1. Qué es la teoría

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  • Qui: es la teoria

    Para la gente interesada en el mundo real -y supongo que la mayoria de ustedes estiin aqui por esa raz6n- un curso acerca de la teoria sociol6gi- ca puede parecer carente de sentido. La sociologia estA bien, desde luego. Trata sobre la sociedad, y por eso e san ustedes aqui. ~Pero a que viene la 'teoria"? Tiene un aire demasiado fllosofico, el de las ideas pox- si rnismas. El estudio de la teoria parece ser tan &xido como el polvo.

    Sin embargo, quiero sefialar que un curso sobre teoria no es tan Mdo ni abstract0 como se puede creer. Desde luego, las teorias abstraen a partir de 10s datos particulares de un tlempo y un lugar determinados, asf que a menudo hablamos abstractamente cuando las analizamos. Pero hay un contrapeso importante para este impulso hacia la abstraccibn. Las teorlas son propuestas por personas, algo que nunca debemos olvidar. A1 estudiar teorias no examinaxnos abstracciones flotantes sino obras de personas. Para conocer las teorias, pues, debemos saber un poco acerca de las personas que las escribieron: cu-do y c6mo vivieron, d6nde trabajaron y, lo m a im- portante, c6mo pensaban. Tenemos que saber estas cosas para entender por quC decian lo que decian, por quC no decian otra cosa, por quC cambia- ban de parecer. En general procurare hallar respuestas a estas preguntas dentro de las teorias mismas, per0 tratarC de no olvidar que dems de estos textos te6ricos esun las personas y sus mentes.

    M h aun, este curso no trata sobre cualquier teoria sociol6gica. sino sobre la teorfa en la actualidad. Uno de 10s atracuvos de un curso sobre teo- ria contemporhea es .que nos obliga a hablar de nuestra Cpoca: hablamos de la vida contemporhea porque ha ejercido una gran influencia en la teo- ria contemporAnea. Durante el curso yo insinuare, por ejemplo, que la Gran Depresibn de la dCcada de 1930 y la guerra mundial que estall6 despuCs afectaron decisivamente la teoria sociolbgica del period0 contemporiineo. Las esperanzas utbpicas de reconstruccibn social en el mundo de posguerra fueron vitales para nodelar la naturaleza de la teoria que emergi6 a1 princi- pio. Estas esperanzas se fmstraron en la dCcada de 1960. La furia y la de- cepci6n desempefiaron un papel decisivo en el trabajo tebrico subsiguiente. pues estimularon nuevas teorias que desaflaron las que predominaban en la posguerra.

    Sin embargo, hablare de la sociedad contemporaea no sdlo porque ha afectado la teoria contemporanea sin0 tambien porque la teoria contempora- nea, a fln de cuentas, trata sobre la sociedad contemporhea. Hay aspectos

  • de la teoria que son atemporales, que generalizan a partir de elementos par- ticulares para establecer "leyes" o "modelos" que pretenden ser validos para siempre. Pero, precisamente porque quienes crean las teorias sufren la in- fluencia de su tpoca, podemos leer sus teorias como dirigidas hacia ella. A1 comentar estas teorias, me desplazare continuamente de las abstracciones te6ricas a las concreciones empiricas. a la sociedad norteamericana que co- nocemos hoy, a 10s conflictos que nos amenazan y nos inspiran, a las reali- dades mundanas de nuestra vida cotidiana. Si mi curso no brinda un esti- mulo para pensar en cosas empiricas -en todo, desde lo sublime hasta lo ridiculo- de maneras nuevas y fascinantes, habre fracasado.

    Pero antes de abordar el aspect0 'sociol6gico" de la teoria sociol6gica, debemos ingresar en el mundo de la "teoria" misma. Por lo menos una clase tendr& que ser bastante seca y abstracta, y es natural que tsta sea la pri- mera. Para iniciar un curso debemos ir primero a lo primero. Y en un curso sobre teoria, lo primer0 es preguntarnos quC es la teoria. ComenzarC con una deflnicibn sencilla. La teoria es una generalizaci6n separada de 10s par- ticulares, una abstracci6n separada de un caso concreto. Dare algunos ejemplos de este proceso de abstraction. Los actores econ6micos son parti- culares concretos. Por ejemplo, el presidente de Chrysler, la compaxiia auto- motriz, es una persona espec'lfica, Lee Iacoca. Si quisieramos describir la actividad de Lee Iacoca en la Chrysler Corporation, no hariamos teoria. Por otra parte, 10s "presidentes de compaxiias automotrices" constituyen una clase de personas. Ahora estamos abstrayendo a partir de un caso concreto. Si quisikunos pensar acerca de las actividades de 10s "presidentes" de com- pafiias automotrices, tendriamos que generalizar a partir de individuos par- ticulares; estariamos elaborando teorias acerca de la conducta administrati- va en las compaiiias automotrices. Si quisieramos estudiar a 10s 'presiden- tes de las empresas norteamericanas", tendriamos un nuevo nivel de abs- traccibn. Tomemos un ejemplo mas cercano. Si miramos a un nifio que inte- ractfia con sus padres, estudiamos un caso concreto. Si quisieramos mirar muchos casos de nhios interactuando con sus padres. estariamos generali- zando a partir de casos concretos para elaborar teorias sobre la interacci6n padre/hijo. Estariamos teorizando sobre la socializaci6n.

    Empero, en este curso no me interesa s610 la teoria, sino la tepria ge- neral. En sociologia abundan las teorias especiales, por ejemplo teorias so- bre la estratlflcaci611, la socializaci6n. la politica y la administracibn. Se las puede estudiar en cursos mas especializados. Las teorias generales toman estas teorias especiales y las unen. Las teorias generales son teorias acerca de todo, acerca de las "sociedades" en cuanto tales, acerca de la moderni- dad mAs que acerca de una sociedad moderna en particular, acerca de la "interacci6nW m b que acerca de una forma particular de interaccibn. Hay teorias especiales sobre las clases econdmicas en la sociedad, sobre la clase media, la clase trabajadora y la clase alta. Pero una teoria general de las clases, como la teoria marxista, combina todas estas teorias especiales so- bre las clases en una sola teoria sobre el desarrollo econ6mico y las relacio- nes de clase en cuanto tales.

    Ahora que he definido muy provisionalmente quC es la teoria, hablare

  • acerca de su signiflcaci6n. Hoy existe un gran debate acerca del papel de la teoria en las ciencias, y sobre todo en las ciencias sociales. La posicibn que asumo aqui, decisiva para este curso. es que la teoria es crucial. Mas aun, la teoria es el coraz6n de la ciencia. Aunque las teorias siempre se relacio- nan estrechamente con la 'realidad" fActica, en la prActica de las ciencias sociales son Ias teorias mismas las que generan 10s experimentos que verifi- can 10s datos; las teorias son las que estructuran la realidad -10s datos o 'hechosW- que estudian 10s cientfflcos.

    Dart? un ejemplo. Las ciencias sociales dedican hoy muchos trabajos a1 intento de hallar explicaciones del Mto econ6mico del Jap6n. En estos es- tudios 10s cientIAcos sociales a menudo descubren que 10s j6venes estudian- tes japoneses otorgan gran valor al logro, a la 'socializaci6n para el logro". que eventualrnente se traduce en trabajo duro y disciplina en el mundo eco- n61nico adulto. ~ P e r o c6mo se descubre el 'dato" de tal socializaci6n? LES porque la realidad de esta socializacidn para el logro se impone sobre el ob- servador cientifico? Pues no. Se publican estudios sobre socializaci6n por- que muchos cientiflcos sociales estan imbuidos, antes de llegar al JaMn, de la idea te6rica de que la sociahci6n en la lnfancia es decisiva para deter- minar el estilo laboral de 10s adultos.

    Continuemos con otro ejemplo japonCs. En Europa y 10s Estados Unidos hace hror el debate acerca de las razones hist6ricas del rApido de- sarrollo econ6mico del Jap6n. Algunos estudiosos arguyen que la situacibn militar protegida de que ha gozado el Jap6n desde la Segunda Guerra Mundial le ha permitido prosperar; otros, en una vena similar, han citado las politicas proteccionistas del gobierno japonCs. Sin embargo, otros estu- diosos sostienen que estos factores no son decisivos, que debemos prestar atenci6n a la cohesi6n de 10s valores japoneses y a la solidaridad que ata [~vincula?] a 10s trabajadores y [Lcon?] 10s capitalistas. Creo que estas fun- damentales dlferendas de opinidn cientiflca no se pueden zanjar con una mera obsemci6n mAs atenta de 10s hechos, aunque por cierto debemos observarlos atentamente. Estas diferencias nacen de las teorias generales de 10s cientIflcos acerm de lo que motiva a las personas para actuar y de las fuerzas que mantienen unida una sociedad. Si creemos que las perso- nas son competitivas por naturaleza e invariablemente egoistas. enfatizare- mos factores materiales como el gobierno y la polltica militar; si creemos, por el contrario, que 10s sentimientos y la moralidad son aspectos vitales del vinculo social, enfatizaremos factores "ideales" tales como 10s valores y la solidaridad.

    Pero hay ejemplos m a cercanos de la significaci6n de la teoria. La so- ciedad norteamericana ha sufrido la revoluci6n econ6mica llamada Reaganomics o 'reagonomia". Es un programa px%ctico en el mas practico de 10s mundos, el mercado. ~ P e r o esta politica pectica se gener6 simple- mente como solucMn cientiflca para problemas econ6micos contemporAne- os? En absoluto. La 'reagonomia" se basa en ideas, en primer lugar las de Milton Fiiedman, pero, en un marco temporal mAs amplio. en ideas que se remontan a doscientos afios aMs, a las teorias de Adam Smith, y antes de tl, a John Locke. Fue John Maynard Keynes, el gran economists que se

  • oponia a las teorias del mercado libre, quien dijo que las ideas constituyen la fuema econ6mica mas poderosa.

    ~ C o m o se generan las teorias? Muchos cientificos admiten que las teo- rias son miis generales que 10s hechos y son igualmente importantes para la generaci6n de ideas cientiflcas. Pero eso no responde a la pregunta mAs de- cisiva: ~cbrno se producen las teorias?

    &a teoria se induce a partir de datos empiricos? Segun esta idea, ten- driamos que estudiar muchos casos especificos y hacer generalizaciones graduales basadas en sus rasgos comunes. Una teoria asi generada, una "ley abarcadoraw, luego desempefiaria un papel decisivo en nuevos trabajos empiricos. Esta idea de inducci6n suena convincente. per0 no es cierta. La teoria no se puede construir sin datos, per0 tarnpoco se puede construir s6- lo con datos. Algunos fil6sofos de la ciencia reconocen que la teoria precede a cualquier intento de generalizaci6n -que salimos a1 mundo de 10s hechos munidos con teorias- per0 sostienen que usamos datos ate6ricos para veri- ficar la verdad o falsedad de nuestros conceptos te6ricos generales. Pero es- ta posici6n es tan poco atinada como la anterior. especialmente para las cla- ses de teorias generales que trataremos aqui. Tales teorias no se pueden so- meter a una verificacibn deflnitiva y concluyente por medio de datos, aun- que una referencia a 10s datos es parte vital de toda verificaci6n de una teo- ria. Los datos pueden poner en jaque algunas proposiciones especiflcas de una teoria, pero un cuestionamiento puramente factico tiene dos limitacio- nes. Primero, 10s datos que usamos para cuestionar una teoria e s u n infor- mados a la vez por teorias que no estamos veriflcando en esta oportunidad. Segundo, aunque admitamos la falsedad de una proposici6n especiflca, rara vez abandonaremos la teoria general de la cual forma parte. En cambio, ha- remos una revisi6n de la teoria general para alinear sus proposiciones con estos nuevos datos "facticosw.

    ~Como se generan. pues, las teorias? Convengo, por cierto. en que el mundo real pone limites muy estrictos a nuestra teorizaci6n. Por ejemplo, para un cientifico social resultaria dificil sostener que la sociedad norteame- ricana esta sufriendo una revoluci6n politica, asi como la 'realidad" diflcul- taria proponer la teoria de que la sociedad sovietica es capitalista y no co- munista. Sin embargo. algunos cientificos han aflrmado que la sociedad norteamericana est& sufriendo una revoluci6n politica, y otros han'intenta- do demostrar que Rusia es un pais capitalista y no comunista. Estos ejem- plos extremos revelan que el razonamiento te6rico tiene una relatlva auto- nomia respecto del 'mundo realw. De hecho, me he visto en la obligaci6n de poner esta expresion entre comillas. Como 10s limites que la realidad impo- ne a la ciencia siempre sufren la mediacibn de compromises anteriores, nos

    Diagrama 1.1 El continuo del pensamiento cientifico

    Medio teorico "no-factico"

  • resulta imposible saber, en cualquier momento especifico, que es exacta- mente la realidad.

    Las teorias, pues, son generadas tanto por 10s procesos no facticos o no empiricos que preceden al contact0 cientiflco con el mundo real como por la estructura de este 'mundo real". Con procesos no facticos me reflero a cosas tales como 10s dogmas universitarios, la socializacibn intelectual y la especulaci6n imaginativa del cientiflco, que esta basada tanto en su fan- tasia personal como en la realidad externa. En la construcci6n de las teorias cientificas, el mundo real modifica estos procesos, per0 nunca 10s elimina. Existe, pues, una relacibn doble entre las teorias y 10s hechos.

    Llamare elemento aprioristico a la parte no empirica de la ciencia. Este elemento no depende de las observaciones sino de las tradiciones. Esta aflr- maci6n puede parecer extr-a. La ciencia, prototipo de racionalidad y mo- dernidad, pareceria opuesta a la tradicibn. A mi juicio, sin embargo, la cien- cia -aunque sea rational- depende vitalmente de la tradicibn. La sociolo- gia es una ciencia social empirica, comprometida con la veriflcacibn riguro- sa, con 10s datos, con la disciplina de la verificaci6n. No obstante. estas acti- vidades cientiflcas se desarrollan, a mi entender, dentro de tradiciones que se dan por sentadas y no estan sometidas a una evaluacibn estrictamente empirica.

    CQU$ son estas tradiciones cientificas? Podemos convenir, sin lugar a dudas, en que estfin integradas por 10s componentes basicos de la ciencia social. El problema es que las personas conceptualizan estos componentes basicos de diversos modos. Es justo decir que estos modos diversos, a me- nudo antiteticos, de conceptualizar 10s componentes bAsicos de las cien- cias sociales son el nucleo del debate te6rico contemporaneo. Aun asi, de- bemos identiflcar 10s componentes basicos, pues s610 asi podremos identi- flcar las tradiciones basicas que informan la base no empirica de una dis- ciplina.

    La tarea es mas ardua de lo que parece, pues en las ciencias sociales hay una importante gama de elementos no empiricos. El legado de cada ge- neracidn de sociblogos a la siguiente no consiste s610 en las creencias acer-

    Diagrama 1.2 El continuo cientiflco y sus componentes

    Medio Medio metaflslco emplrico

    "Teorlas" "Hechos" - a a a a a

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  • ca de cudes son dichos elementos, sino en cuales son entre ellos 10s mas importantes. Me gusta considerar estos elementos como parte de un conti- nuo del pensamiento cientiflco (vease el diagrama 1.2).

    Las diversas tradiciones de la teoria social suelen enfatizar un nivel de este continuo m b que otros. A menudo sostlenen que tal o cual nivel es de importancia extrema. En consecuencia, las diversas comprensiones teoricas del componente que se considera decisivo constituyen la base de las princi- pales tradiciones sociol6gicas.

    Muchos tebricos arguyen, por ejemplo, que el nivel ideologic0 es decisi- vo. Sostienen que las creencias politicas de 10s cientificos constituyen el ele- mento no empirico que determina la sustancia de 10s hallazgos de las cien- cias sociales. Consideran pues que la sociologia estA dividida entre tradicio- nes conservadoras, liberales y radicales. Aunque esta perspectiva de la teo- ria sociol6gica - asi como las demas que luego cornentare- nos ha acompa- nado durante siglos, resurgib en el period0 de posguerra con 10s conflictos sociales de la dCcada de 1960. Los sociologos criticos llegaron a encarar la sociolo@a academics como una disciplina 'sacerdotal", propia del establish- ment, una teoria ideologica cuestionada por la sociologia revolucionaria o profiitica de la Nueva Izquierda.

    Otros cientificos sociales sostienen, con igual vehemencia, que el mo- delq determina la naturaleza fundamental del pensamiento sociol6gico. Los modelos son imageries deliberadamente simplistas y muy abstractas del mundo. Hay modelos, por ejemplo, que describen la sociedad como un siste- --

    maem fnmblramfente e m e l s - i s k ~ ~ i Q 1 d g i c ~ d e l c u e r p o o el sistema mecanico de un motor de combustibn interna. Otros modelos consideran que la sociedad estA compuesta por instituciones separadas sin ninguna re- lacion integral y sistCmica entre ellas. Para quienes enfatizan el nivel del modelo, la opcibn entre modelos funcionales e institucionales es responsa- ble del tono de una teoria social. El enfoque ideolbgico sostiene que las deci- siones politicas del cientico generan modelos, per0 este segundo grupo de tebricos argumenta que la opcibn entre modelos funcionales e instituciona- les genera compromisos ideolbgicos. A menudo han sostenido, por ejemplo. que 10s modelos funcionalistas llevan a una ideologia conservadora. Los te6- ricos ideolbgicos, en cambio, a menudo han sostenido lo inverso, es decir, que las creencias politicas conservadoras conducen a la adopcibn de mode- 10s funcionales.

    Otro nivel del continuo sociologico que a menudo se considera decisivo es el metodol6gico. Se sostiene que la opcibn entre tecnicas cuantitativas y cualitativas, o entre el analisis comparado y 10s estudios de casos, son cru- ciales para estructurar teorias sociolbgicas generales. En un nivel menos ttcnico, las controversias metodol6gicas se concentran en el papel de la teo- rizacibn abstracta en contraste con la compilacibn de datos empiricos. Se trata, por cierto, de la disputa en la que yo mismo acabo de embarcarme. Quienes adhieren a diversos bandos de estos debates metodologicos suelen compartir la creencia, a la cual yo no me adhiero, de-que 10s compromisos con deterrninados modelos e ideologias surgen de estas opciones metodol6- gicas, y no a1 contrario.

  • Por ultimo. muchos cientificos sociales de la actualidad sostienen que lo mas determinante para un socidlogo consiste en decidir si el mundo esta en equilibria o en conflicto. La "teoria del conflicto", por ejemplo. d r m a que si damos por sentado que la sociedad es consensual, adoptaremos modelos funcionales, tomaremos posiciones ideolbgicas sisti5micas conservadoras, y emplearemos metodologias empiristas y antitedricas.

    Ustedes habrAn notado una pizca de escepticismo en mi exposici6n. Pero. no quiero sugerir que estas discusiones me parecen irrelevantes. A mi juicio, cada uno de estos supuestos no empiricos es vital para la teorizaci6n sociol6gica. Ya tendre ocasi6n de concentrarrne en cada urio de estos niveles - modelo, mCtodo, ideologia. conflicto empirico, consenso- y comentar su im- portancia en la deterrninaci6n de la forrna de una actitud o carnbio te6ricos.

    A1 mismo tiempo, sefialart que cada una de estas vehementes posicio- nes te6ricas es reduccionista. Aunque todos estos niveles son relevantes, ninguno de ellos tiene el poder que a menudo se le atribuye. La ideologia es importante, pero es err6neo tratar de reducir la teoria a la influencia de 10s supuestos politicos. De hecho, no es inusitado que tedricos con ideas politi- cas muy diferentes produzcan teorias que son signiflcativamente sirnilares. Asimismo, es errbneo pensar que 10s modelos son tan decisivos. Los mode- 10s son importantes. per0 no pueden determinar 10s otros supuestos de 10s tebricos. Los modelos funcionales, por ejemplo, cuentan hoy con la aproba- cibn de radicales marxistas asi como de conservadores. Algunos funcionalis- tas consideran que 10s requerimientos del sistema son contradictorios y en ultima instancia autodestructivos; otros consideran que son complementa- rios y autorreguladores. De la misma rhanera, hay funcionalistas empiristas y funcionalistas que aprecian la independencia del aspect0 no empirico de la teoria. Por lomar otra reduccidn tipica, parece tremendamente obstinado atribuir poder decisivo a 10s compromisos metodolbgicos. En la historia de la sociologia, la misma metodologia ha respaldado las posiciones miis en- contradas. Por ejemplo, hay teorias cuantitativas mandstas acerca de la for- macidn de clases y teorias liberales cuantitativas que reemplazan la clase por el status. Los compromisos metodoldgicos son 10s mismos, per0 las teo- rias son muy diferentes. Por ultimo, la posicibn de un tebrico acerca del conflicto no puede. en mi. opinidn, determinar las otras caractensticas de s u teoria. Marx consideraba que la sociedad estaba en conflicto, y tambiCn Hegel, per0 pocos pondrian ambas teorias en el mismo camp.

    Pero el problema de estos debates contemporiineos no radica &lo en s u reduccionismo, sino en la mezcla de niveles relativamente independien- tes. Ademas, la mayoria de estos debates contemporiineos ignoran el nivel no empirico mas general de todos. Lo llamare el nivel de las "presuposicio- nes". En la segunda parte de esta clase, describire estas presuposiciones, y sugeriri? que forman las tradiciones predominantes en el pensamiento so- cial. En mi conclusi&n, regresari? al t6pico de la teoria sociol6gica contempo- rAnea. Llevart? este comentario abstract0 acerca de las tradiciones a un pla- no m& concreto comentando las fuerzas intelectuales y sociales que traje- ron el centro del debate te6rico a 10s Estados Unidos en el period0 inmedia- tamente posterior a la Segunda Guerra Mundial.

  • Con presuposiciones me refiero a 10s supuestos mas generales de cada soci6logo en su enfrentamiento con la realidad. Creo que es obvio que lo pri- mero que un estudiante de la vida social presupone es la naturaleza de la acci6n. Cuando pensamos c6mo es la acci6n. habitualmente nos pregunta- mos si es racional o no. El 'problema de la acci6nU, pues, consiste en dar por sentado que 10s actores son racionales o no racionales. Aqui no me re- flero al uso habitual que identiflca racional con bueno y listo, y no racional con malo y esttipido. No quiero decir, en otras palabras, que un act0 no ra- cional sea 'irracionalw. En la teoria social, esta dicotomia alude a si las per- sonas son egoistas (racionales) o idealistas (no racionales), sf son normati- vas y morales (no racionales) en su enfoque del mundo o puramente instru- mentales (racionales). si al actuar les interesa aumentar la eficiencia [racio- nalrnente) o si est6.n regidas por emociones y deseos inconscientes (no racio- nalrnente). Todas estas dicotomias se relacionan con la vital cuesti6n de la referencia interna o externa de la acci6n. Los enfoques racionalistas de la acci6n consideran que el actor recibe impulso de fuerzas externas, mientras que 10s enfoques no racionales implican que la acci6n estA motivada desde dentro.

    A1 hablar de presuposiciones, sugiero que cada teoria social y cada trabajo empirico toma una posici6n aprioristica sobre el problema de la ac- ci6n. Sin embargo, ello no significa que tenga que adoptar una actitud ex- cluyente. Se puede considerar -aunque no es lo habitual- que la acci6n tiene elementos racionales y no racionales.

    Pero no basta con responder la pregunta central acerca de la accibn. Existen presuposiciones acerca de una segunda cuesti6n relevante, la que denominare el 'problema del ordenw. Los sociologos son sociblogos porque creen que la sociedad respeta patrones, estructuras independientes de 10s individuos que la componen. Pero, aunque todos 10s soci6logos creen esto, a menudo tienen grandes desacuerdos acerca del modo en que se genera. este orden. Dire que se trata de una controversia entre 10s enfoques individualis- tas y colectivistas del orden.

    Si 10s pensadores presuponen una posici6n colectivista, entienden que 10s patrones sociales son previos a todo act0 individual especiflco, y son, en cierto sentido. producto de la historia. El orden social es un dato 'externow que enfrenta a1 individuo reciCn nacido. Ahora bien, si escriben sobre 10s adultos, 10s colectivistas pueden reconocer que el orden social existe tanto dentro como fuera del individuo: de hecho, es un punto impor- tante al cud retornaremos. Lo que aqui irnporta es que la perspectiva co- lectivista, ya conceptualice el orden social como interior o exterior a un ac- tor, no considera que sea producto de consideraciones de este momento. Todo act0 individual, s e e n la teoria colectivista, va impulsado en la direc- ci6n de la estructura preexistente, aunque esta direcci6n sea sblo una pro- babilidad para 10s colectivistas que reconocen que la accibn tiene un elemento de libertad. Asi, para la teoria colectivista, la economia determina la direcci6n de 10s actores econ6micos individuales, y no son 10s empresa- rios quienes crean la economia; el sistema religiose determina la conducta de un creyente individual, y no es la fe la que permite surgir una iglesia;

  • las organizaciones partidarias producen politicos, y no son 10s politicos quienes consutuyen 10s partidos.

    Los te6ricos individualistas a menudo reconocen que parecen existir tales estructuras extraindividuales en la sociedad, y por cierto reconocen que hay patrones inteligibles. Pero aun asi insisten en que estos patrones son prducto de la negociaci6n individual y consecuencia de la opci6n indi- vidual. No s610 creen que 10s individuos son 'portadores" de las estructuras sino que 10s actores producen las estructuras en 10s procesos concretos de la interacci6n individual. Para ellos, no es s610 que 10s individuos tengan un elemento de libertad, sino que pueden alterar 10s fundamentos del orden so- cial en cada punto sucesivo del Uempo hist6rico. Los individuos, segun esta perspectiva, no portan el orden dentro de si mismos. En cambio, siguen el orden social o se rebelan contra t l - e incluso contra sus propios valores- segCln sus deseos individuales.

    No creo que 10s problemas de la accidn y el orden Sean 'opcionales". Creo que cada teoria toma alguna posici6n sobre ambos. Pero no insistirt sobre esto. Quiero sefialar que las perrnutaciones 16gicas entre las presupo- siciones integran las tradiciones fundamentales de la sociologia. Hay teorias rational-indwdualistas y teorias racional-colectivlstas. Hay teorias normati- vo-individualistas y normativo-colectivistas. La historia del pensamiento so- cial tambitn registra algunos intentos - muy pocos y espaciados- de tras- cender estas dicotowas de manera multidimensional.

    Estas presuposiciones trascienden la mera inquietud acadtmica. En cualquier posici6n que se adopte. hay en juego valores fundamentales. El estudio de la sociedad gira alrededor de las cuestiones de la libertad y el orden, y toda teoria sufre la atracci6n de ambos polos. A mi entender. es un dilema tipicamente occidental o, mejor dicho, tipicamente moderno. Como hombres y mujeres mdernos, creemos que 10s individuos tienen libre albe- drio -en terrninos religiosos, que cada ser humano tiene un alma inviola- ble- y por ello creemos que cada persona tiene capacidad para actuar de manera responsable. En mayor o menor grado, estas creencias culturales se han institucionalizado en cada sociedad occidental. El individuo constituye urn unidad especial. Se han realizado complejos esfuerzos legales para pro- tegerlo del grupo, del Estado y de otros organismos culturalmente 'coerciti- vos", como la Iglesia.

    Los tebricos de la sociologia han tomado estos desarrollos muy en se- rio, y al igual que otros ciudadanos de la sociedad occidental han procurado proteger esta libertad individual. De hecho, la sociologia surgi6 como disci- plina a partir de esta diferenciacidn del individuo en la sociedad, pues la in- dependencia del individuo, el crecirniento de su capacidad para pensar li- bremente acerca de la sociedad, permiti6 que la sociedad misma hera con- cebida como objeto de estudio. La independencia del individuo vuelve pro- blematic~ el 'orden", y esta problematizaci6n del orden vuelve posible la so- ciologia. A1 mlsmo tiempo, los soci6logos admiten que hay patrones aun en este orden moderno y que la vida cotidiana de 10s individuos esth profunda- mente estructurada. Esto es precisamente lo que vuelve tan preciosos 10s valores de 'libertad" e 'individualidad". La tensidn entre la libertad y el or-

  • den brinda una justificacibn intelectual y moral a la sociologla: la sociologla explora la naturaleza del orden social en gran medida porque le interesan sus irnplicaciones para la libertad individual.

    Las teorias individualistas son atractivas y poderosas porque p r e s e m la libertad individual de manera abierta, explicita y total. Sus postulados aprioristicos dan por sentada la integridad del indMduo racional o moral, y entienden que el actor es libre de su situacibn, ya se la deflna como coercibn material o influencia moral. Pero, a mi juicio, la posici6n individualista paga un alto precio tebrico por esta Ubertad. Otorga un voluntarismo poco realista y artiflcial a1 actor en la sociedad. En este sentido, la teoria individualista no presta un verdadero servicio a la libertad. Ignora las arnenazas reales que la estructura social plantea a menudo a la libertad, y tambiCn el gran soeten de la libertad que pueden brindar las estructuras sociales. A mf entender, el di- seiio moral de la teoria individualista alienta la ilusibn de que 10s indMduos no necesitan de otros ni de la sociedad en su conjunto.

    La teoria colectivista, por otra parte, reconoce que 10s controles socia- les existen, y en consecuencia puede someter dichos controles a un andisis explicito. En este sentido el pensamiento colectivista tiene ventajas sobre el pensarniento individualista, tanto en lo moral como en lo te6rico. Desde lue- go, debemos preguntarnos si no pagamos un precio inaceptable por esta ventaja. LQUC pierde la teortzaci6n colectivista? ~Cbmo se relaciona la fuer- za colectiva que ella postula con la voluntad individual, el voluntarismo y el autocontrol? Antes de responder esta pregunta decisiva. debemos ser claros acerca de un hecho vital: las presuposiciones sobre el orden no implican ninguna presuposicibn especiflca acerca de la accibn. Dada esta indetermi- nacidn, hay muchas clases de teoria colectivista.

    A mi juicio, el crucial interrogante de si la teoria colectivista vale su precio gira alrededor de la presuposici6n de que la acci6n sea instrumental o moral. Muchas teorias colectivista entienden que las acciones son moti- vadas por una forma estrecha de racionalidad que solo atiende a la eflcacia tecnica. Cuando ello ocurre, se describen las estructuras colectivas como si fueran externas a 10s individuos en un sentido fisico. Se dice que estas es- tructuras aparentemente externas y materiales, como 10s sistemas politicos o economicos, controlan a 10s actores desde fuera, les guste o no. Lo hacen disponiendo sanciones punitivas y recompensas positivas para un actor que se lirnita a calcular el placer y el dolor. Como se entiende que el actor res- ponde objetivamente a influencias externas, 10s 'motivos" desaparecen co- mo preocupacidn tebrica. La subjetividad queda excluida del analisis colec- tivista cuando tste adopta una forma racionalista, pues se entiende que la respuesta del actor se puede predecir a partir del anaisisde su h b i t o ex- terno. Lo crucial es dicho Bmbito, no la naturaleza del actor ni el grado o la indole del compromiso del actor. Aflrmo, pues. que las teorias racional-co- lectivistas explican el orden s610 a expensas del sujeto, eliminando la nocibn de yo [sem. En la sociologia clasica, las formas reduccionistas de la teoria marxista representan el ejemplo mas contundente de este desarrollo, pero tambien impregnan la sociologia de Weber y la teoria utllitarista.

    En cambio, si la teoria colectivista concede que la accibn puede ser no

  • racional, percibe a 10s actores como guiados por 10s ideales y la emocion. Los ideales y emociones estiin situados dentro y no fuera. Desde luego, este reino interno de la subjetividad esta estructurado inicialmente por encuen- tros con objetos 'externosw: padres, profesores, hermanos, libros, toda la va- riedad de portadores culturales y apegos objetales enfrentados por 10s pe- quefios 'iniciados socialesw. Pero, segCln la teoria colectiva no racional, tales estructuras extraindividuales se internalizan con el proceso de socializa- ci6n. La subjetividad y la motivaci6n se vuelven t6picos fundamentales para la teoria social s610 si reconocemos este proceso de internalizaci6n, pues si aceptamos la internalizaci6n entendemos que existe alguna relaci6n vital entre el 'interior" y el 'exterior" de cualquier acto. L a volici6n individual se convierte en parte del orden social. y la vida social real implica negociacio- nes no entre el individuo asocial y su mundo sin0 entre el yo social y el mundo soeial. Tal pensarniento lleva a lo que Talcott Parsons llam6 un en- foque voluntarista del orden, aunque debo advertir que esto no es volunta- rismo en un sentido individualists. Por el contrario. se puede decir que el voluntarismo estA ejempliflcado por teorias que ven a 10s individuos como socializados por 10s sistemas culturales.

    Los peligros de este tip0 de teorizaci6n son opuestos a 10s que encuen- tran las teorias colectivistas de tipo m a racionalista. Las teorias moralistas e idealistas a menudo subestiman la constante tensi6n entre volicidn indivi- dual y orden colectivo. Hay una fuerte tendencia a dar por sentado una complementariedad innata entre el yo social y el mundo de ese yo: en titrmi- nos religiosos. entre el alma individual y la voluntad de Dios; en tCnninos politicos, entre la voluntad individual y la colectiva.

    Espero que este breve comentario acerca de las virtudes y flaquezas de las formas instrumentales y morales de la teoria colectivista di: alguna idea de c u h importante seria una sintesis de ambas. Aunque cada cual tiene sus meritos, ambas tienden hacia una peligrosa unidimensionalidad que pasa por alto aspectos vitales de la condici6n humana. Por razones tanto morales como cientificas. creo que la teoria deberia entrelazar 10s elementos internos y externos del control colectivo. No intentari: explicar. a estas altu- ras, c6mo podria lucir tal teoria multidimensional. El objetivo de este curso es delinear una teoria de ese tipo. Lo hare mediante una reconstruction cri- tics de la teoria sociol6gica desde la Segunda Cuerra Mundial.

    Las presuposiciones acerca de la accidn y el orden son las 'pistas" por donde corre la sociolo@a. Sean te6ricos o no, 10s soci6logos optan por ciertas presuposiciones y deben convivir con las consecuencias. Dichas presuposiciones y sus consecuencias s e d n mi punto de partida durante este curso.

    La eleccibn de ciertas presuposiciones determina no sdlo las posibili- dades te6ricas en un sentido positive, sin0 tambien las restricciones y vul- nerabilidades. Cada presuposicidn cierra ciertos caminos aunque abra otros. b s te6ricos a menudo se arrepienten de excluir ciertas posibilidades, y en este sentido sus presuposiciones son chalecos de fuerza de 10s que in- tentan escapar. El problema es que si escapan demasiado sus teorias se al- teran radicalmente. De hecho, a menudo hay 'brechas" decisivas en el tra-

  • bajo de un te6rico. Los trabajos tempranos y tardios de Marx constituyen el ejemplo mas farnoso, y m h adelante h a b l e de rupturas similares en las teorfas de G d n k e l y Gee*. Pero 10s tebricos rara vez desean cambiar tan abruptarnente sus ideas. Con mayor frecuencia, quieren mantener el impul- so predominante de sus ideas aunque evitando algunas de sus consecuen- cias. El resultado es que introducen revlsiones ad h. Los nuevos concep- tos se vuelven ambiguos, de modo que aCln pueden sostener la Weja" teoria. L l a m e 'categorias residuales" a estos conceptos ad hoc, porque e s t h fue- ra de la lfnea de argumentacibn expllcita y sistemAtica del te6rico. Las cate- gorlas residuales son como arrepentimientos tebricos: el te6rico las inventa porque teme haber pasado por alto un punto crucial.

    Durante este curso veremos que aun los tdricos mas destacados se mueven inc6modamente entre las revisiones arnbiguas y la reaflrmaci6n de sus presuposiciones originales 'en ultima instancia". Sugiero que estas op- ciones conflguran 10s polos de un dilema del que 10s te6ricos no pueden es- capar fiicilmente. Creo que toda posici6n te6rica produce su propio dilema. A menudo, 10s seguidores de un maestro son 10s m6s sensibles a 10s dile- mas que C1 enfrentb. Quieren defenderse de la critica, per0 tambiCn quieren ser fleles a la ortodoxia. En consecuencia, escogen las categorias residuales de una tradicibn y tratan de elaborarlas de manera mAs sistemiitica. Aun asl, no han escapado del dilema te6rico original. Si desean permanecer fle- les a la tradicibn del maestro, pueden reelaborar sus categorias residuales sblo hasta determinado punto. A1 flnal, deben aceptar que son residuales, pues &lo asi pueden preservar los elementos 'tipicos" de la teorfa original.

    Asf como en este curso me concentrad en las presuposiciones que de- terminan las pistas por donde circulan las diversas teorias, tambiCn inten- tare mostrar que cada posici6n presuposicional genera tensiones que pue- den descarrilarla. Describire las categorias residuales que invariablemente aparecen y 10s dilemas te6ricos que son tipicos de la teoria sociol6gica en el perlodo contemporilneo. Asl podre explorar no s610 las estructuras basicas de la teoria contemporAnea, sin0 tambiCn su d inbica interna, las tensio- nes y conflictos que conducen a subtradiciones, antitradiciones y a carnbios te6ricos.

    No obstante, no me concentrare d l o en las presuposiciones. En algun punto de este curso cada nivel del continuo sociol6gico surgirii como impor- tante, a veces como decisive. Seria necio ignorar, por ejemplo. las vastas ra- mfflcaciones de la ideologla. Las teorIas sociol6gicas no son s610 intentos de explicar el mundo sino esfuerzos para evaluarlo, para comprender mas am- plias cuestiones de sentido. Como son formulaciones existenciales y no s610 cientiflcas, invariablemente tienen enormes irnplicaciones politicas. Por esta raz6n. skmpre se las debe comparar con la politica de su tiempo. El modo en que un te6rico resuelve la tensi6n presuposicional entre la libertad y el control esta relacionado con -aunque no determinado por- su reacci6n ideolbgica ante dicha tensi6n tal como se manifiesta, por ejemplo, en el con- flict~ pohtico entm capitalismo y socialismo.

    No pasare por alto el enorrne impact0 que 10s carnbios en la organiza- ci6n del mundo empirico surten sobre supuestos m&s generales. Si una teo-

  • ria no es util para el anaisis empirico concreto, fracasa. Si se entiende que una teoria depende de proposiciones empiricas err6neas. cae en descrMito. Por ello el cambiante ambito empirico de la teoria sociol6gica -el flujo y re- flujo de la guerra y la paz. la creciente diferenciaci6n y racionalizaci6n de la politica y la economia, la confianza o la frustracion de la vida publica- han producido un enorme impact0 en el desarrollo de la teoria social contempo- rhea .

    Hasta ahora he dedicado mucho tiempo a algunos problemas te6ricos extremadamente abstractos. Aqui finaliza la 'Aridan introducci6n que era necesaria para continuar. Es hora de regresar a la tierra. La transici6n es facil, pues las 'posibilidades 16gicas" que describi esun concretadas en la historia del pensamiento social mediante tradiciones intelectuales especifl- cas. Cada posicidn logica fue de hecho articulada por una de las tradiciones sociol6gicas que definieron el period0 'clasicow de la sociologia entre 1850 y 1920. Estas encarnaciones concre tas de las posibilidades aaliticas forma- ron 10s recursos que ha explotado la teoria sociol6gica contemporhea.

    Karl Marx daba por sentado que la economia explotadora de la socie- dad capitalista producia hombres y mujeres alienados, instrumentalrnente motivados. que no tenian acceso a sentimientos e ideales no racionales. Oprimidas por las aplastantes estructuras de la economia capitalista, estas estructuras colectivas 10s guiaban, recompensaban y castigaban, incitAndo- 10s a la revuelta contra el capitalismo y hacia la reconstruction socialista. Emile Durkheim razonaba de mod0 opuesto. Encaraba la sociedad como un reino cultural y simbblico donde 10s lazos sociales mas reveladores son la solidaridad y el afecto. En vez de un mundo de explotaci6n, describia una suerte de mundo religiose secularizado donde la volici6n socialmente es- tructurada era la verdadera estofa de la vida social. Max Weber intent6 com- binar estas posiciones materialists e idealista. Creia. por ejemplo. que 10s origenes hist6ricos de la racionalidad moderna se remontaban a creencias eticas y religiosas no racionales. Pero su teoria de la sociedad moderna ter- min6 por desarrollar una versidn politica de la teoria racional-colectivista. Encar6 no s610 la economia - aqui se distanci6 empiricamente de Marx-- si- no el Estado, la ley y la burocracia como estructuras que dominaban a los individuos modernos desde fuera.

    A mi juicio. Cstas son las vetas principales. las tradiciones dominates que constituyen el legado de la teoria sociol6gica contemporihea. Pero hay tambien otras tradiciones clasicas. y debemos tenerlas en cuenta si desea- mos comprender toda la gama de recursos que dieron origen a la teoria con- temporhea. Adam Smith escribi6 mucho antes que 10s principales exponen- tes de la disciplina sociol6gica moderna. pero su 'teoria econ6mica clAsicaa de la racionalidad del mekado y la m ~ i z a c i 6 n de costes continfia siendo un importante punto de referencia para todos 10s intentos de teoria social que buscan una forma individualists y racionalista. Las teorias de Sirnmel, Mead y Freud tambien tenlan elementos individualistas, aunque formulados de manera mucho mils ambigua que 10s de Smith. A mi juicio, debemos ver sus teorias desde el punto de vista del Cnfasis empirico en lo microsc6pico o lo macrosc6pic0, y no desde el punto de vista de las presuposiciones indivi-

  • dualistas o colectivistas. Estudiaron individuos y grupos. elementos "micro", en vez de cosas 'macrow como las instituciones y las sociedades. Pero las tra- diciones que fundaron contenian elementos individualistas, los cuales brin- damn importantes puntos de referencia para 10s esfuerzos contempor5neos tendientes a mantender dicha postura presuposicional.

    La teoria sociol6gica, pues, existe en el tiempo y el espacio y no &lo en un continuo cientico abstracto. Se perpetua mediante tradiciones y es obra de seres humanos reales. En esta ultima parte de mi charla, hablari, un po- co acerca del tiempo y el lugar en que comenz6 la teoria sociol6gica contem- poraea.

    Las tradiciones clasicas de la sociologia se formaron hacia flnes de la Primera Guerra Mundial. Este primer perlodo de guerra mundial, y el inte- rregno que la separa de la siguiente guerra, afectaron decisivamente el ca- racter del pensamiento contemporAneo. Pero si esto establece la referencia temporal de la teoria, ~ q u e hay acerca del 'espacio"? A1 principio, estas tra- diciones clasicas eran, con excepci6n de Mead y el pragmatismo, totalrnente europeas. En la segunda posguerra, la teoria sufri6 un carnbio de mareas y se desplaz6 hacia 10s Estados Unidos.

    ~ P o r quC las tradiciones europeas de la teoria sociolbgica no continua- ron en la segunda posguerra? Sus creadores produjeron grandes ideas. ~ P o r qut este hiato temporal y este desplazamiento geogfifico?

    La sociologia europea sufri6 mucho en el periodo de entreguerra. La historia de este interludio nunca se ha contado de modo satisfactorio, per0 creo que ciertos elementos basicos son claros. Ante todo, hub0 problemas intelectuales e institucionales. Existian enormes obstaculos organizativos para la sociologia en las universidades europeas, que eran instituciones vie- jas y venerables consagradas a la erudici6n clasica y las humanidades. Durkheirn, por ejemplo, demorb mucho en obtener una catedra de sociolo- gia, y al fin d l o consigui6 un profesorado en sociologia y educacibn. Simmel no pudo obtener un puesto importante hasta el final de su carrera, aunque esto tenia que ver con el antisemitismo como oposici6n institutional. Aunque hay razones particulares para que Weber no lograra obtener un puesto universitario importante. no es accidental que durante gran parte de su vida lo consideraran no s610 un soci6logo sino un economista histbrico.

    En cuanto a 10s obstaculos intelectuales para la sociologia europea. existian en Europa pocas tradiciones scilidas de investigaci6n empirica que legitirnaran y dieran concrecibn a la teoria social. En parte ello se debia a la hegemonia intelectual del clasicismo y el humanismo, per0 tambiCn a1 radi- cal antagonism0 cultural e intelectual de muchos intelectuales europeos an- te la sociedad contemporAnea. La alternativa europea ante la sociologia era el marxismo, y aunque el marjrismo por cierto floreci6, a menudo cobrci una forma practica y politkada que se oponia a las enrarecidas discusiones de la 'alta" vida intelectual. Mas aun, 10s intelectuales marxistas mas importan- tes y sagaces a menudo estaban excluidos o distanciados. por razones poli- ticas, de la sociologia como disciplina acadCmica.

    TambiCn habia fuerzas sociales e ideoldgicas que atentaban contra la sociologia europea en el periodo de entreguerra. Podemos describirlas. melo-

  • dramAticamente. como la crisis de la civilizacidn europea. Entre 10s afios 19 14 y 1945 Europea h e hostil a la continuidad de toda tradicidn intelec- tual. MAS aun, las teorias socioldgicas no eran tradiciones cualesquiera sino tradiciones rnuy especiales. La teoria socioldgica clAsica se inspiraba en la fe optimista de que se podian hallar soluciones razonables para 10s problemas de la sociedad industrial secular. Partia de la premisa de que, a pesar de 10s disturbios sociales, se podian preservar importantes elementos de la indivi- dualidad y la razdn. Claro que algunos t&ricos clAsicos eran mas pesimis- tas que otros acerca de la posibilidad de reforma: Marx d g i a una recons- trucci6n total para cimentar esta esperanza. Otros te6ricos clkicos pare- cian - desde la perspectiva actual- demasiado optimistas acerca de la posi- bilidad de alcanzar la racionalidad y la libertad en su propio tiempo. Aqui pienso en Mead, y a veces en Durkheim. Pero s610 Weber era un hombre ge- nuinamente pesimista. Aun asi, era un liberal, aunque un liberal desespe- rado. La teoria clhica se escribid no sdlo con la esperanza sino con el anhe- lo de que la gente obtuviera control sobre la sociedad y tarnbiCn conservara la libertad. Estos cambios inminentes - refonna o revoluci6n- combinarian la r&n con el control social.

    En la Europa de entreguen-a, sin embargo, las esperanzas de 10s fun- dadores de la sociologfa se frustraron. Los principales miembros de la es- cuela de Durkheim murieron en la Primera Guerra Mundial. Durkheim y Weber murieron a edad relativamente temprana por causas relacionadas con la guerra. Tambikn en este periodo, las esperanzas del marxlsmo, pro- pias de la Ilustraci611, sufrieron un serio revks. Con el estallido de la guerra, 10s movimientos obreros europeos abandonaron el internacionalismo y el pacifism0 para abrazar el patriotismo militante de sus respectivas luchas nacionales. En la dCcada de 1930, la civilizacidn europea fue absorbida por la creciente marejada de irracionalismo e inestabilidad. Los intelectuales eu- ropeos no siempre vieron la magnitud del problema. Cuando llegaban a ver- lo, se sentian impotentes para resolverlo. Muchos de 10s principales discipu- 10s de 10s grandes fundadores de la sociologia terminaron por huir de Europa para recalar en 10s Estados Unidos.

    En 10s Estados Unidos la situacidn era muy distinta, y la sociologia lle- g6 a ocupar un lugar muy distinto. Tanto intelectual como institucional- mente, la sociologia norteamericana pudo soslayar las fuerzas que habian debilitado la sociologia europea. Como las universidades norteamericanas eran relativamente nuevas y carecian de grupos in-emediablemente conflicti- vos y nClcleos institucionales consolidados, esta nueva disciplina cont6 con mas oportunidades. A menudo se la recibia con 10s brazos abiertos. Politicamente, la sociologia no estaba asociada con una tradicidn radical si- no con una tradici6n mas integradora y reformista. El carActer relativamen- te progresista y liberal de la sociedad norteamericana volvia mAs improbable el surgimiento de movimientos intelectuales 'antisociol6gicos" como el mar- xismo.

    MAS aun, socioldgica e ideol6gicarnente, 10s Estados Unidos sufrian re- lativamente poco la creciente crisis de la civilizacidn europea. La vida inte- lectual norteamericana, bajo la decisiva influencia del pragmatismo, conser-

  • vaba el optimismo y la conflanza en cuanto a las posibilidades de recons- truir el mundo occidental. La 'sociologia de Chicago", que florecib en el Medio Oeste desde comienzos de siglo, produjo un sinfln de estudios empiri- cos orientados hacia el control liberal y la reforma del conflict0 social.

    Aun asi, la sociologia norteamerlcana de entreguerra, aunque mas aflanzada que la europea, tambien sufrid perturbaciones. La sociologia nor- teamericana en general, y la sociologia de Chicago en particular, eran peli- grosamente ate6ricas y prohndamente empiristas. SuMan la influencia de las teorias 'instintivistasw, 10s vestigios del darwinismo socid y las formas individualistas de pragmatismo. y adolecfan de una tendencia antifllos6fica ,que obstaculizaba la creaci6n de una teoria sociolbgica sistemiitica.

    -- A Bnes de la dCcada de 1930, la situacibn de la &ciologia era la si- guiente: por una parte, tradiciones te6ricas sin naci6n; por la otra, una na- ci6n sin teoria. Esta paradoja permiti6 el surgimiento de Talcott Parsons, la figura que a mi juicio cre6 el marco para el debate contemporAneo.

    El legado te6rico del pensamiento clasico y la situaci6n institutional y cultural del primer tercio del siglo veinte brindan el marco temporal y espa- cia1 para el surgimiento de Parsons como flgura relevante. Como te6rico. le interesaba reconstruir la sociologia europea brindando una sintesis que eli- minara las escuelas conflictivas que la habian dividido. Como norteamerica- no, conflaba en que asi encontraria una senda para devolver la raz6n a la cultura y el control individual a la sociedad. El hecho de que no haya logra- do del todo ninguna de ambas cosas no disminuye la grandeza de su esfuer- zo, aunque por cierto explica el edto de 10s movimientos 'antiparsonianos" que eventualmente le sucedieron.

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