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  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACIN RACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    Parte IIAbonado de los principales cultivos en Espaa

  • Luis Lpez BellidoDoctor Ingeniero Agrnomo

    Catedrtico de Produccin Vegetal

    ETSIA. Universidad de Crdoba

    CONSIDERACIONES GENERALES

    El rea de cultivo de los cereales tiene una am-plia distribucin geogrfica. El trigo es cultivadoen una gran variedad de climas, adaptndose a laszonas que tienen una estacin de crecimiento fres-ca y hmeda seguida de otra clida y seca en lamaduracin. La cebada se adapta a las zonas depoca lluvia en primavera ya que sus necesidadeshdricas y nutritivas son ms importantes al comien-zo del ciclo. El centeno y la avena son cultivos desuelos pobres y poco frtiles, propios de climastemplados, siendo su rea de cultivo similar a ladel trigo y la cebada, aunque el centeno est me-jor adaptado a los climas ms fros.

    Importancia del cultivo en Espaa La superficie cultivada de cereales de in-

    vierno en Espaa se aproxima a los seis millo-nes de hectreas y se ha mantenido ms o me-nos constante, con una ligera evolucin descen-dente en los ltimos 20 aos. Representa alre-

    dedor del 33% de la superficie agrcola til y ca-si el 66% de la superficie total de cultivos her-bceos (tabla 16.1).

    La produccin espaola de cereales de in-vierno ha tenido una notable evolucin ascen-dente, especialmente a partir de la dcada de losaos 70, como consecuencia de la mejorade las tcnicas de cultivo, sobre todo del mayorempleo de fertilizantes y de la utilizacin de va-riedades de alto rendimiento.

    Ecologa

    Los cereales de invierno se caracterizan porsu aptitud al ahijado, que consiste en la forma-cin en la base del tallo, a nivel del suelo, de nu-merosos tallos relativamente independientes quese alimentan por sus propias races. El crecimien-to de los cereales de invierno se divide en dife-

    16 ABONADO DE LOS CEREALES DE INVIERNO:TRIGO Y CEBADA

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    2005 2006 2007 2008 (P)Trigo 2.274 1.920 1.803 2.067Cebada 3.156 3.197 3.228 3.462Avena 458 524 531 499Centeno 89 106 112 110(P) provisional

    Tabla 16.1. Superficie de cereales de invierno enEspaa (000 ha)

    Fuente: MARM (2008)

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    rentes periodos o fases, cada una de las cualeses designada por las caractersticas que la plan-ta manifiesta durante el mismo: ahijado, enca-ado, espigado y maduracin.

    Los periodos crticos de necesidades de aguadel trigo son la fase de desarrollo de la espiga, lafloracin y la fase inicial de formacin del grano.Las necesidades crticas de agua de la cebada selocalizan desde el final del estado de zurrn has-ta la fase de espigado. El dficit hdrico en dichasfases ocasiona la reduccin del nmero de espigaspor planta, la disminucin del nmero de granospor espiga y la merma del peso del grano.

    Los mejores rendimientos de trigo se obtie-nen en suelos arcillo limosos o arcillosos bien pro-vistos de calcio, con buen poder absorbente yno excesivamente aireados. En los terrenos li-geros el trigo padece, con frecuencia, deficien-cias nutricionales y estrs hdrico en el periodode maduracin del grano.

    La cebada crece bien en suelos francos o lige-ramente arcillosos, bien drenados. En los suelosarenosos, al no almacenar suficiente humedad quepuede ser rpidamente agotada, se interrumpeel crecimiento uniforme del cultivo. La cebada esms tolerante que otros cereales a los suelos b-sicos y menos tolerante a los suelos cidos.

    NutricinEl nitrgeno es el principal elemento mine-

    ral y el de mayor influencia en el rendimiento delos cereales. Sin embargo, cada uno de los treselementos principales (nitrgeno, fsforo y po-tasio) no produce su pleno efecto si no estn pre-sentes cantidades suficientes de los otros dos. Lainteraccin entre el nitrgeno y el potasio es pro-bablemente la ms importante. Dosis elevadasde nitrgeno en ausencia de una nutricin po-tsica suficiente hace a los cereales sensibles alas enfermedades y accidentes, en especial al en-camado, y limita los rendimientos, disminuyen-

    do la calidad y el peso especfico. Gracias al po-tasio la productividad del nitrgeno puede au-mentar en ms de un 50%.

    El fsforo mejora la precocidad de los ce-reales y favorece el desarrollo radicular, tenien-do un papel esencial en la formacin de la es-piga y del grano.

    El potasio tiene especial importancia en lasfunciones que aseguran el crecimiento de la plan-ta. La resistencia de los cereales a las heladas, alencamado y a las enfermedades es mayor si dis-ponen de una alimentacin mineral rica en pota-sio. Asimismo, el peso especfico y el peso de 1.000granos aumentan gracias al potasio. Tambin seafirma que el valor panadero del trigo y el valorcervecero de la cebada se mejora con el potasio.

    Adems de nitrgeno, fsforo y potasio, loscereales absorben tambin cantidades importan-

    tes de calcio y magnesio, y sobre todo de azu-fre, aunque nunca a niveles tan elevados comolos tres elementos principales (tabla 16.2).

    La absorcin de elementos minerales delos cereales es intensa a partir del ahijamiento ya lo largo del encaado, hasta la aparicin dela espiga. Por lo general el nitrgeno y el pota-sio son absorbidos ms intensa y precozmenteque el fsforo.

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    Trigo prximo a su recoleccin

  • Abonado de los cereales de invierno: trigo y cebada

    FERTILIZACIN

    Fertilizacin nitrogenada

    La fertilizacin nitrogenada debe corregir ycompletar en el tiempo la liberacin de nitrge-no a partir de la materia orgnica. Por ello, el es-tablecimiento de la dosis de fertilizante y la fe-cha de aplicacin constituyen un problema impor-tante, y a la vez complejo y aleatorio, que cadaao se plantea de forma distinta al agricultor.Para tomar tal decisin deben aunarse un conjun-to de conocimientos (necesidades del cultivo, re-servas del suelo, clima y residuos del cultivo an-terior), de observaciones (estado del medio y delcultivo) y estimaciones aproximadas (meteorolo-ga futura y potencial de rendimiento del cultivo).

    La diferencia entre la absorcin de nitrge-no por la cosecha y las disponibilidades del sue-lo determinan tericamente el fertilizante a apli-car. Sin embargo, ser necesario introducir unndice corrector, referido a la eficacia real de lafertilizacin. Este ndice de eficacia se conside-ra que en condiciones de campo vara del 40 al80%, aunque cuando existe dficit hdrico o lafertilizacin se realiza en la siembra, la eficienciadel N puede ser inferior.

    Como ya ha sido visto en captulos anterio-res, los mtodos clsicos para determinar las ne-cesidades de N fertilizante son el del balance y eldel N mineral (Nmin). El mtodo basado en la con-centracin de clorofila en la hoja es ms recientey se utiliza para controlar el nivel de N de la plan-

    ta en el campo, y determinar el momento ade-cuado de aplicacin de las coberteras de N. Utili-zando esta herramienta puede sincronizarse laaplicacin de N fertilizante con la demanda delcultivo. Los medidores de clorofila estn siendoutilizados con xito en diferentes cultivos herb-ceos y leosos, entre ellos los cereales.

    A la vista de la complejidad y variabilidad delos factores que intervienen en el mtodo de ba-lance para establecer la fertilizacin nitrogena-da, es difcil precisar el nivel ptimo de abonadosi no se llevan a cabo estudios y determinacio-nes analticas que permitan conocer con exacti-tud, para cada zona, las cifras concretas de cadapartida del balance. Cuando stas no se conocen,como es frecuente en muchas reas y en con-creto en las condiciones mediterrneas, deben uti-lizarse mtodos ms simples, y a veces empricos,deducidos de la experiencia local, para establecerla dosis de fertilizacin nitrogenada. Una simpli-ficacin emprica, cuya validez es confirmadapor la experiencia, es estimar las necesidades denitrgeno en funcin del objetivo de produccin,establecindose que las aportaciones suminis-tradas por el suelo se equilibran con el coeficien-te de utilizacin del fertilizante, con la lixiviacininvernal y con el bloqueo del nitrgeno mineralderivado del enterrado de los residuos de la cose-cha anterior.

    Fertilizacin nitrogenada del trigoLas necesidades de nitrgeno del trigo son,

    como promedio, 30 kg por cada 1.000 kg de

    Tabla 16.2. Extracciones medias de nutrientes de los cereales

    N P2O5 K2O CaO MgO STrigo 28-40 9-15 20-35 5-7 3,5-5 5,2

    Cebada 24-28 10-12 19-35 10 5,2 4,1

    Avena 24-30 10-14 23-35 - - 6,1

    Centeno 18-20 12-14 16-20 - - -

    (1) Las extracciones se refieren a los nutrientes contenidos en las partes areas de la planta (grano y paja)

    16

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    Cereales de invierno

    kg/000 kg de grano producido(1)

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    grano producido. Estas necesidades puedenvariar, segn variedades y condiciones ambien-tales, desde 28 a 40 kg de nitrgeno por cada1.000 kg de trigo, siendo la respuesta ms efi-ciente en las modernas variedades de talla ba-ja. Otro dato a considerar es el remanente de ni-trgeno no utilizado por el cultivo, que para sue-los profundos se estima en un nivel medio de 30kg N/ha. Estudios que hemos realizado durantevarios aos en la campia andaluza indican unnivel de nitratos, en la siembra, en los primeros90 cm de suelo, entre 60 y 90 kg N/ha. Los va-lores de nitrgeno mineralizado, en la misma zo-na, fluctan entre 40 y 60 kg N/ha/ao.

    La dosis global de fertilizante nitrogenado ha-bitualmente empleada en el trigo vara entre 120y 200 kg N/ha, segn el rendimiento esperado, lapluviometra y las tcnicas de cultivo. En zonasms marginales, con dficit hdrico, las dosis soninferiores, situndose entre 80 y 100 kg N/ha.

    Numerosos experimentos que hemos reali-zado en Andaluca muestran de forma consis-tente que el rendimiento del trigo solo respon-de de forma significativa hasta la dosis de 100

    kg N/ha. Sin embargo, el contenido de protenasdel grano aumenta significativamente con la do-sis de 150 kg N/ha, e incluso con la dosis de 200kg N/ha en el trigo duro (figura 16.1). Estas ma-yores dosis de nitrgeno fertilizante influyen muypositivamente en la calidad harinera y semole-ra de los trigos (tablas 16.3 y 16.4).

    El reparto o fraccionamiento de la dosis glo-bal del fertilizante nitrogenado, depender delas condiciones climticas durante el crecimien-to del trigo y de las prcticas de cultivo, en es-pecial la poca de siembra, la densidad de plan-tas y las caractersticas de la variedad. En el frac-cionamiento hay que tener en cuenta la influen-cia e importancia de la lixiviacin invernal y quelas mayores necesidades de nitrgeno del trigoson en el perodo comprendido entre el ahija-do y el encaado.

    Puede ser conveniente realizar, a veces, pe-queas aportaciones de nitrgeno antes de lasiembra que tengan un efecto de "arranque",en especial en siembras tardas para incentivarel ahijamiento, y en suelos pobres o donde el cul-tivo anterior fue muy esquilmante. Tambin pue-

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    Ren

    dim

    ien

    to g

    ran

    o (t

    /ha)

    Rendimiento grano

    Trigo duro (cv D. Pedro) Trigo harinero (cv. Gazul)

    Protena

    Dosis N (kg/ha) Dosis N (kg/ha)

    Ren

    dim

    ien

    to g

    ran

    o (t

    /ha)

    Pro

    ten

    a (%

    )

    Pro

    ten

    a (%

    )Figura 16.1. Influencia de la dosis de nitrgeno en el rendimiento y contenido de protena del trigo

    (Para cada especie de trigo, letras maysculas y minsculas diferentes indican diferencias significativas al 95% parael rendimiento de grano y contenido de protenas, respectivamente)

  • Abonado de los cereales de invierno: trigo y cebada

    de ser aconsejable esta aplicacin en suelos fuer-tes, que tienen un elevado poder retentivo, ocuando pueden existir dificultades para las apli-caciones posteriores con el cultivo ya estableci-do.

    La siguiente aplicacin puede realizarse alprincipio del ahijado (estado de 3 a 5 hojas). Lapoca y la cuanta de la dosis de esta aplicacinorientan la calidad del ahijamiento. La dosis aaplicar en esta etapa ser tanto ms importan-te cuanto ms baja sea la densidad de plantas,la vegetacin ms tarda o la variedad ms pre-coz. No deben sobrepasarse, en esta aplica-cin, las necesidades de nitrgeno del cultivo,pues un excesivo desarrollo vegetativo puedeprovocar el encamado.

    Otra aplicacin puede efectuarse al finalde la fase de ahijado y comienzo del encaado,que debe ser la ltima en aquellas zonas don-de es frecuente la escasez de lluvias en primave-

    ra. Sin duda, la dosis de esta aportacin es la msimportante por su influencia en la formacin delrendimiento, pues aumenta el vigor de los tallosformados, incrementa la proporcin de tallos conespigas, mejora el desarrollo de las hojas supe-riores, favorece o incrementa la fertilidad de laespiga y mejora el llenado del grano.

    En las zonas templadas donde las primave-ras son lluviosas, o en condiciones de regadoen climas mediterrneos, puede realizarse unaltima aplicacin con la aparicin de la ltimahoja o en el estado de zurrn. De esta forma seasegura una mxima asimilacin de nitrgenoen el espigado y la presencia de hojas verdes,a la vez que se incrementa el peso del grano.Tambin con esta aplicacin tarda de nitrge-no se mejoran algunas caractersticas tecnol-gicas del trigo relacionadas con la calidad, es-pecialmente se aumenta el contenido de pro-tenas y la vitrosidad de los trigos duros.

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    PE W P L P/L GI(kg/hl) (x10-3 J) (mm) (mm) (%)

    0 81 a 182 c 93 a 51 c 2,3 a 90 a

    100 80 b 270 b 98 a 74 b 1,6 b 87 b

    150 78 c 299 b 100 a 84 a 1,3 b 84 c

    200 78 d 359 a 105 a 90 a 1,3 b 83 c

    PE: peso especfico; W: fuerza panadera; P: extensibilidad de la masa; L: tenacidad de la masa; GI: gluten indexPara cada ndice letras diferentes indican diferencias significativas al 95%

    Dosis N (kg/ha)

    Tabla 16.3. Influencia de la dosis de nitrgeno fertilizante en los ndices de calidad del trigo harinero (cv. Gazul)

    Dosis N PE GI ndice Cenizas Vitrosidad(kg/ha) (kg/hl) (%) amarillez (%) (%)

    0 81 a 58 a 19,8 b 1,7 a 53 c

    100 80 b 56 a 20,8 a 1,6 a 88 b

    150 79 c 52 b 20,8 a 1,6 a 93 a

    200 78 d 52 b 20,8 a 1,5 a 94 a

    PE: peso especfico; GI: gluten indexPara cada ndice letras diferentes indican diferencias significativas al 95%

    Tabla 16.4. Influencia de la dosis de nitrgeno fertilizante en los ndices de calidad del trigo duro (cv. D. Pedro)

    16

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    Fertilizacin nitrogenada de la cebadaEl cultivo de la cebada extrae del suelo un

    promedio de 25 kg de N por cada 1.000 kg degrano producido (tabla 16.2).

    En climas semiridos, tpicos del cultivo decebada, el anlisis del nitrgeno mineral residualen el suelo, antes de la siembra, ha mostrado serun dato til para establecer la fertilizacin nitro-genada de la cebada, al existir una buena co-rrelacin entre dicha medida y el rendimiento.La profundidad de suelo recomendada para latoma de muestras vara entre 60 y 120 cm.

    Con frecuencia, el incremento del encama-do, por altas dosis de nitrgeno, limita la res-puesta al nitrgeno de algunas variedades de ce-bada. El empleo de reguladores de crecimientopermite obtener mejores respuestas.

    La interaccin entre el nitrgeno y el aguainfluye notablemente en el rendimiento y en elcontenido de protenas de la cebada. De igualmodo, dicha interaccin es el factor principal de-

    terminante del contenido de protenas del gra-no. Bajo condiciones de riego, el contenido deprotenas no vara mucho hasta que la dosis denitrgeno supera los 100 kg/ha, incrementn-dose rpidamente a partir de dicha dosis. Ensecano, el nivel de protenas del grano se incre-menta con la aplicacin de cantidades relativa-mente pequeas de nitrgeno.

    Experimentos realizados en diferentes regio-nes cebaderas espaolas demuestran una granvariabilidad de dosis ptimas de respuesta segnclima y suelo. En las zonas ms hmedas del nor-te, con rendimientos comprendidos entre 3.000y 5.300 kg/ha, la dosis ptima vara entre 80 y140 kg N/ha, sin que el fraccionamiento de ladosis en siembra y ahijado influya en el rendi-miento. En los secanos ms ridos de Castilla-LaMancha, con rendimientos medios de cebada entorno a 2.000 kg/ha, no suele existir respuestapor encima de 50 kg N/ha. En regado, con ni-veles de rendimiento superiores a 5.000 kg/ha,la dosis ptima se sita en el entorno de 125kg N/ha, aumentando el contenido de protenascon el mayor nivel de las aplicaciones de cober-tera.

    Algunos estudios han demostrado que laaplicacin de nitrgeno en la siembra puede serms efectiva sobre el rendimiento de la ceba-da que las aplicaciones realizadas en fases pos-teriores del cultivo. Las aplicaciones tardas pue-den incrementar significativamente el conteni-do de protenas del grano, por lo cual deben serutilizadas con moderacin en las cebadas cer-veceras, en las que un alto nivel de las mismaspuede ser perjudicial. La aplicacin de nitrge-no en los estados vegetativos tempranos me-jora el crecimiento y el rendimiento, mientrasque en el espigado no tiene apenas efecto so-bre el rendimiento, aunque incrementa sus-tancialmente el porcentaje de protenas del gra-no. En los suelos ligeros es conveniente fraccio-nar la aplicacin de nitrgeno para que seautilizado con mayor eficiencia por la planta.

    Se recomienda la aplicacin de 20-30 kgN/ha en la siembra, segn el cultivo anterior, yuna segunda aportacin entre el ahijado y el en-caado. La proporcin entre ambas aplicacionesse sita entre 1:1 y 1:3 segn la disponibilidadde agua.

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    Explotacin cerealista

  • Abonado de los cereales de invierno: trigo y cebada

    Fertilizacinfosfopotsica

    Para el fsforo y el potasio, ele-mentos que son retenidos por el sue-lo, el conocimiento de su nivel en elmismo, las extracciones realizadaspor las cosechas y las restitucionesdeben permitir estimar las cantida-des necesarias a aportar. Estos clcu-los de balance deben ser comproba-dos mediante otro mtodo esencialde informacin sobre la nutricin mi-neral de los cultivos, que es la ex-perimentacin prctica en las condiciones locales.De esta manera pueden fijarse las dosis de abona-do recomendadas en un medio determinado.

    La cantidad de fertilizante fosfatado y pot-sico debe fijarse en funcin de las extraccionesreales del cereal y del nivel de fertilidad del sue-lo, que determina el grado de respuesta al abo-nado. Puede obtenerse buena repuesta de loscereales de invierno a la fertilizacin fosfopot-sica en suelos con bajos contenidos de fsforoy potasio y probable respuesta en suelos con con-tenidos medios de ambos nutrientes (tablas 10.1y 11.1). De todas maneras, el problema es mscomplejo y la generalizacin de los niveles crti-cos puede conducir a error, pues dependen delclima, del tipo de suelo y del sistema de cultivo.

    Uno de los aspectos ms problemticos enrelacin con el abonado fosfatado es su fija-cin por el suelo, que puede dar lugar a que sueficacia no supere el 20%. A esto hay que unirsu poca movilidad y la escasa absorcin por laplanta en condiciones de fro o de sequa, fre-cuentes en el crecimiento de los cereales de in-vierno en las zonas semiridas. Factores como lacapacidad de fijacin del suelo, el nivel de car-bonato clcico, pH, el tipo de arcilla, el porcen-taje de materia orgnica, etc., condicionan la efi-cacia del abonado fosfatado.

    Por todas estas razones, es aconsejable apli-car cantidades ms elevadas de abono que lasque indiquen las extracciones del cultivo y elnivel del suelo, con la finalidad de conservar oaumentar la solubilidad del fertilizante. Segnnumerosos estudios, la eficacia del fsforo au-menta cuando se localiza en bandas junto a lalnea de siembra, dada su importancia al comien-zo del crecimiento cuando el sistema radicularest poco desarrollado.

    La experiencia demuestra la falta de respues-ta al potasio de los cereales en muchas zonas se-miridas de clima mediterrneo. La dosis depotasio depender de la eficacia del fertilizante(estimada como promedio en el 80%) y de losniveles de transformacin de la forma asimilableen fertilizante y viceversa. Gran parte del pota-sio absorbido por los cereales es restituido al sue-lo como residuos del cultivo. Puede ocurrir unalixiviacin limitada del potasio con altas precipi-taciones y en suelos arenosos. En los suelos conbajo contenido en arcilla es donde hay que vi-gilar ms el nivel del nutriente en el suelo.

    Considerando que el fsforo es un elemen-to poco mvil en el suelo y que el potasio tam-bin es bien retenido por el complejo absor-bente del suelo, sobre todo en suelos pesadosy arcillosos, la aplicacin de ambos elementos

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    Detalle espigas maduras de trigo

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    debe efectuarse con las labores de preparacindel suelo que permitirn enterrarlos y repartirlosa lo largo de la capa arable, facilitndose la ma-yor disponibilidad por las races.

    No es muy aconsejable realizar el abonadofosfopotsico para varios aos, es preferiblehacerlo anualmente. Sin embargo, cuando lascircunstancias obliguen a efectuar aplicacionesa largo plazo, no debe olvidarse que ello es uncompromiso entre el ideal terico y las condicio-nes prcticas de organizacin del trabajo. Cuan-to ms pobre es el suelo en fsforo y potasio,ms ligero (mayor lavado de potasio) y ms cal-creo (mayor retrogradacin de fsforo), menosprocedente es la recomendacin de realizar apli-caciones para varios aos. La dosis de una apor-tacin a largo plazo no debe implicar una reduc-cin del abonado; ms bien debe correspondera la suma de lo que se aplicara escalonadamen-te en los diversos aos e incluso superar este to-tal, pues el abonado en bloque slo puede re-presentar un aumento de las prdidas.

    Fertilizacin fosfopotsica del trigoEl trigo extrae como promedio 12 kg de

    anhdrido fosfrico (P2O5) y 28 kg de xido depotasio (K2O) por cada 1.000 kg de grano pro-ducido, incluyendo los rganos vegetativos co-rrespondientes. En los suelos que tengan reser-vas suficientes de fsforo y potasio slo ser ne-cesario reemplazar las cantidades extradas porla cosecha anterior, realizando lo que se denomi-na un abonado de mantenimiento. Cuando elsuelo sea pobre en algunos de estos elementos,ser necesario realizar un abonado de correccinpara elevar las reservas hasta el nivel ptimo.

    En la prctica para la fertilizacin fosfopo-tsica debe tenerse en cuenta los siguientescriterios: Realizar anlisis peridicos del fsforo y po-

    tasio asimilables del suelo para observar suevolucin (cada 3-4 aos).

    Comparar los resultados de dichos anlisiscon los niveles crticos establecidos, que sonfuncin del tipo de suelo y de las tcnicasde cultivo. No siempre es fcil conocer conprecisin tales niveles al ser muy variables pa-ra un mismo cultivo, segn las condicionesambientales. Su determinacin requiere tra-bajos de investigacin de laboratorio y decampo para cada zona o rea concreta, ascomo contrastar que la metodologa analti-ca est bien correlacionada con el grado derespuesta del cultivo.

    Determinar en el cultivo, o mejor en la rota-cin de cultivos, las cantidades de fsforo ypotasio absorbidas por las plantas, las quepueden ser lixiviadas (sobre todo de potasioen suelos ligeros) y las cantidades que pa-san a formas insolubles (caso del fsforo ensuelos altamente calizos).

    El coeficiente de utilizacin del fertilizantefosfatado es relativamente bajo, pues slo un

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    Explotacin intensiva de cereal y cultivos de verano

  • 16Abonado de los cereales de invierno: trigo y cebada

    15-20% del mismo es extrado por el cultivo elprimer ao. La aplicacin localizada en las lneasde siembra mejora la eficiencia del abono elprimer ao respecto a la aplicacin a voleo, es-pecialmente en los suelos con bajo nivel de fs-foro asimilable. En los suelos con un contenidode fsforo de medio a alto las diferencias entreambas formas son mnimas.

    El rendimiento del trigo en suelos con con-tenidos bajos y medios de potasio en el perfil de0-15 cm, se incrementa con la fertilizacin po-tsica. En suelos ricos no suele haber respuestaa la misma (tabla 11.1).

    En los suelos muy arenosos y poco profundosse debe prestar una especial atencin al abonadocon potasio, ante las posibles prdidas del mismopor lixiviacin. Las dosis medias recomendadas ensuelos con un contenido de potasio de medio abajo son de 100-120 kg K2O/ha. El enterradodel fertilizante a 10-15 cm de profundidad me-jora la eficiencia de utilizacin por la planta.Fertilizacin fosfopotsica de la cebada

    Al igual que para el trigo, la respuesta dela cebada a la fertilizacin fosfopotsica de-pende del nivel disponible de estos nutrientes enel suelo (tablas 10.1 y 11.1). La aplicacin loca-lizada en la lnea de siembra a dosis bajas pue-de ser muy efectiva cuando existe poco fsforodisponible en el suelo, obtenindose rendimien-tos equivalentes a dosis aplicadas a voleo dos otres veces superiores. El fsforo aumenta la re-sistencia de la cebada al fro invernal, interaccio-nando la respuesta del cultivo con la temperatu-ra, especialmente en suelos con escaso conteni-do de dicho nutriente. Cuando el nivel de fsfo-ro en el suelo es bajo, las aplicaciones de nitr-geno reducen la resistencia al fro de la cebada.

    Ensayos en cebadas de secano y regado hanpuesto de manifiesto la falta de repuesta al abo-nado fosfopotsico cuando su contenido en elsuelo es elevado (tablas 10.1 y 11.1).

    Aplicacin de otros nutrientesCon frecuencia, la aplicacin de nutrientes

    secundarios y microelementos a los cereales deinvierno no recibe la atencin adecuada. Ello sedebe, en primer lugar, a que tradicionalmente sehan sembrado variedades de bajo rendimiento,con pocas necesidades de estos nutrientes queeran satisfechas por el suelo. Otra razn ha si-do la utilizacin en estos sistemas de cultivo deabonos orgnicos en abundancia y de fertilizan-tes de menor concentracin, como el sulfatoamnico y el superfosfato de cal entre otros, don-de est presente el azufre y otros nutrientes se-cundarios y microelementos, aunque en bajasconcentraciones. La intensificacin de la produc-cin agrcola de los ltimos aos ha cambiadoesta situacin.

    Actualmente se siembran variedades ena-nas de alto rendimiento y se emplean por sumayor economa fertilizantes de alta concen-tracin que contienen menos nutrientes en for-ma de impurezas o iones asociados. Los abo-nos orgnicos tambin son menos empleadospor su escasez y elevado coste de aplicacin enmuchas zonas. Por todo ello se hace necesaria,ms que en el pasado, la aplicacin de estosnutrientes a los cultivos a fin de preservar n-tegramente la fertilidad del suelo y la produc-tividad agrcola.

    La deficiencia de azufre puede corregirseaplicando fertilizantes que lo contengan, comoabonos complejos con azufre, sulfato amnicoo superfosfato o aplicando otras materias comosulfato clcico (yeso) o azufre elemental, aunqueel efecto acidificante de este ltimo aconsejasu empleo en suelos bsicos, siendo su oxida-cin muy lenta en algunos suelos. Aunque el tri-go no tiene altas necesidades de azufre, cadavez manifiesta con ms frecuencia sntomas dedeficiencia en este nutriente, desde el ahijadohasta el comienzo del encaado. Los requeri-

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  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    mientos moderados son an satisfechos en lamayora de los suelos profundos, poco sensiblesa la lixiviacin de los sulfatos, si bien no sontan mviles como los nitratos. Sin embargo, pue-den aparecer carencias muy marcadas en los sue-los arcillosos con caliza y en los arenosos y li-mo-arenosos con bajo contenido de materiaorgnica.

    Puede haber respuesta a la fertilizacin azu-frada cuando el nivel del anlisis del suelo en SO4es menor de 3 ppm en el perfil de 0-60 cm, ocuando la relacin nitrgeno/azufre en la plantaes superior a 16. El nivel crtico de carencia en lashojas es de 0,3 ppm entre ahijado y encaado.En los suelos donde se obtienen altos rendimien-tos de trigo usando fertilizantes sin azufre, de-be vigilarse especialmente el nivel del mismo yaplicarlo en el futuro. La aplicacin directa de azu-fre debe realizarse entre mitad de ahijado e ini-cio del encaado, utilizando SO3 a razn de 40kg/ha. La aplicacin foliar con sulfato amnicoo azufre elemental micronizada es ms efectiva.

    Las mayores necesidades de magnesio delos cereales de invierno, especialmente el trigo,se presentan en los suelos lixiviados, arenosos ycalizos. Un contenido de magnesio en hojas y ta-llos inferior a 0,14%, en la fase de zurrn, indi-ca una deficiencia. El magnesio se puede aplicaral suelo (18-36 kg Mg/ha) o en pulverizacinfoliar con sulfato de magnesio.

    Es bien conocido que el intervalo entre elumbral de carencia y elde toxicidad es, a veces,muy estrecho para algu-nos microelementos.Con frecuencia existencarencias inducidas (an-tagonismos entre ele-mentos mayores y me-nores) ms que verda-deras deficiencias. El

    agricultor tiene bsicamente dos alternativas pa-ra eliminar las carencias en microelementos: Curativa, mediante aplicaciones foliares. El

    diagnstico ser confirmado por la respues-ta positiva a la aplicacin o por el anlisisdel suelo que determinar el origen de lacarencia.

    Preventiva, aplicando al suelo los elementosnecesarios, sobre la base del anlisis del sue-lo, destinados a corregir las deficiencias. Encarencias inducidas se puede actuar median-te labores del suelo que permitan una mejorexploracin radicular, reduccin temporal dela aportacin de elementos menores, etc. Laaplicacin preventiva de microelementos s-lo es necesaria si su contenido en el suelo esclaramente insuficiente.

    RECOMENDACIONES DE ABONADO

    Teniendo en cuenta las extracciones y con-sideraciones que sobre el abonado del trigo y lacebada se han realizado, la tabla 16.5, elabora-da por ANFFE, presenta una orientacin para laaplicacin de nutrientes en base a distintos ni-veles de la produccin esperada.

    A modo de ejemplo, y considerando los prin-cipales tipos de fertilizantes comerciales fabrica-dos en Espaa, la tabla 16.6 incluye un programade fertilizacin del trigo y la cebada para nivelesde produccin y diferentes clases de suelos.

    Produccin Abonado de fondo (kg/ha) Cobertera(kg/ha) N P2O5 K2O (kg N/ha)

    Hasta 2.000 15-20 30-50 20-30 30-402.000-3.000 20-25 45-70 25-45 40-653.000-4.000 25-35 60-90 40-65 65-85

    Ms de 4.000 35-40 80-130 60-90 85-110

    Tabla 16.5. Recomendaciones de abonado para el trigo y la cebada

    Fuente: ANFFE (2010)

    132

  • Abonado de los cereales de invierno: trigo y cebada

    CULTIVO PRESIEMBRA COBERTERA *(para todos los suelos)

    Secano P hasta 2.000 kg/ha- suelo fertilidad media 200 kg/ha NPK 8-15-15 140-180 kg/ha NAC 27 - suelo pobre en fsforo 200 kg/ha NPK 8-24-8 80-110 kg/ha urea 46 - suelo pobre en potasio 200 kg/ha NPK 9-18-27 120-160 kg/ha solucin nitrogenada 32- suelo rico en potasio 100-125 kg/ha DAP 18-46-0

    Secano 2.000

  • Jess Betrn AsoIngeniero Agrnomo

    Laboratorio Agroalimentario

    Gobierno de Aragn

    CONSIDERACIONES GENERALES

    El maz (Zea mays) es uno de los cerealesde mayor importancia a nivel mundial. Origina-rio de Amrica del sur y Centroamrica, sin quepueda precisarse el lugar en el que se inici sucultivo hace unos 5.000 aos, fue la base de ali-mentacin en ese continente y hoy es, junto conel arroz y el trigo, uno de los principales ali-mentos.

    Procede de la mejora de una gramnea sil-vestre, que data de las culturas precolombinasy aunque hoy existen muchas variedades, to-das estn emparentadas con la especie Zea me-xicana (teosinte), que crece silvestre en Mjico.La mejora gentica realizada por el hombre du-rante siglos hace que, en la actualidad, la mor-fologa del maz sea muy diferente de la desu antepasado.

    La produccin mundial est en torno a los760 millones de t/ao. El mayor productor esEstados Unidos (aproximadamente el 43%), se-

    guido por China (19%) y Brasil (cerca del 7%).La Unin Europea ocupa el cuarto lugar comoproductor, con poco menos de 50 millones det/ao.

    La produccin de cereales en general, y enparticular del maz, se ha visto incrementadadurante el siglo XX por dos hechos fundamenta-les: la mejora gentica y la fertilizacin. Hoy seestima que la produccin de maz en los pasesdesarrollados, podra incrementarse al menos un30% si se adoptaran programas de abonado co-rrectos.

    En un cultivo como el maz, con elevada de-manda de nutrientes, ajustar las dosis de fertili-zacin a las necesidades reales es imprescindiblepara reducir costes, manteniendo o incremen-

    17 ABONADO DE LOS CEREALES DE PRIMAVERA:MAZ

    135

    Castilla y Len 103,9Aragn 66,0Extremadura 43,7Catalua 35,5Castilla-La Mancha 32,0Andaluca 24,0Galicia 17,6Otras 22,8TOTAL ESPAA 345,5

    Fuente: MARM (2009)

    Tabla 17.1. Superficie de maz por CC.AA. (000 ha).Ao 2009*

    *Avance

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    tando la produccin, y tambin para garantizarel mejor aprovechamiento de los fertilizantes. Laprdida de elementos por lavado (nitratos) o porarrastre (fosfatos) supone una prdida econmi-ca y un dao ambiental considerable, sobre elque cada da se ejerce mayor presin.

    Exigencias de suelo y climaEl maz es muy exigente en cuanto la fer-

    tilidad fsica del suelo. Este aspecto, que a me-nudo se olvida, puede ser en muchos casos elprincipal factor limitante de la produccin. En-tre las caractersticas fsicas del suelo, las ms im-portantes, desde el punto de vista del maz, son: Capacidad de retencin de agua. Aireacin. Temperatura.

    La capacidad de almacenamiento de aguadel suelo es fundamental para asegurar un su-ministro continuo entre riegos. El maz es parti-cularmente sensible a la falta de agua en el en-torno de la floracin, desde 20-30 das antes has-ta 10-15 das despus.

    En suelos con escasa profundidad, o pe-dregosos, la capacidad de almacenamiento se velimitada y, cuando es posible, debe suplirse conmayor frecuencia de riegos. Lo ideal es mante-

    ner una alta disponibilidad de agua en el suelo,en trminos de potencial de agua del suelo (nodebe superarse 1,5 atmsferas en el periodode la floracin y algo ms en el resto del ciclo).Si el potencial hdrico es mayor (en trminos ab-solutos) comienza a mermar la produccin.

    En relacin con la disponibilidad de agua, elmaz es muy sensible a la salinidad del suelo. Unaconcentracin salina, expresada como conduc-tividad elctrica en extracto de pasta saturada,superior a 1,7 dS/m a 20 C comienza a afectaral cultivo, y con 3,8 dS/m la produccin descien-de un 25%.

    El maz es muy sensible a la asfixia radicular.No soporta los suelos apelmazados o con maldrenaje. Necesita un mnimo del 10% del volu-men de suelo ocupado por aire.

    Tanto la aireacin del suelo como la circu-lacin de agua estn estrechamente ligadas ala estructura del suelo, que favorece la forma-cin y mantenimiento de la porosidad. Es esen-cial proteger la estructura frente a agresiones co-mo el trnsito de maquinaria pesada en malascondiciones de humedad, el laboreo intenso ola elevada energa del agua aportada en riegospor aspersin.

    Respecto a la temperatura, el maz se mues-tra especialmente sensible durante la germinacin,nascencia e inicio de la vegetacin. Requiere unmnimo de 12 C de temperatura del suelo para lagerminacin. Algunos sntomas de carencia en elinicio del cultivo estn originados por bajas tem-peraturas que impiden el desarrollo radicular.

    La temperatura del suelo puede, hasta cier-to punto, modificarse mediante el manejo de losrestos orgnicos en superficie y del riego.

    En resumen, es esencial el mantenimien-to de la fertilidad fsica del suelo. Su dete-rioro puede causar limitaciones no siempre f-ciles de identificar y, a menudo, de muy lentacorreccin.

    136

    Ensayo de fertilizacin del maz con parcela testigo sin ningn aporte

  • 17Abonado de los cereales de primavera: maz

    REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES

    El maz tiene unas necesidades nutriciona-les por unidad de produccin similares a otroscereales, como el trigo o la cebada. Pero debi-do a sus producciones, habitualmente mucho

    ms altas, las cantidades de nutrientes deman-dadas por el maz, en trminos absolutos, sonmucho ms elevadas. Existen diferentes referen-cias sobre las cantidades de nutrientes esencia-les consumidos en mayor cantidad. (tablas 17.2,17.3 y 17.4).

    Dependiendo del autor, cabe situar las nece-sidades de maz, en un mximo de 28-30 kg denitrgeno (N), 10-12 kg de fsforo (P2O5), y23-25 kg de potasio (K2O), por cada 1.000 kg degrano producido. Adicionalmente, hay un con-sumo significativo de calcio, magnesio y azu-fre.

    Hay que destacar el hecho de que una par-te importante de los nutrientes extrados son des-tinados a partes de la planta que no siempre seretiran del campo. Esto hace que existan im-portantes diferencias entre la extraccin total denutrientes y la exportacin (tablas 17.4 y 17.5).Estas diferencias son particularmente impor-tantes en el potasio, en el que slo una peque-a parte va destinada al grano que se cosecha,y en los microelementos.

    Ritmo y forma de extraccin de losnutrientes

    Aunque la extraccin comienza tras la nas-cencia, la extraccin ms fuerte de nutrientes seproduce a partir de las 4-5 semanas (estado 8hojas), en que se inicia el crecimiento vegetati-vo ms intenso. La absorcin de macroelemen-tos va adelantada respecto a la generacin demateria seca. Esto ocurre especialmente en elpotasio, cuya absorcin prcticamente terminapoco despus de la floracin.

    En torno al 47% de todo el nitrgeno se ex-trae entre los 15 das anteriores y los 15 poste-riores a la floracin. El maz puede asimilar nitr-geno tanto en forma ntrica como amoniacal, s-te ltimo incluso de forma ms rpida que el pri-mero. La forma amoniacal presenta la ventaja de

    137

    Nutrientes kg/t de granoExportacin (grano) Extraccin total

    Nitrgeno (N) 15,5-19,1 24,7-30,0Fsforo (P2O5) 7,0-12,3 10,2-12,3Potasio (K2O) 4,5-5,4 20,7-25,2

    Fuente: Canadian Fertilizer Institute (1998)

    Tabla 17.4. Extraccin y exportacin real denutrientes principales por la parte area del maz

    g/ha

    Exportacin (grano) Extraccin total (planta entera)

    Hierro (Fe) 143 6.240Manganeso (Mn) 37 483Zinc (Zn) 187 440Cobre (Cu) 37 199Boro (B) 36 126Molibdeno (Mo) 5,5 11,1

    Fuente: Benne et al. (1964), citado por Lou (1988)

    Tabla 17.5. Extraccin de microelementos parauna cosecha de 18,7 t de grano de maz

    Nutrientes kg/t de grano

    Nitrgeno (N) 28Fsforo (P2O5) 11Potasio (K2O) 23

    Fuente: Domnguez Vivancos (1984)

    Tabla 17.3. Extraccin de nutrientes principalespor la parte area del maz

    Nutrientes kg/t de granoGrano Resto planta

    Nitrgeno (N) 14 7Fsforo (P2O5) 7 2Potasio (K2O) 5 20Calcio (CaO) 0,3 6Magnesio (MgO) 2 6Azufre (S) 1,3 1

    Fuente: Olson y Sander (1988)

    Tabla 17.2. Extraccin de nutrientes principales ysecundarios por la parte area del maz

    Nutrientes

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    ser retenida en el suelo, pero puede presentar elinconveniente de que bajo esa forma puede com-petir en la absorcin con otros nutrientes comocalcio, magnesio o potasio.

    Fuentes de nutrientesEl suministro de los nutrientes requeridos se

    puede producir por diferentes vas, y todas ellasdeben considerarse a la hora de ajustar la ferti-lizacin. Estas son: El suelo. El agua de riego. Los restos de cosecha. Cultivo precedente. Los fertilizantes orgnicos (estircoles, puri-

    nes, etc.) y rgano-minerales. Los fertilizantes minerales.

    La cantidad de nutrientes suministrada porel suelo puede conocerse mediante su anlisis,imprescindible para orientar la fertilizacin fos-fatada y potsica. Aunque el anlisis no indica-r directamente la cantidad de esos nutrientesque va a suministrar el suelo, s que da una pau-

    ta sobre si es necesario suplementarlo o no conotras fuentes.

    Respecto al nitrgeno, la mayor parte esten el suelo en forma orgnica (no directamen-te asimilable); la determinacin de la materia or-gnica que contiene el suelo permite obteneruna buena estimacin de la cantidad de nitr-geno que ser liberado (tabla 4.2). Al tratarse deun cultivo de verano puede aprovechar la mayorparte de ese nitrgeno.

    Si se desea tener un conocimiento ms ajus-tado de la disponibilidad real de nitrgeno mi-neral, se puede recurrir al anlisis de nitrgenomineral en el suelo (nitratos), hasta una pro-fundidad de 60 cm. La cantidad de nitrgeno asobtenida puede considerarse que est disponi-ble inmediatamente para el cultivo.

    El agua de riego contiene siempre cierta can-tidad de sales, muchas de las cuales son nutrien-tes. En Espaa, donde el maz se cultiva mayo-ritariamente en regado, el volumen de agua aa-dido es muy importante, de modo que cualquiersal que sta contenga, ser aportada tambin encantidades considerables.

    Cuando el agua de riego procede de son-deos es muy habitual que contenga cantidadesmuy importantes de nitrgeno, directamente asi-milable. Cuando son aguas superficiales, el con-tenido de nitrgeno ser bajo, pero pueden con-tener potasio o, si reciben algn tipo de verti-do, fsforo u otros elementos.

    Tambin el agua de lluvia realiza pequeosaportes de nitrgeno disuelto a travs de la at-msfera. Se calcula unos 8 kg N/ha anualmente.

    Es imprescindible conocer la calidad del aguapara manejarla adecuadamente. Esa informacinpuede proceder de los organismos de cuenca ode un anlisis realizado por el propio agricultor.

    Los restos de cosecha contienen una parteimportante de los nutrientes extrados por la plan-ta, por lo que su restitucin o no al suelo, re-Planta de maz en floracin

    138

  • Abonado de los cereales de primavera: maz

    percute en las aportaciones que de los mismosse hagan al cultivo.

    Es habitual que el maz forme parte de unarotacin de cultivos detrs de una leguminosa (al-falfa, guisante, veza, etc.). En este caso, es impor-tante considerar el aporte de nitrgeno fijado porla leguminosa que pasar al cultivo del maz, y quede forma orientativa puede situarse, si se trata dela alfalfa, entre los 100 y 150 kg N/ha.

    Si el precedente no es una leguminosa, esafijacin no se da, pero debe tenerse en cuentaque si la fertilizacin fue superior a las necesida-des, es decir, si se obtuvo una cosecha inferiora la prevista, habr un residuo de nutrientes adisposicin del maz.

    Los fertilizantes orgnicos, cuyo uso es ca-da vez ms habitual en la agricultura, contienenuna cantidad de nutrientes que se liberarncon la mineralizacin de esa materia orgnica(en general de forma ms lenta que los fertili-zantes minerales). Cuanto menor es la relacinC/N, ms rpidamente se mineralizan los apor-tes orgnicos. En la tabla 6.7 se indica la com-posicin media de estircoles de diferentes es-pecies.

    Los fertilizantes minerales estn presentesen el mercado en una gran diversidad de formu-laciones, con formas y concentraciones de nu-trientes que permiten adaptarse a las necesida-des del cultivo no cubiertas con las fuentes an-tes mencionadas. Por ello, la necesidad de estosfertilizantes debe calcularse para cerrar el ba-lance entre la demanda del cultivo y la disponi-bilidad de nutrientes en el suelo.

    Respecto a los nutrientes secundarios y mi-croelementos, en general el suelo es capaz deproporcionar las cantidades requeridas. Los res-tos de cosecha, los fertilizantes orgnicos, y enmenor medida los fertilizantes minerales son unafuente adicional de estos nutrientes. Localmen-te, en reas con particulares condiciones de sue-lo, pueden darse deficiencias de magnesio o deazufre, y difcilmente de calcio. No suelen pre-sentarse deficiencias importantes de microele-mentos, con excepcin del zinc.

    En caso de deficiencias, puestas de manifies-to por sntomas en el cultivo, detectadas median-te anlisis de suelo o de planta, puede recurrir-se a fertilizantes minerales que contengan esosnutrientes secundarios y microelementos. No de-

    Cultivo de maz en Aragn

    17

    139

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    ben realizarse estos aportes con carcter preven-tivo y sin conocimiento del estado del suelo, pues-to que ello puede ser innecesario o perjudicial.

    RECOMENDACIONES DE ABONADO

    Dosis y fraccionamiento

    El aporte de nutrientes debe calcularse co-mo un balance en el que entradas y salidas de-ben quedar compensadas: Las salidas son la demanda del cultivo que se

    obtienen multiplicando las necesidades denutrientes (en kg/t de grano) por la produc-cin realmente esperable.

    Las entradas deben calcularse para cada fuen-te de nutrientes, como antes se ha sealado.

    Los nutrientes que son retenidos por el sue-lo pueden ser aportados de una sola vez en elabonado de fondo, pero esto no debe hacersepara el nitrgeno ya que es un elemento m-vil. La dosis total de nitrgeno debe fraccio-narse entre fondo y, al menos, una cobertera.En suelos con poca capacidad de almacenamien-

    to de agua y nutrientes debe recurrirsea dos coberteras.

    Es recomendable aplicar en tornoa 1/3 del total de nitrgeno en fondo,junto al fsforo y el potasio, y el restoen una cobertera, cuando el maz tie-ne 40 cm de altura (8 hojas). Si se ha-cen dos coberteras, la segunda ser conel maz a 1 m de altura, dividiendo endos partes el nitrgeno que se aporta encobertera.

    Las coberteras deben servir paraajustar la dosis de nitrgeno, puestoque en ese momento se conocen me-jor las expectativas de cosecha.

    A modo de ejemplo, se indican, deforma prctica y sencilla, los clculos

    bsicos para establecer la recomendacin deabonado para un cultivo de maz con una ex-pectativa de produccin de 12.000 kg/ha degrano comercial, teniendo en cuenta las ne-cesidades de nutrientes recogidos en las ta-blas 17.6 y 17.7.

    Balance de nutrientesSalidas para una produccin de 12 t/ha:

    Nitrgeno (N) ..................324 kg/haFsforo (P2O5) ................120 kg/haPotasio (K2O) ..................240 kg/ha

    140

    Concepto N P2O5 K2OGrano 18 7 4Parte area 9 3 16Total 27 10 20

    Concepto N P2O5 K2OGrano 216 84 48Parte area 108 36 192Total 324 120 240

    Tabla 17.6. Necesidades (kg/t grano)

    Tabla 17.7. Necesidades (kg para una produccinde 12 t de grano/ha)

    Parcela de maz

  • Abonado de los cereales de primavera: maz

    Entradas estimadas:Agua de riego

    15 mg NO3/l (tabla 3.1) ........ 24 kg N/haMateria orgnica del suelo

    1,5% MO (tabla 4.2) ........ 33 kg N/haDeposicin atmosfrica anual

    (captulo 9).......... 8 kg N/ha Enterrado de la parte area........ 95 kg K2O/ha

    Es prctica habitual en este cultivo, picar yenterrar las caas y las hojas con lo que se ob-tienen unas entradas de nutrientes adicionales: Las entradas de nitrgeno pasan a formar par-

    te de la MO del suelo y ya se han tenido encuenta a efectos de este balance.

    Las entradas de potasio, que es el elementopresente en mayor cantidad en la parte areadel maz, son muy importantes. Se estima queun 50% del potasio contenido en la parte a-rea que se incorpora, est disponible. Es decir,

    con esta prctica se aportan en torno a 95 kg/ha. Las entradas de fsforo por este concepto son

    poco significativas, ya que este elemento seencuentra presente en la parte area del cul-tivo en proporciones muy inferiores.

    Consecuentemente la cantidad de nutrien-tes que se deben aportar con los fertilizantes de-ber ser la correspondiente al balance entre sa-lidas y entradas, que se recoge en la tabla 17.8.

    Programa de fertilizacinEn la tabla 17.9 se recoge a modo de ejem-

    plo, un programa de fertilizacin para el abo-nado del maz.

    N P2O5 K2OSalidas 324 120 240Entradas 65 0 95Aporte con fertilizantes 259 120 145

    Suelos con alto contenido en potasio Suelos con alto contenido en fsforo

    Abonado de Fondo 800 kg/ha NPK 8-15-15 800 kg/ha NPK 12-10-17

    1 aportacin (40 cm) 250 kg/ha urea 46 1 aportacin (40 cm) 200 kg/ha urea 46

    2 aportacin (100 cm) 320 kg/ha NAC 27 2 aportacin (100 cm) 285 kg/ha NAC 27Abonado de Cobertera* 330 kg/ha nitrosulfato amnico 26 296 kg/ha nitrosulfato amnico 26

    Si se dispone de sistema de riego por aspersin: Si se dispone de sistema de riego por aspersin:630 kg solucin nitrogenada 32 530 kg solucin nitrogenada 32a lo largo del ciclo de cultivo a lo largo del ciclo de cultivo

    * En suelos bsicos o salinos, sustituir el NAC 27 por nitrosulfato amnico 26.

    Bibliografa

    Domnguez Vivancos, A., 1984. El abonado de loscultivos. Ed. Mundi Prensa Espaa.

    Guerrero Garca, A., 1999. Cultivos herbceosextensivos. Ed. Mundi Prensa.

    Hagin, J.; Tucker B., 1982. Fertilizatin of Drylandand Irrigated Soils. Springer-Verlag.

    Loue, A., 1988. Los microelementos en laagricultura. Ed. Mundi Prensa, Espaa.

    Llanos Company, M., 1984. El Maz. Ed. Mundi Prensa. Porta, J.; Lpez-Acevedo, M.; Roquero, C., 1999.

    Edafologa para la agricultura y el medioambiente. Ed. Mundi-Prensa. 849 pp. 2 ed.Espaa.

    Tisdale, S.L.; Nelson, W.L.; Beaton, J.D., 1985. Soilfertility and fertilizers. Ed. Macmillan PublishingCompany.

    17

    141

    Tabla 17.8. Nutrientes a aportar a travs de lafertilizacin (kg/ha)

    Tabla 17.9. Programa de fertilizacin

  • lvaro Ramos MonrealDoctor Ingeniero Agrnomo

    Centro para la Calidad de los Alimentos. INIA

    CONSIDERACIONES GENERALES

    Las leguminosas de grano han tenido una pre-sencia constante en la agricultura de las distintaspartes del mundo, prcticamente desde sus or-genes hace unos 10.000 aos, all en el Neolti-co. En Espaa existe constancia de la utiliza-cin de las principales leguminosas de grano des-de la poca de la dominacin romana.

    La familia Leguminosas (Leguminosae), tam-bin conocida como Fabceas (Fabaceae), es unafamilia muy cosmopolita, con 700 gneros y unas17.000 especies, entre las que existen arbreas,arbustos y plantas herbceas. stas ltimas sepodran dividir, teniendo en cuenta su utilizacinagrcola, en leguminosas de grano, leguminosashortcolas, leguminosas forrajeras, y leguminosaspasccolas.

    Las leguminosas de grano, objeto de nuestraatencin en este captulo, es un grupo numero-so y heterogneo de especies que tuvo en el ao2008 una produccin a escala mundial de 280 mi-llones de toneladas, de los cuales 220 millones co-

    rrespondieron a la soja, que se contempla comooleaginosa. Por consiguiente, estamos conside-rando unos 60 millones de toneladas que son fun-damentales para la alimentacin humana y ani-mal en muchos pases, principalmente en los me-nos desarrollados, en tanto que, en pases msdesarrollados, la protena necesaria para el con-sumo humano y animal es obtenida mayoritaria-mente a travs de la carne y el pescado.

    Las leguminosas de grano consideradas eneste captulo son las siguientes: garbanzo (Cicerarietinum L.), lenteja (Lens esculenta L.), habassecas (Vicia faba L.), judas secas (Phaseolus vul-garis L.), guisantes secos (Pisum sativum L.), ve-za (Vicia sativa L.), yeros (Vicia ervilia L.), altra-muz (Lupinus sp.L.), algarroba (Vicia monanthosL.) y almorta (Lathyrus sativus L.).

    18 ABONADO DE LAS LEGUMINOSAS DE GRANO

    143

    Siega de una parcela de leguminosas

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    Caractersticas de los cultivosLa investigacin sobre leguminosas, con la

    excepcin de la soja, ha sido mucho menor quela que se ha dedicado a otros cultivos, comopor ejemplo los cereales. Como consecuencia, elcultivo de las leguminosas tiene problemas va-riables segn la especie. Estos problemas, estnrelacionados con la oscilacin en los rendimien-tos, con rendimientos bajos o con falta de resis-tencia a enfermedades. La situacin est cam-biando gracias al enorme esfuerzo investigadorque ha venido realizando la Unin Europea, quecomenzar a dar sus frutos en los prximos aos.

    Las leguminosas se siembran generalmen-te en otoo, antes que los cereales, pero existenespecies que aunque tradicionalmente se sem-braban exclusivamente en primavera, en la ac-tualidad, como consecuencia de programas es-pecficos de investigacin, disponen tanto de va-riedades para siembra primaveral como otoal,como ocurre en garbanzos o guisantes.

    La mayor parte de las leguminosas de gra-no tienen una gran capacidad de adaptacina las diversas condiciones de clima y suelo. To-das ellas se consideran como plantas insustitui-bles en las alternativas, por su capacidad de es-tablecer simbiosis con las bacterias nitrofija-doras del gnero Rhizobium que asimilan el ni-trgeno atmosfrico, base slida para la agri-cultura sostenible.

    Descripcin botnica y fisiolgicaLas flores de las leguminosas pueden variar

    de tamao, teniendo el cliz cinco spalos (rara-mente tres o seis) y la corola cinco ptalos li-bres o parcialmente unidos.

    Las inflorescencias pueden aparecer comoflores solitarias en racimos terminales o axila-res, modificndose a veces hasta parecer cabe-zuelas o incluso umbelas. Los frutos disponen deun gineceo spero, monocarpelar, con desarro-

    llo muy variable y tendencia a la reduccin en elnmero de vulos.

    En las races predomina el sistema prima-rio, a menudo profundas y casi siempre con n-dulos poblados de bacterias del gnero Rhizo-bium que asimilan el nitrgeno atmosfrico.

    Las leguminosas, efectivamente, ponen enmarcha, con ciertas bacterias del suelo, la fija-cin simbitica del nitrgeno que convierte el ni-trgeno atmosfrico (N2) en nitrgeno mineralque puede ser asimilado por la planta, siendo es-te nitrgeno la clave de la productividad y la com-petitividad agraria.

    Exigencias climticas y edficasLas leguminosas se adaptan a una banda de

    pH de 5,5 a 8, como la mayor parte de los cul-tivos. En suelos con altos niveles de caliza acti-va pueden aparecer problemas de clorosis frri-ca. Los altramuces se desarrollan mejor en sue-los sin carbonatos, con pH por debajo de la neu-tralidad.

    El Rhizobium sp. est presente normalmen-te en los suelos espaoles, por lo que la inocula-cin no es necesaria. Puede ocurrir, sin embar-go, que en ocasiones la poblacin de Rhizobiumsp. en el suelo sea muy escasa o no exista por ladesaparicin del cultivo en la zona, situacinque afectara negativamente al cultivo. Conven-dra en estos casos cerciorarse de la situacin exac-ta e inocular la semilla con el Rhizobium sp. ade-cuado a la especie objeto de nuestra siembra.

    Se hace comnmente la distincin entre le-guminosas de invierno y de primavera, como encereales, pero en el caso de las leguminosas es-ta distincin est nicamente relacionada con laresistencia al fro. Ya hemos dicho que en algu-nos casos existen variedades adaptadas a la siem-bra otoal. La siembra de otoo, en zonas don-de las lluvias otoales son ms seguras, permi-te obtener mayores producciones.

    144

  • Abonado de las leguminosas de grano

    Importancia en EspaaLas leguminosas en general tuvieron una

    enorme importancia en Espaa, tanto en alimen-tacin humana como en alimentacin animal. Apartir de los aos sesenta del siglo pasado, sucultivo y su utilizacin en la alimentacin huma-na se releg y se sustituy por importaciones ypor una dieta ms carnvora, como en el restode los pases desarrollados. El consumo huma-no de leguminosas se identific como sinni-mo del bajo nivel de vida de otros tiempos. Seperdieron as hbitos alimenticios que los exper-tos recomiendan en la actualidad.

    Las leguminosas de grano de consumo hu-mano, salvo excepciones, como seran aquellasque cuentan con una IGP (Indicacin Geogrfi-ca Protegida) o similar, se encuentran en regre-sin y las necesidades espaolas se satisfacencon importaciones principalmente de Canad,Australia, Mjico o Turqua.

    Como ya se ha dicho, la protena vegetal des-tinada a la fabricacin de piensos compuestos seimporta en su mayor parte, destacndose el granascenso, relativo, del guisante proteaginoso, ob-jeto de nuestra dedicacin en programas de me-jora desde 1984.

    Habra que sealar el potencial de los ye-ros. Espaa es posiblemente el nico pas eu-ropeo donde se conocen y se cultivan, y que hadesarrollado un programa de mejora especfico.Hay otras muchas leguminosas que contribuyena aumentar la diversidad de nuestros cultivos,que son desconocidas en Europa, corriendo elriesgo de desaparecer.

    La superficie sembrada de las distintas es-pecies de leguminosas de grano se refleja enla tabla 18.1, donde adems se muestra la evo-lucin de su cultivo en Espaa durante los lti-mos aos.

    En la tabla 18.2 se presenta la distribucin dela superficie de leguminosas de grano en las prin-cipales Comunidades Autnomas en el ao 2007.

    Cultivo Aos2000 2005 2006 2007 2008

    Judas secas 14,7 10,6 9,2 8,5 7,0

    Habas secas 12,4 59,5 36,6 25,7 22,3

    Lentejas 24,4 36,2 25,2 16,9 17,5

    Garbanzos 76,9 61,0 25,2 30,6 21,2

    Guisantes secos 41,3 151,5 149,3 142,2 107,3

    Veza 160,2 142,1 47,8 34,6 21,9

    Yeros 106,0 86,7 19,1 12,3 12,8

    Altramuz 15,4 13,7 9,7 7,5 5,3

    Total leguminosas de grano 451,3 561,3 322,1 278,3 215,3

    Tabla 18.1. Superficie de leguminosas de grano (000 ha)

    18

    145

    Fuente: MARM (2008)

    Castilla y Len 135,6Andaluca 53,5Castilla-La Mancha 44,6Extremadura 16,1Aragn 7,8Otras 20,7

    TOTAL ESPAA 278,3

    Tabla 18.2. Superficie de leguminosas por CC.AA.(000 ha). Ao 2007

    Fuente: MARM (2008)

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    NECESIDADES NUTRICIONALES

    Papel de los nutrientes

    El nitrgeno en las leguminosas est di-rectamente ligado a la presencia de Rhizobiumsp., bacteria fijadora de este nutriente que ac-ta en simbiosis con dicho cultivo, lo que enprincipio hara que no fuera necesaria su apor-tacin en la mayora de los suelos espaoles.Las leguminosas, en su primera fase de cultivo,hasta que no se ha producido la simbiosis conel Rhizobium sp., se comporta como cualquierplanta que tiene que obtener nitrgeno de lasolucin del suelo. La aplicacin de pequeasdosis de nitrgeno en la primera fase de laformacin de la plntula, como mnimo delorden de 25 kg N/ha, es especialmente reco-mendada en perodos fros y cuando las con-diciones medioambientales no son favorablesa la simbiosis.

    En la tabla 18.3 se recogen las especies deRhizobium y las plantas a las que nodula. La es-pecificidad existe no slo entre leguminosa-Rhizobium sino tambin a nivel de raza, aunqueen ocasiones varios gneros de leguminosas com-

    parten la misma bacteria. En pases como Esta-dos Unidos, Brasil, Argentina, Canad, donde lasleguminosas alcanzan especial importancia, seseleccionan razas de Rhizobium para las nue-vas variedades.

    Es importante conocer la existencia y con-centracin en el suelo del Rhizobium sp. adecua-do a la leguminosa de nuestra eleccin a travsde un laboratorio especializado, especialmentecuando hayan pasado muchos aos sin presen-cia de leguminosas en la parcela. De ello va a de-pender nada menos que la fertilizacin nitro-genada.

    El fsforo estimula el desarrollo del sistemaradicular, del tallo, de la floracin, y consecuen-temente el nmero de vainas y granos, habin-dose comprobado que su aplicacin como abo-nado de fondo aumenta el peso de los ndulosdel Rhizobium sp. Para el clculo de la cantidada aplicar, debe tenerse en cuenta la retrogracinque sufre este elemento, especialmente en te-rrenos calizos y la adsorcin del suelo proporcio-nal al contenido de arcilla. La aplicacin del fs-foro es ms efectiva cuando el contenido deeste elemento en el fertilizante sea soluble en

    agua y en citrato amnico.El potasio favorece la

    sntesis de los hidratos decarbono y la formacin deprotenas, los dos compo-nentes ms importantes delas leguminosas de grano.Interviene en la regulacinde la transpiracin y su apli-cacin favorece la resisten-cia a la sequa, heladas y en-fermedades criptogmicas,y de igual forma que el fs-foro estimula la formacinde ndulos y el desarrollodel sistema radicular.

    146

    Bacterias Plantas noduladasGnero Especie

    Rhizobium leguminosarum Vicia AlberjonesAlgarrobas

    HabasVezasYeros

    Pisum GuisantesLathyrus Almortas

    TitarrosLens Lentejas

    Biovariedad Phaseoli Phaseolus AlubiasRhizobium sp. (Cicer) Cicer GarbanzoRhizobium meliloti Trigonela AlholvaRhizobium loti Lupinus AltramuzBradyrhizobum sp. (Lupinus)Bradyrhizobum japonicum Glycine Soja

    Tabla 18.3. Especies de Rhizobium y leguminosas de grano a las que nodula

    Fuente: Elaboracin propia

  • 18Abonado de las leguminosas de grano

    Cuando se presentan deficiencias de azu-fre, el aporte del orden de 20 kg/ha en los cul-tivos que entran en la alternativa sern sufi-cientes. La aplicacin de azufre puede llevar-se a cabo a travs de fertilizantes que con-tengan este elemento, como los superfosfatosde cal o los abonos complejos que lo conten-gan.

    La deficiencia de magnesio produce cloro-sis, primero en las hojas ms viejas avanzandoa las ms jvenes, en los momentos prximosa la floracin. La aplicacin de magnesio sernecesaria cuando el suelo contenga menos de0,5 meq de magnesio disponible por 100 mg desuelo.

    Tambin es importante prestar atencin alos micronutrientes. Entre ellos, la deficiencia enboro provoca abortos florales y vainas semille-nas.

    Las deficiencias en manganeso se presen-tan en suelos con pH superior a 6,8 de tipo or-gnico y mal drenados. Los sntomas se mani-fiestan en forma de clorosis.

    La correccin de la deficiencia en molib-deno se suele efectuar impregnando la semillaantes de la siembra con goma arbiga y 35 g/hade molibdato sdico.

    En la tabla 18.4 se indica el pH ptimo pa-ra el cultivo de las diferentes leguminosas de gra-no.

    Extracciones del cultivoLas extracciones medias de las diferentes le-

    guminosas de grano son del orden de:

    A continuacin se recoge una tabla de ex-tracciones de nutrientes de las diferentes legu-minosas de grano:

    RECOMENDACIONES DE ABONADO

    Con la aplicacin de los elementos bsicosnutritivos al suelo se favorece la simbiosis, se au-menta la produccin y se incrementa la renta-bilidad. El abonado de las leguminosas se vienerealizando de forma tradicional y normalmenteen sementera.

    Para el clculo de la dosis de abonado ha-br que tener en cuenta las extracciones de ca-da uno de los nutrientes, que debern com-pensarse con el aporte de los fertilizantes. Si seaplican fertilizantes orgnicos en la rotacin, ha-br que considerar el contenido de nutrientesque estos aporten, para calcular el cmputo dela fertilizacin mineral, si bien teniendo en cuen-ta el tiempo necesario para la mineralizacin delfertilizante orgnico.

    Las necesidades de nitrgeno de las legumi-nosas sern atendidas en su mayor parte por la

    40-90 kg N/ha; 20-50 kg P2O5/ha; 30-90 kg K2O/ha

    147

    Cultivo pH ptimo Judas secas 4,5-7,5Habas secas 5,0-8,0Lentejas 5,5-8,0Garbanzos 6,0-9,0Guisantes secos 5,5-8,5Veza 5,8-8,0Yeros 6,0-8,5Altramuz 5,5-6,8

    Tabla 18.4. pH ptimo para el cultivo de lasdiferentes leguminosas de grano

    Cultivo N P2O5 K2OJudas secas 50 20 32Habas secas 60 17 45Lentejas 47 8 12Garbanzos 45 8 35Guisantes secos 43 20 30Veza 45 15 26Yeros 36 10 13Altramuz 85 21 43

    Tabla 18.5. Extracciones medias de lasleguminosas de grano (kg/t grano)

  • fijacin de nitrgeno atmosfrico por Rhizobiumsp., mientras que las de fsforo y potasio se si-tuaran entre 40-70 kg P2O5/ha y 40-100 kgK2O/ha, respectivamente.

    En la tabla 18.6 se indican unas recomenda-ciones de abonado en unas condiciones norma-les de contenido de nutrientes en el suelo y unaprecipitacin media anual del orden de 400 l/m2.

    En condiciones de regado las dosis de fs-foro y potasio se debern elevar al menos enun 25 por cien.

    El garbanzo es una planta con altas necesi-dades en azufre, aunque todava no se han he-cho estudios muy exhaustivos. En general, ni-camente se han visto algunas deficiencias pocoserias de hierro, zinc y molibdeno, fcilmente co-rregibles con aspersiones foliares.

    GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    En las lentejas son tambin fundamentalesel azufre (S) y el zinc (Zn), ya que ste ltimoincrementa la altura de la planta.

    Las leguminosas, adems de fabricar elnitrgeno que necesitan, dejan el exceso en elsuelo a disposicin de la cosecha siguiente, queexperimentar un notable aumento en la produc-cin con un aporte mucho menor de este nutrien-te. Este exceso depende de muchos factores ypor tanto, el aporte realizado por la fijacin sim-bitica puede ser muy variable entre aos. Esrecomendable conocer la situacin al inicio delcultivo siguiente con un anlisis del suelo.

    Si se desea que las leguminosas sean un cul-tivo productivo, deben de ser tratadas comolos dems, no como el pariente pobre, que esla prctica ms habitual.

    148

    Bibliografa

    Franco, F. y Ramos, A., 1996. El cultivo de lasleguminosas de grano en Castilla y Len.

    Guerrero, A.,1999. Cultivos herbceos extensivos.6 Edicin. Mundi-Prensa

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    MARM (Ministerio de Medio Ambiente y MedioRural y Marino), 2008b. Avances de Superficies yProducciones de Cultivos. Julio 2008.www.mapa.es/estadstica/pags/superficies/pdf/avances_cultivos_2008_07.pdf

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    Pozo, M. del, 1983. La alfalfa. Ediciones Mundi-Prensa.

    Produccin N P2O5 K2O(kg/ha)

    Hasta 1.000 10-15 20-30 25-401.000-2.000 15-20 30-40 35-50

    Ms de 2.000 20-30 40-70 45-100

    Tabla 18.6. Recomendaciones de abonado paraleguminosas (kg/ha)

    Detalle de parcela bien poblada

  • Horacio Lpez Crcoles Doctor Ingeniero Agrnomo

    Prudencio Lpez Fuster Doctor Ingeniero Agrnomo

    Instituto Tcnico Agronmico

    Provincial (ITAP). Diputacin de Albacete

    Las especies herbceas que se cultivan enEspaa con el objetivo principal de aprovecharlos tubrculos que producen, son por orden deimportancia econmica: la patata (Solanum tu-berosum L.), el boniato (Ipomoea batatas (L.) Poir)y la chufa (Cyperus esculentus L.).

    La patata es materia prima de innumerablesy muy variadas aplicaciones, si bien la ms im-

    portante con diferencia es la alimentacin hu-mana bajo distintas modalidades: consumo enfresco, procesado industrial bien fritas en hojue-las, o bien fritas en tiras congeladas, pur de pa-tata, aguardientes (vodka), etc. La patata es elprimer cultivo mundial no perteneciente al gru-po de los cereales. La industria la utiliza parainnumerables y muy diversas aplicaciones, prin-cipalmente del almidn.

    Las superficies ms importantes correspon-den al cultivo de la patata, seguido de la bata-ta, el boniato y la chufa. De estos cultivos, porsu implantacin en Espaa (tabla 19.1), se tra-ta en el presente captulo con una especial aten-cin la fertilizacin del cultivo de la patata.

    19 ABONADO DE LA PATATA

    149

    CultivosSecano Regado Total Secano Regado

    Patata 21.750 63.978 85.728 18.304 32.563 2.479.582

    Batata 146 721 867 7.211 15.943 12.548

    Boniato 1 451 452 9.000 21.525 9.717

    Chufa - 453 453 - 19.200 8.698

    TOTAL 21.897 65.603 87.500 - - 2.510.545

    Superficie (ha) Rendimiento (kg/ha)Produccin (t)

    Tabla 19.1. Resumen nacional de superficie, rendimiento y produccin de cultivos tuberosos cultivadosen Espaa. Ao 2007

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    CONSIDERACIONES GENERALES

    Especie perteneciente a la familia de las so-lanceas, originaria de Amrica del Sur, concre-tamente de la cordillera de los Andes, donde pre-senta una gran variabilidad. Los espaoles laintrodujeron en Europa hacia 1570, aunque fue-ron los ingleses los que, a travs de las Islas Bri-tnicas, la difunden en toda Europa. No obstan-te, el cultivo no comienza a desarrollarse hastael siglo XVIII y transcurre mucho tiempo hastaadquirir la importancia que tiene en la actuali-dad.

    Breve descripcin botnica de laplanta

    La mayora de las patatas cultivadas perte-necen a la especie Solanum tuberosum L. Al-gunas variedades modernas son hbridos entrelas subespecies Tuberosum y Andigena y otrasespecies como Solanum demissum.

    Planta de cultivo anual, aunque potencial-mente es perenne, ya que se reproduce por tu-brculos. El tallo herbceo se ramifica en tallossecundarios, que cuando parten muy cerca deltubrculo semilla se forman estolones o tallos la-terales subareos. Adems de acumular produc-

    tos de reserva, el tubrculo es tambin un r-gano de propagacin. La planta produce floresy frutos con dos cavidades o lculos en los quese alojan las semillas, aunque rara vez se hacultivado la planta a partir de la semilla.

    Exigencias climticas y edficasLa patata es un cultivo de zona templada,

    aunque tiene una cierta capacidad de adapta-cin a diferentes condiciones climticas.

    No soporta temperaturas bajas y es sensiblea las heladas, lo que obliga a cultivar la patataextratemprana y temprana en las zonas del sur

    y del litoral espaol. Sin embargo,la patata de media estacin y tar-da se cultiva principalmente enCastilla y Len y Galicia.

    Con relacin al rgimen de hu-medad, el cultivo exige agua enabundancia lo que lo relega a zo-nas de regado en la mayor partede Espaa. Para un ciclo de mediaestacin la evapotranspiracin delcultivo puede oscilar entre 4.750y 5.600 m3/ha. La programacinde riegos debe realizarse minucio-samente, ya que el estrs hdrico

    1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008

    Superficie Produccin

    300

    250

    200

    150

    100

    50

    0

    6.000

    5.000

    4.000

    3.000

    2.000

    1.000

    0

    Superficie (000 ha) Produccin (000 t)

    Figura 19.1. Serie histrica de superficie y rendimiento de la patata

    Fuente: MARM (2008)

    150

    Campos de ensayo de fertilizacin en Las Tiesas

  • Abonado de la patata

    o el exceso de agua puedellevar a la disminucin delrendimiento y la calidad.

    Este cultivo se adapta adiferentes condiciones desuelo, aunque deben estarmullidos y aireados. Los te-rrenos compactados y pe-dregosos deforman los tu-brculos al encontrar impe-dimentos mecnicos en sudesarrollo. Se ha descritocomo un cultivo que prefiere un pH ligeramen-te cido (5,5-7,0) y que incluso tolera suelos conun pH muy cido.

    Importancia en EspaaSi nos fijamos en la evolucin de las super-

    ficies de cultivo (figura 19.1) puede observarseque en los ltimos aos hemos asistido a un des-censo importante de estas superficies. En el ao1990 se registr en Espaa una superficie culti-vada de 271.300 ha y ha ido descendiendo has-ta las 87.500 ha de la actualidad. La produc-cin tambin ha sufrido un descenso, pasandode los 5,3 millones de toneladas a los 2,5 millo-nes de la actualidad. Se puede apreciar que enla ltima dcada el rendimiento del cultivo se havisto ligeramente incrementado.

    En la tabla 19.2 se indica la distribucin re-gional de las superficies de cultivo, secano y re-gado, en el ltimo ao publicado. Destacan lasComunidades de Galicia, Andaluca y Castilla yLen que representan el 71,2% de la superficienacional.

    Ciclo del cultivoEn Espaa se cultivan distintos ciclos de cul-

    tivo, clasificados bsicamente en cuatro grupos:extratemprano, temprano, media estacin y tar-da. En la tabla 19.3, se recoge la serie histricade superficie y produccin. A partir del ao 1990para cada uno de estos ciclos, se puede obser-var que la superficie de cultivo se ha manteni-do estable para la patata extratemprana, mien-tras que ha descendido notablemente para el

    151

    Tabla 19.3. Serie histrica de superficie y produccin segn pocas de recoleccin

    AoSuperficie Produccin Superficie Produccin Superficie Produccin Superficie Produccin(000 ha) (000 t) (000 ha) (000 t) (000 ha) (000 t) (000 ha) (000 t)

    1990 3,9 63,6 36,5 731,5 149,5 2.936,9 81,4 1.598,71996 4,3 63,7 30,6 593,1 98,8 2.074,8 46,4 1.124,12000 3,8 71,2 24,0 525,1 59,4 1.578,1 31,4 903,72005 3,7 69,6 17,4 393,8 48,7 1.303,0 25,2 797,12006 4,2 90,7 16,8 430,4 44,4 1.266,4 21,8 727,62007 3,5 82,1 15,9 439,3 42,7 1.182,6 23,5 775,62008 (P) 3,5 75,5 14,6 356,4 43,8 1.176,8 23,2 756,7

    (P) Provisional

    Patata extratemprana Patata temprana Patata media estacin Patata tarda

    Fuente: MARM (2008)

    Comunidades Superficie (ha) ProduccinAutnomas Secano Regado Total (t)Galicia 13.979 4.034 18.013 372.776Baleares - 1.510 1.510 50.450Castilla y Len 604 21.541 22.145 841.807Castilla-La Mancha 98 3.787 3.885 102.100Andaluca 706 17.873 18.579 550.663Canarias 1.553 2.710 4.263 85.646Otras 4.810 6.523 17.333 476.140ESPAA 21.750 63.978 85.728 2.479.582

    Tabla 19.2. Distribucin por CC.AA. de las superficies y producciones. Ao 2007

    19

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    resto de los ciclos. La produccin ha descendidotambin conforme lo ha hecho la superficie, sibien se observa un aumento de los rendimien-tos con el transcurso de los aos.

    NECESIDADES NUTRICIONALES

    Papel de los nutrientes ymicronutrientes

    Aunque la calidad depende en gran medi-da de la variedad, la disponibilidad de nutrien-tes influye evidentemente en la misma. Los pa-rmetros de calidad estn marcados por el des-tino de la produccin, dependiendo si es parael mercado fresco o la industria. Dentro de s-ta, las posibilidades son varias, desde la indus-tria de la congelacin hasta la fritura industrial(donde la presencia de azcares reductores espoco deseable por el color oscuro que transfie-ren a las patatas fritas), pasando por la deshidra-tacin para purs o la extraccin del almidn.

    El nitrgeno aumenta el desarrollo de la plan-ta, el rea foliar y, por tanto, la superficie que escapaz de fotosintetizar. La materia seca total au-menta y tambin el tamao de los tubrculos y

    su contenido en almidn. La disponibilidad delnitrgeno debe estar asociada a su ritmo de ab-sorcin y la estrategia de una buena fertilizacindebe estar basada en aportar los fertilizantes entiempo y forma que sean asimilados por la planta.

    Un exceso de este elemento o el aportetardo es contraproducente ya que produce undesarrollo excesivo de la parte area a expensasde la tuberizacin, as como un alto contenidoen azcares reductores y alto contenido en pro-tena. Adems, las enfermedades encuentran unmedio adecuado para su desarrollo.

    El fsforo favorece el desarrollo radicular,el nmero de tubrculos y la concentracin dealmidn. Adems, produce un desarrollo mstemprano del cultivo y adelanta la tuberizacin,lo que es especialmente interesante para los cul-tivos extratempranos.

    El potasio influye fundamentalmente en elcontenido en materia seca, lo que est directa-mente relacionado con la susceptibilidad a los da-os por golpes y al comportamiento en el alma-cenaje. Favorece, adems, el crecimiento radi-cular, incrementa la resistencia a las heladas, ala sequa y a las enfermedades criptogmicas.

    152

    Cultivo de patata en fertirrigacin

  • 19Abonado de la patata

    La patata se muestra especialmente sensiblea la carencia de magnesio por ser un elementoconstituyente de la clorofila y de diversas enzimas.

    En determinados suelos arenosos se puedepresentar la carencia de calcio, elemento nece-sario para la divisin y el crecimiento celular, ascomo para diversos procesos metablicos y deabsorcin de nutrientes.

    La aportacin de azufre est relacionada conefectos favorables en la formacin del tubrcu-lo, por lo que puede recomendarse el empleo defertilizantes que contengan este elemento (sul-fato amnico, nitrosulfato amnico, sulfato po-tsico o abonos NPK conteniendo azufre).

    Necesidades y absorcin denutrientes a lo largo del ciclo delcultivo

    La patata es un cultivo especialmente exigen-te en nitrgeno y potasio. Los valores de nutrien-tes absorbidos varan en funcin, por un lado, dela duracin del ciclo, de la variedad, etc., y por otro,de la disponibilidad de los mismos y del rendimien-to. De forma orientativa, las necesidades, expre-sadas en kilogramos de elementos nutritivos portonelada de tubrculos producidos son:

    FisiopatasEl cultivo de la patata presenta ciertas fisio-

    patas relacionadas con la nutricin, bien por ex-ceso o por defecto de determinados elementos. Filosidad (brotes largos y delgados): aunque

    se producen por diversas causas, tambin serelaciona con un dficit en manganeso.

    Tubrculos ahuecados y con grietas: se pro-ducen principalmente por aportes excesivosde nitrgeno durante el ltimo periodo enel ciclo del cultivo.

    3,5-5 kg N/t; 1,5-2 kg P2O5/t; 6-10 kg K2O/t

    RECOMENDACIONES DE ABONADO

    Como norma general y en ausencia de otrosfactores, la relacin N.P2O5.K2O habitual en elabonado de fondo es 1.2.3, debindose com-pletar con las aportaciones de nitrgeno en co-bertera. No obstante, la aplicacin de fertili-zantes debera estar basada en el anlisis de sue-lo de la parcela a cultivar y en el lugar que ocu-pa el cultivo en la rotacin. Normalmente, la pa-tata es cabeza de rotacin.

    Clculo de la dosis

    De forma generalizada en todos los cultivos,para el clculo de la dosis deber tenerse en cuen-ta el balance de cada uno de los nutrientes, esdecir, las entradas y las salidas. La diferenciaentre las salidas y las entradas de nutrientesdebe compensarse con los fertilizantes, corre-gidos con la correspondiente eficiencia.

    Para determinar las necesidades de fertili-zante nitrogenado se deber tener en cuentala mineralizacin de la materia orgnica. Estacuestin es clave pero difcil de determinar a prio-ri porque influye, adems del contenido de ma-teria orgnica y el tipo de suelo, la meteorolo-ga. No obstante, los centros de transferencia y

    153

    Planta de patata en floracin

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    de asesoramiento de las distintas regiones dis-ponen de datos medios de mineralizacin quepueden ser utilizados como una buena estima-cin.

    Si cuando se va a proceder al abonado nose encuentra una formulacin con el equilibrioexacto que se desea aplicar, hay que darle prio-ridad al nitrgeno frente al resto de elementos.

    pocas y momentos de aplicacinLa prctica habitual es aplicar toda la dosis

    de fsforo y de potasio en presiembra, junto conuna pequea proporcin de nitrgeno (alrede-dor del 20%), unos das antes de la siembra.

    El resto del nitrgeno debe ser aportado apartir de los 20 das de la emergencia. Para evi-tar su lixiviacin, las aportaciones debern acom-pasarse al ritmo de absorcin de nitrgeno porla planta, norma que es especialmente impor-tante en suelos ligeros.

    Si la parcela es de regado y el sistema de rie-go lo permite, el mejor mtodo de aplicacin del

    nitrgeno es la fertirrigacin. Esta prctica per-mite aportar el nitrgeno paulatinamente des-de la emergencia hasta que el cultivo presentael 80% de cobertura del suelo.

    Forma en que se aportan loselementos nutritivos(mineral/orgnica)

    Debido a que este cultivo suele ser cabece-ra de rotacin, es normal aplicar una aportacinde estircol de 20 t/ha.

    La prctica habitual es aplicar el fertilizantede fondo mediante un complejo NPK. En cober-tera se suele emplear urea, solucin nitrogena-da 32, etc., y nitrosulfato amnico cuando se de-sea aportar tambin azufre especialmente indi-cado en suelos calizos.

    Programas de fertilizacin De acuerdo con las consideraciones anterio-

    res, se proponen en la tabla 19.4 diferentes pro-gramas de abonado mineral.

    154

    Bibliografa

    Alonso, F., 1996. El cultivo de la patata. EdicionesMundi Prensa. Madrid.

    Darpoux, R.; Debelley, M., 1969. Plantas deescarda. Ediciones Mundi Prensa. Madrid.

    Delgado, JA.; Riggenbanch, RR.; Sparks, RT.; Dillon,MA.; Kawanabe, LM.; Ristau, RJ., 2001. Evaluationof Nitrate-Nitrogen Transport in a Potato-BarleyRotation. Soil Sci. Soc.Am. J. 65: 878-883.

    MARM (Ministerio de Medio Ambiente y MedioRural y Marino), 2008. Anuario de EstadsticaAgroalimentaria 2007.

    Scaziota, B.; De Marco, G.; Palchetti, E.; La Rocca,F.; Vecchio, V., 2002. Come distribuir lazoto incoltore extrastagionali di patata. LInformatoreAgrario 2: 63-65.

    RENDIMIENTO PRESIEMBRA COBERTERA

    20 t/ha 800 kg/ha NPK 4-8-16 / 400 kg/ha NPK 9-18-27 200 kg/ha solucin nitrogenada 32 250 kg/ha nitrosulfato amnico 26

    40 t/ha1.000 kg/ha NPK 4-8-16 / (500 kg/ha NPK 9-18-27 + 200 kg/ha solucin nitrogenada 32 200 kg/ha sulfato potsico 50) 250 kg/ha nitrosulfato amnico 26

    Tabla 19.4. Programas de fertilizacin de patata para diferentes rendimientos

    Aplicar indistintamente cualquiera de los fertilizantes indicados.

  • Jos Luis Bermejo CorralesIngeniero Agrnomo

    AIMCRA. Sevilla

    Dentro de los cultivos industriales, el Anua-rio de Estadstica Agraria del MARM incluyeuna amplia gama de familias de cultivos: plan-tas azucareras (caa de azcar y remolachaazucarera), plantas textiles (algodn, lino,camo), plantas oleaginosas y otras plantasindustriales como el tabaco, plantas aromti-cas, etc.

    El objeto de este captulo es analizar la fer-tilizacin de la remolacha azucarera y el algodn,como los cultivos ms representativos de las plan-

    tas azucareras y textiles. Dentro de las plantasoleaginosas, se tratarn en otro captulo la fer-tilizacin del girasol, colza y soja.

    ABONADO DE LAREMOLACHA AZUCARERA

    CONSIDERACIONES GENERALES

    El azcar se obtiene industrialmente tan s-lo de dos cultivos, la caa y la remolacha. La ca-a se ha producido en grandes cantidades en lasregiones tropicales durante siglos y contina sien-do fundamental en el suministro mundial de az-car. La remolacha azucarera es un cultivo relati-vamente nuevo, apareciendo la primera refe-rencia de presencia de sacarosa en la raz de re-molacha con el qumico francs Olivier de Serres,en 1705. Actualmente, la cuarta parte de la pro-duccin mundial de azcar proviene de la remo-lacha azucarera.

    Descripcin botnica y fisiolgicaLa remolacha azucarera, Beta vulgaris var.

    sacharfera L, es una planta de la familia de lasQuenopodiceas. La especie actual se ha conse-guido por seleccin humana a partir de la Betamartima.

    20 ABONADO DE CULTIVOS INDUSTRIALES:REMOLACHA AZUCARERA Y ALGODN

    155

    Parcela de remolacha antes del cierre de calles

  • GUA PRCTICA DE LA FERTILIZACINRACIONAL DE LOS CULTIVOS EN ESPAA

    El ciclo vital de la planta es de dos aos y suprincipal rgano aprovechable es la raz. Duran-te el primer ao, la planta desarrolla la raz don-de acumula las sustancias de reserva y una co-rona de hojas. En el segundo ao, se desarrollael tallo produciendo flores en espiga, que sonhermafroditas con polinizacin cruzada. Las flo-res fecundadas producen los frutos (glomrulos)que llevan las semillas. Para el aprovechamien-to industrial interesa producir races volumino-sas con alto contenido en materia seca y ricas ensacarosa.

    Exigencias climticas y edficasEl cultivo requiere un clima templado, solea-

    do y hmedo. La intensidad de la iluminacin fa-vorece la fotosntesis y por tanto la sntesis desacarosa. Respecto a la temperatura, la ptimase encuentra alrededor de 20 C. En Espaa, exis-ten dos modalidades o tipos de siembra: Primaveral: Se realiza en la zona norte. La

    siembra comienza en los ltimos das de fe-brero y finaliza en los primeros das de abril.La recoleccin empieza en los primeros dasde octubre y finaliza normalmente en los l-timos das de diciembre.

    Otoal: Se realiza en la zona sur. La siembracomienza en los ltimos das de septiembrey finaliza en diciembre. La recoleccin comien-za en los primeros das de junio y finaliza amediados de agosto.

    Respecto a las exigencias edficas, la remo-lacha requiere suelos francos, con buena es-tructura, que permitan el desarrollo de la raz. Noobstante, vegeta bien tanto en suelos arenososcomo en suelos arcillosos. El cultivo se ve favo-recido con un pH cercano a la neutralidad (6,5-7,5), si bien con pH bsicos (8,0-8,5) se consi-guen rendimientos altos. Tolera la salinidad, sien-do la nascencia el nico estadio sensible.

    Importancia en EspaaEn la tabla 20.1 se refleja la superficie sem-

    brada de remolacha por zonas y la produccinobtenida de los ltimos aos. Las zonas norte ycentro corresponden a siembras primaverales yla zona sur corresponde a siembras otoales.

    La reforma del sector azucarero, promovi-da por la Unin Europea para el periodo 2006-2013, ha supuesto una reduccin de la superfi-cie sembrada en Espaa. As, en la zona cen-tro, el cultivo desapareci en la campaa 2006/07y en la campaa siguiente la produccin nacio-nal se redujo una cuarta parte. Esto provocarque Espaa sea ms deficitaria en azcar de loque es actualmente, siendo la cuota de azcarpara la campaa 2009/10 de aproximadamen-te 500.000 t.

    NECESIDADES NUTRICIONALESExtracciones del cultivoMacronutrientes

    Las extracciones medias de macronutrientespor cada tonelada de raz producida se exponenen la tabla 20.2.

    156

    Campaa Zona Superficie (ha) Prod. Azuc. (t)

    Norte 60.000 744.621

    2005/06 Centro 6.750 74.437Sur 36.200 263.071

    Espaa 102.950 1.082.129

    Norte 47.000 554.4072006/07 Sur 28.000 240.600

    Espaa 75.000 795.007

    Norte 47.100 585.8682007/08 Sur 13.600 124.334

    Espaa 60.700 710.202

    Norte 38.800 552.0002008/09 Sur 11.800 121.500

    Espaa 50.600 673.500

    Tabla 20.1. Superficie y produccin de remolachaazucarera por zonas

    Fuente: Confederacin nacional espaola de cultivadoresde remolacha y caa azucarera (2009)

  • 20Abonado de cultivos industriales: remolacha azucarera y algodn

    La absorcin de los nutrientes se produceprincipalmente en los primeros 70 das despusde germinar la remolacha, disminuyendo poste-riormente al avanzar el ciclo vegetativo (Gordo,2003). Por tanto, el aporte del nitrgeno se de-be realizar antes del cierre de lneas y el fsforoy el potasio en el abonado de fondo.Micronutrientes

    El boro es el microelemento ms importan-te para la remolacha. Participa en el crecimien-to de las plantas, el metabolismo de los cidosnucleicos, la sntesis de protenas y facilita el trans-porte de azcar.

    Las extracciones medias de boro son 55 g/t,estando el 70% concentrado en las hojas.

    Deficiencias nutritivasMacronutrientes

    La carencia en nitrgeno se manifiesta poruna vegetacin raqutica con una clorosis ge-neral del follaje, posterior amarilleo y desecacinde las hojas exteriores.

    La carencia del fsforo se caracteriza por elcolor oscuro del follaje, presentndose al finaldel ciclo zonas prpuras en las hojas.

    La carencia en potasio se observa por el li-gero enrrollamiento y clorosis amarillenta del bor-de de las hojas exteriores, necrosndose poste-riormente y extendindose a toda la zona in-ternervial.Micronutrientes

    La carencia de boro empieza en las hojas j-venes que se ennegrecen y mueren. Los peciolospueden presentar manchas marrones y acorcha-

    das con grietas transversales. Cuando es grave,pueden producirse oquedades en la corona y en-negrecimiento de los haces vasculares en la raz.

    RECOMENDACIONES DE ABONADO

    Macronutrientes

    En general, las recomendaciones estn basa-das en el contenido en nutrientes asimilables delsuelo, y en la respuesta de la remolacha a dichoselementos. Existen muchos factores que puedenvariar el resultado final, si bien las recomendacio-nes se realizan para obtener rendimientos altos. Acontinuacin, se exponen las consideradas porAIMCRA (Asociacin de Investigacin para la Me-jora del Cultivo de la Remolacha Azucarera) parael nitrgeno, fsforo y potasio. Para el resto de

    elementos (calcio, magnesio, azufre y sodio) nose realizan recomendaciones, pues se consideraque los suelos en general tienen suficiente canti-dad para las necesidades de la remolacha.Nitrgeno

    Es el elemento que ms influye en la produc-cin y la calidad de la remolacha azucarera. Larecomendacin vara segn sea la siembra pri-maveral u otoal.

    157

    Tabla 20.2. Extracciones medias en recoleccin pararendimientos altos (kg/t producida)

    N P2O5 K2OHojas 1,4 0,4 3,0Raz 1,1 0,7 2,0Total 2,5 1,1 5,1

    Parcela de remolacha antes de incorporar la 2 cobertera

  • Esta recomendacin se repartir en: Fondo: 0-30 kg/ha antes de sembrar, normal-

    mente en forma de abono complejo. Cobertera: la cantidad restante se aplicar en

    una o dos veces, en forma ntrica amoniacal.- 1 cobertera: 60 kg N/ha cuando la remo-

    lacha tenga de 4 a 8 hojas.- 2 cobertera: la aportacin depender de la

    modalidad de cultivo (secano o regado), delnitrgeno en forma ntrica que tiene el sue-lo antes de aplicar el abono de fondo y de lapluviometra (riego ms lluvia) que ha recibi-do la parcela en el otoo de es