103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

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Revista de arqueologia Mexicana. Estudios de espiritualidad y religiones originarias.

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María Nieves Noriega,José Emilio Pacheco, Nelly M. Robles Garda. María Teresa Uriarte Castañeda

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Dominique Michelet, Mary E. Miller,Jesús Monjarás-Ruiz, Carlos Navarrete, Xavier Noguez,

Pondano Ortiz,Jeffrey R. Parsons. Hans Prem. Rosa Reyna Robles, Maricarmen Serra Puche, Peter Schmidt, Otto Schondube,Ronald Spores,Barbara Stark, David S.Stuart, George E.Stuart,

Philip Weigand, Marcus Winter

Joaquín Garda-Bárcena, Alejandro Martínez Muriel,Alba Guadalupe Mastache Flores, Enrique Nalda

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REVISTA BIMESTRAL

Mayo-junio de 20 I O Volumen XVII , número 103

PORTADA: Códice de Dresde, p. 74. REPROGRAFIAS: MARCO ANTONIO PACHECO

SECCIONES

16

84

6

10

86

94

HISTORIAS DE LOS CÓDICES MEXICANOS

Códice Cospi Manuel A. Hermann LeJarazu

DOCUMENTO

Lienzo de Tlaxcala Xavier Noguez

Cartas

Noticias

Reseñas

SÉPTIMO CONCURSO DE CUENTO HISTÓRICO

La sed Ricardo Augusto Inarte VlJldes

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DOSIER: Profecías mayas

34 Augurios y pronósticos en los códices m ayas Nikolal G,·ubf'

Para comenzar con lo más importante: no

hay ninguna profecía sobre el fin del mundo

en el año 2012 en los códices mayas . En

ningún lugar de los tres códices mayas

los epigrafistas han encontrado señales

de profecías apocalípticas relacionadas

con una fecha concreta. Cualquiera que

revise los códices mayas en la búsqueda de

evidencia para las profecías apocalípticas,

como sugieren los seguidores del ám bito

esotérico, se desilusionará.

38 El universo temporal en el pensamiento maya Mercedes de la Garza C Si los mayas buscaban conocer lo que había

ocurrido 256 años antes, y daban a conocer

a toda la comunidad la carga de influencias

divinas que traería el futuro, era con el fin

de poder cambiar las malas influencias por

otras buenas, por medio del ritual.

45 Los escenarios del porvenir. Cómputos y textos futuristas en Palenque GUIllermo Bemol Romero De acuerdo con las creencias mayas, los ciclos

"katúnicos" (7 200 días) estaban regidos

por deidades que podían ejercer influencias

benefactoras o nefastas sobre la humanidad.

49 El tránsito de Venus por el disco del Sol de 2012 Jesus Gal,ndo Treja Es posible que la pintura mural en la Sala

de los Fresco s de la ciudad de Mayapán, del

Posclásico, represente la observación del

t ránsito de Venus por el disco del Sol.

52

24

78

Las profecías mayas de 20 I 2 Anthony F.Avem ¡Predijeron

los profetas

mayas el fin del

mundo en 20121

Sin dejarnos

llevar por el

tremendismo,

al examinar los

datos científicos

y culturales, las

prediccio nes

de un cataclismo fechado

resultan muy dudosas.

COSMOVI51ÓN

El sacrificio humano entre 105 mexicas Alfredo Lóp, A. Sli/

Leonardo LOpf ~ LUJor Los fenómenos sociales del pasado remoto,

incluidos el sacrificio y el canibalismo, deben

verse al margen de las ideologías y los

enfoques maniqueos.Tienen que ser analizados

científicamente, con objetividad, en todas

sus dimensiones y evaluando críticamente

el mayor número de evidencias posibles.

ANTROPOLOGíA FíSICA

El virreinato. Costumbres funerarias Murcela Salas Cuesta Maria Flena Salas Cuesta Durante el virreinato era regla que los

entierros se hicieran principalmente en el

interior de las iglesias, aunque también se

utilizaron atrios y conventos.

58

64

18

El antiguo futuro del k'atun. Historia y profecía en un espacio ci rcular Erik Ve/osquez Gorda Para los mayas prehispán icos y co loniales el

futuro estaba escrito e n el pasado. Por ello,

para afrontar el incierto deven ir, fija ron su

atención en los acontecimientos histó r icos.

Adivinación y pronósticos entre los mayas actuales MlChe/a Craveri Los mayas han mantenido la cost um bre de

leer su destino, de rec ibir señales divi nas y

de descifrar los designios de los dio ses.

ARQUEOLOGíA

Esculturas de cerámica de Xochicalco, Morelos '1/1 10 r;a,.~a Ta ra70na Las esculturas antropomorfas y zoomorfas

que se presentan mezclan lo natural con

lo divino y poseen un gran conten ido

simbólico.

70 Los cuchillos ataviados de la Ofrenda I 25.Te mplo Mayor de Tenocht itlan Xlmena Chavez,A/ejandro Aguirre, Ana Miramontes, Erika Robles Dos cuchillos de la ofrenda presentaban

ajuares idénticos a los atributos

iconográficos de los dioses Ehécatl­

Quetzalcóatl y Xólotl.

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Cartas

Foro

ACLARACiÓN DEL DOCTOR MIGUEL LEÓN-PORTILLA

En el nLlmcro 102 de Ar­

queología Mexicana , p.14,

apareció un breve texto en

relación con el doctorado ho­

noris causa que me concedió

la Universidad Complutense

de Madrid. En ese texto se me

atribuye que manifesté que en

la guerra de Independencia

yen la Revolución Mexicana

participaron cientos de miles

de indígenas y nada obtuvie­

ron sino que, en cierto modo,

empeoró su situación .

Debo manifestar que en

las palabras que pronuncié

en mi discurso en la Complu­

tense no aludí a dicho tema.

De ello he tratado en otras

varias ocasiones y lo hice en

una entrevista que entonces

se me hizo.

También se me atribuye la

afirmación de "que la llega­

da de los españo les a tierra

americana, más que un des­

cubrimiento o un proceso de

Conquista fue un encuentro,

un acercamiento de dos cul­

turas" . No fue esto lo que dije

sino que recordé la propuesta

que hice con motivo del

Quinto Centenario. Entonces

man ifesté que en ese pro­

ceso debían de ser tomados

en cuenta los indígenas, no

ya como seres meramente

"descubiertos" por otros sino

como participantes. Por ello

propuse la designación de

"Encuentro de Dos Mundos".

Expresamente man ifesté

que, como lo señala el Dic­

cionario de la Academia de la

6 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

Lengua, la palabra encuentro

tiene como primera acepción

la de choque o confrontación

entre dos ejércitos. Obvia­

mente eso fue la Conquista.

Añadí también que encuentro,

según el mismo diccionario,

connota la idea de aproxima­

ción, cua l fue el caso poste­

rior en la Nueva España, en la

que hubo de todo, crímenes

y otras injusticias y asimismo

formas de conv ivencia.

y desde luego agradezco a

Arqueología Mexicana la feli­

citación que en dicho número

generosamente me trasmite.

Miguel León-Portilla

CARTAAARTíCULO DE MANUEL HERMANN

Hemos leído con atención

la nota publicada por el Dr.

Manuel A. Hermann Leja­

razu, en el núm. 102, sobre

la localización de los Códi­

ces de Azoyú y su eventual

traslado a la BNAH, así como

algunos de los prob lemas

de localización por los que

atravesó un fragmento del Có­

dice Azoyú 2. En este punto

queremos manifestar nuestro

extrañamiento de que el Dr.

Hermann haya decidido no

mencionar en el cuerpo de

su nota el trabajo de la Dra.

Constanza Vega Sosa, investi­

gadora deIINAH, quien fue la

primera en abordar este tema

en extenso y reportar sobre

el hal lazgo e historia de los

Códices de Azoyú. No debe­

mos olvidar que fue la Dra.

Vega, con su publicación

del Códice Azoyú 1, quien

rescató del olvido este grupo

documental.

De igual forma, nos parece

que el Dr. Hermann debió

citar y otorgar mayor créd ito

al reporte rea lizado por la

maestra María Esther Jasso

Sáenz, directora de la Biblio­

teca Manuel Orozco y Berra

de la Dirección de Estudios

Históricos-INAH, sobre la recu­

peración de las páginas perdi­

das del Códice Azoyú 2. Para

los que conocemos el informe

de la maestra Jasso, resulta

evidente que el Dr. Hermann

lo está siguiendo muy cerca­

namente en la redacción de

su nota, pero no lo cita en

ningún momento.

Finalmente cabe mencio­

nar que una institución en for­

mación, como lo fue ellNAH

de las décadas 1940-1950, es

producto del trabajo co lectivo

de muchos individuos de gran

visión y estatura. Opinamos

que el papel de ese INAH his­

tórico no debe ser manchado

de forma tendenciosa cuando

casi siete décadas más tarde

se quiere juzgar el proceder

de aquellas personas involu­

cradas en el rescate del patri­

monio nacional. No debemos

olvidar que en aquellos años

algunos funcionarios e investi­

gadores actuaron bajo un celo

nacionalista que ahora puede

resultar, para algunos, extraño

o excesivo. En efecto, en el

traslado de los documentos de

Azoyú a la BNAH-I AH se co­

metieron omisiones que resul­

taron en perjuicio del pueb lo

y de la familia Germán-Zava­

leta, guardianes indígenas de

los Códices de Azoyú, quienes

sufrieron la persecución y

violencia de un grupo político

mestizo al interior del pueblo.

No obstante, es importante su­

brayar que en la documenta­

ción que sobrevive en el pue­

blo de Azoyú sobre el asunto

y que hemos podido consultar

ampliamente, la comunidad

tlapaneca solicitó de manera

voluntaria en 1949 que sus

códices fuesen preservados

en la BNAH para el bien de la

nación mexicana. Rendimos

homena je a la grandeza de

espíritu del pueblo de Azoyú

por tal decisión.

Para profundizar en el

tema, nos permitimos dirigir

al lector interesado, así como

al Dr. Hermann, a un estudio

profundo y especializado de

estos eventos: Gerardo Gutié­

rrez, Viola Koenig y Baltazar

Brito, Códice Humboldl Frag­

mento 1 (Ms. Amer. 2) y Códi­

ce Azoyú 2 Reverso: Nómina

de tributos de Tlapa y su pro­

vincia al Imperio Mexicano,

México, clEsAs-Stihung Preus­

sisher Kulturbesitz, 2009.

Dr. Gerardo Gutiérrez Mendoza,

Departamento de Antropología,

Universidad de Boulder, Colorado,

E.U.A.

Dra. Ethelia Ruiz Medrano,

Premio Nacional de Ciencias

Sociales por la Academia

Mexicana de Ciencias 200 I . Beca

Guggenheim 2006, investigadora

de la Dirección de Estudios

Históricos,INAH

RESPUESTA. Doy respuesta

a esta carta con la intención

de aclarar los sigu ientes

puntos. Sugiero a los autores

de la misma lean con

atención el espac io "Para

leer más ... ", lugar en el que

Vivir

Page 7: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Cartas

se encuentra c itado el trabajo

de Constanza Vega sobre el

Códice de Azoyú 7. Además,

el nombre de la secc ión en la

que escribo se llama Historias

de los Cód ices Mexicanos, en

la que, como su nombre lo

dice, trato de dar a conocer

las v icisitudes, c ircunstancias

o hechos hi stóricos que traten

de exp li car las razones por las

cua les los cód ices mex icanos

se encuentran depositados en

repos itor ios distintos a los

de su lugar de origen. Por

lo que no se trata de un texto

que haga va loración algu na

sobre los investigadores

que haya n trabajado un

documento determinado,

ni mucho menos se trata

de una revisión con fines

historiográficos.

Sobre el segu ndo punto,

también quiero ll amar la

atención de los fi rmantes

para que lea n con cuidado

el crédito que le otorgo a

la Mtra. María Esther jasso

sobre su extraordi nari o des-

cubr imiento. En el penúltimo

ACLARACIONES

• Núm. 101: Por medio de la

presente quiero hacer de su

conoc imiento que los créd itos

correspondientes al dibujo que

publicaron en la página 54 del

número 101 de su revista: Las

pirámides de México, están

incorrectos. El dibujo es de mi

autoría y mi nombre correcto

es: Citlali Coronel (s in usa r

8 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

párrafo de mi artículo c ito la

fuente de la que estoy toman-

do los datos que ahí escribo,

periódico El Un iversal, 18 de

nov iembre de 1992, secc ión

Cu Itural, p.l . Les recuerdo

que la sección H istoria de

los Cód ices Mex icanos está

elaborada con objetivos de

divulgación, por lo que no se

trata de un artículo c ientífico

en el cual se puedan c itar

todas las fuentes y documen-

tos a los que se recurrieron

para la elaborac ión del texto.

Sobre el particu lar, además

de consu ltar el informe de la

Mtra. jasso, tu ve acceso a las

notas peri odísticas de los dia-

rios El Día y El Nacional, que

también publ icaron notic ias

sobre el descubrimiento. Por

lo que de ninguna manera

hago una omisión a las fuen-

tes consu ltadas, ni pretendo

restar mér itos a los trabajos

de la maestra, si no que debi-

do al carácter mismo del ar-

tículo, no puedo c itar todos

los trabajos con referencias al

pie de página . Para este caso,

doble 11 ). Es un placer poder

co laborar de alguna manera en

tan prestigiosa revista. Un salu­

do cord ial.

C itlal i Coronel Sánchez

• Núm. 102: Al final del artícu­

lo sobre los códices de Azoyú y

el Lienzo de Tlapa se menciona

actualmente estoy elaboran-

do un artículo c ientífi co que

se publi ca rá en una rev ista

destinada al ámbito acadé-

mico y en la cual podrá n

incluirse todas las referencias

necesarias con su debido cré-

dito y aparato crítico .

Finalmente, ignoro las

intenciones y los comentari os

tendenciosos que los firman-

tes tienen al final de su pro-

pia ca rta. No sé qué artícu lo

el los estaban leyendo, pero

en la historia de los Códices

de Azoyú y el Lienzo de Tla-

pa, en ningún momento se

está juzgando el proceder de

persona alguna . No hay una

so la línea en la que se expre-

se algú n comentari o subjet i-

va, ni se está manchando el

pape l del lNAH bajo ningú n

párrafo, y no existe ninguna

ori entac ión tendenciosa más

que la que los autores de la

ca rta pretenden entresacar

bajo no se qué oculta inten-

c ión. La información que se

c ita en el artículo proviene de

documentos de archivos del

que Irineo Germán y Salvador

Toscano murieron en el mismo

año de 1949. Encuentro un

error mío, pues Irineo Germán

murió en 1943, por lo tanto, no

coinciden las fechas de falleci­

miento entre ambos personajes.

Manuel Hermann Lejarazu

FELICITACiÓN

Soy estudiante de artes vi­

sua les, brasileño, y estoy

empezando una investigación

sobre las artes antiguas de las

Améri cas, con la intención de

crear una buena base para una

maestría. Soy un apas ionado

INAH y de textos publ icados

con anterioridad por Blanca

jiménez y SamuelVillela en

la obra referida oportuna-

mente en la p. 17 .

En el artícu lo que estoy

prepa rando para pub lica rl o

próx imamente, añado docu-

mentas que son anteriores

a los que los firmantes c itan

de 1949. Yo he consultado el

acta del 2 de agosto de 1943

en la que se les informa a los

hab itantes de Azoyú la deci -

sión tomada en la cap ital de

la repúb lica para que los có-

d ices quedaran depositados

para su conservac ión y vig i-

lancia en el museo, entregan-

do para el efecto cop ias rieles

de los mismos. Quiero insistir

que la informac ión que

aparezca será sin jui cios ten -

denciosos ni subjeti vos, por

lo que invito a los lectores y

a los firmantes para que se

acerquen a un anális is serio,

espec ial izado y sin apas iona-

mientas sobre este tema.

Dr. Manuel A. Hermann Lejarazu

Profesor-investigador CIESAS-OF

de México y sus cu lturas, de

los mayas principalmente, pues

sus conocimientos y va lores

me dan cada día más el va lor

y la voluntad de continuar este

trabajo muy gratifi cante. Qu ie­

ro fel ic itarl os por el excelente

trabajo que la revista ha hecho

para la conservac ión, difusión,

sensibili zación y as istencia a

los estud iantes y espec iali stas

del tema, que es tan poco va­

lorado en la propia América,

pero es útil saber qué somos,

por qué somos, y conocer el le­

gado de origen. (Ca rta resumida)

Alex Sandro Barros [email protected]

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Noticias

Enrique Nalda

Al cierre de esta edición, recibimos la la­

mentable noticia de la muerte -acaecida

el miércoles 14 de abril del presente- del

arqueólogo Enrique Nalda, querido amigo,

maestroymiembrodenuestroComitéCientí­

fico-Editorial desde la fundación de la revista.

GUACHOCHI, CHIHUAHUA

Desde 1993 hasta la fecha contamos siempre

con su generosa y entusiasta participación

en la definición no sólo de los contenidos

de cada número, sino en la del rumbo de la

revista. Si a manos de nuestros lectores llegan

números en los que la arqueología es vista

en una perspectiva amplia yen la que ni se

eluden las discusiones, ni se niega espacio

a propuestas nuevas, es en buena medida

gracias a su visión de la arqueología como

una disciplina que no se limita al estud io de

lo prehispánico, sino que tiene un vínculo

persistente con el resto de nuestra historia y

con nuestra actualidad.

Enrique realizó investigaciones en distin­

tas partes del país; en Guanajuato, Querétaro,

Morelos y, en los últimos años, Quintana Roo

deja trasdesí una extensa obra asociada a esas

investigaciones y reflexiones sobre distintos

aspectos de la arqueología, indispensables

para unacaba I comprensión dela importancia

Descubren vestigios de etnia extinta

Nueve sitios de carácter habitacional, dos

de índole funeraria y dos más de tipo ritual,

algunos con más de 1 000 años de antigüe­

dad, se localizaron en cuatro localidades

del municipio de Guachochi, Chihuahua.

De acuerdo con las primeras exploraciones

de prospección, los vestigios podrían co­

rresponder a los tubares, un grupo indígena

que durante la Colonia se aisló en la Sierra

Tarahumara para evitar su evangelización y

que se habría extinguido a fines del siglo XIX.

El arqueólogo Enrique Chacón, investi­

gador del Centro INAH Chihuahua, explicó

que la arquitectura, el sistema de entierros y

las referencias de investigación en la región

sugieren que la antigüedad de los sitios va

de los siglos X al XVI o XVII. Las habitaciones,

semejantes a las que tradicionalmente se co­

nocen en el noroeste de México y suroeste de

Estados Unidos como "casas en acantilado",

son construcciones de tierra y piedra, con

aplanados en las paredes y cuartos destina­

dos a dormitorios, así como a graneros y otras

10 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

estructuras de almacenamiento. Erigidas en

el interior de abrigos rocosos o cuevas de

poca profundidad, seempleaban para dormir

y protegerse de animales salvajes o de tribus

enemigas.

En tanto que los sitios rituales se hallaron

en oquedades (morteros o pocitos) realiza­

das sobre la roca de los cerros, los de carác­

ter funerario se localizaron en un pequeño

abrigo rocoso y en una cueva. Los restos de

cinco individuos que datan de los años 1000

a 1450 d.C. corresponden al primer caso,

mientras que en el segundo se encontraron

los de al menos otros seis de ambos sexos,

en general dispersos, sin articulación ni po­

sición anatómica, de los siglos XVI o XVII. Las

evidencias materiales asociadas indican que

los individuos fueron envueltos en mantas de

fibras vegetales (petates), atados con cuerdas

y asegurados con agujas de madera; fueron

sepultados con ofrendas, compuestas sobre

todo por artefactos de cerámica lisa y de

calabaza-guajes.

de esta disciplina en México. Algunos de esos

trabajos fueron publicados en las páginas de

esta revista: el mejor homenaje que se puede

rendir al querido profesor es conocer su obra.

No queremos terminar esta nota sin dejar de

señalar otra de las grandes contribuciones de

Enrique Nalda a la arqueología de México: su

papel docente. Como maestro de la ENAH con­

tribuyó a la formación de varias generaciones

de arqueólogos, a los que transmitió el gusto

por la arqueología y enseñó la importancia de

hacer investigaciones bien planteadas y con

el mayor cuidado en el manejo de los datos.

En épocas en las que predominaban las dis­

cusiones sobre hacer arqueología en función

de una teoría u otra, Enrique, él mismo un

notable teórico, consideraba que sólo había

dos clases de arqueología, la bien hecha y

la mal hecha; sin duda él hizo de la primera

y comprometió a sus numerosos alumnos a

intentar hacer lo propio.

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Noticias

LOSTETELES, PUEBLA

Primeras exploraciones

A partir de junio de 2009 se iniciaron 105

trabajos de exploración del sitio Los Teteles,

Tlacotepec, Puebla, en su primera tempo­

rada. Los avances muestran que este asen­

tLlmiento corresponde al Preclásico Tardío

yqueestuvoocupadoen el Clásico, cuando

tuvo un importante desarrollo arquitectó­

nico de estilo teotihuacano. Se excavó la

fachada del edificio sur, que forma parte

de un conjunto cerrado de tres templos. Se

trata de una plataforma piramidal de 7 m

de altura, donde se encontró una cuantiosa

ofrenda de cuentas de piedra verde, restos de

conchas, caracoles, sahumadores, braseros

efigie, figurillas, así como maíz, frijol y otras

plantas, todos 105 cuales fueron quemados y

arrojados al pie del edificio, que luego fue

clausurado de una manera intencional. La

parte superior presenta un pórtico y altares

que parecen ser parte de una unidad domés­

tica. Este conjunto tiene una plaza hundida

en cuyo centro se encuentra una gran roca

de más de 5 m de largo que parece ser un

CIUDAD DE MÉXICO

monumento central. El uso de piedras labra­

das en taludes y tableros, con grandes rocas

en las alfardas, parece ser una característica

de la arquitectura local.

Otros trabajos de esta temporada inclu­

yeron la exploración de una terraza habi­

tac ional con varias épocas de ocupación,

recorridos de superficie para delimitar la

extensión del asentamiento y la elabo­

ración del mapa topográfico digital. Los

Teteles es un centro urbano monumental

con varios conjuntos de plazas y espacios

cerrados. Hasta ahora se ha delimitado un

área de 51 ha que representa el centro ur­

bano, pero queda por determinar la verda­

dera extens ión del sitio, que parece haber

sido parte importante de las antiguas rutas

entre el Centro de México hacia Oaxaca y

la Costa del Golfo.

Estos trabajos continuarán en 2010

como parte del Proyecto Especial Teteles

de Santo Nombre, del INAH, a cargo de

Bias Castel lón, con la colaborac ión de los

arqueólogos Ivonne Pérez, Hugo Huerta y

Patricia Salgado.

Dr. Bias Román Castellón Huerta, DEA, INAH

Hallazgo del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl

Especialistas dellNAH descubrieron en un predio de la calle de Guate­

mala, los restos de un temp lo circular de la antigua México-Tenochti­

tlan . Su ubicación y cercanía respecto al Templo Mayor coinciden en

general con las representadas en 1960 por el arqueólogo y arquitecto

Ignacio Marquina, quien asentó entonces que

el templo más importantededicadoa Ehécatl­

Quetzalcóatl, dios del viento, se encontraba

detrás de la Catedral Metropolitana. ~

Raúl Barrera Rodríguez, responsable del ~ ~

Programa de Arqueología Urbana deIINAH, ~

señaló que la trascendencia del hallazgo '~ radica en que ahora se sabe con más pre- ~ cisión las medidas del recinto sagrado de ~ Méx ico-Tenochtit lan. ~

El temp lo de Ehécatl-Quetzalcóatl medía

cerca de 32 m de altura y tenía un diámetro que rondaría los 14 m.

La edificación presenta dos etapas constructivas: por un lado, sus

características arquitectónicas corresponden a la etapa VI del Templo

Mayor (1486 d.C.-1502 d.C.), época de auge del imperio de Ahuízotl;

12 I ARQUEOLOGíA MEXICANA

por otro, los pisos superiores remiten a la etapa VII (1502 d.C.-1521

d.C.), aquella que vieron 105 conquistadores españoles a su llegada .

Todo indica que el basamento prehispánico con su temp lo circu lar

estaba dirigido al Templo Mayor, concretamente hacia el lado de l

adoratorio de Tláloc. Lo que tiene sentido

si se considera que Ehécatl-Quetzalcóatl

era el dios mexica del viento, elemento que

precede a la lluvia, representada porTláloc,

divin idad de l agua y del rayo.

De ahí que la pirámide consagrada a Ehé­

catl-Quetzalcóatl, conocida como la "Casa

del Viento", tuviera una forma peculiar: su

fachada era de planta cuadrangular, mien­

tras que su parte posterior, de planta circular,

servía para sustentar un templo de forma ci­

líndrica cubierto por un techo de paja a manera de un gran cono. De

acuerdo con 105 re latos de los conquistadores, la decoración consistía

en la figura de una serp iente emplumada (el nombre de la deidad),

cuyas fauces abiertas const ituían el acceso al adoratorio.

Page 11: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Noticias

SEMBLANZA

Lorenzo Ochoa ( 1943-2009)

Nacido en Tuxpan, pob lación de la Huasteca

vcracruzana con la que siempre mantuvo un

vínculo afectivo, Ochoa cursó la carrera de

arqueología en la Escuela Nacional de An­

tropología e Historia, donde obtuvo en 1974

el grado de maestro en ciencias antropológi­

cas con la tesi s Historia prehispánica de la

Huaxteca, publicada en 1979 y referencia

obligada para quien indaga en la historia de

esa región. En el periodo 1976-1979 realizó

sus estudios de doctorado en arqueología en

la Facultad de Fi losofía y Letras de la UNAM.

En vi rtud de sus promi nentes conoci m ien­

tos y cabal discipli na en el quehacer antropo­

lógico, en diversas ocasiones fue convocado

para evaluary dictaminar proyectos de inves­

tigación, tesis, libros, artículos y ponencias.

Una extensa obra escrita da cuenta de los

resultados y conoc imientos derivados de sus

investigaciones. Lo más meritorio de algunos

desus textos es que forman partede la biblio­

grafía indispensable del Curso de Mesoamé­

rica, que impartió por más de tres décadas

en el Co legio de Historia de la Facultad de

Filosofía y Letras de la UNAM. Dictó también

diversos cursos de arqueología general y

mesoamericana, además de seminarios de

investigación en la ENAH.

Como investigador, no só lo concentró sus

pesquisas en la región de la Huasteca, pues

condujo con igual dedicación el Proyecto

Tierras Bajas Noroccidentales del Área Maya

y otro más en la Sierra Alta de Hidalgo. En

más de 200 publicaciones, entre libros, ar­

tículos, capítulos de libros, prólogos y guías

arqueológicas, dio a conocer los logros de

sus investigaciones.

Al momento de su inesperado deceso,

el pasado diciembre en la ciudad de Méxi­

co, era investigador titular del Instituto de

Investigaciones Antropológicas de la UNAM .

Pertenecía al Sistema Nacional de Investi ­

gadores nivel 11.

Descanse en paz Lorenzo Ochoa, uno de

los últimos y más relevantes investigadores

integrales de la antropología mexicana.

Arqueólogo Eladio Terreros Espinosa,

Museo del Templo Mayor

14 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

Agenda

Curso "INTRODUCCiÓN A LA ESCRITURA JEROGLíFICA MAYA"

""'" IlITRODUCCION A LA BSCRl1lJRA JEROGLIJ>ICA MAYA ... u •• OIAYO" " ". n' ~ IO p. aOlO

.............. , ••• "' .......................... 4

Exposición "MOANA: CULTURAS DE LAS ISLAS DEL PAcíFICO"

Con el montaje de una colec­

ción etnográfica sin preceden­tes, la exposición mostrará al

público mexicano las tradicio­

nes, estética yvaloresartísticos

de los grandes arch ipiélagos

de Oceanía. La muestra inter­

nacional, organizada por el

INAH-COnaculta, forma parte de la serie Grandes Civiliza­

ciones y está compuesta por

268 piezas, procedentes de los

museos estadunidenses Field,

de Chicago; Young, de San

Francisco, y el Peabody Essex,

de Salem, Massachussets, así

como del Museo Nacional de las Cu lturas, de la ciudad de

México. El Museo Nacional de

Antropología será la sede de la exhibición, que estará abierta

al público a partir del16 de

abril y hasta el 30 de junio.

El Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigacio­

nes Filológicas de la UNAM,

invita a los interesados al cur­

so Introducción a la escritu­

ra jeroglífica maya que será

impartido por los investiga­

dores Maricela Ayala Falcón

y Guillermo Bernal Romero

a partir del 24 de mayo de

201 O. El curso está dirigido

a todo aquel interesado en la

lectura de la escritura maya

y en él se proporciona a los

alumnos lose lementos nece­

sarios para tal f in. Mayores informes en los teléfonos

56227491 y 56227485 o en

la página del instituto: www.filologicas.unam.mx.

La muestra se estructu ­

ra sobre cinco conceptos o

ejes, derivados de la lengua

proto-oceánica: moana (el

mar), fanúa (la tierra), lau (intercambio), mana (poder)

y atua (espíritus y el mun­do sobrenatura l). Piezas de

gran tamaño como diferen­

tes tipos de embarcaciones

y reconstrucciones de casas

de reunión de los maorí de

Nueva Zelanda, así como

de las " casas de los hom­bres" de Nueva Guinea, son

algunos de los ejemp los que

darán cuenta de los tesoros

del archip iélago. Máscaras

ceremonia les, instrumentos

musicales, objetos utilita­

rios, textiles y ornamentos,

además de tallas de gran

formato de Hawai, Nueva

Zelanda y Rapa Nui (Isla de Pascua), se suman a este viaje

por las culturas de Oceanía .

Más informac ión en

www.inah.gob.mx/moana

Exposición "HABLAR CON BARRO"

El barro "hab la" a los

arqueólogos, cada

fragmento o pieza de este material contie­

ne información rele­

vante que les permite re­

construir la historia de las

sociedades prehispáni­

cas: determinar periodos

de ocupación en deter­

minado sitio, establecer

la interacción entre los

pueblos, e incluso cono­cersu vida cotidiana y for­

mas de pensam iento en el

caso de piezas que cuen­tan con diseños y color.

Algunos de estos aspec­tos se abordan en la ex­

posición que se presenta

hasta el mes de mayo en el

Museo Regional de His­toria de Aguascalientes

y que reúne 120 objetos

de cerámica, algunos

con una antigüedad de más de 4 000 años. Los

cajetes, ollas, platos, figu­

ras humanas y zoomorfas ahí exhibidos dan cuenta

del desarrollo de la cul­

tura de Occidente, con­

formada por grupos pre­

hispánicos que habitaron

lo que hoyes Michoacán,

Colima, Nayarit, Jalisco y

Guanajuato. Con ello se

busca subrayar la impor­

tancia del barro en la cu l­

tura mexicana y expl icar,

mediante ejemplos ce­

rámicos de los periodos Preclásico (1800 a.c.-

200 d.C.), Clásico (200-

900 d.C.) Y Posclásico (900-1521), las diversas

técnicas para modelarlo y decorarlo.

El Museo Regional de

Historia de Aguascal ien­

tes, ubicadoenVenustia­

no Carranza 118, Centro

Histórico, está abierto

de martes a domingo, de

9:00 a 18:00 horas.

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Page 12: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

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Con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia, y en el marco del vigésimo aruversario de la unidad alemana, la ciudad de Berlín celebra la llegada de 47 piezas de una de las máximas

13 dibujos, 26 óleos, siete acuarelas y un corset de la artista mexicana, además de 2 litografías de Diego Rivera, podrán ser admirados en el Museo Martin­Gropius-Bau, uno de los centros de exposiciones más famosos de Alemania, para después viajar a Austria, donde por primera vez se realizará una exposición dedicada a Frida Kahlo.

DEL 30 ABRIL AL 9 AGOSTO. MUSEO MARTIN-GROPIUS-BAU

Vive la Cultura Con todos los sentidos

'r Mejor .' ... I.l·,· ... ' ... r .

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Page 13: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Historias de los Códices Mexicanos M ANUEL A. H ERMANN LEJARAZU

Códice Cospi

Considerado por algún tiempo como un libro proveniente de Chi­na, el Códice Cospi fue un regalo personal del conde Valerio Zani al marqués Ferdinando Cospi en 1665. Al parecer, en algún mo­mento antes de obsequiar el manuscrito, el conde se dio cuenta de que el códice era en reaEdad de origen mexicano, por lo que co­rrigió la inscripción sobre la portada de pergamino que cubre al códice con la frase: "Libro del Messico", borrando la anterior que decía "Libro de la China".

No es de extrañar que anteriormente se tuviera a los manuscri­tos mesoamericanos por Libros de las Indias Orientales o libros egipcios, como ocurrió con el Códice Laud, pues durante los siglos XV] y XVlI llegaban comúnmente a manos europeas objetos pro­cedentes de los más diversos confines del mundo, de África, Asia o América, y en muchas ocasiones se había llegado a perder cual­quier información sobre su verdadero lugar de origen.

Tampoco es del todo casualidad que el códice haya aparecido en Bolonia, ciudad del norte de Italia, ya que en su momento fue el centro intelectual más importante de Europa y tuvo, además, la

16 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

Tlahuizcalpanlecuhtli, en su versión de estrella matutina o Venus, necha a un monte, que representa la entrada al inframundo, y al sol. Códice Caspi, lám. 10. REPROORAFIA, MARCO ANTONIO PACHECO I RAleES

universidad más antigua del mundo occidental, fundada a finales del siglo XI. Por tanto, es probable que el documento haya llega­do a manos de los ilustres antepasados del conde Valerio Zani, no sólo por su incEnación intelectual, sino también por la posición acomodada de su familia, que incluía a tan altos jerarcas de la Igle­sia catóEca como su úo Costanzo Zani, obispo de Imola.

Haya sido por herencia o por adquisición personal, sabemos que el conde Zani tenía posesión del manuscrito hacia 1665, por lo que es muy probable que él mismo haya mandado colocar las cubiertas de pergamino que fueron pegadas al frente y al final de la tira de biombo para obsequiarla al marqués Cospi. De acuerdo con el estudio moderno de Laura Laurencich Minelli, las cubier­tas fueron hechas alrededor de esa fecha en el más puro estilo ro­mano o boloñés de la época (Laurencich Minelli, 1999, p. 376).

Zani pertenecía al mismo círculo académico que el marqués Cospi, la Academia dei Gelati, de modo que conocía bien al im­portante coleccionista. Ferdinando Cospi (1606-1686) era tam­bién descendiente de aristocráticas familias italianas, pues de lado

Page 14: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

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materno tenía parentesco con la dinastía de los Medici de Floren­cia, y durante su juventud vivió en la corte de Cosme II y Fernan­do II, duques de Toscana y gobernantes de aquella ciudad.

D espués de la muerte de su padre en 1624, Cospi regresó a Bolonia y comenzó a ocupar importantes cargos en el gobierno de su ciudad natal, como los de senador y gonfaloniere Guez) o jefe de gobierno de la república. Bolonia, desde el siglo XVI hasta el XVIII, formaba parte de los Estados Pontificios (territorios bajo la soberanía del Papa) y tenia que gobernarse por un cardenal y por un senado, quienes elegían cada dos meses a un gonfaloniere asistido por ocho cónsules ancianos.

Ferdinando Cospi había comenzado a reunir una valiosa co­lección de antigüedades desde que vivía en Florencia alIado de los Medici. Cuando se trasladó a Bolonia, llevaba consigo su " museo", el mismo que donó al senado de esta ciudad en 1660. La colección fue colocada en el Palacio Público y formalmente donada a la ciudad de Bolonia en 1672. Una vez formado el mu­seo, Cospi pidió a Lorenzo Legati, profesor de griego en la uni­versidad, que le escribiera dos catálogos de su colección. El pri­mero apareció en 1667 y el segundo en 1677.

Para el segundo catálogo Legati escribió un comentario más amplio sobre el manuscrito que le había obsequiado Zani al mar­qués Cospi. Lo describe como un libro mexicano y particular­mente le impresionan los jeroglíficos, que califica como "excén­tricos". Añade información sobre el formato y las características físicas del códice, además de publicar varias imágenes, como las escenas de la página 10 y detalles del tonalpohualli de la pági na 4.

E n 1742 el Museo Cospiano cambia de sede del Palacio PÚ­blico allnstiruto de Ciencia, y en 1803 el Instituto llegó a ser par­te de la Universidad de Bolonia. H oy en día el manuscrito se con­serva en la Biblioteca Nacional de la Universidad, clasificado con el número 4093.

Durante el siglo XVIII, notables humanistas e investigadores lograron examinar el códice, entre ellos los jesuitas Francisco Ja ­vier Clavijero y José Lino Fábrega, quienes realizaron pequeñas

observaciones sobre el códice. Pero, particularmente, ellingüis­ta boloñés Giuseppe Mezzofanti fue el primero en interpretar la sección del tonalpohuall¡ del Códice Cospi en 1818, aunque su ma­nuscrito nunca se publicó (Laurencich Minelli, 1999, p. 377).

En 1898, el notable historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso publicó en español un interesante comentario sobre el códice en una edición facsimilar subvencionada por el afama­do duque de Loubat. La reproducción es bastante fiel y está ela­borada en biombo como el manuscrito original.

Hoy en día, el lugar de origen y la época de manufacrura del Códice Cospi es materia de debate entre los diversos especialistas. E l Cospi forma parte del denominado grupo Borgia (integrado por los códices Borgia, Vaticano B, Fejérváry-Mayer, Laud y COSP1), cuya filiación o procedencia ha sido atribuida a diferentes regio­nes, tales como la zona de Puebla-Tlaxcala, la costa central de Veracruz, el valle de Tehuacán, el norte del estado de Oaxaca o la Mixteca (Anders, Jansen y van der Loo, 1994, pp. 45-98; Boone, 2007, pp. 211 -230) .

En lo que se refiere al Códice Cospi, Elizabeth H. Boone (2007, p. 228) sugiere la presencia de un pintor de habla náhuatl que trabajaba cerca de Tlaxcala y vuelve a considerar las semejanzas estilísticas entre el códice y los murales de Tizatlán y Ocotelul­co en Tlaxcala, ya planteadas por otros autores. Por su parte, An­ders, Jansen y van der Loo (1994, p. 95), si bien están de acuer­do en una posible localización del manuscrito en el Centro de México, concluyen que es muy difícil determinar con precisión el origen de la obra, debido a que sitúan el problema en un mar­co más amplio, el de la ampli a difusión del denominado estilo Mixteca-Puebla, que tuvo una extensa di stribución en varias par­tes de Mesoamérica.

Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en esmdios mesoamericanos por la UNAM.

1 m'estigador en el CIESAS-D. F. Se especializa en el análisis de códices)' documentos de la I\lixteca, así como en historia prehispánica)' colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

PARA LEER MÁS . .. ACUILERA, Carmen, CódiceCospi, Gobierno dd Escadodc

Puebla/Centro Regional de Puebla, México, 1988. ANDRRS, Ferdinand, Maartcn jansen y Petcrvan dcr I1)o,

Calendario de prollósticos y ofrelldas. Libro explicativo del Ilall/odo Códice Cospi, Códices Mexicanos Vl11 , t\kcdc­mische Druck-und Vcrlagsanstalt/FCE, Austria­México, 1994.

BOONE, Elizabeth H., (ydes of Time and Mealling in Ihe Alexicall Books of Fare, University of Texas Press, Austin, 2007.

L\URhNCICH i\ÚN.I:-.liJ, Laura, ']\ Note on [he J\ [esoame­

[ican Codex CUipl' , en JOIIrllnl de In Jociéll des América­lIistes, vol. 85, núm. 1, 1999, pp. 375-386.

a) En 1898, Francisco del Paso y Troncoso publicó un interesante comentario acerca de la edición facsimilar del Códice Cospi financiada por el duque de Loubat. b) El duque de Loubat.

HISTORIAS DE LOS CÓDICES MEXICANOS / 17

Page 15: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Esculturas de cerámica de Xochicalco, Morelos

SILVIA GARZA T ARAZONA

La creación artística de los xochicalcas no es más que el resultado del bagaje cultural

que les heredaron los pueblos mesoamericanos, pero al que ellos le agregaron sus pro­

pias interpretaciones. Ejemplo de esto son las esculturas antropomorfas y zoomorfas

que a continuación se presentan, que mezclan lo natural con lo divino y poseen un gran

contenido simbólico.

La ubicación de las esculturas dentro de la ciudad es un enigma, porque -como ya lo

hemos expresado en varios artículos- Xochi­calco desapareció de manera violenta y los ganadores estaban sumamente enfadados con­tra todo lo que significara poder religioso y gubernamental, así que todo lo que esto repre­sentaba fue destruido y dispersado por toda la ciudad; en muchos casos no quedaron ves tigios en el lugar que ocupaban, sin embargo, trata­remos de formular alguna hipótesi s.

El hallazgo de las esculturas ocurrió en la temporada de 1992, al realizar exploraciones en los edificios que se localizan encima de la Gran Plataforma, donde se encuentra el Ob­servatorio, y donde se localizó una estructura formada por tres cuartos. En el denominado cuarto 3 apareció un altar de adobes escalona­dos pegado al muro de contención de la Acró-

18/ ARQUEOLOGíA MEXICANA

Sector A

DIBUJO Y FOTO: ARCHIVO DE SILVIA GARZA

Acrópolis

Page 16: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

polis. Debido a la evidencia arqueológica, se determinó que los techos de mampostería, como sucede en la parte central de la ciudad, fueron quemados hasta colapsarse. En este cuarto se encontró, desde la parte media y ha­cia el sur, sobre el techo caído, una gran canti­dad de material fragmentado consistente en pedazos de esculturas, huesos humanos yani­males, vasijas, figurillas, etc., de lo que hasta la fecha se han registrado 343 piezas. Gracias al excelente trabajo de excavación de la arqueó­loga Hortensia de la Vega Nova se pudieron encontrar los fragmentos que conformaron las esculturas motivo de este artículo.

La hipótesis de los arqueólogos es que este material debió estar en el techo de algunos cuartos de la Acrópolis, ya que ésta se encuen­tra en la terraza inmediatamente superior al lugar del descubrimiento. Nuestra hipótesis

se basa en que muchas de las piezas ar-madas se conformaron con frag­mentos encontrados en la plaza y los patios de la Acrópolis. Por otra parte, el estuco con el que fueron cubiertas las esculturas se encuen-tra intemperizado, debido a su ex­posición al sol y la lluvia, por lo

que llegamos a la conclusión de que se locali­zaban en el techo de la Acrópolis, salvo los pumas, que no fueron cubiertos de estuco y conservan su policromía.

Este conjunto escultórico debió necesitar de un amplio espacio, ya que constaba de once es­culturas antropomorfas, de las cuales sólo se pudo armar una casi completa; cuatro iguanas, de las cuales también se armó sólo una; y tres pumas, de los que sólo se armó uno, que aho­ra se encuentra en el Museo de Sitio. Por el peso, el volumen y las huellas de estuco halladas en ellas, podemos suponer que estuvieron en el te­cho. En cuanto a la posición que guardaban en­tre ellas, las posibilidades son varias: en ftla, en semicírculo o en un cuadrado, etc. Por el mo­mento no podemos especular más, pero tal vez aparezca algún hallazgo que nos dé algunas ideas para hacer una interpretación certera.

La iguana La iguana tiene 47 cm de alto, 1.05 m de lar­go y 34 cm de fondo. De todo el conjunto es­cultórico, esta figura es la que tiene más mo­vimiento y lleva pulseras en las cuatro patas yun collar de gran­des cuentas.

Iguana.

Xochicalco, Morelos. FOTO AOAl BERTQ Rlos

ESCULTURAS DE CERÁMICA DE XOCHICALCO, MORELOS / 19

Page 17: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

El Creador Esta escultura, modelada en arcilla, en tamaño natural de 114 cm de altura, 55 cm de ancho y 65 cm de fondo, es un personaje adulto de gran solemnidad. Su cara muestra serenidad, la mi­rada se pierde al frente y los ojos tienen una forma semicuadrada con esquinas redondea­das, enmarcados por una franja (Jue empieza en el entrecejo con dos prominentes curvas, continúa a lo largo de ellos en calidad de ceja y se riza nuevamente en las sienes. Tiene la nariz ganchuda, los pómulos bien marcados y sobresalientes, la boca entreabierta, en la que se ven los dientes frontales y los colmillos curvos que lle­gan hasta el labio inferior, la barba tie-ne pelos cortos y las orejas, propor­cionadas al tamañodelacara,mues tran orejeras alargadas.

Los ojos nos recuerdan los de algunas deidades del panteón maya, en especial los del dios del Sol. El tocado está formado por el triángulo trapecio símbolo del año, inter­pretado como el tiempo, muy com ún en Xo­chicalco. Bajo éste se encuentra una banda doble con un pico que sobresale al centro. El pelo, al igual que las barbas, está peina­do en siete guedejas lacias que llegan casi a

Tláloc con lengua en forma de flor. Estela de Xochicalco. DIBUJO: ARCHIVO DE SILVIA GARZA

20 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

El Creador. Xochicalco . Morelos.

FOTOS AOAlBERTO Rtos

Page 18: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Advocación de Kukulkán. Códice de Dresde, p. 49.

REPROGRAFIA. MAP. f RAlcES

la cintura, cinco le cuelgan en la espalda y dos le pasan por detrás de las orejas hacia

el frente, terminando en los brazos. Las barbas tienen ocho mechones, dos de ellos como si le salieran de las patillas, otros dos de los pómulos y los cuatro

restantes del mentón; en su conjunto le llegan al principio del pecho. El triángulo trapecio que se encuentra en

el tocado está muy relacionado con el dios Tláloc, que para esta época no era dios del agua sino que hacía honor a su nombre ¡Ia¡¿i, que signi fica "tierra", y que era el dios proveedor de la vida, es decir del agua, de la vegetación y de los animales,

por eso a veces se le represen­ta con la lengua en forma de flor, como se ve en la Estela

de Xochicalco. Pero nuestra es­cultura no tiene otros atributos del dios Tláloc, es decir, no tiene las anteojeras, ni los grandes dien­tes que lo identifican.

El personaje está arrodillado, con la mano izquierda sobre la rodilla; el codo derecho está apoyado sobre la pierna y con la mano de ese lado sos-

tiene una liana de la que desconoce­mos su dirección, en una que es la an­

títesis de la rigidez. La postura de la escultura es similar a

la de muchas deidades que aparecen en có­dices como el Borgia, el Borbónico, el de Dresde, etc. En el caso de nuestra escultura, es muy probable que la postura tenga que ver co n cuestiones técnicas de manufactura, al igual

que el pequeño banco en el que está sentado.

ESCULTURAS DE CERÁMICA DE XOCHICALCO, MORELOS / 21

Page 19: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Las cuatro lianas que envuelven la escultura tienen, a intervalos, hojas y frutos de cacao; dos de esas plantas inician en la entrepierna como dos penes que recorren las ingles, suben por la espalda hasta el hombro y se anudan entre ellos al frente del pecho; una punta llega a apoyarse en el muslo izquierdo y la otra posiblemente en el brazo derecho; una de las otras dos lianas sale del banco en que está sentado y la restante es la que tiene en la mano derecha y desconocemos su trayectoria.

Las lianas que envuelven al personaje no son un elemento exclusivo de Xochicalco, ya que también las encontramos con el mismo tipo de frutos de cacao en el área maya, en el Monu­mento 21 de Bilbao, Guatemala. El Dr. Oswal­do Chinchilla, quien ha estudiado ese sitio, dice que el cacao es de gran valor, pues representa la sangre de los cautivos. Por otra parte, el nudo que lleva en el pecho -formado por los dos miembros vi rile s- se anuda de la misma mane­ra que el de una escultura proveniente de Cum­pich, Campeche, que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología.

La indumentaria del personaje se restringe a una cinta que pasa entre los glúteos y al nivel de la cintura, anudándose por la espalda; además, lleva dos pulseras de bandas con dos semillas

Escultura de hom­bre con falo anu­dado. Cumpich,

Campeche. MNA. FOTO: JORGE pt:;REZ

DE LARA I RArCES

22 / ARQUEO LOGIA MEXICANA

en las muñecas. Las esculturas debieron estar pintadas, aunque sólo se ha detectado el rojo en orejeras, pelo y en la liana. Como muchos mo­numentos deXocrucalco las esculturas localiza­das fueron cubiertas con una gruesa capa de es­tuco hacia 900 d. c., momento en el que la ciudad tuvo un cambio en su política, lo que implicó transformaciones de tipo ftlosófico. Las pulse­ras de la escultura son idénticas a las que porta uno de los individuos más importantes de los murales de Cacaxtla, Tlaxcala, el hombre-pája­ro, y ahí se ve con claridad que estaban forma­das por bandas de algodón y dos semillas.

El Creador representa a una divinidad pro­veedora y fecunda, de ahí sus dos penes, que año con año y ciclo con ciclo daba vida a los seres humanos. Por lo mismo, portaba el sím­bolo del año en la cabeza y proporcionaba ri­queza, representada por el cacao que decora las lianas que envuelven la escultura.

Monumento 21 . Bilbao, Guatemala. DIBUJO ARCHIVO DE SILVIA GARZA

Hombre-pájaro. Cacaxtla, Tlaxcala. FOTO MAP I RAleES

Page 20: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Puma.

Puma. Monte Albán. Oaxaca.

FOTO: M.A.P.I RAleEs

Xochicalco. Morelos. FOTO IGNACIO GUEVAAA I CNME f INAH

El puma El puma, de 77 cm de alto, 51 cm de an-cho y 54 cm de fondo, está sentado en sus cuartos traseros; la cola recorre su anca derecha y continúa por las patas delanteras, regresando para terminar en esa misma anca y envol­viendo al animal. Las orejas las tiene hacia atrás, en actitud alerta, y lleva un cordón al cuello cuyos extremos forman un rectángulo. Esta escultura conserva sus colores originales: cuer­po amarillo, encías y lengua rojas y pe­cho blanco. Un puma de estas dimen­

siones se encontró en Monte Albán, Oaxaca, aunque tiene una actitud mucho

más rígida que el de Xochicalco. ~~

Silvia Garza Tarazona. Maestra en arqueología por la ENAH.

Investigadora dellNAH en el Proyecto Xochicalco desde 1984 hasta la fecha.

PARA LEER MÁS . . .

CHINCHILLA, Oswaldo, "La cosecha gloriosa: el cacao y el sacriticio humano en Mesoamérica", 2007, documento electrónico co nsul­[ado en febrero de 2010, en http: /hvww.newmedia.ufm.edu/ gsm/ index.php?title=La_cosccha~loriosa:_el_cacao...s_el_sacrificio_hu ­

mano_cn_Mesoam'/oC3%A9rica

ESCULTURAS DE CERÁMICA DE XOCHICALCO. MORELOS / 23

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El sacrificio humano entre los mexicas

ALFREDO LÓPEZ AUSTIN, LEONARDO LÓPEZ LUJÁN

Los estereotipos son ideas persistentes sobre una realidad especifica, comúnmente

aceptadas por un grupo social. En muchos casos, se trata de concepciones que simplifi­

can, reducen e incluso caricaturizan fenómenos que por esencia son complejos. Cuan­

do se aplican a sociedades o culturas pueden incluir juicios valorativos, verdaderos o

falsos, precisos o ambiguos. Si el estereotipo alude a la propia tradición, generalmen­

te resalta lo positivo, las virtudes y tiende al elogio: los griegos son evocados como

filósofos y los romanos como grandes constructores. En cambio, si la apreciación se refiere

al otro, es común que enfatice lo negativo, los defectos y denigre: para muchos,

los sicilianos son mafiosos por naturaleza, los pigmeos son caníbales y los mexicas

fueron crueles sacrificadores.

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Como se verá en este texto, existe toda suerte de testimonios que corroboran que los mexicas

tenian al sacrificio humano como una de sus cos­tumbres religiosas más arraigadas. Sin embargo, es evidente que no es ésta la única civilización de la

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antigüedad que realizaba holocaustos en honor a sus dioses y que no hay parámetros suficientes para eva­luar si los mexicas fueron el pueblo que practicó más occisiones. En efecto, a partir del estudio de textos sagrados, obras literarias, documentos históricos y,

Piedra sacrificial (chac­moo/) encontrada a la en­

trada de la capilla del dios de la lluvia. Templo Mayor de Tenochtitlan , etapa 11.

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Cuchillo de sacrificio de pe­

derna l procedente de una ofrenda del Templo Mayor de Tenochtitlan . FOTO JORGE PEREZ DE lARA ' RAleEs

sobre todo, testimonios aportados parla arqueología y la antropología física, los historiadores de la religión han corroborado que la práctica del sacrificio huma­no fue común en la antigüedad y que se extendió prácticamente por todo el planeta. En muy diversos puntos del continente europeo, por ejemplo, han aparecido evidencias de sacrificio y canibalismo que se remontan al Neolítico y a la Edad de Bronce. Además, está bien documentado que la primera de estas prácticas se prolonga hasta los tiempos de es­plendor de las civilizaciones griega y romana. En e! caso de África y Asia, e! sacrificio también surgió hace varios milenios: sabemos que los faraones egip­cios solían inmolar prisioneros de guerra y que los máximos gobernantes de U r eran enterrados con sus familiares y su séquito. Otros muchos ejemplos de violencia ritual han sido registrados en la historia de la India, China,]apón y las islas Fidji. Obviamen­te, e! continente americano no fue la excepción. Existen numerosas evidencias arqueológicas e ico­nográficas de los cruentos holocaustos realizados por la civilización moche de Perú, por muchos pue­blos mesoamericanos de! área maya, Oaxaca, la Cos­ta del Golfo y Teotihuacan, y por sociedades que habitaron mucho más al norte, incluidos los nativos de! Suroeste de los Estados Unidos.

Hubo en e! mundo antiguo toda suerte de occi­siones rituales. En el reino nubio de Kerma, com­partían la misma fosa sacrificiallos cadáveres de hombres, mujeres y niños; en la India, una mujer era decapitada anllalmente en honor de la diosa terres­tre K:1li; en Cartago, se dedicaban niños al dios Baal cuando había una amenaza militar... Algunos pue­blos destacaban por su crueldad, como los japone­nes que enterraban vivas a las víctimas que darían fuerza a castillos y puentes; los celtas que las enjau­laban y les prendían fuego, o los dayaks de Borneo que las ejecutaban con agujas de bambú. En fin, mu­chos pueblos - incluidos los habitantes de Bengala y Dahomey- son célebres por sus inmolaciones mul­titudinarias, algunas de las cuales se llevaban a cabo todavía en el siglo XlX.

La imagen de los mexicas Si la práctica de! sacrificio humano estuvo tan difun­dida en e! mundo antiguo - incluida Mesoamérica-, cabría preguntarse por qué e! estereotipo se aplica casi exclusivamente a los mexicas. Parte de la res­puesta se encuentra en los fundamentos ideológicos de este juicio valorativo, el cual fue acuñado desde el momento mismo de la llegada de los españoles al continente americano. Como es sabido, España y Portugal debían justificar ante las demás monarquías europeas e! privilegio otorgado por e! papa Alejan­dro VI en 1493 para adueñarse del Nuevo Mundo,

Máscara-cráneo que representa al dios de la muerte, encon­trada en una ofrenda del Templo Mayor de Tenochtitlan. FOTO: JORGE pEREZ DE lARAl RAleES

Imagen del dios de la muerte descubierta en la Casa de las ÁgUilas. Fue bañada con sangre humana de manera seme­jante a como se muestra en el Códice Magliabechiano. FOTO MARCO ANTONIO PACHECO I RAleES

EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS / 25

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Imagen del dios de la muerte siendo bañada con sangre hu­mana. Códice Magliabechiano, f. 76.

con la obligación de "adoctrinar a los indígenas y ha­bitantes díchos en la fe católica e imponerlos en las buenas costumbres". Como consecuencia, los espa­ñoles se arrogaron el papel de defensores de la cris­tiandad. Uno de los argumentos centrales que esgri­mieron para legitimar sus conquistas fue el hallazgo de una religión autóctona que tenía entre sus prácti­cas más reprobables el sacrificio humano y el cani­balismo. Alegaron que su misión incluia la erradica­ción por la fuerza de dichas costumbres con el propósito de salvar vidas y almas inocentes.

Desde su arribo a las costas mesoamericanas has­ta su ascenso al Altiplano Central de México, los es­pañoles presenciaron múltiples sacrificios humanos realizados por pueblos enemigos, sujetos o aliados de los mexicas. Más adelante, su prolongada estancia en la isla de Tenochtitlan les permitó observar en toda su complejidad las muy variadas ceremonias que te­nían como clímax la occisión ritual. Esta experiencia y la trascendencia de la derrota de Tenochtitlan en todo el proceso de conquista, cristalizó el estereoti­po que en forma reductiva condenaba a los mexicas como los sacrificadores por excelencia. No resulta extraño que, aprovechando esta imputación de los españoles, los demás pueblos indígenas que fueron conquistados sucesivamente negaran su propia tra­dición y acusaran a los mexicas como los introduc­tores de estos rituales sangrientos en sus territorios.

Con el paso de los siglos, el estereotipo sobre la crueldad de los mexicas se extendió, adquiriendo nuevos matices tanto en las esferas dominantes como en las populares. En forma paralela, sin embargo, surgieron corrientes ideológicas nacionalistas -pri­mero en la Nueva España del final del periodo co­lonial y más tarde en el México independiente- que

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revaloraron el pasado prehispánico, algunas ocasio­nes en forma objetiva y en otras cayendo en un es­tereotipo opuesto.

No es de extrañar que en la actualidad, tanto en México como en el resto del mundo, haya toda una gama de visiones populares sobre este multifacético asunto. E n un extremo se encuemran quienes con­ciben a los mexicas como los máximos sacrificado­res de la historia universal. Tal perspectiva se cons­tara con frecuencia en la literatura, las publicaciones de difusión y los documentales de la televisión, donde el tema suele abordarse de manera sensacio­nalista, como si el sacrificio humano fuera el único aspecto de la cultura mexica digno de atención. De manera sorprendente, esta visión sigue sirviendo para justificar el brutal proceso de invasión, genoci­dio, dominio y marginación de los pueblos indíge­nas mexicanos que ha tenido lugar durante cinco lar­gos siglos. En el extremo contrario y también en forma simplista y maniquea, hay quienes niegan que los mexicas y sus contemporáneos ofrecieran vidas humanas a los dioses. Alegan la invalidez de las fuen­tes documentales de los siglos XVl y X\1l1, esgrimien­do que los textos e imágenes que describen los sa-

Sacrificio de cautivos de guerra durante la inauguración del Templo Mayor de Tenochtitlan en 1487 d.C. Códice Telleria­no-Remensis, f. 39r.

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Sacrificio de una mujer que personifica a la diosa de la sal. Fiesta de tecuilhuitontli. Códice Florentino, lib. 11, f. 49r. DIGITALIZACION, RAICES

crificios humanos y el canibalismo ritual son obras tergiversadas de los mismos conquistadores yevan­gelizadores, o de los indígenas conversos y someti­dos. Algunos grupos fundamentalistas llegan al pun­to de idealizar el pasado prehispánico, imaginando sociedades pacíficas, enrregadas a la asrronomía, las matemáticas, la filosofía y la poesía, y proponiendo la revitalización artificial de sus valores.

Las evidencias del sacrificio humano Obviamente, existen arras vías mucho más rigurosas para aproximarse a un fenómeno tan complejo y con implicaciones económicas, políticas, religiosas, éticas, etcétera. Enrre ellas destacan las ciencias sociales, las cuales ofrecen un marco exento de simplificaciones, basado en evidencias sólidas y heterogéneas. El mé­todo científico evalúa objetiva y críticamente las hi­

pótesis y las teorías que intentan explicar las institu­ciones y los procesos sociales en su contexto histórico y cultural. En el caso específico del sacrifi­cio mexica, hay un buen número de publicaciones científicas, serias y confiables, con orientaciones di-

ferentes. Enrre los libros editados en México, los Es­tados U nidos y Europa, podemos recomendar La flor letal de Christian Duverger, Ritual Human Sacrifice in Mesoamerica coordinado por Elizabeth H. Boone, El sacrificio humano entre los mexicas de Y ólocl González Torres, Cuerpo humano e ideología de Alfredo López Austin, City of Sacrifice de Davíd Carrasco, Le sacrifice humain chez les aifeques de Michel Graulich, y El sacri­ficio humano en la tradición religiosa mesoamericana coordi­nado por Leonardo López Luján y Guilhem Olivier. Estas publicaciones se valen mayoritariamente de las fuentes documentales producidas en las primeras dé­cadas del periodo colonial: las pictografías y los tex­tos en náhuacl redactados en caracteres latinos por los indigenas; las relaciones de los conquistadores, testigos presenciales de la vida religiosa de Tenochti­clan, y las descripciones del culto mexica hechas por los frailes misioneros. Las siete publicaciones men­cionadas identifican y evalúan las distorsiones de es­tas fuentes, derivadas del pensamiento y las motiva­ciones de los autores del siglo XVI. Estos análisis científicos modernos se alejan, por tanto, de una lec­tura literal e ingenua de la información histórica.

No obstante, es importante señalar que, por más rica que sea la información proporcionada por las fuentes documentales, ésta siempre debe ser con­trastada con los datos provenientes de la arqueolo­gía y la antropología física. Dado que la mayor par­te de los datos históricos relativos al sacrificio mexica se refieren al recinto sagrado de Tenochti­clan, veamos rápidamente cuáles son las evidencias materiales recuperadas en este sitio durante las ex­cavaciones realizadas por el Proyecto Templo Ma­yor entre 1978 y 2009.

Enrre todos los descubrimientos realizados, los téchcatl o piedras que sirvieron de base para efectuar las occisiones rituales son las evidencias más sólidas del sacrificio humano. Dos de ellas fueron exhuma­das en la cúspide de una de las etapas más antiguas del Templo Mayor (ca. 1390). Estaban colocadas a la enrrada de las dos capillas que resguardaban las imá­genes de Huitzilopochtli (dios solar) y Tláloc (dios de la lluvia), en una posición desde la cual eran visi­bles por la multitud que se congregaba en la base de la pirámide para presenciar las ceremonias. La pie­dra de Huitzilopochtli era un poliedro liso de basal­to que sobre salia 50 cm del piso. La de Tláloc era la imagen de un personi ficador del dios de la lluvia; es­taba recostado sobre su dorso, sujetando encima del vientre un ara cilíndrica, cuya cara superior alcanza­ba 51 cm de altura. En ambas piedras, forma yaltu­ra aseguraban el cumplimiento de su función como mesas para soportar los cuerpos de las víctimas so­bre su región lumbar, y así flexionarlos con el fin de consumar la cardioectomía.

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Sacrificio de un niño que personifica a uno de los diosecillos que asisten al dios de la lluvia . Fiesta de cuáhuitl ehua. Primeros Memoriales, f. 250r. DIGITAlIZACION. RAlcES

5+

Sacrificio de un esclavo durante los funerales de un señor. Códice Magliabechiano, f. 54.

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De una importancia similar son los cuchillos de sacrificio. Hasta la fecha han sido recuperados poco más de un millar de ejemplares. Estos instrumentos fueron hechos de pedernal, piedra dura, de gran re­sistencia y susceptible de ser afilada. Los cuchillos son lanceolados y, por lo regular, poseen una punta aguda para permitir la penetración al cuerpo, previa al corte. Un número considerable de ellos tiene una ornamentación que representa seres divinos, lo que los convierte en símbolos personificados del instru­mento sacrificial, aunque ineficaces para la realiza­ción del rito. Éstos han sido identificados por los es­pecialistas como meros objetos votivos.

Consideremos también los restos mortales de las víctimas que fueron inhumadas por los mex1cas en el Templo Mayor y en los edificios aledaños. Si su­marnos los datos de cuatro proyectos arqueológicos sucesivos en el área, el total asciende a 126 indivi­duos. De éstos, hay 42 niños -mayoritariamente de sexo masculino y afectados por anemia, parasitismo y enfermedades gastrointestinales- que fueron de­gollados en honor al dios de la lluvia y un niño más, muerto por cardioectomía y dedicado a Huitzilo­pochtli. Un segundo grupo está integrado por 47 ca­bezas de adultos, casi todos hombres, cuyos cráneos y primeras vértebras se encontraron en los principa­les ejes arquitectónicos de la pirámide. Otro grupo lo conforman tres cráneos con perforaciones en los temporales, lo que indica que proceden del tzompan­tli, edificio donde se exhibían las cabezas trofeo es­petadas en estacas de maderas. Mencionemos por último 33 máscaras-cráneo que representaban a Mictlantecuhtli, dios de la muerte; se trata de la por­ción rostral de los cráneos, adornada con concha y pirita para figurar los ojos, y con cuchillos de sacri­ficio para simular nariz y lengua.

En fechas recientes, inclusive, han sido identifi­cados restos de fluidos sanguíneos embebidos en imágenes divinas, altares y pisos de estuco. En efec­to, gracias a técnicas modernas, se han detectado concentraciones significativas de hierro, albúmina y hemoglobina humana.

Estas y otras evidencias corroboran la informa­ción gráfica y textual contenida en las fuentes docu­mentales del siglo XVI, y nos llevan a concluir indu­bitablemente que el sacrificio humano fue una práctica fundamental de la religión mex1ca. Al mis­mo tiempo ponen de manifiesto que los datos cuan­titativos de las fuentes son exorbitantes. Hay una dis­tancia desmesurada entre los restos esqueléticos de 126 individuos hasta ahora encontrados en todas las etapas constructivas del Templo Mayor y 13 edifi­cios aledaños, y las 80 400 víctimas que se mencio­nan en dos documentos para un solo evento: la inauguración de una ampliación del Templo Mayor

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Esclavos de collera. Códice Florentino, II ·: - ~·· \ l\t l\' \ . .. ,_. In .. :t: ,'it\ , r." i."

lib. VII, f. 16v. DIGITAliZACiÓN" RAleES

en 1487. A este respecto, es interesante agregar que e! mayor número de cadáveres asociados a un edifi­cio religioso de! Centro de México haya sido regis­trado en la ciudad de Teotihuacan, de! Clásico, y no en Tenochtitlan. Las excavaciones realizadas en el Templo de Quetzalcóatl por Rubén Cabrera y Sabu­ro Sugiyama dieron a conocer que esta pirám.ide de 150 d.C. fue consagrada con el sacrificio de al me­nos 137 individuos, casi todos guerreros_ Y en fe­chas recientes, restos de 37 individuos fueron encon­trados en el interior de la Pirámide de la Luna.

Sacrificio y cosmovisión Para comprender cabalmente e! sacrificio humano en la cultura mexica, es necesario analizar los víncu­los entre esta práctica y las concepciones prehispá­nicas de! universo, los dioses, e! hombre y cada una de las criaturas con las que éste interactuaba en su vida cotidiana. En efecto, el sacrificio humano nos resultará ininteligible si no tomamos en cuenta su ubicación y su ensamble como pieza de ese gran rom­pecabezas que llamamos cosmovisión. Una percep­ción simplista de! sacrificio como fenómeno aislado producirá condenas fáciles, incluso un repudio in­mediato al pueblo practicante. En cambio, una per­cepción científica irá más allá de! enjuiciamiento, puesto que intentará alcanzar explicaciones objeti­vas y corroborables mediante el esrudio de los orí­genes y transformaciones de los acontecimientos hi stóricos, de las costumbres y las instituciones reli­giosas, y de las interrelaciones sociales del sacrificio.

En la milenaria tradición religiosa mesoamerica­na, el hombre imaginó un universo en el cual se dis­tinguía e! espacio-tiempo exclusivo de los dioses (el más allá) del espacio-tiempo creado por éstos para las criaturas (el mundo)_ Este último estaba ocupa­do por los seres humanos, los animales, las plantas, los minerales, los meteoros y los astros; pero tam-

bién lo estaba por los dioses y las fuerzas sobrena­turales, cuya presencia se entreveraba, invisible, con lo mundano. La divinidad se infiltraba en todas las criaturas tanto para dotarlas de sus características esenciales, corno para animarlas, dinamizarlas, trans­formarlas, deteriorarlas y destruirlas_ En otros tér­minos, las criaturas eran concebidas por los mexicas y sus contemporáneos como entidades mixtas, com­puestas por sustancias divinas (sutiles, eternas, ante­riores a la formación de! mundo) y por sustancias te­rrenales (duras, pesadas, perceptibles, destructibles, que cubrían la divinidad de lo existente).

Los mexicas creían que, en el tiempo primigenio, muchos dioses fueron expulsados de su morada em­pírea por haber transgredido e! orden establecido. Uno de los proscritos, llamado Nanahuatzin, decidió entonces inmolarse en e! fuego. Como consecuencia de su valerosa iniciativa, Nanahuatzin bajó al infra­mundo para de ahi resurgir por el oriente, transfor­mado en la primera criatura: el Sol. De esta manera, se convirtió en el rey de! mundo en gestación. Sin em­bargo, e! Sol se negó a recorrer el cielo hasta que to­

dos sus hermanos lo imitaran, aceptando ser sacrifi­cados. Los dioses expulsados no pudieron evitar la muerte, tras la cual descendieron al frío lugar de las tinieblas; alli adquirieron -al igual que el 501- una co­

bertura pesada y destructible. Fue así como se con­virtieron en cada una de las clases que constimyen los seres mundanos: Pilzintecuhtli originó a los venados, Xólotl a los anfibios llamados ajolotes, Yappan a los alacranes oscuros, su esposa Tlahuitzin a los alacra­nes claros, etcétera. En pocas palabras, por vía del sa­crificio los dioses se tornaron en criadores-criaturas. A partir de ese momento, el Sol pudo comenzar su movimiento cotidiano, sucediéndose el día y la noche.

El mundo de las criaturas estaba comunicado con el más allá por medio de múltiples umbrales. Cuan­do se inició la marcha del Sol, los umbrales permi­tieron la formación de los ciclos, pues a través de ellos emergían al mundo y se retiraban de él los dio­ses y las fuerzas sobrenaturales. Un ciclo, por ejem­plo, fue e! de vida-muerte: al fenecer las criamras, su sustancia divina se despojaba de la pesada cobertu­ra terrenal. Ésta, ya liberada, se dirigía al inframun­do, )' alli esperaba una oportunidad para regresar al mundo de las criaruras, dando origen a un nuevo in­dividuo de la misma clase. Otro ciclo flle la sucesión de la temporada de secas y la de ll uvias. Otro más fue el del tiempo, conformado por la aparición or­denada de dioses que, con distintos talantes, irrum­pían periódicamente sobre la superficie de la tierra y modificaban a su paso todo lo existente.

Los dioses, conforme transitaban )' actuaban en el mundo, se fatigaban y perdían paulatinamente su poder. Para recuperar sus fuerzas, debían alimentar-

EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS / 29

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se. Por dicha razón crearon a los seres humanos, cria­turas que estaban obligadas a rendirles culto y dar­les de comer con ofrendas y sacrificios. El hombre se concebía como un ser privilegiado por su estre­cha relación con los dioses, pero al mismo tiempo estaba en deuda con ellos porque éstos lo habían creado. También se sentia obligado porque recibía la energía vital de los frutos surgidos de la Madre Tierra y madurados por el Sol. Su deuda era tal que no bastaban los productos de su trabajo para resti ­tuir lo adquirido, sino que debía auto sacrificarse para entregar su propia sangre y, al final de su vida, ofre­cer los restos de su cuerpo.

La relación entre seres humanos y dioses era re­cíproca. Los seres humanos se sentían beneficiarios de los favores divinos en sus diarias faenas y, en ge­neral, en todos los momentos importantes de su exis­tencia; recibían con gratitud la lluvia, la fertilidad de la tierra, la salud, su propio poder reproductivo, el éxito en la guerra, etcétera. No obstante, las precipi­taciones erráticas, las malas cosechas, las enferme­dades y las derrotas militares produjeron la creencia en dioses volubles, muy rigurosos y, en ocasiones, avaros. Por ello, los fieles se veían en la obligación de entregar ofrendas y sacrificios a los dioses para retribuir sus dones, para propiciados o para aplacar su ira. Los obsequiaban con el aroma de las flores y el incienso, con el humo del tabaco y las primicias de

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las cosechas, y con la sangre y la carne que los reavi­vaba. Los seres humanos cumplían así con un eter­no intercambio, impidiendo que se interrumpieran los ciclos, que cesaran el curso del Sol, el flujo del tiempo, la sucesión de la vida y de la muerte. De esta forma, se hacíari participes del buen funcionamien­to del mundo.

Bajo esta lógica, las víctimas del sacrificio solían tener uno de dos significados principales. Por un lado, se encontraban los llamados nextlahHaltin o "restituciones". Estos individuos eran tenidos sim­ple y llanamente como medio de pago, como el ali­mento más preciado que podia darse en retribución a las divinidades. Por el otro, estaban los teteo imixip­tlahHan o "imágenes de los dioses". Se creía que es­tas personas eran poseídas por las divinidades para recibir, dentro de ellas, la muerte sacrificial que ha­bían sufrido en el tiempo primigenio. Así, las divini­dades desgastadas por su trajín terminaban su pro­pio ciclo sobre la tierra: tras sucumbir ante el filo del cuchillo de pedernal, viajaban a la región de los muer­tos para recuperar allí sus fuerzas y volver a nacer.

Las dimensiones política y económica del sacrificio En la tradición ancestral del México antiguo, el hom­bre acató durante milenios la terrible obligación de mantener el mundo con su propia sangre y la de sus

Sacrificio por extracción de corazón. Códice Magliabechiano, f. 58. DIGITALIZACiÓN RAleES

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Exposición al fuego de una víctima sacrificial. Durán ,

Historia de las Indias ... , "Ritos", cap. XCI.

OIGITAllZACION: RAleES

Flechamiento de una víctima sacrificial. Códice Telleriano-Remensis, f. 41 v.

congéneres. Las raíces del sacrificio humano y del ca­nibalismo se hunden profundamente en el tiempo. En el primer caso, las evidencias más antiguas proceden de la cueva de Coxcatlán, en el Valle de Tehuacán, y se remontan a las sociedades de cazadores-recolecto­res de la fase El Riego (6000-4800 a.c.). En el caso del canibalismo, de acuerdo con Carmen Pijoan y Josefi­na Mansilla, los testimonios más tempranos fueron recuperados en la aldea de Tlatelcornila, Tetelpan, Dis­trito Federal, del periodo Preclásico (700-500 a.c.).

Los siglos transcurrieron y, conforme las socie­dades mesoamericanas fueron transformándose en extensos señoríos y estados hegemónicos, la occi­sión rirual se fue haciendo cada vez más compleja. Muy lenta debió de haber sido la transformación de sus principios básicos, con sus prácticas y concep­ciones devocionales. En contraste, las motivaciones inmediatas de esta práctica se trastocaron en una for­ma mucho más rápida, al ritmo marcado por cam­bios politicos y económicos. Es claro que los seño­ríos y los estados poderosos modificaron el sentido de este rito, intensificaron su ejercicio, y llegaron a utilizar las creencias yel culto como un pretexto para extender su dominio y expoliar a los débiles. Esto aconteció principalmente en los periodos en que va­rias entidades politicas competían por la supremacía militar. Entre los pueblos que vivieron con más in­tensidad este afán hegemónico están los toltecas, los mayas de Chichén Itzá, los tarascos y, por supuesto, los mexicas. Estos últimos, a partir de 1430 y duran­te casi un siglo, se lanzaron a la guerra de conquista que llevó sus fronteras de la costa del Océano Pací­fico a las del Golfo de México, y su influencia geopo­litica se dejó sentir hasta las fronteras con el actual territorio guatemalteco.

D urante el Posclásico Tardío, la guerra de con­quista estuvo sancionada como la vía idónea para que el hombre cumpliera su sagrada misión de per­peruar la existencia del mundo. Bajo esta lógica, los ejércitos mexicas y los de sus aliados emprendían ambiciosas campañas militares, de las cuales debían retornar victoriosos y con abundantes cautivos para las grandes festividades sacrificiales. Dichas festivi ­dades tenían como uno de sus propósitos hacer alar­de del poderío militar de Tenochtitlan, infundiendo terror entre sus enemigos. Lo anterior explica por qué los señores ele los pueblos aliados, sometidos e independientes eran invitados en esas ocasiones a presenciar la muerte de quienes se habían opuesto a la hegemonía mexica.

Como es sabido, Huitzilopochtli -el dios patro­no de los mexicas- tenía un carácter eminentemen­te solar y guerrero. Su templo principal, la gran pirá­mide conocida como Coatépetl ("Cerro de las Serpientes"), era considerado no sólo el centro de

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Tenochtitlan, sino del mundo. En él, en los demás templos que se levantaban en el recinto sagrado y en los de los numerosos barrios de la ciudad, los mexi­cas inmolaban a sus enemigos con la convicción de que sus acciones los convertían en salvadores dc la humanidad. El p\.leblo sufría en earne propia las con­secuencias de la violenta conducción política de sus gobernantes; sin embargo, participaba de esta ideo­logía, inmerso en un clima militarista que, desde la tierna infancia de los individuos, exaltaba la gloria de las armas e inculcaba la devoción a dioses ávidos de sangre. La escuela, el templo y la milicia eran las ins­tituciones que, controladas rígidamente por el go­bierno, imprimían los valores de la muerte en cada uno de los súbditos de aquel estado "benefactor".

Obviamente, los mexicas y sus aliados no fueron los únicos que desarrollaron en aquella época tal mentalidad militarista. Todos los pueblos vecinos compartían dicha visión del mundo, adoraban a los mismos dioses y los honraban con cultos similares. Esto dio origen a la xochryáqyotlo "guerra florida", peculiar institución creada por los mexicas y sus ene­migos del Valle de Puebla-Tlaxcala. La xochryáqyotl se basaba en un pacto de batallas controladas y perió­dicas, en las cuales los ejércitos contendientes se en­frentaban hasta que uno de ellos solicitaba la tregua. Curiosamente, no había interés de pillaje, ni de do­minio territorial, ni de obtención de tributo. Termi­nado e! combate, ambos bandos regresaban a sus ca­pitales llevando como premio los rivales que habían capturado vivos. De esta manera se aprovisionaban regularmente de víctimas sacrificiales. En forma co­lateral, los mexicas mermaban poco a poco e! núme­ro de varones de los pueblos del otro lado de las montañas, debilitándolas económica y militarmen­te. En este contexto, resulta interesante que entre e! captor y el cautivo se estableciera una relación de pa­rentesco sagrado, en la que se llamaban respectiva­mente "padre" e "hijo". Algunos autores han expli­cado esta asociación por la necesidad de! oferente de entregar a los dioses a alguien de su propia natu­raleza, a su verdadero sustituto.

La diversidad de la práctica sacrificial La estrecha relación entre las guerras de expansión y el sacrificio humano no debe hacernos creer que todos los individuos inmolados ritualmente eran guerreros capturados en batalla. En realidad, los ri­tos de occisión tenían una amplia gama de víctimas. Dependiendo de! tipo de ceremonia que se llevaba a cabo, la liturgia prescribía con rigor el origen, el sexo, la edad y la condición de quienes habrían de morir. Por ejemplo, una mujer de mediana edad y descendiente de una de las principales familias no­biliarias de Tenochtitlan era escogida cada año como

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víctima de una de las festividades más importantes del calendario agrícola; los niños con dos remolinos en e! cabello y que habían nacido en un signo propi­cio eran ofrecidos por sus propios padres a los dio­ses de la lluvia para garantizar las precipitaciones de la próxima temporada; los albinos servían como pre­ciado don para fortalecer al Sol durante los temidos eclipses, y un nutrido grupo de enanos, corcovados y servidores del rey eran sacrificados tras e! deceso de éste, COI1 el fin de que lo asistieran en el más allá. Obviamente, no faltaban aquellos cuya devoción los hacía entregarse voluntariamente, como ciertos sa­cerdotes, músicos y prostitutas. Otro grupo impor­tante estaba constituido por los esclavos. Debemos aclarar, sin embargo, que la esclavitud entre los mexi­cas y sus vecinos tenía un carácter menos riguroso que, por ejemplo, entre los romanos. En Tenochti­tlan, el esclavo era por lo común un deudor sujeto a su acreedor en calidad de sirviente doméstico. Con­servaba esta condición hasta que obtenía los recur­sos para saldar su compromiso. Durante su servicio no podía ser maltratado, ni los derechos sobre él po­dían ser transferidos a otra persona sin su consenti­miento. No obstante, si era indisciplinado y no cum­plía con los designios de su amo, podía ser condenado a la condición de "esclavo de collera"; esto significaba que, desde ese momento, podía ser vendido a los comerciantes o a otros grupos de es­pecialistas que deseaban ofrecerlo a los dioses. Con tal fin era bañado ritualmente y, a partir de su puri­ficación, se transformaba en una víctima sacrificial.

En muchas ocasiones, las víctimas acudían a la muerte ataviadas con prendas que las asimilaban sim­bólicamente a las deidades que personificaban y cuya fuerza creían contener en su cuerpo. Vestidas de esta

Ceremonia del "rayamien­to" o sacrificio gladiatorio. Festividad de tlacaxipe­hualiztli. Durán , Historia de las Indias ... , "Ritos", cap. LXXXVII. DIGITAL1ZACIÚN' RAlees

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Canibalismo ritual. Códice Florentino, lib. IV, f. 25r. DIGITALlZACION RAlcES Cabezas de soldados españoles y de caballos exhibidas como trofeo en el tzompantli. Códice Florentino, lib. XII, f. 68r. DIGITAliZACiÓN ' RAlcES

forma, sallan reescenificar teatralmente episodios míticos, recreando en el tiempo de los hombres las acciones divinas. Según la ceremonia de que se trata­ra, la liturgia dictaba la forma de morir y el destino que se daría a los cadáveres. La occisión más común consisúa cn la extracción del corazón de la víctima, colocada ésta boca arriba sobre un téchcatl. Aún se dis­cute si el sacrificador lo lograba penetrando a la caja torácica a través del diafragma, rompiendo el ester­nón longitudinalmente, haciendo un pequeño corte intercostal en el lado izquierdo del tóraJ{ o un largo corte intercostal de lado a lado con ruptura transver­sal del esternón. En algunas ceremonias, antes de la cardioectomía, la víctima era sometida al fuego de una hoguera, herida con dardos o flechas, o " rayada" con una espada de navajas de obsidiana durante un enfrentamiento gladiatorio. En otras circunstancias se recurría al degüello, la enclaustración en cuevas o cavidades practicadas en un templo, el ahogamiento o la precipitación desde lo alto de un poste. Es posi­ble que los mexicas también acostumbraran proce­dimientos comunes entre sus contemporáneos, como la opresión extrema del cuerpo con una red, la evis­ceración y la cocción en baños de vapor. En cuanto al tratamiento del cadáver, se usaba arrojar los cuer­pos de los occisos desde lo alto de las pirámides, de­capitar, descuartizar, desollar o conservar la cabeza y el fémur como objetos sagrados. En ciertas festivi ­dades era practicada la ingestión ritual de la carne de las víctimas, práctica de canibalismo que tenía como propósito la comunión del fiel con el cuerpo que ha­bía sido divinizado por medio del sacrificio.

Las ocasiones de los sacrificios también eran muy variadas. La gran mayoría de ellos se hacía dentro del marco calendárico, sobre todo en las 18 veintenas en que estaba dividido el año de 365 días, aunque tam-

bién se llevaba a cabo en el contexto de otros ciclos, como el de 260 días y el de 52 años. Fuera del calen­dario se ofrecían individuos con motivo de las con­tiendas militares, ya sea previamente para evitarlas o ganarlas, o con posterioridad para celebrar la victoria. También se inmolaban numerosos cautivos de guerra para fortalecer y consagrar con su sangre las funda­ciones de los edificios religiosos y la inauguración de sus sucesivas ampliaciones. Igualmente, son dignos de mención aquellos ritos destinados a restablecer la seguridad y e! orden perdido durante enfermedades, seqtúas, inundaciones, hambrunas y eclipses.

Reflexión final Es claro que los fenómenos sociales de! pasado remo­to, incluidos e! sacrificio y el canibalismo, deben ver­se al margen de las ideologías y los enfoques mani­queos. Tienen que ser analizados cienóficameme, con objetividad, en todas sus dimensiones y evaluando crí­ticamente e! mayor número de evidencias posibles. Solamente así comprenderemos que los mexicas --con sus virtudes y defectos, con sus grandes aportaciones y su violencia ritual exacerbada- fueron tan humanos como todos los pueblos de la antigüedad. ti~

(Este artículo es una versión adaptada al español de nuestro ca­

pítulo "Aztec Human Sacrifice", en Tbe A'.(!ec lI"odd, Eli4abeth M. B[umfiel )' Gary l\L Peinman (cds.), N ueva York, Abrams/Thc

Field l\1useum, 2008, pp. 137-152. Agradecemos al f'icld MUSCUI11

ya Hilar)' Hanseo Sanders la autorización.)

• Alfredo López Austin. DoctOr en histOria por la UNA.\I e inves­tigador emérito del T nstituto de Investigaciones Antropológicas. • Leonardo López Luján. D octor en arqueología por la Univer­sité de Paris-X r profesor-investigador del Museo del Templo Mayor del ¡NAH.

Consúltese la sección "Para leer más .. " de este artículo en nuestra página de intemet: bibliolopezaustin.html

EL SACRIFICIO HUMANO ENTRE LOS MEXICAS / 33

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Los sacerdotes mayas leían en los códices los días y sus correspondientes dioses patronos para saber que depararía el destino a los consultantes. En la parte superior de la imagen, que es parte de un almanaque del Izo/k 'in o calendario ritual , está el dla 4 ajaw y también se ven dos ímágenes de mujeres tejiendo; día e imágenes están relacionados con pronósticos para las tejedoras y la abundancia de comida y bebida . Códice Madrid, p. 102c. DIGITALIZACiÓN RAleES

Augurios y / .

pronosticos en

los códices 111ayas NIKOLAI GRUBE

Para comenzar con lo más importante: no hay ninguna profecía sobre el fin del mundo en

el año 2012 en los códices mayas. En ningún lugar de los tres códices mayas los epigrafistas

han encontrado señales de profecías apocalípticas relacionadas con una fecha concreta.

Cualquiera que revise los códices mayas en la búsqueda de evidencia para las profecías apo­

calípticas, como sugieren los seguidores del ámbito esotérico, se desilusionará.

34/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

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S in embargo, los autores de los códices estaban preocupa­dos, sin lugar a dudas, por un eventual fin del mundo.

Como muchos otros pueblos meso­americanos, los mayas del Pos clásico también concebían múltiples creacio­nes y destrucciones del universo, y se­gún su cosmovisión el universo actual tampoco iba a exis tir para siempre. U na visión concreta del fin del mundo se presenta en la página 74 del Códice de Dresde, donde se observa a la anciana diosa Chak Chel regando agua de un cántaro. Arriba de ella está el cocodri­lo celeste de cuyas fauces abiertas salen torrentes de agua. En el fondo de la escena está el dios negro, señor del in­framundo. En la mitología maya pre­hispánica, ambos dioses ancianos tie­nen que ver tanto con la creación del mundo actual como con su destruc­ción. En las aguas del cántaro aparece la fecha 5 eb' del calendario tzolk 'in, tal vez una referencia a la fecha en que los mayas esperaban la gran inundación.

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Nuestra afirmación inicial de que la fecha 2012 en los códices no desempe­ña ningún papel no debe llevarnos a asu­mir que el asunto de las profecías sea irrelevante en los códices mayas en ge­neral. Casi todas las secciones de los tres códices mayas se dedican a la previsión del futuro. Los códices mayas tienen mucho en común con los oráculos del Antiguo Oriente o de los griegos, en los que la profecía no se distinguía de la adi­vinación. En la antigüedad, los adivinos que transmitían los mensajes de los orá­culos en muchos casos se encontraban en la corte real o en el lugar del culto, como en el más conocido de todos, el de Delphi. Los oráculos respondian a las preguntas y preocupaciones de los seres humanos. En la Roma antigua, la predicción del futuro con base en seña­les divinas, como el vuelo de un ave o la lectura de los intestinos de animales sa­crificados hecha por adivinos especiali­zados, era parte del culto del Estado. La adivinación se distingue de la profecía religiosa en la aplicación de recursos e

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instrumentos específicos, que permiten atisbar el futuro. Los mensajes proféti­cos, sin embargo, se dan mediante reve­laciones a individuos elegidos por ins­piración divina. Tanto en la adivinación como en la profecía se muestra el deseo de obtener poder sobre el tiempo, la his­toria y, finalmente, también sobre los se­res humanos y los secretos de los pode­res sobrenaturales.

En las civilizaciones antiguas del Me­dio Oriente, y también entre los mayas, los conocimientos sobre el futuro se atribuian exclusivamente a los seres di­vinos. Se pensaba que los dioses envia­ban señales, cuya interpretación permi­tía al ser humano vislumbrar el futuro. Esta idea se basa en la creencia de la exis­tencia de correspondencias entre el ma­crocosmos y el microcosmos, así como entre la esfera divina y el mundo huma­no. Los especialistas en las disciplinas adivinatorias registraron conexiones entre los eventos, los valoraron y acu­mularon así conocimientos cada vez más complejos.

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Seis glifos con pronósticos para : a) "bebida y comida"; b) lo 'ob , "malo" (?); e) yutzil, "cosas buenas"; el) huh, "el suspiro" (?); e) k'ahk' tu un te ', "fue­go, piedras y madera" (metáfora para sequ ía); f) ox wi'il , "abundancia". DIBUJOS ARCHIVO DE NIKOLAl GRUBE

AUGURIOS Y PRONÓSTICOS EN LOS CÓDICES MAYAS / 35

Dosier .

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. Dosier

ADIVINACIÓN Y PRONÓSTICOS D EL TZOLK'IN

El instrumento más importante para la exploración de la voluntad divina en las sociedades antiguas mesoamericanas fue, y en muchas áreas lo es hasta hoy en dja, el calendario. En los tres códices mayas, la mayoría de los almanaques se basan en el tzolk 'in, el calendario ritual de 260 dias. Casi todos los capítulos de los códices incluyen de una manera u otra ese calendario. Como es bien sabi­do, el Izolk 'in consiste en la combina­ción de 13 números con 20 días, cada uno con su propio nombre. La combi­nación de números y dias resulta en 260 combinaciones diferentes. El significa­do adivinatorio de los números en com­binación con los nombres de los dias podia ser interpretado por sacerdotes especializados: los llamados aj k 'inoob, "guardianes de los dias". Así, cada dia tenia su propio valor y un destino deter­minado por los dioses. Es probable que los códices sirvieran a tales sacerdotes como manuales que utilizaban siempre que se solicitaban sus servicios. Los que

36 I ARQUEOLOGIA MEXICANA

consultaban a los sacerdotes eran indi­viduos que necesitaban averiguar si un día específico era favorable para un asunto familiar o económico. También podría tratarse de asuntos de la comu­nidad, o si un día era conveniente para la realización de un ritual.

Por lo tanto, hay numerosos capítu­los que se dedican a temas muy diferen­tes, auque todos se basan en el calenda­rio de 260 días. En el Códice de Dresde, algunos almanaques se ocupan de los pronósticos sobre las enfermedades y los partos, pero también se dedican a la lluvia y al dios Chaak. En el Códice Ma­drid, sin embargo, hay almanaques que tratan sobre la agricultura y la apicultu­ra. Basado en los códices, el sacerdote podía averiguar qué dios era responsa­ble de un dia específico y qué le depara­ba el destino. Al parecer, los pronósti­cos de los dias dependían directamente de los dioses, pues existe un número muy reducido y establecido de jeroglífi­cos para los pronósticos. En los códi­ces, estos glifos están tan estrechamen­te vinculados con los glifos nominales de los dioses mismos, que parecen ser

Los mayas del periodo colonial dejaron plas­mada en varios libros. ahora conocidos con el nombre de Chi/am Ba /a m, la rueda de los k'atuno 'ob (plural de k 'atun ), que estaba rela­cionada con la predicción del futuro y basada en el calendario ritual de 260 días. Chi/am Ba­/am de Chumaye /, f. 39. DIGITALIZACiÓN: RAleES

atributos de ellos. El dios del maiz, por ejemplo, se asocia casi exclusivamente con "bebida y comida", mientras que K'in Ajaw, dios del sol, está asociado con el pronóstico k 'ahk ' te' tuun, "fue­go, maderas y piedras", posiblemente una metáfora para una gran sequía.

Los pronósticos, al menos hasta don­de comprendemos los jeroglíficos, a ve­ces son simples e inequívocos (yutZil, "bondad", o lo'ob, " malo"), pero en la gran mayoría de los casos son difíciles de comprender por su lenguaje metafó­rico y ambiguo. Esta ambigüedad tenia el propósito de que el especialista del ca­lendario pudiera interpretar los mensa­jes de una manera muy flexible. Los pro­nósticos de los días en los códices sobrevivieron en una forma simplifica­da hasta la época colonial, donde les en­contramos en unos de los libros del Chi­lam Ealam. En el libro del Chilam Balam de Chan Cah, por ejemplo, existe una lis­ta de días del tzolk'in con sus pronósti­cos (véase recuadro) .

LAS PROFECÍAS D E LOS K'ATIJNO'OB

Las llamadas profecías de los k 'atuno'ob (k'atun, plural: k 'aluno'ob) se basan en ci ­clos mucho más grandes. Las profecías de los k 'atuno'ob constituyen la mayor parte del Códice París y probablemente existían también en el Códice de Dresde. Un k'atun era un periodo de 20 años de 360 días y recibía su nombre según el

Bolon Kan El día 9 kan

utv malob, ma kazi u chalbil

lahun chichan

lob, kav maix hach kaz x ani

buluc cimi

lob u ziyan chac halal utz

lahea manyk

utv fJIa kazi, utzul hab ise

oxlahlln lamat

ma kazi u kin chicafJI,yb bUIII

taman, ye, Ziciil, macal, YZ

bueno, no está feo su contenido.

El día 10 chikchan

malo, feo, pero no tan feo.

El día 11 cimi

malo, el comienzo de la lluvia está muy bueno.

E l día 11 manik

bueno, no feo, buen año para los camotes.

El día 131amat

no es feo, es el día de la jicama, de las habas,

el algodón, el chile, la calabaza, el macal, y el camote.

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día en que terminaba. Por la estructura del calendario, ese día siempre era un dia rgaJV, pero los números cambiaban, asi que un k 'atun terminaba en un día 11 rgalV y el siguiente en el día 9 ajaw, etc. Después de 13 ciclos de k 'atuno'ob se re­petia un ciclo con el mismo nombre. Una rueda de k 'atuno 'ob completa cons­taba, entonces, de 260 años haab a 360 días. Con la repetición del ciclo, los ma­yas también esperaban que la historia se repitiera. Una consulta de los eventos de un k'atun 8 rgaJV en el pasado, por ejemplo, permitia al sacerdote hacer pronósticos sobre el carácter de un k 'atun 8 rgalV en el futuro. El sacerdote podía decir qué dios reinó sobre el k 'atun y qué influencia tenia sobre los destinos de los 20 años con este nombre.

En la vispera de la conquista españo­la y durante la época colonial temprana, las profecias de los k 'atuno 'ob desempe­ñaban un papel especialmente impor­tante para los mayas. Los registros so­bre el significado de los k 'atuno 'ob se encuentran tanto en los libros del Chi­lam Balam de Chumayel, Maní y Tizimín como en varias relaciones de conquis­tadores y sacerdotes españoles. En oca­sión de su visita a los mayas itzaes en 1695, el franciscano Andrés de Avenda­ño de Loyola relata sobre las profecias de los k 'atuno'ob en sus libros:

... que todo consta de unos libros de a cuar­

ta de largo, y como cinco dedos de ancho,

de cortezas de árboles hechos, doblados a

una banda y a otra, a manera de biombos

con el grosor cada hoja del canto de un real

de ocho mexicanos. Estos están pintados

por una parte y otra con variedad de figu­

ras, y caracteres (de los cuales usaron en su

antiguaUa también los indios mexicanos)

que indican no sólo, la cuenta, de los di­

chos días, meses y años, sino las edades, y

las profeóas, que sus idolos, y sinlulacros,

les anunciaron, o por mejor decir el demo­

nio, mediante el culto, que en unas piedras

le tributan; son las edades en número tre­

ce; cada edad tiene su ídolo distinto, y su

sacerdote, con distinta profeóa, de suce­

sos (Ayendaño y Loyola, 1695, f. 35r).

Las llamadas profecías de los k'atuno 'ob se basan

en ciclos mucho más grandes (7 200 años). Des­pués de 13 ciclos de k'atuno'ob se repetía otro ci­

clo que empezaba siempre con el nombre ajaw. Una rueda completa de k'atuno'ob consta de 260 años haab (que tenían 360 días). Las profecías de

los k'atuno'ob constituyen la mayor parte de las lá­

minas del Códice París, cada una de las cuales

está dedicada a un k'atun. La página que aqu í se

ve es la del k'atun 11 ajaw. Códice París, p. 4. DIGITAliZACiÓN: RAlcES

El Códice París contiene en las páginas 2 a 14 un capitulo con profecias de k 'atuno 'ob. Cada página está dedicada a un k 'atun. La página 2 empieza con el k 'atun 2 rgaJV, la siguiente, con 13 rgaJV, después sigue la página 4 con 11 rgaJV, etcétera. Los coefi­cientes numéricos en las páginas del Có­dice París corresponden al patrón cono­cido de los libros del Chilam Balam. 2 - 13 -11 - 9 -7 - 5 - 3 -1 -12 -10 - 8 - 6 - 4. Sólo se conservan las diez primeras pá­ginas de la secuencia. La página 12 está totalmente destruida, y al menos dos pá­ginas faltan completamente. La estructu­ra de las páginas siempre sigue el mismo esquema: una imagen al centro muestra un dios sentado en un trono, y un segun­do dios carga la cabeza del dios K'awiil en la mano. Entre ambas figuras aparece el glifo rgaJV con el coeficiente que hace referencia al respectivo k 'atun. Los tex­tos jerogüficos que forman un marco al­rededor de la escena central siempre tie­nen la misma estructura y empiezan con la enumeración de las deidades que rigen el periodo. El texto siguiente hace refe­rencia a acontecimientos históricos con­cretos, los que hacen las veces de profe­cia de eventos futuros. Aqui llama la atención que los mismos jerogüficos se repiten, sugiriendo que no se trata de una historiografia detallada y libre, sino de un resumen muy condensado de aconteci ­mientos históricos, mencionando sola­mente una característica principal. En vez de narrar todos los detalles de una guerra en el k'atun 7 ajaJV, por ejemplo, en la página 6 del códice se usa la formu­la took ' pakal, "pedernal y escudo", una metáfora, que desde el periodo Clásico se emplea para la "guerra".

Aqui es obvio que la historiografia debe tener las caracteristicas que permi­tan que sea utilizada en las profecias. Para los mayas, la profecia era una teoria de la historia. Los intelectuales mayas y los sa­cerdotes tenian que investigar el pasado para conseguir conocimientos sobre el futuro. No sólo las profecias de los k 'atuno 'ob estaban a disposición de los sa­cerdotes como instrumentos para el aná­lisis de la historia. En cada intervalo del calendario y cada ciclo astronómico, asi como en el año tun de 360 días y el ciclo de Venus de 584 días, los mayas recono­cieron patrones sistemáticos de la natu­raleza que les permitieron prever el futu­ro. La profecia era un medio para que la historia se convirtiera en un recurso para obtener seguridad sobre el futuro. ~;

Nikolai Grube. Profesor catedrático en el Departa­mento de la Antropología de las Américas, Universi­dad de Bonn, y director del Proyecto Arqueológico

xul en Campeche,

PARA !..EIlR MÁS ...

AVf'NDAr\O y LOYOI .J\, fral' Andrés. Relarió" d, las dos "'­Iradas qll' hice a la cofllJtr;¡óll de los gentiles ytzáex,y cebacbes (1695) , Temís Vayhinger-Schccr (ed.), Mexicon Oe­casional Publicanons 3, Mockmühl, 1996.

LiLjEFORS PERSSON, Bodil, Tb, u/{at)' of th, jagllar Propbe/: /In Exploratio" of l ílea/ee Mqya Jl.eligioll alld 1 Tis/oriogm. pby, Lund, 2000.

LoVf', Bruce, Tbe Paris Code>:: Halldbook of a Al'!)'a Pries/, Auscin, 1994.

MlNOIS, Georges, Hit/aire de l'Av",;,; París, 1996.

AUGURIOS Y PRONÓSTICOS EN LOS CÓDICES MAYAS / r

Page 35: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

I Dosier

El universo temporal en el pensamiento maya

MERCEDES DE LA GARZA C.

Si los mayas buscaban conocer lo que había ocurrido 256 años antes, y daban a cono­

cer a toda la comunidad la carga de influencias divinas que traería el futuro, era con el

fin de poder cambiar las malas influencias por otras buenas, por medio del ritual. Así,

aunque creyeron que el futuro estaba determinado, tenían la convicción de que la ac­

ción humana podía modificarlo. Esto revela una actitud creativa y libre ante el destino,

para anticipar el futuro a fin de modelarlo.

El Templo de las Inscripciones de Palenque, Chiapas, simboliza el nivel infraterrestre del cosmos porque su basamento tiene nueve niveles; en el nivel más bajo se encuentra la tumba del famoso gobernante K'inich Janahb' Pakal. En los textos se relata el mito cosmogónico.

38 / ARQUEOLOG IA MEXICANA

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La temporalidad siempre ha sido una de las principales preocu­paciones del ser humano. La conciencia del tiempo surge de

la evidencia del movimiento, el cambio y la muerte, y se ha manifestado principal­mente en las reflexiones ft[osóficas y en el pensamiento religioso, que buscan, a través de explicaciones racionales o bien de mitos y ritos, mitigar la inestabilidad y el miedo al devenir inexorable y a la muerte.

Las ideas filosóficas sobre el tiempo aparecen desde los orígenes del pensa­miento filosófico occidental en Grecia, así como en el pensamiento chino y en el hindú. E n una corriente, que considera al tiempo como mera apariencia, puesto que el Ser es Uno, Eterno e Inmutable, se en­cuentran Parménides de Elea y Platón en Grecia, Shankara en la India y Seng Chao en China.

Pero también de Grecia procede una idea del tiempo concebido como el orden del cambio, es decir, de la realidad cam­biante. Los contrarios, dice Anaximandro (siglo VI a.c.), "se hacen justicia unos a otros, según el orden del tiempo" (Anaxi­mandro BI). Y para Heráclito de Éfeso (siglo VI a.c.), el tiempo se identifica con el devenir de la realidad, sometida al logos o ley de la armonía de los contrarios. Así, dice: "Este mundo, el mismo para todos [ .. . ) ha sido [ ... ] es y será un fuego eter­namente viviente que se enciende según medidas y se apaga según medidas" (He­ráclito B30).

Yen casi todas las religiones, el tiempo también se concibe indisolublemente liga­do al espacio, como el orden delmovimien­to, por lo que la temporalidad sigue una ley cíclica. És te es el caso de las religiones orientales y de las mesoamericanas. La con­cepción cíclica del tiempo conlleva la idea de que el fu turo ya pasó y el pasado está en el porvenir, así como la existencia de una serie infinita de mundos.

EL ESPACIO-TIEMPO MAYA

Ante el misterio del movimiento astral y de la regularidad y coherencia del mundo; ante la evidencia del cambio como deve­nir ordenado; ante el movimiento de la vida, que concluye con la muerte, los ma­yas desarrollaron una profunda concien-

El Templo de la Cruz de Palenque, Chiapas, representa el nivel celeste del cosmos porque su basa­mento tiene 13 niveles . En el tablero del Templo de la Cruz se esculpieron el dragón celeste diurno y el nocturno y está dedicado al dios GI, identificado con el Sol en el cenit y el dios celeste.

UUt.ll>i,

Glifos del sol y el quincunce, que simbolizan los cua­tro rumbos cósmicos y el axis mundi, determinados por la trayectoria solar. DIBUJO: ARCHIVO DE MERCEDES DE LA GARZA

El tránsito diario del Sol alrededor de la tierra , según la cos­mología maya.

EL UNIVERSO TEMPORAL EN EL PENSAMIENTO MAYA I 39

Dosier.

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. Dosier

En la p. 74 del Códice de Oresde se representó uno de los diluvios que acabaron con las distin­tas eras cósmicas. El agua cae desde las fauces y el cuerpo del dragón celeste y de un cántaro que vacía, airada , la diosa O. REPRQGRAFIA: ARCHIVO DE MERCEDES DE LA GARZA

cia de la temporalidad. Concibieron el tiempo como el dinamismo de la realidad espacial, como el cambio cósmico produ­cido, en esencia, por el movimiento de un ser sagrado que fue el eje de su cosmovi­sión y de su concepción sobre el sitio del hombre en el universo: el Sol (k'in, pala­bra que también significa día y tiempo).

El tránsito del Sol fue captado como un movimiento circular alrededor de la Tierra, que determina los cambios que en ella ocurren (día y noche, las estaciones, fertilidad y sequía, frío y calor, ete.); por eso, el tiempo se concibió como movi­miento cíclico. La temporalidad, enton­ces, no fue para los mayas un concepto abstracto, sino el evidente y eterno dina­mismo del espacio, que da a los seres cua-

40 ¡ ARQUEOLOGíA MEXICANA

lidades y significaciones múltiples, a ve­ces contradictorias. Ese movimiento sigue leyes estables, como se manifiesta en la regularidad de los ciclos naturales y de la propia vida humana; de este modo, el tiempo es la racionalidad y la perma-

mitos cosmogónicos, sus concepciones cosmológicas, sus conocimientos calendá­ricos y astronómicos, así como en su hi s­toriografía, todos ellos entrelazados en una compleja JIJeltansc!Jallng (concepción del mundo y de la vida).

Los mayas concibieron el tiempo como el dinamismo de la realidad

espacial, como el cambio cósmico producido, en esencia, por el

movimiento de un ser sagrado que fue el eje de su cosmovisión y

de su concepción sobre el sitio del hombre en el universo: el Sol

(k 'in, palabra que también significa día y tiempo).

nencia del cosmos, como lo fue para He­ráclito ("permanece cambiando"); el tiempo es el orden, por lo que el caos es intemporal.

Las ideas mayas sobre el tiempo cósmi­co se expresan fund amentalmente en sus

COSMOGO Í\. UN L 'IVERSO I:TER!\:O

Los mayas, como muchos otros pueblos, concibieron al universo como un orden de­cidido por los dioses, y ame la imerrogan-

En las pp. 75 Y 76 del Códice Madrid está representada la cuadruplicidad del cosmos . REPROGRAFIA: ARCHIVO DE MERCEDES DE LA GARZA

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te sobre su origen, crearon el mito cosmo­gónico, como una historia sagrada, como el relato del primer acontecimiento que ruvo lugar en un " tiempo estático" primor­dial-valga la paradoja- y cuyos principa­les protagonistas son los seres sagrados. Esta narración, sea oral o escrita, no se da en un lenguaje común, conceprual, sino en un lenguaje simbólico porque expresa una realidad percibida inruitivamente, una vi­vencia esencialmente emocional y valora­tiva del mundo, que sólo se puede comu­nicar a través de imágenes simbólicas. El mito cosmogónico no sólo explica cómo seinició todo, sino también porquéelhom­bre y los demás seres son como son y por qué siguen determinado comportamiento. Para los creyentes, esa explicación no es una fábula ni una ficción, sino una historia verdadera que constiruye lagtÚa,la tradición, la pauta del comportamiento del hombre en el mundo. Por eso es una historia viva, siempre acrual.

Los mitos cosmogónicos de los mayas antiguos fueron escritos en sus monu­mentos y códices, y después fueron reco­gidos en libros que ellos mismos escribie­ron en la época colonial, empleando sus lenguas y los caracteres latinos aprendi­dos de los frailes españoles, y más tarde, se transmi rieron por medio de la tradición oral, de tal modo que existen todavía en las comunidades mayances. El más com­pleto y estrucrurado mito del origen del cosmos se halla en el Popol Vuh, libro sa­grado de los quichés de Guatemala, tras­ladado a la escritura latina alrededor de 1550 d.C. Pero también lo encontramos en el Memorial de Sololá de los cakchique­les y en los Libros de Chi/alll Balam de los mayas yucatecos. Este mito expresa la misma idea básica que hallamos en el mito de los nahuas, quienes llegaron al área maya en el periodo Posclásico.

A grandes rasgos, la cosmogonía maya habla de una sucesión de ciclos o eras cós­micas, determinadas por los dioses crea­dores, según el orden de la temporalidad cíclica. En este proceso, aparecen progre­sivamente, a partir de un agua primigenia estática, donde todo estaba confundido (caos), los otros elementos, los animales, las plantas y los astros, mientras que el hombre, como parte central del proceso, sufre una eyolución cualitativa en espiral,

El artista Diego Rivera se basó en los mitos cosmogónicos de la creación y destrucción de la humani­dad que están relatados en el Popol Vuh para hacer algunas de sus acuarelas. a) La creación del cos­mos y del hombre de maíz. b) Los héroes Hun Hunahpú y Vucub Hunahpú jugando a la pelota. e) Ve­

nus y la espera del amanecer.

EL UNIVERSO TEMPORAL EN EL PENSAMIENTO MAYA / 41

Dosier .

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. Dosier

que lo lleva a constituirse en el ser que los

dioses necesitan para subsistir. Es decir,

el cosmos se crea para que exista un ser

consciente que pueda venerar y alimentar

a los dioses (por eso esta cosmogonía es

antropocéntrica), y en las distintas eras cósmicas, los dioses, además de necesitar

alimento para subsistir, se equivocan al

crear diferentes hombres que no cumplie­

ron con la finalidad de los creadores, por

zó el tiempo ordenado del cosmos. Los hom­

bres de maíz, que veneran y alimentan a los

dioses, incluso con su propia sangre, son los

del mundo actual. Esta tercera época que, si­

guiendo la inexorable ley cíclica, rerminará

con un nuevo diluvio, corresponde a la quin­

ta del mito náhuatl, el llamado Quinto Sol,

que terminará con rerremotos y hambre. Así,

esta concepción cosmogónica implica una

serie infinita de mundos.

Las ideas mayas sobre el tiempo cósmico se expresan fundamen­

talmente en sus mitos cosmogónicos, sus concepciones cosmo­

lógicas, sus conocimientos calendáricos y astronómicos, así como

en su historiografía, todos ellos entrelazados en una compleja

concepción del mundo y de la vida.

lo que éstos los destruyen mediante diluvios.

Los primeros fueron de barro, los segundos

de madera, y finalmente, se halló la materia

que generaría la capacidad consciente, el

maíz, que fue mezclado con sangre de las

propias deidades para formar a los nuevos

hombres. Una vez que se hubieron reprodu­

cido y formado tribus, salió el Sol (aliado de

la Luna), y cuando lo alimentaron con san­

gre, inició su movimiento, y con él, comen-

Los mayas coloniales no registraron fe­

chas exactas de estos acontecimientos, pero

epigrafistas actuales como Linda Schele y David Freidel (1993), con el gran apoyo del

Popol Vub, realizaron lecturas de tres textos

de la ciudad de Cobá, Quintana Roo, en los

que se asienta que el mundo o era actual fue creado en 13.0.0.0.0, el día 4 abau, 8 ctlJ1Iktí, que en nuestro calendario corresponde al 13

de agosto de 3114 a.e., fecha que funcionó

como "fecha era" en las inscripciones mayas.

Se halló la misma fecha en la Estela C de Qui­

riguá, Guatemala,)' en el tablero del Templo

de la Cruz de Palenque, Chiapas, enrre arras

obras. Estos textos confirman que se tienen

registros de la cosmogonía maya desde el pe­riodo Clásico.

b L U'JIVERSO I.SPACIO-TEMPOR.AL:

COSMOLOGÍA, ASTROl O,\lIA \ CRONOLOGIA

Como lo revelan los textos indígenas colo­

niales, principalmente el Chila", Bala", de Chu­"'qyel, el universo maya estaba conformado

por tres grandes ámbitos espaciales que se sucedían verticalmente: el cielo, dividido en

13 estratos, tal vez en forma de pirámide es­

calonada; la tierra, imaginada como una plan­

cha cuadrangular, y el inframundo, de nueve

niveles, tal vez concebido como un a pirámi ­

de invertida. Varias fuerzas sagradas se mo­

vían en cada uno de los niveles, pero los ce­

lestes eran presididos por Oxlahuntiku,

"Trece Deidad",), los infraterrestres por Bo­

lontiku, "N ueve Deidad". En el treceavo cie­

lo reinaba Itzamná, la deidad suprema, prin­

cipio generador del cosmos, en tanto que el Xibalbá, último estrato del inframundo, era

la región de las deidades de la muerte. La geo­

grafía del inframundo es descrita también en

el Popol Vuh.

K.tUrl 'fh¡fl~n Ah. u.

Thirl~nturn".llIoU.

Thirt~n!JCur .. yt':lMlMn<.l thfl'l it will 1I1 .... yll re ­lurn a,lIin,"

La concepción del espacio-tiempo y la cosmogonía maya quedaron registrados en libros que hicieron los mayas de tiempos coloniales. a Primera página del Popal Vuh. b) Página de los Anales de los cakchiqueles. e) Los señores de los 13 katunes; dibujo en el Chilam 8alam de Chumaye/.

42/ ARQUEOLOGiA MEXICANA

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En la Estela C de Quiriguá, Guatemala, está gra­bada la fecha de serie inicial 13.0.0.0.0, 4 ahau, 8 cumkú (13 de agosto de 3114 a.C.), que fungió como "fecha era" y corresponde al inicio del mun­do actual.

La tierra se subclivide en cuatro secto­res o rumbos, idea que claramente deriva de la observación de la trayectoria del Sol en su ciclo anual, y de! conocimiento de los equinoccios y los solsticios. Así, en la cua­druplicidad se funden el espacio y el tiem­po. Las "cuatro esquinas de! mundo" esta­rían en las posiciones noreste, noroeste, suroeste y sureste (Villa Rojas, en León­Portilla, 1994, p. 136). Si bien la significa­ción religiosa de! oriente y e! poniente fue la esencial, por e! carácter sagrado de! Sol, e! norte y e! sur tuvieron también su pro­pia significación en e! espacio sagrado; ellos corresponden a los solsticios, y e! ca­rácter especial de estos momentos es ma­nifiesto en múltiples obras arquitectónicas construidas especialmente para observar­los. La importancia de los cuatro rumbos se corrobora con la existencia de glifos para cada uno de ellos, y con e! descubrimien­to de una tumba en Río Azul, Guatemala (localizada en 1985 por Richard E . \VI Adams), en cuyas paredes aparecen los gli­fas justamente en las clirecciones reales.

Cada rumbo tiene como símbolos un co­lor, una ceiba -sobre la cual se posa un ave-, un tipo de maíz, un tipo de frijol y

En este relieve de Copán, Honduras, se ve a uno

de los pahuahtunes, deidades de los vientos y de los cuatro rumbos cósmicos que sostienen los cielos. FQTQ: ARCHIVQ DE MERCEDES DE LA GARZA

cliversos animales. Las ceibas sostienen el cielo aliado de deidades antropomorfas llamadas baca bes o pahuahtunes, que también fungen como ordenadoras de! mundo. Los cuatro colores, que comparten todos los seres de cada rumbo, son los de! maíz: blanco para e! norte, negro para el ponien­te, amarillo para e! sur y rojo para el este. y en sentido vertical, están e! cenit, en e! punto más alto de los cielos, y e! naclir, en e! punto más bajo del inframundo, que son los dos polos de! eje cósmico, e! axis mun­di; pero el punto central del universo en­tero es el centro de la tierra, donde reside el hombre. Este punto es el umbral de co­municación de todos los espacios, por donde los hombres sacralizados podían ascender al cielo y bajar al inframundo. Su símbolo en el libro de Chumaye! es la cd­ba verde o "Gran Madre Ceiba", que atra­viesa los espacios verticales, puesto que sus raíces penetran al inframundo y su fronda a los cielos; y e! pájaro que se posa en lo alto es el quetzal, ave sagrada por ex­ce!encia de los mayas.

Las fuentes revelan que la cuadruplici­dad no se limitaba al nivel terrestre, sino que abarcaba al celeste y al infraterrestre,

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constituyendo tal vez las cuatro caras de las pirámides; así, el cosmos tendría la for­ma de un octaedro o prisma romboidal de ocho caras, más que de un cubo. Según esta visión, las principales construcciones de los mayas: la pirámide y la plaza, son símbolos de! cielo piramidal y de la tierra cuadrangular; la plaza siempre obedece a un modelo rectilineo, es decir, es cuadra­da o rectangular, y la pirámide es símbo­lo de la montaña sagrada, pero ésta, a su vez, representa el cielo o el inframundo, como se constata en varias ciudades ma­yas, por ejemplo, Palenque (De la Garza, 1998, pp. 49-59).

Este cosmos geométrico (que tiene también símbolos animales, como e! dra­gón ye! cocodrilo) no es estático, sino que está en constante movimiento, de! mismo modo que e! Sol, quien determina su es­tructura y su dinamismo. La concepción maya del cosmos deriva de! desarrollo de notables conocimientos, que nosotros lla­mamos matemática y astronomía, logros que los mayas dejaron consignados gracias al hecho de haber creado una escritura al­tamente desarrollada. Sus signos matemá­ticos son sólo tres: el punto, con ,-ala r de uno; la barra, con valor de cinco, y el cero; este último implica la posibilidad de dar a los números un valor posicional, que es la

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La ceiba es el árbol que simboliza el axis mundi y los cuatro rumbos en la cosmología maya.

EL UNIVERSO TEMPORAL EN EL PENSAMIENTO MAYA / +3

Dosier.

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En el tablero del Templo de la Cruz de Palenque están representados los niveles verticales del cosmos (cielo, tierra e inframundo, como cielo nocturno) y el axis mundi en forma de cruz. DIBUJO LINDA SCHELE. DIGITAlIZACION. RAlcES

clave de la matemática. Dicho hallazgo, au­nado a la observación de! movimiento de los astros, sin telescopios (algo inconcebi­ble para nosotros), permitió a los mayas crear un complejo sistema calendárico para fijar fechas con toda exactitud. Su calenda­rio solar parece ser e! más exacto que se ha creado. Calcularon también, con sorpren­dente precisión, e! ciclo de ohok Ek (ye­nus) ye! ciclo lunar.

Así, desde el periodo Clásico (200-900 d.C.) los mayas registraron las fechas con un sistema llamado hoy cuenta larga, basa­do en ciclos que van del k 'in (un día) al alau­ttÍn (23 040 000 000 de días), e incluso en periodos mucho más largos (como en la Este!a 3 de Cobá). La cuenta larga integra e! calendario solar, e! lunar, un calendario ritual de 260 días y otros aún no identifi­cados. Este sistema permite fijar un día con absoluta precisión en los diferentes ciclos, ya que tiene su eje en una fecha, que fun­gió como "fecha era": 4 ahau, 8 c1ImktÍ, la cual corresponde, en nuestro calendario, al 13 de agosto de 3114 a.c., y que parece corresponder también al inicio de la era ac­tual, como destaqué antes. A partir de esa fecha se contaron los años hacia e! pasado y hacia e! futuro.

Pero ¿cuáles fechas fueron las que inte­resó a los mayas registrar? ¿Qué finalidad tuvo e! desarrollo de estos extraordinarios conocimientos? ¿Fue sólo un juego inte­lectualllegar a registrar fechas de billones de años hacia e! pasado?

44 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

HISTORIA Y PROFFCÍA. LA H!'.IALIDAD DE LA HISTORIOGRAFÍA

Los conocimientos matemáticos, astronó­micos y cronológicos de los mayas se pue­den considerar una "ciencia objetiva", se­gún una idea occidental y convencional de "ciencia"; pero desde la perspectiva de sus creadores, esos conocimientos son una manera de vincular al hombre con lo sa­grado, en tanto que los astros y su devenir son energías divinas que influyen sobre el mundo y que actúan benéfica o maléfica­mente sobre la naturaleza y los hombres. Por eso, dichos conocimientos forman parte de la religión.

Sin embargo, esas actividades humanas no significaron sólo un conocimiento y sis­tematización de las fuerzas divinas para co­municarse con ellas, sino que tuvieron la finalidad última de lograr e! bienestar y e! desarrollo libre de! hombre.

Desde e! periodo Clásico, los mayas mostraron este interés primordial en los hombres, creando una historiografía que se centra en las biografías yacontecimien­tos principales de los linajes gobernantes, así como en e! registro de acontecimientos astronómicos ligados con ellos, fijando las fechas con e! sistema de la cuenta larga. Después de! colapso maya (ca. 900 d.C.), este sistema dejó de usarse, pero no e! re­gistro de la historia, para e! que se empleó un sistema menos complejo, que no sólo

estuvo vigente hasta la conquista españo­la, sino durante la época colonial: la llama­da "rueda de los katunes", un ciclo de 256 años. Gracias a los Libros de Chilam Bafam conocemos la finalidad principal del regis­tro de la historia: poder predecir qué ocu­rriría cuando retornara e! kattÍn de! mismo nombre, pues entonces se repetirían las mismas influencias de los dioses. En las profecías mayas, registradas en esos libros, se muestra claramente esta concepción: al­gtlDOS acontecimientos del pasado se re­gistran en futuro, lo que confirma que el pasado está delante y e! futuro ya ocurrió; por eso, se puede pronosticar e! porvenir. Tal idea de! tiempo humano se manifiesta también en las lenguas actuales: para los tojolabales (grupo mayance actual), e! pa­sado está delante porque se puede ver, mientras que e! futuro está detrás porque la vista nolo alcanza; e! vocablo tza'aniequi­vale a futuro, pero literalmente significa "lo que está atrás" (Schumann, 1981, p. 135).

Sin embargo, los seres humanos no es­taban sometidos pasivamente a la fatalidad de! destino. Si buscaban conocer lo que ha­bía ocurrido 256 años antes, y daban a co­nocer a toda la comunidad la carga de in­fluencias divinas que traería e! futuro, era con e! fin de poder cambiarlas malas influen­cias por otras buenas, por medio de! ritual. Así los mayas, aunque creyeron que e! fu­turo estaba determinado, tenían la convic­ción de que la acción humana podía mo­dificarlo. Esto revela una actitud creativa y libre ante e! destino, para anticipar el futu­ro a fin de modelarlo. tll~

Mercedes de la Garza. D octora en historia po r la UNAM . Investigadora del Centro de Estudios Mayas, II F, UNAM. Fue directora del Museo Nacional de An· tropología. Investigadora emérita del Sistema Nacio· nal de Investigadores y miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia.

PARA LEER MÁs •. •

FRE IDEL, David y Linda Schele, M'!)'a Cosmos. Three Thollsand Yéars on Ihe Shaman's Path, William Mo rro\V, Nueva York, 1993.

GARZA, Mercedes de la, Rostros de lo sagrado en el !!"lIIrIo "''!l'a, PaidÓS/UNMI, México·Buenos Aires·Barcelona, 1998.

Libro de ChilolJJ Bala", de Chlllll(!Jel, trad. Antonio ~1édiz Bo lio, Cien de ~téxico, SEP, i\féxico, 1985.

LEÓN-P ORTILLA, j\liguel, Tie",poy realidad t1I el pensamiento "''9'a, 2a ed., 111-1, UNA¡\[, i\léxico, 1994.

Popo/ I/lIh, trad. Adrián ehá"ez, CIESAS, México, 2009. SOTELO SANTOS, Laura Elena, "La ciencia. 'En torno al

tiempo' ", en Gerardo Bustos y Ana Luisa Izquierdo (eds.) , Los mq)'as, Sil tiempo antiguo, Centro de Estudios fi.layas, IIF, UNAM, México, 1996.

THOMPSON, J. Eric S., Grandeza), decadencia de los 1Ilq)'as,

FCE, México, 1959.

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Los escenarios del porvenir

Cómputos y textos futuristas en Palenque

GUILLERMO BERNAL R OMERO

Al final de su largo reinado (ca. 673 d .C.), el gobernante palencano K'inich Janahb' Pakal

mandó registrar una extensa narrativa en los tableros del Templo de las Inscripciones de

Palenque, Chiapas; los diez primeros pasajes de esta narrativa mencionan las entronizacio­

nes y celebraciones de final de k Jatun de sus antecesores y de él mismo. De acuerdo con las

creencias mayas, los ciclos "katúnicos" (7200 días) estaban regidos por deidades que podían

ejercer in fluencias benefactoras o nefastas sobre la humanidad.

El pasaje 10 de los tableros del Templo de las Inscrip­ciones (fig. 1) refiere que elfinaldek 'atun9 .1 2.0.0.0,

10 qjalIJ, 8 yaxk 'in (28 de junio de 672 d _C.) marcó el dominio del dios Ich Cham Ajaw, "Señor del Ros tro de la Muerte", qwen provocó hambrunas ("se secaron los árboles fru tales"), mortandad generalizada y guerras. Señala que B'olon Chan,la fa milia real de Palenque, fue humillada. Aunque se realizaron las o frendas y dedica­ción de incensarios de los dioses pa­trones del señorío, GI, Unen-K 'awiil (GIl) y GIlI, habituales en cada final de k'atttn, es ta vez también hubo cul­tos consagrados al dios la muerte. Un epi sodio refi ere que Pakal " satisface la vol untad del dios del 10 ajaw, 8 yaxk 'in, el asiento o inicio del tuun

[ .. .. ]" Para reafirmar esta piadosa ac­titud hacia el dios de la muerte, el

1 • Palenque

CHIAPAS

Océano Pacífico

GUATEMALA

arq~,eol.ogía

texto reitera: "él [Pakal] satisfizo tu voluntad", hablando en segunda per­sona del singular ("de tú") a la deidad, La inscripción no refiere de qué ma­nera fue complacido el dios, pero es posible que haya sido conmovido por medio de un sacrificio humano. Estas ceremonias propiciaron un retorno a las condiciones de bienestary poderío del señorío.

INSTRUCCIONE S PARA EL FUTURO GOBERNANTE D EL K 'ATUN 8 AJAW (692 n c.)

El pasaje 11 (fig. 2) no relata un su­ceso; ya que se ubica en el futuro, se trata más bien de una previsión de ac­ciones rituales que debería realizar el jerarca palencano que llegase a regir en el final de k 'atun 9.13 .0.0.0 8, ajallJ 8, wo (15 de marzo de 692 d.C.). D e manera textual, esta disposición fue dirigida "al Gobernante [que sea] el Incensador en Matwiil, en B'aakal [palenque]". E l texto dice que en esa fecha k'atúnica el futuro gobernante "deberá satisfacer otra vez tu volun­tad". Es evidente que se refiere "a la voluntad del dios d el 10 aja U) , 8 y axk 'in", mencionado en el pasaje an­terior (el número 10); es decir, se tra-ta del dios Ich Cham Ajaw, "Señor del Rostro de la Muerte", quien habría de

LOS ESCENARIOS DEL PORVENIR / 45

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recibir otra dádiva. El texto termina con la expresión "habrá de darse tu [¿]" Lamentablemente, el glifo que alude a la dádiva no está descifrado.

Tal como sc aprecia, K'inichJana­hb' Pakal dejó en la incertidumbre el

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Tablero Central

nombre del dignatario que, en el año 692 d.C, habría de rendir vene­ración al dios de la muerte. Cuando se estaba escribiendo el texto, Pakal rondaba los 70 años y no guardaba ya ninguna esperanza de cumplir ese co-

K L M N A B

Tablero Oeste

1. Episodio 1 (F9-G4) : La tercera vez que asienta la piedra en o durante su señorío (fue en) 10 ajaw, 8 yaxk 'in , el decimosegundo k'atun (9.12.0.0.0 10 ajaw, 8 yaxk'in , 28 de junio de 672). Lo vio K'inich Janahb' Pakal, Sagrado Gobernante de Palenque. Episodio 2 (H4-J1) : Se enseñoreó Ich Cham Ajaw, "Señor del Rostro de la Muerte": (fue una) época de gran mortandad y se secaron los árboles frutales de la Luna (o del dios del maiz). Hubo guerra contra los Gobernantes del Oriente y

los Gobernantes del Poniente. Fue humillada S'olon Chan , la Familia de las 16 Familias del Gober­nante de los Innumerables Sucesores. Episodio 3 (12-L2): Dos veces (?) se ató la blanca diadema del altar-kuch-al de sus dioses. Se da el sagrado bulto-pik de la veintena , el pixoom, la diadema blanca y los collares de Yax K'ahk' K'uh , "Dios del Fuego Nuevo", las orejeras y sagrado plato de los sacrificios, el ko 'haw del dios GI, Sak S'olon. (Esto lo) da ellncensador del K'atun, K'inich Jana­hb' Pakal , Sagrado Gobernante de Matwiil. Episodio 4 (K3-K9) : Él da el sagrado pik de la veinte­na , el pixoom, la diadema blanca del Nuevo Dios(?) del Rostro del Cielo, las orejeras, el yax-tzi-?, el ko 'haw del dios Ch'ok Unen-K'awiil. Episodio 5 (L9-B6): Él da el sagrado pik de la veintena , el pixoom, la diadema blanca , los collares , a Yax Pa'-Witz, las orejeras, la sagrada diadema y el ko'haw del Yajaw-K'ahk ' ("Vasallo del Fuego"), el dios GIII, los Dioses-Incensarios. El gobernante de la Gran Casa , de la Gran Plataforma del Rostro del Cielo; Wak Chan Ajaw es la plataforma del dios Ju'n-? 'GI' Sak S'olon . Los tres procreados son los hijos , con sus deidades , del Incensador del K'atun , K'inich Janahb' Pakal. Su atadura de diadema (en el) kuch-al de los dioses GI , Unen-K'awiil y GIII, los Dioses-Incensarios. Episodio 6 (A7-B12): Él satisface la voluntad del dios del10ajaw, 8 yaxk 'in , el asiento o inicio del tuun. [ . .. l él satisfizo tu voluntad. DIBUJO: LINDA SCHElE. DIGITALIZACiÓN. RAlcES

46 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

metido. Desde luego, K'inich Kan B'ahlam, su primogénito y virtual su­cesor, tenía amplias posibilidades de ser el k 'uhu/ ajallJ que celebrara el k'atun 8 ajaw (tal como sucedió). De hecho, en ese final de k'atlln mandó erigir UD monumento en honor del dios Akan, un aspecto del dios de la muerte (fig. 3). Quizá de esta mane­ra cumplió con la disposición de su padre.

INSTRUCCIONES PARA EL GOBERNANTE QUE RIJA EN EL PRÓXIMO FINAL D E B'AKTUN (830 D.C )

El pasaje 12 también se sitúa en el fu­turo (fig. 4). Refiere que cuando ocurra el final del décimo b'ak'tun, en 7 ajallJ, 18 sip (10.0.0.0.0, 11 de mar­zo de 830 d.C), "otra vez él [habrá de] satisfacer tu voluntad en la ban­ca [te 'm] del 5 [¿], [en] tu estera y tu trono". No se menciona quién será el dignatario que realizará esta acción, pero el contexto proporcionado por el pasaje previo indica que será el k'uhu/ ajaw palencaDo que gobierne cuando ocurra esa fecha futura. Tam­poco se dice a quién complacerá, pero la expresión "otra vez" (chik), indica que nuevamente se tratará del dios de la muerte. El texto asevera que en ese momento la deidad "estará en la ban­ca del 5 [?], en tu estera y tu trono" (obsérvese que de nuevo se habla "de tú" a la deidad). El difrasismo pohp­tz'am, "estera y trono", señala el do­minio y el poder de un gobernante o de una deidad. Esta expresión meta­fórica indica que esa entidad volvería a ejercer su dominio numinoso en el final de b'ak'tun,10.0.0.0.0, 7 ajaw, 18 sipo El difrasismo "estera y trono" si­guió empleándose hasta el Posclási­ca, como lo testifica su presencia en el Códice de Dresde (fig. 4) , e inclu­so perduró hasta tiempos coloniales, pues también está presente en algu­nos de los libros de Chilam Ba/am.

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3. Altar del Cráneo del Grupo de las Cru­ces, dedicado al diosAkan, un aspecto del dios de la Muerte. Este altar se erigió en el final de k'atun 9.13.0.0.0, 8 ajaw, 8 wo'. FOTO: AlFRED P MAUDSLAY DIGITALIZACiÓN: RAlcES

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2. En 8 ajaw, 8 wo ' (9.13.0.0.0, 15 de marzo de 692), el asiento o inicio del tuun, otra vez él (habrá de) sa­tisfacer tu voluntad , el Gobernante

(que sea) ellncensador en Matwiil , en B'aakal, habrá de darse tu [?] DIBUJO: LINDA SCHELE. DIGITAliZACiÓN: RAleES

VIAJANDO A TRAVÉ S D E LAS ERAS

El pasaje 13 continúa con la visión de un escenario futuro, pero ahora lo combina con acontecimientos histó­ricos recientes y un hecho del pasa­do mítico muy lejano (fig. 5) . Inicia con una breve acotación, estricta­mente calendárica, sobre el final del primer piktun de la era actual, que ocurrirá el 14 octubre de 4772 d.C. (1.0.0.0.0.0, 10 aja/v, 13 yaxk'in) . Un piktun equivale a 20 b 'ak 'tunes (ciclos de 144000 días).

Después, el texto glífico mencio­na el nacimiento de Pakal (603 d.C.) y su entronización, acaecida en 9.9.2.4.8,5 lama!, 1 mol (26 de julio de 615 d.C.). En este punto la narra­ción muestra un complejo cómputo

que traslada el relato 1 246 826 años hacia el pasado remoto, cuando se enseñoreó una misteriosa deidad lla­mada "Mih-Bestia de Nariz Cuadra­da", evento que ocurrió en la fecha (1.5.2.6.19.19.10.7) 1 manik', 10!zek. La entronización de esta antiquísi­ma entidad mítica aparece vinculada con la de K'inichJanahb' Pakal, que aparentemente fue conceptuada como una resonancia histórica de la primera,

Después de ese asombroso regis­tro hacia el pasado mítico, el texto despliega otro gran cómputo, esta vez orientado hacia el futuro. El cál­culo desemboca en la fecha 22 de oc­tubre de 4772 d.C. (1.0.0.0.0.8,5 la­ma!, 1 mo~, cuando ocurrirá el primer "aniversario de rueda calendárica" del acceso al mando de K'inichJana-

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4. En 7 ajaw, 18 sip (10.0.0.0.0,11 de marzo de 830), otra vez él (habrá de)

satisfacer tu voluntad en la banca (te'm) del 5 [¿], tu estera y tu trono DIBUJO: lINDASCHELE. DIGITAliZACIÓN: RAICES

hb' Pakal, después de la conclusión del primer piktun de la era actual. Tal como lo asienta la inscripción, este aniversario sucederá ocho días des­pués del "asiento de la piedra" del fi­nal de esepik!un (1.0.0.0.0.0),10 q/aw, 13 yaxk'in, 14 de octubre de 4772 d.C., y se reitera que ocurrirá en (1.0.0.0.0.8) 5 lama!, 1 mol, 22 de oc­tubre de 4772 d.C.

E n la actualidad, algunos autores esotéricos aseguran que la cuenta maya del tiempo concluirá el 23 de dici embre de 2012 d.C., cuando se termine el b'ak'fun decimotercero de la era actual (13.0.0.0.0, 4 aja¡JJ, 8 k'ank'in); bajo este supuesto, de­ducen que los mayas previeron una especie de final del mundo. Los re­gistros mayas demuestran -matemá­ticamente- que esta idea es entera-

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Episodio 3

H 5. Episodio 1 (C11-D12) : (En) 10 ajaw, 13 yaxk 'in (1.0.0.0.0.0, 14 de octubre de 4772 d.C.), ocurrirá 1 piktun. Episodio 2 (E1 -E9): Transcurrieron 8 k'ines, 3 wi­nales y 12 tunes desde que había naci­do K'inich Janahb' Pakal en 8 ajaw. 13 pohp (9.8.9. 13.0, 23 de marzo de 603) y entonces fue la atadura de la diadema en la cabeza de K'inich Janahb' Pakal, en 51amat, 1 mol (9.9.2.4.8, 26 de julio de 615). Habían transcurrido 8 k'ines, 4 winales y 2 tunes desde el dia 3 ajaw, 3 sotz ', el asiento o inicio del tuun (9.9.0.0.0, 3 ajaw, 3 sotz ', 9 de mayo de 613). Episodio3 (F9-H3): Habiantrans­currido 1 k'in, 12 winales, 2 tunes, 9 k'atunes, 2 b'ak'tunes, 18 piktunes y 7 kalab 'tunes desde que se enseñoreó ("se-hizo-ajaw") la entidad "Mih-Sestia de Nariz Cuadrada" en 1 manik', 10 tzek (1.5.2.6.19.19.10.7, 1 246826 años ha­cia el pasado) (y luego) se enseñoreó K'inich Janahb' Pakal , Sagrado Gober­nante de S'aakal. Episodio 4 (G4-H1 O) : Transcurrirán 8 k'ines, 5 winales, 10 tu­nes, 11 k'atunes y 10 b'ak'tunes (desde (9.8.9.13.0,8 ajaw, 13 pohp, 23 de mar­zo de 603 d.C. y entonces) ocurrirá el día 51amat, 1 mol (1.0.0.0.0.8,22 de oc­tubre de 4772 d.C.); (habiendo transcu­rrido) 1 piktun (y una vez que) pasen 8 k'ines desde el asiento o inicio del tuun del 10 ajaw, 13 yaxk'in (1.0.0.0.0.0,14 de octubre de 4772 d.C.), entonces ocu­rrirá el dia 51amat, 1 mol (1.0.0.0.0 .8, 22 de octubre de 4772 d.C.). D1BUJO L1NDASCHELE. D1G1TALlZAC1ÓN: RAleES

La turbulencia del colapso del Clásico maya truncó las visiones

optimistas del futuro. Éste fue el verdadero apocalipsis histórico

de los mayas del Clásico, como quizás también lo fue, para los del

Posclásico, la conquista española. Tales accidentes les demostra­

ron que las deidades katúnicas podían destruir la obra de muchas

generaciones. Así, inerme ante la fuerza del poder sagrado, la hu­

manidad eventualmente podía quedar desvalida y abandonada ante

los avatares de la fatalidad y sus designios.

men te falsa. Después que concluya el b'ak 'tun 13 comenzará el 14, luego seguirá el 15, y así sucesivamente hasta que se termine el vigésimo. Cuando esto ocurra se completará un piktun e iniciará otra serie de 20 b 'ak 'tunes.

48 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

EL COLAPSO DE UN PORVE IR LUMINOSO

Como si fuesen mensajes para los fu­turos gobernantes palencanos, Pakal mandó registrar "textos-emisarios" que les recordarían algunos de sus

compromisos rituales. El aniversario de su entronización en el próximo fi­nal de piktun (4772 d.C.) sería una ocasión digna de celebrarse. Sin duda, confiaba en que la dinastía pa­lencana habría de perdurar hasta ese entonces. ¿ Y por qué no habría de ser así? A finales del siglo VIll Palenque había alcanzado un poderío regional político y militar nunca antes visto: el futuro, así fuese lejano, parecía promisorio, luminoso. Los cultos a deidades patronas de la tríada y a los dioses que regían los k 'atunes habrían de propiciar condiciones benévolas para que perdurasen el señorío y su comunidad.

Pero sabemos que no fue así. Al igual que otras ciudades mayas, Pa­lenque habría de colapsar abrupta­mente un siglo después del reinado de Pakal, hacia 800 d.C. La dinastía local ni siquiera celebró el final del b'ak'tun décimo (830 d.C.). La turbu­lencia del colapso del Clásico maya truncó las visiones optimistas del fu ­turo. Éste fue el verdadero apocalip­sis histórico de los mayas del Clásico, como quizás también lo fue, para los del Posclásico, la conquista española. Tales accidentes les demostraron que las deidades katúnicas podían des­truir la obra de muchas generaciones. Así, inerme ante la fuerza del poder sagrado, la humanidad eventualmen­te podía quedar desvalida y abando­nada ante los avatares de la fatalidad y sus designios. t..~~

Guillermo Bernal Romero. Epigrafi sta, con estu­dios en las licenciaturas en historia (FFYL, UNAM) l' arqueología (ENA H) . Candidato a doctoren estudios mesoamericanos. Investigador del Centro de Estu­dios Mayas (IIF, UNMI) .

P ARA LEER MÁS .. .

THOMPSO,"" John Eric S., ¡\[a;'o Hierog(ypbir lf/riliJlg. AJI lllfrod"ctiofl, Universicy of Oklahoma Press, Norman, 1960, apéndice IV: U"Maya Calculations Par jnto [he PaS! and into the Futute". pp. 314-3 16.

SCHELE, Linda y Peter ~[athe\Vs, Tbe Code of KiJlgs. Tbe Langltage rif Set'fII Sacrtd 1\ JtD'O Temples olldTofllbs, Scri­bner, Nueva York, 1998, cap. 3: UPalenque Hanab­Pakal's Tomb", pp. 95-132.

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El Castillo de Mayapán es semejante en estructura al de Chichén Itzá . Como en éste , se puede admirar una hierofanía solar en su escalinata norte, en este caso el día del solsticio de invierno_ En el muro central de la Sala de los Frescos , adosada a la pirámide , se plasmó una pintura mural de obvio significado astronómico.

EL TRÁNSITO DE VENUS POR EL DISCO DEL SOL DE 2012 / ~9

Dosier.

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Hace apenas algunos años, la última gran metrópoli maya antes de la lle-gada de los españoles, Mayapán, Yuca­

tán, fue de nuevo explorada por los arqueó­logos. Según el padre Landa, esta ciudad fue fundada por Kukulcán, quien habría llegado de México y poco después regresó a su lugar de origen. Distingue a la parte central de Mayapán una gran pirámide de cuatro escalinatas y nueve cuerpos, similar al Castillo de Chichén Itzá pero de menor tamaño. Existe también un edificio circular que recuerda al observatorio del Caracol de esta última ciudad. La escalina norte del Castillo de Mayapán (Q162) nos brinda el espectáculo de una hierofanía solar, juego de luz y sombra, pero no en el ocaso del dia del equinoccio sino en el del solsticio de invierno. Por otra parte, el Edificio Cir­cular de Mayapán (Q152) funciona de ma­nera semejante al Caracol de Chichén Itzá; es decir, sus cuatro vanos de acceso señalan puntos hacia el horizonte donde el Sol al­canza importantes posiciones astronómi­cas y calendáricas.

MURAL EN LA SALA DE LOS FRESCOS

Los recientes trabajos arqueológicos en Mayapán sacaron a la luz la llamada Sala de los Frescos (Q161). Se trata de un pe­queño edificio adosado al Castillo en su

lado oriente y aproximadamente a unos 30 m del Edificio Circular. En su muro central se descubrió un mural de excep­cional significado solar. En una serie de paneles rectangulares aparece ungran dis­co solar amarillo con rayos rojos. En el

interior de cada Sol se plasmó a un per­sonaje distinto, en posición descendente y ricamente ataviado. Cada disco solar es custodiado a ambos lados por un perso­naje que sostiene en las manos una espe­cie de lanza. Por su colorido y estilo pa­recería más bien un mural elaborado en el Altiplano Central de México.

Aunque ambos lados del muro pinta­do se enfrentan directamente al norte y al sur; dos días en el año los rayos solares, que se desprenden de la cúspide del Edi­ficio Circular, iluminan de manera rasan­te los soles descritos. Tales fechas, 9 de abril y 2 de septiembre, no son fortuitas, ya que si bien no corresponden a ningún evento astronómico importante, sí mani­fiestan momentos fundamentales en Mesoamérica. En efecto, esas fechas son de gran trascendencia porque dividen al año solar en múltiplos de 73 días. Este nú­mero representa un elemento muy impor­tante en el sistema calendárico mesoame­ricano porque corresponde al número de ciclos del calendario ritual de 260 días, el tzolkín, que deben transcurrir para que el calendario solar de 365 dias, el haab, com­plete 52 ciclos. Cuando esto sucedía se

El Edificio Circular de Mayapán recuerda al del observatorio del Caracol de Chichén Itzá. Como en éste, sus vanos de acceso señalan las direcciones en el horizonte donde el Sol alcanza posiciones astronó­

micas y calendáricas importantes.

50 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

MAYAPÁN YUCATÁN +-N

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f ' Sal~ de los =~ f Frescos (Q161)

Edificio Circular (Q152)

Plaza Central de Mayapán, Yucatán.

efectuaban en toda Mesoamérica fastuo­sas ceremonias para celebrar que se com­pletaba ese gran ciclo calendárico. Gran­des estructuras arquitectónicas mesoamericanas se alinean con el Sol para indicar la excepcional importancia de esos dos momentos en el sistema calendárico prehispánico.

Cabe destacar que la cuenta de días de 73 es la base para calibrar el periodo sinó­dico de Venus, es decir, el periodo de ob­servación de este planeta desde la Tierra: 584 días (8 x 73). Tal intervalo fue regis­trado con gran detalle en el códice maya que se encuentra en la ciudad alemana de Dresde.

Con todo, aún queda por esclarecer la identidad de los personajes que se ven en el interior de los discos solares. Dentro del Sol sólo se pueden identificar a sim­ple vista dos objetos: una mancha solar o un planeta interior, es decir, Mercurio o Venus. Sin embargo, la aparición de las manchas solares depende del estado de actividad del Sol y no siempre alcanzan un tamaño suficiente para ser detectadas a simple vista. Por el contrario, para la vis­ta humana el diámetro aparente de Venus, en ocasión de un tránsito, rebasa el doble del tamaño necesario para poder recono-

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cerlo en la superficie so lar. La dificultad de reconocer algún objeto dentro del dis­

co del Sol, a causa de la gran luminosidad de éste, es atenuada por el hecho de que en el norte de Yucatán el horizonte es tan plano que la baja atmósfera sirve de filtro natural, de modo que permitiría recono­cer a Venus contra el Sol en los momen­tos de una salida o puesta. Debido a su

pequeño diámetro, Mercurio no puede ser detectado a simple vista.

posible que los personajes pintados en el interior de cada Sol representen a Venus. Para probarlo experimentalmente, en la madrugada del 8 de junio de 2004 procu­ramos desde Mayapán observar a simple vista a Venus durante su tránsito por el disco del Sol. Por desgracia, la nubosidad imperante esa mañana lo impidió. No

obstante, ocho años después, el 5 de ju­nio de 2012 hacia las 17:14 horas, Venus entrará en el disco solar y hasta el momen-

Considerada la maestría de los sacerdotes-astrónomos mayas para se­

guir el movimiento aparente del planeta Venus, se podría plantear que

tal vez los mayas habrían calculado el término de su gran ciclo de 5

125 años 013 baktunes para un evento astronómico de tanta trascen­

dencia como el tránsito de Venus por el disco del Sol de 2012.

EL TRÁNSITO DE VENUS

La exploración arqueológica plantea que estos murales fueron plasmados entre 1200 y 1350 d.C. Al revisar el cielo duran ­

te ese periodo, resulta que el 8 de junio de 1275 d .C., durante el ocaso, Venus pene­tró en el disco solar y pudo ser observa­do dentro de un gran disco rojizo ponién­dose en el horizonte. Por consiguiente, es

to de la puesta se podrá observar en su in­terior. Este fenómeno, que podrá admi­

rarse en todo México, se repetirá 105 años y medio después, el 11 de diciembre de 2117.

Considerada la maestría de los sacer­dotes-as trónomos mayas para seguir el movimiento aparente del planeta Venus, se podría plantear que tal vez los mayas habrían calculado el término de su gran

La pintura mural de la Sala de los Frescos de Mayapán es iluminada por rayos solares rasantes en dos

fechas que dividen al año solar en múltiplos de 73 días. Este número de días es un elemento funda­

mental en la estructura del calendario mesoamericano. Los discos solares contienen la representación

de un personaje descendente que puede interpretarse como la deidad venusina.

ciclo de 5 125 años o 13 baktunes para un evento astronómico de tanta trascenden­cia como el tránsito de Venus por el dis­

co del Sol de 2012. Esto implica que si el fin de ese ciclo, de acuerdo con el factor de correlación GMT1 de 584 284, fijado para el 22 de diciembre del 2012, corres­ponde a la fecha de cuenta larga 13.0.0.0.0,

conforme a la presente propuesta se ten­drá que 200 días antes, es decir, 10 uina­fes, el 5 de junio de ese año se igualaría a esta misma fecha de cuenta larga. Así pues, se tendrá un factor de correlación de 584

084 Y la fecha era se remontaría al 24 de enero del año 3114 a.c.

Ciertamente, hay que hacer notar que

a lo largo de las últimas décadas se ha propuesto un número considerable de factores de correlación entre el calenda­rio maya y el occidental actual. Para la fe­cha era relacionada con el próximo trán­sito de Venus en la bóveda celeste n o

parece haber sucedido algún evento pe­

culiar, salvo que al inicio de la madruga­da por el punto oriente surgió la conste­lación del Águila, que marca la gran bifurcación de la Vía Láctea y que de ser identificada con la deidad del cielo lt­

zamná, correspondería a las fauces de un

gran cocodrilo cósmico. Sin embargo, re­sulta sugerente el hecho de que el 10 de marzo de 3114 a.c., durante el ocaso, ocurrió un tránsito de Mercurio por el disco solar. !~~

Jesús Galindo Trejo. Licenciado en física y matemá­ticas por eIIPN. D octor en astrofísica por la Univer­sidad del RLd1r Bochllm, Alemania. Trabaja en el Instituto de Investigaciones Estética5 de la UN,\hl,

donde participa en e! proyccto La Pintura Mural Prehispániea en México. Su investigación se centra en la arcI"eoastronomía de! México prehispánicn. Pertenece íll SN 1.

P ARALEI!RMÁS ...

GALI~lJO TIU:.JU ,J,. "L~\ obsen¡ación celeste en el pens::I­rnknro prehispánicu", ~.LJrqlleoJogía ~\leximntl, vol. VII I, núm. 47, 2001 , rp. 29-15.

GALlNDO TR.hJ 0 .J.. y Cluls[im: ABen, "Maya Obscrvít­rioM of 1.1m Ccnrur)' Transits of Vcnu,?". 00 D.\'« Kunz (c:d.), Transilof Vt'/m.r: Nt'1II Il'ifJIIJ o/ the r;olar Sysrem dlld G'ala.,!y. Proceewngs lAL1. CullU(.lujum No. 196, 2005, pp. 124- 137.

PERALA LOPE, C.A., "J\hyapán. Ciudad-capital del Pos­clásico", en A rqueología Altxict1l1a. vol. VII. núm. 37. 1999, pp. 48-53.

Ruz G.\LLLI'I , ~r. E.,). Galindo Treja)' D. Flores GlIrié­rrez, "¡\layapán: de regiones oscuras y dejdades IU- I minosas. Práctica astronómica en el posrclásico maya", en Be:nriz de la Fuente (ed.), Pintura ",,,ral prfhispál1ica en ,\ léxico, vol. 11 , tomo 1 V, L'NA'\!, J\léXIco,

2001, pp. 265-275.

EL TRÁNSITO DE VENUS POR EL DISCO DEL SOL DE 2012 I 51

Dosier .

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Las profecías mayas de 2 ANTHONY F. A VENI

¿Está escrito el fin del mundo en los mapas celestes mayas?

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1a, En la Estela 25 de Izapa, Chiapas, se reproduce la escena del Popol VUh, libro maya sobre la creación de la humanidad, en que los héroes gemelos se enfrentan al dios 7 Guacamaya, quien tiene forma de ave y quería convertirse en el nuevo Sol, poco antes de la actual creación.

1b. Esta representación hecha en computadora de la bóveda celeste ac­tual muestra a la Vía Láctea alineada de norte a sur. Se dice que quizás este mapa representa el lagarto-árbol que se ve en la Estela 25 de Izapa. DIBUJO TOMAOO DE FRE10El ET AL. MAYA COSMOS, 1993 DIBUJO: JOHN ClARK

¿FIN DEL MUNDO?

El21 de diciembre de 2012 el sistema calendárico maya conoci­do como cuenta larga retornará al cero, para reiniciar su ciclo de 1 872 000 dias (5 125.36 años). Al acercarse la fecha, proliferan en los medios, la prensa, internet y hasta en películas las profe­cías asociadas al fin del mayor ciclo temporal de los mayas. Un profeta anuncia: "hay un agujero negro en el centro de nuestra galaxia"; atrae energía, materia y tiempo, al abrirse por primera vez en 26 000 años romperá el equilibrio del sistema solar debi­do a una singular alineación del Sol con el plano de la Vía Lác­tea . En 2012, las colosales erupciones de la superficie solar al­canzarán su punto máximo, lanzando hacia la Tierra una cantidad extraordinaria de parúculas. Se modificará el eje magnético de nuestro planeta y las consecuencias serán nefastas; la inusitada cantidad de desastres naturales que hemos atestiguado última­mente están relacionados con tales circunstancias. Los profetas que anuncian lo que ocurrirá en 2012 afirman que los mayas pre­dijeron el cataclismo hace siglos.

52 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

No todos son tan pesimistas, algunos visionarios opinan que nos espera un despertar radiante, previsto cósmicamente, y que una nueva y clara conciencia colectiva nos permitirá resolver los problemas más apremiantes del planeta. Otro sabio apunta: el solsticio de invierno "se mueve lentamente hacia el corazón de la galaxia"; el21 de diciembre de 2012 se transformará el mundo al atravesar el Solla "gran grieta", fragmento de la Vía Láctea que los mayas consideraban "la matriz de la creación". Será entonces cuando nos "conectaremos nuevamente con nuestro corazón cós­mico", escribe un tercero. Alegan que todo lo anterior está vincu­lado con cálculos astronómicos mayas.

Se supone que monumentos como la Estela 25 de Izapa, Chia­pas, sitio periférico maya del Preclásico (400 a.e. aproximadamen­te), son mapas celestes de la alineación galáctica presenciada por los antiguos mayas, y que fueron erigidos para conmemorar el si­guiente ciclo de la creación, previsto por los astrónomos mayas con dos mil años de anticipación. Esta interpretación supone que la Vía Láctea fue considerada por los mayas un árbol cósmico, se­mejante al que vemos en la Estela 25 (fig. la) .

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e'2012 ¿Predijeron los profetas mayas el fin del mundo en 2012? Sin dejarnos

llevar por el tremendismo, al examinar los datos científicos y culturales,

las predicciones de un cataclismo fechado resultan muy dudosas.

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1c. La escena de la creación de la humanidad se ve en esta figura, dibujada en un vaso de cerámica, de uno de los héroes gemelos, quien, con una cerbatana dis­para al dios 7 Guacamaya, quien está parado en la copa de un árbol. Al pie del árbol está la representación de la constelación de Escorpión. La disposición de estos personajes en la escena recuerda el arreglo de las constelaciones en el mapa de la bóveda celeste; en el mapa, la Osa Mayor sustituye al dios 7 Guacamaya. DIBUJO' Cé.SAR FERNÁNOEZ I RAlees

UNA CRÍTICA ASTRONÓMICi\

Tan sombrías predicciones pueden tcfutarse seriamente median­te argumentos científicos y culturales. En primer lugar, desde el punto de vista astronómico, hay poca evidencia de que los anti­guos mayas consideraran importante la Vía Láctea. Cuando se re­fieren a eJJa la perciben como un sendero. Considerarla como un árbol , a pesar de cuanto se diga, aparece solamente en la etnogra­fía contemporánea.

En segundo lugar, cualquier persona que se tome el trabajo de ver el cielo nocturno descubrirá que la Vía Láctea es una banda ancha, luminosa y lejana que envuelve a la Tierra; poco se parece a su representación en los mapas computarizados que con dema­siada frecuencia usan los profetas contemporáneos para especu­lar sobre lo que contemplaban en el cielo los antiguos sabios ma­yas (figs. lb-le) . Es realmente muy difícil definir el plano galáctico, inclusive cuando el Sol no está alineado a él; no hay ma­nera de predecir exactamente un alineamiento solar-galáctico con más de 300 años de anticipación.

En tercer lugar, los astrónomos mayas debieron conocer la precisión de los equinoccios y el lento giro del eje terrestre en­tre las estrell as para pt'edccir tal alineación. E ste ciclo, descrito por primera vez en 128 a.e. por el astrónomo griego Hiparchus, es el que determina el movimiento de los puntos que marcan las estaciones en las constelaciones del zod iaco en un lapso de 26000 años. Dado que los as trónomos mayas tuvieron un zo­diaco, bien pudieron haber notado una lenta desviación entre el ciclo solar)' el estelar, pero no hay evidencia confiable que de­muestre que lo tomaran en cuenta.

En cuarto lugar, el singular alineamiento norte-sur de la Vía Láctea, el cual se cree que está representado en la Estela 25, ocurre cada año y no solamente al inicio de una nueva crea­ción. Lo más importante es que, conceptualmente, los mayas no usaban los mapas como representaciones, a diferencia de lo que sucede actualmente. Para terminar, diremos que no hay evidencia de que los mayas conocieran o concedieran impor­tancia a las explosiones solares, las manchas del Sol o los cam­

pos magnéticos.

LAS PROFECIAS MAYAS DE 2012 / 53

Dosier .

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Todas las inscripciones de la cuenta larga fun­

cionan conforme a un sistema basado en el

20; es decir, cada serie de números que for­

man una fecha contiene 20 veces la cantidad

anterior. El tercer lugar de e~m cun:guría es la

excepción: el tun contiene 18 veces 20, 360,

Y no 20 veces 20 o 400 días, p[()bablemenn:

porque 360 es una aproximación más exacta

al año solar que 400 (en sus cuentas comer­

ciales los mayas usaron el 400 cuando conta-

uinal 20 kines

o: 1día kin

tun 18 uinales

(360 días) (1 año)

LA CUENTA LARGA

ban cosas, como semillas de cacao). Los con­

tadores de días más hábiles extendían el ciclo

multiplicando por 20 cada categoría sucesiva.

Así, 20 tUlleS formaban un katúl7; 20 kattll7es,

un baktlÍn. Los cidos de tiempo mayas suden

compararse con el marcador de kilómetros

de un automóvil, donde en vez de computar­

se la distancia, se marca el tiempo y cada día,

en una sucesión interminable. Esta compara­

ción puede ser engañosa, ya que no existe evi-

katún 20 tunes (7200 días)

(20 años)

baktún 20 katunes (144 000 días)

(400 años)

11 de agosto , 3114 a.c.---:

inicio de la cuenta larga

(2880000 días) (8000 años)

21 de diciembre 2012 d.C.

fin del baktún 13 ,

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dencia alguna de que hayan tenido ni apara­

ros ni instrumentos para anotar los ciclos

temporales. Hay otra diferencia fundamental

entre un automóvil y el universo temporal ele

los mayas: cuando el medidor termina, seña­

lando el fin del ciclo de tiempo maya más lar­

go, los 13 baktlllles, el mundo comienza de

nuevo; a diferencia de un automóvil, que so­

lamente envejece y se convierte, a cada kiló­

metro, en chatarra.

kaLabtún 20 piktunes

(57600000 días) (160000 años)

kinchiltún 20 kalabtunes

(1 152 000 000 d ías) (3 200 000 años)

14 katún

uinal

Cuenta larga en la Estela A de Copán , Honduras.

Los ciclos de la cuenta larga maya. DIBUJO; LlNOASCHElE

54/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

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Somos una sociedad materialista, de algún modo perpleja ante

el futuro que nos ofrece una ciencia empírica y racional. Tal vez

por esto las explicaciones escapistas y místicas de un fin del

tiempo galáctico del ciclo maya, preñado de cálculos m atemáti­

cos precisos y de detalles cósmicos (disfrazado siempre como

ciencia), resultan tan atractivas para la cultura de masas.

Golfo de México

CAMPECHE

BASCa

Tortugueror

punzón de aut~sacri ficio hechu con la cola de una mantarrnya

insc ripción glífica

2. Waxaak Lahun Ubah Kawiil , señor de Copán, ataviado con traje real y a punto de hacer un autosacrificio de sangre con un punzón hecho con la cola de una mantarraya . En la parte superior de este monumento se ve la mon­taña Guacamaya, lugar de los ancestros, cubierta de nubes. La inscripción glifica avala que el autosacrificio está vinculado al kalún apenas terminado. A diferencia de los jeroglificos que aparecen en los códices, relacionados sobre todo con artes adivinatorias, las inscripciones labradas de los monu­mentos en piedra, colocados en lugares muy visibles de los sitios mayas,

exaltan generalmente a los gobernantes y sus hechos, y a su linaje. Estela B. Copán , Honduras. DIBUJD . TOMADDDE VOllE MAERE, 1997

CIfIAPAS ~ ,.----

, / Quirig-yá

_~ GUATEMALA (' HONDURAS

~a Cavan

EVIDENCIA PROCEDENTE DE INSCRl PClONES EN ,\IONUMENTOS y CÓDICES

Cualquiera que esté familiarizado con los antiguos mayas sabe de su obsesión por un complejo cómputo del tiempo. Al examinar sus códices narue duda de la capacidad de los antiguos astróno­mos, que predecían con exactitud acontecirruentos celestes como los ciclos de Venus y Marte. Por eso resulta fácil que sus defenso­res les atribuyan la capacidad de atisbar un futuro muy rustante. ¿Pero qué nos ruce en realidad el registro cultural sobre la natura­leza de los calendarios mayas o de sus ideas acerca de la creación?

A principios del periodo Clásico (200 d.C.), los mayas domi­naban la agricultura, habían desarrollado estados, comenzado a construir grandes ciudades y a erigir construcciones monumen­tales de gran complejidad. Estaban a punto de establecer una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo. Apenas unos cuan­tos centenares de años antes, los rurigentes mayas habían hecho una moruficación fundamental de su calendario: la cuenta larga, un sistema que incluía una especie de "monumento", formado por la acumulación de varios ciclos, que permitió vincular el ori ­gen de la cultura maya con el tiempo de la creación misma, ha­ciéndola contemporánea de los primeros ruases creadores.

Los textos inscritos en estelas de piedra que se observan en lu­gares muy visibles de los sitios mayas, suelen comenzar con una fech a de la cuenta larga. Los textos jeroglíficos gue los siguen muestran que los marcadores temporales fueron una manera de hacer propaganda poütica y religiosa, Los gobernantes mayas los utilizaban para vincular sucesos mu ndanos -su ascenso al poder, una alianza matrimonial, una victoria o el mero fi n de un cido­con la hi storia de sus predecesores, los dioses creadores del mun­do, La Es tela B de Copán, H onduras, por ejemplo, es el monu­mento del fin de un kafún. La cuenta larga de la estela le daba al gobernante el poder de proclamar la extraorrunaria longevidad de su linaje en términos concretos, al hacerla partir del principio de los tiempos. Los mensajes de las inscripciones monumentales apuntan hacia el pasado, no hacia el futuro (fig. 2).

¿Qué nos dice el registro maya acerca del último ciclo de crea­ción? E l dia inicial de la cuenta larga actual coincide con el 11 de

LAS PROFECIAS MAYAS DE 2012 / 55

Dosier .

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agosto de 3114 a.c. de nuestro calendario. Al adelantarnos 13 bak­

tunes llegamos a la fecha inicial del siguiente ciclo: 21 de diciem­bre de 2012. Ahora bien, el11 de agosto cae cerca de uno de los

dos cursos del Sol, justamente sobre las latitudes mayas, donde probablemente se inició la cuenta larga. Se sabe, además, que el paso cerutal del Sol fue importante en el mundo maya . El 21 de diciembre ocurre el solsticio de invierno (el Sol "se detiene") y marca el día que el Sol llega a su posición más al sur en el cielo; por lo tanto, es razonable suponer que los inicios de los ciclos de la cuema larga fueran asociados intencionalmente a posiciones significativas del ciclo anual del Sol.

Esto es válido para todas las fechas esracionales. ¿Porqué 3114 a.c.? Si consideramos la manera en que las fechas cero se establecieron en calendarios de otras partes del mundo, veremos que esta elec­ción fue posiblemente una réplica ya sea de un acontecimiento re­ciente en la historia maya, o bien una fecha cultural o histórica­mente significativa por sí misma (la presunta fecha del nacimiento de Cristo, por ejemplo, marca el día cero en el calen­dario cristiano). Entre las fechas que pueden asociarse a esa répli­ca arbitraria se encuentra 7.6.0.0.0 (236 a.c.). Por una parte, esta fecha corresponde más o menos al tiempo de las inscripciones más tempranas de la cuenta larga; por otra, contiene un conjun­to completo de katunes, y, finalmeme, señala otros ciclos tempo­rales empleados por los mayas que pueden asociarse o equivaler a la fecha 3114 a.c. Sin embargo, no hay nada especial respecto a la posición de la Vía Láctea o el zodiaco en esa fecha; en el cielo de aquel día cero no ocurrió nada significativo.

A pesar de que los mayas creyeron en creaciones sucesivas y cíclicas, cuando comparamos los datos de los códices, la única re­ferencia a lo que aconteció al fin del ciclo anterior se encuentra en la última página del Códice de Dresde (fig. 3).

Las inscripciones no dicen casi nada respecto a acontecimien­tos en los finales de los ciclos anteriores. En la Estela C de Qui­riguá, Guatemala, aparecen textos jeroglíficos que se refieren al descenso de las deidades después de la fecha 13.0.0.0.0 (relacio­nadas con el gobernante vigente, por supuesto), las cuales crean el primer fogón colocando tres piedras (fig. 5). Respecto al año 2012, en el Monumento 6 de Tortuguero, Tabasco, se dice cuán­do terminará el ciclo actual y lo que sucederá después: el descen­so de un ser sobrenatural; pero justo cuando la historia comien­za a ponerse interesante, el texto está erosionado (fig. 4).

BUSCANDO I.A VERDAD DE LAS PROFECÍ1\S MAYAS

¿Estamos hablando de historia o se trata de una metáfora? ¿Real­mente anuncian estos textos mayas un cataclismo generalizado? O bien, ¿su intención es servir como marco para la transmisión cultural de ritos tradicionales de renovación que tienen lugar al cambio de todos los ciclos temporales (por ejemplo, la aparición de Venus como estrella matutina o el fin de la rueda calendárica de 52 años, en la que se combina el año solar con el calendario ritual de 260 días)? Piénsese en nuestras conmemoraciones de año nue­vo: celebramos el fin de nuestro ciclo anual-frecuentemente con grandes excesos- cuando suenan las campanadas a medianoche. Hacemos entonces actos mundanos de penitencia - los propósi-

56/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

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3. Esta terrible escena muestra el fin del mundo por un diluvio. Un lagarto

celeste vomita agua, que también brota de los jeroglíficos del Sol y la Luna

que se ven en el fragmentado cuerpo del animal. El agua también sale de

una vasija que sostiene una deidad femenina vieja, que aparece suspendi­

da a la mitad de la escena . Abajo , una deidad masculina porta flechas y una lanza. Esta imagen está acompañada con glosas (textos) agregadas en tiem­

pos coloniales tempranos que relatan la historia del diluvio. Códice de Dres­de. p. 74. REPROGRAFIA: MARCO ANTONIO PACHECO I RAleES

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Tal vez la única manera de volver a entender el mundo caótico de hoy

consista en descubrir los conocimientos perdidos y ponerlos en prác­

tica, Y es así como idealizamos a los mayas. Sin embargo, las lecciones

históricas y logros de los mayas - y de otras culturas antiguas comple­

jas- tienen un atractivo intrínseco; ¿por qué vestirlas entonces con

atuendos occidentales?

4. En el Monumento 6 de Tortuguero, Tabasco, está escrita la fecha 2012, cuando terminará el ciclo actual según la cuenta larga maya, y lo que su­

cederá entonces: descenderá una entidad divina, pero, desafortunada­mente, porque el texto esta erosionado en esa parte del monumento, no es posible la continuación de la lectura. FOTO' MARCO ANTONIOPACHECO / RAlcES

tos de año nuevo- para puri­ficarnos a la siguiente maña­na y emprender un futuro más próspero. La mayor par­te de los pueblos relaciona­dos con la cultura maya ven las profecías de fin de ciclo como lecciones para resta­blecer un equilibrio en el mundo, renovando su reci­procidad con los dioses, ofre­ciéndoles pagos a cambio de buenas cosechas. No en bal-de admiramos a los mayas: ¡realmente son partícipes de su cosmogonía!

Nuestro mundo, en cam­bio, está inmerso en la tecno­logía. Somos una sociedad materialista, de algún modo

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5. Fecha de aeadón de una era (13.0.0.0.0. 4 ajaw. 8 kumk'u). Detalle de la Estela C. Quiriguá, Guatemala. DIBUJO LlNDÁSCH' "

perpleja ante el futuro que nos ofrece una ciencia empírica y racio­naL Tal vez por esto las explicaciones escapisras y místicas de un fin de! tiempo galáctico de! ciclo maya, preñado de cálculos matemáti­cos precisos y de detalles cósmicos (disfrazado siempre como cien­cia), resultan tan atractivas para la cultura de masas. En tiempos de miedo y angustia, atribuimos un conocimiento más profundo a nues­tros ancestros o a los ancestros de otros pueblos, un conocimiento llegado de muy lejos, oculto por la arena de los tiempos. Tal vez la única manera de volver a entender e! mundo caótico de hoy consis­ta en descubrir los conocimientos perdidos y ponerlos en práctica. y es así como idealizamos a los mayas. Sin embargo, las lecciones históricas y logros de los mayas - y de otras culturas antiguas com­plejas- tienen un atractivo intrínseco; ¿por qué vestirlas entonces con atuendos occidentales? @.~

Traducción: Elisa Ramircz

Anthonr Avern. Profesor Russell Colgare distinguido de astronomía, antropología y es rudios nativos de la Universidad de Colgate. E ntre sus libros se cuentan L<J! observadores del cielo en ei México antiguo y Astronomía en la All/érica Ilativa; el último lleva por tírulo Tbe End of Ti",e: Tbe Mo;'a M)'Stery of 2012.

P ARA LEER MÁS

AVENI, Amhon)', The Alaya Myslery of 2012 al/d Olher EI/ds of Time, Universidad de Colorado, Boulder, 2009,

_ _ , "Apocal)'pse Soon? Wha, ,he Maya Calendar Really Tells Us Abou, 2012 and the End of Time", en Archae%gi', noviembre-diciembre de 2009, pp. 30-35.

COE, Michael, Breakil/g Ihe Mqya Code, Thames and Hudson, N ueva York, 1992.

LAS PROFEC[AS MAYAS DE 2012 / 57

Dosier .

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El antiguo futuro del k 'atun Historia y profecía

en un espacio circular ERIK VELÁSQUEZ GARCIA

Para los mayas prehispánicos y coloniales el futuro estaba escrito en el pasado. Por ello, para

afrontar el incierto devenir, fijaron su atención en los acontecimientos históricos. Como

estos últimos les eran conocidos y visibles, les quedaban adelante, mientras que el futuro,

al no poderse ver, les quedaba detrás. Semejante manera de encarar el destino estaba enmar­

cada en una concepción circular del tiempo y del espacio.

1. El héroe cultural Ajaw Foliado -quien, según los textos jeroglíficos, vivió al menos 295 años- y un señor de nombre Mo' erigen en el interior de una cueva, representada por un portal cuadrifolio , una es­tela amarrada junto a un altar de piedra. Este ritual, llamado k'altuun, "atadura de piedra", ocurrió el20 de octubre de 376 d.C. Cráneo labrado de pecarí. Tumba 1, Copán, Honduras. DIBUJO: BARBARA w. FASH

58 / ARQUEOLOGfA MEXICANA

U no de ~os ciclos calendári­cos mas Importantes para los mayas fue el de los k 'atunes, término que se

registra en los textos coloniales de Yu­catán. Cada k 'atun consta de 20 años de 360 días, lo que suma un total de 19.71 años solares. Durante el periodo Clásico (250-900 d.C.) dicho lapso re­cibía el nombre de winikhaab', término que significa "veinte años". Los mayas solían celebrar la terminación de esos ciclos mediante complejos ritos que incluían la erección de estelas y otros monumentos, mismos que eran ama­rrados con sogas para ponerlos de pie (fig. 1). Esos actos recibían el nombre de k 'altuun, "atadura de piedra", térmi­no del cual, según David S. Stuart, de­rivó el sustantivo yucateco k 'atun (o más correctamente, k'atuun).

Cada k 'atun recibía el nombre del día del calendario de 260 días con el que terminaba, que siempre era una fecha qjaw, aunque por razones aritméticas su coeficiente numérico iba retroce­diendo de dos en dos. Así, por ejem­plo, el k'atun 8 qja2V (672-692 d.C.) fue seguido por el 6 aja2v (692-711 d.C.) y

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ésteasuvezporel4q¡aw(711-731 d.C.), etc. Desde mediados del Clásico Tem­prano (250-600 d.C.) los mayas ya so­lían usar ese sistema de fechamiento en sitios como Caracol (fig. 3), Naranjo, Río Azul, Tikal y Toniná, pero sola­mente comenzó a sustituir a la cuenta larga en el noroeste de la península de Yucatán a partir de 633 d.C. (fig. 2). Dicha forma de fechamiento constaba de 13 k 'atunes (7 200 días x 13), que en conjunto sumaban un perio do de aproximadamente 256 años solares. Hoy conocemos ese sistema como la cuenta corta o rueda de k'atunes, mis­ma que también implicaba la fragmen­tación del espacio geográfico en 13 seg­mentos, ya que se creía que cada k'atun

ocupaba un lugar en el territorio. El testimonio más temprano de se­

mejante unión entre tiempo y espacio se encuentra posiblemente en el mo­numento circular número 3 de Altar de los Reyes (fig. 4), que registra la exis­tencia de 13 señoríos o tronos, en los que los mayas del año 800 d .C. creían que se dividia su geografía re­gional. Semejante concepción tuvie­ron los mayas yucatecos del Posclási­co, pues diversas esculturas de tortugas con 13 jeroglíficos q}aJIJ grabados en el caparazón han sido encontradas en Mayapán (fig. 5), Santa Rita Corozal y Tulum. E l caparazón discoidal de los quelonios simbolizaba para los ma­yas la superficie de la tierra que flota sobre las aguas del océano, concepto que se encuentra implícito en el sus­tantivo peten, "comarca, isla, provincia" o "región", palabra que deriva del ad­jetivo pet, "circular" o "redondo".

Golfo de México

SIMBOLOGIA

• Uso SlMULTÁNEO DE

LA CUENTA CORTA

y LA CUENTA LARGA

• Toniná

CHIAPAS

Mar Caribe

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2. La cuenta corta sustituyó a la cuenta larga en algunos sitios después de 633 d.C.

4. En el monumento circular número 3 de Altar de los Reyes, Campeche, hay una lista de glifos em­blemas de trece señoríos que los mayas de fina­les del siglo VIII pudieron haber considerado como las divisiones territoriales ycronológicas en las que estaba organizado su mundo. En la parte superior de este altar se encuentra la frase k 'uhu/ kab ', uhx/aju 'n kab ', "tierras sagradas, trece tierras". DIBUJO: NIKOLAI GRUBE. TOMADO DE NALCA, 2004

3. Los gobernantes de Caracol , Belice y Toniná, Chiapas, erigieron altares grabados con fechas ajaw, que conmemoraban el fin de k'atunes espe­cíficos, como el que se ve, que corresponde al k'atun 2 ajaw (475-495 d.C.). Altar 4. Caracol, Belice. DIBUJO TOMADO DE BEETZ y SATTERTHWAITE. 1981

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k'I/IIlII kab', I/lIxlajl/ 'lI kab', "tierras sagradas, trece tierras"

5. Tortuga de piedra con 13 logogramas ajaw grabados sobre el ca­parazón . Representa la superficie del mundo, que flota sobre las aguas del océano, y a la rueda de k 'atunes. Representaciones del universo a escala , como ésta, donde confluyen tiempo y espacio, son llamadas cosmogramas. Estructura Q-244b. Mayapán, Yucatán . DIBUJO: KARLA. TAUBE , TOMADO DE TAUBE, 1988

EL ANTIGUO FUTURO DEL K'ATUN / 59

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6. La rueda de k 'atunes recopilada por fray Die­

go de Landa (ca. 1566 d.C.) es una representa­ción cosmográfica de la cuenta corta, en maya

wasak 'lom k 'a tuun (retorno de los k'atunes) o uk'ahlayk'atuuno 'ob '(la memoria de los k'atunes). Cada uno de los 13 círculos acompañados por

números romanos es un logograma ajaw, día en el que concluían los k'atunes o edades. El nume­

ral que acompaña los glifos disminuye de dos en dos, leyendo en el mismo sentido que las mane­

cillas del reloj, hasta que se completa un ciclo de

256 años o 20 k 'atunes. DIBUJO: TOMADO DE FRAY DIEGO DE LANDA

LA RUED A D E K'ATUNES

La segmentación del espacio en 13 uni­dades calendáricas era un andamiaje donde confluían el pasado)' el futuro, ya que a través del registro de los acon­tecimientos históricos los mayas trata­ban de pronos ticar los sucesos del ma­ñana cuando acontecieran en un k 'atun del mismo nombre. De este modo se esperaba, por ejemplo, que los fenó­menos acaecidos en un k 'atun 9 qjaJv (790-810 d.C.) se repitieran aproxima­damente 256 años después, cuando re­tornaría el k 'atun 9 ajaJv (1047-1066 d.C.). Era, pues, un método de profe­tizar que se basaba en el registro de la historia, no para someterse al destino inexorable de modo fatalista, sino para tratar de modificar favorablemente el porvenir mediante ritos propicia torios. Así lo señaló fray Diego de Landa,

60/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

7. La rueda de los k'atunes del Chilam Balam de Chumayel consta de cinco circulas concéntricos. El más pequeño está en blanco y lo envuelve un

segundo, que tiene 13 números arábigos corres­

pondientes a cada k'atun. En el tercer círculo es­

tán los nombres de cada k'atun escritos en maya,

pero con caracteres latinos. El cuarto circulo está integrado por 13 logogramas ajaw. En el quinto

círculo se mencionan las poblaciones de Yuca­

tán en quese veneraba acada unode los k'atunes. Chilam Balam de Chumayel, p. 72. FOTO TOMADA DE EDMONSON 19l!e

quien hacia 1566 explicó)' dibujó una rueda de k'atufles (fig. 6): "llámanles a estos en su lengua ka/unes, y con ellos tenían, a maravilla, cuenta de sus eda­des [ ... ] Quien esta cuenta de los katu­nes ordenó [ ... ] debía ser buen idólatra porque con estos sus katunesañadió to­dos los principales engaños y agüeros y embaucamientos con que esta gente andaba". Muchos años después, hacia 1697, en ocasión de su viaje misione­ro a Tayasal, última ciudad maya inde­pendiente, fray Andrés de Avendaño y Loyola confirmaba la naturaleza histo­riográfica, predictiva y geográfica de la rueda de k 'atul7Cs: "son las edades en número de trece; cada una con su ído­lo distinto, y su sacerdote, con distinta profecía, de sucesos; estas trece edades están repartidas en trece partes que di­viden a este reino de Yucatán, y cada edad con su ídolo, sacerdote, )' profe-

8. La rueda de k'atunes del Chilam Balam de Kaua tiene cuatro círculos concéntricos. En el primero

se ve la rosa de los vientos. En el segundo están escritos en castellano los nombres de los

k 'atunes: 13 rey, 11 rey, etc. , en virtud de que la

palabra ajaw significa "rey". En el tercer círculo

hay 13 cabezas con cabello desaliñado que ha­

cen las veces de logogramas ajaw. En el cuarto círculo están los nombres de los 20 días del ca­

lendario adivinatorio, característica que compar­

te con el almanaque cosmográfico de las pági­

nas 75 y 76 del Códice de Madrid. Chilam Balam de Kaua , p. 10. DIBUJO TOMADO DE R BR1CKER Y MIRAM , 2002

cía reina en una de estas trece partes de esta tierra según lo tienen repartido".

Los datos más explícitos proceden, si n embargo, de los libros de ChtlaJJl Ba­lam, manuscritos mayas del siglo XVIll

yen los que se enlistan 13 nombres de ciudades como los asientos rituales de cada uno de los k 'atunes, entre ellos Ichcaanziho o Tihoo (Mérida), Cobá, Cozumel, Chichén Itzá, Izamal, Maya­pán y Zací (Valladolid). Una rueda de k 'atunes procede precisamente del Cbi­lam Balam deCbumqyel(fig. 7), que cons­ta de cinco circulas concéntricos con 13logogramas ajCllv en el penúltimo de ellos, Mientras que los numerales se ubican en las ruedas interiores, los to­pónimos aparecen en los comentarios que irradian de cada signo f!jaw. Igual­mente significativa es la rueda de k 'atunes que aparece en el CbilaJJl Balam de Kaua (fig. 8), cuyos 13 jeroglíficos

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9. El compás de viento que aparece en el Chilam Ba/am de Kaua está inspirado en la representa­ción de ese instrumento que aparece en la obra Cronología y reportorio de la razón de los tiem­pos de Rodrigo de Zamorano (1585). y pudo ha­ber inspirado los dibujos de los logogramas ajaw de la rueda de k'atunes que se ve en este Chilam Ba/am. Los ángeles de los vientos están alados y se ubican en las direcciones cardinales. En un famoso mito del Chilam Balam de Chumaye/los k'atunes se identifican con ángeles cristianos y dioses de los vientos mayas (kanjee/). Quizás por ello en ei'siglo XIX la frase kanjeel ik', "kanjeeles del viento", adquirió la acepción de "brújula ". Chi­lam Balam de Kaua, p. 127. DIBUJO: TOMADO DE BRICKER y MIRAM , 2002

aja)}) se proyectan desde un círculo cen­tral marcado por la rosa de los vientos y glosado con la palabra "mundo". Como ha mostrado Alessandra Russo, estos mapas indígenas fueron comu­nes durante el periodo virreinal y res­ponden a una cartografía dinámica es­trech am en te relacio nada con el tiempo, pero basada en un modelo discoidal de la tierra cuyas paredes están rodeadas por agua. Su nombre maya era justa­mente pepel IZ'íib'¡I, "pintura circular". Más aún, las cabelleras largas y desali­ñadas de la rueda del Kaua se asemejan a las de los 12 ángeles de los vientos que se encuentran en el mismo docu­mento (fig. 9) , cuyo modelo europeo, según Helga-Maria Miram y Victoria R. Bricker, lo constituyen los compa­ses de viento que aparecen en los al­manaques y lunarios españoles, cono­cidos como reportorios de los tiempos.

LOS K'ATUNESEN PROYECCIÓN ZOOMORFA

Un elocuente testimonio de la con­cepción circular del tiempo y de! es­pacio lo constituye e! "Mapa de Yuca­tán" que aparece en e! Cbilam BalaJ71 de CbuJ7Iayel (fig. 10) . El texto maya que acompaña a esta figura explica que Yucatán fue fundado primero en el

cielo, por medio de una cuenta de 13 k 'atunes (tiempo y espacio son equiva­lentes). Pero luego de esta prefigura­ción celes te, la tierra fue creada en for­ma de tortuga. Se describe a Maní, sede de la famosa familia Xiu, como el "tronco, pie, raíz, causa, principio, origen" o "cimiento" del país, gracias a que los Xiu se sometieron volunta­riamente a los españoles en 1541 y fue-

La segmentación del espacio en 13 unidades calendáricas era un

andamiaje donde confluían el pasado y el futuro, ya que a través

del registro de los acontecimientos históricos los mayas trataban

de pronosticar los sucesos del mañana cuando acontecieran en un

k'atun del mismo nombre.

10. En este mapa del Chilam Balam de Chumayel, Mérida o Tihoó aparece en el centro del mundo, Cam­peche y Maní se ubican en el suroeste, Calkiní y Cumkal en el noroeste, Valladolid o Zací en el sureste e Izamal en el noreste. El poniente se ubica en la parte superior, tal como se ve en otros cosmogramas

mayas, como el de las páginas 75 y 76 del Códice de Madrid. Chilam Balam de Chumayel, p. 67. FOTO TOMADA DE EOMONSON. 1986

EL ANTIGUO FUTURO DEL K'ATUN / 6 1

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ron un instrumento útil para la pro­pagación del cristianismo en Yucatán. De manera que en este mapa hay un trasfondo político. Por otra parte, se dice que Campeche es la punta de la aleta de la tortuga; así, Calkiní es la base de la misma, lzamal su parte me­dia , Valladolid la punta de otra aleta, Cumkalla cabeza y, en medio, se en­cuentra Mérida.

Más sorprendente aún es el llama­do "E scudo de Armas de Yucatán", que se encuentra en el Chilam-Balam de Chumaye/ (fig. 11). No se trata del escudo de armas de la ciudad de Mé­rida, que fue otorgado por el rey Fe­lipe III en 1618, sino de otro mapa de Yucatán que homologa la geogra-

fía con el cuerpo de un animal: la base es Campeche, el corazón Maní y la cabeza Cumkal. La preeminen­cia dada a esta última ciudad obede­ce a que el gobernante indígena de Cehpech (donde se encontraba Cumkal) recibió a los españoles pa­cíficamente durante la conquista. Miram y Bricker observaron que en este presunta escudo de armas un creciente lunar se ubica en medio de la frase u poi peten Cumkal (u pool peten Koonk 'aa~, "la cabeza de la tierra es Cumkal", pues de acuerdo con las concepciones medievales que los mayas asimilaron durante la Colonia, la Luna gobernaba sobre la región cefálica del cuerpo humano.

Para afrontar el porvenir, siempre incierto, los mayas fijaron su

vista en el pasado, cuya realidad les era conocida. El futuro estaba

escrito en los antiguos registros del k 'atun.

11 . En este escudo de armas, Maní e Ichcaanzi­ho (Mérida) están al noroeste, Campeche y Cal­kiní al suroeste, Cumkal en el centro, Iza mal en el oriente y Kin Zazal Xa y Zací (Valladolid) en el sureste. El poniente se ubica en la parte superior de la figura. Chilam Ba/am de Chumayel, p. 25. FOTO. TOMADA DE EDMONSON. 1986

62 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

12. Los 13 logogramas ajaw son también repre­sentaciones de los jala eh wíinik, señores princi­pales, que regían en la península de Yucatán a la llegada de los españoles. En el centro se encuen­tra el eje del cosmos , simbolizado mediante la ya'axehe ' kaab ' o "ceiba del mundo". De acuerdo con antiguas concepciones mayas, de las raíces de ese árbol provenía el linaje de los gobernan­tes. Escudo de k'atunes del pueblo de Maní. DIBUJO TOMADO DE MIRAM Y BRICKER, 1993

Este escudo de armas tiene la mis­ma forma que la rueda de k 'atunes de Maní, publicada en 1688 por fray Die­go Ló¡J'ez Cogolludo (fig. 12). Aquí los jeroglíficos a;CIJIJ, "rey" o "señor", se encuentran personificados en las cabezas de los gobernantes que du­rante el siglo XVl regían sobre las 13 ciudades principales de Yucatán, en tanto que en el centro se ubicaba la ceiba sagrada que, según los mayas, sostenía al cielo. La segmentación del espacio en unidades cronológicas im­plica en esta figura una fuerte carga política e histórica, pero con un po­tencial mántico o profético.

LA MUE RTE REINA SOBRE TODO

Miram y Bricker piensan que esta par­ticular visión sobre el tiempo y el es­pacio pudo ser una proyección terres­tre de las 13 constelaciones que recorrían la banda zodiacal maya en las páginas 23 y 24 del Códice Paris, así como en otras fuentes antiguas. Los indígenas coloniales reforzaron esta visión de los astros como agentes del destino humano, pues reelaboraron el modelo geocéntrico del universo (fig. 13) que copiaron de los reportarios españoles. ¿Y por qué no había de ser así? A fin de cuentas, se creía que tan­to los k 'atunes como los siete planetas de la Europa medieval determinaban el destino.

Bajo estos principios sincréticos, los mayas elaboraron una compleja in­terpretación de su historia colonial (1618-1776 d.C.), donde los señores coronados de cada k 'atun Oogogramas qjaw) se identificaban con los siete pla­netas del mundo grecolatino (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno), así como con sus pie­dras simbólicas y ángeles guardianes. Testimonio de ello es una intrincada narración, que se encuentra en las páginas 48 a 57 del Chi/am Balam de Chumqye/. Pero como en la mente de

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13. Modelo ptolomeico del universo geocéntrico. La aristotélica región sublunar, habitáculo de las es­feras de tierra, agua, viento y fuego, recibe en maya el nombre de yook'ol kaab ', "en el mundo". Los di· versos libros de Chilam 8alam se encuentran plagados de estos conceptos astronómicos europeos, que los mayas asimilaron tras leer los reportorios , como el de Hierónimo de Chaves (1584) o el de Ro­

drigo de Zamorano (1585). Chilam 8alam de Kaua , p. 2. DIBUJO: TOMADO DE BRICKER y MIRAM. 2002

los mayas en el pasado se encuentra escrito el futu ro, todo concluye con una aciaga profecía para el k 'atun 13 ajalV (1519-1539, pero también 1776-1796 d.C.) , en la que el ángel de la muerte sostiene una guadaña yunaga­rrocha (fig. 14). D e acuerdo con la tradición emblemática europea, que los nativos yucatecos asimilaron me­diante los li bros que llegaban de Es­paña, esta muerte segadora del Apo­calipsis usa la guadaña para asesinar a los hombres pobres, mientras que mata a los ricos mediante la gar rocha.

Pero hay algo más. Este ángel de la muerte que siega a los humanos en el fin del mundo se nos presenta de es­paldas. La razón es que delan te de sí tiene el pasado, mientras que en su re-

verso está el fu turo. Según ellingüis­ta Otto Schumann, exis te una palabra toj olabal que p odría describir fiel­mente lo que ocurre en es ta imagen: tza'ani equivale a "futuro", pero lite­ralmente significa " lo que es tá detrás". D e manera que para afrontar el por­venir, siempre incierto, los mayas fi ­jaron su vista en el pasado, cuya reali­dad les era conocida. El futuro estaba escrito en los antiguos regis tros del k 'atun. ~~

Erik Velásquez García. Doctor en historia del arte por la Facultad de Filosofía)' Letras de la UNA,'I, don­de imparte as ignaturas sobre arre prehispánico y epigrafía maya. Investigador del Instituto de Investi­gaciones Estéticas de la UNAN!, especialista en arte y escritura jeroglifica maya. Forma parte del equipo de profesores de los Maya Meetings de la Universidad de Texas, Austin.

14. Esta inquietante imagen, conocida como "La muerte reina sobre todo", es la ilustración final de

"El ritual de los ángeles", una compleja narración cosmogónica del Chilam 8alam de Chumayel. Representa al ángel de la muerte que, de acuer­do con la Biblia , en el fin del mundo juzgará a los hombres; también es la profecía para el k'a!un 13 ajaw. Los mayas agregaron un verso del poeta romano Horacio, que dice: Pallida mors aequo pulsa! pede paumerum tabernas regumque, "la pálida muerte golpea con el mismo pie las caba­ñas de los pobres y los palacios de los reyes". Chilam 8alam de Chumayel, pp. 48-57. FOTO: TOMADA DE EDMONSON. 1986

PARA LEER MÁS ...

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EL ANTIGUO FUTURO DEL K'ATUN / 63

D osier .

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. Dosier

Adivinación y , .

pronost1COS entre

los mayas actuales MICHELA CRAVERI

Durante siglos, a pesar de los 500 años de influencia cultural occidental, los mayas han

mantenido la costumbre de leer su destino en las semillas de colorín y de maíz, de recibir

señales divinas mediante palpitaciones en su propio cuerpo y de descifrar los designios de

los dioses en los días "parlantes" del calendario. Hasta hoy en día, los sacerdotes de los

Altos de Guatemala -gracias a elaboradas técnicas de interpretación- son capaces de per­

cibir la realidad oculta mediante el estudio del tiempo y del calendario sagrado.

64/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

r,L 1 !O;\IBRJ: ). LOS C\LE~D¡\RlOS

Los calendarios no sólo son herramientas de medición de! tiempo, sino tambiénmag­nificos instrumentos de conexión entre e! tiempo cósmico y e! tiempo humano. Son puertas que le permiten al hombre acceder a los misterios de! cosmos y al mismo tiem­po acordar los compases de las actividades humanas a los ritmos de los astros. Éste es también e! caso de los calendarios meso­americanos, que siguen vigentes en muchas comunidades de esta región cultural, ya sea como medición de! tiempo o como venta­na de observación de! mundo.

D e los tres calendarios usados en la épo­ca prehispánica, e! tun de 360 días, e!jaab de 365 días y el tsolk 'iin de 260, los dos pri-

1. Iniciación de un ajq'iij, sacerdote del Sol y del tiempo, de Momostenango, Guatemala . En las manos tiene el bulto de colorines que usa en los rituales de adivinación. FOTO; CANEK ESTRADA PEÑA

meros fueron suplantados casi completa­mente por e! calendario gregoriano y por las festividades marcadas por los santos ca­tólicos. En algunas comunidades del área maya, las actividades rituales se realizan se­gún los augurios positivos o negativos de los días de la semana cristiana. Por ejem­plo, no se pueden curar mujeres embara­zadas ni e! martes ni e! viernes, según la im­plicación negativa de estos días en Europa, ya que "en martes o viernes, ni te cases ni te embarques". Por otro lado, estos días es­pecíficos están dedicados a ciertas ceremo­nias, como la lectura de! huevo o las lim­pias y las sobadas en Yucatán.

El calendario ritual de 260 días, llama­do cho/qiij en k'iche' y tso/k'iin en maya yu­

cateco, "e! orden de los días o de! tiempo", parece haberse olvidado en muchas comu­nidades de México, mientras que represen­ta un instrumento importante de medición y de conocimiento en las tierras altas de Guatemala, en e! área k'iche', ixil, mam, kaqchike! y achi', entre otras (fig. 2) . Cabe

r

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1

e

l,

e

mencionar que en las correspondencias calendáricas entre el sistema mesoameri­cano y el europeo, el ciclo de 260 días ac­tualmente en uso ha experimentado un desplazamiento de unos días respecto a la cuenta del Clásico, por el paso del calen­dario juliano al gregoriano.

Referencias coloniales y trabajos etno­gráficos realizados en el área ixil y k'iche' a partir de los años treinta del siglo xx, ates­tiguan la continuidad de las técnicas tradi­cionales en la consulta del calendario de 260 días para realizar numerosas activida­des privadas y públicas, como bodas, peti­ción de novia, ceremonias de agradeci­miento, siembra, cosecha, adivinación y curación. Durante mi trabajo de campo en el área k'iche', en los Altos de Guatemala, he podido comprobar la vigencia e in1por­tancia de este valioso instrumento crono­lógico, sobre todo en contextos culturales de escaso contacto con el mundo occiden­tal. La conservación de los rituales ances­trales podría haber sido reforzada en los últimos años por los movÍn1Íentos de rei­vindicación étnica o por el contacto con antropólogos que han trabajado en las mis­mas comunidades. Sin embargo, las refe­rencias coloniales y actuales y la difusión capilar del uso del calendario en muchos municipios de Guatemala atestiguan el va­lor intrínseco de estas actividades rituales para la vida de las comunidades y su con­tinuidad en el tiempo.

USO DEL CALENDARlO SAGRADO

E l calendario sagrado consta de 20 signos o nalllales - seres sagrados- (en k'iche': ilJJox, iiq', aq 'ab 'aal, k 'al, kaan, kal1lee, keej, q'ani/, t0o/~ tz'i', b'aatz', ee', aaj, ix, tz'ikin, ajmaq,!lo J, tijaax, kalllOq, ajpuu), combinados con los numerales, de 1 a 13, cuyo total da 260 (fig. 3) . Mientras más alto sea el numeral, más alta es la carga del día. Son variadas las teo­rías que intentan explicar el origen de este ciclo cronológico, posiblemente asociado al número de días de la gestación humana o a fenómenos astronómicos. Lo cierto es que este sistema calendárico ofrece a las co­munidades actuales ciclos ceremoniales de 20 días, de fácil medición y adaptables a las actividades rituales de las familias mayas.

El principio de la interpretación del ca­lendario se basa en la paronomasia (Ted-

MÉXICO

SIMBOLOGfA

~ Z ONA MULTIUNGÜE

D Z ONA DE AVANCE Q 'EQCHI'

III ZoNA BlUNGÜE POQOMGll' -Q'EQCHI

GUATEMALA

2. Las diversas lenguas mayas habladas en cada región se muestran en este mapa lingüístico de Guatemala.

lock, 2000, p. 107), o sea, en la relación de significados sugerida por palabras fonéti­camente parecidas, como podrían ser en español las palabras "son" (sonido) y"son" (del verbo ser). Así, el día b'aatz' expresa una relación entre el hilo del tiempo, el cor­dón umbilical y el mono. En k'iche' colo­nial b'aalz' significaba "mono", mientras que b'atz' significa "hilo" (Schulze jena, 1954, p. 69). La confluencia de significa­dos y la paronomasia por la relación fono­lógica entre los dos términos es muy fre­cuente en las adivinaciones mayas. Así, el signo b'aatz' en el calendario contemporá­neo se interpreta en relación con la Línea generacional, el futuro, los antepasados, el tiempo de la gestación humana, la noche y lo que hace bajar al Sol. En las comunida­des actuales, el día b'aatz' marca e1naci­miento de los adivinos y de los que cono­cen y decodifican los ciclos temporales. Tiene que ver con la capacidad de desen­volver algo. Además, es el día de la música y la danza, posiblemente por la relación con los hermanos mayores del Popol Vuh, transformados en monos y patronos de las artes. En este caso, es posible ver claramen-

te los días del calendario como fisuras o canales que permiten interpretar el presen­te y el futuro y las fuerzas divinas que ri­gen la vida del universo.

EL CALENDARIO Y LA ADIVINACIÓN

Uno de los aspectos más interesantes del calendario sagrado es precisamente su uso como instrumento de adivinación y de co­nocimiento. En muchas comunidades ac­tuales de los Altos de Guatemala, algunos individuos con el cargo de ChHChqqjoJJJ (ma­dres-padres nuestros) o de qjq'ilj (sacerdo­te del Sol y del tiempo) suelen consultar el calendario para establecer las causas que han determinado si tuadones específicas, según un complejo sistema de interpreta­ción metafórica.

Debe apuntarse que para leer las seña­les del destino y las causas de los aconteci­mientos nefastos hay que ser un individuo especial, con el don de decodificar las ma­nifestaciones de lo sagrado, de interpretar los sueños y los signos del calendario. El sacerdote normalmente es un elegido, ya

ADIVINACiÓN Y PRONÓSTICOS ENTRE LOS MAYAS ACTUALES / 65

Dosier _

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que en su dia de nacimiento tiene marca­do su destino (fig. 1) . Puede pertenecer a una familia de sacerdotes, pero también su vocación sele puede manifestar a través de sueños. Si no se sigue el destino preesta­blecido, constantes enfermedades afecta­rán al futuro adivino, hasta llevarlo a acep­tar su cargo. Un entrenamiento de nueve meses (o 260 dias) y una iniciación le con­fieren el estatus de intérprete de las seña­les de los seres sagrados y de portavoz de su voluntad (fig. 4) .

El sacerdote dispone de un bulto sagra­do, llamado baraj, un cuadrado de tela o una bolsita que contiene semillas de colo­rín (o tz'ite', semillas de la planta Erythrina coralloides) en número variable (normal­mente 260), cristales de roca, cuarzos de varias dimensiones, vidrios, a veces frag­mentos de obsidiana de origen prehispá­nico (fig. 5) . El color de la tela depende del dia de nacimiento del adivino.

El uso de las semillas como instrumen­tos de adivinación parece ser muy antiguo.

Para los mayas e121 de diciembre de 2012, el final del bak'tuII 13,

el mundo no llegará a su fin. Esta fecha correspo nde en el calen­

dario sagrado a un día 4 ajplflt (4 aja 11 , en el calendario yucateco).

Es un día para ofrendar a los difuntos y para llegar a una comuni­

cación más profunda con ellos. Es un día muy fuerte, asociado al

Sol. La conexión entre el hombre y sus raíces culturales nunca

lleva a una destrucción del mundo, sIno a una forma más cons­

ciente de vivir en él.

N N OMBRE OMBRE YUCATECO K'ICHE' .-

-1~ í 5 6-\ ---

imix imox 1 8 2 9 3 10 4 12 13 7

ik' iiq ' 2 l 9 3 10 4 11 ~ ~ 12 1 6 13 7 1 8 I --1-- - - I

ak'ba'al aq'ab'aal 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 -

k'an k'al 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 - --

chikchan kaa" 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11

kimi kamce 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12 - - -- -

manik' keej 7 1 8 2 1 9 3 10 4 11 5 12 6 13

lamal q'allil 8 I 2 9 3 10 4 11 5 I 12 6 13 7 1 I

I/luluk tooj 9 3 10 4 11 5 12 6 13 I 7 1 8 2

ok Iz'i'i 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3

c!tuwen b'aatz' 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4

eb' ee' 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 I 11 5

b'en aaj 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5 I 12 6

ix i'x 1 8 2 9 3 10 4 11 1 5 12 6 13 7

men tz 'ikin 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7 1 8

kib' ajmaq 3 10 4 11 5 12 6 13 1 7 1 8 2 9 -

knb'an no'j 4 11 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10

etz'nab' tijaax 5 12 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11

kawak kawoq 6 13 7 1 8 2 9 3 10 4 11 5 12 -

ajaw njpuu 7 1 8 2 9 3 10 \ 4 11 5 12 6 13

3. Combinación de los nombres de los días con los numerales del calendario sagrado de 260 días. En este

calendario se combina un nombre de día con un número del 1 al 13. Cuando se completan 20 días, se

vuelve al día inicial hasta completar otros 13 ciclos de 20 días. Multiplicando 13 por 20, resultan 260 días.

66 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

El Popo! Vuh, que con toda probabilidad recogía una tradición poética prehispáni­ca, atestigua el uso de semillas de colorín y de maíz en la adivinación de Xmukane y Xpyakok, abuela y abuelo de la humani­dad: " 'Tocad los granos de maíz, los gra­nos de colorín , que se haga, que salga de allí si van a ser grabados, si van a ser labra­dos su boca y sus ojos en la madera' -les dijeron a los sacerdotes" (Popol Vith, la tra­ducción del k'iche' es mia) (fig. 6) . Tam­bién algunas fuentes hispánicas coloniales de Guatemala confirman la continuidad en el tiempo de estas adivinaciones calendá­ricas con el uso de semillas.

TÉCNlCAS DE ADlVlNACIÓN

Pero ¿cómo ocurre la adivinación?, ¿cómo hablan las semillas? El qjq'iij abre su bulto sagrado sobre la mesa, ordena los cristales y los cuarzos en una hilera, soba las semillas pidiendo permiso para la adivinación y, pre­cisamente como los dioses creadores del Po­po/l/ ilh, toma un puñado de semillas de co­lorín y lo vierte en la mesa. "Entonces, pues, fue la bajada, la adivinación de lo que fue tocado en el maíz, en el tz'ite'" (Popo! Vuh, la traducción del k'iche' es mia) (figs. 7, 8) .

Las semillas se disponen en grupos de cuatro y en hileras de seis o siete grupos cada una; luego se procede con otra hilera de la misma extensión y así sucesivamen­te, hasta acabar todos los colorines del pu­ñado. El número de las últimas semillas es significativo: si sobra una, el augurio es ne­gativo (puede tratarse de un hechizo); si sobran dos, es positivo; si sobran tres, se acomodan en dos más una. ormalmen­te se procede otras dos o tres veces con la misma técnica, siguiendo la cuenta de los dias en un ciclo continuo (figs. 9, 11) .

Cabe señalar que cada adivino y cada oca­sión ritual determina procedimientos un poco distintos: a veces se colocan dos semi­llas por cada montoncito, como atestiguan Colby y Colby (1986, p. 242); a veces junto a las semillas se esparcen pequeños cuarzos, según el testimonio de Barbara Tedlock (2000, p. 160); a veces las hileras son de cua­tro o cinco grupos. El adivino empieza a contar los dias a partir de la fecha en que se ha manifestado la enfermedad, en que ha habido una revelación en sueños o a partir del dia de la consulta, considerando el nu-

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a

r

meral y el signo (Colby y Colby, 1986, pp. 246-250) .

Si el aclivino quiere conocer las causas de la enfermedad, entonces la primera dis­posición de las semillas empezará el día de la manifestación del malestar; si el último grupo contiene dos semillas, la cura de la enfermedad tendrá éxito; en caso de que sólo quedara una semilla al final, el augu­rio será nefasto y el día marcado por la úl­tima posición revelará la causa. El adivino realizará entonces otra adivinación con el fin de saber el día más propicio para ofren­dar dones a la tierra o a los ancestros, para aplacar la enfermedad. De igual forma, el último día indicará si es posible efectuar una ofrenda en un determinado día. Si en sucesivas lecturas la respuesta sigue sien­do negativa, indicada por el número de se­millas restantes, el oficiante sabrá que el enfermo no tiene mucha esperanza devida (Schultze Jena, 1954, pp. 87-90).

El sistema de lectura de las semillas es muy complejo. Las semillas de las extremi­dades de las hileras son las "parlantes", ya que los días marcados por estas posiciones revelan las respuestas a las interrogantes del adivino (Colby y Colby, 1986, pp. 242-250) (figs . 10,11) . El principio de lectura se basa en la homofonia, o sea en el pare­cido entre palabras de significado clistinto, como señalamos antes. Por ejemplo, si en una adivinación por enfermedad, al con­tar el orden de los días, el día parlante co­rresponcliente al final de la hilera es imox, el pronóstico es locura, por la relación fo­nética con la palabra fIlOOX, "locura, loco, tonto, lo izquierdo, lo que está hecho al re­vés". El día imox indica algo oculto, que afecta sin ser visto, por ejemplo la bruje­ría. Si entre los otros días parlantes apare­ce un día qjp1l1l, la causa se puede atribuir a los ancestros, que no han sido atendidos debidamente. Pero también imoxes un día de bendición y está ligado al agua. Será la habilidad del adivino la que decretará si la enfermedad es una manifestación de lo­cura o si está relacionada con la bendición. La interpretación de cada signo depende del contexto en que se encuentra y de la combinación con los otros signos.

Cabe señalar que la lectura de las semi­llas según la sucesión de los días del calen­dario sagrado parece conservar fielmente una costumbre prehispánica, ya que en los

4. Altar de la ceremonia de iniciación de un ajq'iij en Totonicapán, Guatemala. En cada lado, se ven 20 velas, 20 atoles y 20 panes como ofrendas para los 20 nawales o signos de los días del calendario sa­grado. En segundo plano, detrás de la cruz, están las 5 velas, 5 atoles y 5 panes que son las ofrendas para los 5 rumbos del universo maya (este, oeste, norte, sur y centro). En el centro del altar está colo­cada la parafernalia del nuevo ajq'iij: una cruz, collar y aretes de jade, un sahumador, una bolsa de plás­tico con 260 colorines, pom, velas y otros objetos rituales. Mediante la grabadora (en el extremo infe­

rior izquierdo) se reproduce música de marimba para la ceremonia de iniciación.

5. a) Este bulto sagrado, o baraj, contiene 260 colorines y 20 cristales de roca usados por el ajq 'iij en la adivinación. El color azul de la tela corresponde con el día de nacimiento del ajq 'iij. b) El bulto sagra­

do y su contenido.

6. En esta mesa de adivinación se ven 260 colorines rojos y negros y 20 cristales de roca usados en los rituales de adivinación.

ADIVINACiÓN Y PRONÓSTICOS ENTRE LOS MAYAS ACTUALES / 67

Dosier .

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· Dosier

7. El ajq 'iij vacía el contenido del bulto sagrado en la mesa de adívinación y comienza a disponer de los colorines.

códices de Yucatán el pronóstico se hacía indicando las cargas positivas o negativas de los días gue se sucedían después de un intervalo de tiempo, como si el sacerdo te leyera los días parlantes en las semillas (So­telo, 2000, pp. 153-162). Vemos en el Có­dice de Dresde, por ejemplo, gue la cláusula: "Es el4 qjalIJ, el dios de la muerte es la car­ga de la diosa, es muerte. 15 días después es el 6 men, Yax-Kan es la carga de la dio­sa, es bueno, 33 días después es el 13 lama!,

mtry es la carga de la diosa, es su augurio", parece refl ejar de forma sorprendente las

técnicas actuales de adivinación (fig. 12). La lectura de las semillas se combina

con otras técnicas, como la pulsación de la sangre del enfermo o la vibración de la sangre o del músculo del sacerdote, el cual pide al rayo gue haga hablar a su sangre. Esta costumbre está registrada en muchas comunidades del área maya y es conside­rada un don de los ancestros. E l adivino percibe en la vibración o en las pulsacio­nes de su cuerpo la respuesta a sus inte­rrogantes. La pulsación de la parte izguier­da de su cuerpo es tá relacionada co n pronósticos negativos y con figuras feme­ninas, mientras gue la derecha lo está con pronósticos positivos e individuos mascu­linos. N ormalmente la parte del cuerpo afectada es la pierna o la pantorrilla, gue percibe calambres repentinos, interpreta­dos como señales. Si los togues son per­cibidos mientras se está realizando una lec­tura del calendario, significa gue el dia preciso gue se cuenta en ese momento re­vela una respuesta o gue la interpretación hecha es la correcta (Tedlock, 2000, p.

68 I ARQUEOLOGIA MEXICANA

8. El ajq'iij dispone frente a sí , en un extremo de la mesa de adivinación, 20 cristales que corres­ponden a los 20 nawa/es de los días.

163). La técnica de adivinación a través de la pulsación del cuerpo es tá muy difundi­da y también en este caso parece tener si­glos de antigüedad, ya gue en el Popo! ]/¡"h la diosa madre creadora es definid a como " la abuela, pues, la adivina, creadora en su pierna, Xmukane es su nombre" (la tra­ducción del k' iche' es mía).

Las técnicas de adivinación de las seña­les de los dioses son variadas y complejas

9. El ajq'iij coloca progresívamente los colori­nes en hileras en grupos de 4 , y de izquierda a derecha.

y no se reducen sólo a la consulta del ca­lendario. Se registra en muchas regiones también la lectura del huevo o la observa­ción de agua o cristales. Puede haber ade­

más una comunicación por parte de los dioses, sin gue sean interpelados directa­mente: se trata del envío de mensajes en sueños o de señales fas tas o nefastas a tra­vés de animales, gue el adivino debe inter­pretar correctamente.

•••••••••••••••••••• 20 cristales

•• •• •• •• •• •• • • •• •• •• •• •• •• • • 13 tooj 6 tz' ikin

•• •• •• •• •• •• • • •• •• •• •• •• • • •• 131iq'

•• • •• 2 k'al

10. Esquema de la disposición de los colorines en la adivinación representada en las fotos de arriba. El primer día, 13 tooj, señala el punto de partida , el día en que se hizo la adivínación. Las posíciones fi­nales de cada hilera corresponden a los "días parlantes". A partir del día 13 tooj, el ajq'iij contó 6 días, hasta llegar al primer "día parlante", el 6 tz 'ikin , éste indica que se han derramado lágrimas. Contando 7 días más se llega al segundo "día parlante", el 13/iq', que sugiere que ha habido un gran y frenético enojo. El ajq'iij cuenta entonces los días faltantes hasta llegar a la última posición , que corresponde al día 2 k'at, asociado al pago de deudas. La lectura que el adivino dio a esta disposición de los colorines resultó en que el problema consultado fue causado por una deuda contraída y por lágrimas derrama­das en ocasión de un tremendo enojo.

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11 . Adivinación realizada en un día 13 tooj. Cada hilera consta de 7 grupos de 4 colorines. En la úl­tima hilera sobra un colorín: significa que la respuesta es negativa. Los cristales de roca, en núme­ro de 20, están dispuestos en la base de las hileras.

C< )NCLCSlONES

Muchas comunidades mayas de Guatemala usan el antiguo calendario sagrado para in­terpretar acontecimientos significativos para el grupo social. Si los calendarios sola­res prehispánicos han sido sustituidos en parte por el calendario gregoriano, el ciclo sagrado de 260 días sigue teniendo una im­

portancia fundamental en las comunidades

4a1aw 15 dias 6men

actuales. Esto se debe probablemente a la integración de las actividades marcadas por e! ciclo solar en el sistema económico occi­dental y en la asimilación dentro de su me­rución cronológica. Sin embargo, e! tsolk'iin expresa una función fundamental en la afir­mación de la identidad de los mayas contem­poráneos, en la conservación de nexos ver­ticales entre e! individuo, sus ancestros, sus dioses, su pasado, su presente y su futuro.

33 días 13 lamat 4 días 4eb'

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12. Este almanaque del Códice de Dresde consta de 260 días, divididos en 5 secciones de 52 días (15 + 33 + 4). Comienza con un día 4 ajaw, al que se le suman 15 días para llegar a un día 6 men, al que se le suman 33 días para llegar a un día 13lamat, al que se suman 4 días para llegar a un día 4 eb', y así hasta llegar al último día, 13 kib ', al que sumándole 4 nos lleva al día inicial, 4 ajaw. Códice de Dresde, pp. 17-18.

A pesar de que en otras regiones se haya perdido el uso adivinatorio de! calendario sagrado, las técnicas de adivinación con 52 o 13 granos de maíz registradas todavía en Chiapas o en Yucatán, revelan la huella de un ritual calendárico de adivinación más antiguo, hoy olvidado.

El concepto de un sistema calendárico cíclico y la realización de ri tuales de rege­neración del equilibrio inicial implican la idea de un ciclo constante de renovación. Además, la cuenta de los k 'atunes y de los bak 'unes ya perdió su sentido para los ma­yas contemporáneos, toda vez que no hay ninguna evidencia de su uso en la actuali­dad. Todo esto revela muy claramente que para los mayas e!21 de diciembre de 2012, e! final del bak'tun 13, e! mundo no llegará a su fin. Esta fecha corresponde en el ca­lendario sagrado a un día 4 a¡puu (4 ajau) en e! calendario yucateco). Se trata de un sig­no marcado por la fuerza de los ancestros, en el cual se realizan las ceremonias de inauguración de las casas y de conmemo­ración de los antepasados allí representa­dos. Es un día para ofrendar a los difuntos y para llegar a una comunicación más pro­funda con ellos. Es un día muy fuerte, aso­ciado al Sol. La conexión entre el hombre ysus raíces culturales nunca lleva a una des­trucción de! mundo, sino a una forma más consciente de vivir en él. @.~

Quisiera agradecer a Canek Esrrada Peña por compartir conmigo sus conocimientos sobre el calendario k'ichc' )' sobre la carga de los días, en particular del día ill/Ox.

í\Lichela Craveri. Doctora en estudios mesoameri· canos por la UNAM e investigadora del Centro de Estudios l\Iayas de la UNA~ 1. SU campo de estudio es la literatura maya, en particular de la Colonia)' de la actualidad. Ha reali zado inyestigacioncsde campo en Guatemala y en Yucatán sobr~ textos ritllnk, l' su retórica.

PARA I.EER MAs ... I Bl;\ZI:.L. RLlCh. CIJirbimsltlllll/}!.o, / 1 Gua/mm/rml r¡Jlll!.f, Unl -

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ADIVINACiÓN Y PRONÓSTICOS ENTRE LOS MAYAS ACTUALES / 69

Dosier .

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Los e e il os ataviados dela fre da 125 TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLAN

XIMENA CHAvEZ, ALEJANDRA AGUIRRE, ANA MIRAMONTES, E RIKA R OBLES

En la Ofrenda 125 del Templo

Mayor de Tenochtitlan se encon­

traron 27 cuchillos de pedernal

con atributos de dioses, sacerdo­

tes y guerreros. Dos de ellos pre­

sentaban ajuares idénticos a los

atributos iconográficos de los

dioses Ehécatl-Quetzalcóatl y

Xólotl. Por primera vez presen­

tamos estos singulares objetos

ya restaurados, aunque cabe

mencionar que los cuchillos ata­

viados no son exclusivos de esa

ofrenda. La información contex­

tual nos permite proponer que

una gran cantidad de los llama­

dos "cuchillos rostros" recupe­

rados en diversas ofrendas del

edificio eran representaciones

de personajes míticos.

La Ofrenda 125 Estas extraordinarias piezas fueron encontra­das en 2008, durante la séptima temporada de excavación del Proyecto Templo Mayor, INAH,

bajo la dirección de Leonardo López Luján (figs. 1-2). Los trabajos de exploración se de­sarrollan en el predio conocido como el Mayo­razgo de Nava Chávez, ubicado en la intersec-

70/ ARQUEOLOGIA MEXICANA

1. Cuchillo ataviado como Ehécatl-Quetzalcóatl. Ele­mento A489, Ofrenda 125,

Templo Mayor de Tenochtitlan. FOTO BORIS DE SWAN r RAleES

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ción de las calles Argentina y Guatemala. En este sitio se en­cuentran los restos de la plaza oeste y de la escalinata de la pla­taforma correspondiente a la eta­pa VI del Templo Mayor (1486-1502 d.C.) (fig. 3). Recientes investigaciones re­velaron la presencia de una entrada escalo­nada, con forma de pirámide invertida, la cual se localizaba al oeste del monolito de la dio­sa Tlaltecuhtli, escultura encontrada por los integrantes del Programa de Arqueología Urbana en 2006. Este acceso aún se en­cuentra en exploración, pero en su inte­rior se descubrieron siete depósitos ri­tuales, entre los que destaca la Ofrenda 125. Se trata de una caja de sillares de tezontle, donde los sacerdotes deposi­taron el cadáver de un cánido atavia­do, rodeado por 19 cuchillos que pre­sentaban ajuares de diferente calidad y simbolismo (fig. 4) . Estos elementos fueron cubiertos por más de 2 000 or­ganismos marinos y de agua dulce. Sobre ellos fueron colocados 8 cu­chillos más, dos águilas reales Y otros objetos. En esta caja de sólo 50 x 80 x 46 cm se registraron, aproximadamen-te, 3 800 elementos arqueológicos.

AJ destapar este extraordinario depó­sito se localizó un cuchillo rostro con base de copal, el cual presentaba prácti­camente todo su ajuar in situ. Este hallaz­go fue decisivo, pues nos permitió com­prender la naturaleza de estos elementos y así orientar su registro y excavación, entendiéndolos como unidades.

NOMBRE: Cuchillos ataviados como

Ehécatl-Quetzalcóatl

CULTURA: Mexica

PROCEDENCIA: Templo Mayor de Tenochtitlan

(Ofrenda 125) PERIODO: Posclásico Tardío, etapa VI-VII

del Templo Mayor (1486-1520 d.C.)

MATERIAL: Pedernal café, pelo de mono araña ,

oro, piedra verde, obsidiana, cobre,

caracoles y conchas marinas

MEDIDAS: A489: 23 x 12.5 x 3.5 cm;

A750: 31 x 14 x 7.5 cm

LOCALIZACiÓN: Museo del Templo Mayor, INAH

2. Cuchillo ataviado como Ehécatl-Quetzal­cóatl. Elemento A750, Ofrenda 125, Templo Mayor de Tenochtitlan.

FOTO: BORIS DE SWAN f RAleES

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TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLAN

EtapalIl

Etapa IVb- _______________________________ _

I

, , , Etapa IVa -------------------------/--------

I

Etapa VI----

~~.:~ .... I

I I

I I I I

Etapa Vil

\ \

Etapa a

\ \ \ \

lugar donde se localizó a Tlaltecuhtli

.'_ Templo de Huitzilopochtli ...... .....

_________ _____ ______ ______ __ Etapa V

escalinatas del tem plo de Tláloc

escalinatas del templo de Huitzi,lopocht1i

3. En las investigaciones recientes hechas al oeste del lugar en que se encontró a la diosa Tlaltecuhtli, se localizó una entrada escalonada con forma de pi­rámide invertida. En el interior de ésta se descubrieron siete depósitos rituales, entre los que destaca el correspondiente a la Ofrenda 125.

Restauración Esta tarea fue posible gracias al desarrollo de una metodología fundamentada en los princi­pios de la conservación-restauración, los datos argueológicos y el uso de fuentes históricas. El registro de campo fue de vital importancia, pues los dibujos y fotografías sirvieron como base para colocar los objetos en la misma posición

72 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

en la gue fueron encontrados. Esto permitió vi­sualizarlos de manera integral, evaluar el despla­zamiento de algunos ajuares, así como tomar de­cisiones sobre los materiales a emplear en la restauración. Además, para la ubicación final de cada objeto nos apoyamos en las representacio­nes iconográficas de Ehécatl-Quetzalcóatl y XÓ­lotl, con guienes comparten atributos (fig. 5).

si

Page 70: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Estas piezas son dos ejemplos de la vasta riqueza sim­

ból ica de los cu c h illos atav iados de las ofrendas del

Templo Mayor, cuya investigación coadyuvará a com­

prender mejor e l simbolismo de estos depósitos.

restos de cánido cuchillo A750 in silu

sillares de tezontle cuchillo A459 in silu I

4. En una caja formada por sillares de tezontle fue depositada la Ofrenda 125, que consta de 3 800 elementos arqueológicos, entre los que destaca el cadáver adornado de un cánido al que se rodeó con 19 cuchillos ataviados con ornamentos que están vinculados al simbolis­mo de la cosmogonía mexica . En esta ofrenda se localizaron los cuchillos ataviados como

Ehécatl-Quetzalcóatl.

La integración de los diversos objetos se reali­zó en dos fases: la primera implicó su extrac­ción, limpieza y conservación, y la segunda co­rrespondió a su restauración, en la que se reintegraron los ajuares. Los procesos de con­servación-restauración no sólo permitieron en­samblar el conjunto, sino que aportaron sopor­te, estabilidad y duración a cada objeto asociado. Los materiales empleados, como los adhesivos, los textiles y los hilos, entre otros, fueron cui­dadosamente seleccionados tomando en consi­deración que no fueran agresivos con los mate­riales originales, que no reaccionaran con ellos y que fueran totalmente reversibles. Cada ma­terial del ajuar implicó un reto diferente y una decisión específica, aspectos que se trabajaron bajo un enfoque interdisciplinario.

Análisis iconográfico Los dos cuchillos tenían ajuares idénticos y lle­vaban un elemento manufacturado con piel de mono araña, sobre el cual fueron colocados otros ornamentos, como un sartal de 60 cara­coles marinos de la especie Olivella zonalis y un pectoral de caracol cortado o "joyel del viento" (eheeaeózeat~. También llevaban un par de oreje­ras compuestas por un círculo de obsidiana con una aplicación de cobre y una placa de concha en forma de voluta (epe%lá) . Estos atavíos for­man parte de las imágenes de Venus en su for­ma de estrella vespertina y matutina. Cerca del extremo superior, los cuchillos portaban la re­presentación de un fémur manufacturado en lá­mina de oro, simbolizando un punzón de hue­so para el auto sacrificio. Recordemos que Quet­zalcóatl, en un acto de creación de la humani­dad, fue el iniciador de la práctica ritual del autosacrificio, tal y como quedó registrado en La Lryenda de los Soles. Junto a este objeto se en­contró una cinta de piel de mono con cuentas de piedra verde, que podría corresponder a la representación de ojos estelares, en alusión a que la deidad gobernaba la noche (fig. 5). Como ya se mencionó, esos atributos son comparti­dos por dos dioses: Ehécatl-Quetzalcóatl y XÓ­lotl. El primero es uno de los dioses más impor­tantes del panteón mesoamericano. E n su advocación del dios del viento, Ehécatl, porta­ba una máscara bucal en forma de pico de ave (fig. 5). Xólotl era el gemelo o nahualli de Quet­zalcóatl y su acompañante hacia el inframundo.

LOS CUCHILLOS ATAVIADOS DE LA OFRENDA 125 / 73

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máscara bucal con forma de pico ~e ave

I I I I

------------------------- - -- -- -r- ___ punzón de __ _ autosacrmcio

- ,

elemento con - - - - - - - - - - - - - - ojos estelares

I

ehecac6zcatl, "joyel del viento"

orejera de obsidiana yepcololli

sar al de caracoles marinos

5. Ehécatl-Ouetzalcóatl y Xólotl comparten atributos iconográficos como los sartales de caracoles marinos, el ehecacózcatl, "joyel del viento" o pectoral de caracol cortado en sección, orejeras de obsidiana y el epcololli o placa de concha con forma de voluta, un fémur que representaba un punzón para el auto­sacrificio y un círculo con ojos estelares. Los cuchillos A489 Y A750 de la Ofrenda 125 tienen estos elementos. Izquierda : Ehécatl-Ouetzalcóatl. Códice Tu­dela , lám. 43. Centro: cuchillo A489, Ofrenda 125. Derecha: Xólotl. Códice Tudela , lám. 43.

74/ ARQUEOLOGfA MEXICANA

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6. Los cuchillos ataviados que son personificaciones de deidades mexicas apare­cen en los códices prehispá­nicos. En el Códice Borbó­nico se ve a uno de estos cuchillos ataviado como Xi­pe-Tótec (derecha), a quien es posible identificar como personificador de ese dios porque lleva una piel de un desollado, nariguera con forma de media luna y un palo de sonajas en la mano izquierda. Códice Borbóni­cO,lám.20. OIGITAlIZACIQN· RAfcES

E ra representado como un perro, animal con­siderado como guía hacia el Mictlan. Este dios simbolizaba a Venus como estrella vespertina, en tanto que Quetzalcóatllo hacía como el as­tro matutino,

Considerando la cercanía de ambas deidades y que comparten los mismos atributos, aún que­daba la pregunta en el aire: ¿a cuál de los dioses representan los cuchillos? Un elemento del ajuar nos proporcionó la clave para dilucidar esta in­cógnita. Se trata del accesorio manufacturado con piel de mono araña (Ate/es geoffrr¿yl) , cuyo análisis realiza ] uan Carlos López Vidal, del la­boratorio de cordados terrestres delaENcB-IPN. El mono estaba asociado con Ehécatl-Quetzal­cóatl, pue~ se vinculaba a las corrientes de aire y remolinos debido a su gran agilidad, su hipe­ractividad, su balanceo por las ramas de los ár­boles y su alargada cola prensil en espiral. De acuerdo con la cosmovisión mexica hubo una era conocida como ehecatonatiuh ("Sol del vien­to"), presidida por Ehécatl-Quetzalcóatl, en la que los hombres se transformaron en monos como consecuencia de violentos ventarrones.

nariguera con forma ,,' de media luna

- - - piel de un desollado

~ ~ ~ palo de sonajas

Estas extraordinarias piezas son dos ejemplos de la vasta riqueza simbólica de los cuchillos ata­viados depositados en las ofrendas de! Templo Ma­yor, cuya investigación coadyuvará a comprender mejor e! sin1bolismo de estos depósitos (fig. 6). (¡¡~

• Ximena Chávez. Arqueóloga por la ENIII !. Cuenra con esrudios de antropología física por FFyI./ IIA, UNAl\L Investigadora del Pro­yecto Templo Mayor, séptima temporada. • ¡\lej.ndraAguirre. Maestra en antropología, con especialización en arqueología, por FF)'L/ IIA, UNAl\1. Investigadora del Proyecto Templo Mayor, séptima temporada. • Ana B. Miramonres. Restauradora por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. Restauradora-con­servadora de! Centro INAH Veracruz. Trabajó en e! área de con­servación del Pro)'ecto Templo Mayor, séptima temporada. • Erika Robles Cortés. ENA H. Colaborado," del Proyecto Templo Mayor, séptima temporada.

P ARA LEE R MÁS ...

LU)N-PORTllLI, Miguel (Introducción. paleografía, versión y nom,), lv/os, sacerr/otesy atavíos de los dioses, Fuentes lndigenas de la Cultura Náhuatl. Textos de los Jn formantes dc Sahagún, 1, Ur-.,AM, ~féxico, 1992.

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VELAZQUEZ CASTRO, Adrián, El simbolismo de los alye/os de concha mcan/ra­dos etilo ofretldas de/Te",plo Mayorde Tellochtitlan, Colección Científica, ¡NAH, México, 2000.

LOS CUCHILLOS ATAVIADOS DE LA OFRENDA 125 / 75

Page 73: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

El virreinato COSTUMBRES FUNERARIAS

MARCELA SALAS CUESTA, MARIA ELENA SALAS CUESTA

Durante el virreinato era regla que los entierros se hicieran principalmente en el

interior de las iglesias, aunque también se utilizaron atrios y conventos. La Iglesia siem­

pre estuvo presente en la espera y la llegada de la muerte, despertando la preocupación

y el celo de los fieles mediante misas, fundaciones y donativos para ocupar el sitio es­

cogido o designado para el eterno descanso.

L a muerte para el hombre que vivió en el periodo virreinal era un hecho natural; la

concebía como un acto lógico y aceptado ple­namente, pues representaba el inicio de una vida eterna en el reino de Dios. Para ello el cuerpo debía reposar en la tierra de donde fue formado, de acuerdo con la referencia bíblica sobre el origen de la humanidad (Génesis, cap. 2, versículo 7).

Así, esa idea de vivir muriendo fue materia­lizada por la religiosidad en la N ueva España desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX.

Esto se manifestó mediante el culto íntimo, in­terior, determinado por las costumbres socia­les, en especial el de la familia, en cuyo seno tenía lugar el deceso, y por otro, externo y co­lectivo, que salia de ese ámbito y permitía la manifestación pública del dolor en actos reli­giosos que invadían la vida cotidiana: proce­siones fúnebres, oraciones, misas y sermones.

Una vez que en el Primer Concilio Provin­cial Mexicano, convocado por el arzobispo Montúfar en 1555, se dieron a conocer oficial­mente algunas de las normas establecidas en el Concilio de Trento, la corona y los representan­tes de la Iglesia difundieron aquellas que tenían relación con las ceremonias que debían efec­tuarse durante los entierros, mismas que cobra­ron mayor fuerza en el Segundo Concilio, cele­brado en 1565 (Lugo Olguin, 1998, p. 38).

En 1585, durante el Tercero, el arzobispo Moya de Contreras difundió los decretos con­trarreformistas y la labor que desempeñaría la

78 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

De acuerdo con la referencia bíblica del origen de la humanidad , el cuerpo de los difuntos debía reposar en la tierra, ya que con ésta fue formado. Entierros primarios directos. Atrio de la Catedral Metropolitana, 1982.

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Iglesia con el apoyo de la corona para impo­ner, desde entonces hasta 1760, con las refor­mas Borbónicas, las bases de los dogmas, creencias, métodos y prácticas religiosas que debían llevarse a cabo para el eterno descanso del difunto y la forma de su entierro.

Al respecto, Lomnitz (2006, pp. 162-163), apoyado en fray Lorenzo de San Francisco, quien en 1665 describió en forma detallada lo concerniente a las prácticas que habían de rea­lizarse cuando un hombre o una mujer morían, señala entre otras que los ojos y la boca debían estar cerrados; el cuerpo cubierto con una sá­bana o tela o bien vestido con el hábito de al­guna orden religiosa; el ataúd tenía que ser de madera y lo seguirían los deudos portando luto. En la iglesia se celebrarían las exequias median­te cantos, misas y otros oficios, bendiciéndo­se la sepultura para ausentar al demonio a la vez que se ofrendaba pan, vino y cera adquiri­dos con las contribuciones de los hospitales, cofradías, conventos y comunidades religiosas y seculares, además de que el llanto en señal de duelo debía hacerse en orden y ser satisfacto­rio para el di funto.

Para el buen vivir se establecía una cadena de obligaciones entre los muertos y los vi­vos, de modo que el uso de las iglesias como cementerios era un recordatorio cotidiano de esa unión (Lomnitz, 2006, p. 150). La Iglesia, con el objeto de enseñar el difícil pero impor­tantísimo paso del buen morir, hizo que las ce­remonias de la muerte y el espacio para la se­pultura fueran prácticas religiosas en el México virreinal (Salas Cuesta y Salas Cuesta, 2004, p. 128; apudNicolau, 1977, p. 12).

Antecedentes El cristiano era preparado para llevar una vida en gracia, libre de pecado a fin de recibir en cualquier momento la muerte; esta preocupa­ción se remonta al cristianismo primitivo, ~ cuando el lugar común para el eterno descan- ~ so era el cementerio, llamado así porque en él j reposaban los cuerpos de los santos y se cele- ~ braban los santos misterios. El cementerio era ~

<

el lugar que contenía muchos sepulcros, situa- ~

dos generalmente en el vestíbulo de la iglesia ~ (Fernández Rarnírez, 1894, p. 182). ll!

Los primeros cristianos adoptaron la cos­tumbre de los romanos de enterrar a sus muer-

tos en las afueras de las ciudades. Desde el principio tuvieron sepulturas y en los prime­ros siglos la Iglesia fue la responsable de cu­brir los gastos del entierro de sus hijos.

En la edad de oro del cristianismo, los fie­les a quienes su posición se los permitía com­praban en vida, con sus rentas, el sitio de su sepultura, de la misma forma que muchos si­glos después aconteciera en la Nueva España - como lo constata un gran número de testa­mentos que disponen no sólo el lugar del en­tierro, sino también las misas y oraciones que

En Nueva España, el dolor por la muerte de los seres humanos se manifestaba en los actos religiosos. Procesión de los Santos Angeles, siglo XVIII. Anónimo. Colección Particular.

En las tierras conquistadas, la Iglesia y la corona establecieron oficialmente las normas para las ceremonias fúnebres. Pedro de Arrieta, Catastro de la ciudad de México, siglo XVIII. Mu­

seo Nacional del Virreinato.

EL VIRREINATO / 79

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Una práctica funeraria se­ñalaba que cuando un hom­bre o una mujer morían , el ataúd debía serde madera. a) Entierro en el atrio de la Parroquia de la Santa Cruz y Soledad de Nuestra Se­ñora, D.F. b) Entierros en ataúdes de madera . Iglesia anexa al convento de San Jerónimo, D.F.

Las ceremonias para hon­rar la memoria de los difun­tos y el espacio para la se­pultura fueron prácticas obligatorias -que luegofor­maron parte de la rel igiosi­dad de los habitantes de Nueva España-, como el si­tio y la forma de entierro para el eterno descanso del difunto. Sepulcro con losas. Parroquia de la Santa Cruz y Soledad de Nuestra Se­ñora , D. F.

80/ ARQUEOLOG IA MEXICANA

habían de celebrarse para el eterno descanso del alma-, a diferencia de los que carecían de recursos, que al igual que en la antigüedad, de­bían ser sepultados con las rentas de la comu­nidad (Fernández Ramírez, 1894, pp. 783-784). Para ello, en tierras novohispanas surgieron las cofradías populares en la segun­da mitad del siglo XVII, que perduraron hasta principios del XVIII Y que tuvieron como ob­jetivo que los cofrades en general, personas de medios modestos que servían en el templo efectuando diversas actividades, pudieran ser enterrados dentro de la iglesia o cerca de ella con el acompañamiento de misas y oraciones (Lomnitz, 2006, p. 231).

Costumbres funerarias Philippe Aries (1975) ha señalado que la vi­sión occidental de la muerte tiene como base dos antecedentes culturales importantes. El primero plantea que los cementerios de los si­glos III y IV después de Cristo responden a la representación de un plan simbólico del espa­cio, mismo que con el arribo del cristianismo se hace evidente mediante la disposición del cadáver, cuya orientación este-oeste obedece a razones de carácter religioso y litúrgico, pues colocar la cabeza al este, el punto por donde sale el sol, simboliza a Dios Eterno. El segun­do plantea la individualización de la muerte que aparece con los romanos, que como se mencionó son los iniciadores de la construc­ción de tumbas personales. Cabe apuntar que un importante número de entierros localiza­dos en distintas excavaciones en la ciudad de México pertenecen al modelo denominado por ese autor "cristianización de la muerte", ya que se trata de entierros primarios indivi­duales, en posición decúbito dorsal extendi­do, con los brazos cruzados sobre el tórax y una orientación este-oeste.

Rodríguez Álvarez (2001, pp. 37-45) señala que este modelo fue el más extendido y desa­rrollado en la sociedad novohispana por el do­minio ideológico de la Iglesia católica romana.

En el siglo V el lugar básico del entierro era la iglesia, el sitio privilegiado, introduciéndose además el del atrio, donde se celebraban otras actividades, como las procesiones. Estas cos­tumbres fueron retomadas en la Nueva Espa­ña; ejemplos de ellas los tenemos en la antigua

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~ o ~ ~

I ~ ~ ~ ffi ~ w

~ w o

Las cofradías populares sur­gidas en Nueva España pro­porcionaron a los cofrades de bajos recursos un sítío para ser enterrados bajo el piso de las iglesias. Iglesia de San Francisco de Méxi­co. Litografía del siglo XIX.

Cuando un hombre o una mujer morían, se celebraban

en la iglesia las exequias mediante cantos, misas y

otros oficios, bendiciéndose la sepultura para ausen­

tar al demonio a la vez que se ofrendaba pan, vino y

cera, además de que el llanto en señal de duelo debía

hacerse en orden.

lugar donde se colocaba el altar mayor

PLANO GENERAL DE UN TEMPLO

piso de la nave mayor

de un templo torre

campanario

i ~1 __________________________ ~ Para sepultar a los difuntos, las naves -generalmente del presbiterio a la puerta- de algunos templos de la Nueva España se dividieron en tramos. El costo de la sepultura se establecía de acuerdo con el tramo en que ésta se localizara. El tramo cercano al altar mayor era el más caro. Plano general de un templo.

Catedral Metropolitana y en la Parroquia de la Santa Cruz y Soledad de Nuestra Señora en la ciudad de México.

Desde el siglo Xlllos altares cobraron gran relevancia; al cambiar la veneración de los már­tires por la de los santos, el templo se convirtió en el lugar preferido para los entierros. La cos­tumbre fue también adoptada en la Nueva Es­paña, donde los fieles se empeñaron en ser se­pultados lo más cerca posible de los altares y del santo de su devoción (Salas Cuesta y Salas Cues­ta, 2004, p. 128; apudNicolau, 1977, p. 12).

La cercanía o lejanía del altar determinaba el costo del entierro y la importancia social del individuo en vida. Para efectos prácticos la nave del templo se dividía en tramos que partían desde el presbiterio, donde se locali­zaba el altar mayor, hasta la puerta en que se encontraba el sotocoro; según el tramo se co­braba el entierro. Los aranceles para tales efectos señalan los sitios reservados para ecle­siásticos y civiles de alto rango. Las tumbas generalmente se alineaban en forma perpen­dicular a la nave, que tenía un piso apisonado para una rápida remoción y podía ser de tie­rra, lápidas, losas o de madera.

Hubo también capillas anexas al templo o en su interior, algunas de ellas construidas es-

EL VIRREINATO / 81

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Para hacer sepulturas, el piso de la iglesia estaba acondicio­nado para ser removido rápidamente. El piso podía ser de tierra, lápidas, losas o de madera. Piso de losas. Parroquia de la Santa Cruz y Soledad de Nuestra Señora, D.F.

pecialmente para inhumar, con la salvedad de que sólo podía sepultarse a personas autori­zadas por el prelado; ejemplo de ello es el en­tierro de fray Juan de Zumárraga, primer arzobispo de México. Deben considerarse además las capillas funerarias fundadas por los patronazgos, cuyo uso era exclusivo pa­ra los patronos y cuyo entierro se otorgaba por medio de capellanías y patronato.

Mención aparte merecen los entierros en los conventos de monjas, que tenían lugar en el sotocoro y cuyos funerales eran priva­dos, pues sólo se permitía entrar en la clau­sura a los sacerdotes o religiosos encargados del oficio del entierro y el de sepulturas. En la iglesia anexa se enterraba a civiles, tanto adultos como niños, que debían cumplir con las normas establecidas para cualquier entie­rro, como aconteció en el templo del conven­to de San Jerónimo en la ciudad de México.

En el caso de los entierros de niños, co­múnmente llamados de angelitos, las sepultu­ras debían estar separadas del resto y no te­nían un lugar determinado para seren terrados. Los cuerpos se vestían según la moda del mo­mento y su edad, y se les colocaba en la cabe­za una guirnalda de flores.

82 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

Honras fúnebres de niño fallecido , quien está vestido con ropa de la época y sentado; este último es detalle notable, pues a la mayoría de los niños pequeños que morían -a quienes se les llamaba angelitos- se les representaba acostados, como si durmieran. Anónimo, Re­trato de niño muerto, 1885. Óleo sobre lienzo.

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La exhumación de cadáve­res o el traslado de huesos a otra iglesia conformaron los llamados osarios. Parro­quia de la Santa Cruz y So­ledad de Nuestra Señora , D.F., 1980.

La cercanía o lejanía del altar determinaba el costo

del entierro y la importancia social del individuo en

vida. Para efectos prácticos la nave del templo se di­

vidía en tramos que partían desde el presbiterio, don­

de se localizaba el altar mayor, hasta la puerta en que

se encontraba el sotocoroj según el tramo se cobraba

el entierro.

Por diversas razones, cuando se solicitaba la exhumación de un cadáver o el traslado de los huesos a otra iglesia, se requería una licen­cia del obispo o de su oficial. Estos traslados conformaron en la mayoría de los casos los llamados osarios, como los de la antigua Ca­tedral Metropolitana y la Parroquia de la San­ta Cruz, ya mencionadas; estas prácticas tam­bién se remontan al cristianismo primitivo.

Como ha quedado asentado, desde los pri­meros años del virreinato se introdujeron de manera paulatina las costumbres funerarias procedentes de Europa. En la Nueva Espa­ña se adoptaron nuevas características al fu­sionarse algunos elementos indígenas con los hispanoeuropeos. El entierro fue el punto

central del sistema funerario novohispano, si bien cada localidad introdujo en el ritual de la muerte una serie de elementos sociales di ­ferentes. eli~

• Marcela Salas Cuesta. Historiadora por la UN¡\~!. Investigado­ra de la Dirección de Antropología física del IN.\II, en donde coordina los proyectos: "México en el siglo XVI II. Costumbres funerarias. Un estudio de sa lud pública" e "Investigación, con­servación y difusión de materiales fotográficos". Ha realizado es tudios sobre arquitectura y pintura virreinal, así como de ma­teriales arqueológicos de Tlatilco, estado de ¡\Iéxico, y Jaina , Campeche . • María E lena Salas Cuesta. Maestra en ciencias antropológica, con la especialidad en antropología física. Investigado ra de la Dirección de Antropología Física del IN AH, en donde coorrlina el proyecto "Rasgos no-métricos o discontinuos en cráneos prehispánicos y coloniajes (parentesco)". Ha reali7.ado rliferen­tes trabajos sobre antropología física forense, osteopatología y salud pública en el México virreina!.

PARA LEER MÁS . . .

ARIF-\ Philippt:, EJJoi JJJr j'b/Jlrlnt de /a !IIorl eu Orcidt1Jt du 1\1q)'eIJ age a I/()S

jOllrs, Seu]I, París, 1975. FERJ.'\JÁNDEZ R A ... \ÜREZ, Rafad, Dicáollmio de ollfigii,darln (ns/iollos, Esta­

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EL VIRREINATO / 83

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Documento XAVIER NOGUEZ

Lienzo de T/axca/a

Contenido A pesar de no conocer el paradero de los tres posibles originales que se elaboraron en el siglo XV I, poseemos información sobre el contenido de esta importante pictografía gracias a los testimonios provenientes de varias fuentes y, muy particularmente, a las co­pias que se elaboraron desde época temprana. Este memorial ilus­trado de los servicios de los nobles tlaxcaltecas a la corona espa­ñola se inicia en la parte superior con una escena múltiple que involucra tanto a nobles nativos como autoridades españolas, ubi­cados alrededor de los símbolos de la refundación colonial de la " ciudad y provincia" de Tlaxcala, bajo la protección del empera­dor Carlos 1 de España, aquí simbólicamente representado por su escudo de armas con el águi la bicéfala. Inmediatamente abajo se registraron 87 cuadros de tamañ o menor, donde se da noticia grá­fica de la colaboración, principalmente militar, que los tlaxcalte­cas dieron a los españoles desde su llegada en 1519, y que se pro­longó hasta casi la mitad del siglo XV I, con expediciones tan

importantes como las del Pánuco y Guatemala, por ejemplo. En numerosas ocasiones se han utilizado partes de su contenido para ilustrar trabajos sobre el tema de la conqui sta y evangelización de los pueblos del centro de Mesoamérica.

• Características físicas Un cronista local que escribe en el siglo XVII I, afirma que en prillcipio se pintaron tres pictografías al mis­

mo tiempo. Lamentablemente, ninguna ha sobrevivi­do. El original o los oliginales formaban una sola pie­za, tal vez un li enzo de algodón, con una escena

principal en la parte superior, segujda por 87 cuadros más pequeños y arreglados en 13 filas hori7ontales.

Los investigadores que han escrito sobre este asunto

clifieren en torno al tamaño original. Es posible que

haya o hayan sido de grandes dimensiones. La copia de 1773 consta de cuatro partes de tela de algodón. Cada una mide 105 por 203 cm aproximadamente.

• Formas y colores Consideramos que la iconografía, los colores y estilo

gráfico del original u originales están más cercanos a

los reproducidos en la copia que dio a conocer Alfre­do Chavera en 1892. En esta última se pueden iden­tificar detalles de las vestimentas, particuJarmente de los nobles. Existe una clara relación gráfica con otros códices contemporáneos que usan colores sólidos y lineas negras que estructuran las imágenes, además de mostrar una tendencia hacia la representación plani­forme, aunque ya con influencia tridimensional de la

pintura española. Por otro lado, la copia de 1773 uti­liza más francamente un estilo perceptual, realista,

además de exhibir una mayor libertad en el colorido mediante el uso de medios tonos. Sin embargo, a cli­ferencia de la copia primeramente mencionada, aqui

se da mayor información a tra\'és de breves textos que acompañan algunas de las figuras.

84/ ARQUEOLOGíA MEXICANA

Fecha de elaboración El original o los originales no pudieron haber sido pintados antes de 1550. E n la sección de inicio se representó al virrey Luis de Velasco, quien en ese año comienza su ges tión como segundo virrey de la Nueva España. En la copia de 1773, en su imagen, se agregó una breve glosa para explicar que fue él quien ordenó elaborar el lienzo.

Lugar de origen Sin duda, la elaboración se llevó a cabo en Tlaxcala, bajo la super­visión de los representantes de cuatro g randes señoríos que con­formaban lo qu e se comcnzó a ll amar "provincia y ciudad" en la etapa colonial.

Breve historia del códice La propuesta de que la historia del Lienzo comienza

con la elaboración de tres originales todavía no tiene

una aceptación generalizada, en vista de que ninguno

de ellos se conoce en la actualidad. La noticia de esta

triple empresa pictórica proviene de Nicolás Faustino

Mazihcatzin Calmecahua, en sus comentarios al Lien­Zo escri tOs en 1787)' publicados en 1927. Esta múlri ­

pie tarea habría tenido su origen en el propósito de

dar a conocer una misma historia de la colaboración

tlaxcalteca al emperado r Carlos T, a las au toridades vi­

rreinales en la ciudad de México )' a los descendientes

de los gobernantes locales. De hecho, la tercera ver­

sión había permanecido guardada en el Arca de Privi­

legios del l\)'untamiento de Tlaxcala, hasta que se en­

,·ió a la ciudad de México para ser estudiada por la

Comisión Cienófica Francesa, durante el imperio de

Maximi li ano, y nunca regresó a su lugar de origen. D e

esta última pictografía se ban origi nado todas las co­

pias existentes. Hasta ahora, se tiene noticia de once

de ellas, algunas incompletas)' otras inéclitas. Mencio­

namos las dos más importantes: a) la pintada po r Juan

ManuellUañes del Huerto en 1773, que se guarda en

la Bóveda de D ocumenros Pictográficos de la Biblio­

teca Nacional de Antropologia, bajo los números 35-

45/48, Y b) la del pintor Diódoro Serrano, ordenada

por José Fernando Ramírez )' dada a conocer por Al­

fredo Chavero en 1892, con motivo de las celebracio­

nes de los 400 años del descubrimiento de América.

La obra de Serrano sirvió de base para las litog rafías

de Genaro López, reproducidas nuevamente en 1964,

1979 Y 1983. Un par de documentos pictográficos se

asocian al Lienzo: a) el Códice de ",¡mda de los espalioles en Tlaxcnla, cuya serie de escenas, en un estilo barroco,

ordenadas por Lo renzo Boturini hacia la mitad del si­

glo XVI II , ha estudiado Jo rge Gurría Lacroix (1966), r b) el 1\ Icml/Scn"todcG'lasgOlV, Escocia, Reino Unido,com­

puesto a flnes del siglo X\~ y que corresponde a la Re­larión geográfica de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo,

publicada por René Acuña en 1981 )' 1984. Aquí, con

algunas adiciones, sustracciones)' un estilo diferenre,

se copió el contenido del Ue/lZO, con excepción de la

imagen principal.

Principales estudios En 1787 Nicolás Faustino Mazihcatzin Calmecahua

redactó una descripción del Limzo a la vista de un ori­

ginal, que ha sido de gran utilidad para la identifica­

ción de escenas)' personajes. Alfredo Chavero publi­

có en 1892 una nota sobre la histo ria de la pictografía

y un análisis de su contenido, que acompañan a una

de las reproducciones arriba citadas. Durante largo

tiempo, la edición de Chavero fue utilizada amplia­

mente. E n 1952,)' a propósito de una historia deTlax­

cala en el siglo ""Vl, Charles Gibson, con un ánimo más

crítico, retoma algunos puntos de cliscusión en torno

al Lienzo y da a conocer nuevos datos, particularmen­

te sobre la hi stOria de las copias que se conocían has­

ta entonces. En 1983 Carlos J\Iartínez MatÍn )' Josefi­

na Gatcía Quintana emprendieron una tarea de

análisis nlás sistemático, que tuvo como resultado una

eclición bilingüe, español-inglés, ill gran folio, de la co-

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Tepetícp~c Xicoté¡1Catl Tiza,tlan

. , personajes ,

importantes : del gobierno - -,

tlaxcalteca

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banda blanca ~ -:.'_ y roja

Tlahuexolotzin " ,

\ \

" , personajes importantes del gobierno español

pia a color de Cha,·ero. A pesar de haber sido planea­

do para una circulación restringida, el texto de los dos

autores mexicanos permanece roda vía como una fuen­

te de información muy útil, hecha de manera cuida­

uosa )' detallada. Un gran número de autores nacio­

nales y extranjeros han hecho referencia a partes del

Lienzo, en ocasiones de manera no muy acertada.

Otros nombres Mapa historiographo que se guarda en el Arca de Pri­

vilegios del mili llustre Ayuntamiento de la Novilisi ­

ma T nsigne )' siempre Leal Ciudad de Tlaxcala donde

se cantó primero la Ley del Santo Evangelio Diocesa­

no de la Christiandad y la más Principal de esta Nue­

va España.

lugar donde está depositado La copia de 1773, que aqlú reproducimos parcialmen­

te, se guarda en la Bóveda de Documentos Pictográ­

ficos de la Biblioteca Nacional de J\nrropología e His­

toria, en la ciuelad de México.

Para leer más ... Véase la sección "Para leer mas .. '1 de este artículo en nues­

rra página de inrerner: www.arqueomex.cum/ biblio Docu­

mentol03.hml!

X:wl<:r Nogucz. Profeso r-inve stigador de El Colegio Mcxiquensc, dedicauo al estuuio y publicación de códices coloniales del centro de ¡\Iéxico, así como a temas sobre el origen del guadalupani smo y la iconografía prehispani­ca y co lonial temprana de tradición nahua.

"cuatro círculos y mosaicos d~ turquesa"

, , ,

escudo de la monarquía imperial española

, ,

\ \ \

escudo de la "Ciudad y provincia de Tlaxcala"

levantamiento de una cruz con cartela con la inscripción "INRI"

Escena principal, copia de 1773

cerro , , ,

\ \

\

libro

Ocotelolco

",'

, ,

, Mazihcatzin "

, personajes : ___ importantes : del gobierno , tlaxcalteca ,

__ Virgen de la Asunción

- - Tlapitzahuacan

" Citlalpopoca

........... bolsa de dinero

Describimos la parte superior del Lienzo, proveniente ele la copia de Illañes. Se trata ele una gran es­

cena introductoria, donde se sintetiza el pacto político y religioso entre españoles)' tlaxcaltecas. Al

centro se incluyó el escudo de la monarquía imperial española, proveniente ele la Casa de Austria. So­

bresale un águila bicéfala coronada y mostrando lenguas en forma de punta de flecha. Inmediata­

mente abajo, y de manera realista, se dibujó un cerro que da cobijo a una iglesia con dos torres y a

una imagen mariana, la Virgen de la Asunción, como se registró en la cartela, probablemente con

elementos adicionales de la Inmaculada Concepción, puesto que se nota una media luna en la parte

inferior. Debajo de la iglesia vemos el escudo de la "Ciudad), provincia ele Tlaxcala". A los lados de

este escudo se registró una bolsa de dinero, un libro y "cuatro círculos y mosaicos de turquesa", in­

terpretados por Marónez Marín como cronogramas. La siguiente escena bajo el cerro corresponde

a la erección de una cruz con la cartela del INRI, acrónimo de "Iesus Nazarenus Rey ludaeorum",

Tres españoles y cuatro caciques participan en la escena. Alrededor de estos tres grandes conjuntos

se encuentran importantes personajes del gobierno español)' tlaxcalteca. Los españoles, acomoda­

dos en sillas de tijera, fungieron como miembros de las dos audiencias y a ellos se suman los dos pri­

meros virreyes. En el siguiente sector aparecen las cuatro cabeceras, sei1aladas con casas señoriales

(tecpancol/i) en vista frontal. La superior derecha es Ocotelolco, con el señor Mazihcatzin y una garza

de plumaje blanco con tonos azules como divisa; la inferior derecha es Tlapitzahuacan (este lugar

corresponde a Quiahuiztlan en otras fuentes) con el señor Citlalpopoca y, como divisa, un gran to­

cado de plumas largas de varios colores, identificado como un clIetzalpatztlc/li; la superior izquierda

es Tizatlan, con e! señor Xicoténcatl y otra garza como divisa, y la inferior izquierda corresponde a

Tepeócpac, con el señor Tlahuexolotzin )' una divisa consistente en una ¿cabeza de águila? y un con­

junto de plumas de colores. En la copia publicada por Chavcro, los caciques importantes muestran

en las cabezas el di/tlxelli y la banda bicolor, blanca y roja, como símbolos de su esta tus. En las par­

tes restantes se incluyó a otros nobles de menor rango, así como a los "capitanes generales". Tam­

bién fueron registrados los templos cristianos ele OcoteluJco y Tizatlán, las dos principales cabece­

ras. Como afirma Marónez Marín, esta sección " ... representa que a mediados del siglo XV] [Tlaxcala]

era una provincia de! reino y no un gran señorío bajo el dominio español".

DOCUMENTO / 85

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EL SACRIFICIO HUMANO EN LA TRADICiÓN RELIGIOSA MESOAMERICANA LEONARDO LÓPEZ LUjAN, GUILHEM OUVIER

(COORDS,),INAH/IIH, UNAM, MExlco, 2009

El sacrificio humano siempre ha sido visto con fasci nación por el gran pú­blico, lo que provoca en muchas oca­

siones posiciones maniqueas: desde la indigenista a ultranza que niega la pasada existencia de holocaustos ma­sivos, hasta el fundamentalismo his­

panista que sólo ve los aspectos más bárbaros de esta práctica y que basa sus afirmaciones en las referencias sesgadas de varios documentos colo-

CÓDICE HUMBOLDT FRAGMENTO 1, MS.AMER. 2, y CÓDICE AZOYÚ 2, REVERSO. NÓMINA DETRIBUTOS DETLAPA y SU PROVINCIAAL IMPERIO MEXICANO GERARDO GUTIERREZ,VIOLA KÓNIG, BALTASAR

BRITO, ESTUDIO y FACSIMIL, CON EDICION

DEL ESTUDIO BILlNGUE ESPAÑOL E INGLÉS.

CIESAS/STIFTUNG PRESUSSISCHER KULTURBESITZ,

MÉxIco, 2009

Durante su visita a la Nueva España (1803-1804), el barón Alexander van Humboldt adquirió 16 fragmentos de

86 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

Reseñas niales. Obviamente, la mejor manera de erradicar tales percepciones reduc­

c ionistas y de matizar las afirmaciones de uno y otro extremo es enfocar el sacrificio desde perspect ivas estricta­mente científicas y analizarlo con la ayuda de muy diversas disciplinas del

I saber. Su estudio es, sin duda alguna, crucial para el entendimiento de la organización social , la política y la re­ligión de las sociedades indígenas de México y parte de Centroamérica.

El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana pone en la mesa de las discusiones nuevas pro­puestas sobre la evolución histórica,

las funciones y los significados de las occisiones rituales. Este volumen reúne las reveladoras contribuciones de 28 reconocidos especialistas en la materia, adscritos a instituciones científicas de México, Estados Unidos,

Francia, Bélgica y Japón. En sus pági­nas, el lector encontrará datos y plan­teamientos que le ayudarán a apreciar el sacrificio humano con una mirada

documentos pictográficos indígenas i que pertenecieron a la co lección de

Antonio León y Gama. Humboldt llevó dichos materiales a Alemania y ahora se encuentran resguardados en la Biblioteca Estatal de Berlín (Sta­atsbibliothek zu Berlin). Entre estos documentos hay una larga tira con

15 fojas de papel amate pintados por un solo lado, conocido como Códice Humboldt Fragmento 1 (Ms. amer.

2). En 1940, en un pequeño pueblo tlapaneco de la Costa Chica de Gue­rrero llamado Azoyú, salió a la luz un segundo fragmento del documento

original. Esta nueva pieza fue llamada Códice Azoyú 2 y en 1942 fue depo­sitada en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

La unión de ambos cód ices rea­lizada por los autores de esta bella

I edición registra los pagos tributarios de Tlapa al imperio de la Triple Alian­

' za. Gracias al trabajo acucioso de los

renovada, a través del desarrollo de nuevas teorías, la revisión creativa de

los datos históricos e iconográficos, la información arqueológica más recien­

te y el estudio comparativo de este fe­nómeno en sociedades perteneci entes

a distintas temporalidades y diversas

geografías.

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autores de este libro ahora se puede

estudiar el sistema tributario de una provincia sujeta a los mexicas, yes una fuente de datos única para los

estudios de economía política y social indígena en la víspera de la conquista. En este magnífico trabajo los autores presentan por primera vez un facsímil de ambos documentos con una exce­lente interpretación de su contenido.

El estudio se completa con acucioso trabajo de archivo y de campo en el pueblo de Azoyú, que permite com­prender a la sociedad que elaboró estos códices, así como la historia de la salida de estos manuscritos de

la co munidad de Azoyú hasta llegar a los respectivos acervos en donde actualmente se encuentran. Esta obra

permitirá expandir nuestro conoci­miento sobre el imperio de la Triple

I Alianza, pero también voltear la vista haci a Guerrero, sus pueblos indígenas

y sus códices.

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Page 82: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Reseñas

Códice de Yucu~ama

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CÓDICE DEYUCUNAMA. EDICiÓN FACSIMILAR,INTERPRETACIÓNY ANÁLISIS MANUEL A. HERMANN LAJARAZU, CIESAS.

MExlco. 2009, 96 PP + FACSIMIL

Entre los escasos documentos pictóricos

mixtecos que aún se conservan en sus

lugares de origen sobresale el manuscrito

conoc ido como Códice de Yucunama , hoy en día resguardado en el Museo Co­

munitario de la población. El documento

pertenece a la gran tradición de escritura

LA ARQUITECTURA PRECOLOMBINA EN MESOAMÉRICA MARiA TERESA URIARTE (ED.), INAH, CONACULTA!

JACA BOOK, MILÁN. ITALIA-MÉXICO, 2009, 336 PP.

Este volumen ofrece al lector una sínte­

sis, actualizada y ricamente ilustrada,

sobre la arquitectura de los pueblos

precolombinos en Mesoamérica; una

obra importante que continúa el trabajo

del arqueólogo mexicano Ignacio Mar­

quina, que durante varias décadas fue la

referencia fundamental sobre el tema .

Esta nueva empresa editorial no sólo

se justifica por la necesidad de valorar

los nuevos y espectaculares descubri­

mientos arqueológicos de los últimos

años; también se trata de presentar una

88 / ARQUEOLOGíA MEXICANA

mixteca prehispánica que sobrevivió va­

rias décadas después de la conquista espa­

ñola. A pesar de tener escrito el año 1585,

el códice fue elaborado en un periodo an-

I terior, lo que señala un uso distinto al que lo mantuvo vigente durante los siguientes

doscientos años de su manufactura. Aun­

que todavía no es posible determinar el

verdadero motivo de la elaboración del

códice, parece estar relacionado con el

arrendamiento de algunos terrenos o par­

celas que fueron dibujadas al centro del

documento, pertenecientes a los señores

locales de Yucunama y a una población,

hoy desaparecida, con la que mantuvo i estrechos lazos genealógicos. Una vez

que el códice cumplió su función original

fue reutilizado para solicitar una estancia

de ganado menor ante las autoridades

virreina les; para el siglo XVIII se convirtió

en el título de composición de las tierras

comunales de Yucunama.

actualización de los conocimientos

sobre arquitectura de las variadas cul­

turas de Mesoamérica, y de incluir la

arquitectura precolombina en la historia

del arte universal , con la ayuda de la

arqueología y la antropología. Bajo la

dirección de María Teresa Uriarte, el

volumen comienza con el problema

histórico y artístico del origen de la ar­

quitectura precolombina, su desarrollo

y sus consecuencias en la arquitectura

mexicana contemporánea. Otro elemen­

to, hoy fundamental , de la historia del

arte es la individualización del contexto

antropológico en el que se produce la

arquitectura. Junto al bagaje cultural y

arquitectónico, los primeros capítulos

tratan sobre las técnicas constructivas.

Los demás capítulos versan sobre la

evolución histórica de la arquitectura en

las distintas zonas culturales mesoame­

ricanas. Los textos van acompañados de

un extraordinario acervo iconográfico en

color que lo pone al alcance de todo el

público. Cuenta también con un amplio

aparato crítico, planos y diseños, que convierten la publ icación en la más ac­

tualizada sobre el tema.

DISEÑO E ICONOGRAFíA. PUEBLA. GEOMETRíAS DE LA IMAGINACiÓN ARTURO GOMEZ MARTíNEZ (COORD.),

GOBIERNO DEL ESTADO DE PUEBLA/IAIP!

CONACULTA, MÉXICO, 2009, 168 PP.

En el arte del pueblo se crean y se di­

funden los símbolos de la identidad

colectiva, y las iconografías cumplen la función de comunicar y de orna­

mentar los objetos que se usan en la

vida cotidiana, ritual y festiva. Las

figuras decorativas son elementos

esenciales, que a través de los ma­

teriales, los colores y la disposición

simétrica se vuelven mecanismos

expresivos de la cultura.

En este libro se reúne un grupo

selecto de elementos ornamen­

tales de las artesanías poblanas,

integrantes de esa gran riqueza

que tiene M éxico como país. Este

legado corresponde a un dominio

colectivo de las comunidades indí­

genas y mestizas, donde se hacen

presente la tradición, el sincretismo

y el dinamismo. Las iconografías

son elementos de la identidad y de

la diversidad cultural con los que

cuenta el estado de Puebla; aquí se

muestra el patrimonio gráfico de las

comunidades indígenas: nahuas,

tepehuas, otomíes, totonacos, mix­

tecos, popolocas y mazatecos, ade­

más de las comunidades mestizas

rurales y urbanas.

Page 83: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

PRÓXIMO NÚMERO

EDICiÓN REGU LAR 104

La sexualidad en el México prehispánico

"La puta es una mujer malvada. Con su cuerpo se hace lujuriosa . Es vendedora U~~~~~~~~~~ de su cuerpo, constante vendedora de su carne". Códice Florentino, lib. X, f. 39v.

REPROGRAFIA M A P I RAleES

PRÓXIMA APARICiÓN

Izquierda: Tetzcotzinco, estado de México. Derecha: Pirámide del Sol,

Teotihuacan, estado de México. FOTOS. M.A PACHECO. CHRISTA CQWRIE I RAleES

EDICiÓN ESPECIAL 35

Estado de México GUíAARQUEOLÓGICA

Page 84: 103 Augurios Profecías y Pronósticos Mayas+

Séptimo Concurso de Cuento Histórico

.. :J aunque por la tarde subí á dicho cerro de fa Guerra para confesar ú olear á a/gunos que se me aseguró qlJe aUIl alentaban, sófo

lo ejecuté con tres que haflé en esta disposición. José María Iriarte,

citado por Julio Zárate, México a través de fos siglos

¿No tiene usted algo de agua, padrecito? Ya ni sé cuánto tiempo llevo aqLú tirado, y la última vez que eché un trago fue en

la mañana, creo que de ayer pero no me crea mucho porque como le digo no ten­go idea de cuánto ha que estoy aquí, an­tes de que empezara el pifostio y me car­gara la tristeza. ¿Qué horas son, padre?

Han de ser como las cuatro, ¿no? Jesús y Señor mío, y perdone que miente el nom­bre de Dios en vano, padre, que me abra­

so de sed . ¿Fue mezcal o agua? Aunque sea páseme un traguito del crisma que trai

en el sayal, se lo ruego. No se haga, que estoy viendo el bulto de la ampolleta. Por caridad, señor cura, deme un sorbo sola­mente. Siento horrible la boca: el estó­mago ya dejó de dolerme pero no se ima­gina cómo siento la boca: no tengo saliva ni pa escupir el polvo que tragué con el ventarrón que se levantó ayer. La siento como una silla de montar cuarteada, como un par de botas de ésas viejas, bue­nas nomás pa que los cachorros de la To­masa se entretengan yno anden mordién­dome cosas de más uso. La siento como

aquella vez que me comí la piel seca de una bicha de las de cascabel, cuando me lancé para el llano porque se me había es­capado el alazán favorito del patrón, y ni modo que perderlo, con lo bestia qUé se pone don Abundio por cualquier pende­jada, y cómo corría el maldito animal, y

yo detrás en mi propio cuaco sin tiempo ni pagarrar una reata con qué lazarlo, mu-

94 / ARQUEOLOGIA MEXICANA

La sed RICARDO AUGUSTO IRIARTE VALDÉS

CATEGORIA UNIVERSITARIA

INSTITUTO SUPERIOR DE INTERPRETES y TRADUCTORES

cho menos comida o agua. ¿Cuánto lle­

vo aquí, no sabe? No había desayunado todavía y se me fue todo el dia persiguien­

do al potro, y el agujero del estómago como éste que tengo ahora pero no po­dia verlo, estaba por dentro, retorciéndo­se cada vez más y más, hasta que no pude aguantar cuando ya venia de regreso con el cochino animal y que me encuentro una piel de víbora reseca por ai tirada y me la echo al buche. Nunca lo haga, pa­dre. Me pareció como si fueran telarañas, p¡,stosas y pegajosas, como comerse mu­

chos trocitos de! pape! de ese finito que usan los tenderos gachupines pa envol­ver los dulces. Me puse a escupir como

condenado, ahogándome con ellos lo mismo que con el polvo de ayer, y le juro por lo que quiera, por mi madre santa que quién sabe si ya me está viendo desdi allá

arriba, que me parecía que el alazán se es­taba burlando de mi, como que se reía en

venganza porque le chingué sus planes de fuga. No sé cómo me contuve pa no arrearle un puñetazo en el hocico te y ti­

rarle al menos un diente, coño; perdone usted, padre, que ya no sé ni lo que digo. Ora que lo pienso, se me hace que por­que recordé que don Abundio se cobra­ría el diente del caballo con uno mio, sí, ha de haber sido por eso. A ver, deje de vacilar y écheme el aceite, consagrado o no, es lo mismo, ya vale ... Pero no a la cabeza, puta madre, en la boca que me

muero de sed. Traiga acá. o fastidie: ya todos están más muertos que la chinga­da que los parió y no lo van a necesitar; y usted tiene más en la sacristía de la parro­quia allá abajo en Guanajuato, cómo de que no. Mire, mire, compruébelo, qué de tiesos están ya todos, estamos ya todos. Ai stá mi compadre Fulgencio; cayó un

poquito después que yo pero él se murió de inmediato, nomás bulló unos momen-

tos y luego ya quieto como muerto. Quién sabe por qué los zopilotes nomás no se han dejado caer, pero estoy seguro de que en cuanto ambos nos váyamos, usted a su iglesia y yo con Diosito, los pajarracos van a arramblar con todo antes de que los coyotes nos huelan y no les van a de­

jar ni un huesito para roer a gusto. Esos animalejos son excelentes para deshacer­se de carroñas y basuras, pero cuando lo que se echan al plato es un cristiano como que la idea no da mucho gusto, ¿verdá? Ambos, ~í, los coyotes y los bichos ala­dos. Sáqueme de la duda, padre: ¿ nos van a enterrar o vamos a acabar en la panza de las alimañas? Le pido un favor: denos tierra. Ya bastante perra tuvimos la vida

como paca baria de cena de carroñeros. Y entonces, padre, ¿qué horas son? Se va a reír, pero desde hace rato, antes de que

usted llegara, intenté calcular la posición del Sol y cuando levanté la vista al cielo no pude ver nada porque todo estaba bri­llante, como si la tierra y e! aire fueran es­pejos como los de las mujeres de! patrón, o como al mediodía en una barca pescan­

do en plena laguna de Chapala y el refle­jo hiriente del agua, y ya luego las cosas empezaron a aparecer frente a mis ojos, pero entonces se oscurecieron como en día de tormenta, y luego más y más, mes­

mo como si fuera de noche, y luego otra vez vue!ta a la luz brillante y a estar cie­go con ella, y otra vez de regreso, y así va­rias veces. Se me hace que e! Sol me hizo

algo en los oclayos la primera vez y por eso no quiero intentarlo de nuevo. ¿Qué me pasa, padre? Si, ya sé que me estoy muriendo, pero hasta donde sé, que he visto a varios hombres tardándose en ex­pirar, nadie pasa de la luz a la oscuridad y de regreso así nomás. Mi propio padre, condenado viejo, se tardó casi un día en entregar e! ánima el señor, delirando a ra-

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tos y renegando de la bebida que le había acortado los años cuando volvía en sí, pero no mencionó nada de luces y som­bras cambiantes. ¿No será una especie de juego de cartas o algo así, que el lado en el que esté cuando me muera será el sitio a donde voy? ¿Al cielo si veo todo brillan­te o al infierno cuando se me oscurecen los ojos? No blasfemo, padre, nomás es la pura curiosidá. ¿ Usted nunca ha senti­do como que cosquillas en la sesera por saber si sí o si no ... ? Páseme el aceitito, padre. Se me hace que no se ha molesta­do en pensarlo porque está usted muy tranquilo sabiendo que su lugar en la ban­ca cuando se celebre la última misa \'a está apartado, ¿no? Qué rico ser cura y tener garantizada la yidorria eterna . .. Mi ma­macita santa quería que fuera sacerdote y ahorró real sobre real desde que nací, según ella, pa meterme al seminario cuan­do cumpliera catorce. Oiga, ¿qué horas son? Pero el borrachin de mi señor padre se lo bailó todo en trago en algún mo­mento, y de todas maneras no le veía yo el chiste (entonces) a pasármela siempre en la iglesia salmodiando ~- bautizando in­dios. Me interesaban más los caballos y las muchachas, cómo no. Sabe si María de los D olores ya fue al campamento a preguntar por mí r ya le dijeron que no he regresado y que me sospechan fene­cido o prisionero de Calleja, que para el caso da lo mismo, con lo hijo de malama­dre que es ese cabrón ... Señor mío Jesu­cristo, que siento la lengua como si fue­ra madera. A \'er, hágase a un lado que quién sabe cómo pero me dieron ganas de escupir. Ahí va eso: lo rojo es sangre, ¿no?, y lo verde amarillento, usted que sabe, ¿qué es) Ya estoy más pallá que pacá ... Pobre Loli ta, cómo estaba de pre­ocupada cuando nos despedimos. Siem­pre chilla cuando salimos contra los ga­chupines pero ahora estaba seria y con unos ajotes de espanto como no se los he visto a ninguna otra persona. Parecía venadita cuando la atrapas con el lazo y la agarras por la nuca para cortarle el cue­llo. Que quién me mandaba meterme en donde no me llamaba nadie, por Dios, Celestino, que para andar fajándome a balazos acompañando al párroco de Do­lores (mire nomás, igual que su nombre)

mejor me quedara con ella que se le ha­cía que estaba grávida. Que a la próxima me dejaba salir sin llorarme como Mag­dalena pero que ahorita me quedara con ella, que esta vez le daba muy mala espi­na; ya sabe cómo son las mujeres, padre, nadie les gana en quejosas y plañideras. ¿ Ya se está poniendo el Solo soy yo otra vez, que veo las sombras alargarse? ¿Qué horas son, entonces? Sí, señor, Celestino Fernández Cacahuatzin, para servirle a Dios y a usted, aunque poco servicio le puedo hacer así como estoy, ¿no se le hace? Sólo espero que el Creador sí ten­ga algún trabajito disponible para mí en sus parcelas celestiales, porque de esto a roturar los campos hirvientes de Satanás mejor me quedo aqtú, que a fin de cuen­tas el calor será el mismo. ¡Madre, qué sed! Venga acá, deme ese frasco, pinche cura, órale, ande va, no se vaya, ¡no se vaya, cago en diez! Puta que lo parió, por eso no iba a la iglesia seguido más que cuando me obligaban, cara jo . .. Sol de los mil demonios. Maldito el cura éste, mal­dito su compadre Hidalgo, maldita esta jodida guerra. Cómo tenías de razón, mi Lola, quién me manda, caraja. Pero es que sonaba tan bonito: deshacerse de los ga­chupas y ser libres todos, sin nadie que te impida emborracharte a gusto, corretear indios nomás porque sí, marcharte a otra hacienda porque se te hinchan los destos y trabajar para quien se te antoje, ajustar las cuentas de hombre a hombre con el cabrón de don Abundio; la pura vida, mija. Pero siempre he sido un redomado pendejo ... Ah, sí, gracias, Señor, arríme­se de nuevo no más, padre, le juro que me dio no sé qué, es que no tiene idea de cómo me quema la sed. ¡Gracias, gracias, gracias! ¿Ya vio cómo no sernas más que dos o tres los que todavía coleamos y que bien le alcanzaba pa darme a beber des­de un principio) Y nada, perdón eme por faltarle al respeto pero qué necio es us­ted, padrecito. Un cabeza dura igualito que yo. Pero gracias de nuevo, al menos ya no me sabe la boca a sangre y polvo y puedo morir más mejor. Discúlpeme, pa­dre, pero le juro que aparte de la sed lo que me hizo hablarle así fue la muina que todavía me dura de habernos dejado flan­quear por el pinche Calleja y su perro

Flan. Nos corretearon como a conejos. Y encima pudimos haberles rompido la jeta porai traslomitacon el mentado "De­fensor" (qué feo tronaba esa cosota, ¿a poco no lo oyó desde allá en Guanajua­to?), pero ya ve: el cañoncito valió lo que le untan al pan. El Fulgencio y yo corri­mos cuando ya no quedábamos más que cuatro o cinco con la pieza, que no es co­bardía, padre, es salvar la piel pa luego seguirle a la lucha, de todas maneras ya no nos alcanzaban ni las manos ni el tiem­po pa volverlo a disparar y los gachupi­nes se nos venían encima con todo, que parecían chichimecas de los de más arri­ba en el mapa, no tiene pérdida, todo Je­recho. Pero nos siguieron correteando hasta que nos alcanzaron aquí mesmo con estos otros compadres y nos escabe­charon a todos. ¿Y ora qué, padre? No me contestó hace ratito: ¿nos van a dejar a pudrirnos aquí y a merced de las bes­tias o se va a traer a alguien pa que le eche la mano en darnos cristiana sepultura? Hágame ese favor, padre: aunque sea to­dos revueltos en una fosa sin nombre, basta nomás con una cruz de madera pa que sepan que aquí hay muertos hom­bres y no animales, con dos palos cruza­dos aunque sea. Mire, mire, con ese fu­sil, crúcele una bayoneta por donde uno pone el dedo pa disparar y ya estuvo. Y si llegara por aquí una muchachita como de catorce o quince añitos, de ojos cafés de animalito asustado y preguntando por su Celestino, dígale que morí por la liber­tá, padre. Y que bautice al chamaco con mi nombre, o con el que a usted le parez­ca mejor, para agradecerle el traguito de aceite. Y que no se olvide de mí, que es­taré rezando por ella y por el niño allá en el Cielo. ¿Qué horas son, padre, por ené­sima vez? ¿Padre? ¿On tá? No me diga que ya me dejó y ya se regresó a la ciudá. ¿Padre . . . ? Apriétcmc la mano porque ora sí que lo negro se ve demasiado os­curo y como que me entra la temblori­na ... ¿Pos ondestá? Ya me dejó solo. Ya se fue con el hijueputa de Calleja, segu­ro, a celebrar su victoria y a echarle agua bendita por la cabeza y cantarle latines y Deo Gracias y Te Deums y quién sabe qué paparruchadas más. Cago en diez y cago en todo. Pinche cura .. . 4l~

CONCURSO DE CUENTO HISTÓRICO I 95

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SantaAnna Edición de mayo, 20 I O

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