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Artes plásticas••••••••••••••••••••••••••••••••••Equipo Crónica:Un enfoqueespañol del arteen relacióna la política
Por Juan Manuel Bonet
Dentro del arte español, le corresponde a lapintura valenciana el haber iniciado un realismo más adecuado política y formalmentea nuestro tiempo. El movimiento de la"Crónica de la Realidad" dentro del cualhay que incluir al Equipo Crónica, es unejemplo de cómo, en el análisis de la obraartística, nunca se pueden separar nivelideológico y nivel lingüístico. Incluso si sepueden considerar con mayor independencia estos niveles al establecer juicios devalor, es indudable que hay una interrelación entre "lo que se dice" y el "cómo sedice"; para emplear -aunque sin su sentidoamplio y generalizador- la conocida frasede Mac Luhan, "el medio es el mensaje".
Ideológicamente, la Crónica de la Realidad, que nace en Valencia en 1964, se hacaracterizado por tener en cuenta realidadessociales nuevas e ineludibles: alteración delos esquemas autocráticos por el crecimiento de la clase media, neocapitalismo, socie-
dad de consumo, tecnocracia. Dejando delado cualquier tipo de apriorismos, se estudian las nuevas condiciones creadas por unevidente -aunque relativo- desarrollo económico.
Formalmente, el lenguaje está en función de los nuevos planteamientos. Puestoque la intención es comunicativa, se empleael lenguaje más corriente en la sociedadactual: los medios de comunicación de masas, el eomíe sobre todo.
Aquí es donde cabe prevenir un errorcometido a veces por quienes se han acercado superficialmente al movimiento valenciano: asimilarlo al pop art americano, comosi fuese uno más de sus epígonos: errorgrave pues supone un profundo desconocimiento de los mecanismos de la obra artística, un fijarse sólo en lo epidérmico, enla apariencia más que en el funcionamiento.¿Cómo es la imagen pop? Creo que estopocas veces se ha estudiado con la atenciónque merece. Encontramos valiosas indicaciones en los escritos de Oscar Masotta o,menos sistematizadas, en los de LawrenceAlloway, José Augusto Francra y BarbaraRose, que coinciden al definir al pop como"arte del segundo grado", "arte sobre lenguaje" que no describe directamente larealidad sino maneja una imagen estereotipada de ésta, insistiendo precisamente en loindirecto de la percepción, en la existenciade intermediarios que adulteran nuestra visión de las cosas. El pop, cuando emplea eleomic, no lo hace con un fin narrativo;rompe la cadena del discurso aislando unaviñeta generalmente anodina de por sí. Loque vemos es un símbolo general, no unsigno con valor preciso.
En cambio, la Crónica de la Realidad
-que, bueno es señalarlo, quizás no sehubiese nunca dado de no existir el pmcedente del pop- no juega con el1enguaje; Joemplea, dejando incambiada su Cun__rrativa original. Para los valencianos, el •míe sigue siendo una estructura comUDicaf:i.va, no se ha transformado en simple tema.Ahora bien, tratándose de un arte de izquierdas, ni qué decir tiene que varía CO&
pletamente el sentido de lo comunicado: Iiantes se pregonaba la integración y le difundían los mitos elaborados por el sistemapara alienar a las masas, ahora se subliDltelo narrado, se ridiculizan esos mismos JDi.tos, presentándose críticamente las coatDdicciones de la sociedad. Este uso del ,.míe se puede deftnir como un "emplear 111armas del enemigo" con fmes comunicativos. No se trata de una pintura políticafuera del sistema, al menos no en apariencia, sino de un aprovechamiento ágil de Josrecursos existentes.
Otro aspecto general que conviene deltacar antes de pasar al estudio de la laborespecífica de Equipo Crónica es el sustentoteórico del movimiento. Espaiía, en losúltimos años, ha dado más artistas intuiti·vos que artistas conscientes e intelectuales.Si exceptuamos casos aislados de teóricosimportantes, con una actividad continuadao esporádica según los casos, como JuanGris, Tapies o Antonio Lorenzo, la mayoríade nuestros artistas viven en un desprecioabsoluto de todo lo que signiftque reflexio·nar sobre las bases de su propia obra o elpapel del intelectual. Por ello es importantey digno de mención que este movimiento,surgido en una ciudad de provincias, sesitúe en' el otro extremo y se caractericepor la abundancia de tomas de postura ydefmiciones programáticas. En este camposólo los artistas racionales (el Equipo 57primero y los miembros del Centro deCálculo de Madrid) han igualado a la Cr6·nica de la Realidad. Las defmiciones teóri·cas llegaron a ser incluso excesivas y tajan·tes; se ha dado marcha atrás, y se !laeliminado el dogmatismo inicial. En estalabor teórica destacaron dos críticos, Vicen·te Aguilera Cerni y sobre: 'do TomásLlorens. En relación con esto, digamos quela Crónica de la Realidad siempre estuvoligada a corrientes europeas próximas a susplanteamientos, sobre todo francesas (elSalón de la Joven Pintura). Críticos comoGerald Gassiot-Talabot la defendieron enmúltiples ocasiones.
Dentro de la Crónica de la Realidaddestaca por su calidad la obra de Solbes yValdés, reagrupados desde 1964 en el Eq~po Crónica. Si intentamos explicar por quedestacan con tanta fuerza, quizás la razómás plausible sea algo subjetiva. La clave desu acierto estriba en la fusión entre justezapolítica y conocimiento de las leyes pictóricas. Semejante valoración puede no ser delagrado de los pintores mismos, preocupadosen extremo por la objetividad, el racionalis'mo, la desmitificación, pero creo que est~
intenciones no están reñidas con una poSl'ble "brillantez" y cierta dosis de virtuosismo.
Son importantes los cambios registradospor la pintura de Equipo Crónica. Sin ellosno se comprendería que hablemos de bri-
llantez o incluso de virtuosismo. En unprincipio había aún restos de teatralidadexpresionista, aunque en seguida se acentuóla tendencia a la objetivización y al racionalismo: imágenes pintadas impersonalmente, uso de elementos de la cultura demasas, frecuente empleo de materiales preexistentes, etcétera. Es importante el rechazo del expresionismo. Como lo indica Tomás Llorens en un texto de 1966, (Solbesy Valdés) "rechazan cualquier poética del'testimonio' del artista, o de la comunicación intersubjetiva de los sentimientos (deindignación, horror, eutusiasmo, etc.), talescomo suelen mostrarse en la base de laorientación expresionista de la mayor partede las manifestaciones de arte comprometido". Es decir, que su actitud racional,objetiva, en una palabra: materialista, leslleva, al darse cuenta de que la obra de artesólo es un producto cultural, a abandonartodo patetismo.
Los restos expresionistas de sus primerasobras (agresividad, brutalismo de las figuras,frontalidad, composición "teatral") no sonde extrañar, pues tanto Solbes como Valdés, formados ambos en la Escuela deBellas Artes local y miembros de "EstampaPopular" provenían del realismo crítico,tendencia de gran importancia histórica afmales de los años 50 -como su equivalente literario- y que seguía aferrada a postu·ras formales heredadas del grabado revolucionario mexicano y del expresionismo alemán, así como a visiones políticas esquemáticas, ya superadas por los mismos acontecimientos.
Solbes y Valdés son conscientes de quehan quedado atrás muchas de sus posturaspasadas. Refiriéndose a su periodo anterior,dicen: "Un entusiasmo exagerado en lospresupuestos teóricos y un cierto optimismo voluntarista a la hora de medir larelación arte-sociedad traían a menudo como consecuencia visiones simplificadas sobre problemas que requerían mayor comoplejidad". En aquel momento, el equipo leconcedía gran importancia a la eficaciainmediata; quedaba lo formal relegado a un
segundo término. No es que existiese unaactitud de desprecio hacia la estética, perola pintura sólo existía en la medida en queera el indispenllable vehículo de la comunicación. Este someter lo formal a lo ideoló·gico sin tener en cuenta la amplia gama deinterrelaciones, que se deben dar, llevabaconsigo cierta ineficacia a niveles más gene·rales. Sin embargo, sería absurdo minimizardesde nuestra perspectiva la tarea del pri-
mer Equipo Crónica, incluso si sólo se debeconsiderar como un paso. El papel quedesempeñó, en un momento de transiciónde un realismo social tradicional a otro másnarrativo, acorde con el momento histórico,no puede olvidarse.
En sus primeras obras encontramos dosconstantes. Por un lado, descripción mediante contraposiciones de los estamentossociales que componen la sociedad de con·sumo. Por otro, aparición de movimientosen contra del sistema. Los dos campostemáticos están muy ligados entre sí, y sedan en algunos casos conflictos. Solbes yValdés se dieron cuenta del peligro queacechaba: caer en un nuevo maniqueísmo,equivalente al que habían rechazado, a esasvisiones populistas y miserabilistas de laexplotación. Por eso desaparecen a la largalas comparaciones y alabanzas a determinados sectores oprimidos. Tales alabanzascontradecían la voluntad de distanciamiento objetivo y de no-expresionismo, yest ablecían cierto patetismo testimonialopuesto a sus intenciones. Libre ya de estatara, la argumentación, centrada en la crítica a una sociedad y una civilización, ganapeso.
¿Cuándo abandonan los últimos rasgosvoluntaristas y expresionistas? Quizás apartir del momento en que se dieron cuenta de la relativa imposibilidad de conferirleuna utilidad política importante al arte; eltomar conciencia de una serie de limitaciones les dio más complejidad y justeza;desaparecieron aspectos urgentes y "redentores" y con ellos un posible énfasis.
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problemas que engendra la utilización deun material cultural preexistente, sus posi·bies pelIgros a la hora de la comunicación,los aspectos formales y estéticos de su 0013reciente, su problemática inteligente y ...da: la realidad, la figuración, lo real J l1pintado, el ilusionismo de la represen1t11111,el problema del gusto, (qué es lo feo,un objeto considerado feo puede aser bello cuando pasa a ser 1otadoleyes pictóricas), el color y su relatitMld,las puntas contra determinados 3CIOIIIICimientas (el asunto de Guernica).
Habría que analizár obras concretalJ*lver todo lo que Solbes y Valdés son capaces de extraer de unas imágenes que otrospodían haber dejado en un nivel puramenteanecdótico; veríamos cómo todos los detalles, desde las evocaciones a la actualíd*!hasta los rasgos bien observados de unentorno específico, contribuyen a la iJJlpR'sión de conjunto. En la obra última, laironía se vuelve incluso sobre ellos lIÜSIIlll5y una serie de cuadros sumamente diWdidos presenta a los artistas en su estudio."El sublime acto de la creación" se désmIItfica.
Es necesario hacer hincapié en la lIDportancia de la labor de estos artistas. ensu carácter consciente y necesario, en lOS
intenciones desrnitificadoras y en su ealidad.
bato, la decoración interior de cualquiercasa de la pequeña burguesía-, Vasarely,Solana, una sala de ordenadores, dibujos deWalt Disney, los electrodomésticos, Ribera,el Caballero de la mano en el Pecho de elGreco, el mobiliario de camping, el pop, laFamilia Real de Gaya, etcétera... Este"museo imaginario" en el que se unen elkitsch y el peculiar ambiente nacional no esuna bella idealización a lo Malraux sino unamezcla confusa, decadente, saturada, endescomposición. Es cierta la imagen de ununiverso hiperculturizacto que nos da Equipo Crónica. Pero se da el fenómeno típicode todo lo que es transición entre el pasadoy un futuro vislumbrado por instantes:Equipo Crónica continúa insertado en unatradición, recogiendo tras la aparente nega·ción, lo mejor que en esa tradición puedehaber, participando incluso en una línea de"buena pintura".
Como testimonio pues de las contradicciones de nuestra época, también comoataque concreto y conocedor de nuestrarealidad política posterior a la crisis delmonolitismo a ultranza de los años 5O (esrealmente acertada la comprensión de latecnocracia como una nueva forma de encubrir esencias inalteradas), la obra deEquipo Crónica empieza a destacar comouna de las más válidas e interesantes dentrodel panorama español. No vamos a entraren detalles ni analizar ahora una serie deaspectos que requerirían mayor espacio: los
En vez de representar una situación mediante imágenes chocantes y contradictorias, mediante comparaciones binarias ysímbolos necesariamente primarios (el tecnócrata, el coche, los electrodomésticos, losestudiantes, el ejército, las fiestas de sociedad, el proletariado), el mecanismo se afiona: se emplea con un sentido desmitificador el inagotable repertorio de los grandesmitos históricos y pictóricos.
Me parece una tremenda prueba de lucidez y de capacidad política el haber conseguido, mediante este sistema, reflejar buenaparte de las contradicciones internas de lasociedad española, de su política y de lasjustificantes ideológicas que envuelven laactual circunstancia histórica. También seune a esto una crítica estilística, que implica mayor complejidad en el aspecto puramente pictórico. El uso irónico de cuadroscélebres puede venir en parte explicado porla existencia previa de una mitología reaccionaria del pasado. Sólo en arquitectura,pensamos en el gusto por lo romano delfascismo, en el neoclasicismo nazi, en elestilo escurialense e imperial de la Españade los años 40. Frente a estas visionesconvencionales del pasado, la tentativa deEquipo Crónica, con su desenfado, su desparpajo, su humor ácido e irrespetuoso, esútil y "sacnlega". Equipo Crónica no hallegado a ello por capricho, sino que setrata de un paso más en el camino delempleo de imágenes preexistentes y pertenecientes a ese bagaje común al público dedeterrninada civilización. Al efectuar modificaciones aparentemente incongruentes encuadros clásicos, se dan dos facetas: lacrítica social, política y cultural, por unlado, y los aspectos plásticos originados porla contraposición entre cultura de masas ypintura clásica.
El arte de Equipo Crónica es un fielreflejo del pot-pou"i en que se ha convertido la cultura. La visión es sarcástica ydemoledora, aunque no caricaturesca; setrata de una utilización consciente, inteligente, que a pesar de contener cargas explosivas contra el uso que se ha hecho delarte, ha sabido aprovechar lo aprovechabley sacar lecciones, inscribiéndose por tanto,lo quiera o no, dentro de cierta tradición.Solbes y Valdés dominan perfectamente suasunto, saben de lo que hablan. Se mezclanlas Meninas o la Rendición de Breda deVelázquez, un paisaje de Ortega Muñoz,personajes de comic españoles como el Ja-