SEAMOS BONDADOSOS UNOS CON OTROSEfesios 4:10-32

INTRODUCCION

Un niño oraba así: “Amado Dios, haz buena a toda la gente mala, y has amable a toda la gente buena”

Esta, posiblemente, debe ser la oración de muchos niños el día de hoy porque a cada rato recibimos advertencia por los medios de comunicación para nadie es extraño de cómo se encuentra el mundo, en especial nuestro país, donde la vida de una persona no vale absolutamente nada, y nadie está fuera de peligro.

OJO: ILUSTRAR CON VIDEO SOBRE SICARIATO, PANDILLAJE, ROBOS Y VIOLENCIA.

Por otro lado estamos llenos de personas religiosas que son buenas, afectuosas, cumplidoras de las leyes correctas pero…

Insensibles para con otras personas. Insensibles ante el dolor de las otras personas Insensibles ante sus necesidades Insensibles a prestar ayuda Insensibles a dar amor, gracia y misericordia

Las desgracias y calamidades que están sucediendo a nuestro país y distrito, como todos los días lo vemos y oímos, están cauterizando y generando insensibilidad en el corazón humano.

Nos estamos acostumbrando a vivir así. Por eso, actualmente hay mucha gente en el pueblo evangélico que ya no llora ante el dolor ajeno.

“Bienaventurado los que lloran, porque ellos recibirán consolación…” Llorar por tus ovejas Llorar por la gente Llorar por las almas

I. SEAN BONDADOSOS, ABANDONANDO TODA RAÍZ DE MALDAD

Efesios 4:31-32 dice: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros como dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

La bondad no puede existir junto a cualquier forma de malicia. Más bien dice la Palabra abandona la amargura, ira, enojo, calumnia.

La amargura y el resentimiento son los pecados que más prevalecen entre el pueblo de Dios.

Es por eso que muchos hermanos guardan heridas de enojo, ira, amargura, resentimientos, culpa, chisme, murmuraciones, insultos, ofensas y lo van incubando en su corazón. A medida que pensamos más en estas cosas y continuamos haciéndolas, más profundamente, llegan a arraigarse.

OJO: ILUSTRAR CON DIAPOSITIVA DONDE APARECE UN ARBOL CON RAICES DE: AMARGURA, RESENTIMIENTO, CULPA, ENOJO, CALUMNIA, IRA, ETC.

El escritor del libro de Hebreos 12:15 dice: “Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando

alguna raíz de amargura brote y cause dificultades y contamine a muchos”. La pregunta es ¿qué raíz de amargura hay en tu corazón, y qué otros tipos de raíz maliciosa estás permitiendo que crezcan? Ello no te dejará alcanzar la gracia de Dios. Por eso dice la Palabra: “Cuidado no dejes que brote ningún tipo de raíz maliciosa”. ¿Por qué?

Porque va a estorbar tu crecimiento y vas a contaminar a otros.

¿Cuál es el remedio para esto? Cuando alguien viene a echar su veneno hacia ti, dile así: “un momento, no tengo por qué escucharte, anda conversa con el hermano que tienes problemas y arregla tu situación”.

Porque los que tienen esas raíces maliciosas siempre están buscando echar su veneno a otros ¿para qué? Para que se contaminen y se vuelvan como ellos. Si tú participas de su pecado te haces cómplice de su pecado, y te conviertes en un transgresor ante los ojos de Dios.

Más bien nos dice el Señor en Hebreos 12:14a: “Busca la paz con todos”.

“Paz” en el sentido bíblico, no significa simplemente “dejar de pelear”, significa “relación saludable y armoniosa”. Dicha relación va a ser imposible si sigo permitiendo que las raíces maliciosas exacerben mi corazón.

Pablo dice en Colosenses 3:12-13: “Por lo tanto como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro.”

Así como el Señor os perdonó, perdonen también ustedes. El perdón nos ayuda a centrarnos en la bondad hacia otros.

II. CENTRANDONOS EN LA BONDAD HACIA OTROS

La palabra bondad significa “crestos”, y se refiere a esa disposición de la mente que está preocupada y afectada por los sentimientos, las penas, las luchas y problemas de otras personas así como lo está por el suyo.

La bondad alcanza a otros, no está centrada en sí misma sino está centrada en los otros. A eso se refiere la Palabra cuando dice: “sean bondadosos unos con otros”.

Cuando tú eres bondadoso, es decir tienes preocupación por tu hermano y la gente, recibes bendición por practicarla.

Abraham Lincoln, ex presidente de los EE.UU. dijo: “Aliviar el dolor del corazón de otro, es olvidarse del suyo propio”.

Pedro enseña a sus discípulos en su carta de 2 Pedro 1:7: “Añadan bondad a su fe y recibirán afecto fraternal”.

Pablo dijo en Gálatas 6:10: “Por lo tanto siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos y en especial a los de la familia de la fe”.

A menudo lo más difícil es dar ejemplo de bondad en nuestras vidas. Pero, debemos de hacerlo, y esto trae al corazón y Dios nos bendice con paz. Si no lo hacemos, nuestro corazón vivirá atribulado.

¿Quieres bendición de Dios en tu vida, preocúpate en hacer el bien a otras personas?

III. SER BONDADOS CON OTRO ME HACE VULNERABLE.

Efesios 4:32 dice: “Sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Esto sucede en todas las iglesias, porque no existe en la

tierra “la iglesia perfecta”. Cuando algunos creyentes vienen y me dicen: “Pastor, muchas veces recibo acoso y males por parte de personas que no son creyentes, y eso lo entiendo porque no tienen a Cristo; pero recibir males de mis propios hermanos de la Iglesia, no lo entiendo”.

Ahora, recuerden que Jesús:

Fue traicionado por su discípulo Judas. Fue rechazado y negado por otro discípulo, Pedro. Fue incomprendido por el resto de los discípulos, y aún

por su familia inmediata. Fue después que resucitó, que su familia creyó en él.

¿Por qué se nos hace más difícil practicar la bondad con aquellos que están más cerca de nosotros? Porque, posiblemente:

Hemos sido heridos por ellos y nos hemos resentido.

Somos más vulnerables entre aquellos que nos conocen mejor. Ellos conocen nuestras debilidades, y por lo tanto saben cómo herirnos más profundamente. Esto mayormente sucede en la familia, cuando el padre, la madre o los hijos saben dónde herir profundamente

Es por eso que la amargura, el resentimiento y el odio están al acecho para atrapar ese corazón herido y generar raíces para que el perdón sea más difícil.

Claro está que el inmaduro todo se lo va a tomar a pecho.

Pero el maduro espiritual sabe que estas cosas suceden hasta en las mejores familias, y en lugar de criticar, juzgar o murmurar…- Va a orar por ese hermano.- Habla con él para disipar toda duda.- Le ofrece su amistad incondicionalmente.

Jesús se dio cuenta del problema de sus discípulos, y dijo: “Vosotros seréis verdaderamente mis discípulos, si os amáis unos a otros”.

Es por nuestro amor sincero unos a otros… Que el diablo no puede atacarnos. Que somos miembros de la familia de Dios. Que el mundo sabe que somos de Cristo.

Por eso la bondad requiere vulnerabilidad. Ser bondadoso es tender la mano y estar expuestos al rechazo, el abuso, las críticas, la incomprensión.

Así como nuestro Señor Jesucristo que… Vino, y lo rechazaron Amó, y lo odiaron Sanó, liberó bendiciendo a mucha gente, y le dijeron que

estaba endemoniado Vino a dar bendición, y recibió maldición de la

humanidad