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    BOLETN DE DISCUSIN INTERNACIONAL

    HACIA EL IV CONGRESO MUNDIAL

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  • Seis puntos para aportar a la discusin internacional El largo perodo de despolitizacin de nuestra corriente se est reflejando, ms que en ningn otro punto, en la dis cusin internacional que recin est comenzando. Partiendo de que esta realidad nos rebasa a todos quiero introducir

    t tos seis puntos a ladiscusin. Confo en que correctos o equivocados contribuyan a la trabajosa elaboracin colec

    tiva de todos los militantes de la Internacional, bien para negarlos, bien para desarrollarlos. De todos, el ms impor

    tante es el punto I, sobre cul es la tarea que a mi enten der tienen planteada hoy los partidos de nuestra Interna cional, a partir de los cambios que estn en curso en el

    mundo.

    I. Sobre la situacin mundial y las tarcas de nuestros partidos

    Creo que hay que partir de la discusin de hecho instala da sobre cul es el elemento determinante de la actual si

    tuacin poltica mundial, si el ascenso o la crisis de direc cin revolucionaria. Aparentemente, partimos todos de

    acordar, desde las Antitesis, que hay una agudizacin del segundo aspecto. Sin embargo, hay que reconocer que, has ta hoy, no est claro si todos hemos interpretado lo mismo de esa definicin.

    En mi opinin, loque plantea N.M. en Actualizacin... es que ascenso y crisis de direccin revolucionaria son

    los dos elementos determinantes en la actual etapa abierta en el '43. Y que lo son "en sus distintas combinacio

    nes". De ah que creo que, aunque por momentos parezca un "juego de palabras", es incorrecto simplificar en uno so lo de estos elementos como el determinante, y lo que hay que precisar en cambio salvo que se hable de un cambio en el perodo histrico abierto en el '43 es si ha cambiado o no "esa combinacin", en qu sentido, y cmo influye ese cambio en nuestra orientacin y tarcas.

    Mi opinin es que hubo un cambio, muy importante, ha ciendo mucho ms importante e influyente en el curso de la

    situacin el peso de la crisis de direccin revoluciona ria. Si no vemos esto erramos en el anlisis y a partir de

    ah en nuestras tareas. No se interpreta casi nada de lo que hoy ocurre en el mundo. Es el gran cambio que se ha

    producido. Al mismo tiempo que esto ocurre, toda la etapa se sigue caracterizando por "los dos elementos determinantes en

    sus distintas combinaciones". Esta es mi nica diferencia con el planteo de L.H., que tiene para m el gran mrito de

    plantear a fondo el cambio, con la profundidad que necesi tamos plantearlo para rearmarnos, aunque con el error a mi entender de eliminar al simplificar el ascenso co mo el otro factor determinante, lo que lo lleva a minimizar

    el carcter de crisis total del imperialismo en la etapa abierta en el 74 con Vietnam.

    La observacin de la revolucin poltica ayuda a aclarar esto. Es que slo el ascenso

  • este factor. La resolucin, en cambio, ha retrocedido y lo vuelve a minimizar. La afirmacin de "un avance extraordi

    nario tambin en la conciencia* al referirse al proceso del Este y la URSS es directamente errnea. Este error central se refleja luego, a mi entender, en varios errores e impreci siones parciales de esta resolucin.

    Esto produce un cambio en nuestras tareas. Lo cen tral no es para m "la participacin en la reorganizacin del movimiento obrero" y la pelea "sindical' de la direccin, co mo se desprende de la resolucin, sino el rearme poltico estratgico de la vanguardia, empezando por nues

    tros partidos y los activistas quo lo rodean, en nues tra alternativa. No hoy posibilidad de que nuestros partidos avancen si no centran categricamente en esto, quo debe ser su tarea central.

    Este cambio en las tareas es do carcter global. No es que es ms difcil captar y no tanto dirigir luchas como

    induce la resolucin. Y no es as porque no hay una concien cia para la lucha y otra para la salida de fondo.

    Existe s una desigualdad. Pero la misma se plantea a partir de reconocer que la cris3 de direccin revoluciona ria, producto del tremendo peso que ha adquirido el atraso en la conciencia, se refleja globnlmcnte en toda nuestra actividad. En la captacin, en la influencia poltica, en la in

    fluencia sindical, en la posibilidad de dirigir las luchas. Y 3ue slo a partir de aqu estn los elementos de desigual

    ad. Esto es as porque hay una relacin muy profunda entre la crisis sobre la alternativa, la dificultad para que las consignas de transicin que es necesario que Ia3 luchas le vanten, sean tomadas por las vanguardias y sectores de las

    masas; y los problemas para que los mtodos duros y con tundentes que son necesarios para frenar la ofensiva bur guesa e imperialista mundial sean tomados por sectores de las masas. Slo por la combinacin de estas tres grandes di

    ficultades es que pueden continuar y aumentar permanen temente su ofensiva.

    As creo que lo viven diariamente nuestros militantes. La dureza para captar para nuestra salida alternativa lo es tambin para que para tomar el ejemplo del partido ar gentino sectores de la vanguardia tomen la poltica de

    abrir los libros o del control obrero en SOMISA, las nicas que pueden frenar la ofensiva patronal. Tambin para que sectores de la vanguardia de esa inmensa movilizacin que se produjo en Catamarca tomen Jurados Populares, la ni ca que poda impedir que la Iglesia retomara totalmente el

    control de la situacin, como sucede hoy da. Lo mismo para que sea tomado el mtodo contundente de la toma de f bricasdel que en la Argentina hay mucha experiencia, in

    cluyendo con rehenes, el corte permanente de ruta u otros que ayuden a triunfar. Es que todo, aunque participe con su particularidad y su desigualdad, est ligado a la crisis de la

    alternativa. As lo recuerdo y por eso creo que es un fen meno mundial de las charlas con el dirigente minero Igor de la URSS, cuando me relacion sus mtodos pacifistasy

    los de su movimiento obrero con la confusin sobre la al ternativa. "Nadie pelea a fondo si no saba adonde va" fue la frase en enero del '91 de este obrero de vanguardia de los mineros rusos'.

    Por ltimo este cambio se ve tambin en la incidencia del rol del partido. Un poto esquemticamente, agudizacin de'la crisis de direccin revolucionaria ha querido decir en varias luchas que con el partido actuando correctamente o sin l, el resultado es el opuesto. No parecido ni relativo.

    Opuesto. Por la profunda relacin entre salida de fondo, consignas y mtodos. No armar a fondo en esto, para se

    alar recin a partir de ah las desigualdades es no ir a fon do en los cambios de la situacin, y por lo tanto arriesgar

    nos a nuevos y profundos errores. Por eso tenemos que ser claros. La tarea para todos los partidos, sea cual sea su tamao e insercin, es, en esta coyuntura mundial que va adems a ser prolongada por lo que est enjuego construirse y consolidarse como par

    tidos de vanguardia, y no por la crisis interna que vivi mos sino por la situacin mundial. Por la "distinta combina cin". Es necesario disipar toda confusin, porque adems de lo ambiguo de la resolucin el objetivo de influencia de masas esta planteado en los documentos 5 y 6 de la Inter nacional y porque tambin lo plantea la carta de la Interna cional al CC argentino del 7/8. Slo as se podr orientar a

    nuestra militancia para la nueva realidad, hacia lo que est hoy tan desvalorizada, y que es la tarea central: ganar a la vanguardia para nuestra poltica, para que la misma se

    aplique en las luchas, "organizar a los activistas", captarla para el partido a travs de un largo y sistemtico segui miento de meses. Esto no se hace ni se har hasta que se desprenda, clara y categricamente, como la tarea central de la actual situacin poltica: el rearme poltico estrat

    gico de la vanguardia, sobre todo en las luchas. Esto slo se hace "desde afuera", y se logra slo, a partir de la van guardia. Esta, que ha sido nuestra tarea "de toda la vida". est hoy ms planteada que nunca, no meno3. No nos va

    mos a rearmar hasta que no volvamos a hacerla, en toda su profundidad y como eje.

    Esto no significa cerrar la tarea de influencia de masas para la etapa, pero no est planteada ahora. Hay que reto

    mar para todos los partidos, el concepto del Documento del "84 del partido argentino "Ganemos para el socialismo revo lucionario a la nueva vanguardia", cuando con N.M. escribi mos y no cerramos la etapa: "Eso significa que, por ahora, ha quedado postergada la posibilidad de convertir

    nos en un partido con influencia de masas: Ahora tenemos que volver a la actividad propia de un partido de vanguar dia que consiste, esencialmente, en tratar de captar a la

    vanguardia'. La propia realidad nos dar sntomas claros de que podamos retomar el objetivo. Uno de esos sntomas ser que empezarn a entrar, a ser ganados para nuestra poltica, fuertes sectores do la vanguardia de las luchas. Es

    to hoy no se est dando y no es fcil. La crisis de la alterna tiva influye hasta en la posibilidad del muy lento surgi miento quizs aos de sectores a la izquierda, en el proceso de la revolucin poltica.

    Paralelo a esto, en partidos como el argentino, quiz tambin en otros hay que disipar la confusin, que arranc con el documento de setiembre del "87 (no es casual que ha ya sido despus de nuestro primer xito electoral) sobre que

    nuestra tarea es pelear la direccin do las masas, de to das y as en general. Esto no es as. En Argentina con el viejo equipo de DN del que fui parte, no slo no seguimos la

    definicin de N.M. del Balance de Actividades del '84 "ga nar al sector decisivo de la vanguardia, y, por eso medio, influir a un sector, del movimiento de masas", olvidndo nos de que era por ese medio, sino que pasamos directa mente a pelear por "ganar la direccin de las masas", plan teo que nunca nos habamos hecho antes del '87. Nosotros slo podemos pelear la direccin de sectores, nunca de las

    masas en general, salvo en el momento mismo de la con quista del gobierno. Y no de algunos sectores, sino slo de

  • los ms avanzados y dinmicos. La formulacin anterior es h'a directa de la concepcin electoral y de propaganda.

    A esto hay que agregar que hoy, esta lucha de sectores se hizo mucho ms dura y difcil como lo ha demostrado todo el

    ltimo ao en pases como Argentina. Es pues necesario terminar y desterrar hasta el ltimo vestigio de facilismo que introdujimos para terminar con la confusin y las des viaciones.

    Unido a estos dos aspectos, est la

  • tas. Y en esa lucha es donde ser decisivo nuestro rol, el de nuestra corriente y el trotskismo.

    Ligada a esto est la reivindicacin de la revolucin de Octubre que plantea L.H., a la que yo creo que hay que agragarle la de los siete aos de rgimen leninista. Ms an, creo muy importante seguir levantando para la URSS 'Ibda la verdad sobre Trotsky, el trotskismo o algo pa

    recido. La publicacin de todas las obras, actas, archivos de la verdadera historia de la Revolucin Rusa. Esto e3 una necesidad para rearmar a la vanguardia obrera, ya que por lo que cuenta T. y los compaeros, y lo que vi personalmen

    te aqu con Igor, no tienen la menor idea de su verdadera historia anterior, sobre todo, del contenido ms profundo del proceso de burocratizacin, su carcter de contrarrevolucin

    sangrienta. Dada la perspectiva histrica que tiene la lucha actual en curso, la reivindicacin de los siete aos de rgimen leni

    nista tiene que ser parte de nuestro programa, y una de las cuestiones que ms debemos explicar a la vanguardia. Lo que para N.M. fue "un perodo excepcional de la humani dad*. Y del que TVotsky escribiera ya en 1937 que "si la bu

    rocracia stalinist Jogra destruir los cimientos econmicos de la nueva sociedad, la experiencia de la economa planifi

    cada bajo la direccin bolchevique pasar igualmente a la historia como una de las ms grandes lecciones de la huma nidad*.

    Es nuestro modelo. Hoy debe estar en el programa, por que se hizo una necesidad presente para darle la alter

    nativa a la vanguardia. Por ltimo, la precisin en este punto tiene mucha im portancia tambin por la cuestin de las libertades. Se trata de presentar nuestro rgimen como la ms amplia demo cracia que haya conocido la humanidad". En este sentido, la

    resolucin minimiza la cuestin de las libertades porque exagera a mi entender cuando afirma que "las conquistas sociales en la URSS y en el Este han sido prcticamente li

    quidadas*. La explosin generalizada de la revolucin pol tica se da por la tremenda fuerza de la combinacin: setenta aos de opresin poltica total y comienzo del derrumbe de la economa. Esto no es lo mismo que li quidacin de todas las conquistas', aunque tienda a ello. El

    marco general en el que se dan los cambios sigue siendo el que plante N.M. de "los dos tipos de libertades". Adems e3 un error y confunde, no colocar este "derrumbe econmico"

    en el marco del "derrumbe econmico capitalista de carcter permanente" desde el '73. Sin relacin uno con otro es con

    fuso, y puede llevar a una concesin al imperialismo. Pero lo central es que no es as. Que es una exageracin. Que por eso se minimiza la cuestin de las libertades y el contenido de mxima democracia de nuestro rgimen leni

    nista de democracia obrera. '2. Internacionalismo. Como en el '85 creo que debe ser todo un captulo del programa. Justamente porque, ha biendo retrocedido cualitativamente con la disolucin de la

    III, se intenta ahora terminar de liquidarlo. 3. Deuda externa. Mi opinin es que tiene que mante ner la importancia que le dimos en el '85, porque sigue sien do la forma central de sometimiento econmico de los pases

    semicolonizados por el imperialismo, aunque ahora se agre guen otras formas. . -.'

    4. La lucha contra el imperialismo y su carcter mundial. No tiene ni la importancia ni la claridad progra

    mtica del Manifiesto del '85. Creo que ms que entonces hay que dedicarle todo un captulo del programa, haciendo hincapi en las luchas de los trabajadores de los pases me

    tropolitanos contra su propio imperialismo. Wligada ade ms' la importancia del punto sobre internacionalismo proletario.

    5. Socialismo o barbarie. Coincido totalmente en la importancia que tiene para nuestro programa actual, por que es la alternativa presente y no slo histrica si

    triunfa el imperialismo. Me parece en cambio un poco exa gerado que sea el punto que presida el programa. Para m, como en el '85, el punto de partida del mismo es el llamado

    a la lucha a las masas trabajadoras y populares, contra las miserias crecientes del capitalismo, inmediatamente a par tir de ah, y como alternativa al triunfo de nuestro rgimen de democracia obrera, debemos decir claramente que vamos

    hacia la barbarie. 6. La lucha contra el Frente por la Paz y la Demo cracia y su poltica. En primer lugar creo que hay que se guir llamndolo as, porque la cuestin de la paz est muy

    minimizada en la resolucin y sigue siendo un aspecto cen tral de la poltica del imperialismo y el Frente. Los acuer dos de pacificacin, preceden a los posteriores mecanismos

    electorales. Creo pues que hay que tomarlo en forma ms global, con eje en el acuerdo con las direcciones contrarrevo

    lucionarias. Y denunciar sus mtodos: pactos, acuerdos y las elecciones, aspecto en que la resolucin avanza mucho.

    Pero creo que est un poco invertido, a partir de lo electoral, alrededor del "viva las urnas* como centro de la poltica. Pe ro por el ascenso y la crisis, en lugares clave de la lucha de clases como Medio Oriente, todava no dieron los pasos pre

    vios a las elecciones, que son la "pacificacin" y el desmonte del ascenso armado.

    Como parte de esto est el anlisis del rol de la democra cia burguesa y sus instituciones, en la etapa de la contra

    rrevolucin econmica permanente. A mi entender, es to no es exactamente lo mismo que el aporte terico del bolchevismo sobre el rol de la democracia burguesa en la

    era de la decadencia imperialista. Creo que el carcter pre sente que adquiere la posibilidad de barbarie nos tiene que

    hacer intentar ajustar esto, incorporando por supuesto toda la elaboracin anterior. Esto ser muy til para evitar caer en variantes-"ultras" como alerta L.H. Pero para esto hay que tomar y responder tambin a lo nuevo. Y esto tambin

    porque la denuncia frontal del Frente y su poltica, al estilo de lo que hicimos con Contadora, es parte central de hacer

    ms fuerte nuestra alternativa para la vanguardia. 7. El FUH. Creo que sigue siendo la tctica privilegiada sobre todo en el Esto y la URSS, slo que con el enfoque de

    la parte I de esta minuta, es decir, para establecer los primeros grupos de propaganda, el paso inicial del par tido de vanguardia. Sobre todo por la proliferacin de pe queos grupos que buscan una salida y un programa, segn describen los compaeros que estn en la zona. Esa es la di

    ferencia con otros momentos, manteniendo el objetivo que le daba N.M.: una tctica para avanzar en la construccin del

    partido revolucionario. En este caso de su primer grupo. La otra perspectiva la de empalmar con corrientes de ma sas quedar abierta, pero hoy no est planteada por la re

    alidad. 8. En relacin al programa para la revolucin poli-

  • tica. Para m es ms claro plantear No a la restauracin capitalista como el punto central para la URSS y el Este (y lo del punto 1, pero en ese caso para la vanguardia y el proletariado mundial).

    En relacin al planteo del FT, coincido ms con el Docu mento 6 (donde figura) que con la resolucin actual (donde no figura). Y esto porque coincido con la visin de B.H. cuando plantea que, en las actuales luchas "el proletariado

    ruso est restableciendo su identidad como clase*. Y eso significa la necesidad de unirse en organizaciones sindica les y partidos polticos.

    Es verdad que el planteo de un PT, que puede ser absor bido por los mecanismos de la reaccin democrtica, puede

    aparecer como una contradiccin con nuestro objetivo de desarrollar organismos revolucionarios. Pero se trata de

    una lucha viva, que no puede negar el inmenso atraso y disgregacin del que parte la clase obrera rusa y de toda la zona, su prdida de identidad" como describe T. La lucha por el carcter de ese PT, su relacin con los posibles orga

    nismos de doble poder, se dar a partir de responder a la necesidad de su formacin, y a nuestro tol en esa tarea. Se r en ese proceso de recuperar la unidad sindical y polti co que pelearemos contra la asimilacin de los trabajadores

    y su partido a los mecanismos parlamentarios. 9. Un ltimo agregado para hacer una referencia al pro grama levantado por la Plataforma de la T.M.

    La Plataforma Internacional de la T.M. argentina permi te por primera vez mostrar en toda la base de la Internacio

    nal las profundas diferencias polticas que existen en esta discusin iniciada hace ya ms de un ao. Ese es su gran mrito.

    Como esta minuta no est pensada para esa polmica no me desviar de su objetivo. Slo dir que para la discusin creo que la clave es el programa, a pesar de que lo que Impresione* sea el carcter decididamente "posadista* de

    sus anlisis. De las Tbsis del '90 al menos se poda decir que fueron escritas cuando el proceso recin comenzaba. In

    sistir despus de un ao y medio de crisis en ese tipo de anlisis slo demuestra lo alejados que estn d la realidad los dirigentes que suscriben ese documento. Creo que su propia base en este aspecto podr llamarlos a la refle xin. Esa reflexin que no'se produjo cuando la base de to das estas posiciones, ya levantadas en la polmica electoral

    del partido argentino, fueron tremendamente derrotadas con el salto en la revolucin poltica, y con el rol del PC ar

    gentino durante el golpe de agosto. Otros compaeros con mayor capacidad escribirn sobre este programa de la TM. En la ltima parte de esta minua yo tocar la cuestin del tipo de partido que proponen. Aqu

    slo dir sobre el programa que la poltica central del imperialismo, su articulacin en el frente con las direccio nes contrarrevolucionarias y el mecanismo de "paz y demo cracia*, aquello que fue quizs el captulo fundamental del

    programa del '85, que origin meses y meses de anlisis y poltica para enfrentar la poltica del imperialismo, ocupa apenas 40 renglones de un largo y pesado documento de 31 pginas.

    Y para colmo, para decir en esos renglones, en la pgina 22quisiera creer que fue un lapsus o un error de impren ta, pero s que no es as que hay que denunciar "a los par tidos burgueses". Y los pequeoburgueses?, y los aparatos burocrticos tipo PC?, y la burocracia sindical?

    Esta ubicacin frente a la poltica central del imperia

    lismo y su frente con los aparatos para aplicarla define es te programa, como defini las posiciones de estos dirigen tes durante la polmica electoral.

    III. Sobre la formacin poltica y terica Creo que la resolucin no da a esta cuestin la importan cia que tiene para la militancia de la Internacional. Habla de estudiar "sobre todo la realidad* sobre la que interveni

    mos, punto con lo que acuerdo, pero es insuficiente. Para poder hacer esto hay que partir de que tenemos las "herra mientas melladas* por haberlas usado tan mal, a lo que se agrega procesos no previstos, y sobre todo, se agrega que vi vimos un colosal proceso revolucionario que obliga a

    precisar, confirmar y ajustar nuestras herramientas te ricas.

    El punto de partida es que, en este terreno, estamos mal, desde la mxima conduccin para abajo. Y no por erro res de TVotsky y N.M. sino esencialmente por nosotros. Y estamos mal en medio de cambios mundiales enormes, que estn en curso. Tbda la escuela del '90 est mal, pero toda va no tenemos "la que est bien*, aunque sea a travs de

    aproximaciones sucesivas que vayan afirmando a los cua dros y militantes. As, estamos obligados por la lucha de clases a responder a problemas concretos muy pro*

    fundos con herramientas tericas muy "endebles". Creo que en los ltimos aos en el partido argentino estoy

    seguro ha habido una gran resistencia a darle enorme im portancia a la elaboracin terica. Si no ganamos esta bata lla contra nosotros mismos vamos a estar en grandes y gra ves dificultades, y vamos a seguir retrocediendo. Lo

    necesitan nuestras direcciones y nuestros militantes. Es in dispensable tomar a fondo en toda la Internacional ete pro ceso de formacin poltica y terica. B.H. me plante esta cuestin alrededor de una cita de Engels: "la lucha de clases es una cuestin poltica y tambin una cuestin terica*. Y

    hoy estamos en medio de cambios profundos en la lucha de clases.

    La experiencia del partido argentino de haber desapro vechado los aos de mayor acercamiento de trabajadores es

    una leccin. Al marxismo se pueden acercar muchos, pero pocos o nadie se queda, y menos en este perodo, si no se lo forma.

    Tanta importancia doy a este punto que creo que es uno de los aspectos a tomar ms en cuenta para resolver el lu

    gar de radicacin de la direccin de la Internacional. Este tiene que ser entre otros elementos tambin de mu cha importancia all donde ms posibilidades pueda

    tener, participando de la lucha de clases, de elevar su comprensin poltica y terica do los nuevos fenme

    nos e impulsar la formacin de las direcciones nacionales y la militancia de la Internacional, que no se va a producir si

    no damos respuesta correcta, poltica y terica, a los nue vos hechos en curso. No creo exagerar en absoluto en esto

    punto. Asimilando aos de errores, esta elaboracin, sobre todo la terica, debe ser lenta y colectiva, pero no existir con la magnitud que la realidad lo requiere sin un centro que

    tenga claro el problema y una poltica a fondo frente al mis mo. Creo que debe ser un punto central, especfico, de la resolucin. i ,\: v- .

    '' Armando ''' 6

  • CC: Santiago, Oaky, Roberto M., Daniel J., Juan C. Catamarca Crdoba: Jos Y, Jos K., Estela, Marcela, Yeyo; Susi, Pollo, Edgar, Yeye, Jos, Chipi, Pancho, Manuel

    Ch.,Bety, Turco, Julio R. Salta San Luis Tucunin: Jiani; Jorge; Zeta, Mara, Rubn, Julia, Dany, Dolfi, Gustavo, Margot. Cipollcti Neuqun: Orlando; Cgureo. Almagro Pompoya San Tfelmo: Elisa; Leo; Veron, Ne

    gro R. Medios Riglos Liniers La Boca: Marcelo; Manuel;

    Mara T.; Gallego. Morn - Matanza - A. Brown: Col, Adrin (JS); Cepillo,

    Moruna, Fierro, Rodolfo, Daniel (UOM).

    Lans Quilmes - Bcrazatcgui: Beto; Lucho; Graciela. Moreno Lomas M. Grande: Carlos; Marcelo, Correnti-no; Pablo. Munro - Zarate Campana: Jos Luis; Walter; Chiquitn. JS Papeleros: Marcelo; Andrs (CI). Merlo G. Sarmiento Pergamino: Nora C; Hebe, Eva;

    Pelado. Tres de Febrero Laferrere: Pelusa, Mary, Gur*; Gra

    ciela, Rosa, Eduardo, Julin.

    * Con reserva respecto al programa.

    Adhesiones al llamamiento de la mayora del CEI

    Nuevas firmas de adhesin al llamamiento publicado en el BDI Ns 13, del 28-11-91, titulado: 'Por un debate franco y dao".

    CC:Silva. SS: Cepillo). Crdoba Tucumn Rosario: Yeye, Jos, Chipi, Pancho, Manuel Ch., Bety, Turco Z., Julio R., Pollo; Gustavo; Laura S. TYes de Febrero- General Sarmiento: Gallega,

    Pelusa"), Mary), Gur); Eva), Hebe

  • Desgraciadamente, las concepciones que aqu criticamos volvieron a manifestarse a lo largo del debate electoral. Especialmen te en los textos "Primero la estrategia" y "Una fundamentacin equivocada". En esos materiales, se vuelve a sostener el frente con

    carcter estratgico con el PC, como el "puente" entre las luchas inmediatas y la conquista del gobierno; se vuelve a quitar el ca rcter de clase a la "democracia", etctera.

    Este hecho creo que hace ms importante la crtica a las posiciones que sostuvimos estos aos y por eso pedf la publicacin del texto para el Congreso nacional, aunque no pude completarlo con la polmica contra las posiciones que se volcaron en la discu sin electoral. Por eso lo presento sin cambios al texto original.

    NA

    INTRODUCCIN La crisis de la Internacional y la forma especialmente aguda y diferenciada que tiene en el partido argentino re quiere una discusin profunda.

    La bancarrota terica y poltica de la direccin del partido argentino hacen indispensable un debate sin concesiones que permita una ruptura con las concepciones terico-polticas revisionistas que pusieron al partido al borde de cambiar su carcter bolchevique. Es un paso indispensable para reorien tarnos a un camino ortodoxo, trotskista-morenista. Sin l,

    sin una clara ruptura 'ideolgica" con las concepciones de es tos aos, no hay posibilidad de reorientarnos consecuente

    mente. El Congreso del partido argentino de mayo de 1990 consu m las concepciones y las desviaciones que se desarrollaron

    por lo menos a lo largo de dos aos en la direccin argentina. La organizacin, la presentacin, los informes y los discursos,

    los invitados, los documentos y las resoluciones, etctera, ha cen un todo que significaban un salto en las desviaciones y

    nos pusieron al borde de cambiar el carcter del partido. El Proyecto de Balance de Actividades aprobado por la mayora en el CC del partido argentino desarrolla correc

    tamente la crtica en base a las actividades y posiciones del partido. Sin embargo, en dicho balance se afirma:

    "Uno de los revisionismos ms peligrosos es el que tiene que ver con el carcter de la revolucin argentina y el rol de

    nuestro partido... se baraj como hiptesis por parle de al gunos de los dirigentes del partido, que nuestro partido pue

    de llegar al gobierno empujado por una gran movilizacin popular callejera, que lo meta de hecho en la Casa Rosada'

    Y ms abajo afirma: "Este tipo de hiptesis no quedaron en informes; por el deterioro del rgimen partidario, fueron

    bajando hacia la base del partido aunque ningn organismo haba votado esas barbaridades formalmente por escrito, porque era la concepcin de la revolucin argentina y del pa

    pel del partido en ella hacia la cual se desviaba la vieja di reccin".

    En realidad, fue algo ms que una hiptesis barajada por algunos dirigentes y que no slo fueron bajando hacia la base del partido, sino que tuvieron conseciencias un poco ms gra ves.

    Uno de los pocos.lugares donde la direccin argentina de sarroll en forma global y sistemtica su "concepcin revisio

    nista" de la revolucin argentina, fue el informe al Congreso Mundial de abril del '90. Justamente esas "tesis" y el debate del Congreso fueron la preparacin del Congreso Nacional.

    Por eso no hubo "zafadas" o "exabruptos" de tal o cual diri gente en el Congreso argentino. Este se basaba en una con cepcin terica, globalmente revisionista, presentada al Con greso Mundial. Por estas razones hay que considerar como un documento fundamental, para la crisis del partido argen tino y de la Internacional, el informe del partido argenti

    no al Congreso Mundial. Este documento es, desgraciada

    mente, desconocido en las filas del partido argentino, y creo que en las filas de la Internacional.

    Es realmente tan importante el informe?

    Sin dudas, el informe en cuestin es muy importante. Es el informe a un Congreso Mundial. Es el informe del partido ms importante. Lo es en circusntancias particularmente im

    portantes: por primera vez en la historia de nuestro movi miento el partido ms grande y de mayor tradicin se dispona a conquistar el gobierno en uno o dos aos. Ms pre cisamente (lamentablemente se lleg a eso) le pona fecha: con las elecciones nacionales del '91.

    Es cierto que el Congreso Mundial del que hablamos pre tendi preparar a la Internacional para conquistar el gobier

    no en cualquier pas. Pero si bien esto es cierto, tambin te na una especial precisin: el partido (a), el ms grande y de ms tradicin, tendra que cumplir esa tarea en el perodo inmediatamente posterior al Congreso. Era una tarea que, segn los vaticinios delirantes, se cumplira

    antes del prximo Congreso Mundial. Para que no queden dudas, el informe comenzaba dicien do:

    "Pensamos compaeros, organizar el informe y tomar co mo eje del mismo, la tarea central que est planteada en esta etapa. Este es un Congreso muy importante, para discu

    tir las cuestiones clave de la lucha de clases, la situacin mundial, y en el caso nuestro, discutir el aspecto estrat gico que tenemos planteado.

    "...a lo mejor no es inmediato, se da dentro de uno o dos aos, pero es el problema de la conquista del go

    bierno. Lo que en realidad est planteado en la Argentina a partir de a crisis revolucionaria y el desarrollo del partido

    con influencia de masas es la posibilidad concreta del octubre. Que est planteado no significa que ya se d, inme diato, el tiempo poltico no es cronolgico, puede demorar

    se uno o dos aos. Pero creemos que es la tarea que es t planteada. Entonces, nos pareca que alrededor de eso tenemos que organizar el informe..." (los destacados son

    mos). Desgraciadamente, tenemos que debatir con un informe oral, con la copia de las actas grabadas, incluso no corregidas

    por el autor. Este hecho es inevitable.'Responde a una de las tantas irresponsabilidades (aunque no casualidades) y viola ciones de la direccin (a) al rgimen y a los organismos de la

    Internacional. Una direccin que se dispone a conquistar el gobierno fue incapaz (fue incapaz?) de presentar unas "tesis escritas" en lugar de "orales" al Congreso Mundial.

    Pero se quiera o no, el informe oral del compaero P. son las "Tisis de la revolucin argentina'de la direccin del parti do. Es la nica pieza donde el equipo que diriga el partido

    desarroll globalmente su posicin. Si la importancia de la discusin no qued del todo clara con la cita ms arriba reco gida, un poco ms adelante el informe deca: 8

  • (Que la conquista del gobierno)"...como toda tarea nueva plantea cuestiones polticas concretas, tcticas, pero tambin

    cuestiones tericas que estn planteadas y abiertas ... en ese sentido tenemos que tomar la discusin'.

    Puede sorprender a quien hoy lea esto que el CC (a) no co noci el carcter del informe, ni su contenido, ni tuvo partici

    pacin en su elaboracin, a tal punto que se conoci una des grabacin recin a mediados de junio como parte de la carpeta de informes del Congreso Mundial de abril y un mes

    despus del Congreso del partido argentino. Ya empezaba la discusin de la crisis de la Internacional y nuestro partido,

    debate y crisis en curso, y el informe que hoy nos ocupa, pas sin que alrededor de l se hiciera algn debate.

    Exageraciones o revisionismo?

    Hay una razn ms que hace indispensable este debate. Entre muchos cuadros del partido argentino est extendida la concepcin de que el problema fundamental del perodo

    anterior fueron las exageraciones de la realidad, que inflba mos todo, y que eso nos fue llevando a meter la pata junto a las debilidades de enfrentar una situacin poltica difcil y

    nueva. Tal vez (aunque slo es una hiptesis) este criterio puede anidar tambin en cuadros de la Internacional.

    Desgraciadamente, el problema fundamental que enfren tamos, no es slo que utilizamos una lente de aumento (o un inflador) al observar e interpretar la realidad poltica de la

    lucha de clases. La concepcin del carcter de la revolu cin, del partido, del programa y de la revolucin y conquista del gobierno del equipo de la direccin na

    cional eran absolutamente revisionistas, y fue el Con greso Mundial donde la direccin argentina hizo votar esta concepcin.

    CAPITULO I REVOLUCIN DE OCTUBRE MOHKNISTA O REVOLUCIN DE "OCTUBRE" DEMOCRTICA

    Y POPULAR DEiVTRO DEL RGIMEN DEMOCRTICO HURGUES

    Ya dijimos que la concepcin del informe es revisionista. Es globalmente revisionista, en el carcter de la revolucin, de las clases, del programa y del partido. Nada mejor de muestra la concepcin de la direccin argentina que la expli cacin con la que concluye el informe, la que nos vemos obli gados a citar en extenso:

    "No podemos descartar por ejemplo, es la primera revo lucin, asalto al poder a un rgimen democrtico bur gus en la historia, me parece, no s, alguien me corrige, no

    se dio, todas /a$ revoluciones se hicieron contra dictaduras, lo de Rusia fue un proceso ininterrumpido, y en medio de una guerra, pero todas las revoluciones posteriores a la

    rusa fueron a grandes dictaduras. El proceso de la democra cia burguesa, es un proceso que interviene en este proceso, c mo va a intervenir tambin. Nosotros no descartamos un

    desarrollo, una canalizacin por el proceso de radica-litacin poltica y por un proceso electoral muy gran de, que se d ahora, rpido, hacia el partido en algunos

    lugares. Por ejemplo, ahora hay elecciones en la provincia de Buenos Aires, nosotros no podemos descartar que en esas elecciones de la provincia de Buenos Aires, ahora est el pro

    blema del No, que ya es un lo brbaro, que se va a ir por

    ah, pero no podemos descartar el proceso electoral de matas frente al partido en la prov(ncia de Buenos Ai-ret. Y que eso coloque un problema terrible, porque una elec cin no puede ser una revolucin desde ya, pero que en la provincia de Buenos Aires haya elecciones, que tengan que proscribirnos, o saquemos muchos voto, nos ponga eso

    ante una situacin de crisis terrible al gobierno, o ganemos, que no podemos descartar, que haya un vuelco de masas

    terrible, como se dio en su momento con el FOCEP en Per, aunque no gan, oeiPTen Brasil, ese proceso electoral tam

    bin est abierto en un sentido, pero no es Lula, no es el FO CEP que termin como termin, ya sabemos, somos nosotros, y ese proceso puede tomar un proceso... qu pasa si no nos en

    tregan, si hay elecciones en la provincia de Buenos Ai res y no nos entregan, por ejemplo, ac ya hubo elecciones, gan un candidato obrero, Framini, en la provincia de Bue

    nos Aires en el '62 y no le entregaron. Y eso provoc, el tipo fue con un escribano a tomar la gobernacin, no es lo que ha

    ramos nosotros, pero eso provoc un ascenso brbaro, por que les reventaron la eleccin. Entonces eso est planteado, ese problema tambin. Y en ese sentido nosotros tenemos

    que estar abiertos, esta relacin de masas con el partido, qu combinacin va a haber, no sabemos' (Nota aclaratoria:

    en todas las citas del informe los destacados son nuestros. El texto corresponde a la desgrabacin entregada al CC en fecha ya sealada).

    Antes de entrar a debatir esta desgraciada y extensa cita es necesario una aclaracin para los lectores que no pertene cen al partido argentino. El informe habla de dos elecciones.

    La primera a la que hace mencin es el plebiscito de la de la provincia de Buenos Aire3 sobre la reforma de la Constitu cin provincial. El gobernador (PJ) y la oposicin (UCR) lla

    maban a votar por el Si. Por el No se dio de hecho un frente algo heterogneo. En un extremo estbamos nosotros, pero en un amplio abanico estaban: Rico, un teniente coronel fas-cistoide que dirigi las sublevaciones de Semana Santa y Monte Caseros; Albamonte, uno de los principales dirigentes

    de la UCeD, un partido de ultraderecha que llamaba a votar No para "que no se expropien los countrie3". Gan el No y, de ms est decir, la revolucin esperada no se dio y, nos queda ra esperar las elecciones que se efectuarn dentro de cuatro

    meses, aunque adelantamos que no se dar como vaticin el informe.

    La cita con la que iniciamos este captulo es la culmina cin del informe y guarda completa coherencia con las carac

    tersticas del mismo. Cosa que demostraremos a lo largo de este trabajo. Por eso no nos tenemos que engaar con afirma

    ciones tales como: 'no descartamos', 'no podemos dascartar' y 'tenemos que estar abiertos'. Tras esas aparentes especula ciones entre muchas hiptesis el informe nos introduce en las

    nicas que barajaba el equipo que diriga el partido argenti no en la perspectiva de la conquista del gobierno y a las que conduce directamente el conjunto del informe.

    Nos tomaremos el atrevimiento de ordenar un poco las afirmaciones de la extensa cita antes expuesta.

    1. Dice que es la primera revolucin...[contra]...un rgi men democrtico burgus ya que hasta ahora las revolucio

    nes siempre fueron a dictaduras y la Revolucin Rusa un pro ceso ininterrumpido (??). Que el rgimen democrtico burgus influir en el proceso revolucionario. Cmo? Canali

    zndolo por la va poltica y electoral. 2. Coherente con la apreciacin anterior, plantea la posibi lidad y la estrategia de la conquista del gobierno por la va electoral y dentro del rgimen democrtico burgus. Los che-

  • ques seran posteriores y producto de que no nos entregaran el gobierno que con justicia ganamos en la urnas. Por eso/ la nica consigna que se desprende para la conquista del go bierno sera democrtica: 'Que se respete el sufragio univer sal'.

    3. Consecuente con esta concepcin democrtica de la re volucin, el autor levanta un programa frentepopulista y de bloque de clases: el de los No. El que es reafirmado a travs

    de la mencin al referndum de la provincia de Buenos Aires. 4. Aunque no lo dice en forma expresa y en la cita slo se habla del partido, no nos podemos engaar, la conquista del

    gobierno por la va electoral es la conquista del gobierno a travs del Frente de Izquierda (IU), es decir con el PC y Vi cente. Cosa que a lo largo del informe se reafirma con ms claridad.

    Canalizacin electoral o adaptacin a la democracia?

    Es relativamente cierto que sera la primera revolucin contra un rgimen democrtico burgus. Digo relativamente si aceptamos el concepto de "ininterumpido* con el que se nos presenta la Revolucin Rusa. Lo que no es cierto es que hubo

    muchas revoluciones obreras que justamente abortaron en la etapa democrtica burguesa o bien que gracias a stas se

    prepararon derrotas catastrficas, fsicas de la clase obrera mundial.

    Si el autor fuera serio y no preparara con" esa afirmacin una capitulacin a la democracia burguesa tendra que decir que los partidos contrarrevolucionarios de la clase obrera

    mundial, gracias a la colaboracin de clases y el frentepopu-lsmo pudieron preparar grandes derrotas de la clase obrera. Que en muchos casos por inexperiencia o capitulacin de los revolucionarios pudieron hacer eso. Y, que justamente con el veneno de la democracia, la burguesa pudo pudrir muchas revoluciones.

    La revolucin que marc a nuestro movimiento'en la pos guerra fue una colosal revolucin qu conoci un amplio per odo de democracia burguesa y termin en una derrota que

    impidi que la IV Internacional se hiciera de masas. Las milicias obreras y campesinas fueron las nicas fuer zas armadas que quedaron en Bolivia despus del 11 de abril de 1952 y estaban dirigidas en su mayora por los trotskistas. Fue por la va del apoyo crtico al gobierno 'progresista" de

    mocrtico burgus del MNR que el trtskismo perdi entre el '52 y cl'66 la posibilidad de conquistar el gobierno.

    Si el anlisis se hiciera as, el inform debera detenerse en los alertas y peligros a los que se debe enfrentar una di

    reccin revolucionaria en este perodo, pero el objetivo del in forme va para otro lado, para el lado de la integracin com pleta al rgimen democrtico burgus por la va de que un proceso electoral pueda canalizar la revolucin y la prepara cin estratgica del partido en ese .Mhll

  • tituciones y, por supuesto, a su Estado mayor: el gobierno burgus que momentneamente dirige los resortes funda mentales del Estado.

    Pero un partido bolchevique no puede dirigir la oposicin al gobierno. A lo sumo puede, como en el caso del acto de Pla za de Mayo, dirigir una accin unitaria de distintos sectores contra el gobierno, o mejor dicho contra la poltica del gobier

    no total o parcialmente. Pero esto es un momento, una accin y punto. No puede erigirse en el jefe de la oposicin, aunque quiera y transforme, como lo hace el informe, esa unidad de accin espordica y momentnea en una estrategia general. No puede porque en la oposicin al gobierno hay otras clases

    sociales y fracciones de clases y sus respectivas superestruc turas polticas y sindicales.

    Usar as el trmino oposicin es perder toda barrera de clase y entra? con todo al rgimen democrtico burgus que

    necesita para subsistir un juego de oposicin. Ese juego de oposicin lo van haciendo distintos partidos y sectores.

    La afirmacin puede ser casual y no tendramos que ser tan duros con ella, pero toda la concepcin del frente y pro

    grama de los No, parte de esta concepcin. Siguiendo con el anlisis de la Plaza de Mayo el informe afirma:

    'Por primera vez en nuestro pas, me parece que como nunca se dio, estamos ante un frente del No de la clase obrera, de la pequeoburguesa, nunca fue tan amplio como ahora. Por lo menos en a historia poltica que yo co

    nozco, nunca fue tan amplio como ahora. Cuando fue el Cor-dobazo no tena esla amplitud, con a Libertadora en el '55

    ni hablemos porque haba un sector de la clase media que es taba con los gorilas, estaba del otro lado'.

    Ac no est fallando la lente con la que se analiza la reali dad. Ac estn fallando los principios. El partido trotskista no puede centralizar la oposicin policlasista al gobierno, donde converge la clase media, como clase. Por eso el informe aclara que nunca fue tan amplio, porque en la Libertadora haba un sector de la vereda de enfrente.

    Desgraciadamente, la clase media, o mejor dicho la peque oburguesa, se divide frente a la revolucin y tal cual fue con la Libertadora, un sector va a defender al sistema con las

    armas en la mano y no va a dudar de atacar fsicamente al movimiento obrero y sus organizaciones. Por eso e3 de revi sionistas y pacifistas pequeoburgueses querer unir a todo el

    pueblo, a todos los sectores de clase no-burgueses. El frente amplio, como nunca se vio en la historia segn el informante, entre la clase obrera y la clase media, es una ne gacin del marxismo y de los anlisis de clase con profundas implicancias para el programa, el carcter del partido y de la revolucin. Considerar la hiptesis terica de una revolucin que sume en forma completa a la pequeoburguesa es com

    pletamente revisionista. En la sociedad capitalista hay muchas clases explotadas y oprimidas por la burguesa: la clase obrera, el semiproleta-

    riado, la pequeoburguesa urbana, el campesinado, los lm-penes o marginales. Cada una de estas clases tiene su propio lugar en la produccin y en la sociedad, tiene objetivos y aspi raciones propios y, para alcanzarles lucha con sus propios mtodos.

    Todos estos sectores forman el pueblo y en las revolucio nes se dan distintas alianzas y se influyen unos sobre otros.

    La Revolucin Rusa signific una alianza entre el proleta riado y el carripsinado. El Partido Bolchevique tena dos po derosas palancas para impulsar esa alianza: las consignas de

    paz para un ejrcito mayritariamente campesino en gue

    rra y la de tierra, para los campesinos. Pero esta alianza tuvo limitaciones porque el campesinado despus resisti la entrega de las cosechas al Estado obrero.

    Volviendo a la Argentina, la revolucin es obrera pero ten dr una importante composicin popular, con sectores de la clase media y otros sectores que forman parte del pueblo, Por eso tenemos una consigna de gobierno obrero y popular que busca reflejar a estos sectores no-obreros. Pero pasar de esto

    a considerar que la clase media se suma de lleno a la revolu cin es una barbaridad.

    Es una barbaridad terica que niega el carcter de la pe queoburguesa como tal y que, por tanto, las revoluciones

    las dividen. Y es una negacin completa de la realidad concreta argen tina de ese momento. Empezando por lo que ocurri cuando

    fueron los saqueos y se dio el rosariazo y saqueos en el Gran Buenos Aires. Qu pas con la clase media? Se enfrentaron a tiros distintos sectores y hubo uno, el que defenda los co mercios, que tir contra otro3 sectores populares que pugna ban por llevarse alimentos.

    Revolucin proletaria o revolucin popular

    Ac hay en discusin un problema decisivo que hace en parte a nuestra razn de ser. lodo lo que dijimos sobre las clases no niega, o no es para negar, que puede haber revolu ciones populares, dicho de otra manera, no-proletarias, en lo que al sujeto social se refiere. La historia de la posguerra es

    t llena de ejemplos. China, Cuba, etctera. Lo que esas revo luciones no pueden dar es origen a un rgimen leninista, de democracia obrera, justamente porque no son hechas por la clase obrera.

    N.M. era fantico de esta definicin y todos sus ltimos trabajos son una reafirmacin tajante de esta concepcin. Por eso queremos detenernos un poco en este problema.

    Antes sealamos de la alianza obrero-campesina que lle v adelante la Revolucin Rusa. Pero esta alianza no era una

    suma algebraica. 'En el rgimen sovitico la estructura bsi ca son los soviets de obreros y campesinos. Dado el abruma dor peso numrico de los campesinos, te impone un tipo de

    representacin que garantice la mayora obrera y tu control del aparato del Ettado' (Las revoluciones del si glo XX, N.M., destacados mos). Esta era para N.M. una de

    las cuatro caractersticas del rgimen leninista. Por eso de batiendo con Mandel y el SU que consideraban a los soviets una organizacin de "todo el pueblo" incluyendo a las fbri cas, las unidades de distribucin, los hospitales, las escuelas,

    los centros de telecomunicaciones y transporte y los barrios, N.M. rsponde: "Esta concepcin es popular y territorial. Le-nin deca que la Constitucin sovitica lleva tambin al aparato del Estado ms cerca de las masas por el hecho de que no es el distrito territorial sino la unidad de produccin

    (fbrica o empresa) la que forma la unidad electoral y a c lula bsica del Estado (1919). Lo mismo afuma TYotsky cuando dice que esa clula bsica tambin est fundada 'en

    los grupos de clase y produccin* (La dictadura revolucio naria del proletariado, pg. 171).

    Por eso la revolucin de octubre tampoco es obra de toda la clase obrera. No slo no es de una suma de todo el pueblo. Tampoco es de toda la clase porque la propia clase est frag

    mentada. 'Por lo anterior, el proletariado no puede tomar el poder slo a travs de organizaciones o instituciones que lo

    abarcan de conjunto, lo que sera lo mismo que decir todo e I proletariado. Es una clase que est y seguir estando divid-11

  • da en sectores antagnicos durante la conquista del gobierno y an bajo la dictadura del proletariado. Habr una mino

    ra consciente del proyecto revolucionario, otros que sern neutrales y tambin los que seguirn prisioneros de la ideo loga burguesa o reformista y, por lo tanto, sern contrarre volucionarios" (dem, pg. 146).

    Consecuente con esta concepcin, N.M. explica en su libro Conversaciones... por qu el trotskismo es marginal: "Los grandes protagonistas de a posguerra han sido las masas

    campesinas o semiproletarias, como en China, Yugoslavia, la guerrilla griega, las guerrillas africanas; tambin a guerri

    lla colombiana, que vienen luchando desde el '48 hasta aho ra. Bueno, el hecho sociopoltico es que en la posguerra el centro de la escena es ocupado por sectores campesinos y se-miprolelarios, mientras la clase obrera, salvo tal vei la del Cono Sur, pasa a un segundo plano'. Y agrega: 'Debido a es

    te problema, el trotskismo no tiene base social donde apoyar se. El programa del trotskismo es el de la clase obrera movi lizada. Si no hay movilizacin obrera el trolskismo no tiene donde hacer pie' (pg. 41).

    Esta concepcin es consecuente hasta el final: 'Debemos meternos en la cabeza que nuestra poltica va dirigida a con

    vencer a la clase obrera de que debe autodelerminarse, ser democrtica y tomar el poder a travs de a revolucin de las masas trabajadoras, dirigidas por ella. Caso contrario no

    llegamos a la sociedad a la que aspiramos. Entonces, como cientficos que somos, tendremos que decir que fracasamos, porque la clase en la cual nos apoyamos se demostr histri

    camente incapaz de lomar en sus manos el destino de la hu manidad, incapaz de autodeterminarse, movilizarse e impo ner el gobierno de la democracia obrera'ildem, pg. 46).

    Sobre este tema tendremos que volver cuando hablemos del partido y de la concepcin de partido de la direccin del partido argentino.

    El carcter del programa

    El que estamos cerca de la revolucin, no por un anlisis de la situacin concreta de la lucha de clases, empezando por la nuestra, la clase obrera, sus luchas, su organizacin, su di

    reccin,'etctera, sino porque sumamos en bloque a la clase media, tiene sus consecuencias programticas, por eso el pro grama de los No, el "hallazgo colosal" segn el informe. Este es el abandono completo de una poltica revolucionaria, trots-

    kista. Al transformar en estratgico lo que fue una accin unita ria (el acto de Plaza de Mayo) el autor introduce la concep cin de los campos, reemplazando la de las clases. Como bien dice el Balance de Actividades, para la direccin del par

    tido argentino haba un campo progresivo, el de los No, que suma a la clase obrera y a la pequeoburguesa, y un campo contrarrevolucionario que, dado que en ningn lado se men ciona otro integrante, partido o institucin, slo el gobierno y

    sus amigos ms cercanos, el campo del Si. El hallazgo colosal no fue tal. Como largamente explica N.M. en el debate contra la OCI, la teora de los campos

    arranca con Bernstein y los posibilitas y fue avanzando con los mencheviques hasta entrar en nuestro movimiento trots-

    kista con los revisionistas de Pablo y Ca. Se trata de sumar con su propio No, es decir, su propia as piracin o reivindicacin, a distintos sectores polticos y so ciales y, como la clase obrera ms la clase media hacen la ma yora de la sociedad y el voto es un recuento individual,

    tenemos mayora y todo resuelto. Por eso el autor no se preo

    cupa por el programa de transicin y a lo largo del informe no se detiene en otro programa que no sea el de los No para conquistar el gobierno. No hay consignas transicionales, anti

    capitalistas a lo largo del informe. No es necesario, como en el juego infantil cada cual atiende su juego y puede venir con

    su No a sumarse al frente o campo policlasista de la revolu cin.

    La conquista del gobierno con IU

    A lo largo del texto el PC slo aparece de costado y que riendo conquistar el gobierno. En la primera cita que es la culminacin del informe y habla de la conquista del gobierno

    por la va electoral, dijimos que se desprenda que sta sera a travs de IU.

    En dos o tres lugares el autor reafirma a lo largo del infor me esta concepcin:

    'Ustedes recuerdan que ah en el video que... aparece un viejito con una cinta argentina en el cuello ... al que le pre guntan qu est planteado hacer ahora, y l dice: bueno, ac,

    est, tenemos a pocos pasos la Casa Rosada. Ese es Pugliese, un gran msico de tango, director argentino, del PC, que es bastante amigo y simpatizante nuestro. Y dijo eso, seal la Casa Rosada, que estbamos a diez metros...'

    Esta mencin puede ser anecdtica, pero no lo es en el contexto del informe, pero si quedan dudas, ms abajo se in

    siste: 'Nosotros, ac, en el partido, ya discutimos esto... porque ah hay una contradiccin... en relacin a lo que es en otros

    lugares ... la superestructura obrera ms desarrollada es el partido revolucionario y no las organizaciones, hay un desa

    rrollo desigual entre fias) propias organizaciones o nuevos organismos de la clase y la direccin poltica. Hoy da, y eso

    se vio en Plaza de Mayo, quien convoc al acto y unifi c a todos, no flte una organizacin sindical, a lo me jor se termina dando como comit, coordinadoras, al

    gunas que apoyaron el acto y estuvieron, sino que fue el partido, a travs de 11T.

    Es decir que el frente estratgico con IU es el que conquis tar el gobierno, o al menos eso es lo ms probable, dado que es lo ms desarrollado y puede suplantar a las organizacio

    nes de las masas revolucionaras, sean soviets, comits o co ordinadoras. "El partido a travs de IU"

    De esta cita hay dos grandes problemas que se despren den. Uno, el del frente estratgico con el PC y sus socios en

    IU, coherente con la base social de la revolucin: clase obrera + clase media. Eso lleva a que la direccin poltica sea: el trotskismo + el PC t Vicente (parte de la Iglesia) + ... Disol vindose por completo el carcter del partido bolchevique pa

    ra la conquista del gobierno. La otra cara de esta cita es la liquidacin por decreto del autor de los organismos democrticos de la clase obrera revo lucionaria para ejercer el poder y sustitucin por IU.

    Los organismos de doble poder y el partido

    El informe hace una reduccin en el anlisis muy particu lar. Dice que lo ms desarrollado es la superestructura polti ca y no los organismos de lucha de la clase y concluye que la

    primera reemplaza a la segunda sin ninguna explicacin. El poder de la clase obrera se tiene que expresar a "travs de organismos. Estos podrn ser centralizados como los so viets, la COB, etctera, o atomizados, como los comits de f brica. Pero la esencia de una situacin en la que est plante-12

    Vi

  • ado la conquista del poder es la existencia del poder dual, es decir que de alguna manera se tienen que expresar organis mos de las masas en lucha para ejercer la dictadura del pro letariado.

    Por eso N.M. dice que la poltica "de desarrollo de los r ganos de autodeterminacin democrtica revolucionaria de

    as masas es el eje esencial de nuestra polttica,en toda situa cin revolucionaria..." (Actualizacin del programa de tran sicin, pg. 110). Y agregaba: 'Si abandonamos este eje fun damental de nuestra poltica capitulamos a las direcciones

    oportunistas y dejamos abandonada a su propia suerte a la clase obrera. Slo con la poltica de desarrollo de los rganos

    de poder obrero y popular (donde no existen debemos llamar a crearlos) podremos tender un puente hacia la revolucin de octubre, nuestro verdadero objetivo" (dem).

    El informe no dice palabra al respecto y frente a la inmi nencia de la conquista del gobierno se limita a decir 'la su perestructura ms desarrollada' y a sustituir a los soviets,

    comits, milicia... por IU. En esto es bien consecuente. Dado que los organismos de poder son de las masas en lucha y por

    su esencia son coercitivos y asentados en la democracia direc ta de las masas movilizadas entra mejor para la revolucin

    del informe Izquierda Unida. Dado que llegaremos de las ma nos de las urnas, podemos reemplazar al Estado burgus por al democracia interna a IU... tambin de las urnas de la in

    terna de Izquierda Unida y no las manos en alto de los obre ros revolucionarios.

    Una insurreccin espontnea

    Si la revolucin es democrtica quiere decir que, al revs del octubre, es una revolucin no consciente y por lo tanto tie

    ne fuertes elementos espontneos. La revolucin de octubre, a diferencia de la de febrero, no es espontnea. Es dirigida y preparada por el partido revolucionario.

    En este tema el informe vuelve sobre su concepcin de re volucin democrtica:

    "...hay una situacin preinsumecional, que quiere decir, cmo lo podemos definir un poco ms a fondo. Hay elemen

    tos insurreccionales que no han cristalizado en una gran accin insurreccional, espontnea, objetiva pero

    que hay elementos de sos, que estn presentes, que est pre sente en la movilizacin y la accin independiente, del doble poder, y eso va acompaado con el problema de las fuerzas

    represivas, prdida del control del armamento de las fuerzas represivas, con acciones espontneas o no tan espontneas, violentas departe de la clase obrera, y quiere decir tambin que todo eso en un punto va a combinar en una situacin in surreccional. Y, ac en la Argentina esa situacin te dio.

    Se dio el rosariazo". Es decir, ac vuelve con todo la confusin entre "Octubre" y "Febrero". No estamos ante una insurreccin, que es "un

    golpe de Estado* en trminos trotskistas. Es decir la insu rreccin como un arte. Como una accin conspirativa cons ciente del partido apoyado en lo ms revolucionario y decidi do de la clase, sino que es una accin espontnea de las masas como fue el rosariazo.

    No puede ser de otra manera porque la revolucin que va ticina y prepara estratgicamente el informe ser una "reac cin espontnea" ante la negativa de las autoridades electo rales a reconocer el triunfo de Z.- como gobernador de la provincia de Buenos Aires y entonces la insurreccin no hay que prepararla sino simplemente esperarla porque se dar

    como se dio el rosariazo.

    Armamento del proletariado Tbda esta concepcin espontnea y sin barreras de clases se expresa en el problema del armamento. Para el autor la clase obrera ya est armada. Veamos qu dice:

    "...la clase obrera argentina en gran parle est armada en un cincuenta por ciento. Y esto apareci en estadsticas, la burguesa se asust mucho... ellos dieron estadsticas de c mo era la compra de revlveres y todo eso, entonces se supo que en seis meses se compraron cien mil revlveres que ac son bastante malos, pero eso no es nada, hay muchos que vie

    nen por otro ado y que se vende, hay un trfico muy grande. A m me parece que como mnimo hay quinientos mil

    matracas, perros, revlveres en el Gran Buenos Aires, como mnimo".

    Esta cita condensa varios problemas. En primer lugar el armamento del proletariado no es un problema individual de los proles. Sino de clase. El arma mento que nos preocupa a los revolucionarios es, si se puede decir as, 'el armamento para sC y no "en s*. Es decir, el ar mamento de la clase es el que tiene que ver con los piquetes, con sus organismos y no en forma individual. Con ese criterio en muchsimos pases del mundo la clase obrera ya est ar

    mada. Especialmente en los Estados Unidos, donde todos compran armas, no hay restricciones legales y para colmo

    son de buena calidad. Pero a ningn marxista se le ocurre por eso decir que el proletariado yanqui ya est armado. Ha blaremos de que ya est armado cuando veamos que empieze

    a haber elementos de guerra civil. Que se organiza en fbri cas, etctera. Nunca en forma individual. Como la sociedad yanqui tiene muchas armas podemos decir que cuando se ar

    ma el despelote ser especialmente violento. Pero no pode mos decir: la clase obrera est armada.

    Adems jams la clase se arm comprando armas. Porque es una clase desposeda, explotada. Justamente por eso deca

    L.T. que lo que se levanta entre la clase y su armamento son barreras de conciencia. Porque la clase fabrica, cuida y tiene

    en la milicia las armas en la mano. Por eso necesita vencer barreras de conciencia que vence cada tanto cuando la situa cin revolucionaria es especialmente aguda y pasa a armar

    se. Para hablar de armamento el autor tendra que decir cuntos piquetes, cuntas fbricas, cuntas brigadas, etcte

    ra. Nosotros nunca dijimos: el proletariado boliviano ya est armado. Dijimos que ya estaba haciendo acciones armadas aunque no tuviera fusiles cuando rode La Paz y lanzaba sus

    dinamitas. Justamente algo distinto a la accin ms o menos individual o de organizacin del trabajo que hace el obrero con la dinamita en las minas.

    Pero ac volvemos a las barreras de clase. Cmo puede ser que para decir que la clase obrera est armada se tomen es

    tadsticas poblacionales. En la poblacin, y tenemos que vol ver a repetirlo, hay clases, y tenemos que informarle al infor

    mante que en esas estadsticas entran armas que no son de mala calidad y que las compran burgueses, pequeoburgue-ses acomodados y que,

  • punto que se dicen frases como 'hay una tonelada de armas r aditiii n n en la clase obrera argentina'. . wtri I UI.U II

    La otra cara del armamento del proletariado es la pintura PARTIDO BOLCHEVIQUE que se hace de las fuerzas represivas y do la influencia del LENINISTA-TROTSKISTA-MORENISTAj partido sobre ellas. Estas aparecen en todo el informe pinta- O PARTIDO POPULAR das solamente desde un ngulo: el de sus debilidades. Y, par tiendo de un criterio general de crisis casi no aparecen como A lo largo del captulo anterior fueron quedando en claro obstculo para la revolucin dado el peso poltico del partido muchos elementos revisionistas en lo que hace al partido Su en ellas incluso dejando entrever que tenemos ms influen- programa, su estrategia dentro del rgimen democrtico bur ea que la derecha de R.co y Ca. gus, etctera. Pero queramos detenernos en este otro aspec-vl/w. . , , , . ... to del partido: a su construccin, al tipo de partido. El carcter de clase de la revolucin Como hicimos antes queremos tomar una cita algo exten-

    pl. . . j fO0o . , , .. sa sobre la descripcin del partido, tambin sobre el final del fcl trabajo de N.M. 1982, empieza la revolucin es categ- informe, en lo que hace a las conclusiones-neo con respecto al problema de clase de la revolucin: '...estamos en todos los centros estratgicos fundamenta-...a partir del triunfo de la revolucin democrtica... pa- les. Es decir, que el partido como partido de influencia de san a ser centrales las consignas anticapitalistas. Si antes masas est hoy da en todos los centros estratgicos funda-llambamos a los trabajadores a concentrar sus movuacio- mentales de la lucha de clases, en barrios del Gran Bue-nes en derribar a la dictadura, ahora los llamamos a que nos Aires que van a jugar un rol fundamental en la insu-hagan centro en liquidar al sistema capitalUta imperia- rreccin y de las ciudades como Crdoba y Rosario y en los

    lista. Les decimos que la gran tarea es derrotar a los par- lugares fundamentales de la lucha de clases. Tres milestruc-ttdos burgueses o pequeoburgueses que estn en el turas es mucho en la Argentina porque no es un pas donde poder para que asuma el gobierno la clase obrera con estn floreciendo las fbricas... Y junto con eso. es decir esto sus partidos y organizaciones. Los llamamos a hacer una es lo concreto del partido en el proceso de influencia de ma-nueva revolucin para cambiar el carcter del Esta- sas. El problema fundamental es subjetivo ...hay un punto do, no slo del rgimen poltico: una revolucin social que nos frena ahora el desarrollo del partido, el Con-o socialista. Podramos decir que los llamamos a que ha- greso va a definir ms, nos va a permitir sacar mucho mejor ganen forma consciente y centralizada lo que estn una radiografa de todos los problemas que tenemos, porque

    haciendo de hecho en forma inconsciente y dispersa: como problemas tenemos muchos, pero el ms grande de luchar contra el capitalismo y el Estado burgus. todos es que hemos tenido que replegarnos, aunque Ior eso. en esla etapa, nuestras consignas centrales ya parezca mentira, es la crisis econmica. Nosotros no Z0I!aW' f07"0

  • menciones de este tipo sobre .el Partido Bolchevique, que en plena situacin revolucionaria y muy cerca de la conquista del gobierno en el '17 ruso, dondo se planteara un problema

    de dinero como cuello de botella para el desarrollo del parti do. Ocurre que la concepcin de partido en un caso y en otro es diametralmente opuesta.

    Veamos un poco ms.

    Cunto cuesta conquistar el gobierno? Aceptando por un momento el problema de que fueran tan necesarios tantos rentados, digamos que un partido con in fluencia de masas tendra que, apelando a esa influencia, ga rantizarse los medios suficientes para su subsistencia. Salvo, claro est, que se quiera desarrollar un aparato mucho ms grande que el mismo desarrollo partidario.

    La verdadera concepcin es la de partido popular electoral y por lo tanto los cuadros son apenas una especie de punteros

    [caudillos o lderes zonales] como los de los partidos burgue ses. El modelo de partido con influencia de masas de la direc cin no es el Partido Bolchevique sino algo as como el pero

    nismo. Es cierto que al pasar habla de tres mil estructuras, pero en la cita es mucho ms importante y destacada la ubicacin

    geogrfica del partido en los barrios. Adems, habla slo de estructuras y no de fbricas. Lamentablemente, la palabra

    fbrica aparece solamente para sealar que no estn flore ciendo. Pero al hablar de tres mil estructuras entran fbricas y tambin los estatales, trabajadores de servicios y obreros

    de "cuello blanco". Por otro lado dice "estamos" y no dice cuntas "estructu ras' dirigimos, cuntos delegados e internas hay en el parti do, etctera, ni tampoco dice otro dato clave para un partido bolchevique: cuntas clulas tenemos en esas "estructuras*.

    Pero la verdadera concepcin sale con la nica descripcin (adelantemos que exagerada) que se hace del partido: la re

    gional Merlo. . All se dice que estamos en cincuenta barrios y slo nos falta estar en dos o tres. Es increble. Merlo es una ciudad completamente obrera, de cien por cien de obreros, o el con cepto del partido no tiene nada que ver con el del partido bol-

    che? Porque no podemos pensar que Merlo, en mayor o me nor medida tendr una composicin social donde se manifiestan las distintas clases o sectores de clases en que se divide nuestra sociedad. Empecemos por Padua que tiene

    una zona bacana [lujosa] do casas quintas. O consideremos el barrio policial o bien la zona en que la Fuerza Area tiene

    una base. Sern esos los tres barrios en los que el partido no est? O sern otros en los que viyen sectores burgueses o pe-queoburgueses? No sabemos, pero el concepto del autor del inform es adasista, poblacional y no de clase para mostrar lo que es el partido.

    Esto se ve ms claro cuando vuelve sobre el concepto de partido grande, opositor al gobierno, al llegar a decir que so

    mos ms fuertes que el peronismo. Qu quiere decir que so mos ms fuertes que el partido que gobierna el pas, la pro vincia, el municipio y que dirigi a la clase obrera desde hace cincuenta aos. Si furamos ms fuertes otras cosas estaran

    pasando en el pas. Salvo que fuera simplemente que nos pre paramos para ser ms fuertes en las prximas elecciones.

    Lo que s est claro es que queremos competir con ellos en "punteros". Ellos tienen urra buena cantidad afirmados eco nmicamente en el manejo de los aparatos del Estado (muni cipales, provinciales y nacionales); de los aparates sindicales

    que dirigen y, por supuesto, del propio aparato partidario donde cuenta el aporte patronal de los burgueses que lo inte gran. Nosotros, "opositores al gobierno", apelamos a una campaa financiera de la Internacional para acercarnos al

    nmero de punteros que tiene el peronismo. El concepto del partido bojehe es otra cosa. Cul es nues tra relacin con el peronismo en la vanguardia? Entre los sec tores que ms luchan. Entre los que dirigen los principales sectores en lucha del proletariado. Eso es lo que nos interesa.

    Qu sectores de la clase dirigimos nosotros y no un partido extendido territorialmente como la socialdemocracia que se

    preocupa por los votos. Pero es coherente con las afirmaciones de 'resolucin elec toral", de partido opositor al gobierno y de considerar el ar mamento de la clase obrera a partir de estadsticas y de he chos individuales y no como accin de la clase. Un partido

    acorde con eso es, como el peronismo, un partido con local en todos los barrios, que compite con los partidos burgueses en el terreno de ellos y hasta como ellos: con punteros.

    Esta concepcin del partido vuelve cuando se habla de la insurreccin: "...estamos muy bien ubicados. Poltica y geo grficamente".

    Es decir, no importa el problema de la produccin, las f bricas. Sino el problema de poltica general electoral y la ubi cacin geogrfica, que puede ser un trmino militar pero que

    desde el punto de vista nuestro nunca puede ser fundamen tal. Est el partido inserto en los sectores ms concentrados y dinmicos del proletariado industrial? Desgraciadamente

    no, pero eso es otra historia, o el final de la historia. N.M. daba otras caractersticas del Partido Bolchevique. Describiendo a) partido de Lenin y Trotsky daba cuatro ca ractersticas: obrero, democrtico, revolucionario c in ternacionalista; y deca: 'Obrero: el partido bolchevique siempre fue obrero por su ideologa, por su actividad (inclui da la de los dirigentes), sus militantes y sus cuadros. Gana

    ba las elecciones, por ejemplo, slo en las barriadas obreras ms concentradas' (Las revoluciones del siglo XX).

    Podramos citar a N.M. de muchas formas siempre con un mismo eje: dirigir al proletariado. 'Nosotros tratamos de di rigir al proletariado, jams nos alejamos de l... no hay tri quiuela poltica que valga. De nada sirve mentir... Si la dase obrera no nos sigue, no llegamos a ninguna parte... es

    necesario continuar con la poltica revolucionaria de clase, aunque postergue la llegada al poder para nosotros en veinte o treinta aos, o lo que sea. Nosotros aspiramos a que sea la clase obrera a que verdaderamente llegue al poder, por eso queremos dirigirla (Conversaciones..., pg. 47).

    La concepcin aparatista del informante nos pone, como todo partido electoral, como un aparato externo a la clase obrera. Este es un problema profundo y que sustenta y re fuerza las caractersticas propagandsticas del partido y no el partido que diariamente pelea desde adentro de la clase obre ra.

    Algunas conclusiones Llegado a este punto se impone sacar algunas conclusio nes. El extenso texto que precede a estas conclusiones deja en claro que la concepcin de la revolucin y del partido del equipo que diriga el partido argentino y la Internacional es completamente revisionista. Como dijimos en un principio, esta discusin tiene, a mi

    entender, mucha importancia. Es contra estas concepciones que tenemos que combatir y no contra el "inflador" de la rea-15

  • lidad, o mejor dicho "no slo" contra el inflador. Digo no s lo porque de las propias citas del informe al Congreso Mun

    dial, se desprende tambin el uso del inflador. Es decir, el in flador existi. Pero existi como una necesidad para pintar una realidad que indefectiblemente llevaba a la con

    quista del gobierno, con tanta fuerza que justificara las concepciones reformistas del equipo que diriga el

    partido. Como ejemplo, basta el del armamento del proletariado. No se toman hechos y se los agranda. Se justifica no pelear por el armamento del proletariado y la necesidad dei mismo,

    sino que se demuestra "que ya est" armado y por esa va se refuerza la concepcin espontanesta de la revolucin.

    Haba que demostrar y sostener que alcanzaba con la pro paganda general y que el conjunto de la situacin y los acon tecimientos nos llevara a la casa de gobierno por una madu

    racin natural, fatal de la situacin, por ejemplo cuando ganramos las elecciones.

    Esta es la concepcin que se expres sobre el partido ar gentino. Estas son las verdaderas "tesis* de la revolucin que

    rigieron la construccin del partido en el ltimo perodo. C mo se lleg, si primero estuvo esta concepcin y despus las orientaciones revisionistas o cmo se fue dando este proceso, con qu combinacin se desarroll, considero que es como vol

    ver a la discusin del huevo y la gallina. No importa lo que est primero. Importa que se lleg a una concepcin revisio

    nista global y que se la hizo votar. Ibdos los militantes de la Internacional tienen que cono cer el informe del partido argentino que hoy nos ocupa. Una de las resoluciones concretas que consideramos nece sarias para el Congreso Mundial es que cl'conjunto de la Internacional conozca ese documento que hasta ahora est oculto a su crtica.

    Es indispensable que se conozca para ayudar a la inter pretacin de las desviaciones que tuvimos.

    No son casualidades que dos meses antes del Congreso Mundial se presentara al CC argentino la tctica de "partido

    nico de la revolucin argentina" para proponer al PC y que el CC rechazara, a pesar de que se la present como tctica

    del secretariado de la Internacional. o es casualidad que luego apareciera, a pesar de la resolucin expresa del CC en contra, en el IV Congreso del partido argentino, la propuesta

    de "Congreso abierto de la izquierda" para unificarla. Tanto una como otra encuentran explicacin en las "Tesis* de la re volucin de ese equipo.

    Son las concepciones de estas tesis las que hay que rom per para que el partido argentino vuelva a la senda morenis-ta.

    El conjunto de la Internacional se tiene que preguntar, cmo se explica que el partido argentino, orgullo de nuestro

    movimiento, hoy prcticamente no tenga equipos fabriles? Cmo se explica que en los tres lugares fundamentales del proletariado industrial que salieron a la lucha en los lti

    mos meses los militantes del partido slo sean tres, es decir, uno en cada lugar? (Me refiero la pelea en curso en Villa Constitucin en una de las aceras ms importantes del pas y en uno de los cordones de ms tradicin del proletariado ar

    gentino. Me refiero a la resistencia del cordn del Gran Rosa rio Norte, fbricas qumicas, petroqumicas, ceramistas, etc tera, que lucha contra la reconversin de dos de ellas y el cierro de otra. Y a las huelgas en Zarate alrededor de la liqui dacin del convenio de una gran papelera.)

    Cmo se explica que muchos cuadros y abnegados mili tantes consideren sectarismo obrerista el querer volver al

    partido con la concepcin de N.M.? Cmo se explica que mu chos no conozcan que no hay rgimen leninista si no se apoya

    en el proletariado industria! y no en cualquier sector asala riado?

    "Los muertos que vos matis gozan de buena salud"

    Cuando estaba terminado este trabajo fue publicado el pe ridico N* 377. En su editorial, es decir, no en cualquier co lumna, sino en el editorial, se vuelve con todo a levantar co

    mo frente estratgico el frente de izquierda poniendo otra vez sobre el tapete muchas de las concepciones que aqu debati

    mos. Cmo puede ser que despus del Proyecto de Balance de Actividades que aprob el CC se vuelva a caer en estas polti

    cas con tal ligereza? La nica respuesta coherente es que la concepcin de las "tesis" sobre la revolucin en Argentina que

    la direccin present al pasado Congreso Mundial, estn muy arraigadas entre los principales dirigentes del partido argen tino. .

    Por eso, es indispensable que toda la Internacional discu ta estos problemas de fondo de la construccin del partido ar gentino y que para ese debate es de mucha utilidad que se co

    nozca el informe de la direccin del partido al Congreso Mundial.

    Es necesario una rectificacin poltica de fondo en el parti do argentino y para ello es indispensable un profundo debate, blanco sobre negro, que provoque una ruptura definitiva con

    las concepciones revisionistas que nos llevaron a la peor cri sis de nuestra historia.

    Norberto Aldana 21 de mayo de 1991

    CC: Juan C, Santiago, Oaky, Mara, Tedy, Juan C, Roberto M. Tucumn Jujuy: Zeta, Margot, Rubn, Julia, Dany, Dolfi,

    Gustavo, Silvia, Pato. Crpolletti Ncuqun San Luis: Orlando; Chureo; Jorge. Salta Jujuy: Pato; Yimi. Crdoba Corrientes: Pollo, Edgar, Yeye, Jos, Chipi, Pan cho, Manuel, Bety, Turco I., Julio R.; Alberto. Matanza Laferrerc M. Grande: Monina, Fierro, Rodolfo;

    Graciela, Rosa, Eduardo, Julin; Pablo. Lans Berazategui Vrela: Beto; Graciela; Jos. Munro Campana Zarate: Jos Luis; Indio, Chiquitn; Walter. TYes de Febrero G. Sarmiento: Gur, Pelusa, Mary; Cor

    dero, Hebe, Eva. Moreno Merlo Morn: Carlos; Nora C; Adrin (JS).

    Lomas Quilmes A. Brown: Marcelo, Correntino; Lucho; Daniel (UOM). Medios Abogados Bancarios: Marcelo, Adela; Julieta; Susana, Federico R.

    Liniers Uiglos La Boca: Mara T., Virginia, Cristina, Mi guel, Carlos, Gacela; Manuel, Quique, Luis, Hctor, Lucio, Ju

    lio, Susana; Gallego. Terciarios JS-UBA: Stella Maris, Laura, Mnica; Mariela,

    Paola, Maco. Pompeya Judiciales DH Corrientes: Leo, Charli, Cristi na, M. Laura; Eduardo; Ins. ,

    Devoto SanTelmo Almagro Patricios: Pelado; Claudia, Negro R.; Elisa; Besti.

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