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OPINIÓN POLÍTICA INTERNACIONAL SALUD U.N. DOCUMENTO SOCIEDAD EDUCACIÓN CULTURAS 2 5 9 11 12 17 19 23 DIVERSIDAD OPINIÓN EXPRESIÓN UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SANTAFÉ DE BOGOTÁ, D.C., No. 6, ENERO 9 DEL 2000 CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL 2000 LEY DE CANJE RETOS DEL GRUPO DE RÍO LA DIETA DE LOS COLOMBIANOS PANAMÁ: ¿SOBERANÍA LIMITADA? ALTERNATIVAS PARA LA ZONA DE DESPEJE UNA RED PARA EL AGRO ARAÑAS, OMBLIGO Y PAZ De 180 niños vinculados al conflicto armado del país, el 40% ha disparado contra alguien alguna vez, pero la guerra no sólo incluye a menores de edad en las filas del combate sino que afecta de diversas maneras a nuestra población infantil. Pág. 14 Agotamiento del proceso de descentralización Los departamentos, hoy en bancarrota, buscan soluciones a una crisis de más de 20 años. Pág. 4 Mercado laboral urbano Los noventa, una década de profundos altibajos y contrastes en la economía colombiana. Pág. 7 Agua de por vida Recuperar el agua de los beneficiaderos del café, un recurso que se abona a la protección del medio ambiente. Pág. 20 ILUSTRACIÓN DE EDIN RIVERA De 180 niños vinculados al conflicto armado del país, el 40% ha disparado contra alguien alguna vez, pero la guerra no sólo incluye a menores de edad en las filas del combate sino que afecta de diversas maneras a nuestra población infantil. Pág. 14 La guerra, golosa sin cielo

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OPINIÓN

POLÍTICA

INTERNACIONAL

SALUD

U.N. DOCUMENTO

SOCIEDAD

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D I V E R S I D A D O P I N I Ó N E X P R E S I Ó NUNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

SANTAFÉ DE BOGOTÁ, D.C., No. 6, ENERO 9 DEL 2000

CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL 2000

LEY DE CANJE

RETOS DEL GRUPO DE RÍO

LA DIETA DE LOS COLOMBIANOS

PANAMÁ: ¿SOBERANÍA LIMITADA?

ALTERNATIVAS PARA LA ZONA DE DESPEJE

UNA RED PARA EL AGRO

ARAÑAS, OMBLIGO Y PAZ

De 180 niñosvinculados al conflictoarmado del país, el40% ha disparadocontra alguien algunavez, pero la guerra nosólo incluye amenores de edad enlas filas del combatesino que afecta dediversas maneras anuestra poblacióninfantil. Pág. 14

Agotamientodel proceso dedescentralizaciónLos departamentos, hoy en bancarrota, buscan soluciones auna crisis de más de 20 años. Pág. 4

Mercadolaboral urbanoLos noventa, una década de profundos altibajos y contrastesen la economía colombiana. Pág. 7

Agua depor vidaRecuperar el agua de los beneficiaderos del café, un recursoque se abona a la protección del medio ambiente. Pág. 20

ILUSTRACIÓN DE EDIN RIVERA

De 180 niñosvinculados al conflictoarmado del país, el40% ha disparadocontra alguien algunavez, pero la guerra nosólo incluye amenores de edad enlas filas del combatesino que afecta dediversas maneras anuestra poblacióninfantil. Pág. 14

La guerra,golosa sin cielo

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

OPINIÓN

RECTOR UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Víctor Manuel Moncayo CruzEDICIÓN Equipo Periodístico Unidad de Medios de Comunicación, Unimedios: Marisol CanoBusquets, Olga Marín Arango, Yolima Suárez, María Claudia Rojas, Nelly Mendivelso,Consuelo Aguirre, Lilián Cortés, Ángela RiañoCORRECCIÓN DE ESTILO Francisco Díaz-GranadosCONCEPTO DE DISEÑO Diego Giovanni Bermúdez Aguirre ([email protected])E- MAIL [email protected]ÉFONOS 3165348, 3165000 ext.18384 FAX 3165232DIRECCIÓN Ed. Uriel Gutiérrez, 5to piso, Transversal 38 Diagonal 40

SANTAFÉ DE BOGOTÁ, No. 6, ENERO 9 DEL 2000

Editorial

GabrielMisas

ArangoProfesor

Facultad deCiencias

Económicas

Ciencia,tecnología

y desarrolloen el 2000Colombia, a lo largo del siglo XX, no ha

tenido una política de Estado sobre desarro-llo científico o tecnológico, como tampoco laha tenido sobre educación superior, a diferencia delo acontecido con los países desarrollados o los de-nominados de nueva industrialización (fundamen-talmente países del sudeste asiático), donde las po-líticas estatales han logrado cimentar sistemas na-cionales de investigación y desarrollo tecnológico ylas universidades han aumentado en forma apre-ciable su cobertura y elevado la calidad académicade sus programas.

Políticas que han dotado a estos países de unamplio dominio en el campo de las técnicas y la tec-nología y les han permitido construir recursos huma-nos de calidad, esto es, una población altamente edu-cada y entrenada en el uso de las tecnologías másmodernas. Todo lo cual se ha reflejado en mayoresniveles de crecimiento y mejores formas de adhesióna un régimen internacional de comercio. En una pala-bra, en un mayor nivel de bienestar para sus ciudada-nos. La idea ampliamente difundida a finales de losaños sesenta e inicios de los setenta sobre el redes-pliegue industrial, que sirvió de sustento teórico a laspolíticas de promoción de exportaciones de esa épo-ca, según la cual dado el crecimiento de los costos deproducción fundamentalmente ligados a los mayoressalarios en los países desarrollados, las ramas indus-triales intensivas en mano de obra (textil, confeccio-nes, electrónica de consumo, imprenta, editoriales,etc...) se trasladarían, inevitablemente, hacia los paí-ses de la periferia o países en desarrollo, dando lu-gar a una modificación importante en la división in-ternacional del trabajo. Sin embargo, tales pronósti-cos no se cumplieron. La consolidación de un nuevosistema técnico a lo largo de los últimos 20 años,basado en las tecnologías de la información y sus-tentado en cuatro pilares: la robótica, la telemática,la informática y la electrónica, ha modificado radi-calmente la competitividad de las naciones. Los sec-tores intensivos en mano de obra se convirtieron ensectores intensivos en capital y tecnología, las anti-guas ramas industriales basadas en líneas semiauto-máticas de producción se transformaron, gracias alnuevo sistema técnico, en procesos automatizadosde fabricación. El redespliegue industrial no tuvo lu-gar y, por el contrario, se dio un proceso de augeindustrial en los países desarrollados.

La competitividad de las naciones pasó de lasventajas heredadas (situación geográfica, dotación

La consolidación de un nuevosistema técnico a lo largo de losúltimos 20 años, basado en las

tecnologías de la información, hamodificado radicalmente la

competitividad de las naciones.

de recursos naturales, mano de obra abundante ensalarios de subsistencia...) a las ventajas construidas,en las cuales los sistemas de investigación y desarro-llo, y la existencia de una población altamente califi-cada, con habilidades para crear, adaptar y desarro-llar nuevas tecnologías, juegan un papel central. Todasociedad para ser viable debe contar con el dominiode un conjunto amplio de tecnologías que le permi-tan acceder a los servicios básicos (educación, sa-lud, etc...), desarrollar su seguridad alimentaria, cons-truir la infraestructura requerida (vivienda, etc...), ca-pacidades para conducir el sistema productivo y com-petencias que le permitan mejorar la gobernabili-dad del sistema político y social.

Dadas las características del nuevo sistema téc-nico, el dominio de las tecnologías pasa por pro-gramas de investigación más finos y sistemas máscomplejos de formación de los recursos humanos.Así, por ejemplo, el diseño y construcción de puen-tes, tiene que ajustarse a las especificaciones de losvehículos que se construyen actualmente (peso, can-tidad de agua, velocidad, etc...), responder a lasformas de elaboración que demandan la maquina-ria y los equipos actuales de construcción y contarcon nuevos materiales, todo lo cual exige que elpersonal involucrado en su diseño y producción ten-ga formaciones y habilidades muy diferentes a lasrequeridas en el pasado para adelantar este tipode obras. En consecuencia, los programas de in-vestigación y de formación (programas curricula-res, contenidos, competencias) de ingenieros, tec-nólogos y técnicos deben ser igualmente diferen-tes a los existentes en el pasado, fenómeno queacontece en todos los campos.

Desafortunadamente ni cuantitativa ni cualitati-vamente (calidad, pertinencia) la educación supe-rior colombiana está formando los cuadros necesa-rios para conducir el sistema productivo, ni el políti-co o la construcción de la infraestructura física re-querida o la provisión de los servicios básicos. Bastaleer los periódicos para percatarse de la pobreza in-telectual de los dirigentes en los campos político,empresarial o sindical o enterarse cómo la caída delos puentes peatonales, acontecida en las últimassemanas, se debió a errores elementales de diseño yconstrucción que involucraron a decenas de inge-nieros de diferentes instituciones tanto públicas comoprivadas, sin que nadie se diera cuenta de tales erro-res. Para no señalar los grandes problemas que segeneran en la justicia o en la salud debido a la malaformación de muchos de los médicos y abogadosegresados de los cientos de programas universita-rios que se han creado en el país a lo largo de ladécada de los noventa, sin ningún control por partedel Estado. Manes de la ley 30 de 1992.

Necesitamos una universidad que le permita asus egresados plantear y solucionar problemas, co-nectar diferentes saberes y darles un sentido. La uni-versidad que tenemos hoy no lo está haciendo. Esuna universidad cuyo fundamento está centrado enla enseñanza de procedimientos para llevar a cabolabores rutinarias, no en los fundamentos de las dis-ciplinas para crear, plantearse problemas y buscaralternativas. Necesitamos universidades que formena sus alumnos, antes que todo como ciudadanos,les permitan a sus educandos desplegar todas suspotencialidades como personas, los capaciten enel manejo de sistemas simbólicos, hoy altamenteformalizados, les formen en un pensamiento sisté-mico para aprehender los fenómenos complejos,los preparen para enfrentar los desafíos de un mun-do cada vez más intrincado e incierto, los eduquenen el trabajo en equipo y los animen a dotarse depolicompetencias, y les proporcione una cultura,como lo ha señalado recientemente Edgar Morin,que les “permita distinguir, contextualizar, globali-zarse y enfrentar problemas multidimensionales,globales y fundamentales”.

De la misma manera que el fin de los períodossimplemente cronológicos no implica por sí mis-mo ninguna conclusión, su inicio tampoco es nece-sariamente un comienzo, aunque se trate ahora no sólode un nuevo año, sino de un nuevo siglo y hasta de unnuevo milenio. En el caso específico de nuestra socie-dad nada ha cambiado ni existen esperanzas fundadasde alguna transformación, a pesar de los propósitos deenmienda y de redireccionamiento que habitualmentese formulan por estas calendas.

En medio de las treguas, reales o aparentes, conti-nuamos en el mismo piélago de violencias, que en losdías navideños volvió con su enseña de terror a la co-munidad académica, para una vez más reprimir el pen-samiento libre, independiente y crítico, en este caso re-presentado en nuestro docente e investigador EduardoPizarro Leongómez, Director, además, de una de nues-tras unidades investigativas -el IEPRI- más íntimamenteligada, desde su misma organización hace ya tres lus-tros, a la reflexión sobre la violencia y el orden social ypolítico vigentes.

Ahora, como en los demás casos del pasado recien-te que han ensangrentado los campus universitarios, laviolencia que sabe que puede esconderse en la impuni-dad y que ya ni siquiera enmascara a sus sicarios, guar-da silencio. Para la Universidad y para toda la sociedad,sinembargo, se trata de la violencia, cualquiera que seasu origen, su forma y sus pretendidas, absurdas e in-confesables intensiones, que tenemos que seguir recha-zando y condenando, así se nos hayan ya agotado laspalabras, los gestos y las expresiones para hacerlo. Ésaes la prioridad insustituible en este tiempo histórico quevivimos. La misma existencia de la sociedad que nos arro-pa así lo exige.

Pero, definitivamente es preciso ir más allá del re-chazo y la condena, o de las exigencias de investiga-ción, o del reclamo a los actores del conflicto para quecesen la absurda guerra. Los procesos de paz iniciadoso que pueden comenzar tampoco ofrecen por sí mis-mos expectativas realistas para superar el conflicto. Haymuchas indefiniciones y una ausencia total de rumbosposibles. En medio de este confuso panorama, es ur-gente superar las frases manidas, los lugares comunes,las simples descripciones de nuestros males o las solu-ciones ingenuas . Hay que tener el valor de encarar demanera total y orgánica la estructura sobre la cual seedifica el (des) orden vigente. No hay ni pueden habersoluciones separadas y aisladas para los temas de lasmúltiples agendas. Proceder en esta forma es desco-nocer la complejidad de nuestra circunstancia históri-ca. No existe hoy en los análisis efectuados, así mu-chos de ellos sean rigurosos y cualitativamente signifi-cativos, una perspectiva de esa naturaleza. No la tie-nen los grupos subversivos, tampoco los paramilitares,igualmente carecen de ella las instancias gubernamen-tales y estatales, y lo mismo puede decirse de los parti-dos y movimientos políticos, de las organizaciones so-ciales o de la producción.

En tales condiciones, si se quisiera hallar y formularun propósito, como los que se acostumbran en estoscomienzos de período puramente cronológico, tendríaque ser el de hallar un entendimiento suficientementecomprensivo de nuestra situación actual como sociedadnacional, que permita hallar alternativas del mismo ca-rácter. Los acontecimientos no dan espera. Las violen-cias nos asfixian y los procesos en curso pocas esperan-zas reales nos brindan. Todo el mundo académico tienela responsabilidad de promover ese propósito, así loshechos nos vuelvan cada vez más escépticos y pesimis-tas. Tenemos el deber de expresarnos en forma inde-pendiente y crítica.

A la búsquedade un propósito

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000OPINIÓN

CARICATURA

El calor en las aceras de la gran avenidaatraviesa las suelas y quema los pies; al fon-do, el minarete de la mezquita se distorsiona en elvaho caliente que envuelve la ciudad; a un costa-do, en un parque de arena, cada hierba es comoun milagro y los árboles solemnes nos recuerdanque Marraquech es un oasis. Más allá está el mer-cado, un enorme vacío de forma irregular con al-gunos puestos de venta, figuras envueltas que sedeslizan bajo el sol y unos pocos vehículos: sin em-bargo, ése es el principal lugar de la ciudad, elsitio de todos los encuentros, la puerta de entradaa los souks con sus callejones atestados y protegi-dos por esteras que filtran el sol.

Pero por las noches el mercado estalla en acti-vidad, la avenida que conduce a él resulta peque-ña para contener a la multitud, el minarete gritasu plegaria y la gran plaza se llena de mercaderes,de personajes con ruidosos sombreros repletos decampanas, tragafuegos, saltimbanquis, frutas se-cas, humos de mil hornillas que cocinan bocadosocasionales, árabes de mirada lejana, oscuros be-reberes de los pueblos del desierto, prósperos co-merciantes y algunos turistas, todos mezclados enel murmullo más fantástico que el oído pueda alu-cinar. En la alta terraza de una cafetería nos senta-mos a mirar el mágico tumulto y a oír el rumorque funde en un solo zumbido todos los gritos,las plegarias, las risas, los susurros con que resuel-ven las difíciles transacciones comerciales y comen-tan los encuentros o desencuentros, bajo el solardiente del desierto o en el fresco del oasis.

Hace unos días, con una amiga hablábamosde Barranquilla; con asombro y entusiasmo mecomentaba que se quiere proponer a ese murmu-llo del mercado de Marrakech como un patrimo-nio de la humanidad. –Imagínate, me decía, lo quepuede ser nuestro mercado de los caños, con susgritos, su música de mil vallenatos y el rumor delMagdalena al fondo; con los relatos de los cam-pesinos, los chismes de los pueblos del Atlántico,el pitazo de algún barco en el puerto y el golpe delos remos en el agua mansa de la orilla. Mientrasme describía esa escena, yo pensaba -fascinado-que el patrimonio de la ciudad es mucho más quesus edificios, sus calles o sus plazas: es su vida, esla posibilidad de gozar con sus rasgos más sim-ples y de maravillarse con aquello que por cotidia-no pasa desapercibido.

La ciudad delmercado delos murmullos

El patrimonio de la ciudad es muchomás que sus edificios, sus calles o susplazas: es su vida, es la posibilidadde gozar con sus rasgos más simplesy de maravillarse con aquello quepor cotidiano pasa desapercibido.

Juan Carlos PérgolisProfesorFacultad de Artes

Entonces habrá quien sugiera proteger el ru-mor del viento de oriente entre los palomares deCapadocia, el olor a barro y sábalo del Río de laPlata, el brillo de los cerros bogotanos con la luzrasante del atardecer que los hace ver tan planoscomo cartones recortados de algún pesebre o conlas nubes desflecadas que los envuelven como enalguna delirante pintura manierista.

Ese día la ciudad tendrá un nuevo sentido: seráel que surja de la emoción de descubrir el rumordel viento sobre la música de Okay Temiz, el gru-po que se atrevió a mezclar el jazz con las viejísi-mas tonadas del interior de Turquía, que es el mis-mo sentido que, cerveza en mano y sentado sobreun costal, puede aparecer cuando en medio delmurmullo del mercado de Barranquilla se descu-bre una nota imprevista en el acordeón de Cola-cho o en el canto villanuevero de Celedón; cuan-do desde el puente de la 53, en Bogotá, la miradase pierde entre los cerros recortados, sobrevolan-do la ciudad de ladrillos o cuando más allá delhumo perfumado de cientos de asadores, el olordel Río de la Plata trae recuerdos jurásicos delmundo de barro y selva del Mato Grosso.

Porque el sentido de la ciudad, a diferencia desu significado, no está en las formas de los edifi-cios o de los parques, está en la emoción que nosproducen esos edificios y esos parques.

A raíz de los dramáticos sucesos, haceya un año, en el Eje Cafetero, donde la coti-dianidad fue conmovida por los rigores de la na-turaleza, comprendimos que Colombia enfrentauno de los mayores retos en cuanto a manejo dedesastres. Vale la pena, por ello, hacerle un diag-nóstico al Sistema Nacional de Prevención y Aten-ción de Desastres, organizado formalmente porel Decreto 919 del 1˚ de mayo de 1989.

El Sistema Nacional para la Prevención y Aten-ción de Desastres es un joven adolescente queaún no cumple los 15 años, sin embargo ya ma-nifiesta signos de arteriosclerosis y problemasgenerales en su circulación. Sus capilares se co-lapsan con facilidad impidiendo el flujo adecua-do de recursos energéticos e informáticos.

Es algo chico para su edad, si bien se encuen-tra en proceso de crecimiento. Aunque inmadu-ro, ha tenido una existencia agitada y sufrido unaconstante tensión en su sistema nervioso, lo cualle ha generado períodos de grandes espasmoscombinados con períodos de letargo aterrador.Padece de constantes jaquecas y su coordinaciónno siempre es la más adecuada.

Presenta dificultades esporádicas en su mar-cha, aunque está bien diseñado su polígono desustentación. Es un poco retraído y no sobresalepor ser perspicaz, sin embargo se esfuerza dia-riamente e intenta prestar mucha atención a loque ocurre alrededor. Le cuesta mirar hacia ade-lante y hacer previsiones. Se le dificulta expresar-se con fluidez y tiene problemas con su dicción.

Es poco aficionado a la actividad teórica, másbien le gusta el agite del momento y es proclive alactivismo y a la improvisación. Le deleita acicalar-se para la prensa aunque es tímido en los mo-mentos de dar declaraciones.

Su apetito es voraz pero su digestión muy re-gular; en ocasiones le hace falta un mejor mane-jo nutricional. A pesar de que en los momentosmás difíciles recibe alimentación suplementaria,presenta factores de riesgo de osteoporosis y desíndrome de mala absorción.

Su nacimiento fue un tanto traumático, puessurgió de la desgracia de mucha gente y la desdi-cha que conmovió a todo un país. El ejercicio leha sentado de maravilla, aunque sus miembrosno se han desarrollado armónicamente y presen-ta una ligera deformación.

Su sistema osteoesquelético tiene que ser for-talecido y su masa muscular requiere desarrollo. Sibien sus reflejos han actuado cuando se les necesi-ta, es importante estar pendientes de evaluarlos.

Se requiere un control auxológico permanen-te que le guíe su proceso de crecimiento y desa-rrollo, así como una valoración cardíaca y unaterapia vascular. Es imprescindible su examen neu-rológico y un trabajo de fisioterapia para estable-cer una adecuada coordinación.

El paciente no está en estado crítico y su ju-ventud es, en sí misma, una gran oportunidad,sin embargo la revisión de sistemas aporta pre-ocupantes hallazgos patológicos y altos facto-res de riesgo que requieren una rápida asisten-cia terapéutica así como intensas medidas pre-ventivas.

Historia clínicade nuestro

sistemade desastres

Juan Carlos Eslava C.Profesor

Facultad de Medicina

En la sociedad contemporánea, la exclusión se origina antetodo en la falta de acceso al mercado de trabajo y aparece como resultado deun quebrantamiento de los vínculos sociales y simbólicos que normalmenteunen al individuo con la sociedad. La exclusión acarrea a la persona el riesgode quedar privada del intercambio material y simbólico con el conjunto social,según Oscar Rodríguez Salazar en el artículo “Financiación y FlexibilizaciónLaboral en el Plan de Desarrollo” publicado en la Revista de Salud Pública.

ILUSTRAC

IÓN

DE D

ANIEL PAD

ILLA

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

POLÍTICA ILU

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Los 26 días de paro al finalizar 1999 enlos departamentos de Nariño y Cauca, la deu-da departamental que asciende a 2.1 billones depesos, la caída continua de los ingresos tributariospropios y del rendimiento financiero de sus em-presas, el aumento del costo del pasivo pensionalque no tiene fuentes de pago aseguradas, el cesede las cotizaciones a la seguridad social, el creci-miento de los gastos de funcionamiento sobre losde inversión, la ineficiencia administrativa, los al-tos niveles de corrupción y la suspensión de ochogobernadores son todos signos de una crisis en-démica de los departamentos.

La historia enseña que las cosas suelen que-brarse por sus eslabones más débiles, lo cual nosadvierte sobre la crisis económica, administrativa ypolítica de los departamentos como anunciadoradel agotamiento del proceso de descentralización.La historia también enseña que las coyunturas crí-ticas se incuban durante un tiempo largo y queresultan de un cúmulo de problemas no resueltos.Se recuerdan aquí los antecedentes y los principa-les problemas que explican la crisis actual de losdepartamentos.

Agotamientodel proceso de

descentralización

La burocracia, el gasto fiscal y 20 años dedesidia tienen a los departamentos comodébiles “bisagras” a punto de romperse.

Las altas tasas de interéssumadas a la disminuida

capacidad de pagollevaron a la bancarrota

de los departamentos.

Darío RestrepoProfesor

Facultad de CienciasEconómicas

Cuando se revisan los últimos veinte años dereformas y debates sobre la distribución de recur-sos y funciones entre la Nación y las entidades te-rritoriales sorprende el poco desarrollo que hamerecido el departamento. A decir verdad, nadieha señalado con claridad el lugar que éste debeocupar en un proceso de “descentralización mu-nicipalista”. El destino de los recursos y políticastransferidas es el municipio, no el departamento.

Este vacío conceptual y normativo llevó inclu-so a que importantes constituyentes propusieranen 1991 la desaparición de los departamentos ysu reemplazo por asociaciones de municipios y elfortalecimiento de las provincias. La resistencia delas clases políticas regionales logró salvar a los de-partamentos y reforzarles su poder, en tanto in-termediarios entre la Nación y las localidades. Eldepartamento “bisagra” debería coordinar las di-ferentes entidades y políticas públicas en su juris-dicción, apoyar la planeación local, prestar asis-tencia técnica y facilitar el tránsito de recursos ypolíticas hacia los municipios.

Panorama hostil

Ninguna de estas tareas ha sido satisfactoria-mente acometida por la mayoría de departamen-tos; en cambio, la intermediación ha encarecido ladescentralización a la vez que ha demorado el tras-paso de funciones hacia los municipios. En efecto,la “bisagra” funciona bien cuando utiliza la inter-mediación con los municipios para reproducir lasredes políticas, burocráticas y sindicales departamen-tales. Pero ni la Constitución Política ni las reformasposteriores completaron el poder de intermediacióncon el fortalecimiento de transferencias suficientesde platas y políticas para ser ejecutadas por los de-partamentos. Más aún, sus recursos propios, de-pendientes básicamente de los impuestos a los li-cores y cigarrillos, han colapsado por culpa del con-trabando y la apertura económica. Este cuadro clí-nico lo completa la atomización de las redes parti-distas que la descentralización provocó. Los alcal-des ya no son nombrados por los gobernadores sinoelegidos popularmente; además, manejan recursosy políticas sociales propias.

Así las cosas, ser gobernador y tener una ma-yoría suficiente que permita manejar la adminis-tración pública se ha vuelto más difícil y, a mayordificultad, mayores costos. Las alianzas electora-les entre múltiples fracciones conllevan una pre-sión sobre el gasto público departamental que, asu vez, se expande para devolver los favores debi-dos a los aparatos burocráticos que componen lamayoría política. En cada elección de gobernado-res se repiten las alianzas ocasionales que llevan ala extensión permanente y acumulada de la buro-cracia y el gasto público departamental.

La situación es entonces la siguiente: los go-bernadores son elegidos para administrar depar-tamentos sin suficientes funciones, sin transferen-cias para proyectos propios, con menguada capa-cidad de recaudar impuestos locales y sometidosa las presiones de una clase política en vías de ato-mización. ¿Qué hacer en una situación tan hostil?La solución ha sido pedir plata prestada a los ban-cos. Lo que sigue es conocido por la opinión pú-blica. Las altas tasas de interés sumadas a la dis-minuida capacidad de pago condujeron a mayo-res tasas de endeudamiento y, finalmente, lleva-ron a la bancarrota de los departamentos. Losbancos quisieran quedarse con los activos depar-tamentales, así como con las viviendas de los aho-rradores colgados en sus pagos y con las propie-dades de los empresarios que se endeudaron om-nubilados por las promesas de prosperidad de laapertura y los chorros de dinero del narcotráfico.Los bancos se están quedando con la plata de la

descentralización, incluso, mediante mecanismosexpropiatorios que le hacen conejo a la descen-tralización, a la Constitución y a las demandas dela población.

¿Qué hacer, entonces?

Ya se quisiera encontrar soluciones únicas ysencillas para resolver mágicamente 20 años dedesidia. Algunos proponen acabar con las Asam-bleas Departamentales que, a pesar de costar cadavez más plata, no cumplen ninguna función es-tratégica. Lo anterior es tan cierto que si estas des-aparecieran muy poca gente se daría cuenta. Noconviene, sin embargo, debilitar la democracia re-presentativa local en un país en guerra, sino refor-zarla, dándole funciones políticas importantes yno subsidiarias y prescindibles, como es el casocon las Asambleas hoy.

Otros proponen fusionar departamentos conel fin de crear entidades territoriales más fuertes.Quizás así se mejoren los recaudos en los territo-rios de los departamentos inviables y también laeficiencia de las empresas y la administración pú-blica. Pero, inevitablemente, las bases económicasy políticas de los departamentos fuertes tenderíana subordinar las políticas en los “territorios anexa-dos”, a sus intereses estratégicos. ¿Si hoy los pai-sas y cachacos planifican el desarrollo del Chocóque ellos necesitan, qué sería de la voluntad de lapoblación y de las necesidades del desarrollo cho-coano si Antioquia se traga al Chocó?

En la actualidad se discute el saneamiento fiscalde los departamentos con el fin de reducir el tama-ño de las nóminas y de los salarios; además, está enla mira la reducción general del gasto público hastaque se adapte a los recursos realmente existentes.De tal manera, no sólo se reducirían los costos de laburocracia sino la inversión pública, que tambiénse disparó por el afán de todos los gobernadoresde mostrar obras propias. No debe engañarse a laopinión pública, la disminución de las plantas depersonal es un proceso lento y bastante oneroso,incluso cuando se hace bien y se evitan las costosasdemandas que el Estado suele perder.

Otra de las opciones que se debate es la revi-sión de la ley general que regula la transferenciade recursos y funciones a las entidades territoria-les. El interés confeso del gobierno es arañar unaparte de los recursos de la descentralización paraconformar un fondo con destino al pago de laspensiones regionales. Sin embargo, los problemasson tantos y tan graves que no se debiera dejarpasar la ocasión para plantear alternativas de fon-do, como por ejemplo la siguiente: ¿Debe el pro-ceso de descentralización seguir siendo hacia losmunicipios, con departamentos como “bisagras”débiles y en muchos casos prescindibles y la Na-ción ordenando todo y tratando de mantener lasfunciones y los gastos que, por otra parte, ya des-centralizó? ¿Debe pensarse en una descentraliza-ción que otorgue funciones estratégicas de desa-rrollo productivo y de prestación de servicios a cadanivel territorial?

Esta segunda opción supone trasladar mayo-res funciones y recursos a los departamentos, pro-fundizar el federalismo fiscal para que las entida-des territoriales posean mayores fuentes tributa-rias propias y valorizar un protagonismo de losdiferentes niveles de gobierno en políticas de de-sarrollo productivo y comercial y la generaciónde empleo. Hasta ahora la descentralización noes más que el traspaso de las políticas sociales,es decir, de sus costos. La sostenibilidad financie-ra y política del proceso puede estar en la des-centralización de las políticas de generación deingresos, es decir, en estrategias de desarrollo delos mercados regionales.

representa entre un 47% y un 49% de la votación total enelecciones presidenciales y de Congreso respectivamente, estoconsiderando sólo los procesos electorales de la última dé-cada. Empero, su representación en el Senado de 1958 a1990 no llegó al 3%, en 1994 llegó al 7% y en 1998 al 14%,su nivel más alto en toda la historia.

ILUSTRACIÓN DE VICTOR BARRERA

La participación electoral femenina en Colombia

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000POLÍTICA

ILUSTRAC

IÓN

DE VÍC

TOR BARRERA

En Colombia, trabajar por una soluciónnegociada del conflicto armado interno con-tribuirá al propósito de superar la profunda crisisque en materia de Derechos Humanos y DerechoInternacional Humanitario ha soportado el país pormás de cuatro décadas. Cada vez crece más elnúmero de sectores y organizaciones sociales quereclaman de las partes en conflicto la búsquedade una solución negociada, dado el fracaso de lapretensión de lograr la paz mediante la derrotadel contrario.

El escalonamiento de la guerra y sus conse-cuencias en la población civil y en los heridos yretenidos hacen imperativo un acuerdo negocia-do, que ojalá se desarrolle enmarcado dentro deuna tregua. El acercamiento entre el Gobierno y lainsurgencia ya se inició y se espera que los resulta-dos, aunque no serán a corto ni mediano plazo,sienten las bases para un acuerdo que tenga posi-bilidades prontas y reales.

Dentro del proceso de paz, en la agenda co-mún firmada por las Farc y el Gobierno Nacionalel 6 de mayo del presente año en la vereda LaMachaca (San Vicente del Caguán), se contemplala búsqueda de acuerdos frente al Derecho Inter-nacional Humanitario: desvinculación de niños yniñas del conflicto armado, no utilización de mi-nas antipersonales, respeto a la población civil yvigencia de las normas internacionales.

Soldados y policías en manos de las Farc

Desde hace más de 30 meses, aproximadamen-te 500 personas, entre soldados y policías, estánen manos de las Farc, luego de diversas acciones yconfrontaciones bélicas en diferentes partes delpaís. Estas personas privadas de la libertad están ala espera de una solución que les permita volver alseno de sus hogares y recuperar la normalidad.

Aunque en la Agenda Común no hay una re-ferencia explícita al canje, las Farc presentaron,mediante una carta dirigida al presidente del Con-greso de la República, una propuesta de expedi-ción de ley de canje. Por su parte, el Congreso,mediante la Subcomisión de Paz, creó la Mesa deCanje, conformada por cuatro congresistas y elProcurador General de la Nación, para trabajar enel proyecto de ley.

Mientras en el Congreso se propone que el Pre-sidente de la República tenga amplias facultadespara la firma de un acuerdo humanitario que per-mita el intercambio gradual y dosificado de lossoldados y retenidos por las Farc por los presospolíticos detenidos en las cárceles estatales, a loscuales se les daría libertad condicional, las Farcplantean que el intercambio sea un proceso per-manente en donde la situación jurídica de los pre-sos políticos quede saldada.

Personas privadas de la libertad y DIH

Los Convenios de Ginebra y sus dos Protocolosadicionales contienen las normas del Derecho In-ternacional Humanitario (DIH), que busca la hu-manización de los conflictos bélicos internaciona-les e internos. Esto significa que el DIH no cuestio-na la guerra sino los procedimientos utilizados paradesarrollarla. Por otra parte, la legitimidad de losactores armados está en directa relación con laaplicación de este derecho. Las confrontacionesarmadas tienen límites y hay principios éticos quedeben acompañar las acciones de los actores ar-mados en contienda.

Para el caso colombiano, las personas que seencuentran en manos de las Farc no tienen lasgarantías de prisioneros de guerra previstas en elConvenio III de Ginebra, pues ésta es una catego-ría que se aplica a los conflictos armados interna-cionales; en este caso, tratándose de un conflictoarmado interno se habla de personas privadas dela libertad. El Derecho Internacional Humanitarioes claro en señalar el trato respetuoso y humanoque se debe dar a los combatientes que caen enmanos de la parte enemiga.

El artículo 5 del Protocolo II, hace referencia alas personas privadas de la libertad, a las cuales elretenedor está obligado a brindar un trato huma-nitario, suministrar alimentos y agua potable, ofre-cer protección frente a los rigores del clima y lospeligros de la confrontación bélica y permitir reci-bir ayuda individual y colectiva, tener prácticas re-ligiosas, tener atención médica cuando lo requie-ran y tener correspondencia.

En muchas confrontaciones bélicas los proce-sos de búsqueda de paz han posibilitado la firmade armisticios, treguas, amnistías e intercambiode prisioneros. En Colombia, en pasadas negocia-ciones de paz (Movimiento 19 de Abril, M-19; Ejér-cito Popular de Liberación, Epl; Movimiento Quin-tín Lame; Corriente de Renovación Socialista, etc.),

La ley de canjeen el marco de

las negociacionesde paz

El tema de la ley de canje es un problema político, másque jurídico. Polémico y candente, recuerda que toda

negociación implica perdonar y ceder en las posicionesde cada una de las partes en contienda.

En el marco de lasactuales negociacionesde paz, las partes noparecen estardispuestas aún acontemplar laposibilidad de un cesetemporal y bilateral dehostilidades y unintercambio depersonas privadas dela libertad.

Flor Alba RomeroProfesoraInstituto de Estudios Políticos yRelaciones Internacionales, Iepri

se han decretado amnistías pero no se contemplóla posibilidad de acuerdos de canje. En el marcode las actuales negociaciones de paz, las partesno parecen estar dispuestas aún a contemplar laposibilidad de un cese temporal y bilateral de hos-tilidades y un intercambio de personas privadasde la libertad, como el propuesto por las Farc alCongreso, el cual está pendiente para su discu-sión y aprobación.

Frente a una ley de canje, existe un temor in-fundado en algunos sectores del Estado de creerque su aprobación significa un reconocimiento dehecho del status de beligerancia de las Farc. El temadel canje es un problema político, más que jurídi-co: jurídicamente habría la posibilidad de suspen-der la privación de libertad a los presos políticos ydarles una categoría de especial, en donde el Es-tado brinde unas mínimas garantías para quemantengan este status.

De otra parte, hay la preocupación de sectoresestatales (por ejemplo del Fiscal) y no guberna-mentales de colaborar aún más con la impunidadque reina en el país, cuando el sindicado o conde-nado por algún delito político queda en libertadpor la ley de canje.

De todas formas, aunque el tema es polémi-co y candente, no hay que olvidar que toda ne-gociación implica perdonar y ceder en las posi-ciones de cada una de las partes en contienda.Mientras que la ley de canje se discute en el Con-greso, cientos de familias de los soldados y poli-cías retenidos por las Farc desarrollan diversasactividades en distintos escenarios, con el únicofin de lograr una ley de canje que permita la libe-ración de sus seres queridos, para que puedanretornar a su núcleo familiar.

Aunque el desplazamiento es un fenómeno nacional, seestima que Bogotá es uno de los más grandes receptores de migrantespor violencia, que llegan directamente o en varias etapas. En 1996 sunúmero alcanzó 50.000 personas, integrantes de 9.700 hogares, lo cualda un ritmo de llegada de 27 hogares desplazados por día. En las regio-nes más lejanas de la capital las corrientes de migración se dirigen hacialas ciudades intermedias en proximidad a los centros de expulsión.

ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

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El elevado desempleo es, probablemente,el mayor síntoma del deterioro de la econo-mía colombiana en el último período, acen-tuado por un entorno recesivo y una evaluación delproceso de apertura con resultados lamentablesagravados por los desequilibrios macroeconómicos.

La teoría económica enseña que hay diferen-tes formas de desempleo y todas ellas tienen al-guna presencia en Colombia. Las principales son:la estructural y la cíclico. En primer paso el desem-pleo se origina por deficiencias en la estructuraeconómica o fallas del mercado laboral, cuando

Desempleoy crisis,

consecuenciasde un modelomal aplicado

Lecciones en medio de tantos desaciertos:la recuperación es producto del esfuerzo

nacional y no de la ayuda externa; elaparato productivo hay que fortalecerlo y

prepararlo para la exportación, y deberescatarse la cultura del ahorro.

En términos comparativos, el deterioro del empleono tiene antecedentes en la historia reciente; ocho

puntos de incremento en solamente dos años.

Ricardo BonillaGonzález

ProfesorFacultad de Ciencias

Económicas

no coinciden los niveles de capacitación con lasnecesidades de los empleos ofrecidos, es decir, quese demanda personal calificado en áreas técnicaspara las cuales no hay aspirantes o existe personalde muy buena formación en áreas para las cualesno hay demanda. El segundo depende del com-portamiento económico, para el cual, en los pe-ríodos de expansión se reduce el desempleo, mien-tras en los períodos de recesión aumenta.

En una perspectiva de largo plazo, en los últi-mos 25 años, la principal explicación para el des-empleo nacional es de carácter estructural, contasas que oscilan entre 7.6% y 9.1% para los añosde mejores resultados y mayores tasas de creci-miento del PIB. En una perspectiva de corto plazo,los momentos más críticos coinciden con los ma-yores desequilibrios macroeconómicos, menor cre-cimiento y la actual recesión. En términos compa-rativos, el deterioro del empleo no tiene antece-dentes en la historia reciente, 8 puntos de incre-mento en solamente dos años, del 12.1% en 1997al 20.1% actual, y la referencia más cercana seencuentra en la crisis de los años 28-30.

En el mismo período el país afrontó dos crisis,las cuales aún cuando fueron de diferente intensi-dad tienen factores comparables. En ambas oca-siones los desequilibrios macroeconómicos llega-ron a niveles insostenibles y la tasa de cambio fuerevaluada, por consiguiente las importaciones fi-nanciadas con deuda alimentaron la crisis. Al mis-mo tiempo, el entorno internacional no fue favo-rable, los mercados se estrecharon y las condicio-nes de financiamiento se redugeron, de tal mane-ra que los desequilibrios debieron ser resueltos conmedidas que contribuyeran a corregir las causas:devaluación y contracción del gasto público.

Costos del modelo

Una recesión de las características actuales nose vivía desde 1930 cuando el PIB presentó unatasa de –8.6%, razón por la cual el nivel de expec-tativas se acerca más al pesimismo. La desacelera-ción del crecimiento comenzó en 1996 y desdeentonces, los sectores más importantes se hun-dieron (cuadro 1) llevando a los mayores creado-res de empleo a tener las tasas negativas más al-tas, en su orden: construcción, industria y comer-cio. La coyuntura presenta un desempleo en con-diciones ahistóricas donde predominan las razo-nes cíclicas y la urgencia se encuentra en los me-canismos de recuperación económica y correcciónde los problemas derivados de la aplicación de unmodelo económico para el que el país no estabapreparado ni se le crearon las condiciones paraafrontarlo eficientemente.

Los problemas actuales son consecuencia delos errores pasados y la implementación de unmodelo que creó la ilusión de una economía me-jor que no pasó de ser un crecimiento artificial quedesembocó en los desequilibrios que postraron alpaís. Los desequilibrios comenzaron con el desba-lance entre la demanda y la producción, continua-ron con los mecanismos de abastecimiento y fi-nanciamiento de la nueva demanda para concluiren el deterioro del ahorro y el excesivo crecimien-to de la deuda externa. Una breve mirada a estosaspectos ilustra los orígenes de la recesión y el costode la aplicación extrema del modelo.

Vista en el largo plazo, la relación entre la de-manda y el PIB es muy estrecha, vínculo que serompe bruscamente en la década de los noventadando lugar al desequilibrio de partida. La libera-ción del comercio exterior y la apertura financierapropiciaron el libre ingreso de capitales, al mismotiempo que el tamaño del Estado se ampliaba

En Colombia, el modelo económico se caracteriza porla concentración de la riqueza. Cinco grupos financieros controlan el 92% de losactivos del sector; 50 grupos económicos dominan más del 60% en la industria,los servicios, el comercio, el transporte y la agricultura; 1.3% de los propietariosposee el 48% de la tierra; cuatro grupos económicos son propietarios del 80% delos medios de comunicación, según El desplome colombiano, documento prepa-rado por Libardo Sarmiento Anzola para la Fundación Friedrich Ebert Colombia.

expandiendo la demanda a niveles nunca antes co-nocidos; como consecuencia, el consumo de todotipo de bienes creció, siendo los más representati-vos los automóviles y electrodomésticos, abasteci-dos por producción nacional e importaciones. Cuan-do los recursos se agotaron la demanda disminuyóy el impulso sobre la producción se contrajo dandoorigen a la penuria y desazón presentes.

La nueva demanda no fue abastecida por pro-ducción nacional, aún cuando ésta alcanzó unnuevo impulso que duró hasta 1995. Fueron lasimportaciones y el contrabando los proveedores,de tal manera que el país pasa de un superávit aun déficit comercial a partir de 1993, el cual llegaa un acumulado superior a los US$14.000 millo-nes en 1998. La apertura abrió las puertas a lasimportaciones y le quitó dinamismo a las exporta-ciones, de tal manera que produjo cambios estruc-turales en la composición del empleo y en los obje-tivos de las empresas. Un lento, pero continuo, pro-ceso de desindustrialización se apoderó del apara-to productivo nacional, numerosas empresas cerra-ron, otras se transformaron en comercializadorasde bienes importados y todas, en general, licencia-ron personal, añadiendo un elemento más al des-empleo estructural del país: la incapacidad del sec-tor productivo de crecer y crear empleo.

El mayor consumo se financió con gasto pú-blico, ahorro nacional y recursos externos. La di-námica del gasto superó la de los ingresos y pro-dujo a un tamaño del Estado de mayores propor-ciones, que va del 24% del PIB en 1990 hasta el36% en 1998 (cuadro 2), financiado con varias ysucesivas reformas tributarias, que llevaron el IVAdel 10% hasta el 16%, generando nuevos recur-sos insuficientes y originando un déficit fiscal decarácter estructural. Los sucesivos déficit se cubrie-ron con deuda interna y externa, convirtiendo alEstado en un demandante más de los recursos delcrédito contribuyendo a la elevación de las tasasde interés y al encarecimiento del mismo. La ma-yor demanda de recursos públicos origina el des-equilibrio fiscal, compite por los recursos, reduceespacio al sector privado y no contribuye a la re-cuperación económica.

Dinámica del gasto

La mayor pérdida en todo este proceso se dioen los niveles de ahorro, especialmente en el priva-do, que prácticamente se reduce a la mitad. Parasostener el ritmo de consumo desaforado, los co-lombianos sacaron todos sus recursos, desahorra-ron y se endeudaron, dejando al país con baja dis-

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000ECONOMÍA

Para la economía colombiana la década delnoventa fue de profundos altibajos y marcadoscontrastes. Después de un período de auge, exube-rancia y euforia, entró en una fase de recesión, caren-cias y privaciones. Las condiciones creadas por las re-formas económicas realizadas en los inicios de la dé-cada, la inestabilidad de los mercados internaciona-les, el flujo de capitales lícitos e ilícitos, el comporta-miento de los mercados financieros, el carácter de laspolíticas monetarias y fiscal, el enrarecimiento del cli-ma político, las demandas crecientes de bienes socia-les y bienes improductivos (gasto militar), la agudiza-ción del conflicto armado, fueron factores que incli-naron la economía hacia el auge o hacia la recesión.

Los mercados de trabajo expresaron bien lo acon-tecido en esos dos períodos. Una absorción dinámicadel empleo y reducidas tasas de desempleo, con unatasa mínima del 7.6% durante la fase de auge. Despi-dos masivos, limitadas contrataciones y tasas de des-empleo jamás registradas en los centros urbanos -delorden del 22%- caracterizaron la fase recesiva.

Pero muchas otras cosas ocurrieron en los merca-dos de trabajo, las cuales irían a tener profundas con-secuencias sociales. Una de las transformaciones mássobresalientes la representó la gran expansión de lasdemandas de empleo calificado -fuerza de trabajo conniveles educativos correspondientes a educación su-perior- propiciada por los cambios tecnológicos, la mo-dernización de las empresas y los cambios en la orga-nización del trabajo. Unas demandas crecientes poreste tipo de fuerza de trabajo y una oferta -egresadosde educación superior- poco dinámica, resultaron enmayores salarios para aquellos privilegiados que ha-bían logrado acceder a la educación superior.

Como consecuencia de esta transformación, el gra-do de desigualdad del ingreso laboral se incrementósustancialmente. El índice Gini, que mide el grado deconcentración de ingresos, sufrió una rápida subida.En la fase de auge se incrementó de un 0.48 a un0.51. Se perdía así todo lo que la sociedad colombia-na había ganado en términos de distribución e igual-dad del ingreso entre sus miembros.

Pero cuando la torta crecía, el empleo se expandíay todos los salarios se incrementaban. Esto no tuvoserias consecuencias sociales: la euforia cobijó a to-dos. A pesar de la creciente brecha de ingresos de lostrabajadores según su nivel educativo, la felicidadembargaba a la gran mayoría de la sociedad urbana.Los salarios reales de la fuerza de trabajo no calificadase incrementaban si bien su distancia con el de la fuer-za calificada se ampliaba. Unos se hacían ménos po-

En sólo una década, Colombia viocómo la economía pasó del auge

a una crisis que se refleja en elmercado laboral. De la

exuberancia, la sociedad urbanapasa a la carencia.

bres y los otros mucho más ricos. Las capas medias seexpandían gracias a los mayores ingresos de la fuerzade trabajo calificada y al mayor porcentaje de ocupa-dos con niveles de educación superior. La proporciónde fuerza de trabajo que obtenía un ingreso hasta deun salario mínimo se reducía a sus niveles más bajos,apenas un 12.9% en 1994. Eran tan sólo los jóvenes ylos menos calificados los que percibían ese ingreso.Todo esto creaba crecientes expectativas de enriqueci-miento rápido, favorecidas por el gran incremento enel precio de los activos, particularmente de la vivienda.

Los índices de incidencia de la pobreza a nivel urba-no se reducían. La relación entre el ingreso que marca elumbral de la pobreza (línea de pobreza) y el salario mediono calificado se hacía menor, lo que expresaba un ma-yor acceso de la población más pobre a los bienes yservicios básicos. Con el mayor ingreso de las familias, laparticipación de sus integrantes en el mercado laboralse reducía posibilitando un mayor grado de asistenciaescolar y menores índices de delincuencia juvenil.

Gran paradoja de esta sociedad: dentro de un am-biente de mayor desigualdad, de agudos contrastesen los niveles de consumo de la población, todos sefelicitaban. La sociedad urbana no advertía los profun-dos desequilibrios sociales en los sectores rurales.

Crisis es oportunidad

Pero este panorama social y económico tan paradi-síaco se modifica radicalmente a partir de 1996. De laeuforia y la exuberancia, la sociedad urbana colombia-na pasa casi sin percibirlo a la carencia, en un princi-pio, y después a la desesperanza. La actividad econó-mica, alimentada por el endeudamiento, pierde el oxí-geno que la impulsaba. Las tasas de despido de la fuerzade trabajo empleada empiezan a acelerarse y con ellolas tasas de desempleo. El desempleo de larga dura-ción -desempleo de más de un año- adquiere mayornotoriedad.

A partir de ahí la concentración del ingreso, quecontinúa en ascenso, ya no sólo obedecía a la crecien-te brecha de salarios entre fuerza de trabajo calificaday no calificada. El desempleo y la caída en los salariosreales de la fuerza de trabajo no calificada empiezan atener una mayor incidencia. Una creciente proporciónde población trabajadora -asignada ahora a las ocu-paciones informales- apenas logra obtener un ingresolaboral igual o inferior al salario mínimo.

Son los más pobres y los de menor educación losmás afectados por el desempleo y la caída en los sala-rios reales medios. El salario medio de la fuerza de tra-bajo no calificada es cada vez menor en relación con elingreso de línea de pobreza. Con ello, la incidencia dela pobreza se incrementa y la mayor pobreza de lasfamilias obliga a sus miembros a participar más activa-mente en los mercados laborales a costa de la asisten-cia escolar. Curiosamente, el salario mínimo real lograincrementarse como consecuencia de un reajuste desalarios superior a la tasa de inflación esperada. Pero altiempo que éste se incrementaba, la pobreza y el des-empleo se propagaban.

De esta manera, las condiciones sociales y económi-cas creadas por la crisis se han sumado a los problemasde orden público. La agudización del enfrentamientoarmado, la pugna distributiva y el auge de los movi-mientos sociales que ésta significa, han exacerbado elgrado de conflicto de la sociedad colombiana, mientrasque el aumento de la delincuencia común, la percep-ción de inseguridad y la desesperanza, limitan el am-biente propicio para invertir y reactivar la economía.

En este entorno de crisis y conflicto, sólo se esperaque el país aprenda a superar los obstáculos. Comoargumenta Hirschman y otros estudiosos sociales, lassituaciones de crisis y los conflictos pueden conducir ala integración social y al fortalecimiento del capital so-cial -el pegamento social- necesario para mantener launidad social. Como plantea Hirschman, las crisis tien-den a fortalecer a las sociedades cuanto mayores seanéstas. La máxima de Nietzsche que cita este autor, talvez sea pertinente para la sociedad colombiana: “Loque no me destruye, me fortalece”.

las ganancias de las compañías ha cambiado, especialmente en las empresas relacionadas con Inter-net. En este caso, el mercado es el que determina el precio de la acción, como lo demuestra la libreríavirtual Amazon, cuya rentabilidad es mayor que todas las cadenas de libros de Estados Unidos juntas.

Observatorio de Coyuntura SocioeconómicaCentro de Investigación para el DesarrolloFacultad de Ciencias Económicas

Entre laeuforia y la

desesperanza

Mercado laboral urbano

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ponibilidad para la nueva inversión. El nuevo mo-delo, además, acentuó la desigualdad, la riquezase concentró, la incertidumbre y las menores opor-tunidades ensombrecieron las expectativas de loscolombianos. Mientras el índice Gini mostró enor-me retroceso en la distribución del ingreso, algu-nas prácticas cotidianas alimentaron el enriqueci-miento ilícito y arrinconaron a los colombianos ho-nestos a vivir con las migajas de la corrupción.

Finalmente, el agotamiento de los recursos in-ternos y la revaluación contribuyeron a incremen-tar la deuda externa, especialmente privada, agu-dizando los problemas en la cuenta corriente. Losaproximadamente US$12.000 millones acumula-dos de déficit comercial equivalen a la cantidadsimilar en que se incrementó la deuda externa delsector privado (cuadro 3), utilizada en buena par-te para financiar las mayores importaciones, nopropiamente en bienes de capital. Aún cuando ladeuda pública no creció en las mismas proporcio-nes, también contribuyó a duplicar la deuda ex-terna total del país. Este nivel de deuda y la impo-sibilidad de transformarla a deuda interna mantu-vo en vilo el comportamiento de la tasa de cam-bio con presiones antidevaluacionistas, las cualesfueron superadas dejando un pasivo muy alto enmoneda nacional y la necesidad de mayores re-cursos para amortizar deuda y pagar su servicio.

En síntesis, el modelo de apertura hacia fueracon mayor tasa de penetración de las importacio-nes, deja múltiples sinsabores en la economía co-lombiana, endeudados, sin ahorro, con un Estadomás grande e igualmente ineficiente y unos des-equilibrios macroeconómicos difíciles de superar,a lo que se agrega mayor desempleo, pobreza, con-centración del ingreso y menor industria. En mediode tantos desaciertos quedan, no obstante, leccio-nes importantes en, al menos, tres aspectos: la re-cuperación es producto del esfuerzo nacional y node la ayuda externa; el aparato productivo nacionalhay que fortalecerlo y prepararlo para la exporta-ción, y hay que rescatar la cultura del ahorro y pre-pararnos para nuevas inversiones productivas quegeneren trabajo y empleo.

La regla de que el precio de una acción está determinado por

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¿Colombia,tubo

de ensayo?

Históricas tensiones no resueltas duranteel siglo XX y nuevos problemas creados por

la globalización, hacen que Colombiaadquiera un papel geopolítico importante

al comenzar un nuevo milenio.

La suerte de Colombiano será indiferente parael continente y elhemisferio. Porextensión y población,es el segundo país deAmérica del Sur y eltercero de AméricaLatina.

Luis AlbertoRestrepo

ProfesorInstituto de Estudios Políticos

y Relaciones Internacionales,Iepri

Entre 1926 y 1972, 15.000 gitanos de la comunidadYenish residentes en Suecia fueron sometidos a un plan gubernamentalpara erradicar el nomadismo, que consistía en apartarlos de sus familiasy recluirlos en prisión y en asilos para enfermos mentales. El plan fuedetenido en 1972, pero sólo en 1996 se comisionó un estudio histórico,cuyos hallazgos se hicieron públicos en 1998. A raíz de ello, el Parlamentosueco estableció una indemnización de 21.000 dólares para las víctimas.

Colombia ingresa de espaldas al nuevo mi-lenio. Tras las violentas protestas de Seattle con-tra la Organización Mundial del Comercio, OMC,la globalización quizás frene un tanto su alocadacarrera. Pero seguirá siendo la tendencia dominantede la evolución mundial venidera. Las comunica-ciones han achicado demasiado el planeta comopara que las islas económicas y culturales puedansobrevivir. América Latina y el Caribe experimen-tan grandes dificultades para integrarse al mundo.La euforia integracionista de los primeros años no-venta ha cedido su lugar a la cautela y la incerti-dumbre. Las crisis financieras del Asia, Rusia y Bra-sil, por no hablar de países menores como Ecuador,

el duro impacto económico y social de procesos deintegración no bien modulados, están provocandola crítica de muchos analistas, la reacción de loselectores y la prudencia de los gobernantes. En lasurnas resultan derrotados partidos que han lidera-do la apertura, como ha sido el caso en Venezuela,Argentina, Uruguay y Chile. En algunos casos, comoen Venezuela, renacen claras tendencias proteccio-nistas y nacionalistas sin futuro.

Entretanto, en Colombia, históricas tensionessociales no resueltas durante el siglo XX y nuevosproblemas creados por la apertura y la globaliza-ción, le prestan razones a un conflicto armadoque tiene frenada la integración del país en con-textos más amplios. Y la suerte de Colombia noserá indiferente para el continente y el hemisfe-rio. Por extensión y población, Colombia es elsegundo país de América del Sur y el tercero deAmérica Latina. A la par con México y Centro-américa ocupa una posición estratégica en el con-tinente: puente obligado entre las dos Américas,posee costas sobre ambos mares. Además, esvecina del Canal de Panamá y del petróleo vene-zolano, y es puerta de entrada a la América delSur. Si Colombia no logra la reconciliación nacio-nal no se puede descartar que se convierta, en elmediano plazo, en pequeño teatro de complejasescaramuzas de poder mundial.

La suerte en nuestra manos

Los promotores del conflicto colombiano ali-mentan su guerra de dos fuentes principales: lareiterada frustración de reformas sociales, sobretodo en el campo, desde los años treinta hastahoy, y la ausencia de partidos y gobiernos quehayan asumido una clara y efectiva representación

de los sectores subalternos. Esas mismas circuns-tancias crearon además un nicho económico, so-cial y político propicio para la expansión del nego-cio ilegal de la droga desde los años setenta. Y lasganancias de la droga son hoy el motor financierode la guerra.

La guerrilla podría pretender que un arreglonegociado del conflicto tuviera como precio laadopción de un esquema económico fuertemen-te nacionalista y proteccionista, que aislaría al paísy bloquearía el proceso de integración andina, re-gional y hemisférica. En efecto, Colombia es el lazogeográfico que une a Venezuela con Ecuador yPerú. Si a las tendencias aislacionistas de Vene-zuela se sumaran otras similares en Colombia -lasdos economías centrales de la subregión andina-la Comunidad habría pasado a la historia. Y unasubregión fragmentada en pseudo-naciones au-tárquicas se convertiría en tapón para la integra-ción continental y hemisférica. El proteccionismonacionalista marginaría aún más a Colombia y a lasubregión de los vertiginosos flujos de capital, tec-nología, bienes y servicios que seguirán cambián-dole cada día la cara al mundo del siglo XXI. Acorto plazo, nos sumiría en una situación compa-rable a la de Cuba o Vietnam. Y, a mediano, nosconduciría a una dependencia aún mayor de loscentros internacionales de poder. A los pocos añosnos veríamos obligados a descubrir el hielo conasombro, como Aureliano Buendía.

Sin embargo, no tiene que ser forzosamenteasí. Las fuerzas en conflicto podrían convenir enun esquema de integración subregional y regionalde inspiración bolivariana, más cauteloso frente aEstados Unidos y sus proyectos hemisféricos. Enefecto, si las guerrillas no ignoran las corrientesmundiales, podrían aceptar un esquema de inte-gración subregional y regional semicerrada (o se-miabierta, según se la quiera ver). A la luz de estemodelo se impulsarían procesos de rápida inte-gración con países vecinos, en conjuntos binacio-nales o subregionales, un proceso más selectivo yprogresivo de integración regional, provisto de cla-ras normas de solidaridad social, y una multiplica-ción de los nexos extraregionales, evitando ligarseexclusiva y uilateralmente a los Estados Unidos enla fórmula del Alca (Área de Libre Comercio de lasAméricas). Las recientes protestas de Seattle, queponen en salmuera una globalización desbocada,le abren campo a esta evolución. Y una propuestasimilar podría encontrar ecos y alianzas en el con-tinente. Esta sería la perspectiva más razonablepara la primera década del milenio.

No se puede descartar, sin embargo, que uneventual fracaso de las negociaciones con las gue-rrillas induzca una mayor intervención norteame-ricana disfrazada de lucha antidrogas, y estimule,en respuesta, una creciente alianza de hecho en-tre guerrilla, mafias nacionales e internacionalesde drogas y armas, y actores extraregionales inte-resados en crearle problemas a Estados Unidos ensu propio patio, como podrían ser Irán, Libia, Irak,sectores del antiguo ejército soviético o de las ac-tuales mafias rusas. Si así fuera, el conflicto co-lombiano bloquearía cualquier proceso de integra-ción continental, se convertiría en una guerrageopolítica de dimensiones impredecibles y podríaconvertir a Colombia en un miniteatro de prolon-gadas y sangrientas escaramuzas de poder mun-dial. El interés de los estrategas del Pentágono, deaquellos que deciden el rumbo de la guerra detrásde los gobiernos y partidos, sean demócratas orepublicanos, no es propiamente la paz. Nuestroterritorio podría ser más bien un interesante tubode ensayo para la experimentación prolongada desus nuevas tecnologías de guerra. Aún está ennuestras manos decidir la suerte del país.

ILUSTRACIÓN DE RUBÉN DARÍO ROMERO

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Ampliar la cooperación entre los gobier-nos, examinar cuestiones internacionales para con-certar posiciones comunes y plantear solucionespropias frente a problemas regionales fueron losobjetivos acordados al momento de la unificacióndel Grupo de Contadora (México, Venezuela, Co-lombia y Panamá) y de su Grupo de Apoyo (Perú,Uruguay, Brasil y Argentina) para conformar elGrupo de los Ocho, o Grupo de Río como se lollamó en 1986 cuando celebró su primera reunión.Desde entonces podemos identificar tres etapasque marcan su desarrollo.

En la primera, la de unidad ante las crisis (1986-1990), predominan los&Âcos de éxitos y frustracio-nes de los esfuerzos regionales en favor de unasolución pacífica de las crisis centroamericana yde la deuda externa. Aquéllas eran épocas de for-cejeo con los Estados Unidos por la no interven-ción y la libre determinación, de descrédito de laOrganización de Estados Americanos, OEA, y detransición democrática regional. De ahí que el én-fasis se ponía en la paz, la democracia y el desa-rrollo autónomo y que fuera la época de más in-tensa concertación política regional.

La segunda, la de euforia aperturista ante laglobalización (1990-1995), constituye un giro im-portante del Grupo tanto por los cambios en susplanteamientos asumidos al ritmo de las transfor-maciones internacionales como por su ampliacióncon el ingreso de Chile, Ecuador, Bolivia, Paraguay,un representante de Centroamérica y otro del Ca-ribe insular. Con la perspectiva optimista de la evo-lución de las relaciones internacionales se produ-ce el cambio de los paradigmas económicos y laspreocupaciones regionales se centran tanto en elajuste y la apertura para la inserción de cada paísen un mundo competitivo como en la reactiva-ción de la integración comercial. El interés hemis-férico empieza a subordinar los intereses regiona-les. La globalización resulta más importante quela regionalización. La integración se orienta haciafuera como un instrumento para hacer irreversi-ble la apertura y buscar la inserción individual enlos mercados hemisféricos y globales. El Grupopierde la oportunidad de ser el ámbito de concer-tación política sobre la integración económica. Yfrente al ejercicio unipolar del poder de Washing-ton y la unilateralidad, aunque hay declaracionesdel Grupo en contra de medidas como la Helms-Burton contra Cuba o la descertificación contraColombia, el Grupo no logra ser un contrapeso.

La tercera etapa (1995-1999), la de la subre-gionalización pragmática muestra al Grupo atra-pado en las dinámicas de los países más impor-tantes o de los dos polos que jalonan la región: elMercosur y el área de libre comercio de las Améri-cas. Pero los países de América Latina y el Caribeno se coordinan entre sí sino que siguen los pro-cedimientos establecidos en la cumbre de Miami.La afirmación de la democracia se reduce al pro-nunciamiento ante los casos en que ésta se ve ame-nazada, más que al impulso de medidas que con-tribuyan a su consolidación. La región no actúaen el proceso de reforma de Naciones Unidas ysus relaciones con la Unión Europea van pasandodel diálogo y concertación biregional a negocia-ciones bilaterales con los países o las subregioneslatinoamericanas más importantes.

Podríamos estar entrando en una cuarta etapaen donde frente a los retos que plantea lo global yhemisférico, diversos países intentan retornar alproteccionismo y nacionalismo y cada país tratade pasarle al vecino los costos de su difícil inser-

Colombia ejerce en el año 2000 la secretaríapro tempore del mecanismo de consulta yconcertación política de América Latina y elCaribe conocido como Grupo de Río. Es éstauna oportunidad para hacer un balance de losdesarrollos del Grupo, revisar sus problemasde funcionamiento y analizar los retos que aColombia le plantea esta responsabilidad.

La Secretaría delGrupo de Río podríaservir para elevar elprecarioconocimiento enColombia sobre eltema y sobre lascuestionesinternacionales, paradesarrollar unapolítica exterior conrespaldo en laopinión y paramejorar lasrelaciones con losvecinos.

Socorro RamírezProfesoraInstituto de Estudios Políticos yRelaciones Internacionales, Iepri

Grupo de Río:agenda paracomenzarel siglo XXI

Las dos terceras partes de los estadounidenses dicen estaraburridos con la campaña presidencial para las eleccionesdel 2000, según una encuesta de la Kennedy School for Go-vernment de Harvard. La muestra es parte de un estudiodiseñado para medir la apatía electoral. En los primerosresultados, el 60% de 1.000 ciudadanos dijo que la campa-ña electoral es monótona y demasiado larga.

ción internacional. Esto es particularmente noto-rio en las disputas entre los dos socios mayorita-rios del Mercosur y de la Comunidad Andina.

Con todo, en trece años el Grupo puede mos-trar como logros: el aprendizaje de la consulta po-lítica, el incremento de interdependencias entresus integrantes, la valoración de una diplomaciainformal frente a las instituciones panamericanas,la defensa del multilateralismo, el haber sido uninstrumento de articulación de mínimos comunespara la interlocución frente a terceros.

Los problemas de funcionamiento

Como diplomacia informal el Grupo fue con-cebido sin reglamentos ni aparato burocrático. Parasu funcionamiento cuenta en cada país con unacoordinación, y a nivel regional funciona a travésde las reuniones anuales de los presidentes y can-cilleres, los grupos de trabajo para temas específi-cos, la secretaría pro tempore que cada año esejercida por el anfitrión de la cumbre, y la troikaque garantiza la continuidad de los esfuerzos alestar conformada por el país que ejerció la secre-taría, el que la ejerce y el que le sucederá. Aunqueespacios como éste no pueden ser evaluados sólopor sus consecuencias prácticas sino también porlos efectos que sus declaraciones generan en otrosámbitos de negociación, hay que señalar que elGrupo ha venido acumulando problemas que pue-den poner en cuestión su sentido y vigencia.

Este funcionamiento, no institucionalizado nireglamentado, y fruto de una declaración, no deun pacto vinculante, depende de la voluntad delos Estados, el que sus decisiones no sean vincu-lantes y el que el incumplimiento de los compro-misos no tenga altos costos le hace perder capaci-dad operativa y credibilidad. Los países grandesutilizan el Grupo como el ámbito para hacer sentirsu relativa distancia o su interés en negociar conlas potencias. Predomina una retórica declarativay una dispersión temática sin ninguna prioridad.El Grupo ha concertado posiciones más hacia fue-ra que hacia dentro, o ha reaccionado frente aciertos temas de la política mundial más que antelos problemas internos de la región o de sus miem-bros. Pero aunque se han desarrollado debatesinternos sobre asuntos internacionales centrales,se prefiere dar paso a las reacciones individualescomo ocurrió frente a la intervención de la Otanen Kosovo. El Grupo ha estado al margen de con-flictos o temas clave que países de la región hantenido que enfrentar: Haití, o el conflicto entreEcuador y Perú, por ejemplo.

El Grupo se ha visto enfrentado al dilema deampliarse a toda la región o mantener el predo-minio sudamericano. La solicitud a finales de 1999de ingreso de siete países centroamericanos y deRepública Dominicana aumenta la tensión entrelos intereses subregionales y los regionales. La Ca-ricom sigue con un representante y Cuba conti-núa por fuera. A partir del 2000 el logro y la ges-tión de los consensos será aún más difícil pues losmiembros pasan de 14 a 21 países.

El reto para Colombia

La Agenda Siglo XXI, es el nombre del proyectoque Colombia espera desarrollar en esa gestión. Paracumplir este ambicioso objetivo el gobierno colom-biano debe concentrarse en el desarrollo de accio-nes hacia dentro y hacia fuera del Grupo.

Hacia dentro del Grupo debería atender la re-visión de los procedimientos, la discusión sobre el

sistema de adopción de decisiones y la actualiza-ción del sentido del consenso. Debería tambiénidentificar los intereses subregionales y de los paí-ses más importantes y tenerlos en cuenta a la horade definir uno o dos ejes de actuación para evitarla dispersión temática.

Hacia fuera, además de un esfuerzo por mejo-rar la forma de presentación y divulgación de losresultados de las reuniones del Grupo, la secreta-ría tiene que hacer que la región tenga presenciaen las discusiones mundiales a través de ágiles pro-nunciamientos ante hechos coyunturales, la con-certación de posiciones en los foros regionales einternacionales y la relación con terceros.

Hay que evitar convertir al Grupo en caja deresonancia de medidas nacionales adoptadas parahacerle frente a sus problemas internos. Pero tam-poco pasarse al otro extremo. Sería incomprensi-ble que Colombia hiciera abstracción de sus ur-gencias internas. Podría aprovechar el ejercicio dela secretaría para aunar a la región en torno a laidea de que a pesar de los efectos indeseables delconflicto sobre los vecinos, Colombia no constitu-ye un problema de seguridad regional ni la solu-ción a sus problemas puede venir de una inter-vención externa.

Ejercer una tarea como ésta ofrece oportuni-dades pero también comporta riesgos. Podría ser-vir para elevar el precario conocimiento en Colom-bia sobre el tema y sobre las cuestiones interna-cionales, para desarrollar una política exterior conrespaldo en la opinión y para mejorar las relacio-nes con los vecinos. De ahí la importancia de quela gestión no se reduzca a las labores rutinarias delos funcionarios implicados sino que involucre alas misiones diplomáticas del país en el mundo, aotras instancias del Estado y a diversos sectoresnacionales. De lo contrario, el gobierno correrá elriesgo de empujar al Grupo hacia su agotamientoo de no rentabilizar a favor de los objetivos nacio-nales los recursos que el ejercicio de una tareacomo ésta conlleva y que implican un enorme es-fuerzo nacional en medio de la mayor crisis delpaís en su historia.

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

SALUD ILU

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A partir de los años setenta han operado enColombia factores que tienden a mejorar ladistribución del ingreso y procesos que lo han de-teriorado. Se estima que actualmente nueve mi-llones y medio de colombianos, 27% de la pobla-ción, vive en la pobreza. En la década más recien-te, las acciones gubernamentales han estadoorientadas al crecimiento económico y la conser-vación de los equilibrios macroeconómicos den-tro de los programas de ajuste, lo cual ha acrecen-tado la inequidad en la distribución del ingreso.

Tres aspectos están relacionados de maneracompleja: la estructura institucional, el proceso demodernización y modernidad, y la confrontaciónpolítica.

Colombia ha pasado por una larga experienciade vida política restringida y monopolizada por lospartidos tradicionales. Formas más amplias de par-ticipación quedaron consagradas en la Cons-titución de 1991, pero han tenido poco desarro-llo. El país posee una democracia representativaformal y un escaso grado de democracia partici-

Más pobresy con

el corazónagotado

El nivel de salud de los colombianos estáentre lo mediocre y lo precario. Con lastransformaciones políticas y sociales de

los últimos 20 años el país ha trazadoun nuevo perfil epidemiológico.

Carlos A.Agudelo C.

ProfesorFacultad de Medicina

pativa. Así mismo, son evidentes la presencia deun conjunto de instituciones de la sociedad civil yuna opinión pública que responde parcialmente ala dinámica de los medios masivos de comuni-cación. O sea, coexisten procesos y mecanismosconsensuales que corresponden a la esfera de ladirección ética y cultural de la sociedad, con prác-ticas autoritarias, coercitivas, corruptas y clientelis-tas. Entre tanto, asciende la confrontación políti-co-militar entre el Estado y la insurgencia armada,proceso que deja en medio a la población civil.

Los componentes de la cultura y sus respecti-vos saberes (saberes sociales, la cultura científica,el arte y la estética, la política, la cultura religiosa)están en medio de las constantes y desigualestensiones que se dan entre la modernización y lamodernidad, entre éstas y los rezagos premoder-nos, y generan en la vida cotidiana marcos de ac-ción (algunos operan como factores de riesgo) enmedio de los cuales se da o se pierde la salud.

Todo lo anterior se cristaliza en situaciones queinciden en la vida individual y colectiva generandoactitudes, hábitos y prácticas que tienen dimen-siones poco saludables, ya sea en las relacionesentre las personas (solidaridad y convivencia), y deéstas con las instituciones y viceversa, en el ejerci-cio de la democracia y la ciudadanía, en la organi-zación social, política y civil, en la participación ylas costumbres políticas.

Aproximación a los perfiles epidemiológicos

Las tendencias anteriores operan de maneraintensa sobre una población que cuenta con ca-racterísticas demográficas específicas (entre otras,reducción de la tasa bruta de mortalidad, trans-formación progresiva de la estructura de las eda-des, disminución de las tasas de natalidad y fe-cundidad, creciente urbanización y disminución dela tasa de crecimiento anual de la población), dan-do lugar a un nivel general de salud que está entrelo mediocre y lo precario.

El nivel de salud se expresa, de un lado, en in-dicadores contradictorios de valores (esperanza devida: 69 años; mortalidad infantil: 30.000 habi-tantes; índice de desarrollo humano: 85%) y, deotro lado, en un cierto tipo de problemática epi-demiológica.

Esta problemática, resultado de procesos de50 años, se ha conformado en las últimas dos dé-cadas como un patrón epidemiológico mixto, cuyoperfil resulta interesante. Por ejemplo, el cáncer ylas afecciones vasculares (en especial los infartos)se han consolidado en el largo plazo, mientras lasenfermedades infecciosas y los homicidios estánen proceso de transformación.

El análisis de este perfil epidemiológico mixtorequiere sistemas interpretativos y valorativos. Así,cada uno de los problemas planteados es impor-tante a su manera: el complejo de alta mortalidadcardiovascular refleja una parte significativa delproceso de modernización; el rápido ascenso enlas dos últimas décadas de la mortalidad por ho-micidios ocasionados en situaciones de violencia“cotidiana” y política, pone de presente el cons-tante choque entre modernización y modernidad,y sus múltiples expresiones sociales, políticas y cul-turales, propias de los modelos de desarrollo se-guidos en Colombia; pero, además, cuestiona lasactuales formas de organización social y estatal.

En esta perspectiva es posible valorar la tradi-ción de América Latina y de Colombia que ha dadolugar a sistemas públicos de salud centrados en losaspectos curativos con énfasis en la atención hos-pitalaria, como a los procesos de reforma de losmismos que han emprendido diversos países.

•Descenso de las tasas de mortalidad de lasenfermedades transmisibles inmunopreveniblesque producían enfermedad diarreica e infecciónrespiratoria agudas.

•Sostenimiento o incremento de las enferme-dades infecciosas crónicas, como la TBC y de lasenfermedades denominadas tropicales.

•Enfermedades emergentes o nuevas enferme-dades infecciosas: SIDA, cólera.

•Incremento del peso relativo de la mortali-dad ocasionada por las enfermedades crónicas notransmisibles (vasculares y cáncer). Estas mismascausas presentan en el largo plazo un descensolento de las tasas de mortalidad e incremento delas tasas de morbilidad.

•Incremento de las tasas de mortalidad delcomplejo de violencias -especialmente homicidios-y descenso lento de las tasas de mortalidad poraccidentes.

•Incremento sostenido de las enfermedadesprofesionales, ocupacionales y los accidentes in-dustriales.

Característicasdel patrónepidemiológicocolombiano

Política internacionaly salud

Los procesos internacionales inciden de mu-chas maneras sobre la salud de un país. Desde1990 se han producido dramáticos cambios enel mundo. En el marco de la globalización encurso se han intensificado fenómenos previos ala década de los 90 y han surgido nuevosfenómenos y procesos. De unos y otros, cabedestacar los siguientes:

•Fuertes tendencias a la liberalización de laeconomía, asimétrica para los países en desa-rrollo, a la par con los procesos de integraciónde mercados.

•Acelerada transformación de los sistemas pro-ductivos fordistas en sistemas basados en la ciber-nética, la informática y la comunicación.

•Nuevos ritmos de acumulación que resultande la producción flexible.

•Políticas y procesos internacionales de ajuste,reestructuración y reforma de la dimensión públi-ca y social de las naciones. Entre otros aspectos,estas políticas apuntan a imponer los criterios dedominación sobre los de negociación, fortalecerla desindicalización y la desregulación, así comopromover los ambientes competitivos, los recortesdel gasto social, las privatizaciones, las nuevas for-mas de racismo y segregacionismo, los acuerdosfinancieros, comerciales y militares internaciona-les, y las tasas de cambio flexibles.

•Difusión de las representaciones del mundoy de las preferencias culturales de los países de-sarrollados.

•Consolidación de la hegemonía norteame-ricana en la vida política internacional y el nue-vo papel de los organismos internacionalesmultilaterales que oscilan entre la regulación yla intervención.

Así, es en este marco internacional donde esposible ubicar algunos de los procesos clave quese han dado en Colombia.

La oficina de Evaluación de Tecnología, perteneciente alCongreso de los Estados Unidos, estima que en ese país ocu-rren 50.000 muertes prematuras cada año por problemasrespiratorios o cardíacos causados o agravados por los nive-les actuales de contaminación del aire. Según la AmericanLung Association, más de 120.000 estadounidenses muerencada año como resultado de la contaminación del aire.

ILUSTRACIÓN DE PILAR BERRIO

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000SALUD

La situación nutricional es uno de los másclaros indicadores de desarrollo de una na-ción. Esto se explica porque para la nutrición ade-cuada de una población intervienen factores de-mográficos, económicos, de salud, educación yservicios, complementados con los de calidad delos alimentos, hábitos y creencias, cuyo equilibrioconduce a la seguridad alimentaria.

Recientemente una encuesta nacional de Fe-desarrollo anunció que el 42% de la población hadisminuido la compra de alimentos, en tanto quelos hospitales de La Misericordia y Facatativá em-pezaron a reportar niños con kwashiorkor y ma-rasmo, patologías finales de desnutrición severa,erradicadas hace rato del territorio nacional.

Una lectura minuciosa de esos datos nos remi-te a la disminución del poder adquisitivo de loscolombianos como una de las consecuencias dela depresión económica, muy cercana al despla-zamiento en los campos -arriesgando la disponi-bilidad de productos- y a la apertura económica-alimentos importados de variado valor nutricio-nal contra los cuales no logra competir la agroin-dustria interna-.

Más allá de esa alarma, los menores de cincoaños, los escolares, las madres gestantes y los an-cianos han sido definidos por el Plan Nacional deAlimentación y Nutrición 1996-2005 como gru-pos vulnerables, así como la desnutrición protei-co-calórica, el bajo peso al nacer, las deficienciasde hierro, vitamina A, yodo y la obesidad, comoproblemas de alta prioridad.

En hierro, por ejemplo, los niños entre 12 y 53meses presentan una deficiencia significativa del23.4%, los escolares corren un riesgo del 47% detener anemia y las mujeres gestantes del 46%. Envitamina A, necesaria para la visión, el crecimien-to y contrarrestar procesos infecciosos, los gruposmás afectados son mujeres embarazadas y niñosmenores de siete años, con carencias del 13%. Y apesar de que Colombia fue declarado país libre dedesórdenes de yodo, gracias a las campañas deenriquecimiento de la sal con este micronutriente,persiste la aparición de bocio en 7.2% y su insufi-ciencia en niños alcanza cifras mayores al 5%.

Además, según el trabajo de grado La situa-ción alimentaria y nutricional de la población co-lombiana en los últimos 20 años, dirigida por laprofesora Zulma Correod y elaborada por las nu-tricionistas de la Universidad Nacional Ángela Mar-cela Mesa y María Consuelo Ocampo, la mayorexposición a tabaco y alcohol, y las dietas ricas enazúcar, sodio, preservativos y grasas saturadas per-miten prever un aumento de enfermedades rela-cionadas con tumores malignos, daños cardiovas-

Gordos y pálidoslucen los

colombianos

Si bien la oferta de alimentos está amenazada por lapobreza y la violencia, la malnutrición en Colombia

también es culpa de las conductas alimentarias.

Desnutriciónproteico-calórica,bajo peso al nacer,deficiencias de hierro,vitamina A, yodo yobesidad sonproblemas de altaprioridad nutricionalen Colombia.

María Claudia Rojas R.PeriodistaUnimedios

culares, sobrepeso y diabetes, al tiempo que losdiferentes tipos de cáncer se han asociado con altoconsumo de grasas saturadas y baja ingesta dealimentos con fibra.

La obesidad, clasificada ya como un problemade salud pública, registró en la Encuesta Nacionalde Demografía y Salud de 1995 un porcentaje del14,8% en hombres, y 16,1% en mujeres, especial-mente en mayores de 35 años, con educación su-perior y residentes en las áreas urbanas.

Así mismo, estados infecciosos y situación nu-tricional son procesos sinérgicos mediados por lascondiciones medioambientales: donde no hay aguapotable ni alcantarillado los niños padecen con fre-cuencia de infecciones, momento en que se dispa-ran los requerimientos nutricionales, y a su vez cuan-do la persona no come bien está más expuesta aadquirirlas. Otro tanto ocurre con la violencia, fe-nómeno que pone en peligro la seguridad alimen-taria del país al causar despoblamiento de los cam-pos, mientras que las migraciones forzadas engen-dran en esas comunidades crueles desajustes en ladieta. “Lo cierto es que éstas son patologías socia-les que no se curan con hospitales, ni con médicos,ni con nutricionistas, sino con programas de desa-rrollo”, asegura la profesora Deyanira Pulido de Pfei-ffer del Departamento de Nutrición y Dietética dela Facultad de Medicina de la Universidad Nacional.

La costumbre de comer

Aún la importancia de estos factores en la ca-lidad de vida de la población colom-biana, no se pueden ignorar los hábi-tos referentes al consumo, la frecuen-cia y selección de alimentos, que re-claman una participación en la etio-logía nutricional de una familia o unasociedad.

Pocos estudios han sondeado lasconductas y preferencias en este sen-tido y aunque hasta el momento exis-te un indicador favorable a la dispo-nibilidad y calidad de alimentos en Co-lombia, seguramente la capacidad decompra, las características ambienta-les, físicas y emocionales muestran undéficit alimentario traducido en unadesnutrición global (bajo peso del es-perado para la edad) del 8.4% y cró-nica (retardo de la talla para la edad)del 15%. En general esta situaciónprevalece en niños varones de familianumerosa con poco espaciamientoentre hijos, cuyas madres tienen pocaeducación.

La transición demográ-fica del país (actualmente

el 70% de los habitantes viven en la ciudad), hadeterminado un estilo de consumo representadopor comidas frías y fuera del hogar, mayor uso dealimentos preelaborados para agilizar su prepara-ción, aumento del servicio informal y autoservicio.

De acuerdo con el más reciente rastreo hechopor el Centro Nacional de Consultoría, los colom-bianos han adquirido buenas costumbres al au-mentar en su dieta frutas y verduras, no obstanteel alto consumo de carnes rojas sobre las blancasy alimentos de gran contenido de carbohidratoscomo pan, papa, arroz y pasta. Es adecuada laingesta de leche y sus derivados, agua natural, ju-gos, aunque café y gaseosa tienen altos consu-mos entre la población joven. Las comidas rápidastambién han acentuado su demanda pese a seralimentos poco saludables por su contenido degrasas, harina, sal, condimentos, salsas y aditivos.

Las mujeres demuestran una mejor disposiciónque los hombres a modificar los hábitos y una ma-yor conciencia de la importancia de la alimenta-ción. Frente a la lactancia materna, sin embargo,“tiene una duración promedio de siete meses, pre-sentándose por mayor tiempo en la zona rural don-de la mitad de los niños son lactados hasta los 12meses y el 10% continua haciéndolo después delos dos años, en contraste con la zona urbana, don-de el 50% es amamantado hasta los ocho meses yel 10% después de los 18 meses”, señala el estudiocitado. Agrega que la lactancia exclusiva no alcan-za siquiera los dos meses y casi el 80% de los bebésya ingiere alimentos sólidos, siendo ideal la lactan-cia exclusiva hasta los seis meses. “Este inicio pre-coz, por patrones culturales, es más reiterado enBogotá, la región Central y la Pacífica”.

Respecto de los escolares, el estudio más re-presentativo de la nutricionista Lucía Castro, des-cribe los hábitos de este grupo como adecuadoscuando se trata de leche, huevos, leguminosas,tubérculos y plátano, en oposición con el bajo con-sumo de carne (roja y blanca) y lo inadecuado dealimentos procesados por factores como la publi-cidad, falta de educación nutricional con respectoa las loncheras y venta de esta clase de alimentosen las cafeterías de escuelas y colegios.

Gran parte de la salud y la enfermedad entranpor la boca y los colombianos tendrán que cambiarsu modo de alimentarse no sólo para tener unabuena figura, sino para sustentar el desarrollo des-de las “tripas” de su patrimonio humano.

Las brechas sociales de América Latina han conducido agrandes diferencias en el acceso a la infraestructura de salud.En Colombia se pudo establecer que las localidades con me-nos desarrollo socio económico y mayor índice de necesidadesbásicas insatisfechas, tienen porcentajes más altos de muer-tes sin diagnóstico y de causa no definida, según cifras de lasNovenas Jornadas Colombianas de Epidemiología en 1998.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

ILUSTRAC

IÓN

DE VÍC

TOR BARRERA

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

¿soberanía limitadaC

El

analPanamá:

?

U.N. DOCUMENTO

Germán GranadaOsorioProfesor

Universidad JaverianaEspecial para U.N. Periódico

La devolución formal por parte de los Es-tados Unidos a Panamá del canal (inaugura-do el 15 de agosto de 1914), pone fin a unasituación neocolonial e inaugura el comienzo dela verdadera independencia de Panamá, país quedesde 1821 hasta 1903 fue una de las regionesintegrantes de Colombia. La restitución del canal,de la jurisdicción estadounidense a la soberaníapanameña, evidencia el carácter peculiar de las re-laciones interamericanas, en las cuales se pone demanifiesto la hegemonía de los Estados Unidos, yla manera como éstos entienden la vigencia de con-ceptos como los de colaboración, vecindad y pa-namericanismo. Los Estados Unidos practicarondesde finales del siglo XIX una política expansio-nista, que convirtió a los estados latinoamericanosen el campo de acción de los intereses económi-cos y políticos estadounidenses.

La historia de Panamá es inseparable de la desu canal interoceánico; su privilegiada situacióngeográfica se ha constituido, a la vez, en su princi-pal tragedia: la conformación de Panamá como”Nación soberana” estuvo determinada por losintereses de Estados Unidos que indujeron su se-paración de Colombia en 1903, con el fin de cons-truir esa estratégica vía de agua de 80 kilómetrospor la que hoy transita el 4% del comercio maríti-

Recorrido por lahistoria de una zona

estratégica eimplicaciones de la

devolución formal delcanal interoceánico aPanamá por parte de

los Estados Unidos.

La guerra contra las drogras ha permido alos Estados Unidos nuevas formas de

injerencia en los asuntos internos de lospaíses del continente, así como imponer a losejércitos del área nuevas tareas y funciones.

mo mundial. En ese contexto, la ”se-cesión” de Panamá de Colombia in-crementó aún más su dependenciafrente a los Estados Unidos quedan-do reducida desde entonces a la con-dición de “república de papel” y de en-clave militar. Sólo con la conformación y emer-gencia del nacionalismo panameño logró en1977, mediante la firma de los Tratados Torrijos-Carter, su más importante conquista: la devolu-ción por parte de los Estados Unidos del Canal aPanamá, el 31 de diciembre 1999.

El canal y la injerencia estadounidenseen Panamá

La historia de Panamá durante el siglo XIX es-tuvo ligada a la consolidación de los Estados Uni-dos como potencia dominante en América Cen-tral y el Caribe. Los orígenes y características delintervencionismo en Panamá son evidentes en elTratado Bidlack-Mallarino; suscrito en 1846 entreColombia y Estados Unidos permitía la interven-ción estadounidense, bajo pretexto de garantizarla neutralidad del istmo de Panamá. Cuatro añosdespués, el 19 de abril de 1850, se firma el Trata-do Clayton-Bulwer, entre Estados Unidos y la GranBretaña, sobre la construcción, protección y ga-rantía de neutralidad del canal interoceánico. Deacuerdo con el derecho internacional público, nin-gún Estado, ni parte de él, puede ser neutralizadosin su consentimiento por otros Estados, ya quesupone el desprecio más absoluto de los derechossoberanos de las naciones interesadas.

El 27 de enero de 1855 terminó de construirseel ferrocarril de Panamá, que unió por tren los océa-nos Atlántico y Pacífico, debido fundamentalmentea la inversión de los empresarios norteamericanos,que vieron en esta vía un camino más corto y prác-tico para acceder al oro recién descubierto en Ca-

lifornia. Durante más de 20 años, miles de esta-dounidenses se desplazaron por el ferrocarril enbusca de la costa Oeste, lo cual generó fuertestensiones sociales entre los usuarios norteameri-canos del ferrocarril y la población nativa. En 1856ocurre el suceso conocido como “tajada de san-día“ -situación de orden público que obliga a lapolicía colombiana a detener los abusos de los mi-grantes estadounidenses- de gran importancia his-tórica, ya que por primera vez Estados Unidos in-terviene militarmente en Panamá, haciendo usoteórico y aplicación práctica del Tratado Bidlack-Mallarino de 1846; durante el resto del siglo, Es-tados Unidos, por una u otra razón, incursiona enPanamá seis veces más. Estos acontecimientos noconstituyen hechos aislados de la política exteriornorteamericana, sino que están inscritos en unadinámica de expansión territorial, imperialista yagresiva, que implicó la anexión de Texas (1845);la guerra contra México (1845-1848) que costó aéste país la pérdida de la mitad de su territorio. En1867, Estados Unidos compró Alaska a Rusia; fi-nalizada la guerra hispano-estadounidense en1998, anexó Hawaii, Puerto Rico, Filipinas y Guam,a la vez que Cuba quedó convertida en un semi-protectorado. De tal manera, puede comprender-se la enorme importancia que para los intereseseconómicos y políticos de los Estados Unidos sig-nificaba garantizar el control de la vía transoceá-nica que se construyera en Centroamérica. Fraca-sados los trabajos de la Compañía Universal delCanal, dirigidos por Fernado de Lesseps, quien ha-bía construido exitosamente el Canal del Suez, losnorteamericanos -luego de superada la guerra desecesión- reaviven su interés por la construccióndel canal. Mediante el Tratado Herrán-Hay (22 deenero de 1903) se concedía a Estados Unidos elderecho exclusivo de construir, explorar y prote-ger la vía acuática y las instalaciones relativas a lamisma; este tratado no fue ratificado por el sena-

ILUSTRACIÓN DE JUAN DE LA ROSA

de

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Diversos estudios hanconstatado que elcanal de Panamá tienevida útil hasta el año2000, siendonecesarias ingentesinversiones financieras-1.000 millones dedólares- para suadecuación ymantenimiento en lascondiciones actuales.

La deslocalizaciónproductiva disminuyede manera ostensiblelos tradicionales gastosen operaciones detransporte, tanto deinsumos como deproductos, lo cualredunda en la pérdidade importancia en elnivel económico delcanal de Panamá.

do colombiano, por lo cual los intereses de Esta-dos Unidos se dirigieron entonces a promover yalentar el sentimiento separatista panameño; elmismo año de 1903 se produce la escisión de Co-lombia, dando paso a la posibilidad de una nego-ciación directa sobre la vía interoceánica. Así, el 8de noviembre de 1903, John Hay (norteamerica-no) y Phillipe Bunau-Varilla (francés) suscriben eltratado mediante el cual la República de Panamácede a Estados Unidos la zona del canal y autorizasu construcción; este tratado se caracterizó porcontener numerosas concesiones políticas, las cua-les lesionaban la soberanía e integridad territorialpanameña, así como los derechos otorgados a losEstados Unidos en el sentido de que aquéllos ga-rantizarían y mantendrían la independencia dePanamá, permitiéndoles intervenir en cualquierparte de la República de Panamá para establecerla paz y el orden constitucional si fueran turba-dos; por otra parte, los Estados Unidos garantiza-ban que el canal sería neutral a perpetuidad.

Así pues, desde la ”independencia” de Panamáen 1903, hasta la devolución del canal el 31 dediciembre de 1999, el territorio panameño mantu-vo en forma permanente la presencia militar de losEstados Unidos, país que bajo el pretexto formal deproteger los intereses y vidas norteamericanas, in-tervino militarmente en diez ocasiones durante elsiglo XX en Panamá, con el argumento de salva-guardar sus intereses. Durante el transcurso de laSegunda Guerra Mundial, hacia 1942, los efectivosnorteamericanos en Panamá llegaron a la cifra de47.000 hombres. En 1947, se rechazó la solicitudnorteamericana de cesión de territorios para cons-truir 103 bases militares. El sentimiento nacionalis-ta se fue incrementando en la misma medida queEstados Unidos se oponía a cualquier renegocia-ción de los tratados. Durante la década de los se-senta las condiciones político sociales fueron deter-minantes y propiciatorias del proceso que habríade culminar con la firma de unos nuevos tratadossobre el canal de Panamá. Para lograr sus objetivos,el gobierno del general Omar Torrijos no sólo contócon el apoyo que sus fuerzas internas le ofrecieron,sino que logró un amplio consenso y solidaridadinternacionales, como vía para convencer al gobier-no norteamericano sobre la necesidad de dar solu-ción a sus reclamaciones.

Sin embargo, los tratados de 1977 -el prime-ro acerca del funcionamiento del canal, y el se-gundo sobre la neutralidad perpetua del mismo-contienen ambigüedades que en un futuro pue-den ir en detrimento de la soberanía panameña:allí se establece que tanto Panamá como EstadosUnidos podrán tomar acciones unilaterales paradefender el canal contra cualquier amenaza, se-gún lo determine la parte que tome la acción. Lapretendida neutralidad del canal y su defensapermiten, entonces, de nuevo la injerencia nor-teamericana violatoria de la soberanía paname-ña, ya que involucra múltiples factores que pue-den ser susceptibles de ser interpretados comointerferencias al funcionamiento del canal, y queen un caso dado, Estados Unidos esgrima el de-recho de tomar medidas que considere necesa-rias, incluyendo el uso de la fuerza militar. En otrostérminos, en estos tratados se acordó una neu-tralidad condicionada.

La invasión de Panamá el 20 de diciembre de1989, con el pretexto de capturar al general Ma-nuel Antonio Noriega para hacerlo comparecerante los tribunales norteamericanos por cargos denarcotráfico, colocó en entredicho las posibilida-des reales de que Panamá pudiera conseguir elretiro total de las tropas norteamericanas y el des-mantelamiento de las bases militares, tal y comoestaba previsto en los tratados. En esta operaciónintervinieron alrededor de 20.000 marines y seprodujeron alrededor de 5.000 muertos paname-ños, según estadísticas extraoficiales. Las fuerzasde defensa de Panamá, uno de los ejércitos mejorpreparados de Centroamérica, dejaron de existirdesde ese momento, y se conformó un organis-mo de policía que a todas luces es incapaz de asu-mir y garantizar adecuadamente las tareas de de-fensa y seguridad del canal, siendo previsible en-tonces que los Estados Unidos esgriman pretextospara nuevas formas de injerencia, y eventualmen-te, las tropas norteamericanas asuman de maneraunilateral dichas funciones.

La obsolescencia del canal de Panamá ylas vías alternativas

Diversos estudios han constatado que el canalde Panamá tiene vida útil hasta el año 2000, sien-do necesarias ingentes inversiones financieras-1.000 millones de dólares- para su adecuación ymantenimiento en las condiciones actuales; porotra parte, se debe señalar que el Canal operamediante el sistema de esclusas, lo cual impide eltránsito de buques de gran calado, tales como lospetroleros, los buques-fábrica, y los sofisticados ygigantescos portaaviones de la industria militar.Una de las alternativas de tránsito la posee Ni-caragua, a través del río San Juan, y el lago deNicaragua, lo que implicaría acometer aproxi-madamente la construcción de 20 kms median-te un sistema a nivel, lo cual parece ser técnica yfinancieramente posible, gracias al esfuerzo con-junto que han manifestado en este sentido tan-to los Estados Unidos como el Japón, que cons-tituyen los mayores usuarios del canal de Pana-má. Sin embargo, jurídicamente Estados Unidosestaba impedido hasta el fin de los Tratados To-rrijos-Carter para comprometerse en la construc-ción de otro canal transítsmico. También se haconsiderado la posibilidad de construirlo en Co-lombia, aprovechando el río Atrato, y aunqueesta opción se conoce a través de estudios quedatan de1907, lo real es que carece de las ven-tajas del proyectado en Nicaragua, debido a losfactores financieros, técnicos y físicos, que au-nados al gran daño ecológico que esto conlle-varía en una región reconocida a nivel mundialcomo de mayor riqueza en biodiversidad; otroelemento en contra lo constituye la presenciaen la región de fuerzas insurgentes, de los para-militares y del narcotráfico.

En Panamá se ha considerado también la posi-bilidad de construir un canal alterno, a nivel, y sinel sistema de esclusas, que permitiría el paso delos grandes cargueros y asimismo aminoraría losgrandes daños ecológicos que ha producido elactual, ya que se calcula que para desplazar unsolo barco a través del Canal se necesitan alrede-dor de 1.600 millones de galones de agua dulcepara operar las esclusas; agua que proviene de lacuenca de 325.000 hectáreas que lo rodea, y cuyautilización ha causado un empobrecimiento ge-neralizado de las tierras fértiles allí existentes, locual lleva a que sólo el 3% de la cuenca puedasustentar cosechas anuales, y se expresa en difíci-les situaciones de carácter social.

Globalización, geopolítica ytransformaciones militares

El actual contexto internacional se encuentraprofundamente determinado por los procesos deglobalización económica y financiera en curso. Ladeslocalización productiva disminuye de manerasensible los tradicionales gastos en operaciones detransporte, tanto de insumos como de productos,lo cual redunda en la pérdida de importancia en elnivel económico del canal de Panamá. Igualmen-te, las recientes transformaciones que en lo políti-co y militar experimenta el mundo contemporá-neo han menguado la importancia geoestratégi-ca que éste poseía. Otro factor que incide en lamisma dirección lo constituye la pérdida relativadel comercio Atlántico y su desplazamiento porlos nuevos polos económicos de los países del Pa-cífico y específicamente del sureste asiático. Sinembargo, no se puede desconocer la relevanciaque aún continúa teniendo el canal de Panamá;se calcula que aproximadamente catorce mil bar-cos lo atraviesan anualmente, ahorrando casi13.000 kms de viaje alrededor del Cabo de Hor-nos y 100.000 dólares por carga en cada embar-que. También se debe señalar que para los intere-ses japoneses el canal de Panamá posee gran im-portancia; el Japón es el segundo usuario y por allícirculan tanto los insumos productivos y los ali-mentos que importan, como los productos queexportan.

Finalmente, las transformaciones militares queexperimenta el mundo pos-guerra fría indican queel mantenimiento de grandes ejércitos es una car-ga costosa para las potencias militares; en esteorden de ideas, el enclave militar hondureño, que

Estados Unidos consolidó durante la década delos ochenta, reporta mejores dividendos: los gi-gantescos aeropuertos militares con capacidadpara movilizar alrededor de 20.000 hombres enun día, junto con las nuevas maneras de hacer laguerra mediante la sofisticación tecnológica, mues-tran la obsolescencia del enclave militar paname-ño, fundamentado principalmente a través de lascatorce bases militares que los Estados Unidosmantenían en dicho país.

El Centro Multilateral contra las Drogasen Panamá

Para los Estados Unidos la guerra contra lasdrogas se percibe como un problema de Seguri-dad Nacional; desde esta perspectiva, el tráfico dedrogas ha venido a reemplazar su caballito de ba-talla del pasado, que era el comunismo. A pesarde la globalización, la fuerza militar continúa sien-do un factor importante en las relaciones interna-cionales y Estados Unidos busca consolidar su he-gemonía mundial en este aspecto, y además for-talecer su capacidad operativa en el nivel regional,tanto en América Central como en Sur América.La guerra contra las drogas ha permitido a los Esta-dos Unidos nuevas formas de injerencia en los asun-tos internos de los países del continente, así comoimponer a los ejércitos del área nuevas tareas y fun-ciones. En el nivel operativo, de entrenamiento ycoordinación, el centro de operaciones antidrogasconstituye la perpetuación del intervencionismonorteamericano en el área, es violatorio del dere-cho internacional y es un mecanismo de presiónpolítica y diplomática para los países de la región.Aunque Panamá rechazó en 1998 las negociacio-nes para la creación de dicho Centro Multilateralcontra las Drogas -y la atención norteamericana seha desplazado hacia otras regiones del área comoEcuador y Curazao- son bien conocidas las condi-cionalidades económicas, políticas y diplomáticasque agencian los Estados Unidos en desarrollo dela guerra contra las drogas.

Los derechos de Colombia en el canal

Colombia ha venido ejerciendo derechos detránsito a través del canal, en virtud del Tratadosuscrito en el año de 1914 con los Estados Unidosde América; mediante el Tratado Uribe Vargas-Ozores, suscrito en 1979 entre los gobiernos deColombia y Panamá, se acordó que a partir delmediodía del 31 de diciembre de 1999, Panamáotorgararía a Colombia los siguientes beneficios:el tránsito por el canal de los productos naturalese industriales de Colombia, así como de sus co-rreos, libre de todo gravamen o derecho, salvoaquellos que en términos de igualdad se apliquena los productos y correos de la República de Pana-má; igualmente, los nacionales colombianos quetransiten por la ruta interoceánica panameña loharán libres de la imposición de peajes, impuestoso contribuciones que no sean aplicables a los na-cionales panameños. Finalmente, se estableció queel gobierno de Colombia podrá en todo tiempotransportar por el canal sus tropas, sus naves ymateriales de guerra sin pagar peaje alguno.

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¿Cuándo se deja de ser niño? ¿A los 15 oa los 18 años? Ése es el punto de discusión entreel Gobierno Nacional y la guerrilla para justificar lainclusión de menores en el conflicto armado. Exis-te una diferencia de tres años entre la legislacióncolombiana y la Convención Internacional sobrelos Derechos del Niño, desfase que “hace más difí-cil proteger a los niños en Colombia”, comentaRodolfo Cano, asesor de la Defensoría para la Ni-ñez, la Mujer y los Ancianos.

Decenas de niños y adolescentes son utiliza-dos en casi todas la guerras del mundo porque losejércitos o las guerrillas, a los que se suman losparamilitares en el caso colombiano, los conside-ran mejores combatientes que los adultos.

“Abejitas”, “campanitas”, “carritos”, “chicos”o “pollitos de acero”, no importa la denomina-ción, son útiles para los bandos que hacen partedel conflicto.

Según Cano, existen tres formas de vincula-ción de los menores a la guerrilla: por voluntadpropia, por reclutamiento forzoso o por ser hijode guerrillero.

Aunque los paramilitaresse han esforzado por negar lainclusión de menores de edaden sus filas, la Defensoría delPueblo ha constatado que, es-pecialmente en la zona delMagdalena Medio, se vieneobligando a los habitantes deveredas enteras a aportar unpatrullero por familia, muchosde los cuales son niños, utili-zados en labores de espionajee inteligencia, que compren-den entre el 15% y el 50% deestos grupos.

Las cifras hablan por sí so-las. Según estadísticas presen-tadas por la Defensoría delPueblo, en Colombia hay6.000 niños vinculados a losgrupos armados. Alrededordel 20% de los integrantes dela guerrilla son menores deedad, de ellos el 85.72% afir-ma haber ingresado de mane-ra voluntaria; al 33,33% leatraían las armas y los unifor-mes que otorgan reconoci-miento social; otro 33.3% bus-có la protección social y eco-nómica que el Estado no pudogarantizarle; al 16,66% le lla-mó la atención la guerrilla de-

La guerra,golosa

sin cielo

De los 33 millones de habitantesde Colombia, más de 16 son

menores de 18 años, carne decañón del conflicto armado.

Ángela LucíaRiaño Pinzón

PeriodistaUnimedios

La población que no dispone del ingreso suficiente paraadquirir una canasta mínima para satisfacer necesidades básicas,se estima en una cifra cercana a 20 millones de colombianos, dis-tribuidos 12 millones en los centros urbanos y alrededor de 8 mi-llones en el campo. Se considera que es pobre quien tiene un ingre-so inferior a cuatro mil pesos por día y la población que no accedea esa canasta mínima, es una población bajo la línea de pobreza.

Se calcula que entre 1996 y 1999, 378 niñosfueron secuestrados: 49 retenidos por las Farc, 35por el Eln, 231 por la delincuencia común y en 63casos no se ha podido establecer su autoría.

Según la Comisión Intercongregacional Justi-cia y Paz, en 1997 de los 2.217.000 colombianosdesaparecidos, el 25,57%, es decir 567.000, eranmenores de edad.

Por otro lado, el silencio de las migracionesforzosas impide determinar con exactitud el nú-mero de desplazados. Sin embargo, hasta 1998 laDefensoría del Pueblo había contabilizado1.500.000 desplazados de los cuales el 65%, esdecir, 975 mil, son niños, quienes se ven afecta-dos por enfermedades diarreicas agudas, respira-torias, de la piel y desnutrición.

Las minas antipersonales parecieran ser ubica-das estratégicamente para asesinar o causar gra-ves lesiones a los niños que realizan labores agrí-colas junto con sus padres. Según una encuestarealizada por la Defensoría del Pueblo en 98 hos-pitales del país, se localizaron 44 casos de meno-res víctimas de algún artefacto explosivo, el 7% delos niños murieron por el efecto de la explosión.

Víctimas inocentes

Impacto de la violenciaUn estudio realizado por la Defensoría del Pue-

blo con una muestra de 180 niños vinculados alconflicto nacional revela:

18% ha matado por lo menos una vez.60% ha visto matar.80% ha visto cadáveres mutilados.78% ha visto secuestrar.12% ha secuestrado.18% ha presenciado torturas.40% ha disparado contra alguien alguna vez.83% ha estado al borde de la muerte.

bido a las relaciones que habían mantenido consus integrantes, y el restante 8,33% se enlistómotivado por el enamoramiento o por sentimien-tos de venganza.

La socióloga María Cristina Salazar, presidentade Defensa de los Niños Internacional en Colom-bia afirmó durante la Conferencia Latinoamerica-na sobre la Utilización de Menores de Edad comoSoldados, realizada en Uruguay a finales de 1999,que no existe el reclutamiento voluntario en el país;que si no hay oportunidad de educación y em-pleo, estos muchachos se ven forzados a unirse auno de los “ejércitos”. Eso pasa en las fuerzas gu-bernamentales y en las subversivas.

En el caso de las Fuerzas Armadas, según laDivisión de Operaciones Psicológicas Integrales delEjército, dentro de las medidas de reordenamien-to de la institución, el punto principal fue la aboli-ción del servicio militar obligatorio para excluir alos menores de edad del conflicto armado, prue-ba de esto es la disminución progresiva desde1997, cuando de 57.844 jóvenes incorporados13.143 eran menores de edad; en 1999, 5.000niños terminaron su servicio militar obligatorio el22 de diciembre.

Resocialización, un nuevo conflicto

Según estadísticas del Ejército Nacional, desde1992 hasta 1998, 52 niños guerrilleros se entre-garon voluntariamente a las autoridades y 245fueron capturados por la fuerza pública. Durante1999, 24 niños desertaron de las filas de la guerri-lla, entre ellos alias Diana, quien escapó en com-pañía de los soldados secuestrados por las Farc,José Arteaga y Roque Montilva.

Pero la decisión de desertar conlleva nuevosconflictos. Si el niño es capturado por la guerrilla,es sometido a consejo de guerra, que puede con-cluir en una condena a muerte por traición.

“Además de las secuelas físicas, los niños venafectado su espíritu y mente, pero son precisamen-te estos factores los más olvidados. Los niños inte-riorizan y canalizan la violencia hasta llegar a usar-la como medio de destrucción hacia la gente queles rodea o hacia sí mismos, y pueden presentarademás problemas de identidad y trastornos delsueño”, comenta César Moreno, psicólogo y con-ductor del programa De acuerdo con los niños deU.N. Radio.

Por otro lado, el Estado en Colombia tiene ungran vacío que impide tratar el fenómeno de losniños desvinculados de la guerrilla, quienes nece-sitan programas de reconstrucción de sus vidas,los cuales implican procesos afectivos, ayuda psi-cológica, reencuentro con sus familiares, educa-ción y capacitación laboral. Cuando los menoresson capturados o entregados por los grupos ar-mados, el Instituto Colombiano de Bienestar Fa-miliar se encarga de ellos. Anteriormente, hacíanparte de los programas de rehabilitación de me-nores delincuentes. Sin embargo, hoy día se hainiciado un plan para entender la situación de es-tos menores como víctimas de la guerra y no comodelincuentes.

Según Rodolfo Cano, “la realidad que afecta alos niños refleja la incapacidad del Estado y de lasociedad para asegurarles los derechos fundamen-tales, como la vida, la convivencia, la justicia, lalibertad y la paz”.

El último informe de la Unicef para Colombiahace un llamado al Gobierno Nacional para quecumpla con los mecanismos interinstitucionalesque establece el documento Conpes (Consejo Na-cional de Política Económica y Social) para la pro-tección de la población desplazada y la infanciaafectada en el conflicto. Además, recomienda re-

ILUSTRACIÓN DE EDÍN RIVERA

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Actualmente, el 15% de los colombianos vive fuera delpaís, 13.000 de los cuales son refugiados. Al año se presentan 30.000 muertes violentasy menos del 15% son consecuencia del conflicto armado, según cifras del Centro deReferencia Nacional sobre Violencia del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

Cuando hablamos y escuchamos algo so-bre la infancia, más allá del recuerdo, encon-tramos una voz que habla de una verdad, de unapercepción aguda y nueva. Pensamos, imagina-mos una atmósfera, que mucho o poco tuvo quever con lo que “realmente” sucedía, pero que que-dó como marca de nuestra visión de mundo. Lainfancia tiene una lucidez. Esta lucidez cuenta conel privilegio de ser originaria. Por primera vez ve-mos el mundo, tocamos las flores, por primeravez escuchamos una palabra, por primera vez in-tentamos escribir.

¿Cuántas veces nacemos en la infancia? ¿Acuántas cosas nacemos en la infancia?

En el libro La poética de la inspiración, GastonBachelard habla de una infancia que se prolongamás allá de las edades y plantea para Bachelard.una de las fuentes de la creación poética. “Unexceso de infancia es un germen de poema” ycon esto nos introduce en un misterio inagotablede preguntas y sugerencias.

De la infancia no sobrevive un niño, sobreviveun estado. A este estado, de la mano de Bache-lard, le llamamos imaginación. Imaginación a laque por supuesto asiste la memoria, “cuandovolvemos a las soledades de la infancia”. Esta so-ledad de la que habla Bachelard es la soledad delniño fuera del mundo del adulto, fuera del mun-do de la socialización, cuando surgen la ensoña-ción, la unión con el cosmos, la existencia. En elmundo de los adultos y de la instrucción, el niñoes un esclavo, pero fuera de este mundo, sin refe-rirnos a los amores, rechazos y hostilidades natu-rales del crecimiento de las relaciones, el niño seve ante el cosmos y empieza a soñar. Este sueño,que Bachelard materializa en la idea de ir por laluna para ponerla al alcance de las manos de unniño, es el mismo sueño del poeta que no vacilaante esta idea, aunque sepa de su imposible. De-cimos mismo sueño, podemos decir también mis-mo momento. Recordemos ese instante que serepite una y otra vez en los niños, cuando dicenque no quieren crecer. ¿Qué está viendo un niñocuando quiere detener el tiempo y no sucumbir alo inexorable?

Bosques de milagros

Heidegger afirma que un poeta “tanto máslibre será cuanto más se abra a lo insospechado”.La entrada en el lenguaje del niño marca de ma-nera radical esta apertura a lo insospechado. Pen-

Hilos de laimaginación

La búsqueda de nuevossentidos y la pertenencia del

hombre al mundo dellenguaje son los lazos queunen infancia y poesía. Sin

embargo, aún nospreguntamos: ¿Quién o qué

acude en el momentode la inspiración?

De la infancia nosobrevive un niño,

sobrevive unestado. A este

estado, de la manode Bachelard, le

llamamosimaginación.

Imaginación a laque por supuesto

asiste la memoria.

María CeciliaSánchez

Sicóloga y escritoraEspecial para

U.N. Periódico

semos en todas las vueltas a las que somete elniño lo que escucha, las interpretaciones equivo-cadas -no se trata de errores, digo equivocadaspor señalar las diferentes cosas evocadas- que sedescubren en la edad adulta, al recordar sucesosocurridos en la infancia. No comprender una pa-labra puede significar la construcción -la inven-ción- de un relato del absurdo.

En la primera conciencia del ser siempre apa-rece la conciencia del no ser. El antagonismo en-tre vida y muerte es una conciencia que no pode-mos obliterar, no podemos hablar de la una sinque acuciosamente se presente la otra, transfor-mándolo todo con la violencia y con la simplezade una puntuación. El poeta vive en este antago-nismo. Bien sea para enfrentarlo como un desti-no, bien sea para originar allí su acto. De la primi-genia lucidez infantil Jorge Gaitán Durán nos con-fiesa en su poema titulado “¡Vengan cumplidasmoscas!”: “Cuántas veces de niño te vi/ Cruzarpor mi alcoba de puntillas./ Enhebrabas tu agujacon manos/ Más ligeras que los días./ / Luego teolvidé. No es poca cosa/ Vivir. (...)/ /(...) Hoy tepago/ El ansia con que viví cada momento”.

Pero la primera conciencia también puede serla de la falta de un lugar, la de vivir en las márge-nes de la realidad, como en el poema “Infancia“de Jean-Arthur Rimbaud: nos habla de un bosqueen donde sucede una serie de milagros y en donde“Hay, en fin, cuando uno tiene hambre y sed, al-guien que os expulsa”. Falta de lugar, impotencia,imposibilidad de alimentarse, cuántas formas po-dríamos hallar para nombrar aquello que sucedeen la infancia silenciosa y fuera del ámbito de lasocialización, y que en el crecimiento formará unrío subterráneo que no por secreto va a dejar desurtir efectos en la vida de la imaginación, y enuna particular visión de mundo.

Al modo de los mitos, parecería que esta pri-mera visión de mundo, posibilitada no por la re-flexión filosófica, aunque ésta se pueda presentarcomo una consecuencia, sino por la vida de lasprimeras imágenes, la visión de mundo ordena yubica el resto de elementos. La distancia con elcielo, el olor de un jardín. La historia que el niño yel adulto se cuentan para aliviar sus miedos o lasconjeturas de la mente infantil ante los sucesosque desbordaron la posibilidad de comprensión.Al nombrarlos, al establecer lazos entre miedo eimagen, alegría y color, sufrimiento y leyenda, elpoeta dibuja un paisaje que nos conmueve. Nosconmueve, dice Bachelard, porque el fondo deinfancia que expresa el poeta tiene resonanciascon el nuestro, que nunca se pierde.

En Dibujos de ciego, Luis Cardoza y Aragónnos entrega toda la tensión de los territorios in-fantiles en que se genera la poesía. Basta una brevelectura para destituir cualquier pretensión de de-finir. “Lo que escribes es como hablar dormido:quieres rescatar algo de tu infancia irrescatable(...) Eres un ciego dibujando que se ha olvidadode todo al despertar”.

Como en el sueño, con la metáfora vemos unacosa y sabemos, sin más, que a la vez es otra. Nohasta la exagerada realidad que crean los críticosen la interpretación. Tampoco en la realidad vanade quien no ve nada, nunca. “Lo imaginario -esoque acontece en alguna parte -, y lo real nunca sedan la espalda en la niñez recurrente, henchidade coherencia y metafísica, en que las cosas sonmás perentorias, inmediatas y concretas: guardanmás brillo, más relieve y densidad“, afirma Car-doza y Aragón.

La búsqueda de nuevos sentidos y la perte-nencia del hombre al mundo del lenguaje son loslazos que unen infancia y poesía. Sin embargo,aún nos preguntamos: ¿Quién o qué acude en elmomento de la inspiración?

Infancia y escritura

visar cuidadosamente los patrones culturales(como la existencia de colegios y academias mili-tares) que inducen a los niños a la guerra y a otrasformas de violencia.

La Unicef reclama a las partes que intervie-nen en el conflicto que respeten el Convenio In-ternacional de Derechos del Niño, y así como hansido escudos para la guerra sean “una gran se-milla de paz, creando nuevas formas de respues-ta y solución a los conflictos sociales y por lo tan-to convirtiéndose en una especie de artesanos dela paz”, comenta Saúl Franco, médico de la Uni-versidad Nacional, investigador de la violencia enColombia.

Cuentas del futuro

La participación progresiva de los niños en elconflicto, ya sea como agentes o víctimas de él,hace pensar en qué tipo de sociedad nos espera.Para Franco, las consecuencias de esta situaciónse reflejan tanto en el presente, con la disminu-ción de la calidad de vida de los niños, como en elfuturo, en cuanto la sociedad va generando enellos la práctica de la violencia como forma selec-cionada para la solución de conflictos.

Sin embargo, no hay que crear conceptos fa-tales, es decir, no necesariamente un niño viola-do va a ser un violador; un niño maltratado, unmaltratador; ni un niño guerrillero, padre de otroguerrillero. Por el contrario, con la reflexión deesta experiencia los niños pueden llegar a facili-tar la construcción de una sociedad que no sigareproduciendo estos fenómenos de violencia ycobrar así a los adultos su incapacidad o desidiapor cambiar el clima destructivo en que vive elpaís actualmente.

No se puede afirmar que el futuro estará llenode odio y resentimientos, ya que sus nuevas gene-raciones están creciendo y conociendo la cruel-dad y el odio de la guerra, pero si la sociedad noreacciona y acepta que con violencia perdemostodos, que este problema no nos es ajeno, no seráposible una salida constructiva.

Dibujos realizados por niñosdesplazados que evocan momen-tos dolorosos de la guerra.

ILUSTRACIÓN CORTESÍA DEL DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIALDE LA UNIVERSIDAD NACIONAL.

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La discriminación de los indígenas ennuestra sociedad es, tristemente, un secreto avoces, una situación cotidiana. Pero que un grupoindígena determinado sea discriminado por otroscolectivos similares resulta contradictorio, sobretodo para aquellos que, como afirma la antropó-

La selva,un buen hogar

Unos 330 integrantes del grupoNukak Makú luchan por conservar

sus tradiciones frente a más de10.000 colonos en las selvas del

Guaviare. Trabajo galardonado conel Premio de la Fundación

Alejandro Ángel Escobar.

Lilián Andrea CortésPeriodista

Unimedios

loga Dany Mahecha, “tenemos la idea románticade los indígenas buenos y que viven en perfectaarmonía con la naturaleza”.

Los Nukak pertenecen a la familia lingüísticaMakú Puinave, nombre que en la lengua Arawaksignifica extraño, sin parientes, de un status bajo,lo que permite que sea esclavizado. “Otros gru-pos étnicos vecinos se referían a ellos como seresinferiores, decían que se arrastraban y que pare-cían micos, lo cual me resultaba descabellado”,agrega Mahecha quien, atraída por la margina-ción y el misterio que rodeaban al pueblo Nukak,decidió profundizar la investigación para encon-trar una razón que explicara la discriminación detanto tiempo.

Los también antropólogos Gabriel Cabrera yCarlos Franky acompañaron a Dany Mahecha enesta experiencia, realizada inicialmente como tesisde grado en el Departamento de Antropología dela Universidad Nacional y luego extendida dos añosmás como parte del proyecto “Investigación terri-torial y etnográfica de los Nukak”, con la Funda-ción Gaia Amazonas.

El libro Los Nukak, nómadas de la Amazoniacolombiana, constituye el fruto concreto de seisaños de convivencia y trabajo constante de los tresantropólogos, quienes entregan una visión totalde la familia Makú, gracias a la metodología deestudio simultáneo y separado de tres comunida-des diferentes, de las trece que componen al pue-blo Nukak.

Los Nukak aparecen a los ojos del país en 1988en una población llamada Calamar, al sur de SanJosé del Guaviare. Se sabía de su existencia de for-ma parcial, sólo por dos contactos anteriores delos que no se tenían reportes exhaustivos. En 1965se produce un primer acercamiento del grupo auna zona de colonos, con un desenlace violentoante el ataque de estos últimos, lo que motiva unrepliegue del grupo hacia el interior del bosque.

A partir del año 1974 misioneros evangélicosinforman de la existencia del grupo Nukak perosólo hasta 1982 se realiza un trabajo regular conellos y hasta el año siguiente presentan informessobre el grupo a la Dirección de Asuntos Indíge-nas, entidad que asegura no tener ninguna infor-mación sobre este pueblo en el momento de sucontacto en Calamar.

El placer de moverse

Su reciente aparición se tornó exótica cuandose precisó el carácter nómada de este pueblo, yaque después de tres mil años de comportamiento

sedentario constante, resulta fuera de lo comúnun grupo de individuos que se encuentre todavíaen esta etapa considerada primitiva.

Desde la creación del mundo los pueblos Makúhan sido destinados por los dioses para ir de unlugar a otro, de forma que se han estructurado entorno al movimiento, ”las actividades que impli-quen quietud son menospreciadas y además delcomponente simbólico y religioso, también estáuna parte subjetiva que es el placer de moverse, lanecesidad de ir siempre más allá“, comenta el an-tropólogo Carlos Franky.

El cambio continuo de lugar ha motivado quelos grupos nómadas sean considerados depreda-dores, porque se cree que al llegar a un sitio con-sumen los recursos existentes y se marchan cuan-do éstos se han terminado. En el caso de los Nukak,los investigadores de la Universidad Nacional com-probaron el manejo sofisticado de especies tantovegetales como animales, desde la perspectiva delmovimiento, así como un conocimiento de la hor-ticultura y otras técnicas de cultivo.

Frente a los grupos sedentarios los Nukak seencuentran en una clara ventaja, como lo señalael investigador Gabriel Cabrera al afirmar que “sibien ambos conocen y practican la horticultura,los nómadas no dependen de ella, porque tienenun espectro muy grande de recursos en el bos-que, manejados con ciclos y patrones específicos”.

La relación de los Nukak con la naturaleza pue-de definirse como armónica y equilibrada, mien-tras que no puede afirmarse lo mismo de su con-tacto con otros seres humanos, primero por sucondición trashumante y también por las diferen-cias existentes frente a los grupos de colonos y asus similares indígenas. Con relación a estos últi-mos, los Nukak Makú reconocieron enemistadesancestrales incluso con rapto de mujeres en épo-cas pasadas, frente a algunos colectivos entre losque se destacan los Cuinabe.

La interacción con estos vecinos territoriales eraprácticamente nula y las que se comenzaban a con-figurar -especialmente con los colonos- no reves-tían el carácter servilista exhibido por otros pueblos.

El trabajo simultáneo en diferentes comunida-des del pueblo Nukak permitió a los antropólogosestablecer varios factores y niveles de impacto quecaracterizaban la relación con los colonos, quie-nes, básicamente, constituyen el mundo exteriorde este grupo. Mientras que las comunidades dela zona occidental habían realizado un proceso decambio cultural más acelerado, por contar con lapresencia de misioneros evangélicos y un mayornúmero de colonos en sus cercanías, los gruposde la región oriental, en los contactos habían sidoesporádicos.

El discurso de los colonos ha influido en el pro-ceso de cambio cultural que viven los Nukak, “suposición no es malintencionada porque surge deuna visión completamente distinta de la vida, lasedentaria, que consideran mucho mejor”, comen-ta Gabriel Cabrera al describir las transformacio-nes que van desde aumento de la mortalidad porpresencia de nuevas patologías, cambios en la dietaalimenticia, en la apariencia y en la disminuciónde la movilidad.

Los antropólogos de la Universidad Nacionalplantearon una alternativa para aminorar el im-pacto de estos cambios, realizando un acompa-ñamiento del proceso para que no fuera tan dra-mático, pero la intransigencia estatal y de algunosotros responsables de la zona, “negó la oportuni-dad de hacer las cosas bien, tanto para los Nukakcomo para nosotros mismos”, concluye Dany Ma-hecha.

Texto apoyado en reportajes de María Claudia Rojas y del programa Radio deAcción de UN Radio.

Hacer ciencia no es un lujo que puedan darse los paísesdesarrollados, sino una necesidad de todas las naciones parasalir adelante. Una de las estrategias gubernamentales que im-plementó Indonesia hace un par de años para salir de la crisiseconómica del sureste asiático fue aumentar la inversión enciencia y tecnología desde un 4% a un 5% del PIB. Mientrastanto, Colombia invirtió en 1999 menos del 0.4% del PIB.

La elaboración de un morral con hojas de seje: usosostenible de la naturaleza por parte de los Nukak.

Las actividades queimpliquen quietud son

menospreciadas yademás del componente

simbólico y religioso estáel placer que a los Nukak

les produce moverse.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE GABRIEL CABRERA

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000SOCIEDAD

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ANIEL PAD

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Un grupo de investigadores viajó a la zonade distensión para evaluar la implementaciónde plantas agroindustriales con base en gana-dería de carne y leche y regresó con una imagen depaís distinta de la que veía con los ojos de los me-dios de comunicación, desde la ciudad, desde elcentro, desde la perspectiva de la académica.

A principios de junio de este año el Institutode Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Univer-sidad Nacional -Icta-, por encomienda del Progra-ma de las Naciones Unidas para la FiscalizaciónInternacional de Drogas (Undcp) y el Plan Nacio-nal de Desarrollo Alternativo (Pnda), comienza amedir en distintos municipios de Caquetá, Meta,Guaviare y Cauca el potencial ganadero, la situa-ción ambiental, las condiciones sociales y de con-sumo que sirvieran de base a su propuesta de en-claves productivos como sustitutos de cultivos ilí-citos en esas regiones.

El estudio formula una propuesta competiti-va en términos económicos, incluso como alter-nativa viable a las ganancias de campesinos, in-dígenas o colonos obtenidas por el raspado decoca, pero no deja de ser “una gota de agua enel mar” frente a los inmensos compromisos delEstado por estimular el sector agropecuario, re-gionalizar estrategias de acción asentadas en locultural y proyectar líneas de mercado a los pro-ductos del campo, condiciones sin las cuales noes posible ni el proyecto puntual, ni las aspiracio-nes de desarrollo alternativo del Gobierno y de lacomunidad internacional para la política de lu-cha contra las drogas.

En este caso, a los sistemas de transformaciónde leche en la zona de distensión, “debe antece-der un apoyo a la ganadería, programas de mane-jo racional del suelo y capacitación al campesino,que estimulen la apropiación por esa tierra. A lar-go plazo eso es lo que va a garantizar la subsis-tencia del proceso agroindutrial, su sostenibilidaden el tiempo”, manifiesta el profesor Jairo Hum-berto López, coordinador del estudio; “de lo con-trario una planta no va a sacar de la miseria a na-die ni va a cambiar la situación de ilicitud”.

Iguales pero distintos

El proyecto aglutina entonces un equipo de 21personas y diseña el montaje de centros de acopiolechero, la construcción o remodelación de mata-deros y el establecimiento de ocho plantas de trans-formación de carne y leche. Para ello prevé inver-siones, materia prima disponible en cada locali-dad y recurso humano necesario, capacitación parael uso adecuado de plantas tecnificadas, impactoambiental ocasionado por la operación de las mis-mas y organización comunitaria indispensable. Aeste resultado se llegó teniendo en cuenta las sin-gularidades de cada región, para las cuales la idio-sincracia, el suministro de servicios básicos y lacapacidad adquisitiva determinan los productosa obtener.

Por eso cuando el grupo de la UniversidadNacional busca una posibilidad productiva, se en-cuentra con una realidad en la que la Orinoquia yel sur de Colombia no son aquellas geografíasuniformes del mapa colombiano, sino un conjun-to de microrrealidades. Todas bajo la influencia delnarcotráfico, pero con un nivel de desarrollo dis-tinto según el empleo de los recursos ilegales enbeneficio propio o de otras regiones.

Elaborar un queso, una leche, un salchichón oun yogur necesita más que la condición técnica.Hay que tener en cuenta factores que, según el

No se puedeensillar sintener la bestia

Instalar procesadoras de carne y lechepara sustituir cultivos ilícitos en la zona dedespeje es técnicamente viable, pero hayque tener en cuenta que la región no tienetradición lechera, sus ecosistemas sonfrágiles y la población es flotante.

María Claudia Rojas R.PeriodistaUnimedios

profesor López, “suponen consideraciones ´aje-nas´ al proyecto pero son definitivas para su ma-terialización”: el desarraigo del colono en el Gua-viare (¿quién se apropia del proyecto con pobla-ciones altamente transitorias?), la escasa tradiciónlechera tanto en consumo como en ordeño, elabandono en términos de saneamiento básico (al-gunos sitios carecen de electricidad para una acti-vidad que requiere cadena de frío), la cultura delmiedo generada por el conflicto, la fragilidad delos ecosistemas...

La anécdota, citada recientemente por ManuelCastells en una conferencia en la Universidad Na-cional, de las camisas amarillas producidas en se-rie por el Estado para todas las naciones de la an-tigua Unión Soviética durante todo un año y quefueron rechazadas por los consumidores porqueluego de averiguar, con sorpresa el Gobierno seenteró de que allí ése era el color del luto, ilustrabien cómo las dinámicas locales intervienen en eléxito o fracaso de las decisiones públicas. Así parasu planificación como para su apropiación. “Locontrario es seguir construyendo soluciones des-de los escritorios en Bogotá y despojar a las co-munidades de todo reconocimiento para la con-cepción de su propio desarrollo”.

Con acompañamiento: sífuturo

Luego de que las grandes contien-das mundiales fueran reemplazadaspor conflictos localizados, se han re-conocido en la negociación y las pro-puestas económicas herramientas úti-les en la solución de esos procesos.Aunque la dificultad en muchos deestos programas ha radicado en quese aplican con base en presupuestosde productividad ajenos a las comple-jas realidades regionales y han sidomanejados por los gobiernos máscomo una estrategia publicitaria paracontrarrestar la mala imagen de suspaíses, y no con el objetivo de buscarsalidas eficientes, el desarrollo alter-nativo contempla la introducción deprocesos productivos para los campe-sinos de la zona de distensión “ayu-dándoles en su organización y acceso al merca-do”, asegura Fernando Hurtado, asesor técnicoprincipal de la Oficina de Servicios y Proyectos deNaciones Unidas.

“La historia de la agricultura nos ha demos-trado que mientras el campesino se quede ensu finca en la fase primaria de la cadena pro-ductiva sin adueñarse de la transformación, al-macenamiento, clasificación o empaque, esto es,sin poner valor agregado a su producto, no po-drá salir del marginamiento económico en quevive”, opina.

Por ese sendero, las plantas procesadoras decarne y leche esperan romper la idea del agricul-tor cuando dice que no aumenta su producciónde materia prima porque no hay industria que lacompre. Pero aún cuando los volúmenes de sacri-ficio de reses, cerdos o recolección de leche sonmodestos en la zona de distensión, a excepcióndel Caquetá, la implantación de agroindustrias “ini-ciaría un factor de desarrollo que tiene que dar-se”, sostiene Hurtado. Además “hay que romperel círculo de no desarrollo y no oportunidad enestas regiones donde la abundancia de materiaprima para abastecer las procesadoras vendrá lue-go de propiciar un capital social que dé tránsito aun desarrollo alternativo real”, complementa elcoordinador del estudio, Jairo Humberto López.

Hay que romper elcírculo de nodesarrollo y nooportunidad en estasregiones donde losexcedentes de materiaprima para abastecerplantas industrialesvendrán luego depropiciar un capitalsocial que dé tránsito aun desarrolloalternativo real.

Por otra parte, el tabú de que el problema delos productores de ilícitos está determinado por elalto salario que reciben con respecto a los jornalesde los mercados legales limita o aplaza solucionesde política pública relacionadas con la reformaagraria, la estabilidad de las economías campesi-nas, la dotación de infraestructuras. Un informedel Sistema de monitoreo-auditoría al programaPnda-BID realizado por la Universidad de Los An-des aclara que de 20 municipios con cultivos ile-gales el 33.9% de la población vive en la miseriafrente al 14.9%, que es el indicador nacional, ycuatro de ellos tienen más del 50% de sus habi-tantes en esa condición.

Por eso “si el eje de la regionalización son losproyectos productivos, éstos deben mantener unacompañamiento del Estado para la construcciónde una cultura empresarial en la zona”, advierte elinforme.

No obstante la inversión de 10 millones de dó-lares que requeriría la puesta en marcha de lasagroindustrias, el valor agregado que presenta esteestudio señala la coincidencia de una serie de ac-ciones como requisito para que el proyecto vayamás allá de lo simbólico. En otras palabras, comoenseña la sabiduría popular: “no se puede ensillarsin tener la bestia”.

Colombia cuenta con 167 cárceles para albergar 28.000internos. Hay actualmente 43.221 reclusos, lo que muestra el grado dehacinamiento en los centros de reclusión. Por otra parte, existen 3’500.000expedientes en los juzgados en espera de una decisión, lo que hace inferirque la ineficacia del Estado afecta el derecho de toda persona acusada deun delito a un pronto y debido proceso, según el informe de Flor AlbaRomero La situación actual de los derechos humanos en Colombia.

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

MEDIO AMBIENTE ILU

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De 1945 hasta nuestros días los ecosistemas colombianosse han transformado. Las corrientes de agua andinas se han contaminado y reduje-ron su oferta recreativa. El 23% de la población registra dificultades para acceder alsuministro de agua potable. El 45% de los suelos se usan para fines diferentes a losde su vocación y un 10% presenta erosión severa. La calidad del aire que se habíamantenido estable hasta los años setenta se ha degradado rápidamente en los últi-mos 20 años y hoy Bogotá es la tercera ciudad más contaminada de América Latina.

El año 2000 ha causado un gran revueloen todo el mundo, las controversias que se hansuscitado con relación al comienzo del tercer mi-lenio o el final del siglo XX han dado de qué ha-blar, pero sin duda la gran beneficiada ha sido lapublicidad y todo el orden económico que ello en-cierra. Se han organizado excursiones a exóticoslugares para tener el placer de experimentar ex-trañas sensaciones sobre este acontecimiento, perola verdad de todo este alboroto es el desconoci-miento consciente o no del origen de nuestro ca-lendario. Para no entrar en polémicas, la explica-ción científica de nuestra cronología es la siguien-te: cuando Dionisio el Exiguo tuvo la idea de con-tar el tiempo y señaló como año 1 el del nacimien-to de Jesús, para aquella época en Europa no seconocía el número cero, por tal motivo y si las cuen-tas aritméticas no fallan, el siglo XX termina el 31de diciembre del 2000, y el tercer milenio comen-zará el primero de enero del 2001.

Pero más allá de las discusiones cronológicas,vale la pena conocer las sorpresas que ofrece elcielo en este año.

El firmamentoen el 2000

Este año serán visibles enterritorio colombiano fenómenos

astronómicos como eclipses de sol y lunay lluvias de estrellas. Guía de observación.

William Enrique Cepeda PeñaObservatorio Astronómico NacionalFacultad de Ciencias

ILUSTRACIÓN DE DANIEL PADILLA

Eclipses

En el 2000 se presentarán varios fenómenosastronómicos, comenzando con el eclipse total deluna que ocurrirá el 20 de enero y será visible entodo el territorio colombiano a partir de las 9 de lanoche cuando la luna entra en penumbra hastalas dos de la mañana del día siguiente.

Es muy probable que la luna en la fase de latotalidad tenga una coloración rojiza debido a lagran actividad solar y a la contaminación que porestos días tiene la atmósfera debido a las recienteserupciones de cenizas de los volcanes del Ecuador.

El 25 de diciembre tendrá lugar un eclipse par-cial de sol que será visible al atardecer en la alta Gua-jira y en el archipiélago de San Andrés y Providencia.

Alineación planetaria

Los planetas en su movimiento alrededor delsol nos presentan determinadas posiciones sobre laesfera celeste, una de ellas es la conjunción y con-siste en la ubicación del sol y uno o más planetasen la misma dirección, es decir, en una zona muypequeña del cielo se agrupan varios planetas.

El 5 de mayo el panorama será el siguiente: deizquierda a derecha, Marte estará en Tauro cercade las Pléyades, Saturno y Júpiter justamente aloeste del sol. La Luna estará exactamente al surdel sol, Mercurio y Venus al oeste. Como vemos,todos los planetas a excepción de Urano, Neptu-no y Plutón están localizados a unos pocos gradosdel sol vistos desde la Tierra. El espectáculo seríamaravilloso pero no será visible por la cercanía delsol. Esta “alineación“ no trae consecuencia algu-na sobre la Tierra.

Lluvia de estrellas

Los cometas en su recorrido alrededor del soldejan una estela de pequeñas partículas, tan gran-des como un grano de arena, y periódicamente

la Tierra atraviesa estos enjambres produ-ciéndose un choque con la atmósfera terrestrey ocasionando lo que conocemos como lluvia deestrellas. El punto del cielo por donde las vemosllegar se denomina radiante y toma el nombrede la constelación donde se encuentra, como porejemplo las Perseidas.

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000EDUCACIÓN

ILUSTRACIÓN DE EDIN RIVERA

¿Cuál es la época adecuada para sembrarmaíz? ¿Quién está interesado en comprar la co-secha de ajonjolí? ¿Cómo se construye un pozoséptico? ¿Cómo incrementar la productividad delhato lechero? ¿Cómo se detecta una zona con po-tencial minero?

Las anteriores son algunas de las múltiples pre-guntas que se formulan a diario los habitantesde los diversos municipios que conforman la ex-tensa geografía nacional. La mayoría de las vecesesas inquietudes no tiene respuesta o es inade-cuada, ya que nuestros saberes están concentra-dos en las grandes urbes, y en especial dentro delas universidades.

Buscando un mayor acercamiento entre elmundo universitario y el mundo del ciudadanocomún, la Universidad Nacional de Colombia ensu sede Medellín decidió abrir una puerta para pro-yectarse en el ciberespacio, por medio de su Redde Extensión Académica Virtual (Reuna).

Este programa tuvo su origen en la Facultadde Ciencias Agropecuarias por iniciativa de losdocentes Rodolfo Hernán Parra Sánchez y JulioCésar Arango Tobón; la iniciativa pretendía lograrun intercambio de información técnico-científicay de conocimientos en apoyo al desarrollo ruralde Colombia.

El proyecto está diseñado bajo el criterio deescalabilidad tecnológica por demanda, es decir,se inicia con una infraestructura básica mínima ya medida que los usuarios van requiriendo más ymejores servicios éstos se van implementando.Actualmente se trabaja en el desarrollo de la pri-mera fase consistente en la compra de equipos yla instalación de software para el manejo de lis-tas de distribución.

A través de Reuna la Universidad podrá am-pliar su cobertura, brindar servicios de educacióncontinuada, incursionar en los campos de la edu-cación a distancia y de la educación virtual; asícomo mantener y mejorar la calidad de sus dife-rentes actividades académicas.

Conocimiento en línea

Reuna se basa en la utilización de las tecnolo-gías más modernas en los campos de la informáti-ca y las telecomunicaciones, de tal manera que selogre transportar de una forma ágil y oportuna lainformación y los conocimientos sin necesidad detener que movilizar personas ni objetos.

Otros posibles beneficios son:•El Consultorio Virtual, que ofrecerá atención

en línea a las consultas en el campo agropecuarioy permitirá mejorar las condiciones de vida de lascomunidades rurales de Colombia. En el caso par-

La red del agro

Consultorio sobre temas del agro,mercados virtuales agropecuarios y

educación a distancia son algunosservicios que ofrece una red en el

ciberespacio para mejorar las condicionesde vida de los municipios colombianos.

La Red de ExtensiónAcadémica Virtual(Reuna) se basa en lautilización de lastecnologías másmodernas eninformática ytelecomunicacionespara transportar lainformación de unamanera ágil, sinnecesidad de movilizarpersonas ni objetos.

Gabriel AwadProfesor Facultad de Minas

ticular de Antioquia, la articulación de Reuna conCamponet (Programa de la Gobernación ) brinda-rá a las Umatas un constante apoyo técnico.

•Con la puesta en marcha del Mercado Virtualde Productos Agropecuarios los vendedores y loscompradores podrán tomar contacto entre sí, co-nocer sus ofertas, y llegar a acuerdos comerciales.

Se busca, con ello lograr un incremento en larentabilidad para el productor agropecuario y unaestabilización en los precios para los consumido-res finales. Se espera que en un tiempo no muylejano se puedan manejar a través de Reuna mer-cados de futuro en el sector agropecuario.

•Conectar a los miembros de la comunidadacadémica universitaria con sus pares nacionalese internacionales a través de boletines virtuales yconferencias electrónicas.

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TOR BARRERA

•Congregar a los egresados de la Universidady vincularlos de manera activa al desarrollo de laspropuestas de extensión y de investigación; adi-cionalmente se pretende facilitar su actualizaciónprofesional, ya que el conocimiento técnico se estáduplicando cada cinco años.

•Las bases de datos en línea facilitarán la la-bor investigativa, tanto dentro como fuera del cam-pus universitario, y brindarán a los tomadores dedecisiones elementos adecuados para su accionar.

•La Biblioteca Electrónica hará posible el acce-so inmediato a numerosas fuentes de consulta anivel nacional e internacional.

NotaLas personas interesadas en obtener mayor información y en mantenerseactualizadas acerca de la evolución del proyecto contactar [email protected]

Cerca de 1.000 millones de personas -de las cuales dostercios son mujeres -entran en el siglo XXI sin los conocimientosnecesarios para leer un libro o firmar su propio nombre. Ellasvivirán en una pobreza más desesperanzada y en un peor estadode salud que aquellos que sí pueden realizar las tareas mencio-nadas. Son las analfabetas funcionales del mundo, según el in-forme Estado Mundial de la Infancia 1999: Educación Unicef.

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

CIENCIA Y TECNOLOGÍA ILU

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Con su investigación Retroalimentación Diná-mica entre el Fenómeno del Niño, Oscilación delSur y la Hidrología de Colombia, el ingeniero civilGermán Poveda Jaramillo recibió el año pasadoel Pre-mio de la Fundación Alejandro Ángel Escobar en la cate-goría Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Presentada como tesis doctoral de su PhD. en Inge-niería, otorgado por la Universidad Nacional de Colom-bia y la Universidad de Colorado en Estados Unidos, suinvestigación permite a la comunidad científica inter-nacional buscar mecanismos que contrarresten los da-ños que puedan ocasionar los fenómenos del Niño y laNiña en los sectores agrícola, ganadero, eléctrico, fo-restal y de la salud.

Poveda estudió los mecanismos físicos por los cualestenemos anomalías climáticas e hidrológicas durantedichos fenómenos naturales. Indagó por qué durante elNiño hay más sequía de lo normal y durante la Niña,tantas lluvias e inundaciones. Además, observando condetenimiento lo que sucede en el océano Pacífico tropi-cal, estableció modelos de predicción hidrológica parasaber con antelación cuánta lluvia va a caer en el año.

El Niño es un fenómeno natural del clima de laTierra, resultado de la interacción del mar y la atmós-fera: el mar se calienta por encima de lo normal yrepercute en la evaporación y las lluvias sobre el océa-no Pacífico, desatando perturbaciones en los patro-nes atmosféricos de todo el planeta, en particular delos cinturones tropicales y subtropicales. Por estar máscerca del Pacífico, afecta a Colombia directamente.

El fenómeno del Niño, que ocurre cada tres o cua-tro años, tiene serias implicaciones socio-económicas yambientales en los países comprometidos: causa incen-dios forestales, destruye arrecifes coralinos, incide enla migración de aves y en muchas partes ocasiona tor-mentas tropicales.

El profesor Poveda encontró que una corriente devientos en chorro entra por el océano Pacífico al inte-rior de nuestro país y trae consigo enormes cantidadesde agua. Otros vientos predominantes soplan desde elCaribe y unos más desde la cuenca del Amazonas. Lainteracción de todos estos vientos genera una atmós-fera muy inestable que da lugar a que llueva mucho.Por ello, Colombia es un sitio muy húmedo y segúnestándares mundiales, en él se halla el lugar más lluvio-so del Planeta: Chocó. Al chorro de viento del océanoPacífico el profesor lo denominó “Chocó” (Chorro delOccidente Colombiano).

Poveda descubrió que los vientos se intensifican porrazones termodinámicas, cuando así sucede viene loque se conoce como Fenómeno del Niño. Del mismomodo, al disminuir su intensidad se generan más llu-vias, es decir, el Fenómeno de la Niña.

Influye también en los fenómenos del Niño y la Niñala Oscilación del Atlántico Norte -NAO-, que consiste enel balanceo de las presiones atmosféricas del ecuador,encargadas de dirigir la intensidad de los vientos Aliciospor el Caribe. El estado de la NAO se convierte en unfactor determinante en la intensidad de los vientos quesoplan y la humedad que entra a Colombia.

Germán Poveda Jaramillo, investigador consagrado,dice que su mayor orgullo es poder servirle al país con eltrabajo que realiza día a día en la Universidad Nacional.Su actitud refleja su amor por la docencia, “a mí megusta mucho investigar, entre otras cosas porque no creoque un profesor universitario pueda hacer buena do-cencia sin investigación. Ésta siempre sugiere nuevostemas, nuevas lecturas y miradas, y una preparación aca-démica constante, y es eso lo que nos permite ofreceruna docencia actualizada y de mayor nivel”.

El Niñoy su incidenciaen Colombia

Luz Enit Arias RestrepoEspecial para U.N. Periódico

Aunque Colombia ocupa un puesto privi-legiado tanto en recursos hídricos como enla producción de café, hasta ahora no se habíaplanteado y ejecutado un proyecto de investiga-ción que hiciera posible biorecuperar el agua utili-zada en los beneficiaderos.

La mayoría de los grandes productores gasta-ban 40 litros de agua por kilogramo de café, yactualmente, con el demulsificador ecológico sóloconsumen un litro por kilogramo. Sin embargo,una finca en promedio produce por cosecha 1.000arrobas, esto es, 25.000 kilogramos de café y 25metros cúbicos de agua contaminada que final-mente va a quebradas o afluentes cercanos y atentacontra la diversidad biológica, ya que se aumentala carga de materia orgánica, consumiendo el oxí-geno disuelto que algunas especies de peces y plan-tas acuáticas necesitan para vivir.

La biorecuperación es una alternativa para evi-tar el desperdicio y la contaminación. Con este fin,se construyó una planta hiperbárica que trabajapor encima de la presión atmosférica ambiental.El sistema empleado por este tipo de máquinas es

Agua depor vida

Una planta que recicla elagua desechada por los

beneficiaderos de cafépermite su reutilización yevita la contaminación de

los ríos al eliminar elexceso de materia

orgánica que termina conel oxígeno indispensablepara la vida de especies

animales y vegetales.

La utilización de aguadel acueducto en lasfincas cafeteras generaun gasto de 1.000metros cúbicos. Conuna plantahiperbárica, el ahorrode agua reduceconsiderablemente loscostos por cosecha.

Rafael PossoOsorio

Carlos G.Paucar

Facultad deCiencias

Sede Medellín

más eficiente que el convencional porque lograaumentar el metabolismo de las bacterias paradegradar la materia orgánica presente en aguasresiduales hasta cinco veces más que una plantade tratamiento de aguas con una presión atmos-férica normal.

Al diseño de la planta hiperbárica logró incor-porársele el novedoso sistema de aireación-agita-ción, el cual hace posible aumentar la eficiencia dela transferencia de oxígeno en igual proporción queutilizando tanques de aireación, así como dismi-nuir considerablemente los costos de operación.

Rogelio Ramírez, propietario de la finca La Lu-cía en el municipio de Fredonia, utiliza el agua delacueducto en el beneficiadero y en cada cosechagasta 1.000 metros cúbicos. Por ello está intere-sado en adquirir una planta hiperbárica ya que elahorro de agua reduciría los costos considerable-mente por cosecha.

Reservas para el futuro

El uso de plantas hiperbáricas para tratar elagua utilizada en el lavado o beneficio del caféfacilita el proceso de concientización masiva delos caficultores colombianos con respecto a la ur-gente necesidad de no seguir atentando contra ladiversidad biológica de nuestras quebradas, ríos,lagos y ciénagas.

Se estima que hasta el año 2007 la cantidad deagua que retorna al planeta como aguas lluvias sedisminuirá en un millón de toneladas métricas, y enel mejor de los casos, se daría una disminución enla producción de alimentos y un aumento en eldesempleo, es decir, que la calidad de vida de nues-tros compatriotas sería cada vez menor.

En el mundo, la actividad que más consumeagua es la agricultura, con un 65%, mientras quesólo un 8% está destinada al consumo humano.

El hombre debe reducir su consumo de aguaen actividades agropecuarias e industriales, odebe reciclarla, para lo cual las plantas de bio-recuperación son una alternativa que no sólo sepuede utilizar en el lavado del café, sino en ellavado del banano, papas o en cultivos de pecescomo las trucheras.

Las plantas hiperbáricas permiten también cons-truir estanques para almacenar agua, es decir, man-tener una reserva que, como dice Don Rogelio, espara toda la vida.

carne bovina fue diseñado por el Instituto de Tecnología de Alimentos de la Universi-dad Nacional con base en cinco grupos valorados con igual número de estrellas. Así, ala más tierna y jugosa se le asignó la calificación de cinco estrellas, perteneciente anovillos y toretes de dos años y medio, con poca grasa y peso aproximado de 230kilogramos. Los de una estrella pertenecen a bovinos mayores de cinco años con grasaen abundancia. La carne sin estrellas deja muchas dudas sobre su clasificación.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA EL ESPECTADOR

El actual sistema de clasificación de los cortes de

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000CIUDAD

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DE PILAR BERRIO

En el año 2000, por lo menos 20 ciudades de AméricaLatina habrán alcanzado una extensión que podrá ser caracte-rizada como metrópoli. Siete ciudades sobrepasan los cincomillones de habitantes: Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo,Santiago, Bogotá, México y Lima. Son núcleos metropolitanosde megápolis en formación, incluyendo ciudades como Tijuana,que desborda la frontera entre Estados Unidos y México.

¿Usted sería capaz de ver la belleza de una buseta? ¿Después deestar dos horas apretujado, en medio de un trancón y una lluviainterminables, vería en ella un lugar agradable? Sí. Es posibleencontrarle encanto a un charco, a la cuerda para colgar la ropa,a un maniquí extravagante y a la caneca de basura.Roxana Martínez, diseñadora gráfica de la Universidad Nacionalobservó en Bogotá lo que sus habitantes poco miran, escuchó loque ellos dicen y descubrió nuevas formas de vivir y pensar laciudad.El resultado es un conjunto de postales que amplía la visión quelos bogotanos tienen de sí mismos y de su hábitat, matizando losadjetivos gris, insegura, sucia, desordenada y agitada con que ladescriben, por medio de contrastes y comparaciones.Aquí, una muestra de la obra que obtuvo el segundo lugar en elárea de Producción Simbólica del concurso Mejores Trabajos deGrado de la Universidad.

Bogotá no es...y tambiénes eso

FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE ROXANA MARTÍNEZ

Bogotá no es desordenada.Y también es eso...¡¡VENGA!! ¿qué gafaquiere? ¿Cúal va a llevar?- ¿esa rosada? -¡¡VEA!! esa está a diezmil, pa´que se la lleve.Ahí está... nuevequinientos, nuevequinientos y se lleva unabuena gafa... VEA!! porser para usted nuevepesitos y hace una buenacompra, más baratas nolas consigue.¿Cúanto me va a dar porellas?

PALABRAS DE UN VENDEDOR DE GAFAS.Puesto ambulante de venta de gafas. SanAndresito Sur. Localidad Antonio Nariño.

Bogotá no es agitada.Y también es eso...

Nooo, esta mañana hubo un voleo tremendo todu elmundo pedía de todo y ahora más tarde se pone

peor, eso llega la gente y piden y piden, no alcanzauno a entender qué le piden, cada vez que está estocalmadito pues uno apovecha y se hecha un sueñito,

o si no ¿a qué horas?

PALABRAS DE UNA VENDEDORA DE UN PUESTO AMBULANTE.Maniquí en una vitrina de adornos. Carrera trece. Barrio Chapinero Central. Localidad Chapinero.

Bogotá no es sucia.Y también es eso...Eso ya no se sabe como hay que salir a lacalle, a veces en un solo día hace un calortremendo y cuando uno menos piensa llega ycae un aguacero y después toca aguantarse eldía, así vuelto nada...

PALABRAS DE UN SEÑOR EN LA CALLE.Barrio Castilla. Localidad Kennedy.

Bogotá no esinsegura.Y también eseso...Divino niño te pido detodo corazón que sólopermitas acercar a unapersonas leales,honestas y capaces

PALABRAS DE UNA SEÑORA EN SUORACIÓN AL DIVINO NIÑO.Entrada a la Plaza del Veinte de Julio día deprocesión. Localidad de San Cristóbal.

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000

CULTURAS25

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Espere las próximas ediciones de U.N. Periódico: Domingos13 de febrero, 12 de marzo, 9 de abril, 14 de mayo, 11 de junio,

9 de julio, 13 de agosto, 10 de septiembre, 8 de octubre.

D I V E R S I D A D O P I N I Ó N E X P R E S I Ó N

La arquitectura del museo contemporá-neo en un era cultural y social progresiva-mente tecnológica y ‘mediada’ está, de mane-ra inevitable, adscrita a los desarrollos en el cam-po computacional, llamado ‘mundos virtuales’,el cual engloba no sólo experiencias de simula-ción espacial sino investigación en sistemas ex-pertos de animación, denominados inteligencia yvida artificial.

Los ‘mundos virtuales’ posibilitan una recrea-ción inesperada de la manera como se constru-yen hoy los museos. Los diseños y el trabajo artís-tico de una ´cámara de las maravillas’ en ‘mun-dos virtuales’, como la idea de museo contempo-ráneo, permite recrear las identidades e iconolo-gías de las arquitecturas de la memoria, intrínse-camente asociadas en la vida urbana moderna ala función museística, particularmente aquellasque conciernen a la escenografía o la presenciateatral social, ‘pública’, de una colección, sea et-nológica, artística, de la historia cotidiana, de lahistoriografía, etc.

El proyecto de la ‘cámara de las maravillas’ seaproxima, desde el campo artístico de la arqui-tectura, al estado actual de la investigación entecnologías de mundos virtuales en dos camposrelevantes: la indexación (o índice) animada deun ‘mundo’ de imágenes y su relación con la me-moria (información-texto) y la ampliación de lasexperiencias sensoriales de naturaleza mecánicamediante experiencias de simulación en mundosvirtuales.

El campo de la suma de todas estas posiblesexperiencias del complejo espacio/información/memoria/percepción activa constituye lo aquí de-nominado arquitecturas de la memoria con rela-ción al tema del museo.

En la historia urbana los monumentos arqui-tectónicos han sido habitualmente tal fuente nor-

Museoy ‘mundosvirtuales’,un teatro

de la memoria

Nuevas tecnologíasdeterminan hoy el mundo

cultural. El museocontemporáneo se plantea

nuevas experienciassensoriales.

En los mundos virtuales el edificio del museo no ha sidoproyectado como la suma de las salas o la exhibición de la

colección como sucede en los museos actualmente existentes,sino, de acuerdo con las propiedades ‘mecánicas’ de sus objetos,

en cápsulas, como fuentes centrales de memoria/información.

Bernardo UribeMendoza

ProfesorInstituto de Investigaciones

Estéticas

mal de memoria/información contenida en la ex-periencia o percepción activa del espacio huma-no. La aqruitectura edilicia ha sido una complejasimbiosis experimental de conductas operaciona-les humanas colectivas o compartidas (cuerpo), ala vez que importante fuente de información so-bre sistemas iconológicos de jerarquización social,simbolismo metafísico asociado al espacio, todoello encriptado en la forma arquitectónica, me-diante presencia matérica, en la vida cotidiana pormedio de los edificios de la ciudad.

Como es apenas obvio los desplazamientos deorigen medial en los procesos de información ymemoria en la vida cotidiana contemporánea handeterminado un desplazamiento en las arquitec-turas de la memoria, tal como ellas han ido des-envolviéndose en los monumentos arquitectóni-cos y urbanos. Se abre de este modo el campo dela experimentación con las nuevas relaciones en-tre memoria y arquitectura en las cuales el temadel museo es doblemente significativo: en gene-ral, el edificio como un ´monumento’ arquitectó-nico y en particular, su tipo edilicio como monu-mento cultural o civilizatorio.

Cambio de escenografía

En el proyecto de una ‘cámara de las maravi-llas’ como el museo contemporáneo, el edificiono ha sido proyectado como la suma de las salasdel despliegue o la exhibición de la colección comosucede en los museos actualmente existentes, sinocomo aquel cofre de los tesoros en el cual se de-posita y conserva la colección más de acuerdo conlas propiedades ´mecánicas’ de sus objetos que asu disposición sistémica (óptica) o ‘curatorial’, encápsulas o ambientes inteligentes, como fuentescentrales de memoria/información. La visita a lacolección, actualmente el centro de atención de la

acción museal, es sólo ‘otra’ de las experienciasposibles de este modo con la colección.

El ‘despliegue’ de la colección, sus extensionestanto materiales como iconológicas, son reformu-ladas completamente mediante los hardware y soft-ware tecnológicos de ‘mundos virtuales’.

En su texto de 1997 Suchmaschinen (Máqui-nas de búsqueda), Florian Rötzer, editor de la re-vista electrónica alemana Telepolis, proponía elproyecto para un ‘Teatro de la Memoria’ del artis-ta renacentista Giulio Camillo Delmino (1480-1544) como una metáfora a la ontología de lamemoria (del mundo) en internet.

En la metáfora operacional de un museo como‘cámara de los tesoros’ en ‘mundos virtuales’ losobjetos de la colección no son dispuestos en es-cenarios ontológicamente ordenados como su-cede en el teatro de Camillo y en las galerías de laexhibición de la mayor parte de los museos exis-tentes en la actualidad, sino en interfases abier-tas construidas mediante una indexación relativade la información, la imagen y la simulación delos objetos en los ‘mundos virtuales’ animados.De este modo la experiencia del complejo espa-cio/memoria/información (arquitecturas de la me-moria) se presenta abierta, a-sistémica (en la me-dida de un juego), ‘haptica’ según la definiciónde Riegl.

En este sentido las arquitecturas de la memoriaen ‘mundos virtuales’ introducen extensiones es-paciales múltiples a la construcción cuerpo/concien-cia y el proyecto de museo es un desarrollo artísti-co/ investigativo en este campo. En un sentido másamplio, el proyecto está referido a la exploraciónde las relaciones entre las nuevas tecnologías y elcambiante ámbito cultural contemporáneo.

El profesor Uribe hace parte del PUI del Pui de Comunicaciones de la Universi-dad que es coordinado por el Profesor Rodolfo Ramírez, y entre otros integran-tes, han colaborado en la discusión de conceptos y aspectos técnicos del pre-sente proyecto, los profesores Manuel Guillermo Forero de Sistemas, Felipe Pa-dilla de Diseño Gráfico, y los estudiantes Nelson Cruz y Patricia Cervantes.

ILUSTRACIÓN CORTESÍA DE BERNARDO URIBE

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NÚMERO 6 ENERO 9 DEL 2000CULTURAS

ILUSTRAC

IÓN

DE VIC

TOR BARRERA

“Arocha” -me dijo un colega- ”no penséque su nuevo libro se refiriera a los mediospacíficos que negros e indios del Chocó tie-nen para dirimir conflictos. Entender el títuloque le puso -Ombligados de Ananse- requiere leeren la contra carátula “los hermanos de araña”,pero aún así no hay indicios del porqué en el Bau-dó las tasas de homicidio son tan bajas: un pro-medio anual de dos por 100.000 habitantes, paraun período de casi treinta años, ha de ser una delas cifras menores del mundo. Para la próximaedición, escoja otro nombre”.

Yo no supe qué contestar. Estaba muy orgullo-so de las palabras que había escogido porque va-rios afrochocoanos me dijeron que Ombligado yAnanse les hacían vibrar su identidad. A casi to-dos ellos les curaron la herida que deja el ombligoal caerse mediante polvos preparados con partesde aquel animal, planta o mineral cuyas cualida-des sus padres aspiraban a ver realizadas en ellos,una vez fueran adultos.

También, casi todos conservan sus ombligosy los veneran en los pueblos donde nacieron. Esosombligos son las palmeras o árboles que el díadel alumbramiento sus madres plantaron juntocon la placenta en la cual ellos venían envueltos.Y por si fuera poco, Ananse o Anancy es un hé-roe mítico que aún veneran por autosuficiente,embaucador, anárquico, travieso e insumiso, gra-cias a cuya astucia triunfa sobre seres de mayortamaño y poder.

Sin embargo, también es usual que los invadaun rictus de rabia, después de haber leído el pri-mer capítulo. Entonces, se preguntan: “¿Por quéni en la escuela, ni en el colegio, ni en la universi-dad nos enseñan que las ombligadas, los ombli-gos y las historias de Ananse también existen enSan Andrés y Providencia, Jamaica, Limón (CostaRica), Surinam y Ghana, Togo y Costa de Marfil,en el África centrooccidental?”.

Del desencaje por la ira, es posible pasar a laslágrimas, como le sucedió a una maestra quibdo-seña después de escucharle al académico marfile-ño Albert Dagó Dadié la conferencia Ananse, elhilo y el ombligo. Ella había venido para participaren el Tercer Encuentro Internacional de la Expre-sión Cultural Negra que auspició la Fundación Co-lombia Negra entre el 12 y el 19 de octubre de1999. No se les había pasado por la mente que unafricano pudiera haber recorrido las mejores uni-versidades europeas, ni que además estuviera tanorgulloso de pertenecer a la etnonación de losbaulés, primos de ashantis, fantis, añis y demásmiembros de la familia akán.

El centro del universo

Hace un año estuve en la casa de Dago Dadiéen Adidján, la capital de Costa de Marfil. Me per-mitió asomarme a su mundo mostrándome el tro-no que le corresponde a su jerarquía elevada yexplicándome el sentido de las tallas que lo ador-nan. También sacó una túnica imperial blanca,hecha al modo kente de los ashantis, en cuyo cen-tro se cruzaban dos rectángulos, formando untercero, dentro del cual se leía la palabra Dadié.“Somos el centro del universo”, dijo sin modestia.

En ese diciembre de 1998, nos encontrábamosen el Segundo Coloquio de Estudios Afroiberoame-ricanos que auspiciaron las universidades de Alca-lá de Henares (España) y de Cocodí (Costa de Mar-fil), a propósito de los efectos de la globalizaciónsobre africanidad y africanía. Fue a partir de esa

El antropólogo colombianoteje en esta historia los

mitos que mantienen aúnvivo el cordón umbilical

que une a las culturas deorigen africano.

La forma más perversade hegemonía culturaly económica consisteen la violencia ydesplazamientoforzado a las cualesson sometidaspoblacionesafrodescendientescomo las del bajoAtrato.

Jaime ArochaProfesorFacultad de Ciencias Humanas

reunión, cuando a Dago Dadié se le agudizó elinterés por las historias de Ananse.

Como muchos intelectuales africanos, él sepreocupa por averiguar de la existencia actual delos descendientes de quienes fueron cautivados enÁfrica y esclavizados en América. Por eso ha ido aCuba, donde le han sorprendido las pervivenciasde los pueblos yorubás y bantúes. No obstante,había oído poco de la akaniad en América.

Después de leer acerca de las ombligadas delChocó, me dijo: “quiero conocer tu país”, y se pusoa preguntarle sobre ombligos y arañas míticas alhistoriador Bolo Bi Kouahi y a su primo BernardDadié, uno de los grandes novelistas africanos,entre otros conocedores de una deidad tan auto-sufuciente que va tejiendo su casa con un hilo quesaca de su ombligo.

De ahí que en su primera visita a Colombia,Dago explicara por qué las arañas y las telas quetejen son tan importantes: ”Según el mercaderesclavista danés Römer, que vivió en el fortín deChristianborg en Accra entre 1739 y 1749, habíaentre los nativos de la Costa de Oro un personajede cuentos llamado Nannj. Este Nannj era una granaraña a quien Dios le encargó tejer las telas quedebían servir para fabricar hombres. Así lo hizo,pero los hombres se volvieron ingratos con él. Conla poca tela que le quedaba hizo un hombre máspequeño que los demás, a quien dio el nombre deNannj. Esta última criatura de Dios, nutrida e ins-truida por la araña, se volvió el héroe de los cuen-tos akán“.

Por si fuera poco, también narraría cómo Anan-se se roba la sabiduría, para entregársela a loshumanos: Nyamien, el dios todopoderoso mante-nía el conocimiento guardado en un cántaro queescondía en una habitación, de cuya hasta enton-ces legendaria invulnerabilidad dieron buena cuen-ta la perseverancia y los trucos de Ananse.

A la maestra la conmovió el recuerdo de his-torias parecidas que había oído desde niña en elChocó, y al final de la conferencia abrazaba aDago Dadié, con lágrimas en los ojos, aturdida aldescubrir el tamaño de la familia a la cual ahorasentía pertenecer.

Por el mito de la araña astuta

El africano también estaba conmovido. Comopocas veces, creía que el fortalecimiento de aka-nidad, yorubidad y bantuidad en ambos lados delAtlántico tiene que dar origen a solidaridades di-sidentes que permitan enfrentar una globaliza-

ción que el Norte vende como panacea para re-solver los males del Sur, cuando más bien quizássea la forma más perversa de hegemonía culturaly económica.

Hoy Dago Dadié entiende que parte de tal he-gemonía consiste en las nuevas formas de violen-cia y desplazamiento forzado a las cuales son so-metidas poblaciones afrodescendientes como lasdel bajo Atrato. También, que muchas de esas per-sonas -por ser Ombligados de Ananse- formanparte de la familia akán a la cual él pertenece.

Esa nueva conciencia facilitará el que DagoDadié busque adherentes de la petición que va-rios intelectuales colombianos le dirigieron a KoffiAnán, Secretario General de la Organización delas Naciones Unidas, para que sus organismos devigilancia de derechos humanos y derecho inter-nacional humanitario tengan una presencia másenfática en nuestro país.

Los firmantes de la solicitud, entre quienes seencuentra quien objetó el título de mi libro, consi-deran que de no haber un mayor arbitraje inter-nacional, las maquinarias de la guerra persistiránen su disputa por el dominio de territorios comolos del litoral Pacífico, a costa del porvenir de lapoblación civil.

Por las búsquedas de Dago Dadié retendré mitítulo. Por las dudas de mi colega haré más énfa-sis en que la materia prima del mito de la arañaastuta y del rito para hermanarse con ella, es lamisma de la de aquellas soluciones al conflictointerétnico responsables de unas tasas de homi-cidio tan bajas.

Arañas,ombligos

y paz

La División de Bibliotecas de la Universidad Nacionalofrece el servicio de consulta mediante conexión vía Internet o red local, decatálogo y bases de datos en CD Room desde cualquier lugar del campus o delpaís a través de la página http://servelib.biblos.unal.edu.co En esta direcciónse puede tener acceso a la biblioteca central y a las 20 bibliotecas especializa-das. El catálogo permite consultar más de 120.000 títulos y 300 bases dedatos que incorporan resúmenes o textos completos de revistas especializadas.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE JAIME AROCHA

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ÚLTIMA

Representaciones Paralelas

I-ECO INSTITUTO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN

HUMOR

Aguacates con genes de conejo para in-crementar la reproducción, ratas con genesde vaca para la reproducción de leche de vaca,plátano adiposo con genes de cerdo o cerealespara cultivos en tierra fría o gran resitencia a cam-bios climáticos, y otra gran variedad de alimen-tos transgénicos recrean nuestra variada gastro-nomía colombiana. En la actualidad todos losesfuerzos se condensan en el perfeccionamientode la tecnología biogenética, que cuenta con lasgrandes potencias e instituciones internaciona-les como la ONU, desarrollando por medio de laFAO planes y programas destinados a incremen-tar la industria productora de organismos vivosmanipulados genéticamente.

J. Craig Venter, bioingeniero experto en ADN,construyó la bacteria Mycoplasma Genitalium, ycon ella, el minúsculo prototipo Polyticum, Detri-tibus, que llenó de espanto y alegría, a un mismotiempo, a la comunidad científica, ya que apare-ció ante sus ojos una nueva y fascinante realidad,ubicada más allá de nuestras limitadas percepcio-nes físicas y políticas: el descubrimiento de otrosuniversos políticos, lo que constituye un auténticocataclismo en nuestros conceptos ideológicos.

Por medio del Polyticum Detritibus se puedenpotencializar aún más los engendros políticos co-lombianos. Las combinaciones genéticas son im-predecibles: genes del Pollo Ideológico de Alfon-so López mezclados con los del Hombre Elefan-te, genes con cuotas burocráticas con genes queincentiven el fervor patriótico, genes de la arro-gancia e ignorancia del emperador autista congenes de nuevos delfines, el poderosísimo micro-gen microcerebral Turbay con los genes de lasONG para hacerse ricos captando recursos de in-genuas y altruistas instituciones internacionales,o genes de la Narcogestión mezclados con genesdel discurso de la paz. Podemos así participar denuevas variedades políticas y clientelistas contralas que no exista ninguna defensa, ya que se creangenes resitentes a virus tales como la libertad, laequidad o el respeto. Por otra parte, estas varie-dades genéticas pueden dar lugar a nuevas razaspolíticas más agresivas y peligrosas, y con losgenes que repelen las malas hierbas que puedenocasionar superpartidos políticos sin que insec-tos como la opinión o toxinas como el librepen-samiento puedan contrarrestar estos políticos al-terados transgénicamente.

Aunque se consiga prohibir éstas y otras po-sibilidades transgénicas, nada impedirá que se im-porten de otros países. Tan solo imagíneselo: ge-nes de Clintoris con genes del rey caribeño ChávezI de Venezuela. Hoy podemos haber consumido,sin saberlo, noticias manipuladas genéticamen-te, con lo que habremos expuesto nuestro orga-nismo a estafilopolíticos contra los que no sirveningún tipo de pesticida ni fungicida. Estos culti-vos políticos más resistentes a los movimientospopulares aumentarán el uso de los mismos, asícomo el costo de los impuestos en el territoriocolombiano.

Políticosmodificadosgenéticamenteya estánen nuestra mesa

Dirigentes transgénicos

Jorge González VillaEspecial de La Bagatelapara U.N. Periódico

A COLOMBIAPOR EL FIN DEL MILENIO

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA