29“ F-1 SESIÓN (Vespertina) LUNES, 9 DE AGOSTO DE 1993 ... · Bumachar, La Torre Bardales, León...

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1753 A las 17:00 horas, bajo la Presidencia del se- æor Jaime Yoshiyama e integrando la Mesa Di- rectiva el seæor Víctor Joy Way Rojas y la acce- sitaria seæora Luz Salgado Rubianes de Paredes, el Relator pasa lista, a la que contestan los seæo- res Miguel Grau Seminario (1) , Amurœz Galle- gos, Barba Caballero, Barreto Estrada, Barrón Cebreros, Bedoya de Vivanco, Blanco Oropeza, CÆceres VelÆsquez (Róger), Carpio Muæoz, Carrión Ruiz, Castro Gómez, Colchado Arellano, Cruz ArrunÆtegui, Cruzado Mantilla, Cuaresma SÆnchez, ChÆvez Cossío, ChÆvez Romero, Chi- rinos Soto, Chœ Meriz, Díaz Palacios, FernÆndez Arce, Ferrero Costa, Figueroa Vizcarra, Flores- Araoz Esparza, Flores Nano, Freundt-Thurne Oyanguren, Gamarra Olivares, Gamonal Cruz, García Saavedra, Guerra Ayala, Helfer Palacios, Hermoza Ríos, Huamanchumo Romero, Kouri Bumachar, La Torre Bardales, León Trelles, Lo- zada de Gamboa, Marcenaro Frers, Matsuda Nishimura, MelØndez Campos, Moreyra Loredo, Nakamura Hinostroza, Olivera Vega, Ortiz de Zevallos RoØdel, Pajares Ruíz, Paredes Cueva, Patsías Mella, Pease García, ReÆtegui Trigoso, Reggiardo SayÆn, Roberts Billig, Sambuceti Pedraglio, Sandoval Aguirre, Serrato Puse, Siura CØspedes, Sotomarino ChÆvez, Tello Tello, Tord Romero, Torres y Torres Lara, Torres Vallejo, Vega Ascencio, VelÆsquez GonzÆles, VelÆsquez Ureta, Velit Nœæez, Vicuæa VÆsquez, Vilchez Malpica, Villar de Posadas, Vitor Alfaro, Ysisola FarfÆn, Zamata Aguirre y Zevallos Ríos. Ausente, el seæor Tudela van Breugel-Douglas. Con aviso, los seæores CÆceres VelÆsquez (Pedro), García Mundaca, Ocharan Zegarra y Rey Rey. Con licencia, los seæores Donayre Lozano y Larrabure GÆlvez. El seæor PRESIDENTE. Con el quórum re- glamentario, continœa la sesión. Continœa el debate y se aprueba el Capítulo XII, De la Seguridad y de la Defensa Nacio- nal (artículos del 189” al 204”) correspon- diente al Título IV, De la Estructura del Esta- do, del proyecto sustitutorio de Constitución contenido en el dictamen en mayoría de la Comisión de Constitución y de Reglamento (1) Por R.L. N23680 (13/10/83), se dispone permanentemente una curul, en el Hemiciclo del Congreso, con el nombre del Diputado Miguel Grau Seminario. La lista de asistencia comenzarÆ con el nombre del HØroe de la Patria, MIGUEL GRAU SEMINARIO, tras cuyo enunciado la Representación Nacional dirÆ ¡PRESENTE! 29“ F-1 SESIÓN (Vespertina) LUNES, 9 DE AGOSTO DE 1993 PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES JAIME YOSHIYAMA Y V˝CTOR JOY WAY ROJAS SUMARIO Se pasa lista. Se reabre la sesión. Continœa el debate y se aprueba el Capítulo XII, De la Seguridad y de la Defensa Na- cional (artículos del 189” al 204”) correspondiente al Título IV, De la Estructura del Estado, del proyecto sustitutorio de Cons- titución contenido en el dictamen en mayoría de la Comisión de Constitución y de Reglamento. Se suspende la sesión.

Transcript of 29“ F-1 SESIÓN (Vespertina) LUNES, 9 DE AGOSTO DE 1993 ... · Bumachar, La Torre Bardales, León...

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�A las 17:00 horas, bajo la Presidencia del se-ñor Jaime Yoshiyama e integrando la Mesa Di-rectiva el señor Víctor Joy Way Rojas y la acce-sitaria señora Luz Salgado Rubianes de Paredes,el Relator pasa lista, a la que contestan los seño-res Miguel Grau Seminario(1), Amurúz Galle-gos, Barba Caballero, Barreto Estrada, BarrónCebreros, Bedoya de Vivanco, Blanco Oropeza,Cáceres Velásquez (Róger), Carpio Muñoz,Carrión Ruiz, Castro Gómez, Colchado Arellano,Cruz Arrunátegui, Cruzado Mantilla, CuaresmaSánchez, Chávez Cossío, Chávez Romero, Chi-rinos Soto, Chú Meriz, Díaz Palacios, FernándezArce, Ferrero Costa, Figueroa Vizcarra, Flores-Araoz Esparza, Flores Nano, Freundt-ThurneOyanguren, Gamarra Olivares, Gamonal Cruz,García Saavedra, Guerra Ayala, Helfer Palacios,Hermoza Ríos, Huamanchumo Romero, KouriBumachar, La Torre Bardales, León Trelles, Lo-zada de Gamboa, Marcenaro Frers, MatsudaNishimura, Meléndez Campos, Moreyra Loredo,Nakamura Hinostroza, Olivera Vega, Ortiz deZevallos Roédel, Pajares Ruíz, Paredes Cueva,Patsías Mella, Pease García, Reátegui Trigoso,Reggiardo Sayán, Roberts Billig, SambucetiPedraglio, Sandoval Aguirre, Serrato Puse, Siura

Céspedes, Sotomarino Chávez, Tello Tello, TordRomero, Torres y Torres Lara, Torres Vallejo,Vega Ascencio, Velásquez Gonzáles, VelásquezUreta, Velit Núñez, Vicuña Vásquez, VilchezMalpica, Villar de Posadas, Vitor Alfaro, YsisolaFarfán, Zamata Aguirre y Zevallos Ríos.

Ausente, el señor Tudela van Breugel-Douglas.

Con aviso, los señores Cáceres Velásquez (Pedro),García Mundaca, Ocharan Zegarra y Rey Rey.

Con licencia, los señores Donayre Lozano yLarrabure Gálvez.

El señor PRESIDENTE.� Con el quórum re-glamentario, continúa la sesión.

Continúa el debate y se aprueba el CapítuloXII, De la Seguridad y de la Defensa Nacio-nal (artículos del 189º al 204º) correspon-diente al Título IV, De la Estructura del Esta-do, del proyecto sustitutorio de Constitucióncontenido en el dictamen en mayoría de laComisión de Constitución y de Reglamento

(1) Por R.L. Nº 23680 (13/10/83), se dispone permanentemente una curul, en el Hemiciclo del Congreso, con el nombre del Diputado MiguelGrau Seminario. La lista de asistencia comenzará con el nombre del Héroe de la Patria, MIGUEL GRAU SEMINARIO, tras cuyo enunciadola Representación Nacional dirá ¡PRESENTE!

29ª F-1 SESIÓN(Vespertina)

LUNES, 9 DE AGOSTO DE 1993

PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES JAIME YOSHIYAMA

Y

VÍCTOR JOY WAY ROJAS

SUMARIO

Se pasa lista.� Se reabre la sesión.� Continúa el debate y seaprueba el Capítulo XII, De la Seguridad y de la Defensa Na-cional (artículos del 189º al 204º) correspondiente al Título IV,De la Estructura del Estado, del proyecto sustitutorio de Cons-titución contenido en el dictamen en mayoría de la Comisión deConstitución y de Reglamento.� Se suspende la sesión.

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El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Serrato Puse.

El señor SERRATO PUSE (FIM).� Gracias,Presidente.

Creo que el texto que nos han alcanzado el díade hoy recoge el sentir de quienes, de una u otraforma, hemos tenido la suerte de pertenecer auna institución tan linda y sagrada como es laPolicía Nacional.

Todavía recordamos el mensaje que pronunciarael Presidente de la República, el ingeniero Fuji-mori, cuando rindió homenaje a las Fuerzas Ar-madas y a la Policía Nacional. No es secreto paranadie que la Policía Nacional juega un rol pro-tagónico y un papel importante en los logros dela pacificación nacional, que, paso a paso, se estáalcanzando.

Es importante resaltar algunos artículos, y quiénmejor que nosotros, los que hemos vestido eseuniforme y hemos vivido prácticamente en elpropio terreno de los hechos. Sabemos cuán sa-crificada es la labor de la Policía; para el policíano hay sábados ni domingos, para el policía nohay Navidad, para el policía no hay horas extrasni feriados. Ellos pasan inadvertidos aunque es-tán siempre presentes, a pesar de que saben queel sueldo es bajo y que luchan contra el enemigoprácticamente en condiciones adversas. Por eso,en esta tarde, quiero recalcar algunos puntos re-feridos al Capítulo XII, De la Seguridad y de laDefensa Nacional.

Por intermedio suyo, le hago llegar al doctor To-rres y Torres Lara estas modificaciones.

En el artículo 194º se dice �como también afir-mó un congresista�: "La Policía Nacional tienepor finalidad fundamental garantizar, mantenery restablecer el orden público", cuando deberíadecir más bien "orden interno", ya que el ordenpúblico se encuentra comprendido en el ordeninterno.

El artículo 196º dice: "El Presidente de la Repú-blica es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadasy de la Policía Nacional".

Señor Presidente, me he equivocado, he leído elartículo 195º, que está bien.

Dice el artículo 196º: "Las leyes y los reglamen-tos respectivos determinan la organización, lasfunciones, las especialidades, la preparación, elempleo y la disciplina de las Fuerzas Armadas".Debería agregarse: "y de la Policía Nacional".

En el artículo 201º se dice que el Presidente dela República es la persona encargada de ratificarlos ascensos. En ese punto concuerdo con lo pro-puesto por el doctor Enrique Chirinos Soto, quienafirma que el Congreso no debe privarse de esafunción elemental. El Congreso es el poder quedebe ratificar a los futuros generales y almiran-tes, tanto de la Policía Nacional como de las Fuer-zas Armadas, según sea el caso.

Algo novedoso que estaba incluido en el antepro-yecto y que hoy no figura en el proyecto �y lopropongo también aquí�, es lo referente al ser-vicio policial.

Daré los siguientes fundamentos.

Todos sabemos que anualmente ingresan a laPolicía Nacional gran cantidad de jóvenes, aun-que muchas veces su sueldo no compensa la la-bor que ellos desarrollan. Por lo tanto, el serviciopolicial debería ser para jóvenes que están porcumplir dieciocho años, pues eso haría posibleque el número de suboficiales y especialistas dela Policía convocados disminuyera, con la consi-guiente posibilidad de que se pudiera aumentarlos sueldos al personal militar y policial, y, ade-más, el Estado podría ahorrar en el presupuesto.

El personal que ingrese a la Policía Nacional conel fin de cumplir el servicio policial obligatoriopodría desarrollarse con adecuada preparaciónen las siguientes funciones: servicio de patrullajea pie, al mando de un suboficial de escuela; ser-vicio de patrullaje motorizado, en los patrulle-ros, para reforzar este importante servicio; ser-vicio de centinelas en puestos fijos y móviles,unidades acuarteladas, delegaciones, direccionesespecializadas y escuela de formación, capacita-ción y especialización; servicio como correspon-sales de todas las unidades de la Policía Nacio-nal; servicio de seguridad y protección en la es-cena del delito; servicio de patrullaje rural; ser-vicio de seguridad exterior; y otras labores másimportantes.

¿Qué se ganaría en el orden social? El hecho deque los jóvenes peruanos cumplan con el servi-cio policial obligatorio haría que se sintieran másidentificados con la doble misión que cumple laPolicía Nacional. Así como muchos de nosotros,que hemos hecho el servicio militar, se compene-trarían con la sagrada misión de defender nues-tra soberanía y nuestro orden interno.

Estimamos conveniente considerar el serviciopolicial obligatorio en la nueva Constitución, porlas razones de hecho y derecho que hemos ex-presado y cuyas normas alcanzaremos a la Mesapor su intermedio, señor Presidente.

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Quisiera añadir que concordamos en lo demás,porque se está reponiendo lo que ya se especula-ba en el ámbito de oficiales que estaban en reti-ro: los grados y honores, las remuneraciones ypensiones inherentes a la jerarquía de oficialesde las Fuerzas Armadas y Policía Nacional sonequivalentes.

Aquí todos �Fuerzas Armadas, Policía Nacio-nal y nosotros� tenemos un compromiso, desdela función que estemos desempeñando, para lo-grar unidos la pacificación nacional. Cuando unobusca la unidad y la tranquilidad, no hay coloresni distingos políticos, ya que todos somos perua-nos.

Gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Mario Paredes Cueva.

El señor PAREDES CUEVA (FREPAP).�Presidente: En la mañana hice llegar a todos miscolegas un estudio que hemos hecho con bastan-te profundidad, reflexión y seriedad, porque cree-mos que el conocimiento del ejercicio de la segu-ridad y la defensa nacional debe venir de un es-tudio profundo.

La primera pregunta que siempre me he hechoes: ¿qué responsabilidad asumimos en momen-tos de defensa nacional?; ¿qué es lo que debemosmodificar o replantear de la doctrina en todo loque es el plano jurídico y teórico?

Durante los ciento setenta y dos años de vidarepublicana sólo hemos aceptado que las Fuer-zas Armadas y la Policía Nacional sean las quehagan nuestra defensa. Hace cuarenta y dos añosel CAEM está extendiendo un sistema teórico,doctrinario y metodológico; pero, en realidad, nocreo que todos conozcamos estos conceptos. Entodo caso, me parece que el doctor Carlos FerreroCosta es el más preparado aquí, porque es el únicode este Parlamento que ha egresado del CAEM.

En la Constitución de 1979 se recoge algo sobredefensa y orden interno; pero siempre se olvidade definir cuál es la responsabilidad del Estado yde la sociedad.

Sendero Luminoso fue de los primeros en diso-ciar al Estado de la sociedad y logró avanzar mu-cho en esta guerra. Nuestro problema fue, bási-camente, que no teníamos conceptos de defensaen el plano civil. Los civiles no estábamos prepa-rados y permitimos, sin querer, que el terroravance. Por suerte contamos con militares, conestrategas que pudieron detener ese avance deSendero.

El anteproyecto que presenta el doctor CarlosTorres y Torres Lara divide seguridad y defensanacional y Fuerzas Armadas; pero creo que arras-tra la misma omisión, pues no define un marcoconceptual ni teórico. El tema preocupa, porquela seguridad es un concepto básico para todas laspersonas y su comportamiento, además de seruna noción de protección y tranquilidad; y la de-fensa nacional significa previsión y acción con-tra toda clase de agresiones, tanto internas comoexternas.

Hemos estado más preparados para defensas ex-ternas. En el año 1970 compramos un gran ar-mamento �hace quince días salió en los periódi-cos que estuvo a punto de producirse una guerracon Chile� y pocos años después se dio el"Tacnazo" del general Morales Bermúdez. Peroen el orden interno no estábamos preparados enabsoluto. Todos los mandatarios de turno no es-cucharon eso y nos ha costado veinticinco milmuertos y varios millones de dólares.

La defensa es el proceso de seguridad para al-canzar una situación con fundamentos en loscampos socioeconómicos y políticos, pero tieneque ser de responsabilidad de civiles y de milita-res, porque de lo contrario no habrá seguridadni defensa.

Presidente, también alcancé a la Comisión deConstitución un escrito que dice:

"Todos estos fundamentos resumidos que se de-sarrollan en el campo económico, político,psicosocial y militar, son de responsabilidad deciviles y militares (...). Por eso, planteo incorpo-rar en el artículo 189º, algunos términos concep-tuales que faciliten a la ciudadanía la compren-sión e internalización de la Seguridad y de laDefensa Nacional".

Así, el artículo 189º diría: "La Seguridad de laNación comporta una noción de garantía, pro-tección y tranquilidad frente a las contingenciasinterna o externas que amenazan a la persona,la familia, instituciones y sus bienes".

Con referencia al artículo 191º, es necesario ha-cer algunas apreciaciones sobre el significado quese le da al Sistema de Defensa Nacional. Se debeentender que el Sistema de Defensa Nacional esel conjunto jerarquizado e interrelacionado de or-ganismos del Estado, sustentados en una doctri-na cuyos funcionamientos se regulan por formastécnicas y procedimientos específicos, con la fi-nalidad de garantizar la seguridad integral de lanación.

Con este criterio, propongo que el artículo 191ºtenga la redacción siguiente:

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"El Sistema de Defensa Nacional es el conjuntojerarquizado o interrelacionado de organismosdel Estado responsables de la preparación, direc-ción y ejecución de la Defensa Nacional. Su leyorgánica determina su organización y funciones.

El Presidente de la República dirige el Sistemade Defensa Nacional".

Nos olvidamos de un punto importante: la movi-lización. Todos los civiles deberíamos estar pre-parados para una movilización total.

Llegó el momento en que la misma Policía Na-cional tuvo que cubrirse con barricadas, dejandoindefensa a la población civil. Por otro lado, lapoblación civil no ayudaba a las Fuerzas Arma-das a saber qué movimientos o qué personas ex-trañas rodeaban las distintas regiones. En nin-guna de esas situaciones estábamos colaborandoen la movilización para defender nuestra sobe-ranía, nuestra integridad, nuestra familia, y, porende, el bienestar de la patria. De esta falta demovilización se aprovechó Sendero Luminoso,que logró engrosar sus filas en momentos de in-flación y pobreza.

Estos fundamentos son básicos para que en estecapítulo se incorporen las ideas expuestas, sobretodo el tema de la movilización.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Carrión Ruiz.

El señor Ferrero me pidió por el interno que pos-ponga su intervención. Si el señor Carrión nodesea hacer uso de la palabra en este momento,podemos hacerle la consulta a algún otro señorcongresista.

El señor CARRIÓN RUIZ (R).� Voy a haceruso de la palabra.

El señor PRESIDENTE.� De acuerdo, señorCarrión Ruiz.

El señor CARRIÓN RUIZ (R).� Señor Presi-dente: En el artículo 199º, se puede leer, en loque respecta a los fondos para equipamiento delas Fuerzas Armadas, lo siguiente: "Tales fondosno pueden ser dedicados sino a los fines insti-tucionales y bajo el control oficial que la ley se-ñala".

Realmente, no veo muy claro qué es lo que se haquerido precisar con esta redacción. Cuando sedice "bajo el control oficial" no sé si se están refi-riendo a que se quiere controlar si el equipa-

miento ha sido el adecuado, el que conviene a lasFuerzas Armadas, o si simplemente se están re-firiendo a que se quiere fiscalizar el buen uso delos recursos del Estado. Si esta última fuera laintención de quienes han redactado este artícu-lo, creo que ahí habría algún tipo de discrimina-ción. Estoy totalmente de acuerdo con que se fis-calice todos los fondos públicos dedicados a cual-quier forma de inversión �en este caso, en loque se refiere a las Fuerzas Armadas�; pero, de-cirlo en la Constitución específicamente para lasFuerzas Armadas es un tanto discriminatorio,porque, en todo caso, igual se podría decir "bajoel control oficial que la ley señala" �como lo se-ñala el artículo� para fiscalizar cuando se tengaque hacer inversiones en salud, en educación, eninfraestructura y en todo lo demás.

La pregunta es: ¿por qué se pone énfasis en lafiscalización sólo cuando se refiere al equipa-miento de las Fuerzas Armadas? Creo que seríapreferible darle una redacción más general en elsentido de que, si hay que fiscalizar, se fiscalicetodo y no exclusivamente en el caso de las Fuer-zas Armadas.

Entiendo cuál, probablemente, ha sido la razónque movió a la Comisión a redactar esta partefinal del artículo 199º; pero, en todo caso, creoque todavía estamos a tiempo de hacerle algunarectificación, porque, si se trata de controlar, con-trolemos todo y no hagamos énfasis en el controlexclusivo de las Fuerzas Armadas. Me parece quehay algo de discriminación.

En lo que se refiere al artículo 201º, los ascensosya no son ratificados por el Congreso, y, como hadicho el doctor Enrique Chirinos Soto esta ma-ñana �estoy totalmente de acuerdo con él�, elCongreso no debiera renunciar a esta atribuciónque ha sido norma permanente en todas las cons-tituciones del Perú en el sentido de que es elCongreso el que ratifica los ascensos a generalesy almirantes en las Fuerzas Armadas y en la Po-licía Nacional. Ésta es una forma de mantener lasubordinación de la fuerza militar al poder civil,y creo que el poder civil nunca podrá estar mejorrepresentado que a través del Congreso, de losrepresentantes legítimamente elegidos por elpueblo.

En el caso de la ratificación de embajadores �atri-bución que le pertenece al Congreso en la actualConstitución�, me parece bien que el Jefe delEstado tome esa atribución, porque es él quiendirige la política internacional y es justo que nom-bre a los embajadores sin necesidad de la ratifi-cación del Congreso. Pero, en cuanto a la ratifi-cación de los altos oficiales de las Fuerzas Arma-

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das, creo que el Congreso debe mantener esa atri-bución.

Finalmente, estoy completamente de acuerdo conque en esta última redacción que se nos ha al-canzado se restituya un artículo que estaba en elprimer trabajo que elaboró la Comisión de Cons-titución, pero que fue retirado posteriormente.Me parece positivo que se reintegre, ya que losgrados, honores y remuneraciones tanto de lasFuerzas Policiales como de las Fuerzas Armadasson equivalentes. Estoy completamente de acuer-do y prestaré toda mi colaboración y mi apoyopara que eso se haga realidad.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Ysisola Farfán.

El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).�Señor Presidente: Felicito la inclusión del artí-culo relacionado con la equivalencia de grados yremuneraciones de las Fuerzas Armadas, ya quesu exclusión del proyecto estaba originando unprofundo malestar y preocupación entre el per-sonal policial y entre las diferentes organizacio-nes de policías en retiro. En consecuencia, se si-gue garantizando sus derechos adquiridos con laemisión de dispositivos legales equivalentes yanálogos.

En mi opinión, esta equivalencia de grados y re-muneraciones entre las Fuerzas Armadas y laPolicía Nacional del Perú no se va a lograr sintomar en cuenta esa creación novedosa que pusola Comisión de Constitución en un principio: elservicio policial obligatorio.

El servicio policial obligatorio es necesario. Yohice mi servicio militar obligatorio en el cuerpode guardacostas y tuve el privilegio de confor-mar la primera promoción de servicio militarobligatorio para guardacostas.

El cuerpo de guardacostas no contaba con servi-cio militar obligatorio ni tampoco con el suficientepersonal de carrera para poder cubrir las capita-nías de puerto a nivel nacional. Con la convoca-toria de un contingente del servicio militar obli-gatorio, después de tres meses de entrenamien-to estuvimos preparados para cumplir órdenes.

En el servicio militar �o en el policial, si se apro-bara� se cumplen órdenes. Quienes hacen el ser-vicio militar no tienen la iniciativa, sólo cumplenlas órdenes que les dan, como se dice en la vidamilitar, "sin dudas ni murmuraciones".

El servicio policial obligatorio sería una alterna-

tiva, desde el punto de vista económico, para re-ducir la cantidad excesiva de personal policial decarrera. Una de las principales trabas que se hatenido con la Constitución de 1979, en lo referi-do a las remuneraciones, ha sido el numeroso per-sonal subalterno de la Policía.

Todos tenemos conocimiento de que las perso-nas que hacen el servicio militar reciben propi-nas. Al convocarse anualmente a servicio poli-cial, se les daría a los jóvenes una opción máspara escoger.

Hay algo que no debemos olvidar: al reducirse lacantidad de personal de carrera de la Policía, sereduciría el presupuesto y se podría aumentarlas remuneraciones del personal militar y delpersonal policial. De esta manera podríamos lo-grar una equivalencia en ese sentido.

Desde el punto de vista funcional, en el serviciopolicial �como ya mencionó el congresista WillySerrato� se va a cumplir con funciones auxilia-res y secundarias. En el servicio policial o mili-tar siempre se está bajo las órdenes de un subal-terno o de un oficial. Si se prestara el servicio depatrullaje, se necesitaría uno o dos miembros delpersonal de carrera y lo demás lo cubrirían quie-nes se encontrasen en el servicio policial. El ser-vicio de vigilancia en las dependencias, por ejem-plo, también sería cubierto por este servicio po-licial.

En una comisaría normalmente se puede utili-zar hasta treinta efectivos del personal subalter-no. ¿Qué pasaría si se reduce ese número a diezy los otros veinte son cubiertos por el serviciopolicial? Creo que esto permitiría que en muchoslugares se implementen más puestos policiales,pues se está necesitando aumentar su número anivel nacional.

Desde el punto de vista funcional, este serviciopolicial haría labores como la de llevar notifica-ciones �no se necesita un personal de carrerapara que lo haga�, dar mantenimiento a insta-laciones de hospitales, cuarteles, escuelas de ofi-ciales y del mismo Congreso. El servicio policialpodría realizar muchas funciones de manteni-miento y vigilancia que no necesariamente lastiene que hacer personal de carrera.

En ese sentido, esta propuesta se presenta comouna buena alternativa, ya que, desde el punto devista social, el hecho de que los jóvenes tengan unaopción más para escoger va a permitir una iden-tificación mucho mayor con la carrera policial.

Se dijo que el personal de servicio policial no es-taría suficientemente preparado en seis meses.

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En el servicio militar, la preparación es de tresmeses y con un entrenamiento físico-militar; enel servicio policial, para lo único que se tiene queestar capacitado es para cumplir órdenes, y yono creo que se necesite más de tres meses paraaprender a recibir órdenes. El personal del ser-vicio no toma decisiones, sólo cumple órdenes y,en todo caso, constituye una especie de refuerzopara el personal de carrera. En todo caso, si tra-bajáramos con la lógica de que tres meses no sonsuficientes para preparar a un hombre para elservicio policial, entonces también tendría quedesaparecer el servicio militar obligatorio.

Les recuerdo otra vez que, cuando hice el servi-cio militar obligatorio para guardacostas, a losde esa primera promoción nos enviaron a Infan-tería de Marina, y toda la preparación duró tresmeses. La preparación premilitar la hicimos juntocon los infantes de Marina; pero la instrucciónacadémica, no. Mientras que los infantes esta-ban en sus cuestiones tácticas de guerra, los guar-dacostas recibíamos instrucción de tráfico marí-timo, porque ése es el trabajo de los guardacos-tas. Lo mismo se puede hacer con la Policía Na-cional si se implementa un servicio policial conel fin de que los jóvenes reciban instrucción poli-ciaca para que desempeñen la labor de los poli-cías.

Quizás, en el fondo, se esté tratando de defendera esas grandes empresas de vigilancia o de man-tenimiento; pero eso ya sería otra cosa. Realmen-te, creo que tres meses son suficientes para queuna persona esté capacitada para cumplir órde-nes.

Otro punto es que el personal del servicio mili-tar no utiliza armas menores, como las pistolas,por ejemplo, sino que mayormente se le preparapara que utilice un fusil y haga guardia en gari-tas. Quienes hacen el servicio militar no estánautorizados para portar armas fuera de los re-cintos militares. De igual forma se haría con esteservicio policial en el sentido de que el personaltampoco podría utilizar armas, ya que sólo reali-zaría labores secundarias para reforzar la activi-dad policial.

En ese sentido, creo que, para encontrar una ver-dadera equivalencia entre las Fuerzas Armadasy la Policía Nacional, se tiene que implementareste servicio policial obligatorio.

También celebro que se haya incluido el término"investigar"...

El señor FERNÁNDEZ ARCE (NM-C90).�¿Me permite una interrupción?

El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).�Con la venia del señor Presidente, le concedo unainterrupción al señor Fernández Arce.

El señor PRESIDENTE.� Puede interrum-pir, señor Fernández Arce.

El señor FERNÁNDEZ ARCE (NM-C90).�Muchas gracias, señor Ysisola Farfán; muchasgracias, señor Presidente.

Daré tres precisiones a tres artículos, y no medemoraré más de un minuto.

En el tema relativo a la seguridad y la defensanacional, el artículo 191º dice: "La dirección, lapreparación y el ejercicio de la Defensa Nacionalse realizan a través de un sistema (...)". Efectiva-mente, esto es cierto, y, si es un sistema, al señorPresidente de la República no le corresponde di-rigir, sino más bien presidir. De tal manera queyo señalaría �y llevo aquí el proyecto�, en laparte final de este artículo, lo siguiente: "El Pre-sidente de la República preside el Sistema deDefensa Nacional".

El segundo punto es con relación a lo que dijonuestra amiga, la doctora Lourdes Flores Nano,esta mañana. El artículo 195º dice: "Las FuerzasArmadas y la Policía Nacional no son deliberan-tes (...)". En vez de ello pondría: "Las FuerzasArmadas y la Policía Nacional no son deliberan-tes en materia política. Están subordinadas alpoder constitucional".

El tercer punto, que es el que considero como elmás importante, se refiere a la conformación delTribunal Militar. Sugiero el siguiente texto: "Losmiembros de las Fuerzas Armadas y de la Poli-cía Nacional, en los casos de delitos de función,están sometidos al Fuero Privativo Militar Le-trado �repito: al Fuero Privativo Militar Letra-do� y con sujeción al Código de Justicia Mili-tar".

Muchas gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Puede continuar,señor Ysisola Farfán.

El señor YSISOLA FARFÁN (NM-C90).�Señor Presidente: Estaba diciendo que es acer-tado que la Comisión haya incluido el término"investigar" como una de las funciones de la Poli-cía Nacional, porque ésa es la esencia de la Poli-cía. Éste era un vacío que se encontraba en laConstitución de 1979, y ahora ha sido llenado.

Espero, señor Presidente, que se apruebe la pro-puesta del servicio policial y que se incluya el

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término "investigar" dentro de las funciones dela Policía Nacional.

Gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra eldoctor Moreyra.

El señor MOREYRA LOREDO (SODE).�Muchas gracias, señor Presidente.

Sin duda alguna, éste es uno de los capítulos másimportantes de la Constitución, porque trata delas Fuerzas Armadas �el Ejército, la Marina yla Fuerza Aérea, que es como se dividen ahoralas fuerzas ofensivas y defensivas del Perú� yde la Policía Nacional.

Respecto de la Policía Nacional, quisiera decirque en algún momento el Perú sentirá la necesi-dad de que se realice una profunda reorganiza-ción en esta institución, y no porque esté actuan-do mal en estos momentos. La Policía Nacionalnos ha dado una muy grata sorpresa, especial-mente a través de sus cuerpos especializados, ensu labor contra el terror.

Usaré esta ocasión para complementar lo quecreo que fue uno de los grandes vacíos del men-saje presidencial. Hubo una falta de referencia ala labor de la DINCOTE y, particularmente, a lalabor del general Antonio Ketín Vidal, quien hasimbolizado, a mi juicio, la lucha de la Policíacontra el terrorismo.

Decía que en algún momento �y no sé si hubie-ra alguna oportunidad para recoger esto en laConstitución� la Policía Nacional tendrá que sermateria de una profunda reorganización.

Cuando tuve la oportunidad de desempeñar car-gos ejecutivos, pude documentarme sobre eltema. La policía en todo el mundo se organizapor uno de dos caminos: se organiza como uncuerpo militarizado que duerme en cuarteles,caso en el cual las fuerzas policiales en su inte-gridad forman otra rama de las Fuerzas Arma-das, y creo que ésta sería una de las soluciones,como se da en España y en Chile; o se organizafundamentalmente como fuerzas civiles que de-penden de los municipios �de allí viene el nom-bre de Guardia Civil�, no están armadas �a lomás llevan una pistola�, no duermen en cuarte-les y no tienen ni el tipo de disciplina ni de res-ponsabilidades que tienen las Fuerzas Armadas.

Las policías de este último tipo poseen cuerposespecializados para ver asuntos que no puedenser resueltos por el policía civil, como por ejem-plo la lucha contra el terrorismo, contra el nar-

cotráfico y contra crímenes muy especializados.Este sistema es el que se da en Inglaterra y enlos Estados Unidos.

En el Perú, por desgracia, nuestra policía es unhíbrido de estos dos grandes sistemas y nunca seha podido lograr, desde que se fundara, su reor-ganización de acuerdo a estas pautas. Existenventajas en uno u otro sistema; pero no existeninguna ventaja para un sistema híbrido comoel que nosotros tenemos, en el que normalmentese le pide al policía una acción que va más allá desus posibilidades con los limitados medios querecibe de la sociedad.

Nuestro policía está prácticamente desarmado,no vive en un cuartel y tiene que ir a dormir a unpueblo joven generalmente; en esas condiciones,está sujeto a la infiltración terrorista. Sin em-bargo, tiene que actuar como si fuera un cuerpoespecializado y llevar a cabo funciones que nosiempre puede cumplir a cabalidad.

Creo que estas limitaciones originan que la Poli-cía peruana actúe muchas veces con abuso �ob-viamente, son casos individuales que no se de-ben generalizar� y no goce del prestigio del quegoza la policía en otras partes del mundo comodefensora directa de la nacionalidad.

Si bien es un tema importante, creo que es unpoco tarde �claro que yo no formé parte de laComisión de Constitución� para ver si esto pue-de ser recogido en el texto constitucional.

En todo caso, me satisface mucho lo que dice elartículo 203º �reintegrado al texto ahora� acer-ca de que las remuneraciones y pensiones inhe-rentes a la jerarquía de oficiales de las FuerzasArmadas y Policía Nacional son equivalentes.Hubiera causado problemas la exclusión de estanorma.

El otro tema �y no voy a ser muy breve� serefiere a la disciplina militar.

Los militares �estoy englobando a las tres Fuer-zas Armadas� no son fuerzas deliberantes y es-tán sujetos al mando del Presidente de la Repú-blica y al respeto de la Constitución y las leyes.Junto con la larga tradición de nuestras FuerzasArmadas, que tienen personas de la calidad deGrau, Bolognesi, Cáceres y Castilla, existe �esuna desgracia decirlo� una larga lista de milita-res rebeldes al poder constitucional que le hancausado un grave daño a la República, y ésa esuna de las razones por las cuales el Perú se en-cuentra en una fase tan primaria de desarrolloen su organización cívica y social.

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Últimamente, dichas Fuerzas Armadas se levan-taron contra el poder constitucional y dieron elgolpe de Estado del 5 de abril. Luego, el Presi-dente del Comando Conjunto de las Fuerzas Ar-madas, el general Hermoza Ríos, se permitió ve-nir a este Congreso para agraviarlo e insultarlo.Ésta es la otra fase de los militares.

Teniendo en cuenta eso, me parece una precau-ción �aunque insuficiente, resulta imprescindi-ble� el hecho de que los ascensos a los más altosgrados tengan que ser ratificados por el Congre-so de la República. Anteriormente lo hacía elSenado, y ahora, si la mayoría insistiese en man-tener el sistema de unicameralidad, tendría quehacerlo el Congreso en pleno o la Comisión Per-manente.

Los ascensos a los rangos más altos, con los quese asumen no sólo deberes militares, sino, ade-más, civiles y constitucionales �fundamental-mente el respeto a la Constitución�, tienen queser materia de un escrutinio cuidadoso. Por eso,la Constitución vigente, con toda razón, estable-cía que dichos nombramientos deberían ser he-chos por el Presidente de la República �es de-cir, por el Poder Ejecutivo� y deberían tener,además, la ratificación de la rama correspondien-te del Congreso, en este caso el Senado.

La exclusión de esta norma llama la atención eneste capítulo que, por lo demás, recoge lo dichoen la Constitución vigente. Pienso que quizás poreso la exclusión de esta norma sea materia detan poca objeción y se acepte el establecimientode que sólo el Presidente de la República ratificalos ascensos de los generales y almirantes de lasFuerzas Armadas y de los generales de la PolicíaNacional. Esto salta a la vista y constituye unode los defectos mayores de la Constitución queestamos aprobando.

Sé que ya muchos han dicho lo que yo estoy for-mulando en este momento; sin embargo, tengopocas esperanzas de que esta propuesta sea re-cogida. A pesar de todo, hablando fundamental-mente para los registros �no para la historia,porque sería pedir demasiado� y para mi con-ciencia, no quería dejar de expresarlo.

Gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Puede hacer usode la palabra el doctor Ortiz de Zevallos.

El señor ORTIZ DE ZEVALLOS ROÉDEL(R).� Gracias, señor Presidente.

Me voy a ocupar de algunos asuntos muy preci-sos relacionados con las Fuerzas Armadas y elCongreso.

El primero de ellos lo he conversado con los al-mirantes Arróspide y Salmón y con el generalRichter Prada, hombres de gran experiencia enel campo nacional, en el terreno militar. Ellos hancoincidido en decirme que consideran fundamen-tal que el Congreso reserve la ratificación de losjefes de las Fuerzas Armadas.

La ratificación de los jefes de las Fuerzas Arma-das ha estado vigente durante muchas constitu-ciones �no recuerdo cuántas, pero sí recuerdoque fueron muchas�.

Yo considero que esa ratificación garantiza quelas Fuerzas Armadas no van a ser politizadas,porque su nombramiento no dependería única-mente del Poder Ejecutivo, sino también del Con-greso. El Congreso generalmente participa enesas ratificaciones sin crear ningún problema detipo político.

Otro punto es el relativo a que a las Fuerzas Ar-madas no se les puede negar el derecho a ser de-liberantes, porque ésa sería una forma de dismi-nuirlas. Estoy de acuerdo con Lourdes FloresNano en sostener que se disminuye a las Fuer-zas Armadas cuando se les dice que no son deli-berantes.

Hay una propuesta semejante a la de la señoritaLourdes Flores Nano que ha sido planteada porel señor César Fernández Arce en el sentido deseñalar que las Fuerzas Armadas no son delibe-rantes en materia política exclusivamente.

Finalmente, me permito proponer al Pleno quese acuerde que el Congreso de la República leotorgue el mayor premio al general Antonio KetínVidal, de modo que se le entregue ese título yuna medalla del Congreso.

Nada más, señor Presidente.

�Asume la Presidencia el señor Víctor JoyWay Rojas, durante la intervención del se-ñor Gonzalo Ortiz de Zevallos Roédel.

El señor PRESIDENTE.� Se tomará debidanota, doctor Gonzalo Ortiz de Zevallos.

Tiene la palabra el señor Jorge Torres Vallejo.

El señor TORRES VALLEJO (CD).� SeñorPresidente: Voy a ser puntual en un tema que nose ha tratado: la unidad de las Fuerzas Armadas.

En el debate constitucional de 1979 sostuve quela Policía debía ser una sola, pero ese proyectolamentablemente no se aprobó; y también sos-tuve que las Fuerzas Armadas son una sola.

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Quiero presentar un proyecto sustitutorio paraque pase a consideración de la Comisión.

Fundamentaré mi posición en los siguientes tér-minos:

Las Fuerzas Armadas �el Ejército, la Marina deGuerra y la Fuerza Aérea� deben tener unidadde mando. Actualmente son tres fuerzas indivi-duales e independientes que coordinan a travésde un comando conjunto; pero no son una uni-dad.

Las únicas instituciones que deben presentarverticalidad en su organización son, justamente,las Fuerzas Armadas, ya que no son deliberan-tes. Eso significa que no hay diálogo y que, comodijo el congresista Ysisola Farfán, "las órdenes secumplen sin dudas ni murmuraciones".

Quiero recordar lo siguiente para justificar miposición. La Fuerza Aérea tiene aviones, pero laMarina y el Ejército también tienen aviación.Todo esto genera un dispendio de dinero y se creauna competencia entre las Fuerzas Armadas,cuando, en realidad, todos los recursos deberíanconcentrarse en una sola unidad. De esta mane-ra, podrían compartir hangares, talleres de me-cánica, etcétera, porque cada una de las FuerzasArmadas viene a ser una especialización; por eso,así como hemos hecho con la fuerzas policiales,deberíamos dar a nuestras Fuerzas Armadas unaestructura unitaria.

El artículo pertinente sería el siguiente: "La Fuer-za Armada es unitaria y está constituida por elEjército, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea.Tiene como finalidad primordial garantizar laindependencia, soberanía e integridad territorialde la República.

Colabora con las Fuerzas Policiales en la conser-vación del orden interno".

Así como en el ejemplo de la aviación, podemosestablecer que entre las Fuerzas Armadas, en di-ferentes especialidades, existe esta competenciay que los fondos del Estado se invierten mal, yaque bien podríamos fusionarlas en una sola fuer-za, darles más unidad y reducir los gastos de lasfuerzas públicas, de modo que esos ahorros pue-dan ser dirigidos al desarrollo nacional.

Por su intermedio, señor Presidente, alcanzo elartículo que propongo al Presidente de la Comi-sión.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Gamarra Olivares.

El señor GAMARRA OLIVARES (FIM).�Señor Presidente: El capítulo que discutimos, talcomo ha sido planteado por la Comisión, e inclu-so con las modificaciones, no cumple con el pro-pósito que �supongo� ha animado a la Comi-sión y que debería animarnos a todos.

El propósito fundamental que no se cumple es elreferido a la subordinación de las Fuerzas Ar-madas al poder constitucional, porque existe unamala interpretación, o una interpretación capri-chosa, que entiende la subordinación al poderconstitucional como la subordinación al Presiden-te de la República. El poder constitucional abar-ca muchísimo más que eso, ya que está compues-to, además, por el Congreso de la República, porlas autoridades municipales y los demás poderesdel Estado.

Se ha venido barajando e insistiendo mucho, tan-to a nivel del debate como a nivel de las declara-ciones políticas, en que ahora existe una subor-dinación real del poder militar al poder civil; peroesa afirmación no es exacta. No me estoy refi-riendo sólo a las zonas de emergencia, sino engeneral. Esto tiene que ver con la supresión dela ratificación de los ascensos por parte del Con-greso.

Presenté un proyecto de ley en el que �ahorame doy cuenta, de manera ilusa� pretendía nosólo que los ascensos fueran ratificados por elCongreso, sino que también se ratifiquen aquílos pases a la disponibilidad o al retiro por invi-tación �técnicamente se llama "invitación al re-tiro por renovación"�. Esto en razón de los ca-sos clamorosos de injusticia que se han venidopresentando durante este Gobierno y gobiernosanteriores, y no necesariamente por obra del Pre-sidente de la República, sino de quienes dirigíanlas instituciones y decretaban de manera abso-lutista el pase a la disponibilidad o al retiro deoficiales que, en muchos casos, tenían una carre-ra y una trayectoria impecables.

Oficiales de una impecable trayectoria eran in-cluidos en las invitaciones al retiro por renova-ción junto con oficiales de una trayectoria total-mente sinuosa y oscura. El otro día, mencioná-bamos el caso de un general del Ejército que hasido pasado al retiro por renovación y que, sinembargo, tiene incluso acusaciones de vincula-ción con el narcotráfico. Junto a él se invitó alretiro por renovación a oficiales de trayectoriaimpecable, como por ejemplo, en el caso de laMarina, al vicealmirante Fernando Jiménez y,hace unos pocos días, al contralmirante Fernan-do Grau, a quien se le invitó al retiro por decisio-nes personales de los comandantes generales dela institución.

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Tenemos en la misma situación, invitados al re-tiro por renovación, a una persona como el con-tralmirante Fernando Grau, por un lado; y, deotro lado, al general Arciniega. Ambos se encuen-tran gozando de los mismos privilegios, venta-jas, remuneraciones, condecoraciones, usufruc-tos, canonjías, etcétera, y ésa es una situaciónrealmente injusta. Esta invitación al retiro porrenovación se ha utilizado con cualquier pretex-to y al acomodo ya sea del comandante general�en el caso del Ejército, de la Marina o de laFuerza Aérea� o del director de la Policía o delMinistro del Interior. Esto incluso ha generadoque muchos de los invitados al retiro por reno-vación obtengan, a través del Poder Judicial, sureincorporación al servicio, lo que ha creado unasituación difícil y embarazosa para las institu-ciones, que ya no tienen dónde ubicarlos, ya quela antigüedad de los oficiales reincorporados nopermite que éstos sean colocados en puestos queya han sido ocupados o en puestos vacantes demenor jerarquía.

Eso no fue aceptado en la Comisión de Defensa;pero, de ahí a establecer un sistema en el que nisiquiera se participa en los ascensos de los ofi-ciales generales, me parece, como bien dijo elcongresista Chirinos Soto, una autocastración delas facultades del Congreso. Con ello no se lograla subordinación de los militares al poder consti-tucional, sino todo lo contrario.

A esto habría que sumarle la coyuntura que sevive y, por otro lado, el tema de los gastos milita-res, que ya no serán fiscalizados y controladospor el Congreso �y no lo fueron en muchas opor-tunidades�. Con esta autocastración de las fa-cultades presupuestales, ahora ni siquiera ten-dremos injerencia sobre ese tema.

Es evidente que esta subordinación tiene quedarse también con algunos elementos favorablesa los militares y a los policías; por eso, nosotrosinsistiremos en reconsiderar la posibilidad de quelos militares y los policías tengan derecho al voto.Efectivamente, no se les puede pedir subordina-ción y solamente imponérseles obligaciones siellos no tienen el derecho de participar en la vidapolítica de su país.

No puede dejar de mencionarse, aunque no seatarea constitucional, la situación precaria que enmateria de remuneraciones tienen las FuerzasArmadas y la Policía.

Para graficar esta situación, señor Presidente,voy a poner el siguiente ejemplo.

Un alférez gana 350 nuevos soles mensuales; yun general de división, 550. Esto quiere decir que,

entre el grado menor de la oficialidad y el mayor,hay 200 nuevos soles de diferencia; pero debenpasar treinta y cinco años para llegar de un gra-do al otro. Quiere decir que cada año se incre-menta el sueldo de un oficial de la Policía o delas Fuerzas Armadas en 5 nuevos soles; quieredecir que la permanencia de los oficiales en elservicio les significa 5 nuevos soles más por año.

Evidentemente, ésa es una situación insosteni-ble para una institución a la que, por un lado,queremos subordinar al poder constitucional;pero que, por otro lado, debemos profesionalizardándole los elementos necesarios para que cum-pla con el papel que le señala la Constitución. Espor eso que en este tema no se cumple el objeti-vo, y no se cumple por la propia decisión del Con-greso, ya que incluso los propios militares pien-san en forma distinta sobre el hecho de que losascensos no sean ratificados por el Congreso, ins-titución que se ha ido perfeccionando con el pasodel tiempo. Ya no se viven los casos de comienzosdel siglo en los que, por rencillas personales, unCongreso o un congresista se oponía al ascensode tal o cual oficial. Todo eso ha ido superándo-se, y esta institución ha ido mejorando. La ideafundamental es que, con las pautas que fijará elnuevo Congreso, cada día sea mejor, más trans-parente y profesional. En todo caso, es mejordejar la decisión en manos de un grupo y no deuna persona, como sucede ahora.

Nadie puede negar que los comandantes genera-les son quienes deciden la vida y los ascensos desus miembros en las Fuerzas Armadas y en laPolicía. Tanto es que no se subordinan a ningúnpoder constitucional y que los civiles siguen enuna situación de subordinación a los militares,que hay un viejo anhelo del personal civil quetrabaja en los institutos armados y en la Policíaen el sentido de que se les incorpore también enun artículo constitucional. Para estos efectoshabría que hacer una modificación y poner: "Losefectivos de las Fuerzas Armadas y la PolicíaNacional, así como los servidores civiles de losMinisterios del Interior y Defensa, son fijados...",etcétera.

Lo mismo ocurriría con el otro artículo, en el quese habla de los grados y honores; habría que po-ner las equivalencias de los niveles ocupaciona-les del personal civil y administrativo.

Resulta injusto que el personal civil que laboraen las Fuerzas Armadas o en las fuerzas policialesestén sometidos a un régimen militar para todoslos efectos, incluso al ámbito del Código de Jus-ticia Militar, y que para los beneficios sean total-mente ignorados.

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Por eso, voy a alcanzar a la Comisión, a través deusted, Presidente, una propuesta de modificación�no sé en qué artículo exactamente, pero su-pongo que el señor Torres y Torres Lara lo podráfijar� para que se incluya al personal civil decarrera que labora en las Fuerzas Armadas y enla Policía Nacional.

Finalmente, creo que el término "deliberante", apesar de la acepción que tiene en todos los dic-cionarios, ha resultado y resulta, en la práctica,un término peyorativo, porque simplemente seha asimilado al concepto de raciocinio o de pen-samiento, y, en consecuencia, lo que se buscabadecir no se ha logrado precisar.

Hay que recordar que el término "deliberante"fue introducido en nuestra legislación para ex-presar que las Fuerzas Armadas no deben parti-cipar en política; pero esto ellos lo han entendi-do �y esto es muy importante, porque ha crea-do muchas veces una división entre Fuerzas Ar-madas y civilidad� como si nosotros, el poder ci-vil o el poder constitucional, no permitiéramosque los militares interviniesen en ningún tipo deactividad propia de los civiles o de los gobiernos.

En la práctica sí se da una participación de ellos,no solamente con la salida de los tanques, sinoen hechos rutinarios normales y legales, como sedaba, por ejemplo, en toda la legislación petrole-ra, pues las Fuerzas Armadas tenían que opinarnecesariamente sobre todos los contratos petro-leros que el Perú celebraba. En consecuencia, yaen la práctica hay una participación �y supongoque habrá otros casos� de los miembros de lasFuerzas Armadas como Fuerzas Armadas o comoComando Conjunto.

Por estas razones, el término "deliberante", talcomo ha sido sugerido, debería ser modificado ysustituido por un término que, sin ser conside-rado agraviante o peyorativo, recoja la verdade-ra intención del legislador o de los que estamoselaborando la Constitución.

Además, en lo referido a todo lo que son gastosmilitares y nombramientos, debe ejercitarse ma-yor control. Hemos visto, por ejemplo, en esteGobierno, que se ha nombrado como agregadomilitar ante la OEA a una persona que había sidoComandante General de la Marina, creándose uncargo que no existía. También el Gobierno ante-rior creó, para un policía amigo, el cargo de agre-gado en Viena.

Tenemos, si sacamos la cuenta, cientos de mili-tares destacados en el extranjero sin ningún tipode control ni de fiscalización por parte del Con-greso. Creemos que, en algunos casos, son in-

dispensables y necesarios; pero, en otros �lo ha-brán verificado los que han tenido oportunidadde visitar la sede de alguna embajada del Perúen el extranjero�, el número de agregados mili-tares es excesivo.

Por eso, señor Presidente, creo que la ratifica-ción de los ascensos por parte del Congreso esuna facultad a la cual no debemos renunciar, por-que sería una renuncia castrante �no diré his-tórica� para las facultades de la democracia.

Gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Carlos Ferrero.

El señor FERRERO COSTA (NM-C90).� Enprimer lugar, me referiré a esta reiterada obje-ción formulada por la oposición sobre la posibili-dad de que los ascensos finales de los miembrosde las Fuerzas Armadas no vengan al Congresode la República.

Este asunto ya fue planteado en la Comisión deConstitución y, oportunamente, rechazado pormayoría de votos. Hoy día hemos escuchado lomismo, con algunos argumentos nuevos pero queen el fondo insisten en la línea de que el Parla-mento ejerza atribuciones del Ejecutivo. Quie-nes quieren que el nombramiento final de losascensos militares se dé en el Congreso son losmismos que quieren fortalecer el régimen parla-mentarista y debilitar el régimen en el que pri-ma la fuerza del Poder Ejecutivo.

No quiero demostrar ahora que la tendencia cons-titucional del Perú es la de un gobierno, sino mix-to, cuando menos más presidencial que parlamen-tario. Tampoco quiero repetir los argumentosexpuestos sobre el hecho de que, cuando se eligea un Presidente en este país, el votante elige aun conductor, al que encabeza una administra-ción; mientras que, cuando elige a un parlamen-tario, elige a un hacedor de leyes y a un fiscali-zador del gobierno, mas no a un administradordel gobierno. Si el Parlamento pretende asumircondiciones que corresponden al Ejecutivo, en-tonces, en estricto sentido, invade lo que no essu campo.

Me pregunto, señor Presidente, ¿cuál es la ven-taja o la necesidad de que los generales de divi-sión sean confirmados por el Congreso?; ¿tene-mos nosotros más conocimiento de la carrera delos militares?; ¿podemos decir que los ochentacongresistas conocemos más sobre la vida, los mé-ritos, los deméritos, los estudios de perfecciona-miento y la naturaleza de cómo han cumplido su

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función durante sus veinte años de carrera?; ¿co-nocemos todo eso?

Si queremos convertirnos en jueces finales de lacarrera militar, eso supondría dos condiciones:

La primera, que hemos hecho un seguimiento alos oficiales desde que comenzaron su carrera, parapoder decir, al final, quién merece ascender ageneral de división o a vicealmirante y quién no.El caso es que nosotros no hemos seguido �nitenemos por qué hacerlo� la carrera de los mili-tares, ya que eso corresponde al organismo en elque lo militares trabajan y está reservado al áreacastrense. Por eso, lo único que se está haciendoahora es decir que, al final de esa carrera, la pro-puesta de ascenso la hacen los propios militaresy que es el Presidente de la República quien ladebe ratificar.

¿Por qué el Presidente de la República? En laexposición de la semana pasada, cuando se decíaque los integrantes de los colegios de abogados ylos profesores universitarios eran más limpios ypuros que los congresistas y que, por tanto, ladecisión final del Congreso sobre el Consejo dela Magistratura debería estar en manos de pro-fesores y de abogados, mas no de los congresis-tas, insistimos en un concepto que la oposicióntodavía no contesta: el problema de la legitimi-dad.

La legitimidad consiste en que las decisionesconstitucionales que otorgan poder a las distin-tas entidades del Estado deben salir de algunosde los organismos a los que el pueblo les ha dadopoder. Como el pueblo sólo les da poder, en tér-minos nacionales, al Congreso y al Presidente dela República, tarde o temprano todo mandatodebe ser legitimado mediante el nombramientode aquellos que son los depositarios finales delpoder: el Ejecutivo y el Legislativo. Si surgen ins-tituciones intermedias que no entroncan ni conel Ejecutivo ni con el Legislativo, la legitimidadde esas instituciones intermedias es mucho me-nor.

Por eso, cuando se dice que, al final de la carre-ra, el último ascenso es confirmado por el Presi-dente de la República o el Ejecutivo, en el fondolo que se hace es poner el sello de legitimidad aesa decisión que el Estado ha tomado. Lo únicoque nos diferencia es que, para quienes estamosen esta posición, ese sello de legitimidad lo poneel Ejecutivo; y para los otros, ese sello de legiti-midad lo coloca el Legislativo.

La argumentación expuesta por mis colegas diceque se cometen abusos, que algunos militares quedebían ascender no ascienden. Eso es cierto, pero

no se resuelve el problema con la ratificación delCongreso, porque tanto el Presidente como elCongreso no pueden eliminar a alguien que noestá en la lista de ascensos y colocarlo dondecrean. El Presidente y el Congreso son únicamen-te ratificadores de una decisión previa que se haadoptado, precisamente, por medio de los regla-mentos internos de la carrera militar.

Hay algo más en este punto. Siempre se dice quemuchas personas quedan frustradas porque noascienden; pero ese problema no lo resuelve elCongreso ni el Poder Ejecutivo. Lo que ocurre esque en el Perú, al igual que en el resto de Améri-ca Latina, tenemos pocas vacantes y muchos can-didatos al final de la carrera militar. Como existeuna distancia entre los que van a llegar a ser ylos que quieren ser, muchos de éstos se quedancon una frustración y, con toda razón, la vantransmitiendo a la sociedad.

El problema no es que ratifique el Ejecutivo o elLegislativo, sino que las vacantes existentes es-tén en concordancia con las posibilidades realesde aquellos que van a acceder al ascenso. No de-bemos llenarnos de postulantes sabiendo que lasvacantes finales son para una minoría.

Pero ése no es el problema que hoy se plantea.Debemos analizar ahora si el Congreso confirmaque a nosotros no nos corresponde ser jueces demilitares. El final de la carrera debe dependerde la administración del país, del Poder Ejecuti-vo, al que se le ha encargado que maneje las co-sas, y parte del manejo de las cosas son, precisa-mente, las decisiones finales sobre la carrera mi-litar.

Por esa misma razón estuvimos en desacuerdocon la ratificación de embajadores. Nosotros notenemos nada que hacer con relación al nombra-miento de esas personas. Si un embajador actúamal y nuestra representación es una vergüenza,llamamos al Ministro de Relaciones Exteriores ylo censuramos. No podemos decir que botamos aese embajador por el hecho de que no nos gustela forma como hace su trabajo, porque ése no esnuestro papel. Tampoco es nuestro papel nom-brar mediante una ratificación a embajadores oa militares; ésa no es la función de este Congre-so.

Ahora quisiera referirme, con la venia de miscolegas, al famoso problema del artículo 279º dela Constitución vigente. En su momento, noso-tros apoyamos la propuesta de modificación enla Comisión de Constitución; sin embargo, esteartículo llega al Pleno sin voto y como una pro-puesta formulada por el grupo mayoritario de laAlianza. Al igual que otros muy pocos temas, no

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llegó a la votación final, porque se dijo que elasunto iba a ser consultado.

El problema tiene que ver con el uso de los fon-dos para el equipamiento que administran lasFuerzas Armadas. Debo decir, dicho sea de paso,que para mi lectura no es solamente el equipa-miento logístico en el sentido de avituallamien-to, sino que estoy entendiendo que se incluye elequipamiento del material bélico, y supongo quetodos estamos entendiendo lo mismo.

Le voy a conceder una interrupción al señor Amu-rúz; pero, en adelante, con el permiso de la Pre-sidencia, voy a seguir de corrido.

El señor PRESIDENTE.� Le voy a agradecerque sea una excepción esta interrupción, para queusted pueda continuar hasta concluir con su ex-posición.

Señor Amurúz Gallegos, puede hacer uso de lainterrupción.

El señor AMURÚZ GALLEGOS (NM-C90).�Solamente quiero hacer una referencia en cuan-to a la ratificación de los ascensos militares dealto grado por el Congreso.

Si nosotros queremos que el Congreso sea el últi-mo que ratifique a los altos militares, eso se con-tradice totalmente con un artículo constitucionalque señala que el Presidente de la República es elJefe Supremo de las Fuerzas Armadas. Si no ha-cemos al Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas elúltimo eslabón que ratifique, contradecimos fla-grantemente ese artículo constitucional. Hay quetener mucho cuidado para que la Comisión de Cons-titución no se deje sorprender.

También quería aclararle al doctor GamarraOlivares...

El señor PRESIDENTE.� Señor congresista,se trata de una interrupción sobre el tema, no deuna exposición. Le ruego que no rompamos lasnormas.

El señor AMURÚZ GALLEGOS (NM-C90).�Quiero precisar una cosa muy puntual.

El doctor Gamarra nos dijo que un alférez gana350 nuevos soles; y un general, 500. Lo dudo;pero aun suponiendo que sea así, lo que el doctorGamarra no ha considerado es que ese generaltiene su gasolina, tiene su movilidad, tiene sumayordomo. En todo caso, las diferencias sonabismales.

Muchas gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Puede continuar,señor Ferrero Costa.

El señor FERRERO COSTA (NM-C90).� Elproblema del control de los fondos públicos nacecomo una exigencia de la sociedad ante el creci-miento del Estado y ante las condiciones de lapropia naturaleza humana.

Nadie tiene derecho de preguntarle a un terceroqué hace con su plata ni cómo la maneja; pero yaes un principio constitucional no sólo el derecho,sino la obligación de que a todo el que manejerecursos públicos se le pregunte qué cosa ha he-cho con el dinero que el pueblo le ha entregadotemporalmente para administrarlo y dar cuentade ello.

¿Qué ha ocurrido en la experiencia histórica delPerú? ¿Acaso alguien puede negar que la mane-ra como las Fuerzas Armadas han utilizado enalgunos casos los recursos de todos los peruanosno ha satisfecho el control adecuado? Sabemosque el manejo de esos recursos no satisface comopara decir que nada hay que reclamar al respec-to.

No quiero hacer ahora una enumeración de ca-sos, ni siquiera el de INDUMIL, que tiene sola-mente cuatro años; ni el de la Marina, que essumamente reciente y que debatiremos, como yalo anunciamos, en su oportunidad.

Lo que han demostrado todos esos casos es que,cuando los peruanos les entregamos a los milita-res el dinero para que lo manejen como mejor lesparezca, muchas veces actúan con corrección;pero otras veces, ese sistema reservado permiteirregularidades. Lo cierto es que, de no existirese sistema reservado, difícilmente se produci-rían tales situaciones.

¿Cómo es posible, en el caso de la Marina, quehayamos confiado en que los problemas que sur-girían el año 1981 �o antes o después� seríandescubiertos por un honesto inspector generalen el año 1984?; ¿o que luego, en el año 1987,1988 ó 1989 serían descubiertos por otro brillan-te inspector general? De repente descubrimos queno hubo ningún inspector general que estuvieradispuesto a decirles a sus camaradas de armasque algo huele mal, que él tiene la responsabili-dad de custodiar dinero del Estado y que, comoinspector general, interroga, cuestiona y denun-cia a sus camaradas de armas que han hecho maluso de ese dinero del Estado.

¿Cuántos de esos casos podemos exponer comouna prueba de que la manera en que los milita-res se controlan a sí mismos es la única manera

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que se puede aceptar como control? No hay res-puesta satisfactoria, porque la experiencia his-tórica del Perú demuestra que, al igual que encualquier otro grupo humano, el control internoes la primera etapa de control, pero nunca debeser la única.

Por ese motivo, señor Presidente, hemos propues-to el control externo. A pesar de ello, la bancadade la Alianza trae un texto que no recoge la pala-bra "externo", sino que ha preferido colocar lafrase: "el control de esos fondos se hará median-te los mecanismos que la ley señale".

Quiero hacer hincapié en que, cuando se dice "loque la ley señale", no es lo mismo que decir "loque la ley señala", porque hoy día la ley no seña-la lo que queremos, y lo que queremos es que lapróxima ley sí lo señale.

En consecuencia, se estaría estableciendo un prin-cipio constitucional que nos obligaría a modificarla legislación existente en el tema de presupuestoy de reglamentos internos de las Fuerzas Arma-das para hacer obligatorio el control externo delos recursos dirigidos al equipamiento y a las ne-cesidades propias de la defensa nacional.

Antes de que se proteste diciendo que eso signi-ficaría abrir los secretos militares al conocimientode cualquier funcionario de tercera categoría dela Contraloría General de la República, quisieraadvertir que eso tiene solución, porque lo que laley debe precisar es que hay que distinguir entregastos militares secretos y gastos militares nosecretos. Sin embargo, los gastos secretos no de-berían estar exentos de control, sino que recibi-rían un control especial.

Controlar todo esto es función de la ley y no de laConstitución. Por esta razón se propone que elcontrol con los mecanismos adecuados los señalela ley. De esta manera sería posible no que desa-parezcan las irregularidades, pero sí por lo me-nos que sea mucho más difícil cometerlas.

Un control externo es siempre más objetivo, por-que normalmente nos es difícil juzgarnos a no-sotros mismos; por eso, por ejemplo, el propioCongreso es fiscalizado por la Contraloría. Na-die debe de decir que, por ser tal o cual organis-mo, constituye un privilegio.

Como Gilberto Siura Céspedes me ha revelado�y él no me desmentirá�, la Contraloría nuncaha ejercido un control efectivo sobre los gastosmilitares ni tampoco sobre el Congreso. Se pen-saba muchas veces que, siendo grandes autori-dades, nadie debía meterse con ellos, y esto crea-ba, en el fondo, una enorme sensación de privile-

gio. Hay que preguntarse por qué hay que anali-zar las licitaciones del Ministerio de Transpor-tes y no las del Ministerio de Defensa; por quévamos a exigir al Ministerio de Agricultura quenos pruebe la naturaleza de los gastos que reali-za y no vamos hacer lo mismo con el Ministeriode la Marina. Todos están haciendo uso de undinero que sale del mismo sitio: el bolsillo de losperuanos.

El control externo es, además, transparente, por-que siempre hay un testigo ajeno que puede de-cir que ha visto las cuentas y que le consta que eldinero ha sido bien utilizado. En cambio, ¿quiénde nosotros le cree cien por ciento a un controla-dor que controla a sus propios compañeros dearmas?; ¿quién de nosotros puede estar segurode que es lo suficientemente objetivo?

Por eso es que en las instituciones privadas, apartir de cierta cifra y cuando una se transfierea otra, se pide auditoría externa; y lo mismo su-cede en las grandes privatizaciones que el Perúestá haciendo hoy día, porque ni en el extranjeroni en el Perú, ni los propios compradores de laBolsa peruana, confían en los contadores de lasempresas del Estado, que están fijando una ci-fras de las cuales uno, con todo derecho, puedesospechar. Por la misma razón, todo control ex-terno es siempre más objetivo y, para el caso queahora nos ocupa, no debe provenir únicamentede las mismas instituciones militares.

Señor Presidente, al sostener la necesidad demodificar el artículo 279º de la Constitución vi-gente, cumplimos con la obligación de aportar ala moralización del país.

Hay muchísimos militares honestos, como tam-bién abogados y jueces. El problema no es ése, elproblema no es que a un lado estén los que de-fienden al Ejército y al otro quienes se muestranen su contra; eso no se ha discutido esta tarde nitampoco hoy día en la mañana. Nos encontra-mos aquí los que quieren dejar las cosas tal comoestán ahora, aunque así sea más fácil hacer irre-gularidades; y los que hemos sido elegidos paracambiarlas para que a los sinvergüenzas, dondesea que estén, les sea mucho más difícil robar eldinero del Estado.

Después de aprobar este artículo, los congresis-tas tenemos la obligación de conseguir una nue-va ley que nos proteja de esa irreguralidad, dedonde sea que ésta provenga, en interés del Perú.

Gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor José Barba.

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El señor BARBA CABALLERO (CD).� Yono sé, Presidente, por qué no se le hace caso aldoctor Ferrero Costa en lo que dice. Realmentetiene muchísima razón en los argumentos y ra-zones que ha dado para un control externo efec-tivo sobre los gastos militares.

Al leer los artículos, incluso los de este capítulo,veo que se está soslayando los dos problemas fun-damentales de la cuestión militar: los desbordesinstitucionales a los que son adictos los cuerposmilitares; y, por supuesto, el control civil sobrelos gastos militares, que ha fundamentado muybien Carlos Ferrero.

En La República, de Platón, la clase de los gue-rreros tenía por misión la defensa externa y elorden interno, mientras que la cosa pública que-daba librada a los regidores. El mismo Platónadvierte que hay que tener mucho cuidado conestos guerreros, porque la república puede ter-minar en una dictadura. Por supuesto, da algu-nas sugerencias para evitar este destino; perotodas las recetas platónicas, en la práctica, hanresultado tan inútiles como la danza india paraatraer lluvia.

De ahí que Maquiavelo resuelve el problema asu modo y le sugiere al príncipe que, si queríaconservar sus dominios y privilegios, tenía queescoger el camino de las armas. El argumentoque da es más convincente que una pedrada enel ojo. Él dice que, como no hay proporción entreel hombre armado y el hombre desarmado y noes lógico que el hombre armado obedezca al hom-bre desarmado, el príncipe mismo tiene que lle-var la espada.

Desde entonces se han ensayado muchas fórmu-las y alternativas. Costa Rica, por ejemplo, a sumodo, escogió el camino de la disolución de lasFuerzas Armadas, y le ha ido muy bien hasta aho-ra. Corea del Norte escogió un camino muy cues-tionable en el sentido de incorporar a sus Fuer-zas Armadas dentro del aparato represivo delpoder del Estado.

Sin embargo, creo que el éxito más grande en loque se refiere a un control institucional del Es-tado sobre el poder militar ha sido el de los Esta-dos Unidos. Esto se ha dado sobre todo a partirde la ley de seguridad nacional del año 1947. Enella se estableció, entre otras cosas, que los mili-tares en actividad no podrían tener ningún puestode responsabilidad en la Secretaría de Defensa y,además, se les prohibió expresamente el accesoal poder nuclear norteamericano. Y es que la gue-rra, como bien se dijo, es un asunto demasiadoserio para dejarlo en manos de los militares.

En cambio, en América Latina tenemos una cues-tión no resuelta con el poder militar. En Chile,por ejemplo, Pinochet realmente se ríe del esta-do de derecho y es jefe de un poder absoluto den-tro de otro Estado. En Argentina, el InformeSábato, sobre las desapariciones, originó distin-tos levantamientos militares, y los "carapintadas"incluso demostraron el poco afecto que le tienena la democracia representativa. En Paraguay,nadie podría discutir en serio que son los milita-res los que realmente mandan en ese país. EnEcuador, en 1987, la Fuerza Aérea de este paíssecuestró al presidente León Febres y le impusosus condiciones. Venezuela, Haití, Panamá, Gua-temala, son ejemplos que nos demuestran que,de no ser por los Estados Unidos, estos paísesserían florecientes dictaduras.

Sin ir muy lejos, aquí en nuestro medio, hace muypoco tiempo el general Hermoza sacó los tanquesa las calles de Lima e incluso tuvo algunas ex-presiones que fueron consideradas ofensivas poreste Congreso.

Alguna vez me he preguntado dónde puede estarrealmente el poder, si en Palacio de Gobierno oen el Comando Conjunto. Pero, de todas mane-ras, lo que nos demuestran básicamente estosejemplos �y a esto apunto� es que el poder ci-vil no ha logrado controlar al poder militar. Setrata de algo muy serio; por esta razón, creo quehay que hacer una sugerencia respecto de dos delos artículos propuestos.

En lo referente, por ejemplo, al artículo 192º, nole agregaría nada; pero sí pondría un artículo quedijera lo siguiente: "Las autoridades militares noobedecerán órdenes superiores que sean mani-fiestamente contrarias a la Constitución o a lasleyes. El oficial que dé órdenes que tengan porobjeto atentar contra el orden constitucional sepriva a sí mismo de la legitimidad del mando,debiendo ser arrestado por los mismos recepto-res de la orden y puesto a disposición de la justi-cia militar".

Pienso, sobre la base de lo que ha expuesto Car-los Ferrero Costa, que debemos tomarnos muyen serio el problema del control de los gastosmilitares, porque, por una especie de artificio,absolutamente todo �hasta la compra de papas�resulta un secreto militar. Esto ha dado origen amuchas corruptelas, y, de una u otra manera,debemos ponerles fin.

Voy a concluir en un minuto, señor Presidente.

Si nosotros somos los que asignamos los fondospúblicos, que alguien me explique por qué el Par-lamento no puede fiscalizar estos gastos milita-

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res. Para que la libertad tenga algún sentido ennuestro medio, no solamente tenemos que ga-rantizar una efectiva separación de los poderesdel Estado, sino también la supremacía del po-der civil sobre el poder militar; de otra manera,estos caballeros podrían pensar que son parte deotro Estado o de una clase distinta y privilegiadade ciudadanos peruanos, lo cual es inadmisibleen un Estado contemporáneo.

Ojalá, señor Presidente, que variemos estos ar-tículos para obtener una Constitución más seriaal respecto.

Muchas gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Luis Enrique Tord.

El señor TORD ROMERO (CD).� Muchasgracias, señor Presidente.

Ante todo, quiero decir que estoy de acuerdo concasi todos los artículos que la mayoría ha ade-lantado sobre este importantísimo tema. Mi co-lega de bancada, José Barba Caballero, se ha re-ferido a aspectos de recursos y cuestiones de gol-pe de Estado que era pertinente tratar.

Por mi lado, solamente me referiré a la ratifica-ción de los generales y de los almirantes, que seha mantenido como una tradición constitucionalde nuestra patria.

En este punto encuentro una paradoja. Desde elmomento en que nosotros optamos por la inde-pendencia, el Ejército fue la columna vertebralde la nacionalidad peruana. Solamente dos insti-tuciones fueron fuertes y organizadas despuésde la separación de la metrópoli española: lasFuerzas Armadas y la Iglesia.

Como todos sabemos, entramos en una grave cri-sis de la civilidad. La aristocracia y la burguesíase fueron de aquí al ser afectadas en sus intere-ses ideológicos o económicos, ya que, en muchoscasos, eran españoles o descendientes de ellos.Los pocos criollos que asumieron desde las altasesferas sociales la identificación con la patria fue-ron finalmente los que ayudaron a las grandescorrientes libertadoras del norte y del sur.

Eso significó que las Fuerzas Armadas, columnavertebral de la nacionalidad después de la inde-pendencia, durante medio siglo resolvieran y con-dujeran los aspectos políticos de la vida nacio-nal. Lo paradójico es que, a pesar de que las Fuer-zas Armadas, en el siglo XIX o en gran parte deél, se constituyeron en la institución más fuerte,siempre se incluyó la ratificación de los nombra-

mientos de los generales y almirantes en todaslas constituciones de parte de esta institución;es decir, cuando el Congreso y el propio Ejecuti-vo eran tan débiles y las Fuerzas Armadas tanpoderosas, los altos nombramientos eran ratifi-cados por nosotros.

Pasan los años, viene el siglo XX y llegamos hoya lo que se supone es la estabilización democrá-tica, lo que suponemos que es la lucha de la civi-lidad por consolidarse, el esfuerzo de esta naciónpor acercarse al ideal de control de poderes e in-dependencia de los mismos; sin embargo, a cien-to setenta años de la República, se plantea aquípor primera vez �y a punto de aprobarse por lamayoría� que el Congreso no ratifique a los al-tos oficiales �generales y almirantes� de lasFuerzas Armadas del Perú.

Me parece paradójico, entonces que, frente a lainstitucionalización de la civilidad, después devarias décadas de lucha por la democracia y dehaber llegado �se suponía� a controlar con larazón el problema de las tensiones entre los po-deres �y respecto de los poderes, de las fuerzas,entre ellas las Fuerzas Armadas�, queramosinhibirnos de controlar la ratificación de los al-tos oficiales, tanto generales como almirantes.

Ello, una vez más, es muestra de esta desorien-tación, de esta falta de valor, de esta falta de co-raje que tenemos para poder asumir lo que conmás coraje asumieron en el pasado, siendo másfrágiles, quienes nos antecedieron en este Hemi-ciclo. Ellos sí soñaron con fuerza y con resolu-ción en tratar de controlar firmemente a estasFuerzas Armadas, que, ciertamente, son here-deras de las glorias de Junín y Ayacucho, perotienen que ponerse en su sitio, ya que son la co-lumna vertebral de la nacionalidad y la últimaposibilidad de la defensa del territorio, que es labase de la nacionalidad, y deben respetar la Cons-titución a través del Ejecutivo y del Congreso.

Esto me lleva a pensar en las palabras que Fran-cisco Tudela expresó hace unos días en el temade la reelección. Él adujo que estábamos llegan-do, o que ya estamos, en una especie de bonapar-tismo; es decir, en una fase política �con crudorealismo describía Tudela� caracterizada por undebilitamiento del poder del Congreso respectode la fuerza del Ejecutivo.

No discuto la objetividad o la no objetividad conla que pueda haber planteado el tema el señorTudela, pero no soy alguien que trate de resol-ver académicamente el asunto aquí; soy, hoy día,un protagonista de la conducción legal y políticadel país. Debemos enderezar la historia, y para

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eso estamos los ochenta congresistas aquí; no pa-ra echarnos ante la historia, sino para hacerla.

Debemos conducir a la nación sin miedo, y, porlo tanto, quiero destacar que no es posible queustedes aprueben la no ratificación de los altosoficiales de las Fuerzas Armadas para dejarla enmanos del Ejecutivo y del señor Presidente de laRepública.

Comprendo que ustedes, cuando aprobaron lareelección, mostraron su confianza en un hom-bre que hoy está en Palacio de Gobierno; pero,¿qué va a ocurrir con el Congreso cuando deje-mos esta arma �más que instrumento� en laConstitución y vaya a Palacio de Gobierno undemagogo que trate de usar a su manera esteinstrumento?

Entiendo que ustedes creen, lo cual es muy jus-to, en las virtudes del señor Presidente �¿por quéno?�, ustedes creen en su honestidad �¿por quéno?�, ustedes creen que va a durar esto �porqué no, es legítimo�; pero no es prudente queintroduzcan un instrumento hacia un futuro in-cierto sólo por la confianza que hoy le tienen aun hombre. Ya hemos visto demagogos que hanpasado por la Plaza de Armas. ¿Quieren ustedesponer en manos de ellos estos resortes?

Por ello, quiero invocar que este tema de la rati-ficación de los altos oficiales sea muy bien medi-tado por el Congreso. Ya he protestado en sumomento por nuestra inhibición respecto de laratificación de los embajadores, y ahora lo hagouna vez más en este caso. Así como voté contrala reelección, no por cuestiones personales res-pecto del señor Presidente actual, sino por tra-tarse de un instrumento peligroso que puede sermal usado por aquellos que ustedes ni siquierasueñan que estarán subiendo al Sillón de Pizarroen el futuro. Nadie sabe quién vendrá; no seanustedes los culpables y responsables de haber in-troducido estos mecanismos por cuestiones co-yunturales e inmediatistas.

Señor Presidente, hay un dicho criollo que vieneal caso, ya que ocurre muchas veces: unos tien-den la cama para que otros se acuesten.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Díaz Palacios.

El señor DÍAZ PALACIOS (MDI).� SeñorPresidente: Yo deseo poner la atención sobre trescuestiones bastante puntuales.

Todos los grupos políticos representados en esteCongreso Constituyente coincidimos, en una uotra forma, en la necesidad de potenciar a los

municipios como cimiento fundamental de unaestructura política descentralizada del Estadoperuano.

En nuestro criterio, ese fortalecimiento de losmunicipios pasa por respetar plenamente su au-tonomía, por definir y ampliar sus competencias,y, ciertamente, por darles los recursos económi-cos financieros que ellos requieren para solven-tar el proceso de desarrollo local de cada una delas circunscripciones. Ese fortalecimiento muni-cipal, en su relación con otras instituciones delEstado, en particular con la Policía Nacional, pasanecesariamente por la obligación de que la Poli-cía Nacional brinde apoyo a los gobiernos localespara el mejor cumplimiento de sus disposiciones.

Esto ya lo establece la Ley Orgánica de Munici-palidades; pero en muchas circunscripciones delpaís es letra muerta, por lo que planteamos, enel artículo 194º, la necesidad de que se incorporeun párrafo que diga que es obligación de la Poli-cía Nacional prestar apoyo a los gobiernos loca-les para el adecuado cumplimiento de sus dispo-siciones.

Con relación al artículo 199º, respecto de los fon-dos económicos que el Estado asigna a las Fuer-zas Armadas y a la Policía Nacional, coincidimoscon los colegas que han hecho uso de la palabraen el sentido de que aquí se precise con muchaclaridad la necesidad de un control presupuesta-rio de esos fondos.

Existe un decreto supremo expedido durante elrégimen aprista que prácticamente ha estableci-do que todo lo que adquieren, construyen o con-tratan las Fuerzas Armadas y las fuerzas poli-ciales está dentro del marco del secreto militar.De modo que es posible, vía secreto militar, com-prar desde un submarino hasta un par de zapa-tos.

En el Ministerio del Interior, durante el período1985-90, se invirtieron 130 millones de dólares,y hasta el momento no hay claridad sobre cuálha sido el destino final de estos fondos. Por estarazón, la Comisión de Presupuesto, en su mo-mento, conformó una subcomisión encargada delicitaciones, de concursos de precios y de méri-tos, y de contratación de obras, con la finalidadde que se haga la correspondiente investigación.Eso está en la agenda de la Comisión de Presu-puesto.

Nosotros estimamos absolutamente pertinenteque en el artículo 199º, sobre el control de los fon-dos que se asignan a las Fuerzas Armadas y a laPolicía Nacional, se señale que el control presu-puestario estará a cargo, por un lado, de la Con-traloría General de la República, pues es compe-

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tencia de este organismo de control; y, por otrolado, de la Comisión de Presupuesto del PoderLegislativo.

El Parlamento no puede renunciar a la fiscaliza-ción, que es uno de los más importantes rolesque nos asigna la estructura del Estado. Por eso,estimamos pertinente que se incorpore la preci-sión que estamos mencionando; de lo contrario,va a ocurrir lo que ya es una evidencia, pues du-rante toda una década �la del 80�, bajo el pre-texto o bajo el argumento del secreto militar, sehan hecho importantísimas inversiones y hastael momento no se tiene conocimiento puntual decuál ha sido el destino de esos fondos. Esto nosparece gravísimo si es que la Comisión de Cons-titución no incorpora en el control presupuesta-rio la participación de la Contraloría y de la Co-misión de Presupuesto.

Finalmente, en lo que atañe a la comisión de de-litos de violación de derechos humanos y de otrosdelitos comunes por parte de miembros de lasFuerzas Armadas y fuerzas policiales, nos pare-ce consistente y del todo justificada la propuestadel Movimiento Democrático de Izquierda paraque sean vistos en el fuero común y de ningunamanera queden como materia de juzgamiento enel fuero militar.

Este Congreso ha mostrado su sensibilidad al darprioridad al pleno respeto de los derechos huma-nos y diseñar las estructuras que permitan la máseficiente y transparente administración de justi-cia respecto de estos derechos. Además, la comu-nidad internacional juzga al Perú en función denuestra capacidad de respetar los derechos hu-manos y en función de nuestra transparenciapara juzgar los delitos que afecten esos derechos.

En consecuencia, consideramos que la propues-ta del Movimiento Democrático de Izquierda debeser recogida por la Comisión de Constitución.Para tal efecto, proponemos que en el artículo202º se añada un párrafo que diga que las viola-ciones de derechos humanos y otros delitos co-munes serán juzgados en el fuero común.

Eso es todo, colega Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra eldoctor Antero Flores-Araoz.

El señor FLORES-ARAOZ ESPARZA (PPC).�Señor Presidente: Buscando estudios sobre lasFuerzas Armadas y cómo se podría mejorar loestablecido en la Constitución de 1979, encontréunos comentarios generales en el diccionario delas conferencias habidas en Río de Janeiro,Medellín y Puebla, de las que Germán Doig hizo

una buena compilación. En ellos se decía: "Lesrecordamos con Medellín a los militares que tie-nen la misión de garantizar las libertades políti-cas de los ciudadanos en lugar de ponerles obstá-culos"; y agregaba respecto de las Fuerzas Arma-das: "ellas tienen la misión de garantizar las li-bertades políticas de los ciudadanos en lugar deponerles obstáculos, y además tienen la posibili-dad de educar dentro de sus propios cuadros alos jóvenes reclutas en orden a la futura partici-pación libre y responsable en la vida política delpaís".

Esta orientación tiene mucho que ver con lo quehoy día estamos debatiendo y con lo que tene-mos que decidir. No se trata de contraponer enmodo alguno poder civil o poderes militares. Setrata de que las Fuerzas Armadas contribuyanorientadoramente al bienestar del país, no sólodentro de los criterios tradicionales de resguar-dar fronteras y defender territorios, sino tam-bién en lo referido al desarrollo de la nación, a laformación de educandos �que son los reclutasque se encuentran haciendo su servicio militar�y, sobre todo, a la defensa del orden legal consti-tuido, que no es otro que el orden legal que ema-na de la Constitución y la ley.

Dentro de esta línea de pensamiento, creemosque en el proyecto que se debate para ser sus-tanciado en este Pleno habría que hacer algunasmodificaciones.

Por ejemplo, en el artículo 193º �si el doctorTorres y Torres Lara me escuchara, podría qui-zás apuntarlo�, cuando se dice que tienen comofinalidad primordial garantizar la independen-cia, la soberanía y la integridad territorial de laRepública, me parece que la terminología eslimitante, pues tiene el parámetro de lo que es laintegridad territorial y se olvida de que "territo-rio" se entiende como "tierra", y en este caso debeentenderse no solamente como la integridad deese territorio, sino también como la integridaddel dominio marítimo y del espacio aéreo.

Yo creo que, para redondear el concepto, el doc-tor Torres y Torres Lara �cuando preste aten-ción� podría agregar estos dos conceptos.

El artículo 198º señala: "Las Fuerzas Armadas yla Policía Nacional no son deliberantes. Estánsubordinadas al poder constitucional".

Para que nuestro colega y amigo, el doctor Car-los Torres, pueda prestar mayor atención, le re-mito por escrito, con el mayor gusto, un textosustitutorio que hemos preparado y que dice losiguiente: "Las Fuerzas Armadas y la PolicíaNacional no son deliberantes. Están sometidas

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al poder constitucional. La ley establecerá loscasos en los cuales emitirán opinión no vincu-lante".

Esto tiene sus motivaciones. ¿Qué significa "serdeliberante"? Hay que verlo dentro de la catego-ría jurídica de lo que significa "deliberación": con-versar, debatir y tomar una decisión vinculante.Es el término de categoría jurídica, porque no setrata simplemente de la conversación coloquialentre amigos, sino del debate reflexivo para po-der tomar una decisión vinculante con el poderpolítico. Dentro de esas características, es indis-cutible que las Fuerzas Armadas no sean delibe-rantes, porque lo que ellas opinen y tomen comoacuerdo no puede obligar al poder constituido, alpoder civil.

Eso no significa que entendamos a las FuerzasArmadas como una entidad con una actitud emi-nentemente mecánica, porque no lo son. LasFuerzas Armadas no son armas, tanques, caño-nes ni fusiles; son seres humanos que tambiéntienen pleno derecho de emitir una opinión. Estoes totalmente diferente al criterio de deliberar,que tiene un criterio vinculante.

La opinión es ilustrativa, no genera obligación enel oyente, simplemente ilustra, aconseja. Hay ca-sos en los que la opinión de las Fuerzas Armadases necesaria. Fue necesaria muchas veces en loscontratos petroleros, en los contratos mineros; ypuede ser necesaria cuando tenga que ver con de-terminadas inversiones que se realicen en zonascercanas a la frontera o cuando tenga que ver conla constitución de una empresa que tenga por fi-nalidad fabricar armas. En consecuencia, una cosaes "deliberar" y otra cosa es "opinar". No creemos,de ninguna manera, que no deban tener el dere-cho de opinar; creemos que sí lo tienen.

Sobre este tema, Domingo García Belaunde, enTeoría y Práctica de la Constitución Peruana,tomo I, página 349, nos decía: "El término "deli-berante", que es aquí clave, puede significar mu-chas cosas, y de hecho en el lenguaje coloquialaparece en una versión extrema, que algunos handesnaturalizado. Pero desde un punto de vistatécnico del lenguaje, y más aún desde el puntode vista del derecho, y más concretamente delDerecho Constitucional, ello tiene un significa-do muy preciso, cual es, capacidad de dialogar yde poder objetar conclusiones o procedimientos.Esto es, si por deliberante entendemos una con-sulta previa de carácter obligatoria, entonces lasFuerzas Armadas y Policiales no son deliberan-tes, y éste es su sentido auténtico y jurídico". Eslógico, por eso tenemos que diferenciar muy cla-ramente lo que es una determinación deliberan-te de una opinión que es ilustrativa.

He revisado muchos diccionarios jurídicos �Ome-ba, Cabanellas, etcétera� y todos coinciden enesta misma interpretación, que deberíamos to-mar para el texto sustitutorio del artículo 198ºque hemos presentado al Presidente de la Comi-sión de Constitución.

En relación con los ascensos de los grados supe-riores, creemos que como contrapeso al Poder Eje-cutivo, que toma la decisión, tiene que darse elrespaldo y la ratificación del Poder Legislativo.

En la mañana, Lourdes Flores Nano ha expresa-do y fundamentado hasta la saciedad este punto;por ello, no regresaré a lo mismo.

También me parece perjudicial que, a través delartículo 202º, en su última parte, se quiera crearun servicio policial obligatorio, olvidándose deque el tema policial es un asunto profesional yno simplemente el cumplimiento de una obliga-ción patriótica.

En este punto también se habla de la jurisdic-ción militar y de una ampliación. Entendemosque la ampliación que ha habido para casos deterrorismo y de traición a la patria con relación aciviles ha sido circunstancial. Se han dado comohechos muy singulares que ha vivido y vive elPerú con respecto al terrorismo; pero no debe-rían ser tomadas como normas permanentes. Losmilitares tienen fueros para los delitos de fun-ción; pero los civiles no deberían ser, salvo en elcaso de traición a la patria en caso de guerra ex-terna, retirados del fuero que les corresponde�el fuero ordinario� hacia un fuero especialcomo es el militar.

Tengo una relación extensa de todas las motiva-ciones e intentos de este Gobierno y de este mis-mo Congreso para desviar a los civiles de la ju-risdicción que les es aplicable y pasarlos a la ju-risdicción militar; pero, en fin, por la brevedaddel tiempo, no me voy a ocupar de ello.

Lo que sí voy a señalar �para finalizar, porquemi tiempo está concluyendo�, es que en el ar-tículo 204º se refiere a la fabricación de armasde guerra. Este concepto, por la imprecisión ypor el corsé que tenía la anterior disposición cons-titucional de 1979, motivó que el ex diputado y exmarino Raúl Pereyra presentara un proyecto deley �el Nº 1470� el 21 de mayo de 1991 con la fi-nalidad de permitir la fabricación �no el uso ni laposesión� de armas de guerra por particulares.

Este criterio es acogido por el artículo 204º delproyecto en el penúltimo acápite, que dice: "Seexceptúa la fabricación de armas de guerra porla industria privada en los casos que la ley seña-

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la". Sin embargo, en el siguiente párrafo dice: "Laley reglamenta la fabricación, el comercio, la po-sesión y el uso, por los particulares, de las armasque no son las de guerra".

Hay que tomar en cuenta que, para fabricar, hayque usar; y, para usar, hay que poseer. En conse-cuencia, este último párrafo creo que debemodificarse. En tal sentido, en vez de "armas queno son las de guerra" tendría que ponerse "ar-mas en general". De este modo, será la ley la quepueda distinguir en qué caso se puede usar, fa-bricar, comerciar o incluso probar las armas, por-que no se puede fabricar armas sin luego probar-las, sin luego usarlas. Los dos últimos acápitesde esta norma son un contrasentido.

Alcanzo esta propuesta en aras de mejorar �enalgo, por lo menos� la deficiente redacción.

Gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Olivera Vega.

El señor OLIVERA VEGA (FIM).� SeñorPresidente: Sobre el capítulo que hoy debatimos,debo expresar que, por más que el texto consti-tucional sea claro, siempre podremos afirmar queen mucho �en la historia reciente, por lo me-nos� no deja de ser declarativo.

Empezaremos por aquel famoso artículo, vigen-te en la Constitución de 1979, que señala que lasFuerzas Armadas no son deliberantes y que es-tán sometidas al orden constitucional.

Este artículo ha sido pisoteado flagrantementeel 5 de abril y no ha ocurrido absolutamente nadacon los responsables de ese atropello constitu-cional. Por el contrario, restablecido, supuesta-mente, el orden constitucional, el estado de de-recho, y electo este Congreso Constituyente, con-tinúan los autores del atropello constitucionalratificados en sus cargos y seguramente hastahan sido condecorados por los servicios leales quehan dado al Presidente de la República.

En este sentido, confieso que no hay realmenteuna gran convicción de lo que aquí se afirma.Vemos que esa actitud deliberante y desafianteha sido dada incluso contra este CongresoConstituyente por los mandos de las FuerzasArmadas cuando se llevaba a cabo la investiga-ción de la desaparición de los estudiantes y elprofesor de La Cantuta. No tuvieron ningún re-paro en sacar los tanques para expresar, con lafuerza en las calles, cuál era el estado de ánimode la cúpula militar.

Ya sea con una constitución vigente o sin ella, enla medida que no exista un jefe supremo de lasFuerzas Armadas con verdadera convicción y eje-cutoria democrática, poco o nada de respeto a laConstitución se les puede exigir a esos mandosde las Fuerzas Armadas.

Por eso, quién sabe, la experiencia nos llevaría asostener que, si bien es positivo afirmar que elPresidente de la República es el Jefe Supremode las Fuerza Armadas y de la Policía Nacional,en textos declarativos habría que incorporar queesta jefatura suprema de las Fuerzas Armadas yde la Policía Nacional la ejerce sólo dentro de lasatribuciones constitucionales. Entonces, se haceconveniente y necesario incorporar la propuestaconstitucional que ha alcanzado el representan-te Barba Caballero sobre la posibilidad de deso-bediencia por parte de inferiores jerárquicoscuando se trata de órdenes que violan flagran-temente la Constitución.

Aunque la llamada "desobediencia debida" exis-te en los códigos, en el Código de Justicia Militarsería una expresión y una voluntad clara y meri-diana de afirmación de la constitucionalidad sies que se le da un rango constitucional a esteprincipio de la desobediencia debida de órdenesque emanan de autoridades que transgreden laConstitución. Además, cuando el Presidente dela República ejerce el cargo de Jefe Supremo delas Fuerzas Armadas, debe dejar el de Presiden-te de la República, tal como lo señalaban ante-riores constituciones. De esta manera será, efec-tivamente, el que se ponga al comando de lasFuerzas Armadas, y dejará que sea el PrimerVicepresidente de la República, en este caso, elque asuma la responsabilidad de representar ala nación y de cumplir con toda la actividad pro-pia del Poder Ejecutivo.

En este caso preciso, las órdenes impartidas porel Presidente de la República en su calidad deJefe Supremo de las Fuerzas Armadas deben serescritas y debidamente avaladas por un ministroresponsable.

No es posible que en uso y abuso de esta facultadse hayan dado órdenes �hasta delitos juzgadosy denunciados oportunamente� que emanaronde la disposición presidencial. Me refiero, porejemplo, al caso de la masacre de los penales, en1986; o al caso del negociado de los Mirage �aúnimpune�. En este último caso se llegó al extre-mo de colocar a un comandante general de laFuerza Aérea para dar información que era se-creto militar, propio de la seguridad nacional, aun extranjero traficante de armas. Esto debemerecer un pronunciamiento categórico como ex-presión de voluntad democrática; aunque dudo

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de que exista esa voluntad, por lo que segura-mente no será incorporada esta propuesta en eltexto constitucional.

Por otro lado, el tema del gasto, que ya avanzó elseñor Ferrero Costa con buen criterio, tiene quemerecer nuestro apoyo. Lo dijimos en la Comi-sión de Constitución en su oportunidad y ahoralo afirmamos: el texto propuesto por la mayoríaoficialista no permitiría de manera clara quepudiera haber un control externo sobre el gastomilitar. Por el contrario, quien lee este texto pue-de entender, con razón, que, al hablarse de con-trol oficial, se está creando una instancia de con-trol diferente a la Contraloría General de la Re-pública, y eso no tiene por qué hacerse, porquelo que corresponde es afirmar expresamente queel gasto militar está sujeto a la fiscalización de laContraloría General de la República y del Con-greso Nacional.

La experiencia reciente nos demuestra que lasFuerzas Armadas se creen infiscalizables e in-controlables en todo lo que sea gasto militar. Bajola denominación "secreto militar" o "de seguri-dad nacional" se niegan al control del gasto. Es-tamos hablando de cientos de millones de dóla-res que no tienen justificación alguna y de la crea-ción de islas de impunidad incluso en casos evi-dentes de mal uso de esos fondos.

He citado como ejemplo el caso de los avionesMirage, y otros han citado el caso de INDUMILPERÚ y el de las cuentas de la Marina. Debemospreguntarnos, como lo hicimos en el caso de lareelección presidencial, ¿por qué no se puede fis-calizar las cuentas del Ejército o las cuentas dela Fuerza Aérea? Hasta el Presidente de la Re-pública, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas,habla y publica que hubo un comandante gene-ral corrupto, el general Vucetich; sin embargo,hasta la fecha es imposible ejercer una sancióncontra éste. Queremos, señor Presidente, que elCongreso y la Contraloría General de la Repú-blica puedan asumir su responsabilidad en la fis-calización de los fondos públicos.

En ese caso de la Marina que se ha recordadoaquí, nosotros tenemos conocimiento de que,cuando iba a intervenir la Contraloría Generalde la República, el Ministro de Defensa llamó ala doctora María Herminia Drago �la Contraloraen ese entonces� para decirle que no estaba den-tro de su competencia. Si algún error cometió laContralora General de la República, fue el deabdicar a su función constitucional y sometersea este tipo de limitación.

Existen denuncias en cuanto al gasto militar ypolicial. Vemos cómo públicamente se han expues-

to denuncias de sobrevaluación, de adjudicaciónsobrevaluada o arbitraria en adquisiciones reali-zadas por la Policía Nacional incluso con nom-bre propio; pero hasta la fecha no se hace nada.Vemos cómo se adquieren vehículos, equipos,helicópteros, mediante decretos supremos secre-tos que luego sólo la prensa libre va revelandoqué perjuicio para el país ocasionan.

Frente a estas graves denuncias, el Estado de-mocrático no tiene cómo defenderse.

Si queremos acabar verdaderamente con todaesta corrupción, impune desde hace años y cons-tante en todos los gobiernos democráticos y mi-litares, debemos dar una muestra categórica eincorporar un artículo constitucional que decla-re expresamente que el gasto militar está sujetoa la fiscalización de la Contraloría General de laRepública y del Congreso de la República.

Hay que definir también que los miembros delas Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional for-man parte de la función pública; es decir, queson funcionarios públicos. Lo digo, señor Presi-dente, porque, de acuerdo con la experiencia quetenemos de la aplicación de la Constitución vi-gente, no se les considera funcionarios públicos.

Cuando se ha tenido que aplicar el artículo cons-titucional que ordena al Fiscal de la Nación for-mular las denuncias contra los funcionarios pú-blicos por presunción de enriquecimiento ilícitoy por la no presentación de declaración jurada debienes y rentas, los militares, sobre todo genera-les y almirantes, se han negado de manera reite-rada a proporcionar esta información a la auto-ridad competente, que debe controlar periódica-mente que se mantenga un patrimonio que estéde acuerdo con el manejo correcto de los cargosque se ejecutan, cuidando que no haya presun-ción de signos exteriores de riqueza que estén endesacuerdo con las remuneraciones percibidas demanera legal. Por eso, señor Presidente, es ne-cesario dar esta afirmación clara y categórica.

También creemos que, como ya han adelantadomiembros de nuestra bancada, se debe estable-cer un contrapeso necesario que evite un régi-men que pueda institucionalizar el abuso delpoder.

Estas observaciones, entre otras, fueron las quede manera concertada estuvimos trabajando conlos representantes del Poder Ejecutivo antes del5 de abril. Lo que tratamos es evitar que por unfin partidario se interfiera, con criterios políticosde abuso, de exigencia, en la marcha institucionalde las Fuerzas Armadas, ya que esta situaciónpuede prestarse para las venganzas personales o

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las intrigas propias de aquellos rasputines querondan por Palacio de Gobierno. Para evitar eso,justamente, los pases al retiro por invitación, asícomo todo lo relativo a ascensos a nivel de oficia-les de más alta graduación, deben ser materia depronunciamiento del Congreso de la República.

No se puede invocar abuso por parte del Congre-so por esta facultad constitucional del año 1979;por el contrario, si algún error se ha cometido,ha sido extenderle la ratificación a quien no lomerecía, porque encubría su verdadero rostroantidemocrático tras el anonimato de declaracio-nes que, de buena fe, se han creído aquí en elCongreso.

Se ha dicho que traer las ratificaciones de losascensos al Congreso sería involucrar el poderpolítico en algo que sería propio del profesiona-lismo de las Fuerzas Armadas. ¿Y acaso eso po-dría funcionar cuando se trata de los nombra-mientos por cuenta del Poder Ejecutivo? ¿Estono sería acaso un riesgo total para el abuso sin elcontrapeso del Poder Legislativo, que represen-ta a toda la nación? ¿Es acaso legítimo que losaltos mandos de las Fuerzas Armadas sean rati-ficados sólo por el Presidente de la República,que pertenece a un solo movimiento partidario yque llega al gobierno con una parte de la pobla-ción electoral, cuando aquí, en el Congreso, estárepresentada la totalidad del pensamiento demo-crático de la nación?

Creemos que ya se han dado casos de abuso depoder tanto en ascensos como en pases al retiro.Por eso, es necesario no solamente mantener elcontrapeso y la responsabilidad del Congreso enel ascenso de los mandos militares, sino tambiénincorporar su opinión antes de que sean dadoslos pases de invitación al retiro que propone elPoder Ejecutivo.

El tema de la Policía Nacional y de sus equiva-lencias en cuanto a remuneraciones, jerarquíasy honores ha merecido la rectificación de la Co-misión de Constitución. Nunca debió haberse re-tirado; sin embargo, alguna pretensión de que-rer considerar a la Policía Nacional como unafuerza disminuida, subalterna, sometida, conrumbo a la extinción o al control directo de lasFuerzas Armadas, llevó a estos intentos. Si nohubiera sido por la protesta de los miembros ac-tivos y en retiro de la Policía Nacional, no se ha-bría dado esta necesaria rectificación que noso-tros, obviamente, respaldamos.

Para que no exista ninguna duda, debería incor-porarse en la Constitución una afirmación res-pecto de los sueldos y remuneraciones que perci-ben el Ejército y la Policía Nacional. De manera

reiterada se ha dicho ante la opinión pública yante los mandos militares que es el Congreso dela República quien fija los sueldos y remunera-ciones de las Fuerzas Armadas y de la PolicíaNacional; nada más alejado de la verdad. Por elcontrario, no me dejarán mentir los colegas quehan estado en el Parlamento de 1990 a 1992 acer-ca de cómo es que en la Cámara de Diputados yen el Senado oportunamente presentamos unaley para la homologación de los sueldos e ingre-sos de los miembros de las Fuerzas Armadas yde la Policía Nacional, porque éramos conscien-tes de que la situación era insostenible, y lo si-gue siendo hasta la fecha, pues son sueldos real-mente miserables con los que no se puede sobre-vivir. Esto encierra un factor de injusticia que sedebe rectificar.

En concordancia con la afirmación de que losmiembros de las Fuerzas Armadas y de la Poli-cía Nacional son funcionarios públicos porqueejercen una función pública y patriótica de de-fensa nacional, nosotros creemos que tambiéndeben estar incorporados dentro de la homolo-gación de las remuneraciones del sector público.No vale de nada que tengamos un conserje quegane igual que un parlamentario o que tenga-mos un general de las Fuerzas Armadas que ganemenos que un conserje, como ocurre en la provo-cativa realidad actual.

Esto merece un tratamiento que brinde equidady justicia. Por eso, en el tema de las remunera-ciones que son materia expresa de tratamientoconstitucional debe incorporarse a las FuerzasArmadas y a la Policía Nacional homologadas consus equivalentes dentro del sector público, y apropuesta del Poder Ejecutivo se fijaría, por ley,la remuneración.

Sobre el fuero militar, se ha dicho algo que mu-chos no conocen en el país: se administra justiciamilitar sin ser abogado. La administran, funda-mentalmente �sino que me rectifiquen�, miem-bros en actividad que forman parte de una orga-nización jerárquicamente establecida en sus le-yes orgánicas. No se dan, entonces, ni la plenaindependencia ni la plena autonomía que debetener un juez o un juzgador para administrar laley por igual a quien corresponda.

El señor Pease García ha propuesto que los miem-bros del fuero militar sean miembros de las Fuer-zas Armadas en situación de retiro �si es queno he entendido mal su propuesta�. Para ava-lar esta idea, diré que sería conveniente agregarque, además de ser miembros de las FuerzasArmadas en situación de retiro, también seanmiembros del cuerpo jurídico de las Fuerzas Ar-madas. De esta manera, se le dará un sentido de

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profesionalidad y una garantía a la administra-ción de justicia para que no se cometan abusospropios de órdenes que se deben obedecer sindudas ni murmuraciones, producto de las jerar-quías militares.

Creo que es la oportunidad también para podercrear lo que debe ser materia de un tratamientodiferente: el fuero policial.

Muchas veces un militar no puede entender lalabor policial, porque son diferentes. La policíatiene un trato directo y permanente con la po-blación y tiene sus normas y reglamentos pro-pios. La ley debe establecer diferencias en estecaso por la naturaleza de las cosas. Debo recor-dar que éste es un tema que causa malestar per-manente en los miembros de la Policía Nacional.Basta citar que el último paro policial incluíaentre sus demandas la necesidad de separar delfuero militar el juzgamiento de quienes cometendelitos en el ejercicio de sus funciones y la crea-ción, para ello, del respectivo fuero policial.

Finalmente, creemos que hay un tema que nodebe ser ignorado en este capítulo de la seguri-dad y la defensa nacional: el Servicio de Inteli-gencia Nacional.

El cargo de Jefe del Servicio de Inteligencia Na-cional también debe merecer ratificación expre-sa del Congreso de la República, que debe tener,por supuesto, la posibilidad de decisión en casose pretenda retirarle la confianza. Se podrá de-cir que es un cargo de confianza del Presidentede la República; pero creemos que el Servicio deInteligencia no es responsabilidad absoluta deuno de los poderes del Estado, sino que debe serel encuentro de todos los poderes del Estado porun objetivo común, sobre todo si es que ese obje-tivo es el que encabeza este capítulo, el de la se-guridad nacional.

En este común propósito se debe incluir, de ma-nera expresa, la fiscalización de los fondos admi-nistrados por el Servicio de Inteligencia Nacio-nal.

El Servicio de Inteligencia Nacional, en un exce-so de atribuciones, se ha constituido en una fuer-za armada dentro de la estructura institucionalde las Fuerzas Armadas. Esto crea un malestarcreciente que se evidencia, justamente, en las in-formaciones que brotan a la opinión pública pro-ducto de ese enfrentamiento al interior de lasFuerzas Armadas.

Bajo el membrete de "fondos administrados porel Servicio de Inteligencia Nacional" se puedencometer muchos abusos que nada tienen que ver

con la defensa ni con la seguridad nacional, sino�como oportunamente se demostró� con el es-pionaje político, con la persecución a los oposito-res y con la utilización de fondos públicos y deinstituciones con fines subalternos y contrariosal orden democrático.

También se ha demostrado cómo es que en otrospaíses democráticos, cuando ha existido la debi-da fiscalización de estos fondos, hasta comisiónde delito se ha tenido que acreditar al más altorango, al alto rango presidencial. No vale tampo-co, en una democracia, que alguien pueda girarlos fondos públicos como si fuera su chequerapersonal.

Aquí, señor Presidente, al mencionar expresa-mente al Servicio de Inteligencia Nacional y a sujefe, que debe ser ratificado por el Congreso dela República o removido por él a propuesta delEjecutivo, también hay que afirmar categórica-mente que los fondos administrados por ley pue-den ser fiscalizados por la Contraloría Generalde la República y por la respectiva comisión delCongreso. De esa manera, señor Presidente, es-taremos expresando nuestra voluntad clara ytransparente de no tener nada que ocultar y deafirmar el orden y el sistema democrático en con-cordancia con la seguridad y la defensa nacional.

Eso es todo, señor Presidente.

�Reasume la Presidencia el señor JaimeYoshiyama, durante la intervención del se-ñor Fernando Olivera Vega.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Nakamura Hinostroza.

El señor NAKAMURA HINOSTROZA (NM-C90).� Con su venia, señor Presidente.

Fundamentalmente quiero dirigirme a los con-gresistas para hacer un comentario sobre el artícu-lo 189º, que es el artículo 269º de la Constituciónde 1979.

Ningún país puede vivir en divorcio con la insti-tución encargada de la defensa nacional: sus pro-pias Fuerzas Armadas. El Estado es quien ga-rantiza la seguridad de la nación, y lo hace, enforma ordenada, mediante la defensa nacional.

Nosotros, durante estos doce últimos años, he-mos sufrido, directa o indirectamente, todo esteproceso de guerra subversiva, y hemos visto todala organización de las Fuerzas Armadas y la Po-licía Nacional para aplicar una táctica y una es-trategia frente al fenómeno subversivo.

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Por todo ello, es importante, al tratar en el Con-greso Constituyente Democrático el Capítulo XII,De la Seguridad y de la Defensa Nacional, revi-sar el artículo 189º con una parte complementa-ria de lo que es el artículo 269º de la Constitu-ción de 1979.

La defensa nacional es obligatoriamente perma-nente e integral. Dicha defensa incluye la nociónmás amplia de seguridad de la nación; en conse-cuencia, tiene que ver con criterios no solamen-te castrenses, sino, además, políticos, económi-cos y sociales.

Todas las personas, naturales o jurídicas, estánobligadas a contribuir, cada cual a su manera,con la defensa nacional. Esta movilización se debeefectuar siempre con arreglo a la ley.

Dentro de esta situación, en estos doce años, yen especial a partir del año 1984, a las distintaszonas donde verdaderamente se inician las ron-das campesinas se les ha apoyado desde un pun-to de vista técnico castrense y se les ha seguidodirigiendo para el proceso de pacificación.

Para este proceso ha sido importante lo que seseñala en los artículos 190º y 191º del proyecto.Este último dice: "La dirección, la preparación yel ejercicio de la Defensa Nacional se realizan através de un sistema cuya organización y cuyasfunciones determina la ley. El Presidente de laRepública dirige el Sistema de Defensa Nacio-nal".

La dirección, la preparación y el ejercicio de laDefensa Nacional son realizados por un sistemade las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacionalcon organización y funciones específicas.

En el artículo 195º se dice: "El Presidente de laRepública es el Jefe Supremo de las Fuerzas Ar-madas y de la Policía Nacional".

En la mañana ya hemos escuchado las aprecia-ciones de la doctora Lourdes Flores Nano; aho-ra, las del doctor Antero Flores-Araoz y las ase-veraciones del doctor Carlos Ferrero Costa. Porello, mi comentario será muy sucinto.

La calidad que tiene el Presidente de la Repúbli-ca de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y dela Policía Nacional es totalmente indiscutible y,sin dudas ni murmuraciones, en este proyectoconstitucional está declarado explícitamente.

Los golpes de Estado del 18 de julio de 1962 y del3 de octubre de 1968, además de interrumpir lavida constitucional, fundamentalmente tuvieronuna característica común: ambos se presentaron

como instituciones con la finalidad de abatir alrégimen constitucional de la época y estuvieronbajo las órdenes del Presidente del ComandoConjunto de las Fuerzas Armadas: en el año 1962,el general Ricardo Pérez Godoy; y, en el año 1968,el general Juan Velasco Alvarado.

No se trataba de un jefe militar que aisladamen-te se pronunciaba �como lo hizo el comandanteSánchez Cerro, en 1930, en Arequipa�, sino queera la institución castrense la que, sin relevo desus mandos, asumía el Gobierno. De esta mane-ra hubo quebranto en la disciplina militar, por-que el verdadero Jefe de las Fuerzas Armadas esel Presidente de la República y no el Presidentedel Comando Conjunto.

En la Constitución de 1933, en su artículo 134º,se señalaba como Jefe de las Fuerzas Armadas alPresidente de la República.

En la Constitución de 1979, el artículo 273º tam-bién recoge lo señalado en el presente proyecto.

En la Constitución de los Estados Unidos deAmérica, la Rama Ejecutiva, artículo II, la sec-ción II, se señala: "El Presidente será Coman-dante en Jefe del Ejército y la Armada de losEstados Unidos, así como de la Milicia de los dis-tintos Estados cuando ésta sea llamada al Servi-cio efectivo (...)". En esta Constitución no existedistinción entre tiempo de paz y de guerra; peroen esa historia existe un caso dramático de su-blevación de la autoridad militar al poder civil.Este caso lo representa la destitución del gene-ral Mc Arthur por orden del presidente HarryTruman en el año 1951, en plena guerra conCorea. Éste es un caso típico en el que un presi-dente define que es el Jefe Supremo de sus Fuer-zas Armadas.

Con respeto a la legislación extranjera, en el ar-tículo 15º de la Constitución de Francia se dice:"El Presidente de la República es el jefe de losejércitos. Preside los consejos y los comités su-periores de la defensa nacional".

La Constitución de España, en su artículo 62º,dice:

"Corresponde al Rey:

(...)

h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas".

En casi todas las constituciones las facultades delPresidente son uniformes en el sentido de quese le otorga la jefatura suprema de las FuerzasArmadas y de la Policía.

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Dentro de este capítulo relativo a la defensa na-cional y al orden interno y dentro de este proce-so de pacificación, creo que estos comentarios sonvalederos, como también lo son las opiniones delos congresistas que me han antecedido.

Eso es lo que tengo que decir, señor Presidente.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Manuel La Torre Bardales.

El señor LA TORRE BARDALES (NM-C90).�Señor Presidente: Con mucha paciencia y conbastante concentración he escuchado a los cole-gas congresistas. Muchos de ellos exponen lasrazones por las que el Congreso de la Repúblicadebe encargarse de ratificar los ascensos de losgenerales.

Yo creo que, si nosotros queremos ser un Con-greso con autonomía e independencia, como unpoder realmente independiente, no debemos in-tervenir en una situación como ésa, porque rati-ficar los ascensos de los militares significaría te-ner que someter la carrera militar al Congresode la República. Así, desde el momento en queun alumno ingresase a una escuela superior mi-litar estaría pensando, como es natural, que quie-re llegar a ser un general, pero que lo será a tra-vés del Congreso de la República y a través dedeterminado partido o de determinada colectivi-dad política.

Si yo fuera joven y quisiera postular, por ejem-plo, a la Escuela Militar de Chorrillos, lo pensa-ría dos veces, porque primero debo pensar enconvertirme en un verdadero militar; y, segun-do, en convertirme en un político. Significa quetendría que estar en dos campos: el militar y elpolítico.

Por eso, yo creo que el Congreso debe despolitizarel ascenso de la carrera militar. Me inclino por elsentir de que sea cada uno de los comandos delos institutos armados y de la Policía Nacional, através de sus reglamentos respectivos, los querealicen la propuesta; y de que sea el Presidentede la República el que haga la ratificación. Deesta manera dejaríamos en total independenciaal Congreso de la República, porque, si nosotrosnos preocupamos del ascenso de un coronel ageneral, de un general de brigada a general dedivisión o de un general de división a tenientegeneral, estaríamos dejando de lado el derecho yla gran potestad de legislar y de dar leyes de ca-rácter nacional. Ésta es una gran oportunidadpara que definamos que el Congreso de la Repú-blica no tiene que intervenir en ese aspecto.

De otro lado, estoy seguro de que la Policía Na-cional, dentro de su profesionalización, tiene quehacer un campo especial de prevención y otro deinvestigación, ambos con carácter científico, por-que tienen que prepararse con ese objetivo parallegar a lo máximo. Ya el general Antonio KetínVidal da una prueba de ello cuando toma la jefa-tura de la DINCOTE y, con una política nacionalde apoyo a esta actitud de investigación de tipocientífico, logra excelentes resultados, como lacaptura de los principales líderes de la subver-sión. Esto es una muestra de que la Policía Na-cional requiere de acciones especializadas en laprevención y en la investigación del delito.

También he visto con bastante interés que unade las funciones de la Policía Nacional es conser-var el orden interno. Se podría decir que, a pesarde que el orden interno es acción de la Policía,del Ministerio Público y del Poder Judicial, laPolicía Nacional tiene que prepararse tambiénen otro terreno. Al tener que actuar dentro delorden interno y del orden público, la Policía tie-ne la oportunidad de que sus efectivos no seansimplemente cuidadores de esquinas o personasencargadas de dirigir el tránsito, sino más bienpersonas con aptitudes y capacidades para diri-gir los destinos de su institución.

He escuchado, además, que se pedía colocar, den-tro de la fórmula sustitutoria presentada por laComisión de Constitución en mayoría, que laPolicía Nacional tiene que actuar dentro de es-tos campos reglamentada por una ley. Hay queentender que la Constitución que estamos apro-bando es un marco general, y que después de esemarco general va a tener que darse la ley orgáni-ca de la Policía Nacional. De repente dentro deesa ley vamos a dar normas de tipo constitucio-nal y normas de tipo orgánico.

En uno u otro sentido, así el Ejército, la Marinay la FAP se hallan dentro de un ámbito de capa-citación permanente, estamos dando la opciónpara que lo mismo ocurra con la Policía Nacio-nal.

Creo que necesitamos que los institutos arma-dos y la Policía Nacional día a día se superen me-diante estudios y las oportunidades que la ley lesotorgue. De esta manera serán más eficientes yestarán cada vez mejor al servicio de nuestrapatria.

Muchas gracias, señor Presidente, por la pacien-cia que usted ha tenido de escucharme.

El señor PRESIDENTE.� Puede hacer usode la palabra el señor García Saavedra.

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El señor GARCÍA SAAVEDRA (NM-C90).�Señor Presidente: En realidad quería afianzar loque ha dicho el colega La Torre Bardales con res-pecto al artículo 196º en el sentido de que debe-ría utilizarse lo que es la especialización o capa-citación de nuestras Fuerzas Armadas y PolicíaNacional.

A través de la historia siempre se ha pensadoque nuestras Fuerzas Armadas solamente sonutilizadas para épocas de guerra. Los que en al-guna oportunidad hemos estado involucrados oestamos involucrados en la docencia pensamosque nuestras Fuerzas Armadas cumplen doblefunción en el país, porque, si apreciamos la laborque realizan, por ejemplo, en las fronteras, tan-to un oficial como un soldado raso no tan sólo seencargan de cuidar nuestro territorio, sino quetambién capacitan a todas aquellas personas queno tienen acceso a la educación; tanto es así queel soldado raso se constituye en uno de los pocosque podría alfabetizar cuando no se cuenta conun profesor. Un soldado también puede dar asis-tencia médica, así como orientar y organizar alas comunidades de los lugares más apartados.

Entonces, no podemos pensar que nuestras Fuer-zas Armadas sólo son utilizadas en tiempos deguerra, porque también son útiles, al igual quela Policía, en otras actividades. En los lugares dela sierra y la selva, un policía representa el or-den y es el que lleva educación y cultura a diver-sas aldeas del país.

Pienso que cada soldado, después de cumplir suservicio militar y ser capacitado por nuestros ofi-ciales, debe tener un oficio. Gracias a sus conoci-mientos de ingeniería civil y de topografía, enestos momentos nuestro Ejército hace pistas ycarreteras en lugares a los que no han podido irotros ingenieros, otras compañías, pero que sonde mucha importancia.

La capacitación también debe darse en la Policíaen las diferentes áreas que tenemos, como la Poli-cía de Reforestación, la Policía de Investigación.

Esa capacitación y esas especialidades se debendar dentro de nuestras Fuerzas Armadas paradarles el sitial que les corresponde. ¿Qué le pa-saría a un soldado o a un oficial si sale del Ejérci-to y ha perdido un brazo o la vista? A un militarno tan sólo se le tiene que preparar para dispa-rar y dar órdenes, sino que también se le tieneque capacitar a la persona, al hombre.

En ese sentido, pienso que el...

El señor CHÚ MERIZ (FIM).� ¿Me permiteuna interrupción?

El señor GARCÍA SAAVEDRA (NM-C90).�Sí, cómo no. Con la venia de la Presidencia.

El señor PRESIDENTE.� Puede interrum-pir, señor Chú Meriz.

El señor CHÚ MERIZ (FIM).� Señor Presi-dente: Deseo expresar mi confusión ante la faltade comprensión de la mayoría parlamentaria so-bre la necesidad de especificar en la nueva Cons-titución Política que la ley determina la organi-zación de la Policía Nacional y garantiza su de-sarrollo mediante la especialización en sus fun-ciones de prevención e investigación de delitos.

¿Acaso no es cierto que la función policial se pue-de expresar sólo a través de dos funciones queson universales: la prevención del delito �laPolicía uniformada� y la investigación del deli-to �la Policía no uniformada�?

¿Acaso no es cierto que en el Perú, a lo largo desetenta años, la Policía Nacional ha logrado unalto nivel de especialización mediante sus doscuerpos fundadores: la Guardia Civil y la Policíade Investigaciones, esta última, a través de laDINCOTE, cuya extraordinaria labor todos losperuanos la reconocemos?

¿Acaso no es cierto que conducir al país hacia lamodernidad es propósito expreso del Gobierno,y que para lograrlo es imprescindible la tecnifi-cación, la especialización de las instituciones tu-telares, como es el caso de la Policía Nacional?

¿Acaso no es cierto que la seguridad ciudadanase puede ver afectada gravemente si continúa elequivocado proceso de unificación que está des-truyendo la tecnificación lograda por la PolicíaNacional?

Si todo esto es cierto, ¿por qué no reconocer estaverdad en el texto por aprobarse con el fin decautelar que la Policía Nacional marche armóni-camente con la técnica y la ciencia en favor deldesarrollo integral del país?

El texto que he propuesto no es reglamentarista,más bien es principista, veraz y justo con la Poli-cía Nacional.

Muchas gracias, señor Presidente; gracias, señorGarcía Saavedra.

El señor PRESIDENTE.� Continúe, señorGarcía Saavedra.

El señor GARCÍA SAAVEDRA (NM-C90).�Señor Presidente: Lo que se busca es darles anuestras Fuerzas Armadas y a nuestras fuerzas

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policiales el sitial que se requiere de acuerdo consu preparación.

Nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacionalhan participado muy activamente en el trabajoque saben hacer. Para que ello se siga realizan-do, la mayoría piensa que la especialización de-bería darse y que las leyes y reglamentos respec-tivos determinarán la organización, las funcio-nes, la preparación y la especialización en el em-pleo y la disciplina de las Fuerzas Armadas y laPolicía Nacional.

Esto se debe hacer para que se entienda que nues-tras Fuerzas Armadas y fuerzas policiales tienenque estar bien preparadas en el futuro, tanto entiempos de guerra como en tiempos de paz, paraestar al servicio de la nueva sociedad que pre-tende hacer, Dios mediante, nuestro gobierno dereconstrucción nacional.

Los que vivimos en la parte norte del país sabe-mos que un soldado es un soldado, y que un poli-cía es un policía. Si faltara la Policía en un pue-blo, en un distrito o en un lugar de frontera, nohabría paz ni tranquilidad.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE.� Tiene la palabra elseñor Siura Céspedes.

El señor SIURA CÉSPEDES (NM-C90).�Señor Presidente: Creo que este día ha sido muyimportante, ya que hemos revisado el contenidode nuestro proyecto de Constitución, al que ne-cesariamente hemos incorporado algunos concep-tos vertidos en el transcurso del debate.

Quiero señalar que el artículo 195º de este nue-vo proyecto nos expresa en forma reiterativa queel Presidente de la República es el Jefe Supremode las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.Esto está traducido en la práctica, ya que el Pre-sidente, en los últimos tiempos, ha demostradoque no se trata sólo de una nominación en el tex-to constitucional, sino que en la realidad los he-chos lo demuestran.

Tenemos muestras y evidencias concretas que losresultados obtenidos en la tarea de pacificacióny en la lucha frontal contra el terrorismo hantenido mucho que ver con esta participación di-recta y pública del Presidente de la Repúblicacuando ha enfrentado a este gran flagelo en for-ma efectiva y valiente. La población observa losresultados que hemos obtenido en estos días.

Creo que éste es un texto que debe permanecerpor mucho tiempo. La ciudadanía tiene que to-

mar conciencia de que el poder militar debe es-tar sujeto al poder político y que el Presidente dela República es quien personifica al pueblo pe-ruano a través de las elecciones, y es a él a quienel poder militar debe sujetarse.

Aunque seamos reiterativos, creemos que el nue-vo proyecto de Constitución debe contener esetexto para que el Presidente actual dé ejemplode que, efectivamente, esto es una realidad, y paraque las próximas generaciones, los próximos pre-sidentes y los próximos gobiernos, insistan en queel poder militar debe estar sujeto �reitero y su-brayo� al poder político.

En nuestro país se necesita dar una mayor con-sistencia al poder político, que está comprometi-do con el desarrollo del país y su problemática;para ello, el poder militar debe estar sujeto alpoder político.

Este artículo no debe pasar inadvertido. En esesentido, reafirmamos que estamos de acuerdo conque el poder político sea predominante en el de-sarrollo y el destino del país. Debemos de men-cionarlo una y otra vez: este artículo debe seruna realidad para las próximas generaciones.

Este poder militar muchas veces, como algunoslo han mencionado, pretende ser deliberante, yasea por su conducta o por su acción. Por esta ra-zón, debemos reiterar en el texto constitucionalque ni las Fuerzas Armadas ni la Policía Nacio-nal son deliberantes y que están subordinadas alpoder constitucional.

Estas afirmaciones no deben ser nominativas enel texto constitucional como lo han sido en losaños anteriores. El Presidente actual está dandomuestras de que, efectivamente, las Fuerzas Ar-madas no están permitidas de deliberar por eldestino y por las problemáticas coyunturales denuestro país. Ellas, más bien, deben sujetarse yobedecer las disposiciones emitidas a través delpoder constitucional.

La Constitución que estamos elaborando enmar-ca toda nuestra problemática y todas nuestrasaspiraciones sobre cómo debe ser el proceso dedemocratización en el país. Las Fuerzas Arma-das y la Policía Nacional deben de contribuir, enforma efectiva, a que este desarrollo y esta tareade pacificación se realicen.

En ese sentido, las Fuerzas Armadas, dentro desus funciones, tienen que dar cuenta de cómoestán efectuando la ejecución de sus gastos.

Se ha mencionado el grave problema �causa demucha dedicación de este Congreso Constituyen-

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te� en el caso de la Marina. Lo que sucedió ahí,principalmente, ha sido una falta del control enla ejecución de sus gastos, y los miembros delCongreso nos hemos visto prácticamente desar-mados cuando hemos tenido que discutir estaclase de asuntos. A pesar de que el artículo 200ºde la Constitución le daba facultades a este Con-greso, por medio de la Comisión Revisora de laCuenta General de la República, para discutircualquier acusación o cuestionamiento a empre-sa pública o entidad del Estado, durante los doceaños no se pronunció, excepto en el año 1981,cuando se aprobó la Cuenta General por una ley,pero en los años restantes no se ha tenido la hi-dalguía de darle una respuesta al país por mediode un control parlamentario.

El control del Congreso sólo era nominativo enel artículo 200º de la Constitución. Por eso, cuan-do se habla específicamente del control de la eje-cución de los gastos de las Fuerzas Armadas y dela Policía Nacional, se agrega una novedad: elartículo 199º menciona que los fondos no pue-den ser dedicados sino a los fines institucionalesy bajo el control que la ley señale.

Ha habido algunas sugerencias para modificar eltexto relativo al control, pero todos estamos deacuerdo en que debe existir un mecanismo decontrol en la ejecución de los gastos de las Fuer-zas Armadas y de las fuerzas policiales.

Es cierto que hay dinero que debe ser utilizadoen forma secreta y que posiblemente haya ran-gos en la ejecución de esos gastos; pero, de todasmaneras, merecen un debido control, pues los re-presentantes del pueblo, los que conformamoseste Congreso, debemos conocer cómo se estánejecutando esos gastos. En casos como el de laMarina y otros, el Congreso debe tener la obliga-ción de fiscalizar y señalar las sanciones paracualquier militar o funcionario que esté compro-metido en el mal uso de ese dinero.

Asimismo, en reconocimiento a las leales Fuer-zas Armadas �y cuando digo "leales", digo lealesal pueblo peruano� y a la Policía Nacional, seha añadido un artículo, el artículo 200º, que dice:"las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional par-ticipan en el desarrollo económico y social del paísy en la defensa civil de acuerdo a ley".

Esto ya se viene haciendo por las Fuerzas Arma-das en diferentes lugares del país no solamentepor disposición del Ejecutivo, sino atendiendo alos gobiernos regionales y a los requerimientosde los alcaldes. Las Fuerzas Armadas, a travésde sus mandos militares, están colaborando conlabores de ingeniería y con la implementaciónde equipos propios habilitan carreteras, recons-

truyen locales, abren zanjas, etcétera; y todo estoes meritorio. Ahora sí las Fuerzas Armadas y laPolicía Nacional se van a sentir respaldadas cons-titucionalmente, porque en la Constitución es-taremos señalando que deben participar en el de-sarrollo económico y social del país.

Todavía hay que mencionar por qué se está con-firiendo, de conformidad con la ley, que el Presi-dente de la República determine los ascensos delos miembros de alta graduación de las FuerzasArmadas y de la Policía Nacional.

Debo decir con toda claridad que esta disposi-ción va a despolitizar en parte �no digo en for-ma absoluta� los ascensos de los generales y al-mirantes de las Fuerzas Armadas. El Presidentede la República es el Jefe Supremo de las Fuer-zas Armadas y está en contacto directo con ellasordenándoles y disponiendo que contribuyan conel desarrollo del país. El Presidente de la Repú-blica, no el Congreso, es quien tiene más conoci-miento de cómo funcionan las Fuerzas Armadasy la Policía Nacional.

Lo pertinente, para despolitizar en parte estosascensos, es darle esta responsabilidad al Presi-dente de la República. Obviamente, serán lascomandancias generales, a través de sus inspecto-rías y con la ayuda de equipos, las que determi-nen en forma técnica y precisa quiénes son esoscandidatos que pueden acceder al grado de gene-ral o almirante en las Fuerzas Armadas, y, final-mente, el Presidente determinará quiénes sonlos que han de alcanzar este mérito.

Creo también que se ha hecho justicia al reto-marse el artículo de la Constitución vigente quehabla de la equivalencia de los grados, honores,remuneraciones y pensiones inherentes a la je-rarquía de oficiales de las Fuerzas Armadas y dela Policía Nacional; y que señala también que unaley establecerá estas equivalencias.

Tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Na-cional están haciendo una labor de sacrificio, es-tán haciendo historia en nuestra patria.

Si hay algo que mencionar, es el reconocimientoa muchos hombres que han dado no solamenteparte de su cuerpo, sino toda su vida en esta lu-cha frontal contra el terrorismo. Hay que brin-darles a ellos un reconocimiento especial en estasesión. El reconocimiento debemos hacerlo, se-ñor Presidente, diciéndoles a ellos que estamosconscientes de su participación honesta y leal.Ayer los hemos visto por la televisión, y somosconscientes de que necesitamos hacer un recla-mo al ministro de ese sector para que sean atendi-

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das las peticiones que ayer se han hecho públi-cas a nivel nacional.

No es justo que quienes han dado parte de sucuerpo reciban una mala atención. Con ellos noshemos reunido el día viernes en la Comisión deDefensa, y, por supuesto, sabemos que todo estásujeto a las posibilidades económicas; pero sé queaquí todos compartimos este reclamo que hace-mos público desde el Congreso para que los sec-tores del Interior y de Defensa atiendan los re-querimientos de estos miembros de la PolicíaNacional que en forma pacífica han venido al Con-greso y que en forma pública han reclamado enun canal de televisión solamente sus derechos�subrayo esto�. Por eso, esta tarde se ha he-cho justicia al reincorporarse el texto referentea los grados, honores, remuneraciones y pensio-nes.

Quisiera mencionar también que ni las FuerzasArmadas ni la Policía Nacional se escapan delgran flagelo de la corrupción. En este punto hayque tener mucho cuidado. El Congreso tiene laobligación moral y legal, ante el pueblo peruano,de fiscalizar cualquier acto de corrupción; estatarde nos corresponde hacer una mención espe-cial por los casos que pudiera haber en las Fuer-zas Armadas o en la Policía Nacional. Tenemosla obligación de denunciar y atender los casos deviolación de derechos humanos, y haremos todolo posible para que se respeten los derechos hu-manos en nuestro país como lo quiere la mayo-ría de los peruanos, aun en circunstancias de lu-cha frontal contra el terrorismo.

Presidente: Creo que el texto que se ha de modifi-car lo tiene finalmente el Presidente de la Comi-sión de Constitución, quien, en su oportunidad,estará dando la sugerencia para el texto final.

Gracias, Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Puede hacer usode la palabra la doctora Martha Chávez.

La señorita CHÁVEZ COSSÍO (NM-C90).�Señor Presidente: Quisiera comentar sobre al-gunas de las observaciones que se han hecho a lolargo del día con relación al capítulo propuesto.

En primer lugar, en lo que se refiere a la delibe-rancia, ésta no significa pensamiento, sino deci-sión. Por lo tanto, cuando se dice que las Fuer-zas Armadas no son deliberantes, no se les quie-re insultar a las personas que forman parte deellas diciéndoles que no piensan, sino que sim-plemente se les quiere señalar que no deciden.

Ahora bien, cuando se dice que las Fuerzas Ar-madas emiten opinión, es cierto eso, pero la emi-

ten de acuerdo con las leyes específicas y con laslimitaciones que las leyes también señalan, puesde ese modo queda precisado si la opinión es obli-gatoria o no para el que debe tomar la decisióndespués.

Por estas razones, considero que el término "de-liberante" no debe de ser eliminado ni sustituidoen el texto del anteproyecto.

Es más, revisando simplemente una Constitu-ción, la ecuatoriana, se lee que establece lo mis-mo en el sentido de que la Fuerza Pública �loque para nosotros son las Fuerzas Armadas� noes deliberante. Por lo tanto, el término no es pe-yorativo ni quiere tener esa intención, aun cuan-do algunos quisieran atribuírsela.

En segundo lugar, cuando se habla de la ratifica-ción por el Congreso, consideramos que es unavance, para impedir la politización de las Fuer-zas Armadas, que los ascensos de los oficiales dealta graduación sean ratificados por el Presiden-te de la República. Consideramos que es unamedida que favorece a las Fuerzas Armadas y ala Policía Nacional y que se compadece, además,con el sentimiento actual de ellas. No debemosguiarnos por la opinión de aquellos que han sidoformados y que han pertenecido a estas fuerzashace muchos años, ya que, evidentemente, res-ponden a costumbres y a una tradición que elloshan vivido, pero no reflejan la opinión de los mi-litares en actividad.

De otro lado, se ha dicho que el Fuero PrivativoMilitar debe estar formado exclusivamente porletrados. Si bien consideramos que esto puedeser lo ideal �y más aún para un abogado�, enel caso concreto del Fuero Privativo Militar noes posible, por lo menos en estos momentos. ¿Porqué? Por la sencilla razón de que, de acuerdo conlo que establece el Código de Justicia Militar, lostribunales militares, en segunda o en última ins-tancia, deben estar compuestos tanto por aboga-dos como por militares que han estudiado en laEscuela Militar y que no son abogados. Estas per-sonas legas en materia jurídica votan cuestionesde hecho, mas no de derecho. En consecuencia,no es conveniente en estos momentos excluir amilitares de carrera de intervenir, votar y deci-dir sobre los casos que el Fuero Privativo Militarjuzga.

Por otra parte, convengo en que se deba contro-lar los gastos de las Fuerzas Armadas y la PolicíaNacional; pero, evidentemente, lo debe hacer unainstitución de carácter público. No se puede per-mitir que haya intervención privada en el con-trol de los gastos de las Fuerzas Armadas y de laPolicía Nacional. Además, el control debe estar

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señalado en la ley por una autoridad que deje asalvo la necesaria confidencialidad respecto delas cosas que interesan a la defensa nacional yque pueden ser secreto nacional.

También deseo referirme al tema del serviciopolicial obligatorio que se sugirió en el debate.Considero que en estos momentos no es posible,ya que el servicio policial, al igual que el serviciomilitar, implica acuartelamiento. Sabemos quelas comisarías �a diferencia de los cuarteles delEjército� no tienen espacio suficiente como paraque las personas puedan realizar el acuartela-miento que implique el entrenamiento correspon-diente.

Por otra parte, esto significa también gastos enavituallamiento para mantener a esas personasque hagan el servicio, gasto que nuestro país, conlos recursos tan limitados que posee, no puedesolventar. En otras condiciones probablementepudiera haber sido una propuesta bastante inte-resante y aplicable.

Sobre juzgamiento a civiles por caso de traicióna la patria y terrorismo, considero necesario es-tablecer la posibilidad de la casación cuando es-tos civiles juzgados de manera extraordinaria porcasos de traición a la patria o de terrorismo sonsancionados con la pena de muerte. La casaciónno debe extenderse a las demás sentencias delfuero militar.

Explicamos que el fuero militar es un fuero es-pecializado y que por eso lo mantenemos en laConstitución; por lo tanto, no es posible imagi-nar que la sentencia que el fuero militar impon-ga, por ejemplo, por un año de prisión a alguienque abandona el destino, sea revisada por la CorteSuprema. Si esto fuera así, sería mejor eliminarel Fuero Privativo Militar. Como no lo estamoseliminando, debemos respetar su especialidad ysus decisiones; pero sí limitar la revisión, vía ca-sación, para los casos en que se aplique la penamáxima �pena de muerte por caso de terroris-mo o de traición a la patria� a civiles.

Lo normal es que el fuero militar juzgue a mili-tares; y el fuero civil, a civiles. Pero, en los casosque de manera extraordinaria el fuero civil debeconfiar al fuero militar el juzgamiento a civilespor determinados delitos porque así interesa ala patria, como ocurre en los casos de traición ala patria y de terrorismo, se debe establecer unmecanismo de control para cuando se aplique lapena máxima a los civiles.

También considero necesario señalar que, en elcapítulo que se ha puesto en debate en la maña-na, todos los artículos, salvo algunas pequeñas

excepciones, se han aprobado en el seno de laComisión de Constitución. Se trató simplemen-te del apartamiento de algunos artículos del tex-to publicado el 1 de julio de 1993, pues se habíaestimado que se trataba de artículos que podíanser obviados para que la ley los señalara; sinembargo, en vista de las sugerencias de las insti-tuciones, entre ellas las policiales, en el sentidode que regresen al texto constitucional algunosartículos ya aprobados en la Comisión de Consti-tución, éstos han sido incorporados nuevamenteen el texto.

En consecuencia, este capítulo no presenta ma-yores modificaciones que las ya aprobadas en laComisión de Constitución.

Eso es todo, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Muchas gracias.

Se va a consultar a la Asamblea si considera queel tema ha sido suficientemente debatido. Losseñores congresistas que estén de acuerdo, seservirán manifestarlo levantando la mano. (Vo-tación). Los señores que estén en contra. (Vota-ción). Acordado.

Doctor Carlos Torres y Torres Lara, puede pro-ceder a la votación.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� Señor Presidente, estamos incorporandoalgunas propuestas, por lo que le pediría solamentetres minutos para dar lectura al texto final.

El señor PRESIDENTE.� Suspendemos lasesión por tres minutos.

�Se suspende la sesión.

�Se reabre la sesión.

El señor PRESIDENTE.� Continúa la sesión.

Señor Torres y Torres Lara, le ruego que se sir-va leer los artículos.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� Sí, señor Presidente.

"Artículo 189º.� El Estado garantiza la seguri-dad de la Nación mediante la Defensa Nacional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Ha sido aprobado el artículo189º por 55 votos a favor y 8 en contra.

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Se ruega a las personas que no son congresistasque se retiren de los pasillos de la parte poste-rior del Hemiciclo para facilitar el conteo.

En estos momentos tenemos problemas con elfluido eléctrico. El Oficial Mayor me comunicaque el grupo electrógeno demorá dos minutospara funcionar a plenitud.

Señor Olivera, tiene la palabra.

El señor OLIVERA VEGA (FIM).� SeñorPresidente, si hemos esperado tres, cinco o diezminutos a que la Comisión de Constitución ana-lice las propuestas para que podamos llegar a unacuerdo, debemos esperar para realizar una vo-tación transparente.

Aquí no se ven los rostros, y usted mismo ha pe-dido, con buen criterio, que salgan quienes noson funcionarios.

Para que no quede duda sobre la votación, señorPresidente, solicito formalmente que esperemosdos minutos.

El señor PRESIDENTE.� Vamos a esperarentonces a que retorne el fluido eléctrico.

�Se suspende la sesión.

�Se reabre la sesión.

El señor PRESIDENTE.� Se reabre la sesión.

Señor Torres y Torres Lara, puede continuar.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 190º.� La Defensa Nacionales permanente e integral. Se desarrolla en losámbitos interno y externo. Toda persona, natu-ral o jurídica, está obligada a participar en ellade conformidad con la ley".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Ha sido aprobado el artículo190º por 56 votos a favor y 9 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 191º.� La dirección, la prepa-ración y el ejercicio de la Defensa Nacional serealizan a través de un sistema cuya organiza-ción y cuyas funciones determina la ley. El Presi-dente de la República dirige el Sistema de De-fensa Nacional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículo

leído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Ha sido aprobado el artículo191º por 56 votos a favor y 9 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 192º.� La ley determina losalcances y procedimientos de la movilización paralos efectos de la defensa nacional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Ha sido aprobado el artículo192º por 58 votos a favor y 6 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 193º.� Las Fuerzas Armadasestán constituidas por el Ejército, la Marina deGuerra y la Fuerza Aérea. Tienen como finalidadprimordial garantizar la independencia, la sobe-ranía y la integridad territorial de la República.Asumen el control del orden interno de confor-midad con el Artículo 156º de la Constitución".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los que estén encontra. (Votación). Ha sido aprobado el artículo193º por 54 votos a favor y 11 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 194º.� La Policía Nacional tie-ne por finalidad fundamental garantizar, mante-ner y restablecer el orden público. Debe prestarprotección y ayuda a las personas y a la comuni-dad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y laseguridad de los patrimonios públicos y priva-dos. Previene, investiga y combate la delincuen-cia. Vigila y controla las fronteras".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 194º por 53 votos a favor y 11 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 195º.� El Presidente de laRepública es el Jefe Supremo de las Fuerzas Ar-madas y de la Policía Nacional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículo leí-do, se servirán manifestarlo poniéndose y perma-neciendo de pie. (Votación). Los señores que es-

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tén en contra. (Votación). Se aprueba el artículo195º por 60 votos a favor y 6 votos en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 196º.� Las leyes y los regla-mentos respectivos determinan la organización,las funciones, las especialidades, la preparación,el empleo y la disciplina de las Fuerzas Armadasy de la Policía Nacional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 196º por 57 votos a favor y 6 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 197º.� Las Fuerzas Armadasorganizan sus reservas. Disponen de ellas segúnlas necesidades de la Defensa Nacional y de acuer-do a ley".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 197º por 59 votos a favor y 6 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 198º.� Las Fuerzas Armadasy la Policía Nacional no son deliberantes. Estánsubordinadas al poder constitucional".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 198º por 56 votos a favor y 8 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 199º.� La ley asigna los fon-dos destinados a satisfacer los requerimientoslogísticos de las Fuerzas Armadas y la PolicíaNacional. Tales fondos no pueden ser dedicadossino a los fines institucionales y bajo el controlde la autoridad que la ley señale".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 199º por 48 votos a favor y 17 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 200º.� Las Fuerzas Armadas

y la Policía Nacional participan en el desarrolloeconómico y social del país y en la defensa civilde acuerdo a ley".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 200º por 69 votos a favor y 2 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 201º.� Los efectivos de lasFuerzas Armadas y de la Policía Nacional sonfijados anualmente por el Poder Ejecutivo. Losrecursos correspondientes son aprobados en laLey de Presupuesto.

Los ascensos se confieren de conformidad con laley. El Presidente de la República determina losascensos de los generales y almirantes de lasFuerzas Armadas y de los generales de la PolicíaNacional, según propuesta del instituto corres-pondiente".

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 201º por 45 votos a favor y 19 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 202º.� Los miembros de lasFuerzas Armadas y de la Policía Nacional, en loscasos de delitos de función, están sometidos..."

El señor PRESIDENTE.� Estamos en vota-ción, señor Olivera. Lamento mucho decirle queya hemos pasado a votación.

Continúe, señor Torres y Torres Lara.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 202º.� Los miembros de lasFuerzas Armadas y de la Policía Nacional, en loscasos de delito de función..."

El señor PRESIDENTE.� Perdón, doctor To-rres, le ruego que se detenga por un momento.

Señor Olivera.

El señor OLIVERA VEGA (FIM).� Permíta-me usted, señor Presidente.

Estoy solicitando la rectificación, lo que pasa esque inmediatamente empiezan a leer el siguien-te artículo.

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Yo ya había levantado la mano, pero usted ya noquiere que se le haga bulla ni con las manos.Estaba distraído y no reparó sobre mi pedido.Creo que no debe haber ningún...

Hay visibles vacíos en la bancada mayoritaria;por ello, quisiera ver dónde están los cuarenta ycinco votos, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Señor Olivera: Alfinal de la votación rectificaremos el artículo co-rrespondiente.

El señor OLIVERA VEGA (FIM).� No, se-ñor Presidente, porque se puede interpretar comouna reconsideración. Yo la estoy planteando opor-tunamente.

La rectificación se plantea inmediatamente, y esoes lo que he hecho, así que me imagino que nohay ningún problema. La rectificación no se hacediez o quince minutos después.

Se debe contar a los que estamos ahora, en estemomento. Le ruego proceder, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE.� Señor Pablo Tello,tiene la palabra.

El señor TELLO TELLO (NM-C90).� SeñorPresidente: Veo que el congresista Olivera tienela intención de dilatar la votación. Él sabe muybien que estamos acá más de cuarenta personas.

Creo que no es posible que se esté entorpeciendode esta manera una votación que se está llevan-do correctamente.

El señor PRESIDENTE.� Tratándose de untema constitucional de tanta importancia, paraque no quede la menor duda vamos a rectificarla votación nominalmente.

Vamos a hacerle la consulta al Oficial Mayor.

Procederemos a la votación nominal.

Señor Relator, tenga usted la amabilidad de leerlos nombres.

Señor Tello, le ruego que me deje presidir la reu-nión.

Continúe, señor Relator.

El RELATOR pasa lista para la votaciónnominal.

El señor PRESIDENTE.� El artículo 201º hasido aprobado en votación nominal, habiéndose

pronunciado 45 señores congresistas por el "Sí" y20 por el "No".

�Señores congresistas que votaron por elSÍ: Amurúz Gallegos, Barreto Estrada, BlancoOropeza, Colchado Arellano, Cruzado Mantilla,Chávez Cossío, Chávez Romero, Chú Meriz, Fer-nández Arce, Ferrero Costa, Figueroa Vizcarra,Freundt-Thurne Oyanguren, Gamonal Cruz, Gar-cía Saavedra, Guerra Ayala, Hermoza Ríos, Hua-manchumo Romero, Joy Way Rojas, La TorreBardales, León Trelles, Lozada de Gamboa, Marce-naro Frers, Matsuda Nishimura, Meléndez Cam-pos, Nakamura Hinostroza, Pajares Ruíz, Pare-des Cueva, Patsías Mella, Reátegui Trigoso, Re-ggiardo Sayán, Roberts Billig, Salgado Rubianesde Paredes, Sandoval Aguirre, Siura Céspedes,Tello Tello, Torres y Torres Lara, Vega Ascencio,Velit Núñez, Vicuña Vásquez, Vilchez Malpica,Villar de Posadas, Vitor Alfaro, Ysisola Farfán,Zamata Aguirre y Zevallos Ríos.

�Señores congresistas que votaron por elNO: Barrón Cebreros, Bedoya de Vivanco, Cá-ceres Velásquez (Róger), Carpio Muñoz, CarriónRuiz, Castro Gómez, Cruz Arrunátegui, Cuares-ma Sánchez, Díaz Palacios, Flores-Araoz Espar-za, Flores Nano, Kouri Bumachar, Olivera Vega,Pease García, Sambuceti Pedraglio, Serrato Puse,Sotomarino Chávez, Tord Romero, VelásquezGonzáles y Velásquez Ureta.

El señor PRESIDENTE.� Continúe, doctorTorres y Torres Lara.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 202º.� Los miembros de lasFuerzas Armadas y de la Policía Nacional, en loscasos de delito de función, están sometidos alfuero respectivo y al Código de Justicia Militar.Las disposiciones de éste no son aplicables a losciviles, salvo para los delitos de traición a la pa-tria y de terrorismo que la ley determina. La ca-sación a que se refiere el Artículo 140º, sólo seráaplicable en los casos en que se imponga la penade muerte.

Asimismo, quienes infringen las normas del Ser-vicio Militar Obligatorio están sometidos al Có-digo de Justicia Militar."

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículo leí-do, se servirán manifestarlo poniéndose y perma-neciendo de pie. (Votación). Los señores que es-tén en contra. (Votación). El artículo 202º ha sidoaprobado por 48 votos a favor y 17 en contra.

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 203º.� Los grados y honores,

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las remuneraciones y pensiones inherentes a lajerarquía de oficiales de las Fuerzas Armadas yPolicía Nacional son equivalentes.

La ley establece las equivalencias correspondien-tes al personal militar o policial de carrera queno tiene grado o jerarquía de oficial.

En ambos casos los derechos indicados no pue-den ser retirados a sus titulares sino por senten-cia judicial."

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). El artículo 203º hasido aprobado por unanimidad (65 votos a favor).

(Aplausos.)

El señor TORRES Y TORRES LARA (NM-C90).� "Artículo 204º.� Sólo las Fuerzas Ar-madas y la Policía Nacional pueden poseer y usararmas de guerra. Todas las que existen, se fabri-quen o se introduzcan en el país pasan a ser pro-piedad del Estado sin proceso ni indemnización.

Se exceptúa la fabricación de armas de guerrapor la industria privada en los casos que la leyseñale.

La ley reglamenta la fabricación, el comercio, laposesión y el uso, por los particulares, de armasque no son las de guerra."

El señor PRESIDENTE.� Se va a votar. Losseñores congresistas que aprueben el artículoleído, se servirán manifestarlo poniéndose y per-maneciendo de pie. (Votación). Los señores queestén en contra. (Votación). Se aprueba el artícu-lo 204 por 51 votos a favor y 13 en contra.

�El texto de los artículos aprobados es elsiguiente:

"Capítulo XII

De la Seguridad y de la Defensa Nacional

Artículo 189º.� El Estado garantiza la seguri-dad de la Nación mediante la Defensa Nacional.

Artículo 190º.� La Defensa Nacional es per-manente e integral. Se desarrolla en los ámbitosinterno y externo. Toda persona, natural o jurí-dica, está obligada a participar en ella de confor-midad con la ley.

Artículo 191º.� La dirección, la preparación y

el ejercicio de la Defensa Nacional se realizan através de un sistema cuya organización y cuyasfunciones determina la ley. El Presidente de laRepública dirige el Sistema de Defensa Nacio-nal.

Artículo 192º.� La ley determina los alcancesy procedimientos de la movilización para los efec-tos de la defensa nacional.

Artículo 193º.� Las Fuerzas Armadas estánconstituidas por el Ejército, la Marina de Guerray la Fuerza Aérea. Tienen como finalidad primor-dial garantizar la independencia, la soberanía yla integridad territorial de la República. Asumenel control del orden interno de conformidad conel artículo 156º de la Constitución.

Artículo 194º.� La Policía Nacional tiene porfinalidad fundamental garantizar, mantener yrestablecer el orden público. Debe prestar pro-tección y ayuda a las personas y a la comunidad.Garantiza el cumplimiento de las leyes y la segu-ridad de los patrimonios públicos y privados. Pre-viene, investiga y combate la delincuencia. Vigi-la y controla las fronteras.

Artículo 195º.� El Presidente de la Repúblicaes el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y dela Policía Nacional.

Artículo 196º.� Las leyes y los reglamentosrespectivos determinan la organización, las fun-ciones, las especialidades, la preparación, el em-pleo y la disciplina de las Fuerzas Armadas y dela Policía Nacional.

Artículo 197º.� Las Fuerzas Armadas organi-zan sus reservas. Disponen de ellas según las ne-cesidades de la Defensa Nacional y de acuerdo aley.

Artículo 198º.� Las Fuerzas Armadas y la Po-licía Nacional no son deliberantes. Están subor-dinadas al poder constitucional.

Artículo 199º.� La ley asigna los fondos desti-nados a satisfacer los requerimientos logísticosde las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.Tales fondos no pueden ser dedicados sino a losfines institucionales y bajo el control de la auto-ridad que la ley señale.

Artículo 200º.� Las Fuerzas Armadas y la Po-licía Nacional participan en el desarrollo econó-mico y social del país y en la defensa civil de acuer-do a ley.

Artículo 201º.� Los efectivos de las FuerzasArmadas y de la Policía Nacional son fijados

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anualmente por el Poder Ejecutivo. Los recursoscorrespondientes son aprobados en la Ley de Pre-supuesto.

Los ascensos se confieren de conformidad con laley. El Presidente de la República determina losascensos de los generales y almirantes de lasFuerzas Armadas y de los generales de la PolicíaNacional, según propuesta del instituto corres-pondiente.

Artículo 202º.� Los miembros de las FuerzasArmadas y de la Policía Nacional, en los casos dedelitos de función, están sometidos al fuero res-pectivo y al Código de Justicia Militar. Las dispo-siciones de éste no son aplicables a los civiles,salvo para los delitos de traición a la patria y deterrorismo que la ley determina. La casación aque se refiere el Artículo 140º, sólo será aplicableen los casos en que se imponga la pena de muer-te.

Asimismo, quienes infringen las normas del Ser-vicio Militar Obligatorio están sometidos al Có-digo de Justicia Militar.

Artículo 203º.� Los grados y honores, lasremuneraciones y pensiones inherentes a la je-rarquía de oficiales de las Fuerzas Armadas yPolicía Nacional son equivalentes.

La ley establece las equivalencias correspondien-tes al personal militar o policial de carrera queno tiene grado o jerarquía de oficial.

En ambos casos los derechos indicados no pue-den ser retirados a sus titulares sino por senten-cia judicial.

Artículo 204º.� Sólo las Fuerzas Armadas y laPolicía Nacional pueden poseer y usar armas deguerra. Todas las que existen, se fabriquen o seintroduzcan en el país pasan a ser propiedad delEstado sin proceso ni indemnización.

Se exceptúa la fabricación de armas de guerrapor la industria privada en los casos que la leyseñale.

La ley reglamenta la fabricación, el comercio, laposesión y el uso, por los particulares, de armasque no son las de guerra."

El señor PRESIDENTE.� Vamos a suspen-der la sesión hasta mañana a las 09 horas y 29minutos para analizar el tema relativo al siste-ma electoral.

Muchas gracias.

�A las 21 horas y 20 minutos, se suspendela sesión.

Por la Redacción:Georgina Medina Jordán.

Revisado por:Fernando Casado Calderón,Redactor del Diario de los Debates.