10. cenizas de un cuerpo

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Page 1: 10. cenizas de un cuerpo

La Iglesia, nos aconseja que se debe conservar la piadosa costumbre de

sepultar los cuerpos de los difuntos, esto por mantener íntegra su fe en la dignidad

del cuerpo y la resurrección de la carne.

No está prohibida la cremación, siempre y cuando no haya sido elegida de

esta manera por motivos contrarios a la doctrina de la Iglesia.

De acuerdo al sentir de la Iglesia, se deberá decir a los familiares del difunto

que las cenizas de los difuntos deben guardarse en un lugar sagrado, ya sea en

cementerios o columbarios bendecidos.

Por tanto NO ES LÍCITO la práctica de guardar las cenizas en la casa o

dispersarlas en lugares naturales que no estén bendecidos. La razón, por la espera

de que un día su cuerpo, -que ha sido Templo del Espíritu Santo-, resucite asociado

al Cuerpo glorioso de Jesús Resucitado.

Esto, de acuerdo al RITUAL ROMANO instaurado por mandato del SACROSANTO

CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II PROMULGADO POR LA AUTORIDAD DEL

PAPA PABLO IV, nos dice en el no.3

3. Dejada de lado toda vana ostentación, es conveniente honrar los

cuerpos de los fieles difuntos, que han sido templos del Espíritu Santo. Por eso,

por lo menos en los momentos más importantes entre la muerte y la sepultura,

se debe afirmar la fe en la vida eterna y orar por los difuntos.

¿Se pueden por tanto esparcir las cenizas del fallecido?

No. La práctica de esparcir los restos cremados en el mar, desde el aire, o en la tierra, o de

conservarlos en la casa de un familiar o amigo del difunto, NO ES LA DISPOSICIÓN

REVERENTE que la Iglesia recomienda para los mismos. (Ritual de Exequias Cristianas,

Apéndice II #417).