28-10-2012 LITERARIA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2012 5 a SECCION L a nueva edición -definitiva- de sus cuentos completos, Los mundos reales, es una manera de celebrar la obra de este gran narrador ar- gentino. Recientemente galardonado con el Gran Premio de Honor de la So- ciedad Argentina de escritores, cum- pliéndose además 50 años de la prime- ra publicación de dos de sus grandes obras -Las otras puertas y El otro ju- das-, Abelardo Castillo es parte del ca- non de la narrativa argentina. Sus cuentos -concebidos y construidos me- ticulosamente como un orfebre- refle- jan, continúan y rompen con la mejor tradición cuentística de este país. Las tramas de lo real atravesadas por at- mósferas oníricas, lo cotidiano despo- jado de toda familiaridad. Los pliegues y contornos de una prosa literaria que envuelve, la reflexión filosófica, y el pensamiento lúcido emergen de su obra. Como afirmó Leopoldo Marechal, “el secreto de Abelardo Castillo estaría en esa difícil y abnegada vocación exis- tencial”. Porque eso es Castillo, así es su obra: voluntad y afirmación existen- cial. Universos dentro de mundos. - Abelardo, ¿por qué los mundos reales? - Los mundos reales son para mí la descripción de lo que llamamos el mun- do real. No existe un mundo real sino un mundo que, si no existiera, tornaría po- bre la existencia. El mundo de los sue- ños, el mundo de la locura o de los de- seos inconfesables es un mundo tan re- al como el universo de esta conversa- ción o la percepción que tenemos de esa mesa, o bien de la televisión que está allí sobre ese escritorio. Por eso los mundos reales: nunca pude hacer -ni quise ha- cerla- una diferencia entre la literatura fantástica y la literatura realista. Para mí la ficción -por el mero hecho de ser fic- ción- ya ingresa en el mundo imagina- rio. Es tan ficcional La Divina Comedia, de Dante Alighieri, como Los asesinos, de Hemingway -que es un cuento su- puestamente realista-, como los cuentos realistas de Gorki, como los cuentos fan- tásticos de Borges. Entre varios de los tí- tulos que yo tenía para darle un título general a mi libro de cuentos estaba Los mundos reales, y es además el que le gustaba a mi mujer, Sylvia (Iparragui- rre). Por eso la dedicatoria: mis cuentos son para Sylvia porque ella fue quien les dio el nombre. Pero la explicación filosó- fica es la que te acabo de dar. Para mí, el mundo de los sueños -los que se sueñan de noche- es muy fuerte. No sé si es más real esta conversación que una pesadilla que he tenido la noche pasada… O como decía un amigo mío: ¿por qué mi porte- ro va a ser más real que un sueño? - ¿Existen entonces fronteras entre la ficción y la realidad? - Yo no las encuentro con mucha pre- cisión. La frontera entre la ficción y la realidad no es algo que se pueda deter- minar a priori. Hay algunos que la tie- nen mucho más corrida hacia lo que lla- mamos la fantasía. Por ejemplo, ¿hasta dónde llegaba la realidad en Poe, en Di- no Buzzati o en Borges? - En tus cuentos se percibe la sensa- ción de que recordar e imaginar actúan como sinónimos… - Lo veo así en general, existencial- mente. Yo creo que la memoria es siem- pre un poco imaginaria. Por ejemplo: lo que nosotros llamamos nuestra biogra- fía, la vida que hemos vivido, es un re- lato donde lo imaginario y lo fantástico intervienen de una manera que muy pocos pueden apreciar en su verdadera dimensión. En general, nosotros deci- mos que cuando fuimos chicos nos pasó tal cosa y fuimos de tal manera; eso lo creemos, lo sentimos y sobre eso hemos construido nuestro yo. Sin embargo, eso que decimos que fuimos es un relato que puede ser de una tía, de tu propia madre, y que lo asumís e internalizás como propio. En realidad, vos no lo vi- viste así. Pero te han asegurado que cuando eras chico hacías tal cosa y vos incorporás a tu recuerdo una historia que es ajena. La memoria tiene un enorme componente imaginario. Sobre la relación entre memoria e imagina- ción estructuré Crónica de un iniciado. Este es el trabajo sobre una memoria que tal vez sea falsa, hasta que el perso- naje decreta que esto ya ni importa. Que todo lo que él imagina ya sucedió. No importa si sucedió históricamente, fácti- camente, porque lo que él imagina se transforma en un suceso cierto. Ya es real aquello que imagina que sucedió. Pero esto no es sólo en literatura o a la hora de escribir un cuento; yo lo vivo así de manera permanente. Continúa en la página 3... LA MEMORIA Chris Marker llevó a la pantalla grande su reflexión sobre la fotografía, el movimiento, la quietud y el catastrófico endiosamiento de la velocidad. Los cuentos de Vidas breves, de Fabián Soberón, ofrecen un notable elenco con el cual el lector puede entablar un diálogo despojado de falacias. 3 4 Por Por Ezequiel Mario Martínez PARA LA GACETA - BUENOS AIRES PERFIL Abelardo Castillo nació en Buenos Aires, en 1935, pero su lugar en el mundo es San Pedro (provincia de Buenos Aires). Fundó y dirigió las míticas revistas literarias El Grillo de Papel, El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco. Es autor de ocho volúmenes de cuentos, cuatro novelas, cuatro ensayos y cuatro obras de teatro. Entre sus libros pueden mencionarse Las otras puertas (Premio Casa de las Américas), El evangelio según Van Hutten, El que tiene sed (Premio Municipal), Crónica de un iniciado (Premio Nacional Esteban Echeverría), El otro Judas (Premio Festival de Teatro de Nancy) e Israfel (Premio Internacional de la Unesco). Obtuvo el Premio Konex de Platino como el mejor cuentista entre 1989 y 1993. Recientemente recibió el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores. ES SIEMPRE UN POCO IMAGINARIA Es uno de los grandes narradores de habla hispana. Para muchos, el mayor cuentista argentino vivo. Acaba de publicar la edición definitiva de sus cuentos completos y hace poco se cumplió medio siglo de la primera edición de Las otras puertas y El otro Judas, sus dos grandes obras. En esta entrevista exclusiva habla sobre sus textos, la influencia de la filosofía y la ruptura con la tradición literaria. “El verdadero escritor es aquel que está inmerso en una tradición y al mismo tiempo en confrontación con ella”, afirma Castillo. ENTREVISTA CON ABELARDO CASTILLO

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Domingo 28 de octubre de 2012 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2012

5aSECCION

La nueva edición -definitiva-de sus cuentos completos,Los mundos reales, es unamanera de celebrar la obrade este gran narrador ar-

gentino. Recientemente galardonadocon el Gran Premio de Honor de la So-ciedad Argentina de escritores, cum-pliéndose además 50 años de la prime-ra publicación de dos de sus grandesobras -Las otras puertas y El otro ju-das-, Abelardo Castillo es parte del ca-non de la narrativa argentina. Suscuentos -concebidos y construidos me-ticulosamente como un orfebre- refle-jan, continúan y rompen con la mejortradición cuentística de este país. Lastramas de lo real atravesadas por at-mósferas oníricas, lo cotidiano despo-jado de toda familiaridad. Los plieguesy contornos de una prosa literaria queenvuelve, la reflexión filosófica, y elpensamiento lúcido emergen de suobra. Como afirmó Leopoldo Marechal,“el secreto de Abelardo Castillo estaríaen esa difícil y abnegada vocación exis-tencial”. Porque eso es Castillo, así essu obra: voluntad y afirmación existen-cial. Universos dentro de mundos.

- Abelardo, ¿por qué los mundos reales?

- Los mundos reales son para mí ladescripción de lo que llamamos el mun-do real. No existe un mundo real sino unmundo que, si no existiera, tornaría po-bre la existencia. El mundo de los sue-ños, el mundo de la locura o de los de-seos inconfesables es un mundo tan re-al como el universo de esta conversa-ción o la percepción que tenemos de esamesa, o bien de la televisión que está allísobre ese escritorio. Por eso los mundosreales: nunca pude hacer -ni quise ha-cerla- una diferencia entre la literaturafantástica y la literatura realista. Para míla ficción -por el mero hecho de ser fic-ción- ya ingresa en el mundo imagina-rio. Es tan ficcional La Divina Comedia,de Dante Alighieri, como Los asesinos,

de Hemingway -que es un cuento su-puestamente realista-, como los cuentosrealistas de Gorki, como los cuentos fan-tásticos de Borges. Entre varios de los tí-tulos que yo tenía para darle un títulogeneral a mi libro de cuentos estaba Losmundos reales, y es además el que legustaba a mi mujer, Sylvia (Iparragui-rre). Por eso la dedicatoria: mis cuentosson para Sylvia porque ella fue quien lesdio el nombre. Pero la explicación filosó-fica es la que te acabo de dar. Para mí, elmundo de los sueños -los que se sueñande noche- es muy fuerte. No sé si es másreal esta conversación que una pesadillaque he tenido la noche pasada… O comodecía un amigo mío: ¿por qué mi porte-ro va a ser más real que un sueño?

- ¿Existen entonces fronteras entre la ficción y la realidad?

- Yo no las encuentro con mucha pre-cisión. La frontera entre la ficción y larealidad no es algo que se pueda deter-minar a priori. Hay algunos que la tie-nen mucho más corrida hacia lo que lla-mamos la fantasía. Por ejemplo, ¿hastadónde llegaba la realidad en Poe, en Di-no Buzzati o en Borges?

- En tus cuentos se percibe la sensa-ción de que recordar e imaginar actúan como sinónimos…

- Lo veo así en general, existencial-mente. Yo creo que la memoria es siem-pre un poco imaginaria. Por ejemplo: loque nosotros llamamos nuestra biogra-

fía, la vida que hemos vivido, es un re-lato donde lo imaginario y lo fantásticointervienen de una manera que muypocos pueden apreciar en su verdaderadimensión. En general, nosotros deci-mos que cuando fuimos chicos nos pasótal cosa y fuimos de tal manera; eso locreemos, lo sentimos y sobre eso hemosconstruido nuestro yo. Sin embargo, esoque decimos que fuimos es un relatoque puede ser de una tía, de tu propiamadre, y que lo asumís e internalizáscomo propio. En realidad, vos no lo vi-viste así. Pero te han asegurado quecuando eras chico hacías tal cosa y vosincorporás a tu recuerdo una historiaque es ajena. La memoria tiene unenorme componente imaginario. Sobrela relación entre memoria e imagina-ción estructuré Crónica de un iniciado.Este es el trabajo sobre una memoriaque tal vez sea falsa, hasta que el perso-naje decreta que esto ya ni importa. Quetodo lo que él imagina ya sucedió. Noimporta si sucedió históricamente, fácti-camente, porque lo que él imagina setransforma en un suceso cierto. Ya esreal aquello que imagina que sucedió.Pero esto no es sólo en literatura o a lahora de escribir un cuento; yo lo vivoasí de manera permanente.

Continúa en la página 3...

LA MEMORIA

Chris Marker llevó a la pantalla grande su reflexiónsobre la fotografía, el movimiento, la quietud y elcatastrófico endiosamiento de la velocidad.

Los cuentos de Vidas breves, de Fabián Soberón,ofrecen un notable elenco con el cual el lector

puede entablar un diálogo despojado de falacias.

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◆ Por Por Ezequiel Mario MartínezPARA LA GACETA - BUENOS AIRES

PERFILAbelardo Castillo nació enBuenos Aires, en 1935,pero su lugar en el mundoes San Pedro (provincia deBuenos Aires). Fundó ydirigió las míticas revistasliterarias El Grillo de Papel,El Escarabajo de Oro y ElOrnitorrinco. Es autor deocho volúmenes decuentos, cuatro novelas,cuatro ensayos y cuatroobras de teatro. Entre suslibros pueden mencionarseLas otras puertas (PremioCasa de las Américas), Elevangelio según VanHutten, El que tiene sed(Premio Municipal),Crónica de un iniciado(Premio Nacional EstebanEcheverría), El otro Judas(Premio Festival de Teatrode Nancy) e Israfel (PremioInternacional de laUnesco). Obtuvo el PremioKonex de Platino como elmejor cuentista entre 1989y 1993. Recientementerecibió el Gran Premio deHonor de la SociedadArgentina de Escritores.

ES SIEMPRE UN POCO IMAGINARIA

Es uno de los grandes narradores

de habla hispana. Para muchos,

el mayor cuentista argentino

vivo. Acaba de publicar la edición

definitiva de sus cuentos

completos y hace poco se

cumplió medio siglo de la

primera edición de Las otras

puertas y El otro Judas, sus dos

grandes obras. En esta entrevista

exclusiva habla sobre sus textos,

la influencia de la filosofía y la

ruptura con la tradición literaria.

“El verdadero escritor es aquel

que está inmerso en una

tradición y al mismo tiempo en

confrontación con ella”, afirma

Castillo.

E N T R E V I S T A C O N A B E L A R D O C A S T I L L O

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2012

PARADIGMÁTICO. “Castillo escribe cuentos, sistemas cerrados, y no meros relatos en los que no se pasa del recorte arbitrario de una situación”, elogió Cortázar.

Él estaba cumpliendo el ServicioMilitar Obligatorio. Y ese 24 de di-ciembre iba a tener que celebrarcon nadie, porque el cuartel estabalo suficientemente lejos de su casacomo para que pudiera viajar apasar la Navidad con los suyos yregresar al día siguiente. El regi-miento estaba casi vacío y su supe-rior le dejó una botella de sarcas-mo para que brindara. Lejos decondolerse por la solitaria veladaque le esperaba al conscripto, lerecomendó, de puro mal nacidonomás, que fuera a la ciudad, quetomara al primer borracho que en-contrara, que lo invitara a cenar yque, tras hacerle pasar la nochemás feliz de su vida, lo asesinara.Apenas se fue el milico, AbelardoCastillo tomó papel y lápiz y escri-bió ese relato terrible que formaparte de sus Cuentos completos,compilación excepcional que aca-ba de reeditar Alfaguara.

El director de la mítica Ornito-rrinco, primera revista literaria dela resistencia cultural durante la úl-tima dictadura, rememoró haceaños esa vivencia en una entrevis-ta, cuya lectura recordé hace cincoaños frente a la vidriera que teníaentre las Novedades ese volumen.

Entonces, presentaba un significa-tivo escarabajo de oro caminandopor su tapa. En esta cuarta edición,el libro que acaba de publicarseexhibe la estética propia de la co-lección Obra reunida, en la cual sehan publicado recientemente, tam-bién, los cuentos (completos, reuni-dos o seleccionados) de WilliamFaulkner, Julio Cortázar, HebeUhart, Marguerite Yourcenar, Vla-dimir Nabokov, Juan Carlos Oneti yRodolfo Fogwill, entre otros. Peromantiene intacta su crueldad. Por-que la crueldad es la que hilvana elrosario de historias del mayorcuentista vivo de la Argentina.

Fronteras de realidad¿Qué es la crueldad? No es un

marido que levanta un hacha sobrela cama en la que duerme plácida-mente su esposa, bien dispuesto amatarla, sino lo que sigue al hechode que ese hombre se arrepienta.Crueldad es que ella, en adelante,duerma cada noche tranquila, yhasta sintiéndose segura, con el ti-po que estuvo a un movimiento deultimarla. Las panteras y el temploes, entonces, sólo una de las mues-tras de lo que la inspiradora cruel-dad hace escribir a Castillo.

De hecho, el título de su segundaobra, nada menos que Cuentoscrueles (1966), es el que más aca-badamente ensarta las creacionesdel autor de El Evangelio segúnVan Hutten, que nació en San Pe-dro, Buenos Aires, en 1935.

Crueles son los hombres, comolos que protagonizan La madre deErnesto, cuando quieren disfrutarde la indignidad de ella. O como elseñor Sprach, cuando habló a suscompañeros de trabajo para anun-ciarles que todos debían morir. Ocomo el amigo de Hernán, en Elmarica. O como el señor Milman(que no era Milman) con su hijo(que sí era su hijo), en Macabeo. Ocomo Anselmo Arana con el nicole-ño al que le quito la hombría y lamujer a fuerza de golpizas.

Cruel es la vida con Laura, en

Capítulo para Laucha. Y con loshermanos Iglesias, corajudos y pe-ronistas, en Los muertos de Pie-dras Negras. Y con Marcial Palma,un compadrito linchado a manolimpia por un cajetilla. Y con elhombre que quiere arreglar Unaestufa para Matías Goldoni. Y conlos soldados que están En el cruce.Y con el que vive al lado de eseenorme edificio blanco, lleno degente que no ve, y que todo el tiem-po golpea las paredes.

Ellas, ellos, élCrueles son las mujeres, como

Virginia, que un día ya no volvió, ycomo María Fernanda, que usa elrecuerdo de la otra como verdadesque son sablazos, en Los ritos. Co-mo Erika de los pájaros, con ellamisma y con su hombre de pies en-sangrentados. Como la mujer delPatrón, con él, con don Antenor, quela buscó para tener ese hijo que tanperramente quiso. Como Asumptacon su hermano, aquella vez, cuan-do él volvió, en La que espera.

Crueles son los niños, como eldueño del juguete con su muñecocon cara de idiota, en Conejo. Ycomo la pequeña Carolina, en lacartita que le escribe al NiñitoDios, después de haber escrito lade su hermanito, Matías, porqueél se lo pidió.

Cruel es Castillo consigo mismo,en El cruce del Aqueronte, queaunque forma parte de esta anto-logía antológica, es el segundo ca-pítulo de su segunda novela, El quetiene sed. Allí relata descarnada-mente lo que el alcoholismo llegó ahacer con él.

Ineludiblemente humanaEn un par de posfacios, Castillo

revela que escribió, siempre, con-vencido de que todos sus cuentosdebían pertenecer a un solo libro,este libro, que él pergeñó antes decumplir 18 años. Los mundos rea-les, precisamente, es el subtítuloque le da a este volumen un nom-bre verdadero y mucho más pro-

fundo que el de Cuentos completos.Sus 496 páginas siguen siendo

paradigmáticas. Hay, entre la tapay la contratapa, un universo decuestiones que convive con un uni-verso de respuestas. No hay lugaraquí para lugares comunes comolos de que toda compilación totalimplica un intrínseco desnivel,porque reúnen grandes obras jun-to con creaciones de mediana cali-dad. Puede tomarse el índice y en-trar al libro por donde se quiera.Salir es otra cosa. Porque toda esacrueldad hecha ficción, esta cruel-dad tan ineludiblemente humana,es lo que hace que que estos cuen-tos sean Los mundos reales.

“Castillo escribe cuentos, es de-cir, sistemas cerrados, y no merosrelatos en los que habitualmenteno se pasa del recorte arbitrario deuna situación”, describe Cortázar,en una cita que puede leerse en lacontraportada de este ejemplar.

Los inspiradoresCortázar, justamente, es uno de

los “grandes” cuya influencia atra-viesa estos cuentos. También senotan (y se hacen notar en dedica-torias y citas) Jorge Luis Borges,Thomas Mann, Roberto Arlt, FranzKafka y Edgar Allan Poe. Del oscu-ro autor de La carta robada, Casti-llo tomara una confesión para con-fesarse: “El horror de mis cuentosno viene de Alemania, escribióPoe, viene de mi alma. Más o me-nos, pienso lo mismo de la literatu-ra”, se sincera el argentino.

De su honestidad da crédito laacabada construcción de estos cos-mos tan reales como esféricos, apartir de la maldad, la traición, lamiseria, la vergüenza, la venganzay el deshonor, entre otros muchoshorrendos materiales. Repicará,cuando haya concluida la lectura,una advertencia de Nikolai Gogol:“Lugar siniestro este mundo, caba-lleros”. De eso se trata la verdade-ra y única maldición.

© LA GACETA

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R Í T I C A D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L O S M Á S V E N D I D O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

PORTEÑOS, PROVINCIANOS Y EXTRANJEROS ENLA BATALLA DE TUCUMÁNC. Páez de la Torre (h) - S. Peña de BascaryEMECÉ – (512 PÁGINAS)En la ya bicentenaria Batalla de Tucumán, el ejército deBelgrano derrotó a los realistas que lo doblaba ennúmero: triunfó la independencia. Esta obra rescata lasbiografías de muchos de sus heroicos protagonistas.

DON QUIJOTE, PARA COMBATIR LA MELANCOLÍAFrancoise DavoineFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (472 PÁGINAS)La autora afirma que la locura de don Quijote exploralos traumas de Cervantes y le permite dar unainscripción a la epopeya de sus guerras y su esclavituden Argel. Las sucesivas crisis del caballero andante sonun modo de completar su proceso catártico.

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDADMarcela SerranoALFAGUARA (200 PÁGINAS)Una escritora ha desaparecido, y el caso es asignado auna detective de 54 años, divorciada. Las pistas son lostres hombres que tuvo la desaparecida: su marido, unesquivo escritor y un guerrillero. Y la última frase quedejó: “Me siento como una princesa en un minarete”.

TU Y YONiccolo AmmanitiANAGRAMA (134 PÁGINAS)Encerrado en el sótano para pasar su semana devacaciones lejos de todos, Lorenzo, de 14 años, sedispone a vivir su sueño solipsista de felicidad. Hastaque un día su hermana Olivia, nueve años mayor,irrumpe y lo obliga a cruzar la línea de sombra.

LA VIDA TAL CUAL ESNelson RodriguesADRIANA HIDALGO EDITORA (434 PÁGINAS)Rodrigues es el gran dramaturgo, narrador y cronistabrasileño, identificado con Río de Janeiro. Su prosaevoca los barrios donde convivían los suegros con susyernos y nueras, los primos y las tías. Barrios con una“fenomenología del espacio” y capítulos de pura pasión.

BELLA MARÍA DE MI ALMAOscar HijuelosSUMA DE LETRAS (496 PÁGINAS)Sin educación, analfabeta y pobre, pero de una bellezadeslumbrante, María García y Cifuentes consiguearmarse una vida como bailarina y modelo en los clubesnocturnos de la ciudad, en los años anteriores a larevolución castrista: allí sabrá qué es el verdadero amor.

TEMAS DE SALUD MENTALCarlos Iriarte BoscoEDICIÓN DEL AUTOR (120 PÁGINAS)El autor, psiquiatra y docente de su especialidad en laUNT, considera que en otras áreas de la medicina -nosólo en psiquiatría- es necesario entender el conflictohumano que origina la pérdida de la salud y queconvierte a la persona en paciente.

EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE ALBERDIFederico A.M. LannesPUBLICACIÓN DEL AUTOR (128 PÁGINAS)“Así como Domingo Faustino Sarmiento fue el primeroen señalar el advenimiento de la sociedad industrial(plantea Pedro J. Frías en el prólogo), Juan BautistaAlberdi fue el primero en pensar el devenir argentinocomo la ciencia económica bien aprendida”.

ESTADO Y SOCIEDAD EN EL MUNDO ANTIGUOJosé Luis RomeroFONDO DE CULTURA ECONÓMICA (372 PÁGINAS)Compilación de tres ensayos del historiador argentino,que documentan las relaciones políticas y las doctrinasnacionalistas que imperaban en la oligarquía romanadurante el siglo II, y las ideas revolucionarias queproclamaban el statu quo de las clases dominantes.

HACIA UNA NUEVA SOCIOLOGÍA CULTURALClaudio E. Benzecry (Compilador)UNIV. NACIONAL DE QUILMES EDITORIAL (336 PÁGINAS)En los últimos 20 años, la sociología de la cultura hasido objeto de reinvención y encierra hoy una enormediversidad de lenguajes conceptuales, orientaciones yprácticas de investigación. Benzecry propone una guíapara recorrer el laberinto y aprender del recorrido.

LOS VASCOS EN LA ARGENTINA – FAMILIAS YPROTAGONISMOLas Familias Vascas en la ArgentinaFUND. VASCO ARGENTINA JUAN DE GARAY (1200 PÁGS.)Fruto de un estudio particular, en la obra se encuentranmás de 5.000 familias historiadas desde su llegada alpaís (y 25.000 apellidos), ubicadas geográficamente porlocalidades. Incluye un CD con más de 80 artículos deespecialistas en cada rama del quehacer social.

DOÑA JUANA AZURDUY DEPADILLA – LA GENERALAMartha SalasMARTHA SALAS EDICIONES (200 PÁGINAS)En la pluma de Salas, Juana Azurduy, la guerrera de acaballo, “la Mamacita”, “la de túnica escarlata”, ganaen profundidad psicológica, ya que muestra lacomplejidad de su espíritu y el contacto con loscaudillos, con Belgrano y con Padilla.

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“Lugar siniestro estemundo, caballeros”

Ra n k i n g

FICCIONCINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. James

LA EMOCIÓN DE LAS COSASÁngeles Mastretta

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADASE. L. James

EL ÁNGEL ROTOGloria V. Casañas

12345

NO FICCIONÁGILMENTEEstanislao Bachrach

26 PERSONAS PARA SALVAR AL MUNDOJorge Lanata

ENCUENTROSGabriel Rolón

MUJERES TENÍAN QUE SERFelipe Pigna

BIENVENIDO DOLORPilar Sordo

12345

Ra n k i n g

FICCIONCINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADASE. L. James

HOMBRE DE GRISJorge Asís

BAILA, BAILA, BAILAHaruki Murakami

12345

NO FICCIONÁGILMENTEEstanislao Bachrach

ENCUENTROSGabriel Rolón

26 PERSONAS PARA SALVAR AL MUNDOJorge Lanata

CONFIANZA TOTALVerónica De Andrés

BIENVENIDO DOLORPilar Sordo

12345

T U C U M A N

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La edición definitiva deLos mundos reales, del

mayor cuentista vivo dela Argentina, reúne en

sus 496 páginas ununiverso de crueldades

ELGRANOTRO.COM

ÁLVARO JOSÉ AURANE ◆

COMPILACIÓNCUENTOS COMPLETOSABELARDO CASTILLO(Alfaguara – Buenos Aires)

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2012

... Viene de la página I.

- ¿Cuánto influyó la filosofía -Sar-tre, el existencialismo, Scho-penhauer- en tu obra?

- En rigor, el primer filósofo queyo leí fue Soren Kierkegaard. Toda-vía quedan rastros de eso en miscuentos. La primera cita de Lasotras puertas es de Kierkegaard.Ya en el posfacio de El otro Judas-obra de teatro que escribí a los 22años- yo cito el primer libro deKierkeggard, El concepto de la an-gustia. Fue el primer filósofo conel que yo me sentí comprometidoexistencialmente. Y aún hoy losiento. Existen pasajes de sus dia-rios que me son tan familiares co-mo si me hubieran sucedido a mí.Luego leo Sartre -que también meinfluyó mucho-, en paralelo aSchopenhauer. Empecé a leer a es-tos autores muy tempranamente,comenzando la adolescencia, a los

14 o 15 años. Te imaginarás queen San Pedro no tenía mucho parahacer (risas). Más tarde, con unaño de diferencia, leí toda la obrade Nietzsche. Con ganas de leerla,no de hojearla. Otro filósofo que hainfluido mucho en mí es Kant. Ten-go una reverencia muy grande porel pensamiento de este gran filóso-fo alemán. Cuando leo a Kant, mu-chas veces siento que fue uno delos pocos filósofos que verdadera-mente pensó. Construyó un siste-ma de pensamiento que está fun-cionando permanentemente. Críti-ca de la razón pura es una de lasobras fundamentales de la huma-nidad, así como el libro de Copér-nico sobre el universo, o El Capi-tal, de Marx, o los Diálogos, de Pla-tón tomados en su totalidad. Por-que hay filósofos y filósofos. A Pla-tón, a quien actualmente estoy re-leyendo, no lo leo por sus ideas si-no por la cercanía que tenía con la

literatura. Hay toda una filosofía -que comienza con el poema sobreel Ser de Parménides- que estámuy cercana a la literatura. El últi-mo de esa línea fue Sartre, que in-sertó en su novelística su pensa-miento filosófico. A veces son másaclaratorias ciertas reflexiones quehace sobre la existencia o sobre elSer en sus obras de teatro que enEl Ser y la Nada. Ahora, existe otrafilosofía -como la de Aristóteles oHegel- que no está tan cerca de laliteratura, es decir, que no preten-de estar cerca de una prosa litera-ria o de la poesía.

- ¿Entonces filosofía y literatura se atraviesan?

- Creo que entre el pensamientofilosófico y la escritura literaria hayuna línea muy tenue de división¿Como leer a Faulkner, a Dostoie-vski, o a Thomas Mann por fuerade la reflexión filosófica? Hay que

abordarlos desde el pensamientoporque fueron pensadores. Ahora,sí hago una distinción entre filóso-fo y pensador. Un escritor puedeser un pensador; un filósofo es unprofesional del pensamiento, no unseñor que se recibe de licenciadoen filosofía. Un doctor en filosofíaes un doctor en filosofía, un profe-sor en filosofía es un profesor… pe-ro ninguno de ellos, salvo casos ex-cepcionales, es un filósofo. Un filó-sofo es alguien que piensa.

- ¿Te sentís parte de una tradi-ción literaria representada por Borges, Arlt y Cortázar?

- Me siento parte de una tradi-ción literaria que va más allá… queempieza en hombres como Sar-miento, que pasa con algunos delos escritores de la generación del80 del siglo XIX y que en este sigloafinca en hombres como Arlt, Ma-rechal o Borges. Tampoco puedo

dejar afuera a Horacio Quiroga, ungran escritor muchas veces menos-preciado por la crítica. Me sientodentro de esa tradición, que en de-finitiva es la tradición de la literatu-ra nacional. Allí metería también aMujica Láinez, que me parece unnovelista fundamental. La casa esuna novela excepcional, fundamen-to de nuestra literatura. Creo que laliteratura de un escritor se hacedentro de una tradición, pero rom-piendo a su vez con esa tradición.Si lo único que hace es continuarla,su literatura es nula porque ya estáescrita. Ahora, si lo único que hacees romper esa tradición sin tenerlaen cuenta, lo único que hace es unaliteratura casual y en general a esose le llama vanguardia. Como decíaun novelista español: “todo cambia,todo cambia… menos la vanguar-dia” (risas). El verdadero escritor,en mi modesta opinión, es aquelque está inmerso en una tradición

y al mismo tiempo en confronta-ción con ella. En la misma tradi-ción están Borges, Marechal, Arlt, yno existen tres escritores más disí-miles. Pero los tres están en el mar-co de la literatura argentina, dialo-gando y discutiendo entre sí... ocon los demás.

- ¿Por qué crees, como afirmaste alguna vez, que “una obra es una empresa de reforma de uno mis-mo”?

- No mi obra, sino el acto de co-rregir. En realidad eso yo lo tomode Paul Valéry, poeta que corrigiódurante toda su vida El cementeriomarino. Trabajó en ese poema des-de que empezó a escribir. El decíaque la corrección de un texto no esmeramente una corrección grama-tical o literaria; es una empresa derectificación de uno mismo. Así locreo.

© LA GACETA

“LA MEMORIAES SIEMPRE UN POCO IMAGINARIA”

/ C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / C R I T I C A S D E L I B R O S /

El libro intenta mostrar, me-diante un lenguaje breve, ame-no y de divulgación, las peri-pecias biológicas que conduje-ron la evolución humana des-de 4,4 millones de años atráshasta su estado actual. Paraello, Martín Cagliani toma al-gunas herramientas, como lalengua y su formación coordi-nada con la laringe y el huesohioides que condujeron al len-guaje oral.

El autor sostiene que “andarbípedo, manos hábiles, aparato fonador complejo, visión y oí-dos también complejos y un cerebro muy desarrollado, hacendel ser humano lo que es: un animal capaz de producir cultu-ra” (página 21).

El volumen de 120 páginas tiene el mérito de resaltar la evo-lución orgánica y sus distintas herramientas en el ser humanocomo proceso histórico inconcluso, descifrable desde los fósilesencontrados, en una dirección hacia la complejidad que noscaracteriza como especie.

El lector no encontrará una discusión sobre los problemas fi-losóficos involucrados en la teoría de la evolución. Y no siem-pre la precisión deseable en algunas de sus descripciones, co-mo la importancia y morfología del bipedismo, por ejemplo.Pero el volumen despertará el interés, entre quienes no estánfamiliarizados, por la mirada biológica sobre nuestra condi-ción humana.

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En busca de un campo culturalpropio. Literatura, vida intelec-tual y revistas culturales en Tu-cumán (1904-1944) es una rigu-rosa investigación elaborada porSoledad Martínez Zuccardi y de-fendida como tesis de doctoradoen 2010, en la Universidad de Tu-cumán. El lector encontrará eneste estudio la exhaustividad dequien se preocupó de rastrearvaliosa documentación existenteen bibliotecas privadas y públi-cas, en archivos de diarios; ade-más, accederá a conocer otrosaspectos de las principales for-maciones culturales de Tucumána través de la correspondencia yde materiales inéditos consulta-dos, pertenecientes a las familiasde los intelectuales cuya labor sedescribe y analiza a lo largo decuatrocientas páginas. Es signifi-cativo el valor de los testimoniosrecogidos de personas ligadas ala esfera intelectual y de figurasprominentes consustanciadas

con la cultura: Raúl Aráoz Anzoá-tegui, Julio Ardiles Gray, DavidLagmanovich, Vicente A. Billone,quienes ya no están entre noso-tros. La autora supo captar susmiradas y entrevistarlos en elmomento indicado. Asimismo, es

justo destacar que la investiga-ción da a conocer fuentes que lacrítica precedente no había teni-do en cuenta o había trabajadode modo fragmentario.

La importancia de este libroradica en su sistematicidad y en

la continuidad de la labor inicia-da por otros críticos. En especial,en lo concerniente a una concep-ción de cultura en la región, quecomienza en Tucumán con el de-nominado salto modernizador,las celebraciones del centenario,

la creación de la Universidad, elpapel precursor emprendido porel modernista Ricardo JaimesFreyre al fundar la Revista de Le-tras y Ciencias Sociales; así tam-bién las afinidades y diferenciasde este proyecto, considerado eli-

tista y conservador, en la revistaSustancia, que posteriormentedigiera Alfredo Coviello.

El complejo proceso de forma-ción de un campo literario espe-cífico en el noroeste argentino(interpretado a la luz de postula-dos de Pierre Bourdieu,Raymond Williams, entre otros)contribuye al afianzamiento de lavida cultural y literaria. Esto serefleja en revistas culturales, enla literaria Cántico y en las activi-dades artísticas y poéticas de LaCarpa. Los proyectos menciona-dos muestran que, en las prime-ras décadas del Siglo XX, el ám-bito cultural tucumano comienzaa diferenciarse de otras esferasde la vida social y a organizarseinstitucionalmente para consti-tuir un campo intelectual que, alpromediar la centuria, se com-plejiza y pugna por democrati-zarse, exhibiendo fracturas quesuponen la emergencia de uncampo específicamente literario.

El libro inaugura nuevas pers-pectivas en los estudios sobre li-teratura escrita en Tucumán ymás allá de sus fronteras, consi-derando a la región y a los hace-dores de su cultura como princi-pales focos de interés.

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Formaciones culturales y espacios de vida intelectual

UN CAMPO LITERARIO ESPECÍFICO. En 1985, los ex integrantes del grupo La Carpa (Carola Briones, Raúl Aráoz Anzoátegui, Elvira Juárez, Sara SanMartín, Omar Estrella, Julio Ardiles Gray y Nicandro Pereyra) inauguraron la Semana de la Poesía Abierta, organizada por la Municipalidad capitalina.

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TESISEN BUSCA DE UN CAMPOCULTURAL PROPIOSOLEDAD MARTÍNEZ ZUCCARDI(Corregidor – Buenos Aires)

La evolución de loshumanos, paso a paso

Las Vidas breves de Soberón (fo-to) parecen homenajear las vidasbreves más famosas de la literatu-ra, las de John Aubrey. (Las Vidasparalelas, de Plutarco, que tradujoal inglés John Dryden , parecen, vis-tas de lejos, de una perfección geo-métrica un poco exterior al sigloque nos concierne y nos condena).Aubrey, sin embargo, anotaba sinrigor jerárquico menudencias parti-culares y opiniones muy claras ydefinidas, algo que les daba una im-pronta de original presocrático invitro o con sostén inverosímil. So-berón apunta ya con una gran (pe-ro no menos reciente) sabiduría.

Claro que no en vano el desajus-te generalizado de las técnicas per-mite que recrudezca con variadasfortunas la rabiosa infancia. Porsuerte. Contribuyen a la perpleji-dad, que es una especie de músicasin orientación que no ahuyenta aquienes ilumina, a pesar del home-naje a la senectud reptil de la si-nestesia. Por suerte, el repertoriose ha ampliado. En italiano, Euge-nio Baroncelli (1944) ha dadomuestras de una versatilidadasombrosa, haciendo equilibrioentre la anécdota y la leyenda, pe-

ro tomando para abrirse pasounos argumentos frágiles y huidi-zos: la repetición, la fijeza, la se-mejanza obsesiva. Sus personajesson legión, de Manuel Gálvez (quele merece una dedicatoria) a PaulWittgenstein (manco destinatario,a su vez, de un concierto de Ravel),pasando por Chet Baker, Coltraney Django Reinhardt. Los libros quelo registran son tres (espero quepor ahora): Libro di candele. 267vite in due o tre posi. Mosche d’in-verno. 271 morte in due o tre posi.Falene. 237 vite quasi perfette.

Ya Paul West había impuesto sumodalidad única, impresionanteen Portable People (1990), pero lohacía en el idioma de Aubrey, lícitafamiliaridad con el oficio refinadoy urgente del biógrafo inoportuno.En castellano es imposible sosla-yar a Javier Marías, cuyas Vidasescritas no recuerdo en qué año sepublicaron.

Extraño designioLa antecedencia puede parecer

un requisito de la ubicación y laperspectiva, pero también un re-curso para restar méritos. FabiánSoberón se las arregla como hayque arreglárselas siempre en lospaíses invisibles, en las provinciasdeshojadas de las prioridades car-tográficas de quién sabe qué ator-mentado cronista; sus vidas cum-plen un extraño designio: se desli-zan con pereza entre el cuento filo-sófico y la silueta imborrable. En

realidad, los métodos y las modali-dades alternativos le pertenecencon tanta soberanía (casi escribísoberonía) que la página que Fa-bían Soberón estrena impone unaespecie de régimen novelesco a to-do su libro. Esto no quiere decir si-no que hay un elenco muy bien ele-gido, que puede comportarse comosi la asistencia cotidiana de perso-najes rutinarios fuera solo la más-cara efímera de la apariencia, elteatro en cuyo escenario se proyec-tan las sombras de una obra distin-ta, plagada de enigmas. Por debajo,en la superficie indescriptible quefragua la resistencia y el reciclajede las ficciones salvadoras, losgrandes nombres -o, mejor dicho,los nombres que nos importan- noson actores de reparto. Y con ellospodemos entablar o improvisar undiálogo menos falaz que el que en-tablamos con prójimos sucesivos, yque muchas veces nos desalienta o

desconsuela. Estamos en presenciade una órbita que destruye una ve-racidad equívoca. Y Fabián Sobe-rón una y otra vez deja que ejecutesu prodigiosa maniobra sin intimi-dar a los demás cuerpos celestes.Tal vez porque, de acuerdo con laobservación de Cocteau, “los espe-jos deben reflexionar un instanteantes de reflejar las imágenes”.Conducta que con puntual eficaciase desprende del otro libro de Fa-bián Soberón, titulado con absolutaalevosía: El instante.

AcomodamientosPor suerte, de arriba abajo, sola-

zándose, la relación del autor conlas palabras le permite encontraren cada situación de relato unocéano de escenas. No es raro quehaya encontrado en un género enapariencia más respetuoso, menoslírico -la entrevista- el pretexto so-lícito para no invadir jamás un es-pacio que, ajeno, empieza a perte-necerle en cuanto Fabián Soberóninsinúa sus preguntas. Esta rela-ción con las palabras es simétricaa la que mantuvo -y mantiene- conlas imágenes.

En estos acomodamientos quepermiten asomarnos a una especiede mecánica de exploraciones sinresultado anterior, el punto decisivoes una curiosidad sin límites, unacondición virtuosa que los lectoresnunca terminaremos de agradecer.

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ANTROPOLOGÍAMODELO PARA ARMARMARTÍN CAGLIANI(Siglo Veintiuno Editores –Buenos Aires)

GUILLERMO SILES ◆

JORGE ESTRELLA ◆

entre el cuento filosófico y la silueta indelebleVIDAS BREVES

CUENTOSVIDAS BREVESFABIÁN SOBERÓN(Simurg – Buenos Aires)

LUIS CHITARRONI ◆

Page 4: 28-10-2012 LITERARIA

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2012

En el contexto de unanueva edición deCh.ACO, la Feria de ArteContemporáneo de San-tiago de Chile, que se

acaba de cerrar, y que se desarrollóen la vieja Estación Mapocho conlas naturales limitaciones que pre-senta un país con tradiciones bas-tante conservadoras, los invitadosvisitamos infinidad de muestras(como la de Magdalena Correa enel MAC Quinta normal), casas deartistas (como la muy pintoresca dela inquietante fotógrafa PazErrázuriz), inauguraciones (comola de la nonagenaria Matilde Sán-chez, una artista geométrica y ciné-tica, en la Fundación Telefónica) ycolecciones particulares. Pero haydos exhibiciones que, ensambladasy en tensión, me parecen particu-larmente ricas para formularnospreguntas y abrir eventualmenteun debate. Me refiero a la del MA-VI, el Museo de Artes Visuales, si-tuado en uno de los lugares máslindos de Santiago: la Plaza MulatoGil de Castro, en el barrio de Lasta-rria, por un lado; y la llamada Co-lección Televisiva, que se exponeen el espacio Matucana 100.

Dentro de la muestra Artistasde América del Sur, el MAVI plan-tea un debate entre la artista chi-lena Livia Marín y el artista para-guayo residente en Bolivia Joa-quín Sánchez.

Marín construye instalaciones ín-tegramente diseñadas y trabajadaspor ella, aun en los aspectos artesa-nales. Ella toma objetos industria-les de consumo masivo, muchas ve-ces importados de China, por ejem-plo lápices labiales, y los convierteen objetos únicos y preciosos. Ejer-ce sobre ellos una ardua tarea deescultora. Uno por uno los fractura,los rompe y resignifica bajo un pa-radigma artístico y los devuelve asu masividad pero ahora dentro de

una instalación, en el marco de unaexhibición museística.

En cambio, Joaquín Sánchez to-ma elementos producidos artesa-nalmente por el pueblo, por ejem-plo corazones de terracota o de te-jido hechos por indígenas bolivia-nos. Lo artesanal está a mitad decamino entre lo industrial y lo ar-tístico, no tiene la escala de masi-vidad de lo industrial pero tampo-co es único como lo artístico. Losselecciona y los incrusta sin inter-venirlos en la obra de arte.

Marín toma elementos industria-les y opera sobre ellos para intro-ducirlos en la obra. Sánchez selec-ciona elementos artesanales delpueblo y los coloca dentro de laobra sin más intervención que ellugar en que los ubica. En todo ca-so, en ambos proyectos es el propioartista el que decide qué toma, si lointerviene o no, en qué contexto lositúa y qué posición le asigna.

Preguntas crucialesLa muestra de Matucana 100, en

cambio, va más allá: elimina al ar-

tista. El proyecto se inicióyendo a casas aledañas almuseo y preguntándole alos vecinos si estaban dis-puestos a prestar susobras de arte. Las res-puestas fueron más o me-

nos coincidentes: replica-ban, perplejos, que no te-nían ninguna obra de arteen sus casas. Los equiposno se desalentaban y pe-dían, entonces, que les en-tregaran lo que más se

pareciera a una obra de arte. Al-gún vecino alcanzaba un dibujitohecho por la hija mayor; otro, untrozo de graffiti; otro, un póster deun cantante popular; otro, un mu-ñequito de plastilina. Y así se cons-truyó una exposición: el curadorseleccionó, cribó y reunió con cri-terios de afinidad temática.

Pero con Colección televisiva, elequipo de artes visuales de Matu-cana 100 dio un segundo paso. Co-menzó preguntándole, ya no a losvecinos sino al público en general,qué secuencias de imágenes vieronalguna vez por televisión o cineque les quedaron grabadas. Así losespectadores debían seleccionar60 segundos de YouTube y enviarel link por correo. Matucana 100,con todo ese stock de imágenes re-cibidas procedió a categorizar elmaterial por simpatías temáticas(por ejemplo, revueltas estudianti-les encabezadas por la marxistaSoledad Vallejos con un sketch deEl Chavo del Ocho donde hay unapuja entre jóvenes y adultos) y pre-sentarlos, en siete secuencias cura-

toriales sucesivas, en un gabinetede pantallas de 14 metros de largopor seis de alto, con 11 imágenesemparentadas simultáneas.

Es decir que en el experimentode Matucana 100 ya no hay inter-vención, como en Livia Marín,tampoco hay selección por un ar-tista como en Joaquín Sánchez, si-no sólo un curador poroso que pi-de, recibe y ordena.

De un lado podría pensarse quecon estas experiencias se culminaun proceso de democratización delarte; del otro, que se obtura al ver-dadero artista, sustituyéndolo portécnicos y ocultándolo, quién sabecon qué propósitos. El arte se con-vierte en este planteo en una suer-te de ingeniería popular manipula-da por el curador. En cierta músi-ca de rock actual suele suceder queel ensamble de ingenieros, el tra-bajo de laboratorio es más rele-vante que la creación en sí delcompositor. Esto nos enfrenta aciertas preguntas cruciales: ¿Hayun arte sin artistas? ¿Cualquier co-sa puede ser arte, la vida es arte y,por ende, cualquier manifestaciónpopular puede elevarse a una con-dición artística? ¿Es que al dejarsede lado lo estético y centrarse en loconceptual se produce una torsióncrucial en el terreno del arte? ¿Esel curador el nuevo artista? ¿Es elingeniero que mezcla en una com-putadora el nuevo artista? ¿O seha transgredido un límite y produ-cido un forzamiento, una ortope-dia inadecuada y esterilizante?

En la confusa frontera entre elgenial Marcel Duchamp, el artistamás influyente del último siglo, yun impostor hay aun un peligromayor a legitimar al impostor:desconocer el genio de Duchamp.

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Marcelo Gioffré –Escritor y periodista.

El 29 de julio pasado, enParís, a los 91 años, elmismo día de su cum-pleaños, murió el grancineasta francés Chris

Marker. En sus orígenes, a fines delos 50, perteneció al grupo neo-vanguardista de la Rive Gauche(cercano a la Nouvelle Vague), for-mado por Alain Resnais, Margueri-te Duras y Alain Robbe-Grillet. Laobra de Marker consta de más de40 títulos, todos bastante difícilesde conseguir, aunque en la web sepueden hallar varios. A veces con-siderado difícil o hermético, su es-tilo ha sido asociado al de grandesautores como Akira Kurosawa oAndrei Tarkovsky, sobre quienes asu vez hizo trabajos.

La obra maestra de Marker es,sin duda, La jetée. Su estreno, ha-ce exactamente 50 años, le granjeóun reconocimiento internacionalque aún no ha mermado. La ideaes simple y genial. Hacer una pelí-cula a partir de fotografías, conuna fuerte voz en off que guiara lanarración, y una trama paranoicade ciencia ficción. Terry Gilliam, 33años después, siguiendo la adapta-ción de David Webb Peoples (unode los mejores guionistas norte-americanos), la convertiría en lainspiración de su propia obramaestra: Doce monos (con BruceWillis, Madeleine Stowe y Brad Pitt).

Testimonio de lo que fueLa jetée es una reflexión narrati-

va sobre la fotografía y su relación

con el cine, ya que le construye aesa imagen estática un espacio enel devenir. La fotografía hace pre-sente aquí un objeto que realmen-te existió antes frente al objetivode una cámara. Es un testimonioúnico e irrepetible de lo que ha si-do y ya nunca será. El presente,captado en una fracción de segun-do escurridiza, puede dar fe, en elfuturo, de su existencia pasada, co-mo si se tratara de una máquinadel tiempo.

En este sentido, la fotografía se-ría una de las primeras hijas dilec-tas de la ciencia-ficción, ya quepermitiría el viaje en el tiempo delobjeto inanimado convertido enimagen.

La imagen fotográfica, por otraparte, parece haber sellado unpacto con la muerte, sobre todo siconsideramos que la reproduc-ción mecánica ad infinitum esuna suerte de pobre substituto dela imposibilidad de volver a vivirel tiempo perdido. De ahí su pate-tismo, al ser un objeto inmóvilque intenta respirar en el devenirde un mundo en movimiento.Dentro del tiempo sin tiempo dela fotografía, como dice Jean-Ma-rie Schaeffer, el movimiento sólopuede encontrar su lugar en lascoordenadas espaciales, convir-tiéndose así en un pobre espectrode sí mismo. La posibilidad deuna narración, por lo tanto, pare-cería ir a contrapelo de la esenciaestática de la fotografía. ¿Qué pa-saría, sin embargo, si uno se

aventurara a poner en relacióntoda una serie de fotografías conintenciones narrativas? ¿Qué pa-saría si todas las imágenes (salvouna) fueran inmóviles, y a su vez,estuvieran arrancadas de su esta-tismo y puestas en movimientopor medio del montaje? ¿Qué pa-saría si la narración se construye-ra con una materialidad y una ló-gica diferentes a las que estamosacostumbrados a ver en el cine?Tal vez estas reflexiones pasaronfugazmente por la cabeza de Mar-ker mientras imaginaba La Jetéey la convertía en un puente etéreoentre la fotografía y el cine.

Allí, la destrucción ocasionadapor una tercera guerra mundialha vuelto inhabitable el planeta.En las profundidades de la tierra,los supervivientes apenas sobrevi-ven mientras son utilizados comoconejillos de indias por los científi-cos en jefe. Con el espacio clausu-rado, la única salida para la hu-manidad parece pasar por el tiem-po. Así, el protagonista de esta his-toria es elegido para viajar en eltiempo por la fijación que tienecon una imagen de su infancia.Este procedimiento parece ser uneco de The sense of the past, esanovela inconclusa de Henry James

cuyo personaje principal regresaal pasado a fuerza de compene-trarse con la época.

La fijación del protagonista deLa Jetée, entonces, consiste enuna imagen cuyos fragmentos re-producen la presencia de una mu-jer y la muerte de un hombre enun aeropuerto, una jetée, que enfrancés remite al verbo jeter, tirar,arrojar, lanzar -a otro tiempo-.

El protagonista debe dejar supresente para encontrarse con esamujer un tanto etérea y remotaque habita un tiempo distinto alsuyo y que lo acepta como a unfantasma amigable a quien se pue-de amar antes de su partida.

Entonces, la puerta de accesoque los científicos le permitentrasponer, esa imagen fija en el re-cuerdo del protagonista, es una fo-to en la mente antes que una fotode su mente. Es quizá por esta ra-zón que una historia que trabajacon el tema del tiempo y su rela-ción con las imágenes y la memo-ria encuentra en la materialidadfotográfica el medio de su expre-sión ideal. Así, a manera de barre-ra infranqueable entre el hombrey la mujer, las manchas de tintanegra que destruyen la impresiónde luz de sus cuerpos, no hacenmás que preanunciar la fatalidadcon la que siempre estuvo signadosu encuentro.

Sin embargo, hay un momentoen que la fuerza de la narraciónle arranca movimiento a la foto-grafía, haciendo devenir la ima-

gen estática en móvil. Se trata deuna escena en la que el protago-nista parece contemplar el repo-so de su compañera. El fundidoencadenado de distintas fotogra-fías del rostro de la mujer, suma-do a una paulatina aceleracióndel montaje, alcanzan a confabu-lar los leves desplazamientos delentresueño, justo antes de querealmente aparezca el movimien-to en un doble parpadeo, como sise tratara del nacimiento metafó-rico de la mirada.

Clave del futuroUna vez que aparece el movi-

miento, parece decirnos Marker,nos cuesta demasiado volver acontemplar el aparente quietismodel espacio, y de ahí a la venera-ción ciega de la velocidad y susconsecuentes catástrofes actuales,lamentablemente, no hay ni mediopaso de distancia.

La jetée, así, como toda verdade-ra obra de arte, parece una suertede clé de l’avenir, una especie declave secreta del futuro, ya nuestropresente, en la que muy pocosquieren reconocer que la terceraguerra mundial ha sucedido, comoen cámara lenta, poco a poco, yque por eso casi nadie se ha dadocuenta, salvo unos pocos especta-dores de cine.

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Marcelo Damiani – Ensayista,novelista, profesor de Filosofíade la Universidad Maimónides.

A 5 0 a ñ o s d e l e s t r e n o d e L a J e t é e

En julio pasado, el día de su cumpleaños, murióChris Marker, director de la película que inspiróDoce monos. La jetée es una reflexión narrativasobre la fotografía y su relación con el cine. Unavez que aparece el movimiento -parece decirnos

Marker-, nos cuesta demasiado volver a contemplarel aparente quietismo del espacio. Y de ahí a la

veneración ciega de la velocidad y sus consecuentescatástrofes actuales, lamentablemente, no hay ni

medio paso de distancia.

◆ Por Marcelo DamianiPARA LA GACETA - CARACAS

¿Hay un artesin artistas?

La serie Colección televisiva, expuesta en el centro cultural chileno Matucana 100, elimina al artista. Se

le preguntó al público qué imágenes vistas en televisión les quedaron grabadas y, a partir de las

respuestas, se conformó un gabinete de pantallas en las que conviven escenas de El Chavo del Ocho

con personajes de dibujos animados, estrellas de rock y escenas de protestas estudiantiles.

EL EXPERIMENTO.Un equipo deartes visualescategorizó el

material recibidopor el público ylo presentó en

varias secuencias.

◆ Por Marcelo GioffréPARA LA GACETA - SANTIAGO (CHILE)