16 EL VINO Viernes 20.04.18 LOS ROSALES, UNA … · FORMA DE PREVENIR Las flores se empezaron a ......

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Viernes 20.04.18 EL NORTE DE CASTILLA 16 LOS ROSALES, UNA ESTÉTICA FORMA DE PREVENIR Las flores se empezaron a plantar hace dos siglos junto al viñedo para la detección precoz del oídio EL VINO Viñedos coloreados. La plantación de rosales alrededor de los viñedos dota a estos de un aspecto muy primaveral y estético.

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Viernes 20.04.18 EL NORTE DE CASTILLA16

LOS ROSALES, UNA ESTÉTICA FORMA DE PREVENIR

LLas flore s se e mpe zaron a plantar hace dos siglos junto al viñe do para la detección precoz del oídio

EL VINO

Viñedos coloreados. La plantación de rosales alrededor de los viñedos dota a estos de un aspecto muy primaveral y estético.

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l colorido de los rosales a pie de viña marcando las hileras y ese con-traste de tono con las cepas ofrece una bonita visión que también des-pierta la curiosidad entre aquellos que pasean por los vi-ñedos, con una

imagen llamativa y caracte-rística. Pudiera ser solo una opción estética, pero la tradi-ción de colocar rosales escon-de una misión preventiva. Una vertiente que tiempo atrás tuvo mucho peso a la hora de adelantarse, sobre

todo, a la presencia de la pla-ga de oídio en la vid, pero que con el paso del tiempo ha ido perdiendo peso con la llega-da de nuevas técnicas ecoló-gicas y el trabajo del día a día de seguimiento en el terreno del viñedo.

En la actualidad, casi dos si-glos después de que comen-zara esta práctica, gracias a los estudios y técnicas ecológicas desarrolladas para la preven-ción de plagas, su labor ha ido perdiendo fuerza y los rosales han desaparecido de un gran número de viñedos. En mu-chos otros perviven, la mayor parte con más funciones de-corativas que preventiva y como un guiño a esa tradición histórica que ha acompañado a la cultura de la viña y el vino.

Es necesario echar la vista atrás en el tiempo, retrotraer-se a hace casi dos siglos, para poder adentrase en el origen de esta costumbre. Era el año 1851 cuando entró en Euro-pa, procedente de Inglaterra, el hongo Oidium tuckeri, co-nocido popularmente como oídio. Sus esporas se propa-garon entre las plantas a tal velocidad que acabó con la mayor parte de las cepas de las regiones vinícolas.

En aquella época, en la Bor-goña (Francia), los viñedos se encontraban alrededor de monasterios que elaboraban vino para misa. Allí, el oídio se difundió entre las vides, unas plantas que los monjes tenían la costumbre de cer-car con rosales. Estos monjes cistercienses, según cuenta la tradición, pudieron salvar sus viñedos aplicando, pri-mero a los rosales y después a las cepas, un tratamiento basado en espolvorear las plantas con azufre. Los rosa-les se convirtieron, desde en-tonces, en plantas que ser-vían al viticultor para detec-tar enfermedades. También en España donde llegó la en-fermedad, por primera vez, en 1865.

El hongo del oídio deja unas manchas en las hojas de la vid, cubiertas de un polvo similar a la ceniza, pero esos síntomas son visibles antes en los rosales que en las vi-des. Esa biosensibilidad, du-rante décadas, ha dado la pis-ta para aplicar los tratamien-tos de forma temprana. Ade-más del oídio, también detec-ta otro tipo de enfermedades, mohos, pulgón o ácaros que, aunque son menos peligro-sos, pueden afectar a la vid si no se afrontan a tiempo.

Avances En cualquier caso, la viticul-tura ha avanzado y parece que, según lo expertos, los rosales han pasado a tener menor protagonismo en la prevención de plagas. «El efecto que tenía antes ya no lo tiene, es más decorativo que otra cosa», según mani-fiesta Julián Sardina, de Bo-degas Tudanca y propietario

de Cecoga, una empresa de asesoramiento a viticultores. «Tenemos que olfatear la plaga antes de que llegue al rosal. Tenemos que prevenir-lo no curarlo», insiste. En cualquier caso, confiesa que sigue plantando rosales en todos sus viñedos, «decora-tivos, de distintos tipos y aho-ra, también, aromáticos».

Haciendo historia, recuer-da otros tiempos cuando «po-níamos en cada margen de la calle un rosal para detectar rápidamente la enfermedad antes de que llegara a la plan-ta». Sin embargo, insiste en que hoy en día «no espera-mos a que el oídio o la enfer-medad entre, ahora ya lo tra-tamos antes de que aparez-ca, con productos ecológicos, No se puede esperar a que lle-gue la enfermedad».

Avances Por su parte, el experto en vi-ticultura ecológica Jesús Lá-zaro, gerente de Kirios de Adrada, también considera que, en el momento actual, los rosales hacen una función más estética que preventiva. «Antes se sacrificaba el rosal para que sirviese de indica-dor de que teníamos la plaga; ahora es decorativo», opina.

Asimismo, incide en que el hecho de que una plaga esté atacando al rosal «no quiere decir que vaya a ata-car al viñedo. A veces, es todo lo contrario: lo que hace es atraer la plaga y que no haga daño a la vid». Por ello, con-sidera que «no es necesario tratar automáticamente la viña con productos químicos porque tengas oídio, ácaros o pulgones en el rosal; mu-chas veces se quedan ahí y no van a otra parte».

Todavía son muchas las bo-degas y viticultores que si-guen confiando en la coloca-ción de rosales. Como tradi-ción, como adorno y también por si los avances preventi-vos, alguna vez, fallan.

EL VINO

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PREVENTIVA Fundamentalmente ante el oídio. También previene otras enfermedades como el mildiu, hongos, ácaros y el pulgón.

DECORATIVA En la actualidad tiene un importante papel en este sentido. En muchos casos, se elige el color del rosal según la variedad de uva: blancos para las va-riedades blancas, rojos y rosas para las tintas.

LA FUNCIÓN DE LOS ROSALES

SUSANA GUTIÉRREZ

AGAPITO OJOSNEGROS Fotografías

Esta práctica es originaria de la Borgoña francesa, donde se ponían rosales en los viñedos

Los monjes, al ver cómo las flores enfermaban, trataban la vid con azufre para salvarla