3. El Hecho Religioso Cristiano

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55 UNIDAD III EL HECHO RELIGIOSO CRISTIANO: CRISTOLOGIA- ECLESIOLOGÍA. SACRAMENTOS INTRODUCCIÓN Después de hacer profundizado en el hecho religioso como experiencia antropológica y de recorrer el camino del Pueblo de Israel donde Dios se va revelando progresivamente al hombre dentro de su realidad cotidiana de caminante, en esta Tercera Unidad va a encontrarse con Jesús de Nazaret que es el culmen de la revelación, Dios que se hace hombre asumiendo toda la realidad humana menos el pecado y quien da sentido a nuestro diario vivir. Es fundamental partir afirmando que la Cristología nace dentro de la primera comunidad cristiana de la necesidad de responder a una serie de preguntas que les ha planteado su convivencia con Jesús y de hacer transmisible la experiencia de Dios que han vivido con él, a las comunidades a quienes llevan la buena nueva cristiana. Nace pues de una experiencia profunda .Los interrogantes que se planteó esta primera comunidad se podrían formular así: ¿Quién es Jesús que Dios se ha comprometido totalmente con él por la resurrección? ¿Por qué Jesús se comprometía con sus actitudes haciendo presente una historia de salvación? ¿Qué espíritu comunicaba Jesús al hombre que lo llevaba a un cambio total en sus valores? En la Iglesia, “Nuevo Pueblo de Dios”, fundada por Jesús bajo el cimiento de los apóstoles, es el ámbito donde el creyente vivencia su experiencia de fe, en comunidad, y se compromete a ser testigo de ella en su ambiente familiar, socia y profesional. Los Sacramentos son medios de salvación que ofrece la Iglesia al creyente para proyectar su fe en medio de la comunidad. Se enfatiza en la temática acerca la novedad de los sacramentos, se presenta en forma sucinta cada uno de los 7 sacramentos y se le plantean retos al cristiano frente a la vivencia de los ellos

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    UNIDAD III

    EL HECHO RELIGIOSO CRISTIANO: CRISTOLOGIA- ECLESIOLOGA. SACRAMENTOS

    INTRODUCCIN Despus de hacer profundizado en el hecho religioso como experiencia antropolgica y de recorrer el camino del Pueblo de Israel donde Dios se va revelando progresivamente al hombre dentro de su realidad cotidiana de caminante, en esta Tercera Unidad va a encontrarse con Jess de Nazaret que es el culmen de la revelacin, Dios que se hace hombre asumiendo toda la realidad humana menos el pecado y quien da sentido a nuestro diario vivir. Es fundamental partir afirmando que la Cristologa nace dentro de la primera comunidad cristiana de la necesidad de responder a una serie de preguntas que les ha planteado su convivencia con Jess y de hacer transmisible la experiencia de Dios que han vivido con l, a las comunidades a quienes llevan la buena nueva cristiana. Nace pues de una experiencia profunda .Los interrogantes que se plante esta primera comunidad se podran formular as: Quin es Jess que Dios se ha comprometido totalmente con l por la resurreccin? Por qu Jess se comprometa con sus actitudes haciendo presente una historia de salvacin? Qu espritu comunicaba Jess al hombre que lo llevaba a un cambio total en sus valores? En la Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios, fundada por Jess bajo el cimiento de los apstoles, es el mbito donde el creyente vivencia su experiencia de fe, en comunidad, y se compromete a ser testigo de ella en su ambiente familiar, socia y profesional. Los Sacramentos son medios de salvacin que ofrece la Iglesia al creyente para proyectar su fe en medio de la comunidad. Se enfatiza en la temtica acerca la novedad de los sacramentos, se presenta en forma sucinta cada uno de los 7 sacramentos y se le plantean retos al cristiano frente a la vivencia de los ellos

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    3.1 LA CRISTOLOGA COMO EJE ARTICULADOR DE LA EXISTENCIA HUMANA

    Quin es Jess? Quin es este hombre que se atreve a anunciar un mundo nuevo, un renovado modo de vivir? Qu hay detrs de su mirada? Qu guarda en su corazn? Estos y otros interrogantes se plantean todo aquel que, de alguna manera, se inquieta por conocer y profundizar en Jess de Nazaret. Sin embargo, an despus de escuchar sus palabras y seguir sus pasos, se estar siempre a la puerta del misterio y se llegar a esta conclusin: Jess es el hombre que rompe todos los esquemas. De todas maneras vale la pena hacer un esbozo que resalte los rasgos fundamentales de Jess. PROPSITOS Reconocer los rasgos fundamentales de la persona de Jess a travs de las

    actitudes y actuaciones que aparecen en los relatos evanglicos Identificar los fundamentos bblicos del Reino de Dios Describir los aspectos fundamentales del Reino de Dios tal como aparecen en

    la predicacin y prxis de Jess Reconocer los milagros de Jess como seales de la presencia del Reino Describir el Reino como una realidad oculta que se expresa en parbolas Especificar las antinomias del Reino para entenderlo desde la ptica de Jess Precisar las exigencias que la Buena Nueva del Reino plantea al cristiano de

    hoy. LOGROS Reconoce los rasgos fundamentales de la persona de Jess a travs de las

    actitudes y actuaciones que aparecen en los relatos evanglicos Identifica los fundamentos bblicos del Reino de Dios Describe los aspectos fundamentales del Reino de Dios tal como aparecen

    en la predicacin y prxis de Jess Reconoce los milagros de Jess como seales de la presencia del Reino Describe el Reino como una realidad oculta que se expresa en parbolas Especifica las antinomias del Reino para entenderlo desde la ptica de Jess Precisa las exigencias que la Buena Nueva del Reino plantea al cristiano de

    hoy.

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    3.1.1 Una aproximacin a la persona de Jess Quin es Jess? Quin es este hombre que se atreve anunciar un mundo nuevo, un renovado modo de vivir? Qu dice y hace Jess? Estos y otros interrogantes se plantean todo aquel que, de alguna manera, se inquieta por conocer y profundizar en la persona de Jess. A continuacin despejaremos algunos de estos interrogantes Jess y su entorno: El amor por la naturaleza es evidente en su predicacin: la observa, la admira, la respeta y se vale de ella para predicar la Buena Nueva. As, la siembra de los campos, el crecimiento de la semilla, la recoleccin de los frutos le atraen; hay muchas imgenes tomadas de ese medio ( Cf. Mc.4,3; Mt. 6,26, Mc. 4,28, Jn. 10,3.) Jess ensea, predica, a parir de la realidad cotidiana, de la experiencia diaria y se apoya en ella. Veamos algunos ejemplos: Nadie echa vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo el vino reventara los pellejos y se echara a perder tanto el vino como los pellejos. Si no que el vino nuevo, en pellejos nuevos ( Mc.2,22); Buena es la sal, ms si se vuelve inspida, con qu la sazonaris ( Mc. 9,50) . Tambin se pueden confrontar otros textos: Mc. 4,21; Mt. 6,19... Igualmente conoce la vida del pastor que cuida de sus ovejas, sabe de la mujer que barre la casa, prepara la masa con la levadura. Este sentido por lo cotidiano y el entorno hace que el evangelio sea apreciado y comprendido por la gente sencilla.

    Jess Maestro y profeta El primer titulo que sus contemporneos le dan a Jess es el de Maestro. As le llamaron antes de orle hablar, los primeros discpulos: Maestro, dnde vives? De esta forma lo menciona la gente que se admira de sus enseanzas (Mt.7,28) Con este ttulo de respeto le tratan con alguna frecuencia los fariseos ( Mt.9,11) De la misma manera se dirigen a El sus ntimos: El Maestro est ah y te llama ( Jn. 11,28); Con esta denominacin lo designan con frecuencia sus apstoles( Mt.26,25; Mt. 26,46). Jess acepta con normalidad este ttulo, que usa en su predicacin: No est el discpulo por encima del maestro ( Mt.10,24). Reconoce, incluso que es ttulo le es debido: Vosotros me llamis maestro y seor, y decid bien, porque lo soy . ( Jn. 4,19) Slo en una ocasin trata de quitar a esa palabra todo lo que pueda encerrar de orgullo y poder: Ved cmo los fariseos gustan ser llamados Rab por los hombres. Pero vosotros no os hagis llamar Rab, porque uno slo es vuestro maestro, el Mesas ( ( Mt.23,7)

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    As mismo es percibido como profeta: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros ( Lc. 7,16) La Samaritana se impresiona al darse cuenta cmo Jess conoce su vida y le dice: Seor veo que eres un profeta ( Jn. 4,19) Existen muchos otros textos que se refiere al profetismo de Jess Jess acept el ttulo de profeta que la gente le daba? Es posible, pero no existe ninguna precisin al respecto. En efecto , Jess explica la incredulidad de los nazarenos diciendo que slo en su tierra, en su casa crece el profeta de prestigio ( Mt.13, 57) y ms tarde comenta con sus discpulos que no conviene que un profeta muera fuera de Jerusaln ( Cf. Lc.13,33) .Jess, como los antiguos profetas tienen la misin de transmitir la palabra divina y de ensear a los hombres a percibir el alcance de los acontecimientos; pero se diferencia de ellos por el modo de realizar su misin; Jess habla en nombre propio, transmite, lo que ha odo a su Padre, pero lo anuncia como propio: Pero en verdad os digo... ( Jn. 5,19; 6, 26) En sntesis, se puede afirmar que la figura de Jess como Maestro y Profeta, adems de apoyarse en lo que estas funciones significaban normalmente en su tiempo, le da una visin nueva y una autoridad mayor.

    Jess, fiel a su misin La personalidad de Jess est tambin marcada por la fidelidad a su misin. Es uno de los rasgos ms significativos que presenta el Evangelio. Jess tiene una meta, un ideal, una entrega y es consecuente hasta el final. Nada le aparta de su misin, ni los fracasos, ni las incomprensiones, la soledad, el alejamiento de sus amigos y discpulos, la cruz, ni sobre todo- la tentacin que lo acosa a travs de su vida pblica para utilizar el poder divino en la realizacin de su misin, y no la va de la kenosis. Jess posee una conciencia clara y creciente de la misin que le haba sido encomendada por su Padre. Su postura crtica frente a las autoridades, su libertad frente a la ley, todo ello no es ms que una consecuencia de su dedicacin a la opcin radical asumida desde el principio.

    Jess hombre libre Hay un rasgo que se destaca con una fuerza extraordinaria en la vida de Jess: su libertad. Libertad rica en matices y que es quizs, la clave de la fascinacin que ejerce Jess sobre quienes lo rodean. Se manifiesta en su autonoma para actuar, hablar, tomar posiciones, criticar..

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    Jess demuestra una gran libertad frente a las clases dominantes. No se deja amedrentar por Herodes (Lc. 13,31-33) , ni por quienes lo amenazan constantemente de muerte (Jn. 7,1-10) El texto del Evangelio de Juan sintetiza esa actitud permanente mediante un aforismo que excluye la posibilidad de un Jess temerario o ingenuo: Nadie me quita la vida, yo la doy libremente (Jn. 10,18) Ante la ley juda manifiesta respeto y libertad. Rechaza el ritualismo como criterio absoluto; algo ms importante que las abluciones antes de comer, es purificar el corazn humano. Vale ms compartir el pan con el hambriento que ayunar. As como no se deja condicionar por las instituciones judas, tampoco se deja coaccionar por las presiones de su propia familia. Igualmente, con la misma libertad elige a sus discpulos entre gente mal vista. La libertad de Jess est ntimamente relacionada con el anuncio del Reino. Antes de ser tema de su predicacin, la libertad y liberacin, encuentra expresin concreta en su misma persona, en su dinamismo creador y en su originalidad. Jess es profundamente libre, por eso, su palabra y su accin suscitan libertad all donde se hace presente 3.1.2 El mensaje de Jess: el Reino Jess comienza su predicacin en Galilea diciendo: " El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est cerca(Mc.1,15). Es un grito de jbilo que slo puede entender un pueblo que lleva mucho tiempo esperando que se cumpla la promesa. Jess est convencido de tal manera de la proximidad del reinado de Dios que no puede dejar de pregonarlo y de hacerlo anunciar a sus discpulos. A estos les dice que lo dejen todo, las redes o la mesa de cobrar impuestos y que otros se encarguen, si es preciso, de enterrar a los muertos, pero que ellos le sigan sin demora y se pongan al servicio del Evangelio. Este pregn va dirigido a todos. Jess anuncia el Reino a todo el mundo, pero advierte: " Quin tenga odos para or, que oiga, pues sabe muy bien que muchos miran y no ven, oyen y no entienden, ya que no quieren convertirse de sus pecados (Mc. 4,12) Este mensaje para todos los que escuchan, acogen, el Evangelio y lo ponen en prctica. ( Lc. 14,15-24) Siendo este tema central dentro de la Cristologa, se profundizar, presentando primero, su fundamentacin bblica, luego las caractersticas del Reino predicado por Jess; se subrayar el sentido de los milagros y las parbolas, vistos desde la ptica del Reino, para terminar explicitando las exigencias que plantea la predicacin de Jess para el cristiano de hoy.

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    3.1.2.1 El Reino en el Antiguo Testamento Aunque el Reino de Dios hace relacin directa a Cristo, no obstante, se encuentra presente en toda Sagrada Escritura, a lo largo de la cual se descubre una misma lnea de significado con diversos matices. A continuacin se describir cmo se ha entendido desde los albores del pueblo de Israel hasta la primitiva comunidad cristiana. La aclamacin de los israelitas en su salmos Dios reina (Sal. 93), de la que Jess hace eco en la proclamacin del Reino (Mt 4,17), contiene el meollo del mensaje bblico. La dominacin real de Dios abarca toda la historia de la salvacin: Dios hace efectiva su realeza, que ejerce desde al creacin, en su designio de salvacin. La soberana de Dios se convierte en punto de partida de la religin revelada. La soberana divina era una idea comn a todas las religiones del antiguo Oriente; sin embargo, aunque los primitivos grupos semitas hayan calificado con ttulos reales a sus divinidades, nada de eso aparece en Israel antes del siglo XI, poca de la fundacin de la monarqua. La idea del Reino de Yahv viene expresada en Israel con otros trminos, especialmente bajo la idea de pacto y de eleccin. En el siglo XI a.C. Israel, cansado de la anarqua, reclama por jefe a un rey; su soberana est subordinada a la realeza de Yahv. La monarqua en Jerusaln se convierte en el trono regio de Yahv sobre Israel. En el templo salomnico, el Arca de la Alianza, se considera como trono y asiento de Dios (1, Rey 8,6). Yahv es, pues, Rey de Israel; poder que tiene asiento en el mundo y en la historia; que no slo abarca a Israel, sino que se extiende a todos los dems pueblos. Esa conviccin del carcter universal del Reino de Yahv es para Israel consecuencia de su monotesmo y de su fe en Dios creador. En el perodo proftico, del cual obtiene Jess las categoras para comprender lo que es el Reino de Dios, existe una respuesta clara a la pregunta sobre lo que realmente ocurre cuando Dios reina. Dios es un Dios amoroso, no es condenador sino amor. Por ello Yahv aparece como Padre carioso (Os 11,1), esposo fiel (Os 2,18), como madre que consuela (Is 66,13). Yahv no ha abandonado a su pueblo: Acaso olvida una mujer a su nio de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entraas? Pues aunque sas llegasen a olvidar, yo no te olvido (Is 49,15). 3.1.2.2 El reino en el Nuevo Testamento

    La esperanza del reino mesinico en Israel en tiempos de Jess

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    La opinin dominante y al mismo tiempo usual, era que Dios enviara al Mesas-Rey, al Hijo de David y por su medio restaurara el Reino de Israel, segn el antiguo esplendor de la alianza de las doce tribus, libres del dominio extranjero y de la miseria, pero tambin purificadas por un servicio fiel al Seor a travs del exacto cumplimiento de la Ley. Sin embargo, esta expectativa en la lnea de una liberacin poltica, tiene tambin una connotacin religiosa. El cntico de Zacaras (Lc 1, 71-75), es un ejemplo de ello. All se habla de una liberacin de los enemigos para luego servir al Seor en santidad y justicia todos los das de nuestra vida. Todos los grupos de la poca coinciden con este objetivo religioso, aunque mantengan sus diferencias en otros aspectos. As, los Fariseos, no conciben el Reino de Dios como una realidad trascendente, sino como una plenitud de Israel actual. Se trata de una concepcin nacionalista sin ninguna visin de futuro. Caen en el peligro de desconocer la sobrenaturalidad de la obra de Dios y mantenerse nicamente en el plano temporal. Por lo tanto, para este grupo, el Reino de Dios se fundamenta en el cumplimiento, aqu y ahora, de la voluntad de Dios, expresada en la ley. Una nueva revelacin de Dios no se puede esperar. Todo depende del cumplimiento de la ley. As que, los incultos, los ignorantes, los que desconocen la ley son una desgracia para Israel, porque arruinan el destino del pas. Los zelotas se creen obligados a combatir con as armas a los opresores extranjeros que oprimen al pueblo de Dios; se fundamentan para ello en la concepcin que tienen del Reino como instauracin del poder de Yahv en Israel. Los evangelios son los mejores testigos de la esperanza en el Reino mesinico de Israel. El texto de los hijos de Zebedeo (Mc 10, 35-40) refleja las esperanzas terrenas. Anhelan estar en los mejores puestos cuando triunfe Jess como Rey mesinico. Simn Pedro intenta apartar a Jess del camino de la pasin (Mc 8,32); no acepta compaginar cruz-reino. La gente esperaba que el Reino apareciera de un momento a otro (Lc 19-11). Dentro de su manera de concebir el Reino, le pareca lgico querer hacer rey a Jess (Jn 6,15). El buen ladrn le expresa a Jess en la cruz que lo tenga en cuenta cuando tome posesin de su Reino (Lc 23,42).

    Jess realiza el Reino La alborada del tiempo mesinico acontece por la palabra y obra de Jess. Su presencia significa la llegada del Reino de Dios. l, en persona, es el misterio del Reino de Dios. En su predicacin inaugural en Nazaret puede decir, tras leer el texto proftico: hoy se han cumplido ante vuestros odos estas palabras de la

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    Escritura. Si expulsa los demonios con el dedo (con el Espritu) de Dios, entonces ha llegado el Reino Esta es la hora prometida por los profetas y que tienen ahora su cumplimiento. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios (Mt 11,5). Todo esto ocurre ahora con Jess. Con su venida est llegando, de modo oculto, el Reino de Dios. Orgenes resumi esto, diciendo que Jess es el Auto-Basilea; pero es mejor decir que Jess es la llegada del Reino de Dios en la figura del ocultamiento, la humillacin y la pobreza. En l se hace palpable lo que quiere significar el Reino, en l se revela ese Reino. Con su palabra y accin, Jess acerca y posibilita su llegada.

    El Reino en la predicacin de Jess En la predicacin de Jess se encuentra el pleno cumplimiento del mensaje de la soberana de Dios, que ha tomado cuerpo a lo largo del Antiguo Testamento. Este tema no slo constituye el centro de su mensaje sino que incluso, sus acciones-milagros y curaciones- son signos de esta soberana de Dios, presente ya entre los hombres. Jess incorpora a su Buena Nueva lo que hasta entonces se haba dicho del Reino, pero adems ensea algo nuevo: su vida y su misin se identifican con el Reino. Los evangelistas atestiguan la proclamacin del mensaje del Reino desde los comienzos de la predicacin de Jess. As, Marcos, lo coloca en los mismos orgenes, condensando en breves palabras lo que ha de ser el contenido de su predicacin: cuando detuvieron a Juan, Jess se fue a Galilea a pregonar de parte de Dios la Buena Noticia: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est cerca; convertos y creed en la Buena Nueva (Mc 1, 14-15). En el evangelio de Mateo, despus del pasaje de las tentaciones de Jess y ante el anuncio de la detencin de Juan, Jess proclama por primera vez la Buena Nueva con estas palabras: Convertos, porque el Reino de los cielos ha llegado (Mt 4,17). Recorra Jess toda Galilea, enseando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mt 4,23; 9,35). Lucas coloca a Jess en Nazaret y Cafarnan, despus de las tentaciones y sus palabras en relacin con su ministerio fueron semejantes a las de los otros evangelistas: Al hacerse de da, sali y se fue a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando y, llegando donde l, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero l les dijo: tambin a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado (Lc 4,43).

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    La misma misin que Jess ha recibido es la que confiere a sus discpulos: proclamad el Reino de Dios. Convoc a los doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego les envi a proclamar el reinado de Dios y a curar los enfermos (Lc 9, 1-3). As, pues, el Reino de Dios est en labios de Jess y de los discpulos desde los comienzos de la predicacin, constituyndose en el tema central y el marco que encierra las otras verdades. 3.1.2.3 Caractersticas del Reino predicado por Jess Universalidad del Reino Jess anuncia el Reino a todos los hombres; con l adquiere claridad la dimensin universal del Reino. Jess se dirige a todos sin excepcin en su anuncio del Reino. Le es totalmente ajena la idea de un pequeo resto enfatizado en tiempo de los profetas (Is 4,3), que se mantuvo en el judasmo tardo y adquiri gran importancia, en tiempo de Jess, entre los fariseos y los esenios. Este carcter universal queda acentuado en la promesa que hace Jess a todos los pueblos (Mt 8,11), y presente tambin en la obligacin de evangelizar a todos los hombres (Mc 13,10) y en la descripcin que hace del juicio final, cuando todos se congreguen ante el trono del Hijo del Hombre (Mt 25, 31-46). Con Jess se manifiesta el carcter religioso del Reino. La expectacin del pueblo judo acerca de un Reino y de un Mesas temporales, queda truncada reiteradamente por Jess. Tras la multiplicacin de los panes acordaron proclamarle rey, pero l se retir a la montaa (Jn 6,15), porque, aunque ciertamente lo era, su Reino no es de este mundo (Jn 18,36s). Sin embargo, el Reino de Dios no es exclusivamente espiritual o fuera de este mundo como muchos piensan, es la totalidad del mundo material, espiritual y humano ahora introducido en el orden de Dios. El Reino es un don del Padre El Reino de Dios viene. Con esto se quiere dar a entender que es una realidad divina. La iniciativa es de Dios, l mismo se acerca al hombre. Jess piensa en la presencia de Dios ms plena, ms personal, ms actual, ms perfecta, cuando habla del Reino.

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    No es e hombre el que hace que el Reino venga. El Reino se pide o se desea (Mt 6,10), no se crea, ni tampoco se adelanta su venida con esfuerzos (Mc 4, 26-29; Mt 11,12); el Reino es dado (Lc 12,32) y dejado en herencia (Lc 22,29; Mt 25,34); pero exige compromiso y creer en l (Mc 1,15) dejando que Dios obre. Ante este ofrecimiento del Reino, el hombre no puede quedar pasivo, debe realizar el esfuerzo de aceptarlo y recibirlo como el mayor regalo. Hay que entrar en l (Mt 19,12), alcanzarlo, hacerse violencia para arrebatarlo (Mt 11,12), buscarlo (Mt 6,33). Por eso mismo unos estn ms cerca que otros de l, unos pueden impedir a otros la entrada a l (Mt 23,13). A lo largo de todo el evangelio hay una enorme insistencia en este aspecto: el hombre debe estar dispuesto, preparado, vigilante para su venida.

    Dimensin soteriolgica La originalidad de Jess no consiste no slo en haber predicado el mensaje del Reino de Dios, sino en haberle dado una dimensin salvfica. Con su anuncio, promete el cumplimiento de todas las ansias, esperanzas y anhelos del hombre en orden a un cambio fundamental de todas las situaciones. La esperanza primigenia que asumieron los profetas del Antiguo Testamento, en el sentido que en el tiempo de la redencin, cuando llegue al Reino de Dios, acabar todo dolor, todas las lgrimas y toda la angustia, se lo apropi Jess: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muerto resucitan, a los pobres de les anuncia el mensaje de salvacin Lc 7,22ss). La llegada del Reino se aguardaba como liberacin del injusto seoro de los hombres, la justicia de Dios deba imponerse; el Reino era la personificacin de la esperanza de salvacin. El mensaje de Jess sobre la llegada del Reino tiene que entenderse en el horizonte de la pregunta, que la humanidad se hace acerca de la paz, la libertad, la justicia, la vida. Un rasgo muy caracterstico de la predicacin de Jess es el anuncio de la salvacin. El Reino es para l, en primer lugar, la realizacin de la voluntad salvfica de Dios. Su predicacin es un mensaje de salud, alegra y paz. Hay algunas diferencias entre la predicacin de Jess y al de Juan Bautista. El mensaje del precursor es un llamamiento a la conversin y si sta se da, promete la futura liberacin; Jess anuncia la salvacin como ya presente y eficaz, aunque todava no plena y perfecta. Adems se encuentra otra discrepancia. La llamada de Jess a la penitencia tiene un sentido nuevo en relacin con la del Bautista, porque el hoy de la salvacin del Reino de Dios, la hora de la salvacin es distinto del fuego del juicio final anunciado por Juan. Convertirse significa ahora alcanzar la salvacin presente ya y darlo todo por ella. El Reino de los cielos es semejante

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    a un tesoro escondido... y tambin el Reino de los cielos es semejante a un mercader que busca perlas preciosas... (Mt 13,45). Dimensin escatolgica del Reino Jess utiliz el concepto de Reino en un sentido escatolgico, designando la revelacin ltima y definitiva de la gloria de Dios. Es precisamente este carcter de urgencia, la peculiaridad del mensaje de Jess sobre el Reino: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est cerca (Mc 1,15). El concepto de Reino de Dios en labios de Jess sobrepasa el sentido que tena en el Antiguo Testamento; lo entenda como la accin rectora de Dios sobre Israel y el mundo. Jess da un cambio a esta esperanza; anuncia que su cumplimiento se da ahora, en la historia presente. El momento aguardado por tantas generaciones en el pueblo de Israel ha llegado: Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis pero no lo vieron y or lo que vosotros os pero no lo oyeron (Lc 10, 23-24). Dimensin tica del Reino El Reino de Dios toca directamente a las personas; de ellas se exige una conversin que significa: mudar el modo de pensar y actuar en el sentido de Dios. El discpulo que acepta el don del Reno responde a l con una conducta determinada. Es la dimensin tica del Reino. Por eso Jess comienza predicando: convertos, porque ha llegado el Reino de los cielos (Mt 3,2). 3.1.3 Los signos de Jess y el Reino Los milagros de Jess son signos del Reino de Dios que irrumpe en la historia. Su llegada significa el desmoronamiento del dominio de Satans. Ambas realidades van juntas: Si por el Espritu de Dios expulso yo los demonios es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Mt 12,28). El poder del demonio se caracteriza por su enemistad por la creacin y por la dominacin alienadora de hombre... Donde se recupera la comunin con Dios, donde se implanta el Reino de Dios, las cosas vuelven a enderezarse y el mundo a ser salvado. Los milagros dicen que esta salvacin no es solamente espiritual, sino que afecta a todo el hombre, llegando a su dimensin corporal, social, tica, etc. Los milagros son signos del envo y poder de Jess. Es, no slo el Mesas de la palabra, sino tambin el de la accin, pero jams realiza portentos por pura demostracin de su poder mesinico, inclusive rechaza expresamente milagros por llamar la atencin (Mt 12,38s; 16 Is; Lc 11,29s). Estos son signos de cmo

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    quera Jess que se entendiera su potestad; no desea que se interpreten al modo del poder humano, de la apariencia externa, de la fama. Jess no quiere show. El verdadero sentido de los milagros de Jess se puede entender desde estas perspectivas:

    Se presenta como cumplimiento de la promesa hecha en el pasado.

    Los milagros tienen que liberar al hombre para dar una respuesta a Jess.

    Los milagros de Jess son signos para la fe.

    El milagro debe levar a la fe; es decir, debe provocar la pregunta: Quin es ste? (Mc 4,41).

    3.1.4 Jess predica el Reino en parbolas El Reino es la realidad oculta, cuya nica forma de ser expresada es mediante parbolas, de las cuales se sirve Jess. Estas comparaciones son tpicamente galileas. En ellas se describe toda la vida cotidiana que rodea a Jess durante sus primeras predicaciones. Se ve a los labriegos que siembran y siegan mientras l predica, se descubre a los mercaderes que trafican, a las mujeres que preparan el pan, a los criados que van y vienen al servicio de sus amos. Todo es sencillo y luminoso en estas pginas, aunque tampoco falta la sombra perversa del enemigo que siembra la cizaa. Este mtodo, utilizado por Jess para comunicar su doctrina, era comn entre los rabinos de su tiempo, aunque J. Jeremas sostiene que no sea halla ni una parbola antes de Jess (Jeremas, J. Las parbolas de Jess). Se puede decir que en las parbolas se encuentra el ncleo de su mensaje. Gran parte del tema sobre el Reino narrado en los sinpticos, viene expresado a travs de estas comparaciones, ya sea en forma explcita o implcita.

    Connotaciones de las parbolas Presencia de Reino Cuando los fariseos formulan la pregunta cundo llegar el Reino de Dios? Estn esperando de Jess una descripcin de los acontecimientos que les revele su llegada. l les responde de forma inesperada: El Reino de Dios est en medio de vosotros. No vendr en forma espectacular aunque opera una renovacin total. Cristo anuncia el Reino con su persona, pero los judos no supieron reconocer esta presencia en medio de ellos: Hipcritas! sabis explorar el aspecto de la tierra y el cielo y cmo no exploris, pues este tiempo? (Lc 12,56).

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    Por tiempo se entiende un momento que trae una accin salvfica gratuita, a la vez conlleva exigencias morales y se cumple con la llegada del Reino. De igual forma se indica la presencia de este tiempo ante la pregunta que le hacen a Jess de por qu sus discpulos no ayunan mientras los de Juan y los fariseos s lo hacen (Mc 2,18); l da la respuesta en este interrogante: Pueden ayunar los invitados durante la boda? Ya que en lenguaje simblico oriental boda es una imagen del tiempo de salvacin; Cristo se presenta como el novio, el que trae los bienes salvficos. En esta misma lnea se sita el significado de la parbola del pao nuevo y del vino nuevo en odres viejos (Mc 2,21). Exigencias del momento La presencia del Reino lleva al hombre a una decisin; esto es lo que muestran las parbolas del Reino. Por ejemplo la de la puerta estrecha (Lc 13,24-28), habla de la urgencia del momento presente y de las exigencias que trae consigo para aquel que quiera participar de l. La del rico y el pobre Lzaro (Lc 16, 19-31) sealan que la condenacin del rico sucede porque se ha apropiado de las riquezas haciendo caso omiso de la urgencia del Reino. Las exigencias que trae la participacin en el Reino vienen significadas en el traje de boda (Mt 22, 11-13). La parbola de las diez vrgenes (Mt 25, 1-13) est referida a la segunda venida de Cristo; se habla en ella tambin de la necesidad de la preparacin para participar en el banquete (Reino). La seriedad del momento que trae la llegada del Reino, exige una preparacin personal e inaplazable. La actuacin de Dios La bondad ilimitada de Dios, viene manifestada en una serie de parbolas que describen cmo, a pesar de la fragilidad del hombre, Dios sigue siendo bondadoso con l. En la parbola del pan y del pez (Mt 7, 9-11), se muestra a Dios como Padre que concede aquello que se le ha pedido. De la misma forma, en la del juez inicuo y la viuda (Lc 18, 1-8), se insiste en la necesidad de la oracin, es decir, de la confianza de Dios. A pesar de las dificultades que se presentan, Dios no fallar porque es infinitamente bueno. La parbola del amigo importuno (Lc 11, 5-8) vuelve a insistir en la necesidad de la perseverancia en la oracin. Dios siempre concede lo que se le pida, pero no de modo mgico, sus dones son gratuitos y l es soberano y libre. La bondad del Seor tambin se manifiesta en las parbolas de la misericordia: Jess ha venido a estar no al lado de los justos, sino de los pecadores. La parbola de la oveja prdida (Lc 15, 3-7) muestra la alegra que produce en el

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    cielo la conversin de un pecador; en el mismo sentido se presenta la de la dracma perdida (Lc 15, 8-19). Finalmente se muestra la actuacin de Dios en las parbolas tales como la del hijo prdigo (Lc 15, 11-32) en la que el protagonista es el padre que se adelanta a reconocer al hijo y le recibe con amor. La alegra del Padre, como en las anteriores parbolas, es inmensa, pues ha recuperado al hijo que haba perdido. Este es el pensamiento fundamental de las parbolas: el amor gratuito y sin lmites de Dios para con los pecadores. 3.1.5 Antinomias del Reino El Reino y el dinero La ambicin de las riquezas es diametralmente opuesta a la bsqueda del Reino. Dios y el dinero son como dos amos. Si se ama y se sirve a uno de ellos, hay que rechazar necesariamente al otro (Mt 6,24; Mc 4,19). N hay componenda posible, ni posicin intermedia. El Reino y el prestigio En sntesis, el Reino de Dos, ser una sociedad en la que no haya ni prestigio, ni divisin de las personas en inferiores y superiores. Todo el mundo ser amado y respetado no por su educacin, su riqueza, su linaje, su autoridad, su rango, su virtud u otras cualidades parecidas, sino porque, al igual que cualquier otro, es una persona. Para algunos resultar difcil imaginar cmo ser ese Reino, pero para quienes nunca han gozado de ningn privilegio, y para aquellos que esto carece de valor, entendern con suma facilidad la realizacin plena que supondr la vida en dicha sociedad. Los hombres que no pueden soportar el que se les trate como iguales a los mendigos, a las prostitutas, a las criadas, y a los nios que no son capaces de vivir sin sentirse superiores a otros, sencillamente no se sentirn a gusto en el Reino de Dios tal como Jess lo concibe. Ellos mismos se excluirn de l.

    El Reino y el poder La ltima diferencia entre el Reino de Dios y el reino de Satn se refiere al poder. Toda sociedad ha de tener una estructura, y sta siempre tendr algo que ver con el poder. En tiempo de Jess ste era concebido como dominacin y opresin, mientras que en el contexto del Reino de Dios se entiende y vive como servicio y libertad. Jess lo expresa del siguiente modo:

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    Sabis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como seores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser as entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, ser vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, ser esclavo de todos, que tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mc 10, 42-45). Bibliografa bsica Armendaris, L., El Reino de Dios, Sal Terrae, Santander, 1976 Bonkamm, G., Jess de Nazaret, Sgueme, Salamanca, 1977 Charpentier, E., Para leer el Nuevo Testamento, Verbo Divino, Navarra, 1978 Charria, B., Jesucristo Ungido y liberador, Indo Americam Press, Bogot, 1993 Espeja, J., La experiencia de Jess, San Esteban, Salamanca, 1980 Gonzlez, J.I., Acceso a Jess, Sgueme, Salamanca, 1979 Kasper, W., Jess el Cristo, Sgueme, Salamanca, 1979 Nolan, A., Quin es este hombre?, Sal Terrae, Santander, 1981 Schnackenburg, R., Reino y Reinado de Dios, Fax, Madrid, 1974 Schillebeeckx, E., Jess, la historia de un viviente, Cristiandad, Madrid, 1981 Sobrino, J., Cristologa desde Amrica Latina, Sal Terrae, Santander, 1982

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    3.2 EL NUEVO PUEBLO DE DIOS: LA IGLESIA Qu es la Iglesia? Quines la conforman? Cul es la novedad de su mensaje y de su vivencia? Estos y otros interrogantes se plantean todo aquel que, de alguna manera, se inquieta por conocer y profundizar la obra de Jess y su fruto pospascual que es la Iglesia. Es hermoso conocer cono ha subsistido a lo largo de la historia gracias a ese Misterio que la constituye, fundamenta y la hace perenne en el tiempo. PROPSITOS Reconocer los rasgos fundamentales de la Iglesia, a travs de las actitudes y

    actuaciones que aparecen en los relatos neotestamentarios y en los documentos de la Iglesia.

    Identificar los fundamentos bblicos de la existencia eclesial Reconocer en los signos de los tiempos la presencia de Dios. Describir el Reino como una realidad oculta que se expresa y se realiza a

    travs de la Iglesia Caracteriza las dimensiones o notas de la Iglesia Precisa los fundamentos eclesiales desde el Concilio Vaticano II y los

    documentos latinoamericanos Identificar los retos y desafos que enfrenta la Iglesia en el mundo actual. LOGROS Reconoce los rasgos fundamentales de la Iglesia, a travs de las actitudes y

    actuaciones que aparecen en los relatos neotestamentarios y en los documentos de la Iglesia.

    Identifica los fundamentos bblicos de la existencia eclesial Reconoce en los signos de los tiempos la presencia de Dios. Describir el Reino como una realidad oculta que se expresa y se realiza a

    travs de la Iglesia Caracteriza las dimensiones o notas de la Iglesia Precisa los fundamentos eclesiales desde el Concilio Vaticano II y los

    documentos latinoamericanos Identifica los retos y desafos que enfrenta la Iglesia en el mundo actual.

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    3.2.1 Orgenes La fundacin de la Iglesia tiende sus races en la experiencia pascual crstica. Sin el acontecimiento pascual de Jesucristo no se podara hablar de Iglesia. Ella se funda no como se entiende actualmente la fundacin de una ciudad o lugar. La proclama de la fundacin de la Iglesia es el acto pascual de Cristo y el hecho de que Dios hace presencia en el mundo de modo preferencial en ella, constituyndola en su principal sacramento. Segn los evangelios sinpticos la fundacin tiene lugar en Pentecosts por ser all donde los evangelios formalizan la accin misionera de la Iglesia a travs de los discpulos y apstoles. Segn el evangelio de Juan la fundacin se origina en el mismo momento de la muerte de Jess en la cruz, l con su sacrificio se asemeja a una mujer en parto que da su vida por la nueva criatura; de igual modo Jess ofrenda su vida en el parto pascual para dar vida a la Iglesia 3.2.2 Modelos de comunidad La primitiva comunidad cristiana desde sus comienzos deja evidenciar la riqueza en la vivencia del kerigma, al constatarse un solo evangelio pero diversidad de formas comunales de vivirlo. Entre la variedad comunitaria sobresalen dos modelos de vida: el de Jerusaln y el de Antioqua Jerusaln. Comunidad de corte judaico, mas arraigada a los principios y herencia juda como la Torah y sus costumbres. Es de corte petrino y esta influenciada por la lnea de Santiago apstol, cuya connotacin se podra calificar hoy da como de derecha. Su evangelizacin tiende a pasar por el filtro judo. Antioqua. Comunidad mas abierta por estar alejada del influjo directo de las costumbres judaizantes. Es ms abierta por estar presente el mundo helnico. En el contesto de hoy se puede considerar como de centro izquierda. Su evangelizacin es ms universal. 3.2.3 Dimensiones esenciales La Iglesia de manera sabia a sabido interpretar el querer de Dios con respecto a la Iglesia, y a la vez lo ha conciliado con la realidad histrica, al sealar en el Credo las notas o dimensiones eclesiales: unicidad, santidad, catolicidad y apostolicidad. A continuacin se presenta una resea de dichas dimensiones o notas caractersticas de la Iglesia.

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    Dimensin Teolgicas - doctrinales

    Una Llamada a la unidad Una funda Cristo Unidad en la diversidad

    Santa En ella habita el Espritu Santo. Llamada a la Santidad Portadora de salvacin

    Catlica Es universal La llamada de salvacin es universal

    Apostlica Se apoya en el testimonio de los apstoles sobre la resurreccin de Jesucristo

    Una y diversa La Iglesia es una en la fe comn, en el mismo culto que celebra la fe y en los ministerios de la comunin. Dicha unidad se realiza en la comunin de Iglesias y en la unidad entre parroquias, iglesia domestica, comunidades eclesiales de base y nuevos movimientos eclesiales como el ecumnico.

    Al hablar de Iglesia Una, es preciso tener en cuenta: La iglesia local: es una comunidad presidida por el obispo, que a la vez es

    universal porque en ella se realiza todas y cada una de las otras iglesias locales. Esta reciprocidad no rompe la unidad al igual que la pluralidad de asambleas eucarsticas no destruye la unidad de la eucarista

    La iglesia particular: en ella se realiza toda la iglesia universal, porque cumple la misin encomendada ala iglesia. Es como una clula viviente del pueblo de Dios que realiza y hace presente (tangible) a la Iglesia universal.

    Iglesia como comunidad de Iglesias: En la comunin de Iglesias existe una nica iglesia que es la de Jesucristo, cuyo modelo es la comunin trinitaria y la eucarista, donde las iglesias celebran el mismo memorial comiendo el cuerpo de Cristo e insertas por un mismo bautismo.

    Conciliaridad en la comunin de Iglesias: Los concilios realizan la unidad en medio de la diversidad al reorientar la misin de la iglesia desde las fuentes mismas del evangelio, siempre nueva y actual.

    Santa e imperfecta

    La Iglesia se hace santa en la santidad de Dios que habita en ella. En lo anterior se fundamenta el llamado universal a la santidad que esta dirigido a todos y cada uno de los bautizados, para que la Iglesia sea en verdad comunin de todos los santos.

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    Las caractersticas de la santidad: La dialctica escatolgica y la santidad de la Iglesia se alimentan de tres

    pilares teolgicos: el Reino de Dios, Jess glorificado y la Parusa. La Iglesia no puede dejar de ser santa u dicha santidad es indestructible a

    causa de que surge de la accin definitiva y escatolgica de Dios Padre en Cristo y por el Espritu Santo en la vida eclesial

    En virtud de la santidad objetiva de la iglesia los sacramentos aportan a la salvacin independientemente de la disposicin subjetiva del ministro humano, porque el verdadero ministro es el Seor.

    Catlica y concreta

    La Iglesia es catlica en cuanto Cristo est presente como cabeza de todo el cuerpo eclesial y su misin salvfica es para toda la humanidad, es decir, todo el genero humano es destinatario de la salvacin y la misin de la Iglesia es permitir la realizacin salvfica del Reino en el mundo.

    Es importante tener en cuenta que:

    El sentido de catolicidad esta presente en la iglesia antes de entenderse como amplitud o extensin, es decir, la pequea comunidad de Jerusaln es catlica a pesar de radicar en un solo lugar, porque es realizacin en la humanidad y es salvacin para la humanidad.

    La misin de la Iglesia debe estar al servicio de la catolicidad. La iglesia particular nace del dinamismo misionero que anuncia el kerigma desde el mismo momento del nacimiento de la Iglesia hasta nuestros das.

    El siempre mensaje salvador universal se renueva y actualiza sin modificar su esencia. Es por eso que a lo largo de la historia se ha ido generando una serie de paradigmas que permiten la actualidad del mensaje salvfico pero que una vez cumplida su funcin es reemplazado por otro que responda mejor a las exigencias de la poca. Hoy da se concibe la misin ad gentes en un contexto de apertura y globalizacin en el mbito mundial.

    Apostlica e igualitaria

    La Iglesia apoya toda su creencia en el testimonio de los apstoles sobre Jesucristo y su mensaje. La organizacin eclesial y episcopal se fundamentan en el primado petrino y en la organizacin de la iglesia apostlica.

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    Algunas de sus caractersticas son: El apostolado de la Iglesia se puede vivir desde varias formas de vida eclesial:

    laicado, vida consagrada y ministerio ordenado. La apostolicidad se entiende tambin como comunidad autonoma en tanto que

    sus miembros la constituyen responsable y libremente, teniendo en cuenta la accin divina en su quehacer y orientada por la institucionalidad.

    Por el bautismo se participa del sacerdocio comn por el cual se esta llamado al servicio apostlico. La uncin sella ese sacerdocio al constituir en misionero al ungido para cumplir la misin que desde inicio se encomend a los apstoles y de generacin se transmite a toda la Iglesia.

    Iglesia sinodal: el ejercicio apostlico se realiza a travs de la colegiatura y esta a su vez en la sinodalidad en cada iglesia particular. La sinodalidad debe convertirse en el tejido de cada iglesia local; en la expresin ms adecuada de una comunin que se realiza desde las diversidades socio-histricas.

    3.2.4 Visin panormica de los momentos ms relevantes de la historia

    eclesial A continuacin se presentara sintticamente una visin panormica de la Historia de la Iglesia haciendo nfasis en los aspectos relevantes de cada una de sus etapas, 3.2.4.1 Primeros siglos de la Iglesia La historia de los orgenes de la Iglesia se hallan en el Nuevo Testamento, porque la Iglesia es la sociedad, la comunidad, de los que creen en Jesucristo, como Dios encarnado, con la misin de redimir a la humanidad y darle a conocer la plenitud de al revelacin en Dios..

    El cristianismo se fue extendiendo, lenta pero progresivamente a partir de Pentecosts. La primera proyeccin misionera se dio en Antioqua, tercera ciudad del Imperio Romano, destinada a ser el primer centro de vida cristiana y, en siglos posteriores, el principal foco de la actividad misionera en Oriente. La Iglesia iba creciendo con paso firme y rpido a pesar de las divisiones y controversias doctrinales y de la constante presin hostil ejercida por la autoridad civil del Imperio Romano. Durante los tres primeros siglos, la Iglesia estuvo siempre expuesta a una cruel persecucin. Las principales causas de ello fueron: El Emperador senta como una amenaza para su imperio la existencia de una

    Religin Universal El negarse los cristianos a rendirle al Emperador el culto que se le ofrece solo

    a Dios

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    El paganismo en cualquiera de sus formas La consecuencia de estas persecuciones fue la multitud de mrtires que dieron su vida por defender su fe. En el ao 305 Dioclesiano, emperador Romano, responsable de la ltima persecucin, confes su derrota, abdic y asumi Constantino como emperador en occidente. Constantino promulga el famoso Edicto de Miln que dio comienzo a una poltica abiertamente favorable al cristianismo. Consciente que la antigua aristocracia romana permaneca fiel al paganismo lo movi a trasladar la capital del imperio de Roma a Bizancio, ubicada en los lmites de Europa y Asia. Quiso que Bizancio fuera una ciudad cristiana y libre de templo paganos, tan numerosos en Roma.. La ambicin de los obispos de Bizancio o Constantinopla y el desprecio que profesaban hacia los latinos causaron paulatinamente el Cisma de Oriente. 3.2.4.2 Vida de la Iglesia en la Edad Media Con la paz de Constantino la iglesia pudo alcanzar interiormente una mejor organizacin; al convertirse los brbaros se multiplicaron las iglesias rurales gobernadas por los sacerdotes; as se fueron formando las primeras dicesis o regiones sujetas a un obispo. Los obispos eran elegidos por el propio clero.. Dos rasgos caracterizaban el culto en la Edad Media: la fijacin de las frmulas sagradas en los Sacramentos y una pompa exterior. Hasta el siglo VII el Bautismo se administraba por inmersin; desde entonces se realizan por infusin. An exista la penitencia pblica para algunos pecados pero la prctica general era la confesin privada. Grandes esfuerzos realiz al Iglesia para que reyes y prncipes respetaran la santidad del matrimonio; no vacil en emplear la excomunin en caso necesario. As mismo fue notorio la disminucin del fervor de los fieles en la recepcin de la Eucarista; varios Concilios se vieron obligados a fijar tres comuniones al ao: Pascua de Resurreccin, Pentecosts y Natividad del Seor . La vida cristiana sufri mengua en los siglos llamados Alta Edad Media. El papado se vio sujeto a los caprichos y ambiciones de ciertas familias italianas; los obispos, a menudo escogido por los reyes, no eran dignos, los sacerdotes carecan de una slida formacin y la vida de muchos fieles era un a mezcla de supersticin y de vicios.

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    Algunos dan a esta poca en nombre de Siglo de Hierro. Sin embargo no faltaron santos en el pontificado, episcopado y .en la vida monacal. Principales enemigo de la Iglesia en este periodo

    El Islamismo: Religin fundada por Mahoma en el siglo VI. Sus creencias son una mezcla de cristianismo, judasmo y paganismo.

    El Cisma de Oriente: Separacin de la Iglesia Griega y Latina hacia el siglo IX. Desde el momento en que Constantino hizo de Bizancio la capital del imperio Romano, los obispos de aquella ciudad pretendieron ser iguales al Papa. Varias causas aumentaron las divergencias entre griegos y latinos: la diversidad de costumbres; formacin del Estado eclesistico; establecimiento del Imperio de Occidente en la persona de Carlomagno (gran prncipe cristiano que gobern en nombre del Seor Jesucristo; respet profundamente la libertad de la Iglesia e hizo culminar su obra con la creacin de la Cristiandad, agrupando las naciones europeas alrededor del Papa) .

    Las herejas: doctrinas falsas, contrarias a la fe y condenadas por la Iglesia Hechos significativos de este periodo Las Cruzadas: Los rabes que se haban apoderado de Jerusaln y Palestina permitan a los cristianos practicar su religin y visitar los Santos lugares mediante el pago de tributos. El califa envi a Carlomagno las llaves del Santo Sepulcro en prueba de su amistad. Sin embargo en el siglo XI los turcos conquistaron a Palestina agravndose la situacin para los cristianos: fuertes tributos y malos tratos. Fue en ese momentos cuando los Papas llevaron a cabo un antiguo proyecto: organizar expediciones religiosas y guerreras para rescatar el Santo Sepulcro, en poder de manos paganas. Estas expediciones se llamaron CRIZADAS, porque quienes las llevaban a cabo se distinguan por una cruz roja que llevaban en el hombro derecho. Se realizaron ocho cruzadas; slo la primera tuvo completo xito, las dems no libertaron a Jerusaln pero ejercieron una gran influencia en pro de la civilizacin cristiana. Las Ordenes Mendicantes El nombre lo reciben porque desean vivir un estilo de vida a semejanzas de los primeros Apstoles: itinerancia y pobreza evanglica. Dos rdenes Religiosas mendicantes nacen en el siglo XIII que van a marcar la historia de la Iglesia hasta nuestros das.

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    La Orden de los Predicadores comnmente llamados Dominicos. Su fundador fue Santo Domingo de Guzmn (1170...1215). Cannigo regular, espaol a quien la casualidad de un viaje diplomtico puso en contacto con la misin cisterciense destinada a convertir a los herejes albigenses, hacia el ao 1205. En ese viaje comprendi que la pompa oficial de los legados y sus ayudantes era un gran impedimento para su labor misionera.. As mismo comprendi que los catlicos vacilantes s0lo podran mantener su fe. Ayudados por unos sacerdotes que la conocieran a fondo tanto para defenderla como para sentirla, y que en su vida fueran tan despegados de las riquezas y comodidades como los ascetas de la secta albigense. As nacieron los dominicos. Su misin era clara: predicar con la palabra y con la vida el Evangelio. En el grupo de predicadores congregados en torno suyo tenan cabida todos esos ideales. La Orden de los Predicadores era totalmente distinta a los cannigos regulares y a los monjes. Su misin era la predicacin itinerante.

    La Orden Franciscana: ( 1182 _ 1226) Fundada por Francisco de Ass, hijo de un rico mercader de Ass: llev una vida disipada en su juventud pero Dios lo llam a su servicio a travs de grandes pruebas: un ao estuvo encarcelado y sufri una grave enfermedad... todo ello lo encamin a su conversin. Movido a penitencia un da que participaba en la Eucarista, se visti con un grueso sayal ceido con un cordel, descalzo y viviendo de limosna se puso a predicar. Muchsimos jvenes se unieron a l y as naci la Orden de Frailes Menores o Franciscanos. La gran caracterstica de la Orden era su extraordinaria devocin a la pobreza

    Ambas rdenes fueron aprobadas por el Papa Inocencio III El ocaso de la Cristiandad en Europa (finales del siglo XIII y comienzos del XIV) La lucha de poderes entre el Papa Bonifacio VIII y el rey de Francia Felipe IV el Hermoso, fue ocasionando progresivamente el ocaso de la cristiandad. Estos duros enfrentamientos que condujeron al Papa a la crcel y poco despus a su muerte condujo a la ruptura entre los dos poderes: el espiritual y el temporal. Las naciones perdieron el apoyo del poder moral del pontificado y los reyes entraron por el camino del despotismo que, siglos ms tarde haba de llevarlos a la ruina. El sucesor de Bonifacio VIII no gobern sino un ao. A su muerte Felipe el Hermoso influy para que se eligiera un Papa Francs, Clemente V,. Quin se fue a legislar a Avignn ciudad de Francia. Seis de sus sucesores continuaron gobernando desde esa ciudad. El traslado de la Santa Sede a Avignn prepar el Cisma de Occidente que fue fatal para el prestigio del papado

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    El Cisma de Occidente ( 1378 1417) Despus de la muerte de Gregorio IX los cardenales bajo al amenaza del pueblo eligieron al italiano Urbano VI. Slo despus de cuatro meses de pacfica posesin, con pretexto de que esta eleccin no haba sido libre y ofendidos por el trato spero que les dio el nuevo Pontfice, los Cardenales franceses eligieron a un segundo Papa, Clemente VII, que residi en Avinn.. Durante 39 aos la cristiandad qued dividida en dos poderes : Francia, Espaa e Inglaterra reconocan al Papa de Avignn; Italia, Alemania y el resto de Europa a Roma. En el ao de 1409 ce celebr un Concilio en Piza; ninguno de los dos Pontfices quiso renunciar. El Concilio los declar depuestos y eligi a un y tercer. Hubo entonces tres Papas en la Iglesia y todos se crean legtimos sucesores de San Pedro en la sede Romana. Finalmente el Concilio de Constanza, 1417, puso fin al Cisma, siendo elegido Martn V como nico Papa. 3.2.4.3 Edad Moderna: Rebelin Protestante y Reforma Catlica. Con el siglo XVI se abre para la Iglesia un periodo de luchas que cada da se volvern ms recias y dolorosas. El antiguo concepto de cristiandad conjunto de naciones cristianas cuyas leyes y costumbres reconocan el reinado de Cristo y el de su Iglesia- haba sufrido un duro golpe con las teoras absolutistas de los legisladores (tanto de reyes como de pontfices). El papado haba perdido mucha influencia raz del destierro de Avignn y del Cisma de Occidente. El alto clero, especialmente en Alemania, haba olvidado su misin: no pocos obispos y abades eran ms prncipes que prelados quienes conseguan sus dignidades por medios ilcitos, comprndolos por dinero. Varias veces se haban esbozado intentos de reforma pero antes que esto se diera lleg la fuerte influencia del llamado Renacimiento que invadi la corte pontificia. Los Papas fueron los grandes mecenas e impulsores de los artista de la poca.

    Martn Lutero y la rebelin Protestante Lutero perteneca a una familia alemana de origen humilde, ingres a los 22 aos en la Orden de los Ermitao de San Agustn, donde se orden de Sacerdote y se doctor en Teologa. Se deja influenciar de la escolstica en decadencia; est convencido , igualmente, de la imposibilidad de cualquier sntesis entre razn y fe.

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    Recurre, entonces, a la Sagrada escritura y a San Agustn para elaborar un sistema de pensamiento al margen de sus dificultades. Las principales afirmaciones de su doctrina son: - Los pecados no son culpa del hombre sino que se deben a una corrupcin

    universal y esencial de la naturaleza humana, que es la consecuencia del pecado de Adn

    - El hombre no slo no puede evitar el pecado sino que no puede obrar el bien aunque lo desee. Sus acciones son siempre pecaminosas, aunque no sea culpable de ello.

    - De las penas que en justicia le corresponden por ese cmulo de maldades, el hombre es redimido por la gracia de Dios: y la condicin para obtener esa gracia es la Fe. Es decir, el hombre debe creer en Dios que quiere salvarle y poner toda su confianza en ello. Esta doctrina se llama Justificacin solo |por la Fe

    En estas enseanzas errneas, apoyadas en una falsa interpretacin de San Pablo y San Agustn, se halla como germen toda la doctrina luterana. La disputa relativa a las Indulgencias , que muchos consideran como punto de partida de la rebelin del fraile, no fue ms que un pretexto, a la vez que una consecuencia de los principios doctrinales anteriormente expuestos

    Las Indulgencias; En 1517 el Papa Len X concedi indulgencia plenaria a todos los fieles mediante la confesin, comunin, un da de ayuno, la visita a siete Iglesias y una limosna ofrecida para la ereccin de la baslica de San Pedro. Lutero aprovechndose de algunos abusos, especialmente en lo referente a la recoleccin de la limosna, Lutero hizo fijar en la puerta de la Iglesia de Wittemberg, un escrito en el que negaba la eficiencia de las indulgencias y el poder que tiene el Papa para condecerla. Tres aos de vanas discusiones no hicieron sino afianzar a Lutero en sus falsas doctrinas, y cuando el Papa Len X public en 1520 una Bula condenando las tesis herticas del fraile y le daba sesenta das para retractarse so pena de ser tratado como un hereje, ya era demasiado tarde. Lutero se desat en injurias contra el Para y quem pblicamente la bula de excomunin. Adems atac en sus escritos la autoridad e infabilidad del Papa, el culto e invocacin de los Santos, el celibato de los clrigos y los votos monsticos; el ayuno, los sufragios por los difuntos, el santo sacrificio de la misa, la doctrina que se refiere a la gracias y a los Sacramentos, etc.

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    El Protestantismo se difundi rpidamente en Francia, Alemania, Suiza y los Pases Bajos.

    La Reforma Catlica Mientras el protestantismo dejaba arruinada a media Europa por las guerras civiles que haba provocado, la Iglesia Catlica realizaba la verdadera reforma. Fueron partes integrantes de la Reforma Catlica: - La definicin exacta de los dogmas y. la publicacin de nuevas leyes relativas

    la disciplina eclesistica, a la formacin del clero y a sus obligaciones, fundamentados en la doctrina del Concilio de Trento.

    - El nacimiento de nuevas rdenes religiosas, entre ellas, la Compaa de Jess o jesuitas

    - Una floracin de Santos, tan insigne de santos, como pocas veces se haba visto en la Iglesia.

    - El empeo de los Pontfices romanos en hacer cumplir los decretos del Concilio

    Concilio de Trento Despus de muchas dificultades pudo reunirse el Concilio de Trento, a finales de 1545. Aspectos fundamentales aprobados en el Concilio - En la parte dogmtica, sintetiz y declar la verdadera tradicin de la Iglesia

    en cuanto a nmero, valor y texto de oso libros sagrados. Precis la verdad catlica en lo referente a la justificacin y a los sacramentos, puntos muy atacados por los protestantes.

    - En la parte disciplinaria, redact una gran cantidad de reformas encaminadas a mejorar la vida del clero, a las obligaciones de los prelados.

    Las decisiones del Concilio, aceptadas en su parte dogmtica por todas las naciones catlicas, entraron poco a poco en las costumbres de al Iglesia, en lo referente a la disciplina eclesistica 3.2.4.4 Proyeccin actual de la Iglesia Concilio Vaticano II El Concilio Vaticano II vuelve a las fuentes del evangelio y de la primitiva comunidad cristiana para refrescar y actualizar el mensaje salvfico. Con relacin a

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    la Iglesia dicha renovacin se ve representada en el rescate de imgenes como Pueblo de Dios, Iglesia como sacramento, Iglesia del Hijo y comunin de creyentes; tambin se relee la organizacin de la Iglesia destacando la importancia del laico, el ecumenismo, las formas de existencia eclesial y otras realizaciones de la Iglesia que le permitan enfrentar los desafos y retos del devenir. La Iglesia Pueblo de Dios para el Concilio llamar a la Iglesia Nuevo Pueblo de

    Dios significa reconocerla como continuadora de la Historia de la Salvacin y hereditaria directa de las promesas hechas por Dios al Pueblo de Israel. Esta imagen mira la pasado y al porvenir. Al pasado porque se proclama depositaria de la Alianza establecida por Dios con su pueblo desde Abraham. Al porvenir porque se reconoce a la Iglesia como el lugar teolgico predilecto para la realizacin escatolgica del Reino de Dios y sus promesas veterotestamentarias.

    En esta imagen se aprecia la iniciativa del Padre: es decir una dialctica concentracin de las promesas en un pueblo expansin del pueblo de Dios desde la Iglesia; dialctica de la vocacin de envi (misin) y la Alianza (Iglesia como depositaria y realizadora de las Alianza). Teolgicamente se enfatiza la dimensin trinitaria del pueblo de Dios. La Iglesia pueblo-asamblea hace patente la dimensin comunitaria de la fe y de la vida cristiana. Dicha dimensin cristiana cobra vida en la medida que la Iglesia y sus miembros asumen el compromiso proftico de establecer una nueva alianza desde el corazn del hombre (Ezequiel).

    La Iglesia es sacramento en la medida que hace presente a la trinidad (Padre, Hijo y Espritu Santo) entre la comunidad y posibilita un dialogo o encuentro entre Dios y las personas; es decir que la Iglesia es sacramento en tanto se constituye en signo sensible que permite la comunicacin entre Dios que se dona al hombre y el hombre que se abre a Dios. Dicho encuentro es con los miembros de la Iglesia y con toda la humanidad.

    La sacramentalidad de la Iglesia adquiere sentido desde la sacramentalidad de Cristo y su misin pascual. La vida sacramental de la Iglesia debe leerse en clave cristolgica.

    La Iglesia como comunin parte de los siguientes parmetros:

    La comunin eclesial tiene sus races en la comunin trinitaria. La accin comunitaria y unificante radican en la accin del Pneuma desde Pentecosts y la presencia crstica en la asamblea eucarstica Desde la perspectiva paulina la accin crstica como cabeza de un solo cuerpo con diversidad de funciones y carismas.

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    3.2. 4.5 La Iglesia en Amrica Latina En la raz de nuestra religiosidad se encuentran valores religiosos indgenas e hispnicos. Estos dos ncleos generan una situacin de conflicto y de choque en donde se produce un dominio del uno sobre el otro ms que una comunicacin enriquecedora. La cristianizacin intensiva se inicia en el momento mismo en que los espaoles se establecen en tierra firme. La evangelizacin comienza con la imposicin del bautismo a la mayor parte de los indgenas Durante el siglo XVI la Iglesia y las rdenes Religiosas asumen como tarea prioritaria el establecimiento del nuevo sistema religioso. Paralelamente las culturas indgenas son sometidas por el conquistador. Este sometimiento conlleva la destruccin de la cultura indgena y su conciencia tica. De improviso se derriban sus costumbres, sus creencias, valores y formas de vida. A consecuencia de los mtodos y del proceso de aculturacin empleado por conquistadores y misioneros muchos indgenas siguieron viviendo su religin precolombina bajo formas cristianas. Resalta desde entonces la astucia y malicia indgenas para simular. La mayor parte de los indgenas, aun cuando externamente se comportaban como buenos catlicos asistiendo a los oficios sagrados y confesndose, continuaban practicando en secreto su religin ancestral. Aunque estos indgenas contaban con la proteccin de la Iglesia y la corona al haber aceptado la religin catlica, quedaron incorporados brusca y artificialmente a una cultura demasiado diferente a la de ellos en la que no se sentan a gusto. Sus crnicas y cantares constituyen un lamento de una raza vencida cuyos sobrevivientes an lo expresan en su rostro.

    Los misioneros en la lucha por la justicia Frente a la poblacin indgena muchos misioneros y jerarcas de la Iglesia optan a favor del conquistador. Sin embargo, no se puede desconocer, sin faltar a la verdad histrica, que fue la Iglesia a travs de algunos misioneros la primera que enfrent a la poltica del conquistador espaol caracterizada por el atropello, el despojo de las tierras y el abuso en su afn de enriquecimiento. Esta actitud eclesial manifiesta claramente la corriente proftica que jalona permanentemente hacia una mayor autenticidad y fidelidad a la doctrina del Evangelio. Corriente proftica que denuncia y opta por el pobre y oprimido, encarnndose de distintas formas segn el momento histrico. Durante la

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    Conquista lo hacen un grupo de frailes dominicos hacia 1510 en la isla La Espaola. Entre estos frailes sobresale Antonio de Montesinos, quien posea especiales cualidades para la predicacin por su fuerza y eficacia en reprender la injusticia. Durante un ao permanece conviviendo con los indgenas y conociendo su realidad hasta que en diciembre de 1511 se ve en la obligante necesidad de asumir su compromiso con el desposedo de todo poder. Son muy famosos sus dos sermones donde, desde el plpito, con gran claridad denuncia todos los atropellos que realizan los conquistadores. En el ao 1515 otro clrigo, Bartolom de Las Casas, retoma las banderas de Montesinos. Las casas valindose de diversos recursos ideolgicos para proteger a los indios de las consecuencias de la doctrina de la servidumbre natural, la esclavitud y las encomiendas analiz en primer lugar la situacin de hecho: los indios no son irracionales ni brbaros como suponen quienes los llaman siervos por naturaleza. Es una calumnia nacida de la ignorancia o de la mala fe. Por el contrario, gozan de razn, de capacidad moral y poltica, de buena disposicin. El grupo de frailes dominicos, en su momento histrico, interpret el verdadero significado y prxis del Evangelio.1

    Conferencias episcopales latinoamericanas Las Conferencias Episcopales latinoamericanas siguen la lnea propuesta por el Concilio Vaticano II, y estn en comunin con la Iglesia universal. Siendo leales al mensaje evanglico la iglesia latinoamericana en sus ultimas dcadas ha visto como hijos preferenciales a los pobres (no de forma exclusiva sino preferencial), porque en ellos se manifiesta el rostro sufriente de Dios. Ro de Janeiro. 1955 En esta ciudad del Brasil se realiza la 1 Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) Con esta Conferencia se inicia un proceso de relexin doctrinal de los prelados de Amrica Latina y se sientan las bases para las posteriores reflexiones. Los principales temas tratados en esta asamblea fueron: - Las Vocaciones y la formacin del clero - El protestantismo y los movimientos anticatlicos - Los problemas sociales

    1 Cf. Varios Antecedentes histricos de lo religioso en Latinoamrica, Cuadernos de formacin cristiana.

    N. 1 Usta, Bogot, 1994

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    - Las misiones. - Los migrantes

    Medelln. 1968 La verdadera aplicacin del Vaticano II para Amrica Latina se da en la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano realizada en Medelln y cuyas conclusiones se conocen ms popularmente como documento de Medelln. All se contina la lnea trazada por el Concilio de reencuentro con el hombre contemporneo y su mundo, de redescubrimiento de su misin histrica de liberacin de todo hombre y de todos los hombres, de bsqueda de una nueva forma de vivir el cristianismo como tambin en la forma de abordar los problemas teolgicos. Se comienza a mirar ms desde las circunstancias concretas del hombre latinoamericano, caracterizada principalmente por una problemtica de tipo socio-econmico y de injusticia social. Partiendo de la situacin concreta en que viven los hombres y los pueblos del continente latinoamericano, la Iglesia se ha preguntado con sinceridad qu es ella misma, qu significa para estos hombres y pueblos el mensaje de salvacin integral que Cristo ha trado al mundo y como hacerlo llegar en forma real y efectiva.

    En los documentos de trabajo presenta un anlisis del subdesarrollo que afecta e incide en toda la situacin del continente. Los pueblos ven injustas diferencias sociales y descubren que no es un orden natural, ni querido por Dios. Descubre, igualmente, que las situaciones de miseria, explotacin, injusticia son las causas que generan la reaccin violenta de quienes la padecen, convirtindose en una violencia institucionalizada. Esta contradice la dignidad de la persona humana y oprime la libertad. Puebla. 1979 La Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano, se llev a cabo en Puebla, 10 aos despus de la celebrada en Medelln. All se recoge la experiencia y reflexin de los obispos quienes profundizaron su opcin por el pueblo y por el pobre. Los obispos optan por el mtodo de VER analticamente, JUZGAR teolgicamente y ACTUAR pastoralmente; consideran que no es posible la realizacin de su misin evangelizadora o del anuncio del evangelio sin un conocimiento de la realidad. En su reflexin los obispos consideran como un pecado social la permanente violacin de la dignidad de la persona humana; por ello, la defensa y promocin

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    de la dignidad del hombre es considerada como esencia del mensaje cristiano y de la misin evangelizadora de la Iglesia La opcin por el pueblo y los pobres exige una valoracin y depuracin de todo lo cotidiano del pueblo, especialmente su religiosidad. Este representa la forma como el pueblo asimila el Evangelio y vive su encuentro con Dios. Optan preferentemente por los jvenes para quienes Cristo se les presenta como liberador integral. Miran a Latinoamrica como un pueblo constituido en su mayora por jvenes, pero explotados y condenados a no tener juventud y ve en ellos la capacidad de transformacin de la sociedad. La mujer est presente en todo el documento. la iglesia se solidariza con sus esfuerzos de emancipacin y lamenta su insuficiente valoracin y escasa participacin en la vida eclesial. Por ltimo los obispos hacen tres grandes condenas importantes: - Condenan el capitalismo liberal como idolatra a la riqueza en su forma

    individual y como un sistema de pecado - Condenan el marxismo colectivista - Condenan la ideologa de la Seguridad Nacional por su carcter totalitario y

    anticristiano. Santo Domingo. 1992 El contexto de esta IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano se realiz en Santo Domingo teniendo como antecedente la conmemoracin de los 500 aos de la Evangelizacin en Amrica. All se continuaron profundizando los lineamientos y las opciones de las conferencias anteriores: Medelln y Puebla. Se desarroll teniendo como marco referencial el eslogan: Amrica Latina y el Caribe: Entre el temor y la Esperanza Una esperanza que se concreta en una misin: - La Nueva Evangelizacin - Jesucristo: Ayer, Hoy y Siempre: Jess sale al encuentro de la humanidad

    que camina (Lc.24,13-17) - Promocin humana: Jess comparte el camino de los seres humanos (Lc.

    24,17-24) - La cultura: Jess ilumina con las Escrituras el cambio de los hombres.

    (Lc.24,25-28)

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    - Un nuevo ardor: Jess se da a conocer en la fraccin del pan ( Lc.24,28-32) - Misin: Jess es anunciado por los discpulos ( Lc. 24,33-35)

    3.2.4.6 Retos y desafos Los retos y desafos se concentran en dos grandes vertientes que son la globalizacin y el fenmeno de la Nueva Era. La globalizacin como representacin de la privatizacin, masificacin y

    apertura enmarcadas dentro de una poltica neoliberal y una economa de capitalismo salvaje en donde, siguiendo a Pueblo, se constata pobres cada vez ms pobre a costa de ricos cada vez ms ricos.

    El fenmeno de la Nueva Era como representacin del esoterismo, sincretismo

    religioso, renacimiento del espiritismo y proliferacin de espiritualidades alternativas como el orientalismo, gnosticismo y la wicca (brujera), constituyendo el mundo trascendente en un supermercado espiritual que contribuye a la perdida de identidad de las personas

    BIBLIOGRAFA

    BUENO DE LA FUENTE, Eloy. Eclesiologa. Madrid: BAC 1998.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA. Bogot: Conferencia Episcopal Colombiana 1993.

    CONCILIO VATICANO II. Constitucin Dogmtica Lumen Gentium. En: Documentos Completos del Concilio Vaticano II. Roma: 1995.

    CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA. Medelln, Puebla, Santo Domingo. Bogot: CELAM 1994.

    DUSSEL Enrique. Historia de la Iglesia en Amrica Latina. Bogot: USTA 1997.

    HUGHES Philip, Sntesis de la Hitoria de la Iglesia, Herder, Barcelona, 1986.

    TILLARD, Jean. Iglesia de iglesias. Salamanca: Sgueme 1991.

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    3.3 LOS SACRAMENTOS INTRODUCCIN

    Hablar de la sacramentalidad irremediablemente es hablar de la vida y por lo tanto de la persona que es el nico ser que puede dar sentido a todo. En la actualidad, surgen muchos interrogantes, tiene sentido hoy hablar de los sacramentos? por qu el hombre actual tiene dificultades para entender el significado de los sacramentos? cul es la novedad de los sacramentos cristianos? La pastoral sacramental, si quiere ser eficaz, debe necesariamente disolver dos grandes obstculos: Por parte de la persona, sus prejuicios acerca de unos ritos litrgicos a los que juzga extraos a su propia naturaleza humana y a sus mecanismos de relacin interpersonal. Por parte de la Iglesia, el desprecio, o al menos, el olvido de los smbolos naturales a travs de los cuales la persona descubre en este mundo la inmanencia de trascendencia divina y expresa su relacin (religacin) constitutiva con ella . PROPSITOS

    Descubrir la riqueza simblica y celebrativa de los sacramentos para alimentar la vida cristiana.

    Analizar la condicin humana sacramental y la sacramentalidad religiosa. Identificar los aspectos de los sacramentos cristianos. Descubrir la novedad de los sacramentos cristianos. Analizar los niveles de sacramentalidad de Cristo, de la Iglesia y del

    cristiano Justificar por qu los sacramentos son siete Precisar la diversidad, jerarqua e interrelacin de los sacramentos

    LOGROS Descubre la riqueza simblica y celebrativa de los sacramentos para alimentar

    la vida cristiana. Analiza la condicin humana sacramental y la sacramentalidad religiosa. Identifica los aspectos de los sacramentos cristianos. Descubre la novedad de los sacramentos cristianos. Analiza los niveles de sacramentalidad de Cristo, de la Iglesia y del cristiano

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    Justifica por qu los sacramentos son siete Precisa la diversidad, jerarqua e interrelacin de los sacramentos . 3.3.1 Los sacramentos cristianos Si observamos la realidad podramos decir los sacramentos unas veces son interpretados como actos religiosos que se practican en los templos, pero que nada tiene que ver con la vida. Otras veces se han convertido como sacramentos sociales (bautismo, primera comunin). Otros ven en los ritos sacramentales como alienacin o evasin de un serio compromiso en la transformacin de la sociedad. Se da, incluso entre los que frecuentan los sacramentos la idea del rito como una especie de frmula mgica; su eficacia milagrosa estara determinada ms o menos arbitrariamente por el mismo Jesucristo. Habra mucho que analizar al respecto pero en oposicin a lo anterior tenemos que afirmar que los sacramentos cristianos son la respuesta a la necesidad que tiene la persona de alcanzar la plenitud a la que est llamada. Lo primero que tenemos que afirmar es que los sacramentos cristianos son smbolos y parten de la experiencia Los sacramentos parten de la experiencia, nunca de la teora, la vida de Jess y las comunidades cristianas. Vamos a entender por experiencia trato directo, sin intermediarios, con los hombres o con las cosas, encuentro con personas o realidades que irrumpen dentro de nosotros, nos afectan y nos hacen reaccionar.

    La Iglesia sacramental est ya presente de una manera vaga, pero de todos modos visible, en la vida de toda la humanidad religiosa. Toda la humanidad est bajo la influencia del llamamiento interior de Dios que le invita a la comunidad de gracia con El. En el paganismo, este llamamiento es vago, si es escuchado por un corazn sincero, suscita ya un sentimiento oscuro del Dios Redentor que se compromete personalmente en la salvacin de estos hombres. Pero esta experiencia interior operada por la gracia no encontr todava la forma visible de esta gracia, que estaba por decirlo as oculta, bajo un semblante desconocido, en lo ms profundo del corazn humano.

    Cristo Sacramento pgs, 15-16 de E. Schillebeeckx

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    La experiencia religiosa tiene puesto y significacin muy notable en la revelacin bblica: Dios se manifiesta e interviene gratuitamente en la historia de los hombres para sacarlos de su postracin y abrir un camino de felicidad. La historia del pueblo segn la Biblia es como un proceso dinamizador por una promesa de Dios y orientado hacia el cumplimiento de la misma. La experiencia religiosa tiene puesto y significacin muy notable en la revelacin bblica Dios se manifiesta e interviene gratuitamente en la historia de los hombres para sacarlos de su postracin y abrir un camino de felicidad. La historia del pueblo segn la Biblia es como un proceso dinamizador por una promesa de Dios orientado hacia el cumplimiento de la misma. El cristianismo supone una novedad no slo en las manifestaciones religiosas del mundo, sino tambin en la revelacin bblica: En Cristo, todas las promesas de Dios han pasado a ser un s (2 Cor 1,20). Jess de Nazaret es el acontecimiento en que Dios se hace cargo de nuestra historia, y nos hace justos no por nuestros mritos, sino por su misericordia. Se trata de una experiencia nueva: Sentirse perdonado, aceptado y amado. Es la gracia: participacin de Dios mismo, amor gratuito que nos transforma, nos hace agradecidos y agradables. Un don o fuerza del Espritu que nos une como hijos del mismo Padre y como hermanos de la nica familia. a) Se expresan en el lenguaje simblico El lenguaje simblico es mediacin necesaria en la experiencia religiosa. Cada religin tiene sus smbolos donde los fieles se identifican como sujetos que viven una experiencia religiosa comn. Jess de Nazaret habl con este mismo lenguaje simblico, no slo en sus parbolas, sino de modo especial en sus gestos: comidas con los pobres, ltimas cena con sus discpulos, lavatorio de los pies, silencio humilde ante sus acusadores. La expresin frecuente a qu comparar, que vemos en los Evangelios, nos sugiere la profunda e intensa experiencia con que Jess vive la cercana de Dios o la llegada del reino.

    El sacramento no es un gesto ritual ajeno a la experiencia cristiana que vive el creyente,

    sino que brota de esa experiencia y revierte sobre ella para potenciarla y enriquecerla. J.M. Castillo

    Smbolo de libertad

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    Podemos hablar de sacramento cuando hay realidades, gestos, palabras o silencios que transparentan o despiertan una experiencia o encuentro vivencial.

    Actos de religin y no de magia: Religin y magia son dos modos de interpretar y responder al eco y a la llamada del misterio. El hombre religioso acepta y se entrega con humildad al misterio que percibe; su actitud es de sano temor, adoracin y splica confiada. La magia, en cambio, trata de dominar el misterio y manipularlo para lograr rentabilidades inmediatas: librarse de males y conseguir bienes. Diferencia entre el ministro de la religin y el mago: Ministro de la religin: es como un servir de la comunidad de creyente; acta con el espritu y exigencias de la misma. Mago: es visto como un individuo particular con facultades singulares para conjurar y domesticar a espritus o poderes misteriosos En la religin, los ritos expresan y promueven la fe o experiencia de la comunidad, pero pueden sufrir perversin, que se da tanto en la sacramentalidad humana como en la sacramentalidad religiosa, solo en esta ltima hablamos de magia. As, el clido apretn de manos, que dentro de un texto es signo de amistad, ser una perversin cuando tenga lugar entre dos personas mientras se odian cordialmente y no estn dispuestas a cambiar 3.3.2 Novedad de los sacramentos cristianos Para explicar la novedad de los sacramentos cristianos, solamente se puede hacer partiendo de la confesin creyente. El acontecimiento Jesucristo es el s definitivo de Dios a favor de la humanidad; se han cumplido las promesas y ha llegado ya la salvacin esperada. Los sacramentos cristianos son smbolos que actualizan esta presencia. Los sacramentos cristianos son:

    Un proyecto de gracia: Segn la fe cristiana, el mundo y su historia caminan ya en los brazos de Dios. La revelacin bblica nos ofrece la verdad sobre la creacin: el mundo y todas sus realidades son fruto del amor gratuito del creador, quien continuamente acompaa

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    y promueve a su obra en el curso de la historia: Su realizacin final llegar como alianza nueva gracias al Espritu que transformar el corazn de los hombres (Jr.31,31-34).

    Jesucristo, realizador de ese proyecto Segn los evangelios, Jess vivi de modo nico la intimidad con Dios, y actu convencido de que llegaba ya el cumplimiento de las promesas, la utopa esperada, el reinado de Dios: El Espritu del Seor est sobre m porque me ha ungido para anunciar a los pobres la buena noticia, proclamar la liberacin de los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, proclamar el ao de gracia (Lc 4,18-19) Jess manifest y celebr su experiencia singular en algunos gestos simblicos: la comida con los pobres, ltima cena con sus discpulos, lavatorio de los pies. Eran smbolos en accin, gestos sacramentales. Despus de la Resurreccin y a la luz de la misma los primeros cristianos leyeron e interpretaron los acontecimientos histricos de Jess; y le confesaron como Palabra, Hijo de Dios, Salvador del mundo; el s de las promesas, la nueva alianza, el nico mediador. En Jesucristo se ha realizado por fin y de modo pleno la inclinacin gratuita de Dios a favor de todos los hombres, y la entrega libre de la humanidad a su creador: La obra de la redencin humana y de la perfecta glorificacin de Dios ( S:C 5). Es el encuentro definitivo de salvacin que se ha dado en visibilidad histrica. Los gestos de Jess, todo cuanto habl, hizo y padeci, fueron expresin de Dios interveniendo a favor nuestro, del reino ya presente y activo en nuestro mundo. Bien podemos decir que Jesucristo es el sacramento primordial Es el Sacramento del Padre, Jn 14,8, , Felipe, mustrame al Padre

    Este proyecto contina en la Iglesia: cuerpo espiritual de Cristo: Durante su actividad mesinica, Jess form una pequea comunidad; era como germen y smbolo de la humanidad nueva o reinado de Dios. En Pentecosts, los primeros cristianos se sintieron convocados, unidos por el Espritu en una comunidad o nueva familia integrada por hombres de toda lengua y todos los pueblos. La Iglesia es sacramento admirable que garantiza la posibilidad y eficacia de los sacramentos cristianos

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    Smbolos de la gracia: La comunidad creyente, animada por el Espritu, expresa y celebra en oraciones y ritos el encuentro personal con Dios que llamamos gracia. Es un acontecimiento entre personas, es una experiencia singular: Dios mismo que se nos da como amor que transforma nuestros corazones, promueve nuestra libertad y nos da capacidad para vivir sus mismos sentimientos. Ese dinamismo de la justificacin, dilogo en que Dios realiza su obra de salvacin en nosotros y con nosotros, es la entraa misma de la Iglesia. Dnde radica la peculiaridad de los sacramentos propiamente dichos? K. Rahner lo expresa as:

    Cuando la Iglesia como medio salvfico de gracia, entra en contacto con el individuo en la ltima realizacin de su esencia, entonces nos encontramos con sacramentos en sentido propio, los cuales son a la vez realizaciones de la Iglesia misma ( K Rahner La Iglesia y los sacramentos, pg 10).

    Se trata de momentos privilegiados por la misma Iglesia, que no slo es administradora de los sacramentos, sino fuente y sustento fundamental de los mismos. En la tradicin teolgica se utiliza los sacramentos como expresin de fe. Son profesin de fe objetiva y de fe subjetiva. Fe objetiva: porque la celebracin sacramental es como una versin del credo en palabras y gestos simblicos: Dios nos salva en Jesucristo y en su comunidad. Fe subjetiva: porque los sacramentos manifiestan y actualizan la comunin de los santos la gracia que viven ya todos los creyentes animados por el Espritu. Vaticano II nos dice claramente: Los sacramentos no slo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan por medio de palabras y cosas; por eso se llaman sacramentos de la fe ( Sacrosantum concilium n| 59). Los sacramentos son los smbolos en que se actualizan y avivan la fe, la esperanza y el amor de la comunidad de creyente.

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    Acciones comunitarias de culto cristiano: Culto: es profesin pblica de la fe mediante palabras y gestos. Los sacramentos son actos cultuales como expresin de fe o gracia de la comunidad de creyentes y por lo tanto sus expresiones son comunitarias. Siendo fe y gracia de la comunidad creyente , sus expresiones rituales sern lgicamente comunitarios. Hablamos de culto cristiano; porque se trata de una fe o seguimiento de Jesucristo, la que vive su comunidad que es la IGLESIA, por lo tanto el verdadero culto cristiano incluye y exige recrear histricamente la conducta de Cristo. As, los sacramentos son el centro de la liturgia ( Sacrosanto concilium 6) Errores

    En muchas prcticas sacramentales deja en la sombra la dimensin comunitaria y cultual de los sacramentos, bien por un privatismo individualista o por una mentalidad eficacista del sacramento como remedio para arreglar mis cuentas.

    No se destaca suficientemente la peculiaridad del culto cristiano como profesin de fe o seguimiento de Cristo; y a s la misericordia y la justicia como empeo y tarea en nuestra vida cotidiana no se ven como exigencia y consecuencia de las celebraciones cultuales.

    La catequesis y la teologa como servicio en una Iglesia evangelizadora tienen aqu un amplio y urgente campo. Los sacramentos son actos de todo el cuerpo mstico de Cristo y de su Iglesia. En el sentido de que son actos de Cristo en y por su Iglesia, Cristo desempea un papel activo en los sacramentos junto con su pueblo de Dios ya realizado en el mundo (E. Schillebeeckx, Cristo, sacramento, 83) Las expresiones de la fe o de la gracia que vive la comunidad cristiana, los sacramentos como toda la liturgia, no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, por eso pertenecen a todo el cuerpo de la misma, lo manifiestan y lo implican S.C. 14. La dimensin comunitaria de los sacramentos explica ciertas notas en la celebracin de los mismos y nos permite comprender el verdadero significado del ministro.

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    3.3.3 La iglesia y los sacramentos Jess muere y resucita, y los evangelios nos cuentan algunas apariciones de Jess en las que todava su cuerpo sigue siendo sacramento de la presencia de Dios para las mujeres y los discpulos, as Lucas nos habla de Cristo como sacramento, cuando sale al camino de los discpulos que van hacia Emas. Cuando estos le reconocen al partir el pan, se preguntan, no arda nuestro corazn cuando nos explicaba las Escrituras por el camino? Y vuelven a la comunidad (Lc 24,32). Se dan los elementos del sacramento de Cristo, el signo es el caminante que les acompaa y el partir el pan; la Palabra cuando les explica la Escritura-, y el efecto: se produce el encuentro, le reconocen y van a comunicarlo con gozo a los dems. Pero al ser glorificada su humanidad ya no puede ser para los hombres un sacramento sensible de nuestro encuentro con Dios, sigue teniendo la posibilidad de comunicarse con los hombres pero necesita hacerse presente de forma visible. Al ascender Jess al cielo, permitir y obligar al grupo de creyentes a asumir la responsabilidad de prolongar en la historia el papel de ser el sacramento de Dios para los hombres. Es decir el carcter sacramental de Jesucristo pasar y se har extensivo con su muerte a la Iglesia. La Iglesia ser, a partir de la muerte de Cristo, sacramento original, su sacramento primordial. As como Cristo sacramentaliza a Dios entre los hombres por su encarnacin durante unos treinta y tres aos, as tambin la Iglesia sacramentaliza a Jesucristo o, al menos, debe hacerlo, a travs de todo el curso de la historia, hasta que Cristo vuelva, encarnndose en todo lo humano menos en el pecado. Pues, cmo podra ser la Iglesia sacramento de Cristo sin encarnarse, sin asumir la debilidad de la humanidad? La Iglesia es sacramento de salvacin universal por su mera presencia en el mundo, donde da testimonio de Cristo resucitado. Lo es por la predicacin de la fe y la verdad cuyo depsito le ha sido confiado por Cristo. Lo es al mantener a los hombres en la unidad de la verdad, de la esperanza y de la caridad. Lo es por el ministerio del culto y de los sacramentos. Jess, al subir al Padre se hace presente por el Espritu, en la Iglesia. As el Hijo de Dios entra en la historia para salvar a la humanidad, no slo los aos que vivi en la tierra, El quiere hacerse presente en todos los tiempos y lugares por medio de la accin del Espritu. Accin que se realiza mediante una mediacin histrica querida por Dios y que en cierto modo prolonga el misterio de su Encarnacin. Esta mediacin es la Iglesia, sacramento de Cristo, que est inseparablemente ligada a El, Pablo nos habla de la intima conexin que hay entre el misterio de Cristo y el de la Iglesia. En ella todos gozan del mismo encuentro con Cristo, ya sean judo o gentil, libre o esclavo, hombre o mujer, y mediante la Iglesia, la

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    salvacin llega a todas las gentes. En ella, Cristo, se hace presente todos los das y hasta el fin del mundo (Mt 28,20) El concilio Vaticano II ha afirmado repetidas veces que la Iglesia es un sacramento (LG1;9;48;59;SC5;26;GS42;45;AG1;5) . Esto quiere decir que la Iglesia prolonga, en el espacio del