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Cuad. Fi/al. Chis. Estudios latinos tS5N: 1131-9062 1998. ni’ 15: 247-258 Marco Fabio Quintiliano, vir bonus doctor dicendi Antonio FONTÁN La cultura contemporánea está asistiendo a una renovación del interés por la Retórica, en cuanto «ciencia del bien decir» y «arte para decir bien»’. La vieja dama, que había sido la reina de los saberes literarios griegos y ro- manos, recuperé su privilegiado lugar en los estudios y en la educación con Lorenzo Valía 2 en la primera mitad del siglo XV, manteniendo su prestigio y su primacía hasta fines del XVIII, en las postrimerías de la Ilustración. Des- pués, los momentos culturales del romanticismo, con el culto a la esponta- neidad, y del positivismo naturalista y prosaizante determinaron un eclipse de la Retórica, que si no fue total tuvo larga duración, llegando casi hasta mediados del novecientos. A fines de la pasada centuria ya principios de és- ta incluso se empezaron a utilizar nuevas disciplinas de orientación psicolo- gista para el estudio de unas literaturas comó las antiguas, que se habían Una primera versión de este texto fue expuesta en la clausura del Congreso Interna- cional sobre Quintiliano, celebrado en Calahorra en noviembre de 1995. Doctor se emplea aquí como maestro de retórica. Lo usa así Cicerón en de oratore, y en el orator, y el autor de la “Retórica a Herennio” llama así (doctor noster) a su profesor. Quintiliano también lo hace en II 2,2, aunque en otro lugar se refiere con esta palabra a los entrenadores de juegos o deportes. 2 Desde sus primeros escritos parece que Valía oponía Cicerón a Quintiliano. Dema- siado filósofo el primero, cuando lo principal es la elocuencia, sin la cual ni las ideas filo- sóficas ni las especulaciones teológicas tendrán vigor ni alcanzarán una expresión adecua- da. Rhetoricam vero nihi/ habere nisi laudabile (Cf. Chomarat, Grammaire et Rhéthorique chez Erasme, París, 1981, Pp. 64-65). En las Disputationes dialecíicae Valía sigue a Quin- tiliano en esta línea (Quint. V 8-10). La filosofía racional o dialéctica es parte de la inven- tio, que a su vez es una de las cinco partes de la Retórica. 247

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Marco Fabio Quintiliano, vir bonusdoctordicendi

AntonioFONTÁN

La cultura contemporáneaestáasistiendoa una renovacióndel interéspor la Retórica,en cuanto«cienciadel biendecir»y «arteparadecirbien»’.La vieja dama,quehabíasido la reinadelos saberesliterariosgriegosy ro-manos,recuperésuprivilegiado lugaren los estudiosy en la educaciónconLorenzoValía2en la primeramitaddel siglo XV, manteniendosuprestigioysuprimacíahastafines del XVIII, enlas postrimeríasde la Ilustración.Des-pués,los momentosculturalesdel romanticismo,con el culto a la esponta-neidad,y del positivismonaturalistay prosaizantedeterminaronun eclipsede la Retórica,quesi no fue total tuvo larga duración,llegandocasi hastamediadosdel novecientos.A fines dela pasadacenturiay aprincipios deés-ta inclusoseempezarona utilizar nuevasdisciplinasde orientaciónpsicolo-gistapara el estudiode unasliteraturascomó las antiguas,que se habían

Una primeraversióndeestetexto fueexpuestaen la clausuradel CongresoInterna-cionalsobreQuintiliano, celebradoenCalahorraen noviembrede 1995.Doctor seempleaaquícomomaestroderetórica.Lo usaasíCicerónende oratore, y enel orator, y el autorde la “Retóricaa Herennio”llamaasí (doctornoster)a su profesor.Quintilianotambiénlohaceen II 2,2, aunqueenotro lugarserefiereconestapalabraa los entrenadoresde juegoso deportes.

2 DesdesusprimerosescritosparecequeValía oponíaCiceróna Quintiliano. Dema-siado filósofo el primero,cuandolo principales la elocuencia,sin la cual ni las ideasfilo-sóficasni las especulacionesteológicastendránvigor ni alcanzaránunaexpresiónadecua-da.Rhetoricamvero nihi/ haberenisi laudabile (Cf. Chomarat,Grammaireet RhéthoriquechezErasme,París, 1981, Pp. 64-65). En las DisputationesdialecíicaeValía sigue a Quin-tiliano enestalínea (Quint. V 8-10). La filosofía racionalo dialécticaes partede la inven-tio, que a su vezes unade las cincopartesde la Retórica.

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creadobajo el imperio de la Retóricay por obrade escritoresformadosenella.En no pocasocasionesesostratadosdeestilísticaacudían—y acuden—a completarsuselucubracionescon unoscapítulosde preceptiva,que con-sistenen catálogosde troposy figuras, restosdel naufragiodela antiguase-ñoradelas letrasquehabíasido la Retórica.

Los impulsosquehandadolugara la renovaciónde losestudiosdela re-tórica antiguaen las últimasdécadashan provenidodelingílistas, de filólo-gosy de historiadoresde la literaturaquetratabande comprenderlos escri-tosde losclásicosen suspropiostérminos,partiendodel sistemaconceptual,literario y normativo en que se habíaneducadolos autoresy que formabapartedel contextocultural de suépoca3.

El «tratadode retórica»de Quintiliano compendialos saberesqueinte-granesta«arte»o «ciencia»y examinasu cultivo por obrade los maestrosdeelocuenciay suaplicaciónen la escuelay en las letras.

La institutio oratoria fue el principal manualde la materiaduranteloscuatrosiglos posterioresa suautore influyó, sin duda,en el procesode re-torizaciónde la literaturalatina de prosay deverso(y tambiénen la griega).Al amparodel crédito de Quintiliano y bajo su seudepigrafiase compusie-ron y publicaronsedesdedeclamacionesparael estudioy prácticadelas es-cuelas.Ya enel siglo IV, escritorestanimportantesy tan diferentescomo elpoetaAusonioo SanJerónimoalabano mencionanal maestrohispanoco-mo unapersonalidadrelevantede la culturaromana4.

Sobrelarenovacióndel interéspor la Retórica,cf. Fontán,A., «LaRetóricaen la Li-teraluraLatina>,, ap.Actasdel y Congr. Esp. deEst. Clás., MadTió, 1978,pp. 285-317.Nofaltaronnuncalos estudiosde Retóricadentrodelas «Cienciasdela Antiguedad».Durantemuchosañosmantuvosu vigencia laobrade Volkman,Rhetorikder Griechenund Rómer,Leipzig, 1885 (Reimpr.Darmstadt,1963). Tampocodejó de estudiarse,inclusoen Españala retóricaen la enseñanzamedia(cf. por ejemplolos manualesescolaresde RaimundodeMiguel). Despuéssedasustituidapor la «preceptivaliteraria» Una aplicaciónde las leyesde la retóricaal estudiode la prosaliteraria, Norden,Die Antike Kunstprosa,3i’ ed. 1915(Reirnpr. Stuttgart,1958).Comprenderla literaturalatinadesdela Retóricaantiguaesloquese propuso—y consiguió—con autoresde prosaLeeman.Orationis Ratio, Amsterdam,1963. Un manualdeestilística,enordenadoresumen,es la secióncorrespondientedeLeu-mann,Hofman, Szantyr,LateinischeGramn,atik,11. 686. Pero ahímismo sesubrayala di-ficultad de la delimitaciónde la Estilísticacomodisciplinaautónoma,en mediodela Sinta-xis, la Retóricay el Léxico. Muy útil paralatinistashasido Marouzeau,Traité deS¡y/istiqueLatine, París, 1954. Es obraqueentrade lleno en el campoy los métodosde la psicologíalingilístíca.

4 En relacióncon Quintiliano existeun amplio estudiocrítico dela bibliografía másrecientedej. Adamietz“Quintilians” “Institutiooratoria”enANRWII 32,4, pp.2226-2271.Berlín-NuevaYork 1986.

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Quintilianocompusosuobratrasveinteaños,diceél, de dedicacióna laenseñanzade la Retóricay unarica experienciade oradory abogadoen laqueno faltaron algunospleitosquefueronlas «causescékbres»de su épo-ca, comola defensadela reinaBerenice.Fué tambiénel primerprofesorpa-gadocon dineropúblico—con cargoal fisco o haciendadel emperador5—.Mientrasestabatrabajandoenla elaboraciónde sutratado,el emperadorDo-miciano (de infaustamemoriapor otrasrazones)le confió la educacióndelos príncipesimperiales,dossobrinossuyosdestinadosa sucederle6.

En el prefacioal primerode los docelibrosquecomprendela Institutio,Quintiliano dice que compusosu obra por la insistentepetición de ciertosamigos,a la queno podíanegarse,y queladedicabaasuíntimo MarceloVí-tor, pensandoquesirvieraparala educacióndeun hijo suyo denombreGe-ta, queya en la infancia dabamuestrasde grantalento.

En otro lugar, haciamitadde la obra,enun pasajepatético,cuentaQuin-tiliano la muerte,trasochomesesdecruelenfennedad,deun hijo suyo,ca-si niño todavía,quese llamabaigual queél y queera suúnicafamilia, parael quehabíapreparadocon amorosasolicitud un brillante porvenireconó-mico y político, negociandoya sufuturo matrimonioy asegurándoleel bie-nestarque le permitíala holgadaposicióneconómicaquehabíaalcanzadocon sutrabajoenel foro y susrelacionespersonales.En eselugar, quees elproemio del libro sexto, añadeque él tambiénhabía pensadoen su hijo,Quintilianoel joven, como destinatariode suobra.

Peroestasmotivacionesde carácterhumanoy socialno habríandadolu-gar a la composicióndel tratadode oratoriaquintilianeo, si el autorno estu-viera firmementepersuadidode queeraunaempresaimportantey honrosa,útil parael latín y paraRomay necesariaparala sociedady la educacióndelos romanosdesutiempo.Es decir, un opus honestum,utile et necessar¡um.

El prefaciodel libroprimerodela Institutio. enefecto,esun discursode-liberativo enel queseexaminanestostres«topoi» o lugarescomunesde laspiezasoratoriasdeesegénero.Parececomo si el autorhubieraqueridoofre-cer desdelas primeraspáginasde suobraun ejemplode la eficaciapersua-sivade la rectaaplicación delas técnicasretóricasde la ordenacióndel dis-

Son informacionesofrecidaspor el propio Quintiliano a lo largo de su obra: susveinteañosde enseñanzadeRetórica(IV pr. 1), la causade la reinaBerenice(IV 1,19); elencargoimperialde la educaciónde los príncipes(IV pr. 2). FueVespasianoel quele noin-bró profesorde Retóricacon saladoa cargodel fisco (Suetonio,Vesp.18). Su trabajodeprofesory deabogadole reportóunabuenafortuna(JuvenalVII 186, 189).

6 Quint. IV pr.2.

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curso: proemio,narratio, propositio, divisio, objeciones,argumentacióny,finalmente, la conclusiónque consisteen el enunciadodel sumario de laobra,paraconcluir con un brillante epilogoo peroratio. Acudiendoa vanosde los másexpresivosrecursosde la elocutio, Quintiliano terminasu intro-duccióno prefacioafirmando que por excelentesque seanlas condicionesnaturalesdel que aspire a ser orador,de nada le serviríansin un maestrocompetente,constanciaen el estudioy unagrandey continuaaplicacióna laescritura,a la lecturay a la prácticadel ejerciciodela palabra.El «biende-cir» sepuedeenseñarporque,como diceQuintiliano, la capacidadde apren-der es unacondiciónnaturalenel hombre,queha deatribuirseal origence-lesteo divino de su espíritu7.

La retóricaes unadisciplinaquese levantasobrelos cimientosdela gra-mática y a la que no son ajenoslos saberesquealimentanel contenidoma-terial de los discursos:el derecho,la historia, la política, la religión, los usossociales,la economía—o susequivalentesantiguos8—y también las dife-rentespartesde la filosofía, queparaQuintiliano, como en generalparalosfilósofos romanos,y másparticularmenteparalos estoicos,son la racionalodialéctica,la natural y la moral.

En relación conla filosofía, Qtiintiliano no oculta las reservasqueen éldespiertanciertosfilósofos modernos,muy de modaen su tiempo,que pre-tendenmonopolizarparaellos la sabiduría.Los filósofos antiguoshabíansi-do unospersonajesrespetables,queno rechazabanla elocuencia.Entre losmodernos,en cambio,usurpanel nobletítulo defilósofos unasgentestristesy estrafalariamentevestidasqueno persiguenla virtud ni sededicanal estu-dio, y que,bajo los hábitosde su presuntooficio, ocultangrandesvicios ymalascostumbres9.Probablementecon estaspalabras,nuestroautor justifi-

lpr.27.«Estoquesesostieneque espropiode la filosofía es algo delo quenos ocupamos

era todaspartestodos.Porque,¿quiénno habladejusticia, equidad,bondad,inclusolos peo-res de los hombres?»(1 pr 10).

Quis non etiam rusticoruin a/iqua de causisnaturalibus quaerit? A/am verborumpro-prietas ac d&erentia omnibusgui sermonemcurae debetessecommnunis.Sedea et sc/eloprime ete/oqueturorator: qui sifuisseraliquandoperfectus.non a phi/osophoruso scholisuir:utis praeceptapeterentur(1 pr.16-17).

«Ahoraresulta que hayque acudira esosautores¡los filósofos/ que han ocupadounapartede la arsoratoria quehabíasido abandonada,y reclamaríaparanosotros.No parade-jar deemplearsushallazgos,sinoparamostrarqueeííoshanusadobienesajenos»(1 pr. 17).

Non enim uirrute ac srudiisu: haberen:urpbilosophilaboraban:,seduu¡tumet tris-titian, etdissentienterna ceterishabitusopessitnismanbuspraetendebant(1, pr. 15).

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cabao aplaudíala expulsiónde los filósofos dela urbequese habíadecre-tado por dosvecesbajolos emperadoresflavios con Quintiliano en Romayno mal relacionadoconel poder.La filosofía, añade,es otracosa,«dela quenosocupamostodos»: la justicia, la equidad,el bien, las causasdelos fenó-menosnaturales,la propiedady la diferenciade los términosque seemple-an por partedelos quese ocupande la lengua,etc. La doctrinadeunacon-ducta recta y. honestano es materia reservadaa los «filósofos». Por elcontrario,el verdaderohombrepolítico, aptoparael regimientode los asun-tos públicosy de los negociosprivados,capazde gobernarlas ciudadesconsuprudencia,de sustentaríassobrelas leyesy de administraren ellasla jus-ticia. no es otro queel orador’0.

La Retórica, «cienciadel bien decir» y «arteparadecir bien», era la,principal de lasdisciplinasde los estudiossuperioresdelas clasesdominan-tes de la sociedadromana,tanto enla Repúblicacomo bajo el Imperio. Eraunadisciplinaimportadade Grecia, estudiaday practicadadurantedos si-glos sólo engriego,con manualesgriegosy textostambiéngriegos,transfe-rida al latín en tiemposde Cicerón (106-43a.C) pero profundamenteinte-gradaen la culturaromanacomotantosotros elementosde origenhelénico,desdequeseempezóa enseñary practicaren la urbe.Los escritoresroma-nos de los más variadosgénerosliterarios (verso, prosa, teatro, oratoria,etc.),los hombrespolíticos,los senadores,losgenerales,los revolucionariosy agitadorescallejeros,todos ellos estabanformadosen estacienciay artede la palabra.Hablar bien y elocuentemente,igual queescribir bien (o seaponerpor escrito la palabrahablada),era la cualidadmás apreciadapor lasociedadromanay, en general,por la culturalatina.CuandoNerónascendióal Imperio, con dieciochoaños,susprimerosdiscursosen los funeralesdeClaudioy anteel senadohubo de escribírselossumaestro,el ilustre filóso-fo y oradorSéneca.Eso no habíaocurridonuncaantes,segúnescribeTáci-to quecomentabala gente:Césarhabíasido uno de los grandesoradoresdesutiempo,y sussucesores,Augusto,Tiberio, inclusoel dementeCalígulayel aborrecidoClaudio,habíansabidohablarcon elocuencia.Nerón domina-ba otrasartes, pero, entonces,enesemomentoinicial de sumandato,le fal-tabaestatanaltamentevalorada”.

Quintiliano nacióen la colonia romanadeCalagurrisen unafechaquenosepuedeprecisarentreel 30 y el 40 aproximadamented. C. Treintao cuarenta

lO Ipr.l0Tácito, AnnalesXIII 3.

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añosmásjoven queel filósofo Séneca,coetáneode Marcial y de Lucanoyquinceo veintemayorqueel emperadorTrajano,Quintiliano se inscribeen lalargay brillanteseriede los hispano-romanosquetriunfaronen laurbeenel si-glo 1 d.C.: poetas,filósofos, teenógrafos,políticos,senadores,funcionariosim-periales,militares,hombres—y mujeres—de negocios(mujeresde negociosfueron la madrede Séneca,Helvia, y unahennanasuyaviudade un prefectode Egipto,y Marcela,la paisanay protectoradel poetaMarcial) y familias en-terascomolos Anneos(Séneca)y luego los Ulpios (Trajano,padree hijo, em-peradoresteúltimo), los Elios (Adriano,un abuelosuyoy otros parientes)...

Es imposible sabersi el autorde la «Institutio» era hispanoo «hispanien-se»,es decir, si erade ascendenciaindígena—en estaregión probablementeceltibérica—o itálica. Si bien esto enlos díasdeQuintiliano y en lugarestanromanizadoscomoestazonadel valle del Ebrocarecede significacióncultu-ral. Calagurrisera un asentamientode ciudadanosromanosy depoblaciónna-tiva, peroformabapartede la provinciade la HispaniaCiterior, ensu «limes»occidentalya en la primeramitad del s. II a.C.,doscientoso doscientoscin-cuentaañosantesde quenacieraQuintiliano. Marco FabioQuintilianoeraunromanode Hispania,como en las generacionesanterioreslos Anneos,Colu-mela,PomponioMela, y enlas siguienteslos emperadoresAntoninos. Es se-guroqueestoshispanosno resultabanchocantesenla buenasociedadromanapor sumodode pronunciarel latín comohabíaocurridocon unospoetascor-dobesesdel sigloanterior,delosquediceCicerónenel discursodedefensadeArquiasqueteníanun acentogangosoy extranjero.Es impensablequesehu-bieraconfiadola educacióndeNeróna Sénecay la de los sobrinosde Domi-cianoaQuintiliano sihubieranhabladomal latín. Ni uno ni otrohabríantriun-fadoenel foro romano,ni antes,en la generaciónde Tiberio, Porcio Latrón yJunioGalión. cordobesesambosy amigosdelos Anneos.

Los hispanosdeRomadel siglo 1 estuvieronbastanterelacionadosentresí. Columelaeraamigo de losprincipalespersonajesde la familia delos An-neos.Marcial venerabala memoriade Lucano. Quintiliano critica el estiloliterario de Sénecaen el libro diez, perolo incluye entremejoresoradoresqueél haconocido,ponderandosucopiao riquezadeconceptosode lengua-je. Alabaa Lucano, el autorde la Farsalia,sobrinode Séneca,del quedicequees ardoroso,enérgicoy brillantementesentencioso,digno de imitaciónmásparaoradoresqueparapoetas12.(Lo cual en la pluma deQuintiliano esmas un elogio que un reproche).

12 X 1,90.

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¿Huboalgunarelaciónde hispanoa hispanoentreQuintiliano y los An-neos?¿Existiórealmenteun «lobby»hispano,quizáentornoa Séneca?La in-formaciónquese poseeno autorizaa decirnada,ni siquieraa fundar o ima-ginarhipótesisenrelación con ello. Peroel mismo Marcial queensalzabaaLucanoy a los Anneosdedicóa Quintiliano un elogiosoepigramaque de-muestraunabuenarelación personalenun clima de confianza.El poetanoquieresercomo Quintiliano, famoso,rico y cargadodeméritos intelectualesy políticos. Éi sólo aspiraa un modestopasar.El poema’3dice así:

«Quintiliano, excelsoregidordel inquietomocerío,Quintiliano, honray prezde la elocuenciaromana,si yo,pobrey en edadde serútil,meaprestosimplementea vivir, perdónamelo:nadieseaprestabastantesólo a vivirDemóreloel queansiasuperarla riquezapaterna,ypueblasu atrio con inmensosretratos.A mimecomplacenun hogarsencilloy un techoqueno importa queel humo lo manche.Bástanmeun criado sano, una esposailetrada,una nocheconsueñoy unajornada sinpleitos».

El epigramamarcialinoes del 84 d. C., variosaños—quizádiez—ante-rior a la Institutio y tambiénanteriora los otrosescritosquintilianeosmásimportantes,queno seconservan.Antesde escribirel tratado,Quintiliano,rico —en contrasteconla decorosapobrezade quepresumeel poeta—,fa-mosocomo maestroy como abogado,teníaunarelaciónpersonaly literariaconel epigramistaMarcial, quehabíadadolugara unaamistosaconfianza.Seríaunasuposición,nadaarbitraria,queQuintiliano secontaraentrelos pa-tronosy protectoresdeMarcial. Les uniríael comúnorigenhispano,supro-cedenciadelocalidadesrelativamentepróximasy andarcercaen edad.

El Quintiliano quenosrefleja su obrafueun grantrabajadory unaper-sonaseriade caráctery de aficiones,y con buenareputaciónprofesionalymoral.Nadiemezclósunombrecon asuntosturbios en unaépocatan tene-brosacomo la segundamitad del reinadode Domiciano(del 88 en adelante)en quehubo tantoscrímenesy proscripcionesarbitrariaspor partedel pro-pio emperadorque,al hacerlas,ademássaqueabalas haciendasde susvícti-mas.Parececomo si suprestigiohubierahechodeél un intocableparael go-

~ Marcial, Epigr. II 90.

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biernodeentonces,comoparalaoposiciónquepronto derrocaría,y mataría,al Neróncalvo, comollamóal cruelDomicianoel poetaJuvenal(si bien des-puésdemuerto).

En plenatiranía ya, el emperadorconfió a Quintiliano la educacióndedossobrinosnietossuyos,hijos de FlavioClementey Flavia Domitila, a losquehabíaelegido parasucederle.En el penúltimoañodeDomiciano,el 95,

el escritorrecibió las insigniasconsulares,como «suifectus»o sustitutoporalgún tiempo.Flavio Clemente,el padrede susdiscípulosfuéejecutadoporordendel príncipe,justamenteal abandonarel consuladoesemismo año ysu esposacondenadaal exilio. No se sabequé pasaríacon los hijos. Peroesossucesosno afectaronaQuintiliano, ni a suprestigio,ni antesni despuésde la caíday asesinatodel emperadoren el año 96. Porel contrario,pocodespuésdeestoshechos,fallecidoya Quintiliano, Juvenalle menciona—sincriticarle por ello— como el casoexcepcionalde un profesory oradorquesehabíahechorico y como sinónimodel buengustoliterario y del dominiode los recursosretóricos.En el siglo IV SanJerónimose refiere repetida-mentea él como un personajeimportantedela historiadela culturaromana(vir illustris) y Ausoniole llama honorde Calahorray le veneracomoma-estrodejóvenesy educadorde príncipes.Uno y otro, sin duda,habíanleídoy estudiadola fnstitutio

1”.La obra quintilianease dirige todaella a la educacióndel ciudadanoen

el ejerciciodela palabray medianteél, demodoqueseallegueal ideal lite-rario, político y humanodel oficio del orador,queesel máshonrosoy útilparala repúblicay, enel ordende la cultura,unode los másprestigiososquesepuedadesempeñar

De los docelibros de la obrade Quintiliano, el másfrecuentadopor loslectorescultosy por los estudiantesde literaturay de latín sueleser el diezquecontieneen el capituloprimero, desdeel párrafocuarentay seisal final(diecisietepáginasenla edicióndeOxford)’5 unaespeciedehistoriade la li-teraturagriegay romanacon sugestivascomparacionesentrelos autoresdeambaslenguas.Sediría quesonunasvidasparalelas«cavant-la-lettre»,en lasque los héroessonlas dosliteraturas.

Precedea esaseccióndel libro diez un catálogode lecturas,tambiéngriegasy latinasquese recomiendanal orador,ordenadaspor géneroslite-ranos: oratoria,poesía,historia, filosofía. Todo ello formapartedel trata-

~ Juvenal,7, 186 ss. Ausonio,Gratiarusoactio 7,31.“ Xl.i.

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mientodela «hexis»,queQuintiliano traduce,quizásin muchoacierto,porfacilitas

16. Se tratade la «destreza»que un oradoradquiereleyendo, escri-biendo,traduciendo—del griego—, imitando o ensayandosusdiscursosenlaescuelao enlos salonesdedeclamación.Las seccionesdedicadasa los gé-nerosliterarios y a lashistoriasde la literaturaofrecenel grandepósitodon-deel oradory el estudiantede retóricaencuentrafuentes,modelose inspira-ción paracomponersusdiscursos.

La prácticade lectura,escritura,imitación y traducciónsobreesevastoy rico material, permitiráal oradoradecuarsuoraciónal asuntoo cuestiónde quesetratey a las circunstanciasdela ocasión.Todo lo cual ha dereali-zarsefinalmentemediantela pronuntiatio y la ocho. Con el libro onceter-mina la largasecciónde la Institutio dedicadaa la oratio. Primerofue laars(libros 1 y II), despuésel opus (dcliii al Xl) y finalmenteel artifrx, el ora-dor. Al oradorestádedicadoel libro docey último: supersonalidad,sumo-do detrabajaral encargarsedeasuntosy al estudiarlos,el génerodel discur-so que puede o debe emplear en cadacaso, el final de su carreray ladedicaciónintelectualy pedagógicaque puedeseguira suretiro.

ParaQuintilianoestelibro docey último no sólo erala coronaciónde suobra, sino la secciónmásimportante—grauissimam—de toda ella. Tam-bién es,ami entender,la máspersonal,e incluso original. En ella volcó elautorsuexperienciade oradory demaestroy en ciertosentido,su intimidadhumanay profesional,junto con suscompromisosideológicos,históricosymoralesde ciudadanoromano.

Probablementeteníaen la mentecomo modeloo inspiraciónel Oratorde Cicerón. Podríadecirsequeesel Orator de la edadpostclásica,asíco-moel testamentoculturaly espiritualde Quintiliano. Es tambiénel libro enqueel autorempleamásla primerapersonay se defineen más cuestiones,y el de másbrillanteescriturade todala obra.El lector del libro docellegaa la conclusiónde queel «orador»queenél sedescribees el personajequeQuintiliano quisosery quequizáfue. El libro doceno dejade serunapar-te del tratadocientífico o profesionalsobreel oradory la elocuencia.PeroQuintiliano lo ha escrito,por asídecir, desdesímismo.Cuandohabladefi-losofía, o de Roma,hablade su «filosofía» y de lo queera Romapara él.Igualquecuandotratadeestilos literarios,de los génerosde los discursos,del estudiode las causas,escribedesdesuexperienciaprofesionaly quizápolítica.

16 XII 2,25.

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AntonioFontán Fabio Quinti/iano, vii bonosdoctor dicendi

Los romanoscultosde fines de la repúblicay de los primerossiglosdelImperio solíantenerunafilosofía desdela cual contemplabanel mundo, elhombrey el espírituen el sentidomásamplio deestostresconceptos,igualque los modernossuelentenerunareligión, unaideología,o lo quelos ale-manesllaman una «Weltanschauung».Quintiliano en el libro docemani-fiestaunasconviccionescosmológicas,antropológicasy morales,delasquemuy bien puededecirseque constituyen su filosofía. Entre las escuelas—sectae—filosóficasde suépocay delas queél habla,la máspróximaa éles,a mi entender,la de los estoicos.Otracosaes queen suaplicaciónal ofi-cio de abogadoacudaa lametodologíadel razonamientode losacadémicos,quepermitever las doso máscarasdel asuntoque se debateen buscadelaprobabilidad’7.El pensamientoestoico respectodel mundo enseñaque esgobernadopor la providenciay Quintiliano lo repiteconunafrasequeseha-lla literalmenteen Séneca’8.Esecosmosregido muneredeorum es el marcoenque sedesarrollalaexistenciade loshombresy delos pueblos.El serhu-mano puedealcanzara comprenderloo contemplarloadecuadamente,por-queposeeun espíritude origencelestialo divino. Poresomismo el hombrepuedeaprenderlos saberes,como puedeaprenderla virtud. «Aunquela vir-tud tiene sufundamentoen la naturalezay recibede éstaun cierto impulso,sin embargoha deperfeccionarsepor obradela doctrina»’9.La virtud seen-señay seaprende.Igual ocurrecon la elocuencia,quees la “virtud” o per-fectarealizaciónde la facultad humanade la palabra.

El ideal del orador seexpresacon el epifonemade Catán,tantasvecesrepetidoen la historia de la elocuenciay de la literaturaromana:vir bonusdicendiperitus. Sonlas doscarasde la medalladela elocuenciaen la filo-sofíadeQuintiliano. El vir bonus de la retóricaquintilianeaevocala figuradel sapieníde los estoicosy desempeñaen su pensamientolas mismasfun-cionesdeplenitudde perfección(o seade acabamiento)y de referenciasu-premade la escaladevalores.

La segundapartede la definición del orador concuerdacon la primera.Así como la condiciónde «sabio»se fundaen la capacidadde aprenderdela naturalezahumanay seadquierey desarrollamedianteel estudiode la fi-losofíay el ejerciciodeunavida virtuosa,asítambiéna la debuenoradorse

Siregiturprouidentiamundus,administrandacecte bonisitiris erit respublica (XII2,21).

LS X112,l.“ XII 1,35.

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Fabio Quintiliano, vis bonosdoctordicendiAntoniaFontán

llega por unasvías semejantes,entrelas quesecuentanla «exercitatio»y elestudiodelas disciplinasliterariasy civiles.

Sin embargo,Quintiliano no se presentacomo un estoicoortodoxo,niquizáun retórico y oradorpodíaserlo.En susopcionesfilosóficas hay uncierto eclecticismotécnico.La Academia,esdecirla filosofía neoplatónica.puedeprestarserviciosde granutilidad al orador,en particularrespectodelascausasforenses.Los académicos,por ejemplo,enseñana contemplary aexaminarlasdos razonesy argumentosde las dospartesde un pleito20.Unapruebaadicionaldela adecuacióndela filosofía delos académicosa la prác-tica forenseo en generaloratoriaes quedesusespaciosfilosóficoshansa-lido grandesfigurasde la elocuencia2’.

La Institutio Oratoria se dirige a la educacióny enseñanzade oradoresRomanos.La elocuencia,como dice Cicerón,brotadelas profundasfuentesdela sabiduría,por lo quemuchasveceshansido los mismoslos precepto-res de filosofía moral y de elocuencia.Perono por ello quiereel autorqueel oradorseafilósofo, ya que«no hay ningunaescuelade vida quese hayaapartadomás de los deberespolíticos y de todas las funcionespropias delorador».Quintiliano quiere formar oradoresque seansabios,pero sabiosRomanos,queno se encierrenen secretaselucubraciones,sino que con suexperienciade la vida y con susobrasmuestrenque sonverdaderosciuda-danos.

El contrasteentregriegosy romanos,especulativoslos primerosy prác-ticoslos segundos,semanifiesta,entreotrascosas,enqueel autordelams-tirutio recomiendaqueseestudieny lean,con preferencia,filósofos griegosy los historiadoresromanos.QuantumGraecipraeceptisvalent, tantum Ro-mani, quod estmajus, exemplis22.

El último libro dela Institutio, en efecto,delineala figura deeseoradorideal—perooradorRomano—contrazosfirmesy exigentes,y a la vez ide-alizados,dandoformacon energíay con viveza al retratode un personajequequizáno ha existidonuncaen la realidad,peroquedeberíaserel mode-lo queel orador tuvierahabitualmenteantesusojos. «La facultadde la pa-labraes algograndioso»,dice Quintiliano en los últimos párrafosdeesteli-bro. «Esla mejorpropiedaddeque los diosesinmortalesdotaronal hombre.Sin ella todala realidadenmudece,todo quedaa oscurasy no existememo-

‘~ X112,25.21 x¡~ 2,6.22 XII 2,30.

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AntonioFontán Fabio Quintiliano, vir bonusdoctordicendi

ria denadani posteridad».Poreso,añadeel autor, «hemosde aspirarsiem-precontodoempeñoa alcanzarlo mejor y esforzarnosen ello. Haciéndolo,o bien llegaremosa la cumbreo por lo menosveremosa muchospor deba-jo de nosotros»23.

23 ~ 11,30.

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