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LOS NUEVOS EN EL TORBELLINO DE LA HISTORIA DE COLOMBIA. UNA GENERACIÓN MILITANTE 1925-1999 * Por Otto Morales Benítez Enrique Gaviria Liévano, con trayectoria de escritor, hombre de preci- sión científica en el derecho internacional y devoto de nuestra historia, ha publicado un libro sugestivo, porque su lectura nos despierta conciencia de una época cultural y política nacional. El título de su obra es: Los Nuevos en la historia de Colombia: una generación militante (1925-1999). 1 El im- pulso para adelantar esta investigación se lo ofreció un aliento sentimental de fina lumbre espiritual: su padre, el diplomático, escritor y dramaturgo José Enrique Gaviria, uno de los integrantes de Los Nuevos (esa fuerza de nobilísimo impulso lo llevó a dedicarse a examinar la vida política del siglo XX). Él, señala el comienzo intelectual; relata la aparición del primer número de la revista Los Nuevos, en 1925, y termina ese fulgor en 1992, cuando muere el maestro Germán Arciniegas. En la obra hallamos el registro de los acontecimientos sociales y políticos, y los sacudimientos internacionales comprometiendo sus inteligencias. En la obra de José Enrique Gaviria Restrepo, Kaijou, dice Enrique Gaviria Liévano que se adentra en episodios de la República Dominicana, donde fue embajador. En ella cumple función ennoblecedora el folclor haitiano, de RECENSIONES * Fecha de recepción: 19 de octubre de 2010; fecha de aceptación: 30 de mayo de 2011. 1 Enrique Gaviria Liévano, Los Nuevos en la historia de Colombia: una generación militante, Vol.: CCXVI, Academia Colombiana de Historia – Biblioteca de Historia Nacional, Bogotá: Zeta 2010.

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  • LOS NUEVOS EN EL TORBELLINO DE LA HISTORIA DE COLOMBIA.

    UNA GENERACIN MILITANTE 1925-1999*

    PorOtto Morales Bentez

    Enrique Gaviria Livano, con trayectoria de escritor, hombre de preci-sin cientfica en el derecho internacional y devoto de nuestra historia, ha publicado un libro sugestivo, porque su lectura nos despierta conciencia de una poca cultural y poltica nacional. El ttulo de su obra es: Los Nuevos en la historia de Colombia: una generacin militante (1925-1999).1 El im-pulso para adelantar esta investigacin se lo ofreci un aliento sentimental de fina lumbre espiritual: su padre, el diplomtico, escritor y dramaturgo Jos Enrique Gaviria, uno de los integrantes de Los Nuevos (esa fuerza de nobilsimo impulso lo llev a dedicarse a examinar la vida poltica del siglo XX). l, seala el comienzo intelectual; relata la aparicin del primer nmero de la revista Los Nuevos, en 1925, y termina ese fulgor en 1992, cuando muere el maestro Germn Arciniegas. En la obra hallamos el registro de los acontecimientos sociales y polticos, y los sacudimientos internacionales comprometiendo sus inteligencias.

    En la obra de Jos Enrique Gaviria Restrepo, Kaijou, dice Enrique Gaviria Livano que se adentra en episodios de la Repblica Dominicana, donde fue embajador. En ella cumple funcin ennoblecedora el folclor haitiano, de

    Recensiones

    * Fecha de recepcin: 19 de octubre de 2010; fecha de aceptacin: 30 de mayo de 2011.1 Enrique Gaviria Livano, Los Nuevos en la historia de Colombia: una generacin militante,

    Vol.: CCXVI, Academia Colombiana de Historia Biblioteca de Historia Nacional, Bogot: Zeta 2010.

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    ah que se detenga en el anlisis del alma negra. De Caminos en la niebla escribi el exigente crtico literario Eduardo Caballero Caldern que era obra con indiscutibles calidades, comenzando por la nobleza de su factura literaria. Ms adelante acenta: Gaviria no es slo un hombre de talento, sino principalmente un hombre de carcter, lo cual es todava ms raro que el talento artstico y la sensibilidad literaria, mayormente en un medio tan desmoralizado como el nuestro. Su triunfo en Caminos en la niebla, no es slo del escritor, sino del hombre.

    A l le toc afrontar la quiebra de la prspera firma Gaviria Hermanos; el Gobierno, en la guerra de los Mil Das, la seal, sin pruebas, como importadora de armas. As se cumpla otro de los propsitos de la poca: liquidar la riqueza de los liberales.

    Son das de centelleo cultural, cuando Indoamrica comienza a recla-mar su sitio autnomo en la cultura universal. En Colombia se iniciaba un movimiento al cual se le poda calificar, sin desmesura en el calificativo, como revolucionario. Es poca de compromiso ardiente y visionario del pensamiento nacional. Crecen los signos de la ventura espiritual en los cambios que amanecen.

    Los Nuevos Hacen parte de la generacin de Los Nuevos, Moiss Prieto, Jos Umaa

    Bernal, Diego Meja, Ricardo Rendn, Hernando de la Calle, quienes venan del grupo Universidad, que orientaba Germn Arciniegas, y algunos, como de la Calle, especialista en el manejo del idioma ms entraablemente clsico.

    Fue la hora de los ismos y de los vanguardismos. Slo Luis Vidales, con su libro de poemas Tocan timbres, estuvo cerca de esos movimientos tan singulares y de tanta influencia universal. Colombia, por el designio de su inteligencia, no tuvo su clase dirigente vinculada a esos extraos y exigentes requiebros mentales de la creacin literaria.

    Los Leopardos Los Leopardos aparecieron simultneamente. Buscaron un cambio de

    poltica en el conservatismo, una forma diferente de orientar al Estado. Augusto Ramrez Moreno insista en que era un espectculo doloroso el de la juventud colombiana por su mentalidad tan reaccionaria. Silvio Vi-llegas celebraba que los jvenes se pudieran expresar en el peridico La Repblica, que fund y diriga Alfonso Villegas Restrepo. Aqul escribi:

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    cada edicin de La Repblica es un desafo a los partidos tradicionales, a su jefes, al sentido comn.

    Aparecen otros peridicos: El Debate, que lo diriga Silvio Villegas, el Diario Nacional lo orientaba Lpez Pumarejo, la revista Ctedra la condu-can Eduardo Santos y Luis Lpez de Mesa, la revista Azul era patrimonio intelectual de Juan y Carlos Lozano y Lozano.

    Grupo MarxistaAdems de los partidos y movimientos que hemos mencionado, en 1933

    apareci el Grupo Marxista, que se declar separado de los partidos. Sus fundadores fueron Luis Eduardo Nieto Arteta, Eduardo Garzn Rangel, Ge-rardo Molina, Enrique Pinzn Saavedra, Juan Bernal, Gonzalo Buenahora, Arturo Vallejo Snchez, los hermanos Guillermo y Emilio Preciado, scar Pino Espinel, Jos M. Rojas Bermdez, Ramn Freyle, Rafael Nieto Arteta, Cayetano Romero Vargas, Carlos Gonzlez y Carlos Gutirrez Anzotegui.

    Predominio mentalEuropa tena un predominio universal que principiaba a disputarle Estados

    Unidos. Estas expresiones le toc escucharlas, con voces internacionales, a la generacin de Los Nuevos. stos, buscaban tener una funcin poltico-social que, a la vez, condicionaba su actitud literaria. En el continente aparecieron, beligerantes, las posturas mentales que le daran al continente una posicin autctona y autnoma. Aparecieron novelas, revoluciones, partidos polticos; una proliferacin de ensayistas, de poetas, que sealaban nuestro destino indiscutible. Comenzaba la poca indoamericana, sin que nadie pudiera detener su futuro. Jos Ingenieros, con su pluma, libraba el combate contra el imperialismo. La realidad social nuestra avanzaba creciendo las palabras que puntualizaba la inteligencia de la comarca.

    TripulantesEl escritor de tantos dones Lino Gil Jaramillo public un libro con el

    ttulo de Tripulantes de un barco de papel. Cuenta su experiencia como redactor de El Espectador. Escribe semblanzas de algunos miembros de Los Nuevos, y a sus nombres une adjetivos de brillo permanente. Es bueno repetirlos: Armando Solano, Anatole de Paipa, Rendn, hijo de Goya, Luis Tejada, pequeo filsofo de lo cotidiano, Jos Mar, un marxista pacfico, Luis Vidales, el nio terrible del ao veinte, Jorge zalamea, humanista dinmico.

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    Rod y su ArielEs un momento especialsimo en el continente, corrientes esperanzadoras

    sacuden las mentes nuevas. El acadmico Gaviria Livano recuerda que se acababa de publicar el libro que estremeci la conducta de los intelec-tuales Ariel, de Jos Enrique Rod. Su aparicin produjo un estremeci-miento mental al enfrentar los interrogantes de la vida y del arte. De estos sacudimientos hablaron, con elocuencia esttica y retrica, los modernistas. Se sostuvo, con nfasis, que no habamos tenido en el rea un credo esttico y social completo hasta que vino Jos Enrique Rod. El anlisis crtico fue dejando con claridad sus juicios. Con Rod se dijo la prosa suramericana lleg a una forma ms dctil, aunque no ms lapidaria y cabal que la de algunos grandes pensadores de nuestro siglo XIV. Su prosa se considera como la ms perfecta de las del continente.

    En cuanto a su libro Ariel se explica que la tesis de este ensayo est inspirada en la alegora shakesperiana de La tempestad, y proclama a la juventud como la nica esperanza de Amrica, pero una juventud idealis-ta e idealizada.

    Rod plante, con claridad, lo que l columbraba: el crecimiento de Estados Unidos. El autor haba clamado contra el avance imperial en el Caribe, no tuvo ojos sino para mirar el atuendo tcnico, la grosura material del mons-truo, y lo denunci anhelante Por remarcar el materialismo de Calibn (Estados Unidos) exalt en demasa el idealismo de Ariel (Amrica Latina).

    Otra posicin frente al mundo que debi conmover a la generacin de Los Nuevos fue la frase de Ortega y Gasset de que la obligacin esencial de la gente joven era salvar la poltica, porque ste es el ejercicio ms noble y completo del hombre. ste, en ella, necesita comprometer su inte-ligencia, su voluntad, su capacidad de lucha y de idealismo, su concepcin doctrinaria para orientar el gobierno o la oposicin, con la finalidad ms alta de la inteligencia y de la voluntad, que es servir al engrandecimiento de su pueblo, de la regin, de la patria. Ello debe conducir a partidos fuertes, poderosos, que sealen rumbos ideolgicos, formulen propuestas para el engrandecimiento nacional, y cuando condenen a los corruptos, stos no vuelvan a tener audiencia pblica. La poltica est concebida para que primen valores ticos. stos se pierden cuando a ella ingresan gentes sin cultura ella exige dirigentes con mucha formacin intelectual y comienzan a pervertirla con manoseos a la vida fiscal. Lo que propona Ortega era la necesidad de recuperar los valores integrales de la accin pblica: orden ideolgico, honestidad, claridad sobre el destino de la Repblica.

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    Esa generacin de Los Nuevos lo ha escrito con claridad histrica Gaviria Livano fue el Estado Mayor de la Repblica liberal.

    Pasan por las pginas lcidas de este libro demasiados aspectos de la historia, de la cultura y de la poltica colombianas. El tema de la izquierda y del socialismo sacudi a la nacin con preocupaciones que estremecan a la opinin pblica. El liberalismo reafirmaba sus mayoras, como estaba establecido desde las primeras elecciones entre el autoritarismo de Bolvar y el civilismo democrtico de Santander, ganando siempre ste.

    Jornadas de marzoGaviria Livano repasa las jornadas de marzo cuando don Nicols

    Esguerra, en brevsima carta, manifiesta que los tratados con los Estados Unidos los Corts Root y Corts Arosemena no se podan aprobar por la constituyente del dictador Reyes, sino por el Congreso, que ste haba clausurado. El pueblo se levant, y en las manifestaciones aparecieron nuevos oradores, que llegaron a tener acciones definitivas en el destino colombiano.

    Reformas constitucionales de 1910A la vez, nuestro distinguido compaero en la Academia quien maneja

    su presidencia con fino tacto de orientador seala cmo la generacin de los Centenaristas, en 1910, logra reformar en materias fundamentales la dictatorial Constitucin de 1886. Logr que se llegara a una descentralizacin administrativa, quebrando as su centralismo; que el Congreso se reuniera anualmente; se establecieron las asambleas; se consagr la eleccin directa del presidente de la Repblica por el voto popular; se prohibi derogar las leyes por decretos; se elimin la pena capital; se conden la emisin de papel moneda, recurso permanente de la Regeneracin conservadora de Nez y de Caro que llev la miseria al pueblo colombiano; que no primaran las leyes sobre la Constitucin, porque esa medida desquiciaba el orden legal.

    La Constitucin de 1886 era catlica, autoritaria y centralista. Es bueno recordar lo que opinaba el respetable jefe conservador y candidato a la Presidencia, Marcelino Vlez:

    El desengao fue mayor que la esperanza: con sorpresa se vio la prensa amenazada, el sufragio convertido en una insultante farsa, la seguridad personal a merced de las facultades extraordinarias en tiempo de paz; al poder judicial vejado, sin independencia; la Hacienda Pblica malversada, dilapidada y entregada a manos impuras.

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    Los contratos ruinosos para enriquecer a los adictos; el inmundo papel moneda, con sus escandalosas emisiones, comprometiendo la salud, el bienestar y la fortuna de los asociados, todo revel que el tesoro pblico era el fondo de la ms audaz explotacin. Se removieron de los puestos pblicos a los ms dignos servidores de la patria, porque no se prestaron a bajas e inmorales labores electorales, y se les reemplaz, con bien raras excepciones, con hombres sin reputacin, sin aptitudes y sin posicin para recompensarles sus agresiones al ms sagrado derecho de los pases civiliza-dos: el derecho al sufragio. El absolutismo irresponsable vino a reemplazar la Constitucin y las leyes, a conturbar los nimos y a llenar de amarguras los corazones de todos lo que vieron desaparecer en una hora aciaga sus ms acariciados ideales.

    La separacin de Panam y el liberalismoTambin se detiene en la guerra de los Mil Daz, en la separacin de

    Panam. Perdonadme que me refiera a m; sobre esta materia he adelantado una larga investigacin que he titulado Uribe Uribe y Panam: altura moral, poltica y jurdica, dos tomos en los cuales se mencionan las doce veces que el liberalismo propuso la paz y el gobierno de Marroqun acogiendo la tesis de Aristides Fernndez pensaba que, en esas batallas, desapareca, para siempre, el liberalismo colombiano.

    Es el momento en el cual el jefe conservador Carlos Martnez Silva, escritor, estaba de embajador en Estados Unidos. El humanista y guerrero Uribe Uribe viaj a este pas para conseguir dinero y armas. Tuvo contacto con muchos hombres del Gobierno americano y se dio cuenta de que Pana-m estaba perdido. Le manifiesta a Martnez Silva que la nica manera de salvar el istmo es uniendo a un grupo de pases de Europa para que cons-truyeran el canal y volviera a regir la neutralidad que no haba defendido el Gobierno colombiano. Y que, adems, para que nadie pudiera endilgarle responsabilidad al liberalismo en lo que se vea venir, l lanzara un mani-fiesto para terminar la guerra. No public uno, sino tres. Marroqun lanz la prensa gobiernista contra estos documentos y declar que Uribe Uribe no tena prestigio nacional y tampoco en el liberalismo, que no haba que preocuparse por lo que l dijera. Fue un grave error.

    Panorama histrico colombiano Este libro de Gaviria Livano se introduce en la historia colombiana. Es

    un repaso de una poca que fue de gran efervescencia intelectual y poltica. Se estaban enunciando principios desconocidos y crujan los amarres ya

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    desgastados de las instituciones. Es un fresco el que logra el autor de la inquieta vida colombiana.

    Ya hemos mencionado cmo haba inquietud por las doctrinas del socia-lismo y del comunismo, a pesar de que no se podan mencionar en las clases de la universidad ni presentarlas en las publicaciones. La censura prevaleca. Con la aplicacin de la Ley Heroica se silenciaban las voces de la libertad de pensamiento. Se recuerda que Jos Camacho Carreo, conservador de beligerancia mental, regresaba de estudiar en Blgica, y en su libro sobre cuestiones econmicas deja aparecer sus tesis sobre el socialismo catlico. La agitacin vena de los diferentes vientos culturales.

    Luis de Greiff, quien fuera secretario del pensador Uribe Uribe autor del libro Semblanzas y comentarios2 destaca valores de la vida colombiana: Pascual Bravo, Fidel Cano, Toms Cuenca, Csar Conto, Nicols Esguerra, Uribe Uribe, Luis A. Robles, Juan de Dios Uribe, el Indio, Dmaso zapata. Sus tesis sociales, las relieva el autor de la obra que aludimos cuando re-produce su postura humana al denunciar la injusticia que se comete con el obrero, factor de una creacin de riqueza, cuando se le paga mezquinamente su trabajo y cuando se le define desde el punto de vista social y moral.

    Dictaduras en Colombia y el continenteSe detiene, igualmente, en condenar las dictaduras que atenazaban al

    pueblo americano. Dos miembros de la generacin de Los Nuevos pu-blicaron sus libros, condenndolas: uno de Germn Arciniegas, Entre la libertad y el miedo, un anlisis doloroso sobre la falta de libertad en el pas y en otros del continente. Tambin sobresalen dos de Jorge Zalamea, escritos con singularsima maestra: La metamorfosis del presidente y El gran Burund-Burund ha muerto. De ste ltimo el autor refiere:3 Hace ya ocho meses (escribe en 1952), cuando en Colombia me era imposible hacer ya nada contra la infamia y el crimen, y cuando la vida se me haba puesto prcticamente invivible, que decid venir a reunirme con mi hijo [] De esta etapa ha nacido ya un primer libro: El gran Burund-Burund ha muerto [] El libro es un eco de las quejas y el llanto de los pueblos colombianos. Nace directamente de esa tragedia [] Creo que podra ayudar en cierto momento a iluminar a las gentes sobre el aspecto colombiano.

    2 Luis de Greiff,S emblanzas y comentarios Bogot: ABC, 1942. 3 Jorge Zalamea, Literatura poltica y arte, antologa y prlogo por Juan Gustavo Cobo Borda,

    Instituto Colombiano de Cultura - Biblioteca Bsica Colombiana, Bogot: Universidad de los Andes, 1978.

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    Educacin y los liberalesEl clima nacional padeca de muchas limitaciones. La generacin de Los

    Nuevos sufri las hostilidades de quienes se les oponan por ser liberales o venir de familias de esa filiacin. Los acadmicos, investigadores, pensadores y jefes polticos organizaron centros educativos para educar a los herejes, como los calificaba el clero y el Ministerio de Educacin, porque no se les matriculaba. As se fundaron los colegios: Arajo, que diriga Simn Araujo, el Colegio Ramrez, la Escuela Ricaurte, la Escuela Nacional de Comercio, el Gimnasio Moderno, obra de la inteligencia de Agustn Nieto Caballero para introducir los mtodos modernsimos de la pedagoga brindada por los profesores Pestalozzi y Montessori. Se crearon universidades como el Externado de Colombia, la Republicana y la Libre. Era de la nica manera que se garantizaba la defensa de las libertades pblicas y de pensamiento para tener derecho a estudiar y a pensar; contra esos rigores combata la generacin de Los Nuevos. Generalmente se tuvieron que librar batallas pedaggicas muy intensas con jerarcas de la Iglesia para defenderse de las ardientes condenas que caan sobre instituciones, familias y educandos. Eran combates mentales por la libertad de educacin.

    Hay un dato que confirma cmo era la poltica de exclusin en esa poca: en 1920 Lucas Caballero era el nico profesor liberal. La confrontacin del clero contra el liberalismo era muy ardiente. Hay que mencionar el estudio del pensador Uribe Uribe que se titula: De cmo el liberalismo colombiano no es pecado, que es un ensayo de examen analtico a la encclica Quantra y el Syllabus. Es un altsimo escrito que seala cmo la alianza del clero con un partido perturba el orden moral del pas y compromete la tranquilidad poltica ciudadana.

    La accin liberalSiguiendo los datos que el profesor Gerardo Molina suministra en sus

    excepcionales tres tomos de Las ideas liberales en Colombia,4 se localizan agitaciones en esa poca llenas de expectativas en mltiples rdenes de la vida nacional. En 1917 la Direccin Nacional Liberal la integraban Nemesio Camacho, Fabio Lozano Torrijos y Luis de Greiff. Se viva una etapa en la cual el pas era teocrtico y oligrquico.

    Ellos lanzan una circular en la cual sealaban las reformas inaplazables, a pesar de no estar en el poder:

    4 Gerardo Molina, Las ideas liberales en Colombia, tres tomos, Bogot: Tercer Mundo, 1970.

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    1) Necesidad de multiplicar las escuelas rurales; creacin de escuelas de artes y oficios; institutos modernos para obreros; traer profesores extran-jeros para mejorar la educacin mdica; fortalecer la autonoma de la Universidad Nacional, y que se avance la organizacin de la Libre como creacin del partido.

    2) Proclamar la prensa libre, sin ninguna cortapisa.

    3) Mejorar los puertos para el comercio exterior, la guarda de las fronteras, y tener defensas para evitar amenazas.

    4) Suprimir de la Constitucin las normas que permiten el atropello de la libertad y la seguridad individual, y expedir la ley de hbeas corpus.

    5) Avanzar en la descentralizacin administrativa y la poltica sin poner en peligro la unidad nacional; consagrar la eleccin directa de los alcaldes, por el pueblo.

    6) El rgimen presidencial debe en cuanto a los ministros, poder votar la censura.

    7) Crear poltica de crdito y estimular las industrias y el comercio.

    8) Mantener el rgimen concordatario, y las modificaciones sern para de-volverle la supremaca al Estado en las cuestiones propias del poder civil.

    9) Que los partidos acten en campos netamente polticos, sin que ninguno de ellos se mezcle con la religin: El Partido liberal no busca, no quiere, no fomenta la lucha con el clero. Simplemente se defiende de los ataques de que se le hace vctima.

    Se buscaba que la opinin estuviese bien informada; para ello sirvi la campaa de 1922, cuando Benjamn Herrera fue candidato presidencial. Herrera dirigi el 18 de febrero de 1922 el Memorial de agravios ano-tando cmo el fraude fue el gran elector, con el amparo de las autoridades electorales y civiles. En la circular del 1 de enero de 1924 se acentuaba su posicin y se contaba cul era la actividad criminal del rgimen:

    El partido est divorciado fundamentalmente de la poltica de colaboracin en los regmenes conservadores reidos con la ideologa de la colectividad. En esa actitud va a perdurar mientras no sean recogidas las armas sacadas de los parques nacionales para ultimar liberales en el debate presidencial pasado y que siguen amenazando a los copartidarios; mientras no se haya iniciado una seria investigacin respecto de los crmenes de sangre come-tidos en dicho debate y mientras no se expida una ley electoral que deje en pie de igualdad a todos los colombianos.

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    Algn historiador curioso podra preguntar por las similitudes de Ospina Rodrguez en la guerra que propuso contra el Estado Soberano de Santander y su orden al gobernador de Antioquia de eliminar a los liberales, y tambin con la violencia contra el partido que comenz en 1946, en el gobierno de Mariano Ospina Prez.

    En la Convencin de Ibagu, en 1922, dice Molina que lo que vale en el programa ciertamente es la atmsfera popular y democrtica que lo baa como se ve en el acento puesto en la poltica social e instruccionista.

    All se pidi la expedicin de leyes que establezcan el sistema de re-presentacin proporcional de los partidos; el levantamiento por tcnicos extranjeros del Censo Nacional Electoral, la implantacin de la cdula de identidad y la fijacin de penas para quienes de una u otra forma impidan el sufragio libre.

    Las obras de Antonio Jos RestrepoDos obras inquietaron la crtica nacional, especialmente a los economistas.

    Son las de Antonio Jos Restrepo quien era anticlerical, anticonserva-dor y antinuista tituladas El moderno imperialismo y El cncer de la usura, publicadas en 1923. l sostena que el destino colombiano era el de la agricultura y la minera. Los suyos son libros de razonamiento sobre dos temas que sacudan la inteligencia poltica de Los Nuevos.

    Otro exponente de la cultura nacional que planteaba temas de inters para este grupo fue Alejandro Lpez, quien public Problemas colombianos (1927), El trabajo (1928) e Idearium liberal (1931). Fue cnsul en Londres y logr ser invitado a los clubes donde se discutan las ideas ms contem-porneas. Le toc asistir a la presentacin de las tesis de Keynes y envi, por conducto de Abel Botero, integrante de Los Nuevos, estudios que ste public. Las ideas del autor ingls fueron discutidas en el pas. El humanista Lpez introdujo al hombre como eje de la economa, en contrava de lo que enseaban los profesores clsicos de esta materia. En la Escuela de Minas de Medelln logr que se establecieran las ctedras de Economa Industrial y de Estadstica. Fue gerente de la Federacin de Cafeteros, y sus iniciativas orientaron durante aos fecundos el crecimiento econmico5 de sta.

    5 Otto Morales Bentez y Diego Pizano Salazar, Don Manuel Mister Coffe, Fondo Cultural Cafetero, Bogot: OP, 1989.

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    Se discuta sobre salarios, la necesidad de una legislacin laboral, el seguro obligatorio, indemnizaciones por enfermedades profesionales, or-denamiento y proteccin del trabajo de la mujer y del nio, la aplicacin de la salud ocupacional, etctera, etctera. Se presentaba abandono del campo por obras pblicas, la apertura de industrias y las aberrantes polticas con los precaristas: colonos, arrendatarios, pequeos propietarios, y se debata acerca de las propiedades de los indgenas. El pas era un hervidero de problemas humanos, sociales, polticos. La injusticia era el sello que impriman a la comunidad colombiana.

    Mara Cano y el liberalismoEl maestro Molina, recogiendo tesis que aparecan en el Diario Nacional,

    que orientaba Lpez Pumarejo, seala que se hablaba de un aburguesa-miento del partido. Del liberal. Era necesario, entonces, sacarlo de esa postracin ideolgica.

    En el escenario nacional aparece la figura de Mara Cano. Ella dijo que la haban inspirado Los Nuevos. Ayud a orientar la revista Cyrano, que lleg a los cuarenta nmeros. Despus se vincul al peridico Correo Liberal, que diriga un varn de clara estirpe ideolgica, socilogo y, ms tarde, uno de los acadmicos ms respetables: Ricardo Uribe Escobar. Mara Cano se vincul a las luchas sociales, recorriendo el pas, contra las prohibiciones oficiales. Se la llam Flor del trabajo. Defenda los derechos humanos de los humildes. Sealaba la mala distribucin de la riqueza nacional. Su voz encenda llamaradas de protestas sociales. Se vincul al Partido Socialista, recin fundado.

    Lleg un momento de la accin de Mara Cano que tuvo gran impor-tancia en la vida poltica nacional. En carta de Alfonso Lpez Pumarejo6 a Nemesio Camacho, de fecha 25 de abril de 1928, uno de los miembros de la Direccin Liberal, le dice: Mara Cano, o mejor dicho, la agitacin social de que ella es instrumento o smbolo transitorio, me trae a escribir a usted esta carta. Y ms adelante agrega:

    Mara Cano nos ha colocado a usted y a m, como a los otros liberales de Colombia, que probablemente alcanzamos a sumar medio centenar, en una posicin muy desairada. Confesmoslo, cndidamente. Nosotros los liberales jams nos habamos atrevido a llevar al alma del pueblo la inconformidad con la miseria. Nos sabamos hasta cierto punto culpables de la embrutece-

    6 Alfonso Lpez Pumarejo, Alfonso Lpez Pumarejo, polemista poltico, Bogot: Instituto Caro y Cuervo, 1986.

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    dora monotona de su vivir aprisionado; y habamos considerado contrario a los intereses de nuestra clase ensearles los caminos de la independencia econmica, poltica, social.

    Los Nuevos y el Partido Conservador Varios escritores de la juventud conservadora eran miembros del grupo

    Los Nuevos. Fueron colaboradores de la revista que, con este nombre, pu-blicaron Felipe Lleras Camargo como director y Alberto Lleras Camargo como secretario.

    Pero a esos jvenes de la derecha los inquietaba la suerte del conserva-tismo, comprendan que se estaba desmoronando. Por ello, en 1924, en el peridico El Nuevo Tiempo Eliseo Arajo, Silvio Villegas y Jos Camacho Carreo lanzan su Manifiesto nacionalista; un comunicado de alerta, buscando que su partido, que gobernaba, recobrara el rumbo ideolgico y no se doblegara, impotente, ante las realidades nacionales.

    Ms inquietudesSiguiendo el libro de Gaviria Livano, tendramos que valorar demasiados

    fenmenos que aparecen registrados en sus pginas culturales, polticas, sociales, nacionales y universales que demandan atencin histrica. El rigor de un discurso de la naturaleza del que leo, lo impide.

    Pero brincan los datos: la creacin por Vctor Ral Haya de la Torre del aprismo en el Per, por ejemplo, que en el continente sacudi los enunciados ideolgicos; o la presencia de Maritegui con sus obras y su posicin de comunista beligerante; el New Deal de Roosevelt, que traa un mensaje de abierta y nueva concepcin social de los gobiernos democrticos.

    O lo que aconteca en el pas, sealando nuevos caminos: la disminucin del poder de los sectores tradicionalistas, incluyendo en stos al clero; el vuelco a la educacin, en los diferentes niveles; la organizacin de los sectores urbanos y rurales; las nuevas estrategias internacionales en el continente, buscando la integracin; la lucha por un desarrollo nacional que condujera a una ms justa distribucin del ingreso. Fue cuando se solicitaba que en la Constitucin se consagraran los deberes sociales del individuo y del Estado, que se logr ms tarde, lo mismo que establecer como deber primordial el Estado social de derecho, que ahora quieren adjudicarlo al embeleco jurdico de la Constitucin de 1991. En la Convencin Liberal de 1924 se recogi el principio marxista de que se luchara contra la explotacin del hombre por el hombre. El petrleo comenzaba a despertar agudos problemas en las

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    relaciones con el capitalismo explotador y a crear inquietudes de conducta en los orientadores nacionales, la Conferencia de La Habana sacuda las relaciones entre nuestros pueblos, y Sandino luchaba militando contra el imperialismo. En Colombia, Eduardo Santos y Max Grillo lo proclamaban nuevo Libertador, mientras que Gabriela Mistral aceptaba ser su representante internacional para explicar el alcance doctrinario de su combate. En 1922, en Colombia se necesita adelantar un gran combate cientfico y poltico para evitar que se apruebe un proyecto de ley que propone restablecer la pena de muerte.

    Se hace necesaria una movilizacin del pas para que se deroguen las normas que imposibilitan la existencia de organizaciones de cualquiera naturaleza.

    Alfonso Lpez Pumarejo, en el aula mxima de la Universidad Nacio-nal, y en el Teatro Municipal, hablaba de la quiebra del criterio nacional; plantea su teora del despilfarro; de la necesidad de introducir una poltica social al presupuesto nacional, e insiste en la gravedad de que Colombia viviera una prosperidad al debe.

    Mientras tanto, se reuna el Congreso de Estudiantes y se adoptan las tesis universitarias de la revolucin de Crdoba: autonoma de las instituciones, autoridades acadmicas elegidas por los integrantes de las aulas, libertad de pensamiento integral.

    Jos Vasconcelos es elegido maestro de las Juventudes Colombianas, contra la candidatura de monseor Carrasquilla.

    Germn Arciniegas era un dirigente que incitaba y propona, como ms tarde lo hara en sus escritos acerca de la historia de Colombia y de Indoam-rica, ideas originalsimas, convirtindose en uno de los ms singulares por su obra orientadores en el continente. Este investigador con prestigio en Indoamrica cambia la interpretacin de nuestra historia; propone que no pensemos en lo que Europa nos entreg, sino en lo que Amrica Latina le ha ofrecido, en abundancia, al viejo continente.

    Debate de las generaciones del Centenario y de Los NuevosPodramos pasar varias horas sealando cmo evolucionaba el mundo

    cientfico, el cultural, el poltico, el de las relaciones humanas. Pero, realmente, detengmonos en la confrontacin entre las generaciones colombianas: la del Centenario y la de Los Nuevos, que, con inteligencia crtica, puntualiza Gaviria Livano. Muchos de stos venan de Europa y la mayora particip

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    en congresos comunistas rusos. En uno de ellos la oratoria de Gabriel Tur-bay conmovi a sus asistentes. Alberto Lleras, en la oracin de despedida de Ricardo Rendn, sealaba que las cpulas de Mosc orientaban los pensamientos de las nuevas gentes que tenan esperanzas y compromisos con la justicia social.

    Los Centenaristas planteaban, por medio de la pluma sabia y erudita de Armando Solano, sus reparos a Los Nuevos. stos, en el primer nmero de su revista que Gaviria Livano rescata para claridad cultural declaran que llegan con un pensamiento nuevo, ideas nuevas, rumbos nuevos. Sus artculos se refieren a la poltica, a la crtica literaria, al arte, a la literatura, a las ciencias sociales.

    Adems, mantenan tertulias en los cafs, que fue una tradicin intelec-tual en Bogot hasta que lleg la Violencia en 1946 y la vigilancia policial oblig a cancelarlas. Los Nuevos las realizaban en el Caf Windsor, en el Rivire, en el de La Paz y en la Gran Va.

    La ms explcita voluntad de Los Nuevos era la de que se realizaran cambios polticos. Se hablaba de socialismo. Las diferencias con la anterior se encontraban en materias esenciales, literarias y polticas; especialmente, tena gran importancia el enfoque de justicia social.

    Jorge Zalamea7 en su ensayo La aparicin del grupo de Los Nuevos, escribe con acento polmico:

    De junio a septiembre de 1925, quincenalmente, se public en Bogot una revista literaria que, en su sencilla portada, llevaba este ttulo: Los Nuevos. Un numeroso grupo de jvenes escritores cuya edad oscilaba entre los diecinueve aos que era la de Alberto Lleras y los treinta que era la de Len de Greiff se haba congregado en torno a las pginas de ese cuadernillo para expresar su inconformidad con la obra que rendan sus predecesores. La nueva generacin pretenda que la obra literaria de las anteriores y muy especialmente la del Centenario adoleca de dos graves defectos: una especie de falso romanticismo que se expresaba en la predisposicin a simular buenos sentimientos, y cierto provincialismo que les haca vivir ausentes de las ms hondas y complejas preocupaciones del mundo contemporneo. La promocin que irrumpa ahora en asalto tena la pretensin de realizar un arte que, a la vez, fuese ms sincero, ms humano y ms universal.

    7 Ibdem.

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    Los Nuevos eran Felipe y Alberto Lleras Camargo, Rafael Maya, Ger-mn Arciniegas, Eliseo Arango, Jos Enrique Gaviria, Abel Botero, Jorge zalamea, Len de Greiff, Francisco Umaa Bernal, Jos Vicente Combariza (Jos Mar), Mario Garca Herreros, Luis Vidales y Carlos Arturo Tapia y Snchez.

    Armando Solano asume la defensa de los Centenaristas y, desde luego, desliza comentarios que no favorecen a Los Nuevos.

    Alberto Lleras le dirige dos cartas a Solano: comienza por aceptar la afirmacin de Eduardo Santos de que es una generacin la Centenaris-ta serena, y que acab con el patrioterismo.

    Entre su obra encontramos cosas eminentemente deplorables, desgraciada-mente no deploradas por ustedes. Dnde est la labor de los Centenaristas por reformar ese trazo caduco de colonia, esa grotesca pesadilla universitaria? Estamos imperfectamente preparados Primero, por la falta de disciplinas universitarias que no podemos tener, y adems porque no tenemos tiempo de tener preparacin suficiente. La generacin del Centenario no tuvo ni tiene el sentido de lo contemporneo, como lo tiene la nuestra... En ideologas hemos ido ms all de Rojas Garrido y de Aquileo Parra.

    En la segunda carta Alberto Lleras escribe: Esta polmica la han pro-vocado los doctores Santos y Solano. Ms adelante afirma:

    La generacin del Centenario corresponda al ocaso de una autocracia que haba estrangulado la vida cvica del pas y el comienzo de una restauracin del rgimen democrtico y de una reforma constitucional a cuya sombra haba de favorecer un amable smbolo de tolerancia y de paz Sobre lo que ellos edificaron podemos nosotros seguir, pues hacemos a un lado sus normas. Y esa misin es renovadora.

    Cambios universalesEsta generacin de Los Nuevos asista a grandes cambios en diversos

    rdenes. Era una verdadera sacudida para la inteligencia y la sensibilidad de los jvenes que se asomaban, con ansias intelectuales y polticas, aspirando al manejo de los destinos nacionales en diferentes medios pblicos.

    Alan Bullock, en la obra monumental El siglo XX,8 va sealando, con la colaboracin de profesores consagrados, los asuntos que sacudieron esa poca: las intrinsicadas maraas de las relaciones internacionales, la posicin

    8 Alan Bullock, El siglo XX: la historia de nuestro tiempo, Labor, 1974.

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    de Europa en la historia del mundo; Amrica: ideal y realidad; Iberoamrica en busca de su futuro, la lucha por una nueva identidad; el modo comunista; el despertar de Asia; el turbulento Oriente Medio; el frica naciente; el arte en busca de nuevas formas; el horizonte del pensamiento: el impacto de Einstein, Freud; el auge de la ciencia: el derrumbamiento de la ciencia clsica, progresos industriales y etimolgicos: la revolucin industrial; el cambiante equilibrio del poder econmico; la revolucin poltica y social: regmenes democrticos y totalitarios.

    Dos grandes sucesos histricos enviaban mensajes a la humanidad y, desde luego, llegaban a las nuevas promociones de Colombia: la Revolucin rusa y la Revolucin mexicana.

    La mexicana envi varias y fecundas tesis; la Primera Guerra Mundial desbarat el encanto de la cultura europea, as apareci el nacionalismo cultural. Se hizo evidente la necesidad de volver, en el continente, la me-moria hacia lo indigenista; se revalu el legado espaol; se hizo evidente la necesidad de la integracin de nuestros pases. El movimiento universitario de Crdoba en 1918 tuvo repercusin en Colombia gracias a la agitacin intelectual y universitaria que alent el joven escritor Germn Arciniegas; su signo era la libertad intelectual, una nueva lucha contra el estilo colonial. Las ideas comunistas tuvieron fuerte expresin en el pas; a pesar de que en las aulas universitarias no se explicaban, circulaban en las revistas y los libros. La inversin extranjera buscaba nuestros mercados.

    El ensayo de Alistain Hennessy va puntualizando cada uno de estos aspectos.

    Alfred North Whitehead, en su estudio El auge de la ciencia, sostiene que es el rasgo ms caracterstico del siglo XX.

    John Willett afirma que una constante experimentacin ha sido la caracterstica ms destacada del arte del siglo XX si lo comparamos con el arte del pasado Paradjicamente, esta evolucin empez en parte al volver a descubrir el artista la cultura popular, ya fuese de su propia patria o la de otras razas. Fue la derrota exclusivista del arte por el arte. Van irrumpiendo la revolucin pictrica que sigui a la obra de Gauguin y de Czzane; luego los fauves, que capitaneaba Matisse; ms adelante los cubistas, con sus formas slidas, angulares o quebradas, se avanz hacia el cubismo. Se orientaron a compartir un inters comn por el arte primitivo, especialmente el negro la influencia negra fue la ms fuerte de todas en Picasso, en su fase inmediata precubista. Aparece el expresionismo.

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    En la literatura y el teatro ocurre una transformacin esencialsima. Ella se orient a que se pusiera a tono con la vida de la poca y la evolucin de los juicios e intereses de los hombres. Las novelas del Conrad, las fantasas de Chesterton, las historias de Toms Mann, Schnitzler y Gorki; la poesa de Valery, Rilke, Blok y Hofmaunthral, todas ellas se inscriben en este apartado, lo mismo que la gran obra de Proust Hubo al mismo tiempo un tipo de literatura que, bastante ortodoxa en su forma exterior, pareci dar un gran salto adelante en cuanto a las ideas sociales y morales; constituyen su exponente ms notable las novelas cortas de Andr Gide (revividas como programa en la Nouvelle Revue Francaisse (que l contribuy a fundar en 1909), y eso tambin es vlido para las primeras obras de D. H. Lawrence, cuyo vitalismo, como la nueva moralidad de Gide, derivan en ltimo trmino de Nietzsche. Incluso en Kafka, cuyo primer libro de relatos apareci en 1913, la originalidad resida, primordialmente, en la riqueza y la desesperada cualidad de su imaginacin, y su contraste con la sobria economa de la prosa.

    La primera guerra universal interrumpi varias de esas tendencias. Surgieron los dad.

    Alan Bullock, el director de la obra que hemos venido aprovechando para poder as destacar la aparicin de Los Nuevos de Gaviria Livano, al hablar de la historia de nuestro tiempo, termina diciendo:

    La historia del siglo XX contiene pginas terribles las guerras mun-diales, el intento hitleriano de exterminar a los judos, las guerras civiles de Rusia y China, los purgas de Stalin y la inseguridad creada por el hambre, la pobreza, el temor al desempleo, a la violencia o a la guerra nuclear, ha inducido a mucha gente a considerar sta con desconfianza, acentuada por el temor que inspira el futuro. Una gran parte de la literatura y el arte de nuestro siglo llevan la marca de este sentimiento.

    La obra que comentamos permite conocer la preocupacin de esa gene-racin por parte muy importante de lo que se ha mencionado; estaba alerta, con la inteligencia sacudida por los hechos primordiales del universo y de Colombia; se situ en el centro de las inquietudes que sacudan el destino de ellos y su pueblo. Esa es la trascendencia de su mensaje.

    Un libro estimulanteEl libro de nuestro compaero de academia Enrique Gaviria Livano es

    estimulante. Conduce al lector a examinar el mensaje de una generacin de

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    la inteligencia, de la cultura y de la poltica, a comprometerse en el anlisis de diversos e inquietantes momentos de la historia colombiana.

    Hemos mencionado varios. Falt resear mas nombres colombianos, quienes han tenido actos que merece destacarse; citar peridicos, revistas de la poca; analizar el golpe de Pasto o la violencia planificada contra el liberalismo. Quizs, haberle dado un marco ms resplandeciente a las luchas populares; sealar, con caracteres ms determinantes, desde el punto de vista intelectual, cmo fue la literatura que se escribi, el tipo de periodismo que se expanda, la oratoria que comprometi vertientes de la opinin pblica. Esto lo digo para que se advierta la riqueza de matices en los cuales espiga la obra de Gaviria Livano. Es natural, porque l viene de una seria prepa-racin en derechos internacionales; en el estudio de aspectos de lmites con pases que obstaculizan nuestros derechos; en establecer cmo Los Monjes se entregaron a Venezuela por obtener la cabeza del Cheto, un guerrillero liberal, y poder castigarlo con las durezas de la etapa cruelsima de la vio-lencia de 1946 en adelante. Tambin destaca su adhesin doctrinaria a su partido; la devocin histrica que descubrira, invariablemente, partes de la cultura de nuestra integracin colombiana. Este libro acerca de Los Nuevos es de esa misma estirpe de noble acento espiritual.

    Es un volumen que rescata el pensamiento de una poca: el del liberalismo, el del conservatismo, el del socialismo y el comunismo nuestros. Pasan por sus pginas, y ello tenemos que agradecerlo a Gaviria Livano, lo autnti-camente nacional, lo indoamericano, lo universal. Siempre advertimos sus lectores que su inteligencia est vigilante de la patria. Es un devocionario de amor a Colombia.

    BibliografaBullock, Alan. El siglo XX: la historia de nuestro tiempo. Labor, 1974.De Greiff, Luis. Semblanzas y comentarios. Bogot: ABC, 1942. Gaviria Livano, Enrique. Los Nuevos en la historia de Colombia: una generacin militante.

    Bogot: zeta, 2010.

    Lpez Pumarejo, Alfonso. Alfonso Lpez Pumarejo polemista poltico. Bogot: Instituto Caro y Cuervo, 1986.

    Molina, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia. Bogot: Tercer Mundo, 1970.Morales Bentez, Otto y Diego Pizano, Salazar. Don Manuel Mister Coffe. Bogot: OP, 1989.Zalamea, Jorge. Literatura poltica y arte. Bogot: Universidad de los Andes, 1978.