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INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA APLICADA José Barrientos Rastrojo Universidad de Sevilla Los orígenes y otras localizaciones históricas Gerd B. Achenbach es considerado el fundador de la Filosofía Aplicada pues, en 1981, abre las puertas de su consulta de filosofía cerca de Colonia (Alemania). Tal afirmación no está exenta de polémica debido a datos ofrecidos por diversos autores. En 1967, John van Veen materializa el proyecto achenbachiano en Holanda; desde 1974, Paul Sharkey trabaja como orientador filosófico en Estados Unidos obteniendo la categoría “Filósofo Residente” en el Forrest County General Hospital y Michael Russell evidencia análoga precedencia a Achebach en California mediante un trabajo filosófico que sitúa su práctica antes que la del alemán. Por otro lado, la historia oficial de la filosofía académica ofrece indicios de Filosofía Aplicada en diversos contextos. María Zambrano (1904- 1991), filósofa española que en su exilio impartió clases en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (México), relataba la siguiente historia vivida en Italia a principios de la segunda mitad del siglo XX: Conocí en Roma, y tengo los papeles que dejó, a una muchacha que dio el salto de una terrible manera, por no haber oído nunca una palabra de amor, por creer que nunca la oiría pues se sentía fea. Y no lo era en verdad. Cómo hubiera embellecido si algún hombre la encuentra bella. Mas, no; y se creyó desamada de su hermano –hermano que se iba a casar (…). Y para que el hermano no hiciera lo mismo lo tuvimos en casa dos meses – en el Lungotevere-, y se casó y tiene dos niñas a quienes pusieron después de otro nombre, María y Araceli, pues dicen que nos deben el haber nacido al haber salvado a su Padre. Camilla de Jogu se llamaba, era inteligentísima y sensibilísima, ojos espléndidos. Y tenía

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    Jos Barrientos Rastrojo Universidad de Sevilla

    Los orgenes y otras localizaciones histricas Gerd B. Achenbach es considerado el fundador de la Filosofa Aplicada pues, en 1981, abre las puertas de su consulta de filosofa cerca de Colonia (Alemania). Tal afirmacin no est exenta de polmica debido a datos ofrecidos por diversos autores. En 1967, John van Veen materializa el proyecto achenbachiano en Holanda; desde 1974, Paul Sharkey trabaja como orientador filosfico en Estados Unidos obteniendo la categora Filsofo Residente en el Forrest County General Hospital y Michael Russell evidencia anloga precedencia a Achebach en California mediante un trabajo filosfico que sita su prctica antes que la del alemn. Por otro lado, la historia oficial de la filosofa acadmica ofrece indicios de Filosofa Aplicada en diversos contextos. Mara Zambrano (1904-1991), filsofa espaola que en su exilio imparti clases en la Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo (Mxico), relataba la siguiente historia vivida en Italia a principios de la segunda mitad del siglo XX:

    Conoc en Roma, y tengo los papeles que dej, a una muchacha que dio el salto de una terrible manera, por no haber odo nunca una palabra de amor, por creer que nunca la oira pues se senta fea. Y no lo era en verdad. Cmo hubiera embellecido si algn hombre la encuentra bella. Mas, no; y se crey desamada de su hermano hermano que se iba a casar (). Y para que el hermano no hiciera lo mismo lo tuvimos en casa dos meses en el Lungotevere-, y se cas y tiene dos nias a quienes pusieron despus de otro nombre, Mara y Araceli, pues dicen que nos deben el haber nacido al haber salvado a su Padre. Camilla de Jogu se llamaba, era inteligentsima y sensibilsima, ojos esplndidos. Y tena

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    quien la quera, un fraile joven y valioso que muri al ao que ella, y un amigo de su hermano, extrao personaje de Piazza del Popolo1

    Este trabajo filosfico no es ajeno a la potencia transformadora con que Zambrano atilda a la filosofa desde sus aos de estudiante: decidi estudiar esta carrera para salvar a su padre2. En l, descubra a uno de esos personajes galdosianos del siglo XIX espaol, vctima de la dispersin y de la perplejidad ante la realidad adversa que le haba tocado vivir3. Blas Zambrano padeca dificultades para exponer y comprender su inquietud existencial. La filosofa podra ayudar a la hija, puesto que, mantena sera una herramienta bsica para dar nombre a aquello que causaba dolor a don Blas; al fin y al cabo, pensar, para la pensadora espaola se identificara con descifrar lo que se siente. Tal idea no slo resida en su mente sino que se patentiz en la vida de quines estuvieron a su lado, tal como testimonia en sus escritos:

    Los que me frecuentan () obtienen un provecho admirablemente grande, tal como les parece a ellos mismos y a los dems y, sin embargo, es evidente que nada han aprendido nunca de m, sino que ellos han encontrado en s mismos, muchas y bellas cosas que ya posean4

    Zambrano no es caso aislado. Las conexiones de las actuales prcticas de Filosofa Aplicada con autores y prcticas de la historia del pensamiento se encuentran por doquier. Muchos grandes gobernantes y nobles de todos los tiempos convivan en la corte filsofos que les ayudaban a tomar decisiones. Antonio Fontn describe cmo humanistas renacentistas y modernos estaban a pie de cama de las grandes decisiones de Estado5: Thomas Hobbes asesorando a Enrique VIII, Maquiavelo dedicando El prncipe a Lorenzo el Magnfico (hijo de Pedro Medicis), Leibniz intercambiando cartas acerca de temas filosficos con la nobleza 1 Zambrano, M.: Cartas de la Pice (correspondencia con Agustn Andreu), Pretextos-Universidad Politcnica de Valencia, Valencia, 2002, p. 129. 2 Cfr. Marset, J.C.: Mara Zambrano. I. Los aos de formacin, Fundacin Jos Manuel Lara, Sevilla, 2004, p. 257. 3 Cfr. ibdem, p. 32. 4 Mara Zambrano citada por Juan Fernando Ortega en Filosofa y educacin, gora, Mlaga, 2007, p. 16. 5 Cfr. Fontn, A.: Prncipes y humanistas, Marcial Pons, Madrid, 2008.

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    en Filosofa para princesas6, Descartes orientando a la reina Elisabeth7 y Voltaire protagoniza la novela El Jardn de las dudas de Fernando Savater, novela en la que se narran los trueques epistolares de la aristocrtica con el afamado pensador8. Si retrocedemos en el tiempo, se repiten los casos que fundamentan el argumento: Platn orient al prncipe de Siracusa, Aristteles fue el maestro de Alejandro Magno y Sneca, el de Nern. Esta prehistoria no slo se realiza en relacin a la orientacin filosfica individual sino que es posible explorar races de las actividades grupales. En los ltimos aos, se ha forjado como referente de la filosofa cercana al pueblo la Universidad Popular de Caen (Francia) de Michel Onfray. All, se usa el modelo del Jardn de Epicuro para impartir filosofa a todo aquel ciudadano que no busca un ttulo sino una forma de vida especfica. As, se sale de la lgica acadmica habitual que cerca la mayor parte de los estudios filosficos en la contemporaneidad. Sin embargo, estas instituciones poseen una historia que se hunde decenas de aos en el pasado; muestra de ello, fue la que iniciaran en Segovia a principios del siglo XX Antonio Machado, a la que contribuyera el citado Blas Zambrano, donde se ofrecieron conferencias autores de la talla de Miguel de Unamuno. Al igual que otros proyectos semejantes, los alumnos no eran los estudiantes de la Universidad Central de Madrid o cualquier otro que desease conseguir un ttulo universitario. Otras dinmicas extendidas internacionalmente, el caf filosfico y los talleres de reflexin, sealan como origen disciplinar a Marc Sautet y 1992. Sautet haba inaugurado su consulta filosfica algunos aos antes, pero su xito lleg de la mano de sus cafs filosficos desarrollados en el Caf de Phares de Pars. Ahora bien, acaso las tertulias filosficas del propio Ortega y Gasset o Mara Zambrano y la tradicin de cafs parisinos de la alta nobleza no son un elocuente precursor de estas actividades?

    6 Cfr. Leibniz, G.W.: Filosofa para princesas, Alianza, Madrid, 1989. 7 Cfr. Dias, J.: Ren Descartes, philosophical counselor of Elisabeth en Barrientos Rastrojo, J. (ed.): Entre historia y orientacin filosfica I, X-XI, Sevilla, 2006, pp. 171-184. 8 Cfr. Savater, F.: El jardn de las dudas, Planeta, Barcelona, 1997.

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    En suma, la Filosofa Aplicada no es una novedad indita que no posea una raigambre histrica. A pesar de ello, hemos de reconocerle que como movimiento y profesin estandariza y extiende dinmicas filosficas del pasado desde las capas sociales elevadas a las clases medias e inferiores de la sociedad. Adems, ha vertebrado tcnicas, actitudes y metodologas que permiten hablar de una profesionalizacin del filsofo que, ayer, no siempre se ejerca con conciencia laboral. Este magma permite intuir hoy al filsofo ms all de los claustros universitarios, preparatorias y secundarias e insertar al saber reflexivo junto a aquellos que, aunque no estn interesados en la licenciatura o el grado, son conscientes de los beneficios de la razn en sus vidas. La Filosofa Aplicada Lgico-Argumental (FALA) Notas bsicas y debates abiertos Existen diversas definiciones de Filosofa Aplicada. Esta pluralidad no incapacita para sintetizar una explicacin que aglutine sus nudos gordianos. Desde hace aos, defendemos una sinopsis que conjuga tales elementos con las conclusiones que parte de nuestros descubrimientos en la prctica profesional. Nuestra redaccin se asienta en una aproximacin modernista basada en un concepto de racionalidad de tipo cartesiana o hegeliana. Nuestra caracterizacin no responde a un capricho personal sino que pretende representar la principal lnea de trabajo de los filsofos aplicados de todo el mundo; si bien, permite ciertas fugas a otros tipos de racionalidades contemporneas (como la simblica, narrativa, vital, potica o experiencial) que quedarn ms explicitados en el segundo acercamiento a la disciplina. La primera aproximacin se concreta en los siguientes trminos:

    Proceso de conceptualizacin y/o clarificacin acerca de cuestiones relevantes (significativas y/o esenciales) para el consultante cuyo objetivo es la mejora de su acto de pensamiento y/o depuracin de sus contenidos veritativos y cuyo resultado acostumbra a ser su bien-estar9

    9 Las primeras veces que expusimos esta definicin datan del ao 2006; sin embargo, la

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    Cada trmino se encuentra elegido con precisin para fraguar un sumario resumido de la actividad desarrollada. As, asistimos a un proceso puesto que, desde la primera reunin hasta la ltima, se producen una serie de cambios (fundados en la mejora de las capacidades de anlisis conceptual y argumental) integrados en varias etapas, estando todas ellas vinculadas sistmicamente. Asimismo, el proceso se funda en la accin de ir hacia delante, segn destaca el Diccionario de la Real Academia Espaola, y, por ende, en la salida de ciertos bloqueos de consultante o en la mejora de competencias lgicas, argumentativas, dialcticas y retricas del sujeto. El proceso subraya que el trabajo realizado no se comprende como islas independientes, las consultas, sino que todas las reuniones poseen una sistemtica comn que las vincula. As, aunque dos sesiones trabajen dos conceptos que parezcan independientes, como la libertad y el amor, existen una entraa que los afilia en una combinatoria existencial holstica. Tal unidad se percibe cuando, al concluir el trabajo se leen los resmenes de las sesiones y se atisba cmo parte de las inferencias terminales aparecan proftica y apocalpticamente (en un ya, pero todava no) en las iniciales, es decir, el final despliega el comienzo y ste sugiere los primeros compases. La labor de la actividad filosfica estructura (o introduce a) la realidad en conceptos y/o los articula en una teora particular que fragua el consultante o grupo. Esto resulta de la labor conjunta del consultante o grupo y del filsofo aplicado. El primero protagoniza la operacin en la medida en que la finalidad es que sea ste quien autnomamente componga sus verdades. El orientador funciona como facilitador del dilogo y como catalizador crtico y analtico en la formacin de los conceptos y teoras: evitar falacias, errores de pensamiento, pondr en jaque posiciones dogmticas o restringidas y limitadas incentivando su ampliacin, promover la profundidad de los conceptos o quebrar los moldes individualistas cegados por una tendencia subjetivista, har consciente de las ideologas en base a las cuales vive el sujeto y las quebrar mediante una deconstruccin no tendenciosa. primera vez que la expusimos en un libro data de 2009 (cfr. Barrientos Rastrojo, J. Dias, J.H.: Felicidad o conocimiento? La Filosofa Aplicada como bsqueda de la felicidad y del conocimiento, DOSS, Sevilla, 2009, pp. 39 y ss)

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    La conceptualizacin auxilia en la edificacin de la filosofa de vida slida del grupo o persona o, al menos, articular sus ingredientes terminolgicos bsicos. A tal fin, se provoca un proceso inverso, es decir, la deconstruccin de las nociones basales del sujeto hacindolo consciente de las creencias, valores e ideas sobre las que hace bascular su pensamiento, sentimientos, determinaciones y el resto de grosores que manan de su ser10. La orientacin modernista de esta definicin11 se percibe en la medida en que su racionalidad apela a una epistemologa que se ejerce como modo de dominio sobre la realidad. Frente a la fugacidad de las circunstancias y los discursos orales, los conceptos y las palabras (que en la consulta y los talleres quedan por escrito) fijan lo real para escapar a la sucesividad cronolgica, permiten prever el futuro, los desastres y acontecimientos imprevistos y ayuda a evitarlos. Estos resultados son inherentes a la consulta: poner nombre a eventos que conflictan o preocupan al sujeto proporcionan un primer beneficio bsico para el sujeto en relacin a su inquietud existencial. Adems, determina el primer paso para un autoconocimiento materializado en la conciencia, primordial para comprender que la realidad que se domina no slo es la externa sino tambin la interior. El intelectualismo socrtico que la historia del pensamiento moderno ha extendido descansa en este principio: el conocimiento de uno mismo como base del gobierno de la propia existencia12 Esta razn conduce a que la orientacin filosfica descubra en Scrates y en su mayutica uno de sus precedentes cruciales. Al igual que el maestro de Platn usa la pregunta para desvelar la verdad de sus interlocutores (al menos en el modelo ideal de la mayutica), el filsofo aplicado se posiciona en el lugar de la ignorancia para que sea el 10 La deconstruccin constituye una herramienta bsica de esta profesin y se inspira en los autores contemporneos de la filosofa. De forma especial, ha sido trabajada por el grupo ETOR, aunque no slo se restringe a sus miembros (cfr. Grupo ETOR, Filosofa Aplicada en el Grupo Universitario de Investigacin Filosofa Aplicada y en E.T.O.R., en Barrientos Rastrojo, J. (ed.): Filosofa aplicada y universidad, Visin-Filosofarte, Madrid,-Medelln, 2010, pp. 83 y ss.). 11 Cfr. Barrientos Rastrojo, J.: La orientacin experiencial en la filosofa aplicada (FAE) como ampliacin de la tendencia lgico-argumental (FALA), Revista Tepantlato, pp. 27-42. 12 Cfr. Foucault, M.: Hermenutica del sujeto, La Piqueta, Madrid, 1994, pp. 33-43.

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    consultante o grupo quien le narre y, con ello, vertebre su problema. Ocioso es indicar que la posicin del profesional no es pasividad total puesto que no admite cualquier tipo de respuesta; sin embargo, no rehusar las posiciones del consultante o grupo sino que las cuestionar argumentalmente no con afn de litigio sino para animar a una mayor profundizacin crtica. En este sentido, se modifica la dinmica de la leccin magistral, ya que el filsofo no explica verdades, aunque las posea. El especialista usa el conocimiento formal y material que posee para incentivar la generacin del conocimiento por parte de cada individuo o por los participantes de un trabajo grupal. La clarificacin emerge de este planteamiento en la medida en que este sustantivo apela, de acuerdo con el citado Diccionario de la Real Academia Espaola, a poner en claro, limpio, y purgar de heces lo que estaba denso, turbio o espeso. La iluminacin que generan no se inscribe necesariamente en un plexo ontolgico, pero s en el argumental, es decir, se incide en un cambio conceptual bsico (provoque ste cambios nodales en el sujeto o no). En la medida en que la conceptualizacin se vincula con trabajo argumental, se mejoran las capacidades cognitivas: se ve con ms claridad la articulacin de los conceptos, sus crticas, sus debilidades y fortalezas y las posibilidades para ampliarlos. La clarificacin no se afilia, aqu, a concepciones intuicionistas o a hermenuticas anaggicas, sino a aquellas jalonadas por la racionalidad cartesiana. As, las definiciones generadas se asientan en la reflexin meditada que procede desde razones a conclusiones de modo lgico. De esta forma, los discursos habrn de justificarse con anlisis y sntesis, pero no sern vlidas las razones de la experiencia de la vida o la visin intuicionista que no pueda reducirse a argumentos ms o menos slidos. Los temas de las reuniones se originan, en general, en las demandas de quien acude al filsofo. A diferencia de la generacin de un tratado o ensayo filosfico, la cuestin no es una inquietud del pensador sino del otro. Todas las problemticas son cuestiones relevantes (para el consultante y para el orientador) y como tales han de tratarse. Tal relevancia indica que nos enfrentamos a asuntos significativos y que acostumbran a tocar dimensiones subterrneas (esenciales) de la persona (acaso no lo

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    justifica el tiempo y el dinero invertido en ello?). El orientador filosfico debe ser consciente de esta relevancia y evitar la tentacin de jerarquizar, esto es, considerar que ciertas cuestiones no son tan primordiales como otras usando un criterio personal: no se ocupa de hechos objetivos sino con re-presentaciones de la realidad. Concretamente, no disolvera una ruptura afectiva ms sino la perspectiva que de ella posee el consultante, que podra llegar a ser el punto de partida de un intento de suicidio. No investiga un hecho sino la apertura fenomenolgica que de l posee el consultante o el participante de un grupo filosfico. As, constituye un craso error dotar de menor gravedad al caso de una joven que sufre su primer desengao amoroso que al de una paciente oncolgica terminal, pues la primera podra acabar con sus das en el citado suicidio debido al impacto causado por la situacin. Puesto que lo fundamental no es el hecho objetivo sino el significado y, consecuentemente, su manifestacin fenomenolgica, la capacitacin del filsofo en hermenutica ser central puesto que facilitar la inteleccin de la vivencia especfica del individuo, es decir, el sujeto se abre como texto. El orientador filosfico se responsabiliza de comprender (y ayudar a entender a su cliente) cmo el asunto jalona su entraa, puesto que ste tie de un color especfico su vida, de hecho, el segundo sealar que le es imposible seguir viviendo con eso, es decir, que la circunstancia ha invadido todas las dimensiones de su existencia. La razn es clara: las problemticas y dudas son de tal calibre que no slo se infiltran en las ideas, que podra modificar, sino que inoculan sus creencias y su ser. Como el ser se asienta en la base de todos los entramados existenciales, habr que influir sobre esta instancia para conseguir resultados exitosos. sta es la pretensin de la deconstruccin y reconstruccin citada ms arriba y, sobre todo, del abordaje experiencial en que recalaremos ms adelante. El desempeo aqu expuesto distingue entre los objetivos perseguidos y los resultados obtenidos. Los objetivos son los fines que se propone el especialista y no siempre coinciden con los resultados obtenidos. As, aunque se obtenga de una consulta mejoras teraputicas en ciertos pacientes diagnosticados con patologas mentales, el orientador no pretende tales fines, puesto que su quehacer no se identifica con una terapia en el sentido clnico actual del trmino. El orientador filosfico no

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    busca la sanacin clnica o la felicidad, en su uso genrico, sino la clarificacin conceptual. Si se busca la curacin, la Filosofa Aplicada precisa un modelo antropolgico de salud criticado por la antipsiquiatra, o por filsofos contemporneos como Foucault. Si no se maneja con cuidado el concepto de felicidad, las sesiones pueden convertirse en un proceso de normalizacin y socializacin (dependientes de ideologas neocapitalistas) que no conciertan con la criticidad idiosincrtica de la Filosofa. A diferencia de ello, esta especialidad reflexiva posee un doble objetivo: la mejora del acto de pensamiento y la depuracin de contenidos veritativos. El cuestionamiento de los planteamientos de los individuos o grupos activa dinmicas dialgicas de preguntas y respuestas fundados en estructuras lgicas. Una reduccin al absurdo realizada por el orientador obliga a replantear la contestacin, a cuestionar al interlocutor con otro punto de vista o a salir del marco desde el que se contesta si es que se desea mantener la inferencia primigenia. La generacin de dudas en torno al discurso del consultante fortalece y optimiza su pensamiento y cuestiona sus asunciones ms dbiles. La finalidad no consiste en ensear la teora de la lgica o de la argumentacin sino actuar sobre los modos errneos del pensamiento en el mismo momento en que se actualiza, dice o defiende. Gracias a estos artilugios lgicos, el participante del grupo evitar en el futuro caer en el error e incluso aprender como recurso tal potencialidad que aplicar en sus intercambios fuera de las reuniones filosficas. As, las armas manipuladoras de la ideologa quedarn inermes (o debilitadas) ante l, pues se le capacita para estar alerta. Como el aprendizaje se produce desde la prctica, la fisura entre su pensamiento y su determinacin particular (volicin) se debilita y se vigoriza la coherencia entre ambas instancias. Saltando de la formalidad a la materialidad, se apremia a progresos en cuanto al armazn que sustenta la vida, a la depuracin de los contenidos veritativos. Las habilidades aprehendidas anteriormente sirven para un autocuestionamiento de los pilares de la propia existencia. Concepciones cerradas dogmticas y fundadas en la ideologa no argumental se evalan y, si es preciso, son sustituidas por otras ms certeras. En las sesiones, se aprecia una paulatina apertura a ideas ms cuidadosas y ms amplias. sta es la base de la disolucin, hemos dicho

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    bien disolucin y no slo resolucin, de muchos conflictos. Se disuelven aquellas imgenes que gravitan dogmticamente en torno a las concepciones limitadas y opuestas de dos individuos: por ejemplo, las concepciones opuestas de los miembros de una pareja sobre el concepto educacin (que revierte en disputas sobre si llevar al hijo a un colegio pblico o privado) o la apertura implicada en el amor (que conduce al sufrimiento de una de las partes por sentirse asfixiada por la restriccin celosa del amor del otro). La depuracin no slo fragua un cernido o filtracin de las mejores posiciones sino que es el principio de para salir de la anorexia del pensamiento nico. He aqu, cmo la analoga beuchotiana puede resultar de enorme utilidad: la quiebra univocista de la posicin de un participante de un grupo filosfico no se despea en una multiplicacin equivocista de sentidos sino en una analgica abierta, consensual, contextual y crtica. Se pasa de un saber cualquier cosa y del todo vale a un conocer crtico con el otro y desde el otro. Ciertos autores, como Jorge Dias, sealan que el resultado del quehacer filosfico es la felicidad. Nosotros aceptamos que la finalidad de la vida sea la felicidad, pero sta no se obtiene de modo directo sino que exige aproximaciones laterales. En esta lnea, estoicos como Sneca, exigen la virtud13 como va para alcanzarla; otros la proclaman como el fruto de la bsqueda de la verdad o de la sabidura, lugares con los que mostramos ms cercana que con Dias. Siguiendo la etimologa de filo-sofa, aseveramos que la felicidad es producto de una relacin de amistad con la idea regulativa de sabidura. La felicidad se obtendra en el camino hacia la bsqueda de la verdad. Por eso, la felicidad acostumbra a ser un resultado, y no un objetivo, de la Filosofa Aplicada: se obtiene al concretar otra persecucin, la de la verdad (o verosimilitud). Es ms, recurdese la familiaridad citada entre la felicidad y economa. Habitualmente, la persona feliz no se cuestiona su propia existencia y vive en una tranquilidad edulcorada que violenta la aspiracin crtica del filsofo: cuntas veces no se oponen en los discursos comerciales pensamiento y felicidad?, acaso no se aconseja a muchas personas no pensar ms para evitar producirse dao a uno mismo? Somos testigos

    13 Cfr. Sneca, L.A.: Sobre la felicidad, Alianza, Madrid, 1999.

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    aqu de la confusin (intencionada o no) entre un burdo hedonismo y la autntica felicidad deudora de una virtud que exige sacrificios. Por todo ello, preferimos indicar que el resultado de la Filosofa Aplicada no se corresponde con la felicidad sino con el bien-estar y con el concepto ingls de worth while, que podra traducirse por merecer la pena. Explicamos ambos senderos. Si se le preguntase a muchas madres primerizas sin son felices en medio de largas noches en vela amamantando a sus hijos, despertndose inquietas a cada instante, por sus lloros y repitiendo este ritual durante muchas semanas, dudamos que concluyesen que la palabra felicidad era adecuada a su circunstancia. Sin embargo, si modificsemos la cuestin y les solicitsemos una respuesta a si mereci la pena dar a luz, pocas dudaran en ofrecer una respuesta afirmativa. Algo semejante sucede en las consultas y talleres filosficos. Los asistentes pueden atravesar cuestionamientos difciles y hasta dolorosos, tropezar con preguntas que les incomodan y realizar descubrimientos que les cuesta aceptar; as, es complicado que dentro de la accin filosfica encuentren felicidad. Ahora bien, pocos sealan que la actividad no mereci la pena. Lo anterior se conecta con el segundo concepto: bien-estar. Progresivamente, los participantes perciben una mejora en ellos, alejado del significado de un bienestar socializado y determinado por la produccin de las grandes compaas. El bien-estar apela a una optimizacin del estar y del ser bajo las categoras conceptuales y crticas vistas. La meta no es la buena vida sino la vida buena. Esta coyuntura implica activar las competencias de pensamiento, puesto que ellas nos harn ms autnomos y dueos de nosotros mismos. Instaurar ciudadanos ms analticos, crticos y con menos tendencia a los engaos de los dems y de uno mismo. Finalizamos esta explicacin retomando el hecho de que junto a esta definicin podran ofrecerse otras igualmente vlidas y que coinciden en sus ejes maestros. Algunas son genricas y apelan a un proceso de dilogo entre dos o ms sujetos mediados por la racionalidad; otras incursionan en las operaciones especficas de los encuentros. Entre las ltimas, merece destacarse la de Warren Shibles, pues sintetiza la exposicin oficial de algunas asociaciones internacionales como la American Philosophical Practice Association. Sea ella un botn de otros

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    modos de abordar la tendencia analtica y modernista de la Filosofa Aplicada:

    Aunque los orientadores filosficos pueden distinguirse por sus mtodos y orientaciones teorticas, por ejemplo analticas o fenomenolgico-existenciales, coinciden en facilitar actividades como (1) el examen de las justificaciones y argumentos de los clientes; (2) la clarificacin, anlisis y definicin de trminos y conceptos importantes; (3) la exposicin y el examen de asunciones subyacentes y de implicaciones lgicas; (4) la exposicin de conflictos e inconsistencias; (5) la exploracin de teoras tradicionales filosficas y su significado en relacin a los asuntos del [que preocupan al] cliente; y (6) todas aquellas actividades que han sido identificadas histricamente como filosficas14

    Como en nuestra definicin, Shibles insta a examinar las razones del consultante y sus componentes y se contextualizan en el seno de la historia del pensamiento. Herramientas15 Los instrumentos de la Filosofa Aplicada son de dos tipos: (1) los que convergen con las de la filosofa, es decir, aquellos que se usan para escribir libros, ensayos o generar conferencias y ponencias y (2) los compartidas con otras disciplinas, como el dilogo, aunque usadas con fines diferentes a los de aquellas materias. El primer grupo incluye estrategias de pensamiento crtico tanto en su acepcin de critical thinking y como en su sentido amplio (lgica formal, teora de la argumentacin, retrica y dialctica)16, pensamiento creativo17, analtica conceptual e historia de la filosofa. El segundo est

    14 Shibles, W.: The philosophical practitioner and emotion en CURNOW, T. (ed): Thinking through Dialogue, Practical Philosophy Press. Oxted, 2001, p. 51. La traduccin es nuestra 15 Una exposicin pormenorizada de las herramientas de la Filosofa Aplicada pueden encontrarse en Barrientos Rastrojo, J.: Resolucin de conflictos desde la Filosofa Aplicada y desde la Mediacin, Visin, Madrid, 2010, pp. 175-280. 16 Cfr. Barrientos Rastrojo, J.: Resolucin de conflictos desde la Filosofa Aplicada y desde la Mediacin, op.cit., pp. 175-212. 17 Cfr. Ibdem, pp. 213-222.

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    protagonizado por el dilogo y aade la profundizacin en el lenguaje no verbal o la asertividad. El critical thinking est formado por un conjunto de elementos que articular racionalmente el argumento del consultante. Hay diversos libros dedicados al mismo18 y sus piezas maestras se esquematizan en el siguiente diagrama.

    La dialctica y la retrica se ocupan del estudio y fundamentacin de la verosimilitud dentro del intercambio dialgico. Se remontan a la poca de

    18 Destacamos los siguientes: Diestler, S.: Becoming a Critical Thinker. A User-Friendly Manual. MacMillan Publishing Company, New Jersey, 1994; Goviert, T.: A practical study of argument. Wadsworth Publishing Company, Beltmont, 1997; Garca Damborenea, R. Uso de razn. Diccionario de falacias. Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2000.

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    Aristteles y, desde entonces, se han desarrollado un entramado de estrategias y tcnicas que facilitan el trabajo argumental de las sesiones del orientador filosfico. A ellas se han unido las estrategias de Chaim Perelman y Olbrechts-Tyteca19, la teora de la argumentacin o la teora de Stephen Toulmin20. La historia del pensamiento ser til (1) como punto de partida para profundizar en las conclusiones del grupo, (2) para iniciar el trabajo reflexivo, (3) para cuestionarlo y/o (4) para inteligir los lmites y aperturas de diversos posicionamientos. Ciertos orientadores filosficos se han opuesto a su uso arguyendo que la grandeza de las tesis de los pensadores citados atemorizara las de los participantes o las oscureceran. Aunque no dudamos que otros filsofos aplicados hayan vivido experiencias que les lleven a tales conclusiones, la nuestra no es coincidente con ellas: los participantes acostumbran a disputar las aseveraciones de Aristteles, Platn, Descartes o Leopoldo Zea con lo que traer a colacin sus afirmaciones incoa y estimula reflexiones ms profundas y participativas, incendian las posturas acomodaticias y haciendo volar a posibilidades, previamente, no imaginadas. Marcos de insercin: Filosofa Aplicada ms all de la Filosofa Prctica Una confusin comn del no iniciado en Filosofa Aplicada es confundirla con Filosofa Prctica. La razn es mltiple. Por una parte, algunos grupos de trabajo, como ETOR (Educacin, Tratamiento y Orientacin Racional), nacieron bajo esta nomenclatura. Esta denominacin ha sido repetida en ponencias y escritos de algunos de sus miembros y de otros filsofos aplicados externos al citado equipo. A pesar de ello, el grupo de investigacin creado en 2006, se titulara Filosofa Aplicada: sujeto, sufrimiento, sociedad. Por otra parte, el uso del trmino ingls Philosophical Practice, o del alemn Philosophische Praxis, no ha ayudado a deslindar ambas reas de conocimiento.

    19 Cfr. Perelman, Ch. Olbrechts-Tyteca, L.: Tratado de la argumentacin. La nueva retrica, Gredos, Madrid, 2000. 20 Cfr. Toulmin, S.: The uses of argument, Cambridge University Press, Cambridge, 1958.

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    Particularmente hemos defendido el trmino Filosofa Aplicada como un medio de distincin desde que, hace una dcada, publicsemos Introduccin al asesoramiento y la orientacin filosfica. El trmino se ha extendido a nivel internacional aunque convive con otras designaciones. Adems, apostamos por esta designacin, frente a otras como orientacin o asesoramiento filosfico, porque se sita a la Filosofa como sustantivo y a la Aplicacin como adjetivacin: esencialmente, somos filsofos (aunque nuestra prctica especfica sea la aplicacin. Este nombre permite distinguir nuestro quehacer de la Filosofa Prctica, cuyo objeto de estudio, en lengua espaola, se identifica con la tica y la Filosofa Poltica. Los filsofos aplicados consagran algunas de sus consultas y talleres al estudio de asuntos de tica y de Filosofa Poltica, pero no se restringen a ellos; otras se enfrascan en materias epistemolgicas, hermenuticas, ontolgicas, metafsicas, estticas o inscritas en otras ramas filosficas. Particularizamos el argumento con un ejemplo extrado de Resolucin de conflictos desde la filosofa aplicada y desde la mediacin:

    Esther ha asistido en las ltimas semanas a la separacin de sus padres. Manifiesta una sensacin creciente de odio hacia ellos. De hecho, explica que la situacin le resulta insostenible. Aunque al principio pens irse a vivir con su padre, ahora est pensando en emanciparse, puesto que el mes prximo cumplir dieciocho aos. Las cuestiones filosficas que aparecieron en las primeras consultas se desglosan en las siguientes dimensiones filosficas: - tica: es justo que me emancipe de mis padres y los abandone en un momento tan difcil para ellos?, no es legtimo que privilegie mi autonoma personal?, es mejor abandonarlos y retomar fuerzas fuera de casa para ayudarlos o continuar con una posicin distante dentro de ella?, es justo el dao que me estn haciendo? - Cuestin ontolgica/hermenutica: qu significa la familia y qu implican las relaciones dentro de ella?, cules son las bases del nexo personal y familiar?, es el sujeto por naturaleza un ser que busca la individualidad o la sociedad? - Cuestin metafsica: cul es el fundamento del vnculo?, hay un previo formal que fomente/exija la unidad del ser? - Cuestin epistemolgica: cmo puedo estar segura de que mi percepcin no est influida por mi odio a la situacin?, deberan ser los sentimientos parte del razonamiento o han de evitarse para ser objetiva? - Cuestin lgica: qu criterios puedo usar para ser objetiva ante las razones del divorcio de mis padres e impedir que mis sentimientos las deformen?

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    - Cuestin de filosofa social o poltica: debe la sociedad fundarse en el matrimonio a pesar del riesgo del divorcio y el dao causado a los hijos?, son los padres lobos para sus hijos?, cul es la funcin social de la familia nuclear?21

    La Filosofa Aplicada no se distingue por el universo material en que trabaja sino por el modo formal de realizar Filosofa: no genera discursos sino que ayuda a otros a sistematizar mayeticamente su verdad, se vincula con una alteridad (el consultante o grupo), obtiene resultados concretos para la persona, etc. En suma, la Filosofa Aplicada est capacitada para ayudar a la persona a resolver sus dilemas de Filosofa Prctica y a disolver los cuestionamientos donde incursionan el resto de mbitos filosficos desde un punto de vista particular. La Filosofa Aplicada Experiencial (FAE) Fronteras de la Filosofa Aplicada Lgico-Argumental (FALA) La racionalidad que subyace a la FALA posee una limitacin o debilidad notable que podra resumirse por medio del siguiente grfico:

    Orientador filosfico

    Ideas y pensamientos

    del consultante

    Vida de la persona (ser, sentir, hacer)

    acta sobre (accin directa)

    Pensamientos modificados

    21 Cfr. Barrientos Rastrojo, J.: Resolucin de conflictos desde la Filosofa Aplicada y desde la Mediacin, op.cit., p. 172.

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    El orientador filosfico ejerce una accin directa sobre las ideas del consultante empleando herramientas que afectan a los argumentos de la persona. sta es consciente de las limitaciones de algunos de ellos o de la incoherencia entre estos y su vida. El filsofo ser el agente encargado de ayudarle a mejorar sus resortes racionales, de sustituirlos o de fortificarlos. Este juego provoca una accin directa puesto que hay cambios en sus ideas y en los resortes relativos a ellas. Ahora bien, podemos aseverar lo mismo sobre su vida?, se provocan anlogas mutaciones en la existencia del individuo, en su ser, y, por consiguiente, en todos los grosores de sus das? No siempre es as, tal como explica Breuer, el maestro de Freud, en la novela filosfica Quando Nietzsche chorou. Vida y pensamiento pueden seguir senderos no slo diferentes sino opuestos: la incapacidad para que las ideas penetren en la vida acota las potencialidades de la Filosofa Aplicada bajo su acepcin modernista o lgico-argumental.

    He aqu una verdad con una racionalidad suprema e irrefutable. Sin embargo, cuando estoy verdadera-mente asustado, ella no funciona, nunca calma mis temores. Ese es el fallo de la filosofa. Ensear filosofa y aplicarla en la vida real son empresas bastante diferentes22

    La disquisicin no es nueva sino que puede rastrearse en textos bblicos que datan de casi veinte siglos: San Pablo atestiguaba la contradiccin entre su querer y su hacer en la Carta a los romanos. Era consciente de las acciones ms santas, pero llevarlas a trmino no dependa slo del conocimiento terico y fundamentado argumentalmente, puesto que, se quejaba, no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero, eso hago23. Ciertamente, no siempre existe contradiccin entre las verdades extradas de una racionalidad terica y la volicin prctica o los sentimientos. Todos hemos vivido ciertas clases o hemos ledo determinados libros o hemos escuchado consejos que provocaron una transformacin que nos afect de modo bsico. Tales verdades no alcanzaron slo el plano

    22 Yalom, I.: Quando Nietzsche Chorou, Sada de Emergencia, Parede, 2007, p. 220. La traduccin es nuestra. 23 Rm 7, 19.

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    intelectivo sino que tocaron nuestro ser y, en consecuencia, cada densidad existencia (incluyendo las emociones, las querencias y las acciones). Esto nos hace recalar en una primera conclusin: no siempre hay una accin directa del orientador filosfico entre su trabajo racional-moderno y la vida (o el ser) de la persona, aunque otra modalidad racional podra conseguir tal conexin. El hecho de que un mismo mensaje cale a diversa profundidad en diferentes testigos debera hacer pensar que existe un elemento previo a la (buena) argumentacin, que determina el impacto antropolgico y que, consecuentemente, ese elemento es ms decisorio que el contenido retrico-lgico para materializar una transformacin ontolgico-antropolgica. Las racionalidades del siglo XX se han hecho eco de esta deduccin desarticulando el absolutismo de la razn moderna objetiva y objetivista. Previas a la razn consciente y lgica, Freud seal el poder de las dinmicas del inconsciente, Max Scheler, las del ordo amoris24, Marx, las de las superestructuras econmicas, los sociobilogos, como E.O. Wilson, las de las leyes de conservacin de los genes y Foucault, las de las ideologas del poder constituido y constituyente. La lista podra ampliarse si fusemos atrs en el tiempo y nos refirisemos a Nietzsche, a Schopenhauer o Pascal, entre otros. Nuestra propuesta se centra en la experiencia como concepto basilar previo a la razn modernista. La experiencia ocasiona que ciertos argumentos sean transformadores y otros no, es decir, no es tan determinante la acuidad del juicio lgico como su potencial para convertirse en una experiencia para la persona. La experiencia no incide en las ideas sino en el ser, del cual manan todas las densidades del propio sujeto, de acuerdo con la pirmide siguiente:

    24 Cfr. Scheler, M.: Ordo amoris, Caparrs, Madrid, 1996.

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    El esquema podra cambiarse y situar al ser en el centro quedando en los extremos de un crculo las entidades de la base de la pirmide, tal como nos sugirieron durante una conferencia en San Lus Potos. Tambin podran ampliarse el nmero de ingredientes antropolgicos Aun con estas correcciones, el esquema se mantendra y atildara la necesidad de una racionalidad que ataa al ser y no slo al pensamiento, como en el caso de la FALA. En el segundo caso, sera preciso para alcanzar los mismos resultados que se desencadenase el siguiente movimiento:

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    Este segundo grfico representa lo que sucede en algunas sesiones de consulta, con lo que los productos adquieren una potencia anloga a la de la FAE. Otros trabajos sobre el individuo podran partir desde el sentir o el hacer para alcanzar al ser con semejantes resultados. Sin embargo, no resulta ms eficaz trabajar directamente sobre la cspide de la pirmide? ste es el objetivo de la FAE. Qu es la experiencia25? La experiencia consiste en una vivencia intensa de un suceso que impacta en el sujeto provocndole un cambio ontolgico, en su ser, que se trasladar como las ondas del agua cuando cae una piedra en un lago en el resto de sus densidades antropolgicas. Las imgenes recurrentes de estas circunstancias son las del viaje inicitico: Per se trata originariamente de viaje, de caminar por el mundo cuando no haba caminos, sino [cuando] todo viaje era ms o menos desconocido y peligroso. Era el viajar por tierras ignotas sin gua previa26. Podemos ver un ejemplo en los viajes de Ulises: fraguaban mutaciones en el hroe que suscitaban que quien zarpase y quien regresase fuesen seres distintos. He aqu la potencia del viaje: la metamorfosis ontolgico-antropolgica o identitaria. De acuerdo con Ortega y Gasset, la raz per de experiencia queda conectada con portus, pues el trmino conlleva cruzar puertas que no permiten el paso atrs. El descubrimiento de ciertas verdades, ocultas al estado previo, provoca que el sujeto no pueda seguir siendo el mismo27. No es preciso que tales vivencias sean coloreadas con cromatismos dolorosos, como que nos comuniquen que somos hijos adoptados, sino que las positivas, como la maternidad, por ejemplo, tambin rinde saberes experienciales.

    25 Amplese este punto en los siguientes artculos: Barrientos Rastrojo, J.: La fisiologa del saber de la experiencia y los frutos de su posesin, Themata, 44 (2011), pp. 79-96; dem El rostro de la experiencia desde la marea orteguiana y zambraniana, Revista Endoxa, 25 (2010), pp. 279-314. 26 Ortega y Gasset, J.: Obras completas VIII, Alianza, Madrid, 1994, p. 176. 27 De aqu que la experiencia se vincule tambin con el concepto de anagoga (cfr. Antn Pacheco. J.A.: El ser y los smbolos, Mandala, Madrid, 2010, pp. 151-152 y 168).

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    Segn Lpez Aranguren, la verdad extrada de esas experiencias se distingue del terico, del conceptual o del argumental porque:

    La experiencia de la vida es, pues, el saber adquirido, viviendo (). No es el saber estudiado y aprendido, ni tampoco el ideado o construido. No es un saber intelectual, sino vital. Y, por otra parte, es saber personal, no tradicional, heredado o sapiencial28

    Para Zambrano, el conocimiento experiencial es un saber trgico que se adquiere padeciendo el conflicto hasta apurarlo29.

    Entiendo por experiencia el saber trgico que Zeus haba de aprender padeciendo. Segn Santo Toms, la mstica no es el conocimiento experimental de Dios? Pues en eso estamos queramos o no queramos. Y una servidora aade siempre: recibindolo pasivamente, y padeciendo activamente30

    Zubiri perfila la geografa al separar el asiento lgico-argumental del experiencial:

    Experiencia significa algo adquirido en el transcurso real y efectivo de la vida. No es un conjunto de pensamientos que el intelecto forja, con verdad o sin ella, sino el haber que el espritu cobra en su comercio efectivo con las cosas31

    El saber experiencial implica (1) una aprehensin de realidad que (2) se aloja en dimensiones profundas del sujeto, aquellas que determinan la volicin, la afectividad y el pensamiento del individuo. Por ello, es ms radical que el lgico-argumental y sta es la razn a que apelamos a l para un quehacer que ansa no slo influir en las ideas sino en la integralidad del sujeto. Hace un lustro, diseamos la definicin que sigue de saber de la experiencia basndonos en los planteamientos de Mara Zambrano. En ella, destacamos propeduticamente la secuencia por la que se obtiene.

    28 Lpez Aranguren, J.L.: La experiencia de la vida en AA.VV.: Experiencia de la vida, Alianza, Madrid, 1966, p. 36. 29 Zambrano, M.: El sueo creador, Madrid, Turner, 1986, p. 79. 30 Zambrano, M.: Cartas de la Pice, op.cit., p. 80. 31 Zubiri, X.: Scrates y la sabidura griega, Escorial 2, 1940, p. 189.

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    El sumatorio de conocimientos tericos, puesta en prctica de los mismos, evidencias extradas del acto de actualizar las informaciones citadas, reflexin posterior de lo acontecido (de los hechos vividos y las emociones conclusivas) y cristalizacin del conocimiento en mximas y en ideas, que se saben como verdad32

    Aunque, actualmente, matizaramos algunos elementos (por ejemplo sumatorio por integracin) y aadiramos otros (como la necesidad de una epistemologa anaggica), la explicacin nos sirve como aproximacin para enlazar con los elementos necesarios para capturar este tipo de saber. Exigencias para la aprehensin experiencial Si el saber lgico-argumental exige aprender una serie de tcnicas para alcanzar conclusiones justificadas legtimas, el experiencial se centra en la adquisicin de actitudes de apertura y de arrojo para que se materialice. Resumimos algunas a continuacin: (1) Edad henchida de experiencias vividas y vvidas. No todos los ancianos pueden catalogarse como compendio de sabidura; no obstante, suele ser ms habitual encontrar sabios en edades vetustas que en la mocedad de la vida. Los aos aumentan las posibilidades de dar curso a experiencias, pero, como seala Julin Maras, ciertos individuos maduros atesoran muchas vivencias que no gozan de las notas exigidas para convertirse en experiencias33. (2) Arrojo frente a sucesos peligrosos. Una etimologa de ex-periencia, no mencionada arriba, se inscribe en peiro, que significa peligro. Aquel que rehsa cruzar el Rubicn por el miedo a la cada no adquiere el saber inherente a la prueba al no realizar el viaje. As, no se evitarn ciertos niveles de valenta y arrojo para que el atrevimiento a enfrentarse a los peligros del naufragio existencial. 32 Barrientos Rastrojo, J.: Vectores zambranianos para una teora de la filosofa aplicada a la persona, Universidad de Sevilla, Sevilla, 2010, pp. 555. 33 Cfr. Maras, J.: Experiencia de la vida en AA.VV.: Experiencia de la vida, op.cit., p. 116.

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    (3) Coraje para atravesar puertas. Esas puertas, como sealamos, no permiten el regreso. No es posible recuperar la condicin de hijo despus de haber sido padre: los sentimientos, querencias, pensamientos sern diferentes. El pilago del mar bravo de la existencia desvela un infinito y preludia una prdida; consecuentemente, muchos se arredran y deciden no atravesar tales proscenios. Vadear estos caminos tiene un coste existencial de primera magnitud: como en todo nacimiento, habr sufrimiento y dolor o, al menos, incomodidad y obligacin a salir del confort del da a da. Sin embargo, el xodo conduce a la madurez. (4) Paciencia y humildad para aceptar el mtodo de la sierpe antes que atajos ms directos. Sobre la escucha atenta, paciente y humilde, se asienta la raz del trabajo filosfico. La atencin exige apertura plena a lo que nos rodea. A diferencia de las metodologas modernas, las del saber de la experiencia no ansan un objetivo ntido, difano y deportador de ciertos contenidos; por el contrario, hay que aceptar el hundimiento en (y dejarse llevar por) la realidad para capturar su totalidad, los paradigmas arquetpicos que ensean la totalidad no totalitaria34. La paciencia no exige la manifestacin en base a unos tiempos o protocolos especficos; acepta que los entes florezcan de modo gracioso, gratuito y cuando as lo determine su propia naturaleza. Al otro lado, la impaciencia apremia una espera que ha de ajustarse a un programa particular, es decir, impone moldes al objeto de conocimiento con lo que no se aprehende desde s mismo sino desde el esquema tasado. La humildad alienta a reconocer la pequeez humana y, casi, a derogar la idea de que ste posea algn poder para sancionar la coercin al nacimiento de la verdad del objeto. La escucha atenta, la paciencia y la humildad asumen que el acceso a los entes no es un camino totalmente pautado sino que, con frecuencia, su forma es serpentnea y no recta. Razn de ello es que el conocimiento experiencial manifieste retrocesos y avances inesperados. Las tcnicas son tiles, pero no suficientes.

    34 Sobre los modos de alcanzar estos arquetipos y sobre su naturaleza, hemos escrito Los smbolos desfallecidos que se publicar en 2014 en Ciudad de Mxico.

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    (5) Disponibilidad de un retiro no solipsista. El retiro aparta de distracciones. Sin embargo, un exceso de celo anacoreta oculta contenidos tributarios del intercambio con otras personas. El contacto dialctico con otros sujetos origina conocimientos de cuya destilacin se obtienen saberes experienciales. El retiro marca momentos de recogimiento para la reflexin, pero no confinamiento a torres de marfil inexpugnables35. (6) Compromiso con la autenticidad en lugar de huida. El descubrimiento de hitos y caractersticas personales no laudables lesiona el yo y fomentan la ceguera respecto a la propia debilidad. Asimismo, la confianza petulante ante un ego que no se mira ntegramente, tambin, provoca defectos de visin existencial. Detenerse, retroceder o huir reprime el avance del saber. El remedio a tal abatimiento es el compromiso con la autenticidad, a pesar de que muchos de sus discursos sean sumamente dolorosos. (7) Capacidad para abrirse a la realidad de los entes ms all de sus notas pragmticas. El saber de la experiencia capacita para una aprehensin diferente a la pujante en la contemporaneidad occidental, a saber, un pragmatismo que oculta la ontologa bajo una consideracin utilitarista de todos los entes. Como ha explicado Heidegger en su ejemplo de Par de Botas de Van Gogh, hay dos formas de dirigirse a la realidad: la primera la comprende utilitaristamente (las botas son aquello que sirve al labriego para un fin especfico) y la segunda, contemplativamente (las botas emergen desde s misma sin implantarle un sentido sino dejando que ellas rezumen su esencia, pues ha sido la obra de arte la que nos ha hecho saber lo que es de verdad un zapato36). El filsofo debera superar la primera con el fin de abrir una fenomenologa desde el objeto y no desde s mismo. Todas estas notas nos dan idea del tipo de sujeto a conseguir en las sesiones filosficas y de los universos sobre los que se ha de incidir: la promocin de virtudes como la valenta y la humildad y de competencias como la agudeza o sutileza hermenutica para ver ms all de la superficie doxolgica.

    35 Cfr. Comte-Sponville, A.: El amor. La soledad, Paids, Barcelona, 2000, p. 29. 36 Heidegger, M.: Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 2001, p. 23.

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    Preliminares a una definicin En primer lugar, se ha de aclarar que esta inclinacin de la Filosofa Aplicada no se opone a la FALA sino que la complementa, pudindose usar conjuntamente con la anterior (lo ms habitual) o como una actividad paralela (para ocuparse de fines o ejercicios individuales o grupales especficos). En segundo lugar, el punto arquimdico de la FAE no bascula esencialmente en torno a los problemas y a su resolucin o en relacin al anlisis abstractivo y a su crtica sino que se concentra en el camino de transformacin del sujeto equidistante a su acercamiento a una verdad ontolgica y no slo analtica. Aunque el consultante o el grupo acampen en las sesiones partiendo de un problema particular, el orientador no busca su resolucin sino su superacin o disolucin: la progresiva proximidad del individuo a la verdad le har patente la irrelevancia del cuestionamiento, gestando su disolucin. Es imperativo destacar que la finalidad de la labor no radica en el sujeto, puesto que salimos de la inclinacin subjetivista moderna. La misin del filsofo aplicado es ontolgica, esto es, perseguir el acercamiento entre el sujeto y la verdad; sta ltima ser la protagonista del itinerario. La verdad ir adquiriendo tintes maysculos en la vida de la persona, fraguando en l la naturaleza de filo-sofo, es decir, un amigo de la sabidura. El significado de la filo-sofa en este contexto es peculiar. La amistad aqu no coincide con el amor ertico o enamoramiento: no hablamos de ero-sofa, ni de los desvaros platnicos del caballo desbocado del Banquete platnico. La amistad aqu columbrada se equipara a la relacin virtuosa citada en la tica a Nicmaco y se enfrenta a aquellas dependientes del placer o inters. Esta especificidad muestra a dos sujetos (consultante y orientador) cuya filiacin se alimenta por el deseo del progreso de la virtud del otro y no slo por fines interesados. En nuestro caso, la filosofa de la FAE remite a la mejora del otro sujeto al aproximarlo a la verdad y al promover las disposiciones que facilita ese traslado ontolgico. Por otro lado, la sofa de esta filo-sofa no responde a criterios analticos exclusivamente sino ontolgicos. La finalidad es generar seres que tomen

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    vecindad con una verdad ontolgica de modo metafsico. Esa contigidad aumentara la probabilidad de fusin entre ambos, al punto de que se atestigua una tendencia a que no sea el sujeto quien acabe hablando o actuando por s mismo sino que sea la misma verdad la que lo haga por medio de l. Bajo esta concepcin, las antropologas de orientador y consultante, el valor de la palabra utilizada, el del tiempo, el dilogo o la comunicacin se modifican respecto al esquema de la FALA. Aunque dejaremos el estudio de cada una de estas categoras para otro libro que estamos preparando, podemos detenernos brevemente en algn ejemplo. La comunicacin, que en la FALA supone el intercambio y mejora de argumentos, se convierte en comunin en la FAE. No todas las experiencias pueden trasladarse al leguaje verbal por lo que hay que arbitrar otros mecanismos y formas lingsticas que exceden la fontica y la escritura. La mejor forma de transmitir el significado de un beso desde la FALA es explicarlo comunicativamente; en el caso de la FAE, la explicacin vendra de la mano de una comunin de experiencias por ello se animara a quien desee entender a besar o recibir el sculo. Existen otros modos experienciales de comprensin no directos como la narracin, la esttica, la msica o la contemplacin. En suma, la mejor comprensin de la experiencia (desde la FAE) no se ubica en la comunicacin verbal y conceptual de lo sucedido (aunque tambin puede usarse) sino en la consecucin de la comunin entre los dos (o ms) individuos, en la comunalidad de los entornos experienciales. Esa comunin se da entre dos profesores inquiridos por sus respectivos alumnos por el sentido de su profesin que, sin palabras, se lanzan una mirada de cansancio y perciben (1) la imposibilidad de que el estudiante lo comprenda hasta que no lo haya padecido o disfrutado y (2) cmo el otro profesor conoce o comprende a qu se refiere. Si la comunicacin posee una tendencia objetiva y explcita a los contenidos, la comunin presume de una doble raz: la experiencia propia y la naturaleza paradigmtica de esa situacin. La verdad de la experiencia no alcanza la totalidad debido a la incardinacin espacio-temporal del sujeto, es decir, debido a la apertura fenomenolgica de cada ente humano; sin embargo, escapa a la deformacin subjetivista que la modernidad acostumbr a imponerle:

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    alcanza verdades paradigmticas en el sentido de las figuras simblicas a las que apelase Cassirer en su Filosofa de las formas simblicas o en su Antropologa filosfica37. Probablemente, un beso no alcance a todos los besos, pero posee una capacidad metonmica, en el sentido beuchotiano, para conectar con una totalidad (no uni-versal sino ana-lgica) que hace que el sujeto escape del espacio y el tiempo, es decir, de las categoras bsicas en que se mueve la FALA. Definicin de la Filosofa Aplicada Experiencial (FAE)

    Proceso de generacin, y monitorizacin, de ex-periencias (directas o indirectas) para el consultante, y de las disposiciones precisas para que su vivencia se transforme en experiencial con el objetivo de provocar traslados ontolgicos que generen nuevas comprensiones de la realidad y de s mismo. Tales intelecciones estarn dirigidas hacia la profundizacin existencial (maduracin ontolgica y autenticidad o cercana a la verdad ontolgica) y/o a la disolucin de conflictos. Tal actividad tendr presente el uso de gnoseologas anaggicas e intuitivas y la promocin de los tems precisos para desarrollarlas.

    Como en el caso anterior, la FAE se articula como un proceso aunque su desarrollo es ontolgico-antropolgico antes que crtico-analtico, segn hemos visto. El quehacer del filsofo se centra en el diseo y seguimiento de experiencias acordes con las demandas ontolgicas de cada momento. Esto no se opone a la materializacin de procesamientos analticos o argumentativos, puesto que stos podran instaurar metamorfosis esenciales. A pesar de ello, el eje no gira, principalmente, en torno a la bondad o excelsitud del proceso lgico sino a la potencia de que ste impacte ontolgicamente, es decir, que sea una experiencia y no slo una vivencia contingente. El prrafo anterior explica cmo la FALA y la FAE no se oponen. Muchas vivencias racionales mutan en experiencia y ciertos orientadores filosficos son especialistas en conseguirlo. Aun as, no dejaremos de repetirlo, el xito no procede de la habilidad para el manejo racional del 37 Cfr. Cassirer, E.: Antropologa filosfica. Introduccin a la filosofa de la cultura, Fondo de Cultura Econmica, Mxico DF, 1967. dem: Filosofa de las formas simblicas I. El lenguaje, Fondo de Cultura Econmica, Mxico DF, 1971.

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    discurso sino de la competencia para provocar su penetracin experiencial. La capacidad de algunos orientadores filosficos para movilizar al grupo o individuo desde la, as supuesta por ellos, ms estricta racionalidad lgica hace dudar de si la mutacin de su ser depende del argumento. Si esto fuera as, cul sera la razn de que otros trabajos argumentales de igual calidad a nivel analtico no penetren del mismo modo en la persona?, no sera ms coherente pensar que los resortes experienciales son los responsables de la transformacin antes que los lgico-argumentales? Algunos tericos podran esgrimir que existen discursos lgicos (y modos de materializarlos) que son por s mismos experienciales. Esto obligara a reflexionar sobre aquellos otros discursos lgicos no experienciales que no hieren a la roca del ser personal, que quedan en meras vivencias preparadas para ser olvidadas. Desde aqu, vuelve a surgir el planteamiento de que una conversin ntima de la persona depende de la experiencia, siendo sta la base de los argumentos de naturaleza experiencial, y no slo el proceso inquisitivo lgico-argumental de preguntas y respuestas. Una diferencia sutil entre FALA y FAE reside en las finalidades de los cuestionamientos realizados al grupo. La FALA usa la pregunta con el fin de optimizar el acto de pensamiento y mejorar los contenidos veritativos; la FAE, con el fin de provocar cambios experienciales. Aunque en ambas tendencias se use el dilogo, cada una persigue un sentido idiosincrtico. Expliquemos la diferencia con un ejemplo de consulta. Hace algunos aos, asisti a nuestras sesiones un consultante mexicano con el que trabajamos por medios cibernticos, puesto que no exista ningn orientador a menos de dos mil kilmetros de su casa. Uno de sus problemas bsicos era descrito como una sensacin de ansiedad que se incrementaba hasta lmites insoportables debido a determinadas cosmovisiones. La FALA le habra cuestionado sobre las caractersticas de la misma con el fin de poseer una visin ms clara de su etiologa filosfica. El consultante habra ofrecido una serie de datos e informaciones que habran servido para iniciar un dilogo sobre las justificaciones de la misma, el estudio de las inmediaciones del concepto

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    angustia o la articulacin de sta en relacin a sus vivencias. Nosotros materializamos idntica cuestin aunque desde un abordaje experiencial. Le solicitamos que la prxima vez que se percatase de cmo esa sensacin se abrevaba en su interior intentase apreciar (1) el proceso desde el comienzo hasta el final, (2) sus caractersticas bsicas y (3) si se vinculaba con algn tipo de pensamiento o idea recurrente. La aproximacin experiencial no pretenda conocer las respuestas (como sera el caso de la FALA) sino gestar una experiencia de apertura. En lugar de instar a que no se opusiera al sentimiento, a que se abriera al sentimiento, indicacin que probablemente habra aumentado la inquietud haciendo fracasar el fin perseguido, le pedimos que lo describiera pormenorizadamente, lo cual requera una atencin plena sobre lo sentido. La experiencia sirvi para fomentar las actitudes de aceptacin de lo dado provocando el cambio esperado: la disminucin de la ansiedad. Gran parte del origen del sentimiento se deba a su negacin, causada por el miedo que provoca en estos casos mirar de frente al vaco. En suma, la FALA buscaba informacin y la FAE, transformacin mediante la misma pregunta38. La FAE distingue entre vivencia y experiencia. A diferencia de la segunda, la vivencia se identifica con cada circunstancia que sucede en nuestra vida sin que ellas transiten por nuestro interior y sin que dejen una huella, ms o menos indeleble, en nuestra entraa. De esta forma, la mayor parte de las clases a las que asistimos en el colegio conforman vivencias siendo experienciales slo aquellas donde se fragu una apertura ontolgica, una conexin con el ser, que nos descubri nuestra vocacin. Las experiencias constituyen el pozo de nuestros recuerdos: ese discurso del abuelo fallecido que nos ha servido como emblema en los momentos de cansancio, esa palabra de la madre con la que abrazamos un modo especfico de cuidar a los propios hijos o el padecimiento de un familiar cercano que nos hace vivir con ms intensidad y afn cada uno de nuestros das. Al quedar sellados en nuestra mente, funcionan como los puntos cardinales desde los que interpretamos y sentimos la vida. 38 Ni que decir tiene que el contexto de la pregunta puede variar: la FALA admitira un ejercicio mental dentro de consulta y la FAE demandara que la pregunta se ejercitase en el mismo acto ansioso.

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    Adems, de moldear y ser nuestros recuerdos, nos constituyen existencialmente puesto que son nuestra autntica base39. Puesto que no toda vivencia conforma, por s misma, una experiencia y debido a que la meta de la FAE consiste en la consecucin de estas ltimas, el diseo de stas ha de acompaarse de la promocin de las disposiciones en el consultante o en el grupo para su fraguacin. El cierre en torno a la propia visin y la ceguera ante las de los dems, el miedo a traspasar un abismo, la intolerancia absolutista ante las posturas de los dems, la inquietud y alter-acin (estar en otro) constante o los engaos personales son algunas actitudes que impiden el nacimiento de la evidencia o de la verdad experiencial. Por tanto, con frecuencia, el primer paso a conseguir en la consulta de la FAE es la superacin de estas fronteras impuestas por horizontes culturales, ideolgicos, interpersonales o aquellos alimentados por lo miedos propios. Ocioso es indicar que las disposiciones especficas se encuentran mencionadas ms arriba. La FAE posee como modelo comprensivo a una hermenutica ontolgica (o espiritual en la terminologa de Antn Pacheco40). La comprensin no ha de materializarse, exclusivamente, en la mente sino que ha de incursionar en todo el ser. El modelo de esta inteleccin encontrar viabilidad en la teora analgica de Beuchot, como veremos ms adelante: se juega con una verdad paradigmtica que permite la exposicin discursiva plural. El cimiento ontolgico conduce a modificaciones de todas las dimensiones del sujeto puesto que se provoca un desplazamiento de la persona, es decir, es otra. El tipo de modificacin sustancial del individuo se vincula con la progresiva profundizacin existencial, esto es, una maduracin que libera de los miedos y empodera desde la verdad. Su fuerza no reside tanto en la persona como en la progresiva cercana a la verdad y, por ende, a la vocacin del sujeto. Mara Zambrano ha explicado este pormenor con agudeza en Filosofa y educacin al explicitar las caractersticas de la vocacin frente a la profesin41. Si la segunda es una accin que no penetra en la persona, la vocacin es la materializacin del ser en la vida de cada sujeto. La 39 Tanto positiva como negativa. 40 Cfr. Antn Pacheco, J.A.: El ser y los smbolos, op.cit., 2010. 41 Cfr. Zambrano, M.: Filosofa y educacin, op. cit., pp. 101-120.

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    vocacin alcanza una de sus cotas ms altas en el caso de los artistas, puesto que stos se convierten en trasmisores de verdades (del ser) escondidas a la mayora de los mortales. El artista fructifica por medio de la aceptacin humilde de lo dado y de la emergencia graciosa de la entraa ontolgica en su obra. As, el mejor pintor o escultor (el que posee un rostro ms definido) se niega a s mismo para que, a travs de sus manos, surja la obra de arte, que es la que lo gua. La persona con vocacin vive anloga circunstancia: su proceso de profundizacin consiste en una aceptacin humilde de grandezas que escapan a su limitacin humana. Esta secuencia escancia en su vida una profundizacin o transcendencia novedosa e instransferible (la encarnacin del ser se da de diversa forma en cada ente). La fidelidad a esa autenticidad, fondo insobornable en trminos orteguianos, y el acto de renegar de la egolatra o de la bsqueda de s mismo permiten el auge de esa verdad. tem ms: esa pujanza ontolgico-veritariva gesta que el sujeto sea aquello a lo que est llamado. Este itinerario requiere trabajar el s mismo, pero no para s mismo. El desarrollo de uno mismo (s mismo) es una postura egocntrica en que se niega a los dems. Cuidar el s mismo fomentar el propio espritu luchando, cuando sea conveniente, por aquellos vicios que lo limitan como las posturas egocntricas. Desde estas atalayas se entender el porqu la FAE no consiste en la resolucin de conflictos sino en la disolucin de los mismos42. Nuestra definicin de la FALA posea semillas en esta direccin, pero no todas las teoras lgico-argumentales de la disciplina lo tienen en presente. La disolucin deriva del desplazamiento ontolgico, el cual modifica la jerarqua axiolgica, ontolgica o gnoseolgica de la persona. Al igual que el adulto experimentado no padece con la misma intensidad las cuitas que aquejan a un nio o a un joven que empieza a experimentar los desaires de la vida, el consultante, al final de las sesiones, no quedar afrentado de los problemas iniciales (y no necesariamente porque los haya resuelto). El ser que entra y el que sale de la consulta poseen 42 Si la lnea de trabajo de la FALA es horizontal, puesto que pretende ayudar al consultante a resolver problemas, a que siga hacia delante a pesar de la dificultad, la de la FAE es vertical, desarrollando en la persona y los grupos una traslacin hacia una profundidad donde los conflictos quedan disueltos.

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    visiones y perspectivas diferentes o, al menos, una capacidad distinta para posicionarse ante los avatares diarios43. Por ltimo, la FAE recorrer senderos gnoseolgicos diferentes a los crticos o analticos (sin negarlos). De modo especfico, se afiliar a los anaggicos o intuitivos, que son concomitantes con el saber de la experiencia. Aplicaciones La Filosofa Aplicada, sea experiencial o lgico-argumental, se ha implementado tanto en universos personales como grupales. En el plano individual, destaca la orientacin filosfica realizada en consulta. Suele partir de una persona que acude con una inquietud con una base filosfica crucial. Las preguntas surgidas en el caso de Esther, explicitadas ms arriba, son un buen elenco de la circunscripcin de los asuntos claves y las reas de la historia del pensamiento que el especialista debe conocer y trabajar. En el plano grupal, la catalogacin es amplia. Por una parte, a finales de los aos sesenta, Matthew Lipman cre el programa de Filosofa para Nios44. Est compuesto por una serie de materiales pedaggicos graduados desde los tres a los dieciocho aos que fomentan las habilidades de pensamiento crtico, creativo y cuidadoso. Se adscribe a la orientacin de la FALA y en los ltimos aos han extendido sus formulaciones y metodologas en autores como el francs Oscar

    43 Subryese que esto no implica que el consultante no tenga nunca ms problemas porque haya adquirido la posicin del sabio. Sin embargo, se le habr abierto la posibilidad de iniciar el sendero filosfico. Su futuro depender de la adhesin al mismo y de la capacidad para respetarlo en los momentos en que la dificultad renazca en su vida. 44 Cfr. Garca Moriyn, F.: Filosofa para nios. Genealoga de un proyecto, Revista Haser, 2 (2011), pp. 15-40; Lipman, M., Sharp, A.M. y Oscayan, F.S.: La filosofa en el aula, Ediciones de la Torre, Madrid, 1992; Echeverra, E.: Filosofa para nios, SM, Mxico DF, 2011.

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    Brenifier45, la brasilea Anglica Satiro, el grupo Iref espaol o los trabajos de Cecapfin en Mxico46. En el mundo adulto, se extendieron los cafs filosficos desde que, en 1992, Marc Sautet los popularizase en Francia. En Mxico, hay representantes destacados como Vctor Hugo Galvn y su equipo en San Lus Potos o Esther Chiarabati en Ciudad de Mxico. El caf filosfico consiste en una estructura con un amplio rango de formalizacin: desde aquellos focalizados en la promocin del dilogo abierto a los que analizan crticamente cada exposicin de los participantes, pasando por modelos mixtos que combinan ambos mecanismos. Su funcin es ldico-cultural por lo que supone una respuesta crtica a los espectculos de masas que persiguen el adormecimiento de las habilidades analticas de la poblacin, sin que esto obste para dosis sutiles de diversin de los participantes47. En esta misma lnea, se mueve la filmosofa (desarrollados entre otros por Joan Mndez y Jorge Snchez-Manjavacas), los banquetes filosficos e incluso los viajes tursticos filosficos48. Junto a estas modalidades, otras se ocupan de sectores especficos de la sociedad. Eduardo Vergara desarrolla desde hace ms de un lustro talleres de filosofa en crceles espaola. Aunque ha desarrollado durante ms tiempo y con ms nivel de insercin en el mundo de los presos esta actividad, hay experiencias previas en Estados Unidos o en Italia, entre otros. Nuevamente, las capacidades crticas salvan a personas confinadas a volver a recaer en el delito una vez fuera de prisin, puesto que se incentiva la autonoma y las habilidades cognitivas para enfrentar la ideologa del mundo que llevo muchos a sufrir una pena por sus delitos. Francisco Barrera ha trabajado en mbitos sanitarios, por ejemplo, con la Asociacin sevillana de fibromialgia AFIBROSE. Sus trabajos han quedado no slo en la prctica sino que son la base de estudios doctorales. Por otro lado, Barrera o Barrientos han generado retiros

    45 Cfr. Brenifier, O.: El dilogo en clase, Idea, Tenerife, 2005; dem, Filosofar como Scrates, Dilogo, Valencia, 2011. 46 Cfr. Barrientos Rastrojo, J. (ed).: Filosofa para nios y capacitacin democrtica freiriana, Liber Factory, Madrid, 2013. 47 Cfr. Philips, C.: Scrates caf, Temas de Hoy, Madrid, 2002. 48 Cfr. Barrientos Rastrojo, J. (ed.): Acciones y agentes filosficos, Visin, Madrid, 2012.

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    filosficos, que permiten una detencin reflexiva en los pasos que toma la propia vida, sin necesidad que los resultados dependan de visiones religiosas49. Por ltimo, la difusin de la Filosofa en los medios de comunicacin se encuentra en programas radiofnicos como Radiosofando con Victoria Carrasco y Pedro Tello50, Eidos de Jorge Snchez-Manjavacas o el emitido desde la Universidad de Stanford por John Perry y Ken Taylor titulado Philosophy talk51; tambin se encuentra en revista de difusin masiva como Filosofa hoy52. Por ltimo, se han hecho incursiones en instituciones pblicas y privadas, destacando la labor del ingls Nigel Laurie y su Philosophy in Business o Management Philosophy53. Quede aqu esta introduccin que puede completarse en otros de nuestros escritos54.

    49 Cfr. Barrientos Rastrojo, J. (ed.): Filosofa aplicada a la persona y a grupos, DOSS, Sevilla, 2009. 50 Puede consultarse informacin aqu https://www.facebook.com/radiosofando, ltimo acceso 1 de septiembre de 2013. 51 Su web puede consultarse aqu http://www.philosophytalk.org/, ltimo acceso 1 de septiembre de 2013. 52 Web: http://www.filosofiahoy.es, ltimo acceso 1 de septiembre de 2013. 53 Puede ampliarse informacin en la web http://www.londonfacilitators.com/nigel-laurie-management-philosopher/ s, ltimo acceso 1 de septiembre de 2013. 54 El presente captulo es una versin mejorada y corregida de uno de las obras que escribimos con Mauricio Beuchot titulada La Filosofa Aplicada segn la Hermenutica Analgica publicada en 2013. Se puede ampliar los conceptos aqu desarrollados con ejercicios prcticos en nuestras obras Resolucin de conflictos desde la Filosofa Aplicada y la Mediacin (Visin, 2010), traducido al portugus como Dissoluo de conflictos desde a Filosofia Aplicada e a Mediao (Indeport, 2014).