000 Todos Somos Mi Palabra

8/17/2019 000 Todos Somos Mi Palabra

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Armando Incer.

TODOS

SOMOS MI

PALABRA

Boaco, Nicaragua.

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TODOS SOMOS MIPALABRA

Autor:

Armando Incer

Ilustración de la portada:

Anton Raphael Mengs

Siglo XVIII

Edición a cargo de:La Academia Nicaragüense de

la Lengua.

Procesamiento de texto:

Lic. Trilce Incer T.Alejandro Incer T.


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Yo soy todos Ustedes.

Todos sus nombres son mi nombre.

José Saramago

(Caín)

Sobre mi lengua se halla su palabra.

Libro de Reyes 22-2

Para que todos seamos uno.

Juan 17-21


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Declino eternidades

No recuerda que empezó en aurora

Ni siente que en un véspero termina.

Pedro Salinas

He contemplado mis dos extremosen una foto:

mi madre anciana y mi nieta niña;la rosada hermosura de la auroray el peso de la noche y su gemido;

alcanzo con un brazo mi orilla blancay con el otro llego

a la comarca de mi silencio oscuro.

Mi madre iluminaba el pan que comíamosy la escritura que ensayábamosen el cuaderno.

Nos llenaba el corazón como un bolsilloy contaba cómo viven los sueños:llevan el pecho abierto, nos decía,

y nos extienden sus manos de ceniza.Un otoño la refugió en el paraíso.

La niña, gaviota del estrecho,gotea un destello de luz

en sus mejillas;me muestra sueños con el pecho abierto

y yo tomo sus manos de ceniza.


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Calendario evadido

Mi hermano dice:Madre,

aunque me lo propuse,como un resumen de anhelos,

mi afán de acompañarte por tu vidano llegará hasta el fin.

Tú eres la que aquieta los díasdando lugar a mi palabra.

Aparecen obstáculos, escrutinios, silbidos,cosas que me distancian y me enredan;

yo recuerdo sus nombres, los anoto

sin distraerme de tu lado.

Siempre busqué asirme de tu mano para que no avanzaras solitaria

con tu simple fatiga y nuestra sombra.

Lo había platicado con los ángeles

y hasta pensé que ya era un trato hecho,inaplazable como el amanecer cada mañana,como la rosa de los vientos,como los mapas en papiro.


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Ese mi afán

ha tropezado con los vientos negrosque flagelan mi sangrey acuchillan mis huesos ateridos.

Son agoreros que señalan mi fin,van cortando mis días

y el suave acento que he tenido para ti.

Aunque me lo propuse, madre,mi afán de acompañarte por tu vida

es sólo un viento que bate mi ventana.


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Nunca pasa lo pasadoAngelita

A mediodía, eran mis hermanaslas que ponían la mesa familiar,

con el mantel planchado,los platos en su lugar y el tintineo de los vasos.

El sol daba calor a manos sueltasy convidando al alimento diarioconvocaba a la unidad.

Cuando mi padre se sentaba a la mesacompletaba la escena parroquial.

Para la ocasión

él se arreglaba la camisay nosotros nos peinábamos.

¡Bajo una luz ligeramente opacalogro certificar mi paraíso!

El ángel de la guarda susurraba paciencia

mientras mamá servía a cada unosu porción de delicia.

Luego, papá debía hacer su siestay la hermana pequeña,

deseando disfrutar de la ternura,se acostaba con él

y sus manos de niña se abrigabanentre las viejas manos laboriosas.


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Cuando papá encalló su trajinar

en la certeza de su edad avanzaday se acostó para siempre,mi hermana entonces

confió su soledad a mi memoriay se acostó también.

Entre una niebla de suaves tonos vagosque hoy conforman mis días, por mi padre y mi hermana

despliego lo que me dicta el corazónen lo privado de este canto.


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Sueño de la memoriaSarita

¡Qué quietud fue mirarte!

Acostumbradoal viento en el ilang florido,

la luna en el estuche de la noche,

mirarte allí me trajo a la memoriatu niñez dolorida,tu figura de máter dolorosaen el asalto de la sombra,

y asomados nosotros a la puerta,condolidos, mirándote.

¡En un alto follaje se inquietaban los pájaros!

Yo deseaba que tu rostro fuerael nacimiento de la Vía Láctea.

Y de nada servían las palabrasni el arroparte con cobijas tibias.

¡Sólo esperabas el suave amor,la imagen abundante!

Y aparecía papá pronunciando palabras decisivas.

Sin conocer la ruta de tu pena ponía tu dolor en retroceso

y en tí todo cambiaba.


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Él te envolvía con sus brazos,

sobre tu misma almohada ponía su cabeza;y como era un padre de papel secanteguardaba para sí tu sufrimiento.

Hasta entonces, callados,dejábamos de asomarnos a la puerta.

La presencia del padrecumplía su misión:

huía el viento con sus manos fríasy lograba el retiro de tu llanto.

¡Por las rendijas de las hojas verdesse abalanza una centella azul!

¿Recuerdas a papá como lo estoy haciendo?

Pero ahora, sin él, sin ti,recojo el resplandor de tu consueloy veo que los años se han cerrado

respetando el derecho a mi nostalgia.


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Oferta de luzAlejandro

Su padre lo vio y se le

enternecieron las entr añas.

Lucas, XV-20

La amarga luz del desencuentro

comenzó como ceguera súbita,dejándonos bajo una carpa de imprevistaintemperie.

Yo me encuentro privado de tu imagen; para poner al tiempo de rodillas

sujeto estoy

al fiel de una balanza inmóvil.

Por más que abra los ojos no te veoy en esa oscuridad yo me interrogo:

¿Dónde estoy,qué oración me consuela?

Y te pregunto¿Qué ojos te distinguen,qué agua bebes,

en qué papel escribes,cuál estado de tu alma me presiente,

acaso duermes como pájaro?


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Ahuyento las horas que te borran

y te ofrezco la luz,un alba contagiada de ternuray que la noche se aleje de mi canto.

Yo me atrevo a vencer este arañazode sombra,

porque en mi aliento está siempre tu nombrey se halla mi secreto en tu jardín.


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Habitado de lo que somos

Buscando la frescura de la imagencamina mi memoriay yo con gesto suave

prolongo el día añejo.

Reconstruyo el ambiente:

El agua suelta,una luz cenital como moneda,la gran puerta esquinera,

la luna respirando en la ventanacon un aire empapado de agua pura.

Éramos dueños del rumor, del canto,

del deseo y los límitesy no nos tentaba la codicia.

Apegado yo al tiempo bien repaso lo extenso de los sueños

con el aroma y la geometría,constatando los ovillos del día,

su mano amiga, su aliento saludable,su acostumbrado gestode ser un corazón de abiertos brazos.

Diluido por los vientos estoy sin asidero,sin piedras, sin raíz,

llamando suavemente a mis hermanascon nombres que he guardado en mí silencio.

Y así, precisamente,en esos nombres descubro la frescura.


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Negación del morirRosamaría

Siempre en silencio indago yo tu vidasabiendo que no hay nada.

Te miro allí y te imagino viva,respirando este aire que te envuelve,

viendo la luz y disfrutando risas.

Mi pensamiento es un país extraño.Lo comprendo;todo está hecho

para inundar mis poros con tus nombres,clavel, altar azul, espuma clara,

fuente donde se refleja mi paréntesis.

Veo la realidad,golpea la hojarasca contra pájarosy me quita el asombro de tu pelo.

En esta ausencia tuya yo me encuentro

pensando en apoyar mis añosen tu brazo más firme, hermana mía.

Frente a los timbres claros de tu ausenciarastreo mi palabra.

Y siento que me ahorca un hilo negro.


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Lindes del vientoRosamaría

Un tiempo másy tú podrás lograrlo.

Se van mis ojos hacia otros rumbos para ayudarte.

Dormida estás en la fresca penumbra,sin ver el cielo arriba y su esperanza. No te mueves, aunque el viento

haga temblar mi pulsoy el trueno por venir

corre ya cielo abajo y sin destino.

En casa hay luz y puedes disfrutarde la largueza de las horas, trigo y leche,del calor germinal, de un proclama,

de un aposento umbroso.

Ya no podrás llegar aunque desees pues se ha agotado el tiempo.

Limpia y atada estás en este instantea contragolpe de las horas.

Yo desde aquí te llamo,cuando el tormento con su boca abierta

se traga al tiempo con sus nombre propiosy a mi palabra que te dice ¡Espera!


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De cielos a abismosRosamaría

Del Norte vino unocon su esperanza a cuestas;

trae un temblor de llama en todo el cuerpo.Abres los ojos.

Otro vino del Sur,soleado y andariego,custodiando solsticios

en los días de aleves predicciones. Nos reconoces.

Otro llega de un campo sin puntos cardinales,

con remesas de brisa y pájaros de espuma.Te sonríes.

Otro ha estado cuidandocon inmensa ternura tu palabra.

Te incorporas.

También vengo del Surcon la articulación de la imágenesde la niñez, escuela y procesiones.

Beso tu mano.

¡Ay, túmulo de amor,de liquen y neblina!

¡Ay, por el río en que me cambioy por el viento en que me escondo


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Los días sin destinoRosamaría

¡Me dan alcance las impresiones!Todo lo que quemaba se volvió indiferente,

el rito, el dorso, la hierba, la distanciay trocaron en tarde estrellas y prodigios.

No encuentro letra ni neblinaque apacienten mis horas.

Quien mira tu desnudez puede contar tus huesos,imaginar el frío que te envuelve,

lo que tienes herido a campo abierto.

Deshabitados porque no te veo,desasidos del mundo y su gramática,doloridos encima de tu anhelo,

al empezar tu noche,¡qué locos han sido desde ayer mis ojos!

Arriba estás, oculta de nosotros,

alta, tocando con tus manos tantas claras presencias, la voz, tu asombro limpioy mi estupor.

¡Ay, días sin destino,tuyos,míos!


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Cierro y cierras los ojos

y duermes ya sin retorno posible.Siento que tu partida es más que eso:Es una soledad imperdonable,

como un tirar de dados que no corrensobre la mesa,

como la letra X que no me gusta,como sentarme aquí, ansiando tus palabras,

sacar papel y lápiz,y convidarte a conversar conmigo,

como si siempre pudiéramos hacerlo,como si las horas… como si mi llanto….


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Tu nombre en la sombraRosamaría

Al atardecer,tu nombre en el altoparlante

tenía olor a madre.

Me llegó como una flecha ardiente,

como un astro que cae,como un borrón de tintasobre la blanca página.

Voces y brazos me faltaron, para sobrellevar la noche.

Retiré de mi lengua la nostalgia;mi letra lo atestigua.

En el oscuro pozo de la sombrasolo corrió tu nombre calle abajo,tu nombre entero bajo luna llena.

Yo apago mi corazón ante la imagende tus ojos cerrados, tu placidez, tu ausencia,

Soy una torre alta y sin campanas.


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Goce sin ansias

Si bebo un vaso de aguale doy un beso a la cascada,

me sonríen los ángeles domésticos,se incorpora la tarde a tus pupilas.

La lluvia se acomoda entre mis cejas

si bebo un vaso de agua hoy;y si la luna avanza de puntillascorre un viento encima de mi voz.

Mi palabra se sube a miradores del idiomasi pido agua ya

y el sitio que en el aire tiene el sueño

se llamará fruto o verdad.

Cuando la sed no estalla entre mi labios bordo un pañuelo azul con lunas blancas

y confundo con flores las palabra.

Toda esta sensación se viene al suelo

si no tomo agua. Entonces yo me largoy mejor me acompañas a la puerta.


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La ciudad sin Carmen


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Te llamaré por tu nombre,

pues tú me perteneces.

Me voy de tí

con vigilia y con sueño

y en tu recuerdo más fielya me borro.

Gabriela Mistral


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Serán mis palabras como el agua profunda de un estanque, seránmis palabras un pozo de aguaquieta, y cuando llamen lirio al

lirio, se sumergirá el lirio, en unremanso de mis palabras y sevolverá dos veces lirio.

Y cuando llamen ave al ave,

nacerá el ave de mis palabras,levantará el vuelo con las alasmojadas y se volverá, en el cielo,mil veces ave.

Sólo entonces comenzaré adecirte, al fin, lo que jamás penséque podría decirte y que ya teestoy diciendo.

Fernando del Paso

(Noticias del Imperio.)


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Presencia

Igual al sol que impacta,a la rama florida en apacible llano,

así fue Su Presenciay no pudimos verle.

Sin pronunciar palabra nos llamaba

después de habernos buscado con Sus ojos.

Repetía expresiones de amor y de frescuraque no alcanzamos a comprender.

¡Ay! Por eso me he quedadocomo un platicador ya sin palabras,

hablándote tan solo con los harapos de mi lengua.


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La vida, un bosque extraño“¡Ay, mísero de mí!” Calderón de la Barca

Lo que veo no va con mi palabra;ni la imagen de una rosa

entre los labios,ni mi misma existencia

se avienen a mi entorno.

Todo lo que se apresta a convencermese pone en fila, identificándose:

el hecho en sí,el retorno de las sombras,la estación que declina.

¡Pero no acude lo que deseo!

¡Ay, impaciente!¡Ay, entristecido!


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Espesura

! Ah, soledad! No me cubras lo ojos con tus manosni agites ante mí la palabra flaqueza,

con sus ritos oscurosy su cristal empañado.

Deja que lo celeste vuelva,que me muestre su dedo diminutoy su andar sobre escarchas.

Que pueda yo refrescarestos crepúsculos de piedray aquietar con mis labios

los agitados corredores del sueño.

Germinal es mi arena,sol de engrudo caliente,

cerradura sin llave.

Soledad,

sigue hasta la encrucijada,dobla a la derecha y déjame.

Yo sé que no me pierdo en el caminoy un poco más allá

pasada la espesura,lograré estremecerme.


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Rosas rojas lleva el poeta triste

He llegado hasta aquítrayendo rosas rojas en mis manos.

Salen a mi encuentrolas presencias que añoro

y el día se echa a mis piescon un dejo clarísimo.

¡Busco mi propio fondo y se hace rosas!

Mis palabras se colman de expresionesque son mundo de miel, vocablo entre las

brasas.

Diviso el ángel con la bola de oroque viene a recibir todas las rosas.

Llevo los ojos de arena,como que si el viento no existiera.


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Alero de ángeles

¿A quién busco, a quién destelloen esta sombra?

Hay un espacio que desbordocuando alejo las trampas.

A la espera del alba,comienzo a acobardarme porque ya se

como se clava el clavo en el sepulcro,como pasan el ave de soslayo

y el que me apunta con el dedo.


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Altos muros

El tumbo de los añosaprisiona mis horas,

sin llevarlas a cerrojo.

Allí,el evidente torso del silencio

se rompe en voz, en luz, algarabíade velas y de lunas.

La alegría de ayer ya no es belleza;es una sal rendida,

flor sin ojal para poder lucirse,dolor cercano.

Yo apaciguo relámpagos amargos,igual que cuando así conversábamos.


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Calle de noche

La calle no es larga,los vecinos apagaron la luces

hace rato.

Hay una luna sobre los tejadosy seis sombras caminan en silencio.

Son las tuyas.

Llevan por dentro, encendido, tu nombre,tu archipiélago de sueños,

tu frente esparcidora.

Hay algo que no dicen,

pero calientan juntos para que el mordisco del olvidono tenga porvenir.

En el fondo del cieloanclada está tu hermosa cabellera,y en estas letras que lo saben todo.


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Casa para dosTras este escollo de sílice

observo rostros que vigilan, pues en la casa sola

no se sembró el olvido,ya que hasta hay un sol brillante

en el cantero largo.

Obra de un navegante inmóvil, piensan.

¡Qué dédalos recorrimos para hacerla!¡Qué laberintos frescosquisieron confundirnos!

¡Casa construida por dos y para dos!

¿Se hizo espuma la hora,crepuscular, brumosa?

Conservo aun mis hábitos de mi vida

y mi manera de cerrar los ojos.La casa sola me adivina un tanto

y me hace un ademan de convidarme.La mano del El Señor evita su cansancio

y cada noche la disfruto en sueños.

No quiero que me enrostren mi ternura, pero la casa sola ya tiene lágrimas.


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Cuidados del vigilante

Capturada tu imagencierro los ojos para que se quede.

Plena de estanciasse mantiene tu gesto de pradera

y se desbordan en mi lengua

el pastizal y el cielo,tu vaho equitativo.

Practico a borbotones para amartey trizo el cielo para dártelo.


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A la deriva

Como un conjunto de vocales suaves,escasas cosas

apacientan lo seco de mi lecho,sin pestañar, sin calentar mis manos.

No admito la codorniz sin nido

ni resisto el codazo del verano.

Me oponga al polvo, proclamoarroyos o garúas.

Así germinan el parco bienestar,la incógnita y el hambre.

Cada hora me pone a la deriva.Yo no acometo,tan solo permanezco.


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El uno hermoso

Del marcado equilibrio de mis horasalgo está ausente:

he perdido la aurora señalada,la rosa incalculable.

Un fogonazo encasquilló mi acento

apagando de un tajo el arcoíris.

No hay recuerdos ni tratos de palabras.es tan solo una ausencia,

los días sin mi sol,sin norte persuasivo,

mi círculo borrado y sus tumultos.

Esa es la realidad, pero en mi sueño¿Quién me toca la frente acariciándola?

¿De quién es esa mano que no atinoa entibiar entre las mías?

¿Sugiere alguien cambiar de nombrea mi tristeza?


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Inventario

Se colocan en fila,como esperando una voz recia

o una espada.

Se definen solossin esperar edictos ni promesas.

Nunca se contradicen,Se perfilan quietosante los advertidos.

Me toman de la mano, me perfuman,despliegan blancas velas

cuando en el jardín tomo las rosas.

Cada día los muestrosin miedo a equivocarme:

por eso duran.


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Las artimañas

Quiero que los días de mi vidanunca olviden su origen diminuto.

Deseo reunirlos en gavillas,trigo al azar del viento, pastizal desbordante,

mástil que me sostiene.

Yo vi caer la luz a borbotones, por eso acudo al símbolo.

No habrá tarea generosasi dejo aparecer las artimañas.


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Los textos

Yo creo que en mi casa todo respira:el diccionario con sus viejas tapas

siempre está mascullando,reclama más brillo un jarrón esquinero,

al color de una puerta le han crecido las uñas,ha invadido mi casa con su olor

una rosa pequeña,la llave de la puerta bosteza por las noches

y al alma le conversanamarillentas cartas del abuelo.

En mi casa, todas las cosas hablan.

Si pregunto por la duración del hambre, por la humedad de la angustia,el cenit se desagua en mi garganta,

igual que en mis ojos la delgadez del ángel.

Entonces,me apodero de los textos sutiles.


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Mar profundo

Hay un naufragio en mí todos los díasy el agua burbujeante asciende

como en ebullición

¡Pobrecitas mis horas, mi ropero, y mi pulso!

No quiero que te inquietesen tu ventana de justa eternidad.

Poco a poco,el mascarón de proa irá saliendo a flotey yo podré incorporarme a mi bitácora,

sin plan de vuelo, ni proyecto alado.

Más, sigue secuestrada mi esperanza.


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Satisfecho de claridad

No puedo hacer la luzmientras te miro soñar,

mientras se posa en tu frente un ángely en mi diestra un borrador oscuro.

Se agita mi inquietud en varios términos

buscando soles que se contradicen.

No concibo una frente retraída porque ha caído un cero en otra frente.

No quede el remo solo entre mis manos.ni la sonrisa equivocada,

ni hecho trizas el hombre solitario,ni equivocado el compañero.


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Palabras sin misterio

Sin duda me conocen por mi licencia, cédula y presagios

y porque he mantenidolejos del mar mis sueños.

Me identifico

por mi entusiasmo disfrutando el viento,el cielo azul, y la corola fresca.

No niego yo que Abril podríallevarme al resguardado impulso

de ardores en las venasque llamé juventud.

Pronto aprendíque no bastaba el pan para una vidaque ha discurrido encima de la carne

con grandes altibajos.

No oculto nada

y lo que aún se encuentra entre mis porosse hace exterior con mi palabra sola.


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Paso amante

Te traigo amor porque tu amor me espera.

Otro tanto quisieranlos yerbajos vecinos

aplaudiendo este gestocon la letra que siempre te perfuma.

¿Alguien, después de tíenumera este hecho

anotándolo todoen la columna de mi haber?


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Vástago de sal“Salía el sol sobre la tierra

cuando Lot entró en Segor”

(Génesis 19-23)

Entre las ramas secas y tostadasadivinas un sol

que no te proporciono.

Me parece que tengo todo lo oscuroentre mis venas

y me atrinchero contra ese solque no acaba de convencerme.

Piensas que no acechan las tinieblas,

mirándonos por un visillo estrecho, pero yo noto que en los árboles altoshay hojas que se mueven

y no son de ceniza.

Si soy un vástago de salesto será la aparición del alba.


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Yo vuelvo el rostro

Eres el destelloque me hace volver el rostro

hacia los lados;a veces página o semilla,acento vivo o campanada.

Marco mi realidad con lentos pasos,sin armadura y sin la soga al cuello, pero con un resquicio que me deja verte

y así me salvo de caerentre las aspas del molino.


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Secretos

Yo abro los ojos para adivinar el rio,

para apreciar lo cierto de tus manos, para gozarlas.

Palpo, escudriño, me muevo.

La rosa de los vientosaquí no me desquita, pero descifro secretos difíciles.

Claro, busco tiempo para hacerlo.

Es que soy un pájaro viejode cortas alas y quebrado pico.


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Mástil alerta

Como un mecanismo exacto,reloj de cuarzo, campanada fuerte,

sin desviar la virtud cardinal,ni separar el paso de la huella,

así.

No quiero distanciar mis díasde tu ausencia, pues yo sería entonces un molino desvencijado,

traqueando bajo el viento,triturando tan solo los rasguños.

Versión de nada yo sería,

ni de mi mismosi no toco con la yema de mis dedosel área de tu estremecimiento.


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Vida

Mi vida no es este pozoen donde me he precipitado,

ni el soplo amargo que me atosiga.

Es sólo un instante entre las brasas,un golpe seco sobre la mesa,

es una pausa.

Ya retornarán siluetas y contactosal sueño sin afán, a la hora quieta,

porque si estás ausentenada se reconcilia.


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Lejos ya del equívoco

Donde mi mano tocay donde el alma quiere

está El Señor.

Busquemos, pues,aquel caudal confiado,

el mundo sin otoño y sin cenizasque nos dió.

Linaje de humedadesy aires desprovistos

de aquel hieloofrece en sus guedejas.

En las manosquememos el inciensoy sigamos, remeros,

buscando como anclaren el contorno de sus cejas.

Así es mejor.


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La ciudad sin Carmen

No fui sueño de nadie,salvo de tu esperanza.

Alcancé la frontera de mi esenciacon tu piel entre mis manos

y el verde de tus ojos.

Yo quise que la noche se adueñaradel polen suave y del silencio fresco

y el musgo entoncesme ofreció su aliento.

Los días eran cartas

que yo lograba escribirte a diario.

Fuimos pequeños dioses que crearonlos destellos nevados de los Andes

y allí encontramosla cálida embriaguez de las palabras

y cuando el ave sacudió sus alas

ya nosotros estábamos despiertos.Hoy, la ciudad

tiene un cielo vestido de pobreza;es un mordisco a mi luz,

una flor sin memoria,casa de viento seco

donde yo quiero deletrear tus silabasy pronunciar tu nombre sin decirlo.


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La ciudad cruza años

de polvos o de incendios. No descifro el rocío

y un gran alud de gotas negras baraja sueños a la media noche

y yo desprevenido.

Aguas que no esperabay lunas de escaso brillo

pueblan mis díasy me limitan a cien terrones duros.

Roe el yermo mis huesos;tu ausencia

es estrella quebrada, grito de madrugada,

honda tristeza criolla.

Nadie cocina la harina de mi casa,no hay quien estime

al ángel con sombrero,nadie aprueba mi raya del peinado,en mi palabra se enterró la espina,

no existen los diptongos,gasto mis uñas arañando lunas,

borro mi firma.

No son individuales mis fatigas pero, Señor, Señor: ¿Para quién

no se levanta la luz?.

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