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SECCIÓN XI AGUJERO MACULAR

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SECCIÓN XI

AGUJERO MACULAR

AGUJERO MACULAR IDIOPÁTICO

Los avances en las técnicas de imagen vítreo-macula-res y el éxito de la técnica quirúrgica vítreo-retiniana hanestimulado un creciente interés en la fisiopatología y lahistoria natural de los agujeros maculares (fig. 1). Enparticular, la tomografía de coherencia óptica (OCT)proporciona una imagen única de la interfase vítreo-ma-cular que ha permitido la comprensión de la formaciónde los agujeros maculares. Desde que Kelly y Wendel pu-blicaron la utilidad de la vitrectomía como tratamientoreparador de los agujeros maculares1, la técnica quirúrgi-ca ha ido evolucionando, mejorando así los resultadosanatómicos y funcionales.

EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO

Los agujeros maculares se han asociado a múltiplescausas como traumatismos2 tratamientos láser3, enfer-medades vasculares retinianas4,5 como complicación se-cundaria de los desprendimientos de retina y otras cau-sas6-9. No obstante, la mayoría de los casos se presentancomo una afección idiopática relacionada con la edad, noguardando relación con ningún otro suceso o trastornoocular. El Eye disease Cas-Control Study Group descri-bió que el 72% de los agujeros idiopáticos afectaban amujeres, y más del 80% a pacientes entre los 65 y 74años de edad10. La causa del aumento de prevalencia enel sexo femenino es desconocido y sólo se especula so-bre el papel del uso de estrógenos como protectores. Laobservación de agujeros maculares entre hermanos encuatro familias diferentes ha sugerido un posible compo-nente hereditario en la formación de los mismos11.

El riesgo de desarrollar un agujero macular de espe-sor completo en el ojo contralateral de un paciente yaefecto se estima que es de aproximadamente del 10-15%12-15. Si se detecta tracción vítreo-macular por undesprendimiento de vítreo posterior incompleto (eviden-ciado por OCT) 11% de los casos acaban desarrollandoun agujero macular de espesor completo a los 2 años deseguimiento16,17.

PATOGÉNESIS

Las teorías sobre la patogénesis del agujero macularque se remontan a principios del siglo diecinueve se fo-calizaban sobre un origen traumático18 aunque posterior-mente se conoció que más del 90% de los casos carecían

de ninguna patología previa y se calificaron como idio-máticos19. Las más tempranas descripciones histológicasde los agujeros de espesor completo describían cambiosquísticos intrarretinianos20,21. Estos cambios, en muchasocasiones, se creían que eran generados por traumatis-mos oculares, dando soporte a las teorías del momento.

Otras teorías antiguas sobre la formación de los agu-jeros maculares sugerían que los quistes maculares se ad-quirían de manera atraumática y degeneraban a agujerosmaculares22,23. Kuhnt implicó una fóvea degeneradacomo causa de éstos y nombró a esta patología retinitisatrophicans sive rarificans centralis22. La implicación dela degeneración cistoidea y el desarrollo de un agujeromacular de espesor completo fue un acontecimiento im-portante en la comprensión de su etiopatogenia, demos-trando que los traumatismo no necesariamente teníanque preceder a su formación24.

Los conceptos actuales sobre la formación del aguje-ro macular se focalizan en la interfase vítreo-macular. En1924, Lister dio importancia al vítreo en la patogénesis25

observando tracciones de bandas fibrosas en el vítreo26.Varias teorías alrededor de 1960 describen signos detracción vítreo-macular como factor contribuyente en laformación de agujeros maculares27-30.

Avila y Jalkh concluyeron que la persistente tracciónvítreo-macular era un factor importante en la formaciónde los agujeros maculares, con un 53% de sus casos deagujeros maculares no presentaban desprendimiento pos-terior vítreo demostrable biomicroscópicamente31. Demanera similar, Akiba et al describieron la progresión delagujero macular sin la presencia de desprendimiento ví-treo posterior32. En contraste, McDonnell et al documen-taron una completa separación del vítreo en todos los ca-sos de agujero macular, observando en todos ellos la

SECCIÓN XI. AGUJERO MACULAR

XI.1. Agujero macularJeroni Nadal, Elisa Carreras

Figura 1. Agujero macular estadio IV.

progresión del agujero macular a agujero de espesorcompleto. Este grupo concluyó que la tracción vítrea enel área macular era un factor importante en la patogeniade los agujeros maculares.

Los teorías actuales sobre la patogénesis del agujeromacular se basan en la tracción vitreo-macular comocentro para el desarrollo y progresión de los agujerosmaculares de espesor completo33. En 1988, Gass34 yJohnson y Gass35 proponían una nueva hipótesis sobre laformación de agujeros maculares, incluyendo un clasifi-cación de los mismos y sus lesiones precursoras. Estaclasificación ha guiado las descripciones del desarrollo ypatogénesis. Gass propuso que la contracción del vítreopor desprendimiento incompleto a nivel premacular ge-neraba una tracción tangencial, responsable de una pro-

gresión, a lo largo de múltiples estadios, del desarrollodel agujero macular. El estadio 1 es el signo biomicros-cópico mas temprano de un inminente agujero macular yes resultado de un desprendimiento foveolar o foveal. Of-talmoscópicamente, se aprecia un punto (estadio 1a) o unanillo amarillo (estadio 1b), respectivamente. La progre-siva tracción tangencial conlleva a una pequeña rotura deespesor completo de la retina neurosensorial excéntrica ocentral (estadio 2). La mayoría de estos pequeños aguje-ros progresan a un tamaño de 400-500 mm con o sinopérculo (estadio 3) y finalmente pueden asociarse a undesprendimiento vítreo posterior (estadio 4).

Posteriormente Gass reevaluó su clasificación biomi-croscópica36. Propuso que el anillo amarillo del estadio1b era consecuencia de un desplazamiento centrífugo delos fotorreceptores.

CLASIFICACIÓN

La clasificación por etapas y descripción propuestapor Gass estaba basada primariamente en la biomicrosco-pía. No obstante, otros estudios diagnósticos han contri-buido a establecer el diagnóstico de agujero macular, aun-que la apariencia biomicroscópica continua siendo elmedio primario para el diagnóstico. La angiografía defluorescencia muestra una hiperfluorescencia focal en losestadios 1 y 2, pero lesiones como las membranas epire-tinianas con pseudoagujero pueden adquirir un patrón si-milar. La ecografía modo B es una prueba excelente deimagen para la hialoides posterior, ayudando a determinarla presencia de vítreo anclado a la mácula14,37,38. Rara-mente se utiliza para determinar la presencia de agujerosmacular en la práctica clínica y, excepcionalmente, paradeterminar el desprendimiento posterior vítreo, sin ser deutilidad para clasificar los agujeros maculares.

La tomografía de coherencia óptica es una técnica deimagen que nos ayuda a visualizar la retina neurosenso-rial y la interfase vitreomacular39 (fig. 2). Ésta nos per-mite evaluar los desprendimientos poco marcados de lahialoides posterior sobre la mácula. Incluso con lentes decontacto biomicroscópicas éstos desprendimientos para-foveales y maculares frecuentemente pasan desapercibi-dos. La información obtenida mediante OCT sobre eldesarrollo del agujero macular ha facilitado nuevos co-nocimientos sobre la tracción vítreo-macular y la forma-ción de los agujeros de espesor completo. Gaudric et al40

utilizaron la OCT para estudiar ojos con agujero maculary detectar los estadios iniciales de separación vítrea. Fue-ron capaces de demostrar estadios incipientes de des-prendimiento vítreo en porciones periféricas de la mácu-la que luego se extendían fuera de ésta con la hialoidesrestante focalmente adherida a la fóvea y al disco óptico.Observaron una convexidad diferente en la interfase, su-giriendo tracción antero-posterior del vítreo. Otros inves-tigadores han confirmado la sensibilidad de la OCT paradetectar desprendimiento perifoveal del vítreo41-43.

Johnson et al44 utilizaron la ecografía modo B junto ala cirugía vitreo-retiniana en ojos con agujeros macula-

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Figura 2. Estadíos del agujero macular: Ia, Ib, II, III y IV.

res estadio 1 y 2. Demostraron la presencia de despren-dimiento vítreo perifoveal típicamente extendido hastalas arcadas vasculares temporales, dando soporte a las te-orías encontrados por Gaudric. Otros autores, medianteOCT40,42 y ecografía modo B14,44 sugirieron una patogé-nesis modificada del agujero macular, implicando el des-prendimiento posterior del vítreo relacionado con laedad, iniciándose éste en la región perifoveal con persis-tencia de fuertes adherencias vitreo-maculares. Esta teo-ría implica una tracción antero-posterior, no tangencialcomo sugería Gass. Smiddy y Flynn46 presentan una te-oría unificada incorporado conceptos como el de la de-generación cistoide, entre las células de Müller y célulasgliales creándose una tracción tangencial y otra antero-posterior, como claramente puede observarse con laOCT en estos casos. Ellos sugieren la posible debilidado dehiscencia de la fóvea central como evento primario,seguido de un intento reparador por una proliferación fo-cal de las células de Müller y células gliales, y una per-sistente tracción antero-posterior a la fóvea que final-mente conlleva al desarrollo irreversible del agujeromacular de espesor completo.

Los sistemas de estadiaje actuales utilizan los hallaz-gos de la OCT, conservando los estadios biomicroscópi-cos de Gass47.

HISTORIA NATURAL

Existe una amplia gama de variación en la progresiónde los estadios precoces (estadio 1 o quiste macular) has-ta las lesiones de espesor completo. The Vitrectomy forPrevention of Macular Hole Study Group presentan queel 40% de los pacientes en estadio 1 progresan a lesionesde espesor completo durante un seguimiento de 2 años.El tiempo medio era de 4,1 meses después del diagnósti-co. Otros estudios retrospectivos, destacan un rango deaproximadamente 10 al 70% de progresión de una lesióninminente a una de espesor completo35,36,48,49.

Generalmente, la resolución espontánea del estadio 1se asocia a una separación vitreo-foveal con una readap-tación foveal y una biomicroscopía de apariencia normalo con un agujero de lamelar36.

Los síntomas visuales en el estadio 1 o en un estadio2 precoz, incluyen metamorfopsia y disminución de laagudeza visual. La agudeza visual de los ojos en estadio1 puede ayudar a predecir la progresión a lesión de es-pesor completo. La agudeza visual de la mayoría de es-tadios 1 varía de 0,9 a 0,4. En una serie retrospectiva, sila agudeza visual era 0,5 o mejor, 23% progresaban aagujero macular en 2 años, mientras, si era 0,4 o peor lohacían el 89% de los casos. The Vitrectomy for Preven-tion of Macular Hole Study Group encontraron hallaz-gos similares, ya que el estadio 1 con una agudeza visualde 0,4 a 0,25 tenía un 66% de progresión, respecto aagudezas visuales de entre 0,9 y 0,5 donde la progresiónera del 30%48.

La mayoría de los estadios 2 progresan a estadio 3 ó450,51 El estadio 3 presenta una pérdida de agudeza visual

normalmente entre 0,25 a 0,151. Hay una fuerte correla-ción entre el diámetro del agujero macular y la agudezavisual51,52.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Muchas lesiones pueden simular un agujero macularde espesor completo o una lesión precursora. La lesiónmás común erróneamente diagnosticada como agujeromacular de espesor completo es la membrana epiretinia-na con pseudoagujero macular53 (fig. 3). También hemosde considerar como diagnóstico diferencial los agujeroslamelares y el edema macular quístico crónico.

Las lesiones en estadio 1 frecuentemente son infra-diagnosticadas. Gass y Joondeph55 describen que solo 1de 18 pacientes es diagnosticado de estadio 1. Otra de laslesiones que pueden pasar por alto son los agujeros lame-rales. Otras lesiones que puede simular un agujero macu-lar incipiente incluyen la corioretinopatia serosa central ,la retinopatía solar ,drusas centrales en la degeneraciónmacular asociada a la edad55,56.

TRATAMIENTO

Actualmente se recomienda la cirugía de los esta-dios 2, 3 ó 4 sintomáticos con agudeza visual igual o in-ferior a 0,5

El tratamiento quirúrgico del agujero macular se plan-teó por primera vez tras la observación de la aparente des-aparición de un agujero macular secundaria al desarrollode una membrana epiretiniana con incremento de la agude-za visual57. Esta observación y el mejor conocimiento de latracción vitreo-macular como mecanismo fisiopatológicode la formación del agujero macular, llevó a sugerir y eva-luar la vitrectomía como posible tratamiento. En 1991,Kelly y Wendel publicaron la vitrectomía con pelado de lahialoides y posterior posicionamiento prono estricto des-pués de intercambio gas-fluido, como tratamiento de losagujeros maculares1. La técnica original de Kelly y Wendelsentaron las bases de la técnica quirúrgica actual.

XI.1. Agujero macular 805

Figura 3. Cierre del Agujero macular detectado a las 24 h postcirugía.

En el tratamiento de los agujeros maculares, tras rea-lizar una vitrectomia lo más completa posible debe reali-zarse un pelado de la hialoides posterior hasta la perife-ria retiniana para eliminar por completo la tracción delvítreo posterior; este se confirma intraoperatoriamentecon la visualización del anillo de Weiss y el signo del«oleaje» que no es más que la línea de desprendimientode la hialoides sobre la superficie de la retina. En los ca-sos en que resulte difícil la separación de la hialoidesposterior, existen varias técnicas para confirmar el esta-do de la misma, uno de ellos consiste en aspirar junto alborde nasal de la papila mediante una cánula con puntade silicona. Cuando se aplica una aspiración ligera, el ví-treo cortical ocluye el orificio de la cánula y cuando éstase desplaza por la superficie de la retina, se flexiona ydebido al parecido en la manera de moverse, se ha dadoen llamar el signo de «la caña de pescar»1. No obstante,muchos cirujanos usan el mismo vitreotomo junto al bor-de nasal en modo aspiración para desprender la hialoidesposterior y desde ahí traccionarla antero-posteriormentepara separarla de la superficie de la retina hasta la peri-feria de la misma. Las membranas epiretinianas puedenaparecer en el agujero macular en el 15% de los casos,estas se forman a partir del borde glial del agujero macu-lar extendiéndose centrífugamente sobre la superficie re-tiniana adyacente; su extracción no representa ningunadificultad quirúrgica y se puede fácilmente con una pin-za de cirugía vitreo-retiniana. El siguiente paso es la pe-lado de la membrana limitante interna, en general se es-tima que esta genera un estimulo cicatricial y unarelajación en la superficie de la retina adyacente al agu-jero macular suficiente para obtener unos índices de cie-rre anatómico por encima del 90% de los casos Se hadescrito que el pelado de la MLI aumenta la tasa de cie-rre de los agujeros maculares y que mejora la agudeza vi-sual final58. El porcentaje de cierre anatómico del aguje-ro macular cuando se asocia un pelado de la MLI varíasegún las series, pero se sitúa entre el 88% y el 100% delos casos58,59. El tamaño de esta rexhis debe ser aproxi-madamente de unas 3.500 micras para asegurar una áreaextensa de relajación perilesional ,su forma lo mas simé-

trica posible (circular) para evitar que una fibrosis secun-daria de la misma, relativamente frecuente en agujerosmaculares postraumáticos y en pacientes jóvenes (fig. 4),pueda provocar una reapertura postquirúrgica del aguje-ro macular primariamente cerrado. Para identificar laMLI lo más práctico es realizar una tinción de la misma,ello facilita una captura inicial de la MLI pero sin dudaes más útil para seguir la rehxis de la misma y verificarsu simetría por las razones antes apuntadas. Los tipos decolorantes biológicos que se han ido utilizando han sidomuchos, inicialmente se utilizo viscoelástico teñido converde de indocianina (V.I.) pero la tinción obtenida erairregular y muchas veces incompleta, posteriormente seutilizo el V.I. bajo aire muy eficaz pero su concentraciónen el polo posterior y en contacto con el epitelio pigmen-tado de la retina resultaba tóxico para el mismo. Se hadescrito una disminución de la agudeza visual en ojos ex-puestos a ICG intravítreo, asociando toxicidad sobre laretina y el epitelio pigmentario. La aparición del azul tri-pán motivo un cambio en las tinciones utilizadas en la ci-rugía del agujero macular, se utilizaba bajo aire pero te-ñía mucho mejor las membranas fibrosas como lasepiretinianas que la limitante interna, aún con ello la tin-ción era suficiente para identificar la MLI. Con el azultripán la tinción de la MLI es de menor intensidad que elICG. No hay estudios concluyentes sobre la toxicidad re-tiniana asociada al azul tripán. El acetónido de triamci-nolona se puede inyectar en el intraoperatorio en la su-perficie macular, no tiñe a la MLI, sino que se adhiere asu superficie pudiendo identificarla con facilidad.

El «azul brillante G» es un colorante biológico alta-mente especifico para la MLI su uso bajo liquido y atemperatura de 4° C permite una sedimentación del mis-mo en la superficie de la retina que tiñe, sin esperas, deforma uniforme la MLI al entrar en contacto con ella.

El tipo de taponamiento es un tema controvertido;inicialmente se indicaba al paciente un prono estricto al90% del tiempo durante 10-15 días y las series publica-das ponían de manifiesto que los mayores índices se ob-tenían con taponadores de larga evolución como el C3F8al 15% pero con el cambio de técnica quirúrgica que harepresentado el pelado de la MLI fundamentalmente porel mayor estimulo cicatricial que representa hace que nosean necesarios taponadores de larga evolución el técni-ca con posicionamiento y ni siquiera posicionamiento siutilizamos gases de larga evolución que taponen el rafemedio por un periodo de 7 a 10 días59,75, periodo que seestima suficiente para que se forme el cierre cicatricialdel agujero macular (aunque puede detectarse ya las 24 hpostcirugía) (fig. 3) y su contracción posterior y con elpodemos obtener un cierre anatómico por encima del90% de los casos60,61.

La indicación o no de cirugía combinada debe reali-zarse según la edad del paciente. Es bien conocido queen los casos de vitrectomía e intercambio por gas en pa-cientes mayores de 50 años de edad la incidencia de ma-yor o menor grado de catarata al año de evolución serádel 100% de los casos62, en segundo lugar la extracciónde una catarata en un paciente previamente operado con

806 Patología y cirugía de la mácula

Figura 4. Fibrosis postquirúrgica de la MLI.

éxito de un agujero macular puede provocar un reapertu-ra del mismo por un mecanismo inflamatorio causandoun edema macular quistito y reapertura secundaria delagujero macular estas razones parecen suficientes paraaconsejar en la mayoría de los casos una cirugía combi-nada.

El uso de aceite de silicona para el postoperatorio esuna opción para pacientes incapaces de realizar posicio-namiento. No obstante, la agudeza visual y la tasa de cie-rre es mejor en ojos operados con un gas taponador com-parado con la silicona.

RESULTADOS

La primera publicación sobre los buenos resultadosde la cirugía del agujero macular por Kelly y Wendel des-cribió que un 58% de los agujeros cerraban y la agudezavisual mejoraba en 2 o más líneas en el 42% de los ca-sos. En una segunda revisión, Wendel et al describieron73% de éxito anatómico y en un 55% la agudeza visualaumentó en 2 o más líneas63. Los autores observaron unanotable mejoría en los agujeros de menos de 6 meses deevolución, hecho confirmado posteriormente por otrosautores64,65.

Estudios clínicos multicéntricos randomizados pro-porcionan información respecto a la tasa de éxito. Kim etal publicaron los resultados de la cirugía en estadios 2 encomparación a un grupo observado, encontrando dife-rencias estadísticamente significativas en cuanto a laagudeza visual (ETDRS)66. Freeman et al publicaron ensu segundo trabajo sobre tratamiento mediante vitrecto-mía del agujero macular, los resultados observados me-diante cirugía versus observación en los estadios 3 y 4 deagujero macular67. Describieron un índice de cierre del69% comparándolo con 2% en el grupo observado. Elgrupo sometido a cirugía presentaba una mejora de laagudeza visual a los 6 meses estadísticamente significa-tiva.

Un estudio randomizado de 2 años de seguimientocompara la cirugía con la observación en agujeros de es-pesor completo de 9 meses o menos de duración65. Adi-cionalmente analizaron la asociación de suero autólogo

con una mejora de los resultados quirúrgicos; en el gru-po operado un 80,6% cerraban, y un 45% de los ojos ob-tuvieron una agudeza visual de 0,5 o mejor. Los factorespronósticos para la agudeza visual son la edad , la agu-deza visual previa a la cirugía y sin duda en tamaño delagujero macular68, este suele estar en relación al tiempode evolución y por lo tanto cuanto más pequeño mejoragudeza visual podemos obtener en el postoperatorio, losmejores resultados en referencia a agudeza visual se re-lacionan con la recuperación de los fragmentos externosde los fotorreceptores, demostrable por OCT69 (fig. 6).

RETRATAMIENTO

Al hablar de la reoperación del agujero macular hayque analizar las distintas causas la primera es la ausenciade cierre primario, este puede ser debido a la presenciade restos de hialoides posterior adheridos al plano reti-niano ,a una rehxis insuficiente de la MLI o bien a unaausencia de cierre idiopático; existe un pequeño grupode pacientes en los que no se consigue un cierre prima-rio posquirúrgico del agujero macular probablementemotivado por un estimulo cicatricial insuficiente. La otracausa de reoperación es reapertura del agujero maculartras un cierre anatómico postquirúrgico en un estudio re-trospectivo de Christmas y Smiddy analizando 353 ojosoperados por agujero macular el índice de reapertura fue

XI.1. Agujero macular 807

Figura 5. Membrana epirretiniana y pseudoagujero macular.

Figura 6. OCT pre y post quirúrgico reformación de la líneade los fragmentos externos de los fotoreceptores (flecha).

del 4,8% siendo la causa más frecuente la contracción dela MLI70. En revisión de más 300 casos postquirúrgicosse encontró que el edema macular quístico postquirúrgi-co fue detectado en el 5% de los casos y un 48% de es-tos acabo ocasionando una reapertura concluyendo quela identificación del edema macular y su tratamientopuede evitar en un alto porcentaje de casos esta reapertu-ra postquirúrgica71.

El tratamiento en estos casos va a depender de la cau-sa etológica, es decir realizar un pelado de la MLI degran tamaño para resolver un pelado insuficiente de lamisma representa un estimulo suficiente en la mayoríade estos casos, sin embargo, en los casos tratados me-diante rehxis extensa y completa en los que no se obtuvoun cierre anatómico la mejor opción sería realizar unatécnica con coadyuvantes de la cicatrización tales comosuero antólogo o concentrado de plaquetas que se han de-mostrado ser eficaces en distintos estudios prospecti-vos72,73. Las reoperaciones de un agujero macular previa-mente cerrado pueden tener un cierre cercano al 100%de los casos con incremento de la agudeza visual sin em-bargo las reoperaciones de agujeros en los que no se haconseguido un cierre da como resultado una baja agude-za visual74.

COMPLICACIONES DE LA CIRUGÍADEL AGUJERO MACULAR

La complicación más frecuentes de la cirugía delagujero macular es la formación de cataratas76,78. A lospacientes fáquicos sometidos a tal cirugía macular se lesha de informar sobre la probable necesidad de extracciónde cataratas en un período de 1-2 años. Otras complica-ciones relacionadas son los desgarros iatrogénicos in-traoperatorios y el desprendimiento de retina postopera-torio 1-5% ,aunque se han descrito estadisticas de hastaun 14%79-81. El desprendimiento de retina postoperatoriose relaciona con desgarros por debajo de las esclerotomí-as pero también pueden localizarse en cuadrantes infe-riores secundario a desgarros en la periferia opuesta a lamano dominante del cirujano, estos desgarros puedenproducirse al desprender la hialoides posterior. La pérdi-da de campo visual puede ser debida a una excesiva pre-sión de infusión y una deshidratación retiniana durante elintercambio fluido-aire82,83. La elevación de la presiónintraocular posterior a cirugía vitreo-retiniana con gas esfrecuente84 y el cierre angular se ha descrito durante elperíodo de posicionamiento85.

CONCLUSIONES

Los agujeros maculares de espesor completo frecuen-temente son unilaterales, relacionados con la edad e idio-páticos. Los síntomas visuales incluyen escotoma centraly reducción de la agudeza visual. La mejora en el cono-cimiento de su fisiopatología ha tenido lugar gracias alestudio biomicroscópico detallado y al desarrollo de las

nuevas técnicas de imagen que permiten visualizar la in-terfase vitreo-macular como la OCT. Las técnicas quirúr-gicas vitreo-retinianas continúan en evolución, y siguenhabiendo interrogantes sobre el mejor método quirúrgicopara la reparación del agujero macular. No obstante,usualmente la cirugía conlleva un cierre del agujero ymejora de la agudeza visual. Cuestionarios sobre saludrevelan que un exitoso cierre del agujero se asocia conuna mejora de la visión del paciente con mejoría de la ca-lidad de vida, incluso cuando hay una leve mejoría de laagudeza visual86.

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