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    DERECHO A LA VIVIENDA

    Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura, cmoda, higinica,con servicios bsicos esenciales que incluyan un hbitat que humanice las relaciones

    familiares, vecinales y comunitarias.La satisfaccin progresiva de este derecho es obligacin compartida entre los ciudadanos y

    ciudadanas y el Estado en todos sus mbitos.

    El Estado dar prioridad a las familias y garantizar los medios para que stas,y especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las polticas sociales

    y al crdito para la construccin, adquisicin o ampliacin de viviendas.

    Artculo 8 de la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela

    En el Informe anterior sealamos que la situacin del derecho a una vivienda adecuada estuvosignada por una serie de acontecimientos, de corte extraordinario, que influyeron en el normaldesarrollo de la gestin pblica en la materia, tales como: la tragedia producida por lastorrenciales lluvias de diciembre de 1999 dejando a ms de 22.000 familias sin vivienda la

    puesta en marcha del Plan Nacional de Vivienda (PNV) y la asuncin de nuevas autoridades,en el marco de un proceso de reestructuracin administrativa de los organismos competentesen la materia.

    Durante el presente perodo, las polticas gubernamentales en relacin con este derecho,continuaron presentando deficiencias estructurales. As, se mantuvo una dbil coordinacinentre los organismos ejecutores de carcter nacional, lo que produjo dispersin de esfuerzos yde recursos, y el incumplimiento de las metas para el ao 2000 del PNV. Con respecto a lainobservancia de los objetivos propuestos, diversos sectores hicieron sealamientos respecto alas divergencias entre los encargados de los organismos de vivienda y a la falta detransparencia en la presentacin de cuentas y balances de gestin. El retraso en la entrega dela partida presupuestaria tambin afect la debida ejecucin del PNV.

    A pesar del deficiente desempeo de los organismos respecto al PNV, se rescata como

    positivo que el Ejecutivo haya mantenido un proceso de asignacin de viviendas que superanen calidad y espacio a las casas promedio asignadas en administraciones anteriores, ancuando tambin persistieron denuncias sobre la baja calidad estructural de viviendasconstruidas y asignadas por el Estado, con participacin del sector privado que se suman a lasquejas de aquellas familias a las cuales les adjudicaron viviendas ubicadas en lugaresinaccesibles y sin servicios educativos, centros de trabajo y de salud cercanos.

    En materia legislativa, se impulsaron nuevas iniciativas tendentes a una segunda reforma de laLey del Subsistema de Vivienda y Poltica Habitacional (Lsvph). Al respecto, las nuevasautoridades del Consejo Nacional de la Vivienda (Conavi) concretaron un proceso de consultacon distintos sectores sociales, bajo el nombre de "Constituyente de la Vivienda".

    Tendencias y polticas actuales

    Para el lapso octubre 1999-septiembre 2000, destacamos el avance obtenido en "...la definicinde polticas oficiales por medio de un Plan Nacional de Viviendas (PNV)" 1. Contar con elmismo, tal como los estipula el artculo 1 de la Ley del Subsistema de Vivienda y PolticaHabitacional (Lsvph), permite que el Estado determine las bases de la poltica habitacional,orientada a satisfacer las necesidades de viviendas en el pas. La elaboracin y supervisin delPNV fue encomendada al Conavi. As, entr en vigencia en 1999, con una ejecucinplanificada hasta el ao 2006. El PNV contempla 6 programas, 4 de ellos destinados a laatencin y mejoramiento de las condiciones de habitabilidad, y los otros 2 orientados a laconstruccin de nuevas viviendas.

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    De conformidad con el PNV, se elabor el Plan Operativo Anual 2000, que refleja la aprobacinde proyectos correspondientes a los distintos programas establecidos en la Lsvph, a serejecutados por organismos nacionales, regionales y municipales. Pese a lo relevante de esteplan, su instrumentacin se inici con retraso, a mediados del ao 2000, y a la fecha de cierredel presente Informe quedan proyectos por ejecutar2.

    Con recursos asignados por el Conavi, a travs del Fondo de Aportes del Sector Pblico, a los

    organismos ejecutores de carcter nacional, estadal y municipal les corresponda ejecutar, bajolas distintas modalidades de programa, las siguientes metas: a) Programa I, destinado aatender a pobladores de la calle: 88 viviendas colectivas b) Programa II, de habilitacin fsicade barrios: 247 viviendas c) Programa III, destinado al mejoramiento y ampliacin de casas, enbarrios: 6.665 viviendas d) Programa IV, para la rehabilitacin de viviendas multi yunifamiliares, en urbanizaciones populares: 192 viviendas d) Programa V, destinado a nuevasurbanizaciones y viviendas de desarrollo progresivo: 65.180 viviendas y 64.401 viviendas, en elmismo Programa V, con otros recursos distintos a los aportados por el Estado, entre ellos,recursos del Fondo Mutual Habitacional y recursos propios de los entes ejecutores3. No fueposible obtener cifras sobre la cantidad de obras asignadas y viviendas remodeladas tantounifamiliares como multifamiliares.

    A ms de 2 aos de su puesta en ejecucin, no se dispone de cifras confiables sobre lainstrumentacin del PNV. Las incoherencias que presentan las cifras sobre su ejecucin,

    hechas pblicas por los funcionarios encargados de llevarlo adelante, colocan en entredicho elcumplimiento de lo planificado.

    De las 97.000 soluciones habitacionales previstas por el Gobierno para el ao 2000, 87.435deban ejecutarse por cuenta del PNV. Aunque en septiembre de 2000, el Viceministro deGestin del Minfra asegur que el 82,7% de lo planificado (equivalente a 72.309 viviendas) yaestaba ejecutado4, una proyeccin del Conavi calcul en 70.000 las viviendas que estaranlistas para finales del ao 2000. Aunque la proyeccin ya se ubica por debajo de lo planificado,la cifra incluye "las casas terminadas, las que estn en construccin, las que estn enmovimiento de tierra, las que estn en fase de levantamiento topogrfico y desmalezamiento ylas simplemente aprobadas en el papel"5.

    En informacin ofrecida por el Conavi, a mediados del ao 2000, se asegur " que para elPrograma I se construiran las primeras 92 estructuras, para atender a casi 15.000 nios de la

    patria y otros pobladores de la calle[...] En el Programa III se mejoraban y ampliaban ms de20.000 viviendas" 6 en diciembre de ese mismo ao, se admiti que bajo el Programa I slo seconstruyeron y/o remodelaron y ampliaron 88 albergues o viviendas colectivas, para un total de12.197 personas beneficiadas, mientras que por el Programa III, slo fueron beneficiadas 6.665viviendas7.

    En la misma tnica, el presidente del Instituto Nacional de la Vivienda (Inavi), Carlos Angarita,asever que a finales del ao 2000 estaran listas 11.600 viviendas. No obstante, segn elbalance de gestin de ese organismo para el ao 2000, slo se construyeron 5.910 casas, loque equivale al 51% de lo anunciado por el titular del Inavi8.

    Los problemas que present la ejecucin del PNV para el ao 2000 no slo se evidenciaron enel incumplimiento de metas, sino que tambin se reflejaron en la disparidad de criterios yenfoques entre los encargados de los organismos de vivienda, en la falta de transparencia quemarc la asignacin de contratos y la presentacin de cuentas, as como en el retraso de laentrega de las partidas a los diferentes organismos.

    La falta de coordinacin entre los entes ejecutores fue un diagnstico compartido por lasnuevas autoridades del Conavi, en enero de 2001. A su llegada, asumieron este problemacomo una realidad a corregir, y en el plan de gestin, hecho pblico por el presidente de lainstitucin, se contempl el programa de Promocin del Sistema Nacional de la Vivienda(SNV). Estipulado en la Lsvph, el SNV es entendido como un instrumento de accin orgnicadel Estado, a partir del cual se espera definir los roles que le corresponden a los entesinvolucrados en el sector vivienda, incluyendo al sector privado y a las comunidades

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    organizadas, a fin de alcanzar una gestin eficaz9. El balance realizado por el Conavi, y quesustenta esta propuesta de coordinacin, seala como fallas estructurales del Estado, en laatencin del problema de la vivienda: a) la confusin de roles de los entes involucrados y b) lafalta de una accin coordinada.

    El sector privado tambin se pronunci sobre los problemas de delimitacin de funciones quesufren los organismos pblicos de vivienda. Segn la Cmara Venezolana de la Construccin,

    el Fondo de Desarrollo Urbano (Fondur) "debe retomar su concepto original y convertirse en unpromotor del desarrollo de nuevos urbanismos incorporando a los promotores del sectorprivado, dejando a l os otros e ntes la construccin de las viviendas"10.

    Las diferencias de criterios y enfoques que sostuvieron varios funcionarios, tambin fueejemplo de la ausencia de integracin. En ese orden, se registraron serias divergencias encuanto a las polticas a implementar y las prioridades en la inversin, as como en el tipo devivienda que se debe construir y asignar. Mientras que desde el Conavi se promovi laconstruccin de viviendas definidas como progresivas11 y al alcance del sector con ingresospor debajo de las 30 unidades tributarias, el Fondur se inclin por otorgar viviendas totalmenteacabadas y para familias con ingresos entre 30 y 55 unidades tributarias.

    La situacin de enfrentamiento entre distintos funcionarios gener inquietud en el sectorprivado. En opinin de Dal Rojas, "La historia reciente indica que por imprecisin en la

    definicin de competencias o en otros casos por conflicto de poder entre instancias pblicas, sepropicia el solapa-miento, la duplicidad e interferencia en las actuaciones. Es imprescindiblepara los sectores pblico y privado que estos conflictos se solventen"12.

    El propio presidente del Conavi, Jos Mara Matamoros, seal que " Venezuela no cuenta conuna poltica integral de vivienda. Simplemente existen lineamientos aislados que llevan aalgunos entes a ejercer funciones para las que no fueron creados"13.

    Segn el balance de las nuevas autoridades del Conavi, las polticas del Estado en el rea devivienda continan instrumentndose sin una visin integral del problema que aborda ladimensin territorial, urbana y ambiental. "En lugar de abocarnos al ordenamiento de lossistemas urbansticos ciudad-campo hemos venido trabajando sobre nodos aislados dentro deestos sistemas. Por otra parte, el instrumento utilizado para la elaboracin de los planes de losnodos, ha sido la zonificacin, instrumento que visualiza a la ciudad como mercanca, al

    basarse fundamentalmente en el incremento de las densidades de acuerdo a los valores delsuelo y en funcin del beneficio individual y, muy poco, en funcin de la calidad de vida de uncolectivo, con lo cual, lo que se ha propiciado es un crecimiento por agregacin (colcha deretazos) en un lugar de un crecimiento con base en una estructura funcional del conjuntourbano a travs del diseo urbano"14. Este diagnstico tambin es compartido por el sectorprivado: "La Ordenacin del Territorio, la Ordenacin Urbanstica y la Vivienda deben serconcebidas como un concepto global en el que lo bsico sea lograr un mejor hbitat para los

    venezolanos"15.

    La ausencia de coordinacin e integracin no son los nicos problemas que aquejan al sectorde la vivienda. En su informe anual, correspondiente al ao 2000, la Contralora General de laRepblica (CGR) hizo un llamamiento para poder "...solventar la situacin de atraso presentadaen la ejecucin de los proyectos desde el ao 1997 "16. Adems de confirmar el incumplimientode los proyectos de construccin de nuevas soluciones habitacionales, el documento de laCGR seala que una de las fallas ms grandes del PNV es que "...no indica a cul enteejecutor le corresponde cada proyecto, ni los plazos de ejecucin de stos"17, lo que impidemedir la eficacia y eficiencia en el cumplimiento de las metas previstas.

    Sobre Fondur, la CGR advirti que no posee normas claras para la adjudicacin de viviendas yla seleccin de promotores y constructores. Con relacin a Fundabarrios, el ente contralorcritic las deficiencias existentes en el control interno, la ausencia de delimitacin deresponsabilidades y la existencia de irregularidades en algunos de los registros llevados pordicho organismo. Entre las irregularidades encontradas por la CGR, destaca la colocacinfinanciera que mantena esta institucin, por ms de Bs. 36.000.000.000, mientras que durante

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    el ao 1999 y el primer trimestre de 2000, Fundabarrios no adjudic ninguna vivienda y sloentreg algunos inmuebles en comodato, en respuesta a la emergencia por las lluvias dediciembre de 199918. Otra denuncia contra este instituto tuvo como basamento lascontrataciones realizadas, por montos superiores a los Bs. 2 millardos, con 5 empresasdenominadas de modo diferente, pero que coinciden entre s en nmeros telefnicos,direcciones, socios y representantes legales19. Antes de que se hicieran pblicas estasacusaciones, 3 funcionarios adscritos a Fundabarrios haban sido interpelados por la ComisinPermanente de Contralora, en el marco de la investigacin que inici la AN en referencia a lasirregularidades cometidas en esa institucin20.

    Por su parte, desde el parlamento tambin se levantaron voces de denuncia en contra de lagestin del Minfra y Fondur. En un informe dado a conocer a los medios de comunicacin yelaborado por un equipo asesor del diputado Leopoldo Puchi, vicepresidente de la AN, sedestaca negativamente el incumplimiento de metas por parte de Minfra y Fondur, se cuestionala decisin de destituir a la entonces presidenta del Conavi, y se realizan observaciones sobrelas modalidades de asignacin de contratos para la construccin de nuevas viviendas. Conrelacin al bajo desempeo de Fondur, el referido documento seala que no hay excusasporque "ha tramitado la mayora de sus desarrollos mediante el expediente de asignacindirecta"21. En contraste, segn el informe, en los primeros 10 meses del ao 2000, losprogramas de rehabilitacin fsica de barrios, de mejoras y ampliacin de casas y derehabilitacin de urbanizaciones populares, a cargo del Conavi, beneficiaron a 175.077 familias

    en todo el pas. Sobre la gestin del Conavi se destaca adems que "los proyectos sonseleccionados mediante concursos,[lo que] restringe severamente la posibilidad de asignar adedo grandes contratos, con sus inevitables riesgos de comisiones y sobreprecio"22. A modode conclusin el informe apunta que "Al colocar el acento de su gestin en un solo aspecto del

    problema habitacional (construccin de nuevas casas) antes que en el enfoque integral de laConstitucin Bolivariana[...], el ministro de Infraestructura y el presidente del Fondur hanconvertido lo que es una legtima victoria del Gobierno (haber atendido ms familias que nuncaante sus requerimientos habitacionales) en una derrota, al no cumplir la meta de construccinde nuevas viviendas fijadas por ellos mismos"23.

    Frente a las observaciones realizadas sobre las adjudicaciones directas, el Gral. Cruz Weffer,titular de Fondur, manifest que no estaba de acuerdo con la modalidad de licitacin porque"las ganan 4 o 5 constructoras que son las mafias de la construccin en cambio, con estemtodo,[adjudicacin directa] le estamos dando cabida a ms de 400 empresas pequeas y

    medianas"24. El procedimiento de adjudicaciones directas es una modalidad que puede ser tilen situaciones de emergencia no obstante, en un contexto de falta de parmetros previamentedefinidos y publicitados, la misma puede convertirse en una prctica propicia para la ocurrenciade ilcitos, en mayor medida que otras modalidades. En ese sentido, la preocupacinexpresada por el encargado de Minfra podra haberse solventado modificando los criterios paralas licitaciones, de forma que se diera cabida a las pequeas y medianas constructoras.

    El retraso en la entrega de los recursos asignados al sector vivienda fue otro de los aspectosrelevantes que marcaron la gestin oficial. A finales del ao 2000, el entonces viceministro deGestin del Minfra, Jos Luis Perisse, anunci la aprobacin de Bs.140 millardos adicionales, alos 991 ya estipulados en el presupuesto del ao 2000, para la ejecucin de planes de viviendapara ese mismo ao25. De tal forma, la inversin pblica para los planes de vivienda en el ao2000 estuvo por el orden de los Bs. 1.131 millardos. En lo que respecta al ao 2001, el titulardel Minfra, Gral. Ismael Hurtado Soucre, indic que la inversin destinada al plan de viviendas

    sera similar a la del ao anterior, lo que permitira la construccin de 97.000 unidadesaproximadamente.

    En declaraciones ofrecidas a mediados de 2001, el titular del Fondur, Gral. Cruz Weffer, aclarque ese organismo slo tena previsto construir 48.000 nuevas viviendas y que el monto delpresupuesto asignado era de Bs. 735 millardos. Igualmente advirti que slo alcanzaran aentregar el 25% de las mismas26, es decir 12.000 viviendas, debido al atraso en la llegada delos recursos provenientes del endeudamiento externo. Por su parte, el presidente del Inaviinform que para construir las 5.200 viviendas y urbanizar las 12.000 parcelas previstas, estabadestinado un monto de Bs. 112 millardos, de los cuales, para el mes de julio de 2001, slohaban sido entregados 18 millardos (escasamente un 16%). Mientras que Mariela Delgado,

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    presidenta de Fundabarrios, seal que no haba recibido los Bs. 65 millar-dos asignados a esainstitucin27.

    Los cambios de autoridades en los organismos del sector vivienda siguieron producindose alo largo del ao 2001. As, la falta de continuidad administrativa afect la ejecucin del PNV yocasion que se paralizara la aprobacin de proyectos, la ejecucin de los ya aprobados yagrav la lentitud en la toma de decisiones. Despus del reemplazo de la directora del Conavi,

    Josefina Bald, en marzo de 2001 fue removido el titular del Minfra, Gral. Esqueda, y en sulugar fue designado el Gral. Ismael Hurtado Soucre, quien hasta entonces se habadesempeado como Ministro de la Defensa. Para completar la rotacin de funcionarios, elpresidente de Fondur, Gral. Cruz Weffer, fue relevado a principios de julio de 2001. Un mesdespus, al frente de Fondur fue designado Rafael Gruzca, quien est vinculado al sectorempresarial de la construccin.

    Con la entrada en vigencia de la Constitucin de la Repblica de 1999 (Crbv) sealamos queuno de sus avances, en relacin con la Constitucin de 1961, era que se haba incorporado elconcepto de vivienda cmoda e higinica, y se le agregaron las calificaciones de adecuada ysegura, segn lo estipula el artculo 8228. Estas consideraciones se corresponden con loselementos que definen una vivienda adecuada, segn la opinin del Comit de DerechosEconmicos, Sociales y Culturales (Comit de Desc) de Naciones Unidas, en su ObservacinGeneral 4. Los ttulos a partir de los cuales se realiza el balance de la situacin durante el

    perodo guardan relacin con estos elementos: a) habitabilidad (cmoda e higinica, Crbv) b)disponibilidad de servicios (con servicios bsicos, Crbv) c) asequibilidad (prioridad a lasfamilias de bajos recursos, Crbv) d) seguridad jurdica de la tenencia (vivienda segura, Crbv) ye) gastos soportables (medios de acceso, Crbv). Aunque no se incluyen en este balance,tambin se vinculan unos y otros en los aspectos de lugar (hbitat humanizador), y adecuacincultural (principio de corresponsabilidad).

    Habitabilidad

    Una vivienda considerada habitable debe estar en condiciones de ofrecer espacio adecuado asus ocupantes y de protegerlos del fro, la humedad, el calor, la lluvia, el viento u otrasamenazas para la salud, de riesgos estructurales y de vectores de enfermedad. Tambin debegarantizar la seguridad fsica de sus ocupantes29.

    Las difciles condiciones que persisten para acceder a una vivienda constituyen una escenarioproclive a la proliferacin de viviendas levantadas u ocupadas en terrenos inseguros yriesgosos. Como correlato, la actuacin de las autoridades para prevenir y presentaralternativas ante las mismas luce desbordada y poco efectiva.

    A propsito de los derrumbes registrados, durante septiembre de 2001, en la ParroquiaAntmano (rea Metropolitana de Caracas), donde 39 casas colapsaron y los damnificados seestiman en 611 personas, el Alcalde del Municipio Libertador, Freddy Bernal, seal que elproblema "desborda la capacidad de respuesta de la Alcalda Metropolitana y Libertador"30.Por su parte, el Comandante del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, Rafael Briceo,afirm que de 1.200.000 personas que viven en zonas de crecimiento no controlado, " entre 250mil y 300 mil habitan en reas sensiblemente amenazadas por deslizamientos de tierras einundaciones"31. Segn el mismo funcionario, 40.000 viviendas se consideran en situacin delalto riesgo32.

    Si bien es cierto que las torrenciales lluvias cadas en diciembre de 1999 se debieron a unevento extraordinario de la naturaleza, es innegable que un nmero importante de vctimas(muertos, desaparecidos y damnificados) se produjo debido a las construccioneshabitacionales establecidas en lugares poco seguros. Durante todo el perodo se tuvoinformacin referida al retorno de damnificados del Edo. Vargas y de otros sectores del reaMetropolitana de Caracas, a los mismos lugares que habitaban para el da de la tragedia. Esto,a pesar de que fueron decretadas como "zonas de alto riesgo" por Defensa Civil (DC).

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    El incumplimiento del Ejecutivo en cuanto a la dotacin de viviendas adecuadas para losdamnificados fue la principal causa de estos retornos. Entre los problemas que debieronsortear algunos de los afectados por los deslaves de diciembre de 1999, figuran las psimascondiciones en que les fueron entregadas las viviendas, as como las adversas condicionesque caracterizaban el entorno de las viviendas asignadas.

    Habitantes de la urbanizacin de Campo Alegre, ubicada en Acarigua (Edo. Portuguesa),

    informaron a las autoridades del Fondo nico Social (FUS), el agrietamiento de las paredes ylas filtraciones presentes en las viviendas adjudicadas por este organismo. Ante el poco intersdemostrado por las autoridades gubernamentales, los afectados acudieron ante el Cuerpo deBomberos del estado y a la Oficina de Ingeniera Municipal de Araure. Tras las inspeccionesrealizadas por estas instancias, coincidieron en sealar que las casas "fueron construidassobre un terreno no estable, donde se formaba una laguna durante la temporada de lluvia. Lasviviendas fueron construidas sin vigas de corona o riostra ni columnas[...]. Los bloquesutilizados en las paredes son de mala calidad"33. Segn se apunta en el informe del Cuerpo deBomberos "Se estima conveniente[declarar] la inhabilitabilidad de las casas, debido a que lasmismas estn propensas a colapsar si llegase a presentarse un movimiento de tierra imprevisto

    o por las fuertes lluvias que se avecinan"34. Casos similares se registraron en lasurbanizaciones Las Palmas y Virgen de Coromoto, construidas en Barinas (Edo. Barinas) yGuanare (Edo. Portuguesa) respectivamente. En ambas urbanizaciones, las casas tuvieron queser deshabitadas debido a problemas ocasionados por los inadecuados materiales de

    construccin.

    Las familias de Vargas reubicadas en Anaco (Edo. Anzotegui) y en Barlovento (Edo. Miranda)tambin elevaron reclamos por las deficiencias en las viviendas asignadas por el Ejecutivo.Segn el diputado del partido oficialista, Pedro Castillo, "7 mil de 12 mil viviendas entregadas

    por el actual gobierno presentan severas fallas"35.

    Asimismo, las obras de mayor envergadura, emprendidas para subsanar los estragosocasionados por el deslave de diciembre de 1999, tambin fueron objeto de cuestionamientos.Un grupo de gegrafos venezolanos, y de otros pases, reunidos en ocasin del IV Congresode Gegrafos, manifest sus crticas en relacin con la canalizacin del ro Punta de Mulatos,en La Guaira (Edo. Vargas). A juicio de estos gegrafos, "Los gobiernos deben entender que

    poner concreto en las mrgenes de los ros no es garanta de salvaguardar vidas humanas"36.Por tanto, consideran que lo mejor es que "los gobiernos locales discutan con la gente sus

    necesidades para propiciar buenas polticas habitacionales que permitan la movilizacin haciaotros lugares"37. Carlos Baute Goncalves calific la obra ejecutada por el Fondur como "unaagresin a la inteligencia de la gente"38, al constatar la gran cantidad de concreto utilizado enlos diques, cuando las casas ubicadas en los alrededores estn construidas con materialesmenos resistentes.

    Junto a estas denuncias, tambin se concretaron buenas experiencias para los afectados porlas lluvias de diciembre de 1999. En el Edo. Miranda, a 94 familias que perdieron totalmentesus casas, por la inundacin del pueblo El Guapo, les fueron asignadas sus nuevas viviendas.Estas fueron entregadas como donacin, y destacan por su alta calidad: cuentan con espaciosms amplios y cumplen con las normas de seguridad. Las obras fueron supervisadas porfuncionarios de la Cruz Roja francesa y cuentan con el aval del Colegio de Ingenieros y delMinfra. Este proyecto se concret con los aportes del gobierno regional, a travs del Instituto deVivienda y Equipamiento de Barrios (IVI-Miranda), y el gobierno de la Repblica de Francia y

    el elemento clave fue la participacin de la comunidad en coordinacin con las entidadesinvolucradas.

    La carencia de vivienda y las dificultades para acceder a ella, en ocasiones, obligan a laspersonas a intentar hacerse de un espacio para vivir por la va de las ocupaciones. Algunas deestas medidas se llevan a cabo en lugares altamente peligrosos. Un caso con estascaractersticas fue la ocupacin protagonizada por ms de 200 familias, en las adyacencias dela Carretera Panamericana (Caracas-Los Teques), sobre terrenos atravesadossuperficialmente por un gasoducto. Ante las amenazas de desalojo, los ocupantes acudieron alTribunal Supremo de Justicia (TSJ) e introdujeron un recurso de amparo por la presunta

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    violacin del derecho a tener una vivienda adecuada. Aunque el Alto Tribunal declarinadmisible el recurso, llama la atencin que el principal fundamento para emitir su decisin nofuera el grave riesgo que corran los accionantes, ni el hecho de que estuvieran ocupandoterrenos ubicados en la zona protectora de Caracas, sino que "Frente a ese derecho de losciudadanos a tener una vivienda adecuada, segura, cmoda, higinica, con servicios bsicosesenciales que incluyan un hbitat que humanice las relaciones familiares, vecinales ycomunitarias, se encuentra el derecho de propiedad consagrado en el artculo 115 del mismoTexto Constitucional de los propietarios de esos terrenos que han sido invadidos, sin queconste su previa autorizacin, dentro de los cuales se encuentra el Instituto Nacional de laVivienda, sujeto de derecho pblico"39. Sobre este particular, Petrleos de Venezuela (Pdvsa)inform, a travs de un comunicado, los graves riesgos que representan para las personas ypara el equilibrio ambiental, las explosiones o incendios que podran provocarse por un escapede gas40.

    Pero la inseguridad de desarrollos urbansticos, debido a su cercana a terrenos, edificacionesu obras de alto riesgo, no es slo cuestin de ocupaciones no controladas. Tambin haypoblaciones establecidas desde hace mucho tiempo, que hoy da viven con la zozobra de sufrirgraves lesiones o la muerte, sin que las autoridades estn abocadas a solucionar estasituacin. Por ejemplo, en la Costa Oriental del Lago (Edo. Zulia), ms de 30.000 habitantesestn amenazados. Un estudio de Pdvsa indica que, slo en el municipio Lagunillas, existen 5barrios construidos en medio del gasoducto, pese a las normativas que impiden las

    construcciones de viviendas a menos de 100 metros de distancia a cada lado de lastuberas41. Este informe fue elaborado en atencin a la ocurrencia de varias explosiones eincendios en la referida zona, una de ellas en julio de 2000, con el lamentable saldo de 14viviendas devastadas. En Bachaquero (Edo. Zulia), tambin ocurrieron 2 hechos similares, enmarzo y abril de 2001. Sobre una posible solucin, el referido estudio establece que la medidams apropiada consiste en la reubicacin de toda la poblacin afectada.

    En el mismo estado, hacia el sector de Lagunillas, el fenmeno de subsidencia42 sigueamenazando a varias poblaciones, las cuales pueden terminar inundadas de un momento aotro, por las aguas del Lago de Maracaibo. Como parte de la solucin, La Fundacin para elDesarrollo de la Comunidad y Fomento Municipal (Fundacomn), conjuntamente con laempresa Desarrollos Urbanos de la Costa Oriental del Lago (Dulcosa), desarrolla un proyectode reubicacin en las poblaciones de Lagunillas, Bachaquero y Ta Juana. De acuerdo conestimaciones oficiales, "Se requiere construir 8.362 unidades de viviendas, en el perodo

    comprendido entre 1996 hasta el 2002"43.

    En ambos casos, es oportuno resaltar que en caso de decretarse la medida de desalojo y sureubicacin, stas deben realizarse conforme a las exigencias internacionales en la materia,especialmente lo contenido en la Observacin general N 7 del Comit de Desc. En atencin alcriterio del Comit, los Estados deben adoptar disposiciones contra la discriminacin, adoptarmedidas justas para minimizar daos, garantizar la debida proteccin legal y un proceso conlas debidas garantas, y observar las directrices de reubicacin y reasentamientos, entre otrosaspectos.

    Para ser ejecutados en el ao 2001, el Ejecutivo aprob Bs. 20.000 millones destinados a lacontinuacin de las obras de construccin de las viviendas asignadas a las familias quedebern ser reubicadas a causa del fenmeno de subsidencia. La ejecucin de este proyectoacusa un grave retraso. La ley que autoriza al Ejecutivo a realizar operaciones de crdito

    pblico destinadas al financiamiento del Plan de Reubicacin de las poblaciones asentadas enreas sometidas a fenmenos de hundimiento, data de 1992. Aunque, segn las metaspautadas, en 1996 debieron estar listas 4.441 de las casas para las familias reubicadas, 5 aosdespus de la fecha prevista no se haba construido siquiera el 25% del total de viviendasrequeridas. Las poblaciones afectadas han alertado a las autoridades respecto a agravamientode la situacin, en especial sobre la base de las afirmaciones realizadas por cientficos que hanprevenido acerca de un posible desastre natural como consecuencia del ablandamiento de latierra y los permanentes sismos de baja escala que afectan a la zona44.

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    Gran parte de la solucin destinada a superar las carencias en las condiciones del hbitat enlas zonas ms empobrecidas est en la capacidad de las autoridades para organizar a lascomunidades afectadas y hacerlas partcipes de los proyectos de mejoramiento de lascondiciones de vida. Junto a esto, tambin es importante avanzar hacia el desarrollo deproyectos urbansticos que se articulen con los planes de ordenacin del territorio y lacapacidad de los servicios existentes. El Programa Hbitat de Naciones Unidas recomienda:"Integrar la ordenacin y planificacin urbana en lo relativo a la vivienda, el transporte, lasoportunidades de empleo, las condiciones ambientales y los servicios comunitarios"45. ElEstado ha promovido algunas experiencias de participacin ciudadana en la construccin deviviendas, desde la actuacin de los organismos de carcter nacional, estadal y municipal,siendo los Consorcios, un ejemplo de ello.

    En el lapso bajo anlisis se presentaron denuncias sobre las acciones implementadas por elConavi en relacin con varios Consorcios que mantenan convenios con esta institucin, bajo lafigura jurdica de la administracin delegada. El Consorcio Gran San Miguel es uno de estoscasos. Ubicado en la Parroquia La Vega, del Distrito Capital, fue intervenido el 23.07.01 bajo elsealamiento de incumplir con las metas acordadas. Sobre la base del mismo alegato fueintervenido el Consorcio Social La Puente, en la ciudad de Maturn (Edo. Monagas)46. Contrala resolucin que interviene la construccin de las obras del Consorcio Social La Puente, elConsorcio interpuso ante el TSJ una accin de nulidad, por inconstitucionalidad e ilegalidad,con amparo cautelar. El Mximo Tribunal se declar incompetente y remiti la causa a la Corte

    Primera de lo Contencioso Administrativo. Pero sin duda, el caso de mayor resonancia loconstituy el Consorcio Catuche. Al mismo, si bien no fue intervenido por el Conavi, se leimpuso una orden de paralizacin de obras y fueron suspendidos los desembolsos de recursospara la continuidad de la obra proyectada de 400 viviendas.

    La ley del subsis tema de vivienda y po ltica habitacional: entre marchas y contramarchas

    En el Informe anterior, se hizo referencia a la reforma legal que se produjo en el mbito de lavivienda y que se inici con el reconocimiento constitucional del derecho a una viviendaadecuada, como derecho autnomo, seguida de la entrada en vigencia de otros instrumentosde menor rango.

    A travs de la adopcin de medidas legislativas, que incorporen el contenido del derecho a lavivienda y garanticen su reconocimiento en la legislacin nacional, el Estado cumple con su

    obligacin de promover el derecho humano a una vivienda adecuada. Esto es especialmenteimportante, en la medida en que se formulan las bases para la elaboracin de una estrategianacional en materia de vivienda.

    No obstante, las iniciativas adelantadas con ese objetivo han evidenciado la ausencia decriterios compartidos sobre una estrategia de vivienda en el pas. La reciente situacin en quese encuentra la Ley del Subsistema de Vivienda y Poltica Habitacional (Lsvph) ilustra alrespecto. Sancionada en junio de 1999, la Ley ya fue objeto de una reforma, que entr envigencia el 30.10.00 y al cierre de este informe, en la Asamblea Nacional (AN) reposaban almenos 5 proyectos para una segunda reforma. Las Normas de Operacin de la Lsvph(Reglamento) no han corrido con mejor suerte, y tras su aprobacin en junio de 2000, fueronreformadas de manera parcial en octubre del mismo ao1.

    Luego de la entrada en vigencia de la primera reforma de la Lsvph, el 30.10.002, los titularesdel Minfra, Esqueda Torres, y de Fondur, Cruz Weffer, se manifestaron de forma reiterada encontra de la nueva ley, por considerar que tena un marcado sesgo financiero. Razn por lacual estos funcionarios se pronunciaron a favor de una nueva reforma.

    Durante el ltimo trimestre del ao 2000 y parte de 2001, continuaron los trabajos depreparacin de nuevos anteproyectos de ley destinados a reformar el rgimen de vivienda. Unode ellos es el anteproyecto elaborado por el Minfra. Por su parte, la Comisin Presidencial parala Reforma de la Seguridad Social tambin present un proyecto que ratifica, en lofundamental, la ley vigente. Desde la AN, la Comisin Permanente de Desarrollo Social vienetrabajando en otro anteproyecto conocido como "Ley de Vivienda y Hbitat". Asimismo, la

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    Una vivienda adecuada debe contener ciertos servicios indispensables para la salud, laseguridad, la comodidad y la nutricin. Con base en esta concepcin, todos los beneficiariosdel derecho a una vivienda adecuada deberan tener acceso permanente a recursos naturalesy comunes, a agua potable a energa para la cocina, alumbrado, a instalaciones sanitarias y deaseo, de almacenamiento de alimentos, de eliminacin de desechos, de drenaje y a serviciosde emergencia47.

    Segn los datos arrojados por la ltima encuesta elaborada por la Oficina Central deEstadstica e Informtica (Ocei), a la fecha denominado Instituto Nacional de Estadsticas(INE), slo el 35% de los hogares venezolanos disfruta de los 5 servicios bsicos de agua,cloacas, electricidad, basura y telfono. Aunque los datos corresponden a un estudio realizadoen el ltimo trimestre de 1998, los mismos sirven de referencia para la situacin actual.Tambin seala la referida encuesta que de los 6.898 hogares encuesta-dos, el 18% poseedos o menos servicios de red entre los hogares que estn conectados a acueductos,solamente la mitad recibe agua diariamente48.

    El derecho a disponer de agua potable y de servicios de saneamiento est intrnsecamenterelacionado con la plena realizacin del derecho a la vivienda adecuada. Al respecto, el RelatorEspecial de Naciones Unidas sobre la vivienda adecuada, Miloon Kothari, seala comoobstculos para la disponibilidad del agua potable : " los efectos de la deuda externa, los

    programas de ajuste estructural, la privatizacin de empresas pblicas y u na planificacin

    inadecuada, lo que provoca una distribucin desigual del agua, tanto desde el punto de vistasocioeconmico como del geogrfico"49.

    El suministro de agua potable es uno de los aspectos que genera preocupacin en relacin conlos grandes desarrollos urbansticos, presentes y futuros. As, la merma en las reservas deagua comienza a representar una seria amenaza. Por ejemplo, en el sector de Los AltosMirandinos (Edo. Miranda), la disponibilidad de fuentes de agua es cada vez menor, en elmarco de la desaparicin de ros y lagunas. Precisamente, las deforestaciones realizadas paradarle cabida a nuevos complejos urbansticos han acelerado la escasez de agua. En el Edo.Carabobo tambin se confrontan graves problemas de suministro de agua. En ciudades comoValencia, Los Guayos y Guacara, las autoridades regionales denunciaron, en variasoportunidades, que se est distribuyendo agua no apta para el consumo humano lo que sedebe a que la represa "Pao Cachinche" que las surte "fue invadida por unas algas queconsumen el oxigeno del agua"50.

    Los desarrollos urbansticos realizados recientemente por el Estado tampoco escaparon a lossealamientos por la insuficiencia de agua potable. Desde el mismo da 02.05.01 en que elEjecutivo entreg las casas a los pobladores de Terrazas de Tirima (Edo. Vargas), sushabitantes carecen del servicio regular de agua potable. Esta urbanizacin acogi a un grupode damnificados del Edo. Vargas, quienes padecen los efectos de una construccin deficientede tanques y psima planificacin en cuanto a las tomas de agua. Segn denunciaron, " la

    problemtica del agua es insoportable y la fetidez de los tanques mal construidos, hadesencadenado brotes de infecciones y sarna entre las casi ochenta familias que habitan laurbanizacin"51. A esto agregaron que "el mal trabajo de la construccin del tanque, reflejadoen la ausencia de cana de desage, no permite la limpieza del mismo, y la escasez del lquidoimpide limpiar las aguas negras con sustancias qumicas que deben ser disueltas en aguasblancas"52.

    En opinin de algunos funcionarios pblicos, la crisis de la distribucin de agua potable es, engran medida, atribuible a la dispersin y confusin de las normas legales encargadas deestablecer las competencias para su distribucin y saneamiento. As se pronunci elviceministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, quien asegur que en el pas "actualmente estnvigentes 87 instrumentos legales que se encargan de normar la prestacin del servicio,regularlo y vigilar que sea eficaz"53. Tambin anunci la entrega a la AN de un proyectolegislativo dedicado a unificar todas las normativas relacionadas con la materia.

    Consorcio Catuche: derecho a la vivienda y participacin ciudadana

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    A raz de la tragedia de diciembre de 1999, la comunidad organizada de Catuche, una de lascomunidades afectadas del rea metropolitana, le solicit apoyo al Presidente de la Repblicaen la consecucin del financiamiento requerido para la construccin de viviendas desustitucin, en terrenos seguros del mismo sector de Catuche. La comunidad consider que noera conveniente aceptar una reubicacin, sino permanecer en el lugar, pero en viviendas quecumplieran con los requisitos para ser consideradas viviendas adecuadas. De acuerdo con estasolicitud, el Presidente Hugo Chvez le sugiri al Conavi que financiara el proyecto, y en virtudde ello se firm un convenio entre el Conavi y el Consorcio Social Catuche, bajo la figura deadministracin delgada1. Al inicio de la gestin del actual titular del Conavi se comenz unproceso de evaluacin de todos los convenios de administracin delegada, en el mbitonacional, hasta ahora suscritos y en aquellos donde se detectaron presuntas irregularidadesse adoptaron medidas, de lo que se notific a la CGR.

    La comunidad, organizada en la Asociacin Civil Catuche y el Consorcio Catuche, interpuso, el16.08.01, una demanda contra el Conavi, ante la Corte Primera en lo Contencioso

    Administrativo (Corte Primera), por violacin del derecho a la vivienda y a la participacinciudadana, tras la decisin adoptada por el Conavi de suspender los desembolsos de recursosfinancieros requeridos para la continuacin del proceso de construccin de viviendas en elsector.

    Los demandantes tambin alegaron que el Conavi no ha brindado el apoyo suficiente en las

    gestiones que deben realizarse ante las autoridades municipales, "la actitud omisiva del Conaviconcretada entre otras en la paralizacin de los desembolsos para el financiamiento delproyecto y la falta de apoyo institucional con el Municipio a los efectos de la aprobacin delPlan Especial de Ordenacin Urbanstica, constituyen una lesin a nuestro derecho a la

    vivienda"2.

    El Conavi por su parte, argument que "La paralizacin de las obras no es responsabilidad delCONAVI[...] no puede ser presuntamente agraviante, por no ser una accin imputable a suresponsabilidad institucional[...] el Conavi no puede desautorizar al ente competente enmateria de control urbano cuando ste ha ordenado que se paralice una obra"3. La Direccinde Control Urbano del Municipio Libertador orden, mediante oficio N 945 de fecha 09.04.01,paralizar las obras alegando que no contaban con las constancias municipales respectivas. LaCorte Primera en lo Contencioso Administrativo cit al Municipio, para que se hiciera presenteen el proceso. En representacin del Municipio, el Sindico Municipal aleg en la audiencia

    constitucional que: "En nuestra opinin jurdica no es viable ni factible el Plan Especial deOrdenacin Urbanstica[formulado por el Consorcio Catuche] y que lejos de ser una solucindigna[...] atenta contra el principal derecho de los ciudadanos que es el derecho a la vida"4.

    El Colegio de Ingenieros de Venezuela, por su parte, elabor un informe tcnico en el que sesostiene que la construccin adelantada implica un riesgo para la vida de las personas, porqueen caso de fuertes lluvias podran resultar afectadas, debido a que la obra fue levantada muycerca del cauce de la quebrada Catuche.

    En virtud de los alegatos, con relacin al posible riesgo que correran los futuros habitantes delas viviendas que se estn construyendo a travs del Consorcio Catuche, la Corte Primera nose pronunci en la audiencia constitucional. En su lugar, opt por declarar suspendida estaaudiencia y orden de oficio la realizacin de una experticia sobre los trabajos adelantados enla obra, para lo cual fueron designados 7 expertos.

    Luego de analizar, durante ms de 30 das, toda la documentacin tcnica y evaluar en elterreno el estado de las obras, el grupo de expertos consign ante la Corte Primera su informe.Segn el estudio realizado, los 7 expertos sostuvieron que no hay riesgo para las familias ycoincidieron en que se deben acometer algunas obras complementarias, de carcterpreventivo.

    Tras la primera audiencia, el Conavi consign ante la Corte Primera una resolucin, identificadabajo el N 07/23/2001, mediante la cual declara extinguido el convenio celebrado entre estainstitucin y el Consorcio Catuche, por haberse vencido el lapso de ejecucin. A la par, el

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    Conavi convoc a la instalacin de una mesa de dilogo integrada por la comunidad y los entescompetentes, reafirmando el compromiso de suscribir con la comunidad de Catuche un nuevoconvenio, a fin de darle continuidad a las obras. Los representantes del consorcio y de lacomunidad calificaron dicha Resolucin como una forma del Conavi de evadir unpronunciamiento por parte de la Corte y le solicitaron al rgano judicial que anulara dicharesolucin. Al cierre de este Informe, la Corte Primera no haba dictado sentencia y lacontinuacin de la audiencia constitucional suspendida estaba pautada para el 15.11.01.

    Independientemente de los mltiples conflictos que se han presentado en el caso Catuche,cuyo anlisis sobrepasa la informacin de la que disponemos5, hay dos elementos queconsideramos relevante destacar a la luz del derecho humano a una vivienda adecuada. Poruna parte, Catuche es una experiencia importante de participacin comunitaria en laplanificacin y ejecucin de viviendas, con un positivo saldo organizativo y por otra, es legtimoque el Estado, a travs de sus organismos, realice las diligencias que considere pertinentes s,como es el caso, hay indicios para sospechar que una obra puede ir en detrimento de laseguridad de sus habitantes, independientemente de la calidad de la experiencia organizativaque haya detrs. No obstante, el hecho de que el Estado haya actuado tardamente en materiaque debi solventar al inicio del proceso Catuche afecta negativamente a otro de loscomponentes del derecho a la vivienda: la participacin. En este sentido, tambin es vlido quela comunidad organizada movilice las acciones que considere necesarias para demostrar lasolidez del proyecto que lleva adelante, haciendo uso para ello de recursos judiciales. En este

    caso, es necesario reivindicar ambos aspectos, tanto lo valioso de la participacin comunitaria,como la prevencin oficial de posibles riesgos, en aras de una solucin concertada .

    -----------------------------

    1. La administracin delegada consiste en que el ente ejecutor del Estado transfiere a lacomunidad los recursos para la realizacin de la obra, con el compromiso de administrarlos yejecutarlos bajo la supervisin de dicho ente oficial.

    2. CORTE PRIMERA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO: Escrito de las Partes eInforme de los Expertos. Expediente No. 25.638. Caracas, octubre 2001.

    3. dem.

    4. dem.

    5. La comunidad ha denunciado que en la actuacin del Conavi han privado intencionesdistintas a las razones de seguridad expuestas por la institucin.

    Asequibilidad

    Contar con un lugar seguro para vivir en paz y dignidad, incluido el acceso a la tierra comoderecho, debera ser algo alcanzable para todos, sin discriminacin. En especial, a los gruposen situacin de desventaja se les debe conceder un acceso pleno y sostenible a los recursosadecuados para conseguir vivienda. Partiendo de este enfoque, se recomienda que los

    Estados garanticen "cierto grado de consideracin prioritaria en la esfera de la vivienda a losgrupos desfavorecidos como las personas de edad, los nios, los incapacitados fsicos, losenfermos terminales, los individuos VIH positivos, las personas con problemas mdicos

    persistentes, los enfermos mentales, las vctimas de desastres naturales, las personas queviven en zonas en que suelen producirse desastres, y otros grupos de personas"54.

    Una las medidas adoptadas por el Estado venezolano para la proteccin de este derecho fue lainclusin en las Normas de Operacin de la Lsvph del recurso del subsidio, para quienes se lesdificulta obtener una vivienda (ttulo II). Sin embargo, la proteccin contemplada en esteinstrumento legal se limit a los sectores en desventaja por motivos econmicos, sin hacer

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    extensiva la proteccin, de forma explcita, a quienes se pueden encontrar en situacinvulnerable por razones de vejez, enfermedad o gnero.

    Otra situacin que tambin afecta el alcance de una vivienda adecuada la constituyen losmodelos y procedimientos utilizados para las adjudicaciones. En el lapso que aborda esteInforme, se implement como medida, segn instrucciones de Fondur, que los trmitesdestinados a la adquisicin de viviendas se realizaran en las Guarniciones Militares, a fin de

    formalizar las solicitudes ante los Comits de Adjudicacin. Los reparos sobre esta medidatienen que ver con las normas de seguridad propias a estos recintos, las cuales puedenconstituirse en un obstculos para aquellas personas que se sientan intimidadas frente a lasmismas. Una denuncia realizada por el parlamentario Julio Montoya coloc en la mira el trabajoque se realiza en estas guarniciones. Segn Montoya, funcionarios de Fondur, en complicidadcon efectivos militares, presunta mente les exigen a los aspirantes de vivienda que realicen undepsito de Bs. 60.000 para entregarles la planilla de solicitud55.

    En este contexto, para el perodo sobresale como positivo el impulso dado a la creacin delSistema de Registro de Postulantes, que centralizar el Conavi, por mandato de la Lsvph (Art.70). De acuerdo a lo establecido en el Ttulo III de las Normas de Operacin de la Lsvph,adems de mantener la informacin necesaria sobre la demanda habitacional y el alcance delos planes anuales de vivienda, dicho registro deber servir para seleccionar, de acuerdo conun sistema de criterios y factores de ponderacin, a las personas que deben ser beneficiadas

    con el subsidio directo.

    Debido a la misin encomendada en la ley y el tipo de viviendas construidas, el organismo delEstado que tiene bajo su responsabilidad la construccin de viviendas ms asequibles para lapoblacin con menos recursos es el Inavi. Solamente en este instituto se presentaron ms de240.000 solicitudes, entre agosto de 1999 y agosto de 2000, de las cuales 60.000corresponden al rea metropolitana. Ante la demanda, la capacidad de respuesta del Inavi eslimitada. Su presidente seal que del total de solicitudes, calificaron nicamente 36.000, a lapar que admiti que slo cuenta con "una asignacin presupuestaria para este ao de 78.3millardos de bolvares, con los cuales slo se pueden construir 7.000 viviendas"56. En estesentido, el Inavi registra un dficit del 80,6 % respecto al total de solicitudes admitidas, entreagosto de 1999 y agosto de 2000, que aumenta al 97% si consideramos el total de solicitudespresentadas.

    Segn informacin remitida por el Conavi, el nmero de familias beneficiadas con los subsidiosdirectos, en el ao 2000, ascendi a un total de 33.504, a travs de los Programas III y V, y conbase en un monto de Bs. 205.092.700.00057. Asimismo, con relacin al nmero de crditosotorgados por Ley de Poltica Habitacional, en el ao 2000, para la adquisicin de viviendas seadjudicaron 14.235 crditos y para la construccin, reconstruccin o remodelacin de viviendasse concedieron 24258. En el caso del subsidio directo, el beneficiario no est en la obligacinde retribuir los recursos asignados. En la prctica, constituyen una donacin para aquellasfamilias que perciben un ingreso por debajo de las 55 unidades tributarias o en situacin deemergencia (mximo 2 salarios mnimos). Aunque no hay referencias en cuanto a los subsidiosdirectos entregados en anteriores gestiones, debido a la ausencia de informacin confiablesobre la ejecucin de los organismos de vivienda, se destaca como positivo el inicio delprograma de asignacin de subsidios directos junto con la sistematizacin de informacin quepermita medir su alcance e incidencia.

    Frente al desbordamiento de los organismos del Estado para responder a la alta demanda deviviendas asequibles, muchas comunidades han optado por resolver al margen del sistema devivienda su problema habitacional, con el resultado de suscitar problemas de otro orden, porejemplo, de corte ambiental. De tal forma, como correlato a la ineficacia oficial, las ocupacionesse presentan como una alternativa, aun con los costos en cuanto a seguridad y resguardo de laintegridad que implican, para acceder a un espacio donde vivir.

    Respecto a los casos registrados durante el perodo, vale acotar algunas precisiones. Enatencin a la relacin entre pobreza y derecho a la vivienda, el Relator Especial para lavivienda adecuada, Miloon Kothari, advierte sobre la urgente necesidad de combatir la corriente

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    de opinin que responsabiliza a los pobres, en particular los que viven en los barrios y otraszonas marginadas, de la violencia social y la degradacin del medio ambiente. Por el contrario,son las principales vctimas de estos fenmenos. En opinin de Kothari: "Ha surgido una nuevaforma de discriminacin que todava no se tiene en cuenta en los instrumentos de derechoshumanos, y hay grupos de personas que se ven cada vez ms marginados y discriminados no

    slo por motivos de raza, clase o gnero, sino por ser pobres"59.

    Por su parte, las autoridades tambin deben asumir posiciones ms claras que impidan que lasnecesidades sociales sean satisfechas por vas no adecuadas, lo que incrementa laconflictividad y las dificultades para el disfrute pleno de los derechos humanos, de modoparticular cuando son ocupadas reas Bajo Rgimen de Administracin Especial (Abrae),como los parques nacionales.

    Durante el lapso que abarca este Informe, se registraron ocupaciones en 2 Abrae, el ParqueNacional "Henri Pittier" (Edo. Aragua) y "Macarao" (rea Metropolitana). Ciertamente lasituacin es bastante compleja, y aunque los mismos ocupantes son conscientes de queperjudican zonas ambientales, alegan no tener "ms alternativa, tampoco dinero para pagar unalquiler"60.

    Segn las informaciones recabadas, en octubre de 2000 unas 40 familias del pueblo deChoron ocuparon un terreno conocido como "La Esmeralda" que forma parte del Parque

    Nacional Henri Pittier. Este caso es un claro ejemplo de las tensiones que se producen en elmarco de la relacin de zonas protegidas y comunidades adyacentes, en un contexto dedesatencin oficial de las demandas sobre la calidad de vida de sus habitantes. Lo que secomplica an ms cuando se privilegia el desarrollo turstico, en desmedro de las condicionesde hbitat de los pobladores originales. Sobre la situacin que presenta el pueblo de Choron,que colinda con el Parque Nacional Henry Pittier, el director de Inparques de Aragua, HugoPrraga, refiri lo siguiente: "Choron est cobijada por un parque nacional, por lo que no haysuficientes terrenos para que sus espacios urbanos se extiendan. Por est razn ocurreninvasiones a tierras que pertenecen incluso al parque nacional, como es el caso de LaEsmeralda"61.

    El 30.05.01, la Jueza 5 de Control del Edo. Aragua, con la participacin de la GN y la policadel Edo. Aragua, intent concretar una orden de desalojo, que implicaba el derrumbe de lasviviendas y el traslado de los pobladores al pueblo de Choron, aunque ninguna autoridad

    presente pudo especificar a qu parte del pueblo seran enviados. En el intern, que supusoenfrentamiento verbal y forcejeo para impedir la destruccin de las estructuras levantadas en elsitio, 2 de los ocupantes fueron detenidos. En el marco de la accin fallida de desalojo, el Fiscal4 en materia ambiental, Danilo Anderson, advirti que en su despacho reposan 29 denunciassobre invasiones en el Parque Henri Pittier y en su opinin no se poda dar largas al asunto.Segn inform el fiscal, un proyecto turstico est en va de ser desarrollado a corto plazo enese espacio, aunque aclar que "se trata de un desarrollo con buenos estudios de impactoambiental"62. Uno de los ocupantes le pregunt al fiscal: "Qu hara usted si viviera en casade su mam con su mujer, sus hijos, sus hermanos, sus sobrinos y sus cuadas, todosapretujados?[...] pues tiene que salir de all a ver donde agarra con su familia"63.

    El 28.06.01, la Corte de Apelaciones declar con lugar el recurso de amparo interpuesto por lasfamilias de La Esmeralda, con lo cual se declar la nulidad absoluta de la decisin de desalojoemitida por el Juzgado V de Control del Edo. Aragua. En este sentido, la decisin de la Corte

    de Apelaciones le reconoci la proteccin al derecho a la defensa y al debido proceso a lasfamilias de La Esmeralda, que les fue negado durante el proceso de desalojo64.

    Sobre este caso es importante recalcar que los Parques Nacionales son zonas protegidas yesa proteccin es una de las garantas de los derechos a la salud y al ambiente sano. Por estarazn, no se pueden avalar acciones sociales que, aunque orientadas a garantizar un derechoinsatisfecho, como lo es en este caso el derecho a la vivienda, faciliten la vulneracin de otrosderechos. Al respecto, es necesario buscar soluciones que concilien los derechos de todos losafectados, explorando entre otras, las siguientes medidas: a) reduccin de riesgos, b) ofrecer a

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    la poblacin ocupante otras opciones para satisfacer su derecho a la vivienda, y c) buscarconsenso con la poblacin ocupante.

    Seguridad jurdica de la tenencia

    La tenencia adopta una variedad de formas, como el alquiler (pblico y privado), la vivienda encooperativa, el arriendo, la ocupacin por el propietario, la vivienda de emergencia y los

    asentamientos informales, incluida la ocupacin de tierra o propiedad. Sea cual fuere el tipo detenencia, en atencin a la normativa internacional de derechos humanos, todas las personasdeben gozar de cierto grado de seguridad de tenencia que les garantice una proteccin legalcontra el desalojo, el hostigamiento u otras amenazas65.

    En Venezuela no se dispone de una legislacin que establezca las consideraciones respectivassobre la figura del desalojo, de modo autnomo. Una de las pocas referencias se encuentra enla Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, que regula slo las situaciones de desalojo dondemedia una relacin contractual de arrendamiento. Al respecto vale recordar que entre lasobligaciones del Estado se encuentra la adopcin de medidas legislativas para promover elderecho a la vivienda adecuada, con lo cual una legislacin contra los desalojos forzosos esuna base esencial para crear un sistema de proteccin eficaz.

    Privilegiando la defensa del derecho a la propiedad privada, por sobre la consideracin de otros

    derechos, algunos gobiernos regionales han promulgado decretos que prohben las invasionesy son la base para la realizacin de desalojos forzosos por parte de las autoridades policiales,que en la mayora de los casos incluye la destruccin de bienes y el derribo de las estructuraslevantadas por los ocupantes. As, por ejemplo en el Edo. Miranda est vigente el Decreto 100,en atencin al cual la polica de Miranda ejecut acciones de desalojo y en el Edo. Bolvar, elDecreto 58.

    Valgan las palabras de una jueza que llev adelante un desalojo en el Edo. Bolvar para darcuenta del criterio que en la materia sostuvieron las mayora de las autoridades administrativas,

    judiciales y policiales que participaron de desalojos durante este perodo. El 14.11.01, un grupode familias asentadas en la zona industrial de Chirica, fueron desalojadas de manera forzada.

    A estas personas no se les notific de la medida ni se les presentaron opciones de reubicacin,mientras que la Jueza I de Ejecucin de Medidas seal que "La decisin de desalojo reposabaen el Tribunal desde hace mucho tiempo, pero por falta de apoyo de los cuerpos de seguridad

    haba sido imposible hacerla cumplir. Ahora que el gobernador decret la prohibicin deinvasiones podemos aplicar la medida"66. La medida incluy el derrumbe de las estructuraslevantadas por los ocupantes.

    Durante el perodo tambin se practic una accin de desalojo que produjo una vctima mortal,y en otros casos se intent practicarlas obviando las debidas garantas judiciales. Uno de loshechos trgicos se registr en medio de un desalojo practicado, a principios de agosto de 2001,por la polica el Edo. Miranda, en un sector denominado Cholondrn, en Barlovento (Edo.Miranda). Los efectivos policiales actuaron amparados bajo el Decreto 100 emitido por elgobernador Enrique Mendoza, y segn relataron los testigos, los funcionario agredieron a una

    joven. El padre de sta, Rafael NARANJO (52), acudi en su defensa. Naranjo sali blandiendoun machete y cuando arremeti en contra de un polica, ste le dispar a la cabeza y luego lerealiz otros 2 disparos.

    Al privilegio del uso de la fuerza y las medidas punitivas como f orma de enfrentar lasocupaciones ilegales, se suman las precarias alternativas que se les ofrecen a los desalojados.

    As, muchos deben permanecer por un prolongado tiempo en los refugios, mientras se concretala medida de reubicacin, cuando ocurre. En varios de los casos registrados en el perodo, losocupantes ya haban sido de-salojados con anterioridad o haban perdido sus viviendasdurante derrumbes y se haban hartado de las situaciones que prevalecen en los refugios. Delas 22 familias (39 adultos y 69 nios y nias) que el 19.10.00 fueron desalojadas de formapacfica de los predios del Embalse La Mariposa, varias informaron que se instalaron all luegode perder sus viviendas en Catuche, Plan de Manzano y otras zonas de Caracas, durante lasfuertes lluvias de diciembre de 1999. Sobre los refugios sealaron: "Nadie nos da garanta de

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    que vayamos a estar poco tiempo en los refugios. No queremos estar dos o tres aos en esosantros. Aqu estamos acostumbrados a nuestra privacidad en los albergues violan nuestrosderechos y hay insalubridad"67. Los representantes del Fondo nico Social (FUS) alegaronque a la fecha se estaba realizando un trabajo para mejorar las condiciones de los refugios68.

    Gastos soportables

    Para que los gastos en vivienda sean soportables, stos deberan ser de un nivel que noimpidan ni comprometan el logro y la satisfaccin de otras necesidades bsicas. Al respecto,algunas de las recomendaciones que se formulan a los Estados Parte del Pacto Internacionalde Derechos Econmicos, Sociales y Culturales son: la adopcin de medidas que garanticenque el porcentaje de los gastos de vivienda sean, en general, conmensurados con los nivelesde ingreso la creacin de subsidios de vivienda para los que no pueden costearse unavivienda, as como formas y niveles de financiacin que correspondan adecuadamente a lasnecesidades de vivienda. En la misma lnea, se recomienda proteger por medios adecuados alos inquilinos contra niveles o aumentos desproporcionados de los alquileres69.

    Ante la dificultad que representa la adquisicin de viviendas para importantes sectores de lapoblacin, de modo especial en Caracas, muchas optan por alquilar un inmueble. Sin embargo,esta alternativa tampoco est resultando muy favorable en lo que respecta a gastossoportables. Una investigacin periodstica70 da cuenta de lo costoso que resulta alquilar un

    apartamento en Caracas. Mientras el valor del m2 en la Parroquia 23 de Enero, que es la zonams econmica de las reportadas, es de Bs. 2.101 en Santa Mnica, la zona de mayor costoconsiderada por el estudio, es de Bs. 6.37771, lo que aumenta si se consideran zonas an mscostosas como Los Palos Grandes, Altamira y La Castellana. Tomando como base la media deambas cifras, tenemos que por un apartamento de 70 mts2 debe cancelarse la cantidad de Bs.296.730. Partiendo del enfoque del gasto soportable de la vivienda, para que este alquilerpromedio califique como tal, el ingreso familiar debe superar el milln de bolvares para vivir enCaracas.

    Esta situacin guarda relacin con la tendencia a la disminucin que acusa el mercadoinmobiliario, en la ciudad capital, durante el ao 2001, en comparacin con los registros del ao2000. De acuerdo con las cifras manejadas por empresas privadas, mientras en el primertrimestre del ao 2000 se registraron 2.729 operaciones, durante los mismos meses del 2001,apenas se registraron 1.849, representando una disminucin del 32 %.

    Una grave limitante para la adquisicin de una vivienda son las elevadas tasas de inters. Losmontos a cancelar por este concepto, sobrepasan hasta 5 veces el monto inicialmentesolicitado para los casos de prstamos hipotecarios, o 2 veces al tratarse de financiamientos depoltica habitacional. Durante el perodo aqu analizado, se presentaron fuertes debates sobrelos altos montos establecidos por las entidades financieras para el cobro de intereses, y entorno a las dificultades que confrontan los titulares de prstamos indexados (el crdito indexadoes una modalidad de prstamo que consiste en el refinanciamiento de los intereses).

    Rgimen del prstamo

    Crdito hipotecario Poltica habitacional

    Tasa 37% 17.75%Monto solicitado 12.000.000 12.000.000

    Plazo 20 aos 20 aos

    Cuota mensual 369.960 177.480

    Capital cancelado 88.790.400 42.595.200

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    intereses cancelados 76.790.400 30.595.200

    Fuente:elaboracin propia.

    El debate sobre las tasas de inters y los prstamos indexados (conocidos tambin comocrditos mexicanos), se present en el propio gabinete ministerial, en tanto constituyen puntos

    elementales de la reforma de la Lsvph. En efecto, en la propuesta presentada por el Minfra a laAN se establece que las tasas de inters debern ser preferenciales y que su fijacincorresponder a este ministerio72, estableciendo como monto el 12%, al tiempo que propusoprohibir el ofrecimiento de crditos indexados al salario.

    Por su parte, el Conavi, previa consulta con los entes ejecutores nacionales y las institucionesfinancieras, baj la tasa de inters activa, aplicable a los prstamos de poltica habitacional, de19% a 17,5 % a partir del 15.03.0173, porcentaje sustancialmente mayor a la propuestaplanteada por el Minfra. La iniciativa del Conavi fue elogiada por diferentes sectores, entre ellosla Oficina de Asesora Econmica y Financiera de la AN y la Cmara Inmobiliaria de Venezuela(CIV), quienes destacaron el carcter concertado de la misma y las implicaciones positivas quetendra su aplicacin.

    La polmica respecto de los crditos indexados se present cuando la banca inici juicios deejecucin de hipotecas contra un grupo de deudores, quienes no pudieron honrar suscompromisos. Esta modalidad tiene sus antecedentes en la reforma que se hizo a la Ley deProteccin al Deudor Hipotecario, dictada por el Ejecutivo mediante el decreto ley No. 3308, defecha 22.12.93. Posteriormente fue incluido en la Ley de Poltica Habita-cional74. Aunque notuvo mayor acogida en sus primeros aos, recientemente fue puesto en prctica por unaentidad privada, conocida como Provivienda.

    Esta institucin dise una modalidad considerada como crdito "doblemente indexado",denominada as por estar ajustado tanto a la tasa de inters como al ingreso familiar. Enprincipio, esta modalidad de crdito pareci una buena opcin para aquellos que queranadquirir una vivienda.

    Los crditos indexados fueron ofrecidos como una alternativa para aquellas familias que

    pudiesen tener dificultades econmicas eventuales para pagar sus cuotas. Entre otrosaspectos se afirm que la ventaja de "los crditos fcil pago es que la cuota mensual no variaen funcin de las tasas de inters como ocurre en los lineal-pago. Cuando se presentan alzasviolentas de las tasas de inters (como durante 1998) las cuotas financieras de los crditoslineales pueden llegar a duplicarse, causando morosidad y la posible prdida del inmueble encambio, en esas circunstancias, las cuotas mensuales de los fcil-pago permanecenconstantes, refinan-cindose la diferencia de intereses. Esto le permite a los deudoressobrevivir a los perodos econmicamente turbulentos sin afectar sus presupuestosmensuales"75. Segn esta modalidad de crdito, en caso de que el pago mensual no seasuficiente para cancelar la totalidad de los intereses del mes, calculados a tasa de mercado, ladiferencia se refinanciar sumndose al saldo deudor al final de cada mes.

    Sin embargo, la realidad de la economa venezolana durante los ltimos aos, caracterizadapor altos niveles de inflacin, decrecimiento del PIB y altas tasas de inters positivas, hicieron

    que la indexacin elevara excesivamente su monto y las cuotas se tornaran impagables. Segnestimaciones, 23.000 familias han sido afectadas por esta modalidad. Bajo la mismadenunciaron los afectados, una persona que pague durante aos su crdito, puede encontrarseen la situacin de que debe ms de lo inicialmente adeudado. Los afectados lo expresan de lasiguiente manera: " igualmente sucede con su crdito hipotecario, mientras usted o nosotrosestemos cancelando por debajo de la cuota real de pago, jams cancelaremos el crdito. Claro,ellos van a expresar que nosotros gozamos de un beneficio denominado Fondo de Rescate,

    pero resulta que esa no es l a idea de quien compr bajo los parmetros de la ley de polticahabitacional ya que desde el punto de vista psicolgico cada vez que nosotros cancelamosreligiosamente nuestra cuota mensual asignada, observamos, en el recibo que obtenemos en

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    la casilla del saldo deudor del prstamo, que el mismo en vez de disminuir va enincremento"76.

    Como dato adicional, los deudores hipotecarios sostuvieron que la modalidad de crditosindexados es justificada por el representante de la CVC, Andrs Azpurua, quien a su vez es elpresidente de Provivienda. Segn alegaron, el negocio result ser tan nefasto para ellos y tanprovechoso para los bancos, que Provivienda "se convirti en tiempo rcord en una de las ms

    poderosas[entidades de ahorro y prstamo] hasta el punto que han desplegado sucursalesregionales por todo el pas. Como producto de ello han capitalizado cinco millardos en cuatroaos, solamente en el rea de asistencia III"77.

    A fin de buscar alternativas a la situacin, los afectados se consti tuyeron en un Frente Nacionalde Deudores Hipotecarios de Vivienda (Fndhv) y acudieron ante varias instancias oficiales parasolicitar la reestructuracin y supresin de los crditos. En el seno de Ejecutivo, se presentandiferencias de criterios respecto a la aplicacin de los crditos indexados. Mientras que elviceministro del Minfra, Jos Luis Perisse, se pronunci en contra y fungi como mediadorentre los deudores y la banca privada, en aras de paralizar las ejecuciones de hipotecas, el

    Asesor de la Oficina de Programacin y Anlisis Macroeconmico (Opam) del Ministerio deFinanzas, Juan Carlos Guevara, se mostr a favor del crdito indexado, explicando que " Elesquema del crdito indexado es muy beneficioso, no lo eliminara por nada del mundo y es unmecanismo idneo en una economa como la nuestra sujeta a sobresaltos"78. Por su parte, el

    Legislativo Nacional design una comisin especial para conocer las denuncias y logr que labanca se comprometiera a paralizar las ejecuciones y los juicios, hasta el mes de junio de2001, en busca de una solucin. Al cierre de este Informe, el Conavi, junto con la Comisin dela AN, deudores hipotecarios y representantes de la Cmara Venezolana de la Construccin(CVC) discutan en mesa de dilogo para llegar a un acuerdo.

    A pesar de las iniciativas impulsadas por el Ejecutivo y el Legislativo, las partes involucradas eneste conflicto presentaron el caso ante el TSJ, introduciendo un recurso de amparoconstitucional. A la fecha de cierre de este Informe, la Sala Constitucional del Alto Tribunalconvoc a la audiencia constitucional, y en lugar de pronunciarse, orden la realizacin de unaexperticia financiera, luego de la cual presentar su veredicto.

    Vargas: Asignatura pendiente

    A pesar de todas las referencias incluidas en los apartes anteriores sobre las actuaciones delos entes oficiales, as como las calamidades sufridas por las vctimas del deslave en el Edo.Vargas en diciembre de 1999, hemos decidido incorporar este espacio aludiendo a ciertoshechos que constituyen una flagrante violacin al derecho humano a una vivienda adecuada.

    Aunque las cifras oficiales no coinciden entre s, se estiman en ms de 20.000 las familias queperdieron su hogar. Durante todo el ao 2000 y en el transcurso de 2001, funcionarios delEjecutivo y entidades internacionales estuvieron haciendo anuncios relacionados con eldesarrollo de planes urbansticos, adjudicacin de recursos e implantacin de polticas a favorde las personas afectadas. La Cruz Roja Venezolana anunci la construccin de 150 casas,mientras esperaba de parte de los gobiernos regionales, la donacin de los terrenoscorrespondientes79. Por su parte, el Ejecutivo anunci a comienzos del mes de julio de 2001 laaprobacin de Bs. 80 millardos, por parte del Consejo de Ministros, para el presupuesto deCorpovargas, entidad destinada a ejecutar las labores de reconstruccin en la zona.

    Aunque en ciertos lugares las viviendas fueron entregadas con algunos equipos y enseresbsicos, como nevera y cocina, y algunos urbanismos contemplaron servicios de salud ycentros educativos, como la experiencia de Guarumito (Edo. Tchira), las denuncias de losdamnificados reubicados comenzaron a suceder de modo casi simultneo. Entre los reclamosms frecuentes, destacaron las dificultades para lograr una reinsercin social, en especial porla carencia de empleo. Tambin se presentaron quejas por la falta de condiciones dehabitabilidad en las viviendas y urbanismos asignados, as como en los refugios o albergues.

    Estas demandas se convirtieron en la causa principal por la que muchos de los damnificadosresolvieron regresar e instalarse nuevamente en los lugares donde vivan, aunque para muchos

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    resultara altamente peligroso por las amenazas de nuevas inundaciones. El organismo al quese le asign la responsabilidad y los recursos para atender esta problemtica social fue elFondo nico Social (FUS) y fue incapaz, en la mayora de los casos, de dar una solucinadecuada.

    Por su parte, la Fuerza Armada Nacional (FAN) tambin se dedic a desarrollar proyectossocioeconmicos con los damnificados varguenses. Para ello disearon las Unidades Cvico

    Militares de Produccin, ofreciendo un curso bsico de "Capacitacin microempresarialcooperativista militar". Aunque el objetivo del programa es loable, su orientacin exclusiva parahombres, el componente militarista y su tiempo de duracin (6 meses), limitan su campo deaccin. En relacin con las asignaturas militares que incluye el curso, un efectivo responsabledel proyecto asegura que la misma "permite disciplinar fsica y mentalmente al alumno,formndolo e inculcndole los principios fundamentales de liderazgo y don de mando, quecoinciden con los criterios gerenciales modernos, facilitndole la entereza de espritu elentusiasmo y la vocacin de servicio necesaria para enfrentar con xito el difcil rol decooperativista y reservista nacional"80.

    Frente a la situacin denunciada, resulta cuestionable la incapacidad de formular un plancoordinado, que integre y supervise las medidas orientadas a superar la tragedia. Lasiniciativas se quedaron en las buenas intenciones emprendidas por un determinado funcionarioo una organizacin altruista, perdindose el esfuerzo ante la falta de articulacin exigida por

    una problemtica tan compleja. Esta situacin se refleja en un reporte publicado por la CruzRoja Internacional sobre los desastres ocurridos en el mundo en el ltimo ao. Aunque elInforme destaca la generosa ayuda desplegada por los venezolanos, es enftico al afirmar quedespus de un tiempo "la ayuda alimentaria de emergencia ces[y los refugiados] no tienenempleo, casa, ni planes y muy pocas opciones"81.

    Ante este panorama y con el objeto de definir un "Plan Coordinado de Accin Nacional" se lleva cabo en Guanare (Edo. Portuguesa), del 27 al 29 de julio de 2001, el I Encuentro Nacional deFamilias Desplazadas del Edo. Vargas. Para lograr la meta propuesta, los participanteshicieron previamente un balance sobre la situacin confrontada a fin de formular acciones enreas como la salud, la educacin, el empleo y la recreacin. Aunque no se establecieronsoluciones definitivas, la relevancia de este encuentro radica en la construccin de bsquedade alternativas en colectivo. Se acord celebrar otros encuentros de carcter nacional paraestablecer una mesa de negociaciones.

    ______________________________________________________________________

    _________________________________________

    1. PROVEA: Informe Anual octubre 1999- septiembre 2000. Caracas, 2000. Pg. 155.

    2. CONSEJO NACIONAL DE LA VIVIENDA: Plan Nacional de Vivienda. Ejecucin 2000. Caracas, 01.12.00.

    3. dem.

    4. PROVEA. Op. Cit. Pg. 158.

    5. El Universal, 22.11.01, Pg. 1-8.

    6. PROVEA. Op. Cit. Pg.156

    7. El Nacional, 07.01.01, Pg. D-4.

    8. El Nacional, 10.12.00. Encarte del Inavi, Pgs. 4 y 5.

    9. CONAVI: Proceso Constituyente de la Vivienda. Informe de avance al 30 de octubre de 2001. Caracas, 2001. Mimeo. Pg.4.

    10. MADRIGAL QUEVEDO, Eduardo:A propsito de los proyectos de reforma de leyes. Tierra, urbanismo y Vivienda. RevistaConstruccin. No. 58. Pg. 15.

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    11. La vivienda progresiva es aquella que se le asigna a un beneficiario, con una extensin de terreno no construido que lepermite invertir para ampliar en la medida de sus capacidades y sin acabado total para que el beneficiario la termine deacuerdo a su capacidad econmica y gusto.

    12. ROJAS MENDOZA, Dali:Competencias y Ordenacin Urbana. Revista Construccin. No. 58, agosto- septiembre 2001.Pg. 20.

    13. El Nacional, 21.06.01, Pg. E-5.

    14. CONAVI: La dimensin territorial dentro del desarrollo integral. Boletn. Caracas, septiembre 2001.

    15. ROJAS MENDOZA, Dal. Op. Cit.

    16. El Universal, 09.04.01, Pg. 1-4.

    17. dem.

    18. dem.

    19. Tal Cual, 09.07.01, Pg. 3.

    20. Tal Cual, 04.07.01, Pg. 3.

    21. El Universal, 22.11.01, Pg. 1-8.

    22. dem.

    23. dem.

    24. El Nacional, 08.03.01, Pg. E-8.

    25. El Nacional, 28.10.00, Pg. E-4.

    26. El Universal, 19.06.01, Pg. 2-2.

    27. El Universal, 29.07.01, Pg. 2-2.

    28. PROVEA: Informe Anual octubre 1999 septiembre 2000. Caracas, 2000. Informe Especial, Pg. xxi.

    29. ONU, Comit de Derechos Econmicos Sociales y Culturales: Observacin general 4. El derecho a una vivienda adecuada.1991 (E/1992/23-E/C.12/1991/4). Prrafo 8.

    30. ltimas Noticias, 20.09.01, Pg. 3.

    31. ltimas Noticias, 21.09.01, Pg. 3.

    32. dem.

    33. El Universal, 11.06.01, Pg. 4-1.

    34. Idem.

    35. El Universal, 19.07.01, Pg. 1-5.

    36. El Nacional, 02.06.01, Pg. C-2.

    37. dem.

    38. Idem.

    39. TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA. Sentencia del 13.08.01. Expediente N 01-1585. Subrayado nuestro.

    40. ltimas Noticias, 31.05.01, Pg. 6.

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    41. Tal Cual, 07.06.01, Pg. 2.

    42. La subsidencia es el fenmeno tectnico (relativo a la estructura de la corteza terrestre) por el cual la superficie de unaplaca litosfrica sube o baja, respecto a su posicin anterior. A pesar de que se utiliza ms comnmente el trmino desubsidencia para el hundimiento del substrato de una cuenca sedimentaria, en estudios fsicos, la subsidencia es consideradacomo una cantidad que puede ser positiva (hundimiento) o negativa (levantamiento). Tomado de la pgina web:www.geologiaenlinea.com.

    43. MINISTERIO DE INFRAESTRUCTURA. Anuario Estadstico de Infraestructura ao 2000. Caracas, 2001. Pg. III-7.

    44. Expediente No. 00170, consignado en Provea, rea de Defensa.

    45. Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos: Programa Hbitat II. Estambul, Turqua, junio1996. A/CONF.165/14, Pg. 27.

    46. CONAVI: Resoluciones de Intervencin. Mimeo S/I.

    47. ONU: Observacin general No. 4. Prrafo 8.

    48. El Universal, 07.01.01, Pg. 2-2.

    49. ONU, Comisin de Derechos Humanos : Informe del Relator Especial sobre la vivienda adecuada como elementointegrante del derecho a un nivel de vida adecuado, Sr. Miloon Kothari. 25 de enero de 2001, 57 perodo de sesiones. prr. 62.

    50. Tal Cual, 31.05.01, Pg. 21.

    51. ltimas Noticias, 29.07.01, Pg. 22.

    52. dem.

    53. El Nacional, 07.08.01, Pg. C-2.

    54. ONU, Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales: Observacin general No. 4. El derecho a una viviendaadecuada. 1991 (E/1992/23-E/C.12/1991/4, anexo II).

    55. Frontera, 15.07.01, Pg. 12.

    56. El Nacional, 28.01.01, Pg. E-2.

    57. Mireya Pantoja, Gerente del Conavi, en comunicacin a Provea de fecha 08.11.01. En el documento el monto es sealadode la siguiente manera: MM. Bs. 205.092,7.

    58. dem.

    59. ONU: Informe del Relator Especial sobre vivienda adecuada. Op. cit. prr. 64.

    60. ltimas Noticias, 31.07.01, Pg. 3.

    61. El Nacional, 16.03.01, Pg. D-2

    62. El Universal, 31.05.01, Pg. 1-8.

    63. dem.

    64. El Siglo, 29.06.01, Pg. D-1.

    65. ONU: Observacin general 4. Op. cit.

    66. Correo del Caron, 15.11.00, Pg. D-8.

    67. El Universal, 20.10.01, Pg. 4-2.

    68. dem.

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    69. ONU: Observacin General 4. Op. cit.

    70. El Universal, 12.07.01, Pg. 4-2.

    71. dem.

    72. El Nacional, 14.10.00, Pg. E-1.

    73. El Nacional, 09.03.01, Pg. E-1.

    74. SNCHEZ, Jorge: Ley de poltica Habitacional (rea de Asistencia II/III), pasado, presente y futuro de la muerte anunciadade un Crdito Hipotecario. Caracas, 31.01.00. Mimeo.

    75. PROVIVIENDA: Declogo del crdito Hipotecario.

    76. SNCHEZ, Jorge. Op. Cit.

    77. La Razn, 13.05.01, Pg. A-6

    78. El Globo, 15.03.01, Pg. 19.

    79. El Nacional, 08.05.01, Pg. C-3.

    80. Tal Cual, 12.06.01, Pg. 7.

    81. El Universal, 29.06.01, Pg. 1-8.

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