2010 Globalizacion Completo

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  • LAS MLTIPLES CARAS DE LA GLOBALIZACIN

  • Wallace S. Broecker Jordi CanalSPeter DickenROBERTO FOAPankaj GhemawatHans Ulrich GumbrechtRonald InglehartBrian KahinWilliam F. LauranceNorman V. LoayzaThomas E. LovejoySaskia SassenJan Aart ScholteRamamurti ShankarPeter SingerJohn TomlinsonRaimo Vyrynen

    LAS MLTIPLES CARAS DE LA GLOBALIZACIN

  • (*) Extracto del texto de Francisco Gonzlez (p. 11).

  • Este libro es el segundo de una serie que edita el Grupo BBVA y se encuadra dentro del esfuerzo de promocin y difusin del conocimiento que BBVA lleva a cabo, en lnea con la visin de nuestro grupo: BBVA, trabajamos por un futuro mejor para las personas.

    Buscamos a los mejores investigadores y creadores a nivel internacional para que con el mayor rigor y objetividad compatibles con un lenguaje y un enfoque accesibles para los no especializados pongan a nuestro alcance los avances del conocimiento y los argumentos del debate que perpetuamente tiene lugar en la frontera de la ciencia.

    Para este segundo libro hemos elegido presentar una panormica de la globalizacin, un fenmeno muy complejo y controvertido, caracterstico de la sociedad de nuestro tiempo y decisivo en la vida diaria de todos los ciudadanos del mundo a principios del siglo xxi.*

  • 010 Francisco GonzlezLa dinmica compleja de la globalizacin y la crisis financiera

    024 QINGsong WANG

    032 Peter DickenEl mundo no es plano: la profunda desigualdad geogrfica de la globalizacin

    048 PABLO LPEZ

    050 Saskia SassenLa ciudad global: introduccin a un concepto

    063 JAUME PLENSA

    066 Raimo VyrynenEst muerta la globalizacin, y eso es bueno?

    078 MNICA LLE

    080 Jordi CanalsLa globalizacin despus de la crisis financiera

    095 NACHO CRIADO

    096 Pankaj GhemawatSemiglobalizacin y estrategia en un mundo poscrisis

    113 CHRIS JORDAN

    116 Norman V. LoayzaGlobalizacin e informalidad: dos retos para el desarrollo y la integracin

    126 THOMAS HIRSCHHORN

    128 Jan Aart ScholteGobernar un mundo ms global

    144 ANTONI MUNTADAS

    146 Ramamurti ShankarGlobalizacin y ciencia: la visin de un fsico

    158 HONG HAO

  • 160 Brian KahinMercados de conocimiento en el ciberespacio?

    171 JOAN FONTCUBERTA

    174 Wallace S. BroeckerCambio climtico provocado por el hombre

    184 DIONISIO GONZLEZ

    186 Thomas E. LovejoyBiodiversidad y globalizacin

    196 ANTONIO BUENO

    198 William F. LauranceCarretera a la ruina: la expansin de las redes de transporte pone en peligro la biodiversidad global

    212 THOMAS MAILAENDER

    214 John TomlinsonReconsideracin de la cultura global

    228 ANTONI MIRALDA

    230 Hans Ulrich GumbrechtUna antropologa negativa de la globalizacin

    242 HANS EIJKELBOOM

    244 Ronald Inglehart Y ROBERTO FOAReligin y valores en la era globalizada

    256 MARTIN PARR

    258 Peter SingerLa tica desde un enfoque global

    269 JUAN MUOZ

    270 APNDICE: ARTISTAS Y OBRAS

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACION Y LA CRISIS FINANCIERAFRANCISCO GONZLEZPresidente de BBVA

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 11

    Este libro es el segundo de una serie que edita el Grupo BBVA, y se encuadra dentro del esfuerzo de pro-mocin y difusin del conocimiento que BBVA lleva a cabo, en lnea con la visin de nuestro grupo: BBVA, trabajamos por un futuro mejor para las personas.

    El trabajo que realizamos por y para las personas se sostiene sobre dos pilares: los principios y la in-novacin. Principios que se resumen en actuar de acuerdo con firmes valores de honestidad, integridad y transparencia, con la conviccin de que la tica es esencial para establecer relaciones de confianza duraderas con los accionistas, los clientes, los co-laboradores, el regulador y la sociedad. Por eso, en BBVA pensamos que la tica no slo es deseable, sino que tambin es rentable. Por su parte, una so-ciedad en mutacin permanente, en la que cambian desde la ciencia y la tecnologa hasta los valores y los estilos de vida, obliga a todas las organizaciones, y muy especialmente a aquellas que tienen un es-trecho contacto con la vida de sus clientes, a cap-turar, desarrollar y aplicar el mejor conocimiento, proyectndolo hacia nuevas soluciones y procesos; en definitiva, a innovar.

    Naturalmente, nuestra contribucin fundamental para mejorar la vida de las personas debe venir de nuestra actividad diaria. Por eso BBVA se esfuerza cada da por ofrecer ms y mejores soluciones a nuestros clientes y facilitarles el acceso a los servi-cios financieros a ms personas. Ayudando a hacer posibles las aspiraciones de las personas, creamos ms valor de forma sostenible para nuestros accio-nistas, y contribuimos a que nuestros colaboradores tengan una vida profesional ms rica y gratificante. Y tambin, de esta forma, estamos contribuyendo al desarrollo y la mejora del bienestar en todas aque-llas sociedades en el seno de las cuales llevamos a cabo nuestro trabajo.

    Pero nuestro compromiso desborda el terreno puramente financiero. Porque pensamos que el de-sarrollo econmico y social y la estabilidad de las sociedades en las que trabajamos es clave para el cre-cimiento sostenido del grupo BBVA. Para lograrlo es fundamental ampliar el horizonte de posibilidades de las personas; y esto significa esencialmente ampliar y profundizar el conocimiento individual y colectivo.

    Por eso BBVA lleva a cabo una intensa accin en el terreno social que se centra en el impulso de la educacin y el conocimiento.

    En el mbito del conocimiento, el Grupo BBVA desarrolla, principalmente a travs de su Funda-cin, amplios programas recurrentes de apoyo a la investigacin y la difusin cientficas, con especial atencin a las Ciencias Sociales, la Biomedicina, las Ciencias del Medioambiente y las ciencias bsicas, adems de a la cultura y las artes.

    En esta lnea es en la que se inscriben los dos libros de la serie dedicada al conocimiento que BBVA ha editado: libros que difunden y proyectan en la sociedad el conocimiento y el debate sobre las grandes cuestiones que estn configurando nues-tro tiempo. Y para ello buscamos a los mejores investigadores y creadores a nivel internacional para que, con el mayor rigor y la mayor objetivi-dad compatibles con un lenguaje y un enfoque accesibles para los no especialistas, pongan a nuestro alcance los avances del conocimiento y los argumentos del debate que perpetuamente tiene lugar en la frontera de la ciencia.

    El primero de los libros que editamos, Fronteras del conocimiento, se vincul a la primera edicin de los premios del mismo nombre, otorgados por la Fundacin BBVA, y constitua una panormica del estado del arte en un conjunto de ocho reas que son objeto de reconocimiento en dichos premios: las ciencias bsicas; la biomedicina; la ecologa y biologa de la conservacin; el cambio climtico; las tecnologas de la informacin y la comunica-cin; la economa, las finanzas y la gestin de empresas; la cooperacin para el desarrollo; y las artes contemporneas.

    Para este segundo libro hemos elegido presentar una panormica de la globalizacin, un fenmeno muy complejo y controvertido, caracterstico de la sociedad de nuestro tiempo y decisivo en la vida diaria de todos los ciudadanos del mundo a prin-cipios del siglo xxi.

    LA GLOBALIZACIN y Su EMERGENCIACOMO FENMENO MuLtIDIMENSIONAL

    Cuando comenz a utilizarse el trmino globaliza-cin, en los aos sesenta del pasado siglo, su sig-nificado estaba restringido al mbito econmico. Todava hoy, la Real Academia Espaola define la globalizacin como la tendencia de los mercados y las empresas a extenderse, alcanzado una dimen-sin mundial que sobrepasa las fronteras naciona-les (DRAE, 2006).

    En las dos ltimas dcadas, la palabra globa-lizacin ha pasado de la jerga de los economistas a ser un clich universal. The Economist la ha lla-mado the most abused word in the 21st Century. Se utiliza en todos los mbitos, desde los ms co-loquiales a los ms acadmicos, y se aplica a todo tipo de fenmenos. No es, por lo tanto, extrao que sea un trmino muchas veces mal utilizado, borroso o confuso.

    Con todo, de la omnipresencia del trmino glo-balizacin y el inters que suscita se puede con-cluir: primero, que refleja una percepcin muy

    DE la uBICuIDAD del trmino globalizacin se puede concluir: primero, que refleja una percepcin muy general de que algo fundamental est cambiando en el mundo; y, segundo, que se trata de un fenmeno complejo, multidimensional y caracterstico de nuestro tiempo.

  • 12 las mltiples caras de la globalizacin

    general de que algo fundamental est cambiando en el mundo; y, segundo, que se trata de un fen-meno complejo, multidimensional y caracterstico de nuestro tiempo.

    En buena medida, la globalizacin responde a una tendencia secular. Entendida como la profun-dizacin y expansin del mbito de intercambio de bienes, ideas o personas, es un proceso casi tan antiguo como la humanidad que se remontara a la dispersin del Homo sapiens por todo el mundo hace unos 50.000 aos. En este sentido, el descu-brimiento de Amrica puede tambin considerarse como un hito en la globalizacin que marcara una aceleracin del proceso y tambin el inicio de la transicin hacia la Edad Moderna. Un prece-dente ms inmediato seran las dcadas finales del siglo xix y el comienzo del xx, un periodo de rpido crecimiento de los intercambios globales que slo habran frenado temporalmente la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, la Gran Depresin.

    Podra interpretarse que en nuestros das asis-timos a una nueva e intensa aceleracin de la glo-balizacin, que marcara el paso a una nueva Edad Global, en la que se trasciende el concepto de na-cin que ha gobernado los ltimos cinco siglos de la historia de la humanidad.

    Un cientfico social, Peter Worsley,1 seal a finales de los aos ochenta del pasado siglo que el mapa de la realidad socioeconmica, poltica y cultural del ciudadano medio de cualquier pas desarrollado estaba construido sobre la base de las naciones. Las fronteras nacionales servan para demarcar sistemas culturales, instituciones eco-nmicas, sociales y polticas e incluso modos de vida: It is natural enough that most of us should be mainly concerned with the country in which we live. We also tend to think of the country the particular nation-state we live in as the maximal social unit not only of economic and political life, but also of social organization and culture, the way of life we are part of (Worsley 1987).

    Stephen Toulmin ha destacado la vinculacin en-tre Modernidad y Estado-nacin. Y, siguiendo a Peter Drucker en Landmarks for Tomorrow, ha apuntado a la fractura de la continuidad entre las estructuras de la Modernidad y las del ltimo tercio del siglo xx: Drucker pointed out radical differences between cu-rrent economic, social, and political conditions and those typically associated with the term Modernity

    The times that we live in demand institutions of new and more functional kinds: institutions that over-lap national boundaries and serve transnational social and economic needs (Toulmin 1990).

    Si durante la primera mitad del pasado siglo el centro de la accin y el pensamiento lo ocupaban

    instituciones, estructuras y actores nacionales, des-pus de la Segunda Guerra Mundial el paisaje fa-miliar ha ido poblndose de actores, organizaciones, estructuras y problemas no reductibles al plano na-cional. Esa novedad conoci en el plano poltico dos impulsos decisivos: en los aos sesenta, con el movimiento de descolonizacin, y dos dcadas ms tarde, con el hundimiento del bloque socialista. En ambos casos aument el nmero de naciones so-beranas, pero al tiempo se gener una dinmica de mayor integracin apoyada en fuertes movimientos demogrficos, la constitucin de grandes espacios econmicos comunes y una cooperacin poltica de todo el planeta.

    Sin perjuicio de la importancia que el Estado-na-cin y otras unidades menores siguen teniendo, hoy se reconoce que existen grandes desafos y oportunida-des que slo pueden situarse en el marco del sistema global o, desde otra perspectiva, dentro del entorno ecolgico-natural que Boulding etiquet temprana-mente como la nave espacial Tierra (Boulding 1970). Esas expresiones apuntan a dos cuestiones conexas: a) que han aparecido estructuras, organizaciones y problemas polticos, socioeconmicos y medioambien-tales que desbordan los marcos nacionales, y que son la expresin ms acabada de la globalizacin, de una nueva ordenacin de la realidad social y econmica; b) que incluso organizaciones y cuestiones, prima facie, de mbito local o nacional no pueden operar ni entenderse cabalmente si se hace abstraccin del todo natural en que se inscriben, esto es, al margen del sistema mundial del que son parte.

    Pero para entender el proceso que ha llevado desde estas nociones tempranas a lo que hoy cons-tituye la globalizacin conviene mencionar, aunque sea brevemente, algunos de los factores que han promovido su avance imparable en las ltimas dos o tres dcadas.

    En primer lugar, hay que referirse a la variable tecnolgica y, ms precisamente, a las tecnologas de la informacin. Las ltimas dcadas del siglo pasado se caracterizaron por un sostenido auge tec-nolgico derivado de la interaccin de los avances en las telecomunicaciones y la informtica, que daran forma a la aparicin de Internet y la www. El avance de estas tecnologas sin fronteras, abri la posibilidad de comunidades sin fronteras, tal y como anticip Ithiel de Sola Pool antes del despe-gue de la web a escala (Sola Pool 1990). Desde entonces se ha desarrollado una amplsima litera-tura acerca de las virtualidades de esas tecnologas. Uno de los focos principales de esos anlisis ha sido la constitucin virtual de la aldea global de McLuhan. El reforzamiento de la primera de las in-fraestructuras de la comunicacin los sistemas de

    1Peter Worsley ha sido uno de los pioneros en desplazar el estudio de los problemas socia-les a una escala o un espacio global, y, junto con el demgrafo Alfred Sauvy, el primer autor del esquema conceptual acerca del llamado Tercer Mundo.

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 13

    transporte con un segundo estrato de tecnologa de la informacin los medios de comunicacin de masas (prensa, radio y televisin), pero tambin la red telefnica mundial habra difuminado las fronteras entre marcos sociales de dimensiones te-rritoriales varias.2 Por su parte, las tecnologas de la informacin propiamente dichas, y en especial Internet, estaran acelerando este proceso, inser-tando en la sociedad global no slo a unas pocas organizaciones grandes, sino tambin a las peque-as y los individuos.

    En segundo lugar, habra que mencionar la cre-ciente integracin supranacional y global de los modos de organizacin de la actividad econmica.3

    Muchas de las empresas multinacionales, que en los aos setenta todava tenan un firme arraigo cultural, organizativo y directivo en su pas-matriz, se han ido metamorfoseando en corporaciones globales, con capitales, management, tcnicos y trabajadores distribuidos por todo el planeta, vn-culos verticales y horizontales a lo largo y ancho del globo y una cultura tambin global, capaz de acoger mltiples facetas locales. Al tiempo, se ha producido la globalizacin de las instituciones ban-carias y la conexin en una malla muy tupida, en tiempo real, de los mercados financieros de todo el mundo. Tambin corresponde a esta esfera la r-pida integracin econmica supranacional de una amplsima parte de Europa y, en menor medida, otras regiones del mundo.

    En tercer lugar, los procesos de unidad poltica en el mosaico de pases de Europa Occidental (tra-dicionalmente separados por barreras lingsticas, diversidad de instituciones polticas democrticas, barreras socioeconmicas e incluso conflictos terri-toriales y blicos), en paralelo con la reunificacin de Alemania y el colapso de los pases socialistas, supone una de las transformaciones ms radica-les en el ltimo siglo, con un enorme impacto en relacin con un nuevo orden mundial del siglo xxi(Maier 1997; Zelikow y Rice 1997).

    En cuarto lugar, la ciencia, que siempre tras-cendi las fronteras nacionales, desde las dcadas finales del siglo xx ha experimentado un nivel de in-tegracin global sin precedentes. La sociedad cient-fica actual es, en ese sentido, una sociedad global y distribuida en la que participan activamente grupos de investigacin de un nmero creciente de pases. Como destaca el profesor Shankar en su contribu-cin a este libro, las tecnologas de la informacin y la Red estn facilitando que los investigadores de pases menos desarrollados puedan participar acti-vamente en la investigacin puntera. Por otra parte, muchos de los programas de investigacin cient-fica y tcnica requieren hoy un nivel de recursos fi-

    nancieros y tecnolgicos que desborda con mucho las posibilidades hasta de los pases con un mayor nivel de desarrollo, y la cooperacin supranacional, bajo formas que incluyen la elaboracin de proyec-tos comunes y la cooperacin en la construccin de grandes instalaciones cientficas, es cada vez ms la regla, y no la excepcin, principalmente en reas de vanguardia, con mayor potencial tecnoeconmico. Lo que Derek de Solla Price denomin gran cienciainvolucra hoy por hoy estructuras y recursos globa-les (Solla Price 1986). La gestin adecuada de ese conocimiento distribuido plantea nuevos y difciles problemas de mbito global, que Brian Kahin aborda en su artculo en este libro.

    La globalizacin ha venido impulsada tambin por la atencin creciente que se les presta a pro-blemas ecolgicos a escala planetaria surgidos durante las ltimas dcadas del siglo xx, desde el agujero en la capa de ozono hasta el calentamiento global, pasando por la prdida de biodiversidad o los problemas del acceso a fuentes de energa ca-paces de sostener el desarrollo de los pases mas avanzados y los que como China estn emergiendo rpidamente.

    Los grandes problemas ecolgicos desbordan un marco de anlisis exclusivamente centrado en mbi-tos nacionales, y, por supuesto, cualquier programa de correccin de los mismos resulta escasamente viable si no se adoptan perspectivas globales ca-paces de evitar las conductas del tipo free rider (o rmora) por parte de naciones o actores nacionales y la imposicin de cargas excesivas a los pases insufi-cientemente desarrollados. Estos problemas han pa-sado al primer plano de la agenda de los principales gobiernos y las distintas instancias de colaboracin o gobernanza internacional, y han dado un fuerte impulso a nuevas fuerzas polticas y asociaciones que se apartan del perfil de los movimientos polti-cos convencionales y aspiran a promover decisiones de mbito global (Keck y Sikkink 1998).

    Por ltimo, las tecnologas avanzadas de la in-formacin, las compunications (informtica + te-lecomunicaciones), junto con la expansin de los medios de transporte y el acceso a los mismos, han contribuido a un grado significativo de universali-zacin de la cultura, as como a un consenso ms amplio en torno a una constelacin de valores b-sicos al margen de lneas divisorias nacionales, t-nicas, lingsticas o religiosas. Morgenthau seal hace ms de dos dcadas que When we say that this is One World, we mean not only that the mo-dern development of communications has virtually obliterated geographical distances with regard to physical contacts and exchange of information and ideas among the members of the human race. We

    2Como ya escribiera Marshall McLuhan en Un-derstanding Media: [...] after more than a century of electronic technology, we have ex-tended our central nervous system itself in a global embrace, abolishing both space and time as far as our planet is concerned.

    Sobre la base de esos cambios ha surgido 3un rea de estudio a medio camino entre la economa, las relaciones internacionales y la sociologa, la llamada Gobal Political Eco-nomy (Gill y Law 1988).

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    mean also that this virtually unlimited opportunity for physical and intellectual communication has created that community of experience, embracing all humanity, from which a world public opinion can grow (Morgenthau y Thompson 1985).

    Los estudios mundiales de valores impulsados por Inglehart (autor que participa en esta obra) desde hace tres dcadas documentan un signifi-cativo proceso de convergencia en la estructura de los valores de los individuos en amplias zonas del globo, sobreponindose a las lneas divisorias que algunas minoras organizadas y, en ocasiones, vio-lentas tratan de mantener sobre la base de credos religioso-morales (Inglehart et al. 2004).

    Pero no todas las variables empujan en la di-reccin de la constitucin de una comunidad y una polity globales. El propio Morgenthau puso de ma-nifiesto las importantes limitaciones que en gran medida siguen an con nosotros: Those who be-lieve that world public opinion is the direct result of the free flow of news and of ideas fail to distinguish between the technical process of transmission and the thing to be transmitted.

    Siguen existiendo sociedades o pases en los que los principios de la autoridad tradicional siguen primando sobre los de carcter secular-racional (por decirlo con la tipologa de Inglehart), obstaculizando el desarrollo de la democracia, el mercado y las li-bertades y los derechos individuales. Otro obstculo relevante para asentar la arquitectura institucional de la globalizacin sobre bases equilibradas es la obsolescencia de nuestro repertorio tico, necesi-tado de una adaptacin para hacerse cargo de los problemas globales del presente, entre ellos la po-breza y la gestin medioambiental a escala plane-taria, como viene sealando otro de los autores de este libro, Peter Singer (Singer 2009).

    Sin perjuicio de la existencia de un vector tec-nolgico que empuja a la mundializacin, a la pre-sencia a distancia en cualquier extremo del planeta, no cabe desconocer la presencia simultnea de vectores de direccin y sentido contrapuestos: los controles y barreras polticas nacionales y las co-ordenadas culturales de un mundo todava par-cialmente fragmentado llevan a interpretaciones de sentido distinto a propsito de los (prima facie) mismos tems informativos. Esas dismiles expe-riencias desde las que la misma informacin se leeo interpreta ilustran las dificultades para la emer-gencia de una opinin pblica global y el mante-nimiento de visiones del mundo tan radicalmente encontradas que eventualmente desembocan en el grave problema del terrorismo global, emergido con un perfil y una escala sin precedentes tras los brutales atentados del 11-S, el 11-M y el 7-J.

    En definitiva, aunque el trayecto recorrido haya sido mucho y algunas de las lneas divisorias ha-yan caducado, siguen existiendo demasiados retos de primera magnitud como para que la divisa un solo mundo pueda desplazar definitivamente a la dualidad en la que ha quedado la triloga acuada por Alfred Sauvy: el primer mundo de los pases al-tamente desarrollados con democracia poltica, el segundo mundo de los regmenes socialistas prc-ticamente extinguido y el tercer mundo integrado por los pases insuficientemente desarrollados.

    En ltima instancia, la barrera fundamental es la falta de un correcto entendimiento de la nueva realidad, la insuficiente incorporacin a los mapas mentales de los agentes pblicos y privados, de las coordenadas y los datos de la globalizacin. Ayudar a corregir estas carencias debe convertirse en un objetivo sistemtico de las ciencias particular-mente las ciencias sociales.

    En este sentido, la modelizacin de lo global, que experiment un auge en las dcadas de los setenta y los ochenta del pasado siglo, est regis-trando una renovada atencin, debida a la mayor potencia de los computadores, los algoritmos y las herramientas conceptuales y estadsticas y los mo-delos econmicos y las teoras sociolgicas y poli-tolgicas del presente. Mientras que los modelos globales del fenmeno del cambio climtico son objeto de cobertura hoy en da por parte de los medios de comunicacin, son menos conocidos los esfuerzos de los pioneros de la modelizacin global, a quienes resulta obligado rendir tributo, aunque sea brevemente.

    Las dcadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado conocieron un notable desarrollo de modelos mundiales o globales, inspirados en su mayora en la metodologa de sistemas. Esa gene-racin de modelos tena tres caractersticas que siguen siendo necesarias en el presente. Un carc-ter globalizador u omniabarcante, una proyeccin hacia el futuro (a medio e incluso a largo plazo) y una vocacin prctico-tecnolgica (dotar de instru-mentos para alterar las polticas y constelaciones de valores del presente, a fin de prevenir la ocurrencia de catstrofes regionales o globales).

    Entre esos modelos de primera generacin ha-bra que mencionar los estudios del Club de Roma, World Dynamics y The Limits to Growth. El segundo de los Informes al Club de Roma, debido a M. Me-sarovic y E. Pestel, Mankind at the Turning Point(1974), contribuy a la difusin entre la opinin p-blica de una sensibilidad global, trascendiendo los sistemas de coordenadas nacionales, pero estable-ciendo, a la vez, distinciones regionales o, dicho de otro modo, corrigiendo la visin excesivamente

    los problemasgenerados localo regionalmentetienen lacapacidad dehacer sentirsus impactosen el conjuntodel planeta.Sin embargo,eso no implicala existenciade un solo mundohomogneoy monoltico.

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 15

    homognea del planeta que presentaba el primero de los informes. Las estimaciones de tendencias llevadas a cabo por el World Integrated Model (WIM) de Mesarovic-Pestel partan de dos postulados: las sociedades humanas son subsistemas de un todomundial, sin perjuicio de que conserven su iden-tidad en marcos o agregados regionales: el mundo haba evolucionado hasta la condicin actual, en la que naciones y regiones alrededor del globo no slo se influyen mutuamente, sino que dependen fuertemente de las dems. Los nuevos problemas globales caractersticos de nuestra era actual, ta-les como la dependencia mundial respecto a unas existencias comunes de materias primas, los pro-blemas de suministro energtico y de alimentos, el uso compartido del medio ambiente fsico en la tierra, el mar y la atmsfera, etc., adems de los lazos tradicionales de tipo poltico, ideolgico y econmico, han contribuido a esta transicin. La comunidad mundial parece ser un sistema, con lo cual queremos decir un conjunto de partes in-terdependientes, y no slo un grupo de entidades prcticamente independientes como en el pasado. Consiguientemente, muchos de los problemas ge-nerados local o regionalmente tienen la capacidad de hacer sentir sus impactos en el conjunto del planeta. Sin embargo, eso no implica la existencia de un solo mundo homogneo y monoltico, cosa desmentida por la evidencia.

    Esas cautelas metodolgicas de los primeros es-fuerzos modelizadores necesitan ser mantenidas hoy, en un contexto en que el nfasis excesivo en las tendencias homogeneizadoras de la globalizacin puede hacer perder de vista la existencia de procesos y estructuras locales dotadas de grados de libertadamplios, as como la interaccin entre ambos.

    Los nuevos conocimientos de las ciencias del medioambiente y las ciencias sociales, junto con la formidable potencia del instrumental estadstico y computacional del presente, deberan permitir una mejor comprensin de la dinmica global, ofreciendo marcos robustos susceptibles de ser trasladados a la sensibilidad de la ciudadana y los mapas men-tales de los agentes decisorios pblicos. Precisa-mente, nuestra fundacin va a iniciar, como una de sus lneas preferentes, su apoyo a la investigacin multidisciplinar y el dilogo sobre cuestiones de la sociedad global.

    GLOBALIZACIN y CRISIS: HACIA uNA NuEVADINMICA DE LA GLOBALIZACIN?

    Como ya hemos visto, la globalizacin no es un fe-nmeno estrictamente nuevo, aunque en nuestro tiempo haya alcanzado una magnitud y una com-

    plejidad antes desconocidas. Tampoco son nuevas las crisis financieras: se conocen desde que existe el dinero. Y desde que los sistemas financieros al-canzaron cierto grado de desarrollo se caracterizan invariablemente por los rasgos que defini Minsky (1972): cadas abruptas de los precios de los ac-tivos (financieros y/o reales), quiebras de empresas (financieras y/o no financieras), deflaciones (o r-pidas desinflaciones) y fuertes perturbaciones en los mercados de divisas; elementos que pueden combinarse en distintas formas y proporciones.

    Las crisis financieras tampoco son poco habitua-les. Charles Kindleberger, en su ya clsico Manias, Panics & Crashes (1978) recoge ms de 30 crisis de importancia en Europa Occidental y Estados Unidos en los dos siglos que van desde 1729 hasta la Gran Depresin. Uno de los primeros anlisis de la crisis asitica (FMI 1998) destacaba que entre 1975 y 1997 se haban producido unas 240 crisis financie-ras en los diferentes pases del mundo.

    A pesar de la elevada frecuencia de las crisis (aproximadamente 20 al ao) en un periodo de acelerado avance de la globalizacin, no existe evi-dencia (Bordo et al. 2001) de que la globalizacin cause las crisis. En cambio, s hay abundantes prue-bas de que la globalizacin favorece la extensin el contagio de las crisis y multiplica su impacto. No poda ser de otra forma. Tal y como resume el historiador Niall Ferguson, Globalization is about connectivity and integration (Ferguson 2003).

    Si el alto grado de globalizacin alcanzado es clave para explicar la virulencia y la amplitud de la crisis actual, es pertinente preguntarse cul ser el efecto de esta crisis sobre el proceso de globalizacin.

    Esta es la cuestin sobre la que Vyrynen y Ca-nals centran sus contribuciones, y la que subyace en otros artculos de este libro. A pesar de ello, en esta introduccin me gustara apuntar unas consi-deraciones basadas en mi experiencia al frente de un banco transnacional, es decir, un agente activo de la globalizacin en una industria en el centro de la crisis y profundamente afectada por ella.

    Muchos analistas han planteado que la crisis va a suponer un fuerte retroceso de la globalizacin, tal y como ocurri con la Gran Depresin de los aos treinta del siglo pasado.

    Desde luego, ya hay pruebas de un fuerte im-pacto negativo inicial de la crisis: los flujos financie-ros internacionales se han reducido, y, por primera vez en mucho tiempo, el volumen de comercio in-ternacional disminuy en trminos absolutos en 2008, y continuar hacindolo en 2009.

    Tambin se observa un rebrote del proteccio-nismo: varios pases han elevado diferentes aran-celes, y en muchos lugares se han producido

  • 18 las mltiples caras de la globalizacin

    llamamientos por parte de las autoridades a con-sumir productos nacionales.

    Las dificultades de algunas grandes compaas multinacionales a raz de la crisis han desencadenado otras reacciones polticas que favorecen a los nacio-nales en detrimento de los extranjeros: apoyos a los bancos condicionados al crecimiento del crdito en un propio pas, ayudas a las reestructuraciones indus-triales que buscan desplazar los cierres de fbricas y/o los recortes del empleo a otros pases, etctera.

    En definitiva, la influencia poltica nacional ha cobrado un peso mucho mayor en las empresas trasnacionales. Este fenmeno alcanza su mxima expresin en la banca. Hoy por hoy, los gobiernos participan en el capital de bancos que representan ms del 75% (en Estados Unidos) o el 40% (en Europa) de la capitalizacin del sector antes de la crisis. Este poder de los estados se ve reforzado por otros mecanismos de ayuda pblica sin contrapar-tida accionarial, pero que en la prctica son tambin instrumentos muy poderosos de control.

    Por otra parte, muchos analistas geopolticos se muestran preocupados por un aumento de la ines-tabilidad global causado por el deterioro de las con-diciones econmicas generales y las debilidades de Estados Unidos y el resto de los pases occidentales desarrollados que la crisis ha puesto de manifiesto.

    Incluso antes de la crisis, y a pesar de unas condiciones econmicas extraordinariamente favo-rables, la globalizacin era objeto de fuertes crticas en ciertos sectores de opinin. Y la crisis ha dado nueva fuerza a sus adversarios.

    Sin embargo, existen tambin motivos para pen-sar que esta ola de globalizacin es distinta de las anteriores: hay diferencias en el volumen absoluto y relativo de los flujos de prstamos internacionales, comercio e inversin, as como en la magnitud y el grado de integracin de los mercados financieros, el nmero y la proporcin de personas que viven y trabajan en pases extranjeros

    Y, lo que es ms relevante, hay diferencias cua-litativas, que yo resumira en dos aspectos funda-mentales:

    Primero, la existencia de organizaciones y me-canismos de coordinacin internacionales que, por imperfectos e insuficientes que sean, ayudan a gobernar la actividad financiera y econmica inter-nacional. De hecho, a diferencia de lo que ocurri durante la Gran Depresin, en esta crisis las auto-ridades econmicas de los distintos pases han reaccionado con decisin, y sus actuaciones fun-damentales han sido coherentes a nivel global.

    Y segundo (y seguramente ms importante), ste es el proceso de globalizacin que ms rpida, amplia y profundamente se ha extendido por todo el mundo.

    La globalizacin ha tenido un efecto transforma-dor en la economa, la cultura y la sociedad de una intensidad y rapidez sin precedentes. La prosperidad global de los ltimos veinte aos con altos creci-mientos sostenidos en casi todo el mundo tiene un denominador comn: la participacin de un mayor n-mero de pases en la economa global, su integracin en los flujos comerciales y financieros internacionales.

    La globalizacin ha ayudado a mejorar las condi-ciones de vida y las oportunidades para prosperar de muchos ciudadanos del mundo, mejorando la salud, la educacin y, en sentido amplio, la difusin de la informacin y el conocimiento, como han recono-cido incluso crticos acrrimos de la globalizacin como Joseph Stiglitz: Globalization has given many people in the developing world access to knowledge well beyond the reach of even the wealthiest in any country a century ago (Stiglitz 2003).

    A lo largo de las dos dcadas previas a la crisis, el porcentaje de personas que viven en situacin de pobreza extrema (con menos de un dlar por da) en los pases en desarrollo se ha reducido a la mitad. Y aquellas reas donde la pobreza no se ha reducido (en especial, el frica subsahariana) son precisa-mente las que han permanecido en mayor medida al margen de la globalizacin (a este respecto, vase, por ejemplo, Dollar y Kraay 2002 y 2004).

    Pero an ms diferenciador es el hecho de que la globalizacin se haya individualizado gracias a la revolucin de las telecomunicaciones y la informa-cin. Internet se ha convertido en una herramienta personal que integra la vida de cada individuo en un universo de informacin, contactos y posibilidades de desarrollar todo tipo de actividades. Ya no se trata slo de un cambio econmico, sino tambin cultural, de modos de vida, que vuelve este proceso de globalizacin mucho ms rpido, complejo e in-controlable que cualquiera en el pasado.

    La globalizacin es hoy en da un proceso tan mul-tiforme, con una base tan amplia y tan profunda, que no existe voluntad poltica en el mundo capaz de aco-razar su sociedad frente a las influencias exteriores.

    Ahora bien, este proceso que ofrece tantas opor-tunidades comporta tambin ciertos riesgos. Un par de ellos es, sin duda, el mayor riesgo de contagio y la mayor rapidez en la extensin de las crisis, que finalmente conducen a amplificar su impacto, con sus correspondientes secuelas de recesin y au-mento de la pobreza y la desigualdad.

    Por su parte, los cambios culturales y sociales que se desarrollan sobre sustratos muy diferentes y a ritmos distintos en las diversas ideas del mundo incrementan tambin el potencial de conflicto.

    En este marco, la globalizacin facilita la ex-tensin de los problemas, y los lleva a una escala

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 19

    que hace imposible que ningn pas u organizacin pueda afrontarlos por s solo: desde el cambio cli-mtico y el deterioro del medio ambiente hasta la proliferacin nuclear, la inmigracin ilegal, el crimen organizado, el terrorismo o las pandemias.

    Por eso la reaccin ms adecuada ante la crisis no es combatir la globalizacin, ni tampoco aceptar pasivamente sus consecuencias indeseadas, sino in-tentar desarrollar las polticas que permitan potenciar sus ventajas y prevenir o limitar su impacto negativo.

    En primer lugar, necesitamos gestionar la salida de la crisis de la mejor manera posible para todos. Y, adems, sentar las bases de un orden econmico y fi-nanciero menos vulnerable a los desequilibrios, y que permita sostener tasas elevadas de crecimiento y ar-ticular soluciones a los grandes problemas globales.

    Por lo que se refiere a la salida de la crisis, es fun-damental que las instancias internacionales espe-cialmente el G-20, pero tambin los organismos multilaterales (el FMI, la OMC, etc.) eviten ac-ciones que atenten contra la integracin comercial. Los programas econmicos de estmulo y las ayu-das nacionales a empresas o sectores deben coordi-narse suficientemente y evitar polticas cambiarias de beggar-thy-neighbor que alienten las devaluacio-nes competitivas y exacerben la inestabilidad de las divisas. No menos importante es la coordinacin de las exit strategies (la vuelta de los tipos de inters a niveles ms normales en el medio y largo plazo, y la correccin gradual de los enormes dficits fiscales que se estn generando).

    En cuanto a las grandes cuestiones globales que antes citaba, este libro ofrece una panormica am-plia y autorizada: Loayza se centra en la lucha contra la pobreza; Broecker, Lovejoy y Laurance abordan el cambio climtico y el deterioro medioambiental; y Tomlinson, Gumbrecht, Inglehart y Singer abordan, desde distintas pticas, la complejidad de los valores culturales, religiosos y ticos de nuestra poca.

    Afrontar todas estas cuestiones exige, a su vez, mecanismos mejores y ms participativos en el diseo y la aplicacin de soluciones, es decir, una renovacin y un fortalecimiento de los esquemas de gobernanza global. En este volumen, Scholte plantea una propuesta ambiciosa.

    La configuracin del G-20 como el foro princi-pal de discusin de los temas globales ha sido un paso significativo. Pero slo es un primer paso en un camino muy difcil. En definitiva, se trata de asumir las necesidades de un nuevo orden global, que necesariamente habr de funcionar sobre la base de un multilateralismo muy complejo en el que se contraponen los intereses globales con los nacionales y los de otras mltiples redes geogrficas o deslocalizadas que la sociedad civil virtual est

    generando. Una de las caractersticas fundamen-tales de la globalizacin, como seala Dicken en su ensayo para este libro, es que, lejos de aplanaro simplificar el mundo, la globalizacin crea mlti-ples geografas relevantes, algunas supranacionales, pero otras subnacionales aunque altamente glo-balizadas, como las ciudades globales a las que Saskia Sassen les dedica un ensayo en este libro. Y en este marco slo se puede avanzar a partir del reconocimiento de la interdependencia, el respeto a todas las partes y el trabajo por el inters comn.

    Los cambios de las actitudes, los valores y las estrategias a nivel geopoltico slo sern sostenibles y conducirn a resultados positivos si se correspon-den con cambios igualmente profundos en las ac-titudes, los valores y las estrategias de los grandes agentes privados de la globalizacin, es decir, las grandes empresas transnacionales incluyendo entre ellas a los bancos.

    GLOBALIZACIN,CRISISyCAMBIOENLAINDUSTRIAFINANCIERA

    Un captulo muy importante en la agenda global in-mediata es el de la industria financiera en general y el sector bancario en particular.

    Esto es as porque el sector financiero es un mo-tor fundamental del desarrollo que ha contribuido de forma muy destacada al crecimiento y la me-jora globales del bienestar en las ltimas dcadas. Y tambin porque el sector financiero ha tenido, lamentablemente, un papel fundamental en la g-nesis y el desarrollo de la crisis.

    Ciertamente, en muchas instituciones financie-ras se han cometido errores graves en el anlisis y el control del riesgo que se han traducido en apalan-camientos a todas luces excesivos. Han primado la codicia y el afn de obtener grandes beneficios en muy poco tiempo, a su vez favorecidos por unos in-centivos diseados de manera errnea.

    Pero todo esto fue posible porque, simultnea-mente, ha habido fallos graves en la regulacin y la supervisin de las entidades financieras.

    Y, desde luego, se han producido errores de juicio muy importantes en las polticas macroeconmicas: debera haber sido evidente que un largo periodo de tipos de inters extraordinariamente bajos, creci-miento rapidsimo de la liquidez y acumulacin de desequilibrios de la balanza de pagos conducira en un momento u otro a problemas muy graves.

    Nada de esto es nuevo: difcilmente se encon-trar una crisis en la que no haya habido unos inter-mediarios financieros imprudentes, una regulacin y supervisin insuficiente o ineficaz y errores en la gestin macroeconmica.

  • 20 las mltiples caras de la globalizacin

    Pero en esta crisis haba un factor diferencial clave: el altsimo grado de internacionalizacin (glo-balizacin) de la industria financiera, que se tradujo, entre otras cosas, en la elevada exposicin de mu-chos bancos en todo el mundo a un conjunto de activos que resultaron altamente txicos.

    A raz de la cada de los precios de estos activos en los mercados se puso en marcha un crculo vi-cioso que constituye lo que podemos llamar la pri-mera fase de la crisis: las prdidas desencadenaron decisiones de venta de estos activos, pero la falta de liquidez impeda llevarlas a cabo. Esto, a su vez, deprimi an ms los precios de esos activos txicos y de aquellos que no lo eran, e increment an ms las prdidas y la carencia de liquidez. Final-mente, todo ello result en un credit crunch global, que es el principal factor desencadenante de esta recesin, la ms grave de los ltimos setenta aos.

    El peligro de una crisis bancaria generalizada y unos efectos devastadores sobre la economa glo-bal fue la primera preocupacin de todas las auto-ridades del mundo. Y la reaccin ha sido rpida y de una contundencia sin precedentes: hemos visto drsticos recortes en los tipos de inters oficia-les, inyecciones masivas de liquidez, una exten-sin generalizada de las garantas de los depsitos y cuantiosos apoyos pblicos al capital de muchas entidades, algunas de las cuales tuvieron que ser rescatadas in extremis.

    Todo ello evit el colapso del sistema financiero internacional, marcando el fin de la primera parte de la crisis.

    Ahora nos encontramos en la segunda fase econ-mica de esta crisis, en la que el efecto negativo pre-dominante es el impacto de la recesin en los bancos, en forma de cada de la actividad y sobre todo deterioro de la calidad de su cartera de crdito, con un crecimiento sostenido de la morosidad.

    Nos encontramos ante un sistema financiero glo-bal muy debilitado que afronta un entorno econmico muy desfavorable. En este momento los indicadores cclicos apuntan al inicio de la recuperacin. Sin em-bargo, esa recuperacin es de una magnitud y una du-racin muy inciertas, a la vista de los desequilibrios acumulados en la economa global incluyendo, muy destacadamente, los elevados dficits pblicos y el ingente volumen de deuda pblica en la mayor parte de los pases desarrollados.

    Este es el entorno en el que la industria financiera global va a tener que abordar la tercera fase, espec-ficamente bancaria, de la crisis: una transformacin radical para adaptarse a los profundos cambios in-dustriales y tecnolgicos de las ltimas dcadas.

    El avance tecnolgico ha afectado a todas las industrias. Pero donde ha tenido efectos verdade-

    ramente disruptivos ha sido en aquellas cuyos pro-ductos son susceptibles de almacenarse, procesarse y transmitirse de forma digital.

    Por ejemplo, en la industria del automvil hemos visto cambios importantes en las ltimas dos dca-das, pero los productos y los procesos de produc-cin y distribucin siguen siendo esencialmente los mismos. Comparemos esto con lo que ha ocurrido con la industria de la msica, en la que durante los ltimos cinco aos se ha producido la revolucin que media entre el DVD distribuido a travs de tien-das y Spotify, que permite el acceso en cualquier momento a una variedad prcticamente infinita de grabaciones a un coste inferior al que antes costaba acceder a una hora de msica.

    Pues bien, el producto de la industria bancaria se parece mucho ms a la msica: sus materias primas son el dinero y la informacin; ambas son reducibles a bits (en el caso del dinero, a lo que llamamos apuntes contables); y son transmisibles de forma instantnea a un coste casi nulo.

    Sin embargo, si observamos especialmente en el caso de la banca minorista los procesos de dis-tribucin de la industria bancaria, son mucho ms parecidos a los del automvil que a la msica. Si-guen descansando en redes de oficinas fsicas donde se distribuyen productos y servicios muy homog-neos, prcticamente iguales para todos los clientes. Sin duda, existen canales remotos, pero se utilizan principalmente para realizar transacciones banales y, en mucha menor medida, para la contratacin de productos y servicios masivos (comoditizados).

    Hoy en da, en la banca las ganancias poten-ciales en eficiencia (y, por lo tanto, en precio), en conveniencia para los clientes y en posibilidades de personalizar la oferta para cada necesidad son incalculables.

    Hasta ahora, esta transformacin no se ha pro-ducido por diversos motivos entre los que hay que contar la regulacin especfica para la banca y la propia bonanza para el sector en los ltimos aos. Pero ahora va a resultar inevitable. En pri-mer lugar, porque en cualquier momento surgir de la red un modelo de negocio financiero que tendr un efecto absolutamente disruptivo en el sector. Y en segundo lugar, porque la propia crisis financiera ha alterado y seguir alterando el statu quo.

    Por otra parte, un horizonte previsible de menor expansin de la actividad que en la dcada pasada (incluso cuando la economa global se recupere) y una regulacin que va a girar hacia un mayor rigor en trminos de requerimientos de capital y provi-siones, proteccin de los consumidores, etctera tender a reducir el crecimiento y la rentabilidad de la industria financiera. Este contexto hace an

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 21

    ms necesaria una mejora radical de los niveles de eficiencia de la industria.

    Parte de esa mejora puede venir por la va de la consolidacin del sector. Efectivamente, en el sis-tema bancario global existe un importante exceso de capacidad instalada que la crisis ha puesto clara-mente de manifiesto, y que los efectos de la propia crisis ya han comenzado a corregir.

    Pero las mejoras en eficiencia que puedan conse-guirse por esta va son limitadas. Por eso resulta inevi-table el cambio en la industria hacia un modelo mucho ms apoyado en la tecnologa que permita reducir los costes de produccin y distribucin de forma radical.

    sta va a ser una transformacin difcil. Pero llevarla a cabo con xito es fundamental, porque la construccin de un sistema financiero global ms robusto, eficiente e inclusivo es imprescindible no slo para la recuperacin tras la crisis, sino tam-bin para la mejora sostenida del bienestar de las personas de todo el mundo.

    Qu pueden hacer las autoridades para favore-cer este resultado?

    Est claro que durante los prximos aos se va a avanzar en la direccin de una regulacin y un con-trol de la actividad financiera mayores. Creo que esto est justificado, a la vista de los problemas a los que ha dado lugar el entorno extremadamente permisivo de los ltimos aos y los costes que ha supuesto para los contribuyentes de muchos pases del mundo, as como para el crecimiento y el bienestar globales.

    Pero ms importante que una mayor regulacin es que esa regulacin sea mejor. A mi juicio, esto significa tres cosas fundamentales:

    La primera, que los requerimientos de regulacin y supervisin sean lo suficientemente homogneos y coordinados a nivel internacional.

    La segunda, que las decisiones de los Gobiernos, as como de los reguladores y supervisores, promue-van (o al menos no obstaculicen) la consolidacin de la industria, que es una condicin necesaria aunque no suficiente para conseguir un sistema financiero global ms eficiente y estable.

    Y la tercera, que aseguren que los incentivos se alineen con el valor creado a medio y largo plazo.

    Las polticas y regulaciones pblicas sern un elemento importante que determinar el futuro de la industria bancaria. Pero el factor decisivo ser el comportamiento de la sociedad civil (incluyendo en sta a las propias empresas financieras).

    MIRANDO AL FutuRO: vALORES E INNOvACINEN uNA BANCA PARA LAS PERSONAS

    Todas las grandes empresas transnacionales in-cluidos los bancos han prosperado, hasta hoy, en

    un mundo caracterizado por tres elementos bsicos: primero, el avance tecnolgico; segundo, un poder creciente de los consumidores (las personas), cada vez mejor informados; y tercero, unos mercados cada vez ms globales, pero en los que siguen exis-tiendo diferencias muy importantes entre las dis-tintas regulaciones, culturas y estructuras sociales (lo que Ghemawat llama semiglobalizacin).

    El xito de estas empresas se ha basado en su capacidad para gestionar de manera eficaz estos tres elementos a la hora de crear ms valor.

    A partir de la crisis aparecen nuevos elementos de incertidumbre acerca de cmo evolucionar el proceso de globalizacin y, por lo tanto, cmo deben ajustarse las estrategias de las empresas.

    En este libro Pankaj Ghemawat centra su artculo en esta cuestin. Si algo puedo aadir es mi expe-riencia directa en la banca, un sector con impor-tantes especificidades, pero representativo de una industria en proceso de globalizacin acelerada y cuyas condiciones operativas y competitivas se han visto especialmente alteradas por la crisis.

    La actividad bancaria se funda en la confianza de sus clientes. sa es, adems, la mayor ventaja competitiva de los bancos frente a posibles agentes entrantes en el negocio principalmente aquellas empresas capaces de construir modelos alternativos sin los legacies de los bancos, por lo que resultan mucho ms giles y eficientes.

    La confianza de los clientes se refleja en la in-formacin sobre ellos mismos a la que permiten que los bancos accedan. Los bancos, apoyados en tecnologas cada vez ms sofisticadas, pueden convertir esa informacin en conocimiento. Y ese conocimiento, a su vez, puede servir para ofrecer a sus clientes soluciones a una gama ms amplia de necesidades, y soluciones que sean mejores, es decir, ms oportunas, convenientes y adaptadas a sus condiciones personales.

    Todo esto significa que la confianza es la base de la banca hoy en da y la palanca para su trans-formacin.

    Pero esos mismos clientes que histricamente han dado su confianza a la banca son cada vez ms exigentes, porque son conscientes de que tienen ms informacin y ms capacidad para ejercer el poder que la informacin les otorga. La tecnologa ofrece enormes posibilidades para coordinar las acciones de las personas, que ahora pueden ejercer un activismo mucho ms potente. En este marco, mantener esa confianza de los usuarios requiere, cada vez ms, no slo calidad en los productos y servicios, sino tam-bin una buena reputacin en trminos ticos.

    Todas las empresas han de ser gestionadas en un marco cada vez ms exigente de principios y

    Conceptos como los valores ticos, la transparencia, la prudencia, la conciencia de los problemas sociales o la sostenibilidad deben ser parte integrante de la cultura, la estrategia y la gestin diaria de los bancos.

  • 22 las mltiples caras de la globalizacin

    valores ticos. Pero esta exigencia alcanza muy es-pecialmente a los bancos. El comportamiento injus-tificable de muchos bancos y banqueros durante la reciente crisis y los enormes costes de ese compor-tamiento para el conjunto de los ciudadanos han erosionado la reputacin del conjunto del sector.

    Los bancos y los banqueros deben abordar un autoanlisis riguroso. Conceptos como los valores ticos, la transparencia, la prudencia, la conciencia de los problemas sociales o la sostenibilidad deben ser parte integrante de la cultura, la estrategia y la gestin diaria de los bancos. Deben tambin ser un vector clave en la comunicacin interna y externa.

    Esto va a requerir una revisin de algunos aspec-tos bsicos del paradigma de la actividad bancaria, comenzando por el propio concepto de valor creado para el accionista como objetivo final y vara de medirla gestin; la nocin de valor debe incorporar las percepciones de otros stakeholders y alinearse con los intereses de los accionistas a largo plazo.

    El gobierno corporativo y los esquemas de incen-tivos y remuneraciones, as como los contenidos y las formas de interaccin con la sociedad, tambin habrn de experimentar una revisin profunda.

    Junto con estos valores y su articulacin en la actividad y la comunicacin de los bancos, la inno-vacin debe ser otro elemento clave del nuevo para-digma de la banca. Nada de todo lo anterior tendr sentido si los bancos no son capaces de mejorar de forma drstica el servicio que les prestan a los clien-tes y la sociedad. Los bancos deben entender y uti-lizar de forma inteligente la tecnologa para generar soluciones tiles para satisfacer las necesidades de las personas.

    La transformacin de la banca durante la ter-cera fase de la crisis de la que antes hablaba ser lo que les permita a los bancos hacer crecer sus mercados. Slo con capacidades tecnolgicas su-periores y niveles de eficiencia mucho mejores que los actuales podrn ofrecer nuevos productos y ser-vicios a sus clientes, as como proporcionar acceso

    a esos servicios a ms del 80% de la poblacin del mundo, para la cual los modelos actuales de banca convencional son demasiado costosos.

    Este gran salto adelante requerir, adems de valo-res e innovacin, un enfoque absoluto en las personas.

    Los bancos necesitan tecnologa, pero tambin el talento de las personas que configuren un nuevo modelo organizativo y cultural que se centre en las personas que son sus clientes. Y personas que sean capaces de entender las diferencias culturales, de hbitos y de intereses de otras personas en todas las zonas del mundo. La transformacin de la banca slo se conseguir mediante la bsqueda del talento, la diversidad y la flexibilidad necesarios para com-prender la diferencia y adaptarse a ella.

    Algunos de estos cambios de paradigma estn ya en marcha. Otros todava tienen que ser formu-lados con precisin. Lo ms importante es com-prender que la industria bancaria no est ante un mero reajuste financiero o tcnico: est en una en-crucijada filosfica.

    Todos estos cambios representan una amenaza formidable para los bancos existentes, pero tam-bin una gran oportunidad para aquellos otros que emerjan de la crisis con la suficiente solidez finan-ciera y, sobre todo, la capacidad y la voluntad de adaptarse e innovar.

    En BBVA estamos decididos a ser uno de estos l-timos. Desde hace cinco aos estamos siguiendo una estrategia basada en tres pilares (principios, personas e innovacin). Estamos trabajando para construir un banco con valores que sea capaz de crear valor de forma sostenida, generando y ofreciendo innovaciones tiles y reales, innovaciones para las personas.

    Esta estrategia es la que nos ha llevado a tener un comportamiento diferencial para con el conjunto del sector en el transcurso de la crisis, y la que so-porta nuestro esfuerzo por convertirnos en lderes de la transformacin del negocio bancario hacia un modelo mucho ms eficiente, que aporte mucho ms valor a las personas y al conjunto de la sociedad.

  • LA DINMICA COMPLEJA DE LA GLOBALIZACIN FRANCISCO GONZLEZ 23

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  • EL MUNDO NO ES PLANO PETER DICKEN 33

    QU EST SUCEDIENDO? MITOLOgA DE LA gLObALIzACIN

    La globalizacin est en todas partes, o eso parece. Una bsqueda en Google nos dar alrededor de 28 millones de entradas! Apenas transcurre un da sin que la invoquen polticos, acadmicos, hombres de negocios, sindicalistas, periodistas, comentaristas de radio y televisin, asociaciones de consumidores, grupos ecologistas y particulares. Sin embargo, aunque sea un concepto que hunde sus races en el siglo xix, como mnimo, y en especial en las ideas de Karl Marx, ha habido que esperar a los ltimos veinte aos ms o menos para que la globalizacin pasara a estar tan presente en el imaginario popular.

    Esta explosin de inters en la globalizacin refleja un sentimiento ampliamente extendido de que algo fundamental est sucediendo en el mundo, de que toda una serie de acontecimientos significativos est de algn modo interconectada bajo el amplio paraguas del trmino globalizacin. Esta sensacin de incertidumbre se ve intensificada por una creciente conciencia de que lo que sucede en un lugar se ve profunda y, en ocasiones, inmediatamente afectado por los acontecimientos del otro extremo del mundo. Por ejemplo, todava estn muy recientes los acontecimientos originados en un oscuro mercado financiero (el mercado norteamericano de hipotecas de alto riesgo) cuyas repercusiones han alcanzado de manera casi inmediata los lugares ms recnditos del planeta, dando lugar a la peor crisis econmica global en muchas dcadas. Hoy en da nos enteramos casi al instante, en tiempo real, de lo que est sucediendo al otro lado del mundo. Por otro lado, muchos de los artculos que utilizamos en nuestra vida diaria proceden cada vez ms de geografas de produccin crecientemente complejas cuya escala, si no es totalmente global, al menos s que es muchsimo ms extensa, y su puesta en escena, cada vez ms intrincada. De hecho, muchos productos tienen un componente geogrfico tan complejo, al participar diferentes pases en su fabricacin y montaje, que las etiquetas de origen prcticamente carecen de sentido.

    Por desgracia, el hecho de que el trmino globa-lizacin se haya convertido en moneda corriente no ha impedido que sea tambin uno de los peor utilizados y entendidos. De hecho, ha desencadenado una pltora de mitos universalizadores acerca de lo que aparentemente sucede. Como afirma Strange (1995, 293), se sirve de l con demasiada frecuencia una serie de pensadores poco rigurosos que mezclan toda clase de tendencias coincidentes slo en lo superficial... y a eso lo llaman globalizacin, sin molestarse en separar lo importante de lo trivial,

    ya se trate de causas o de efectos. Entre los mitos ms repetidos que siguen vigentes estn los relacionados con su geografa, y ms en concreto los que dicen que estamos experimentando la muerte de la distancia y el fin de la geografa. Segn Friedman (2005), el mundo es plano. Segn Ohmae (1990), el mundo es un lugar sin fronteras.

    Tales afirmaciones encierran algo de verdad, desde luego. Los avances tecnolgicos en el transporte y las comunicaciones han conseguido comprimir el tiempo y el espacio. Pero, aunque el mundo haya menguado en cierto modo, esto ha sucedido y sigue sucediendo de un modo sumamente desigual. Mientras que las primeras economas mundiales y las grandes ciudades cada vez estn ms prximas en trminos de tiempo relativo y costes, otros pases menos industrializados o las ciudades pequeas y las reas rurales se estn quedando claramente atrs. La superficie del espacio y el tiempo es muy flexible. Mientras que unas partes se reducen, otras se amplan en trminos relativos. Es evidente que no en todo el mundo se estn beneficiando igual de los avances tecnolgicos en el transporte. En ese sentido el mundo no es, en absoluto, plano.

    Lo mismo es cierto para la tecnologa de las comunicaciones, de la que podra decirse que est transformando las relaciones econmicas globales. Los avances tecnolgicos en comunicaciones por satlite y cable han transformado radicalmente la relacin entre la distancia geogrfica y los costes de transmitir y recibir informacin. Sin embargo, al igual que ocurre con los transportes, no todos los lugares estn conectados por igual, y no parece que lo vayan a estar de momento. Todas las nuevas inversiones en tecnologa de comunicaciones y transportes estn orientadas prioritariamente al mercado, y slo se destinan all donde hay posibilidad de lograr mayores beneficios econmicos. El efecto acumulado es que se refuerzan determinadas rutas de comunicacin a escala global que a su vez acentan la importancia de los nodos (ciudades/pases) que estn en esas rutas. Incluso Internet tiene una geografa muy desigual (Zook 2005). Desde luego, no es plana.

    Del concepto de mundo sin fronteras se extraen conclusiones similares. Aunque, sin duda, las fronteras polticas han ido abrindose de forma progresiva al flujo de materias primas, mercancas y recursos financieros (pero en bastante menor medida a las personas), las fronteras nacionales siguen siendo muy importantes. Y no es slo porque en los ltimos treinta aos se haya multiplicado el nmero de estados independientes, sino porque los estados en s siguen desempeando un importante papel en la economa global como depositarios de instituciones, prcticas y culturas diferenciadas, como reguladores

    Los avances tecnolgicos en el transporte y las comunicaciones han conseguido comprimir el tiempo y el espacio. Pero las grandes ciudades cada vez estn ms prximas en trminos de tiempo relativo y costes, otros pases menos industrializados se estn quedando claramente atrs.

  • 34 las mltiples caras de la globalizacin

    de la actividad econmica a lo largo y ancho de sus territorios, como competidores y colaboradores de otros estados, sobre todo en el seno de instituciones gubernamentales internacionales como el FMI y la OMC, o en asociaciones econmicas regionales como la UE, el TLCA y la ASEAN. Por lo tanto, las fronteras estatales actan como factores de discontinuidad en el mapa econmico global. Es rotundamente falso que el mundo no tenga fronteras.

    En conclusin, esas ideas de un mundo plano y sin fronteras no son ms que mitos. Por desgracia, sin embargo, proyectan imgenes discursivas muy poderosas y con gran influencia en el modo en que los responsables econmicos y polticos toman las decisiones que afectan a nuestras vidas. Pero estn muy equivocados. La globalizacin no significa el fin de la geografa. En un sentido muy real, la globa

    lizacin es geografa. Se trata de todo un conjunto de fenmenos (econmicos, sociales, culturales y polticos) que se dan de forma muy desigual y con una fuerte diferenciacin geogrfica. Implica ampliar e intensificar a la vez los procesos y las relaciones que abarcan todo el espectro de las escalas espaciales, las cuales se reconfiguran continuamente a travs del cambio espacial (en la misma escala geogrfica) y el cambio escalar (cuando se intercambian procesos entre distintas escalas espaciales). La globalizacin, de hecho, es producto y generador de geografas mltiples de una escalaridad dinmica y tremendamente compleja (Dicken 2007).

    gEOgRAFAS DE LA gLObALIzACINECONMICA

    Uso deliberadamente el trmino geografas porque el mapa que vemos depende fundamentalmente de la lente geogrfica que utilicemos. Desde lejos, vemos que predomina lo que hemos denominado la trada: la concentracin de la actividad econmica en tres regiones mundiales Norteamrica, Europa y Asia Oriental. Pero al enfocar ms de cerca vemos un mosaico muy diferenciado de ciudades y lugares. La escala por defecto en la mayora de los anlisis de la economa global se situara ms o menos entre esas dos escalas, ya que slo disponemos de datos de conjunto sobre la produccin, el comercio y las inversiones a escala nacional. Sin embargo, existen escalas intermedias en las que podemos identificar geografas concretas como, por ejemplo, los centros de actividad econmica asociados a fronteras internacionales, en las que la escala y el tipo de esta actividad estn marcados justamente por la existencia de la frontera. Como sucede entre Estados Unidos y Mxico.

    La escaLa nacionaLLa figura 1 muestra la distribucin desigual de la industria y el comercio, mientras que la figura 2 muestra una desigualdad an mayor en la inversin extranjera directa (IED). Alrededor de cuatro quintas partes de la produccin industrial y los servicios globales y casi dos tercios de la produccin agrcola se concentran en tan slo 15 pases. Entre un quinto y un cuarto del comercio mundial de bienes, servicios y agricultura favorece a los dos pases lderes en cada sector. En el caso de la inversin extranjera directa el panorama es similar: casi un 90% de la inversin extranjera directa procede de 15 pases, y los dos principales inversores, Estados Unidos y el Reino Unido, acaparan un tercio del total mundial. Ms de la mitad de la IED en pases en desarrollo se concentra en cinco pases, y casi un tercio slo en China (incluida Hong Kong).

    FIgURA 1

    Mapas globales de la industria y el comercio.Fuente: Dicken 2007, figuras 2.6 y 2.12.

    PRODUCCIN INDUSTRIAL

    (MILES DE MILLONES DE DLARES)

    1,750

    1,000

    500

    100

    1

    COMERCIO EXTERIOR(MILES DE MILLONES

    DE DLARES)

    IMPORTACIONES EXPORTACIONES

    1,300

    500

    100

    10

  • EL MUNDO NO ES PLANO PETER DICKEN 35

    Aunque Estados Unidos mantiene su presencia dominante en el mapa global, su importancia relativa ha decado notablemente con la aparicin de nuevos competidores. En concreto, la cuota de mercado de Estados Unidos en las exportaciones mundiales ha cado desde un 17% en 1963 hasta casi un 8%. Al mismo tiempo, su cuota del mercado de las importaciones ha subido desde menos del 9% hasta casi un 15%. En consecuencia, Estados Unidos tiene un enorme dficit comercial. Europa como regin es el mayor mercado del mundo. Sin embargo, y a pesar de ser la regin polticamente ms integrada del mundo, la economa europea presenta en realidad ndices de crecimiento econmico muy dispares durante las dos ltimas dcadas. En los ltimos aos la geografa econmica se ha vuelto an ms complicada y desigual, debido a la aparicin de las economas de transicin de Europa del Este a partir del colapso del sistema sovitico en 1989.

    Estados Unidos y Europa han sido el ncleo de la economa global durante muchas dcadas. Pero esta posicin est ahora claramente en entredicho. Sin lugar a dudas, el cambio global ms importante en la economa mundial de los ltimos cuarenta aos ha sido el renacimiento de Extremo Oriente. Este renacer es consecuencia de varios procesos, como el ascenso de Japn tras la Segunda Guerra Mundial y el rpido crecimiento durante la dcada de los ochenta de la economa en los nuevos pases industrializados como Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwn, seguidos de cerca por las economas emergentes de la regin.

    El acontecimiento ms reciente y, probablemente, ms importante acaecido en Extremo Oriente es, desde luego, el (re)surgimiento de China, que ha cobrado de la noche a la maana un inusitado protagonismo en la economa mundial. Entre 1980 y 2006 su ndice de crecimiento (del PIB en su conjunto, y de la industria en particular) ha sido el ms alto del mundo, con tasas medias anuales cercanas al 10%. El promedio anual de crecimiento en las exportaciones era del 13% en la dcada de los ochenta, y del 14% entre 1990 y 2006. El resultado es que China es ahora el cuarto productor mundial, el segundo exportador de bienes de consumo (superando a Japn) y el tercer importador. A pesar de su momentneo auge, la India va por detrs de China en muchos aspectos, aunque tiene un enorme potencial de desarrollo.

    En contraste, la historia de Amrica Latina nos habla en gran medida de un potencial desperdiciado. Los pases latinoamericanos son de los ms ricos del mundo en recursos naturales. Varios de ellos tambin cuentan con una dilatada trayectoria de industrializacin. Algunos, como Brasil y Mxico, tienen un gran nmero de habitantes. Y a pesar de eso la mayora de sus economas no tiene un papel demasiado destacado en el nuevo trazado del mapa econmico global. Su modesto rendimiento econmico contrasta drsticamente con el de Extremo Oriente. Ninguno de estos pases sobresale como exportador. En los ltimos veinte aos el crecimiento medio de sus exportaciones ha sido bastante inferior que el de las economas de Extremo Oriente.

    FIgURA 2

    Mapa de la inversin extranjera directa. Fuente: Dicken 2007, figura 2.22.

    STOCKS DE IDE(MILES de MILLONES

    DE DLARES)

    FLUJOSDE SALIDA

    FLUJOSDE ENTRADA

    2,000

    1,000

    500

    10010

  • 36 las mltiples caras de la globalizacin

    Al lado de las zonas de fuerte crecimiento aun con sus diferencias en la economa global (las que estn en la cspide, por decirlo de alguna manera) se encuentran partes del mundo cuyo crecimiento sigue siendo muy limitado. Se trata de las periferias persistentes. Todos los mapas nos cuentan ms o menos la misma historia: la mayor parte del continente africano y algunas zonas de Asia y Amrica Latina constituyen los puntos ms bajos en el mapa de la economa global. El frica subsahariana, como se ha dicho a menudo, es la zona ms extensa con una economa perifrica. Es una regin del mundo sumida en la ms profunda miseria, y cuya existencia supone uno de los mayores retos sociales para el siglo xxi. El mapa de la renta per cpita (figura 3) muestra descarnadamente la extrema desigualdad geogrfica en la economa global.

    La microescaLa: Las ciudades como focos de acTividad econmica

    Si pudiramos observar la Tierra desde una gran altitud y nos fijramos en su superficie econmica, seramos incapaces de detectar el tipo de casillas econmicas nacionales que hemos tenido que utilizar como base para nuestro anlisis del mapa econmico global en el apartado anterior. Sobre todo si nuestra observacin tuviera lugar de noche, veramos agrupaciones diferenciadas, identificadas por la iluminacin en las aglomeraciones de actividad localizada. Desgraciadamente, no disponemos de datos as desglosados que nos muestren detalles de la industria, el comercio y la inversin. Pero es vital subrayar el hecho fundamental en este anlisis, a saber, la naturaleza especfica y acumulativa de la mayor parte de la actividad econmica. El indica

    dor de microescala de agrupaciones de actividad econmica accesible de forma ms amplia es el de las ciudades del mundo (figura 4). Prcticamente toda la actividad industrial y empresarial est situada en zonas urbanas.

    Es en estas ciudades y las regiones en las que se encuentran donde se concentra la actividad econmica de una nacin, y no en una casilla estadstica. En todos los pases nos encontraremos con una diferencia considerable entre ciudades y regiones perifricas, no slo en cuanto a su especializacin econmica particular, sino tambin en sus ndices de crecimiento. En la mayora de los casos se trata de un reflejo de cada trayectoria histrica especfica. En otros, sin embargo, estas diferencias pueden ser el resultado de decisiones polticas para desarrollar unas zonas del pas en lugar de otras. En algunos pases slo hay una o, como mucho, dos ciudades importantes. En otros hay una jerarqua urbana ms equilibrada, y la actividad est ms repartida entre ciudades de tamao muy similar.

    Sin embargo, cada vez es ms necesario pensar en las ciudades como en nudos de redes globalesque trascienden las fronteras nacionales. La ciudad est integrada en la economa global [...]. Hoy todas las ciudades son ciudades del mundo (King 1983, 7, 15). La importancia de cada ciudad vara no slo por su nmero de habitantes, sino tambin y esto es ms importante por las funciones que desarrollan y la influencia que ejercen. En concreto, los analistas de las ciudades del mundo (Sassen 2001; Taylor 2004) hacen hincapi en el papel de los servicios de alto nivel (sobre todo los financieros y empresariales) y su desigual concentracin en determinadas ciudades, creando una red jerrquica

    FIgURA 3

    Un mundo desigual: geografa de las rentas. Fuente: Dicken 2007, figura 4.1.

    ESTADOS UNIDOS13.886 millones

    de dlares

    RENTA naCional bRUTA per cpita

    Rentas altas (> 11.905 dlares)

    Rentas mediasaltas(3.856 11.905 dlares)

    Rentas mediasbajas(976 3.855 dlares)

    Rentas bajas (< 976 dlares)

    RENTA naCional bRUTA

    El tamao de los pases es proporcional a su renta nacional bruta:

    Renta baja (< 976 dlares) = 100.000 millones de dlares

    REINO UNIDO2.608 millones

    de dlares

    ALEMANIA3.197 millones

    de dlaresJAPN

    4.813 millones de dlares

    Todos los mapas nos cuentan ms o menos la misma historia: la mayor parte del continente africano y algunas zonas de Asia y Amrica Latina constituyen los puntos ms bajos en el mapa de la economa global.

  • EL MUNDO NO ES PLANO PETER DICKEN 37

    global. En esta microescala el mundo no slo no es plano, sino que es claramente como los dientes de una sierra (Florida 2005).

    La impronTa de geografas anTerioresLas cuatro figuras anteriores son meras instantneas en un momento del tiempo de lo que ciertamente es un proceso de conformacin y reestructuracin del mapa econmico global en continua evolucin. Las viejas geografas de produccin, distribucin y consumo dejan paso constantemente a nuevas geografas. Pero lo nuevo no elimina de golpe lo antiguo. Por el contrario, aqu entra en juego una serie de complejos procesos interdependientes. Lo que ya existe aporta las condiciones previas para lo que va a desarrollarse.

    Hoy en da, el mapa econmico global es consecuencia de una prolongada evolucin durante la cual las estructuras y relaciones de un periodo histrico sirven para dar forma a las estructuras y relaciones del periodo siguiente. Los restos de anteriores especializaciones geogrficas siguen influyendo en lo que sucede hoy. A lo largo de unos trescientos aos, ms o menos desde el siglo xvi, se ha ido desarrollando la divisin del trabajo, que se intensific cuando las economas de Occidente iniciaron su industrializacin (con las economas atlnticas a la cabeza, sobre todo Reino Unido, algunos pases de Europa Occidental y, posteriormente, Estados Unidos) y llegaron a constituirse en el ncleo dominante. Claro que con el tiempo la situacin se fue haciendo ms compleja, y geogrficamente diferenciada. Algunas economas del ncleo experimentaron un declive pro

    gresivo hasta llegar a una condicin semiperifrica, mientras que otras nuevas emergan, sobre todo a finales del siglo xix y principios del xx.

    Este mapa econmico nuclearperifrico persisti a grandes rasgos hasta que estall la Segunda Guerra Mundial, en 1939. En aquel momento la industria estaba marcadamente localizada en el ncleo. El 71% de la produccin industrial mundial se concentraba en tan slo cuatro pases, y casi el 90%, tan slo en 11. Japn produca un 3,5% del total mundial. El grupo de los pases del ncleo industrial venda dos tercios de sus exportaciones a la periferia y absorba cuatro quintos de sus materias primas. Desde entonces se ha producido una profunda transformacin de la economa mundial. Nos encontramos con un nuevo mapa geoeconmico que, aun conservando restos del antiguo, es muchsimo ms complejo que hace tan slo unas dcadas.

    Geogrficamente, la economa global es cada vez ms multipolar. Nuevos centros de produccin y nuevas divisiones geogrficas del trabajo han emergido en lugares que histricamente haban sido perifricos o semiperifricos respecto a la economa mundial. El cambio ms notable ha sido, desde luego, el resurgir de Asia, y especialmente de China, como regin ms dinmica del mundo. En 1700 la cuota asitica del PIB global era del 62% frente al 23% de Occidente. Hacia 1950 esas posiciones casi se haban invertido, y el PIB combinado de las economas occidentales supona casi un 60%, mientras que el de Asia (incluido Japn) apenas era del 19%. Esto se debi sobre todo a la relativa decadencia econmica de China y la India. En 1700 sus PIB combinados

    FIgURA 4

    Principales ciudades del mundo por nmero de habitantes.Fuente: Dicken 2007, figura 2.26.

    PObLACIN(MILLONES)

    ro de Janeiro

    so pauLo

    Buenos aires

    ciudad de mXico

    Los ngeLes

    nueva yorK

    Londres

    eL cairo

    esTamBuL

    mosc

    Tehern

    Karachi

    yaKarTa

    caLcuTa

    daKardeLhi

    BeiJingseL

    ToKio

    osaKashangai

    canTn

    maniLa

    12 o SUPERIOR(NOMbRADOS)

    6 - 11,99

    3 - 5,99

    1,5 - 2,99

  • 38 las mltiples caras de la globalizacin

    representaban casi un 50%, y en 1950 slo eran un 9%. Hoy por hoy, las cosas estn volviendo a su es-tado original, y a una velocidad vertiginosa. Al mismo tiempo, muchas regiones del mundo siguen desaco-pladas en mayor o menor medida de sus motores de crecimiento econmico. Por lo tanto, el mapa econ-mico global nos muestra un paisaje de picos altsimos de prosperidad y profundos agujeros de miseria, entre los cuales hay llanuras de mayor o menor grado de ri-queza. No slo es que el mundo no sea plano: es que cada vez se vuelve menos plano (Stiglitz 2006, 57).

    El actual mapa econmico multipolar muestra dos tendencias clave. La primera es que podemos identificar una creciente dispersin geogrfica, al surgir nuevos centros de produccin, comercio e inversin. Pero la medida de dicha dispersin sigue siendo relativamente limitada, y desigual en grado sumo: la globalizacin no ha dado lugar a una equi-paracin universal de la actividad econmica. La se-gunda tendencia es, por tanto, la persistencia de un alto nivel de concentracin geogrfica. Los procesos de localizacin de la actividad econmica siguen siendo muy poderosos. De hecho, la agrupacin o concentracin geogrfica de la actividad no slo persiste, sino que es la norma. Incluso actividades como los servicios financieros, que desde un punto

    de vista puramente tecnolgico podran localizarse en cualquier lugar, siguen estando muy concentra-das geogrficamente en unas cuantas ciudades.

    Darle forma al mapa: la tramaDe losprocesosDe globalizacin econmica

    En la seccin anterior hemos explorado los cam-biantes contornos del mapa econmico global, des-tacando su inmensa desigualdad geogrfica y su carcter efmero. Estas geografas dinmicas de la globalizacin son el resultado de acciones y rela-ciones sumamente complejas entre instituciones y agentes econmicos, polticos y sociales, todos lo cuales estn profundamente arraigados e inmersos en estructuras geogrficas concretas. La naturaleza de ese enraizamiento, el contexto en el que se ha creado, es muy influyente (aunque no determinante) en el desarrollo posterior de los procesos y la con-ducta de los agentes.

    La figura 5 nos proporciona una perspectiva si-nptica de los principales agentes y procesos impli-cados. Enfatiza la condicin de red de la economa global, que concibe los procesos de produccin, dis-tribucin y consumo en trminos de actividades co-nectadas a travs del flujo de fenmenos materiales e inmateriales (como los servicios) en circuitos y redes.

    Macroestructuras institucionales de la econoMa global

    Por supuesto, estas redes no estn aisladas. For-man parte de macroestructuras ms amplias de la economa global, y, al mismo tiempo, estn locali-zadas en las estructuras geogrficas que prevalecen en el mundo real. Las macroestructuras de la eco-noma global son las instituciones, convenciones y normas del sistema capitalista. Durante el medio siglo anterior se ha ido generando una tupida red de acuerdos multilaterales, instituciones y regme-nes globales y regionales, cumbres y organizaciones de polticas intergubernamentales (Held y McGrew 2007, 137). El Fondo Monetario Internacional, La Organizacin Mundial del Comercio y el Banco Mun-dial, junto con las reuniones de los G8, G20, etc. y multitud de sociedades internacionales emisoras de normas son los ejemplos ms sobresalientes de dichas instituciones globales.

    Esas instituciones no son ms que un aspecto del modelo sociocultural ms amplio que siguen todas las prcticas, normas y convenciones que conforman el da a da de la economa capitalista. Estas normas y convenciones afectan a la propiedad privada, la obtencin de beneficios, la asignacin de recursos segn las seales del mercado y la subsiguiente de-valuacin de la produccin industrial (mano de obra

    figUra5

    Una perspectiva geogrfica sinptica de los agentes y procesos de la globalizacinFuente: Dicken 2007, figura 1.3.

    Tr

    ayec

    toria

    s ev

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    ivas

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    ino

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    )

    Variedades de capitalismoconfiguraciones geogrficas especficas

    de prcticas e instituciones socioculturales

    Macro-estructuras (instituciones, convenciones, etc.) del capitalismo de mercado

    Circuitos y redes de interaccin que operan con la mediacin de diferentes relaciones de poder en redes de produccin globales y a travs de redes sociales transnacionales

    Distribucin geogrfica desigual entre buenos y malos, entre ganadores y perdedores

    proc

    esos

    resU

    ltaD

    os

    procesosDeanclaJe

    procesosDeanclaJe

    Directores generales Estados

    CompaasTrabajadores Consumidores

    proc

    esos

    esp

    acio

    -tie

    mpo

  • EL MUNDO NO ES PLANO PETER DICKEN 39

    incluida). Dichas instituciones y convenciones siguen manifestndose en configuraciones y lugares muy concretos (casi siempre en la escala del Estadonacin). En otras palabras, estn integradas territorialmente. La geografa del capitalismo en la economa global, por tanto, es sumamente abigarrada. Podemos afirmar que es desigual en todas partes.

    redes gLoBaLes de produccinDentro de esta macroestructura geogrficamente diferenciada, son sobre todo las acciones y, ms an, las interacciones entre las cinco redes de distintos agentes mostradas en la seccin central de la figura 5 las que dan forma a la cambiante configuracin de la economa global en sus diferentes escalas espaciales. Esas interacciones a veces son conflictivas, y a veces de colaboracin, pero, sobre todo, crean un sistema de relaciones de fuerza asimtricas. Unos agentes son, sin lugar a dudas, ms influyentes y poderosos que otros, especialmente las corporaciones transnacionales y los estados.

    La produccin de cualquier bien, ya sea un producto manufacturado o un servicio, implica una complicada articulacin de actividades individuales y transacciones a travs del espacio y el tiempo. Estas redes de produccin, el nexo de las funciones y operaciones interconectadas mediante las cuales se producen y distribuyen bienes y servicios, son cada vez ms complejas en su organizacin y su geografa. La figura 6 presenta un cuadro muy simplificado de un circuito bsico de produccin. Como puede verse, dicho circuito abarca no slo los bienes de la produccin (el valor aadido en cada etapa) sino

    tambin sus males (los valores negativos del impacto ambiental). Cada circuito individual est a su vez conectado a redes ms amplias de relaciones inter e intraempresariales. Se trata en realidad de estructuras sumamente complejas con intrincados enlaces horizontales, verticales y diagonales que forman entramados multidimensionales y de mltiples estratos de actividad econmica. Reflejan el hecho de que muchos de los procesos de produccin pueden fragmentarse y escindirse en su dimensin organizativa o geogrfica, o en ambas simultneamente.

    Las Redes Globales de Produccin (GPN), adems de conectar las empresas en estructuras de organizaciones mayores (como alianzas y relaciones clienteproveedor), tambin integran en ellas economas nacionales y locales. Estas interconexiones influyen enormemente en el bienestar econmico de lugares concretos. Al mismo tiempo, las caractersticas especficas de las economas nacionales y locales influyen en el funcionamiento y la forma de los procesos de escala superior. En ese sentido, la geografa importa, y mucho. El proceso es especialmente complejo porque, mientras que las economas estatales y locales son territorialmente especficas en esencia, las redes de produccin no lo son. Atraviesan las fronteras de formas muy variadas, que dependen en parte de barreras legales y de otros tipos, as como de las condiciones socioculturales locales, para crear estructuras de territorio discontinuo. Esto tiene importantes consecuencias en la correspondiente capacidad negociadora