7/17/2019 1 El Abanico autora española

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El abanico

Emilia Pardo Bazán

-Como deseaba escrutar el corazón de mi novia -díjome Sandalio

Aguilar, en la terraza del Casino, en la hora roicia a las con!dencias,

cuando los acordes de la or"uesta se desma#an en el aire, aleteando

d$biles, a manera de %atigadas mariosas-, # en las conversaciones de amor

casi todo es mentira, decidí racticar una e&eriencia "ue me ilustrase' (o

había asistido ella nunca a una corrida de toros' )Su tía la educaba con tal

rigidez'''* Comr$ un alco, # las invit$ galantemente' +a tía transigió,

convidando a su vez a unas amigas "ue la a#udasen a llevar, segn ella

decía, el eso de la cesta.'

/e sent$ en el ángulo del alco, al lado de mi Bertina 0#a sabe usted1

Albertina +aguarda, ho# mar"uesa de +ucientes2' (o, no crea usted "ue me

he interrumido or"ue me corte el habla ninguna emoción' Es "ue la noche

emieza a re%rescar, # #o tengo unos bron"uios "ue todo lo notan en

seguida' )Ejem*'''

 3 Sandalio tosió con la recisión # la ulcritud "ue le caracterizan,

alicando a la boca un !no a4uelo, %ragante, de amlísima orla'

-Bien5 #a hemos agado el tributo irremisible a la se4ora tos'''

6uedamos en "ue me instal$ a la vera de mi novia, "ue or cierto estaba

guaísima con su mantilla blanca de encaje rancio' +levaba un traje rosa

salmón, o más bien, rosa carne, escotado, # la juguetona blonda con%undía

de un modo delicioso los tonos similares de la tez # de la vestidura' Sobre su

elo casta4o # %osco, "ue el sol ra%agueaba de oro viejo, un manojo entero

de clavelones enormes, de ese matiz indeciso "ue no es rojo ni rosa # "ue alremate de las hojas se cambia en gris argentado, se erguía rovocativo,

dentro del medio canalón de la einetaza de care#' (o llevaba guantes, # su

manita, cuajada de sortijas, relucía al manejar el abanico, un gran ericón

manile4o sembrado de 7ores e&travagantes, imosibles' +a aureola de la

mantilla, haciendo sombra a %rente # sienes, ro%undizaba sus ojos

atra#entes e insondables''' En !n, era necesario tener mi calma, mi esíritu

analítico, ara no olvidar comletamente "ue se trataba de una e&eriencia

de sicología, de "ue imresiones %uertes e ineseradas descubriesen algn

rincón del alma de una mujer destinada a ser toda la vida mi amante

coma4era''' /e dedi"u$, solícito, a e&licar lo "ue allí iba a suceder, #desde el rimer momento su%rí una dececión1 Bertina sabía er%ectamente

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-:e estas cosas %eas, lo mejor es de%enderse con el abanico

-murmuró, traduciendo a su manera la regunta de mis ojos-' Por"ue no

vi$ndolas, >verdad?, es lo mismo "ue si no las hubiese'''

->@e basta a ti con el abanico? -resondí en el mismo tono

con!dencial # a%able'

-Claro "ue sí''' 3a no se ve ese asco -a!rmó, acercando a su nariz el

esenciero, "ue con otros dijes minsculos colgaba de su cadena de oro'

/e recio de rudente, de hábil, # tard$ an seis meses en retirar de

un modo suave e insensible mi candidatura a la mano ensortijada deBertina' En este tiemo ude cerciorarme de "ue el sistema del abanico lo

alicaba a todos los casos osibles' @aar, taar, "ue ojos "ue no ven,

corazón "ue no "uiebra''' )3 #o no "uiero un corazón "ue se regula or la

materialidad de los ojos*

-(o estaba usted enamorado de Bertina -objet$-' Si lo estuviese,

rescindiría de estos ti"uis mi"uis5 # aun sin estarlo, debió usted

comrender "ue su actitud era eminentemente social' (adie hace otra cosa'

(o se mira lo "ue no uede evitarse' +a sociedad esgrime un abanico

inmenso'