¿ CUÁNDO Y CÓMO EDUCAR EN VALORES?
-
Upload
hans-mejia-guerrero -
Category
Documents
-
view
238 -
download
2
description
Transcript of ¿ CUÁNDO Y CÓMO EDUCAR EN VALORES?
¿ CUÁNDO Y CÓMO EDUCAR EN VALORES?
DRA. C. ESTHER BÁXTER PÉREZ
INSTITUTO CENTRAL DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS. MINED
Marzo 2002
INTRODUCCIÓN
En el año 1989 nos atrevimos a escribir un material, en la colección conocida como Problemas
Pedagógicos( que se identifica con interrogantes) que tenía entre sus propósitos, el que pudiera
ser consultado o estudiado por maestros, profesores, dirigentes educacionales y por qué no los
padres.
Los que hayan tenido la oportunidad de leer o estudiar el material de referencia que aborda: La
formación de valores ¿ Una tarea pedagógica?, puede que coincidan en preguntarse ¿es más
correcto hablar de Formación, o de Educación en Valores? o tal vez ¿habría que hacerlo de ambas
cosas a la vez.?
Es posible que en el desarrollo de este intento, y con alguna experiencia acumulada, podamos dar
respuesta a las interrogantes, al menos en un primer momento, vamos a tratar de responder en
alguna medida a la primera y en el desarrollo del contenido a la segunda.
Transcurrida más de una década, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la formación de
valores sí es una tarea pedagógica : y que todos aquellos docentes, directores, o funcionarios
de los diferentes niveles que tuvieron la oportunidad de leerlo o estudiarlo, coinciden en la necesidad
hoy más que nunca de fortalecer la educación de las nuevas generaciones en esta dirección.
Posteriormente, continuamos profundizando en la importancia de la comunicación, como elemento
básico en la formación del hombre y de los valores como estructura compleja de la personalidad.
Esto motivó que tomando como punto de partida la información brindada en diferentes
investigaciones en las cuales participamos, escribimos otro material titulado ¿Promueves o facilitas la
comunicación entre tus alumnos? que pudo ser editado en el año 1999. En este se aborda
esencialmente, la importancia de la comunicación en esta problemática y se hace referencia a una
experiencia comunicativa entre los jóvenes acerca de sus valoraciones.
La práctica educacional, en la que estamos inmersa, durante más de 30 años como: maestra
primaria; directora; asesora; metodóloga; J' de Equipo de Primaria o Supervisora (como se suele
decir en otros países) visitando escuelas, entrevistándonos con alumnos, padres, directivos,
funcionarios, de los diferentes niveles de dirección; impartiendo seminarios, postgrados o trabajando
como profesora en cursos de Maestría o Doctorado en diferentes disciplinas entre ellas: Metodología
de la Investigación, Problemas Contemporáneos de la Pedagogía, Teoría de la Educación,
Psicología Pedagógica, Aprendizaje Desarrollador , así como el trabajo investigativo que realizamos,
justifica el continuar ofreciendo a los docentes y al personal que tiene en sus manos el poder dar
continuidad a la obra educativa de la Revolución, nuestras modestas consideraciones en lo que
respecta a la formación de las nuevas generaciones.
El reto que tenemos por delante, en esta temática no resulta fácil; al contrario, diríamos que hasta
cierto punto puede ser controvertida; ya que de entrada desde el punto de vista teórico, existe una
tendencia a utilizar indistintamente términos o categorías diferentes al referirse a la educación o
formación de valores tales como: las actitudes; los sentimientos; las cualidades de la personalidad;
los valores; los motivos o las orientaciones valorativas.
Vamos a tratar de aclarar en el desarrollo de estas páginas, lo que cada uno implica en sí mismo; y la
interdependencia que existe, ya que como componentes de la personalidad están estrechamente
relacionados, pero no son sinónimos.
En particular, en un primer momento nos vamos a referir a algo que consideramos fundamental y
es al hecho de que la escuela cubana se ha caracterizado siempre por trabajar en función de
educar a los niños, adolescentes y jóvenes en las tradiciones patrióticas, revolucionarias, políticas y
culturales de la nación.
2
Pudiéramos entonces cuestionarnos: ¿formaron y educaron en valores? A nuestro juicio sí lo
hicieron, y podemos hacer con tanta fuerza esa afirmación aunque sea empíricamente, pues de lo
contrario no sería posible escribir estas líneas.
Por tradición, la escuela cubana, ha desarrollado siempre, un trabajo encaminado a formar
ciudadanos, capaces de sentir el orgullo de ser cubanos, rebeldes, independientes, capaces de
luchar contra cualquier forma de explotación y de defender la Patria de cualquier amenaza, tanto
interna como externa y así lo demostraron los mambises en las Guerras por la Independencia; la
generación del centenario, y la actual.
La necesidad de profundizar y fortalecer la educación en valores y su formación desde la escuela,
es una tarea necesaria hoy más que nunca, en todo el mundo, ya que de ello depende, el poder
salvar a lo más preciado que ha existido en el mundo natural, el hombre mismo.
En el caso que nos ocupa, tenemos que plantear que durante los primeros años de la década del
90, Cuba se vió abocada a un colapso económico; entre otras causas, por el derrumbe del campo
socialista, y el recrudecimiento del bloqueo imperialista.
Esto sólo fue posible superarlo, por la firmeza inquebrantable del pueblo ; la iniciativa creadora de
todos los comprometidos con esta causa justa; y la puesta en práctica de determinadas medidas
económicas, entre ellas: la despenalización del dólar, la reapertura del mercado agropecuario, la
autorización del trabajador por cuenta propia y la apertura a un mercado de turismo para lo cual la
población en general y los jóvenes en particular no estaban preparados.
Lo señalado anteriormente, trajo aparejado en una parte de la población, (pudiéramos decir en
algunos jóvenes y adultos) el deterioro de algunos valores como: la honestidad, la responsabilidad, la
solidaridad y la honradez; y el reacomodamiento y jerarquía con mayor fuerza de otros .
Compartimos la concepción de diversos especialistas de que el sistema de valores está condicionado
por las formas de vida de la sociedad en las que el sujeto vive y se desarrolla, lo que origina, que al
cambiar las relaciones sociales y fundamentalmente las económicas, se jerarquizan, de una
manera diferente los existentes a nivel de sociedad, o se deterioran a nivel de individuo a nuestro
juicio aquellos que en su escala de valores no estaban lo suficientemente interiorizados y
consolidados, y que alguna situación externa lo llevó a ello.
En los últimos años, se han realizado diversos estudios que han tenido como objetivo fundamental:
poder conocer, analizar y valorar, las opiniones sociales de los estudiantes (que cursan diferentes
3
niveles de enseñanza) con relación a determinados aspectos de su vida. En estos se incluyen: el
trabajo de la escuela; el que desarrollan en su grupo escolar y en su medio social, así como los
efectos que ha tenido a nivel institucional la labor que se realiza para educar en valores a niños
adolescentes y jóvenes.
Lo analizado, ha sido un motor impulsor para seguir profundizando en la problemática de los
valores, e intentar en esta obra, de interpretar y sistematizar los principales resultados obtenidos.
Por otra parte, hemos consultado bibliografía de autores de diversos países, donde se plasman las
políticas educativas; las alternativas o los procedimientos, que se utilizan en esta difícil labor. Esto
nos ha permitido: conocerlas, analizarlas, valorarlas y compararlas con las que se realizan en
nuestro país.
Todo lo planteado, nos lleva a estructurar un libro, que consta de cuatro capítulos: el primero, aborda
la sociedad y la educación en la problemática de los valores ; en este se tratan de
definir las tres categorías mencionadas anteriormente y la relación que existe entre ellas. De igual
forma se señala la responsabilidad, que al respecto le corresponde a los diferentes agentes sociales;
en particular a la familia y a la escuela; (utilizado este último término, como nombre genérico
para cualquier institución educacional ).
En el segundo, analizamos la importancia de la comunicación en esta dirección; en general son
pocos los estudios que tienen presente este aspecto, cuando de la educación en valores se trata.
Esto se manifiesta en la literatura consultada, y en trabajos investigativos realizados, donde se le
confiere o se le da muy poca importancia a la comunicación pedagógica, es decir, la que
se establece: maestro y alumnos o de estos últimos entre sí. Cuando se hace, se pone en
evidencia lo pobre o limitadamente valorada, o tomada en consideración como elemento o
indicador importante para conocer, qué sucede en la labor que se realiza en la formación de las
nuevas generaciones, como protagonistas directos de la construcción de la nueva sociedad.
En particular, una investigación realizada en el año 1992, que tuvo como objetivo fundamental,
profundizar en la organización de la vida de la escuela, se pudo constatar que en el nivel primario
los alumnos obtienen por cientos de respuestas más altas que los de secundaria y
preuniversitario en lo referido a que puedan opinar cuando hay problemas en la escuela; les
expliquen los docentes o directivos las decisiones que se toman a nivel de institución; la posibilidad
4
de analizar entre todos los problemas de disciplina que se presentan en el aula; y el hecho de poder
plantearle cualquier problema al director.(1)
Como puede apreciarse los resultados tienden a ser contradictorios con lo esperado, se supone que
en la medida que aumente la edad de los estudiantes, estos deben estar en mejores condiciones y se
les debe dar los espacios para poder participar activamente, exponiendo sus criterios y valoraciones
en todas las actividades que se realicen en la institución, de las situaciones escolares y
extraescolares que merezcan ser objeto de análisis de forma tal que los ayude más en su desarrollo y
formación.
Es necesario que en todo momento del quehacer escolar, los docentes y el resto de los adultos
tomen en consideración esa necesidad de comunicación, que está presente como una de las
características básicas de niños, adolescentes y jóvenes. Esto permitirá la realización e
instrumentación de una labor más eficiente por parte del colectivo pedagógico, así como tomar a
tiempo las medidas oportunas y dar respuesta a los intereses y las inquietudes del estudiantado.
La capacidad de comunicación, es fundamental para un buen maestro. En este sentido, la
literatura consultada de especialistas que han profundizado en la temática, ponen de manifiesto, que
el maestro es uno de los profesionales que debe poseer esta capacidad desarrollada, para poder
efectuar un buen trabajo con sus estudiantes, de hecho debe ser un comunicador por
excelencia; es precisamente esta el arma fundamental que utiliza para poder tener una alta
productividad.
El tercer capítulo, y después de haber abordado en los anteriores, algunas premisas necesarias,
para poder entender lo que queremos comunicar, trata de dar una respuesta lo más acabada
posible a ¿ Cuándo y cómo educar en valores? Por supuesto, su tratamiento y desarrollo,
serán objeto más particularizado en la Pedagogía ( ya que esta problemática de los valores es
estudiada por diferentes ciencias) y se plantea o sugiere lo que puede hacer la Institución
Educacional, desde las edades más tempranas, hasta los jóvenes del nivel medio superior y los
universitarios, para obtener mejores resultados en esta labor.
1() Báxter, E. ¿Promueves o faci l i tas la comunicación entre tus alumnos? Editor ial Pueblo y Educación,
1999. Pag.8
5
En este capítulo además, se analizan algunos datos obtenidos en los estudios realizados, por el
Instituto Central de Ciencias Pedagógicas ( ICCP ) del Ministerio de Educación de la
República de Cuba.
En el cuarto y último capítulo, se hacen determinadas consideraciones metodológicas y se
hacen propuestas que pueden o deben ser utilizados por los docentes, para lograr una adecuada
educación en valores; independientemente, de la estrecha relación dialéctica que tienen las
categorías pedagógicas: instrucción y educación, cada una de ellas posee sus objetivos específicos
y su tratamiento diferenciado. Se aborda además el trabajo que realizan especialistas o docentes
de diferentes países en esta dirección y sus concepciones al respecto.
A continuación, le damos tratamiento al contenido en particular de cada uno de los capítulos y
hacemos nuestras reflexiones al respecto. Las conclusiones a las que arriben cada uno de los
lectores estarán en dependencia de la significación en lo individual lograda mediante la información
ofrecida.
No es nuestro propósito que compartan nuestras opiniones o posiciones, sólo esperamos que su
lectura y estudio los ayude a analizar, reflexionar y valorar; acerca de lo que proponemos y puedan
tener una visión más clara y amplia de lo que significa educar y formar valores; bien como padres,
docentes, funcionarios o dirigentes educacionales (en cualquier nivel donde trabajen o cargo que
ocupen) dada la importancia que en la actualidad reviste esta problemática.
CAPITULO 1. SOCIEDAD Y EDUCACIÓN EN LA PROBLEMÁTICA DE LOS
VALORES.
1.1 Concepciones teóricas acerca de las categorías: sociedad, educación, formación
y valores.
En un capítulo, es imposible plasmar o sintetizar todo el arsenal de posiciones que existen a nivel
internacional en lo referido a la conceptualización de las categorías sociedad, educación,
valores y formación, así como la experiencia que cada uno de los docentes en particular y la
pedagogía como Ciencia en general puedan aportar a esta problemática.
Nuestro propósito es más modesto, sólo queremos hacer reflexionar ante la necesidad actual de
educar a niños, adolescentes y jóvenes en los valores que sustenta la sociedad en que viven y
desarrollan su vida.
6
Es necesario que todos los que de una u otra forma están comprometidos con la tarea educacional;
(entiéndase por ello a la familia, a la escuela y a la sociedad) efectúen una labor adecuada para que
las nuevas generaciones, puedan actuar consecuentemente en su vida cotidiana y con una posición
correcta en la búsqueda constante y sistemática de alternativas y soluciones que contribuyan al
desarrollo y conservación de la humanidad.
Es oportuno iniciar, tratando de definir cada una de las categorías a que se hace referencia
( sociedad, educación, formación y valores) lo que ayudará al lector en la comprensión de lo que
cada una de ellas significa, así como las implicaciones que tienen en la problemática que
abordamos.
SOCIEDAD
En relación a la categoría sociedad podemos señalar que etimológicamente proviene del latín:
societas, asociación. En su sentido amplio, es un conjunto organizado de individuos, que tienen
relaciones determinadas, unidas por servicios recíprocos. De esta forma puede ser aplicado a un
conjunto de animales ( por ejemplo una sociedad de abejas). En un sentido estricto puede definirse
como un medio humano organizado en que se integra todo hombre.(2)
Para Carlos Marx, la sociedad es el producto de la acción recíproca de los hombres. En su
concepción, es válido señalar que no separa la sociedad de la naturaleza, al contrario los seres
humanos son vistos como parte del mundo natural, que es la base real de todas sus actividades.
Por otra parte, trata la relación entre la sociedad y la naturaleza como un intercambio que se
desarrolla históricamente, mediante el trabajo humano y que al mismo tiempo crea y transforma las
relaciones sociales entre estos. La producción y reproducción de la vida material, son de igual forma
una relación tanto natural como social.
En el material ”La escuela y los problemas de la formación del hombre” escrito por un colectivo de
autores del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas ( ICCP) ; se plantea que la Sociedad puede
ser concebida, como el sistema de relaciones creadas por el hombre y en el cual desarrolla su vida,
que se conforman históricamente, basadas en un modo de producción determinado, de donde
depende toda la estructura y superestructura del mismo. Es el medio donde el hombre vive, trabaja y
se desarrolla. (3) Esta última concepción, es la que asumimos en todo el desarrollo del libro.
2() Diccionar io de Filosofía Jacqueline Russ. Editora Jeipione,1995
3() Báxter E. y otros. La escuela y los problemas de la formación del hombre.(ICCP) La Habana Cuba 1994.
( pag.10.)
7
EDUCACIÓN
El término educación, etimológicamente proviene del latín educatio. Acción de desarrollar las
facultades físicas, intelectuales y morales.(4)
Para Demerval Savianni, educación es un fenómeno histórico y social, responsable de la transmisión
de la cultura y de la acción mediadora entre lo cotidiano y lo no cotidiano en la formación del
individuo. (5)
La concepción marxista de educación, hace su aparición alrededor del año 1840; en sus inicios, se
concebía en instituciones creadas al efecto y por consiguiente, sus fines se encaminaban a asegurar
el desarrollo integral de la personalidad.
Transcurrido más de un siglo y tratando de ser consecuente con lo que aspiramos, ya que no nos
proponemos hacer en este texto un análisis histórico; encontramos en el material ”Las categorías
fundamentales de la Pedagogía como Ciencia y sus relaciones mutuas” ; la necesidad de situar en un
primer plano a la educación, como elemento central para garantizar la formación de un hombre
capaz de contribuir a la construcción del socialismo y a su desarrollo.(6)
Al referirse a la categoría educación se expresa, que este es un proceso conscientemente
organizado , dirigido, y sistematizado sobre la base de una concepción pedagógica determinada, que
se plantea como objetivo más general , la formación multilateral y armónica del educando para que
se integre a la sociedad en que vive, contribuya a su desarrollo y a su perfeccionamiento, y que el
núcleo esencial de esa formación deben ser los valores morales.
Como puede apreciarse, se hace alusión a la educación que se recibe en la escuela y para nadie es
un secreto que esta surge como institución, para conservar la cultura, y garantizar la transmisión
de conocimientos en todas y cada una de las generaciones que asisten a ella. Posteriormente
trataremos con un mayor nivel de profundidad lo que en la actualidad puede hacer la escuela como
institución responsabilizada con el encargo social designado por el Estado.
Al abordar esta problemática, partimos de concebir la educación como un fenómeno social
históricamente condicionado, como núcleo del proceso socializador, que ejerce una influencia
4() Pequeño Larousse I lustrado. Miguel del Toro y Gisbert. Inst i tuto del Libro. La Habana Cuba, 1968.(Pag
377)
5() Demerval Savianni. Escola e Democracia.Sau Pablo. Cortez Autores Asociados.1987.(Pag.81)
6(6) Colect ivo de autores. Las categorías fundamentales de la Pedagogía como Ciencia y sus relaciones
mutuas. ICCP 1998
8
decisiva en la formación del hombre a lo largo de su vida, y debe prepararlo tanto para el logro de una
incorporación personal y social activa, como para el disfrute y plenitud de todo aquello que se derive
de la misma.
José Martí, Héroe de la República de Cuba, al respecto escribió: “Educar es depositar en cada
hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer de cada hombre resumen del mundo
viviente, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo con lo que no podrá salir a flote”.
(7)
Señaló además que : “ La educación, es la habilitación de los hombres para obtener con desahogo y
honradez los medios de vida indispensables en el tiempo en que existen, sin rebajar por eso las
aspiraciones delicadas, superiores y espirituales de la mejor parte del ser humano” (8)
Con relación a la problemática que nos ocupa escribió: “Puesto que a vivir viene el hombre, la
educación ha de prepararlo para la vida. En la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas
conque en la vida se ha de luchar ¨ ( 9)
El legado histórico de Martí, al igual que el de otros educadores cubanos como: el padre Félix Varela,
José de la Luz y Caballero, Enrique José Varona , nos lleva a plantear que educar es preparar al
hombre para afrontar exitosamente las exigencias sociales y personales de cada etapa de la vida, lo
cual parece oponerse en buena medida a las acciones academicistas, formales, autoritarias o
aisladas, que muchas veces emprenden los diferentes agentes socializadores.
FORMACIÓN.
Con relación a la categoría formación, encontramos que esta se refiere a la acción de formar o
formarse, según el diccionario Larousse, y se suele utilizar como sinónimo de educación y de
instrucción, con lo cual no estamos de acuerdo.
En el libro “La escuela y los problemas de la formación del hombre’’ ya mencionado, se señala que
los problemas de la formación del hombre, siguen siendo en la actualidad objeto de estudio o de
investigación por diferentes especialistas, lo que hace existan diferentes tendencias y concepciones
al respecto.
7 Martí J. Obras Completas. Tomo. 8 (pág. 281) Imprenta Nacional de Cuba. La Habana.1961.
8 Martí J. Obras Completas. Tomo. 3 (pág. 53)
9 Ibidem. (pág. 54)
9
Bernad Honore en el libro “ Para una teoría de la formación , dinámica da la formatividad’’ al
referirse a esta categoría, no llega a dar una definición acabada de lo que implica, ni tampoco da un
concepto, lo que hace es considerarla como la función evolutiva del hombre.
El mencionado autor no toma en consideración el resto de los factores o agentes sociales que
participan en esta formación, aunque posteriormente en esa misma obra expresa, que el hombre se
forma y desarrolla bajo la influencia de determinadas fuerzas, que pueden ser externas o internas,
tanto sociales como naturales, organizadas y espontáneas, asistemáticas, en fin con todo aquello
con lo que interactúa; lo que deja cierta huella en su conciencia, en su conducta y en sus cualidades
de la personalidad, sin embargo todo es producto de su capacidad biológica determinada por la
herencia.
Para los pedagogos cubanos, la formación del hombre es el objetivo de la Educación en su
concepción más amplia y se concibe, como el resultado de un conjunto de actividades organizadas
coherente y sistemáticamente, que le permite actuar consciente y creadoramente.
En el material del Grupo de Pedagogía del ICCP encontramos que esta categoría guarda una
estrecha relación con aprendizaje y desarrollo. Así tenemos que aunque los pedagogos en la época
de la colonia en Cuba, no definen explícitamente estas categorías, sí ocupan un lugar importante en
las ideas educativas que sustentan, y la formación del hombre es considerada como la unidad entre
el pensar el sentir y el actuar.
En la república neocolonial, según estos autores, el desarrollo se utiliza como sinónimo de formación;
y a partir de la década del 60, aparece como tendencia a identificar o vincular más la formación
con la esfera afectivo motivacional y el desarrollo con la esfera cognitiva.
La categoría formación guarda también una estrecha relación con la educación que reciben los
estudiantes a nivel de aula, esto debe ser así pues cuando el maestro, dirige su acción no sólo al
proceso de aprendizaje de determinados conocimientos, o al desarrollo de habilidades y
capacidades, sino que también hace que sus alumnos experimenten vivencias positivas con lo que
aprenden, se emocionen, interesen y motiven; los está educando y formando integralmente como
personalidad.
El actuar de esta forma, permite penetrar en las mentes y en los corazones de cada uno de los
estudiantes, y lograr una interrelación dialéctica entre lo cognoscitivo y lo afectivo, tan necesaria
para un aprendizaje desarrollador, lo que les servirá para desarrollar sentimientos de pertenencia e
10
identificación con lo que realizan, entre ellas el estudio, y el resto de las actividades en las que
participen en todos los momentos de sus vidas.
Lo anterior nos lleva a la consideración, tal vez no abordada de esta forma, por algunos estudiosos
de estas categorías, de que es necesario trabajar en una Educación en Valores , partiendo
de que ésta la propicie la familia, la escuela y el medio social. Para ello se requiere que el sujeto
conozca el carácter objetivo de cada uno de los valores, y vivencie y experimente en lo individual y
colectivo aquellos parámetros o indicadores algunos estudiosos de estas categorías, de que positivos
que los caracterizan.
Esto hace necesario e imprescindible, poner a los niños, adolescentes, jóvenes o adultos en
situaciones de experimentar en lo personal los valores adquiridos, para entonces poder decir, que
se han formado en estos determinados valores y no otros.
¿Entonces, se educan y se forman ? pensamos que sí; la educación va dirigida a la formación
del hombre, y debe dar respuesta a ¿qué t ipo de hombre hay que formar para vivir en una
determinada sociedad? de ello se derivan los objetivos o propósitos que se tracen como meta los
centros educacionales de los diferentes niveles de enseñanza.
Asumimos que la formación de un sujeto (en este caso el estudiante) vamos a
entenderla como el resultado de la educación recibida, que se evidencia en una
posición activa en su aprendizaje y desarrollo, así como en la actitud posit iva que
pone de manif iesto en aspectos fundamentales de su vida; entre ellos: la familia, el
estudio, el trabajo y la patria.
Tal vez sería necesario aclarar, que existe en la actualidad una gran confusión en esta dirección,
es decir entre educación en valores o su formación, puesto en evidencia en los diferentes textos
consultados y más recientemente en el evento Pedagogía 2001 lo que nos lleva a cuestionarnos :
¿ES LA EDUCACIÓN EL PROCESO Y LA FORMACIÓN EL PRODUCTO?
Si somos consecuente con lo planteado, sin lugar a dudas que la Educación de un sujeto, (léase
niño, adolescente o jóven) está presente desde que se nace, y por supuesto, en los primeros
momentos de la vida y durante su desarrollo. Es así sin temor a equivocarnos, porque la familia
(independientemente del nivel cultural o país donde viva) constantemente evalúa, o se cuestiona
hasta donde ha llegado, cuáles son las manifestaciones adecuadas o no que asume el hijo o la hija
al que educa, en términos de sentimientos, actitudes o conductas; de igual forma lo hace durante
11
todo su desarrollo sistemáticamente. Entonces..., busca o no un resultado de lo obtenido en el
proceso educativo, esto no niega que en la medida que se educa, se obtiene de manera mediata
un producto, en este sentido podríamos asegurar que tanto educación como formación marchan de
la mano como causa y consecuencia; en consonancia con una de las categorías de la dialéctica.
VALORES
Para el conocimiento y profundización de los valores y su relación con la educación, resulta
necesario plantear que los valores como categoría, son estudiados por la Axiología, ( del griego axio-
valor y logos-tratado o estudio )que constituye, la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de
lo valioso, en el campo de lo que es bello, estético y verdadero, como esencias y cualidades
contenidas en las creaciones humanas.
En la Axiología, tanto el propio concepto de valor, como la educación y formación de ellos, y su
jerarquía, ya de hecho resulta una problemática tanto teórica como práctica para aquellos que se
propongan el estudio de esta temática.
A continuación hacemos referencia brevemente a cómo es su tratamiento, por representantes de
diferentes Ciencias Sociales; para ello nos apoyamos en el contenido que aparece en el libro: La
formación de valores.” Una campaña de espiritualidad y de conciencia” (10)
Desde el punto de vista filosófico el Dr. José R. Fabelo, señala que para entender
esta categoría es necesario tomar en consideración tres planos de análisis:
♦ El sistema objetivo de valores (estos vistos como parte constitutiva de la propia realidad y de la
significación social que le atribuye el sujeto que valora).
♦ Los valores subjetivos o de la conciencia ( forma en que la significación social es reflejada en la
conciencia individual ).
♦ Sistema de valores institucionalizados ( que evidencian el modo de organización y funcionamiento
de la sociedad en la que el sujeto vive y se desarrolla)
Lo planteado nos lleva a considerar a los valores, como una compleja formación de la
personalidad, contenida no sólo en la estructura cognitiva, sino fundamentalmente en
los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del
hombre, que existen en la realidad, como parte de la conciencia social y en estrecha
10 Colect ivo de autores. La formación de valores. Una campaña de espiri tualidad y de conciencia. La
Habana. Cuba. 1996.
12
correspondencia y dependencia del t ipo de sociedad en el que niños, adolescentes y
jóvenes interactúan y se forman.
El Dr. Cintio Vitier, al abordar los valores desde una perspectiva histórica, refiere que en Cuba
cuando se habla de los principios fundadores y fines axiológicos hay que remontarse a las
concepciones pedagógicas vigentes desde el siglo anterior en las figuras del padre Félix Varela, José
de la Luz y Caballero, Rafael Ma. de Mendive y que culmina con los postulados y el pensamiento
revolucionario de José Martí.
Expresa además que sólo la columna vertebral de nuestra historia, que dió hombres como
Céspedes, Agramonte, Maceo, así como un pueblo capaz de acompañarlos en la lucha, por
preservar la patria de la injerencia extranjera, es lo que nos puede enseñar quiénes somos y hasta
donde somos capaces de llegar.
La Dra. en Ciencias Sociológicas Ma. Isabel Domínguez, refiere que la problemática de los valores
requiere un enfoque dialéctico dada su complejidad. En el caso particular de su formación en los
jóvenes, señala que en el caso de aquellos que aún no se han insertado socialmente, que no tienen
una calificación, no han formado una familia, cuando aparece algún acontecimiento en la vida de
índole económica, que pueda modificar su sistema de relaciones o su actividad, esto adquiere para
ellos una connotación diferente,( tanto en su afectación concreta como en su representación
subjetiva) a como puede ser asimilado por otros jóvenes o adultos.
En lo abordado por esta especialista no hay una definición explícita del concepto de valor, pero sí
ofrece un conjunto de elementos que desde el punto de vista sociológico es necesario tener presente
para una formación adecuada de estos en los jóvenes.
Para el Dr. en Ciencias Psicológicas Fernando González Rey, los valores son todos los motivos que
se constituyen, y se configuran en el proceso de socialización del hombre, y en todos los sistemas de
relaciones se estructuran valores, que permiten al hombre su expresión en las distintas esferas en el
que está inmerso.
Realmente el argumento de que los valores son motivos, tiende a confundir y en nuestra modesta
opinión, los valores son una estructura más compleja de la personalidad y condicionan los motivos, lo
que hace muy difícil explicar uno por la significación del otro, independientemente de la estrecha
relación existente entre ambos.
13
Al respecto, Alexi N. Leontiev expresa que los “motivos” son los impulsos instintivos, inclinaciones,
vivencias emotivas, intereses y deseos que experimenta el sujeto ante los fenómenos de la realidad y
que están íntimamente relacionados con las necesidades. (11)
Para González Rey, ( y coincidimos con el autor ) los valores se configuran mediante la
experiencia de la persona concreta que está en formación y desarrollo, lo que está determinado por
el sistema de relaciones que establece con sus coetáneos, su familia, el medio que lo rodea y por
la naturaleza de las actividades que realice y el protagonismo que desempeñe en estas.
El Dr. en Ciencias Pedagógicas Gilberto García Batista, en el material al que hicimos
referencia, expresa que para la Pedagogía, la formación de valores, es en esencia un problema de
la educación de la personalidad. Para ello se deben dar un conjunto de condiciones positivas,
que así lo permitan, entre las que señala:
♦ tomar en cuenta las necesidades del sujeto que se educa;
♦ respetar la dignidad de cada uno;
♦ establecer relaciones con una adecuada comunicación;
♦ promover la creatividad y sean protagonistas directos de su propia formación.
Como puede apreciarse, hay coincidencia entre los diferentes especialistas, en lo referido al
necesario protagonismo del estudiante para lograr una adecuada formación.
Hemos efectuado hasta aquí un análisis tal vez limitado, de cómo se concibe la educación y
formación de valores desde el prisma de representantes de diferentes ciencias; realmente nuestro
propósito era ofrecer solamente, algunas regularidades a nuestro juicio muy importantes, pero no dar
una explicación e interpretación acabada del tratamiento de esta problemática en general.
Dada la importancia que tiene la educación y formación de la personalidad, para todos los docentes,
resulta oportuno plantear que por personalidad, vamos a entender, aquella estructura psicológica
integral que surge en el proceso de la vida del hombre, sobre la base de la asimilación por éste de
formas sociales de conciencia y del sistema de sus necesidades.
Esta estructura comprende:
♦ Una diferenciación de su persona, como un todo único que se alcanza gracias a
un nivel de autoconciencia y autovaloración.
11 Leont iev, A.N. Act iv idad. Conciencia. Personal idad. Editorial Pueblo y Educación.1981.(Pag.155)
14
♦ La existencia de actitudes, opiniones, exigencias y valoraciones propias y un
conocimiento de la realidad que conforman una concepción científ ica y moral del
mundo.
♦ La capacidad de influir conscientemente en la realidad que lo rodea, para
cambiarla y cambiarse a sí mismo.
♦ Una existencia determinada de sentimientos, intereses y necesidades con una
adecuada jerarquía de valores, y de motivos dominantes y estables.
Tomando en consideración los objetivos propuestos y su importancia para la Pedagogía, a
continuación vamos a tratar de profundizar más explícitamente en cómo se da la relación de los
valores con la educación.
1.2 Los valores y su relación con la educación.
Es importante tener presente, el nexo que se establece entre la educación que reciben los sujetos
de manera particular y los objetivos sociales a que debe dar respuesta de manera general; es decir la
necesaria contribución que debe brindar la educación al desarrollo individual por una parte y al
desarrollo social por la otra, como expresa la Dra. en Ciencias Pedagógicas Amelia Amador ¨ como
dos polos de una cuerda en tensión que representan los puntos de llegada y de partida
respectivamente en el trabajo educacional ¨.(12)
El desarrollo del individuo es un proceso regido por leyes socio-históricas, en el cual
desempeñan un papel esencial, en el plano ontogenético, aquellas condiciones que en
el plano filogenético dieron lugar al surgimiento del hombre: su actividad, la comunicación con otros y
consigo mismo, a partir de la satisfacción de necesidades vitales, que le permiten la conservación de
la especie de la cual forma parte.
A partir de la consideración del hombre como ser social, podemos plantear que la interrelación
personalidad-sociedad es la relación social fundamental que determina la dirección de la
personalidad, si bien hay que tener en cuenta que esta relación tiene un carácter bilateral, donde el
hombre, el ser humano, no es sólo objeto, sino también sujeto en este sistema.
El sociólogo francés Emile Durkhein en su libro ”Las reglas del método sociológico” señala que la
educación tiene como objetivo fundamental el hacer social al individuo, que el medio social tiende a
12 .La Escuela y los problemas de la formación del hombre. Obra citada.Pag.9.
15
moldear al niño a su imagen, y tanto padres como maestros son los representantes o intermediarios
en la conformación de esa imagen.(13)
De igual forma Juan Delval, en su libro “Los fines de la Educación” plantea que la educación, es un
fenómeno amplio y complejo, donde tienen una gran responsabilidad, padres, maestros y adultos en
general; y que tanto los medios de comunicación, como las instituciones sociales educan, de ahí
concluye que toda la sociedad educa.(14)
En la concepción que sustentamos, partimos de la consideración de que la personalidad se educa,
forma y desarrolla, no sólo bajo la influencia de acciones dirigidas hacia la finalidad del sistema
educacional, sino también en un amplio contexto social, puesto que el sujeto vive en una sociedad,
donde los valores ocupan un nivel relevante.
En múltiples ocasiones, tanto padres como maestros piensan, que las nuevas generaciones no están
preparadas o no pueden hacer determinadas tareas porque estas resultan muy difíciles, o porque por
primera vez se enfrentan a ella. La esencia radica en que con una mezcla o dosis de paternalismo no
los dejan ni tomar decisiones ni actuar según consideren, en el fondo tienen el temor de que pasen
los mismos trabajos que ellos pasaron.
Es necesario que todos los integrantes de la sociedad, comprendan la importancia y trascendencia
de que cada generación sea puesta en una situación tal, que pueda dar de sí, el máximo posible de
sus potencialidades (en correspondencia con sus capacidades, aptitudes y habilidades) en beneficio
de todos y de cada uno de los individuos que están inmersos en ella.
Formar hombres que posean las cualidades y valores que esperan los adultos en particular y la
sociedad en general, es un proceso contínuo y complejo, que requiere en primer lugar, la
precisión de los objetivos de carácter educativo que se quieren lograr, es decir: qué tipo de
hombre se necesita para vivir en una sociedad determinada, teniendo presente las características de
las edades y de los grupos y del momento histórico cultural concreto dado.
Por lo general los grupos, en dependencia de las circunstancias tienen objetivos comunes y en esa
dirección deben trabajar los educadores, lo que constituye una premisa para lograr la interiorización
y adquisición de aquellos valores, que son necesarios para una incorporación adecuada y
consecuente con lo que la sociedad necesita.
13 . Durkhein, E. Las reglas del método sociológico. Inst ituto Cubano del Libro.1972.
14 . Delval, J. Los f ines de la Educación. Siglo veint iuno editores. Segunda edición.1996
16
En su libro “Teoría de la Educación” el pedagogo uruguayo Jorge Bralich, parte de la concepción, que
desde que el hombre comenzó a plantearse su propia vida como problema, se preguntaba y
respondía cuáles serían aquellas actividades que con el tiempo serían reconocidas como
educativas.(15)
Autores de diferentes nacionalidades, coinciden en que la educación en su sentido más amplio, es el
resultado de las relaciones sociales que establecen los hombres entre sí, y de las condiciones y el
modo de vida en el que están inmersos. Esto hace que al cambiar las condiciones objetivas, sobre
todo las económicas, políticas y sociales, en las que viven y actúan, éstas van a originar
modificaciones en su manera de pensar, sentir y actuar y por consiguiente en su jerarquía de
valores.
En el proceso de formación del hombre, están presentes una serie de factores objetivos, pero, no se
pueden dejar de mencionar los de carácter subjetivo, es decir el sistema de influencias educativas
que actúan de forma organizada, dirigida y sistemática, así como aquéllas que resultan de naturaleza
más espóntanea y asistemática.
Precisamente la actividad educativa dirigida sistemáticamente, de una manera organizada y
coherente, garantiza de una forma sólida la formación y el desarrollo del individuo.
La educación como proceso, tiene como fin la preparación del hombre para la vida; y en este sentido,
no se puede obviar, que cada período histórico se caracteriza por un
determinado nivel de desarrollo de las relaciones de producción y de las fuerzas productivas, así
como de las relaciones ideológicas existentes.
Como parte de la superestructura, la educación está condicionada y determinada por el desarrollo del
proceso histórico y de la actividad social y productiva de los hombres.
El sistema de valores que cada sujeto posee, está directamente vinculado con las formas de vida de
la sociedad, lo que origina que las transformaciones en ésta influyen en su acomodamiento y
jerarquía, lo que tiene lugar mediante una tenaz lucha ideológica; esto debe ser tomado en cuenta
por los maestros, a los efectos de no perder la oportunidad en cada momento de trabajo, de hacer
consciente a sus estudiantes de lo correcto e incorrecto en cada una de sus acciones y el por qué de
esa valoración.
15 Bralich, J. Teoría de la Educación.S/A
17
Los valores como formaciones complejas de la personalidad, son algo muy l igado a la
propia existencia de la persona, que afecta a su conducta, configura y modela sus
ideas y condiciona sus sentimientos, actitudes y sus modos de actuar .
La escuela como institución y cada maestro en particular se deben proponer, organizar actividades
tomando en consideración, los intereses y necesidades de los educandos, donde estos asuman un
rol protagónico desde su concepción, donde puedan defender su acuerdo o desacuerdo y expresar
sus puntos de vista para su realización. Sólo así harán suyos los objetos y fenómenos de la realidad
y aprenderán a valorar el mundo circundante.
Cada sociedad es portadora de determinados valores, que son asimilados por el niño adolescente o
joven, en forma de orientación valorativa, de acuerdo con las particularidades de la sociedad en que
vive, las características de cada etapa de su desarrollo, y la experiencia personal; esto es muy
importante que el maestro lo domine, lo que le permitirá dirigir más adecuadamente su labor
pedagógica.
Este complejo proceso de educación, responde a todo el sistema de influencias educativas, en el que
ocupa un lugar fundamental la escuela y la familia. Reiteramos que los valores constituyen un
contenido de la educación, y su formación un proceso básico para elevar la calidad en la labor que
se realiza con las nuevas generaciones.
Los valores responden a los intereses y necesidades de la sociedad, están presentes en el tipo de
hombre que la misma requiere y que condiciona la política educativa que orienta la labor escolar.
La efectividad de la labor de la escuela y de los docentes, no puede limitarse a los resultados
docentes que alcanzan los alumnos en las diferentes asignaturas, la misma debe apreciarse en un
objetivo más amplio, la formación de un hombre capaz de pensar, sentir y actuar integralmente, en
correspondencia con las necesidades de la sociedad, y el marco concreto de la comunidad, barrio o
zona donde interactúa sistemáticamente y se desarrolla como personalidad.
Como institución social, a la escuela le está dada la máxima responsabilidad en la educación y
formación de las nuevas generaciones, conjuntamente con otras fuerzas educativas a las que debe
tratar de orientar, estimular y con las cuales debe coordinar la actividad educativa durante la vida
escolar.
18
Tiene el encargo social de enseñar a los niños y jóvenes a vivir a la par de su tiempo y poder valorar
la realidad que los rodea, apreciar el mundo circundante en perspectiva y estar preparados para
actuar consecuentemente en su transformación y desarrollo, científico y social.
En la introducción llamamos la atención del uso indistinto que se hace en ocasiones de los términos
o categorías: actitudes, sentimientos, valores , cualidades de la personalidad entre otros; de ahí que
trataremos de establecer sus nexos y relaciones así como, sus posibles diferenciaciones.
1.3 Relación e interdependencia entre cualidades de la personalidad, actitudes y
valores.
Cuando vamos a referirnos a cómo es una persona, casi siempre lo hacemos tomando en
consideración aquellas regularidades o rasgos típicos que caracterizan su manera de pensar, sentir o
actuar. Por lo general es así, porque el desarrollo de la personalidad constituye algo típico, peculiar
y particular de cada individuo.
La personalidad deviene en una historia singular de logros y transformaciones personales, y la
misma está compuesta estructuralmente por diferentes componentes, los que son
extraordinariamente complejos y diversos, entre los que se encuentran: las convicciones, los valores,
motivos, intereses, rasgos del carácter y las actitudes ante la vida.
El concepto cualidad de la personalidad refleja el resultado de un proceso, en el que las
experiencias interpersonales y de interacción con el medio, los principios, valores y normas sociales
propios de una sociedad son asimilados por sus miembros, convirtiéndose en sus propios valores y
normas, que los orientan a actuar consecuentemente con rasgos que poseen una cierta estabilidad.
Toda cualidad de la personalidad está formada por tres aspectos esenciales:
♦ Conocimiento y comprensión del signif icado y contenido de la cualidad y sus
formas de conducta,
♦ Motivación para actuar conforme a la cualidad deseada,
♦ Las formas de conducta en las que se expresa la cualidad.
Planteados los aspectos de una cualidad, es de interés enfatizar de manera especial en las
condiciones fundamentales del proceso de su formación para la personalidad; para esto hay que
partir de la relación de las cualidades con el resto de los elementos señalados anteriormente; en el
caso particular que nos ocupa lo abordamos con las actitudes y los valores.
19
Deseamos formar hombres que se caractericen por ser trabajadores, solidarios, colectivistas,
honestos, patriotas, porque constituyen valores básicos de nuestra sociedad. De esta forma, puede
decirse que el punto de partida en la formación de cualidades es el proceso de asimilación de
determinadas normas y valores, en el que la influencia del adulto( padres, familiares, maestros,)
desempeña un papel decisivo, donde el niño, adolescente o joven comienza a desarrollar formas de
conducta que responden a esas normas y valores que paulatinamente va incorporando.
La historia singular que cada sujeto posee, no impide que puedan determinarse particularidades o
rasgos comunes que caracterizan a las personas que se encuentran en un mismo grupo etáreo. En
este sentido puede decirse que cada persona es semejante a otras y a su vez distinta a las demás .
Queremos detenernos, para señalar un error que se comete a diario al considerar que la
manifestación por parte del niño de formas de conductas acorde con determinados valores sociales,
es un criterio suficiente para considerar que se ha formado en él una determinada cualidad.
Sin lugar a dudas, estas formas de conductas constituyen un elemento principal de las cualidades de
la personalidad, es mediante ellas que es posible juzgar a una persona como responsable,
respetuosa o no.
Es necesario reconocer que para que se forme una cualidad, no basta con que el sujeto manifieste
estas formas de conducta, sino que es necesario que al asimilar las normas y valores sociales, estos
se conviertan en motivos de carácter interno que lo orienten a actuar en correspondencia con dichas
normas y valores.
¿ Cuándo podemos decir que se ha formado y se posee una determinada cualidad ?
Al menos cuando se cumplan y estén presentes dos condiciones básicas:
♦ Asimilación de normas y valores como motivos de carácter interno,
♦ Conductas estables.
Partiendo de esto, no resulta difícil comprender por qué debe considerarse como un error, el juzgar la
formación de cualidades únicamente a partir de que se manifiesten las formas de conducta
correspondientes.
Podemos ilustrar lo anterior partiendo de un caso muy frecuente, y es lo referido a la disciplina; en
muchas ocasiones observamos que el maestro se esfuerza por lograr que sus alumnos actúen en
correspondencia con las normas disciplinarias de la escuela y su único objetivo, es que se comporten
disciplinadamente. Cabría preguntarnos:
20
♦ ¿ Es esto suficiente para que sean discipl inados?
♦ ¿ Qué ocurre cuando el maestro no está presente, bien sea en el aula u otra
actividad ?
En ocasiones, se pueden dar casos de alumnos que manifiestan determinadas conductas
indisciplinadas, lo que puede estar determinado por diferentes causas, y en ausencia del maestro no
exista esa llamada disciplina, y quizás podamos inferir que en estos alumnos no se ha logrado aún la
formación de la cualidad de ser disciplinado. Evidentemente , es posible no se ha haya logrado un
adecuado desarrollo de los componentes motivacionales y cognoscitivos de la cualidad, lo que
explica el comportamiento que asume en ausencia del maestro.
Como educadores no debemos limitarnos solamente a obtener formas de conducta deseables, sino
que éstas deben estar respaldadas por motivos internos, que impulsen al escolar a comportarse en
forma positiva por propia convicción, de otra forma tendrá un carácter situacional y dependerá
siempre de que exista un control externo. Cuando esto sucede, habremos logrado una asimilación
formal de formas de actuar en determinadas situaciones y no una verdadera formación de
cualidades.
Podemos considerar que las cualidades representan el conjunto de rasgos, típicos de
las formas de pensar, sentir y actuar de un sujeto, en correspondencia con la
asimilación de normas, valores y convicciones; presentan una relativa independencia
de la situación, y se manif iestan en conductas habituales concretas y estables.
Al analizar el término actitud, como una de las categorías fundamentales de la Psicología y a su
vez como uno de los componentes de la personalidad, podemos señalar que su estudio surgió por el
deseo de dar una explicación desde el punto de vista científico al por qué los individuos actúan de
una u otra forma. Para los especialistas que profundizan en el estudio de la personalidad, las
actitudes resultan un fenómeno psíquico complejo.
Según Krech y Crutchfield (1993) la actitud es una organización duradera de los procesos
motivacionales, perceptuados y conocidos con respecto a algún aspecto del mundo circundante.
Para Castelleijos (1995) las actitudes son tendencias o predisposiciones relativamente estables de la
conducta en relación con un objeto o sector de la realidad.
21
En la Psicología Social Marxista se plantea que son disposiciones más o menos estables de la
personalidad a reaccionar, ante una situación o conjunto de situaciones, de una manera sistemática y
uniforme.
Se señala que no son conductas, sino disposiciones (estado interno) que llevan al sujeto a actuar en
determinada dirección, ya sea positiva o negativamente. En esencia expresan la toma de
posición del individuo
Son más o menos estables, pueden ser modificadas tanto en un sentido como en otro; surgen por
la interacción del sujeto (en este caso el alumno) con el medio social que le rodea, de ahí la
importancia de que padres y docentes traten de que ese medio sea lo más favorable posible.
Las actitudes están conformadas en su estructura por tres componentes: el cognoscit ivo, el
afectivo, y el conativo, los que se explican a continuación. El cognoscit ivo comprende todo lo
referido al conocimiento, experiencias, creencias, pensamientos y dominio consciente que el sujeto
tiene del objeto o situación de la realidad. Pudiéramos plantear que es el componente
informativo de la actitud, es lo que se conoce en esencia acerca del objeto.
Con relación a este componente, es necesario que los alumnos estén informados de una manera
adecuada del contenido a desarrollar en cualquiera de las actividades que realicen. Para lograrlo, se
deben utilizar todos los recursos y procedimientos que estén al alcance - entre ellos una
comunicación lo suficientemente efectiva y afectiva- para obtener una comprensión clara y
asequible.
Lograr lo anterior implica, tener en cuenta las características de los alumnos, así como sus
potencialidades, (capacidad de asimilación). Un diagnóstico acertado permite proponer tareas,
en correspondencia con las posibilidades reales de cada cual, de lo contrario se origina un bloqueo,
difícil de superar posteriormente, lo que crea por supuesto una actitud de rechazo o indiferencia y
esto ha de evitarse siempre , ya que no educa ni ayuda , al contrario puede traer conflictos e
inseguridad .
El componente afectivo representa la satisfacción, emoción, preferencia, o los sentimientos
tanto positivos como negativos, que influyen en la valoración realizada por el sujeto acerca de un
objeto, otro sujeto o situación con lo que interactúa, en esencia es lo que se siente hacia el objeto
donde se focaliza la actitud.
22
Resulta importante trabajar sistemáticamente este componente para desarrollar tanto en niños,
adolescentes o jóvenes por ejemplo, el amor a la Patria; utilizando todos los recursos que brinda la
comunidad para sensibilizarlos con las cosas bellas, importantes, agradables y significativas que lo
rodean , que es la base para la formación adecuada del patriotismo.
Lograr además que estén atentos y dispuestos a ayudar a los compañeros con dificultades y sientan
orgullo y satisfacción al hacerlo; que experimenten vivencias positivas en el cuidado de su escuela,
aula, pupitre. Que participen activamente en su conservación y limpieza, sólo así sentirán que esto
les pertenece y desarrollarán el sentimiento de identidad que les permitirá posteriormente defenderlo
de cualquier amenaza tanto interna como externa.
Especial importancia reviste la acción de padres y docentes en el surgimiento de las nuevas
relaciones que experimentan en su desarrollo, y han de estar atentos a las opiniones sociales y
sentimientos que comienzan a formarse así como a las necesidades morales. En este sentido para el
docente es fundamental desarrollar actividades que fortalezcan la creación de verdaderos colectivos.
El componente conativo evidencia las acciones concretas, o la declaración de las intenciones; es
la manifestación externa, práctica y observable en actuaciones de gestos y expresiones verbales que
tiene el sujeto, frente a un objeto o situación de la realidad. Es en esencia lo que se expresa o es
observable, es una toma de decisión o ejecución de una acción , y lo que nos permite
conocer en una mayor o menor medida la existencia o no de una actitud.
Este componente está íntimamente relacionado con los dos anteriores y muy especialmente con el
afectivo,( lo que no entra por el corazón , no entra por la razón , repetimos a diario) de ahí que para
poder desarrollarlo, lo más adecuadamente posible, es necesario que las actividades que se
organicen refuercen y enriquezcan las ideas, las emociones, la satisfacción, los sentimientos,
intereses, y las necesidades de carácter moral, política y social que poseen los educandos en el
nivel de enseñanza que se encuentren cursando.
Para lograr lo anterior, los estudiantes tienen que tener la posibilidad de participar activa y
conscientemente en el desarrollo de las clases, las actividades patrióticas, recreativas, políticas,
productivas, deportivas y culturales desde su concepción y planificación; en ellas deben tener la
oportunidad de jugar un rol protagónico, sólo así podrán poner en evidencia lo que saben y sienten.
Estos tres componentes no se dan aislados, sino en estrecha relación e indisoluble unidad dialéctica,
aunque en ocasiones observamos contradicciones entre ellos, puede darse el caso que desde el
23
punto de vista cognitivo el sujeto puede conocer y estar convencido de lo importante y valioso de
algún elemento de la realidad circundante y sentir un determinado interés o satisfacción por querer
actuar positivamente, sin embargo a la hora de manifestarse o de actuar lo hace negativamente,
incluso en contra a veces de sí mismo.
Tendríamos entonces que preguntarnos:
♦ ¿ por qué ?
♦ ¿ cuál fue el motivo que lo l levó a actuar así ?
Por lo general, la esencia de estas contradicciones, tienen su origen en una o varias causas que la
están determinando, y éstas pueden ser de naturaleza personal o social, originando en ocasiones,
que lo que se conoce o se siente no se corresponde con lo que se hace.
La búsqueda del ¿por qué esa actuación? es tarea tanto de los docente como de los padres,
indagando por todos los medios posibles, cuál o cuáles son las causas que están actuando e
influyendo en una dirección u otra.
En el libro Psicología Social de Luis Gómez Jacinto y Jesús M. Canto Ortiz , se señala que las
actitudes son constructos a los que se atribuye la capacidad de explicar y predecir el comportamiento
social y guardan una estrecha relación con otros conceptos afines como son los valores.(16)
Los valores constituyen:
• Un concepto mucho más amplio que el de actitudes, esto explica que al analizar
un valor específ icamente , en este pueden estar presentes varias actitudes.
• Una categoría que trasciende de una u otra forma a los objetos y situaciones
mientras que las actitudes se centran por lo general en un objeto, o situación
mucho más concreta.
Siguiendo lo planteado por los autores señalados anteriormente, encontramos algo interesante, y es
lo referido a los rasgos característicos de valores y actitudes, así tenemos:
• Los valores son un modo general de comportamiento; en tanto que el objeto de
una actitud está claramente definido.
• Los rasgos en los valores, dada su estructura compleja no poseen una dirección
definida, mientras que en las actitudes van a suponer siempre un cierto grado de
aceptación o rechazo.
16 Gómez, J. y Canto Ortiz(coordinadores) Psicología Social. Biblioteca EUDEMA.Ediciones pirámides.S.A.Pag.60-61
24
Debemos señalar como aspecto esencial que los valores como estructura compleja de la
personalidad, resultan de naturaleza más central y estable que las actitudes , en ellos se
incluye la creencia según la cual el objeto sobre el que se focaliza el valor, es deseable o no con
independencia, por lo general, de la propia posición de la persona.
Es reconocido por diversos autores que una de las funciones psicológicas de tipo motivacional que
cumplen las actitudes, es precisamente la función expresiva de los valores. Esto hace que
estas reflejen los valores más relevantes que una persona tiene sobre el mundo y sobre sí mismo,
de ahí que también se suelen identificar las actitudes como indicadores de los valores que
posee un individuo.(17)
Desde el punto de vista psicológico, al denominar el aspecto subjetivo de los valores tenemos
que diferenciar la conceptualización que se hace desde un enfoque idealista y uno materialista.
Así tenemos que, desde el punto de vista idealista:
♦ Hiebsch, Vorweg, y Sheriff refieren que estos no son más que un sistema de actitudes;
♦ S.Toetzel, los denomina como una posición que asume el sujeto en la vida;
♦ T.M. Newconb, los consideran como una actitud organizada interna.
En el enfoque materialista:
♦ V.Yadov, señala que los valores son una disposición de la personalidad;
♦ Scholz, los reconoce como sentido personal;
♦ Friedrich y Voss valor para sí ;
♦ Mujina, orientación valorativa.
Para esta última autora, la orientación valorativa se relaciona directamente con:
• los modelos valorativos que imperan en la familia, el grupo, clase, y en el
sistema social en el que está inmerso;
• las propias orientaciones motivacionales que posee el sujeto .
De hecho analiza esa orientación valorativa como una característica psicológica global de la
personalidad, coincidiendo con lo señalado anteriormente de que los valores son una estructura
compleja de esta.
1(17) Sarabia 1992 ( pag.135)
25
En el análisis que estamos efectuando es importante tener presente que los valores no se dan
aislados, sino en relación e interdependencia y aunque desde el punto de vista didáctico, podamos
expresar aquellos indicadores que definan o caractericen cada uno de ellos, resulta difícil encontrar
en la práctica el que exista un sujeto que sea responsable y no sea laborioso, por sólo citar un
ejemplo.
A continuación, hacemos referencia a valores fundamentales que debe poseer el ser humano y
aquellos indicadores que de una u otra forma van a estar presente y pueden caracterizarlos.
PATRIOTISMO
• identificarse con las principales tradiciones patrióticas y culturales de su país;
• demostrar alegría y orgullo por el suelo en que nació;
• admirar, respetar y defender la historia patria; sus símbolos y atributos;
• conocer los hechos históricos y amar a los héroes y mártires de la patria;
• estar dispuesto a defender la patria de cualquier amenaza, tanto externa como interna;
• amar y cuidar la naturaleza...
SOLIDARIDAD
• ofrecer ayuda desinteresada a todo el que la necesite;
• manifestar sensibilidad ante lo que acontece a su alrededor;
• rechazar cualquier manifestación de egoísmo, individualismo y ostentación;
• identificar las causas justas y estar dispuesto a defenderlas;
• poseer un alto espíritu colectivista y practicarlo sistemáticamente;
• compartir intereses y responsabilidades comunes en las tareas asignadas...
RESPONSABILIDAD
• desarrollar con eficiencia y calidad las tareas asignadas;
• conocer los deberes correspondientes en todo momento;
• sentir satisfacción con lo que hace;
• identificar y cumplir con las normas de comportamiento social;
• realizar cualquier tarea aunque no sea de su agrado;
• asumir de forma independiente cualquier labor...
LABORIOSIDAD
26
• mostrar una actitud positiva ante las tareas encomendadas;
• sentir admiración por los trabajadores e identificarse con ellos;
• manifestar satisfacción y alegría por los resultados de su trabajo;
• rechazar cualquier manifestación de acomodamiento o vagancia;
• tener hábitos positivos de asistencia y puntualidad ante el trabajo;
• mostrar constancia y disciplina en todo lo que hace;
• sentir la necesidad de estar haciendo algo en todo momento…
HONESTIDAD
• estar dispuesto a decir la verdad siempre;
• asumir de manera crítica o autocrítica lo incorrecto de sus acciones;
• rechazar la hipocresía, la doble moral y la traición;
• ser consecuente y fiel con sus principios;
• aceptar los errores cometidos en lo individual o colectivo;
• ser sincero, digno y fiel en todas sus actuaciones...
En el caso del docente, (para lograr en sus alumnos la incorporación de estos o de otros valores),
significa en muchas ocasiones o generalmente, modificar esquemas, maneras de pensar y actuar
y transformar la forma en que cotidianamente transcurre el proceso educativo; es convertirlo en algo
dinámico, interesante, flexible, donde la implicación personal este presente en todo momento.
Para ello se hace imprescindible que tanto los docentes, como los estudiantes en unión de los
dirigentes, tengan la oportunidad de concebir y vivenciar en lo individual y colectivo las diferentes
acciones a acometer en la institución educacional.
Lo abordado hasta aquí, está determinado en alguna medida, por la adecuada comunicación que se
establezca entre los diferentes sujetos que interactúan cotidianamente, de ahí que el siguiente
capítulo está dirigido a profundizar en esta dirección.
CAPÍTULO 2. IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN Y
FORMACIÓN DE VALORES..
Introducción
Al igual que otros términos utilizados en las Ciencias Pedagógicas, la comunicación ha sido objeto
de diferentes definiciones por estudiosos de esta problemática, esto hace que lo hagan en
27
correspondencia con los puntos de vista de sus autores en dependencia de la teoría que sustentan
o de la disciplina en la que incursionan.
Consecuentemente puede tratarse de un medio lingüístico, o tema del lenguaje; como un proceso
terapeútico (muy practicado en las sociedades modernas) o también puede ser concebido , como un
proceso pedagógico donde va a estar presente la relación que se establece entre maestros y
alumnos y de estos últimos entre sí.
El tiempo de permanencia de los estudiantes en los centros educacionales, así como en las
funciones a estas instituciones asignadas, hace necesario profundizar seriamente en el
conocimiento de la problemática: la comunicación en la escuela, y la que se da entre los educandos.
En el proceso de apropiación de la cultura, el hombre no está asilado, desde las primeras edades
está en relación con otros, que paulatinamente van descubriendo ante él los conocimientos y
experiencias contenidas en los objetos, en la vida social, en el lenguaje, los cuales le sirven de
modelo en las relaciones con otras personas y como contraposición, le permiten el conocimiento de
sí mismo. Esto hace por tanto, que el proceso de comunicación, adquiera singular importancia en la
formación de la personalidad y de los valores, como componente fundamental de ésta.
La verdadera fuente del desarrollo del sujeto que se educa y de la formación de valores, acorde con
el medio social en que vive, constituye la adquisición por éste de la experiencia socio-histórica, lo que
no ocurre en forma pasiva, sino asumiendo un rol protagónico en cada una de las actividades que
realiza, en el sistema de relaciones que establece y teniendo como guía( en el caso de niños
adolescentes y jóvenes) al adulto, en comunicación con éste y consigo mismo, en unas condiciones
sociales de vida concreta, donde pueda experimentar y vivenciar todo lo legado por la humanidad
hasta ese momento histórico.
La comunicación ejerce su influencia desde las edades más tempranas, en la adolescencia y
juventud esta se torna intensa, de ahí la necesidad de valorarla por parte de los maestros en su labor
educacional como componente específico y necesario.
2.1.- La comunicación y la actividad en la formación del hombre
¿Qué entendemos por comunicación?
La comunicación apareció tardíamente como categoría en la Psicología, esta se concibe como un
proceso de interacción social, mediante la utilización de símbolos y sistemas de mensajes que se
producen como parte de la actividad humana.
28
También puede entenderse como intercambio, interrelación, diálogo, vida en sociedad, todo ello
relacionado indisolublemente con las necesidades productivas de los hombres, y no puede existir sin
el lenguaje; comunicación es pensamiento compartido y no puede existir pensamiento sin palabra.
Es un proceso mediante el cual un individuo utilizando símbolos, palabras, gestos, actitudes,
comparte una idea, una información con otro u otros, y en esta forma que puede ser inconsciente,
trata a su vez de modificar la conducta de los que entran en comunicación y a su vez la de él
mismo.
Comunicación, es hacer común a dos o más individuos, un contenido semántico cualquiera, por
medio de diversos recursos técnicos (lenguaje oral, imágenes gráficas y visuales entre otras); en este
caso difiere del concepto transmisión.
Desde que el hombre comenzó a hablar, la palabra devino en el primero y más importante medio de
comunicación, como envoltura material del pensamiento. ¿Por qué fue necesario el lenguaje?
por la necesidad de los hombres de comunicarse entre si, producto de la complejización de los
medios de producción, de ahí que la comunicación existe desde los primeros momentos de la
existencia humana. La esencia humana no es algo abstracto, inherente al individuo, sino que es el
conjunto de todas las relaciones sociales; y la necesidad de comunicación de cada época es
consustancial a ésta.
El desarrollo de la sociedad, en cada una de las formaciones económicas trajo aparejado la
búsqueda de nuevos medios de comunicación; así surgieron los papiros, la imprenta, la radio, el
teléfono, la televisión y más recientemente INTERNET por sólo nombrar algunos.
En su evolución histórica, la función de la comunicación en general estuvo dirigida en su esencia a:
trasmitir información; organizar el trabajo conjunto, y a conservar la estructura política de la sociedad
y en su función individual, toma en consideración el papel diferente que corresponde a cada etapa del
desarrollo ontogenético del sujeto.
Así tenemos que durante los primeros tres meses de vida, la forma de comunicación va a estar
determinada por la relación emocional que establezca el niño con los padres y familiares, son ellos
los que le van a posibilitar el conocimiento de ese mundo externo, de lo bello, hermoso, adecuado y
correcto de lo que le rodea. En esta dirección, la comunicación que se establece es básicamente
mediante gestos y expresiones, a lo que el niño responde inicialmente con risas o llantos, como
respuesta a los niveles de satisfacción o insatisfacción que experimenta.
29
Alrededor del primer año, aparece el lenguaje articulado, y los adultos; padres y familiares
fundamentalmente deben propiciar su desarrollo, utilizando para ello en todo momento diferentes
recursos. Así tenemos, la necesaria conversación adecuada en el uso de palabras correctas y no
mediante diminutivos o sustitutos, han de tener presente, que para el niño todo lo que le rodea es
nuevo y debe apropiarse correctamente de ello y estimulándolos constantemente en sus avances.
Antes de su ingreso a la vida escolar, el niño ya tiene una experiencia adquirida, bien en el seno
familiar o institucional, lo que se conoce en la bibliografía como etapa prescolar, que resulta rica en
vivencias, que propician el conocimiento y relación con el medio que lo rodea, incluyendo la
adquisición de normas y hábitos de comportamiento, producto del sistema de relaciones y
actividades en las que ha estado inmerso.
En el escolar pequeño, se continúa la formación de cualidades morales, cuando se crean condiciones
para que estén presentes en sus formas de actuar y se conviertan en manifestaciones habituales de
conducta. La adquisición en los niños de una conducta estable y el surgimiento, sobre su base de
cualidades de la personalidad, se logra exitosamente sólo cuando el ejercicio de determinadas
conductas se realizan por un motivo positivo, " así
“ reconocido y sentido” por ellos.
En estos escolares está presente el juego, donde no sólo satisfacen sus necesidades de movimiento,
sino también las cognoscitivas y principalmente las de comunicación. En éste se fomenta el apoyo
mutuo y la cooperación, promoviendo en los que participan en él la responsabilidad, y además
fomenta la confianza de lo que es capaz de hacer cada uno, favoreciendo la autoestima y el respeto a
los demás. Elegir juegos donde todos se sientan bien, sean aceptados, participen activamente y se
diviertan favorece la educación y formación de valores como: la responsabilidad, solidaridad,
honestidad por sólo citar algunos.
De igual forma, los cuentos en estas edades resultan actividades propicias para trabajar con los
alumnos, el análisis de las cualidades y actitudes positivas o negativas que trasmiten los
protagonistas principales, se convierten en fuente directa para influir de una manera directa en la
conciencia de los pequeños, ellos son capaces de criticar o asumir el mensaje que se trasmite de una
manera positiva o negativa y así lo hacen saber, siempre y cuando se les de la oportunidad de
escucharlos y efectúar los análisis y reflexiones correspondientes.
30
En la medida que crece externamente, también sus procesos psíquicos van madurando, y sienten
que forman parte de los mayores, la pañoleta cambia de color (en el caso de Cuba que pertenecen a
una organización estudiantil la Organización de Pioneros José Martí) y ya pueden incorporarse y
realizar actividades que en años anteriores no era posible, en ellas tienen la posibilidad de establecer
un sistema de relaciones personales de mayor complejidad, y la oportunidad de asumir con
responsabilidad determinados roles , convirtiéndose en pre-adolescentes, como se señala en la
literatura consultada.
En la adolescencia la necesidad de relación es la actividad fundamental, sobre todo con sus
coetáneos, prefieren estar con sus iguales, y por lo general todo lo consultan con éstos; en esencia
consideran que por ser de su misma edad, los entienden mejor y son más capaces para ayudarlos,
además creen tienen la razón o están mejor informados.
Investigaciones realizadas, han puesto de manifiesto que cuando existe un conflicto de naturaleza
amorosa bastante engorrosa, o un problema muy fuerte, por ejemplo en nuestros adolescentes existe
la tendencia a buscar un consejo y apoyo en el adulto, bien sean los padres (la mamá en primer
lugar) o maestros que les ofrecen confianza y seguridad.
Es una etapa del desarrollo evolutivo muy importante, sensitiva y trascendental cuando de la
educación y formación de valores se trata; en la búsqueda de su autoafirmación y autovaloración son
críticos, a veces no aceptan el criterio adulto por el status que este ocupe, sino por el ejemplo
personal con el que se identifican y posteriormente imitan.
La participación en actividades ricas en contenido afectivo y emocional, donde sientan satisfacción y
alegría en su realización, donde perciban que ocupan un espacio y puedan demostrar con su
actuación de lo que son capaces, ha de ser potenciado por los adultos responsabilizados con su
educación, a los efectos de orientarlos adecuadamente, sólo así harán suyos los valores a los que
la sociedad donde viven aspira.
La actividad es una categoría esencial en la formación de la personalidad, constituye el eslabón que
vincula directamente al hombre con la realidad que lo rodea. Fue Vigotsky quien sistematizó el
principio de la interiorización de lo externo en lo interno y esto solo se logra mediante la actividad
humana. En este sentido no es una reacción, ni un conjunto de reacciones sino un sistema que
posee estructuración, transformaciones internas, y un desarrollo.
31
Mediante la actividad, se señala en la bibliografía consultada, es que se pone de manifiesto el
condicionamiento social de la psíquis humana, la psicología del individuo y el desarrollo de la
personalidad, pudiéramos sintetizar expresando que no es más que un conjunto de acciones y de
operaciones para obtener un resultado.
B.G.Ananiev, expresa un concepto de actividad, donde incluye las más diversas formas organizadas
de interacción del hombre con su medio, y entre ellas señala que la comunicación es un modo
específicamente humano de organización de la actividad.
En el plano pedagógico, el papel del profesor, su estilo de dirección, la forma como organiza la
actividad, las relaciones que establece con sus estudiantes, resulta muy importante para educar y
formar esa personalidad.
En esta dirección la Dra. en Ciencias Pedagógicas, Margarita Silvestre Oramas señala: ”En la
organización de la actividad docente se deberá lograr, mediante los diferentes tipos de actividad que
se conciban, la combinación adecuada del trabajo individual y colectivo” (18)
En muchos momentos de la actividad de estudio por ejemplo, el alumno se enfrenta con nuevas
exigencias, orientadas por la significación concreta material de un objeto, con el cual se relaciona
mediante un conjunto de operaciones que garantizan además de la adquisición de información, la
creación de: hábitos, habilidades, operaciones y otros componentes de capacidades más
complejas.
En lo señalado anteriormente, es trascendental la adecuada orientación del docente y una
comprensión efectiva y afectiva por parte del estudiante, lo que va a estar determinado en buena
medida por la comunicación que se establezca entre ambos, así como la posibilidad de comunicarse
con el resto de los alumnos de su aula.
La concepción de que en el desarrollo del sujeto, la actividad individual no existe por sí sola, es
necesario tenerla presente por los educadores; ésta se relaciona necesariamente con la que
realizan los otros, de ahí que más que una categoría propia de la Psicología deviene en categoría
socio-histórica que condiciona el sistema de valores, del que el estudiante se debe apropiar y hacer
suyo.
Lo planteado nos lleva a concebir, que la existencia social está determinada entonces por la
relación que establece el sujeto, ( la personalidad )con el mundo material y con el resto de aquellos
18 Silvestre, M. Aprendizaje , educación y desarrollo. Editorial Pueblo y Educación. 1999. pag. 17
32
que lo rodean, en la actividad y la comunicación; esto permite el desarrollo individual mediante
la apropiación de la experiencia socio-histórica en el que está inmerso.
La actividad conjunta se encuentra internamente relacionada con la interacción de las personas es
decir: la relación sujeto-objeto y sujeto-sujeto, que se mediatiza por las reacciones activas tanto
positivas como negativas que se establecen en ese intercambio.
El niño al nacer, se encuentra rodeado de objetos y ciertos fenómenos naturales creados por el
hombre y su desarrollo se produce en el proceso de apropiación de ese mundo, con la mediación
necesaria del adulto.
Los cambios en el contenido y en la estructura de la actividad, unido al progreso científico técnico,
elevaron el valor de los factores humanos en la producción y dirección social, ampliando así las
formas colectivas de actividad, lo que condicionó la necesidad de profundizar en la problemática de
la comunicación.
Lo analizado, nos lleva a plantear que en el desarrollo de la personalidad y la estructuración en la
jerarquía del sistema de valores que cada uno posee, van a estar determinado por la actividad y
comunicación que el sujeto realice. Es por ello que en una situación de dirección del proceso
educativo necesariamente hay que tener presente:
el ¿para qué? ( objetivos ) ,
el ¿qué? ( contenido ) ,
el ¿cómo? ( métodos ) ,
el ¿con qué? ( medios ) y
¿cuál es el resultado? (evaluación) ;
coincidiendo con las categorías de la Didáctica como Ciencia. Además de estas interrogantes habría
también que tomar en consideración el cl ima emocional que caracteriza las relaciones
interpersonales, es decir los motivos, los intereses y las necesidades de los estudiantes:
¿a quién está dir igido? (características del individuo y del grupo) ,
¿dónde se efectúa? (condiciones materiales del área o local ) ,
¿en qué momento?, ( hora, día, etapa del curso) y
¿cómo es la atención a los sujetos? ( tratamiento a las particularidades individuales).
El docente en su labor tiene necesariamente que analizar y valorar que no es igual trabajar con niños
pequeños, adolescentes o jóvenes. En el caso de los primeros, en esas edades, los niños y las
33
niñas, suelen aceptar lo que el maestro dice, y a estar atento en todo momento a lo que hace y
tratan de imitarlo.
Los pre-adolescentes y adolescentes ya asumen una posición más crítica y reflexiva, en muchas
ocasiones, tratan de comentar con el compañero que está a su lado lo que está aconteciendo, lo
que no representa un acto de indisciplina, sino algo esperable en estas edades , aunque sin lugar a
dudas origina que la dirección del proceso educativo se torne algo más complejo, pero, posible de
realizar conociendo las características de estas edades y lo esperable en cada situación (si se
conoce a cada alumno en particular y su medio familiar y entorno más cercano).
En el caso de los jóvenes, se vuelven mucho más exigentes, en ellos no basta con tratar de
trasmitirles una información, sino que es necesario establecer un diálogo, donde puedan exponer
sus ideas, cuestionarse el contenido, discutir posiciones, lo que les permitirá continuar desarrollando
su autovaloración, autoestima y autoafirmación como personalidad.
Las condiciones materiales no son determinantes, pero sí resulta importante que aun en los casos
más difíciles, esto no debe ser una barrera para el adecuado desarrollo del proceso educativo. Una
explicación en el momento oportuno, y con argumentos convincentes hace que esta situación se
minimice y puede hasta llegar a crear una atmósfera muy positiva y lo suficientemente agradable
en el sistema de relaciones que se establezca.
Otro aspecto a tomar en consideración, que favorece la existencia de un adecuado clima
emocional, es el momento en que se desarrolla la actividad; si por ejemplo nos refiriéramos a la
clase, entonces tendríamos que decir lo siguiente: en investigaciones efectuadas se ha puesto de
manifiesto que los días más productivos de la semana son el martes y el jueves, y en cuanto al día,
los turnos de clases que resultan más efectivos son el segundo de la mañana y el que puede
aparecer en los horarios a partir de las tres (3 p.m) de la tarde.
De igual forma la etapa del curso también requiere análisis; en el caso de la primaria después
de cada una de las Semanas de Receso Docente, los alumnos que no han asistido a la actividades
de la escuela por una u otra causa, regresan con deseos e interés de continuar aprendiendo, de
volver a su escuela, de poder comunicarse con sus compañeros de aula; los que asisten tienen la
posibilidad de disfrutar de variadas e interesantes actividades programadas.
Los de los niveles superiores después de celebrar el fin de año y su coincidencia con el triunfo de la
“Revolución Socialista”, también regresan con deseos de estar en su escuela, intercambiar con
34
sus compañeros de aula, de su escuela y con sus profesores lo acontecido en ese lapso de
tiempo. Sin dudas estos momentos se convierten en espacios que deben ser utilizados por los
docentes para el análisis y la reflexión tratando de propiciar el intercambio de opiniones, deseos y
aspiraciones de cada uno de los estudiantes.
El tomar en consideración el cl ima emocional, eleva la capacidad de trabajo y permite esfuerzos
inusitados, en tanto la no atención a lo emocional, puede anular las potencialidades esperadas en
relación a la dinámica de la capacidad de trabajo. Así tenemos que actividades que interesen
fuertemente, pueden convertir un lunes o un viernes en los días más maravillosos de la semana lo
que puede estar determinado por el nivel de desarrollo alcanzado.
Otro aspecto fundamental es la necesidad de utilizar un lenguaje coherente, claro sencillo y lo
suficientemente atractivo, instrumentar formas organizativas que estimulen la realización de tareas
en parejas, pequeños grupos o en equipos; asuman roles diferentes, y así manifestar hasta que
punto son responsables.
Los contenidos de aprendizaje, por lo tanto han de planificarse de forma tal que lleguen a los
alumnos, mediante la programación de actividades variadas y diferenciadas, acorde a las
potencialidades de cada uno de ellos, donde tengan la oportunidad de hacer un esfuerzo personal, y
vivenciar que pueden alcanzar niveles superiores.
La comunicación en general, se utiliza ante todo para caracterizar las relaciones interpersonales,
consiste en transmisión y aceptación de significados y posee dos aspectos: el objetal, que expresa el
contenido, y el interpretativo referido al sentido en que se trasmite ese contenido y las interrelaciones
que se establecen entre los sujetos que entran en comunicación. En el caso que nos ocupa, las que
se efectúan entre docentes y alumnos o de estos entre sí.
La base de la comunicación entonces, tendríamos que buscarla en el sistema general de significados
y las reglas de su utilización. De aquí se deriva que el intercambio de conocimientos,
consideraciones, soluciones a cuyo aseguramiento se dirige la comunicación se subordina a la
solución conjunta de la tarea y para ello es importante:
la obtención de una información suficiente y necesaria ;
la asimilación adecuada del material ;
la revelación de los nuevos conocimientos ;
la adecuada trasmisión de órdenes ;
35
En la dirección del trabajo pedagógico, el docente al presentar el material de estudio cualquiera
que este sea, ha de ser capaz de brindar al estudiante en cada momento, de forma directa o indirecta
( él mismo o con la utilización de otros medios) una información lo suficiente amplia, variada y
accesible para que se apropie y haga suyo el contenido, de una forma activa, tome conciencia de lo
que adquiere, que más sabe o puede hacer, qué ha cambiado para él y donde pueda experimentar
satisfacción y alegría por lo nuevo y por su enriquecimiento y se le cree la necesidad de buscar
nuevas informaciones al respecto.
Para el logro de lo anterior, la vía, el método y las formas que se utilicen resultan de gran
relevancia, en ocasiones se crea una barrera en la comunicación; esto está dada porque la
trasmisión de la orden no se efectúo adecuadamente, y el estudiante no la cumple, no porque no
quiera, sino porque no la entendió, o efectúa la tarea incorrectamente por la percepción e
interpretación que hizo de esta.
En la educación y formación de valores, y el papel de la comunicación en esta, el docente debe
garantizar en todo momento que el estudiante reflexione y tome conciencia de la necesidad y utilidad
del dominio adecuado, correcto y útil de los contenidos trabajados, lo que favorece
extraordinariamente el logro de un aprendizaje desarrollador.
No es posible planificar ni pensar en paralelo, es decir en una dirección van los conocimientos que
deben ser aprendidos en un nivel, disciplina, o una determinada asignatura y en otra dirección se
desarrollan actividades en determinados espacios, como por ejemplo: las acampadas, la atención a
jardines, parcelas, huertos, los actos patrióticos o revolucionarios, los encuentros o concursos de
conocimientos, los desfiles martianos, ( por solo citar algunas) para educar en valores.
Resulta vital y trascendental para la labor educacional el planificar, organizar y desarrollar las
actividades de forma tal que los estudiantes puedan interiorizar y hacer suyos los valores
portadores de las mismas, bien sea durante las clases, los turnos de reflexión y debate o en
cualquiera de las tareas que realicen.
En el proceso de comunicación, necesariamente el docente tiene que tener presente el hecho, de
que mediante este, le es posible el intercambio con cada uno de sus estudiantes acerca de múltiples
aspectos de sus vidas, entre los que podemos señalar:
el tipo de relaciones que establecen con sus padres y familiares;
cuáles son sus condiciones de vida ;
36
las experiencias vividas ;
su manera de pensar ;
las actividades que realiza dentro y fuera de la institución ;
las representaciones posit ivas o negativas que poseen de los objetos y
fenómenos de la realidad ;
qué tipo de orientación es la que prevalece en el los y poseen una mayor
significación ;
por cuáles aspectos de la vida t ienen un mayor interés;
cuáles son sus principales conflictos y necesidades, cuyo conocimiento es de gran
importancia.
Para ello el diálogo abierto y franco donde se logre un clima de confianza y respeto mutuo,
favorece extraordinariamente el poder penetrar en el mundo interno del sujeto en formación y tomar
las medidas oportunas a tiempo.
También resulta de gran interés para el trabajo pedagógico conocer que las formas y el contenido de
la comunicación van a estar condicionadas por:
la función social del sujeto que entra en comunicación ,
la posición que ocupa en el sistema de relaciones ,
su pertenencia a una u otra comunidad ( país, provincia, zona, barrio )
Analizar lo planteado nos lleva a la consideración de que, la única actividad profesional que
depende fundamentalmente de la comunicación es la Actividad Pedagógica, es por ello que al
docente se le reconoce como un comunicador por excelencia. Independientemente de que en la
literatura, se recoge que en actividades productivas de cualquier naturaleza un gran volumen del
tiempo invertido en su organización se dedica a la comunicación.
El docente tiene la función social asignada por el Estado, de la educación y formación de las nuevas
generaciones, y es oportuno señalar que en las primeras edades de la etapa escolar como
señalamos anteriormente, su palabra se convierte en ley para el estudiante, este es percibido como el
que nunca se equivoca y siempre tiene la razón, en muchas oportunidades por encima de los padres
y familiares.
37
Esta posición y ascendencia privilegiada que ejerce sobre el alumnado, a veces comunicando con un
simple gesto de aprobación o rechazo, lo correcto o incorrecto de una acción, suele perderse en
ocasiones cuando se trabaja con estudiantes de niveles superiores.
Si bien es cierto, que en el sistema de relaciones y por el estatus, falsa o erróneamente se puede
llegar a considerar que el único que tiene que trasmitir el mensaje es el docente, las investigaciones
efectuadas han puesto en evidencia que en la comunicación pedagógica donde las relaciones
existentes no sólo son aquellas que se dan entre el docente y los alumnos sino también de estos
entre sí, entonces es oportuno la necesidad del intercambio de roles en estas relaciones, ya que no
se trata de trasmitir y recibir un mensaje sino de apropiarse de este.
En esta comunicación los estudiantes deben poder debatir puntos de vistas, defender criterios,
asumir posiciones, sólo así se puede hablar de una educación y formación de valores; para ello es
esencial que hagan cuestionamientos, que discutan, reflexionen, y puedan valorar el mundo
circundante, esto consecuentemente les permitirá aprender a valorarse, lo que resulta esencial para
una adecuada formación.
En el acto comunicativo el dominio y conocimiento del entorno social del estudiante, sus
características, tradiciones, costumbres, hábitos de convivencia resultan de vital interés para el
docente. Lo que éste desea comunicar sólo será efectivo si posee dominio de la imagen mental de
sus estudiantes, de sus representaciones acerca de los fenómenos de la realidad de ahí que en su
labor, tiene que lograr la existencia de la comunidad de imágenes.
Lo contrario origina que se convierta en algo ajeno a los estudiantes y de hecho algo inalcanzable; es
como si el docente hablara o tratara de comunicar en un idioma y el estudiante en otro, por lo que
no se dan las condiciones para que éste pueda recibir y hacer suyo el mensaje.
En el estudio y profundización del papel de la comunicación en el desarrollo de la vida humana
tenemos que cumple múltiples funciones, pero entre ellas se destacan:
la informativa que tiene como objetivo, la trasmisión y recepción de información ;
la reguladora que permite establecer la retroalimentación de la efectividad del
mensaje y
la afectiva valorativa que toma en consideración la esfera emocional de los que
entran en comunicación.
38
Estas funciones no se dan aisladas, en el acto comunicativo directo forman un todo único y en ese
acto, para una persona puede haber una transmisión de información en tanto para otra u otras puede
ser una descarga emocional.
El predominio de una u otra función va a estar condicionado entre otras causas por las
características del mensaje, la vía que se utilice y el estado emocional del que ocupe el rol de emisor
o perceptor.
Hemos abordado en general hasta aquí, aquellos aspectos que por su importancia deben ser objeto
de análisis y reflexión por los docentes en su quehacer escolar diario. A continuación profundizamos
en la clase como proceso comunicativo, por ser de hecho una de las actividades que más ocupa el
tiempo de los escolares a nivel de institución educacional y su trascendencia en la formación de la
personalidad, y de los valores como componente fundamental en la estructura de ésta.
2.2. La clase como proceso comunicativo
En este epígrafe, vamos a tratar de abordar más profundamente las implicaciones que puede tener
la clase como acto comunicativo y su importancia en la educación y formación de valores en los
estudiantes.
Estudiosos y especialistas reconocen la existencia de diferentes niveles de comunicación,
los que han de ser del dominio de los docentes, a los efectos de organizar de una manera más
eficiente su labor educativa.
La comunicación no se da siempre de la misma forma, y consecuentemente sus efectos varían en
dependencia del intercambio comunicativo y del contexto en que esta comunicación se efectúa.
Estos niveles permiten de una u otra forma ofrecer una visión de los tipos de regulación de la
comunicación, y del sistema de relaciones que se establecen en nuestro caso a nivel de aula. Resulta
importante tomar en consideración que la calidad de estas relaciones amplían o limitan el desarrollo
de los educandos que entran en comunicación, en dependencia del nivel interactivo al que se trabaje
en cada caso, es por ello que los abordamos explicitando lo que cada uno implica.
NIVELES DE COMUNICACIÓN
PRIMER NIVEL. Consiste en la trasmisión y recepción de la información y significa la
nivelación de las diferencias existentes en la información inicial de los individuos que entran en
comunicación, (en este caso maestro y alumnos) el que habla tiene una anticipación de cómo percibe
el que escucha(receptor). Este último se dedica a reconstruir el contexto de la información recibida:
39
idea inicial de quien habla, su experiencia y conocimiento. ( no hay una relación directa con la
actividad)
SEGUNDO NIVEL. En este se da una trasmisión y recepción mutua de significados . La
comunicación en este caso está directamente relacionada con la actividad conjunta, para solucionar
un tarea común. Conduce a cierta diferenciación de las funciones, no sólo en la actividad sino
también en la comunicación que se relaciona con ella. Se da un intercambio de conocimientos,
análisis, consideraciones, soluciones a cuyo aseguramiento se dirige la comunicación y esta se
subordina a la solución conjunta de la tarea, (solución de una tarea común).
TERCER NIVEL Se refiere a la formación y valoración común de significados, se
aspira a comprender la posición del otro, los puntos de vista recíprocos, atender las opiniones de los
demás, (aunque no se esté de acuerdo). En este nivel la comunicación se dirige a la formación de
una valoración común, de los resultados obtenidos por el aporte de cada uno de los participantes . El
proceso de comunicación posee en este caso el carácter de acuerdo, desacuerdo; contraposición de
puntos de vista, diálogo interactivo. (relación directa y una toma de posición en la actividad.)
El análisis de los tres niveles de comunicación señalados anteriormente, permiten al docente
profundizar en la importancia y trascendencia que tiene la comunicación en la formación de la
personalidad, sin dudas el tercer nivel es el que más posibilidades da en esta dirección , y en la
medida que sea posible, tomando en consideración determinadas premisas, el proceso educativo
debe organizarse en esta dirección.
Resulta importante lograr explotar al máximo el tercer nivel, a los efectos de preparar y entrenar a
los alumnos en la necesidad de aprender a asumir posiciones en la vida, donde puedan manifestarse
tal y como son y tengan además la oportunidad de confrontar con sus iguales y sus docentes sus
opiniones y reflexiones ante cualquier hecho de la vida diaria.
Indudablemente, el docente durante el desarrollo de sus clases, toma en consideración cuál de los
niveles señalados es más factible de poner en práctica, lo que está en dependencia de
determinadas aspectos entre ellos: la edad de los estudiantes, el nivel de escolaridad en que se
encuentren, el contenido que es objeto de enseñanza-aprendizaje, los avances obtenidos, las
dificultades que se mantienen, sus intereses, necesidades y motivos.
Lo planteado anteriormente, acentúa la necesidad de concebir la clase con un criterio
comunicativo, lo que supone abordarla en función de una tarea comunicativa, donde se tenga
40
previsto cómo se da el flujo de información en uno u otro sentido, a qué nivel comunicativo aspiro o
me propongo se establezca el sistema de relaciones, lo que implica buscar diferentes alternativas
que exijan el desempeño de diferentes roles por los estudiantes, propiciando entre otros aspectos el
desarrollo del lenguaje oral y el escrito.
El lenguaje que utilice el estudiante durante el proceso de comunicación, constituye generalmente un
indicador que permite valorar el nivel de implicación personal y social que posee ante la tarea que
realiza. Esto requiere por parte del docente saber escuchar y dar el tiempo suficiente para que
puedan pensar y elaborar con sus palabras lo que van a comunicar bien sea en forma escrita u oral.
En la comunicación oral, es importante en el caso del docente o cualquier adulto, no perder de vista
que para que exista una adecuada y eficaz comunicación, se requiere analizar previamente aspectos
como los siguientes:
lo que se dice ;
cómo se dice ;
delante de quién se dice ;
en qué situación se establece la comunicación.
Lo señalado es necesario tenerlo en cuenta cuando estamos frente a una situación aúlica. No
siempre lo que está comunicando el docente es entendido por el estudiante; en ocasiones este no
tiene la base o dominio anterior de la materia, que le facilite la adquisición del nuevo conocimiento,
de ahí que no pueda recepcionar lo que se está trasmitiendo.
La información tiene que ser variada, diferenciada, repetida, emocionalmente significativa, utilizando
para ello varios canales, bien sean orales o escritos tales como: el contraste de colores, subrayados,
entonación de la voz, a los efectos de que el estudiante pueda captar el mensaje adecuadamente.
Para obtener resultados satisfactorios, en la labor educativa que se realiza en el aula, no siempre es
aconsejable sancionar o regañar a los estudiantes frente a personas que le resulten ajenas, esto
crea de hecho una barrera en la comunicación muy dañina tanto para docentes como para
estudiantes.
Una adecuada relación maestro alumno, logra elevar los niveles de preparación de los sujetos
que entran en comunicación, a tales efectos consideramos que esto va a estar determinado en buena
medida sí:
el maestro brinda el suficiente afecto y seguridad a sus alumnos ;
41
los alumnos sienten que ocupan un lugar, y que son comprendidos ;
las tareas propuestas permiten la participación activa de todos ;
el maestro propicia actividades conjuntas, donde todos tengan una
responsabilidad que cumplir ;
se respeta la individualidad de cada estudiante y
se efectúa al terminar cada actividad una valoración y autovaloración de la
satisfacción y logros obtenidos
La motivación que el escolar llega a formar en sus interacciones con el maestro, la seguridad,
confianza y bienestar que experimente, se convierten en adquisiciones importantes para el trabajo
independiente. De igual forma permite que se vaya creando en ellos los rasgos de responsabilidad y
solidaridad, tan necesarios en todo ser humano.
Resulta necesario para una mejor comprensión de lo que tratamos de comunicar, plantear que la
Comunicación Pedagógica es un proceso que se desarrolla en el ámbito escolar, donde
interactúan básicamente el colectivo de profesores, los alumnos, los trabajadores del centro y en
alguna medida la familia, intercambiando mensajes en correspondencia con los objetivos trazados
por la institución.
Consideramos que este proceso será productivo, sólo en la medida en que exista intercambio de
roles, de mensajes y de canales de información, donde cada uno de los componentes actúe
adecuadamente, lo contrario origina ruido en el sistema y por supuesto fallas que no ayudan al
desarrollo del proceso.
Para que se de una adecuada comunicación pedagógica y por consiguiente que influya
positivamente en el desarrollo de la personalidad de los educandos, es necesario que los docentes
en primer lugar reflexionen ante las siguientes interrogantes:
¿ Durante el desarrollo de las clases en algún momento el estudiante asume el rol
de emisor?
¿ Por lo general es el maestro el que asume el papel de emisor ?
¿ Conviene que en oportunidades se efectúe un intercambio de roles?
¿ Resulta importante la función de receptor en el docente ?
¿ Qué nivel de uti l idad puede reportar el que el docente cumpla la función de
receptor?
42
Estas y muchas más interrogantes podríamos hacer, pero nuestra intención es sólo hacer reflexionar
a los docentes al respecto. Resulta importante en el proceso comunicativo , el tomar en cuenta el
intercambio de roles, a los efectos de lograr una comunicación lo más simétrica( comunicación entre
iguales ) posible, de eso se trata. Por lo general la comunicación que se efectúa en el aula es
asimétrica, donde el docente ocupa siempre el rol de emisor y el estudiante de receptor, lo que
origina que no siempre el primero, conozca lo que piensa o siente el estudiante lo que resulta muy
perjudicial y hasta a veces engañoso de lo que se ha logrado realmente en términos de educación.
En segundo lugar, la comunicación pedagógica se logra cuando se toma en consideración todo lo
que acontece en el aula, partiendo de que esto, es el resultado del contexto socio-cultural, donde es
posible interpretar y explicar la interacción docente-alumno, y de estos últimos entre sí, para ello es
básico conocer quiénes son los participantes, en que condiciones espaciales y temporales
interactúan y qué no tienen en común. Las características de la interacción aparecen a continuación:
en la interacción maestro-alumno se da o existe una diferencia en cuanto a la
experiencia y marco de referencia y en la de alumno-alumno no hay grandes
diferencias significativas, las que se dan son producto de la experiencia familiar y
de convivencia social.
en la interacción maestro –alumno la relación social es asimétrica, en la de
alumno-alumno la relación social es simétrica, es decir se efectúa entre iguales.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es el relacionado con el local de trabajo del maestro,
donde la comunicación será desfavorable sí:
el número de alumnos es excesivo, bien por el tamaño del local o por la
matrícula que se asimila, lo que dificulta la relación alumno-maestro; y alumno-
alumno.
el mobiliario está dispuesto en hileras, impidiendo la comunicación cara a cara de
los estudiantes y el maestro
A qué nos referimos y llamamos la atención; al hecho de que si somos consecuente con lo planteado
hasta aquí, al docente le es imposible poder comunicarse con cada uno de sus alumnos, y muchos
de ellos sentirán de una u otra forma esa ausencia, y percibirán que no son atendidos como
quisieran; insistimos ¿es posible atenderlos a todos, cuando existen 40 o más cabecitas
siguiendo y tratando de entender lo que se quiere comunicar?
43
Realmente resulta muy difícil, aunque no imposible para aquellos que durante muchos años han
tenido que enfrentar esta barrera y la han tratado de vencer, con una gran maestría y amor a su
profesión, y sus resultados así lo demuestran.
Los diferentes programas de la Revolución puestos en práctica, a partir del curso 2001-2002
permiten tomar todas las medidas necesarias para dar cumplimiento a uno de ellos, el referido a
que en el nivel primario las aulas estén conformadas solamente por hasta 20 alumnos y en
secundaria hasta 30, sin dudas la existencia de este número reducido de estudiantes, se convierte
es un factor determinante para una adecuada comunicación y una mejor atención a cada uno en
particular y al grupo en general.
Lo anterior no deja de ser un nuevo y gran reto para los docentes; estas condiciones determinan y
requieren un nivel de preparación superior, precisamente por tener más tiempo para cada alumno en
particular. Las actividades planificadas tienen que responder a las exigencias y nivel de desarrollo de
cada cual y lograr que en todo momento sienta la necesidad de trabajar en función del nivel de
desarrollo alcanzado.
La comunicación en estas nuevas condiciones, constituye el arma fundamental para
aspirar a la equidad y la atención a la diversidad,
El mobiliario dispuesto en hilera, es característico de una clase tradicional, donde el docente es quien
informa, comunica, dice y el alumno recepciona, escucha, pero sin la oportunidad de esa
comunicación verbal y extraverbal(con el resto de los que participan en la clase), cara a cara que se
trasmite en gestos y expresiones; de los efectos que origina el mensaje emitido, y consiguientemente
permite una retroalimentación directa de la percepción obtenida por cada uno de los estudiantes que
entran en comunicación.
Estos y otros factores cuando no se dan positivamente pueden estar limitando una buena
comunicación, de ahí la importancia de tomarlos en cuenta y tratar de llevarlos a su mínima
expresión, lo que permite hacer más efectivo el acto comunicativo.
El docente tendrá presente siempre, que el no trabaja con un solo individuo sino con un grupo, de
ahí que el contenido, la frecuencia y la modalidad de la comunicación, van a estar afectadas de una
u otra forma, por el nivel de desarrollo alcanzado por el grupo escolar en un momento determinado.
El trabajo del docente, debe estar dirigido a lograr la mayor comunidad posible, en los objetivos que
los alumnos se propongan alcanzar, lo cual se facilita cuando se conocen sus intereses, las
44
particularidades de la edad y se propicia una buena interacción maestro alumno, y alumno -alumno.
Los logros alcanzados determinan que el grupo pueda convertirse en un verdadero colectivo, para
ello es necesario una labor dirigida a desarrollar entre otras, las características que expresamos a
continuación:
la existencia de relaciones posit ivas altamente apreciadas ;
una gran unidad en la orientación y valoración de sus integrantes ;
identif icación emocional y afectiva en todos sus integrantes ;
que cada uno de los miembros posea una autodeterminación individual pero con
una orientación colectivista ;
que los actos de comunicación estén centrados en la tarea, buscando las mejores
vías para alcanzar los objetivos propuestos ;
que cada miembro sea capaz de valorar su trabajo y el de los demás con un
sentido crítico ;
que se analice los errores cometidos a tiempo ;
que cada integrante desarrolle el sentimiento de pertenencia al grupo;
que se tracen metas comunes, donde cada miembro tenga la posibilidad de poder
demostrar sus potencial idades.
Si analizamos lo planteado, en correspondencia con el objetivo de este capítulo podemos apreciar,
cómo en las características señaladas está presente una educación y formación en valores como
son: la honestidad, la solidaridad, la responsabilidad, la laboriosidad, por sólo hacer referencia a
algunos de ellos. Además también se desarrollan los sentimientos de identidad y pertenencia con los
que lo rodean y cómo la comunicación juega un rol determinante en esta dirección.
El poder lograr lo anterior sólo es posible mediante un trabajo encaminado con estos propósitos,
donde esté presente la crítica y autocrítica constructiva, se converce sistemáticamente de
necesidades e intereses comunes; se llegue a acuerdos de:
¿ qué?
¿ cuándo? y
¿ cómo hacer?
Sin dudas estas premisas tomadas en consideración por los docentes y dirigentes institucionales,
permiten que cada estudiante pueda aportar y sienta que ocupa un espacio; que se le haga
45
consciente de la acción incorrecta realizada, con la certeza que cuenta con el apoyo de su grupo
para erradicarla; donde cada uno tenga la posibilidad de ser escuchado; y esté presto ayudar a
aquél que lo necesite.
Lo contrario origina tensiones grupales, inadecuadas relaciones con los que le rodean bien sean
compañeros de aula, docentes o directivos y consecuentemente el surgimiento del egoísmo,
individualismo, favoritismo y manifestaciones de serios errores en la conducción del proceso, y un
producto terminal no acorde con lo esperable.
Finalmente consideramos que el viejo refrán “ Hablando las personas se entienden” cobra
cada vez más importancia y trascendencia en la educación de las nuevas generaciones y el docente
ha de tenerlo como premisa para obtener éxitos en su labor.
CAPÍTULO 3. LAS INSTITUCIONES SOCIALIZADORAS : SU IMPORTANCIA PARA
EDUCAR Y FORMAR VALORES.
Introducción
En los capítulos anteriores, abordamos algunos aspectos muy relacionados con el contenido que
pretendemos desarrollar en éste, y está determinado por el nivel de complejidad que posee la
problemática en la que incursionamos y las necesarias interrelaciones existentes entre los diferentes
agentes sociales para poder educar y formar valores en las nuevas generaciones.
La educación es tarea de todos, repetimos constantemente o a diario en Cuba, es cierto y aunque
todas y cada una de las instituciones socializadoras: familia, escuela y comunidad tienen en este
sentido una responsabilidad común, también poseen diferencias y especificidades al respecto.
Con relación a lo que tienen de común, podemos señalar que tanto la familia, la escuela como la
comunidad son instituciones socializadoras, todas tienen como objeto de acción un individuo en
particular, o un grupo en general, así como las relaciones e interacciones que se dan como seres
humanos. Por otra parte tienen la responsabilidad de orientar, trasmitir normas, tradiciones,
costumbres, hábitos, conocimientos y de una u otra forma establecer pautas para un comportamiento
adecuado, así como lograr la interiorización y apropiación en los más jóvenes de aquellos valores
consustanciales a la sociedad en que viven.
Entre las diferencias podemos señalar como un hecho el que cada institución tiene un encargo
social, que como educadores no podemos obviar. Así tenemos que en la familia, se desarrolla por
lo general un proceso de educación de los hijos un tanto espontáneo, con cierta sistematicidad, y con
46
una carga afectiva sin lugar a dudas muy fuerte. Para nadie es un secreto expresiones como “ mi
familia es lo primero”, o simplemente “esa es mi familia y la defiendo por encima de todo”. Basta
reconocer que es la institución que ha prevalecido y ha estado presente con mucha fuerza en todas
las formaciones económicas –sociales existentes por difíciles que estas hayan sido.
No pretendemos abordar en este texto con el nivel de profundidad requerido, la importancia que tiene
la familia en la formación de las nuevas generaciones pero sí alertar al respecto. Cualquier trabajo
educacional que se realice en un determinado nivel de enseñanza, necesariamente tiene que
partir del conocimiento de cuál es el medio familiar de cada uno de los estudiantes que tienen en sus
aulas, su desconocimiento sería un error, tanto para los docentes como para los directivos
En la institución educacional, el proceso educativo es planificado, organizado, dirigido
conscientemente, con objetivos definidos, determinados por los programas de cada nivel, grado o
asignatura, donde por lo general se enfatiza en los procesos intelectuales,(léase cognoscitivos,
conocimientos) sin tomar en consideración que tienen ante sí una personalidad en formación, y para
lo cual es necesario trabajar en lo cotidiano, sin forzar lo que aporta en términos educativos y
formativos el contenido de cada una de las asignaturas, pero sin olvidar lo que aporta el estilo y las
condiciones con que se realiza el aprendizaje.
Es muy enriquecedor, poder vivenciar en la práctica, lo que realizan muchos docentes en este
sentido, por ejemplo, que en una clase de Matemática sean capaces de relacionar un hecho
histórico con el contenido a desarrollar. Para ello simplemente mandan a sus alumnos de tarea
buscar una determinada efemérides, y a partir de esta iniciar su clase, lo que origina una gran
motivación por lo nuevo a aprender. No obstante siempre debe ser posible vivenciar clases, en la
que los alumnos participen e interactúen, colaboren entre sí y donde el amor y el respeto al otro
estará siempre presente.
En la comunidad, barrio o zona, se da un proceso educativo mucho más espontáneo, con
características asistemáticas no formales, donde se pone énfasis en tradiciones y costumbres,
formas de vida y normas de conducta (sobre todo en los municipios, y en algunos barrios en el caso
de Cuba). Las relaciones que se establecen, por lo general resultan un tanto formales entre las
instituciones y las afectivas van a estar determinadas por los vecinos y amigos del barrio.
Los programas de carácter intersectorial determinan unas formas más positivas de relaciones entre
las diferentes instituciones, que tienen como consecuencia una influencia educativa superior para
47
todos los participantes, las experiencias obtenidas en programas como Para la Vida y Educa a tú
Hijo aportan valiosos ejemplos en esta dirección.
A continuación profundizamos en la labor a realizar en cada una de las instituciones a las que
hicimos referencia, tratando de ser lo más objetiva posible.
3.1. La labor de la institución educacional
Anteriormente de una u otra forma, ya hemos abordado lo que vamos a presentar con un mayor
nivel de profundidad en este capítulo, lo hacemos con la intención de que resulte una guía de
consulta, análisis y toma de posición para los trabajadores de la educación en general y en particular,
para los dirigentes de las instituciones y los docentes que día a día, tienen la inmensa
responsabilidad de ser ejemplos a seguir para cada uno de los cerebros pensantes que tienen
en sus manos, y a los que deben conducir acertada y adecuadamente.
Tal vez pudiéramos pensar que es una exageración el término utilizado, pero la escuela es la
institución donde se dan determinadas condiciones que le permiten asumir esa responsabilidad, y al
respecto nos preguntamos:
¿no es en la institución educacional donde pasan la mayor parte del tiempo los
niños, adolescentes y jóvenes ? ¿ entonces?
¿de quién reciben la mayor inf luencia, después de su ingreso en la institución
educacional ? Independientemente de lo que han incorporado y recibido en el
hogar.
Pudiéramos ilustrar el argumento anterior con lo siguiente: Rafael Ma de Mendive fue el maestro
de José Martí, el que lo enseñó a pensar; a estar en contra de la injusticia y la explotación de los
pobres; algo similar sucedió con Simón Rodríguez, el gran querido, admirado y respetado
maestro del libertador de América Simón Bolivar.
Esto nos lleva a afirmar sin temor a equivocarnos, de que a la escuela , le corresponde desempeñar
un papel determinante en la educación y formación de valores; para ello es necesario efectuar
transformaciones en el trabajo educacional que se realiza, por lo que resulta fundamental orientar y
planificar éste, de forma tal que permita potenciar en cada estudiante, aquellos aspectos que le
permitan conocer de una manera más significativa, el momento histórico que vive.
En la institución educacional, el docente es el máximo responsable de la educación de sus alumnos,
y la clase (como señalamos en capítulos anteriores) ofrece múltiples alternativas y posibilidades para
48
lograrlo. Durante su desarrollo se deben efectuar los ajustes o adecuaciones correspondientes entre
los contenidos que se imparten y las características del grupo hacia el cual se dirigen; la situación
social en que viven, así
como el medio familiar de cada estudiante.
En dependencia de la edad, en cada nivel, grado y aula, reciben sus clases, alumnos que ya tienen
una experiencia anterior, y traen por lo general interiorizado un conjunto de normas, hábitos,
intereses, tradiciones, sentimientos, actitudes, y determinadas orientaciones valorativas que han
hecho suyos, por diferentes vías.
Para el docente, le es de gran utilidad y necesidad conocer esto, pues a partir de ahí es que puede
planificar y organizar realmente un trabajo diferenciado, tomando en cuenta cuáles son las
semejanzas y las diferencias de cada uno de sus alumnos. Lograr lo anterior, a nuestro juicio es
posible, si se efectúa un verdadero diagnóstico integral de los alumnos.
En esta dirección proponemos una metodología que ha demostrado ser un instrumento valioso en
diversas investigaciones realizadas, y utilizada actualmente algunos de sus aspectos por docentes
y que ofrece en alguna medida, los elementos básicos para conocer mejor a cada uno de los
alumnos.
En la elaboración de esta propuesta se toma como fuente de información el estudio, y análisis de los
siguientes materiales:
La metodología para caracterizar al alumno, en el estudio longitudinal del niño cubano de 7 años
efectuada en el año 1980.
El libro editado por un colectivo de autores del ICCP. 1994. (impresión ligera) La escuela y los
problemas de la formación del hombre. Capítulo V. Control y evaluación de los resultados de la
educación.
La caracterización psicopedagógica orientada por la enseñanza primaria durante el curso 1996-
1997.
El Seminario Nacional para Educadores. Editado en tabloide por el periódico Juventud Rebelde.
Noviembre del 2001
Los aspectos que aparecen recogidos en el antiguo y en el vigente,( cuando se escribe este
texto) Expediente Acumulativo del Escolar.
49
A partir del análisis, valoración y procesamiento de la información obtenida, decidimos elaborar el
material que a continuación exponemos, con la intención de que pueda ayudar a todos los que tienen
en sus manos esta inmensa labor.
A manera de Introducción, partimos de la premisa de que en el proceso de organización de la
actividad educativa y para poder desarrollar el programa dirigido a la formación de valores , la
disciplina y la responsabilidad ciudadana, según se expresa en la Resolución Ministerial 90 del 1998,
y los diferentes Programas de la Revolución puestos en práctica en los últimos años, es importante
tener en cuenta las características individuales y las propias diferencias regionales, sociales y de otro
tipo, que se dan en el quehacer educacional.
Cada niño tiene sus ideas, sus sentimientos, sus sueños y se distinguen unos de otros por su
temperamento, el carácter, las capacidades, sus intereses, aspiraciones, motivaciones, sus
orientaciones valorativas y la forma en que cotidianamente actúa.
El conocerlo, le permite al docente, estar más preparado para garantizar el trato individual a cada
uno, cumplir el principio del humanismo, poder manifestar amor y respeto hacia ellos, así como
la preocupación diaria por su educación y desarrollo.
Para dirigir el proceso educativo y valorar objetivamente los resultados y la eficiencia alcanzada,
necesariamente hay que efectuar el estudio integral del grupo en general y de cada estudiante en
particular, para ello es fundamental conocer sus intereses, aspiraciones, deseos; y poder penetrar en
su mundo interno, en la búsqueda de las causas que lo hacen actuar o sentir en una u otra
dirección.
Lo anterior supone también, el conocimiento de las particularidades de las edades de los alumnos
con los cuales se trabaja, lo alcanzado en las etapas escolares anteriores, el sistema de relaciones
que establece con compañeros de su grupo, aula, escuela, los demás docentes y trabajadores de la
institución, sus padres y con otros grupos o adultos.
Este conocimiento permite al docente, contar con una información valiosa acerca de aspectos
generales importantes de cada escolar y del nivel de educación y formación real alcanzado. Los
prepara para el enfoque individual en el planteamiento de cada tarea y conducir y desarrollar los
rasgos y cualidades necesarias de la personalidad en formación. En unos habrá que ayudarlos a
eliminar en lo posible la falta de decisión, agresividad, timidez y en otros, tal vez, el exceso de
seguridad y confianza en sí mismo, la desorganización o la irresponsabilidad.
50
Queremos alertar que los docentes, ante sí tienen no una, sino varias personalidades en formación a
las que tienen que dedicar lo mejor de sí; de ahí que el conocer la individualidad de cada uno
favorece la búsqueda de las mejores vías y alternativas para conocer, caracterizar y diagnosticar al
grupo en su totalidad.
Es vital conocer quiénes son los alumnos aventajados, los rezagados, o los indisciplinados y
desorganizados que van a recabar una mayor atención en la búsqueda de las causas, que pueden
estar originando dificultades de aprendizaje o conductas incorrectas, para poder planificar más
adecuadamente las diferentes actividades y tomar las medidas a tiempo.
Esto unido al conocimiento de las formaciones en desarrollo, lo esperable en correspondencia con la
edad, las características del medio familiar y social en el que se desenvuelven, deben ser la base en
que el maestro sustente la planificación, organización y dirección de su trabajo.
Para efectuar el diagnóstico integral de los alumnos previamente se requiere tener los datos
generales de cada uno de ellos y de las características de su entorno más próximo, esta
información permite conocer de manera general rápidamente, con que tipo de alumno se trabaja,
además de poder efectuar perfiles a nivel de aula o de escuela y favorece la interpretación de las
apreciaciones hechas en cada uno de los indicadores y de las dimensiones que proponemos se
evalúen o el docente realice. Los más utilizados son entre otros: edad, sexo, raza, y grado que
cursa.
En relación al entorno más próximo : núcleo en que convive ( quiénes y cuántos), posición que
ocupa en relación al resto de los hermanos o hermanas en el hogar , nivel cultural y ocupación de los
padres o personas con las que vive. Esta información resulta muy valiosa para todos aquellos
docentes que se propongan efectuar un trabajo educacional cada día más eficiente.
A continuación presentamos las posibles dimensiones,(aspectos, o áreas a explorar) y sus
correspondientes indicadores que pueden ser utilizados por los docentes :
I. Desarrollo Físico y Estado de Salud. La salud física es condición indispensable para
un adecuado desarrollo y aprendizaje, de ahí que contar con datos lo más exactos posible de
cada alumno, permite al docente tomar las medidas necesarias en cada caso.
II. Situación de Aprendizaje. El conocer la capacidad de aprender de sus alumnos , resulta
fundamental, ya que en la medida que cada uno logre, o no interés por la tarea propuesta,
razone, memorice, atienda, y se concentre adecuadamente, son indicadores de avances o
51
retrocesos y le informan al maestro en que dirección instrumentar nuevas y variadas formas
de organizar el proceso docente-educativo.
III. Actividad Social. El nivel de educación alcanzado por los alumnos se pone de manifiesto,
cuando este es capaz de aplicar en su conducta diaria los conocimientos, hábitos y
habilidades logrados en su proceso de formación. Cuando demuestre en acciones concretas
que posee sentimientos y actitudes positivas, hábitos estables de conducta y una posición
activa en su vida, familiar, escolar y social. El docente necesita conocer la actitudes
manifiestas de cada uno de sus alumnos ante el grupo, la escuela, los que lo rodean, sus
aspiraciones, sus orientaciones de valor, sus deseos, así como el dominio y grado de
participación en la vida, política, económica y social de su país.
IV. Particularidades del carácter. El docente al tener ante sí a un grupo, debe dominar
cuáles son aquellos más reflexivos, extrovertidos, equilibrados y que por lo general se
muestran optimistas, alegres y cooperativos en cualquier tarea. Pero existen también los que
muestran una constante agresividad, son impulsivos o lo que resultan muy introvertidos y
resulta más difícil poder conocer lo que sucede en su vida interna. Este conocimiento lo
orienta a seleccionar a los que pueden dirigir una actividad en un momento determinado y
quiénes pueden hacerlo en otro, a quiénes les resulta más fácil establecer relaciones y a
quiénes hay que orientarlos más y prepararlos para ello. Bien orientados y guiados, cada uno
puede jugar el papel protagónico que le corresponde en su grupo, e incorporar
paulatinamente aquellos rasgos del carácter más positivos e ir minimizando los negativos.
V. Condiciones de Vida y Educación en la Familia. El medio familiar en que transcurre la
vida del estudiante, tiene una gran influencia en su educación y desarrollo. Este conocimiento
en manos del maestro, es un arma poderosa para poder actuar más objetiva y consciente
en cada caso.
A continuación exponemos los Indicadores que pueden ser objeto de evaluación en cada una de
las Dimensiones propuestas. El docente con su experiencia personal y práctica diaria, hará uso
de unos u otros, según los considere válidos y necesarios.
1. Desarrollo Físico en correspondencia con la edad y Estado de Salud.
Talla
Peso
52
Desarrollo motriz
Estado de salud (padecimientos crónicos)
Hábitos higiénicos
2. Situación de aprendizaje
Resultados académicos
Repitencia
Capacidad para aprender (razonamiento, concentración, atención, actitud ante las dificultades
de aprendizaje)
Participación en clases
Interés por el estudio
Capacidad de trabajo(rapidez y corrección)
Desarrollo de habilidades (comunicativas, intelectuales, prácticas...)
3. Actividad Social
Actitud ante la vida del grupo, la escuela y los que lo rodean
Relaciones que establece con sus compañeros y maestros
Aspiraciones y deseos
Comportamiento social (hábitos de cortesía, respeto y formas de expresión)
Conocimiento y participación en la vida social de su entorno y su país
4. Particularidades del carácter
Rasgos positivos ( reflexivo, extrovertido, equilibrado...)
Rasgos negativos ( agresivo, impulsivo, introvertido ..)
Estado de ánimo predominante:( alegre, triste, huraño, seguro, optimista, quejoso..).
5. Condiciones de Vida y Educación en la Familia
Tipo de vivienda
Hacinamiento
Condiciones higiénico sanitarias
Medios de existencia material en el hogar
Estatus familiar
Función bio-social
Función educativa (comportamiento social, político y moral)
53
Expectativas mutuas(de los padres hacia los docentes y a la inversa)
El docente que se encuentra en una constante interacción con sus alumnos, toma como fuente
fundamental de información, los resultados de la actividad que realiza el propio alumno y la
observación y análisis de sus conocimientos, emociones, satisfacción o conducta, en situaciones
diversas. Esto supone una percepción organizada, sistemática y dirigida hacia los aspectos que así
lo requieran, lo que no niega la posible utilización de entrevistas, el uso de guías para registrar la
observación , test situaciones y pruebas sociométricas entre otras.
A los efectos de facilitar la labor del docente, a continuación exponemos las posibles formas de
evaluar las dimensiones propuestas, precisando sus correspondientes indicadores así como las
categorías a utilizar.
1.- Desarrollo Físico y Estado de Salud
Se recogerá:
Talla ----- peso ------ Correspondencia con la edad cronológica del alumno, utilizando las
categorías:
Muy Buena (MB) Coincide con lo esperado.
Buena (B) Coincide pero con escaso margen por encima o por debajo.
Regular (R) Tendencia a desviarse significativamente de lo esperado.
Deficiente (D) Diferencia marcada por encima o por debajo.
En el desarrollo motriz se evalúa:
Muy Bueno(MB) El que se destaca notablemente por lo adecuado de sus posturas, sus
posibilidades de movimiento y la calidad de la escritura.
Bueno(B) El que asume una postura aceptable al igual que sus posibilidades de movimiento y de
su escritura.
Regular( R) El que presenta algunas dificultades en las posturas que asume, sus movimientos y
su escritura.
Deficiente(D) El que presenta serias dificultades tanto en las posturas que asume, como en sus
movimientos y en su escritura.
El conocer el estado de Salud del estudiante, ayuda al docente a orientarse en los niveles de
exigencias que tendrá para cada caso, para ello evalúa:
Muy Bueno (MB) Cuando su salud favorece notablemente sus posibilidades de aprendizaje.
54
Bueno (B) Cuando su salud no limita sus posibilidades de aprendizaje.
Regular (R) Cuando tiene problemas de salud que interfieren en algunas ocasiones su aprendizaje.
Deficiente (D) Cuando su salud limita sus posibilidades de aprendizaje.
En los hábitos higiénicos se toma en consideración:
Muy Bueno (MB) Por encima de lo esperado para su edad.
Bueno(B) Lo esperado para su edad.
Regular(R) No ha logrado algunos de los hábitos esperados para su edad.
Deficiente (D) Muy pobres los hábitos esperados para su edad.
2.- Situación de aprendizaje. En esta dimensión son varios los indicadores que deben ser objeto
de evaluación por parte del docente, los que proponemos son los siguientes:
Con relación al resultado académico, se ubica al alumno de acuerdo a las evaluaciones
obtenidas de la siguiente forma:
Excelente (E) el que obtenga entre 90 y 100 puntos.
Muy Bien (MB) El que obtenga entre 80 y 89 puntos.
Bien (B) El que obtenga entre 70 y 79 puntos.
Regular (R) El que obtenga entre 60 y 69 puntos.
Insuficiente (I) El que obtenga menos de 60 puntos.
En la evaluación de la repitencia tiene gran importancia las causas que la originan. Estas
pueden estar determinadas por: el ritmo de aprendizaje, enfermedad prolongada, ausencia por
situaciones familiares, traslado de centro, incorporación tardía, abandono pedagógico, abandono
familiar, inadaptación escolar. En este indicador proponemos la siguiente escala:
Muy Bien (MB) No ha repetido nunca.
Bien (B) Ha repetido una sola vez por causas ajenas a problemas de aprendizaje.
Regular (R) Ha repetido una vez por problemas de aprendizaje.
Deficiente (D) Ha repetido más de una vez por problemas de aprendizaje.
Para evaluar la capacidad de aprender, el docente debe analizar, las características
significativas y estables en todo lo concerniente al razonamiento, concentración, atención y
actitud ante la dif icultad de aprender:
Para el razonamiento puede considerar:
55
Muy Bien (MB) El que se destaca notablemente por entender, interpretar y captar con rapidez las
ideas esenciales.
Bien (B) El que de una manera aceptable, logra entender, interpretar y captar con cierta rapidez las
ideas esenciales.
Regular (R) El que tiene algunas deficiencias para entender, interpretar y capta con poca rapidez
las ideas esenciales.
Deficiente (D) El que tiene muchas deficiencias y apenas logra entender, interpretar y apenas
capta las ideas esenciales.
Al evaluar la concentración y atención el docente otorga:
Muy Bien (MB) Cuando se destaca por el poder de concentración y atención que logra en la
realización de la actividad.
Bien (B) El que de una manera aceptable logra concentrarse y mantiene la atención en la
realización de la actividad.
Regular (R) El que le cuesta trabajo concentrarse en la tarea y se dispersa con facilidad.
Deficiente (D) El que es muy inestable y apenas se concentra en la realización de la actividad.
La actitud ante las dif icultades de aprendizaje , que manifiesta el alumno, le dan al docente
una pauta de cómo actuar. Para ello considera:
Muy bien (MB) El que se esfuerza mucho y constantemente solicita apoyo cuando afronta una
dificultad que no puede resolver por sí solo.
Bien (B) El que se esfuerza, pero solicita apoyo sólo en ocasiones cuando afronta una dificultad
que no puede resolver por sí solo.
Regular (R) El que no siempre se esfuerza, y pocas veces solicita apoyo cuando afronta una
dificultad que no puede resolver por sí solo.
Deficiente (D) El que no hace ningún esfuerzo, y nunca solicita apoyo ante las dificultades que se
le presentan.
La participación en clases de los alumnos, permite al docente, una retroalimentación directa de
cómo marcha el proceso de aprendizaje, de ahí la necesidad de tomarla en consideración, la cual
puede valorarse como sigue:
Muy bien (MB) El que siempre participa y se destaca dando respuestas acertadas a las exigencias
de las tareas.
56
Bien (B) El que participa de una manera aceptable en la clase y suele dar respuestas acertadas a
las exigencias de las tareas.
Regular (R) El que participa en ocasiones en la clase y comete algunos errores en las respuestas
que ofrece.
Deficiente (D) El que apenas participa, sólo a instancias del maestro que insiste en ello, y cuando
lo hace comete errores en las respuestas que ofrece.
NOTA. (En este indicador, quisiéramos llamar la atención de aquellos alumnos que por diferentes
causas, o características de su personalidad, no participan sistemáticamente de una manera verbal,
pero por las expresiones o gestos comunican estar al tanto de todo lo que acontece y sus
resultados así lo demuestran. La participación no es siempre comunicarse verbalmente, por muy
necesario que sea para el desarrollo del grupo).
Muy unido a la participación en clases, está el interés por el estudio, el maestro para valorarlo
tendrá en cuenta:
Muy Bien (MB) El que se destaca por la búsqueda y el esfuerzo para lograr la solución correcta a
las tareas y aportar nuevas ideas a los contenidos de estudio.
Bien (B) El que busca y se esfuerza para lograr la solución correcta a las tareas y aporta nuevas
ideas a los contenidos de estudio.
Regular (R) El que no siempre busca y se esfuerza para lograr soluciones correctas a las tareas
y sólo en ocasiones aporta nuevas ideas a los contenidos de estudio.
Deficiente (D) El que apenas busca y se esfuerza por lograr soluciones correctas a las tareas y
manifiesta gran despreocupación por el contenido de estudio.
La capacidad de trabajo, se evalúa tomando en consideración dos aspectos básicos: la rapidez
en la ejecución de la tarea y el número de respuestas correctas alcanzadas. El docente, al valorar a
sus alumnos debe tener presente:
Muy Bien (MB) El que se destaca notablemente ya que necesita muy poco tiempo para solucionar
correctamente todos los ejercicios propuestos. .
Bien (B) El que se ajusta en tiempo a la media del grupo y soluciona correctamente todos los
ejercicios propuestos.
Regular (R) El que cuando se siente presionado por el tiempo suele cometer errores en la
solución de los ejercicios propuestos.
57
Deficiente (D) El que requiere de mucho tiempo y por lo general no soluciona los ejercicios
propuestos o lo hace con errores.
El nivel de desarrollo de habilidades que posee cada alumno, es un indicador necesario a tomar
en consideración. Se señalan las comunicativas, intelectuales y prácticas por considerarlas
fundamentales. El docente debe incorporar y valorar en el diagnóstico que efectúe aquellas otras
que sean necesarias, en dependencia del nivel o del tipo de centro en que labore.
Así considera:
Muy Bien (MB) El que en todo momento se destaca por el dominio y precisión en la utilización de
la habilidad.
Bien (B) El que demuestra tener dominio de la habilidad y comete ocasionalmente algún error en su
utilización.
Regular (R) El que tiene un dominio insuficiente de la habilidad y comete errores frecuentes en su
utilización.
Deficiente (D) El que tiene serias dificultades en el dominio y en la utilización de la
habilidad.
3.-Actividad Social. Esta dimensión tiene como propósito fundamental, el poder valorar lo más
objetivamente posible, el sistema de relaciones que posee cada alumno, la actitud que asume en la
actividad que realiza en su vida cotidiana, las relaciones que establece, sus aspiraciones y deseos,
su comportamiento y las formas de expresión que utiliza y finalmente el conocimiento y la
participación en la vida social de su entorno y país.
En la actitud ante la actividad se considera:
Muy Bien (MB) El que se destaca notablemente por su participación y colaboración activa y
sistemática en todas las tareas del grupo, la escuela u otras que se organicen en su cuadra o barrio.
Bien (B). El que mantiene una participación aceptable y colabora activamente en todas las tareas
del grupo, la escuela u otras que se organicen en su cuadra o barrio.
Regular (R). El que apenas participa y colabora en ocasiones en las diferentes tareas que se
organizan.
Deficiente (D) El que no participa y aún utilizando diferentes alternativas no colabora en las
diferentes tareas que se organizan.
58
Las relaciones que establezca cada alumno con sus compañeros de aula, de la escuela, con sus
maestros y trabajadores en general, son un indicador del nivel de socialización y desarrollo
alcanzado.
Al valorar a los alumnos puede considerar:
Muy Bien (MB) El que se destaca por establecer relaciones de camaradería, en una atmósfera
adecuada de comprensión y tolerancia ante los que le rodean, en cualquier actividad que realice.
Bien (B) El que establece relaciones aceptables de camaradería, en una atmósfera de comprensión
y tolerancia ante los que le rodean, en cualquier actividad que realice.
Regular (R) El que establece relaciones medianamente adecuadas, y sólo en ocasiones logra
comprensión y tolerancia ante los que le rodean en alguna de las actividades que realice.
Deficiente (D) El que le cuesta mucho trabajo establecer relaciones, o no logra una adecuada
comprensión y tolerancia ante los que le rodean en la actividad que realice.
El conocer y poder valorar los niveles de aspiraciones y deseos que presentan los alumnos,
permite penetrar en su mundo interno, satisfacer las expectativas de cada uno o hacerlos conscientes
de sus posibilidades y limitaciones reales, evitando así a tiempo los posibles fracasos, par ello el
docente puede proceder otorgando:
Muy Bien (MB) El que se destaca notablemente por poseer aspiraciones y deseos positivas en
correspondencia con las necesidades sociales y trata siempre de alcanzarlos.
Bien (B) El que posee aspiraciones y deseos positivas en correspondencia con las necesidades
sociales y trata siempre de alcanzarlos.
Regular (R) El que posee aspiraciones y deseos positivas, pero no hay una total correspondencia
con las necesidades sociales y se esfuerza poco por alcanzarlos.
Deficiente (D) El que sus aspiraciones y deseos son muy limitados, y tienden a ser negativos.
El comportamiento social tiene entre sus expresiones más evidentes, aquellas conductas que la
sociedad, mediante los diferentes sistemas de influencias, promueve y valora positivamente.
Para evaluar este aspecto el docente considera:
Muy Bien (MB) El que se destaca por su educación y por el respeto a sus coetáneos y adultos que
lo rodean, utiliza normas de cortesía adecuadas y se expresa correctamente en correspondencia con
su edad.
59
Bien (B) El que posee una educación y respeto aceptable a sus coetáneos y los adultos que lo
rodean, utiliza por lo general normas de cortesía adecuadas y se expresa correctamente.
Regular (R) El que en ocasiones demuestra incorrecciones o deficiencias en los aspectos
señalados en las categorías anteriores.
Deficiente (D) El que presenta sistemáticamente muchas deficiencias e incorrecciones en los
aspectos que se evalúan.
El conocimiento y la participación del alumno en la vida económica, política y social de su
entorno y sus país, son un indicador de cómo transcurre su vida ciudadana, para ello es necesario
tomar en consideración su correspondencia con las posibilidades del desarrollo alcanzado en el nivel
en que se encuentre. El docente para efectuar la evaluación de cada uno otorga:
Muy bien (MB) El que se destaca notablemente por dominar la situación económica, política y
social de su país y de su entorno más cercano, y participa activa y sistemáticamente en las
actividades políticas, patrióticas, laborales y otras que se organizan.
Bien (B) El que tiene un dominio aceptable de la situación económica, política y social de su país y
de su entorno, participa con bastante frecuencia en las diferentes actividades que se organizan.
Regular (R) El que posee poco dominio de los aspectos planteados en las categorías anteriores y
no participa sistemáticamente en las actividades que se organizan.
Deficiente (D) El que no domina los aspectos señalados anteriormente y cuando participa en las
actividades, lo hace por obligación de una manera formal o mecánicamente.
4.- Part icularidades del carácter . Esta dimensión resulta importante tomarla en consideración
a los efectos de poder ayudar a los estudiantes en su educación y formación, para ello proponemos
utilizar la siguiente escala:
Muy Bueno (MB) El que se destaca notablemente por poseer un dominio emocional adecuado y
asume todas las tareas con seguridad y optimismo.
Bueno (B) El que posee un dominio emocional aceptable y asume las tareas generalmente con
seguridad y optimismo.
Regular (R) El que no siempre logra controlarse y cuando asume alguna tarea lo hace con cierto
pesimismo o inseguridad.
Deficiente (D) El que apenas logra controlarse y cuando asume alguna tarea lo hace por obligación
y así lo manifiesta.
60
5.- Condiciones de vida y educación en la familia
Investigaciones realizadas en el último quinquenio, han puesto de manifiesto que no siempre los
factores de riesgo en los estudiantes se encuentra en hogares cuyas condiciones resultan poco
favorables físicamente. Independientemente de esto, resultan importante conocerlas y dominar entre
otros aspectos: el tipo de familia; su comportamiento social, político y moral; cómo cumplen su
función bio-social y la educativa, así como las expectativas que con relación a la vida poseen los
integrantes del núcleo familiar y su coincidencia o no con las que poseen los docentes.
Esta información puede ayudar en un momento determinado a buscar las posibles causas de
cambios, bajo rendimiento académico o desajustes tanto emocional como conductual en los
alumnos.
En el t ipo de vivienda, se evaluará:
Muy Bien(MB) Vive en casa o apartamento amplio, con un buen estado constructivo y condiciones
higiénico-sanitarias excelentes.
Bien (B) Vive en una casa o apartamento de tamaño adecuado al núcleo, en buen estado
constructivo y condiciones higiénicas-sanitarias aceptables (servicio sanitario y agua potable)
Regular (R) Vive en una casa o apartamento de dimensiones limitadas, con algunas deficiencias
en el estado constructivo y/o condiciones higiénico-sanitarias poco adecuadas.
Deficiente (D) Vive en ciudadela, cuartería o en casa o apartamento en muy mal estado
constructivo y precarias condiciones higiénico-sanitarias.
En el hacinamiento se tendrá en cuenta: el número de habitaciones para dormir existente y el total
de los miembros de la familia, para ello el docente atorga:
Muy Bien (MB) Una o dos personas por habitación.
Bien (B) Hasta tres personas por habitación con espacios adecuados.
Regular (R) Dos o más personas en todas las habitaciones.
Deficiente (D) Cuatro o más personas en una o más habitaciones.
En relación a los medios de existencia en el hogar es suficiente recoger la información acerca
de la tenencia de: cocina, radio, televisor, refrigerador, (funcionando) así como otros, en los que
pueden incluirse ventilador, lavadora, grabadora, video, computadora, aire acondicionado, juegos
electrónicos. Se registra en las categorías Sí , No. El docente evaluará la situación en
correspondencia con las características del medio en que está ubicada la escuela.
61
Teniendo en cuenta los datos recogidos acerca de la familia y en general la información que el
maestro posee en relación con ella el estatus familiar es posible evaluarlo utilizando la siguiente
escala:
Muy Bueno (MB) Pertenece a una familia con un estatus socio cultural y económico muy elevado.
Bueno (B) Pertenece a una familia con un estatus socio cultural y económico aceptable.
Regular (R) Pertenece a una familia con un estatus socio cultural y económica en alguna medida
deficiente.
Deficiente (D) Pertenece a una familia con serias deficiencias en su estatus, tanto socio cultural
como económico.
La función bio-social toma en consideración fundamentalmente, la estabilidad familiar, cómo se
cumplen los roles materno y paterno y la protección del que son objeto los hijos. Para evaluar, el
docente en dependencia de las características de su grupo, u otra información recogida mediante las
visitas a los hogares, conversaciones individuales con los estudiantes o los propios padres,
establecerá los criterios más efectivos, para efectuar una adecuada categorización, una posible
sería:
Muy Bien (MB) Pertenece a una familia muy estable que garantiza los roles paterno y materno.
Bien (B) Pertenece a una familia estable y en general se cumplen los roles paternos y maternos.
Regular (R) No ha habido estabilidad en la familia y hay dificultades en el cumplimiento de alguno
de los roles.
Deficiente. (D) Pertenece a una familia inestable que no garantiza el cumplimiento de los roles
paterno y materno.
En la función educativa, se recogen aspectos como los siguientes: dedicación y atención a la
formación académica, espiritual, cultural, laboral, ideológico y moral (por sólo señalar algunos que
consideramos imprescindibles); el dominio de lo que acontece en su vida escolar. Se propone:
Muy Bien (MB) Se destaca notablemente por la atención que brinda a la formación integral del o
los hijos.
Bien (B) Atiende la formación integral del o los hijos de una manera aceptable.
Regular (R) Atiende en general al o los hijos pero descuida alguna de las esferas.
Deficiente(D) Atiende muy pobremente el desarrollo del o los hijos.
62
Las expectativa mutuas, incluye en este análisis, (al menos) lo que consideramos trascendental;
es decir, qué aspiran los padres logren los maestros de sus hijos y qué aspiran los maestros
logren los padres de sus estudiantes. Quisiera hacer referencia a algo demostrado científicamente
en diversas investigaciones y es el hecho de que por lo general los maestros aspiran a formar a un
estudiante, que sea capaz de responder a lo que la sociedad reclama, lo que no siempre coincide
con lo que aspiran y esperan los padres.
En muchas ocasiones, los docentes casi están convencidos de que la responsabilidad es
básicamente de la familia y su tarea se limita a dar continuidad a lo adquirido en términos educativos
o a que aprendan algún contenido de aprendizaje. Los padres por otra parte le exigen al docente que
logre en sus hijos lo que ellos no han podido obtener Evaluar esta dimensión no resulta fácil, pero si
posible y necesaria; la misma permite penetrar en alguna medida en el mundo interno de los y
padres lo que sin dudas, se convierte en un instrumento para el trabajo conjunto en la educación y
formación de valores.
Las categorías que proponemos son las siguiente:
Muy Bien (MB) Existe una total coincidencia en las expectativas de padres y maestros.
Bien (B)Existe una coincidencia aceptable en las expectativas de padres y maestros.
Regular (R) No existe una plena coincidencia en las expectativas, aunque no se aprecian
contradicciones antagónicas.
Deficiente (D) No hay coincidencia en las expectativas.
Llamamos la atención al hecho, de que en tanto para algunas dimensiones resulta factible establecer
determinadas categorías, con un cierto índice de precisión, para otras no resulta sencillo. Esto es así
porque todo lo relacionado con la vida familiar es muy delicado y a la vez un tanto difícil. Cada
docente, en dependencia de su experiencia, características del nivel, grupo etáreo, barrio o zona
donde trabaje podrá ajustar estas según las condiciones existentes en el contexto en que labore.
Las dimensiones y los indicadores factibles de evaluar,(para diagnosticar a los estudiantes) que
se han plasmado en este texto, no son los únicos. En este sentido queremos alertar a los docentes
de lo siguiente: cada cual en dependencia de sus necesidades, utilizará unos u otros, e incorporará
y utilizará en su quehacer cotidiano como señalamos en un momento, aquellos que los puedan
ayudar en su labor; su aplicación mecánica, no reportará el resultado esperado.
63
Lo expuesto puede propiciar sin dudas el poder (aquellos que lean o estudien el material que se les
ofrece) conocer mejor a sus alumnos y a efectuar una valoración más objetiva de lo que deben
hacer en su difícil labor de educar y formar a las nuevas generaciones en los valores que la
sociedad espera de ellos, lo que ha sido reiterado en todas las páginas anteriores.
A continuación quisiéramos hacer referencia a algo, que no siempre está lo suficientemente claro en
el ámbito educacional y son los términos caracterización y diagnóstico, lo que hubiese sido necesario
plasmar anteriormente, pero preferimos ubicarlo en este espacio .
En el Diccionario Ilustrado Larrousse, se expresa que CARACTERIZAR: ( de característica:
distintivo, particularidad, de una persona o cosa). Determinar con precisión los rasgos o
características presentes en un objeto dado y DIAGNOSTICAR: (del griego diagnósis,
conocimiento). Determinar por los síntomas una enfermedad.
La caracterización , es la descripción de las particularidades más exactas y objetivas posible de lo
que hace semejante o diferente a una persona de otra, mediante la utilización de un conjunto de
indicadores, y el diagnóstico es el resultado de esa caracterización, donde se pone en evidencia las
principales grietas, avances o limitaciones de un determinado sujeto . Existe por tanto de hecho una
interdependencia y relación muy directa entre ambos términos, que no son sinónimos
Partiendo de la caracterización y el diagnóstico efectuado, entonces, cada docente estará en
condiciones objetivas de poder trabajar en cada clase, en primer lugar, el amor al trabajo y la
educación y expectativa de un sentido de la vida, en correspondencia (en el caso de Cuba) con
las posibilidades y necesidades de un país subdesarrollado, y bloqueado durante cuatro décadas
por el Imperio Norteamericano.
De igual forma han de hacerlo los de otros países de la América Latina, que tienen sobre sí la
política neoliberal, que ahoga las posibilidades de elevar la calidad de la educación , en
correspondencia con las necesidades de los países y las realidades en que viven.
Independientemente de donde ejerza un docente, necesariamente tiene que hacer partícipe y
protagonista al estudiante de todas sus acciones, darle el espacio y la posibilidad de alcanzar y
demostrar su desarrollo. Para ello tendrá que ser capaz de esforzarse constantemente en la
búsqueda de determinada solución.
Desde que el niño entra a la escuela ha de sentirse contento por estar en esa y no otra, hay que
enseñarle a quererla como algo suyo, que le pertenece, preocuparse porque esté limpia, cuidada, en
64
esencia que se sienta feliz, que desarrolle sentimientos de amor hacia ella, que se emocione ante los
éxitos obtenidos, bien sea en un concurso de conocimientos, en una competencia deportiva, en una
actividad cultural o de otra naturaleza, es sensibilizarlo con lo hermoso y bello que lo rodea.
3.2. Famil ia y comunidad. Interrelación e interacción en esta labor.
En la educación y formación de cualquier sujeto, (léase estudiante en este caso) además de la
familia y la escuela; ejerce una gran influencia la vida cotidiana y todas las condiciones en las que
ésta transcurre.
En particular, la vida que se desarrolla en el ámbito familiar, cobra vital importancia; es en éste
donde por primera vez se aprende, se interioriza e incorpora o no, las normas adecuadas de
comportamiento frente a los adultos y familiares; lo bueno, malo y correcto o incorrecto de cada
acción.
Es en el hogar donde se asimila el sistema de valores característicos de una época determinada,
aquella en que a cada sujeto le tocó vivir; unido a la experiencia de padres y otros familiares que la
trasmiten consciente o inconscientemente. Por otra parte las tradiciones y costumbres de su cuadra,
barrio, o zona al reflejarse en la vida cotidiana, influyen en su educación y por consiguiente en una
adecuada o inadecuada formación de valores.
También van a estar presentes las expectativas inmediatas y futuras de carácter individual, lo que no
siempre es reconocido por padres y maestros. Por lo general, ambos asumen y suponen que deben
ser tal y como lo han planificado o en correspondencia con sus experiencias y expectativas y como
educadores no es posible obviar.
Lo planteado anteriormente es preocupante y además peligroso para la nueva personalidad en
formación, no siempre (aunque quisiéramos lo contrario) hay una correspondencia directa y aceptada
entre las diferentes generaciones que conviven bajo un mismo techo.
El docente, que interactúa no sólo con su grupo de alumnos, sino con los familiares de éstos, ha de
estar constantemente alerta de qué sucede en el aula y en el hogar para orientarse en la búsqueda
de las causas de las actitudes o conductas incorrectas que manifiestan en un determinado momento
cada uno de sus alumnos.
Resultan interesantes, los datos obtenidos en algunas investigaciones que de una u otra forma
abordan lo referido a la familia. Así tenemos que en el 1989, al efectuar una exploración de las
orientaciones valorativas de adolescentes y jóvenes, la familia ocupó el tercer lugar para los alumnos
65
y el cuarto para los profesores. Para ambos: maestros y estudiantes, en su jerarquía aparecen en
primer lugar las cualidades portadoras de los valores socio-morales, y en segundo lugar optan por las
de comportamiento social. 19
En el año 1997, aplicamos en todos los Centros de Referencia del país ( instituciones educacionales
utilizadas por el Ministerio de Educación para entrenar, orientar y demostrar a las diferentes
estructuras, como deben ser los niveles de actuación de los dirigentes) un cuestionario similar, pero
que exploró además un nuevo aspecto (lo político ideológico); este ocupó el primer lugar en la
selección efectuada por los estudiantes y la familia el segundo.
Los datos obtenidos con relación a la familia resultan a nuestro juicio positivos y son una causa o
consecuencia del llamado ”Período Especial ” (presente desde el año 1990) donde la familia tuvo
que enfrentar, la limitación de determinados medios materiales, la falta de fluido eléctrico, lo que
originó la búsqueda de soluciones colectivas, aún más solidarias de las que ya existían y un tiempo
mayor para el intercambio familiar.
En dos estudios de profundización, efectuados en el año 1998 uno en el municipio Morón de la
provincia Ciego de Avila y el otro en la Habana Vieja, provincia Ciudad de la Habana, se puso en
evidencia que la familia ocupa en la jerarquía de valores de los estudiantes una situación más
favorable, independientemente de las condiciones de vida en que estos vivan.
Resulta interesante en los datos obtenidos en la Habana Vieja, el hecho de que los estudiantes de
Secundaria Básica, seleccionan en un 26% los aspectos referidos a vida familiar( que ocupan el 2do
lugar), entre los que se encuentra “ Ser un buen hijo, que los padres se sientan orgullosos de él”.
Sin lugar a dudas, es reconocido por los diferentes estudiosos de familia que esta es la institución
humana más estable de la sociedad. Es por ello que la forma en que funcione; tanto desde el punto
de vista afectivo, como ejemplo a seguir por sus miembros es determinante para la nueva
personalidad en formación.
Son los padres los primeros educadores, y la familia en general se convierte en una fuerza educativa
poderosa, demostrada en el transcurso de los diferentes siglos, es en ella donde se consolidan los
primeros sentimientos, se aprende lo bueno y malo de cada acción, lo correcto o incorrecto en cada
actuación; así como la valoración de los principios morales que rigen la vida de la sociedad.
19 Báxter, E. La formación de valores.¿Una tarea pedagógica. Editorial Pueblo y Educación . La Habana .Cuba 1989
66
En la educación y formación de valores es necesario que la escuela además de la familia se apoye
en todo el potencial educativo que le ofrece la comunidad, donde sus pobladores y autoridades
desarrollen sentimientos de pertenencia e identidad hacia el centro educacional, lo que permitirá el
accionar cohesionado a tener presente en esta difícil labor.
La escuela cada vez más requiere del conocimiento y dominio de lo que acontece en la comunidad, y
no puede permanecer como un sistema cerrado, lo que limita la corriente productiva dinámica que
necesariamente se produce si se crea un mínimo de condiciones para ello.
En muchas ocasiones o por lo general los habitantes de la comunidad ven o perciben la institución
educacional como algo que no les pertenece, que resulta ajeno para ellos, lo que hace que su
influencia en el funcionamiento de ésta sea muy limitada, otro tanto ocurre por lo general en los
sentimientos que experimentan maestros, estudiantes y trabajadores hacia la comunidad.
A nivel de centro se requiere del accionar de los diferentes agentes sociales para influir más
integralmente en la educación de los estudiantes, lo que se logra mediante la utilización racional de
las potencialidades existentes en los diferentes territorios.
Como complemento al diagnóstico integral del alumno, la escuela puede efectuar un trabajo
más fino y profundo mediante la realización de caracterizaciones sencillas de la comunidad donde se
encuentra enclavada la institución, esta puede contemplar entre otros los siguientes aspectos:
potencialidades educativas de la zona
centros laborales
instituciones deportivas, recreativas, culturales, rel igiosas
ocupación laboral y profesional de los pobladores
nivel de escolaridad de la población circundante
historia de la comunidad
principales tradiciones patriót icas y culturales
f iguras destacadas (en el pasado o en el presente)
medidas puestas en práctica para la protección y conservación del medio ambiente
conductas antisociales o delictivas más frecuentes (edades en que se localizan)
Esta información en manos de la institución en general y de cada docente en particular enriquece sin
dudas el trabajo de las diferentes asignaturas, ofrece datos con los cuales pueden operar e introducir
67
en sus clases, las que serán mejor entendidas y comprendidas por los estudiantes porque se trata de
su propia realidad, la que viven a diario y que por supuesto no les resulta ajeno.
Los resultados de esta caracterización tienen un gran valor, constituyen además de lo señalado,
puntos de partida para todo el trabajo que organice y planifique la institución, le permite analizar las
causas de los posibles problemas existentes en los estudiantes y la posibilidad de buscar soluciones
de conjunto.
El fortalecimiento del vínculo de la institución educacional, con la familia y la comunidad le permite
potenciar el desempeño de su papel socializador hacia su interior, básicamente en lo referido al
sistema de actividades y relaciones de los docentes entre sí y con sus alumnos.
Otro aspecto que se enriquece es el clima de afecto y atención a las necesidades de los estudiantes,
es no trabajar a ciegas, sino que en función de los diagnósticos realizados, es más factible organizar
los horarios de vida o docente (según sea el caso) así como las diferentes actividades que se llevan a
cabo como parte de la estrategia educativa que se programe.
La historia de la localidad y de sus tradiciones, (canciones, himnos, juegos...) las figuras que
constituyen ejemplos para los menores, se convierten en posibles metas a alcanzar cuando se le
presta una mayor atención, al concebirse como tareas de los diferentes agentes sociales que de
conjunto se plantean la mejor preparación de los niños, adolescentes y jóvenes lo que permite un
trabajo más directo para sentir arraigo hacia su comunidad, convirtiéndose en premisa de su
formación patriótica y ciudadana.
En la problemática que estamos abordando, resulta imprescindible la comprensión y precición de lo
que a cada una de las instituciones socializadoras les corresponde como agentes sociales, bien sea
por vía curricular, extracurricular , como por vías no formales y sus necesarias interrelaciones.
La institución educacional, (trátese de cualquier nivel de enseñanza) consciente de su función social,
tiene el reto de realizar múltiples tareas para perfeccionar aún más el proceso educativo y trabajar
para lograr la vinculación más estrecha con la familia y la comunidad donde se encuentra enclavada,
en aras de cumplir con un mayor nivel de eficiencia la misión asignada. En este sentido, recordemos
al ilustre pedagogo cubano Valdés Rodríguez que al respecto planteó: “ Crear un divorcio entre la
escuela y la familia es hacer estéril la acción respectiva de una y otra” 20
20 Valdés Rodríguez M. Ensayo sobre educación teórica-práctica experimental,1898.Tomo I.Pág.78
68
La escuela (léase institución educacional) representa una gran experiencia de relaciones más
amplias y constantes de los estudiantes fuera del núcleo familiar, se convierte en la primera relación
con el grupo de coetáneos y con figuras de adultos estables distintas a las familiares. Después de
ésta, es la que ejerce la mayor influencia en la transmisión de la cultura y de las tradiciones sociales
y trabaja para continuar, integrar y amplíar la obra educativa de los padres.
La importancia de la escuela no se puede dejar de reconocer, ninguna otra institución ejerce sobre el
niño una influencia por tantas horas y por tantos años, en edades donde se está desarrollando como
personalidad, de ahí la trascendencia del conocimiento por parte del docente, de las familias y del
entorno social para el desarrollo de su labor
Al respecto resulta oportuno referirse a lo señalado por otro pedagogo cubano, Enrique José Varona :
“ En la sociedad todo educa y todos educamos.... lo existente es la idea de la generalidad de los
padres de que su papel de educadores se limita a enviar a sus hijos a la escuela y de que en ésta
se ha de verificar el milagro de que el niño se desprenda de todos los malos hábitos engendrados en
el hogar por el descuido de los que le rodean y aprendan en la escuela todo lo que luego ha de serle
útil en la vida”. 21
La educación y formación de valores en la institución educacional y su vínculo con la familia y la
comunidad, necesariamente hay que abordarlo con otros hechos y fenómenos pedagógicos con los
cuales interactúan, para ello resulta necesario tener en cuenta su naturaleza social, con el objetivo
de poder arribar a explicaciones y soluciones valederas que constituyen no sólo aportes a su propio
quehacer pedagógico, sino que contribuyan de una u otra forma al enriquecimiento teórico y a
explicaciones más generales en los que estos deben insertarse de modo significativo, contribuyendo
así al mejoramiento de la práctica educacional y social, y por consiguiente al desarrollo de la vida de
los menores que se educan y de sus potencialidades.
La adecuada relación escuela familia comunidad (triángulo base) contribuye de una manera efectiva
a la educación y formación de la personalidad, toca al docente por lo tanto la responsabilidad de
aunar los esfuerzos y buscar el apoyo en uno u otro agente social según sea el caso, para cumplir de
manera exitosa la tarea asignada.
21 Varona E.J. Trabajos sobre educación y enseñanza. Pag.18
69
En la educación y formación moral de los niños, adolescentes y jóvenes el papel de la familia es vital,
su responsabilidad es muy particular y a la vez privada, su posición educativa necesariamente tiene
que complementase y apoyarse con el resto de las instituciones pero sin sustituirla.
No todos los estudiantes son iguales, provienen de una determinada comunidad, donde existen
costumbres y tradiciones instauradas de años atrás, y de diferentes familias, donde cada una tiene
sus características propias, bien sea por el número de miembros que la conforman, el nivel de
escolaridad de sus integrantes, el sustento económico existente, el sistema de relaciones y de
comunicación que predomina y la forma en que interactúan y participan en la vida de su comunidad,
lo que sin dudas ejerce una gran influencia en la formación de los menores. El docente
necesariamente ha de contar con esta información para estructurar y planificar más eficientemente su
labor educativa.
En Cuba, están establecidos programas de trabajo que permiten lograr una mayor integración entre
las fuerzas educativas que posee la familia, la escuela y la comunidad, un ejemplo de ello es la
creación de las Cátedra de Valores en los centros de los diferentes niveles de enseñanza, en la
búsqueda de las principales dificultades y sus posibles soluciones entre todos, de manera de poder
organizar, orientar y dirigir más acertadamente la labor educacional.
Existen además los Consejos de Escuela, donde están representados los padres, las instituciones,
organizaciones y organismos de la comunidad, para de conjunto trazar planes y acciones a realizar
acorde a las necesidades e intereses de todos pero en particular a los que tienen los estudiantes.
Muchas son las escuelas, que constantemente buscan nuevas vías o alternativas para lograr la
orientación de la familia y de la comunidad, haciéndolas conscientes del rol que le corresponde y
determinar cuáles son los valores necesarios educar y formar en las nuevas generaciones. Esto se
ha puesto de manifiesto en las ponencias presentadas en los eventos de Pedagogía que se efectúan
cada dos años tanto a nivel municipal, provincial como en los eventos Internacionales de Pedagogía
iniciados en Cuba en el año 1986.
En particular en la orientación de la familia, se ha de ser muy cuidadoso y se requiere una
preparación al respecto, evitando las acciones impositivas y autoritarias, mucho menos agresivas,
irrespetuosas o acusativas por muy desajustadas o inadecuadas de sus conductas, lo que puede ser
causa de las manifestaciones de los menores en el centro educacional. La familia ha de sentir que se
70
le orienta y se le ayuda para que pueda asumir un modo de vida superior, sobre todo en lo
relacionado con la educación de sus hijos.
En América latina, la situación familiar es un tanto diferente a lo que ocurre en Cuba, como
regularidades más significativas encontramos las siguientes:
aumento de las uniones consensuales, unión de la pareja sin que medie un
vínculo oficial por matrimonio.
desorganización famil iar, evidenciado con la existencia de hijos sin el
reconocimiento oficial de los padres y sí por madres o abuelos maternos.
una gran verticalidad en las relaciones, el J' de familia representado por lo general
por el padre, es el que dispone y manda, con un esti lo de autoridad rígido e
indiscutible, es el que ordena cuando se puede hablar, y todos incluyendo a la
madre están subordinados a su criterio aunque este sea erróneo.
pobre participación de los hijos en la toma de decisiones familiares, los padres
consideran deben continuar subordinándose, independiente de la edad que
tengan, ellos son los que mandan.
marcada diferenciación de los roles entre el hombre y la mujer, los primeros son el
sustento del hogar económicamente y la mujer ha de permanecer en el hogar
velando por la educación de los hijos.( esa es su responsabilidad)
un parcial o total aislamiento e individualismo del grupo familiar ante los
problemas de la sociedad.
Independientemente de lo señalado, también se reconoce que en la familia latinoámericana hay una
alta tendencia a conservar la unión entre sus miembros y el seno del hogar constituye su marco de
protección y cuidados por excelencia.
En el caso de Cuba, la familia no está exenta de determinadas dificultades y características no
deseables, que influyen negativamente en la educación de los hijos, pero el diseño y desarrollo de
políticas sociales desde los primeros momentos del triunfo de la Revolución, dirigidos al desarrollo de
la mujer, la salud, el empleo, así como la atención priorizada a la niñez y la juventud, propician un
marco referencial positivo en la realización de la labor educacional.
71
Por otra parte la organización social existente en nuestro país, posibilita que los diferentes
organismos, organizaciones e instituciones de base puedan coordinar sus esfuerzos en la
educación y formación de valores en los más jóvenes.
La unidad de objetivos de todos los factores de la sociedad socialista constituyen la base para
planificar, organizar y dirigir más acertadamente la formación de las nuevas generaciones, el
maestro sin dudas tiene un gran apoyo en este sentido, para ello no debe perder la oportunidad de
coordinar la realización de acciones educativas con el resto de los agentes sociales de su territorio.
El maestro en este empeño, tiene que lograr efectúar un aprovechamiento de los recursos que le
ofrece el medio, bien sean culturales, laborales, recreativos, deportivos, ambientales. Esto le
permitirá el diseño y planificación de situaciones de aprendizaje, más cercanas y reales a la vida de
sus estudiantes, lo que permite hacer más comprensible para éstos los contenidos de las diferentes
asignaturas, es lograr acercar cada vez más la teoría a la práctica, es el vínculo con la vida, y con el
medio donde se forma como personalidad.
No podemos perder de vista que la persona que se educa (el estudiante) es el protagonista principal,
sin embargo esto no es sólo un problema de transformación personal, lo que se requiere es trabajar
de manera cohesionada para que ese medio familiar, escolar y comunitario posibiliten esa educación
en valores. 22
La familia se convierte en un pilar fundamental como espacio vital para la educación en valores, sus
tradiciones, sus costumbres, normas, principios éticos, el desarrollo del sentimiento de identidad y
pertenencia a una comunidad, diríamos a “ Su comunidad” es lo primero que experimenta y vivencia
el sujeto que se educa.
En el libro “Un lugar llamado escuela “ coordinado por Miquel Martínez (catedrático de Teoría de la
Educación de la Universitat de Barcelona) y Carlota Bujos (doctora en Pedagogía de la misma
universidad) se señala que los que se educan, aprenden a respetar las normas imitando a las
personas que las respetan y no a las que dicen que hay que respetarlas.23
En este mismo texto, los autores hacen referencia además a la importancia que tiene para educar en
valores, la creación y existencia de un clima rico afectivamente, con pautas de referencias estables
y en el que el sujeto se sienta aceptado. Anteriormente abordamos este aspecto, pero queremos
reiterarlo por la trascendencia que tiene el tomar en cuenta el papel de lo afectivo motivacional,
22Martínez,M y Bujos C. Un lugar llamado escuela. Editorial Ariel 2002.Pag.96
23 Ibidem Pag.100
72
donde se trabaje aún más los sentimientos , las emociones, en cualquiera de las actividades que
realicen nuestros estudiantes, este aspecto no siempre el docente lo tiene presente, sin percatarse
que sólo aquello que tiene significación emocional para el sujeto es lo que puede hacer suyo.
En el análisis que estamos efectuando, los medios masivos de difusión también juegan un papel
importante y trasmiten en un sentido o en otro, aquellos valores que queremos formar. Es necesario
enseñar a niños, adolescentes y jóvenes a reflexionar y profundizar en su contenido y muy
especialmente en las actitudes positivas o negativas que asumen los protagonistas principales.
Investigaciones efectuadas, han puesto en evidencia que el intercambio y debate de programas
televisivos o radiales bien sean recreativos, telenovelas o de otra naturaleza son alternativas viables
y positivas para la toma de posición de los sujetos.24
La utilización también, de la prensa escrita y radial para orientar a la población en general y a la
familia en particular, para educar y formar mejor a los menores es una alternativa o vía utilizada por
el Gobierno cubano en áras de elevar el nivel de preparación de la sociedad.
Es necesario llamar la atención de que la “nueva jerarquía” o “deterioro de algunos valores” (como
suelen llamarle algunos autores) tiene su origen por lo general en varias causas, lo que determina el
nivel de complejidad al que nos enfrentamos, ello requiere efectuar transformaciones en la práctica
social y educativa.
En Cuba la introducción de los nuevos Programas de la Revolución entre ellos: la Computación, Mi
TV Para Crecer, los Sofwares Educativos, desde el nivel primario son una expresión de las
transformaciones a la que está sujeta la escuela cubana en los momentos actuales, lo que sin dudas
redundará en una mayor elevación del nivel educacional de nuestra sociedad; nuestros educandos a
nivel de toda la nación tienen la oportunidad de interactuar con nuevos recursos tecnológicos y los
docentes han de preparase cada vez mejor para estar a la altura del reto que tienen por delante.
En entrevistas efectuadas a estudiantes de 2do y 6to, (del nivel primario) y de 7mo y 9no (en el nivel
de secundaria básica) reconocen y sienten una gran satisfacción de poder contar en sus centros
educacionales con esos recursos, entre los argumentos que señalan están:
en la computación podemos hacer tareas o trabajos prácticos que nos ponen los
maestros,
24 Martínez,Ma.T. La responsabilidad como valor ysu formación en estudiantes de BTA.Tesis doctoral. ICCP.Cuba 2001
73
trabajamos en parejas o en equipos de hasta tres y podemos consultar y analizar
en colectivo lo que hacemos,
buscar algún material y profundizar en un contenido de aprendizaje,
debatir con el maestro y mis compañeros lo observado en Mi TV,
confrontar nuestras opiniones con las que tienen los demás alumnos,
criticar lo mal hecho, y reconocer lo correcto en los personajes que aparecen en
alguna de las informaciones que se brindan,
relacionar hechos de la historia pasada con la actúal.
Lo expresado por los alumnos, ilustra la valoración y la satisfacción que sienten al poder contar con
otras formas de trabajar y de aprender, donde se evidencia que la comunicación entre iguales y con
el docente son escenarios propicios y ricos en vivencias para los que entren en comunicación lo que
favorece la adecuada la formación de valores. Además, tienen la oportunidad de dialogar, llegar a un
acuerdo o no, saber escuchar al otro, respetar sus opiniones, aunque no se esté de acuerdo, y
trazarse metas individuales y colectivas.
La labor coherente de la escuela con las demás fuerzas educativas, es condición indispensable, y es
así pues el proceso educativo no se limita solo al ámbito de la escuela, sino ha de constituir un
proceso unificado, sistemático, integrado, gradual, atendiendo al nivel de desarrollo alcanzado en la
educación de cada escolar y de cada grupo, así como a las condiciones existentes en la escuela y en
la sociedad en cada momento.
En este trabajo al hablar de fuerzas educativas nos estamos refiriendo a todos los factores que
intervienen en el proceso de educación del hombre: los padres y familiares, los maestros, el grupo
escolar, el del barrio, las organizaciones y las instituciones sociales, políticas, culturales y
económicas de su entorno, y los medios de difusión tanto los de carácter local, nacional como los
internacionales.
Lo que le corresponde desarrollar a la escuela en particular como a la sociedad en general es que el
niño, adolescente o joven asimile e interiorice sentimientos, tradiciones, actitudes, costumbres,
hábitos de comportamiento, cualidades, conceptos morales, valores, principios y convicciones, de
modo que puedan participar consecuentemente en el desarrollo del proceso histórico de forma activa
y creadora.
4.- CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
74
A lo largo de todo el texto hemos tratado de hacer énfasis en el cómo educar en valores para lograr
su formación, y en estas páginas finales, tal vez algunos piensen que se reitera la información o el
tratamiento dado a algunos de los aspectos abordados, es posible, pero para ser consecuentes con
uno de los principios básicos de la comunicación (información variada y reiterada) es lo que justifica
el hacerlo.
Tomando en consideración el papel de lo afectivo motivacional en la formación de la
personalidad, y en correspondencia con los principales valores a educar, el docente debe lograr en
sus clases que cada uno de sus estudiantes establezca una relación personal comprometida
con lo que hace; que lo asimile como algo de él, sólo así cobrará una verdadera significación y lo
hará suyo, y por consiguiente aprenderá a valorarlo mucho más, ya que es el resultado de su propio
análisis, reflexión, implicación y acción.( figura # 1).
En esta labor, resulta necesario que el docente, con su ejemplo personal y su conducta diaria
se convierta en un modelo a imitar, sobre todo en las primeras edades, donde posee el privilegio de
una aceptación total y positiva por parte de sus alumnos.
Cuando de adolescentes y jóvenes se trata, también resulta un modelo, pero no siempre es imitado
o tomado incondicionalmente como patrón a seguir, por lo general es objeto de una crítica a veces
despiadada por parte de ellos; sin embargo, cuando se lo propone y establece una relación y
comunicación lo suficientemente afectiva y efectiva, estos últimos, lo toman como un modelo
también positivo a imitar.
Un aspecto fundamental, que debe tener presente el docente en la educación de sus alumnos y
para lograr que se forrne en ellos los valores, como núcleo que orienten su conducta, y
consecuentemente determine sus actitudes, es el de ser capaz en cada contenido que exponga, el
tratar de dar la suficiente información de una manera lo más objetiva posible, y sobre todo
estableciendo las relaciones en cada caso de ese contenido con la vida, pero no en abstracto
, sino en correspondencia directa con lo que vive a diario; solo así tendrá significación y valor para
sí.
Corresponde al docente, por tanto determinar el ¿ cómo ? Este por lo general tiene éxito
cuando es variado, diferenciado, y con exigencias para cada alumno acorde con el nivel de
desarrollo alcanzado .
75
Al plantearnos ¿ cuándo y cómo educar y formar valores? encontramos que se presentan
problemas diversos, los que hay que conocer y saber enfrentar adecuadamente y donde los
docentes tienen el inmenso privilegio de ser los actores principales.
Así tenemos que acciones impositivas y autoritarias provocan tarde o temprano, reacciones
naturales de rechazo, sumisión o dependencia. De igual forma, el método de aconsejar, pero sin
congruencia entre lo que se predica y lo que se vive, sin tomar en consideración la experiencia
personal del estudiante, por lo general provoca confusiones y más tarde se traducen en serios
conflictos de valor.
Lo más significativo, la orientación valorativa , no se descubre, ni se asimila mediante
máximas y sermones; sino por congruencia e interacción y acción responsable ante la
vida. A veces, cuando el cómo es dejar hacer, dando una total libertad el estudiante para que
actúe, éste lo percibe casi siempre como una falta de interés, de compromiso por parte del maestro,
lo que lo hace sentir poco querido, abandonado y a su vez indiferente. ¿Qué sucede en estos
casos? las experiencias negativas impiden básicamente el descubrimiento y la comprensión por
su parte de lo bueno para sí ( componente afectivo) y el valor no se logra interiorizar.
¿ COMO ENTONCES EDUCAR Y FORMAR VALORES
Mediante la persuasión, y la participación consciente y activa del estudiante en su propia
formación, donde la realización de cualquier actividad, lleve aparejada la satisfacción de necesidades
e intereses tanto personales como colectivas.
Este proceso se facilita mediante una relación interpersonal comprometida, en una
comunicación que se caracterice por un diálogo lo más productivo posible, donde se comparta con
autenticidad y congruencia las experiencias y conocimientos de cada uno de los que entran en
comunicación, tratando de comprender y analizar la posición del otro.
Es la confianza y el respeto hacia el otro, tomando en consideración, que los otros son parte de
nosotros mismos, de la sociedad que es donde se realizan los valores, cobrando significado único y
pleno.
Además de lo planteado, cabría preguntarse:
¿ QUÉ VALORES, EDUCAR, FORMAR Y DESARROLLAR ?
La respuesta no es ni fácil, ni sencilla, si somos consecuente con todo lo analizado; sin embargo nos
atreveríamos a señalar que en primer lugar estarían aquellos que la Sociedad Socialista (en el caso
76
de Cuba) sustenta, promueve y trabaja en la formación ciudadana; la justicia social, la dignidad
humana , y además serían indispensables los siguientes:
•El trabajo, la laboriosidad como fuente y satisfacción de las principales necesidades vitales del
hombre.
•La solidaridad, como característica elemental hacia cualquier ser humano.
•El patriot ismo, la identidad nacional y el amor y la defensa en todo momento del suelo que lo
vió nacer.
•La responsabilidad, como algo consustancial y exclusivo del ser humano.
•La honestidad, como aquello que permite ser respetado, incondicionalmente por todos los que
le rodean...
Probablemente, algunos o muchos de los que lean estas páginas pudieran pensar... y la honradez, la
justicia, la dignidad. pero es que para poder adquirir e interiorizar los señalados anteriormente tienen
que estar presentes estos. De todas formas la lista sería interminable, como lo es en la literatura
consultada, donde aparecen como valores: el “ dinero” “ materiales” en dependencia de los objetivos
propuestos; de la ciencia que los aborde, la investigación que incursione en esta problemática ; de
la clasificación que se asuma de los valores,( en nuestro caso, preferimos no asumir ninguna
clasificación, además no es nuestro objetivo) o del contexto histórico.
No es nuestro propósito en este texto establecer un debate teórico en esta dirección, ni efectuar
críticas, ni que estén de acuerdo con nuestra propuesta. Sólo hemos hecho referencia a aquellos que
consideramos, resultan necesarios y fundamentales en la educación y formación de una personalidad
en desarrollo.
Para el trabajo pedagógico, es imprescindible, que en cada escuela, y durante las clases todos
los docentes ejerzan una influencia positiva en la consecución de formar orientaciones valorativas,
acorde con el sistema social en el que niños, adolescentes y jóvenes se eduquen y las condiciones
concretas en las que se desarrollen.
En este sentido se requiere tener caracterizado y diagnosticado eficientemente a cada
alumno para comprender mejor sus particularidades y las del grupo. Lograrlo sería factible
mediante un trabajo constante y sistemático por hacer coincidir cada vez más los valores sociales
con los individuales, estos como el resultado de la interiorización de los sociales conforme a las
particularidades del sujeto que se educa.
77
Todas las actividades deben estar dirigidas a la formación de orientaciones valorativas en los
estudiantes como un proceso que debe ser objeto de importantísima atención en la clase. Para
lograrlo es necesario establecer los vínculos necesarios y la revelación del valor del conocimiento
que es objeto de aprendizaje- cualidad que le confiere su valor social- . La valoración podrá ser
positiva o negativa, en relación con el significado que adquiera para el alumno, lo cual debe
expresarse por éste en los diferentes momentos de la clase, al darle la posibilidad de plantear sus
ideas, criterios, juicios, sentimientos y argumentos.
En consecuencia la tarea del colectivo pedagógico está dirigida a que los estudiantes se
enfrenten sistemáticamente a situaciones concretas, donde las actividades sean el resultado del
análisis grupal, y sientan la existencia de un espacio y protagonismo directo.
Investigaciones realizadas han puesto en evidencia, que mientras más elevada es la participación de
un sujeto en el análisis y discusión del significado de conductas relacionadas con un valor, mayor
será el efecto en la adquisición de este y del trabajo dirigido a su formación. ( figura # 2).
( figura 2)
Lo anterior implica comprender, revelar y valorar el vínculo del conocimiento con la vida, plantearse
proyectos propios, ideas a emprender, de acuerdo con la edad y con el contenido de la asignatura
que se trate.
En estos procesos, se considera la valoración del comportamiento respecto a las normas y
cualidades que se desean educar y formar en los alumnos y se ponen de manifiesto en la clase,
como parte de las diferentes interrelaciones que en la misma se establecen, tanto a partir de su
propio contenido, como de las situaciones que se pueden generar durante su desarrollo.
Otro aspecto importante, en esta dirección es que el maestro propicie la realización por el alumno de
actividades de control y evaluación, bien sea por parejas o grupos, así como mediante la
autovaloración y el autocontrol, lo que permitirá conocer sus errores y aciertos, de una manera más
objetiva y consciente, y orientar su conducta consecuentemente.
En el caso particular de Cuba, la educación política ideológica que se realiza en todas las
instituciones educacionales, bien planificada, organizada y dirigida, donde los estudiantes sean los
protagonistas principales; donde se les de la posibilidad de asumir un determinado rol, debe lograr
una formación de valores que los lleve a actuar, con un sentido humano y profundo, asimilando
78
y haciendo suyos valores como: la honestidad, el patriotismo, la laboriosidad y la responsabilidad
entre otros.
La época actual, reclama que todo el sistema de influencias educativas, en las que ocupa un lugar
fundamental, la escuela, la familia y la comunidad, trabajen sistemática y cohesionadamente, de
forma de no trasmitir mecánicamente a la joven generación las tradiciones políticas, culturales,
combativas, o laborales existentes
No es posible proporcionar formas y métodos de vida ya preparados, donde apenas exista vínculo
entre el valor de lo dado y lo exigido. En ocasiones aparece un desbalance muy grande; se piensa
erróneamente que hay que rodear y proporcionar a los más pequeños, (o hasta a los que no lo son)
de un conjunto de bondades o bienestar material porque debe ser así y caemos en el error de no
exigir nada a cambio; por supuesto con esta actuación no los estamos ayudando, al contrario los
estamos perjudicando en su formación
Es vital, educar a las nuevas generaciones poniéndolos en situación que les permita realizar un
trabajo intenso y creativo, sólo mediante su experiencia y práctica .en la vida social, es que
logran educarse, formarse y desarrollarse como hombres capaces de mantener lo conquistado hasta
ese momento, ser mejores cada día y actuar correctamente en su vida presente y futura.
Los conocimientos, actitudes y valores se adquieren , y se forman como resultado de la realidad en
que cada sujeto vive, y del desarrollo histórico social alcanzado en una época determinada.
Esto nos permite hacer referencia a un planteamiento del Segundo Secretario del Partido Comunista
de Cuba, Raúl Castro Ruz en la inauguración de la Sociedad de Educación Patriótica Militar,
( SEPMI) 1980 donde expresa:
“ CADA GENERACIÓN NECESITA DE SUS PROPIAS MOTIVACIONES Y DE SUS
PROPIOS VALORES, NADIE SERÁ HOY REVOLUCIONARIO, SÓLO PORQUE LE
NARREMOS LAS PENURIAS DE SUS PADRES Y ABUELOS, POR IMPORTANTE Y
ÚTIL QUE SEA ESTA LABOR”
La Dra. Ma. Isabel Domínguez al referirse a la importancia de la socialización dirigida a la formación
de valores, plantea que resulta clave elevar el poder de persuasión en el trabajo educativo y político.
Para ello es necesario tomar en consideración tres elementos claves:
• primero, una mayor información acompañada de argumentos sólidos, creíbles y actualizados;
79
• segundo, una mayor participación donde sean protagonistas directos de las diferentes tareas
que tengan que acometer;
• tercero, estructurar un sistema de estimulación encaminado a identificar, jerarquizar y estimular
los logros y ejemplos positivos; a lo que agregaríamos, por mínimos que estos sean.
El criterio que debe primar, en todas las instituciones socializadoras para la formación de las nuevas
generaciones, es el crear una actitud activa y transformadora, ante las dificultades que se
presentan en la vida social. De ahí la necesidad de formar hombres que puedan plantearse y lograr
objetivos que respondan al perfeccionamiento y demandas de la sociedad en que se desenvuelven
En la institución educacional, cuando se trabaja sistemáticamente en un proceso pleno de
actividades:
organizadas,
dirigidas adecuadamente,
con un contenido concreto,
donde puedan valorarse sus resultados,
donde los alumnos sientan la necesidad de participación.
sientan satisfacción con la tarea desarrollada;
es lo que permitirá la formación de actitudes positivas y valores hacia las diferentes esferas de la
vida social.
Para que los alumnos sean capaces de actuar de acuerdo con los valores que sustenta la sociedad
en que viven, es necesario organizar el proceso de enseñanza de manera tal, que los educandos
participen conscientemente en la actividad como sujetos de aprendizaje, educación y
desarrollo, pero con la oportunidad de comunicarse con sus compañeros, que trabajen juntos, se
propongan metas comunes, y las logren en correspondencia con la edad y con sus posibilidades
particulares.
En este proceso resulta fundamental y determinante la participación social en la familia y en
la zona o barrio donde cotidianamente interactúan, lo que deben tener siempre presente los
docentes. Durante el desarrollo de las clases, es necesario que los maestros utilicen todo el arsenal
de conocimientos, que le proporciona la comunidad donde está enclavada la escuela y empleen
para la comprensión del contenido métodos productivos , donde cada alumno tenga la
oportunidad de participar activamente, acorde con sus posibilidades reales.
80
El trabajo docente ha de convertirse en fuente de vivencias, tanto individuales como colectivas,
permitiendo a cada estudiante comunicar los conocimientos que posee o aplicarlos en la
práctica, de forma que puedan interactuar positivamente en la realidad en que viven.
En esta labor, es muy importante lograr establecer una atmósfera emocional positiva , de
confianza en las posibilidades individuales y de colaboración mutua entre los estudiantes, donde se
efectúe el intercambio de roles entre docentes y alumnos.
El carácter colectivo, que se establezca durante todo el proceso de aprendizaje, hace aumentar
considerablemente el éxito de cada uno de los que participan en este.
Lo señalado hace que sea posible, asimilar de forma consciente, el contenido desarrollado, así
como el placer por la adquisición independiente del conocimiento, unido a la satisfacción por el
enriquecimiento que aporta la cooperación del grupo. De ahí la importancia que tiene aprovechar las
potencialidades de éste y propiciar la integración donde cada estudiante, sea capaz de: conocerse a
sí mismo, valorarse y a la vez, aprender a valorar lo aprendido y a los demás miembros del grupo con
el que interactúa.
A nivel de institución educacional y con objetivos bien definidos para reforzar la educación y
formación de valores, los docentes pueden instrumentar un conjunto de actividades que les permita:
hacer que el estudiante conozca y se le explique lo que implica, caracteriza y
significa un determinado valor, ( componente cognitivo ) ;
lograr que tanto individual como colectivamente los estudiantes experimenten
emoción, alegría, satisfacción, interés y necesidad por la actividad portadora de
ese valor; que lo sienta y lo haga suyo,( componente afectivo motivacional ) ;
y consecuentemente se les ponga en situación de poder poner en práctica lo que
conocen y sienten ( componente conativo ).
Lo planteado, es un reto para cualquier educador, que tenga como objetivo de su labor, no sólo
impartir conocimientos, sino lograr en sus alumnos la incorporación de aquellos valores que la
sociedad en que viven necesita para la continuidad histórica de la misma.
El haber tenido la oportunidad de poder escribir este texto, me permite hacer la siguiente reflexión:
EDUCAR EN VALORES PARA PODERLOS FORMAR, NO SIGNIFICA BUSCAR UN
ESPACIO EN PARTICULAR PARA ELLO (AUNQUE PUEDE EXISTIR Y RESULTA
MUY POSITIVO). ES SER CAPAZ COMO DOCENTE DE UTILIZAR TODOS Y CADA
81
UNO DE LOS MOMENTOS EN QUE INTERACTÚA CON LOS ESTUDIANTES, PARA
DEMOSTRARLES CUANDO, CÓMO Y QUÉ HACER. DONDE APRENDAN A ASUMIR
UNA POSICIÓN, Y ENFRENTAR LOS RETOS PRESENTES Y FUTUROS DE LA VIDA,
CONVENCIDOS DE LO CORRECTO, A HACER EN CADA CASO.
Es el prepararlos para que aprendan a: (figura # 3)
Figura 3
INDICE
INTRODUCCIÓN 1
I. SOCIEDAD Y EDUCACIÓN EN LA PROBLEMÁTICA DE LOS VALORES 8
1.1. Concepciones teóricas acerca de las categorías sociedad, educación, formación y valores. 8
1.2. Los valores y su relación con la educación. 20
1.3. Relación e interdependencia entre las categorías, cualidades de la personalidad, formación
y valores.
25
II. IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN
DE VALORES.
37
2.1. La comunicación y la actividad en la formación del hombre. 38
2.2. La clase como proceso comunicativo. 51
III. LAS INSTITUCIONES SOCIALIZADORAS: SU IMPORTANCIA PARA EDUCAR
Y FORMAR VALORES
61
3.1. La labor de la institución educacional. 63
3.2. Familia y comunidad, interrelación e interacción en esta labor. 83
IV. CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS. 97
BIBLIOGRAFÍA 106
82