106181030 La Etimologia Latina Cristina Sanchez Martinez

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Cristina Sánchez Martínez La etimología latina. Concepto y métodos 0. Introducción (17,66 kB) XIX- XXIII 1. Primera parte. Concepto de etimología y práctica etimológica 1-323 I. La etimología en la época preliteraria (12,26 kB) 3-4 II. Etimología y gramática en época republicana (108,51 kB) 5-46 1. La introducción de la gramática en Roma (siglo II a. C.) 5-6 2. Elio Estilón y el inicio de la etimología gramatical (siglos 6-14 2.1. La producción eliana 7-8 2.2. La práctica etimológica eliana 8-10 2.3. Carácter de la etimología eliana 10-12 2.4. Valoración de la etimología eliana 12-14 3. Varrón: el inicio de la especulación teórica de la etimología 14-43 3.1. La producción gramatical varroniana 15 3.2. La etimología y el de lingua Latina 15-17 3.3. Declinatio e impositio 17-19 3.4. Declinatio uoluntaria y etimología 19-22 3.5. Variaciones de los uerba declinata: el uso de las quaternae causae 22 3.6. Valor anticuario de la etimología varroniana 23-25 3.7. Los cuatro grados de la indagación etimológica varroniana 25-26 3.8. El cuarto grado de la indagación etimológica varroniana 26-32 3.9. Una nueva propuesta sobre la indagación etimológica varroniana 32-35 3.10. El de lingua Latina, ¿obra filosófica o gramatical? 35-38 3.11. Conclusiones en torno a la etimología varroniana 38-39 3.12. El uso de la etimología en el resto de la producción varroniana 40-41 3.13. Pervivencia de la doctrina etimológica varroniana 41-43 4. Otros gramáticos del siglo I a. C. 43-46 4.1. Nigidio Figulo 43-44 4.2. Servio Clodio 44 4.3. Ateyo Filólogo 44-45 4.4. Santra 45 4.5. Cornificio Longo 45 4.6. Gavio Baso 45-46 III. Etimología y gramática en los primeros siglos del Imperio (88,32 kB) 47-79 1. La tradición artígrafa 47-54 1.1. Las artes descriptivas 49-51 1.2. Las artes dedicadas a la latinitas 51-52 1.3. La gramática en las obras enciclopédicas 52-54

Transcript of 106181030 La Etimologia Latina Cristina Sanchez Martinez

  • Cristina Snchez Martnez

    La etimologa latina. Concepto y mtodos

    0. Introduccin (17,66 kB)

    XIX-

    XXIII

    1. Primera parte. Concepto de etimologa y prctica etimolgica

    1-323

    I. La etimologa en la poca preliteraria (12,26 kB)

    3-4

    II. Etimologa y gramtica en poca republicana (108,51 kB)

    5-46

    1. La introduccin de la gramtica en Roma (siglo II a. C.)

    5-6

    2. Elio Estiln y el inicio de la etimologa gramatical (siglos

    6-14

    2.1. La produccin eliana

    7-8

    2.2. La prctica etimolgica eliana

    8-10

    2.3. Carcter de la etimologa eliana

    10-12

    2.4. Valoracin de la etimologa eliana

    12-14

    3. Varrn: el inicio de la especulacin terica de la etimologa

    14-43

    3.1. La produccin gramatical varroniana

    15

    3.2. La etimologa y el de lingua Latina

    15-17

    3.3. Declinatio e impositio

    17-19

    3.4. Declinatio uoluntaria y etimologa

    19-22

    3.5. Variaciones de los uerba declinata: el uso de las quaternae causae

    22

    3.6. Valor anticuario de la etimologa varroniana

    23-25

    3.7. Los cuatro grados de la indagacin etimolgica varroniana

    25-26

    3.8. El cuarto grado de la indagacin etimolgica varroniana

    26-32

    3.9. Una nueva propuesta sobre la indagacin etimolgica

    varroniana

    32-35

    3.10. El de lingua Latina, obra filosfica o gramatical?

    35-38

    3.11. Conclusiones en torno a la etimologa varroniana

    38-39

    3.12. El uso de la etimologa en el resto de la produccin varroniana

    40-41

    3.13. Pervivencia de la doctrina etimolgica varroniana

    41-43

    4. Otros gramticos del siglo I a. C.

    43-46

    4.1. Nigidio Figulo

    43-44

    4.2. Servio Clodio

    44

    4.3. Ateyo Fillogo

    44-45

    4.4. Santra

    45

    4.5. Cornificio Longo

    45

    4.6. Gavio Baso

    45-46

    III. Etimologa y gramtica en los primeros siglos del Imperio (88,32 kB)

    47-79

    1. La tradicin artgrafa

    47-54

    1.1. Las artes descriptivas

    49-51

    1.2. Las artes dedicadas a la latinitas

    51-52

    1.3. La gramtica en las obras enciclopdicas

    52-54

  • 2. Los tratados ortogrficos

    54-63

    2.1. La ortografa y su relacin con la etimologa

    54-55

    2.2. Tipologa de los tratados ortogrficos

    55

    2.3. Ortgrafos de los siglos I y II d. C.

    56

    2.3.1. Verrio Flaco

    56

    2.3.2. Niso

    56

    2.3.3. Anneo Cornuto

    57

    2.3.4. Quintiliano

    57-58

    2.3.5. Terencio Escauro

    58-59

    2.3.6. Velio Longo

    59-60

    2.3.7. Capro

    60-61

    2.4. La prctica etimolgica de los ortgrafos

    61-62

    2.5. Conclusiones en torno a los ortgrafos

    62-63

    3. Obras de carcter glosogrfico y lexicogrfico

    63-71

    3.1. Verrio Flaco y el de uerborum significatu

    63-67

    3.2. Cloacio Vero

    67

    3.3. Julio Modesto

    67-68

    3.4. Festo y su de uerborum significatu

    68-71

    4. Aulo Gelio y sus Noctes Atticae

    71-78

    4.1. Carcter erudito de la obra

    71

    4.2. La concepcin etimolgica de Aulo Gelio

    71-74

    4.3. La prctica etimolgica

    74-75

    4.4. La crtica etimolgica

    75-76

    4.5. Vocabulario tcnico

    76-78

    4.6. Conclusiones en torno a Gelio

    78

    5. El comentario de obras literarias

    79

    IV. Etimologa y gramtica en la antigedad tarda (siglos IV al

    VI) (148,40 kB)

    80-139

    1. La tradicin artgrafa

    80-103

    1.1. Evolucin de las artes gramaticales

    80-81

    1.2. Contenido de las artes gramaticales

    81

    1.3. Tipologa de las artes gramaticales

    82-83

    1.4. Presencia de la etimologa en las artes gramaticales

    83-96

    1.4.1. La etimologa y la definicin de trminos gramaticales

    84-92

    1.4.2. La etimologa en las explicaciones gramaticales

    92-94

    1.4.3. Etimologa y figura

    95

    1.4.4. Etimologa y ortografa

    95-96

    1.5. Gramtica y etimologa en las obras enciclopdicas

    96-103

    1.5.1. Marciano Capela y la gramtica del de nuptiis Mercurii et Philologiae

    97

    1.5.2. Agustn y la gramtica de las disciplinae

    98-100

    1.5.3. Casiodoro y la gramtica de las Institutiones

    100-103

    2. Los tratados ortogrficos

    104-108

    2.1. Mario Victorino

    104-105

  • 2.2. Agroecio

    105

    2.3. Otros ortgrafos del siglo V

    105-106

    2.4. Casiodoro

    106-107

    2.5. La prctica etimolgica en los tratados ortogrficos de la

    Antigedad tarda

    107-108

    2.6. Parecidos y diferencias con los tratados ortogrficos de los

    primeros siglos del Imperio

    108

    3. Obras de carcter lexicogrfico. Nonio Marcelo

    108-110

    4. Las obras eruditas: Macrobio y sus Saturnaliorum conuiuia

    111-116

    4.1. El uso de la etimologa por parte de los contertulios

    111-114

    4.2. Vocabulario tcnico

    115

    4.3. Mtodos y esquemas etimolgicos

    115

    4.4. Comparacin con Gelio

    115-116

    5. El comentario de texto

    116-139

    5.1. Tipos de comentarios de textos

    116-117

    5.2. El comentario enciclopdico: Porfirin, Donato y Servio

    117-124

    5.3. El comentario tcnico: Prisciano

    125-126

    5.4. El comentario alegrico. Etimologa y exgesis cristiana

    126-139

    5.4.1. Jernimo

    128-133

    5.4.2. Agustn

    133-134

    5.4.3. Casiodoro

    135-139

    V. La etimologa en la retrica y la dialctica en poca

    republicana (49,92 kB)

    140-154

    1. Panormica general de la especulacin retrico-dialctica en torno a la etimologa

    140-141

    2. El inicio de la especulacin terica de la etimologa filosfico-

    retrica: Cicern (siglo I a. C.)

    141-154

    2.1. La inuentio ciceroniana

    141-147

    2.2. Ejemplos prcticos de la nota

    147-148

    2.3. Carcter filosfico-retrico de la exposicin de los loci en los Topica

    149-150

    2.4. El empleo de la etimologa en los tratados filosficos

    150-152

    2.5. Crtica ciceroniana a la etimologa estoica

    152-153

    2.6. El empleo de las quaternae causae

    153

    2.7. Pervivencia de Cicern

    154

    VI. Etimologa y retrica en los primeros siglos del Imperio: la Institutio

    oratoria de Quintiliano (finales del siglo I d. C.) (38,52 kB)

    155-165

    1. Etimologa y gramtica: libro I de la Institutio oratoria

    155-161

    2. Etimologa y retrica: libros V y VI de la Institutio oratoria

    161-163

    3. Diferencias en la concepcin etimolgica entre Cicern y

    Quintiliano

    163-164

    4. Conclusiones en torno a Quintiliano

    164-165

    VII. Etimologa, retrica y dialctica en la Antigedad tarda (siglos IV y

    V) (60,69 kB)

    166-185

    1. Panorama retrico de los siglos IV y V

    166-168

  • 2. Los retores menores

    168-171

    3. Mario Victorino y el comentario de las obras retricas

    171-176

    3.1. El comentario al de inuentione de Cicern

    171

    3.2. El comentario a los Topica de Cicern

    172

    3.3. El tratado de definitionibus

    172-175

    3.4. Pervivencia de Mario Victorino

    175-176

    4. Las artes retrica y dialctica de Marciano Capela

    176-178

    5. Las artes retrica y dialctica de Agustn

    179-185

    5.1. El de rhetorica

    179

    5.2. La nueva orientacin cristiana de la retrica

    179-180

    5.3. El de dialectica

    180-184

    5.4. Consideracin agustiniana de la etimologa

    184-185

    5.5. Conclusiones en torno a Agustn

    185

    VIII. Etimologa, retrica y dialctica en el siglo VI (40,16 kB)

    186-196

    1. El comentario de obras retricas: Boecio

    186-193

    1.1. El comentario in Ciceronis topica

    187-191

    1.2. El tratado de topicis differentiis

    191-192

    1.3. Pervivencia de Boecio

    192-193

    2. Etimologa y dialctica en Casiodoro

    193-194

    3. Conclusiones en torno a la especulacin terica de la etimologa

    retrico-dialctica

    194-196

    IX. La etimologa en la poesa y en la historia (28,87 kB)

    197-206

    1. La etimologa en la poesa pica y la analstica de los siglos III y II

    a. C.

    197-199

    1.1. Los poetas picos

    198

    1.2. Los analistas

    198-199

    2. La etimologa en los poetas y anticuarios de finales de la Repblica

    199

    3. La etimologa en los poetas, historiadores y anticuarios de finales

    de la poca augustea

    200-205

    3.1. Virgilio

    200-201

    3.2. Propercio

    201-202

    3.3. Ovidio

    202-203

    3.4. Tito Livio

    203-205

    3.5. Otros autores

    205

    4. El uso de la etimologa en historiadores de siglos posteriores

    205-206

    X. La etimologa en las obras jurdicas (52,04 kB)

    207-223

    1. El desarrollo de la literatura jurdica

    207

    2. Finalidad de la etimologa en los juristas

    208-209

    3. Intercambio etimolgico entre gramticos y juristas

    209-210

    4. El uso de la etimologa por parte de los juristas

    210-220

    4.1. Autores juristas de finales de la Repblica

    211-215

    4.2. Autores juristas de los primeros siglos del Imperio. Siglos I al

    III

    216-219

    4.3. El Corpus iuris ciuilis de Justiniano

    219-220

  • 5. Rasgos del empleo de la etimologa en los juristas

    220-222

    6. Conclusiones en trono al uso de la etimologa en las obras jurdicas

    222-223

    XI. La confluencia de las etimologas gramatical y retrico-dialctica en

    el siglo VII. Isidoro de Sevilla y sus Etymologiae (132,88 kB)

    224-275

    1. Las Etymologiae entre las obras enciclopdicas

    224-230

    2. Concepcin terica de la etimologa en lasEtymologiae de Isidoro de Sevilla

    230-246

    2.1. Definicin de la etimologa del libro I

    230-243

    2.1.1. Fuentes de la definicin del libro I

    231-234

    2.1.2. Sentido de la definicin de etimologa del libro I

    234-243

    2.2. La definicin de etimologa del libro X

    244

    2.3. Convergencia gramtico-retrica de la tipologa etimolgica

    245

    2.4. La definicin del libro II

    245-246

    3. Valor cognitivo de la etimologa isidoriana

    246-248

    4. Funcionamiento de la prctica etimolgica isidoriana

    248

    5. Esquemas etimolgicos

    248-253

    6. El uso de las quaternae causae y de los nomina ficta

    253-254

    7. Vocabulario tcnico empleado en la designacin de la etimologa

    254-258

    7.1 Etymologia

    255-256

    7.2. Origo

    257

    7.3. Designacin de los diferentes tipos de etimologas y verbos

    introductores de los esquemas etimolgicos

    257-258

    8. La praxis etimolgica de Isidoro de Sevilla

    258-274

    8.1. Libro I de las Etymologiae

    259-264

    8.2. Libro IV de las Etymologiae

    265-268

    8.3. El libro VII de las Etymologiae

    268-271

    8.4. Libro X de las Etymologiae

    271-274

    9. Conclusiones en torno a la etimologa isidoriana

    274-275

    XII. La etimologa en las gramticas latinas irlandesas de los siglos VI al

    IX (132,02 kB)

    276-323

    1. Panorama gramatical de los siglos VII al IX

    276-279

    1.1. La enseanza del latn

    276-278

    1.2. Papel mediador de las gramticas insulares

    279

    2. Clasificacin de las obras gramaticales insulares y de influjo insular

    280-284

    2.1. La propuesta de Holtz

    280

    2.2. La propuesta de Law

    280-282

    2.3. La clasificacin de Amsler

    282-283

    2.4. Nuestra propuesta

    283-284

    3. La etimologa en las gramticas insulares

    284-286

    4. La etimologa en las gramticas elementales

    286-294

    4.1. Las gramticas del siglo VII: el ars Asporii

    286-287

    4.2. Las gramticas insulares del siglo VIII

    287-292

    4.2.1. El ars Malsachani

    288-289

  • 4.2.2. Tatuino

    289-291

    4.2.3. Bonifacio

    291-292

    4.3. Rasgos del empleo de la etimologa en las gramticas elementales

    292-294

    5. La etimologa en las gramticas exegticas

    295-323

    5.1. El segundo nivel de enseanza: el comentario exegtico y

    295-296

    5.2. Estructura del comentario exegtico y empleo de la

    controversia gramatical

    296-301

    5.3. El aumento de las etimologas rasgo caracterstico de las

    gramticas exegticas

    301-303

    5.4. Consideracin de la etimologa como parte integrante del

    comentario

    304-305

    5.5. Las definiciones gramaticales y su relacin con la etimolologa

    305-311

    5.6. La definitio substantiae y la definitio soni

    311-313

    5.7. La definitio soni

    313-317

    5.7.1. Los cuatro modos de la definitio soni

    313-315

    5.7.2. Falta de correspondencia entre la teora y la prctica

    315

    5.7.3. Vocabulario tcnico

    316

    5.7.4. Esquemas etimolgicos

    316-317

    5.8. Fuentes de las etimologas de los comentarios irlandeses

    317-318

    5.9. Diferencias entre las gramticas elementales y las

    gramticas

    318-321

    5.10. Conclusiones

    321-323

    2. Segunda parte: Los mtodos etimolgicos

    325-480

    I. Los mtodos etimolgicos (29,09 kB)

    327-336

    1. Planteamiento de la cuestin

    327-332

    2. Fuentes para el estudio de los mtodos etimolgicos

    332-336

    2.1. Fuentes latinas

    332-334

    2.2. Fuentes modernas

    335-336

    II. La onomatopeya (43,23 kB)

    337-349

    1. La onomatopeya como mtodo etimolgico

    337

    2. Concurrencia de la onomatopeya con otros mtodos etimolgicos

    338

    3. Onomatopeya y gramtica

    339-342

    3.1. Varrn

    339

    3.2. Autores de poca imperial

    339-340

    3.3. Las artes gramaticales de los siglos IV al VI

    340-341

    3.4. Isidoro de Sevilla

    341

    3.5. Los gramticos insulares

    341-342

    4. Onomatopeya y retrica

    342-343

    5. Vocabulario tcnico

    343-347

    6. Ausencia del trmino inductor

    347

    7. El uso de las quaternae causae y los nomina ficta

    347

    8. Tipos de palabras que reciben una explicacin etimolgica de 347-348

  • carcter onomatopyico

    9. Conclusiones en torno a la onomatopeya

    348-349

    III. La similitud (34,15 kB)

    350-360

    1. La similitud como mtodo etimolgico

    350

    2. La prctica etimolgica de la similitud frente

    350-354

    2.1. Varrn

    351-353

    2.2. Otros autores gramaticales

    353-354

    3. Vocabulario tcnico

    354-357

    4. Origen del trmino inductor

    358

    5. El uso de las quaternae causae y los nomina ficta

    358

    6. Tipos de palabras que reciben una explicacin etimolgica por

    similitud

    358-359

    7. Conclusiones en torno a la similitud

    359-360

    IV. La antfrasis (51,39 kB)

    361-376

    1. La antfrasis como mtodo etimolgico

    361-362

    2. La prctica etimolgica de la antfrasis

    362-371

    2.1. Los inicios. Elio Estiln

    363-364

    2.2. Varrn

    364-365

    2.3. Quintiliano

    365

    2.4. Gelio

    365-366

    2.5. Festo

    366

    2.6. Las artes gramaticales

    366-367

    2.7. Jernimo y Agustn

    367-368

    2.8. Marciano Capela

    368-369

    2.9. Casiodoro

    369

    2.10. Isidoro de Sevilla

    369-370

    2.11. Las gramticas irlandesas

    370-371

    2.12. Los juristas

    371

    3. Vocabulario tcnico

    372-373

    4. Esquemas etimolgicos

    374

    5. Origen del trmino inductor en las etimologas antifrsticas

    374-375

    6. El uso de las quaternae causae y los nomina ficta

    375

    7. Tipos de palabras que reciben una explicacin etimolgica

    antifrstica

    375-376

    8. Conclusiones en torno a la antfrasis

    376

    V. La composicin (74,30 kB)

    377-403

    1. La composicin como mtodo etimolgico

    377

    2. Fuentes latinas para el estudio de este mtodo etimolgico

    377-383

    2.1. La composicin en la gramtica

    378-383

    2.1.1. Varrn

    378

    2.1.2. Quintiliano

    379

    2.1.3. Los artgrafos de los siglos IV al VI

    379-380

    2.1.4. Los gramticos irlandeses

    381-383

  • 2.2. La composicin en la retrica: Cicern y Quintiliano

    383

    3. La prctica etimolgica de la composicin

    383-388

    3.1. Los inicios

    383-384

    3.2. Elio Estiln, Varrn y Nigidio Fgulo

    384-386

    3.3. Gelio y Festo

    386

    3.4. Nonio Marcelo

    386-387

    3.5. Los artgrafos de los siglos IV al VI

    387

    3.6. Casiodoro

    387-388

    3.7. Isidoro

    388

    4. Vocabulario tcnico

    389-391

    5. Esquemas empleados en las explicaciones etimolgicas por composicin

    391-395

    5.1. Esquema derivativo

    392

    5.2. Esquema causal

    393

    5.3. Esquema B quasi

    393-394

    5.4. Frecuencia de uso de los diferentes esquemas

    394-395

    6. Elementos composicionales del compuesto

    395-399

    6.1. Nmero de elementos que forman parte de un compuesto

    395

    6.2. Lengua de procedencia de los elementos composicionales

    396-397

    6.3. Naturaleza de los elementos composicionales

    398-399

    7. El empleo de las quaternae causae en los compuestos

    399-401

    8. Los nomina ficta en la explicacin etimolgica por composicin

    401

    9. Tipos de palabras que reciben una explicacin etimolgica por

    401-402

    10. Conclusiones en torno a la composicin

    402-403

    VI. La derivacin (50,92 kB)

    404-419

    1. La derivacin como mtodo etimolgico

    404-405

    2. La especulacin terica en torno a la derivacin

    405-410

    2.1. La derivacin en la gramtica

    405-409

    2.1.1. Varrn

    405-406

    2.1.2. Plinio el Viejo

    406

    2.1.3. Quintiliano

    406

    2.1.4. Los artgrafos de los siglos IV al VI

    406-407

    2.1.5. Isidoro de Sevilla

    408

    2.1.6. Los gramticos irlandeses

    408-409

    2.2. La derivacin en la retrica

    409-410

    3. Vocabulario tcnico

    410-412

    4. La derivacin y el uso de sufijos

    412-413

    5. Origen del trmino inductor de una derivacin

    413-415

    6. Esquemas etimolgicos

    415-417

    7. La derivacin y el empleo de las quaternae causae y de los nomina ficta

    417

    8. Tipos de palabras que reciben una explicacin etimolgica por

    derivacin

    417-418

    9. Conclusiones en torno a la derivacin

    418-419

  • VII. Las quaternae causae y los nomina ficta (153,98 kB)

    420-480

    1. Las quaternae causae. Concepto y uso

    420-439

    1.1. Planteamiento de la cuestin

    420-422

    1.2. Veracidad de las quaternae causae

    422-423

    1.3. La especulacin terica sobre el uso de las quaternae causae en la etimologa latina

    423-426

    1.3.1. Varrn

    423-425

    1.3.2. Quintiliano

    425

    1.3.3. La especulacin terica en los restantes autores

    425-426

    1.4. El uso de las quaternae causae en la prctica etimolgica latina

    426-431

    1.4.1. Posicin de las letras y slabas a las que afecta el uso

    426

    1.4.2. Consignacin de las quaternae causae

    427-429

    1.4.3. Preferencia por el uso de determinados cambios

    429-430

    1.4.4. La relacin entre el uso de las quaternae causae y el

    430

    1.4.5. Las quaternae causae y los mtodos etimolgicos

    430-431

    1.5. Vocabulario tcnico

    432-438

    1.5.1. Varrn

    432-434

    1.5.2. Los restantes autores

    434-437

    1.5.3. Problemas suscitados por la variedad de trminos

    empleados en la designacin de las quaternae causae

    437-438

    1.6. Conclusiones en torno a las quaternae causae

    438-439

    2. Las quaternae causae. Cambios fonticos empleados por los latinos

    439-461

    2.1. La quaterna causa de las letras

    442-458

    2.1.1. La adicin, additio

    442-444

    2.1.1.1. Cambios voclicos producto de la adicin

    442-443

    2.1.1.2. Cambios consonnticos producto de la adicin

    443-444

    2.1.2. La sustraccin, demptio

    445-450

    2.1.2.1. Cambios voclicos producto de la sustraccin

    445-447

    2.1.2.2. Cambios consonnticos producto de la

    sustraccin

    447-450

    2.1.3. La mutacin, commutatio

    450-458

    2.1.3.1. Cambios voclicos producto de la mutacin

    450-454

    2.1.3.2. Cambios consonnticos producto de la mutacin

    454-458

    2.1.4. La mettesis, traiectio

    458

    2.2. La quaterna causa silbica

    459

    2.3. Conclusiones en torno a la prctica de las quaternae causae

    459-461

    3. Los nomina ficta

    461-480

    3.1. Naturaleza de los nomina ficta

    461-467

    3.1.1. Designacin de estas formas

    463

    3.1.2. El problema de su inclusin en los diccionarios y lxicos

    463-465

    3.1.3. Su consideracin hoy en da

    465-467

    3.2. El uso de los nomina ficta en la prctica etimolgica latina

    467-474

    3.2.1. Consignacin de la anterioridad en el tiempo del 468-469

  • nomen fictum en relacin con el trmino B

    3.2.2. Aumento paulatino del nmero de nomina ficta empleados en las explicaciones etimolgicas

    470-471

    3.2.3. Complicacin en el uso de los nomina ficta

    471

    3.2.4. Origen del trmino inductor del nomen fictum

    471-472

    3.2.5. Adverbios que introducen los nomina ficta

    472-474

    3.3. Posibilidades formales de los nomina ficta

    474-475

    3.4. Acuacin de los nomina ficta

    475-477

    3.5. Relacin entre los esquemas etimolgicos y el uso de los

    nomina ficta

    477

    3.6. Carcter de hapax de los nomina ficta

    477-478

    3.7. Concurrencia de los nomina ficta

    478-479

    3.8. Tipos de palabras para las que se acude al uso de los nomina ficta

    479

    3.9. Conclusiones

    479-480

    3. Apndice.- La etimologa griega (36,08 kB)

    483-491

    1. Etimologa y poesa

    483-485

    2. Etimologa y filosofa

    485-489

    3. Etimologa y gramtica

    489-491

    4. Notas (466,11 kB)

    493-623

    1. Primera parte

    495-565

    1.I. La etimologa en poca preliteraria

    495

    1.II. Etimologa y gramtica en poca republicana

    495-502

    1.III. Etimologa y gramtica en los primeros siglos del Imperio

    (fines del s. I a.C. y siglos I y II d.C.)

    502-509

    1.IV. Etimologa y gramtica en la Antigedad tarda (siglos IV al VI)

    510-528

    1.V. Etimologa, retrica y dialctica en poca republicana

    528-531

    1.VI. Etimologa y retrica en los primeros siglos del Imperio la Institutio Oratoria de Quintiliano (finales del siglos I d.C.)

    531-532

    1.VII. Etimologa, retrica y dialctica en la Antigedad tarda (siglos

    IV y V d.C.)

    533-537

    1.VIII. Etimologa, retrica y dialctica en el siglo VI

    537-540

    1.IX. La etimologa en la poesa y en la historia

    540-542

    1.X. La etimologa en las obras jurdicas

    542-546

    1.XI. La confluencia de las etimologas gramatica y retrico-dialctica en el siglo VII: Isidoro de Sevilla

    546-555

    1.XII. La etimologa en las gramticas latinas irlandesas de los siglos

    VII al IX

    555-565

    2. Segunda parte

    566-622

    2.I. Los mtodos etimolgicos

    566-568

    2.II. La onomatopeya

    568-572

    2.III. La similitud

    572-576

    2.IV. La antfrasis

    576-582

    2.V. La composicin

    582-593

  • 2.VI. La derivacin

    593-599

    2.VII. Las quaternae causae y los nomina ficta

    600-622

    3. Apndice.- La etimologa griega

    622-623

    5. Bibliografa (66,92 kB)

  • XIX

    Introduccin

    INTRODUCCIN

    La finalidad de la etimologa latina era alcanzar el significado originalde una palabra as como justificar su grafa. La relacin establecida entre lostrminos inductor e inducido era tanto formal como semntica. Ello favorecala existencia de diferentes explicaciones de una misma palabra, hecho que nopreocupaba a los latinos. Las diferentes aproximaciones etimolgicas eranconsideradas igualmente legtimas y no exclusivas las unas de las otras. Parapoder establecer la relacin semntico-formal aludida los latinos no dudabanen aadir, suprimir o cambiar letras despreocupndose de si se trataba decambios correctos y posibles. En ocasiones, incluso, apelaban a una formapuente entre los trminos entre los que se estableca la relacin etimolgicapara facilitar el parentesco aludido. Apreciaban en gran medida la finura yla agudeza de la relacin establecida.

    Los catlogos etimolgicos de un mismo trmino, el uso incorrecto dedeterminados cambios fonticos y el recurso a las formas puente motivan quese hable de la etimologa latina como una etimologa fantasiosa sin pretensindiacrnica ninguna. Son crticas hechas desde una perspectiva actual peroalejadas de lo que fue la etimologa latina. Se tiende a considerar lasetimologas latinas como etimologas populares. Es una calificacin productode una perspectiva actual. Tambin lo es el considerarlas errores etimolgicoscausados por la deficiencia de la cultura latina. Las etimologas latinasresponden a otra concepcin. La intencin del presente trabajo es,precisamente, examinar qu entendan los romanos por etimologa y de qumtodos se servan en su prctica. Para ello hemos dividido el trabajo en dospartes, de las que la primera corresponde a la vertiente terica y la segundaa la prctica.

  • XX

    En la primera parte incidimos principalmente en la gramtica y laretrica ya que es en esas disciplinas donde hemos registrado las escasasconsideraciones que los latinos ofrecen de la etimologa y que nos permitenhablar de una especulacin terica acerca de la misma. La distintaconsideracin de la palabra en una y otra artes propiciar un uso diferente dela etimologa. En la gramtica se recurre a la palabra como fuente de anlisis,mientras que en la retrica la palabra es fuente de argumentos.

    Gramtica y retrica confluirn en lo tocante a la etimologa endisitintas pocas y en distinto grado. Lo harn en el siglo I con Quintiliano,en el siglo VII con Isidoro y en el siglo IX con los gramticos irlandeses.Quintiliano asocia etimologa y definicin en la gramatica includa en suInstitutio oratoria; Isidoro auna las concepciones gramatical y retrica de laetimologa en la definicin que ofrece de la misma, y los gramticosirlandeses incluyen en sus obras las definiciones gramaticales, cuyo origenest en las definiciones retricas. Entre esas definiciones se encuentra laetimologa bajo la designacin definitio soni.

    Nuestro estudio de la etimologa en la gramatica no se cie a las artesgramaticales sino que incluye tambin las ortografas, las obras lexicogrficas,los comentarios y aquellas obras eruditas de autores que, como Gelio,mostraron inters por las cuestiones gramaticales.

    Pero, adems de la gramtica y la retrica, tambin incluimos noticiassobre su uso en la poesa, en la historia y en las obras jurdicas. En las dosprimeras la etimologa se caracteriza por su valor anticuario presente tambinen las obras de gramticos como Varrn, Verrio Flaco, Festo y NonioMarcelo, y de los autores eruditos Gelio y Macrobio. En cuanto a las obrasjurdicas, en ellas la etimologa est presente como medio para explicar elvocabulario jurdico y como procedimento para elaborar nuevasinterpretaciones del derecho.

    El perodo de tiempo estudiado en cada uno de estos mbitos propuestosno siempre coincide. Realizar un estudio paralelo de todos ellos sera untrabajo excesivo que superara con creces los lmites del estudio que hemos

  • XXI

    Introduccin

    pretendido llevar a cabo. Por ello aquellos mbitos en los que lasconsideraciones tericas son nulas o casi nulas han recabado una menoratencin. Nos referimos a la poesa, la historia y las obras jurdicas.

    El arco cronolgico comprende desde el siglo III a. C. hasta el siglo XId. C. En la gramtica, y tras un pequeo esbozo de su situacin en pocapreliteraria, hemos comenzado por Elio Estiln, siglo II a. C., que pasa porser el introductor de la etimologa a la manera griega en Roma, y hemosllegado en el tiempo hasta el siglo IX para poder seguir la evolucin de lagramtica hasta los gramticos irlandeses de los siglos VII al IX, continuadoresde la labor gramatical de las artes escritas en la antigedad tarda. En laretrica el primer autor a estudiar es Cicern, siglo I a. C., y el ltimo Isidoro,siglo VII d. C. En poesa nos remontamos a los primeros poetas de laliteratura latina y llegamos hasta los poetas de la poca de Augusto conespecial atencin a Virgilio y Ovidio por ser los que recurren a esta prcticaen mayor medida. En la historia nos centramos preferentemente en losprimeros aos del Imperio. En las obras jurdicas el perodo a estudiarcomprende del siglo III a. C. al siglo V d. C.

    Cada una de las discipinas y gneros gramaticales ser abordado deforma separada (lo cual no ser un obstculo para establecer posiblesrelaciones e influencias de unos en otros). Por ello, aquellos autores queescribieron obras pertenecientes a diferentes disciplinas y trataron en ellas eltema de la etimologa, sea en su faceta terica sea en su faceta prctica, seestudiarn en varios apartados. Es el caso de autores como Varrn, Agustn,Marciano Capela o Casiodoro.

    Pero, ms que especular acerca de la etimologa, los romanos sesirvieron de ella de una forma prctica. Por ello hemos dedicado la segundaparte a los mtodos que emplearon en su quehacer etimolgico y las tcnicasauxiliares de las que se sirvieron en esa prctica. En el anlisis que de ellosefectuamos hemos intentado dar cabida a todos los autores incluidos en laprimera parte, si bien la mayor parte de las consideraciones se centran en

  • XXII

    Varrn, Festo, Gelio, Nonio, Isidoro y Sedulio. La razn no es otra que laabundancia de etimologas registradas en sus respectivas obras.

    Los mtodos que los latinos emplearon en sus explicaciones etimolgicasfueron, por orden de mayor a menor preferencia, la derivacin, la composicin,la similitud, la onomatopeya y la antfrasis. Las tcnicas auxiliares nombradasson las quaternae causae y los nomina ficta, esto es, los cambios fonticosy las formas puente que les permiten facilitar la relacin etimolgicaestablecida entre los trminos inductor e inducido.

    Pese al rigor que en principio podra suponer el uso de ambas tcnicasauxiliares, en especial las quaternae causae, en verdad no hay tal rigor paralos criterios de la etimologa actual pero s para la latina. Los romanosconsideraban ms importante justificar la relacin etimolgica establecidasemantica y formalmente entre dos trminos que la veracidad de la propiarelacin. Esa es una de las grandes diferencias que existe entre su concepcinetimolgica y la actual. Los latinos no se plantearon nunca la correccin oincorreccin de la etimologa propuesta ni la de los cambios aducidos parajustificarla. Por ello, al examinar el uso de estas tcnicas auxiliares noemitiremos juicios de valor acerca de los mismos. Hacerlo sera juzgarlos conojos ajenos a lo que era la prctica etimolgica antigua.

    Para designar los diferentes mtodos existe un vocabulario tcnico. Sinembargo ha de hacerse hincapi en que, por un lado, no es un vocabulariouniforme, pues vara segn el autor y la poca, y por otro existe un rechazogeneralizado hacia los giros o trminos de origen griego. Los latinosprefirieron crear sus propias designaciones. Por lo que respecta a los cambiosfonticos, recurren a ellos sin consignarlos de forma expresa en la mayorade los casos. Aunque se emplean en los distintos mtodos, su notacin es casiinexistente en la onomatopeya, la antfrasis y la similitud.

    Para realizar el presente estudio hemos trabajado sobre etimologasexplcitas, es decir, etimologas que quedan consignadas como tales, bien porel uso de los esquemas etimolgicos, bien por la presencia de verbos de

  • XXIII

    Introduccin

    lengua que las introducen, bien por uso de trminos tcnicos que indican supresencia. Ello hace que puedan echarse en falta etimologas incluidas comotales por otros estudiosos

    Por ltimo, queremos sealar que las notas que acompaan el presenteestudio son citas que apoyan o ejemplifican las explicaciones a las que hacenreferencia. Para no interrumpir la exposicin las hemos dispuesto al final.En dichas citas, a diferencia de los trminos latinos que aparecen en el cuerpodel presente estudio, hemos renunciado al uso de la cursiva. Lo hemos hechoas para respetar el texto regularizado por cada editor. Los trminos tcnicosaparecen marcados con una comilla, las palabras de las que se ofrece unaetimologa con dos y las citas textuales entre comillas.

  • La etimologa en poca preliteraria

    3

    I - La etimologa en poca preliteraria

    La etimologa no adquiri en Roma un carcter cientfico, al menos noel alcanzado en Grecia (uid. Apndice), hasta fines del siglo II a. C., momentoen el que Elio Estiln inici su labor etimolgica. Tampoco, atendiendo a lostestimonios que nos han llegado, se teoriz acerca de ella hasta que lohicieron Varrn y Cicern en el siglo I a. C., el primero desde un punto devista gramatical y el segundo desde una perspectiva retrico-dialctica.

    Sin embargo, ni la falta de rigor cientfico, ni la ausencia de unaespeculacin terica impide hablar de su uso en poca anterior al siglo II a.C. De hecho, si hemos de hacer caso a las indicaciones de Servio, se recurria ella incluso en poca preliteraria. Este autor, en su comentario a losGeorgica de Virgilio, dice que en los indigitamenta, atribuidos al rey Numa,aparecan no slo lo nombres de los dioses indigetes, sino tambin laexplicacin de los mismos. Ofrece dos ejemplos: Segetia y Occator. Laprimera de estas divinidades reciba ese nombre porque proporcionaba a loshombres las mieses, seges; la segunda se llamaba as porque favoreca elrastrillaje de los campos, occatio2.

    Salvadore (1987: 82 s.) considera estas explicaciones etimolgicascomo el resultado de la necesidad de invocar correctamente a cada divinidadpara as obtener de ella el favor solicitado. Queda constancia de las mismasen las recopilaciones de tenimos hechas, ya en poca literaria, por Catn yVarrn. El primero de estos autores reuni las designaciones de las divinidadesque intervenan en la educacin de los nios en su tratado De liberiseducandis3. El segundo ofreci un elenco ms amplio y variado en los librosdedicados a las cuestiones divinas en su obra de antiquitate rerum humanarumet divinarum. Varrn no se limit, como Catn, a un mbito concreto deactividad divina. Su labor la conocemos gracias a los testimonios recogidos

  • Concepto de etimologa

    4

    por Gelio en sus noctes Atticae, Agustn en su de civitate dei y Servio en suscomentarios a Virgilio4.

    Las explicaciones etimolgicas de tenimos no seran exclusivas deestos primeros tiempos. No cesaran de interesar a lo largo de la historia aanticuarios, poetas y eruditos, quienes en sus obras incluiran explicacionesetimolgicas de los nombres de determinadas divinidades. As lo haran,adems de los ya nombrados Catn y Varrn, Cornificio Longo en su obrade etymis deorum, Ovidio en su poema Fasti, Gelio en las noctes Atticae oMacrobio en sus Saturnaliorum conuiuia.

  • Etimologa y gramtica en poca republicana

    5

    II - Etimologa y gramtica en poca republicana

    La prctica etimolgica interes a los romanos en todas las pocas.Como hemos sealado en el captulo precedente contamos con testimoniosde su empleo en poca preliteraria y desde el inicio de la literatura latina, 240a.C, su uso sigue presente. El empleo de la etimologa era un proceder muydel gusto de la mentalidad romana. A los poetas y analistas de estas primerostiempos les gustaba insertar en sus obras etimologas para as complacer alpblico (cf. Collart, 1954: 8 y 254).

    Sin embargo, frente a este uso literario no se registran ejemplos de suuso gramatical hasta el siglo II a. C. Para que ello ocurriera tuvo primero queimplantarse en Roma la gramtica a la manera griega y eso ocurri,precisamente, en el siglo II a. C.

    1 - La introduccin de la gramtica en Roma (siglo II a. C.)

    La gramtica se conoci en Roma como consecuencia del proceso dehelenizacin. Su enseanza se realiz tanto de forma privada como de formapblica. La enseanza privada se llev a cabo en los crculos filohelnicos enlos que poetas como Livio Andronico, siglo III a. C., y Ennio, a caballo entrelos siglos III y II a. C., ensearon la lengua griega. La enseanza pblica seinici con el estoico Crates de Malos a mediados del siglo II a. C. (cf. Suet.Gram. 2). Un accidente le oblig a permanecer en la ciudad y favoreci el quelos romanos aprendieran su forma de llevar a cabo la crtica literaria, prcticaya establecida en las escuelas helensticas pero desconocida hasta esemomento en Roma. Lampadin, Vargunteyo, Filcomo y Arquelao, siguiendosus enseanzas, leyeron en pblico y comentaron las obras de determinados

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    poetas anteriores o contemporneos por los que sentan especial estima. PorSuetonio (Gram. 2) y Gelio (18. 5. 11) sabemos que Lampadin no slo habadividido en siete libros el Bellum Poenicum de Nevio, sino que tambin habacorregido en l diversos errores. Suetonio (Gram. 2) tambin nos informa deque Vargunteyo haba comentado y corregido los Annales de Ennio. Carisio(G. L. 1. 144. 33) seala en su gramtica que Filcomo y Arquelao habanhecho lecturas pblicas de las Saturae de su amigo Lucilio. El ltimo de estosautores haba escrito, adems, un libro titulado de uitiis uirtutibusquepoematorum.

    No obstante, pese a la labor gramatical realizada por estos autores, nohay mencin alguna de que en sus comentarios se sirvieran de la etimologaal modo en que poco despus lo hara Elio Estiln.

    2 - Elio Estiln y el inicio de la etimologa gramatical (siglos II-I a. C.)

    Elio Estiln (154 - 74 a. C.) fue, segn Suetonio (Gram. 3), el precursorde la gramtica latina en todas sus partes. Por lo que respecta a la etimologaes opinin ya consagrada que fue el primero de los etimlogos latinos, por serl quien transplant la etimologa griega a la lengua latina y quien transliterdel griego el trmino introducido en el uso por el estoico Crisipo (cf. Muller,1910: 100 y 111; Della Corte, 1981: 105). De Poerck (1970: 200) habla deEstiln como le chef de file des tymologistes latins y Della Corte localifica como fondatore della scienza etimologica presso i Romani (1981:111) y autor de una nuova teoria creata fra i Romani, la teoria dell origouerborum (1981: 164).

    Elio inici su labor etimolgica en Roma tras su paso por Rodas, dondeestudi junto a Dionisio Tracio, en el 100 a. C.

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    2. 1 - La produccin eliana

    Elio Estiln fue un hombre versado en las letras latinas y griegas y, ala vez, gran conocedor de las palabras antiguas (cf. Var. L. 7. 2; Cic. de Orat.1. 193, Brut. 205; Gel. 1. 18. 1 s.), lo cual le beneficiara en el desarrollo desu labor etimolgica.

    De su produccin nos quedan escasos restos. Por noticias de Gelio (16.8. 2) sabemos que escribi un commentarium de proloquiis del que nadaqueda y cuya influencia se dejara sentir en el de lingua Latina de Varrn (cf.Suet. Gram. 2), en el libro primero de las Tusculanae de Cicern (cf. DellaCorte 1981: 106 s. nota 22) y en el de dialectica atribuido a Agustn (cf. DellaCorte 1981: 111 nota 26). Sin embargo, no se sabe con certeza si se trat deuna obra de carcter terico o prctico. Segn Della Corte (1981: 106 nota22) y Guerreira (1997: 764) debi ser una simple compilacin de cualquierperi; ajxiwmavtwn estoico.

    Como gramtico, Elio estudio la obra de Plauto (cf. Gel. 3. 3. 12) ycoment los carmina Saliorum. Su discpulo Varrn calificara ese comentariocomo escueto y dira de l que haba sido llevado a cabo sin muchos detallespor la dificultad que entraaba el texto a causa de su antigedad1. Pero Eliono se limit a trabajar solamente textos poticos. Su formacin rodia le lleva interesarse tambin por la prosa (cf. Della Corte 1981: 103 y 124). Ellorepresent un adelanto respecto a los seguidores de Crates quienes, como sumaestro, se limitaron exclusivamente al comentario de obras poticas.Ejemplo de esta nueva perspectiva es su comentario a la Ley de las XII tablas,del que tenemos noticias por Cicern (cf. Leg. 2. 59 y Top. 10).

    Adems de las obras mencionadas, Mentz (cf. Cavazza 198a: 40 y 47nota 59) atribuye a Elio la redaccin de otra serie de escritos entre los quefigura un glosario, cuyo ttulo exacto se desconoce y del que no quedanrestos. En dicho glosario Elio habra reunido y explicado palabras raras yobsoletas. Mentz postul la existencia de esta obra para poder explicar as losfragmentos de difcil inclusin en cualquiera de las obras conocidas de este

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    autor. Reitzenstein (cf. Muller 1910: 103), siguiendo a Mentz, defenditambin su existencia. En su opinin dicho glosario sirvi de fuente a loslibros V al VII del de lingua Latina de Varrn. Por su parte, Muller (1910:112) mantuvo la postura contraria. En su opinin Elio nunca compuso eseglosario. Arguy que no todos los fragmentos que motivan la hiptesis delglosario pertenecen al tipo de notas esperadas en una obra griega semejante,puesto que, salvo siete, las restantes etimologas corresponden a la historiay a las costumbres romanas.

    Ambas posturas encuentran apoyo hoy en da. Baratin (1989: 261) espartidario su existencia y se refiere a l como un 'etymologikon'. Por elcontrario, Della Corte (1981: 110 nota 25) piensa ms en un libro parecidoal de lingua Latina de Varrn que en un glosario copiado del griego. Se basapara ello en un pasaje de Cicern (Brut. 205) en el que ste considera la obradel Reatino como una derivacin eliana.

    No obstante, no hay seguridad acerca de ninguna de las dos hiptesis aquexpuestas.

    2. 2 - La prctica etimolgica eliana

    La labor desarrollada por Elio en sus comentarios consista en explicarel significado de aquellos trminos que en su poca no se entendan y en darcuenta cuenta del cambio de significado operado en algunas palabras. En eldesarrollo de esta labor se sirvi, en ocasiones, de la etimologa.

    Funaioli (1907: 51-76) en su edicin de los Grammaticae Romanaefragmenta (GRF ) reune un total de setenta y ocho fragmentos de este autor.No existe consenso acerca de cuntos de ellos contienen etimologas.

    En opinin de Muller son cuarenta y dos (1910: 104-108), Cavazza(1981a: 40 nota 51) reduce a veinticuatro el nmero de ejemplos, Fresina(1991:149) vuelve a aumentarlo a treinta y siete aunque no indica de qufragmentos se trata y, en nuestra opinin, son slo veinte2.

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    En algunos de los fragmentos seleccionados tanto por Muller comopor Cavazza se presupone la existencia de una relacin etimolgica que noqueda consignada de forma explcita en el texto que nos ha llegado. Creemosque es, precisamente, esa consideracin de una relacin etimolgica implcitalo que lleva a cada autor a sealar un nmero distinto de etimologas.

    Por nuestra parte, slo hemos aceptado como etimologas aquellas enlas que la relacin etimolgica establecida entre los dos trminos estsealada de forma expresa ya sea mediante alguno de los esquemasetimolgicos (derivativo, causal o mixto), ya mediante una relacin trpica.

    La diferencia numrica entre el total de etimologas que cada estudiosoatribuye a un autor latino concreto es una constante en este tipo de estudios.En todos los casos creemos que juega un papel importante la consideracinde relaciones etimolgicas implcitas a las que hemos hecho mencin.

    Muller (1910: 104-108) agrupa los fragmentos etimolgicos encinco tipos diferentes, per compositionem, mutuatio, onomatopoeia, decontrario y de deriuatione. En sus explicaciones Cavazza (1981a: 40 nota51) tan slo indica que los tipos de etimologas presentes en este autor son losmismos que ms tarde se registrarn en Varrn. Es en la nota indicada dondeseala cules son dichos tipos, 'ex contrario', 'compositiones', 'derivazionida dialletti e dal greco', 'onomatopea' y 'declinatio', y los fragmentos que,en su opinin, corresponden a cada uno de ellos. Fresina (1991: 149) noofrece consideracin alguna acerca de los mtodos empleados.

    Elio conjug en sus explicaciones los procedimientos los utilizadospor los estoicos y los gramticos alejandrinos: onomatopeya, antfrasis,composicin y derivacin.

    Onomatopeya y antfrasis son dos de los mtodos utilizados por losestoicos. Contamos con un nico ejemplo de etimologa onomatopyica. Laonomatopeya fue, a tenor de los fragmentos que nos han llegado, el mtodomenos empleado por Elio3.

    Por lo que respecta a la antfrasis Muller (1910: 104), Collart (1954:290), Ronconi (1958: 202), Ferrante (1962: 171), Della Casa (1969: 80),

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    Della Corte (1981: 106 ss.) y Salvadore (1987: 94) afirman que Elio recurride forma abusiva a este mtodo etimolgico. Por nuestra parte, no creemosque pueda hablarse de tal uso abusivo por parte de Elio. Nos parece unaafirmacin un tanto exagerada dado el escaso nmero de fragmentos conetimologas que conocemos de l y la proporcin de utilizacin de dichomtodo en los mismos. Tan slo se registra en cuatro de los veinte fragmentos,dos de los cuales son de dudosa autora4.

    La composicin, sobre cuyo origen estoico no hay unanimidad (uid.infra 377), y la derivacin, largamente utilizada por los gramticosalejandrinos, son los dos mtodos a los que recurre Elio en un mayor nmerode ocasiones. Poco ms podemos aadir de la composicin5. En cuanto a laderivacin debemos sealar que, frente al empleo de este mtodo por partede los griegos, Estiln innov al acudir, adems de al latn, a otras lenguas.Volveremos sobre este aspecto cuando tratemos la cuestin de la valoracinde la etimologa eliana. Los ejemplos de este mtodo son los ms abundantesen este autor6.

    Los rasgos propios de cada uno de estos mtodos sern objeto deanlisis en la segunda parte del presente trabajo.

    En sus explicaciones Elio recurri a determinados cambios fonticos(elision, adicin y mutacin de vocales) aunque no los consign de formaexpresa7. As lo hacan los griegos y as lo harn tambin la mayora de losautores latinos. Igualmente se sirvi de formas puente entre los trminosinductor e inducido. Encontramos en l dos ejemplo de ello8. El empleoambos recursos en la prctica etimolgica latina ser estudiado condetenimiento en la segunda parte de este estudio.

    2. 3 - Carcter de la etimologa eliana

    El uso entremezclado de los diferentes mtodos etimolgicos haceque no exista unanimidad en torno a la consideracin de la etimologa eliana.Es sta de carcter gramatical o filosfico? Muller (1910: 12) seala que

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    Elio Estiln tena un gran conocimiento de la filosofa estoica. Sin embargo,no afirma que fuese estoico. Se basa para ello en Cicern quien, alabando porun lado a Elio y rechazando por otro la etimologa estoica, no asocia elnombre del Arpinate a las crticas que hace de aquella.

    Cavazza (1981a: 149), siguiendo a Collart (1954: 13), incluye a Elioen la tradicin filosfica de la cultura romana. Para Ronconi (1959: 201) yFresina (1991: 149) Elio practica una etimologa estoica. Frente a ellos DellaCorte (1981: 105) defiende que la etimologa de Elio est exenta depresupuestos filosficos y que su objetivo era la bsqueda lingstica.

    Por nuestra parte, preferimos mantener una postura intermedia. Elioconjuga ambos tipos de etimologas. De qu otra manera puede explicarsesi no el hecho de que justifique ciertas palabras a partir de otras lenguas? Enla exposicin del mtodo etimolgico estoico que Agustn (dial. P. L. XXXII1412-1413) hara siglos ms tarde nada se indica acerca de esta posibilidadetimolgica. Al acudir a otras lenguas Elio actuara como gramtico.

    Platn, cuando no saba cmo explicar el origen de una palabra,recurra a tacharla de barbarismo o extranjerismo. Distingui entre xeniko;nojnomavzein (Crat. 410a, 421c) y barbariko;n ojnomavzein (ib. 419c), segn setratara de otro dialecto griego o de una lengua diferente al griegorespectivamente. Su indagacin etimolgica slo versaba sobre palabrasvernculas. A diferencia de Platn, Elio no se limit a buscar un origen latinopara todas las palabras latinas. Acudi tambin al griego y a los dialectositlicos (GRF Stil. frs. 3, 8, 21, 40, 64 ). Sin embargo, su discpulo Varrnle critic el haber minimizado la importancia del origen griego en elvocabulario latino (Gel. 1. 18. 1 s.). Pese a esta opinin en contra, calificadapor Ronconi (1958: 205) como una muestra de un excesivo celo nacionalista,no hay duda de que Elio acudi a otras lenguas en sus explicacionesetimolgicas del vocabulario latino, en especial al griego.

    Frente a este proceder gramatical, nos encontramos tambin conmtodos de clara ascendencia estoica como es la explicacin antifrstica dela que hemos hablado anteriormente. Muller (1910: 104), Salvadore (1987:

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    94), Ronconi (1958: 202), J. Collart (1978: 290) y Ramos Guerreira (1997:764s.) opinan que la explicacin etimolgica kata; ajntivfrasin deba seruno de los principios de la obra estoica peri; ajxiwmavtwn que sirvi de modeloal de proloquiis de Elio.

    2. 4 - Valoracin de la etimologa eliana

    Pese a la importancia que pudo haber tenido Elio en la etimologalatina y a los logros alcanzados con l, la ausencia de textos tericos sobre lamisma hace que sea valorado en menor grado que Varrn. Una excepcin aesta infravaloracin son Reitzenstein, Muller y Goetz, quienes consideran aVarrn un mero difusor de las doctrinas de Elio Estiln. Muller (1910: 116s.) no hace sino recoger la opinin negativa que Reitzenstein tiene de Varrny reafirmarse en ella. Goetz (cf. Cavazza 1981a: 47) considera, incluso, queel verdadero autor de los libros V al VII del de lingua Latina fue Elio y noVarrn.

    Sin compartir las razones concretas que llevan a Reitzenstein, Mullery Goetz a valorar positivamente la figura de Elio creemos que su papel en laetimologa latina debe ser valorado de forma positiva por su carcterinnovador. Sin embargo, esta labor no siempre ha sido bien valorada. Sirvacomo ejemplo la opinin de Cavazza (1981a: 40), para quien las etimologaselianas son testimonio di una sua minore audacia etimologica rispetto aigreci. Elio se sirvi de un nuevo recurso no utilizado por los griegos al queya hemos hecho alusin con anterioridad, la comparacin con otras lenguasdistintas a aquella cuyos trminos se indagaba. Su empleo implica un mayorinters tanto por la etimologa como por la propia lengua latina.

    La lengua extranjera a la que acudi en un mayor nmero deocasiones fue el griego. Su empleo entraa algunos problemas. Cmo debeentenderse ste, como una aceptacin por parte de Elio de la existencia deprstamos griegos en la lengua latina, o como testimonio del origen griegodel latn? Seala Muller (1910: 107) que Elio, cuando indica el origen

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    extranjero de una palabra, no suele indagar ms acerca de ella. En la mayorade los casos la lengua extranjera a la que acude es el griego. En su opininla presencia de trminos de origen griego en la lengua latina el resultado delproceso de adaptacin del mundo romano al griego. El parecer de Lomanto(1988: 1114) es otro: el empleo por parte de Elio de trminos griegos serauna prueba del origen griego del latn. Segn esta estudiosa, Elio considerarael elico como la fuente del lxico latino. De ser esto as, sera un precedentede la teora del origen elico de la lengua latina que sera formulada un sigloms tarde por el gramtico Hipscrates.

    Dicha teora origin dos tendencias etimolgicas distintas: la unalimitara la derivacin de las palabras latinas al latn, rechazando lainvestigacin de su posible origen fuera de esta lengua; la otra acudiraexclusivamente al griego en la explicacin de la procedencia del vocabulariolatino. Iliopoulou (1970: 178 nota 3) afirma que Elio seguira la primera deellas. Marcos Casquero (1990: XXVI) apoya esta postura y la califica depatritica.

    Frente a estos autores Lee (1914-15: 90-96), que tambin reconocela existencia de esas dos corrientes, no nombra como exponente de ningunade ellas a Elio Estiln. En su opinin Varrn, Nigidio Fgulo y Verrio Flacoseran partidarios de la primera postura y Festo lo sera de la segunda. Elhecho de que Elio empleara trminos no latinos en su explicacionesetimolgicas nos parece que anula las opiniones de aquellos que mantienenque practic una etimologa estrictamente latina.

    As pues, podemos concluir estas pginas dedicadas a Elio sealandoque su nombre debe figurar en la historia de la etimologa latina por diversosmotivos:

    1 - por su labor de adaptacin de la etimologa griega a la lengua latina;2 - por haber ampliado sus posibilidades de uso en la lengua latina alservirse de ella tanto en textos poticos como en prosa;3 - por haber empleado un mayor nmero de procedimientos que los

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    registrados con anterioridad a l en los textos latinos que ofrecenetimologas;4 - por haber innovado la metodologa griega al introducir en la prcticaetimolgica la comparacin con otras lenguas.

    3 - El de lingua Latina de Varrn: inicio de la especulacin terica de la etimologa (siglo I a. C.)

    Publio Terencio Varrn (116-27 a. C.), uno de los discpulos de ElioEstiln, fue el primer autor gramtico del que conocemos un tratamientoterico acerca de la etimologa. Goz de gran fama entre los antiguos tantopor la magnitud de su obra como por su saber9. La calificacin de Romanorumeruditissimus que le diera Quintiliano (Inst. 10. 1. 95) llegara a convertirseen la empleada usualmente para su designacin.

    Hoy en da, sin embargo, su consideracin no es tan unnimementepositiva. Reitzenstein, Muller y Goetz, tal y como hemos sealadoanteriormente, lo consideran un mero compilador y modesto discpulo de sumaestro Elio Estiln. Frente a estos autores Collart (1954: 20 y 1978: 6),admitiendo la multiplicidad de las fuentes de este autor, advierte la originalidadde su pensamiento y habla de su obra gramatical como un travail de longuehaleine, une vritable enqute de spcialiste.

    Descendiendo a la etimologa, las opiniones encontradas se repiten.Frente a una opinin negativa como la de Muller (1910: 248)10, Schrter(1963: 83) considera que la etimologa varroniana no es un simple ejerciciode erudicin sino un mtodo de pensamiento en el que Varrn reuni distintastendencias en una sntesis propia. Cavazza (1981a: 73-77) no slo consideraque consigui que la etimologa fuera una forma de pensamiento y unvehculo de estudio e interpretacin de la antigedad romana (en concreto elcuarto grado), sino que tambin, frente a los que critican su eclecticismo,estima original su combinacin de conceptos.

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    3. 1 - La produccin gramatical varroniana

    De la vasta produccin varroniana slo nos han llegado unas quinientaslineas de sus stiras menipeas, los tres libros del de re rustica, seis libros delos veinticinco que componan el de lingua Latina y numerosos fragmentoscorrespondientes a otras obras, de sermone Latino, de vita populi Romani,de gente populi Romani, de antiquitate rerum humanarum et divinarum y losdisciplinarum libri IX.

    Las primeras obras de Varrn reflejan un influjo de Accio, autor alque dedic un estudio sobre el alfabeto latino titulado de antiquitate litterarumcomo testimonio de adhesin a su teora ortogrfica. Varrn pas de lafilologa ortogrfica a la filologa etimolgico-anticuaria. Della Corte (1981:158) explica este avance como consecuencia de las lecciones recibidas en laescuela de Antoco de Ascalona en Atenas a finales de los aos 80. Afirmatambin este autor que a lo largo de los treinta aos que distan entre el deantiquitate litterarum y el de antiquitate rerum humanarum et divinarum elReatino se fue convirtiendo al etimologismo.

    Varrn conoci la etimologa por mediacin de Elio Estiln (cf.Cavazza 1981a: 45) y la emple en sus indagaciones ya se tratase de una obrade claro valor anticuario, ya tcnico, ya enciclopdico.

    3. 2 - La etimologa y el de lingua Latina

    Aunque Varrn se sirviera de la prctica etimolgica en todas susobras, sin embargo nuestro inters se centra bsicamente en uno de sustratados gramaticales, el de lingua Latina, por ser en l donde encontramosindicios de lo que pudo ser su especulacin terica acerca de la etimologa.En la elaboracin de este estudio hemos seguido la edicin de Kent (1979).

    El de lingua Latina se public en dos bloques desiguales en dos

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    momentos distintos. El primero, integrado por los libros II, III y IV ydedicado a P. Septimio, fue publicado antes del ao 47 a. C. El segundo,formado por los libros V al XXV y al que tambin pertenecera el libro I, queservira de introduccin general a toda la obra, se public a partir del ao 45a. C y antes de diciembre del 43, ao de la muerte de Cicern, a quien Varrndedic este segundo bloque. Del total de la obra slo nos han llegado loslibros V al X, ste ltimo incompleto, y diversos fragmentos de diferenteslibros.

    Varrn estructur el contenido del de lingua Latina en tres partes,reflejando con ello su concepcin tripartita del lenguaje. La primera parte,libros II al VII, corresponde a la etimologa, impositio, la segunda, libros VIIIal X, a la morfologa, declinatio, y la tercera, libros XI al XXV, a la sintaxis,coniugatio. As pues, los libros que se han conservado pertenecen unos a laimpositio y otros a la declinatio. Cada una de esas dos partes estabacompuesta por una hxada dividida en dos tradas ( II-IV y V-VII las de laetimologa, VII-X y XI-XIII las de la morfologa).

    El contenido de los libros de estas tradas, as como el de la obra enconjunto se conoce gracias al propio Varrn. Al iniciar o al concluir un libro,una trada o una hxada, bien resume el contenido del libro, la trada o lahxada finalizada, bien presenta el contenido de los siguientes. En 5. 1, alcomienzo de la segunda trada de libros dedicados a la etimologa, seala cules la estructura de toda la hxada a ella dedicada. En 6. 97 repite el contenidode sus tres ltimos libros y en 7. 109, a punto ya de finalizar esta hxada,vuelve a repetir nuevamente cul ha sido su estructura. En 7. 110, y comocolofn a los seis primeros libros, indica la estructura de toda la obra. En 8.24 , el primer libro de la segunda hxada, seala la estructura de toda ella yen 10. 1 repite la estructura de la primera trada de esta hxada. Estarecapitulacin de contenidos no falta tampoco en el trnsito de un libro a otro.En el ltimo captulo del libro quinto, 5. 184, presenta el contenido del librosiguiente y en su primer captulo, 6.1, recuerda el del libro anterior. Tambinen el ltimo captulo del libro noveno, 9. 115, presenta el contenido del libro

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    dcimo.Nuestro inters se centra en la primera hxada, dedicada, como ya se

    ha sealado, a la etimologa. Para su designacin Varrn prefiere lasperfrasis origo uerborum y origo uocabulorum al trmino griego ejjtumologivay a su transcripcin latina etymologia. Varrn empleara veintisis veces lasperfrasis y una sola vez el trmino griego y su transcripcin11. Collart (1954:252) ofrece una doble posibilidad de explicacin de este desapego hacia laforma transcrita del trmino griego: bien es consecuencia de un nacionalismoreceloso, bien lo es del miedo a no ser entendido por emplear calcos griegosen sus explicaciones.

    En los libros perdidos de la primera hxada Varrn abord la cuestinde la etimologa desde un punto de vista terico: a qu se llama etimologa,cul es su naturaleza y cules son las opiniones aducidas a favor y en contra12.El apelativo de terico de esta primera trada se repite de unos estudiososa otros (Pisani, 1976: 197; Collart, 1978: 8; M. van Rooij, 1990: 165; Fresina,1991: 150). Los tres libros restantes, los que nos han llegado, conforman laparte prctica (cf.Traglia, 1963: 35; Della Corte, 1981: 175 nota 1; Baratin,1989: 228). Pese a la prdida de los libros II al IV, el hecho de que Varrnincluyera tambin en los tres siguientes algunas consideraciones tericas nospermite intentar conocer y comprender cul sera su opinin acerca de estetema. A ello contribuyen tambin los propios ejemplos que conforman estoslibros.

    3. 3 - Declinatio e impositio

    A la hora de estudiar la palabra Varrn mostr un mayor inters porel proceso que lleva a la creacin de la palabra que por la propia palabra ens. Pensaba que existan unas palabras que tenan en s mismas su propia razy que no procedan de ninguna otra palabra. De stas derivaron otras, de lascuales, a su vez, derivaron otras distintas13. Por ejemplo de equus deriva

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    eques, de sta equites y de sta ltima equitatus14. Las palabras primerasrecibieron por parte de Varrn diferentes designaciones: primigenia uerba(L. 6. 36-37), principia uerborum (L. 6. 37-39) e impositicia nomina (L. 8. 5).A las palabras derivadas las llam declinata uerba (L. 6. 37).

    Las designaciones primigenia y principia se atribuyen a trminosque dan origen a una familia de palabras. Segn dice el propio Varrn estosuerba primigenia fueron acuados por unos hombres siguiendo la pauta queles dictara la naturaleza15. Con ello concilia las opiniones de los alejandrinosy de los estoicos acerca del origen del lenguaje. Esos hombres a los que hacemencin fueron los reyes de Roma16. Varrn llam impositio al proceso deacuacin de esas palabras primeras, imponere a la accin de dar nombre eimpositores a aquellos que la llevaron a cabo. De ah la tercera de lasdenominaciones dadas a la palabras primeras.

    Al proceso de creacin de nuevas palabras a partir de palabras yaexistentes lo llam declinatio. Distingui dos tipos distintos de declinationes,la declinatio uoluntaria y la declinatio naturalis17. Varrn especifica deforma clara uno y otro tipos con el ejemplo de las tres personas que compranun esclavo en feso18. Cada una de ellas da nombre a su nuevo esclavoderivndolo de un trmino diferente. Los nombres de los esclavos, productode la voluntad de sus amos, son un ejemplo de declinatio uoluntaria. Sinembargo, cada uno de esos nombres debe ser declinado siguiendo unparadigma. sta es la declinatio naturalis. La declinatio uoluntariacorrespondera a lo que hoy entendemos por derivacin y declinatio naturalisa la declinacin o flexin.

    La declinatio uoluntaria opera mediante derivacin morfolgica y seatiene a la voluntad del nominador. Es un proceso individual19. No estnumricamente limitada. De este modo, de un determinado trmino Apueden derivar infinitos trminos B. Sin embargo, este tipo de declinatiose halla delimitada por el segundo, pues todos los trminos derivadosmediante la declinatio uoluntaria deben poderse declinar segn alguno delos paradigmas de la declinatio naturalis que opera mediante la flexin

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    paradigmtica20.Para designar tanto la accin de declinare, como el acto mismo de la

    declinatio o la persona que lo realiza, Varrn recurre nuevamente a la tradade trminos que empleara con las palabras primeras: imponere, impositio eimpositor21. Al repetirlos incurre en una insuficiencia terminolgica quepuede inducir a confusin. Pero esta insuficiencia est presente ya en elmismo trmino declinare puesto que sirve para designar tanto la accin dederivar, como la de declinar. Lo mismo ocurre con declinatio, que indicatanto la derivacin como la flexin22.

    Flobert (1989: 745 ss.) seala que en la obra del Reatino faltara untrmino *declinator para designar a la persona que realiza una declinatiouoluntaria. Faltaran tambin en su obra los trminos deriuatio y deriuare,los cuales seran empleados por primera vez por Plinio y Quintilianorespectivamente. Esta imprecisin del vocabulario se podra achacar, comoapunta Cavazza (1981b: 209 s.), a que en poca de Varrn la gramtica erauna ciencia joven.

    Para evitar confusiones nosotros emplearemos los trminos impositio,imponere e impositor en el primero de los usos que le da Varrn, esto es, laacuacin de las palabras primeras. Otros autores, como hace Taylor (1974:23 ss.), optan por emplear esta trada en la declinatio uoluntaria.

    3. 4 - Declinatio uoluntaria y etimologa

    La etimologa tiene su lugar en la declinatio uoluntaria. Con ella seexplican los uerba declinata debidos a la derivacin, no los debidos a laflexin. No sirve tampoco para indagar el origen de los primigenia uerba. Elpropio Varrn lo deja claro con el ejemplo de la pera. El origen de la pera esten la rama, el de sta en el rbol y ste tiene su origen, aunque no se puedaver, en las races23. De igual manera que se puede seguir el proceso originariode la pera hasta llegar al rbol, en las palabras se puede indagar su declinatio,pero no su impositio.

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    El hecho de que el Reatino no indague en los uerba primigenia sinoslo en los trminos de la declinatio es considerado por Cavazza (1981a: 79)como el primer paso hacia su teora conciliadora sobre la etimologa.Tambin Dahlmann (1964: 10) y Pisani (1967: 30 ss.) resean ese desinterspor las palabras primeras. Flobert (1989: 744) considera que cuando Varrn(L. 6. 36-47) expone el razonamiento numrico de Cosconio, al indicar queno es necesario especificar la etimologa de ninguna de las palabra primeras,est reduciendo sus ambiciones a una etimologa relativa.

    Estas opiniones acerca de la falta de inters por las palabrasprimeras no son una afirmacin gratuita. El propio Varrn dice que essuficiente con conocer los uerba declinata24. Ello se ve de forma prctica en6. 75 y 7.2. En el primero de los pasajes citados seala el Reatino que canere,accanit, canto y cantatio derivan de Camena. El contenido de este texto secompleta con L. 7.2 donde indica que Camena deriva, a su vez, de Carmenacuya forma primitiva, a la que denomina priscum uocabulum, es Casmena.Al llegar a esta ltima forma detiene su bsqueda. Nada dice acerca de suorigen. Esta falta de inters debe ser destacada puesto que lo distancia de losestoicos, cuyo influjo en otros temas es innegable. La etimologa estoicatena como fin, precisamente, las prw`tai fwnaiv (cf. August. dial .6). Losestoicos pensaban que se poda conocer el origen de todas las palabras.Varrn no comparta esa opinin25.

    Con la etimologa se explica, por qu, cur, y a partir de qu palabra,unde, se produce la declinatio uoluntaria. Ambas preguntas conforman laespeculacin etimolgica26. La primera de ellas responde a la causa por la quese establece la relacin entre los trminos inductor e inducido, es decir, indicael motivo objetivo de una denominacin. Podra asimilarse al mpetuspsicolgico del que habla Taylor (1974: 6) y del que dice que es la causa dela formacin de una nueva palabra. Schrter (1965: 778) seala que estapregunta es propia del inters histrico-anticuario de Varrn. Por otra parte,la respuesta a la pregunta unde indica cul es el trmino inductor, esto es, elorigen objetivo de la denominacin. Ambas preguntas estn en la base de los

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    dos tipos de discurso etimolgico distinguidos por Amsler (1989: 25 ss.), eltcnico o verbal y el exegtico o mitogrfico. Unde correspondera al primertipo y cur al segundo.

    En nuestra opinin esta doble pregunta podra entenderse como unreflejo de la postura conciliadora de Varrn. Cur traslucira la etimologaestoica (la relacin semntica establecida entre unos trminos y otros) y undela de la gramtica antigua ( la declinatio).

    Varrn contesta unas veces a las dos preguntas y otras solamente auna. Ello hace que se registren varios esquemas en sus explicacionesetimolgicas. Cuando responde a ambas preguntas el esquema que sigue ensus explicaciones es B ab A quod, indicando la primera parte, B ab A,la respuesta a la pregunta unde y la segunda, quod, la respuesta a cur 27. Sislo responde a una de las dos cuestiones, el esquema ser B ab A28 o Bquod29.

    En los esquemas nombrados hay que tener en cuenta lo siguiente:1 - B es el trmino inducido cuyo origen se quiere explicar y es siempreun uerbum declinatum producto de una derivacin. A, sea o no unapalabra primera, es el trmino inductor a partir del cual deriva B30. Si Bes una palabra resultado de una composicin, habr entonces dostrminos A31.2 - Entre A y B debe haber una semejanza acstica y una afinidad designificado.3- A puede ser una palabra latina o bien un trmino extranjero (griego,sabino, osco, lucano, etrusco, etc.)32.4 - A partir de un determinado trmino A pueden derivarse diferentestrminos B33.5 - En aquellos casos en los que se da una explicacin en respuesta a lapregunta cur, en ella estn contenidos el trmino o los trminos A.Precisamente el trmino A debe dar cuenta del rasgo distintivo de la resdesignada con el trmino inducido34.

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    6 - En caso de que la res designada con el trmino B tenga ms de unrasgo relevante, la relacin inductor - inducido puede establecerse condiferentes trminos A. De ocurrir as, las explicaciones de un trminoB pueden ser varias35.

    3. 5 - Variaciones de los uerba declinata: el uso de las quaternae causae

    Los uerba declinata producto de la derivacin pueden haber sufridoun cambio en su forma o en su significado ya sea por un error en el acto mismode la derivacin, ya por efecto del paso del tiempo, aspecto este sealado conanterioridad por Platn en el Cratilus y en el Phaedon36. Es labor deletimlogo recuperar aquellos trminos alterados bien en su forma, bien en susignificado, as como recuperar las marcas de parentesco perdidas entre dostrminos relacionados etimolgicamente. El etimlogo se convierte as en untcnico de la lengua y en un conocedor de la uetustas.

    Para llevar a cabo esta labor de recuperacin, Varrn remite al uso deuna serie de recursos a los que denomin quaternae causae. De ellos, unosafectan a las letras, demptio, additio, traiectio y commutatio, y otros a lasslabas, productio, correptio, adiectio y detractio (dichos procedimientosse estudiarn con ms detalle en el captulo dedicado a ellos en la segundaparte del presente trabajo)37. Varrn no slo consideraba que el conocimientode estos recursos era crucial, sino que defenda su uso ante las crticas deotros38. Formaba tambin parte de la tarea del etimlogo, adems de corregirlos posibles errores de las formas de las palabras, decidir la forma correctade una palabra cuando se encontraba con dos formas de la misma (cf. Var. L.7. 12. 61, R. 1. 21). Schrter (1963: 82), Siebenborn (1976: 144 ss.) y Flobert(1989: 747) sealan este valor correctivo de la etimologa.

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    3. 6 - Valor anticuario de la etimologa varroniana

    El valor anticuario de la etimologa varroniana ha sido destacado pornumerosos autores como Ferrante (1962: 171), Dahlmann (1964: 2, 3 y 27),Schrter (1965: passim), Cavazza (1981a: 45, 58, 72 ss. y 161 nota 32), DellaCorte (1981: 113 y 166), Pfaffel (1981: 32) o Flobert (1989: 743). Este ltimoautor seala que el trmino eruere que Varrn emplea en L. 7. 2 no hace sinoinsistir en ese valor arqueolgico39.

    La indagacin de los uerba declinata es un proceso histrico en elque se sigue una linea ascendente en el tiempo. Su fin sera llegar a los uerbaprimigenia o, al menos, acercarse lo ms posible hasta ellos con ayuda de losprisca uerba (recuerdese el ejemplo de Casmena citado ms arriba). Perosi los uerba primigenia no le interesan como tales por qu llegar hastaellos?. Los uerba impositicia le interesan como fuente de conocimiento dela antigedad.

    Varrn descubre un nuevo sentido de la etimologa distinto a laexgesis de los poetas y a la fantasa estoica. Para l la etimologa es fuentede explicacin de las costumbres y tradiciones del pueblo romano. Estaindagacin en la antigedad romana sigue, como la indagacin etimolgica,una linea ascendente en el tiempo. Al igual que algunas palabras se pierdeny otras se desfiguran, tambin los hechos histricos y las tradiciones que vanunidas a esas palabras pueden perderse o deformarse. Por ello, la recuperacinde dichas palabras (su forma y su significado) contribuyen a recuperar lahistoria de Roma. La indagacin etimolgica sirve as para iluminar losorgenes de la ciudad y de sus costumbres. La historia de las palabras es, enltima instancia, la historia de las ideas, de las instituciones y de lascostumbres del pueblo romano.

    As por ejemplo, cuando en L. 5. 41-56 y 143-165 describetopogrficamente Roma, aprovecha las explicaciones etimolgicas de losdistintos topnimos para ir insertando en ellas episodios de la historia romana

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    o explicaciones paralelas de costumbres romanas. Y lo mismo hace alexponer las etimologas de las fiestas religiosas. As alude a la leyenda deTarpeya para explicar de dnde deriva el nombre de Tarpeium saxum (L. 5.41), menciona las guerras contra el rey Tacio en su explicacin de Caelius (L.5. 43), resea la huida de los romanos ante los galos al indicar el origen deltrmino poplifugia (L. 5. 143), explica las funciones de los fetiales despusde ofrecer su etimologa (L. 5. 86), etc.

    La etimologa varroniana de carcter anticuario tiene su precedenteen la etimologa practicada por los analistas y poetas picos de los siglos IIIy II a. C. quienes incluyeron en sus obras etimologas de lugares, ciudades ygentilicios relacionados con los origenes de Roma. A diferencia de Varrn,las etimologas de los poetas picos y analistas no se apoyaban en ningunaconcepcin etimolgica. Por lo menos no hay rastro de ello.

    La atencin por el hecho antiguo en s mismo, sin segundas lecturas,ha hecho que el Reatino sea considerado el patrn de los anticuarios (cf.Michel, 1978: 163). En esta faceta anticuaria Varrn aumentconsiderablemente con respecto a los analistas y poetas picos de siglosanteriores el abanico de palabras explicadas con ayuda de la etimologa.

    El Reatino combina en su quehacer etimolgico historia y gramtica.En estas explicaciones anticuarias recurri a autores anteriores a l, ya fueranpoetas picos, ya analistas, ya eruditos40. Pero no lo hizo sin ms. Sopessiempre el contenido de verdad que haba en las etimologas propuestas porestos autores. Aquellas que juzgaba correctas, o por lo menos crebles, lasaceptaba. As ocurre, por ejemplo con la etimologa del monte Capitolinum(L. 5. 41). En ocasiones barajaba varias posibilidades, en cuyo caso podaquedarse con una de ellas, o no decidirse por ninguna en particular. As, enL. 5. 55 parece aceptar las etimologas de los nombres de las tribus propuestaspor Ennio y Junio, aunque tambin seala su posible origen etrusco, mientrasque en L. 5. 157 ofrece las diferentes etimologas que ha encontrado del lugar

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    llamado Argiletum sin mostrar su preferencia por ninguna de ellas41. De nosatisfacerle ninguna de las posibilidades que haban sido propuestas por otrosautores, l mismo ofreca la suya. As sucede en L. 5. 43 con la etimologadel monte Auentinum 42.

    Varrn saba, no obstante, que haba un lmite en su indagacin: lostrminos olvidados slo podan ser objeto de estudio si exista algn dato quepermitiera una opinin sobre ellos43.

    El inters varroniano por la investigacin histrico-anticuaria no seraalgo especfico del de lingua Latina. Se vislumbra ya desde sus primerasobras. Con l se explicaran los lugares paralelos entre esta obra y los librosde las antiquitates. Collart (1954: 213) considera que el hecho de que Varrnaproveche las etimologas para hacer referencias histricas no es sino unaalusin a sus trabajos anteriores.

    3. 7 - Los cuatro grados de la indagacin etimolgica varroniana

    Segn Varrn, la explicacin etimolgica tiene cuatro grados distintos. El valor histrico-anticuario de la etimologa varroniana conformara el tipode palabras objeto de indagacin del ltimo de esos cuatro grados.

    El origen de esta cudruple divisin es algo discutido. Reitzestein (cf.Muller, 1910: 171) pensaba que Varrn la haba tomado de Filoxeno. Sinembargo, Cavazza (1981a: 41 nota 52) la considera como original delReatino.

    Se trata, en cualquier caso, de una gradacin ascendente. As lo dan aentender los trminos infimus, escendit y ascendens empleados en los tresprimeros grados. Dado su carcter ascendente, el segundo grado entraamayor dificultad que el primero, el tercero ms que el segundo y el cuarto msque el tercero.

    Varrn atribua a cada uno de los grados un sujeto operante diferente.El del primer grado era la gente de la calle, el del segundo los gramticos y

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    el del tercero los filsofos44. Del ltimo no dice nada.Su silencio vuelve a ser elocuente al dar ejemplos del tipo de palabras

    que eran objeto de atencin en los diferentes grados: en el primero son lostrminos compuestos evidentes del tipo argentifodinae o uiocurus; en elsegundo las palabras poticas tales como incuruiceruicum; en el tercero laspalabras comunes del tipo oppidum o uia. Del cuarto grado no aporta ningnejemplo. En qu consiste, pues, ese cuarto grado? Cul es su naturaleza?Qu tipo de palabras son objeto del mismo?

    Antes de centrar nuestra atencin en el cuarto grado queremos insistiren un hecho: entre los diferentes grados no existe una frontera clara. Varrnentremezcla palabras propias de un grado en los otros. Los compuestosevidentes, propios del primer grado, los encontramos tambin en los librosdedicados al segundo como al tercer grado45. A ello se une el que, ni todas laspalabras que incluye en los libros V y VI son trminos de la prosa, ni todaslas del libro VII son poticas. En los libros V y VI ofrece palabras poticas.Varrn recurre en estos libros a los poetas como criterio de autoridad en losque apoyar sus especulaciones etimolgicas46. A su vez, en el libro VIIaparecen palabras de uso comn. Varrn comenta en este libro palabrasextradas de citas de distintos autores. La explicacin de una palabra de unadeterminada cita le puede llevar a comentar otras que no aparezcan en ella ystas suelen ser palabras de uso cotidiano.

    As pues, la distincin que el Reatino hiciera entre las palabras de laprosa, la consuetudo communis, y las de la poesa es terica. La combinacinde ambos tipos de palabras en sus diferentes libros nos permite afirmar quecon esta prctica super en el quehacer etimolgico a los estoicos y a losalejandrinos.

    3. 8 - El cuarto grado de la indagacin etimolgica varroniana

    Al referirse al quartus gradus Varrn expresa sus dudas de poderlo

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    alcanzar. En su definicin, a diferencia de lo que haba hecho con los otrostres grados anteriores, no indica ni quin es su sujeto operante, ni cules sonlas palabras propias del mismo. Esta falta de informacin suscita diferentesopiniones entre los estudiosos. A ello se une el carcter corrupto del texto47.

    En torno a cul sea la naturaleza de ese cuarto grado existen diferentesopiniones que se basan en distintas lecturas que se ofrecen del texto encuestin. Algunos autores proponen una laguna en l y otros una simplecorreccin. La consideracin de este grado vara desde ser la propia explicacinetimolgica hasta ser exponente de una nueva gramtica, pasando por unainiciacin o una superacin de las etimologas filosfica y gramatical.

    Muller (1910: 170 nota 3), guiado por la ausencia de ejemplos para elcuarto grado, postula una posible laguna en este pasaje de la obra varroniana.En su opinin el cuarto grado no explica el origen de las palabras de los tresprimeros grados (trminos compuestos, palabras poticas y de la consuetudocommunis respectivamente) sino la propia explicacin etimolgica. As sedeja ver en la lectura que propone: initia regis.

    Otros estudiosos defienden que el cuarto grado corresponde a unainiciacin. No existe, sin embargo, unanimidad en torno al carcter de dichainiciacin. Las posturas se pueden agrupar en tres tipos: iniciacin filosfica,iniciacin cientfica e iniciacin anticuaria.

    Collart (1954: 274) y Boyance (1975: 106) aceptan la correccinadytum en lugar de aditus y leen quartus, ubi est adytum et initia regis.Los dos consideran que el cuarto grado estaba reservado a los iniciados o quese acceda a l por revelacin mstica. En su opinin sera una iniciacinfilosfica de carcter pitagrico. Pero mientras que Collart considera queinitia hace referencia a los principios inefables reservados al rey, Boyancecree que se refiere a la iniciacin. El mayor problema que encuentra este

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    ltimo autor en la interpretacin de L. 5. 7 s. no lo plantean los trminosadytum, o cualquier otra variante, o initia, sino regis.

    Como Collart y Boyance, tambin Della Corte (1981: 178 s.) leeadytum. Sin embargo, para este estudioso (1970: 180 y 1981: 179) el cuartogrado est reservado al sacerdote de la ciencia y slo se alcanza uniendo a losconocimientos gramaticales la experiencia filosfica estoica.

    Ronconi (1958: 205 s.) opina que Varrn define el cuarto grado comoel santuario del saber accesible slo a los iniciados en las lides de laindagacin anticuaria. Segn este autor, el Reatino tena una consideracinpragmtica de la etimologa muy semejante a la que los propios romanostenan de la historia. Con ayuda del cuarto grado de la etimologa Varrnpoda conocer y exaltar la memoria del pasado y los orgenes de Roma.

    Las interpretaciones de Schrter y Dahlmann estn relacionadas conese inters histrico destacado por Ronconi. Sin embargo, el texto en el quese basan es distinto. Schrter (1963: 96) mantiene la variante originaria delcdice Laurenciano (Laur. LI 10) aditus y modifica et por ad para leerquartus ubi est aditus ad initia regis. Este autor entiende que el trminoregis es un colectivo y que initia remite a la acuacin de las palabras. Ensu opinin el cuarto grado tiene un carcter particular y es original de Varrn.En l se practica una etimologa kata; iJstorivan, gracias a la cual se alcanzala antigedad romana de la poca de los reyes. En el debate que sigui a laintervencin de Schrter en la Fundacin Hardt, Mde. Breguet matiz que laforma de pensamiento que subyace al cuarto grado obedece a un sentimientonacionalista del que tambin haran gala Cicern y Tito Livio (cf. Schrter1963: 105 s.). Con anterioridad ya Riposati (1939: 262 ss.) haba sealado laexistencia de una visin nacional moralizante en la obra histrica de Varrn.Dahlmann (1964: 26 s.) prefiere la lectura ubi est aditus et initia regis.Defiende tambin que el cuarto grado tiene una finalidad histrica.

    Cavazza (1981a: 58-82) es partidario de un cuarto grado original deVarrn. Con l el Reatino supera, al menos de forma terica, la etimologa

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    precedente, la filosfica que se dedicaba a proponer etimologas fantasiosas,y la gramatical, que se preocupaba tan slo de la lengua potica. Este cuartogrado no es una manera de penetrar en el mecanismo de la lengua en el quese catalizan la fuvsi y la qevsi. Varrn pretende considerar la lengua en suconjunto, tanto prosa como poesa. Su intereses son los uernacula uerba yRmulo.

    Pfaffel, por su parte, incide en dos aspectos de este grado. Por un lado(1987: 209) considera que, al utilizar la primer persona, Varrn (L. 5. 8)parece incluirse entre los sujetos operantes del cuarto grado. Por otro, opina(cf. Pfaffel, 1981: 157-167) que el Reatino desarroll en este grado unagramtica nueva basada en un elemento pasado por alto o, al menos,menospreciado por casi todos los estudiosos, las llamadas C form.

    La idea de una gramtica nueva no es suya. Fue esbozada porReitzenstein (cf. Pfaffel, 1981: 253 nota 1) en su obra Varro und IohannesMauropus von Euchaita. Lo que s es nuevo es la consideracin que hace deella. En su opinin, la meta perseguida por Varrn era llegar al significadooriginal de la palabra en el momento de su formacin. Para ello es necesarioaclarar su acuacin, su origen. La etimologa, en concreto el cuarto grado,es el medio que lo posibilita.

    En este grado se recurre a la vez a un mtodo histrico-anticuario y aun mtodo gramatical. El primero permite intentar restablecer una relacinsemntica entre los trminos A y B, mientras que la relacin restablecidapor el segundo es de carcter fontico (cf. Pfaffel, 1981: 239). Como larelacin entre A y B no siempre es clara, Varrn recurre en algunos casosa una forma intermedia que permita explicar el paso de una a otra. Esa formarecibe por parte de Pfaffel el nombre de C form. El esquema seguido seraA , C > B. Se trata de una relacin diacrnico-sincrnica: de una formaA derivara morfolgicamente una forma C, la cual, a su vez, mediante unproceso fontico y diacrnico evolucionara a la forma B (p. e. L. 5. 84:flamines, quod in Latio capite uelato erant semper ac caput cinctum

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    habebant filo, filamines dicti, siendo A filo, C filamines y B flamines).Para justificar los cambios diacrnicos que propone en la C form acude aalternancias que l mismo constata en el latn de su poca, es decir, ensincrona (cf. Pfaffel, 1987: 213).

    Pfaffel (1981: 53 nota 1) habla de las C form como de unareconstruccin, pero advierte que sta no debe presuponer la existencia deuna antigua forma latina o prelatina, sino que ha de entenderse simplementecomo la forma de proceder varroniana. Asimismo, en la medida en quealgunas de las C form que Varrn ofrece en el de lingua Latina s han sidoformas latinas antiguas, formula para ellas el derecho de haber sidohistricamente unidades del latn.

    En su obra Quartus gradus Untersuchungen zur Etymologie Varros inDe lingua Latina da cuenta a lo largo del tercer captulo de las siete formasque tiene Varrn de presentar esas C form y en el cuarto explica el elemento(una -i- catalizadora) que posibilita la relacin C > B.

    Pfaffel (1981: 15 nota 1, 239 y 253 ss.) designa esta gramtica comonueva, basndose para ello en el calificativ