35 años al sol (7k - Gara, marzo de 2011)

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19 zazpika 18 zazpika 35 AÑOS AL SOL Texto: David Meseguer Fotografía: Xavi Piera Los niños nacidos en los campamentos nunca han pisado los territorios saharauis ocupados por Marruecos, de donde proceden sus abuelos. En la escuela se les inculca que la situación actual es transitoria y que su auténtico hogar es el Sahara Occidental.

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La República Árabe Saharaui Democrática acaba de celebrar el 35 aniversario de su creación recordando el estancamiento en el que se encuentra la solución al conflicto del Sáhara Occidental y permanece pendiente de la celebración de un referéndum desde hace casi dos décadas.

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35 AÑOS AL SOL Texto: David MeseguerFotografía: Xavi Piera

Los niños nacidos enlos campamentosnunca han pisadolos territoriossaharauis ocupadospor Marruecos, dedonde proceden susabuelos. En laescuela se les inculcaque la situaciónactual es transitoriay que su auténticohogar es el SaharaOccidental.

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Vosotros tenéis los relojes, nosotros eltiempo», asegura un antiguo proverbio afri-cano que los saharauis recuerdan al forasterocon frecuencia. En los campamentos de re-

fugiados ubicados en las inhóspitas llanuras del Sá-hara, el té y las conversaciones que se generan entorno a él ejercen de minutero. Y es que, en África, ysobre todo en el hostil desierto, la concepción y gestióndel tiempo es radicalmente distinta a la europea. Sólotratando de comprender la idiosincrasia saharauipuede llegar a entenderse cómo este pueblo puedellevar 35 años al sol esperando estoicamente una so-lución política que ponga fin a su exilio.La diáspora saharaui comenzó a finales de 1975, tras

la Marcha Verde orquestrada por el monarca marroquíHassan II y los posteriores Acuerdos Tripartitos deMadrid, por los que el Estado español cedía la admi-nistración del Sáhara Occidental a Marruecos y Mau-ritania. Al producirse la ocupación marroquí y mau-ritana, miles de saharauis emprendieron un largoéxodo hacia las llanuras desérticas de Tinduf, dondeel Gobierno argelino —histórico aliado del Polisario–cedió unos territorios para que la enorme caravanade refugiados pudiera establecerse de forma provi-

Un hombre agitauna banderasaharaui duranteuna marchareivindicativa en elcampamento 27 defebrero. A laizquierda, zona deacceso a uno de loscampamentos.

La República Árabe Saha-raui Democrática acaba de

celebrar el 35 aniversario desu creación recordando el

estancamiento en el que seencuentra la solución al

conflicto del Sáhara Occi-dental, pendiente de la cele-bración de un referéndumdesde hace casi dos déca-

das. La sombra de la guerrase extiende por la zona

como un reflejo de las re-vueltas del norte de Áfricay como la única opción dellamar la atención de la co-

munidad internacional.

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sional. Al cabo de unos meses, concretamente el 27 defebrero de 1976, un día después de la retirada defini-tiva española de su antigua colonia, el Frente Polisarioproclamaba la República Árabe Saharaui Democrática(RASD) en Bir Lehlu.Lo que comenzó siendo una situación transitoria

en la década de los 70, se ha prolongado hasta la ac-tualidad debido a la falta de entendimiento entre lasdiplomacias marroquí y polisaria, y la escasa impli-cación de la comunidad internacional para desblo-quear la situación. Cuando en 1976 estalló la guerra, el Polisario se en-

frentó a Mauritania y Marruecos por el control delantiguo territorio colonial. En 1979, el Estado mauri-tano firmó la paz con el Frente Polisario y renunció asus pretensiones sobre el territorio. La guerra con el Estado alauí se prolongó hasta 1991,

año en que ambas partes firmaron un alto el fuegoauspiciado por Naciones Unidas, que asumió la res-ponsabilidad de buscar una salida pacífica al conflictoy se comprometió a velar por la celebración de un re-feréndum de autodeterminación, previsto para fe-brero de 1992. Casi dos décadas después, la consultasigue sin celebrarse. «El Polisario sólo contempla la celebración de un

referéndum de autodeterminación que presente va-rias opciones ante el pueblo saharaui: la autonomía,la integración en Marruecos o la independencia. Hastaahora, Marruecos ha bloqueado y entorpecido cual-quier intento de llevar a cabo este referéndum avaladopor Naciones Unidas, porque sólo quiere una soluciónque le garantice la legitimación de la ocupación delterritorio del Sáhara Occidental», argumenta SalekBaba, ministro de Cooperación de la RASD, basándoseen el derecho internacional.El primer ministro saharaui, Abdelkader Taleb

Omar, añade que «los jovenes están hartos de esperary nos están presionando para que volvamos a la luchaarmada. No queremos llegar a esta situación, pero ne-cesitamos una respuesta clara de la comunidad inter-nacional».Los comentarios sobre una posible reanudación de

las hostilidades entre la RASD y Marruecos son unaconstante desde hace años, aunque últimamente esa

la falta de compromiso del Ejecutivo de Madrid, SalekBaba insiste en que «hasta el momento, la posicióndel Gobierno español con el conflicto del Sahara Oc-cidental ha sido débil, ambigua, confusa y se contra-dice totalmente con la postura de la sociedad civil».Quienes están sufriendo en sus carnes las conse-

cuencias del estancamiento diplomático son los cercade 175.000 refugiados que sobreviven en los campa-mentos de Tinduf en el Sáhara argelino. La poblaciónrefugiada se encuentra distribuida en cinco campa-mentos —conocidos como wilayas—que toman el nom-bre de ciudades del Sáhara Occidental. Las haimas, lascasas de adobe y las avenidas de arena configuran unespacio urbano en el que subsistir se convierte en unauténtico reto.A la hostilidad del desierto y la crudeza climatoló-

gica, hay que añadir la inexistencia de servicios bási-cos como el agua corriente y la electricidad; y la de-pendencia casi total de la ayuda humanitaria.Excepto algunas familias saharuis que siguen prac-

ticando el nomadismo y poseen ganado, la supervi-vencia de los miles de refugiados depende del Pro-grama Mundial de Alimentos coordinado en loscampamentos por el Alto Comisionado de NacionesUnidas para los Refugiados (ACNUR) y las aportacionesde diferentes ONG. La unión de todos estos factoresadversos hace que el día a día se convierta en un au-téntico pulso a la vida.La inexistencia de recursos naturales en el corazón

del Sáhara hace que el florecimiento de algún tipo deindustria resulte prácticamente imposible.Aunque existen pequeños negocios improvisados,

la mayoría de saharauis carece de trabajo y el hastíose convierte en el principal enemigo. Para no caer enla monotonía, parte de la población refugiada adultatrabaja de forma altruista en los diferentes organismosde la RASD. Los gobiernos de las wilayas, escuelas, hos-pitales y centros de formación absorben gran partedel personal.El espíritu que se engendró en Gdeim Izik y los vien-

tos revolucionarios procedentes de Túnez y Egipto,empujan bandadas de nubes hacia Tinduf y comien-zan a cubrir el sol. Quizá, tras 35 años al sol, la amargaespera saharaui esté llegando a su fin.

opción parece cobrar más visos de hacerse realidad,sobre todo tras el violento desmantelamiento del cam-pamento de Gdeim Izik el pasado mes de noviembreen El Aaiun. La disolución del citado campamento porparte del Gobierno marroquí en una desproporcio-nada y brutal demostración de fuerza ha provocadouna escalada de tensión en la zona. Para algunos saharauis, la guerra es la única forma

de romper el bloqueo en el que se encuentran, con elansiado referéndum aplazado sine die. Y también laven como el único camino para lograr que la comuni-dad internacional tome conciencia de su situación ydecida actuar tras décadas de silencio, propiciadas porlas buenas relaciones de Estados Unidos y muchos es-tados europeos con Marruecos. En este sentido, el primer ministro saharaui de-

manda especialmente el apoyo político del Gobiernoespañol para salir del actual atolladero. En relación a

Jóvenes saharauisvisten atuendos

tradicionalesdurante una fiesta y

Abdelkader TalebOmar, primer

ministro de la RASD.Abajo, una mujer

saharaui.