1° de Mayo

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Luego de años de articulación, lucha y trabajo conjunto, en marzo de 2011 un conjunto de agrupaciones decidimos conformar la Corriente de Organizaciones de Base La Brecha. ¿Qué buscamos? Darle más fuerza, proyección e iniciativa a nuestros trabajos (en los barrios, en las universidades, en los centros culturales, en sindicatos). Unir los problemas y luchas por la contaminación, trabajo, salúd, educación (en nuestros barrios), la falta de presupuesto universitario, la precarización laboral, la opresión de géneros en una herramienta capaz de potenciar la intervención política de los de abajo; en la conformación de una corriente política de nuevo tipo.Desde COB La Brecha nos enfrentamos centralmente a la explotación de la clase trabajadora y al conjunto de opresiones que sufrimos. En ese sentido, nos definimos como anticapitalistas, antipatriarcales, antiimperialistas, contra el saqueo a los bienes naturales y opresión a los pueblos originarios. Porque sabemos que el sistema capitalista y patriarcal (por más vueltas que se le quiera dar) siempre implica hambre, explotación, atropellos, miseria e incapacidad de progreso real de nuestros pueblos. Por eso, decidimos, en cada lugar donde estamos, construir poder popular, a sabiendas que para cambiar de fondo las cosas, debemos ser millones organizados desde abajo, construyendo hoy (prefigurando, anticipando) la sociedad que soñamos (por eso, emprendemos bachilleratos populares, cooperativas de trabajo sin patrón o punteros, formas y contenidos críticos en la construcción de conocimientos). En la vocación de una unidad real y debate sincero entre las organizaciones del campo, nos definimos por una nueva cultura militante, capaz de priorizar lo común (los problemas de nuestro pueblo) por sobre las ansias de crecimiento o presencia de cada organización.Nos asumimos como una Brecha; como una corriente social y política que busca abrir y profundizar las grietas de este sistema para una sociedad radicalmente distinta; Una brecha que no es más que una, entre tantas otras que en América Latina y el mundo van creciendo desde abajo; una brecha convencida de que si el presente nos encuentra organizándonos y luchando entusiasmados, el futuro tendrá que ser, sin duda, de los trabajadores/as y el pueblo.

1° de mayo de lucha, un mundo que ganar (Editorial)

Nos sobra mes a fin de sueldo

La unidad, más necesaria que nunca

17 días que conmovieron a la provincia

Crisis habitacional: la pesadilla de la casa propia

Sobre inseguridades y linchamientos

CAUCE – Corriente Universitaria Nacional

Por la senda de la democratización y la universidad del pueblo

La dignidad de lxs más golpeadxs

coblabrecha.com.arCOB La Brecha @COBLaBrecha

Spies, grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro”, con este mensaje de fuerza y coraje para lxs trabajadorxs de todo el mundo, se afirmaba en su última sentencia, contra los patrones y el capital, uno de los mártires de chicago, minutos antes de morir.128 años han pasado de aquellas importantes jornadas protagonizadas por el movimiento obrero en reclamo de la jornada laboral de ocho horas. Hoy las luchas que se multiplican en todas partes del mundo, en nuestro continente y en nuestro país, continúan haciéndose eco del legado de aquellxs líderes socialistas y anarquistas que defendieron la dignidad obrera frente a la explotación capitalista.Numerosos ejemplos históricos, de lucha y sacrificio, reafirman nuestra posición de clase, el lugar de la vereda donde estamos paradxs. De este lado estamos y seguiremos estando. Maestrxs, albañiles, costurerxs, empleadxs, cartonerxs, mujeres y hombres: la mayoría, lxs únicxs que producimos las riquezas del país, que unxs pocxs arrebatan.Una nueva conmemoración del 1 de mayo, nos encuentra enfrentando una condena que intenta ser ejemplificadora para toda la clase trabajadora. Cristina Fernández de Kirchner inicio la apertura de las sesiones en el congreso con calurosos aplausos de los oficialistas de la oposición de derecha del PRO y el massismo, reafirmando el aberrante fallo contra los petroleros de las Heras y demonizando a quienes nos manifestamos para demostrar la verdad, un juicio armado por las multinacionales petroleras, sin pruebas contra los acusados, con testimonios arrancados bajo tortura y amenazas contra lxs trabajadorxs.Ramón Cortéz, José Rosales, Franco Padilla y Hugo González son los nuevos condenados por la justicia injusta del poder. Su único delito, reclamar contra el impuesto al salario y la precarización laboral.Pero el discurso presidencial, no se limitó a este tema, también crítico a lxs mal pagos docentes, reivindico a Sergio Berni y propuso regular la protesta social, con nuevas leyes represiva que apuntan a criminalizar los justos reclamos de los sectores populares.En momentos de ajuste, inflación, pérdida del salario, la respuesta no se ha hecho esperar. Con huelgas, cortes, movilizaciones, y organización por abajo, lxs trabajadorxs enfrentamos los planes tibios de los sindicatos burocráticos y los proyectos de ajustes ya sean, ortodoxos o heterodoxos de los diferentes sectores de la burguesía. El nuevo escenario de mayor conflictividad social, nos abre la perspectiva de dar un paso adelante en la acumulación política con independencia de clase. Pero sabemos que para avanzar en la construcción de un proyecto político emancipatorio no alcanza con las luchas sectoriales. Es necesario avanzar en la consolidación de una opción política de lxs trabajadorxs.Es por eso que seguimos trabajando incansablemente por unir esfuerzos con otras organizaciones hermanas para enfrentar los privilegios de lxs poderosxs; para esto es necesario interpretar correctamente nuestras tareas actuales, pero siempre en relación a nuestra perspectiva estratégica anticapitalista. En este nuevo 1 de mayo, gloria a los mártires de Chicago, absolución de los petroleros de las Heras, por una alternativa política de lxs de abajo. Lxs trabajadores y trabajadoras ya no tenemos nada que perder, sino un mundo por ganar

El año arrancó con una devaluación histórica del peso argentino que, acompañada por otra medidas económicas “ortodoxas”, significó un nuevo intento de cargar la crisis sobre los hombros de lxs que menos tienen. El principal detonante de esta crisis es que el Estado nacional no puede contener los dólares reserva del Banco Central y que sirven de respaldo de la moneda nacional. Este problema surge por muchos motivos, entre los que se encuentran la imposibilidad de la burguesía industrial de generar una entrada propia de dólares, el déficit energético, la fuga de capitales y el aumento de las importaciones. Mientras el discurso se centraba en la expropiación del 51% de YPF, la Argentina veía como las filiales de las grandes multinacionales remitían utilidades al extranjero como nunca antes (y vaya si se fugaron ganancias, dos de cada tres de las empresas líderes del país son extranjeras). Todos estos son fenómenos que muestran cómo durante estos diez años de gobiernos kirchneristas no hubo cambios estructurales en la economía, sino que, por el contrario, se profundizaron v a r i o s p r o b l e m a s y a e x i s t e n t e s c o m o l a extranjerización, la sojización y la consolidación del extractivismo en nuestro país. En otras palabras, el legado neoliberal no ha sido modificado en sus raíces, incorporandoreformas o iniciativas “progresistas” del kirchnerismo (voto a los 16 años, matrimonio igualitario, etc.) en el marco de una estructura económica regresiva para las mayorías populares. El kirchnerismo logró que los niveles de pobreza, indigencia o desocupación bajen en comparación con el 2001, pero son similares a los mediados de la década del 90'. En el marco de un bajo nivel de crecimiento, las falencias del “modelo” salen a la luz con mayor claridad y somos los de abajo los que empezamos a sufrir una vez más, tiempo de “vacas flacas” Como decíamos, la “salida” que propone el Gobierno lejos está de ser una solución real para los problemas del pueblo. Es más, muchas de sus últimas medidas nos

hacen recordar a los ´90. Lo vemos por ejemplo, en el aumento de tarifas, como consecuencia de la quita de subsidios a los servicios Llegó la del gas y agua, no faltará para que llegue la electricidad. Por otro lado, en materia de transporte, el aumento de las tarifas fue del 66%. . En muchas provincias los boletos son muy caros, para un servicio que va de mal en peor y, como en Córdoba, con aumentos impuestos mediante la represión hacia quienes nos manifestamos por un boleto accesible. La fuerte suba de los precios registrada durante los primeros cuatro meses del 2014 implica que los salarios de quienes vivimos de nuestro trabajo cada vez alcanzan para menos. Esto marcó, una vez más, la necesidad de organizarnos en nuestros puestos de trabajo para que la actual crisis no sólo no se traduzca en un menor poder adquisitivo de nuestros salarios sino que también ganemos fuerza como clase. El primer paso lo dieron los docentes de la Provincia de Buenos Aires, quienes desbordando a la dirigencia burocrática de su sindicato (SUTEBA, a cargo de Roberto Baradel) y lograron torcer al gobierno una suba salarial mayor al techo de 22% que intentaba establecer, llevándola al 30%. Así, con un histórico paro, que contó con una buena adhesión de la comunidad educativa, se logró demostrar que con la organización desde abajo se pueden arrancar conquistas importantes y romper los techos salariales dispuestas por el gobierno.La respuesta del Gobierno fue profundizar la demonización de los sectores populares que se organizan por sus reclamos. En cadena nacional, la presidente Cristina Fernández se encarga usualmente de descalificar este tipo de experiencias. Así lo hizo al respaldar el injusto fallo que condenó a cadena perpetua a los trabajadores petroleros de Las Heras que reclamaban contra el mal llamado “Impuesto a las Ganancias” o al despacharse contra los maestros. En esta línea de criminalización de la protesta, se inscribe el debate que abre el kirchnerismo sobre los servicios

esenciales para incluir la educación y, por tanto, restringir la posibilidad de ejercicio del derecho a huelga; o bien, el proyecto de ley antipiquete presentado por el diputado, con clara sintonía con la Casa Rosada, Carlos Kunkel.Este tipo de declaraciones o iniciativas no son comentarios desafortunados, sino que expresan un cada vez más claro giro a la derecha del gobierno nacional que, frente a los problemas populares, responde con más ajuste y represión. Muestra de ello es el plan de “seguridad” impulsado por Scioli y aceptado por el resto del kirchnerismo y de la oposición de derecha. Este plan reforzará a la corrupta policía provincial incorporando a oficiales retirados y, obviamente, sin atacar la causas estructurales de la inseguridad. Mientras tanto, los principales medios de comunicación intentan generar un clima de tensión social e individualismo, utilizando los robos y el vanda l ismo como excusa para afianzar los pensamientos más regresivos que forman parte del “sentido común”. Ante esto, debemos insistir en remarcar que lxs verdaderxs ladronxs no son nuestrxs pibxs que caen en manos de la droga y la delincuencia, sino quienes nos explotan todos los días, quienes nos precarizan, quienes corrompen, quienes todos los días se quedan con el fruto de nuestro trabajo. Bajo la dirección asumida por el kirchnerismo en los últimos meses, bien podemos concluir que sus costados “progresistas” han quedado en el olvido. El “inevitable” ajuste que intentan imponer y mostrar como la única alternativa, mucho hace acordar a otros momentos del país. El mismo gobierno que se mostraba como “heterodoxo”, crítico de las medidas propuestas por organismos internacionales, ahora se dispone a cumplir una por una, a fin de lograr crédito internacional. ¿Cuál es la salida entonces? Lamentablemente no la vamos a poder encontrar de la mano de quienes hace años nos vienen gobernando. Los dos candidatos que mejor se perfilan para la carrera hacia la presidencia, Scioli y Massa (aliado actual y ex aliado del kirchnerismo, respectivamente) son parte de lo peor del peronismo de derecha. Expresan los grupos económicos más concentrados del país. Si bien se pelean o enfrentan, en el fondo los intereses y el proyecto económico que representan son semejantes. Dentro del kirchnerismo, tal vez asistamos al fin de su ciclo político, estando marcando los próximos meses por la pelea interna en torno a la sucesión. Seguramente Sicioli sea finalmente la apuesta del kirchnerismo y los sectores progresistas afines al gobierno se verán con grandes interrogantes.El polo de “centro izquierda” que el Frente Amplio Progresista (FAP) y UNEN pretenden expresar con su unidad ya ha dado muestra de sus límites y fragilidades. La expectativa y debate en algún tipo de acercamiento o alianza con el PRO (por ejemplo, ante un ballotage en el 2015), pinta claramente la orientación del espacio. Lejos de una renovación, mucho hace acordar a la experiencia de la “Alianza”.En este marco general caracterizado por el giro a la derecha del gobierno, la caricatura de la centro izquierda en nuestro país y el decido ajuste gubernamental que se traduce en mayor conflictividad social, la izquierda tiene un escenario interesante. Sin dudas, el FIT (Frente de

Izquierda y de los Trabajadores) con el antecedente de su buen desempeño electoral, los diputados (provinciales y nacionales) conseguidos y su creciente inserción es la principal referencia. Sin embargo, y más allá de las atendibles diferencias entre las fuerzas del frente, su lógica de aparato y competencia para fortalecer su partido o ganar posiciones dentro del Frente, tiñe su política y dilapida posibilidades. Un claro ejemplo son las disputas en los espacios de construcción y coordinación sindical y la política que vienen desarrollando de cara a las elecciones de CTA (en este sentido ver nota “La unidad, más necesaria que nunca”). Por su parte, las fuerzas del espacio denominado “izquierda independiente” proseguimos en nuestra crisis caracterizada por el giro al kirchnerismo de algunos espacios, el apego a la centro de izquierda de otros y la dificultad de los restantes por vertebrar y homogeneizar a dicho espacio con un perfil anticapitalista. De todos modos, para el conjunto de la izquierda el escenario es interesante en términos de su crecimiento y fortaleza. Los desafíos son varios, entre el los, continuar apostando a la organización independiente, a la construcción de poder popular y a la presentación como una alternativa de poder viable para la sociedad. En eso estamos quienes hacemos todos los días COB-La Brecha, en los barrios, sindicatos, centros culturales, colegios y universidades, organizándonos en unidad, para construir un cambio social desde abajo y a la izquierda

Lasmedidaseconomicasquetomoelequipoeconomicoenelveranotomaronalaclasetrabajadoraporsorpresa,yestefueelfactorqueladejomasexpuestafrentealcomplicadoanoenmateriaeconomicaqueafrontaelpaıs.Deasegurarycon�irmarpublicamentequeesteGobiernonodevaluarıa,alacaıdadelvalordelpeso(ydelpoderadquisitivo)del20%enenero.Deconsiderarqueconunain�laciondel25%elpaıs“volarıa porlosaires”,aaceptarquelasubadepreciosfuedel10%enuntrimestre,cifraproyectadaenelPresupuesto2014paratodoelano.

Elo�icialismoaseguroencadaoportunidadquetuvoquenoenfriarıa laeconomıa,perolasmedidastomadastuvieronjustamenteeseefecto.ElGobiernosubiolastasasdeinteresenenero(locualescontractivoparalaactividad),peroahorapodrıa bajarlasenlasegundapartedelano.Esafaltadeprevisibilidadeslaqueaugurajugadas�inancierasquesolobene�icianaquienesoperanadiarioenunmercadodepocos.Comocontrapartida,mareaalaclasetrabajadora,queconunain�lacionsuperioral30%tienecadavezmenosbolsilloparaahorrar,peronosabequehacerconesepuchitoquepodrıa guardarparaelfuturo,justamenteporlaincertidumbre.

DarioGannio

Este año comenzó con un panorama sombrío para la clase trabajadora. Ante la acumulación de tensiones internas del “modelo”, la respuesta del Gobierno Nacional fue poco heterodoxa: devaluación, aumento de tarifas, búsqueda de endeudamiento externo. Como es costumbre, lo central del ajuste es la transferencia de ingresos desde los trabajadorxs hacia las empresas y el Estado, y la obtención de dólares a como dé lugar.La burocracia sindical estuvo lejos de plantear una respuesta frente a la devaluación y el salto inflacionario de enero y febrero. Con el correr del año, las negociaciones paritarias también encontraron una débil respuesta por parte de las conducciones sindicales tradicionales, que se dedicaron a ir a negociar de espaldas a sus bases.Sin embargo, no son en vano los esfuerzos organizativos que hace años se vienen encarando “por abajo y a la izquierda” en distintos sectores de la clase. Un ejemplo de esto es el rol fundamental de las seccionales opositoras a la conducción provincial del SUTEBA durante el conflicto docente (sobre este tema ver la nota “17 días que conmovieron a la provincia”)Las diversas experiencias unitarias que se encaran vienen tomando una relevancia que excede por mucho las experiencias particulares. Más bien actúan como catalizadores de procesos de unidad en otros sectores, señalan al activismo la posibilidad de dar seriamente luchas tanto contra la burocracia como por reivindicaciones, y le van marcando la agenda incluso a las conducciones inmóviles y atornilladas a los cargos.

Desde la izquierda, ¿podremos estar a la altura de la situación?Los encuentros impulsados por el SUTNA de San Fernando el año pasado marcaban un rumbo positivo al proponer marcos de coordinación, más allá de las discusiones puntuales que lo atravesaban. Allí participamos, tanto de las coordinaciones como de las movilizaciones. Lamentablemente, una incipiente disputa el interior del FIT, entre el PTS y el PO, se expresó en la generac ión de un espac io prácticamente paralelo, restándole fuerza y proyección.Ya hacia fin del año pasado las tensiones se expresaban en algunos planos, cuando el PO

acordaba con la dirección de la CTA de Pablo Micheli convocar junto a esa central a las movilizaciones del 19 de diciembre y contar con un orador en el acto. Las vergonzosas declaraciones de los dirigentes de la CTA sobre la necesidad de sindicalizar la policía no hicieron mella en la vocación de convocatoria del PO, pero sí generaron que un gran conjunto de organizaciones organizara una movilización al día siguiente, reivindicando más expresamente las jornadas del 20 de diciembre y por la Absolución de los Petroleros de Las Heras.Este año lo novedoso entre los reagrupamientos apareció de la mano del Perro Santillán y el Pollo Sobrero, quienes convocaron a un espacio de discusión que se materializó en un Encuentro Sindical Combativo que se reunió en el estadio de Atlanta. Logró saltar un espacio acotado de militancia al sumar la participación del PTS y otros grupos de izquierda, como el MAS, MPLD, PCO, CS, entre otros. Desde la Brecha participamos con la delegación de Rompiendo Cadenas que asistió y adhirió al evento, promoviendo que el mismo no tenga una vocación divisionista. Sin embargo, la convocatoria tenía una triste y obvia ausencia que se hizo sentir, la de lxs compañerxs del Partido Obrero.Al comprobar la replica en distintos ámbitos de esta división entre espacios, uno con la presencia del PO y otro con la presencia del PTS, encontramos los coletazos de la interna del FIT hacia el resto de la izquierda, situación que dificulta articulaciones y desmoraliza al activismo. Justo ahora, en estos tiempos donde encarar acciones de conjunto defendiendo nuestro salario y disputándole a la burocracia sindical está a la orden del día.

Las elecciones de la CTA y la oposición de izquierda que no fueOtra muestra de estos desencuentros de la izquierda se dio ante la convocatoria a las elecciones de la CTA de Micheli, que serán el 29 de mayo. La misma dista de ser un evento movilizador para la mayoría de la clase trabajadora local, ya que son pocos los gremios integrados en el la, y más débi l aún es su representatividad luego de la ruptura con el sector yaskysta en las pasadas elecciones en el año 2010. Por eso, el michelismo está necesitado de una oposición que le garantice cierta legitimidad. Desde La

Brecha impulsamos la posición de Rompiendo Cadenas de gestar una lista de unidad de la izquierda que presente una denuncia activa ante la decadencia del michelismo a nivel nacional, a pesar de los problemas políticos y legales como consecuencia de la ruptura entre los SUTEBAs recuperados, las dudas respecto a la disponibilidad de los padrones, y sobre la transparencia de las secciones sin fiscalización opositora. La relevancia política de esta lista de oposición era importante para señalar el camino de unidad frente al ajuste por parte de las organizaciones de izquierda, así como expresar un rumbo general más allá de realidades seccionales particulares.Sin embargo, algunos grupos (PTS, MAS) prefirieron desconocer las realidades regionales que ameritan tácticas diferenciadas de la nacional a nivel seccional o provincial para fortalecer construcciones locales o enfrentar al kirchnerismo y recuperar regionales. El acuerdo público del PO con el michelismo (que consistió en darles un lugar en la Junta Electoral y oficiar de correveydile ante las cuestiones legales con el resto de la izquierda) terminó de alejar las posibilidades de la lista unitaria. El paro del 10 de abrilEl paro general es una medida de lucha que dista de ser familiar para una parte importante de nuestra juventud. Es una medida que trasciende tal o cual lucha sectorial, por extendida que sea (el caso más llamativo es la lucha docente), y en este sentido un paso superior en un plan de lucha que planta a la clase como tal ante las patronales y el Estado. Este quiebre generacional se vuelve una traba a la hora de encarar procesos de luchas, más aún sumado a la extendida precarización que sí es parte del paisaje natural del mercado laboral de la última década.La contundente jornada del 10 de abril puede marcar la apertura de un nuevo proceso político en la izquierda ya que reabre a nivel masivo una perspectiva de intervención social como clase.En la situación actual, un paro general que pueda expresar fortaleza sólo puede ser llamado por la burocracia, frente a lo incipiente del crecimiento de los sectores combativos y democráticos en las representaciones sindicales. Esto no implica que no sea importante señalar con claridad quienes son los convocantes, el carácter antidemocrático de sus construcciones, sus acuerdos con sectores políticos patronales y sus negociados empresariales. Tampoco implica que haya que dejar de plantear las diferencias con algunas de las consignas que se plantean, cuando van más allá de lo reivindicativo salarial para incorporar ejes en la dirección de fortalecer políticas de mano dura.Desde los sectores del sindicalismo (también burocrático) afines al Gobierno (CGT Caló, CTA Yasky) salieron a desestimar la jornada, pero algunos esperaron a ver si podían obtener alguna ventaja de las medidas que tomaban “otrxs” (como desde el

sindicato de Comercio o UPCN).Por otro lado, totalmente opuesto, la diferenciación de la burocracia fue notoria por parte de quienes impulsamos el “paro activo” (lamentablemente no contamos aquí a un sector de la izquierda independiente que se plegó a las órdenes del michelismo de no realizar medidas callejeras). Más allá de que la organización de los piquetes y los cortes contó con las mismas zancadillas de la división de espacios, resaltamos las intervenciones en las asambleas y la visibilización para la sociedad de un sector del activismo sindical alejado de la burocracia tradicional.Se reabre así la discusión sobre la política de unidad que la clase trabajadora necesita para crecer en organización en nuestros lugares de trabajo y generar una alternativa política propia. Al momento de cerrar esta nota no está definido si con motivo de la jornada del primero de mayo tendremos un nuevo episodio en una disputa fraccional o si será un hito en ese camino de coordinación y crecimiento, a partir de una convocatoria amplia a organizar un acto unitario. Desde la Corriente Rompiendo Cadenas realizaremos el tradicional acto del 1º de Mayo en la histórica Plaza Lorea, junto a otros agrupamiento sindicales de la izquierda clasista y combativa. Esperamos que este acto sea la previa para ese acto unitario de las y los trabajadores en la Plaza de Mayo

Ya desde los primeros días de febrero los medios masivos hablaban de las negociaciones por el salario docente como paritaria testigo. El discurso de Cristina Kirchner en la apertura de la Asamblea Legislativa fue un anuncio de lo que vendría. El plan kirchnerista se basaba en el techo a los sueldos, instalando el precedente con los trabajadores de la educación, y sosteniéndolo con represión.La irrisoria “oferta” inicial del Gobierno Nacional de un 22% en 3 tramos, por decreto, y poniendo en discusión la posibi l idad de sumas por “presentismo”, convulsionó los ánimos generales.El viernes 21 de febrero se realizaron asambleas distritales en toda la provincia para resolver qué hacer ante el inicio de las clases, y la “oferta” paritaria. Esa tarde hubo dos propuestas, ambas coincidían en plantear el NO inicio del ciclo lectivo. Pero mientras la Lista Celeste de Baradel planteaba el no inicio con paro de 48 hs, desde la oposición se planteó el no inicio con un paro de 72 hs, el llamado a una nueva asamblea para evaluar cómo seguir, y movilizaciones distritales para hacer del paro, un paro activo. Si bien en las votaciones ganó la propuesta de la burocracia Celeste, la insistencia de los gobernantes en desoír a la docencia inclinó a llevar a cabo en los hechos la propuesta multicolor.A partir de allí el Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB) tuvo que cambiar de libreto, si bien nos tenían acostumbradxs a que cada inicio del ciclo lectivo se hacían paros de 48 horas, sin movilización (“paro dominguero”), anunciado por tele sin consultar a nadie, y a esperar una nueva oferta salarial. Esto varias veces simulando una supuesta “negociación entre partes”, para luego cerrar el acuerdo paritario y

¡a trabajar! Pero sin duda la devaluación de fines de 2013 y principios de este año, sumado al proceso inflacionario abierto, la depreciación del salario docente de los últimos 3 años y el desprestigio de la conducción junto con la amenaza de la presencia recuperada de la oposición, situaron al conflicto en otro plano.Los 23 días en que se extendió la lucha se desplegó un proceso que por momentos escapó al control de la burocracia. El paro por tiempo indeterminado generó entusiasmo entre los compañeros que vieron en la medida la posibilidad concreta de llevar a cabo una lucha victoriosa. El vacío que dejó la celeste para provocar la desmovilización fue cubierto por el empuje de los compañeros de base, que tomaron la iniciativa, generando sus propios espacios de participación y discusión. Así surgieron las distintas asambleas de autoconvocados, más cerca o más lejos de las agrupaciones de oposición, pero en un principio reconociendo la necesidad de tomar en sus manos el conflicto para evitar la traición ya acostumbrada. Allí donde hubo una seccional de oposición la participación fue multiplicada, y el vínculo con las bases se selló a la vez que se puso de manifiesto una metodología sindical nueva.Las acciones distritales comenzaron a sucederse con gran vigor, y todos los días se realizaban varias movilizaciones de miles de compañeros en distintos puntos del conurbano y el interior de la provincia.La tensión empujó objetivamente a la burocracia a rechazar toda propuesta que no ampliara el monto presupuestario destinado a los sueldos. La propia conducción reconociendo que el riesgo de que la huelga fuera incontrolable comenzaba a crecer, inició

nuevamente acciones para ponerse a la cabeza del conflicto. Es así que se realizaron movilizaciones de cerca de 50 mil docentes que impactaron en la opinión pública.Nora de Lucía, desbordada, hace el ridículo por televisión y debe ceder su lugar a Jorge Pérez. Scioli, Cristina y Capitanich atacan y difaman para poner a la población en contra del reclamo de los maestros, generando un rechazo cada vez mayor de las bases.Como respuesta al asedio que comenzamos a sufrir por parte de los medios, se realizaron reuniones con padres, recibiendo el apoyo de la comunidad, lo que de alguna manera derribó algunos mitos y estableció una vinculación que parecía perdida desde el maestrazo.No sin titubeos y dudas, los docentes rechazaron cada una de las artimañas legales que esgrimió el gobierno provincial y nacional junto con el defensor del pueblo, sentando precedentes importantes de desobediencia de la legalidad en función de los intereses de los trabajadores que también constituyen un aprendizaje para la lucha y para el resto de los laburantes.Sin embargo la burocracia y gobierno configuró una propuesta situada en el límite preciso como para poder genera r con fus ión . Y sumado a la desinformación y celeridad con que se presentó la propuesta, armaron el escenario para poder levantar l a hue lga . Los mecan i smos bu roc rá t i cos perfeccionados durante años por el yaskismo, como la forma de votación, hicieron el resto.

Un aumento con sabor a poco...¿Cómo medir los resultados de una huelga de 17 días? La lucha de los compañeros corrió el límite de la propuesta salarial de 22% a 32% promedio. El presupuesto que tuvo que desembolsar el gobierno escaló de 8000 millones a 12 mil millones.A pesar de ello los montos logrados no llegan a cubrir la parte del sueldo perdida por la inflación, por ello los compañeros sintieron una nueva desilusión al cabo de este proceso.Si bien se elevó el techo salarial que los gobernantes y sus gremialistas querían imponernos, si miramos el acuerdo paritario logrado, los números son desalentadores, y ese clima se vivió en las escuelas cuando regresamos a clases el lunes 31 de marzo. Sabor a poco, a casi nada. Ninguna solución sobre los salarios adeudados. Tampoco se avanzó en el blanqueo salarial, y por el contrario, aumentaron las cifras en negro y “en gris”. Tampoco se revierte nuestra situación de sobrecarga laboral. Deberemos seguir trabajando 2 o hasta 3 cargos para subsistir, a lo que se le debe sumar el trabajo hogareño (preparar

clases, capacitarse, etc). Nada sobre los miles y miles de cargos que faltan designar en las escuelas b o n a e r e n s e s . P r o m e s a s v a g a s s o b r e l a regularización del IOMA. Un supuesto acuerdo con el Mercado Central para mejorar la situación de los comedores escolares. Y una improbable “comisión de infraestructura” para seguir sin resolver el estado tumba de nuestras escuelas.

Una lucha con sabor a rebeldía…Pero si miramos el aspecto subjetivo y político de la huelga, los resultados ya no son tan desalentadores. Miles de trabajadorxs de la educación rompieron con su pasividad e irrumpieron a la participación activa, desbordando a las conducciones sindicales. Protagonizaron una lucha histórica, llenándola de contenido, poniendo el cuerpo, desobedeciendo conciliaciones obligatorias, desoyendo amenazas de descuentos, repudiando a falsos defensores del pueblo (Carlos Bonicato), impidiendo amparos judiciales inconstitucionales firmados por jueces de la dictadura (juez Terrier), y respondiendo desde las redes sociales y las calles a una campaña mediática feroz que buscó aislar nuestra lucha. Marchas masivas. Asambleas fuera y dentro de las escuelas y de los gremios. Volanteadas. Marchas de antorchas. Autoconvocatorias docentes. Radios abiertas. Y el no menor fortalecimiento político de las conducciones clasistas al mando de los SUTEBAs opositores (Bahía Blanca, La Plata, La Matanza, Tigre, Ensenada, Quilmes, Berazategui, Marcos Paz y Escobar).

Docente luchando, también está enseñando. Aprendizajes colectivosEl aspecto salarial fue el eje articulador del conflicto, al menos en términos de masividad, pero también es cierto que la docencia ha puesto sobre la mesa otras discusiones que van más allá de lo reivindicativo económico. El estado decadente de los edificios escolares. La falta de cargos. Los salarios adeudados. Y un debate estratégico para quienes pretendemos un cambio social: ¿qué rol cumple la escuela pública, estatal, en nuestra sociedad? La crítica al modelo de “inclusión” kirchnerista, y su consecuente “escuela-guardería” se hizo patente. Los medios y los funcionarios se jugaron a poner como eje que el paro perjudicaba a miles de familias trabajadoras que no tenían donde “depositar” a sus hijxs. Hacia allí apuntaron sus cañones el oficialismo, la oposición, y los medios masivos que al unísono vociferaron que el derecho constitucional a huelga entraba en contradicción con el derecho social de lxs estudiantes.

Llegando a la propuesta de Mariotto de declarar a la educación como un “servicio esencial”.Es un hecho insoslayable la necesidad de instalar en la docencia un debate político para caminar hacia el arraigo de propuestas de soluciones de los problemas del pueblo que sean disrruptivas con el sistema capitalista. La apropiación por parte de los trabajadores de propuestas programát icas que estén en contradicción con los planes de los explotadores es la verdadera y única garantía de llevar adelante un proceso hacia una conciencia de clase de los trabajadores.Por otra parte, si bien las bases docentes desbordaron a la Celeste, también es cierto que Baradel pudo y supo reacomodarse, golpe de timón mediante, generando, por ejemplo, una masiva plaza el día 19 de marzo, y días después darle una salida a su medida a un conflicto.A la vez, desde los SUTEBAS opositores se advirtió que la huelga había llegado a un momento de desgaste hacia la tercer semana de lucha, y que sería difícil sostener mucho más la conflictividad al mismo nivel. Se empezaba a notar el cansancio de nuestrxs compas de escuela.Se hizo evidente que de haber encontrado a la multicolor conduciendo ya no algunos distritos, sino el Suteba provincia, el conflicto podría haber tomado dimensiones mayores, jugando un rol de articulador de las luchas provinciales ante la nueva claudicación de la CTERA.Pero no fue la única debilidad concreta con la que afrontamos esta ardua lucha. La ruptura por arriba de la CTA muestra, nuevamente, sus consecuencias. Las escuelas, una vez más, se dividieron en la lucha. Docentes por un lado, auxiliares por otro. Esta vez, fue la conducción de ATE la que no mostró interés en coordinar con el conflicto docente. El faltazo a la plaza del 19 lo puso en evidencia. Pero la escuela no sólo está peleando dividida hacia adentro (docentes, auxiliares) sino hacia afuera, al no poder articular sus reclamos sectoriales con la de lxs trabajadorxs de la salud y con el resto de lxs estatales de la provincia.

Apuntes para seguir la pelea por otra educación.Si bien se ha dado un paso enorme, el clima dentro de las escuelas sigue siendo adverso, hay angustia, bronca e insatisfacción por sentir que ya no estamos educando ni aprendiendo, sino que estamos “conteniendo”, es decir, tapando baches. Venimos observando año tras año como crece el número de carpetas médicas y licencias por enfermedades laborales, y cómo crecen las situaciones de violencia escolar y el desgano generalizado. Y crecen también los aprietes de inspectores y funcionarios hacia lxs trabajadorxs de nuestras escuelas. Este clima, de no conseguir formas progresivas para canalizar el descontento, puede decantar en una espiral hacia una implosión que, justamente, es lo que buscan los de arriba para seguir favoreciendo a la educación privada.“A ver Cristina, a ver si nos entendemos” fue la canción que sintetizó el ánimo de la docencia bonaerense. Pero la canción terminaba con una poco probable convocatoria a la “huelga general”. ¿Podía una lucha salarial docente (que encaramos sin nuestrxs compas auxiliares de escuela) y sin otras luchas de igual envergadura en otros sectores de trabajadorxs, derivar en una huelga general?Mientras al SUTEBA Provincia lo conduzca la Celeste, toda huelga tendrámayores probabilidades de conseguir poco. Y mientras no podamos dar la pelea unificada con lxs auxiliares de escuela, nuestra lucha sectorial se verá en desventaja de cara a la patronal. Pero si a su vez no logramos confluir con quienes sufren la misma patronal, (estatales, hospitales), la pelea seguirá siendo despareja. Lxs docentes hemos dado un gran paso en conciencia y organización. Pero debemos darnos las tareas para tejer lazos de solidaridad por abajo con auxiliares de escuela, con trabajadorxs de los hospitales y con todxs lxs estatales para enfrentar a quien es nuestro empleador: el Estado Provincial.No es menor lo conseguido en 2013 con la recuperación de importantes seccionales del SUTEBA, y con la posterior construcción de una lista nacional unificada de cara a CTERA, encabezada por el compañero y referente de ATEN Daniel Huth.Hay que seguir por este camino unitario, sin dividir al movimiento de lucha y sin despegarse de las bases, organizando y politizando las escuelas, fomentando la participación en el lugar de trabajo, sumando a los padres y a la comunidad en reclamos conjuntos por reivindicaciones comunes, sin interponer apetencias partidarias, conservando amplios niveles de unidad desde las bases

La imposibilidad del acceso a una vivienda digna, las

inundaciones y el cambio climático son tres problemáticas

que se conjugan y se vuelven una bomba de tiempo para lxs

millones de trabajadorxs

La crisis habitacional que atraviesa el país no es un fenómeno nuevo ni originario de la década kirchnerista. Podemos identificar a lo largo de nuestra historia numerosos conflictos organizados por la necesidad de la tierra y la vivienda: los históricos reclamos por condiciones dignas de habitabilidad en los viejos conventillos porteños, consagrados en la huelga general de inquilinos de 1907; la organización del movimiento villero desde la década del '40 y la resistencia a los violentos desalojos de la dictadura militar en los '70; las tomas de tierras llevadas a cabo en el conurbano en los años 80; y la nueva escalada de este fenómeno en los últimos años son algunos de los retratos que ha dado la historia nacional respecto a la problemática que afecta directamente a los sectores populares. Es que en nuestras sociedades, organizadas bajo el régimen capitalista, se sentencia que la vivienda, como el resto de las cosas, resulta una mercancía más. Por ello, históricamente, los sectores populares hemos sufrido la necesidad de un techo, pues nuestros salarios no contemplan la satisfacción de una necesidad tan básica, pero a la vez tan costosa. En este sentido, lxs trabajadorxs comenzamos a generar resoluciones colectivas a estos conflictos, ya que individualmente es imposible dar respuesta a la mercantilización de, nada más y nada menos, que la vivienda. Estas distintas resoluciones han ido desde formas concretas de construcción de hábitat popular (barrios obreros, villas, asentamientos, tomas de tierras y de inmuebles, etc.), hasta la disputa por una política habitacional que permita el acceso a un techo digno, luchando contra el avance mercantilizador.En los últimos años la crisis ha vuelto a brotar con mayor fuerza. Los sangrientos desalojos en el Parque Indoamericano y en los predios de Ledesma en Jujuy , así como las constantes represiones sufridas por las comunidades originarias en el norte del país volvieron a poner en la agenda mediática la lucha, por momentos espontánea y disgregada, llevada a cabo por los sectores populares ante la falta de una respuesta estatal. Si bien hemos partido de afirmar que el problema de la vivienda resulta histórico e indisolublemente ligado a nuestras sociedades capitalistas, tenemos que advertir que la política habitacional adquiere, de acuerdo al momento, configuraciones diversas de acuerdo a la correlación de fuerzas, que conjugan de distinta manera al mercado y la iniciativa privada, con el Estado y lxs trabajadorxs. Por ello, cabe preguntarnos cuáles son las particularidades de la crisis habitacional que se manifiesta en la actualidad y de la política pública del ciclo kirchnerista.Luego de la crisis de 2001- 2002, la actividad económica comenzó a crecer y se generó un fuerte desarrollo del negocio inmobiliario y de la construcción, con rasgos marcadamente especulativos. Esta situación, trajo aparejada una valorización de la tierra y la vivienda,

causando una restricción en el acceso a las mismas para la clase trabajadora y, en sintonía, una violenta política de desalojos dirigida a lxs que menos tienen. El crecimiento exponencial de la construcción en la década kirchnerista no ha hecho otra cosa que poner de relieve la contradicción impuesta por el capitalismo al obrero, quien ocupa la gran parte de su fuerza de trabajo en construir edificios y viviendas que nunca llegará a habitar. En este marco, el alcance que posee la especulación inmobiliaria ha denotado la continuidad de la concepción neoliberal, la cual, entre otras cosas, prioriza las ganancias y rentabilidad empresarial por sobre los derechos de lxs trabajadorxs. Entre tanto, en el campo persisten los conflictos por la apropiación de zonas ricas en recursos naturales, los pueblos originarios siguen siendo desplazados al ritmo de la expansión de la frontera agrícola y los descubrimientos de minas y petróleo. A su vez, la puesta en funcionamiento de estos grandes emprendimientos, deterioran los suelos e inciden, así, en los usos que de los mismos hacen lxs habitantes de dichas zonas. A la luz de los hechos las políticas impulsadas por el kirchnerismo desde el 2003 han mostrado su fracaso y limitantes a la hora de atacar el problema de raíz, haciendo caso omiso al problema de la especulación. En el caso de los planes federales de viviendas, la utilización clientelar de los mismos se tornó una característica distintiva de lo que fueran uno de los puntos programáticos planteados por el entonces Presidente Néstor Kirchner durante su asunción en 2003. A su vez, los desvíos y la malversación de los fondos asignados dejaron inconclusas un número significativo de obras, que de todas formas proyectaban, a priori, un alcance poblacional escueto respecto a l carácter mismo que posee la problemática. Por su parte, el lanzamiento del Plan Procrear posee una base social acotada, orientada principalmente a los sectores medios y profesionales, pues no contempla la situación de millones de trabajadorxs precarizados o desocupados, exigiendo como requisito para el ingreso al programa el mantenimiento de una relación laboral formal. U n a c u e s t i ó n q u e e s t a s d o s r e s p u e s t a s gubernamentales pasan por alto, además de la especulación inmobiliaria, es el hecho de que el problema de la tierra y la vivienda no es simplemente la imposibilidad que tenemos muchxs de pagar por 4 paredes. El aumento en alquileres y en materiales de construcción, el reducido acceso al crédito para lxs laburantes, el proceso de valorización de zonas u r b a n a s d e t e r i o r a d a s p a r a l a p u e s t a e n funcionamiento de grandes negocios inmobiliarios, dio lugar a la expulsión de los sectores populares de las grandes ciudades. Lo que se pone en juego, entonces, es la lucha por el territorio, que hace a

distintos recursos y relaciones mediante las cuales lxs trabajadorxs reproducimos nuestra vida.Con el pasar de los años la clase trabajadora argentina ha visto agravar su situación. Por un lado se encuentran aquellxs miles que deben optar por entrar en el círculo vicioso y especulativo de los alquileres ante la imposibil idad de acceder a créditos hipotecarios o programas estatales que le allanen el camino para alcanzar el “sueño de la vivienda propia”. Por el otro, se encuentran lxs millones que viven en villas, asentamientos y barrios con grandes niveles de precarización respecto a los servicios públicos. El hacinamiento, las inundaciones, la falta de p r e s t a c i o n e s e n e r g é t i c a s , c l o a c a l e s , d e infraestructura se contemplan como los principales ejes vertebradores de una problemática que pareciera ir en franco ascenso. Sin embargo, los conflictos habitacionales expresan también la conformación de un sujeto que da la pelea por condiciones de vida digna, luchando por permanecer en la Ciudad, o bien, por la defensa del territorio en los sectores rurales, unidos por la certeza de que la tierra no es una mercancía, sino que la lucha es por tierra para vivir.

Las tormentas nuestras de cada díaLa especulación inmobiliaria no sólo ha privado a millones de familias de acceder a una vivienda, sino que también ha generado las condiciones para el colapso constante de los principales centros urbanos del país. No es casual que las inundaciones afecten cada vez a más personas, en distintas provincias, con mayor intensidad y frecuencia: en cada ciudad del país podemos observar la misma lógica capitalista que destruye la calidad de vida de lxs trabajadorxs. Esto es más grave para los sectores más pobres de la población, que no tienen recursos para tomar medidas en forma individual. Dependen entonces crucialmente de las políticas públicas, lo cual los deja al desamparo total, ya que el Estado jamás tiene en cuenta las necesidades sociales a la hora de decidir sus políticas, sino que pretende generar los mejores negocios posibles para sus socios capitalistas. Sólo actúa, entonces, en la emergencia, con una lógica asistencial cuyas deficiencias saltan a la vista. El problema infraestructural de raíz, permanece intacto.En los últimos años las lluvias se han tornado más inclementes y las ciudades cada vez menos capaces de resistirlas. En 2012 hubo centenares de familias evacuadas en el Gran Buenos Aires y localidades bonaerenses como Luján; pero también miles de comercios y viviendas afectadas en las zonas residenciales de CABA. En abril de 2013, nuevamente la infraestructura de la CABA fue ineficiente para contener las lluvias, que dejaron 17 personas muertas. Uno de los casos más graves fue el del Barrio Mitre, un viejo barrio de emergencia surgido en los '70 y aceptado como zona

residencial en 1998; el recientemente construido Shopping DOT (levantado por IRSA) tiene desagües que apuntan directamente a ese barrio, por lo cual lluvias que antes no generaban problemas hoy inundan las viviendas de sus habitantes. La infraestructura requerida para que el shopping DOT no generara un perjuicio ambiental para toda la sociedad hubiera elevado los costos de construcción de forma tal que probablemente no hubiera sido negocio construirlo; en definitiva, los costos que el Gobierno porteño le permitió ahorrarse a IRSA, son los que pagamos todxs lxs vecinxs a través del deterioro de nuestra calidad de vida y de las políticas que deberá ahora realizar la Ciudad para paliar estos problemas. Pero la mayor catástrofe se dio en La Plata. El desarrollo político- urbano, teñido con la expansión inmobiliaria avalada por la reforma del Código de Ordenamiento Urbano (COU), liberó el terreno a constructoras e inmobiliarias para levantar infinidad de edificios en zonas céntricas. A su vez, dicha legislación no apostaba en poner en debate el carácter de la infraestructura para los barrios periféricos (cada vez más densamente poblados a medida que se expulsa a lxs trabajadorxs de los barrios céntricos), así como la falta de mantenimiento a los arroyos que atraviesan decenas de asentamientos. Asimismo, los gobiernos municipal, provincial y nacional continúan ocultando el verdadero número de

muertxs, que una investigación judicial sitúa hasta el momento en 89 personas (con decenas de casos más por determinar), número superior al expuesto por la gestión de Daniel Scioli.Un año después podemos verificar la continuidad de la misma política pro-negocios y contra nuestra calidad de vida como trabajadorxs. Las lluvias del 4 de abril de 2014 repitieron los problemas y miedos en Buenos Aires, Luján y La Plata, ya que en ninguna ha habido obras para evitar nuevas inundaciones. Pero además sumaron al nefasto listado ciudades en Neuquén (donde se evacuaron 3.000 personas y hay al menos una persona muerta), Chubut (otro trabajador murió por la inundación), y Santa Fe (donde la principal preocupación mediática fue el efecto sobre la cosecha de soja, en lugar de que en la mitad de la provincia los hogares se encontraran bajo el agua y sin mayor auxilio estatal). Estas muertes no son casualidad. El capitalismo se encuentra en el foco de la tormenta: no sólo acelera el caos climático, sino que nos empuja a lxs trabajadorxs a v i v i r en c iudades que es tán pensadas exclusivamente como lugares de negocios y no como espacios donde podamos vivir dignamente. Hoy son las lluvias quienes se llevan los sueños, expectativas y proyectos que quedan detrás de las vidas, viviendas y objetos destruidos, mientras el Estado hace mutis por el foro, mostrando detrás de su faceta asistencial, la profunda deficiencia de la política habitacional y

Durante este verano, en la Ciudad de Buenos Aires hemos vuelto a vivir las imágenes del Parque Indoamericano. Cientos de familias, en un acto de desesperación, ocuparon un terreno abandonado lindero a la Villa 20, en Lugano. El predio ocupado fue un cementerio de autos que por leyes de hace casi 10 años, debían estar destinadas a la urbanización de la Villa y a la construcción de viviendas sociales. Pero esas obras nunca fueron iniciadas por ir en contra de los negocios inmobiliarios del PRO. La urbanización de las villas y las viviendas sociales son promesas de campaña, que se esfuman rápidamente. En cambio, la política represiva sí está a la orden del día: son cada vez más comunes los desalojos forzados e incendios intencionales de viviendas, en los cuales han muerto varias personas. La toma en Lugano no fue la excepción. Primero, amenazas de desalojo, con los lamentos del Secretario de Seguridad Berni por no poder descargar su furia sobre los vecinos pobres. Luego, con el intento de desalojo fallido de la Policía de Macri, que no lo pudo llevar adelante por la convicción de los habitantes de quedarse en el lugar.Los delegados de la toma han hecho propuestas serias, con planos de urbanización y un esquema de trabajo para poder llevarlos adelante. Pero el Gobierno de la Ciudad dilata las respuestas, jugando con la necesidad de la gente de tener un techo digno. Apunta a que ante la falta de soluciones, los vecinos construyan sus propias casillas. Es decir, que se expanda la villa y ellos no tener que poner un peso para la urbanización. En ese caso, todos sus argumentos de la contaminación del terreno, de la “voluntad” de construir viviendas quedarán truncos. La única respuesta aceptable es la vivienda digna y la urbanización con radicación de todas las villas.

económica.

La razón del capital y la destrucción de la vida En este marco, los cambios ambientales que empiezan a sacudir al mundo empiezan a tener una influencia directa sobre la precarización de la vida a la que se encuentra sujeta la mayoría de la población.Cada día, la actividad social pareciera crear nuevos riesgos para la supervivencia en el planeta. La evidencia científica se acumula: es el capitalismo, sus gobiernos y sus empresarios, quienes aceleran cada vez más esta carrera hacia el abismo. La situación se vuelve grave y generalizada. Así lo confirma el Informe “Cambio climático 2014. Impacto, a d a p t a c i ó n y v u l n e r a b i l i d a d ” d e l P a n e l Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Para este documento, 309 autores principales de 70 países analizaron alrededor de 10.000 trabajos científicos y contribuciones de otros 2000 científicos. La principal conclusión es que los impactos son desiguales: el caos climático lo producen los más ricos y poderosos, pero los riesgos y consecuencias más serias los sufrimos los más pobres y vulnerables.Las principales causas son el uso de combustibles fósiles, la agricultura industrial y el cambio en el uso de los suelos (que provocan deforestación, avance de la frontera agrícola y erosión debida a megaproyectos extractivos y carreteros), de acuerdo al Informe. De esta manera, el abuso de combustibles fósiles (que conforman el 90% dela matriz energética argentina, dependencia que se renovará de la mano de la explotación mediante el maldito fracking) convierte a la agricultura en la mayor actividad generadora de emisiones de gas con efecto invernadero. No sólo se trata de la deforestación (que aporta el 16% de las emisiones totales) sino también las prácticas de cultivo industrial, que se basan en fertilizantes químicos (con nitrógeno), maquinaria pesada que funciona con gasolina, y en crianza animal altamente concentrada que bombean a la atmósfera deshechos

de metano. La lógica inmobiliaria funciona de la misma manera, agravando el problema medioambiental en los centros urbanos donde reside la mayor parte de la población. La ciudad sucumbe a la misma lógica capitalista. Es un lugar donde los empresarios hacen el mejor negocio que pueden, sin importar quién se vea afectado. Se busca entonces una ciudad donde cada oportunidad de obtener ganancias monetarias se aproveche. Así, por ejemplo, se habilita una gran densidad de edificios en altura en zonas fácilmente inundables. El cambio climático trae mayores lluvias; pero la avaricia empresarial es la que instala cada vez a más gente en barrios que no cuentan con la infraestructura de desagües y cloacas necesaria

- El 18% de la población sufre el déficit habitacional - El 41% de las viviendas del país aún tiene techos de chapa, paja u otros materiales - 1.767.000 son los hogares que revisten algún problema por la que no puede ser considerada dignamente habitable - 377.230 son la cantidad de viviendas irrecuperables- 321.000 personas viven en la Ciudad de Buenos Aires en condiciones habitacionales sumamente delicadas - 120.000 son la cantidad de casas no habitadas existentes en la Capital Federal * Información extraida del censo 2010 y de la revista ¨El Caminante¨

En los últimos días tomó centralidad, nuevamente, una feroz campaña en contra de la “inseguridad”, y como siempre, no hablamos de cualquier inseguridad sino de aquella que pareciera que sólo puede tomar relevancia en un sistema capitalista en el cual se pone por delante la propiedad privada a la vida humana. No existe otra razón que ésta para entender el fenómeno que los medios masivos de desinformación denominaron “ l inchamientos” que surge, casualmente, en un contexto en el que está a flor de piel en sectores de clase media (o “vecinxs bien”) una sensación de miedo e indefensión producto del discurso de sectores políticos conservadores que se oponían al anteproyecto de reforma del Código Penal. Estos sectores con eslóganes simplistas y falsos instalaron la idea de que se buscaba beneficiar a lxs delincuentes frente a un Estado que permanecía inerte ante ello. La muerte de David Moreira, en Rosario, después de una feroz golpiza a manos de una turba de supuestos “vecinxs comunes indignados por la inseguridad” es el ejemplo más doloroso de una sociedad de consumo en donde el odio hacia quienes atentan contra la propiedad privada llega a niveles inimaginables.La actitud de estas hordas linchadoras reproduce y multiplica absolutamente la reacción del “burgués asustado”… por miles. Es fascismo y barbarie en su más puro estado. Existe plena responsabilidad de quienes han dirigido esta sociedad durante décadas, aportando a las concepciones individualistas y egoístas que sostienen y fomentan el modo de producción capitalista, en contraposición con la necesaria e imprescindible fraternidad humana.Son estos mismos sujetos los que, por un lado, protestan por la “inseguridad” y por otro son capaces de actuar como jauría enfurecida sobre la humanidad de otro individuo moliendo y hasta matando a golpes

sólo porque “alguien dijo” que había cometido un delito, estos son actos de salvajismo puro a los que nos ha llevado este sistema capitalista. Son ellos, aunque resulte una obviedad, son ellos quienes cometen el delito de homicidio calificado y deben responder ante la justicia por esto.Los “linchamientos” son acciones que toman a pequeñxs ladrones, o sospechosxs de serlo, en chivos expiatorios de todos los males. Y no se trata aquí de desconocer el avance de la inseguridad, pero sí rechazar que la forma de combatirla sea con una escalada aún mayor de violencia. La inseguridad no es responsabilidad de quien sale a robar, hombres y mujeres, que así como algunos nacen en cuna de oro, a ellxs les tocó nacer sin cuna, sin educación, sin asistencia médica, sin un plato de comida, pasando frío y calor, con los lazos sociales rotos, destruidos –entendemos que esta es la verdadera inseguridad–.La respuesta que dieron los sectores de poder, en medio de una marea mediática y justificadora, dejo un claro mensaje, si bien con algunos matices, hacía un mayor endurecimiento represivo. Esto se materializó en el anuncio de Scioli de declarar la “emergencia en materia de seguridad”, apuntando a la profundización del estado policial de la mano de la nefasta Policía Bonaerense. La reincorporación de unos 15 mil agentes retirados –que se sumarán a los 60 mil actuales– y la compra de armamento por 600 millones de pesos, tienen como único fin dar una respuesta demagógica a la supuesta demanda popular por “seguridad”, se vislumbró incluso la posibilidad de prohibir a lxs acompañantes en motos de baja cilindrada en lugares céntricos.Entonces la principal política para responder a los problemas relacionados con la seguridad ciudadana es la de encarcelar personas, pero no a cualquier persona sino a aquellas que responden a un

“No hay peor fascista que un burgués asustado” Bertolt Bretch

estereotipo (el de ser jóvenes y pobres) y que cometen cierto tipo de delitos (delitos contra la propiedad), la mayoría de las cuales (más del 50%) se encuentran amparadas por el principio constitucional de inocencia y bajo el régimen de la prisión preventiva.Todo eso apunta más al control y al disciplinamiento social que a la prevención del delito. Contrariamente a lo que nos intentan hacer creer el Estado está hoy más presente que nunca, desde 1983, en materia represiva. Según CORREPI, durante la gestión kirchnerista, con la militarización de los barrios a través de gendarmería, prefectura y las policías, se produjeron 2.400 fusilamientos de gatillo fácil sobre un total de 4.100 desde 1983; hubo 67 desapariciones forzadas; creció exponencialmente la población carcelaria (dentro de esta el 80% de lxs presxs permanece sin condena). La represión a los conflictos obreros eclosionó: miles de causas judiciales contra luchadorxs, condena a perpetua de los trabajadores de Las Heras, 21 asesinadxs en movilizaciones y protestas, presxs políticxs como los de Corral de Bustos y Quebracho, la sanción de siete leyes antiterroristas, la sustitución de la tradición de asilo político por la compulsiva extradición de refugiados como lxs campesinxs paraguayxs y el reciente proyecto de ley de “convivencia en las manifestaciones sociales” impulsado para limitar y controlar el derecho a la protesta. Este último proyecto, aplaudido por los sectores de la oposición más reaccionaria como el Macrismo y el Massismo, avanza

aún más en la criminalización de la protesta social; intenta limitar las protestas tildándolas de ilegitimas en caso de que impidan el tránsito o bien afecten un derecho esencial, habilitando en tal caso el uso de las fuerzas represivas para impedirlas. Porque estas medidas están destinadas de ante mano al fracaso y parecieran tener como único objetivo la proyección electoral de quienes las impulsan, creemos necesarios ser categóricos en el repudio de estos hechos de aumento de mano dura –desde los linchamientos hasta la emergencia en seguridad dictada por Scioli y el proyecto de ley que comentamos. Estos no son “justicia”, no atacan las causas estructurales y condenan brutalmente a quienes son más víctimas que victimarios de este sistema social. Por el contrario, entendemos que con mayor fuerza debemos organizarnos para reclamar por trabajo, salud, educación, vivienda, y el reparto de la riqueza. Debemos tomar en nuestras manos la construcción cotidiana de otro mundo posible, en las calles, en los barrios, en las escuelas, en las universidades, como venimos haciendo desde hace muchos años desde las organizaciones populares

CAUCE UBA, CAUCE La Plata y CAUCE Córdoba somos corrientes de estudiantes, docentes, graduadxs e investigadorxs que nos planteamos aportar a la transformación de la sociedad, dando una disputa desde nues t ro ámb i t o más i nmed ia to : l a universidad. Nuestra participación en COB-La Brecha nos planteó la posibilidad y la necesidad de avanzar en mayores niveles de unidad, entendiendo que la problemática universitaria no se limita a cada una de nuestras universidades en particular, sino que es de alcance nacional, por lo que es cada vez más prioritario que empecemos a construir de conjunto una agenda común que podamos desarrollar en cada uno de nuestros territorios. Es por ello que hemos decidido confluir en Cauce - Corriente Universitaria Nacional, con el fin de desarrollar intervenciones conjuntas en los temas más acuciantes de la coyuntura nacional, en problemáticas de género y represivas, en la disputa por el conocimiento en las diversas carreras en las que estudiamos, y en instancias comunes de coproducción de conocimiento junto a otros sectores organizados del pueblo trabajador.

Nuestra militancia en la universidad tiene por objetivo abrir grietas en su estructura para disputar el sentido de la producción de conocimiento, que posibiliten la formación de profesionales críticxs y comprometidxs con el cambio social. Para sumar voluntades a este proyecto de cambio y avanzar posiciones en esta batalla por una educación popular y liberadora apostamos a la democracia ejercida desde abajo y a la acción directa como formas antagónicas a las instituciones dominantes. Y como nos negamos a concebir a la universidad como una isla, cerrada sobre s í m isma , buscamos l i ga r nues t ro conocimiento, nuestras preocupaciones, nuestras ideas, y nuestro activismo al del resto de la clase trabajadora, sintetizando la diversidad de luchas de nuestro pueblo en un nuevo poder, el poder popular, que organice todas las rebeldías dispersas en un proyecto común de liberación. Desde CAUCE - Corriente Universitaria Nacional nos sentimos apenas un afluente más en esa inmensa tarea de construir una sociedad sin oprimidxs ni explotadxs

La lucha de décadas por barrer con las estructuras y el perfil social que tiene la universidad en la Argentina de hoy, está teniendo un nuevo hito en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde un conjunto de estudiantes, graduadxs y docentes llevamos adelante una elección directa e igualitaria de autoridades, desafiando al sistema antidemocrático que impera en estas instituciones.Reguardados en el conservador Estatuto de la UNLP, la gestión kirchnerista ahora encabezada por la Decana Alejandra Wagner se impuso nuevamente en la elección “oficial” con los votos que le otorgó la minoría que ejerce la mayoría en el Consejo Directivo (CD). ¿Cómo es posible esto? Gracias a que el CD está compuesto por dieciseis integrantes de los cuales nueve son docentes (siete profesorxs, un Jefe de Trabajos Prácticos y un auxiliar docente), por lo que la camarilla que gobierna se garantizó el triunfo en una votación donde no participó el movimiento estudiantil.Frente a esta elección ilegítima –la misma que se replicó en las otras dieciseis facultades de la UNLP–, fue en Trabajo Social donde se logró articular un espacio de izquierda conformado por diversas organizaciones estudiantiles, de graduadxs y profesores, con la participación activa de decenas de compañerxs no agrupadxs. Con una masiva asamblea interclaustros se resolvió la realización de una elección directa, con el principio democrático de una persona un voto, y, además, agrupando a los docentes bajo el “claustro único docente”, sin jerarquías entre lxs trabajadorxs de la educación.Pero no sólo esto, sino que también se avanzó en poner en escena la orientación social del conocimiento que se

produce en la facultad. Frente al perfil asistencialista del trabajador social propuesto por la gestión kirchnerista, antepusimos la concepción del trabajador social crítico, con el énfasis puesto en la necesidad de formar trabajadorxs sociales que puedan intervenir en el territorio desde una perspectiva transformadora, que puedan dialogar con y en los territorios y que aporten a la organización del pueblo oprimido. En síntesis, un programa anticapitalista para la Facultad y la UNLP como guía de nuestro accionar político.Lamentablemente esta gran lucha no cuenta con el apoyo de la conducción del Centro de Estudiantes, COPA (Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional), que permanentemente boicoteó el proceso, desconociendo las resoluciones del interclaustros, aparateando asambleas estudiantiles junto a militantes kirchneristas y desviando la lucha política hacia una lucha reivindicativa, al sentarse en la elección del CD –aunque sin votar– con un pliego de reivindicaciones gremiales que ni siquiera fue contemplado por la gestión.La elección directa e igualitaria, en un contexto de debate político como el propuesto por el conjunto de organizaciones y compañerxs que coordinamos esta lucha, es un refuerzo de la democracia directa. Es el momento de la síntesis, donde todxs podemos expresarnos de manera igualitaria. Pero también es un punto de partida, desde sentar una gran base para la proyección política de las luchas que vendrán. Por el desafío de la próxima reforma del plan de estudios y por la pelea por una facultad de todxs y para el pueblo

Trabajo Social de la UNLP:

En un contexto de ajuste sobre nuestra clase, son nuevamente los sectores más postergados quienes mayormente se ven afectados por el combo de devaluación, inflación y techos salariales e incluso hay sectores a los que se les sigue negando el derecho a sus paritarias. En este marco, lxs compañerxs desocupadxs y precarizadxs de la AGTCAP volvemos nuevamente a las calles con diversas iniciativas para contrarrestar los efectos de las medidas ortodoxas de un gobierno nacional cada vez menos popular. Junto con otros movimientos sociales, estamos desarrollando un plan de lucha por el aumento salarial del Programa de trabajo “Argentina Trabaja”, a cargo del Ministerio de Desarrollo Social, el cual condena a los distintos compañeros a trabajar de forma precarizada, por $2000 por mes, o $15 por día, que es lo que genera la Asignación Universal por Hijo, con los cuales tenemos que aprender a alimentar, vestir y educar a nuestros hijos. Ante las dos medidas llevadas a cabo en el transcurso

del año, en donde más de 3.000 trabajadorxs exigimos una paritaria para discutir este aumento, como el de los demás programas de empleo, la respuesta del gobierno fue un gran despliegue policial. Esa es la solución de los funcionarios “populares”, Capitanich y Alicia Kirchner. En el mismo sentido, entendiendo que el ajuste no es sólo una decisión del gobierno, sino un plan trabajado conjuntamente con los sectores empresarios, los verdaderos ganadores de ésta década, evaluamos exigirles a las cámaras empresarias un descuento del 30% en los precios de los alimentos para que los sectores más golpeados puedan hacer frente al flagelo de la inflación. Sabemos que enfrentamos un nuevo panorama político, que nos exige mayor unidad y principalmente mayor audacia. Es en la calle donde aprendimos a defender nuestra dignidad, y es en la calle donde la vamos a seguir defendiendo