3- El Cantico de los Saurios.doc

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REINOS OLVIDADOS 3ª parte de El tatuaje azul EL C ÁN TI C O D EL O S SAU R I O S Kate Novak y Jef Grubb T raducción: Marta Pérez TIMUN MAS

Transcript of 3- El Cantico de los Saurios.doc

REINOS OLVIDADOS3 parte de El tatuaje azul

EL CNTICO DE LOS SAURIOSKate Novak y Jeff Grubb

Traduccin: Marta PrezTIMUN MAS

Ilustracin de cubierta: CirueloTtulo original: Song of the SaurialsTraduccin: Concha Cardeoso TSR, Inc., 1990, 1993. All rights reservedFORGOTTEN REALMS (Fantasy Adventure) is a trademark owned byTSR, Inc., Lake Geneva, Wl USA.Derechos exclusivos de edicin en lengua castellana:Editorial Timun Mas, S.A., 1992ISBN: 84-7722-881-7Depsito legal: B. 36.411-1992Hutope, S.A.Impreso en Espaa - Printed in SpainEditorial Timun Mas, S.A., Castillejos, 294 - 08025 BarcelonaA mis hermanas Sharon y Beth.K.N.

A Frank, Jeff, Dave, Joey todos los dems moradores de las CMUy las mazmorras Purduecuyos pies conocieron Toril hace tanto tiempo.J.G.

1El Bardo InnominadoEscuchad lo que negis a los Reinos, lo que os negis a vosotros mismos murmur el prisionero al tiempo que se llevaba a los labios el corno.Su aliento flua por los recovecos del instrumento con la intensidad constante de los vientos alisios mientras sus dedos ejecutaban una airosa danza sobre las llaves y agujeros. Una dulce meloda inund la celda, traspas las rejas de la puerta y caracole por los pasadizos de la torre de Ashaba hasta tomar por sorpresa la sala del juicio.Las notas resonaron contra la piedra desnuda de los muros de la estancia y bailotearon por todo el saln. All, sentado ante un tribunal de tres arperos, se encontraba Elminster El Sabio, que se dispona a ofrecer su consejo con respecto al prisionero; hizo una pausa antes de pronunciar la primera frase, cerr los ojos para escuchar y enseguida capt la esencia del ensalmo que encerraba la msica. Ah, Innominado! No cambiars jams! pens. El arrepentido ruega por su libertad, el justo la exige. Es que t slo sabes seducir?Morala de Milil, la ms anciana de los tres jueces, frunci el entrecejo ante la interrupcin musical y sus ojos casi desaparecieron entre las arrugas que le surcaban el rostro. Un mechn blanco como la nieve le roz la cara; se lo apart, molesta, y lo recogi en el prendedor de oro que llevaba en la base de la nuca. Ella tambin reconoca el hechizo envuelto en las notas y, cuando observ los ojos de Elminster, cruz los dbiles brazos sobre el pecho y sonri framente.Elminster le devolvi la sonrisa como si hubiera olvidado la hostilidad de la anciana papisa. Se pregunt con fastidio por qu los arperos lo habran nombrado miembro del jurado, pues su sempiterno sentimiento de antipata por Innominado obligaba a poner en duda la imparcialidad de su decisin.Morala haba formado parte del tribunal que haba condenado a Innominado en el primer juicio, y Elminster saba que precisamente por ese motivo haba sido elegida de nuevo. Era necesario que alguien representara el pasado, alguien que conociera al bardo de antiguo y fuera capaz de identificar sus trucos, como el que intentaba poner en marcha en esos momentos.Morala, vos no morirais por disfrutar un poco de la meloda susurr el sabio entre dientes. Una simple tonada no lograra corroer un pilar de piedra como vos.La sacerdotisa le ech una mirada fulminante como si hubiera captado el comentario. Elminster, que no saba con certeza hasta qu punto oa la anciana, extendi un montn de pergaminos sobre la mesa fingiendo que la preocupacin por la defensa le impeda apreciar la msica. Cuando tuvo la certeza de que ya no estaba pendiente de l, lanz una ojeada a los otros dos jueces.No le result nada sorprendente que Breck Orcsbane, el ms joven de los tres, siguiera encantado la tonada. El guardabosque mova la cabeza al comps, lo que imprima un vaivn de pndulo a su larga trenza de cabello dorado; Elminster casi esperaba que el atezado leador se levantara y comenzara a bailar la giga. Morala ya haba manifestado su disconformidad con el hecho de que una persona tan simple como Breck formara parte del jurado, pero el sabio se alegraba de que al menos uno de los miembros supiera disfrutar de la vida.Kyre, la barda, era la nica que mostraba una actitud totalmente neutral con respecto a la msica. Aunque la hermosa mujer semielfa ladeaba la cabeza para escuchar, Elminster sospechaba que su anlisis tcnico de la meloda exclua la posibilidad de que la sintiera a nivel emocional. Le habra gustado conocer su opinin con respecto a la cancin o, mejor an, con respecto a todas las cosas. Kyre se mostraba tan distante y adusta cuando le diriga la palabra que el sabio tena la sensacin de hablar con un muerto, experiencia a la que no era completamente ajeno. A modo de compensacin por su naturaleza reservada, Kyre llevaba una esplndida orqudea roja prendida en el lustroso cabello negro. La flor deba de estar bajo los efectos de un encantamiento para conservarse tan lozana en ese clima, dedujo el sabio, pero a quin deseaba atraer con ella?Heth llam Morala dirigindose al paje de la torre asignado a los arperos, que el capitn de la guardia haga algo para que cese ese ruido orden, y cierra la puerta al salir.Oh! No es preciso intervino Breck. Esa msica es bastante aceptable.Heth titube en el umbral.Morala dirigi la mirada a Kyre con los prpados semicerrados en busca de apoyo, pero Kyre encogi los hombros, indiferente a la irritacin de la papisa.Ese sonido no me molesta manifest la semielfa llanamente.Elminster, a ti no te molesta el ruido? pregunt Morala con la esperanza de que al menos el sabio tuviera la decencia de reconocer lo inapropiado de la msica en el juicio. Haban decidido previamente que Innominado no compareciera ante el tribunal; Morala tema que engatusara a los arperos jvenes con su ingenio, y Elminster no quera que los asqueara con su ego. Lo que peor le pareca a la sacerdotisa era tener que escuchar aquellos sones porque, precisamente, Innominado los haba utilizado con anterioridad para justificar sus crmenes, y los arperos an no haban revocado la decisin original de desterrar de los Reinos toda msica del prisionero.Lo lamento, Morala respondi Elminster; mi odo no es tan agudo como antao. Habis preguntado si he escuchado chiquillos?Morala dej escapar un bufido e hizo una sea al paje para que volviera a su puesto.Prosigue con tu argumento, por favor, sabio Elminster urgi la papisa.Tras ganarle a Morala la primera mano en un asunto de menor importancia, titube un instante antes de abordar el tema principal. Me atrevo realmente a hablar en favor de Innominado? se pregunt. Las rigurosas pruebas no parecen haberlo humillado en absoluto. Habr aumentado su sabidura gracias a los sufrimientos? El sabio suspir en silencio y sacudi la cabeza para despejar las dudas. Se haba comprometido a hablar en favor del prisionero, de modo que cumplira su palabra; slo esperaba que la decisin conjunta del tribunal mostrara, cuando menos, la misma sagacidad que su propio e incierto consejo. Se puso en pie y se aclar la garganta.Los arperos comenz, a requerimiento mo, han aceptado reconsiderar el caso del Bardo Innominado. Os han escogido entre todos los suyos como representantes al servicio de este tribunal. En atencin a Kyre y Breck Orcsbane, que an no haban nacido cuando se juzg a Innominado por primera vez, me dispongo a resumir las circunstancias y la sentencia de entonces, con el consentimiento de Su Eminencia aadi al tiempo que se inclinaba ceremoniosamente en direccin a Morala. Tened a bien aadir o corregir lo que os parezca menester en cualquier momento de mi intervencin. Vos conocais a Innominado tan bien como yo.Morala asinti con un gesto amable, pero Elminster saba que no iba a interrumpirlo. El resumen sera rigurosamente verdico y la anciana posea la astucia suficiente como para saber que parecera una vieja liosa si comenzaba a corregirlo.El bardo sin nombre comenz el relato naci hace trescientos cincuenta aos en una aldea de las naciones del norte, hijo segundo de una familia de la pequea aristocracia local. A edad temprana complet sus estudios en una famosa escuela superior de bardos y se licenci con los ms altos honores. Escogi la vida de aventurero errante y sus canciones se hicieron populares por todos los rincones de los Reinos adonde lo llevaron sus vagabundeos. Disfrut de su buen nombre y lo utiliz hbilmente para granjearse la colaboracin de otros jvenes aventureros que lo ayudaban en todo aquello que le pareciera una causa digna de atencin; as, l y sus compaeros fueron los padres fundadores de los arperos.Con las bendiciones de sus dioses y la ayuda que la magia proporciona, ha logrado sobrepasar ampliamente los aos de vida que la naturaleza concede al gnero humano; sin embargo, lleg un tiempo en que su esencia mortal comenz a hacer presa en su mente. El bardo se obsesion por preservar su msica para la posteridad y nunca se mostraba satisfecho con la ejecucin de sus trabajos por otros artistas, por lo que no quiso conformarse a la tradicin y ceder las canciones oralmente o dejarlas registradas por escrito. Empez a experimentar con formas mgicas la grabacin de sus obras y lleg a crear algo maravilloso: la Piedra de Orientacin.Elminster hizo una pausa y mir a Morala para comprobar si se opondra a la referencia al objeto mgico; no obstante, la sacerdotisa opt por pasar por alto la mala jugada del sabio y, con un gesto de impaciencia, le indic que prosiguiera.En principio, se trataba de un artefacto de escasa importancia que cualquiera poda utilizar como brjula de localizacin; bsicamente, su poseedor no tena ms que pensar en una persona y la piedra enviaba un rayo de luz indicando una direccin explic el sabio. Adems, tena la virtud de defenderse por s misma contra el robo, en cierta medida, por medio de un efecto luminoso cegador. En algunas ocasiones, incluso, conduca a su dueo sin recibir instrucciones, como si pensara autnomamente, de forma que se deca que el artilugio ayudaba a los perdidos a encontrar el camino.E1 Bardo Innominado hizo experimentos para alterar la naturaleza del ingenio, cosa que slo el ms hbil o el ms loco de los magos habra osado intentar. Insert en el corazn del cristal un fragmento encantado de hielo paraelemental. No slo sobrevivi a empresa tan arriesgada sino que adems obtuvo una gran recompensa. En sus manos, o en las de cualquiera de los suyos, la piedra actuaba como una vara mgica recargable capaz de contener todos los conocimientos que Innominado haba adquirido, y adems recopilaba cualquier otro tipo de informacin, como las pginas en blanco de un diario. Innominado aseguraba que tambin reproduca sus canciones y las cantaba con su propia voz, exactamente igual que las interpretaba l. La dot asimismo de otras propiedades, de modo que lograba proyectar una imagen de s mismo como si se encontrara en persona entonando sus baladas.Un tanto pretencioso por su parte, no es cierto? coment Breck con una elocuente sonrisa.Morala buf a modo de acuerdo.Algo ms que un tanto, estimado guardabosque replic Elminster sonrindole. Al sabio le complaca que el joven no se cohibiera al expresar su opinin, y an le complaca ms que los fracasos ajenos le resultaran divertidos en vez de enojosos. A pesar de sus grandes logros prosigui, Innominado an no se senta satisfecho porque era necesario ordenar a la piedra cundo cantar, qu cantar o en qu momento crear la ilusin de s mismo; careca de fuerza vital para interpretar por s sola, de juicio para seleccionar lo ms adecuado a cada situacin y de habilidad para provocar la reaccin del auditorio y manejar sus emociones; de modo que el bardo consider que haba fracasado con la piedra y la abandon. Ms tarde, intent crear un poderoso doble de s mismo y conferirle su personalidad, adems de todos los conocimientos que haba transmitido a la Piedra de Orientacin. Para evitar posibles rechazos, lo hizo completamente indistinguible de los seres humanos y, por ltimo, trat de dotarlo de inmortalidad.Breck emiti un prolongado silbido grave de asombro, y Morala se estremeci a pesar de que ya conoca la historia; la expresin de Kyre permaneci imperturbable, interesada pero sin emocin. La meloda que ascenda desde la celda del prisionero creci hasta convertirse en una atrevida fanfarria.Dada la valiosa experiencia que Innominado haba extrado de las alteraciones de la Piedra de Orientacin retom Elminster, busc otro fragmento de hielo paraelemental para el corazn del simulacro. Hizo una pausa; no le supona esfuerzo hablar del genio y la osada de Innominado, ni tampoco de su obsesin y vanidad, pero el corazn del sabio sufra al recordar el crimen del bardo. No obstante, era preferible explicarlo que permitir que Morala expresara su versin. Sin embargo, a pesar de su brillantez y habilidad naturales para la magia continu, Innominado era un bardo, no un mago experimentado y conocedor de la ciencia. Reconoca sus limitaciones e intent hacerse con la colaboracin de varios hechiceros sin conseguirlo. Eran pocos aquellos a los que an no haba ofendido con su arrogancia, y esos pocos, que tena por amigos, opinaban que el proyecto era vano, una prdida de tiempo y energas; algunos incluso pensaban que no funcionara siquiera. A otros les pareca una creacin abominable y, de entre stos, hubo quien dijo que el invento podra ser copiado por seres malignos con fines perniciosos. Intentaron convencerlo de que se conformara con el hallazgo de la piedra y la recreacin de su obra musical. Fueran cuales fuesen los razonamientos, todos coincidieron en calificar el proyecto de muy peligroso, incluso fatal para l o para cualquier otro.Pero lo llev adelante a pesar de todo, no es as? interrumpi Breck, ansioso como un nio por saber el final del cuento de Elminster.S confirm el sabio, en efecto; con la ayuda de sus aprendices construy el cuerpo en su propia casa. Cuando procedi a formular el hechizo que haba de conferirle vida, algo sali mal. El hielo paraelemental explot, el simulacro result destruido, uno de los aprendices muri al instante y otro, una muchacha, perdi la voz y nunca logr recuperarla a pesar de los esfuerzos.Se quit la vida ella misma poco despus intervino Morala con resentimiento en la voz.As fue admiti Elminster, y enseguida se apresur a aadir: pero eso sucedi posteriormente, despus del tiempo al que me estoy refiriendo. Cuando Innominado requiri ayuda para la aprendiza, declar libremente la causa de las heridas. Los arperos se horrorizaron por la forma tan atrevida de poner en peligro la vida de sus propios pupilos en una tarea tan arriesgada que slo buscaba satisfacer su obsesin exclusiva por la msica. Fue convocado a juicio y declarado culpable de la muerte de un ayudante y de las heridas del otro, la muchacha; despus, buscaron un castigo apropiado al crimen cometido.Tanto su nombre como su msica fueron prohibidos en los Reinos y, para impedir que desbaratara el cumplimiento de la sentencia o volviera a intentar el temerario experimento, borraron su nombre de su misma memoria y lo desterraron de los Reinos confinndolo en una regin fronteriza del Plano Positivo de la Vida, donde, merced a la naturaleza de la propia regin, disfrutara de salud e inmortalidad relativa. Pese a ello se lo conden al aislamiento total. Elminster hizo otra pausa.El canto de Innominado cambi a una melanclica tonalidad menor al tiempo que Morala, Orcsbane y Kyre sopesaban el crimen y el castigo de su congnere arpero; pareca que el bardo supiera el punto de la historia en que se encontraba Elminster. Morala lo mir con suspicacia pero l no daba seales de percibir la msica en absoluto.Y as era: el sabio estaba pendiente del revoloteo de una sombra situada a espaldas del tribunal. No hizo gesto ni sea alguna que pudiera atraer la atencin sobre la pequea figura que identific oculta entre las sombras del muro de la sala. Se trataba de la halfling Olive Ruskettle. No le pareca alarmante aquella intromisin no autorizada; al fin y al cabo, ella ya saba la historia de Innominado. No obstante, tom nota mentalmente para reprender a lord Mourngrym por la ineficacia de la guardia de la torre. En aquella estancia, era prcticamente imposible percibir la presencia de la halfling debido a su marcada tendencia a esconderse en la penumbra, pero no debera haber conseguido traspasar la entrada principal a plena luz del da sin que nadie le diera el alto.La halfling se escabull de la sala del juicio hacia el pasadizo que descenda a la celda del prisionero sin percatarse de que haba sido localizada por la aguda vista del sabio.Si crees que vas a visitar a tu amigo Innominado, ladronzuela escurridiza, preprate para una sorpresa, pens Elminster al tiempo que reprima un gesto. Volvi a concentrarse otra vez en los jueces.Han pasado doscientos aos desde el exilio del bardo sin nombre...Disculpad, Elminster interrumpi Kyre, pero vamos a continuar refirindonos al acusado de esa manera durante toda la vista? Estoy segura de que podemos hacernos depositarios de su nombre, lo cual simplificara las cosas, no os parece?No! objet Morala. Es Innominado por decisin nuestra e Innominado seguir siendo.Elminster suspir ante la vehemencia de la anciana sacerdotisa.El propsito de este tribunal no slo consiste en dilucidar si debemos liberarlo o no; tambin hemos de determinar si puede regresar a los Reinos. Morala y yo hemos hecho juramento de no revelar su nombre a menos que los arperos decidan lo contrario, de modo que continuaremos refirindonos a l como Innominado, al menos hasta el final de este juicio.Comprendo repuso Kyre con un leve gesto de asentimiento. Disculpad la interrupcin.Elminster asinti a su vez y retom la segunda parte del relato.As pues, Innominado permaneci dos siglos en el exilio; ms adelante, ciertas fuerzas del mal acudieron a su encuentro de forma deliberada y lo libraron del exilio.La meloda que llegaba desde la prisin del reo ces de pronto. Morala, muy satisfecha, curv los labios con la mayor discrecin mientras Elminster se mesaba la barba pensativamente y se preguntaba qu estara tramando el bardo en esos momentos.Innominado baj el corno y se qued mirando la puerta de la celda; oa algo en la cerradura, y saba que Elminster haba dado rdenes especficas a los vigilantes para que trataran al prisionero con toda cortesa, lo cual inclua que llamaran a la puerta antes de entrar. Compuso un mal gesto mientras pensaba en la dura reprimenda que iba a ganarse el que hubiera cometido la necedad de interrumpirlo mientras interpretaba su composicin.La puerta se abri poco a poco y la halfling apareci en el umbral; sus ojos almendrados brillaban y le hizo un guio de complicidad al tiempo que esconda un hilo de cobre entre la cabellera pelirroja.No est mal la cancioncilla coment en son de broma. No tiene letra?Naturalmente respondi el prisionero con el gesto ms relajado. Quieres que te la escriba, maestra Ruskettle? inquiri.Sera estupendo repuso la diminuta mujer al tiempo que entraba en la celda y ajustaba la puerta tras de s. Sus pies peludos pisaron silenciosamente la mullida alfombra de lana de Calimshan. Descarg el morral y se quit la capa empapada, y antes de sentarse en el escabel tapizado comprob si tena secos la tnica y los pantalones.El Bardo Innominado dej el corno sobre la mesa.Adelante, maestra Ruskettle, toma asiento y ponte cmoda, como si estuvieras en tu propia casa indic, a pesar de que saba que los halfling no apreciaban el sarcasmo, y Olive Ruskettle menos an.Gracias, Innominado. Vives en un lugar muy agradable opin mientras admiraba el elegante mobiliario, las cortinas de terciopelo, la cmoda con tiradores de bronce, la colcha de seda, el candelabro de oro, la botella de vino de fino cristal y todos los dems artculos de lujo con que le haban adecentado la celda. Tienes buen aspecto aadi al reparar en la delicada camisa de seda, la tnica con reborde de piel, los pantalones de lana y las botas de cuero que llevaba.Innominado respondi con un guio y se sent en la cama con las piernas cruzadas. Era incapaz de mantener un enfado con Olive durante mucho tiempo. Despus de todo, lo haba rescatado de las mazmorras de la cruel Cassana y lo haba ayudado a liberar a su trovadora Alias. Pero la verdad era que no estimaba a la ladronzuela por mera gratitud; su descarada forma de ser le diverta y le recordaba a s mismo.Qu has estado haciendo? le pregunt. Haca ms de un ao que no te vea.S, y lo siento, pero he pasado un verano catico, como ya debes de saber. Estuve en Immersea con unos amigos que me convencieron de dejar las rutas y los caminos hasta que todo se calmara. Si hubiera sabido que mientras tanto t te pudras en la prisin, habra acudido antes declar. Tom una ciruela grande y jugosa de un atestado frutero de plata y la devor en unos pocos mordiscos delicados y rpidos.Este encierro no es ms que una formalidad. Saldr tan pronto como termine el juicio le explic; ni siquiera cerraban la puerta hasta que lleg la bruja de Morala armando jaleo.Te refieres a la suma sacerdotisa de Milu? La que te tiene entre ceja y ceja?La conoces?La he visto por ah.Has visto a Alias?En realidad, he venido a verte a ti directamente nada ms llegar. La halfling no tena mayor inters por Alias, pero comprenda que el bardo consideraba a la espadachina cantante como a su propia hija y, en un esfuerzo de amabilidad, le pregunt: Cmo se encuentra la encantadora Alias?No s buf l. Lleg al Valle de las Sombras con Dragonbait un da despus que Morala, pero Morala no me permite visitas. Cmo te las arreglaste para burlar a los centinelas de la torre?Ya sabes comenz Olive al tiempo que sacaba un alfiler de plata del bolsillo de la capa, parece increble el respeto que la guardia local siente por este estpido smbolo del arpa y la luna, aunque lo lleve en el pecho una persona pequea sin armas a la vista.Innominado respondi a la irona con un gesto. El mismo haba dado el antiguo alfiler arpero a la ladronzuela; segn la tradicin, el bardo tena que responder por ella hasta lograr que el resto de la comunidad la aceptara, pero Innominado ya no gozaba de prestigio entre los suyos. Ahora, la halfling haba utilizado la insignia para romper la regla impuesta por Morala, maestra arpera. Se dijo que los halfling y las mujeres eran los seres capaces de crear mayor confusin, y Olive perteneca a ambas clases.Eres consciente le pregunt en voz alta de que vas a tener problemas para que te acepten hasta que yo recupere mi credibilidad?Eres consciente replic ella de que soy yo quien se opone a aceptar a los arperos si no abandonan sus altos sitiales y olvidan ese cuento del destierro? Y, mientras tanto, no puedes quedarte en este agujero; tengo un caballo y provisiones escondidos en las afueras del pueblo y estn a tu disposicin.Caramba! Es todo un detalle por tu parte, maestra Ruskettle!Pues vmonos! exclam Olive al tiempo que bajaba del escabel de un salto y se quedaba de pie junto a la cama golpeando el suelo con la puntera en un simulacro burln de impaciencia.Innominado se inclin hacia ella, alarg una mano y le acarici el cabello. Por lo general, Olive no poda soportar que los humanos le acariciaran la cabeza, pero el gesto del bardo no era una caricia en realidad, y adems l le gustaba mucho ms que el resto de los seres humanos que conoca, de modo que le permita muchas cosas. Lo mir, confundida y extraada de que la hubiera tocado.Ah, Olive! le dijo con una sonrisa triste.Qu sucede? pregunt sin percatarse de que la haba llamado por su nombre, cosa que nunca haba sucedido hasta ese momento.Me creas incapaz de preparar mi propia fuga, Olive?Todava ests aqu, no? puntualiz ella un tanto irritada.S, pero no por falta de habilidad en los dedos respondi al tiempo que le enseaba el trozo de cobre que le haba quitado del cabello. Con gran maestra, pas el brillante hilo de metal de un dedo a otro y lo hizo desaparecer tan rpidamente que Olive no estaba segura de si lo haba tirado o lo haba escondido en la manga.De acuerdo, resulta impresionante. Me devuelves la ganza?La tienes en el pelo, Olive, en el mismo sitio donde la tenas.Olive se pas la mano por el cabello y encontr el hilo metlico tras la oreja, justo donde lo haba dejado.Es un truco, claro asegur.Innominado no respondi, pero sus ojos destellaban con picarda.No soporto que hagas esas cosas le dijo molesta.Te encanta replic el bardo, lo que no soportas es no saber hacerlas t todava.De acuerdo; as pues, no necesitabas de mi ayuda para escapar. Por qu ests aqu, entonces? inquiri.Porque no deseo convertirme en un fugitivo acosado sin necesidad. Los arperos recuperarn la razn y me devolvern la libertad.Eso mismo creas cuando te pusiste en sus manos hace doscientos aos arguy Olive. Qu te hace pensar que este juicio terminar de una forma diferente?Elminster habla en favor mo ahora contest con seguridad.Le tienes mucha confianza a ese viejo bobo.Los arperos han aprendido a respetar sus consejos.Y supones que van a perdonarte y a acogerte de nuevo entre ellos, y a devolverte la dignidad de maestro arpero.Por supuesto repuso el bardo, con calma.Y luego... qu? espet Olive. Compromisos en las cortes reales? Unos cuantos ttulos de nobleza otorgados por tus talentos? Magos rogando que los hagas partcipes de tus secretos? Rebaos de aprendices dispuestos a servirte?Por qu tendra que ser diferente de entonces? cuestion Innominado con gesto burln.Sueas, compaero! exclam Olive completamente frustrada por la vanidad y la seguridad inamovible del bardo. Despablate y aguza el olfato! Ni el gran Elminster har cambiar de opinin a Morala; en cuanto a los otros dos, tal vez el guardabosque se apiade de ti, pero la trovadora semielfa es capaz de tanta compasin como un golem de hierro. Necesitas... Olive call de pronto, alarmada por la forma en que su voz levantaba ecos en la celda y molesta por haber perdido el autocontrol a causa de un estpido humano ... necesitas un plan de emergencia susurr, slo por si t te equivocas y yo tengo razn.Si estuvieras equivocada y huyera ahora, perdera mucho replic Innominado con ardor.Perders mucho si no lo haces; la vigilancia se redoblar si te condenan, lo sabes. Dado que ya te escapaste una vez de la ciudadela del Blanco Exilio, buscarn otro sitio peor donde confinarte, si es que existe algo peor.Innominado se esforzaba por controlar el temblor de los labios. Durante dos siglos haba morado en la ciudadela del Blanco Exilio, siempre al corriente de los acontecimientos de los Reinos pero sin poder intervenir en absoluto, lo cual haba supuesto una tortura; sin embargo, s que se imaginaba cosas peores. Por otra parte, la cuestin de la huida planteaba adems otros problemas.Olvidas que estamos hablando de los arperos objet. Me seguiran el rastro sin la menor dificultad.T tambin eres arpero le record Olive. Si no fueras tan orgulloso ni te quedaras dormido en los laureles, iras siempre un paso por delante de ellos. S de un sitio donde puedes esconderte, un lugar donde te acogern bien y donde nadie podr localizarte a travs de la magia.Pretendes que utilice la proteccin de Alias dijo Innominado, refirindose al hechizo de desorientacin lanzado a la espadachina, a consecuencia del cual tanto ella como cualquiera que viajase en su compaa resultaban imposibles de detectar por medios mgicos. Olvdalo rechaz irritado; no quiero mezclarla en esto.No hablaba de Alias dijo Olive. Concdeme al menos un poco de sentido comn; ese escondite es demasiado evidente. Tampoco se trata de una zona mgica neutra, demasiado evidente tambin; por otra parte, en esos sitios hay mucho sinvergenza suelto. He pensado en algo mejor. Con un poco de suerte, los arperos perdern el tiempo investigando a Alias y registrando las zonas mgicas neutras mientras nosotros les damos esquinazo; no son seres perfectos y cometen errores. Por qu crees que tienen tanto poder sobre ti?Porque poseen mi nombre sise Innominado colricamente.Olive encogi los hombros y tom otra ciruela.Vaya cosa! Yo tambin lo s: Mentor Wyvernspur, del clan de los Wyvernspur de Immersea, en Cormyr declar con toda seguridad. Fingi un bostezo sarcstico antes de aadir: Tu hermano mayor era Gerrin Wyvernspur, tu madre se llamaba Amalee Winter y tu padre era lord Gould y tu abuelo fue el gran Patn Wyvernspur. Te suena de algo?El bardo, apoyado en la pared, miraba a la halfling sin pestaear, abiertamente asombrado. En silencio, con los ojos cerrados como si recitara una oracin de la infancia repetida muchas veces, pronunci los nombres que Olive acababa de darle.Sorprendido? inquiri Olive, incapaz de reprimir una mueca de burla.El bardo la mir y asinti, mudo de asombro an.Y tengo otra cosa para ti, Mentor aadi Olive al tiempo que sacaba un objeto del bolsillo de la capa; lo dej en la cama ante el bardo. Lo reconoces?Mentor baj la vista hasta el presente de la halfling. Se trataba de una pieza de cuarzo polidrica y con cierta forma ovoidal, algo mayor que un huevo de gallina. El bardo contuvo la respiracin y despus lanz un alarido de alegra, salt de la cama y, levantando a Olive por los aires, comenz a dar vueltas con ella rindose de puro contento.Has robado la Piedra de Orientacin! Qu halfling tan asombrosa! Sera capaz de darte un beso!Bueno, creo que me lo merezco repuso Olive al tiempo que giraba la cabeza y ofreca la mejilla. Mentor apret los labios contra la tez arrebolada de la halfling y despus empez a rerse y dar vueltas otra vez con ella entre los brazos.Se me va a salir la ciruela que acabo de comer si no me dejas en el suelo advirti Olive en tono amenazador.Mentor la pos suavemente en la cama; Olive dio un bote en el colchn y se apoder del cristal.Todava conserva poderes mgicos? pregunt al pasarle el objeto.Mentor lo recogi con una mano, enton brevemente un ntido sol sostenido y se qued contemplando las entraas de la piedra.S! anunci. No puedo creerlo! Esto no te lo ha dado Elminster, verdad? Lo robaste, no es cierto?No, no repuso Olive con una mueca. Elminster se la entreg a Alias el ao pasado. Quiz le pareca que tena cierto derecho a poseerla por la relacin que la une a ti. La perdimos fuera de Westgate, pero hall al hombre que la encontr y lo convenc para que renunciara a ella.Y mi nombre? Quin renunci a mi nombre?Esa historia es ms larga de contar. Por qu no la dejamos para despus? Vmonos!, eh?Mentor se sent en el escabel.Ahora ya no hay prisa asegur. Podemos desaparecer en cualquier momento. El cristal puede teletransportarnos.Pero quedar anulado si Elminster levanta una muralla antimagia sobre la celda arguy Olive.La Piedra de Orientacin es un talismn cuyos poderes no pueden ser anulados ni siquiera por los de Elminster declar Mentor. Cogi una ciruela del frutero y la cat con un jugoso mordisco. Quiero que Elminster tenga la oportunidad de defender mi caso ante los arperos tal como debera haberlo hecho en la primera ocasin. Si fracasa y no los convence para que me concedan el perdn, nos marcharemos.Tengo un mal presentimiento con respecto a este asunto, Mentor. Vaymonos ahora, por favor rog Olive.Tranquilzate, Olive, todo est bajo control. Toma, come otra ciruela. Le acerc el frutero.Olive cruz los brazos decidida a no contribuir a la indiferencia de su amigo con respecto al peligro que corra.Mentor mova el frutero tentadoramente bajo la nariz de Olive, y sta, incapaz de resistirse al aroma, escogi otra ciruela.Mentor. Qu nombre tan apropiado! susurr el bardo al dejar el cuenco de fruta en la mesa. La halfling reprimi un estremecimiento inexplicable e hinc el diente en la ciruela.Mientras Olive Ruskettle intentaba convencer al Bardo Innominado por todos los medios de que tal vez Elminster fracasara en su defensa, el sabio explicaba a los arperos cmo los seres malignos que lo haban liberado lo haban inducido a la construccin de otra versin del modelo para ponerlo a su servicio.Morala sacuda la cabeza y se morda la lengua, pero fue incapaz de contener la irritacin mucho tiempo.Yo le advert de ese peligro cuando quera construir el primero; el mal no engaa al bien con disfraces a menos que el bien mire hacia otra parte. La propia arrogancia de Innominado lo ceg con respecto a la verdadera naturaleza de esos seres.Tal vez, Eminencia replic Elminster. Sin embargo, no dud en actuar contra ellos desde el momento en que los reconoci, e hizo todo lo posible por evitar que lograran el control de la criatura. La liber de modo que tanto ella como sus compaeros pudieran regresar a destruir a todos los miembros del consorcio: la hechicera Cassana, el lich Prakis, la cofrada de los Asesinos de los Cuchillos de Fuego, Phalse el Maligno e incluso Moander el Oscurantista.Ella? Os refers al modelo? pregunt Breck.Entonces, consigui animarlo? inquiri Morala con un suspiro de derrota.En realidad, la dot de algo ms que animacin. Est verdaderamente viva y en plena posesin de su propia alma y de su propio espritu. Ni siquiera vos, Eminencia, advertirais que es un ser que no ha pasado por el trance del nacimiento.Imposible asever la gran sacerdotisa.Imposible para Innominado y para los seres malignos que lo respaldaban, pero no para un dios.Moander el Oscurantista no podra dotarla de alma insisti Morala.No he hablado de Moander replic Elminster.Entonces, a qu dios te refieres, Elminster? pregunt Kyre.No estoy seguro. Phalse el Maligno rapt a un paladn de otros mundos para conseguir un alma para el simulacro, pero el paladn an vive. Es como si su alma se hubiera desdoblado y un fragmento se hubiera separado; ambos crecieron en la creacin de Innominado, tal vez por obra de un dios del paladn. Tambin sospecho una posible intervencin de Tymora, la diosa Fortuna... o tal vez se tratara de un esfuerzo conjunto de todos ellos, pero, sea como fuere, la mujer permanece viva.Por qu Innominado encarn su creacin en una mujer? inquiri Breck.La hechicera Cassana, por viles razones personales, insisti en que fuera creada a su imagen explic el sabio. Tal vez ha sido preferible as. Innominado imbuy al simulacro de muchas caractersticas de su propia personalidad, pero, en su intento de convertirla en una mujer ideal segn sus cnones, la dot de una faceta tierna y noble que l mismo jams haba demostrado en su personalidad. Ya se ha hecho famosa por mritos propios como espadachina mercenaria inteligente y valiente. El paladn del que habl antes, un noble saurio conocido en los Reinos con el nombre de Dragonbait, viaja con ella y est plenamente convencido de su bondad esencial.No os referiris a Alias de Westgate? intervino Breck.La misma, estimado guardabosque repuso Elminster. As pues, ya conoces a esa dama?Bueno, no exactamente admiti Orcsbane, pero la he visto en la taberna La Calavera de los Tiempos y he escuchado sus canciones. Tiene voz de pjaro e interpreta las canciones ms conmovedoras que he odo en mi vida.Canta! exclam Morala muy enfadada. Canta sus canciones! No es as, Elminster? Y no has hecho nada al respecto!Qu poda hacer yo, Eminencia? Es una mujer libre que no ha cometido crimen alguno. Las gentes del Valle de las Sombras la consideran una herona. Han quedado muy atrs los tiempos en que los arperos tenan poder para intimidar al pueblo y obligarlo a obedecer, y menos an exigrselo a una herona.Elminster saba que Morala forcejeaba consigo misma para conservar el control de su clera. La sacerdotisa respiraba profundamente, con los ojos cerrados y el mentn apretado. El sabio no deseaba aumentar su ira pero tampoco estaba dispuesto a soportar sus reprimendas por un comportamiento civilizado.Sera conveniente conocer a esa mujer apunt Kyre con calma. Hablara con nosotros si la convocramos?Acudira con sumo gusto repuso Elminster. Aprovechara la menor ocasin de hablar en favor de Innominado.S, naturalmente! grit Morala. Es su propia criatura.No, Morala cort Elminster al instante, esforzndose tambin por no demostrar su furia. Ella se debe slo a s misma aunque siente cario por Innominado, como cualquier mujer buena y generosa lo sentira por el padre que la ha criado lo mejor que ha podido.Morala baj los ojos hasta las manos, temerosa de haber despertado la ira del sabio. Ella era muy vieja, pero Elminster la sobrepasaba en varios aos, adems de ser el aliado y consejero ms poderoso de los arperos.Deberamos escucharla admiti en voz baja.Ve a buscar a Alias de Westgate orden Kyre a un paje tras llamar su atencin con un gesto y dile que este tribunal reclama su comparecencia.Heth escuch la orden, hizo una reverencia a los jueces y abandon la sala a toda prisa en busca de Alias, la trovadora del Bardo Innominado.2

La TrovadoraLos parroquianos de La Calavera de los Tiempos aplaudieron con entusiasmo cuando la trovadora termin su cancin. Hasta la posadera, Jhaele Silvername, se tom una pausa en sus quehaceres tras el mostrador como tributo de admiracin. La muchacha hizo una reverencia al auditorio y despus al cornista que la acompaaba.El rstico local pblico estaba a rebosar de ganaderos que media hora antes alborotaban y blasfemaban contra la lluvia que les haba estropeado la cosecha de heno de la temporada; sin embargo, en esos momentos, en vez de alargar el primer trago dos horas y preocuparse por cmo alimentar al ganado a lo largo del invierno a base de hierba mohosa, empezaban a pedir la segunda ronda y a brindar por la barda, para que los deleitara con otra cancin.La trovadora, Alias de Westgate, espadachina mercenaria, tambin conocida como Alias del Tatuaje Azul, sonrea con gratitud. Cantaba para entretenerse porque los arperos no le permitan visitar a su padre, el Bardo Innominado, y al mismo tiempo para desafiar a los que pretendan borrar su msica de la faz del mundo; pero, sobre todo, lo haca porque estaba segura de que su padre as lo deseaba, fuera cual fuese el destino que le aguardara. No obstante, en su fuero interno, intentaba encontrar la forma de declinar airosamente las peticiones del pblico, al menos durante ese da.Alias, por favor susurr el cornista. Necesitan olvidarse un poco del mal tiempo.Han, yo... creo que me estoy quedando sin voz respondi en tono discreto.Ests en plena forma insisti Han.Otra! rugi una voz grave desde la mesa de al lado del tablado. O har que te arreste la guardia por negar la felicidad a las buenas gentes del Valle de las Sombras.Alias ri de buena gana. El de las amenazas era Mourngrym Amcathra, seor del Valle de las Sombras, y la espadachina lo consideraba un amigo. Se apart el cabello bermejo hacia la espalda y se sacudi la tnica de lana verde para airearse un poco.En ese caso, dedicar la cancin a la guardia, no? le contest.Eso es asinti el lord con un guio. Y, luego aadi, te sentenciar a cantar nanas a mi hijo durante un ao. Su Seora columpi al mencionado vstago en las rodillas y le pregunt: Te encantara, verdad, Scotty?A pesar de que era muy pequeo para comprender la pregunta, el heredero respondi al entusiasta tono de voz de su padre con risas y batir de palmas.Un destino ms amargo que la muerte replic Alias con un gesto de terror.Los ganaderos estallaron en carcajadas, mientras el pequeo chillaba feliz. Pero Alias dudaba an. Llevaba tres das seguidos cantando en La Calavera de los Tiempos, y todas sus baladas tenan gran xito entre la gente; sin embargo, haba perdido el control de su canto cuatro veces desde la primavera pasada, y le haban salido versos extraos y melodas diferentes de las de Innominado. Estaba segura de que era cuestin de tiempo que le sucediera de nuevo. Adems, en el Valle de las Sombras se jugaba algo ms que la sorpresa del pblico: si los hechos llegaban a odos del bardo, se enfadara mucho con ella.Capt la mirada de Dragonbait al fondo de la taberna. El paladn saurio le haca gestos de nimo con las manos. Alias suspir para sus adentros y se dijo: No va a pasar nada; deja de comportarte como una boba y enfrntate a la msica.Se concentr un momento en los presentes y escogi un tema sobre labriegos basado en un antiguo romance popular con msica de Innominado. Han conoca el poema pero no la meloda, de forma que se qued en silencio junto a Alias escuchando con atencin para intentar improvisar un acompaamiento a partir de la segunda o tercera estrofa. Alias enton fuerte y claro.Roturamos la tierra, sembramos la simiente, espantamos las aves, rogamos que la lluvia riegue. Riega la lluvia, nace la espiga, tambin la cizaa, y despus... sequa. Cargamos el agua hasta partirnos en dos; la cizaa prospera ms el grano no. Entonces, un da, Chantea redime nuestra porfa y la simiente enraza en el ro de la vida.El ro de la vida, el ro de la vida:bebamos todos, hombres y mujeres, sin medida.Bebamos hasta saciarnos del ro de la vida.El ro de la vida, el ro de la vida:bebamos todos, hombres y mujeres, sin medida.Bebamos hasta saciarnos del ro de la vida.Todo el mundo se uni al estribillo; cuando Alias atac la segunda estrofa, Han comenz a tocar suavemente para no estropear nada en caso de equivocarse de nota.Segamos la simiente, cogemos los frutos, guardamos las nueces y levantamos los bulbos. Fros se tornan los das, ya las aves se alejan, cran las bestias pelo, grises los pastos se quedan. Comemos la racin y conservamos el resto, llega la nieve y deja los campos cubiertos. En nuestras almas crece la oscuridad y todo el esfuerzo se vierte en maldad.Los dedos de Han titubearon, pues nunca haba odo los dos ltimos versos. La versin que l conoca hablaba de los preparativos para las festividades invernales; no obstante, haba algo que le inquietaba an ms que esas palabras desconocidas; Alias haba cambiado a una tonalidad distinta con resonancias ultraterrenas. Despus, sin dar tiempo a la repeticin del estribillo, la espadachina se embarc en una tercera estrofa de letra inaudita que Han no identificaba.Talamos los rboles, despedazamos las vidas, quemamos las semillas y pisoteamos las races. Despus vuelve la lluvia y arrastra el suelo frtil, y deja en su lugar roca desnuda y barro estril. Vestimos verdes cadenas hasta quedar podridos, los cadveres se mueven con mentes sin sentido. Los Reinos sern devorados por la gran oscuridad, la muerte es el poder que los arrasar.Desde los primeros cuatro versos, los ganaderos comenzaron a fruncir el entrecejo y a murmurar entre ellos, pues aquello no reflejaba su forma de trabajar la tierra. Tal vez se refiriera a los pueblos que vivan bajo el yugo del mal, como los del norte, en manos de los zhentarim; pero aqu, en los Valles, intentaban por todos los medios vivir en armona con la naturaleza. Mientras Alias desgranaba las cuatro ltimas frases, el pblico se revolva inquieto en las sillas y hunda la mirada en el fondo de las jarras, confundido por el giro que haba tomado la cancin.Alias no se dio cuenta de que Han ya no la acompaaba, pero se percat de que haba perdido la atencin de la gente. Saba perfectamente lo que suceda y la voz se le quebr. Oh, dioses! se dijo estremecida de miedo. He deformado esta cancin igual que las otras. Not la mano de Han sobre su hombro.Alias, te encuentras bien? le pregunt en voz baja.Lo siento musit ella, estoy cansada, he olvidado la letra minti; es mejor que me siente.Han le dio un apretn afable y una palmada en la espalda mientras se alejaba. Ansioso por librarla de las miradas que la seguan, se llev el oboe a la boca y comenz a interpretar un aire brioso para distraer la atencin de la clientela.Jhaele tambin deseaba proteger los sentimientos de su artista y disolver el ambiente enrarecido del local, propiciado por la cancin, y le indic a su hijo Durgo que empezara a bailar con su hermana Nelil. Por su parte, Durgo, un granjero de edad media con escaso sentido del ritmo, senta tanta aficin por las danzas como por los cuervos o los gorgojos, pero era un hijo obediente. Tir a Nelil de la mano y la puso sobre el suelo; el resto de la gente comenz a sacudirse el malestar y a tocar palmas al comps y unos cuantos se unieron a los hermanos en los enrgicos pasos del baile.Mientras tanto, Alias cruzaba cabizbaja entre las mesas sin atreverse a mirar a nadie por vergenza. Quera echar a correr escaleras arriba y encerrarse en su habitacin, pero, al pasar junto al saurio, ste la tom por la mueca y la acerc a s con suavidad y firmeza. Alias se rindi a su fuerza y se desplom en un asiento a su lado.Es la quinta vez que me pasa esto protest entre dientes, furiosa por su propio temor. No cantar ms. No tendras que haberme animado.Normalmente, se comunicaban mediante un cdigo de gestos que Alias haba enseado a Dragonbait; consista en una variante de la jerga utilizada por los ladrones que la guerrera haba aprendido mgicamente de los asesinos que contribuyeron a su creacin, y lograba expresar mediante las manos ideas complejas, pero resultaba insuficiente siempre que el paladn intentaba consolar a su compaera. Alarg la extremidad y acarici con sus dedos escamosos la parte interior del brazo luchador de Alias. El roce sobre el tatuaje azulado del antebrazo smbolo del vnculo que una sus vidas era el medio ms efectivo de expresarle su afecto.Alias not la sensibilidad de la marca a la caricia y se tranquiliz en cierta medida porque el saurio le transmita de esa forma parte de su calma interior; ella toc la pechera de la tnica del lagarto, bajo la cual se hallaban los trazos del tatuaje parejo al suyo, con la conciencia de que l experimentaba la misma sensacin a travs de la tela. No obstante, an le pesaba el nimo y lamentaba agobiar a su camarada con sus propios problemas.Qu me sucede, Dragonbait? murmur intentando contener las lgrimas. Por qu no puedo cantar una simple cancin sin destrozarla por completo?El paladn sacudi la cabeza; l tambin lo ignoraba.Alias olisque las emanaciones del saurio en busca de la respuesta y sonri tristemente. El aroma de madreselva expresaba su tierna preocupacin por ella, pero haba tambin un rastro de olor a jamn cocido, seal de tribulacin. Igual que sucede con el lenguaje del cuerpo entre los humanos, las esencias de su amigo comunicaban mucho ms de lo que l habra deseado.Oyeron una tos a su lado y ambos se giraron a mirar. Lord Mourngrym se hallaba de pie ante la mesa con su hijo culebreando bajo un brazo. Su Seora dirigi a Alias una mirada enigmtica.Te pasa algo, Alias?Nada importante, Seora respondi con precipitacin. Lamento haber estropeado la balada; debe de ser porque tengo demasiadas cosas en la cabeza.Mourngrym no se conform con esa justificacin, pues perciba la palidez y el miedo en el rostro de la barda. Con Innominado en la crcel y nadie ms que el curioso hombre lagarto para cuidar de ella, el lord se senta obligado a protegerla. Puso, pues, al nio sobre la mesa y tom asiento al lado de la muchacha.Fui yo quien se empe en que cantaras le record, y te debo una disculpa. Bien, dime que me perdonas y explcame qu te pasa aadi al tiempo que le daba palmadas en la mano.No lo s repuso con un encogimiento de hombros para disimular el temor. Empez en primavera; de pronto me puse a cantar de una forma extraa y ahora, en cuanto interpreto dos o tres temas, el siguiente me sale tergiversado; hablo de muerte, decadencia y oscuridad. Ni siquiera me doy cuenta de lo que pasa hasta que..., hasta que veo que la gente me mira como si fuera un monstruo. Pensaba que estaba hechizada o que pesaba sobre m una maldicin, pero me han estudiado tres sacerdotes y los tres me han dicho que no tengo nada malo, excepto la arrogancia, la testarudez y la falta de respeto.Ah! En eso acertaron! se ri Mourngrym irnicamente.Scotty se estir hacia Alias y toc uno de sus brillantes rizos rojos. La luchadora lo cogi en brazos y lo puso de pie sobre el regazo; el nio doblaba y estiraba las rodillas y parloteaba contento.No s qu hacer coment Alias en voz baja. Qu pensara Innominado?Alias, el romance no era malo arguyo Mourngrym, nicamente resultaba... diferente.Me enfadaba que los arperos no me dejaran ver a Innominado declar con la mirada en el suelo, abrumada por la culpabilidad, pero, sinceramente, en cierto modo me aliviaba. Temo que si me pidiera una cancin, cambiara la letra y l se enfadara; no le gusta que cambien ni una coma de sus creaciones.Alias replic Mourngrym, no puedes pasarte la vida haciendo las cosas a su gusto. Tienes que vivir tu propia vida.Ya lo s repuso ella con amargura, pero no quiero decepcionarlo con sus canciones, precisamente. Si las mejorase, lo discutiramos, pero lo nico que hago son versiones grotescas y horribles.Su Seora crea que Alias no comprenda bien sus consejos, a pesar de que ella afirmaba que s. La influencia del bardo en la muchacha era mucho ms profunda que los hechizos mgicos; Alias quera a Innominado y cantaba para complacerlo. Mourngrym intentaba reforzarle la confianza en s misma.Las canciones que infunden temor tambin son necesarias de vez en cuando, aunque no nos gusten; nos recuerdan cules son nuestras metas y qu nos aleja de ellas y nos sirven de incentivo para la accin.Pero ni siquiera s a qu se refieren, a pesar de que me salen de la cabeza objet Alias. Qu acciones debo emprender? Contra qu tengo que luchar?Mourngrym no conoca la respuesta; eran preguntas para una mente ms preclara que la suya.Has hablado de esto con Elminster? inquiri.No quiero interrumpirlo hasta que termine de ayudar a Innominado.Mourngrym sacudi la cabeza con pesar; Alias estaba perdiendo el control de su canto, cosa que la aterrorizaba a todas luces, y aun as la preocupaba mucho ms la situacin del bardo. El lord deseaba decirle que olvidar a Innominado de una vez por todas, pero saba que la joven no prestara atencin a sus palabras.Dragonbait emiti un gorjeo y seal hacia la puerta. Alias se volvi y vio el grupo de viajeros que entraba en la taberna; eran una docena o ms y enseguida se quitaron las capas empapadas y pidieron a gritos bebida, comida y alojamiento. Por el estilo de sus trajes, Alias pens que eran comerciantes y vigilantes de caravanas procedentes de Cormyr. Sin embargo, uno de ellos deba proceder de mucho ms al sur porque tena la piel oscura propia de aquellas tierras. Sus ropas eran de seda a rayas blancas y rojas, y llevaba una cinta dorada alrededor del rizado cabello castao oscuro. Destacaba en altura sobre los otros mercaderes y la mayora de los escoltas.No es posible musit Alias cuando el hombre se gir. Tena la barba cuadrada como los turmitas e indicaba su condicin de varn casado por medio de un zafiro azul en el lbulo de la oreja. Los tres puntos azules de la frente significaban que era un estudioso de la lectura, la magia y la religin. Pero Alias no prestaba atencin a esos detalles en aquel momento, preocupada por lo familiar que le resultaba el rostro del desconocido. Es l! dijo sin aire. Dragonbait, es Akabar! Ha venido a buscarnos!Alias se puso en pie, pas al pequeo a su atnito padre y se lanz hacia la puerta a la carrera llamando al turmita por su nombre.Unas cuantas cabezas se giraron para ver a quin gritaba la luchadora, pero la mayora segua pendiente de la msica de Han y de la danza de los espontneos bailarines.Akabar bel Akash extendi los brazos para acoger a la mercenaria con el tradicional apretn de manos, pero Alias se precipit sobre l y lo estrech como si se tratara de un hermano a quien no vea desde haca mucho tiempo.Mourngrym dedujo, por la expresin de sorpresa del recin llegado, que ste no esperaba un recibimiento tan clido. Intercambi una mirada con Dragonbait, quien se encogi de hombros y sigui observando a los extraos; al ver a la mujer que acompaaba a Akabar, arrug el escamoso entrecejo con inquietud.Alias tom al sureo por el brazo y lo condujo hasta la mesa sin percatarse de que una mujer tapada con numerosos velos los segua a pocos pasos. Mourngrym, por el contrario, s la vio y se levant con Scotty en un brazo cuando se acercaron.Mourngrym, conocis a Akabar bel Akash? pregunt Alias. Formaba parte de mi grupo la primera vez que llegu al Valle de las Sombras.El mago de las grandes aguas dijo Mourngrym recordando las propias palabras de Akabar.Akabar hizo una profunda reverencia.Es un honor que os acordis de m, Seora contest el turmita.Mourngrym hizo un gesto. Segn su propia experiencia, era raro que los magos vivieran tiempo suficiente como para demostrar sus fanfarronadas. Alias le haba explicado el episodio en que el sureo haba derrotado al perverso dios Moander. Akabar era ciertamente un mago de las aguas primordiales, tal como deca su gente.Quin es la seora? inquiri Mourngrym, y Alias percibi por primera vez la presencia de la mujer.Seora, Alias, Dragonbait anunci Akabar, apartndose a un lado, permitid que os presente a Zhara, sacerdotisa de Tymora.Zhara se adelant un paso. Era alta como Alias, y la nica parte de su cuerpo que no quedaba oculta entre los pliegues azules de su ropaje o el tupido velo azul y blanco que le cubra el rostro eran sus verdes ojos y las estilizadas manos morenas.Es un honor conoceros manifest Zhara suavemente; hizo una profunda genuflexin pero no se levant el velo.Mourngrym se inclin y Dragonbait salud con la cabeza, pero Alias se qued mirando a la sacerdotisa con irritacin; no le gustaban los clrigos ni las sacerdotisas. Dragonbait siempre trataba de convencerla de que esos sentimientos se deban a la influencia de Cassana y sus otros hacedores malignos, pero ella rechazaba la idea una y otra vez. No le gustaban los servidores de la iglesia porque, para ella, no eran ms que un puado de locos intiles, incluso los que servan a Tymora, la diosa Fortuna y patrona de los aventureros. Qu diablos hace Akabar viajando con una sacerdotisa?, se preguntaba.Como si le hubiera captado el pensamiento, Akabar explic:Zhara es mi tercera esposa.La rabia y la decepcin empaaron la alegra que Alias haba sentido al ver de nuevo a Akabar. Un momento antes, imaginaba que el reencuentro sera como recuperar los viejos tiempos, pero la presencia de una de sus esposas supona un obstculo en la materializacin de esa esperanza. Akabar era el amigo ms antiguo de la espadachina, a excepcin de Dragonbait; la haba ayudado en la misin de descubrir sus orgenes y, si todo se hubiera hecho a gusto de Alias, jams habra llegado a conocer a esa mujer.En una ocasin, para evitar ese encuentro precisamente, se haba disculpado alegando que no poda soportar las altas temperaturas del sur y haba declinado la invitacin de Akabar a acompaarlo a su hogar en Turmish; no se senta preparada para superar el escrutinio de sus esposas, y, aunque nunca haba llegado hasta las regiones sureas, haba odo comentar cuan orgullosas se sentan las mujeres de su forma de vida, de sus sencillos atavos, de su tono suave y sumiso, de su eficiencia en los asuntos domsticos y econmicos, de su numerosa prole... Eran como encargadas de verdulera, trmino que para Alias significaba aburrimiento y falta de aventuras; por tanto, no poda imaginarse que fueran capaces de acoger afectuosamente a una espadachina mercenaria y trotamundos sin familia propia. Pero la verdad era que la idea del posible rechazo no le pareca tan insufrible como tener que compartir la compaa y la atencin de Akabar con unas mujeres que estaban ms prximas a l que ella misma.Tena la impresin de que las sureas nunca se alejaban del hogar coment la luchadora con frialdad al tiempo que se sentaba a la mesa e indicaba a Akabar que ocupara la silla a su lado.Mis hermanas de matrimonio, Akash y Kasim, me han encomendado que proteja a nuestro esposo de los brbaros del norte replic Zhara sin nfasis especial y sentndose en el lugar que Alias haba indicado para Akabar, mientras ste se situaba en la silla entre Zhara y Dragonbait.Lord Mourngrym se gir hacia la puerta de la posada, incmodo por la tensin del ambiente.Si me disculpis, me retiro a mi casa antes de que arrecie la tormenta dijo Su Seora. Os dejo solos con vuestros recuerdos de los viejos tiempos. Hizo una ltima inclinacin ante la esposa de Akabar y sali del local con Scotty sobre los hombros.Akabar suspir en su fuero interno mientras miraba alternativamente a Alias y a Zhara. Supona que la guerrera no se llevara bien con su esposa, pues, a pesar de que era demasiado orgullosa como para admitirlo, le pareca que senta celos de sus mujeres. Al mismo tiempo, no esperaba que Zhara albergara resentimiento contra Alias, pero, por otra parte, la joven era una persona especial para l y su esposa lo saba. Cuando menos, la frialdad recproca de las mujeres le permitira demorar la explicacin que deba darle a Alias sobre Zhara.Akabar mir a Dragonbait de reojo. El paladn, que contemplaba a Zhara con curiosidad, dirigi al sureo una mirada interrogante. La ha olido, sabe quin es pens ste. Ser tan sabio como para mantenerse en silencio?El saurio se encogi de hombros y se qued mirando la taza de t. Saba que Akabar crea que Alias estaba enamorada de l y que los celos la haran rabiar si supiera quin era en verdad Zhara. No obstante, el paladn conoca a la joven mucho mejor que el mago mercader y saba que el amor de Alias por el sureo no era de la clase que ste supona.Alias posea un cuerpo adulto y una inteligencia brillante, pero Dragonbait saba que su madurez emocional se hallaba an en la etapa infantil. Sospechaba que el bardo sin nombre, que se senta orgulloso de negar sus propias emociones, haba fracasado en dotar a su creacin de autocontrol emocional en situaciones sentimentalmente conflictivas. Alias sucumba con facilidad a los ataques de celos, igual que un cro, y no le resultaba fcil aceptar no ser siempre el centro de atencin. La preocupacin de Akabar por la reaccin de la muchacha cuando descubriera la verdadera naturaleza de Zhara estaba plenamente justificada, pero el mercader no era consciente de que esa reaccin no sera la propia de una mujer, sino la de una nia.Fuera como fuese, no resultara fcil posponer la explicacin, pensaba el paladn. Concedera a Akabar un da para que lo hiciera, pero no ms.Alias capt el inters que la esposa de Akabar despertaba en su compaero por la emanacin de azufre, leve por fortuna, que desprenda. Hizo caso omiso del desagradable olor y dedic toda su atencin a Akabar.Bueno! Qu te trae hasta estos confines del norte en esta poca tan avanzada del ao? pregunt al turmita.No te ha sucedido nada malo desde la ltima vez que nos vimos en Westgate? inquiri l sin responder a la pregunta de Alias.Pues claro que no replic con el entrecejo fruncido de asombro. Por qu lo dices? Akabar, qu sucede? Por qu has venido aqu?He venido al Valle de las Sombras contest Akabar tras tomar una buena bocanada de aire en busca del consejo de Elminster; esperaba encontrarte a ti tambin para ponerte sobre aviso.Sobre aviso? repiti Alias, ms confundida que alarmada. De qu?Del regreso del Oscurantista explic.El Oscurantista! Te refieres a Moander?Akabar asinti.Akabar le record Alias, despus que destruiste a Moander, la mayora de sus adoradores se suicidaron, y Cassana envi a la cofrada de los Cuchillos de Fuego para que acabaran con el resto y no tener que compartirme con ellos. El verano pasado, Dragonbait y yo nos dedicamos a recorrer todos los templos donde lo adoraban, y todos estaban abandonados. Sin adoradores, Moander tardara muchos siglos en reunir la energa necesaria para hacerse con un cuerpo y regresar desde el abismo.ltimamente he tenido pesadillas insistentes replic Akabar, y Zhara me ha dicho que son avisos de los dioses de la luz.Akabar increp Alias tras lanzar un suspiro, al fin y al cabo, es lgico que tengas pesadillas porque Moander entr en ti, pero los dioses no tienen nada que ver.Pero hasta esta primavera, cuando se cumpla un ao de su muerte, no haba tenido ninguna puntualiz.Lo liquidaste en primavera. Tal vez el tiempo te lo trajo a la memoria sugiri Alias.La primavera es muy diferente en Turmish que en el norte o en Westgate, donde muri Moander insisti Akabar.Dragonbait dio unos golpes sobre la mesa para llamar la atencin. Alias le mir las zarpas, que tamborileaban en el mantel, y despus observ el movimiento de sus labios. Por fin, el saurio seal a la muchacha y despus a Akabar.No guarda relacin alguna respondi Alias al tiempo que negaba con la cabeza.Qu intenta decir? pregunt Akabar, curioso.Nada importante.Dragonbait clav el codo a Alias en un costado, y espadachina y lagarto se miraron fijamente en un duelo intenso que dur slo unos momentos. Akabar los contemplaba atnito, pues nunca haba visto a Dragonbait enfrentarse a Alias de esa forma. Durante su viaje con los dos compaeros, el saurio se haba mostrado siempre tan sumiso a la mujer como una esposa turmita ante su marido en pblico. Evidentemente, la relacin entre ellos haba cambiado en el transcurso del ltimo ao.De acuerdo, est bien musit Alias al tiempo que apartaba la mirada. Piensa lo que quieras, pero ests equivocado.Qu pasa? inquiri Akabar.Dragonbait cree que debo explicarte que desde la primavera pasada canto cosas raras.Cantas cosas raras? No comprendo replic Akabar enarcando las cejas.Deformo las melodas y las letras de las canciones sin darme cuenta; ni siquiera soy consciente de lo que canto le cont Alias visiblemente afectada.Sueas con Moander?No tengo la menor idea. Se me olvidan los sueos en cuanto me despierto; los sueos son para dormir.Pero te acordars del que tuviste en el desfiladero de las Sombras, cuando viste a Innominado le record Akabar.Pero eso fue distinto, como una especie de visin provocada por la bruja Cassana, para distraer mi atencin de la emboscada que preparaba.Akabar se mesaba la barba pensativamente.Es posible que los dioses traten de advertirte mediante las canciones porque no recuerdas los sueos sugiri.Por qu habran de molestarse los dioses en enviarte sueos a ti y en echar a perder mis canciones en vez de solucionarlo todo con una carta? contest Alias con escepticismo.Si no crees a Zhara ni me crees a m, una carta tampoco servira de nada, Alias. Los dioses saben los vnculos que existen entre tu corazn y tu arte.Alias suspir; Akabar era un erudito en religin, pero esa fe pa y repentina en que los dioses se comunicaban con ellos la desazonaba. Estaba segura de que se deba a la influencia de esa tercera esposa que tena.Bueno, si los dioses son los causantes de los cambios en las canciones, desde luego demuestran muy mal gusto para la msica. Adems, podran hacer un esfuerzo y componer letras con mensajes ms claros.Zhara, que haba guardado silencio un largo rato, habl de pronto sin ira ni pasin.Las canciones de los dioses no son tan simples como las que os complacen a vosotros, brbaros del norte.Mis canciones son las mejores de las Reinos gru Alias con la mirada clavada en la sacerdotisa.No son nada comparadas con las palabras que los dioses pronuncian replic Zhara, ms encendida. Las oraciones son la msica ms apropiada con que podemos dirigirnos a ellos.Alias se volvi de nuevo hacia Akabar en vista de la inutilidad de discutir con una fantica religiosa.Me imagino que los dioses no te habrn dado detalles concretos sobre el regreso de Moander.Pues s, s que me los han dado repuso, y su semblante se torn sbitamente ojeroso. Tengo que encontrar el cuerpo de Moander en los Reinos y destruirlo de nuevo, y despus seguirlo hasta el Abismo y acabar con l all otra vez. Slo as desaparecer para siempre.Alias miraba a su amigo con miedo y asombro. Advirti que hablaba totalmente en serio y que tena la intencin de enfrentarse por segunda vez con el dios. Si Dragonbait no hubiera recurrido a la ayuda de un dragn rojo, que haba perecido en el combate contra Moander, tanto ella como Akabar estaran todava bajo el dominio de la terrible deidad, incapaces de oponer resistencia a los horrendos poderes de aquella abominacin que haba llegado a controlar sus mentes. Ahora, Akabar estaba dispuesto a luchar contra l no slo en los Reinos, sino tambin en el Abismo, donde estara rodeado de numerosos servidores poderosos. La mercenaria comprendi que su amigo no haba podido concebir empresa tan peligrosa por s solo. Observ a su esposa y, como sola sucederle, encauz los temores hacia la ira.Todo esto te lo debe a ti, verdad? la zahiri Alias. Vosotras, viles sacerdotisas, siempre andis convenciendo a las almas nobles y generosas de que se enfrenten a los peores males, con los que nadie en su sano juicio deseara encontrarse cara a cara. Ni siquiera el altsimo reino lfico de Myth Drannor en la plenitud de sus poderes lograra destruir a Moander. Has ablandado a Akabar con dulces palabras y despus has engordado sus pesadillas hasta sacarlas de sus lmites razonables. Apuesto a que has utilizado tus poderes mgicos de sacerdotisa para que comenzara esta estpida misin, no es cierto? Alias volvi la mirada hacia el turmita. No seas loco, Akabar le rog. Has hecho ms de lo que te corresponda. No tendras que haberte casado con esa sacerdotisa porque no le importas; slo le interesa lo que puedas hacer para mayor gloria de su diosa.A Akabar le temblaba el mentn y estaba blanco de ira. Instintivamente, Alias separ su silla de l. Zhara apoy su delicada mano en el brazo de su esposo y le dijo unas palabras en turmita que la guerrera no alcanz a comprender. Akabar cerr los ojos y se tranquiliz tras varias respiraciones largas y lentas.Dragonbait dio un coletazo de advertencia a Alias por debajo de la mesa, y ella lo mir enojada. El paladn se toc la mejilla, pidindole que se disculpara con Zhara, pero Alias se mantuvo inexorable. No le importaba lo que Akabar sintiera por Zhara porque era evidente que ella lo utilizaba.Un joven vestido con uniforme de paje y el cabello chorreando por la lluvia torrencial del exterior irrumpi en el embarazoso silencio en que se haba sumido la mesa de los cuatro.Perdonad, seora se disculp el muchacho tmidamente.Alias levant los ojos y reconoci al paje de lord Mourngrym. Sonri para serenarlo.S? Qu sucede, Heth?Alias de Westgate, el tribunal de arperos requiere que comparezcis a su presencia anunci con tono solemne.La mercenaria se sobresalt. Haba olvidado durante un rato sus propias angustias con respecto a Innominado y ahora volvan con redoblado vigor. Se puso plida y le temblaron los labios. El destino de Innominado estaba en sus manos; si deca o haca algo malo, lo exiliaran de nuevo fuera de los Reinos, lejos de ella.Qu tribunal? pregunt Akabar.La corte de arperos que revisa el caso del Bardo Innominado explic Alias al tiempo que se pona de pie. Les comuniqu que deseaba hablar en favor del acusado.A pesar de la ofensa recibida y del insulto a su esposa, Akabar no pudo evitar un sentimiento de compasin hacia la guerrera. A Alias nunca le haba resultado fcil confiar en los dems o intimar con nadie, pero haba aceptado la paternidad del bardo. No quiso imaginarse el dolor que sentira la muchacha si los arperos se mostraban tan inflexibles como para reafirmarse en la condena de Innominado.Crea que los arperos haban terminado con ese asunto el ao pasado dijo Akabar. Por qu lo han retrasado tanto?Elminster tard un ao entero en convencerlos de que haba que revisar el caso aclar Alias. Ahora tengo que irme.Voy contigo anunci Akabar, ya de pie frente a ella. Tambin quiero hablar en su favor porque me salv la vida.El paje mostr indecisin por unos segundos, sin saber cmo reaccionar al deseo del extrao.Heth intervino Alias, este hombre es Akabar bel Akash, amigo mo, y conoce todo lo referente a Innominado. Puede venir conmigo?Que os acompae si lo desea, seora, pero no s si el tribunal querr escucharlo.Si no es as, gritar con todas mis fuerzas advirti Akabar.Alias lo mir y le sonri agradecida. Por lo menos, la influencia de Zhara no era tanta como para impedirle prescindir momentneamente de su misin demencial y acudir en socorro de un amigo.Dragonbait emiti un gorjeo, y Alias lo mir para ver qu quera comunicar.Dice que se ocupar de Zhara tradujo, y se abstuvo de pronunciar en voz alta el pensamiento de que la muy ladina sabra ocuparse de s misma con toda seguridad. Habra preferido que el paladn la acompaara en vez de quedarse con la sacerdotisa, pero no quiso discutir con l delante del sureo.Akabar indic al paje que abriera la marcha. Alias fue a decirle algo a Jhaele y, tras recoger la capa de una percha, les dio alcance en la puerta. La espadachina y el turmita siguieron al muchacho hacia la lluvia que arreciaba fuera de la posada. Se encaminaron por la calle principal y despus giraron a la izquierda hacia la torre de Ashaba. Sobre las copas de los rboles se divisaba la caracterstica aguja descentrada de la torre, que le haba valido el sobrenombre de Torre Inclinada.Pese a su fama, el Valle de las Sombras era una urbe pequea, pero la mole de la torre resultaba impresionante y colosal. No slo era la residencia del seor de la ciudad y de su familia, sino que albergaba tambin a casi todos los miembros de la corte y a la servidumbre, por no mencionar los numerosos aventureros amigos de Su Seora. Mourngrym haba invitado a Alias a pasar all el invierno, pero ella slo vea en aquella construccin la prisin de Innominado y haba rechazado la oferta; no se habra dejado convencer por nada. Apreciaba mucho a Mourngrym, pero aceptar su hospitalidad habra significado renunciar a la independencia en cierto modo; se senta ms a gusto pagando a Jhaele la renta de una habitacin en la posada.Al pasar junto a la torre de Elminster, Akabar mir a Alias de soslayo y advirti que la joven pareca nerviosa. Tras digerir la furia por la conducta de ella momentos antes, el mago estaba decidido a hacer las paces. Comenz a romper el hielo con lo que los norteos llamaban dar palique.Sabes algo de la maestra Olive Ruskettle? Qu ha hecho desde que nos separamos en Westgate? pregunt el turmita.Alias lo mir e hizo un guio. Sobre el tema de Olive, por lo menos, ambos estaban de acuerdo. La halfling ladrona se haba unido al grupo de aventureros sin invitacin previa el ao anterior slo para complicar las cosas y traicionarlos en favor de los enemigos de Alias; nicamente en el ltimo momento contribuy a liberarlos de un destino peor que la muerte. No se haba despedido de ellos al final de la aventura, sino que haba desaparecido en medio de la noche llevndose mucho ms de lo que le corresponda del tesoro de la mazmorra de Cassana. Haba que admitir en su favor que les haba dejado todas las monedas de oro y plata porque prefera las joyas y las piedras preciosas, que resultaban ms cmodas de transportar.Creo que est en Cormyr dijo Alias. Los viajeros que llegan de all hablan de una halfling barda, intrprete de las canciones ms bellas y que se atribuye el papel de cerebro oculto en la destruccin de la cofrada de los Cuchillos de Fuego, del Oscurantista, del dragn rojo, de un lich, de una hechicera perversa y de un maligno tartreo. Naturalmente la asistan unos compaeros feles, un mago annimo del sur, una espadachina mercenaria del norte poco conocida y un misterioso hombre lagarto.S, debe de tratarse de la Olive Ruskettle que nosotros conocemos.Casi deseara que estuviera aqu ahora. Si hay alguien capaz de darle la vuelta a ese tribunal arpero, es Olive.Recuerda el dicho: Los deseos pueden hacerse realidad le advirti Akabar con un chasquido de la lengua. Notaba la ansiedad en la voz de Alias e hizo un esfuerzo por animarla. Elminster habla en favor de Innominado y los arperos tienen en cuenta las opiniones del sabio; aunque no lo escuchen, son buena gente y no se mostrarn tan crueles como para devolverlo al exilio despus de tanto como ha sufrido. Tal vez no lo perdonen pero comprendern que el aislamiento no sirve para nada. No te preocupes.No puedo evitarlo replic Alias en poco ms que un susurro. S que lo que dices es cierto, pero me acucia un mal presentimiento. Creo que le va a suceder algo horrible, que alguien quiere hacerle mucho mal.El mago se estremeci internamente ante las palabras de la mujer. Alias haba reaccionado con tanta fiereza cuando le explic la misin contra Moander que no se atrevi a darle ms detalles de los sueos. De todos modos, pronto comprendera que l no era el nico escogido para pelear contra el dios maligno. Tambin Innominado estaba destinado a implicarse en el enfrentamiento final con el Oscurantista.3La BestiaMientras el paje Heth parta en busca de Alias, el tribunal segua discutiendo el caso del bardo sin nombre.Incluso si esa tal Alias fuera la rplica a la que te refieres, Elminster dijo Morala, su existencia no palia la culpa original del bardo. En el primer juicio no abogabas por l le record. Qu te ha hecho cambiar de entonces al presente?Eso mismo se preguntaba el sabio.No ignoris, Eminencia, que yo era amigo de Innominado y, cuando llev adelante el experimento en contra de mi consejo, me sent... traicionado; estaba furioso con l, de modo que no hice nada en su favor. Ahora creo que comet una equivocacin al negarle mi defensa.El deber del maestro arpero es proteger a sus discpulos agreg Morala y el bardo fue hallado culpable de arriesgar la vida de los suyos sin escrpulo alguno, con resultado de muerte en un caso y heridas graves en otro. Qu puedes alegar en su favor?Nada, Seora.Nada? repiti Breck, sorprendido.Kyre inclin la cabeza en gesto de perplejidad, pero Morala achic los ojos tratando de adivinar; estaba segura de que el sabio esconda una baza en la manga.Nada, buen leador repiti Elminster. Y, sin embargo aadi, tampoco puedo alegar nada en favor de la condena impuesta por el tribunal de arperos, que sentenci al bardo al exilio. Su tono se hizo ms profundo, teido de ira y desprecio. A cuntos aos de aislamiento lo condenaron? El mismo respondi la pregunta. A perpetuidad. Ha pasado doscientos aos en soledad. Al igual que los brbaros, que rebanan las manos de los ladrones, los arperos le han negado toda posibilidad de redencin. Y, adems, qu se hizo con lo mejor de ese hombre, con la maravillosa msica que creaba a despecho de su vanidad e inconsciencia, prueba viva de lo bueno que haba en l? Los arperos intentaron aniquilarla del mismo modo que los brbaros aniquilan a nios inocentes, hijos de sus enemigos.Kyre enarcaba las cejas a cada analoga y Breck se ruborizaba de vergenza. Morala se puso en pie, plena de furia.Innominado no sabe lo que significa expiacin! exclam. Tena una marcada tendencia a convencer a los dems de que dedicaran la vida al servicio de sus propios planes. Ni siquiera la muerte de sus discpulos le impidi intentar la creacin de una segunda rplica cantante. De no haber sido por la intervencin de terceros, quin sabe qu horrores habran imbuido Cassana y su consorcio en la voluntad de esa Alias. El exilio deba cumplirse en soledad para impedir que causara dao a otros seres con su temeridad. En cuanto a la msica, l no deseaba que se perpetuara entre los bardos de generacin en generacin, de modo que, en realidad, respetamos su decisin.No es justo encerrar a nadie por lo que pueda llegar a hacer, Morala replic Elminster. Maana, vos o yo podramos causar daos graves. Deberamos exiliarnos por ello en este mismo momento? Por lo que respecta a la msica, si los arperos lo hubieran castigado con unos cuantos aos de prisin pero hubieran permitido que sus canciones corrieran por ah de forma natural, tal vez Innominado habra aprendido a aceptar el cambio y la evolucin de sus composiciones. Lo que lograron en cambio los arperos fue exacerbar los temores del bardo.No podamos permitirnos elevarnos a la altura de tu sentido de la justicia, Elminster coment Morala porque desebamos intensamente proteger las vidas ajenas del peligroso Innominado. Su actitud no habra cambiado en unos pocos aos, y dudo incluso que haya cambiado en dos siglos. Ahora que ya tiene a su intrprete, Alias, crees que dejar de utilizar a los dems? Tienes alguna prueba que testifique la transformacin de Innominado?Elminster medit la pregunta con atencin rebuscando en la memoria alguna palabra o acto del bardo que hablara en su descargo.S dijo por fin.Los tres jueces arperos esperaban con impaciencia la continuacin del relato. Elminster se puso en pie y rode la mesa hasta situarse frente al tribunal.Tres cosas... comenz. Repentinamente, su rostro palideci; aspir con dificultad y se apret el pecho.Elminster! grit Morala al tiempo que se incorporaba.Os encontris bien, seor? inquiri Breck, que ya abandonaba su asiento para acudir en ayuda del sabio. Pero una fuerza invisible impidi el avance del joven guardabosque y lo hizo retroceder hasta el estrado, a los pies de Kyre.En el lapso de tres inhalaciones, el cuerpo de Elminster pareci transformarse en puro cristal y, tras un resplandor de brillante luz, desapareci dejando en su lugar una horrible bestia de gran tamao.La criatura, erguida en toda su estatura, se cerna amenazadora sobre los tres arperos. La larga tnica roja y el tocado de pieles con que se cubra no lograban ocultar sus formas inhumanas. Estaba cubierto de escamas y sus ojos lanzaban destellos rojizos bajo la luz de las antorchas; de la frente salan dos afilados cuernos de marfil y un tercero, an ms grande, se elevaba desde la punta del alargado hocico. Tena la parte posterior de la cabeza delimitada por una especie de cresta sea ribeteada con pas y labrada con misteriosos smbolos mgicos. La cola musculosa se enroscaba desde el borde de la tnica agitndose de un lado a otro como una serpiente colrica.En un apndice dotado de garra, aferraba un bculo de hierro rematado por una esfera amarilla; en la otra garra sujetaba un pequeo objeto de color sangre que recordaba vagamente a una torre de ajedrez. El objeto comenz a brillar y a irradiar un calor que los arperos percibieron enseguida.Matadlo! grit Kyre y, sin dudarlo un momento, empu la daga que tena guardada en la bota y la arroj.El arma golpe el objeto rojo que la bestia llevaba en la mano y lo tir al suelo, donde aterriz con un sonido amortiguado.El ser mir a Kyre y rugi amenazadoramente.Mata a ese monstruo, Breck! chill Kyre. Mtalo antes de que sea demasiado tarde!El leador se incorpor sin perder un segundo, esgrimi la espada y se lanz a la carga.La criatura reaccion tambin al momento y enarbol el bastn con ambas garras para contener la embestida de Breck. Brotaron chispas al contacto del acero de la espada con el hierro del bculo. La bestia fustig la cola hacia adelante, golpe a Breck en el hombro izquierdo y lo oblig a retroceder. El leador se tambale hasta el estrado, gimiendo por el dolor que le atravesaba el brazo y la espalda.Entre tanto, Morala se haba puesto de pie y sujetaba entre las manos un frasquito de agua bendita que haba sacado de la manga; al mismo tiempo entonaba una serie de escalas musicales en tono cada vez ms agudo invocando la asistencia de Milil, dios de los bardos. Kyre baj de la tarima y, tras rodear a la bestia hasta situarse fuera de su campo de visin, comenz a recitar una letana mgica que haba inventado, mucho ms ronca y gutural que la de la papisa.Breck se recuper lo suficiente como para acercarse de nuevo a su oponente en busca de un punto dbil en sus defensas donde atacar. La bestia lo asi por el brazo herido y lo levant un metro del suelo. Breck oy el ruido que haca su brazo al dislocarse de la articulacin del hombro y lanz un grito de agona; posedo por la rabia, clav la espada en la cabeza del agresor, pero la hoja qued apresada en el ribete seo que la protega.Entre los rugidos del ser, un reguero de sangre carmes comenz a teirle la piel de la cresta; arroj a Breck por el aire directamente hacia Morala, y la sacerdotisa perdi el equilibrio.El leador y la anciana cayeron del estrado. La cabeza de Breck golpe el suelo con un sonido desagradable, pero Morala logr amortiguar el impacto con las manos, aunque el frasquito de agua bendita se hizo aicos y ella perdi la concentracin. El hechizo, que habra enviado aquella abominacin a la putrefacta esfera de donde proviniera, qued roto sin remedio.Es posible que acabes de destrozar nuestra nica esperanza, leador le espet la sacerdotisa.Al no escuchar respuesta, la anciana se volvi hacia l; lo encontr tendido en el suelo y se arrodill a su lado para examinarlo de cerca: todava respiraba, pero la contusin en la cabeza lo haba dejado inconsciente.Kyre, indiferente al destino de sus compaeros arperos, completaba su encantamiento antes de que la bestia le dedicara toda su atencin. Un abanico de llamas brot de los dedos de la mujer semielfa. El fuego prendi justo en el centro del cuerpo del lagarto e hizo presa en sus ropas. Con un aullido, la criatura se dej caer al suelo y rod sobre s mismo para extinguir las llamas.La mujer desenvain la espada y se acerc a la bestia yaciente. Levant el arma dispuesta a hincrsela pero no tuvo en cuenta el poder de la cola del ser. El apndice serpentino culebre de pronto y le azot las piernas. La semielfa cay sobre las manos y las rodillas, y su espada rod por el suelo de piedra. Kyre se movi con rapidez para alcanzarla de nuevo.La abominacin se incorpor con ayuda del bculo y cruz la sala tambalendose hasta llegar al vestbulo.Alertad a la guardia! orden la semielfa, ponindose en pie. Voy a perseguir a la bestia!Breck est muy malherido! replic Morala. Avisa t a la guardia mientras me ocupo de l! Morala levant la vista al no recibir respuesta, pero Kyre ya se haba lanzado en pos de la bestia. Kyre! Regresa ahora mismo! grit la sacerdotisa intilmente. Cerr la boca en gesto de rabia. Qu impulsiva! murmur.Mientras la papisa de Milil impona las manos sobre el plido rostro del leador y musitaba un sortilegio curativo, una extraa mixtura de olores comenz a flotar en el aire. Saba que el rastro de ropa quemada era el resultado del ataque de Kyre pero no atinaba a explicarse el origen del aroma de heno recin segado y pan acabado de salir del horno.Olive se hallaba de pie junto a la puerta de la celda de Mentor, presa de agitacin.S lo que acabo de or! insisti. Ha sido un rugido ah fuera!Olive, estamos en la torre de Ashaba le record Mentor, la mansin de Mourngrym, seor del Valle de las Sombras. Los centinelas no permiten el paso a las bestias salvajes.Cmo lo sabes? Al fin y al cabo, a m me han permitido el paso.Mentor hizo un gesto de burla ante esa respuesta con que la halfling se haba puesto a s misma a la altura de una bestia salvaje.Aljate de la puerta, Olive le advirti pacientemente. No nos hace ninguna falta que los guardias te sorprendan aqu.Slo voy a echar una ojeada dijo, al tiempo que abra unos pocos centmetros ms. Intent salir pero una barrera invisible cerraba el umbral y no pudo avanzar un paso. Est obstruida! sise furiosa. Esta puerta es de entrada solamente! Por qu no me advertiste que me haba metido en una ratonera?La sorpresa le hizo enarcar las cejas.No lo saba, Olive, de verdad y comenz a rerse.Qu demonios te hace tanta gracia?Lo irnico que resulta todo esto. Crea que Elminster confiaba en m, pero me conoce muy bien y tom las debidas precauciones. Seguro que ha hechizado la puerta para atrapar a quien intentase ayudarme a escapar.Sigo sin verle la gracia repuso Olive framente.Olive, Olive, Olive; ya te he dicho que la Piedra de Orientacin elude cualquier encantamiento que Elminster pronuncie para evitar que me escape. Ni en sus sueos ms atrevidos habra llegado a imaginarse que t encontraras el talismn y me lo traeras.Pues a ver si lo pones en marcha para que nos saque de aqu y me concedes un respiro.Mentor movi la cabeza de un lado a otro.Nos iremos cuando sepamos la decisin de los arperos, ni un momento antes o despus replic. Dej la piedra en la mesa y volvi a tomar el corno.Olive apoy la espalda en la pared de al lado de la puerta y dio una patada contra el suelo mientras Mentor comenzaba a tocar una marcha militar. La halfling olisque el aire. Aunque la barrera mgica les impeda salir de la celda, un aroma a pan recin hecho la haba atravesado y llegado hasta ella. Sus tripas respondieron al estmulo.Tendra que haber desayunado mucho ms musit. Entonces oy unas fuertes pisadas que se acercaban hacia la puerta. Es hora de que te traigan la comida? susurr.Mentor dej de tocar.Qu ests di...? El bardo enmudeci a media palabra al ver abrirse la puerta inesperadamente. Un enorme lagarto verde con las ropas carbonizadas se agach y entr. Chorreaba sangre por una herida superficial en la cabeza y tena las escamosas manos ennegrecidas y llenas de ampollas.Olive, cautamente, se qued de pie y procur no llamar la atencin de la bestia, mientras Mentor recoga la Piedra de Orientacin de la mesa y se apartaba de la entrada.No avances un paso ms! orden el bardo.El olor a pan reciente era desbordante. Olive trag saliva y de pronto un recuerdo le ilumin la memoria. El lagarto, al percibir el ruido emitido por la halfling, se volvi hacia ella y la seal con un dedo.No la toques! bram Mentor. Aljate despacio, Olive le susurr a la pequea.No pasa nada respondi sta, mostrando mayor valor del que Mentor le hubiera atribuido nunca. Bueno, al menos eso creo aadi con suavidad. Alarg una mano y toc las ropas del ser. Eres amigo de Dragonbait? inquiri a modo de tanteo.La bestia la mir como haciendo un esfuerzo de concentracin para comprender la pregunta, pero no respondi.Claro! suspir la halfling. Dragonbait nos entenda porque estaba unido a Alias. Se volvi hacia Mentor. Supongo que no hablas la lengua de los saurios, verdad, Mentor?Qu te hace pensar que esta criatura es un saurio? pregunt ste a su vez mientras observaba a la bestia con recelo. No se parece en absoluto a Dragonbait;La halfling elev los ojos a los cielos y musit: Humanos! Despus, decepcionada, se dirigi de nuevo hacia el bardo. Yo tampoco me parezco a ti puntualiz, ni t te pareces a Alias, y, sin embargo, todos somos hijos de los Reinos. Por qu supones que todos los saurios deben ser copias de Dragonbait?De acuerdo, supongamos que pertenecen a la misma raza concedi Mentor, pero qu te hace pensarlo?Slo existen dos cosas que huelan a pan recin salido del horno: el pan recin salido del horno y los saurios cuando se enfadan.Porque comunican su ira por medio de ese olor agreg Mentor al recordar lo que Alias le haba explicado en cuanto a las peculiares emanaciones de Dragonbait.Ahora no huele tanto a pan fresco. Espero que signifique que ya no est tan furioso coment Olive.S, pero por qu estara tan enfadado? se pregunt Mentor, y qu ha venido a hacer aqu?Parece que han intentado asarlo subray Olive al tiempo que indicaba la ropa y las manos chamuscadas. Supongo que es razn suficiente como para volverse loco.La bestia sac de la manga un medalln de plata con una cuerda de seda y se la tendi a Olive.Es para m? inquiri con expresin de placer.El ser toc el medalln con la garra y Olive abri los ojos desmesuradamente al ver el grabado del pulido metal.Mentor! Mira ese dibujo! Es Dragonbait! exclam Olive al tiempo que sujetaba el objeto para que su amigo lo viera. Es exactamente igual que l, y ah est su espada... Bueno, la que llevaba el ao pasado hasta que Alias la perdi en la batalla contra Phalse. Este tipo conoce a Dragonbait concluy, sealando al lagarto con el dedo.Dragonbait se hospeda en La Calavera de los Tiempos con Alias arguy Mentor. Si este lagarto gigantn es amigo de Dragonbait, por qu no est con l en la posada celebrando el encuentro con unos tragos? Qu hace aqu con nosotros?A lo mejor lo han enviado Dragonbait y Alias para sacarte del encierro sugiri Olive mientras se guardaba el medalln discretamente en el bolsillo de la tnica.Mentor guard silencio, reflexionando.Un momento! dijo de pronto, dndose una palmada en la frente. No hay necesidad de andar jugando a las adivinanzas. La piedra posee el sortilegio de lenguas.El bardo dej el corno en la mesa, estir los brazos ante s con la piedra en el hueco de las manos y enton una escala en la menor. Olive observaba fascinada el resplandor amarillo que emanaba de la piedra y envolva a Mentor.Hombre y lagarto se miraron fijamente durante un tiempo que a la halfling le pareci una eternidad, aunque en realidad no fue ms de un minuto. Perciba la mezcla de aromas procedente tanto de la bestia como de su amigo, pero comenzaba a aburrirse porque no comprenda la conversacin.Bien? intervino, para recordarles que an segua all.La criatura se llama Grypht aclar Mentor por fin. Busca a Dragonbait pero no ha podido localizarlo por medios mgicos.Porque est con Alias y el escudo de ilocalizacin mgica protege a los dos explic Olive.Sin duda asinti Mentor. Grypht sabe que eres amiga de Dragonbait y ha venido en tu busca con la esperanza de que lo ayudes a encontrarlo. Lleg a la torre directamente teletransportado desde su dimensin, pero, al parecer, lo tomaron por un ser maligno y lo atacaron. Ha colocado un muro de hielo en el pasillo para evitar que lo sigan.Entonces, vamos a llevarlo con Dragonbait antes de que se deshaga el hielo insisti Olive.No hay prisa dijo Mentor. Explicar a los soldados que no representa amenaza alguna.Y si no te creen? inquiri Olive ansiosamente.Mentor, un poco harto ya de tanta interrupcin, le indic con un gesto que guardara silencio y volvi a concentrarse en la conversacin con el saurio Grypht.Olive volvi a apoyarse en la pared a regaadientes. Deseaba con fervor que el extrao amigo de Dragonbait convenciera al bardo para salir del encierro, y lo ms pronto posible. Cada vez estaba ms impaciente aunque no saba con exactitud por qu. Slo pensaba en ponerse del lado no peligroso, de modo que, por el momento, cerr la puerta y ech el cerrojo con la ganza. Ya que ella no poda escapar, dificultara la entrada a los posibles intrusos.Kyre, pendiente del rastro de sangre dejado por la herida de Grypht, estuvo a punto de chocar contra la barrera de hielo que la criatura haba levantado en el corredor. El fro la afectaba profundamente, hasta el punto de poder llegar a causarle grandes males, detalle que, por desgracia, Grypht conoca muy bien. Se alej de la helada muralla temblando sin control.La mujer semielfa no saba con exactitud cmo haba llegado el lagarto hasta la torre de Ashaba, pero con toda seguridad no haba venido en su busca porque ambos se sorprendieron en la misma medida cuando se encontraron frente a frente. Tena que capturarlo o destruirlo antes de que fuera demasiado tarde.Un minuto despus, ya haba recuperado el calor suficiente y, con l, el pensamiento sereno y el gobierno de sus movimientos. Coloc la espada en la vaina y extrajo un papiro mgico de un bolsillo de la tnica. Tena la intencin de utilizarlo para sacar al bardo sin nombre de la celda, pero el enfrentamiento con Grypht haba pasado a ser prioritario. Desenroll el pergamino, se lo puso ante los ojos y comenz a leer. En ese momento, lord Mourngrym apareci corriendo tras ella acompaado por tres soldados armados; los cuatro guerreros blandan las espadas al aire.Qu sucede? inquiri Mourngrym. He odo rugidos.Se trata de un morador de los Nueve Infiernos, Seora explic Kyre. Teletransport a Elminster de alguna manera y se qued l en su lugar.Eso es imposible, aqu no puede entrar ningn monstruo de