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Qu es un paradigma

Qu es un paradigma?

Giorgio Agamben

Fractal Revista Trimestral

Publicado en www.rebelin.org, 22-09-2011

1. En mis investigaciones he debido analizar figuras el homo sacer y el musulmn, el estado de excepcin y el campo de concentracin que son, ciertamente, aunque en diversa medida, fenmenos histricos positivos, pero que eran tratados en dichas investigaciones como paradigmas, cuya funcin era la de construir y hacer inteligible la totalidad de un contexto histrico-problemtico ms vasto. Puesto que esto dio lugar a equvocos, en particular, entre aquellos que con mayor o menor buena fe creyeron que yo intentaba ofrecer tesis y reconstrucciones de carcter meramente historiogrfico, ser oportuno detenerse aqu en el sentido y en la funcin del uso de paradigmas en la filosofa y en las ciencias humanas.

Michael Foucault se sirve muchas veces en sus escritos de la expresin paradigma, aunque sin definirla nunca con precisin. Por otra parte, tanto en LArchologie du savoir [La arqueologa del saber] como en los escritos posteriores, designa los objetos de sus investigaciones para distinguirlos de los de las disciplinas histricas con los trminos positividades, problematizaciones, dispositivos, formaciones discursivas y, ms en general, saberes. En la conferencia de mayo de 1978 en la Societ Franaise de Philosophie, define as lo que debe entenderse por saber: la palabra saber indica todos los procedimientos y todos los efectos de conocimiento que un campo especfico est dispuesto a aceptar en un momento dado; y para mostrar su relacin necesaria con el concepto de poder, aade poco despus.

En efecto, no puede configurarse un elemento de saber si, por un lado, no est conforme a un conjunto de reglas y de constricciones propias de cierto tipo de discurso cientfico en una poca dada y si, por otro, no est dotado de los efectos de coercin tpicos de lo que est validado como cientfico, o simplemente racional o comnmente admitido (Foucault 1994, III: 54-55) .

Ya se ha observado la analoga entre estos conceptos y lo que, en su libro The Structure of Scientific Revoluction [La estructura de las revoluciones cientficas] (1962), Thomas S. Kuhn llama paradigma cientfico. Aunque Foucault no ha explicado el funcionamiento de los paradigmas, segn Dreyfus y Rabinow, parece claro que su trabajo sigue una orientacin que pone en funcionamiento estas nociones [] Su mtodo consiste en describir los discursos como articulaciones histricas de un paradigma, y su modo de concebir el anlisis implica que asla y describe los paradigmas sociales y sus aplicaciones concretas (Dreyfus y Rabinow: 285).

Sin embargo, Foucault quien declara haber ledo el admirable y decisivo libro de Kuhn slo despus de haber finalizado Les Mots et les Choses [Las palabras y las cosas] (Foucault 1994, II: 239-240) no se refiere a l prcticamente nunca en sus investigaciones, y en la introduccin a la edicin estadounidense de Canguilhem (1978) parece ms bien distanciarse de l:

sta [la norma] no puede ser identificada con una estructura terica o con un paradigma actual, dado que la verdad cientfica de hoy no es ms que un episodio, o a lo sumo un trmino provisorio, No es apelando a una ciencia normal en el sentido de T.S. Kuhn como se puede volver al pasado y trazar eficazmente su historia, sino encontrando su proceso normativo, del cual el saber actual no es ms que un momento (ibd., III: 436-437).

Ser preciso, entonces, verificar si la analoga entre los dos mtodos se refiere ms bien a problemas, estrategias y niveles de investigacin diferentes, y si el paradigma de la arqueologa foucaultiana no es slo homnimo del que marca, para Kuhn, el producirse de las revoluciones cientficas.

2. Kuhn, reconoce haber usado el concepto de paradigma en dos sentidos diferentes (Kuhn: 212). En el primero que l propone sustituir por el trmino matriz disciplinar, paradigma designa lo que los miembros de cierta comunidad cientfica poseen en comn, es decir, el conjunto de las tcnicas, los modelos y los valores a los que los miembros de la comunidad adhieren ms o menos conscientemente. En el segundo sentido, el paradigma es un elemento singular de este conjunto los Principia de Newton o el Almagesto de Ptolomeo que, sirviendo de ejemplo comn, sustituye las reglas explicitas y permite definir una tradicin de investigacin particular y coherente.

Al desarrollar el concepto de Denkstil [estilo de pensamiento] en Fleck, que define lo que es pertinente o no pertinente dentro de un Denkollectiv [colectivo de pensamiento], Kuhn examina a travs del paradigma lo que hace posible la constitucin de una ciencia normal, aquello capaz de determinar los problemas que la comunidad debe considerar cientficos y los que no. Ciencia normal no significa, en este sentido, una ciencia gobernada por un sistema preciso y coherente de reglas. Por el contrario: si las reglas derivan, para Kuhn, de los paradigmas, stos pueden determinar la ciencia normal incluso en ausencia de reglas (ibd.: 70). ste es el segundo significado del concepto de paradigma, que Kuhn considera el mas nuevo y profundo (ibd.: 226): el paradigma es simplemente un ejemplo, un caso singular que, a travs de su repetitividad, adquiere la capacidad de modelar tcitamente el comportamiento y las practicas de investigacin de los cientficos. El imperio de la regla como canon de cientificidad se sustituye as por el del paradigma; la lgica universal de la ley, por la lgica especifica y singular del ejemplo. Y cuando un viejo paradigma es reemplazado por uno nuevo, incompatible con l, se produce lo que Kuhn llama una revolucin cientfica.

3. Una de las direcciones ms constantes de la investigacin de Foucault es el abandono de la concepcin tradicional del problema del poder, fundado sobre modelos jurdicos e institucionales y sobre categoras universales (el derecho, el Estado, la teora de la soberana), en favor de un anlisis de los dispositivos concretros a travs de los cuales el poder penetra en los cuerpos mismos de los sbditos y gobierna sus formas de vida. La analoga con los paradigmas kuhnianos parece encontrar, aqu, una confirmacin importante. As como Kuhn deja de lado la individuacin y el examen de las reglas que constituyen una ciencia normal para concentrarse en los paradigmas que determinan el comportamiento de los cientficos, Foucault cuestiona el primado tradicional de los modelos jurdicos de la teora del poder para hacer emerger en primer plano las mltiples disciplinas y las tcnicas polticas a travs de las cuales el Estado integra en su interior el cuidado de la vida de los individuos. Y as como Kuhn separa la ciencia normal del sistema de las reglas que la definen, Foucault distingue muchas veces la normalizacin, que caracteriza al poder disciplinario, de la sistemtica jurdica de los procedimientos legales.

La proximidad entre los dos mtodos parece indudable; de all que resulta aun ms enigmtico no solo el silencio de Foucault respecto de Kuhn, sino tambin el cuidado con el cual, en LArcheologie du savoir, parece evitar el trmino paradigma. Ciertamente, las razones de este silencio pueden ser personales. En la citada replica a George Steiner, quien le reprochaba no haber citado el nombre de Kuhn, y luego de aclarar que haba ledo el libro de Kuhn solo despus de haber redactado Les Mots et les choses, Foucault precisa: por lo tanto, no he citado a Kuhn, sino al historiador de la ciencia que form e inspir su pensamiento: Georges Canguilhem (Foucault 1994, II: 240). Tal afirmacin es cuando menos sorprendente, en la medida en que Kuhn, que incluso declara en el prefacio su deuda con dos epistemlogos franceses, Alexandre Koyr y mile Meyerson, nunca nombra a Canguilhem en su libro. Puesto que Foucault, sin duda, no puede haber formulado a la ligera su afirmacin, es posible dada la estrecha relacin que lo ligaba a Canguilhem que haya querido devolverle a Kuhn su descortesa. Pero, por ms que Foucault no fuese insensible a los motivos personales, es cierto que las razones de su silencio no pueden ser solamente de este orden.

4. Una lectura ms atenta de los escritos de Foucault muestra, en efecto, que incluso sin nombrar al epistemlogo estadounidense, Foucault toma distancia en varias ocasiones de su nocin de paradigma. As, en la entrevista de 1976 de Alessandro Fontana y Pasquale Pasquino, y a propsito de la nocin de discontinuidad, Foucault opone explcitamente los regmenes discursivos de los que l se ocupa a los paradigmas:

No es entonces un cambio de contenido (refutacin de antiguos errores, descubrimiento de nuevas verdades), no es tampoco una alteracin de la forma terica (renovacin del paradigma, modificaciones de los conjuntos sistemticos); lo que est en cuestin es lo que gobierna [rgit] los enunciados y el modo en que se gobiernan [rgissent] los unos a los otros para constituir un conjunto de proposiciones cientficamente aceptables y en consecuencia susceptibles de ser verificadas o invalidadas a travs de procedimientos cientficos. En suma, un problema de rgimen [rgime], de poltica del enunciado cientfico. En este nivel, no se trata de saber cul es el poder que pesa desde el exterior sobre la ciencia, sino qu efectos de poder; y de qu modo y por qu, en ciertos momentos, stos se modifican de una manera global (ibd., III: 143-144).

Pocas lneas despus, refirindose a Les Mots et les choses, la distancia entre el rgimen discursivo (fenmeno genuinamente poltico) y el paradigma (criterio de verdad cientfica) se confirma:

Lo que le faltaba a mi trabajo era este problema del rgimen discursivo, de los efectos de poder propios del juego enunciativo. Los confunda mucho con la sistematicidad, la forma terica o algo as como el paradigma (ibd., III: 144).

Foucault sinti, entonces, hasta cierto punto con mucha fuerza, la proximidad de del paradigma Kuhniano; pero no era tanto el efecto de una afinidad real como el fruto de una confusin. Para l fue decisivo el desplazamiento del paradigma de la epistemologa a la poltica, su dislocacin sobre el plano de una poltica de los enunciados y de los regmenes discursivos, en los cuales ya no se trata de una alteracin de la forma terica, sino ms bien de un rgimen interno de poder que determina el modo en que los enunciados se gobiernan entre s para constituir un conjunto.

Una lectura de LArcheologie du savoir en esta perspectiva muestra que, ya en 1969, incluso sin nombrarlos de manera explcita, Foucault parece querer distinguir conscientemente el tema de sus investigaciones de los paradigmas de Kuhn. Las formaciones discursivas de las que se ocupa no definen

el estado de los conocimientos en un determinado momento: no constituye el balance de lo que, a partir de ese momento, pudo demostrarse y asumir el estatuto de adquisicin definitiva; el balance de lo que, sin embargo, era aceptado sin prueba no demostracin suficientes, o de lo que era admitido por creencia comn o requerido por la fuerza de la imaginacin. Analizar las positividades significa mostrar segn qu reglas es una prctica discursiva puede formar grupos de objetos, conjuntos de enunciaciones, juegos de conceptos, series de elecciones tericas (Foucault 1969: 236-237).

Un poco ms bajo, Foucault describe algo que parece corresponder a los paradigmas de Kuhn, pero que prefiere llamar figuras epistemolgicas o umbrales de epistemolgizacion:

Cuando, en el juego de una formacin discursiva, un conjunto de enunciados se recorta, pretende hacer valer (incluso sin lograrlo) normas de verificacin y de coherencia, y ejerce, con respecto al saber, una funcin dominante (de modelo, de crtica o de verificacin) se dir que la formacin discursiva franquea un umbral de epistemolgizacion. Cuando la figura epistemolgica as diseada obedece a cierto nmero de criterios formales (Foucault 1969: 243-244).

El cambio terminolgico no es slo formal: en modo del todo coherente con las premisas de la Archologie, Foucault desplaza la tencin de los criterios que permiten la constitucin de una ciencia normal con respecto a los sujetos (los miembros de una comunidad cientfica) al puro darse de conjuntos de enunciados y de figuras, independientemente de toda referencia a sujetos (un conjunto de enunciados sobresale, la figura [] as delineada). Y cuando, a propsito de los diversos tipos de historia de las ciencias, define el propio concepto de episteme, no se trata, una vez ms, de individualizar algo as como una visin del mundo o una estructura de pensamiento que les impone a los sujetos normas y postulados comunes. Episteme es, ms bien, el conjunto de las relaciones que pueden unir, en una poca determinada, las prcticas discursivas que dan lugar a las figuras epistemolgicas, a las ciencias y eventualmente a los sistemas formalizados (ibd.: 250). sta no define, como el paradigma de Kuhn, lo que puede saberse en una determinada poca, sino lo que est implcito en el hecho de que se d cierto discurso o cierta figura epistemolgica: en el enigma del discurso cientfico, lo que est [la episteme] pone en juego no es su derecho a ser una ciencia, sino el hecho de existir (ibd.:/ 251).LArchologie du savoir ha sido leda como un manifiesto del discontinuismo historiogrfico. Ms all de que esta definicin que Foucault rechaza varias veces sea o no exacta, es cierto que, en el libro, parece interesarse fundamentalmente en lo que permite constituir, a pesar de todo, contextos y conjuntos, en la existencia positiva de figuras y de series. Slo que estos contextos se producen segn un modelo epistemolgico totalmente peculiar, que no coincide con los comnmente admitidos en la investigacin histrica ni con los paradigmas Kuhnianos y que, por lo tanto, trataremos de identificar.

5. Veamos el panoptismo, tal como es analizado en la tercera parte de Surveiller et punir [Vigilar y castigar]. Se trata, ante todo, de un fenmeno histrico singular, el panopticon, modelo arquitectnico que Jeremy Bentham publica en Dubln en 1791 con el titulo Panopticon, or The Inspection-house. Containing the Idea of a New Principle of construction, applicable to Any Sort of Establishment, in which Persons of Any Description Are to Be Kept under Inspection [El panptico, o la casa de inspeccin. Contiene la idea de un Nuevo principio de construccin, applicable a cualquier clase de establecimiento, en el cual toda clase de personas se mantiene bajo inspeccin]. Foucault recuerda sus caractersticas esenciales.

El principio es conocido; en la periferia, una construccin en forma de anillo; en el centro, una torre con grandes ventanas que se abren hacia la cara interna del anillo; la construccin perifrica est dividida en celdas, cada una de las cuales ocupa todo el ancho de la construccin; tienen dos ventanas, hacia el interior, correspondiente a la ventana de la torre; la otra, que permite a la luz atravesar la celda de lado a lado, hacia el exterior. Basta entonces con situar a un vigilante en la torre central, y en cada celda encerrar a un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar. Por efecto del contraluz, pueden divisarse desde la torre, recortndose exactamente, las pequeas siluetas prisioneras en las celdas de la periferia. Tantas celdas como pequeos teatros (Foucault 1975: 218).

Pero el panopticon es, a la vez, un modelo generalizable de funcionamiento (ibd.: 223); panoptismo, o sea, precisamente principio de un conjunto y modalidad panptica del poder (ibd.: 241). Como tal, es una figura de tecnologa poltica que puede y debe disociarse de todo uso especfico (ibd.: 224). No es slo un edificio onrico, sino el diagrama de un mecanismo de poder llevado a su forma ideal (ibd.). Funciona, en resumen, como un paradigma en sentido propio: un objeto singular que, valiendo para todos los otros de la misma clase, define la inteligibilidad del conjunto del que forma parte y que, al mismo tiempo, constituye. Quien ha ledo Surveiller et punir sabe bien que, ubicado al final de la seccin sobre las disciplinas, el panopticon desarrolla una funcin estratgica decisiva para comprender la modalidad disciplinaria del poder, y como tal se transforma en algo as como la figura epistemolgica que, a la vez que define el universo disciplinario de la modernidad, marca tambin el umbral a travs del cual se pasa a la sociedad de control.No se trata, en la obra de Foucault, de un caso aislado. Por el contrario, puede decirse que el paradigma define, en este sentido, el mtodo foucaultiano en su gesto ms caracterstico. El grandenfermement [gran encierro], la confesin, la indagacin, el examen, el cuidado de s: todos estos fenmenos histricos singulares son tratados y esto constituye la especificidad de la investigacin de Foucault con respecto a la historiografa como paradigmas que, al mismo tiempo que deciden un contexto problemtico ms amplio, lo constituyen y lo vuelven inteligible.

Ya se ha sealado que Foucault mostro la mayor pertinencia de los contextos producidos por campos metafricos respecto de aquellos creados por cortes meramente cronolgicos (Milos: 236). Siguiendo una direccin ya presente en obras como Les Rois thaumaturges [Los reyes taumaturgos] de Marc Bloch, The Kings Two Bodies [Los dos cuerpos del rey] de Ernst Kantorowicz o Le Problme de lincroyance [el problema de la incredulidad] de Lucien Febvre, Foucault habra liberado a la historiografa del dominio exclusivo de los contextos metonmicos (el siglo XVIII, la Francia meridional) para restituir el primado a los contextos metafricos. La observacin es correcta slo a condicin de que se precise que, al menos para Foucault, no se trata de metforas, sino de paradigmas en el sentido que hemos visto, que no obedecen a la lgica del transporte metafrico de un significado, sino a la analogca del ejemplo. No se trata aqu de un significante que a menudo viene a designar fenmenos heterogneos en virtud de una misma estructura semntica. Ms parecido a la alegora que a la metfora, el paradigma es un caso singular que se asla del contexto del que forma parte slo en la medida en que, exhibiendo su propia singularidad, vuelve inteligible un nuevo conjunto, cuya homogeneidad l mismo debe constituir. Dar un ejemplo es, entonces, un acto complejo que supone que el trmino que oficia de paradigma es desactivado de su uso normal no para ser desplazado a otro mbito sino, por el contrario, para mostrar el canon de aquel uso, que no es posible exhibir de otro modo.

Festo nos informa de que los latinos distinguan exemplar de exemplum: el primero, que se aprecia con los sentidos (oculis conspicitur), indica lo que debemos imitar (exemplar est quod simile faciamus); el segundo exige, en cambio, una valoracin ms compleja (no solo sensible: animo aestimatur) y tiene un significado sobre todo moral e intelectual. El paradigma foucaultiano es las dos cosas al mismo tiempo: no solo ejemplar y modelo, que impone la constitucin de una ciencia normal, sino tambin y sobre todo exemplum, que permite reunir enunciados y practicas discursivas en un nuevo conjunto inteligible y en un nuevo contexto problemtico.

6. El locus classicus de una epistemologa del ejemplo se encuentra en los Primeros analticos. Aqu Aristotles distingue el procedimiento por paradigmas, de la induccin y de la deduccin. Est claro escribe que el paradigma no funciona como una parte respecto del todo [hos mros prs hlom], ni como un todo respecto de las partes [hos hlom pros mros], sino como una parte respecto de la parte [hos mers prs mros], puesto que ambos se encuentran bajo lo mismo, pero uno es ms conocido que el otro (primeros analticos, 69/ a, 13-14). Mientras la induccin procede, entonces, de lo particular a lo universal y la deduccin de lo universal a lo particular, lo que define al paradigma es una tercera y paradjica especie de movimiento, que va de lo particular a lo particular. El ejemplo constituye una forma peculiar de conocimiento que no procede articulando universal y particular, sino que permanece en el plano de este ltimo. El tratamiento aristotlico del paradigma no va ms all de estas difusas observaciones, y el estatuto de un conocimiento que permanece en lo particular ya no volver a interrogarse ms adelante. Aristteles no slo parece sostener que el gnero comn preexiste a los particulares, sino tambin que al estatuto de mayor cognoscibilidad (gnorimteron) que concierne al ejemplo permanece indefinido.

El estatuto epistemolgico del paradigma se vuelve evidente slo si, radicalizando la tesis de Aristteles, se comprende que pone en cuestin la oposicin dicotmica entre lo particular y lo universal que estamos habituados a considerar como inseparable de los procedimientos cognoscitivos y nos presenta una singularidad que no se deja reducir a ninguno de los dos trminos de la dicotoma. El rgimen de su discurso no es la lgica, sino la analoga, cuya teora ha reconstruido Enzo Melandri en un libro ya clsico. Y el anlogon que ste produce no es ni particular ni general. De aqu su valor especial, que intentaremos comprender.

7. En La linea e il circolo [La lnea y el circulo], Melandri ha mostrado que la analoga se opone al principio dicotmico que domina la lgica occidental. Contra la alternativa drstica o A o B, que excluye al tercero, siempre hace valer su tertium datur, su obstinado ni A ni B. La analoga interviene, pues, en las dicotonomias lgicas (particular/ universal; forma / contenido; legalidad / ejemplaridad, etc.) no para componerlas en una sntesis superior, sino para transformarlas en un campo de fuerzas recorrido por tenciones polares, en el cual, del mismo modo en que ocurre en un campo electromagntico, stas pierden su identidad sustancial. Pero en qu sentido y de qu modo se da aqu un tercer trmino? Ciertamente, no como un trmino homogneo a los dos primeros, cuya identidad podra definirse a su vez por una lgica binaria. Slo desde el punto de vista de la dicotoma, el anlogo (o el paradigma) puede aparecer como un tertium comparationis. El tercero analgico se afirma aqu ante todo a travs de la desidentificacin y la neutralizacin de/ los/ dos/ primeros, que se/ vuelven/ entonces/ indiscernibles. El tercero es esta indiscernibilidad, y se busca aferrarlo a travs de cesuras bivalentes se llega necesariamente a un indecidible. En este sentido, es imposible separar con claridad en un ejemplo su condicin paradigmtica, su valer para todos, de su ser un caso singular entre los otros. Como en un campo magntico, no se trata de magnitudes extensivas y graduales, sino de intensidades vectoriales.

8. Quizs en alguna parte la relacin paradjica del paradigma con la generalidad es expresada con tanta fuerza como en el pasaje de la Kritik der Urteilskraft [Critica del juicio] en el que Kant piensa la necesidad del juicio esttico en la forma de un ejemplo, del cual es imposible dar la regla:

Esta necesidad es de una especie particular: no es una necesidad terica objetiva, en la cual se puede pensar a priori que cada uno experimentara ese cierto placer en relacin con el objeto que he llamado bello; no es tampoco una necesidad practica, en la cual este placer es la consecuencia necesaria de una voluntad racional pura, que oficia como regla para un ser que acta libremente, y que significa que debe actuarse absolutamente de ese modo particular. Como necesidad pensada en un juicio esttico, esta puede definirse slo en forma de ejemplo [exemplarisch], es decir, como la necesidad del consenso de todos respecto de un juicio, que puede ser visto como ejemplo [Beispiel] de una regla general que, como tal, no es posible asignar [angeben] (Kant 1974a: 155-156).

Como el juicio esttico segn Kant, el paradigma presupone en realidad la imposibilidad de la regla; pero si sta falta o es informulable, de dnde podr el ejemplo extraer su valor de prueba? Y cmo es posible proporcionar ejemplos de una regla imposible de designar?

La apora se resuelve slo si se comprende que el paradigma implica el abandono sin reservas del par particular-general como modelo de la inferencia lgica. La regla (si aun puede hablarse aqu de regla) no es una generalidad que preexiste a los casos singulares y se aplica a ellos, ni algo que resulta de la enumeracin exhaustiva de los casos particulares. Ms bien es la mera exhibicin del caso paradigmtico la que constituye una regla, que, como tal, no puede ser ni aplicada ni enunciada.

9. Quien est familiarizado con la historia de las rdenes monsticas sabe que, al menos en los primeros siglos, es difcil comprender el estatuto de lo que los documentos llaman regla. En los testimonios ms antiguos, regla significa simplemente conversatiofratrum, el modo de vida de los monjes de un determinado monasterio. sta se identifica muchas veces con el modo de vida del fundador, considerado como forma vitae, es decir, como ejemplo a seguir; y la vida del fundador es a su vez la continuacin de la vida de Jess tal como se narra en los evangelios. Con el progresivo desarrollo de las rdenes monsticas y la creciente necesidad de un control por parte de la curia romana, el termino regula asume cada vez ms el significado de un texto escrito, que se conserva en el monasterio y que debe ser preventivamente ledo a aquel que, al abrazar la vida monstica, acepta someterse a las prescripciones y a las prohibiciones que sta contiene. Pero al menos hasta San Benito, la regla no es una norma general, sino solo la comunidad de vida (el cenobio, koinos bos) que resulta de un ejemplo y en la cual la vida de cada monje tiende, en ltima instancia, a volverse paradigmtica, a constituirse como forma vitae.

Esto significa que, uniendo las consideraciones de Aristteles con las de Kant, podemos decir que el paradigma implica un movimiento que va de la singularidad a la singularidad y que, sin salir de esta, transforma cada caso singular en ejemplar de una regla general que nunca puede formularse a priori.

10. En 1947, Victor Goldschmidt un autor que Foucault parece conocer y apreciar publica Le paradigme dans la dialectique platonicienne [l paradigma en la dialctica platnica]. Como es frecuente en los escritos de este genial historiador de la filosofa, la exploracin de un problema en apariencia marginal el uso del ejemplo en los dilogos platnicos arroja una nueva luz sobre todo el pensamiento de Platn y, en particular, sobre la relacin entre las ideas y lo sensible, cuyo paradigma resulta ser la expresin tcnica. Ya Georges Rodier haba observado que en los dilogos muchas veces las ideas funcionan como paradigmas para las cosas sensibles, pero otras veces son los sensibles los que se presentan como paradigmas de las ideas. Si en el Eutifrn la idea de piedad es, en este sentido, lo que se usa como paradigma para la comprensin de los sensibles correspondientes, en el poltico, en cambio, es un paradigma sensible el tejido lo que conduce a la comprensin de las ideas. Para explicar cmo un ejemplo puede producir conocimiento, Platn introduce aqu como paradigma para el paradigma el ejemplo de las silabas que los nios son capaces de reconocer en diversas palabras.

Se genera un paradigma cuando una cosa que se halla en otra cosa diferente y separada [diespasmnoi, pero el termino griego significa desgarrado, lacerado] de la primera, es juzgada acertadamente y reconocida como lo mismo y, al ser comparadas, produce con respecto a cada una y a las dos juntas una nica opinin verdadera (Poltico, 278c).

Al comentar esta definicin, Goldschmidt muestra que parece existir aqu una estructura paradjica, a la vez sensible y mental, que l llama forma-elemento (Goldschmidt: 53). En otras palabras, el paradigma, aun cuando es un fenmeno singular sensible, contiene de algn modo el eidos, la forma misma que se trata de definir. No es, entonces, un simple elemento sensible presente en dos lugares diferentes, sino algo as como una relacin entre lo sensible y lo mental, el elemento y la forma (el elemento paradigmtico es l mismo una relacin: ibd.: 77). As como en la reminiscencia que Platn usa con frecuencia como paradigma del conocimiento , un fenmeno sensible es puesto en una relacin no-sensible consigo mismo y, de esta manera, reconocido en el otro, as tambin, en el paradigma, no se trata simplemente de constatar cierta semejanza sensible, sino de producirla a travs de una operacin. Por esto el paradigma nunca est ya dado, sino que se genera y produce (paradeigmatos [] gnesis: Poltico, 278c, 4; paradeigmata [] gignomena: ibb., 278b, 5) a travs de un poner al lado, un conjugar y, sobre todo un mostrar y un exponer (parabllontas [] paratithmena [] endeiknmai [] dichthei [] dichthnta: ibd.). La relacin paradigmtica no se da tan slo entre los objetos singulares sensibles, ni entre estos y una regla general, sino, ante todo, entre la singularidad (que se vuelve as paradigma) y su exposicin (es decir, su inteligibilidad).

11. Consideremos el caso, relativamente simple, del ejemplo gramatical. La gramtica se constituye y puede enunciar sus reglas slo a travs de una prctica paradigmtica, a travs de la exhibicin de ejemplos lingsticos. Pero Cul es el uso de la lengua que define la practica gramatical? Cmo se produce un ejemplo gramatical? Tomemos el caso de los paradigmas que, en las gramticas latinas, dan cuenta de la declinacin de los sustantivos. El termino rosa, a travs de su exhibicin paradigmtica (rosa, ro-sae, rosae, rosam - ), es suspendido de su uso normal y de su carcter denotativo y, de este modo, hace posible la constitucin y la inteligibilidad del conjunto nombre femenino de la primera declinacin, del cual es, al mismo tiempo, miembro y paradigmas. Aqu es esencial la suspensin de la referencia y del uso normal. Si para explicar la regla que define la clase de los performativos, el lingista pronuncia el ejemplo yo juro, est claro que este sintagma no debe entenderse como si se estuviera profiriendo un juramento real. Para poder funcionar como ejemplo, el sintagma debe ser suspendido como funcin normal; y, sin embargo, precisamente a travs de este no-funcionamiento y esta suspensin puede mostrar cmo funciona el sintagma y permitir la formulacin de la regla. Si se pregunta ahora si la regla se aplica al ejemplo, la respuesta no es fcil: el ejemplo est, de hecho, excluido de la regla, no porque no forme parte del caso normal, sino, al contrario, porque exhibe su pertenencia a l. En este sentido, el ejemplo es la contracara simtrica de la excepcin: mientras que esta se incluye a travs de su exclusin, el ejemplo se excluye a travs de la exhibicin de la inclusin. Pero de esta manera, segn el significado etimolgico del trmino griego, el ejemplo muestra junto a s (para-deknymi) su propia inteligibilidad y, a su vez, la de la clase que constituye.

12. En Platn el paradigma tiene su lugar en la dialctica que, al articular la relacin entre el orden inteligible y el sensible, hace posible el conocimiento. La relacin entre estos dos rdenes puede concebirse de dos modos: como una relacin de semejanza (entre copia y modelo) o como una relacin de proporcin (Goldschmidt: 84). A cada una de estas concepciones le corresponde, segn Goldschmidt, un procedimiento dialectico particular: a la primera, la reminiscencia (que Platn define en el Menn y en el Teeteto); a la segunda, el paradigma, del cual se discute sobre todo en el sofista y en el Poltico. Ahora intentaremos comprender, siguiendo el anlisis de Goldschmidt, el sentido y la funcin especfica del paradigma en la dialctica. La ardua explicacin del mtodo dialectico en el libro VI de la Republica (509d-511e) se vuelve transparente si se la entiende como una exposicin del mtodo paradigmtico. En la produccin de la ciencia, Platn distingue aqu dos etapas o momentos, representados como dos segmentos continuos sobre una lnea recta. El primero, que define el procedimiento de la geometra, del clculo y de aquellos que practican las ciencias de este gnero, funda sus investigaciones a partir de hiptesis, es decir, presuponiendo (ste es el sentido del trmino griego hypthesis, de hypotthemi, pongo debajo como base) a partir de los datos que son tratados como principios conocidos, de cuya evidencia no es necesario dar cuenta. El segundo, en cambio, que es el de la dialctica,trata a las hiptesis no como principios [archa] sino propiamente como hiptesis, es decir, como escalones y trampolines, para ir hasta lo no supuesto [aniptheton], hacia el principio de todo y, una vez all, descender hasta una conclusin, mantenindose ligado a las cosas que estn ligadas a este, sin servirle absolutamente de lo sensible, sino de las mismas ideas, a travs de las ideas y hacia las ideas, hasta concluir en las ideas (ibd., VI, 511b, 2-c, I).

Qu significa tratar las hiptesis (los presupuestos) como hiptesis y como no principios? Qu es una hiptesis no presupuesta, sino expuesta como tal? Si se recuerda que la cognoscibilidad del paradigma nunca est presupuesta, sino que, por el contrario, su prestacin especifica consiste en la suspensin y la desactivacin de su facticidad emprica para exhibir slo una inteligibilidad, entonces tratar las hiptesis como hiptesis significara tratarlas como paradigmas. Aqu la apora, observada tanto por Aristteles como por los modernos, segn la cual en Platn la idea es paradigma de lo sensible y lo sensible paradigma de las ideas, encuentra su solucin. La idea no es otro ente presupuesto a lo sensible ni coincide con ste: es lo sensible considerado como paradigma, es decir, en el medio de su inteligibilidad, por esto Platn puede afirmar que tambin la dialctica, como las tcnicas, parte de hiptesis (ek hypothseos iousa: ibd., 510b, 9), pero que, a diferencia de estas, trata a las hiptesis como hiptesis y no como principios; o sea, las usa como paradigmas. Lo no-hipotetico, a lo que la dialctica accede, se abre ante todo por el uso paradigmtico de lo sensible. En este sentido debe entenderse el pasaje siguiente en el cual el mtodo dialectico es definido por el quitar las hiptesis (slo el mtodo dialectico, quitando las hiptesis [ts hypothsis anairousa], alcanza el principio mismo: ibd., VII, 533c, 6). Anairo, como su correspondiente latino tollere (y el alemn aufheben, que Hegel, inspirndose en ellos, ubicaba en el centro de su dialctica) significa tanto tomar, asumir como quitar, eliminar. Lo que funciona como paradigma, segn hemos visto, es sustrado de su uso normal y, a la vez, expuesto como tal. Lo no-hipottico es lo que se abre en el punto en el que se quitan -es decir, se asumen y eliminan a la vez- las hiptesis. La inteligibilidad, en la que la dialctica se mueve en su descenso hacia el fin, es la inteligibilidad paradigmtica de lo sensible.

13. El crculo hermenutico que define el procedimiento cognoscitivo de las ciencias humanas adquiere su sentido propio slo en la perspectiva del mtodo paradigmtico. Ya antes de Schleiermacher, Friederich Ast haba observado que en las ciencias filolgicas, el conocimiento del fenmeno singular presupone el conocimiento de la totalidad y viceversa: el conocimiento de la totalidad presupone el de los fenmenos singulares. Cuando en Sein und Zeit [Ser y Tiempo], Heidegger fundaba este crculo hermenutico en la precomprencin como estructura anticipadora existencial del Dasein, liberaba a las ciencias humanas de sta situacin embarazosa, al garantizar de ese modo el carcter ms original de su conocimiento. Desde entonces, la frase segn la cual lo importante no es salir del circulo, sino entrar en l del modo justo (Heidegger: 153), se convirti en la frmula mgica que permita al investigador transformar en virtuoso el circulo vicioso.

La garanta era, sin embargo menos tranquilizadora de lo que pareca a primera vista. Si la actividad del intrprete ya est siempre anticipada por una precomprensin que se le escapa, Qu significa entrar en el crculo del modo justo? Heidegger haba sugerido que se trata de no dejar que las circunstancias y la opinin comn impongan (vorgeben) la precomprensin, sino de elaborarla a partir de las cosas mismas (ibd.). Pero esto slo puede significar y el circulo parece volverse as cada vez mas vicioso que el investigador debe estar en condiciones de reconocer en los fenmenos la signatura de una precomprensin que depende de la propia estructura existencial de aquellos fenmenos que investiga.

La apora se resuelve si se considera que el crculo hermenutico es, en realidad, un crculo paradigmtico. No hay, como en Ast y Schleiermacher, una dualidad entre fenmeno singular y totalidad: la totalidad no resulta ms que de la exposicin paradigmtica de los casos singulares. Y no hay, como en Heidegger, circularidad entre un antes y un despus, precomprensin e interpretacin: en el paradigma, la inteligibilidad no precede al fenmeno, sino que est, por as decirlo al lado (par) de este. Segn la definicin aristotlica, el gesto paradigmtico no va de lo particular al todo y del todo a lo particular, sino de lo singular a lo singular. El fenmeno, expuesto en el medio de su cognoscibilidad, muestra la totalidad de la cual es paradigma. Y ste, con respecto a los fenmenos, no es un presupuesto (una hiptesis): como principio no presupuesto, no est ni en el pasado ni en el presente, sino en su constelacin ejemplar.

14. Entre 1924 y 1929, Warburg trabaja en su atlas por imgenes que deba llamarse Mnemosyne. Se trata, como se sabe, de un conjunto de paneles sobre los cuales se encuentra distribuida una serie heterognea de imgenes (reproducciones de obras de arte o de manuscritos, fotografas recortadas de diarios o realizadas por l mismo, etctera) referidas muchas veces a un tema nico que el defina como Pathosformel [formula emotiva]. Consideremos el panel 46, en el cual se trata de la Pathosformel Ninfa, la figura femenina en movimiento a cuya aparicin en el fresco de Ghirlandaio en la capilla Tornabuoni Warburg se refera familiarmente con l sobre nombre Fraulein Schnellbring, seorita Llevadeprisa. El panel est constituido por veintisiete imgenes, cada una de las cuales est de algn modo relacionada con el tema que da nombre al conjunto. Mas all del fresco de Ghirlandaio, se reconoce un relieve romano en marfil, una sibila de la catedral de Sessa Aurunca, miniaturas de un manuscrito florentino del siglo XVI, un detalle de un fresco de Botticelli, el circulo con la Madonna y el nacimiento de Juan el Bautista de Filippo Lippi, la fotografa de una campesina de Settignano tomada por el propio Warburg, y as sucesivamente. Cmo debemos leer este panel? Cul es la relacin que mantiene unidas las imgenes singulares? En otras palabras, Dnde est la ninfa?Un modo sin duda errado de leer el panel consistira en ver en l algo as como un repertorio iconogrfico, donde se indaga el origen y la historia del tema iconogrfico figura femenina en movimiento. Se tratara, entonces, de ubicar las imgenes singulares en la medida de lo posible en orden cronolgico, siguiendo la probable relacin gentica que, ligndolas entre s, podra finalmente permitir alcanzar el arquetipo, la frmula de pthos de la cual todas derivan. Una lectura apenas ms atenta del panel muestra que ninguna de las imgenes es el original, as como ninguna de las imgenes es simplemente una copia o una repeticin. Como en la composicin por formulas que Milman Parry reconoci en la base de los poemas homricos y, ms en general, en toda composicin oral, es imposible distinguir entre creacin y performance, entre original y ejecucin, as las Pathosformeln de Warburg son hbridos de arquetipo y fenmeno, de primariedad*1 y repeticin. Cada fotografa es el original, cada imagen constituye la arch; en este sentido, arcaica. La ninfa misma no es arcaica ni contempornea, es un indecidible de diacrona y sincrona, unicidad y multiplicidad. Pero esto significa que la ninfa es el paradigma de la cual las ninfas singulares son los ejemplares o que, ms exactamente, segn la ambigedad constitutiva de la dialctica platnica, la ninfa es el paradigma de las imgenes singulares y las imgenes singulares son los paradigmas de la ninfa.

La ninfa es, entonces, un Urphnomen, un fenmeno original en el sentido de Goethe. Este trmino tcnico esencial de las indagaciones goetheanas sobre la naturaleza, desde la Farbenlehbre [Teora de los colores] hasta la Metamorphose der Pflanzen [Metamorfosis de las plantas], que nunca es definido con claridad por el autor, se vuelve inteligible slo si desarrollando aqu la sugerencia de Elizabeth Rotten, que remita su origen a Platn se lo entiende en sentido decididamente paradigmtico. Goethe contrapone muchas veces su mtodo a aquel que procede por casos particulares y rubricas generales, opiniones e hiptesis (Goethe, II: 691). En el ensayo Der Versuch als Vermittler von Objekt und Subjekt [ El experimento como mediador entre sujeto y objeto], propone un modelo de experiencia de especie superior, en el cual la unificacin de los fenmenos singulares no ocurre de modo hipottico y en forma sistemtica (ibd., I: 852), sino que cada fenmeno se mantiene en relacin con innumerables otros, del mismo modo en que decimos de un punto luminoso libre y oscilante que emite sus rayos en todas las direcciones (ibd.: 851- 852). Pocas lneas despus se aclaran como debe entenderse esta relacin singular entre los fenmenos; en un pasaje donde se afirma ms all de toda duda la naturaleza paradigmtica del procedimiento: Tal experiencia, que consiste de muchas otras, es evidentemente de una especie superior. sta representa la formula, en la cual encuentran expresin innumerables ejemplos singulares (ibd.: 852). Todo existente corrobora otro fragmento es el anlogon de todo existente; por eso la existencia se nos aparece siempre separada y al mismo tiempo vinculada. Si se exagera la analoga, todo se vuelve idntico; si se la evita, todo se divide hasta el infinito (ibd., II: 706). El Urphnomen como paradigma es, en este sentido, el lugar en el cual la analoga vive en perfecto equilibrio ms all de oposicin entre generalidad y particularidad. Por esta razn, Goethe escribe que el fenmeno puro nunca puede ser aislado, sino que se muestra en una serie continua de apariciones (ibd.: 871). Y en las Maximen und Reflexionen [Mximas y Reflexiones] resume su naturaleza en una definicin que podra valer con el mismo ttulo para el paradigma: El fenmeno originario: ideal por cuanto es el ultimo cognoscible / real por cuanto conocido / simblico porque abraza todos los casos: / idntico en todos los casos (ibd.: 693). Aunque no alcance nunca la generalidad de una hiptesis o de una ley, el Urphanomen es, sin embargo, cognoscible; ms an, en el fenmeno singular, es el ltimo elemento cognoscible, su capacidad de constituirse en paradigma. Por ello un celebre dictum goethiano afirma que no es necesario buscar ms all de los fenmenos: como paradigmas, ellos son la doctrina.

15. Intentemos ahora fijar en forma de tesis algunas de las caractersticas que, segn nuestro anlisis, definen el paradigma:

1) El paradigma es una forma de conocimiento ni inductiva, sino analgica, que se mueve de la singularidad a la singularidad.

2) Neutralizando la dicotoma entre lo general y lo particular, sustituye la lgica dicotmica por un modelo analgico bipolar.

3) El caso paradigmtico deviene tal suspendiendo y, a la vez, exponiendo su pertenencia al conjunto, de modo que ya no es posible separar en l ejemplaridad y singularidad.

4) El conjunto paradigmtico no est jams presupuesto a los paradigmas, sino que permanece inmanente a ellos.

5) No hay, en el paradigma, un origen o una arch: todo fenmeno es el origen, toda imagen es arcaica.

6) La historicidad del paradigma no est en la diacrona ni en la sincrona, sino en un cruce entre ellas.

Creo que llegados a este punto est claro que significa, tanto en mi caso como en el de Foucault, trabajar a travs de paradigmas. El homo sacer y el campo de concentracin, el Muselmann y el estado de excepcin como, ms recientemente, la oikonomia trinitaria o las aclamaciones no son hiptesis a travs de las cuales se intenta explicar la modernidad, reconducindola a algo as como una causa o un origen histrico. Por el contrario, como su misma multiplicidad podra dejar entrever, se trata en todos los casos de paradigmas que tenan por objetivo hacer inteligible una serie de fenmenos cuyo parentesco se le haba escapado o poda escapar a la mirada del historiador. Por cierto, mis investigaciones, como las de Foucault, tienen un carcter arqueolgico, y los fenmenos de los que se ocupan se desarrollan en el tiempo e implican por lo tanto una atencin a los documentos y a la diacrnica que no puede dejar de seguir las leyes de la filologa histrica. Pero la arch que stas alcanzan y esto vale, quiz, para toda investigacin histrica no es un origen presupuesto en el tiempo, sino que, al situarse en el cruce de diacrnica y sincrnica, vuelve inteligible no menos el presente del investigador que el pasado de su objeto. En este sentido, la arqueologa es siempre una paradigmatologa, y la capacidad de reconocer y articular paradigmas define el rango del investigador as como su habilidad para examinar los documentos de un archivo. Del paradigma depende, de hecho, en ltima instancia, la posibilidad de producir en el interior del archivo cronolgico, en s inerte, aquellos plans de clivaje [planos de clivaje] (como los llaman los epistemlogos franceses) que son los nicos que pueden hacerlo legible.

Si se pregunta, finalmente, si la condicin paradigmtica reside en las cosas o en la mente del investigador, mi respuesta es que la pregunta no tiene sentido. La inteligibilidad que est en cuestin en el paradigma tiene un carcter ontolgico, no se refiere a la relacin cognitiva entre un sujeto y un objeto, sino al ser. Hay una ontologa paradigmtica. Y no conozco mejor definicin de ella que la que contiene un poema de Wallace Steven titulado Description withuot pleace:

It is possible that to seem it is to be,As the sun is something seeming and it is.

The sun is an example. What it seemsIt is and in such seeming all things are.

[Descripcin sin lugar

Es posible que parecer sea ser,Como el sol es algo aparente y es.

El sol es un ejemplo. Lo que aparentaEs y en tal apariencia todas las cosas son.]

*Con primariedad traducimos el trmino italiano primavoltit que literalmente significa la cualidad de la primera vez. (N. de las T.)