20 Puertos Deliciosos

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GUILLERMO ESAÍN 10 MAY 2013 - 00:00 CET 10 Isleta del Moro, en Almería. / ARCO J. MORENO FIN DE SEMANA 20 puertos deliciosos Estampas de barquitos, tabernas, mercados de abastos y atardeceres relajantes. Muelles para disfrutar de la actividad marina y para comer muy bien. De la Isleta del Moro a Portocolom, de Ortiguera a Bajo de Guía Archivado en: Costas Viajes Destinos turísticos Puertos Espacios naturales Transporte marítimo España Ofertas turísticas Turismo Transporte Medio ambiente Hay una estirpe de viajeros amigos de detenerse en los detalles que han hecho de los muelles su paraíso particular. Lo mismo por el hielo, el crujido de amarres que se tensan, las manchas iridiscentes o el tintineo de los mástiles que por su aroma, como de pintura vieja. No es el momento de referir clásicos como Pasajes de San Juan (Gipuzkoa) o Calella de Palafrugell (Girona); iremos más allá con otros 20 enclaves que estimulan, y de qué manera, el fervor porteño. ANDALUCÍA 01 Pescadores restauradores Isleta del Moro Arráez, Níjar, Almería Nada describe mejor este poblado marinero que sus cinco restaurantes de pescado (La Ola, 950 38 97 58) y su mirador enclavado en la parte alta. Y su peñón balleniforme, sujeto a tierra por una formación tombólica. Los barcos de cerco echan el ancla en el exterior —falta calado—, mientras las chalupas y botes cabeceros son arrastradas al varaó o a la estupenda playa del Peñón Blanco, según sople Levante o Poniente. Del Peñón Blanco parte un sendero que en 20 minutos nos deposita en la playa nudista de Los Toros. Faenan dos familias, de gran notoriedad pesquera, en el parque natural del Cabo de Gata: los Fresnedas y los Chinorros. Hay buceadores y bañistas. Y siempre, gaviotas. A mediados de julio abre la terraza (con actuaciones) del Café Casa La Loma. 02 El Rocío y el Bigote Bajo de Guía, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz Los restaurantes ocupan las tabernas sanluqueñas donde se safaban (repartían) las ganancias tras la jornada pesquera. Casa Bigote (956 36 26 96) se encuentran en lugar de privilegio. Luego, Bajo de Guía cambió de ambiente al inaugurarse el puerto de Bonanza (acceso prohibido). El Viajero Es Caló de Sant Agustí, en Formentera. / GONZALO AZUMENDI

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Viajes

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GUILLERMO ESAÍN 10 MAY 2013 - 00:00 CET 10

Isleta del Moro, en Almería. / ARCO J. MORENO

FIN DE SEMANA

20 puertos deliciososEstampas de barquitos, tabernas, mercados de abastos y atardeceres relajantes. Muelles para

disfrutar de la actividad marina y para comer muy bien. De la Isleta del Moro a Portocolom, de

Ortiguera a Bajo de Guía

Archivado en: Costas Viajes Destinos turísticos Puertos Espacios naturales Transporte marítimo España Ofertas turísticas Turismo

Transporte Medio ambiente

Hay una estirpe de viajeros amigos de

detenerse en los detalles que han

hecho de los muelles su paraíso

particular. Lo mismo por el hielo, el

crujido de amarres que se tensan, las

manchas iridiscentes o el tintineo de

los mástiles que por su aroma, como

de pintura vieja.

No es el momento de referir clásicos

como Pasajes de San Juan

(Gipuzkoa) o Calella de Palafrugell

(Girona); iremos más allá con otros 20

enclaves que estimulan, y de qué

manera, el fervor porteño.

ANDALUCÍA

01 Pescadores restauradores

Isleta del Moro Arráez, Níjar, Almería

Nada describe mejor este poblado marinero que sus

cinco restaurantes de pescado (La Ola, 950 38 97 58) y

su mirador enclavado en la parte alta. Y su peñón

balleniforme, sujeto a tierra por una formación tombólica.

Los barcos de cerco echan el ancla en el exterior —falta

calado—, mientras las chalupas y botes cabeceros son

arrastradas al varaó o a la estupenda playa del Peñón

Blanco, según sople Levante o Poniente. Del Peñón

Blanco parte un sendero que en 20 minutos nos

deposita en la playa nudista de Los Toros.

Faenan dos familias, de gran notoriedad pesquera, en el parque natural del Cabo de Gata:

los Fresnedas y los Chinorros. Hay buceadores y bañistas. Y siempre, gaviotas. A mediados

de julio abre la terraza (con actuaciones) del Café Casa La Loma.

02 El Rocío y el Bigote

Bajo de Guía, Sanlúcar de Barrameda, Cádiz

Los restaurantes ocupan las tabernas sanluqueñas donde se safaban (repartían) las ganancias

tras la jornada pesquera. Casa Bigote (956 36 26 96) se encuentran en lugar de privilegio.

Luego, Bajo de Guía cambió de ambiente al inaugurarse el puerto de Bonanza (acceso

prohibido).

El Viajero

Es Caló de Sant Agustí, en Formentera. / GONZALO AZUMENDI

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Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. / CRISTINA QUICLER

JAVIER BELLOSO

El Guadalquivir transcurre pausado, con mansedumbre

de vida provinciana. Todo nos remite a un Amazonas

andaluz, entre coloraciones verdes, ocres y azules,

dependiendo de la hora del día. Veremos atracado el

Real Fernando (www.visitasdonana.com), barco con el

que se realizan recorridos por Doñana.

El paso del Guadalquivir por parte de las hermandades

gaditanas del Rocío —el día 14, pero en especial el 15

de mayo— tiene los visos de un espectáculo anfibio,

embarcados casi 10.000 rocieros con sus animales de montura y vistosas carretas de

simpecado.

03 Moderneo entre jábegas

Playas de Pedregalejo, Málaga capital

El barrio de Pedregalejo tiene una morfología de caletas de arena oscura y escolleras

acabadas en arcos delante de casas con dibujo rural. Hay restaurantes entrañables, como

Miguelito El Cariñoso, junto a chambaítos que cobijan estilizadas barcas de jábega (por

jábega se entiende el arte de pesca playero ya prohibido); nos toparemos con la Traya, la

Almoguera y la Cordela. Le Corbusier, para quien los barcos eran la arquitectura más

fascinante del mundo, hubiera disfrutado con estas elegantes cuadernas de ocho metros de

eslora pintadas con vivos colores, destinadas hoy a la competición deportiva. Desde los ojos

pintados para no perderse… todo revela su origen mesopotámico.

Pedregalejo ha pasado a ser cosmopolita por su ambiente bohemio-chic autóctono en

perfecto concubinato con el moderneo que aportan los estudiantes de español. A menudo, se

dejan ver camisetas Flumen & Co. (www.flumenypepe.com) que cada cual puede diseñar con

diferentes tejidos y patrones.

04 Asunto de rederos

El Terrón, Lepe, Huelva

Otra joya bien guardada, esta vez en el fondo de la ría

del Piedras que forma la flecha del Rompido. Como

participando de la rusticidad de las cuatro embarcaciones

de trabajo, domina un amontonamiento de redes de

arrastre, algunas de colores llamativos, extendidas las

que se remiendan. Siempre se ven rederos tejiéndolas. Y

es que la excelencia de su pericia hace que las

transporten desde los puertos de los contornos. Interesa

la media docena de restaurantes de precio módico, que

por estas fechas comienzan a servir pescado por las noches, aprovechando el efecto

refrescante del marajito (viento de Poniente). En El Terrón solo vive una familia, la del

restaurante Revuelta.

ASTURIAS

05 El puerto como frontera

Bustio, Ribadedeva, Asturias

He aquí un inigualable muelle de bolsillo de índole fluvial que solo admite la navegación de los

barcos más grandes durante las medias mareas. Es el horario que permite el río Deva en la

bella y cromática ría de Tina Mayor, separadora de Asturias y Cantabria. Asistir a la descarga

de alguna de sus siete embarcaciones tiene la elocuencia de una pintura parlante. Un consejo:

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Portocolom, en Mallorca. / JUERGEN RICHTER

departir a última hora del día con los lobos de mar frente a la rula (lonja), que en breve alojará

un observatorio ornitológico. Marchar luego a Buelles para comprar suave queso de cabra

(www.quesolachivita.com).

06 En clave minimalista

Ortiguera, Coaña, Asturias

El anonimato de que goza el puerto pesquero astur de menor formato hace de él un atractivo

realmente singular. Ortiguera ni siquiera está señalizado: virar hacia el hospital de Jarrio y torcer

enseguida a mano derecha. Sus pizarrosas rocosidades nos sumergen en una orografía

abrupta, contundente, pulpeira y percebera, repasada por pescadores de pedreru con gancho

en ristre. Solo quedan una embarcación grande y dos pequeñas, no en vano su canal de

entrada se reduce a 14 metros. Allí en lo alto, la cocina de toda la vida del Restaurante Ferpel

(985 47 32 85) atrae por los toques personales de Elio Fernández. Luego se impone, entre

casas indianas, llegarse a los faros del cabo San Agustín, custodios de la campana de niebla.

BALEARES

07 De interés etnológico

Es Caló de Sant Agustí, Formentera

Este lugar de interés etnológico atrapa a cuantos se acercan a sus 26 escales (casetas

tradicionales), que parecen sombrajos sustentados por palos de dudosa verticalidad. Sus

inclinados parales son de madera de sabina, única que soporta la salobridad. Nada como

desayunar el típico pa am coses (pan con cosas: tortilla, lomo, etcétera) del hostal Can

Rafalet. Para dejar pasar las horas muertas arrellanados en la hamaca divisando nadadores

(hay una caleta) y algún buceador. Es imposible no sentir una punzada divisando el azul

transparente Mediterráneo. Los miércoles y domingos nos llama el mercado de La Mola, tan

artesanal y alternativo como hace décadas.

08 Veleros con estampa

Portocolom, Felanitx, Mallorca

Su toponimia alude al descubridor de América, a quien

algunos estudiosos tienen por hijo de Felanitx. En pocas

ensenadas baleares tienen un protagonismo tan marcado

las embarcaciones. En Portocolom hacen fondo veleros

de tres y cuatro palos luciendo sus soberanas trazas.

Varaderos y casas de nítida blancura son ejemplos del

sabor del pasado que sigue vivo en Se Part de Sa

Capella, el barrio antiguo. Y con luz de atardecida, nada

hay comparable a los llaüts cabeceando y

bamboleándose junto a los escars (varaderos). Al chiringuito de S’Arenal, el Blue Bar, acuden

quienes buscan paellas (el dueño, Jorge Brotons, es valenciano), cuando no inmejorables

puestas de sol. Rebasar el faro y tomar la primera calle a la derecha para recrear la mirada

frente a la efigie farera que aparece en el cartel que el felanigense Miquel Barceló pintó para

salvar la bahía de la especulación. En estas paredes se practica psicobloc, modalidad de

escalada horizontal con la única protección del mar. Para comer, Sa Llotja (971 82 51 65).

09 Magia en la tramontana

Port des Canonge, Banyalbufar, Mallorca

Este puerto-refugio de la sierra de Tramontana supone un complemento perfecto a

Valldemossa. Siguiendo hacia Andratx, nada más rebasar el desvío a Esporles, en el punto

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Puerto de Fornells, en Menorca. /

GETTY

kilométrico 80, comienzan los 4,8 kilómetros de revirada y angosta cuesta (negociarla

despacio) salpicada de pinos y encinas. Tras dar cuenta del arroz meloso de langosta que

preparan en Can Toni Moreno (971 61 04 26), podemos acercarnos a su zona portuaria, que

semeja un xilófono, pero con alcoves (varaderos portátiles) en lugar de teclas. Descubrir esta

tela de araña de parats —escalas de madera sobre los que se deslizan los llaüts— representa

una estampa inolvidable que se funde con los bañistas de la caleta de cantos rodados.

Resulta recomendable caminar dos deliciosos kilómetros por el Camí des Pinar de Baix,

hasta percibir a lo lejos la mansión y la torre de Son Bunyola. Las tonalidades rojizas, más

acentuadas al comenzar la declinación de la luz, denotan la geología más antigua de Mallorca.

10 A vela y a kayak

Fornells, Es Mercadal, Menorca

Merced a su estación náutica (www.enfornells.org), esta preciosa

ensenada de cuatro kilómetros de profundidad y forma de jarra

responde a cualquier exigencia deportiva. Sobre ella se abate sin

contemplaciones la tramontana, pero nunca se levantan olas, para

gozo de cualquier windsurfista bisoño (www.windfornells.com). Para

matar el gusanillo playero en S’Arenalet y Cabra Salada, al otro lado

de la bahía, podemos alquilar un kayak (www.diacomplert.com), o una

lancha a motor (www.ocimarmenorca.com), para la que no se precisa

título alguno. Unas 30 embarcaciones menores surten al pueblo de

las langostas con las que se preparan las calderetas menorquinas.

Reservarla en el restaurante Es Cranc (971 37 64 42).

CANARIAS

11 Una naturaleza generosa

El Cotillo, La Oliva, Fuerteventura

Merecen la atención primero sus playas, que por efecto de los escollos se convierten en lagos

de inusitada fuerza cromática. Además, El Cotillo aporta un puertito pesquero defendido por el

roque de la Mar y un espigón de refuerzo que lo conecta a tierra. A mediodía regresa la flota

artesanal, al tiempo que la jubilada marinería se congrega en el Rincón de las Mentiras. El

muellito viejo es el lugar más sentimental, con el monumento al marinero.

Los restaurantes de pescado son numerosos y celebrados, La Marisma (928 53 85 43), entre

ellos. También, el castillo del Tostón ofrece un impresionante telón en el que captar toda

suerte de instantáneas con el sol cayendo como protagonista. No tendrá ni que bajarse del

coche.

12 Ganado al mar

Sardina del Norte, Gáldar, Gran Canaria

El visitante se preguntará por la estrechez del acceso al puerto

situado bajo un risco. Todo es muy estrecho. Las fotos de época lo

explican: los muelles plataneros son de relleno, es decir, se ganaron

al mar. Pasamos primero junto a una caleta de arena, abrigada de los

alisios y, por tanto, concurridísima. En el comedor troglodita del bar

La Cueva sirven ropavieja de pulpo y, los domingos, sancocho.

El muelle atesora un encanto peculiar, sopesado. Siempre hay falúas

de madera varadas, así como botes auxiliares, debido al exiguo

calado de este mar idóneo para el buceo de principiantes. Su hora

grande llega con la puesta de sol, viendo recortarse la silueta del

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Sardina del Norte, en Gran Canaria.

/ LUIS ROCA ARENCIBIA

L´Amettla de Mar, en Tarragona. /

FERNANDO FERNÁNDEZ

Teide desde la terraza Mamá Lolilla.

Pasada la marisquería La Fragata dejamos atrás la casa cueva y un

dudoso puente comunica con El Roquete, siempre con pescadores

apostados. Sardina es una extensión al Parque Arqueológico de la Cueva Pintada.

CATALUÑA

13 Nadando entre atunes

L’Ametlla de Mar, Tarragona

Es uno de los puertos tarraconenses que aún destilan la más pura

expresión de vida pesquera. Delante de las arcadas de la cofradía, a

los pies del blanco caserío, aún es posible charlar con los hombres

de piel quemada uncidos a las artes de pesca a la vista de las

barcas-luz (sardineras) y los barcos de arrastre, que deben arribar

antes de las cinco de la tarde si no quieren exponerse a una multa.

En muelle aparte están algunas de las seis embarcaciones atuneras

autorizadas en España para la utilización del arte del cerco. Una de

las empresas, Balfegó, organiza salidas en catamarán (www.tuna-

tour.com) para bañarse en sus piscinas de engorde, experiencia

singular en Europa. Pasaje: 42 euros; entre 5 y 15 años, 22 euros. El

restaurante La Llotja (977 45 73 61) levanta encendidos elogios por

sus pescados.

GALICIA

14 En lo remoto

Santa Mariña, Camariñas, A Coruña

He aquí un rocoso fondeadero de la Costa da Morte ajeno a folclorismos desvirtuados. Se

manifiesta tras ver el faro Vilán y la no menos agreste playa do Trece. Después, la pista de

tierra enlaza con la bajada asfaltada a Santa Mariña y su rompeolas, que aprovecha el

roquedal. Los bochos (algas flotantes), con sus tentáculos ocres, se agitan al compás de las

chalanas y las boyas, algunas enhebradas con balones de fútbol y proyectiles de corcho. Las

barcas grandes salen al pulpo, y las pequeñas, con más incidencia al percebe.

15 Al rico mejillón

Lorbé, Oleiros, A Coruña

El ignoto Porto de Lorbé, límite del monumento natural Dexo-Serantes, ha hecho un culto del

mejillón. Sus verdes escarpes dotan de una imagen cuasi tropical a esta pronunciada cuesta,

que desemboca en una ría de Ares pródiga en bateas —unas 40 a la vista— que prefiguran la

flota de barcos bateeiros, anchos y dotados de una cesta para elevar los cables cuajados de

moluscos.

En el Vila II, bar en xebre (castizo) donde los haya, preparan los bivalvos al vapor, la forma

más ortodoxa de apreciar los más suculentos mejillones de las Rías Altas; pero también en

salsa (chorizo, tomate, vino y agua de cebolla), escabechados y al horno. Dos excursiones

añadidas: ver romper las olas en el Seixo Branco (veta de cuarzo níveo que saja el

acantilado) y visitar Cerámicas do Castro (www.sargadelos.com).

16 La ‘dorna’ que nos lleva

A Illa de Arousa (Pontevedra) y Aguiño (A Coruña)

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Terraza de A Illa de Arousa, en Pontevedra. / SANTI

BURGOS

Las dornas son recias embarcaciones características de

la ría de Arosa, de 4,50 metros de eslora por 1,60 de

manga, que adoptan proas redondas, popas achatadas,

vela de relinga y un par de remos. Desde el puente que

comunica con A Illa de Arousa se observa, en la playa

de Bao, una bella estampa con las dornas de vela latina,

que invitan a apuntarse a los paseos y cursos de

navegación (www.acddorna.org).

Otro punto de la ría donde se disfruta de dornas varadas,

compensando su mayor peso y diseño espartano con su ágil maniobrabilidad, es el muelle

coruñés de Aguiño, el segundo puerto gallego por volumen de capturas de percebe. Para ser

reconocidas a distancia, es obligatorio pintarlas de rojo encendido. Veremos, además, los

restos de su muelle fenicio y la isla de Sálvora.

17 Expresividad pesquera

Bueu, Pontevedra

El 30% de los habitantes en activo de Bueu trabajan directa o indirectamente en la pesca. Nada

lo ejemplifica mejor que su escenografía rica y diversa. De barcos bateeiros a polbeiros de

anchas caderas y adaptados a la pesca del pulpo. Nasas. Regateiras (pescaderas) arrastrando

el género, una estampa gallega en vías de extinción. Y es que Bueu es uno de los contados

puertos gallegos que cuentan con mercado de abastos vespertino.

Ubicado en una antigua fábrica de salazón, el Museo Massó recuerda su pasado conservero

mediante la vieja maquinaria y elementos de carpintería de ribera, a los que se suma, en la

biblioteca, la valiosísima Cosmografía de Claudio Tholomeo (1490) y una colección de

incunables (siglos XV-XVIII), entre ellos La divina comedia. La excursión a la isla de Ons es

de todo punto recomendable. Para dormir: www.casavideira.com.

MURCIA

18 Pasión por los nudibranquios

La Azohía, Cartagena, Murcia

Todo en la mole del cabo Tiñoso adquiere carácter bellamente promisorio según nos

aproximamos a La Azohía, ancestral caserío pesquero de la bahía de Mazarrón en el que la

vida sigue siendo un remanso de paz. Las mejores paredes rocosas submarinas de la región

levantina, surcadas por coloridos nudibranquios, espetones y peces luna, justifican de sobra el

entusiasmo que despierta el cabo entre los buceadores, también por sus aguas transparentes,

perfectas para inmersiones de relax. Amigos del Azul las conocen al dedillo

(http://amigosdelazul.com).

A pie se sube en 15 minutos a la torre vigía de Santa Elena, magnífica estructura hexagonal

frente a la que se divisan las boyas de la almadraba formando un extraño jeroglífico a la espera

de que los atunes entren al Mediterráneo para desovar.

PAÍS VASCO

19 Himno a la verticalidad

Elantxobe, Bizkaia

Tiene la coherencia estética de los puertos ascensionales, en este caso, aferrado al regio

cabo Ogoño, unos de los iconos de la reserva de la biosfera de Urdaibai. Elantxobe

reclama el empinamiento, a tal extremo que cuenta con una plataforma giratoria para que el

Bizkaibus pueda recoger pasajeros y dar la vuelta. Desde el mirador se disfruta del verde de

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El puerto de Elantxobe, en Bizkaia. /

GONZALO AZUMENDI

las encinas y del rojo de los tejados sobre la flota artesanal. Rabas y

croquetas de jamón y huevo en el bar Santi. A dos kilómetros está

una de las playas más bellas de Euskadi, Laga, y a 7 kilómetros, la

Casa Vita (www.proyectovita.com), pionera en cuanto a tecnología

aplicada a la sostenibilidad (500 euros por noche, hasta 6 personas).

20 El secreto vizcaíno

Armintza, Lemoiz/Lemónix, Bizkaia

Armintza esconde la caracterología de un puertecito como de

juguete, ganado al mar y, por ende, comprometido de embocar por

las txalupas.Al magnetismo de la flota artesanal de proa alabeada se

añade la antigua fábrica escabechera, además del trasiego de

buceadores (www.asut.com) que disfrutan de un relieve submarino

repleto de cañones y grutas.

Unos 10 minutos se invierte en subir a la cruz de Gaztelumendi, que rinde tributo a los

muertos en la mar y aporta una visión fastuosa de las montañas arboladas y del malecón en

forma de bumerán. En 2013 reabrió el asador de menú Kaia Berria (946 87 92 03). Para

pecnotar, el hotel Arresi (www.hotelarresi.com).

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