce en entrega, porque he aprendido a no retener nada. Pero un día tenía la necesidad que mi esposo me escuchara y con amargura en mi corazón le compartí lo que había dejado y todo lo que había hecho para Dios. Aunque realmente no había entregado nada porque había dolor y frustración. Esperaba que me elogiara, que con palabras elocuentes me agradeciera por todo. Su respuesta fue: Tú no has hecho nada, no hemos hecho nada para Dios, ya todo lo hizo Jesús por nosotros. Desde ese día, comenzó a morir mi ego. Cuanto agradezco a mi esposo por ser mi maestro y corregirme cuando siento que me lanzo al

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vacío. Desde entonces vi un crecimiento espiritual, sanidad en mi corazón, libertad financiera y avance en todas las áreas de mi vida. (Pastora Lucelys de Osorio).

Es necesario meditar en este texto. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).

El Señor nos enseña a no depender de nuestros logros, sino a depender sólo de Él. Para ser humildes delante de Dios estudiaremos estos 3 principios:

• Arrepentirnos de nuestros hábitos pecaminosos: La autosuficiencia es un pecado que practicamos con frecuencia; que se convierte en un mal hábito. Para retractarse o corregirlo es necesario ser honesto; todo lo que soy y todo lo que tengo es del Señor. Mis hijos, mi familia y mis habilidades. David dijo: Dios todo lo que tengo es tuyo y de lo recibido de tu mano te doy. Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos (1 Crónicas 29:14).

• Arrancar el orgullo: Aprendimos que mientras sigas sembrando orgullo, seguirás cosechando pérdidas. El orgullo es excesiva estimación propia, pero sí queremos ser libre de éste debemos buscar la raíz; el pecado. El Pastor César Castellanos, en su libro “Victoria por la Sangre”, enseña acerca de Lucifer: “Todo en este querubín era perfecto, hasta

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que se halló en él maldad. Al permitir pensamientos de rebelión, de sobrepasar a Dios, una grieta se produjo en su corazón y por ello fue descalificado por completo“.

¿Qué movió a este ser tan maravilloso, que tenía todos los elementos que se requieren para que alguien sea eternamente feliz, al estar al lado ni más ni menos que del Dios del universo; para que pudiera echarlo todo a perder en un instante?. A éste querubín no le importó la responsabilidad que tenía de proteger el propiciatorio; así como lo hacían los serafines del Arca de la Alianza; que con sus alas extendidas cubrían la gloria de ésta, la cual representaba la manifestación de la presencia de Dios (Éxodo 37:9), “sino que dejó que la maldad creciera dentro de su corazón.”

Al entrar la maldad, el orgullo entra, la autosuficiencia de querer ser como Dios. El orgullo te hace perder la razón, es el responsable de los divorcios, la traición y la infidelidad. Muchas mujeres han dejado a sus esposos porque ellas se creen perfectas, creen que no se equivocan y su orgullo las ha llevado a estar solas. Al igual, los hombres tienen que dejar el orgullo, se escudan en el machismo y sus actitudes incorrectas traen quebrantamiento a los hogares. Determina hoy arrancar ese orgullo de tu corazón y verás la transformación en tu vida.

• Renunciar a la autosuficiencia: ¿Hay algo que Dios está arrancando de tu vida? Puede ser la autosuficiencia.

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Estas pasando por un período de quebrantamiento y sientes que ya no aguantas más. A veces pasamos por una serie de decepciones, pero es allí donde Dios nos está enseñando. El Apóstol Pablo también pasó momentos difíciles, de sufrimiento y problemas en el carácter.

Por lo cual escribió: Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2 Corintios 12:7-10).

Aunque Dios no le quitó a Pablo el aguijón que tenía en la carne, si logró entender que le fue dado para evitar que se enalteciera y se apoyara en su autosuficiencia. El Señor le enseñó que su Gracia siempre será más que suficiente para todas sus debilidades.

Renuncia a la autosuficiencia y reconoce que siempre necesitamos de nuestro único y sabio Dios, así como también de las personas que nos rodean. El camino a la madurez es dejar la autosuficiencia.

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RENUÉVATE

El ejemplo de Jesús es esencial para cada uno de nosotros. Si queremos tener los beneficios de su muerte y resurrección debemos imitarle.

¿En cual área necesitas humillarte?. Quizás

en tu corazón has permitido la altivez, la arrogancia y la prepotencia o, tal vez, te cuesta pedir perdón. Recuerda: ¡La humillación es el camino a la grandeza!.

A continuación otra experiencia vivída con nuestro liderazgo, con esta consigna:

“Ya yo le dije al pastor”: Como pastora, una de las áreas que más he tenido que trabajar en el liderazgo es en la formación de los mismos, en control y seguimiento del desarrollo de la visión de la iglesia, pues mi labor es capacitar líderes delegándoles funciones de acuerdo a sus capacidades. Sin embargo, cuando delego una tarea específica, algunos no vienen a rendir cuentas, bien sea porque el pastor les encomendó otra responsabilidad y suelen tener esta palabra como bandera o escudo “ya yo le dije al pastor”.

Sabemos que el pastor es la máxima autoridad de la iglesia, por lo cual es la cabeza, es quien dirige, y la palabra de Dios es clara en todo sentido. Someteos los unos a otros en el temor del Señor(...). Detrás de esta consigna puedo discernir en los líderes el “yo” arraigado, el cual no les permite ver con claridad sus responsabilidades y la capacidad de respuesta frente a las demandas del ministerio (Pastora Lucelys de Osorio).

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3. PONER LA CRUZ EN LA MENTE Y EL CORAZÓN

La Cruz sobrepasa el tiempo. Es una sola ofrenda, un sacrificio perfecto el cual suple todas nuestras necesidades. Esto lo confirma el escritor de los Hebreos; porque con una sola ofrenda hizo perfecto para siempre a los santificados (Hebreos 10:14). Jesús tomó sobre su propio ser, los pecados de todas las personas de todos los siglos, pasados, presentes y futuros. Muchas veces se nos dificulta comprender esta verdad. Jesús al derramar su Sangre nos limpió de los pecados del corazón y también los de la mente.

Por lo tanto, el punto inicial para poner la Cruz en el centro es la mente, esto lo hacemos enfocando nuestra atención en lo que Dios dice. Recordemos: Al rendir nuestro cuerpo será renovada nuestra mente.

Al darle a la Cruz el sitio adecuado en nuestra manera de pensar, es decir, teniendo siempre en mente la palabra de Dios, entonces todo nuestro ser será transformado. Una semilla mala o pensamientos negativos que permitamos en nuestras mentes, cambiará nuestra conducta y estaremos predispuestos siempre a tener acciones incorrectas.

Con frecuencia hemos escuchado: La pista de aterrizaje de Satanás es la mente. Esto es una realidad, porque él sabe que si controla la mente, controla todo el cuerpo y de esta manera perdemos el enfoque correcto anula el efecto de lo que Cristo nos proveyó en la Cruz.

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RENUÉVATE

Como le hemos enseñado, Dios le dijo a su pueblo antes de entrar a la tierra prometida y tener conquistas, construyan un altar para Dios; pero hizo una salvedad; no deberían poner ningún objeto alrededor. Para mayor comprensión leamos: No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tú Dios, que tú te habrás hecho, ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios (Deuteronomio 16: 21-22).

¿Si lo entendió?. No debe haber nada que pueda distraer la atención del altar, donde se ofrecen los sacrificios y la adoración para Dios. La Cruz debe estar siempre en nuestra mente, en nuestro corazón y, sobre todo, en el alma y cuerpo. Nada, absolutamente nada puede rodear la Cruz. Si no damos a la Cruz el lugar correcto, en el centro de nuestras vidas, nuestra fe pierde su significado y su poder.

Al poner la Cruz en el centro de nuestra mente también lo haremos en el corazón. Jesucristo es el centro de nuestras vidas y toda nuestra manera de pensar o en cada decisión que tengamos que tomar deben estar basadas sólo en lo que Cristo ha hecho y en sus enseñanzas, de acuerdo a las Sagradas Escrituras. De esta manera destronamos el yo, haciendo unicamente lo que Él nos dice que hagamos.

Por ejemplo: A las mujeres casadas se les hace dificíl someterse a sus esposos, por los errores que ellos comenten y el maltrato que reciben de ellos. Sin embargo, tener la Cruz en el centro indica que este

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es el principio de Dios: Ustedes, las esposas deben obedecer a sus esposos. Si obedecen al Señor, Él se encarga de hacer justicia y bendecir sus vidas y familias (1 de Pedro 3:1).

Recuerde el pasaje de Gálatas 2:20 y declare: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

SEGUIR EL EJEMPLO DE JESÚS

El señor se entregó por completo llevando el castigo que nosotros merecíamos. Pensemos en la agonía que debe haber significado para Jesús, siendo puro, ser abofeteado. Sus padecimientos nos enseñan el gran valor de la humillación, como observamos en este pasaje.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:5-11).

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RENUÉVATE

Desglosaremos cada versículo y veremos la auto humillación de Jesús, de la cual se derivan siete partes donde nos corresponde humillarnos:

1. Jesús se entregó voluntariamente.2. Jesús tomó la naturaleza de esclavo.3. Jesús se hizo semejante a los hombres.4. Jesús comprende nuestra naturaleza humana.5. Jesús se humilló así mismo hasta lo sumo. 6. Jesús se hizo obediente hasta la muerte.7. Jesús dio su vida por sus amigos.

Debemos aprender de la auto humillación de Jesús, pues su vida es ejemplo en todas las áreas de nuestras vidas. Ahora bien, la exaltación de Jesús es el resultado de su entrega, su humildad. Él que es mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido (Mateo 23:11-12).

Este es el resultado de la humillación de Jesús:

1. Dios exaltó a Jesús sobre todas las cosas.2. Dios le dio un nombre que es sobre todo

nombre.3. En el nombre de Jesús se doblará toda rodilla.4. Se doblarán las rodillas de los que están en el

cielo.5. Se doblarán las rodillas de los que están en la

tierra.6. Se doblarán las rodillas de los que están debajo

de la tierra.7. Toda lengua confesará que Jesús es el Señor.

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ORACIÓN

Padre, gracias por enseñarme a negarme a mí mismo y tomar la Cruz. Doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, me niego a mí mismo y destrono al yo. El ego no dirigirá más mi vida. Determino que todo lo que yo quiera, lo que yo sienta, no importa, sólo haré lo que Dios diga.

Tomo la Cruz y acepto que ese es mi lugar de morir para ser redimido. Cuando Jesús murió, yo también lo hice con Él. Con Cristo estoy crucificado, ya no vivo yo, ahora Cristo vive en mí. Me uno al sentir y al ejemplo de Jesús, me humillo y perdono a todas las personas que me han hecho daño. Renuncio al engaño, al orgullo, la autosuficiencia, la arrogancia y la soberbia.

Hoy declaro ante el universo: No vivo yo, sino Cristo en mí. Me humillo bajo la poderosa mano del Señor y sé que Él me levantará, me honrará a su debido tiempo, gracias Señor. Amén.

CAPITULO V

LIBRES DE LAS OBRAS DE LA

CARNE

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LIBRES DE LAS OBRAS DE LA CARNE

Ser libres de las obras de la carne es una parte que todos necesitamos. Esta se entiende como la manera que el viejo hombre se manifiesta por medio de nosotros. Este viejo hombre es la naturaleza carnal que todos heredamos de Adán y Eva.

Para comprender mejor estos términos, recordemos que la primera pareja en el Edén al desobedecer a Dios, perdieron su relación con Dios y toda la herencia que el Padre les había dado. Sus vidas entonces no estaban siendo dirigidas por el Señor, sino por su alma. En el alma es donde se encuentra la voluntad, el intelecto, sentimientos y emociones. Lo que significa que su vieja naturaleza del alma gobernaba sus vidas.

Veamos ahora cuales son las obras de la carne de las cuales todos nosotros debemos ser libres. Son esos impulsos dentro de nosotros gobernados por el alma, que nos traen perdida en lugar de ganancia. El Apóstol Pablo señala una lista para que comprendamos mejor la actuación de las obras de la carne.

Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gálatas 5:19-

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RENUÉVATE

21).

Nos damos cuenta que ellas se hacen más evidentes, no para quienes las practican, sino para las personas que están a nuestro alrededor. La mayoría de las obras de la carne tienen que ver con la convivencia humana. Vamos a simplificarlas en 4 aspectos:

1. Impureza sexual: Adulterio, fornicación inmundicia, lascivia.

2. Ocultismo: Idolatría, hechicerías. 3. Divisiones: Enemistades, pleitos, celos, iras,

contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios.

4. Gratificación de los deseos: Borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas.

Termina la lista con una reflexión: acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios (Gálatas 5:21).

El Señor amonesta a quienes practican tales

cosas y dice que ellos no heredarán el reino de Dios. Este es un requisito muy importante para ser hijos de Dios, no se trata de ser cristianos de labios sino permitir que Dios gobierne y seamos semejantes a Él. Como hemos entendido, el Señor regresará por aquellos que hayan sido libres de las obras de la carne.

Estudiaremos cada una de ellas, para comprender mejor y así identificar cuales obras de

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LIBRES DE LAS OBRAS DE LA CARNE.

la carne estamos practicando, para renunciar y ser libres.

1. Impureza Sexual: Esta consiste en el abuso de la facultad sexual; incluyendo toda clase de licencias sexuales, como el sexo antes del matrimonio, adulterio, lesbianismo, homosexualismo y toda clase de perversión.

• Adulterio: Es el quebrantamiento de los votos o pactos matrimoniales.

• Fornicación: Es la relación sexual entre personas que no están casadas. Cuando una persona casada tiene relaciones fuera del matrimonio, fornica y adultera. Una persona soltera que tiene relaciones con otra, fornica, pero no adultera.

• Inmundicia: Es indecencia o deshonestidad de una persona o de sus acciones.

• Lascivia: Es propensión a los deleites carnales. Se trata del deseo sexual o lujuria.

2. Ocultismo: Ciencias ocultas, esoterismo. Es el conjunto de conocimientos y prácticas relacionados con la magia, la alquimia, la astrología y materias semejantes que no se basan en la experimentación científica.

• Idolatría: Práctica religiosa en la que se rinde culto a un ídolo. Amor y admiración excesivos que se sienten por una persona o por una cosa.

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RENUÉVATE

Es la costumbre pagana de fabricar estatuas o hacer imágenes con el fin de adorarlos y tenerlos por dioses o confiar en ellos. La idolatría está prohibida en la Biblia. El Señor nos manda a no tener este tipo de prácticas. Por tanto, amados míos, huid de la idolatría (1 Corintios 10:14).

• Hechicería: Es el conjunto de conocimientos, prácticas y técnicas que se emplean para dominar de forma mágica el curso de los acontecimientos o la voluntad de las personas. Una traducción alternativa para hechicería es brujería o magia, su objetivo es manipulación y control. También se relaciona con fármacos o drogas. La adicción a los fármacos es hechicería y por esta razón los que consumen la marihuana, cocaína, entre otras, necesitan reconocer los efectos de la hechicería para ser libres. Por lo tanto, como hemos dicho anteriormente, los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

3. Divisiones: Hace referencia a separar personas, grupos, familias, matrimonios. Siendo éstas las enemistades, iras, pleitos, celos, contiendas, disensiones, envidias y homicidios.

• Enemistades: Consiste en una aversión, no necesariamente mutua, aunque sí frecuentemente entre varias personas. Se manifiesta con: Agresiones verbales y físicas, así como también continuos intentos de intimidación.

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• Pleitos: Este concepto se emplea para nombrar un enfrentamiento, sentencia o altercado. El pleito se practica con frecuencia en los hogares, siendo éste uno de los responsables de la separación de familias.

• Celos: Son un conjunto de sentimientos y actitudes que surgen cuando creemos que podemos perder algo muy importante para nosotros (amor, imagen social, profesional, poder, entre otros). Cuando percibimos que nuestra pareja le da a otras personas lo que queremos solo para nosotros (amor, tiempo, compañía, atención).

• Contiendas: Guerra, batalla o discusión. Ser contencioso significa que por costumbre se disputa o contradice todo lo que otros afirman. Una persona así, discute con amargura y produce discordia. Unas veces la discordia es abierta y otra es una corriente de rabia debajo de la superficie. La contienda es peligrosa porque es una fuerza satánica enviada para destruir. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable (2 de Timoteo 2: 24).

• Disensiones: Se entiende como la expresión formal de un desacuerdo, parcial o total, respecto de otros criterios individuales o colectivos, con connotación auto excluyente en ocasiones, con el orden establecido en la sociedad.

• Herejías: Es una creencia o teoría controvertida

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o novedosa, especialmente religiosa que entra en conflicto con el dogma establecido. Es vista como una desviación sobre el contenido de la fe y puede llegarse a una división en el seno de la comunidad religiosa o a una condena de carácter disciplinario por la insumisión a la autoridad eclesiástica considerada legítima.

• Envidias: Es un sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer lo que tiene el otro, sean bienes o cualidades superiores. El último mandamiento de la ley de Dios es, no codiciar los bienes ajenos.

• Homicidios: Es un delito que consiste en una acción u omisión mediante el cual se priva de la vida a otra. También cuando criticamos, murmuramos, atacamos por la espalda o traicionamos a una persona.

• Ira: Es un término de origen latino que se refiere a la furia y la violencia. Se trata de una conjunción de sentimientos negativos que genera enojo e indignación. También se encuentra ligada a la frustración, dado que surge como una explosión ante la imposibilidad de resolver algo. Veamos este ejemplo:

Desde el día en que David mató a Goliat, Saúl comenzó a tener mucha envidia de David porque cuando el ejército regresó de la batalla, las mujeres salieron a recibir al rey y entre danzas y cantos decían: Saúl mató a mil soldados, pero David mató a diez mil. Al oír tales cantos, Saúl se enojó mucho

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y pensó: A David le dan diez veces más importancia que a mí. ¡Ahora sólo falta que me quite el trono! (1 Samuel 18:6-9 TLA). Aquí podemos observar cómo Saúl en su arrebato de ira, quería matar a David. Éste es un pecado que todos practicamos frecuentemente, por lo tanto, profundizaremos en las causas y consecuencias por lo que la ira llevó a Saúl a perderlo todo.

El peligro mortal de la ira: Con la ira se mata, se persigue, se manifiestan intentos de homicidios, se clavan lanzas.

¿Cómo se manifiesta la ira? Con ataques violentos y frecuentes, la persona iracunda tiene cambios visibles en su aspecto físico, dilatación de las pupilas, tensión de los músculos y cambios internos como aumento de presión sanguínea, nudo en el estómago. La ira se ve como señal de firmeza y poder personal. Sin embargo, la ira es pecado y Dios la prohíbe.

¿Cómo ser libre de la ira? Buscar siempre

la sabiduría en la presencia de Dios. Solo Él transforma nuestras vidas. En el libro de los Salmos 37:8, se nos enseña con determinación a dejar la ira y desechar el enojo. Deja la ira , y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

• Dejar la ira. Es soltarla y llevarla a la Cruz. Es someter la carne, el enojo y también nuestro temperamento al fuego del Espíritu Santo.

• Renunciar. Renuncie al odio, la venganza, la amargura y el resentimiento.

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• Perdonar de corazón e ir más allá del perdón. Es restituir lo dañado, hasta que recibas un corazón nuevo.

Por lo tanto, en oración, ayunos, vigilias se debe estudiar, profundizar y buscar en la Biblia los versículos claves sobre el problema de la ira, para darle la solución y permitir que el Espíritu Santo ministre y revele cada palabra hasta que sea recibida como un mandamiento que se establece en el corazón. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen (Proverbios 6:23).

4. Gratificación de los deseos: Esto hace

referencia a darle premios al cuerpo por hacer lo malo. Es decir, indulgencia sin freno de los deseos y apetitos carnales, sobre todo, en los aspectos del comer y beber. Hay un versículo bíblico que nos ayuda a tratar con estos deseos.

Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo (ejemplo, mensajero)para otros, yo mismo venga a ser eliminado (1 de Corintios 9:27).

Así pues, Dios también nos ha dado poder de hacerlo y dominio propio, como Pablo le orientó a su hijo Timoteo: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 de Timoteo 1:7). Esto significa disciplina y es una decisión personal. Dependerá entonces del estilo de vida que hayamos elegido. Si seguimos en el desorden, el Espíritu Santo no nos obliga a

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hacer lo bueno, sólo nos ayudará en el estilo de vida correcto.

• Borracheras: Es el trastorno temporal de las capacidades físicas y mentales a causa del consumo de alcohol. En este sentido, uno de los síntomas es el aumento de la hostilidad y agresividad, generando muchos problemas sociales y familiares.

• Orgías: Son fiestas donde se come, bebe y mantienen relaciones sexuales desenfrenadas en la satisfacción de pasiones y deseos.

¿CÓMO SER LIBRES DE LAS OBRAS DE LA CARNE?

Hay un principio en las Sagradas Escrituras que nos lleva a esta libertad. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos (Gálatas 5:24).

Nuestra naturaleza carnal fue puesta a la muerte con Él, lo que debemos hacer es apropiarnos de lo que Cristo hizo por nosotros en la Cruz. Esta aplicación es una verdad absoluta. Fíjese lo que dice el libro de Romanos 6:6: Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Por lo tanto, no sirvamos más al pecado. No dice que no vamos a pecar más mientras estemos en esta vida, pues seguimos con la lucha de la carne, pero no será una práctica sino vivir en libertad en

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todas éstas áreas. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios (Romanos 8:6-8). La buena noticia es que usted es libre, ya es libre y se nos corrobora este hecho en este versiculo bíblico: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado (1 de Pedro 4:1-2).

Tomemos estos 3 principios, para ser libres de las obras de la carne: Ármese del pensamiento de Jesús, crucifique la carne, busque la ayuda y permita que El Espíritu Santo lo guíe. Desarrollaremos cada principio:

1. Ármese del pensamiento de Jesús. Los pensamientos rigen la conducta humana. La mente tiene que ser renovada por la palabra de Dios, quien nos ha dado el privilegio de conocer su mente. En 1 de Corintios 2:16, se nos confirma que debemos apropiarnos del pensamiento de Cristo, enfocarnos en los principios de Dios para responder a las necesidades como Dios lo hace. La mente de Dios es su palabra, sus mandamientos, sus leyes y éstas tienen que estar arraigadas en nuestros pensamientos.

De esta manera, toda semilla mala que nuestro adversario traiga, con mentira y engaño, fuera de la palabra de Dios, sáquela de su vida. Renuncie a ella y

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siembre en su mente un mandamiento de Dios. Por ejemplo: Si le viene un pensamiento de engaño, que usted no sirve para nada, no lo acepte y establezca éste: más el camino de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto (Proverbios 4:18).

2. Crucificar la Carne. La libertad vendrá con sufrimiento; debe crucificar esos impulsos con los cuales se identifique o esté practicando, pueden ser sus pasiones y deseos. Hay dolor al crucificar la carne; que significa tomar el sacrificio de Jesús; es como martillar los clavos de las manos y los pies y, al mismo tiempo, estirarse sobre la Cruz.

En el evangelio de Mateo 3:10, Juan el Bautista hace referencia a aquello que trata con la raíz. El hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Si queremos cambios profundos hay que tratar con la raíz, siendo ésta nuestra rebeldía contra Dios. Hay semillas de rebeldía dentro de nosotros.

Las experiencias con nuestros líderes han sido extraordinarias, son el mejor equipo que Dios nos ha regalado y con ellos hemos levantado el Ministerio de la Iglesia Dios con Nosotros.

Sin embargo, contamos momentos vivídos, los cuales les ayudarán al avance de las nuevas conquistas que vienen. Cuando tratamos con el liderazgo de la iglesia o hacemos evaluaciones con los pastores en sus congregaciones respecto a

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su liderazgo, una de las cosas que más nos llama la atención es que son personas que tienen una gran disposición de servir a Dios, pero cuando se les manda a hacer algo, se les explica y se les da herramientas para trabajar, les cuesta hacer reportes y terminar sus proyectos. Quienes logran hacerlo, lo hacen incompleto o son pocos los que hacen el trabajo correctamente y a tiempo. Además, queremos que entiendan que la obra del Señor es lo más importante en toda la tierra porque cuando hacen un trabajo secular, dan el todo por el todo. Presentan sus informes a tiempo en las empresas y son diligentes en sus negocios. Sin embargo, cuando se trata del trabajo de restaurar familias, no vemos la misma fuerza de llevar un ministerio ordenado, llevar registros y desarrollar alta gerencia en el reino de Dios.

Esto se debe a esa semilla de rebeldía interna en cada uno de nosotros. Entonces, hay que tratar con el rebelde dentro de nosotros y sacar la raíz de rebeldía contra Dios. El remedio es ejecutarla en la Cruz.

Tomaremos este ejemplo de cómo crucificar la carne, que El Dr. Derek Prince nos explica de manera practica en su libro Comprado a Precio de Sangre. Una muchacha que está en la etapa del matrimonio conoce a un atractivo joven, que apenas está viniendo a la iglesia y dice que es cristiano solo para estar cerca de ella. La conquista y ella se compromete emocionalmente, pues le atrae el joven. Su pastor le aconseja que no se case porque no es la persona correcta para ella, pues no es un verdadero cristiano.

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La muchacha tiene dos alternativas:

1. Puede agradar a su carne, sentimientos y emociones.

2. Decide Crucificar la carne.

La carne le grita lo amo, me gusta pero amo más a Jesús y el propósito que Dios tiene para mí. Así martilla el primer clavo en su mano derecha. La carne sigue reclamando y demanda: quiero un hogar, tener hijos. Como respuesta golpea el segundo clavo en la mano izquierda. La carne sigue reclamando me da miedo quedarme sola por el resto de la vida, luego introduce el clavo final en los pies.

¿Sí estas asimilando cómo es la forma correcta de crucificar la carne hasta hacer sólo la voluntad de Dios?

En efecto, crucificar la carne es doloroso, pero el sufrimiento no dura mucho tiempo porque en la Cruz el dolor es corto. Durará el tiempo que aprendamos y tomemos la decisión correcta. En el caso de la joven, después de un tiempo está libre y feliz. Más adelante llegará la persona correcta que Dios tiene para ella. Por otro lado, supongamos que no quiere crucificar la carne y decide casarse con el joven. Luego de 10 o 15 años de dolor, amargura, infidelidad, este hombre decide dejarla con 3 hijos. ¿Qué será más doloroso, tratar con su carne, pasiones y deseos? o ¿Desperdiciar 15 años por estar con el hombre equivocado, tener que luchar sola y ser padre y madre para sus hijos?.

Otro ejemplo son las personas que practican

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la inmoralidad sexual. Ellos deben hacer lo mismo porque la carne quiere que vea pornografía, pues para ella es un deleite que su pensamiento este enfocado en la morbosidad y la lujuria. Tome el primer clavo en la mano derecha y diga: Soy templo del Espíritu Santo, no me puedo unir a una ramera. Y afirme esta palabra de Dios en su corazón: Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él (1 Corintios 6:13-17).

La carne le sigue reclamando, me atrae otro hombre, yo puedo decidir ser gay. Es necesario que tome el segundo clavo: Dios me creó varón, por eso acepto su naturaleza. Y así clava el clavo en sus pies y fija en su mente y en su espíritu está verdad de Dios: El Espíritu de verdad, me guiará a toda la verdad (...) Juan 16:13. Jesús dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?.

Como señalamos, le va a doler soltar y crucificar la impureza sexual, pero recuerde que en la Cruz el dolor es momentáneo; en cambio, si no lo hace vivirá en la esclavitud del pecado y como consecuencia sin una familia como Dios lo ha planeado para usted.

Y así sucesivamente, la carne quiere lo más

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fácil, que vivamos agradandole a ella. Sin embargo, recuerde que ella es enemiga de Dios y también tiene que ser su enemiga. A Jesús, en el huerto de Getsemaní la carne le gritaba no lo hagas, no pases por ese dolor y sufrimiento, no lleves el pecado de la humanidad, pero Él decidió agradar al Padre. Por lo cual dijo: no se haga mi voluntad sino la tuya (Lucas 22:44). Fue allí, cuando crucificó la carne y nos enseñó que lo más importante es obedecer a Dios; llevó todo el pecado de la raza humana, trajo redención y libertad a las generaciones.

3. Buscar la ayuda y permitir que El Espíritu Santo nos guíe. A la carne le gusta un tipo de comida y al Espíritu otra totalmente diferente. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis (Gálatas 5:17).

Por esta razón, en nuestra vida hay una lucha por la alimentación de la naturaleza de la carne y la del Espíritu; a la carne le gusta la comida del afán, la ansiedad, la contaminación, los pecados sexuales y las divisiones que dañan las relaciones. Mientras que al Espíritu Santo le agrada la oración, la meditación en la Palabra de Dios, la fe, la alegría, la esperanza, el alimento de la Sangre de Jesús que nos fortalece y nos limpia continuamente de todo pecado.

Por su parte, procure tener una relación con Dios, coma las proteínas de amor, gozo, paz y las calorías de paciencia y hacer el bien. Como también las vitaminas de fe, mansedumbre y templanza. Por

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tal motivo, es importante dedicar tiempo a nuestra salud espiritual, así cuando venga la carne a ofrecerle su menú, usted estará lleno del Espíritu y no tendrá el apetito de comer o satisfacer los deseos de la carne.

En consecuencia, la guía del Espíritu Santo nos ayuda a vencer la tentación. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles (Romanos 8:26). Él administra todo los recursos del Padre y si quieres recibir los recursos que el Padre proveyó para tu vida, haga amistad con el Espíritu Santo. Él abre los tesoros del cielo y nos dá todo cuanto necesitamos.

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8).

Este pasaje bíblico hace referencia sobre la misión de Jesús en esta tierra que había terminado su propósito. Por lo tanto, el Espíritu Santo quedaría con nosotros y nos daría todo cuanto Cristo otorgó en la Cruz. Él nos fortalece en todo tiempo y nos ayuda en nuestras debilidades (Romanos 8:26).

¿CÓMO NOS SANTIFICA EL ESPÍRITU SANTO?

Cuando honramos y valoramos su persona teniendo comunión con Él. Esto lo hacemos en quietud, en oración, ayunos y vigilias. Lo más

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importante es involucrarlo en nuestro diario vivir y tomarlo en cuenta en todo. Él nos enseñará y nos guiará a toda la verdad.

Con frecuencia, en mi relación con mi esposo creo siempre tener la razón. Sin embargo, en ocasiones el Espíritu Santo me hace sentir que debo cerrar mi boca y me recuerda el versículo bíblico: Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento (Isaías 64:6).

Así, puedo comprender donde estoy fallando para poder trabajar en los cambios que tengo que hacer. La santificación es progresiva, todos los días recuerde que usted es una persona apartada para las cosas santas de Dios. No permita, entonces, la contaminación, porque el pecado hace que perdamos las bendiciones y nos atrasa en el propósito. (Pastora Lucelys de Osorio).

Si ya usted decidió crucificar la carne, ahora debe establecer el fruto del Espíritu Santo en su vida.

EL FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO

Debido a la importancia del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas, tomamos un extracto del libro “El Espíritu Santo En Mí”, de nuestro Pastor César Castellanos, porque lo explica de forma profunda, sencilla y clara.

El Pastor refiere que es importante que cada

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hijo de Dios pueda crear una atmósfera donde el Espíritu Santo tome la plenitud del control de su propia vida. Sabiendo que nosotros somos buena tierra, debemos permitir que el Espíritu Santo plante esas semillas de vida dentro de nosotros y si somos diligentes en la manera que cuidamos esas semillas, daremos mucho fruto.

Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,benignidad,bondad,fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley (Gálatas 5:22-23).

Por lo tanto, si tenemos un corazón correcto el Espíritu Santo plantará semillas que se verán reflejadas en nuestro carácter y se manifestará en cada vida de 9 maneras diferentes: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

1. Amor: Nada somos sin el amor. Jesús durante el desarrollo de su ministerio en la tierra, se caracterizó por andar en las calles mostrando compasión por los perdidos, manifestando amor por donde quiera que iba y para Él éste fue el principal distintivo de aquellos que habrían de considerarse sus seguidores (Juan 13:34-35).

2. Gozo: Dios es la única fuente de gozo y éste viene por su voluntad, como fruto de una relación directa, personal y continua de cada individuo con Él. El verdadero gozo lo experimenta el hombre cuando arrepentido, vuelve sus ojos

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y su corazón a Dios y es entonces cuando El Espíritu Santo le permite a esa persona arrepentida reconocer lo que es vivir en el reino de Dios ( Romanos 14:17).

3. Paz: Puede definirse como ausencia de conflicto, si se analiza el término en forma muy general. Sin embargo, la verdadera paz es aquella que se obtiene a partir de la reconciliación. Cuando el demonio tentó a la primera pareja, se inició un conflicto universal por el pecado, un conflicto entre Dios y el hombre concretándose en la separación. La reconciliación surgió entonces, como una necesidad para que el hombre se reencontrara con su Creador y esta necesidad fue satisfecha con la muerte de Jesús en la Cruz del Calvario. Sólo este medio hace posible la reconciliación y por consiguiente la paz (Juan14:27).

El madero de la Cruz explica el significado y razón de ese sacrificio: a) el madero vertical representa nuestra relación con Dios (Isaías 9:7; Romanos 5:1), b) el madero horizontal representa la relación con nuestros semejantes (Efesios 2:14-15). La Cruz es el único camino que nos lleva a la reconciliación con Dios y con los hombres, es decir, es la única vía para obtener la paz. Por tanto, si mantenemos una relación íntima y personal con el Espíritu Santo, podremos demostrar el amor de Dios a través del servicio a nuestro prójimo y paz cuando confiamos en que las pruebas nos ayudan para bien (Isaías 53:5; Colosenses 1:19-20).

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4. Paciencia: Es una virtud del ser humano que consiste en la disposición para sufrir la adversidad mientras está en espera de algo. Implica que el creyente soporte las pruebas sin murmuración y soporte las acusaciones de los opositores haciendo a un lado el deseo de venganza por los agravios recibidos (Romanos 5:3-4). La paciencia contribuye al fortalecimiento del carácter, de la fe y de alcanzar la madurez espiritual (Hechos 14:22). El mejor ejemplo de la paciencia la dió Jesús con su muerte en la Cruz, al sufrir padecimientos para recibir el beneficio del Padre (Isaías 53:3-7). Aunque era inocente padeció sin protesta, con la seguridad de que su Padre revertiría todo sufrimiento en beneficio suyo (Romanos 6:10-11). Si somos castigados soportemos con paciencia y manteniendo los ojos puestos en Jesús (1 Pedro 2: 20-23; Hebreos 12: 1-3).

5. Benignidad: Se asocia con benevolencia, compasión, misericordia y piedad. Consiste en tratar a los demás como deseamos ser tratados por ellos (Mateo 7:12). La benignidad es un mandamiento de Jesús a sus discípulos (Lucas 6:27-31). Es amar a nuestros enemigos, hacer bien a los que nos aborrecen, bendecir a los que nos maldicen, orar por quienes nos calumnian, estar dispuestos a soportar las afrentas, dar lo que nos pretenden quitar y así Dios te compensará grandemente, en su debido tiempo, todo lo que haces en beneficio de otros. Es practicar la misericordia sabiendo que todos tenemos derecho a la restauración

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(Gálatas 6:1-2, 6:7; Mateo 5:7; Proverbios 19:17).

6. Bondad: Hace referencia a cómo debemos vivir, podemos ser vasos de la condición bondadosa de Dios, entonces este fruto del Espíritu será una realidad en nuestras vidas y seremos testimonio de la existencia de Dios (2 Corintios 3:2-3). El concepto biblíco de bondad encierra la idea de excelencia y se aplica a Dios, pues de acuerdo con las palabras de Jesús, Él es el único bueno (Marcos10:17-18). La bondad está basada en lo que Dios es y hace, pues es el único en quien se encuentra la excelencia unida a la perfección de su justicia. El fruto de la bondad permite al creyente no ceder ante las tentaciones o cualquier otra presión que lo incite al pecado. Por este fruto se asume el compromiso de hacer el bien debido a que ésta es la principal estrategia para quebrantar las fuerzas del mal (Salmo 97:10; Romanos 12:21).

7. Fe: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1) Como fruto del Espíritu, la fe va fortaleciéndose gradualmente y, como don, es una gracia especial para un momento específico. En el Nuevo Testamento encontramos 3 clases de fe:

a) La fe que nos permite vivir la vida cristiana y surge de la continua relación con Dios.

b) La fe como don y se manifiesta de acuerdo con la necesidad en un determinado instante.

c) La fe como fruto que está relacionada con el carácter del creyente.

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8. Mansedumbre: Es sinónimo de apacibilidad y humildad de corazón (Mateo 11:29). Una persona con este fruto del Espíritu es aquella que no se deja dominar fácilmente por la ira, por más que el ambiente y las personas que la rodean no ofrezcan otra posibilidad (2 Timoteo 1:7). La mansedumbre permite demostrar tener la suficiente fuerza de voluntad, dada por el Padre, para no dejarnos vencer por las circunstancias afectando nuestro ánimo. Es una gracia especial otorgada por el Espíritu Santo y denota autoridad en el que la posee (Proverbios 16:32).

9. Templanza: Está relacionada con el dominio propio y tiene que ver con una característica del carácter. Es la capacidad de control del ánimo superando cualquier debilidad. La templanza está relacionada con la prudencia, distintivo del creyente guiado por el Espíritu Santo y que se concreta en un comportamiento sabio. El desarrollo de la templanza, como capacidad de controlar el temperamento y el carácter, evita todo lo que pueda afectar negativamente nuestras vidas y se da a través de un proceso en el que interviene poderosamente el Espíritu Santo, siempre con la cooperación de nuestra voluntad, aplicando el dominio propio (Filipenses 2:12-13; 1 Corintios 9:24-25).

Después de esta enseñanza, permita que el Espíritu Santo controle totalmente su vida.

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ORACIÓN

Señor, gracias por morir por mí en la Cruz, reconozco que de la carne no viene nada bueno. Jesús viene a buscar en su segunda venida a quienes han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Reconozco que no puedo vivir de acuerdo con la carne y heredar el reino de Dios, porque ambos se excluyen mutuamente.

Renuncio a las obras de la carne, impureza sexual,inmoralidad,pornografía,lesbianismo, homosexualidad, (nombre todo aquello que estés practicando). Renuncio al ocultismo y a la hechicería con toda su influencia. Determino ser libre de las divisiones, odio, ira, rivalidades, pleitos y todo aquello que afecta mis relaciones personales y que daña nuestra familia.

Me apropio de la Cruz, como el sacrificio perfecto para someter allí toda obra de la carne. Someto mi voluntad al Espíritu Santo porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el permitir que el Espíritu Santo me ayude y me libere es vida y paz. Hoy aplico correctamente la Sangre que derramó Jesús de su cuerpo llagado sobre cada área de mi vida y soy libre del yugo de esclavitud, del pecado y de la muerte. Amén.

CAPITULO VI

LIBRES DEL MUNDO

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El lado opuesto de la Cruz es el mundo, es decir, la Cruz es la línea que hace una división entre el verdadero cristiano y el mundo. Estudiaremos como nos puede afectar el mundo hasta hacernos enemigo de Dios. Al mismo tiempo, aprenderemos como liberarnos de sus garras y tener herramientas que nos ayuden a sobreponernos a el.

La palabra mundo es un término que hace referencia a la influencia que ejercen las personas que no tienen el gobierno de Jesucristo sobre un verdadero hijo de Dios, con el fin de quitarles los principios de la palabra de Dios de su corazón y de esta manera lo sacan del propósito, llevándolo al camino equivocado.

Por ejemplo: Hemos visto con frecuencia a personas que vienen a la iglesia en ruina, con sus hogares destruidos y luego comienzan a crecer en la fe, cumplen con los principios establecidos por Dios, sin embargo, cuando el Señor les bendice dándoles carro, casa, hogares restaurados, escuchan las voces, bien sea de sus amigos, que le dicen para que van a la iglesia y así son arrastrados otra vez por la corriente del mundo.

Se define la palabra mundo como conjunto de todos los seres humanos, sociedad o cualidad común a todos (DRAE). En este caso situamos al mundo en relación con el hombre. Dios creó al hombre para dominar el mundo; sin embargo, cuando se cambió el plan original de la raza humana por el pecado, el

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mundo pasó a dominar al hombre.

La Biblia habla de tres mundos, como lo afirma la palabra de Dios:

1. Mundo físico: Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud (Salmos 50:12).

2. Mundo humano: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14).

3. Mundo ideológico: En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (Efesios 2:2).

Por lo tanto, El Dr. Derek Prince, nos comenta: En este mundo ideológico encontramos todo tipo de personas: buenas, malas, ateos, personas respetables, religiosos, cristianos, brujos, mentalistas, hechiceros, adivinos, gobernantes, presidentes, entre otros. Todo este sistema sociológico, tiene que ver con la idiosincrasia de cada persona, el cual en su mayoría están en contra de la obra redentora de Jesús en la Cruz. No lo dicen abiertamente pero con sus hechos lo niegan. Nuestras acciones determinan lo que hay dentro de nuestro corazón y lo que somos realmente.

En los años que llevamos pastoreando la iglesia, vemos con frecuencia gente venir a nuestras reuniones cada domingo. Estas reciben restauración

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familiar, sanidades, milagros, pero cuando se les resuelve el problema no se acuerdan más de Jesús. Una de las razones es por la influencia del mundo en sus vidas.

Otras están en la iglesia, no se pierden las reuniones, pero cuando se les lanza un desafío, un compromiso de predicar el evangelio, formar discípulos y tener un equipo de 12, como también servir en cualquier área de la iglesia, llevarles un mensaje de esperanza a las familias a través de las celulas, no están dispuestos y se molestan, algunos hasta se van de la iglesia. Esto también es el control del mundo sobre los cristianos.

LAS TRES PUERTAS DE ENTRADA AL MUNDO

El Apóstol Juan nos enseña las tres ofertas del adversario para mantenernos bajo su gobierno y control. Estudiemos este pasaje bíblico. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:15-17). Si nos detenemos cuidadosamente en estos versiculos, se nos aclara más el panorama.

• Los deseos de la carne: Estos tienen que ver con los deseos del cuerpo físico, nombrados en el capítulo anterior.

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• Los deseos de los ojos: La atracción de la codicia, a través de los ojos. Poner la mirada en las cosas temporales. Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (I Timoteo 6:10).

• La vanagloria de la vida: El orgullo de la vida, que nadie me diga qué hacer. Esto es muy típico en la sociedad actual, empleando éstas frases de moda: “No tengo tiempo para servir a Dios. Cuando este viejito y haya disfrutado la vida entonces le sirvo al Señor”.

UN DISCÍPULO DE JESÚS ES ENEMIGO DEL MUNDO

Uno de los mandatos del Señor es no amar el mundo. Es una dirección determinante: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:15-17).

Aunque Satanás tenía al género humano en su reino, todavía se hallaba ante un problema que consistía en cómo mantener a la gente en ese reino. Había una forma de liberarse. Los que buscaban a Dios en arrepentimiento y fe escapaban de su dominio y por supuesto al adversario no le gustó

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eso, de modo que formuló un plan.

Entonces, organizó al género humano dentro de un sistema mundano basado en el orgullo, la ambición, el egoísmo, la codicia y los placeres pecaminosos. Como podemos observar en estas cosas no hay nada de Dios. Es necesario comprender que el mundo es la sociedad humana sin el gobierno de Dios.

En efecto, el sistema mundano influencia el comercio, la política, la religión, la educación, la diversión, los reinos y las organizaciones mundiales entre muchas cosas más. Mediante este sistema satanás ofrece a la gente poder, riquezas, posesiones, honores terrenales, logros intelectuales y prestigio social, así como toda clase de placeres pecaminosos.

El adversario, puede darle a los hombres casi todo lo que deseen y así hacer que estén satisfechos con el fin de permanecer bajo su dominio y excluir a Dios de sus vidas. Por lo tanto, la Biblia expresa con claridad que la corriente de este mundo está bajo el maligno (1 Juan 5:19).

EL QUE AMA AL MUNDO ES ENEMIGO DE DIOS

De acuerdo a la palabra de Dios, amar o ser influenciados por el mundo nos obstaculiza nuestra comunión y relación con Dios. Es un acto de infidelidad, de adulterio donde hay separación de los hijos de Dios con su Padre celestial, así como de las autoridades que nos representan.

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Reflexionemos en este texto: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4:4).

Sin duda, lo más importante en la vida cristiana es nuestra comunión, amistad y armonía con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esto permite el crecimiento en todas las áreas de nuestras vidas, sobre todo, ponernos bajo su autoridad y gobierno para recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros. El mismo Jesús declaró: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Juan 8:12).

EL MUNDO LOS ODIARÁ

Explicaremos lo que dice sobre este asunto, la versión Traducción del Lenguaje Actual (TLA). Los que se interesan sólo por las cosas de este mundo los odian a ustedes, pero recuerden que primero me odiaron a mí. Ellos los amarían a ustedes, si ustedes fueran como ellos. Pero ustedes ya no son así, porque yo los elegí para que no sean como ellos. Por eso ellos los odian a ustedes (Juan 15:18-19).

Al respecto, uno de los problemas de la iglesia contemporánea es que el mundo no nos aborrece, porque ellos se sienten cómodos con nosotros. Una de las razones es porque hacemos lo que ellos hacen y por supuesto no estamos dispuestos a llevar las marcas de Jesús, es decir llevar el evangelio correctamente. Citamos el ejemplo de Demas, el

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discípulo del Apóstol Pablo, el cual abandonó su llamado, amando este mundo (2 de Timoteo 4:10).

Por lo tanto, debes reconocer que el mundo no es tu lugar de asignación, porque perteneces al reino de Jesucristo. Recuerda que cuando decidimos seguir a Jesús, no cambiamos de religión sino de reino; es el gobierno de Dios en nuestras vidas que hace la diferencia: “Guárdese entonces sin mancha del mundo” (Santiago 1:27).

No importa que personas estén o no de acuerdo con nuestros principios, basados en la palabra de Dios. Tal vez, hasta tu familia esté en contra o digan que pasamos mucho tiempo en la iglesia. Esas luchas las vivimos los que agradan a Dios y están separados del mundo. Si el mundo les aborrece, sepan que a Jesús le aborrecieron primero.

¿CÓMO SER LIBRES DEL MUNDO?

Dios nos ha llamado a salir del sistema del mundo e impactar nuestra generación con el mensaje del evangelio. Jesucristo es el mismo, ayer, hoy por los siglos. Abordaremos 3 principios de cómo ser libres de la influencia del mundo:

1. Ser sumisos a Jesucristo como Señor: No sólo Jesús es nuestro Salvador. El quiere ser el Señor de nuestras vidas. Debemos estar dispuesto a conocerlo para tener un crecimiento espiritual. Si no le obedecemos nos quedamos sólo con el Salvador. La palabra Señor significa: Dueño, amo y supervisor. Por lo tanto obedezca las

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instrucciones del Señor.

2. Amar y aceptar al Rey: Al rey debo lealtad y obediencia. Si amas a Jesucristo como Rey, aceptas el gobierno del Rey. Jesús enseñó a sus discípulos a orar así: Venga a nosotros tu reino; lo cual significa que todos acepten el gobierno del rey enviado por Dios, quien es, Jesucristo; obedeciéndole en todo.

3. Servir y comprometernos con el Rey: El servicio a Dios tiene la connotación de agradecimiento y amor por el Rey. El compromiso demuestra que decidí que El Rey Jesús me gobierne, me guíe, me supervise, siendo éste el camino a la productividad.

¿Cómo nos damos cuenta, que el mundo ya no influencia nuestras vidas?

Cuando nos sometemos al señorío de Jesucristo, estamos dispuestos a seguir sus reglas. Quienes son sumisos son discípulos que siguen las enseñanzas de su maestro, lo dejan todo por seguirlo a Él. Estas son algunas características de los hijos de Dios que salen del mundo y están dentro del reino de Dios.

La voluntad de Dios para nosotros es que vivamos de acuerdo a sus leyes, estatutos y preceptos; siendo estos establecidos en una sola dirección: Jesús. Sea libre del mundo porque le hemos vencido, porque mayor es el que está en nosotros, que el que está en el mundo, como lo indica 1 Juan 4:4.

¡

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Hijitos, vosotros sois de Dios, y le habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.

Determine tener un arrepentimiento verdadero, como le hemos enseñando, teniendo un enfoque de cambio y transformación. Es dejar de pecar en pensamientos, en el corazón y en el cuerpo. Es darle la espalda al mundo, es someter nuestra voluntad al gobierno de Dios y al señorío de Jesucristo.

ORACIÓN

Señor Jesús, hoy me arrepiento de toda influencia del mundo sobre mi vida. Nunca más seré enemigo de la Cruz de Cristo. Fijo mi mente en las cosas de arriba y no en las de la tierra. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio. Abandono la rebeldía, el orgullo y la altivez. Determino no fijar mis propias normas, ni hacer lo que quiero, tampoco sigo mis caminos. Doy la espalda al mundo y mi voluntad la someto al gobierno de Dios y al señorío de Jesucristo.

Hoy decido caminar con Jesús y obedecer sus enseñanzas porque con Cristo estoy juntamente crucificado. Pongo la Cruz entre mi vida y el mundo. Desde hoy soy libre del mundo, de sus deseos y haré solo la voluntad del Padre. Amén.

Haga las cinco 5 declaraciones de la Sangre de Jesús:

Según el Pastor César Castellanos, debemos hacer de la confesión de la Sangre de Jesús un estilo

¡

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de vida. Aplíquela correctamente sobre sus vidas, familias, iglesias, empresas, ciudades y naciones basados en el libro de Apocalipsis 12:11.

Ellos le han vencido por medio de la Sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y mesnospreciaron sus vidas hasta la muerte (Apocalipsis 12:11).

Confiese las siguientes declaraciones ante el universo:

1. Por la Sangre de Jesús he sido redimido. Dios me ha rescatado del poder del enemigo. Satanás no tiene ningún poder sobre mi vida, porque he sido trasladado de las tinieblas al reino de Jesucristo (1 Pedro 2:9).

2. Por la Sangre de Jesús todos mis pecados han sido perdonados (Efesios 1:7).

3. Si ando en luz, como Él está en la luz, tengo comunión y la Sangre de Jesucristo me limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).

4. Por la Sangre de Jesús, yo he sido justificado y Dios me ve como si nunca hubiese pecado. (Romanos 5:9).

5. Por la Sangre de Jesús soy santificado.

(Hebreos 13:12).

CAPITULO VII

REENFOCARNOS EN LA VISIÓN

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En las ideas antes expuestas estudiamos la importancia de la renovación, así como también las 5 áreas de la liberación, las cuales podemos resumir en este cuadro:

El dios de este siglo Mata el frutoEl legalismo Mata la FeEl yo-egocentrismo Mata la graciaLas obras de la carne Mata la vida del Espíritu

SantoEl mundo Mata el propósito

Ahora nos corresponde aprender a desarrollar la visión de Dios en nuestras vidas, familias y ministe-rios. Cuando somos libres estamos dispuestos a cumplir el Propósito de Dios en nuestras vidas.

De igual manera, al recibir el llamado de Dios al ministerio, nuestro destino fue marcado con esta palabra de Dios: Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra (Salmos 2:8).

Desde allí que la Iglesia Dios con Nosotros está enfocada en la restauración de familias, desarrollando pastores y líderes que den cumplimiento a la visión. Es tiempo de volver apasionarnos con el fuego del Señor en nuestros corazones y establezcamos las células de crecimiento y multiplicación, donde se lleve la Palabra de Dios a cada hogar.

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Es en los hogares donde hay tanta necesidad, donde vemos el derrumbe en las familias: Divorcios, enfermedades, drogadicción, vicios, entre otros. Por consiguiente es las familias donde Jesucristo quiere estar y manifestar su poder. Nosotros somos los brazos del Señor en esta tierra, las manos y sus pies.

Por lo tanto, la Iglesia está comprometida con una Misión y una Visión.

Misión: Llevar el evangelio de Jesucristo a todas

las naciones (Mateo 28:19).

Visión: Ser la organización en formación de líderes de impacto en la sociedad, con el propósito de restaurar familias en Maracaibo, Venezuela, y el mundo, por medio de la palabra de Dios, estableciendo hogares de paz, células familiares, que son reuniones en hogares, universidades, escuelas, entre otros.

El propósito de la visión de Dios es que seas un líder en potencia, de influencia y que sigas las pisadas de Jesús; por lo que debes enfocarte en la predicación del evangelio, ministrando la palabra de Dios en una célula, llevando la paz a los hogares, ministrando sanidad a los enfermos y liberando a los cautivos.

La estrategia que el Señor nos entregó a través de nuestro Pastor César Castellanos, quién es nuestra cobertura espiritual, para alcanzar esta visión es traer la restauración de las familias, con la Visión G12, ésta se basa en el modelo que Jesús

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nos enseñó. Una estrategia que permite que cada creyente se desarrolle como un verdadero discípulo. Consiste en desarrollar la obra de Dios como Jesús lo hizo, formando 12 personas para cuidarlos, enseñarles y orientarles para que cada uno de ellos lo hagan con otras 12 personas: Hombres, mujeres y jóvenes; dispuestos a llevar el mensaje de salvación alrededor del mundo, por medio de La Escalera del Éxito, que está conformada por:

Ganar: Es llevar el evangelio de Jesús de manera práctica y sencilla. Actividades como el más grande amor, pescas, películas, evangelismo persona a persona. Traer las familias a la iglesia cada martes, sábado, domingo y actividades especiales.

Consolidar: Se desarrolla a través de la Universidad de la Vida, que es donde cada nuevo creyente comienza a formar hábitos espirituales, colocar un fundamento sólido y pueda establecer una relación real con Dios; su obra en la Cruz, el poder de su Palabra y el don de su Espíritu Santo sea derramado en sus vidas.

Discipular: Es un proyecto de enseñanza aprendizaje, llamado Capacitación Destino, donde el alumno se capacita en todas las áreas de manera integral, fortalece su relación con Dios, la familia, la visión y la iglesia para desarrollarse en la sociedad.

Enviar: El Señor comisionó a cada creyente para que fuese un reproductor de vida. El líder está preparado para aperturar su célula de multiplicación. Solo podemos enviar a aquellos que han permitido,

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que Cristo se reproduzca en ellos.

La Visión G12, inicia ganando tu equipo de doce discípulos y que cada 12 tenga sus 12 y la gran multiplicación viene cuando se establecen 144. De esta manera, se refleja el sello de Dios en sus frentes. El Apóstol Juan vé que cada uno de los 12 ha cumplido su meta, cada líder debe responder por sus discípulos, como lo registra el libro de Apocalipsis 7:9. Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.

El sello de la visión. La Visión G12 siempre ha estado en el corazón de Dios y el número 12 simboliza gobierno. Jesús invirtió la mayor parte de su tiempo en la tierra en la formación de sus 12 discípulos, con el resto de las multitudes que lo seguían suplía sus necesidades, los sanaba, los liberaba, les ministraba. ¿Por qué 12 discípulos?, ¿Qué significa el número 12?. Significa gobierno, en la biblia nos muestra su valor y significado, con el cual se establece el reino de Dios en la tierra.

Para traer claridad, veamos en el Antiguo Testamento:

12 Hijos de Jacob = 12 tribus de Israel.12 Piedras en el pectoral del Sumo Sacerdote

(Éxodo 28:17-21).12 Panes de la proposición en el Lugar Santo

(Éxodo 25:23-30).

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12 Piedras tomadas de en medio del Río Jordán para levantar altar (Josué 4:8).

12 Espías enviados a reconocer a Canaán (Números 13:1-33).

12 Fuentes de agua encontró Israel en Elim (Éxodo 15:27).

12 Piedras del altar que levantó Elías, donde bajó fuego del cielo (2 Reyes 17:30-40).

En el Nuevo Testamento:

12 Años tenía Jesús cuando se quedó en el templo de Jerusalén (Lucas 2: 41-52).

12 Apóstoles escogidos por Jesús (Mateo 10:1-4). 12 Cestas de pan sobraron de la alimentación de

los 5.000 (Marcos 6:30-44).12 Puertas hay en la Nueva Jerusalén (Apocalipsis

21:12).12 Ángeles, uno en cada puerta (Apocalipsis 21:12).12 Cimientos (bases, fundamentos) tiene el muro

de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:14).12 Perlas, una en cada puerta (Apocalipsis 21:21).12 x12 = 144 codos media cada muro de la ciudad

(Apocalipsis 21:17). 12 x12x1000 = 144.000 los que cantaban un cántico

nuevo delante del trono (Apocalipsis 14:1).12 Frutos que produce el árbol de la vida (uno para

cada mes). Último número que aparece en la Biblia (Apocalipsis 22:2).

Por todas estas razones, la Visión G12 es la estrategia del último tiempo, la cual desarrolla verdaderos discípulos de Jesús que lleven el mensaje de esperanza a las naciones. Dando cumplimiento

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a la Gran Comisión: Id y haced discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19).

Es relevante tener cuidado cuando un líder pierde el enfoque, porque cuando el entendimiento es bloqueado nos volvemos rutinarios, con actividades religiosas, nos fatigamos y perdemos el amor por la oración y la compasión por los perdidos. El dios de este siglo nos pone una venda en los ojos para que no tengamos una visión clara de lo que Dios nos mandó a hacer, con el fin que el evangelio no sea predicado. Recuerda que él no quiere ver familias restauradas, él vino a destruir el tesoro más preciado (2 de Corintios 4:4).

Al recibir la revelación de la Cruz estarás en constante crecimiento y cumplirás todas las metas para alcanzar el propósito y ser productivos. Dios te eligió, te ha puesto para que lleves fruto y ese fruto permanezca. No tengas temor de pedirle a Dios cosas grandes, pues Él te usará como instrumento para su gloria y su honra (Éxodo33:12-23).

FUISTE ELEGIDO PARA OBEDECER

El Ápostol Pedro, nos enseña el gran valor que tiene la obediencia. Leamos este versículo bíblico: Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas (1 Pedro 1:2).

Por lo tanto, este principio de vida determina la manera como marcamos nuestro destino y nos

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llevará a desarrollar al máximo nuestro potencial. La obediencia es la puerta de entrada a todas las bendiciones. Sin embargo, para ser obedientes es necesario tener la marca de la obediencia, es decir, ese sello; lo cual nos lleva a determinar hacer la voluntad de Dios y de esta manera alcanzar las promesas. A continuación se detalla cada uno de estos principios:

1. Tener la marca de la obediencia: Este sello debe caracterizar a los hijos de Dios. Profundice en este pasaje: Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia (Hebreos 5:7-8).

Por esta razón, Cristo es nuestro modelo a seguir. Nuestra meta es ser obediente a la voz de Dios. Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. El Pastor César Castellanos, nos explica en su libro “Los 144 La LLave de la Multiplicación” que la marca espiritual identifica a las personas; por ejemplo: Cuando pensamos en Abrahám, lo asociamos con en el padre de la fe y en Abel, en su ofrenda. También Satanás marca vidas desde la niñez con rechazo, trayendo espíritus de inseguridad y desamor en ellos.

La marca espiritual negativa atrae fuerzas de maldad que los oprimen durante su vida. Eva, al desobedecer, recibió la marca de la rebeldía. Sin embargo, la marca espiritual que viene de Dios

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atrae todas las bendiciones hacia nosotros. Veamos algunas de ellas:

a) La marca de la obediencia: Esta marca es aquella que establece los principios de Dios en nuestros corazones, por lo cual se nos hace fácil obedecer a Dios, a nuestros padres, autoridades, pastores y líderes. Sea obediente y los cielos se le abrirán a su favor.

b) La marca en el corazón es compasión: Es puesta sobre aquellos que gimen, que oran por ver la restauración de familias.

c) La marca en la frente: Es aquella que se obtiene con la renovación de la mente.

d) La marca de la santificación: Es dada con el corazón sano; cuando nuestros labios son santificados podemos dar palabras de vida.

2. Determinar hacer la voluntad de Dios: Hacer la voluntad de Dios inicia con disciplina y obediencia. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado (1 de Corintios 9:25-27).

Por otro lado, estamos en la carrera de la vida, donde es determinante correr bien. Pablo nos inspira a hacer la voluntad del Señor en esta competencia.

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Muchas veces nos equivocamos al tomar decisiones porque no escuchamos y no obedecemos la voz de Dios; hacemos nuestra voluntad, porque queremos ser independientes. Consulte a Dios y haga lo que Él le mande.

Es indispensable mantener el fruto del Espíritu Santo; corra y sea diligente en hacer la voluntad de Dios. Ser de un mismo sentir, esto es amor y compasión por los perdidos. Una misma regla, concéntrese en hacer la visión. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad (Juan 17:19).

De igual manera, tenga un nuevo comienzo con el capítulo 17 del libro de Juan, usando estrategia s como: Una noche con Dios en oración, un día de ayuno, dedicar tiempo a meditar en la palabra de Dios y obedecerla en todo momento. Así nos convertimos en amigos de la Cruz de Cristo y experimentarás los cambios deseados.

3. Alcanzar las promesas: Revive tus sueños y mantente alcanzando los objetivos propuestos.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado,

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sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo (Filipenses 3:13-18)

Después de determinar tener un nuevo comienzo, hay que desligarse del fracaso. Deja de mirar atrás, has trabajado y te has esforzado, ahora espera tu cosecha porque en el tiempo de Dios, Él te la dará. Toma lo que Dios te ha dicho, vuelve a la mentalidad de crecimiento, de expansión y mantente alcanzando las promesas que Dios te ha dado. Miremos el ejemplo de Abraham y Sara, como lo indica el libro de Isaías 51:2, porque cuando no eran más que uno solo, Dios los llamó, los bendijo y los multiplicó. Recibe el poder de la unidad, la bendición y la multiplicación.

Para aquellos que aman a Dios, Él ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar. Es tiempo de alcanzar tu milagro, tu negocio y la bendición familiar. Enfócate en lo que produce fruto y no mires las imposibilidades (1 Corintios 2:9).

¡Siga Adelante! sea obediente y recibirá la herencia de tener una familia como Dios lo ha planeado para usted. El llamado a la obediencia es una respuesta personal. ¡Tú decides!.

LIBERTAD TOTALLa libertad se manifiesta en nuestras vidas en

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todo lo que somos y lo que hacemos. Es recuperar aquello que hemos perdido. Este pasaje de Abdías, emite un mensaje poderoso de cómo ser restituidos a nuestra herencia. Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones (Abdías1:17).

Jesucristo nos dió todo cuanto necesitamos en la Cruz. Cuando le recibimos en nuestro corazón somos herederos de Dios nuestro Padre. Legalmente nos pertenece, aunque en la práctica nos ha costado vivirlo, es por ello, que es tiempo de apropiarnos de todo lo que nos pertenece. Aquí les damos 3 principios de cómo pelear por lo que ya es nuestro:

1. La salvación es un paquete completo: La salvación incluye todas las bendiciones que Dios ya nos proveyó a través del sacrificio de Jesús en la Cruz del calvario. Leamos este versículo: El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32).

Como se puede entender la salvación no es sólo el perdón de pecados; es la provisión absoluta de Dios para su pueblo mediante el sacrificio de Cristo en la Cruz.

En el Salmo 139, David detalla lo que ya está escrito en nuestro libro de los sueños, el libro de nuestro propósito. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquella cosas

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que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas (Salmos 139:16). Aquí detallamos algunas de las páginas de este libro:

• Tu historia ya está escrita en el libro de los cielos, donde Dios el arquitecto por excelencia ya hizo los planos.

• Lo que estás viviendo, es sólo los tráiler de la película de tu vida.

• Dios va contigo en este viaje. • Aunque te hayas equivocado, Dios siempre

te guiará y te corregirá hasta que cumplas tu destino.

Nada nos hace falta, todo absolutamente todo fue provisto por Jesucristo en la Cruz. No faltará nada sin cumplirse en tu vida por cuanto éste sacrificio ya es un hecho; el cuál está condensado en el intercambio de los 9 beneficios descritos a continuación:

Los 9 beneficios recibidos en la Cruz: El Dr. Derek Prince, nos expone: El sacrificio de Jesús en la Cruz es un cambio divinamente ordenado, algo asombroso concebido por la mente y el corazón de Dios, desde la eternidad y se cumplió en el calvario. Por esta razón, te animamos para que te apropies de cada intercambio, donde están incluidas todas las bendiciones, las cuales definen y dan forma a nuestra vida:

1. Jesús llevó el castigo para que yo pudiese recibir perdón (Efesios 1:7).

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2. Jesús fue herido para que yo pudiera ser sano (Isaías 53:4-5).

3. Jesús se hizo pecado para darnos justificación (2 de Corintios 5:21).

4. Jesús sufrió mi muerte para que yo pudiese recibir su vida (Romanos 6:23).

5. Jesús se hizo maldición para darme de sus bendiciones (Gálatas 3:13-14).

6. Jesús se hizo pobre para darme abundancia (2 de Corintios 8:9).

7. Jesús llevó mi vergüenza para que pudiese participar de su gloria (Isaías 61:3).

8. Jesús fue rechazado para darme aceptación (Juan 1:11).

9. Jesús crucificó la vieja naturaleza para hacerme una persona nueva a su imagen y semejanza (Efesios 4:22-24).

Entonces, no seamos como los israelitas en el desierto, quienes fueron incrédulos y no obedecieron a Dios y, en consecuencia, Dios se disgustó con ellos. Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel, Por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado en su salvación (Salmos 78:21-22).

Solamente podrás obtener todo lo que incluye la salvación a través de la fe, la obediencia y agradando a Dios, es de esta manera que disfrutas de toda la herencia que Él te ha dado.

2. Santificación y carácter: Este es un tema que se trata superficialmente en los tiempos modernos, por cuanto unos la perciben por ir

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a la iglesia, orar unos minutos o hacer algunas cosas buenas. La santidad es estar apartado para las cosas santas de Dios, eliminando toda mezcla, es decir, toda contaminación.

Hacemos referencia a la contaminación de espíritu, es decir, tenemos un poquito de Dios, un poquito del mundo. Con frecuencia vemos a los cristianos poner la mirada en muchas iglesias y en muchas cosas a la vez; si hay un predicador de moda, le siguen con sus enseñanzas.

Somos respetuosos de los ministros e hijos de Dios, pero si queremos ser formados en el carácter, siempre tenemos que oír la voz de nuestros pastores principales, pastores encargados y líderes asignados para que ellos nos corrijan y nos entrenen adecuadamente.

De igual manera, la santidad tiene que ver con la formación del carácter, siendo ésta la vida interna, la suma de las cualidades positivas y negativas de una persona y estas se demuestran en la acción cuando se está bajo presión.

Al respecto, un líder debe trabajar en su santidad en la medida que trabaja su carácter. Siempre solemos decir que trabajar es hacernos responsables por nuestros actos y buscar en Dios la salida. Es necesario renunciar a todo aquello que a Él no le agrada. Debemos detectar las fallas, no sólo trabajar las áreas débiles sino también en las áreas fuertes. Había un hombre experto en temas de familia, escribió muchos libros, esa era su área

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fuerte, sin embargo, por no ocuparse de ellas cometió adulterio. Debemos trabajar entorno a las debilidades en el carácter, estas pueden destruir en un día lo que hemos logrado en años.

En nuestro ministerio hemos tenido que fortalecer el carácter de nuestros pastores y líderes. Como pastores principales, los hemos llamado para llevar juntos el propósito de Dios de restaurar familias, pero cuando comienzan a crecer y tienen mucho tiempo se sienten orgullosos de lo que han logrado. Al pedirles reportes y cuentas de sus discípulos, sienten que somos injustos con ellos.

En Dios los principios son así: Todas las ovejas son del Señor Jesucristo quien murió por ellas (Juan 10:27-28). Si somos llamados a servir, debemos estar dispuestos a hacer lo que nos mandan a hacer con un espíritu sano. Esto permite tener una iglesia sana.

Jesús nos enseña a ofrendar nuestras vidas ante el altar. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:14). El Espíritu Santo administra todo los recursos del Padre. Si quiere recibir los recursos que Él proveyó para su vida haga amistad con el Espíritu Santo. Él abre los tesoros del cielo y nos da todo cuanto necesitamos.

¿Cómo nos santifica el Espíritu Santo?. Cuando

honramos y valoramos a su persona y tenemos comunión con Él. Esto lo hacemos en quietud en oración, ayunos y vigilias. Lo más importante es involucrarlo en nuestro diario vivir y tomarlo en cuenta en todo. Él nos enseña, nos guía a toda

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verdad, fortalece nuestras vidas en todo tiempo y nos ayudará en nuestras debilidades (Romanos 8:26).

3. Acciona y conquistarás tu milagro: Cuando hablamos de accionar significa luchar por lo queremos obtener, es pelear a través de la fe. Estudiemos este principio: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6).

Para conquistar tienes que tener fe, porque es necesario que si se acerca a Dios, debe creer que Él tiene el poder para darle todo cuanto necesite. Y Dios recompensa a los que le buscan con diligencia, esa es la interpretación de este texto bíblico. La diligencia es fundamental para poseer, por cuanto la fe sin obra es muerta (Santiago 2:14-17).

Estamos acostumbrados a que otros nos resuelvan la vida, que decidan por nosotros y hasta dejamos en el olvido y que llegue el día donde nos sucederán cosas buenas. Sin duda alguna, de esta forma no se conquista. Dios nos ha dado principios para poder obtener lo que necesitamos. Por ejemplo, Él hizo milagros con el pueblo de Israel cuando ellos decidieron salir de Egipto.

¿Se dieron cuenta?. Al momento que decidieron salir de Egipto. Cuando Josué estaba a la orilla del Jordán Dios le dijo: Cruza este Jordán y toma posesión de la tierra como lo dice, el libro de Josué 1:2-3.

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Cuando decidió salir de la orilla y cruzar, Dios abrió en dos el río Jordán y todo el pueblo pasó. Desde ese momento, tuvieron que luchar por lo que iban a conquistar. Usted es el Josué de esta generación. Camine hacia la tierra prometida y luche por lo que Dios le ha prometido. Recuerde que usted se apodera y conquista únicamente por lo que usted luche. Si nosotros obtenemos todo lo que incluye la salvación, el único sacrificio perfecto y completo de Cristo en la Cruz y somos santificados, recuperamos los bienes, la herencia y las promesas que Dios nos ha dado. Todo aquello que hemos perdido.

¡Sino luchas no obtienes tus bendiciones!

ORACIÓN

Soberano Dios, gracias por enviar a Tu Hijo Jesús a deshacer las obras del mal.

Señor Jesús te confieso como el Señor y Salvador de mi vida. Gracias porque por medio de tu preciosa Sangre soy libre de toda atadura que ha querido oprimir mi vida. Vengo a ti con un corazón arrepentido, reconozco mi desobediencia (nombre las áreas de su vida en las cuales no ha obedecido a Dios). Confieso que mis pecados me habían alejado de ti (nombre qué pecado). Renuncio a todo acuerdo que me haya atado al pasado y creo que todo argumento sobre mi vida es cancelado por tu Sangre. Me humillo ante ti y pido que tu Sangre hoy sea rociada sobre mi vida librándome del poder del enemigo; sé que por medio de tu amor redentor viviré en completa libertad. Jesús gracias porque tú

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eres quien rompió todas mis cadenas en la Cruz del Calvario y hoy me determino a vivir en obediencia y sometimiento a tí y a tu palabra.

Gracias Dios por tu perfecto amor que echa fuera todo temor; gracias porque hoy ya no contemplas mis errores, sino que vez la imagen de tu hijo Jesús en mí. Rindo mi vida a tus pies para servirte. Gracias porque tu Espíritu Santo viene sobre mí y llena mi vida por completo. Me levanto a recuperarlo todo,en el nombre de Jesús. Amén.

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BIBLIOGRAFÍA

Castellanos, César: El Espíritu Santo en Mí. 2014. G12 Editores. Bogotá, Colombia. Páginas 55-97.

Castellanos César: La llave de la Multiplicación. 2004. G12 Editores. Paginas 16-26.

Castellanos César: Victoria por la Sangre. 2015. G12 Editores. Pagina 45.

Prince, Derek: Comprado a Precio de Sangre. 2007.Editorial Desafío. Bogotá, Colombia.

Cuando no se indica otra fuente, las citas bíblicas corresponden a la versión Reina-Valera, 1960.

Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).

· A nuestros Pastores César y Claudia Castellanos ... Sólo la Sangre de Jesús entrará a lo...

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