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    El compadrazgo como dispositivo de reclutamiento. Análisis estructural yorganización social en el Tucumán Colonial.

    (Dr. Juan Pablo Ferreiroetnólogo e historiador

    CONICET, FHyCS/UNJu)

    “While our individual choices are highlyunpredictable, as a group we follow strict

     patterns.”-Albert-László Barabási-

    Este trabajo pretende vincularse con el amplio campo de la Psicología a través delanálisis de modelos formales que puedan dar cuenta de conductas social y culturalmentedeterminadas dentro del campo del parentesco, manifiestas por su recurrencia,habitualidad y grado de institucionalización.Hemos escogido como vínculo real y ritual a analizar el del compadrazgo, en particular, eldesarrollado entre los sectores más visibilizados, que dejaron los registros menosincompletos y entre los que tuvo mayor relevancia la ritualización de los vínculos: la élitecolonial de San Salvador de Jujuy durante el siglo XVII.El compadrazgo1 nació como una alternativa de reclutamiento familiar, ya que elpadrinazgo vino a sustituir la adopción romana transformándose, así, desde las leyespromulgadas por el emperador bizantino Justiniano, en una forma de adopción espiritual através de la cual se establecían las mismas prohibiciones, aunque no lo mismos derechosque en el parentesco natural. Su objetivo era reforzar la comunidad de creyentesdisminuyendo o impidiendo la influencia creciente de las parentelas personales.Desde el s. VIII la confirmación y el bautismo son rituales separados y requieren depadrinazgos individualizados, aunque coincidieran en las mismas personas. Estospadrinos eran los responsables de la vida espiritual de sus ahijados/as y en un comienzoquienes imponían sus nombres. Los lazos de compadrazgo surgieron como un

    mecanismo de ampliación de los vínculos, en lugar de serlo de intensificación, por lo cualse establecían, sobre todo a instancias de la iglesia, como una alternativa al parentescoconsanguíneo2; enmarcado en un aumento de la relevancia de la conyugalidad sobre lasrelaciones de parentesco más alejadas y tradicionalmente dominantes del círculodoméstico o nuclear. En este sentido, es preciso indicar que, al igual que el matrimonio, elcompadrazgo es definitivo y junto a la creación de un mandato de amistad, prohíbe lasrelaciones sexuales y el casamiento entre los involucrados; esto es, el padrinazgo y laafinidad funcionan como sistemas excluyentes. Para una sociedad donde la vidasimbólica estaba en buena medida codificada desde la religión, como lo era la de Jujuy, -aún a pesar de conflictos coyunturales entre la iglesia y la sociedad local-, la figura delpadrino/madrina, y su elección correcta, desempeñaban un papel muy importante en lacreación, mantenimiento y ampliación de las redes de sociabilidad3. El rango que una

    1 “El compadrazgo es una relación que se establece entre dos individuos, parejas, o un número establecido de

    gente afín (parientes y no parientes) a través del vínculo de una persona, imagen, objeto u ocasión…” Nutini,Hugo y Bell, Betty, Parentesco Ritual. Estructura y evolución del sistema de compadrazgo en la Tlaxcala rural ,F.C.E. México, P. 62, 1989. 2 Goody, J., 1986, La evolución de la familia y el matrimonio en Europa, Herder, Barcelona. 

    3 Este aspecto revistió gran importancia en otros lugares de América, como en la Zacatecas estudiada por Fr.

    Langue, quien encuentra que en el compadrazgo establecido entre los mineros de Zacatecas durante el S.XVIII: “Estos vínculos servían además un propósito más amplio: el de ligar a la familia a quien se portaba y acomo amigo, y viceversa, el de obtener la protección de un poderoso quien acostumbraba dispersar también

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    persona, y un grupo familiar ocupaban en el sistema de estratificación local también erauna función decisiva del volumen, extensión y profundidad de sus vínculos. Tal como sepreguntaba B. Lavallé acerca de los Marqueses de Valleumbroso y sus vínculos en lasélites coloniales “¿No eran los más poderosos porque tenían el mayor número deparientes y aliados en los puestos claves?”4.Esta pregunta, aparentemente inocente y hasta casi redundante nos invita a rastrear en

    estos vínculos “colaterales” ofrecidos por la sociabilidad colonial de las élites. Aquellosque alimentaban las redes egocentradas, y cuya clave no residía en la profundidad dellinaje, en la filiación de un origen; sino en la extensión de los lazos en una dimensiónsincrónica, cuya utilidad solía ser bastante más inmediata, directa y coyuntural que laobligación a la mutua asistencia que establecía la consanguinidad –y afinidad- delparentesco real.

     Aún cuando se reconocen en Latinoamérica por lo menos veinte ocasiones en las que sepuede establecer un vínculo de compadrazgo, en la documentación recopilada sólohemos podido establecer dos de ellas: el bautismo y la confirmación, estableciéndosealrededor del primero los lazos más importantes. En este punto, el padrinazgo colonial

     jujeño funcionó en una clave muy cercana a su similar peninsular, ya que en el casoeuropeo los vínculos de compadrazgo se reducen a los establecidos en situaciones

    sacramentales. Sin embargo, la comparación no puede extenderse más allá, ya que elcompadrazgo ibérico fue una institución destinada a fortalecer lazos y statuspreexistentes; mientras que en la situación latinoamericana, la complejidad de su realidadsocio-cultural hizo que su función principal fuese ampliar el espacio de sociabilidadcreando nuevas redes vinculares5.Por otra parte, el compadrazgo parece haber compartido aquí algunos rasgos de la“amistad instrumental”6, cuyo principal característica es la de servir de nexo articuladorentre los componentes de la relación amistosa y su entorno social, político y económico.En este punto hay que considerar que el compadrazgo, además de vincularestrechamente, creando lazos morales, políticos y hasta económicos muy fuertes entrelos compadres y comadres, permitía la relación entre los miembros más prominentes de laélite, y sectores que podríamos denominar “medios” que si bien no alcanzaban nunca

    determinadas dignidades, puestos o títulos, solían ocupar cargos con voz y voto en elcabildo. Nos referimos a los vínculos de la élite con un sector de dimensiones variablesacorde a la coyuntura, al que se le abría el acceso a los cargos menores, pero se lesobstruía el ingreso a aquellos de real importancia en la toma de decisiones. La relaciónentre estos sectores expresaba un carácter definidamente utilitario y jerárquico, quepodemos asociar con el patronazgo o clientelismo. En éste, el sector dominante protegía yconcedía favores políticos y eventualmente económicos –p.ej. desde las posiciones queocupaba en el cabildo-; mientras el sector subordinado prestaba su acuerdo y apoyo adecisiones tomadas por sus patronos.En cuanto a los materiales, el tipo de registro de estos vínculos que se conserva en losrepositorios locales permite cierto tratamiento formal –listados de bautismo y confirmación

    donativos o limosnas a los necesitados del lugar. Hasta la afiliación a las cofradías, más o menos selectassegún el origen social de sus afiliados, favorecía el desarrollo de solidaridades particularmente vigentes en elgremio minero zacatecano.” (Langue, Frédérique, Los señores de Zacatecas. Una aristocracia minera del siglo

     XVIII novohispano, FCE, México, P. 188, 1999)4 Lavallé, B., El mercader y el marqués. Las luchas de poder en el Cusco (1700-1730), Banco Central de

    Reserva del Perú, Lima, P. 140, 19885 Nutini, Hugo y Bell, Betty, 1989, White, D., Schnegg, M., Brudner, L., Nutini, H., “Conectividad múltiple,

    fronteras e integración: parentesco y compadrazgo en Tlaxcala rural”, en: Gil Mendieta, J. y Schmidt, S. (eds.),2002, Análisis de redes. Aplicaciones en ciencias sociales, IIMAS-UNAM, México., 6 Wolf, Eric, "Relaciones de parentesco, de amistad y de patronazgo en las sociedades complejas", en:

    Banton, M. (comp.), Antropología Social de las Sociedades Complejas, Madrid, 1980.

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    con datos relativamente estandarizados-, aunque tomando la precaución de circunscribirsus resultados a la segunda mitad del siglo XVII.En las actas bautismales, principal fuente de nuestra información, se registraron junto alos nombres de los bautizados, los de los padres y de los padrinos, y en muchos casos lacondición social y los vínculos parentales de estos últimos. Esta información estáordenada en ciento ochenta registros correspondientes al período 1655/1692,

    pertenecientes al Archivo del Obispado de Jujuy (AOJ). A esto añadimos ciento noventa yocho actas de confirmación registradas entre 1663 y 1699 y de similar contenido formal.

     Ambos registros incluyen a toda la población asistida por sacerdotes e inscrita. Agregamos para su cotejo cincuenta y ocho registros nupciales del mismo período,también pertenecientes al AOJ más ciento ocho cédulas testamentarias del ArchivoHistórico de la Provincia de Jujuy (AHPJ), y material diverso procedente de testamentos yotras disposiciones procedentes del Archivo de Tribunales de Jujuy (ATJ).Del análisis de las ciento ochenta inscripciones bautismales establecimos que, para elperíodo 1655/1692, se registraron más bautismos masculinos que femeninos -noventa ycinco contra ochenta y cinco-. Sin embargo, esta relación no se distribuyó de igual maneraentre la élite y el resto de la sociedad. En el sector más visible y poderoso se bautizarontreinta y ocho niños contra veintinueve niñas; esto es, había 1.3 varones por cada mujer.

    Para el resto de la sociedad, excluyendo la élite, las proporciones eran prácticamenteidénticas entre sí, cincuenta y siete varones contra cincuenta y seis mujeres; o sea unarelación de 1:1.Encontramos, también, que de la cantidad total de bautismos, el 26% fueron realizados“de socorro”, esto es, con riesgo serio de la vida para los cánones de la época. Tampocoestos sacramentos se distribuyeron por igual entre la élite y el resto de la sociedad.

     Analizando separadamente ambos sectores obtuvimos que, mientras para el resto de lasociedad el bautismo de riesgo alcanzaba el 23% de la muestra; para la élite, en cambio,fue de 31,2%. Creemos que este último valor indica la importancia que tenía el bautismopara el sector más poderoso. Dicho valor no estaba sólo dado por la piedad religiosa deese sector, sino y fundamentalmente por razones patrimoniales; ya que al identificar yreconocer a los recién nacidos como miembros de la familia mediante el bautismo, se los

    instituía como herederos.En el terreno de las confirmaciones registradas hemos podido establecer que hubo cientosiete mujeres contra ciento diez varones –acompañando las relaciones establecidas porlos bautismos-. Mientras que en el sector de la élite la relación entre varones y mujeres serefuerza y multiplica por más de 1,5, ya que hubo sesenta y dos varones contra cuarentay una mujeres. Un valor, éste último, levemente superior pero muy semejante a la relaciónestablecida en los bautismos entre ambos sexos.Los bautismos registrados en la élite fueron el 37,2%; mientras que las confirmaciones deese mismo sector social fueron del 25,25%. De los treinta y ocho individuos de la élitebautizados sólo cinco de ellos serán registrados en las actas de confirmación locales(13%). Ninguno de ellos perteneció a las familias más importantes de la élite, ni siquiera alas más numerosas como los Argañarás o los Rodríguez Vieira. El grupo más destacado

    entre estos inscritos fueron los Guerrero, un linaje familiar constituido alrededor de unescribano capitular de dilatada trayectoria, pero que nunca alcanzó las principalesfunciones y dignidades municipales, y que estuvo pobremente vinculado nupcialmente alresto de la élite. Esto puede indicar que, o bien la confirmación no tenía el mismo valorsocial de representación que el bautismo, o bien existía una marcada movilidad espacialque llevó a ausentarse de la jurisdicción a la mayoría de los bautizados. Aquí, un talBartolomé Diaz demuestra estar cercanamente vinculado con Francisco Guerrero, dequien es compadre de bautismo de un hijo, y de confirmación de otro. Un caso similar seplantea entre Tobalina y Palacios –ambos apellidos conocidos de la élite-. Estos

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    apadrinan mutuamente al hijo del otro compadre –pero sólo en el bautismo-. La estrategiaseguida por los Rodríguez Vieira –una de las familias más prolíficas y poderosas de lasegunda mitad del XVII-, acentúa aún más las características homo y endogámicasexhibidas en su estrategia nupcial. Una hija de uno de sus asociados –aunque noperteneciente al sector más poderoso y visible-, de apellido Urrutia, fue apadrinada yamadrinada en su bautismo, por miembros de aquel linaje; y también lo hicieron durante

    su confirmación en la persona del clérigo Domingo Rodríguez Vieira. Hemos encontrado,incluso, un caso de amadrinamiento por la misma persona tanto en el bautismo y laconfirmación. Se trata de Juana Vásquez (de Tapia), quien se acomadra con Juan deVallejos. La primera formó parte de las familias de la élite, mientras el segundo parecehaber pertenecido al sector intermedio antes aludido y que formaba parte de las clientelaso camarillas de origen familiar.Llegados a este punto y a fin de presentar y analizar las redes y dinámica de sociabilidadque tales vínculos generaban, hemos ordenado y cargado la información en dos matricessimétricas ponderadas. La que corresponde a los bautismos resultó de treinta y ochoregistros por treinta y ocho; número de la cantidad de ingresos efectuados en la quehemos otorgado un nodo a cada apellido por registro de bautismo7. Sobre la deconfirmaciones, en cambio, volveremos luego.

    Presentaremos los compadrazgos por bautismo en dos grafos diferenciados. El primeroda cuenta de la totalidad de los registros encontrados, su objetivo es la población total. Elsegundo, en cambio, sólo conserva y analiza los datos referidos a la élite local.Para estudiar la población total hemos ordenado la información a fin de que resulte visualy analíticamente significativa a través de un recurso provisto por el denominado AnálisisEstructural y procedente de la teoría matemática: el grafo. En él cada nodo representaráun apellido de un conjunto familiar involucrado en la red de compadrazgos bautismales.Los nodos estarán conectados entre sí representando la dinámica registrada por ladocumentación y a través de una lógica binarizada. La disposición general que leaplicamos es la de un modelo de sistema de tensiones (spring embedding ). Este algoritmosepara progresivamente y de manera pautada a los nodos mejor conectados, de aquellosmás pobremente vinculados, utilizando un criterio de centralización espacial. De tal modo

    que los nodos menos enlazados se ubicarán en la periferia del grafo, mientras lo contrarioocurrirá con los mejor conectados.El volumen de cada nodo está en relación directa con su grado de conexión. Su forma  –sereconocen tres distintas (cuadrado, triángulo, círculo)- indica, junto a su posición, sucondición de componente distinto. Esto es, informa sobre la conducta general de losnodos así representados, reflejándose en el espacio gráfico a través de concentracionesde nodo con similar comportamiento vincular. Además, hemos identificado cinco tipos devínculo de compadrazgo en relación al intercambio. Los nodos rojos representan aquellosgrupos familiares que sólo aportaron madrinas. Los azules, los que cedieron padrinos. Losamarillos, los que aportaron ambos, pero en momentos y con compadres diferentes. Losnodos grises expresan a los que aportaron la pareja completa padrino/madrina.Finalmente, los nodos fucsia son aquellos que sólo recibieron padrinos y madrinas, pero

    no cedieron ninguno. Las flechas orientan la dirección del vínculo señalando al grupo quecede padrino/madrina.

    7 Todo el material utilizado fue procesado y calculado con UCINET v. 6.178, de Analytic Technologies

    (Borgatti, S.P., Everett, M.G. and Freeman, L.C. Ucinet for Windows: Software for Social Network Analysis.Harvard, MA: Analytic Technologies, 2002). Los grafos, por su parte, fueron elaborados con el programa devisualización NetDraw, integrado a ese paquete de cálculo.

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    Grafo 1, Compadrazgo por bautismo, Total parroquial, S. S. de Jujuy, S. XVII  

    La zona central del grafo está ocupada por grandes nodos amarillos y grises,acompañados de otros de diversos colores y tamaños menores. Los dos grandes nodosamarillos representan a padrinos y madrinas de origen e identidad desconocidos, de allísu volumen, el mayor de todos. Sin embargo, si eliminamos estos dos nodos, losrestantes más grandes, que además se agrupan espacialmente, expresando así unaconducta tendencialmente más semejante que el resto de la red, son los que aportaron lapareja padrino/madrina. Entre estos resaltan los Rodríguez Vieira, los Argañaraz yMurguía, los Baldibiezo, los Martínez de Yriarte, los Yansi. En tres de estos, alguno deestos apellidos aportó la pareja que constituyeron los únicos parientes espiritualesregistrados de sus asociados; y además, en todos los casos, salvo Yansi, representan

    ejemplos de vínculos fuertemente endogámicos, ya que parte de sus vínculos –y entre losBaldibiezo todos- se establecieron hacia el interior de sus respectivos grupos familiares.Los tres principales nodos grises, además, integran el conjunto discreto de Block &Cutpoints. Este algoritmo establece gráficamente cuales nodos, por su actividad, sevuelven determinantes para sostener la estructura formal de la red, y en cuya ausencia latrama se disolvería.Los nodos fucsia, que representan aquellos apellidos que sólo recibieroncompadres/comadres, pero que ellos mismos no cedieron ninguno, están claramenteorientados hacia los márgenes del grafo, desplazados de las conductas más centrales y

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    similares. Mientras, el rojo -aquellos que sólo aportaron madrinas- está distribuido demanera similar al azul, que indica a los que sólo cedieron padrinos, en una situaciónmarginal, aunque más central que los que sólo recibieron compadres/comadres. El grosorde los vínculos y de los semicírculos que rodean algunos nodos, sobre todo da losRodríguez Vieira, indican la fuerte recurrencia endogámica de sus relaciones,establecidas fundamentalmente entre parientes hasta el tercer grado.

    El índice de centralización de la red que mide los lazos emitidos –las veces que buscaronpadrino/madrina para su prole- es muy bajo (1.375%); mientras el correspondiente a loslazos recibidos –las veces que fueron buscados como padrinos/madrinas-, aún siendotambién muy bajo es el doble del anterior (2.906%). Esta diferencia está causada por laparticipación decisiva del grupo familiar que aportó la mayor cantidad depadrinos/madrinas, precisamente, los Rodríguez Vieira. Esto también nos informa que laacumulación de vínculos en la red es muy baja, destacándose unos pocos gruposencabezados por los nodos “desconocidos”, que agrupan a aquellos de los que no se hanconservado información y seguidos por Rodríguez Vieira, Baldibiezo, Argañaras yMurguía y Martínez de Yriarte. Por lo que sugieren estos datos, el compadrazgo porbautismo y confirmación no parecen haber constituido un recurso de pareja disponibilidaden la sociedad local considerada en su conjunto, pero si extraemos y analizamos sólo a

    los miembros más destacados, la élite local, la tendencia general modificarásustancialmente sus porcentajes y dirección.Diferenciamos los nodos/apellidos por tamaño y color de acuerdo al número  –grado- decontactos que registran en la matriz. La distancia entre nodos representa la distancia realmedida entre agentes, de acuerdo a sus geodésicas. El diámetro de sus símbolosrepresenta su grado de vinculación –cantidad de enlaces, a mayor diámetro, másvínculos-; y su color, su capacidad de intermediación. Los de igual color tienen la mismacapacidad de articular entre grupos familiares diversos; ponderando así el peso relativoque le cabe a cada uno.Para el caso de los bautismos hemos considerado por separado los apellidos de amboscónyuges. Esto permite respetar la lógica del compadrazgo, ya que aunque el bautizadosea uno/a, el lazo entre compadres se multiplica por cuatro, salvo en el caso de los

    bautizados con progenitores desconocidos. También en esta matriz hemos añadido uningreso de registro titulado “otros”, en el cual incluimos todos aquellos vínculos decompadrazgo establecidos entre miembros de grupos familiares de la élite y miembros degrupos familiares de elites extra-jurisdiccionales o simples desconocidos. Este ítem nosservirá para medir cuántos lazos establecían los grupos locales con ese “otrogeneralizado” no incluido en la élite local. 

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    Gráfico 2. Compadrazgos de la élite de Jujuy, S. XVII  –vínculo a través del bautismo

    Precisamente, es el rubro “otros” el que aparece indicado en el grafo como aquel en elcual se concentran los vínculos. Lo siguen, a cierta distancia, los Argañarás y Murguía, losRodríguez Vieira de La Mota, y los Martínez de Yriarte; pero también aparecen de manerarelativamente importante, grupos menores o no registrados en los vínculos nupciales,como los Guerrero y los Arana. El nodo “Otros” está ubicado en una posición central, casi

    como núcleo de la “estrella” reticular resultante, muy cercano a los Argañarás. Aunqueestos últimos no poseen tantos vínculos como el nodo genérico, han logrado situarse enuna posición de alta accesibilidad con respecto al resto de la red. Esto significa que elcamino para acceder a los Argañarás –o desde ellos para acceder al resto- esrelativamente más corto e inmediato que los demás. Se ubican, ya a cierta distancia deese centro, los Rodríguez Vieira y los Pérez de Espinosa. En cambio, la capacidad dellinaje Argañarás para intermediar o articular distintos linajes es más baja que sus vínculosdirectos, semejante a los Amusátegui, también de origen vascongado, y claramenteinferior a la de los Rodríguez Vieira. En los márgenes de la estrella encontramos a gruposcomo los Buenrostro, quienes aún habiendo sido importantes y presentando un nivel deintermediación semejante a los Herrera –primeros pobladores de Perico-, Godoy Cáceres

     –beneméritos de la conquista y máximas autoridades capitulares-, Pérez de Quintana –

    comerciantes- y Salcedo Poblete –máximas autoridades de Jujuy y Salta-, no privilegiaronel compadrazgo de bautismo como vía de conexión con el resto de la élite y de lapoblación en general. Los Goyechea, linaje fundamental y dominante durante todo el sigloXVIII, también está pobremente representado en los compadrazgos y se ubica,igualmente, en los márgenes. Su estrategia de reclutamiento no privilegió esta vía, sino lamatrimonial.

     A diferencia de lo observado en la red total del grafo1, aquí la red evaluada presenta unadensidad relativa media-baja, semejante a la de uniones matrimoniales, de 24,9%. Esto

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    significa que, a diferencia de lo que ocurría dentro de la red total, aquí un cuarto de la redmantiene vínculos de compadrazgo entre sí.Para el análisis de la matriz de acuerdo a la cual ordenamos el material recurriremos a unrecurso provisto por el Análisis de Redes Sociales, el criterio de centralidad. En estemarco, el mismo está vinculado estrechamente con la distribución y circulación del podersocial; el cual es definido como una función del patrón relacional8. De aquí que la

    centralidad aparezca como una cualidad de toda red social que permite apreciar laestructura organizativa de la misma, en base a la identificación de posiciones

     jerarquizadas, de acuerdo a la cantidad, intensidad, calidad y variación de los lazos queestablecen entre sí los agentes integrantes de una red dada. Esto nos permitiráaproximarnos al funcionamiento de las relaciones interpersonales; establecer quién sevinculaba con quienes; si tales relaciones presentaban un carácter regular o no, y qué nossugieren tales vínculos –y sus ausencias-.Debido a que la matriz de trabajo distingue los vínculos emitidos de los convergentes,cada nodo registra de manera ponderada su cantidad de vínculos. Por esta razón, lamedida de centralidad que calculamos para la red bautismal –el grado de centralidad deFreeman que pondera los vínculos directos de cada nodo- reconoce dos medidas y dosrangos diferenciados. Ambos índices de centralización son bajos, sin embargo, el que

    indica los lazos emitidos (11.192%) –esto es, aquellos en los que se buscó un padrino omadrina para la prole propia- triplica prácticamente al de los recibidos (4.815%) –ocasiones en las que el nodo involucrado fue buscado como padrino o madrina de proleajena-. Este desequilibrio tan pronunciado está explicado por la presencia del ítem “otros”,ya comentado; el cual es por mucha diferencia, el que más vínculos emitió (11.309%), osea, el conjunto genérico socio-parental que más padrinos y madrinas demandó. Aúnsiendo el que más relaciones recibió (5.263%), lo es por una diferencia mucho más exiguacon el segundo nodo en orden, el grupo familiar Rodríguez Vieira de La Mota (1.494% y4.623% respectivamente). Esta última familia hizo un uso muy particular de esta forma derelación. La totalidad de los compadrazgos que buscaron se establecieron a partir de unasola pareja conyugal y su prolífica descendencia, entre 1655 y 1672, Juan RodríguezVieira y su esposa doña María Rodríguez de La Mota, quienes en un solo caso se

    vincularon por compadrazgo con una pareja no emparentada previamente; en todos lasdemás situaciones, sus compadres ya eran parientes en algún grado. Esto significa queno buscaron ampliar sus vínculos, sino reforzar los preexistentes, en un claro ejemplo deutilización del compadrazgo en el sentido que se le otorgaba en la península ibérica.Los comparativamente altos cocientes de variación estandarizada (1.797 y 1.072)respecto a las medias (0.698 en ambos casos) subrayan también esta asimetría. SegúnPadgett (1993, 2002, 2006 y 2007)9  la presencia de asimetría en una red vinculada con ladireccionalidad del flujo, como es este caso, usualmente indica la presencia de statusdiferenciados entre los nodos, esto es, de algún tipo de jerarquía social. Tendríamos,entonces, que el ítem “otros” señala ese amplio y desconocido sector social, cuya

    8 Hanneman, Robert, Introducción a los métodos del análisis de redes sociales, 2001,

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     jerarquía social es inferior localmente que los grupos de la élite, y que buscan asociarsecon estos últimos por vía de compadrazgo. El hecho de que también sean el nodo quemás padrinazgos recibe debe ser matizado. Ya que en él hemos incluido todos losvínculos establecidos por desconocidos con otros desconocidos y que, como hemosindicado, en este ítem se subsumen un número indeterminado de distintos gruposfamiliares. De tal modo que, si tomamos en consideración ahora a los grupos

    familiares/nodos efectivamente reconocidos y definidos; encontraremos que RodríguezVieira de La Mota (65) es el grupo que más vínculos estableció, seguido por los

     Argañarás (24), los Martínez de Iriarte (18) y los Rodríguez de Armas (16). Precisamente,los Rodríguez Vieira y los de Armas constituirán hacia fines de siglo un solo troncofamiliar, y ya en estos datos bautismales, ambos grupos presentan el mayor grado devínculos endogámicos. Los Vieira establecen doce vínculos de compadrazgo al interior desu propio grupo familiar y los de Armas, hacen lo mismo en nueve ocasiones.Paradójicamente, las mujeres de este grupo fueron más buscadas que los varones paraestablecer vínculos de compadrazgo. Esto se pudo deber, entre otras cosas, a susalianzas matrimoniales, ya que las mujeres Rodríguez Vieira de La Mota se casaron conpersonajes principales, como Argañarás, Goyechea, Calvi Monte, Ortiz de Zárate, delJujuy de la segunda mitad del siglo XVII. Precisamente estas mujeres siguieron, en sus

    familias de destino las mismas pautas que en sus familias de origen. Establecieron unacerrada pauta de compadrazgo entre parientes, aún en grupos como los Argañarás quese caracterizaron por utilizar tales relaciones como una ampliación de sus vínculos porfuera del ámbito del parentesco. Las matronas Rodríguez Vieira, de La Mota y Vieira deLa Mota en sólo tres casos sobre diecisiete permitieron que sus vástagos fuesenapadrinados por padrinos o madrinas no emparentados.Todas estas características no hacen sino subrayar el carácter cerradamente endogámicode este conjunto familiar que utilizó la vía del compadrazgo como el más efectivo caminopara reforzar los lazos parentales, en lugar de complementarlos a través de su extensión.En los trece casos de padrinazgo que participaron varones Vieira o La Mota lo hicieroncompartiendo el padrinazgo con sus esposas o hermanas. De los veintiséis casos en quemujeres de esa misma familia amadrinaron recién nacidos, en catorce oportunidades lo

    hicieron con vástagos de parejas emparentadas cercanamente. En quince oportunidadesfue sobre otros miembros de la élite, y en once establecieron el vínculo con gente que nopertenecía a este sector social.Tanto los Rodríguez de Armas como los Rodríguez Vieira fueron sumamente prolíficos, loque hizo que la mayoría de los compadrazgos establecidos a lo largo de todo el siglo porel conjunto Vieira/Armas/Garro/La Mota/Goyechea/Calvimonte tuviese representantes o

     Armas o Vieira. En el caso de los veintitrés padrinazgos asumidos por varones de esetronco, en diecinueve oportunidades fue sobre descendientes emparentados. Ningún otrogrupo familiar, ni los vascos Argañarás, presentaron estos índices de autorecurrencia.Otra medida de centralidad accesoria a la anterior, pero que señala no ya la cantidaddirecta de los vínculos de un nodo, sino aquella otra, de carácter subyacente que, a partirde calcular las distancias mínimas entre nodos/agentes –denominadas geodésicas- y

    cotejándolas entre pares de nodos, permite reconocer cuáles de éstos, por su ubicaciónreticular, articulan los vínculos de los demás10..Esta es el grado de Intermediación. En él,usualmente, los que ocupan tales posiciones centrales exhiben los valores más altos.Dichas medidas de intermediación para la matriz de compadrazgos de bautismo resultanconsistentes con las anteriores referidas a centralidad de grado. Nuevamente, el nodo

    10 Robert Hanneman, uno de los más relevantes analistas estructurales contemporáneos, ha definido esta

    relación entre la intermediación y el poder al establecer que “a más gente que dependa de mí para hacerconexiones con otra gente, más poder tendré yo”, (Hanneman, 2001, 6: 13).

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    “otros” se constituye en el que articula la mayor cantidad de vínculos (37.295), y a travésdel cual se pueden conectar la mayor cantidad de nodos (496.771). Sin embargo, lavariación en este cálculo (6.329) es casi el triple de la media (2.398), lo que indica un muyelevado grado de dispersión de las relaciones, esto es, la existencia de conductasdispares y de concentraciones vinculares de valor local. Y, aunque el grado decentralización es mediano (35.84%, indicando que más de un tercio de la red está

    intermediado), sólo siete de los treinta y ocho grupos medidos superan esa media.Martínez de Iriarte (9.538%), Argañarás y Murguía (7.398%), Ramírez de Montalvo(5.157%), Ybarguren (3.554%) y Arana (3.066%) completan ese conjunto. En ellos seconcentran y acumulan los vínculos, pero sobre todo en “otros” que triplica la incidenciade los Rodríguez Vieira (11.495%), el segundo en orden y, en realidad, el primer grupofamiliar identificado. Estos son los que están más “cerca” del resto, y por lo tanto, los quetienen más facilidades de ejercer influencia sobre los demás vínculos. Desde luego, estodebe ser ponderado con el alto grado de endogamia que presentan. Endogamia que, a suvez, presenta características particulares. El grupo al que estaban más cercanamentevinculados los Rodríguez Vieira, por mucha diferencia, fueron los Rodríguez de Armas,también provienen del área galaico-portuguesa. En esto siguieron un patrón similar al queexhiben los Argañarás y Murguía y los Zárate en sus pautas matrimoniales, por las cuales

    reclutaron preferentemente cónyuges masculinos de un origen étnico-regional común.Precisamente, porque tales medidas de centralidad, en particular la de intermediación,tienen un significado sustantivo en el bosquejo del mapa del poder social local es queretomaremos ahora, para profundizar y complejizar, la sugerente –y muy útil- preguntaformulada por Lavallée. De ella se desprende que los más poderosos eran aquellos queposeían no sólo o necesariamente la mayor cantidad de vínculos, sino los de mejor“calidad” social. O sea, el que estaba vinculado estrechamente a los más poderosos.  Respondiendo a inquietudes semejantes, el investigador norteamericano Bonacich (1987)propuso dos formas distintas, pero complementarias, de ponderar los criterios decentralidad y poder 11. En tanto un nodo establezca estrechas relaciones con otros queposean, a su vez, vínculos fuertes y numerosos, su papel será central. En cambio, sidicho nodo establece lazos con otros que no están tan bien comunicados, el nodo en

    cuestión se vuelve poderoso, ya que esos vínculos van a depender de él para seguirconectados a la red, en relación a su mejor ubicación estructural. La diferencia entreambas medidas consiste en la aplicación de un denominado “valor de atenuación”, quepor defecto se asume como = 0. Este factor indica el grado de dependencia de lacentralidad de cada nodo en relación a las centralidades de los demás. Cuando a estefactor se le otorga un valor positivo se destacan las conexiones con nodos bienvinculados; en tanto que cuando a dicho factor se le da un valor negativo, se resaltan lasconexiones con nodos pobremente vinculados. Esto es, en un caso se destacan losgrupos centrales, mientras en el otro se subrayan los más poderosos. En el caso de lasmedidas de centralidad –o prestigio- y poder, ya no será el nodo “otros” el principal,posiblemente porque la mayor parte de sus vínculos son internos a su propio conjunto.Entre los más centrales y prestigiosos, esto es, los que apadrinan a miembros de otros

    grupos prominentes de similar jerarquía y fuertemente interconectados entre sí, sedestacan los encomenderos salto-jujeños Tapia y Loayza (16.000%), seguidos de lafamilia Argañarás (15.165%), que como hemos venido señalando era la más activa ynotable de la ciudad. Los Tapia y Loayza, además, tuvieron una fuerte presencia en laregión desde antes de la fundación de San Salvador de Jujuy; lo cual les permitiómantener relaciones diversas con familias principales de toda la provincia y ocupar cargos

    11 Bonacich, Phillip, “Power and centrality: a family of measures”, American Journal of Sociology , 92, Pp.

    1170/1182, 1987

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    políticos de importancia tanto en Salta como en Jujuy. El grupo familiar fue fundado por elpadre de Alonso de Tapia y Loayza, Gonzalo, quien fue el primer encomendero de lospaypayas a fines del siglo XVI; al mismo tiempo lo fue de una fracción de churumatas ytambién de angastacos, ubicados en territorio salteño. Al frente de estas encomiendas lesucedió su ya mencionado hijo Alonso en segunda vida; y a éste sucedió su hija María deTapia, al menos en los feudos de angastacos y paypayas.

    Estos linajes principales eran, invariablemente, feudatarios –aunque el grupo de los másimportantes no se agotaba en ellos-. Por lo que utilizaremos la disposición de una mercedde encomienda como un rasgo diacrítico de tal conjunto. Las familias que disfrutaban deun feudo en alguna de sus ramas constituían casi la mitad (quince) de las treinta y ochopresentes en la red de compadrazgo.

     Argañarás y Murguía

    Ochoa de Zárate/Ortiz de Zárate

    Bernárdez de Ovando/Ovando y Zárate

     Aguirre Lavayén

    Tapia y LoayzaPérez Cisneros

    Vieira de La Mota/Rodríguez Vieira/Rodríguez de Armas/Armas Garro/La MotaPinedo Montoya

    Costilla Gallinato/Salcedo Poblete

    Rodríguez de ZalazarPérez de Quintana

    Tobar

     Amusátegui y Zárate

    Martínez de Iriarte

    Godoy Cáceres/De La Cadena

    Tabla 1. Grupos familiares que dispusieron de merced de encomienda

    De las restantes familias, la mayor parte se vincularon a estas casas de encomenderospor parentescos secundarios o terciarios.

     A continuación ofrecemos un listado de los conjuntos familiares que no poseyeronmercedes de encomienda, pero que estuvieron vinculados por vía de parentesco conotros que sí fueron beneficiados. Los apellidos mencionados en primer términopertenecen a aquel sector que no poseyó ningún feudo en su tronco principal. En segundotérmino son mencionados los grupos familiares de encomenderos a los que se vincularon.

    Yansi – Argañarás y Murguía

    Ferreira – Tobar – Salcedo Poblete – Costilla Gallinato

    Calvi Monte – Rodríguez Vieira de la Mota

    Pérez de Quintana – Argañarás y MurguíaPérez de Luque – Argañarás y Murguía

     Arana-ZáratePalacios-Argañarás y Murguía

    González de Mena-Tapia y LoayzaBustos-Tobar-Argañarás y Murguía

    Ramírez de Montalvo-Martínez de Iriarte-Salcedo Poblete

    Martínez de Tejada-Pérez Cisneros-Bernárdez de Ovando

    Ybarguren-Argañarás y Murguía-Martínez de Iriarte

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    La Tijera-Goyechea-Rodríguez Vieira de La MotaHerrera-Tobar

    Garnica-Zárate-Ovando y Zárate

    Tabla 2. Grupos familiares que no dispusieron de encomiendas emparentados confeudatarios

    No obstante, en ningún caso los grupos familiares no beneficiados directamente por unamerced de encomienda carecieron de acceso al control de la mano de obra. Todos estosposeyeron esclavos negros. Además, de esos grupos familiares no encomenderos a suvez, siete disfrutaron de "piezas de servicio" indígenas capturadas en el Chaco o en lasguerras Calchaquíes (Guerrero, Herrera, Calvi Monte, Ferreira, Ybarguren, Martínez deTejada, Pérez de Quintana).Uno de estos linajes, los Guerrero, presentan valores cercanos tanto en su centralidad(7.479 %), por la que se mide su vinculación con sectores bien conectados y socialmenteprivilegiados; como en su prestigio (6.952%), esto es, en el cálculo hecho sobre losvínculos que los tienen como el polo jerárquicamente más relevante, o sea, apadrinando a

    miembros de sectores de status inferior y/o pobremente conectados entre sí. Por otraparte, son uno de las familias más representativas del sector de aquellos que sin haberdisfrutado de la percepción de una renta encomendera, fueron buscados para apadrinar laprole de otros sectores sociales de inferior jerarquía social. Formaron parte de la élitecapitular, pero de manera marginal. Esta familia fue fundada por un funcionario capitular  – Francisco, quien fue el escribano local durante más de doce años (cargo no electivo) ytambién Sargento Mayor-, y su hermano Pedro, de menor participación pública; y aunqueno lograron establecer vínculo matrimonial dentro de la élite; sí están entre los quelograron establecer alianzas eficaces por vía de compadrazgo. A la inexistente vinculacióncon la élite local que registran en el campo de las transacciones matrimoniales, lecorresponde una imagen especular a la hora de buscar padrinos12 a su descendencia.

     Así, lograron establecer compadrazgos asimétricos con algunas de las principales familias

    locales. Entre 1662 y 1699 los Guerrero hicieron apadrinar a ocho de sus menores pormiembros prominentes de las principales casas de la élite – Argañarás y Murguía, Pinedoy Montoya, Pérez Cisneros, Garnica, Amusátegui, Rodríguez de La Mota. A la inversa ydurante este mismo período, los hermanos Pedro, Francisco, Antonio y Juana Guerreroparticiparon como padrinos y madrinas en once bautismos de criaturas de gruposfamiliares ubicados fuera de la élite y en un lugar subordinado respecto de ésta. En dosoportunidades apadrinaron niños de su mismo tronco familiar. En cambio, no apadrinaron

     jamás a un descendiente de un linaje principal.Sin embargo, el apellido más buscado – Arana- por miembros de sectores externos a laélite y con débiles lazos entre sí no formaba parte de aquel sector dominante. Su origenestaba en la jurisdicción de Charcas y no pertenecían a la élite jujeña. Este apellidoaparece como el mejor posicionado entre los que apadrinaban a sectores subalternos

    12Es necesario recordar que, tal como lo manifiestan Nutini y Bell, Parentesco Ritual.., el establecimiento del

    padrinazgo -sea por bautismo, matrimonio o confirmación- establece un vínculo entre los padres reales y lospadrinos -padres espirituales- en el cual la figura del ahijado no conforma un dato principal, sino que sirve deagente o mediador a la relación de "compadres" -la realmente trascendente-, a la vez que "el padrinazgoimplica status desiguales entre las partes. Eso también se dice mucho de los mediterráneos cristianos. Enalgunas comunidades, la asociación entre el padrinazgo y la superioridad es muy estrecha..." (Davis, John,

     Antropología de las Sociedades Mediterráneas, Anagrama, Barcelona, P. 228, 1977). Precisamente esteúltimo punto es central para comprender la relación que establecían los miembros de la familia Guerrero consus padrinos.

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    (18.337%), seguido nuevamente por los Argañarás y Murguía (15.958%), y los Tapia yLoayza (15.080%). Dicha familia se fundó alrededor de un migrante peninsular, Juan de

     Arana, de origen desconocido, quien se afincó junto con su descendencia en el valle deTocla, cercano a Santiago de Cotagaita, adonde se desempeñaron como productoresagropecuarios. Tal vez ese origen europeo, habida cuenta de la tendencia secular abuscar foráneos para establecer parentesco que vimos en los hábitus nupciales, o su

    papel en la vida social, económica y política en el Sur de Charcas, puedan contribuir aexplicar esta posición de relativa preeminencia. Este caso ilustra la utilización que sehacía de tales vínculos putativos asimétricos entre las "capas medias" que componían laperiferia de la élite y los sectores subordinados. Aquí, su funcionalidad acude a reforzar laidea de que "el parentesco espiritual no sólo complementaba, sino que ademásreemplazaba en algunos aspectos a la variante 'natural'..."13.Otros dos grupos cuyos miembros fueron requeridos, aunque en menor grado, paraapadrinar familias de la élite pobremente vinculadas y sectores subordinados, fueron losCalvi Monte (6.944%) y los Carvajal y Vargas (8.805%). Ambos merecen un brevecomentario. Los Calvi Monte, de origen charqueño, se transformarán durante la centuriasiguiente en uno de los cuatro grupos más poderosos de la jurisdicción, y se vincularánpor vía de parentesco con la mayor parte de la élite; en particular se fusionarán

    exitosamente con el tronco Rodríguez Vieira/de La Mota/Rodríguez de Armas, y mástarde con los Goyechea. El fundador de este grupo familiar, Vicente, era natural de LaPlata, llegó a ser teniente de gobernador de Jujuy entre 1687 y 1692 y para 1699 ya eramaestre de campo. En octubre de 1684 contrajo matrimonio con María Magdalena Vieirade La Mota. El y su descendencia fueron importantes estancieros, pero su relevanciasocial fue aún más destacable durante el siglo XVIII, cuando por sus manos pasaron lastierras del Pongo, San Juancito y el valle de Perico heredadas de los Rodríguez Vieira.

     Allí desempeñaron actividades ganaderas, aunque también se destacaron en el comerciourbano de San Salvador de Jujuy. Desde fines del siglo XVII y durante la centuriasiguiente tuvieron, también, una fuerte presencia capitular.Los Carvajal, quienes según los criterios que aplicamos no forman parte de la élite,aunque si de sus aliados cercanos, se organizaron alrededor de un paterfamiliae que era

    un poderoso empresario minero y comerciante de Sud-Lípez., Diego de Carvajal yVargas. Este frecuentó a gobernadores y hacia mediados del XVII (1645) figuraba comomorador de la ciudad de Jujuy y era tenido por el gobernador Mercado y Villacorta comoun benemérito de la guerra calchaquí. Hacia esa fecha, también, ya era socio de PabloBernárdez de Ovando -el principal terrateniente y ganadero jujeño del XVII- en algunassociedades comerciales.El análisis alrededor de la centralidad y el prestigio, el poder en términos de análisisreticular, nos permite reconocer el juego de jerarquías y asimetrías, las estrategiasreproductivas14, que se desarrollaron en esta sociedad. Según Nutini y Bell (1989) elcompadrazgo horizontal, simétrico, suele desarrollarse en comunidades igualitarias;mientras que el compadrazgo vertical o asimétrico lo hace en comunidades estratificadas.Desde luego, en una sociedad compleja como lo era la jujeña del siglo XVII, no es posible

    esperar una versión única del compadrazgo. En su lugar, lo que se encuentra es unasuerte de “juego estratégico” en el que los status y distancias sociales son alimentados o

    13Goody, 1986: 276

    14 Por "estrategias reproductivas" no vamos a entender stricto sensu la reproducción biológica, sino que la

    extenderemos para abarcar a todos aquellos mecanismos destinados a reproducir al grupo familiar comonúcleo de poder material y simbólico, y, por lógica consecuencia, que reproducen un determinado status quo.Por lo tanto quedan comprendidas dentro de las mismas todas las maniobras destinadas a captar "clientelas",a ejercer "patronazgos" y liderazgos -formales e informales-, etc.

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    amortiguados de acuerdo a la necesidad, al caso y sobre todo, a la situación social en juego. Al interior del sector social, económica y políticamente hegemónico, la élite, sedesarrollaron relaciones de compadrazgo asentadas sobre posiciones relativas similares,simétricas, o de una asimetría muy leve. Esto resultó habitual entre grupos familiares sinparentesco entre sí, o con un grado muy lejano, lo cual permitía aproximarlos a través de

    fuertes lazos de adhesión entre ambos. Tal situación está representada en lospreparativos que dispuso Pablo Bernárdez de Ovando para llevar a su joven esposa, AnaMaría Mogollón de Orozco a su estancia de Yavi en 1676, quien por alguna razón que noha llegado a nuestros días, se mostraba renuente a ello. Parte de su estrategia consistióen preparar, y presentar, una trama de vínculos entre los que el compadrazgodesempeñaba un papel central. Esa trama es ofrecida como mecanismo de contenciónafectiva y social a su nueva esposa, y también como parte importante del capital simbólicoque Bernárdez de Ovando ponía en juego.

    “…viniendo con sus hermanos bastara que diez leguas de aquí hallara a doña Lorenza su amiga y prima, criolla de mataca, mujer de mi amigo Juan de Burgos, que la espera con un niño que parió paraque sea su comadre; le tiene desde la pascua o tres días después, que fue cuando nació sincristianarle por esperarla, y que seamos sus compadres. Y asimismo, hallará en dicho paraje otrascomadres, y la del capitán Luis de Alfaro, teniente de los chichas que lo es; y mis ahijadas, y sin estas

    dichas señoras que desean // servirla, como son, la mujer de Josseph de Tejerina y Villafañe, vecino ymuy honrado, y su cuñada, doña Magdalena de Suniga, mujer de Josephe de Burgos, que a un año

    que murió, también compadre…” 15  

    Esto solía derivar en que tales adhesiones se transformaban en sustento político,acuerdos comerciales y/o productivos o apoyos financieros en momentos de necesidad.Por otra parte, los miembros de la élite se involucraron, como ya fuese analizado, enrelaciones de compadrazgo basadas en la diferencia de jerarquía. En estas, el individuodel grupo familiar prominente, establecía una relación clientelar que lo tenía como"patrono" de una díada conyugal que poseía una posición social inferior. Estos últimossolían buscar en esos vínculos apoyo, protección y eventual ayuda para el ascenso social.Un caso ilustrativo sobre la asimetría y las redes de obligaciones a las que sometía elcompadrazgo lo constituye el de Mariana de Ovando y Zárate, hermana de don Pablo

    Bernárdez de Ovando, y habitante de la villa de Mizque. A su muerte deja encargado a suviudo y albacea, Francisco de Laoseja y Alvarado, que "se le den a mi comadre doñaJuana Gabriela de Tapia que esta en esta villa veinte botijas de vino en la bodega comotengo dicho a las demas mandas por ser pobre y cargada de hijos ..."16. Tal vínculo, quepresentaba aspectos muy concretos y materiales, se extendió también al rescateeconómico de compadres caidos en desgracia

    ”dar y pagar cantidad de plata en vino a Juan gutierrez de estrada por Execuçion que hizo a doñaMaria de Samaniego muger que fue de Mesina mis compadres por lo qual se le remataron los esclavosque se le vendian y por hazerle bien me obligue a la dicha paga...”

    17 

    Este compadrazgo asimétrico tuvo su mejor expresión en situaciones donde lasdiferencias de jerarquía social eran máximas. Donde uno de los polos -el más prestigioso-estuvo constituido por miembros notables de la élite, encomenderos o poseedores de"piezas de servicio" chaqueñas o calchaquíes. (Obviamente, estas consideraciones son

    las mismas para aquellas situaciones que involucran a esclavos negros y a sus amos). Elotro polo estaba formado por sus encomendados o indios de servicio. Aquí, la acción másimportante de los compadrazgos era establecer un vínculo entre el indio de servicio -oencomendado, o esclavo negro-, y su amo/a o feudatario/a. Este tipo de prácticas tan

    15 Archivo Histórico de la Provincia de Jujuy, Colección del Archivo del Marquesado del Valle de Tojo (en

    adelante AHPJ-CAMVT), carpeta 264, 1676, fs. 3v/416

     AHPJ-CAMVT, carpeta 282, año 1669, fs. 14.17

     AHPJ-CAMVT, Loc. cit.

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    marcadamente asimétricas descubren uno de los rasgos ideológicos más acentuados yde mayor perduración del régimen patrimonial-estamental vigente en el XVII: elpaternalismo.Esto se observa con mayor nitidez en aquellos compadrazgos instituidos alrededor delsacramento de la confirmación. Allí, los personajes principales tomaban bajo su tutelaespiritual la confirmación como miembros de la comunidad de creyentes de los sectores

    subordinados.En 1663, Feliciana Vieira, hija de un primer matrimonio de Juan Rodríguez Vieira conIsabel de Castro, amadrinó a Teodoro de Ynojosa, hijo de Antonio e Inés, todos de suservicio. Algunos años después, en 1668, el ya clérigo y figura consular del Jujuy de lasegunda mitad del siglo XVII, don Pedro Ortiz de Zárate, apadrinó a Pascual deSanpedro, asistente e hijo de asistentes suyos en la iglesia matriz.Este paternalismo se expresó en el ámbito del sacramento bautismal de manera diversa,aunque siguiendo la misma lógica. Allí en muchas ocasiones se suplió la ausencia de losprogenitores reales, por la tutela efectiva que los personajes principales de la éliteestablecían con vástagos de origen subordinado a los que criaban. Sobre quince casos debautismo de criaturas de progenitores desconocidos y/o fallecidos o expuestas a laspuertas de familias de la élite ocurridos entre 1665 y 1689, en diez oportunidades

    integrantes de las familias Argañarás, Rodríguez Vieira, Ramírez de Montalvo, Rodríguezde Armas, Amusátegui, Ybarguren, Zárate, Mirabal, La Guerra y Rodríguez de La Mota,apadrinaron huérfanos de sectores subordinados o padres desconocidos que estabansiendo criados por ellos, o por otros miembros de la élite. En uno sólo de esos casos elhuérfano era descendiente de un miembro de ese mismo sector social. Por otra parte, ycomo vimos en el grafo 1, los Rodríguez Vieira eran, con diferencia, el grupo másbuscado para establecer un vínculo de compadrazgo. La mayoría de esos lazosprovenían de sectores socialmente subordinados.Si bien el paternalismo también fue un principio rector efectivo en los sectores nuclear yperiférico de la élite, a través, p. ej., de la figura del paterfamiliae como centro de laorganización familiar y parental, también adquirió matices que no se presentaron en lossectores subordinados. Entre los conjuntos familiares más poderosos el compadrazgo se

    muestra como una de las vías preferentes para reconocer e identificar la homogamiasocial, porque los que se vinculaban entre sí conformaban un mismo conjunto socialclaramente separado de "las demas gentes ordinarias", de tal manera que los miembrosde la élite y sus aliados conformaban una red invisible, pero eficaz, de amistades yvínculos, que si bien tenía una base económica18, no se agotaba en ese campo.

     A continuación, intentaremos establecer la posibilidad de que tales vínculos decompadrazgo se hayan condensado y concentrado en alguna forma de sub-agrupaciónentre nodos; de grupos que se vinculaban más entre sí que con el resto de la red. Paraello, recurriremos al cálculo de Cliques y N-Clan que ofrece el programa de análisisreticular UCINET VI. Las Cliques o camarillas son conjuntos de nodos, que representangrupos familiares en nuestro caso, que establecen todas las relaciones posibles entreellos, o sea, que presentan un nivel máximo de redundancia; que en este caso nos

    señalará las preferencias de compadrazgo más estrechas. Técnicamente se conocen

    18 "En el núcleo de la organización de la elite se encuentra la familia o alguna noción de clase hereditaria.

    Pareto mismo usó aristocracia y clase dominante de manera indistinta antes de proponer el término elite ensus últimos trabajos (...) De aquí que la clase no se deba organizar sólo a través de la familia, sino a través delas redes y las alianzas, inclusive reclutando talentos y obteniendo apoyo en otras clases. La acumulación decapital es necesaria para mantener y desarrollar las elites..." (Hansen, E. C. & Parrish, T. C.; "Elite versus theState. Toward an Anthropological contribution to the study of hegemonic power in Capitalist society", Elites.Ethnographical Issues, Univ. of New Mexico Press, Albuquerque, Pp.265/266, 1983)

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    como “subgrafo máximo completo”19 y se utilizan para identificar y analizar elfuncionamiento de pequeñas sociedades o subconjuntos dentro de agrupaciones mayoresa partir de la densidad de sus vínculos entre sí, superior a los que mantienen con el restode la red. Las relaciones patrono/cliente y algunas sociedades comerciales de vínculosparticularmente estrechos son sus ejemplos.En tanto que un N-Clan es una categoría analítica que permite obtener una visión

    “suavizada” de la clique o camarilla, por la cual un nodo accede a otro a través de untercero en común, bajo la condición de que todos esos vínculos y vértices formen parte dela red, esto es, permitiéndonos reconocer los vínculos de compadrazgo entre grupos quemantienen ese mismo vínculo con un tercero común. A fin de observar la dinámicaconcreta de agrupación entre familias vinculadas a través de lazos de compadrazgoomitiremos la participación del ítem “otros” y restringiremos la integración de lascamarillas a los grupos familiares identificados efectivamente.Se conformaron cuarenta y seis cliques o camarillas de por lo menos tres miembros.Trece de estos subgrupos estuvieron integrados por los Rodríguez Vieira y diez por los

     Argañarás; mientras que los Pérez de Cisneros lo hicieron en siete oportunidades; y Tapiay Loayza e Ybarguren participaron en seis cada uno. Los que más subgruposcompartieron fueron los Argañarás, Rodríguez Vieira, Martínez de Iriarte y los Yansi,

    parientes afinales de los primeros y, como ellos, de origen peninsular. Todos estosgrupos, menos los Tapia y Loayza, establecieron alianzas matrimoniales entre sí, aunquesólo los Yansi y Ubilla y los Ybarguren lo hicieron directamente con los Argañarás.Los Rodríguez Vieira participaron, como expresamos, en trece cliques. En sólo tres deestas agrupaciones se vincularon asociaciones con apellidos no emparentados por víanupcial. En las restantes diez al menos uno de los otros dos componentes de la clique yaestaba vinculado matrimonialmente con este grupo familiar. Esto señala una variante desu tendencia homogámica, la de reforzar los vínculos de compadrazgo con grupos a losque ya estaba unido por ese lazo y un bajo interés por establecer vínculos fuera de ciertocírculo social y parental. Su participación en cinco de los siete N-Clanes encontradosamplía este sentido; ya que comparte un máximo de asociaciones (cinco en cada caso)con Argañarás, Tapia y Loayza y su mismo grupo familiar. En un nivel inmediatamente

    inferior, compartiendo cuatro asociaciones, la enorme mayoría de los grupos vinculados(seis de ocho), o eran sus afinales, o estaban vinculados matrimonialmente con las dosfamilias principales durante el siglo XVII, Argañarás y Ochoa de Zárate (Zárate, Ramìrezde Montalvo, Ybarguren, Amusátegui, Pérez de Espinosa, Bustos).Otro de los grupos destacados en este análisis, los Pérez de Cisneros, fueronencomenderos de los purmamarcas a partir de 1665 y hasta, por lo menos, 1686.Desarrollaron una importante actividad capitular, ocupando en diversas administracionesla alcaldía de primer voto –subrogante del teniente de gobernador-. Sus principalesactividades económicas estuvieron vinculadas a la producción agropecuaria y al engordede ganado. Integraron siete de las cuarenta y seis Cliques. En ellas sus vínculos decompadrazgo más firmes se establecieron al interior del propio grupo familiar y con otrosgrupos no emparentados previamente, (Ramírez de Montalvo, Guerrero, Arana,

    Ybarguren, Tobalina, Ovando y Zárate, Tapia y Loayza). En estas camarillas  –o cliques-sólo estuvieron previamente emparentados afinalmente con los Aguirre Lavayén y losSalcedo Poblete. Sus vínculos matrimoniales locales fueron con a los Martínez de Iriarte,

     Argañarás, Martínez de Tejada, Salcedo Poblete, Aguirre Lavayén y Bernárdez deOvando. Sus lazos con grupos familiares comunes a sus compadres se expresaron en laparticipación en cuatro de los siete N-Clanes. Allí reforzaron sus lazos con todos sus

    19 Quiroga, Agueda., Introducción al análisis de datos reticulares, v. 2, Depto. Cs. Pol., Univ. Pompeu Fabra,

    Barcelona, 2003

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    afinales, excepción hecha de los Bernárdez de Ovando, además de vincularsedirectamente con otros grupos familiares no emparentados como Guerrero y Arana. LosPérez de Cisneros, entonces, utilizaron sus vínculos de compadrazgo de manera distintaa la que lo hicieron los Rodríguez Vieira, prefiriendo ampliar sus relaciones más allá delcírculo de afinales, con los cuales compartieron lazos con terceros grupos, restringiendoasí el vínculo con sectores externos a la élite.

    Los Ybarguren afincados en Jujuy fueron cuatro hermanos –Domingo, Miguel, Pascual yJosé- y tres hermanas –Petronila, Ana e Ysabel-. Si bien uno de ellos –Pascual- y supadre –Domingo- eran originarios de San Miguel de Tucumán, cuatro de ellos se casaronen Jujuy, ciudad en la que residían todos en la década de 1680. No se registraronencomiendas propias en este grupo familiar, y sólo pudieron tener un acceso indirecto aalgunas de éstas a través de su alianza matrimonial con los Argañarás y Murguía.Ninguna de sus otras alianzas dispusieron de una, aunque sí hubo entre ellos mineros -Carvajal y Vargas -, estancieros, comerciantes y funcionarios – Argañarás, Campero yHerrera, Tobalina, Pérez de Espinosa. Participaron de seis cliques o camarillas. Tambiénfueron un grupo familiar que privilegió sus vínculos internos (seis). Los seguían enimportancia sus lazos con el conjunto de apellidos externos a la élite -“otros”- (cuatro); yluego recién aparecen sus relaciones con otros grupos familiares destacados,

    principalmente los Martínez de Iriarte (dos) y los Palacios (dos). Están presentes en cincode los siete N-Clanes. En uno sólo de ellos están co-presentes también cuatro de susgrupos afinales, a excepción de los Campero y Herrera. En todos los demás N-Clanes suco-participación con afinales no pasa de dos. Esto indica que los Ybarguren buscaron,como los Pérez de Cisneros, ampliar sus vínculos locales más allá del círculo de familiasemparentadas, sin enfatizar la relación con grupos externos a su sector social y local.En tanto, los Yansi y Ubilla también tuvieron destacado desempeño capitular, ocupandouno de sus miembros –Juan- las alcaldías de primer y segundo voto entre 1627 y 1632estando asociados al linaje Argañarás, al haber desposado en segundas nupcias a DoñaIsabel, hija de los fundadores de la ciudad, Don Francisco de Argañarás y Murguía y DoñaBernardina Mirabal. Hacia 1660 ya se habían unido matrimonialmente con los Martínez deIriarte a través de Doña Ana de Yansi. Estos lazos fueron los únicos que registraron

    matrimonialmente a lo largo del siglo. Participaron en cuatro camarillas. En todas ellas,con la presencia de los Martínez de Iriarte, y en dos sumando a los Argañarás. Salvo enun solo caso, -excepción hecha de los Ortiz de Luyando y Zárate-, los grupos quecomponen las cuatro cliques están emparentados afinalmente con los Argañarás, con losMartínez de Iriarte, o con ambos. Aparecen también en tres de los siete N-Clanes y ensimilares condiciones a las anteriores. En todos los casos, la relación con el clan incluye asus afinales Argañarás y Martínez de Iriarte; aunque en estos casos, no todos los gruposintegrantes están emparentados matrimonialmente con ambos.Los Martínez de Iriarte provienen de un linaje de encomenderos de la jurisdicción de Salta

     –Luracatao-; y fueron, también, poderosos estancieros e invernadores de la cuenca deChoromoros, al norte de San Miguel de Tucumán. Este grupo familiar fue fundado por elcapitán Don Juan Martínez de Iriarte, presuntamente originario de Guipúzcoa, hidalgo y

    señor de la casa y solar de Iriarte. Fue encomendero de los anganomos, en el valle deChoromoros –Tucumán-. El y su descendencia poseyeron y explotaron estancias en

     jurisdicción de Salta y Jujuy, donde fueron activos invernadores de ganado mayor. Su hijomayor, homónimo, fue vecino de San Salvador de Jujuy. Si bien no desempeñó cargoscapitulares allí, sí lo hizo su primo hermano Diego Ramírez de Montalvo, quien fue alcaldeordinario de primero y segundo votos entre 1671 y 1681. Su presencia en ocho camarillassiempre estuvo acompañada de algún grupo afinal, salvo en un solo caso, en el que delos cuatro miembros del conjunto, dos eran sus parientes (Argañarás, Ramírez deMontalvo, Yansi y Ubilla y Otros).

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    Los Martínez de Iriarte también participaron en siete N-Clanes, en seis de los cualesestuvieron presentes los Argañarás y los Arana, y en cinco los Rodríguez Vieira, los Pérezde Cisneros y los Palacios, estos dos últimos sus afinales. La utilización del recursovincular del compadrazgo hecha por este grupo se conduce en el mismo sentido que losdos grupos antes expuestos. Una ampliación de sus contactos más allá del parentesco,acompañada de un reforzamiento de los lazos afinales y del establecimiento de

    compadrazgos con grupos familiares ajenos a la élite. Aún cuando el ritual de la confirmación aparece como secundario con relación alcompadrazgo establecido en el bautismo, sus datos pueden proveernos de másinformación acerca de la dinámica y organización de esta sociedad colonial.Para su cotejo y evaluación hemos ordenado la información de los registros deconfirmación de idéntica manera que los bautismales. La matriz resultante de talprocedimiento tiene un carácter ponderado y presenta ciento noventa y ocho registros porciento noventa y ocho. El grafo que la ilustra, al igual que el anterior, también se presentaponderado. La distancia entre nodos representa el grado de cercanía –y lejanía- entreellos a través de sus vínculos. Su diámetro está en relación directa al grado –cantidad delazos- que cada nodo presenta. Finalmente, su color informa acerca de su capacidad deintermediación o, lo que es lo mismo, las veces que un nodo aparece en los caminos más

    cortos –o geodésicas- entre otros dos pares de nodos.

    Grafo 3. Compadrazgo por  confirmación, Total parroquial, S. S. de Jujuy, S. XVII 

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     A los fines de facilitar la lectura del grafo sólo hemos incluido la identificación de losprincipales grupos familiares de la élite, acompañados de los más relevantes en estamedida –hayan formado o no parte de aquel sector social-. El listado identificatorio decódigos está anexo al final del trabajo. A diferencia del grafo de bautismos, este no serestringe a relevar sólo los vínculos de la élite. Por el contrario, toma en cuenta toda lapoblación consignada en los registros eclesiásticos. De allí que haya surgido la necesidad

    de crear un nodo genérico particular, denominado “desconocida”, que aglutina a todosaquellos registros para los cuales no se brinda información de paternidad/maternidad.Es, precisamente, este último nodo el que se destaca por su diámetro, esto es, el quepresenta la mayor cantidad de vínculos emitidos y recibidos. En sus cercanías, yrepresentando los nodos familiares particulares que mayor cantidad de vínculosestablecieron lo siguen en orden los Rodríguez Vieira (102), Argañarás y Murguía (16),Guerrero (61), La Mota (64) y Ramírez de Montalvo (97). Pero tal vez el dato que másresalta es la gran cantidad de nodos de pequeña escala y de idéntico color, o igualcapacidad de intermediación, -los pequeños círculos azules-. Esta última es, para dichosnodos, igual a cero. Lo cual indica gráficamente el grado de desigualdad en laconcentración de los lazos de compadrazgo entre los pocos que sí participan de vínculosrelativamente numerosos –y por lo tanto articulan a otros grupos familiares entre sí-; y la

    enorme mayoría que no presenta tal capacidad. Al igual que la matriz de bautismos, al estar ponderada y ser indirecta ordena y separa losdatos de ingresos y los de egresos, esto es, las ocasiones en las que los nodosapadrinaron criaturas ajenas –aún las de otros familiares de su apellido-, de aquellas enlas que fueron su propia prole las apadrinadas o amadrinadas por otros.En ambos casos los índices de centralización son muy bajos y similares (3.083% desalida, y 2.913% de entrada). Entre los datos de salida, o sea de solicitud decompadrazgo, el valor más alto lo presenta el nodo “desconocida” con 3.367%, seguidopor Rodríguez Vieira (2.525%), Ramírez de Montalvo (2.357%), Guerrero (1.852%),Yriarte (1.515%), La Mota (1.347%), Argañarás y Murguía y Tapia, ambos con 1.178%.Tal orden respeta y utiliza las jerarquías locales. Es comprensible y esperable que el nodogenérico –Desconocida- haya sido el que más vínculos solicitó o buscó, ya que en él se

    condensan y resumen los sectores subordinados locales, y aquellos no identificados queno residían localmente, pero que, en cualquier caso, también se ubicaban en el poloasimétrico de la relación. Los portugueses Rodríguez Vieira, como ya fuese expuesto,fueron particularmente prolíficos, y aparentemente también exitosos si tenemos en cuentala cantidad de sus descendientes que llegaron a la pubertad; etapa en la que se realizaronla mayoría de los rituales confirmatorios. La Mota fue un grupo familiar que se fusionó conéstos por vía matrimonial hacia mediados del siglo XVII. Resulta lógico, también, estaposición destacada del linaje Guerrero, por todo lo expuesto acerca de los bautismos.También parecen haber utilizado provechosamente la vía de la confirmación paraestrechar o establecer lazos con sectores nucleares de la élite local. Los Argañarás yMurguía, en cambio, lo utilizaron ya para estrechar vínculos previos –con RodríguezVieira-, ya para fortalecer alianzas indirectas con grupos familiares que estaban

    vinculados a sus afinales Zárate –Pineda, Garnica-. Ramírez de Montalvo, Yriarte –Martínez de Yriarte- y Tapia –Tapia y Loayza- utilizaron esta vía, en cambio, paraestablecer nuevos lazos y aproximarse a grupos familiares no emparentados.La jerarquía dada por los datos de ingreso, o sea, por los vínculos que buscaron a unpersonaje de esa familia como padrino/madrina de confirmación fue la siguiente:

     Argañarás y Murguía fue el grupo mejor representado con 3.199%; Rodríguez Vieira(2.262%); Armas (1.852%), Ybarguren y Desconocida con 1.515%, Guerrero 1.347% yLavayén con 1.010%.

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    Esta última medida identifica y registra al sector que proveyó el polo dominante delcompadrazgo confirmatorio. Aquí nuevamente la familia del fundador y los fuertescomerciantes portugueses, seguidos de cerca por otro grupo familiar que se integrarádurante el s. XVII a los nombrados en segundo término y también de origen lusitano –

     Armas-. Asimismo vuelven a aparecer, con un valor inferior –en el puesto seis, en lugardel tercero de la medida de egreso-, los Guerrero, quienes eran solicitados por compadres

    y comadres que provenían como en el caso de los bautismos, de ese sector genéricoindiferenciado denominado Desconocida.

     Al analizar la información estadística que acompaña a estos cálculos es posible reconocerque no existe una gran diferencia entre las medias y las correspondientes variacionesestándar (0.315 y 0.473 para los ingresos y 0.315 y 0.427 para los egresosrespectivamente). Esto indica, primero, que la conducta general de estos vínculos seajusta relativamente al comportamiento indicado por la media esperada. Esto es, comoconsecuencia directa de la débil centralización, tampoco existen grandes variaciones queindiquen un alto grado de centralización y concentración de los vínculos. En todo caso,señala la existencia de una concentración a pequeña escala alrededor de losnodos/grupos familiares comentados; a diferencia de los bautismos adonde las conductassí se alejan notoriamente de la media. Esto se expresa en que para las confirmaciones

    alrededor del 40% de la red supera la media de egreso e ingreso; mientras que para losbautismos, ese porcentaje es del 26%. Segundo, tales grupos coinciden en general conlos más notables en otros cálculos, -Argañarás y Murguía, Rodríguez Vieira, Rodríguez de

     Armas-, incluyendo al linaje Guerrero, que aún siendo marginal en la red de intercambiosmatrimoniales, se muestra mucho más activo y destacado en los bautismos yconfirmaciones.En lo referente a las medidas de intermediación, o presencia en los vínculos entre otrosnodos/grupos, el grado de centralización de la red de confirmaciones es bajo (5.08%);sobre todo comparado con el 35% alcanzado que se registran en los bautismos. Lo cualindica una conducta de articulación general no muy dispar, que sólo produce unaconcentración y acumulación alrededor del nodo “desconocida”, y de unos pocos gruposfamiliares encabezados por los Rodríguez Vieira, Argañarás y Murguía, Guerrero,

    Lavayén y Román. Estos dos últimos no alcanzaron tal relevancia en los vínculos directosde confirmación, ni tampoco en los bautismos.El nodo más destacado en este campo fue nuevamente el genérico –Desconocida-, perosi lo omitimos, los que resultaron ser los más activos intermediadores fueron losRodríguez Vieira, quienes con 4.291% articularon más grupos familiares a través de suactividad de compadrazgo en el sacramento de las confirmaciones. Los siguen losdescendientes del fundador de la ciudad – Argañarás y Muguía- (3.601%); el grupoGuerrero (2.983%); Lavayén (2.063%) y Román (2.038%). Todos estos grupos superan eldos por ciento de representación en la muestra, y encabezan el conjunto de treinta y ochonodos que superan la media. De estos, el 44% formaba parte de la élite. Es necesarioseñalar nuevamente que el principal grupo familiar intermediario era, a la vez, el queejercía más acusadamente la endogamia; lo cual no hace sino subrayar el bajo grado de

    participación general en el ritual confirmatorio. Si a esto se le agrega que en lasconfirmaciones existen menos vínculos por nodo, en general, que en el bautismo,parecería reforzarse la idea de una importancia social menor del primero de lossacramentos mencionados.El análisis del prestigio y el poder, tal cual fuesen utilizados en ocasión de loscompadrazgos de bautismo, arrojan en el caso de las confirmaciones, una situacióncompletamente distinta. Para la medición del prestigio, recordémoslo, aquellos vínculosestablecidos con los mejor ubicados y con la mayor cantidad de relaciones, encontramosnuevamente al nodo genérico Desconocida, con un 76.205. Esto era esperable, dada la

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    tendencia establecida de ese sector a buscar compadrazgos asimétricos con los notables.Lo siguen el nodo Guerrero (54.450) y los Yriarte –Martínez de Yriarte- (53.170). Ambosmiembros “menores” de la élite jujeña. A ellos los siguen los Gárate (37.737); los Tapia  –Tapia y Loayza- (35.044); y los Calvi Monte (33.700). Si bien todos formaban parte de laélite local, sólo los últimos fueron un grupo que sobrevivió al siglo XVII y ocupó un lugarpreeminente durante el siglo siguiente. Los que seguían en el listado son, en su enorme

    mayoría, grupos familiares que no formaron parte del sector más concentrado de laeconomía, la política y las relaciones sociales en Jujuy. Ninguno de ellos, salvo los Yriartey los Guerrero, ocupó un lugar de importancia en las medidas similares que se hicieronpara el sacramento bautismal.En cuanto al listado emergente del análisis del poder –los que se vinculaban porcompadrazgo con sectores de menor relevancia-, encontramos que nuevamente el nodogenérico es el que concentró la mayor cantidad de vínculos con los sectores menos opeor conectados, pero esta vez casi doblando la diferencia con el segundo nodo enimportancia (108.161). Estos volvieron, también, a ser los Guerrero (60.333); a quiensiguen Argañarás y Murguía (43.570); Tapia (39.917) y Lavayén (38.740). En este caso,diez de los diecisiete primeros lugares lo ocuparon familias de la élite; confirmando lautilización selectiva de este vínculo tanto por parte de los sectores dominantes, como por

    los subordinados.El caso de la familia Guerrero plantea un problema singular. ¿Por qué razón un linajerelativamente periférico del sector dominante muestra semejante predilección tanto por losmás poderosos, como por aquellos que buscaban un vínculo con ese sector?. Sinconsiderar que tal respuesta pueda ser definitiva , creemos que el oficio del fundador dellinaje, escribano público y del cabildo, puede colaborar a resolver tal incógnita. En cuantoal resto del listado, es esperable que se presente una mayoría de familias notables.Finalmente, la estructura de las subagrupaciones que generó el compadrazgo deconfirmación es, creemos, suficientemente expresiva de la importancia social que se leatribuía a este vínculo. Contra las cuarenta y seis cliques o camarillas encontradas en elbautismo –conjuntos de familias que establecían entre sí un máximo de relacionesposibles-, sólo encontramos tres en las confirmaciones. Todas integradas por miembros

    de la élite (Rodríguez Vieira, Rodríguez de Armas, Guerrero, Argañarás y Murguía, Tapiay Loayza, Ramírez de Montalvo). Esto implica que los únicos grupos que mantuvieron unfuerte contacto entre sí en este tipo de compadrazgo, fueron del sector dominante. Locual, además, los señala con toda claridad, como el objetivo social del resto de la red.Considerando, además, que el 37% de los bautismos registrados fueron generados porfamilias de la élite, mientras sólo el 25% de las confirmaciones lo fueron, evidentementeéste último constituyó un mecanismo secundario y de menor importancia, en relación albautismo, como mecanismo de reproducción social alternativo y complementario a la víadel parentesco real.Por razones de economía expositiva hemos restringido la presentación de los cálculos aaquellos nodos/agentes que presentan valores relevantes al presente estudio

    10 - Amusátegui12 – Arana

    16 – Argañarás y Murguía17 – Armas

    30 – Bustos

    31 – Calvi Monte34 - Carvajal

    42 – Del Campo43 – Del Portal

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    44 – Del Sueldo46 – Díaz

    60 – Goyechea

    61 – Guerrero

    62 – Guzmán64 – La Mota

    65 – La Tijera84 – Ortiz de Luyando88 – Palacios

    90 – Pérez de Cisneros92 – Pérez de Luque

    91 – Pérez de Espinosa97 – Ramírez de Montalvo

    101 – Rodríguez de Armas

    102 – Rodríguez Vieira

    115 – Tobalina

    116 – Tobar

    124 – Ybarguren126 – Yriarte137 – Zárate

    140 – Tapia

    150 – Ortiz de Zárate151 – Ortiz de Murguía

    152 – Godoy156 – Martínez de Iriarte

    172 – Costilla Gallinato

    Tabla 3. Tabla con los principales apellidos presentes en el grafo deConfirmaciones

    Comentarios finales

    La utilización estratégica del Análisis Estructural permitió evidenciar las regularidades yrecurrencias asociativas, y también la ausencia de lazos, señalando los sectores socialesmejor y peor representados en las fuentes utilizadas; así como también los vínculosasimétricos entre ambos. En el sector de la élite se dieron más vínculos simétricos que enel resto de la red. Además, también fue sólo allí donde se expresó, agudamente enalgunos casos, la transformación de la homogamia –el matrimonio con los de la mismalocalidad, sector social-, en endogamia estricta. El refuerzo de los vínculos parentales

    tradicionales a través del bautismo, sobre todo, fue un recurso exclusivamente disponiblepara los sectores del poder social, económico, político, más concentrado. Entre lossectores intermedios se puede observar la fuerte tendencia a establecer vínculosasimétricos en los que ocupaban la posición subordinada.

     A partir de estos elementos inferimos que el parentesco espiritual fue utilizadoestratégicamente tanto para completar los vínculos afinales – Argañarás, Martínez deIriarte- y reforzar los ya establecidos –como en el caso de los Rodríguez Vieira, Rodríguezde Armas, La Mota-; como para aproximar a algunos grupos que no estaban losuficientemente ligados por vía matrimonial –Guerrero, Arana-.

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    En este contexto, el compadrazgo –de ambos tipos- fue utilizado en la mayoría de loscasos, como un recurso para ampliar el umbral de sociabilidad, hacia miembros delmismo y de otros sectores. Pero también fue utilizado –en particular, aunque noúnicamente, por los Rodríguez Vieira- siguiendo el uso tradicional en la península ibérica;como refuerzo de vínculos cercanos preexistentes y de los límites del sector social depertenencia. Es destacable que este proceso complejo acompañó el proceso de

    concentración y endogamización progresivos que sufrió la elite jujeña a lo largo del sigloXVII; y que, en ese contexto, el caso de los Rodríguez Vieira, y en menor medida

     Argañarás y Murguía, lo utilizaron como un recurso de refuerzo de los vínculos familiaresy étnico-regionales peninsulares, de tal modo que permite entenderlo como modelo de lamutación de homogamia a endogamia efectiva, pero sólo entre los sectores de la élitelocal. Los sectores populares, si atendemos a que el alcance del compadrazgo entre ellosfue considerablemente más restringido, no parecen haberlo utilizado de la misma manera.

    Publicado en: Paredes, Alejandro (comp), 2012, Redes Sociales: Análisis e intervención psicosociales. Editorial de la Universidad del Aconcagua, Mendoza, ISBN: 978-987-1511-

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    CVJuan Pablo Ferreiro,

     Argentino, 52 años. Casado, dos hijas.Licenciado en Ciencias Antropológica, F. F.y L.-UBA. Doctor en Historia, F. F, y L.-UNT.Profesor Adjunto Ordinario, a cargo de la cat. Organización Social y Parentesco, carrerade Antropología, Depto. Cs. Soc., FHyCS-UNJu.Investigador Adjunto CONICET.Director Unidad de Investigación “Ciencia, Cultura y Procesos Sociales en Latinoamérica”  FHyCS-UNJu.

     Areas y temas de Investigación: Antropología Histórica. Elites y estructuras sociales.Parentesco, redes y poder en el Tucumán Colonial. Parentesco y patrimonio en los vallesorientales jujeños.