24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa...

328

Transcript of 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa...

Page 1: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 2: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 3: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

24 HORAS ININTERRUMPIDAS DE POESÍA GRANADA COSTA

2016 EN HOMENAJE ASANTA TERESA DE JESÚS

GRANADA CLUB SELECCIÓN

Page 4: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

1ª Edición: año 2016

Copyright: Granada Club Selección S.L.Copyright de esta edición: Granada Club Selección S.L.

I.S.B.N.: 978-84-16656-29-5Depósito legal: GR 1481-2016Título: Homenaje a Santa Teresa de JesúsEdita: Granada Club Selección S.L.Empresa Distribuidora: Granada Club Selección, S.L.Avda. de Andalucía 18.18611 MOLVÍZAR (Granada)Teléfono Redacción: 958 62 64 73E-mail: [email protected]

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización expresa y por escrito de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejem-plares de la misma mediante cualquier alquiler o préstamos públicos.

Page 5: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

Breve Pincelada de Presentación del Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa

Desde diciembre de 1999 editamos la publicación de ámbito Nacional Granada Costa, un periódico dedicado al cien por cien a la cultura, en el que pretendemos dar a conocer, no solamente a escritores, poetas, escultores, guitarristas, bailaores, cantaores y pintores de los distintos municipios a nivel nacional, sino también los valores culturales, gastronómicos, paisajísticos y turísticos de toda España. Convencidos del enorme potencial que encierran todos y cada uno de los rincones de nuestra Nación, una de las secciones que más interés despierta entre nuestros lectores es precisamente la dedicada a este tema, mediante las publicaciones de nuestros periódicos, con los cuales pretendemos ofrecer una información fiel y detallada de los encantos de cada comarca, haciendo un recorrido por su HISTORIA, COSTUMBRES, FIESTAS, GASTRONOMÍA, ETC. Por otro lado, dentro de nuestro Proyecto Cultural Granada Costa, nace conjuntamente un nuevo proyecto, que es la editorial Granada Club Selección-Granada Costa, entendiendo que nuestros asociados y colaboradores necesitaban para poder publicar sus obras, tanto discográficas como literarias. En este momento podemos decir que hemos publicado, en ambas parcelas, más de 200 obras. Creemos que, sin nuestra editorial, el 90 % de estas publicaciones no hubieran visto la luz. A partir del año 2010 se crean los certámenes literarios. En este momento, tenemos convocados 10, de los que podríamos enumerar algunos, como los que dan nombre a dos importantes asociados de nuestro proyecto: Certamen de Relato Corto, Rogelio Garrido Montañana y Certamen dedicado al Soneto Granada Costa, Carlos Benítez Villodres, siendo a nuestro entender el más importante el que ha visto la luz día 1 de abril 2016, dedicado a la poesía en general donde solamente podrán participar chicos y chicas de hasta 14 años. En él se envían las bases de este certamen a todos los colegios de ámbito nacional con un sólo motivo, fomentar la poesía en la edad más temprana de nuestros jóvenes. A lo largo de nuestra existencia hemos recorrido infinidad de pueblos, desde los más pequeños (con menos de 100 habitantes), hasta ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Lérida siempre con verdadero éxito y con respeto hacia nuestro proyecto. Sería innumerable nombrar todos los retos que hemos alcanzado, pero sólo voy a destacar 5: la presentación de más de mil obras de arte en una misma exposición, dos récords de 24 Horas Ininterrumpidas de Flamenco y, en estos dos últimos años 2015 y 2016, coincidiendo con el 21 de marzo (Día Internacional de la Poesía), 24 Horas Ininterrumpidas De Poesía. También podemos destacar, dentro de nuestro proyecto Granada Costa, la convivencia de todos nuestros asociados independientemente del nivel cultural que posean. En el 2015 se han recopilado todas las donaciones literarias, pictóricas, discográficas, esculturas y todo el archivo que ha creado Granada Costa durante estos 15 años, tanto en papel como digital, para crear el Museo Fundación Granada Costa. Esto ha tenido un sólo objetivo, tal es que nuestro proyecto perdure en el tiempo. En estos últimos dos años, 2015 – 2016, estamos creando una página web, donde los miles de reportajes, trabajos literarios y personajes de nuestro proyecto, estarán visibles a través de la web www.granadacosta.net, página que ya está disponible para visualizar entre un 7 y un 10 % de nuestro contenido. En la sede del Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa, en la Avenida de Andalucía nº 18 en Molvízar - Costa Tropical - Granada, un edificio de tres plantas más terraza, con un total de más de 1300 metros cuadrados, que alberga: oficinas, Biblioteca, Taberna cultural, Instituto para la conservación y estudio de todo nuestro proyecto cultural y asociados. Cabe destacar el Aula de Pensamiento (Director, Don Alfonso Monteagudo), Aula del Libro (Directora: Doña Aurora Fernández Gómez) y un Salón-Aula dedicado a las Frutas Tropicales, algo muy importante dentro de nuestro proyecto cultural, tratándose de que el único subtrópico de Europa se encuentra en nuestra comarca. Es así porque Molvízar forma parte de esos pueblos que tienen un microclima especial en donde se puede cultivar cualquier producto o especie que se dé en el resto de nuestro globo terráqueo, siendo su director Don Julián Díaz Robledo, persona que ha dedicado toda su vida al conocimiento de todas las plantas tropicales. El proyecto cultural Granada Costa, con el objetivo de expandirse por toda España, ha creado la figura de Director/a Adjunto/a. En estos momentos tenemos nombrados en Cataluña a Doña Toñy Castillo Meléndez, en la Comunidad Valenciana a Don Francisco Rossi Melero, en el Archipiélago Balear a Don Marcelino Arellano Alabarces, en Madrid a Don José Luis Martín Correa y en Málaga a Doña Elisabeth Muñoz Sánchez. El nombramiento de Delegada nacional de relaciones institucionales, Doña María Teresa Gómez Reino. Doña Carmen Carrasco Ramos, Delegada Nacional de Poesía. Don Rogelio Bustos Almendros ocupa el puesto de Coordinador Nacional de Cultura y como coordinadores culturales repartidos por la geografía española: Don Carlos Benítez Villodres, Doña Amparo Bonet Alcón, Doña Inmaculada Rejón, Doña Pilar Corral Gómez, Don Melchor Román Àusias, Don José Heredia Carmona, Doña Soledad Durnes Casañal, Don Antonio Rodríguez Pineda, Doña María Dolores Alabarces Villa, Doña Fernanda Llabrés, Don Antonio González, Don Luis Luengo, Don Antonio Gabriel Pérez Mateu, Doña Josefa Cortés Fernández, Doña Clementa López Pérez Y Doña Francelina Robin. Presidente de Honor del Museo Fundación Granada Costa, Don Rogelio Garrido Montañana. Presidente del Museo Fundación Granada Costa y Director de Medios de Comunicación, Don José Segura Haro.

Page 6: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 6 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Introduccion

En esta magna obra dedicada a la poetisa y filósofa Santa Teresa de Jesús rendimos homenaje no sólo a una mujer con una prosa excelente y de oraciones lapidarias, con una carga emocional tan grande que podría

emocionar hasta al más insensible, sino también a la historia de la poesía española. De esta historia, Santa Teresa de Jesús es piedra angular e impulsora con numerosas obras de carácter lírico-religioso con un lenguaje severo y apasionado, que inspirarían a los escritores de las épocas venideras. Esta religiosa, fundadora de la orden de las Carmelitas Descalzas y proclamada Doctora de la Iglesia Católica en 1970 por Pablo VI, nació en 1515, por lo que con esta obra se ensalza su memoria y obra a través de un homenaje a sus quinientos años de existencia.

Como se ha mencionado, Santa Teresa fue una de las impulsoras de la poesía en España allá por el siglo XVI. Por tanto, es a ella junto con otros, como San Juan de la Cruz, a la que debemos agradecerle que uno de los pilares en los que sustenta el Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa sea la propia poesía. Desde los inicios del proyecto en 1999 hasta la actualidad, el Proyecto ha organizado numerosísimas presentaciones de libros de poesía y recitales por toda España. Por lo tanto, podemos decir con la cabeza bien alta que esta Asociación de personas ha sido una de las más importantes impulsoras de la poesía en España. Desde luego, este Proyecto no se sustenta sólo en la poesía, sino también en otras muchas artes que se han apoyado como la pintura, la prosa, la escultura, etc. pero es innegable el merecido protagonismo que los mismo

´

Page 7: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 7 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

integrantes le han otorgado a esta disciplina que estamos tratando, pues en los concursos organizados por Granada Costa, aunque diversos, priman los de poesía, que son además los que gozan de mayor participación. Entre los más importantes destacan los certámenes literarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14 años.

De esta participación y entusiasmo surgieron las primeras 24 horas ininterrumpidas de poesía, que se celebraron en 2015 en conmemoración tanto del día de la poesía como de Gustavo Adolfo Bécquer. Por lo tanto, se celebraron el día 21 de marzo. En 2016, y tras el rotundo éxito de la primera gala, se celebró también entre los días 20 y 21 de marzo las segundas 24 horas ininterrumpidas de poesía, esta vez para homenajear a Santa Teresa de Jesús. La celebración fue un rotundo éxito, lo que se demostró por el continuo seguimiento, tanto en España como en otros países, sobre todo de Sudamérica, además de por la amplia cobertura y participación externa que se obtuvo del resto de colaboradores del Proyecto Nacional Granada Costa que no estuvieron presentes en el plató.

Esta voluptuosa obra, en la que se incluyen tanto biografía y poesías de la escritora, como los mejores momentos que se vivieron en el homenaje que se le celebró, sirve también como preparación para las siguientes 24 horas ininterrumpidas de poesía. En estas, que se celebraran en marzo de 2017, el homenajeado será Gonzalo de Berceo, el cual está considerado como el primer poeta de lengua española.

PROYECTO NACIONAL DE CULTURA GRANADA COSTA

Page 8: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 9: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 9 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesus.su semblanza espiritual.

Una excepcional mujer y una santa de magnitud espiritual. De cuna española donde nació y murió, pero de beatífica y literaria influencia universal. No se puede negar lo anterior, cuando eximios literatos y eminentes

teólogos de diversas épocas, los unos la han exaltado en calidad de escritora, y los otros como “modelo” para los que desean interiorizar lo divino en lo humano de sus vidas, para cuantos deciden dar un salto cualitativo de lo terreno, caduco e insatisfactorio, a lo trascendental, permanente y divino, en síntesis, “para experimentar la presencia de Dios y la comunión con Él” con la inherente “Luz sobrenatural, Sabiduría y Gozo interior”. Existen conceptos erróneos sobre la santidad, incluso frases peyorativas y sarcásticas sobre las personas de comportamiento “devoto, espiritual, y místico”, que se distinguen por sus prácticas religiosas: prácticas que incluyen tiempo de recogimiento para orar y meditar, tiempo para socorrer a los necesitados, tiempo para visitar a los enfermos, tiempo para dialogar con los deprimidos, tristes y solitarios e infundirles paz, sosiego, y cordialidad, y lo hacen con el mejor talante y buen humor, “felices, haciendo felices a los demás”. A quienes así se comportan, aun valorando lo que hacen, las consideran personas sosas, antipáticas o alucinadas, porque al mismo tiempo “no se entregan con el mismo buen talante y buen ánimo a los devaneos amasados con risas superfluas, chistes indecorosos y bebidas alcohólicas a granel, ni comulgan con los morbos sociales del chismorreo y del erotismo corriente, ni festejan determinadas “costumbres y tradiciones”, como las peleas de gallos, las animadas “cacerías” de animales solo por el gusto de matarlos y exhibirlos luego como trofeos, ni acuden a los pugilatos, riñas y desafíos coreados por espectadores amantes de estas torpezas, ni festejan ni aplauden otras bajezas humanas por el estilo, “por muy entretenidas y tradicionales que sean”. Nuestra Teresa española, la que nació en Ávila en 1515 y murió en Alba de Tormes en 1582, fue proclamada “santa” en 1622 por el Papa Gregorio XV. Ahora bien: ¿es la “santidad”, como erróneamente muchos creen, sola y exclusivamente para determinadas personas a las que Dios escoge, y que nacen ya con inclinaciones a la espiritualidad, a la pureza de intenciones, y por tanto “predestinadas a ser santas”? Categóricamente, “¡no!” La santidad es “para todos”, aunque no nazcamos con evidentes inclinaciones a la bondad, a la humildad, al orden, a la obediencia, a la sinceridad, y a la pureza de intenciones en todas las circunstancias. En efecto, así lo manifiesta Dios en un libro del Antiguo Testamento, el Levítico, capítulo 20 versículo

´

Page 10: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 10 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

26: “Sed santos porque yo soy santo”. Siendo la santidad de Dios su fundamental y absoluta cualidad, quiere hacer partícipes de su resplandeciente cualidad “a todas las criaturas” de cualquier raza, signo y condición que sean, para su felicidad y por Amor a todas ellas. “A todas las criaturas”, porque todos estamos, “no obligados en contra de nuestra voluntad”,- pero sí “llamados y exhortados” por la Gracia de Dios a la santidad, que no es otra cosa que la constante y gozosa comunión con nuestro Padre Celestial, la permanencia de Dios en nuestras intenciones y propósitos, en nuestros actos, ¡en nuestras vidas! A “todos” nos llama, pobres y ricos, letrados e iletrados, con inclinación innata para la religiosidad o sin ella, Y nos llama de mil maneras, como con estas entrañables palabras del Apocalipsis, capítulo 3 versículo 20: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, yo entraré hasta él, y cenaré con él, y él conmigo”. Dulces palabras y bella metáfora, para darnos a entender que Dios “tanto desea tener comunión con nosotros como que nosotros la tengamos con Él”. Esto es también lo que se deduce leyendo atentamente la “Autobiografía” de santa Teresa, donde nos cuenta que ya de jovencita era muy imaginativa, muy amante de lecturas profanas, como eran los “Libros de Caballería” derrochando mucho tiempo con gusto y regusto en aquellas hazañas, contiendas y los idealizados amores de victoriosos caballeros con sus damas, y de gloriosos príncipes con bellas princesas. Le gustaba acicalarse y ser bien parecida, y aunque sin exageración, solía estar pagada de sí misma, de sus simpáticas y atrayentes conversaciones con los demás. Incluso una vez, con calenturiento y romántico deseo de viajar “a tierra de moros para morir en calidad de “mártir” por amor a Dios, se escapó de casa con su hermano “sin el debido permiso de sus padres”. Porque santa Teresa era así: “imaginativa, apasionada, impulsiva y decidida, aunque eso sí: “sin intenciones aviesas y torcidas, sin maldad”. Cuánto se arrepintió ya de mayor, de aquellas lecturas profanas, derrochando en ellas mucho tiempo “que no empleaba en otros quehaceres”, lo confiesa en los escritos de su “Vida”. Y a pesar de todo, en vez de crecer y cumplir años arrastrando hasta el fin de sus días aquel comportamiento, “decidió” tomarse con interés y agrado todo lo referente a “la Vida interior, la del Espíritu, la Vida Espiritual”. Oyó la voz inconfundible de nuestro Padre Celestial llamando a la puerta de su alma, y ella le abrió. Todo lo que sucedió después, nos lo cuenta en su “Vida” (su admirable y sugestiva autobiografía) Decidida y alegre, Teresa de Jesús emprende ahora una “aventura iluminada” con Luz ultraterrena, la más excelsa y provechosa “integralmente” para su cuerpo, para su inteligencia y para su Espíritu; ¡para “su corazón” repleto de nobles sentimientos, para por fin satisfacer “su oculta hambre y sed de “Vida Eterna”. Santa Teresa descubre ahora tesoros escondidos y formidables energías operativas en “la oración”. De su experiencia en el valor de la oración, “invisible fuerza dinámica que traspasa muros y fronteras”, podemos deducir entre otras consecuencias lo siguiente:

Page 11: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 11 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

A Dios no hay que recurrir solo cuando queremos algo de Él, sino también para intimar de corazón con su esencia irradiante, para recibir sus efluvios benéficos y gozar de la íntima comunión con su Amor, su Luz y su Sabiduría. Vayamos a Él como a gozar de una maravillosa fiesta o velada, sin prisas ni impaciencia en lo que le exponemos y deseamos, y sobre todo, para escuchar su Voz amorosa en el fondo del alma”. Decía el célebre orador sagrado francés Lascordaire (1802-1861): “La oración es el acto omnipotente que pone a nuestra disposición las fuerzas del Cielo”. Así es como Dios pone a nuestra disposición el consejo oportuno que estamos necesitando, la Luz que deseamos, la fuerza interior y la serenidad que algo o alguien nos ha malogrado, y lo que secretamente sabemos que nos falta o nos sobra en nuestra vida espiritual. Pidiendo y buscando así, lo hallaremos. Tal como nos dice Jesucristo en este texto evangélico de San Mateo, capítulo 7 y versículo 7: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”. La oración, para que sea trascendental debe hacerse con el corazón, como lo expresa el poeta y escritor escocés James Montgomery (1771-1854): “La oración es el deseo sincero del alma, tácito o manifiesto; es el movimiento de un fuego oculto que tiembla en el corazón”. ¡Cuántas ideas, sentimientos e inspiraciones he tenido leyendo los escritos de Santa Teresa de Jesús! Su autobiográfica “Vida”, “Camino de la Perfección”, “Meditaciones sobre los Cantares” (se refiere a dicho Libro del Antiguo Testamento), “Las Moradas”, “Relaciones espirituales”, “Exclamaciones”, “Libro de las Fundaciones”, “Desafío Espiritual”, y sus “Poesías”. Santa Teresa de Jesús: literata, poeta, mística y santa. Leedla e invocadla. ¡Con ello nada perderéis y mucho ganaréis!

ROGELIO GARRIDO MONTAÑANAPresidente de Honor del Patronato “Granada Costa”

Page 12: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 13: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 13 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

LIBRO DE LA VIDA

PRÓLOGO

1. Quisiera yo que, como me han mandado y dado larga licencia para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho, me la dieran para que muy por menudo y con claridad dijera mis grandes pecados y ruin vida. Diérame gran consuelo.Mas no han querido, antes atádome mucho en este caso. Y por esto pido, por amor del Señor, tenga delante de los ojos quien este discurso de mi vida leyere, que ha sido tan ruin que no he hallado santo de los que se torna-ron a Dios con quien me consolar. Porque considero que, después que el Señor los llamaba, no le tornaban a ofender. Yo no sólo tornaba a ser peor, sino que parece traía estudio a resistir las mercedes que Su Majestad me hacía, como quien se veía obligada a servir más y entendía de sí no podía pagar lo menos de lo que debía.

2. Sea bendito por siempre, que tanto me esperó, a quien con todo mi corazón suplico me dé gracia para que con toda claridad y verdad yo haga esta relación que mis confesores me mandan (y aun el Señor sé yo lo quiere muchos días ha, sino que yo no me he atrevido) y que sea para gloria y alabanza suya y para que de aquí ade-lante, conociéndome ellos mejor, ayuden a mi flaqueza para que pueda servir algo de lo que debo al Señor, a quien siempre alaben todas las cosas, amén.

Page 14: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 14 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAPÍTULO I En que trata cómo comenzó el Señor a despertar esta alma en su niñez a cosas virtuosas, y la ayuda que es para esto serlo los padres.

1. El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena.

Era mi padre aficionado a leer buenos libros y así los tenía de romance para que leyesen sus hijos. Esto, con el cuidado que mi madre tenía de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algu-nos santos, comenzó a despertarme de edad, a mi pa-recer, de seis o siete años. Ayudábame no ver en mis padres favor sino para la virtud. Tenían muchas.

Era mi padre hombre de mucha caridad con los po-bres y piedad con los enfermos y aun con los criados; tanta, que jamás se pudo acabar con él tuviese escla-vos, porque los había gran piedad, y estando una vez en casa una de un su hermano, la regalaba como a sus hijos. Decía que, de que no era libre, no lo podía sufrir de piedad. Era de gran verdad. Jamás nadie le vio jurar ni murmurar. Muy honesto en gran manera. 2. Mi madre también tenía muchas virtudes y pasó la vida con grandes enfermedades. Grandísima honesti-dad. Con ser de harta hermosura, jamás se entendió que diese ocasión a que ella hacía caso de ella, porque con morir de treinta y tres años, ya su traje era como de persona de mucha edad. Muy apacible y de harto entendimiento. Fueron grandes los trabajos que pasa-ron el tiempo que vivió. Murió muy cristianamente.

3. Eramos tres hermanas y nueve hermanos. Todos pa-recieron a sus padres, por la bondad de Dios, en ser virtuosos, si no fui yo, aunque era la más querida de mi padre. Y antes que comenzase a ofender a Dios, parece tenía alguna razón; porque yo he lástima cuando me acuerdo las buenas inclinaciones que el Señor me había dado y cuán mal me supe aprovechar de ellas. 4. Pues mis hermanos ninguna cosa me desayudaban a servir a Dios. Tenía uno casi de mi edad, juntábamo-nos entrambos a leer vidas de Santos, que era el que yo más quería, aunque a todos tenía gran amor y ellos a mí. Como veía los martirios que por Dios las santas pasaban, parecíame compraban muy barato el ir a gozar de Dios y deseaba yo mucho morir así, no por amor que yo entendiese tenerle, sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leía haber en el cielo,

y juntábame con este mi hermano a tratar qué medio habría para esto. Concertábamos irnos a tierra de moros, pidiendo por amor de Dios, para que allá nos descabezasen. Y paréceme que nos daba el Señor ánimo en tan tierna edad, si viéramos algún medio, sino que el tener padres nos parecía el mayor emba-razo.

Espantábanos mucho el decir que pena y gloria era para siempre, en lo que leíamos. Acaecíanos estar mu-chos ratos tratando de esto y gustábamos de decir muchas veces: ¡para siempre, siempre, siempre! En pronunciar esto mucho rato era el Señor servido me quedase en esta niñez imprimido el camino de la verdad. 5. De que vi que era imposible ir a donde me matasen por Dios, ordenábamos ser ermitaños; y en una huerta que había en casa procurábamos, como podíamos, hacer ermitas, poniendo unas pedrecillas que luego se nos caían, y así no hallábamos remedio en nada para nuestro deseo; que ahora me pone devoción ver cómo me daba Dios tan presto lo que yo perdí por mi culpa.

6. Hacía limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario, de que mi madre era muy devota, y así nos hacía serlo. Gustaba mucho, cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios, como que éramos monjas, y yo me parece deseaba serlo, aunque no tanto como las cosas que he dicho. 7. Acuérdome que cuando murió mi madre quedé yo de edad de doce años, poco menos. Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora y supliquéla fuese mi madre, con muchas lágrimas. Paréceme que, aunque se hizo con simpleza, que me ha valido; porque conocida-mente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a ella y, en fin, me ha tornado a sí.

Fatígame ahora ver y pensar en qué estuvo el no haber yo estado entera en los buenos deseos que co-mencé. 8. ¡Oh Señor mío!, pues parece tenéis determinado que me salve, plega a Vuestra Majestad sea así; y de hacerme tantas mercedes como me habéis hecho, ¿no tuvierais por bien -no por mi ganancia, sino por vues-tro acatamiento- que no se ensuciara tanto posada adonde tan continuo habíais de morar? Fatígame, Señor, aun decir esto, porque sé que fue mía toda la culpa; porque no me parece os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad no fuera toda vuestra.

Page 15: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 15 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Cuando voy a quejarme de mis padres, tampoco puedo, porque no veía en ellos sino todo bien y cui-dado de mi bien. Pues pasando de esta edad, que co-mencé a entender las gracias de naturaleza que el Señor me había dado, que según decían eran muchas, cuando por ellas le había de dar gracias, de todas me comencé a ayudar para ofenderle, como ahora diré.

CAPÍTULO II Trata cómo fue perdiendo estas virtudes y lo que importa en la niñez tratar con personas virtuosas. 1. Paréceme que comenzó a hacerme mucho daño lo que ahora diré. Considero algunas veces cuán mal lo hacen los padres que no procuran que vean sus hijos siempre cosas de virtud de todas maneras; porque, con serlo tanto mi madre como he dicho, de lo bueno no tomé tanto en llegando a uso de razón, ni casi nada, y lo malo me dañó mucho. Era aficionada a libros de caballerías y no tan mal tomaba este pasatiempo como yo le tomé para mí, porque no perdía su labor, sino desenvolvíamonos para leer en ellos, y por ventura lo hacía para no pensar en grandes trabajos que tenía, y ocupar sus hijos, que no anduviesen en otras cosas perdidos. De esto le pesaba tanto a mi padre, que se había de tener aviso a que no lo viese. Yo comencé a quedarme en costumbre de leerlos; y aquella pequeña falta que en ella vi, me comenzó a enfriar los deseos y comenzar a faltar en lo demás; y parecíame no era malo, con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque escondida de mi padre. Era tan en extremo lo que en esto me embebía que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento. 2. Comencé a traer galas y a desear contentar en pare-cer bien, con mucho cuidado de manos y cabello y olores y todas las vanidades que en esto podía tener, que eran hartas, por ser muy curiosa. No tenía mala intención, porque no quisiera yo que nadie ofendiera a Dios por mí. Duróme mucha curiosidad de limpieza demasiada y cosas que me parecía a mí no eran ningún pecado, muchos años. Ahora veo cuán malo debía ser. Tenía primos hermanos algunos, que en casa de mi padre no tenían otros cabida para entrar, que era muy recatado, y pluguiera a Dios que lo fuera de éstos tam-bién. Porque ahora veo el peligro que es tratar en la edad que se han de comenzar a criar virtudes con per-sonas que no conocen la vanidad del mundo, sino que antes despiertan para meterse en él. Eran casi de mi

edad, poco mayores que yo. Andábamos siempre jun-tos. Teníanme gran amor, y en todas las cosas que les daba contento los sustentaba plática y oía sucesos de sus aficiones y niñerías nonada buenas; y lo que peor fue, mostrarse el alma a lo que fue causa de todo su mal. 3. Si yo hubiera de aconsejar, dijera a los padres que en esta edad tuviesen gran cuenta con las personas que tratan sus hijos, porque aquí está mucho mal, que se va nuestro natural antes a lo peor que a lo mejor.

Así me acaeció a mí, que tenía una hermana de mucha más edad que yo, de cuya honestidad y bondad -que tenía mucha- de ésta no tomaba nada, y tomé todo el daño de una parienta que trataba mucho en casa. Era de tan livianos tratos, que mi madre la había mucho procurado desviar que tratase en casa; parece adivinaba el mal que por ella me había de venir, y era tanta la ocasión que había para entrar, que no había podido. A ésta que digo, me aficioné a tratar. Con ella era mi conversación y pláticas, porque me ayudaba a todas las cosas de pasatiempos que yo quería, y aun me ponía en ellas y daba parte de sus conversaciones y vanidades.

Hasta que traté con ella, que fue de edad de catorce años, y creo que más (para tener amistad conmigo -digo- y darme parte de sus cosas), no me parece había dejado a Dios por culpa mortal ni perdido el temor de Dios, aunque le tenía mayor de la honra. Este tuvo fuerza para no la perder del todo, ni me parece por ninguna cosa del mundo en esto me podía mudar, ni había amor de persona de él que a esto me hiciese rendir. ¡Así tuviera fortaleza en no ir contra la honra de Dios, como me la daba mi natural para no perder en lo que me parecía a mí está la honra del mundo! ¡Y no miraba que la perdía por otras muchas vías! 4. En querer ésta vanamente tenía extremo. Los me-dios que eran menester para guardarla, no ponía nin-guno. Sólo para no perderme del todo tenía gran miramiento. Mi padre y hermana sentían mucho esta amistad. Reprendíanmela muchas veces. Como no po-dían quitar la ocasión de entrar ella en casa, no les aprovechaban sus diligencias, porque mi sagacidad para cualquier cosa mala era mucha. Espántame algu-nas veces el daño que hace una mala compañía, y si no hubiera pasado por ello, no lo pudiera creer. En espe-cial en tiempo de mocedad debe ser mayor el mal que hace. Querría escarmentasen en mí los padres para mirar mucho en esto. Y es así que de tal manera me mudó esta conversación, que de natural y alma vir-

Page 16: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 16 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

tuoso no me dejó casi ninguna, y me parece me impri-mía sus condiciones ella y otra que tenía la misma manera de pasatiempos.

5. Por aquí entiendo el gran provecho que hace la buena compañía, y tengo por cierto que, si tratara en aquella edad con personas virtuosas, que estuviera en-tera en la virtud. Porque si en esta edad tuviera quien me enseñara a temer a Dios, fuera tomando fuerzas el alma para no caer. Después, quitado este temor del todo, quedóme sólo el de la honra, que en todo lo que hacía me traía atormentada. Con pensar que no se había de saber, me atrevía a muchas cosas bien contra ella y contra Dios.

6. Al principio dañáronme las cosas dichas, a lo que me parece, y no debía ser suya la culpa, sino mía. Por-que después mi malicia para el mal bastaba, junto con tener criadas, que para todo mal hallaba en ellas buen aparejo; que si alguna fuera en aconsejarme bien, por ventura me aprovechara; mas el interés las cegaba, como a mí la afición. Y pues nunca era inclinada a mucho mal –porque cosas deshonestas naturalmente las aborrecía-, sino a pasatiempos de buena conversa-ción, mas puesta en la ocasión, estaba en la mano el peligro, y ponía en él a mi padre y hermanos. De los cuales me libró Dios de manera que se parece bien procuraba contra mi voluntad que del todo no me per-diese, aunque no pudo ser tan secreto que no hubiese harta quiebra de mi honra y sospecha en mi padre.

Porque no me parece había tres meses que andaba en estas vanidades, cuando me llevaron a un monaste-rio que había en este lugar, adonde se criaban personas semejantes, aunque no tan ruines en costumbres como yo; y esto con tan gran disimulación, que sola yo y algún deudo lo supo; porque aguardaron a coyuntura que no pareciese novedad: porque, haberse mi her-mana casado y quedar sola sin madre, no era bien.

7. Era tan demasiado el amor que mi padre me tenía y la mucha disimulación mía, que no había creer tanto mal de mí, y así no quedó en desgracia conmigo. Como fue breve el tiempo, aunque se entendiese algo, no debía ser dicho con certinidad. Porque como yo temía tanto la honra, todas mis diligencias eran en que fuese secreto, y no miraba que no podía serlo a quien todo lo ve.

¡Oh Dios mío! ¡Qué daño hace en el mundo tener esto en poco y pensar que ha de haber cosa secreta que sea contra Vos! Tengo por cierto que se excusarían grandes males si entendiésemos que no está el negocio

en guardarnos de los hombres, sino en no nos guardar de descontentaros a Vos.

8. Los primeros ocho días sentí mucho, y más la sospe-cha que tuve se había entendido la vanidad mía, que no de estar allí. Porque ya yo andaba cansada y no dejaba de tener gran temor de Dios cuando le ofendía, y procuraba confesarme con brevedad. Traía un desasosiego, que en ocho días -y aun creo menos- estaba muy más contenta que en casa de mi padre. Todas lo estaban conmigo, por-que en esto me daba el Señor gracia, en dar contento adondequiera que estuviese, y así era muy querida. Y puesto que yo estaba entonces ya enemiguísima de ser monja, holgábame de ver tan buenas monjas, que lo eran mucho las de aquella casa, y de gran honestidad y reli-gión y recatamiento.

Aun con todo esto no me dejaba el demonio de tentar, y buscar los de fuera cómo me desasosegar con recaudos. Como no había lugar, presto se acabó, y co-menzó mi alma a tornarse a acostumbrar en el bien de mi primera edad y vi la gran merced que hace Dios a quien pone en compañía de buenos.

Paréceme andaba Su Majestad mirando y remi-rando por dónde me podía tornar a sí. ¡Bendito seáis Vos, Señor, que tanto me habéis sufrido! Amén. 9. Una cosa tenía que parece me podía ser alguna dis-culpa, si no tuviera tantas culpas; y es que era el trato con quien por vía de casamiento me parecía podía aca-bar en bien; e informada de con quien me confesaba y de otras personas, en muchas cosas me decían no iba contra Dios.

10. Dormía una monja con las que estábamos seglares, que por medio suyo parece quiso el Señor comenzar a darme luz, como ahora diré.

CAPÍTULO III

En que trata cómo fue parte la buena compañía para tornar a despertar sus deseos, y por qué manera comenzó el Señor a darla alguna luz del engaño que había traído. 1. Pues comenzando a gustar de la buena y santa conversación de esta monja, holgábame de oírla cuán bien hablaba de Dios, porque era muy discreta y santa. Esto, a mi parecer, en ningún tiempo dejé de holgarme de oírlo. Comenzóme a contar cómo ella había venido a ser monja por sólo leer lo que dice el evangelio: Muchos son los llamados y pocos

Page 17: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 17 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

los escogidos. Decíame el premio que daba el Señor a los que todo lo dejan por Él.

Comenzó esta buena compañía a desterrar las costumbres que había hecho la mala y a tornar a poner en mi pensamiento deseos de las cosas eternas y a quitar algo la gran enemistad que tenía con ser monja, que se me había puesto grandísima. Y si veía alguna tener lágrimas cuando rezaba, u otras virtu-des, habíala mucha envidia; porque era tan recio mi corazón en este caso que, si leyera toda la Pasión, no llorara una lágrima. Esto me causaba pena. 2. Estuve año y medio en este monasterio harto mejo-rada. Comencé a rezar muchas oraciones vocales y a procurar con todas me encomendasen a Dios, que me diese el estado en que le había de servir. Mas todavía deseaba no fuese monja, que éste no fuese Dios ser-vido de dármele, aunque también temía el casarme. A cabo de este tiempo que estuve aquí, ya tenía más amistad de ser monja, aunque no en aquella casa, por las cosas más virtuosas que después entendí tenían, que me parecían extremos demasiados; y había algu-nas de las más mozas que me ayudaban en esto, que si todas fueran de un parecer, mucho me aprovechara.

También tenía yo una grande amiga en otro monas-terio, y esto me era parte para no ser monja, si lo hu-biese de ser, sino adonde ella estaba. Miraba más el gusto de mi sensualidad y vanidad que lo bien que me estaba a mi alma. Estos buenos pensamientos de ser monja me venían algunas veces y luego se quitaban, y no podía persuadirme a serlo. 3. En este tiempo, aunque yo no estaba descuidada de mi remedio, andaba más ganoso el Señor de dispo-nerme para el estado que me estaba mejor. Diome una gran enfermedad, que hube de tornar en casa de mi padre. En estando buena, lleváronme en casa de mi her-mana -que residía en una aldea- para verla, que era ex-tremo el amor que me tenía y, a su querer, no saliera yo de con ella; y su marido también me amaba mucho, al menos mostrábame todo regalo, que aun esto debo más al Señor, que en todas partes siempre le he tenido, y todo se lo servía como la que soy. 4. Estaba en el camino un hermano de mi padre, muy avisado y de grandes virtudes, viudo, a quien también andaba el Señor disponiendo para sí, que en su mayor edad dejó todo lo que tenía y fue fraile y acabó de suerte que creo goza de Dios. Quiso que me estuviese con él unos días. Su ejercicio era buenos libros de ro-mance, y su hablar era -lo más ordinario- de Dios y de

la vanidad del mundo. Hacíame le leyese y, aunque no era amiga de ellos, mostraba que sí. Porque en esto de dar contento a otros he tenido extremo, aunque a mí me hiciese pesar; tanto, que en otras fuera virtud y en mí ha sido gran falta, porque iba muchas veces muy sin discreción.

¡Oh, válgame Dios, por qué términos me andaba Su Majestad disponiendo para el estado en que se quiso servir de mí, que, sin quererlo yo, me forzó a que me hiciese fuerza! Sea bendito por siempre, amén. 5. Aunque fueron los días que estuve pocos, con la fuerza que hacían en mi corazón las palabras de Dios, así leídas como oídas, y la buena compañía, vine a ir entendiendo la verdad de cuando niña, de que no era todo nada, y la vanidad del mundo, y cómo acababa en breve, y a temer, si me hubiera muerto, cómo me iba al infierno.

Y aunque no acababa mi voluntad de inclinarse a ser monja, vi era el mejor y más seguro estado. Y así poco a poco me determiné a forzarme para tomarle.

6. En esta batalla estuve tres meses, forzándome a mí misma con esta razón: que los trabajos y pena de ser monja no podía ser mayor que la del purgatorio, y que yo había bien merecido el infierno; que no era mucho estar lo que viviese como en purgatorio, y que después me iría derecha al cielo, que éste era mi deseo.

Y en este movimiento de tomar estado, más me parece me movía un temor servil que amor. Poníame el demonio que no podría sufrir los trabajos de la reli-gión, por ser tan regalada. A esto me defendía con los trabajos que pasó Cristo, porque no era mucho yo pa-sase algunos por Él; que Él me ayudaría a llevarlos -debía pensar-, que esto postrero no me acuerdo. Pasé hartas tentaciones estos días. 7. Habíanme dado, con unas calenturas, unos gran-des desmayos, que siempre tenía bien poca salud. Diome la vida haber quedado ya amiga de buenos libros. Leía en las Epístolas de San Jerónimo, que me animaban de suerte que me determiné a decirlo a mi padre, que casi era como a tomar el hábito, porque era tan honrosa que me parece no tornara atrás por ninguna manera, habiéndolo dicho una vez. Era tanto lo que me quería, que en ninguna manera lo pude acabar con él, ni bastaron ruegos de personas que procuré le hablasen. Lo que más se pudo acabar con él fue que después de sus días haría lo que quisiese. Yo ya me temía a mí y a mi flaqueza no tornase atrás, y así no me pareció me convenía esto, y procurélo por otra vía, como ahora diré.

Page 18: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 18 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAPÍTULO IV

Dice cómo la ayudó el Señor para forzarse a sí misma para tomar hábito, y las muchas enfermedades que Su Majestad la comenzó a dar.

1. En estos días que andaba con estas determinacio-nes, había persuadido a un hermano mío a que se me-tiese fraile diciéndole la vanidad del mundo. Y concertamos entrambos de irnos un día muy de ma-ñana al monasterio adonde estaba aquella mi amiga, que era al que yo tenía mucha afición, puesto que ya en esta postrera determinación ya yo estaba de suerte, que a cualquiera que pensara servir más a Dios o mi padre quisiera, fuera; que más miraba ya el remedio de mi alma, que del descanso ningún caso hacía de él.

Acuérdaseme, a todo mi parecer y con verdad, que cuando salí de casa de mi padre no creo será más el sentimiento cuando me muera. Porque me parece cada hueso se me apartaba por sí, que, como no había amor de Dios que quitase el amor del padre y parientes, era todo haciéndome una fuerza tan grande que, si el Señor no me ayudara, no bastaran mis consideracio-nes para ir adelante. Aquí me dio ánimo contra mí, de manera que lo puse por obra. 2. En tomando el hábito, luego me dio el Señor a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza para servirle, la cual nadie no entendía de mí, sino grandísima voluntad. A la hora me dio un tan gran contento de tener aquel estado, que nunca jamás me faltó hasta hoy, y mudó Dios la sequedad que tenía mi alma en grandísima ternura. Dábanme deleite todas las cosas de la religión, y es verdad que andaba algunas veces barriendo en horas que yo solía ocupar en mi regalo y gala, y acordándoseme que estaba libre de aquello, me daba un nuevo gozo, que yo me espantaba y no podía entender por dónde venía.

Cuando de esto me acuerdo, no hay cosa que de-lante se me pusiese, por grave que fuese, que dudase de acometerla. Porque ya tengo experiencia en mu-chas que, si me ayudó al principio a determinarme a hacerlo, que, siendo sólo por Dios, hasta comenzarlo quiere -para que más merezcamos- que el alma sienta aquel espanto, y mientras mayor, si sale con ello, mayor premio y más sabroso se hace después. Aun en esta vida lo paga Su Majestad por unas vías que sólo quien goza de ello lo entiende.

Esto tengo por experiencia, como he dicho, en muchas cosas harto graves. Y así jamás aconsejaría -si fuera persona que hubiera de dar parecer- que,

cuando una buena inspiración acomete muchas veces, se deje, por miedo, de poner por obra; que si va desnudamente por solo Dios, no hay que temer sucederá mal, que poderoso es para todo. Sea bendito por siempre, amén. 3. Bastara, ¡oh sumo Bien y descanso mío!, las merce-des que me habíais hecho hasta aquí, de traerme por tantos rodeos vuestra piedad y grandeza a estado tan seguro y a casa adonde había muchas siervas de Dios, de quien yo pudiera tomar, para ir creciendo en su ser-vicio. No sé cómo he de pasar de aquí, cuando me acuerdo la manera de mi profesión y la gran determi-nación y contento con que la hice y el desposorio que hice con Vos. Esto no lo puedo decir sin lágrimas, y habían de ser de sangre y quebrárseme el corazón, y no era mucho sentimiento para lo que después os ofendí.

Paréceme ahora que tenía razón de no querer tan gran dignidad, pues tan mal había de usar de ella. Mas Vos, Señor mío, quisisteis ser -casi veinte años que usé mal de esta merced- ser el agraviado, porque yo fuese mejorada. No parece, Dios mío, sino que prometí no guardar cosa de lo que os había prometido, aunque entonces no era esa mi intención. Mas veo tales mis obras después, que no sé qué intención tenía, para que más se vea quién Vos sois, Esposo mío, y quién soy yo. Que es verdad, cierto, que muchas veces me tem-pla el sentimiento de mis grandes culpas el contento que me da que se entienda la muchedumbre de vues-tras misericordias. 4. ¿En quién, Señor, pueden así resplandecer como en mí, que tanto he oscurecido con mis malas obras las grandes mercedes que me comenzasteis a hacer? ¡Ay de mí, Criador mío, que si quiero dar disculpa, nin-guna tengo! Ni tiene nadie la culpa sino yo. Porque si os pagara algo del amor que me comenzasteis a mos-trar, no le pudiera yo emplear en nadie sino en Vos, y con esto se remediaba todo. Pues no lo merecí ni tuve tanta ventura, válgame ahora, Señor, vuestra miseri-cordia. 5. La mudanza de la vida y de los manjares me hizo daño a la salud, que, aunque el contento era mucho, no bastó.

Comenzáronme a crecer los desmayos y diome un mal de corazón tan grandísimo, que ponía espanto a quien le veía, y otros muchos males juntos, y así pasé el primer año con harta mala salud, aunque no me pa-rece ofendí a Dios en él mucho. Y como era el mal tan

Page 19: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 19 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

grave que casi me privaba el sentido siempre y algu-nas veces del todo quedaba sin él, era grande la dili-gencia que traía mi padre para buscar remedio; y como no le dieron los médicos de aquí, procuró llevarme a un lugar adonde había mucha fama de que sanaban allí otras enfermedades, y así dijeron harían la mía. Fue conmigo esta amiga que he dicho que tenía en casa, que era antigua. En la casa que era monja no se pro-metía clausura.

6. Estuve casi un año por allá, y los tres meses de él padeciendo tan grandísimo tormento en las curas que me hicieron tan recias, que yo no sé cómo las pude sufrir; y en fin, aunque las sufrí, no las pudo sufrir mi sujeto, como diré.

Había de comenzarse la cura en el principio del verano, y yo fui en el principio del invierno. Todo este tiempo estuve en casa de la hermana que he dicho que estaba en la aldea, esperando el mes de abril, porque estaba cerca, y no andar yendo y viniendo. 7. Cuando iba, me dio aquel tío mío que tengo dicho que estaba en el camino, un libro: llámase Tercer Abe-cedario, que trata de enseñar oración de recogimiento; y puesto que este primer año había leído buenos libros (que no quise más usar de otros, porque ya entendía el daño que me habían hecho), no sabía cómo proceder en oración ni cómo recogerme, y así holguéme mucho con él y determinéme a seguir aquel camino con todas mis fuerzas. Y como ya el Señor me había dado don de lágrimas y gustaba de leer, comencé a tener ratos de soledad y a confesarme a menudo y comenzar aquel camino, teniendo a aquel libro por maestro. Por-que yo no hallé maestro, digo confesor, que me enten-diese, aunque le busqué, en veinte años después de esto que digo, que me hizo harto daño para tornar mu-chas veces atrás y aun para del todo perderme; porque todavía me ayudara a salir de las ocasiones que tuve para ofender a Dios.

Comenzóme Su Majestad a hacer tantas mercedes en los principios, que al fin de este tiempo que estuve aquí (que era casi nueve meses en esta soledad, aun-que no tan libre de ofender a Dios como el libro me decía, mas por esto pasaba yo; parecíame casi imposi-ble tanta guarda; teníala de no hacer pecado mortal, y pluguiera a Dios la tuviera siempre; de los veniales hacía poco caso, y esto fue lo que me destruyó…), comenzó el Señor a regalarme tanto por este camino, que me hacía merced de darme oración de quietud, y alguna vez llegaba a unión, aunque yo no entendía qué era lo uno ni lo otro y lo mucho que era de preciar, que

creo me fuera gran bien entenderlo. Verdad es que du-raba tan poco esto de unión, que no sé si era Avemaría; mas quedaba con unos efectos tan grandes que, con no haber en este tiempo veinte años, me parece traía el mundo debajo de los pies, y así me acuerdo que había lástima a los que le seguían, aunque fuese en cosas lícitas.

Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo, nuestro bien y Señor, dentro de mí presente, y ésta era mi manera de oración. Si pensaba en algún paso, le representaba en lo interior; aunque lo más gastaba en leer buenos libros, que era toda mi recreación; porque no me dio Dios talento de discurrir con el entendi-miento ni de aprovecharme con la imaginación, que la tengo tan torpe, que aun para pensar y representar en mí -como lo procuraba traer- la Humanidad del Señor, nunca acababa. Y aunque por esta vía de no poder obrar con el entendimiento llegan más presto a la con-templación si perseveran, es muy trabajoso y penoso. Porque si falta la ocupación de la voluntad y el haber en qué se ocupe en cosa presente el amor, queda el alma como sin arrimo ni ejercicio, y da gran pena la soledad y sequedad, y grandísimo combate los pensa-mientos. 8. A personas que tienen esta disposición les conviene más pureza de conciencia que a las que con el enten-dimiento pueden obrar. Porque quien va discurriendo en lo que es el mundo y en lo que debe a Dios y en lo mucho que sufrió y lo poco que le sirve y lo que da a quien le ama, saca doctrina para defenderse de los pensamientos y de las ocasiones y peligros. Pero quien no se puede aprovechar de esto, tiénele mayor y con-viénele ocuparse mucho en lección, pues de su parte no puede sacar ninguna.

Es tan penosísima esta manera de proceder, que si el maestro que enseña aprieta en que sin lección, que ayuda mucho para recoger (a quien de esta manera procede le es necesario, aunque sea poco lo que lea, sino en lugar de la oración mental que no puede tener); digo que si sin esta ayuda le hacen estar mucho rato en la oración, que será imposible durar mucho en ella y le hará daño a la salud si porfía, porque es muy penosa cosa.

9. Ahora me parece que proveyó el Señor que yo no hallase quien me enseñase, porque fuera imposible, -me parece-, perseverar dieciocho años que pasé este trabajo, y en estos grandes sequedades, por no poder, como digo, discurrir. En todos éstos, si no era aca-bando de comulgar, jamás osaba comenzar a tener oración sin un libro; que tanto temía mi alma estar sin

Page 20: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 20 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

él en oración, como si con mucha gente fuera a pelear. Con este remedio, que era como una compañía o es-cudo en que había de recibir los golpes de los muchos pensamientos, andaba consolada. Porque la sequedad no era lo ordinario, mas era siempre cuando me fal-taba libro, que era luego desbaratada el alma, y los pensamientos perdidos; con esto los comenzaba a re-coger y como por halago llevaba el alma. Y muchas veces, en abriendo el libro, no era menester más. Otras leía poco, otras mucho, conforme a la merced que el Señor me hacía.

Parecíame a mí, en este principio que digo, que te-niendo yo libros y cómo tener soledad, que no habría peligro que me sacase de tanto bien; y creo con el favor de Dios fuera así, si tuviera maestro o persona que me avisara de huir las ocasiones en los principios y me hi-ciera salir de ellas, si entrara, con brevedad. Y si el de-monio me acometiera entonces descubiertamente, parecíame en ninguna manera tornara gravemente a pecar; mas fue tan sutil y yo tan ruin, que todas mis determinaciones me aprovecharon poco, aunque muy mucho los días que serví a Dios, para poder sufrir las terribles enfermedades que tuve, con tan gran paciencia como Su Majestad me dio. 10. Muchas veces he pensado espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran magnificen-cia y misericordia. Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno. Por ruines e imperfectas que fuesen mis obras, este Señor mío las iba mejorando y perfeccionando y dando valor, y los males y pecados luego los escondía. Aun en los ojos de quien los ha visto, permite Su Majestad se cieguen y los quita de su memoria. Dora las culpas.

Hace que resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí casi haciéndome fuerza para que la tenga.

11. Quiero tornar a lo que me han mandado. Digo que, si hubiera de decir por menudo de la manera que el Señor se había conmigo en estos principios, que fuera menester otro entendimiento que el mío para saber en-carecer lo que en este caso le debo y mi gran ingratitud y maldad, pues todo esto olvidé. Sea por siempre ben-dito, que tanto me ha sufrido. Amén.

CAPÍTULO V

Prosigue en las grandes enfermedades que tuvo y la paciencia que el Señor le dio en ellas, y cómo saca de los males bienes, según se verá en una cosa que le acaeció en este lugar que se fue a curar.

1. Olvidé de decir cómo en el año del noviciado pasé grandes desasosiegos con cosas que en sí te-nían poco tomo; mas culpábanme sin tener culpa hartas veces. Yo lo llevaba con harta pena e im-perfección, aunque con el gran contento que tenía de ser monja todo lo pasaba. Como me veían pro-curar soledad y me veían llorar por mis pecados algunas veces, pensaban era descontento, y así lo decían.

Era aficionada a todas las cosas de religión, mas no a sufrir ninguna que pareciese menosprecio. Holgá-bame de ser estimada. Era curiosa en cuanto hacía. Todo me parecía virtud, aunque esto no me será dis-culpa, porque para todo sabía lo que era procurar mi contento, y así la ignorancia no quita la culpa. Alguna tiene no estar fundado el monasterio en mucha perfec-ción; yo, como ruin, íbame a lo que veía falta y dejaba lo bueno. 2. Estaba una monja entonces enferma de grandísima enfermedad y muy penosa, porque eran unas bocas en el vientre, que se le habían hecho de opilaciones, por donde echaba lo que comía.

Murió presto de ello. Yo veía a todas temer aquel mal. A mí hacíame gran envidia su paciencia. Pedía a Dios que, dándomela así a mí, me diese las enferme-dades que fuese servido. Ninguna me parece temía, porque estaba tan puesta en ganar bienes eternos, que por cualquier medio me determinaba a ganarlos. Y es-pántome, porque aún no tenía -a mi parecer- amor de Dios, como después que comencé a tener oración me parecía a mí le he tenido, sino una luz de parecerme todo de poca estima lo que se acaba y de mucho precio los bienes que se pueden ganar con ello, pues son eter-nos.

Tan bien me oyó en esto Su Majestad, que antes de dos años estaba tal, que aunque no el mal de aquella suerte, creo no fue menos penoso y trabajoso el que tres años tuve, como ahora diré. 3. Venido el tiempo que estaba aguardando en el lugar que digo que estaba con mi hermana para curarme, lleváronme con harto cuidado de mi regalo mi padre y hermana y aquella monja mi amiga que había salido conmigo, que era muy mucho lo que me quería.

Aquí comenzó el demonio a descomponer mi alma, aunque Dios sacó de ello harto bien. Estaba una per-sona de la iglesia, que residía en aquel lugar adonde me fui a curar, de harto buena calidad y entendimiento. Tenía letras, aunque no muchas. Yo comencéme a con-fesar con él, que siempre fui amiga de letras, aunque

Page 21: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 21 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

gran daño hicieron a mi alma confesores medio letra-dos, porque no los tenía de tan buenas letras como quisiera.

He visto por experiencia que es mejor, siendo vir-tuosos y de santas costumbres, no tener ningunas; por-que ni ellos se fían de sí sin preguntar a quien las tenga buenas, ni yo me fiara. Y buen letrado nunca me en-gañó. Estotros tampoco me debían de querer engañar, sino no sabían más. Yo pensaba que sí y que no era obligada a más de creerlos, como era cosa ancha lo que me decían y de más libertad; que si fuera apretada, yo soy tan ruin que buscara otros. Lo que era pecado venial decíanme que no era ninguno; lo que era graví-simo mortal, que era venial. Esto me hizo tanto daño que no es mucho lo diga aquí para aviso de otras de tan gran mal; que para delante de Dios bien veo no me es disculpa, que bastaban ser las cosas de su natural no buenas para que yo me guardara de ellas.Creo permitió Dios, por mis pecados, ellos se engaña-sen y me engañasen a mí. Yo engañé a otras hartas con decirles lo mismo que a mí me habían dicho.

Duré en esta ceguedad creo más de diecisiete años, hasta que un Padre dominico, gran letrado, me desen-gañó en cosas, y los de la Compañía de Jesús del todo me hicieron tanto temer, agraviándome tan malos principios, como después diré. 4. Pues comenzándome a confesar con este que digo, él se aficionó en extremo a mí, porque entonces tenía poco que confesar para lo que después tuve, ni lo había tenido después de monja. No fue la afición de éste mala; mas de demasiada afición venía a no ser buena. Tenía entendido de mí que no me determinaría a hacer cosa contra Dios que fuese grave por ninguna cosa, y él también me aseguraba lo mismo, y así era mucha la conversación. Mas mis tratos entonces, con el embebecimiento de Dios que traía, lo que más gusto me daba era tratar cosas de El; y como era tan niña, hacíale confusión ver esto, y con la gran voluntad que me tenía, comenzó a declararme su perdición. Y no era poca, porque había casi siete años que estaba en muy peligroso estado, con afición y trato con una mujer del mismo lugar, y con esto decía misa. Era cosa tan pú-blica, que tenía perdida la honra y la fama, y nadie le osaba hablar contra esto.

A mí hízoseme gran lástima, porque le quería mucho; que esto tenía yo de gran liviandad y cegue-dad, que me parecía virtud ser agradecida y tener ley a quien me quería. ¡Maldita sea tal ley, que se extiende hasta ser contra la de Dios! Es un desatino que se usa en el mundo, que me desatina; que debemos todo el

bien que nos hacen a Dios, y tenemos por virtud, aun-que sea ir contra El, no quebrantar esta amistad. ¡Oh ceguedad del mundo! ¡Fuerais Vos servido, Señor, que yo fuera ingratísima contra todo él, y contra Vos no lo fuera un punto! Mas ha sido todo al revés, por mis pecados. 5. Procuré saber e informarme más de personas de su casa. Supe más la perdición, y vi que el pobre no tenía tanta culpa; porque la desventurada de la mujer le tenía puestos hechizos en un idolillo de cobre que le había rogado le trajese por amor de ella al cuello, y éste nadie había sido poderoso de podérsele quitar.

Yo no creo es verdad esto de hechizos determinada-mente; mas diré esto que yo vi, para aviso de que se guarden los hombres de mujeres que este trato quieren tener, y crean que, pues pierden la vergüenza a Dios (que ellas más que los hombres son obligadas a tener honestidad), que ninguna cosa de ellas pueden confiar; que a trueco de llevar adelante su voluntad y aquella afición que el demonio les pone, no miran nada. Aun-que yo he sido tan ruin, en ninguna de esta suerte yo no caí, ni jamás pretendí hacer mal ni, aunque pudiera, qui-siera forzar la voluntad para que me la tuvieran, porque me guardó el Señor de esto; mas si me dejara, hiciera el mal que hacía en lo demás, que de mí ninguna cosa hay que fiar. 6. Pues como supe esto, comencé a mostrarle más amor. Mi intención buena era, la obra mala, pues por hacer bien, por grande que sea, no había de hacer un pequeño mal. Tratábale muy ordinario de Dios. Esto debía aprovecharle, aunque más creo le hizo al caso el quererme mucho; porque, por ha-cerme placer, me vino a dar el idolillo, el cual hice echar luego en un río. Quitado éste, comenzó -como quien despierta de un gran sueño- a irse acordando de todo lo que había hecho aquellos años; y espan-tándose de sí, doliéndose de su perdición, vino a comenzar a aborrecerla. Nuestra Señora le debía ayudar mucho, que era muy devoto de su Concep-ción, y en aquel día hacía gran fiesta. En fin, dejó del todo de verla y no se hartaba de dar gracias a Dios por haberle dado luz.

A cabo de un año en punto desde el primer día que yo le vi, murió. Y había estado muy en servi-cio de Dios, porque aquella afición grande que me tenía nunca entendí ser mala, aunque pudiera ser con más puridad; mas también hubo ocasiones para que, si no se tuviera muy delante a Dios, hubiera ofensas suyas más graves.

Page 22: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 22 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Como he dicho, cosa que yo entendiera era pecado mortal no la hiciera entonces. Y paréceme que le ayu-daba a tenerme amor ver esto en mí; que creo todos los hombres deben ser más amigos de mujeres que ven inclinadas a virtud; y aun para lo que acá pretenden deben de ganar con ellos más por aquí, según después diré.

Tengo por cierto está en carrera de salvación. Murió muy bien y muy quitado de aquella ocasión. Parece quiso el Señor que por estos medios se salvase. 7. Estuve en aquel lugar tres meses con grandísimos trabajos, porque la cura fue más recia que pedía mi complexión. A los dos meses, a poder de medicinas, me tenía casi acabada la vida, y el rigor del mal de corazón de que me fui a curar era mucho más recio, que algunas veces me parecía con dientes agudos me asían de él, tanto que se temió era rabia. Con la falta grande de virtud (porque ninguna cosa podía comer, si no era bebida, de grande hastío) calentura muy conti-nua, y tan gastada, porque casi un mes me había dado una purga cada día, estaba tan abrasada, que se me comenzaron a encoger los nervios con dolores tan in-comportables, que día ni noche ningún sosiego podía tener. Una tristeza muy profunda. 8. Con esta ganancia me tornó a traer mi padre adonde tornaron a verme médicos. Todos me desahuciaron, que decían sobre todo este mal, decían estaba hética. De esto se me daba a mí poco. Los dolores eran los que me fatigaban, porque eran en un ser desde los pies hasta la cabeza; porque de nervios son intolerables, según decían los médicos, y como todos se encogían, cierto -si yo no lo hubiera por mi culpa perdido- era recio tormento.

En esta reciedumbre no estaría más de tres meses, que parecía imposible poderse sufrir tantos males jun-tos. Ahora me espanto, y tengo por gran merced del Señor la paciencia que Su Majestad me dio, que se veía claro venir de Él. Mucho me aprovechó para te-nerla haber leído la historia de Job en los Morales de San Gregorio, que parece previno el Señor con esto, y con haber comenzado a tener oración, para que yo lo pudiese llevar con tanta conformidad. Todas mis plá-ticas eran con Él. Traía muy ordinario estas palabras de Job en el pensamiento y decíalas: Pues recibimos los bienes de la mano del Señor, ¿por qué no sufrire-mos los males? Esto parece me ponía esfuerzo. 9. Vino la fiesta de nuestra Señora de Agosto, que hasta entonces desde abril había sido el tormento, aun-

que los tres postreros meses mayor. Di prisa a confe-sarme, que siempre era muy amiga de confesarme a menudo. Pensaron que era miedo de morirme y, por no me dar pena, mi padre no me dejó. ¡Oh amor de carne demasiado, que aunque sea de tan católico padre y tan avisado que lo era harto, que no fue ignorancia- me pudiera hacer gran daño! Diome aquella noche un pa-raxismo que me duró estar sin ningún sentido cuatro días, poco menos. En esto me dieron el Sacramento de la Unción y cada hora o momento pensaban expiraba y no hacían sino decirme el Credo, como si alguna cosa entendiera. Teníanme a veces por tan muerta, que hasta la cera me hallé después en los ojos. 10. La pena de mi padre era grande de no me haber dejado confesar; clamores y oraciones a Dios, muchas. Bendito sea Él que quiso oírlas, que teniendo día y medio abierta la sepultura en mi monasterio, espe-rando el cuerpo allá y hechas las honras en uno de nuestros frailes fuera de aquí, quiso el Señor tornase en mí.

Luego me quise confesar. Comulgué con hartas lá-grimas; mas a mi parecer que no eran con el senti-miento y pena de sólo haber ofendido a Dios, que bastara para salvarme, si el engaño que traía de los que me habían dicho no eran algunas cosas pecado mortal, que cierto he visto después lo eran, no me aprove-chara. Porque los dolores eran incomportables, con que quedé; el sentido poco, aunque la confesión en-tera, a mi parecer, de todo lo que entendí había ofen-dido a Dios; que esta merced me hizo Su Majestad, entre otras, que nunca, después que comencé a comul-gar, dejé cosa por confesar que yo pensase era pecado, aunque fuese venial, que le dejase de confesar. Mas sin duda me parece que lo iba harto mi salvación si entonces me muriera, por ser los confesores tan poco letrados por una parte, y por otra ser yo ruin, y por muchas. 11. Es verdad, cierto, que me parece estoy con tan gran espanto llegando aquí y viendo cómo parece me resu-citó el Señor, que estoy casi temblando entre mí. Paré-ceme fuera bien, oh ánima mía, que miraras del peligro que el Señor te había librado y, ya que por amor no le dejabas de ofender, lo dejaras por temor que pudiera otras mil veces matarte en estado más peligroso. Creo no añado muchas en decir otras mil, aunque me riña quien me mandó moderase el contar mis pecados, y harto hermoseados van.

Por amor de Dios le pido de mis culpas no quite nada, pues se ve más aquí la magnificencia de Dios y

Page 23: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 23 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

lo que sufre a un alma. Sea bendito para siempre. Plega a Su Majestad que antes me consuma que le deje yo más de querer.

CAPÍTULO VI

Trata de lo mucho que debió al Señor en darle conformidad con tan grandes trabajos, y cómo tomó por medianero y abogado al glorioso San José, y lo mucho que le aprovechó. 1. Quedé de estos cuatro días de paroxismo de manera que sólo el Señor puede saber los incomportables tor-mentos que sentía en mí: la lengua hecha pedazos de mordida; la garganta, de no haber pasado nada y de la gran flaqueza que me ahogaba, que aun el agua no podía pasar; toda me parecía estaba descoyuntada; con grandísimo desatino en la cabeza; toda encogida, hecha un ovillo, porque en esto paró el tormento de aquellos días, sin poderme menear, ni brazo ni pie ni mano ni cabeza, más que si estuviera muerta, si no me meneaban; sólo un dedo me parece podía menear de la mano derecha. Pues llegar a mí no había cómo, por-que todo estaba tan lastimado que no lo podía sufrir. En una sábana, una de un cabo y otra de otro, me me-neaban.

Esto fue hasta Pascua Florida. Sólo tenía que, si no llegaban a mí, los dolores me cesaban muchas veces y, a cuento de descansar un poco, me contaba por buena, que traía temor me había de faltar la paciencia; y así quedé muy contenta de verme sin tan agudos y continuos dolores, aunque a los recios fríos de cuarta-nas dobles con que quedé, recísimas, los tenía incom-portables; el hastío muy grande. 2. Di luego tan gran prisa de irme al monasterio, que me hice llevar así. A la que esperaban muerta, recibie-ron con alma; mas el cuerpo peor que muerto, para dar pena verle. El extremo de flaqueza no se puede decir, que solos los huesos tenía ya. Digo que estar así me duró más de ocho meses; el estar tullida, aunque iba mejorando, casi tres años. Cuando comencé a andar a gatas, alababa a Dios.

Todos los pasé con gran conformidad y, si no fue estos principios, con gran alegría; porque todo se me hacía nonada comparado con los dolores y tormentos del principio. Estaba muy conforme con la voluntad de Dios, aunque me dejase así siempre.

Paréceme era toda mi ansia de sanar por estar a solas en oración como venía mostrada, porque en la enfermería no había aparejo.

Confesábame muy a menudo. Trataba mucho de Dios, de manera que edificaba a todas, y se espanta-ban de la paciencia que el Señor me daba; porque, a no venir de mano de Su Majestad, parecía imposible poder sufrir tanto mal con tanto contento.

3. Gran cosa fue haberme hecho la merced en la ora-ción que me había hecho, que ésta me hacía entender qué cosa era amarle; porque de aquel poco tiempo vi nuevas en mí esta virtudes, aunque no fuertes, pues no bastaron a sustentarme en justicia: no tratar mal de nadie por poco que fuese, sino lo ordinario era excusar toda murmuración; porque traía muy delante cómo no había de querer ni decir de otra persona lo que no que-ría dijesen de mí. Tomaba esto en harto extremo para las ocasiones que había, aunque no tan perfectamente que algunas veces, cuando me las daban grandes, en algo no quebrase; mas lo continuo era esto; y así, a las que estaban conmigo y me trataban persuadía tanto a esto, que se quedaron en costumbre. Vínose a enten-der que adonde yo estaba tenían seguras las espaldas, y en esto estaban con las que yo tenía amistad y deudo, y enseñaba; aunque en otras cosas tengo bien que dar cuenta a Dios del mal ejemplo que les daba.

Plega a Su Majestad me perdone, que de muchos males fui causa, aunque no con tan dañada intención como después sucedía la obra. 4. Quedóme deseo de soledad; amiga de tratar y hablar en Dios, que si yo hallara con quién, más contento y recreación me daba que toda la policía -o grosería, por mejor decir- de la conversación del mundo; comulgar y confesar muy más a menudo, y desearlo; amiguí-sima de leer buenos libros; un grandísimo arrepenti-miento en habiendo ofendido a Dios, que muchas veces me acuerdo que no osaba tener oración, porque temía la grandísima pena que había de sentir de ha-berle ofendido, como un gran castigo. Esto me fue creciendo después en tanto extremo, que no sé yo a qué compare este tormento. Y no era poco ni mucho por temor jamás, sino como se me acordaba los rega-los que el Señor me hacía en la oración y lo mucho que le debía, y veía cuán mal se lo pagaba, no lo podía sufrir, y enojábame en extremo de las muchas lágri-mas que por la culpa lloraba, cuando veía mi poca enmienda, que ni bastaban determinaciones ni fatiga en que me veía para no tornar a caer en poniéndome en la ocasión. Parecíanme lágrimas engañosas y pare-cíame ser después mayor la culpa, porque veía la gran merced que me hacía el Señor en dármelas y tan gran arrepentimiento.

Page 24: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 24 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Procuraba confesarme con brevedad y, a mi pare-cer, hacía de mi parte lo que podía para tornar en gra-cia. Estaba todo el daño en no quitar de raíz las ocasiones y en los confesores, que me ayudaban poco; que, a decirme en el peligro que andaba y que tenía obligación a no traer aquellos tratos, sin duda creo se remediara; porque en ninguna vía sufriera andar en pecado mortal sólo un día, si yo lo entendiera.

Todas estas señales de temer a Dios me vinieron con la oración, y la mayor era ir envuelto en amor, porque no se me ponía delante el castigo. Todo lo que estuve tan mala, me duró mucha guarda de mi con-ciencia cuanto a pecados mortales. ¡Oh, válgame Dios, que deseaba yo la salud para más servirle, y fue causa de todo mi daño! 5. Pues como me vi tan tullida y en tan poca edad y cuál me habían parado los médicos de la tierra, determiné acudir a los del cielo paraque me sanasen; que todavía deseaba la salud, aunque con mucha alegría lo llevaba, y pensaba algunas veces que, si estando buena me había de condenar, que mejor estaba así; mas todavía pensaba que serviría mucho más a Dios con la salud. Este es nuestro engaño, no nos dejar del todo a lo que el Señor hace, que sabe mejor lo que nos conviene.

6. Comencé a hacer devociones de misas y cosas muy aprobadas de oraciones, que nunca fui amiga de otras devociones que hacen algunas personas, en es-pecial mujeres, con ceremonias que yo no podía su-frir y a ellas les hacía devoción; después se ha dado a entender no convenían, que eran supersticiosas. Y tomé por abogado y señor al gloriosoSan José y en-comendéme mucho a él.

Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores de honra y pérdida de alma este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que es-panta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peli-gros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra -que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar-, así en el cielo hace cuanto le pide.

Esto han visto otras algunas personas, a quien yo decía se encomendasen a él, también por experiencia;

y aun hay muchas que le son devotas de nuevo, expe-rimentando esta verdad. 7. Procuraba yo hacer su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, que-riendo se hiciese muy curiosamente y bien, aunque con buen intento. Mas esto tenía malo, si algún bien el Señor me daba gracia que hiciese, que era lleno de imperfecciones y con muchas faltas. Para el mal y cu-riosidad y vanidad tenía gran maña y diligencia. El Señor me perdone.

Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido per-sona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cum-plida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío. 8. Si fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana me alargara en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho este glorioso Santo a mí y a otras personas; mas por no hacer más de lo que me mandaron, en muchas cosas seré corta más de lo que quisiera, en otras más larga que era menester; en fin, como quien en todo lo bueno tiene poca discreción. Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devo-ción. En especial, personas de oración siempre le ha-bían de ser aficionadas; que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a San José por lo bien que les ayudó en ellos. Quien no ha-llare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará en el camino. Plega al Señor no haya yo errado en atreverme a hablar en él; porque aunque publico serle devota, en los servicios y en imitarle siempre he faltado.

Pues él hizo como quien es en hacer de manera que pudiese levantarme y andar y no estar tullida; y yo como quien soy, en usar mal de esta merced. 9. ¡Quién dijera que había tan presto de caer, después de tantos regalos de Dios, después de haber comen-zado Su Majestad a darme virtudes, que ellas mismas me despertaban a servirle, después de haberme visto casi muerta y en tan gran peligro de ir condenada, des-

Page 25: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 25 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

pués de haberme resucitado alma y cuerpo, que todos los que me vieron se espantaban de verme viva! ¡Qué es esto, Señor mío! ¿En tan peligrosa vida hemos de vivir? Que escribiendo esto estoy y me parece que con vuestro favor y por vuestra misericordia podría decir lo que San Pablo, aunque no con esa perfección, que no vivo yo ya sino que Vos, Criador mío, vivís en mí, según ha algunos años que, a lo que puedo entender, me tenéis de vuestra mano y me veo con deseos y determinaciones y en alguna manera probado por ex-periencia en estos años en muchas cosas, de no hacer cosa contra vuestra voluntad, por pequeña que sea, aunque debo hacer hartas ofensas a Vuestra Majestad sin entenderlo. Y también me parece que no se me ofrecerá cosa por vuestro amor, que con gran determi-nación me deje de poner a ella, y en algunas me habéis Vos ayudado para que salga con ellas, y no quiero mundo ni cosa de él, ni me parece me da contento cosa que salga de Vos, y lo demás me parece pesada cruz.

Bien me puedo engañar, y así será que no tengo esto que he dicho; mas bien veis Vos, mi Señor, que a lo que puedo entender no miento, y estoy temiendo -y con mucha razón- si me habéis de tornar a dejar; por-que ya sé a lo que llega mi fortaleza y poca virtud en no me la estando Vos dando siempre y ayudando para que no os deje; y plega a Vuestra Majestad que aun ahora no esté dejada de Vos, pareciéndome todo esto de mí.

No sé cómo queremos vivir, pues es todo tan in-cierto. Parecíame a mí, Señor mío, ya imposible deja-ros tan del todo a Vos; y como tantas veces os dejé, no puedo dejar de temer, porque, en apartándoos un poco de mí, daba con todo en el suelo.

Bendito seáis por siempre, que aunque os dejaba yo a Vos, no me dejasteis Vos a mí tan del todo, que no me tornase a levantar, con darme Vos siempre la mano; y muchas veces, Señor, no la quería, ni quería enten-der cómo muchas veces me llamabais de nuevo, como ahora diré.

CAPÍTULO VII Trata por los términos que fue perdiendo las mercedes que el Señor le había hecho, y cuán perdida vida comenzó a tener. – Dice los daños que hay en no ser muy encerrados los monasterios de monjas. 1. Pues así comencé, de pasatiempo en pasatiempo, de vanidad en vanidad, de ocasión en ocasión, a meterme tanto en muy grandes ocasiones y andar tan estragada mi alma en muchas vanidades, que ya

yo tenía vergüenza de en tan particular amistad como es tratar de oración tornarme a llegar a Dios. Y ayudóme a esto que, como crecieron los pecados, comenzóme a faltar el gusto y regalo en las cosas de virtud. Veía yo muy claro, Señor mío, que me fal-taba esto a mí por faltaros yo a Vos.

Este fue el más terrible engaño que el demonio me podía hacer debajo de parecer humildad, que comencé a temer de tener oración, de verme tan perdida; y parecíame era mejor andar como los mu-chos, pues en ser ruin era de los peores, y rezar lo que estaba obligada y vocalmente, que no tener ora-ción mental y tanto trato con Dios la que merecía estar con los demonios, y que engañaba a la gente, porque en lo exterior tenía buenas apariencias.

Y así no es de culpar a la casa adonde estaba, porque con mi maña procuraba me tuviesen en buena opinión, aunque no de advertencia fingiendo cristiandad; porque en esto de hipocresía y vanaglo-ria, gloria a Dios, jamás me acuerdo haberle ofen-dido que yo entienda; que en viniéndome primer movimiento, me daba tanta pena, que el demonio iba con pérdida y yo quedaba con ganancia, y así en esto muy poco me ha tentado jamás. Por ventura si Dios permitiera me tentara en esto tan recio como en otras cosas, también cayera; mas Su Majestad hasta ahora me ha guardado en esto, sea por siem-pre bendito; antes me pesaba mucho de que me tu-viesen en buena opinión, como yo sabía lo secreto de mí. 2. Este no me tener por tan ruin venía que, como me veían tan moza y en tantas ocasiones y apartarme muchas veces a soledad a rezar y leer, mucho hablar de Dios, amiga de hacer pintar su imagen en mu-chas partes y de tener oratorio y procurar en él cosas que hiciesen devoción, no decir mal, otras cosas de esta suerte que tenían apariencia de virtud, y yo que de vana me sabía estimar en las cosas que en el mundo se suelen tener por estima, con esto me daban tanta y más libertad que a las muy antiguas y tenían gran seguridad de mí. Porque tomar yo liber-tad ni hacer cosas sin licencia, digo por agujeros o paredes o de noche, nunca me parece lo pudiera acabar conmigo en monasterio hablar de esta suerte, ni lo hice, porque me tuvo el Señor de su mano. Parecíame a mí –que con advertencia y de propósito miraba muchas cosas- que poner la honra de tantas en aventura, por ser yo ruin, siendo ellas buenas, que era muy mal hecho; como si fuera bien otras cosas que hacía.

Page 26: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 26 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A la verdad, no iba el mal de tanto acuerdo como esto fuera, aunque era mucho. 3. Por esto me parece a mí me hizo harto daño no estar en monasterio encerrado; porque la libertad que las que eran buenas podían tener con bondad (porque no debían más, que no se prometía clausura), para mí, que soy ruin, hubiérame cierto llevado al infierno, si con tantos remedios y medios el Señor con muy particula-res mercedes suyas no me hubiera sacado de este pe-ligro.

Y así me parece lo es grandísimo, monasterio de mujeres con libertad, y que más me parece es paso para caminar al infierno las que quisieren ser ruines, que remedio para sus flaquezas.

Esto no se tome por el mío, porque hay tantas que sirven muy de veras y con mucha perfección al Señor, que no puede Su Majestad dejar, según es bueno, de favorecerlas, y no es de los muy abiertos, y en él se guarda toda religión, sino de otros que yo sé y he visto. 4. Digo que me hace gran lástima; que ha menester el Señor hacer particulares llamamientos -y no una vez sino muchas- para que se salven, según están autoriza-das las honras y recreaciones del mundo, y tan mal entendido a lo que están obligadas, que plega a Dios no tengan por virtud lo que es pecado, como muchas veces yo lo hacía. Y hay tan gran dificultad en hacerlo entender, que es menester el Señor ponga muy de veras en ello su mano.

Si los padres tomasen mi consejo, ya que no quie-ran mirar a poner sus hijas adonde vayan camino de salvación sino con más peligro que en el mundo, que lo miren por lo que toca a su honra; y quieran más casarlas muy bajamente, que meterlas en monasterios semejantes, si no son muy bien inclinadas -y plega a Dios aproveche-, o se las tenga en su casa. Porque, si quiere ser ruin, no se podrá encubrir sino poco tiempo, y acá muy mucho, y en fin lo descubre el Señor; y no sólo daña a sí, sino a todas; y a las veces las pobrecitas no tienen culpa, porque se van por lo que hallan; y es lástima de muchas que se quieren apartar del mundo y, pensando que se van a servir al Señor y a apartar de los peligros del mundo, se hallan en diez mundos jun-tos, que ni saben cómo se valer ni remediar; que la mocedad y sensualidad y demonio las convida e in-clina a seguir algunas cosas que son del mismo mundo. Ve allí que lo tienen por bueno, a manera de decir.

Paréceme como los desventurados de los herejes, en parte, que se quieren cegar y hacer entender que es bueno aquello que siguen, y que lo creen así sin

creerlo, porque dentro de sí tienen quien les diga que es malo.

5. Oh grandísimo mal, grandísimo mal de religiosos -no digo ahora más mujeres que hombres- adonde no se guarda religión, adonde en un monasterio hay dos caminos: de virtud y religión, y falta de religión, y todos casi se andan por igual; antes mal dije, no por igual, que por nuestros pecados camínase más el más imperfecto; y como hay más de él, es más favorecido. Usase tan poco el de la verdadera religión, que más ha de temer el fraile y la monja que ha de comenzar de veras a seguir del todo su llamamiento a los mismos de su casa, que a todos los demonios; y más cautela y disimulación ha de tener para hablar en la amistad que desea tener con Dios, que en otras amistades y volun-tades que el demonio ordena en los monasterios. Y no sé de qué nos espantamos haya tantos males en la Igle-sia, pues los que habían de ser los dechados para que todos sacasen virtudes tienen tan borrada la labor que el espíritu de los santos pasados dejaron en las religio-nes.

Plega a la divina Majestad ponga remedio en ello, como ve que es menester, amén. 6. Pues comenzando yo a tratar estas conversaciones, no me pareciendo – como veía que se usaban- que había de venir a mi alma el daño y distraimiento que después entendí era semejantes tratos, pareciéndome que cosa tan general como es este visitar en muchos monasterios que no me haría a mí más mal que a las otras que yo veía eran buenas -y no miraba que eran muy mejores, y que lo que en mí fue peligro en otras no lo sería tanto, que alguno dudo yo le deja de haber, aunque no sea sino tiempo malgastado-, estando con una persona, bien al principio del conocerla, quiso el Señor darme a entender que no me convenían aquellas amistades, y avisarme y darme luz en tan gran cegue-dad: representóseme Cristo delante con mucho rigor, dándome a entender lo que de aquello le pesaba. Vile con los ojos del alma más claramente que le pudiera ver con los del cuerpo, y quedóme tan imprimido, que ha esto más de veinte y seis años y me parece lo tengo presente. Yo quedé muy espantada y turbada, y no quería ver más a con quien estaba. 7. Hízome mucho daño no saber yo que era posible ver nada si no era con los ojos del cuerpo, y el demonio que me ayudó a que lo creyese así y hacerme entender era imposible y que se me había antojado y que podía ser el demonio y otras cosas de esta suerte, puesto que

Page 27: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 27 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

siempre me quedaba un parecerme era Dios y que no era antojo. Mas, como no era a mi gusto, yo me hacía a mí misma desmentir; y yo como no lo osé tratar con nadie y tornó después a haber gran importunación ase-gurándome que no era mal ver persona semejante ni perdía honra, antes que la ganaba, torné a la misma conversación y aun en otros tiempos a otras, porque fue muchos años los que tomaba esta recreación pes-tilencial; que no me parecía a mí -como estaba en ello- tan malo como era, aunque a veces claro veía no era bueno; mas ninguna no me hizo el distraimiento que ésta que digo, porque la tuve mucha afición. 8. Estando otra vez con la misma persona, vimos venir hacia nosotros -y otras personas que estaban allí tam-bién lo vieron- una cosa a manera de sapo grande, con mucha más ligereza que ellos suelen andar. De la parte que él vino no puedo yo entender pudiese haber seme-jante sabandija en mitad del día ni nunca la habido, y la operación que hizo en mí me parece no era sin mis-terio. Y tampoco esto se me olvidó jamás. ¡Oh gran-deza de Dios, y con cuánto cuidado y piedad me estábais avisando de todas maneras, y qué poco me aprovechó a mí! 9. Tenía allí una monja que era mi parienta, antigua y gran sierva de Dios y de mucha religión. Esta también me avisaba algunas veces, y no sólo no la creía, mas disgustábame con ella y parecíame se escandalizaba sin tener por qué.

He dicho esto para que se entienda mi maldad y la gran bondad de Dios y cuán merecido tenía el infierno por tan grande ingratitud; y también porque si el Señor ordenare y fuere servido en algún tiempo lea esto al-guna monja, escarmienten en mí; y les pido yo por amor de nuestro Señor huyan de semejantes recreacio-nes. Plega a Su Majestad se desengañe alguna por mí de cuantas he engañado diciéndoles que no era mal y asegurando tan gran peligro con la ceguedad que yo tenía, que de propósito no las quería yo engañar; y por el mal ejemplo que las di -como he dicho- fui causa de hartos males, no pensando hacía tanto mal. 10. Estando yo mala en aquellos primeros días, antes que supiese valerme a mí, me daba grandísimo deseo de aprovechar a los otros; tentación muy ordinaria de los que comienzan, aunque a mí me sucedió bien.

Como quería tanto a mi padre, deseábale con el bien que yo me parecía tenía con tener oración -que me parecía que en esta vida no podía ser mayor que tener oración-, y así por rodeos, como pude, comencé

a procurar con él la tuviese. Dile libros para este pro-pósito. Como era tan virtuoso como he dicho, asentóse tan bien en él este ejercicio, que en cinco o seis años -me parece sería- estaba tan adelante, que yo alababa mucho al Señor, y dábame grandísimo consuelo. Eran grandísimos los trabajos que tuvo de muchas maneras. Todos los pasaba con grandísima conformidad.

Iba muchas veces a verme, que se consolaba en tratar cosas de Dios. 11. Ya después que yo andaba tan destraída y sin tener oración, como veía pensaba que era la que solía, no lo pude sufrir sin desengañarle; porque estuve un año y más sin tener oración, pareciéndome más humildad. Y ésta, como después diré, fue la mayor tentación que tuve, que por ella me iba a acabar de perder; que con la oración un día ofendía a Dios, y tornaba otros a re-cogerme y apartarme más de la ocasión.

Como el bendito hombre venía con esto, hacía-seme recio verle tan engañado en que pensase trataba con Dios como solía, y díjele que ya yo no tenía ora-ción, aunque no la causa. Púsele mis enfermedades por inconveniente; que, aunque sané de aquella tan grave, siempre hasta ahora las he tenido y tengo bien grandes, aunque de poco acá no con tanta reciedum-bre, mas no se quitan, de muchas maneras. En especial tuve veinte años vómito por las mañanas, que hasta más de mediodía me acaecía no poder desayunarme; algunas veces, más tarde. Después acá que frecuento más a menudo las comuniones, es a la noche, antes que me acueste, con mucha más pena, que tengo yo de procurarle con plumas y otras cosas, porque si lo dejo, es mucho el mal que siento.

Y casi nunca estoy, a mi parecer, sin muchos dolo-res, y algunas veces bien graves, en especial en el co-razón, aunque el mal que me tomaba muy continuo es muy de tarde en tarde. Perlesía recia y otras enferme-dades de calenturas que solía tener muchas veces, me hallo buena ocho años ha. De estos males se me da ya tan poco, que muchas veces me huelgo, pareciéndome en algo se sirve el Señor. 12. Y mi padre me creyó que era ésta la causa, como él no decía mentira y ya, conforme a lo que yo trataba con él, no la había yo de decir. Díjele, porque mejor lo creyese (que bien veía yo que para esto no había dis-culpa), que harto hacía en poder servir el coro; y aun-que tampoco era causa bastante para dejar cosa que no son menester fuerzas corporales para ella, sino sólo amar y costumbre; que el Señor da siempre oportuni-dad, si queremos.

Page 28: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 28 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Digo «siempre,» que, aunque con ocasiones y aun enfermedad algunos ratos impida para muchos ratos de soledad, no deja de haber otros que hay salud para esto; y en la misma enfermedad y ocasiones es la ver-dadera oración, cuando es alma que ama, en ofrecer aquello y acordarse por quién lo pasa y conformarse con ello y mil cosas que se ofrecen. Aquí ejercita el amor, que no es por fuerza que ha de haberla cuando hay tiempo de soledad, y lo demás no ser oración. Con un poquito de cuidado, grandes bienes se hallan en el tiempo que con trabajos el Señor nos quita el tiempo de la oración, y así los había yo hallado cuando tenía buena conciencia. 13. Mas él, con la opinión que tenía de mí y el amor que me tenía, todo me lo creyó; antes me hubo lás-tima. Mas como él estaba ya en tan subido estado, no estaba después tanto conmigo, sino como me había visto, íbase, que decía era tiempo perdido. Como yo le gastaba en otras vanidades, dábaseme poco.

No fue sólo a él, sino a otras algunas personas las que procuré tuviesen oración. Aun andando yo en estas vanidades, como las veía amigas de rezar, las decía cómo tendrían meditación, y les aprovechaba, y dábales libros. Porque este deseo de que otros sirvie-sen a Dios, desde que comencé oración, como he dicho, le tenía. Parecíame a mí que, ya que yo no ser-vía al Señor como lo entendía, que no se perdiese lo que me había dado Su Majestad a entender, y que le sirviesen otros por mí. Digo esto para que se vea la gran ceguedad en que estaba, que me dejaba perder a mí y procuraba ganar a otros. 14. En este tiempo dio a mi padre la enfermedad de que murió, que duró algunos días. Fuile yo a curar, estando más enferma en el alma que él en el cuerpo, en muchas vanidades, aunque no de manera que -a cuanto entendía- estuviese en pecado mortal en todo este tiempo más perdido que digo; porque entendién-dolo yo, en ninguna manera lo estuviera.

Pasé harto trabajo en su enfermedad. Creo le serví algo de los que él había pasado en las mías. Con estar yo harto mala, me esforzaba, y con que en faltarme él me faltaba todo el bien y regalo, porque en un ser me le hacía, tuve tan gran ánimo para no le mostrar pena y estar hasta que murió como si ninguna cosa sintiera, pareciéndome se arrancaba mi alma cuando veía aca-bar su vida, porque le quería mucho. 15. Fue cosa para alabar al Señor la muerte que murió y la gana que tenía de morirse, los consejos que nos

daba después de haber recibido la Extremaunción, el encargarnos le encomendásemos a Dios y le pidiése-mos misericordia para él y que siempre le sirviésemos, que mirásemos se acababa todo. Y con lágrimas nos decía la pena grande que tenía de no haberle él ser-vido, que quisiera ser un fraile, digo, haber sido de los más estrechos que hubiera.

Tengo por muy cierto que quince días antes le dio el Señor a entender no había de vivir; porque antes de éstos, aunque estaba malo, no lo pensaba; después, con tener mucha mejoría y decirlo los médicos, nin-gún caso hacía de ello, sino entendía en ordenar su alma. 16. Fue su principal mal de un dolor grandísimo de espaldas que jamás se le quitaba. Algunas veces le apretaba tanto, que le congojaba mucho. Díjele yo que, pues era tan devoto de cuando el Señor llevaba la cruz a cuestas, que pensase Su Majestad le quería dar a sentir algo de lo que había pasado con aquel dolor. Consolóse tanto, que me parece nunca más le oí quejar.

Estuvo tres días muy falto el sentido. El día que murió se le tornó el Señor tan entero, que nos espan-tábamos, y le tuvo hasta que a la mitad del Credo, di-ciéndole él mismo, expiró. Quedó como un ángel.

Así me parecía a mí lo era él -a manera de decir- en alma y disposición, que la tenía muy buena.

No sé para qué he dicho esto, si no es para culpar más mi ruin vida después de haber visto tal muerte y entender tal vida, que por parecerme en algo a tal padre la había yo de mejorar. Decía su confesor -que era dominico, muy gran letrado- que no dudaba de que se iba derecho al cielo, porque había algunos años que le confesaba, y loaba su limpieza de conciencia. 17. Este padre dominico, que era muy bueno y teme-roso de Dios, me hizo harto provecho; porque me con-fesé con él, y tomó a hacer bien a mi alma con cuidado y hacerme entender la perdición que traía. Hacíame comulgar de quince a quince días. Y poco a poco, co-menzándole a tratar, tratéle de mi oración.

Díjome que no la dejase, que en ninguna manera me podía hacer sino provecho.

Comencé a tornar a ella, aunque no a quitarme de las ocasiones, y nunca más la dejé.

Pasaba una vida trabajosísima, porque en la ora-ción entendía más mis faltas. Por una parte me lla-maba Dios; por otra, yo seguía al mundo. Dábanme gran contento todas las cosas de Dios; teníanme atada las del mundo. Parece que quería concertar estos dos

Page 29: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 29 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

contrarios -tan enemigo uno de otro- como es vida espiritual y contentos y gustos y pasatiempos sensua-les. En la oración pasaba gran trabajo, porque no an-daba el espíritu señor sino esclavo; y así no me podía encerrar dentro de mí (que era todo el modo de proce-der que llevaba en la oración) sin encerrar conmigo mil vanidades.

Pasé así muchos años, que ahora me espanto qué sujeto bastó a sufrir que no dejase lo uno o lo otro. Bien sé que dejar la oración no era ya en mi mano, porque me tenía con las suyas el que me quería para hacerme mayores mercedes. 18. ¡Oh, válgame Dios, si hubiera de decir las ocasio-nes que en estos años Dios me quitaba, y cómo me tornaba yo a meter en ellas, y de los peligros de perder del todo el crédito que me libró! Yo a hacer obras para descubrir la que era, y el Señor encubrir los males y descubrir alguna pequeña virtud, si tenía, y hacerla grande en los ojos de todos, de manera que siempre me tenían en mucho.

Porque aunque algunas veces se traslucían mis va-nidades, como veían otras cosas que les parecían bue-nas, no lo creían.

Y era que había ya visto el Sabedor de todas las cosas que era menester así, para que en las que des-pués he hablado de su servicio me diesen algún cré-dito, y miraba su soberana largueza, no los grandes pecados, sino los deseos que muchas veces tenía de servirle y la pena por no tener fortaleza en mí para ponerlo por obra.

19. ¡Oh Señor de mi alma! ¡Cómo podré encarecer las mercedes que en estos años me hicisteis! ¡Y cómo en el tiempo que yo más os ofendía, en breve me disponíais con un grandísimo arrepentimiento para que gustase de vuestros regalos y mercedes!

A la verdad, tomabais, Rey mío, el más delicado y penoso castigo por medio que para mí podía ser, como quien bien entendía lo que me había de ser más penoso. Con regalos grandes castigábais mis delitos.

Y no creo digo desatino, aunque sería bien que estuviese desatinada tornando a la memoria ahora de nuevo mi ingratitud y maldad.

Era tan más penoso para mi condición recibir mercedes, cuando había caído en graves culpas, que recibir castigos, que una de ellas me parece, cierto, me deshacía y confundía más y fatigaba, que mu-chas enfermedades con otros trabajos hartos, juntas. Porque lo postrero veía lo merecía y parecíame pa-

gaba algo de mis pecados, aunque todo era poco, según ellos eran muchos; mas verme recibir de nuevo mercedes, pagando tan mal las recibidas, es un género de tormento para mí terrible, y creo para todos los que tuvieren algún conocimiento o amor de Dios, y esto por una condición virtuosa lo pode-mos acá sacar. Aquí eran mis lágrimas y mi enojo de ver lo que sentía, viéndome de suerte que estaba en víspera de tornar a caer, aunque mis determina-ciones y deseos entonces –por aquel rato, digo- es-taban firmes. 20. Gran mal es un alma sola entre tantos peligros. Paréceme a mí que si yo tuviera con quién tratar todo esto, que me ayudara a no tornar a caer, si-quiera por vergüenza, ya que no la tenía de Dios.

Por eso, aconsejaría yo a los que tienen ora-ción, en especial al principio, procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo. Es cosa importantísima, aunque no sea sino ayudarse unos a otros con sus oraciones, ¡cuánto más que hay muchas más ganancias! Y no sé yo por qué (pues de conversaciones y voluntades humanas, aunque no sean muy buenas se procuran amigos con quien descansar, y para más gozar de contar aquellos placeres vanos) no se ha de permitir que quien comenzare de veras a amar a Dios y a ser-virle, deje de tratar con algunas personas sus pla-ceres y trabajos, que de todo tienen los que tienen oración.

Porque si es de verdad la amistad que quiere tener con Su Majestad, no haya miedo de vanaglo-ria; y cuando el primer movimiento le acometa, salga de ello con mérito. Y creo que el que tra-tando con esta intención lo tratare, que aprove-chará a sí y a los que le oyeren y saldrá más enseñado; aun sin entender cómo, enseñará a sus amigos.

21. El que de hablar en esto tuviere vanagloria, también la tendrá en oír misa con devoción, si le ven, y en hacer otras cosas que, so pena de no ser cristiano, las ha de hacer y no se han de dejar por miedo de vanagloria.

Pues es tan importantísimo esto para almas que no están fortalecidas en virtud -como tienen tantos contra-rios, y amigos para incitar al mal- que no sé cómo lo encarecer. Paréceme que el demonio ha usado de este ardid como cosa que muy mucho le importa: que se escondan tanto de que se entienda que de veras quieren procurar amar y contentar a Dios, como ha incitado se descubran otras voluntades malhonestas, con ser tan

Page 30: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 30 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

usadas, que ya parece se toma por gala y se publican las ofensas que en este caso se hacen a Dios. 22. No sé si digo desatinos. Si lo son, vuestra merced los rompa; y si no lo son, le suplico ayude a mi sim-pleza con añadir aquí mucho. Porque andan ya las cosas del servicio de Dios tan flacas, que es menester hacerse espaldas unos a otros los que le sirven para ir adelante, según se tiene por bueno andar en las vanidades y contentos del mundo. Y para estos hay pocos ojos; y si uno comienza a darse a Dios, hay tantos que murmuren, que es menester buscar compañía para defenderse, hasta que ya estén fuertes en no les pesar de padecer; y si no, veránse en mucho aprieto.

Paréceme que por esto debían usar algunos santos irse a los desiertos; y es un género de humildad no fiar de sí, sino creer que para aquellos con quien conversa le ayudará Dios, y crece la caridad con ser comuni-cada, y hay mil bienes que no los osaría decir, si no tuviese gran experiencia de lo mucho que va en esto.

Verdad es que yo soy más flaca y ruin que todos los nacidos; mas creo no perderá quien, humillándose, aunque sea fuerte, no lo crea de sí, y creyere en esto a quien tiene experiencia. De mí sé decir que, si el Señor no me descubriera esta verdad y diera medios para que yo muy ordinario tratara con personas que tienen ora-ción, que cayendo y levantando iba a dar de ojos en el infierno. Porque para caer había muchos amigos que me ayudasen; para levantarme hallábame tan sola, que ahora me espanto cómo no me estaba siempre caída, y alabo la misericordia de Dios, que era sólo el que me daba la mano.

Sea bendito por siempre jamás, amén.

CAPÍTULO VIII

Trata del gran bien que le hizo no se apartar del todo de la ora-ción para no perder el alma, y cuán excelente remedio es para ganar lo perdido. – Persuade a que todos la tengan. – Dice cómo es tan gran ganancia y que, aunque la tornen a dejar, es gran bien usar algún tiempo de tan gran bien. 1. No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida, que bien veo no dará a nadie gusto ver cosa tan ruin; que, cierto, querría me aborreciesen los que esto leyesen, de ver un alma tan pertinaz e ingrata con quien tantas mercedes le ha hecho. Y quisiera tener licencia para decir las muchas veces que en este tiempo falté a Dios.

2. Por estar arrimada a esta fuerte columna de la ora-ción, pasé este mar tempestuoso casi veinte años, con estas caídas y con levantarme y mal -pues tornaba a caer- y en vida tan baja de perfección, que ningún caso casi hacía de pecados veniales, y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros. Sé decir que es una de las vidas peno-sas que me parece se puede imaginar; porque ni yo gozaba de Dios ni traía contento en el mundo. Cuando estaba en los contentos del mundo, en acordarme lo que debía a Dios era con pena; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me desasosegaban. Ello es una guerra tan penosa, que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuánto más tantos años.

Con todo, veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo: ya que había de tratar en el mundo, que tuviese ánimo para tener oración. Digo ánimo, porque no sé yo para qué cosa de cuantas hay en él es menester mayor, que tratar traición al rey y saber que lo sabe y nunca se le quitar de delante. Por-que, puesto que siempre estamos delante de Dios, pa-réceme a mí es de otra manera los que tratan de oración, porque están viendo que los mira; que los demás podrá ser estén algunos días que aun no se acuerden que los ve Dios. 3. Verdad es que en estos años hubo muchos meses, y creo alguna vez año, que me guardaba de ofender al Señor y me daba mucho a la oración y hacía al-gunas y hartas diligencias para no le venir a ofen-der. Porque va todo lo que escribo dicho con toda verdad, trato ahora esto. Mas acuérdaseme poco de estos días buenos, y así debían ser pocos, y mucho de los ruines. Ratos grandes de oración pocos días se pasaban sin tenerlos, si no era estar muy mala o muy ocupada. Cuando estaba mala, estaba mejor con Dios; procuraba que las personas que trataban conmigo lo estuviesen, y suplicábalo al Señor; ha-blaba muchas veces en Él.

Así que, si no fue el año que tengo dicho, en veinte y ocho que ha que comencé oración, más de los die-ciocho pasé esta batalla y contienda de tratar con Dios y con el mundo. Los demás que ahora me quedan por decir, mudóse la causa de la guerra, aunque no ha sido pequeña; mas con estar, a lo que pienso, en servicio de Dios y con conocimiento de la vanidad que es el mundo, todo ha sido suave, como diré después. 4. Pues para lo que he tanto contado esto es, como he ya dicho, para que se vea la misericordia de Dios y mi ingratitud; lo otro, para que se entienda el gran bien

Page 31: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 31 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad, aunque no esté tan dispuesta como es menester, y cómo si en ella persevera, por pecados y tentaciones y caídas de mil manera que ponga el demonio, en fin tengo por cierto la saca el Señor a puerto de salvación, como -a lo que ahora pa-rece- me ha sacado a mí. Plega a Su Majestad no me torne yo a perder. 5. El bien que tiene quien se ejercita en oración hay muchos santos y buenos que lo han escrito, digo ora-ción mental: ¡gloria sea a Dios por ello! Y cuando no fuera esto, aunque soy poco humilde, no tan soberbia que en esto osara hablar.

De lo que yo tengo experiencia puedo decir, y es que por males que haga quien la ha comenzado, no la deje, pues es el medio por donde puede tornarse a re-mediar, y sin ella será muy más dificultoso. Y no le tiente el demonio por la manera que a mí, a dejarla por humildad; crea que no pueden faltar sus palabras, que en arrepintiéndonos de veras y determinándose a no le ofender, se torna a la amistad que estaba y hacer las mercedes que antes hacía y a las veces mucho más si el arrepentimiento lo merece.

Y quien no la ha comenzado, por amor del Señor le ruego yo no carezca de tanto bien. No hay aquí que temer, sino que desear; porque, cuando no fuere ade-lante y se esforzare a ser perfecto, que merezca los gustos y regalos que a estos da Dios, a poco ganar irá entendiendo el camino para el cielo; y si persevera, espero yo en la misericordia de Dios, que nadie le tomó por amigo que no se lo pagase; que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amis-tad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. Y si vos aún no le amáis (porque, para ser verdadero el amor y que dure la amistad, hanse de encontrar las condiciones: la del Señor ya se sabe que no puede tener falta, la nuestra es ser viciosa, sensual, ingrata), no podéis acabar con vos de amarle tanto, porque no es de vuestra condición; mas viendo lo mucho que os va en tener su amistad y lo mucho que os ama, pasáis por esta pena de estar mucho con quien es tan diferente de vos. 6. ¡Oh bondad infinita de mi Dios, que me parece os veo y me veo de esta suerte! ¡Oh regalo de los ángeles, que toda me querría, cuando esto veo, deshacer en amaros! ¡Cuán cierto es sufrir Vos a quien os sufre que estéis con él! ¡Oh, qué buen amigo hacéis, Señor mío! ¡Cómo le vais regalando y sufriendo, y esperáis a que se haga a vuestra condición y tan de mientras le sufrís

Vos la suya! ¡Tomáis en cuenta, mi Señor, los ratos que os quiere, y con un punto de arrepentimiento olvi-dáis lo que os ha ofendido!

He visto esto claro por mí, y no veo, Criador mío, por qué todo el mundo no se procure llegar a Vos por esta particular amistad: los malos, que no son de vues-tra condición, para que nos hagáis buenos con que os sufran estéis con ellos siquiera dos horas cada día, aunque ellos no estén con Vos sino con mil revueltas de cuidados y pensamientos de mundo, como yo hacía. Por esta fuerza que se hacen a querer estar en tan buena compañía, miráis que en esto a los princi-pios no pueden más, ni después algunas veces; forzáis vos, Señor, los demonios para que no los acometan y que cada día tengan menos fuerza contra ellos, y dáis-selas a ellos para vencer. Sí, que no matáis a nadie -¡vida de todas las vidas!- de los que se fían de Vos y de los que os quieren por amigo; sino sustentáis la vida del cuerpo con más salud y dáisla al alma. 7. No entiendo esto que temen los que temen co-menzar oración mental, ni sé de qué han miedo. Bien hace de ponerle el demonio para hacernos él de verdad mal, si con miedos me hace no piense en lo que he ofendido a Dios y en lo mucho que le debo y en que hay infierno y hay gloria y en los grandes trabajos y dolores que pasó por mí.

Esta fue toda mi oración y ha sido cuando an-duve en estos peligros, y aquí era mi pensar cuando podía; y muy muchas veces, algunos años, tenía más cuenta con desear se acabase la hora que tenía por mí de estar, y escuchar cuándo daba el reloj, que no en otras cosas buenas; y hartas veces no sé qué penitencia grave se me pusiera delante que no la acometiera de mejor gana que recogerme a tener oración.

Y es cierto que era tan incomportable la fuerza que el demonio me hacía o mi ruin costumbre que no fuese a la oración, y la tristeza que me daba en entrando en el oratorio, que era menester ayudarme de todo mi ánimo (que dicen no le tengo pequeño y se ha visto me le dio Dios harto más que de mujer, sino que le he empleado mal) para forzarme, y en fin me ayudaba el Señor.

Y después que me había hecho esta fuerza, me ha-llaba con más quietud y regalo que algunas veces que tenía deseo de rezar. 8. Pues si a cosa tan ruin como yo tanto tiempo sufrió el Señor, y se ve claro que por aquí se remediaron todos mis males, ¿qué persona, por malo que sea,

Page 32: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 32 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

podrá temer? Porque por mucho que lo sea, no lo será tantos años después de haber recibido tantas merce-des del Señor. Ni ¿quién podrá desconfiar, pues a mí tanto me sufrió, sólo porque deseaba y procuraba algún lugar y tiempo para que estuviese conmigo, y esto muchas veces sin voluntad, por gran fuerza que me hacía o me la hacía el mismo Señor? Pues si a los que no le sirven sino que le ofenden les está tan bien la oración y les es tan necesaria, y no puede nadie hallar con verdad daño que pueda hacer, que no fuera mayor el no tenerla, los que sirven a Dios y le quie-ren servir ¿por qué lo han de dejar? Por cierto, si no es por pasar con más trabajo los trabajos de la vida, yo no lo puedo entender, y por cerrar a Dios la puerta para que en ella no les dé contento. Cierto, los he lástima, que a su costa sirven a Dios; porque a los que tratan la oración el mismo Señor les hace la costa, pues por un poco de trabajo da gusto para que con él se pasen los trabajos. 9. Porque de estos gustos que el Señor da a los que perseveran en la oración se tratará mucho, no digo aquí nada. Sólo digo que para estas mercedes tan gran-des que me ha hecho a mí, es la puerta la oración. Cerrada ésta, no sé cómo las hará; porque, aunque quiera entrar a regalarse con un alma y regalarla, no hay por dónde, que la quiere sola y limpia y con gana de recibirlos. Si le ponemos muchos tropiezos y no ponemos nada en quitarlos, ¿cómo ha de venir a noso-tros? ¡Y queremos nos haga Dios grandes mercedes! 10. Para que vean su misericordia y el gran bien que fue para mí no haber dejada la oración y lección, diré aquí -pues va tanto en entender- la batería que da el demonio a un alma para ganarla, y el artificio y mise-ricordia con que el Señor procura tornarla a Sí, y se guarden de los peligros que yo no me guardé. Y sobre todo, por amor de nuestro Señor y por el grande amor con que anda granjeando tornarnos a Sí, pido yo se guarden de las ocasiones; porque, puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas flaquezas hay en nosotros para defendernos. 11. Quisiera yo saber figurar la cautividad que en estos tiempos traía mi alma, porque bien entendía yo que lo estaba, y no acababa de entender en qué ni podía creer del todo que lo que los confesores no me agraviaban tanto, fuese tan malo como yo lo sentía en mi alma. Díjome uno, yendo yo a él con escrúpulo, que aunque tuviese subida contemplación, no me eran inconve-niente semejantes ocasiones y tratos.

Esto era ya a la postre, que yo iba con el favor de Dios apartándome más de los peligros grandes; mas no me quitaba del todo de la ocasión. Como me veían con buenos deseos y ocupación de oración, parecíales hacía mucho; mas entendía mi alma que no era hacer lo que era obligada por quien debía tanto. Lástima la tengo ahora de lo mucho que pasó y el poco socorro que de ninguna parte tenía, sino de Dios, y la mucha salida que le daban para sus pasatiempos y contentos con decir eran lícitos. 12. Pues el tormento en los sermones no era pequeño, y era aficionadísima a ellos, de manera que si veía a alguno predicar con espíritu y bien, un amor particular le cobraba, sin procurarle yo, que no sé quién me le ponía. Casi nunca me parecía tan mal sermón, que no le oyese de buena gana, aunque al dicho de los que le oían no predicase bien. Si era bueno, érame muy par-ticular recreación.

De hablar de Dios u oír de Él casi nunca me can-saba, y esto después que comencé oración. Por un cabo tenía gran consuelo en los sermones, por otro me atormentaba, porque allí entendía yo que no era la que había de ser, con mucha parte. Suplicaba al Señor me ayudase; mas debía faltar -a lo que ahora me parece- de no poner en todo la confianza en Su Majestad y perderla de todo punto de mí. Buscaba remedio; hacía diligencias; mas no debía entender que todo aprove-cha poco si, quitada de todo punto la confianza de no-sotros, no la ponemos en Dios.

Deseaba vivir, que bien entendía que no vivía, sino que peleaba con una sombra de muerte, y no había quien me diese vida, y no la podía yo tomar; y quien me la podía dar tenía razón de no socorrerme, pues tantas veces me había tornado a Sí y yo dejádole.

CAPÍTULO IX

Trata por qué términos comenzó el Señor a despertar su alma y darla luz en tan grandes tinieblas y a fortalecer sus virtudes para no ofenderle.

1. Pues ya andaba mi alma cansada y, aunque quería, no le dejaban descansar las ruines costumbres que tenía. Acaecióme que, entrando un día en el oratorio, vi una imagen que habían traído allá a guardar, que se había buscado para cierta fiesta que se hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirán-dola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí

Page 33: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 33 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe Él con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicán-dole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle. 2. Era yo muy devota de la gloriosa Magdalena y muy muchas veces pensaba en su conversión, en especial cuando comulgaba, que como sabía estaba allí cierto el Señor dentro de mí, poníame a sus pies, parecién-dome no eran de desechar mis lágrimas. Y no sabía lo que decía, que harto hacía quien por sí me las consen-tía derramar, pues tan presto se me olvidaba aquel sen-timiento. Y encomendábame a aquesta gloriosa Santa para que me alcanzase perdón. 3. Mas esta postrera vez de esta imagen que digo, me parece me aprovechó más, porque estaba ya muy des-confiada de mí y ponía toda mi confianza en Dios. Paréceme le dije entonces que no me había de levantar de allí hasta que hiciese lo que le suplicaba. Creo cierto me aprovechó, porque fui mejorando mucho desde entonces. 4. Tenía este modo de oración: que, como no podía discurrir con el entendimiento, procuraba representar a Cristo dentro de mí, y hallábame mejor -a mi pare-cer- de las partes adonde le veía más solo. Parecíame a mí que, estando solo y afligido, como persona nece-sitada me había de admitir a mí. De estas simplicida-des tenía muchas.

En especial me hallaba muy bien en la oración del Huerto. Allí era mi acompañarle. Pensaba en aquel sudor y aflicción que allí había tenido, si podía. De-seaba limpiarle aquel tan penoso sudor. Mas acuér-dome que jamás osaba determinarme a hacerlo, como se me representaban mis pecados tan graves. Está-bame allí lo más que me dejaban mis pensamientos con Él, porque eran muchos los que me atormentaban. Muchos años, las más noches antes que me durmiese, cuando para dormir me encomendaba a Dios, siempre pensaba un poco en este paso de la oración del Huerto, aun desde que no era monja, porque me dijeron se ganaban muchos perdones. Y tengo para mí que por aquí ganó muy mucho mi alma, porque comencé a tener oración sin saber qué era, y ya la costumbre tan ordinaria me hacía no dejar esto, como el no dejar de santiguarme para dormir. 5. Pues tornando a lo que decía del tormento que me daban los pensamientos, esto tiene este modo de pro-ceder sin discurso del entendimiento, que el alma ha

de estar muy ganada o perdida, digo perdida la con-sideración. En aprovechando, aprovecha mucho, porque es en amar. Mas para llegar aquí es muy a su costa, salvo a personas que quiere el Señor muy en breve llegarlas a oración de quietud, que yo conozco a algunas. Para las que van por aquí es bueno un libro para presto recogerse. Aprovechábame a mí también ver campo o agua, flores. En estas cosas hallaba yo memoria del Criador, digo que me despertaban y re-cogían y servían de libro; y en mi ingratitud y peca-dos. En cosas del cielo ni en cosas subidas, era mi entendimiento tan grosero que jamás por jamás las pude imaginar, hasta que por otro modo el Señor me las representó. 6. Tenía tan poca habilidad para con el entendimiento representar cosas, que si no era lo que veía, no me aprovechaba nada de mi imaginación, como hacen otras personas que pueden hacer representaciones adonde se recogen. Yo sólo podía pensar en Cristo como hombre. Mas es así que jamás le pude represen-tar en mí, por más que leía su hermosura y veía imá-genes, sino como quien está ciego o a oscuras, que aunque habla con una persona y ve que está con ella porque sabe cierto que está allí (digo que entiende y cree que está allí, mas no la ve), de esta manera me acaecía a mí cuando pensaba en nuestro Señor. A esta causa era tan amiga de imágenes. ¡Desventurados de los que por su culpa pierden este bien! Bien parece que no aman al Señor, porque si le amaran, holgáranse de ver su retrato, como acá aun da contento ver el de quien se quiere bien.

7. En este tiempo me dieron las Confesiones de San Agustín, que parece el Señor lo ordenó, porque yo no las procuré ni nunca las había visto. Yo soy muy afi-cionada a San Agustín, porque el monasterio adonde estuve seglar era de su Orden y también por haber sido pecador, que en los santos que después de serlo el Señor tornó a Sí hallaba yo mucho consuelo, parecién-dome en ellos había de hallar ayuda y que como los había el Señor perdonado, podía hacer a mí; salvo que una cosa me desconsolaba, como he dicho, que a ellos sola una vez los había el Señor llamado y no tornaban a caer, y a mí eran ya tantas, que esto me fatigaba. Mas considerando en el amor que me tenía, tornaba a ani-marme, que de su misericordia jamás desconfié. De mí muchas veces.

8. ¡Oh, válgame Dios, cómo me espanta la reciedum-bre que tuvo mi alma, con tener tantas ayudas de Dios!

Page 34: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 34 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Háceme estar temerosa lo poco que podía conmigo y cuán atada me veía para no me determinar a darme del todo a Dios.

Como comencé a leer las Confesiones, paréceme me veía yo allí.

Comencé a encomendarme mucho a este glorioso Santo. Cuando llegué a su conversión y leí cómo oyó aquella voz en el huerto, no me parece sino que el Señor me la dio a mí, según sintió mi corazón. Estuve por gran rato que toda me deshacía en lágrimas, y entre mí misma con gran aflicción y fatiga.

¡Oh, qué sufre un alma, válgame Dios, por perder la libertad que había de tener de ser señora, y qué de tormentos padece! Yo me admiro ahora cómo podía vivir en tanto tormento. Sea Dios alabado, que me dio vida para salir de muerte tan mortal. 9. Paréceme que ganó grandes fuerzas mi alma de la divina Majestad, y que debía oír mis clamores y haber lástima de tantas lágrimas. Comenzóme a crecer la afición de estar más tiempo con El y a quitarme de los ojos las ocasiones, porque, quitadas, luego me volvía a amar a Su Majestad; que bien entendía yo, a mi pa-recer, le amaba, mas no entendía en qué está el amar de veras a Dios como lo había de entender.

No me parece acababa yo de disponerme a quererle servir, cuando Su Majestad me comenzaba a tornar a regalar. No parece sino que lo que otros procuran con gran trabajo adquirir, granjeaba el Señor conmigo que yo lo quisiese recibir, que era ya en estos postreros años darme gustos y regalos. Suplicar yo me los diese, ni ternura de devoción, jamás a ello me atreví; sólo le pedía me diese gracia para que no le ofendiese, y me perdonase mis grandes pecados.

Como los veía tan grandes, aun desear regalos ni gustos nunca de advertencia osaba. Harto me parece hacía su piedad, y con verdad hacía mucha misericor-dia conmigo en consentirme delante de sí y traerme a su presencia; que veía yo, si tanto Él no lo procurara, no viniera.

Sola una vez en mi vida me acuerdo pedirle gustos, estando con mucha sequedad; y como advertí lo que hacía, quedé tan confusa que la misma fatiga de verme tan poco humilde me dio lo que me había atrevido a pedir. Bien sabía yo era lícito pedirla, mas parecíame a mí que lo es a los que están dispuestos con haber procurado lo que es verdadera devoción con todas sus fuerzas, que es no ofender a Dios y estar dispuestos y determinados para todo bien.

Parecíame que aquellas mis lágrimas eran muje-riles y sin fuerza, pues no alcanzaba con ellas lo que

deseaba. Pues con todo, creo me valieron; porque, como digo, en especial después de estas dos veces de tan gran compunción de ellas y fatiga de mi co-razón, comencé más a darme a oración y a tratar menos en cosas que me dañasen, aunque aún no las dejaba del todo, sino -como digo fueme ayudando Dios a desviarme.

Como no estaba Su Majestad esperando sino algún aparejo en mí, fueron creciendo las mercedes espirituales de la manera que diré; cosa no usada darlas el Señor, sino a los que están en más limpieza de conciencia.

CAPÍTULO X

Comienza a declarar las mercedes que el Señor la hacía en la oración, y en lo que nos podemos nosotros ayudar, y lo mucho que importa que entendamos las mercedes que el Señor nos hace.

Pide a quien esto envía que de aquí adelante sea secreto lo que escribiere, pues la mandan diga tan particularmente las mer-cedes que la hace el Señor. 1. Tenía yo algunas veces, como he dicho, aunque con mucha brevedad pasaba, comienzo de lo que ahora diré: acaecíame en esta representación que hacía de ponerme cabe Cristo, que he dicho, y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un senti-miento de la presencia de Dios que en ninguna ma-nera podía dudar que estaba dentro de mí o yo toda engolfada en Él.Esto no era manera de visión; creo lo llaman mística teología.

Suspende el alma de suerte, que toda parecía estar fuera de sí: ama la voluntad, la memoria me parece está casi perdida, el entendimiento no discurre, a mi parecer, mas no se pierde; mas, como digo, no obra, sino está como espantado de lo mucho que entiende, porque quiere Dios entienda que de aquello que Su Majestad le representa ninguna cosa entiende. 2. Primero había tenido muy continuo una ternura, que en parte algo de ella me parece se puede procurar: un regalo, que ni bien es todo sensual ni bien espiritual. Todo es dado de Dios; mas parece para esto nos pode-mos mucho ayudar con considerar nuestra bajeza y la ingratitud que tenemos con Dios, lo mucho que hizo por nosotros, su Pasión con tan graves dolores, su vida tan afligida; en deleitarnos de ver sus obras, su gran-deza, lo que nos ama, otras muchas cosas, que quien con cuidado quiera aprovechar tropieza muchas veces en ellas, aunque no ande con mucha advertencia. Si

Page 35: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 35 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

con esto hay algún amor, regálase el alma, enternécese el corazón, vienen lágrimas; algunas veces parece las sacamos por fuerza, otras el Señor parece nos la hace para no podernos resistir. Parece nos paga Su Majes-tad aquel cuidadito con un don tan grande como es el consuelo que da a un alma ver que llora por tan gran Señor; y no me espanto, que le sobra la razón de con-solarse: regálase allí, huélgase allí.

3. Paréceme bien esta comparación que ahora se me ofrece: que son estos gozos de oración como deben ser los que están en el cielo, que como no han visto más de lo que el Señor, conforme a lo que merecen, quiere que vean, y ven sus pocos méritos, cada uno está con-tento con el lugar en que está, con haber tan grandí-sima diferencia de gozar a gozar en el cielo, mucho más que acá hay de unos gozos espirituales a otros, que es grandísima.

Y verdaderamente un alma en sus principios, cuando Dios la hace esta merced, ya casi le parece no hay más que desear, y se da por bien pagada de todo cuanto ha servido. Y sóbrale la razón, que una lá-grima de éstas que, como digo, casi nos las procura-mos –aunque sin Dios no se hace cosa-, no me parece a mí que con todos los trabajos del mundo se puede comprar, porque se gana mucho con ellas; y ¿qué más ganancia que tener algún testimonio que conten-tamos a Dios? Así que quien aquí llegare, alábele mucho, conózcase por muy deudor; porque ya parece le quiere para su casa y escogido para su reino, si no torna atrás. 4. No cure de unas humildades que hay, de que pienso tratar, que les parece humildad no entender que el Señor les va dando dones.

Entendamos bien bien, como ello es, que nos los da Dios sin ningún merecimiento nuestro, y agradez-cámoslo a Su Majestad; porque si no conocemos que recibimos, no despertamos a amar. Y es cosa muy cierta que mientras más vemos estamos ricos, sobre conocer somos pobres, más aprovechamiento nos viene y aun más verdadera humildad. Lo demás es acobardar el ánimo a parecer que no es capaz de grandes bienes, si en comenzando el Señor a dárselos comienza él a atemorizarse con miedo de vanagloria.

Creamos que quien nos da los bienes, nos dará gracia para que, en comenzando el demonio a ten-tarle en este caso, lo entienda, y fortaleza para resis-tir; digo, si andamos con llaneza delante de Dios, pretendiendo contentar sólo a Él y no a los hombres.

5. Es cosa muy clara que amamos más a una persona cuando mucho se nos acuerda las buenas obras que nos hace. Pues si es lícito y tan meritorio que siempre tengamos memoria que tenemos de Dios el ser y que nos crió de nonada y que nos sustenta y todos los demás beneficios de su muerte y trabajos, que mucho antes que nos criase los tenía hechos por cada uno de los que ahora viven, ¿por qué no será lícito que en-tienda yo y vea y considere muchas veces que solía hablar en vanidades, y que ahora me ha dado el Señor que no querría sino hablar sino en Él? He aquí una joya que, acordándonos que es dada y ya la poseemos, forzado convida a amar, que es todo el bien de la ora-ción fundada sobre humildad.

Pues ¿qué será cuando vean en su poder otras joyas más preciosas, como tienen ya recibidas algunos sier-vos de Dios, de menosprecio de mundo, y aun de sí mismos? Está claro que se han de tener por más deu-dores y más obligados a servir, y entender que no te-níamos nada de esto, y a conocer la largueza del Señor, que a un alma tan pobre y ruin y de ningún mereci-miento como la mía, que bastaba la primera joya de éstas y sobraba para mí, quiso hacerme con más rique-zas que yo supiera desear. 6. Es menester sacar fuerzas de nuevo para servir y procurar no ser ingratos; porque con esa condición las da el Señor, que si no usamos bien del tesoro y del gran estado en que pone, nos lo tornará a tomar y que-darnos hemos muy más pobres, y dará Su Majestad las joyas a quien luzca y aproveche con ellas a sí y a los otros.

Pues ¿cómo aprovechará y gastará con largueza el que no entiende que está rico? Es imposible conforme a nuestra naturaleza -a mi parecer- tener ánimo para cosas grandes quien no entiende está favorecido de Dios. Porque somos tan miserables y tan inclinados a cosas de tierra, que mal podrá aborrecer todo lo de acá de hecho con gran desasimiento quien no entiende tiene alguna prenda de lo de allá. Porque con estos dones es adonde el Señor nos da la fortaleza que por nuestros pecados nosotros perdimos. Y mal deseará se descontenten todos de él y le aborrezcan y todas las demás virtudes grandes que tienen los perfectos, si no tiene alguna prenda del amor que Dios le tiene, y jun-tamente fe viva.

Porque es tan muerto nuestro natural, que nos vamos a lo que presente vemos; y así estos mismos favores son los que despiertan la fe y la fortalecen. Ya puede ser que yo, como soy tan ruin, juzgo por mí, que otros habrá que no hayan menester más de la verdad

Page 36: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 36 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

de la fe para hacer obras muy perfectas, que yo, como miserable, todo lo he habido menester. 7. Estos, ellos lo dirán. Yo digo lo que ha pasado por mí, como me lo mandan. Y si no fuere bien, romperálo a quien lo envío, que sabrá mejor entender lo que va mal que yo; a quien suplico por amor del Señor, lo que he dicho hasta aquí de mi ruin vida y pecados lo pu-bliquen. Desde ahora doy licencia, y a todos mis con-fesores, que así lo es a quien esto va. Y si quisieren, luego en mi vida; porque no engañe más el mundo, que piensan hay en mí algún bien. Y cierto cierto, con verdad digo, a lo que ahora entiendo de mí, que me dará gran consuelo.

Para lo que de aquí adelante dijere, no se la doy. Ni quiero, si a alguien lo mostraren, digan quién es por quien pasó ni quién lo escribió; que por esto no me nombro ni a nadie, sino escribirlo he todo lo mejor que pueda para no ser conocida, y así lo pido por amor de Dios. Bastan personas tan letradas y graves para auto-rizar alguna cosa buena, si el Señor me diere gracia para decirla, que si lo fuere, será suya y no mía, por-que yo sin letras ni buena vida ni ser informada de letrado ni de persona ninguna (porque solos los que me lo mandan escribir saben que lo escribo, y al pre-sente no están aquí) y casi hurtando el tiempo, y con pena porque me estorbo de hilar, por estar en casa pobre y con hartas ocupaciones.

Así que, aunque el Señor me diera más habilidad y memoria, que aun con ésta me pudiera aprovechar de lo que he oído o leído, es poquísima la que tengo; así que si algo bueno dijere, lo quiere el Señor para algún bien; lo que fuere malo será de mí, y vuestra merced lo quitará.

Para lo uno ni para lo otro, ningún provecho tiene decir mi nombre: en vida está claro que no se ha de decir de lo bueno; en muerte no hay para qué, sino para que pierda la autoridad el bien, y no la dar ningún crédito, por ser dicho de persona tan baja y tan ruin.

8. Y por pensar vuestra merced hará esto que por amor del Señor le pido y los demás que lo han de ver, escribo con libertad; de otra manera sería con gran escrúpulo, fuera de decir mis pecados, que para esto ninguno tengo; para lo demás basta ser mujer para caérseme las alas, cuánto más mujer y ruin. Y así lo que fuere más de decir simplemente el discurso de mi vida, tome vuestra merced para sí -pues tanto me ha importunado escriba alguna de-claración de las mercedes que me hace Dios en la oración-, si fuere conforme a las verdades de nues-

tra santa fe católica; y si no, vuestra merced lo queme luego, que yo a esto me sujeto. Y diré lo que pasa por mí, para que, cuando sea conforme a esto, podrá hacer a vuestra merced algún provecho; y si no, desengañará mi alma, para que no gane el de-monio adonde me parece gano yo; que ya sabe el Señor, como después diré, que siempre he procu-rado buscar quién me dé luz. 9. Por claro que yo quiera decir estas cosas de oración, será bien oscuro para quien no tuviere experiencia. Algunos impedimentos diré, que a mi entender lo son para ir adelante en este camino, y otras cosas en que hay peligro, de lo que el Señor me ha enseñado por experiencia y después tratádolo yo con grandes letra-dos y personas espirituales de muchos años, y ven que en solos veinte y siete años que ha que tengo oración, me ha dado Su Majestad la experiencia -con andar en tantos tropiezos y tan mal este camino- que a otros en cuarenta y siete y en treinta y siete, que con penitencia y siempre virtud han caminado por él.

Sea bendito por todo y sírvase de mí, por quien Su Majestad es, que bien sabe mi Señor que no pretendo otra cosa en esto, sino que sea alabado y engrandecido un poquito de ver que en un muladar tan sucio y de mal olor hiciese huerto de tan suaves flores.

Plega a Su Majestad que por mi culpa no las torne yo a arrancar y se torne a ser lo que era. Esto pido yo por amor del Señor le pida vuestra merced, pues sabe la que soy con más claridad que aquí me lo ha dejado decir.

CAPÍTULO XI Dice en qué está la falta de no amar a Dios con perfección en breve tiempo. – Comienza a declarar, por una comparación que pone, cuatro grados de oración. – Va tratando aquí del primero. – Es muy provechoso para los que comienzan y para los que no tienen gustos en la oración. 1. Pues hablando ahora de los que comienzan a ser sier-vos del amor (que no me parece otra cosa determinar-nos a seguir por este camino de oración al que tanto nos amó), es una dignidad tan grande, que me regalo extra-ñamente en pensar en ella. Porque el temor servil luego va fuera, si en este primer estado vamos como hemos de ir. ¡Oh Señor de mi alma y bien mío! ¿Por qué no quisisteis que en determinándose un alma a amaros, con hacer lo que puede en dejarlo todo para mejor se em-plear en este amor de Dios, luego gozase de subir a tener este amor perfecto? Mal he dicho: había de decir

Page 37: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 37 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y quejarme porque no queremos nosotros; pues toda la falta nuestra es, en no gozar luego de tan gran dignidad, pues en llegando a tener con perfección este verdadero amor de Dios, trae consigo todos los bienes. Somos tan caros y tan tardíos de darnos del todo a Dios, que, como Su Majestad no quiere gocemos de cosa tan preciosa sin gran precio, no acabamos de disponernos.

2. Bien veo que no le hay con qué se pueda comprar tan gran bien en la tierra; mas si hiciésemos lo que podemos en no nos asir a cosa de ella, sino que todo nuestro cuidado y trato fuese en el cielo, creo yo sin duda muy en breve se nos daría este bien, si en breve del todo nos dispusiésemos, como algunos santos lo hicieron. Mas parécenos que lo damos todo, y es que ofrecemos a Dios la renta o los frutos y quedámonos con la raíz y posesión. Determinámonos a ser pobres, y es de gran merecimiento; mas muchas veces torna-mos a tener cuidado y diligencia para que no nos falte no sólo lo necesario sino lo superfluo, y a granjear los amigos que nos lo den y ponernos en mayor cuidado, y por ventura peligro, porque no nos falte, que antes teníamos en poseer la hacienda.

Parece también que dejamos la honra en ser reli-giosos o en haber ya comenzado a tener vida espiritual y a seguir perfección, y no nos han tocado en un punto de honra, cuando no se nos acuerda la hemos ya dado a Dios, y nos queremos tornar a alzar con ella y tomár-sela -como dicen- de las manos, después de haberle de nuestra voluntad, al parecer, hecho de ella señor. Así son todas las otras cosas. 3. ¡Donosa manera de buscar amor de Dios! Y luego le queremos a manos llenas, a manera de decir. Tener-nos nuestras aficiones (ya que no procuramos efectuar nuestros deseos y no acabarlos de levantar de la tierra) y muchas consolaciones espirituales con esto, no viene bien, ni me parece se compadece esto con esto-tro. Así que, porque no se acaba de dar junto, no se nos da por junto este tesoro. Plega al Señor que gota a gota nos le dé Su Majestad, aunque sea costándonos todos los trabajos del mundo. 4. Harto gran misericordia hace a quien da gracia y ánimo para determinarse a procurar con todas sus fuerzas este bien. Porque si persevera, no se niega Dios a nadie. Poco a poco va habilitando él el ánimo para que salga con esta victoria. Digo ánimo, porque son tantas las cosas que el demonio pone delante a los principios para que no comiencen este camino de hecho, como quien sabe el daño que de aquí le viene,

no sólo en perder aquel alma sino muchas. Si el que comienza se esfuerza con el fervor de Dios a llegar a la cumbre de la perfección, creo jamás va solo al cielo; siempre lleva mucha gente tras sí. Como a buen capi-tán, le da Dios quien vaya en su compañía.

Póneles tantos peligros y dificultades delante, que no es menester poco ánimo para no tornar atrás, sino muy mucho y mucho favor de Dios. 5. Pues hablando de los principios de los que ya van determinados a seguir este bien y a salir con esta em-presa (que de lo demás que comencé a decir de mística teología, que creo se llama así, diré más adelante), en estos principios está todo el mayor trabajo; porque son ellos los que trabajan dando el Señor el caudal; que en los otros grados de oración lo más es gozar, puesto que primeros y medianos y postreros, todos llevan sus cru-ces, aunque diferentes; que por este camino que fue Cristo han de ir los que le siguen, si no se quieren perder. ¡Y bienaventurados trabajos, que aun acá en la vida tan sobradamente se pagan!

6. Habré de aprovecharme de alguna comparación, aunque yo las quisiera excusar por ser mujer y escribir simplemente lo que me mandan. Mas este lenguaje de espíritu es tan malo de declarar a los que no saben le-tras, como yo, que habré de buscar algún modo, y podrá ser las menos veces acierte a que venga bien la comparación. Servirá de dar recreación a vuestra mer-ced de ver tanta torpeza.

Paréceme ahora a mí que he leído u oído esta com-paración –que como tengo mala memoria, ni sé adónde ni a qué propósito, mas para el mío ahora con-téntame-: ha de hacer cuenta el que comienza, que comienza a hacer un huerto en tierra muy infructuosa que lleva muy malas hierbas, para que se deleite el Señor. Su Majestad arranca las malas hierbas y ha de plantar las buenas. Pues hagamos cuenta que está ya hecho esto cuando se determina a tener oración un alma y lo ha comenzado a usar. Y con ayuda de Dios hemos de procurar, como buenos hortelanos, que crez-can estas plantas y tener cuidado de regarlas para que no se pierdan, sino que vengan a echar flores que den de sí gran olor para dar recreación a este Señor nues-tro, y así se venga a deleitar muchas veces a esta huerta y a holgarse entre estas virtudes. 7. Pues veamos ahora de la manera que se puede regar, para que entendamos lo que hemos de hacer y el tra-bajo que nos ha de costar, si es mayor que la ganancia, o hasta qué tanto tiempo se ha de tener.

Page 38: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 38 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Paréceme a mí que se puede regar de cuatro mane-ras: o con sacar el agua de un pozo, que es a nuestro gran trabajo;. o con noria y arcaduces, que se saca con un torno; yo lo he sacado algunas veces: es a menos trabajo que estotro y sácase más agua; o de un río o arroyo: esto se riega muy mejor, que queda más harta la tierra de agua y no se ha menester regar tan a me-nudo y es a menos trabajo mucho del hortelano; o con llover mucho, que lo riega el Señor sin trabajo nin-guno nuestro, y es muy sin comparación mejor que todo lo que queda dicho.

8. Ahora, pues, aplicadas estas cuatro maneras de agua de que se ha de sustentar este huerto -porque sin ella perderse ha-, es lo que a mí me hace al caso y ha pa-recido que se podrá declarar algo de cuatro grados de oración, en que el Señor, por su bondad, ha puesto algunas veces mi alma. Plega a su bondad atine a de-cirlo de manera que aproveche a una de las personas que esto me mandaron escribir, que la ha traído el Señor en cuatro meses harto más adelante que yo es-taba en diecisiete años. Hase dispuesto mejor, y así sin trabajo suyo riega este vergel con todas estas cuatro aguas, aunque la postrera aún no se le da sino a gotas; mas va de suerte que presto se engolfará en ella con ayuda del Señor. Y gustaré se ría, si le pareciere desa-tino la manera del declarar.

9. De los que comienzan a tener oración podemos decir son los que sacan el agua del pozo, que es muy a su trabajo, como tengo dicho, que han de cansarse en recoger los sentidos, que, como están acostumbrados a andar derramados, es harto tra-bajo. Han menester irse acostumbrando a no se les dar nada de ver ni oír, y aun ponerlo por obra las horas de la oración, sino estar en soledad y, aparta-dos, pensar su vida pasada. Aunque esto primeros y postreros todos lo han de hacer muchas veces, hay más y menos de pensar en esto, como después diré. Al principio aún da pena, que no acaban de enten-der que se arrepienten de los pecados; y sí hacen, pues se determinan a servir a Dios tan de veras. Han de procurar tratar de la vida de Cristo, y cánsase el entendimiento en esto.

Hasta aquí podemos adquirir nosotros, entién-dese con el favor de Dios, que sin éste ya se sabe no podemos tener un buen pensamiento. Esto es co-menzar a sacar agua del pozo, y aun plega a Dios lo quiera tener. Mas al menos no queda por nosotros, que ya vamos a sacarla y hacemos lo que podemos para regar estas flores.

Y es Dios tan bueno que, cuando por lo que Su Majestad sabe –por ventura para gran provecho nues-tro- quiere que esté seco el pozo, haciendo lo que es en nosotros como buenos hortelanos, sin agua sustenta las flores y hace crecer las virtudes. Llamo «agua» aquí las lágrimas y, aunque no las haya, la ternura y sentimiento interior de devoción. 10. Pues ¿qué hará aquí el que ve que en muchos días no hay sino sequedad y disgusto y dessabor y tan mala gana para venir a sacar el agua, que si no se le acor-dase que hace placer y servicio al Señor de la huerta y mirase a no perder todo lo servido y aun lo que espera ganar del gran trabajo que es echar muchas veces el caldero en el pozo y sacarle sin agua, lo dejaría todo? Y muchas veces le acaecerá aun para esto no se le alzar los brazos, ni podrá tener un buen pensamiento: que este obrar con el entendimiento, entendido va que es el sacar agua del pozo.

Pues, como digo, ¿qué hará aquí el hortelano? Ale-grarse y consolarse y tener por grandísima merced de trabajar en huerto de tan gran Emperador. Y pues sabe le contenta en aquello y su intento no ha de ser conten-tarse a sí sino a El, alábele mucho, que hace de él confianza, pues ve que sin pagarle nada tiene tan gran cuidado de lo que le encomendó. Y ayúdele a llevar la cruz y piense que toda la vida vivió en ella y no quiera acá su reino ni deje jamás la oración. Y así se deter-mine, aunque para toda la vida le dure esta sequedad, no dejar a Cristo caer con la cruz. Tiempo vendrá que se lo pague por junto. No haya miedo que se pierda el trabajo. A buen amo sirve. Mirándole está. No haga caso de malos pensamientos.

Mire que también los representaba el demonio a San Jerónimo en el desierto. 11. Su precio se tienen estos trabajos, que, como quien los pasó muchos años (que cuando una gota de agua sacaba de este bendito pozo pensaba me hacía Dios merced), sé que son grandísimos y me parece es menester más ánimo que para otros muchos trabajos del mundo. Mas he visto claro que no deja Dios sin gran premio, aun en esta vida; porque es así, cierto, que una hora de las que el Señor me ha dado de gusto de Sí después acá, me parece quedan pagadas todas las congojas que en sustentarme en la oración mucho tiempo pasé.

Tengo para mí que quiere el Señor dar muchas veces al principio, y otras a la postre, estos tormentos y otras muchas tentaciones que se ofrecen, para probar a sus amadores y saber si podrán beber el cáliz y ayu-

Page 39: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 39 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

darle a llevar la cruz, antes que ponga en ellos grandes tesoros. Y para bien nuestro creo nos quiere Su Majes-tad llevar por aquí, para que entendamos bien lo poco que somos; porque son de tan gran dignidad las mer-cedes de después, que quiere por experiencia veamos antes nuestra miseria primero que nos las dé, porque no nos acaezca lo que a Lucifer.

12. ¿Qué hacéis Vos, Señor mío, que no sea para mayor bien del alma que entendéis que es ya vuestra y que se pone en vuestro poder para seguiros por donde fuereis hasta muerte de cruz y que está determi-nada a ayudárosla a llevar y a no dejaros solo con ella?Quien viere en sí esta determinación, no, no hay que temer. Gente espiritual, no hay por qué se afligir. Puesto ya en tan alto grado como es querer tratar a solas con Dios y dejar los pasatiempos del mundo, lo más está hecho. Alabad por ello a Su Majestad y fiad de su bondad, que nunca faltó a sus amigos. Tapaos los ojos de pensar por qué da a aquél de tan pocos días devoción, y a mí no en tantos años. Creamos es todo para más bien nuestro. Guíe Su Majestad por donde quisiere. Ya no somos nuestros, sino suyos.

Harta merced nos hace en querer que queramos cavar en su huerto y estarnos cabe el Señor de él, que cierto está con nosotros. Si El quiere que crezcan estas plantas y flores a unos con dar agua que saquen de este pozo, a otros sin ella, ¿qué se me da mí? Haced vos, Señor, lo que quisiereis. No os ofenda yo. No se pier-dan las virtudes, si alguna me habéis ya dado por sola vuestra bondad.

Padecer quiero, Señor, pues Vos padecisteis. Cúm-plase en mí de todas maneras vuestra voluntad. Y no plega a Vuestra Majestad que cosa de tanto precio como vuestro amor se dé a gente que os sirve sólo por gustos. 13. Hase de notar mucho -y dígolo porque lo sé por experiencia- que el alma que en este camino de ora-ción mental comienza a caminar con determinación y puede acabar consigo de no hacer mucho caso ni con-solarse ni desconsolarse mucho porque falten estos gustos y ternura o la dé el Señor, que tiene andado gran parte del camino. Y no haya miedo de tornar atrás, aunque más tropiece, porque va comenzado el edificio en firme fundamento. Sí, que no está el amor de Dios en tener lágrimas ni estos gustos y ternura, que por la mayor parte los deseamos y consolamos con ellos, sino en servir con justicia y fortaleza de ánima y humildad. Recibir, más me parece a mí eso, que no dar nosotros nada.

14. Para mujercitas como yo, flacas y con poca forta-leza, me parece a mí conviene, como Dios ahora lo hace, llevarme con regalos, porque pueda sufrir algu-nos trabajos que ha querido Su Majestad tenga; mas para siervos de Dios, hombres de tomo, de letras, de entendimiento, que veo hacer tanto caso de que Dios no los da devoción, que me hace disgusto oírlo. No digo yo que no la tomen, si Dios se la da, y la tengan en mucho, porque entonces verá Su Majestad que con-viene; mas que cuando no la tuvieren, que no se fati-guen y que entiendan que no es menester, pues Su Majestad no la da, y anden señores de sí mismos. Crean que es falta. Yo lo he probado y visto. Crean que es imperfección y no andar con libertad de espí-ritu, sino flacos para acometer. 15. Esto no lo digo tanto por los que comienzan (aun-que pongo tanto en ello, porque les importa mucho comenzar con esta libertad y determinación), sino por otros; que habrá muchos que lo ha que comenzaron y nunca acaban de acabar. Y creo es gran parte este no abrazar la cruz desde el principio, que andarán afligi-dos pareciéndoles no hacen nada. En dejando de obrar el entendimiento, no lo pueden sufrir y por ventura entonces engorda la voluntad y toma fuerza, y no lo entienden ellos.

Hemos de pensar que no mira el Señor en estas cosas, que, aunque a nosotros nos parecen faltas, no lo son. Ya sabe Su Majestad nuestra miseria y bajo natu-ral mejor que nosotros mismos, y sabe que ya estas almas desean siempre pensar en Él y amarle.

Esta determinación es la que quiere. Estotro afli-gimiento que nos damos no sirve de más de inquietar el alma, y si había de estar inhábil para aprovechar una hora, que lo esté cuatro. Porque muy muchas veces (yo tengo grandísima experiencia de ello, y sé que es verdad, porque lo he mirado con cuidado y tratado después a personas espirituales) que viene de indisposición corporal, que somos tan miserables que participa esta encarceladita de esta pobre alma de las miserias del cuerpo. Y las mudanzas de los tiempos y las vueltas de los humores muchas veces hacen que sin culpa suya no pueda hacer lo que quiere, sino que padezca de todas maneras. Y mien-tras más la quieren forzar en estos tiempos, es peor y dura más el mal; sino que haya discreción para ver cuándo es de esto, y no la ahoguen a la pobre. En-tiendan son enfermos. Múdese la hora de la oración, y hartas veces será algunos días. Pasen como pudie-ren este destierro, que harta malaventura es de un alma que ama a Dios ver que vive en esta miseria y

Page 40: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 40 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que no puede lo que quiere, por tener tan mal hués-ped como este cuerpo. 16. Dije «con discreción», porque alguna vez el demo-nio lo hará; y así es bien ni siempre dejar la oración cuando hay gran distraimiento y turbación en el enten-dimiento, ni siempre atormentar el alma a lo que no puede.

Otras cosas hay exteriores de obras de caridad y de lección, aunque a veces aun no estará para esto. Sirva entonces al cuerpo por amor de Dios, porque otras veces muchas sirva él al alma, y tome algunos pasa-tiempos santos de conversaciones que lo sean, o irse al campo, como aconsejare el confesor. Y en todo es gran cosa la experiencia, que da a entender lo que nos conviene. Y en todo se sirve Dios. Suave es su yugo, y es gran negocio no traer el alma arrastrada, como dicen, sino llevarla con suavidad para su mayor apro-vechamiento. 17. Así que torno a avisar -y aunque lo diga muchas veces no va nada- que importa mucho que de seque-dades ni de inquietud y distraimiento en los pensa-mientos nadie se apriete ni aflija. Si quiere ganar libertad de espíritu y no andar siempre atribulado, co-mience a no se espantar de la cruz, y verá cómo se la ayuda también a llevar el Señor y con el contento que anda y el provecho que saca de todo. Porque ya se ve que, si el pozo no mana, que nosotros no podemos poner el agua. Verdad es que no hemos de estar des-cuidados para que, cuando la haya, sacarla; porque entonces ya quiere Dios por este medio multiplicar las virtudes.

CAPÍTULO XII

Prosigue en este primer estado. – Dice hasta dónde podemos lle-gar con el favor de Dios por nosotros mismos, y el daño que es querer, hasta que el Señor lo haga, subir el espíritu a cosas sobre-naturales. 1. Lo que he pretendido dar a entender en este capítulo pasado aunque me he divertido mucho en otras cosas por parecerme muy necesarias- es decir hasta lo que podemos nosotros adquirir, y cómo en esta primera devoción podemos nosotros ayudarnos algo.

Porque en pensar y escudriñar lo que el Señor pasó por nosotros, muévenos a compasión, y es sabrosa esta pena y las lágrimas que proceden de aquí. Y de pensar la gloria que esperamos y el amor que el Señor nos tuvo y su resurrección, muévenos a gozo que ni es

del todo espiritual ni sensual, sino gozo virtuoso y la pena muy meritoria. De esta manera son todas las cosas que causan devoción adquirida con el entendi-miento en parte, aunque no podida merecer ni ganar si no la de Dios. Estále muy bien a un alma que no la ha subido de aquí, no procurar subir ella; y nótese esto mucho, porque no le aprovechará más de perder. 2. Puede en este estado hacer muchos actos para deter-minarse a hacer mucho por Dios y despertar el amor, otros para ayudar a crecer las virtudes, conforme a lo que dice un libro llamado Arte de servir a Dios, que es muy bueno y apropiado para los que están en este es-tado, porque obra el entendimiento. Puede represen-tarse delante de Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad y traerle siempre consigo y hablar con Él, pedirle para sus necesidades y quejársele de sus trabajos, alegrarse con El en sus contentos y no olvidarle por ellos, sin procurar oracio-nes compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y necesidad.

Es excelente manera de aprovechar y muy en breve; y quien trabajare a traer consigo esta preciosa compañía y se aprovechare mucho de ella y de veras cobrare amor a este Señor a quien tanto debemos, yo le doy por aprovechado. 3. Para esto no se nos ha de dar nada de no tener de-voción –como tengo dicho-, sino agradecer al Señor que nos deja andar deseosos de contentarle, aunque sean flacas las obras. Este modo de traer a Cristo con nosotros aprovecha en todos estados, y es un medio segurísimo para ir aprovechando en el primero y lle-gar en breve al segundo grado de oración, y para los postreros andar seguros de los peligros que el demo-nio puede poner. 4. Pues esto es lo que podemos. Quien quisiere pasar de aquí y levantar el espíritu a sentir gustos que no se los dan, es perder lo uno y lo otro, a mi parecer, porque es sobrenatural; y perdido el enten-dimiento, quédase el alma desierta y con mucha se-quedad. Y como este edificio todo va fundado en humildad, mientras más llegados a Dios, más ade-lante ha de ir esta virtud, y si no, va todo perdido. Y parece algún género de soberbia querer nosotros subir a más, pues Dios hace demasiado, según somos, en allegarnos cerca de Sí.

No se ha de entender que digo esto por el subir con el pensamiento a pensar cosas altas del cielo o de Dios y las grandezas que allá hay y su gran sabi-

Page 41: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 41 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

duría; porque, aunque yo nunca lo hice (que no tenía habilidad -como he dicho- y me hallaba tan ruin, que aun para pensar cosas de la tierra me hacía Dios mer-ced de que entendiese esta verdad, que no era poco atrevimiento, cuánto más para las del cielo), otras personas se aprovecharán, en especial si tienen le-tras, que es un gran tesoro para este ejercicio, a mi parecer, si son con humildad. De unos días acá lo he visto por algunos letrados, que ha poco que comen-zaron y han aprovechado muy mucho; y esto me hace tener grandes ansias porque muchos fuesen espiritua-les, como adelante diré. 5. Pues lo que digo «no se suban sin que Dios los suba», es lenguaje de espíritu. Entenderme ha quien tuviere alguna experiencia, que yo no lo sé decir si por aquí no se entiende. En la mística teología que co-mencé a decir, pierde de obrar el entendimiento, por-que le suspende Dios, como después declararé más, si supiere y Él me diere para ello su favor. Presumir ni pensar de suspenderle nosotros, es lo que digo no se haga, ni se deje de obrar con él, porque nos quedare-mos bobos y fríos, y ni haremos lo uno ni lo otro; que cuando el Señor le suspende y hace parar, dale de qué se espante y se ocupe, y que sin discurrir entienda más en un «credo» que nosotros podemos entender con todas nuestras diligencias de tierra en muchos años. Ocupar las potencias del alma y pensar hacerlas estar quedas, es desatino.

Y torno a decir que, aunque no se entiende, es de no gran humildad; aunque no con culpa, con pena sí, que será trabajo perdido, y queda el alma con un dis-gustillo como quien va a saltar y la asen por detrás, que ya parece ha empleado su fuerza, y hállase sin efectuar lo que con ella quería hacer; y en la poca ga-nancia que queda verá quien lo quisiere mirar esto poquillo de falta de humildad que he dicho. Porque esto tiene excelente esta virtud, que no hay obra a quien ella acompañe, que deje el alma disgustada.

Paréceme lo he dado a entender, y por ventura será sola para mí.

Abra el Señor los ojos de los que lo leyeren, con la experiencia; que, por poca que sea, luego lo entende-rán. 6. Hartos años estuve yo que leía muchas cosas y no entendía nada de ellas; y mucho tiempo que, aunque me lo daba Dios, palabra no sabía decir para darlo a entender, que no me ha costado esto poco trabajo. Cuando Su Majestad quiere, en un punto lo enseña todo, de manera que yo me espanto.

Una cosa puedo decir con verdad: que, aunque ha-blaba con muchas personas espirituales que querían darme a entender lo que el Señor me daba, para que se lo supiese decir, y es cierto que era tanta mi torpeza, que poco ni mucho me aprovechaba; o quería el Señor, como Su Majestad fue siempre mi maestro (sea por todo bendito, que harta confusión es para mí poder decir esto con verdad), que no tuviese a nadie que agradecer. Y sin querer ni pedirlo (que en esto no he sido nada curiosa -porque fuera virtud serlo- sino en otras vanidades), dármelo Dios en un punto a entender con toda claridad y para saberlo decir, de manera que se espantaban y yo más que mis confesores, porque entendía mejor mi torpeza. Esto ha poco. Y así lo que el Señor no me ha enseñado no lo procuro, si no es lo que toca a mi conciencia. 7. Torno otra vez a avisar que va mucho en «no subir el espíritu si el Señor no le subiere». Qué cosa es, se entiende luego. En especial para mujeres es más malo, que podrá el demonio causar alguna ilusión; aunque tengo por cierto no consiente el Señor dañe a quien con humildad se procura llegar a Él, antes sacará más provecho y ganancia por donde el demonio le pensare hacer perder.

Por ser este camino de los primeros más usado, e importan mucho los avisos que he dado, me he alar-gado tanto. Y habránlos escrito en otras partes muy mejor, yo lo confieso, y que con harta confusión y vergüenza lo he escrito, aunque no tanta como había de tener.

Sea el Señor bendito por todo, que a una como yo quiere y consiente hable en cosas suyas, tales y tan subidas.

CAPÍTULO XIII

Prosigue en este primer estado y pone avisos para algunas tenta-ciones que el demonio suele poner algunas veces. – Da avisos para ellas. – Es muy provechoso.1. Hame parecido decir algunas tentaciones que he visto que se tienen a los principios, y algunas tenido yo, y dar algunos avisos de cosas que me parecen ne-cesarias.

Pues procúrese a los principios andar con alegría y libertad, que hay algunas personas que parece se les ha de ir la devoción si se descuidan un poco. Bien es andar con temor de sí para no se fiar poco ni mucho de ponerse en ocasión donde suele ofender a Dios, que esto es muy necesario hasta estar ya muy enteros en la

Page 42: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 42 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

virtud; y no hay muchos que lo puedan estar tanto, que en ocasiones aparejadas a su natural se puedan descui-dar, que siempre, mientras vivimos, aun por humildad, es bien conocer nuestra miserable naturaleza. Mas hay muchas cosas adonde se sufre, como he dicho, tomar recreación aun para tornar a la oración más fuertes. En todo es menester discreción. 2. Tener gran confianza, porque conviene mucho no apocar los deseos, sino creer de Dios que, si nos esfor-zamos, poco a poco, aunque no sea luego, podremos llegar a lo que muchos santos con su favor; que si ellos nunca se determinaran a desearlo y poco a poco a po-nerlo por obra, no subieran a tan alto estado. Quiere Su Majestad y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza de sí. Y no he visto a ninguna de éstas que quede baja en este camino; ni ninguna alma cobarde, con amparo de hu-mildad, que en muchos años ande lo que estotros en muy pocos. Espántame lo mucho que hace en este ca-mino animarse a grandes cosas; aunque luego no tenga fuerzas el alma, da un vuelo y llega a mucho, aunque -como avecita que tiene pelo malo- cansa y queda. 3. Otro tiempo traía yo delante muchas veces lo que dice San Pablo, que todo se puede en Dios. En mí bien entendía no podía nada. Esto me aprovechó mucho, y lo que dice San Agustín: Dame, Señor, lo que me man-das, y manda lo que quisieres. Pensaba muchas veces que no había perdido nada San Pedro en arrojarse en la mar, aunque después temió. Estas primeras determi-naciones son gran cosa, aunque en este primer estado es menester irse más deteniendo y atados a la discre-ción y parecer de maestro; mas han de mirar que sea tal, que no los enseñe a ser sapos, ni que se contente con que se muestre el alma a sólo cazar lagartijas.

¡Siempre la humildad delante, para entender que no han de venir estas fuerzas de las nuestras! 4. Mas es menester entendamos cómo ha de ser esta humildad, porque creo el demonio hace mucho daño para no ir muy adelante gente que tiene oración, con hacerlos entender mal de la humildad, haciendo que nos parezca soberbia tener grandes deseos y querer imitar a los santos y desear ser mártires. Luego nos dice o hace entender que las cosas de los santos son para admirar, mas no para hacerlas los que somos pe-cadores.

Esto también lo digo yo; mas hemos de mirar cuál es de espantar y cuál de imitar. Porque no sería bien si una persona flaca y enferma se pusiese en muchos

ayunos y penitencias ásperas, yéndose a un desierto adonde ni pudiese dormir ni tuviese qué comer, o casas semejantes. Mas pensar que nos podemos esfor-zar con el favor de Dios a tener un gran desprecio de mundo, un no estimar honra, un no estar atado a la hacienda; que tenemos unos corazones tan apretados, que parece nos ha de faltar la tierra en queriéndonos descuidar un poco del cuerpo y dar al espíritu; luego parece ayuda al recogimiento tener muy bien lo que es menester, porque los cuidados inquietan a la oración.

De esto me pesa a mí, que tengamos tan poca con-fianza de Dios y tanto amor propio, que nos inquiete ese cuidado. Y es así que adonde está tan poco me-drado el espíritu como esto, unas naderías nos dan tan gran trabajo como a otros cosas grandes y de mucho tomo. ¡Y en nuestro seso presumimos de espirituales! 5. Paréceme ahora a mí esta manera de caminar un que-rer concertar cuerpo y alma para no perder acá el des-canso y gozar allá de Dios. Y así será ello si se anda en justicia y vamos asidos a virtud. Mas es paso de gallina. Nunca con él se llegará a la libertad de espíritu. Manera de proceder muy buena me parece para estado, de casa-dos, que han de ir conforme a su llamamiento; mas para otro estado, en ninguna manera deseo tal manera de aprovechar ni me harán creer es buena, porque la he probado, y siempre me estuviera así si el Señor por su bondad no me enseñara otro atajo. 6. Aunque en esto de deseos siempre los tuve grandes, mas procuraba esto que he dicho: tener oración, mas vivir a mi placer.

Creo si hubiera quien me sacara a volar, más me hubiera puesto en que estos deseos fueran con obra. Mas hay -por nuestros pecados- tan pocos, tan conta-dos, que no tengan discreción demasiada en este caso, que creo es harta causa para que los que comienzan no vayan más presto a gran perfección. Porque el Señor nunca falta ni queda por Él; nosotros somos los faltos y miserables.

7. También se pueden imitar los santos en procurar soledad y silencio y otras muchas virtudes, que no nos matarán estos negros cuerpos que tan concertada-mente se quieren llevar para desconcertar el alma, y el demonio ayuda mucho a hacerlos inhábiles, cuando ve un poco de temor; no quiere él más para hacernos en-tender que todo nos ha de matar y quitar la salud; hasta tener lágrimas nos hace temer de cegar. He pasado por esto y por eso lo sé; y no sé yo qué mejor vista ni salud podemos desear que perderla por tal causa.

Page 43: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 43 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Como soy tan enferma, hasta que me determiné en no hacer caso del cuerpo ni de la salud, siempre estuve atada, sin valer nada; y ahora hago bien poco. Mas como quiso Dios entendiese este ardid del demonio, y como me ponía delante el perder la salud, decía yo: «poco va en que me muera»; si el descanso: «no he ya menester descanso, sino cruz»; así otras cosas. Vi claro que en muy muchas, aunque yo de hecho soy harto enferma, que era tentación del demonio o floje-dad mía; que después que no estoy tan mirada y rega-lada, tengo mucha más salud.

Así que va mucho a los principios de comenzar ora-ción a no amilanar los pensamientos, y créanme esto, porque lo tengo por experiencia. Y para que escarmien-ten en mí, aun podría aprovechar decir estas mis faltas. 8. Otra tentación es luego muy ordinaria, que es de-sear que todos sean muy espirituales, como comien-zan a gustar del sosiego y ganancia que es. El desearlo no es malo; el procurarlo podría ser no bueno, si no hay mucha discreción y disimulación en hacerse de manera que no parezca enseñan; porque quien hubiere de hacer algún provecho en este caso, es menester que tenga las virtudes muy fuertes para que no dé tenta-ción a los otros.

Acaecióme a mí -y por eso lo entiendo- cuando, como he dicho, procuraba que otras tuviesen oración, que, como por una parte me veían hablar grandes cosas del gran bien que era tener oración, y por otra parte me veían con gran pobreza de virtudes, tenerla yo traíalas tentadas y desatinadas; y ¡con harta razón!, que después me lo han venido a decir, porque no sa-bían cómo se podía compadecer lo uno con lo otro; y era causa de no tener por malo lo que de suyo lo era, por ver que lo hacía yo algunas veces, cuando les pa-recía algo bien de mí. 9. Y esto hace el demonio, que parece se ayuda de las virtudes que tenemos buenas para autorizar en lo que puede el mal que pretende, que, por poco que sea, cuando es en una comunidad, debe ganar mucho; cuánto más que lo que yo hacía malo era muy mucho. Y así, en muchos años solas tres se aprovecharon de lo que les decía, y después que ya el Señor me había dado más fuerzas en la virtud, se aprovecharon en dos o tres años muchas, como después diré.

Y, sin esto, hay otro gran inconveniente, que es perder el alma; porque lo más que hemos de procurar al principio es sólo tener cuidado de sí sola, y hacer cuenta que no hay en la tierra sino Dios y ella; y esto es lo que le conviene mucho.

10. Da otra tentación (y todas van con un celo de vir-tud que es menester entenderse y andar con cuidado) de pena de los pecados y faltas que ven en los otros: pone el demonio que es sólo la pena de querer que no ofendan a Dios y pesarle por su honra, y luego que-rrían remediarlo. Inquieta esto tanto, que impide la oración; y el mayor daño es pensar que es virtud y perfección y gran celo de Dios.

Dejo las penas que dan pecados públicos -si los hubiese en costumbre- de una congregación, o daños de la Iglesia de estas herejías, adonde vemos perder tantas almas; que ésta es muy buena, y como lo es buena, no inquieta. Pues lo seguro será del alma que tuviere oración descuidarse de todo y de todos, y tener cuenta consigo y con contentar a Dios. Esto conviene muy mucho, porque ¡si hubiese de decir los yerros que he visto suceder fiando en la buena intención!….

Pues procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros, y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados. Es una manera de obrar que, aunque luego no se haga con perfección, se viene a ganar una gran virtud, que es tener a todos por mejores que nosotros, y comiénzase a ganar por aquí con el favor de Dios, que es menester en todo y, cuando falta, excusadas son las diligencias, y supli-carle nos dé esta virtud, que con que las hagamos no falta a nadie. 11. Miren también este aviso los que discurren mucho con el entendimiento, sacando muchas cosas de una cosa y muchos conceptos; que de los que no pueden obrar con él, como yo hacía, no hay que avisar, sino que tengan paciencia, hasta que el Señor les dé en qué se ocupen y luz, pues ellos pueden tan poco por sí, que antes los embaraza su entendimiento que los ayuda.

Pues tornando a los que discurren, digo que no se les vaya todo el tiempo en esto; porque, aunque es muy meritorio, no les parece como es oración sabrosa- que ha de haber día de domingo, ni rato que no sea trabajar. Luego les parece es perdido el tiempo, y tengo yo por muy ganada esta pérdida; sino que -como he dicho- se representen delante de Cristo, y sin can-sancio del entendimiento se estén hablando y rega-lando con Él, sin cansarse en componer razones, sino presentar necesidades y la razón que tiene para no nos sufrir allí: lo uno un tiempo, y lo otro otro, porque no se canse el alma de comer siempre un manjar. Estos son muy gustosos y provechosos, si el gusto se usa a comer de ellos; traen consigo gran sustentamiento para dar vida al alma, y muchas ganancias.

Page 44: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 44 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

12. Quiérome declarar más, porque estas cosas de oración todas son dificultosas y, si no se halla maestro, muy malas de entender; y esto hace que, aunque quisiera abreviar y bastaba para el entendimiento bueno de quien me mandó escribir estas cosas de oración sólo tocarlas, mi torpeza no da lugar a decir y dar a entender en pocas palabras cosa que tanto importa declararla bien; que como yo pasé tanto, he lástima a los que comienzan con solos libros, que es cosa extraña cuán diferentemente se entiende de lo que después de experimentado se ve.

Pues tornando a lo que decía, ponémonos a pensar un paso de la Pasión, digamos el de cuando estaba el Señor a la columna: anda el entendimiento buscando las causas que allí da a entender, los dolores grandes y pena que Su Majestad tendría en aquella soledad y otras mu-chas cosas que, si el entendimiento es obrador, podrá sacar de aquí. ¡Oh que si es letrado!…. Es el modo de oración en que han de comenzar y demediar y acabar todos, y muy excelente y seguro camino, hasta que el Señor los lleve a otras cosas sobrenaturales. 13. Digo «todos», porque hay muchas almas que apro-vechan más en otras meditaciones que en la de la sa-grada Pasión; que así como hay muchas moradas en el cielo, hay muchos caminos.

Algunas personas aprovechan considerándose en el infierno, y otras en el cielo y se afligen en pensar en el infierno, otras en la muerte. Algunas, si son tiernas de corazón, se fatigan mucho de pensar siempre en la Pasión, y se regalan y aprovechan en mirar el poder y grandeza de Dios en las criaturas y el amor que nos tuvo, que en todas las cosas se representa, y es admi-rable manera de proceder, no dejando muchas veces la Pasión y vida de Cristo, que es de donde nos ha venido y viene todo el bien. 14. Ha menester aviso el que comienza, para mirar en lo que aprovecha más. Para esto es muy necesario el maestro, si es experimentado; que si no, mucho puede errar y traer un alma sin entenderla ni dejarla a sí misma entender; porque, como sabe que es gran mé-rito estar sujeta a maestro, no osa salir de lo que le manda. Yo he topado almas acorraladas y afligidas por no tener experiencia quien las enseñaba, que me ha-cían lástima, y alguna que no sabía ya qué hacer de sí; porque, no entendiendo el espíritu, afligen alma y cuerpo, y estorban el aprovechamiento. Una trató con-migo, que la tenía el maestro atada ocho años había a que no la dejaba salir de propio conocimiento, y te-níala ya el Señor en oración de quietud, y así pasaba mucho trabajo.

15. Y aunque esto del conocimiento propio jamás se ha de dejar, ni hay alma, en este camino, tan gigante que no haya menester muchas veces tornar a ser niño y a mamar (y esto jamás se olvide, quizás lo diré más veces, porque importa mucho); porque no hay estado de oración tan subido, que muchas veces no sea nece-sario tornar al principio, y en esto de los pecados y conocimiento propio, es el pan con que todos los man-jares se han de comer, por delicados que sean, en este camino de oración, y sin este pan no se podrían sus-tentar; mas hase de comer con tasa, que después que un alma se ve ya rendida y entiende claro no tiene cosa buena de sí y se ve avergonzada delante de tan gran Rey y ve lo poco que le paga lo mucho que le debe, ¿qué necesidad hay de gastar el tiempo aquí?, sino irnos a otras cosas que el Señor pone delante y no es razón las dejemos, que Su Majestad sabe mejor que nosotros de lo que nos conviene comer. 16. Así que importa mucho ser el maestro avisado -digo de buen entendimiento- y que tenga experiencia. Si con esto tiene letras, es grandísimo negocio. Mas si no se pueden hallar estas tres cosas juntas, las dos pri-meras importan más; porque letrados pueden procurar para comunicarse con ellos cuando tuvieren necesi-dad.

Digo que a los principios, si no tienen oración, aprovechan poco letras; no digo que no traten con le-trados, porque espíritu que no vaya comenzado en verdad yo más le querría sin oración; y es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabe-mos y nos dan luz y, llegados a verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos: de devociones a bobas nos libre Dios. 17. Quiérome declarar más, que creo me meto en mu-chas cosas.

Siempre tuve esta falta de no me saber dar a en-tender -como he dicho- sino a costa de muchas pala-bras. Comienza una monja a tener oración; si un simple la gobierna y se le antoja, harála entender que es mejor que le obedezca a él que a su superior, y sin malicia suya, sino pensando acierta; porque si no es de religión, parecerle ha es así. Y si es mujer casada, dirála que es mejor, cuando ha de entender en su casa, estarse en oración, aunque descontente a su ma-rido. Así que no sabe ordenar el tiempo ni las cosas para que vayan conforme a verdad. Por faltarle a él la luz, no la da a los otros aunque quiere. Y aunque para esto parece no son menester letras, mi opinión ha sido siempre y será que cualquier cristiano pro-

Page 45: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 45 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

cure tratar con quien las tenga buenas, si puede, y mientras más, mejor; y los que van por camino de oración tienen de esto mayor necesidad, y mientras más espirituales, más. 18. Y no se engañe con decir que letrados sin oración no son para quien la tiene. Yo he tratado hartos, por-que de unos años acá lo he más procurado con la mayor necesidad, y siempre fui amiga de ellos, que aunque algunos no tienen experiencia, no aborrecen al espíritu ni le ignoran; porque en la Sagrada Escritura que tratan, siempre hallan la verdad del buen espíritu. Tengo para mí que persona de oración que trate con letrados, si ella no se quiere engañar, no la engañará el demonio con ilusiones, porque creo temen en gran manera las letras humildes y virtuosas, y saben serán descubiertos y saldrán con pérdida. 19. He dicho esto porque hay opiniones de que no son letrados para gente de oración, si no tienen espíritu. Ya dije es menester espiritual maestro; mas si éste no es letrado, gran inconveniente es.

Y será mucha ayuda tratar con ellos, como sean virtuosos. Aunque no tenga espíritu, me aprovechará, y Dios le dará a entender lo que ha de enseñar y aun le hará espiritual para que nos aproveche. Y esto no lo digo sin haberlo probado y acaecídome a mí con más de dos. Digo que para rendirse un alma del todo a estar sujeta a solo un maestro, que yerra mucho en no pro-curar que sea tal, si es religioso, pues ha de estar sujeto a su prelado, que por ventura le faltarán todas tres cosas -que no será pequeña cruz- sin que él de su vo-luntad sujete su entendimiento a quien no le tenga bueno. Al menos esto no lo he yo podido acabar con-migo ni me parece conviene. Pues si es seglar, alabe a Dios que puede escoger a quien ha de estar sujeto, y no pierda esta tan virtuosa libertad; antes esté sin nin-guno hasta hallarle, que el Señor se le dará, como vaya fundado todo en humildad y con deseo de acertar. Yo le alabo mucho, y las mujeres y los que no saben letras le habíamos siempre de dar infinitas gracias, porque haya quien con tantos trabajos haya alcanzado la ver-dad que los ignorantes ignoramos. 20. Espántanme muchas veces letrados, religiosos en especial, con el trabajo que han ganado lo que sin nin-guno, más que preguntarlo, me aproveche a mí. ¡Y que haya personas que no quieran aprovecharse de esto! ¡No plega a Dios! Véolos sujetos a los trabajos de la religión, que son grandes, con penitencias y mal comer, sujetos a la obediencia, que algunas veces me

es gran confusión, cierto; con esto, mal dormir, todo trabajo, todo cruz.

Paréceme sería gran mal que tanto bien ninguno por su culpa lo pierda. Y podrá ser que pensemos al-gunos que estamos libres de estos trabajos, y nos lo dan guisado, como dicen, y viviendo a nuestro placer, que por tener un poco de más oración nos hemos de aventajar a tantos trabajos. 21. ¡Bendito seáis vos, Señor, que tan inhábil y sin provecho me hicisteis! Mas aláboos muy mucho, por-que despertáis a tantos que nos despierten. Había de ser muy continua nuestra oración por estos que nos dan luz. ¿Qué seríamos sin ellos entre tan grandes tempestades como ahora tiene la Iglesia? Si algunos ha habido ruines, más resplandecerán los buenos. Plega al Señor los tenga de su mano y los ayude para que nos ayuden, amén.

22. Mucho he salido de propósito de lo que comencé a decir; mas todo es propósito para los que comienzan, que comiencen camino tan alto de manera que vayan puestos en verdadero camino. Pues tornando a lo que decía de pensar a Cristo a la columna, es bueno discu-rrir un rato y pensar las penas que allí tuvo y por qué las tuvo y quién es el que las tuvo y el amor con que las pasó. Mas que no se canse siempre en andar a bus-car esto, sino que se esté allí con Él, acallado el enten-dimiento. Si pudiere, ocuparle en que mire que le mira, y le acompañe y hable y pida y se humille y re-gale con El, y acuerde que no merecía estar allí. Cuando pudiere hacer esto, aunque sea al principio de comenzar oración, hallará grande provecho, y hace muchos provechos esta manera de oración; al menos hallóle mi alma.

No sé si acierto a decirlo. Vuestra merced lo verá. Plega al Señor acierte a contentarle siempre, amén.

CAPÍTULO XIV

Comienza a declarar el segundo grado de oración, que es ya dar el Señor al alma a sentir gustos más particulares. – Decláralo para dar a entender cómo son ya sobrenaturales. – Es harto de notar.

1. Pues ya queda dicho con el trabajo que se riega este vergel y cuán a fuerza de brazos sacando el agua del pozo, digamos ahora el segundo modo de sacar el agua que el Señor del huerto ordenó para que con ar-tificio de con un torno y arcaduces sacase el hortelano

Page 46: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 46 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

más agua y a menos trabajo, y pudiese descansar sin estar continuo trabajando.

Pues este modo, aplicado a la oración que llaman de quietud, es lo que yo ahora quiero tratar. 2. Aquí se comienza a recoger el alma, toca ya aquí cosa sobrenatural, porque en ninguna manera ella puede ganar aquello por diligencias que haga. Verdad es que parece que algún tiempo se ha cansado en andar el torno y trabajar con el entendimiento y henchídose los arcaduces; mas aquí está el agua más alto y así se trabaja muy menos que en sacarlo del pozo. Digo que está más cerca el agua, porque la gracia dase más cla-ramente a conocer al alma.

Esto es un recogerse las potencias dentro de sí para gozar de aquel contento con más gusto; mas no se pierden ni se duermen; sola la voluntad se ocupa de manera que, sin saber cómo, se cautiva; sólo da con-sentimiento para que la encarcele Dios, como quien bien sabe ser cautivo de quien ama. ¡Oh Jesús y Señor mío! ¡qué nos vale aquí vuestro amor!, porque éste tiene al nuestro tan atado que no deja libertad para amar en aquel punto a otra cosa sino a Vos. 3. Las otras dos potencias ayudan a la voluntad para que vaya haciéndose hábil para gozar de tanto bien, puesto que algunas veces, aun estando unida la volun-tad, acaece desayudar harto; mas entonces no haga caso de ellas, sino estése en su gozo y quietud; porque, si las quiere recoger, ella y ellas perderán, que son entonces como unas palomas que no se contentan con el cebo que les da el dueño del palomar sin trabajarlo ellas, y van a buscar de comer por otras partes, y ha-llan tan mal que se tornan; y así van y vienen a ver si les da la voluntad de lo que goza. Si el Señor quiere echarles cebo, detiénense, y si no, tornan a buscar; y deben pensar que hacen a la voluntad provecho, y a las veces en querer la memoria o imaginación represen-tarla lo que goza, la dañará. Pues tenga aviso de ha-berse con ellas como diré.4. Pues todo esto que pasa aquí es con grandísimo consuelo y con tan poco trabajo, que no cansa la ora-ción, aunque dure mucho rato; porque el entendi-miento obra aquí muy paso a paso y saca muy mucha más agua que no sacaba del pozo. Las lágrimas que Dios aquí da, ya van con gozo; aunque se sienten, no se procuran. 5. Este agua de grandes bienes y mercedes que el Señor da aquí, hacen crecer las virtudes muy más sin comparación que en la oración pasada, porque se va

ya esta alma subiendo de su miseria y dásele ya un poco de noticia de los gustos de la gloria. Esto creo las hace más crecer y también llegar más cerca de la verdadera virtud, de donde todas las virtudes vienen, que es Dios; porque comienza Su Majestad a comu-nicarse a esta alma y quiere que sienta ella cómo se le comunica.

Comiénzase luego, en llegando aquí, a perder la codicia de lo de acá, ¡y pocas gracias! Porque ve claro que un momento de aquel gusto no se puede haber acá, ni hay riquezas ni señoríos ni honras ni deleites que basten a dar un cierra ojo y abre de este contenta-miento, porque es verdadero y contento que se ve que nos contenta. Porque los de acá, por maravilla me pa-rece entendemos adónde está este contento, porque nunca falta un «sí-no». Aquí todo es «sí» en aquel tiempo; el «no» viene después, por ver que se acabó y que no lo puede tornar a cobrar ni sabe cómo; porque si se hace pedazos a penitencias y oración y todas las demás cosas, si el Señor no le quiere dar, aprovecha poco. Quiere Dios por su grandeza que entienda esta alma que está Su Majestad tan cerca de ella que ya no ha menester enviarle mensajeros, sino hablar ella misma con El, y no a voces, porque está ya tan cerca que en meneando los labios la entiende. 6. Parece impertinente decir esto, pues sabemos que siempre nos entiende Dios y está con nosotros. En esto no hay que dudar que es así, mas quiere este Empera-dor y Señor nuestro que entendamos aquí que nos en-tiende, y lo que hace su presencia, y que quiere particularmente comenzar a obrar en el alma, en la gran satisfacción interior y exterior que la da, y en la diferencia que, como he dicho, hay de este deleite y contento a los de acá, que parece hinche el vacío que por nuestros pecados teníamos hecho en el alma. Es en lo muy íntimo de ella esta satisfacción, y no sabe por dónde ni cómo le vino, ni muchas veces sabe qué hacer ni qué querer ni qué pedir. Todo parece lo halla junto y no sabe lo que ha hallado, ni aun yo sé cómo darlo a entender, porque para hartas cosas eran menes-ter letras. Porque aquí viniera bien dar aquí a entender qué es auxilio general o particular -que hay muchos que lo ignoran-, y cómo este particular quiere el Señor aquí que casi le vea el alma por vista de ojos, como dicen, y también para muchas cosas que irán erradas. Mas, como lo han de ver personas que entiendan si hay yerro, voy descuidada; porque así de letras como de espíritu sé que lo puedo estar, yendo a poder de quien va, que entenderán y quitarán lo que fuere mal.

Page 47: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 47 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

7. Pues querría dar a entender esto, porque son princi-pios, y cuando el Señor comienza a hacer estas merce-des, la misma alma no las entiende ni sabe qué hacer de sí. Porque, si la lleva Dios por camino de temor, como hizo a mí, es gran trabajo, si no hay quien la entienda; y esle gran gusto verse pintada, y entonces ve claro va por allí. Y es gran bien saber lo que ha de hacer, para ir aprovechando en cualquier estado de estos. Porque he yo pasado mucho y perdido harto tiempo por no saber qué hacer y he gran lástima a almas que se ven solas cuando llegan aquí; porque aunque he leído muchos libros espirituales, aunque tocan en lo que hace al caso, decláranse muy poco, y si no es alma muy ejercitada, aun declarándose mucho, tendrá harto que hacer en entenderse.

8. Querría mucho el Señor me favoreciese para poner los efectos que obran en el alma estas cosas, que ya comien-zan a ser sobrenaturales, para que se entienda por los efectos cuándo es espíritu de Dios. Digo «se entienda», conforme a lo que acá se puede entender, aunque siempre es bien andemos con temor y recato; que, aunque sea de Dios, alguna vez podrá transfigurarse el demonio en ángel de luz, y si no es alma muy ejercitada, no lo enten-derá: y tan ejercitada, que para entender esto es menester llegar muy en la cumbre de la oración.

Ayúdame poco el poco tiempo que tengo, y así ha menester Su Majestad hacerlo; porque he de andar con la comunidad y con otras hartas ocupaciones (como estoy en casa que ahora se comienza, como después se verá), y así es muy sin tener asiento lo que escribo, sino a pocos a pocos, y esto quisiérale, porque cuando el Señor da espíritu, pónese con facilidad y mejor: pa-rece como quien tiene un dechado delante, que está sacando aquella labor; mas si el espíritu falta, no hay más concertar este lenguaje que si fuese algarabía, a manera de decir, aunque hayan muchos años pasado en oración. Y así me parece es grandísima ventaja, cuando lo escribo estar en ello; porque veo claro no soy yo quien lo dice, que ni lo ordeno con el entendi-miento ni sé después cómo lo acerté a decir. Esto me acaece muchas veces. 9. Ahora tornemos a nuestra huerta o vergel, y veamos cómo comienzan estos árboles a empreñarse para flo-recer y dar después fruto, y las flores y claveles lo mismo para dar olor. Regálame esta comparación, porque muchas veces en mis principios (y plega al Señor haya yo ahora comenzado a servir a Su Majes-tad; digo «principio» de lo que diré de aquí adelante de mi vida) me era gran deleite considerar ser mi alma

un huerto y al Señor que se paseaba en él. Suplicábale aumentase el olor de las florecitas de virtudes que co-menzaban, a lo que parecía, a querer salir y que fuese para su gloria y las sustentase, pues yo no quería nada para mí, y cortase las que quisiese, que ya sabía habían de salir mejores. Digo «cortar», porque vienen tiem-pos en el alma que no hay memoria de este huerto: todo parece está seco y que no ha de haber agua para sustentarle, ni parece hubo jamás en el alma cosa de virtud. Pásase mucho trabajo, porque quiere el Señor que le parezca al pobre hortelano que todo el que ha tenido en sustentarle y regarle va perdido. Entonces es el verdadero escardar y quitar de raíz las hierbecillas -aunque sean pequeñas- que han quedado malas. Con conocer no hay diligencia que baste si el agua de la gracia nos quita Dios, y tener en poco nuestra nada, y aun menos que nada, gánase aquí mucha humildad; tornan de nuevo a crecer las flores. 10. ¡Oh Señor mío y bien mío! ¡Que no puedo decir esto sin lágrimas y gran regalo de mi alma! ¡Que que-ráis Vos, Señor, estar así con nosotros, y estáis en el Sacramento (que con toda verdad se puede creer, pues lo es, y con gran verdad podemos hacer esta compara-ción), y si no es por nuestra culpa nos podemos gozar con Vos, y que Vos os holgáis con nosotros, pues decís ser vuestro deleite estar con los hijos de los hombres! ¡Oh Señor mío! ¿Qué es esto? Siempre que oigo esta palabra me es gran consuelo, aun cuando era muy per-dida. ¿Es posible, Señor, que haya alma que llegue a que Vos la hagáis mercedes semejantes y regalos, y a entender que Vos os holgáis con ella, que os torne a ofender después de tantos favores y tan grandes mues-tras del amor que la tenéis, que no se puede dudar, pues se ve clara la obra?

Sí hay, por cierto, y no una vez sino muchas, que soy yo. Y plega a vuestra bondad, Señor, que sea yo sola la ingrata y la que haya hecho tan gran maldad y tenido tan excesiva ingratitud: porque aun ya de ella algún bien ha sacado vuestra infinita bondad; y mien-tras mayor mal, más resplandece el gran bien de vues-tras misericordias.

¡Y con cuánta razón las puedo yo para siempre cantar!. 11. Suplícoos yo, Dios mío, sea así y las cante yo sin fin, ya que habéis tenido por bien de hacerlas tan grandísimas conmigo, que espantan los que las ven y a mí me saca de mí muchas veces, para poderos mejor alabar a Vos. Que estando en mí, sin Vos, no podría, Señor mío, nada, sino tornar a ser cortadas

Page 48: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 48 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

estas flores de este huerto, de suerte que esta miserable tierra tornase a servir de muladar como antes. No lo permi-táis, Señor, ni queráis se pierda alma que con tantos traba-jos comprasteis y tantas veces de nuevo la habéis tornado a rescatar y quitar de los dientes del espantoso dragón. 12. Vuestra merced me perdone, que salgo de propósito; y como hablo a mi propósito, no se espante, que es como toma el alma lo que se escribe, que a las veces hace harto de dejar de ir adelante en alabanzas de Dios, como se le representa, escribiendo, lo mucho que le debe. Y creo no le hará a vuestra merced mal gusto, porque entrambos, me parece, podemos cantar una cosa, aunque en diferente ma-nera; porque es mucho más lo que yo debo a Dios, porque me ha perdonado más, como vuestra merced sabe.

CAPÍTULO XV

Prosigue en la misma materia y da algunos avisos de cómo se han de haber en esta oración de quietud. – Trata de cómo hay muchas almas que lleguen a tener esta oración y pocas que pasen ade-lante.

Son muy necesarias y provechosas las cosas que aquí se tocan. 1. Ahora tornemos al propósito. Esta quietud y reco-gimiento del alma es cosa que se siente mucho en la satisfacción y paz que en ella se pone, con grandí-simo contento y sosiego de las potencias y muy suave deleite. Parécele -como no ha llegado a más- que no le queda qué desear y que de buena gana diría con San Pedro que fuese allí su morada. No osa bullirse ni menearse, que de entre las manos le parece se le ha de ir aquel bien; ni resolgar algunas veces no que-rría. No entiende la pobrecita que, pues ella por sí no pudo nada para traer a sí aquel bien, que menos podrá detenerle más de lo que el Señor quisiere.

Ya he dicho que en este primer recogimiento y quietud no faltan las potencias del alma, mas está tan satisfecha con Dios que mientras aquello dura, aunque las dos potencias se desbaraten, como la voluntad está unida con Dios, no se pierde la quietud y el sosiego, antes ella poco a poco torna a recoger el entendimiento y memoria.

Porque, aunque ella aún no está de todo punto en-golfada, está tan bien ocupada sin saber cómo, que por mucha diligencia que ellas pongan, no la pueden qui-tar su contento y gozo, antes muy sin trabajo se va ayudando para que esta centellica de amor de Dios no se apague.

2. Plega a Su Majestad me dé gracia para que yo dé esto a entender bien, porque hay muchas, muchas almas que llegan a este estado y pocas las que pasan adelante, y no sé quién tiene la culpa. A buen seguro que no falta Dios, que ya que Su Majestad hace mer-ced que llegue a este punto, no creo cesará de hacer muchas más, si no fuese por nuestra culpa. Y va mucho en que el alma que llega aquí conozca la dignidad grande en que está y la gran merced que le ha hecho el Señor y cómo de buena razón no había de ser de la tierra, porque ya parece la hace su bondad vecina del cielo, si no queda por su culpa; y desventurada será si torna atrás. Yo pienso será para ir hacia abajo, como yo iba, si la misericordia del Señor no me tornara. Por-que, por la mayor parte, será por graves culpas, a mi parecer, ni es posible dejar tan gran bien sin gran ce-guedad de mucho mal.

3. Y así ruego yo, por amor del Señor, a las almas a quien Su Majestad ha hecho tan gran merced de que lleguen a este estado, que se conozcan y tengan en mucho, con una humilde y santa presunción para no tornar a las ollas de Egipto Y si por su flaqueza y mal-dad y ruin y miserable natural cayeren, como yo hice, siempre tengan delante el bien que perdieron, y tengan sospecha y anden con temor (que tienen razón de te-nerle) que, si no tornan a la oración, han de ir de mal en peor. Que ésta llamo yo verdadera caída, la que aborrece el camino por donde ganó tanto bien, y con estas almas hablo; que no digo que no han de ofender a Dios y caer en pecados, aunque sería razón se guar-dase mucho de ellos quien ha comenzado a recibir estas mercedes, mas somos miserables. Lo que aviso mucho es que no deje la oración, que allí entenderá lo que hace y ganará arrepentimiento del Señor y forta-leza para levantarse; y crea que, si de ésta se aparta, que lleva, a mi parecer, peligro. No sé si entiendo lo que digo, porque -como he dicho- juzgo por mí… 4. Es, pues, esta oración una centellica que comienza el Señor a encender en el alma del verdadero amor suyo, y quiere que el alma vaya entendiendo qué cosa es este amor con regalo, esta quietud y recogimiento y centellica, si es espíritu de Dios y no gusto dado del demonio o procurado por nosotros. Aunque a quien tiene experiencia es imposible no entender luego que no es cosa que se puede adquirir, sino que este natural nuestro es tan ganoso de cosas sabrosas que todo lo prueba. Mas quédase muy en frío bien en breve, por-que, por mucho que quiera comenzar a hacer arder el fuego para alcanzar este gusto, no parece sino que le

Page 49: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 49 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

echa agua para matarle. Pues esta centellica puesta por Dios, por pequeñita que es, hace mucho ruido, y si no la mata por su culpa, ésta es la que comienza a encen-der el gran fuego que echa llamas de sí, como diré en su lugar, del grandísimo amor de Dios que hace Su Majestad tengan las almas perfectas.5. Es esta centella una señal o prenda que da Dios a esta alma de que la escoge ya para grandes cosas, si ella se apareja para recibirlas. Es gran don, mucho más de lo que yo podré decir.

Esme gran lástima, porque -como digo- conozco muchas almas que llegan aquí, y que pasen de aquí como han de pasar, son tan pocas, que se me hace vergüenza decirlo. No digo yo que hay pocas, que mu-chas debe haber, que por algo nos sustenta Dios.

Digo lo que he visto. Querríalas mucho avisar que miren no escondan el talento, pues que parece las quiere Dios escoger para provecho de otras muchas, en espe-cial en estos tiempos que son menester amigos fuertes de Dios para sustentar los flacos. Y los que esta merced conocieren en sí, ténganse por tales, si saben responder con las leyes que aun la buena amistad del mundo pide; y si no -como he dicho-, teman y hayan miedo no se hagan a sí mal y ¡plega a Dios sea a sí solos! 6. Lo que ha de hacer el alma en los tiempos de esta quietud, no es más de con suavidad y sin ruido. Llamo «ruido» andar con el entendimiento buscando muchas palabras y consideraciones para dar gracias de este beneficio y amontonar pecados suyos y faltas para ver que no lo merece. Todo esto se mueve aquí, y repre-senta el entendimiento, y bulle la memoria, que cierto estas potencias a mí me cansan a ratos, que con tener poca memoria no la puedo sojuzgar. La voluntad, con sosiego y cordura, entienda que no se negocia bien con Dios a fuerza de brazos, y que éstos son unos leños grandes puestos sin discreción para ahogar esta centella, y conózcalo y con humildad diga: «Señor, ¿qué puedo yo aquí? ¿Qué tiene que ver la sierva con el Señor, y la tierra con el cielo?», o palabras que se ofrecen aquí de amor, fundada mucho en conocer que es verdad lo que dice, y no haga caso del entendi-miento, que es un moledor. Y si ella le quiere dar parte de lo que goza, o trabaja por recogerle, que muchas veces se verá en esta unión de la voluntad y sosiego, y el entendimiento muy desbaratado, y vale más que le deje que no que vaya ella tras él, digo la voluntad, sino estése ella gozando de aquella merced y recogida como sabia abeja; porque si ninguna entrase en la col-mena, sino que por traerse unas a otras se fuesen todas, mal se podría labrar la miel.

7. Así que perderá mucho el alma si no tiene aviso en esto; en especial si es el entendimiento agudo, que cuando comienza a ordenar pláticas y buscar razones, en tantito, si son bien dichas, pensará hace algo. La razón que aquí ha de haber es entender claro que no hay ninguna para que Dios nos haga tan gran merced, sino sola su bondad, y ver que estamos tan cerca, y pedir a Su Majestad mercedes y rogarle por la Iglesia y por los que se nos han encomendado y por las áni-mas de purgatorio, no con ruido de palabras, sino con sentimiento de desear que nos oiga. Es oración que comprende mucho y se alcanza más que por mucho relatar el entendimiento. Despierte en sí la voluntad algunas razones que de la misma razón se representa-rán de verse tan mejorada, para avivar este amor, y haga algunos actos amorosos de qué hará por quien tanto debe, sin -como he dicho- admitir ruido del en-tendimiento a que busque grandes cosas. Más hacen aquí al caso unas pajitas puestas con humildad (y menos serán que pajas, si las ponemos nosotros) y más le ayudan a encender, que no mucha leña junta de ra-zones muy doctas, a nuestro parecer, que en un credo la ahogarán.

Esto es bueno para los letrados que me lo mandan escribir; porque, por la bondad de Dios, todos llegan aquí, y podrá ser se les vaya el tiempo en aplicar Es-crituras. Y aunque no les dejarán de aprovechar mucho las letras antes y después, aquí en estos ratos de ora-ción poca necesidad hay de ellas, a mi parecer, si no es para entibiar la voluntad; porque el entendimiento está entonces, de verse cerca de la luz, con grandísima claridad, que aun yo, con ser la que soy, parezco otra. 8. Y es así que me ha acaecido estando en esta quie-tud, con no entender casi cosa que rece en latín, en especial del Salterio, no sólo entender el verso en ro-mance, sino pasar adelante en regalarme de ver lo que el romance quiere decir.

Dejemos si hubiesen de predicar o enseñar, que en-tonces bien es ayudarse de aquel bien para ayudar a los pobres de poco saber, como yo, que es gran cosa la caridad y este aprovechar almas siempre, yendo des-nudamente por Dios.

Así que en estos tiempos de quietud, dejar descan-sar el alma con su descanso. Quédense las letras a un cabo. Tiempo vendrá que aprovechen al Señor y las tengan en tanto, que por ningún tesoro quisieran ha-berlas dejado de saber, sólo para servir a Su Majestad, porque ayudan mucho. Mas delante de la Sabiduría infinita, créanme que vale más un poco de estudio de humildad y un acto de ella, que toda la ciencia del

Page 50: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 50 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

mundo. Aquí no hay que argüir, sino que conocer lo que somos con llaneza, y con simpleza representarnos delante de Dios, que quiere se haga el alma boba, como a la verdad lo es delante de su presencia, pues Su Majestad se humilla tanto que la sufre cabe sí siendo nosotros lo que somos. 9. También se mueve el entendimiento a dar gracias muy compuestas; mas la voluntad, con sosiego, con un no osar alzar los ojos con el publicano, hace más haci-miento de gracias que cuanto el entendimiento, con trastornar la retórica, por ventura puede hacer. En fin, aquí no se ha de dejar del todo la oración mental ni algunas palabras aun vocales, si quisieren alguna vez o pudieren; porque, si la quietud es grande, puédese mal hablar, si no es con mucha pena.

Siéntese, a mi parecer, cuándo es espíritu de Dios, o procurado de nosotros con comienzo de devoción que da Dios y queremos –como he dicho- pasar noso-tros a esta quietud de la voluntad: no hace efecto nin-guno, acábase presto, deja sequedad. 10. Si es del demonio, alma ejercitada paréceme lo entenderá; porque deja inquietud y poca humildad y poco aparejo para los efectos que hace el de Dios. No deja luz en el entendimiento ni firmeza en la verdad. Puede hacer aquí poco daño o ninguno, si el alma en-dereza su deleite y suavidad, que allí siente, a Dios, y poner en Él sus pensamientos y deseos, como queda avisado; no puede ganar nada el demonio, antes per-mitirá Dios que con el mismo deleite que causa en el alma pierda mucho; porque éste ayudará a que el alma, como piense que es Dios, venga muchas veces a la oración con codicia de Él; y si es alma humilde y no curiosa ni interesal de deleites, aunque sean espiritua-les, sino amiga de cruz, hará poco caso del gusto que da el demonio; lo que no podrá así hacer si es espíritu de Dios, sino tenerlo en muy mucho. Mas cosa que pone el demonio, como él es todo mentira, con ver que el alma con el gusto y deleite se humilla (que en esto ha de tener mucho: en todas las cosas de oración y gustos procurar salir humilde), no tornará muchas veces el demonio, viendo su pérdida. 11. Por esto y por otras muchas cosas, avisé yo en el primer modo de oración, en la primera agua, que es gran negoción comenzar las almas oración comenzán-dose a desasir de todo género de contentos, y entrar determinadas a sólo ayudar a llevar la cruz a Cristo, como buenos caballeros que sin sueldo quieren servir a su rey, pues le tienen bien seguro. Los ojos en el

verdadero y perpetuo reino que pretendemos ganar. Es muy gran cosa traer esto siempre delante, en especial en los principios; que después tanto se ve claro, que antes es menester olvidarlo para vivir, que procurarlo: traer a la memoria lo poco que dura todo y cómo no es todo nada y en lo nonada que se ha de estimar el des-canso. 12. Parece que esto es cosa muy baja, y así es verdad, que los que están adelante en más perfección tendrían por afrenta y entre sí se correrían si pensasen que por-que se han de acabar los bienes de este mundo los dejan, sino que, aunque durasen para siempre, se alegran de dejarlos por Dios. Y mientras más perfectos fueren, más; y mientras más duraren, más. Aquí en estos está ya crecido el amor, y él es el que obra. Mas a los que co-mienzan esles cosa importantísima, y no lo tengan por bajo, que es gran bien el que se gana, y por eso lo aviso tanto; que les será menester, aun a los muy encumbra-dos en oración, algunos tiempos que los quiere Dios probar, y parece que Su Majestad los deja. Que, como ya he dicho y no querría esto se olvidase, en esta vida que vivimos no crece el alma como el cuerpo, aunque decimos que sí, y de verdad crece.

Mas un niño, después que crece y echa gran cuerpo y ya le tiene de hombre, no torna a descrecer y a tener pequeño cuerpo; acá quiere el Señor que sí, a lo que yo he visto por mí, que no lo sé por más.

Debe ser por humillarnos para nuestro gran bien y para que no nos descuidemos mientras estuviéremos en este destierro, pues el que más alto estuviere, más se ha de temer y fiar menos de sí. Vienen veces que es menes-ter, para librarse de ofender a Dios estos que ya están tan puesta su voluntad en la suya, que por no hacer una imperfección se dejarían atormentar y pasarían mil muertes, que para no hacer pecados -según se ven com-batidos de tentaciones y persecuciones- sea menester aprovecharse de las primeras armas de la oración y tor-nen a pensar que todo se acaba y que hay cielo e in-fierno y otras cosas de esta suerte. 13. Pues tornando a lo que decía, gran fundamento es, para librarse de los ardides y gustos que da el demonio, el comenzar con determinación de llevar camino de cruz desde el principio y no los desear, pues el mismo Señor mostró ese camino de perfección diciendo: Toma tu cruz y sígueme. Él es nuestro dechado; no hay que temer quien por sólo contentarle siguiere sus consejos. 14. En el aprovechamiento que vieren en sí entenderán que no es demonio; que, aunque tornen a caer, queda

Page 51: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 51 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

una señal de que estuvo allí el Señor, que es levantarse presto, y éstas que ahora diré: cuando es espíritu de Dios, no es menester andar rastreando cosas para sacar humildad y confusión, porque el mismo Señor la da de manera bien diferente de la que nosotros podemos ganar con nuestras consideracioncillas, que no son nada en comparación de una verdadera humil-dad con luz que enseña aquí el Señor, que hace una confusión que hace deshacer. Esto es cosa muy cono-cida, el conocimiento que da Dios para que conozca-mos que ningún bien tenemos de nosotros, y mientras mayores mercedes, más. Pone un gran deseo de ir adelante en la oración y no la dejar por ninguna cosa de trabajo que le pudiese suceder, a todo se ofrece una seguridad, con humildad y temor, de que ha de salvarse, echa luego el temor servil del alma y pónele el fiel temor muy más crecido, ve que se le comienza un amor con Dios muy sin interés suyo,desea ratos de soledad para gozar más de aquel bien. 15. En fin, por no me cansar, es un principio de todos los bienes, un estar ya las flores en término que no les falta casi nada para brotar. Y esto verá muy claro el alma, y en ninguna manera por entonces se podrá de-terminar a que no estuvo Dios con ella, hasta que se torna a ver con quiebras e imperfecciones, que enton-ces todo lo teme. Y es bien que tema. Aunque almas hay que les aprovecha más creer cierto que es Dios, que todos los temores que la puedan poner; porque, si de suyo es amorosa y agradecida, más la hace tornar a Dios la memoria de la merced que la hizo, que todos los castigos del infierno que la representen. Al menos la mía, aunque tan ruin, esto me acaecía.16. Porque las señales del buen espíritu se irán di-ciendo, mas como a quien le cuestan muchos trabajos sacarlas en limpio, no las digo ahora aquí. Creo, con el favor de Dios, en esto atinaré algo; porque, dejado la experiencia en que he mucho entendido, sélo de al-gunos letrados muy letrados y personas muy santas, a quien es razón se dé crédito, y no anden las almas tan fatigadas, cuando llegaren aquí por la bondad del Señor, como yo he andado.

CAPÍTULO XVI Trata tercer grado de oración, y va declarando cosas muy subi-das, y lo que puede el alma que llega aquí, y los efectos que hacen estas mercedes tan grandes del Señor. – Es muy para levantar el espíritu en alabanzas de Dios y para gran consuelo de quien lle-gare aquí.

1. Vengamos ahora a hablar de la tercera agua con que se riega esta huerta, que es agua corriente de río o de fuente, que se riega muy a menos trabajo, aun-que alguno da el encaminar el agua.

Quiere el Señor aquí ayudar al hortelano de ma-nera que casi Él es el hortelano y el que lo hace todo.

Es un sueño de las potencias, que ni del todo se pierden ni entienden cómo obran. El gusto y suavi-dad y deleite es más sin comparación que lo pasado; es que da el agua a la garganta, a esta alma, de la gracia, que no puede ya ir adelante, ni sabe cómo, ni tornar atrás. Querría gozar de grandísima gloria. Es como uno que está, la candela en la mano, que le falta poco para morir muerte que la desea; está go-zando en aquella agonía con el mayor deleite que se puede decir. No me parece que es otra cosa sino un morir casi del todo a todas las cosas del mundo y estar gozando de Dios.

Yo no sé otros términos cómo lo decir ni cómo lo declarar, ni entonces sabe el alma qué hacer; porque ni sabe si hable ni si calle, ni si ría, ni si llore. Es un glorioso desatino, una celestial locura, adonde se desprende la verdadera sabiduría, y es deleitosísima manera de gozar el alma. 2. Y es así que ha que me dio el Señor en abundancia esta oración creo cinco y aun seis años, muchas veces, y que ni yo la entendía ni la supiera decir; y así tenía por mí, llegada aquí, decir muy poco o nonada. Bien entendía que no era del todo unión de todas las poten-cias y que era más que la pasada, muy claro; mas yo confieso que no podía determinar ni entender cómo era esta diferencia.

Creo por la humildad que vuestra merced ha tenido en quererse ayudar de una simpleza tan grande como la mía, me dio el Señor hoy, acabando de comulgar, esta oración, sin poder ir adelante, y me puso estas comparaciones y enseñó la manera de decirlo y lo que ha de hacer aquí el alma; que, cierto, yo me espanté y entendí en un punto.

Muchas veces estaba así como desatinada y em-briagada en este amor, y jamás había podido entender cómo era. Bien entendía que era Dios, mas no podía entender cómo obraba aquí; porque en hecho de ver-dad están casi del todo unidas las potencias, mas no tan engolfadas que no obren. Gustado he en extremo de haberlo ahora entendido. ¡Bendito sea el Señor, que así me ha regalado! 3. Sólo tienen habilidad las potencias para ocuparse todas en Dios.

Page 52: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 52 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

No parece se osa bullir ninguna ni la podemos hacer menear, si con mucho estudio no quisiéramos divertirnos, y aun no me parece que del todo se podría entonces hacer. Háblanse aquí muchas palabras en alabanzas de Dios sin concierto, si el mismo Señor no las concierta. Al menos el entendimiento no vale aquí nada. Querría dar voces en alabanzas el alma, y está que no cabe en sí; un desasosiego sabroso. Ya ya se abren las flores, ya comienzan a dar olor. Aquí querría el alma que todos la viesen y entendiesen su gloria para alabanzas de Dios, y que la ayudasen a ella, y darles parte de su gozo, porque no puede tanto gozar. Paréceme que es como la que dice el Evangelio que quería llamar o llamaba a sus vecinas. Esto me parece debía sentir el admirable espíritu del real profeta David, cuando tañía y cantaba con el arpa en alaban-zas de Dios. De este glorioso Rey soy yo muy devota y querría todos lo fuesen, en especial los que somos pecadores.

4. ¡Oh, válgame Dios! ¡Cuál está un alma cuando está así! Toda ella querría fuese lenguas para alabar al Señor. Dice mil desatinos santos, atinando siempre a contentar a quien la tiene así. Yo sé persona que, con no ser poeta, que le acaecía hacer de presto coplas muy sentidas declarando su pena bien, no hechas de su entendimiento, sino que, para más gozar la gloria que tan sabrosa pena le daba, se quejaba de ella a su Dios. Todo su cuerpo y alma querría se despedazase para mostrar el gozo que con esta pena siente. ¿Qué se le pondrá entonces delante de tormentos, que no le fuese sabroso pasarlos por su Señor? Ve claro que no hacían nada los mártires de su parte en pasar tormen-tos, porque conoce bien el alma viene de otra parte la fortaleza. Mas ¿qué sentirá de tornar a tener seso para vivir en el mundo, y de haber de tornar a los cuidados y cumplimientos de él?

Pues no me parece he encarecido cosa que no quede baja en este modo de gozo que el Señor quiere en este destierro que goce un alma. ¡Bendito seáis por siempre, Señor! ¡Alaben os todas las cosas por siempre! ¡Quered ahora, Rey mío, suplícooslo yo, que, pues cuando esto escribo, no estoy fuera de esta santa locura celestial por vuestra bondad y misericordia -que tan sin méritos míos me hacéis esta merced-, que o estén todos los que yo tratare locos de vuestro amor, o permitáis que no trate yo con nadie, u ordenad, Señor, cómo no tenga ya cuenta en cosa del mundo o me sacad de él! ¡No puede ya, Dios mío, esta vuestra sierva sufrir tantos trabajos como de verse sin Vos le vienen, que si ha de vivir, no quiere descanso en esta vida, ni se le deis Vos! Querría

ya esta alma verse libre: el comer la mata; el dormir la congoja; ve que se le pasa el tiempo de la vida pasar en regalos, y que nada ya la puede regalar fuera de Vos; que parece vive contra natura, pues ya no querría vivir en sí sino en Vos. 5. ¡Oh verdadero Señor y gloria mía! ¡Qué delgada y pesadísima cruz tenéis aparejada a los que llegan a este estado! Delgada, porque es suave; pesada, porque vienen veces que no hay sufrimiento que la sufra, y no se querría jamás ver libre de ella, si no fuese para verse ya con Vos. Cuando se acuerda que no os ha servido en nada, y que viviendo os puede servir, que-rría cargarse muy más pesada y nunca hasta el fin del mundo morirse. No tiene en nada su descanso, a trueco de haceros un pequeño servicio. No sabe qué desee, mas bien entiende que no desea otra cosa sino a Vos. 6. ¡Oh hijo mío! (que es tan humilde, que así se quiere nombrar a quien va esto dirigido y me lo mandó escri-bir), sea sólo para vos algunas cosas de las que viere vuestra merced salgo de términos; porque no hay razón que baste a no me sacar de ella, cuando me saca el Señor de mí, ni creo soy yo la que hablo desde esta mañana que comulgué. Parece que sueño lo que veo y no querría ver sino enfermos de este mal que estoy yo ahora. Suplico a vuestra merced seamos todos locos por amor de quien por nosotros se lo llamaron. Pues dice vuestra merced que me quiere, en disponerse para que Dios le haga esta merced quiero que me lo muestre, porque veo muy pocos que no los vea con seso dema-siado para lo que les cumple. Ya puede ser que tenga yo más que todos. No me lo consienta vuestra merced, Padre mío, pues también lo es como hijo, pues es mi confesor y a quien he fiado mi alma. Desengáñeme con verdad, que se usan muy poco estas verdades. 7. Este concierto querría hiciésemos los cinco que al presente nos amamos en Cristo, que como otros en estos tiempos se juntaban en secreto para contra Su Majestad y ordenar maldades y herejías, procuráse-mos juntarnos alguna vez para desengañar unos a otros, y decir en lo que podríamos enmendarnos y contentar más a Dios; que no hay quien tan bien se conozca a sí como conocen los que nos miran, si es con amor y cuidado de aprovecharnos.

Digo «en secreto», porque no se usa ya este len-guaje. Hasta los predicadores van ordenando sus ser-mones para no descontentar.

Buena intención tendrán y la obra lo será; mas ¡así se enmiendan pocos! Mas ¿cómo no son muchos los

Page 53: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 53 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que por los sermones dejan los vicios públicos? ¿Sabe qué me parece? Porque tienen mucho seso los que los predican. No están sin él, con el gran fuego de amor de Dios, como lo estaban los Apóstoles, y así calienta poco esta llama. No digo yo sea tanta como ellos te-nían, mas querría que fuese más de lo que veo. ¿Sabe vuestra merced en qué debe ir mucho? En tener ya aborrecida la vida y en poca estima la honra; que no se les daba más -a trueco de decir una verdad y susten-tarla para gloria de Dios- perderlo todo, que ganarlo todo; que a quien de veras lo tiene todo arriscado por Dios, igualmente lleva lo uno que lo otro. No digo yo que soy ésta, mas querríalo ser. 8. ¡Oh gran libertad, tener por cautiverio haber de vivir y tratar conforme a las leyes del mundo!, que como ésta se alcance del Señor, no hay esclavo que no lo arrisque todo por rescatarse y tornar a su tierra. Y pues éste es el verdadero camino, no hay que parar en él, que nunca acabaremos de ganar tan gran tesoro, hasta que se nos acabe la vida. El Señor nos dé para esto su favor.

Rompa vuestra merced esto que he dicho, si le pa-reciere, y tómelo por carta para sí, y perdóneme, que he estado muy atrevida.

CAPÍTULO XVII Prosigue en la misma materia de declarar este tercer grado de oración. – Acaba de declarar los efectos que hace. – Dice el daño que aquí hace la imaginación y memoria.1. Razonablemente está dicho de este modo de oración y lo que ha de hacer el alma o, por mejor decir, hace Dios en ella, que es el que toma ya el oficio de horte-lano y quiere que ella huelgue. Sólo consiente la vo-luntad en aquellas mercedes que goza. Y se ha de ofrecer a todo lo que en ella quisiere hacer la verda-dera sabiduría, porque es menester ánimo, cierto. Por-que es tanto el gozo, que parece algunas veces no queda un punto para acabar el ánima de salir de este cuerpo. ¡Y qué venturosa muerte sería!

2. Aquí me parece viene bien, como a vuestra merced se dijo, dejarse del todo en los brazos de Dios. Si quiere llevarla al cielo, vaya; si al infierno, no tiene pena, como vaya con su Bien; si acabar del todo la vida, eso quiere; si que viva mil años, también. Haga Su Majestad como de cosa propia; ya no es suya el alma de sí misma; dada está del todo al Señor; descuí-dese del todo.

Digo que en tan alta oración como ésta, que cuando la da Dios al alma puede hacer todo esto. Y mucho más que éstos son sus efectos. Y entiende que lo hace sin ningún cansancio del entendimiento. Sólo me pa-rece está como espantada de ver cómo el Señor hace tan buen hortelano y no quiere que tome él trabajo ninguno, sino que se deleite en comenzar a oler las flores; que en una llegada de éstas, por poco que dure, como es tal el hortelano, en fin criador del agua, dala sin medida, y lo que la pobre del alma con trabajo por ventura de veinte años de cansar el entendimiento no ha podido acaudalar, hácelo este hortelano celestial en un punto, y crece la fruta y madúrala de manera que se puede sustentar de su huerto, queriéndolo el Señor. Mas no le da licencia que reparta la fruta, hasta que él esté tan fuerte con lo que ha comido de ella, que no se le vaya en gustaduras y no dándole nada de provecho ni pagándosela a quien la diere, sino que los mantenga y dé de comer a su costa, y quedarse ha él por ventura muerto de hambre.

Esto bien entendido va para tales entendimientos, y sabránlo aplicar mejor que yo lo sabré decir, y cán-some. 3. En fin, es que las virtudes quedan ahora más fuer-tes que en la oración de quietud pasada, que el alma no las puede ignorar, porque se ve otra y no sabe cómo. Comienza a obrar grandes cosas con el olor que dan de sí las flores, que quiere el Señor se abran para que ella vea que tiene virtudes, aunque ve muy bien que no las podía ella -ni ha podido- ganar en muchos años, y que en aquello poquito el celestial hortelano se las dio. Aquí es muy mayor la humildad y más profunda que al alma queda, que en lo pasado; porque ve más claro que poco ni mucho hizo, sino consentir que la hiciese el Señor mercedes y abrazar-las la voluntad.

Paréceme este modo de oración unión muy cono-cida de toda el alma con Dios, sino que parece quiere Su Majestad dar licencia a las potencias para que en-tiendan y gocen de lo mucho que obra allí. 4. Acaece algunas y muy muchas veces, estando unida la voluntad (para que vea vuestra merced puede ser esto, y lo entienda cuando lo tuviere; al menos a mí trájome tonta, y por eso lo digo aquí), vese claro y entiéndese que está la voluntad atada y gozando; digo que «se ve claro», y en mucha quietud está sola la voluntad, y está por otra parte el entendimiento y me-moria tan libres, que pueden tratar en negocios y en-tender en obras de caridad.

Page 54: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 54 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Esto, aunque parece todo uno, es diferente de la oración de quietud que dije, en parte, porque allí está el alma que no se querría bullir ni menear, gozando en aquel ocio santo de María; en esta oración puede tam-bién ser Marta. Así que está casi obrando juntamente en vida activa y contemplativa, y entender en obras de caridad y negocios que convengan a su estado, y leer, aunque no del todo están señores de sí, y entienden bien que está la mejor parte del alma en otro cabo. Es como si estuviésemos hablando con uno y por otra parte nos hablase otra persona, que ni bien estaremos en lo uno ni bien en lo otro.

Es cosa que se siente muy claro y da mucha satis-facción y contento cuando se tiene, y es muy gran apa-rejo para que, en teniendo tiempo de soledad o desocupación de negocios, venga el alma a muy sose-gada quietud. Es un andar como una persona que está en sí satisfecha, que no tiene necesidad de comer, sino que siente el estómago contento, de manera que no a todo manjar arrostraría; mas no tan harta que, si los ve buenos, deje de comer de buena gana. Así, no le satis-face ni querría entonces contento del mundo, porque en sí tiene el que le satisface más: mayores contentos de Dios, deseos de satisfacer su deseo, de gozar más, de estar con Él.

Esto es lo que quiere. 5. Hay otra manera de unión, que aún no es entera unión, mas es más que la que acabo de decir, y no tanto como la que se ha dicho de esta tercera agua.Gustará vuestra merced mucho, de que el Señor se las dé todas si no las tiene ya, de hallarlo escrito y enten-der lo que es. Porque una merced es dar el Señor la merced, y otra es entender qué merced es y qué gracia, otra es saber decirla y dar a entender cómo es. Y aun-que no parece es menester más de la primera, para no andar el alma confusa y medrosa e ir con más ánimo por el camino del Señor llevando debajo de los pies todas las cosas del mundo, es gran provecho enten-derlo y merced; que por cada una es razón alabe mucho al Señor quien la tiene, y quien no, porque la dio Su Majestad a alguno de los que viven, para que nos aprovechase a nosotros.

Ahora pues, acaece muchas veces esta manera de unión que quiero decir (en especial a mí, que me hace Dios esta merced de esta suerte muy muchas), que coge Dios la voluntad y aun el entendimiento, a mi parecer, porque no discurre, sino está ocupado go-zando de Dios, como quien está mirando y ve tanto que no sabe hacia dónde mirar; uno por otro se le pierde de vista, que no dará señas de cosa. La memoria

queda libre, y junto con la imaginación debe ser; y ella, como se ve sola, es para alabar a Dios la guerra que da y cómo procura desasosegarlo todo. A mí can-sada me tiene y aborrecida la tengo, y muchas veces suplico al Señor, si tanto me ha de estorbar, me la quite en estos tiempos. Alguna veces le digo: «¿Cuándo, mi Dios, ha de estar ya toda junta mi alma en vuestra alabanza y no hecha pedazos, sin poder va-lerse a sí?». Aquí veo el mal que nos causa el pecado, pues así nos sujetó a no hacer lo que queremos de estar siempre ocupados en Dios. 6. Digo que me acaece a veces -y hoy ha sido la una, y así lo tengo bien en la memoria- que veo deshacerse mi alma, por verse junta donde está la mayor parte, y ser imposible, sino que le da tal guerra la memoria e imaginación que no la dejan valer; y como faltan las otras potencias, no valen, aun para hacer mal, nada. Harto hacen en desasosegar. Digo «para hacer mal», porque no tienen fuerza ni paran en un ser. Como el entendimiento no la ayuda poco ni mucho a lo que le representa, no para en nada, sino de uno en otro, que no parece sino de estas maripositas de las noches, importunas y desasosegadas: así anda de un cabo a otro. En extremo me parece le viene al propio esta com-paración, porque aunque no tiene fuerza para hacer ningún mal, importuna a los que la ven.

Para esto no sé qué remedio haya, que hasta ahora no me le ha dado Dios a entender; que de buena gana le toma-ría para mí, que me atormenta, como digo, muchas veces. Represéntase aquí nuestra miseria, y muy claro el gran poder de Dios; pues ésta, que queda suelta, tanto nos daña y nos cansa, y las otras que están con Su Majestad, el des-canso que nos dan.

7. El postrer remedio que he hallado, a cabo de ha-berme fatigado hartos años, es lo que dije en la ora-ción de quietud: que no se haga caso de ella más que de un loco, sino dejarla con su tema, que sólo Dios se la puede quitar; y, en fin, aquí por esclava queda. Hé-moslo de sufrir con paciencia, como hizo Jacob a Lía, porque harta merced nos hace el Señor que gocemos de Raquel. Digo que «queda esclava», porque, en fin, no puede -por mucho que haga- traer a sí las otras potencias; antes ellas, sin ningún trabajo, la hacen venir muchas veces a sí. Algunas, es Dios servido de haber lástima de verla tan perdida y desasosegada, con deseo de estar con las otras, y consiéntela Su Majestad se queme en el fuego de aquella vela divina, donde las otras están ya hechas polvo, perdido su ser natural, casi estando sobrenatural, gozando tan grandes bienes.

Page 55: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 55 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

8. En todas estas maneras que de esta postrera agua de fuente he dicho, es tan grande la gloria y descanso del alma, que muy conocidamente aquel gozo y deleite participa de él el cuerpo, y esto muy conocidamente, y quedan tan crecidas las virtudes como he dicho.Parece ha querido el Señor declarar estos estados en que se ve el alma, a mi parecer, lo más que acá se puede dar a entender.

Trátelo vuestra merced con persona espiritual que haya llegado aquí y tenga letras. Si le dijere que está bien, crea que se lo ha dicho Dios y téngalo en mucho a Su Majestad; porque, como he dicho, andando el tiempo se holgará mucho de entender lo que es, mien-tras no le diere la gracia (aunque se la dé de gozarlo) para entenderlo. Como le haya dado Su Majestad la primera, con su entendimiento y letras lo entenderá por aquí.

Sea alabado por todos los siglos de los siglos por todo, amén.

CAPÍTULO XVIII En que trata del cuarto grado de oración. – Comienza a declarar por excelente manera la gran dignidad en que el Señor pone al alma que está en este estado. – Es para animar mucho a los que tratan oración, para que se esfuercen a llegar a tan alto estado, pues se puede alcanzar en la tierra, aunque no por merecerlo, sino por la bondad del Señor. – Léase con advertencia, porque se de-clara por muy delicado modo y tiene cosas mucho de notar. 1. El Señor me enseñe palabras cómo se pueda decir algo de la cuarta agua. Bien es menester su favor, aun más que para la pasada; porque en ella aún siente el alma no está muerta del todo, que así lo podemos decir, pues lo está al mundo; mas, como dije, tiene sentido para entender que está en él y sentir su sole-dad, y aprovéchase de lo exterior para dar a entender lo que siente, siquiera por señas.

En toda la oración y modos de ella que queda dicho, alguna cosa trabaja el hortelano; aunque en estas postreras va el trabajo acompañado de tanta gloria y consuelo del alma, que jamás querría salir de él, y así no se siente por trabajo, sino por gloria.

Acá no hay sentir, sino gozar sin entender lo que se goza.

Entiéndese que se goza un bien, adonde juntos se encierran todos los bienes, mas no se com-prende este bien. Ocúpanse todos los sentidos en este gozo, de manera que no queda ninguno des-ocupado para poder en otra cosa, exterior ni inte-riormente.

Antes dábaseles licencia para que, como digo, hagan algunas muestras del gran gozo que sienten; acá el alma goza más sin comparación, y puédese dar a entender muy menos, porque no queda poder en el cuerpo, ni el alma le tiene para poder comunicar aquel gozo. En aquel tiempo todo le sería gran embarazo y tormento y estorbo de su descanso; y digo que si es unión de todas las potencias, que, aunque quiera -es-tando en ello digo- no puede, y si puede, ya no es unión. 2. El cómo es ésta que llaman unión y lo que es, yo no lo sé dar a entender. En la mística teología se declara, que yo los vocablos no sabré nombrarlos, ni sé enten-der qué es mente, ni qué diferencia tenga del alma o espíritu tampoco; todo me parece una cosa, bien que el alma alguna vez sale de sí misma, a manera de un fuego que está ardiendo y hecho llama, y algunas veces crece este fuego con ímpetu; esta llama sube muy arriba del fuego, mas no por eso es cosa dife-rente, sino la misma llama que está en el fuego.

Esto vuestras mercedes lo entenderán -que yo no lo sé más decir- con sus letras. Lo que yo pretendo decla-rar es qué siente el alma cuando está en esta divina unión. 3. Lo que es unión ya se está entendido, que es dos cosas divisas hacerse una. ¡Oh Señor mío, qué bueno sois! ¡Bendito seáis para siempre! ¡Alaben os, Dios mío, todas las cosas, que así nos amasteis, de manera que con verdad podamos hablar de esta comunicación que aun en este destierro tenéis con las almas!; y aun con las que son buenas es gran largueza y magnanimi-dad. En fin, vuestra, Señor mío, que dais como quien sois. ¡Oh largueza infinita, cuán magníficas son vues-tras obras! Espanta a quien no tiene ocupado el enten-dimiento en cosas de la tierra, que no tenga ninguno para entender verdades. Pues que hagáis a almas que tanto os han ofendido mercedes tan soberanas, cierto, a mí me acaba el entendimiento, y cuando llego a pen-sar en esto, no puedo ir adelante. ¿Dónde ha de ir que no sea tornar atrás? Pues daros gracias por tan grandes mercedes, no sabe cómo. Con decir disparates me re-medio algunas veces. 4. Acaéceme muchas, cuando acabo de recibir estas mercedes o me las comienza Dios a hacer (que es-tando en ellas ya he dicho que no hay poder hacer nada), decir: «Señor, mirad lo que hacéis, no olvi-déis tan presto tan grandes males míos; ya que para perdonarme lo hayáis olvidado, para poner tasa en

Page 56: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 56 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

las mercedes os suplico se os acuerde. No pongáis, Criador mío, tan precioso licor en vaso tan que-brado, pues habéis ya visto de otras veces que le torno a derramar. No pongáis tesoro semejante adonde aún no está -como ha de estar- perdida del todo la codicia de consolaciones de la vida, que lo gastará mal gastado. ¿Cómo dais la fuerza de esta ciudad y llaves de la fortaleza de ella a tan cobarde alcaide, que al primer combate de los enemigos los deja entrar dentro? No sea tanto el amor, oh Rey eterno, que pongáis en aventura joyas tan preciosas. Parece, Señor mío, se da ocasión para que se tengan en poco, pues las ponéis en poder de cosa tan ruin, tan baja, tan flaca y miserable, y de tan poco tomo, que ya que trabaje por no las perder con vuestro favor (y no es menester pequeño, según yo soy), no puede dar con ellas a ganar a nadie; en fin, mujer, y no buena, sino ruin. Parece que no sólo se esconden los talentos, sino que se entierran, en ponerlos en tierra tan astrosa. No soléis Vos hacer, Señor, seme-jantes grandezas y mercedes a un alma, sino para que aproveche a muchas. Ya sabéis, Dios mío, que de toda voluntad y corazón os lo suplico y he supli-cado algunas veces, y tengo por bien de perder el mayor bien que se posee en la tierra, por que las hagáis Vos a quien con este bien más aproveche, porque crezca vuestra gloria». 5. Estas y otras cosas me ha acaecido decir muchas veces. Veía después mi necedad y poca humildad. Por-que bien sabe el Señor lo que conviene, y que no había fuerzas en mi alma para salvarse, si Su Majestad con tantas mercedes no se las pusiera. 6. También pretendo decir las gracias y efectos que quedan en el alma, y qué es lo que puede de suyo hacer, o si es parte para llegar a tan gran estado. 7. Acaece venir este levantamiento de espíritu o junta-miento con el amor celestial: que, a mi entender, es diferente la unión del levantamiento en esta misma unión. A quien no lo hubiere probado lo postrero, pa-recerle ha que no; y a mi parecer, que con ser todo uno, obra el Señor de diferente manera; y en el creci-miento del desasir de las criaturas, más mucho en el vuelo del espíritu. Yo he visto claro ser particular mer-ced, aunque, como digo, sea todo uno o lo parezca; mas un fuego pequeño también es fuego como un grande, y ya se ve la diferencia que hay de lo uno a lo otro: en un fuego pequeño, primero que un hierro pe-queño se hace ascua, pasa mucho espacio; mas si el

fuego es grande, aunque sea mayor el hierro, en muy poquito pierde del todo su ser, al parecer. Así me pa-rece es en estas dos maneras de mercedes del Señor, y sé que quien hubiere llegado a arrobamientos lo enten-derá bien. Si no lo ha probado, parecerle ha desatino, y ya puede ser; porque querer una como yo hablar en una cosa tal y dar a entender algo de lo que parece imposible aun haber palabras con que lo comenzar, no es mucho que desatine. 8. Mas creo esto del Señor (que sabe Su Majestad que, después de obedecer, es mi intención engolosinar las almas de un bien tan alto) que me ha en ello de ayudar. No diré cosa que no la haya experimentado mucho. Y es así que cuando comencé esta postrera agua a escri-bir, que me parecía imposible saber tratar cosa más que hablar en griego, que así es ello dificultoso. Con esto, lo dejé y fui a comulgar. ¡Bendito sea el Señor que así favorece a los ignorantes! ¡Oh virtud de obe-decer, que todo lo puedes!: aclaró Dios mi entendi-miento, unas veces con palabras y otras poniéndome delante cómo lo había de decir, que, como hizo en la oración pasada, Su Majestad parece quiere decir lo que yo no puedo ni sé.

Esto que digo es entera verdad, y así lo que fuere bueno es suya la doctrina; lo malo, está claro es del piélago de los males, que soy yo.

Y así, digo que si hubiere personas que hayan lle-gado a las cosas de oración que el Señor ha hecho merced a esta miserable –que debe haber muchas- y quisiesen tratar estas cosas conmigo, pareciéndoles descaminadas, que ayudara el Señor a su sierva para que saliera con su verdad adelante. 9. Ahora, hablando de esta agua que viene del cielo para con su abundancia henchir y hartar todo este huerto de agua, si nunca dejara, cuando lo hubiera me-nester, de darlo el Señor, ya se ve qué descanso tuviera el hortelano. Y a no haber invierno, sino ser siempre el tiempo templado, nunca faltaran flores y frutas; ya se ve qué deleite tuviera; mas mientras vivimos es im-posible: siempre ha de haber cuidado de cuando fal-tare la una agua procurar la otra.

Esta del cielo viene muchas veces cuando más des-cuidado está el hortelano. Verdad es que a los princi-pios casi siempre es después de larga oración mental, que de un grado en otro viene el Señor a tomar esta avecita y ponerla en el nido para que descanse. Como la ha visto volar mucho rato, procurando con el enten-dimiento y voluntad y con todas sus fuerzas buscar a Dios y contentarle, quiérela dar el premio aun en esta

Page 57: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 57 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

vida. ¡Y qué gran premio!, que basta un momento para quedar pagados todos los trabajos que en ella puede haber. 10. Estando así el alma buscando a Dios, siente con un deleite grandísimo y suave casi desfallecer toda con una manera de desmayo que le va faltando el huelgo y todas las fuerzas corporales, de manera que, si no es con mucha pena, no puede aun menear las manos; los ojos se le cierran sin quererlos cerrar, o si los tiene abiertos, no ve casi nada; ni, si lee, acierta a decir letra, ni casi atina a conocerla bien; ve que hay letra, mas, como el entendimiento no ayuda, no la sabe leer aunque quiera; oye, mas no entiende lo que oye. Así que de los sentidos no se aprovecha nada, si no es para no la acabar de dejar a su placer; y así antes la dañan. Hablar es por demás, que no atina a formar palabra, ni hay fuerza, ya que atinase, para poderla pronunciar; porque toda la fuerza exte-rior se pierde y se aumenta en las del alma para mejor poder gozar de su gloria. El deleite exterior que se siente es grande y muy conocido. 11. Esta oración no hace daño, por larga que sea. Al menos a mí nunca me le hizo, ni me acuerdo hacerme el Señor ninguna vez esta merced, por mala que es-tuviese, que sintiese mal, antes quedaba con gran mejoría. Mas ¿qué mal puede hacer tan gran bien? Es cosa tan conocida las operaciones exteriores, que no se puede dudar que hubo gran ocasión, pues así quitó las fuerzas con tanto deleite para dejarlas mayores. 12. Verdad es que a los principios pasa en tan breve tiempo –al menos a mí así me acaecía-, que en estas señales exteriores ni en la falta de los sentidos no se da tanto a entender cuando pasa con brevedad. Mas bien se entiende en la sobra de las mercedes que ha sido grande la claridad del sol que ha estado allí, pues así la ha derretido. Y nótese esto, que a mi pa-recer por largo que sea el espacio de estar el alma en esta suspensión de todas las potencias, es bien breve: cuando estuviese media hora, es muy mucho; yo nunca, a mi parecer, estuve tanto. Verdad es que se puede mal sentir lo que se está, pues no se siente; mas digo que de una vez es muy poco espacio sin tornar alguna potencia en sí. La voluntad es la que mantiene la tela, mas las otras dos potencias presto tornan a importunar. Como la voluntad está queda, tórnalas a suspender y están otro poco y tornan a vivir.

13. En esto se puede pasar algunas horas de oración y se pasan. Porque, comenzadas las dos potencias a em-borrachar y gustar de aquel vino divino, con facilidad se tornan a perder de sí para estar muy más ganadas, y acompañan a la voluntad y se gozan todas tres. Mas este estar perdidas del todo y sin ninguna imaginación en nada -que a mi entender también se pierde del todo- digo que es breve espacio; aunque no tan del todo tor-nan en sí que no pueden estar algunas horas como desatinadas, tornando de poco en poco a cogerlas Dios consigo. 14. Ahora vengamos a lo interior de lo que el alma aquí siente.

¡Dígalo quien lo sabe, que no se puede entender, cuánto más decir! Estaba yo pensando cuando quise escribir esto, acabando de comulgar y de estar en esta misma oración que escribo, qué hacía el alma en aquel tiempo. Díjome el Señor estas palabras:

Deshácese toda, hija, para ponerse más en Mí. Ya no es ella la que vive, sino Yo. Como no puede com-prender lo que entiende, es no entender entendiendo.

Quien lo hubiere probado entenderá algo de esto, porque no se puede decir más claro, por ser tan oscuro lo que allí pasa. Sólo podré decir que se representa estar junto con Dios, y queda una certidumbre que en ninguna manera se puede dejar de creer. Aquí faltan todas las potencias y se suspenden de manera que en ninguna manera -como he dicho- se entiende que obran. Si estaba pensando en un paso, así se pierde de la memoria como si nunca la hubiera habido de él. Si lee, en lo que leía no hay acuerdo, ni parar.

Si rezar, tampoco. Así que a esta mariposilla im-portuna de la memoria aquí se le queman las alas: ya no puede más bullir. La voluntad debe estar bien ocu-pada en amar, mas no entiende cómo ama. El entendi-miento, si entiende, no se entiende cómo entiende; al menos no puede comprender nada de lo que entiende. A mí no me parece que entiende, porque -como digo- no se entiende. ¡Yo no acabo de entender esto! 15. Acaecióme a mí una ignorancia al principio, que no sabía que estaba Dios en todas las cosas. Y como me parecía estar tan presente, parecíame imposible. Dejar de creer que estaba allí no podía, por parecerme casi claro había entendido estar allí su misma presen-cia. Los que no tenían letras me decían que estaba sólo por gracia. Yo no lo podía creer; porque, como digo, parecíame estar presente, y así andaba con pena. Un gran letrado de la Orden del glorioso Santo Domingo me quitó de esta duda, que me dijo estar presente, y

Page 58: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 58 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

cómo se comunicaba con nosotros, que me consoló harto.

Es de notar y entender que siempre esta agua del cielo, este grandísimo favor del Señor, deja el alma con grandísimas ganancias, como ahora diré.

CAPÍTULO XIX Prosigue en la misma materia. – Comienza a declarar los efectos que hace en el alma este grado de oración. – Persuade mucho a que no tornen atrás, aunque des-pués de esta merced tornen a caer, ni dejen la oración. – Dice los daños que vendrán de no hacer esto.Es mucho de notar y de gran consolación para los fla-cos y pecadores. 1. Queda el alma de esta oración y unión con grandí-sima ternura, de manera que se querría deshacer, no de pena, sino de unas lágrimas gozosas. Hállase bañada de ellas sin sentirlo ni saber cuándo ni cómo las lloró; mas dale gran deleite ver aplacado aquel ímpetu del fuego con agua que le hace más crecer.

Parece esto algarabía, y pasa así. Acaecídome ha algunas veces en este término de oración estar tan fuera de mí, que no sabía si era sueño o si pasaba en verdad la gloria que había sentido; y de verme llena de agua que sin pena destilaba con tanto ímpetu y pres-teza que parece lo echaba de sí aquella nube del cielo, veía que no había sino sueño. Esto era a los principios, que pasaba con brevedad. 2. Queda el ánima animosa, que si en aquel punto la hiciesen pedazos por Dios, le sería gran consuelo. Allí son las promesas y determinaciones heroicas, la vi-veza de los deseos, el comenzar a aborrecer el mundo, el ver muy claro su vanidad, esto muy más aprove-chada y altamente que en las oraciones pasadas, y la humildad más crecida; porque ve claro que para aque-lla excesiva merced y grandiosa no hubo diligencia suya, ni fue parte para traerla ni para tenerla. Vese claro indignísima, porque en pieza adonde entra mucho sol no hay telaraña escondida: ve su miseria.

Va tan fuera la vanagloria, que no le parece la po-dría tener, porque ya es por vista de ojos lo poco o ninguna cosa que puede, que allí no hubo casi consen-timiento, sino que parece, aunque no quiso, le cerraron la puerta a todos los sentidos para que más pudiese gozar del Señor. Quédase sola con Él, ¿qué ha de hacer sino amarle? Ni ve ni oye, si no fuese a fuerza de brazos: poco hay que la agradecer. Su vida pasada

se le representa después y la gran misericordia de Dios, con gran verdad y sin haber menester andar a caza el entendimiento, que allí ve guisado lo que ha de comer y entender. De sí ve que merece el infierno y que le castigan con gloria. Deshácese en alabanzas de Dios, y yo me querría deshacer ahora. ¡Bendito seáis, Señor mío, que así hacéis de pecina tan sucia como yo, agua tan clara que sea para vuestra mesa! ¡Seáis alabado, oh regalo de los ángeles, que así queréis le-vantar un gusano tan vil! 3. Queda algún tiempo este aprovechamiento en el alma: puede ya, con entender claro que no es suya la fruta, comenzar a repartir de ella, y no le hace falta a sí. Comienza a dar muestras de alma que guarda tesoros del cielo, y a tener deseo de repartirlos con otros, y su-plicar a Dios no sea ella sola la rica. Comienza a apro-vechar a los prójimos casi sin entenderlo ni hacer nada de sí; ellos lo entienden, porque ya las flores tienen tan crecido el olor, que les hace desear llegarse a ellas. En-tienden que tiene virtudes y ven la fruta que es codi-ciosa. Querríanle ayudar a comer.

Si esta tierra está muy cavada con trabajos y perse-cuciones y murmuraciones y enfermedades -que pocos deben llegar aquí sin esto- y si está mullida con ir muy desasida de propio interés, el agua se embebe tanto, que casi nunca se seca; mas si es tierra que aun se está en la tierra y con tantas espinas como yo al principio estaba, y aun no quitada de las ocasiones ni tan agradecida como merece tan gran merced, tórnase la tierra a secar.

Y si el hortelano se descuida y el Señor por sola su bondad no torna a querer llover, dad por perdida la huerta, que así me acaeció a mí algunas veces; que, cierto, yo me espanto y, si no hubiera pasado por mí, no lo pudiera creer.

Escríbolo para consuelo de almas flacas, como la mía, que nunca desesperen ni dejen de confiar en la grandeza de Dios. Aunque después de tan encumbra-das, como es llegarlas el Señor aquí, caigan, no des-mayen, si no se quieren perder del todo; que lágrimas todo lo ganan: un agua trae otra. 4. Una de las cosas por que me animé -siendo la que soy- a obedecer en escribir esto y dar cuenta de mi ruin vida y de las mercedes que me ha hecho el Señor, con no servirle sino ofenderle, ha sido ésta. Que cierto, yo quisiera aquí tener gran autoridad para que se me creyera esto. Al Señor suplico Su Majestad la dé. Digo que no desmaye nadie de los que han comenzado a tener oración, con decir: «si torno a ser malo, es peor ir adelante con el ejercicio de ella». Yo lo creo, si se

Page 59: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 59 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

deja la oración y no se enmienda del mal; mas, si no la deja, crea que la sacará a puerto de luz. Hízome en esto gran batería el demonio, y pasé tanto en pare-cerme poca humildad tenerla, siendo tan ruin, que, como ya he dicho, la dejé año y medio -al menos un año, que del medio no me acuerdo bien- Y no fuera más, ni fue, que meterme yo misma sin haber menes-ter demonios que me hiciesen ir al infierno. ¡Oh, vál-game Dios, qué ceguedad tan grande! ¡Y qué bien acierta el demonio para su propósito en cargar aquí la mano! Sabe el traidor que alma que tenga con perse-verancia oración la tiene perdida y que todas las caí-das que la hace dar la ayudan, por la bondad de Dios, a dar después mayor salto en lo que es su servicio: ¡algo le va en ello! 5. ¡Oh Jesús mío! ¡Qué es ver un alma que ha llegado aquí, caída en un pecado, cuando Vos por vuestra mi-sericordia la tornáis a dar la mano y la levantáis! ¡Cómo conoce la multitud de vuestras grandezas y misericordias y su miseria! Aquí es el deshacerse de veras y conocer vuestras grandezas; aquí el no osar alzar los ojos; aquí es el levantarlos para conocer lo que os debe; aquí se hace devota de la Reina del Cielo para que os aplaque; aquí invoca los Santos que caye-ron después de haberlos Vos llamado, para que la ayu-den; aquí es el parecer que todo le viene ancho lo que le dais, porque ve no merece la tierra que pisa; el acu-dir a los Sacramentos; la fe viva que aquí le queda de ver la virtud que Dios en ellos puso; el alabaros por-que dejasteis tal medicina y ungüento para nuestras llagas, que no las sobresanan, sino que del todo las quitan.

Espántanse de esto. Y ¿quién, Señor de mi alma, no se ha de espantar de misericordia tan grande y merced tan crecida a traición tan fea y abominable? Que no sé cómo no se me parte el corazón, cuando esto escribo; porque soy ruin.

6. Con estas lagrimillas que aquí lloro, dadas de Vos -agua de tan mal pozo en lo que es de mi parte- parece que os hago pago de tantas traiciones, siempre ha-ciendo males y procurando deshacer las mercedes que Vos me habéis hecho. Ponedlas Vos, Señor mío, valor; aclarad agua tan turbia, siquiera porque no dé a alguno tentación en echar juicios, como me la ha dado a mí, pensando por qué, Señor, dejáis unas personas muy santas, que siempre os han servido y trabajado, criadas en religión y siéndolo, y no como yo que no tenía más del nombre, y ver claro que no las hacéis las mercedes que a mí. Bien veía yo, Bien mío, que les guardáis Vos

el premio para dársele junto, y que mi flaqueza ha me-nester esto. Ya ellos, como fuertes, os sirven sin ello y los tratáis como a gente esforzada y no interesal. 7. Mas con todo, sabéis Vos, mi Señor, que clamaba muchas veces delante de Vos, disculpando a las perso-nas que me murmuraban, porque me parecía les so-braba razón. Esto era ya, Señor, después que me teníais por vuestra bondad para que tanto no os ofen-diese, y yo estaba ya desviándome de todo lo que me parecía os podía enojar; que en haciendo yo esto, co-menzasteis, Señor, a abrir vuestros tesoros para vues-tra sierva. No parece esperabais otra cosa sino que hubiese voluntad y aparejo en mí para recibirlos, según con brevedad comenzasteis a no sólo darlos, sino a querer entendiesen me los dabais. 8. Esto entendido, comenzó a tenerse buena opinión de la que todas aún no tenían bien entendido cuán mala era, aunquemucho se traslucía. Comenzó la murmuración y persecución de golpe y, a mi parecer, con mucha causa; y así no tomaba con nadie enemis-tad, sino suplicábaos a Vos miraseis la razón que te-nían.Decían que me quería hacer santa y que inventaba novedades no habiendo llegado entonces con gran parte aun a cumplir toda mi Regla, ni a las muy bue-nas y santas monjas que en casa había (ni creo lle-garé, si Dios por su bondad no lo hace todo de su parte), sino antes lo era yo para quitar lo bueno y poner costumbres que no lo eran; al menos hacía lo que podía para ponerlas, y en el mal podía mucho. Así que sin culpa suya me culpaban. No digo eran sólo monjas, sino otras personas; descubríanme ver-dades, porque lo permitíais Vos. 9. Una vez rezando las Horas, como yo algunas tenía esta tentación, llegué al verso que dice: Justus es, Domine, y tus juicios; comencé a pensar cuán gran verdad era, que en esto no tenía el demonio fuerza jamás para tentarme de manera que yo dudase tenéis Vos, mi Señor, todos los bienes, ni en ninguna cosa de la fe, antes me parecía mientras más sin camino natural iban, más firme la tenía, y me daba devoción grande: en ser todopoderoso quedaban conclusas en mí todas las grandezas que hicierais Vos, y en esto -como digo- jamás tenía duda. Pues pensando cómo con justicia permitíais a muchas que había -como tengo dicho- muy vuestras siervas, y que no tenían los regalos y mercedes que me hacíais a mí, siendo la que era, respondísteisme, Señor: Sírveme tú a Mí,

Page 60: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 60 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

y no te metas en eso. Fue la primera palabra que en-tendí hablarme Vos, y así me espantó mucho.

Porque después declararé esta manera de entender, con otras cosas, no lo digo aquí, que es salir del propó-sito, y creo harto he salido: casi no sé lo que me he dicho. No puede ser menos, mi hijo, sino que ha vuestra merced de sufrir estos intervalos; porque cuando veo lo que Dios me ha sufrido y me veo en este estado, no es mucho pierda el tino de lo que digo y he de decir. Plega al Señor que siempre sean esos mis desatinos y que no permita ya Su Majestad tengayo poder para ser contra El un punto, antes en éste que estoy me consuma. 10. Basta ya para ver sus grandes misericordias, no una sino muchas veces que ha perdonado tanta ingra-titud. A San Pedro una vez que lo fue, a mí muchas; que con razón me tentaba el demonio no pretendiese amistad estrecha con quien trataba enemistad tan pú-blica. ¡Qué ceguedad tan grande la mía! ¿Adónde pen-saba, Señor mío, hallar remedio sino en Vos? ¡Qué disparate huir de la luz para andar siempre tropezando! ¡Qué humildad tan soberbia inventaba en mí el demo-nio: apartarme de estar arrimada a la columna y bá-culo que me ha de sustentar para no dar tan gran caída! Ahora me santiguo y no me parece que he pasado pe-ligro tan peligroso como esta invención que el demo-nio me enseñaba por vía de humildad. Poníame en el pensamiento que cómo cosa tan ruin y habiendo reci-bido tantas mercedes, había de llegarme a la oración; que me bastaba rezar lo que debía, como todas; mas que aun pues esto no hacía bien, cómo quería hacer más; que era poco acatamiento y tener en poco las mercedes de Dios.

Bien era pensar y entender esto; mas ponerlo por obra fue el grandísimo mal. Bendito seáis Vos, Señor, que así me remediasteis.

11. Principio de la tentación que hacía a Judas me pa-rece ésta, sino que no osaba el traidor tan al descu-bierto; mas él viniera de poco en poco a dar conmigo adonde dio con él. Miren esto, por amor de Dios, todos los que tratan oración. Sepan que el tiempo que estuve sin ella era mucho más perdida mi vida; mírese qué buen remedio me daba el demonio y qué donosa humildad; un desasosiego en mí grande. Mas ¿cómo había de sosegar mi alma? Apartábase la cuitada de su sosiego; tenía presentes las mercedes y favores; veía los contentos de acá ser asco. Cómo pudo pasar, me espanto. Era con esperanza que nunca yo pensaba (a lo que ahora me acuerdo, porque debe haber esto más de veinte y un años), dejaba de estar determinada de

tornar a la oración; mas esperaba a estar muy limpia de pecados. ¡Oh, qué mal encaminada iba en esta es-peranza! Hasta el día del juicio me la libraba el demo-nio, para de allí llevarme al infierno. 12. Pues teniendo oración y lección -que era ver ver-dades y el ruin camino que llevaba- e importunando al Señor con lágrimas muchas veces, era tan ruin que no me podía valer, apartada de esto, puesta en pasatiem-pos con muchas ocasiones y pocas ayudas -y osaré decir ninguna sino para ayudarme a caer-, ¿qué espe-raba sino lo dicho?

Creo tiene mucho delante de Dios un fraile de Santo Domingo, gran letrado, que él me despertó de este sueño; él me hizo, como creo he dicho, comulgar de quince a quince días; y del mal, no tanto.

Comencé a tornar en mí, aunque no dejaba de hacer ofensas al Señor; mas como no había perdido el camino, aunque poco a poco, cayendo y levantando, iba por él; y el que no deja de andar e ir adelante, aun-que tarde, llega. No me parece es otra cosa perder el camino sino dejar la oración. ¡Dios nos libre, por quien El es! 13. Queda de aquí entendido -y nótese mucho, por amor del Señor- que aunque un alma llegue a hacerla Dios tan grandes mercedes en la oración, que no se fíe de sí, pues puede caer, ni se ponga en ocasiones en ninguna manera. Mírese mucho, que va mucho; que el engaño que aquí puede hacer el demonio después, aunque la merced sea cierto de Dios, es aprovecharse el traidor de la misma merced en lo que puede, y a personas no crecidas en las virtudes, ni mortificadas, ni desasidas; porque aquí no quedan fortalecidas tanto que baste, como adelante diré, para ponerse en las ocasiones y peligros, por grandes deseos y determina-ciones que tengan… Es excelente doctrina ésta, y no mía, sino enseñada de Dios; y así querría que personas ignorantes, como yo, la supiesen. Porque aunque esté un alma en este estado, no ha de fiar de sí para salir a combatir, porque hará harto en defenderse. Aquí son menester armas para defenderse de los demonios, y aún no tienen fuerzas para pelear contra ellos y traer-los debajo de los pies, como hacen los que están en el estado que diré después. 14. Este es el engaño con que coge el demonio: que, como se ve un alma tan llegada a Dios y ve la diferen-cia que hay del bien del cielo al de la tierra y el amor que la muestra el Señor, de este amor nace confianza y seguridad de no caer de lo que goza; parécele que ve

Page 61: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 61 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

claro el premio, que no es posible ya en cosa que aun para la vida es tan deleitosa y suave, dejarla por cosa tan baja y sucia como es el deleite; y con esta con-fianza quítale el demonio la poca que ha de tener de sí; y, como digo, pónese en los peligros y comienza con buen celo a dar de la fruta sin tasa, creyendo que ya no hay que temer de sí. Y esto no va con soberbia, que bien entiende el alma que no puede de sí nada, sino de mucha confianza de Dios sin discreción, por-que no mira que aún tiene pelo malo.

Puede salir del nido, y sácala Dios; mas aún no están para volar; porque las virtudes aún no están fuer-tes, ni tiene experiencia para conocer los peligros, ni sabe el daño que hace en confiar de sí. 15. Esto fue lo que a mí me destruyó. Y para esto y para todo hay gran necesidad de maestros y trato con personas espirituales. Bien creo que alma que llega Dios a este estado, si muy del todo no deja a Su Majestad, que no la dejará de favorecer ni la de-jará perder.

Mas cuando, como he dicho, cayere, mire, mire por amor del Señor no la engañe en que deje la oración, como hacía a mí con humildad falsa, como ya lo he dicho y muchas veces lo querría decir.

Fíe de la bondad de Dios, que es mayor que todos los males que podemos hacer, y no se acuerda de nues-tra ingratitud, cuando nosotros, conociéndonos, que-remos tornar a su amistad, ni de las mercedes que nos ha hecho para castigarnos por ellas; antes ayudan a perdonarnos más presto, como a gente que ya era de su casa y ha comido, como dicen, de su pan.

Acuérdense de sus palabras y miren lo que ha hecho conmigo, que primero me cansé de ofenderle, que Su Majestad dejó de perdonarme. Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir.

Sea bendito para siempre, amén, y alábenle todas las cosas.

CAPÍTULO XX En que trata la diferencia que hay de unión a arrobamiento. De-clara qué cosa es arrobamiento, y dice algo del bien que tiene el alma que el Señor por su bondad llega a él. – Dice los efectos que hace. – Es de mucha admiración. 1. Querría saber declarar con el favor de Dios la di-ferencia que hay de unión a arrobamiento o eleva-miento o vuelo que llaman de espíritu o arrebatamiento, que todo es uno. Digo que estos di-

ferentes nombres todo es una cosa, y también se llama éxtasis.

Es grande la ventaja que hace a la unión. Los efectos muy mayores hace y otras hartas operacio-nes, porque la unión parece principio y medio y fin, y lo es en lo interior; mas así como estotros fines son en más alto grado, hace los efectos interior y exte-riormente. Declárelo el Señor, como ha hecho lo demás, que, cierto, si Su Majestad no me hubiera dado a entender por qué modos y maneras se puede algo decir, yo no supiera. 2. Consideremos ahora que esta agua postrera, que hemos dicho, es tan copiosa que, si no es por no lo consentir la tierra, podemos creer que se está con no-sotros esta nube de la gran Majestad acá en esta tie-rra. Mas cuando este gran bien le agradecemos, acudiendo con obras según nuestras fuerzas, coge el Señor el alma, digamos ahora, a manera que las nubes cogen los vapores de la tierra, y levántala toda de ella (helo oído así esto de que cogen las nubes los vapores, o el sol), y sube la nube al cielo y llévala consigo, y comiénzala a mostrar cosas del reino que le tiene aparejado. No sé si la comparación cuadra, mas en hecho de verdad ello pasa así. 3. En estos arrobamientos parece no anima el alma en el cuerpo, y así se siente muy sentido faltar de él el calor natural; vase enfriando, aunque con grandí-sima suavidad y deleite. Aquí no hay ningún remedio de resistir, que en la unión, como estamos en nuestra tierra, remedio hay: aunque con pena y fuerza, resis-tir se puede casi siempre. Acá, las más veces, ningún remedio hay, sino que muchas, sin prevenir el pensa-miento ni ayuda ninguna, viene un ímpetu tan acele-rado y fuerte, que veis y sentís levantarse esta nube o esta águila caudalosa y cogeros con sus alas.4. Y digo que se entiende y veisos llevar, y no sabéis dónde.

Porque, aunque es con deleite, la flaqueza de nues-tro natural hace temer a los principios, y es menester ánima determinada y animosa -mucho más que para lo que queda dicho- para arriscarlo todo, venga lo que viniere, y dejarse en las manos de Dios e ir adonde nos llevaren, de grado, pues os llevan aunque os pese. Y en tanto extremo, que muy muchas veces querría yo resistir, y pongo todas mis fuerzas, en especial algunas que es en público y otras hartas en secreto, temiendo ser engañada. Algunas podía algo, con gran quebran-tamiento: como quien pelea con un jayán fuerte, que-daba después cansada; otras era imposible, sino que

Page 62: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 62 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

me llevaba el alma y aun casi ordinario la cabeza tras ella, sin poderla tener, y algunas toda el cuerpo, hasta levantarle. 5. Esto ha sido pocas, porque como una vez fuese adonde estábamos juntas en el coro y yendo a comul-gar, estando de rodillas, dábame grandísima pena, por-que me parecía cosa muy extraordinaria y que había de haber luego mucha nota; y así mandé a las monjas (porque es ahora después que tengo oficio de Priora), no lo dijesen. Mas otras veces, como comenzaba a ver que iba a hacer el Señor lo mismo (y una estando per-sonas principales de señoras, que era la fiesta de la vocación, en un sermón), tendíame en el suelo y alle-gábanse a tenerme el cuerpo, y todavía se echaba de ver. Supliqué mucho al Señor que no quisiese ya darme más mercedes que tuviesen muestras exterio-res; porque yo estaba cansada ya de andar en tanta cuenta y que aquella merced podía Su Majestad hacér-mela sin que se entendiese. Parece ha sido por su bon-dad servido de oírme, que nunca más hasta ahora lo he tenido; verdad es que ha poco. 6. Es así que me parecía, cuando quería resistir, que desde debajo de los pies me levantaban fuerzas tan grandes que no sé cómo lo comparar, que era con mucho más ímpetu que estotras cosas de espíritu, y así quedaba hecha pedazos; porque es una pelea grande y, en fin, aprovecha poco cuando el Señor quiere, que no hay poder contra su poder. Otras veces es servido de contentarse con que veamos nos quiere hacer la mer-ced y que no queda por Su Majestad, y resistiéndose por humildad, deja los mismos efectos que si del todo se consintiese. 7. A los que esto hace son grandes: lo uno, muéstrase el gran poder del Señor y cómo no somos parte, cuando Su Majestad quiere, de detener tan poco el cuerpo como el alma, ni somos señores de ello; sino que, mal que nos pese, vemos que hay superior y que estas mercedes son dadas de El y que nosotros no po-demos en nada nada, e imprímese mucha humildad. Y aun yo confieso que gran temor me hizo; al principio, grandísimo; porque verse así levantar un cuerpo de la tierra, que aunque el espíritu le lleva tras sí y es con suavidad grande si no se resiste, no se pierde el sen-tido; al menos yo estaba de manera en mí, que podía entender era llevada. Muéstrase una majestad de quien puede hacer aquello, que espeluza los cabellos, y queda un gran temor de ofender a tan gran Dios; éste, envuelto en grandísimo amor que se cobra de nuevo a

quien vemos le tiene tan grande a un gusano tan po-drido, que no parece se contenta con llevar tan de veras el alma a Sí, sino que quiere el cuerpo, aun siendo tan mortal y de tierra tan sucia como por tantas ofensas se ha hecho. 8. También deja un desasimiento extraño, que yo no podré decir cómo es. Paréceme que puedo decir es diferente en alguna manera, -digo, más que estotras cosas de sólo espíritu-; porque ya que estén cuanto al espíritu con todo desasimiento de las cosas, aquí pa-rece quiere el Señor el mismo cuerpo lo ponga por obra, y hácese una extrañeza nueva para con las cosas de la tierra, que es muy penosa la vida. 9. Después da una pena, que ni la podemos traer a nosotros ni venida se puede quitar. Yo quisiera harto dar a entender esta gran pena y creo no podré, mas diré algo si supiere. Y hase de notar, que estas cosas son ahora muy a la postre, después de todas las visio-nes y revelaciones que escribiré; y el tiempo que solía tener oración, adonde el Señor me daba tan grandes gustos y regalos, ahora, ya que eso no cesa algunas veces, las más y lo más ordinario es esta pena que ahora diré.

Es mayor y menor. De cuando es mayor quiero ahora decir, porque, aunque adelante diré de estos grandes ímpetus que me daban cuando me quiso el Señor dar los arrobamientos, no tiene más que ver, a mi parecer, que una cosa muy corporal a una muy es-piritual, y creo no lo encarezco mucho. Porque aquella pena parece, aunque la siente el alma, es en compañía del cuerpo; entrambos parece participan de ella, y no es con el extremo del desamparo que en ésta.

Para la cual -como he dicho- no somos parte, sino muchas veces a deshora viene un deseo que no sé cómo se mueve, y de este deseo, que penetra toda el alma en un punto, se comienza tanto a fatigar, que sube muy sobre sí y de todo lo criado, y pónela Dios tan desierta de todas las cosas, que por mucho que ella trabaje, ninguna que la acompañe le parece hay en la tierra, ni ella la querría, sino morir en aquella soledad. Que la hablen y ella se quiera hacer toda la fuerza posible a hablar, aprovecha poco; que su espíritu, aun-que ella más haga, no se quita de aquella soledad.

Y con parecerme que está entonces lejísimo Dios, a veces comunica sus grandezas por un modo el más extraño que se puede pensar; y así no se sabe decir, ni creo lo creerá ni entenderá sino quien hubiere pa-sado por ello; porque no es la comunicación para consolar, sino para mostrar la razón que tiene de fa-

Page 63: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 63 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

tigarse de estar ausente de bien que en sí tiene todos los bienes. 10. Con esta comunicación crece el deseo y el extremo de soledad en que se ve, con una pena tan delgada y penetrativa que, aunque el alma se estaba puesta en aquel desierto, que al pie de la letra me parece se puede entonces decir (y por ventura lo dijo el real Pro-feta estando en la misma soledad, sino que como a santo se la daría el Señor a sentir en más excesiva manera): Vigilavi, et factus sum sicut passer solitarius in tecto; y así, se me representa este verso entonces que me parece lo veo yo en mí, y consuélame ver que han sentido otras personas tan gran extremo de sole-dad, cuánto más tales.

Así parece que está el alma no en sí, sino en el te-jado o techo de sí misma y de todo lo criado; porque aun encima de lo muy superior del alma me parece que está. 11. Otras veces parece anda el alma como necesitadí-sima, diciendo y preguntando a sí misma: ¿Dónde está tu Dios? Es de mirar que el romance de estos versos yo no sabía bien el que era, y después que lo entendía me consolaba de ver que me los había traído el Señor a la memoria sin procurarlo yo. Otras me acordaba de lo que dice San Pablo, que está crucificado al mundo. No digo yo que sea esto así, que ya lo veo; mas paréceme que está así el alma, que ni del cielo le viene consuelo ni está en él, ni de la tierra le quiere ni está en ella, sino como crucificada entre el cielo y la tierra, padeciendo sin venirle socorro de ningún cabo. Porque el que le viene del cielo (que es, como he dicho, una noticia de Dios tan admirable, muy sobre todo lo que podemos desear), es para más tormento; porque acrecienta el deseo de manera que, a mi parecer, la gran pena algunas veces quita el sentido, sino que dura poco sin él.

Parecen unos tránsitos de la muerte, salvo que trae consigo un tan gran contento este padecer, que no sé yo a qué lo comparar. Ello es un recio martirio sa-broso, pues todo lo que se le puede representar al alma de la tierra, aunque sea lo que le suele ser más sabroso, ninguna cosa admite; luego parece lo lanza de sí.

Bien entiende que no quiere sino a su Dios; mas no ama cosa particular de El, sino todo junto le quiere y no sabe lo que quiere.

Digo «no sabe», porque no representa nada la ima-ginación; ni, a mi parecer, mucho tiempo de lo que está así no obran las potencias.

Como en la unión y arrobamiento el gozo, aquí la pena las suspende.

12. ¡Oh Jesús! ¡Quién pudiera dar a entender bien a vuestra merced esto, aun para que me dijera lo que es, porque es en lo que ahora anda siempre mi alma!Lo más ordinario, en viéndose desocupada, es puesta en estas ansias de muerte, y teme, cuando ve que co-mienzan, porque no se ha de morir; mas llegada a estar en ello, lo que hubiese de vivir querría en este pade-cer; aunque es tan excesivo, que el sujeto le puede mal llevar, y así algunas veces se me quitan todos los pul-sos casi, según dicen las que algunas veces se llegan a mí de las hermanas que ya más lo entienden, y las canillas muy abiertas, y las manos tan yertas que yo no las puedo algunas veces juntar; y así me queda dolor hasta otro día en los pulsos y en el cuerpo, que parece me han descoyuntado. 13. Yo bien pienso alguna vez ha de ser el Señor ser-vido, si va adelante como ahora, que se acabe con aca-bar la vida, que, a mi parecer, bastante es tan gran pena para ello, sino que no lo merezco yo. Toda la ansia es morirme entonces. Ni me acuerdo de purga-torio, ni de los grandes pecados que he hecho, por donde merecía el infierno. Todo se me olvida con aquella ansia de ver a Dios; y aquel desierto y soledad le parece mejor que toda la compañía del mundo.

Si algo la podría dar consuelo, es tratar con quien hubiese pasado por este tormento; y ver que, aunque se queje de él, nadie le parece la ha de creer, [14]tam-bién la atormenta; que esta pena es tan crecida que no querría soledad como otras, ni compañía sino con quien se pueda quejar. Es como uno que tiene la soga a la garganta y se está ahogando, que procura tomar huelgo. Así me parece que este deseo de compañía es de nuestra flaqueza; que como nos pone la pena en peligro de muerte (que esto sí, cierto, hace; yo me he visto en este peligro algunas veces con grandes enfer-medades y ocasiones, como he dicho, y creo podría decir es éste tan grande como todos), así el deseo que el cuerpo y alma tienen de no se apartar es el que pide socorro para tomar huelgo y, con decirlo y quejarse y divertirse, buscar remedio para vivir muy contra vo-luntad del espíritu o de lo superior del alma, que no querría salir de esta pena. 15. No sé yo si atino a lo que digo o si lo sé decir, mas, a todo mi parecer, pasa así. Mire vuestra merced qué descanso puede tener en esta vida, pues el que había -que era la oración y soledad, porque allí me conso-laba el Señor- es ya lo más ordinario este tormento, y es tan sabroso y ve el alma que es de tanto precio, que ya le quiere más que todos los regalos que solía tener.

Page 64: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 64 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Parécele más seguro, porque es camino de cruz, y en sí tiene un gusto muy de valor, a mi parecer, porque no participa con el cuerpo sino pena, y el alma es la que padece y goza sola del gozo y contento que da este padecer.

No sé yo cómo puede ser esto, mas así pasa, que, a mi parecer, no trocaría esta merced que el Señor me hace (que bien de su mano –y como he dicho- nonada adquirida de mí, porque es muy muy sobrenatural) por todas las que después diré; no digo juntas, sino tomada cada una por sí. Y no se deje de tener acuerdo que es después de todo lo que va escrito en este libro y en lo que ahora me tiene el Señor.

Digo que estos ímpetus es después de las mercedes que aquí van, que me ha hecho el Señor. 16. Estando yo a los principios con temor (como me acaece casi en cada merced que me hace el Señor, hasta que con ir adelante Su Majestad asegura), me dijo que no temiese y que tuviese en más esta merced que todas las que me había hecho; que en esta pena se purificaba el alma, y se labra o purifica como el oro en el crisol, para poder mejor poner los esmaltes de sus dones, y que se purgaba allí lo que había de estar en purgatorio.

Bien entendía yo era gran merced, mas quedé con mucha más seguridad, y mi confesor me dice que es bueno. Y aunque yo temí, por ser yo tan ruin, nunca podía creer que era malo; antes, el muy sobrado bien me hacía temer, acordándome cuán mal lo tengo me-recido. Bendito sea el Señor que tan bueno es. Amén. 17. Parece que he salido de propósito, porque co-mencé a decir de arrobamientos y esto que he dicho aun es más que arrobamiento, y así deja los efectos que he dicho.

18. Ahora tornemos a arrobamiento, de lo que en ellos es más ordinario.

Digo que muchas veces me parecía me dejaba el cuerpo tan ligero, que toda la pesadumbre de él me quitaba, y algunas era tanto, que casi no entendía poner los pies en el suelo. Pues cuando está en el arro-bamiento, el cuerpo queda como muerto, sin poder nada de sí muchas veces, y como le toma se queda: si en pie, si sentado, si las manos abiertas, si cerradas. Porque aunque pocas veces se pierde el sentido, algu-nas me ha acaecido a mí perderle del todo, pocas y poco rato. Mas lo ordinario es que se turba y aunque no puede hacer nada de sí cuanto a lo exterior, no deja de entender y oír como cosa de lejos.

No digo que entiende y oye cuando está en lo subido de él (digo subido, en los tiempos que se pierden las potencias, porque están muy unidas con Dios), que entonces no ve ni oye ni siente, a mi parecer; mas, como dije en la oración de unión pasada, este transfor-mamiento del alma del todo en Dios dura poco; mas eso que dura, ninguna potencia se siente, ni sabe lo que pasa allí.

No debe ser para que se entienda mientras vivimos en la tierra, al menos no lo quiere Dios, que no debe-mos ser capaces para ello.

Yo esto he visto por mí. 19. Diráme vuestra merced que cómo dura alguna vez tantas horas el arrobamiento, y muchas veces. Lo que pasa por mí es que –como dije en la oración pasada- gózase con intervalos. Muchas veces se engolfa el alma o la engolfa el Señor en sí, por mejor decir, y teniéndola así un poco, quédase con sola la voluntad. Paréceme es este bullicio de estotras dos potencias como el que tiene una lengüecilla de estos relojes de sol, que nunca para; mas cuando el sol de justicia quiere, hácelas detener.

Esto digo que es poco rato. Mas como fue grande el ímpetu, y levantamiento de espíritu, y aunque éstas tor-nen a bullirse, queda engolfada la voluntad, hace, como señora del todo, aquella operación en el cuerpo; porque, ya que las otras dos potencias bullidoras la quieren es-torbar, de los enemigos los menos: no la estorben tam-bién los sentidos; y así hace que estén suspendidos, porque lo quiere así el Señor. Y por la mayor parte están cerrados los ojos, aunque no queramos cerrarlos; y si abiertos alguna vez, como ya dije, no atina ni advierte lo que ve. 20. Aquí es mucho menos lo que puede hacer de sí, para que cuando se tornaren las potencias a juntar no haya tanto que hacer.

Por eso, a quien el Señor diere esto, no se descon-suele cuando se vea así atado el cuerpo muchas horas, y a veces el entendimiento y memoria divertidos. Ver-dad es que lo ordinario es estar embebidas en alaban-zas de Dios o en querer comprender y entender lo que ha pasado por ellas; y aun para esto no están bien des-piertas, sino como una persona que ha mucho dormido y soñado, y aún no acaba de despertar. 21. Declárome tanto en esto, porque sé que hay ahora, aun en este lugar, personas a quien el Señor hace estas mercedes, y si los que las gobiernan no han pasado por esto, por ventura les parecerá que han de estar como muertas en arrobamiento, en especial si no son letra-

Page 65: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 65 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

dos, y lastima lo que se padece con los confesores que no lo entienden, como yo diré después. Quizá yo no sé lo que digo.

Vuestra merced lo entenderá, si atino en algo, pues el Señor le ha ya dado experiencia de ello, aunque como no es de mucho tiempo, quizá no habrá mirá-dolo tanto como yo.

Así que, aunque mucho lo procuro, por buenos ratos no hay fuerza en el cuerpo para poderse menear; todas las llevó el alma consigo.

Muchas veces queda sano -que estaba bien en-fermo y lleno de grandes dolores- y con más habili-dad, porque es cosa grande lo que allí se da, y quiere el Señor algunas veces -como digo- lo goce el cuerpo, pues ya obedece a lo que quiere el alma. Después que torna en sí, si ha sido grande el arrobamiento, acaece andar un día o dos y aun tres tan absortas las poten-cias, o como embobecida, que no parece anda en sí. 22. Aquí es la pena de haber de tornar a vivir. Aquí le nacieron las alas para bien volar. Ya se le ha caído el pelo malo. Aquí se levanta ya del todo la bandera por Cristo, que no parece otra cosa sino que este alcaide de esta fortaleza se sube o le suben a la torre más alta a levantar la bandera por Dios. Mira a los de abajo como quien está en salvo. Ya no teme los peligros, antes los desea, como quien por cierta manera se le da allí seguridad de la victoria. Vese aquí muy claro en lo poco que todo lo de acá se ha de estimar y lo nonada que es. Quien está de lo alto, alcanza muchas cosas. Ya no quiere querer, ni tener libre albedrío no querría, y así lo suplica al Señor.

Dale las llaves de su voluntad. Hele aquí el hortelano hecho alcaide. No quiere

hacer cosa, sino la voluntad del Señor, ni serlo él de sí ni de nada ni de un pero de esta huerta, sino que, si algo bueno hay en ella, lo reparta Su Majestad; que de aquí adelante no quiere cosa propia, sino que haga de todo conforme a su gloria y a su voluntad. 23. Y en hecho de verdad pasa así todo esto, si los arrobamientos son verdaderos, que queda el alma con los efectos y aprovechamiento que queda dicho. Y si no son estos, dudaría yo mucho serlos de parte de Dios, antes temería no sean los rabiamientos que dice San Vicente. Esto entiendo yo y he visto por experien-cia: quedar aquí el alma señora de todo y con libertad en una hora y menos, que ella no se puede conocer. Bien ve que no es suyo, ni sabe cómo se le dio tanto bien, mas entiende claro el grandísimo provecho que cada rapto de estos trae.

No hay quien lo crea si no ha pasado por ello; y así no creen a la pobre alma, como la han visto ruin y tan presto la ven pretender cosas tan animosas; porque luego da en no se contentar con servir en poco al Señor, sino en lo más que ella puede. Piensan es ten-tación y disparate. Si entendiesen no nace de ella sino del Señor a quien ya ha dado las llaves de su voluntad, no se espantarían. 24. Tengo para mí que un alma que allega a este es-tado, que ya ella no habla ni hace cosa por sí, sino que de todo lo que ha de hacer tiene cuidado este soberano Rey. ¡Oh, válgame Dios, qué claro se ve aquí la decla-ración del verso, y cómo se entiende tenía razón y la tendrán todos de pedir alas de paloma! Entiéndese claro es vuelo el que da el espíritu para levantarse de todo lo criado, y de sí mismo el primero; mas es vuelo suave, es vuelo deleitoso, vuelo sin ruido. 25. ¡Qué señorío tiene un alma que el Señor llega aquí, que lo mire todo sin estar enredada en ello! ¡Qué corrida está del tiempo que lo estuvo! ¡Qué espantada de su ceguedad! ¡Qué lastimada de los que están en ella, en especial si es gente de oración y a quien Dios ya regala! Querría dar voces para dar a entender qué engañados están, y aun así lo hace algunas veces, y lluévenle en la cabeza mil persecuciones. Tiénenla por poco humilde y que quiere enseñar a de quien había de aprender, en especial si es mujer. Aquí es el condenar -y con razón-, porque no saben el ímpetu que la mueve, que a veces no se puede valer, ni puede sufrir no desengañar a los que quiere bien y desea ver suel-tos de esta cárcel de esta vida, que no es menos ni le parece menos en la que ella ha estado. 26. Fatígase del tiempo en que miró puntos de honra y en el engaño que traía de creer que era honra lo que el mundo llama honra; ve que es grandísima mentira y que todos andamos en ella; entiende que la verda-dera honra no es mentirosa, sino verdadera, teniendo en algo lo que es algo, y lo que no es nada tenerlo en nonada, pues todo es nada y menos que nada lo que se acaba y no contenta a Dios. 27. Ríese de sí, del tiempo que tenía en algo los dineros y codicia de ellos, aunque en ésta nunca creo -y es así verdad- confesé culpa; harta culpa era tenerlos en algo. Si con ellos se pudiera comprar el bien que ahora veo en mí, tuviéralos en mucho; mas ve que este bien se gana con dejarlo todo. ¿Qué es esto que se compra con estos dineros que desea-

Page 66: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 66 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

mos? ¿Es cosa de precio? ¿Es cosa durable? ¿O para qué los queremos? Negro descanso se procura, que tan caro cuesta. Muchas veces se procura con ellos el infierno y se compra fuego perdurable y pena sin fin. ¡Oh, si todos diesen en tenerlos por tierra sin provecho, qué concertado andaría el mundo, qué sin tráfagos! ¡Con qué amistad se trata-rían todos si faltase interés de honra y de dineros! Tengo para mí se remediaría todo. 28. Ve de los deleites tan gran ceguedad, y cómo con ellos compra trabajo, aun para esta vida, y des-asosiego. ¡Qué inquietud! ¡Qué poco contento! ¡Qué trabajar en vano!

Aquí no sólo las telarañas ve de su alma y las faltas grandes, sino un polvito que haya, por pe-queño que sea, porque el sol está muy claro; y así, por mucho que trabaje un alma en perfeccionarse, si de veras la coge este Sol, toda se ve muy turbia. Es como el agua que está en un vaso, que si no le da el sol está muy claro; si da en él, vese que está todo lleno de motas. Al pie de la letra es esta compara-ción. Antes de estar el alma en este éxtasis, parécele que trae cuidado de no ofender a Dios y que con-forme a sus fuerzas hace lo que puede; mas llegada aquí, que le da este sol de justicia que la hace abrir los ojos, ve tanta motas, que los querría tornar a cerrar; porque aún no es tan hija de esta águila cau-dalosa, que pueda mirar este sol de en hito en hito; mas, por poco que los tenga abiertos, vese toda tur-bia. Acuérdase del verso que dice; ¿Quién será justo delante de Ti? 29. Cuando mira este divino sol, deslúmbrale la cla-ridad. Como se mira a sí, el barro la tapa los ojos: ciega está esta palomita. Así acaece muy muchas veces quedarse así ciega del todo, absorta, espan-tada, desvanecida de tantas grandezas como ve.

Aquí se gana la verdadera humildad, para no se le dar nada de decir bienes de sí, ni que lo digan otros. Reparte el Señor del huerto la fruta y no ella, y así no se le pega nada a las manos. Todo el bien que tiene va guiado a Dios. Si algo dice de sí, es para su gloria.

Sabe que no tiene nada él allí y, aunque quiera, no puede ignorarlo, porque lo ve por vista de ojos, que, mal que le pese, se los hace cerrar a las cosas del mundo, y que los tenga abiertos para entender verdades.

CAPÍTULO XXI Prosigue y acaba este postrer grado de oración. – Dice lo que siente el alma que está en Él de tornar a vivir en el mundo, y de la luz que la da el Señor de los engaños de él. – Tiene buena doctrina

. 1. Pues acabando en lo que iba, digo que no ha menes-ter aquí consentimiento de esta alma; ya se le tiene dado, y sabe que con voluntad se entregó en sus manos y que no le puede engañar, porque es sabedor de todo. No es como acá, que está toda la vida llena de engaños y dobleces: cuando pensáis tenéis una voluntad ga-nada, según lo que os muestra, venís a entender que todo es mentira. No hay ya quien viva en tanto trá-fago, en especial si hay algún poco de interés.

¡Bienaventurada alma que la trae el Señor a enten-der verdades! ¡Oh, qué estado éste para los reyes! ¡Cómo les valdría mucho más procurarle, que no gran señorío! ¡Qué rectitud habría en el reino! ¡Qué de males se excusarían y habrían excusado! Aquí no se teme per-der vida ni honra por amor de Dios. ¡Qué gran bien éste para quien está más obligado a mirar la honra del Señor, que todos los que son menos, pues han de ser los reyes a quien sigan! Por un punto de aumento en la fe y de haber dado luz en algo a los herejes, perdería mil reinos, y con razón. Otro ganar es. Un reino que no se acaba. Que con sola una gota que gusta un alma de esta agua de él, parece asco todo lo de acá. Pues cuando fuere estar engolfada en todo ¿qué será? 2. ¡Oh Señor! Si me dierais estado para decir a voces esto, no me creyeran, como hacen a muchos que lo saben decir de otra suerte que yo; mas al menos satis-ficiérame yo. Paréceme que tuviera en poco la vida por dar a entender una sola verdad de éstas; no sé des-pués lo que hiciera, que no hay que fiar de mí. Con ser la que soy, me dan grandes ímpetus por decir esto a los que mandan, que me deshacen. De que no puedo más, tórnome a Vos, Señor mío, a pediros remedio para todo; y bien sabéis Vos que muy de buena gana me desposeería yo de las mercedes que me habéis hecho, con quedar en estado que no os ofendiese, y se las daría a los reyes; porque sé que sería imposible con-sentir cosas que ahora se consienten, ni dejar de haber grandísimos bienes. 3. ¡Oh Dios mío! Dadles a entender a lo que están obligados, pues los quisisteis Vos señalar en la tierra de manera, que aun he oído decir hay señales en el cielo cuando lleváis a alguno. Que, cierto, cuando pienso esto, me hace devoción que queráis Vos, Rey

Page 67: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 67 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

mío, que hasta en esto entiendan os han de imitar en vida, pues en alguna manera hay señal en el cielo, como cuando moristeis Vos, en su muerte.

4. Mucho me atrevo. Rómpalo vuestra merced si mal le parece, y crea se lo diría mejor en presencia, si pu-diese o pensase me han de creer, porque los enco-miendo a Dios mucho, y querría me aprovechase. Todo lo hace aventurar la vida, que deseo muchas veces estar sin ella, y era por poco precio aventurar a ganar mucho.

Porque no hay ya quien viva, viendo por vista de ojos el gran engaño en que andamos y la ceguedad que traemos. 5. Llegada un alma aquí, no es sólo deseos los que tiene por Dios; Su Majestad la da fuerzas para po-nerlos por obra. No se le pone cosa delante, en que piense le sirve, a que no se abalance; y no hace nada, porque -como digo- ve claro que no es todo nada, sino contentar a Dios. El trabajo es que no hay qué se ofrezca a las que son de tan poco prove-cho como yo. Sed Vos, Bien mío, servido venga algún tiempo en que yo pueda pagar algún cornado de lo mucho que os debo. Ordenad Vos, Señor, como fuereis servido, cómo esta vuestra sierva os sirva en algo. Mujeres eran otras y han hecho cosas heroicas por amor de Vos. Yo no soy para más de parlar, y así no queréis Vos, Dios mío, ponerme en obras. Todo se va en palabras y deseos cuanto he de servir, y aun para esto no tengo libertad, porque por ventura faltara en todo. Fortaleced Vos mi alma y disponedla primero, Bien de todos los bienes y Jesús mío, y ordenad luego modos cómo haga algo por Vos, que no hay ya quien sufra recibir tanto y no pagar nada. Cueste lo que costare, Señor, no queráis que vaya delante de Vos tan vacías las manos, pues conforme a las obras se ha de dar el premio. Aquí está mi vida, aquí está mi honra y mi voluntad; todo os lo he dado, vuestra soy, disponed de mí conforme a la vuestra. Bien veo yo, mi Señor, lo poco que puedo; mas llegada a Vos, subida en esta atalaya adonde se ven verdades, no os apartando demí, todo lo podré; que si os apartáis, por poco que sea, iré adonde estaba, que era al infierno. 6. ¡Oh, qué es un alma que se ve aquí, haber de tornar a tratar con todos, a mirar y ver esta farsa de esta vida tan mal concertada, a gastar el tiempo en cumplir con el cuerpo, durmiendo y comiendo! Todo la cansa, no sabe cómo huir, vese encadenada y presa.

Entonces siente más verdaderamente el cautiverio que traemos con los cuerpos, y la miseria de la vida. Conoce la razón que tenía San Pablo de suplicar a Dios le librase de ella. Da voces con él. Pide a Dios libertad, como otras veces he dicho; mas aquí es con tan gran ímpetu muchas veces, que parece se quiere salir el alma del cuerpo a buscar esta libertad, ya que no la sacan. Anda como vendida en tierra ajena, y lo que más la fatiga es no hallar muchos que se quejen con ella y pidan esto, sino lo más ordinario es desear vivir.

¡Oh, si no estuviésemos asidos a nada ni tuviése-mos puesto nuestro contento en cosa de la tierra, cómo la pena que nos daría vivir siempre sin él templaría el miedo de la muerte con el deseo de gozar de la vida verdadera! 7. Considero algunas veces cuando una como yo, por haberme el Señor dado esta luz, con tan tibia caridad y tan incierto el descanso verdadero por no lo haber merecido mis obras, siento tanto verme en este destierro muchas veces, ¿qué sería el senti-miento de los santos? ¿Qué debía de pasar San Pablo y la Magdalena y otros semejantes, en quien tan crecido estaba este fuego de amor de Dios? Debía ser un continuo martirio.

Paréceme que quien me da algún alivio y con quien descanso de tratar, son las personas que hallo de estos deseos; digo deseos con obras; digo con obras, porque hay algunas personas que, a su parecer, están desasi-das, y así lo publican y había ello de ser, pues su es-tado lo pide y los muchos años que ha que algunas han comenzado camino de perfección, mas conoce bien esta alma desde muy lejos los que lo son de palabras, o los que ya estas palabras han confirmado con obras; porque tiene entendido el poco provecho que hacen los unos y el mucho los otros, y es cosa que a quien tiene experiencia lo ve muy claramente. 8. Pues dicho ya estos efectos que hacen los arroba-mientos que son de espíritu de Dios…, verdad es que hay más o menos. Digo menos, porque a los princi-pios, aunque hace estos efectos, no están experimen-tados con obras, y no se puede así entender que los tiene. Y también va creciendo la perfección y pro-curando no haya memoria de telaraña, y esto re-quiere algún tiempo. Y mientras más crece el amor y humildad en el alma, mayor olor dan de sí estas flores de virtudes, para sí y para los otros.

Verdad es que de manera puede obrar el Señor en el alma en un rapto de estos, que quede poco que

Page 68: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 68 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

trabajar al alma en adquirir perfección, porque no podrá nadie creer, si no lo experimenta, lo que el Señor la da aquí, que no hay diligencia nuestra que a esto llegue, a mi parecer. No digo que con el favor del Señor, ayudándose muchos años, por los térmi-nos que escriben los que han escrito de oración, principios y medios, no llegarán a la perfección y desasimiento mucho con hartos trabajos; mas no en tan breve tiempo como, sin ninguno nuestro, obra el Señor aquí y determinadamente saca el alma de la tierra y le da señorío sobre lo que hay en ella, aun-que en esta alma no haya más merecimientos que había en la mía, que no lo puedo más encarecer, porque era casi ninguno. 9. El por qué lo hace Su Majestad, es porque quiere, y como quiere hácelo, y aunque no haya en ella dis-posición, la dispone para recibir el bien que Su Ma-jestad le da. Así que no todas veces los da porque se lo han merecido en granjear bien el huerto -aunque es muy cierto a quien esto hace bien y procura des-asirse, no dejar de regalarle-, sino que es su volun-tad mostrar su grandeza algunas veces en la tierra que es más ruin, como tengo dicho, y dispónela para todo bien, de manera que parece no es ya parte en cierta manera para tornar a vivir en las ofensas de Dios que solía. Tiene el pensamiento tan habi-tuado a entender lo que es verdadera verdad, que todo lo demás le parece juego de niños. Ríese entre sí algunas veces cuando ve a personas graves de oración y religión hacer mucho caso de unos puntos de honra que esta alma tiene ya debajo de los pies. Dicen que es discreción y autoridad de su estado para más aprovechar. Sabe ella muy bien que apro-vecharía más en un día que pospusiese aquella au-toridad de estado por amor de Dios, que con ella en diez años. 10. Así vive vida trabajosa y con siempre cruz, mas va en gran crecimiento. Cuando parece a los que la tratan, están muy en la cumbre. Desde a poco están muy más mejoradas, porque siempre las va favore-ciendo más Dios. Es alma suya. Es El que la tiene ya a cargo, y así le luce. Porque parece asistente-mente la está siempre guardando para que no le ofenda, y favoreciendo y despertando para que le sirva.

En llegando mi alma a que Dios la hiciese esta tan gran merced, cesaron mis males y me dio el Señor fortaleza para salir de ellos, y no me hacía más estar en las ocasiones y con gente que me solía

distraer, que si no estuviera, antes me ayudaba lo que me solía dañar. Todo me era medios para cono-cer más a Dios y amarle y ver lo que le debía y pe-sarme de la que había sido. 11. Bien entendía yo no venía aquello de mí ni lo había ganado con mi diligencia, que aún no había habido tiempo para ello. Su Majestad me había dado fortaleza para ello por su sola bondad.

Hasta ahora, desde que me comenzó el Señor a hacer esta merced de estos arrobamientos, siempre ha ido creciendo esta fortaleza, y por su bondad me ha tenido de su mano para no tornar atrás. Ni me parece, como es así, hago nada casi de mi parte, sino que entiendo claro el Señor es el que obra.

Y por esto me parece que a almas que el Señor hace estas mercedes que, yendo con humildad y temor, siempre entendiendo el mismo Señor lo hace y nosotros casi nonada, que se podía poner entre cualquiera gente; aunque sea más distraída y vi-ciosa, no le hará al caso, ni moverá en nada; antes, como he dicho, le ayudará y serle ha modo para sacar muy mayor aprovechamiento. Son ya almas fuertes que escoge el Señor para aprovechar a otras; aunque esta fortaleza no viene de sí. De poco en poco, en llegando el Señor aquí un alma, le va co-municando muy grandes secretos. 12. Aquí son las verdaderas revelaciones en este éx-tasis y las grandes mercedes y visiones, y todo aprovecha para humillar y fortalecer el alma y que tenga en menos las cosas de esta vida y conozca más claro las grandezas del premio que el Señor tiene aparejado a los que le sirven.

Plega a Su Majestad sea alguna parte la grandí-sima largueza que con esta miserable pecadora ha tenido, para que se esfuercen y animen los que esto leyeren a dejarlo todo del todo por Dios. Pues tan cumplidamente paga Su Majestad, que aun en esta vida se ve claro el premio y la ganancia que tienen los que le sirven, ¿qué será en la otra?

CAPÍTULO XXII En que trata cuán seguro camino es para los contemplativos no levantar el espíritu a cosas altas si el Señor no le levanta, y cómo ha de ser el medio para la más subida contemplación la Humani-dad de Cristo. – Dice de un engaño en que ella estuvo un tiempo. – Es muy provechoso este capítulo.

Page 69: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 69 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

1. Una cosa quiero decir, a mi parecer importante; si a vuestra merced le pareciere bien, servirá de aviso, que podría ser haberle menester; porque en algunos libros que están escritos de oración tratan que, aunque el alma no puede por sí llegar a este estado, porque es todo obra sobrenatural que el Señor obra en ella, que podrá ayudarse levantando el espíritu de todo lo criado y subiéndole con humildad, después de muchos años que haya ido por la vida purgativa, y aprovechando por la iluminativa.

No sé yo bien por qué dicen «iluminativa»; en-tiendo que de los que van aprovechando.

Y avisan mucho que aparten de sí toda imagina-ción corpórea y que se lleguen a contemplar en la Di-vinidad; porque dicen que, aunque sea la Humanidad de Cristo, a los que llegan ya tan adelante, que emba-raza o impide a la más perfecta contemplación.

Traen lo que dijo el Señor a los Apóstoles cuando la venida del Espíritu Santo -digo cuando subió a los cielos- para este propósito.

Paréceme a mí que si tuvieran la fe, como la tuvie-ron después que vino el Espíritu Santo, de que era Dios y hombre, no les impidiera, pues no se dijo esto a la Madre de Dios, aunque le amaba más que todos.

Porque les parece que como esta obra toda es espí-ritu, que cualquier cosa corpórea la puede estorbar o impedir; y que considerarse en cuadrada manera, y que está Dios de todas partes y verse engolfado en Él, es lo que han de procurar.

Esto bien me parece a mí, algunas veces; mas apar-tarse del todo de Cristo y que entre en cuenta este di-vino Cuerpo con nuestras miserias ni con todo lo criado, no lo puedo sufrir. Plega a Su Majestad que me sepa dar a entender. 2. Yo no lo contradigo, porque son letrados y espiri-tuales, y saben lo que dicen, y por muchos caminos y vías lleva Dios las almas.

Cómo ha llevado la mía quiero yo ahora decir -en lo demás no me entremeto- y en el peligro en que me vi por querer conformarme con lo que leía. Bien creo que quien llegare a tener unión y no pasare adelante -digo a arrobamientos y visiones y otras mercedes que hace Dios a las almas-, que tendrá lo dicho por lo mejor, como yo lo hacía; y si me hubiera estado en ello, creo nunca hubiera llegado a lo que ahora, por-que a mi parecer es engaño. Ya puede ser yo sea la engañada; mas diré lo que me acaeció. 3. Como yo no tenía maestro y leía en estos libros, por donde poco a poco yo pensaba entender algo (y después

entendí que, si el Señor no me mostrara, yo pudiera poco con los libros deprender, porque no era nada lo que entendía hasta que Su Majestad por experiencia me lo daba a entender, ni sabía lo que hacía), en comen-zando a tener algo de oración sobrenatural, digo de quietud, procuraba desviar toda cosa corpórea, aunque ir levantando el alma yo no osaba, que, como era siem-pre tan ruin, veía que era atrevimiento. Mas parecíame sentir la presencia de Dios, como es así, y procuraba estarme recogida con Él; y es oración sabrosa, si Dios allí ayuda, y el deleite mucho. Y como se ve aquella ganancia y aquel gusto, ya no había quien me hiciese tornar a la Humanidad, sino que, en hecho de verdad, me parecía me era impedimento.

¡Oh Señor de mi alma y Bien mío, Jesucristo cruci-ficado! No me acuerdo vez de esta opinión que tuve, que no me da pena, y me parece que hice una gran trai-ción, aunque con ignorancia. 4. Había sido yo tan devota toda mi vida de Cristo. Por-que esto era ya a la postre (digo a la postre de antes que el Señor me hiciese estas mercedes de arrobamientos y visiones), y en tanto extremo duró muy poco estar en esta opinión. Y así siempre tornaba a mi costumbre de holgarme con este Señor, en especial cuando comul-gaba. Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera. ¿Es posible, Señor mío, que cupo en mi pensamiento ni una hora que Vos me habíais de impedir para mayor bien? ¿De dónde me vi-nieron a mí todos los bienes sino de Vos?

No quiero pensar que en esto tuve culpa, porque me lastimo mucho, que cierto era ignorancia; y así quisis-teis Vos, por vuestra bondad, remediarla con darme quien me sacase de este yerro, y después con que os viese yo tantas veces, como adelante diré, para que más claro entendiese cuán grande era, y que lo dijese a mu-chas personas que lo he dicho, y para que lo pusiese ahora aquí. 5. Tengo para mí que la causa de no aprovechar más muchas almas y llegar a muy gran libertad de espíritu, cuando llegan a tener oración de unión, es por esto.

Paréceme que hay dos razones en que puedo fun-dar mi razón, y quizá no digo nada, mas lo que di-jere helo visto por experiencia, que se hallaba muy mal mi alma hasta que el Señor la dio luz; porque todos sus gozos eran a sorbos, y salida de allí, no se hallaba con la compañía que después para los traba-jos y tentaciones.

La una es, que va un poco de poca humildad tan

Page 70: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 70 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

solapada y escondida, que no se siente. Y ¿quién será el soberbio y miserable, como yo, que cuando hubiere trabajado toda su vida con cuantas penitencias y ora-ciones y persecuciones se pudieren imaginar, no se halle por muy rico y muy bien pagado, cuando le con-sienta el Señor estar al pie de la Cruz con San Juan? No sé en qué seso cabe no se contentar con esto, sino en el mío que de todas maneras fue perdido en lo que había de ganar.

6. Pues si todas veces la condición o enfermedad, por ser penoso pensar en la Pasión, no se sufre, ¿quién nos quita estar con El después de resucitado, pues tan cerca le tenemos en el Sacramento, adonde ya está glorificado, y no le miraremos tan fatigado y hecho pedazos, corriendo sangre, cansado por los caminos, perseguido de los que hacía tanto bien, no creído de los Apóstoles? Porque, cierto, no todas veces hay quien sufra pensar en tantos trabajos como pasó. Hele aquí sin pena, lleno de gloria, esforzando a los unos, animando a los otros, antes que subiese a los cielos, compañero nuestro en el Santísimo Sacramento, que no parece fue en su mano apartarse un momento de nosotros. ¡Y que haya sido en la mía apartarme yo de Vos, Señor mío, por más serviros! Que ya cuando os ofendía, no os conocía; ¡mas que, conociéndoos, pen-sase ganar más por este camino! ¡Oh, qué mal camino llevaba, Señor! Ya me parece iba sin camino, si Vos no me tornarais a él, que en veros cabe mí, he visto todos los bienes. No me ha venido trabajo que, mirándoos a Vos cuál estuvisteis delante de los jueces, no se me haga bueno de sufrir. Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita. Muy muy muchas veces lo he visto por expe-riencia.

Hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos. 7. Así que vuestra merced, señor, no quiera otro ca-mino, aunque esté en la cumbre de contemplación; por aquí va seguro. Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. El le enseñará. Mirando su vida, es el mejor dechado. ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los traba-jos y tribulaciones, como hacen los del mundo?

Bienaventurado quien de verdad le amare y siem-pre le trajere cabe sí. Miremos al glorioso San Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algu-nos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino. San Francisco da muestra de ello en las lla-gas; San Antonio de Padua, el Niño; San Bernardo se deleitaba en la Humanidad; Santa Catalina de Sena… otros muchos que vuestra merced sabrá mejor que yo.8. Esto de apartarse de lo corpóreo, bueno debe ser, cierto, pues gente tan espiritual lo dice; mas, a mi pa-recer, ha de ser estando el alma muy aprovechada, porque hasta esto, está claro, se ha de buscar al Cria-dor por las criaturas. Todo es como la merced el Señor hace a cada alma; en eso no me entremeto. Lo que querría dar a entender es que no ha de entrar en esta cuenta la sacratísima Humanidad de Cristo. Y entién-dase bien este punto, que querría saberme declarar. 9. Cuando Dios quiere suspender todas las potencias, como en los modos de oración que quedan dichos hemos visto, claro está que, aunque no queramos, se quita esta presencia. Entonces vaya enhorabuena; di-chosa tal pérdida que es para gozar más de lo que nos parece se pierde; porque entonces se emplea el alma toda en amar a quien el entendimiento ha trabajado conocer, y ama lo que no comprendió, y goza de lo que no pudiera tan bien gozar si no fuera perdiéndose a sí, para, como digo, más ganarse. Mas que nosotros de maña y con cuidado nos acostumbremos a no pro-curar con todas nuestras fuerzas traer delante siempre –y pluguiese al Señor fuese siempre- esta sacratísima Humanidad, esto digo que no me parece bien y que es andar el alma en el aire, como dicen; porque parece no trae arrimo, por mucho que le parece anda llena de Dios. Es gran cosa, mientras vivimos y somos huma-nos, traerle humano, que éste es el otro inconveniente que digo hay. El primero, ya comencé a decir es un poco de falta de humildad de quererse levantar el alma hasta que el Señor la levante, y no contentarse con meditar cosa tan preciosa, y querer ser María antes que haya trabajado conMarta. Cuando el Señor quiere que lo sea, aunque sea desde el primer día, no hay que temer; mas comidámonos nosotros, como ya creo otra vez he dicho. Esta motita de poca humildad, aunque no parece es nada, para querer aprovechar en la con-templación hace mucho daño. 10. Tornando al segundo punto, nosotros no somos ángeles, sino tenemos cuerpo. Querernos hacer ánge-

Page 71: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 71 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

les estando en la tierra –y tan en la tierra como yo es-taba- es desatino, sino que ha menester tener arrimo el pensamiento para lo ordinario. Ya que algunas veces el alma salga de sí o ande muchas tan llena de Dios que no haya menester cosa criada para recogerla, esto no es tan ordinario, que en negocios y persecuciones y trabajos, cuando no se puede tener tanta quietud, y en tiempo de sequedades, es muy buen amigo Cristo, porque le miramos Hombre y vémosle con flaquezas y trabajos, y es compañía y, habiendo costumbre, es muy fácil hallarle cabe sí, aunque veces vendrán que lo uno ni lo otro se pueda.

Para esto es bien lo que ya he dicho: no nos mos-trar a procurar consolaciones de espíritu; venga lo que viniere, abrazado con la cruz, es gran cosa. Desierto quedó este Señor de toda consolación; solo le dejaron en los trabajos; no le dejemos nosotros, que, para más sufrir, El nos dará mejor la mano que nuestra diligen-cia, y se ausentará cuando viere que conviene y que quiere el Señor sacar el alma de sí, como he dicho. 11. Mucho contenta a Dios ver un alma que con hu-mildad pone por tercero a su Hijo y le ama tanto, que aun queriendo Su Majestad subirle a muy gran con-templación -como tengo dicho-, se conoce por in-digno, diciendo con San Pedro: Apartaos de mí, que soy hombre pecador.

Esto he probado. De este arte ha llevado Dios mi alma. Otros irán como he dicho- por otro atajo. Lo que yo he entendido es que todo este cimiento de la ora-ción va fundado en humildad y que mientras más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios. No me acuerdo haberme hecho merced muy señalada, de las que adelante diré, que no sea estando deshecha de verme tan ruin. Y aun procuraba Su Majestad darme a entender cosas para ayudarme a conocerme, que yo no las supiera imaginar.

Tengo para mí que cuando el alma hace de su parte algo para ayudarse en esta oración de unión, que aun-que luego luego parece la aprovecha, que como cosa no fundada se tornará muy presto a caer; y he miedo que nunca llegará a la verdadera pobreza de espíritu, que es no buscar consuelo ni gusto en la oración -que los de la tierra ya están dejados-, sino consolación en los trabajos por amor de El que siempre vivió en ellos, y estar en ellos y en las sequedades quieta. Aunque algo se sienta, no para dar inquietud y la pena que a algunas personas, que, si no están siempre trabajando con el entendimiento y con tener devoción, piensan que va todo perdido, como si por su trabajo se mere-ciese tanto bien.

No digo que no se procure y estén con cuidado de-lante de Dios; mas que si no pudieren tener aun un buen pensamiento, como otra vez he dicho, que no se maten; siervos sin provecho somos, ¿qué pensamos poder? 12. Más quiere el Señor que conozcamos esto y ande-mos hechos asnillos para traer la noria del agua que queda dicha, que, aunque cerrados los ojos y no enten-diendo lo que hacen, sacarán más que el hortelano con toda su diligencia. Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios. Si Su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana; si no, servir en oficios bajos y no sentarnos en el mejor lugar, como he dicho alguna vez. Dios tiene cuidado más que nosotros y sabe para lo que es cada uno. ¿De qué sirve gobernarse a sí quien tiene dada ya toda su voluntad a Dios?

A mi parecer, muy menos se sufre aquí que en el primer grado de la oración, y mucho más daña. Son bienes sobrenatural. Si uno tiene mala voz, por mucho que se esfuerce a cantar no se le hace buena; si Dios quiere dársela, no ha él menester antes dar voces. Pues supliquemos siempre nos haga mercedes, rendida el alma, aunque confiada de la grandeza de Dios. Pues para que esté a los pies de Cristo la dan licencia, que procure no quitarse de allí, esté como quiera; imite a la Magdalena, que de que esté fuerte, Dios la llevará al desierto. 13. Así que vuestra merced, hasta que halle quien tenga más experiencia que yo y lo sepa mejor, estése en esto. Si son personas que comienzan a gustar de Dios, no las crea, que les parece les aprovecha y gus-tan más ayudándose. ¡Oh, cuando Dios quiere, cómo viene al descubierto sin estas ayuditas!; que, aunque más hagamos, arrebata el espíritu, como un gigante tomaría una paja, y no basta resistencia. ¡Qué manera para creer que, cuando Él quiere, espera a que vuele el sapo por sí mismo! Y aun más dificultoso y pesado me parece levantarse nuestro espíritu, si Dios no le le-vanta; porque está cargado de tierra y de mil impedi-mentos, y aprovéchale poco querer volar; que, aunque es más su natural que del sapo, está ya tan metido en el cieno, que lo perdió por su culpa.14. Pues quiero concluir con esto: que siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene; que amor saca amor. Y aunque sea muy a los principios y noso-tros muy ruines, procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar; porque si una vez nos

Page 72: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 72 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

hace el Señor merced que se nos imprima en el cora-zón este amor, sernos ha todo fácil y obraremos muy en breve y muy sin trabajo. Dénosle Su Majestad -pues sabe lo mucho que nos conviene- por el que El nos tuvo y por su glorioso Hijo, a quien tan a su costa nos le mostró, amén. 15. Una cosa querría preguntar a vuestra merced: cómo en comenzando el Señor a hacer mercedes a un alma, tan subidas, como es ponerla en perfecta con-templación, que de razón había de quedar perfecta del todo luego (de razón, sí por cierto, porque quien tan gran merced recibe no había más de querer consuelos de la tierra), pues ¿por qué en arrobamiento y en cuando está ya el alma más habituada a recibir merce-des, parece que trae consigo los efectos tan más subi-dos, y mientras más, más desasida, pues en un punto que el Señor llega la puede dejar santificada, como después, andando el tiempo, la deja el mismo Señor con perfección en las virtudes?.

Esto quiero yo saber, que no lo sé. Mas bien sé es diferente lo que Dios deja de fortaleza cuando al principio no dura más que cerrar y abrir los ojos y casi no se siente sino en los efectos que deja, o cuando va más a la larga esta merced. Y muchas veces paréceme a mí si es el no se disponer del todo luego el alma, hasta que el Señor poco a poco la cría y la hace determinar y da fuerzas de varón, para que dé del todo con todo en el suelo. Como lo hizo con la Magdalena con brevedad, hácelo en otras personas, conforme a lo que ellas hacen en dejar a Su Majestad hacer. No acabamos de creer que aun en esta vida da Dios ciento por uno. 16. También pensaba yo esta comparación: que puesto que sea todo uno lo que se da a los que más adelante van que en el principio, es como un manjar que comen de él muchas personas, y las que comen poquito, qué-dales sólo buen sabor por un rato; las que más, ayuda a sustentar; las que comen mucho, da vida y fuerza; y tantas veces se puede comer y tan cumplido de este manjar de vida, que ya no coman cosa que les sepa bien sino él; porque ve el provecho que le hace, y tiene ya tan hecho el gusto a esta suavidad, que querría más no vivir que haber de comer otras cosas que no sean sino para quitar el buen sabor que el buen manjar dejó.

También una compañía santa no hace su conversa-ción tanto provecho de un día como de muchos; y tan-tos pueden ser los que estemos con ella, que seamos como ella, si nos favorece Dios. Y en fin, todo está en lo que Su Majestad quiere y a quien quiere darlo; mas

mucho va en determinarse, a quien ya comienza a re-cibir esta merced, en desasirse de todo y tenerla en lo que es razón.

17. También me parece que anda Su Majestad a probar quién le quiere, si no uno, si no otro, descubriendo quién es con deleite tan soberano, por avivar la fe -si está muerta- de lo que nos ha de dar, diciendo: «Mirad, que esto es una gota del mar grandísimo de bienes», por no dejar nada por hacer con los que ama, y como ve que le reciben, así da y se da. Quiere a quien le quiere. Y ¡qué bien querido! Y ¡qué buen amigo! ¡Oh Señor de mi alma, y quién tuviera palabras para dar a entender qué dais a los que se fían de Vos, y qué pier-den los que llegan a este estado, y se quedan consigo mismos! No queréis Vos esto, Señor, pues más que esto hacéis Vos, que os venís a una posada tan ruin como la mía. ¡Bendito seáis por siempre jamás! 18.-Torno a suplicar a vuestra merced que estas cosas que he escrito de oración, si las tratare con personas espirituales, lo sean.

Porque si no saben más de un camino o se han que-dado en el medio, no podrán así atinar. Y hay algunas que desde luego las lleva Dios por muy subido ca-mino, y paréceles que así podrán los otros aprovechar allí y quietar el entendimiento y no se aprovechar de medios de cosas corpóreas, y quedarse han secos como un palo. Y algunos que hayan tenido un poco de quietud, luego piensan que como tienen lo uno pueden hacer lo otro; y en lugar de aprovechar, desaprovecha-rán, como he dicho. Así que en todo es menester expe-riencia y discreción. El Señor nos la dé por su bondad.

CAPÍTULO XXIII En que torna a tratar del discurso de su vida, y cómo comenzó a tratar de más perfección, y por qué medios. – Es provechoso para las personas que tratan de go-bernar almas que tienen oración saber cómo se han de haber en los principios, y el provecho que le hizo sa-berla llevar. 1. Quiero ahora tornar adonde dejé de mi vida, -que me he detenido, creo, más de lo que me había de dete-ner-, porque se entienda mejor lo que está por venir. Es otro libro nuevo de aquí adelante, digo otra vida nueva. La de hasta aquí era mía; la que he vivido desde que comencé a declarar estas cosas de oración,

Page 73: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 73 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

es que vivía Dios en mí, a lo que me parecía; porque entiendo yo era imposible salir en tan poco tiempo de tan malas costumbres y obras. Sea el Señor alabado que me libró de mí. 2. Pues comenzando a quitar ocasiones y a darme más a la oración, comenzó el Señor a hacerme las merce-des, como quien deseaba, a lo que pareció, que yo las quisiese recibir. Comenzó Su Majestad a darme muy ordinario oración de quietud, y muchas veces de unión, que duraba mucho rato.

Yo, como en estos tiempos habían acaecido grandes ilusiones en mujeres y engaños que las había hecho el demonio, comencé a temer, como era tan grande el de-leite y suavidad que sentía, y muchas veces sin poderlo excusar, puesto que veía en mí por otra parte una grandí-sima seguridad que era Dios, en especial cuando estaba en la oración, y veía que quedaba de allí muy mejorada y con más fortaleza. Mas en distrayéndome un poco, tor-naba a temer y a pensar si quería el demonio, hacién-dome entender que era bueno, suspender el entendimiento para quitarme la oración mental y que no pudiese pensar en la Pasión ni aprovecharme del entendimiento, que me parecía a mí mayor pérdida, como no lo entendía. 3. Mas como Su Majestad quería ya darme luz para que no le ofendiese ya y conociese lo mucho que le debía, creció de suerte este miedo, que me hizo buscar con diligencia personas espirituales con quien tratar, que ya tenía noticia de algunos, porque habían venido aquí los de la Compañía de Jesús, a quien yo -sin co-nocer a ninguno- era muy aficionada, de sólo saber el modo que llevaban de vida y oración; mas no me ha-llaba digna de hablarlos ni fuerte para obedecerlos, que esto me hacía más temer, porque tratar con ellos y ser la que era hacíaseme cosa recia. 4. En esto anduve algún tiempo, hasta que ya, con mucha batería que pasé en mí y temores, me deter-miné a tratar con una persona espiritual para pregun-tarle qué era la oración que yo tenía, y que me diese luz, si iba errada, y hacer todo lo que pudiese por no ofender a Dios. Porque la falta -como he dicho- que veía en mí de fortaleza me hacía estar tan tímida.

¡Qué engaño tan grande, válgame Dios, que para que-rer ser buena me apartaba del bien! En esto debe poner mucho el demonio en el principio de la virtud, porque yo no podía acabarlo conmigo. Sabe él que está todo el medio de un alma en tratar con amigos de Dios, y así no había término para que yo a esto me determinase.

Aguardaba a enmendarme primero, como cuando

dejé la oración, y por ventura nunca lo hiciera, porque estaba ya tan caída en cosillas de mala costumbre que no acababa de entender eran malas, que era menester ayuda de otros y darme la mano para levantarme.

Bendito sea el Señor que, en fin, la suya fue la primera. 5. Como yo vi iba tan adelante mi temor, porque cre-cía la oración, parecióme que en esto había algún gran bien o grandísimo mal.

Porque bien entendía ya era cosa sobrenatural lo que tenía, porque algunas veces no lo podía resistir. Tenerlo cuando yo quería, era excusado. Pensé en mí que no tenía remedio si no procuraba tener limpia con-ciencia y apartarme de toda ocasión, aunque fuese de pecados veniales, porque, siendo espíritu de Dios, clara estaba la ganancia; si era demonio, procurando yo tener contento al Señor y no ofenderle, poco daño me podía hacer, antes él quedaría con pérdida. Deter-minada en esto y suplicando siempre a Dios me ayu-dase, procurando lo dicho algunos días, vi que no tenía fuerza mi alma para salir con tanta perfección a solas, por algunas aficiones que tenía a cosas que, aunque de suyo no eran muy malas, bastaban para es-tragarlo todo.

6. Dijéronme de un clérigo letrado que había en este lugar, que comenzaba el Señor a dar a entender a la gente su bondad y buena vida. Yo procuré por medio de un caballero santo que hay en este lugar. Es casado, mas de vida tan ejemplar y virtuosa, y de tanta oración y caridad, que en todo él resplandece su bondad y per-fección. Y con mucha razón, porque grande bien ha venido a muchas almas por su medio, por tener tantos talentos, que, aun con no le ayudar su estado, no puede dejar con ellos de obrar. Mucho entendimiento y muy apacible para todos. Su conversación no pesada, tan suave y agraciada, junto con ser recta y santa, que da contento grande a los que trata. Todo lo ordena para gran bien de las almas que conversa, y no parece trae otro estudio sino hacer por todos los que él ve se sufre y contentar a todos. 7. Pues este bendito y santo hombre, con su industria, me parece fue principio para que mi alma se salvase. Su humildad a mí espántame, que con haber, a lo que creo, poco menos de cuarenta años que tiene oración -no sé si son dos o tres menos-, y lleva toda la vida de perfección, que, a lo que parece, sufre su estado. Por-que tiene una mujer tan gran sierva de Dios y de tanta caridad, que por ella no se pierde; en fin, como mujer de quien Dios sabía había de ser tan gran siervo suyo,

Page 74: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 74 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

la escogió. Estaban deudos suyos casados con parien-tes míos. Y también con otro harto siervo de Dios, que estaba casado con una prima mía, tenía mucha comu-nicación. 8. Por esta vía procuré viniese a hablarme este clérigo que digo tan siervo de Dios, que era muy su amigo, con quien pensé confesarme y tener por maestro. Pues trayéndole para que me hablase, y yo con grandísima confusión de verme presente de hombre tan santo, dile parte de mi alma y oración, que confesarme no quiso: dijo que era muy ocupado, y era así. Comenzó con determinación santa a llevarme como a fuerte, que de razón había de estar según la oración vio que tenía, para que en ninguna manera ofendiese a Dios.Yo, como vi su determinación tan de presto en cosillas que, como digo, yo no tenía fortaleza para salir luego con tanta perfección, afligíme; y como vi que tomaba las cosas de mi alma como cosa que en una vez había de acabar con ella, yo veía que había menester mucho más cuidado. 9. En fin, entendí no eran por los medios que él me daba por donde yo me había de remediar, porque eran para alma más perfecta; y yo, aunque en las mercedes de Dios estaba adelante, estaba muy en los principios en las virtudes y mortificación. Y cierto, si no hubiera de tratar más de con él, yo creo nunca medrara mi alma; porque de la aflicción que me daba de ver cómo yo no hacía -ni me parece podía- lo que él me decía, bastaba para perder la esperanza y dejarlo todo. Algunas veces me maravillo, que siendo persona que tiene gracia particular en comenzar a llegar almas a Dios, cómo no fue servido entendiese la mía ni se qui-siese encargar de ella, y veo fue todo para mayor bien mío, porque yo conociese y tratase gente tan santa como la de la Compañía de Jesús.

10. De esta vez quedé concertada con este caballero santo, para que alguna vez me viniese a ver. Aquí se vio su gran humildad, querer tratar con persona tan ruin como yo. Comenzóme a visitar y a animarme y decirme que no pensase que en un día me había de apartar de todo, que poco a poco lo haría Dios; que en cosas bien livianas había él estado algunos años, que no las había podido acabar consigo. ¡Oh humildad, qué grandes bienes haces adonde estás y a los que se llegan a quien la tiene! Decíame este santo (que a mi parecer con razón le puedo poner este nombre) flaque-zas, que a él le parecían que lo eran, con su humildad, para mi remedio; y mirado conforme a su estado, no

era falta ni imperfección, y conforme al mío, era gran-dísima tenerlas.

Yo no digo esto sin propósito, porque parece me alargo en menudencias, e importan tanto para comen-zar a aprovechar un alma y sacarla a volar (que aún no tiene plumas, como dicen), que no lo creerá nadie, sino quien ha pasado por ello. Y porque espero yo en Dios vuestra merced ha de aprovechar muchas, lo digo aquí, que fue toda mi salud saberme curar y tener hu-mildad y caridad para estar conmigo, y sufrimiento de ver que no en todo me enmendaba. Iba con discreción, poco a poco dando maneras para vencer el demonio. Yo le comencé a tener tan grande amor, que no había para mí mayor descanso que el día que le veía, aunque eran pocos. Cuando tardaba, luego me fatigaba mucho, pareciéndome que por ser tan ruin no me veía. 11. Como él fue entendiendo mis imperfecciones tan grandes, y aun serían pecados (aunque después que le traté, más enmendada estaba), y como le dije las mer-cedes que Dios me hacía, para que me diese luz, dí-jome que no venía lo uno con lo otro, que aquellos regalos eran ya de personas que estaban muy aprove-chadas y mortificadas, que no podía dejar de temer mucho, porque le parecía mal espíritu en algunas cosas, aunque no se determinaba, mas que pensase bien todo lo que entendía de mi oración y se lo dijese. Y era el trabajo que yo no sabía poco ni mucho decir lo que era mi oración; porque esta merced de saber entender qué es, y saberlo decir, ha poco que me lo dio Dios. 12. Como me dijo esto, con el miedo que yo traía, fue grande mi aflicción y lágrimas. Porque, cierto, yo de-seaba contentar a Dios y no me podía persuadir a que fuese demonio; mas temía por mis grandes pecados me cegase Dios para no lo entender.

Mirando libros para ver si sabría decir la oración que tenía, hallé en uno que se llama Subida del Monte, en lo que toca a unión del alma con Dios, todas las señales que yo tenía en aquel no pensar nada, que esto era lo que yo más decía: que no podía pensar nada cuando tenía aquella oración; y señalé con unas rayas las partes que eran, y dile el libro para que él y el otro clérigo que he dicho, santo y siervo de Dios, lo mira-sen y me dijesen lo que había de hacer; y que, si les pareciese, dejaría la oración del todo, que para qué me había yo de meter en esos peligros; pues a cabo de veinte años casi que había que la tenía, no había salido con ganancia, sino con engaños del demonio, que mejor era no la tener; aunque también esto se me hacía

Page 75: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 75 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

recio, porque ya yo había probado cuál estaba mi alma sin oración.

Así que todo lo veía trabajoso, como el que está metido en un río, que a cualquier parte que vaya de él teme más peligro, y él se está casi ahogando.

Es un trabajo muy grande éste, y de éstos he pa-sado muchos, como diré adelante; que aunque parece no importa, por ventura hará provecho entender cómo se ha de probar el espíritu.13. Y es grande, cierto, el trabajo que se pasa, y es menester tiento, en especial con mujeres, porque es mucha nuestra flaqueza y podría venir a mucho mal diciéndoles muy claro es demonio; sino mirarlo muy bien, y apartarlas de los peligros que puede haber, y avisarlas en secreto pongan mucho y le tengan ellos, que conviene. Y en esto hablo como quien le cuesta harto trabajo no le tener algunas personas con quien he tratado mi oración, sino preguntando unos y otros, por bien me han hecho harto daño, que se han divul-gado cosas que estuvieran bien secretas -pues no son para todos- y parecía las publicaba yo. Creo sin culpa suya lo ha permitido el Señor para que yo padeciese. No digo que decían lo que trataba con ellos en confe-sión; mas, como eran personas a quien yo daba cuenta por mis temores para que me diesen luz, parecíame a mí habían de callar. Con todo, nunca osaba callar cosa a personas semejantes.

Pues digo que se avise con mucha discreción, ani-mándolas y aguardando tiempo, que el Señor las ayu-dará como ha hecho a mí; que si no, grandísimo daño me hiciera, según era temerosa y medrosa. Con el gran mal de corazón que tenía, espántome cómo no me hizo mucho mal. 14. Pues como di el libro, y hecha relación de mi vida y pecados lo mejor que pude por junto (que no confe-sión, por ser seglar, mas bien di a entender cuán ruin era), los dos siervos de Dios miraron con gran caridad y amor lo que me convenía.

Venida la respuesta que yo con harto temor espe-raba, y habiendo encomendado a muchas personas que me encomendasen a Dios y yo con harta oración aquellos días, con harta fatiga vino a mí y díjome que, a todo su parecer de entrambos, era demonio; que lo que me convenía era tratar con un padre de la Compa-ñía de Jesús, que como yo le llamase diciendo tenía necesidad vendría, y que le diese cuenta de toda mi vida por una confesión general, y de mi condición, y todo con mucha claridad; que por la virtud del sacra-mento de la confesión le daría Dios más luz; que eran muy experimentados en cosas de espíritu; que no sa-

liese de lo que me dijese en todo, porque estaba en mucho peligro si no había quien me gobernase. 15. A mí me dio tanto temor y pena, que no sabía qué me hacer.

Todo era llorar. Y estando en un oratorio muy afli-gida, no sabiendo qué había de ser de mí, leí en un libro -que parece el Señor me lo puso en las manos- que decía San Pablo: Que era Dios muy fiel, que nunca a los que le amaban consentía ser del demonio engañados. Esto me consoló mucho.

Comencé a tratar de mi confesión general y poner por escrito todos los males y bienes, un discurso de mi vida lo más claramente que yo entendí y supe, sin dejar nada por decir.

Acuérdome que como vi, después que lo escribí, tantos males y casi ningún bien, que me dio una aflic-ción y fatiga grandísima.

También me daba pena que me viesen en casa tra-tar con gente tan santa como los de la Compañía de Jesús, porque temía mi ruindad y parecíame quedaba obligada más a no lo ser y quitarme de mis pasatiem-pos, y si esto no hacía, que era peor; y así, procuré con la sacristana y portera no lo dijesen a nadie. Aprove-chóme poco, que acertó a estar a la puerta, cuando me llamaron, quien lo dijo por todo el convento. Mas ¡qué de embarazos pone el demonio y qué de temores a quien se quiere llegar a Dios!

16. Tratando con aquel siervo de Dios -que lo era harto y bien avisado- toda mi alma, como quien bien sabía este lenguaje, me declaró lo que era y me animó mucho. Dijo ser espíritu de Dios muy conocidamente, sino que era menester tornar de nuevo a la oración: porque no iba bien fundada, ni había comenzado a en-tender mortificación (y era así, que aun el nombre no me parece entendía), y que en ninguna manera dejase la oración, sino que me esforzase mucho, pues Dios me hacía tan particulares mercedes; que qué sabía si por mis medios quería el Señor hacer bien a muchas personas, y otras cosas (que parece profetizó lo que después el Señor ha hecho conmigo); que tendría mucha culpa si no respondía a las mercedes que Dios me hacía.

En todo me parecía hablaba en él el Espíritu Santo para curar mi alma, según se imprimía en ella. 17. Hízome gran confusión. Llevóme por medios que parecía del todo me tornaba otra. ¡Qué gran cosa es entender un alma! Díjome tuviese cada día oración en un paso de la Pasión, y que me aprovechase de él, y que

Page 76: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 76 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

no pensase sino en la Humanidad, y que aquellos reco-gimientos y gustos resistiese cuanto pudiese, de manera que no los diese lugar hasta que él me dijese otra cosa.

18. Dejóme consolada y esforzada, y el Señor que me ayudó y a él para que entendiese mi condición y cómo me había de gobernar.

Quedé determinada de no salir de lo que me man-dase en ninguna cosa, y así lo hice hasta hoy. Alabado sea el Señor, que me ha dado gracia para obedecer a mis confesores, aunque imperfectamente; y casi siem-pre han sido de estos benditos hombres de la Compa-ñía de Jesús; aunque imperfectamente, como digo, los he seguido.

Conocida mejoría comenzó a tener mi alma, como ahora diré.

CAPÍTULO XXIV Prosigue en lo comenzado, y dice cómo fue aprovechándose su alma después que comenzó a obedecer, y lo poco que le aprove-chaba el resistir las mercedes de Dios, y cómo Su Majestad se las iba dando más cumplidas. 1. Quedó mi alma de esta confesión tan blanda, que me parecía no hubiera cosa a que no me dispusiera; y así comencé a hacer mudanza en muchas cosas, aun-que el confesor no me apretaba, antes parecía hacía poco caso de todo. Y esto me movía más, porque lo llevaba por modo de amar a Dios y como que dejaba libertad y no apremio, si yo no me le pusiese por amor.

Estuve así casi dos meses, haciendo todo mi poder en resistir los regalos y mercedes de Dios. Cuanto a lo exterior, veíase la mudanza, porque ya el Señor me comenzaba a dar ánimo para pasar por algunas cosas que decían personas que me conocían, pareciéndoles extremos, y aun en la misma casa. Y de lo que antes hacía, razón tenían, que era extremo; mas de lo que era obligada al hábito y profesión que hacía, quedaba corta. 2. Gané de este resistir gustos y regalos de Dios, ense-ñarme Su Majestad. Porque antes me parecía que para darme regalos en la oración era menester mucho arrin-conamiento, y casi no me osaba bullir. Después vi lo poco que hacía al caso; porque cuando más procuraba divertirme, más me cubría el Señor de aquella suavidad y gloria, que me parecía toda me rodeaba y que por ninguna parte podía huir, y así era. Yo traía tanto cui-dado, que me daba pena. El Señor le traía mayor a ha-cerme mercedes y a señalarse mucho más que solía en

estos dos meses, para que yo mejor entendiese no era más en mi mano.

Comencé a tomar de nuevo amor a la sacratísima Humanidad.

Comenzóse a asentar la oración como edificio que ya llevaba cimiento, y a aficionarme a más penitencia, de que yo estaba descuidada por ser tan grandes mis enfermedades. Díjome aquel varón santo que me con-fesó, que algunas cosas no me podrían dañar; que por ventura me daba Dios tanto mal, porque yo no hacía penitencia, me la quería dar Su Majestad. Mandábame hacer algunas mortificaciones no muy sabrosas para mí. Todo lo hacía, porque parecíame que me lo mandaba el Señor, y dábale gracia para que me lo mandase de ma-nera que yo le obedeciese. Iba ya sintiendo mi alma cualquiera ofensa que hiciese a Dios, por pequeña que fuese, de manera que si alguna cosa superflua traía, no podía recogerme hasta que me la quitaba. Hacía mucha oración porque el Señor me tuviese de su mano; pues trataba con sus siervos, permitiese no tornase atrás, que me parecía fuera gran delito y que habían ellos de per-der crédito por mí. 3. En este tiempo vino a este lugar el padre Francisco, que era duque de Gandía y había algunos años que, dejándolo todo, había entrado en la Compañía de Jesús. Procuró mi confesor, y el caballero que he dicho tam-bién vino a mí, para que le hablase y diese cuenta de la oración que tenía, porque sabía iba adelante en ser muy favorecido y regalado de Dios, que como quien había mucho dejado por El, aun en esta vida le pagaba.

Pues después que me hubo oído, díjome que era es-píritu de Dios y que le parecía que no era bien ya resis-tirle más, que hasta entonces estaba bien hecho, sino que siempre comenzase la oración en un paso de la Pa-sión, y que si después el Señor me llevase el espíritu, que no lo resistiese, sino que dejase llevarle a Su Ma-jestad, no lo procurando yo. Como quien iba bien ade-lante, dio la medicina y consejo, que hace mucho en esto la experiencia. Dijo que era yerro resistir ya más.

Yo quedé muy consolada, y el caballero también holgábase mucho que dijese era de Dios, y siempre me ayudaba y daba avisos en lo que podía, que era mucho.

4. En este tiempo mudaron a mi confesor de este lugar a otro, lo que yo sentí muy mucho, porque pensé me había de tornar a ser ruin y no me parecía posible ha-llar otro como él. Quedó mi alma como en un desierto, muy desconsolada y temerosa. No sabía qué hacer de mí. Procuróme llevar una parienta mía a su casa, y yo procuré ir luego a procurar otro confesor en la Com-

Page 77: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 77 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

pañía. Fue el Señor servido que comencé a tomar amistad con una señora viuda, de mucha calidad y ora-ción, que trataba con ellos mucho. Hízome confesar a su confesor, y estuve en su casa muchos días. Vivía cerca. Yo me holgaba por tratar mucho con ellos, que, de sólo entender la santidad de su trato, era grande el provecho que mi alma sentía.

5. Este Padre me comenzó a poner en más perfección. Decíame que para del todo contentar a Dios no había de dejar nada por hacer; también con harta maña y blandura, porque no estaba aún mi alma nada fuerte, sino muy tierna, en especial en dejar algunas amista-des que tenía. Aunque no ofendía a Dios con ellas, era mucha afición, y parecíame a mí era ingratitud dejar-las, y así le decía que, pues no ofendía a Dios, que por qué había de ser desagradecida. Él me dijo que lo en-comendase a Dios unos días y rezase el himno de Veni, Creator, porque me diese luz de cuál era lo mejor. Habiendo estado un día mucho en oración y suplicando al Señor me ayudase a contentarle en todo, comencé el himno, y estándole diciendo, vínome un arrebatamiento tan súbito que casi me sacó de mí, cosa que yo no pude dudar, porque fue muy conocido. Fue la primera vez que el Señor me hizo esta merced de arrobamientos. Entendí estas palabras: Ya no quiero que tengas conversación con hombres, sino con ánge-les. A mí me hizo mucho espanto, porque el movi-miento del ánima fue grande, y muy en el espíritu se me dijeron estas palabras, y así me hizo temor, aunque por otra parte gran consuelo, que en quitándoseme el temor que –a mi parecer- causó la novedad, me quedó. 6. Ello se ha cumplido bien, que nunca más yo he po-dido asentar en amistad ni tener consolación ni amor particular sino a personas que entiendo le tienen a Dios y le procuran servir, ni ha sido en mi mano, ni me hace el caso ser deudos ni amigos. Si no entiendo esto o es persona que trata de oración, esme cruz penosa tratar con nadie. Esto es así, a todo mi parecer, sin ninguna falta. 7. Desde aquel día yo quedé tan animosa para dejarlo todo por Dios como quien había querido en aquel mo-mento -que no me parece fue más- dejar otra a su sierva. Así que no fue menester mandármelo más; que como me veía el confesor tan asida en esto, no había osado determinadamente decir que lo hiciese. Debía aguardar a que el Señor obrase, como lo hizo. Ni yo pensé salir con ello, porque ya yo misma lo había pro-curado, y era tanta la pena que me daba, que como

cosa que me parecía no era inconveniente, lo dejaba; ya aquí me dio el Señor libertad y fuerza para ponerlo por obra. Así se lo dije al confesor y lo dejé todo con-forme a como me lo mandó. Hizo harto provecho a quien yo trataba ver en mí esta determinación. 8. Sea Dios bendito por siempre, que en un punto me dio la libertad que yo, con todas cuantas diligencias había hecho muchos años había, no pude alcanzar conmigo, haciendo hartas veces tan gran fuerza, que me costaba harto de mi salud. Como fue hecho de quien es poderoso y Señor verdadero de todo, ninguna pena me dio.

CAPÍTULO XXV En que trata el modo y manera cómo se entienden estas hablas que hace Dios al alma sin oírse, y de algunos engaños que puede haber en ello, y en qué se conocerá cuándo lo es. – Es de mucho prove-cho para quien se viere en este grado de oración, porque se declara muy bien, y de harta doctrina. 1. Paréceme será bien declarar cómo es este hablar que hace Dios al alma y lo que ella siente, para que vuestra merced lo entienda.

Porque desde esta vez que he dicho que el Señor me hizo esta merced, es muy ordinario hasta ahora, como se verá en lo que está por decir.

Son unas palabras muy formadas, mas con los oídos corporales no se oyen, sino entiéndense muy más claro que si se oyesen; y dejarlo de entender, aun-que mucho se resista, es por demás.

Porque cuando acá no queremos oír, podemos tapar los oídos o advertir a otra cosa, de manera que, aunque se oiga, no se entienda. En esta plática que hace Dios al alma no hay remedio ninguno, sino que, aunque me pese, me hacen escuchar y estar el enten-dimiento tan entero para entender lo que Dios quiere entendamos, que no basta querer ni no querer. Porque el que todo lo puede, quiere que entendamos se ha de hacer lo que quiere y se muestra señor verdadero de nosotros. Esto tengo muy experimentado, porque me duró casi dos años el resistir, con el gran miedo que traía, y ahora lo pruebo algunas veces, mas poco me aprovecha.

2. Yo querría declarar los engaños que puede haber aquí (aunque a quien tiene mucha experiencia paré-ceme será poco o ninguno, mas ha de ser mucha la experiencia) y la diferencia que hay cuando es espíritu bueno o cuando es malo, o cómo puede también ser

Page 78: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 78 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

aprensión del mismo entendimiento -que podría acae-cer- o hablar el mismo espíritu a sí mismo. Esto no sé yo si puede ser, mas aún hoy me ha parecido que sí.

Cuando es de Dios, tengo muy probado en muchas cosas que se me decían dos o tres años antes, y todas se han cumplido, y hasta ahora ninguna ha salido men-tira, y otras cosas adonde se ve claro ser espíritu de Dios, como después se dirá.

3. Paréceme a mí que podría una persona, estando enco-mendando una cosa a Dios con gran afecto y aprensión, parecerle entiende alguna cosa si se hará o no, y es muy posible; aunque a quien ha entendido de estotra suerte, verá claro lo que es, porque es mucha la diferencia, y si es cosa que el entendimiento fabrica, por delegado que vaya, entiende que ordena él algo y que habla; que no es otra cosa sino ordenar uno la plática, o escuchar lo que otro le dice; y verá el entendimiento que entonces no escucha, pues que obra; y las palabras que él fabrica son como cosa sorda, fantaseada, y no con la claridad que estotras. Y aquí está en nuestra mano divertirnos, como callar cuando hablamos; en estotro no hay términos.

Y otra señal más que todas: que no hace operación. Porque estotra que habla el Señor es palabras y obras; y aunque las palabras no sean de devoción, sino de repren-sión, a la primera disponen un alma, y la habilita y enter-nece y da luz y regala y quieta; y si estaba con sequedad o alboroto y desasosiego de alma, como con la mano se le quita, y aun mejor, que parece quiere el Señor se en-tienda que es poderoso y que sus palabras son obras. 4. Paréceme que hay la diferencia que si nosotros hablá-semos u oyésemos, ni más ni menos. Porque lo que hablo, como he dicho, voy ordenando con el entendi-miento lo que digo. Mas si me hablan, no hago más de oír sin ningún trabajo.

Lo uno va como una cosa que no nos podemos bien determinar si es, como uno que está medio dormido; es-totro es voz tan clara que no se pierde una sílaba de lo que se dice. Y acaece ser a tiempos que está el entendi-miento y alma tan alborotada y distraída, que no acertaría a concertar una buena razón, y halla guisadas grandes sentencias que le dicen, que ella, aun estando muy reco-gida, no pudiera alcanzar, y a la primera palabra, como digo, la mudan toda.

En especial si está en arrobamiento, que las potencias están suspendidas, ¿cómo se entenderán cosas que no habían venido a la memoria aun antes? ¿Cómo vendrán entonces, que no obra casi, y la imaginación está como embobada?

5. Entiéndase que cuando se ven visiones o se entien-den estas palabras, a mi parecer, nunca es en tiempo que está unida el alma en el mismo arrobamiento; que en este tiempo -como ya dejo declarado, creo en la segunda agua- del todo se pierden todas las potencias y a mi parecer allí ni se puede ver ni entender ni oír: está en otro poder toda, y en este tiempo, que es muy breve, no me parece la deja el Señor para nada liber-tad. Pasado este breve tiempo, que se queda aún en el arrobamiento el alma, es esto que digo; porque quedan las potencias de manera que, aunque no están perdi-das, casi nada obran; están como absortas y no hábiles para concertar razones. Hay tantas para entender la diferencia, que si una vez se engañase, no serán mu-chas. 6. Y digo que si es alma ejercitada y está sobre aviso, lo verá muy claro; porque dejadas otras cosas por donde se ve lo que he dicho, ningún efecto hace, ni el alma lo admite (porque estotro, mal que nos pese), y no se da crédito, antes se entiende que es devanear del entendimiento, casi como no se haría caso de una per-sona que sabéis tiene frenesí.

Estotro es como si lo oyésemos a una persona muy santa o letrada y de gran autoridad, que sabemos no nos ha de mentir. Y aun es baja comparación, porque traen algunas veces una majestad consigo estas pala-bras, que, sin acordarnos quién las dicen, si son de reprensión hacen temblar, y si son de amor, hacen des-hacerse en amar. Y son cosas, como he dicho, que es-taban bien lejos de la memoria, y dícense tan de presto sentencias tan grandes, que era menester mucho tiempo para haberlas de ordenar, y en ninguna manera me parece se puede entonces ignorar no ser cosa fabri-cada de nosotros.

Así que en esto no hay que me detener, que por maravilla me parece puede haber engaño en persona ejercitada, si ella misma de advertencia no se quiere engañar. 7. Acaecídome ha muchas veces, si tengo alguna duda, no creer lo que me dicen, y pensar si se me antojó (esto después de pasado, que entonces es imposible), y verlo cumplido desde a mucho tiempo; porque hace el Señor que quede en la memoria, que no se puede olvidar. Y lo que es del entendimiento es como primer movimiento del pensamiento, que pasa y se olvida. Estotro es como obra que, aunque se olvide algo y pase tiempo, no tan del todo que se pierda la memoria de que, en fin, se dijo, salvo si no ha mucho tiempo o son palabras de favor o doctrina; mas de profecía no

Page 79: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 79 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

hay olvidarse, a mi parecer, al menos a mí, aunque tengo poca memoria. 8. Y torno a decir que me parece si un alma no fuese tan desalmada que lo quiera fingir (que sería harto mal) y decir que lo entiende no siendo así; mas dejar de ver claro que ella lo ordena y lo parla entre sí, paréceme no lleva camino, si ha entendido el espíritu de Dios, que si no, toda su vida podrá estarse en ese engaño y parecerle que entiende, aunque yo no sé cómo. O esta alma lo quiere entender, o no: si se está deshaciendo de lo que entiende y en ninguna manera querría entender nada por mil temores y otras mu-chas causas que hay para tener deseo de estar quieta en su oración sin estas cosas, ¿cómo da tanto espacio al entendimiento que ordene razones? Tiempo es me-nester para esto.

Acá sin perder ninguno, quedamos enseñadas y se entienden cosas que parece era menester un mes para ordenarlas, y el mismo entendimiento y alma quedan espantadas de algunas cosas que se entienden. 9. Esto es así, y quien tuviere experiencia verá que es al pie de la letra todo lo que he dicho. Alabo a Dios porque lo he sabido así decir. Y acabo con que me parece, siendo del entendimiento, cuando lo quisié-semos lo podríamos entender, y cada vez que tene-mos oración nos podría parecer entendemos. Mas en estotro no es así, sino que estaré muchos días que aunque quiera entender algo es imposible, y cuando otras veces no quiero, como he dicho, lo tengo de entender.Paréceme que quien quisiese engañar a los otros, di-ciendo que entiende de Dios lo que es de sí, que poco le cuesta decir que lo oye con los oídos corporales; y es así cierto con verdad, que jamás pensé había otra manera de oír ni entender hasta que lo vi por mí; y así, como he dicho, me cuesta harto trabajo.

10. Cuando es demonio, no sólo no deja buenos efec-tos, mas déjalos malos. Esto me ha acaecido no más de dos o tres veces, y he sido luego avisada del Señor cómo era demonio. Dejado la gran sequedad que queda, es una inquietud en el alma a manera de otras muchas veces que ha permitido el Señor que tenga grandes tentaciones y trabajos de alma de diferentes maneras; y aunque me atormenta hartas veces, como adelante diré, es una inquietud que no se sabe enten-der de dónde viene, sino que parece resiste el alma y se alborota y aflige sin saber de qué, porque lo que él dice no es malo sino bueno. Pienso si siente un espí-

ritu a otro. El gusto y deleite que él da, a mi parecer, es diferente en gran manera.

Podrá él engañar con estos gustos a quien no tu-viere o hubiere tenido otros de Dios. 11. De veras digo gustos, una recreación suave, fuerte, impresa, deleitosa, quieta; que unas devocioncitas del alma, de lágrimas y otros sentimientos pequeños, que al primer airecito de persecución se pierden estas flo-recitas, no las llamo devociones, aunque son buenos principios y santos sentimientos, mas no para determi-nar estos efectos de buen espíritu o malo. Y así es bien andar siempre con gran aviso, porque cuando a perso-nas que no están más adelante en la oración que hasta esto, fácilmente podrían ser engañadas si tuviesen vi-siones o revelaciones.

Yo nunca tuve cosa de estas postreras hasta haberme Dios dado, por sólo su bondad, oración de unión, si no fue la primera vez que dije, que ha muchos años, que vi a Cristo, que pluguiera a Su Majestad entendiera yo era verdadera visión como después lo he entendido, que no me fuera poco bien. Ninguna blandura queda en el alma, sino como espantada y con gran disgusto. 12. Tengo por muy cierto que el demonio no engañará -ni lo permitirá Dios- a alma que de ninguna cosa se fía de sí y está fortalecida en la fe, que entienda ella de sí que por un punto de ella morirá mil muertes. Y con este amor a la fe, que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir conforme a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien tiene ya hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían cuantas revelaciones pueda imagi-nar -aunque viese abiertos los cielos- un punto de lo que tiene la Iglesia Si alguna vez se viese vacilar en su pensamiento contra esto, o detenerse en decir: «pues si Dios me dice esto, también puede ser verdad, como lo que decía a los santos» (no digo que lo crea, sino que el demonio la comience a tentar por primer movi-miento; que detenerse en ello ya se ve que es malí-simo, mas aun primeros movimientos muchas veces en este caso creo no vendrán si el alma está en esto tan fuerte como la hace el Señor a quien da estas cosas, que le parece desmenuzaría los demonios sobre una verdad de lo que tiene la Iglesia, muy pequeña), digo que si no viere en sí esta fortaleza grande y que ayude a ella la devoción o visión, que no la tenga por segura.

13. Porque, aunque no se sienta luego el daño, poco a poco podría hacerse grande. Que, a lo que yo veo y sé de experiencia, de tal manera queda el crédito de que

Page 80: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 80 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

es Dios, que vaya conforme a la Sagrada Escritura, y como un tantico torciese de esto, mucha más firmeza sin comparación me parece tendría en que es demonio que ahora tengo de que es Dios, por grande que la tenga. Porque entonces no es menester andar a buscar señales ni qué espíritu es, pues está tan clara esta señal para creer que es demonio, que si entonces todo el mundo me asegurase que es Dios, no lo creería.

El caso es que, cuando es demonio parece que se esconden todos los bienes y huyen del alma, según queda desabrida y alborotada y sin ningún efecto bueno. Porque aunque parece pone deseos, no son fuertes. La humildad que deja es falsa, alborotada y sin suavidad. Paréceme que a quien tiene experiencia del buen espíritu, lo entenderá. 14. Con todo, puede hacer muchos embustes el de-monio, y así no hay cosa en esto tan cierta que no lo sea más temer e ir siempre con aviso, y tener maes-tro que sea letrado y no le callar nada, y con esto ningún daño puede venir; aunque a mí hartos me han venido por estos temores demasiados que tie-nen algunas personas.

En especial me acaeció una vez que se habían jun-tado muchos a quien yo daba gran crédito -y era razón se le diese- que, aunque yo ya no trataba sino con uno, y cuando él me lo mandaba hablaba a otros, unos con otros trataban mucho de mi remedio, que me tenían mucho amor y temían no fuese engañada. Yo también traía grandísimo temor cuando no estaba en la oración, que estando en ella y haciéndome el Señor alguna merced, luego me aseguraba. Creo eran cinco o seis, todos muy siervos de Dios. Y díjome mi confesor que todos se determinaban en que era demonio, que no comulgase tan a menudo y que procurase distraerme de suerte que no tuviese soledad.

Yo era temerosa en extremo, como he dicho. Ayu-dábame el mal de corazón, que aun en una pieza sola no osaba estar de día muchas veces. Yo, como vi que tantos lo afirmaban y yo no lo podía creer, diome grandísimo escrúpulo, pareciendo poca humildad; porque todos eran más de buena vida sin comparación que yo, y letrados, que por qué no los había de creer. Forzábame lo que podía para creerlo, y pensaba que mi ruin vida y que conforme a esto debían de decir verdad. 15. Fuime de la iglesia con esta aflicción y entréme en un oratorio, habiéndome quitado muchos días de co-mulgar, quitada la soledad, que era todo mi consuelo, sin tener persona con quien tratar, porque todos eran

contra mí: unos me parecía burlaban de mí cuando de ello trataba, como que se me antojaba; otros avisaban al confesor que se guardase de mí; otros decían que era claro demonio; sólo el confesor, que, aunque con-formaba con ellos por probarme -según después supe-, siempre me consolaba y me decía que, aunque fuese demonio, no ofendiendo yo a Dios, no me podía hacer nada, que ello se me quitaría, que lo rogase mucho a Dios. Y él y todas las personas que confesaba lo ha-cían harto, y otras muchas, y yo toda mi oración, y cuantos entendía eran siervos de Dios, porque Su Ma-jestad me llevase por otro camino. Y esto me duró no sé si dos años, que era continuo pedirlo al Señor. 16. A mí ningún consuelo me bastaba, cuando pensaba que era posible que tantas veces me había de hablar el demonio. Porque de que no tomaba horas de soledad para oración, en conversación me hacía el Señor reco-ger y, sin poderlo yo excusar, me decía lo que era ser-vido y, aunque me pesaba, lo había de oír.

17. Pues estándome sola, sin tener una persona con quien descansar, ni podía rezar ni leer, sino como per-sona espantada de tanta tribulación y temor de si me había de engañar el demonio, toda alborotada y fati-gada, sin saber qué hacer de mí. En esta aflicción me vi algunas y muchas veces, aunque no me parece ninguna en tanto extremo. Estuve así cuatro o cinco horas, que consuelo del cielo ni de la tierra no había para mí, sino que me dejó el Señor padecer, temiendo mil peligros. ¡Oh Señor mío, cómo sois Vos el amigo verdadero; y como poderoso, cuando queréis podéis, y nunca dejáis de querer si os quieren! ¡Alaben os todas las cosas, Señor del mundo! ¡Oh, quién diese voces por él, para decir cuán fiel sois a vuestros amigos! Todas las cosas faltan; Vos Señor de todas ellas, nunca faltáis. Poco es lo que dejáis padecer a quien os ama.

¡Oh Señor mío!, ¡qué delicada y pulida y sabrosa-mente los sabéis tratar! ¡Quién nunca se hubiera dete-nido en amar a nadie sino a Vos! Parece, Señor, que probáis con rigor a quien os ama, para que en el ex-tremo del trabajo se entienda el mayor extremo de vues-tro amor. ¡Oh Dios mío, quién tuviera entendimiento y letras y nuevas palabras para encarecer vuestras obras como lo entiende mi alma! Fáltame todo, Señor mío; mas si Vos no me desamparáis, no os faltaré yo a Vos. Levántense contra mí todos los letrados; persíganme todas las cosas criadas, atorméntenme los demonios, no me faltéis Vos, Señor, que ya tengo experiencia de la ganancia con que sacáis a quien sólo en Vos confía.

Page 81: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 81 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

18. Pues estando en esta gran fatiga (aún entonces no había comenzado a tener ninguna visión), solas estas palabras bastaban para quitármela y quietarme del todo: No hayas miedo, hija, que Yo soy y no te desam-pararé; no temas. Paréceme a mí, según estaba, que era menester muchas horas para persuadirme a que me sosegase y que no bastara nadie.Heme aquí con solas estas palabras sosegada, con for-taleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz que en un punto vi mi alma hecha otra, y me pa-rece que con todo el mundo disputara que era Dios. ¡Oh, qué buen Dios! ¡Oh, qué buen Señor y qué pode-roso!

No sólo da el consejo, sino el remedio. Sus pala-bras son obras.

¡Oh, válgame Dios, y cómo fortalece la fe y se au-menta el amor! 19. Es así, cierto, que muchas veces me acordaba de cuando el Señor mandó a los vientos que estuviesen quedos, en la mar, cuando se levantó la tempestad y así decía yo: ¿Quién es éste que así le obedecen todas mis potencias, y da luz en tan gran oscuridad en un mo-mento, y hace blando un corazón que parecía piedra, da agua de lágrimas suaves adonde parecía había de haber mucho tiempo sequedad? ¿Quién pone estos deseos? ¿Quién da este ánimo? Que me acaeció pensar: ¿de qué temo? ¿Qué es esto? Yo deseo servir a este Señor. No pretendo otra cosa sino contentarle. No quiero contento ni descanso ni otro bien sino hacer su voluntad (que de esto bien cierta estaba, a mi pare-cer, que lo podía afirmar).

Pues si este Señor es poderoso, como veo que lo es y sé que lo es, y que son sus esclavos los demonios (y de esto no hay que dudar, pues es fe), siendo yo sierva de este Señor y Rey, ¿qué mal me pueden ellos hacer a mí? ¿Por qué no he yo de tener fortaleza para comba-tirme con todo el infierno?

Tomaba una cruz en la mano y parecía verdadera-mente darme Dios ánimo, que yo me vi otra en un breve tiempo, que no temiera tomarme con ellos a brazos, que me parecía fácilmente con aquella cruz los venciera a todos. Y así dije: «ahora venid todos, que siendo sierva del Señor yo quiero ver qué me podéis hacer».20. Es sin duda que me parecía me habían miedo, por-que yo quedé sosegada y tan sin temor de todos ellos, que se me quitaron todos los miedos que solía tener, hasta hoy. Porque, aunque algunas veces los veía, como diré después, no los he habido más casi miedo, antes me parecía ellos me le habían a mí.

Quedóme un señorío contra ellos bien dado del

Señor de todos, que no se me da más de ellos que de moscas. Parécenme tan cobardes que, en viendo que los tienen en poco, no les queda fuerza. No saben estos enemigos de hecho acometer, sino a quien ven que se les rinde, o cuando lo permite Dios para más bien de sus siervos que los tienten y atormenten. Pluguiese a Su Majestad temiésemos a quien hemos de temer y entendiésemos nos puede venir mayor daño de un pecado venial que de todo el infierno junto, pues es ello así. 21. ¡Qué espantados nos traen estos demonios, por-que nos queremos nosotros espantar con otros asi-mientos de honras y haciendas y deleites!, que entonces, juntos ellos con nosotros mismos que nos somos contrarios amando y queriendo lo que hemos de aborrecer, mucho daño nos harán. Porque con nuestras mismas armas les hacemos que peleen con-tra nosotros, poniendo en sus manos con las que nos hemos de defender. Esta es la gran lástima. Mas si todo lo aborrecemos por Dios, y nos abrazamos con la cruz, y tratamos servirle de verdad, huye él de estas verdades como de pestilencia. Es amigo de mentiras, y la misma mentira; no hará pacto con quien anda en verdad.

Cuando él ve oscurecido el entendimiento, ayuda lindamente a que se quiebren los ojos; porque si a uno ve ya ciego en poner su descanso en cosas vanas, y tan vanas que parecen las de este mundo cosa de juego de niños, ya él ve que éste es niño, pues trata como tal, y atrévese a luchar con él una y muchas veces. 22. Plega al Señor que no sea yo de éstos, sino que me favorezca Su Majestad para entender por des-canso lo que es descanso, y por honra lo que es honra, y por deleite lo que es deleite, y no todo al revés, y ¡una higa para todos los demonios!, que ellos me temerán a mí. No entiendo estos miedos: «¡demonio! ¡demonio!», adonde podemos decir: «¡Dios ¡Dios!», y hacerle temblar. Sí, que ya sabe-mos que no se puede menear si el Señor no lo per-mite. ¿Qué es esto? Es sin duda que tengo ya más miedo a los que tan grande le tienen al demonio que a él mismo; porque él no me puede hacer nada, y estotros, en especial si son confesores, inquietan mucho, y he pasado algunos años de tan gran trabajo, que ahora me espanto cómo lo he podido sufrir. ¡Bendito sea el Señor que tan de veras me ha ayu-dado!.

Page 82: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 82 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAPÍTULO XXVI

Prosigue en la misma materia. - Va declarando y diciendo cosas que le han acaecido, que la hacían perder el temor y afirmar que era buen espíritu el que la hablaba.

1. Tengo por una de las grandes mercedes que me ha hecho el Señor este ánimo que me dio contra los de-monios. Porque andar un alma acobardada y temerosa de nada sino de ofender a Dios, es grandísimo incon-veniente. Pues tenemos Rey todopoderoso y tan gran Señor que todo lo puede y a todos sujeta, no hay qué temer, andando -como he dicho- en verdad delante de Su Majestad y con limpia conciencia. Para esto, como he dicho, querría yo todos los temores: para no ofen-der en un punto a quien en el mismo punto nos puede deshacer; que contento Su Majestad, no hay quien sea contra nosotros que no lleve las manos en la cabeza.Podráse decir que así es, mas que ¿quién será esta alma tan recta que del todo le contente?, y que por eso teme. -No la mía, por cierto, que es muy miserable y sin provecho y llena de mil miserias.

Mas no ejecuta Dios como las gentes, que entiende nuestras flaquezas. Mas por grandes conjeturas siente el alma en sí si le ama de verdad, porque las que llegan a este estado no anda el amor disimulado como a los principios, sino con tan grandes ímpetus y deseo de ver a Dios, como después diré o queda ya dicho: todo cansa, todo fatiga, todo atormenta. Si no es con Dios o por Dios, no hay descanso que no canse, porque se ve ausente de su verdadero descanso, y así es cosa muy clara que, como digo, no pasa en disimulación.

2. Acaecióme otras veces verme con grandes tribula-ciones y murmuraciones sobre cierto negocio que des-pués diré, de casi todo el lugar adonde estoy y de mi Orden, y afligida con muchas ocasiones que había para inquietarme, y decirme el Señor: ¿De qué temes? ¿No sabes que soy todopoderoso? Yo cumpliré lo que te he prometido (y así se cumplió bien después), y quedar luego con una fortaleza, que de nuevo me pa-rece me pusiera en emprender otras cosas, aunque me costasen más trabajos, para servirle, y me pusiera de nuevo a padecer.

Es esto tantas veces, que no lo podría yo contar. Muchas las que me hacía reprensiones y hace, cuando hago imperfecciones, que bastan a deshacer un alma; al menos traen consigo el enmendarse, porque Su Majestad -como he dicho- da el consejo y el remedio tras, traerme a la memoria mis pecados pasados, en especial cuando el Señor me quiere

hacer alguna señalada merced, que parece ya se ve el alma en el verdadero juicio; porque le represen-tan la verdad con conocimiento claro, que no sabe adónde se meter. Otras avisarme de algunos peli-gros míos y de otras personas, cosas por venir, tres o cuatro años antes muchas, y todas se han cum-plido. Algunas podrá ser señalar.

Así que hay tantas cosas para entender que es Dios, que no se puede ignorar, a mi parecer.

3. Lo más seguro es (yo así lo hago, y sin esto no ten-dría sosiego, ni es bien que mujeres le tengamos, pues no tenemos letras) y aquí no puede haber daño sino muchos provechos, como muchas veces me ha dicho el Señor, que no deje de comunicar toda mi alma y las mercedes que el Señor me hace, con el confesor, y que sea letrado, y que le obedezca. Esto muchas veces.Tenía yo un confesor que me mortificaba mucho y al-gunas veces me afligía y daba gran trabajo, porque me inquietaba mucho, y era el que más me aprovechó, a lo que me parece. Y aunque le tenía mucho amor, tenía algunas tentaciones por dejarle, y parecíame me estor-baban aquellas penas que me daba de la oración. Cada vez que estaba determinada a esto, entendía luego que no lo hiciese, y una reprensión que me deshacía más que cuanto el confesor hacía.

Algunas veces me fatigaba: cuestión por un cabo y reprensión por otro, y todo lo había menester, según tenía poco doblada la voluntad.

Díjome una vez que no era obedecer si no estaba determinada a padecer; que pusiese los ojos en lo que El había padecido, y todo se me haría fácil.4. Aconsejóme una vez un confesor que a los princi-pios me había confesado, que ya que estaba probado ser buen espíritu, que callase y no diese ya parte a nadie, porque mejor era ya estas cosas callarlas. A mí no me pareció mal, porque yo sentía tanto cada vez que las decía al confesor, y era tanta mi afrenta, que mucho más que confesar pecados graves lo sentía al-gunas veces; en especial si eran las mercedes grandes, parecíame no me habían de creer y que burlaban de mí. Sentía yo tanto esto, que me parecía era desacato a las maravillas de Dios, que por esto quisiera callar.

Entendí entonces que había sido muy mal aconse-jada de aquel confesor, que en ninguna manera callase cosa al que me confesaba, porque en esto había gran seguridad, y haciendo lo contrario podría ser enga-ñarme alguna vez.

5. Siempre que el Señor me mandaba una cosa en la oración, si el confesor me decía otra, me tornaba el

Page 83: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 83 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

mismo Señor a decir que le obedeciese; después Su Majestad le volvía para que me lo tornase a mandar.Cuando se quitaron muchos libros de romance, que no se leyesen, yo sentí mucho, porque algunos me daba recreación leerlos y yo no podía ya, por dejarlos en latín; me dijo el Señor. No tengas pena, que Yo te daré libro vivo. Yo no podía entender por qué se me había dicho esto, porque aún no tenía visiones. Después, desde a bien pocos días, lo entendí muy bien, porque he tenido tanto en qué pensar y recogerme en lo que veía presente, y ha tenido tanto amor el Señor con-migo para enseñarme de muchas maneras, que muy poca o casi ninguna necesidad he tenido de libros; Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades ¡Bendito sea tal libro, que deja imprimido lo que se ha de leer y hacer, de manera que no se puede olvidar! ¿Quién ve al Señor cubierto de llagas y afli-gido con persecuciones que no las abrace y las ame y las desee? ¿Quién ve algo de la gloria que da a los que le sirven que no conozca es todo nonada cuanto se puede hacer y padecer, pues tal premio esperamos? ¿Quién ve los tormentos que pasan los condenados, que no se le hagan deleites los tormentos de acá en su comparación, y conozcan lo mucho que deben al Señor en haberlos librado tantas veces de aquel lugar?

6. Porque con el favor de Dios se dirá más de algunas cosas, quiero ir adelante en el proceso de mi vida. Plega al Señor haya sabido declararme en esto que he dicho. Bien creo que quien tuviere experiencia lo en-tenderá y verá que he atinado a decir algo; quien no, no me espanto le parezca desatino todo. Basta decirlo yo para quedar disculpado, ni yo culparé a quien lo dijere. El Señor me deje atinar en cumplir su voluntad. Amén.

CAPÍTULO XXVII

En que trata otro modo con que enseña el Señor al alma y sin hablarla la da a entender su voluntad por una manera admirable. - Trata también de declarar una visión y gran merced que la hizo el Señor no imaginaria. - Es mucho de notar este capítulo.

1. Pues tornando al discurso de mi vida, yo estaba con esta aflicción de penas y con grandes oraciones como he dicho que se hacían porque el Señor me llevase por otro camino que fuese más seguro, pues éste me de-cían era tan sospechoso. Verdad es que, aunque yo lo suplicaba a Dios, por mucho que quería desear otro camino, como veía tan mejorada mi alma, si no era alguna vez cuando estaba muy fatigada de las cosas

que me decían y miedos que me ponían, no era en mi mano desearlo, aunque siempre lo pedía. Yo me veía otra en todo. No podía, sino poníame en las manos de Dios, que Él sabía lo que me convenía, que cumpliese en mí lo que era su voluntad en todo.

Veía que por este camino le llevaba para el cielo, y que antes iba al infierno. Que había de desear esto ni creer que era demonio, no me podía forzar a mí, aun-que hacía cuanto podía por creerlo y desearlo, mas no era en mi mano.

Ofrecía lo que hacía, si era alguna buena obra, por eso. Tomaba santos devotos porque me librasen del demonio. Andaba novenas.

Encomendábame a San Hilarión, a San Miguel Angel, con quien por esto tomé nuevamente devoción; y otros muchos santos importunaba mostrase el Señor la verdad, digo que lo acabasen con Su Majestad.

2. A cabo de dos años que andaba con toda esta ora-ción mía y de otras personas para lo dicho, o que el Señor me llevase por otro camino, o declarase la ver-dad, porque eran muy continuo las hablas que he dicho me hacía el Señor, me acaeció esto: estando un día del glorioso San Pedro en oración, vi cabe mí o sentí, por mejor decir, que con los ojos del cuerpo ni del alma no vi nada, mas parecíame estaba junto cabe mi Cristo y veía ser Él el que me hablaba, a mi pare-cer. Yo, como estaba ignorantísima de que podía haber semejante visión, diome gran temor al princi-pio, y no hacía sino llorar, aunque, en diciéndome una palabra sola de asegurarme, quedaba como solía, quieta y con regalo y sin ningúntemor.

Parecíame andar siempre a mi lado Jesucristo, y como no era visión imaginaria, no veía en qué forma; mas estar siempre al lado derecho, sentíalo muy claro, y que era testigo de todo lo que yo hacía, y que ninguna vez que me recogiese un poco o no estuviese muy divertida podía ignorar que estaba cabe mí.

3. Luego fui a mi confesor, harto fatigada, a decír-selo. Preguntóme que en qué forma le veía. Yo le dije que no le veía. Díjome que cómo sabía yo que era Cristo. Yo le dije que no sabía cómo, mas que no podía dejar de entender estaba cabe mí y lo veía claro y sentía, y que el recogimiento del alma era muy mayor, en oración de quietud y muy continua, y los efectos que eran muy otros que solía tener, y que era cosa muy clara.

No hacía sino poner comparaciones para darme a en-tender; y, cierto, para esta manera de visión, a mi parecer, no la hay que mucho cuadre. Así como es de las más

Page 84: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 84 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

subidas (según después me dijo un santo hombre y de gran espíritu, llamado Fray Pedro de Alcántara, de quien después haré mención, y me han dicho otros letrados grandes, y que es adonde menos se puede entremeter el demonio de todas), así no hay términos para decirla acá las que poco sabemos, que los letrados mejor lo darán a entender. Porque si digo que con los ojos del cuerpo ni del alma no lo veo, porque no es imaginaria visión, ¿cómo entiendo y me afirmo con más claridad que está cabe mí que si lo viese? Porque parecer que es como una persona que está a oscuras, que no ve a otra que está cabe ella, o si es ciega, no va bien. Alguna semejanza tiene, mas no mucha, porque siente con los sentidos, o la oye hablar o menear, o la toca.

Acá no hay nada de esto, ni se ve oscuridad, sino que se representa por una noticia al alma más clara que el sol. No digo que se ve sol ni claridad, sino una luz que, sin ver luz, alumbra el entendimiento, para que goce el alma de tan gran bien. Trae consigo gran-des bienes.

4. No es como una presencia de Dios que se siente muchas veces, en especial los que tienen oración de unión y quietud, que parece en queriendo comenzar a tener oración hallamos con quién hablar, y parece en-tendemos nos oye por los efectos y sentimientos espi-rituales que sentimos de gran amor y fe, y otras determinaciones, con ternura. Esta gran merced es de Dios, y téngalo en mucho a quien lo ha dado, porque es muy subida oración, mas no es visión, que entién-dese que está allí Dios por los efectos que, como digo, hace al alma, que por aquel modo quiere Su Majestad darse a sentir. Acá vese claro que está aquí Jesucristo, hijo de la Virgen. En estotra oración represéntanse unas influencias de la Divinidad; aquí, junto con éstas, se ve nos acompaña y quiere hacer mercedes también la Humanidad Sacratísima.

5. Pues preguntóme el confesor: ¿quién dijo que era Jesucristo? - .El me lo dice muchas veces, respondí yo; mas antes que me lo dijese se imprimió en mi en-tendimiento que era Él, y antes de esto me lo decía y no le veía. Si una persona que yo nunca hubiese visto sino oído nuevas de ella, me viniese a hablar estando ciega o en gran oscuridad, y me dijese quién era, lo creería, mas no tan determinadamente lo podría afir-mar ser aquella persona como si la hubiera visto. Acá sí, que sin verse, se imprime con una noticia tan clara que no parece se puede dudar; que quiere el Señor esté tan esculpido en el entendimiento, que no se puede dudar más que lo que se ve, ni tanto. Porque en esto

algunas veces nos queda sospecha, si se nos antojó; acá, aunque de presto dé esta sospecha, queda por una parte gran certidumbre que no tiene fuerza la duda.

6. Así es también en otra manera que Dios enseña el alma y la habla de la manera que queda dicha. Es un lenguaje tan del cielo, que acá se puede mal dar a en-tender aunque más queramos decir, si el Señor por experiencia no lo enseña. Pone el Señor lo que quiere que el alma entienda, en lo muy interior del alma, y allí lo representa sin imagen ni forma de palabras, sino a manera de esta visión que queda dicha. Y nótese mucho esta manera de hacer Dios que entienda el alma lo que Él quiere y grandes verdades y misterios; porque muchas veces lo que entiendo cuando el Señor me declara alguna visión que quiere Su Majestad re-presentarme es así, y paréceme que es adonde el de-monio se puede entremeter menos, por estas razones. Si ellas no son buenas, yo me debo engañar.

7. Es una cosa tan de espíritu esta manera de visión y de lenguaje, que ningún bullicio hay en las potencias ni en los sentidos, a mi parecer, por donde el demonio pueda sacar nada. Esto es alguna vez y con brevedad, que otras bien me parece a mí que no están suspendi-das las potencias ni quitados los sentidos, sino muy en sí; que no es siempre esto en contemplación, antes muy pocas veces; mas éstas que son, digo que no obramos nosotros nada ni hacemos nada. Todo parece obra el Señor.

Es como cuando ya está puesto el manjar en el es-tómago, sin comerle, ni saber nosotros cómo se puso allí, mas entiende bien que está, aunque aquí no se entiende el manjar que es, ni quién le puso. Acá sí; mas cómo se puso no lo sé, que ni se vio, ni se en-tiende, ni jamás se había movido a desearlo, ni había venido a mi noticia podía ser.

8. En la habla que hemos dicho antes, hace Dios al entendimiento que advierta, aunque le pese, a enten-der lo que se dice, que allá parece tiene el alma otros oídos con que oye, y que la hace escuchar y que no se divierta; como a uno que oyese bien y no le consistie-sen tapar los oídos y le hablasen junto a voces, aunque no quisiese, lo oiría; y, en fin, algo hace, pues está atento a entender lo que le hablan. Acá, ninguna cosa; que aun esto poco que es sólo escuchar, que hacía en lo pasado, se le quita. Todo lo halla guisado y comido; no hay más que hacer de gozar, como uno que sin deprender ni haber trabajado nada para saber leer ni tampoco hubiese estudiado nada, hallase toda la cien-

Page 85: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 85 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

cia sabida ya en sí, sin saber cómo ni dónde, pues aun nunca había trabajado aun para desprender el abecé.

9. Esta comparación postrera me parece declara algo de este don celestial, porque se ve el alma en un punto sabia, y tan declarado el misterio de la Santísima Tri-nidad y de otras cosas muy subidas, que no hay teó-logo con quien no se atreviese a disputar la verdad de estas grandezas. Quédase tan espantada, que basta una merced de éstas para trocar toda un alma y hacerla no amar cosa, sino a quien ve que, sin trabajo ninguno suyo, la hace capaz de tan grandes bienes y le comu-nica secretos y trata con ella con tanta amistad y amor que no se sufre escribir. Porque hace algunas merce-des que consigo traen la sospecha, por ser de tanta admiración y hechas a quien tan poco las ha merecido, que si no hay muy viva fe no se podrán creer. Y así yo pienso decir pocas de las que el Señor me ha hecho a mí -si no me mandaren otra cosa-, si no son algunas visiones que pueden para alguna cosa aprovechar, o para que, a quien el Señor las diere, no se espante pa-reciéndole imposible, como hacía yo, o para declararle el modo y camino por donde el Señor me ha llevado, que es lo que me mandan escribir.

10. Pues tornando a esta manera de entender, lo que me parece es que quiere el Señor de todas maneras tenga esta alma alguna noticia de lo que pasa en el cielo, y paréceme a mí que así como allá sin hablar se entiende (lo que yo nunca supe cierto es así, hasta que el Señor por su bondad quiso que lo viese y me lo mostró en un arrobamiento), así es acá, que se entien-den Dios y el alma con sólo querer Su Majestad que lo entienda, sin otro artificio para darse a entender el amor que se tienen estos dos amigos. Como acá si dos personas se quieren mucho y tienen buen entendi-miento, aun sin señas parece que se entienden con sólo mirarse. Esto debe ser aquí, que sin ver nosotros cómo, de en hito en hito se miran estos dos amantes, como lo dice el Esposo a la Esposa en los antares; a lo que creo, lo he oído que es aquí.

11. ¡Oh benignidad admirable de Dios, que así os dejáis mirar de unos ojos que tan mal han mirado como los de mi alma! ¡Queden ya, Señor, de esta vista acostumbra-dos en no mirar cosas bajas, ni que les contente ninguna fuera de Vos! ¡Oh ingratitud de los mortales! ¿Hasta cuándo ha de llegar? Que sé yo por experiencia que es verdad esto que digo, y que es lo menos de lo que Vos hacéis con un alma que traéis a tales términos, lo que se puede decir. ¡Oh almas que habéis comenzado a tener

oración y las que tenéis verdadera fe!, ¿qué bienes po-déis buscar aun en esta vida - dejemos lo que se gana para sin fin-, que sea como el menor de éstos?

12. Mirad que es así cierto, que se da Dios a Sí a los que todo lo dejan por El. No es aceptador de personas; a todos ama. No tiene nadie excusa por ruin que sea, pues así lo hace conmigo trayéndome a tal estado. Mirad que no es cifra lo que digo, de lo que se puede decir; sólo va dicho lo que es menester para darse a entender esta manera de visión y merced que hace Dios al alma; mas no puedo decir lo que se siente cuando el Señor la da a entender secretos y grandezas suyas, el deleite tan sobre cuantos acá se pueden en-tender, que bien con razón hace aborrecer los deleites de la vida, que son basura todos juntos. Es asco traer-los a ninguna comparación aquí, aunque sea para go-zarlos sin fin, y de estos que da el Señor sola una gota de agua del gran río caudaloso que nos está aparejado.

13. ¡Vergüenza es y yo cierto la he de mí y, si pudiera haber afrenta en el cielo, con razón estuviera yo allá más afrentada que nadie! ¿Por qué hemos de querer tantos bienes y deleites y gloria para sin fin, todos a costa del buen Jesús? ¿No lloraremos siquiera con las hijas de Jerusalén, ya que no le ayudemos a llevar la cruz con el Cirineo? ¿Que con placeres y pasatiempos hemos de gozar lo que El nos ganó a costa de tanta sangre? -Es imposible. ¿Y con honras vanas pensamos remedar un desprecio como Él sufrió para que noso-tros reinemos para siempre?-No lleva camino, errado, errado va el camino. Nunca llegaremos allá.

Dé voces vuestra merced en decir estas verdades, pues Dios me quitó a mi esta libertad. A mí me las querría dar siempre, y óigome tan tarde y entendí a Dios, como se verá por lo escrito, que me es gran con-fusión hablar en esto, y así quiero callar. Sólo diré lo que algunas veces considero. Plega al Señor me traiga a términos que yo pueda gozar de este bien.

14. ¡Qué gloria accidental será y qué contento de los bienaventurados que ya gozan de esto, cuando vieren que, aunque tarde, no les quedó cosa por hacer por Dios de las que le fue posible, ni dejaron cosa por darle de todas las maneras que pudieron, conforme a sus fuerzas y estado, y el que más, más! ¡Qué rico se hallará el que todas las riquezas dejó por Cristo! ¡Qué honrado el que no quiso honra por El, sino que gustaba de verse muy abatido! ¡Qué sabio el que se holgó de que le tuviesen por loco, pues lo llamaron a la misma Sabiduría! ¡Qué pocos hay ahora, por nues-

Page 86: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 86 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

tros pecados! Ya, ya parece se acabaron los que las gentes tenían por locos, de verlos hacer obras heroi-cas de verdaderos amadores de Cristo. ¡Oh mundo, mundo, cómo vas ganando honra en haber pocos que te conozcan!

15. Mas ¡si pensamos se sirve ya más Dios de que nos tengan por sabios y por discretos! -Eso, eso debe ser, según se usa discreción.

Luego nos parece es poca edificación no andar con mucha compostura y autoridad cada uno en su estado. Hasta el fraile y clérigo y monja nos parecerá que traer cosa vieja y remendada es novedad y dar escándalo a los flacos; y aun estar muy recogidos y tener oración, según está el mundo y tan olvidadas las cosas de per-fección de grandes ímpetus que tenían los santos, que pienso hace más daño a las desventuras que pasan en estos tiempos, que no haría escándalo a nadie dar a entender los religiosos por obras, como lo dicen por palabras, en lo poco que se ha de tener el mundo; que de estos escándalos el Señor saca de ellos grandes pro-vechos. Y si unos se escandalizan, otros se remuerden. Siquiera que hubiese un dibujo de lo que pasó por Cristo y sus Apóstoles, pues ahora más que nunca es menester.

16. ¡Y qué bueno nos le llevó Dios ahora en el ben-dito Fray Pedro de Alcántara! No está ya el mundo para sufrir tantaperfección. Dicen que están las salu-des más flacas y que no son los tiempos pasados. Este santo hombre de este tiempo era; estaba grueso el espíritu como en los otros tiempos, y así tenía el mundo debajo de los pies. Que, aunque no anden desnudos, ni hagan tan áspera penitencia como él, muchas cosas hay -como otras veces he dichopara repisar el mundo, y el Señor las enseña cuando ve ánimo. ¡Y cuán grande le dio Su Majestad a este santo que digo, para hacer cuarenta y siete años tan áspera penitencia, como todos saben! Quiero decir algo de ella, que sé es toda verdad.

17. Díjome a mí y a otra persona, de quien se guardaba poco (y a mí el amor que me tenía era la causa, porque quiso el Señor le tuviese para volver por mí y ani-marme en tiempo de tanta necesidad, como he dicho y diré), paréceme fueron cuarenta años los que me dijo había dormido sola hora y media entre noche y día, y que éste era el mayor trabajo de penitencia que había tenido en los principios, de vencer el sueño, y para esto estaba siempre o de rodillas o en pie. Lo que dor-mía era sentado, y la cabeza arrimada a un maderillo

que tenía hincado en la pared. Echado, aunque qui-siera, no podía, porque su celda -como se sabe- no era más larga de cuatro pies y medio.

En todos estos años jamás se puso la capilla, por grandes soles y aguas que hiciese, ni cosa en los pies ni vestida; sino un hábito de sayal, sin ninguna otra cosa sobre las carnes, y éste tan angosto como se podía sufrir, y un mantillo de lo mismo encima. Decíame que en los grandes fríos se le quitaba, y dejaba la puerta y ventanilla abierta de la celda, para que con ponerse después el manto y cerrar la puerta, conten-taba al cuerpo, para que sosegase con más abrigo. Comer a tercer día era muy ordinario; y díjome que de qué me espantaba, que muy posible era a quien se acostumbraba a ello. Un su compañero me dijo que le acaecía estar ocho días sin comer. Debía ser estando en oración, porque tenía grandes arrobamientos e ím-petus de amor de Dios, de que una vez yo fui testigo.

18. Su pobreza era extrema y mortificación en la mo-cedad, que me dijo que le había acaecido estar tres años en una casa de su Orden y no conocer fraile, si no era por el habla; porque no alzaba los ojos jamás, y así a las partes que de necesidad había de ir no sabía, sino íbase tras los frailes. Esto le acaecía por los caminos. A mujeres jamás miraba; esto muchos años. Decíame que ya no se le daba más ver que no ver. Mas era muy viejo cuando le vine a conocer, y tan extrema su fla-queza, que no parecía sino hecho de raíces de árboles.

Con toda esta santidad era muy afable, aunque de pocas palabras, si no era con preguntarle. En éstas era muy sabroso, porque tenía muy lindo entendimiento. Otras cosas muchas quisiera decir, sino que he miedo dirá vuestra merced que para qué me meto en esto, y con él lo he escrito. Y así lo dejo con que fue su fin como la vida, predicando y amonestando a sus frailes. Como vio ya se acababa, dijo el salmo de Laetatus sum in his quae dicta sunt mihi, e, hincado de rodillas, murió.

19. Después ha sido el Señor servido yo tenga más en él que en la vida, aconsejándome en muchas cosas. Hele visto muchas veces con grandísima gloria. Dí-jome la primera que me apareció, que bienaventurada penitencia que tanto premio había merecido y otras muchas cosas. Un año antes que muriese, me apareció estando ausente, y supe se había de morir, y se lo avisé. Estando algunas leguas de aquí cuando expiró, me apareció y dijo cómo se iba a descansar. Yo no lo creí, y díjelo a algunas personas, y desde a ocho días vino la nueva cómo era muerto, o comenzado a vivir para siempre, por mejor decir.

Page 87: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 87 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

20. Hela aquí acabada esta aspereza de vida con tan gran gloria. Paréceme que mucho más me consuela que cuando acá estaba.

Díjome una vez el Señor que no le pedirían cosa en su nombre que no la oyese. Muchas que le he enco-mendado pida al Señor, las he visto cumplidas. Sea bendito por siempre, amén.

21. Mas ¡qué hablar he hecho, para despertar a vuestra merced a no estimar en nada cosa de esta vida, como si no lo supiese, o no estuviera ya determinado a de-jarlo todo y puéstolo por obra! Veo tanta perdición en el mundo, que, aunque no aproveche más decirlo yo de cansarme de escribirlo, me es descanso; que todo es contra mí lo que digo. El Señor me perdone lo que en este caso le he ofendido, y vuestra merced, que le canso sin propósito. Parece que quiero haga peniten-cia de lo que yo en esto pequé.

CAPÍTULO XXVIII

En que trata las grandes mercedes que la hizo el Señor y cómo le apareció la primera vez. - Declara qué es visión imaginaria. - Dice los grandes efectos y señales que deja cuando es de Dios. - Es muy provechoso capítulo y mucho de notar.

1 Tornando a nuestro propósito, pasé algunos días, pocos, con esta visión muy continua, y hacíame tanto provecho, que no salía de oración, y aun cuanto hacía, procuraba fuese de suerte que no descontentase al que claramente veía estaba por testigo. Y aunque a veces temía, con lo mucho que me decían, durábame poco el temor, porque el Señor me aseguraba.

Estando un día en oración, quiso el Señor mostrarme solas las manos con tan grandísima hermosura que no lo podría yo encarecer. Hízome gran temor, porque cualquier novedad me le hace grande en los principios de cualquiera merced sobrenatural que el Señor me haga. Desde a pocos días, vi también aquel divino ros-tro, que del todo me parece me dejó absorta. No podía yo entender por qué el Señor se mostraba así poco a poco, pues después me había de hacer merced de que yo le viese del todo, hasta después que he entendido que me iba Su Majestad llevando conforme a mi flaqueza natural. ¡Sea bendito por siempre!, porque tanta gloria junta, tan bajo y ruin sujeto no la pudiera sufrir. Y como quien esto sabía, iba el piadoso Señor disponiendo.

2. Parecerá a vuestra merced que no era menester mucho esfuerzo para ver unas manos y rostro tan her-

moso. -Sonlo tanto los cuerpos glorificados, que la gloria que traen consigo ver cosa tan sobrenatural her-mosa desatina; y así me hacía tanto temor, que toda me turbaba y alborotaba, aunque después quedaba con certidumbre y seguridad y con tales efectos, que presto se perdía el temor.3. Un día de San Pablo, estando en misa, se me repre-sentó toda esta Humanidad sacratísima como se pinta resucitado, con tanta hermosura y majestad como par-ticularmente escribí a vuestra merced cuando mucho me lo mandó, y hacíaseme harto de mal, porque no se puede decir que no sea deshacerse; mas lo mejor que supe, ya lo dije, y así no hay para qué tornarlo a decir aquí. Sólo digo que, cuando otra cosa no hubiese para deleitar la vista en el cielo sino la gran hermosura de los cuerpos glorificados, es grandísima gloria, en es-pecial ver la Humanidad de Jesucristo, Señor nuestro, aun acá que se muestra Su Majestad conforme a lo que puede sufrir nuestra miseria; ¿qué será adonde del todo se goza tal bien?

4. Esta visión, aunque es imaginaria, nunca la vi con los ojos corporales, ni ninguna, sino con los ojos del alma.

Dicen los que lo saben mejor que yo, que es más perfecta la pasada que ésta, y ésta más mucho que las que se ven con los ojos corporales. Esta dicen que es la más baja y adonde más ilusiones puede hacer el demo-nio, aunque entonces no podía yo entender tal, sino que deseaba, ya que se me hacía esta merced, que fuese viéndola con los ojos corporales, para que no me dijese el confesor se me antojaba. Y también después de pa-sada me acaecía -esto era luego luego- pensar yo tam-bién esto: que se me había antojado.

Y fatigábame de haberlo dicho al confesor, pen-sando si le había engañado. Este era otro llanto, e iba a él y decíaselo.

Preguntábame que si me parecía a mí así o si había querido engañar. Yo le decía la verdad, porque, a mi parecer, no mentía, ni tal había pretendido, ni por cosa del mundo dijera una cosa por otra.

Esto bien lo sabía él, y así procuraba sosegarme, y yo sentía tanto en irle con estas cosas, que no sé cómo el demonio me ponía lo había de fingir para atormen-tarme a mí misma.

Mas el Señor se dio tanta prisa a hacerme esta mer-ced y declarar esta verdad, que bien presto se me quitó la duda de si era antojo, y después veo muy claro mi bobería; porque, si estuviera muchos años imaginando cómo figurar cosa tan hermosa, no pudiera ni supiera, porque excede a todo lo que acá se puede imaginar, aun sola la blancura y resplandor.

Page 88: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 88 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

5. No es resplandor que deslumbre, sino una blancura suave y el resplandor infuso, que da deleite grandí-simo a la vista y no la cansa, ni la claridad que se ve para ver esta hermosura tan divina.Es una luz tan diferente de las de acá, que parece una cosa tan deslustrada la claridad del sol que vemos, en comparación de aquella claridad y luz que se repre-senta a la vista, que no se querrían abrir los ojos des-pués. Es como ver un agua clara, que corre sobre cristal y reverbera en ello el sol, a una muy turbia y con gran nublado y corre por encima de la tierra. No porque se representa sol, ni la luz es como la del sol; parece, en fin, luz natural y estotra cosa artificial. Es luz que no tiene noche, sino que, como siempre es luz, no la turba nada. En fin, es de suerte que, por gran entendimiento que una persona tuviese, en todos los días de su vida podría imaginar cómo es. Y pónela Dios delante tan presto, que aun no hubiera lugar para abrir los ojos, si fuera menester abrirlos; mas no hace más estar abiertos que cerrados, cuando el Señor quiere; que, aunque no queramos, se ve. No hay diver-timiento que baste, ni hay poder resistir, ni basta dili-gencia ni cuidado para ello. Esto tengo yo bien experimentado, como diré.

6. Lo que yo ahora querría decir es el modo cómo el Señor se muestra por estas visiones. No digo que de-clararé de qué manera puede ser poner esta luz tan fuerte en el sentido interior, y en el entendimiento imagen tan clara, que parece verdaderamente está allí, porque esto es de letrados. No ha querido el Señor darme a entender el cómo, y soy tan ignorante y de tan rudo entendimiento, que, aunque mucho me lo han querido declarar, no he aun acabado de entender el cómo. Y esto es cierto, que aunque a vuestra merced le parezca que tengo vivo entendimiento, que no le tengo; porque en muchas cosas lo he experimentado, que no comprende más de lo que le dan de comer, como dicen. Algunas veces se espantaba el que me confesaba de mis ignorancias; y jamás me di a enten-der, ni aun lo deseaba, cómo hizo Dios esto o pudo ser esto, ni lo preguntaba, aunque -como he dicho- de mu-chos años acá trataba con buenos letrados. Si era una cosa pecado o no, esto sí; en lo demás no era menester más para mí de pensar hízolo Dios todo, y veía que no había de qué me espantar, sino por qué le alabar; y antes me hacen devoción las cosas dificultosas, y mientras más, más.

7. Diré, pues, lo que he visto por experiencia. El cómo

el Señor lo hace, vuestra merced lo dirá mejor, y de-clarará todo lo que fuere oscuro y yo no supiere decir.Bien me parecía en algunas cosas que era imagen lo que veía, mas por otras muchas no, sino que era el mismo Cristo, conforme a la claridad con que era ser-vido mostrárseme. Unas veces era tan en confuso, que me parecía imagen, no como los dibujos de acá, por muy perfectos que sean, que hartos he visto buenos; es disparate pensar que tiene semejanza lo uno con lo otro en ninguna manera, no más ni menos que la tiene una persona viva a su retrato, que por bien que esté sacado no puede ser tan al natural, que, en fin, se ve es cosa muerta. Mas dejemos esto, que aquí viene bien y muy al pie de la letra.

8. No digo que es comparación, que nunca son tan cabales, sino verdad, que hay la diferencia que de lo vivo a lo pintado, no más ni menos. Porque si es ima-gen, es imagen viva; no hombre muerto, sino Cristo vivo; y da a entender que es hombre y Dios; no como estaba en el sepulcro, sino como salió de él después de resucitado; y viene a veces con tan grande majestad, que no hay quien pueda dudar sino que es el mismo Señor, en especial en acabando de comulgar, que ya sabemos que está allí, que nos lo dice la fe.

Represéntase tan señor de aquella posada, que pa-rece toda deshecha el alma se ve consumir en Cristo. ¡Oh Jesús mío!, ¡quién pudiese dar a entender la ma-jestad con que os mostráis! Y cuán Señor de todo el mundo y de los cielos y de otros mil mundos y sin cuento mundos y cielos que Vos crearais, entiende el alma, según con la majestad que os representáis, que no es nada para ser Vos señor de ello.

9. Aquí se ve claro, Jesús mío, el poco poder de todos los demonios en comparación del vuestro, y cómo quien os tuvierecontento puede repisar el infierno todo. Aquí ve la razón que tuvieron los demonios de temer cuando bajasteis al limbo, y tuvieran de desear otros mil infiernos más bajos para huir de tan gran majestad, y veo que queréis dar a entender al alma cuán grande es, y el poder que tiene esta sacratísima Humanidad junto con la Divinidad. Aquí se representa bien qué será el día del juicio ver esta majestad de este Rey, y verle con rigor para los malos. Aquí es la ver-dadera humildad que deja en el alma, de ver su mise-ria, que no la puede ignorar.

Aquí la confusión y verdadero arrepentimiento de los pecados, que aun con verle que muestra amor, no sabe adonde se meter, y así se deshace toda.

Digo que tiene tan grandísima fuerza esta visión,

Page 89: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 89 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

cuando el Señor quiere mostrar al alma mucha parte de su grandeza y majestad, que tengo por imposible, si muy sobrenatural no la quisiese el Señor ayudar con quedar puesta en arrobamiento y éxtasis (que pierde el ver la visión de aquella divina presencia con gozar), sería, como digo, imposible sufrirla ningún sujeto.

¿Es verdad que se olvida después? -Tan imprimida queda aquella majestad y hermosura, que no hay po-derlo olvidar, si no es cuando quiere el Señor que pa-dezca el alma una sequedad y soledad grande que diré adelante, que aun entonces de Dios parece se olvida. Queda el alma otra, siempre embebida. Parécele co-mienza de nuevo amor vivo de Dios en muy alto grado, a mi parecer; que, aunque la visión pasada que dije que representa Dios sin imagen es más subida, que para durar la memoria conforme a nuestra fla-queza, para traer bien ocupado el pensamiento, es gran cosa el quedar representado y puesta en la imagina-ción tan divina presencia. Y casi vienen juntas estas dos maneras de visión siempre; y aun es así que lo vienen, porque con los ojos del alma vese la excelen-cia y hermosura y gloria de la santísima Humanidad, y por estotra manera que queda dicha se nos da a en-tender cómo es Dios y poderoso y que todo lo puede y todo lo manda y todo lo gobierna y todo lo hinche su amor.

10. Es muy mucho de estimar esta visión, y sin peli-gro, a mi parecer, porque en los efectos se conoce no tiene fuerza aquí el demonio. Paréceme que tres o cua-tro veces me ha querido representar de esta suerte al mismo Señor en representación falsa: toma la forma de carne, mas no puede contrahacerla con la gloria que cuando es de Dios. Hace representaciones para desha-cer la verdadera visión que ha visto el alma; mas así la resiste de sí y se alborota y se desabre e inquieta, que pierde la devoción y gusto que antes tenía, y queda sin ninguna oración.

A los principios fue esto -como he dicho- tres o cua-tro veces. Es cosa tan diferentísima, que, aun quien hu-biere tenido sola oración de quietud, creo lo entenderá por los efectos que quedan dichos en las hablas. Es cosa muy conocida y, si no se quiere dejar engañar un alma, no me parece la engañará, si anda con humildad y sim-plicidad. A quien hubiere tenido verdadera visión de Dios, desde luego casi se siente; porque, aunque co-mienza con regalo y gusto, el alma lo lanza de sí; y aun, a mi parecer, debe ser diferente el gusto; y no muestra apariencia de amor puro y casto. Muy en breve da a entender quién es. Así que, adonde hay experiencia, a mi parecer, no podrá el demonio hacer daño.

11. Pues ser imaginación esto, es imposible de toda imposibilidad.

Ningún camino lleva, porque sola la hermosura y blancura de una mano es sobre toda nuestra imagina-ción: pues sin acordarnos de ello ni haberlo jamás pensado, ver en un punto presentes cosas que en gran tiempo no pudieran concertarse con la imaginación, porque va muy más alto -como ya he dicho- de lo que acá podemos comprender...; así que esto es imposible. Y si pudiésemos algo en esto, aun se ve claro por es-totro que ahora diré: porque si fuese representado con el entendimiento, dejado que no haría las grandes ope-raciones que esto hace, ni ninguna (porque sería como uno que quisiese hacer que dormía y estáse despierto porque no le ha venido el sueño: él, como si tiene ne-cesidad o flaqueza en la cabeza, lo desea, adormécese él en sí y hace sus diligencias y a las veces parece hace algo, mas si no es sueño de veras, no le sustentará ni dará fuerza a la cabeza, antes a las veces queda más desvanecida), así sería en parte acá, quedar el alma desvanecida, mas no sustentada y fuerte, antes can-sada y disgustada. Acá no se puede encarecer la ri-queza que queda: aun al cuerpo da salud y queda confortado.

12. Esta razón, con otras, daba yo cuando me decían que era demonio y que se me antojaba -que fue mu-chas veces- y ponía comparaciones como yo podía y el Señor me daba a entender. Mas todo aprovechaba poco. Porque como había personas muy santas en este lugar (y yo en su comparación una perdición) y no los llevaba Dios por este camino, luego era el temor en ellos; que mis pecados parece lo hacían, que de uno en otro se rodeaba de manera, que lo venían a saber, sin decirlo yo sino a mi confesor o a quien él me man-daba.

13. Yo les dije una vez que si los que me decían esto me dijeran que a una persona que hubiese acabado de hablar y la conociese mucho, que no era ella, sino que se me antojaba, que ellos lo sabían, que sin duda yo lo creyera más que lo que había visto. Mas si esta per-sona me dejara algunas joyas y se me quedaban en las manos por prendas de mucho amor, y que antes no tenía ninguna y me veía rica siendo pobre, que no po-dría creerlo, aunque yo quisiese. Y que estas joyas se las podría mostrar, porque todos los que me conocían veían claro estar otra mi alma, y así lo decía mi confe-sor. Porque era muy grande la diferencia en todas las cosas, y no disimulada, sino muy con claridad lo po-

Page 90: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 90 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

dían todos ver. Porque, como antes era tan ruin, decía yo que no podía creer que si el demonio hacía esto para engañarme y llevarme al infierno, tomase medio tan contrario como era quitarme los vicios y poner virtudes y fortaleza. Porque veía claro con estas cosas quedar en una vez otra.

14. Mi confesor, como digo -que era un padre bien santo de la Compañía de Jesús-, respondía esto mismo según yo supe. Era muy discreto y de gran humildad, y esta humildad tan grande me acarreó a mí hartos trabajos; porque, con ser de mucha oración y letrado, no se fiaba de sí, como el Señor no le llevaba por este camino. Pasólos harto grandes conmigo de muchas maneras. Supe que le decían que se guardase de mí, no le engañase el demonio con creerme algo de lo que le decía. Traíanle ejemplos de otras personas. Todo esto me fatigaba a mí. Temía que no había de haber con quién me confesar, sino que todos habían de huir de mí.

No hacía sino llorar.

15. Fue providencia de Dios querer él durar en oírme, sino que era tan gran siervo de Dios, que a todo se pusiera por El. Y así me decía que no ofendiese yo a Dios ni saliese de lo que él me decía; que no hubiese miedo me faltase. Siempre me animaba y sosegaba. Mandábame siempre que no le callase ninguna cosa. Yo así lo hacía. El me decía que haciendo yo esto, que aunque fuese demonio, no me haría daño, antes saca-ría el Señor bien del mal que él quería hacer a mi alma. Procuraba perfeccionarla en todo lo que él podía. Yo, como traía tanto miedo, obedecíale en todo, aunque imperfectamente, que harto pasó conmigo tres años y más, que me confesó, con estos trabajos; porque en grandes persecuciones que tuve, y cosas hartas que permitía el Señor me juzgasen mal, y muchas estando sin culpa, con todo venían a él y era culpado por mí, estando él sin ninguna culpa.

16. Fuera imposible, si no tuviera tanta santidad -y el Señor que le animaba- poder sufrir tanto, porque había de respondera los que les parecía iba perdida, y no le creían; y por otra parte, habíame de sosegar a mí y de curar el miedo que yo traía, poniéndomele mayor.Me había por otra parte de asegurar, porque a cada visión, siendo cosa nueva, permitía Dios me quedasen después grandes temores.

Todo me procedía de ser tan pecadora yo y haberlo sido. El me consolaba con mucha piedad y, si él se creyera a sí mismo, no padeciera yo tanto; que Dios le

daba a entender la verdad en todo, porque el mismo Sacramento le daba luz, a lo que yo creo.

17. Los siervos de Dios, que no se aseguraban, tratá-banme mucho.

Yo, como hablaba con descuido algunas cosas que ellos tomaban por diferente intención (yo quería mucho al uno de ellos, porque le debía infinito mi alma y era muy santo; yo sentía infinito de que veía no me entendía, y él deseaba en gran manera mi aprove-chamiento y que el Señor me diese luz), y así lo que yo decía -como digo- sin mirar en ello, parecíales poca humildad. En viéndome alguna falta - que verían mu-chas-, luego era todo condenado. Preguntábanme al-gunas cosas; yo respondía con llaneza y descuido. Luego les parecía los quería enseñar, y que me tenía por sabia. Todo iba a mi confesor, porque, cierto, ellos deseaban mi provecho. El a reñirme.

18. Duró esto harto tiempo, afligida por muchas par-tes, y con las mercedes que me hacía el Señor todo lo pasaba.

Digo esto para que se entienda el gran trabajo que es no haber quien tenga experiencia en este camino espiritual, que a no me favorecer tanto el Señor, no sé qué fuera de mí. Bastantes cosas había para quitarme el juicio, y algunas veces me veía en términos que no sabía qué hacer, sino alzar los ojos al Señor. Porque contradicción de buenos a una mujercilla ruin y flaca como yo y temerosa, no parece nada así dicho, y con haber yo pasado en la vida grandísimos trabajos, es éste de los mayores.

Plega al Señor que yo haya servido a Su Majestad algo en esto; que de que le servían los que me conde-naban y argüían, bien cierta estoy, y que era todo para gran bien mío.

CAPÍTULO XXIX

Prosigue en lo comenzado y dice algunas mercedes grandes que la hizo el Señor y las cosas que Su Majestad la decía para asegu-rarla y para que respondiese a los que la contradecían.

l. Mucho he salido del propósito, porque trataba de decir las causas que hay para ver que no es imagina-ción; porque ¿cómo podríamos representar con estu-dio la Humanidad de Cristo y ordenando con la imaginación su gran hermosura? Y no era menester poco tiempo, si en algo se había de parecer a ella. Bien la puede representar delante de su imaginación

Page 91: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 91 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y estarla mirando algún espacio, y las figuras que tiene y la blancura, y poco a poco irla más perfeccio-nando y encomendando a la memoria aquella ima-gen.Esto ¿quién se lo quita, pues con el entendimiento la pudo fabricar? En lo que tratamos, ningún remedio hay de esto, sino que la hemos de mirar cuando el Señor lo quiere representar y como quiere y lo que quiere. Y no hay quitar ni poner, ni modo para ello aunque más hagamos, ni para verlo cuando quere-mos, ni para dejarlo de ver; en queriendo mirar al-guna cosa particular, luego se pierde Cristo.

2. Dos años y medio me duró que muy ordinario me hacía Dios esta merced. Habrá más de tres que tan continuo me la quitó de este modo, con otra cosa más subida -como quizá diré después-; y con ver que me estaba hablando y yo mirando aquella gran hermo-sura y la suavidad con que habla aquellas palabras por aquella hermosísima y divina boca, y otras veces con rigor, y desear yo en extremo entender el color de sus ojos o del tamaño que era, para que lo supiese decir, jamás lo he merecido ver, ni me basta procu-rarlo, antes se me pierde la visión del todo. Bien que algunas veces veo mirarme con piedad; mas tiene tanta fuerza esta vista, que el alma no la puede sufrir, y queda en tan subido arrobamiento que, para más gozarlo todo, pierde esta hermosa vista. Así que aquí no hay que querer y no querer. Claro se ve quiere el Señor que no haya sino humildad y confusión, y tomar lo que nos dieren y alabar a quien lo da.

3. Esto es en todas las visiones, sin quedar ninguna, que ninguna cosa se puede, ni para ver menos ni más, hace ni deshace nuestra diligencia. Quiere el Señor que veamos muy claro no es ésta obra nuestra, sino de Su Majestad; porque muy menos podemos tener soberbia, antes nos hace estar muy humildes y teme-rosos, viendo que, como el Señor nos quita el poder para ver lo que queremos, nos puede quitar estas mercedes y la gracia, y quedar perdidos del todo; y que siempre andemos con miedo, mientras en este destierro vivimos.

4. Casi siempre se me representaba el Señor así resu-citado, y en la Hostia lo mismo, si no eran algunas veces para esforzarme, si estaba en tribulación, que me mostraba las llagas; algunas veces en la cruz y en el Huerto; y con la corona de espinas, pocas; y lle-vando la cruz también algunas veces, para -como di-gonecesidades mías y de otras personas, mas siempre

la carne glorificada.Hartas afrentas y trabajos he pasado en decirlo, y

hartos temores y hartas persecuciones. Tan cierto les parecía que tenía demonio, que me querían conjurar algunas personas. De esto poco se me daba a mí: más sentía cuando veía yo que temían los confesores de confesarme, o cuando sabía les decían algo. Con todo, jamás me podía pesar de haber visto estas visiones celestiales, y por todos los bienes y deleites del mundo sola una vez no lo trocara.

Siempre lo tenía por gran merced del Señor, y me parece un grandísimo tesoro, y el mismo Señor me aseguraba muchas veces.

Yo me veía crecer en amarle muy mucho; íbame a quejar a El de todos estos trabajos; siempre salía con-solada de la oración y con nuevas fuerzas. A ellos no los osaba yo contradecir, porque veía era todo peor, que les parecía poca humildad. Con mi confesor tra-taba; él siempre me consolaba mucho, cuando me veía fatigada.

5. Como las visiones fueron creciendo, uno de ellos que antes me ayudaba (que era con quien me confe-saba algunas veces que no podía el ministro), comenzó a decir que claro era demonio.

Mándanme que, ya que no había remedio de resis-tir, que siempre me santiguase cuando alguna visión viese, y diese higas, porque tuviese por cierto era de-monio, y con esto no vendría; y que no hubiese miedo, que Dios me guardaría y me lo quitaría. A mí me era esto gran pena; porque, como yo no podía creer sino que era Dios, era cosa terrible para mí. Y tampoco podía -como he dicho- desear se me quitase; mas, en fin, hacía cuanto me mandaban. Suplicaba mucho a Dios que me librase de ser engañada. Esto siempre lo hacía y con hartas lágrimas, y a San Pedro y a San Pablo, que me dijo el Señor, como fue la primera vez que me apareció en su día, que ellos me guardarían no fuese engañada; y así muchas veces los veía al lado izquierdo muy claramente, aunque no con visión ima-ginaria. Eran estos gloriosos Santos muy mis señores.

6. Dábame este dar higas grandísima pena cuando veía esta visión del Señor; porque cuando yo le veía pre-sente, si me hicieran pedazos no pudiera yo creer que era demonio, y así era un género de penitencia grande para mí. Y, por no andar tanto santiguándome, tomaba una cruz en la mano. Esto hacía casi siempre; las higas no tan continuo, porque sentía mucho.

Acordábame de las injurias que le habían hecho los judíos, y suplicábale me perdonase, pues yo lo hacía

Page 92: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 92 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

por obedecer al que tenía en su lugar, y que no me culpase, pues eran los ministros que Él tenía puestos en su Iglesia. Decíame que no se me diese nada, que bien hacía en obedecer, mas que él haría que se enten-diese la verdad. Cuando me quitaban la oración, me pareció se había enojado. Díjome que les dijese que ya aquello era tiranía. Dábame causas para que enten-diese que no era demonio. Alguna diré después.

7. Una vez, teniendo yo la cruz en la mano, que la traía en un rosario, me la tomó con la suya, y cuando me la tornó a dar, era de cuatro piedras grandes muy más preciosas que diamantes, sin comparación, porque no la hay casi a lo que se ve sobrenatural.

Diamante parece cosa contrahecha e imperfecta, de las piedras preciosas que se ven allá. Tenía las cinco llagas de muy linda hechura. Díjome que así la vería de aquí adelante, y así me acaecía, que no veía la ma-dera de que era, sino estas piedras. Mas no lo veía nadie sino yo.

En comenzando a mandarme hiciese estas pruebas y resistiese, era muy mayor el crecimiento de las mer-cedes. En queriéndome divertir, nunca salía de ora-ción. Aun durmiendo me parecía estaba en ella. Porque aquí era crecer el amor y las lástimas que yo decía al Señor y el no lo poder sufrir; ni era en mi mano, aunque yo quería y más lo procuraba, de dejar de pensar en Él. Con todo, obedecía cuando podía, mas podía poco o nonada en esto, y el Señor nunca me lo quitó; mas, aunque me decía lo hiciese, asegurá-bame por otro cabo, y enseñábame lo que les había de decir, y así lo hace ahora, y dábame tan bastantes ra-zones, que a mí me hacía toda seguridad.

8. Desde a poco tiempo comenzó Su Majestad, como me lo tenía prometido, a señalar más que era Él, cre-ciendo en mí un amor tan grande de Dios, que no sabía quién me le ponía, porque era muy sobrenatural, ni yo le procuraba. Veíame morir con deseo de ver a Dios, y no sabía adónde había de buscar esta vida, si no era con la muerte. Dábanme unos ímpetus grandes de este amor, que, aunque no eran tan insufrideros como los que ya otra vez he dicho ni de tanto valor, yo no sabía qué me hacer; porque nada me satisfacía, ni cabía en mí, sino que verdaderamente me parecía se me arran-caba el alma. ¡Oh artificio soberano del Señor! ¡Qué industria tan delicada hacíais con vuestra esclava mi-serable! Escondíaisos de mí y apretábaisme con vues-tro amor, con una muerte tan sabrosa que nunca el alma querría salir de ella.

9. Quien no hubiere pasado estos ímpetus tan grandes, es imposible poderlo entender, que no es desasosiego del pecho, ni unas devociones que suelen dar muchas veces, que parece ahogan el espíritu, que no caben en sí. Esta es oración más baja, y hanse de evitar estos aceleramientos con procurar con suavidad recogerlos dentro en sí y acallar el alma; que es esto como unos niños que tienen un acelerado llorar, que parece van a ahogarse, y con darlos a beber, cesa aquel demasiado sentimiento. Así acá la razón ataje a encoger la rienda, porque podría ser ayudar el mismo natural; vuelva la consideración con temer no es todo perfecto, sino que puede ser mucha parte sensual, y acalle este niño con un regalo de amor que la haga mover a amar por vía suave y no a puñadas, como dicen. Que recojan este amor dentro, y no como olla que cuece demasiado, porque se pone la leña sin discreción y se vierte toda; sino que moderen la causa que tomaron para ese fuego y procuren matar la llama con lágrimas suaves y no penosas, que lo son las de estos sentimientos y hacen mucho daño. Yo las tuve algunas veces a los princi-pios, y dejábanme perdida la cabeza y cansado el es-píritu de suerte que otro día y más no estaba para tornar a la oración. Así que es menester gran discre-ción a los principios para que vaya todo con suavidad y se muestre el espíritu a obrar interiormente. Lo ex-terior se procure mucho evitar.

10. Estotros ímpetus son diferentísimos. No ponemos nosotros la leña, sino que parece que, hecho ya el fuego, de presto nos echan dentro para que nos que-memos. No procura el alma que duela esta llaga de la ausencia del Señor, sino hincan una saeta en lo más vivo de las entrañas y corazón, a las veces, que no sabe el alma qué ha ni qué quiere. Bien entiende que quiere a Dios, y que la saeta parece traía hierba para aborrecerse a sí por amor de este Señor, y perdería de buena gana la vida por El.

No se puede encarecer ni decir el modo con que llaga Dios el alma, y la grandísima pena que da, que la hace no saber de sí; mas es esta pena tan sabrosa, que no hay deleite en la vida que más contento dé. Siempre querría el alma -como he dicho- estar mu-riendo de este mal.

11. Esta pena y gloria junta me traía desatinada, que no podía yo entender cómo podía ser aquello. ¡Oh, qué es ver un alma herida!

Que digo que se entiende de manera que se puede decir herida por tan excelente causa; y ve claro que no movió ella por dónde le viniese este amor, sino que del

Page 93: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 93 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

muy grande que el Señor la tiene, parece cayó de presto aquella centella en ella que la hace toda arder. ¡Oh, cuántas veces me acuerdo, cuando así estoy, de aquel verso de David: Quemadmodum desiderat cer-vus ad fontes aquarum que me parece lo veo al pie de la letra en mí!

12. Cuando no da esto muy recio, parece se aplaca algo, al menos busca el alma algún remedio -porque no sabe qué hacer- con algunas penitencias, y no se sienten más ni hace más pena derramar sangre que si estuviese el cuerpo muerto. Busca modos y maneras para hacer algo que sienta por amor de Dios; mas es tan grande el primer dolor, que no sé yo qué tormento corporal le quitase. Como no está allí el remedio, son muy bajas estas medicinas para tan subido mal; alguna cosa se aplaca y pasa algo con esto, pidiendo a Dios la dé remedio para su mal, y ninguno ve sino la muerte, que con ésta piensa gozar del todo a su Bien. Otras veces da tan recio, que eso ni nada no se puede hacer, que corta todo el cuerpo. Ni pies ni brazos no puede menear; antes si está en pie se sienta, como una cosa trasportada que no puede ni aun resolgar; sólo da unos gemidos no grandes, porque no puede más; sonlo en el sentimiento.

13. Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal, lo que no suelo ver sino por mara-villa; aunque muchas veces se me representan ánge-les, es sin verlos, sino como la visión pasada que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese así: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan.

Deben ser los que llaman querubines, que los nom-bres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el cora-zón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor, que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a

gustar a quien pensare que miento.

14. Los días que duraba esto andaba como embobada. No quisiera ver ni hablar, sino abrazarme con mi pena, que para mí era mayor gloria que cuantas hay en todo lo criado.

Esto tenía algunas veces, cuando quiso el Señor me viniesen estos arrobamientos tan grandes, que aun es-tando entre gentes no los podía resistir, sino que con harta pena mía se comenzaron a publicar. Después que los tengo, no siento esta pena tanto, sino la que dije en otra parte antes -no me acuerdo en qué capítulo-, que es muy diferente en hartas cosas y de mayor precio; antes en comenzando esta pena de que ahora hablo, parece arrebata el Señor el alma y la pone en éxtasis, y así no hay lugar de tener pena ni de padecer, porque viene luego el gozar.

Sea bendito por siempre, que tantas mercedes hace a quien tan mal responde a tan grandes beneficios.

CAPÍTULO XXX

Torna a contar el discurso de su vida y cómo remedió el Señor mucho de sus trabajos con traer al lugar adonde estaba el santo Fray Pedro de Alcántara, de la orden del glorioso San Francisco. - Trata de grandes tentaciones y trabajos interiores que pasaba algunas veces.

1. Pues viendo yo lo poco o nonada que podía hacer para no tener estos ímpetus tan grandes, también temía de tenerlos; porque pena y contento no podía yo en-tender cómo podía estar junto; que ya pena corporal y contento espiritual, ya lo sabía que era bien posible; mas tan excesiva pena espiritual y con tan grandísimo gusto, esto me desatinaba.

Aún no cesaba en procurar resistir, mas podía tan poco, que algunas veces me cansaba. Amparábame con la cruz y queríame defender del que con ella nos amparó a todos. Veía que no me entendía nadie, que esto muy claro lo entendía yo; mas no lo osaba decir sino a mi confesor, porque esto fuera decir bien de verdad que no tenía humildad.

2. Fue el Señor servido remediar gran parte de mi tra-bajo -y por entonces todo- con traer a este lugar al bendito Fray Pedro de Alcántara, de quien ya hice mención y dije algo de su penitencia, que, entre otras cosas, me certificaron había traído veinte años cilicio de hoja de lata continuo. Es autor de unos libros pe-queños de oración que ahora se tratan mucho, de ro-mance, porque como quien bien la había ejercitado,

Page 94: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 94 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

escribió harto provechosamente para los que la tienen. Guardó la primera Regla del bienaventurado San Francisco con todo rigor y lo demás que allá queda algo dicho.

3. Pues como la viuda sierva de Dios, que he dicho, y amiga mía, supo que estaba aquí tan gran varón, y sabía mi necesidad, porque era testigo de mis afliccio-nes y me consolaba harto, porque era tanta su fe que no podía sino creer que era espíritu de Dios el que todos los más decían era del demonio, y como es per-sona de harto buen entendimiento y de mucho secreto y a quien el Señor hacía harta merced en la oración, quiso Su Majestad darla luz en lo que los letrados ig-noraban. Dábanme licencia mis confesores que des-cansase con ella algunas cosas, porque por hartas causas cabía en ella. Cabíale parte algunas veces de las mercedes que el Señor me hacía, con avisos harto pro-vechosos para su alma.

Pues como lo supo, para que mejor le pudiese tra-tar, sin decirme nada recaudó licencia de mi Provincial para que ocho días estuviese en su casa, y en ella y en algunas iglesias le hablé muchas veces esta primera vez que estuvo aquí, que después en diversos tiempos le comuniqué mucho. Como le di cuenta en suma de mi vida y manera de proceder de oración, con la mayor claridad que yo supe, que esto he tenido siempre, tra-tar con toda claridad y verdad con los que comunico mi alma, hasta los primeros movimientos querría yo les fuesen públicos, y las cosas más dudosas y de sos-pecha yo les argüía con razones contra mí, así que sin doblez ni encubierta le traté mi alma.

4. Casi a los principio vi que me entendía por expe-riencia, que era todo lo que yo había menester; porque entonces no me sabía entender como ahora, para sa-berlo decir, que después me lo ha dado Dios que sepa entender y decir las mercedes que Su Majestad me hace, y era menester que hubiese pasado por ello quien del todo me entendiese y declarase lo que era. Él me dio grandísima luz, porque al menos en las visiones que no eran imaginarias no podía yo entender qué podía ser aquello, y parecíame que en las que veía con los ojos del alma tampoco entendía cómo podía ser; que -como he dicho- sólo las que se ven con los ojos corporales era de las que me parecía a mí había de hacer caso, y éstas no tenía.

5. Este santo hombre me dio luz en todo y me lo de-claró, y dijo que no tuviese pena, sino que alabase a Dios y estuviese tan cierta que era espíritu suyo, que,

si no era la fe, cosa más verdadera no podía haber, ni que tanto pudiese creer. Y él se consolaba mucho con-migo y hacíame todo favor y merced, y siempre des-pués tuvo mucha cuenta conmigo y daba parte de sus cosas y negocios. Y como me veía con los deseos que él ya poseía por obra -que éstos dábamelos el Señor muy determinados- y me veía con tanto ánimo, holgá-base de tratar conmigo; que a quien el Señor llega a este estado no hay placer ni consuelo que se iguale a topar con quien le parece le ha dado el Señor princi-pios de esto; que entonces no debía yo tener mucho más, a lo que me parece, y plega al Señor lo tenga ahora.

6. Húbome grandísima lástima. Díjome que uno de los mayores trabajos de la tierra era el que había padecido, que es contradicción de buenos, y que todavía me que-daba harto, porque siempre tenía necesidad y no había en esta ciudad quien me entendiese; mas que él hablaría al que me confesaba y a uno de los que me daban más pena, que era este caballero casado que ya he dicho. Porque, como quien me tenía mayor voluntad, me hacía toda la guerra. Y es alma temerosa y santa, y como me había visto tan poco había tan ruin, no acababa de ase-gurarse.

Y así lo hizo el santo varón, que los habló a entram-bos y les dio causas y razones para que se asegurasen y no me inquietasen más. El confesor poco había menes-ter; el caballero tanto, que aun no del todo bastó, mas fue parte para que no tanto me amedrentase.

7. Quedamos concertados que le escribiese lo que me sucediese más de ahí adelante, y de encomendarnos mucho a Dios; que era tanta su humildad, que tenía en algo las oraciones de esta miserable, que era harta mi confusión. Dejóme con grandísimo consuelo y con-tento, y con que tuviese la oración con seguridad, y que no dudase de que era Dios; y de lo que tuviese alguna duda y, por más seguridad, de todo diese parte al confesor, y con esto viviese segura.

Mas tampoco podía tener esa seguridad del todo, porque me llevaba el Señor por camino de temer, como creer que era demonio cuando me decían que lo era. Así que temor ni seguridad nadie podía que yo la tuviese de manera que les pudiese dar más crédito del que el Señor ponía en mi alma. Así que, aunque me consoló y so-segó, no le di tanto crédito para quedar del todo sin temor, en especial cuando el Señor me dejaba en los trabajos de alma que ahora diré. Con todo, quedé -como digo- muy consolada.

No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso padre

Page 95: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 95 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

mío San José, que me pareció le había él traído, porque era Comisario General de la Custodia de San José, a quien yo mucho me encomendaba y a nuestra Señora.8. Acaecíame algunas veces -y aun ahora me acaece, aunque no tantas- estar con tan grandísimos trabajos de alma junto con tormentos y dolores de cuerpo, de males tan recios, que no me podía valer.Otras veces tenía males corporales más graves, y como no tenía los del alma, los pasaba con mucha ale-gría; mas cuando era todo junto, era tan gran trabajo que me apretaba muy mucho. Todas las mercedes que me había hecho el Señor se me olvidaban. Sólo que-daba una memoria como cosa que se ha soñado, para dar pena. Porque se entorpece el entendimiento de suerte, que me hacía andar en mil dudas y sospecha, pareciéndome que yo no lo había sabido entender y que quizá se me antojaba y que bastaba que anduviese yo engañada sin que engañase a los buenos.

Parecíame yo tan mala, que cuantos males y he-rejías se habían levantado me parecía eran por mis pecados.

9. Esta es una humildad falsa que el demonio in-ventaba para desasosegarme y probar si puede traer el alma a desesperación.

Tengo ya tanta experiencia que es cosa de de-monio, que, como ya ve que le entiendo, no me atormenta en esto tantas veces como solía. Vese claro en la inquietud y desasosiego con que co-mienza, y el alboroto que da en el alma todo lo que dura, y la oscuridad y aflicción que en ella pone, la sequedad y mala disposición para oración ni para ningún bien. Parece que ahoga el alma y ata el cuerpo para que de nada aproveche. Porque la humildad verdadera, aunque se conoce el alma por ruin, y da pena ver lo que somos, y pensamos grandes encarecimientos de nuestra maldad, tan grandes como los dichos, y se sienten con verdad, no viene con alboroto ni desasosiega el alma ni la oscurece ni da sequedad; antes la regala, y es todo al revés: con quietud, con suavidad, con luz. Pena que, por otra parte conforta de ver cuán gran mer-ced la hace Dios en que tenga aquella pena y cuán bien empleada es.

Duélele lo que ofendió a Dios. Por otra parte, la ensancha su misericordia. Tiene luz para confun-dirse a sí y alaba a Su Majestad porque tanto la sufrió.

En estotra humildad que pone el demonio, no hay luz para ningún bien, todo parece lo pone Dios a fuego y a sangre. Represéntale la justicia, y aunque tiene fe

que hay misericordia, porque no puede tanto el demo-nio que la haga perder, es de manera que no me con-suela, antes cuando mira tanta misericordia, le ayuda a mayor tormento, porque me parece estaba obligada a más.

10. Es una invención del demonio de las más penosas y sutiles y disimuladas que yo he entendido de él, y así querría avisar a vuestra merced para que, si por aquí le tentare, tenga alguna luz y lo conozca, si le dejare el entendimiento para conocerlo. Que no piense que va en letras y saber, que, aunque a mí todo me falta, después de salida de ello bien entiendo es desatino. Lo que he entendido es que quiere y permite el Señor y le da licencia, como se la dio para que tentase a Job, aunque a mí -como a ruin- no es con aquel rigor.

11. Hame acaecido y me acuerdo ser un día antes de la víspera de Corpus Christi, fiesta de quien yo soy de-vota, aunque no tanto como es razón. Esta vez duróme sólo hasta el día, que otras dúrame ocho y quince días, y aun tres semanas, y no sé si más, en especial las Semanas Santas, que solía ser mi regalo de oración.

Me acaece que coge de presto el entendimiento por cosas tan livianas a las veces, que otras me riera yo de ellas; y hácele estar trabucado en todo lo que él quiere y el alma aherrojada allí, sin ser señora de sí ni poder pensar otra cosa más de los disparates que él la repre-senta, que casi ni tienen tomo ni atan ni desatan; sólo ata para ahogar de manera el alma, que no cabe en sí. Y es así que me ha acaecido parecerme que andan los demonios como jugando a la pelota con el alma, y ella que no es parte para librarse de su poder.

No se puede decir lo que en este caso se padece. Ella anda a buscar reparo, y permite Dios no le halle. Sólo queda siempre la razón del libre albedrío, no clara. Digo yo que debe ser casi tapados los ojos, como una persona que muchas veces ha ido por una parte, que, aunque sea noche y a oscuras, ya por el tino pasado sabe adónde puede tropezar, porque lo ha visto de día, y guárdase de aquel peligro. Así es para no ofender a Dios, que parece se va por la costumbre. Dejemos aparte el tenerla el Señor, que es lo que hace al caso.

12. La fe está entonces tan amortiguada y dormida como todas las demás virtudes, aunque no perdida, que bien cree lo que tiene la Iglesia, mas pronunciado por la boca, y que parece por otro cabo la aprietan y entorpecen para que, casi como cosa que oyó de lejos, le parece conoce a Dios.

Page 96: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 96 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

El amor tiene tan tibio que, si oye hablar en El, escucha como una cosa que cree ser el que es porque lo tiene la Iglesia; mas no hay memoria de lo que ha experimentado en sí.

Irse a rezar, no es sino más congoja, o estar en so-ledad; porque el tormento que en sí se siente, sin saber de qué, es incomportable.A mi parecer, es un poco del traslado del infierno. Esto es así, según el Señor en una visión me dio a entender; porque el alma se quema en sí, sin saber quién ni por dónde le ponen fuego, ni cómo huir de él, ni con qué le matar.

Pues quererse remediar con leer, es como si no se supiese. Una vez me acaeció ir a leer una vida de un santo para ver si me embebería y para consolarme de lo que él padeció, y leer cuatro o cinco veces otros tantos renglones y, con ser romance, menos entendía de ellos a la postre que al principio, y así lo dejé. Esto me acaeció muchas veces, sino que ésta se me acuerda más en particular.

13. Tener, pues, conversación con nadie, es peor. Por-que un espíritu tan disgustado de ira pone el demonio, que parece a todos me querría comer, sin poder hacer más, y algo parece se hace en irme a la mano, o hace el Señor en tener de su mano a quien así está, para que no diga ni haga contra sus prójimos cosa que los per-judique y en que ofenda a Dios.

Pues ir al confesor, esto es cierto que muchas veces me acaecía lo que diré, que, con ser tan santos como lo son los que en este tiempo he tratado y trato, me decían palabras y me reñían con una aspereza, que después que se las decía yo ellos mismos se espanta-ban y me decían que no era más en su mano. Porque, aunque ponían muy por sí de no lo hacer otras veces (que se les hacía después lástima y aún escrúpulo), cuando tuviese semejantes trabajos de cuerpo y de alma, y se determinaban a consolarme con piedad, no podían. No decían ellos malas palabras -digo en que ofendiesen a Dios-, mas las más disgustadas que se sufrían para confesor. Debían pretender mortificarme, y aunque otras veces me holgaba y estaba para su-frirlo, entonces todo me era tormento.

Pues dame también parecer que los engaño, e iba a ellos y avisábalos muy a las veras que se guardasen de mí, que podría ser los engañase. Bien veía yo que de advertencia no lo haría, ni les diría mentira, mas todo me era temor. Uno medijo una vez, como enten-dió la tentación, que no tuviese pena, que aunque yo quisiese engañarle, seso tenía él para no dejarse en-gañar. Esto me dio mucho consuelo.

14. Algunas veces -y casi ordinario, al menos lo más continuo- en acabando de comulgar descansaba; y aun algunas, en llegando al Sacramento, luego a la hora quedaba tan buena, alma y cuerpo, que yo me espanto. No parece sino que en un punto se deshacen todas las tinieblas del alma y, salido el sol, conocía las tonterías en que había estado.

Otras, con sola una palabra que me decía el Señor, con sólo decir:

No estés fatigada; no hayas miedo -como ya dejo otra vez dicho-, quedaba del todo sana, o con ver al-guna visión, como si no hubiera tenido nada. Regalá-bame con Dios; quejábame a Él cómo consentía tantos tormentos que padeciese; mas ello era bien pagado, que casi siempre eran después en gran abundancia las mercedes.

No me parece sino que sale el alma del crisol como el oro, más afinada y clarificada, para ver en sí al Señor. Y así se hacen después pequeños estos trabajos con parecer incomportables, y se desean tornar a pa-decer, si el Señor se ha de servir más de ello. Y aunque haya mas tribulaciones y persecuciones, como se pasen sin ofender al Señor, sino holgándose de pade-cerlo por Él, todo es para mayor ganancia, aunque como se han de llevar no los llevo yo, sino harto im-perfectamente.

15. Otras veces me venían de otra suerte, y vienen, que de todo punto me parece se me quita la posibili-dad de pensar cosa buena ni desearla hacer, sino un alma y cuerpo del todo inútil y pesado; mas no tengo con esto estotras tentaciones y desasosiegos, sino un disgusto, sin entender de qué, ni nada contenta al alma. Procuraba hacer buenas obras exteriores para ocuparme medio por fuerza, y conozco bien lo poco que es un alma cuando se esconde la gracia.

No me daba mucha pena, porque este ver mi bajeza me daba alguna satisfacción.

16. Otras veces me hallo que tampoco cosa formada puedo pensar de Dios ni de bien que vaya con asiento, ni tener oración, aunque esté en soledad; mas siento que le conozco. El entendimiento e imaginación en-tiendo yo es aquí lo que me daña, que la voluntad buena me parece a mí que está y dispuesta para todo bien. Mas este entendimiento está tan perdido, que no parece sino un loco furioso que nadie le puede atar, ni soy señora de hacerle estar quedo un credo. Algunas veces me río y conozco mi miseria, y estoyle mirando y déjole a ver qué hace; y -gloria a Dios- nunca por maravilla va a cosa mala, sino indiferentes: si algo hay

Page 97: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 97 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que hacer aquí y allí y acullá. Conozco más entonces la grandísima merced que me hace el Señor cuando tiene atado este loco en perfecta contemplación. Miro qué sería si me viesen este desvarío las personas que me tienen por buena. He lástima grande al alma de verla en tan mala compañía. Deseo verla con libertad, y así digo al Señor: «¿cuándo, Dios mío, acabaré ya de ver mi alma junta en vuestra alabanza, que os gocen todas las potencias? ¡No permitáis, Señor, sea ya más despedazada, que no parece sino que cada pedazo anda por su cabo!».

Esto paso muchas veces. Algunas bien entiendo le hace harto al caso la poca salud corporal. Acuérdome mucho del daño que nos hizo el primer pecado, que de aquí me parece nos vino ser incapaces de gozar tanto bien en un ser, y deben ser los míos, que, si yo no hubiera tenido tantos, estuviera más entera en el bien.

17. Pasé también otro gran trabajo: que como todos los libros que leía que tratan de oración me parecía los entendía todos y que ya me había dado aquello el Señor, que no los había menester, y así no los leía, sino vidas de Santos, que, como yo me hallo tan corta en lo que ellos servían a Dios, esto parece me aprovecha y anima.

Parecíame muy poca humildad pensar yo había lle-gado a tener aquella oración; y como no podía acabar conmigo otra cosa, dábame mucha pena, hasta que letrados y el bendito Fray Pedro de Alcántara me dije-ron que no se me diese nada. Bien veo yo que en el servir a Dios no he comenzado -aunque en hacerme Su Majestad mercedes es como a muchos buenos- y que estoy hecha una imperfección, si no es en los de-seos y en amar, que en esto bien veo me ha favorecido el Señor para que le pueda en algo servir.

Bien me parece a mí que le amo, mas las obras me desconsuelan y las muchas imperfecciones que veo en mí.

18. Otras veces me da una bobería de alma -digo yo que es-, que ni bien ni mal me parece que hago, sino andar al hilo de la gente, como dicen: ni con pena ni con gloria, ni la da vida ni muerte, ni placer ni pesar. No parece se siente nada. Paréceme a mí que anda el alma como un asnillo que pace, que se sustenta por-que lo dan de comer y come casi sin sentirlo; porque el alma en este estado no debe estar sin comer algu-nas grandes mercedes de Dios, pues en vida tan mi-serable no le pesa de vivir y lo pasa con igualdad, mas no se sienten movimientos ni efectos para que se entienda el alma.

19. Paréceme ahora a mí como un navegar con un aire muy sosegado, que se anda mucho sin entender cómo; porque en estotras maneras son tan grandes los efec-tos, que casi luego ve el alma su mejora. Porque luego bullen los deseos y nunca acaba de satisfacerse un alma. Esto tienen los grandes ímpetus de amor que he dicho, a quien Dios los da. Es como unas fontecicas que yo he visto manar, que nunca cesa de hacer movi-miento la arena hacia arriba.

Al natural me parece este ejemplo o comparación de las almas que aquí llegan: siempre está bullendo el amor y pensando qué hará.

No cabe en sí, como en la tierra parece no cabe aquel agua, sino que la echa de sí. Así está el alma muy ordinario, que no sosiega ni cabe en sí con el amor que tiene; ya la tiene a ella empapada en sí.

Querría bebiesen los otros, pues a ella no la hace falta, para que la ayudasen a alabar a Dios. ¡Oh, qué de veces me acuerdo del agua viva que dijo el Señor a la Samaritana!, y así soy muy aficionada a aquel Evangelio; y es así, cierto, que sin entender como ahora este bien, desde muy niña lo era, y suplicaba muchas veces al Señor me diese aquel agua, y la tenía dibujada adonde estaba siempre, con este le-trero, cuando el Señor llegó al pozo. Domine, da mihi aquam.

20. Parece también como un fuego que es grande y, para que no se aplaque, es menester haya siempre qué quemar. Así son las almas que digo. Aunque fuese muy a su costa, querrían traer leña para que no cesase este fuego. Yo soy tal que aun con pajas que pudiese echar en él me contentaría, y así me acaece algunas y muchas veces; unas me río y otras me fatigo mucho. El movimiento interior me incita a que sirva en algo -de que no soy para más- en poner ramitos y flores a imágenes, en barrer, en poner un oratorio, en unas co-sitas tan bajas que me hacía confusión. Si hacía o hago algo de penitencia, todo poco y de manera que, a no tomar el Señor la voluntad, veía yo era sin ningún tomo, y yo misma burlaba de mí.

Pues no tienen poco trabajo a ánimas que da Dios por su bondad este fuego de amor suyo en abundancia, faltar fuerzas corporales para hacer algo por El. Es una pena bien grande. Porque, como le faltan fuerzas para echar alguna leña en este fuego y ella muere porque no se mate, paréceme que ella entre sí se consume y hace ceniza y se deshace en lágrimas y se quema; y es harto tormento, aunque es sabroso.

Page 98: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 98 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

21. Alabe muy mucho al Señor el alma que ha llegado aquí y le da fuerzas corporales para hacer penitencia, o le dio letras y talentos y libertad para predicar y con-fesar y llegar almas a Dios. Que no sabe ni entiende el bien que tiene, si no ha pasado por gustar qué es no poder hacer nada en servicio del Señor, y recibir siem-pre mucho.

Sea bendito por todo y denle gloria los ángeles, amén.

22. No sé si hago bien de escribir tantas menudencias. Como vuestra merced me tornó a enviar a mandar que no se me diese nada de alargarme ni dejase nada, voy tratando con claridad y verdad lo que se me acuerda. Y no puede ser menos de dejarse mucho, porque sería gastar mucho más tiempo, y tengo tan poco como he dicho, y por ventura no sacar ningún provecho.

CAPÍTULO XXXI

Trata de algunas tentaciones exteriores y representaciones que la hacía el demonio, y tormentos que la daba. – Trata también algu-nas cosas harto buenas para aviso de personas que van camino de perfección. 1. Quiero decir, ya que he dicho algunas tentaciones y turbaciones interiores y secretas que el demonio me causaba, otras que hacía casi públicas en que no se podía ignorar que era él. 2. Estaba una vez en un oratorio, y aparecióme hacia el lado izquierdo, de abominable figura; en especial miré la boca, porque me habló, que la tenía espanta-ble. Parecía le salía una gran llama del cuerpo, que estaba toda clara, sin sombra. Díjome espantable-mente que bien me había librado de sus manos, mas que él me tornaría a ellas. Yo tuve gran temor y santi-güéme como pude, y desapareció y tornó luego. Por dos veces me acaeció esto.

Yo no sabía qué me hacer. Tenía allí agua bendita y echélo hacia aquella parte, y nunca más tornó.

3. Otra vez me estuvo cinco horas atormentando, con tan terribles dolores y desasosiego interior y exterior, que no me parece se podía ya sufrir. Las que estaban conmigo estaban espantadas y no sabían qué se hacer ni yo cómo valerme. Tengo por costumbre, cuando los dolor es y mal corporal es muy intolerable, hacer actos como puedo entre mí, suplicando al Señor, si se sirve de aquello, que me dé Su Majestad paciencia y me esté yo así hasta el fin del mundo.

Pues como esta vez vi el padecer con tanto rigor, remediábame con estos actos para poderlo llevar, y determinaciones. Quiso el Señor entendiese cómo era el demonio, porque vi cabe mí un negrillo muy abomi-nable, regañando como desesperado de que adonde pretendía ganar perdía. Yo, como le vi, reíme, y no hube miedo, porque había allí algunas conmigo que no se podían valer ni sabían qué remedio poner a tanto tormento, que eran grandes los golpes que me hacía dar sin poderme resistir, con cuerpo y cabeza y brazos. Y lo peor era el desasosiego interior, que de ninguna suerte podía tener sosiego. No osaba pedir agua ben-dita por no las poner miedo y porque no entendiesen lo que era. 4. De muchas veces tengo experiencia que no hay cosa con que huyan más para no tornar. De la cruz también huyen, mas vuelven.

Debe ser grande la virtud del agua bendita. Para mí es particular y muy conocida consolación que siente mi alma cuando lo tomo. Es cierto que lo muy ordina-rio es sentir una recreación que no sabría yo darla a entender, como un deleite interior que toda el alma me conforta. Esto no es antojo, ni cosa que me ha acae-cido sola una vez, sino muy muchas, y mirado con gran advertencia. Digamos como si uno estuviese con mucha calor y sed y bebiese un jarro de agua fría, que parece todo él sintió el refrigerio. Considero yo qué gran cosa es todo lo que está ordenado por la Iglesia, y regálame mucho ver que tengan tanta fuerza aque-llas palabras, que así la pongan en el agua, para que sea tan grande la diferencia que hace a lo que no es bendito. 5. Pues como no cesaba el tormento, dije: si no se riesen, pediría agua bendita. Trajéronmelo y echáron-melo a mí, y no aprovechaba; echélo hacia donde es-taba, y en un punto se fue y se me quitó todo el mal como si con la mano me lo quitaran, salvo que quedé cansada como si me hubieran dado muchos palos. Hí-zome gran provecho ver que, aun no siendo un alma y cuerpo suyo, cuando el Señor le da licencia hace tanto mal, ¿qué hará cuando él lo posea por suyo? Diome de nuevo gana de librarme de tan ruin compañía. 6. Otra vez poco ha, me acaeció lo mismo, aunque no duró tanto, y yo estaba sola. Pedí agua bendita, y las que entraron después que ya se habían ido (que eran dos monjas bien de creer, que por ninguna suerte dije-ran mentira), olieron un olor muy malo, como de pie-dra azufre. Yo no lo olí. Duró de manera que se pudo advertir a ello.

Page 99: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 99 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Otra vez estaba en el coro y diome un gran ímpetu de recogimiento.

Fuime de allí porque no lo entendiesen, aunque cerca oyeron todas dar golpes grandes adonde yo es-taba, y yo cabe mí oí hablar como que concertaban algo, aunque no entendí qué; habla gruesa; mas es-taba tan en oración, que no entendí cosa ni hube nin-gún miedo.

Casi cada vez era cuando el Señor me hacía mer-ced de que por mi persuasión se aprovechase algún alma.Y es cierto que me acaeció lo que ahora diré, y de esto hay muchos testigos, en especial quien ahora me con-fiesa, que lo vio por escrito en una carta; sin decirle yo quién era la persona cuya era la carta, bien sabía él quién era.

7. Vino una persona a mí que había dos años y medio que estaba en un pecado mortal, de los más abomina-bles que yo he oído, y en todo este tiempo ni le confe-saba ni se enmendaba, y decía misa. Y aunque confesaba otros, éste decía que cómo le había de con-fesar, cosa tan fea. Y tenía gran deseo de salir de él y no se podía valer a sí. A mí hízome gran lástima; y ver que se ofendía Dios de tal manera, me dio mucha pena. Prometíle de suplicar mucho a Dios le reme-diase y hacer que otras personas lo hiciesen, que eran mejores que yo, y escribía a cierta persona que él me dijo podía dar las cartas. Y es así que a la primera se confesó; que quiso Dios (por las muchas personas muy santas que lo habían suplicado a Dios, que se lo había yo encomendado) hacer con esta alma esta mi-sericordia, y yo, aunque miserable, hacía lo que podía con harto cuidado.

Escribióme que estaba ya con tanta mejoría, que había días que no caía en él; mas que era tan grande el tormento que le daba la tentación, que parecía estaba en el infierno, según lo que padecía; que le encomen-dase a Dios. Yo lo torné a encomendar a mis Herma-nas, por cuyas oraciones debía el Señor hacerme esta merced, que lo tomaron muy a pechos. Era persona que no podía nadie atinar en quién era. Yo supliqué a Su Majestad se aplacasen aquellos tormentos y tenta-ciones, y se viniesen aquellos demonios a atormen-tarme a mí, con que yo no ofendiese en nada al Señor.Es así que pasé un mes de grandísimos tormentos. En-tonces eran estas dos cosas que he dicho. 8. Fue el Señor servido que le dejaron a él. Así me lo escribieron, porque yo le dije lo que pasaba en este mes. Tomó fuerza su alma y quedó del todo libre, que

no se hartaba de dar gracias al Señor y a mí, como si yo hubiera hecho algo, sino que ya el crédito que tenía de que el Señor me hacía mercedes le aprovechaba. Decía que cuando se veía muy apretado, leía mis car-tas y se le quitaba la tentación, y estaba muy espan-tado de lo que yo había padecido y cómo se había librado él. Y aun yo me espanté y lo sufriera otros muchos años por ver aquel alma libre. Sea alabado por todo, que mucho puede la oración de los que sirven al Señor, como yo creo lo hacen en esta casa estas her-manas; sino que, como yo lo procuraba, debían los demonios indignarse más conmigo, y el Señor por mis pecados lo permitía. 9. En este tiempo también una noche pensé me ahoga-ban; y como echaron mucha agua bendita, vi ir mucha multitud de ellos, como quien se va desempeñando. Son tantas veces las que estos malditos me atormentan y tan poco el miedo que yo ya los he, con ver que no se pueden menear si el Señor no les da licencia, que cansaría a vuestra merced y me cansaría si las dijese. 10. Lo dicho aproveche de que el verdadero siervo de Dios se le dé poco de estos espantajos que éstos ponen para hacer temer.

Sepan que, a cada vez que se nos da poco de ellos, quedan con menos fuerza y el alma muy más señora. Siempre queda algún gran provecho, que por no alar-gar no lo digo.

Sólo diré esto que me acaeció una noche de las ánimas: estando en un oratorio, habiendo rezado un nocturno y diciendo unas oraciones muy devotas -que están al fin de él- muy devotas que tenemos en nuestro rezado, se me puso sobre el libro para que no acabase la oración. Yo me santigüé, y fuese. Tornando a co-menzar, tornóse. Creo fueron tres veces las que la co-mencé y, hasta que eché agua bendita, no pude acabar. Vi que salieron algunas almas del purgatorio en el ins-tante, que debía faltarlas poco, y pensé si pretendía estorbar esto.

Pocas veces le he visto tomando forma y muchas sin ninguna forma, como la visión que sin forma se ve claro está allí, como he dicho. 11. Quiero también decir esto, porque me espantó mucho: estando un día de la Trinidad en cierto monas-terio en el coro y en arrobamiento, vi una gran con-tienda de demonios contra ángeles.

Yo no podía entender qué querría decir aquella vi-sión. Antes de quince días se entendió bien en cierta contienda que acaeció entre gente de oración y muchos

Page 100: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 100 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que no lo eran, y vino harto daño a la casa que era; fue contienda que duró mucho y de harto desasosiego.

Otras veces veía mucha multitud de ellos en rede-dor de mí, y parecíame estar una gran claridad que me cercaba toda, y ésta no les consentía llegar a mí. En-tendí que me guardaba Dios, para que no llegasen a mí de manera que me hiciesen ofenderle. En lo que he visto en mí algunas veces, entendí que era verdadera visión. El caso es que ya tengo tan entendido su poco poder, si yo no soy contra Dios, que casi ningún temor los tengo. Porque no son nada sus fuerzas, si no ven almas rendidas a ellos y cobardes, que aquí muestran ellos su poder.

Algunas veces, en las tentaciones que ya dije, me parecía que todas las vanidades y flaquezas de tiempos pasados tornaban a despertar en mí, que tenía bien que encomendarme a Dios. Luego era el tormento de pa-recerme que, pues me venían aquellos pensamientos, que debía de ser todo demonio, hasta que me sosegaba el confesor. Porque aun primer movimiento de mal pensamiento me parecía a mí no había de tener quien tantas mercedes recibía del Señor. 12. Otras veces me atormentaba mucho y aún ahora me atormenta ver que se hace mucho caso de mí, en especial personas principales, y de que decían mucho bien. En esto he pasado y paso mucho. Miro luego a la vida de Cristo y de los santos, y paréceme que voy al revés, que ellos no iban sino por desprecio e inju-rias.

Háceme andar temerosa y como que no oso alzar la cabeza ni querría parecer, lo que no hago cuando tengo persecuciones. Anda el ánima tan señora, aunque el cuerpo lo siente, y por otra parte ando afligida, que yo no sé cómo esto puede ser; mas pasa así, que entonces parece está el alma en su reino y que lo trae todo de-bajo de los pies.

Dábame algunas veces y duróme hartos días, y pa-recía era virtud y humildad por una parte, y ahora veo claro que era tentación. Un fraile dominico, gran le-trado, me lo declaró bien. Cuando pensaba que estas mercedes que el Señor me hace se habían de venir a saber en público, era tan excesivo el tormento, que me inquietaba mucho el ánima. Vino a términos que, con-siderándolo, de mejor gana me parece me determinaba a que me enterraran viva que por esto. Y así, cuando me comenzaron estos grandes recogimientos o arroba-mientos a no poder resistirlos aun en público, quedaba yo después tan corrida, que no quisiera parecer adonde nadie me viera.

13. Estando una vez muy fatigada de esto, me dijo el Señor, que qué temía; que en esto no podía, sino haber dos cosas: o que murmurasen de mí, o alabarle a Él; dando a entender que los que lo creían, le alabarían, y los que no, era condenarme sin culpa, y que entrambas cosas eran ganancia para mí; que no me fatigase. Mucho me sosegó esto, y me consuela cuando se me acuerda.

Vino a términos la tentación, que me quería ir de este lugar y dotar en otro monasterio muy más ence-rrado que en el que yo al presente estaba, que había oído decir muchos extremos de él. Era también de mi Orden, y muy lejos, que eso es lo que a mí me conso-lara, estar adonde no me conocieran; y nunca mi con-fesor me dejó. 14. Mucho me quitaban la libertad del espíritu estos temores, que después vine yo a entender no era buena humildad, pues tanto inquietaba, y me enseñó el Señor esta verdad: que yo tan determinada y cierta estuviera que no era ninguna cosa buena mía, sino de Dios, que así como no me pesaba de oír loar a otras personas, antes me holgaba y consolaba mucho de ver que allí se mostraba Dios, que tampoco me pesaría mostrase en mí sus obras. 15. También di en otro extremo, que fue suplicar a Dios -y hacía oración particular- que cuando a alguna persona le pareciese algo bien en mí, que Su Majestad le declarase mis pecados, para que viese cuán sin mé-rito mío me hacía mercedes, que esto deseo yo siem-pre mucho. Mi confesor me dijo que no lo hiciese. Mas hasta ahora poco ha, si veía yo que una persona pensaba de mí bien mucho, por rodeos o como podía le daba a entender mis pecados, y con esto parece des-cansaba. También me han puesto mucho escrúpulo en esto. 16. Procedía esto no de humildad, a mi parecer, sino de una tentación venían muchas. Parecíame que a todos los traía engañados y, aunque es verdad que andan engañados en pensar que hay algún bien en mí, no era mi deseo engañarlos, ni jamás tal pretendí, sino que el Señor por algún fin lo permite; y así, aun con los confesores, si no viera era necesario, no tratara ninguna cosa, que se me hiciera gran escrúpulo. Todos estos temorcillos y penas y sombra de humildad entiendo yo ahora era harta imperfección, y de no estar mortificada; porque un alma dejada en las manos de Dios no se le da más que digan bien que mal, si ella entiende bien bien entendido -como el Señor quiere

Page 101: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 101 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

hacerle merced que lo entienda- que no tiene nada de sí. Fíese de quien se lo da, que sabrá por qué lo descu-bre, y aparéjese a la persecución, que está cierta en los tiempos de ahora, cuando de alguna persona quiere el Señor se entienda que la hace semejantes mercedes; porque hay mil ojos para un alma de éstas, adonde para mil almas de otra hechura no hay ninguno. 17. A la verdad, no hay poca razón de temer, y éste debía ser mi temor, y no humildad, sino pusilanimi-dad. Porque bien se puede aparejar un alma que así permite Dios que ande en los ojos del mundo, a ser mártir del mundo, porque si ella no se quiere morir a él, el mismo mundo los matará. No veo, cierto, otra cosa en él que bien me parezca, sino no consentir fal-tas en los buenos que a poder de murmuraciones no las perfeccione. Digo que es menester más ánimo para, si uno no está perfecto, llevar camino de perfec-ción, que para ser de presto mártires. Porque la perfec-ción no se alcanza en breve, si no es a quien el Señor quiere por particular privilegio hacerle esta merced. El mundo, en viéndole comenzar, le quiere perfecto y de mil lenguas le entiende una falta que por ventura en él es virtud, y quien le condena usa de aquello mismo por vicio y así lo juzga en el otro. No ha de haber comer ni dormir ni, como dicen, resolgar; y mientras en más le tienen, más deben olvidar que aún se están en el cuerpo, por perfecta que tengan el alma. Viven aún en la tierra sujetos a sus miserias, aunque más la tengan debajo de los pies. Y así, como digo, es menes-ter gran ánimo, porque la pobre alma aún no ha co-menzado a andar, y quiérenla que vuele. Aún no tiene vencidas las pasiones, y quieren que en grandes oca-siones estén tan enteras como ellos leen estaban los santos después de confirmados en gracia.

Es para alabar al Señor lo que en esto pasa, y aun para lastimar mucho el corazón; porque muy muchas almas tornan atrás, que no saben las pobrecitas va-lerse. Y así creo hiciera la mía, si el Señor tan miseri-cordiosamente no lo hiciera todo de su parte; y hasta que por su bondad lo puso todo, ya verá vuestra mer-ced que no ha habido en mí sino caer y levantar.

18. Querría saberlo decir, porque creo se engañan aquí muchas almas que quieren volar antes que Dios les dé alas. Ya creo he dicho otra vez esta comparación, mas viene bien aquí. Trataré esto, porque veo a algunas almas muy afligidas por esta causa: como comienzan con grandes deseos y hervor y determinación de ir adelante en la virtud, y algunas cuanto a lo exterior todo lo dejan por Él, como ven en otras personas, que

son más crecidas, cosas muy grandes de virtudes que les da el Señor, que no nos la podemos nosotros tomar, ven en todos los libros que están escritos de oración y contemplación poner cosas que hemos de hacer para subir a esta dignidad, que ellos no las pueden luego acabar consigo, desconsuélanse. Como es: un no se nos dar nada que digan mal de nosotros, antes tener mayor contento que cuando dicen bien; una poca es-tima de honra; un desasimiento de sus deudos, que, si no tienen oración, no los querría tratar, antes le can-san; otras cosas de esta manera muchas, que, a mi pa-recer, las ha de dar Dios, porque me parece son ya bienes sobrenaturales o contra nuestra natural inclina-ción.

No se fatiguen; esperen en el Señor, que lo que ahora tienen en deseos Su Majestad hará que lleguen a tenerlo por obra, con oración y haciendo de su parte lo que es en sí; porque es muy necesario para este nuestro flaco natural tener gran confianza y no desma-yar, ni pensar que, si nos esforzamos, dejaremos de salir con victoria. 19. Y porque tengo mucha experiencia de esto, diré algo para aviso de vuestra merced. No piense, aunque le parezca que sí, que está ya ganada la virtud, si no la experimenta con su contrario. Y siempre hemos de estar sospechosos y no descuidarnos mientras vivi-mos; porque mucho se nos pega luego, si -como digo- no está ya dada del todo la gracia para conocer lo que es todo, y en esta vida nunca hay todo sin muchos peligros.

Parecíame a mí, pocos años ha, que no sólo no es-taba asida a mis deudos, sino que me cansaban. Y era cierto así, que su conversación no podía llevar. Ofre-cióse cierto negocio de harta importancia, y hube de estar con una hermana mía a quien yo quería muy mucho antes y, puesto que en la conversación, aunque ella es mejor que yo, no me hacía con ella (porque como tiene diferente estado, que es casada, no puede ser la conversación siempre en lo que yo la querría, y lo más que podía me estaba sola), vi que me daban pena sus penas más harto que de prójimo, y algún cui-dado. En fin, entendí de mí que no estaba tan libre como yo pensaba, y que aún había menester huir la ocasión, para que esta virtud que el Señor me había comenzado a dar fuese en crecimiento, y así con su favor lo he procurado hacer siempre después acá. 20. En mucho se ha de tener una virtud cuando el Señor la comienza a dar, y en ninguna manera poner-nos en peligro de perderla. Así es en cosas de honra y

Page 102: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 102 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

en otras muchas; que crea vuestra merced que no todos los que pensamos estamos desasidos del todo, lo están, y es menester nunca descuidar en esto; y cual-quiera persona que sienta en sí algún punto de honra, si quiere aprovechar, créame y dé tras este atamiento, que es una cadena que no hay lima que la quiebre, si no es Dios con oración y hacer mucho de nuestra parte. Paréceme que es una ligadura para este camino, que yo me espanto el daño que hace.

Veo a algunas personas santas en sus obras, que las hacen tan grandes que espantan las gentes. ¡Válgame Dios! ¿Por qué está aún en la tierra esta alma? ¿Cómo no está en la cumbre de la perfección? ¿Qué es esto? ¿Quién detiene a quien tanto hace por Dios? -¡Oh, que tiene un punto de honra…! Y lo peor que tiene es que no quiere entender que le tiene, y es porque algunas veces le hace entender el demonio que es obligado a tenerle. 21. Pues créanme, crean por amor del Señor a esta hormiguilla que el Señor quiere que hable, que si no quitan esta oruga, que ya que a todo el árbol no dañe (porque algunas otras virtudes quedarán, mas todas carcomidas), no es árbol hermoso, sino que él no medra, ni aun deja medrar a los que andan cabe él. Porque la fruta que da de buen ejemplo no es nada sana; poco durará.

Muchas veces lo digo: que por poco que sea el punto de honra, es como en el canto de órgano, que un punto o compás que se yerre, disuena toda la música. Y es cosa que en todas partes hace harto daño al alma, mas en este camino de oración es pes-tilencia. 22. Andas procurando juntarte con Dios por unión, y queremos seguir sus consejos de Cristo, cargado de injurias y testimonios, ¿y queremos muy entera nues-tra honra y crédito? -No es posible llegar allá, que no van por un camino. Llega el Señor al alma, esforzán-donos nosotros y procurando perder de nuestro dere-cho en muchas cosas.

Dirán algunos: «no tengo en qué ni se me ofrece». -Yo creo que a quien tuviere esta determinación, que no querrá el Señor pierda tanto bien. Su Majestad ordenará tantas cosas en que gane esta virtud que no quiera tantas. Manos a la obra. 23. Quiero decir las naderías y poquedades que yo hacía cuando comencé, o alguna de ellas: las pajitas que tengo dichas pongo en el fuego, que no soy yo para más. Todo lo recibe el Señor. Sea bendito por

siempre.Entre mis faltas tenía ésta: que sabía poco del re-

zado y de lo que había de hacer en el coro y cómo lo regir, de puro descuidada y metida en otras vanidades, y veía a otras novicias que me podían enseñar. Acae-cíame no les preguntar, porque no entendiesen yo sabía poco. Luego se pone delante el buen ejemplo. Esto es muy ordinario. Ya que Dios me abrió un poco los ojos, aun sabiéndolo, tantito que estaba en duda, lo preguntaba a las niñas. Ni perdí honra ni crédito; antes quiso el Señor, a mi parecer, darme después más memoria.

Sabía mal cantar. Sentía tanto si no tenía estu-diando lo que me encomendaban (y no por el hacer falta delante del Señor, que esto fuera virtud, sino por las muchas que me oían), que de puro honrosa me tur-baba tanto, que decía muy menos de lo que sabía.

Tomé después por mí, cuando no lo sabía muy bien, decir que no lo sabía. Sentía harto a los princi-pios, y después gustaba de ello. Y es así que como comencé a no se me dar nada de que se entendiese no lo sabía, que lo decía muy mejor, y que la negra honra me quitaba supiese hacer esto que yo tenía por honra, que cada uno la pone en lo que quiere. 24. Con estas naderías, que no son nada – y harto nada soy yo, pues esto me daba pena- de poco en poco se van haciendo con actos. Y cosas poquitas como éstas, que en ser hechas por Dios les da Su Majestad tomo, ayuda Su Majestad para cosas mayores. Y así en cosas de humildad me acaecía que, de ver que todas aprove-chaban sino yo -porque nunca fui para nada- de que se iban del coro, coger todos los mantos; parecíame ser-vía a aquellos ángeles que allí alababan a Dios. Hasta que, no sé cómo, vinieron a entenderlo, que no me corrí yo poco; porque no llegaba mi virtud a querer que entendiesen estas cosas, y no debía ser por hu-milde, sino porque no se riesen de mí, como eran tan nonada.

25. ¡Oh Señor mío!, ¡qué vergüenza es ver tantas maldades, y contar unas arenitas, que aun no las le-vantaba de la tierra por vuestro servicio, sino que todo iba envuelto en mil miserias! No manaba aún el agua, debajo de estas arenas, de vuestra gracia, para que las hiciese levantar.

¡Oh Criador mío, quién tuviera alguna cosa que contar, entre tantos males, que fuera de tomo, pues cuento las grandes mercedes que he recibido de Vos! Es así, Señor mío, que no sé cómo puede sufrirlo mi corazón, ni cómo podrá quien esto leyere dejarme de

Page 103: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 103 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

aborrecer, viendo tan mal servidas tan grandísimas mercedes, y que no he vergüenza de contar estos ser-vicios, en fin, como míos.

Sí tengo, Señor mío; mas el no tener otra cosa que contar de mi parte me hace decir tan bajos principios, para que tenga esperanza quien los hiciere grandes, que, pues éstos parece ha tomado el Señor en cuenta, los tomará mejor. Plega a Su Majestad me dé gracia para que no esté siempre en principios. Amén.

CAPÍTULO XXXII

En que trata cómo quiso el Señor ponerla en espíritu en un lugar del infierno que tenía por sus pecados merecido. – Cuenta una cifra de lo que allí se lo representó para lo que fue. – Comienza a tratar la manera y modo cómo se fundó el monasterio, adonde ahora está, de San José. 1. Después de mucho tiempo que el Señor me había hecho ya muchas de las mercedes que he dicho y otras muy grandes, estando un día en oración me hallé en un punto toda, sin saber cómo, que me parecía estar me-tida en el infierno. Entendí que quería el Señor que viese el lugar que los demonios allá me tenían apare-jado, y yo merecido por mis pecados. Ello fue en bre-vísimo espacio, mas aunque yo viviese muchos años, me parece imposible olvidárseme.

Parecíame la entrada a manera de un callejón muy largo y estrecho, a manera de horno muy bajo y oscuro y angosto. El suelo me pareció de un agua como lodo muy sucio y de pestilencial olor, y muchas sabandijas malas en él. Al cabo estaba una concavidad metida en una pared, a manera de una alacena, adonde me vi meter en mucho estrecho.

Todo esto era deleitoso a la vista en comparación de lo que allí sentí. Esto que he dicho va mal encarecido. 2. Estotro me parece que aun principio de encarecerse como es no le puede haber, ni se puede entender; mas sentí un fuego en el alma, que yo no puedo entender cómo poder decir de la manera que es. Los dolores corporales tan incomportables, que, con haberlos pa-sado en esta vida gravísimos y, según dicen los médi-cos, los mayores que se pueden acá pasar (porque fue encogérseme todos los nervios cuando me tullí, sin otros muchos de muchas maneras que he tenido, y aun algunos, como he dicho, causados del demonio), no es todo nada en comparación de lo que allí sentí, y ver que habían de ser sin fin y sin jamás cesar.

Esto no es, pues, nada en comparación del agonizar del alma: un apretamiento, un ahogamiento, una aflic-

ción tan sentible y con tan desesperado y afligido des-contento, que yo no sé cómo lo encarecer. Porque decir que es un estarse siempre arrancando el alma, es poco, porque aun parece que otro os acaba la vida; mas aquí el alma misma es la que se despedaza.El caso es que yo no sé cómo encarezca aquel fuego interior y aquel desesperamiento, sobre tan gravísimos tormentos y dolores.

No veía yo quién me los daba, mas sentíame que-mar y desmenuzar, a lo que me parece. Y digo que aquel fuego y desesperación interior es lo peor. 3. Estando en tan pestilencial lugar, tan sin poder es-perar consuelo, no hay sentarse ni echarse, ni hay lugar, aunque me pusieron en éste como agujero hecho en la pared. Porque estas paredes, que son es-pantosas a la vista, aprietan ellas mismas, y todo ahoga. No hay luz, sino todo tinieblas oscurísimas. Yo no entiendo cómo puede ser esto, que con noha-ber luz, lo que a la vista ha de dar pena todo se ve.

No quiso el Señor entonces viese más de todo el infierno. Después he visto otra visión de cosas es-pantosas, de algunos vicios el castigo. Cuanto a la vista, muy más espantosos me parecieron, mas como no sentía la pena, no me hicieron tanto temor; que en esta visión quiso el Señor que verdaderamente yo sintiese aquellos tormentos y aflicción en el espíritu, como si el cuerpo lo estuviera padeciendo.

Yo no sé cómo ello fue, mas bien entendí ser gran merced y que quiso el Señor yo viese por vista de ojos de dónde me había librado su misericordia. Por-que no es nada oírlo decir, ni haber yo otras veces pensado en diferentes tormentos (aunque pocas, que por temor no se llevaba bien mi alma), ni que los demonios atenazan, ni otros diferentes tormentos que he leído, no es nada con esta pena, porque es otra cosa. En fin como de dibujo a la verdad, y el que-marse acá es muy poco en comparación de este fuego de allá. 4. Yo quedé tan espantada, y aún lo estoy ahora es-cribiéndolo, con que ha casi seis años, y es así que me parece el calor natural me falta de temor aquí adonde estoy. Y así no me acuerdo vez que tengo trabajo ni dolores, que no me parece nonada todo lo que acá se puede pasar, y así me parece en parte que nos quejamos sin propósito. Y así torno a decir que fue una de las mayores mercedes que el Señor me ha hecho, porque me ha aprovechado muy mucho, así para perder el miedo a las tribulaciones y contradic-ciones de esta vida, como para esforzarme a padecer-

Page 104: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 104 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

las y dar graciasal Señor que me libró, a lo que ahora me parece, de males tan perpetuos y terribles. 5. Después acá, como digo, todo me parece fácil en comparación de un momento que se haya de sufrir lo que yo en él allí padecí.

Espántame cómo habiendo leído muchas veces li-bros adonde se da algo a entender las penas del in-fierno, cómo no las temía ni tenía en lo que son. ¿Adónde estaba? ¿Cómo me podía dar cosa descanso de lo que me acarreaba ir a tan mal lugar? ¡Seáis ben-dito, Dios mío, por siempre! Y ¡cómo se ha parecido que me queríais Vos mucho más a mí que yo me quiero! ¡Qué de veces, Señor, me librasteis de cárcel tan tenebrosa, y cómo me tornaba yo a meter en ella contra vuestra voluntad! 6. De aquí también gané la grandísima pena que me da las muchas almas que se condenan (de estos luteranos en especial, porque eran ya por el bautismo miembros de la Iglesia), y los ímpetus grandes de aprovechar almas, que me parece, cierto, a mí que, por librar una sola de tan gravísimos tormentos, pasaría yo muchas muertes muy de buena gana. Miro que, si vemos acá una persona que bien queremos, en especial con un gran trabajo o dolor, parece que nuestro mismo natural nos convida a compasión y, si es grande, nos aprieta a nosotros. Pues ver a un alma para sin fin en el sumo trabajo de los trabajos, ¿quién lo ha de poder sufrir? No hay corazón que lo lleve sin gran pena. Pues acá con saber que, en fin, se acabará con la vida y que ya tiene término, aun nos mueve a tanta compasión, esto-tro que no le tiene no sé cómo podemos sosegar viendo tantas almas como lleva cada día el demonio consigo. 7. Esto también me hace desear que, en cosa que tanto importa, no nos contentemos con menos de hacer todo lo que pudiéremos de nuestra parte. No dejemos nada, y plega al Señor sea servido de darnos gracia para ello.Cuando yo considero que, aunque era tan malísima, traía algún cuidado de servir a Dios y no hacía algunas cosas que veo que, como quien no hace nada, se las tragan en el mundo y, en fin, pasaba grandes enferme-dades y con mucha paciencia, que me la daba el Señor; no era inclinada a murmurar, ni a decir mal de nadie, ni me parece podía querer mal a nadie, ni era codiciosa, ni envidia jamás me acuerdo tener de ma-nera que fuese ofensa grave del Señor, y otras algu-nas cosas, que, aunque era tan ruin, traía temor de Dios lo más continuo; y veo adonde me tenían ya los demonios aposentada, y es verdad que, según mis

culpas, aun me parece merecía más castigo. Mas, con todo, digo que era terrible tormento, y que es peli-grosa cosa contentarnos, ni traer sosiego ni contento el alma que anda cayendo a cada paso en pecado mortal; sino que por amor de Dios nos quitemos de las ocasiones, que el Señor nos ayudará como ha hecho a mí. Plega a Su Majestad que no me deje de su mano para que yo torne a caer, que ya tengo visto adónde he de ir a parar. No lo permita el Señor, por quien Su Majestad es, amén. 8. Andando yo, después de haber visto esto y otras grandes cosas y secretos que el Señor, por quien es, me quiso mostrar de la gloria que se dará a los bue-nos y pena a los malos, deseando modo y manera en que pudiese hacer penitencia de tanto mal y merecer algo para ganar tanto bien, deseaba huir de gentes y acabar ya de en todo en todo apartarme del mundo. No sosegaba mi espíritu, mas no desasosiego in-quieto, sino sabroso. Bien se veía que era de Dios, y que le había dado Su Majestad al alma calor para digerir otros manjares más gruesos de los que comía. 9. Pensaba qué podría hacer por Dios. Y pensé que lo primero era seguir el llamamiento que Su majestad me había hecho a religión, guardando mi Regla con la mayor perfección que pudiese. Y aunque en la casa adonde estaba había muchas siervas de Dios y era harto servido en ella, a causa de tener gran necesidad salían las monjas muchas veces a partes adonde con toda honestidad y religión podíamos estar; y también no estaba fundada en su primer rigor la Regla, sino guardábase conforme a lo que en toda la Orden, que es con bula de relajación. Y también otros inconve-nientes, que me parecía a mí tenía mucho regalo, por ser la casa grande y deleitosa. Mas este inconve-niente de salir, aunque yo era la que mucho lo usaba, era grande para mí ya, porque algunas personas, a quien los prelados no podían decir de no, gustaban estuviese yo en su compañía, e, importunados, man-dábanmelo. Y así, según se iba ordenando, pudiera poco estar en el monasterio, porque el demonio en parte debía ayudar para que no estuviese en casa, que todavía, como comunicaba con algunas lo que los que me trataban me enseñaban, hacíase gran prove-cho. 10. Ofrecióse una vez, estando con una persona, de-cirme a mí y a otras que si no seríamos para ser mon-jas de la manera de las descalzas, que aun posible era poder hacer un monasterio. Yo, como andaba en estos

Page 105: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 105 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

deseos, comencélo a tratar con aquella señora mi com-pañera viuda que ya he dicho, que tenía el mismo deseo. Ella comenzó a dar trazas para darle renta, que ahora veo yo que no llevaban mucho camino y el deseo que de ello teníamos nos hacía parecer que sí.

Mas yo, por otra parte, como tenía tan grandísimo contento en la casa que estaba, porque era muy a mi gusto y la celda en que estaba hecha muy a mi propó-sito, todavía me detenía. Con todo concertamos de encomendarlo mucho a Dios. 11. Habiendo un día comulgado, mandóme mucho Su Majestad lo procurase con todas mis fuerzas, hacién-dome grandes promesas de que no se dejaría de hacer el monasterio, y que se serviría mucho en él, y que se llamase San José, y que a la una puerta nos guardaría él y nuestra Señora la otra, y que Cristo andaría con nosotras, y que sería una estrella que diese de sí gran resplandor, y que, aunque las religiones estaban rela-jadas, que no pensase se servía poco en ellas; que qué sería del mundo si no fuese por los religiosos; que dijese a mi confesor esto que me mandaba, y que le rogaba El que no fuese contra ello ni me lo estorbase. 12. Era esta visión con tan grandes efectos, y de tal manera esta habla que me hacía el Señor, que yo no podía dudar que era Él. Yo sentí grandísima pena, por-que en parte se me representaron los grandes desasosie-gos y trabajos que me había de costar, y como estaba contentísima en aquella casa; que, aunque antes lo tra-taba, no era con tanta determinación ni certidumbre que sería. Aquí parecía se me ponía apremio y, como veía comenzaba cosa de gran desasosiego, estaba en duda de lo que haría. Mas fueron muchas veces las que el Señor me tornó a hablar en ello, poniéndome delante tantas causas y razones que yo veía ser claras y que era su voluntad, que ya no osé hacer otra cosa sino decirlo a mi confesor, y dile por escrito todo lo que pasaba. 13. El no osó determinadamente decirme que lo de-jase, mas veía que no llevaba camino conforme a razón natural, por haber poquísima y casi ninguna po-sibilidad en mi compañera, que era la que lo había de hacer. Díjome que lo tratase con mi prelado, y que lo que él hiciese, eso hiciese yo.

Yo no trataba estas visiones con el prelado, sino aquella señora trató con él que quería hacer este mo-nasterio. Y el provincial vino muy bien en ello, que es amigo de toda religión, y diole todo el favor que fue menester, y díjole que él admitiría la casa. Trataron de la renta que había de tener. Y nunca queríamos fuesen

más de trece por muchas causas.Antes que lo comenzásemos a tratar, escribimos al

santo Fray Pedro de Alcántara todo lo que pasaba, y aconsejónos que no lo dejásemos de hacer, y dionos su parecer en todo.14. No se hubo comenzado a saber por el lugar, cuando no se podrá escribir en breve la gran persecución que vino sobre nosotras, los dichos, las risas, el decir que era disparate. A mí, que bien me estaba en mi monas-terio. A la mi compañera tanta persecución, que la traían fatigada. Yo no sabía qué me hacer. En parte me parecía que tenían razón.

Estando así muy fatigada encomendándome a Dios, comenzó Su majestad a consolarme y a ani-marme. Díjome que aquí vería lo que habían pasado los santos que habían fundado las Religiones; que mucha más persecución tenía por pasar de las que yo podía pensar; que no se nos diese nada. Decíame algu-nas cosas que dijese a mi compañera; y lo que más me espantaba yo es que luego quedábamos consoladas de lo pasado y con ánimo para resistir a todos. Y es así que de gente de oración y todo, en fin, el lugar no había casi persona que entonces no fuese contra noso-tras y le pareciese grandísimo disparate. 15. Fueron tantos los dichos y el alboroto de mi mismo monasterio, que al Provincial le pareció recio ponerse contra todos, y así mudó el parecer y no la quiso ad-mitir. Dijo que la renta no era segura y que era poca, y que era mucha la contradicción. Y en todo parece tenía razón. Y, en fin, lo dejó y no lo quiso admitir.

Nosotras, que ya parecía teníamos recibidos los primeros golpes, dionos muy gran pena; en especial me la dio a mí de ver al Provincial contrario, que, con quererlo él, tenía yo disculpa con todos. A la mi com-pañera ya no la querían absolver si no lo dejaba, por-que decían era obligada a quitar el escándalo. 16. Ella fue a un gran letrado muy gran siervo de Dios, de la Orden de Santo Domingo, a decírselo y darle cuenta de todo. Esto fue aun antes que el Provincial lo tuviese dejado, porque en todo el lugar no teníamos quien nos quisiese dar parecer. Y así decían que sólo era por nuestras cabezas. Dio esta señora relación de todo y cuenta de la renta que tenía de su mayorazgo a este santo varón, con harto deseo nos ayudase, porque era el mayor le-trado que entonces había en el lugar, y pocos más en su Orden. Yo le dije todo lo que pensábamos hacer y algunas causas. No le dije cosa de revela-ción ninguna, sino las razones naturales que me

Page 106: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 106 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

movían, porque no quería yo nos diese parecer sino conforme a ellas.

El nos dijo que le diésemos de término ocho días para responder, y que si estábamos determinadas a hacer lo que él dijese. Yo le dije que sí; mas aunque yo esto decía y me parece lo hiciera (porque no veía camino por entonces de llevarlo adelante), nunca jamás se me quitaba una seguridad de que se había de hacer. Mi compañera tenía más fe; nunca ella, por cosa que la dijesen, se determinaba a dejarlo. 17. Yo, aunque como digo me parecía imposible dejarse de hacer, de tal manera creo ser verdadera la revelación, como no vaya contra lo que está en la Sagrada Escritura o contra las leyes de la Iglesia que somos obligadas a hacer. Porque, aunque a mí verdaderamente me parecía era de Dios, si aquel letrado me dijera que no lo podíamos hacer sin ofenderle y que íbamos contra conciencia, paré-ceme luego me apartara de ello o buscara otro medio. Mas a mí no me daba el señor sino éste.

Decíame después este siervo de Dios que lo había tomado a cargo con toda determinación de poner mucho en que nos apartásemos de hacerlo, porque ya había venido a su noticia el clamor del pueblo, y también le parecía desatino, como a todos, y en sabiendo habíamos ido a él, le envió a avisar un caballero que mirase lo que hacía, que no nos ayudase. Y que, en comenzando a mirar en lo que nos había de responder y a pensar en el nego-cio y el intento que llevábamos y manera de con-cierto y religión, se le asentó ser muy en servicio de Dios, y que no había de dejar de hacerse.

Y así nos respondió nos diésemos prisa a con-cluirlo, y dijo la manera y traza que se había de tener; y aunque la hacienda era poca, que algo se había de fiar de Dios; que quien lo contradijese fuese a él, que él respondería. Y así siempre nos ayudó, como después diré. 18. Con esto fuimos muy consoladas y con que algu-nas personas santas, que nos solían ser contrarias, es-taban ya más aplacadas, y algunas nos ayudaban.

Entre ellas era el caballero santo, de quien ya he hecho mención,que, como lo es y le parecía llevaba camino de tanta perfección, por ser todo nuestro fun-damento en oración, aunque los medios le parecían muy dificultosos y sin camino, rendía su parecer a que podía ser cosa de Dios, que el mismo señor le debía mover.

Y así hizo al maestro, que es el clérigo siervo de

Dios que dije que había hablado primero, que es es-pejo de todo el lugar, como persona que le tiene Dios en él para remedio y aprovechamiento de muchas almas, y ya venía en ayudarme en el negocio.

Y estando en estos términos y siempre con ayuda de muchas oraciones y teniendo comprada ya la casa en buena parte, aunque pequeña…; mas de esto a mí no se me daba nada, que me había dicho el Señor que entrase como pudiese, que después yo vería lo que Su majestad hacía. ¡Y cuán bien que lo he visto! Y así, aunque veía ser poca la renta, tenía creído el Señor lo había por otros medios de ordenar y favorecernos.

CAPÍTULO XXXIII

Procede en la misma materia de la fundación del glorioso San José. -Dice cómo le mandaron que no entendiese en ella y el tiempo que lo dejó y algunos trabajos que tuvo, y cómo la conso-laba en ellos el Señor. 1. Pues estando los negocios en este estado y tan al punto de acabarse que otro día se habían de hacer las escrituras, fue cuando el Padre Provincial nuestro mudó parecer. Creo fue movido por ordenación di-vina, según después ha parecido; porque como las ora-ciones eran tantas, iba el Señor perfeccionando la obra y ordenando que se hiciese de otra suerte. Como él no lo quiso admitir, luego mi confesor me mandó no en-tendiese más en ello, con que sabe el Señor los gran-des trabajos y aflicciones que hasta traerlo a aquel estado me había costado. Como se dejó y quedó así, confirmóse más ser todo disparate de mujeres y a cre-cer la murmuración sobre mí, con habérmelo mandado hasta entonces mi Provincial. 2. Estaba muy malquista en todo mi monasterio, porque quería hacer monasterio más encerrado. De-cían que las afrentaba, que allí podía también servir a Dios, pues había otras mejores que yo; que no tenía amor a la casa, que mejor era procurar renta para ella que para otra parte. Unas decían que me echasen en la cárcel; otras, bien pocas, tornaban algo de mí. Yo bien veía que en muchas cosas tenían razón, y algunas veces dábales descuento; aunque, como no había de decir lo principal, que era man-dármelo el Señor, no sabía qué hacer, y así callaba otras. Hacíame Dios muy gran merced que todo esto no me daba inquietud, sino con tanta facilidad y contento lo dejé como si no me hubiera costado nada. Y esto no lo podía nadie creer, ni aun las mis-mas personas de oración que me trataban, sino que

Page 107: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 107 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

pensaban estaba muy penada y corrida, y aun mi mismo confesor no lo acababa de creer. Yo, como me parecía había hecho todo lo que había podido, parecíame no era más obligada para lo que me había mandado el Señor, y quedábame en la casa, que yo estaba muy contenta y a mi placer.

Aunque jamás podía dejar de creer que había de hacerse, yo no veía ya medio, ni sabía cómo ni cuándo, mas teníalo muy cierto. 3. Lo que mucho me fatigó fue una vez que mi confe-sor, como si yo hubiera hecho cosa contra su voluntad (también debía el Señor querer que de aquella parte que más me había de doler no me dejase de venir tra-bajo), y así en esta multitud de persecuciones que a mí me parecía había de venirme de él consuelo, me escri-bió que ya vería que era todo sueño en lo que había sucedido, que me enmendase de allí adelante en no querer salir con nada ni hablar más en ello, pues veía el escándalo que había sucedido, y otras cosas, todas para dar pena. Esto me la dio mayor que todo junto, pareciéndome si había sido yo ocasión y tenido culpa en que se ofendiese, y que, si estas visiones eran ilu-sión, que toda la oración que tenía era engaño, y que yo andaba muy engañada y perdida.

Apretóme esto en tanto extremo, que estaba toda turbada y con grandísima aflicción. Mas el Señor, que nunca me faltó, que en todos estos trabajos que he contado hartas veces me consolaba y esforzaba -que no hay para qué lo decir aquí-, me dijo entonces que no me fatigase, que yo había mucho servido a Dios y no ofendídole en aquel negocio; que hiciese lo que me mandaba el confesor en callar por entonces, hasta que fuese tiempo de tornar a ello. Quedé tan consolada y contenta, que me parecía todo nada la persecución que había sobre mí. 4. Aquí me enseñó el Señor el grandísimo bien que es pasar trabajos y persecuciones por El, porque fue tanto el acrecentamiento que vi en mi alma de amor de Dios y otras muchas cosas, que yo me espantaba; y esto me hace no poder dejar de desear trabajos. Y las otras per-sonas pensaban que estaba muy corrida, y sí estuviera si el Señor no me favoreciera en tanto extremo con merced tan grande.

Entonces me comenzaron más grandes los ímpetus de amor de Dios que tengo dicho y mayores arroba-mientos, aunque yo callaba y no decía a nadie estas ganancias. El santo varón dominico no dejaba de tener por tan cierto como yo que se había de hacer; y como yo no quería entender en ello por no ir contra la obe-

diencia de mi confesor, negociábalo él con mi compa-ñera y escribían a Roma y daban trazas. 5. También comenzó aquí el demonio, de una persona en otra, procurar se entendiese que había yo visto al-guna revelación en este negocio, e iban a mí con mucho miedo a decirme que andaban los tiempos re-cios y que podría ser me levantasen algo y fuesen a los inquisidores. A mí me cayó esto en gracia y me hizo reír, porque en este caso jamás yo temí, que sabía bien de mí que en cosa de la fe contra la menor ceremonia de la Iglesia que alguien viese yo iba, por ella o por cualquier verdad de la Sagrada Escritura me pondría yo a morir mil muertes. Y dije que de eso no temiesen; que harto mal sería para mi alma, si en ella hubiese cosa que fuese de suerte que yo temiese la Inquisición; que si pensase había para qué, yo me la iría a buscar; y que si era levantado, que el Señor me libraría y que-daría con ganancia.

Y tratélo con este Padre mío dominico que -como digo- era tan letrado que podía bien asegurar con lo que él me dijese, y díjele entonces todas las visiones y modo de oración y las grandes mercedes que me hacía el Señor, con la mayor claridad que pude, y supliquéle lo mirase muy bien, y me dijese si había algo contra la Sagrada Escritura y lo que de todo sentía. El me ase-guró mucho y, a mi parecer, le hizo provecho; porque aunque él era muy bueno, de ahí adelante se dio mucho más a la oración y se apartó en un monasterio de su Orden, adonde hay mucha soledad, para mejor poder ejercitarse en esto adonde estuvo más de dos años, y sacóle de allí la obediencia -que sintió harto- porque le hubieron menester, como era persona tal. 6. Yo en parte sentí mucho cuando se fue -aunque no se lo estorbé, por la gran falta que me hacía. Mas entendí su ganancia; porque estando con harta pena de su ida, me dijo el Señor que me consolase y no la tu-viese, que bien guiado iba. Vino tan aprovechada su alma de allí y tan adelante en aprovechamiento de es-píritu, que me dijo, cuando vino, que por ninguna cosa quisiera haber dejado de ir allí. Y yo también podía decir lo mismo; porque lo que antes me aseguraba y consolaba con solas sus letras, ya lo hacía también con la experiencia de espíritu, que tenía harta de cosas so-brenaturales. Y trájole Dios a tiempo que vio Su Ma-jestad había de ser menester para ayudar a su obra de este monasterio que quería Su Majestad se hiciese. 7. Pues estuve en este silencio y no entendiendo ni hablando en este negocio cinco o seis meses, y nunca

Page 108: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 108 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

el Señor me lo mandó. Yo no entendía qué era la causa, mas no se me podía quitar del pensamiento que se había de hacer.

Al fin de este tiempo, habiéndose ido de aquí el rector que estaba en la Compañía de Jesús, trajo Su Majestad aquí otro muy espiritual y de gran ánimo y entendimiento y buenas letras, a tiempo que yo es-taba con harta necesidad; porque, como el que me confesaba tenía superior y ellos tienen esta virtud en extremo de no se bullir sino conforme a la voluntad de su mayor, aunque él entendía bien mi espíritu y tenía deseo de que fuese muy adelante, no se osaba en algunas cosas determinar, por hartas causas que para ello tenía.

Y ya mi espíritu iba con ímpetus tan grandes, que sentía mucho tenerle atado y, con todo, no salía de lo que me mandaba.

8. Estando un día con gran aflicción de parecerme el confesor no me creía, díjome el Señor que no me fati-gase, que presto se acabaría aquella pena. Yo me ale-gré mucho pensando que era que me había de morir presto, y traía mucho contento cuando se me acordaba. Después vi claro era la venida de este rector que digo; porque aquella pena nunca más se ofreció en qué la tener, a causa de que el rector que vino no iba a la mano al ministro que era mi confesor, antes le decía que me consolase y que no había de qué temer y que no me llevase por camino tan apretado, que dejase obrar el espíritu del Señor, que a veces parecía con estos grandes ímpetus de espíritu no le quedaba al alma cómo resolgar. 9. Fueme a ver este rector, y mandóme el confesor tratase con él con toda libertad y claridad. Yo solía sentir grandísima contradicción en decirlo. Y es así que, en entrando en el confesonario, sentí en mi espí-ritu un no sé qué, que antes ni después no me acuerdo haberlo con nadie sentido, ni yo sabré decir cómo fue, ni por comparaciones podría. Porque fue un gozo es-piritual y un entender mi alma que aquella alma la había de entender y que conformaba con ella, aunque -como digo- no entiendo cómo; porque si le hubiera hablado o me hubieran dado grandes nuevas de él, no era mucho darme gozo en entender que había de en-tenderme; mas ninguna palabra él a mí ni yo a él nos habíamos hablado, ni era persona de quien yo tenía antes ninguna noticia.

Después he visto bien que no se engañó mi espí-ritu, porque de todas maneras ha hecho gran provecho a mí y a mi alma tratarle.

Porque su trato es mucho para personas que ya pa-rece el Señor tiene ya muy adelante, porque él las hace correr y no ir paso a paso; y su modo es para desasirlas de todo y mortificarlas, que en esto le dio el Señor grandísimo talento también como en otras muchas cosas.10. Como le comencé a tratar, luego entendí su es-tilo y vi ser un alma pura, santa y con don particular del Señor para conocer espíritus. Consoléme mucho. Desde a poco que le trataba, comenzó el Señor a tornarme a apretar que tornase a tratar el negocio del monasterio y que dijese a mi confesor y a este rector muchas razones y cosas para que no me lo estorbasen; y algunas los hacía temer, porque este padre rector nunca dudó en que era espíritu de Dios, porque con mucho estudio y cuidado miraba todos los efectos. En fin de muchas cosas, no se osaron atrever a estorbármelo. 11. Tornó mi confesor a darme licencia que pusiese en ello todo lo que pudiese. Yo bien veía al trabajo que me ponía, por ser muy sola y tener poquísima posibi-lidad. Concertamos se tratase con todo secreto, y así procuré que una hermana mía que vivía fuera de aquí comprase la casa y la labrase como que era para sí, con dineros que el Señor dio por algunas vías para comprarla, que sería largo de contar cómo el Señor lo fue proveyendo; porque yo traía gran cuenta de no hacer cosa contra obediencia; mas sabía que, si lo decía a mis prelados, era todo perdido, como la vez pasada, y aun ya fuera peor.

En tener los dineros, en procurarlo, en concertarlo y hacerlo labrar, pasé tantos trabajos y algunos bien a solas, aunque mi compañera hacía lo que podía, mas podía poco, y tan poco que era casi nonada, más de hacerse en su nombre y con su favor, y todo el más trabajo era mío, de tantas maneras, que ahora me es-panto cómo lo pude sufrir. Algunas veces afligida decía: «Señor mío, ¿cómo me mandáis cosas que pa-recen imposibles? que, aunque fuera mujer, ¡si tuviera libertad…!; mas atada por tantas partes, sin dineros ni de dónde los tener, ni para Breve, ni para nada, ¿qué puedo yo hacer, Señor?».12. Una vez estando en una necesidad que no sabía qué me hacer ni con qué pagar unos oficiales, me apareció San José, mi verdadero padre y señor, y me dio a entender que no me faltarían, que los concer-tase. Y así lo hice sin ninguna blanca, y el Señor, por maneras que se espantaban los que lo oían, me pro-veyó.

Hacíaseme la casa muy chica, porque lo era tanto,

Page 109: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 109 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que no parece llevaba camino ser monasterio, y que-ría comprar otra (ni había con qué, ni había manera para comprarse, ni sabía qué me hacer) que estaba junto a ella, también harto pequeña, para hacer la iglesia; y acabando un día de comulgar, díjome el Señor: Ya te he dicho que entres como pudieres. Y a manera de exclamación también me dijo:

¡Oh codicia del género humano, que aun tierra piensas que te ha de faltar! ¡Cuántas veces dormí yo al sereno por no tener adonde me meter!.

Yo quedé muy espantada y vi que tenía razón. Y voy a la casita y tracéla y hallé, aunque bien pequeño, monasterio cabal, y no curé de comprar más sitio, sino procuré se labrase en ella de manera que se pueda vivir, todo tosco y sin labrar, no más de como no fuese dañoso a la salud, y así se ha de hacer siempre. 13. El día de Santa Clara, yendo a comulgar, se me apareció con mucha hermosura. Díjome que me esfor-zase y fuese adelante en lo comenzado, que ella me ayudaría. Yo la tomé gran devoción, y ha salido tan verdad, que un monasterio de monjas de su Orden que está cerca de éste, nos ayuda a sustentar; y lo que ha sido más, que poco a poco trajo este deseo mío a tanta perfección, que en la pobreza que la bienaventurada Santa tenía en su casa, se tiene en ésta, y vivimos de limosna; que no me ha costado poco trabajo que sea con toda firmeza y autoridad del Padre Santo que no se pueda hacer otra cosa, ni jamás haya renta. Y más hace el Señor, y debe por ventura ser por ruegos de esta bendita Santa, que sin demanda ninguna nos pro-vee Su Majestad muy cumplidamente lo necesario.Sea bendito por todo, amén. 14. Estando en estos mismos días, el de nuestra Se-ñora de la Asunción, en un monasterio de la Orden del glorioso Santo Domingo, estaba considerando los mu-chos pecados que en tiempos pasados había en aquella casa confesado y cosas de mi ruin vida. Vínome un arrobamiento tan grande, que casi me sacó de mí. Sen-téme, y aun paréceme que no pude ver alzar ni oír misa, que después quedé con escrúpulo de esto. Pare-cióme, estando así, que me veía vestir una ropa de mucha blancura y claridad, y al principio no veía quién me la vestía. Después vi a nuestra Señora hacia el lado derecho y a mi padre San José al izquierdo, que me vestían aquella ropa. Dióseme a entender que es-taba ya limpia de mis pecados. Acabada de vestir, y yo con grandísimo deleite y gloria, luego me pareció asirme de las manos nuestra Señora: díjome que la daba mucho contento en servir al glorioso San José,

que creyese que lo que pretendía del monasterio se haría y en él se serviría mucho el Señor y ellos dos; que no temiese habría quiebra en esto jamás, aunque la obediencia que daba no fuese a mi gusto, porque ellos nos guardarían, y que ya su Hijo nos había pro-metido andar con nosotras; que para señal que sería esto verdad me daba aquella joya.

Parecíame haberme echado al cuello un collar de oro muy hermoso, asida una cruz a él de mucho valor. Este oro y piedras es tan diferente de lo de acá, que no tiene comparación; porque es su hermosura muy dife-rente de lo que podemos acá imaginar, que no alcanza el entendimiento a entender de qué era la ropa ni cómo imaginar el blanco que el Señor quiere que se repre-sente, que parece todo lo de acá como un dibujo de tizne, a manera de decir. 15. Era grandísima la hermosura que vi en nuestra Señora, aunque por figuras no determiné ninguna particular, sino toda junta la hechura del rostro, ves-tida de blanco con grandísimo resplandor, no que deslumbra, sino suave. Al glorioso San José no vi tan claro, aunque bien vi que estaba allí, como las visio-nes que he dicho que no se ven. Parecíame nuestra Señora muy niña.

Estando así conmigo un poco, y yo con grandísima gloria y contento, más a mi parecer que nunca le había tenido y nunca quisiera quitarme de él, parecióme que los veía subir al cielo con mucha multitud de ángeles. Yo quedé con mucha soledad, aunque tan consolada y elevada y recogida en oración y enternecida, que es-tuve algún espacio que menearme ni hablar no podía, sino casi fuera de mí. Quedé con un ímpetu grande de deshacerme por Dios y con tales efectos, y todo pasó de suerte que nunca pude dudar, aunque mucho lo pro-curase, no ser cosa de Dios. Dejóme consoladísima y con mucha paz.

16. En lo que dijo la Reina de los Angeles de la obe-diencia, es que a mí se me hacía de mal no darla a la Orden, y habíame dicho el Señor que no convenía dár-sela a ellos. Diome las causas para que en ninguna manera convenía lo hiciese, sino que enviase a Roma por cierta vía, que también me dijo, que El haría vi-niese recado por allí. Y así fue, que se envió por donde el Señor me dijo -que nunca acabábamos de nego-ciarlo- y vino muy bien. Y para las cosas que después han sucedido, convino mucho se diese la obediencia al Obispo. Mas entonces no le conocía yo, ni aun sabía qué prelado sería, y quiso el Señor fuese tan bueno y favoreciese tanto esta casa, como ha sido menester

Page 110: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 110 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

para la gran contradicción que ha habido en ella -como después diré- y para ponerla en el estado que está. Bendito sea El que así lo ha hecho todo, amén.

CAPÍTULO XXXIV

Trata cómo en este tiempo convino que se ausentase de este lugar. -Dice la causa y cómo la mandó ir su prelado para consuelo de una señora muy principal que estaba muy afligida. – Comienza a tratar lo que allá le sucedió y la gran merced que el Señor la hizo de ser medio para que Su Majestad despertase a una persona muy principal para servirle muy de veras, y que ella tuviese favor y amparo después en él. – Es mucho de notar.

1. Pues por mucho cuidado que yo traía para que no se entendiese, no podía hacerse tan secreto toda esta obra, que no se entendiese mucho en algunas perso-nas. Unas lo creían y otras no. Yo temía harto que, venido el Provincial, si algo le dijesen de ello, me había de mandar no entender en ello, y luego era todo cesado.

Proveyólo el Señor de esta manera: que se ofreció en un lugar grande, más de veinte leguas de éste, que estaba una señora muy afligida a causa de habérsele muerto su marido. Estábalo en tanto extremo, que se temía su salud. Tuvo noticia de esta pecadorcilla, que lo ordenó el Señor así, que la dijesen bien de mí para otros bienes que de aquí sucedieron. Conocía esta se-ñora mucho al Provincial, y como era persona princi-pal y supo que yo estaba en monasterio que salían, pónele el Señor tan gran deseo de verme, pareciéndole que se consolaría conmigo, que no debía ser en su mano, sino luego procuró, por todas las vías que pudo, llevarme allá, enviando al Provincial, que estaba bien lejos. Él me envió un mandamiento, con precepto de obediencia, que luego fuese con otra compañera. Yo lo supe la noche de Navidad. 2. Hízome algún alboroto y mucha pena ver que, por pensar que había en mí algún bien, me quería llevar, que, como yo me veía tan ruin no podía sufrir esto. Encomendándome mucho a Dios, estuve todos los maitines, o gran parte de ellos, en gran arrobamiento. Díjome el Señor que no dejase de ir y que no escu-chase pareceres, porque pocos me aconsejarían sin temeridad; que, aunque tuviese trabajos, se serviría mucho Dios, y que para este negocio del monasterio convenía ausentarme hasta ser venido el Breve; por-que el demonio tenía armada una gran trama, venido el Provincial; que no temiese de nada, que Él me ayu-daría allá.

Yo quedé muy esforzada y consolada. Díjelo al rector. Díjome que en ninguna manera dejase de ir, porque otros me decían que no se sufría, que era in-vención del demonio para que allá me viniese algún mal: que tornase a enviar al Provincial.

3. Yo obedecí al rector, y con lo que en la oración había entendido iba sin miedo aunque no sin grandí-sima confusión de ver el título con que me llevaban y cómo se engañaban tanto. Esto me hacía importunar más al Señor para que no me dejase. Consolábame mucho que había casa de la Compañía de Jesús en aquel lugar adonde iba y, con estar sujeta a lo que me mandasen, como lo estaba acá, me parecía estaría con alguna seguridad.

Fue el Señor servido que aquella señora se con-soló tanto, que conocida mejoría comenzó luego a tener y cada día más se hallaba consolada. Túvose a mucho, porque -como he dicho- la pena la tenía en gran aprieto; y debíalo de hacer el Señor por las mu-chas oraciones que hacían por mí las personas bue-nas que yo conocía porque me sucediese bien. Era muy temerosa de Dios y tan buena, que su mucha cristiandad suplió lo que a mí me faltaba. Tomó grande amor conmigo. Yo se le tenía harto de ver su bondad, mas casi todo me era cruz; porque los rega-los me daban gran tormento y el hacer tanto caso de mí me traía con gran temor. Andaba mi alma tan en-cogida, que no me osaba descuidar, ni se descuidaba el Señor. Porque estando allí me hizo grandísimas mercedes, y éstas me daban tanta libertad y tanto me hacían menospreciar todo lo que veía -y mientras más eran, más-, que no dejaba de tratar con aquellas tan señoras, que muy a mi honra pudiera yo servirlas, con la libertad que si yo fuera su igual. 4. Saqué una ganancia muy grande, y decíaselo. Vi que era mujer y tan sujeta a pasiones y flaquezas como yo, y en lo poco que se ha de tener el señorío, y cómo, mientras es mayor, tienen más cuidados y trabajos, y un cuidado de tener la compostura conforme a su estado, que no las deja vivir; comer sin tiempo ni concierto, porque ha de andar todo conforme al estado y no a las complexiones. Han de comer muchas veces los manja-res más conformes a su estado que no a su gusto.

Es así que de todo aborrecí el desear ser señora. – ¡Dios me libre de mala compostura!-, aunque ésta, con ser de las principales del reino, creo hay pocas más humildes, y de mucha llaneza. Yo la había lástima, y se la he, de ver cómo va muchas veces no conforme a su inclinación por cumplir con su estado. Pues con los

Page 111: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 111 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

criados es poco lo poco que hay que fiar, aunque ella los tenía buenos. No se ha de hablar más con uno que con otro, sino al que se favorece ha de ser el mal-quisto.

Ello es una sujeción, que una de las mentiras que dice el mundo es llamar señores a las personas seme-jantes, que no me parece son sino esclavos de mil cosas. 5. Fue el Señor servido que el tiempo que estuve en aquella casa se mejoraban en servir a Su Majestad las personas de ella, aunque no estuve libre de trabajos y algunas envidias que tenían algunas personas del mucho amor que aquella señora me tenía. Debían por ventura pensar que pretendía algún interés. Debía per-mitir el Señor me diesen algunos trabajos cosas seme-jantes y otras de otras suertes, porque no me embebiese en el regalo que había por otra parte, y fue servido sacarme de todo con mejoría de mi alma. 6. Estando allí acertó a venir un religioso, persona muy principal y con quien yo, muchos años había, había tratado algunas veces. Y estando en misa en un monasterio de su Orden que estaba cerca de donde yo estaba, diome deseo de saber en qué disposición es-taba aquella alma, que deseaba yo fuese muy siervo de Dios, y levantéme para irle a hablar. Como yo estaba recogida ya en oración, parecióme después era perder tiempo, que quién me metía a mí en aquello, y tor-néme a sentar. Paréceme que fueron tres veces las que esto me acaeció y, en fin, pudo más el ángel bueno que el malo, y fuile a llamar y vino a hablarme a un confe-sonario.

Comencéle a preguntar y él a mí -porque había muchos años que no nos habíamos visto- de nues-tras vidas. Yo le comencé a decir que había sido la mía de muchos trabajos de alma. Puso muy mucho en que le dijese qué eran los trabajos. Yo le dije que no eran para saber ni para que yo los dijese. El dijo que, pues lo sabía el padre dominico que he dicho -que era muy su amigo-, que luego se los diría y que no se me diese nada. 7. El caso es que ni fue en su mano dejarme de impor-tunar ni en la mía, me parece, dejárselo de decir. Por-que con toda la pesadumbre y vergüenza que solía tener cuando trataba estas cosas, con él y con el rector que he dicho no tuve ninguna pena, antes me consolé mucho. Díjeselo debajo de confesión.

Parecióme más avisado que nunca, aunque siempre le tenía por de gran entendimiento. Miré los grandes

talentos y partes que tenía para aprovechar mucho, si del todo se diese a Dios. Porque esto tengo yo de unos años acá, que no veo persona que mucho me contente, que luego querría verla del todo dar a Dios, con unas ansias que algunas veces no me puedo valer. Y aunque deseo que todos le sirvan, estas personas que me con-tentan es con muy gran ímpetu, y así importuno mucho al Señor por ellas. Con el religioso que digo, me acae-ció así. 8. Rogóme le encomendase mucho a Dios, y no había menester decírmelo, que ya yo estaba de suerte que no pudiera hacer otra cosa. Y voyme adonde solía a solas tener oración, y comienzo a tratar con el Señor, es-tando muy recogida, con un estilo abobado que mu-chas veces, sin saber lo que digo, trato; que el amor es el que habla, y está el alma tan enajenada, que no miro la diferencia que haya de ella a Dios. Porque el amor que conoce que la tiene Su Majestad, la olvida de sí y le parece está en Él y, como una cosa propia sin divi-sión, habla desatinos. Acuérdome que le dije esto, des-pués de pedirle con hartas lágrimas aquella alma pusiese en su servicio muy de veras, que aunque yo le tenía por bueno, no me contentaba, que le quería muy bueno, y así le dije: «Señor, no me habéis de negar esta merced; mirad que es bueno este sujeto para nues-tro amigo». 9. ¡Oh bondad y humanidad grande de Dios, cómo no mira las palabras, sino los deseos y voluntad con que se dicen! ¡Cómo sufre que una como yo hable a Su Majestad tan atrevidamente! Sea bendito por siempre jamás. 10. Acuérdome que me dio en aquellas horas de oración aquella noche un afligimiento grande de pensar si es-taba en enemistad de Dios. Y como no podía yo saber si estaba en gracia o no (no para que yo lo desease saber, mas deseábame morir por no me ver en vida adonde no estaba segura si estaba muerta, porque no podía haber muerte más recia para mí que pensar si tenía ofendido a Dios) y apretábame esta pena; suplicá-bale no lo permitiese, toda regalada y derretida en lágri-mas. Entonces entendí que bien me podía consolar y estar cierta que estaba en gracia; porque semejante amor de Dios y hacer Su Majestad aquellas mercedes y sentimientos que daba al alma, que no se compadecía hacerse a alma que estuviese en pecado mortal.

Quedé confiada que había de hacer el Señor lo que le suplicaba de esta persona. Díjome que le dijese unas palabras. Esto sentí yo mucho, porque no sabía cómo

Page 112: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 112 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

las decir, que esto de dar recado a tercera persona;- como he dicho,- es lo que más siento siempre, en es-pecial a quien no sabía cómo lo tomaría, o si burlaría de mí.

Púsome en mucha congoja. En fin, fui tan persua-dida, que, a mi parecer, prometí a Dios no dejárselas de decir y, por la gran vergüenza que había, las escribí y se las di. 11. Bien pareció ser cosa de Dios en la operación que le hicieron. Determinóse muy de veras de darse a ora-ción, aunque no lo hizo desde luego. El Señor, como le quería para Sí, por mi medio le enviaba a decir unas verdades, que, sin entenderlo yo, iban tan a su propó-sito que él se espantaba, y el Señor que debía dispo-nerle para creer que era Su Majestad. Yo, aunque miserable, era mucho lo que suplicaba al Señor muy del todo lo tornase a Sí y le hiciese aborrecer los con-tentos y cosas de la vida. Y así -¡sea alabado por siem-pre!- lo hizo tan de hecho, que cada vez que me habla me tiene como embobada; y si yo no lo hubiera visto, lo tuviera por dudoso en tan breve tiempo hacerle tan crecidas mercedes y tenerle tan ocupado en Sí, que no parece vive ya para cosa de la tierra.

Su Majestad le tenga de su mano, que si así va adelante (lo que espero en el Señor sí hará, por ir muy fundado en conocerse), será uno de los muy señalados siervos suyos y para gran provecho de muchas almas; porque en cosas de espíritu en poco tiempo tiene mucha experiencia, que estos son dones que da Dios cuando quiere y como quiere, y ni va en el tiempo ni en los servicios. No digo que no hace esto mucho, mas que muchas veces no da el Señor en veinte años la contemplación que a otros da en uno. Su Majestad sabe la causa.

Y es el engaño, que nos parece por los años hemos de entender lo que en ninguna manera se puede alcan-zar sin experiencia. Y así yerran muchos -como he dicho- en querer conocer espíritus sin tenerle. No digo que quien no tuviere espíritu, si es letrado, no gobierne a quien le tiene; mas entiéndese en lo exterior e inte-rior que va conforme a vía natural por obra del enten-dimiento, y en lo sobrenatural que mire vaya conforme a la Sagrada Escritura. En lo demás no se mate, ni piense entender lo que no entiende, ni ahogue los es-píritus, que ya, cuanto en aquello, otro mayor Señor los gobierna, que no están sin superior. 12. No se espante ni le parezcan cosas imposibles -todo es posible al Señor-, sino procure esforzar la fe y humillarse de que hace el Señor en esta ciencia a una

vejecita más sabia, por ventura, que a él aunque sea muy letrado; y con esta humildad aprovechará más a las almas y a sí que por hacerse contemplativo sin serlo. Porque torno a decir que si no tiene experiencia, si no tiene muy mucha humildad en entender que no lo entiende y que no por eso es imposible, que ganará poco y dará a ganar menos a quien trata. No haya miedo, si tiene humildad, permita el Señor que se en-gañe el uno ni el otro. 13. Pues a este Padre que digo, como en muchas cosas se la ha dado el Señor, ha procurado estudiar todo lo que por estudio ha podido en este caso -que es buen letrado- y lo que no entiende por experien-cia infórmase de quien la tiene, y con esto ayúdale el Señor con darle mucha fe, y así ha aprovechado mucho a sí y a algunas ánimas, y la mía es una de ellas; que como el Señor sabía en los trabajos que me había de ver, parece proveyó Su Majestad que, pues había de llevar consigo a algunos que me go-bernaban, quedasen otros que me han ayudado a hartos trabajos y hecho gran bien. Hale mudado el Señor casi del todo, de manera que casi él no se conoce -a manera de decir- y dado fuerzas corpora-les para penitencia (que antes no tenía, sino en-fermo), y animoso para todo lo que es bueno y otras cosas, que se parece bien ser muy particular llama-miento del Señor. Sea bendito por siempre. 14. Creo todo el bien le viene de las mercedes que el Señor le ha hecho en la oración, porque no son postizos. Porque ya en algunas cosas ha querido el Señor sea ya experimentado, porque sale de ellas como quien tiene ya conocida la verdad del mérito que se gana en sufrir persecuciones. Espero en la grandeza del Señor ha de venir mucho bien a algu-nos de su Orden por él, y a ella misma.

Ya se comienza esto a entender. He visto grandes visiones, y díchome el Señor algunas cosas de él y del rector de la Compañía de Jesús que tengo dicho, de grande admiración, y de otros dos religiosos de la Orden de Santo Domingo, en especial de uno, que también ha dado ya a entender el Señor por obra en su aprovechamiento algunas cosas que antes yo había entendido de él. Mas de quien ahora hablo han sido muchas. 15. Una cosa quiero decir ahora aquí. Estaba yo una vez con él en un locutorio, y era tanto el amor que mi alma y espíritu entendía que ardía en el suyo, que me tenía a mí casi absorta; porque consideraba

Page 113: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 113 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

las grandezas de Dios en cuán poco tiempo había subido un alma a tan gran estado. Hacíame gran confusión, porque le veía con tanta humildad escu-char lo que yo le decía en algunas cosas de oración, como yo tenía poca de tratar así con persona seme-jante. Debíamelo sufrir el Señor, por el gran deseo que yo tenía de verle muy adelante. Hacíame tanto provecho estar con él, que parece dejaba a mi ánima puesto nuevo fuego para desear servir al Señor de principio.

¡Oh Jesús mío, qué hace un alma abrasada en vuestro amor! ¡Cómo la habíamos de estimar en mucho y suplicar al Señor la dejase en esta vida! Quien tiene el mismo amor, tras estas almas se había de andar si pudiese. 16. Gran cosa es un enfermo hallar otro herido de aquel mal. Mucho se consuela de ver que no es solo. Mucho se ayudan a padecer y aun a merecer. Exce-lentes espaldas se hacen ya gente determinada a arriscar mil vidas por Dios y desean que se les ofrezca en qué perderlas. Son como soldados que, por ganar el despojo y hacerse con él ricos, desean que haya guerra. Tienen entendido no lo pueden ser sino por aquí. Es este su oficio, el trabajar. ¡Oh, gran cosa es adonde el Señor da esta luz de entender lo mucho que se gana en padecer por El! No se en-tiende esto bien hasta que se deja todo, porque quien en ello se está, señal es que lo tiene en algo; pues si lo tiene en algo, forzado le ha de pesar de dejarlo, y ya va imperfecto todo y perdido. Bien viene aquí, que es perdido quien tras perdido anda. ¿Y qué más perdición, y qué más ceguedad, qué más desventura que tener en mucho lo que no es nada? 17. Pues, tornando a lo que decía, estando yo en gran-dísimo gozo mirando aquel alma, que me parece que-ría el Señor viese claro los tesoros que había puesto en ella, y viendo la merced que me había hecho en que fuese por medio mío -hallándome indigna de ella-, en mucho más tenía yo las mercedes que el Señor le había hecho y más a mi cuenta las tomaba que si fuera a mí y alababa mucho al Señor de ver que Su Majestad iba cumpliendo mis deseos y había oído mi oración, que era despertase el Señor personas semejantes.

Estando ya mi alma que no podía sufrir en sí tanto gozo, salió de sí y perdióse para más ganar. Perdió las consideraciones, y de oír aquella lengua divina en quien parece hablaba el Espíritu Santo, diome un gran arrobamiento que me hizo casi perder el sen-

tido, aunque duró poco tiempo. Vi a Cristo con gran-dísima majestad y gloria, mostrando gran contento de lo que allí pasaba; y así me lo dijo, y quiso viese claro que a semejantes pláticas siempre se hallaba presente y lo mucho que se sirve en que así se delei-ten en hablar en Él.

Otra vez estando lejos de este lugar, le vi con mucha gloria levantar, a los ángeles; entendí iba su alma muy adelante, por esta visión. Y así fue, que le habían levantado un gran testimonio bien contra su honra, persona a quien él había hecho mucho bien y remediado la suya y el alma, y habíalo pa-sado con mucho contento y hecho otras obras muy en servicio de Dios y pasado otras persecuciones. 18. No me parece conviene ahora declarar más cosas. Si después le pareciere a vuestra merced, pues las sabe, se podrán poner para gloria del Señor. De todas las que he dicho de profecías de esta casa, y otras que diré de ella y de otras cosas, todas se han cumplido. Algunas, tres años antes que se su-piesen -otras más y otras menos- me las decía el Señor. Y siempre las decía al confesor y a esta mi amiga viuda con quien tenía licencia de hablar, como he dicho; y ella he sabido que las decía a otras personas, y éstas saben que ni miento, ni Dios me dé tal lugar, que en ninguna cosa, cuánto más siendo tan graves, tratase yo sino toda verdad.

19. Habiéndose muerto un cuñado mío súbitamente, y estando yo con mucha pena por no se haber viado a confesarse, se me dijo en la oración que había así de morir mi hermana, que fuese allá y procurase se dispusiese para ello. Díjelo a mi confesor y, como no me dejaba ir, entendílo otras veces. Ya como esto vio, díjome que fuese allá, que no se perdía nada.

Ella estaba en una aldea, y, como fui, sin decirla nada la fui dando la luz que pude en todas las cosas, e hice se confesase muy a menudo y en todo trajese cuenta con su alma. Ella era muy buena e hízolo así. Desde a cuatro o cinco años que tenía esta costum-bre y muy buena cuenta con su conciencia, se murió sin verla nadie ni poderse confesar. Fue el bien que, como lo acostumbraba, no había poco más de ocho días que estaba confesada.

A mí me dio gran alegría cuando supe su muerte. Estuvo muy poco en el purgatorio. Serían aún no me parece ocho días cuando, acabando de comul-gar, me apareció el Señor y quiso la viese cómo la llevaba a la gloria. En todos estos años, desde que se me dijo hasta que murió, no se me olvidaba lo

Page 114: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 114 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que se me había dado a entender, ni a mi compa-ñera, que, así como murió, vino a mí muy espantada de ver cómo se había cumplido.

Sea Dios alabado por siempre, que tanto cuidado trae de las almas para que no se pierdan.

CAPÍTULO XXXV Prosigue en la misma materia de la fundación de esta casa de nuestro glorioso Padre San José. – Dice por los términos que or-denó el Señor viniese a guardarse en ella la santa pobreza, y la causa por qué se vino de con aquella señora que estaba, y otras algunas cosas que le sucedieron. 1. Pues estando con esta señora que he dicho, adonde estuve más de medio año, ordenó el Señor que tuviese noticia de mí una beata de nuestra Orden, de más de setenta leguas de aquí de este lugar, y acertó a venir por acá y rodeó algunas por hablarme. Habíala el Señor movido el mismo año y mes que a mí para hacer otro monasterio de esta Orden; y como le puso este deseo, vendió todo lo que tenía y fuese a Roma a traer despacho para ello, a pie y descalza. 2. Es mujer de mucha penitencia y oración, y hacíala el Señor muchas mercedes, y aparecídola nuestra Se-ñora y mandádola lo hiciese. Hacíame tantas ventajas en servir al Señor, que yo había vergüenza de estar delante de ella. Mostróme los despachos que traía de Roma y, en quince días que estuvo conmigo, dimos orden en cómo habíamos de hacer estos monasterios. Y hasta que yo la hablé, no había venido a mi noticia que nuestra Regla -antes que se relajase- mandaba no se tuviese propio, ni yo estaba en fundarle sin renta, que iba mi intento a que no tuviésemos cuidado de lo que habíamos menester, y no miraba a los muchos cui-dados que trae consigo tener propio.

Esta bendita mujer, como la enseñaba el Señor, tenía bien entendido, con no saber leer, lo que yo con tanto haber andado a leer las Constituciones, ignoraba. Y como me lo dijo, perecióme bien, aunque temí que no me lo habían de consentir, sino decir que hacía des-atinos y que no hiciese cosa que padeciesen otras por mí, que, a ser yo sola, poco ni mucho me detuviera, antes me era gran regalo pensar de guardar los conse-jos de Cristo Señor nuestro, porque grandes deseos de pobreza ya me los había dado Su Majestad.

Así que para mí no dudaba ser lo mejor; porque días había que deseaba fuera posible a mi estado andar pidiendo por amor de Dios y no tener casa ni otra cosa. Mas temía que, si a las demás no daba el Señor

estos deseos, vivirían descontentas, y también no fuese causa de alguna distracción, porque veía algu-nos monasterios pobres no muy recogidos, y no mi-raba que el no serlo era causa de ser pobres, y no la pobreza de la distracción; porque ésta no hace más ricas, ni falta Dios jamás a quien le sirve. En fin tenía flaca la fe, lo que no hacía a esta sierva de Dios.

3. Como yo en todo tomaba tantos pareceres, casi a nadie hallaba de este parecer: ni confesor, ni los letra-dos que trataba. Traíanme tantas razones, que no sabía qué hacer, porque, como ya yo sabía era Regla y veía ser más perfección, no podía persuadirme a tener renta. Y ya que algunas veces me tenían convencida, en tornando a la oración y mirando a Cristo en la cruz tan pobre y desnudo, no podía poner a paciencia ser rica. Suplicábale con lágrimas lo ordenase de manera que yo me viese pobre como Él. 4. Hallaba tantos inconvenientes para tener renta y veía ser tanta causa de inquietud y aun distracción, que no hacía sino disputar con los letrados. Escribílo al religioso dominico que nos ayudaba.

Envióme escritos dos pliegos de contradicción y teología para que no lo hiciese, y así me lo decía, que lo había estudiado mucho. Yo le respondí que para no seguir mi llamamiento y el voto que tenía hecho de pobreza y los consejos de Cristo con toda perfección, que no quería aprovecharme de teología, ni con sus letras en este caso me hiciese merced.

Si hallaba alguna persona que me ayudase, alegrá-bame mucho.

Aquella señora con quien estaba, para esto me ayu-daba mucho.

Algunos luego al principio decíanme que les pare-cía bien; después, como más lo miraban, hallaban tan-tos inconvenientes, que tornaban a poner mucho en que no lo hiciese. Decíales yo que, si ellos tan presto mudaban parecer, que yo al primero me quería llegar. 5. En este tiempo, por ruegos míos, porque esta señora no había visto al santo Fray Pedro de Alcántara, fue el Señor servido viniese a su casa, y como el que era bien amador de la pobreza y tantos años la había tenido, sabía bien la riqueza que en ella estaba, y así me ayudó mucho y mandó que en ninguna manera dejase de lle-varlo muy adelante. Ya con este parecer y favor, como quien mejor le podía dar por tenerlo sabido por larga experiencia, yo determiné no andar buscando otros. 6. Estando un día mucho encomendándolo a Dios, me

Page 115: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 115 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

dijo el Señor que en ninguna manera dejase de hacerle pobre, que ésta era la voluntad de su Padre y suya, que El me ayudaría. Fue con tan grandes efectos, en un gran arrobamiento, que en ninguna manera pude tener duda de que era Dios.

Otra vez me dijo que en la renta estaba la confu-sión, y otras cosas en loor de la pobreza, y asegurán-dome que a quien le servía no le faltaba lo necesario para vivir; y esta falta, como digo, nunca yo la temí por mí.

También volvió el Señor el corazón del Presentado, digo del religioso dominico, de quien he dicho me es-cribió no lo hiciese sin renta. Ya yo estaba muy contenta con haber entendido esto y tener tales pareceres; no me parecía sino que poseía toda la riqueza del mundo, en determinándome a vivir de por amor de Dios. 7. En este tiempo, mi Provincial me alzó el manda-miento y obediencia que me había puesto para estar allí, y dejó en mi voluntad que si me quisiese ir que pudiese, y si estar, también, por cierto tiempo; y en éste había de haber elección en mi monasterio, y avi-sáronme que muchas querían darme aquel cuidado de prelada, que para mí sólo pensarlo era tan gran tor-mento que a cualquier martirio me determinaba a pasar por Dios con facilidad, a éste en ningún arte me podía persuadir. Porque dejado el trabajo grande, por ser muy muchas y otras causas de que yo nunca fui amiga, ni de ningún oficio, antes siempre los había rehusado, parecíame gran peligro para la conciencia, y así alabé a Dios de no me hallar allá.

Escribí a mis amigas para que no me diesen voto.

8. Estando muy contenta de no me hallar en aquel ruido, díjome el Señor que en ninguna manera deje de ir, que pues deseo cruz, que buena se me apareja, que no la deseche, que vaya con ánimo, que Él me ayu-dará, y que me fuese luego. Yo me fatigué mucho y no hacía sino llorar, porque pensé que era la cruz ser pre-lada y, como digo, no podía persuadirme a que estaba bien a mi alma en ninguna manera, ni yo hallaba tér-minos para ello.

Contélo a mi confesor. Mandóme que luego procu-rase ir, que claro estaba era más perfección y que, por-que hacía gran calor, que bastaba hallarme allá a la elección, y que me estuviese unos días, porque no me hiciese mal el camino; mas el Señor, que tenía orde-nado otra cosa, húbose de hacer; porque era tan grande el desasosiego que traía en mí y el no poder tener ora-ción y parecerme faltaba de lo que el Señor me había mandado, y que, como estaba allí a mi placer y con

regalo, no quería irme a ofrecer al trabajo; que todo era palabras con Dios; que, por qué pudiendo estar adonde era más perfección, había de dejarlo; que si me muriese, muriese…, y con esto un apretamiento de alma, un quitarme el Señor todo el gusto en la ora-ción…, en fin, yo estaba tal, que ya me era tormento tan grande, que supliqué a aquella señora tuviese por bien dejarme venir, porque ya mi confesor -como me vio así- me dijo que me fuese, que también le movía Dios como a mí. 9. Ella sentía tanto que la dejase, que era otro tor-mento; que le había costado mucho acabarlo con el Provincial por muchas maneras de importunaciones. Tuve por grandísima cosa querer venir en ello, según lo que sentía; sino, como era muy temerosa de Dios y como le dije que se le podía hacer gran servicio y otras hartas cosas, y dila esperanza que era posible tornarla a ver, y así, con harta pena, lo tuvo por bien.

10. Ya yo no la tenía de venirme, porque enten-diendo yo era más perfección una cosa y servicio de Dios, con el contento que me da contentarle, pasé la pena de dejar a aquella señora que tanto la veía sentir, y a otras personas a quien debía mucho, en especial a mi confesor, que era de la Compañía de Jesús, y hallábame muy bien con él. Mas mientras más veía que perdía de consuelo por el Señor, más contento me daba perderle. No podía entender cómo era esto, porque veía claro estos dos contrarios: holgarme y consolarme y ale-grarme de lo que me pesaba en el alma. Porque yo es-taba consolada y sosegada y tenía lugar para tener muchas horas de oración; veía que venía a meterme en un fuego, que ya el Señor me lo había dicho que venía a pasar gran cruz, aunque nunca yo pensé lo fuera tanto como después vi. Y con todo, venía yo alegre, y estaba deshecha de que no me ponía luego en la batalla, pues el Señor quería la tuviese; y así enviaba Su Majestad el esfuerzo y le ponía en mi flaqueza. 11. No podía, como digo, entender cómo podía ser esto. Pensé esta comparación: si poseyendo yo una joya o cosa que me da gran contento, ofréceseme saber que la quiere una persona que yo quiero más que a mí y deseo más contentarla que mi mismo descanso, dame gran contento quedarme sin el que me daba lo que poseía, por contentar a aquella persona; y como este contento de contentarla excede a mi mismo con-tento, quítase la pena de la falta que me hace la joya o lo que amo, y de perder el contento que daba. De ma-nera que, aunque quería tenerla de ver que dejaba per-sonas que tanto sentían apartarse de mí, con ser yo de

Page 116: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 116 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

mi condición tan agradecida que bastara en otro tiempo a fatigarme mucho, y ahora, aunque quisiera tener pena, no podía. 12. Importó tanto el no me tardar un día más para lo que tocaba al negocio de esta bendita casa, que yo no sé cómo pudiera concluirse si entonces me detuviera. ¡Oh grandeza de Dios!, muchas veces me espanta cuando lo considero y veo cuán particularmente que-ría Su Majestad ayudarme para que se efectuase este rinconcito de Dios, que yo creo lo es, y morada en que Su Majestad se deleita, como una vez estando en oración me dijo, que era esta casa paraíso de su de-leite. Y así parece ha Su Majestad escogido las almas que ha traído a él, en cuya compañía yo vivo con harta harta confusión; porque yo no supiera desearlas tales para este propósito de tanta estrechura y po-breza y oración; y llévanlo con una alegría y con-tento, que cada una se halla indigna de haber merecido venir a tal lugar; en especial algunas, que las llamó el Señor de mucha vanidad y gala del mundo, adonde pudieran estar contentas conforme a sus leyes, y hales dado el Señor tan doblados los con-tentos aquí, que claramente conocen haberles el Señor dado ciento por uno que dejaron, y no se har-tan de dar gracias a Su Majestad. A otras ha mudado de bien en mejor.

A las de poca edad da fortaleza y conocimiento para que no puedan desear otra cosa, y que entiendan que es vivir en mayor descanso, aun para lo de acá, estar apartadas de todas las cosas de la vida. A las que son de más edad y con poca salud, da fuerzas y se las ha dado para poder llevar la aspereza y peni-tencia que todas. 13. ¡Oh Señor mío, cómo se os parece que sois pode-roso! No es menester buscar razones para lo que Vos queréis, porque sobre toda razón natural hacéis las cosas tan posibles que dais a entender bien que no es menester más de amaros de veras y dejarlo de veras todo por Vos, para que Vos, Señor mío, lo hagáis todo fácil. Bien viene aquí decir que fingís trabajo en vues-tra ley; porque yo no le veo, Señor, ni sé cómo es es-trecho el camino que lleva a Vos. Camino real veo que es, que no senda. Camino que, quien de verdad se pone en él, va más seguro. Muy lejos están los puertos y rocas para caer, porque lo están de las ocasiones. Senda llamo yo, y ruin senda y angosto camino, el que de una parte está un valle muy hondo adonde caer y de la otra un despeñadero: no se han descuidado, cuando se despeñan y se hacen pedazos.

14. El que os ama de verdad, Bien mío, seguro va por ancho camino y real. Lejos está el despeñadero. No ha tropezado tantico, cuando le dais Vos, Señor, la mano. No basta una caída ni muchas, si os tiene amor y no a las cosas del mundo, para perderse. Va por el valle de la humildad. No puedo entender qué es lo que temen de ponerse en el camino de la perfección.

El Señor, por quien es, nos dé a entender cuán mala es la seguridad en tan manifiestos peligros como hay en andar con el hilo de la gente, y cómo está la verda-dera seguridad en procurar ir muy adelante en el ca-mino de Dios. Los ojos en Él, y no hayan miedo se ponga este Sol de Justicia, ni nos deje caminar de noche para que nos perdamos, si primero no le deja-mos a Él. 15. No temen andar entre leones, que cada uno parece que quiere llevar un pedazo, que son las honras y de-leites y contentos semejantes que llama el mundo; y acá parece hace el demonio temer de musarañas. Mil veces me espanto y diez mil querría hartarme de llorar y dar voces a todos para decir la gran ceguedad y mal-dad mía, porque si aprovechase algo para que ellos abriesen los ojos, ábraselos el que puede, por su bon-dad, y no permita se me tornen a cegar a mí, amén.

CAPÍTULO XXXVI

Prosigue en la materia comenzada y dice cómo se acabó de con-cluir y se fundó este monasterio del glorioso San José y las gran-des contradicciones y persecuciones que después de tomar hábito las religiosas hubo, y los grandes trabajos y tentaciones que ella pasó, y cómo de todo la sacó el Señor con victoria y en gloria y alabanza suya. 1. Partida ya de aquella ciudad, venía muy contenta por el camino, determinándome a pasar todo lo que el Señor fuese servido muy con toda voluntad.

La noche misma que llegué a esta tierra, llega nuestro despacho para el monasterio y Breve de Roma, que yo me espanté, y se espantaron los que sabían la prisa que me había dado el Señor a la venida, cuando supieron la gran necesidad que había de ello y a la coyuntura que el Señor me traía; porque hallé aquí al Obispo y al santo fray Pedro de Alcántara y a otro caballero muy siervo de Dios, en cuya casa este santo hombre posaba, que era persona adonde los siervos de Dios hallaban espaldas y cabida. 2. Entrambos a dos acabaron con el Obispo admitiese

Page 117: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 117 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

el monasterio, que no fue poco, por ser pobre, sino que era tan amigo de personas que veía así determinadas a servir al Señor, que luego se aficionó a favorecerle; y el aprobarlo este santo viejo y poner mucho con unos y con otros en que nos ayudasen, fue el que lo hizo todo. Si no viniera a esta coyuntura -como ya he dicho-, no puedo entender cómo pudiera hacerse. Por-que estuvo poco aquí este santo hombre, que no creo fueron ocho días, y ésos muy enfermo, y desde a muy poco le llevó el Señor consigo. Parece que le había guardado Su Majestad hasta acabar este negocio, que había muchos días -no sé si más de dos años- que an-daba muy malo. 3. Todo se hizo debajo de gran secreto, porque a no ser así no se pudiera hacer nada, según el pueblo estaba mal con ello, como se pareció después. Ordenó el Señor que estuviese malo un cuñado mío, y su mujer no aquí, y en tantanecesidad, que me dieron licencia para estar con él. Y con esta ocasión no se entendió nada, aunque en algunas personas no dejaba de sospe-charse algo, mas aún no lo creían. Fue cosa para es-pantar, que no estuvo más malo de lo que fue menester para el negocio y, en siendo menester tuviese salud para que yo me desocupase y él dejase desembarazada la casa, se la dio luego el Señor, que él estaba maravi-llado. 4. Pasé harto trabajo en procurar con unos y con otros que se admitiese, y con el enfermo, y con oficiales para que se acabase la casa a mucha prisa, para que tuviese forma de monasterio, que faltaba mucho de acabarse. Y la mi compañera no estaba aquí, que nos pareció era mejor estar ausente para más disimular, y yo veía que iba el todo en la brevedad por muchas causas; y la una era porque cada hora temía me habían de mandar ir. Fueron tantas las cosas de trabajos que tuve, que me hizo pensar si era esta la cruz; aunque todavía me parecía era poco para la gran cruz que yo había entendido del Señor había de pasar. 5. Pues todo concertado, fue el Señor servido que, día de San Bartolomé, tomaron hábito algunas y se puso el Santísimo Sacramento, y con toda autoridad y fuerza quedó hecho nuestro monasterio del gloriosí-simo padre nuestro San José, año de mil y quinientos y sesenta y dos. Estuve yo a darles el hábito, y otras dos monjas de nuestra casa misma, que acertaron a estar fuera. Como en ésta que se hizo el monasterio era la que estaba mi cuñado (que, como he dicho, la había él comprado por disimular mejor el negocio),

con licencia estaba yo en ella, y no hacía cosa que no fuese con parecer de letrados, para no ir un punto contra obediencia. Y como veían ser muy provechoso para toda la Orden por muchas causas, que aunque iba con secreto y guardándome no lo supiesen mis prelados, me decían lo podía hacer. Porque por muy poca imperfec-ción que me dijeran era, mil monasterios me parece dejara, cuánto más uno. Esto es cierto. Porque aunque lo deseaba por apartarme más de todo y llevar mi pro-fesión y llamamiento con más perfección y encerra-miento, de tal manera lo deseaba, que cuando entendiera era más servicio del Señor dejarlo todo, lo hiciera -como lo hice la otra vez- con todo sosiego y paz. 6. Pues fue para mí como estar en una gloria ver poner el Santísimo Sacramento y que se remediaron cuatro huérfanas pobres (porque no se tomaban con dote) y grandes siervas de Dios, que esto se pretendió al prin-cipio, que entrasen personas que con su ejemplo fue-sen fundamento para en que se pudiese el intento que llevábamos, de mucha perfección y oración, efectuar, y hecha una obra que tenía entendido era para servicio del Señor y honra del hábito de su gloriosa Madre, que éstas eran mis ansias.

Y también me dio gran consuelo de haber hecho lo que tanto el Señor me había mandado, y otra iglesia más en este lugar, de mi padre glorioso San José, que no la había. No porque a mí me pareciese había hecho en ello nada, que nunca me lo parecía, ni parece. Siempre entiendo lo hacía el Señor, y lo que era de mi parte iba con tantas imperfecciones, que antes veo había que me culpar que no que me agradecer. Mas érame gran regalo ver que hubiese Su Majestad tomá-dome por instrumento -siendo tan ruin- para tan gran obra.

Así que estuve con tan gran contento, que estaba como fuera de mí, con grande oración. 7. Acabado todo, sería como desde a tres o cuatro horas, me revolvió el demonio una batalla espiritual, como ahora diré. Púsome delante si había sido mal hecho lo que había hecho, si iba contra obediencia en haberlo procurado sin que me lo mandase el Provin-cial (que bien me parecía a mí le había de ser algún disgusto, a causa de sujetarle al Ordinario, por no se lo haber primero dicho; aunque como él no le había querido admitir, y yo no la mudaba, también me pare-cía no se le daría nada por otra parte), y que si habían de tener contento las que aquí estaban en tanta estre-chura, si les había de faltar de comer, si había sido disparate, que quién me metía en esto, pues yo tenía

Page 118: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 118 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

monasterio.Todo lo que el Señor me había mandado y los mu-

chos pareceres y oraciones que había más de dos años que no casi cesaban, todo tan quitado de mi me-moria como si nunca hubiera sido. Sólo de mi pare-cer me acordaba, y todas las virtudes y la fe estaban en mí entonces suspendidas, sin tener yo fuerza para que ninguna obrase ni me defendiese de tantos gol-pes.

8. También me ponía el demonio que cómo me quería encerrar en casa tan estrecha, y con tantas enferme-dades, que cómo había de poder sufrir tanta peniten-cia, y dejaba casa tan grande y deleitosa y adonde tan contenta siempre había estado, y tantas amigas; que quizás las de acá no serían a mi gusto, que me había obligado a mucho, que quizá estaría desesperada, y que por ventura había pretendido esto el demonio, quitarme la paz y quietud, y que así no podría tener oración, estando desasosegada, y perdería el alma. Cosas de esta hechura juntas me ponía delante, que no era en mi mano pensar en otra cosa, y con esto una aflicción y oscuridad y tinieblas en el alma, que yo no lo sé encarecer. De que me vi así, fuime a ver el Santísimo Sacramento, aunque encomendarme a Él no podía. Paréceme estaba con una congoja como quien está en agonía de muerte. Tratarlo con nadie no había de osar, porque aun confesor no tenía señalado. 9. ¡Oh, válgame Dios, qué vida esta tan miserable! No hay contento seguro ni cosa sin mudanza. Había tan poquito que no me parece trocara mi contento con ninguno de la tierra, y la misma causa de él me atormentaba ahora de tal suerte que no sabía qué hacer de mí.

¡Oh, si mirásemos con advertencia las cosas de nuestra vida! Cada uno vería por experiencia en lo poco que se ha de tener contento ni descontento de ella.

Es cierto que me parece fue uno de los recios ratos que he pasado en mi vida. Parece que adivinaba el espíritu lo mucho que estaba por pasar, aunque no llegó a ser tanto como esto si durara. Mas no dejó el Señor padecer mucho a su pobre sierva; porque nunca en las tribulaciones me dejó de socorrer, y así fue en ésta, que me dio un poco de luz para ver que era demonio y para que pudiese entender la verdad y que todo era quererme espantar con mentiras.

Y así comencé a acordarme de mis grandes deter-minaciones de servir al Señor y deseos de padecer por Él; y pensé que si había de cumplirlos, que no había de

andar a procurar descanso, y que si tuviese trabajos, que ése era el merecer, y si descontento, como lo to-mase por servir a Dios, me serviría de purgatorio; que de qué temía, que pues deseaba trabajos, que buenos eran éstos; que en la mayor contradicción estaba la ganancia; que por qué me había de faltar ánimo para servir a quien tanto debía.

Con estas y otras consideraciones, haciéndome gran fuerza, prometí delante del Santísimo Sacra-mento de hacer todo lo que pudiese para tener licencia de venirme a esta casa, y en pudiéndolo hacer con buena conciencia, prometer clausura.

10. En haciendo esto, en un instante huyó el demonio y me dejó sosegada y contenta, y lo quedé y lo he es-tado siempre, y todo lo que en esta casa se guarda de encerramiento y penitencia y lo demás, se me hace en extremo suave y poco. El contento es tan grandísimo que pienso yo algunas veces qué pudiera escoger en la tierra que fuera más sabroso. No sé si es esto parte para tener mucha más salud que nunca, o querer el Señor -por ser menester y razón que haga lo que todas- darme este consuelo que pueda hacerlo, aunque con trabajo. Mas del poder se espantan todas las personas que saben mis enfermedades. ¡Bendito sea Él, que todo lo da y en cuyo poder se puede! 11. Quedé bien cansada de tal contienda y riéndome del demonio, que vi claro ser él. Creo lo permitió el Señor, porque yo nunca supe qué cosa era descontento de ser monja ni un momento, en veinte y ocho años y más que ha que lo soy, para que entendiese la merced grande que en esto me había hecho, y del tormento que me había librado; y también para que si alguna viese lo estaba, no me espantase y me apiadase de ella y la supiese consolar.

Pues pasado esto, queriendo después de comer des-cansar un poco (porque en toda la noche no había casi sosegado, ni en otras algunas dejado de tener trabajo y cuidado, y todos los días bien cansada), como se había sabido en mi monasterio y en la ciudad lo que estaba hecho, había en él mucho alboroto por las causas que ya he dicho, que parecía llevaban algún color.

Luego la prelada me envió a mandar que a la hora me fuese allá.

Yo en viendo su mandamiento, dejo mis monjas harto penadas, y voyme luego.

Bien vi que se me habían de ofrecer hartos traba-jos; mas como ya quedaba hecho, muy poco se me daba. Hice oración suplicando al Señor me favore-ciese, y a mi padre San José que me trajese a su casa,

Page 119: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 119 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y ofrecíle lo que había de pasar y, muy contenta se ofreciese algo en que yo padeciese por él y le pudiese servir, me fui, con tener creído luego me habían de echar en la cárcel. Mas a mi parecer me diera mucho contento, por no hablar a nadie y descansar un poco en soledad, de lo que yo estaba bien necesitada, porque me traía molida tanto andar con gente. 12. Como llegué y di mi descuento a la prelada, apla-cóse algo, y todas enviaron al Provincial, y quedóse la causa para delante de él.

Y venido, fui a juicio con harto gran contento de ver que padecía algo por el Señor, porque contra Su Majestad ni la Orden no hallaba haber ofendido nada en este caso; antes procuraba aumentarla con todas mis fuerzas, y muriera de buena gana por ello, que todo mi deseo era que se cumpliese con toda perfec-ción. Acordéme del juicio de Cristo y vi cuán nonada era aquél. Hice mi culpa como muy culpada, y así lo parecía a quien no sabía todas las causas.

Después de haberme hecho una gran reprensión, aunque no con tanto rigor como merecía el delito y lo que muchos decían al Provincial, yo no quisiera dis-culparme, porque iba determinada a ello, antes pedí me perdonase y castigase y no estuviese desabrido conmigo. 13. En algunas cosas bien veía yo me condenaban sin culpa, porque me decían lo había hecho porque me tuviesen en algo y por ser nombrada y otras semejan-tes. Mas en otras claro entendía que decían verdad, en que era yo más ruin que otras, y que pues no había guardado la mucha religión que se llevaba en aquella casa, cómo pensaba guardarla en otra con más rigor, que escandalizaba el pueblo y levantaba cosas nuevas. Todo no me hacía ningún alboroto ni pena, aunque yo mostraba tenerla porque no pareciese tenía en poco lo que me decían. En fin, me mandó delante de las mon-jas diese descuento, y húbelo de hacer. 14. Como yo tenía quietud en mí y me ayudaba el Señor, di mi descuento de manera que no halló el Pro-vincial, ni las que allí estaban, por qué me condenar. Y después a solas le hablé más claro, y quedó muy satisfecho, y prometióme -si fuese adelante- en sose-gándose la ciudad, de darme licencia que me fuese a él, porque el alboroto de toda la ciudad era tan grande como ahora diré. 15. Desde a dos o tres días, juntáronse algunos de los regidores y corregidor y del cabildo, y todos juntos

dijeron que en ninguna manera se había de consentir, que venía conocido daño a la república, y que habían de quitar el Santísimo Sacramento, y que en ninguna manera sufrirían pasase adelante. Hicieron juntar todas las Ordenes para que digan su parecer, de cada una dos letrados.

Unos callaban, otros condenaban; en fin, concluye-ron que luego se deshiciese. Sólo un Presentado de la Orden de Santo Domingo, aunque era contrario -no del monasterio, sino de que fuese pobre-, dijo que no era cosa que así se había de deshacer, que se mirase bien, que tiempo había para ello, que éste era caso del Obispo, o cosas de este arte, que hizo mucho prove-cho. Porque según la furia, fue dicha no lo poner luego por obra. Era, en fin, que había de ser; que era el Señor servido de ello, y podían todos poco contra su volun-tad. Daban sus razones y llevaban buen celo, y así, sin ofender ellos a Dios, hacíanme padecer y a todas las personas que lo favorecían, que eran algunas, y pasa-ron mucha persecución. 16. Era tanto el alboroto del pueblo, que no se hablaba en otra cosa, y todos condenarme e ir al Provincial y a mi monasterio. Yo ninguna pena tenía de cuanto de-cían de mí más que si no lo dijeran, sino temor si se había de deshacer. Esto me daba gran pena, y ver que perdían crédito las personas que me ayudaban y el mucho trabajo que pasaban, que de lo que decían de mí antes me parece me holgaba; y si tuviera alguna fe, ninguna alteración tuviera, sino que faltar algo en una virtud basta a adormecerlas todas; y así estuve muy penada dos días que hubo estas juntas que digo en el pueblo, y estando bien fatigada me dijo el Señor: ¿No sabes que soy poderoso?; ¿de qué temes?, y me ase-guró que no se desharía. Con esto quedé muy conso-lada.

Enviaron al Consejo Real con su información. Vino provisión para que se diese relación de cómo se había hecho. 17. Hela aquí comenzado un gran pleito; porque de la ciudad fueron a la Corte, y hubieron de ir de parte del monasterio, y ni había dineros ni yo sabía qué hacer. Proveyólo el Señor, que nunca mi Padre Provincial me mandó dejase de entender en ello; porque es tan amigo de toda virtud, que aunque no ayudaba, no quería ser contra ello. No me dio licencia, hasta ver en lo que paraba, para venir acá. Estas siervas de Dios estaban solas y hacían más con sus oraciones que con cuanto yo andaba negociando, aunque fue menester harta di-ligencia.

Page 120: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 120 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Algunas veces parecía que todo faltaba, en especial un día antes que viniese el Provincial, que me mandó la priora no tratase en nada, y era dejarse todo. Yo me fui a Dios y díjele: «Señor, esta casa no es mía; por Vos se ha hecho; ahora que no hay nadie que negocie, hágalo Vuestra Majestad». Quedaba tan descansada y tan sin pena, como si tuviera a todo el mundo que ne-gociara por mí, y luego tenía por seguro el negocio. 18. Un muy siervo de Dios, sacerdote, que siempre me había ayudado, amigo de toda perfección, fue a la Corte a entender en el negocio, y trabajaba mucho; y el caballero santo -de quien he hecho mención- hacía en este caso muy mucho, y de todas maneras lo favo-recía. Pasó hartos trabajos y persecución, y siempre en todo le tenía por padre y aun ahora le tengo.

Y en los que nos ayudaban ponía el Señor tanto hervor, que cada uno lo tomaba por cosa tan propia suya, como si en ello les fuera la vida y la honra, y no les iba más de ser cosa en que a ellos les parecía se servía el Señor. Pareció claro ayudar Su Majestad al Maestro que he dicho, clérigo, que también era de los que mucho me ayudaban, a quien el Obispo puso de su parte en una junta grande que se hizo, y él estaba solo contra todos y en fin, los aplacó con decirles cier-tos medios, que fue harto para que se entretuviesen, mas ninguno bastaba para que luego no tornasen a poner la vida, como dicen, en deshacerle. Este siervo de Dios que digo, fue quien dio los hábitos y puso el Santísimo Sacramento, y se vio en harta persecución. Duró esta batería casi medio año, que decir los gran-des trabajos que se pasaron por menudo, sería largo. 19. Espantábame yo de lo que ponía el demonio contra unas mujercitas y cómo les parecía a todos era gran daño para el lugar solas doce mujeres y la priora, que no han de ser más -digo a los que lo contradecían-, y de vida tan estrecha; que ya que fuera daño o yerro, era para sí mismas; mas daño al lugar, no parece lle-vaba camino; y ellos hallaban tantos, que con buena conciencia lo contradecían. Ya vinieron a decir que, como tuviese renta, pasarían por ello y que fuese ade-lante. Yo estaba ya tan cansada de ver el trabajo de todos los que me ayudaban, más que del mío, que me parecía no sería malo hasta que se sosegasen tener renta, y dejarla después. Y otras veces, como ruin e imperfecta, me parecía que por ventura lo quería el Señor, pues sin ella no podíamos salir con ello, y venía ya en este concierto. 20. Estando la noche antes que se había de tratar en

oración, y ya se había comenzado el concierto, díjome el Señor que no hiciese tal, que si comenzásemos a tener renta, que no nos dejarían después que lo dejáse-mos, y otras algunas cosas. La misma noche me apa-reció el santo fray Pedro de Alcántara, que era ya muerto, y antes que muriese me escribió -como supo la gran contradicción y persecución que teníamos- que se holgaba fuese la fundación con contradicción tan grande, que era señal se había el Señor servir muy mucho en este monasterio, pues el demonio tanto ponía en que no se hiciese, y que en ninguna manera viniese en tener renta; y aun dos o tres veces me per-suadió en la carta, y que, como esto hiciese, ello ven-dría a hacerse todo como yo quería. Ya yo le había visto otras dos veces después que murió, y la gran gloria que tenía, y así no me hizo temor, antes me hol-gué mucho; porque siempre aparecía como cuerpo glorificado, lleno de mucha gloria, y dábamela muy grandísima verle. Acuérdome que me dijo la primera vezque le vi, entre otras cosas, diciéndome lo mucho que gozaba, que dichosa penitencia había sido la que había hecho, que tanto premio había alcanzado. 21. Porque ya creo tengo dicho algo de esto, no digo aquí más de cómo esta vez me mostró rigor y sólo me dijo que en ninguna manera tomase renta y que por qué no quería tomar su consejo, y desapareció luego.

Yo quedé espantada, y luego otro día dije al caba-llero -que era a quien en todo acudía como el que más en ello hacía- lo que pasaba, y que no se concertase en ninguna manera tener renta, sino que fuese adelante el pleito. Él estaba en esto mucho más fuerte que yo, y holgóse mucho; después me dijo cuán de mala gana hablaba en el concierto. 22. Después se tornó a levantar otra persona, y sierva de Dios harto, y con buen celo; ya que estaba en buenos términos, decía se pusiese en manos de letrados. Aquí tuve hartos desasosiegos, porque algunos de los que me ayudaban venían en esto, y fue esta maraña que hizo el demonio, de la más mala digestión de todas. En todo me ayudó el Señor, que así dicho en suma no se puede bien dar a entender lo que se pasó en dos años que se estuvo comenzada esta casa, hasta que se acabó. Este medio postrero y lo primero fue lo más trabajoso.23. Pues aplacada ya algo la ciudad, diose tan buena maña el Padre Presentado Dominico que nos ayudaba, aunque no estaba presente, mas habíale traído el Señor a un tiempo que nos hizo harto bien y pareció haberle Su Majestad para solo este fin traído, que me dijo él después que no había tenido para qué venir, sino que

Page 121: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 121 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

acaso lo había sabido. Estuvo lo que fue menester. Tornado a ir, procuró por algunas vías que nos diese licencia nuestro Padre Provincial para venir yo a esta casa con otras algunas conmigo, (que parecía casi im-posible darla tan en breve), para hacer el oficio y en-señar a las que estaban. Fue grandísimo consuelo para mí el día que vinimos. 24. Estando haciendo oración en la iglesia antes que entrase en el monasterio, estando casi en arroba-miento, vi a Cristo que con grande amor me pareció me recibía y ponía una corona y agradeciéndome lo que había hecho por su Madre.

Otra vez, estando todas en el coro en oración des-pués de Completas, vi a nuestra Señora con grandí-sima gloria, con manto blanco, y debajo de él parecía ampararnos a todas; entendí cuán alto grado de gloria daría el Señor a las de esta casa. 25. Comenzado a hacer el oficio, era mucha la devo-ción que el pueblo comenzó a tener con esta casa. To-máronse más monjas, y comenzó el Señor a mover a los que más nos habían perseguido para que mucho nos favoreciesen e hiciesen limosna; y así aprobaban lo que tanto habían reprobado, y poco a poco se deja-ran del pleito y decían que ya entendían ser obra de Dios, pues con tanta contracción Su Majestad había querido fuese adelante. Y no hay al presente nadie que le parezca fuera acertado dejarse de hacer, y así tienen tanta cuenta con proveernos de limosna, que sin haber demanda ni pedir a nadie, los despierta el Señor para que nos la envíen, y pasamos sin que nos falte lo ne-cesario, y espero en el Señor será así siempre; que, como son pocas, si hacen lo que deben como Su Ma-jestad ahora les da gracia para hacerlo, segura estoy que no les faltará ni habrán menester ser cansosas, ni importunar a nadie, que el Señor se tendrá cuidado como hasta aquí. 26. Que es para mí grandísimo consuelo de verme aquí metida con almas tan desasidas. Su trato es en-tender cómo irán adelante en el servicio de Dios. La soledad es su consuelo, y pensar de ver a nadie que no sea para ayudarlas a encender más el amor de su Esposo, les es trabajo, aunque sean muy deudos; y así no viene nadie a esta casa, sino quien trata de esto, porque ni las contenta ni los contenta. No es su lenguaje otro sino hablar de Dios, y así no entienden ni las entiende sino quien habla el mismo.

Guardamos la Regla de nuestra Señora del Car-men, y cumplida ésta sin relajación, sino como la

ordenó fray Hugo, Cardenal de Santa Sabina, que fue dada a 1248 años, en el año quinto del Pontificado del Papa Inocencio IV. 27. Me parece serán bien empleados todos los traba-jos que se han pasado. Ahora, aunque tiene algún rigor, porque no se come jamás carne sin necesidad y ayuno de ocho meses y otras cosas, como se ve en la misma primera Regla, en muchas aun se les hace poco a las hermanas y guardan otras cosas que para cumplir ésta con más perfección nos han parecido necesarias. Y espero en el Señor ha de ir muy delante lo comenzado, como Su Majestad me lo ha dicho. 28. La otra casa que la beata que dije procuraba hacer, también la favoreció el Señor, y está hecha en Alcalá, y no le faltó harta contradicción ni dejó de pasar trabajos grandes. Sé que se guarda en ella toda religión, conforme a esta primera Regla nuestra. Plega al Señor sea todo para gloria y alabanza suya y de la gloriosa Virgen María, cuyo hábitotraemos, amén. 29. Creo se enfadará vuestra merced de la larga rela-ción que he dado de este monasterio, y va muy corta para los muchos trabajos y maravillas que el Señor en esto ha obrado, que hay de ello muchos testigos que lo podrán jurar, y así pido yo a vuestra merced por amor de Dios, que si le pareciere romper lo demás que aquí va escrito, lo que toca a este monas-terio vuestra merced lo guarde y, muerta yo, lo dé a las hermanas que aquí estuvieren, que animará mucho para servir a Dios las que vinieren, y a procu-rar no caiga lo comenzado, sino que vaya siempre adelante, cuando vean lo mucho que puso Su Majes-tad en hacerla por medio de cosa tan ruin y baja como yo.

Y pues el Señor tan particularmente se ha que-rido mostrar en favorecer para que se hiciese, paré-ceme a mí que hará mucho mal y será muy castigada de Dios la que comenzare a relajar la perfección que aquí el Señor ha comenzado y favorecido para que se lleve con tanta suavidad, que se ve muy bien es tolerable y se puede llevar con descanso, y el gran aparejo que hay para vivir siempre en él las que a solas quisieren gozar de su esposo Cristo; que esto es siempre lo que han de pretender, y solas con El solo, y no ser más de trece; porque esto tengo por muchos pareceres sabido que conviene, y visto por experiencia, que para llevar el espíritu que se lleva y vivir de limosna y sin demanda, que no se sufre

Page 122: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 122 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

más. Y siempre crean más a quien con trabajos mu-chos y oración de muchas personas procuró lo que sería mejor; y en el gran contento y alegría y poco trabajo que en estos años que ha estamos en esta casa vemos tener todas, y con mucha más salud que solían, se verá ser esto lo que conviene. Y quien le pareciere áspero, eche la culpa a su falta de espíritu y no a lo que aquí se guarda, pues personas delica-das y no sanas, porque le tienen, con tanta suavidad lo pueden llevar, y váyanse a otro monasterio, adonde se salvarán conforme a su espíritu.

CAPÍTULO XXXVII Trata de los efectos que le quedaban cuando el Señor le había hecho alguna merced. – Junta con esto harto buena doctrina. – Dice cómo se ha de procurar y tener en mucho ganar algún grado más de gloria, y que por ningún trabajo dejemos bienes que son perpetuos. 1. De mal se me hace decir más de las mercedes que me ha hecho el Señor de las dichas, y aun son dema-siadas para que se crea haberlas hecho a persona tan ruin; mas por obedecer al Señor, que me lo ha man-dado, y a vuestras mercedes, diré algunas cosas para gloria suya. Plega a Su Majestad sea para aprovechar algún alma ver que a una cosa tan miserable ha que-rido el Señor así favorecer -¿qué hará a quien le hu-biere de verdad servido?- y se animen todos a contentar a Su Majestad, pues aun en esta vida da tales prendas. 2. Lo primero, hase de entender que en estas mercedes que hace Dios al alma hay más y menos gloria. Porque en algunas visiones excede tanto la gloria y gusto y consuelo al que da en otras, que yo me espanto de tanta diferencia de gozar, aun en esta vida. Porque acaece ser tanta la diferencia que hay de un gusto y regalo que da Dios en una visión o en un arroba-miento, que parece no es posible poder haber más acá que desear y así el alma no lo desea ni pediría más contento. Aunque después que el Señor me ha dado a entender la diferencia que hay en el cielo de lo que gozan unos a lo que gozan otros cuán grande es, bien veo que también acá no hay tasa en el dar cuando el Señor es servido, y así no querría yo la hubiese en servir yo a Su Majestad y emplear toda mi vida y fuer-zas y salud en esto, y no querría por mi culpa perder un tantito de más gozar. Y digo así que si me dijesen cuál quiero más, estar con todos los trabajos del mundo hasta el fin de él y después subir un poquito

más en gloria, o sin ninguno irme a un poco de gloria más baja, que de muy buena gana tomaría todos los trabajos por un tantito de gozar más de entender las grandezas de Dios; pues veo que quien más le en-tiende más le ama y le alaba. 3. No digo que no me contentaría y tendría por muy venturosa de estar en el cielo, aunque fuese en el más bajo lugar, pues quien tal le tenía en el infierno, harta misericordia me haría en esto el Señor, y plega a Su Majestad vaya yo allá, y no mire a mis grandes peca-dos. Lo que digo es que, aunque fuese a muy gran costa mía, si pudiese y el Señor me diese gracia para trabajar mucho, no querría por mi culpa perder nada. ¡Miserable de mí, que con tantas culpas lo tenía per-dido todo! 4. Hase de notar también que en cada merced que el Señor me hacía de visión o revelación quedaba mi alma con alguna gran ganancia, y con algunas visiones quedaba con muy muchas. De ver a Cristo me quedó imprimida su grandísima hermosura, y la tengo hoy día, porque para esto bastaba sola una vez, ¡cuánto más tantas como el Señor me hace esta merced! Quedé con un provecho grandísimo y fue éste: tenía una grandísima falta de donde me vinieron grandes daños, y era ésta: que como comenzaba a entender que una persona me tenía voluntad y si me caía en gracia, me aficionaba tanto, que me ataba en gran manera la me-moria a pensar en él, aunque no era con intención de ofender a Dios, mas holgábame de verle y de pensar en él y en las cosas buenas que le veía. Era cosa tan dañosa, que me traía el alma harto perdida. Después que vi la gran hermosura del Señor, no veía a nadie que en su comparación me pareciese bien ni me ocu-pase; que, con poner un poco los ojos de la considera-ción en la imagen que tengo en mi alma, he quedado con tanta libertad en esto, que después acá todo lo que veo me parece hace asco en comparación de las exce-lencias y gracias que en este Señor veía. Ni hay saber ni manera de regalo que yo estime en nada, en compa-ración del que es oír sola una palabra dicha de aquella divina boca, cuánto más tantas. Y tengo yo por impo-sible, si el Señor por mis pecados no permite se me quite esta memoria, podérmela nadie ocupar de suerte que, con un poquito de tornarme a acordar de este Señor, no quede libre. 5. Acaecióme con algún confesor (que siempre quiero mucho a los que gobiernan mi alma) como los tomo en lugar de Dios tan de verdad, paréceme que es siem-

Page 123: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 123 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

pre adonde mi voluntad más se emplea y, como yo andaba con seguridad, mostrábales gracia.

Ellos, como temerosos y siervos de Dios, temíanse no me asiese en alguna manera y me atase a quererlos, aunque santamente, y mostrábanme desgracia. Esto era después que yo estaba tan sujeta a obedecerlos, que antes no los cobraba ese amor. Yo me reía entre mí de ver cuán engañados estaban, aunque no todas veces trataba tan claro lo poco que me ataba a nadie como lo tenía en mí.

Mas asegurábalos y, tratándome más, conocían lo que debía al Señor; que estas sospechas que traían de mí, siempre era a los principios.Comenzóme mucho mayor amor y confianza de este Señor en viéndole, como con quien tenía conversación tan continua. Veía que, aunque era Dios, que era hom-bre, que no se espanta de las flaquezas de los hombres, que entiende nuestra miserable compostura, sujeta a muchas caídas por el primer pecado que El había ve-nido a reparar. Puedo tratar como con amigo, aunque es señor. Porque entiendo no es como los que acá te-nemos por señores, que todo el señorío ponen en au-toridades postizas: ha de haber horas de hablar y señaladas personas que los hablen; si es algún pobre-cito que tiene algún negocio, ¡más rodeos y favores y trabajos le ha de costar tratarlo! ¡Oh que si es con el Rey!, aquí no hay tocar gente pobre y no caballerosa, sino preguntar quién son los más privados; y a buen seguro que no sean personas que tengan el mundo de-bajo de los pies, porque éstos hablan verdades, que no temen ni deben; no son para palacio, que allí no se deben usar, sino callar lo que mal les parece, que aun pensarlo no deben osar por no ser desfavorecidos. 6. ¡Oh Rey de gloria y Señor de todos los reyes! ¡Cómo no es vuestro reino armado de palillos, pues no tiene fin! ¡Cómo no son menester terceros para Vos! Con mirar vuestra persona, se ve luego que es sólo el que merecéis que os llamen Señor, según la majestad mostráis. No es menester gente de acompañamiento ni de guarda para que conozcan que sois Rey. Porque acá un rey solo mal se conocerá por sí. Aunque él más quiera ser conocido por rey, no le creerán, que no tiene más que los otros; es menester que se vea por qué lo creer, y así es razón tenga estas autoridades postizas, porque si no las tuviese no le tendrían en nada. Porque no sale de sí el parecer poderoso. De otros le ha de venir la autoridad.

¡Oh Señor mío, oh Rey mío! ¡Quién supiera ahora representar la majestad que tenéis! Es imposible dejar de ver que sois gran Emperador en Vos mismo, que

espanta mirar esta majestad; mas más espanta, Señor mío, mirar con ella vuestra humildad y el amor que mostráis a una como yo. En todo se puede tratar y hablar con Vos como quisiéramos, perdido el primer espanto y temor de ver vuestra majestad, con quedar mayor para no ofenderos; mas no por miedo del cas-tigo, Señor mío, porque éste no se tiene en nada en comparación de no perderos a Vos. 7. Hela aquí los provechos de esta visión, sin otros grandes que deja en el alma. Si es de Dios, entiéndese por los efectos, cuando el alma tiene luz; porque, como muchas veces he dicho, quiere el Señor que esté en tinieblas y que no vea esta luz, y así no es mucho tema la que se ve tan ruin como yo. No ha más que ahora que me ha acaecido estar ocho días que no pa-rece había en mí ni podía tener conocimiento de lo que debo a Dios, ni acuerdo de las mercedes, sino tan em-bobada el alma y puesta no sé en qué, ni cómo, no en malos pensamientos, mas para los buenos estaba tan inhábil, que me reía de mí y gustaba de ver la bajeza de un alma cuando no anda Dios siempre obrando en ella. Bien ve que no está sin Él en este estado, que no es como los grandes trabajos que he dicho tengo algu-nas veces; mas aunque pone leña y hace eso poco que puede de su parte, no hay arder el fuego de amor de Dios.

Harta misericordiasuya es que se ve el humo, para entender que no está del todo muerto. Torna el Señor a encender, que entonces un alma, aunque se quiebre la cabeza en soplar y en concertar los leños, parece que todo lo ahoga más. Creo es lo mejor rendirse del todo a que no puede nada por sí sola, y entender en otras cosas como he dicho- meritorias; porque por ventura la quita el Señor la oración para que entienda en ellas y conozca por experiencia lo poco que puede por sí. 8. Es cierto que yo me he regalado hoy con el Señor y atrevido a quejarme de Su Majestad, y le he dicho: «¿cómo Dios mío, que no basta que me tenéis en esta miserable vida, y que por amor de Vos paso por ello, y quiero vivir adonde todo es embarazos para no go-zaros, sino que he de comer y dormir y negociar y tratar con todos, y todo lo paso por amor de Vos, pues bien sabéis, Señor mío, que me es tormento grandí-simo, y que tan poquitos ratos como me quedan para gozar de Vos os me escondáis? ¿Cómo se compadece esto en vuestra misericordia? ¿Cómo lo puede sufrir el amor que me tenéis? Creo yo, Señor, que si fuera po-sible poderme esconder yo de Vos, como Vos de mí,

Page 124: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 124 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que pienso y creo del amor que me tenéis que no lo sufrierais; mas estáisos Vos conmigo, y veisme siem-pre. ¡No se sufre esto, Señor mío! Suplícoos miréis que se hace agravio a quien tanto os ama». 9. Esto y otras cosas me ha acaecido decir, enten-diendo primero cómo era piadoso el lugar que tenía en el infierno para lo que merecía. Mas algunas veces desatina tanto el amor, que no me siento, sino que en todo mi seso doy estas quejas, y todo me lo sufre el Señor. ¡Alabado sea tan buen Rey! ¡Llegáramos a los de la tierra con estos atrevimientos!… Aun ya al rey no me maravillo que no se ose hablar, que es razón se tema, y a los señores que representan ser cabezas;mas está ya el mundo de manera, que habían de ser más largas las vidas para deprender los puntos y novedades y maneras que hay de crianza, si han de gastar algo de ella en servir a Dios. Yo me santiguo de ver lo que pasa. El caso es que ya yo no sabía cómo vivir cuando aquí me metí; porque no se toma de burla cuando hay descuido en tratar con las gentes mucho más que me-recen, sino que tan de veras lo toman por afrenta, que es menester hacer satisfacciones de vuestra intención, si hay –como digo- descuido; y aun plega a Dios lo crean. 10. Torno a decir que, cierto, yo no sabía cómo vivir, porque se ve una pobre de alma fatigada: ve que la mandan que ocupe siempre el pensamiento en Dios y que es necesario traerle en Él para librarse de muchos peligros; por otro cabo ve que no cumple perder punto en puntos de mundo, so pena de no dejar de dar oca-sión a que se tienten los que tienen su honra puesta en estos puntos.

Traíame fatigada, y nunca acababa de hacer satis-facciones, porque no podía -aunque lo estudiaba- dejar de hacer muchas faltas en esto, que, como digo, no se tiene en el mundo por pequeña.

¿Y es verdad que en las Religiones, que de razón habíamos en estos casos estar disculpados, hay dis-culpa? -No, que dicen que los monasterios ha de ser corte de crianza y de saberla. Yo cierto que no puedo entender esto. He pensado si dijo algún santo que había de ser corte para enseñar a los que quisiesen ser corte-sanos del cielo, y lo han entendido al revés. Porque traer este cuidado quien es razón le traiga continuo en con-tentar a Dios y aborrecer el mundo, que le pueda traer tan grande en contentar a los que viven en él en estas cosas que tantas veces se mudan, no sé cómo. Aun si se pudiera deprender de una vez, pasara; mas aun para tí-tulos de cartas es ya menester haya cátedra, adonde se

lea cómo se ha de hacer -a manera de decir-, porque ya se deja papel de una parte, ya de otra, y a quien no se solía poner magnífico, se ha de poner ilustre. 11. Yo no sé en qué ha de parar, porque aún no he yo cincuenta años, y en lo que he vivido he visto tantas mudanzas, que no sé vivir; pues los que ahora nacen y vivieren muchos, ¿qué han de hacer? Por cierto, yo he lástima a gente espiritual que está obligada a estar en el mundo por algunos santos fines, que es terrible la cruz que en esto llevan. Si se pudiesen concertar todos y hacerse ignorantes y querer que los tengan por tales en estas ciencias, de mucho trabajo se quitarían.12. Mas ¡en qué boberías me he metido! Por tratar en las grandezas de Dios, he venido a hablar de las baje-zas del mundo.

Pues el Señor me ha hecho merced en haberle de-jado, quiero ya salir de él. Allá se avengan los que sustentan con tanto trabajo estas naderías. Plega a Dios que en la otra vida, que es sin mudanzas, no las paguemos. Amén.

CAPÍTULO XXXVIII En que trata de algunas grandes mercedes que el Señor la hizo, así en mostrarle algunos secretos del cielo, como otras grandes visiones y revelaciones que Su Ma-jestad tuvo por bien viese. – Dice los efectos con que la dejaban y el gran aprovecha-miento que quedaba en su alma.

1. Estando una noche tan mala que quería excusarme de tener oración, tomé un rosario por ocuparme vocal-mente, procurando no recoger el entendimiento, aun-que en lo exterior estaba recogida en un oratorio.

Cuando el Señor quiere, poco aprovechan estas di-ligencias. Estuve así bien poco, y vínome un arrebata-miento de espíritu con tanto ímpetu que no hubo poder resistir. Parecíame estar metida en el cielo, y las pri-meras personas que allá vi fue a mi padre y madre, y tan grandes cosas -en tan breve espacio como se podía decir una avemaría- que yo quedé bien fuera de mí, pareciéndome muy demasiada merced.

Esto de en tan breve tiempo, ya puede ser fuese más, sino que se hace muy poco. Temí no fuese alguna ilusión, puesto que no me lo parecía. No sabía qué hacer, porque había gran vergüenza de ir al confesor con esto; y no por humilde, a mi parecer, sino que me parecía había de burlar de mí y decir: que ¡qué San Pablo para ver cosas del cielo, o San Jerónimo! Y por haber tenido estos santos gloriosos cosas de éstas me hacía más temor a mí, y no hacía sino llorar mucho, porque no me parecía llevaba ningún camino. En fin,

Page 125: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 125 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

aunque más sentí, fui al confesor, porque callar cosa jamás osaba, aunque más sintiese en decirla, por el gran miedo que tenía de ser engañada. El, como me vio tan fatigada, que me consoló mucho y dijo hartas cosas buenas para quitarme de pena. 2. Andando más el tiempo, me ha acaecido y acaece esto algunas veces.

Ibame el Señor mostrando más grandes secretos. Porque querer ver el alma más de lo que se representa, no hay ningún remedio, ni es posible, y así no veía más de lo que cada vez quería el Señor mostrarme. Era tanto, que lo menos bastaba para quedar espantada y muy aprovechada el alma para estimar y tener en poco todas las cosas de la vida.

Quisiera yo poder dar a entender algo de lo menos que entendía, y pensando cómo puede ser, hallo que es imposible; porque en sólo la diferencia que hay de esta luz que vemos a la que allá se representa, siendo todo luz, no hay comparación, porque la claridad del sol parece cosa muy desgustada. En fin, no alcanza la imaginación, por muy sutil que sea, a pintar ni trazar cómo será esta luz, ni ninguna cosa de las que el Señor me daba a entender con un deleite tan soberano que no se puede decir. Porque todos los sentidos gozan en tan alto grado y suavidad, que ello no se puede encarecer, y así es mejor no decir más. 3. Había una vez estado así más de una hora mostrán-dome el Señor cosas admirables, que no me parece se quitaba de cabe mí.

Díjome: Mira, hija, qué pierden los que son contra Mí; no dejes de decírselo.

¡Ay, Señor mío, y qué poco aprovecha mi dicho a los que sus hechos los tienen ciegos, si Vuestra Majes-tad no les da luz! A algunas personas, que Vos la ha-béis dado, aprovechádose han de saber vuestras grandezas; mas venlas, Señor mío, mostradas a cosa tan ruin y miserable, que tengo yo en mucho que haya habido nadie que me crea. Bendito sea vuestro nombre y misericordia, que -al menos a mí- conocida mejoría he visto en mi alma.

Después quisiera ella estarse siempre allí y no tor-nar a vivir, porque fue grande el desprecio que me quedó de todo lo de acá: parecíame basura y veo yo cuán bajamente nos ocupamos los que nos detenemos en ello. 4. Cuando estaba con aquella señora que he dicho, me acaeció una vez, estando yo mala del corazón (porque, como he dicho, le he tenido recio, aunque ya no lo es),

como era de mucha caridad, hízome sacar joyas de oro y piedras, que las tenía de gran valor, en especial una de diamantes que apreciaban en mucho. Ella pensó que me alegraran. Yo estaba riéndome entre mí y ha-biendo lástima de ver lo que estiman los hombres, acordándome de lo que nos tiene guardado el Señor, y pensaba cuán imposible me sería, aunque yo conmigo misma lo quisiese procurar, tener en algo a aquellas cosas, si el Señor no me quitaba la memoria de otras.

Esto es un gran señorío para el alma, tan grande que no sé si lo entenderá sino quien lo posee; porque es el propio y natural desasimiento, porque es sin tra-bajo nuestro; todo lo hace Dios, que muestra Su Ma-jestad estas verdades de manera, que quedan tan imprimidas que se ve claro no lo pudiéramos por no-sotros de aquella manera en tan breve tiempo adquirir. 5. Quedóme también poco miedo a la muerte, a quien yo siempre temía mucho. Ahora paréceme facilísima cosa para quien sirve a Dios, porque en un momento se ve el alma libre de esta cárcel y puesta en descanso. Que este llevar Dios el espíritu y mostrarle cosas tan excelentes en estos arrebatamientos, paréceme a mí conforma mucho a cuando sale un alma del cuerpo, que en un instante se ve en todo este bien; dejemos los dolores de cuando se arranca, que hay poco caso que hacer de ellos; y a los que de veras amaren a Dios y hubieren dado de mano a las cosas de esta vida, más suavemente deben de morir. 6. También me parece me aprovechó mucho para co-nocer nuestra verdadera tierra y ver que somos acá peregrinos, y es gran cosa ver lo que hay allá y saber adónde hemos de vivir. Porque si uno ha de ir a vivir de asiento a una tierra, esle gran ayuda, para pasar el trabajo del camino, haber visto que es tierra adonde ha de estar muy a su descanso, y también para considerar las cosas celestiales y procurar que nuestra conversa-ción sea allá; hácese con facilidad. Esto es mucha ga-nancia, porque sólo mirar el cielo recoge el alma; porque, como ha querido el Señor mostrar algo de lo que hay allá, estáse pensando, y acaéceme algunas veces ser los que me acompañan y con los que me consuelo los que sé que allá viven, y parecerme aqué-llos verdaderamente los vivos, y los que acá viven, tan muertos, que todo el mundo me parece no me hace compañía, en especial cuando tengo aquellos ímpetus. 7. Todo me parece sueño lo que veo, y que es burla, con los ojos del cuerpo. Lo que he ya visto con los del alma, es lo que ella desea, y como se ve lejos, éste es

Page 126: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 126 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

el morir. En fin, es grandísima la merced que el Señor hace a quien da semejantes visiones, porque la ayuda mucho, y también a llevar una pesada cruz, porque todo no la satisface, todo le da en rostro. Y si el Señor no permitiese a veces se olvidase, aunque se torna a acordar, no sé cómo se podría vivir. ¡Bendito sea y alabado por siempre jamás!

Plega a Su Majestad, por la sangre que su Hijo derramó por mí, que ya que ha querido entienda algo de tan grandes bienes y que comience en al-guna manera a gozar de ellos, no me acaezca lo que a Lucifer, que por su culpa lo perdió todo. No lo permita por quien Él es, que no tengo poco temor algunas veces; aunque por otra parte, y lo muy or-dinario, la misericordia de Dios me pone seguridad, que, pues me ha sacado de tantos pecados, no que-rrá dejarme de su mano para que me pierda.

Esto suplico yo a vuestra merced siempre le su-plique.

8. Pues no son tan grandes las mercedes dichas, a mi parecer, como ésta que ahora diré, por muchas causas y grandes bienes que de ella me quedaron y gran for-taleza en el alma; aunque, mirada cada cosa por sí, es tan grande, que no hay qué comparar.

9. Estaba un día, víspera del Espíritu Santo, después de misa.

Fuime a una parte bien apartada, adonde yo rezaba muchas veces, y comencé a leer en un Cartujano esta fiesta. Y leyendo las señales que han de tener los que comienzan y aprovechan y los perfectos, para enten-der está con ellos el Espíritu Santo, leídos estos tres estados, parecióme, por la bondad de Dios, que no de-jaba de estar conmigo, a lo que yo podía entender. Estándole alabando y acordándome de otra vez que lo había leído, que estaba bien falta de todo aquello, que lo veía yo muy bien, así como ahora entendía lo con-trario de mí, y así conocí era merced grande la que el Señor me había hecho. Y así comencé a considerar el lugar que tenía en el infierno merecido por mis peca-dos, y daba muchos loores a Dios, porque no me pare-cía conocía mi alma según la veía trocada.

Estando en esta consideración, diome un ímpetu grande, sin entender yo la ocasión. Parecía que el alma se me quería salir del cuerpo, porque no cabía en ella ni se hallaba capaz de esperartanto bien. Era ímpetu tan excesivo, que no me podía valer y, a mi parecer, diferente de otras veces, ni entendía qué había el alma, ni qué quería, que tan alterada estaba. Arriméme, que aun sentada no podía estar, porque la fuerza natural

me faltaba toda. 10. Estando en esto, veo sobre mi cabeza una paloma, bien diferente de las de acá, porque no tenía estas plu-mas, sino las alas de unas conchicas que echaban de sí gran resplandor. Era grande más que paloma. Paré-ceme que oía el ruido que hacía con las alas. Estaría aleando espacio de un avemaría. Ya el alma estaba de tal suerte, que, perdiéndose a sí de sí, la perdió de vista.

Sosegóse el espíritu con tan buen huésped, que, según mi parecer, la merced tan maravillosa le debía de desasosegar y espantar; y como comenzó a gozarla, quitósele el miedo y comenzó la quietud con el gozo, quedando en arrobamiento. 11. Fue grandísima la gloria de este arrobamiento. Quedé lo más de la Pascua tan embobada y tonta, que no sabía qué me hacer, ni cómo cabía en mí tan gran favor y merced. No oía ni veía, a manera de decir, con gran gozo interior. Desde aquel día entendí quedar con grandísimo aprovechamiento en más subido amor de Dios y las virtudes muy más fortalecidas. Sea bendito y alabado por siempre, amén. 12. Otra vez vi la misma paloma sobre la cabeza de un padre de la Orden de Santo Domingo, salvo que me pareció los rayos y resplandor de las mismas alas que se extendían mucho más.Dióseme a entender había de traer almas a Dios. 13. Otra vez vi estar a nuestra Señora poniendo una capa muy blanca al Presentado de esta misma Orden, de quien he tratado algunas veces. Díjome que por el servicio que la había hecho en ayudar a que se hiciese esta casa le daba aquel manto en señal que guardaría su alma en limpieza de ahí adelante y que no caería en pecado mortal. Yo tengo cierto que así fue; porque desde a pocos años murió, y su muerte y lo que vivió fue con tanta penitencia la vida, y la muerte con tanta santidad, que, a cuanto se puede entender, no hay que poner duda. Díjome un fraile que había estado a su muerte, que antes que expirase le dijo cómo estaba con él Santo Tomás. Murió con gran gozo y deseo de salir de estedestierro. Después me ha aparecido algu-nas veces con muy gran gloria y díchome algunas cosas. Tenía tanta oración que, cuando murió, que con la gran flaqueza la quisiera excusar, no podía, porque tenía muchos arrobamientos. Escribióme poco antes que muriese, que qué medio tendría; porque, como acababa de decir misa, se quedaba con arrobamiento

Page 127: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 127 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

mucho rato, sin poderlo excusar. Diole Dios al fin el premio de lo mucho que había servido toda su vida. 14. Del rector de la Compañía de Jesús -que algunas veces he hecho de él mención- he visto algunas cosas de grandes mercedes que el Señor le hacía, que, por no alargar, no las pongo aquí.

Acaecióle una vez un gran trabajo, en que fue muy perseguido, y se vio muy afligido. Estando yo un día oyendo misa, vi a Cristo en la cruz cuando alzaba la Hostia; díjome algunas palabras que le dijese de con-suelo, y otras previniéndole de lo que estaba por venir y poniéndole delante lo que había padecido por él, y que se aparejase para sufrir. Diole esto mucho con-suelo y ánimo, y todo ha pasado después como el Señor me lo dijo. 15. De los de la Orden de este Padre, que es la Com-pañía de Jesús, toda la Orden junta he visto grandes cosas: vilos en el cielo con banderas blancas en las manos algunas veces, y, como digo, otras cosas he visto de ellos de mucha admiración; y así tengo esta Orden en gran veneración, porque los he tratado mucho y veo conforma su vida con lo que el Señor me ha dado de ellos a entender. 16. Estando una noche en oración, comenzó el Señor a decirme algunas palabras trayéndome a la memoria por ellas cuán mala había sido mi vida, que me hacían harta confusión y pena; porque, aunque no van con rigor, hacen un sentimiento y pena que deshacen, y siéntese más aprovechamiento de conocernos con una palabra de éstas que en muchos días que nosotros con-sideremos nuestra miseria, porque trae consigo escul-pida una verdad que no la podemos negar. Representóme las voluntades con tanta vanidad que había tenido, y díjome que tuviese en mucho querer que se pusiese en El voluntad que tan mal se había gastado como la mía, y admitirla Él.

Otras veces me dijo que me acordase cuando pa-rece tenía por honra el ir contra la suya. Otras, que me acordase lo que le debía; que, cuando yo le daba mayor golpe, estaba Él haciéndome mercedes. Si tenía algunas faltas, que no son pocas, de manera me las da Su Majestad a entender, que toda parece me deshago, y como tengo muchas, es muchas veces. Acaecíame reprenderme el confesor, y quererme consolar en la oración y hallar allí la reprensión verdadera. 17. Pues tornando a lo que decía, como comenzó el Señor a traerme a la memoria mi ruin vida, a vuelta

de mis lágrimas (como yo entonces no había hecho nada, a mi parecer), pensé si me quería hacer alguna merced. Porque es muy ordinario, cuando alguna particular merced recibo del Señor, haberme pri-mero deshecho a mí misma, para que vea más claro cuán fuera de merecerlas yo son; pienso lo debe el Señor de hacer.

Desde a un poco, fue tan arrebatado mi espíritu, que casi me pareció estaba del todo fuera del cuerpo; al menos no se entiende que se vive en él. Vi a la Hu-manidad sacratísima con más excesiva gloria que jamás la había visto. Representóseme por una noticia admirable y clara estar metido en los pechos del Padre. Esto no sabré yo decir cómo es, porque sin ver me pareció me vi presente de aquella Divinidad. Quedé tan espantada y de tal manera, que me parece pasaron algunos días que no podía tornar en mí; y siempre me parecía traía presente aquella majestad del Hijo de Dios, aunque no era como la primera. Esto bien lo entendía yo, sino que queda tan esculpido en la imagi-nación, que no lo puede quitar de sí -por en breve que haya pasado- por algún tiempo, y es harto consuelo y aun aprovechamiento. 18. Esta misma visión he visto otras tres veces. Es, a mi parecer, la más subida visión que el Señor me ha hecho merced que vea, y trae consigo grandísimos provechos. Parece que purifica el alma en gran ma-nera, y quita la fuerza casi del todo a esta nuestra sen-sualidad. Es una llama grande, que parece abrasa y aniquila todos los deseos de la vida; porque ya que yo, gloria a Dios, no los tenía en cosas vanas, declaróseme aquí bien cómo era todo vanidad, y cuán vanos, y cuán vanos son los señoríos de acá. Y es un enseñamiento grande para levantar los deseos en la pura verdad. Queda imprimido un acatamiento que no sabré yo decir cómo, mas es muy diferente de lo que acá pode-mos adquirir. Hace un espanto al alma grande de ver cómo osó, ni puede nadie osar, ofender una majestad tan grandísima. 19. Algunas veces habré dicho estos efectos de visio-nes y otras cosas, mas ya he dicho que hay más y menos aprovechamiento; de ésta queda grandísimo.Cuando yo me llegaba a comulgar y me acordaba de aquella majestad grandísima que había visto, y miraba que era el que estaba en el Santísimo Sacramento (y muchas veces quiere el Señor que le vea en la Hostia), los cabellos se me espeluzaban, y toda parecía me ani-quilaba. ¡Oh Señor mío! Mas si no encubrierais vues-tra grandeza, ¿quién osara llegar tantas veces a juntar

Page 128: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 128 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

cosa tan sucia y miserable con tan gran majestad? ¡Bendito seáis, Señor! Alaben os los ángeles y todas las criaturas, que así medís las cosas con nuestra fla-queza, para que, gozando de tan soberanas mercedes, no nos espante vuestro gran poder de manera que aun no las osemos gozar, como gente flaca y miserable. 20. Podríanos acaecer lo que a un labrador, y esto sé cierto que pasó así; hallóse un tesoro, y como era más que cabía en su ánimo, que era bajo, en viéndose con él le dio una tristeza, que poco a poco se vino a morir de puro afligido y cuidadoso de no saber qué hacer de él. Si no le hallara junto, sino que poco a poco se le fueran dando y sustentando con ello, viviera más con-tento que siendo pobre, y no le costara la vida. 21. ¡Oh riqueza de los pobres, y qué admirablemente sabéis sustentar las almas y, sin que vean tan grandes riquezas, poco a poco se las vais mostrando!

Cuando yo veo una majestad tan grande disimulada en cosa tan poca como es la Hostia, es así que después acá a mí me admira sabiduría tan grande, y no sé cómo me da el Señor ánimo ni esfuerzo para llegarme a Él; si Él, que me ha hecho tan grandes mercedes y hace, no me le diese, ni sería posible poderlo disimular, ni dejar de decir a voces tan grandes maravillas. ¿Pues qué sen-tirá una miserable como yo, cargada de abominaciones y que con tan poco temor de Dios ha gastado su vida, de verse llegar a este Señor de tan gran majestad cuando quiere que mi alma le vea? ¿Cómo ha de juntar boca, que tantas palabras ha hablado contra el mismo Señor, a aquel cuerpo gloriosísimo, lleno de limpieza y de pie-dad? Que duele mucho más y aflige al alma, por no le haber servido, el amor que muestra aquel rostro de tanta hermosura con una ternura y afabilidad, que temor pone la majestad que ve en Él.

Mas ¿qué podría yo sentir dos veces que vi esto que diré?. 22. Cierto, Señor mío y gloria mía, que estoy por decir que, en alguna manera, en estas grandes aflicciones que siente mi alma he hecho algo en vuestro servicio. ¡Ay… que no sé qué me digo…, que casi sin hablar yo, escribo ya esto!; porque me hallo turbada y algo fuera de mí, como he tornado a traer a mi memoria estas cosas.

Bien dijera, si viniera de mí este sentimiento, que había hecho algo por Vos, Señor mío. Mas, pues no puede haber buen pensamiento si Vos no le dais, no hay qué me agradecer. Yo soy la deudora, Señor, y Vos el ofendido.

23. Llegando una vez a comulgar, vi dos demonios con los ojos del alma, más claro que con los del cuerpo, con muy abominable figura.

Paréceme que los cuernos rodeaban la garganta del pobre sacerdote, y vi a mi Señor con la majestad que tengo dicha puesto en aquellas manos, en la Forma que me iba a dar, que se veía claro ser ofendedoras suyas; y entendí estar aquel alma en pecado mortal.¿Qué sería, Señor mío, ver vuestra hermosura entre figuras tan abominables? Estaban ellos como amedrentados y espantados delante de Vos, que de buena gana parece que huyeran si Vos los dejarais ir. Diome tan gran turbación, que no sé cómo pude co-mulgar, y quedé con gran temor, pareciéndome que, si fuera visión de Dios, que no permitiera Su Majestad viera yo el mal que estaba en aquel alma. Díjome el mismo Señor que rogase por él, y que lo había permi-tido para que entendiese yo la fuerza que tienen las palabras de la consagración, y cómo no deja Dios de estar allí por malo que sea el sacerdote que las dice, y para que viese su gran bondad, cómo se pone en aque-llas manos de su enemigo, y todo para bien mío y de todos.

Entendí bien cuán más obligados están los sacer-dotes a ser buenos que otros, y cuán recia cosa es tomar este Santísimo Sacramento indignamente, y cuán señor es el demonio del alma que está en pecado mortal. Harto gran provecho me hizo y harto conoci-miento me puso de lo que debía a Dios. Sea bendito por siempre jamás. 24. Otra vez me acaeció así otra cosa que me espantó muy mucho. Estaba en una parte adonde se murió cierta persona que había vivido harto mal, según supe, y muchos años; mas había dos que tenía enfermedad y en algunas cosas parece estaba con enmienda.

Murió sin confesión, mas, con todo esto, no me parecía a mí que se había de condenar. Estando amor-tajando el cuerpo, vi muchos demonios tomar aquel cuerpo, y parecía que jugaban con él, y hacían tam-bién justicias en él, que a mí me puso gran pavor, que con garfios grandes le traían de uno en otro. Como le vi llevar a enterrar con la honra y ceremonias que a todos, yo estaba pensando la bondad de Dios cómo no quería fuese infamada aquel alma, sino que fuese en-cubierto ser su enemiga. 25. Estaba yo medio boba de lo que había visto. En todo el Oficio no vi más demonio. Después, cuando echaron el cuerpo en la sepultura, era tanta la multitud que estaban dentro para tomarle, que yo estaba fuera

Page 129: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 129 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

de mí de verlo, y no era menester poco ánimo para disimularlo. Consideraba qué harían de aquel alma cuando así se enseñoreaban del triste cuerpo. Plu-guiera al Señor que esto que yo vi -¡cosa tan espan-tosa!- vieran todos los que están en mal estado, que me parece fuera gran cosa para hacerlos vivir bien.Todo esto me hace más conocer lo que debo a Dios y de lo que me ha librado. Anduve harto temerosa hast` que lo traté con mi confesor, pensando si era ilusión del demonio para infamar aquel alma, aunque no es-taba tenida por de mucha cristiandad. Verdad es que, aunque no fuese ilusión, siempre me hace temor que se me acuerda. 26. Ya que he comenzado a decir de visiones de difun-tos, quiero decir algunas cosas que el Señor ha sido servido en este caso que vea de algunas almas. Diré pocas, por abreviar y por no ser necesario, digo, para ningún aprovechamiento.

Dijéronme era muerto un nuestro Provincial que había sido, (y cuando murió, lo era de otra Provincia), a quien yo había tratado y debido algunas buenas obras. Era persona de muchas virtudes.

Como lo supe que era muerto, diome mucha turba-ción, porque temí su salvación, que había sido veinte años prelado, cosa que yo temo mucho, cierto, por pa-recerme cosa de mucho peligro tener cargo de almas, y con mucha fatiga me fui a un oratorio. Dile todo el bien que había hecho en mi vida, que sería bien poco, y así lo dije al Señor que supliesen los méritos suyos lo que había menester aquel alma para salir de purga-torio. 27. Estando pidiendo esto al Señor lo mejor que yo podía, parecióme salía del profundo de la tierra a mi lado derecho, y vile subir al cielo con grandísima ale-gría. El era ya bien viejo, mas vile de edad de treinta años, y aun menos me pareció, y con resplandor en el rostro. Pasó muy en breve esta visión; mas en tanto extremo quedé consolada, que nunca me pudo dar más pena su muerte, aunque veía fatigadas personas hartas por él, que era muy bienquisto. Era tanto el consuelo que tenía mi alma, que ninguna cosa se me daba, ni podía dudar en que era buena visión, digo que no era ilusión.

Había no más de quince días que era muerto. Con todo, no descuidé de procurar le encomendasen a Dios y hacerlo yo, salvo que no podía con aquella voluntad que si no hubiera visto esto; porque, cuando así el Señor me lo muestra y después las quiero encomendar a Su Majestad, paréceme, sin poder más, que es como

dar limosna al rico. Después supe -porque murió bien lejos de aquí- la muerte que el Señor le dio, que fue de tan gran edificación, que a todos dejó espantados del conocimiento y lágrimas y humildad con que murió. 28. Habíase muerto una monja en casa, había poco más de día y medio, harto sierva de Dios. Estando diciendo una lección de difuntos una monja, que se decía por ella en el coro, yo estaba en pie para ayu-darla a decir el verso; a la mitad de la lección la vi, que me pareció salía el alma de la parte que la pasada y que se iba al cielo. Esta no fue visión imaginaria como la pasada, sino como otras que he dicho; mas no se duda más que las que se ven. 29. Otra monja se murió en mi misma casa: de hasta dieciocho o veinte años, siempre había sido enferma y muy sierva de Dios, amiga del coro y harto virtuosa. Yo, cierto, pensé no entrara en purgatorio, porque eran muchas las enfermedades que había pasado, sino que le sobraran méritos. Estando en las Horas antes que la enterrasen, habría cuatro horas que era muerta, en-tendí salir del mismo lugar e irse al cielo. 30. Estando en un colegio de la Compañía de Jesús, con los grandes trabajos que he dicho tenía algunas veces y tengo de alma y de cuerpo, estaba de suerte que aun un buen pensamiento, a mi parecer, no podía admitir. Habíase muerto aquella noche un hermano de aquella casa de la Compañía, y estando como podía encomendándole a Dios y oyendo misa de otro padre de la Compañía por él, diome un gran recogimiento y vile subir al cielo con mucha gloria y al Señor con él. Por particular favor entendí era ir Su Majestad con él. 31. Otro fraile de nuestra Orden, harto buen buen fraile, estaba muy malo y, estando yo en misa, me dio un recogimiento y vi cómo era muerto y subir al cielo sin entrar en purgatorio. Murió a aquella hora que yo lo vi, según supe después. Yo me espanté de que no había entrado en purgatorio. Entendí que por haber sido fraile que había guardado bien su profesión, le habían aprovechado las Bulas de la Orden para no en-trar en purgatorio. No entiendo por qué entendí esto. Paréceme debe ser porque no está el ser fraile en el hábito digo en traerle- para gozar del estado de más perfección que es ser fraile. 32. No quiero decir más de estas cosas; porque, como he dicho, no hay para qué, aunque son hartas las que el Señor me ha hecho merced que vea. Mas

Page 130: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 130 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

no he entendido, de todas las que he visto, dejar ningún alma de entrar en purgatorio, si no es la de este Padre y el santo fray Pedro de Alcántara y el padre dominico que queda dicho. De algunos ha sido el Señor servido vea los grados que tienen de gloria, representándoseme en los lugares que se ponen.

Es grande la diferencia que hay de unos a otros.

CAPÍTULO XXXIX Prosigue en la misma materia de decir las grandes mercedes que le ha hecho el Señor. – Trata de cómo le prometió de hacer por las personas que ella le pidiese. – Dice algunas cosas señaladas en que le ha hecho Su Majestad este favor. 1. Estando yo una vez importunando al Señor mucho porque diese vista a una persona que yo tenía obliga-ción, que la había del todo casi perdido, yo teníale gran lástima y temía por mis pecados no me había el Señor de oír. Aparecióme como otras veces y comen-zóme a mostrar la llaga de la mano izquierda, y con la otra sacaba un clavo grande que en ella tenía metido. Parecíame que a vuelta del clavo sacaba la carne. Veíase bien el gran dolor, que me lastimaba mucho, y díjome que quien aquello había pasado por mí, que no dudase sino que mejor haría lo que le pidiese; que Él me prometía que ninguna cosa le pidiese que no la hiciese, que ya sabía Él que yo no pediría sino con-forme a su gloria, y que así haría esto que ahora pedía; que aun cuando no le servía, mirase yo que no le había pedido cosa que no la hiciese mejor que yo lo sabía pedir, que cuán mejor lo haría ahora que sabía le amaba, que no dudase de esto.

No creo pasaron ocho días, que el Señor no tornó la vista a aquella persona. Esto supo mi confesor luego. Ya puede ser no fuese por mi oración; mas yo como había visto esta visión, quedóme una certidum-bre que, por merced hecha a mí, di a Su Majestad las gracias. 2. Otra vez estaba una persona muy enfermo de una enfermedad muy penosa, que por ser no sé de qué he-chura, no la señalo aquí.

Era cosa incomportable lo que había dos meses que pasaba y estaba en un tormento que se despedazaba. Fuele a ver mi confesor, que era el Rector que he dicho, y húbole gran lástima, y díjome que en todo caso le fuese a ver, que era persona que yo lo podía hacer, por ser mi deudo. Yo fui y movióme a tener de él tanta piedad, que comencé muy importunamente a

pedir su salud al Señor. En esto vi claro, a todo mi parecer, la merced que me hizo; porque luego otro día estaba del todo bueno de aquel dolor. 3. Estaba una vez con grandísima pena, porque sabía que una persona, a quien yo tenía mucha obligación, quería hacer una cosa harto contra Dios y su honra, y estaba ya muy determinado a ello.

Era tanta mi fatiga, que no sabía qué hacer. Reme-dio para que lo dejase, ya parecía que no le había. Supliqué a Dios muy de corazón que le pusiese; mas hasta verlo, no podía aliviarse mi pena.

Fuime, estando así, a una ermita bien apartada, que las hay en este monasterio, y estando en una, adonde está Cristo a la Columna, suplicándole me hiciese esta merced, oí que me hablaba una voz muy suave, como metida en un silbo. Yo me espelucé toda, que me hizo temor, y quisiera entender lo que me decía, mas no pude, que pasó muy en breve. Pasado mi temor, que fue presto, quedé con un sosiego y gozo y deleite in-terior, que yo me espanté que sólo oír una voz (que esto oílo con los oídos corporales y sin entender pala-bra) hiciese tanta operación en el alma. En esto vi que se había de hacer lo que pedía, y así fue que se me quitó del todo la pena en cosa que aún no era, como si lo viera hecho, como fue después.

Díjelo a mis confesores, que tenía entonces dos, harto letrados y siervos de Dios. 4. Sabía que una persona que se había determinado a servir muy de veras a Dios y tenido algunos días ora-ción y en ella le hacía Su Majestad muchas merce-des, y que por ciertas ocasiones que había tenido la había dejado, y aún no se apartaba de ellas, y eran bien peligrosas. A mi me dio grandísima pena por ser persona a quien quería mucho y debía. Creo fue más de un mes que no hacía sino suplicar a Dios tornase esta alma a Sí.

Estando un día en oración, vi un demonio cabe mí que hizo unos papeles que tenía en la mano pedazos con mucho enojo. A mí me dio gran consuelo, que me pareció se había hecho lo que pedía; y así fue, que después lo supe que había hecho una confesión con gran contrición, y tornóse tan de veras a Dios, que espero en Su Majestad ha de ir siempre muy adelante. Sea bendito por todo, amén. 5. En esto de sacar nuestro Señor almas de pecados graves por suplicárselo yo, y otras traídolas a más per-fección, es muchas veces. Y de sacar almas de purga-torio y otras cosas señaladas, son tantas las mercedes

Page 131: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 131 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que en esto el Señor me ha hecho, que sería cansarme y cansar a quien lo leyese si las hubiese de decir, y mucho más en salud de almas que de cuerpos. Esto ha sido cosa muy conocida y que de ello hay hartos testigos. Luego luego dábame mucho escrúpulo, por-que yo no podía dejar de creer que el Señor lo hacía por mi oración. Dejemos ser lo principal, por sola su bondad. Mas son ya tantas las cosas y tan vistas de otras personas, que no me da pena creerlo, y alabo a Su Majestad y háceme confusión, porque veo soy más deudora, y háceme -a mi parecer- crecer el deseo de servirle, y avívase el amor. Y lo que más me es-panta es que las que el Señor ve no convienen, no puedo, aunque quiero, suplicárselo, sino con tan poca fuerza y espíritu y cuidado, que, aunque más yo quiero forzarme, es imposible, como otras cosas que Su Majestad ha de hacer, que veo yo que puedo pe-dirlo muchas veces y con gran importunidad. Aunque yo no traiga este cuidado, parece que se me repre-senta delante. 6. Es grande la diferencia de estas dos maneras de pedir, que no sé cómo lo declarar; porque aunque lo uno pido (que no dejo de esforzarme a suplicarlo al Señor, aunque no sienta en mí aquel hervor que en otras, aunque mucho me toquen), es como quien tiene trabada la lengua, que aunque quiera hablar no puede, y si habla, es de suerte que ve que no le entienden; o como quien habla claro y despierto a quien ve que de buena gana le está oyendo. Lo uno se pide, digamos ahora, como oración vocal, y lo otro en contempla-ción tan subida, que se representa el Señor de manera que se entiende que nos entiende y que se huelga Su Majestad de que se lo pidamos y de hacernos merced.

Sea bendito por siempre, que tanto da y tan poco le doy yo. Porque ¿qué hace, Señor mío, quien no se deshace toda por Vos? ¡Y qué de ello, qué de ello, qué de ello -y otras mil veces lo puedo decir-, me falta para esto! Por eso no había de querer vivir (aunque hay otras causas), porque no vivo conforme a lo que os debo. ¡Con qué de imperfecciones me veo! ¡Con qué flojedad en serviros! Es cierto que algunas veces me parece querría estar sin sentido, por no entender tanto mal de mí. Él, que puede, lo remedie.

7. Estando en casa de aquella señora que he dicho, adonde había menester estar con cuidado y conside-rar siempre la vanidad que consigo traen todas las cosas de la vida, porque estaba muy estimada y era muy loada y ofrecíanse hartas cosas a que me pudiera bien apegar, si mirara a mí; mas miraba el que tiene

verdadera vista a no me dejar de su mano. 8. Ahora que digo de «verdadera vista», me acuerdo de los grandes trabajos que se pasan en tratar (perso-nas a quien Dios ha llegado a conocer lo que es ver-dad) en estas cosas de la tierra, adonde tanto se encubre, como una vez el Señor me dijo. Que muchas cosas de las que aquí escribo, no son de mi cabeza, sino que me las decía este mi Maestro celestial. Y porque en las cosas que yo señaladamente digo «esto entendí», o «me dijo el Señor», se me hace escrúpulo grande poner o quitar una sola sílaba que sea; así, cuando puntualmente no se me acuerda bien todo, va dicho como de mío; porque algunas cosas también lo serán; no llamo mío lo que es bueno, que ya sé no hay cosa en mí, sino lo que tan sin merecerlo me ha dado el Señor; sino llamo «dicho de mí», no ser dado a entender en revelación. 9. Mas ¡ay Dios mío, y cómo aun en las espirituales queremos muchas veces entender las cosas por nues-tro parecer, y muy torcidas de la verdad también, como en las del mundo, y nos parece que hemos de tasar nuestro aprovechamiento por los años que tene-mos algún ejercicio de oración, y aun parece quere-mos poner tasa a quien sin ninguna da sus dones cuando quiere, y puede dar en medio año más a uno que a otro en muchos! Y es cosa ésta que la tengo tan vista por muchas personas, que yo me espanto cómo nos podemos detener en esto. 10. Bien creo no estará en este engaño quien tuviere talento de conocer espíritus y le hubiere el Señor dado humildad verdadera; que éste juzga por los efectos y determinaciones y amor, y dale el Señor luz para que lo conozca. Y en esto mira el adelanta-miento y aprovechamiento de las almas, que no en los años; que en medio puede uno haber alcanzado más que otro en veinte. Porque, como digo, dalo el Señor a quien quiere y aun a quien mejor se dis-pone. Porque veo yo venir ahora a esta casa unas doncellas que son de poca edad, y en tocándolas Dios y dándoles un poco de luz y amor -digo en un poco de tiempo que les hizo algún regalo-, no le aguardaron, ni se les puso cosa delante, sin acor-darse del comer, pues se encierran para siempre en casa sin renta, como quien no estima la vida por el que sabe que las ama. Déjanlo todo, ni quieren vo-luntad, ni se les pone delante que pueden tener des-contento en tanto encerramiento y estrechura: todas juntas se ofrecen en sacrificio por Dios.

Page 132: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 132 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

11. ¡Cuán de buena gana les doy yo aquí la ventaja y había de andar avergonzada delante de Dios! Porque lo que Su Majestad no acabó conmigo en tanta multi-tud de años como ha que comencé a tener oración y me comenzó a hacer mercedes, acaba con ellas en tres meses -y aun con alguna en tres días-, con hacerlas muchas menos que a mí, aunque bien las paga Su Ma-jestad. A buen seguro que no están descontentas por lo que por El han hecho. 12. Para esto querría yo se nos acordase de los muchos años a los que los tenemos de profesión y las personas que los tienen de oración, y no para fatigar a los que en poco tiempo van más adelante, con hacerlos tornar atrás para que anden a nuestro paso; y a los que vuelan como águilas con las mercedes que les hace Dios, que-rerlos hacer andar como pollo trabado; sino que pon-gamos los ojos en Su Majestad y, si los viéremos con humildad, darles la rienda; que el Señor que los hace tantas mercedes no los dejará despeñar. Fíanse ellos mismos de Dios, que esto les aprovecha la verdad que conocen de la fe, ¿y no los fiaremos nosotros, sino que queremos medirlos por nuestra medida conforme a nuestros bajos ánimos? No así, sino que, si no alcan-zamos sus grandes efectos y determinaciones, porque sin experiencia se pueden mal entender, humillémo-nos y no los condenemos; que, con parecer que mira-mos su provecho, nos le quitamos a nosotros y perdemos esta ocasión que el Señor pone para humi-llarnos y para que entendamos lo que nos falta, y cuán más desasidas y llegadas a Dios deben estar estas almas que las nuestras, pues tanto Su Majestad se llega a ellas. 13. No entiendo otra cosa ni la querría entender, sino que oración de poco tiempo que hace efectos muy grandes, que luego se entienden (que es imposible que los haya, para dejarlo todo sólo por contentar a Dios, sin gran fuerza de amor), yo la querría más que la de muchos años, que nunca acabó de determinarse más al postrero que al primero a hacer cosa que sea nada por Dios, salvo si unas cositas menudas como sal, que no tienen peso ni tomo –que parece un pájaro se las lle-vara en el pico-, no tenemos por gran efecto y morti-ficación; que de algunas cosas hacemos caso, que hacemos por el Señor, que es lástima las entendamos, aunque se hiciesen muchas.

Yo soy ésta, y olvidaré las mercedes a cada paso. No digo yo que no las tendrá Su Majestad en mucho, según es bueno; mas querría yo no hacer caso de ellas, ni ver que las hago, pues no son nada.

Mas perdonadme, Señor mío, y no me culpéis, que con algo me tengo de consolar, pues no os sirvo en nada, que si en cosas grandes os sirviera, no hiciera caso de las nonadas.

¡Bienaventuradas las personas que os sirven con obras grandes! Si con haberlas yo envidia y desearlo se me toma en cuenta, no quedaría muy atrás en con-tentaros; mas no valgo nada, Señor mío.Ponedme Vos el valor, pues tanto me amáis. 14. Acaecióme un día de estos que con traer un Breve de Roma para no poder tener renta este monasterio, se acabó del todo, que paréceme ha costado algún trabajo. Estando consolada de verlo así concluido y pensando los que había tenido y alabando al Señor que en algo se había querido servir de mí, comencé a pensar las cosas que había pasado. Y es así que en cada una de las que parecía eran algo, que yo había hecho, hallaba tantas faltas e imperfecciones, y a veces poco ánimo, y muchas poca fe; porque hasta ahora, que todo lo veo cumplido cuanto el Señor me dijo de esta casa se había de hacer, nunca determina-damente lo acababa de creer, ni tampoco lo podía dudar. No sé cómo era esto. Es que muchas veces, por una parte me parecía imposible, por otra no lo podía dudar, digo creer que no se había de hacer. En fin, hallé lo bueno haberlo el Señor hecho todo de su parte, y lo malo yo; y así dejé de pensar en ello, y no querría se me acordase por no tropezar con tantas faltas mías. Bendito sea Él, que de todas saca bien, cuando es servido, amén. 15. Pues digo que es peligroso ir tasando los años que se han tenido de oración, que aunque haya hu-mildad, parece puede quedar un no sé qué de parecer se merece algo por lo servido. No digo yo que no lo merecen y les será bien pagado; mas cualquier espi-ritual que le parezca que por muchos años que haya tenido oración merece estos regalos de espíritu, tengo yo por cierto que no subirá a la cumbre de él. ¿No es harto que haya merecido le tenga Dios de su mano para no le hacer las ofensas que antes que tu-viese oración le hacía, sino que le ponga pleito por sus dineros, como dicen? No me parece profunda humildad. Ya puede ser lo sea; mas yo por atrevi-miento lo tengo; pues yo, con tener poca humildad, no me parece jamás he osado. Ya puede ser que, como nunca he servido, no he pedido; por ventura si lo hubiera hecho, quisiera más que todos me lo pa-gara el Señor.

Page 133: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 133 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

16. No digo yo que no va creciendo un alma y que no se lo dará Dios, si la oración ha sido humilde; mas que se olviden estos años, que es todo asco cuanto podemos hacer, en comparación de una gota de san-gre de las que el Señor por nosotros derramó. Y si con servir más quedamos más deudores, ¿qué es esto que pedimos, pues si pagamos un maravedí de la deuda, nos tornan a dar mil ducados? Que, por amor de Dios, dejemos estos juicios, que son suyos. Estas comparaciones siempre son malas, aun en cosas de acá; pues ¿qué será en lo que sólo Dios sabe? Y lo mostró bien Su Majestad cuando pagó tanto a los postreros como a los primeros. 17. Es en tantas veces las que he escrito estas tres hojas y en tantos días – porque he tenido y tengo, como he dicho, poco lugar-, que se me había olvidado lo que comencé a decir, que era esta visión:

Vime estando en oración en un gran campo a solas. En rededor de mí mucha gente de diferentes maneras que me tenían rodeada.

Todas me parece tenían armas en las manos para ofenderme: unas, lanzas; otras, espadas; otras, dagas y otras, estoques muy largos. En fin, yo no podía salir por ninguna parte sin que me pusiese a peligro de muerte, y sola, sin persona que hallase de mi parte. Estando mi espíritu en esta aflicción, que no sabía qué me hacer, alcé los ojos al cielo, y vi a Cristo, no en el cielo, sino bien alto de mí en el aire, que tendía la mano hacia mí, y desde allí me favorecía de manera que yo no temía toda la otra gente, ni ellos, aunque querían, me podían hacer daño. 18. Parece sin fruto esta visión, y hame hecho grandí-simo provecho, porque se me dio a entender lo que significaba. Y poco después me vi casi en aquella ba-tería y conocí ser aquella visión un retrato del mundo, que cuanto hay en él parece tiene armas para ofender a la triste alma. Dejemos los que no sirven mucho al Señor, y honras y haciendas y deleites y otras cosas semejantes, que está claro que, cuando no se cata, se ve enredada, al menos procuran todas estas cosas en-redar; mas amigos, parientes y, lo que más me espanta, personas muy buenas, de todo me vi después tan apre-tada, pensando ellos que hacían bien, que yo no sabía cómo me defender ni qué hacer. 19. ¡Oh, válgame Dios! si dijese de las maneras y di-ferencias de trabajos que en este tiempo tuve, aun des-pués de lo que atrás queda dicho, ¡cómo sería harto aviso para del todo aborrecerlo todo!

Fue la mayor persecución -me parece- de las que he pasado. Digo que me vi a veces de todas partes tan apretada, que sólo hallaba remedio en alzar los ojos al cielo y llamar a Dios. Acordábame bien de lo que había visto en esta visión. E hízome harto gran prove-cho para no confiar mucho de nadie, porque no le hay que sea estable sino Dios. Siempre en estos trabajos grandes me enviaba el Señor, como me lo mostró, una persona de su parte que me diese la mano, como me lo había mostrado en esta visión, sin ir asida a nada más de a contentar al Señor; que ha sido para sustentar esa poquita de virtud que yo tenía en desearos servir. ¡Seáis bendito por siempre!

20. Estando una vez muy inquieta y alborotada, sin poder recogerme, y en batalla y contienda, yéndo-seme el pensamiento a cosas que no eran perfectas -aún no me parece estaba con el desasimiento que suelo-, como me vi así tan ruin, tenía miedo si las mercedes que el Señor me había hecho eran ilusio-nes. Estaba, en fin, con una oscuridad grande de alma. Estando con esta pena, comenzóme a hablar el Señor y díjome que no me fatigase, que en verme así entendería la miseria que era, si Él se apartaba de mí, y que no había seguridad mientras vivíamos en esta carne. Dióseme a entender cuán bien empleada es esta guerra y contienda por tal premio, y parecióme tenía lástima el Señor de los que vivimos en el mundo. Mas que no pensase yo me tenía olvidada, que jamás me dejaría, mas que era menester hiciese yo lo que es en mí. Esto me dijo el Señor con una piedad y regalo, y con otras palabras en que me hizo harta merced, que no hay para qué decirlas. 21. Estas me dice Su Majestad muchas veces, mos-trándome gran amor: Ya eres mía y Yo soy tuyo.

Las que yo siempre tengo costumbre de decir, y a mi parecer las digo con verdad, son: ¿Qué se me da, Señor, a mí de mí, sino de Vos? Son para mí estas palabras y regalos tan grandísima confusión, cuando me acuerdo la que soy, que como he dicho creo otras veces y ahora lo digo algunas a mi confesor, más ánimo me parece es menester para recibir estas mer-cedes, que para pasar grandísimos trabajos. Cuando pasa, estoy casi olvidada de mis obras, sino un repre-sentárseme que soy ruin, sin discurso de entendi-miento, que también me parece a veces sobrenatural. 22. Viénenme algunas veces unas ansias de comulgar tan grandes, que no sé si se podría encarecer. Acae-cióme una mañana que llovía tanto, que no parece

Page 134: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 134 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

hacía para salir de casa. Estando yo fuera de ella, yo estaba ya tan fuera de mí con aquel deseo, que aunque me pusieran lanzas a los pechos, me parece entrara por ellas, cuánto más agua. Como llegué a la iglesia, diome un arrobamiento grande: parecióme vi abrir los cielos, no una entrada como otras veces he visto. Re-presentóseme el trono que dije a vuestra merced he visto otras veces, y otro encima de él, adonde por una noticia que no sé decir, aunque no lo vi, entendí estar la Divinidad. Parecíame sostenerle unos animales; a mí me parece he oído una figura de estos animales; pensé si eran los evangelistas.

Mas cómo estaba el trono, ni qué estaba en él, no lo vi, sino muy gran multitud de ángeles. Parecié-ronme sin comparación con muy mayor hermosura que los que en el cielo he visto. He pensado si son serafines o querubines, porque son muy diferentes en la gloria, que parecía tener inflamamiento: es grande la diferencia, como he dicho. Y la gloria que entonces en mí sentí no se puede escribir ni aun decir, ni la podrá pensar quien no hubiere pasado por esto.

Entendí estar allí todo junto lo que se puede desear, y no vi nada.

Dijéronme, y no sé quién, que lo que allí podía hacer era entender que no podía entender nada, y mirar lo nonada que era todo en comparación de aquello. Es así que se afrentaba después mi alma de ver que pueda parar en ninguna cosa criada, cuánto más aficionarse a ella, porque todo me pa-recía un hormiguero. 23. Comulgué y estuve en la misa, que no sé cómo pude estar.

Parecióme había sido muy breve espacio. Espantéme cuando dio el reloj y vi que eran dos horas las que había estado en aquel arrobamiento y gloria. Espantábame des-pués, cómo en llegando a este fuego, que parece viene de arriba, de verdadero amor de Dios (porque aunque más lo quiera y procure y me deshaga por ello, si no es cuando Su Majestad quiere, como he dicho otras veces, no soy parte para tener una centella de él), parece que consume el hombre viejo de faltas y tibieza y miseria; y a manera de como hace el ave fénix -según he leído- y de la misma ceniza, después que se quema, sale otra, así queda hecha otra el alma después con diferentes deseos y fortaleza grande. No parece es la que antes, sino que comienza con nueva puridad el camino del Señor.

Suplicando yo a Su Majestad fuese así, y que de nuevo comenzase a servirle, me dijo: Buena compara-ción has hecho; mira no se te olvide para procurar mejo-rarte siempre.

24. Estando una vez con la misma duda que poco ha dije, si eran estas visiones de Dios, me apareció el Señor y me dijo con rigor: ¡Oh hijos de los hom-bres! ¿Hasta cuándo seréis duros de corazón? Que una cosa examinase bien en mí: si del todo estaba dada por suya, o no; que si lo estaba y lo era, que creyese no me dejaría perder.

Yo me fatigué mucho de aquella exclamación. Con gran ternura y regalo me tornó a decir que no me fatigase, que ya sabía que por mí no faltaría de ponerme a todo lo que fuese su servicio; que se haría todo lo que yo quería (y así se hizo lo que entonces le suplicaba); que mirase el amor que se iba aumentando en mí cada día para amarle, que en esto vería no ser demonio; que no pensase que consentía Dios tuviese tanta parte el demonio en las almas de sus siervos y que te pudiese dar la claridad de entendimiento y quietud que tienes. Diome a entender que habiéndome dicho tantas personas, y tales, que era Dios, que haría mal en no creerlo. 25. Estando una vez rezando el salmo de Quicum-que vult, se me dio a entender la manera cómo era un solo Dios y tres Personas tan claro, que yo me espanté y consolé mucho. Hízome grandísimo pro-vecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas, y para cuando pienso o se trata de la Santísima Trinidad, parece entiendo cómo puede ser, y esme mucho contento. 26. Un día de la Asunción de la Reina de los An-geles y Señora nuestra, me quiso el Señor hacer esta merced, que en un arrobamiento se me repre-sentó su subida al cielo, y la alegría y solemnidad con que fue recibida y el lugar adonde está. Decir cómo fue esto, yo no sabría. Fue grandísima la gloria que mi espíritu tuvo de ver tanta gloria. Quedé con grandes efectos, y aprovechóme para desear más pasar grandes trabajos, y quedóme gran deseo de servir a esta Señora, pues tanto me-reció. 27. Estando en un Colegio de la Compañía de Jesús, y estando comulgando los hermanos de aquella casa, vi un palio muy rico sobre sus cabe-zas. Esto vi dos veces. Cuando otras personas co-mulgaban, no lo veía.

Page 135: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 135 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

CAPÍTULO XL Prosigue en la misma materia de decir las grandes mercedes que el Señor la ha hecho. – De algunas se puede tomar harto buena doctrina, que éste ha sido, según ha dicho, su principal intento, después de obedecer: poner las que son para provecho de las almas. – Con este capítulo se acaba el discurso de su vida que escribió. – Sea para gloria del Señor, amén. 1. Estando una vez en oración, era tanto el deleite que en mí sentía, que, como indigna de tal bien, comencé a pensar en cómo merecía mejor estar en el lugar que yo había visto estar para mí en el infierno, que, como he dicho, nunca olvido de la manera que allí me vi.Comenzóse con esta consideración a inflamar más mi alma, y vínome un arrebatamiento de espíritu de suerte que yo no lo sé decir. Parecióme estar metido y lleno de aquella majestad que he entendido otras veces. En esta majestad se me dio a entender una verdad, que es cumplimiento de todas las verdades. No sé yo decir cómo, porque no vi nada.

Dijéronme, sin ver quién, mas bien entendí ser la misma Verdad: No es poco esto que hago por ti, que una de las cosas es en que mucho me debes. Porque todo el daño que viene al mundo es no conocer las verdades de la Escritura con clara verdad. No faltará una tilde de ella.

A mí me pareció que siempre yo había creído esto, y que todos los fieles lo creían. Díjome: ¡Ay, hija, qué pocos me aman de verdad! que si me amasen, no les encubriría Yo mis secretos. ¿Sabes qué es amarme con verdad? Entender que todo es mentira lo que no es agradable a mí. Con claridad verás esto que ahora no entiendes, en lo que aprovecha a tu alma. 2. Y así lo he visto, sea el Señor alabado, que después acá tanta vanidad y mentira me parece lo que yo no veo va guiado al servicio de Dios, que no lo sabría yo decir como lo entiendo, y la lástima que me hacen los que veo con la oscuridad que están en esta verdad, y con esto otras ganancias que aquí diré y muchas no sabré decir.

Díjome aquí el Señor una particular palabra de grandísimo favor. Yo no sé cómo esto fue, porque no vi nada; mas quedé de una suerte que tampoco sé decir, con grandísima fortaleza, y muy de veras para cumplir con todas mis fuerzas la más pequeña parte de la Escritura divina. Paréceme que ninguna cosa se me pondría delante que no pasase por esto. 3. Quedóme una verdad de esta divina Verdad que se me representó, sin saber cómo ni qué, esculpida, que

me hace tener un nuevo acatamiento a Dios, porque da noticia de su majestad y poder, de una manera que no se puede decir. Sé entender que es una gran cosa.

Quedóme muy gran gana de no hablar sino cosas muy verdaderas, que vayan adelante de lo que acá se trata en el mundo, y así comencé a tener pena de vivir en él. Dejóme con gran ternura y regalo y humildad. Paréceme que, sin entender cómo, me dio el Señor aquí mucho. No me quedó ninguna sospecha de que era ilusión. No vi nada, mas entendí el gran bien que hay en no hacer caso de cosas que no sea para llegar-nos más a Dios, y así entendí qué cosa es andar un alma en verdad delante de la misma Verdad.

Esto que entendí, es darme el Señor a entender que es la misma Verdad. 4. Todo lo que he dicho entendí hablándome algunas veces, y otras sin hablarme, con más claridad algunas cosas que las que por palabra se me decían. Entendí grandísimas verdades sobre esta Verdad, más que si muchos letrados me lo hubieran enseñado.

Paréceme que en ninguna manera me pudiera im-primir así, ni tan claramente se me diera a entender la vanidad de este mundo.

Esta verdad que digo se me dio a entender, es en sí misma verdad, y es sin principio ni fin, y todas las demás verdades dependen de esta verdad, como todos los demás amores de este amor, y todas las demás grandezas de esta grandeza, aunque esto va dicho os-curo para la claridad con que a mí el Señor quiso se me diese a entender. ¡Y cómo se parece el poder de esta Majestad, pues en tan breve tiempo deja tan gran ganancia y tales cosas imprimidas en el alma!

¡Oh Grandeza y Majestad mía! ¿Qué hacéis, Señor mío todopoderoso? ¡Mirad a quién hacéis tan sobera-nas mercedes! ¿No os acordáis que ha sido esta alma un abismo de mentiras y piélago de vanidades y todo por mi culpa, que con haberme Vos dado natural de aborrecer el mentir, yo misma me hice tratar en mu-chas cosas mentira? ¿Cómo se sufre, Dios mío, cómo se compadece tan gran favor y merced, a quien tan mal os lo ha merecido?5. Estando una vez en las Horas con todas, de presto se recogió mi alma, y parecióme ser como un espejo claro toda, sin haber espaldas ni lados ni alto ni bajo que no estuviese toda clara, y en el centro de ella se me representó Cristo nuestro Señor, como le suelo ver. Parecíame en todas las partes de mi alma le veía claro como en un espejo, y también este espejo -yo no sé decir cómo- se esculpía todo en el mismo Señor por una comunicación que yo no sabré decir,

Page 136: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 136 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

muy amorosa.Sé que me fue esta visión de gran provecho, cada

vez que se me acuerda, en especial cuando acabo de comulgar. Dióseme a entender que estar un alma en pecado mortal es cubrirse este espejo de gran niebla y quedar muy negro, y así no se puede representar ni ver este Señor, aunque esté siempre presente dándonos el ser. Y que los herejes es como si el espejo fuese que-brado, que es muy peor que oscurecido. Es muy dife-rente el cómo se ve, a decirse, porque se puede mal dar a entender. Mas hame hecho mucho provecho y gran lástima de las veces que con mis culpas oscurecí mi alma para no ver este Señor. 6. Paréceme provechosa esta visión para personas de recogimiento, para enseñarse a considerar al Señor en lo muy interior de su alma, que es consideración que más se apega, y muy más fructuosa que fuera de sí -como otras veces he dicho- y en algunos libros de oración está escrito, adónde se ha de buscar a Dios. En especial lo dice el glorioso San Agustín, que ni en las plazas, ni en los contentos ni por ninguna parte que le buscaba, le hallaba como dentro de sí. Y esto es muy claro ser mejor. Y no es menester ir al cielo, ni más lejos que a nosotros mismos, porque es cansar el espí-ritu y distraer el alma y no con tanto fruto. 7. Una cosa quiero avisar aquí, porque si alguno la tu-viere; que acaece en gran arrobamiento que, pasado aquel rato que el alma está en unión (que del todo tiene absortas las potencias, y esto dura poco, como he dicho), quedarse el alma recogida y aun en lo exterior no poder tornar en sí, mas quedan las dos potencias, memoria y entendimiento, casi con frenesí, muy desa-tinadas. Esto digo que acaece alguna vez, en especial a los principios. Pienso si procede de que no puede sufrir nuestra flaqueza natural tanta fuerza de espíritu, y en-flaquece la imaginación. Tendría por bueno que se for-zasen a dejar por entonces la oración y la cobrasen en otro tiempo aquel que pierden, que no sea junto, porque podrá venir a mucho mal. Y de esto hay experiencia y de cuán acertado es mirar lo que puede nuestra salud.8. En todo es menester experiencia y maestro, porque, llegada el alma a estos términos, muchas cosas se ofrecerán que es menester con quién tratarlo. Y si bus-cado no le hallare, el Señor no le faltará, pues no me ha faltado a mí, siendo la que soy. Porque creo hay pocos que hayan llegado a la experiencia de tantas cosas; y si no la hay, es por demás dar remedio sin inquietar y afligir. Mas esto también tomará el Señor en cuenta, y por esto es mejor tratarlo (como ya he

dicho otras veces y aun todo lo que ahora digo, sino que no se me acuerda bien y veo importa mucho), en especial si son mujeres, con su confesor, y que sea tal; y hay muchas más que hombres a quien el Señor hace estas mercedes, y esto oí al santo Fray Pedro de Alcán-tara (y también lo he visto yo), que decía aprovecha-ban mucho más en este camino que hombres, y daba de ello excelentes razones, que no hay para qué las decir aquí, todas en favor de las mujeres.9. Estando una vez en oración, se me representó muy en breve (sin ver cosa formada, mas fue una represen-tación con toda claridad), cómo se ven en Dios todas las cosas y cómo las tiene todas en Sí. Saber escribir esto, yo no lo sé, mas quedó muy imprimido en mi alma, y es una de las grandes mercedes que el Señor me ha hecho y de las que más me han hecho confundir y avergonzar, acordándome de los pecados que he hecho.

Creo, si el Señor fuera servido viera esto en otro tiempo y si lo viesen los que le ofenden, que no ten-drían corazón ni atrevimiento para hacerlo. Pare-cióme, ya digo sin poder afirmarme en que vi nada, mas algo se debe ver, pues yo podré poner esta com-paración, sino que es por modo tan sutil y delicado, que el entendimiento no lo debe alcanzar, o yo no me sé entender en estas visiones, que no parecen imagina-rias, y en algunas algo de esto debe haber; sino que, como son en arrobamiento, las potencias no lo saben después formar como allí el Señor se lo representa y quiere que lo gocen. 10. Digamos ser la Divinidad como un muy claro dia-mante, muy mayor que todo el mundo, o espejo, a ma-nera de lo que dije del alma en estotra visión, salvo que es por tan más subida manera, que yo no lo sabré encarecer; y que todo lo que hacemos se ve en ese diamante, siendo de manera que él encierra todo en sí, porque no hay nada que salga fuera de esta grandeza. Cosa espantosa me fue en tan breve espacio ver tantas cosas juntas aquí en este claro diamante, y lastimosí-sima, cada vez que se me acuerda, ver que cosas tan feas se representaban en aquella limpieza de claridad, como eran mis pecados. Y es así que, cuando se me acuerda, yo no sé cómo lo puedo llevar, y así quedé entonces tan avergonzada, que no sabía, me parece, adónde me meter.

¡Oh, quién pudiese dar a entender esto a los que muy deshonestos y feos pecados hacen, para que se acuerden que no son ocultos, y que con razón los siente Dios, pues tan presentes a la Majestad pasan, y tan desacatadamente nos habemos delante de Él! Vi

Page 137: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 137 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

cuán bien se merece el infierno por una sola culpa mortal, porque no se puede entender cuán gravísima cosa es hacerla delante de tan gran Majestad, y qué tan fuera de quien Él es son cosas semejantes. Y así se ve más su misericordia, pues entendiendo nosotros todo esto, nos sufre. 11. Hame hecho considerar si una cosa como ésta así deja espantada el alma, ¿qué será el día del juicio cuando esta Majestad claramente se nos mostrará, y ve-remos las ofensas que hemos hecho? ¡Oh, válgame Dios, qué ceguera es ésta que yo he traído! Muchas veces me he espantado en esto que he escrito. Y no se espante vuestra merced sino cómo vivo viendo estas cosas y mirándome a mí. ¡Sea bendito por siempre quien tanto me ha sufrido! 12. Estando una vez en oración con mucho recogi-miento y suavidad y quietud, parecíame estar rodeada de ángeles y muy cerca de Dios. Comencé a suplicar a Su Majestad por la Iglesia. Dióseme a entender el gran provecho que había de hacer una Orden en los tiempos postreros, y con la fortaleza que los de ella han de sus-tentar la fe. 13. Estando una vez rezando cerca del Santísimo Sacra-mento, aparecióme un santo cuya Orden ha estado algo caída. Tenía en las manos un libro grande. Abrióle y díjome que leyese una letras que eran grandes y muy legibles y decían así: En los tiempos advenideros flore-cerá esta Orden; habrá muchos mártires. 14. Otra vez, estando en Maitines en el coro, se me re-presentaron y pusieron delante seis o siete -me parece serían- de esta Orden, con espadas en las manos. Pienso que se da en esto a entender han de defender la fe. Por-que otra vez, estando en oración, se arrebató mi espí-ritu: parecióme estar en un gran campo, adonde se combatían muchos, y éstos de esta Orden peleaban con gran hervor. Tenían los rostros hermosos y muy encen-didos, y echaban muchos en el suelo vencidos, otros mataban. Parecíame esta batalla contra los herejes.

15. A este glorioso Santo he visto algunas veces, y me ha dicho algunas cosas y agradecídome la oración que hago por su Orden y prometido de encomendarme al Señor. No señalo las Ordenes (si el Señor es servido se sepa, las declarará), porque no se agravien otras. Mas cada Orden había de procurar, o cada uno de ellas por sí, que por sus medios hiciese el Señor tan dichosa su Orden que, en tan gran necesidad como ahora tiene

la Iglesia, le sirviesen. ¡Dichosas vidas que en esto se acabaren!

16. Rogóme una persona una vez que suplicase a Dios le diese a entender si sería servicio suyo tomar un obispado. Díjome el Señor, acabando de comulgar: Cuando entendiere con toda verdad y claridad que el verdadero señorío es no poseer nada, entonces le podrá tomar; dando a entender que ha de estar muy fuera de desearlo ni quererlo quien hubiere de tener prelacías, o al menos de procurarlas. 17. Estas mercedes y otras muchas ha hecho el Señor y hace muy continuo a esta pecadora, que me parece no hay para qué las decir; pues por lo dicho se puede entender mi alma, y el espíritu que me ha dado el Señor. Sea bendito por siempre, que tanto cuidado ha tenido de mí. 18. Díjome una vez, consolándome, que no me fati-gase (esto con mucho amor), que en esta vida no po-díamos estar siempre en un ser; que unas veces tendría hervor y otras estaría sin él; unas con desasosiegos y otras con quietud y tentaciones, mas que esperase en El y no temiese.

19. Estaba un día pensando si era asimiento darme contento estar con las personas que trato mi alma y tenerlos amor, y a los que yo veo muy siervos de Dios, que me consolaba con ellos. Me dijo que si un en-fermo que estaba en peligro de muerte le parece le da salud un médico, que no era virtud dejárselo de agra-decer y no le amar; que qué hubiera hecho si no fuera por estas personas; que la conversación de los buenos no dañaba, mas que siempre fuesen mis palabras pe-sadas y santas, y que no los dejase de tratar, que antes sería provecho que daño. Consolóme mucho esto, por-que algunas veces, pareciéndome asimiento, quería del todo no tratarlos.

Siempre en todas las cosas me aconsejaba este Señor, hasta decirme cómo me había de haber con los flacos y con algunas personas. Jamás se des-cuida de mí.

20. Algunas veces estoy fatigada de verme para tan poco en su servicio y de ver que por fuerza he de ocu-par el tiempo en cuerpo tan flaco y ruin como el mío más de lo que yo querría. Estaba una vez en oración y vino la hora de ir a dormir, y yo estaba con hartos dolores y había de tener el vómito ordinario. Como me vi tan atada de mí y el espíritu por otra parte queriendo

Page 138: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 138 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

tiempo para sí, vime tan fatigada, que comencé a llo-rar mucho y a afligirme.

Esto no es sola una vez, sino -como digo- muchas, que me parece me daba un enojo contra mí misma, que en forma por entonces me aborrezco. Mas lo continuo es entender de mí que no me tengo aborrecida, ni falto a lo que veo me es necesario. Y plega al Señor que no tome muchas más de lo que es menester, que sí debo hacer.

Esta que digo, estando en esta pena, me apareció el Señor y regaló mucho, y me dijo que hiciese yo estas cosas por amor de El y lo pasase, que era menester ahora mi vida. Y así me parece que nunca me vi en pena después que estoy determinada a servir con todas mis fuerzas a este Señor y consolador mío, que, aunque me dejaba un poco padecer, no me con-solaba de manera que no hago nada en desear traba-jos.

Y así ahora no me parece hay para qué vivir sino para esto, y lo que más de voluntad pido a Dios. Dígole algunas veces con toda ella:

«Señor, o morir o padecer; no os pido otra cosa para mí». Dame consuelo oír el reloj, porque me parece me allego un poquito más para ver a Dios de que veo ser pasada aquella hora de la vida. 21. Otras veces estoy de manera, que ni siento vivir ni me parece he gana de morir, sino con una tibieza y oscuridad en todo, como he dicho que tengo mu-chas veces, de grandes trabajos, y con haber que-rido el Señor se sepan en público estas mercedes que Su Majestad me hace, como me lo dijo algunos años ha, que lo habían de ser, que me fatigué yo harto, y hasta ahora no he pasado poco, como vues-tra merced sabe, porque cada uno lo toma como le parece; consuelo me ha sido no ser por mi culpa. Porque en no lo decir sino a mis confesores o a per-sonas que sabía de ellos lo sabían, he tenido gran aviso y extremo; y no por humildad, sino porque, como he dicho, aun a los mismos confesores me daba pena decirlo.

Ahora ya, gloria a Dios, aunque mucho me mur-muran, y con buen celo, y otros temen tratar con-migo y aun confesarme, y otros me dicen hartas cosas, como entiendo que por este medio ha querido el Señor remediar muchas almas (porque lo he visto claro, y me acuerdo de lo mucho que por una sola pasara el Señor), muy poco se me da de todo.

No sé si es parte para esto haberme Su Majestad metido en este rinconcito tan encerrado, y adonde ya, como cosa muerta, pensé no hubiera más memoria de mí. Mas no ha sido tanto como yo quisiera, que for-

zado he de hablar algunas personas. Mas, como no estoy adonde me vean, parece ya fue el Señor servido echarme a un puerto, que espero en Su Majestad será seguro, 22. Por estar ya fuera de mundo y entre poca y santa compañía.

Miro como desde lo alto, y dáseme ya bien poco de que digan, ni se sepa. En más tendría se aprovechase un tantito un alma, que todo lo que de mí se puede decir. Que después que estoy aquí, ha sido el Señor servido que todos mis deseos paren en esto; y hame dado una manera de sueño en la vida, que casi siempre me parece estoy soñando lo que veo; ni contento ni pena, que sea mucha, no la veo en mí. Si alguna me dan algunas cosas, pasa con tanta brevedad, que yo me maravillo, y deja el sentimiento como una cosa que soñó.

Y esto es entera verdad, que aunque después yo quiera holgarme de aquel contento o pesarme de aque-lla pena, no es en mi mano, sino como lo sería a una persona discreta tener pena o gloria de un sueño que soñó. Porque ya mi alma la despertó el Señor de aque-llo que, por no estar yo mortificada ni muerta a las cosas del mundo, me había hecho sentimiento, y no quiere Su Majestad que se torne a cegar. 23. De esta manera vivo ahora, señor y padre mío. Suplique vuestra merced a Dios, o me lleve consigo, o me dé cómo le sirva. Plega a Su Majestad esto que aquí va escrito haga a vuestra merced algún provecho, que, por el poco lugar, ha sido con trabajo; mas di-choso sería el trabajo, si he acertado a decir algo que sola una vez se alabe por ello el Señor, que con esto me daría por pagada, aunque vuestra merced luego lo queme. 24. No querría fuese sin que lo viesen las tres per-sonas que vuestra merced sabe, pues son y han sido confesores míos. Porque, si va mal, es bien pierdan la buena opinión que tienen de mí; si va bien, son buenos y letrados, sé que verán de dónde viene y alabarán a quien lo ha dicho por mí.

Su Majestad tenga siempre a vuestra merced de su mano y le haga tan gran santo, que con su espí-ritu y luz alumbre esta miserable, poco humilde y muy atrevida, que se ha osado determinar a escribir cosas tan subidas. Plega al Señor no haya en ello errado, teniendo intención y deseo de acertar y obe-decer, y que por mí se alabase en algo el Señor, que es lo que ha muchos años que le suplico. Y como

Page 139: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 139 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

me faltan para esto las obras, heme atrevido a con-certar esta mi desbaratada vida, aunque no gastando en ello más cuidado ni tiempo de lo que ha sido menester para escribirla, sino poniendo lo que ha pasado por mí con toda la llaneza y verdad que yo he podido.

Plega al Señor, pues es poderoso y si quiere puede, quiera que en todo acierte yo a hacer su vo-luntad, y no permita se pierda esta alma que con

tantos artificios y maneras y tantas veces ha sacado Su Majestad del infierno y traído a Sí. Amén.

EPÍLOGO

Jhs 1. El Espíritu Santo sea siempre con vuestra merced, amén.

No sería malo encarecer a vuestra merced este ser-vicio, por obligarle a tener mucho cuidado de enco-mendarme a nuestro Señor, que según lo que he pasado en verme escrita y traer a la memoria tantas miserias mías, bien podría; aunque con verdad puedo decir que he sentido más en escribir las mercedes que el Señor me ha hecho, que las ofensas que yo a Su Majestad. 2. Yo he hecho lo que vuestra merced me mandó en alargarme, a condición que vuestra merced haga lo que me prometió en romper lo que mal le pareciere. No había acabado de leerlo después de escrito, cuando vuestra merced envía por él. Puede ser vayan algunas cosas mal declaradas y otras puestas dos veces; por-que ha sido tan poco el tiempo que he tenido, que no podía tornar a ver lo que escribía. Suplico a vuestra

merced lo enmiende y mande trasladar, si se ha de llevar al Padre Maestro Avila, porque podría ser cono-cer alguien la letra. Yo deseo harto se dé orden en cómo lo vea, pues con ese intento lo comencé a escri-bir. Porque, como a él le parezca voy por buen ca-mino, quedaré muy consolada, que ya no me queda más para hacer lo que es en mí. En todo haga vuestra merced como le pareciere y ve está obligado a quien así le fía su alma. 3. La de vuestra merced encomendaré yo toda mi vida a nuestro Señor. Por eso, dese prisa a servir a Su Ma-jestad para hacerme a mí merced, pues verá vuestra merced, por lo que aquí va, cuán bien se emplea en darse todo -como vuestra merced lo ha comenzado- a quien tan sin tasa se nos da. 4. Sea bendito por siempre, que yo espero en su mise-ricordia nos veremos adonde más claramente vuestra merced y yo veamos las grandes que ha hecho con nosotros, y para siempre jamás le alabemos, amén.Acabóse este libro en junio, año de 1562.

Page 140: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 140 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAMINO DE PERFECCION

INTRODUCCIÓN

JHSEste libro trata de avisos y consejos que da Teresa de Jesús a las hermanas religiosas e hijas suyas de los mo-nasterios que con el favor de nuestro Señor y de la gloriosa Virgen Madre de Dios, Señora nuestra, ha fundado de la Regla primera de nuestra Señora del Carmen. En especial le dirige a las hermanas del monasterio de San José de Ávila, que fue el primero, de donde ella era priora cuando le escribió.

En todo lo que en él dijere, me sujeto a lo que tiene la madre Santa Iglesia Romana, y si alguna cosa fuere contraria a esto, es por no lo entender. Y así, a los letrados que lo han de ver, pido, por amor de nuestro Señor, que muy particularmente lo miren y enmienden si alguna falta en esto hubiere, y otras muchas que tendrá en otras cosas. Si algo hubiere bueno, sea para gloria y honor de Dios y servicio de su sacratísima Madre, Patrona y Señora nuestra, cuyo hábito yo tengo, aunque harto indigna de él.

JHS

´

Page 141: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 141 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

PRÓLOGO

1. Sabiendo las hermanas de este monasterio de San José cómo tenía licencia del Padre Presentado Fray Do-mingo Bañes, de la Orden del glorioso Santo Domingo, que al presente es mi confesor, para escribir algunas cosas de oración en que parece podré atinar por haber tratado con muchas personas espirituales y santas, me han tanto importunado les diga algo de ella, que me he determinado a las obedecer, viendo que el amor grande que me tienen puede hacer más acepto lo imperfecto y por mal estilo que yo les dijere, que algunos libros que están muy bien escritos de quien sabía lo que escribe. Y confío en sus oraciones que podrá ser por ellas el Señor se sirva acierte a decir algo de lo que al modo y manera de vivir que se lleva en esta casa conviene. Y si fuere mal acertado, el Padre Presentado que lo ha de ver primero, lo remediará o lo quemará, y yo no habré perdido nada en obedecer a estas siervas de Dios, y verán lo que tengo de mí cuando Su Majestad no me ayuda.

2. Pienso poner algunos remedios para algunas tentaciones menudas que pone el demonio, que -por serlo tanto- por ventura no hacen caso de ellas, y otras cosas, como el Señor me diere a entender y se me fueren acordando, que como no sé lo que he de decir, no puedo decirlo con concierto; y creo es lo mejor no le llevar, pues es cosa tan desconcertada hacer yo esto. El Señor ponga en todo lo que hiciere sus manos para que vaya conforme a su santa voluntad, pues son éstos mis deseos siempre, aunque las obras tan faltas como yo soy.

3. Sé que no falta el amor y deseo en mí para ayudar en lo que yo pudiere para que las almas de mis hermanas vayan muy adelante en el servicio del Señor. Y este amor, junto con los años y experiencia que tengo de algu-nos monasterios, podrá ser aproveche para atinar en cosas menudas más que los letrados, que por tener otras ocupaciones más importantes y ser varones fuertes no hacen tanto caso de cosas que en sí no parecen nada, y a cosa tan flaca como somos las mujeres todo nos puede dañar; porque las sutilezas del demonio son muchas para las muy encerradas, que ven son menester armas nuevas para dañar. Yo, como ruin, heme sabido mal de-fender, y así querría escarmentasen mis hermanas en mí. No diré cosa que en mí, o por verla en otras, no la tenga por experiencia.

4. Pocos días ha me mandaron escribiese cierta relación de mi vida, adonde también traté algunas cosas de oración. Podrá ser no quiera mi confesor le veáis, y por esto pondré aquí alguna cosa de lo que allí va dicho y otras que también me parecerán necesarias.El Señor lo ponga por su mano, como le he suplicado, y lo ordene para su mayor gloria, amén.

Page 142: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 142 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAPÍTULO I

De la causa que me movió a hacer con tanta estrechura este monasterio.

1. Al principio que se comenzó este monasterio a fun-dar (por las causas que en el libro tengo escrito están dichas, con algunas grandezas del Señor, en que dio a entender se había mucho de servir en esta casa), no era mi intención hubiera tanta aspereza en lo exterior ni que fuese sin renta, antes quisiera hubiera posibilidad para que no faltara nada. En fin, como flaca y ruin; aunque algunos buenos intentos llevaba más que mi regalo.

2. En este tiempo vinieron a mi noticia los daños de Francia y el estrago que habían hecho estos luteranos y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta. Dime gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Parecíame que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las muchas que allí se per-dían. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el ser servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo, con-fiada en la gran bondad de Dios, que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo; y que siendo tales cuales yo las pintaba en mis deseos, entre sus virtudes no tendrían fuerza mis faltas, y po-dría yo contentar en algo al Señor, y que todas ocu-padas en oración por los que son defendedores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío, que tan apretado le traen a los que ha hecho tanto bien, que parece le querrían tornar ahora a la cruz estos traidores y que no tuviese adonde reclinar la cabeza.

3. ¡Oh Redentor mío, que no puede mi corazón llegar aquí sin fatigarse mucho! ¿Qué es esto ahora de los cristianos? ¿Siempre han de ser los que más os deben los que os fatiguen? ¿A los que mejores obras hacéis, a los que escogéis para vuestros amigos, entre los que andáis y os comunicáis por los sacramentos? ¿No están hartos de los tormentos que por ellos ha-béis pasado?

4. Por cierto, Señor mío, no hace nada quien ahora se aparta del mundo. Pues a Vos os tienen tan poco ley, ¿qué esperamos nosotros? ¿Por ventura merecemos nosotros mejor nos la tengan?

¿Por ventura hémosles hecho mejores obras para que nos guarden amistad? ¿Qué es esto? ¿Qué espera-mos yo los que por la bondad del Señor estamos sin aquella roña pestilencial, que ya aquéllos son del de-monio? Buen castigo han ganado por sus manos y bien han granjeado con sus deleites fuego eterno. ¡Allá se lo hayan!, aunque no me deja de quebrar el corazón ver tantas almas como se pierden. Más del mal no tanto: querría no ver perder más cada día.

5. ¡Oh hermanas mías en Cristo! ayudadme a suplicar esto al Señor, que para eso os juntó aquí; éste es vues-tro llamamiento, éstos han de ser vuestros negocios, éstos han de ser vuestros deseos, aquí vuestras lágri-mas, éstas vuestras peticiones; no, hermanas mías, por negocios del mundo; que yo me río y aun me congojo de las cosas que aquí nos vienen a encargar suplique-mos a Dios, de pedir a Su Majestad rentas y dineros, y algunas personas que querría yo suplicasen a Dios los repisasen todos. Ellos buena intención tienen y, en fin, se hace por ver su devoción, aunque tengo para mí que en estas cosas nunca me oye. Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo, ¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese, tendríamos un alma menos en el cielo? No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia.

6. Por cierto que, si no mirase a la flaqueza humana, que se consuela que las ayuden en todo (y) es bien si fuésemos algo), que holgaría se entendiese no son éstas las cosas que se han de suplicar a Dios con tanto cuidado.

CAPÍTULO II

Que trata cómo se han de descuidar de las necesidades corpora-les, y del bien que hay en la pobreza.

1. No penséis, hermanas mías, que por no andar a con-tentar a los del mundo os ha de faltar de comer, yo os aseguro. Jamás por artificios humanos pretendáis sus-tentaros, que moriréis de hambre, y con razón. Los ojos en vuestro esposo; él os ha de sustentar.

Page 143: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 143 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Contento él, aunque no quieran, os darán de comer los menos vuestros devotos, como lo habéis visto por experiencia. Si haciendo vosotras esto mu-riereis de hambre, ¡bienaventuradas las monjas de San José! Esto no se os olvide, por amor del Señor. Pues dejáis la renta, dejad el cuidado de la comida; si no, todo va perdido. Los que quiere el Señor que la tengan, tengan enhorabuena esos cuidados, que es mucha razón, pues es su llamamiento; mas nosotras, hermanas, es disparate.

2. Cuidado de rentas ajenas, me parece a mí sería estar pensando en lo que los otros gozan. Sí, que por vuestro cuidado no muda el otro su pensamiento ni se le pone deseo de dar limosna. Dejad ese cuidado a quien los puede mover a todos, que es el Señor de las rentas y de los renteros. Por su mandamiento veni-mos aquí; verdaderas son sus palabras; no pueden faltar; antes faltarán los cielos y la tierra (1.) No le faltemos nosotras, que no hayáis miedo que falte. Y si alguna vez os faltare, será para mayor bien, como faltaban las vidas a los santos cuando los mataban por el Señor, y era para aumentarles la gloria por el martirio. Buen trueco sería acabar presto con todo y gozar de la hartura perdurable.

3. Mirad, hermanas, que va mucho en esto muerta yo, que para esto os lo dejo escrito; que mientras yo viviere os lo acordaré, que por experiencia veo la gran ganancia: cuando menos hay, más descuidada estoy, y sabe el Señor que, a mi parecer, me da más pena cuando mucho sobra que cuando nos falta. No sé si lo hace como ya tengo visto nos lo da luego el Señor. Sería engañar el mundo otra cosa, hacernos pobres no lo siendo de espíritu, sino en lo exterior. Conciencia se me haría, a manera de decir, y pare-cerme hía era pedir limosna las ricas, y plega a Dios no sea así, que adonde hay estos cuidados demasia-dos de que den, una vez u otra se irán por la costum-bre, o podrían ir y pedir lo que no han menester, por ventura a quien tiene más necesidad. Y aunque ellos no pueden perder nada sino ganar, nosotras perdería-mos. No plega a Dios, mis hijas. Cuando esto hubiera de ser, más quisiera tuvierais renta.

4. En ninguna manera se ocupe en esto el pensa-miento, os pido por amor de Dios en limosna. Y la más chiquita, cuando esto entendiese alguna vez en esta casa, clame a Su Majestad y acuérdelo a la mayor. Con humildad le diga que va errada; y valo tanto, que poco a poco se va perdiendo la verdadera

pobreza. Yo espero en el Señor no será así ni dejará a sus siervas. Y para esto, aunque no sea para más, aproveche esto que me habéis mandado escribir por despertador.

5. Y crean, mis hijas, que para vuestro bien me ha dado el Señor un poquito a entender los bienes que hay en la santa pobreza, y las que lo probaren lo en-tenderán, quizá no tanto como yo; porque no sólo no había sido pobre de espíritu, aunque lo tenía profe-sado, sino loca de espíritu. Ello es un bien que todos los bienes del mundo encierra en sí. Es un señorío grande. Digo que es señorear todos los bienes de él otra vez a quien no se le da nada de ellos. ¿Qué se me da a mí de los reyes y señores, si no quiero sus ren-tas, ni de tenerlos contentos, si un tantito se atraviesa haber de descontentar en algo por ellos a Dios? ¿Ni qué se me da de sus honras, si tengo entendido en lo que está ser muy honrado un pobre, que es en ser verdaderamente pobre?

6. Tengo para mí que honras y dineros casi siempre andan juntos, y que quien quiere honra no aborrece dineros, y que quien los aborrece que se le da poco de honra. Entiéndase bien esto, que me parece que esto de honra siempre trae consigo algún interés de rentas o dineros; porque por maravilla hay honrado en el mundo si es pobre; antes, aunque lo sea en sí, le tienen en poco. La verdadera pobreza trae una honraza consigo que no hay quien la sufra; la po-breza que es tomada por solo Dios, digo, no ha me-nester contentar a nadie, sino a él. Y es cosa muy cierta, en no habiendo menester a nadie, tener mu-chos amigos. Yo lo tengo bien visto por experiencia.

7. Porque hay tanto escrito de esta virtud que no lo sabré yo entender, cuánto más decir, y por no la agra-viar en loarla yo, no digo más de ella. Sólo he dicho lo que he visto por experiencia, y yo confieso que he ido tan embebida, que no me he entendido hasta ahora. Mas, pues está dicho, por amor del Señor, pues son nuestras armas la santa pobreza y lo que al principio de la fundación de nuestra Orden tanto se estimaba y guardaba en nuestros santos Padres (que) me ha dicho quien la sabe, que de un día para otro no guardaban nada), ya que en tanta perfección en lo exterior no se guarde, en lo interior procuremos te-nerla. Dos horas son de vida, grandísimo el premio; y cuando no hubiera ninguno sino cumplir lo que nos aconsejó el Señor, era grande la paga imitar en algo a Su Majestad.

Page 144: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 144 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

8. Estas armas han de tener nuestras banderas, que de todas maneras lo queramos guardar: en casa, en ves-tidos, en palabras y mucho más en el pensamiento. Y mientras esto hicieren, no hayan miedo caiga la reli-gión de esta casa, con el favor de Dios; que, como decía Santa Clara, grandes muros son los de la po-breza. De éstos, decía ella, y de humildad quería cer-car sus monasterios. Y a buen seguro, si se guarda de verdad, que esté la honestidad y todo lo demás forta-lecido mucho mejor que con muy suntuosos edifi-cios.De esto se guarden; por amor de Dios y por su sangre se lo pido yo; y si con conciencia puedo decir, que el día que tal hicieren se torne a caer.

9. Muy mal parece, hijas mías, de la hacienda de los pobrecitos se hagan grandes casas. No lo permita Dios, sino pobre en todo y chica. Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino en el por-tal de Belén adonde nació, y la cruz adonde murió. Casas eran éstas adonde se podía tener poca recrea-ción. Los que las hacen grandes, ellos se entenderán; llevan otros intentos santos.

Mas trece pobrecitas, cualquier rincón les basta. Si porque es menester por el mucho encerramiento tuvieren campo (y) aun ayuda a la oración y devo-ción) con algunas ermitas para apartarse a orar, en-horabuena; mas edificios y casa grande ni curioso nada,

¡Dios nos libre! Siempre os acordad se ha de caer todo el día del juicio; ¿qué sabemos si será presto?

10. Pues hacer mucho ruido al caerse casa de trece pobrecillas no es bien, que los pobres verdaderos no han de hacer ruido; gente sin ruido ha de ser para que los hayan lástima. Y cómo se holgarán si ven alguno por la limosna que les ha hecho librarse del infierno; que todo es posible, porque están muy obligadas a rogar por sus almas muy continuamente, pues os dan de comer; que también quiere el Señor que, aunque viene de su parte, lo agradezcamos a las personas por cuyo medio nos lo da; y de esto no haya descuido.

11. No sé lo que había comenzado a decir, que me he divertido.

Creo lo ha querido el Señor, porque nunca pensé escribir lo que aquí he dicho. Su Majestad nos tenga siempre de su mano para que no se caiga de ello, amén.

CAPÍTULO III

Prosigue lo que en el primero comencé a tratar, y persuade a las hermanas a que se ocupen siempre en suplicar a Dios favorezca a los que trabajan por la Iglesia. -Acaba con una exclamación.

1. Tornando a lo principal para lo que el Señor nos juntó en esta casa y por lo que yo mucho deseo seamos algo para que contentemos a Su Majestad, digo que viendo tan grandes males que fuerzas humanas no bastan a atajar este fuego de estos herejes, con que se ha pretendido hacer gente para si pudieran a fuerza de armas remediar tan gran mal y que va tan adelante, hame parecido es menester como cuando los enemi-gos en tiempo de guerra han corrido toda la tierra, y viéndose el Señor de ella apretado se recoge a una ciudad, que hace muy bien fortalecer, y desde allí acaece algunas veces dar en los contrarios y ser tales los que están en la ciudad, como es gente escogida, que pueden más ellos a solas que con muchos solda-dos, si eran cobardes, pudieron, y muchas veces se gana de esta manera victoria; al menos, aunque no se gane, no los vencen; porque, como no haya traidor, si no es por hambre, no los pueden ganar. Acá esta ham-bre no la puede haber que baste a que se rindan; a morir sí, mas no a quedar vencidos.

2. Mas ¿para qué he dicho esto? Para que entendáis, hermanas mías, que lo que hemos de pedir a Dios es que en este castillito que hay ya de buenos cristianos no se nos vaya ya ninguno con los contrarios, y a los capitanes de este castillo o ciudad, los haga muy aven-tajados en el camino del Señor, que son los predicado-res y teólogos; y pues los más están en las religiones, que vayan muy adelante en su perfección y llama-miento, que es muy necesario; que ya ya, como tengo dicho, nos ha de valer el brazo eclesiástico y no el seglar. Y pues para lo uno ni lo otro no valemos nada para ayudar a nuestro Rey, procuremos ser tales que valgan nuestras oraciones para ayudar a estos siervos de Dios, que con tanto trabajo se han fortalecido con letras y buena vida y trabajado para ayudar ahora al Señor.

3. Podrá ser digáis que para qué encarezco tanto esto y digo hemos de ayudar a los que son mejores que nosotras. Yo os lo diré, porque aún no creo entendéis bien lo mucho que debéis al Señor en traeros adonde tan quitadas estáis de negocios y ocasiones y tratos: es grandísima merced ésta; lo que no están los que digo, ni es bien que estén, en estos tiempos menos

Page 145: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 145 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que en otros; porque han de ser los que esfuercen la gente flaca y pongan ánimo a los pequeños. ¡Buenos quedarían los soldados sin capitanes! Han de vivir entre los hombres y tratar con los hombres y estar en los palacios y aun hacerse algunas veces con ellos en lo exterior.

¿Pensáis, hijas mías, que es menester poco para tratar con el mundo y vivir en el mundo y tratar nego-cios del mundo y hacerse, como he dicho, a la conver-sación del mundo, y ser en lo interior extraños del mundo y enemigos del mundo y estar como quien está en destierro y, en fin, no ser hombres sino ángeles?

Porque a no ser esto así, ni merecen nombre de capitanes, ni permita el Señor salgan de sus celdas, que más daño harán que provecho. Porque no es ahora tiempo de ver imperfecciones en los que han de ense-ñar; [4] y si en lo interior no están fortalecidos en en-tender lo mucho que va en tenerlo todo debajo de los pies y estar desasidos de las cosas que se acaban y asidos a las eternas, por mucho que lo quieran encu-brir, han de dar señal. Pues ¿con quién lo han sino con el mundo? No hayan miedo se lo perdone, ni que nin-guna imperfección dejen de entender. Cosas buenas, muchas se les pasarán por alto, y aun por ventura no las tendrán por tales; mas mala o imperfecta, no hayan miedo. Ahora yo me espanto quién los muestra la per-fección, no para guardarla (que) de esto ninguna obli-gación les parece tienen, harto les parece hacen si guardan razonablemente los mandamientos), sino para condenar, y a las veces lo que es virtud les parece re-galo.

Así que no penséis es menester poco favor de Dios para esta gran batalla adonde se meten, sino grandí-simo.

5. Para estas dos cosas os pido yo procuréis ser tales que merezcamos alcanzarlas de Dios: la una, que haya muchos, de los muy muchos letrados y religiosos que hay, que tengan las partes que son menester para esto, como he dicho, y a los que no están muy dispuestos, los disponga el Señor; que más hará uno perfecto que mu-chos que no lo estén. La otra, que después de puestos en esta pelea, que -como digo- no es pequeña, los tenga el Señor de su mano para que puedan librarse de tantos peligros como hay en el mundo y tapar los oídos, en este peligroso mar, del canto de las sirenas. Y si en esto podemos algo con Dios, estando encerradas peleamos por El, y daré yo por muy bien empleados los trabajos que he pasado por hacer este rincón, adonde también pretendí se guardase esta Regla de nuestra Señora y Emperadora con la perfección que se comenzó.

6. No os parezca inútil ser continua esta petición, por-que hay algunas personas que les parece recia cosa no rezar mucho por su alma; y ¿qué mejor oración que ésta? Si tenéis pena porque no se os descontará la pena del purgatorio, también se os quitará por esta oración, y lo que más faltare, falte. ¿Qué va en que esté yo hasta el día del juicio en el purgatorio, si por mi ora-ción se salvase sola un alma? ¡Cuánto más el prove-cho de muchas y la honra del Señor!

De penas que se acaban no hagáis caso de ellas cuando interviniere algún servicio mayor al que tantas pasó por nosotros.

Siempre os informad lo que es más perfecto.Así que os pido por amor del Señor pidáis a Su

Majestad nos oiga en esto. Yo, aunque miserable, lo pido a Su Majestad, pues es para gloria suya y bien de su Iglesia, que aquí van mis deseos.

7. Parece atrevimiento pensar yo he de ser alguna parte para alcanzar esto. Confío yo, Señor mío, en estas siervas vuestras que aquí están, que veo y sé no quieren otra cosa ni la pretenden sino contentaros. Por Vos han dejado lo poco que tenían, y quisieran tener más para serviros con ello. Pues no sois Vos, Criador mío, desagradecido para que piense yo dejaréis de hacer lo que os suplican. Ni aborrecisteis, Señor, cuando andabais en el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad. Cuando os pidiéremos honras no nos oigáis, o rentas, o dineros, o cosa que sepa a mundo; más para honra de vuestro Hijo, ¿por qué no nos habéis de oír, Padre eterno, a quien perdería mil honras y mil vidas por Vos? No por nosotras, Señor, que no lo merecemos, sino por la san-gre de vuestro Hijo y sus merecimientos.

8. ¡Oh Padre eterno! mirad que no son de olvidar tan-tos azotes e injurias y tan gravísimos tormentos. Pues, Criador mío, ¿cómo pueden sufrir unas entrañas tan amorosas como las vuestras que lo que se hizo con tan ardiente amor de vuestro Hijo y por más contentaros a Vos (que) mandasteis nos amase) sea tenido en tan poco como hoy día tienen esos herejes el Santísimo Sacramento, que le quitan sus posadas deshaciendo las iglesias? ¡Si le faltara algo por hacer para conten-taros! Más todo lo hizo cumplido. No bastaba, Padre eterno, que no tuvo adonde reclinar la cabeza mientras vivió, y siempre en tantos trabajos, sino que ahora las que tiene para convidar sus amigos (por) vernos flacos y saber que es menester que los que han de trabajar se sustenten de tal manjar) se las quiten? ¿Ya no había pagado bastantísimamente por el pecado de Adán?

Page 146: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 146 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

¿Siempre que tornamos a pecar lo ha de pagar este amantísimo Cordero? No lo permitáis, Emperador mío. Apláquese ya Vuestra Majestad. No miréis a los pecados nuestros, sino a que nos redimió vuestro sa-cratísimo Hijo, y a los merecimientos suyos y de su Madre gloriosa y de tantos santos y mártires como han muerto por Vos.

9. ¡Ay dolor, Señor, y quién se ha atrevido a hacer esta petición en nombre de todas! ¡Qué mala tercera, hijas mías, para ser oídas, y que echase por vosotras la pe-tición! ¡Si ha de indignar más a este soberano Juez verme tan atrevida, y con razón y justicia! Mas mirad, Señor, que ya sois Dios de misericordia; habedla de esta pecadorcilla, gusanillo que así se os atreve. Mirad, Dios mío, mis deseos y las lágrimas con que esto os suplico, y olvidad mis obras, por quien Vos sois, y habed lástima de tantas almas como se pierden, y fa-voreced vuestra Iglesia. No permitáis ya más daños en la cristiandad, Señor. Dad ya luz a estas tinieblas.

10. Pídoos yo, hermanas mías, por amor del Señor, encomendéis a Su Majestad esta pobrecilla y le supli-quéis la dé humildad, como cosa a que tenéis obliga-ción. No os encargo particularmente los reyes y prelados de la Iglesia, en especial nuestro obispo; veo a las de ahora tan cuidadosas de ello, que así me pa-rece no es menester más. Vean las que vinieren que teniendo santo prelado lo serán las súbditas, y como cosa tan importante la poned siempre delante del Señor. Y cuando vuestras oraciones y deseos y disci-plinas y ayunos no se emplearen por esto que he dicho, pensad que no hacéis ni cumplís el fin para que aquí os juntó el Señor.

CAPÍTULO IV

En que persuade la guarda de la Regla, y de tres cosas importan-tes para la vida espiritual. Declara la primera de estas tres cosas, que es amor del prójimo, y lo que daña amistades particulares.

1. Ya, hijas, habéis visto la gran empresa que preten-demos ganar. ¿Qué tales habremos de ser para que en los ojos de Dios y del mundo no nos tengan por muy atrevidas? Está claro que hemos menester trabajar mucho, y ayuda mucho tener altos pensamientos para que nos esforcemos a que lo sean las obras. Pues con que procuremos guardar cumplidamente nuestra Regla y Constituciones con gran cuidado, espero en el Señor admitirá nuestros ruegos; que no os pido cosa nueva,

hijas mías, sino que guardemos nuestra profesión, pues es nuestro llamamiento y a lo que estamos obli-gadas, aunque de guardar a guardar va mucho.

2. Dice en la primera Regla nuestra que oremos sin cesar. Con que se haga esto con todo el cuidado que pudiéremos, que es lo más importante, no se dejarán de cumplir los ayunos y disciplinas y silencio que manda la Orden. Porque ya sabéis que para ser la ora-ción verdadera se ha de ayudar con esto; que regalo y oración no se compadece.

3. En esto de oración es lo que me habéis pedido diga alguna cosa, y lo dicho hasta ahora, para en pago de lo que dijere, os pido yo cumpláis y leáis muchas veces de buena gana.

Antes que diga de lo interior, que es la oración, diré algunas cosas que son necesarias tener las que preten-den llevar camino de oración, y tan necesarias que, sin ser muy contemplativas, podrán estar muy adelante en el servicio del Señor, y es imposible si no las tienen ser muy contemplativas, y cuando pensaren lo son, están muy engañadas. El Señor me dé el favor para ello y me enseñe lo que tengo de decir, porque sea para su gloria, amén.

4. No penséis, amigas y hermanas mías, que serán mu-chas las cosas que os encargaré, porque plega al Señor hagamos las que nuestros santos Padres ordenaron y guardaron, que por este camino merecieron este nom-bre. Yerro sería buscar otro ni deprenderle de nadie. Solas tres me extenderé en declarar, que son de la misma Constitución, porque importa mucho entenda-mos lo muy mucho que nos va en guardarlas para tener la paz que tanto nos encomendó el Señor, inte-rior y exteriormente: la una es amor unas con otras; otra, desasimiento de todo lo criado; la otra, verdadera humildad, que aunque la digo a la postre, es la princi-pal y las abraza todas.

5. Cuanto a la primera, que es amaros mucho unas a otras, va muy mucho; porque no hay cosa enojosa que no se pase con facilidad en los que se aman y recia ha de ser cuando dé enojo. Y si este mandamiento se guardase en el mundo como se ha de guardar, creo aprovecharía mucho para guardar los demás; mas, más o menos, nunca acabamos de guardarle con per-fección.

Parece que lo demasiado entre nosotras no puede ser malo, y trae tanto mal y tantas imperfecciones con-sigo, que no creo lo creerá sino quien ha sido testigo

Page 147: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 147 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

de vista. Aquí hace el demonio muchos enredos, que en conciencias que tratan groseramente de contentar a Dios se sienten poco y les parece virtud, y las que tratan de perfección lo entienden mucho, porque poco a poco quita la fuerza a la voluntad para que del todo se emplee en amar a Dios.

6. Y en mujeres creo debe ser esto aún más que en hombres; y hace daños para la comunidad muy noto-rios; porque de aquí viene el no se amar tanto todas, el sentir el agravio que se hace a la amiga, el desear tener para regalarla, el buscar tiempo para hablarla, y mu-chas veces más para decirle lo que la quiere y otras cosas impertinentes que lo que ama a Dios. Porque estas amistades grandes pocas veces van ordenadas a ayudarse a amar más a Dios, antes creo las hace co-menzar el demonio para comenzar bandos en las reli-giones; que cuando es para servir a Su Majestad, luego se parece, que no va la voluntad con pasión, sino pro-curando ayuda para vencer otras pasiones.

7. Y de estas amistades querría yo muchas donde hay gran convento, que en esta casa, que no son más de trece ni lo han de ser, aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar; y guárdense de estas particularidades, por amor del Señor, por santas que sean, que aun entre hermanos suele ser ponzoña y ningún provecho en ello veo; y si son deudos, muy peor, ¡es pestilencia! Y créanme, hermanas, que aunque os parezca es éste ex-tremo, en él está gran perfección y gran paz, y se qui-tan muchas ocasiones a las que no están muy fuertes; sino que, si la voluntad se inclinare más a una que a otra (que) no podrá ser menos, que es natural, y mu-chas veces nos lleva a amar lo más ruin si tiene más gracias de naturaleza), que nos vayamos mucho a la mano a no nos dejar enseñorear de aquella afección. Amemos las virtudes y lo bueno interior, y siempre con estudio traigamos cuidado de apartarnos de hacer caso de esto exterior.

8. No consintamos, oh hermanas, que sea esclava de nadie nuestra voluntad, sino del que la compró por su sangre. Miren que, sin entender cómo, se halla-rán asidas que no se puedan valer. ¡Oh, válgame Dios!, las niñerías que vienen de aquí no tienen cuento. Y porque son tan menudas que sólo las que lo ven lo entenderán y creerán, no hay para qué las decir aquí más de que en cualquiera será malo y en la prelada pestilencia.

9. En atajar estas parcialidades es menester gran cui-dado desde el principio que se comience la amistad; esto más con industria y amor que con rigor. Para re-medio de esto es gran cosa no estar juntas sino las horas señaladas, ni hablarse, conforme a la costumbre que ahora llevamos, que es no estar juntas, como manda la Regla, sino cada una apartada en su celda. Líbrense en San José de tener casa de labor; porque, aunque es loable costumbre, con más facilidad se guarda el silencio cada una por sí, y acostumbrarse a soledad es gran cosa para la oración; y pues éste ha de ser el cimiento de esta casa, es menester traer estudio en aficionarnos a lo que a esto más nos ayuda.

10. Tornando al amarnos unas a otras, parece cosa im-pertinente encomendarlo, porque ¿qué gente hay tan bruta que tratándose siempre y estando en compañía y no habiendo de tener otras conversaciones ni otros tra-tos ni recreaciones con personas de fuera de casa, y creyendo nos ama Dios y ellas a él pues por SuMajestad lo dejan todo, que no cobre amor? En espe-cial, que la virtud siempre convida a ser amada; y ésta, con el favor de Dios, espero en Su Majestad siempre la habrá en las de esta casa. Así que en esto no hay que encomendar mucho, a mi parecer.

11. En cómo ha de ser este amarse y qué cosa es amor virtuoso –el que yo deseo haya aquí- y en qué veremos tenemos esta virtud, que es bien grande, pues nuestro Señor tanto nos la encomendó y tan encargadamente a sus Apóstoles, de esto querría yo decir ahora un po-quito conforme a mi rudeza. Y si en otros libros tan menudamente lo hallareis, no toméis nada de mí, que por ventura no sé lo que digo.

12. De dos maneras de amor es lo que trato: una es espiritual, porque ninguna cosa parece toca a la sen-sualidad ni la ternura de nuestra naturaleza, de manera que quite su puridad; otra es espiritual, y junto con ella nuestra sensualidad y flaqueza o buen amor, que pa-rece lícito, como el de los deudos y amigos. De éste ya queda algo dicho.

13. Del que es espiritual, sin que intervenga pasión ninguna, quiero ahora hablar, porque, en habiéndola, va todo desconcertado este concierto; y si con tem-planza y discreción tratamos personas virtuosas, espe-cialmente confesores, es provechoso. Más si en el confesor se entendiere va encaminado a alguna vani-dad, todo lo tengan por sospechoso, y en ninguna ma-nera, aunque sean buenas pláticas, las tengan con él,

Page 148: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 148 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

sino con brevedad confesarse y concluir. Y lo mejor sería decir a la prelada que no se halla bien su alma con él y mudarle. Esto es lo más acertado, si se puede hacer sin tocarle en la honra.

14. En caso semejante y otros que podría el demo-nio en cosas dificultosas enredar y no se sabe qué consejo tomar, lo más acertado será procurar hablar a alguna persona que tenga letras; - que habiendo necesidad dase libertad para ello-, y confesarse con él y hacer lo que le dijere en el caso; porque, ya que no se pueda dejar de dar algún medio, podíase errar mucho; y ¡cuántos yerros pasan en el mundo por no hacer las cosas con consejo, en especial en lo que toca a dañar a nadie! Dejar de dar algún medio, no se sufre; porque cuando el demonio comienza por aquí, no es por poco, si no se ataja con brevedad; y así lo que tengo dicho de procurar hablar con otro confesor es lo más acertado, si hay disposición, y espero en el Señor sí habrá

15. Miren que va mucho en esto, que es cosa peligrosa y un infierno y daño para todas. Y digo que no aguar-den a entender mucho mal, sino que al principio lo atajen por todas las vías que pudieren y entendieren con buena conciencia lo pueden hacer. Más espero yo en el Señor no permitirá que personas que han de tra-tar siempre en oración puedan tener voluntad sino a quien sea muy siervo de Dios, que esto es muy cierto, o lo es que no tienen oración ni perfección, conforme a lo que aquí se pretende; porque, si no ven que en-tiende su lenguaje y es aficionado a hablar en Dios, no le podrán amar, porque no es su semejante. Si lo es, con las poquísimas ocasiones que aquí habrá, o será muy simple o no querrá desasosegarse y desasosegar a las siervas de Dios.

16. Ya que he comenzado a hablar en esto, que -como he dicho- es gran daño el que el demonio puede hacer y muy tardío en entenderse, y así se puede ir estragando la perfección sin saber por dónde. Porque si éste quiere dar lugar a vanidad por tenerla él, lo hace todo poco aun para las otras. Dios nos libre, por quien Su Majestad es, de cosas semejantes. A todas las monjas bastaría a tur-bar, porque sus conciencias les dice al contrario de lo que el confesor y si las aprietan en que tengan uno solo, no saben qué hacer ni cómo se sosegar; porque quien lo había de quietar y remediar es quien hace el daño. Har-tas aflicciones debe haber de éstas en algunas partes. Háceme gran lástima, y así no os espantéis ponga mucho en daros a entender este peligro.

CAPÍTULO V

Prosigue en los confesores. Dice lo que importa sean letrados.

1. No dé el Señor a probar a nadie en esta casa el tra-bajo que queda dicho, por quien Su Majestad es, de verse alma y cuerpo apretadas, o que si la prelada está bien con el confesor, que ni a él de ella ni a ella de él no osan decir nada. Aquí vendrá la tentación de dejar de confesar pecados muy graves, por miedo de no estar en desasosiego. ¡Oh, válgame Dios, qué daño puede hacer aquí el demonio y qué caro les cuesta el apretamiento y honra! Que porque no traten más de un confesor, piensan granjean gran cosa de religión y honra del monasterio, y ordena por esta vía el demo-nio coger las almas, como no puede por otra. Si piden otro, luego parece va perdido el concierto de la reli-gión, o que si no es de la Orden, aunque sea un santo, aun tratar con él les parece les hace afrenta.

2. Esta santa libertad pido yo por amor del Señor a la que estuviere por mayor: procure siempre con el obispo o provincial que, sin los confesores ordinarios, procure algunas veces tratar ella y todas y comunicar sus almas con personas que tengan letras, en especial si los confesores no las tienen, por buenos que sean. Son gran cosa letras para dar en todo luz. Será posible hallar lo uno y lo otro junto en algunas personas. Y mientras más merced el Señor os hiciere en la oración, es menester más ir bien fundadas sus obras y oración.

3. Ya sabéis que la primera piedra ha de ser buena conciencia y con todas vuestras fuerzas libraros aun de pecados veniales y seguir lo más perfecto. Parecerá que esto cualquier confesor lo sabe, y es engaño. A mí me acaeció tratar con uno cosas de conciencia que había oído todo el curso de teología, y me hizo harto daño en cosas que me decía no eran nada; y sé que no pretendía engañarme ni tenía para qué, sino que no supo más. Y con otros dos o tres, sin éste, me acaeció.

4. Este tener verdadera luz para guardar la ley de Dios con perfección es todo nuestro bien. Sobre ésta asienta bien la oración.

Sin este cimiento fuerte, todo el edificio va falso. Si no les dieren libertad para confesarse, para tratar cosas de su alma con personas semejantes a lo que he dicho. Y atrévome más a decir, que aunque el confesor lo tenga todo, algunas veces se haga lo que digo; por-que ya puede ser él se engañe, y es bien no se engañen todas por él; procurando siempre no sea cosa contra la

Page 149: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 149 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

obediencia, que medios hay para todo, y vale mucho a las almas, y así es bien por las maneras que pudiere lo procure.

5. Todo esto que he dicho toca a la prelada. Y así la torno a pedir que, pues aquí no se pretende tener otra consolación sino la del alma, procure en esto su con-solación, que hay diferentes caminos por donde lleva Dios y no por fuerza los sabrá todos un confesor; que yo aseguro no les falten personas santas que quieran tratarlas y consolar sus almas, si ellas son las que han de ser, aunque seáis pobres; que el que las sustenta los cuerpos despertará y pondrá voluntad a quien con ella dé luz a sus almas, y remédiase este mal, que es el que yo temo; que cuando el demonio tentase al confesor en engañarle en alguna doctrina, como sepa trata con otros iráse a la mano y mirará mejor, en todo, lo que hace.

Quitada esta entrada al demonio, yo espero en Dios no la tendrá en esta casa; y así pido por amor del Señor al obispo que fuere, que deje a las hermanas esta liber-tad y que no se la quite, cuando las personas fueren tales que tengan letras y bondad, que luego se entiende en lugar tan chico como éste.

6. Esto que aquí he dicho, téngolo visto y entendido y tratado con personas doctas y santas, que han mirado lo que más convenía a esta casa para que la perfección de esta casa fuese adelante. Y entre los peligros -que en todo le hay mientras vivimos- éste hallamos ser el menor; y que nunca haya vicario que tenga mano de entrar y salir, ni confesor que tenga esta libertad; sino que éstos sean para celar el recogimiento y honestidad de la casa y aprovechamiento interior y exterior, para decirlo al prelado cuando hubiere falta; mas no que sea él superior.

7. Y esto es lo que se hace ahora, y no por solo mi parecer; porque el obispo que ahora tenemos, debajo de cuya obediencia estamos (que) por causas muchas que hubo, no se dio la obediencia a la Orden), que es persona amiga de toda religión y santidad y gran siervo de Dios (llámase) Don Alvaro de Mendoza, de gran nobleza de linaje, y muy aficionado a favorecer esta casa de todas maneras), hizo juntar personas de letras y espíritu y experiencia para este punto, y se vino a determinar esto. Razón será que los prelados que vinieren se lleguen a este parecer, pues por tan buenos está determinado y con hartas oraciones pe-dido al Señor alumbrase lo mejor; y, a lo que se en-tiende hasta ahora, cierto esto lo es. El Señor sea

servido llevarlo siempre adelante como más sea para su gloria, amén.

CAPÍTULO VI

Torna a la materia que comenzó del amor perfecto.

1. Harto me he divertido; más importa tanto lo que queda dicho, que quien lo entendiere no me culpará. Tornemos ahora al amor que es bien y lícito nos ten-gamos, del que digo es puro espiritual. No sé si sé lo que me digo. Al menos paréceme no es menester mucho hablar en él, porque le tienen pocos. A quien el Señor se le hubiere dado, alábele mucho, porque debe ser de grandísima perfección.

En fin, quiero tratar algo de él. Por ventura hará algún provecho, que poniéndonos delante de los ojos la virtud, aficiónase a ella quien la desea y pretende ganar.

2. Plega a Dios yo sepa entenderle, cuánto más de-cirle, que ni creo sé cuál es espiritual, ni cuándo se mezcla sensual, ni sé cómo me pongo a hablar en ello. Es como quien oye hablar de lejos, que no entiende lo que dicen; así soy yo, que algunas veces no debo en-tender lo que digo y quiere el Señor sea bien dicho; si otras fuere dislate, es lo más natural a mí no acertar en nada.

3. Paréceme ahora a mí que cuando una persona ha llegádola Dios a claro conocimiento de lo que es el mundo, y qué cosa es mundo, y que hay otro mundo, y la diferencia que hay de lo uno a lo otro, y que lo uno es eterno y lo otro soñado, o qué cosa es amar al Cria-dor o a la criatura (esto) visto por experiencia, que es otro negocio que sólo pensarlo y creerlo), o ver y pro-bar qué se gana con lo uno y se pierde con lo otro, y qué cosa es Criador y qué cosa es criatura, y otras muchas cosas que el Señor enseña a quien se quiere dar a ser enseñado de él en la oración o a quien Su Majestad quiere, que aman muy diferentemente de los que no hemos llegado aquí.

4. Podrá ser, hermanas, que os parezca tratar en esto impertinente y que digáis que estas cosas que he dicho ya todas las sabéis. Plega al Señor sea así que lo sepáis de la manera que hace al caso, imprimido en las entra-ñas; pues si lo sabéis, veréis que no miento en decir que a quien el Señor llega aquí tiene este amor.

Page 150: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 150 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Son estas personas que Dios las llega a este estado almas generosas, almas reales; no se contentan con amar cosa tan ruin como estos cuerpos, por hermosos que sean, por muchas gracias que tengan, bien que place a la vista y alaban al Criador; más para detenerse en ello, no. Digo «detenerse», de manera que por estas cosas los tengan amor; parecerles hía que aman cosa sin tomo y que se ponen a querer sombra; correrse hían de sí mismos y no tendrían cara, sin gran afrenta suya, para decir a Dios que le aman.

5. Diréisme: «esos tales no sabrán querer ni pagar la voluntad que se les tuviere».

-Al menos dáseles poco de que se la tengan. Ya que de presto algunas veces el natural lleva a holgarse de ser amados, en tornando sobre sí ven que es dispa-rate, si no son personas que las ha de aprovechar su alma o con doctrina o con oración. Todas las otras voluntades les cansan, que entienden ningún prove-cho les hace y les podría dañar, no porque las dejan de agradecer y pagar con encomendarlos a Dios. Tó-manlo como cosa que echan carga al Señor los que las aman, que entienden viene de allí, porque en sí no les parece que hay qué querer, y luego les parece las quieren porque las quiere Dios, y dejan a Su Majes-tad lo pague y se lo suplican, y con esto quedan li-bres, que les parece no les toca. Y bien mirado, si no es con las personas que digo que nos pueden hacer bien para ganar bienes perfectos, yo pienso algunas veces cuán gran ceguedad se trae en este querer que nos quieran.

6. Ahora noten que, como el amor, cuando de alguna persona le queremos, siempre se pretende algún inte-rés de provecho o contento nuestro, y estas personas perfectas ya todos los tienen debajo de los pies los bienes que en el mundo les pueden hacer y regalos, los contentos ya están de suerte, que, aunque ellos quie-ran, a manera de decir, no le pueden tener que lo sea fuera de con Dios o en tratar de Dios. Pues ¿qué pro-vecho les puede venir de ser amados?

7. Como se les representa esta verdad, de sí mismos se ríen de la pena que algún tiempo les ha dado si era pagada o no su voluntad.

Aunque sea buena la voluntad, luego nos es muy natural querer ser pagada. Venido a cobrar esta paga, es en pajas, que todo es aire y sin tomo, que se lo lleva el viento. Porque, cuando mucho nos hayan querido, ¿qué es esto que nos queda? Así que, si no es para provecho de su alma con las personas que tengo di-

chas, porque ven ser tal nuestro natural que si no hay algún amor luego se cansan, no se les da más ser que-ridas que no.

Pareceros ha que estos tales no quieren a nadie, ni saben, sino a Dios.

-Mucho más, y con más verdadero amor, y con más pasión y más provechoso amor: en fin, es amor. Y estas tales almas son siempre aficionadas a dar, mucho más que no a recibir; aun con el mismo

Criador les acaece esto. Digo que merece éste nombre de amor, que eso tras aficiones bajas le tienen usurpado el nombre.

8. También os parecerá, que si no aman por las cosas que ven, que ¿A qué se aficionan?

-Verdad es que lo que ven aman y a lo que oyen se aficionan; mas es a cosas que ven son estables. Luego éstos, si aman, pasan por los cuerpos y ponen los ojos en las almas y miran si hay que amar; y si no lo hay y ven algún principio o disposición para que, si cavan, hallarán oro en esta mina, si la tienen amor, no les duele el trabajo; ninguna cosa se les pone de-lante que de buena gana no la hiciesen por el bien de aquel alma, porque desean durar en amarla y saben muy bien que, si no tiene bienes y ama mucho a Dios, que es imposible. Y digo que es imposible, aunque más la obligue y se muera queriéndola y la haga todas las buenas obras que pueda y tenga todas las gracias de naturaleza juntas; no tendrá fuerza la voluntad ni la podrá hacer estar con asiento. Ya sabe y tiene experiencia de lo que es todo; no le echarán dado falso; ve que no son para en uno, y que es im-posible durar a quererse el uno al otro, porque es amor que se ha de acabar con la vida si el otro no va guardando la ley de Dios y entiende que no le ama y que han de ir a diferentes partes.

9. Y este amor que sólo acá dura, alma de éstas a quien el Señor ya ha infundido verdadera sabiduría, no le estima en más de lo que vale, ni en tanto. Por-que para los que gustan de gustar de cosas del mundo, deleites y honras y riquezas, algo valdrá, si es rico o tiene partes para dar pasatiempo y recreación; mas quien todo esto aborrece ya, poco o nonada se le dará de aquello.Ahora, pues, aquí -si tiene amor- es la pasión para hacer esta alma para ser amada de él; porque, como digo, sabe que no ha de durar en quererla. Es amor muy a su costa. No deja de poner todo lo que puede porque se aproveche. Perdería mil vidas por un pe-queño bien suyo.

Page 151: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 151 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

¡Oh precioso amor, que va imitando al capitán del amor, Jesús, nuestro bien!

CAPÍTULO VII

En que trata de la misma materia de amor espiritual, y da algunos avisos para ganarle.

1. Es cosa extraña qué apasionado amor es éste, qué de lágrimas cuesta, qué de penitencias y oración, qué cuidado de encomendar a todos los que piensa le han de aprovechar con Dios para que se le encomienden, qué deseo ordinario, un no traer contento si no le ve aprovechar. Pues si le parece está mejorado y le ve que torna algo atrás, no parece ha de tener placer en su vida; ni come ni duerme sino con este cuidado, siem-pre temerosa si alma que tanto quiere se ha de perder, y si se han de apartar para siempre, que la muerte de acá no la tienen en nada, que no quiere asirse a cosa que en un soplo se le va de entre las manos sin poderla asir. Es -como he dicho- amor sin poco ni mucho de interés propio. Todo lo que desea y quiere es ver rica aquella alma de bienes del cielo.

Esta es voluntad, y no estos quereres de por acá desastrados, aun no digo los malos, que de ésos Dios nos libre: [2] en cosa que es infierno no hay que nos cansar en decir mal, que no se puede enca-recer el menor mal de él. Este no hay para qué to-marle nosotras, hermanas, en la boca, ni pensar le hay en el mundo, en burlas ni en veras oírle, ni con-sentir que delante de vosotras se trate ni cuente de semejantes voluntades. Para ninguna cosa es bueno, y podría dañar aun oírlo. Sino de estotros lícitos, como he dicho, que nos tenemos unas a otras, o de deudos y amigas. Toda la voluntad es que no se nos muera: si les duele la cabeza, parece nos duele el alma; si los vemos con trabajos, no queda –como dicen- paciencia; todo de esta manera.

3. Estotra voluntad no es así. Aunque con la fla-queza natural se siente algo de presto, luego la razón mira si es bien para aquel alma, si se enri-quece más en virtud y cómo lo lleva, el rogar a Dios la dé paciencia y merezca en los trabajos. Si ve que la tiene, ninguna pena siente, antes se alegra y con-suela; bien que lo pasaría de mejor gana que vérselo pasar, si el mérito y ganancia que hay en padecer pudiese todo dársele, mas no para que se inquiete ni desasosiegue.

4. Torno otra vez a decir, que se parece y va imitando este amor al que nos tuvo el buen amador Jesús; y así aprovechan tanto, porque no querrían ellos sino abra-zar todos los trabajos, y que los otros sin trabajar se aprovechasen de ellos. Así ganan muy mucho los que tienen su amistad; y crean que, o los dejarán de tratar –con particular amistad, digo- o acabarán con nuestro Señor que vayan por su camino, pues van a una tierra, como hizo Santa Mónica con San Agustín. No les sufre el corazón tratar con ellos doblez, porque si les ven torcer el camino, luego se lo dicen, o algunas fal-tas. No pueden consigo acabar otra cosa. Y como de esto no se enmendarán ni tratan de lisonja con ellos ni de disimularles nada, o ellos se enmendarán o aparta-rán de la amistad; porque no podrán sufrirlo, ni es de sufrir; para el uno y para el otro es continua guerra.Con andar descuidados de todo el mundo y no tra-yendo cuenta si sirven a Dios o no porque sólo con-sigo mismos la tienen, con sus amigos no hay poder hacer esto, ni se les encubre cosa. Las motitas ven. Digo que traen bien pesada cruz.

5. Esta manera de amar es la que yo querría tuviése-mos nosotras. Aunque a los principios no sea tan per-fecta, el Señor la irá perfeccionando. Comencemos en los medios, que aunque lleve algo de ternura, no da-ñará, como sea en general. Es bueno y necesario algu-nas veces mostrar ternura en la voluntad, y aun tenerla, y sentir algunos trabajos y enfermedades de las her-manas, aunque sean pequeños; que algunas veces acaece dar una cosa muy liviana tan gran pena como a otra daría un gran trabajo, y a personas que tienen de natural apretarle mucho pocas cosas. Si vos le tenéis al contrario, no os dejéis de compadecer; y por ventura quiere nuestro Señor reservarnos de esas penas y las tendremos en otras cosas, y de las que para nosotras son graves -aunque de suyo lo sean- para la otra serán leves. Así que en estas cosas no juzguemos por noso-tras ni nos consideremos en el tiempo que, por ventura sin trabajo nuestro, el Señor nos ha hecho más fuertes, sino considerémonos en el tiempo que hemos estado más flacas.

6. Mirad que importa este aviso para sabernos condo-ler de los trabajos de los prójimos, por pequeños que sean, en especial a almas de las que quedan dichas; que ya éstas, como desean los trabajos, todo se les hace poco, y es muy necesario traer cuidado de mi-rarse cuando era flaca y ver que si no lo es, no viene de ella; porque podría por aquí el demonio ir enfriando la caridad con los prójimos y hacernos entender es

Page 152: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 152 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

perfección lo que es falta. En todo es menester cui-dado y andar despiertas, pues él no duerme, y en los que van en más perfección, más; porque son muy más disimuladas las tentaciones, que no se atreve a otra cosa, que no parece se entiende el daño hasta que está ya hecho, si -como digono se trae cuidado. En fin, que es menester siempre velar y orar, que no hay mejor remedio para descubrir estas cosas ocultas del demo-nio y hacerle dar señal que la oración.

7. Procurar también holgaros con las hermanas cuando tienen recreación con necesidad de ella y el rato que es de costumbre, aunque no sea a vuestro gusto, que yendo con consideración todo es amor perfecto. Así que es muy bien las unas se apiaden de las necesida-des de las otras. Miren no sea con falta de discreción en cosas que sea contra la obediencia. Aunque le pa-rezca áspero dentro en sí lo que mandare la prelada, no lo muestre ni dé a entender a nadie, si no fuere a la misma priora con humildad, que haréis mucho daño. Y sabed entender cuáles son las cosas que se han de sentir y apiadar de las hermanas, y siempre sientan mucho cualquiera falta, si es notoria, que veáis en la hermana. Y aquí se muestra y ejercita bien el amor en sabérsela sufrir y no se espantar de ella, que así harán las otras las que vos tuviereis, que aun de las que no entendéis deben ser muchas más; y encomendarla mucho a Dios, y procurar hacer vos con gran perfec-ción la virtud contraria de la falta que le parece en la otra. Esforzarse a esto, para que enseñe a aquélla por obra lo que por palabra por ventura no lo entenderá, ni le aprovechará, ni castigo. Y esto de hacer una lo que ve resplandecer de virtud en otra, pégase mucho. Este es buen aviso; no se os olvide.

8. ¡Oh, qué bueno y verdadero amor será el de la her-mana que puede aprovechar a todas, dejado su prove-cho por los de las otras, ir muy adelante en todas las virtudes y guardar con gran perfección su Regla! Mejor amistad será ésta que todas las ternuras que se pueden decir, que éstas no se usan ni han de usar en esta casa, tal como «mi vida», «mi alma», «mi bien», y otras cosas semejantes, que a las unas llaman uno y a las otras otro. Estas palabras regaladas déjenlas para con su Esposo, pues tanto han de estar con Él y tan a solas, que de todo se habrán menester aprovechar, pues Su Majestad lo sufre, y muy usadas acá no enter-necen tanto con el Señor; y sin esto, no hay para qué; es muy de mujeres y no querría yo, hijas mías, lo fue-seis en nada, ni lo parecieseis, sino varones fuertes: que si ellas hacen lo que es en sí, el Señor las hará tan

varoniles que espanten a los hombres. ¡Y qué fácil es a Su Majestad, pues nos hizo de nonada!

9. Es también muy buena muestra de amor en procurar quitarlas de trabajo y tomarle ella para sí en los oficios de casa, y también de holgarse y alabar mucho al Señor del acrecentamiento que viere en sus virtudes. Todas estas cosas, dejado el gran bien que traen con-sigo, ayudan mucho a la paz y conformidad de unas con otras, como ahora lo vemos por experiencia, por la bondad de Dios. Plega a Su Majestad lo lleve siem-pre adelante, porque sería cosa terrible ser al contra-rio, y muy recio de sufrir, pocas y mal avenidas; no lo permita Dios.

10. Si por dicha alguna palabrilla de presto se atrave-sare, remédiese luego y hagan gran oración. Y en cual-quiera de estas cosas que dure, o bandillos, o deseo de ser más, o puntito de honra (que) parece se me hiela la sangre, cuando esto escribo, de pensar que puede en algún tiempo venir a ser, porque veo es el principal mal de los monasterios), cuando esto hubiese, dense por perdidas.

Piensen y crean han echado a su Esposo de casa y que le necesitan a ir a buscar otra posada, pues le echan de su casa propia. Clamen a Su Majestad. Pro-curen remedio. Porque, si no le pone confesar y co-mulgar tan a menudo, teman si hay algún Judas.

11. Mire mucho la priora, por amor de Dios, en no dar lugar a esto, atajando mucho los principios, que aquí está todo el daño o remedio; y la que entendiere lo alborota, procure se vaya a otro monasterio, que Dios las dará con qué la doten. Echen de sí esta pestilencia. Corten como pudieren las ramas. Y si no bastare, arranquen la raíz. Y cuando no pudiesen esto, no salga de una cárcel quien de estas cosas tratare: mucho más vale, antes que pegue a todas tan incurable pestilencia. ¡Oh, que es gran mal! Dios nos libre de monasterio donde entra. Yo más querría entrase en éste un fuego que nos abrasase a todas.

Porque en otra parte creo diré algo más de esto -como en cosa que nos va tanto- no me alargo más aquí.

CAPÍTULO VIII

Trata del gran bien que es desasirse de todo lo criado interior y exteriormente.

Page 153: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 153 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

1. Ahora vengamos al desasimiento que hemos de tener, porque en esto está el todo, si va con perfección. Aquí digo está el todo, porque abrazándonos con solo el Criador y no se nos dando nada por todo lo criado, Su Majestad infunde de manera las virtudes, que tra-bajando nosotros poco a poco lo que es en nosotros, no tendremos mucho más que pelear, que el Señor toma la mano contra los demonios y contra todo el mundo en nuestra defensa.

¿Pensáis, hermanas, que es poco bien procurar este bien de darnos todas al Todo sin hacernos partes? Y pues en él están todos los bienes, como digo, alabé-mosle mucho, hermanas, que nos juntó aquí adonde no se trata de otra cosa sino de esto. Y así no sé para qué lo digo, pues todas las que aquí estáis me podéis enseñar a mí; que confieso en este caso tan importante no tener la perfección como la deseo y entiendo con-viene, y en todas las virtudes; y lo que aquí digo, lo mismo, que es más fácil de escribir que de obrar; y aun a esto no atinara, porque algunas veces consiste en experiencia el saberlo decir, y debo atinar por el con-trario de estas virtudes que he tenido.

2. Cuanto a lo exterior, ya se ve cuán apartadas esta-mos aquí de todo. Oh hermanas, entended, por amor de Dios, la gran merced que el Señor ha hecho a las que trajo aquí, y cada una lo piense bien en sí, pues en solas doce quiso Su Majestad fueseis una. Y qué de ellas mejores que yo, sé que tomaran este lugar de buena gana, y diómele el Señor a mí, mereciéndole tan mal. Bendito seáis Vos, mi Dios, y alábeos todo lo criado, que esta merced tampoco se puede servir, como otras muchas que me habéis hecho, que darme estado de monja fue grandísima. Y como lo he sido tan ruin, no os fiasteis, Señor, de mí, porque adonde había muchas juntas buenas no se echara de ver así mi ruin-dad hasta que se me acabara la vida, y trajísteisme adonde, por ser tan pocas que parece imposible de-jarse de entender, porque ande con más cuidado, qui-táisme todas las ocasiones. Ya no hay disculpa para mí, Señor, yo lo confieso, y así he más menester vues-tra misericordia, para que perdonéis la que tuviere.

3. Lo que os pido mucho es que la que viere en sí no es para llevar lo que aquí se acostumbra, lo diga. Otros monasterios hay adonde se sirve tan bien el Señor. No turben estas poquitas que aquí Su Majestad ha jun-tado. En otras partes hay libertad para consolarse con deudos; aquí, si algunos se admiten, es para consuelo de los mismos. Mas la monja que deseare ver deudos para su consuelo, si no son espirituales, téngase por

imperfecta; crea no está desasida, no está sana, no ten-drá libertad de espíritu, no tendrá entera paz, menester ha médico, y digo que, si no se le quita y sana, que no es para esta casa.

4. El remedio que veo mejor es no los ver hasta que se vea libre y lo alcance del Señor con mucha oración. Cuando se vea de manera que lo tome por cruz, véalos enhorabuena, que entonces les hará provecho a ellos y no daño a sí.

CAPÍTULO IX

Que trata del gran bien que hay en huir los deudos los que han dejado el mundo, y cuán más verdaderos amigos hallan.

1. ¡Oh, sí entendiésemos las religiosas el daño que nos viene de tratar mucho con deudos, cómo huiríamos de ellos! Yo no entiendo qué consolación es ésta que dan, aun dejado lo que toca a Dios, sino para solo nuestro sosiego y descanso, que de sus recreaciones no pode-mos ni es lícito gozar, y sentir sus trabajos sí; ninguno dejan de llorar, y algunas veces más que los mismos. A usadas, que si algún regalo hacen al cuerpo, que lo paga bien el espíritu. De eso estáis aquí quitadas, que como todo es en común y ninguna puede tener regalo particular, así la limosna que las hacen es en general, y queda libre de contentarlos por esto, que ya sabe que el Señor las ha de proveer por junto.

2. Espantada estoy el daño que hace tratarlos; no creo lo creerá sino quien lo tuviere por experiencia. ¡Y qué olvidada parece está el día de hoy en las religiones esta perfección! No sé yo qué es lo que dejamos del mundo las que decimos que todo lo dejamos por Dios, si no nos apartamos de lo principal, que son los pa-rientes. Viene ya la cosa a estado, que tienen por falta de virtud no querer y tratar mucho los religiosos a sus deudos, y como que lo dicen ellos y alegan sus razo-nes.

3. En esta casa, hijas, mucho cuidado de encomendarlos a Dios, que es razón; en lo demás, apartarlos de la memoria lo más que podamos, porque es cosa natural asirse a ellos nuestra voluntad más que a otras personas.

Yo he sido querida mucho de ellos, a lo que decían, y yo los quería tanto, que no los dejaba olvidarme. Y tengo por experiencia, en mí y en otras, que dejados padres (que) por maravilla dejan de hacer por los hijos, y es razón con ellos cuando tuvieren necesidad de consuelo, si viéremos

Page 154: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 154 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

no nos hace daño a lo principal, no seamos extraños, que con desasimiento se puede hacer, y con hermanos), en los demás, aunque me he visto en trabajos, mis deudos han sido y quien menos ha ayudado en ellos; los siervos de Dios, sí.

4. Creed, hermanas, que sirviéndole vosotras como debéis, que no hallaréis mejores deudos que los que Su Majestad os enviare. Yo sé que es así, y puestas en esto -como lo vais- y entendiendo que en hacer otra cosa faltáis al verda-dero amigo y esposo vuestro, creed que muy en breve ga-naréis esta libertad, y que de los que por solo él os quisieren, podéis fiar más que de todos vuestros deudos, y que no os faltarán; y en quien no pensáis, hallaréis padres y herma-nos. Porque como éstos pretenden la paga de Dios, hacen por nosotras; los que la pretenden de nosotras, como nos ven pobres y que en nada les podemos aprovechar, cánsa-nse presto. Y aunque esto no sea en general, es lo más usado ahora en el mundo, porque, en fin, es mundo.

Quien os dijere otra cosa y que es virtud hacerla, no los creáis, que si dijese todo el daño que trae consigo, me había de alargar mucho; y porque otros, que saben lo que dicen mejor, han escrito en esto, baste lo dicho. Paréceme que, pues con ser tan imperfecta lo he entendido tanto, ¿qué harán los que son perfectos?

5. Todo este decirnos que huyamos del mundo, que nos aconsejan los Santos, claro está que es bueno. Pues creedme que lo que, como he dicho, más se apega de él son los deudos y más malo de desapegar. Por eso hacen bien los que huyen de sus tierras; si les vale, digo, que no creo va en huir el cuerpo, sino en que determinadamente se abrace el alma con el buen Jesús, Señor nuestro, que como allí lo halla todo, lo olvida todo; aunque ayuda es apartarnos muy grande hasta que ya tengamos conocida esta verdad; que después podrá ser quiera el Señor, por darnos cruz en lo que solíamos tener gusto, que tratemos con ellos.

NOTAS

1 A usadas, escribe la Santa, deformando la expresión clásica «a osadas», que equivale a «con resolución, sin miedo o bien a «ciertamente». Cobarruvias la explica así: de osadía «se forma una manera de decir antigua aosadas, que vale tanto como 'osaría yo apostar» (s. v. «osar»).

2 ... al menos en las más, aunque no en todos los san-tos que escribieron, o muchos (1ª redacción). -Sigue

una alusión a los consejos evangélicos (Lc 14, 33).3 ... después de los dicho que toca a su Iglesia (1ª re-dacción).

4 Las últimas frases han sido retocadas en los autógra-fos y en las ediciones. En la primera redacción escri-bió «En los demás, aunque me he visto en trabajos, mis deudos han sido; y quien me ha ayudado en ellos, los siervos de Dios». En la nueva redacción, copió materialmente esa frase. Luego la enmendó, no muy certeramente, tal como se transcribe en el texto. Tanto la edición príncipe (f 31r) como fray Luis de León (p. 55) deforman el texto.Aunque la frase es poco feliz, el sentido es claro: en los trabajos, sus deudos (parientes) la han ayudado menos que los siervos deDios.

5 Lo ha dicho en el n. 2.

CAPÍTULO X

Trata cómo no basta desasirse de lo dicho, si no nos desasimos de nosotras mismas, y cómo están juntas esta virtud y la humildad.

1. Desasiéndonos del mundo y deudos y encerradas aquí con las condiciones que están dichas, ya parece lo tenemos todo hecho y que no hay que pelear con nada. ¡Oh hermanas mías!, no os aseguréis ni os echéis a dor-mir, que será como el que se acuesta muy sosegado habiendo muy bien cerrado sus puertas por miedo de ladrones, y se los deja en casa. Y ya sabéis que no hay peor ladrón, pues quedamos nosotras mismas, que si no se anda con gran cuidado y cada una -como en negocio más importante que todos- no se mira mucho en andar contradiciendo su voluntad, hay muchas cosas para qui-tar esta santa libertad de espíritu, que pueda volar a su Hacedor sin ir cargada de tierra y de plomo.

2. Gran remedio es para esto traer muy continuo en el pensamiento la vanidad que es todo y cuán presto se acaba, para quitar las afecciones de las cosas que son tan baladíes y ponerla en lo que nunca se ha de acabar. Y aunque parece flaco medio, viene a fortalecer mucho el alma, y en las muy pequeñas cosas traer gran cuidado; en aficionándonos a alguna, procurar apartar el pensamiento de ella y volverle a Dios, y Su Majes-tad ayuda. Y hanos hecho gran merced, que en esta casa lo más está hecho, puesto que este apartarnos de nosotras mismas y ser contra nosotras, es recia cosa,

Page 155: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 155 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

porque estamos muy juntas y nos amamos mucho.3. Aquí puede entrar la verdadera humildad, porque esta virtud y estotra paréceme andan siempre juntas. Son dos hermanas que no hay para qué las apartar. No son éstos los deudos de que yo aviso se aparten, sino que los abracen, y las amen y nunca se vean sin ellas. ¡Oh soberanas virtudes, señoras de todo lo criado, em-peradoras del mundo, libradoras de todos los lazos y enredos que pone el demonio, tan amadas de nuestro enseñador Cristo, que nunca un punto se vio sin ellas! Quien las tuviere, bien puede salir y pelear con todo el infierno junto y contra todo el mundo y sus ocasiones. No haya miedo de nadie, que suyo es el reino de los cielos. No tiene a quién temer, porque nada no se le da de perderlo todo ni lo tiene por pérdida; sólo teme descontentar a su Dios; y suplicarle las sustente en ellas porque no las pierda por su culpa.

4. Verdad es que estas virtudes tienen tal propiedad, que se esconden de quien las posee, de manera que nunca las ve ni acaba de creer que tiene ninguna, aun-que se lo digan; mas tiénelas en tanto, que siempre anda procurando tenerlas, y valas perfeccionando en sí más, aunque bien se señalan los que las tienen; luego se da a entender a los que los tratan, sin querer ellos.

Mas ¡qué desatino ponerme yo a loar humildad y mortificación, estando tan loadas del Rey de la gloria y tan confirmadas con tantos trabajos suyos! Pues, hijas mías, aquí es el trabajar por salir de tierra de Egipto, que en hallándolas hallaréis el maná; todas las cosas os sabrán bien; por mal sabor que al gusto de los del mundo tengan, se os harán dulces.

5. Ahora, pues, lo primero que hemos de procurar es quitar de nosotras el amor de este cuerpo, que somos algunas tan regaladas de nuestro natural, que no hay poco que hacer aquí, y tan amigas de nuestra salud, que es cosa para alabar a Dios la guerra que dan, a monjas en especial, y aun a los que no lo son. Más algunas monjas no parece que venimos a otra cosa al monasterio, sino a procurar no morirnos. Cada una lo procura como puede. Aquí, a la verdad, poco lugar hay de eso con la obra, mas no querría yo hubiese el deseo. Determinaos, hermanas, que venís a morir por

Cristo, y no a regalaros por Cristo; que esto pone el demonio «que para llevar y guardar la Orden»; y tanto enhorabuena se quiere guardar la Orden con pro-curar la salud para guardarla y conservarla, que se muere sin cumplirla enteramente un mes, ni por ven-tura un día. Pues no sé yo a qué venimos.

6. No hayan miedo nos falte discreción en este caso por maravilla, que luego temen los confesores nos hemos de matar con penitencias. Y es tan aborrecido de nosotras esta falta de discreción, que así lo cum-pliésemos todo. Las que lo hicieren al contrario, yo sé que no se les dará nada de que diga esto, ni a mí de que digan juzgo por mí, que dicen verdad. Tengo para mí que así quiere el Señor seamos más enfermas; al menos a mí hízome en serlo gran misericordia, porque como me había de regalar así como así, quiso fuese con causa.

Pues es cosa donosa las que andan con este tor-mento que ellas mismas se dan, y algunas veces dales un deseo de hacer penitencias sin camino ni concierto, que duran dos días, a manera de decir. Después póne-las el demonio en la imaginación que las hizo daño; hácelas temer de la penitencia y no osar después cum-plir la que manda la Orden, «que ya lo probaron». No guardamos unas cosas muy bajas de la Regla -como el silencio, que no nos ha de hacer mal- y no nos ha do-lido la cabeza, cuando dejamos de ir al coro, -que tam-poco nos mata-, y queremos inventar penitencias de nuestra cabeza para que no podamos hacer lo uno ni lo otro. Y a las veces es poco el mal, y nos parece no estamos obligadas a hacer nada, que con pedir licencia cumplimos.

7. Diréis ¿que por qué la da la priora? -A saber lo in-terior, por ventura no haría; mas como le hacéis infor-mación de necesidad yno falta un médico que ayuda por la misma que vos le hacéis, y una amiga que llore al lado, o parienta, ¿qué ha de hacer? Queda con es-crúpulo si falta en la caridad. Quiere más faltéis vos que ella.

8. Estas son cosas que puede ser pasen alguna vez, y porque os guardéis de ellas las pongo aquí. Porque si el demonio nos comienza a amedrentar con que nos faltará la salud, nunca haremos nada. El Señor nos dé luz para acertar en todo, amén.

NOTAS

1 Puesto que, en acepción de aunque. -El pasaje es más claro en la 1ª redacción: Y hanos hecho gran mer-ced, que en esta casa lo más está hecho; más queda desasirnos de nosotros mismos. Este es recio apartar...2 estotra: la virtud del desasimiento, de que viene ha-blando.

Page 156: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 156 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

3 Suplícale debió escribir. En la 1ª redacción concluía así: No tiene a quién temer, sino suplicar a Dios le sustente en ellas para que no las pierda por su culpa.

4 Alusión a Sab 16, 20, y al Ex c. 16.

5 Un corrector enmendó sin motivo el autógrafo: «que esto pone el demonio que es menester para llevar y guardar la orden». -

Recuérdese que pone equivale a sugiere. - Guardar la orden equivale a guardar la observancia de la Orden. –Tanto enhorabuena: tan enhorabuena.

6 En la 1ª redacción escribió más lacónicamente: Creo, y sélo cierto, que tengo más compañeras que tendré injuriadas por hacer lo contrario.

7 En la 1ª redacción era más fina la ironía y fuerza de este pasaje.Algunas veces dales un frenesí de hacer penitencias sin camino ni concierto.... La imaginación que les pone el demonio 'que las hizo daño' 'que ¡nunca más penitencia!, ni la que manda la orden que ya lo proba-ron'. No guardan unas cosas muy bajas de la Regla –como es el silencio, que no nos ha de hacer mal-, y no nos ha venido la imaginación de que nos duele la ca-beza, cuando dejamos de ir al coro -que tampoco nos mata-, un día porque nos dolió, y otro porque nos ha dolido, y otros tres porque no nos duela.

8 Y no le parece justo juzgarnos mal -añadía la 1ª re-dacción-. –En lugar del n. siguiente, la redacción pri-mitiva concluía así: ¡Oh, este quejar -válgame Dios- entre monjas!; que El me lo perdone, que temo es ya cos-tumbre. A mí me acaeció una vez ver esto: que la tenía una de quejarse de la cabeza, y quejábaseme mucho de ella.

Venido a averiguar, poco ni mucho le dolía, sino en otra parte tenía algún dolor. -Todo este capítulo es mucho más espontáneo y finamente cáustico en la re-dacción escurialense.

CAPÍTULO XI

Prosigue en la mortificación, y dice la que se ha de adquirir en las enfermedades.

1. Cosa imperfecta me parece, hermanas mías, este quejarnos siempre con livianos males; si podéis su-frirlo, no lo hagáis. Cuando es grave el mal, él

mismo se queja; es otro quejido y luego se parece. Mirad que sois pocas, y si una tiene esta costumbre es para traer fatigadas a todas, si os tenéis amor y hay caridad; sino que la que estuviere de mal que sea de veras, lo diga y tome lo necesario; que si perdéis el amor propio, sentiréis tanto cualquier re-galo, que no hayáis miedo le toméis sin necesidad ni os quejéis sin causa.

Cuando la hay, sería muy peor no decirlo que tomarle sin ella, y muy malo si no os apiadasen.

2. Más de eso, a buen seguro que adonde hay cari-dad y tan pocas, que nunca falte el cuidado de cura-ros. Mas unas flaquezas y malecillos de mujeres, olvidaos de quejarlas, que algunas veces pone el demonio imaginación de esos dolores; quítanse y pónense.

Si no se pierde la costumbre de decirlo y queja-ros de todo si no fuere a Dios, nunca acabaréis. Por-que este cuerpo tiene una falta, que mientras más le regalan, más necesidades descubre. Es cosa extraña lo que quiere ser regalado; y como tiene aquí algún buen color, por poca que sea la necesidad, engaña a la pobre del alma para que no medre.

3. Acordaos qué de pobres enfermos habrá que no tengan a quién se quejar. Pues pobres y regaladas, no lleva camino. Acordaos también de muchas ca-sadas; -yo sé que las hay- y personas de suerte, que con graves males, por no dar enfado a sus maridos, no se osan quejar, y con graves trabajos. Pues ¡pe-cadora de mí!, sí, que no venimos aquí a ser más regaladas que ellas. ¡Oh, que estáis libres de gran-des trabajos del mundo, sabed sufrir un poquito por amor de Dios sin que lo sepan todos! Pues es una mujer muy malcasada, y porque no sepa su marido lo dice y se queja, pasa mucha malaventura sin des-cansar con nadie, ¿y no pasaremos algo entre Dios y nosotras de los males que nos da por nuestros pe-cados? ¡Cuánto más que es nonada lo que se aplaca el mal!

4. En todo esto que he dicho, no trato de males re-cios, cuando hay calentura mucha, aunque pido haya moderación y sufrimiento siempre, sino unos malecillos que se pueden pasar en pie. Mas ¿qué fuera si éste se hubiera de ver fuera de esta casa?, ¿qué dijeran todas las monjas de mí? Y ¡qué de buena gana, si alguna se enmendara, lo sufriera yo! Porque por una que haya de esta suerte, viene la cosa a términos que, por la mayor parte, no creen a

Page 157: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 157 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

ninguna, por graves males que tenga.Acordémonos de nuestros Padres santos pasados

ermitaños, cuya vida pretendemos imitar: ¡qué pa-sarían de dolores, y qué a solas, y de fríos y hambre y sol y calor, sin tener a quién se quejar sino a Dios! ¿Pensáis que eran de hierro? Pues tan delicados eran como nosotras. Y creed, hijas, que en comen-zando a vencer estos corpezuelos, no nos cansan tanto. Hartas habrá que miren lo que es menester; descuidaos de vosotras, si no fuere a necesidad co-nocida. Si no nos determinamos a tragar de una vez la muerte y la falta de salud, nunca haremos nada.

5. Procurad de no temerla, y dejaros toda en Dios, venga lo que viniere. ¿Qué va en que muramos? De cuantas veces nos ha burlado el cuerpo, ¿no burlaría-mos alguna de él? Y creed que esta determinación importa más de lo que podemos entender; porque de muchas veces que poco a poco lo vayamos haciendo, con el favor del Señor, quedaremos señoras de él. Pues vencer un tal enemigo, es gran negocio para pasar en la batalla de esta vida. Hágalo el Señor como puede. Bien creo no entiende la ganancia sino quien ya goza de la victoria, que es tan grande, a lo que creo, que nadie sentiría pasar trabajo por quedar en este sosiego y señorío.

NOTAS

1 Luego se parece: se pone de manifiesto. -En la 1ª redacción el capítulo comenzaba en términos más pe-rentorios: Cosa imperfectísima me parece, hermanas mías, este aullar y quejar siempre y enflaquecer la habla haciéndola de enferma...2 ... adonde hay «oración» y caridad y tan pocas... -había escrito en la 1ª redacción.3 En la 1ª redacción añadía: Pongo tanto en esto, por-que tengo para mí importa y que es una cosa que tiene muy relajados los monasterios.4 Malcasada: en la acepción de desafortunada en el matrimonio, o - como dice la Santa- «que pasa mucha malaventura».5 La 1ª redacción proseguía: En fín, viene la cosa a términos, que pierden unas por otras; y si alguna hay sufrida, aún los mismos médicos no la creen, como han visto a otras con poco mal quejarse tanto. (Como es para solas mis hijas, todo puede pasar).6 Vamos, escribió la Santa, contracción frecuente en su pluma (como hais por hayais; cf. este mismo cap. en la 1ª red. n. 1).

CAPÍTULO XII

Trata de cómo ha de tener en poco la vida el verdadero amador de Dios, y la honra.

1. Vamos a otras cosas que también importan harto, aunque parecen menudas. Trabajo grande parece todo, y con razón, porque es guerra contra nosotros mismos; mas comenzándose a obrar, obra Dios tanto en el alma y hácela tantas mercedes, que todo le parece poco cuanto se puede hacer en esta vida. Y pues las monjas hacemos lo más, que es dar la libertad por amor de Dios poniéndola en otro poder, y pasan tantos traba-jos, ayunos, silencio, encerramiento, servir el coro, que por mucho que nos queramos regalar es alguna vez, y por ventura sola yo en muchos monasterios que he visto, pues ¿por qué nos hemos de detener en mor-tificar lo interior, pues en esto está el ir todo estotro muy más meritorio y perfecto, y después obrarlo con más suavidad y descanso? Esto se adquiere con ir -como he dicho- poco a poco, no haciendo nuestra vo-luntad y apetito, aun en cosas menudas, hasta acabar de rendir el cuerpo al espíritu.

2. Torno a decir que está el todo o gran parte en perder cuidado de nosotros mismos y nuestro regalo; que quien de verdad comienza a servir al Señor, lo menos que le puede ofrecer es la vida. Pues le ha dado su voluntad, ¿qué teme? Claro está que si es verdadero religioso o verdadero orador, y pretende gozar regalos de Dios, que no ha de volver las espaldas a desear morir por él y pasar martirio.

Pues ¿ya no sabéis, hermanas, que la vida del buen religioso y que quiere ser de los allegados amigos de Dios es un largo martirio?

Largo, porque para compararle a los que de presto los degollaban, puédese llamar largo; mas toda es corta la vida, y algunas cortísimas. ¿Y qué sabemos si seremos de tan corta, que desde una hora o momento que nos determinemos a servir del todo a Dios se acabe? Posible sería; que, en fin, todo lo que tiene fin no hay que hacer caso de ello; y pensando que cada hora es la postrera, ¿quién no la trabajará? Pues creedme que pensar esto es lo más seguro.

3. Por eso mostrémonos a contradecir en todo nuestra voluntad; que si traéis cuidado, como he dicho, sin saber cómo, poco a poco os hallaréis en la cumbre. Mas ¡qué gran rigor parece decir no nos hagamos pla-cer en nada, como no se dice qué gustos y deleites trae

Page 158: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 158 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

consigo esta contradicción y lo que se gana con ella! Aun en esta vida, ¡qué seguridad! Aquí, como todas lo usáis, estáse lo más hecho; unas a otras se despiertan y ayudan; en esto ha cada una procurar ir adelante de las otras.

4. En los movimientos interiores se traiga mucha cuenta, en especial si tocan en mayorías. Dios nos libre, por su Pasión, de decir ni pensar para detenerse en ello «si soy más antigua», «si he más años», «si he trabajado más», «si tratan a la otra mejor». Estos pensamientos, si vinieren, es menester atajarlos con presteza; que si se detienen en ellos, o lo ponen en plática, es pestilencia y de donde nacen grandes males. Si tuvieren priora que consiente cosa de éstas, por poco que sea, crean por sus pecados ha permitido Dios la tengan para comenzarse a perder, y hagan gran oración porque dé el remedio, porque están en gran peligro.

5. Podrá ser que digan «que para qué pongo tanto en esto» y «que va con rigor»; «que regalos hace Dios a quien no está tan desasido».

-Yo lo creo, que con su sabiduría infinita ve que conviene para traerlos a que lo dejen todo por Él. No llamo «dejarlo», entrar en religión, que impedimentos puede haber, y en cada parte puede el alma perfecta estar desasida y humilde; ello a más trabajo suyo, que gran cosa es el aparejo. Más créanme una cosa, que si hay punto de honra o de hacienda (y) esto tan bien puede haberlo en los monasterios como fuera, aunque más quitadas están las ocasiones y mayor sería la culpa), que aunque tengan muchos años de oración (o,) por mejor decir, consideración, porque oración perfecta, en fin, quita estos resabios), que nunca me-drarán mucho ni llegarán a gozar el verdadero fruto de la oración.

6. Mirad si os va algo, hermanas, en estas cosas, pues no estáis aquí a otra cosa. Vosotras no quedáis más honradas, y el provecho perdido para lo que podríais más ganar; así que deshonra y pérdida cabe aquí junto.Cada una mire en sí lo que tiene de humildad y verá lo que está aprovechada. Paréceme que al verdadero hu-milde aun de primer movimiento no osará el demonio tentarle en cosa de mayorías; porque, como es tan sagaz, teme el golpe. Es imposible, si uno es humilde, que no gane más fortaleza en esta virtud, y aprovecha-miento, si el demonio le tienta por ahí; porque está claro que ha de dar vuelta sobre su vida, y mirar lo que ha servido con lo que debe al Señor, y las grandezas

que hizo en bajarse a sí para dejarnos ejemplo de hu-mildad, y mirar sus pecados y adónde merecía estar por ellos. Sale el alma tan gananciosa, que no osa tor-nar otro día por no ir quebrada la cabeza.

7. Este consejo tomad de mí y no se os olvide: que no sólo en lo interior -que sería gran mal no quedar con ganancia-, más en lo exterior procurad la saquen las hermanas de vuestra tentación; si queréis vengaros del demonio y libraros más presto de la tentación, que así como os venga pidáis a la prelada que os mande hacer algún oficio bajo o, como pudiereis, los hagáis vos, y andéis estudiando en esto cómo doblar vuestra volun-tad en cosas contrarias, que el Señor os las descubrirá, y con esto durará poco la tentación. Dios nos libre de personas que le quieren servir acordarse de honra. Mirad que es mala ganancia, y -como he dichola misma honra se pierde con desearla, en especial en las mayorías, que no hay tóxico en el mundo que así mate como estas cosas la perfección.

8. Diréis «que son cosillas naturales, que no hay que hacer caso».-No os burléis con eso, que crece como espuma, y no hay cosa pequeña en tan notable peligro como son estos puntos de honra y mirar si nos hicieron agravio. ¿Sabéis por qué, sin otras hartas cosas? -Por ventura en una comienza por poco y no es casi nada, y luego mueve el demonio a que al otro le parezca mucho, y aun pensará es caridad decirle que cómo consiente aquel agravio, que Dios le dé paciencia, que se lo ofrezcáis, que no sufriera más un santo. Pone un cara-millo en la lengua de la otra, que ya que acabáis con vos de sufrir, quedáis aún tentada de vanagloria de lo que no sufristeis con la perfección que se había de sufrir.

9. Y es esta nuestra naturaleza tan flaca, que aun di-ciéndonos que no hay qué sufrir, pensamos hemos hecho algo y lo sentimos, cuánto más ver que lo sien-ten por nosotras. Y así va perdiendo el alma las oca-siones que había tenido para merecer, y queda más flaca y abierta la puerta al demonio para que otra vez venga con otra cosa peor; y aun podrá acaecer, aun cuando vos queráis sufrirlo, que vengan a vos y os dirán «que si sois bestia», «que bien es que se sientan las cosas». ¡Oh, por amor de Dios, hermanas mías!, que a ninguna le mueva indiscreta caridad para mos-trar lástima de la otra en cosa que toque a estos fingi-dos agravios, que es como la que tuvieron los amigos del santo Job con él, y su mujer.

Page 159: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 159 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

NOTAS

1 En el c. 11, n. 5. -Los pensamientos que preceden tenían otro matiz en la 1ª redacción: Pues ¿por qué nos detenemos en mortificar estos cuerpos en naderías, que es no hacerlos placer en nada, sino andar en cui-dado llevándolos por donde no quieren hasta tenerlos rendidos al espíritu?2 Cf. c. 11, n. 4.3 Verdadero orador: verdadera persona de oración.4 En el n. 1 y en el c. 11, n. 5. -Uno de los censores acotó este pasaje con una larga nota, que luego fue introducida en el texto por el amanuense del ms. de Salamanca. Dice así: No nos hagamos placer etc.: en esta mortificación parece que en todo se huelgan y hacen placer queriéndolo todo; porque tienen lo que quieren y quieren lo que tienen, en lo cual consiste nuestro contentamiento siendo bueno lo que se quiere».5 En esto ha cada una de procurar...6 En la 1ª redacción: ...de donde nacen grandes males en los monasterios. ¡Miren que lo sé mucho!7 En la 1ª redacción: ... clamen a él y toda su oración sea porque dé el remedio en religioso o persona de oración; que quien de veras la tiene con determinación de gozar de las mercedes que hace Dios y regalos en ella, esto del desasimiento a todos conviene.8 Punto de honra o de hacienda: vana estima o deseo de una u otra. En la 1ª redacción había escrito: punto de honra o deseo de hacienda.9 Alusión a una especie de ley del código del honor. En la 1ª redacción la alusión es explícita.10 Mirar (comparar) lo que ha servido con lo que debe. Al margen anotó uno de los censores: «remedio de humildes contra la soberbia».11 No osa tornar «el demonio», añadió la Santa en el ms. deMadrid.12 La 1ª redacción añadía: (en cosas contrarias...) y con mortificaciones públicas, pues se usan en esta casa. Como de pestilencia huid de tales tentaciones del demonio, y procurad que esté poco con vos».13 En el n. 6.14 Caramillo era una flautilla de caña, y en sentido figurado, «chisme o enredo». «Poner un caramillo en la lengua» es «inducir a algo seduciendo».15 En la 1ª redacción añadía una de sus típicas excla-maciones finamente irónica: ¡Uh, que si hay alguna amiga!16 Job 2, 11. -En el ms. de Toledo la Santa enmendó

la frase final, equívoca: ... y la que tuvo su mujer.CAPÍTULO XIII

Prosigue en la mortificación, y cómo ha de huir de los puntos y razones del mundo para llegarse a la verdadera razón.

1. Muchas veces os lo digo, hermanas, y ahora lo quiero dejar escrito aquí, porque no se os olvide, que en esta casa, y aun toda persona que quisiere ser per-fecta, huya mil leguas de «razón tuve», «hiciéronme sinrazón», «no tuvo razón quien esto hizo conmigo»...

De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro buen Jesús sufriese tantas inju-rias y se las hiciesen y tantas sinrazones? La que no quisiere llevar cruz sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio; tór-nese al mundo, adonde aun no le guardarán esas razo-nes. ¿Por ventura podéis pasar tanto que no debáis más?

¿Qué razón es ésta? Por cierto, yo no la entiendo.

2. Cuando nos hicieren alguna honra o regalo o buen tratamiento, saquemos esas razones, que cierto es con-tra razón nos le hagan en esta vida. Mas cuando agra-vios -que así los nombran sin hacernos agravio-, yo no sé qué hay que hablar. O somos esposas de tan gran rey, o no. Si lo somos, ¿qué mujer honrada hay que no participe de las deshonras que a su esposo hacen? Aunque no lo quiera por su voluntad, en fin, de honra o deshonra participan entrambos. Pues tener parte en su reino y gozarle, y de las deshonras y trabajos querer quedar sin ninguna parte, es disparate.

3. No nos lo deje Dios querer, sino que la que le pare-ciere es tenida entre todas en menos, se tenga por más bienaventurada; y así lo es, si lo lleva como lo ha de llevar, que no le faltará honra en esta vida ni en la otra. Créanme esto a mí. Mas qué disparate he dicho, que me crean a mí, diciéndolo la verdadera Sabiduría.

Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humil-dad de la Virgen Sacratísima, cuyo hábito traemos, que es confusión nombrarnos monjas suyas; que por mucho que nos parezca nos humillamos, quedamos bien cortas para ser hijas de tal Madre y esposas de tal Esposo.

Así que si las cosas dichas no se atajan con diligen-cia, lo que hoy no parece nada mañana por ventura será pecado venial; y es de tan mala digestión, que si os dejáis no quedará solo. Es cosa muy mala para con-gregaciones.

Page 160: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 160 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

4. En esto habíamos de mirar mucho las que estamos en ella, por no dañar a las que trabajan por hacernos bien y darnos buen ejemplo. Y si entendiésemos cuán gran daño se hace en que se comience una mala cos-tumbre, más querríamos morir que ser causa de ello; porque es muerte corporal, y pérdidas en las almas es gran pérdida y que no parece se acaba de perder; por-que muertas unas vienen otras, y a todas por ventura les cabe más parte de una mala costumbre que pusi-mos, que de muchas virtudes; porque el demonio no la deja caer, y las virtudes la misma flaqueza natural las hace perder.

5. ¡Oh, qué grandísima caridad haría y qué gran servi-cio a Dios la monja que en sí viese que no puede llevar las costumbres que hay en esta casa, conocerlo e irse! Y mire que le cumple, si no quiere tener un infierno acá y plega a Dios no sea otro allá, porque hay muchas causas para temer esto, y por ventura ella ni las demás no lo entenderán como yo.

6. Créanme en esto, y si no, el tiempo les doy por tes-tigo. Porque el estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas, sino ermitañas, y así se desasen de todo lo criado, y a quien el Señor ha escogido para aquí, particularmente veo la hace esta merced.

Aunque ahora no sea en toda perfección, vese que va ya a ella por el gran contento que le da y alegría ver que no ha de tornar a tratar con cosa de la vida, y el sabor todas las de la Religión.

Torno a decir que si inclina a cosas del mundo, que se vaya si no se ve ir aprovechando; e irse, si todavía quiere ser monja, a otro monasterio, y si no, verá cómo le sucede. No se queje de mí, que comencé éste, por-que no la aviso.

7. Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy buena vida; en queriendo algo más, se perderá todo, porque no lo puede tener; y alma descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar, la da en rostro, y de lo que los sanos toman gran gusto comer, le hace asco en el estómago. En otra parte se salvará mejor, y podrá ser que poco o poco llegue a la perfec-ción que aquí no pudo sufrir por tomarse por junto. Que aunque en lo interior se aguarde tiempo para del todo desasirse y mortificarse, en lo exterior ha de ser luego. Y a quien con ver que todas lo hacen y con andar en tan buena compañía siempre, no le aprovecha en un año, temo que no aprovechará en muchos, más,

sino menos. No digo sea tan cumplidamente como en las otras, más que se entienda va cobrando salud, que luego se ve cuándo el mal es mortal.

CAPÍTULO XIV

En que trata lo mucho que importa no dar profesión a ninguna que vaya contrario su espíritu de las cosas que quedan dichas.

1. Bien creo que favorece el Señor mucho a quien bien se determina, y por eso se ha de mirar qué in-tento tiene la que entra, no sea sólo por remediarse (como) acaecerá a muchas), puesto que el Señor puede perfeccionar este intento, si es persona de buen entendimiento, que si no, en ninguna manera se tome; porque ni ella se entenderá cómo entra, ni des-pués a las que la quisieren poner en lo mejor. Porque, por la mayor parte, quien esta falta tiene, siempre les parece atinan más lo que les conviene que los más sabios; y es mal que le tengo por incurable, porque por maravilla deja de traer consigo malicia. Adonde hay muchas, podráse tolerar, y entre tan pocas no se podrá sufrir.2. Un buen entendimiento, si se comienza a aficionar al bien, ásese a él con fortaleza, porque ve es lo más acertado; y cuando no aproveche para mucho espí-ritu, aprovechará para buen consejo y para hartas cosas, sin cansar a nadie. Cuando éste falta, yo no sé para qué puede aprovechar en comunidad, y podría dañar harto.Esta falta no se ve muy en breve, porque muchas hablan bien y entienden mal, y otras hablan corto y no muy cortado, y tienen entendimiento para mucho bien. Que hay unas simplicidades santas que saben poco para negocios y estilo de mundo, y mucho para tratar con Dios. Por eso es menester gran informa-ción para tomarlas y larga probación para hacerlas profesas. Entienda una vez el mundo que tenéis li-bertad para echarlas, que en monasterio donde hay asperezas, muchas ocasiones hay, y como se use, no lo tendrán por agravio.

3. Digo esto, porque son tan desventurados estos tiempos y tanta nuestra flaqueza, que no basta te-nerlo por mandamiento de nuestros pasados, para que dejemos de mirar lo que han tomado por honra los presentes para no agraviar los deudos. Plega a Dios no lo paguemos en la otra vida las que las ad-mitimos, que nunca falta un color con que nos hace-mos entender se sufre hacerlo.

Page 161: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 161 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

4. Y éste es un negocio que cada una por sí le había de mirar y encomendar a Dios y animar a la prelada, pues es cosa que tanto importa. Y así suplico a Dios en ello os dé luz, que harto bien tenéis en no recibir dotes, que adonde se toman podría acaecer que por no tornar a dar el dinero -que ya no lo tienen- dejen el ladrón en casa que les robe el tesoro, que no es pequeña lástima. Vosotras, para en este caso, no la tengáis de nadie, porque será dañar a quien pretendéis hacer provecho.

CAPÍTULO XV

Que trata del gran bien que hay en no disculparse, aunque se vean condenar sin culpa.

1. Confusión grande me hace lo que os voy a persua-dir, porque había de haber obrado siquiera algo de lo que os digo en esta virtud; es así que yo confieso haber aprovechado muy poco. Jamás me parece me falta una causa para parecerme mayor virtud dar disculpa. Como algunas veces es lícito y sería mal no lo hacer, no tengo discreción -o, por mejor decir, humildad- para hacerlo cuando conviene. Porque, verdadera-mente, es de gran humildad verse condenar sin culpa y callar, y es gran imitación del Señor que nos quitó todas las culpas. Y así os ruego mucho traigáis en esto gran estudio, porque trae consigo grandes ganancias, y en procurar nosotras mismas librarnos de culpa, nin-guna, ninguna veo, si no es

-como digo- en algunos casos que podría causar enojo o escándalo no decir la verdad. Esto quien tu-viere más discreción que yo lo entenderá.

2. Creo va mucho en acostumbrarse a esta virtud, o en procurar alcanzar del Señor verdadera humildad, que de aquí debe venir;porque el verdadero humilde ha de desear con verdad ser tenido en poco y perseguido y condenado sin culpa, aun en cosas graves.

Porque si quiere imitar al Señor, ¿en qué mejor puede que en esto?

Que aquí no son menester fuerzas corporales ni ayuda de nadie, sino de Dios.

3. Estas virtudes grandes, hermanas mías, querría yo estudiásemos mucho e hiciésemos penitencia, que en demasiadas penitencias ya sabéis os voy a la mano, porque pueden hacer daño a la salud si son sin discre-ción. En estotro no hay que temer, porque por grandes que sean las virtudes interiores, no quitan las fuerzas del cuerpo para servir la religión, sino fortalecen el

alma; y de cosas muy pequeñas se pueden -como he dicho otras veces- acostumbrar para salir con victoria en las grandes. En éstas no he yo podido hacer esta prueba, porque nunca oí decir cosa mala de mí que no viese quedaban cortos; porque, aunque no era en las mismas cosas, tenía ofendido a Dios en otras muchas, y parecíame habían hecho harto en dejar aquéllas, y siempre me huelgo yo más que digan de mí lo que no es, que no las verdades.

4. Ayuda mucho traer consideración de lo mucho que se gana por todas vías y cómo nunca -bien mirado- nunca nos culpan sin culpas, que siempre andamos llenas de ellas, pues cae siete veces al día el justo, y sería mentira decir no tenemos pecado. Así que, aun-que no sea en lo mismo que nos culpan, nunca esta-mos sin culpa del todo, como lo estaba el buen Jesús.

5. ¡Oh Señor mío!, cuando pienso por qué de maneras padecisteis y cómo por ninguna lo merecíais, no sé qué me diga de mí, ni dónde tuve el seso cuando no deseaba padecer, ni adónde estoy cuando me disculpo. Ya sabéis Vos, Bien mío, que si tengo algún bien, que no es dado por otras manos sino por las vuestras. Pues ¿qué os va,

Señor, más en dar mucho que poco? Si es por no lo merecer yo, tampoco merecía las mercedes que me habéis hecho. ¿Es posible que he yo de querer que sienta nadie bien de cosa tan mala, habiendo dicho tantos males de Vos, que sois bien sobre todos los bie-nes? No se sufre, no se sufre, Dios mío -ni querría yo lo sufrieseis Vos- que haya en vuestra sierva cosa que no contente a vuestros ojos. Pues mirad, Señor, que los míos están ciegos y se contentan de muy poco. Dadme Vos luz y haced que con verdad desee que todos me aborrezcan, pues tantas veces os he dejado a Vos, amándome con tanta fidelidad.

6. ¿Qué es esto, mi Dios? ¿Qué pensamos sacar de contentar a las criaturas? ¿Qué nos va en ser muy cul-padas de todas ellas, si delante del Señor estamos sin culpa? ¡Oh hermanas mías, que nunca acabamos de entender esta verdad, y así nunca acabamos de estar perfectas, si mucho no la andamos considerando y pensando qué es lo que es y qué es lo que no es!

Pues cuando no hubiese otra ganancia sino la con-fusión que le quedará a la persona que os hubiere cul-pado de ver que vos sin ella os dejáis condenar, es grandísimo. Más levanta una cosa de éstas a las veces el alma que diez sermones. Pues todas hemos de pro-curar de ser predicadoras de obras, pues el Apóstol y

Page 162: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 162 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

nuestra inhabilidad nos quita que lo seamos en las pa-labras.

7. Nunca penséis ha de estar secreto el mal o el bien que hiciereis, por encerradas que estéis. Y ¿pensáis que aunque vos, hija, no os disculpéis, ha de faltar quien torne de vos? Mirad cómo respondió el Señor por la Magdalena en casa del Fariseo y cuando su her-mana la culpaba. No os llevará por el rigor que a sí, que ya al tiempo que tuvo un ladrón que tornase por El, estaba en la cruz; así que Su Majestad moverá a quien torne por vosotras, y cuando no, no será menes-ter. Esto yo lo he visto y es así, aunque no querría se os acordase, sino que os holgaseis de quedar culpadas, y el provecho que veréis en vuestra alma, el tiempo os doy por testigo. Porque se comienza a ganar libertad y no se da más que digan mal que bien, antes parece es negocio ajeno. Y es como cuando están hablando dos personas, y como no es con nosotras mismas, estamos descuidadas de la respuesta. Así es acá: con la costum-bre que está hecha de que no hemos de responder, no parece hablan con nosotras.

Parecerá esto imposible a los que somos muy sen-tidos y poco mortificados. A los principios dificultoso es; mas yo sé que se puede alcanzar esta libertad y negación y desasimiento de nosotros mismos con el favor del Señor.

CAPÍTULO XVI

De la diferencia que ha de haber en la perfección de la vida de los contemplativos a los que se contentan con oración mental, y cómo es posible algunas veces subir Dios un alma distraída a perfecta contemplación y la causa de ello. -Es mucho de notar este capítulo y el que viene cabe él.

1. Y no os parezca mucho todo esto, que voy enta-blando el juego, como dicen. Pedísteisme os dijese el principio de oración; yo, hijas, aunque no me llevó Dios por este principio, porque aún no le debo tener de estas virtudes, no sé otro. Pues creed que quien no sabe concertar las piezas en el juego de ajedrez, que sabrá mal jugar, y si no sabe dar jaque, no sabrá dar mate. Así me habéis de reprender porque hablo en cosa de juego, no le habiendo en esta casa ni habién-dole de haber. Aquí veréis la madre que os dio Dios, que hasta esta vanidad sabía; mas dicen que es lícito algunas veces. Y cuán lícito será para nosotras esta manera de jugar, y cuán presto, si mucho lo usamos, daremos mate a este Rey divino, que no se nos podrá ir de las manos ni querrá.

2. La dama es la que más guerra le puede hacer en este juego, y todas las otras piezas ayudan. No hay dama que así le haga rendir como la humildad. Esta le trajo del cielo en las entrañas de la Virgen, y con ella le traeremos nosotras de un cabello a nuestras almas. Y creed que quien más tuviere, más le tendrá, y quien menos, menos. Porque no puedo yo entender cómo haya ni pueda haber humildad sin amor, ni amor sin humildad, ni es posible estar estas dos vir-tudes sin gran desasimiento de todo lo criado.

3. Diréis, mis hijas, «que para qué os hablo en virtu-des, que hartos libros tenéis que os las enseñan, que no queréis sino contemplación». -Digo yo que aun si pidierais meditación pudiera hablar de ella y aconse-jar a todos la tuvieran, aunque no tengan virtudes; porque es principio para alcanzar todas las virtudes, y cosa que nos va la vida en comenzarla todos los cristianos, y ninguno, por perdido que sea, si Dios le despierta a tan gran bien, lo habrá de dejar, como ya tengo escrito en otra parte, y otros muchos que saben lo que escriben, que yo por cierto que no lo sé; Dios lo sabe.

4. Mas contemplación es otra cosa, hijas, que éste es el engaño que todos traemos, que en llegándose uno un rato cada día a pensar sus pecados (que) está obli-gado a ello si es cristiano de más que nombre), luego dicen es muy contemplativo, y luego le quieren con tan grandes virtudes como está obligado a tener el muy contemplativo, y aun él se quiere, mas yerra. En los principios no supo entablar el juego: pensó bastaba conocer las piezas para dar mate, y es imposible, que no se da este Rey sino a quien se le da del todo.

5. Así que, hijas, si queréis que os diga el camino para llegar a la contemplación, sufrid que sea un poco larga en cosas aunque no os parezcan luego tan importantes, aunque a mi parecer no lo dejan de ser. Y si no las queréis oír ni obrar, quedaos con vuestra oración men-tal toda vuestra vida, que yo os aseguro a vosotras y a todas las personas que pretendieren este bien (ya) puede ser yo me engañe, porque juzgo por mí que lo procuré veinte años) que no lleguéis a verdadera con-templación.

6. Quiero ahora declarar -porque algunas no lo enten-deréis- qué es oración mental, y plega a Dios que ésta tengamos como se ha de tener; mas también he miedo que se tiene con harto trabajo si no se procuran las virtudes, aunque no en tan alto grado como para la

Page 163: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 163 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

contemplación son menester. Digo que no vendrá el Rey de la gloria a nuestra alma -digo a estar unido con ella- si no nos esforzamos a ganar las virtudes gran-des. Quiérolo declarar, porque si en alguna cosa que no sea verdad me tomáis, no creeréis cosa, y tendríais razón si fuese con advertencia, mas no me dé Dios tal lugar; será no saber más, o no lo entender. Quiero, pues, decir que algunas veces querrá Dios a personas que estén en mal estado hacerles tan gran favor para sacarlas por este medio de las manos al demonio.

7. ¡Oh Señor mío, qué de veces os hacemos andar a brazos con el demonio! ¿No bastara que os dejasteis tomar en ellos cuando os llevó al pináculo, para ense-ñarnos a vencerle? Mas, ¡qué sería, hijas, ver junto a aquel Sol con las tinieblas y qué temor llevaría aquel desventurado sin saber de qué, que no permitió Dios lo entendiese! Bendita sea tanta piedad y misericordia; que vergüenza habíamos de haber los cristianos de ha-cerle andar cada día a brazos -como he dicho- con tan sucia bestia. Bien fue menester, Señor, los tuvieseis tan fuertes; mas ¿cómo no os quedaron flacos de tan-tos tormentos como pasasteis en la cruz? ¡Oh, que todo lo que se pasa con amor torna a soldarse! Y así creo, si quedarais con la vida, el mismo amor que nos tenéis tornara a soldar vuestras llagas, que no fuera menester otra medicina. ¡Oh Dios mío, y quién la pu-siese tal en todas las cosas, que me diesen pena y tra-bajos!

Qué de buena gana las desearía, si tuviese cierto ser curada con tan saludable ungüento!

8. Tornando a lo que decía, hay almas que entiende Dios que por este medio las puede granjear para sí. Ya que las ve del todo perdidas, quiere Su Majestad que no quede por Él, y aunque estén en mal estado y faltas de virtudes, dale gustos y regalos y ternura que la co-mienza a mover los deseos, y aun pónela en contem-plación algunas veces, pocas, y dura poco. Y esto, como digo, hace porque las prueba si con aquel favor se querrán disponer a gozarle muchas veces. Mas si no se dispone, perdonen –o perdonadnos Vos, Señor, por mejor decir- que harto mal es que os lleguéis Vos a un alma de esta suerte, y se llegue ella después a cosa de la tierra para atarse a ella.

9. Tengo para mí que hay muchos con quien Dios nuestro Señor hace esta prueba, y pocos los que se disponen para gozar de esta merced; que cuando el Señor la hace y no queda por nosotros, tengo por cierto que nunca cesa de dar hasta llegar a muy alto

grado. Cuando no nos damos a Su Majestad con la determinación que Él se da a nosotros, harto hace de dejarnos en oración mental y visitarnos de cuando en cuando, como a criados que están en su viña. Mas es-totros son hijos regalados, no los querría quitar de cabe sí; ni los quita, porque ya ellos no se quieren quitar; siéntalos a su mesa, dales de lo que come hasta quitar el bocado de la boca para dársele.

10. ¡Oh dichoso cuidado, hijas mías! ¡Oh bienaventu-rada dejación de cosas tan pocas y tan bajas, que llega a tan gran estado! Mirad qué se os dará, estando en los brazos de Dios, que os culpe todo el mundo. Poderoso es para libraros de todo, que una vez que mandó hacer el mundo, fue hecho: su querer es obra. Pues no hayáis miedo que si no es para más bien del que le ama, con-sienta hablar contra vos: no quiere tan poco a quien le quiere. Pues ¿por qué, mis hermanas, no le mostrare-mos nosotras, en cuanto podemos, el amor? Mirad que es hermoso trueco dar nuestro amor por el suyo.

Mirad que lo puede todo y acá no podemos nada sino lo que Él nos hace poder. Pues ¿qué es esto que hacemos por Vos, Señor, Hacedor nuestro? Que es tanto como nada, una determinacioncilla.Pues si lo que no es nada quiere Su Majestad que me-rezcamos por ello el todo, no seamos desatinadas.

11. ¡Oh Señor! que todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa sino al camino, presto llegaríamos; mas damos mil caídas y tropiezos y erramos el camino por no poner los ojos -como digo- en el verdadero camino. Parece que nunca se anduvo, según se nos hace nuevo. Cosa es para lastimar, por cierto, lo que algunas veces pasa.Pues tocar en un puntito de ser menos, no se sufre, ni parece se ha de poder sufrir; luego dicen: «¡no somos santos!». [12] Dios nos libre, hermanas, cuando algo hiciéremos no perfecto decir: «no somos ángeles», «no somos santas». Mirad que, aunque no lo somos, es gran bien pensar, si nos esforzamos, lo podríamos ser, dándonos Dios la mano; y no hayáis miedo que quede por Él, si no queda por nosotras. Y pues no ve-nimos aquí a otra cosa, manos a labor, como dicen: no entendamos cosa en que se sirve más el Señor, que no presumamos salir con ella con su favor. Esta presun-ción querría yo en esta casa, que hace siempre crecer la humildad: tener una santa osadía, que Dios ayuda a los fuertes y no es aceptador de personas.

13. Mucho me he divertido. Quiero tornar a lo que decía, que es declarar qué es oración mental y contem-

Page 164: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 164 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

plación. Impertinente parece, más para vosotras todo pasa; podrá ser lo entendáis mejor por mi grosero es-tilo que por otros elegantes. El Señor me dé favor para ello, amén.

CAPÍTULO XVII

De cómo no todas las almas son para contemplación, y cómo al-gunas llegan a ella tarde, y que el verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor.

1. Parece que me voy entrando en la oración, y fáltame un poco por decir, que importa mucho, porque es de la humildad y es necesario en esta casa; porque es el ejercicio principal de oración y, como he dicho, cum-ple mucho tratéis de entender cómo ejercitaros mucho en la humildad, y éste es un gran punto de ella y muy necesario para todas las personas que se ejercitan en oración: ¿cómo podrá el verdadero humilde pensar que es él tan bueno como los que llegan a ser contem-plativos? Que Dios le puede hacer tal, sí, por su bon-dad y misericordia. Mas, de mi consejo, siempre se siente en el más bajo lugar, que así nos dijo el Señor lo hiciésemos y nos lo enseñó por la obra. Dispóngase para si Dios le quisiere llevar por ese camino. Cuando no, para eso es la humildad, para tenerse por dichosa en servir a las siervas del Señor y alabarle porque, mereciendo ser sierva de los demonios en el infierno, la trajo Su Majestad entre ellas.

2. No digo esto sin gran causa, porque, como he dicho, es cosa que importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino, y por ventura el que le pa-reciere va por muy más bajo, está más alto en los ojos del Señor.

Así que no porque en esta casa todas traten de ora-ción, han de ser todas contemplativas. Es imposible. Y será gran desconsolación para la que no lo es, no en-tender esta verdad, que esto es cosa que lo da Dios; y pues no es necesario para la salvación, ni nos lo pide de premio, no piense se lo pedirá nadie. Que por eso no dejará de ser muy perfecta si hace lo que queda dicho. Antes podrá ser tenga mucho más mérito, por-que es a más trabajo suyo y la lleva el Señor como a fuerte y la tiene guardado junto todo lo que aquí no goza.

No por eso desmaye ni deje la oración y de hacer lo que todas, que a las veces viene el Señor muy tarde y paga tan bien y tan por junto como en muchos años ha ido dando a otros.

3. Yo estuve más de catorce que nunca podía tener aun meditación sino junto con lección. Habrá muchas per-sonas de este arte, y otras que, aunque sea con la lec-ción, no puedan tener meditación, sino rezar vocalmente, y aquí se detienen más. Hay pensamien-tos tan ligeros que no pueden estar en una cosa, sino siempre desasosegados, y en tanto extremo que, si quieren detenerle a pensar en Dios, se les va a mil disparates y escrúpulos y dudas.Yo conozco una persona bien vieja, de harto buena vida, penitente y muy sierva de Dios, y gasta hartas horas, hartos años ha, en oración vocal, y en mental no hay remedio; cuando más puede, poco a poco en las oraciones vocales se va deteniendo. Y otras personas hay hartas de esta manera, y si hay humildad, no creo yo saldrán peor libradas al cabo, sino muy en igual de los que llevan muchos gustos, y con más seguridad en parte; porque no sabemos si los gustos son de Dios o si los pone el demonio. Y si no son de Dios, es más peligro, porque en lo que él trabaja aquí es en poner soberbia; que si son de Dios, no hay que temer; con-sigo traen la humildad, como escribí muy largo en el otro libro.4. Estotros andan con humildad, sospechosos que es por su culpa, siempre con cuidado de ir adelante. No ven a otros llorar una lágrima, que, si ella no las tiene, no le parezca está muy atrás en el servicio de Dios, y debe estar por ventura muy más adelante; porque no son las lágrimas, aunque son buenas, todas perfectas; y la humildad y mortificación y desasimiento y otras virtudes, siempre hay más seguridad. No hay qué temer, ni hayáis miedo que dejéis de llegar a la perfec-ción como los muy contemplativos.

5. Santa era santa Marta, aunque no dicen era contem-plativa. Pues ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? Si se estuviera como la Magdalena, embebidas, no hubiera quien diera de comer a este divino Huésped. Pues pensad que es esta congregación la casa de santa Marta y que ha de haber de todo. Y las que fueren llevadas por la vida activa, no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que, por la mayor parte, hace des-cuidar de sí y de todo.

6. Acuérdense que es menester quien le guise la co-mida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con

Page 165: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 165 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Marta. Miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos, y siempre hallarse indig-nos de llamarse sus siervos. Pues si contemplar y tener oración mental y vocal y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar -sea en lo más bajo-, todo es servir al Huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro?

7. No digo yo que quede por nosotras, sino que lo probéis todo, porque no está esto en vuestro escoger, sino en el del Señor. Más si después de muchos años quisiere a cada una para su oficio, gentil humildad será querer vosotras escoger. Dejad hacer al Señor de la casa. Sabio es, poderoso es, entiende lo que os con-viene y lo que le conviene a Él también. Estad seguras que haciendo lo que es en vosotras y aparejándoos para contemplación con la perfección que queda dicha, que si Él no os la da (lo) que creo no dejará de dar, si es de veras el desasimiento y humildad), que os tiene guardado este regalo para dároslo junto en el cielo, y que - como otra vez he dicho- os quiere llevar como a fuertes, dándoos acá cruz como siempre Su Majestad la tuvo. ¿Y qué mejor amistad que querer lo que quiso para Sí para vos? Y pudiera ser no tuvierais tanto premio en la contemplación. Juicios son suyos, no hay que meternos en ellos. Harto bien es que no quede a nuestro escoger, que luego -como nos parece más descanso- fuéramos todos grandes contemplati-vos.

¡Oh gran ganancia, no querer ganar por nuestro pa-recer para no temer pérdida, pues nunca permite Dios la tenga el bien mortificado, sino para ganar más!

CAPÍTULO XVIII

Que prosigue en la misma materia y dice cuánto mayores son los trabajos de los contemplativos que de los activos. -Es de mucha consolación para ellos.

1. Pues yo os digo, hijas, a las que no lleva Dios por este camino, que a lo que he visto y entendido de los que van por él, que no llevan la cruz más liviana y que os espantaríais por las vías y maneras que las da Dios. Yo sé de unos y de otros, y sé claro que son intolera-bles los trabajos que Dios da a los contemplativos, y son de tal suerte, que si no les diese aquel manjar de gustos no se podrían sufrir. Y está claro que, pues lo es que a los que Dios mucho quiere lleva por camino de

trabajos, y mientras más los ama, mayores, no hay por qué creer que tiene aborrecidos los contemplativos, pues por su boca los alaba y tiene por amigos.

2. Pues creer que admite a su amistad estrecha gente regalada y sin trabajos, es disparate. Tengo por muy cierto se los da Dios mucho mayores. Y así como los lleva por camino barrancoso y áspero, y a las veces que les parece se pierden y han de comenzar de nuevo a tornarle a andar, que así ha menester Su Majestad darles mantenimiento, y no de agua, sino de vino, para que, emborrachados, no entiendan lo que pasan, y lo puedan sufrir. Y así pocos veo verdaderos contempla-tivos que no los vea animosos y determinados a pade-cer; que lo primero que hace el Señor, si son flacos, es ponerles ánimo y hacerlos que no teman trabajos.

3. Creo piensan los de la vida activa, por un poquito que los ven regalados, que no hay más que aquello. Pues yo digo que por ventura un día de los que pasan no lo pudieseis sufrir. Así que el Señor, como conoce a todos para lo que son, da a cada uno su oficio, el que más ve conviene a su alma y al mismo Señor y al bien de los prójimos; y como no quede por no os haber dispuesto, no hayáis miedo se pierda vuestro trabajo. Mirad que digo que todas lo procuremos, pues no es-tamos aquí a otra cosa; y no un año, ni dos solos, ni aun diez, porque no parezca lo dejamos de cobardes, y es bien que el Señor entienda no queda por nosotras; como los soldados que, aunque mucho hayan servido, siempre han de estar a punto para que el capitán los mande en cualquier oficio que quiera ponerlos, pues les ha de dar su sueldo. ¡Y cuán mejor pagado lo paga nuestro Rey que los de la tierra!

4. Como los ve presentes y con gana de servir y tiene ya entendido para lo que es cada uno, reparte los ofi-cios como ve las fuerzas; y si no estuviesen presentes, no les daría nada ni mandaría en qué sirviesen.Así que, hermanas, oración mental, y quien ésta no pudiere, vocal y lección y coloquios con Dios, como después diré. No se deje las horas de oración que todas. No sabe cuándo llamará el Esposo (no) os acaezca como a las vírgenes locas) y la querrá dar más trabajo, disfrazado con gusto. Si no, entiendan no son para ello y que les conviene aquello, y aquí entra el merecer con la humildad creyendo con verdad que aun para lo que hacen no son.

5. Andar alegres sirviendo en lo que les mandan, como he dicho; y si es de veras esta humildad, bien-

Page 166: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 166 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

aventurada tal sierva de vida activa, que no murmu-rará sino de sí. Deje a las otras con su guerra, que no es pequeña. Porque aunque en las batallas el al-férez no pelea, no por eso deja de ir en gran peligro, y en lo interior debe de trabajar más que todos; por-que como lleva la bandera, no se puede defender, y aunque le hagan pedazos no la ha de dejar de las manos. Así los contemplativos han de llevar levan-tada la bandera de la humildad y sufrir cuantos gol-pes les dieren sin dar ninguno; porque su oficio es padecer como Cristo, llevar en alto la cruz, no la dejar de las manos por peligros en que se vean, ni que vean en él flaqueza en padecer; para eso le dan tan honroso oficio. Mire lo que hace, porque si él deja la bandera, perderse a la batalla. Y así creo que se hace gran daño en los que no están tan adelante, si a los que tienen ya en cuento de capitanes y ami-gos de Dios les ven no ser sus obras conforme al oficio que tienen.

6. Los demás soldados vanse como pueden, y a las veces se apartan de donde ven el mayor peligro, y no los echa nadie de ver ni pierden honra; estotros llevan todos los ojos en ellos, no se pueden bullir.

Así que bueno es el oficio, y honra grande y mer-ced hace el rey a quien le da, mas no se obliga a poco en tomarle. Así que, hermanas, no sabemos lo que pe-dimos; dejemos hacer al Señor; que hay algunas per-sonas que por justicia parece quieren pedir a Dios regalos. ¡Donosa manera de humildad! Por eso hace bien el conocedor de todos, que pocas veces creo lo da a éstos: ve claro que no son para beber el cáliz.

7. Vuestro entender, hijas, si estáis aprovechadas, será en si entendiere cada una es la más ruin de todas, y esto que se entienda en sus obras que lo conoce así para aprovechamiento y bien de las otras; y no en la que tiene más gustos en la oración y arrobamientos o visiones o mercedes que hace el Señor de esta suerte, que hemos de aguardar al otro mundo para ver su valor.

Estotro es moneda que se corre, es renta que no falta, son juros perpetuos y no censos de al quitar, que estotro quítase y pónese; una virtud grande de humil-dad y mortificación, de gran obediencia en no ir en un punto contra lo que manda el prelado, que sabéis ver-daderamente que os lo manda Dios, pues está en su lugar.

En esto de obediencia es en lo que más había de poner, y por parecerme que, si no la hay, es no ser monjas, no digo nada de ello, porque hablo con mon-

jas, y a mi parecer buenas, al menos que lo desean ser. En cosa tan sabida e importante, no más de una pala-bra porque no se olvide.

8. Digo que quien estuviere por voto debajo de obe-diencia y faltare no trayendo todo cuidado en cómo cumplirá con mayor perfección este voto, que no sé para qué está en el monasterio; al menos yo la aseguro que mientras aquí faltare, que nunca llegue a ser con-templativa ni aun buena activa; y esto tengo por muy muy cierto.

Y aunque no sea persona que tiene a esto obliga-ción, si quiere o pretende llegar a contemplación, ha menester, para ir muy acertada, dejar su voluntad con toda determinación en un confesor que sea tal. Porque esto es ya cosa muy sabida, que aprovechan más de esta suerte en un año que sin esto en muchos, y para vosotras no es menester, no hay que hablar de ello.

9. Concluyo con que estas virtudes son las que yo deseo tengáis, hijas mías, y las que procuréis y las que santamente envidiéis. Eso tras devociones no curéis de tener pena por no tenerlas; es cosa incierta. Podrá ser en otras personas sean de Dios, y en vos permitirá Su Majestad sea ilusión del demonio y que os engañe, como ha hecho a otras personas. En cosa dudosa ¿para qué queréis servir al Señor, teniendo tanto en qué se-guro? ¿Quién os mete en esos peligros?

10. Heme alargado tanto en esto, porque sé conviene, que esta nuestra naturaleza es flaca, y a quien Dios quisiere dar la contemplación, Su Majestad le hará fuerte; a los que no, heme holgado de dar estos avisos, por donde también se humillarán los contemplativos.

El Señor, por quien es, nos dé luz para seguir en todo su voluntad, y no habrá de qué temer.

CAPÍTULO XIX

Que comienza a tratar de la oración. -Habla con almas que no pueden discurrir con el entendimiento.

1. Ha tantos días que escribí lo pasado sin haber te-nido lugar para tornar a ello, que si no lo tornase a leer no sé lo que decía. Por no ocupar tiempo habrá de ir como saliere, sin concierto. Para entendimientos con-certados y almas que están ejercitadas y pueden estar consigo mismas, hay tantos libros escritos y tan bue-nos y de personas tales, que sería yerro hicieseis caso de mi dicho en cosa de oración, pues, como digo, te-

Page 167: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 167 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

néis libros tales adónde van por días de la semana re-partidos los misterios de la vida del Señor y de su Pasión, y meditaciones del juicio e infierno y nuestra nonada y lo mucho que debemos a Dios, con excelente doctrina y concierto para principio y fin de la oración. Quien pudiere y tuviere ya costumbre de llevar este modo de oración, no hay que decir, que por tan buen camino el Señor le sacará a puerto de luz, y con tan buenos principios el fin lo será, y todos los que pudie-ren ir por él llevarán descanso y seguridad; porque, atado el entendimiento, vase con descanso. Más de lo que querría tratar y dar algún remedio, si el Señor qui-siese acertase (y) si no, al menos que entendáis hay muchas almas que pasan este trabajo, para que no os fatiguéis las que le tuviereis), es esto:

2. Hay unas almas y entendimientos tan desbaratados como unos caballos desbocados, que no hay quien las haga parar. Ya van aquí, ya van allí, siempre con des-asosiego. Es su misma naturaleza, o Dios que lo per-mite. Heles mucha lástima, porque me parecen como unas personas que han mucha sed y ven el agua de muy lejos, y cuando quieren ir allá, hallan quien las defienda el paso al principio y medio y fin. Acaece que, cuando ya con su trabajo –y con harto trabajo- han vencido los primeros enemigos, a los segundos se dejan vencer y quieren más morir de sed que beber agua que tanto ha de costar. Acabóseles el esfuerzo, faltóles ánimo. Y ya que algunos le tienen para vencer también los segundos enemigos, a los terceros se les acaba la fuerza, y por ventura no estaban dos pasos de la fuente de agua viva que dijo el Señor a la Samari-tana, que quien la bebiere no tendrá sed. Y con cuánta razón y verdad, como dicho de la boca de la misma Verdad, que no la tendrá de cosa de esta vida, aunque crece muy mayor de lo que acá podemos imaginar de las cosas de la otra por esta sed natural. Mas ¡con qué sed se desea tener esta sed! Porque entiende el alma su gran valor, y aunque es sed penosísima que fatiga, trae consigo la misma satisfacción con que se mata aquella sed, de manera que es una sed que no ahoga sino a las cosas terrenas, antes da hartura, de manera que cuando Dios la satisface, la mayor merced que puede hacer al alma es dejarla con la misma necesidad, y mayor queda siempre de tornar a beber esta agua.

3. El agua tiene tres propiedades, que ahora se me acuerda que me hacen al caso, que muchas más ten-drá. La una es que enfría, que, por calor que hayamos, en llegando al agua, se quita; y si hay gran fuego, con ella se mata, salvo si no es de alquitrán, que se en-

ciende más. ¡Oh, válgame Dios, qué maravillas hay en este encenderse más el fuego con el agua, cuando es fuego fuerte, poderoso, no sujeto a los elementos, pues éste, con ser su contrario, no le empece, antes le hace crecer!

Mucho valiera aquí poder hablar con quién supiera filosofía, porque sabiendo las propiedades de las cosas, supiérame declarar, que me voy regalando en ello y no lo sé decir y aun por ventura no lo sé enten-der.

4. De que Dios, hermanas, os traiga a beber de esta agua y las que ahora lo bebéis, gustaréis de esto y en-tenderéis cómo el verdadero amor de Dios -si está en su fuerza, ya libre de cosas de tierra del todo y que vuela sobre ellas- cómo es señor de todos los elemen-tos y del mundo. Y como el agua procede de la tierra, no hayáis miedo que mate este fuego de amor de Dios; no es de su jurisdicción. Aunque son contrarios, es ya señor absoluto; no le está sujeto.

Y así no os espantaréis, hermanas, de lo mucho que he puesto en este libro para que procuréis esta libertad. ¿No es linda cosa que una pobre monja de San José pueda llegar a señorear toda la tierra y elementos? Y ¿qué mucho que los santos hiciesen de ellos lo que querían, con el favor de Dios? A San Martín el fuego y las aguas le obedecían; a San Francisco hasta las aves y los peces, y así a otros muchos santos. Se veía claro ser tan señores de todas las cosas del mundo, por haber bien trabajado de tenerle en poco y sujetándose de veras con todas sus fuerzas al Señor de él. Así que, como digo, el agua que nace en la tierra no tiene poder contra él; sus llamas son muy altas, y su nacimiento no comienza en cosa tan baja.

Otros fuegos hay de pequeño amor de Dios, que cualquiera suceso los matará; más a éste no, no: aun-que toda la mar de tentaciones venga, no le harán que deje de arder de manera que no se enseñoree de ellas.

5. Pues si es agua de lo que llueve del cielo, muy menos le matará. No son contrarios, sino de una tierra. No hayáis miedo se hagan mal el un elemento al otro, antes ayuda el uno al otro a su efecto. Porque el agua de las lágrimas verdaderas (que) son las que proceden en verdadera oración, bien dadas del Rey del cielo) le ayuda a encender más y hace que dure, y el fuego ayuda al agua a enfriar. ¡Oh, válgame Dios, qué cosa tan hermosa y de tanta maravilla, que el fuego enfría! Sí, y aun hiela todas las afecciones del mundo, cuando se junta con el agua viva del cielo, que es la fuente de donde proceden las lágrimas que quedan dichas, que

Page 168: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 168 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

son dadas y no adquiridas por nuestra industria. Así que a buen seguro que no deja calor en ninguna cosa del mundo para que se detenga en ellas, si no es para sí puede pegar este fuego, que es natural suyo no se contentar con poco, sino que, si pudiese, abrasaría todo el mundo.

6. Es la otra propiedad limpiar cosas no limpias. Si no hubiese agua para lavar, ¿qué sería del mundo? ¿Sabéis qué tanto limpia esta agua viva, esta agua celestial, esta agua clara, cuando no está turbia, cuando no tiene lodo, sino que cae del cielo? Que de una vez que se beba, tengo por cierto deja el alma clara y limpia de todas las culpas. Porque -como tengo escrito- no da Dios lugar a que beban de esta agua (que) no está en nuestro querer, por ser cosa muy sobrenatural esta divina unión), si no es para limpiarla y dejarla limpia y libre del lodo y miseria en que por las culpas estaba metida. Porque otros gustos que vienen por medianería del entendimiento, por mucho que hagan, traen el agua corriendo por la tierra; no lo beben junto a la fuente; nunca falta en este camino cosas lodosas en que se detengan, y no va tan puro ni tan limpio.No llamo yo esta oración -que, como digo, va discu-rriendo con el entendimiento- «agua viva», conforme a mi entender, digo; porque, por mucho que queramos hacer, siempre se pega a nuestra alma, ayudada de este nuestro cuerpo y bajo natural, algo de camino de lo que no querríamos.

7. Quiérome declarar más: estamos pensando qué es el mundo y cómo se acaba todo, para menospreciarlo. Casi sin entendernos, nos hallamos metidos en cosas que amamos de él. Y deseándolas huir, por lo menos nos estorba un poco pensar cómo fue y cómo será y qué hice y qué haré. Y para pensar lo que hace al caso para librarnos, a las veces nos metemos de nuevo en el peligro. No porque esto se ha de dejar, mas hase de temer. Es menester no ir descuidados.

Acá lleva este cuidado el mismo Señor, que no quiere fiarnos de nosotros. Tiene en tanto nuestra alma, que no la deja meter en cosas que la puedan dañar por aquel tiempo que quiere favorecerla; sino pónela de presto junto cabe sí y muéstrale en un punto más verdades y dala más claro conocimiento de lo que es todo, que acá pudiéramos tener en muchos años. Porque no va libre la vista; ciéganos el polvo como vamos caminando. Acá llévanos el Señor al fin de la jornada sin entender cómo.

8. La otra propiedad del agua es que harta y quita la sed. Porque sed me parece a mí quiere decir deseo de una cosa que nos hace gran falta, que si del todo nos falta nos mata. Extraña cosa es que si nos falta nos mata, y si nos sobra nos acaba la vida, como se ve morir muchos ahogados. ¡Oh Señor mío, y quién se viese tan engolfada en esta agua viva que se le acabase la vida! Más ¿no puede ser esto? Sí, que tanto puede crecer el amor y deseo de Dios, que no lo pueda sufrir el sujeto natural, y así ha habido personas que han muerto. Yo sé de una que, si no la socorriera Dios presto con esta agua viva tan en gran abundancia, que casi la sacaba de sí con arrobamientos. Digo que casi la sacaban de sí, porque aquí descansa el alma. Parece que, ahogada de no poder sufrir el mundo, resucita en Dios, y Su Majestad la habilita para que pueda gozar lo que, estando en sí, no pudiera sin acabarse la vida.

9. Entiéndase de aquí que, como en nuestro sumo Bien no puede haber cosa que no sea cabal, todo lo que El da es para nuestro bien, y por mucha abundancia de esta agua que dé, no puede haber demasía en cosa suya; porque si da mucho, hace -como he dicho- hábil el alma para que sea capaz de beber mucho; como un vidriero, que hace la vasija del tamaño que ve es me-nester para que quepa lo que quiere echar en ella.

En el desearlo, como es de nosotros, nunca va sin falta. Si alguna cosa buena lleva, es lo que en él ayuda el Señor. Mas somos tan indiscretos que, como es pena suave y gustosa, nunca nos pensamos hartar de esta pena; comemos sin tasa, ayudamos como acá po-demos a este deseo, y así algunas veces mata. ¡Di-chosa tal muerte! Más, por ventura, con la vida ayudara a otros para morir por deseo de esta muerte. Y esto creo hace el demonio, porque entiende el daño que ha de hacer con vivir, y así tienta aquí de indiscre-tas penitencias para quitar la salud, y no le va poco en ello.

10. Digo que quien llega a tener esta sed tan impe-tuosa, que se mire mucho, porque crea que tendrá esta tentación; y aunque no muera de sed, acabará la salud y dará muestras exteriores, aunque no quiera, que se han de excusar por todas vías. Algunas veces aprove-chará poco nuestra diligencia, que no podremos todo lo que se quiere encubrir. Más estemos con cuidado, cuando vienen estos ímpetus tan grandes de creci-miento de este deseo, para no añadir en él, sino con suavidad cortar el hilo con otra consideración; que nuestra naturaleza a veces podrá ser obre tanto como el amor, que hay personas que cualquier cosa, aunque

Page 169: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 169 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

sea mala, desean con gran vehemencia. Estas no creo serán las muy mortificadas, que para todo aprovecha la mortificación.

Parece desatino que cosa tan buena se ataje. Pues no lo es, que yo no digo se quite el deseo, sino que se ataje, y por ventura será con otro que se merezca tanto.

11. Quiero decir algo para darme mejor a entender. Da un gran deseo de verse ya con Dios y desatado de esta cárcel, como le tenía San Pablo: pena por tal causa y que debe en sí ser muy gustosa; no será menester poca mortificación para atajarla, y del todo no podrá. Mas cuando viere aprieta tanto que casi va a quitar el juicio (como) yo vi a una per-sona no ha mucho, y de natural impetuosa, aunque demostrada a quebrar su voluntad -me parece lo ha ya perdido, porque se ve en otras cosas- digo que por un rato, que la vi como desatinada de la gran pena y fuerza que se hizo en disimularla), digo que en caso tan excesivo, aunque fuese espíritu de Dios, tengo por humildad temer, porque no hemos de pensar tenemos tanta caridad, que nos pone en tan gran aprieto.

12. Y digo que no tendré por malo (si) puede -digo- que por ventura todas veces no podrá) que mude el deseo pensando si vive servirá más a Dios, y podrá ser a alguna alma que se había de perder la dé luz, y que con servir más, merecerá por donde pueda gozar más de Dios, y témase lo poco que ha servido. Y son bue-nos consuelos para tan gran trabajo, y aplacará su pena y ganará mucho, pues por servir al mismo Señor se quiere acá pasar y vivir con su pena. Es como si uno tuviese un gran trabajo o grave dolor, consolarle con decir tenga paciencia y se deje en las manos de Dios, y que cumpla en él su voluntad, que dejarnos en ellas es lo más acertado en todo.

13. Y si el demonio ayudó en alguna manera a tan gran deseo, que sería posible, como cuenta creo Casiano de un ermitaño de asperísima vida, que le hizo entender se echase en un pozo porque vería más presto a Dios; yo bien creo no debía haber servido con humildad ni bien; porque fiel es el Señor y no consintiera Su Ma-jestad se cegara en cosa tan manifiesta. Mas está claro si el deseo fuera de Dios, no le hiciera mal: trae con-sigo la luz y la discreción y la medida. Esto es claro, sino que este adversario, enemigo nuestro, por donde-quiera que puede, procura dañar. Y pues él no anda descuidado, no lo andemos nosotros. Este es punto importante para muchas cosas, así para acortar el

tiempo de la oración, por gustosa que sea, cuando se ven acabar las fuerzas corporales o hacer daño a la cabeza. En todo es muy necesario discreción.

14. ¿Para qué pensáis, hijas, que he pretendido decla-rar el fin y mostrar el premio antes de la batalla, con deciros el bien que trae consigo llegar a beber de esta fuente celestial, de esta agua viva?

Para que no os congojéis del trabajo y contradic-ción que hay en el camino, y vayáis con ánimo y no os canséis. Porque -como he dicho- podrá ser que des-pués de llegadas, que no os falta sino bajaros a beber en la fuente, lo dejéis todo y perdáis este bien, pen-sando no tendréis fuerza para llegar a él y que no sois para ello.

15. Mirad que convida el Señor a todos. Pues es la misma verdad, no hay que dudar. Si no fuera general este convite, no nos llamara el Señor a todos, y aunque los llamara, no dijera: «Yo os daré de beber». Pudiera decir: «Venid todos, que, en fin, no perderéis nada; y los que a mí me pareciere, yo los daré de beber». Más como dijo, sin esta condición, «a todos», tengo por cierto que todos los que no se quedaren en el camino, no les faltará esta agua viva. Dénos el Señor, que la promete, gracia para buscarla como se ha de buscar, por quien Su Majestad es.

CAPÍTULO XX

Trata cómo por diferentes vías nunca falta consolación en el ca-mino de la oración, y aconseja a las hermanas de esto sean sus pláticas siempre.

1. Parece que me contradigo en este capítulo pasado de lo que había dicho; porque, cuando consolaba a las que no llegaban aquí, dije que tenía el Señor diferentes caminos por donde iban a Él, así como había muchas moradas. Así lo torno ahora a decir; porque, como en-tendió Su Majestad nuestra flaqueza, proveyó como quien es. Mas no dijo: «por este camino vengan unos y por éste otros»; antes fue tan grande su misericordia, que a nadie quitó procurase venir a esta fuente de vida a beber. ¡Bendito sea por siempre, y con cuánta razón me lo quitara a mí!

2. Pues no me mandó lo dejase cuando lo comencé e hizo que me echasen en el profundo, a buen seguro que no lo quite a nadie, antes públicamente nos llama a voces. Mas, como es tan bueno, no nos fuerza, antes

Page 170: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 170 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

da de muchas maneras a beber a los que le quieren seguir, para que ninguno vaya desconsolado ni muera de sed. Porque de esta fuente caudalosa salen arroyos, unos grandes y otros pequeños, y algunas veces char-quitos para niños, que aquello les basta, y más sería espantarlos ver mucha agua; éstos son los que están en los principios.

Así que, hermanas, no hayáis miedo muráis de sed en este camino.

Nunca falta agua de consolación tan falto que no se pueda sufrir. Y pues esto es así, tomad mi consejo y no os quedéis en el camino, sino pelead como fuertes hasta morir en la demanda, pues no estáis aquí a otra cosa sino a pelear. Y con ir siempre con esta determi-nación de antes morir que dejar de llegar al fin del camino, si os llevare el Señor con alguna sed en esta vida, en la que es para siempre os dará con toda abun-dancia de beber y sin temor que os ha de faltar. Plega al Señor no le faltemos nosotras, amén.

3. Ahora, para comenzar este camino que queda dicho de manera que no se yerre desde el principio, tratemos un poco de cómo se ha de principiar esta jornada, por-que es lo que más importa; digo que importa el todo para todo. No digo que quien no tuviere la determina-ción que aquí diré le deje de comenzar, porque el Señor le irá perfeccionando; y cuando no hiciese más de dar un paso, tiene en sí tanta virtud, que no haya miedo lo pierda ni le deje de ser muy bien pagado.

Es -digamos- como quien tiene una cuenta de per-dones, que si la reza una vez gana, y mientras más veces, más. Más si nunca llega a ella, sino que se la tiene en el arca, mejor fuera no tenerla. Así que, aun-que no vaya después por el mismo camino, lo poco que hubiere andado de él le dará luz para que vaya bien por los otros, y si más andare, más. En fin, tenga cierto que no le hará daño el haberle comenzado para cosa ninguna, aunque le deje, porque el bien nunca hace mal.

Por eso todas las personas que os trataren, hijas, habiendo disposición y alguna amistad, procurad qui-tarlas el miedo de comenzar tan gran bien. Y por amor de Dios os pido que vuestro trato sea siempre orde-nado a algún bien de quien hablareis, pues vuestra oración ha de ser para provecho de las almas. Y pues esto habéis siempre de pedir al Señor, mal parecería, hermanas, no lo procurar de todas maneras.

4. Si queréis ser buen deudo, ésta es la verdadera amistad. Si buena amiga, entended que no lo podéis ser sino por este camino.

Ande la verdad en vuestros corazones, como ha de andar por la meditación, y veréis claro el amor que somos obligadas a tener a los prójimos.

No es ya tiempo, hermanas, de juego de niños, que no parece otra cosa estas amistades del mundo, aunque sean buenas; ni haya entre vosotras tal plática de «si me queréis», «no me queréis», ni con deudos ni nadie, si no fuere yendo fundadas en un gran fin y provecho de aquel ánima. Que puede acaecer, para que os escuche vuestro deudo o hermano o persona semejante una verdad y la admita, haber de dispo-nerle con estas pláticas y muestras de amor que a la sensualidad siempre contentan; y acaecerá tener en más una buena palabra -que así la llaman- y disponer más que muchas de Dios, para que después éstas quepan. Y así, yendo con advertencia de aprovechar, no las quito. Más si no es para esto, ningún provecho pueden traer, y podrán hacer daño sin entenderlo vo-sotras. Ya saben que sois religiosas y que vuestro trato es de oración. No se os ponga delante: «no quiero que me tengan por buena», porque es prove-cho o daño común el que en vos vieren. Y es gran mal a las que tanta obligación tienen de no hablar sino en Dios, como las monjas, les parezca bien disi-mulación en este caso, si no fuese alguna vez para más bien.

Este es vuestro trato y lenguaje; quien os quisiere tratar, depréndale; y si no, guardaos de deprender vo-sotras el suyo: será infierno.

5. Si os tuvieren por groseras, poco va en ello; si por hipócritas, menos. Ganaréis de aquí que no os vea sino quien se entendiere por esta lengua. Porque no lleva camino uno que no sabe algarabía, gustar de hablar mucho con quien no sabe otro lenguaje.

Y así, ni os cansarán ni dañarán, que no sería poco daño comenzar a hablar nueva lengua, y todo el tiempo se os iría en eso. Y no podéis saber cómo yo, que lo he experimentado, el gran mal que es para el alma, porque por saber la una se le olvida la otra, y es un perpetuo desasosiego, del que en todas maneras habéis de huir.

Porque lo que mucho conviene para este camino que comenzamos a tratar es paz y sosiego en el alma.

6. Si las que os trataren quisieren deprender vuestra lengua, ya que no es vuestro de enseñar, podéis decir las riquezas que se ganan en deprenderla. Y de esto no os canséis, sino con piedad y amor y oración porque le aproveche, para que, entendiendo la gran ganancia, vaya a buscar maestro que le enseñe; que no sería poca

Page 171: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 171 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

merced que os hiciese el Señor despertar a algún alma para este bien.

Mas ¡qué de cosas se ofrecen en comenzando a tratar de este camino aun a quien tan mal ha andado por él como yo! Plega al Señor os lo sepa, hermanas, decir mejor que lo he hecho, amén.

CAPÍTULO XXI

Que dice lo mucho que importa comenzar con gran determinación a tener oración, y no hacer caso de los inconvenientes que el de-monio pone.

1. No os espantéis, hijas, de las muchas cosas que es menester mirar para comenzar este viaje divino, que es camino real para el cielo. Gánase yendo por él gran tesoro, no es mucho que cueste mucho a nuestro pare-cer. Tiempo vendrá que se entienda cuán nonada es todo para tan gran precio.

2. Ahora, tornando a los que quieren ir por él y no parar hasta el fin, que es llegar a beber de esta agua de vida, cómo han de comenzar, digo que importa mucho, y el todo, una grande y muy determinada determina-ción de no parar hasta llegar a ella, venga lo que vi-niere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino o no tenga cora-zón para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo, como muchas veces acaece con decirnos: «hay peligros», «fulana por aquí se perdió», «el otro se engañó», «el otro, que rezaba mucho, cayó», «hacen daño a la virtud», «no es para mujeres, que les podrán venir ilusiones», «mejor será que hilen», «no han me-nester esas delicadeces», «basta el Paternóster y Ave-maría».

3. Esto así lo digo yo, hermanas, y ¡cómo si basta! Siempre es gran bien fundar vuestra oración sobre oraciones dichas de tal boca como la del Señor. En esto tienen razón, que si no estuviese ya nuestra fla-queza tan flaca y nuestra devoción tan tibia, no eran menester otros conciertos de oraciones, ni eran me-nester otros libros. Y así me ha parecido ahora (pues,) como digo, hablo con almas que no pueden recogerse en otros misterios, que les parece es menester artificio y hay algunos ingenios tan ingeniosos que nada les contenta), iré fundando por aquí unos principios y me-dios y fines de oración, aunque en cosas subidas no me detendré; y no os podrán quitar libros, que si sois estudiosas, y teniendo humildad, no habéis menester

otra cosa.

4. Siempre yo he sido aficionada y me han recogido más las palabras de los Evangelios que libros muy concertados. En especial, si no era el autor muy apro-bado, no los había gana de leer. Allegada, pues, a este Maestro de la sabiduría, quizá me enseñará alguna consideración que os contente.

No digo que diré declaración de estas oraciones divinas (que) no me atrevería y hartas hay escritas; y que no las hubiera, sería disparate), sino consideración sobre las palabras del Paternóster.

Porque algunas veces con muchos libros parece se nos pierde la devoción en lo que tanto nos va tenerla, que está claro que el mismo maestro cuando enseña una cosa toma amor con el discípulo, y gusta de que le contente lo que le enseña, y le ayuda mucho a que lo deprenda, y así hará este Maestro celestial con noso-tras.

5. Por eso, ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren. Donosa cosa es que quiera yo ir por un camino adonde hay tantos ladrones, sin peligros, y a ganar un gran tesoro. Pues bueno anda el mundo para que os le dejen tomar en paz; sino que por un maravedí de interés se pon-drán a no dormir muchas noches y a desasosegaros cuerpo y alma. Pues cuando yéndole a ganar -o a robar, como dice el Señor que le ganan los esforzados- y por camino real y por camino seguro, por el que fue nuestro Rey y por el que fueron todos sus escogidos y santos, os dicen hay tantos peligros y os ponen tantos temores, los que van, a su parecer, a ganar este bien sin camino, ¿qué son los peligros que llevarán?

6. ¡Oh hijas mías!, que muchos más sin comparación, sino que no los entienden hasta dar de ojos en el ver-dadero peligro, cuando no hay quien les dé la mano, y pierden del todo el agua sin beber poca ni mucha, ni de charco ni de arroyo.

Pues ya veis, sin gota de esta agua ¿cómo se pasará camino adonde hay tantos con quien pelear? Está claro que al mejor tiempo morirán de sed; porque, queramos que no, hijas mías, todos caminamos para esta fuente, aunque de diferentes maneras. Pues creedme vosotras y no os engañe nadie en mostraros otro camino sino el de la oración. [7] Yo no hablo ahora en que sea mental o vocal para todos; para vo-sotras digo que lo uno y lo otro habéis menester. Este es el oficio de los religiosos. Quien os dijere que esto es peligro, tenedle a él por el mismo peligro y huid de

Page 172: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 172 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

él. Y no se os olvide, que por ventura habéis menester este consejo. Peligro será no tener humildad y las otras virtudes; mas camino de oración camino de peligro, nunca Dios tal quiera. El demonio parece ha inventado poner estos miedos, y así ha sido mañoso a hacer caer a algunos que tenían oración, al parecer.

8. Y mirad qué ceguedad del mundo, que no miran los muchos millares que han caído en herejías y en gran-des males sin tener oración, sino distracción, y entre la multitud de éstos, si el demonio, por hacer mejor su negocio, ha hecho caer a algunos que tenían oración, ha hecho poner tanto temor a algunos para las cosas de virtud. Estos que toman este amparo para librarse, se guarden; porque huyen del bien para librarse del mal. Nunca tan mala invención he visto: bien parece del demonio. ¡Oh Señor mío!, tornad por Vos; mirad que entienden al revés vuestras palabras. No permitáis se-mejantes flaquezas en vuestros siervos.

9. Hay un gran bien: que siempre veréis algunos que os ayuden.

Porque esto tiene el verdadero siervo de Dios, a quien Su Majestad ha dado luz del verdadero ca-mino, que en estos temores le crece más el deseo de no parar. Entiende claro por dónde va a dar el golpe el demonio, y húrtale el cuerpo y quiébrale la ca-beza. Más siente él esto, que cuantos placeres otros le hacen le contentan.

Cuando en un tiempo de alboroto, en una cizaña que ha puesto - que parece lleva a todos tras sí medio ciegos, porque es debajo de buen celo-, le-vanta Dios uno que los abra los ojos y diga que miren los ha puesto niebla para no ver el camino, ¡qué grandeza de Dios, que puede más a las veces un hombre solo o dos que digan verdad, que mu-chos juntos!; tornan poco a poco a descubrir el ca-mino, dales Dios ánimo. Si dicen que hay peligro en la oración, procura se entienda cuán buena es la oración, si no por palabras, por obras. Si dicen que no es bien a menudo las comuniones, entonces las frecuentan más. Así que como haya uno o dos que sin temor sigan lo mejor, luego torna el Señor poco a poco a ganar lo perdido.

10. Así que, hermanas, dejaos de estos miedos. Nunca hagáis caso en cosas semejantes de la opi-nión del vulgo. Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viereis van conforme a la vida de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad, menosprecio de todas las cosas del

mundo y creer firmemente lo que tiene la Madre Santa Iglesia, y a buen seguro que vais buen ca-mino.

Dejaos -como he dicho- de temores, adonde no hay qué temer. Si alguno os los pusiere, declaradle con humildad el camino. Decid que Regla tenéis que os manda orar sin cesar -que así nos lo manda- y que la habéis de guardar. Si os dijeren que sea vocalmente, apurad si ha de estar el entendimiento y corazón en lo que decís. Si os dijeren que sí -que no podrán decir otra cosa-, veis adonde confiesan que habéis forzado de tener oración mental, y aun contemplación, si os la diere Dios allí.

CAPÍTULO XXII

En que declara qué es oración mental.

1. Sabed, hijas, que no está la falta para ser o no ser oración mental en tener cerrada la boca. Si hablando, estoy enteramente entendiendo y viendo que hablo con Dios con más advertencia que en las palabras que digo, junto está oración mental y vocal. Salvo si no os dicen que estéis hablando con Dios rezando el Pater-nóster y pensando en el mundo; aquí callo. Mas si ha-béis de estar, como es razón se esté, hablando con tan gran Señor, que es bien estéis mirando con quién ha-bláis y quién sois vos, siquiera para hablar con crianza. Porque ¿cómo podéis llamar al rey Alteza, ni saber las ceremonias que se hacen para hablar a un grande, si no entendéis bien qué estado tiene y qué estado tenéis vos? Porque conforme a esto se ha de hacer el acata-miento, y conforme al uso, porque aun esto es menes-ter también que sepáis. Si no, enviaros han para simple y no negociaréis cosa.

Pues ¿qué es esto, Señor mío? ¿Qué es esto, mi Emperador?

¿Cómo se puede sufrir? Rey sois, Dios mío, sin fin, que no es reino prestado el que tenéis. Cuando en el Credo se dice «vuestro reino no tiene fin», casi siem-pre me es particular regalo. Aláboos, Señor, y bendí-goos para siempre; en fin, vuestro reino durará para siempre. Pues nunca Vos, Señor, permitáis se tenga por bueno que quien fuere a hablar con Vos, sea sólo con la boca.

2. ¿Qué es esto, cristianos, los que decís no es menes-ter oración mental, entendéisos? Cierto, que pienso que no os entendéis, y así queréis desatinemos todos: ni sabéis cuál es oración mental ni cómo se ha de rezar

Page 173: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 173 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

la vocal ni qué es contemplación, porque si lo supie-seis no condenaríais por un cabo lo que alabáis por otro.

3. Yo he de poner siempre junta oración mental con la vocal, cuando se me acordare, porque no os espanten, hijas; que yo sé en qué caen estas cosas, que he pasado algún trabajo en este caso, y así no querría que nadie os trajese desasosegadas, que es cosa dañosa ir con miedo este camino. Importa mucho entender que vais bien, porque en diciendo a algún caminante que va errado y que ha perdido el camino, le hacen andar de un cabo a otro, y todo lo que anda buscando por dónde ha de ir se cansa y gasta el tiempo y llega más tarde.

¿Quién puede decir es mal, si comenzamos a rezar las Horas o el rosario, que comience a pensar con quién va a hablar y quién es el que habla, para ver cómo le ha de tratar? Pues yo os digo, hermanas, que si lo mucho que hay que hacer en entender estos dos puntos se hiciese bien, que primero que comencéis la oración vocal que vais a rezar, ocupéis harto tiempo en la mental. Sí, que no hemos de llegar a hablar a un príncipe con el descuido que a un labrador, o como con una pobre como nosotras, que como quiera que nos hablaren va bien.

4. Razón es que, ya que por la humildad de este Rey, si como grosera no sé hablar con él, no por eso me deja de oír ni me deja de llegar a sí ni me echan fuera sus guardas; porque saben bien los ángeles que están allí la condición de su Rey, que gusta más de estas groserías de un pastorcito humilde que ve que si más supiera más dijera, que de los muy sabios y letrados, por elegantes razonamientos que hagan, si no van con humildad. Así que no porque Él sea bueno, hemos de ser nosotros descomedidos.

Siquiera para agradecerle el mal olor que sufre en consentir cabe sí una como yo, es bien que procure-mos conocer su limpieza y quién es. Es verdad que se entiende luego en llegando, como con los señores de acá, que con que nos digan quién fue su padre y los cuentos que tiene de renta y el dictado, no hay más que saber.

Porque acá no se hace cuenta de las personas para hacerlas honra, por mucho que merezcan, sino de las haciendas.

5. ¡Oh miserable mundo! Alabad mucho a Dios, hijas, que habéis dejado cosa tan ruin, adonde no hacen caso de lo que ellos en sí tienen, sino de lo que tienen sus renteros y vasallos; y si ellos faltan, luego falta de ha-

cerle honra. Cosa donosa es ésta para que os holguéis cuando hayáis todas de tomar alguna recreación, que éste es buen pasatiempo, entender cuán ciegamente pasan su tiempo los del mundo.

6. ¡Oh Emperador nuestro, sumo poder, suma bondad, la misma sabiduría, sin principio, sin fin, sin haber tér-mino en vuestras obras, son infinitas, sin poderse com-prender, un piélago sin suelo de maravillas, una hermosura que tiene en sí todas las hermosuras, la misma fortaleza! ¡Oh, válgame Dios! ¡Quién tuviera aquí junta toda la elocuencia de los mortales, y sabidu-ría para saber bien –como acá se puede saber, que todo es no saber nada, para este caso dar a entender alguna de las muchas cosas que podemos considerar para co-nocer algo de quién es este Señor y bien nuestro!

7. Sí, llegaos a pensar y entender, en llegando, con quién vais a hablar o con quién estáis hablando. En mil vidas de las nuestras no acabaremos de enten-der cómo merece ser tratado este Señor, que los ángeles tiemblan delante de él. Todo lo manda, todo lo puede, su querer es obrar. Pues razón será, hijas, que procuremos deleitarnos en estas grande-zas que tiene nuestro Esposo y que entendamos con quién estamos casadas, qué vida hemos de tener.

¡Oh, válgame Dios!, pues acá, cuando uno se casa, primero sabe con quién, quién es y qué tiene. Nosotras, ya desposadas, antes de las bodas, que nos ha de llevar a su casa, pues acá no quitan estos pensamientos a las que están desposadas con los hombres, ¿por qué nos han de quitar que procure-mos entender quién es este hombre y quién es su Padre y qué tierra es ésta adonde me ha de llevar y qué bienes son los que promete darme, qué condi-ción tiene, cómo podré contentarle mejor, en qué le haré placer, y estudiar cómo haré mi condición que conforme con la suya? Pues si una mujer ha de ser bien casada, no le avisan otra cosa sino que procure esto, aunque sea hombre muy bajo su marido.

8. Pues, Esposo mío, ¿en todo han de hacer menos caso de Vos que de los hombres? Si a ellos no les parece bien esto, dejen os vuestras esposas, que han de hacer vida con Vos. Es verdad que es buena vida. Si un esposo es tan celoso que quiere no trate con nadie su esposa, ¡linda cosa es que no piense en cómo le hará este placer y la razón que tiene de sufrirle y de no querer que trate con otro, pues en él tiene todo lo que puede querer!

Page 174: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 174 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Esta es oración mental, hijas mías, entender estas verdades. Si queréis ir entendiendo esto y rezando vo-calmente, muy enhorabuena. No me estéis hablando con Dios y pensando en otras cosas, que esto hace no entender qué cosa es oración mental. Creo va dado a entender. Plega al Señor lo sepamos obrar, amén.

CAPÍTULO XXIII

Trata de lo que importa no tornar atrás quien ha comenzado ca-mino de oración, y torna a hablar de lo mucho que va en que sea con determinación.

1. Pues digo que va muy mucho en comenzar con gran determinación, por tantas causas que sería alargarme mucho si las dijese. Solas dos o tres os quiero, herma-nas, decir: La una es que no es razón que a quien tanto nos ha dado y continuo da, que una cosa que nos que-remos determinar a darle, que es este cuidadito (no,) cierto, sin interés, sino con tan grandes ganancias), no se lo dar con toda determinación sino como quien presta una cosa para tornarla a tomar. Esto no me pa-rece a mí dar, antes siempre queda con algún disgusto a quien han emprestado una cosa cuando se la tornan a tomar, en especial si la ha menester y la tenía ya como por suya, o que si son amigos y a quien la prestó debe muchas dadas sin ningún interés: con razón le parecerá poquedad y muy poco amor, que aún una co-sita suya no quiere dejar en su poder, siquiera por señal de amor.

2. ¿Qué esposa hay que recibiendo muchas joyas de valor de su esposo no le dé siquiera una sortija, no por lo que vale, que ya todo es suyo, sino por prenda que será suya hasta que muera? Pues ¿qué menos merece este Señor, para que burlemos de él, dando y tomando una nonada que le damos? Sino que este poquito de tiempo que nos determinamos de darle de cuanto gastamos en nosotros mismos y en quien no nos lo agradecerá, ya que aquel rato le queremos dar, démosle libre el pensamiento y desocupado de otras cosas, y con toda determinación de nunca jamás se le tornar a tomar, por trabajos que por ello nos vengan, ni por contradicciones ni por sequedades; sino que ya como cosa no mía tenga aquel tiempo y piense me le pueden pedir por justicia cuando del todo no se le quisiere dar.

3. Llamo «del todo», porque no se entiende que de-jarlo algún día, o algunos, por ocupaciones justas o por cualquier indisposición, es tomársele ya. La in-

tención esté firme, que no es nada delicado mí Dios: no mira en menudencias. Así tendrá qué os agrade-cer; es dar algo. Lo demás, bueno es a quien no es franco, sino tan apretado que no tiene corazón para dar; harto es que preste. En fin, haga algo, que todo lo toma en cuenta este Señor nuestro; a todo hace como lo queremos. Para tomarnos cuenta no es nada menudo, sino generoso; por grande que sea el al-cance, tiene Él en poco perdonarle. Para pagarnos es tan mirado, que no hayáis miedo que un alzar de ojos con acordarnos de Él deje sin premio.

4. Otra causa es porque el demonio no tiene tanta mano para tentar. Ha gran miedo a ánimas determina-das, que tiene ya experiencia le hacen gran daño, y cuanto él ordena para dañarlas, viene en provecho suyo y de los otros y que sale él con pérdida. Y ya que no hemos nosotros de estar descuidados ni confiar en esto, porque lo habemos con gente traidora, y a los apercibidos no osan tanto acometer, porque es muy cobarde; más si viese descuido, haría gran daño. Y si conoce a uno por mudable y que no está firme en el bien y con gran determinación de perseverar, no le dejará a sol ni a sombra. Miedos le pondrá e inconve-nientes que nunca acabe. Yo lo sé esto muy bien por experiencia, y así lo he sabido decir, y digo que no sabe nadie lo mucho que importa.

5. La otra cosa es -y que hace mucho al caso- que pelea con más ánimo. Ya sabe que, venga lo que viniere, no ha de tornar atrás. Es como uno que está en una batalla, que sabe, si le vencen, no le perdonarán la vida, y que ya que no muere en la batalla ha de morir después; pelea con más deter-minación y quiere vender bien su vida -como dicen- y no teme tanto los golpes, porque lleva adelante lo que le importa la victoria y que le va la vida en vencer.

Es también necesario comenzar con seguridad de que, si no nos dejamos vencer, saldremos con la empresa; esto sin ninguna duda, que por poca ga-nancia que saquen, saldrán muy ricos. No hayáis miedo os deje morir de sed el Señor que nos llama a que bebamos de esta fuente. Esto queda ya dicho, y querríalo decir muchas veces, porque acobarda mucho a personas que aún no conocen del todo la bondad del Señor por experiencia, aunque le cono-cen por fe. Mas es gran cosa haber experimentado con la amistad y regalo que trata a los que van por este camino, y cómo casi les hace toda la costa.

Page 175: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 175 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

6. Los que esto no han probado, no me maravillo quie-ran seguridad de algún interés. Pues ya sabéis que es ciento por uno, aun en esta vida, y que dice el Señor: «Pedid y daros han». Si no creéis a Su Majestad en las partes de su Evangelio que asegura esto, poco aprove-cha, hermanas, que me quiebre yo la cabeza a decirlo.Todavía digo que a quien tuviere alguna duda, que poco se pierde en probarlo; que eso tiene bueno este viaje, que se da más de lo que se pide ni acertaremos a desear. Esto es sin falta, yo lo sé. Y a las de vosotras que lo sabéis por experiencia, por la bondad de Dios, puedo presentar por testigos.

CAPÍTULO XXIV

Trata cómo se ha de rezar oración vocal con perfección, y cuán junta anda con ella la mental.

1. Ahora, pues, tornemos a hablar con las almas que he dicho que no se pueden recoger ni atar los entendi-mientos en oración mental ni tener consideración. No nombremos aquí estas dos cosas, pues no sois para ellas, que hay muchas personas en hecho de verdad que sólo el nombre de oración mental o contempla-ción parece las atemoriza, [2] y porque si alguna viene a esta casa, que también, como he dicho, no van todos por un camino.

Pues lo que quiero ahora aconsejaros (y) aun puedo decir enseñaros, porque, como madre, con el oficio de priora que tengo, es lícito), cómo habéis de rezar vo-calmente, porque es razón entendáis lo que decís. Y porque quien no puede pensar en Dios puede ser que oraciones largas también le cansen, tampoco me quiero entremeter en ellas, sino en las que forzado ha-bemos de rezar, pues somos cristianos, que es el Pater-nóster y Avemaría; porque no puedan decir por nosotras que hablamos y no nos entendemos, salvo si no nos parece basta irnos por la costumbre, con sólo pronunciar las palabras, que esto basta. Si basta o no, en eso no me entremeto, los letrados lo dirán. Lo que yo querría hiciésemos nosotras, hijas, es que no nos contentemos con solo eso. Porque cuando digo «credo», razón me parece será que entienda y sepa lo que creo; y cuando «Padre nuestro», amor será enten-der quién es este Padre nuestro y quién es el maestro que nos enseñó esta oración.

3. Si queréis decir que ya os lo sabéis y que no hay para qué se os acuerde, no tenéis razón; que mucho va de maestro a maestro, pues aun de los que acá nos

enseñan es gran desgracia no nos acordar; en especial, si son santos y son maestros del alma, es imposible, si somos buenos discípulos. Pues de tal maestro como quien nos enseñó esta oración y con tanto amor y deseo que nos aprovechase, nunca Dios quiera que no nos acordemos de Él muchas veces cuando decimos la oración, aunque por ser flacos no sean todas.

4. Pues cuanto a lo primero, ya sabéis que enseña Su Majestad que sea a solas; que así lo hacía Él siempre que oraba, y no por su necesidad, sino por nuestro enseñamiento. Ya esto dicho se está que no se sufre hablar con Dios y con el mundo, que no es otra cosa estar rezando y escuchando por otra parte lo que están hablando, o pensar en lo que se les ofrece sin más irse a la mano; salvo si no es algunos tiempos que, o de malos humores –en especial si es persona que tiene melancolía- o flaqueza de cabeza, que aunque más lo procura no puede, o que permite Dios días de grandes tempestades en sus siervos para más bien suyo, y aun-que se afligen y procuran quietarse, no pueden ni están en lo que dicen, aunque más hagan, ni asienta en nada el entendimiento, sino que parece tiene frenesí, según anda desbaratado.

5. Y en la pena que da a quien lo tiene, verá que no es a culpa suya. Y no se fatigue, que es peor, ni se canse en poner seso a quien por entonces no le tiene, que es su entendimiento, sino rece como pudiere; y aun no rece, sino como enferma procure dar alivio a su alma: entienda en otra obra de virtud.

Esto es ya para personas que traen cuidado de sí y tienen entendido no han de hablar a Dios y al mundo junto.

Lo que podemos hacer nosotros es procurar estar a solas, y plega a Dios que baste, como digo, para que entendamos con quién estamos y lo que nos responde el Señor a nuestras peticiones.

¿Pensáis que está callado? Aunque no le oímos, bien habla al corazón cuando le pedimos de corazón.

Y bien es consideremos somos cada una de noso-tras a quien enseñó esta oración y que nos la está mos-trando, pues nunca el maestro está tan lejos del discípulo que sea menester dar voces, sino muy junto. Esto quiero yo entendáis vosotras os conviene para rezar bien el Paternóster: no se apartar de cabe el Maestro que os le mostró.

6. Diréis que ya esto es consideración, que no podéis ni aun queréis sino rezar vocalmente; porque también hay personas mal sufridas y amigas de no se dar pena,

Page 176: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 176 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que como no lo tienen de costumbre, es la recoger el pensamiento al principio; y por no cansarse un poco, dicen que no pueden más ni lo saben, sino rezar vocal-mente.

Tenéis razón en decir que ya es oración mental. Mas yo os digo, cierto, que no sé cómo lo aparte, si ha de ser bien rezado lo vocal y entendiendo con quién hablamos. Y aun es obligación que procuremos rezar con advertencia. Y aun plega a Dios que con estos remedios vaya bien rezado el Paternóster y no acabe-mos en otra cosa impertinente. Yo lo he probado algu-nas veces, y el mejor remedio que hallo es procurar tener el pensamiento en quien enderezó las palabras. Por eso tened paciencia y procurad hacer costumbre de cosa tan necesaria.

CAPÍTULO XXV

En que dice lo mucho que gana un alma que reza con perfección vocalmente, y cómo acaece levantarla Dios de allí a cosas sobre-naturales.

1. Y porque no penséis se saca poca ganancia de rezar vocalmente con perfección, os digo que es muy posi-ble que estando rezando el Paternóster os ponga el Señor en contemplación perfecta, o rezando otra ora-ción vocal; que por estas vías muestra Su Majestad que oye al que le habla, y le habla su grandeza, sus-pendiéndole el entendimiento y atajándole el pensa-miento, y tomándole –como dicen- la palabra de la boca, que aunque quiere no puede hablar si no es con mucha pena; [2] entiende que sin ruido de palabras le está enseñando este Maestro divino, suspendiendo las potencias, porque entonces antes dañarían que aprove-charían si obrasen.

Gozan sin entender cómo gozan. Está el alma abra-sándose en amor y no entiende cómo ama. Conoce que goza de lo que ama y no sabe cómo lo goza. Bien en-tiende que no es gozo que alcanza el entendimiento a desearle. Abrázale la voluntad sin entender cómo.

Mas en pudiendo entender algo, ve que no es éste bien que se puede merecer con todos los trabajos que se pasasen juntos por ganarle en la tierra. Es don del Señor de ella y del cielo, que en fin da como quien es.Esta, hijas, es contemplación perfecta.

3. Ahora entenderéis la diferencia que hay de ella a la oración mental, que es lo que queda dicho: pensar y entender qué hablamos y con quién hablamos y quién somos los que osamos hablar con tan gran Señor. Pen-

sar esto y otras cosas semejantes de lo poco que le hemos servido y lo mucho que estamos obligados a servir es oración mental. No penséis es otra algarabía, ni os espante el nombre. Rezar el Paternóster y Ave-maría o lo que quisiereis, es oración vocal.Pues mirad qué mala música hará sin lo primero: aun las palabras no irán con concierto todas veces. En estas dos cosas podemos algo nosotros, con el favor de Dios; en la contemplación que ahora dije, ninguna cosa: Su Majestad es el que todo lo hace, que es obra suya sobre nuestro natural.

4. Como está dado a entender esto de contemplación muy largamente, lo mejor que yo lo supe declarar, en la relación que tengo dicho escribí para que viesen mis confesores de mi vida –que me lo mandaron-, no lo digo aquí ni hago más de tocar en ello. Las que hubie-reis sido tan dichosas que el Señor os llegue a estado de contemplación, si le pudieseis haber, puntos tiene y avisos que el Señor quiso acertase a decir, que os con-solarían mucho y aprovecharían, a mi parecer y al de algunos que le han visto, que le tienen para hacer caso de él; que vergüenza es deciros yo que hagáis caso del mío, y el Señor sabe la confusión con que escribo mucho de lo que escribo. ¡Bendito sea que así me sufre! Las que - como digo- tuvieren oración sobrena-tural, procúrenle después de yo muerta; las que no, no hay para qué, sino esforzarse a hacer lo que en éste va dicho, y deje al Señor, que es quien lo ha de dar y no os lo negará si no os quedáis en el camino, sino que os esforzáis hasta llegar a la fin

CAPÍTULO XXVI

En que va declarando el modo para recoger el pensamiento. –Pone medios para ello. -Es capítulo muy provechoso para los que comienzan oración.

1. Ahora, pues, tornemos a nuestra oración vocal para que se rece de manera que, sin entendernos, nos lo dé Dios todo junto, y para - como he dicho- rezar como es razón.

La examinación de la conciencia y decir la confe-sión y santiguaros, ya se sabe ha de ser lo primero.

Procurad luego, hija, pues estáis sola, tener compa-ñía. Pues ¿qué mejor que la del mismo maestro que enseñó la oración que vais a rezar? Representad al mismo Señor junto con vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando. Y creedme, mientras pu-diereis no estéis sin tan buen amigo. Si os acostum-bráis a traerle cabe vos y El ve que lo hacéis con amor

Page 177: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 177 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y que andáis procurando contentarle, no le podréis -como dicen- echar de vos; no os faltará para siempre; ayudaros ha en todos vuestros trabajos; tenerle heis en todas partes: ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado?

2. ¡Oh hermanas, las que no podéis tener mucho dis-curso del entendimiento ni podéis tener el pensa-miento sin divertiros!, ¡acostumbraos, acostumbraos! Mirad qué sé yo que podéis hacer esto, porque pasé muchos años por este trabajo de no poder sosegar el pensamiento en una cosa, y eslo muy grande. Más sé que no nos deja el Señor tan desiertos, que si llegamos con humildad a pedírselo, no nos acompañe. Y si en un año no pudiéremos salir con ello, sea en más. No nos duela el tiempo en cosa que tan bien se gasta. ¿Quién va tras nosotros? Digo que esto, que puede acostumbrarse a ello, y trabajar andar cabe este verda-dero Maestro.

3. No os pido ahora que penséis en Él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los ojos del alma, aunque sea de presto si no podéis más, a este Señor? Pues podéis mirar cosas muy feas, ¿y no podréis mirar la cosa más hermosa que se puede imaginar?

Pues nunca, hijas, quita vuestro Esposo los ojos de vosotras. Haos sufrido mil cosas feas y abominaciones contra Él y no ha bastado para que os deje de mirar, ¿y es mucho que, quitados los ojos de estas cosas exterio-res, le miréis algunas veces a Él? Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos. Como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya.

4. Así como dicen ha de hacer la mujer, para ser bien casada, con su marido, que si está triste, se ha de mos-trar ella triste y si está alegre, aunque nunca lo esté, alegre (mirad) de qué sujeción os habéis librado, her-manas), esto con verdad, sin fingimiento, hace elSeñor con nosotros: que Él se hace el sujeto, y quiere seáis vos la señora, y andar El a vuestra voluntad. Si estáis alegre, miradle resucitado; que sólo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará.

Mas ¡con qué claridad y con qué hermosura! ¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre! Como quien tan bien salió de la batalla adonde ha ganado un tan gran reino, que todo le quiere para vos, y así con él.

Pues ¿es mucho que a quien tanto os da volváis una vez los ojos a mirarle?

5. Si estáis con trabajos o triste, miradle camino del huerto: ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma, pues con ser el mismo sufrimiento la dice y se queja de ella! O miradle atado a la columna, lleno de dolo-res, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama; tanto padecer, perseguido de unos, escupido de otros, negado de sus amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuelva por Él, helado de frío, puesto en tanta soledad, que el uno con el otro os podéis conso-lar. O miradle cargado con la cruz, que aún no le deja-ban hartar de huelgo. Miraros a él con unos ojos tan hermosos y piadosos, llenos de lágrimas, y olvidará sus dolores por consolar los vuestros, sólo porque os vayáis vos con Él a consolar y volváis la cabeza a mirarle.

6. «¡Oh Señor del mundo, verdadero Esposo mío! -le podéis vos decir, si se os ha enternecido el corazón de verle tal, que no sólo queráis mirarle, sino que os hol-guéis de hablar con él, no oraciones compuestas, sino de la pena de vuestro corazón, que las tiene Él en muy mucho-, ¿tan necesitado estáis, Señor mío y Bien mío, qué queréis admitir una pobre compañía como la mía, y veo en vuestro semblante que os habéis consolado conmigo? Pues ¿cómo, Señor, es posible que os dejan solo los ángeles, y que aún no os consuela vuestro Padre? Si es así, Señor, que todo lo queréis pasar por mí, ¿qué es esto que yo paso por Vos? ¿De qué me quejo? Que ya he vergüenza, de que os he visto tal, que quiero pasar, Señor, todos los trabajos que me vi-nieren y tenerlos por gran bien por imitaros en algo. Juntos andemos, Señor. Por donde fuereis, tengo de ir. Por donde pasareis, tengo de pasar».

7. Tomad, hija, de aquella cruz. No se os dé nada de que os atropellen los judíos, porque él no vaya con tanto trabajo. No hagáis caso de lo que os dijeren. Ha-ceos sorda a las murmuraciones.

Tropezando, cayendo con vuestro Esposo, no os apartéis de la cruz ni la dejéis. Mirad mucho el can-sancio con que va y las ventajas que hace su trabajo a los que vos padecéis, por grandes que los queráis pin-tar. Y por mucho que los queráis sentir, saldréis con-solada de ellos, porque veréis son cosa de burla comparada a los del Señor.

8. Diréis, hermanas, que cómo se podrá hacer esto, que si le vierais con los ojos del cuerpo en el tiempo

Page 178: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 178 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

que Su Majestad andaba en el mundo, que lo hicierais de buena gana y le mirarais siempre. -No lo creáis, que quien ahora no se quiere hacer un poquito de fuerza a recoger siquiera la vista para mirar dentro de sí a este Señor (que) lo puede hacer sin peligro, sino con tantito cuidado), muy menos se pusiera al pie de la cruz con la Magdalena, que veía la muerte al ojo. Mas ¡qué debía pasar la gloriosa Virgen y esta bendita Santa! ¡Qué de amenazas, qué de malas palabras y qué de encontrones, y qué descomedidas! Pues ¡con qué gente lo habían tan cortesana! Sí, lo era del infierno, que eran ministros del demonio. Por cierto que debía ser terrible cosa lo que pasaron; sino que, con otro dolor mayor, no sentirían el suyo.

Así que, hermanas, no creáis erais para tan grandes trabajos, si no sois para cosas tan pocas. Ejercitándoos en ellas, podéis venir a otras mayores.

9. Lo que podéis hacer para ayuda de esto, procurad traer una imagen o retrato de este Señor que sea a vuestro gusto; no para traerle en el seno y nunca le mirar, sino para hablar muchas veces con él, que él os dará qué le decir. Como habláis con otras personas, ¿por qué os han más de faltar palabras para hablar con Dios? No lo creáis; al menos yo no os creeré, si lo usáis; porque si no, el no tratar con una persona causa extrañeza y no saber cómo nos hablar con ella, que parece no la conocemos, y aun aunque sea deudo, por-que deudo y amistad se pierde con la falta de comuni-cación.

10. También es gran remedio tomar un libro de ro-mance bueno, aun para recoger el pensamiento, para venir a rezar bien vocalmente, y poquito a poquito ir acostumbrando el alma con halagos y artificio para no la amedrentar. Haced cuenta que ha muchos años que se ha ido de con su esposo, y que hasta que quiera tornar a su casa es menester mucho saberlo negociar, que así somos los pecadores: tenemos tan acostum-brada nuestra alma y pensamiento a andar a su placer, o pesar, por mejor decir, que la triste alma no se en-tiende, que para que torne a tomar amor a estar en su casa es menester mucho artificio, y si no es así y poco a poco, nunca haremos nada.

Y tórnoos a certificar que si con cuidado os acos-tumbráis a lo que he dicho, que sacaréis tan gran ga-nancia que, aunque yo os la quisiera decir, no sabré. Pues juntaos cabe este buen Maestro, muy determina-das a deprender lo que os enseña, y Su Majestad hará que no dejéis de salir buenas discípulas, ni os dejará si no le dejáis.

Mirad las palabras que dice aquella boca divina, que en la primera entenderéis luego el amor que os tiene, que no es pequeño bien y regalo del discípulo ver que su maestro le ama.

CAPÍTULO XXVII

En que trata el gran amor que nos mostró el Señor en las primeras palabras del Paternóster, y lo mucho que importa no hacer caso ninguno del linaje las que de veras quieren ser hijas de Dios.

1. «Padre nuestro que estás en los cielos».¡Oh Señor mío, cómo parecéis Padre de tal Hijo y

cómo parece vuestro Hijo hijo de tal Padre! ¡Bendito seáis por siempre jamás!

¿No fuera al fin de la oración esta merced, Señor, tan grande? En comenzando, nos henchís las manos y hacéis tan gran merced que sería harto bien henchirse el entendimiento para ocupar de manera la voluntad que no pudiese hablar palabra.

¡Oh, qué bien venía aquí, hijas, contemplación per-fecta! ¡Oh, con cuánta razón se entraría el alma en sí para poder mejor subir sobre sí misma a que le diese este santo Hijo a entender qué cosa es el lugar adonde dice que está su Padre, que es en los cielos!

Salgamos de la tierra, hijas mías, que tal merced como ésta no es razón se tenga en tan poco, que des-pués que entendamos cuán grande es nos quedemos en la tierra.

2. ¡Oh Hijo de Dios y Señor mío!, ¿cómo dais tanto junto a la primera palabra? Ya que os humilláis a Vos con extremo tan grande en juntaros con nosotros al pedir y haceros hermano de cosa tan baja y miserable, ¿cómo nos dais en nombre de vuestro Padre todo lo que se puede dar, pues queréis que nos tenga por hijos, que vuestra palabra no puede faltar? Obligáisle a que la cumpla, que no es pequeña carga, pues en siendo Padre nos ha de sufrir por graves que sean las ofensas. Si nos tornamos a él, como al hijo pródigo hanos de perdonar, hanos de consolar en nuestros trabajos, hanos de sustentar como lo ha de hacer un tal Padre, que forzado ha de ser mejor que todos los padres del mundo, porque en él no puede haber sino todo bien cumplido, y después de todo esto hacernos participan-tes y herederos con Vos.

3. Mirad, Señor mío, que ya que Vos, con el amor que nos tenéis y con vuestra humildad, no se os ponga nada delante, en fin, Señor, estáis en la tierra y vestido

Page 179: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 179 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

de ella, pues tenéis nuestra naturaleza, parece tenéis causa alguna para mirar nuestro provecho; mas mirad que vuestro Padre está en el cielo; Vos lo decís; es razón que miréis por su honra. Ya que estáis Vos ofre-cido a ser deshonrado por nosotros, dejad a vuestro Padre libre; no le obliguéis a tanto por gente tan ruin como yo, que le ha de dar tan malas gracias.

4. ¡Oh buen Jesús, qué claro habéis mostrado ser una cosa con Él, y que vuestra voluntad es la suya y la suya vuestra! ¡Qué confesión tan clara, Señor mío! ¡Qué cosa es el amor que nos tenéis! Habéis andado rodeando, encubriendo al demonio que sois Hijo de Dios, y con el gran deseo que tenéis de nuestro bien no se os pone cosa delante por hacernos tan grandí-sima merced. ¿Quién la podía hacer sino Vos, Señor? Yo no sé cómo en esta palabra no entendió el demonio quién erais, sin quedarle duda. Al menos bien veo, mi Jesús, que habéis hablado, como Hijo regalado, por Vos y por nosotros, y que sois poderoso para que se haga en el cielo lo que Vos decís en la tierra. Bendito seáis por siempre, Señor mío, que tan amigo sois de dar, que no se os pone cosa delante.

5. Pues ¿paréceos, hijas, que es buen maestro éste, pues para aficionarnos a que deprendamos lo que nos enseña, comienza haciéndonos tan gran merced? Pues ¿paréceos ahora que será razón que, aunque digamos vocalmente esta palabra, dejemos de entender con el entendimiento, para que se haga pedazos nuestro co-razón con ver tal amor? Pues ¿qué hijo hay en el mundo que no procure saber quién es su padre, cuando le tiene bueno y de tanta majestad y señorío? Aun si no lo fuera, no me espantara no nos quisiéramos cono-cer por sus hijos, porque anda el mundo tal que si el padre es más bajo del estado en que está el hijo, no se tiene por honrado en conocerle por padre.

6. Esto no viene aquí, porque en esta casa nunca plega a Dios haya acuerdo de cosa de éstas, sería infierno; sino que la que fuere más, tome menos a su padre en la boca. Todas han de ser iguales.

¡Oh Colegio de Cristo, que tenía más mando San Pedro con ser un pescador y le quiso así el Señor, que San Bartolomé, que era hijo de rey! Sabía Su Majestad lo que había de pasar en el mundo sobre cuál era de mejor tierra, que no es otra cosa sino debatir si será buena para adobes o para tapias. ¡Válgame Dios, qué gran trabajo traemos! Dios os libre, hermanas, de se-mejantes contiendas, aunque sea en burlas. Yo espero en Su Majestad que sí hará.

Cuando algo de esto en alguna hubiese, póngase luego remedio y ella tema no sea estar Judas entre los Apóstoles; denla penitencias hasta que entienda que aun tierra muy ruin no merecía ser.

Buen Padre os tenéis, que os da el buen Jesús. No se conozca aquí otro padre para tratar de él. Y procu-rad, hijas mías, ser tales que merezcáis regalaros con Él, y echaros en sus brazos. Ya sabéis que no os echará de sí, si sois buenas hijas. Pues ¿quién no procurará no perder tal Padre?

7. ¡Oh, válgame Dios!, y que hay aquí en qué os con-solar, que por no me alargar más lo quiero dejar a vuestros entendimientos; que por disparatado que ande el pensamiento, entre tal Hijo y tal Padre forzado ha de estar el Espíritu Santo, que enamore vuestra vo-luntad y os la ate tan grandísimo amor, ya que no baste para esto tan gran interés.

CAPÍTULO XXVIII

En que declara qué es oración de recogimiento, y pónense algu-nos medios para acostumbrarse a ella.

1. Ahora mirad que dice vuestro Maestro: «Que estás en los cielos». ¿Pensáis que importa poco saber qué cosa es cielo y adónde se ha de buscar vuestro sacra-tísimo Padre? Pues yo os digo que para entendimien-tos derramados que importa mucho, no sólo creer esto, sino procurarlo entender por experiencia. Porque es una de las cosas que ata mucho el entendimiento y hace recoger el alma.

2. Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues claro está que adonde está el rey, allí dicen está la corte. En fin, que adonde está Dios, es el cielo. Sin duda lo podéis creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Pues mirad que dice San Agustín que le buscaba en muchas partes y que le vino a hallar dentro de sí mismo. ¿Pensáis que importa poco para un alma derramada en-tender esta verdad y ver que no ha menester para hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con Él, ni ha menester hablar a voces? Por paso que hable, está tan cerca que nos oirá. Ni ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no extrañarse de tan buen huésped; sino con gran hu-mildad hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos, enten-diendo que no es digna de ser su hija.

Page 180: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 180 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

3. Se deje de unos encogimientos que tienen algunas personas y piensan es humildad. Sí, que no está la hu-mildad en que si el rey os hace una merced no la to-méis, sino tomarla y entender cuán sobrada os viene y holgaros con ella. ¡Donosa humildad, que me tenga yo al Emperador del cielo y de la tierra en mi casa, que se viene a ella por hacerme merced y por holgarse con-migo, y que por humildad ni le quiera responder ni estarme con él ni tomar lo que me da, sino que le deje solo. Y que estándome diciendo y rogando le pida, por humildad me quede pobre, y aun le deje ir, de que ve que no acabo de determinarme!

No os curéis, hijas, de estas humildades, sino tra-tad con El como con padre y como con hermano y como con señor y como con esposo; a veces de una manera, a veces de otra, que él os enseñará lo que habéis de hacer para contentarle. Dejaos de ser bobas; pedidle la palabra, que vuestro Esposo es, que os trate como a tal.

4. Este modo de rezar, aunque sea vocalmente, con mucha más brevedad se recoge el entendimiento, y es oración que trae consigo muchos bienes. Llámase re-cogimiento, porque recoge el alma todas las potencias y se entra dentro de sí con su Dios, y viene con más brevedad a enseñarla su divino Maestro y a darla ora-ción de quietud, que de ninguna otra manera. Porque allí metida consigo misma, puede pensar en la Pasión y representar allí al Hijo y ofrecerle al Padre y no can-sar el entendimiento andándole buscando en el monte Calvario y al huerto y a la columna.

5. Las que de esta manera se pudieren encerrar en este cielo pequeño de nuestra alma, adonde está el que le hizo, y la tierra, y acostumbrar a no mirar ni estar adonde se distraigan estos sentidos exteriores, crea que lleva excelente camino y que no dejará de llegar a beber el agua de la fuente, porque camina mucho en poco tiempo. Es como el que va en una nao, que con un poco de buen viento se pone en el fin de la jornada en pocos días, y los que van por tierra tárdanse más.

6. Estos están ya, como dicen, puestos en la mar; que, aunque del todo no han dejado la tierra, por aquel rato hacen lo que pueden por librarse de ella, recogiendo sus sentidos a sí mismos. Si es verdadero el recogi-miento, siéntese muy claro, porque hace alguna ope-ración. No sé cómo lo dé a entender. Quien lo tuviere, sí entenderá. Es que parece se levanta el alma con el juego, que ya ve lo es las cosas del mundo. Alzase al mejor tiempo y como quien se entra en un castillo

fuerte para no temer los contrarios: un retirarse los sentidos de estas cosas exteriores y darles de tal ma-nera de mano que, sin entenderse, se le cierran los ojos por no las ver, porque más se despierte la vista a los del alma. Así, quien va por este camino casi siempre que reza tiene cerrados los ojos, y es admirable cos-tumbre para muchas cosas, porque es un hacerse fuerza a no mirar las de acá. Esto al principio, que después no es menester; mayor se la hace cuando en aquel tiempo los abre. Parece que se entiende un for-talecerse y esforzarse el alma a costa del cuerpo, y que le deja solo y desflaquecido, y ella toma allí basti-mento para contra él.

7. Y aunque al principio no se entienda esto, por no ser tanto –que hay más y menos en este recogimiento-, si se acostumbra (aunque) al principio dé trabajo, porque el cuerpo torna de su derecho, sin entender que él mismo se corta la cabeza en no darse por vencido), si se usa algunos días y nos hacemos esta fuerza, verse ha claro la ganancia y entenderán, en comenzando a rezar, que se vienen las abejas a la colmena y se entran en ella para labrar la miel, y esto sin cuidado nuestro; porque ha querido el Señor que por el tiempo que le han tenido, se haya merecido estar el alma y voluntad con este señorío, que en haciendo una seña no más de que se quiere recoger, la obedezcan los sentidos y se recojan a ella. Y aunque después tornen a salir, es gran cosa haberse ya rendido, porque salen como cautivos y sujetos y no hacen el mal que antes pudieran hacer. Y en tornando a llamar la voluntad, vienen con más presteza, hasta que a muchas entradas de éstas quiere el Señor se queden ya del todo en contemplación per-fecta.

8. Entiéndase mucho esto que queda dicho, porque, aunque parece oscuro, se entenderá a quien quisiere obrarlo.

Así que caminan por mar; y pues tanto nos va no ir tan despacio, hablemos un poco de cómo nos acos-tumbraremos a tan buen modo de proceder. Están más seguros de muchas ocasiones; pégase más presto el fuego del amor divino, porque con poquito que soplen con el entendimiento, como están cerca del mismo fuego, con una centellica que le toque se abrasará todo. Como no hay embarazo de lo exterior, estáse sola el alma con su Dios: hay gran aparejo para enten-derse.

9. Pues hagamos cuenta que dentro de nosotras está un palacio de grandísima riqueza, todo su edificio de oro

Page 181: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 181 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y piedras preciosas, en fin, como para tal Señor; y que sois vos parte para que este edificio sea tal, como a la verdad es así, que no hay edificio de tanta hermosura como una alma limpia y llena de virtudes, y mientras mayores, más resplandecen las piedras; y que en este palacio está este gran Rey, que ha tenido por bien ser vuestro Padre; y que está en un trono de grandísimo precio, que es vuestro corazón.

10. Parecerá esto al principio cosa impertinente -digo, hacer esta ficción para darlo a entender- y podráser aproveche mucho, a vosotras en especial; porque, como no tenemos letras las mujeres, todo esto es me-nester para que entendamos con verdad que hay otra cosa más preciosa, sin ninguna comparación, dentro de nosotras que lo que vemos por de fuera. No nos imaginemos huecas en lo interior. Y plega a Dios sean solas mujeres las que andan con este descuido; que tengo por imposible, si trajésemos cuidado de acor-darnos tenemos tal huésped dentro de nosotras, nos diésemos tanto a las cosas del mundo, porque vería-mos cuán bajas son para las que dentro poseemos. Pues ¿qué máshace una alimaña que en viendo lo que le contenta a la vista harta su hambre en la presa? Sí, que diferencia ha de haber de ellas a nosotras.

11. Reiránse de mí, por ventura, y dirán que bien claro se está esto, y tendrán razón; porque para mí fue os-curo algún tiempo. Bien entendía que tenía alma; mas lo que merecía esta alma y quién estaba dentro de ella, si yo no me tapara los ojos con las vanidades de la vida para verlo, no lo entendía. Que, a mi parecer, si como ahora entiendo que en este palacio pequeñito de mi alma cabe tan gran Rey, que no le dejara tantas veces solo, alguna me estuviera con Él, y más procu-rara que no estuviera tan sucia. Mas ¡qué cosa de tanta admiración, quien hinchiera mil mundos y muy mucho más con su grandeza, encerrarse en una cosa tan pe-queña! A la verdad, como es Señor, consigo trae la li-bertad, y como nos ama, hácese a nuestra medida.

12. Cuando un alma comienza, por no la alborotar de verse tan pequeña para tener en sí cosa tan grande, no se da a conocer hasta que va ensanchándola poco a poco, conforme a lo que es menester para lo que ha de poner en ella. Por esto digo que trae consigo la liber-tad, pues tiene el poder de hacer grande este palacio. Todo el punto está en que se le demos por suyo con toda determinación, y le desembaracemos para que pueda poner y quitar como en cosa propia. Y tiene razón Su Majestad, no se lo neguemos. Y como él no

ha de forzar nuestra voluntad, toma lo que le damos, mas no se da a Sí del todo hasta que nos damos del todo.

Esto es cosa cierta y, porque importa tanto, os lo acuerdo tantas veces: ni obra en el alma como cuando del todo sin embarazo es suya, ni sé cómo ha de obrar; es amigo de todo concierto. Pues si el palacio henchi-mos de gente baja y de baratijas, ¿cómo ha de caber el Señor con su corte? Harto hace de estar un poquito entre tanto embarazo.

13. ¿Pensáis, hijas, que viene solo? ¿No veis que dice su Hijo: «que estás en los cielos?». Pues un tal Rey, a osadas que no le dejen solo los cortesanos, sino que están con Él rogándole por nosotros todos para nues-tro provecho, porque están llenos de caridad. No pen-séis que es como acá, que si un señor o prelado favorece a alguno por algunos fines, o porque quiere, luego hay las envidias y el ser malquisto aquel pobre sin hacerles nada.

CAPÍTULO XXIX

Prosigue en dar medios para procurar esta oración de recogi-miento.-Dice lo poco que se nos ha de dar de ser favorecidas de los pre-lados.

1. Huid, por amor de Dios, hijas, de dárseos nada de estos favores.

Procure cada una hacer lo que debe, que si el pre-lado no se lo agradeciere, segura puede estar lo pagará y agradecerá el Señor.

Sí, que no venimos aquí a buscar premio en esta vida. Siempre el pensamiento en lo que dura, y de lo de acá ningún caso hagamos, que aun para lo que se vive no es durable; que hoy está bien con la una; ma-ñana, si ve una virtud más en vos, estará mejor con vos, y si no, poco va en ello. No deis lugar a estos pensamientos, que a las veces comienzan por poco y os pueden desasosegar mucho, sino atajadlos con que no es acá vuestro reino y cuán presto tiene todo fin.

2. Más aun esto es bajo remedio, y no mucha perfec-ción. Lo mejor es que dure, y vos desfavorecida y aba-tida, y lo queráis estar por el Señor que está con vos. Poned los ojos en vos y miraos interiormente, como queda dicho; hallaréis vuestro Maestro, que no os fal-tará, antes mientras menos consolación exterior, más regalo os hará. Es muy piadoso, y a personas afligidas

Page 182: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 182 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

y desfavorecidas jamás falta, si confían en Él solo. Así lo dice David, que está el Señor con los afligidos. O creéis esto o no. Si lo creéis, ¿de qué os matáis?

3. ¡Oh Señor mío, que si de veras os conociésemos, no se nos daría nada de nada, porque dais mucho a los que de veras se quieren fiar de Vos! Creed, amigas, que es gran cosa entender es verdad esto, para ver que los favores de acá todos son mentira cuando desvían algo el alma de andar dentro de sí. ¡Oh, válgame Dios, quién os hiciese entender esto! No yo, por cierto. Sé que con deber yo más que ninguno, no acabo de enten-derlo como se ha de entender.

4. Pues tornando a lo que decía, quisiera yo saber decla-rar cómo está esta compañía santa con nuestro acompa-ñador, Santo de los Santos, sin impedir a la soledad que ella y su Esposo tienen, cuando esta alma dentro de sí quiere entrarse en este paraíso con su Dios, y cierra la puerta tras sí a todo lo del mundo. Digo «quiere», por-que entended que esto no es cosa sobrenatural, sino que está en nuestro querer y que podemos nosotros hacerlo con el favor de Dios, que sin éste no se puede nada, ni podemos de nosotros tener un buen pensamiento. Por-que esto no es silencio de las potencias; es encerra-miento de ellas en sí misma el alma.

5. Vase ganando esto de muchas maneras, como está escrito en algunos libros, que nos hemos de desocupar de todo para llegarnos interiormente a Dios, y aun en las mismas ocupaciones retirarnos a nosotros mismos. Aunque sea por un momento solo, aquel acuerdo de que tengo compañía dentro de mí es gran provecho. En fin, irnos acostumbrando a gustar de que no es me-nester dar voces para hablarle, porque Su Majestad se dará a sentir cómo está allí.

6. De esta suerte rezaremos con mucho sosiego vocal-mente, y es quitarnos de trabajo. Porque a poco tiempo que forcemos a nosotros mismos para estarnos cerca de este Señor, nos entenderá por señas, de manera que si habíamos de decir muchas veces el Paternóster, nos entenderá de una. Es muy amigo de quitarnos de tra-bajo. Aunque en una hora no le digamos más de una vez, como entendamos estamos con él y lo que le pe-dimos y la gana que tiene de darnos y cuán de buena gana se está con nosotros, no es amigo de que nos quebremos las cabezas hablándole mucho.

7. El Señor lo enseñe a las que no lo sabéis, que de mí os confieso que nunca supe qué cosa era rezar con

satisfacción hasta que el Señor me enseñó este modo. Y siempre he hallado tantos provechos de esta costum-bre de recogimiento dentro de mí, que eso me ha hecho alargar tanto.

Concluyo con que quien lo quisiere adquirir -pues, como digo, está en nuestra mano-, no se canse de acostumbrarse a lo que queda dicho, que es señorearse poco a poco de sí mismo, no se perdiendo en balde; sino ganarse a sí para sí, que es aprovecharse de sus sentidos para lo interior. Si hablare, procurar acordarse de que hay con quien hable dentro de sí mismo. Si oyere, acordarse que ha de oír a quien más cerca le habla. En fin, traer cuenta que puede, si quiere, nunca se apartar de tan buena compañía, y pesarle cuando mucho tiempo ha dejado solo a su Padre, que está ne-cesitada de él. Si pudiere, muchas veces en el día; si no, sea pocas. Como lo acostumbrare, saldrá con ga-nancia, o presto o más tarde. Después que se lo dé el Señor, no lo trocaría por ningún tesoro.

8. Pues nada se deprende sin un poco de trabajo, por amor de Dios, hermanas, que deis por bien empleado el cuidado que en esto gastareis. Y yo sé que, si le te-néis, en un año y quizá en medio, saldréis con ello, con el favor de Dios. Mirad qué poco tiempo para tan gran ganancia como es hacer buen fundamento para si qui-siere el Señor levantaros a grandes cosas, que halle en vos aparejo, hallándoos cerca de sí. Plega a Su Majes-tad no consienta nos apartemos de su presencia, amén.

CAPÍTULO XXX

Dice lo que importa entender lo que se pide en la oración. -Trata de estas palabras del paternóster: «Sanctificetur nomen tuum, ad-veniat regnum tuum». -Aplícalas a oración de quietud y comién-zala a declarar.

1. ¿Quién hay, por disparatado que sea, que cuando pide a una persona grave no lleva pensado cómo la pedir, para contentarle y no serle desabrido, y qué le ha de pedir, y para qué ha menester lo que le ha de dar, en especial si pide cosa señalada, como nos enseña que pidamos nuestro buen Jesús? Cosa me parece para notar. ¿No pudierais, Señor mío, concluir con una pa-labra y decir: «dadnos, Padre, lo que nos conviene», pues a quien tan bien lo entiende todo, no parece era menester más?

2. ¡Oh Sabiduría eterna! Para entre Vos y vuestro Padre esto bastaba, que así lo pedisteis en el

Page 183: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 183 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

huerto;mostrasteis vuestra voluntad y temor, mas de-jásteisos en la suya. Más a nosotros conocéisnos, Señor mío, que no estamos tan rendidos como lo esta-bais Vos a la voluntad de vuestro Padre, y que era me-nester pedir cosas señaladas para que nos detuviésemos en mirar si nos está bien lo que pedimos, y si no, que no lo pidamos. Porque, según somos, si no nos dan lo que queremos, con este libre albedrío que tenemos no admitiremos lo que el Señor nos diere; porque, aunque sea lo mejor, como no vemos luego el dinero en la mano, nunca nos pensamos ver ricos.

3. ¡Oh, válgame Dios, qué hace tener tan dormida la fe para lo uno y lo otro, que ni acabamos de entender cuán cierto tendremos el castigo ni cuán cierto el pre-mio! Por eso es bien, hijas, que entendáis lo que pedís en el Paternóster, para que, si el Padre Eterno os lo diere, no se lo tornéis a los ojos, y penséis muy bien si os está bien, y si no, no lo pidáis, sino pedid que os dé Su Majestad luz; porque estamos ciegos y con hastío para no poder comer los manjares que os han de dar vida, sino los que os han de llevar a la muerte, y ¡qué muerte tan peligrosa y tan para siempre!

4. Pues dice el buen Jesús que digamos estas palabras en que pedimos que venga en nosotros un tal reino: «Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino». Ahora mirad, hijas, qué sabiduría tan grande de nuestro Maestro.

Considero yo aquí, y es bien que entendamos, qué pedimos en este reino. Mas como vio Su Majestad que no podíamos santificar ni alabar ni engrandecer ni glo-rificar este nombre santo del Padre Eterno conforme a lo poquito que podemos nosotros, de manera que se hiciese como es razón, si no nos proveía Su Majestad con darnos acá su reino, y así lo puso el buen Jesús lo uno cabe lo otro, porque entendamos, hijas, esto que pedimos, y lo que nos importa importunar por ello y hacer cuanto pudiéremos para contentar a quien nos lo ha de dar. Os quiero decir aquí lo que yo entiendo. Si no os contentare, pensad vosotras otras consideracio-nes, que licencia nos dará nuestro Maestro, como en todo nos sujetemos a lo que tiene la Iglesia, y así lo hago yo aquí.

5. Ahora, pues, el gran bien que me parece a mí hay en el reino del cielo, con otros muchos, es ya no tener cuenta con cosa de la tierra, sino un sosiego y gloria en sí mismos, un alegrarse que se alegren todos, una paz perpetua, una satisfacción grande en sí mismos, que les viene de ver que todos santifican y alaban al

Señor y bendicen su nombre y no le ofende nadie. Todos le aman, y la misma alma no entiende en otra cosa sino en amarle, ni puede dejarle de amar, porque le conoce. Y así le amaríamos acá, aunque no en esta perfección, ni en un ser; más muy de otra manera le amaríamos de lo que le amamos, si le conociésemos.

6. Parece que voy a decir que hemos de ser ángeles para pedir esta petición y rezar bien vocalmente. Bien lo quisiera nuestro divino Maestro, pues tan alta peti-ción nos manda pedir, y a buen seguro que no nos dice pidamos cosas imposibles; que posible sería, con el favor de Dios, venir un alma puesta en este destierro, aunque no en la perfección que están salidas de esta cárcel, porque andamos en mar y vamos este camino; mas hay ratos que, de cansados de andar, los pone el Señor en un sosiego de las potencias y quietud del alma, que como por señas les da claro a entender a qué sabe lo que se da a los que el Señor lleva a su reino. Y a los que se les da acá como le pedimos, les da prendas para que por ellas tengan gran esperanza de ir a gozar perpetuamente lo que acá les da a sorbos.

7. Si no dijeseis que trato de contemplación, venía aquí bien en esta petición hablar un poco de principio de pura contemplación, que los que la tienen la llaman oración de quietud. Mas como digo trato de oración vocal, parece no viene lo uno con lo otro a quien no lo supiere, y yo sé que viene. Perdonadme que lo quiero decir, porque sé que muchas personas, rezando vocal-mente -como ya queda dicho- las levanta Dios, sin entender ellas cómo, a subida contemplación. Co-nozco una persona que nunca pudo tener sino oración vocal, y asida a ésta lo tenía todo. Y si no rezaba, íba-sele el entendimiento tan perdido que no lo podía su-frir. Mas ¡tal tengamos todas la mental! En ciertos Paternostres que rezaba a las veces que el Señor de-rramó sangre, se estaba -y en poco más rezadoalgunas horas. Vino una vez a mí muy congojada, que no sabía tener oración mental ni podía contemplar, sino rezar vocalmente.

Preguntéle qué rezaba; y vi que, asida al Paternós-ter, tenía pura contemplación y la levantaba el Señor a juntarla consigo en unión; y bien se parecía en sus obras recibir tan grandes mercedes, porque gastaba muy bien su vida. Así, alabé al Señor y hube envidia a su oración vocal.

Si esto es verdad -como lo es-, no penséis los que sois enemigos de contemplativos que estáis libres de serlo, si las oraciones vocales rezáis como se han de rezar, teniendo limpia conciencia.

Page 184: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 184 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

CAPÍTULO XXXI

Que prosigue en la misma materia. -Declara qué es oración de quietud. -Pone algunos avisos para los que la tienen. -Es mucho de notar.

1. Pues todavía quiero, hijas, declarar -como lo he oído platicar, o el Señor ha querido dármelo a enten-der, por ventura para que os lo diga- esta oración de quietud, adonde a mí me parece comienza el Señor, como he dicho, a dar a entender que oye nuestra pe-tición y comienza ya a darnos su reino aquí, para que de veras le alabemos y santifiquemos su nombre y procuremos lo hagan todos.

2. Es ya cosa sobrenatural y que no la podemos pro-curar nosotros por diligencias que hagamos. Porque es un ponerse el alma en paz, o ponerla el Señor con su presencia, por mejor decir, como hizo al junto Si-meón, porque todas las potencias se sosiegan. En-tiende el alma, por una manera muy fuera de entender con los sentidos exteriores, que está ya junto cabe su Dios, que con poquito más llegará a estar hecha una misma cosa con Él por unión. Esto no es porque lo ve con los ojos del cuerpo ni del alma. Tampoco no veía el justo Simeón más del glorioso Niño pobrecito; que en lo que llevaba envuelto y la poca gente con Él que iban en la procesión, más pudiera juzgarle por hijo de gente pobre que por Hijo del Padre celestial; mas dió-selo el mismo Niño a entender. Y así lo entiende acá el alma, aunque no con esa claridad; porque aun ella no entiende cómo lo entiende, más de que se ve en el reino, al menos cabe el Rey que se le ha de dar, y pa-rece que la misma alma está con acatamiento aun para no osar pedir. Es como un amortecimiento interior y exteriormente, que no querría el hombre exterior (digo) el cuerpo, porque mejor me entendáis), que no se que-rría bullir, sino como quien ha llegado casi al fin del camino descansa para poder mejor tornar a caminar, que allí se le doblan las fuerzas para ello.

3. Siéntese grandísimo deleite en el cuerpo y grande satisfacción en el alma. Está tan contenta de sólo verse cabe la fuente, que aun sin beber está ya harta. No le parece hay más que desear. Las potencias sose-gadas, que no querrían bullirse, todo parece le estorba a amar, aunque no tan perdidas, porque pueden pen-sar en cabe quién están, que las dos están libres. La voluntad es aquí la cautiva, y si alguna pena puede tener estando así es de ver que ha de tornar a tener libertad. El entendimiento no querría entender más de

una cosa, ni la memoria ocuparse en más. Aquí ven que ésta sola es necesaria y todas las demás la turban. El cuerpo no querrían se menease, porque les parece han de perder aquella paz, y así no se osan bullir. Dales pena el hablar; en decir «Padre nuestro» una vez, se les pasará una hora. Están tan cerca, que ven que se entienden por señas. Están en el palacio cabe su Rey y ven que las comienza ya a dar aquí su reino. No parece están en el mundo ni le querrían ver ni oír, sino a su Dios. No les da pena nada, ni parece se la ha de dar. En fin, lo que dura, con la satisfacción y de-leite que en sí tienen, están tan embebidas y absortas, que no se acuerdan que hay más que desear, sino que de buena gana dirían con San Pedro: «Señor, haga-mos aquí tres moradas».

4. Algunas veces en esta oración de quietud hace Dios otra merced bien dificultosa de entender si no hay gran experiencia; más si hay alguna, luego lo en-tenderéis la que la tuviere, y daros ha mucha conso-lación saber qué es, y creo muchas veces hace Dios esta merced junto con estotra. Cuando es grande y por mucho tiempo esta quietud, paréceme a mí que si la voluntad no estuviese asida a algo, que no podría durar tanto en aquella paz; porque acaece andar un día o dos que nos vemos con esta satisfacción y no nos entendemos -digo los que la tienen- y verdadera-mente ven que no están enteros en lo que hacen, sino que les falta lo mejor, que es la voluntad, que, a mi parecer, está unida con su Dios y deja las otras poten-cias libres para que entiendan en cosas de su servicio. Y para esto tienen entonces mucha más habilidad; más para tratar cosas del mundo están torpes y como embobados a veces.

5. Es gran merced ésta a quien el Señor la hace, por-que vida activa y contemplativa es junta. De todo sir-ven entonces al Señor juntamente; porque la voluntad estáse en su obra sin saber cómo obra y en su contem-plación; las otras dos potencias sirven en lo que Marta; así que ella y María andan juntas.Yo sé de una persona que la ponía el Señor aquí mu-chas veces, y no se sabía entender, y preguntólo a un gran contemplativo, y dijo que era muy posible, que a él le acaecía. Así que pienso que, pues el alma está tan satisfecha en esta oración de quietud, que lo más continuo debe estar unida la potencia de la voluntad con el que solo puede satisfacerla.

6. Paréceme será bien dar aquí algunos avisos para las que de vosotras, hermanas, el Señor ha llegado

Page 185: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 185 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

aquí por sola su bondad, que sé que son algunas.El primero es, que como se ven en aquel contento y no saben cómo les vino, al menos ven que no le pue-den ellas por sí alcanzar, dales esta tentación: que les parece podrán detenerle, y aun resolgar no querrían. Y es bobería, que así como no podemos hacer que amanezca, tampoco podemos que deje de anochecer. No es ya obra nuestra, que es sobrenatural y cosa muy sin poderla nosotros adquirir. Con lo que más detendremos esta merced, es con entender claro que no podemos quitar ni poner en ella, sino recibirla como indignísimos de merecerla, con hacimiento de gracias, y éstas no con muchas palabras, sino con un alzar los ojos con el publicano.

7. Bien es procurar más soledad para dar lugar al Señor y dejar a Su Majestad que obre como en cosa suya; y cuanto más, una palabra de rato en rato, suave, como quien da un soplo en la vela, cuando viere que se ha muerto, para tornarla a encender; más si está ardiendo, no sirve de más de matarla, a mi parecer. Digo que sea suave el soplo, porque por con-certar muchas palabras con el entendimiento no ocupe la voluntad.

8. Y notad mucho, amigas, este aviso que ahora quiero decir, porque os veréis muchas veces que no os podáis valer con esotras dos potencias: que acaece estar el alma con grandísima quietud, y andar el en-tendimiento tan remontado, que no parece es en su casa aquello que pasa; y así lo parece entonces que no está sino como en casa ajena por huésped y buscando otras posadas adonde estar, que aquélla no le con-tenta, porque sabe poco estar en un ser.

Por ventura es sólo el mío, y no deben ser así otros. Conmigo hablo, que algunas veces me deseo morir, de que no puedo remediar esta variedad del entendimiento. Otras parece hace asiento en su casa y acompaña a la voluntad, que cuando todas tres po-tencias se conciertan, es una gloria. Como dos casa-dos, que si se aman, que el uno quiere lo que el otro; más si uno es malcasado, ya se ve el desasosiego que da a su mujer. Así que la voluntad, cuando se ve en esta quietud, no haga caso del entendimiento más que de un loco; porque si le quiere traer consigo, forzado se ha de ocupar e inquietar algo. Y en este punto de oración todo será trabajar y no ganar más, sino perder lo que le da el Señor sin ningún trabajo suyo.

9. Y advertid mucho a esta comparación, que me pa-rece cuadra mucho: está el alma como un niño que

aún mama cuando está a los pechos de su madre, y ella, sin que él paladee, échale la leche en la boca por regalarle. Así es acá, que sin trabajo del entendi-miento está amando la voluntad, y quiere el Señor que, sin pensarlo, entienda que está con él y que sólo trague la leche que Su Majestad le pone en la boca y goce de aquella suavidad; que conozca le está el Señor haciendo aquella merced y se goce de gozarla; mas no que quiera entender cómo la goza y qué es lo que goza, sino descuídese entonces de sí, que quien está cabe ella no se descuidará de ver lo que le con-viene. Porque si va a pelear con el entendimiento para darle parte trayéndole consigo, no puede a todo; forzado dejará caer la leche de la boca y pierde aquel mantenimiento divino.

10. En esto diferencia esta oración de cuando está toda el alma unida con Dios: porque entonces aun sólo este tragar el mantenimiento no hace; dentro de sí, sin entender cómo, le pone el Señor. Aquí parece que quiere trabaje un poquito, aunque es con tanto descanso que casi no se siente. Quien la atormenta es el entendimiento; lo que no hace cuando es unión de todas tres potencias, porque las suspende el que las crió; porque con el gozo que da, todas las ocupa sin saber ellas cómo ni poderlo entender.

Así que, como digo, en sintiendo en sí esta ora-ción, que es un contento quieto y grande de la volun-tad, sin saberse determinar de qué es señaladamente, aunque bien se determina que es diferentísimo de los contentos de acá y que no bastaría señorear el mundo con todos los contentos de él para sentir en sí el alma aquella satisfacción, que es en lo interior de la volun-tad que otros contentos de la vida paréceme a mí que los goza lo exterior de la voluntad, como la corteza de ella, digamos- ... Pues cuando se viere en este tan subido grado de oración (que) es, como he dicho ya, muy conocidamente sobrenatural), si el entendi-miento –o pensamiento, por más me declarar- a los mayores desatinos del mundo se fuere, ríase de él y déjele para necio, y estése en su quietud, que él irá y vendrá; que aquí es señora y poderosa la voluntad, ella se le traerá sin que os ocupéis. Y si quiere a fuerza de brazos traerle, pierde la fortaleza que tiene para contra él, que viene de comer y admitir aquel divino sustentamiento, y ni el uno ni el otro ganarán nada, sino perderán entrambos. Dicen que quien mucho quiere apretar junto, lo pierde todo; así me parece será aquí.

La experiencia dará esto a entender, que quien no

Page 186: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 186 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

la tuviere no me espanto le parezca muy oscuro esto y cosa no necesaria; mas ya he dicho, que con poca que haya, lo entenderá y se podrá aprovechar de ello y ala-bará al Señor, porque fue servido se acertase a decir aquí.

11. Ahora, pues, concluyamos con que puesta el alma en esta oración, ya parece le ha concedido el Padre Eterno su petición de darle acá su reino. ¡Oh dichosa demanda, que tanto bien en ella pedimos sin enten-derlo! ¡Dichosa manera de pedir! Por eso quiero yo, hermanas, que miremos cómo rezamos esta oración del Paternóster y todas las demás vocales. Porque hecha Dios esta merced, descuidarnos hemos de las cosas del mundo; porque llegando el Señor de él, todo lo echa fuera. No digo que todos los que la tuvieren, por fuerza estén desasidos del todo del mundo; al menos querría que entiendan lo que les falta y se hu-millen y procuren irse desasiendo del todo, porque si no, quedarse ha aquí.

Y alma a quien Dios le da tales prendas es señal que la quiere para mucho: si no es por su culpa, irá muy adelante. Más si ve que poniéndola el reino del cielo en su casa se torna a la tierra, no sólo no la mos-trará los secretos que hay en su reino, más serán pocas veces las que le hagaeste favor, y breve espacio.

12. Ya puede ser yo me engañe en esto, mas véolo y sé que pasa así, y tengo para mí que por eso no hay mu-chos más espirituales; porque, como no responden en los servicios conforme a tan gran merced, con no tor-nar a aparejarse a recibirla, sino sacar al Señor de las manos la voluntad que ya tiene por suya y ponerla en cosas bajas, vase a buscar adonde le quieran para dar más, aunque no del todo quita lo dado cuando se vive con limpia conciencia. Mas hay personas, y yo he sido una de ellas, que está el Señor enterneciéndolas y dán-dolas inspiraciones santas y luz de lo que es todo, y, en fin, dándoles este reino y poniéndolos en esta oración de quietud, y ellos haciéndose sordos. Porque son tan amigas de hablar y de decir muchas oraciones vocales muy apriesa, como quien quiere acabar su tarea, como tienen ya por sí de decirlas cada día, que aunque, -como digo- les ponga el Señor su reino en las manos, no lo admiten; sino que ellos con su rezar piensan que hacen mejor, y se divierten.

13. Esto no hagáis, hermanas, sino estad sobre aviso cuando el Señor os hiciere esta merced. Mirad que perdéis un gran tesoro y que hacéis mucho más con una palabra de cuando en cuando del Paternóster, que

con decirle muchas veces aprisa. Está muy junto a quien pedís, no os dejará de oír. Y creed que aquí es el verdadero alabar y santificar de su nombre, porque ya, como cosa de su casa, glorificáis al Señor y alabáisle con más afección y deseo, y parece no podéis dejarle de servir.

CAPÍTULO XXXII

Que trata de estas palabras del Paternóster: «Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra», y lo mucho que hace quien dice estas palabras con toda determinación, y cuán bien se lo paga el Señor.

1. Ahora que nuestro buen Maestro nos ha pedido y enseñado a pedir cosa de tanto valor, que encierra en sí todas las cosas que acá podemos desear, y nos ha hecho tan gran merced como hacernos hermanos suyos, veamos qué quiere que demos a su Padre y qué le ofrece por nosotros y qué es lo que nos pide; que razón es le sirvamos con algo tan grandes mercedes. ¡Oh buen Jesús, que tampoco dais poco de nuestra parte como pedís para nosotros! Dejado que ello en sí es nonada para adonde tanto se debe y para tan gran Señor, más cierto, Señor mío, que no nos dejáis con nada, y que damos todo lo que podemos; si lo damos como lo decimos, digo.

2. «Sea hecha tu voluntad; y como es hecha en el cielo, así se haga en la tierra».

Bien hicisteis, nuestro buen Maestro, de pedir la petición pasada para que podamos cumplir lo que dais por nosotros; porque, cierto, Señor, si así no fuera, im-posible me parece. Mas haciendo vuestro Padre lo que Vos le pedís de darnos acá su reino, yo sé que os saca-remos verdadero en dar lo que dais por nosotros; por-que hecha la tierra cielo, será posible hacerse en mí vuestra voluntad.

Mas sin esto, y en tierra tan ruin como la mía y tan sin fruto, yo no sé, Señor, cómo sería posible. Es gran cosa lo que ofrecéis.

3. Cuando yo pienso esto, gusto de las personas que no osan pedir trabajos al Señor, que piensan está en esto el dárselos luego. No hablo en los que lo dejan por humildad, pareciéndoles no serán para sufrirlos; aun-que tengo para mí que quien les da amor para pedir este medio tan áspero para mostrarle, le dará para su-frirlos.

Querría preguntar a los que por temor no los piden de que luego se los han de dar, lo que dicen cuando

Page 187: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 187 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

suplican al Señor cumpla su voluntad en ellos, o es que lo dicen por decir lo que todos, mas no para ha-cerlo. Esto, hermanas, no sería bien. Mirad que parece aquí el buen Jesús nuestro embajador y que ha querido intervenir entre nosotros y su Padre, y no a poca costa suya; y no sería razón que lo que ofrece por nosotros dejásemos de hacerlo verdad, o no lo digamos.

4. Ahora quiérolo llevar por otra vía. Mirad, hijas: ello se ha de cumplir, que queramos o no, y se ha de hacer su voluntad en el cielo y en la tierra; creedme, tomad mi parecer, y haced de la necesidad virtud. ¡Oh Señor mío, qué gran regalo es éste para mí, que no dejaseis en querer tan ruin como el mío el cumplirse vuestra voluntad! Bendito seáis por siempre y alaben os todas las cosas.

Sea glorificado vuestro nombre por siempre. ¡Buena estuviera yo, Señor, si estuviera en mis manos el cumplirse vuestra voluntad o no! Ahora la mía os doy libremente, aunque a tiempo que no va libre de interés; porque ya tengo probado, y gran experiencia de ello, la ganancia que es dejar libremente mi volun-tad en la vuestra.

¡Oh amigas, qué gran ganancia hay aquí, o qué gran pérdida de no cumplir lo que decimos al Señor en el Paternóster en esto que le ofrecemos!

5. Antes que os diga lo que se gana, os quiero declarar lo mucho que ofrecéis, no os llaméis después a engaño y digáis que no lo entendisteis. No sea como algunas religiosas que no hacemos sino prometer, y como no lo cumplimos, hay este reparo de decir que no se en-tendió lo que se prometía. Y ya puede ser, porque decir que dejamos nuestra voluntad en otra parece muy fácil, hasta que, probándose, se entiende es la cosa más recia que se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir. Mas no todas veces nos llevan con rigor los prelados de que nos ven flacos; y a las veces flacos y fuertes llevan de una suerte. Acá no es así, que sabe el Señor lo que puede sufrir cada uno, y a quien ve con fuerza no se detiene en cumplir en él su voluntad.

6. Pues quiéroos avisar y acordar qué es su voluntad. No hayáis miedo sea daros riquezas, ni deleites, ni honras, ni todas estas cosas de acá; no os quiere tan poco, y tiene en mucho lo que le dais y quiéreoslo pagar bien, pues os da su reino aún viviendo.

¿Queréis ver cómo se ha con los que de veras le dicen esto? - Preguntadlo a su Hijo glorioso, que se lo dijo cuándo la oración del Huerto. Como fue dicho con determinación y de toda voluntad, mirad si la

cumplió bien en El en lo que le dio de trabajos y dolo-res e injurias y persecuciones; en fin, hasta que se le acabó la vida con muerte de cruz.

7. Pues veis aquí, hijas, a quien más amaba lo que dio; por donde se entiende cuál es su voluntad. Así que éstos son sus dones en este mundo. Da conforme al amor que nos tiene: a los que ama más, da de estos dones más; a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ve en cada uno y el amor que tiene a Su Majestad. A quien le amare mucho, verá que puede padecer mucho por Él; al que amare poco, poco. Tengo yo para mí que la medida del poder llevar gran cruz o pequeña es la del amor. Así que, hermanas, si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que Su Majestad quisiere.

Porque si de otra manera dais la voluntad, es mos-trar la joya e irla a dar y rogar que la tomen, y cuando extienden la mano para tomarla, tornarla Vos a guar-dar muy bien.

8. No son estas burlas para con quien le hicieron tantas por nosotros. Aunque no hubiera otra cosa, no es razón burlemos ya tantas veces, que no son pocas las que se lo decimos en el Paternóster. Dé-mosle ya una vez la joya del todo, de cuantas aco-metemos a dársela; es verdad que no nos da primero, para que se la demos. Los del mundo harto harán si tienen de verdad determinación de cumplirlo. Voso-tras, hijas, diciendo y haciendo, palabras y obras, como a la verdad parece hacemos los religiosos; sino que a las veces no sólo acometemos a dar la joya, sino ponémossela en la mano, y tornámossela a tomar. Somos francos de presto, y después tan es-casos, que valdría en parte más que nos hubiéramos detenido en el dar.

9. Porque todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos de las criaturas, y tendréis ya entendido lo mucho que importa, no digo más en ello; sino diré para lo que pone aquí nuestro buen Maestro estas palabras di-chas, como quien sabe lo mucho que ganaremos de hacer este servicio a su Eterno Padre.

Porque nos disponemos para que con mucha bre-vedad nos veamos acabado de andar el camino y bebiendo del agua viva de la fuente que queda dicha. Porque sin dar nuestra voluntad del todo al Señor para que haga en todo lo que nos toca con-

Page 188: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 188 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

forme a ella, nunca deja beber de ella.Esto es contemplación perfecta, lo que me dijisteis

os escribiese. [10] Y en esto -como ya tengo escrito- ninguna cosa hacemos de nuestra parte, ni trabajamos, ni negociamos, ni es menester más, porque todo lo demás estorba e impide de decir «fiat voluntas tua»: cúmplase, Señor, en mí vuestra voluntad de todos los modos y maneras que Vos, Señor mío, quisiereis. Si queréis con trabajos, dadme esfuerzo y vengan; si con persecuciones y enfermedades y deshonras y necesi-dades, aquí estoy, no volveré el rostro, Padre mío, ni es razón vuelva las espaldas. Pues vuestro Hijo dio en nombre de todos esta mi voluntad, no es razón falte por mi parte; sino que me hagáis Vos merced de darme vuestro reino para que yo lo pueda hacer, pues él me le pidió, y disponed en mí como en cosa vues-tra, conforme a vuestra voluntad.

11. ¡Oh hermanas mías, qué fuerza tiene este don! No puede menos, si va con la determinación que ha de ir, de traer al Todopoderoso a ser uno con nuestra bajeza y transformarnos en sí y hacer una unión del Criador con la criatura. Mirad si quedaréis bien pagadas y si tenéis buen Maestro, que, como sabe por dónde ha de ganar la voluntad de su Padre, enséñanos a cómo y con qué le hemos de servir.

12. Y mientras más se va entendiendo por las obras que no son palabras de cumplimiento, más más nos llega el Señor a sí y la levanta de todas las cosas de acá y de sí misma para habilitarla a recibir grandes mercedes, que no acaba de pagar en esta vida este servicio. En tanto le tiene, que ya nosotros no sabemos qué nos pedir, y Su Majestad nunca se cansa de dar. Porque no contento con tener hecha esta alma una cosa consigo por haberla ya unido a sí mismo, comienza a regalarse con ella, a des-cubrirle secretos, a holgarse de que entienda lo que ha ganado y que conozca algo de lo que la tiene por dar. Hácela ir perdiendo estos sentidos exteriores, porque no se la ocupe nada. Esto es arrobamiento. Y comienza a tratar de tanta amistad, que no sólo la torna a dejar su voluntad, más dale la suya con ella; porque se huelga el Señor, ya que trata de tanta amistad, que manden a veces -como dicen- y cumplir Él lo que ella le pide, como ella hace lo que El la manda, y mucho mejor, porque es po-deroso y puede cuanto quiere y no deja de querer.

13. La pobre alma, aunque quiera, no puede lo que que-rría, ni puede nada sin que se lo den. Y ésta es su mayor riqueza: quedar mientras más sirve, más adeudada, y mu-chas veces fatigada de verse sujeta a tantos inconvenien-

tes y embarazos y atadura como trae el estar en la cárcel de este cuerpo, porque querría pagar algo de lo que debe. Y es harto boba de fatigarse; porque, aunque haga lo que es en sí, ¿qué podemos pagar los que, como digo, no te-nemos qué dar si no lo recibimos, sino conocernos, y esto que podemos, que es dar nuestra voluntad, hacerlo cum-plidamente?

Todo lo demás, para el alma que el Señor ha llegado aquí, le embaraza y hace daño y no provecho, porque sola humildad es la que puede algo, y ésta no adquirida por el entendimiento, sino con una clara verdad que com-prende en un momento lo que en mucho tiempo no pu-diera alcanzar trabajando la imaginación, de lo muy nonada que somos y lo muy mucho que es Dios.

14. Doos un aviso: que no penséis por fuerza vuestra ni diligencia llegar aquí, que es por demás; antes si teníais devoción, quedaréis frías; sino con simplicidad y humil-dad, que es la que lo acabatodo,decir: «fiat voluntas tua».

CAPÍTULO XXXIII

En que trata la gran necesidad que tenemos de que el Señor nos dé lo que pedimos en estas palabras del Paternóster: «Panem nostrum quotidianum da nobis hodie».

1. Pues entendiendo, como he dicho, el buen Jesús cuán dificultosa cosa era ésta que ofrece por nosotros, conociendo nuestra flaqueza y que muchas veces ha-cemos entender que no entendemos cuál es la volun-tad del Señor -como somos flacos y El tan piadoso-, y que era menester medio, porque dejar de dar lo dado vio que en ninguna manera nos conviene, porque está en ello toda nuestra ganancia; pues cumplirlo vio ser dificultoso, porque decir a un regalado y rico que es la voluntad de Dios que tenga cuenta con moderar su plato para que coman otros siquiera pan, que mueren de hambre, sacará mil razones para no entender esto, sino a su propósito; pues decir a un murmurador que es la voluntad de Dios querer tanto para su prójimo como para sí, no lo puede poner a paciencia ni basta razón para que lo entienda; pues decir a un religioso que está mostrado a libertad y a regalo, que ha de tener cuenta con que ha de dar ejemplo y que mire que ya no son solas palabras con las que ha de cumplir cuando dice esta palabra, sino que lo ha jurado y prometido, y que es voluntad de Dios que cumpla sus votos, y mire que si da escándalo que va muy contra ellos, aunque no del todo los quebrante; que ha prometido pobreza,

Page 189: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 189 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

que la guarde sin rodeos, que esto es lo que el Señor quiere; no hay remedio aun ahora de quererlo algunos, ¿qué hiciera si el Señor no hiciera lo más con el reme-dio que puso? No hubiera sino muy poquitos que cum-plieran esta palabra que por nosotros dijo al Padre, de «fiat voluntas tua».

Pues visto el buen Jesús la necesidad, buscó un medio admirable adonde nos mostró el extremo de amor que nos tiene, y en su nombre y en el de sus hermanos pidió esta petición: «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor».

Entendamos, hermanas, por amor de Dios, esto que pide nuestro buen Maestro, que nos va la vida en no pasar de corrida por ello, y tened en muy poco lo que habéis dado pues tanto habéis de recibir.

2. Paréceme ahora a mí -debajo de otro mejor parecer- que visto el buen Jesús lo que había dado por nosotros y cómo nos importa tanto darlo y la gran dificultad que había -como está dicho- por ser nosotros tales y tan in-clinados a cosas bajas y de tan poco amor y ánimo, que era menester ver el suyo para despertarnos, y no una vez, sino cada día, que aquí se debía determinar de que-darse con nosotros. Y como era cosa tan grave y de tanta importancia, quiso que viniese de la mano del Eterno Padre. Porque, aunque son una misma cosa, y sabía que lo que Él hiciese en la tierra lo haría Dios en el cielo y lo tendría por bueno, pues su voluntad y la de su Padre era una, era tanta la humildad del buen Jesús que quiso como pedir licencia, porque ya sabía era amado del Padre y que se deleitaba en Él. Bien entendió que pedía más en esto que ha pedido en lo demás, por-que ya sabía la muerte que le habían de dar, y las des-honras y afrentas que había de padecer.

3. Pues ¿qué padre hubiera, Señor, que habiéndonos dado a su hijo, y tal hijo, y parándole tal, quisiera con-sentir se quedara entre nosotros cada día a padecer? -Por cierto, ninguno, Señor, sino el vuestro. Bien sa-béis a quién pedís.

¡Oh, válgame Dios, qué gran amor del Hijo, y qué gran amor del Padre! Aun no me espanto tanto del buen Jesús, porque como había ya dicho «fiat voluntas tua», habíalo de cumplir como quien es. ¡Sí, que no es como nosotros! Pues como sabe la cumple con amar-nos como a Sí, así andaba a buscar cómo cumplir con mayor cumplimiento, aunque fuese a su costa, este mandamiento. Mas Vos, Padre Eterno, ¿cómo lo con-sentisteis? ¿Por qué queréis cada día ver en tan ruines manos a vuestro Hijo? Ya que una vez quisisteis lo estuviese y lo consentisteis, ya veis cómo le pararon.

¿Cómo puede vuestra piedad cada día, cada día, verle hacer injurias? ¡Y cuántas se deben hoy hacer a este Santísimo Sacramento! ¡En qué de manos enemi-gas suyas le debe de ver el Padre! ¡Qué de desacatos de estos herejes!

4. ¡Oh Señor eterno! ¿Cómo aceptáis tal petición? ¿Cómo lo consentís? No miréis su amor, que a trueco de hacer cumplidamente vuestra voluntad y de hacer por nosotros, se dejará cada día hacer pedazos. Es vuestro de mirar, Señor mío, ya que a vuestro Hijo no se le pone cosa delante, por qué ha de ser todo nuestro bien a su costa. ¿Porque calla a todo y no sabe hablar por sí sino por nosotros? Pues ¿no ha de haber quien hable por este amantísimo Cordero?

He mirado yo cómo en esta petición sola duplica las palabras, porque dice primero y pide que le deis este pan cada día, y torna a decir «dádnoslo hoy, Señor». Pone también delante a su Padre. Es como decirle que ya una vez nos le dio para que muriese por nosotros, que ya nuestro es, que no nos le torne a qui-tar hasta que se acabe el mundo; que le deje servir cada día. Esto os enternezca el corazón, hijas mías, para amar a vuestro Esposo, que no hay esclavo que de buena gana diga que lo es, y que el buen Jesús pa-rece se honra de ello.

5. ¡Oh Padre Eterno! ¡Qué mucho merece esta humil-dad! ¿Con qué tesoro compramos a vuestro Hijo? Venderle, ya sabemos que por treinta dineros; más para comprarle no hay precio que baste. Como se hace aquí una cosa con nosotros por la parte que tiene de nuestra naturaleza y como señor de su voluntad, lo acuerda a su Padre, que pues es suya, que nos la puede dar. Y así dice: «pan nuestro». No hace diferencia de El a nosotros; mas hacémosla nosotros de El, para no nos dar cada día por Su Majestad.

CAPÍTULO XXXIV

Prosigue en la misma materia. -Es muy bueno para después de haber recibido el Santísimo Sacramento.

1. Pues en esta petición, «de cada día» parece que es «para siempre». Estando yo pensando por qué después de haber dicho el Señor «cada día», tornó a decir «dá-noslo hoy, Señor», ser nuestro cada día, me parece a mí porque acá le poseemos en la tierra y le poseeremos tam-bién en el cielo, si nos aprovechamos bien de su compa-ñía, pues no se queda para otra cosa con nosotros sino

Page 190: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 190 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

para ayudarnos y animarnos y sustentarnos a hacer esta voluntad que hemos dicho se cumpla en nosotros.2. El decir «hoy», me parece es para un día, que es mientras durare el mundo, no más. ¡Y bien un día! Y para los desventurados que se condenan, que no le go-zarán en la otra, no es a su culpa si se deja vencer, que El no los deja de animar hasta el fin de la batalla; no tendrán con qué se disculpar ni quejarse del Padre por-que se le tomó al mejor tiempo. Y así le dice su Hijo que, pues no es más de un día, se le deje ya pasar en servidumbre; que pues Su Majestad ya nos le dio y envió al mundo por sola su voluntad, que El quiere ahora por la suya propia no desampararnos, sino es-tarse aquí con nosotros para más gloria de sus amigos y pena de sus enemigos; que no pide más de «hoy», ahora nuevamente; que el habernos dado este pan sa-cratísimo para siempre, cierto lo tenemos. Su Majes-tad nos le dio -como he dicho- este mantenimiento y maná de la Humanidad, que le hallamos como quere-mos, y que si no es por nuestra culpa, no moriremos de hambre; que de todas cuantas maneras quisiere comer el alma hallará en el Santísimo Sacramento sabor y consolación. No hay necesidad ni trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar, si comenzamos a gustar de los suyos.

3. Pedid vosotras, hijas, con este Señor al Padre que os deje «hoy» a vuestro Esposo, que no os veáis en este mundo sin Él; que baste, para templar tan gran con-tento, que quede tan disfrazado en estos accidentes de pan y vino, que es harto tormento para quien no tiene otra cosa que amar ni otro consuelo; mas suplicadle que no os falte y que os dé aparejo para recibirle dig-namente.

4. De otro pan no tengáis cuidado las que muy de veras os habéis dejado en la voluntad de Dios; digo en estos tiempos de oración, que tratáis cosas más impor-tantes, que tiempos hay otros para que trabajéis y ga-néis de comer. Mas con el cuidado no curéis gastar en eso el pensamiento en ningún tiempo; sino trabaje el cuerpo, que es bien procuréis sustentaros, y descanse el alma. Dejad ese cuidado - como largamente queda dicho- a vuestro Esposo, que Él le tendrá siempre.

5. Es como si entra un criado a servir; tiene cuenta con contentar a su señor en todo. Mas él está obligado a dar de comer al siervo mientras está en su casa y le sirve, salvo si no es tan pobre que no tiene para sí ni para él. Acá cesa esto; siempre es y será rico y pode-roso. Pues no sería bien andar el criado pidiendo de

comer, pues sabe tiene cuidado su amo de dárselo y le ha de tener. Con razón le dirá que se ocupe él en ser-virle y en cómo le contentar, que por andar ocupado el cuidado en lo que no le ha de tener no hace cosa a derechas.

Así que, hermanas, tenga quien quisiere cuidado de pedir ese pan; nosotras pidamos al Padre Eterno merezcamos recibir el nuestro pan celestial de manera que, ya que los ojos del cuerpo no se pueden deleitar en mirarle por estar tan encubierto, se descubra a los del alma y se le dé a conocer, que es otro manteni-miento de contentos y regalos y que sustenta la vida.

6. ¿Pensáis que no es mantenimiento aun para estos cuerpos este santísimo manjar, y gran medicina aun para los males corporales?

Yo sé que lo es, y conozco una persona de grandes enfermedades que, estando muchas veces con graves dolores, como con la mano se le quitaban y quedaba buena del todo. Esto muy ordinario, y de males muy conocidos que no se podían fingir, a mi parecer. Y porque de las maravillas que hace este santísimo Pan en los que dignamente le reciben son muy notorias, no digo muchas que pudiera decir de esta persona que he dicho, que lo podía yo saber y sé que no es mentira. Mas ésta habíala el Señor dado tan viva fe, que cuando oía a algunas personas decir que quisieran ser en el tiempo que andaba Cristo nuestro bien en el mundo, se reía entre sí, pareciéndole que, teniéndole tan ver-daderamente en el Santísimo Sacramento como enton-ces, que ¿qué más se les daba?

7. Mas sé de esta persona que muchos años, aunque no era muy perfecta, cuando comulgaba, ni más ni menos que si viera con los ojos corporales entrar en su po-sada el Señor, procuraba esforzar la fe, para que, como creía verdaderamente entraba este Señor en su pobre posada, desocupábase de todas las cosas exteriores cuanto le era posible, y entrábase con Él. Procuraba recoger los sentidos para que todos entendiesen tan gran bien, digo, no embarazasen al alma para cono-cerle. Considerábase a sus pies y lloraba con la Mag-dalena, ni más ni menos que si con los ojos corporales le viera en casa del fariseo. Y aunque no sintiese de-voción, la fe la decía que estaba bien allí.

8. Porque, si no nos queremos hacer bobos y cegar el entendimiento, no hay que dudar; que esto no es repre-sentación de la imaginación, como cuando considera-mos al Señor en la cruz o en otros pasos de la Pasión, que le representamos en nosotros mismos como pasó.

Page 191: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 191 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Esto pasa ahora y es entera verdad, y no hay para qué le ir a buscar en otra parte más lejos; sino que, pues sabemos que mientras no consume el calor natural los accidentes del pan, que está con nosotros el buen Jesús, que nos lleguemos a El. Pues, si cuando andaba en el mundo, de sólo tocar sus ropas sanaba los enfer-mos, ¿qué hay que dudar que hará milagros estando tan dentro de mí, si tenemos fe, y nos dará lo que le pidiéremos, pues está en nuestra casa? Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si le hacen buen hospe-daje.

9. Si os da pena no verle con los ojos corporales, mirad que no nos conviene, que es otra cosa verle glorifi-cado, o cuando andaba por el mundo; no habría sujeto que lo sufriese, de nuestro flaco natural, ni habría mundo ni quien quisiese parar en él; porque en ver esta verdad eterna, se vería ser mentira y burla todas las cosas de que acá hacemos caso. Y viendo tan gran majestad, ¿cómo osaría una pecadorcilla como yo, que tanto le ha ofendido, estar tan cerca de Él? Debajo de aquel pan está tratable; porque si el rey se disfraza no parece se nos daría nada de conversar sin tantos mira-mientos y respetos con Él; parece está obligado a su-frirlo, pues se disfrazó. ¡Quién osara llegar con tanta tibieza, tan indignamente, con tantas imperfecciones!

10. ¡Oh, cómo no sabemos lo que pedimos, y cómo lo miró mejor su sabiduría! Porque a los que ve se han de aprovechar de su presencia, Él se les descubre; que aunque no le vean con los ojos corporales, muchos modos tiene de mostrarse al alma por grandes senti-mientos interiores y por diferentes vías. Estaos vos con El de buena gana. No perdáis tan buena sazón de negociar como es la hora después de haber comul-gado. Si la obediencia os mandare, hermanas, otra cosa, procurad dejar el alma con el Señor; que si luego lleváis el pensamiento a otra y no hacéis caso ni tenéis cuenta con que está dentro de vos, ¿cómo se os ha de dar a conocer? Este, pues, es buen tiempo para que os enseñe nuestro Maestro, y que le oigamos y besemos los pies porque nos quiso enseñar, y le supliquéis no se vaya de con vos.

11. Si esto habéis de pedir mirando una imagen de Cristo que estamos mirando, bobería me parece dejar la misma persona por mirar el dibujo. ¿No lo sería, si tuviésemos un retrato de una persona que quisiésemos mucho y la misma persona nos viniese a ver, dejar de hablar con ella y tener toda la conversación con el retrato? ¿Sabéis para cuándo es muy bueno y cosa en

que yo me deleito mucho? Para cuando está ausente la misma persona, o quiere darnos a entender lo está con muchas sequedades, es gran regalo ver una imagen de quien con tanta razón amamos. A cada cabo que vol-viésemos los ojos, la querría ver. ¿En qué mejor cosa ni más gustosa a la vista la podemos emplear, que en quien tanto nos ama y en quien tiene en sí todos los bienes? Desventurados estos herejes que han perdido por su culpa esta consolación, con otras.

12. Mas acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma y miraros al corazón; que yo os digo, y otra vez lo digo y muchas lo querría decir, que si tomáis esta costumbre todas las veces que comulgareis, y procurad tener tal conciencia que os sea lícito gozar a menudo de este bien, que no viene tan disfrazado que, como he dicho, de muchas mane-ras no se dé a conocer, conforme al deseo que tenemos de verle. Y tanto lo podéis desear, que se os descubra del todo.

13. Mas si no hacemos caso de Él, sino que en reci-biéndole nos vamos de con Él a buscar otras cosas más bajas, ¿qué ha de hacer? ¿Hanos de traer por fuerza a que le veamos que se nos quiere dar a cono-cer? No, que no le trataron tan bien cuando se dejó ver a todos al descubierto y les decía claro quién era, que muy pocos fueron los que le creyeron. Y así harta mi-sericordia nos hace a todos, que quiere Su Majestad entendamos que es Él el que está en el Santísimo Sa-cramento. Mas que le vean descubiertamente y comu-nicar sus grandezas y dar de sus tesoros, no quiere sino a los que entiende que mucho le desean, porque éstos son sus verdaderos amigos. Que yo os digo que quien no le fuere y no llegare a recibirle como tal, habiendo hecho lo que es en sí, que nunca le impor-tune porque se le dé a conocer. No ve la hora de haber cumplido con lo que manda la Iglesia, cuando se va de su casa y procura echarle de sí. Así que este tal, con otros negocios y ocupaciones y embarazos del mundo, parece que lo más presto que puede, se da prisa a que no le ocupe la casa el Señor de él.

CAPÍTULO XXXV

Acaba la materia comenzada con una exclamación al Padre Eterno.

1. Heme alargado tanto en esto, aunque había hablado

Page 192: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 192 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

en la oración del recogimiento de lo mucho que im-porta este entrarnos a solas con Dios, por ser tan im-portante. Y cuando no comulgareis, hijas, y oyereis misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho, y hacer lo mismo de recogeros después en vos, que es mucho lo que se imprime el amor así de este Señor. Porque aparejándonos a reci-bir, jamás por muchas maneras deja de dar que no en-tendemos. Es llegarnos al fuego que, aunque le haya muy grande, si estáis desviadas y escondéis las manos, mal os podéis calentar, aunque todavía da más calor que no estar adonde no haya fuego. Mas otra cosa es querernos llegar a Él, que si el alma está dispuesta -digo que esté con deseo de perder el frío y se está allí un rato, para muchas horas queda con calor.

2. Pues mirad, hermanas, que si a los principios no os hallareis bien (que) podrá ser, porque os pondrá el de-monio apretamiento de corazón y congoja, porque sabe el daño grande que le viene de aquí), haraos en-tender que halláis más devoción en otras cosas y aquí menos. No dejéis este modo; aquí probará el Señor lo que le queréis. Acordaos que hay pocas almas que le acompañen y le sigan en los trabajos; pasemos por Él algo, que Su Majestad os lo pagará. Y acordaos tam-bién qué de personas habrá que no sólo quieran no estar con Él, sino que con descomedimiento le echen de sí. Pues algo hemos de pasar para que entienda le tenemos deseo de ver. Y pues todo lo sufre y sufrirá por hallar sola un alma que le reciba y tenga en sí con amor, sea ésta la vuestra. Porque, a no haber ninguna, con razón no le consintiera quedar el Padre Eterno con nosotros; sino que es tan amigo de amigos y tan señor de sus siervos, que, como ve la voluntad de su buen Hijo, no le quiere estorbar obra tan excelente y adonde tan cumplidamente muestra el amor que tiene a su Padre.

3. Pues, Padre santo que estás en los cielos, ya que lo queréis y lo aceptáis, y claro está no habíais de negar cosa que tan bien nos está a nosotros, alguien ha de haber -como dije al principio- que hable por vuestro Hijo, pues Él nunca tornó de Sí. Seamos nosotras, hijas, aunque es atrevimiento siendo las que somos; más confiadas en que nos manda el Señor que pida-mos, llegadas a esta obediencia, en nombre del buen Jesús supliquemos a Su Majestad que, pues no le ha quedado por hacer ninguna cosa haciendo a los peca-dores tan gran beneficio como éste, que quiera su piedad y se sirva de poner remedio para que no sea tan maltratado. Y que pues su santo Hijo puso tan

buen medio para que en sacrificio le podamos ofre-cer muchas veces, que valga tan precioso don para que no vaya adelante tan grandísimo mal y desacatos como se hacen en los lugares adonde estaba este San-tísimo Sacramento entre estos luteranos, deshechas las iglesias, perdidos tantos sacerdotes, quitados los sacramentos.

4. Pues ¡qué es esto mi Señor y mi Dios! O dad fin al mundo, o poned remedio en tan gravísimos males; que no hay corazón que lo sufra, aun de los que somos ruines. Suplícoos, Padre Eterno, que no lo su-fráis ya Vos. Atajad este fuego, Señor, que si queréis podéis. Mirad que aún está en el mundo vuestro Hijo; por su acatamiento cesen cosas tan feas y abomina-bles y sucias; por su hermosura y limpieza, no me-rece estar en cosa adonde hay cosas semejantes. No lo hagáis por nosotros, Señor, que no lo merecemos; hacedlo por vuestro Hijo. Pues suplicaros que no esté con nosotros, no os lo osamos pedir: ¿qué sería de nosotros? Que si algo os aplaca, es tener acá tal prenda. Pues algún medio ha de haber, Señor mío, póngale Vuestra Majestad.

5. ¡Oh mi Dios! ¡Quién pudiera importunaros mucho y haberos servido mucho para poderos pedir tan gran merced en pago de mis servicios, pues no dejáis nin-guno sin paga! Más no lo he hecho, Señor; antes por ventura soy yo la que os he enojado de manera que por mis pecados vengan tantos males. Pues ¿qué he de hacer, Criador mío, sino presentaros este Pan sacratí-simo y, aunque nos le disteis, tornárosle a dar y supli-caros, por los méritos de vuestro Hijo, me hagáis esta merced, pues por tantas partes lo tiene merecido? Ya, Señor, ya ¡haced que se sosiegue este mar! No ande siempre en tanta tempestad esta nave de la Iglesia, y salvadnos, Señor mío, que perecemos.

CAPÍTULO XXXVI

Trata de estas palabras del paternóster: «Dimitte nobis debita nostra».

1. Pues viendo nuestro buen Maestro que con este manjar celestial todo nos es fácil, si no es por nuestra culpa, y que podemos cumplir muy bien lo que hemos dicho al Padre de que se cumpla en nosotros su volun-tad, dícele ahora que nos perdone nuestras deudas, pues perdonamos nosotros. Y así, prosiguiendo en la oración que nos enseña, dice estas palabras: «Y perdó-

Page 193: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 193 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

nanos, Señor, nuestras deudas, así como nosotros las perdonamos a nuestros deudores».

2. Miremos, hermanas, que no dice «como perdonare-mos», porque entendamos que quien pide un don tan grande como el pasado y quien ya ha puesto su volun-tad en la de Dios, que ya esto ha de estar hecho, y así dice: «como nosotros las perdonamos». Así que quien de veras hubiere dicho esta palabra al Señor, «fiat vo-luntas tua», todo lo ha de tener hecho, con la determi-nación al menos.

Veis aquí cómo los santos se holgaban con las in-jurias y persecuciones, porque tenían algo que presen-tar al Señor cuando le pedían. ¿Qué hará una tan pobre como yo, que tan poco ha tenido que perdonar y tanto hay que se me perdone?

Cosa es ésta, hermanas, para que miremos mucho en ella: que una cosa tan grave y de tanta importancia como que nos perdone nuestro Señor nuestras culpas, que merecían fuego eterno, se nos perdone con tan baja cosa como es que perdonemos. Y aun de esta bajeza tengo tan pocas que ofrecer, que de balde me habéis, Señor, de perdonar. Aquí cabe bien vuestra misericor-dia. Bendito seáis Vos, que tan pobre me sufrís, que lo que vuestro Hijo dice en nombre de todos, por ser yo tal y tan sin caudal, me he de salir de la cuenta.

3. Mas, Señor mío, ¿si habrá algunas personas que me tengan compañía y no hayan entendido esto? Si las hay, en vuestro nombre les pido yo que se les acuerde de esto y no hagan caso de unas cositas que llaman agravios, que parece hacemos casas de pajitas, como los niños, con estos puntos de honra. ¡Oh, válgame Dios, hermanas, si entendiésemos qué cosa es honra y en qué está perder la honra! Ahora no hablo con noso-tras, que harto mal sería no tener ya entendido esto, sino conmigo el tiempo que me precié de honra sin entender qué cosa era; íbame al hilo de la gente. ¡Oh, de qué cosas me agraviaba, que yo tengo vergüenza ahora! Y no era, pues, de las que mucho miraban en estos puntos; más erraba en el punto principal, porque no miraba yo ni hacía caso de la honra que tiene algún provecho, porque ésta es la que hace provecho al alma. Y qué bien dijo quien dijo, que honra y prove-cho no podían estar juntas, aunque no sé si lo dijo a este propósito. Y es al pie de la letra, porque provecho del alma y esto que llama el mundo honra nunca puede estar junto. Cosa espantosa es qué al revés anda el mundo. Bendito sea el Señor que nos sacó de él.

4. Más mirad, hermanas, que no nos tiene olvidadas el

demonio; también inventa sus honras en los monaste-rios y pone sus leyes, que suben y bajan en dignidades como los del mundo. Los letrados deben de ir por sus letras -que esto no lo sé-, que el que ha llegado a leer teología, no ha de bajar a leer filosofía, que es un punto de honra que está en que ha de subir y no bajar. Y aun si se lo mandase la obediencia, lo tendría por agravio y habría quien tornase de él, que es afrenta. Y luego el demonio descubre razones que aun en ley de Dios parece lleva razón. Pues entre nosotras, la que ha sido priora ha de quedar inhabilitada para otro oficio más bajo; un mirar en la que es más antigua, que esto no se nos olvida, y aun a las veces parece merecemos en ello, porque lo manda la Orden.

5. Cosa es para reír, o para llorar, que lleva más razón. Sí, que no manda la Orden que no tengamos humil-dad. Manda que haya concierto. Más yo no he de estar tan concertada en cosas de mi estima, que tenga tanto cuidado en este punto de orden como de otras cosas de ella, que por ventura guardaremos imperfectamente; no esté toda nuestra perfección de guardarla en esto; otras lo mirarán por mí, si yo me descuido. Es el caso que como somos inclinadas a subir -aunque no subire-mos por aquí al cielo-, no ha de haber bajar. ¡Oh Señor, Señor! ¿Sois Vos nuestro dechado y maestro? Sí, por cierto. ¿Pues en qué estuvo vuestra honra, honrador nuestro? ¿No la perdisteis, por cierto, en ser humillado hasta la muerte? No, Señor, sino que la ganasteis para todos.

6. ¡Oh, por amor de Dios, hermanas!, que llevamos perdido el camino, porque va errado desde el princi-pio, y plega a Dios que no se pierda algún alma por guardar estos negros puntos de honra sin entender en qué está la honra. Y vendremos después a pensar que hemos hecho mucho si perdonamos una cosita de éstas, que ni era agravio ni injuria ni nada; y muy como quien ha hecho algo, vendremos a que nos per-done el Señor, pues hemos perdonado.Dadnos, mi Dios, a entender que no nos entendemos y que venimos vacías las manos, y perdonadnos Vos por vuestra misericordia. Que en verdad, Señor, que no veo cosa (pues) todas las cosas se acaban y el cas-tigo es sin fin) que merezca ponérseos delante para que nos hagáis tan gran merced, si no es por quien os lo pide.

7. Mas ¡qué estimado debe ser este amarnos unos a otros del Señor! Pues pudiera el buen Jesús ponerle delante otras, y decir: «perdonadnos, Señor, porque

Page 194: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 194 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

hacemos mucha penitencia, o porque rezamos mucho y ayunamos y lo hemos dejado todo por Vos y os ama-mos mucho»; y no dijo «porque perderíamos la vida por Vos», y -como digo- otras cosas que pudiera decir, sino sólo «porque perdonamos». Por ventura, como nos conoce por tan amigos de esta negra honra y como cosa más dificultosa de alcanzar de nosotros y más agradable a su Padre, la dijo y se la ofrece de nuestra parte. «Efectos que deja el buen espíritu».

8. Pues tened mucha cuenta, hermanas, con que dice: «como perdonamos»; ya como cosa hecha, como he dicho. Y advertid mucho en esto, que cuando de las cosas que Dios hace merced a un alma en la oración que he dicho de contemplación perfecta no sale muy determinada y, si se le ofrece, lo pone por obra de perdonar cualquier injuria por grave que sea, no estas naderías que llaman injurias, no fíe mucho de su ora-ción; que al alma que Dios llega a Sí en oración tan subida no llegan ni se le da más ser estimada que no. No dije bien, que sí da, que mucha más pena le da la honra que la deshonra, y el mucho holgar con des-canso que los trabajos. Porque cuando de veras le ha dado el Señor aquí su reino, ya no le quiere en este mundo; y para más subidamente reinar, entiende es éste el verdadero camino, y ha ya visto por experien-cia la gran ganancia que le viene y lo que se adelanta un alma en padecer por Dios. Porque por maravilla llega Su Majestad a hacer tan grandes regalos sino a personas que han pasado de buena gana muchos traba-jos por Él. Porque, como dije en otra parte de este libro, son grandes los trabajos de los contemplativos, y así los busca el Señor gente experimentada.

9. Pues entended, hermanas, que como éstos tienen ya entendido lo que es todo, en cosa que pasa no se detie-nen mucho. Si de primer movimiento da pena una gran injuria y trabajo, aún no lo ha bien sentido cuando acude la razón por otra parte, que parece levanta la bandera por sí y deja casi aniquilada aquella pena con el gozo que le da ver que le ha puesto el Señor en las manos cosa que en un día podrá ganar más delante de Su Majestad de mercedes y favores perpetuos, que pu-diera ser ganará él en diez años por trabajos que qui-siera tomar por sí. Esto es muy ordinario, a lo que yo entiendo, que he tratado muchos contemplativos y sé cierto que pasa así; que como otros precian oro y joyas, precian ellos los trabajos y los desean, porque tienen entendido que éstos les han de hacer ricos.

10. De estas personas está muy lejos estima suya de

nada. Gustan entiendan sus pecados y de decirlos cuando ven que tienen estima de ellos. Así les acaece de su linaje, que ya saben que en el reino que no se acaba no han de ganar por aquí. Si gustasen ser de buena casta, es cuando para más servir a Dios fuera menester; cuando no, pésales los tengan por más de lo que son, y sin ninguna pena desengañan, sino con gusto. Es el caso que debe ser a quien Dios hace mer-ced de tener esta humildad y amor grande a Dios, que en cosa que sea servirle más ya se tiene a sí tan olvi-dado, que aún no puede creer que otros sienten algu-nas cosas ni lo tienen por injuria.

11. Estos efectos que he dicho a la postre son de per-sonas ya más llegadas a perfección, y a quien el Señor muy ordinario hace mercedes de llegarle a Sí por con-templación perfecta. Mas lo primero, que es estar de-terminados a sufrir injurias, y sufrirlas aunque sea recibiendo pena, digo que muy en breve lo tiene quien tiene ya está merced del Señor de tener oración hasta llegar a unión. Y que si no tiene estos efectos y sale muy fuerte en ellos de la oración, crea que no era la merced de Dios, sino alguna ilusión y regalo del de-monio, porque nos tengamos por más honrados.

12. Puede ser que al principio, cuando el Señor hace estas mercedes, no luego el alma quede con esta forta-leza; mas digo que si las continúa a hacer, que en breve tiempo se hace con fortaleza, y ya que no la tenga en otras virtudes, en esto de perdonar sí. No puedo yo creer que alma que tan junto llega de la misma misericordia, adonde conoce la que es y lo mucho que le ha perdonado Dios, deje de perdonar luego con toda facilidad y quede allanada en quedar muy bien con quien la injurió. Porque tiene presente el regalo y merced que le ha hecho, adonde vio señales de grande amor, y alégrase se le ofrezca en qué le mostrar alguno.

13. Torno a decir que conozco muchas personas que las ha hecho el Señor merced de levantarlas a cosas sobrenaturales, dándoles esta oración o contemplación que queda dicha, y aunque las veo con otras faltas e imperfecciones, con ésta no he visto ninguna ni creo la habrá, si las mercedes son de Dios, como he dicho. El que las recibiere mayores, mire en sí cómo van cre-ciendo estos efectos; y si no viere en sí ninguno, té-mase mucho y no crea que esos regalos son de Dios -como he dicho- que siempre enriquece el alma adonde llega. Esto es cierto, que aunque la merced y regalo pase presto, que se entiende despacio en las

Page 195: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 195 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

ganancias con que queda el alma. Y como el buen Jesús sabe bien esto, determinadamente dice a su Padre Santo que «perdonamos nuestros deudores».

CAPÍTULO XXXVII

Dice la excelencia de esta oración del Paternóster, y cómo halla-remos de muchas maneras consolación en ella.

1. Es cosa para alabar mucho al Señor cuán subida en perfección es esta oración evangelical, bien como orde-nada de tan buen Maestro, y así podemos, hijas, cada una tomarla a su propósito.

Espántame ver que en tan pocas palabras está toda la contemplación y perfección encerrada, que parece no hemos menester otro libro sino estudiar en éste. Porque hasta aquí nos ha enseñado el Señor todo el modo de oración y de alta contemplación, desde los principiantes a la oración mental y de quietud y unión, que a ser yo para saberlo decir, se podía hacer un gran libro de ora-ción sobre tan verdadero fundamento. Ahora ya co-mienza el Señor a darnos a entender los efectos que deja cuando son mercedes suyas, como habéis visto.

2. Pensado he yo cómo no se había Su Majestad decla-rado más en cosas tan subidas y oscuras para que todos lo entendiésemos. Hame parecido que, como había de ser general para todos esta oración, que por-que pudiese pedir cada uno a su propósito y se conso-lase, pareciéndonos le damos buen entendimiento, lo dejó así en confuso, para que los contemplativos que ya no quieren cosas de la tierra, y personas ya muy dadas a Dios, pidan las mercedes del cielo que se pue-den por la bondad de Dios dar en la tierra; y los que aún viven en ella y es bien que vivan conforme a sus estados, pidan también su pan, que se han de sustentar y sustentar sus casas, y es muy justo y santo, y así las demás cosas, conforme a sus necesidades.

3. Mas miren que estas dos cosas, que es darle nuestra voluntad y perdonar, que es para todos. Verdad es que hay más y menos en ello, como queda dicho: los per-fectos darán la voluntad como perfectos y perdonarán con la perfección que queda dicha; nosotras, herma-nas, haremos lo que pudiéremos, que todo lo recibe el Señor. Porque parece una manera de concierto que de nuestra parte hace con su Eterno Padre, como quien dice: «haced Vos esto, Señor, y harán mis hermanos estotro». Pues a buen seguro que no falte por su parte. ¡Oh, oh, que es muy buen pagador y paga muy sin tasa!

4. De tal manera podemos decir una vez esta oración, que como entienda no nos queda doblez, sino que haremos lo que decimos, nos deje ricas. Es muy amigo tratemos verdad con El. Tratando con llaneza y claridad, que no digamos una cosa y nos quede otra, siempre da más de lo que le pedimos.Sabiendo esto nuestro buen Maestro, y que los que de veras llegasen a perfección en el pedir habían de quedar tan en alto grado con las mercedes que les había de hacer el Padre, entendiendo que los ya per-fectos o que van camino de ello, -que no temen ni deben, como dicen-, tienen el mundo debajo de los pies, contento el Señor de él (como) por los efectos que hace en sus almas pueden tener grandísima espe-ranza que Su Majestad lo está), embebidos en aque-llos regalos, no querrían acordarse que hay otro mundo ni que tienen contrarios.

5. ¡Oh Sabiduría eterna! ¡Oh buen Enseñador! Y qué gran cosa es, hijas, un maestro sabio, temeroso, que previene a los peligros. Es todo el bien que un alma espiritual puede acá desear, porque es gran se-guridad. No podría encarecer con palabras lo que importa esto. Así que viendo el Señor que era me-nester despertarlos y acordarlos que tienen enemi-gos, y cuán más peligroso es en ellos ir descuidados, y que mucha más ayuda han menester del Padre Eterno, porque caerán de más alto, y para no andar sin entenderse, engañados, pide estas peticiones tan necesarias a todos mientras vivimos en este destie-rro: «Y no nos traigas, Señor, en tentación; mas lí-branos de mal.

CAPÍTULO XXXVIII

Que trata de la gran necesidad que tenemos de suplicar al Padre Eterno nos conceda lo que pedimos en estas palabras: «Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo», y declara algunas tentaciones. -Es de notar.

1. Grandes cosas tenemos aquí, hermanas, que pen-sar y que entender, pues lo pedimos. Ahora mirad que tengo por muy cierto los que llegan a la perfec-ción que no piden al Señor los libre de los trabajos ni de las tentaciones ni persecuciones y peleas. Que éste es otro efecto muy cierto y grande de ser espíritu del Señor, y no ilusión, la contemplación y mercedes que Su Majestad les diere; porque, como poco ha dije, antes los desean y los piden y los aman. Son

Page 196: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 196 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

como los soldados, que están más contentos cuando hay más guerra, porque esperan salir con más ganan-cia. Si no la hay, sirven con su sueldo, mas ven que no pueden medrar mucho.2. Creed, hermanas, que los soldados de Cristo, que son los que tienen contemplación y tratan de oración, no ven la hora que pelear; nunca temen mucho enemi-gos públicos; ya los conocen y saben que, con la fuerza que en ellos pone el Señor, no tienen fuerza, y que siempre quedan vencedores y con gran ganancia; nunca los vuelven el rostro. Los que temen, y es razón teman y siempre pidan los libre el Señor de ellos, son unos enemigos que hay traidores, unos demonios que se transfiguran en ángel de luz; vienen disfrazados. Hasta que han hecho mucho daño en el alma, no se dejan conocer, sino que nos andan bebiendo la sangre y acabando las virtudes, y andamos en la misma ten-tación y no lo entendemos.

De éstos pidamos, hijas, y supliquemos muchas veces en el Paternóster que nos libre el Señor y que no consienta andemos en tentación; que no nos traigan engañadas, que se descubra la ponzoña, que no os es-condan la luz y la verdad. ¡Oh, con cuánta razón nos enseña nuestro buen Maestro a pedir esto y lo pide por nosotros!

3. Mirad, hijas, que de muchas maneras dañan, no penséis que es sólo en hacernos entender que los gus-tos que pueden fingir en nosotros y regalos son de Dios, que éste me parece el menos daño, en parte, que ellos pueden hacer; antes podrá ser que con esto hagan caminar más aprisa, porque, cebados de aquel gusto, están más horas en la oración; y como ellos están ig-norantes que es del demonio y como se ven indignos de aquellos regalos, no acabarán de dar gracias a Dios, quedarán más obligados a servirle, esforzarse han a disponerse para que les haga más mercedes el Señor, pensando son de su mano.

4. Procurad, hermanas, siempre humildad y ver que no sois dignas de estas mercedes, y no las procuréis. Ha-ciendo esto, tengo para mí que muchas almas pierde el demonio por aquí, pensando hacer que se pierdan, y que saca el Señor del mal que él pretende hacer, nues-tro bien. Porque mira SuMajestad nuestra intención, que es contentarle y servirle estándonos con Él en la oración, y fiel es el Señor. Bien es andar con aviso no haga quiebra en la humildad o engendrar alguna vana-gloria. Suplicando al Señor os libre en esto, no hayáis miedo, hijas, que os deje su Majestad regalar mucho de nadie, sino de Sí.

5. Adonde el demonio puede hacer gran daño sin en-tenderle, es haciéndonos creer que tenemos virtudes no las teniendo, que esto es pestilencia. Porque en los gustos y regalos parece sólo que recibimos y que que-damos más obligados a servir; acá parece que damos y servimos y que está el Señor obligado a pagar, y así poco a poco hace mucho daño. Que por una parte en-flaquece la humildad, por otra descuidámonos de ad-quirir aquella virtud, que nos parece la tenemos ya ganada.

Pues ¿qué remedio, hermanas? El que a mí me pa-rece mejor es lo que nos enseña nuestro Maestro: ora-ción y suplicar al Padre Eterno que no permita que andemos en tentación. [6]. También os quiero decir otro alguno: que, si nos parece el Señor ya nos la ha dado, entendamos que es bien recibido y que nos le puede tornar a quitar, como, a la verdad, acaece mu-chas veces y no sin gran providencia de Dios. ¿Nunca lo habéis visto por vosotras, hermanas? Pues yo sí: unas veces me parece que estoy muy desasida, y en hecho de verdad, venido a la prueba, lo estoy; otra vez me hallo tan asida y de cosas que por ventura el día de antes burlara yo de ello, que casi no me conozco. Otras veces me parece tengo mucho ánimo y que a cosa que fuese servir a Dios no volvería el rostro; y probado, es así que le tengo para algunas; otro día viene que no me hallo con él para matar una hormiga por Dios si en ello hallase contradicción. Así, unas veces me parece que de ninguna cosa que me murmu-rasen ni dijesen de mí no se me da nada; y probado, algunas veces es así, que antes me da contento; vienen días que sola una palabra me aflige y querría irme del mundo, porque me parece me cansa en todo. Y en esto no soy sola yo, que lo he mirado en muchas personas mejores que yo y sé que pasa así.

7. Pues esto es, ¿quién podrá decir de sí que tiene vir-tud ni que está rica, pues al mejor tiempo que haya menester la virtud se halla de ella pobre? -Que no, hermanas, sino pensemos siempre lo estamos, y no nos adeudemos sin tener de qué pagar; porque de otra parte ha de venir el tesoro, y no sabemos cuándo nos querrá dejar en la cárcel de nuestra miseria sin darnos nada; y si teniéndonos por buenas nos hacen merced y honra -que es el emprestar que digo-, quedaránse bur-lados ellos y nosotras. Verdad es que, sirviendo con humildad, en fin nos socorre el Señor en las necesida-des; más si no hay muy de veras esta virtud, a cada paso - como dicen- os dejará el Señor. Y es grandísima merced suya, que es para que la tengáis y entendáis

Page 197: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 197 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

con verdad que no tenemos nada que no lo recibimos.

8. Ahora, pues, notad otro aviso: hácenos entender el demonio que tenemos una virtud, digamos de pacien-cia, porque nos determinamos y hacemos muy conti-nuos actos de pasar mucho por Dios; y parécenos en hecho de verdad que lo sufriríamos, y así estamos muy contentas, porque ayuda el demonio a que lo creamos. Yo os aviso no hagáis caso de estas virtudes, ni pense-mos las conocemos sino de nombre, ni que nos las ha dado el Señor, hasta que veamos la prueba; porque acaecerá que a una palabra que os digan a vuestro dis-gusto, vaya la paciencia por el suelo. Cuando muchas veces sufriereis, alabad a Dios que os comienza a en-señar esta virtud, y esforzaos a padecer, que es señal que en eso quiere se la paguéis, pues os la da, y no la tengáis sino como en depósito, como ya queda dicho.

9. Trae otra tentación, que nos parecemos muy pobres de espíritu, y traemos costumbre de decirlo, que ni queremos nada ni se nos da nada de nada. No se ha ofrecido la ocasión de darnos algo –aunque pase de lo necesario- cuando va toda perdida la pobreza de espí-ritu. Mucho ayuda el traer costumbre de decirlo, a pa-recer que se tiene.

Mucho hace al caso andar siempre sobre aviso para entender esta tentación, así en las cosas que he dicho, como en otras muchas; porque cuando de veras da el Señor una sólida virtud de éstas, todas parece las trae tras sí; es muy conocida cosa. Más tórnoos a avisar que, aunque os parezca la tenéis, temáis que os enga-ñáis.

Porque el verdadero humilde siempre anda dudoso en virtudes propias, y muy ordinariamente le parecen más ciertas y de más valor las que ve en sus prójimos.

CAPÍTULO XXXIX

Prosigue la misma materia, y da avisos de tentaciones algunas de diferentes maneras, y pone los remedios para que se puedan librar de ellas.

1. Pues guardaos también, hijas, de unas humildades que pone el demonio con gran inquietud de la grave-dad de nuestros pecados, que suele apretar aquí de muchas maneras, hasta apartarse de las comuniones y de tener oración particular (por) no lo merecer, les pone el demonio); y cuando llegan al Santísimo Sacra-mento, en si se aparejaron bien o no, se les va el tiempo que habían de recibir mercedes. Llega la cosa

a término de hacer parecer a un alma que, por ser tal, la tiene Dios tan dejada, que casi pone duda en su mi-sericordia. Todo le parece peligro lo que trata, y sin fruto lo que sirve, por bueno que sea. Dale una des-confianza que, se le caen los brazos para hacer ningún bien, porque le parece que lo que lo es en los otros, en ella es mal.

2. Mirad mucho, hijas, en este punto que os diré, por-que algunas veces podrá ser humildad y virtud teneros por tan ruin, y otras grandísima tentación. Porque yo he pasado por ella, la conozco. La humildad no in-quieta ni desasosiega ni alborota el alma, por grande que sea; sino viene con paz y regalo y sosiego. Aun-que uno, de verse ruin, entienda claramente merece estar en el infierno, y se aflige y le parece con justicia todos le habían de aborrecer , y que no osa casi pedir misericordia, si es buena humildad, esta pena viene con una suavidad en sí y contento, que no querríamos vernos sin ella. No alborota ni aprieta el alma, antes la dilata y hace hábil para servir más a Dios. Estotra pena todo lo turba, todo lo alborota, toda el alma revuelve, es muy penosa. Creo pretende el demonio que pense-mos tenemos humildad, y si pudiese, a vueltas, que desconfiásemos de Dios.

3. Cuando así os hallarais, atajad el pensamiento de vuestra miseria lo más que pudiereis, y ponedle en la misericordia de Dios y en lo que nos ama y padeció por nosotros. Y si es tentación, aun esto no podréis hacer, que no os dejará sosegar el pensamiento ni po-nerle en cosa, sino para fatigaros más. Harto será si conocéis es tentación.

Así es en penitencias desconcertadas, para hacer entendernos que somos más penitentes que las otras y que hacéis algo. Si os andáis escondiendo del confesor o prelada, o si diciéndoos que lo dejéis no lo hacéis, es clara tentación. Procurad -aunque más pena os déobe-decer, pues en esto está la mayor perfección.

4. Pone otra bien peligrosa, que es una seguridad de parecernos que en ninguna manera tornaríamos a las culpas pasadas y contentos del mundo; «que ya le tengo entendido y sé que se acaba todo y que más gusto me dan las cosas de Dios». Esta, si es a los prin-cipios, es muy malo, porque con esta seguridad no se les da nada de tornarse a poner en las ocasiones, y hácenos dar de ojos, y plega a Dios que no sea muy peor la recaída. Porque, como el demonio ve que es alma que le puede dañar y aprovechar a otras, hace todo su poder para que no se levante.

Page 198: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 198 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Así que, aunque más gustos y prendas de amor el Señor os dé, nunca tanto andéis seguras que dejéis de temer podéis tornar a caer, y guardaros de las ocasio-nes.5. Procurad mucho tratar esas mercedes y regalos con quien os dé luz, sin tener cosa secreta. Y tened este cuidado: que en principio y fin de la oración, por su-bida contemplación que sea, siempre acabéis en pro-pio conocimiento. Y si es de Dios, aunque no queráis ni tengáis este aviso, lo haréis aún más veces, porque trae consigo humildad y siempre deja con más luz para que entendamos lo poco que somos.

No me quiero detener más, porque muchos libros hallaréis de estos avisos. Lo que he dicho es porque he pasado por ello y vístome en trabajo algunas veces. Todo cuanto se puede decir no puede dar entera segu-ridad.

6. Pues, Padre Eterno, ¿qué hemos de hacer sino acu-dir a Vos y suplicaros no nos traigan estos contrarios nuestros en tentación? Cosas públicas vengan, que con vuestro favor mejor nos libraremos. Mas esas trai-ciones ¿quién las entenderá, Dios mío? Siempre hemos menester pediros remedio. Decidnos, Señor, alguna cosa para que nos entendamos y aseguremos. Ya sabéis que por este camino no van los muchos, y si han de ir con tantos miedos, irán muy menos.

7. Cosa extraña es ésta, ¡como si para los que no van por camino de oración no tentase el demonio!, y que se espanten más todos de uno que engaña de los que van más llegados a perfección, que de cien mil que ven en engaños y pecados públicos, que no hay que andar a mirar si es bueno o malo, porque de mil leguas se entiende es Satanás.

A la verdad, tienen razón, porque son tan poquísi-mos a los que engaña el demonio de los que rezaren el Paternóster como queda dicho, que como cosa nueva y no usada da admiración; que es cosa muy de los mortales pasar fácilmente por lo continuo que ven, y espantarse mucho de lo que es muy pocas veces o casi ninguna.

Y los mismos demonios los hacen espantar, porque les está a ellos bien, que pierden muchos por uno que se llega a la perfección.

CAPÍTULO XL

Dice cómo procurando siempre andar en amor y temor de Dios, iremos seguras entre tantas tentaciones.

1. Pues, buen Maestro nuestro, dadnos algún remedio cómo vivir sin mucho sobresalto en guerra tan peli-grosa.

El que podemos tener, hijas, y nos dio Su Majestad es «amor y temor»; que el amor nos hará apresurar los pasos; el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies para no caer por camino adonde hay tanto en que tropezar como caminamos todos los que vivimos. Y con esto a buen seguro que no seamos engañadas.

2. Diréisme que en qué veréis que tenéis estas dos vir-tudes tan grandes. Y tenéis razón, porque cosa muy cierta y determinada no la puede haber; porque sién-dolo de que tenemos amor, lo estaremos de que esta-mos en gracia. Mas mirad, hermanas: hay unas señales que parece los ciegos las ven; no están secretas; aun-que no queráis entenderlas, ellas dan voces que hacen mucho ruido, porque no son muchos los que con per-fección las tienen, y así se señalan más. ¡Como quien no dice nada: amor y temor de Dios! Son dos castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y a los demonios.

3. Quien de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden. No aman sino verdades y cosa que sea digna de amar. ¿Pensáis que es posible quien muy de veras ama a Dios amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del mundo, de deleites, ni honras; ni tiene contiendas ni envidias. Todo porque no pre-tende otra cosa sino contentar al Amado. Andan mu-riendo porque los ame, y así ponen la vida en entender cómo le agradarán más.

¿Esconderse? -¡Oh, que el amor de Dios, si de veras es amor, es imposible! Si no, mirad un San Pablo, una Magdalena: en tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor; éste fue San Pablo. La Magdalena desde el primer día, ¡y cuán bien entendido! Que esto tiene, que hay más o menos; y así se da a entender como la fuerza que tiene el amor: si es poco, dase a entender poco; y si es mucho, mucho; mas poco o mucho, como haya amor de Dios, siempre se entiende.

4. Más de lo que ahora tratamos más, que es de los engaños e ilusiones que hace el demonio a los contem-plativos, no hay poco; siempre es el amor mucho -o ellos no serán contemplativos-, y así se da a entender mucho y de muchas maneras. Es fuego grande, no

Page 199: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 199 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

puede sino dar gran resplandor. Y si esto no hay, anden con gran recelo, crean que tienen bien que temer, pro-curen entender qué es, hagan oraciones, anden con humildad y supliquen al Señor no los traiga en tenta-ción; que, cierto, a no haber esta señal, yo temo que andamos en ella. Mas andando con humildad, procu-rando saber la verdad, sujetas al confesor y tratando con él con verdad y llaneza, que, -como está dicho-, con lo que el demonio os pensare dar la muerte os da la vida, aunque más cocos e ilusiones os quiera hacer.

5. Más si sentís este amor de Dios que tengo dicho y el temor que ahora diré, andad alegres y quietas, que por haceros turbar el alma para que no goce tan gran-des bienes, os pondrá el demonio mil temores falsos y hará que otros os los pongan. Porque ya que no puede ganaros, al menos procura hacernos algo perder, y que pierdan los que pudieran ganar mucho creyendo son de Dios las mercedes que hace tan grandes a una cria-tura tan ruin, y que es posible hacerlas, que parece algunas veces tenemos olvidadas sus misericordias antiguas.

6. ¿Pensáis que le importa poco al demonio poner estos temores? - No, sino mucho, porque hace dos daños: el uno, que atemoriza a los que lo oyen de llegarse a la oración, pensando han también de ser engañados. El otro, que se llegarían muchos más a Dios, viendo que es tan bueno -como he dicho-, que es posible comunicarse ahora tanto con los pecadores. Póneles codicia -y tienen razón- que yo conozco algunas personas que esto los animó y comenzaron oración, y en poco tiempo salieron verdaderos, haciéndolos el Señor grandes mercedes.

7. Así que, hermanas, cuando entre vosotras viereis hay alguna que el Señor las haga, alabad mucho al Señor por ello, y no por eso penséis está segura, antes la ayu-dad con más oración; porque nadie lo puede estar mien-tras vive y anda engolfado en los peligros de este mar tempestuoso.

Así que no dejaréis de entender este amor adonde está, ni sé cómo se pueda encubrir. Pues si amamos acá a las criaturas, dicen ser imposible y que mientras más hacen por encubrirlo, más se descubre, siendo cosa tan baja que no merece nombre de amor, porque se funda en nonada; ¿y habíase de poder encubrir un amor tan fuerte, tan justo, que siempre va creciendo, que no ve cosa para dejar de amar, fundado sobre tal cimiento como es ser pagado con otro amor, que ya no puede dudar de él por estar mostrado tan al descubierto, con tan grandes dolores y trabajos y derramamiento de san-

gre, hasta perder la vida, porque no nos quedase nin-guna duda de este amor? ¡Oh, válgame Dios, qué cosa tan diferente debe ser el un amor del otro a quien lo ha probado!8. Plega a Su Majestad nos le dé antes que nos saque de esta vida, porque será gran cosa a la hora de la muerte ver que vamos a ser juzgadas de quien habe-mos amado sobre todas las cosas. Seguras podremos ir con el pleito de nuestras deudas. No será ir a tierra extraña, sino propia, pues es a la de quien tanto ama-mos y nos ama. Acordaos, hijas mías, aquí de la ga-nancia que trae este amor consigo y de la pérdida no le tener, que nos pone en manos del tentador, en manos tan crueles, manos tan enemigas de todo bien y tan amigas de todo mal.

9. ¿Qué será de la pobre alma que, acabada de salir de tales dolores y trabajos como son los de la muerte, cae luego en ellas? ¡Qué mal descanso le viene!; ¡qué des-pedazada irá al infierno!; ¡qué multitud de serpientes de diferentes maneras!; ¡qué temeroso lugar!; ¡qué desventurado hospedaje! Pues para una noche una mala posada se sufre mal, si es persona regalada (que) son los que más deben de ir allá), pues posada de para siempre, para sin fin, ¿qué pensais sentirá aquella triste alma?

Que no queramos regalos, hijas; bien estamos aquí; todo es una noche la mala posada. Alabemos a Dios. Esforcémonos a hacer penitencia en esta vida. Mas ¡qué dulce será la muerte de quien de todos sus peca-dos la tiene hecha y no ha de ir al purgatorio! ¡Cómo desde acá aun podrá ser comience a gozar de la gloria! No verá en sí temor sino toda paz.

10. Ya que no lleguemos a esto, hermanas, suplique-mos a Dios, si vamos a recibir luego penas, sea adonde con esperanza de salir de ellas las llevemos de buena gana, y adonde no perdamos su amistad y gracia, y que nos la dé en esta vida para no andar en tentación sin que lo entendamos.

CAPÍTULO XLI

Que habla del temor de Dios, y cómo nos hemos de guardar de pecados veniales.

1. ¡Cómo me he alargado! Pues no tanto como qui-siera, porque es cosa sabrosa hablar en tal amor. ¿Qué será tenerle? El Señor me le dé, por quien Su Majestad es. Ahora vengamos al temor de Dios. Es cosa tam-

Page 200: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 200 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

bién muy conocida de quien le tiene y de los que le tratan. Aunque quiero entendáis que a los principios no está tan crecido, si no es algunas personas, a quien -como he dicho- el Señor hace grandes mercedes, que en breve tiempo las hace ricas de virtudes. Y así no se conoce en todos, a los principios, digo. Vase aumen-tando el valor creciendo más cada día; aunque desde luego se entiende, porque luego se apartan de pecados y de las ocasiones y de malas compañías y se ven otras señales. Mas cuando ya llega el alma a contemplación - que es de lo que más ahora aquí tratamos-, el temor de Dios también anda muy al descubierto, como el amor; no va disimulado, aun en lo exterior. Aunque mucho con aviso se miren estas personas, no las verán andar descuidadas, que por grande que le tengamos a mirarlas, las tiene el Señor de manera que, si gran in-terés se le ofreciese, no harán de advertencia un pe-cado venial. Los mortales temen como al fuego.

Y éstas son las ilusiones que yo querría, hermanas, temiésemos mucho, y supliquemos siempre a Dios no sea tan recia la tentación, que le ofendamos, sino que nos la dé conforme a la fortaleza que nos ha de dar para vencerla. Esto es lo que hace al caso; este temor es el que yo deseo nunca se quite de nosotras, que es lo que nos ha de valer.

2. ¡Oh, que es gran cosa no tener ofendido al Señor, para que sus siervos y esclavos infernales estén ata-dos!; que, en fin, todos le han de servir, mal que les pese, sino que ellos es por fuerza y nosotros de toda voluntad. Así que, teniéndole contento, ellos esta-rán a raya, no harán cosa con que nos puedan dañar, aunque más nos traigan en tentación y nos armen lazos secretos.

3. Tened esta cuenta y aviso -que importa mucho- que no os descuidéis hasta que os veáis con tan gran deter-minación de no ofender al Señor, que perderíais mil vidas antes que hacer un pecado mortal, y de los ve-niales estéis con mucho cuidado de no hacerlos; esto de advertencia, que de otra suerte, ¿quién estará sin hacer muchos? Mas hay una advertencia muy pen-sada; otra tan de presto, que casi haciéndose el pecado venial y advirtiendo, es todo uno, que no nos pudimos entender. Mas pecado muy de advertencia, por chico que sea, Dios nos libre de él. ¡Cuánto más que no hay poco, siendo contra una tan gran Majestad y viendo que nos está mirando! Que esto me parece a mí es pecado sobrepensado, y como quien dice: «Señor, aunque os pese, haré esto; ya veo que lo veis, y sé que no lo queréis y lo entiendo; mas quiero más seguir mi

antojo y apetito que no vuestra voluntad». Y que en cosa de esta suerte hay poco, a mí no me lo parece, por leve que sea la culpa, sino mucho y muy mucho.

4. Mirad, por amor de Dios, hermanas, si queréis ganar este temor de Dios, que va mucho entender cuán grave cosa es ofensa de Dios y tratarlo en vuestros pensamientos muy ordinario, que nos va la vida y mucho más tener arraigada esta virtud en nuestras almas.

Y hasta que entendáis muy de veras que le tenéis, es menester andar siempre con mucho mucho cuidado, y apartarnos de todas las ocasiones y compañías que no nos ayuden a llegarnos más a Dios. Tener gran cuenta con todo lo que hacemos, para doblar en ello nuestra voluntad, y cuenta con que lo que hablare vaya con edificación; huir de donde hubiere pláticas que no sean de Dios.

Ha menester mucho que en sí quede muy impreso este temor; aunque si de veras hay amor, presto se cobra. Más en teniendo el alma visto con gran deter-minación en sí, que -como he dicho- por cosa criada no hará una ofensa de Dios, aunque después se caiga alguna vez, porque somos flacos y no hay que fiar de nosotros; (cuando) más determinados, menos confia-dos de nuestra parte, que de donde ha de venir la con-fianza ha de ser de Dios); cuando esto que he dicho entendamos de nosotros, no es menester andar tan en-cogidos ni apretados, que el Señor nos favorecerá, y ya la costumbre nos será ayuda para no ofenderle; sino andar con una santa libertad, tratando con quien fuere justo y aunque sean distraídas. Porque las que antes que tuvieseis este verdadero temor de Dios os fueran tóxico y ayuda para matar el alma, muchas veces des-pués os la harán para amar más a Dios y alabarle por-que os libró de aquello que veis ser notorio peligro. Y si antes fuerais parte para ayudar a sus flaquezas, ahora lo seréis para que se vayan a la mano en ellas por estar delante de vos, que sin quereros hacer honra acaece esto.

5. Yo alabo al Señor muchas veces, y pensando de dónde vendrá por qué, sin decir palabra, muchas veces un siervo de Dios ataja palabras que se dicen contra El, debe ser que así como acá, si tenemos un amigo, siempre se tiene respeto, -si es en su ausencia-, a no hacerle agravio delante del que saben que lo es, y como aquél está en gracia, la misma gracia debe hacer que, por bajo que éste sea, se le tenga respeto y no le den pena en cosa que tanto entienden ha de sentir, como ofender a Dios. El caso es que yo no sé la causa,

Page 201: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 201 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

mas sé que es muy ordinario esto.Así que no os apretéis, porque si el alma se co-

mienza a encoger, es muy mala cosa para todo lo bueno, y a las veces dan en ser escrupulosas, y veisla aquí inhabilitada para sí y para los otros. Y ya que no dé en esto, será buena para sí, mas no llegará muchas almas a Dios, como ven tanto encogimiento y apre-tura. Es tal nuestro natural, que las atemoriza y ahoga y huyen de llevar el camino que vos lleváis, aunque conocen claro ser de más virtud.

6. Y viene otro daño de aquí, que es juzgar a otros: cómo no van por vuestro camino, sino con más santi-dad por aprovechar el prójimo tratan con libertad y sin esos encogimientos, luego os parecerán imperfectos. Si tienen alegría santa, parecerá disolución, en espe-cial en las que no tenemos letras ni sabemos en lo que se puede tratar sin pecado. Es muy peligrosa cosa y un andar en tentación continua y muy de mala digestión, porque es en perjuicio del prójimo. Y pensar que si no van todos por el modo que vos, encogidamente, no van tan bien, es malísimo.

Y hay otro daño: que en algunas cosas que habéis de hablar y es razón habléis, por miedo de no exceder en algo no osaréis sino por ventura decir bien de lo que sería muy bien abominaseis.

7. Así que, hermanas, todo lo que pudiereis sin ofensa de Dios procurad ser afables y entender de manera con todas las personas que os trataren, que amen vuestra conversación y deseen vuestra manera de vivir y tratar y no se atemoricen y amedrenten de la virtud. A reli-giosas importa mucho esto: mientras más santas, más conversables con sus hermanas, y que aunque sintáis mucha pena si no van sus pláticas todas como vos las querríais hablar, nunca os extrañéis de ellas, si queréis aprovechar y ser amada. Que es lo que mucho hemos de procurar: ser afables y agradar y contentar a las personas que tratamos, en especial a nuestras herma-nas.

8. Así que, hijas mías, procurad entender de Dios en verdad que no mira a tantas menudencias como voso-tras pensáis, y no dejéis que se os encoja el ánima y el ánimo, que se podrán perder muchos bienes. La inten-ción recta, la voluntad determinada, como tengo dicho, de no ofender a Dios. No dejéis arrinconar vuestra alma, que en lugar de procurar santidad sacará muchas imperfecciones que el demonio le pondrá por otras vías y, como he dicho, no aprovechará a sí y a las otras tanto como pudiera.

9. Veis aquí cómo con estas dos cosas -amor y temor de Diospodemos ir por este camino sosegado y quieto, no descuidados; que esta seguridad no la hemos de tener mientras vivimos, porque sería gran peligro. Y así lo entendió nuestro Enseñador cuando en el fin de esta oración dice a su Padre estas palabras, como quien entendió bien eran menester.

CAPÍTULO XLII

En que trata de estas postreras palabras del Paternóster: «Sed libera nos a malo. Amen». Más líbranos del mal. Amén.

1. Paréceme tiene razón el buen Jesús de pedir esto para Sí, porque ya vemos cuán cansado estaba de esta vida cuando dijo en la cena a sus Apóstoles: «Con deseo he deseado cenar con vosotros», que era la pos-trera cena de su vida. Adonde se ve cuán cansado debía ya estar de vivir. Y ahora no se cansarán los que han cien años, sino siempre con deseo de vivir más. A la verdad, no la pasamos tan mal ni con tantos trabajos como Su Majestad la pasó, ni tan pobremente. ¿Qué fue toda su vida sino una continua muerte, siempre trayendo la que le habían de dar tan cruel delante de los ojos? Y esto era lo menos; mas ¡tantas ofensas como se hacían a su Padre y tanta multitud de almas como se perdían! Pues si acá una que tenga caridad le es esto gran tormento, ¿qué sería en la caridad sin tasa ni medida de este Señor? Y ¡qué gran razón tenía de suplicar al Padre que le librase ya de tantos males y trabajos y le pusiese en descanso para siempre en su reino, pues era verdadero heredero de él!

2. «Amén». Que el amén entiendo yo que pues con él se acaban todas las cosas, que así pide el Señor sea-mos librados de todo mal para siempre. Y así lo su-plico yo al Señor me libre de todo mal para siempre, pues no me desquito de lo que debo, sino que puede ser por ventura cada día me adeudo más. Y lo que no se puede sufrir, Señor, es no poder saber cierto que os amo, ni si son aceptos mis deseos delante de Vos. ¡Oh Señor y Dios mío, libradme ya de todo mal, y sed ser-vido de llevarme adonde están todos los bienes! ¿Qué esperan ya aquí a los que Vos habéis dado algún cono-cimiento de lo que es el mundo y los que tienen viva fe de lo que el Padre Eterno les tiene guardado?

3. El pedir esto con deseo grande y toda determinación es un gran efecto para los contemplativos de que las

Page 202: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 202 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

mercedes que en la oración reciben son de Dios. Así que los que lo fueren, ténganlo en mucho. El pedirlo yo no es por esta vía; digo que no se tome por esta vía, sino que, como he tan mal vivido, temo ya de más vivir, y cánsanme tantos trabajos. Los que participan de los regalos de Dios, no es mucho deseen estar adonde no los gocen a sorbos y que no quieran estar en vida que tantos embarazos hay para gozar de tanto bien y que deseen estar adonde no se les ponga el sol de justicia. Haráseles todo oscuro cuanto después acá ven, y de cómo viven me espanto. No debe ser con contento quien ha comenzado a gozar y le han dado ya acá su reino y no ha de vivir por su voluntad, sino por la del rey.

4. ¡Oh, cuán otra vida debe ser ésta para no desear la muerte! ¡Cuán diferentemente se inclina nuestra vo-luntad a lo que es la voluntad de Dios! Ella quiere queramos la verdad, nosotros queremos la mentira; quiere que queramos lo eterno, acá nos inclinamos a lo que se acaba; quiere queramos cosas grandes y su-bidas, acá queremos bajas y de tierra; querría quisié-semos sólo lo seguro, acá amamos lo dudoso: que es burla, hijas mías, sino suplicar a Dios nos libre de estos peligros para siempre y nos saque ya de todo mal. Y aunque no sea nuestro deseo con perfección, esforcémonos a pedir la petición. ¿Qué nos cuesta pedir mucho, pues pedimos a poderoso? Mas, por que más acertemos, dejemos a su voluntad el dar, pues ya le tenemos dada la nuestra. Y sea para siempre santi-ficado su nombre en los cielos y en la tierra, y en mí sea siempre hecha su voluntad. Amén.

5. Ahora mirad, hermanas, cómo el Señor me ha qui-tado de trabajo enseñando a vosotras y a mí el camino que comencé a deciros, dándome a entender lo mucho que pedimos cuando decimos esta oración evangeli-cal. Sea bendito por siempre, que es cierto que jamás vino a mi pensamiento que había tan grandes secretos

en ella, que ya habéis visto encierra en sí todo el ca-mino espiritual, desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber de la fuente de agua viva que dije estaba al fin del camino. Parece nos ha querido el Señor dar a entender, hermanas, la gran consolación que está aquí encerrada, y es gran prove-cho para las personas que no saben leer. Si lo enten-diesen, por esta oración podían sacar mucha doctrina y consolarse en ella.

6. Pues deprendamos, hermanas, de la humildad con que nos enseña este nuestro buen Maestro, y supli-cadle me perdone, que me he atrevido a hablar en cosas tan altas. Bien sabe Su Majestad que mi enten-dimiento no es capaz para ello, si Él no me enseñara lo que he dicho. Agradecédselo vosotras, hermanas, que debe haberlo hecho por la humildad con que me lo pedisteis y quisisteis ser enseñadas de cosa tan mi-serable.

7. Si el Padre Presentado Fray Domingo Báñez, que es mi confesor, a quien le daré antes que le veáis, viere es para vuestro aprovechamiento y os le diere, conso-larme he que os consoléis. Si no estuviere para que nadie lo vea, tomaréis mi voluntad, que con la obra he obedecido a lo que me mandasteis; que yo me doy por bien pagada del trabajo que he tenido en escribir, que no por cierto en pensar lo que he dicho.Bendito sea y alabado el Señor, de donde nos viene todo el bien que hablamos y pensamos y hacemos. Amén.

FIN DEL CAMINO DE PERFECCIÓN

Page 203: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 204: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 205: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 205 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Vivo sin vivir en míVivo sin vivir en mí,

y tan alta vida espero,que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,después que muero de amor;

porque vivo en el Señor,que me quiso para sí:

cuando el corazón le dipuso en él este letrero,

que muero porque no muero.Esta divina prisión,

del amor en que yo vivo,ha hecho a Dios mi cautivo,

y libre mi corazón;y causa en mí tal pasiónver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero.¡Ay, qué larga es esta vida!¡Qué duros estos destierros,

esta cárcel, estos hierrosen que el alma está metida!

Sólo esperar la salidame causa dolor tan fiero,

que muero porque no muero.¡Ay, qué vida tan amargado no se goza el Señor!

Porque si es dulce el amor,no lo es la esperanza larga:quíteme Dios esta carga,más pesada que el acero,

que muero porque no muero.Sólo con la confianza

vivo de que he de morir,porque muriendo el vivirme asegura mi esperanza;

muerte do el vivir se alcanza,

Page 206: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 206 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

no te tardes, que te espero,que muero porque no muero.Mira que el amor es fuerte;vida, no me seas molesta,mira que sólo me resta,para ganarte perderte.

Venga ya la dulce muerte,el morir venga ligero

que muero porque no muero.Aquella vida de arriba,

que es la vida verdadera,hasta que esta vida muera,no se goza estando viva:

muerte, no me seas esquiva;viva muriendo primero,

que muero porque no muero.Vida, ¿qué puedo yo darlea mi Dios que vive en mí,

si no es el perderte a ti,para merecer ganarle?

Quiero muriendo alcanzarle,pues tanto a mi Amado quiero,que muero porque no muero.

Page 207: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 207 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Vuestra soy, para Vos nacíVuestra soy, para Vos nací,¿qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,eterna sabiduría,

bondad buena al alma mía;Dios alteza, un ser, bondad,

la gran vileza miradque hoy os canta amor así:¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criastes,vuestra, pues me redimistes,

vuestra, pues que me sufristes,vuestra pues que me llamastes,vuestra porque me esperastes,

vuestra, pues no me perdí:¿qué mandáis hacer de mí?

¿Qué mandáis, pues, buen Señor,que haga tan vil criado?

¿Cuál oficio le habéis dadoa este esclavo pecador?

Veisme aquí, mi dulce Amor,amor dulce, veisme aquí:

¿qué mandáis hacer de mí?Veis aquí mi corazón,

yo le pongo en vuestra palma,mi cuerpo, mi vida y alma,

mis entrañas y afición;dulce Esposo y redención,pues por vuestra me ofrecí:¿qué mandáis hacer de mí?Dadme muerte, dadme vida:

dad salud o enfermedad,honra o deshonra me dad,

dadme guerra o paz crecida,flaqueza o fuerza cumplida,

que a todo digo que sí:

Page 208: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 208 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

¿qué mandáis hacer de mí?Dadme riqueza o pobreza,

dad consuelo o desconsuelo,dadme alegría o tristeza,

dadme infierno o dadme cielo,vida dulce, sol sin velo,pues del todo me rendí:

¿qué mandáis hacer de mí?Si queréis, dadme oración,

si no, dadme sequedad,si abundancia y devoción,

y si no esterilidad.Soberana Majestad,sólo hallo paz aquí:

¿qué mandáis hacer de mi?Dadme, pues, sabiduría,o por amor, ignorancia;

dadme años de abundancia,o de hambre y carestía;dad tiniebla o claro día,revolvedme aquí o allí:

¿qué mandáis hacer de mí?Si queréis que esté holgando,

quiero por amor holgar.Si me mandáis trabajar,morir quiero trabajando.

Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?Decid, dulce Amor, decid:¿qué mandáis hacer de mí?Dadme Calvario o Tabor,desierto o tierra abundosa;

sea Job en el dolor,o Juan que al pecho reposa;

sea viña fructuosao estéril, si cumple así:

¿qué mandáis hacer de mí?Sea José puesto en cadenas,

o de Egipto adelantado,

Page 209: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 209 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

o David sufriendo penas,o ya David encumbrado;

sea Jonás anegado,o libertado de allí:

¿qué mandáis hacer de mí?Esté callando o hablando,haga fruto o no le haga,

muéstreme la ley mi llaga,goce de Evangelio blando;esté penando o gozando,

sólo Vos en mí vivid:¿qué mandáis hacer de mí?Vuestra soy, para Vos nací,¿qué mandáis hacer de mí?

Page 210: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 210 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Sobre aquellas palabras «dilectus meus mihi»Ya toda me entregué y di,y de tal suerte he trocado,que es mi Amado para mí,y yo soy para mi Amado.Cuando el dulce Cazadorme tiró y dejó rendida,en los brazos del amormi alma quedó caída,

y cobrando nueva vidade tal manera he trocado,que es mi Amado para mí,y yo soy para mi Amado.Hirióme con una flechaenherbolada de amor,

y mi alma quedó hechauna con su Criador;

ya yo no quiero otro amor,pues a mi Dios me he entregado,

y mi Amado es para mí,y yo soy para mi Amado.

Page 211: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 211 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Coloquio amorosoSi el amor que me tenéis,

Dios mío, es como el que os tengo,Decidme: ¿en qué me detengo?

O Vos, ¿en qué os detenéis?Alma, ¿qué quieres de mí?

- Dios mío, no más que verte.- Y ¿qué temes más de ti?

- Lo que más temo es perderte.Un alma en Dios escondida

¿qué tiene que desear,sino amar y más amar,

y en amor toda escondidatornarte de nuevo a amar?

Un amor que ocupe os pido,Dios mío, mi alma os tenga,

para hacer un dulce nidoadonde más la convenga.

Page 212: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 212 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Dichoso el corazón enamoradoDichoso el corazón enamorado

que en solo Dios ha puesto el pensamiento;por Él renuncia todo lo criado,

y en Él halla su gloria y su contento.Aun de sí mismo vive descuidado,

porque en su Dios está todo su intento,y así alegre pasa y muy gozoso

las ondas de este mar tempestuoso.

Page 213: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 213 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

¡Oh hermosura que excedéis!¡Oh hermosura que excedéis

a todas las hermosuras!Sin herir dolor hacéis,y sin dolor deshacéis,

el amor de las criaturas.Oh ñudo que así juntáisdos cosas tan desiguales,no sé por qué os desatáis,

Pues atado fuerza daisa tener por bien los males.Juntáis quien no tiene ser

con el Ser que no se acaba;sin acabar acabáis,

sin tener que amar amáis,engrandecéis nuestra nada.

Page 214: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 214 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Ayes del destierro¡Cuán triste es, Dios mío,

la vida sin ti!Ansiosa de verte,

deseo morir.Carrera muy largaes la de este suelo,

morada penosa,muy duro destierro.¡Oh sueño adorado!

sácame de aquí!Ansiosa de verte,

deseo morir.Lúgubre es la vida,amarga en extremo;que no vive el almaque está de Ti lejos.¡Oh dulce bien mío,

que soy infeliz!Ansiosa de verte,

deseo morir.¡Oh muerte benigna,socorre mis penas!

Tus golpes son dulces,que el alma libertan.

¡Qué dicha, oh mi Amado,estar junto a Ti!

Ansiosa de verte,deseo morir.

El amor mundanoapega a esta vida;

el amor divinopor la otra suspira.Sin Ti, Dios eterno,¿quién puede vivir?Ansiosa de verte,

deseo morir.

Page 215: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 215 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

La vida terrenaes continuo duelo:

vida verdaderala hay sólo en el cielo.

Permite, Dios mío,que viva yo allí.Ansiosa de verte,

deseo morir.¿Quién es el que temela muerte del cuerpo,

si con ella lograun placer inmenso?

¡Oh! sí, el de amarte,Dios mío, sin fin.Ansiosa de verte,

deseo morir.Mi alma afligida

gime y desfallece.¡Ay! ¿quién de su amado

puede estar ausente?Acabe ya, acabeaqueste sufrir.

Ansiosa de verte,deseo morir.

El barbo cogidoen doloso anzuelo

encuentra en la muerteel fin del tormento.

¡Ay!, también yo sufro,bien mío, sin Ti,Ansiosa de verte,

deseo morir.En vano mi alma

te busca oh mi dueño;Tú, siempre invisible,no alivias su anhelo.¡Ay! esto la inflama,

hasta prorrumpir:

Page 216: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 216 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Ansiosa de verte,deseo morir.

¡Ay!, cuando te dignasentrar en mi pecho,

Dios mío, al instanteel perderte temo.

Tal pena me afligey me hace decir:Ansiosa de verte,

deseo morir.Haz, Señor, que acabe

tan larga agonía;socorre a tu siervaque por Ti suspira.

Rompe aquestos hierrosy sea feliz.

Ansiosa de verte,deseo morir.

Mas no, dueño amado,que es justo padezca;que expíe mis yerros,mis culpas inmensas.

¡Ay!, logren mis lágrimaste dignes oír:

Ansiosa de verte,deseo morir.

Page 217: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 217 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Alma, buscarte has en MíAlma, buscarte has en Mí,y a Mí buscarme has en ti.De tal suerte pudo amor,alma, en mí te retratar,que ningún sabio pintorsupiera con tal primortal imagen estampar.

Fuiste por amor criadahermosa, bella, y así

en mis entrañas pintada,si te perdieres, mi amada,Alma, buscarte has en Mí.Que yo sé que te hallarás

en mi pecho retratada,y tan al vivo sacada,

que si te ves te holgarás,viéndote tan bien pintada.

Y si acaso no supieresdónde me hallarás a Mí,

No andes de aquí para allí,sino, si hallarme quisieres,a Mí buscarme has en ti.

Porque tú eres mi aposento,eres mi casa y morada,

y así llamo en cualquier tiempo,si hallo en tu pensamiento

estar la puerta cerrada.Fuera de ti no hay buscarme,porque para hallarme a Mí,

bastará sólo llamarme,que a ti iré sin tardarme

y a Mí buscarme has en ti.

Page 218: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 218 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Nada te turbeNada te turbe,

nada te espante,todo se pasa,

Dios no se muda,la paciencia

todo lo alcanza.Quien a Dios tiene

nada le falta.Sólo Dios basta.

Page 219: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 219 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Hacia la PatriaCaminemos para el cielo,

monjas del Carmelo.Vamos muy mortificadas,humildes y despreciadas,

dejando el consuelo,monjas del Carmelo.

Al voto de la obedienciavamos, no haya resistencia,

que es nuestro blanco y consuelo,monjas del Carmelo.

La pobreza es el camino,el mismo por donde vino

nuestro Emperador del cielo,monjas del Carmelo.No deja de nos amar

nuestro Dios y nos llamar,sigámosle sin recelo,monjas del Carmelo.

En amor se está abrasandoaquel que nació temblando,envuelto en humano velo,

monjas del Carmelo.Vámonos a enriquecer,

a donde nunca ha de haberpobreza ni desconsuelo,

monjas del Carmelo.Al Padre Elías siguiendo

nos vamos contradiciendocon su fortaleza y celo,monjas del Carmelo.

Nuestro querer renunciado,procuremos el doblado

espíritu de Eliseo,monjas del Carmelo.

Page 220: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 220 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Pastores que veláis¡Ah, pastores que veláis,

por guardar vuestro rebaño,mirad que os nace un Cordero,

Hijo de Dios Soberano!Viene pobre y despreciado,comenzadle ya a guardar,

que el lobo os le ha de llevar,sin que le hayamos gozado.

- Gil, dame acá aquel cayadoque no me saldrá de mano,no nos lleven al Cordero:

¿no ves que es Dios Soberano?- ¡Sonzas!, que estoy aturdido

de gozo y de penas junto.- ¿Si es Dios el que hoy ha nacido,

cómo puede ser difunto?- ¡Oh, que es hombre también junto!

La vida estará en su mano;mirad, que es este el Cordero,

Hijo de Dios Soberano.- No sé para qué le piden,

pues le dan después tal guerra.- Mía fe, Gil, mejor será

que se nos torne a su tierra.- Si el pecado nos destierra,

y está el bien todo en su mano,ya que ha venido, padezca

este Dios tan Soberano.- Poco te duele su pena;

¡oh, cómo es cierto del hombre,cuando nos viene provecho,

el mal ajeno se esconde!- ¿No ves que gana renombre

de pastor de gran rebaño?- Con todo, es cosa muy fuerte

que muera Dios Soberano.

Page 221: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 221 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Al Nacimiento de JesúsHoy nos viene a redimir

un Zagal, nuestro pariente,Gil, que es Dios omnipotente.

- Por eso nos ha sacadode prisión a Satanás;

mas es pariente de Bras,y de Menga, y de Llorente.

¡Oh, que es Dios omnipotente!- Pues si es Dios, ¿cómo es vendido

y muere crucificado?- ¿No ves que mató el pecado,

padeciendo el inocente?Gil, que es Dios omnipotente.

- Mi fe, yo lo vi nacidode una muy linda Zagala.

- Pues si es Dios ¿cómo ha queridoestar con tan pobre gente?

- ¿No ves, que es omnipotente?- Déjate de esas preguntas,

muramos por le servir,y pues Él viene a morir

muramos con Él, Llorente,pues es Dios omnipotente.

Page 222: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 222 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Para NavidadPues el amor

nos ha dado Dios,ya no hay que temer,

muramos los dos.Danos el Padrea su único Hijo:

hoy viene al mundoen pobre cortijo.

¡Oh gran regocijo,que ya el hombre es Dios!

no hay que temer,muramos los dos.- Mira, Llorente

qué fuerte amorío,viene el inocentea padecer frío;deja un señorío

en fin, como Dios,ya no hay que temer,

muramos los dos.- Pues ¿cómo, Pascual,

hizo esa franqueza,que toma un sayaldejando riqueza?

Mas quiere pobreza,sigámosle nos;

pues ya viene hombre,muramos los dos.

- Pues ¿qué le daránpor esta grandeza?- Grandes azotes

con mucha crudeza.- Oh, qué gran tristeza

será para nos:si esto es verdadmuramos los dos.

Page 223: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 223 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

- Pues ¿cómo se atrevensiendo Omnipotente?

¿Ha de ser muertode una mala gente?

- Pues si eso es, Llorente,hurtémosle nos.

- ¿No ves que Él lo quiere?muramos los dos.

Page 224: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 224 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Ya viene el albaMi gallejo, mira quién llama.

- Ángeles son, que ya viene el alba.Hame dado un gran zumbido

que parece cantillana.Mira Bras, que ya es de día,

vamos a ver la zagala.Mi gallejo, mira quién llama.

- Ángeles son, que ya viene el alba.¿Es parienta del alcalde,o quién es esta doncella?

- Ella es hija de Dios Padre,relumbra, como una estrella.Mi gallejo, mira quién llama.

- Ángeles son, que ya viene el alba.

Page 225: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 225 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

A la circuncisiónVertiendo está sangre,

¡Dominguillo, eh!Yo no sé por qué.

¿Por qué, te pregunto,hacen dél justicia,pues es inocente

y no tiene malicia?Tuvo gran codicia,yo no sé por qué,

de mucho amarme,¡Dominguillo, eh!

¿Pues luego en naciendo,le han de atormentar?

- Sí, que está muriendopor quitar el mal.

¡Oh, qué gran Zagalserá, por mi fe!

¡Dominguillo, eh!¿Tú no lo has mirado,que es niño inocente?

- Ya me lo han contadoBrasillo y Llorente.Gran inconveniente

será no amarle,¡Dominguillo, eh!

Page 226: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 226 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Otra a la circuncisiónEste Niño viene llorando:

Mírale, Gil, que te está llamando.Vino del cielo a la tierra

para quitar nuestra guerra;ya comienza la pelea,

su sangre está derramando.Mírale, Gil, que te está llamando.

Fue tan grande el amorío,que no es mucho estar llorando,

que comienza a tener brío,habiendo de estar mandando.

Mírale, Gil, que te está llamando.Caro nos ha de costar,

pues comienza tan temprano,a su sangre derramar,

habremos de estar llorando.Mírale, Gil, que te está llamando.

No viniera Él a morir,pues podía estarse en su nido.¿No ves, Gil, que si ha venido,

es como león bramando?Mírale, Gil, que te está llamando.Dime Pascual, ¿qué me quieres,

que tantos gritos me das?- Que le ames, pues te quiere,

y por ti está tiritando.Mírale Gil, que te está llamando.

Page 227: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 227 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

En la festividad de los Santos ReyesPues la estrellaes ya llegada,

vaya con los Reyesla mi manada.

Vamos todas juntasa ver el Mesías,

pues vemos cumplidasya las profecías.

Pues en nuestros días,es ya llegada,

vaya con los Reyesla mi manada.

Llevémosle donesde grande valor,

pues vienen los Reyes,con tan gran hervor.

Alégrese hoynuestra gran Zagala,vaya con los Reyes

la mi manada.No cures, Llorente,

de buscar razón,para ver que es Dios

aqueste garzón.Dale el corazón,

y yo esté empeñada:vaya con los Reyes

la mi manada.

Page 228: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 228 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Cruz, descanso sabroso...Cruz, descanso sabroso de mi vida

vos seáis la bienvenida.Oh bandera, en cuyo amparo

el más flaco será fuerte,oh vida de nuestra muerte,qué bien la has resucitado;

al león has amansado,Pues por ti perdió la vida:vos seáis la bienvenida.

Quien no os ama está cautivoy ajeno de libertad;

quien a vos quiere allegarno tendrá en nada desvío.

Oh dichoso poderío,donde el mal no halla cabida,

vos seáis la bienvenida.Vos fuisteis la libertad

de nuestro gran cautiverio;por vos se reparó mi malcon tan costoso remedio;

para con Dios fuiste mediode alegría conseguida:

vos seáis la bienvenida.

Page 229: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 229 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

En la Cruz está la vidaEn la cruz está la vida

y el consuelo,y ella sola es el camino

para el cielo.En la cruz está «el Señor

de cielo y tierra»,y el gozar de mucha paz,

aunque haya guerra.Todos los males destierra

en este suelo,y ella sola es el camino

para el cielo.De la cruz dice la Esposa

a su Queridoque es una «palma preciosa»

donde ha subido,y su fruto le ha sabido

a Dios del cielo,y ella sola es el camino

para el cielo.Es una «oliva preciosa»

la santa cruzque con su aceite nos unta

y nos da luz.Alma mía, toma la cruz

con gran consuelo,que ella sola es el camino

para el cielo.Es la cruz el «árbol verde

y deseado»de la Esposa, que a su sombra

se ha sentadopara gozar de su Amado,

el Rey del cielo,y ella sola es el camino

para el cielo.

Page 230: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 230 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

El alma que a Dios estátoda rendida,

y muy de veras del mundodesasida,

la cruz le es «árbol de vida»y de consuelo,

y un camino deleitosopara el cielo.

Después que se puso en cruzel Salvador,

en la cruz está «la gloriay el honor»,

y en el padecer dolorvida y consuelo,

y el camino más seguropara el cielo.

Page 231: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 231 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Abrazadas a la cruzCaminemos para el cielo,

monjas del Carmelo.Abracemos bien la Cruz

y sigamos a Jesús,que es nuestro camino y luz,

lleno de todo consuelo,monjas del Carmelo.

Si guardáis más que los ojosla profesión de tres votos,

libraros de mil enojos,de tristeza y desconsuelo,

monjas del Carmelo.Al voto de la obediencia,

aunque es de muy alta ciencia,jamás se le hace ofensa

sino cuando hay resistencia.De ésta os libre Dios del cielo,

monjas del Carmelo.El voto de castidad

con gran cuidado guardad.A solo Dios desead,

y en Él mismo os encerrad,sin mirar cosa del suelo,

monjas del Carmelo.El que llaman de pobreza,si se guarda con pureza,

está lleno de riquezay abre las puertas del cielo,

monjas del Carmelo.Y si bien así lo hacemos,los contrarios venceremosy a la fin descansaremos

con el que hizo tierra y cielo,monjas del Carmelo.

Page 232: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 232 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A San AndrésSi el padecer con amor

puede dar tan gran deleite,¡qué gozo nos dará el verte!¿Qué será cuando veamosa la inmensa y suma luz,

pues de ver Andrés la cruzse pudo tanto alegrar?

¡Oh, que no puede faltaren el padecer deleite!

¡Qué gozo nos dará el verte!El amor cuando es crecidono puede estar sin obrar,

ni el fuerte sin pelear,por amor de su querido.

Con esto le habrá vencido,y querrá que en todo acierte.¡Qué gozo nos dará el verte!Pues todos temen la muerte,¿cómo te es dulce el morir?

¡Oh, que voy para viviren más encumbrada suerte!

¡Oh mi Dios, que con tu muerteal más flaco hiciste fuerte!

¡Qué gozo nos dará el verte!¡Oh cruz, madero precioso,

lleno de gran majestad!Pues siendo de despreciar,tomaste a Dios por esposo,

a ti vengo muy gozoso,sin merecer el quererte.

Esme muy gran gozo el verte.

Page 233: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 233 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

A San HilariónHoy ha vencido un guerreroal mundo y sus valedores.

- Vuelta, vuelta, pecadores,sigamos este sendero.Sigamos la soledad,

y no queramos morir,hasta ganar el vivir

en tan subida pobreza.¡Oh, qué grande es la destrezade aquéste nuestro guerrero!- Vuelta, vuelta, pecadores,

sigamos este sendero.Con armas de penitencia

ha vencido a Lucifer,combate con la paciencia,

ya no tiene que temer.Todos podemos valer

siguiendo a este caballero.- Vuelta, vuelta, pecadores,

sigamos este sendero.No ha tenido valedores,

abrazóse con la cruz:siempre en ella hallamos luz,pues la dio a los pecadores.¡Oh, qué dichosos amorestuvo este nuestro guerrero!- Vuelta, vuelta, pecadores,

sigamos este sendero.Ya ha ganado la corona,y se acabó el padecer,

gozando ya el merecer,con muy encumbrada gloria.

¡Oh venturosa victoriade nuestro fuerte guerrero!- Vuelta, vuelta pecadores,

sigamos este sendero.

Page 234: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 234 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A Santa Catalina Mártir¡Oh gran amadoradel Eterno Dios;estrella luciente,amparadnos vos!Desde tierna edadtomastes Esposo;fue tanto el amor,

que no os dio reposo.Quien es temeroso,no se llegue a vos,si estima la vida

y el morir por vos.Mirad los cobardesaquesta doncella,

que no estima el oroni verse tan bella:

metida en la guerrade persecución,

para padecercon gran corazón.

Más pena le davivir sin su Esposo,

y así en los tormentoshallaba reposo:

todo le es gozoso,querría ya morir,

pues que con la vidano puede vivir.

Las que pretendemosgozar de su gozo,

nunca nos cansemos,por hallar reposo.

¡Oh engaño engañoso,y qué sin amor,es querer sanar,

viviendo el dolor!

Page 235: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 235 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

A la vestición de la Hermana Jerónima de la Encarnación

- ¿Quién os trajo acá doncella,del valle de la tristura?

- Dios y mi buena ventura.

Page 236: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 236 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Al velo de la Hermana Isabel de los ÁngelesHermana, porque veléis,

os han dado hoy este velo,y no os va menos que el cielo;

por eso, no os descuidéis.Aqueste velo gracioso

os dice que estéis en vela,guardando la centinela,

hasta que venga el Esposo,que, como ladrón famoso,vendrá cuando no penséis;por eso, no os descuidéis.No sabe nadie a cuál hora,

si en la vigilia primera,o en la segunda o tercera,todo cristiano lo ignora.

Pues velad, velad, hermana,no os roben lo que tenéis;por eso, no os descuidéis.

En vuestra mano encendida,tened siempre una candela,y estad con el velo en vela,las renes muy bien ceñidas.

No estéis siempre amodorrida,catad que peligraréis;

por eso, no os descuidéis.Tened olio en la aceitera,

de obras y merecer,para poder proveer,

la lámpara, que no se muera.Porque quedaréis de fuera,

si entonces no lo tenéis;por eso, no os descuidéis.Nadie os le dará prestado;

y si lo vais a comprar,podríaseos tardar,

y el Esposo haber entrado.

Page 237: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 237 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Y desque una vez cerrado,no hay entrar aunque llaméis;

por eso, no os descuidéis.Tened continuo cuidado

de cumplir con alma fuerte,hasta el día de la muerte,

lo que habéis hoy profesado.Porque habiendo así velado,

con el Esposo entraréis;por eso, no os descuidéis.

Page 238: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 238 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A la profesión de Isabel de los ÁngelesSea mi gozo en el llanto,

sobresalto mi reposo,mi sosiego doloroso,

y mi bonanza el quebranto.Entre borrascas mi amor,y mi regalo en la herida,

esté en la muerte mi vida,y en desprecios mi favor.Mis tesoros en pobreza,y mi triunfo en pelear,

mi descanso en trabajar,y mi contento en tristeza.En la oscuridad mi luz,

mi grandeza en puesto bajo.De mi camino el atajoy mi gloria sea la cruz.

Mi honra el abatimiento,y mi palma padecer,

en las menguas mi crecer,y en menoscabo mi aumento.

En el hambre mi hartura,mi esperanza en el temor,

mis regalos en pavor,mis gustos en amargura.En olvido mi memoria,

mi alteza en humillación,en bajeza mi opinión,en afrenta mi vitoria.

Mi lauro esté en el desprecio,en las penas mi afición,

mi dignidad sea el rincón,y la soledad mi aprecio.En Cristo mi confianza,

y de Él solo mi asimiento,en sus cansancios mi aliento,

y en su imitación mi holganza.

Page 239: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 239 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Aquí estriba mi firmeza,aquí mi seguridad,

la prueba de mi verdad,la muestra de mi firmeza.

Page 240: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 240 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A una profesa¡Oh!, dichosa tal zagala

que hoy se ha dado a un tal Zagalque reina y ha de reinar.Venturosa fue su suerte

pues mereció tal Esposo:ya yo, Gil, estoy medroso,

no la osaré más mirar,pues ha tomado maridoque reina y ha de reinar.

- Pregúntale qué le ha dadopara que lleve a su aldea.

- El corazón le ha entregadomuy de buena voluntad.

- Mi fe, poco le ha pagadoque es muy hermoso el Zagal,

que reina y ha de reinar.- Si más tuviera más diera.

- ¿Por qué le avisas, carillo?Tomemos el cobanillo,

sírvanos, deja sacar,pues ha tomado marido,que reina y ha de reinar.

- Pues vemos lo que dio ella,¿qué le ha de dar el Zagal?

- Con su sangre la ha comprado.¡Oh qué precioso caudal,

y dichosa tal zagala,que contentó a este Zagal!- Mucho le debía de amar,pues le dio tan gran tesoro.- ¿No ves que se lo da todo,

hasta el vestir y calzar?Mira que es ya su marido,que reina y ha de reinar.

- Bien será que la tomemos,para este nuestro rebaño,

Page 241: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 241 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

y que la regocijemospara ganar su amistad,

pues ha tomado marido,que reina y ha de reinar.

Page 242: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 242 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

En una profesión¡Oh qué bien tan sin segundo!

¡oh casamiento sagrado!Que el Rey de la Majestad,

haya sido el desposado.¡Oh qué venturosa suerte,

os estaba aparejada,que os quiere Dios por amada,y haos ganado con su muerte!En servirle estad muy fuerte,pues que lo habéis profesado,

que el Rey de la Majestad,es ya vuestro desposado.

Ricas joyas os daráeste Esposo Rey del cielo.Daros ha mucho consuelo,

que nadie os lo quitará.Y sobre todo os dará

un espíritu humillado.Es Rey y bien lo podrá,

pues quiere hoy ser desposado.Mas os dará este Señor

un amor tan santo y puro,que podréis, yo os lo aseguro,

perder al mundo el temor,y al demonio muy mejor,

porque hoy queda maniatado;que el Rey de la Majestad,ha sido hoy el desposado.

Page 243: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 243 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Para una profesiónTodos los que militáisdebajo desta bandera,

ya no durmáis, no durmáis,pues que no hay paz en la tierra.

Si como capitán fuertequiso nuestro Dios morir,comencémosle a seguir

pues que le dimos la muerte.Oh qué venturosa suertese le siguió desta guerra;

ya no durmáis, no durmáis,pues Dios falta de la tierra.Con grande contentamientose ofrece a morir en cruz,

por darnos a todos luzcon su grande sufrimiento.¡Oh, glorioso vencimiento!

¡Oh, dichosa aquesta guerra!Ya no durmáis, no durmáis,pues Dios falta de la tierra.No haya ningún cobarde,

aventuremos la vida,pues no hay quien mejor la guarde

que el que la da por perdida.Pues Jesús es nuestra guía,

y el premio de aquesta guerraya no durmáis, no durmáis,

porque no hay paz en la tierra.Ofrezcámonos de verasa morir por Cristo todas,y en las celestiales bodas,

estaremos placenteras.Sigamos estas banderas:

pues Cristo va en delantera,no hay que temer, no durmáis,

pues que no hay paz en la tierra.

Page 244: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 244 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A la gala gala de la ReligiónPues que nuestro Esposo

nos quiere en prisión,a la gala gala

de la Religión.¡Oh qué ricas bodas

ordenó Jesús!Quiérenos a todas,

y danos la luz;sigamos la Cruz,

con gran perfección:a la gala gala

de la Religión.Este es el estado

de Dios escogido,con que del pecadonos ha defendido.Hanos prometidola consolación,

si nos alegramosen esta prisión.

Darnos ha grandezasen la eterna gloria,si por sus riquezasdejamos la escoria

que hay en este mundo,y su perdición,a la gala gala

de la Religión.¡Oh qué cautiveriode gran libertad!Venturosa vidapara eternidad.

No quiero librarya mi corazón.A la gala galade la Religión.

Page 245: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 245 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Pues nos dais vestido nuevo...Pues nos dais vestido nuevo

Rey celestial,librad de la mala gente

este sayal.La Santa:

Hijas, pues tomáis la cruz,tened valor,

y a Jesús, que es vuestra luz,pedid favor.

Él os será defensoren trance tal.

Todas:Librad de la mala gente

este sayal.La Santa:

Inquieta este mal ganadoen oración,

el ánimo mal fundado,en devoción.

Mas en Dios el corazóntened igual.

Todas:Librad de la mala gente

este sayal.La Santa:

Pues vinisteis a morirno desmayéis,

y de gente tan cevilno temeréis.

Remedio en Dios hallaréisen tanto mal.

Todas:Pues nos dais vestido nuevo

Rey celestial,librad de la mala gente

este sayal

Page 246: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 247: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 247 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Coloquios de Santa Teresa Con Dios

TERESA-“Nada te turbe, nada te espante;todo se pasa; Dios no se muda,

la paciencia todo lo alcanza.Quien a Dios tiene, nada le falta.Solo Dios basta”.

DIOS-Teresa.

TERESA-¿Sois Vos, Señor, divina Majestad?

DIOS-Sí, Teresa.

TERESA-¡Válgame, Dios mío! ¡Y qué gran consuelo y deleite tan soberano traéis a esta alma indina!

DIOS-Tu alma es hermosa, Teresa, y te prometo que en la otra vida gozarás de un cielo eterno.

TERESA-Señor, muchas mercedes habéisme concedido pero no es menester que prometáis nada a esta vuestra sierva imperfeta porque:

Page 248: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 248 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

“No me mueve, mi Dios, para quererteel cielo que me tienes prometido,ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte.

¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verteclavado en una cruz y escarnecido;muéveme ver tu cuerpo tan herido;muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muévenme en fin, tu amor, y en tal maneraque aunque no hubiera cielo, yo te amara,y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,pues aunque lo que espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera”.

DIOS-Ya sé que tu amor por Mí es grande y piadosas tus oraciones, que con harto celo rezas.

TERESA-Criador de cielos y tierra, para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en las penas como en las alegrías.

DIOS-Sí, hija mía, pero mortificas en exceso tu frágil cuerpo que tantas enfermedades ha padecido a lo largo de tu vida.

TERESA-Ya sé, Señor, que no son buenos los extremos aunque sea en la virtud pero la vida es una mala noche en una mala posada y también es bueno para el camino el no andar quejándose por pequeñas dolencias o dolores. Si se puede aguantar, es mijor el callarse. Cuando el mal es serio ya nos daremos cuenta.

DIOS-Sé de tu fortaleza de espíritu y de cuerpo. No en vano llevas adelante esta gran obra en que has empeñado tu vida.

Page 249: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 249 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

TERESA-Bien sabéis, divina Majestad, que híceme el propósito de reformar la Orden del Carmelo, harto desordenada, y con la ayuda de Vos, sigún mi parecer, ansí lo logré.Y dispués que húbela mijorado, plujo el cielo y sus reverencias, refiérome a los hombres de esta tierra, de darme la licencia para levantar el primer conventico, llamado de San José, aunque más de un desgustillo causáronme mormurando sobre mi persona a la que nombraban “fémina inquieta y andariega”. Y hube de pasar muchos enconvenientes y a intrevalos hasta vime cativa en cárceles al ser delatada a la Inquisición por malos infundios. ¡Ah!, pero dispués premitió el cielo que, aunque inorante, fundara por mí mesma el sigundo convento y ansí, de contino, siguiéronle en ese empeño de número hasta diecisiete fundaciones.He de deciros que hube gran consuelo en fray Juan de la Cruz, a quien yo con afeto llamo, y perdonadme la irreverencia, Señor, medio fraile por su pequeña estatura, pero dotado de grande santidad y sabiduría para componer versos en loor de vuestra Majestad.

DIOS-Tú también, hija mía, eres una gran escritora y tu obra la conocerán las futuras generaciones.

TERESA-Plujo a Vos, Señor, el conceder a vuestra humilde sierva cierta gracia para escribir letrillas y algunas reflexiones de mi vida y soliloquios del alma. ¿Os placerá escuchar unos versicos en honor al nacimiento de Jesús?

DIOS-Naturalmente. Todo lo que honre a mi Hijo es motivo de satisfacción para Mí.

TERESA-Oídme.

“Pues la estrella es ya llegadavaya con los Reyes la mía manada.Vamos todas juntas a ver al Mesías,

pues vemos cumplidas ya las profecías.Pues en nuestros días, es ya llegada,vaya con los Reyes la mi manada.Llevémosle dones de grande valor,

pues vienen los Reyes, con tan gran fervor.Alégrese hoy nuestra gran Zagala,vaya con los Reyes la mi manada”.

Page 250: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 250 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

En vuestra gran sabiduría, advertido habréis que la gran Zagala es la Virgen María que hubo mucho contento con la venida de su Hijo al mundo.

DIOS-Sí, Teresa. No hay nada que yo no sepa. Ten en cuenta que soy Omnisciente.Me place mucho oírte recitar esos romances sencillos y que tu ánimo se solace con ellos, pero sé que también escribes versos llenos de fervor en los que el alma habla con tu Dios.“Alma, ¿qué quieres de Mí?”

TERESA-“Dios mío, no más que verte”.

DIOS-“Y, ¿qué temes más de Mí?”

TERESA-“Lo que más temo es perderte.

Page 251: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 251 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Un alma en Dios escondida, ¿qué tiene que desear,sino amar y más amar y en amor toda escondidatornarte de nuevo a amar?

Si el amor que me tenéis, Dios mío, es como el que os tengo,decidme: ¿en qué me entretengo?O Vos, ¿en qué os detenéis?”

DIOS-Me place este diálogo de tu alma como también son de gran mérito todos tus demás escritos.

TERESA-Señor, al principio mandome mi confesor el escribir cosas de mi humilde vida y dispués que hube terminado este cometido, hube la osadía de siguir escribiendo y ansí salieron a la luz otros escritos, para gloria vuestra, como son los llamados “Las moradas”, “El libro de las fundaciones”, “Camino de perfección”, algunos más y unas cartas en número de más de cuatrocientas que hube de enviar. ¡Ay, pero qué bobica, Señor! Todo esto ya lo sabéis Vos, ya que sois Omnisciente.

DIOS-Así es. Teresa, tu vida ha sido una continua lucha por servirme a Mí, a la iglesia y a los demás. Llena de contrariedades, persecuciones y dolorosas enfermedades. Dime, hija mía, en medio de tantos sinsabores, ¿te has sentido feliz alguna vez?

TERESA-Siempre sentime dichosa y llevaba con paciencia todos estos padecimientos para la salvación de mi alma. Pero cuando en verdad fui feliz era al recibir los grandes favores celestiales y entrar en éxtasis y arrobamientos y tenía el deleite de ver a Jesucristo y

Page 252: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 252 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

a los santos así como en una ocasión, aquel ángel, hermoso mucho, con un dardo de oro en las manos, el cual traspasome el corazón produciéndome un vivísimo dolor, no corporal sino espiritual, que me abrasaba en amor grande de Dios.Pero ahora, Señor, llegada ya a la edad de sesenta y siete años, desearía reunirme con Vos pues mi corazón arde en deseos de abandonar esta morada terrenal y gozar de la dicha celestial.

DIOS-Sea, hija mía. Las puertas del Paraíso te estarán esperando abiertas de par en par.

TERESA-Gracias, divina Majestad, porque…

“Vivo sin vivir en míy tan alta vida espero

que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,después que muero de amor,

porque vivo en el Señor,que me quiso para Sí;

cuando el corazón le dipuso en mí este letrero:

“Que muero porque no muero”

Esta divina unión,y el amor con que yo vivo,hace a mi Dios mi cautivo

y libre mi corazón;y causa en mí tal pasiónver a mi Dios prisionero,

que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!¡Qué duros estos destierros,esta cárcel y estos hierros

en que está el alma metida!Sólo esperar la salida

me causa un dolor tan fiero,que muero porque no muero.

Page 253: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 253 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Acaba ya de dejarme,vida, no me seas molesta;

porque muriendo, ¿qué restasino vivir y gozarme?

No dejes de consolarme,muerte, que ansí te requiero:

que muero porque no muero”. (queda como en éxtasis).

VOZ EN OFF-Santa Teresa de Jesús murió el 4 de octubre de 1582 a la edad de sesenta y siete años.Fue declarada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Salamanca.Patrona de los escritores en lengua española.Y en el año 1970, Doctora de la Iglesia Católica.

Carmen Carrasco, Delegada Nacional de Poesía Granada Costa

Page 254: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 254 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Homenaje a Santa Teresa de Jesus, el dia mundial de la poesia

El día mundial de la poesía que hoy día 21 de marzo de 2015 venimos celebrando, se va a convertir en un clásico para la Fundación Granada Costa que ha querido homenajear a tan excepcional santa, organizando en su

memoria las 24 horas de poesía ininterrumpida. Una ocasión también excepcional para los poetas del periódico que podrán intervenir dedicando sus poesías a la gran poetisa, la mística Santa Teresa de Ávila.

Y ahora que está de moda la controversia, animada por el empeño de un personaje enloquecido que se ha obstinado en catalanizar a todas las figuras históricas que de la patria han sido, resulta que después de haberse venido celebrando durante 500 años el nacimiento de la gran Santa alrededor de las murallas de Ávila, "el espeleólogo con antecedentes genéticos suizos", catalán para más señas, ha descubierto que Santa Teresa no nació en el modesto pueblo abulense llamado Gotarrendura de 173 habitantes cuyo municipio lo reivindica, sino que “vino al mundo en Barcelona y desde niña pudo ser ya socia del Barsa, que para eso es más que un club…”

En asunto tan trascendental como el que iniciamos hoy, y por el respeto que merece la mística, vamos a tratarla como internacionalmente se conoce, como "Santa Teresa de España".

´´ ´

Page 255: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 255 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Dice la historia verdadera, que en dicho pueblo morañego de Ávila, nacieron también sus nueve hermanos y en él murió su madre y su abuela, que eran propietarias de tierras de labranza y algunos miles de ovejas. Y viene al caso recordar a un fallecido poeta de Granada Costa, D. Pedro Parpal Lledó, quien dejó escrito en un pequeño libro varios poemas de la Santa y en uno de ellos que Teresa tituló “Señor concédeme paciencia”, decía lo siguiente:

“Señor, concédeme/ paciencia para aceptar/ las injusticias que no puedo impedir/ eficacia para realizar/ todo aquello que pueda enderezar,/ diligencia para promover/ inconmensurable alegría y amor/ con alto desprendimiento y generosidad”.

Y por ello, recurriendo a la generosidad que al Señor pedía Santa Teresa, hoy, con gran paciencia también, quiero aconsejar al apóstata catalán que se lea la historia verdadera y se enterará, de que cuando la jovencísima Teresa ingresó en el Convento de la Encarnación tuvo que depositar como dote unas tierras de Gotarrendura, y ello confirma fehacientemente a sus vecinos, que la primera doctora de la Iglesia nació en esas tierras algo más templadas y situadas a 21 kilómetros al norte de la capital de Ávila. Sin lugar a dudas Santa Teresa nació en tierra de poetas; porque no es casualidad que no lejos de su pueblo se encuentra Fontíveros, lugar donde nació el 24 de junio de 1542 un famoso religioso poeta del renacimiento español, también ilustre escritor abulense llamado San Juan de la Cruz, con quien Teresa tuvo una especial relación mística dedicada a la contemplación de Dios. Precisamente Santa Teresa de Jesús había fundado el primer convento de Carmelitas Descalzas en la ciudad de Ávila reformando la orden religiosa y posteriormente, junto con San Juan de la Cruz, fundó la rama de los Carmelitas descalzos, abriendo conjuntamente los primeros monasterios; ello sucedió en 1562 cuya principal regla impuesta por ambos era retomar la vida centrada en Dios con la mayor sencillez y pobreza. Así se iniciaron los primeros eremitas del Monte Carmelo.

Y habiendo mencionado al pueblo vecino de Fontíveros en el día mundial de la poesía, quiero referirme a la Asociación de Poetas, Escritores y Artistas españoles, cuyos principales escritores colaboraron para fundar la Academia de Juglares de Fontíveros (Carlos Murciano, Leopoldo de Luis, José Javier Aleixandre y Jorge Manrique de Lara entre otros), con motivo del nombramiento de San Juan de la Cruz cuando en 1952 le nominaron Patrono de los Poetas de la Lengua Española. Y en recientes fechas, próxima la celebración del V Centenario de Santa Teresa, eligieron por unanimidad como juglar al compositor Amancio Prada, participando en su elección los poetas Jorge de Arco, Carlos Aganzo, Asunción Escribano, Antonio Colinas, Margarita Arroyo y Adolfo Ares, con la presencia de la alcaldesa de Fontíveros, María del Carmen Calleja.

Volviendo a Santa Teresa y a su pueblo natal, cabe suponer que en el día de hoy, algunos centenares de peregrinos se acerquen a Gotarrendura, para conmemorar con el Ayuntamiento la Marcha Popular “Por los caminos de la mística” que allí se organiza, reuniendo a viajeros de toda la provincia de Ávila y otros venidos de Madrid,

Page 256: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 256 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Salamanca y Valladolid, recordando en romería el nacimiento de Teresa aquel 28 de marzo de 1515. Como en años anteriores, además de disfrutar de un recorrido campestre leyendo los textos del misticismo de la época y de manera especial los de Santa Teresa de Jesús, los caminantes tendrán oportunidad al finalizar la marcha, de reponer fuerzas en la plaza del pueblo, degustando el plato típico abulense de “patatas revolconas con torreznos”, que de niño degustaba yo con fruición visitando a mis abuelos en el pueblo cercano de Piedrahita donde ellos vivían y nació mi padre...

Teresa de Cepeda y Ahumada estudió brevemente en el colegio religioso de Santa María de Gracia en Ávila, pero su formación era puramente autodidacta; ella misma cuenta en sus escritos que tenía un espíritu inquieto y que desde niña leía con avidez los libros de caballería. Al cumplir los veinte años ingresó en el convento carmelita de la Encarnación y un año después recibió los hábitos con el nombre de Teresa de Jesús. Debido a su asceta vida y duras prácticas de los primeros años se resintió su salud, y una vez recuperada se obstinó por reformar la relajada vida del convento, encontrando una fuerte oposición por parte de la misma Orden de los Carmelitas, siendo denunciada a la Inquisición por la jerarquía eclesiástica, con motivo de la publicación en 1562 de su obra titulada “Libro de su vida” que había escrito aconsejada por su confesor. De inmediato fue recluida en un convento de Toledo, pero su tenacidad, convencimiento intelectual y el apoyo incondicional de su director espiritual y especialmente de Fray Luis de León y de los jesuitas, que veían en los ideales de reforma de Teresa de Jesús un apoyo contra la reforma protestante y de acuerdo a los ideales de la Contrarreforma.

A requerimiento de Felipe II Rey de España, el Papa autorizó la reforma y Teresa de Jesús en su lucha en pro de la misma, escribió en 1580 su “Libro de las fundaciones” creando además 17 nuevos conventos. Destaca en su biografía autodidacta su fuerte carácter ya citado y Teresa de Jesús se instaura como la más influyente representante de la literatura mística que se manifiesta en sus obras Camino de perfección (1564), Meditaciones sobre los Cantares (1567), Moradas del Castillo interior (1578). Este último libro, Las moradas, es la obra de mayor repercusión literaria de la Santa, que escribe con un estilo sencillo que fluye con naturalidad. Usa constantemente imágenes de su vida diaria y un lenguaje en el que expresa conceptos profundos de la experiencia mística.

Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 y fue canonizada en 1612 por su vida ejemplar de religiosidad, por su inspiración y por la reforma religiosa que inició.El papa Francisco en fechas recientes, con motivo del 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, envió un emotivo mensaje al Revdmo. P. Saverio Cannistrà, Prepósito general de la Orden de los Hermanos Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, que ha tenido gran repercusión.

Julián Díaz Robledo

Page 257: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 257 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa en mi vida.A la Santa

CUYO NOMBRE LLEVO CON GRAN ORGULLO Y HONOR.A LOS RECUERDOS, DEVOCIÓN Y FERVORQUE POR ELLA SIENTO DESDE MI NIÑEZ

DENTRO DE MI POBRE CORAZÓN.

Para escribir de ti: cosas históricas sabias y técnicas, están los entendidos en estas grandes y santas materias, de tu Vida y de tu Obra, aunque algo sepa de ellas.

Sólo quiero decirte cosas santas y muy bellas, que aprendí desde mi niñez.Primero, en mi casa de mi más que querida Aldea.Donde había y aún se conserva, un cuadro con tu imagen linda y excelsa, que un día

siendo muy niña descubrí, y desde entonces observé, y por supuesto pregunté: Que quién eras? Y me dijeron: Tu Santa, que te llamas como ella, y como tu abuela, “TERESA”.

Y me llamaron Teresa a secas, porque mi padre… ¡Cómo era! Era mi padre y ya está. Dijo: Teresa, solo Teresa, como mi madre y la Santa. ¡“EA”!

Y en mi Aldea, cuando se dice esa palabra, es que no hay más que hablar, se acabó y ya está. Y ni el Sr. Obispo siquiera la puede cambiar.

El obispo de la diócesis de Córdoba, de quien mi tio Antonio como canónigo de la Santa Iglesia Catedral que era su secretario particular, y profesor de religión de la Escuela del Magisterio, llamada por entonces “La Normal”, (y de esto tenía poco). Lo trajo a mi Aldea natal, cosa rara e inusual, (que no había ocurrido nunca, ni creo que vuelva a pasar,) para confirmar. Y yo fui confirmada, con un cachetito que me dio en la cara, diciéndome unas palabras que no entendí. ¡Y me llamó Tharasia! Dejándome muy extrañada, pero a quien no solo extrañó, sino que hasta preocupó fue a mi padre. Que apenas la ceremonia terminó, con el Obispo habló, y lo convenció, de que el nombre no me cambió, que era mi nombre en latín, y se rió. Y Teresa me llamó, y me llamaré hasta que Dios quiera. Por los siglos de los siglos. Así sea.

Y yo seguía preguntando.¿Por qué tiene una pluma en la mano?¿Es de la paloma que tiene en el hombro?¿Por qué se la habrá quitado?Es el Espíritu Santo en forma de paloma, eso me contestaron, que es Él que hizo que el

Niño Dios naciera, y que Ella escribiera diciéndoselas al oído, cosas muy grandes y bellas.

Page 258: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 258 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Que yo quería saber, y esto me motivó, para aprender a leer.Y lo hice casi sola, (a modo de juego), entrando en la escuela unitaria de niñas de

mi más que querida Aldea de Esparragal, con 6 añitos de edad leyendo ya.La maestra se admiró, y yo lo veía natural, porque como aprendí jugando, pues no

me costó trabajo sino todo lo contrario. (Esto fue cosa de ella)María Reina Villar, era como se llamaba, mi querida maestra, una buena teresiana,

que ha muerto con fama de Santa.Y que de Santa Teresa nos hablaba diciéndonos cosas tan bonitas, hermosas y

excelsas, que entraban en mi cabeza y calaban en mi alma, porque lo hacía con una sencillez ingenua, a modo de historieta o cuento adaptados a la infancia, que ella conocía muy bien, pues era vocacionada.

Sólo mencionaré dos, de tantas que nos contaba.La del labrador, que eran cosas que los niños veían diariamente. Y la de que quiso

huir con su hermano Rodrigo a tierra de moros, para que la martirizaran, porque ya quería ser Santa.

Pero al terminar decía: Que esto que os acabo de contar, ha pasado de verdad, grabáoslo en la memoria, y por eso no es cuento. Esto se llama y es HISTORIA.

Nos regalaba estampitas con la imagen de la Santa, en negro, y con cinco puntos blancos en la cara, a los que había que mirar fijamente un tiempo, y luego cerrar los ojos, para volverlos a abrir de nuevo, y mirar a la pared y allí la volvías a ver.

Era un juego que alegraba y divertía a la chiquillería, que les hacía ilusión jugar con la Santa. Así era como la conocías, y empezabas a amarla.

Mi maestra se tuvo que marchar, mi Aldea quedó apenada, pero la más triste fui yo, porque era la que más la necesitaba, ya que quería estudiar, y ella era la única que me podía ayudar.

Teresa Ortiz de Galisteo Lozano

Page 259: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 259 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Los maestros que venían con una interinidad, que poco solía durar, y los curas decían, todos igual a mi familia: Esta niña tiene que estudiar. Y yo que estaba empeñada, algo tuve que luchar, porque las niñas de las aldeas no estudiaban, sólo algún niño de otras, pero de la mía no, porque había que salir fuera.

Se dio el caso de uno que era hijo único, y tenían tierras, que el padre tuvo que vender parte de ellas para que estudiara, y no pudo sacar nada.

La gente de las aldeas quedaron mal motivadas, porque creyeron que eso de estudiar, era cosa de ricos, y de pueblos grandes, y mi familia era una de las más afectadas.

De las aldeas de Priego, que son veinte aproximadamente, la primera niña que empezó a estudiar fue de mi más que querida Aldea de Esparragal. Y esa niña fui yo, pero algo me costó.

Fue en el Colegio Nuestra Señora de las Angustias de Priego. (“El Colegio de las monjas”), como lo suelen llamar, sita calle Río, que es la principal. Donde me tuvieron que internar para poder estudiar aquel Bachiller, llamado El Elemental.

Aquí ya nada era igual, y empecé de nuevo a luchar, con las monjas y las niñas, de esta muy noble, ilustre y renombrada ciudad, con apellidos muy conocidos en toda la comarca, por el capital, no por la aristocracia.

Fue aquí donde empezó la “de” de mi apellido compuesto, primero a extrañar y después a molestar.

Yo lo veía natural, pues era una niña de aldea, mis padres labradores, que estaban bien acomodados, pero de riquezas nada.

Esa “de” que tanto extrañan, y que suelen ignorar porque les cuesta nombrar, y la razón no les falta porque es largo de verdad, estamos en el siglo de la comodidad, y porque somos pocos los que la solemos llevar.

Dicen es cosa de la nobleza, que tú tenías en alta magnificencia, porque tu familia gente noble era.

El dinero solo da poder y posición, la nobleza verdadera está en el corazón.Y tú ésta la tenías en tan alta graduación, que la nobleza fluía por todo tu ser entero,

saliendo del corazón. Mis padres me enseñaron que esta “de” de mi apellido compuesto, la tengo que

defender y llevarlo con orgullo y dignidad, pero con la naturalidad y sencillez que da el tenerlo. Don Antonio Pérez Linares, que era un sacerdote bueno de mi aldea natural, (y que Dios tendrá en el Cielo), que me conocía bien, y me quería más. Empezó a llamarme Teresa de Cepeda y Ahumada, cosa para mí rara y extraña, hasta que me puse a investigar y pude averiguar que eran los apellidos de la Santa, y que también tenían la “de”. ¡Tanto me alegre! Que en el colegio presumí mucho de ello, y las niñas me miraron desde entonces con cierto respeto. (Otra cosa que le debo a Ella).

Con la “de” dichosa, la santidad, la nobleza, y todo lo demás. Yo que era una niña aldeana de nacimiento, pero más de corazón y de sentimiento, me iba a volar la cabeza.

Page 260: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 260 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Como todo en esta vida termina, el bachiller acabó.¡Por fin logré la mayor ilusión de mi vida!Que desde niña soñé ¡y que tanto deseé! estudiar para MAESTRA .Y me tuve que ir para hacer realidad mi vocación, a la Ciudad de los Califas y

toreros, que es como la llaman a Cordobita la Llana. A la plaza de La Concha, más conocida como la de las Teresianas, porque aquí está la Institución Teresiana, nombre que está inspirado en Santa Teresa de Jesús (Ávila). Quien en palabras de San Pedro Poveda, su fundador,:

“Vivió una vida plenamente humana y toda llena de Dios”. La audacia de Santa Teresa de Jesús en el servicio de Dios, su desasimiento y

espíritu atrayente inspiran el temple de las Teresianas.No pude ir a lugar mejor, para conseguir lo que siempre quise yo, y conocer a la

Santa, su Vida y Obra, con todas sus enseñanzas. (Otra vez veo su intercesión. Fue cosa de Ella).

Todo lo aprendido y vivido aquí, a mi profesión llevé, y en mis escuelas enseñé con alegría y ardor.

Estaba todavía en las Teresianas, con mi carrera de Magisterio recién terminada, preparando oposiciones que ya estaban convocadas. Cuando recibí la “Buena Nueva”, ¡La mejor noticia que darme pudieran! Que alegró mi vida y mi existencia entera.

La Inspección de Enseñanza Primaria fue de visita a mi más que querida Aldea de Esparragal, cosa que nunca pasó ni por equivocación. Le hablaron muy bien de mí, cumpliéndose así la gran ilusión de mi vida, porque me nombraron por tres meses maestra interina.

Empezar a trabajar en mi escuela, la mía, a la que fui cuando niña con mis amigas queridas, que tanto lo había soñado, imaginado, deseado… fue cosa “providencial”. Porque había que tener una imaginación descomunal para poder imaginar que esto ocurriera, y vivirlo de verdad. (Otra cosa de las suyas, porque fue cosa de Ella).

No sabía cómo empezar, ya que una cosa es la teoría, y otra la práctica, los libros son una cosa, y la realidad otra.

Hice lo que vi de mi “Maestra”, se me figuraba que no era yo, sino ella, y el método funcionó, (No podía fallar).

Pero el sueño terminó, y desperté otra vez en las Teresianas, para seguir preparando la oposición.

Las conseguí y con buen número (por cierto), y esto me ayudó, a estar en pueblos grandes de mi provincia natal, de propietaria provisional, y luego ya definitiva en la capital.

Después de “38 años” de trabajo ¡Llegó la jubilación!, que viene de júbilo, porque pude hacer realidad, la otra gran ilusión de mi vida, era venirme a esta “CIUDAD” Encantada, Mágica, Única, Celestial… Lo que siempre soñé, y que tanto deseé. Porque si en Córdoba nací, en Granada renací, porque volví a nacer, luego soy también de aquí.

Page 261: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 261 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

En esta segunda vida, me ha sucedido todo lo mejor que me podía pasar, porque era la otra gran ilusión que siempre tuve. Matricularme en su: Milenaria, Famosísima y Renombrada “UNIVERSIDAD”.

“En el Aula Permanente de Formación Abierta”. Donde hice los dos ciclos de que constaba, de tres años el primero, y dos, el segundo.

Aquí conocí muchas Asociaciones Culturales, todas diferentes, pero con el mismo fin. Cultural, Formativo, pero sobre todo Recreativo. A las que me asocié y con ellas disfruté (como no había hecho en mi vida). Como Alumna, Tertulia Literaria: Manuel Benítez Carrasco, Jueves poéticos: San Matías, etc…

Pero con quien pude cumplir otro de mis grandes sueños, deseos e ilusiones fue con: “Los amigos de la Capa Española” porque en uno de sus viajes (muy bien organizados por cierto) fuimos a conocer tu ciudad natal (Ávila), de renombre mundial, como la Alhambra en Granada (o eso me pareció a mí).

Allí pude comprobar todo lo que sabía de ti, con mi imaginación, alma y corazón, y a conocerte mejor.

Vi que eras un torbellino, muy activa, inquieta, ¡Vamos, que no te podías estar quieta! que te gustaba mucho viajar, y conocer cosas nuevas, para poder luego hacer muchas cosas buenas, como fundar diecisiete conventos, por toda España entera.

Con una imaginación portentosa en cantidad, y muy vivaz en calidad, y con un caudal enorme de sensibilidad.

Tu carácter que era férreo, estaba en un cuerpo débil, de naturaleza enfermiza, saliste a tu madre en esto.

Con una forma de ver las cosas, de pensamiento e ideas muy avanzadas para el tiempo que te tocó vivir, y que conocías bien, porque poseías también una inteligencia privilegiada. Por eso te diste cuenta, siendo muy joven todavía de: “La brevedad de la vida”. Y fue cuando dijiste una de tus frases memorables: Que la vida es, como una noche, en una mala posada.

Y ya no te seducía nada, al contrario, te aburría porque no te gustaba nada de lo que veías y vivías.

Y fue cuando decidiste meterte a monja, y entregar tu Vida a Dios, que era para Ti, por lo único que merecía la pena vivir.

Y entraste en el Convento de la Encarnación, no sin antes luchar con la familia, y en especial con tu padre, que se oponía fuertemente y con rotundidad. Pero al final, tuvo que ceder y hasta una buena dote te tuvo que dar.

Ya en el convento siguió tu lucha, con las monjas y los curas.Para reformar la Orden de los Carmelitas. ¡Que hay que ver la que liaste! porque te

metiste hasta con los zapatos. Que si calzados o descalzos. Representando el calzado la rigidez de la Orden. Descalzos más austera; Calzados más cómoda o flexible.

Ella optó por los descalzos. Volviendo así, al origen, o a lo primitivo de la Orden.El rasgo esencial de su doctrina reside en: La unión del recogimiento contemplativo

Page 262: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 262 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

y la actividad práctica, afirma: Que Marta y María han de andar juntas. La meditación solo tiene valor si va acompañada de una eficaz actividad.

¡Y mira si las pasarías duras! Que dijiste otra de tus frases memorables: “Que el infierno estaba empedrado con coronillas de curas”.

¡Te la tuviste que ver hasta con la Inquisición! Que quiso quemarte viva a ti y a tu Obra. Pero contigo no podía nadie, ¡“Ni la Inquisición”! Porque contigo estaba Dios. Entonces fue cuando le dijiste al Señor: Que por qué te hacía sufrir tanto? y Él te contesto: Que Él a quien más quería (“a sus amigos”) era a quien más sufrir les hacía. Y ella con el gracejo que la caracterizaba, le contestó con una de sus cosas: “Por eso tienes tan pocos.” Esto lo escuché de mi familia siendo todavía adolescente, y no me gustaba nada, porque un poco me asustaba.

Un familiar cercano, que tenía una hija monja y padecía mucho, y cuando iba a visitarla le contaba sus sufrimientos (que eran grandes). Y ella le decía: Lo que le dijo el Señor a la Santa. Y él le contestó, también con mucha gracia: ¡Hija mía! pues yo no quisiera, que me quisiera tanto.

Mi abuelo que tenía una hermana monja, en las Esclavas del Corazón de Jesús. Le pasó poco más o menos.

Cuando fue acrisolada, en el crisol del sufrimiento, vino lo bueno, su: “VIDA MÍSTICA”.

Con lo del: Vivo sin vivir en Mí, y tan alta dicha espero, que muero porque no muero, etc.

Tengo un escrito de cómo describía la Santa sus éxtasis, que lo obtuve de una manera casual, pero providencial, cuando estuve en su casa. (Otra de las cosas de Ella).

Teresa Ortiz de Galisteo Lozano

Page 263: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 263 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Dice así: “DIÁLOGO MÍSTICO”Teresa de Ávila describió así su éxtasis: “En esta oración que yo llamo de quietud,

todo el hombre exterior e interior se conforta, como si le echasen en los tuétanos una unción suavísima, a modo de un gran olor.

Y ni sabemos qué es, ni dónde está aquel olor, sino que nos penetra todo. Así parece este amor suavísimo de nuestro Dios: Se entra en el alma y es con gran suavidad, y la contenta y satisface.

Y no puede entender por dónde entra aquel bien: querría no perderle, querría no moverse, ni hablar, ni aun mirar, porque no se le fuese”.

Ella aspiraba a la íntima unión del alma con Dios anticipando en lo posible la absoluta beatitud, que sólo se alcanza plenamente en la otra vida. Nada vale aquí el propio esfuerzo, puesto que todo depende de la Voluntad Divina.

Otra de mis grandes ilusiones, cumplí con la Universidad. En el curso del INFE. “Una Europa para todos”. Que hice con las Universidades de LILLE, Caserta y Granada. En Roma fue donde la vi como Doctora de la Iglesia. La distinción y el galardón mayor que la Iglesia no suele conceder, sobre todo a una mujer. El Papa Pablo VI consideró que lo merecía porque para serlo méritos de sobra poseía: Por eso lo hizo el 27 de septiembre de 1970.

Santa Teresa, es digna de Admiración, Devoción, y sobre todo de Imitación.Por eso deberíamos imitar alguna de sus virtudes (¡porque tiene tantas!). Aunque un

poquito fuera. Y para eso nos deberíamos preguntar ¿Qué haría Ella en mi lugar, en los tiempos que me han tocado vivir y por tanto luchar? Porque la vida es una continua lucha.

¿Qué puedo hacer por Ella, para que sean conocidas su Obra y Vida?Lo hice en mis tiempos de docencia, pero ahora en mi jubilación, no veo cosa mejor

que aprovechar la ocasión, que me brindan la Fundación, y el Consejo del Patronato “Granada Costa”, que acuerda por unanimidad, rendirle homenaje por el 500 aniversario de su nacimiento.

Es por esto, que hago: ¡“Una llamada”! Para que aquellos relatos cortos o anécdotas, juegos con imágenes o (estampas) que de forma rudimentaria eran ya el origen de los puzles y dibujos animados actuales, (porque otras cosas no había, y para lo mismo servían).

No sé cómo ahora con tantos medios y tan variados que existen, no se hace todo lo posible para que los niños la conozcan, y conociéndola ¡seguro que se entusiasman con Ella y llegan a quererla!

Porque Santa Teresa es, como dice el Salmo: ¡Oh belleza siempre antigua, y siempre nueva! Siempre será actual y moderna. Por su manera de ser, su carácter, inquieta y andariega, y su vida azarosa, (yo diría que un poco novelesca). Por eso siempre gustó, y gustará a los niños de la escuela, lo mismo a los de la ciudad, que a los de los pueblos o aldeas.

Page 264: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 264 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Le pido con gran fervor para que esto suceda, y yo haría todo lo que de mi parte estuviera.

Creo, que con la cantidad (que ya es bastante grande) de artistas excelentes que hay en la ya antes citada “Entidad”, que algo se podía intentar.

Y le pido también de corazón, una bendición especial para la Fundación y Patronato “GRANADA COSTA”. Por haber podido expresar lo que desde muy niña vi, aprendí, sentí y llevo en el corazón y en el pensamiento, como digo en este “LIBRO”, donde se ensalza la figura de Santa Teresa. Y en su honor va a ser editado.

Y ya para terminar, lo voy a hacer con estas dos poesías, una de Ella y otra mía.

Teresa de Cepeda y Ahumada.Así es como te llamabas,antes de ser de Jesús,que sin dejar de ser Tú,para ser solo de Élsólo viviste para Él,Tú Teresa de Jesús.

Con esta poesía mía, he querido sintetizar.Cómo la conocí y la veo, y conociéndola quererla como la quiero.

Y la de Ella, quizás la más conocida, porque es la esencia de su Obra y de su Vida.

Page 265: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 265 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Imagen Cedida y textos por Teresa Ortiz de Galisteo Lozano

Esparragal y Zagrilla (Priego de Córdoba)

Córdoba

Page 266: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 266 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

∙ Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, Doctora de la Iglesia, reformadora y Santa, conocida por su nombre espiritual de Teresa de Jesús.

∙ Acometió la reforma de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo haciéndose eco del deseo de reforma total de la Iglesia, expresado en el movimiento de la Contrarreforma, que fue el deseo de renovación sincera de una Ecclesia que había desvirtuado, en gran medida, sus propósitos y regla de vida.∙ Esos excesos cometidos por esta desvirtuación sirvieron de pretexto religioso a una Reforma Luterana con un fuerte trasfondo político de oposición al poder del Emperador y de un Papado con vocación política, no solo paneuropeísta, sino también universal, que es lo que significa católico (del griego καθολική, que significa universal).∙ No es nuestro propósito, en este trabajo hacer un relato de la reforma de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, ni de la Contrarreforma Católica, ya que esto ya lo han hecho otros eruditos de forma magistral, pero sí que va a ser necesario el citar algunos puntos y algunos acontecimientos en relación con estos dos hechos históricos.∙ Los ataques contra Santa Teresa tuvieron lugar en este marco histórico marcado por el enfrentamiento entre:

∙ El Papado y los príncipes alemanes protectores de Lutero.∙ El Papado con la Corona Española.∙ La Inquisición Española bajo la autoridad del Rey de España y la Inquisición Romana, bajo la autoridad del Papado.∙ El Rey de España y el Rey de Francia.∙ Y, en resumen, las corrientes católicas reformistas contra las posiciones de los sectores inmovilistas.∙ La guerra permanente entre el Imperio Español y el Imperio Turco Otomano.

∙ Santa Teresa se hızo eco e ımpulsó el espíritu de la Reforma del Concilio de Trento, que encontraba serias resistencias entre el clero católico, precisamente entre los sectores que habían desvirtuado el espíritu original de la Iglesia.

Santa Teresa de Jesus, la familia Peretti de Montalto

y la Reforma del Carmelo

´

Page 267: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 267 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

∙ El deseo de Santa Teresa no fue crear otra Orden Carmelita, sino volver su orden a la pureza original de su regla y al espíritu cristiano primitivo, y, después de esto, extender este ejemplo a toda la Iglesia.∙ Eso es, al menos lo que la santa pretendía, pero su labor chocó con bastante oposición y no pudo evitar que fuera necesario fundar una nueva Orden Carmelita, que llamó "Orden de las Carmelitas Descalzas", y que sus poderosos enemigos la denunciaran varias veces a la Santa Inquisición, acusándola de supuesta herejía, y de vergonzosos pecados, en un deseo de manchar su imagen pública, como parte de este juego sucio.∙ Todo esto supuso la apertura de un expediente inquisitorial que de no haber mediado Félix Peretti de Montalto y los enviados de la Inquisición Romana, hubiera, seguramente acabado en un vergonzoso episodio como el de Sta. Juana de Arco.∙ De este viaje de Félix Peretti de Montalto, y los demás enviados papales, es de lo que nosotros queremos hablar en el presente trabajo.∙ El deseo reformista de Sta. Teresa le valió, ante la imposibilidad de ser atacada de frente, varias denuncias ante la Inquisición Española.∙ Félix Peretti de Montalto, enviado del Papa Paulo lV, y antiguo inquisidor de Venecia, gran partidario e impulsor de las medidas diseñadas en el Concilio de Trento, vio en Sta. Teresa una aliada de los planes de vuelta a la pureza original de Ia Iglesia, y, enseguida, sintonizó con el espíritu de regeneración de nuestra santa.∙De la importancia de la trascendencia exterior que tuvieron, en su momento, los ataques contra la Santa, nos da una idea el que el Papa de Roma enviara a uno de sus príncipes, con experiencia como inquisidor papal en la República de Venecia, durante el periodo comprendido entre los años 1557 a 1560, ambos inclusive.∙ Roma no podía permitir que el espíritu de Trento, que estaba ya dando sus frutos, fuera acallado y anulado.∙ El movimiento de la Contrarreforma fue debidamente calculado y planeado, y se asentó en varios pilares:

∙ La convocación del Concilio de Trento, como codificador de los puntos reformistas debidamente consensuados por todos los príncipes de la Cristiandad Católica.∙ La reforma de las órdenes religiosas para su vuelta a la pureza original.∙ Una nueva estrategia de predicación y adoctrinamiento de los fieles, basada en los sentidos (imágenes y sonido), para impactar positivamente en sus canales sensoriales, como vía de acceso a su espíritu.∙ Una vigilancia estrecha de cualquier movimiento espiritual, para prevenir la aparición de nuevas herejías y de cismas internos.∙ El fortalecimiento de la autoridad de la lglesia.∙ La unificación de los ritos del Orbe Católico.

Page 268: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 268 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

∙ Siendo éstos solo alguno de los puntos principales adoptados.∙ Еn еl año 1565 el Papa Paulo IV, dentro de los planes del espíritu de Trento, envió a España una delegación compuesta por:

∙ El Cardenal Hugo Buoncompagni, futuro Papa Gregorio XIII.∙ Еl Superior de la Orden Franciscana, Félix Peretti de Montalto, futuro Papa Sixto V.∙ El Nuncio de la Santa Sede en España Juan Bautista Castagna, futuro Papa Urbano VII.∙ Juan Aldobrandini, Auditor de la Rota.

∙ La delegación traía en su agenda, entre otros asuntos, la supervisión del proceso de Bartolomé de Carranza, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, y la supervisión e impulso de la reforma de las órdenes religiosas:

∙ Del Carmelo (Carmelitas).∙ Dominicos (Orden de predicadores).∙ Agustinos (Orden de San Agustín).∙ Franciscanos (Orden Franciscana).∙ Benedictinos (Orden de San Benito).∙ Santísima Trinidad (Trinitarios).∙ Orden del Premostre.

∙ Parece ser que, por discusiones de ámbito personal, surgió entre el Cardenal Hugo Buoncompagni y Félix Peretti de Montalto, una enemistad que duró toda la vida, y que hizo retirarse de la vida pública al futuro Cardenal Peretti de Montalto durante el papado de Buoncompagni, que ocupó el trono de San Pedro con el nombre de Gregorio XIII.∙ Como he dicho anteriormente, Peretti sintonizó, inmediatamente, con el deseo reformador de Teresa de Jesús, y su apoyo pesó, en gran medida, para que la Inquisición Española sobreseyera las denuncias que, en varias ocasiones, se hicieron contra nuestra Santa.∙ Este apoyo de Peretti a la obra teresiana continuó durante toda su carrera eclesiástica, cuando fue nombrado Cardenal y Obispo de Santa Ágata y de Fermo y cuando ocupó el Solio Pontificio con el nombre de Sixto V.∙ Ya nombrado Cardenal, Félix Peretti de Montalto, formó parte de la Congregación de Regulares cuyo presidente era el Cardenal Maffei, junto con los cardenales Giustiniani (exgeneral de la Orden de Predicadores de Santo Domingo), Santa Severina, el Cardenal Sanz, y el Cardenal Savelli, у еn lа cual favoreció, en todo momento, la obra de Teresa de Jesús.∙ La familia Peretti de Montalto ha dado a la Iglesia gran cantidad de cardenales, obispos,

Page 269: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 269 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

inquisidores, canónigos, y religiosos de todas las categorías, y, además siempre ha estado ligada a la Orden Franciscana, en sus tres ramas: masculina, femenina (Clarisas) y seglar (Orden Terciaria Franciscana).∙ Los nombres de personajes destacados, ligados a la Orden de San Francisco, se han venido repitiendo, en esta familia, generación tras generación: Francisco, Lorenzo, Damián, Clara, Isabel, etc.∙ Aunque Su Santidad Sixto V no tuvo hijos (cosa que no hubiese sido excepcional en aquella época), su hermana Camilla Peretti de Montalto, Princesa de Albano y Benafro y Marquesa de Incisa, transmitió su apellido y su linaje, y sus descendientes guardamos con cariño la memoria de algunos hechos históricos teresianos.∙ Muestra de ello son estos versos que han ido pasando, de generación en generación, dentro de nuestra familia, y que los más mayores repetían con devoción, para aprendizaje de los más jóvenes:

Santa Teresa de Jesús,¡Teresa, en cuya frente el cielo empieza,cual el aroma en la sien de la flor!¡Teresa, la del suave desamor,la del blanco tul, en la cabeza!

∙ Mossèn Antonio Gabriel Pérez Mateu - Ibáñez Gómez O.F.S.∙ Descendiente de la noble casa y Linaje de Los Peretti de Montalto.∙ Caballero del capítulo noble de Caballeros y Damas de la Reina Isabel La Católica.∙ Caballero de la Hispánica Orden Imperial de Carlos V.∙ Caballero de la Orden de la Almoina de San Jorge de los Caballeros del Centenar de la Ploma. (Guardia de Honor de la Señera del Reino de Valencia).∙ Académico de número de la Academia Internacional de Ciencias ETH.∙ Académico de número de la Academia de La Hispanidad.∙ Académico de la Academia Valenciana de Genealogía, Heráldica y Nobiliaria.

Page 270: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 270 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Emblema heráldica de la

Orden de Carmelitas Descalzas

Escudo Heráldico de Félix Peretti

Montalto con los emblemas papales,

utilizado por él cuando reinó con

el nombre de SIXTO V.

Antonio Gabriel Pérez Mateu - Ibáñez Gómez

Page 271: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 272: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 272 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A Santa Teresa de Jesus

“Santa Teresa,con el amor que lo amaste hoy pretendo amarlo yo,déjame asirme a tu mano,

y me guíe tu fervor”.

Estoy tan angustiado, Dios. ¡Oh Señor mío!Que truncada mi fe por la zozobra,he visto al borde mismo del abismo,que mi cuerpo al caer Tú sostenías.

Tú fiabas aún en mis miserias,cuando amor y candor eran perdidos,

salvaste mi razón, mi fe, mi alma,era tu fuerza Dios, ¡no era yo mismo!

Yo esperaba probar fresas y mieles,pues quieres mi amistad, mi alma pretendes,

y en pago de mi entrega, ¡quizás para que aprenda!Tú me mandas cruces, duelos, llantos, penas.

No entiendo tu saber, ni tus designios,mas de todas formas, con cielos, con infiernos,

convencido estoy, que como te amo, aun sufriendo te seguiré queriendo.

Antonio Prima Manzano

´

Page 273: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 273 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

En honor de Santa Teresa

Santa Teresa decía:venga el morir muy ligero,

¡Que muero porque no muero! En cambio yo en mi porfía,

soy muy remiso a partir.¡Yo lo que quiero es vivir!

Tan hermoso es este mundoy tiene cosas tan bellas,como rielar las estrellas

sobre ese mar tan fecundo,con respeto muy profundo

por la Santa y su morir.¡Yo lo que quiero es vivir!

No despreciaré los cieloscuando me llegue la horade partir, mas, por ahora,

me mueven otros desvelos.Nadie frene los anhelosque iluminan mi sentir.

¡Yo lo que quiero es vivir!

¡Ay!, ¡qué corta es esta vida! Apenas pasó un instante

vas con los pies por delante y se acabó la corrida.

Gocemos pues, enseguida,no hay tiempo para gemir.¡Yo lo que quiero es vivir!

Quiero cantar con amorla alegría de estar vivo,

pues cada día recibodel buen Dios ese favor.Gracias le doy al Señor

por ir tranquilo a dormir.¡Yo lo que quiero es vivir!

Page 274: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 274 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

No sé bien si la de arribaes la vida verdadera,

pero, aunque así lo fuera,si aquí la dicha es esquiva,cuando el amor nos derribahay mucho por descubrir.

¡Yo lo que quiero es vivir!

El verso es como una prendaque brota del corazón,

sin saber por qué razón,con el fuego de una ofrenda.Nadie cambiarme pretendacuando me pongo a escribir.¡Yo lo que quiero es vivir!

Santa Teresa rimabahenchida de amor divino.

Yo he perdido en el caminoretazos de lo que amaba,cuando el corazón soñabacon ansias de compartir.

¡Yo lo que quiero es vivir!

Dios me puso en esta sendaque gozo como un regalo;sin ser bueno ni ser malo

quiero seguir con mi agenda.Que la Santa no se ofenda

si no muero por morir.¡Yo lo que quiero es vivir!

José Luis Ruiz Vidal

Page 275: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 275 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Fuente de luz y esperanza

De niña Santa Teresaintuyó ya su destino,

a ser Santa ella jugabapase del Cielo Divino.

El juego y la realidaddos caras muy diferentes

cuando juegas te entretienessin padecer mal hiriente

Las trampas de falso amortrajeron complicaciones,perdida su salud y honra

sufrió mal y humillaciones.

Aceptó su cruz con templanza y calmafervorosa oración su mal espanta,

pidió a Dios con fe iluminase su almaal final su resplandor la hizo Santa,mujer poeta que se llevó la palma

con gran admiración mi ser le canta,sus logros fuente de luz y esperanza,

su vida y su obra la fe en Dios afianza.

Mari Paz Sainz Angulo

Page 276: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 276 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

1 A Santa Teresa de Jesus

Ésta siempre va diciendo ¿qué vais a hacer de mí?De ti han hecho una diosa, con perlitas de marfil

y pétalos de rosa y aroma a jazmín y alitas de mariposa.

Santa Teresa de Jesús; soy una campesina que no sé ni escribir, pero abro mis brazos en cruzme arrodillo ante ti y de nuestro Padre Jesús.

Santa Teresa, estarías en mi nacimiento, me acompañaste en mi niñez, desde allí desde el

firmamento, tú me fuiste viendo crecer y saldrás a mi encuentro cuando acabe mi vejez.

2 A Santa Teresa de Jesus

Pues voy a bendecir el día nublado que yo nacíaficionada a la poesía, un soplo de Jesús y de ti es lo querecibía cuando al exterior salí, y eso en mi alma seguía

hasta que vengáis por mí.

Santa Teresa desde una ventana del cielo sé que tú me guíascompartiendo la afición, porque la tuya es la mía.

dos Angelitos mandaste y bajito me decían, que ya dejara el campo yque escribiera poesía, y yo me puse a escribir sin saber lo que hacía.

Santa Teresa de Jesús no sé si escribo poesíano sé si soy trebolera, pero para ti van dirigidas

todo lo que yo pudiera en mi corta sabiduría que si hubiera estudiado más bonito te lo haría.

´

´

Page 277: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 277 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

3 A Santa Teresa de Jesus

En ese libro tan importante quiero ir refleja, para todo quiero ser constante

y tú me ayudarás a que yo siga adelanteque lo pueda conseguir, porque es una obra

brillante toda dirigida a ti.

Santa Teresa, a todo me comprometo ysin haber estudiado, a todo el mundo respetoigual a la religión que al que ponga parapeto

para mí buenos son todos, yo con ninguno me meto.

Todos somos hijos de Dios, no podemos serperfectos.

Santa Teresa, ya no puedo más escribir porque noestá a mi alcance, sería capaz de dirigir un libro como

el de Cervantes, todo dedicado a ti, con querertehabrá bastante, pues me voy a despedir.

Jacinta Ortiz Mesa "La Campesina"

´

Page 278: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 278 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A ti

Fortaleza acunada desde tu tierna infancia.Juegos envueltos en credos.

Tenaz luchadora de tus dogmas.Intrépida amazona de sueños firmes. Contemporánea de cualquier época. A ti, Teresa de Cepeda y Ahumada.

Recuerdo a una niña que amaba la lectura de mano de su madre, mecenas de libros de caballeros andantes y santos deseosos de imitar. Niña que sufría, las siempre vivías llagas de los caminos recorridos por los mártires. Mientras sus pasos… conmovían en la lealtad de senderos y aceras de fe.

Vive la niña amando caminar hacia su vida. para compartir su corazón entre las calles.

Vive la niña deseando cabalgar hacia el cielopara unir su alma a sus ideales.

Vive proclamando la unión del cielo y la tierraesposa fiel en sus promesas.

A ti, Teresa de Ávila Joven literata, dicen que tus obras místicas rodean la universalidad de un renacimiento de vidas cristianas Sus textos, nos elevan hacia una vida y muerte en la cual, buscas la perfección junto a tu Dios. Ejemplo de virtudes de senderos y aceras de fe.

Mujer perseguidora de metasluchadora por la igualdad.

En beneficios de los menos favorecidoscasas de rezos, oraciones y pan.

Tus obras perduran más allá de tu vidaPorque tú creíste en el hoy y el más allá.

A ti, Santa Teresa entre las SantasMujer que perdura orando, bebiendo de la savia de la vida, dejándonos tu vida como un ejemplo de lo vivido y por vivir. Por encima de tu propia vida. A ti, Teresa de Cepeda y Ahumada, Teresa de Jesús… de Ávila… tu obra siempre docente, nos permite caminar por senderos y aceras de fe.

Toñy Castillo Meléndez

Page 279: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 279 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesus

Los Ángeles y Querubinesel Cielo alborotaron

cuando llegó nuestra Santaal lado de Jesús la llevaron.

Fue tan grande su pasiónpor entregar su alma a Diosque cuando al Cielo llegó

dijo: por fin estoy, Señor, con Vos.

Lo entregó todo con humildadsu ansia era el sabertransmitir y generar

su estado de conformidad.

En la Tierra supo seruna gran Dama religiosa

fue poeta y fervorosadoctora en sabiduría

bondadosa, fraternal y valerosa.

Fue sierva de la fraternidadrogaba a Dios por la humanidadsu afán de entregarse a sí misma

era su mejor bondad.

Era alegre y muy sencillabrindando al Mundo sus dones

ferviente en Oracionesinvocadas al Cielo con clamores.

“Vuestra soy, para Vos nací”qué mandáis hacer de mí

mi corazón pongo en tu palmaDios mío hasta que llegue mi fin.

Estas palabras hermosasque salen del corazón

hoy al paso de los añosse escuchan con gran clamor.

Como esposa ella cumpliósu amor era el Redentor

en su oración permanentedejó todo su valor.

Una Santa de Renombresin odios ni contradicciones

a Dios la Santa entregósus vivencias y pasiones.

Ejemplo el que nos dejóde no tener ambiciones

un regalo para este Mundolleno de desesperaciones.

Ahora, Señor, en el CieloSanta Teresa yace a tu ladodanos con Ella tu bendición

para que este mundo sea salvado.

Mi sencillo poema en tu recuerdo.Solo una frase a veces puede mover

la conciencia de este mundo.

Soledad Durnes Casañal

´

Page 280: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 280 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

La luz del manana

Señor, te pido que mi alegría se vuelva gozoque no acabe en locura tanto sufrimientoque el amor que todavía siento perdure

y los avatares se lleven el llanto que tengo.

Señor, dame un espíritu nuevo de luchaque pinte con otros rostros cuadros, ternuras,miradas que transmiten la verdad de hechos

sinceros, permanentes, escuetos en sus adversos.

Señor, que no caiga en un abismo sin igualsin retorno de mi ser puro y verdadero;

y mis amigas sean hasta hoy siempre lo mansoen mi pradera de frutos sanos la primavera.

Señor, te pido ilumines con tu luz mi esfera

que en mis noches siempre encuentre todas las estrellaspoder ofrecerte mis anhelos, foco de ferocesentusiasmos, e inoportuno amor de invierno.

Señor, la felicidad es metal pesado

subsiste en la evolución de un hombreabarca la paz del alma y como Santa Teresael corazón crece: ¿qué mandáis hacer de mí?

Agustina Ríos Ávila

-

Page 281: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 281 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesus

Mujer ejemplo de lucha que fue valiente y audaz

siendo fuerte en el camino encontró felicidad.

Emblema de las mujeres no demostró cobardía

y todas sus letras tienen amor en su poesía.

Defendiste a los pobres

con tu noble corazón fuiste bálsamo en sus vidas

arrancándoles dolor.

Mariposilla que vuelas las flores bellas del campo

si ves a Santa Teresa di que la estoy añorando.

Yo quisiera conocerla y dedicarle mis versos escritos con mi nobleza

aunque no sean expertos.

Mujer ejemplo de lucha que ya cantas en el cielo dejaste todas tus obras

que nos sirven de consuelo.

CON CARIÑO A SANTA TERESA DE JESÚS. MUJER EJEMPLO DE VIDA

Antonia Navarrete Lebrato

´

Page 282: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 282 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Convento de los Carmelitas

En este apaciguado lugar,donde el vaivén del viento

ajetrea los árbolesen su movimiento.

Donde el místicodulce sonido de las campanas

paran el tiempo.

Donde los rayos del solalumbran el verde jardín,

el blanco jazmín.

En este Monasterio silencioso de Vienaentre sus flores y arboledas,

la delicada figura de Santa Teresa…Me inspira la poesía, me inspira la belleza.

Pilar Rodríguez Ortiz

Page 283: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 283 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesus

A ti , Teresa venerada,que a Jesús amaste tanto,tu alma y vida ofreciste,por ese amor divinizado.

Fuiste buena y generosa,tu cuerpo y alma entregaste,al Dios eterno y bondadosoque te acogió con agrado.

Cielo o infierno te diera,amor o desamor, te otorgara,

salud o enfermedad, te ofreciera,a todo dijiste: ¡sí!

Ese amor tan desbordadoesa entrega desmedida,

con alegría ofrecidasin flaqueza y con pasión.

Por ello te admiramos,a los altares llegaste.

Con fervor te rogamosque nos lleves a tu Dios.

Mariam Sarrió y Muñoz D'Abbad

´

Page 284: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 284 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

A Santa Teresa de Jesus

El cielo mandó a la tierra una rosa del edén

que al crecer en hermosura acrecentaba su fe

en Jesús de Nazarethalló su paz y su consueloy por su amor y sacrificio puso sus miras en el cielo

ella se agarró a la cruzque padeció el Redentor y entregándole su vidaen un convento ingresó fundó la orden carmelita

para la gloria de Diosy en sus escritos nos deja

la grandeza del Señoruna rosa cual fragancia

inundó el jardín del cieloque de este mundo partió

a ese paraíso eternoes Teresa de Jesús

modelo de santidad es rocío Aurora y luzde toda la cristiandad.

Gloria de Málaga

´

Page 285: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 285 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Corazon Roto

Para los puristas desertoresde todos los tiempos, la Iglesia

es una institución insana,pecadora, que acoge, en su seno,

toda clase de impiedad…, una cueva de ladrones.

Agustín, Francisco de Asís,Ignacio, Teresa de Ávila,

Juan de la Cruz, Teresa de Calcuta,Óscar Romero y todos aquellos

en quienes brilló la gloria del cielo,con el dolor de sus almas

y el corazón roto, ellos se quedaronen esa Iglesia impura y arrugada,

cargando sobre sus espaldascon el peso de las miserias

y los pecados de todos sus hermanos.

Un santo nunca abandona el tajo.

Diego Sabiote

´

Page 286: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 287: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 287 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Gran acontecimiento cultural del Granada Costa, en Las 24 Horas De Poesia En Homenaje A Santa Teresa

Por una mala conexión en mi ordenador de Internet, me fue imposible poder ver, en su totalidad, el magno acontecimiento cultural organizado por el periódico cultural GRANADA COSTA. Solamente pude visualizar la media

hora última, y ello gracias a poder verlo a través del enlace del amigo Francisco Velasco Rey. Pero lo que pude ver y oír, me bastaron para poder hacerme una idea de cómo transcurrieron las 24 horas ininterrumpidas de poesía, en su segunda edición. Empezaremos por decir, que el marco fue el idóneo para esta gran efemérides. Un acontecimiento de facto, sin paragón. Nunca realizado en ninguna otra latitud. Esta vez en el Hotel Helios, ubicado en Almuñécar (Costa Tropical) y en primera línea del mar. No se podía encontrar mejor ubicación para realizar esta efemérides cultural y servir de remanso de paz para la vista, en la contemplación de unos paisajes maravillosos y sentir el sonido de las olas cómo se dormían al llegar a la arena y servir su música para relajar los sentimientos y llenar de mansedumbre el alma. Si el entorno fue el adecuado, no menos importantes han sido todos sus participantes, venidos de todos los puntos de España, con la sana intención de vivir momentos llenos de emoción y sentir en toda su plenitud, la grandeza de la poesía. Cada uno con su saber y acento, pero verdadera y sentida, ya que nada hay más valioso que la generosidad dada hacia los demás, en este caso a la poesía, cuya música envuelve el alma elevándola hacia el espacio sideral de los sentidos. Todos los que han participado en este evento en sus distintas modalidades: lectura de poemas, canto y guitarras, sé que han dado lo mejor de todos ellos, porque eran

´

Page 288: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 288 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

conscientes de que había que hacer un acto grandioso que, pudiese traspasar las fronteras, y que más que el lucimiento individual de cada uno, había que resaltar la intervención del conjunto y, sobre todo, del acto. Creo con justicia que todas esas personas –compañeros- supieron estar a la altura que se requería, en un acto de esta categoría y envergadura, no realizado hasta ahora, por ninguna entidad, cultural de España. La ingente labor llevada a cabo por nuestro presidente Nacional D. José Segura, es digna de todo encomio, solamente una persona como él, de gran capacidad de convocatoria puede embarcarse en una travesía de esta índole. Sé por experiencia, que poder es querer y, José Segura, dispone de los registros suficientes y de sensibilidad, para embarcarse en estos actos de gran calado pero, al mismo tiempo, de riesgo. Organizar este evento, supone una ingesta de trabajo enorme para poder coordinar un acto de estas proporciones. Posiblemente algunas personas puedan no estar contentas, en creer o pensar, que no han tenido el protagonismo que esperaban o deseaban, pero nunca puede llover a gusto de todos. Pensemos que lo importante no es individualmente cada uno –que sí- sino, que lo que realmente cuenta es el éxito en general del evento, es decir: el triunfo obtenido, es el triunfo de todos, cada uno desde su parcela. Parcela, por cierto, en la que estamos todos involucrados, hagamos entre todos que la semilla sembrada germine para que la cosecha sea fructífera. Lamentándolo mucho, no he podido asistir a este acontecimiento cultural, y haber podido pasar con todos vosotros unos días maravillosos, compartiendo poesía, canto y música y conocer a nuevos miembros de esta gran familia que es el proyecto Cultural GRANADA COSTA. Pero habrá muchas otras ocasiones de poder estar juntos y hablar de todo, porque con la palabra se abren nuevos horizontes de amistad y concordia. Solamente una persona como José Segura Haro, es capaz de montar estos eventos culturales como ya nos tiene acostumbrados, haciéndonos creer, que no existe lo imposible. Lo importante es, ponerse en marcha y andar, para que, resulte todo un éxito. Solamente él, sabe el trabajo que conlleva el poder realizar estas fiestas culturales, no siendo quizás, comprendidas por ciertas personas, cuyo único anhelo es el de figurar y sacar provecho de la labor de otro –u otros- realizada. Sé por experiencia, cuántas horas de meditación hay que pasar para unir todos los cabos, pros y contras, para eliminar cualquier inconveniente que pueda surgir. Es un gran costo personal y por qué no decirlo económico, ya que son muchas las horas de trabajo que hay que dedicarle, sin cobrarse por ello ni un euro. El proyecto cultural Granada Costa, podemos decir sin equivocarnos, que está alcanzando metas que el mismo José Segura, no podía sospechar. Todo ello se debe a la ilusión puesta en el proyecto, una gran capacidad de trabajo y fe en la misma. Paso a paso ha ido realizando eventos impensables para muchas personas, más si tenemos en

Page 289: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 289 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

cuenta, que no cuenta con un soporte económico importante que lo respalde. Ha sido, es y seguirá siendo una labor ardua; capitaneado con ilusión, entrega y buen rumbo por José Segura. Como en este mismo periódico, distintos miembros del Granada Costa escriben sobre el evento de las “24 horas de poesía ininterrumpida”, yo no voy a decir nada de más calado sobre él, entre otras cosas porque yo no estuve. Solamente puedo decir, por lo poco que he podido ver en Internet, que ha sido todo un éxito. Durante el año 2015, aquí en Palma de Mallorca, se han realizado diferentes eventos culturales de importancia, con una gran afluencia de socios y público. Como la presentación de libros, el más reciente de nuestra compañera, María Dolores Alabarces Villa, y el magnífico acto realizado en el Hotel Java, a donde acudieron unas cien personas. Se le entregó la Medalla de Oro al Trabajo a título póstumo a nuestra querida e inolvidable compañera Hortensia de Carlos Pavón, fallecida en el mes de mayo pasado. También se entregó un libro homenaje a nuestra compañera Ana María Sastre, después hubo un recital de poesía y unos fandangos cantados por nuestro compañero José el “Granaíno”. Los eventos más próximos a realizar serán, el día 6 de abril, en el Club Sa Banca, será presentado el libro Granada Costa, 2015, con la presencia de nuestro presidente nacional D. José Segura y el día 29 del mismo mes se presentará un nuevo libro de este servidor de ustedes, también en el mismo local reseñado. Enhorabuena amigo José, por tu labor, tu fe en la cultura y tu gran capacidad de trabajo, sabes que puedes contar conmigo, si puedo poner aunque solo sea un granito de arena, en este gran proyecto cultural.

Marcelino Arellano Alabarces

Page 290: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 290 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Exito en Las 24 horas de Poesia ininterrumpida Dedicadas a Santa Teresa.

Ultimos exitos de Granada Costa

Sí, de éxito puede calificarse la proeza de celebrar durante 24 horas seguidas un evento de tal embergadura, quizá único, al menos, conocido. Ya son dos años los que Granada Costa y su presidente, Pepe Segura, viene organizando

dicho acto con la satisfacción de que éste ha superado en mucho al del año anterior.Un nuevo entorno, el Hotel Helios, con magníficas instalaciones, trato exquisito del

personal y preciosas vistas al mar. Un escenario-plató muy logrado compuesto de sencillos elementos: un cuadro de Santa Teresa pintado por el artista Chus Pineda y una simbólica paloma, resaltando sobre un fondo azul, representando al Espíritu Santo. No se necesitaba nada más.

Sí: la colaboración de todos los asistentes aportando cada uno su granito de arena y empeño en que todo saliera bien y se llegase a buen fin, como así ha sido.

Resultado: un éxito.Han sido muchos los éxitos que últimamente ha cosechado Granada Costa en cada

uno de los actos, recitales, presentaciones de libros, etc., que viene organizando. Como algunas muestras de ello podemos citar en primer lugar el Circuito Cultural celebrado en Madrid, con fecha 22, 23 y 24 de enero, en la Casa Regional de Granada. Allí contamos con la presencia de la prestigiosa periodista Paloma Gómez Borrero, personaje que le dio caché al acto, durante el cual nuestro presidente, D. José Segura, le anunció la concesión de la Medalla de Oro al Trabajo Cultural, prometiendo la periodista su asistencia al próximo Circuito para recogerla.

Se completó el Circuito con la visita a Aranjuez, paseo nocturno por el viejo Madrid, cenas, comidas en buena hermandad…

Resultado: un éxito.

Otra muestra fehaciente de un nuevo éxito Granada Costa ha sido el periplo, porque así se ha de catalogar, por tierras catalanas, en concreto, Lérida y Barcelona, los días 12, 13, 14, 15 y 16 de febrero, Estas jornadas pueden calificarse como maratorianas en donde no se paró cultural y turísticamente en ningún momento: visitas a centros, presentaciones, entrega de premios, recitales, precioso acto en Barcelona a cargo del Grupo Inquietudes... un ambiente cordial y excelente convivencia.

Resultado: un éxito.

´

´ ´

Page 291: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 291 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Y sin haber descansado aún del Circuito catalán, ¡un nuevo acto en Valencia el día 17 de febrero! Esta vez en la Casa Regional de Melilla, en donde se nos recibió magníficamente, tanto su presidente. D. José Luis Caras Toledo, como todos los socios, melillenses paisanos míos, hospitalarios al cien por cien y con la Casa a tope de asistencia.

Ameno acto que, a pesar de prolongarse algo, a nadie le resultó pesado, y un generoso vino y aperitivo como final.

Resultado: un éxito.

Y ahora, estas 24 horas de Poesía ininterrumpida (de las que hago cumplido resumen en Diálogo “entre” Carmelitas) que acabamos de celebrar con final feliz y deseando que lleguen las del año 2017 dedicadas a Gonzalo de Berceo.

¡Ah!, y aún nos queda por realizar otro por la millor terreta del món, Castellón, el día 3 de junio.

Yo, de antemano, ya le pongo el resultado: un éxito.

Pepe Segura puede sentirse satisfecho de cómo va manejando la nave Granada Costa, viento en popa a toda vela, con él de capitán y una buena tripulación dispuesta a achicar aguas, si hiciera falta, y a remar juntos para llevar a buen puerto esta nuestra nave cargada de cultura e ilusiones.

Carmen Carrasco Ramos

Page 292: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 292 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Dialogo “Entre Carmelitas”

Sentada en mi confortable sillón de orejeras escuchando uno de mis temas favoritos, “Peer Gynt” de Grieg, me siento relajada, cosa rara en mí que soy un movimiento uniformemente acelerado, recordando con agrado los días

pasados en Almuñécar durante las 24 horas de Poesía ininterrumpida dedicadas a Santa Teresa y organizadas por Granada Costa y su presidente, D. José Segura Haro.

Como siempre, suelo saborear a posteriori y en frío los momentos vividos, las actua-ciones, anécdotas, las personas con las cuales hemos convivido, encuentros agradables ya que con el tiempo la amistad se va afianzando y no somos simples “socios” de Gra-nada Costa, nos vamos haciendo amigos, que es lo que desea nuestro presidente, que formemos una gran familia, unos más allegados que otros por la proximidad de trato, pero todos poniendo buena voluntad. ¡No queremos malos rollos!

Estoy repasando las fotos que nos hemos hecho con amigos, en grupo, la de familia, y me detengo unos instantes en la que “estoy” de Santa Teresa durante mi actuación. La verdad es que en esos momentos me metí de lleno en el personaje y no sentía ni público ni entorno. Solo era un soliloquio mío, o de Teresa de Jesús, con Dios.

Continúo mirando la foto y me parece advertir que poco a poco los rasgos de mi cara se van transformando… En efecto, ya no son los míos sino los de la Santa los que apa-recen mientras rodea su figura un halo luminoso. ¿Será mi imaginación o la escasa luz del salón en el cual comienzan a penetrar las sombras del crepúsculo?

-Dios te guarde, Carmen.Sí, es la voz de la Santa la que suena en la soledad de la estancia. Sorprendida, res-

pondo con un balbuceo sin saber qué decir ni cómo dirigirme a tan alto personaje, cuando de nuevo escucho que me dice:

-Has de saber, hija mía, que complacido me ha sobremanera el que hayas tomado mi imagen, homenajeando ansí a esta sierva imperfeta de Dios. Escuchándote ha sido como revivir aquellos momentos mucho hermosos en que mi alma indina sostenía aque-llos soliloquios con Dios, interpretado, ciertamente, con grande maestría y arte por tu amigo Julián Díaz Robledo. Sé que a su Divina Majestad también le ha satisfecho su representación. Házselo saber de mi parte.

Aún no repuesta de mi asombro, me atrevo a contestarle:-Buenas tardes, Madre Teresa. Gracias por sus cumplidos. Tanto yo como Julián y

todos mis compañeros de Granada Costa y su presidente, nos sentimos muy honrados dedicándole estas 24 horas de Poesía ininterrumpida a tan gran Santa y poeta como lo es su reverencia. Y ya más animada me decido a preguntarle:

´

Page 293: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 293 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

-Madre, ¿le ha agradado a su reverencia este acto-homenaje celebrado en su honor? Ha de saber que ha sido hecho con mucho cariño, una feliz idea de José Segura, proyecto en el cual llevaba trabajando a lo largo de todo un año realizando un gran esfuerzo para que re-sultase un éxito. Cada uno hemos puesto nuestro granito de arena con la mejor voluntad y hemos contado con grandes intérpretes y acertados disfra-ces representando a personajes de época.

En cuanto al escenario, este año ha quedado muy acertado con un cuadro pintado por el gran artista Chus Pineda, ca-racterizado de El Greco, repre-sentando a su reverencia.

-Sí, hija mía. Y veo con agrado que este pintor me ha hermoseado más que aquel otro de mi época que hizo mi famoso retrato, en el cual me sacó fea por demás y ansí se lo hice saber. Premie su Divina Majestad a este nuevo artista con grande fama.

Una vez oída esta pequeña muestra de vanidad de la Santa, por otra parte justificada ya que aquel retrato no le hacía justicia, continúo:

-Madre, también hubo otros muchos artistas, poetas y rapsodas que tuvieron grandes intervenciones, como su reverencia vería desde el cielo. De todos modos, me gustaría nombrar a todos esos compañeros que han tomado parte en las 24 horas de poesía con su buen hacer y bellos poemas o escritos, tal como el gran rapsoda D. Antonio Bonet San Cler, declamando admirablemente como nos tiene acostumbrados. ¡Cuánto nos enseña en cada recital!

Abdon representante de la empresa 4 AM y Pepe Segura

Mari Carmen, directora Canal 45 Antonio González

Page 294: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 294 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Y de Castellón nos ha venido un nuevo rapsoda a unirse a esta pléyade de poetas: José Alberto Escolar, que tuvo un estreno de primera interviniendo en numerosas ocasiones con su traje andaluz y su sombrero cordobés.

Nuestra Inmaculada Rejón, artista todoterreno, no paró de colaborar durante las 24 horas, recitando, presentando y en pie toda la noche del 21 al 22, llenando esas horas onerosas de la madrugada. Así como la princesa de Éboli, muy bien vestida y caracterizada en la persona de Toñy Castillo, pregonera del acto, muy bien se-cundada por Manuel Ceballos en el papel de juez defensor de Santa Teresa. Un juez de “altura”.

Ni qué decir tiene de Pepe Segura que no tuvo ni una hora de descanso durante todo el circuito. Este hombre es un titán.

¡Y qué saetas, ocho nada menos, nos cantó la gran Gloria de Málaga! Seguro que se escucharon hasta en el cielo con la potencia de su voz y el fervor que puso al cantar-las. Todas en su honor, Madre Teresa.

-Sí, Carmen. Ese canto plegaria llegó hasta los cielos y fue de mucho agrado nuestro –afirma la Santa.

-Creo asimismo –prosigo-, que también gustarían los cantes flamencos interpretados por El Jaro, los grandes guitarristas Francisco González y Jesús Alonso, así como la actuación de la soprano Pilar Rodríguez, acompañada al piano por Antonio González, que nos cantó varios temas clásicos muy conocidos, y recitó poemas de su autoría. Me consta que se fue muy contenta del trato recibido por todos nosotros.

Qué decir de la directora del canal 45 Tele-Jaén, que fue la encargada de grabar todo el evento, Mari Carmen Gómez, gran profesional y excelente persona.

-Aquesto de canal 45 no acabo de entenderlo pero infiero que debe de ser un grande invento de la humanidad. Sigue, hija mía, pues me place oírte co-mentar con tanto afeto el trabajo de tus compañeros de ese vuestro Granada Costa –comenta la Madre.

Me hace gracia el comentario de la Santa y sonrío. Espero que no se ofenda y sigo con mi lista de intervinientes, en este caso protagoniza-dos por una sola persona: José Romero, gran actor y poeta onubense que a lo largo de las 24 horas fue interpretando sucesivamente los perso-najes de Virgilio, Víctor Hugo, Juan Ramón Ji-

Carmen Carrasco durante la actuación

Page 295: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 295 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

ménez y Bécquer, perfectamente caracterizado con la gran ayuda de su mujer, Mª José Gómez. José Romero es asimismo presi-dente de la asociación literaria La Platea.

-Esto le va a gustar, Madre Teresa, pues sé que su reveren-cia amaba mucho a los niños.

-En efeto –me responde-, los niños, los enfermos y los seres desgraciados me eran muy que-ridos. Y ya sé que vas a ha-blarme de esos tres angelicos llamados José Mª Venegas, An-tonio Marcelo Venegas y José Antonio Bueno, los cuales leye-ron sus versicos como tres pro-fesionales, incluso uno de ellos escogió uno dedicado a esta sierva de Dios. Que Él los ben-diga.

-Compruebo, Madre, que desde el cielo estuvo muy atenta a nuestro acto, cosa que nos llena de satisfacción. Pero, con su permiso, voy a continuar pues aún me quedan muchos amigos por nombrar y no quiero dejarme a nadie, caso de que así ocurriese, pido de antemano disculpas. Sigamos pues con José El Granaíno que estuvo tam-bién con nosotros, en esta ocasión grabando un nuevo disco (Son cantares, su reve-rencia –aclaro.) compuesto por letras de algunos socios adaptadas a su estilo. Estamos deseando que el CD salga, no solo por ser letras nuestras, sino por el gran artista que las interpreta, lo cual es una garantía de éxito. ¡Qué contenta estará su esposa la gran pintora Pepa Cortés!

Alfonso Monteagudo también tuvo una brillante intervención y además nos trajo a una rapsoda, vestida de monja, que interpretó con gran profesionalidad su papel.

Rogelio Bustos, hombre enciclopédico, con un gran bagaje cultural, intervino asimismo en el espacio dedicado a él, así como Francisco Velasco, Teresa Ortiz, el antiguo alcalde de Almuñécar D. Antonio Bustos, todos ellos exponiendo interesantes e instructivos temas.

Antonio Bonet San-Cler

Alfonso Monteagudo, Pilar Rodríguez acompañada por su pianista y Pepe Segura

Page 296: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 296 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

-También harto vistosas fueron esas vestimentas que lucían algunas damas y caballeros –interviene la Santa.

- S u p o n g o , Madre Teresa, que se referirá al bonito traje de época que llevaba Soledad Durnes, gran cola-boradora en el acto, y que tanto le favo-recía, así como la túnica árabe de Ben Alí, el disfraz de Thomas Jones, el de Francisco Rossi y otros más. Todos dieron mucho colorido al acto, sobre todo cuando salieron a leer poemas en sus repetidas intervenciones.

Hubo otros poetas que también nos deleitaron con sus inspirados versos, como son Antonio Gutiérrez, poeta multipremiado, que vino acompañado de su esposa Carmen Aporta, Aurora Fernández, Jacinta, la Campesina, Marisi Moreau, José Mesa, Francisco Rossi, Lola Benítez Molina, que vino en nombre de su padre, Carlos Be-nítez Villodres, galardonado con el premio de la Crítica Granada Costa 2016 al mejor poemario, Juanito y Jacinta, José Manuel Balaguer, Florentina y Alejandro, estos últimos como asistentes al acto pero personas igualmente necesarias y estimadas por todos.

-Y por mí, hija mía –añade Santa Teresa-. Pero creo que aún te quedan por nombrar a todas esas personas que estaban tras de unas máquinas y rodeadas de muchos listo-nes por el suelo, ambas cosas inoradas por mí.

María Villodre, Gloria de Málaga y Carmen Carrasco

José Romero en sus distintas representaciones

Page 297: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 297 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Tiene razón la Madre Te-resa al recordármelo. Son per-sonas imprescindibles que han contribuido en gran manera, trabajando sin descanso las 24 horas, a que este acto se haya llevado a cabo, todo en di-recto, y finalizado felizmente. Gracias a todo el equipo, a Canal 45, radiokable, 4 AM, Hotel Helios y Granada Costa, todos ellos grandes profesio-nales encargados de llevar a cabo este evento y que han to-mado parte en estas 24 horas de Poesía ininterrumpida dedi-cadas a Santa Teresa. Por cierto, la he tenido algo olvi-dada durante la confección de la lista de nombres. Vuelvo pues a mirar de nuevo la foto… y compruebo con estupor que el halo luminoso se ha difuminado y su rostro ha desaparecido volviendo a ser el mío el que reproduce la fotografía…

Se quiera o no creer… ¡Todo es posible en Granada… Costa!

Carmen Carrasco.

Marcelo Venegas, José María Venegas, José Antonio Bueno y Pepe Segura

Carmen Carrasco, Thomas Henry Jhones y Soledad Durnes

Page 298: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 298 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Club Granada Costa celebro el Dia mundial de la poesia

se vivio la mistica y la ilusion sigue

La mística, es una concepción holística de nuestra, realidad, que culmina misteriosamente en la relación espiritual del demiurgo, constructor de universo, con todas sus criaturas.

La observación, exploración y estudio de los elementos astrales, nos ofrecerá una expectativa cósmica de la existencia.

Arde la noche en su hoguera de lunas se alza el insólito goce del soñar

mientras se inflama la sangre en las venas del fulgente destello divino

siderales efluvios exhalan su celeste fraganciaentre silfos de luz.

El hermanamiento entre el alma y Dios, que yo interpretaría, en poesía, como cosmovisión del fervor anímico del poeta con el universo, un sortilegio en el regazo del prodigio amoroso del Sumo Hacedor.

Los poetas, en su simbolismo teológico, emplearon diferentes elementos de la naturaleza, que también algunos místicos utilizaron, como puede ser el escenario de la noche, el alba, estrellas, soles, lunas, fuego, forestas y los paisajes idílicos de los jardines contemplativos, con relaciones metafísicas, poéticas, incluso extrapoéticas, según puede referir el edén bíblico del génesis, como máximo paraíso espiritual.

Entre la alquimia totalizadora de las incógnitas de nuestro ser, muchos santos quisieron demostrar la mutación de lo imperfecto a lo perfecto, como tránsito de las modalidades del espíritu y de la vida, que les van a conducir al encuentro, desde lo impuro de la criatura, con la perfección divina y así dar refugio a su quimérica soledad desamparada.

Por ello, la creatividad visionaria del poeta siempre debe de tener el sacro objetivo de emocionar y sorprender, sintiendo a cada momento crecer el latido de una luz interminable; porque nada nace del vacío, siempre hay una intencionalidad, en la prodigiosa fantasía de la palabra, para establecer las diferentes iluminaciones de su magia, entre el embrujo del ensueño dibujado en imaginativas pupilas.

´ ´´

´ ´´

Page 299: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 299 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Por consiguiente, no estoy de acuerdo con aquellos pseudocríticos , que justifican el acudir a los troqueles literarios, para acuñar los acentos de una jerga nazarena y cumplir la penitencia de tanta mediocridad, en esta tierra de vulgares faquires, falsos apóstoles y cínicos gurús del lenguaje.

Huyamos de los tópicos, trivialidades y simplezas para alcanzar toda la exquisitez y la plena majestuosidad de los recursos y dádivas que perviven en el fértil y noble alma de la poesía.

Alfonso Monteagudo

Laura López Zárraga

Page 300: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 300 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Saboread cada verso y descubriréis entre dioses, faunos, ninfas y tritones cómo pueden fluir las notas lánguidas de un Stradivarius, entre poemas delirantes y los espectros de Dante, de Baudelaire, la lira de Petrarca, o el violín de Verlaine.

Por otra parte, estoy convencido de que existen afinidades evidentes entre la mística y lo heroico-celestial, con los símbolos arrebatadores del surrealismo.

Recuerdo que cuando compuse mi poema místico “La Última Plegaria de Santa Teresa”, fui conjugando un vocabulario surrealista con imágenes metafísicas y multiespectrales. Y en esta apasionante tarea descubrí que existían ciertas afinidades entre Santa Teresa y el personaje de Don Quijote, Alonso Quijano. Los dos padecían manifestaciones y fases comunes, como eran la purificación, las voces de más allá, visiones, introversión, éxtasis, alucinaciones y arrebatos. También, ambos emprendieron una aventura vital y fascinante. Ellos persiguieron la libertad de espíritu y, en la consecución de sus ideales, recorrieron los mismos caminos bajo el idéntico sol. Igualmente, despreciaron el dinero y buscaron la clandestinidad del arrebatador alumbre de las penumbras.

Tanto Santa Teresa como Don Quijote, tuvieron una bendita y vesánica muerte. Teresa, de amor a Jesús y Don Quijote, en sus febriles empeños de impartir indulgente justicia, en búsqueda de un salvaguardor destino.

Tal vez sea satisfactorio para el poeta, como proponía Rimbaud, ser rebelde a la existencia y sumiso al ensueño, para poder esquivar con constelación de visionarias imágenes y oníricas alucinaciones, esta salvaje lucha de lobos que es la vida: Homo Lupus Homini est.

Acudamos a la poesía, porque su lírica nos impregna con lucidez, espejea la mente con sus símbolos y se hace hoguera de espejismos, senda intuida de misterios.

El poema florece como un milagro, desvelando maremotos de metáforas y verbos enardecidos con sílabas de pétalos. Es el pulso existencial de la voz humanista del poeta, que contempla la voltaica transparencia del lenguaje culminando con su libertadora verdad. Su evidencia nos redime, después de imprimir su fuerza irradiante con arpegios metafísicos y la exaltación del envolvente asombro, por los sonámbulos umbrales de lo trascendental.

La poesía es un abecedario de rítmicos ríos de vocablos, un gozoso manantial de alfabetos y voces, un prodigioso mar de palabras, que nos acoge en su fantástica ensenada de oráculos y antífonas, como ruiseñores de espumosa musicalidad.

Por lo cual, quiero felicitar, con estas líneas, a todos los enardecidos intervinientes, que supieron recrear los estimulantes horizontes líricos, con vehemencia onírica y apasionada.

Desde nuestras laudables y plausibles Santas Teresas (Laura Zárraga y Carmen Carrasco), pasando por la ilustre princesa de Éboli (Toñi Castillo) hasta Jacinta, la campesina.

Page 301: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 301 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Qué decir del elogiable Antonio Bonet, de la siempre prestigiosa y suprema artista, Gloria de Málaga y el meritorio José Heredia, el Granaíno. Todos ellos, junto Soledad Durnes, Rogelio Bustos, la polifacética Inmaculada Rejón, Antonio Gabriel, Julián Díaz, Aurora Fernández etc., supieron recrear una atmósfera sutil de cristalina ilusión y entusiasmo, llena de instinto anímico y casta emocional, para saber trasmitir, con cúpulas de imágenes de embriagante fuego, el sacro fluir armónico del Día Mundial de Poesía.

Los poemas tienen que ser la cumbre de la espiritual energía, el hechizo del esplendor, la esperanza esencial de la conciencia, máximo código de impulsos planetarios, génesis trascendental del lenguaje del alma.

En definitiva, cada verso es el hálito de un Fénix que despierta la imaginación, un regalo de las pródigas musas, un cosmos trazado por peregrinos soles. Es una alada luz, que asciende hacia el Parnaso, con la convicción precisa de que rescatará nuestra alma poética, con plenitud.

La poesía es la fruta sabia del verdadero dios de la palabra.

Alfonso Monteagudo

Page 302: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 302 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

“24 horas de poesia ininterrumpida Granada Costa”

El pasado día 21 de marzo, coincidiendo con la entrada de la primavera, en su equinoccio, finalizaron las “24 horas de poesía ininterrumpida Granada Costa”, que tuvieron lugar en el bello enclave de Almuñécar, en la Costa

Tropical de la provincia de Granada.● En ese día, señalado simbólicamente, en el aspecto astronómico, en que la duración del día y de la noche se equilibran, antes de que las horas de sol prevalezcan sobre la noche invernal, simbolizando esa eterna pugna entre la luz y la oscuridad.● En este día a las 17 horas finalizó un maratón de poesía ininterrumpida en conmemoración del 5º centenario del nacimiento de Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, conocida como Santa Teresa de Jesús.● Han tenido cabida, en este maratón de la cultura, entrevistas a personajes señalados, conferencias, comunicaciones, intervenciones musicales, declamación de los clásicos a cargo de rapsodas de primera categoría y presentaciones de poetas que han recitado un amplio repertorio de poesías tanto propias como de otros autores, todo ello alusivo a Teresa de Jesús y en honor de su persona y su obra.● Yo tuve el honor de ser invitado a participar en este gran evento, para lo cual compuse una colaboración para el libro temático que próximamente va a ser editado, y lo hice en calidad de investigador histórico ya que no soy poeta ni rapsoda.● El tema central de mi trabajo fue glosar, brevemente, la relación de Teresa de Jesús, con la familia Peretti de Montalto, en el marco de la Contrarreforma del Concilio de Trento y la reforma de la Orden de las Carmelitas Descalzas.● Escogí ese tema por ser un miembro de mi propia familia e inquisidor por más señas una de las personas que protegió la persona y la obra reformadora de la Santa de Ávila.● También en homenaje a este ilustre antepasado, y ante el requerimiento de que los que intervinimos en el acto (en calidad de presentadores, conferenciantes o rapsodas) nos caracterizaríamos de acuerdo a personajes alusivos de la época, escogí asumir la personalidad del Cardenal Félix Peretti de Montalto, posteriormente conocido como el Papa Sixto V, en la seguridad de que éste estaría orgulloso de que un descendiente de su familia reivindicara su memoria.● Sin perjuicio de que ustedes lean el trabajo original y más extenso que será publicado dentro de poco, les transcribo, literalmente, el texto de mi breve intervención en las jornadas:

´

Page 303: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 303 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

● Habla el Cardenal Montalto:● “Soy el Cardenal Félix Peretti de Montalto, conocido después de mi subida al trono de San Pedro, como Sixto V.● Hoy me he tomado la libertad de tomar prestado el cuerpo de mi descendiente, por la vía de mi hermana Camilla Peretti de Montalto, para hablarles a ustedes de la historia común de nuestra familia con Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, posteriormente elevada a los altares y declarada doctora de la Santa Madre Iglesia.● A través de este descendiente de mi hermana, he querido aclarar un hecho histórico poco conocido: la relación de Teresa de Jesús con la familia Peretti y la protección que ella le dispensó contra sus poderosos enemigos, que pretendían hacerle correr la misma suerte que a Santa Juana de Arco.● No vamos a hablar de la Contrarreforma Tridentina, ni de la reforma de las órdenes Monásticas, pero sí que las tendremos que mencionar para explicar mejor este episodio.● Fue éste un marco histórico lleno de rivalidades entre:○ El Rey de España y el Papado.○ La Inquisición española y la romana.○ Católicos y protestantes.○ Cristianos y musulmanes.○ Católicos reformistas y católicos inmovilistas.● Se efectuó la Contrarreforma de Trento, que chocó con mucha oposición por parte de sectores del clero que habían hecho, de nuestra Santa Religión, un bastión de sus privilegios mundanos, que la desviaban de sus principios originales.● Es dentro de este espíritu de vuelta al sentido original de la ECCLESIA, que Teresa de Jesús emprende la reforma de la Orden Carmelita.● Sus esfuerzos no fueron bien recibidos en algunos sectores del poder y ello la llevó a sufrir la apertura de un expediente inquisitorial, bajo la acusación de herejía.● Una delegación papal, compuesta por cinco personas, de las cuales tres de ellas llegaron a ser pontífices, fue enviada a España, con la misión de revisar y supervisar el proceso contra Teresa de Jesús, el proceso contra el Arzobispo de Toledo y primado de las Españas, Bartolomé de Carranza, y para evaluar el proceso de reforma de las grandes órdenes monásticas ordenado por el Concilio.● Entre ellos me encontraba yo, Félix Peretti de Montalto, que antes de llegar a la dignidad papal fui Inquisidor de Venecia, General de la Orden Franciscana, y Obispo de Fermo, entre otras.● Entre otras personas un inquisidor salvó de la Inquisición a Teresa de Jesús.● Hubo una sintonía total entre los deseos de reforma del Concilio, representados por nuestra delegación y los esfuerzos reformistas de nuestra Santa.

Page 304: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 304 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

● Cuando fui nombrado Cardenal, seguí apoyando la reforma Carmelita, si cabe, con más fuerza.

● Podemos considerar a Teresa de Jesús como el eco en España de los deseos de vuelta a la pureza de nuestra Santa Madre Iglesia.● Apoyé su obra durante toda mi vida y hasta el último día de mi pontificado, en agosto de 1590.● Me gustaría que leyeran todo esto, explicado ampliamente en el capítulo del libro dedicado a esta monja ejemplar, titulado: “Santa Teresa de Jesús, la familia Peretti de Montalto y la Reforma del Carmelo.” LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI.

Antonio Gabriel Pérez Mateu

Toñy Castillo y Antonio Gabriel Pérez Mateu

Page 305: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 305 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Broche de Oro. Broches de Solapa

Como cualquier broche que se precie, una joya está compuesta por la ilusión de una nueva obra, en ella dibujos y diseños se retocan, se afinan, hasta alcanzar la sublime belleza que elaborada paso a paso, día a día, dan forma

a la insignia que los orfebres desearon crear.Para que ésta adquiriera la magnitud de extraordinaria, son muchos los agentes que

intervienen en ella: la selección de materiales, las piedras empleadas, el trabajo callado, las incesantes de manos activas, las horas construyendo el pequeño tesoro, el envoltorio y el aparador donde será expuesta. Todo ello, implica el entusiasmo y el esfuerzo de seres que de manera constante unen sus capacidades en beneficio del arte.

El Proyecto Cultural Nacional Granada Costa, es digno de llevar en solapas, en trajes de días y noches. Hace escasamente unas horas han concluido las 24 horas de poesía ininterrumpida en honor a Santa Teresa. Una actividad importante, prodigiosa, pero que suma, que suma al esfuerzo diario de: poetas, escritores, artistas, cantantes y pintores, que suman a eventos por toda la geografía, a certámenes de literatura, a libros, a cánticos a la vida. Que nadie entienda -que el gran evento que se ha realizado por segundo año consecutivo y desde hoy preparando el siguiente-, deseo restar su gesta, pues más alejada serían mis palabras, ya que con ellas se intentan aplaudir estas 24 horas y los 365 días al año de esfuerzo de cada uno de los componentes de este proyecto que se implican, que aportan, que crean a modo de broche cada una de las piezas del gran broche de oro que los amantes de la cultura llevamos sobre nuestras solapas.

Felicidades a todos y todas que suman en beneficio de la Cultura.Felicidades al Proyecto Cultural Granada Costa por existir.

Toñy Castillo

Page 306: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 306 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Aniversario de Santa Teresa de Jesus

– 24 horas de poesia ininterrumpida – Almunecar

Con motivo del 500 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE TERESA DE CEPEDA Y AHUMADA, más conocida como SANTA TERESA DE JESÚS o simplemente TERESA DE ÁVILA (1515-2015). -Se le ha hecho un

homenaje en Almuñécar (Hotel Helios), que ha consistido en 24 Horas de Poesía de las 17 horas del día 20 a las 17 horas del día 21 de marzo 2016, en el que han estado presentes para su grabación el equipo de Canal 45 y Granada Costa respectivamente.

Le llamaban Doctora de la Iglesia porque era una mujer muy versada para su tiempo y con una capacidad de profundizar en la sique de la gente que no era normal y menos ella que era monja.

Al mismo tiempo puntualizar el Glamour, ya que cada cual optó por trajes propios a dicha época, particularmente yo representaba a una princesa del año 1500.

En cuanto al trabajo realizado y su contenido reconocer y agradecer al Director de la Gala D. José Segura, quien ha sabido llevar a buen puerto y con resultados visibles y

Agustina Ríos Ávila

´´

´-

Page 307: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 307 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

muy satisfactorios siendo explícito en sus mensajes, teniendo el detalle de ofrecer nuevos talentos y brindarnos un diploma de participación.

También se ha contado con la presencia de Jesús Pineda Matamala pintor artístico que nos ha deleitado su buen hacer reflejado en su pintura a Santa Teresa de Ávila

Personajes como D. Antonio Bonet San Cler, Gloria de Málaga, José Heredia “El Granaíno”.

Presentadores de la talla de Antonio Gabriel Pérez, Inma Rejón, etc…Todo ello en un ambiente cálido y muy emotivo por su aportación a la defensa de la

cultura, en mi opinión como se va a difundir a gran escala por www.granadacosta.net, tal vez tengamos la suerte de que se movilicen más eventos de esta índole. Y me gustaría hacer un pequeño inciso para citar a Platón “El Poeta es una cosa ligera, alada, sagrada; que no está en posesión de crear sino después de ser inspirado por un Dios y dejar de ser dueño de su razón, y que los poetas no son otra cosa que los intérpretes de los dioses y poseídos por la divinidad”.

No quiero olvidarme de mencionar al Alcalde –Presidente del Ayuntamiento de Molvízar- que tuvo el placer de invitar a cada socio del Club Granada Costa a la presentación del libro “A ti Yolanda” de la doctora Toñy Castillo Meléndez. Que por su gran presentación nos hizo soñar a todos los presentes, a mí en particular con un ángel copioso de bondades infiltrándose colmando de alegría y de amor el alma mía.

A su vez agradecer a D. Francisco Fermín García Puentedura el aperitivo tan extraordinariamente exquisito que nos ofreció a todos los presentes al acto, que tuvo lugar el día 19 de marzo en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Molvízar.

Agustina Ríos Ávila

Page 308: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 308 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Un esfuerzo humano y economico por las 24 horas de poesia

Quiero agradecer a la Fundación Gra-nada Costa y a su presidente Pepe Segura el enorme esfuerzo humano

y económico que durante un año hicieron para preparar las 24 horas ininterrumpidas de poesía en Almuñécar.

Nunca se habla de la parte ECONÓMICA y para este tipo de evento el montante es bastante importante de miles de euros que requiere un enorme esfuerzo por parte de la Fundación. Tengo que reconocer que este año hemos avan-zado quitando errores del evento anterior , mejor estudio, el equipo técnico humano y material mejor, los colaboradores hicieron un esfuerzo importante en venir a Almuñécar etc, resaltar a las presentadoras que hicieron un fantástico trabajo en algunos momentos donde los colaboradores no estaban por la noche o diferentes motivos, los músicos, cantaores, artistas, etc. Se vaciaron con su arte en el programa, un mag-nífíco cuadro pintado por nuestro compañero Jesús Pineda de Santa Teresa de Jesús que sirvió como diploma, en fin todos y cada unos de los que participamos pusimos lo mejor de nosotros. Como siempre en la vida todo tiene que mejorar, el humano y el tecnológico para que este programa sea un clásico como quiere nuestro querido Pepe Segura cada año.

Hacer un programa detallado del evento donde cada uno sepa donde tiene que entrar qué tiempos, etc. Requiere de mucho trabajo y una participación escrupulosa de respeto por parte de los participantes, quizás en algunos momentos la organización no fue como nos gustaría y eso llevó a unos nervios y malestar por parte de algunos que no fue del todo agradable. Es difícil contentar en un evento a tantas personas pero de lo que estoy seguro es que todo lo que se organizó y se preparó se pensaba en todos y cada uno de los miembros de Granada Costa que decidieron acudir a la llamada de este evento, porque todos los que formamos este evento somos importantes, pero no olvidemos el grado de respeto e implicación que este proyecto cultura nos pide a cada uno. Gracias a todo el equipo de Granada Costa a su presidente Pepe Segura y a todos los compañeros y compañeras. Un abrazo.

José Romero

José Romero

´´

Page 309: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 309 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Las 24 horas ininterrumpidas de poesia

Estuve muy atento a ellas, en estado de inspiración gozosa, (“éxtasis literario”) y gratamente entretenido. Una vez más, Molvízar se ha convertido en la ciudad mundial de la Poesía, este año en Homenaje a una santa española de

influencia espiritual mundial: ¡santa Teresa de Jesús! Y hubo “de todo y muy bueno” en este memorable evento: Poemas maravillosos recitados magistralmente; conferencias y óptimos estudios sobre “la santa y sus escritos, evocaciones de su vida”, incluso rapsodas femeninas vestidas de monja y un inquisidor simpatizando con la obra de la Carmelita Reformadora, para ambientar mejor algunos episodios de su vida. ¡Original, genial, “humano y divino todo”, y cuando digo todo es “todo lo óptimo posible”! Y Cuando todo finalizó, radiante de ilusión, me dije: “¡De aquí, al Cielo!” Como valenciano que soy, permitidme esta comparación entre “las fallas anuales de Valencia, y las 24 Horas anuales de Poesía”: recién acabada la “cremá”, la “quema” de todas las artísticas figuras tan bien elaboradas, pintadas y decoradas, a los dos o tres días siguientes, ya se reúnen los organizadores para proyectar las siguientes del año venidero, y trabajar en el artístico proyecto semana tras semana y un mes tras otro mes, para dejarlo todo listo antes del próximo evento. Y lo mismo sucede para organizar las 24 Horas de Poesía de nuestro cultural y artístico evento, ¡que no se improvisa poco antes, sino que se proyecta terminado el evento, y se trabaja en él durante todo el año hasta tenerlo listo antes del próximo “Día Mundial de la Poesía”! Mis Felicitaciones y Plácemes a los organizadores, a los presentadores y a los “actores” de este cultural, poético, instructivo y gozosos evento.

Rogelio Garrido MontañanaPresidente de Honor del Club Granada Costa

Page 310: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 310 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Como el ave Fenix

EL ave Fénix es símbolo universal de inmortalidad, de muerte y resurrección; el ave que muere por autoinmolación renace al tercer día de sus cenizas. Además es símbolo de fe, constancia y del perpetuo existir. Algo parecido le ocurre a Granada

Costa que durante todo el año sigue su marcha sin mucho ruido, como dormida que puede interpretarse como muerte, pero como el ave Fénix, renace, no de sus cenizas, porque no ha muerto, pero sí de su silencio y de su aparente quietud manifestándose en un acto grandioso y noble como ha sido el de este año con el homenaje a una de las mujeres que más gloria le ha dado a ESPAÑA: SANTA TERESA DE JESÚS. En este homenaje celebrado en los salones del hotel Helios de Almuñécar han partici-pado 200 personas: niños, adolescentes, mayores y algunos un poco más, que han actuado durante 24 horas ininterrumpidas, recitando poesías, leyendo algún escrito o cantando una oración. A esta cita acudieron personajes como el Greco, oficiales de justicia del Tribunal de la Inquisición, la Princesa de Éboli, el Caballero de la Rosa, damas cortesanas de la reina, damas árabes como la de la Alcazaba, monjas del Carmelo, el Cardenal Don Félix Peretti de Montalto que luego sería el Papa Sixto V, y ¡Cómo no! La misma Santa Teresa. Todos vestidos de época interpretando con sorprendente dignidad su personaje, como suele decirse: “metidos en su papel”. ¿Y por qué todo este enorme montaje en empresa tan pequeña? Trataremos de expli-carlo solicitando la ayuda de Santa Teresa. EN este año 2015 ya concluido, se cumplieron los 500 años de nacimiento de Teresa Sán-chez de Cepeda y Ahumada, Santa Teresa de Ávila una de las santas más genuina y castiza-mente española.__Grande por su nacimiento, grande por sus virtudes, grande por su santidad, grande por su actividad fundacional (17 conventos) y grande por su labor literaria en prosa y en verso donde alcanza los más altos vuelos como poetisa mística y ascética.__Una mujer de una extraordinaria proyección no sólo nacional sino universal.__ En el año anterior, 2014 se cumplieron los 300 años de su beatificación. Dos fechas, dos aniversarios que han pasado con escasa difusión y aún con más pobre en celebraciones en nuestra España de hoy materialista y frívola, que se ha fabricado otros héroes, otros santos, otros dioses y otros cultos.__En la actualidad una oleada de frío y seco positivismo nos ahoga y empequeñece hasta el punto de haber olvidado que nuestra cultura y la moral cristiana son los pilares que han sos-tenido y sostienen todavía la sociedad española.__Santa Teresa es una de las glorias de España y una parte muy importante de su Patrimonio Nacional. Que tiene millones de admiradores en América y en Europa, no sólo entre los cató-

´

Page 311: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 311 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

licos sino también entre aquellos que son ajenos a nuestro credo religioso. Y estuvo muy acertado aquel admirador francés que escribió: el impío la respeta, el hereje la ad-mira y el católico guarda para ella los afectos más encendi-dos de su espíritu.__Sí, quizás sea la santidad de Teresa de Ávila la única respetada por la incredulidad y su nombre uno de los mayores que se pronuncia siempre con veneración y amor.__Y no hay ningún pensador católico o no católico cuyas miradas no se hayan fijado en esta mujer y pronunciado en su favor. Todos reconocen que fue una mujer extraordinaria por su inteligencia y por su voluntad enérgica, razonable y perseverante.__A Santa Teresa si se le suprime el título de Santa como algo perteneciente a las creencias religiosas y a la Teología o misterios de ultratumba, aún le quedan prendas para ser admirada y modelo de mujer de acción como fue el fundar los 17 conventos por toda la geografía espa-ñola caminando miles de kilómetros a pie y en contadas ocasiones en un pobre carromato improvisado en un indigente convento, y tirado por una vieja caballería. Unos viajes donde se sufría toda clase de penalidades y privaciones, haciendo suya aquella máxima evangélica de vida eterna: "quien quiera venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo y tome cada día su cruz”. Esto fue lo que hacía Teresa de Ávila, tomar cada día su cruz, monja inquieta y andariega, ora negociando un solar ora construyendo un nuevo convento; siempre alegre, repiqueteadora de pandero, el tamboril y las castañuelas como española castiza; hermosa y simpática, llena de donaire, siempre noble y finalmente cortés, inteligente y sutil sin menoscabo de su ingenua sencillez; y “cuyas palabras tenían el don de calmar las tempestades del alma” según cuenta la ilustre dama, doña Luisa de la Cerda hija del Duque de Medinaceli. Toda una imagen pri-morosa de esta incomparable mujer que luego sería Santa Teresa de Jesús.__ En cuanto a su obra literaria es una de las más grandes figuras representativas del misti-cismo español: El Libro de su Vida, Camino de Perfección, el Libro de las Fundaciones, El Castillo Interior o Las Moradas, Las poesías religiosas de subido fervor y gusto popular, las numerosas cartas de especial interés para su biografía. Una labor literaria excepcional escrita con lenguaje de ángeles donde aprende el teólogo a extremos de la Divinidad a la que no al-canza la Ciencia; en ella estudia el filósofo profundidades del alma, estudia el místico, en ellas

Rogelio Bustos Almendros

Page 312: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 312 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

goza y saborea el lite-rato las naturales belle-zas del habla castiza nacional, el habla del pueblo a la vez sencillo y elegante.__ Fray Luis de León que cuidó las obras de la Santa para su publica-ción emitió un certero juicio sobre su lenguaje y su estilo: “En la forma de decir y en la pureza y facilidad del estilo, y en la gracia y buena compostura de las palabras y en su elegancia desa-feitada en extremo, dudo que haya en nuestra lengua escritura que con ellas iguales”.__ Sería el cuento de nunca acabar ir señalando sus grandezas tanto literarias como morales, así como la luz intelectual que rezuma de sus escritos y los elogios de los que han estudiado su obra. Por algo la opinión universal la considera como Doctora de la Iglesia.__Si en la actualidad hay olvido o indiferencia y en ocasiones críticas injustificadas incluso ofensas graves a la religión católica, debemos saber que no siempre fue así, hubo otra España con valores como en el año 1614 cuando el Papa Paulo V sancionaba el decreto de beatifica-ción de Teresa de Jesús. Fue motivo de gran alegría y se celebraron solemnes fiestas en toda España y en Portugal.__Y en estas celebraciones en honor a la monja poetisa no podían faltar los certámenes poéti-cos que tuvo una gran resonancia el celebrado en Madrid por el prestigio de los participantes. Entre los cuales se puede contar a D. Miguel de Cervantes y a Vicente Espinel. “Unos en busca de nombre y otros de alguna telilla y cortes de jubones que como premio se daban en el con-curso”.__En esta ocasión quien presidió el jurado fue el gran Lope de Vega que para dar comienzo al certamen lo hizo con un discurso en alabanza de Santa Teresa con una composición de 423 versos endecasílabos y heptasílabos que él mismo leyó.__Durante todo el año 1614 se celebraron grandes homenajes en todas las provincias de Es-paña, se organizaron peregrinaciones a los lugares santificados por las huellas y recuerdos de la monja santa Reformadora del Carmelo, la escritora, la poetisa. Se pronunciaron elocuentes discursos, panegíricos cantados en su honor, magistrales escritos en periódicos y revistas.__ La FUNDACIÓN GRANADA COSTA que ama la inteligencia, la belleza, la literatura, la poesía y toda manifestación artística y por añadidura nos consideramos creyentes, que vivi-mos el presente con entusiasmo pensando en el futuro pero también sentimos veneración por

Aurora Fernández Gómez

Page 313: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 313 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

el pasado que deseamos conservar y al mismo tiempo nos sentimos orgullosos de exhibirlo. Por eso hemos querido contribuir, en la medida de nuestras pobres y escasas fuerzas, rendir homenaje a Santa Teresa, el más rico blasón cristiano de la mujer española en este V Centena-rio de su nacimiento y IV de su beatificación con un recital de 24 horas continuadas.__En toda empresa hay dos componentes : el deseo de llevarlo a cabo y el miedo al fracaso que invita a rehuirlo. Granada Costa es consciente de ese peligro; no obstante, ha optado por el primero, es decir, de seguir adelante con este homenaje de 24 horas.__ Y la causa por la que ha prevalecido este deseo de acción ha sido el radical sentimiento de confianza en los miembros de la Fundación Granada Costa.__ Confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad de lucha y esfuerzo que en ningún sentido es vanidad, sino firme estimación.__ Pretendemos que esto nos justifique. __ Sólo hemos nombrado las fechas de su nacimiento, el de su beatificación, pero no el de su muerte porque mientras existan los conventos del Carmelo, haya en el corazón y en los labios una oración, se lean sus obras o se recite una poesía suya, Santa Teresa estará siempre viva. Una vez acabado este acto-homenaje con éxito podemos decir que hemos encontrado nuestro IN HAC SALUS.

Rogelio Bustos Almendros

Page 314: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 314 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Inma Rejón

Toñy Castillo y Gloria de Málaga

Público asistente

Page 315: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 315 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

José Alberto Escolar

Laura López Zárraga

Soledad Durnes Casañal

Page 316: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 316 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Toñy Castillo y Antonio Gabriel Pérez Mateu

Antonio Gabriel Pérez Mateu, Laura López y su marido y Alfonso Monteagudo

José Romero y Pepe Segura

Page 317: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 317 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Inma Rejón y Antonio Gabriel Pérez Mateu

Antonio Bonet San-Cler

Agustina Ríos

Page 318: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 318 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Francisco Rossi

El Jaro, Paco Gónzalez y Mari Carmen, directora canal 45

Jesús Alonso y Mari Carmen, directora canal 45

Page 319: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 319 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Antonio Gutíerrez y su mujer junto a Pepe Segura

Pepe Segura y Chus Pineda

Soledad Durnes, Marisi Moreau y Jesús Alonso

Page 320: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 320 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Francisco Velasco Rey

Toñy Castillo y Chus Pineda

José Mesa y Soledad Durnes

Page 321: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 321 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Carmen Carrasco

Ben-Alí

José Alberto Escolar

Page 322: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 322 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

Pilar Corrall

Toñy Castillo

Gloria de Málaga

Page 323: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 323 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Jacinta Martínez

Jacinta Ortiz

Eloisa y Pepe Segura

Page 324: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 324 -

24 horas ininterrumpidas de poesía Granada Costa 2016

José Heredia

Toñy Castillo y Mari Carmen, directora Canal 45

Agustina Ríos y Antonio Gabriel Pérez

Page 325: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 325 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

Toñy Castillo y Manuel Ceballos

Pilar Rodriguez

Page 326: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14
Page 327: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14

- 327 -

en Homenaje a Santa Teresa de Jesús

ÍndiceSanta Teresa de Jesús su semblanza espiritual................................................................9Libro de la vida..............................................................................................................13Camino de perfección..................................................................................................140Obra poética...............................................................................................................205

Articulos dedicados a Santa Teresa de JesúsColoquios de Santa Teresa Con Dios..........................................................................247Homenaje a Santa Teresa de Jesús el día mundial de la poesía.................................254Santa Teresa en mi vida. A la Santa............................................................................257Santa Teresa de Jesús, la familia Peretti de Montalto y la Reforma del Carmelo.....266

Poesía dedicada a Santa Teresa de JesúsA Santa Teresa de Jesús..............................................................................................272En honor de Santa Teresa...........................................................................................273Fuente de luz y esperanza...........................................................................................275A Santa Teresa de Jesús..............................................................................................276A ti...............................................................................................................................278Santa Teresa de Jesus.................................................................................................279La luz del mañana......................................................................................................280Santa Teresa de Jesús.................................................................................................281Convento de los Carmelitas........................................................................................282Santa Teresa de Jesús.................................................................................................283A Santa Teresa de Jesús..............................................................................................284Corazón Roto..............................................................................................................285

Colección de artículos y fotografías de las 24 horas de poesía initerrumpidas dedicadas a Santa Teresa............................................................................................................287

Page 328: 24 HORAS ININTERRUMPIDAS 2016 EN HOMENAJE A SANTA …granadacostanacional.es/downloads/Libro Santa Teresa.pdfliterarios de poesía dedicados a niños de edades entre los 8 y los 14