2 El Transcurso Del Tiempo en El Proceso Penal - Listo

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EL TRANSCURSO DEL TIEMPO EN EL PROCESO PENAL: HACIA UNA REDEFINICION DEL PLAZO RAZONABLE. “En el presente trabajo el autor analiza el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, determinando su naturaleza de Derecho Humano, para luego delimitar su contenido esencial; cuestionando la postura de la doctrina que señala que el plazo razonable es un concepto indeterminado, proponiendo que el mismo debe ser un plazo legal, taxativamente regulado, para a partir de dicha vulneración, determinar la consecuencia jurídica que deberá enfrentar el Estado: El sobreseimiento del proceso por vencimiento del plazo máximo”. PALABRAS CLAVE: Tiempo. Plazo Razonable. Derecho Humano. Estado de Derecho. Legitimidad. Plazo Legal. Dilaciones Indebidas. Consecuencias Jurídicas. SUMARIO: I.- A MODO DE INTRODUCCION. II.- EL DERECHO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE COMO DERECHO HUMANO. III. EL DERECHO HUMANO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE. IV. COMPUTO DEL PLAZO RAZONABLE. V. CRÍTICA A LA DOCTRINA DEL “NO PLAZO”. VI. FUNDAMENTOS PARA CONSIDERAR UN PLAZO MÁXIMO DE DURACIÓN DEL PROCESO PENAL. VII. CONSECUENCIAS PARA LA VIOLACIÓN DEL PLAZO RAZONABLE. VIII. CONCLUSIONES. Roger Renato Vargas Ysla Abogado con Maestría en Derecho Penal y Procesal Penal. Colaborador en la publicación de artículos en materia penal y procesal penal de la revista jurídica “Vox Iudex”, de la Corte Superior de Justicia de La Libertad. Ex asistente de Causas Jurisdiccionales de las Salas Penales de Apelación de la Corte Superior de Justicia de La Libertad. Fiscal Adjunto Provincial Penal Titular.

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“En el presente trabajo el autor analiza el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, determinando su naturaleza de Derecho Humano, para luego delimitar su contenido esencial; cuestionando la postura de la doctrina que señala que el plazo razonable es un concepto indeterminado, proponiendo que el mismo debe ser un plazo legal, taxativamente regulado, para a partir de dicha vulneración, determinar la consecuencia jurídica que deberá enfrentar el Estado: El sobreseimiento del proceso por vencimiento del plazo máximo”.

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EL TRANSCURSO DEL TIEMPO EN EL PROCESO PENAL: PLAZO RAZONABLE, PRESCRIPCION Y CADUCIDAD

EL TRANSCURSO DEL TIEMPO EN EL PROCESO PENAL: HACIA UNA REDEFINICION DEL PLAZO RAZONABLE.

En el presente trabajo el autor analiza el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, determinando su naturaleza de Derecho Humano, para luego delimitar su contenido esencial; cuestionando la postura de la doctrina que seala que el plazo razonable es un concepto indeterminado, proponiendo que el mismo debe ser un plazo legal, taxativamente regulado, para a partir de dicha vulneracin, determinar la consecuencia jurdica que deber enfrentar el Estado: El sobreseimiento del proceso por vencimiento del plazo mximo.PALABRAS CLAVE: Tiempo. Plazo Razonable. Derecho Humano. Estado de Derecho. Legitimidad. Plazo Legal. Dilaciones Indebidas. Consecuencias Jurdicas. SUMARIO:I.- A MODO DE INTRODUCCION. II.- EL DERECHO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE COMO DERECHO HUMANO. III. EL DERECHO HUMANO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE. IV. COMPUTO DEL PLAZO RAZONABLE. V. CRTICA A LA DOCTRINA DEL NO PLAZO. VI. FUNDAMENTOS PARA CONSIDERAR UN PLAZO MXIMO DE DURACIN DEL PROCESO PENAL. VII. CONSECUENCIAS PARA LA VIOLACIN DEL PLAZO RAZONABLE. VIII. CONCLUSIONES.

Roger Renato Vargas Ysla(I.- A MODO DE INTRODUCCION.((El tiempo, es un factor muy preponderante en las sociedades modernas, por cuanto constituye un elemento regulador en nuestras vidas. As por ejemplo el tiempo rige nuestra jornada laboral, nuestras vacaciones, nuestras horas de descanso, nuestros ahorros en el banco, nuestras transacciones comerciales, y hasta el momento que dedicamos a nuestros seres queridos. Por ello, siempre encontramos un comn denominador (el trmino) cuando hablamos de tiempo, pues este siempre transcurre entre un trmino inicial y un trmino final, con lo que se da nacimiento al plazo, entendindolo como el lapso de tiempo transcurrido, entre el trmino inicial y el trmino final, verbigratia nuestro plazo de vida ser el tiempo transcurrido desde nuestro nacimiento hasta el da de nuestro deceso.

Este fenmeno del transcurso del tiempo que es tan comn en nuestra vida diaria, no es indiferente para el proceso penal, ya que al ser un conjunto de actos procesales coherentes, lgicos y sistemticos, pues estos tambin tienen un tiempo que rige su existencia, lo que se viene a configurar como su plazo. En efecto, tiempo y derecho se vinculan en el proceso, ya que este no es ms que la sucesin de actos que se dan en el transcurso del tiempo. En consecuencia, si el proceso penal es una sucesin de actos en el tiempo, y estos tienen al tiempo como a uno de sus elementos constitutivos bsicos, el tiempo pasa a ser tambin componente fundamental del proceso como conjunto. En este sentido, el proceso penal en todo contexto y legislacin es algo efmero, pasajero y provisional, que no fue creado para mantenerse prolongado ad infinitum en el tiempo, sino por el contrario cuenta con etapas y grados (previamente delimitados por la ley procesal), a los que, por desarrollarse en el tiempo, se les asigna un plazo mximo de duracin, lo que implicara la imposicin de consecuencias procesales, para la realizacin de cualquier acto procesal fuera de su plazo legal. Llevando esta reflexin sobre el tiempo y proceso penal a nuestra realidad jurdica -social, se tiene que los resultados no son muy alentadores pues el retardo en la administracin de justicia es una realidad palpable dentro de la sociedad peruana (otros pases no son la excepcin), escuchndose el clamor popular de los justiciables en doble sentido. Por un lado, las exigencias de los agraviados o perjudicados por la comisin de un ilcito penal, quienes buscan obtener una justicia rpida, oportuna y eficaz a sus problemas; y por otro, se encuentra el procesado quien busca que por el transcurso del tiempo sus derechos no se vean limitados de manera prolongada e indefinida por parte del Estado. Pues como se ve, el transcurso del tiempo en el proceso penal tiene doble implicancia, una para los agraviados y otra para los procesados, pero la misma finalidad para ambos: que el conflicto (formalizado) sea resuelto tan pronto como sea posible.Por ello, uno de los problemas ms importantes al que se enfrenta el derecho procesal penal en la actualidad es el de la duracin del enjuiciamiento, lo cual equivale a la duracin de la neutralizacin del principio de inocencia que, como es evidente, debera ser breve, de modo que en el menor tiempo posible o bien el estado de inocencia, frente al hecho, quede consolidado definitivamente por la clausura del proceso a favor del imputado y terminen las molestias judiciales, o bien quede suprimido, tambin definitivamente, por la declaracin firme de la necesidad y del deber de imponer una condenacin al inculpado. Esta disfuncin de los sistemas judiciales por el retraso en la conclusin de los procesos pone en crisis toda legitimacin y todos los postulados del derecho procesal penal. En efecto, las graves restricciones de la libertad y todas las dems cargas y perjuicios que el proceso penal entraa para el inculpado y que deben ser sufridas por l pues la ley impone a todo sospechoso el llamado deber de soportar el proceso no pueden ser mantenidas, sin lesionar de modo intolerable el principio de inocencia, cuando la duracin del proceso sobrepasa el lmite de lo razonable. Toda la estructura instrumental del proceso penal est pensada para actuar en trminos relativamente rpidos y, si ello no se consigue la justificacin de sus poderes de intervencin en los derechos fundamentales, se deteriora y los daos que ocasiona se tornan irreparables. Bajo este escenario, comienza a regir en nuestro pas el Cdigo Procesal Penal del 2004 (en adelante CPP) promulgado mediante Decreto Legislativo N 957 y publicado en el Diario Oficial El Peruano el 29 de julio de 2004, y con l se impone el sistema acusatorio con tendencia adversarial, bajo el binomio de eficiencia garantismo, teniendo como estandarte de batalla a los principios de separacin de funciones, de contradiccin, publicidad, inmediacin y oralidad. Asimismo, con la entrada en vigencia del CPP tambin nacieron nuevas instituciones procesales penales tales como: la tutela, el control de actos de investigacin, la acusacin directa, la condena del absuelto, la libertad anticipada, el control de plazos, etc.; pero sin duda, una novedad saltante es que en este nuevo cuerpo procesal penal se haya regulado taxativamente el derecho a ser juzgado en un plazo razonable. Sin embargo, es una pena que dicha regulacin no haya sido muy ostentosa, pues se regulo conforme se venia trabajando en la jurisprudencia tradicional; es decir, se sigue considerando al plazo razonable como un concepto indeterminado, gobernado por la doctrina del no plazo, segn la cual, la vulneracin del derecho a ser juzgado en un plazo razonable, debe ser determinada, por los propios jueces, al terminar el proceso penal (anlisis global de la razonabilidad del plazo), quienes debern valorar ciertos criterios como la actividad procesal del interesado; la conducta de las autoridades judiciales, y la complejidad del asunto. Por el contrario, lo que se busca en el presente trabajo, es ofrecer una nueva ptica sobre el derecho a ser juzgado en un plazo razonable; en la cual se debe delimitar el contenido esencial del derecho al plazo razonable, as como ensayar la factibilidad de una regulacin legal (abstracta) del plazo razonable, y de la incorporacin de consecuencias procesales para cuando estemos frente a la vulneracin del referido derecho, ya que en la actualidad, el plazo razonable ni es un plazo legal, ni existe consecuencia procesal alguna ante su manifiesta vulneracin.En este sentido, se le invitara al lector a compartir algunas reflexiones y elucubraciones sobre si debe o no existir un plazo legal que regule el plazo mximo de duracin del proceso penal, para a partir de la violacin de dicho plazo, poder determinar la lesin al derecho a ser juzgado en un plazo razonable. Pero la reflexin, no termina ah, de constatarse la violacin al plazo razonable cual debera ser la consecuencia jurdica a aplicarse, si sancionatoria, compensatoria o procesal (sobreseimiento o nulidad); pues en la actualidad, muchos operadores jurdicos, en el da a da de su ejercicio profesional, invocan el derecho al plazo razonable, pero nada dicen de cmo determinaron su violacin y cul sera la sancin para dicha violacin, pues como cualquier derecho fundamental, su violacin debera acarrear una consecuencia jurdica.Como se podr apreciar, la problemtica y controversias que surgen en el tratamiento y aplicacin del plazo razonable son muchas, avivndose aun ms el debate debido a las sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional y las Cortes Internacionales sobre Derechos Humanos, todo lo que ser materia de anlisis en el presente trabajo.

II.- EL DERECHO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE COMO DERECHO HUMANO. A efectos de poder determinar la naturaleza de derecho humano del derecho a ser juzgado en un plazo razonable, previamente describiremos que se entiende por derecho humano. En este sentido, cuando hablamos de la palabra derecho hacemos hincapi en un poder o facultad de actuar, un permiso para obrar en un determinado sentido o para exigir una conducta de otro sujeto. Son llamados humanos porque son del hombre, de la persona humana, de cada uno de nosotros. El hombre es el nico destinatario de estos derechos. Por ende, reclaman reconocimiento, respeto, tutela y promocin de parte de todos, y especialmente de la autoridad. En sntesis, son aquellas exigencias que brotan de la propia condicin natural del hombre. En efecto, encuentran su fundamento en la dignidad de la persona humana. Los derechos humanos se fundamentan en la naturaleza humana, tales derechos le son inherentes al hombre en cuanto tal, en cuanto tiene naturaleza, esencia de tal. La naturaleza humana otorga titularidad a estos derechos universales, inviolables e irrenunciables; por lo tanto, al encontrar all su fundamentacin, deducimos que no pertenecen al hombre por una disposicin estatal, sino que le pertenecen por el solo hecho de ser persona humana. Por tanto su tutela corresponde a cada hombre, al Estado y a la comunidad internacional. Luego, si materialmente estamos analizando el hecho de que un hombre que enfrenta un proceso penal, permanezca restringido o limitado en sus derechos (el proceso penal en s mismo es coercin y la coercin implica restriccin), ms all de lo razonable, prolongndose ad infinitum su estado de sospecha (con las implicancias que ello genera), es inevitable que se produzca una afectacin en su naturaleza humana; es decir inevitablemente, la prolongacin indefinida del proceso penal, le vulnerara su dignidad humana. Asimismo, al ser un derecho humano, su proteccin no solo queda encomendada a la legislacin interna de los pases, sino por el contrario, se encuentra universalmente reconocido y protegido por los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos.

En este sentido, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos contienen preceptos donde se sealan claramente que el proceso penal no puede quedar indefinidamente abierto, lo que constituye una derivacin elemental del deber de respeto a la dignidad de la persona, a la que no puede exigrsele que soporte ms all de ciertos lmites temporales y razonables la situacin aflictiva y la restriccin de derechos inherentes al encausamiento criminal. A este respecto, el artculo 6, inciso 1, del Convenio Europeo para la Proteccin de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (CEDH) prescribe que: toda persona tiene derecho a que su causa sea oda () dentro de un plazo razonable. Asimismo, la Convencin Americana sobre Derechos Humanos en su artculo 7, apartado 6, prescribe que: Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que ste decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o detencin y ordene su libertad si el arresto o la detencin fueran ilegales (); luego en su artculo 8, apartado uno, establece que: Toda persona tiene derecho a ser oda, con las debidas garantas y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciacin de cualquier acusacin penal formulada contra ella. Por otro lado, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos en su artculo 9, inciso 3, prescribe que: Toda persona detenida o presa a causa de una infraccin penal ser llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendr derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad. La prisin preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad podr estar subordinada a garantas que aseguren la comparecencia de acusado en el acto del juicio, o en cualquier otro momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la ejecucin del fallo". Luego, en el artculo 14, apartado 3, pargrafo C se establece el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas, prescribiendo que: Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendr derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantas mnimas: C) A ser juzgado sin dilaciones indebidas. Conocido es tambin que los derechos fundamentales tienen una connotacin moral y axiolgica (dignidad humana + positividad), pero que llevados al reconocimiento supranacional por los tratados internacionales, a cuya proteccin y reconocimiento se comprometen los Estados contratantes, los convierte en derechos humanos.

Pero, por que arribamos a esa conclusin?. Fcil, el derecho de los justiciables a ser juzgados en un plazo razonable no cuenta actualmente con reconocimiento expreso o directo en la Constitucin Poltica del Per de 1993, por lo que se podra pensar que no cuenta con respaldo constitucional. Sin embargo, estando a lo anteriormente explicado, y en base a que el catalogo de derechos plasmados en la Constitucin Poltica del Per es numerus apertus, por tal motivo la incorporacin e interpretacin de los mismos, debe ser de acuerdo a los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, en base a lo dispuesto por la Cuarta Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin Poltica.

En este sentido, el Tribunal Constitucional Peruano ha establecido que el derecho internacional de los derechos humanos forman parte de nuestro ordenamiento jurdico y, que por lo tanto: "son Derecho vlido, eficaz y, en consecuencia, inmediatamente aplicable al interior del Estado". Asimismo, debe precisarse que los tratados internacionales sobre derechos humanos y los derechos que ellos regulan forman parte del bloque de constitucionalidad. En efecto, el bloque de constitucionalidad obliga a interpretar los alcances del nuevo proceso penal a partir de las garantas fundamentales previstas no slo en la Constitucin sino tambin en muchos tratados de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, con lo cual no slo constitucionaliza el procedimiento penal sino que obliga a analizarlo desde una perspectiva de derechos humanos.

Esta situacin normativa aparentemente paradjica se explica porque las constituciones no son cdigos totalmente cerrados, ya que los textos constitucionales suelen hacer remisiones, expresas o tcitas, a otras reglas y principios, que sin estar en la constitucin, tienen relevancia en la prctica constitucional en la medida en que la propia constitucin establece que esas otras normas tienen una suerte de valor constitucional. Los casos ms evidentes son aquellos ordenamientos en donde la constitucin expresamente seala que, por ejemplo, ciertos tratados de derechos humanos tienen rango constitucional, tal y como lo hacen varias constituciones latinoamericanas, y en especial como lo prescribe la nuestra a travs de la Cuarta Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin Poltica.

Este hecho muestra entonces que en muchos ordenamientos jurdicos existen derechos o principios que no se encuentran directamente en el texto constitucional, pero que, por expreso mandato constitucional, tienen rango constitucional. El bloque de constitucionalidad es entonces un intento por sistematizar jurdicamente ese fenmeno, segn el cual las normas materialmente constitucionales -esto es, con fuerza constitucional- son ms numerosas que aquellas que son formalmente constitucionales -esto es, aquellas que son expresamente mencionadas por el articulado constitucional -. Por ende, el bloque de constitucionalidad es compatible con la idea de constitucin escrita y con la supremaca de la misma por cuanto es por mandato de la propia constitucin que normas que no hacen parte de su articulado comparten empero su misma fuerza normativa, puesto que la propia Carta, como fuente suprema del ordenamiento, as lo ha ordenado.

Por tanto, la existencia del bloque de constitucionalidad adquiere entonces una gran importancia para todos los operadores jurdicos en aquellos ordenamientos, en donde la Constitucin tiene fuerza normativa. En efecto, esta nocin ampla los trminos del debate constitucional, pues significa que los mandatos constitucionales que se deben tener en cuenta para resolver una controversia judicial no son exclusivamente los artculos de la constitucin, ya que otras disposiciones y principios pueden tener tambin relevancia para decidir esos asuntos. Esto significa en un plano ms concreto que los Derechos Humanos enunciados en los tratados que conforman nuestro ordenamiento vinculan a los poderes pblicos y, dentro de ellos, ciertamente, al legislador. Con todo, el derecho a ser juzgado en un plazo razonable si bien es cierto no esta taxativamente regulado en la Constitucin Poltica del Per, eso no lo desvincula o niega su carcter de Derecho Humano que le otorgan las diversas convenciones internacionales sobre Derechos Humanos.

Concluyendo, justamente la naturaleza de Derecho Humano del plazo razonable, lo hace un derecho autnomo, frente a los dems, por cuanto tiene contenido propio y se encuentra regulado y reconocido en instrumentos internacionales que lo dotan de fuerza normativa. Sin embargo, el Tribunal Constitucional al abordar el derecho a ser juzgado en un plazo razonable ha sealado que: "El derecho a ser juzgado en un plazo razonable constituye una manifestacin implcita del derecho al debido proceso (artculo 139, inciso 3 de la Constitucin), y goza de reconocimiento expreso en el artculo 14, inciso 3.c de Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos...; y en el artculo 8, inciso 1 de la Convencin Americana de Derechos Humanos. Por tanto, olvida el Tribunal Constitucional que por el hecho de que un derecho fundamental no se encuentre taxativamente prescrito en la Constitucin, no quiere decir que se le va a buscar fundamento en otros derechos (debido proceso o tutela jurisdiccional efectiva) que si se encuentran literalmente regulados en ella; pues se debe entender que la Constitucin no se agota en su articulado; sino por el contrario, se debe tener en cuenta al bloque de constitucionalidad; es decir, se debe recurrir a las normas constitucionales que no aparecen directamente en el texto constitucional. Qu significa eso? Algo que es muy simple pero que al mismo tiempo tiene consecuencias jurdicas y polticas complejas: que una constitucin puede ser normativamente algo ms que el propio texto constitucional, esto es, que las normas constitucionales, o al menos supralegales, pueden ser ms numerosas que aquellas que pueden encontrarse en el articulado de la constitucin escrita. En consecuencia, a partir de la Cuarta Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin Poltica del Per, y del bloque de constitucionalidad, se incorpora al derecho nacional a los Tratados sobre Derechos Humanos, los cuales si regulan taxativamente al derecho a ser juzgado en un plazo razonable, otorgndole existencia y autonoma propia. III. EL DERECHO HUMANO A SER JUZGADO DENTRO DE UN PLAZO RAZONABLE.

Como se dijo en la parte introductoria del presente trabajo, el hecho de que existan dos trminos que establezcan el inicio del acto y su culminacin, hace que nazca lo que en el proceso se llama plazo. El plazo, es comprensivo de todo lapso para actuar, en consecuencia encierra un periodo de tiempo que puede durar horas, das, y el de la distancia, dependiendo del acto procesal. Asimismo, debe precisarse que la Corte Suprema ha establecido que existen tres clases de plazos: a) el plazo legal (establecido por la ley); b) el plazo convencional (establecido por mutuo acuerdo de las partes); c) el plazo judicial (sealado por el Juez en uso de sus facultades discrecionales); pero el plazo que nos interesa ahora analizar es el razonable. Se entiende que el proceso desarrolla y transcurre en un plazo, pero no en cualquier plazo, sino en uno que debe estar impregnado de razonabilidad. Luego, razonable es aquello que est de acuerdo con la razn, la lgica o la justicia; o tambin que es bastante o suficiente en calidad o en cantidad.

En consecuencia, conjugando ambos significados se tiene que plazo razonable es el reconocimiento de un Derecho Humano del inculpado a que su situacin frente a la ley penal y la sociedad sea definida en el menor tiempo posible por la innegable restriccin de derechos que supone estar sometido a persecucin penal por el Estado. El derecho a ser juzgado en un plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan largo tiempo bajo acusacin y asegurar que sta se decida prontamente. Por el plazo razonable se asegura que el proceso debe finalizar definitivamente dentro de un plazo que asegure un enjuiciamiento expeditivo; pues el proceso penal tiene como componentes existenciales a los principios de celeridad y economa procesal, cuya naturaleza es hacer dinmico y expeditivo al proceso penal, a efectos de que este alcance sus fines de manera pronta y oportuna, sin prolongar la angustia y sufrimiento de los justiciables mas all de lo estrictamente necesario.

En efecto, el inters del Estado en resolver casos penales no puede contravenir la restriccin de los derechos fundamentales de una persona, ms all de lo razonable. El Estado debe probar la responsabilidad penal del imputado dentro de un plazo razonable para asegurar e institucionalizar la confianza en la imparcialidad procesal del sistema. El fundamento que respalda esta garanta es que ninguna persona puede ser objeto de sancin sin juicio previo, que incluye las etapas de investigacin preparatoria, intermedia y juicio oral. Todas estas etapas deben cumplirse dentro de un plazo razonable. Este lmite de tiempo tiene como objetivo proteger a los derechos fundamentales del acusado, especficamente, en lo que se refiere a su derecho bsico de libertad personal y presuncin de inocencia, frente a la posibilidad de que sea objeto de un proceso indefinidamente prolongado e injustificado en el tiempo. Resumiendo, es el reconocimiento del derecho que tiene toda persona a liberarse del estado de sospecha que importa la acusacin de haber cometido un delito, mediante una sentencia que establezca, de una vez para siempre, su situacin frente a la ley penal, en forma definitiva, pronta y oportuna.

En igual sentido, el maestro argentino Daniel Pastor, para quien "el plazo razonable, quiere decir que todo proceso mismo, como conjunto mximo de la actividad procesal, debe (slo puede) ser realizado dentro del tiempo fijado como razonable. Dicho de otra manera, el plazo razonable es aquel perodo nicamente dentro del cual puede ser llevado a cabo un proceso penal adecuado al Estado de derecho". Ms adelante seala el mismo autor, que "el plazo razonable es un derecho fundamental del acusado que no est previsto para ordenar la secuencia armoniosa y ordenada del procedimiento, sino para garantizar que l no sufrir la incertidumbre del proceso ms all de un tiempo aceptable. Por ello, el plazo razonable debe ser regulado por la ley, como lapso mximo total posible del proceso, con total independencia y con carcter preciso, fatal e improrrogable".

Luego, en el aspecto normativo, una preocupacin ms intensa sobre el derecho fundamental a la pronta conclusin del proceso penal slo tuvo ocasin de dar frutos despus de la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la actividad de los tratados internacionales de derechos humanos de esa poca que pretenden, frente al horror de los Estados totalitarios nazi y fascista, afianzar el Estado constitucional de derecho y hacer realidad la pretensin de universalidad de los derechos fundamentales perseguida ya por la Declaracin Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. En efecto, a pesar de que, como ya fue mencionado, los lamentos son antiguos, el problema de la excesiva duracin del proceso slo fue objeto de una regulacin jurdica positiva especfica y decidida despus de 1945, cuando en los catlogos de los derechos fundamentales fueron incluidos, junto a las garantas bsicas burguesas ya consolidadas, tambin unos derechos bsicos, llamados de "segunda generacin", tendentes a reconocer la transformacin de las expectativas jurdicas de los individuos, derivada del desarrollo de nuevas formas de relacin entre estos y el Estado. As, si bien la Declaracin Universal de los Derechos Humanos de 1948 (DUDH) no consider entre ellos el derecho a un juicio rpido, s se ocup expresamente de la cuestin, ese mismo ao, la Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, cuyo art. XXV establece que "todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho [...] a ser juzgado sin dilacin injustificada".

El Convenio Europeo para la Proteccin de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales de 1950 (CEDH) es el primero de estos tratados internacionales que establece este derecho bajo la frmula ms usual del plazo razonable: "toda persona tiene derecho a que su causa sea oda de manera equitativa, pblicamente y en un plazo razonable por un tribunal independiente e imparcial, establecido por la ley, que decidir sobre sus derechos y obligaciones de carcter civil, o bien sobre el fundamento de toda acusacin penal dirigida contra sta" (art. 6.1). Luego, en 1966, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos de la ONU (PIDCP: en vigor desde 1976) regul, tambin en dos oportunidades, este derecho bsico del imputado. En primer lugar, en el art. 9.3, al referirse a los derechos de quien est privado de su libertad provisionalmente, se estableci que toda persona detenida "tendr derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable". En segundo lugar, en el art. 14.3.c se recurri a otra frmula para regular el mismo derecho de la persona acusada: "ser juzgada sin dilaciones indebidas". La Convencin Americana sobre Derechos Humanos (CADH), dada en San Jos de Costa Rica en 1968 y en vigor desde 1978, sigui textualmente en esta materia, como en casi todas, el modelo europeo. En efecto, en el art. 7.5 se establece que "toda persona detenida o retenida [...] tendr derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable". A su vez, y con ms precisin, el art. 8.1 dispone que "toda persona tiene derecho a ser oda, con las debidas garantas y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciacin de cualquier acusacin penal formulada contra ella".

Por lo dems, cabe mencionar que son numerosos los rdenes constitucionales del derecho comparado que incluyen al juicio penal rpido expresamente entre los derechos de la persona sometida a persecucin penal. As, p. ej., la Constitucin de Canad establece que toda persona acusada de delito tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable (art. 11.b); la Constitucin de Mxico prescribe plazos de entre cuatro meses y un ao como mximos para la duracin de los procesos penales (art. 20 VIII); segn la Constitucin de Japn el acusado tiene derecho a un juicio rpido y pblico ante un tribunal imparcial (art. 37); la Constitucin de Portugal dispone que el acusado debe ser juzgado tan rpidamente como ello sea compatible con la salvaguarda del ejercicio de su defensa (art. 32.2); la Constitucin Espaola otorga a todas las personas el derecho a un proceso pblico sin dilaciones indebidas (art. 24.2); la Constitucin de EE.UU., en su Sexta Enmienda otorga el derecho a un juicio rpido; por ltimo, segn una reforma reciente, la Constitucin Italiana sostiene que la ley debe asegurar la duracin razonable del proceso (art. 111). Segn Daniel Pastor, () algunos catlogos de derechos fundamentales recurren a otra frmula, el derecho del imputado a ser juzgado sin dilaciones indebidas o injustificadas (as el art. XXV de la Declaracin Americana de los Derechos del Hombre (DADDH), de Bogot, 1948, el art. 14.3.c del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (PIDCP), de 1966 y la Constitucin Espaola de 1978, articulo 24.2. Asimismo, en la Sexta Enmienda de la Constitucin de EE.UU., se otorga el derecho a un juicio rpido y la Corte Suprema Argentina ha sealado que la Constitucin Nacional contiene, implcitamente y como derivacin del principio de inocencia, el derecho del imputado a obtener un pronunciamiento definitivo del modo ms rpido, sobre su situacin frente a la ley. Continua sealando el maestro Argentino que, en principio, estas diversas frmulas de regulacin de un mismo derecho son indistintas: por derecho a un proceso sin dilaciones indebidas no cabe entender concepto diferente al de que la causa sea oda, dentro de un plazo razonable. Sin embargo, se debe precisar que la expresin que, de entre todas las que resultan equivalentes, tiene la mejor factura tcnica, es la del derecho del acusado a ser juzgado dentro de un plazo razonable, pues ella, brinda, al menos en parte, una precisin insuperable al establecer la idea de plazo. En efecto, todo el proceso penal, como conjunto mximo de la actividad procesal, debe realizarse en un plazo fijado como razonable.

Por otro lado, respecto del plazo se han elaborado dos doctrinas: La doctrina del plazo en sentido estricto, en la que los autores que se adhieren a esta tesis entienden el plazo en sentido estricto. Por ello, el plazo es comprendido como la condicin de tiempo, prevista abstractamente por la ley, dentro de lo cual debe realizarse un acto procesal o un conjunto de ellos. Un plazo ser razonable siempre y cuando cumpla ese lapso de tiempo establecido en la ley. Por otro lado, la doctrina del no plazo, refiere que el plazo razonable no es un plazo en el sentido procesal penal, sino que es una indicacin para que, una vez concluido el proceso (anlisis global del procedimiento), los jueces evalen la duracin que tuvo el caso para estimar, segn una serie de criterios, si esa duracin fue razonable y, cuando no hubiese sido as, proceder a su compensacin. Para esta doctrina, el plazo razonable no se mide en das, semanas, meses, o aos, sino que se trata de un concepto jurdico indeterminado que debe ser evaluado por los jueces, caso por caso, (terminado el proceso) para saber si la duracin fue razonable.

Luego, al implantarse la doctrina del no plazo, como doctrina dominante, ante la imposibilidad de fijar el plazo razonable en un nmero determinado de tiempo que se pudiera expresar en un nmero de das o meses, (por constituir un concepto jurdico indeterminado), los propulsores de esta doctrina se encargaron de elaborar ciertos criterios que puedan servir de gua, para determinar cuando la duracin del proceso penal es irrazonable. En efecto, fue en el caso Wemhoff, en el que por primera vez se utilizaron criterios para determinar la razonabilidad del plazo. En este caso, que fue resuelto el 27 de junio de 1968, se discuta la excesiva duracin de la prisin preventiva, pero tambin la del proceso mismo, por la estrecha vinculacin entre ambas. La Comisin Europea de Derechos Humanos decidi elevar esta denuncia al Tribunal, a los fines que se expida sobre el alcance de la expresin razonable, y fue entonces cuando ide la doctrina de los siete criterios, de los cuales resultara la razonabilidad o no del plazo, los primeros tres relativos al de la detencin provisional y los ltimos cuatro referidos especficamente al tema que nos ocupa. Los mismos pueden resumirse de la siguiente manera: a) La duracin de la detencin en si misma; b) La duracin de la prisin preventiva con relacin a la naturaleza del delito, a la pena sealada y a la pena que debe esperarse en el caso de condena; c) Los efectos personales sobre el detenido; d) La conducta del imputado en cuanto haya podido influir en el retraso del proceso; e) Las dificultades para la investigacin del caso; f) La manera en que la investigacin ha sido conducida; y, g) La conducta de las autoridades judiciales.

Luego, la Comisin Interamericana de Derechos Humanos en el caso Jorge A. Gimnez v. Argentina ha sealado que: El tiempo razonable para la duracin del proceso, segn el artculo 8, debe medirse en relacin a una serie de factores tales como la complejidad del caso, la conducta del inculpado y la diligencia de las autoridades competentes en la conduccin del proceso. A diferencia del derecho establecido en el artculo 7.5, las consideraciones envueltas en la determinacin de la razonabilidad de la duracin del procedimiento son ms flexibles, por la razn obvia de que en el caso del artculo 7.5 el encarcelamiento del procesado afecta su derecho a la libertad personal. Por tanto, la Comisin Interamericana tambin hace mencin de ciertos criterios para determinar la razonabilidad del plazo de duracin del proceso penal.

Finalmente, el Tribunal Constitucional Peruano tambin ha considerado y desarrollado algunos de estos criterios tales como: 1) La complejidad del asunto; La complejidad del proceso penal tiene que determinarse en funcin de las circunstancias de jure y de facto del caso concreto, que a su vez, alternativamente, pueden estar compuestas por: a) el establecimiento y esclarecimiento de los hechos, los cuales pueden ser simples o complejos; b) el anlisis jurdico de los hechos por los cuales se inicia el proceso penal; c) la prueba de los hechos, la cual puede ser difcil, necesariamente prolongada o de complicada actuacin; y, d) la pluralidad de agraviados o inculpados, con sus respectivas defensas, entre otros elementos; 2) La actividad o conducta procesal del imputado, con relacin a este criterio, cabe destacar que sta puede ser determinante para la pronta resolucin del proceso o para su demora, en el caso que el imputado demuestre un comportamiento procesal obstruccionista o dilatorio. Por ello, para determinar si la conducta procesal del imputado ha contribuido a la demora en la resolucin del proceso penal, es necesario verificar si sta ha sido obstruccionista o dilatoria y si ha transcendido o influido en la resolucin de ste, para lo cual debe tenerse presente si ha hecho uso abusivo e innecesario de los instrumentos que la ley pone a su disposicin, bajo la forma de recursos o de otras figuras; y 3) La conducta de las autoridades judiciales, para evaluar la conducta o comportamiento de las autoridades judiciales es necesario tener presente: a) la insuficiencia o escasez de los tribunales; b) la complejidad del rgimen procesal; y c) si los actos procesales realizados han contribuido, o no, a la pronta resolucin del proceso penal. Como se aprecia, la doctrina del no plazo, esta muy arraigada en los mximos Tribunales que se afanan de ser los defensores de los derechos humanos, pero que sin embargo, no se atreven a dar ese paso que permita a los procesados por un delito, saber cundo terminara al fin su angustia e incertidumbre, propia de la coertio del proceso penal, y que el pronunciamiento final sobre su situacin jurdica no se vea prolongado en el tiempo de manera arbitraria e ilegitima.IV. COMPUTO DEL PLAZO RAZONABLE.

Si el derecho a ser juzgado en un plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan largo tiempo bajo acusacin y asegurar que sta se decida prontamente; entonces es inevitable admitir la existencia de un punto de partida y uno de llegada, dentro del cual el proceso penal debe alcanzar o cumplir con su finalidad. En efecto, el plazo transcurre entre el trmino inicial y el trmino final. Pero, Cules son esos trminos en el proceso penal?. En este sentido, una de las cuestiones que plantea el derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable es la de determinar los extremos dentro de los que transcurre el plazo razonable del proceso penal, es decir, el momento en que comienza (dies a quo) y el instante en que debe concluir (dies ad quem).

Con relacin al dies a quo del plazo razonable del proceso penal, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del Caso Surez Rosero vs. Ecuador, precis que el plazo comienza a computarse desde la fecha de la aprehensin del imputado (detencin judicial preventiva), por ser el primer acto del proceso penal. En tal sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos precis que: () En el presente caso, el primer acto del procedimiento lo constituye la aprehensin del seor Surez Rosero el 23 de junio de 1992 y, por lo tanto, a partir de ese momento debe comenzar a apreciarse el plazo. Complementando ello, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del Caso Tibi vs. Ecuador, de fecha 7 de septiembre de 2004, estableci que cuando no ha habido aprehensin del imputado, pero se halla en marcha un proceso penal, el dies a quo debe contarse a partir del momento en que la autoridad judicial toma conocimiento del caso. As, la Corte Interamericana de Derechos Humanos seal que: () La Corte se pronunci en el sentido de que, en materia penal, el plazo comienza en la fecha de la aprehensin del individuo. Cuando no es aplicable esta medida, pero se halla en marcha un proceso penal, dicho plazo debiera contarse a partir del momento en que la autoridad judicial toma conocimiento del caso. En sentido similar, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en las sentencias de los Casos Eckle contra Alemania, de fecha 15 de julio de 1982, y Lpez Sole y Martn de Vargas contra Espaa, de fecha 28 de octubre de 2003, ha precisado que el dies a quo del plazo razonable del proceso penal empieza en el momento en que una persona se encuentra formalmente acusada o cuando las sospechas de las que es objeto tienen repercusiones importantes en su situacin jurdica, en razn a las medidas de coercin procesal adoptadas por las autoridades encargadas de perseguir los delitos. De otra parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del Caso Surez Rosero vs. Ecuador estableci que el proceso penal termina cuando se dicta sentencia definitiva y firme en el asunto, con lo cual se agota la jurisdiccin, y que dicho plazo debe comprender todo el procedimiento, incluyendo los recursos de instancia que pudieran eventualmente presentarse. En esta lnea, la Corte Interamericana de Derechos Humanos siguiendo la jurisprudencia del TEDH, precis que: () el proceso termina cuando se dicta sentencia definitiva y firme en el asunto, con lo cual se agota la jurisdiccin y que, particularmente en materia penal, dicho plazo debe comprender todo el procedimiento, incluyendo los recursos de instancia que pudieran eventualmente presentarse. Luego, una vez fijados los parmetros (dies a quo y dies ad quem) dentro de los cuales se debe apreciar la razonabilidad del plazo, los tericos del no plazo, sealaron que dicha razonabilidad, se debe apreciar en relacin con la duracin total del proceso penal que se desarrolla en contra de cierto imputado (anlisis global del procedimiento), hasta que se dicte sentencia definitiva y firme (dies ad quem), incluyendo los recursos de instancia que pudieran eventualmente presentarse. En este sentido tambin lo ha entendido la Corte Interamericana de Derechos Humanos al sealar que: La razonabilidad de dicho retraso se debe analizar de conformidad con el plazo razonable al que se refiere el artculo 8.1 de la Convencin, el cual se debe apreciar en relacin con la duracin total del procedimiento que se desarrolla hasta que se dicta sentencia definitiva. V. CRTICA A LA DOCTRINA DEL NO PLAZO.

Si bien es cierto, la postura del no plazo, es la teora seguida por la doctrina mayoritaria, siendo acogida incluso por los mximos Tribunales de proteccin de los Derechos Humanos; pues tambin lo es que, la conquista de todos y cada de los derechos fundamentales que ahora ostentamos son el resultado de una lucha ardua y constante (a veces blica y otras intelectual), de quienes nos percatamos que an en la sociedad de nuestro tiempo existen espacios en los cuales el Estado ejercita su poder penal, sin control alguno, en contra del poder constituyente (originario); en consecuencia, nace en nosotros la conviccin de que tal vaco de regulacin, respecto del plazo mximo de duracin del proceso penal, debe estar taxativamente regulado en la ley; de lo contrario, seria reconocer un derecho simblico o sin contenido, toda vez que tal como lo seala la teora del no plazo, el imputado tendr que esperar que termine todo el proceso penal (dure lo que dure), a efectos de que recin se proceda a evaluar si se ha vulnerado el derecho al plazo razonable (anlisis global), ya que al no existir realmente un plazo mximo, debidamente estipulado en la ley, simplemente tendr que esperar a que sus propios juzgadores (y quiz en muchos casos, los causantes de los retrasos) se dignen a evaluar los criterios y circunstancias propias del proceso para determinar si hubo o no vulneracin del derecho al plazo razonable. En consecuencia, para la doctrina del no plazo la determinacin de si se viol o no su contenido constitucionalmente protegido es un tema que slo puede obtenerse a partir del anlisis de los siguientes criterios: a) la actividad procesal del interesado; b) la conducta de las autoridades judiciales; y, c) la complejidad del asunto; los cuales fueron establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos Genie Lacayo y Surez Rosero al analizar el tema del plazo razonable del proceso; lo que me parece una postura arbitraria por cuanto, si uno de los criterios lo va a constituir la conducta de las autoridades judiciales, entonces, se les est otorgando la oportunidad de que dichos funcionarios del Estado, sean juez y parte a la vez. En efecto, la determinacin de la duracin razonable del proceso, no puede quedar librada abiertamente a la voluntad de los tribunales, como lo pretende tal interpretacin dominante. Muy por lo contrario, el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, exige que los ordenamientos jurdicos secundarios (reglamentarios de los derechos fundamentales) establezcan con precisin el plazo mximo de duracin del proceso penal y las consecuencias jurdicas que resultarn de su incumplimiento. Slo en caso de ausencia de esa regulacin legal obligatoria tendrn los jueces que asumir un papel activo, con el fin de que la ausencia de norma no obstaculice la efectividad del derecho. Por tanto, el plazo razonable de duracin del proceso penal deber ser fijado por la ley.Esta es la mayor crtica que se le puede hacer a la teora del no plazo, pues para esta teora el plazo razonable no es un plazo en el sentido procesal penal, es decir, no considera a dicha expresin como condicin de tiempo, prevista en abstracto por la ley, dentro de la cual y slo dentro de la cual debe ser realizado un acto procesal o un conjunto de ellos, sino como una indicacin para que, una vez concluido el proceso, los jueces evalen la duracin que tuvo el caso para estimar, segn una serie de criterios, si esa duracin fue o no razonable y, en caso de que no lo haya sido, compensarla de alguna manera. En consecuencia, no existe un parmetro objetivo, preciso y legal, para determinar en que momento el plazo razonable ha sido violado; por el contrario, solo se han elaborado ciertos criterios para luego de la evaluacin global del proceso, determinar si hubo violacin o no. Sin embargo, estos mismos criterios, no dan una respuesta efectiva al problema, ya que lo que se busca es que la violacin cese de una vez, y no que permanezca hasta que una evaluacin posterior determine si hubo violacin o no, ya que esto no seria mas que reconocer y prescribir un derecho vacio y sin contenido. Finalmente debo precisar que, la doctrina del no plazo, genera que al ser el juez penal quien deba evaluar o calificar si se violo o no el plazo razonable, sea l, y no el legislador, quien delimite el poder estatal, respecto a la duracin del proceso penal peruano, facultad que segn nuestra Carta Magna le esta asignada y reconocida a exclusividad a nuestro Poder Legislativo; pues son los legisladores quienes deben regular y delimitar hasta donde llega el poder del Estado, durante el transcurso del tiempo en un proceso penal. Luego, ello al ser un razonamiento arbitrario, por cuanto presenta una ambigedad que la hace apta tanto para proteger al imputado, como para avalar conductas estatales contrarias a tal proteccin, ya que partimos de la premisa que la intencin del legislador supranacional fue brindar una proteccin a la persona contra la cual se sigue un proceso penal, frente a la incertidumbre y angustia que la tramitacin del mismo acarrea; que al no establecerse criterios concretos de razonabilidad del plazo de duracin del proceso penal, no slo se vulnera la garanta constitucional objeto de anlisis, sino que se genera una situacin de inseguridad jurdica tampoco aceptable en un Estado de Derecho.VI. FUNDAMENTOS PARA CONSIDERAR UN PLAZO MXIMO DE DURACIN DEL PROCESO PENAL.Este punto se encuentra en relacin directa con el tema anterior. Entonces ante lo manifestado en la critica a la doctrina del no plazo cabe preguntarnos Cules serian los fundamentos para que el plazo razonable sea un plazo legal?. En primer lugar tendra que mencionar que si, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que regulan el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, no regularon en forma taxativa un determinado plazo legal de duracin del proceso penal; pues se debe a que materialmente es imposible que lo puedan hacer, ya que la realidad social, jurdica e idiosincrasia de cada uno de los pases miembros es distinta y muy variada; en consecuencia, correspondera a cada uno de los mismos, a partir de su propia realidad, y previos estudios, regular de manera concreta cual debe ser el plazo legal, para la duracin del proceso penal. En este sentido, algunos cuerpos normativos si han regulado taxativamente cual es el plazo de duracin del proceso penal, como por ejemplo la fraccin VII, del inciso b) del artculo 20 de la Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo texto dispone que toda persona tiene derecho a ser: () juzgada antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena mxima no exceda de dos aos de prisin, y antes de un ao si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa. Por otro lado, el Cdigo Procesal Penal de la Republica Dominicana en su artculo 148 (duracin mxima del proceso penal) ha prescrito que: La duracin mxima de todo proceso es de tres aos, contados a partir del inicio de la investigacin. Este plazo slo se puede extender por seis meses en caso de sentencia condenatoria, a los fines de permitir la tramitacin de los recursos. La duracin del proceso no puede superar el plazo previsto para la prescripcin de la accin penal, cuando este es inferior al mximo establecido en este artculo. Como se podr apreciar estos pases ya dieron los primeros pasos en cuanto a la regulacin del plazo mximo de duracin del proceso penal, y no por ello su ordenamiento jurdico interno se ha tornado arbitrario o ilegal, ni tampoco se han apartado de lo que exigen los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos; muy por el contrario, por un lado, han otorgado a su ordenamiento mayor seguridad jurdica para sus justiciables (algo que los dems pases debiramos aprender) y han ahuyentado la arbitrariedad del poder estatal; y por otro, son los pases que mejor cumplimiento le dan a los Tratados Internacionales, respecto del derecho a ser juzgado en un plazo razonable, por cuanto le brindan mejor proteccin.Asimismo, teniendo presente la posicin jurisprudencial de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Tribunal Constitucional, interpretando el inciso 1) del artculo 8 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, enfatiz que: () el derecho a un plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan durante largo tiempo bajo acusacin y asegurar que su tramitacin se realice prontamente. En consecuencia, el derecho a que el proceso tenga un lmite temporal entre su inicio y fin, forma parte del ncleo mnimo de derechos reconocido por el sistema internacional de proteccin de los derechos humanos, y, por tanto, no puede ser desconocido. Resumiendo, es deber de los Estados miembros de los Tratados sobre Derechos Humanos, regular taxativamente el plazo de duracin mxima del proceso penal, a efectos de no vulnerar el derecho a ser juzgado en un plazo razonable, atendiendo a sus propias realidades, posibilidades y medios con los que cuentan. Efectivamente, el hecho de que la duracin mxima del proceso penal no se encuentre taxativamente prescrita en la ley, es una vulneracin al principio de reserva de la ley penal, segn el cual toda la actividad estatal debe estar regulada (autorizada), pero tambin limitada por la ley; pues como se sabe, el proceso penal constituye una clara intervencin en los derechos o libertades del imputado, en consecuencia todo el poder estatal debe encontrarse debidamente limitado, e incluso temporalmente, pues no se puede dejar a merced de los juzgadores (Poder Judicial) que sean ellos, quienes tengan la facultad de decidir cuando le pondrn fin al poder estatal en el tiempo (y calificar de razonable o irrazonable un plazo), cuando el legitimado para ello, es el Parlamento, quien va principio de reserva de la ley debe regular cual es el lmite del poder del Estado en el tiempo, pues la Constitucin ha delegado en el legislador y no en los jueces, la determinacin precisa de las medidas que limitan los derechos individuales.

La opinin dominante en materia de plazo razonable, en cuanto delega en los jueces la determinacin de su extensin y consecuencias, viola tambin el principio de la divisin de poderes de modo evidente y segn ya se ha insinuado precedentemente, toda vez que las reglas del procedimiento deben ser fijadas por el legislador y no por el Poder Judicial. Aqu est en juego el principio democrtico mismo, perjudicado irremediablemente en tanto se permita que una decisin trascendente sobre la afectacin de los derechos ms importantes de los individuos, cual es el lmite temporal de la persecucin penal, sea tomada por autoridades estatales (Jueces penales) que no representan tan intensamente como el Parlamento al conjunto de los ciudadanos. Algo irrefutable es que la existencia del proceso es presupuesto de cada una de sus medidas y si stas requieren la fijacin por la ley de sus alcances y requisitos, entonces tambin los alcances del proceso en su totalidad deben estar fijados legislativamente. En efecto, todas las medidas que restringen derechos en el proceso penal, se encuentran debidamente delimitadas por la ley, respecto de sus requisitos y supuestos, as como tambin respecto de su duracin, pues basta dar una simple vista a las etapas procesales, al allanamiento, levantamiento del secreto de las comunicaciones, detencin preliminar, entre otras, y vamos a comprobar que todas estas medidas restrictivas que actan directamente sobre derechos fundamentales se encuentran debidamente limitadas por la ley en cuanto a sus requisitos y duracin; en consecuencia, el proceso no puede ser ajeno a esto, pues si sus componentes se encuentran debidamente limitados por el tiempo, es obvio que el proceso penal como un todo, tambin se encuentre debidamente delimitado en cuanto a su duracin en el tiempo. Por el contrario, dejar a la duracin del proceso penal sin un plazo legal, taxativamente regulado, seria tornar en arbitrario el poder del Estado para perseguir y juzgar el delito, deviniendo dicha persecucin en ilegitima, por cuanto se realiza sobre la base de la vulneracin de un derecho fundamental como lo es el derecho a ser juzgado en un plazo razonable. En este sentido tambin parece entenderlo el Tribunal Constitucional al sealar que: la violacin del derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable genera en el Estado una prohibicin de continuar con la persecucin penal, por cuanto la demora injustificada en la resolucin del proceso penal (imparticin de justicia) ocasiona la prdida de la legitimidad punitiva. Ello porque la demora injustificada en la resolucin de un proceso penal constituye una denegacin de justicia. Para luego sealar que: () no pueden existir zonas exentas de control constitucional, sino que tampoco pueden haber plazos ni tiempos exentos de control. Y es que la naturaleza y caractersticas propias del Estado Constitucional, as como las obligaciones internacionales asumidas por el Estado en materia de derechos humanos, exigen la necesidad insoslayable de que la justicia sea impartida dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas o demoras injustificadas.De igual forma para la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el derecho a ser juzgado en un plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan largo tiempo bajo acusacin, asegurar que sta se decida prontamente, establecer un lapso preciso que constituya el lmite entre la duracin razonable y la prolongacin indebida de un proceso, sealando que resulta necesario examinar las circunstancias particulares de cada caso. Exige que toda persona sea juzgada o puesta en libertad en un plazo razonable, pero ello no impide que cada uno de los Estados parte adecue esos plazos segn criterios de poltica criminal relacionados fundamentalmente con razones de inters pblico. Por lo tanto, el principio de la legalidad que establece la necesidad de que el Estado proceda al enjuiciamiento penal de todos los delitos, no justifica que se dedique un perodo de tiempo ilimitado a la resolucin de un asunto de ndole criminal. De otro modo, se asumira de manera implcita que el Estado siempre enjuicia a culpables y que, por lo tanto, es irrelevante el tiempo que se utilice para probar la culpabilidad. De conformidad con las normas internacionales, el acusado debe ser considerado inocente hasta que se pruebe su culpabilidad. En consecuencia, de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se concluye que, el derecho a que el proceso tenga un lmite temporal entre su inicio y fin, forma parte del ncleo mnimo de derechos reconocidos por el sistema internacional de proteccin de los derechos humanos, y, por tanto, no puede ser desconocido. Con todo, se concluye contundentemente que la regulacin taxativa del plazo mximo de duracin del proceso penal, afianza y da legitimidad al ordenamiento jurdico al brindarle seguridad jurdica a sus justiciables, por cuanto ellos podrn saber cundo inicia y cuando terminara, su va crucis por las sendas del proceso penal, pues para absolverlos o para condenarlos no debemos exigirles a los justiciables que soporten los estragos del proceso ms all de lo estrictamente necesario. Por ello se postula que la duracin del plazo razonable sea un plazo legal, y no uno indeterminado; pues si bien es cierto seala la oposicin (doctrina del no plazo), que la estipulacin de un plazo procesal (legal) en abstracto no es suficiente para determinar la razonabilidad de la duracin del proceso penal; pues si lo es, para que al menos al sobrepasar dicho plazo legal, se active la alarma de que para el Estado, presuntamente, ya se agoto el plazo (y por tanto su legitimidad) para continuar con la persecucin penal, lo que generara la concurrencia a una audiencia entre el juez y las partes interesadas a efectos de determinar si efectivamente el plazo devino en irrazonable. Me explico. Si por ejemplo en un proceso penal de incumplimiento de obligacin alimentaria tpico del artculo 149 del Cdigo Penal, en el que digamos se desarrolla sin mayor dificultad (o complejidad) en su tramitacin (me refiero a que es un proceso sin problemas de notificaciones, en el que no se han deducido medios de defensa tcnicos, ni se ha evidenciado actividad dilatoria por parte de alguna de las partes), su plazo mximo de duracin podra ser de doscientos setenta y cinco das (siendo muy generosos, ya que si acusamos directamente este plazo se reduce ms de la mitad), ya que se toma en cuenta el plazo legal de las diligencias preliminares (20 das), de la investigacin preparatoria propiamente dicha, mas su prorroga (180 das), de los quince das que tiene para pronunciarse luego de concluida la investigacin preparatoria, y consideremos dos meses ms, uno para la audiencia de control de acusacin y otro para el juicio oral; en consecuencia no entendemos porque una gran cantidad de procesados (por no decir la gran mayora) siguen vinculados a este tipo de procesos dos o tres aos, sin tener algn mecanismo procesal para exigir y dar efectivo cumplimiento a su derecho de ser juzgados en un plazo razonable; pues en el peor de los casos, slo le quedara que el tiempo transcurrido sobrepase en una mitad al plazo ordinario (tres aos); es decir, deber esperar que transcurra 4 aos y 6 meses, para que pueda deducir la prescripcin de la accin penal. Por tanto, se puede concluir con algunas interrogantes. Si en el caso concreto, el proceso penal podra terminar en menos de un ao (275 das), Por qu motivo, razn o circunstancia, el procesado tendra que esperar los restantes tres aos y medio para que el Estado resuelva su situacin jurdica hasta antes de que opere la prescripcin?; Acaso esos tres aos y seis meses que faltan para que opere la prescripcin extraordinaria de la accin penal, no devienen en irrazonables?; Acaso el Estado puede justificarse en el plazo mximo de la prescripcin extraordinaria, a efectos de que pueda seguir teniendo legitimidad en la persecucin del delito?.Son estas interrogantes muy puntuales, que nos sirven para ejemplificar como opera el plazo razonable en el caso propuesto. Respecto de la primera pregunta, pues no existe ninguna razn, para exigirle al imputado que soporte las restricciones (intervenciones procesales en la esfera de derechos bsicos de los individuos) del proceso penal ms all de lo estrictamente necesario. Luego, en relacin a la segunda interrogante, efectivamente, si su situacin jurdica pudo resolverse en menos de un ao o al ao, el resto del plazo en que el imputado se mantenga soportando los pesares del proceso, deviene en irrazonable, por cuanto no existe razn, para seguir mantenindolo atado al poder estatal, slo porque el Estado necesita tiempo para justificar su inoperancia. Finalmente, el Estado no puede excusarse en el plazo mximo de la prescripcin extraordinaria (4 aos y 6 meses) por cuanto, fuera de toda razonabilidad, ya perdi legitimidad para perseguir un delito, que por la naturaleza de las cosas, debi ser resuelto en su oportunidad. Con todo, alzo mi voz en protesta y propugno, grito y reclamo que el plazo razonable debe ser un plazo legal, que sirva como parmetro objetivo a efectos de determinar cuando un plazo dejo de ser razonable; pues la regla que lo establece pretende la introduccin de plazos al proceso y no otra cosa. Este derecho fundamental tiene una finalidad especfica, precisa y clara: evitar que las personas sometidas a proceso penal sean efectivamente perseguidas ms all de un plazo cierto. Sin embargo, debo precisar que a efectos de determinar cul debera ser la duracin mxima del proceso penal, se deben realizar una serie de estudios serios, rigurosos y cientficos para estar en condiciones de determinar en abstracto cual debera ser ese plazo, atendiendo a la realidad socio jurdica, a los recursos humanos, logsticos, y en fin a las posibilidades de cada Estado, por lo que en el presente trabajo no nos encontramos en condiciones de poder establecer cul debera ser ese plazo legal, pero lo que si podemos afirmar es que no necesariamente este debe ser un plazo nico. VII. CONSECUENCIAS PARA LA VIOLACIN DEL PLAZO RAZONABLE.El derecho a ser juzgado en un plazo razonable quiere decir que todo el proceso, como conjunto mximo de la actividad procesal, debe (slo puede) ser realizado dentro del tiempo fijado como razonable. Es decir, constituye aquel perodo nicamente dentro del cual puede ser llevado a cabo un proceso penal adecuado al Estado de derecho. Pero cual seria la consecuencia jurdica que acarreara la vulneracin del derecho a ser juzgado en un plazo razonable?. Pues debo de manifestar que la respuesta no es pacifica y que se han elaborado muchas. As tambin lo ha reconocido nuestro Tribunal Constitucional al sealar que: La doctrina y jurisprudencia internacional nos muestran que la temtica que nos ocupa no ha sido nada pacfica, habindose argumentado diversas posturas, las mismas que aqu resumimos: a) Las compensatorias que a su vez pueden ser internacionales, civiles o penales; b) Las Sancionatorias las que pueden ser de orden administrativo-disciplinaria y penales orientndose a reprimir la conducta dilatoria de las autoridades judiciales; y, c) Las procesales que son tanto la nulidad como el sobreseimiento.En este sentido, en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y especialmente en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la solucin que se viene dando a este tipo de vulneraciones es la compensatoria; es decir, es una forma de reparar los daos ocasionados por el Estado infractor, que generalmente se traduce en una compensacin econmica o el pago de una justa indemnizacin a la parte lesionada. Sin embargo, se debe de manifestar que, lo que la regla estudiada busca es que los procesos penales no sobrepasen un plazo razonable de duracin, porque lo que el plazo razonable debe imponer es que el derecho no sea violado, o que, en caso de producirse la infraccin, se logre evitar la aparicin de sus efectos, pues no se trata de permitirlos de todos modos para despus compensarlos. En efecto, dicha solucin no tiene carcter preventivo, pues el mensaje ser Estado vulnera el plazo razonable que despus lo compensaras con dinero. En este sentido, la solucin compensatoria falla, ante todo, porque para poder reaccionar contra la violacin de este derecho fundamental exige ms violacin, en el sentido de que, producida la superacin del plazo razonable de duracin del proceso, ste, sin embargo, tendr que durar todava excesiva e ilegtimamente todo lo que sea necesario hasta alcanzar por fin la sentencia definitiva, nico momento en el que se le dar alguna relevancia jurdica a dicha lesin de derechos fundamentales. Como se aprecia, esta solucin compensatoria no satisface el contenido esencial del derecho al plazo razonable. Otra manifestacin de la solucin a la violacin del plazo razonable es la compensacin penal, que propugna la atenuacin, suspensin o prescindencia de la pena. As, se sostiene que los tribunales penales deben guiarse por otro tipo de consideraciones que den tambin una respuesta procesal a la vulneracin del derecho al plazo razonable. En consecuencia, esta solucin compensatoria del derecho penal seala que la prolongacin arbitraria del procedimiento tiene repercusin en la culpabilidad del autor y, por tanto, est deber considerarse disminuida de forma tal que su reproche deba tambin ser reducido proporcionalmente. Supone esta posicin el anlisis del problema despus de la finalizacin del proceso. Sin embargo, el problema que suscita esta solucin es que no se puede estimar que circunstancias procesales extraas por completo a la valoracin del hecho puedan tener por nico resultado la atenuacin del contenido de la culpabilidad del autor como para ser compensadas en abono de la pena. Pero y si se tratara de un inocente?, pues es material y jurdicamente imposible que se le pueda compensar penalmente, por lo que la presente solucin realmente no es una opcin. La critica que se lanza contra esta posicin, es que dicha opcin es slo admisible en un Estado Policaco, ya que en el Estado de Derecho rige el derecho del imputado a ser juzgado dentro de un plazo razonable y esta regla no es una norma del derecho resarcitorio que establezca las condiciones y calidad de la reparacin por un hecho ilcito; sino una doble prohibicin para el Estado: prohibicin de actuar de esa forma ilcita o en caso de hacerlo prohibicin de aprovechar los resultados. Asimismo, al igual que la postura anterior, tambin prescinde de dar una respuesta estrictamente procesal al problema, pues el efecto central de la infraccin, es la ilegitimidad del proceso, de modo tal que una sentencia obtenida despus de un juicio indebidamente prolongado carece directamente de validez, al igual que todo proceso mismo. En efecto, como seala el maestro argentino Daniel Pastor: las compensaciones pueden ser adicionales y, en todo caso, solo civiles, nunca penales en tanto supongan la aplicacin de una pena, porque el derecho del juicio rpido consiste en que, fuera del plazo razonable, no existe condenacin alguna cuyas consecuencias pudieran resultar compensadas, ya que la facultad de juzgar penalmente, atribuida al Estado, finaliza al alcanzarse su limite mximo de duracin, con lo cual su prolongacin (ahora sin autorizacin) se vuelve ilcita (de modo que ya no se puede condenar ni absolver porque, en verdad ya no se pude juzgar). Tambin el Tribunal Constitucional se ha pronunciado respecto de esta consecuencia sealando que: En cuanto a las medidas de tipo compensatorio, stas importan la materializacin de un conjunto de mecanismos tendientes a resarcir al imputado por el dao causado como consecuencia de una demora excesiva en el juzgamiento, las que pueden traducirse en el pago de una suma dineraria (civil) o en algn tipo de indulto o perdn (penal). Dichas medidas a juicio de este Colegiado no se condicen con el carcter restitutorio de los procesos constitucionales de la libertad. Asimismo, una proteccin que slo implique medidas de esta naturaleza podra significar la vigencia de actos emitidos en violacin de derechos fundamentales, lo que no se condice con el deber estatal de proteccin de derechos fundamentales derivado del artculo 44 de la Constitucin Poltica del Per.Por otro lado, tenemos las soluciones sancionatorias, las mismas que tienen que ver con las repercusiones contra los funcionarios culpables de la violacin del derecho fundamental del imputado, las que pueden ser sanciones disciplinarias, administrativas o penales. Efectivamente, la excesiva duracin del proceso penal tiene tambin repercusiones en el mbito del derecho sancionatorio, en relacin con los funcionarios culpables de la violacin del derecho fundamental de todo imputado a ser juzgado dentro de un plazo razonable. Todas estas sanciones disciplinarias, administrativas o penales representan, frente a los fines previstos por el derecho al juicio rpido, solamente una posibilidad de garanta secundaria, dbil o de mera realizacin, ya que no reaccionan procesalmente contra la violacin del derecho en cuestin, sino contra los culpables de la infraccin, de modo tal que no logran resolver el problema en el caso concreto y solo actan, con las limitaciones conocidas. Por ello estas sanciones son consideradas, en relacin con el respeto por los derechos fundamentales, como una mera expresin de resignacin. Sin embargo, en el Per, si existen algunos partidarios de esta postura, como la doctora Ingrid Daz Castillo quien seala que: () para la reposicin del derecho al plazo razonable del proceso, el juez constitucional deber ordenar celeridad y diligencia al rgano jurisdiccional demandado y, de ser el caso, ordenara la realizacin de alguna diligencia especifica que sea de evidente importancia para determinar la resolucin del proceso. La crtica que se le hace a esta postura es que siempre se enfrenta al dilema de quis custodiet custodes, en tanto despierta dudas la cuestin de hasta que punto la administracin de justicia esta preparada para poner en marcha el instrumental penal y disciplinario contra su propio personal. Finalmente aparecen tambin las soluciones tpicamente procesales como la nulidad y el sobreseimiento. Respecto del instituto procesal de la nulidad debe decirse que representa un reconocimiento de la invalidez (y por tanto, ilegitimidad) del proceso que ha traspasado los lmites de una duracin razonable. Sin embargo, este criterio slo gozara de una mayor aceptacin si la anulacin del proceso fuera concebida en trminos que evitaran la continuacin o renovacin de la persecucin, ya sea porque la ley expresamente le otorgue efectos conclusivos a tal decisin, de forma tal que ella surta efectos de cosa juzgada, o bien por una interpretacin progresiva del principio que prohbe la persecucin penal mltiple que considere a la reiteracin o renovacin de actos anulados, esto es, a la posibilidad de retrotraer el proceso a estadios anteriores para retomar su curso desde all, como un supuesto de Ne bis in idem. En otras palabras, nulidad no es sinnimo de clausura del procedimiento, y por lo tanto no es solucin para el problema analizado, pues slo presenta efectos retroactivos (por cuanto deben renovarse los actos viciados) ante la constatacin de la vulneracin de un derecho fundamental, consecuencia contraria a la que se busca, en el afn de llenar de contenido al plazo razonable.Habiendo quedado descartadas las posibles medidas de soluciones de tipo compensatorias, sancionatorias y la procesal en la vertiente de la nulidad, es conveniente aqu efectuar un anlisis de la ltima de las posturas (sobreseimiento) a las que hace referencia la doctrina y verificar si esta se condice con los fines de los procesos constitucionales. En vista a ello se debe precisar que el principio de presuncin de inocencia (artculo 2,24.e de la Constitucin) constituye un estado de inocencia que slo puede ser desvirtuado a travs de una sentencia expedida en un proceso legtimo en el que se hayan respetado todas las garantas. En efecto, slo con el respeto inmaculado de todas las garantas judiciales del imputado se puede fundar la legitimidad constitucional de una sentencia judicial. Por ello la ausencia de una de estas garantas constituiran una falta de justificacin para la legitimacin persecutoria del Estado o si se quiere para la materializacin del ius puniendi estatal. Es por ello que la violacin del derecho al plazo razonable (limitador del poder penal estatal), provoca el nacimiento de una prohibicin para el Estado de continuar con la persecucin penal fundada en la prdida de la legitimidad punitiva derivada del quebrantamiento de un derecho individual de naturaleza fundamental. Sostener lo contrario supondra, adems, la violacin del principio del Estado Constitucional de Derecho, en virtud del cual los rganos del Estado slo puede actuar en la consecucin de sus fines dentro de los lmites y autorizaciones legales y con el respeto absoluto de los derechos bsicos de la persona. Cuando estos lmites son superados en un caso concreto, queda revocada la autorizacin con que cuenta el Estado para perseguir penalmente. En tal sentido, dicha superacin debe ser interpretada como un impedimento procesal que, aunque no ataca materialmente la imputacin, si ataca la posibilidad de continuar ejerciendo la accin penal contra el afectado. En este sentido, no cabe dentro de un sistema Constitucional de Derecho, que tiene como uno de sus postulados existenciales la defensa de los derechos fundamentales, que permita que la dignidad (donde encuentra su fundamento el derecho al plazo razonable) de los procesados se vea atropellada y conculcada en un proceso penal, a travs del transcurso irrazonable del tiempo, atribuible exclusivamente al Estado (debido a acumulaciones indebidas, problemas de notificacin, realizacin de diligencias innecesarias o irrelevantes, inaccin o demora en la tramitacin del proceso, etc.), del cual el justiciable ser victima, sin saber hasta cuando tendr que soportar las penurias del proceso penal; quedndole como nica alternativa de solucin, que opere el plazo de la prescripcin extraordinaria de la accin penal. Pero acaso, que transcurra el plazo mximo de la pena para el delito investigado, (para el delito de O.A.F. son tres aos), en el cual el Estado, durante la tramitacin del proceso penal, se ha mantenido en completa inaccin, sin haber resuelto su situacin jurdica no es suficiente motivo para que el imputado invoque su derecho a ser juzgado en un plazo razonable?; no es suficiente motivo para que exija ser excluido del proceso debido a la dilacin indebida de la que es vctima, atribuida exclusivamente al Estado?. Pues, yo pienso que s. Si ya transcurri la pena mxima para el delito investigado y el procesado aun no ha sido sentenciado, debido a la dilacin indebida generada exclusivamente por el Estado, se le esta vulnerando directamente su dignidad humana, debido a un transcurso indebido del tiempo, por lo que la conculcacin de su derecho a ser juzgado en un plazo razonable es manifiesta. Por otro lado, exigirle al justiciable que soporte las cargas del proceso penal mas all de la pena mxima exigida por la ley para del delito investigado, implicara entrar al campo de la prescripcin extraordinaria de la accin penal, segn la cual la accin penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo transcurrido sobrepasa en una mitad al plazo ordinario (pena mxima del delito) de prescripcin; sin embargo, cabe precisar que dicha institucin esta referida a que opera en todo caso, lo que quiere decir que en este supuesto se tomara en cuenta absolutamente todo; es decir dilaciones, si las hubiera, tanto por parte del acusado como del Estado, pues en todo caso, y pese a todo, el proceso penal debe prescribir, por cuestiones de seguridad jurdica. En sntesis, en el plazo razonable slo deber valorarse dilaciones indebidas exclusivamente atribuibles al Estado; y si en base a ello, el imputado no ha sido juzgado en un plazo razonable, entonces deber exigir ser excluido del proceso penal, al haber quedado imposibilitado el Estado de proseguir con la persecucin penal. No operando tal garanta, cuando las dilaciones son atribuibles al justiciable. Por su parte, en la prescripcin extraordinaria se deber tomar en cuenta todo, por cuanto es el plazo mximo reconocido por el Estado para poder resolver la situacin jurdica del imputado, aun cuando se encontrare en calidad de ausente, contumaz o no habido, pues es responsabilidad del Estado lograr la comparecencia del imputado o su fijacin al proceso penal.En este sentido, respecto a la exclusin del procesado debido a la vulneracin del plazo razonable, el artculo 30 (Causas de extincin de la accin penal) del Cdigo Procesal Penal de Costa Rica seala que, la accin penal se extinguir por las causas siguientes: l) El incumplimiento de los plazos mximos de la investigacin preparatoria, en los trminos fijados por este Cdigo. Luego, en su articulo 171 (Duracin del procedimiento preparatorio) seala que: El Ministerio Pblico deber concluir la investigacin preparatoria en un plazo razonable. Cuando el imputado estime que el plazo se ha prolongado indebidamente, le solicitar al tribunal del procedimiento preparatorio que le fije trmino para que finalice la investigacin. El tribunal le solicitar un informe al fiscal y, si estima que ha habido una prolongacin indebida segn la complejidad y dificultad de la investigacin, le fijar un plazo para que concluya, el cual no podr exceder de seis meses. Finalmente en su articulo 172 (Extincin de la accin penal por incumplimiento del plazo) prescribe que: Cuando el Ministerio Pblico no haya concluido la investigacin preparatoria en la fecha fijada por el tribunal, este ltimo pondr el hecho en conocimiento del Fiscal General, para que formule la respectiva requisitoria en el plazo de diez das. Transcurrido este plazo sin que se presente esa requisitoria, el tribunal declarar extinguida la accin penal (). Como se puede apreciar, en el Proceso Penal Costarricense, existe un plazo mximo taxativamente regulado, para que las autoridades encargadas de la persecucin del delito procedan de acuerdo a sus atribuciones. Por el contrario, ante el incumplimiento de estas, surge una prohibicin para que el Estado contine ejercitando la accin penal, lo que indefectiblemente desencadenara en el sobreseimiento del proceso penal, por el vencimiento del plazo mximo de la persecucin penal. En conclusin, no se ataca materialmente la imputacin, pero si la posibilidad de continuar ejerciendo la accin penal contra el afectado. En Colombia tambin encontramos la figura del sobreseimiento por vulneracin al plazo razonable, ya que, en el artculo 294 (vencimiento del trmino) del Cdigo de Procedimiento Penal del 2004 se prescribe que: Vencido el trmino previsto en el artculo 175 el fiscal deber solicitar la preclusin o formular la acusacin ante el juez de conocimiento. De no hacerlo, perder competencia para seguir actuando de lo cual informar inmediatamente a su respectivo superior. En este evento el superior designar un nuevo fiscal quien deber adoptar la decisin que corresponda en el trmino de sesenta (60) das, contados a partir del momento en que se le asigne el caso. El trmino ser de noventa (90) das cuando se presente concurso de delitos, o cuando sean tres o ms los imputados o cuando el juzgamiento de alguno de los delitos sea de competencia de los jueces penales del circuito especializado. Vencido el plazo, si la situacin permanece sin definicin el imputado quedar en libertad inmediata, y la defensa o el Ministerio Pblico solicitarn la preclusin al Juez de Conocimiento. En este sentido, en el artculo 175 del Cdigo de Procedimiento Penal del 2004, se establecen los plazos mximos de duracin de los procedimientos; y en el 294 la consecuencia en caso de incumplimiento de dichos plazos mximos, esto es: el imputado quedar en libertad inmediata, y las partes solicitarn la preclusin del proceso al Juez de Conocimiento. As, el vencimiento de los trminos es causal de libertad y de preclusin de la investigacin, haciendo que el Estado pierda la facultad de continuar con el ejercicio de la accin penal debido a la omisin del fiscal, quien tiene el deber de investigar y decidir en los trminos que le establece la ley (...). La omisin o inactividad del fiscal acerca de cuyo comportamiento se debe dar aviso, acarrea consecuencias importantes para el proceso, pues el Estado pierde la potestad de continuar con el ejercicio de la accin penal.En nuestro pas tambin tenemos un precedente muy importante sobre la exclusin del proceso penal por afectacin al plazo razonable como lo es la sentencia del Tribunal Constitucional en el caso Walter Gaspar Chacn Malaga; pues dicho proceso penal tena una duracin de 8 aos, 10 meses y 20 das, por lo que el afectado interpuso su demanda de Habeas Corpus, amparndola el Tribunal Constitucional, disponiendo se excluya al procesado Walter Gaspar Chacn Malaga, por haberle afectado su derecho a ser juzgado en un plazo razonable.Como se puede apreciar, a lo largo del presente trabajo se ha fundamentado desde la dogmtica y la jurisprudencia por que el plazo razonable debe ser un plazo legal, (regulado en abstracto), y cual debe ser la consecuencia procesal en caso de su vulneracin. Definitivamente que hemos fijado postura a favor de la doctrina minoritaria (por ahora); sin embargo, estamos seguros de que hemos alcanzado el fin; pues el mismo es dar una seal de alarma de que aun en nuestro tiempo, existe parte del poder del Estado que no se encuentra aun limitado, y que existen an derechos sin contenido especifico o indeterminado como pretenden hacerlo creer los seguidores de la doctrina mayoritaria (doctrina del no plazo). Sin embargo, debo precisar que, en el proceso penal se da una relacin dialctica entre derechos fundamentales y poder estatal; pues conforme pasa el tiempo, la exigencia de proteccin de los derechos fundamentales se vuelve mucho ms rgida; ya que se entiende que estamos madurando como colectividad y como hombres libres conformantes de una sociedad; por tanto as como el Estado se beneficia con los avances de la tecnologa, (en materia criminalstica) y tambin con el aumento de recursos humanos y logsticos, los cuales le permiten realizar su funcin persecutora y sancionadora del delito, de manera mucho mas rpida, eficiente y oportuna, en consecuencia, la proteccin de la libertad del justiciable, sus derechos fundamentales en general y su derecho a ser juzgado en un plazo razonable, stricto sensu, requieren al Estado que regule y limite su poder estatal, respecto de los tiempos muertos del proceso penal; es decir, que no se le achaque a los justiciables, la inoperancia, omisin o inactividad del aparato estatal, obligndolos a que padezcan los pesares, restricciones y limitaciones del proceso penal, mas all del plazo razonable taxativamente regulado en la ley procesal; y si ello pasare, y el Estado no ha sido capaz de hacer prevalecer sus facultades de persecucin y juzgamiento, en el plazo prescrito por la ley, pues ya fuera de l, se encuentra totalmente deslegitimado para hacerlo, imponindose el respecto de los derechos fundamentales en general, pero sobre todo el derecho fundamental a ser juzgado en un plazo razonable, pues al haber perdido legitimidad, la colectividad le desautoriza (contrato social), para continuar con la persecucin o juzgamiento (operando como un impedimento procesal), por lo que fluye la consecuencia procesal de la exclusin, preclusin o sobreseimiento, ponindole fin a los pesares a los que por ahora, se ven sometidos arbitrariamente muchos justiciables durante el proceso penal. VIII. CONCLUSIONES. 1) Cuando un imputado que enfrenta un proceso penal, permanece restringido o limitado en sus derechos (el proceso penal en s mismo es coercin y la coercin implica restriccin), ms all de lo razonable, prolongndose ad infinitum su estado de sospecha, es inevitable que se produzca una afectacin en su naturaleza humana; es decir inevitablemente, la prolongacin indefinida del proceso penal, le vulnerara su dignidad humana. En este sentido, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos contienen preceptos donde se sealan claramente que el proceso penal no puede quedar indefinidamente abierto, lo que constituye una derivacin elemental del deber de respeto a la dignidad de la persona, a la que no puede exigrsele que soporte ms all de ciertos lmites temporales y razonables la situacin aflictiva y la restriccin de derechos inherentes al encausamiento criminal.2) El derecho al plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan largo tiempo bajo acusacin y asegurar que sta se decida prontamente. Por lo expuesto el plazo razonable resulta de suma importancia en un proceso penal porque est en juego la libertad individual como atributo esencial de los seres humanos y como valor fundamental de un Estado Constitucional de Derecho y adems no tiene razn que el Estado con todas sus capacidades, facultades y personal no pueda lograr en un tiempo razonable la verdad de una imputacin.3) La idea central es que el plazo razonable sea interpretado, en primera lnea, como aquello que el derecho procesal penal comprende por plazo: un lapso dentro del cual y slo dentro del cual un acto procesal, un conjunto de actos procesales, una etapa del procedimiento o todo el proceso (como conjunto de todos los actos particulares que lo componen) pueden ser realizados vlida y eficazmente. Dicho plazo, como cualquier plazo, debe estar establecido en las unidades temporales que el derecho, como fenmeno cultural, ha adoptado en reconocimiento del hecho histrico y social de la organizacin del tiempo entre los seres humanos: das, semanas, meses, aos. En sntesis, el plazo en cuestin debe ser establecido por el legislador de un modo general y abstracto. 4) Por ello se postula que la duracin del plazo razonable sea un plazo legal, y no uno indeterminado; pues si bien es cierto seala la oposicin (doctrina del no plazo), que la estipulacin de un plazo procesal (legal) en abstracto no es suficiente para determinar la razonabilidad de la duracin del proceso penal; pues si lo es, para que al menos al sobrepasar dicho plazo legal, se active la alarma de que para el Estado, presuntamente, ya se agoto el plazo (y por tanto su legitimidad) para continuar con la persecucin penal.5) En materia de consecuencias, en contra de lo afirmado por la opinin dominante en el sentido de recurrir casi exclusivamente a la compensacin, el cumplimiento del plazo razonable conduce a la clausura inmediata y definitiva del proceso. Este es el efecto jurdico que innegablemente se debe desprender, como garanta judicial, de la norma fundamental que pretende evitar que el proceso penal tenga una duracin excesiva. La solucin por la compensacin de la violacin, defendida por la opinin dominante, es cuestionable por su posible incompatibilidad con el principio del Estado de derecho, sistema que muy difcilmente podra consentir que, tras ser reconocida la violacin de un derecho fundamental, simplemente se decida dejar inalterada la infraccin y su resultado, la continuacin del proceso, y slo estimar disminuido el reproche necesario de la culpabilidad, en razn de la duracin excesiva del enjuiciamiento. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

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( Abogado con Maestra en Derecho Penal y Procesal Penal. Colaborador en la publicacin de artculos en materia penal y procesal penal de la revista jurdica Vox Iudex, de la Corte Superior de Justicia de La Libertad. Ex asistente de Causas Jurisdiccionales de las Salas Penales de Apelacin de la Corte Superior de Justicia de La Libertad. Fiscal Adjunto Provincial Penal Titular.

(( A la memoria de mi mam Elisa. Que Dios te tenga en su gloria.

Con respecto a la divisin del tiempo, es una respuesta compleja. No hubo alguien que planeara detalladamente la divisin del tiempo en siglos, aos, meses, das, horas, minutos y segundos: es algo que hemos heredado de distintos pueblos: los babilonios, los griegos, los romanos, los monjes medievales, el papa Gregorio XIII, los egipcios, los mayas, etc. En consecuencia, el tiempo es un proceso histrico de larga duracin.

El tiempo acta como elemento constante de la actividad procesal, en: Claria Olmedo. Tratado de Derecho Procesal Penal. Ediar. Buenos aires. 1968. p 44.

PASTOR, Daniel R. (2002). El Plazo Razonable en el Proceso del Estado de Derecho. Una Investigacin acerca del Problema de la Excesiva Duracin del Proceso Penal y sus Posibles Soluciones. (1 ed.). Argentina: Editorial Konrad -A