12.04 Mira la obra de tus manos: Cristo crucificado No a la Vida y... · 12.04 “Mira la obra de...

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Verdades de la fe, pág. 205 PAUTAS DE ORACIÓN Fraternidad Misionera “Verbum Dei” 12.04 “Mira la obra de tus manos: Cristo crucificado…” Introducción: “El señor llora por el cierre del corazón de la ciudad elegi- da, el pueblo elegido, ¡no tenía tiempo para abrirle la puerta! Estaba de- masiado ocupada, demasiado satisfecha de sí misma. Y Jesús sigue tocan- do a las puertas, como ha llamado a la puerta de del corazón de Jerusa- lén: a las puertas de sus hermanos(as); a nuestras puertas, a las puertas de nuestros corazones, a las puertas de su Iglesia. Jerusalén se sentía tranqui- la con su vida y no tenía necesidad del Señor, no se había dado cuenta de que necesitaba la salvación. El llanto de Jesús por Jerusalén es el llanto por su Iglesia, hoy por nosotros. Jerusalén tenía miedo del Señor. Cuando el señor visita a su pueblo, nos trae la alegría, nos lleva a la conversión. Convertirse significa dejar que le Señor nos gui e.”(Papa Francisco- homilía) Seguimos contemplando a los personajes a través de los cuales Dios nos quiere seguir hablando y guiando nuestra vida a la luz de su Palabra. Oración personal sobre el pecado de los cercanos a la pasión de Jesús.

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Verdades de la fe, pág. 205

PAUTAS DE ORACIÓN Fraternidad Misionera

“Verbum Dei”

12.04 “Mira la obra de tus manos:

Cristo crucificado…”

Introducción: “El señor llora por el cierre del corazón de la ciudad elegi-

da, el pueblo elegido, ¡no tenía tiempo para abrirle la puerta! Estaba de-

masiado ocupada, demasiado satisfecha de sí misma. Y Jesús sigue tocan-

do a las puertas, como ha llamado a la puerta de del corazón de Jerusa-

lén: a las puertas de sus hermanos(as); a nuestras puertas, a las puertas de

nuestros corazones, a las puertas de su Iglesia. Jerusalén se sentía tranqui-

la con su vida y no tenía necesidad del Señor, no se había dado cuenta de

que necesitaba la salvación. El llanto de Jesús por Jerusalén es el llanto

por su Iglesia, hoy por nosotros. Jerusalén tenía miedo del Señor. Cuando

el señor visita a su pueblo, nos trae la alegría, nos lleva a la conversión.

Convertirse significa dejar que le Señor nos guie.”(Papa Francisco-

homilía)

Seguimos contemplando a los personajes a través de los cuales Dios nos

quiere seguir hablando y guiando nuestra vida a la luz de su Palabra.

Oración personal sobre el pecado de los cercanos a la pasión de Jesús.

Verdades de la fe, pág. 206

¡TE AMO JUDAS!

Uno de los doce fue Judas, quien había

vivido y compartido con Jesús; su misión

en los pueblos. Judas era el administrador

y vivía en función de obtener fondos para

ayudar a los pobres, pero también había

en él una ambición por el dinero. Fue

algo que le acaparo su mente y no comprendía los actos que Jesús realizaba

y tampoco lo que la mujer de Betania hizo con Jesús cuando derramo el

perfume ¿qué pensó él? Jn 12 “¿Por qué no se ha vendido este perfume por

el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres? La

mirada materialista no le permitió ver a Judas el gesto de Amor de la mujer

hacia Jesús. Judas a quien Jesús amaba igual que a todos, con el que com-

partió su mesa, a pesar de conocerlo y saber sus intenciones. Pero Judas al

estar en la mesa con su Maestro no le escuchaba, estaba y no estaba, estaba

de espaldas y mientras Jesús hablaba él pensaba otras cosas, planeaba ¿Qué

voy hacer ahora?, sigue siendo la falta de escucha motivo de desviarnos del

camino y no dejar que Jesús nos guie. Era un momento tan importante para

Jesús compartir con ellos su última cena y trataba de revelarles el rostro del

padre y el camino para llegar a él, pero Judas no escucho por estar en lo

suyo. ¿Que había en el corazón de Judas? ¿Por qué dudaba de su maestro?

Judas no expresaba a Jesús lo que él pensaba, sus dudas, todo lo vivía el

solo, no había una cercanía de amistad con Jesús, como los demás. ¿Qué

separaba su corazón del corazón de Jesús? que era aquello que no le permi-

tía dar el paso de confianza plena a su Maestro que le llevó a traicionarlo.

Judas dejo entrar otras voces en su interior, sus propias elucubraciones,

sus criterios, ideas no contrastadas, no discernidas le bloquearon totalmen-

te, llevándolo a actuar con hipocresía, astucia, mentiras, etc. Jesús conocía

el corazón de Judas y eso le entristecía, le dolía la traición de su amigo,

pero no le dejaba de amar, fue la opción de judas. Mt 26,20-25 “Un de

vosotros me va a traicionar…” Jesús hasta en esas últimas palabras quiere

hablar a Judas, a ver si reaccionaba, aun así no pone evidencia su pecado

ante sus hermanos, no lo deja mal ante ellos, se compadece de él, en sus

palabras no hay hipocresía, mentira, Jesús busca hacer reaccionar a Judas.

Así es con nuestra vida Jesús sale a nuestro encuentro y al de nuestros her-

manos en cualquier lugar y circunstancia para hacernos reaccionar, para

iluminar nuestras acciones. A Jesús más que su muerte le duele la muerte

de su amigo, de su apóstol, solo por no escucharle, porque Jesús ha venido

“para que sus ovejas escuchen su voz y le sigan.” Jn 10,4-5.

Verdades de la fe, pág. 207

¡TE AMO PEDRO!

Mt 26,33-35 / Mt 26,69-75

Uno de los cuatro primeros discípulos elegidos,

y el que le reconoció como hijo de Dios “Tu

eres el Cristo el hijo del Dios vivo”; uno de los tres

que Jesús eligió llevarlo con él, y que gozaran de su transfigu-

ración y el que será elegido por Dios como responsable de su Iglesia. Pedro

el discípulo que tenía en su corazón la alegría de estar con él, Compartir,

seguirle hasta el final, pero Pedro no comprendía cómo Jesús; el Hijo de

Dios, Mesías; vaya a padecer como lo estaba anunciando. Hasta llegar al

punto de querer impedir que se lo llevaran e intento corregir a su maestro

¿cuantas veces vemos a Dios como Dios pero hay algo que no nos entra en

nuestra razón, porque el sufrimiento, dolor, porque tener que padecer?¡ creo

en Dios, soy tu discípulo y le sigo!. Pedro quería impedir a toda acosta que

Jesús actuara como tocaba, Pedro no entendía la pasividad de Jesús, ¿cómo

no te vas a defender, si eres el Hijo de Dios? Jesús estaba mostrando otra tipo

de respuesta frente a la violencia con la que lo estaban tratando, una pasivi-

dad por amor, para evitar los enfrentamientos, ¿Cómo actúo yo frente a un

hecho violento, agresivo? ¿Contemplo a Jesús, cómo él lo hizo? ¿O corto la

oreja como Pedro? Pedro le había prometido ir con él hasta la muerte, pero

estaba evitando la muerte. Las palabras de Pedro eran verdad él amaba a su

maestro, no había hipocresía como en los fariseos, había sinceridad en su

corazón, creía que Jesús era el Mesías y lo había profesado, nosotros también

estamos profesando nuestra fe en Jesús vivo y le seguimos, queremos serle

fiel hasta el final; pero hay que reconocer que somos pecadores. Pedro peco

de soberbia en esas frases “yo nunca...”, “aunque los otros...” “ellos pero

yo no...” frases que nos hacen creer más que los demás. ¿Con que actitud

vivo mi ser apóstol? ¿Con que actitud me invitas Jesús a ser tu apóstol? Jesús quiere también hacer reaccionar a Pedro como lo hizo con Judas “Yo te

aseguro que esta misma noche me habrás negado tres veces”. Jesús no

habla reprochándole, le quiere hacer ver que es pobre. “reconoce tu pobreza

Pedro.. Como creatura eres débil, frágil”. Hasta que Pedro pasó por lo que

tenía que pasar y se da cuenta y reacciona, porque llegó a tocar su pobreza,

fragilidad; incoherencia ante sus palabras y los hechos, resistencia frente al

dolor, la cruz, la mentira, cobardía, miedo… etc. Así nosotros estamos lla-

mados a reconocer nuestra pobreza humana, como creaturas que somos de

barro y hasta que vivimos lo que vivimos reaccionamos, nos damos cuenta y

tocamos nuestra fragilidad. ¿Frente a las realidades concretas de mi vida

diaria ¿reconozco mi pobreza humana, mi fragilidad?

Verdades de la fe, pág. 208

¡TE AMO BUEN LADRON!

¡TE AMO CENTURIÓN ROMANO!

Lc 23,39-43 / Mt 27,54

Un grito también de amor en la cruz de Jesús

fue por; el buen ladrón y el centurión romano,

por la fe de estos hombres que estando al pie

de la cruz lo reconocen como el Salvador, Hijo

de Dios. En ellos Jesús estaba amando a los excluidos de la sociedad a los

que no tenían derecho a creer, a los pecadores, impuro. Pero ellos estaban

al pie de la Cruz y supieron reconocer la realidad de su pecado y proclamar

su fe en Dios vivo. El buen ladrón dijo “Acuérdate de mí cuando entres en

tu Reino” ¿que había escuchado o visto este hombre de Jesús que le llega

a reconocer en su lecho de muerte?, le había oído de lejos hablar sobre el

Reino de los cielos y ahora lo tenía a su lado y despertó su fe en él ¡qué

alegría! Jesús al que se arrepiente aunque sea en el último momento de su

vida él lo salva, Jesús da oportunidad y en sus Palabras “yo te aseguro: hoy

estarás conmigo en el Paraíso.” Eran palabras de amor profundo ¡TE

AMO! ¡TE PERDONO! Jesús ve el corazón de este hombre y la sinceri-

dad que hay en sus palabras, el arrepentimiento y el deseo de querer estar

con él en el paraíso, de entrar en el Reino. Y es lo que Jesús había anuncia-

do y lo que desea para sus hijos que entren en el Reino de los cielos. ¡Qué

Amor de Dios tan grande! El pecado perdonado se transforma en gracia y

lo “impuro” es purificado, el deseo más grande Dios es que el corazón del

hombre se convierta. La otra persona a quien también Dios le expresa su

amor profundo es la que cree sobre el calvario, cuando Jesús expira; todo

se pone oscuro y tiembla la tierra; este centurión romano que no era judío

pero ante la circunstancia que se rebela se da cuenta de quién era este hom-

bre; HIJO DE DIOS; proclama; “verdaderamente este hombre era el Hijo

de Dios”. Las situaciones límites de la vida nos ayudan a reaccionar y re-

conocer nuestros errores, cuando ya no tenemos otra alternativa y por gra-

cia de Dios vemos la luz, Jesús actúa en nuestra vida hasta transfórmala.

Que deseo tan grande Dios para cada uno de nosotros y para nuestros her-

manos, Dios sigue soñando con cada uno de sus hijos que vuelvan a casa, al

hogar “El deseo de Dios es que todos los hombres se salven y lleguen al

conocimiento de la Verdad” 1 Tm 2,4 y nos llama a una conversión cons-tante para seguir colaborando en esta misión de anunciar su AMOR.