4 Examenes de Selectividad de Filosofía Creados Por Mí

Examen de selectividad, Platón (nuevo)Texto

…Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz , y al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio, está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora?...

PLATÓN: Libro VII de La República.

1-Descripción del contexto histórico, cultural y filosófico del texto.

En la época de Platón, Esparta y Atenas se debatieron en guerra que al final ganarían los espartanos, eso conllevó al gobierno de los treinta tiranos y luego después, llegaría la renovación de la democracia. Gracias a la democracia, se le empezó a dar una mayor importancia a la preparación para llegar al poder. Atenas pasaba una época de declive después de haber sido una de las ciudades, económica y culturalmente, más importantes que existían, pero se vio afectada por las guerras. Este hecho hizo reflexionar a Platón y se adentró en la política, analizando la tiranía y la democracia. La sociedad se dividía en clases, Platón pertenecía a la aristocracia, ya que pretendía que el poder estuviera regido por personas preparadas para ello.

Respecto a la cultura fue una época en la que en la literatura surgirían dos nuevos géneros, la tragedia y la comedia. Se impuso el ideal de la belleza y los pintores y escultores buscaban sus modelos ideales, con los cuales se construyó el Partenón, reflejando en sus

figuras la perfección y la armonía que luego se reflejaría en la filosofía de Platón.

Filosóficamente hablando, los griegos de la época se acreditan con los inicios de la filosofía occidental, porque ellos preguntaron libremente en todos los aspectos del mundo y de la humanidad, no a partir de los principios religiosos o míticos, sino a partir de la creencia de que la razón humana es competente en su propia cuenta para formular las preguntas correctas, y para buscar respuestas a las mismas, en relación con todos los asuntos de interés para la humanidad.

Los griegos especularon sobre el origen, la composición y el funcionamiento del universo físico. Hablaron sobre las circunstancias éticas y políticas de la humanidad, y las vistas propuestas acerca de su mejor disposición. Investigaron la razón humana y la naturaleza de la verdad y el conocimiento, al hacerlo, se refirieron a casi todas las principales cuestiones filosóficas, y el legado que dejaron al pensamiento posterior fue enorme.

Platón vivió en la época de Sócrates y los sofistas, donde se le daba una gran importancia a la filosofía práctica aplicada a la vida, se utilizaba mucho la dialéctica y la retórica. Mientras que Sócrates y Platón se adentraban en la búsqueda de la verdad absoluta, los sofistas se caracterizaban por el relativismo y el escepticismo, utilizando el lenguaje para reflejar la realidad a su modo. Además de estas dos posturas filosóficas enfrentadas también existían dos políticas diferentes, la tiranía y la democracia, que Platón estudiaría filosóficamente. La filosofía se preocupaba por el hombre, por las cuestiones morales y por la política, la filosofía era para muchos como una forma de vida y se pensaba que los filósofos debían gobernar, porque ellos son los que poseen el verdadero conocimiento.

2-Comentario del texto.

a)-Explicación de las expresiones subrayadas de los textos.

En la primera expresión, “Liberación de sus cadenas”, Platón habla de la liberación del hombre, soltar todas las ataduras del alma a lo ínfimo y a partir de ahí, purificar el cuerpo, las opiniones y el entusiasmo mezquino del alma. El mundo inteligible es el que va en busca de la razón, cuando Platón se refiere a que se marcha con la luz, es el alma que va en busca de la verdad. Pero le cuesta

mucho a causa de la costumbre o de la propia ignorancia, donde el hombre se encuentra prisionero.

En la segunda expresión, “Marchar mirando la luz” , Platón se refiere al propio ser sensible que experimenta el camino hacia el mundo inteligible. Pero se encandila al cruzar la frontera, porque estamos habituados y nos cuesta dar el paso hacia la verdad, por culpa de nuestra propia ignorancia.

b)- Exposición de la temática.

La República es la obra de Platón más amplia y ambiciosa, en ella trata de explicar este concepto. Platón compara el bien, que él ve como la fuente de toda realidad, y la luz, que es el sol. Tienen dos cosas principales en común: la luz es una fuerza generadora, produce cosas para existir y crecer, por lo que es el bien, más importante como una analogía, en términos filosóficos de Platón, es el sol como fuente de luz, es la luz que permite a nuestros ojos tener la visión parcial de la realidad, de la misma manera que permite a nuestra mente tener un conocimiento parcial de lo que es real con diferente claridad. Para demostrar esto, Platón nos produce el mito de la caverna. Una caverna larga y profunda, con una abertura distante con el mundo exterior, proporciona el contexto en el que Platón pone en marcha sus diferentes niveles de la realidad asimilada. Al principio, sus observadores humanos son prisioneros de la caverna, sentados en una posición fija, dando la espalda a un fuego, sus ojos captan la realidad que las sombras proyectan a través del fuego en la pared. Luego se vuelven a mirar a la luz, y después de un choque inicial, aceptan el aumento de la dimensión y el color como el mundo real. Después salen de la caverna, sus ojos se deslumbran, al principio sólo pueden mirar a las sombras, luego a los reflejos en el agua y finalmente a lo que nosotros mismos tomamos como realidad cotidiana. Para Platón el hombre es el prisionero mirando las sombras en la pared de la caverna, mientras que los filósofos, se comprometen a guiar el viaje fuera de la caverna hacia el conocimiento del bien, que es la realidad absoluta.

c)- Justificación desde la posición filosófica del autor.

Platón entiende el mundo como dos realidades bien diferenciadas: una de las realidades, es el mundo inteligible, un mundo que no se puede entrar sólo con lo sensible, sino que tendremos que llegar a él con la parte más profunda de la razón.

Es la pura realidad, la que no podemos o no queremos ver, tiene que ver con la teoría del conocimiento, con la ética y la política. En el texto, en el mito de la caverna, lo inteligible es el exterior, al que es ayudado o forzado el prisionero y le cuesta ver la realidad. En realidad, el pensamiento está enfocado a la sociedad de aquella época, donde el ser humano estaba más cerrado a la verdad, pero en el fondo se puede parecer con nuestra realidad que a veces no nos damos cuenta, o no podemos, o callamos. Platón parece hacer una escala con las ideas, primero está la idea del bien, que la identifica con la religión, seguida de las ideas de la verdad y la belleza, luego la idea de unidad, multiplicidad y ser o no ser, las ideas matemáticas y por último el resto de ideas. La otra realidad es el mundo sensible, que se refiere al mundo cambiante, al plural, al mundo material, arbitrario, al espacial y al perecedero donde incluye a nuestro cuerpo. Platón dice que no es un mundo creado, sino fabricado por el ser e imitan el mundo de las ideas. En el texto encontramos el mundo sensible en el interior de la caverna, donde se encuentra el prisionero atado a las cadenas, Platón explica que están prisioneros desde pequeños, que no se pueden mover, ni siquiera girar la cabeza, sólo pueden mirar hacia el frente. Por detrás de ellos pasan hombres con figuras como marionetas, hechas de piedra o de madera, hay un fuego y la luz hace que se proyecten las sombras de las figuras en la pared donde miran los prisioneros, que sólo ven las sombras. Y si los hombres hablan, se piensan que son las figuras las que están hablando. Los prisioneros creen ver la verdad en lo que no es real, aunque se piensan que sí, por eso sólo ven sombras. Pero… ¿Qué ocurriría si de pronto, uno de los prisioneros se liberara y fuese obligado a mirar al otro lado? El mundo inteligible es una realidad más profunda, es la base, el fundamento de lo sensible donde sólo se ve lo superfluo y las apariencias de la verdadera razón. Y cuando es obligado a ver la luz, le molesta tanto que lo encandila, porque es muy duro enfrentarse a la verdadera realidad. Tenemos que liberarnos, aunque nos cueste mucho trabajo, de las cadenas que nos impiden ver la realidad y adentrarnos en el mundo de la razón, en el mundo inteligible de Platón.

3-Relación del tema elegido con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad.

Podríamos incluir en esta sección a Descartes porque entre los dos existen diferencias y similitudes, mientras que Platón piensa que las ideas han estado siempre ahí, para Descartes son producto de cada razonamiento.

Descartes, el hombre responsable de las coordenadas cartesianas y de la célebre frase “Pienso, luego existo”. Descartes plantea la cuestión de cómo se puede saber con certeza que el mundo

experimental, no es una ilusión de ser forzado sobre él por un ser maligno. Su razonamiento es porque cree en lo que ve y siente durante el sueño, no puede confiar en sus sentidos para decirle que él no es todavía un sueño. Sus sentidos no le pueden proporcionar la prueba de que aún existe el mundo y llega a la conclusión de que no puede confiar en sus sentidos, y que por todo lo que sabe, él y el resto del mundo podrían estar todos bajo el poder de un demonio maligno. El demonio maligno de Descartes es como la inteligencia artificial, que nos obliga a una realidad virtual en los seres humanos bajo las cadenas. Descartes se dio cuenta de que las sensaciones en sus sueños eran lo suficientemente vivas, como para convencerlo de que los sueños eran reales, los seres humanos que viven en la oscuridad, no tienen ni idea de que sus sensaciones son falsas, son manipulaciones, en lugar de surgir de experiencias reales. Al igual que Descartes que hasta que finalmente no salió de sus ataduras, no evidenció que no llevarán nada a su valor nominal, y de poner en duda la existencia de aquellas cosas, como las sillas y las mesas, que parecen más reales.

Actualidad: La cultura del consumo ha pasado de ser un estado en el que estamos rodeados de representaciones o imitaciones de cosas que realmente existen, hacia un estado en el que nuestras vidas están llenas de simulaciones, los objetos que se ven como si representaran algo más, pero que han creado realmente la realidad que parecen hacer referencia. En tal situación, el mundo de las simulaciones toma cada vez más en una vida propia, y la realidad misma erosiona hasta tal punto que se convierte en un desierto. Esto se puede interpretar como una crítica a la cultura de consumo irreal en la que vivimos, una cultura que nos puede distraer de la realidad de que estamos siendo explotados por alguien o algo, como en la película de Matrix, las máquinas explotan a los seres humanos.

Examen de selectividad, Kant

Texto:

“La pereza y la cobardía son las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en minoría de edad a lo largo de la vida, a pesar de que hace ya tiempo la naturaleza los liberó de dirección ajena; y por eso es tan fácil para otros el erigirse en sus tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un director espiritual que reemplaza mi conciencia moral , un médico que me prescribe la dieta, etc., entonces no necesito esforzarme. Si puedo pagar, no tengo necesidad de pensar; otros asumirán por mí tan fastidiosa tarea. Aquellos tutores que tan bondadosamente han tomado sobre sí la tarea de supervisión se encargan ya de que el paso hacia la mayoría de edad, además de ser difícil, sea considerado peligroso por la gran mayoría de los hombres”.

Kant, I.; Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?


En cuanto al contexto histórico en el que cabe situar el texto que comentamos, es necesario decir que la vida de Kant llena buena parte del siglo XVIII y que, por ello, sus preocupaciones son las propias de la cultura europea de su tiempo. Desde el punto de vista político, se agudizan los conflictos que ya se habían planteado en el siglo anterior y se incuba la Revolución Francesa de 1789: la sociedad sigue siendo aristocrática y la nobleza se aferra a sus privilegios. Pero la burguesía va acumulando cada vez más poder real ante la tendencia absolutista de muchas monarquías europeas. La situación es cada vez más explosiva, porque la estructura política cada vez se corresponde menos con la distribución real del poder. En Prusia, donde nació y vivió Kant, así como en Austria y Rusia, por ejemplo, se desarrollan los llamados “despotismos ilustrados” cuyo lema, “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, chocaba frontalmente con las pretensiones de una nueva clase social en pujante ascenso.

Culturalmente hablando, es una época que se basa principalmente en las ideas ilustradas, las ideas de los nuevos filósofos, nos enseñarían que la razón es lo más importante para que exista armonía entre los hombres y la naturaleza, y se intensificarán todas las fórmulas del saber y de la cultura, como la perfección de la ciencia, la educación, la literatura y el arte en general. Tendremos a un hombre más abierto y que verá con otros ojos los principios de la Iglesia. Y serán los filósofos y escritores los encargados de hacer llegar al pueblo que la felicidad de los hombres, sólo se puede conseguir, por el camino del saber, la educación y el buen aprendizaje.

Filosóficamente hablando, la Ilustración es el avance del ser humano desde su minoría de edad, que Kant define como el

surgimiento de una forma de esclavitud, en la que uno, no es libre de pensar por sí mismo, sino que se le dice lo que tiene que pensar. Personalmente creo que se refiere, a las normas religiosas y del Estado que nos imponen. Se puede pensar que el hombre se acomoda en su minoría de edad, es lo más fácil, si tienes a alguien que piensa por ti, tienes a alguien que te dice lo que tienes que hacer, lo que tienes que comer, alguien que te dice como tener tu propia fe, entonces no tienes problemas, lo hacen todo por ti.

¿Dar el paso a la Ilustración puede ser peligroso? ¿Es difícil, de repente ponerse a pensar por sí mismo? Eso es lo que nos quieren hacer pensar, pero según Kant, el peligro no es tan grande, porque con las caídas, se aprende a caminar. Pero a veces las caídas nos hacen ser tímidos y nos cuesta volver a intentarlo, de este modo sí puede ser difícil para cualquier persona, salir de su minoría de edad, que se ha vuelto natural para él. Pero hay personas más positivas que son capaces de lograrlo y dar el salto a la mayoría de edad, esos serán los ilustrados.


a)-Explicación de las expresiones subrayadas del texto.

Minoría de edad : La minoría de edad significa, según Kant, la incapacidad de pensar por uno mismo, de tomar sus propias decisiones, de razonar por sí mismo, de tener su propio entendimiento sin tener que ser guiado por otro o por otros. Pero es uno mismo el culpable de su minoría, y no es que no se tenga entendimiento, sino que no se tiene la decisión suficiente para salir y enfrentar el mundo con sus propios pensamientos.

Conciencia moral : La conciencia moral es algo que todo el mundo posee, es innato. Es el principio que uno mismo tiene sobre sus acciones, las cuales las hace voluntariamente y de forma responsable. Es algo que no posee la naturaleza, en la naturaleza las cosas no tienen un deber, sino que suceden porque tienen que suceder, en cambio nosotros somos capaces de decidir lo que debemos hacer.


Toda la temática del texto está presentada alrededor de un argumento, el de la necesidad que tenemos de pensar por nosotros mismos, de salir de esa minoría de edad que nos hace ser subordinados de otras personas que piensan por nosotros, que nos obligan a actuar según su conveniencia, que nos dan un camino a seguir distinto al que nosotros merecemos. Y que además nos quieren hacer ver que sería un gran problema para nosotros el poder tomar nuestras propias decisiones, que es muy difícil, que no estamos capacitados para alcanzar la mayoría de edad.


Kant estuvo muy condicionado por los acontecimientos que tuvo lugar en la Revolución francesa, y se notaba en sus obras, que reflejaban las ideas de la época, como puede ser la reivindicación de nuestra propia razón, la libertad y la dignidad humana.

Para Kant, la Ilustración es el resurgir del ser humano desde su minoría, esto es la comprensión de su propia comprensión, libre ya de la voluntad de cualquier otro ser humano. Él nos explica que es el propio individuo el que surge, no es empujado por otro, porque cuando se está en la minoría, no es por la falta de comprensión, sino la falta de coraje para usarlo uno mismo. Kant piensa que cuando la sociedad se alumbra, es cuando se convierte en madura, la Ilustración es el proceso en el que el pueblo va creciendo y es capaz de asumir las responsabilidades por sí mismo. Kant nos explica que ser parte de la minoría es un camino mucho más fácil, porque uno se acomoda, se vuelve sedentario. Utilizar nuestro propio razonamiento acarrea mucho más trabajo y algunas veces da pereza, sobre todo cuando algo no sale bien, es mucho más fácil escuchar las recomendaciones de alguien que parece más experto. Los que están en la mayoría, que gobiernan sobre la minoría, ven peligroso que sus subordinados puedan llegar a ilustrarse, y así nos lo hacen ver, intentando convencernos de que es difícil llegar a nuestro propio razonamiento, nos dan ejemplos de vivencias negativas para desanimarnos, estas vivencias hacen a las personas echarse para atrás en la lucha por tratar de iluminarse por sí mismos. Pero según Kant el peligro que representa la lucha por alcanzar la mayoría de edad no es tan grande, que se puede aprender de nuestros propios errores para así crecer con más ahínco aún. Y las ventajas que se obtienen usando nuestra propia razón, son más grandes que todos los peligros que nos quieren presuponer.

Kant piensa que el único requisito previo para que la sociedad se mueva hacia el camino de la ilustración, es el uso público de la razón. Esta razón significa la libertad de un individuo para ser capaz de expresar su propia opinión sobre cualquier asunto que afecte a la sociedad en su conjunto, que se pueda crear uno mismo su propia crítica sobre cualquier asunto importante como la política o la religión. Y considera que cualquier situación que nos haga ser menos que otros seres humanos, en igualdad y libertad, es contradictorio a lo que debe perseguir el individuo, que no es otra, que ser responsable de sus propios actos tanto de los buenos como de los malos, para así poder ser dueños de nuestra propia vida.


La concepción kantiana del ser humano, la razón y la historia encontrarían una fuerte crítica en el pensamiento nietzscheano. Analizamos a continuación las diferencias más importantes:

Para empezar, Nietzsche no aceptaría la visión ilustrada del ser humano ni de la razón. La razón nos separa de la necesidad, del instinto o del impulso. La razón es más bien una máscara que oculta esa necesidad que sigue rigiéndonos, un velo que esconde ese instinto y ese impulso, principales fuerzas rectoras del ser humano. La razón es la gran mentira de la Ilustración, y suele utilizarse como excusa o tapadera de los verdaderos motivos de nuestras acciones y decisiones, que no son otros que nuestros deseos e impulsos. Por tanto, para Nietzsche, el ser humano no es ese animal racional que, con limitaciones, nos presenta Kant. Y tampoco la razón es la característica que nos diferencia del resto de especies.

Más fuertes aún son los contrastes si nos referimos a la concepción de la historia. La visión lineal kantiana choca con el eterno retorno nietzscheano. Para Nietzsche, vivimos en un eterno presente que se repite sin cesar. El hombre está encerrado en un círculo del cual le es imposible salir. En consecuencia, es absurdo hablar de una finalidad de la historia. La historia es una manifestación más del absurdo de la vida, y hablar de una finalidad de la misma es un vano intento de moralizarla, de envolverla en un manto de racionalidad que no le pertenece. Las pasiones, los deseos y el instinto son los verdaderos motores de un tiempo que se repite.

Resumiendo lo anterior, podríamos calificar a Nietzsche de anti-ilustrado. Ya no es sólo que su concepción del hombre, de la razón y la historia no coincida con la de Kant. Su crítica va mucho más allá: cualquier signo de racionalidad debe ser destruido. Y la racionalidad, no lo olvidemos, es la gran divisa de la Ilustración. Por eso toda la filosofía de Nietzsche puede considerarse, en su conjunto, como una dura crítica a las ideas kantianas, tal y como se refleja en la visión del hombre, la razón y la historia.

Yo creo que el movimiento de la Ilustración empezaba a ser auto-reflexivo, justo cuando llegaba a su fin, fue cuando la pregunta “¿Qué es la Ilustración?” era motivo de debate en las revistas, en las que Kant expresaba muchas de las tendencias compartidas entre los pensadores. La Ilustración es el proceso de, el pensar por uno mismo, para emplearla y depender de la propia capacidad intelectual en las cuestiones de qué creer y cómo actuar. Hay muchos filósofos, que desde la Ilustración hasta hoy día, tienen plena confianza en que la humanidad tiene el suficiente intelecto como para tener un conocimiento de la naturaleza y un conocimiento para la vida práctica. Hoy en día existen muchas desigualdades todavía, hay muchísimas personas subordinadas a merced del pensamiento de otro o de otros, algunos porque se

encuentran cómodos con la situación, y otros porque no les es posible cambiar. Pero hay muchas personas que han surgido a la mayoría de edad, desde el mundo medieval hasta ahora, el mundo ha cambiado mucho, en parte gracias a la Ilustración, pero todavía, por desgracia, tendría que cambiar mucho más.

Examen de selectividad, F. Nietzsche

Texto 1: “La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos

peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero. Ponen al

comienzo, como comienzo, lo que viene al final - ¡por desgracia!,

¡pues no debería ni siquiera venir! – los “conceptos supremos”, es

decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de

la realidad que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de

su modo de venerar: a lo superior no le es lícito provenir de lo

inferior, no le es lícito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de

primer rango tiene que ser causa sui. El proceder de algo distinto es

considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el

valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de

los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo

verdadero, lo perfecto – ninguno de ellos puede haber devenido, por

consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de estas cosas

puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en

contradicción consigo misma... Con esto tienen los filósofos su

estupendo concepto <<Dios>>... Lo último, lo más tenue, lo más

vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens

realissimum... ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las

dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! ¡Y lo

ha pagado caro!...”

“La razón en la filosofía”, El crepúsculo de los ídolos.

F. Nietzsche.

Texto 2: Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo

“verdadero” y en un mundo “aparente”, ya sea al modo del

cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano

alevoso), es únicamente una sugestión de la décadence, -un síntoma

de vida descendente... El hecho de que el artista estime más la

apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta

tesis. Pues “la apariencia” significa aquí la realidad una vez más, sólo

que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un

pesimista, -dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y

terrible, es dionisíaco...

“La razón en la filosofía”, El crepúsculo de los ídolos.

F, Nietzsche


Históricamente hablando, a finales del siglo XIX hubo muchos

movimientos políticos y sociales, el nuevo capitalismo, los

movimientos del proletariado en su lucha contra la burguesía, los

nacionalistas y los liberales, el tradicionalismo y el anarquismo. Son

enfrentamientos que darán lugar a las guerras y revoluciones,

revoluciones políticas e industriales también. Alemania acababa de

nacer como Estado, tras la derrota de Napoleón, pero en poco tiempo

se convertiría en un Imperio. Se va imponiendo la democracia, cosa

que a Nietzsche no le agradaba demasiado porque decía que

favorecía el llegar a la cumbre a personas mediocres, líderes de

partidos políticos. Por otra parte, en Alemania se consagraba la

Segunda Revolución Industrial, llegada masiva de otros países, los

avances de la ciencia y la tecnología, la electricidad, etc., todo un

cúmulo de razones para consagrar a Alemania como una potencia

mundial.

Culturalmente hablando, la pintura es una de las ramas más

agraciadas, escuelas de expresiones artísticas que pretendían

basarse en la realidad y la experiencia, con las pinturas al aire libre

en busca de plasmar la luz (esa luz que todavía seguimos buscando

hoy en día), donde destacan sobre todo los estilos del realismo y el

impresionismo, con Manet, Van Gogh, Monet, Gauguin, Renoir,

Seurat, Cézanne, y un inagotable etc. en Alemania destacaba el

impresionista Liebermann. En literatura destacaban el romanticismo,

realismo y naturismo. La nueva industria, con la nueva tecnología,

mejoraba los medios de comunicación y transmisión cultural como el

telégrafo, el teléfono, el cine y la fotografía. La ciencia también tuvo

un papel muy importante en esta época, con los números de Gauss,

la teoría de la evolución de Darwin, la teoría de los microbios de Luis

Pasteur, la atómica de Dalton, etc. Una época después de que

muchos pensaran que la ilustración estaba en declive, que por cierto,

Nietzsche fue uno de sus mayores críticos.

Filosóficamente hablando, a pesar del optimismo que sentían

sus compatriotas en el ascenso de Alemania como potencia mundial y

el triunfo de las ciencias, Nietzsche caracteriza su época como

nihilista. La visión científica del mundo no necesita a Dios, y mientras

que la mayoría de los europeos todavía practicaban el cristianismo,

Nietzsche reconoció que Dios había muerto. El cristianismo había

dado paso a la ciencia como el principal medio para darle sentido al

universo. Sin embargo, la ciencia tenía un valor neutral abierto, se

había reemplazado el cristianismo sin introducir nuevos

valores. Como resultado de ello, Nietzsche vio un gran vacío que se

estaba abriendo en el ámbito de los valores humanos, que estaba en

peligro de ser llenado por el tipo de nacionalismo estrecho de miras,

que ha servido de impulso a las dos guerras mundiales. Gran parte de

su obra tiene que ver con esta crisis de valores que la mayoría de sus

contemporáneos ni siquiera reconocen.

Como filólogo entrenado, Nietzsche conoció a los clásicos griegos

y romanos, sin embargo, sus gustos filosóficos fueron atípicos. Rara

vez se mencionaba a Aristóteles, y en su mayoría estaba en

desacuerdo con Platón. Su actitud hacia Sócrates es más compleja,

pero en su mayoría negativa. En su lugar, prefiere a Heráclito, filósofo

presocrático famoso por la doctrina de que uno no puede entrar en el

mismo río dos veces. Heráclito sostiene que todo está en proceso de

cambio, de modo que no podemos hacer ninguna afirmación fija

sobre cualquier aspecto de la realidad.



Conceptos supremos: Aquí Nietzsche se refiere a los conceptos que más importancia le han dado los grandes filósofos,

por desgracia, palabras que no siempre son las más importantes, son palabras provenientes de abajo que no pueden abarcarlo todo y ocupar el primer lugar, no se le puede dar todo el valor, por ejemplo la existencia, todo lo que hay a nuestro alrededor existe, desde el ser humano hasta una mesa, pero Dios, para los filósofos Dios es el concepto más importante cuando, según Nietzsche tendría que ser lo último.

Ens realissimum: Se refiere al tipo de existencia que le dan a Dios, entre realismo, o sea, como si fuese real. Es verdad que para los cristianos Dios es de lo más real, pero no deja de ser una creencia y nunca se le puede dar el valor que se le da, porque hasta hoy día no existe prueba alguna de que Dios exista, por lo tanto deberían de ser cautos y darle el valor real que tiene la palabra Dios.


Nietzsche identifica sus motivos principales por criticar a los filósofos anteriores a él. Los peores errores de la filosofía han sido en primer lugar, la metafísica, la idea de una única verdad real, que trasciende este mundo de los sentidos, el mundo tal y como lo experimentamos; y segundo, la negación de las distintas perspectivas. Ambos errores se encuentran en la filosofía de Platón, en su teoría de las formas, que implica las ideas de espíritu y bondad como independiente y trascendente en este mundo. Según Nietzsche, Platón dejó un legado de errores desde muchos puntos de vista filosóficos y religiosos. Nietzsche piensa que el origen de esta falsa creencia en el mundo es una creencia moral, lo que es de verdadero valor, la verdad, la bondad, el altruismo, la sabiduría, no pueden tener su origen en lo que es contrario a ello. Por lo tanto los valores no pueden venir de algo malo, y tampoco son cosas que se nos presentan solas, sino que tenemos que crearlas nosotros mismos desde nuestra perspectiva personal. Nietzsche asegura que los filósofos han consultado sus intuiciones para tratar de justificar tal o cual principio moral, pero sólo han sido conscientes de su propia moral, de la de sus justificaciones, que son sólo expresiones, sin fundamentos lógicos. Los verdaderos problemas de la comprensión moral sólo salen cuando nos fijamos en la relación entre lo moral y lo no moral. No existe un mundo de ideas inmutables, no existen verdades más allá de las verdades del mundo que experimentamos, nada de lo que se encuentra fuera de la naturaleza y de la historia.


Para Nietzsche, el camino es el rasgo predominante de la realidad, todo está continuamente cambiando, no cambia la materia ni la energía, pero sí las ideas, las voluntades, y por lo tanto la verdad. La filosofía y la ciencia tienden a ver el mundo como formado básicamente por los hechos y las cosas que podemos observar e investigar, proporcionando unas verdades objetivas y estables. Nietzsche llamaba nihilismo pasivo a la pérdida de poder que habían experimentado los valores tradicionales como el cristianismo. Lo expresaba de una forma rotunda, exclamando: “Dios ha muerto”. Ese era uno de sus argumentos más importantes, la crítica a la moral, una moral esclava, creada por unas personas frágiles y apenadas, que inculcaban la sumisión y la resignación, tan sólo, porque esos mismos valores servían para sus intereses. Nietzsche entendía que se tendrían que crear unos valores nuevos que sustituyeran a los valores tradicionales e insistió tanto en esto, que llegó a crear un retrato del nuevo hombre, “el superhombre”. Uno de los errores que presenta la moral tradicional, es precisamente su poca naturalidad, ya que imponen unas normas poco ortodoxas y sin sentido alguno, como la prohibición de comer carne en días señalados, los placeres carnales, las monjas de clausuras, etc. que van en contra del instinto del ser humano y además lo vuelve esclavo de esa utopía. La verdadera moral cristiana sería para Nietzsche como un valor supremo, un valor del más allá y demanda otro mundo, la metafísica o la perfección platónica, pero los valores que predominan hasta hoy, son utópicos y propio de los frágiles. La persona que practica el cristianismo tiene miedo de sí mismo, no es capaz de asumir su propio destino, desprecia sus propios valores, tiene una conducta altruista ya que lo dan todo a cambio de nada. El fundamento de esta moral consiste en cambiar la personalidad del individuo y hacerle creer que el todopoderoso es algo sobrehumano y que el hombre es débil y vulgar.


Ortega y Nietzsche son filósofos de la misma época y sus pensamientos son a veces muy parecidos, esto entra dentro de sus propios argumentos cuando dicen que la vida va cambiando al igual que cambia la filosofía. Ortega piensa que no se puede concebir la verdad como algo que está ya ahí consagrado perpetuamente, sino que es algo que va en concordancia con la vida y los individuos que viven en ella. Y que cada uno tiene su propia realidad y su punto de vista distinto a los demás. La verdad va cambiando al igual que cambia la vida a través de las etapas y está adecuada a

la actividad de cada ser en particular y a la actividad del mundo en general. Ortega se muestra contrario al racionalismo y al relativismo que la filosofía ha ido mostrando a lo largo de la historia, él cree que son insuficientes, que hay que darles otro matiz. Cada persona es un punto de vista, pero uno sólo no puede ser la verdad, la verdad se puede ver desde muchas perspectivas distintas, tantas como seres humanos hay en el universo, cada uno tiene su originalidad que es válida en su propio mundo y dependiendo de sus consecuencias. Porque pensar que la realidad no está ligada a nuestro propio punto de vista, sino asociada a lo que dicen los demás, es un gran error, ya que la verdad no posee unas formas definidas ajenas a las personas que viven sobre ella, sino que entre todos los puntos de vista se produce una sola verdad. En la antigüedad se veía la verdad como algo ya concebido, pero con la modernidad debemos ver la verdad desde los distintos puntos de vista. Este error es el que Ortega llamaba “error inveterado” y se refería al concepto abstracto de la verdad, él pretendió salvarnos de este error haciéndonos ver la vida como una realidad radical que nos haga reflexionar filosóficamente sustituyendo la razón teórica y en su lugar hacer uso de la razón vital.

En la actualidad, la creencia de Dios está disminuyendo, gracias a la ciencia se van descubriendo mentiras tras mentiras de la religión, la sociedad se vuelve más atea. Pero también es verdad que han salido a la luz otras religiones o sectas en las que los ateos se van agregando, tal vez porque las personas necesitamos creer en algo, necesitamos tener esa espiritualidad que nos hace sentirnos mejores. Lo que sí parece claro es que la realidad depende de la perspectiva con que se mire, la verdad es el conjunto de todas las verdades parciales que tenemos cada uno, pero mirándolas desde nuestra perspectiva.

Examen de selectividad, J. Ortega y Gasset

Texto1

“Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo persona, pueblo,

época es un órgano insustituible para la conquista de la verdad. He aquí cómo ésta, que de por sí misma es ajena a las variaciones históricas, adquiere una dimensión vital. Sin el desarrollo, el cambio perpetuo y la inagotable aventura que constituyen la vida, el universo, la omnímoda verdad , quedaría ignorada. El error inveterado consistía en suponer que la realidad tenía por sí misma, e independientemente del punto de vista que sobre ella se tomara, una fisonomía propia. Pensando así, claro está, toda visión de ella desde un punto determinado no coincidiría con ese su aspecto absoluto, y, por tanto, sería falsa. Pero es el caso que la realidad, como un paisaje, tiene infinitas perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y auténticas. La sola perspectiva falsa es esa que pretende ser la única.”

“La doctrina del punto de vista”, El tema de nuestro tiempo.

J. Ortega y Gasset, 1923.

Texto 2

“Para los antiguos, realidad, ser, significaba “cosa”, para los modernos, ser significaba “intimidad, subjetividad”, para nosotros, ser significa “vivir” , por tanto, intimidad consigo y con las cosas. Confirmamos que hemos llegado a un nivel espiritual más alto porque si miramos a nuestros pies, a nuestro punto de partida –el “vivir- hallamos que en él están conservadas, integradas una con otra y superadas, la antigüedad y la modernidad. Estamos a un nivel más alto –estamos a nuestro nivel-, estamos a la altura de los tiempos. El concepto de altura de los tiempos no es una frase, es una realidad, según veremos muy pronto”.

“La doctrina del punto de vista”, El tema de nuestro tiempo.

J. Ortega y Gasset, 1923.


El texto pertenece a “La doctrina del punto de vista” del libro El tema de nuestro tiempo que Ortega y Gasset escribió en 1923, época de España muy agitada política y culturalmente hablando, donde se vivía el Regeneracionismo, movimiento intelectual que tuvo lugar a raíz de lo que se perdió en Cuba a finales del siglo XIX y que se extendió hasta principios del XX, y en la que los intelectuales pensaban de forma objetiva y científica, las causas de

la decadencia española. Se pensaba que España necesitaba una reforma política urgente para hacer frente a la modernidad que se adentraba en algunos países de Europa. Y la tuvo, después de la Restauración, llegó la dictadura de Primo de Rivera (con el consentimiento de Alfonso XIII), la del general Berenguer (“la dictablanda”), La Segunda República en el 31 con el bienio reformista y el bienio conservador, La Guerra Civil y la dictadura de Franco, época en la que Ortega pasa algunos años en el exilio.

Culturalmente hablando, es una época excelente de pintores y escritores, sobre todo la literatura en la que, aunque fuera una minoría de autores, fueron muy importantes, Machado, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Alberti, etc. Primero el noventayochismo, seguido del novecentismo y después la generación del 27, décadas que se originaban como un término para caracterizar un cierto estilo de los poetas y escritores y luego cogían el año más emblemático de la década, la generación del 98 por la crisis de ese año, la del 27 es la del año en que los intelectuales comenzaron a resistirse a la dictadura de Primo de Rivera, etc. El novecentismo o “generación del 14”, es donde se puede situar a Ortega, una generación de intelectuales que se dedicaban a analizar los problemas de la nación y de la sociedad y que luchaban e incentivaban a luchar por el modernismo de España. La sociedad estaba dividida en dos: una pobre, analfabeta y rural; y otra de ciudad, de gran poder y universal; una monárquica y otra republicana. Ortega se mostró muy activo, escribiendo artículos para los periódicos, dando conferencias, creó una escuela de jóvenes filósofos, fue diputado en las Cortes Constituyentes de la República y traducía las obras filosóficas europeas, fue fundador y director de la revista mensual Revista de Occidente, la cual fue dirigida a un público educado, se convirtió en poco tiempo en una revista de reconocido prestigio intelectual en Europa y se convirtió en el principal medio de intelectualidad. Sin duda alguna, todo un intelectual al servicio de España y su cultura.

Filosóficamente hablando, en aquella época, la Edad Moderna y el espíritu filosófico en el que se basaba la época, estaban en crisis y debían ser mejorados con nuevas creencias y nuevas formas culturales y vitales. Cada una de ellas estaban inspiradas por unos evidentes principios, en el caso de la Edad Moderna, el principio básico era la subjetividad. El racionalismo y el idealismo son las dos corrientes filosóficas que desarrollaron el concepto de la subjetividad, claro que superar el racionalismo y el idealismo, sólo podía quedar en

manos de los filósofos, que eran los únicos que podían hacer frente a tal magnitud. La superación del racionalismo y el idealismo significaba aceptar el problema de aquellos tiempos para llegar a aceptar nuestro propio destino. Ortega pensó que esta era la clave para solucionar los graves problemas de España en esa época. La verdad es que no todos los países vivían a la altura de los tiempos y Ortega creía que era esto, lo que le sucedía a los países del mediterráneo en general y a España en particular. España no se había caracterizado nunca por ser un país moderno y no se interesó nunca por los principios de la modernidad. Ortega pensaba que esta desventaja podía convertirse en una ventaja para establecerse en los nuevos tiempos.



Punto de vista: Con esta expresión, Ortega se refiere a la forma de vida de cada uno en particular, porque cada uno tenemos un punto de vista distinto. Es la forma de vivir distinta de cada ser humano, la perspectiva con que cada uno ve su propia vida, es también la realidad en sí, por lo que cada individuo posee su propia realidad. Pero una realidad sola no puede ser la verdad, la verdad es la unificación de todas las realidades.

Verdad: La verdad es el punto de vista total de la realidad, por eso Ortega le daba tanta importancia a las distintas perspectivas de cada uno, porque sólo uniéndolas se descubre a la auténtica verdad. Esta expresión tiene mucha filosofía porque nos hace ver que no nos podemos dejar llevar por una realidad en particular, sino mirando desde distintos puntos de vista.

Vivir: Ortega se refiere a lo que mantiene ocupado al individuo, vivir es relacionarse con los demás y con lo que nos rodea, con las consecuencias en general y de cada uno en particular, porque vivir es también preocuparse por las cosas, por un vivir mejor y por un futuro más llevadero, en definitiva vivir es luchar por vivir.

Modernidad: Aquí se refiere al movimiento filosófico que le da toda la importancia al sujeto, mientras que se olvida del objeto. Ortega pensaba que la filosofía moderna se centraba en el sujeto en sí y en el modo de adentrarse en nuestro tiempo, por su razonamiento y conciencia, cosa que el objeto no tiene.


El tema expuesto nos viene decir, que no se puede concebir la verdad como algo que está ya ahí consagrado perpetuamente, sino que es algo que va en concordancia con la vida y los individuos que viven en ella. Y que cada uno tiene su propia realidad y su punto de vista distinto a los demás. La verdad va cambiando al igual que cambia la vida a través de las etapas y está adecuada a la actividad de cada ser en particular y a la actividad del mundo en general. Ortega se muestra contrario al racionalismo y al relativismo que la filosofía ha ido mostrando a lo largo de la historia, él cree que son insuficientes, que hay que darles otro matiz. Cada persona es un punto de vista, pero uno sólo no puede ser la verdad, la verdad se puede ver desde muchas perspectivas distintas, tantas como seres humanos hay en el universo, cada uno tiene su originalidad que es válida en su propio mundo y dependiendo de sus consecuencias. Porque pensar que la realidad no está ligada a nuestro propio punto de vista, sino asociada a lo que dicen los demás, es un gran error, ya que la verdad no posee unas formas definidas ajenas a las personas que viven sobre ella, sino que entre todos los puntos de vista se produce una sola verdad. En la antigüedad se veía la verdad como algo ya concebido, pero con la modernidad debemos ver la verdad desde los distintos puntos de vista. Este error es el que Ortega llamaba “error inveterado” y se refería al concepto abstracto de la verdad, él pretendió salvarnos de este error haciéndonos ver la vida como una realidad radical que nos haga reflexionar filosóficamente sustituyendo la razón teórica y en su lugar hacer uso de la razón vital.


Ortega pensaba que no había un “yo” sin las cosas, ni las cosas sin un “yo”, el individuo no se puede separar de sus circunstancias, por eso decía que “Yo soy yo y mi circunstancia”, una frase que rondaba siempre en toda su filosofía. La circunstancia es lo que nos rodea, nuestra historia, las ideas, las personas a las que tenemos que salvar de su ignorancia, nuestra época y nuestro país, todo eso son las circunstancias y cada una debe tener su punto de vista. Porque cada persona tiene una perspectiva distinta de la verdad según la circunstancias que la rodee y no nos podemos dejar llevar sólo por un punto de vista, sino que debemos tener en cuenta distintas perspectivas, hasta llegar a la verdad..

Ortega pensaba que la vida es lo que nos mantiene ocupado, las relaciones con los demás, el destino y la libertad, porque la libertad

es ser libre dentro de un destino fijado, claro que el destino nos da infinitas posibilidades, elegimos de entre todas, una posibilidad dentro del destino, que sería nuestro verdadero destino. Dentro de este destino, debemos darlo todo activamente, donde nos crearíamos nuestra propia vida, pero fuera de una vida convencional de costumbres y estructuras ya planteadas, de personas que prefieren una vida tranquila y despreocupada sin que nadie se la perturbe, porque tienen miedo a tener una obligación de elegir su proyecto de vida. Según Ortega, nuestra posibilidad de destino, debemos separarla de los valores comunes del resto del mundo, mediante una mayor demanda en nuestro “yo” y tomando como base el carácter único y personal. Para darnos cuenta de nuestras posibilidades como individuo único, tendríamos que alejar de la realidad social de los demás, a nuestra realidad, nuestro “yo”. El individuo tiene que ignorar por un momento los valores objetivos de la sociedad y crearse sus valores subjetivos derivados de la particularidad de su ser. El individuo debe retirarse del mundo social, no sólo para darse cuenta de sus posibilidades, sino también para tratar de hacer realidad las posibilidades vitales de la sociedad a través de su propio ser y del “ser” de los demás. De esta forma, el individuo, mediante la participación activa dentro de la realidad social que rodea a sus circunstancias, participa en la realización de lo primordial de la sociedad, de la historia y de su propio ser.

Ortega representa al pensador reflexivo moderno que se adentró en la historia de la filosofía, capaz de personificar la tendencia a crear conceptos de temporalidad histórica. Desafió a los enfoques positivistas y contribuyó a que la concepción moderna de la historia tuviera un gran aspecto.


Uno de los filósofos que tiene una visión de la perspectiva puede ser Nietzsche, tanto él como Ortega, son irracionales y vitalistas. Nietzsche, que habla de perspectiva cuando él está relacionando las creencias de nuestros valores, a nuestros instintos. Para ello usa la palabra interpretación en el sentido de una creencia en algo, una interpretación es una comprensión del mundo a partir de una determinada perspectiva. Y así, las interpretaciones, como las perspectivas, se refieren de nuevo a nuestros valores, a diferentes perspectivas, diferentes valores. Pensaba que las diferencias en las creencias, puede no ser por

tener diferentes puntos de vista, por ejemplo pueden tener diferentes creencias pero tener los mismos valores.

Así Nietzsche está diciendo que las creencias filosóficas acerca de la verdad y la bondad, son parte de una perspectiva en particular sobre el mundo, una perspectiva miope, distorsionada. La distorsión más importante es la que niega que sea un punto de vista, que sus verdades son incondicionales, que representan al mundo tal y como es. Pero puede ser un error el pensar que es posible representar creencias sobre el mundo que están libre de valores, como pueden ser el objetivo y el desinterés. Esto se aplica a la percepción sensorial, podemos esperar ser más sensible a como es el mundo, que según Nietzsche, para reproducir una imagen estamos hechos para recordar lo que es nuevo y diferente en nuestra impresión sensorial, estamos aclimatado a las cosas nuevas, y así, nuestra experiencia del mundo está dominada por la emoción. Lo que estamos familiarizado en ver no necesitamos verlo, por ejemplo, cuando miramos un árbol, no es necesario que veamos todas las hojas, sino que creamos una imagen que se aproxima al árbol, igual hacemos con todas las cosas. Sin embargo cuando surge una experiencia nueva, el individuo se comporta de forma excitada, impaciente por experimentar, pero con el tiempo somos más cautelosos y lo vemos tal y como es.

En la actualidad nos podemos apoyar en el argumento de Nietzsche por cuenta del conocimiento humano, no podemos tomar todo lo que nos rodea, debemos ser selectivos con el fin de sobrevivir, así que desde un primer momento nuestro intelecto responde a nuestros intereses, nuestros instintos biológicos y todo lo que se desarrolla a partir de ellos, nuestras emociones, nuestros deseos y nuestros valores. Así que no podemos experimentar el mundo tal y como es, pero lo hacemos de forma selectiva, de manera que refleje nuestros valores y desde nuestro punto de vista personal.

En cuando a la filosofía europea de finales del siglo XIX y comienzo del XX, se caracteriza por una crisis del concepto de razón, conciencia y subjetividad y por la aparición de un nuevo concepto de naturaleza considerado como algo positivo. Existe gran variedad de movimientos entre los que destaca en neopositivismo que considera a la filosofía como teoría del conocimiento; la filosofía analítica de Wittgenstein, que apoya el lenguaje de la ciencia natural frente a la metafísica. También hay que destacar la figura de Husserl perteneciente a la

Fenomenología, método que pretende explorar la conciencia humana y la subjetividad y analizar las vivencias. El existencialismo de Sartre será otra de las corrientes relevantes de la época. En España se crea la escuela de Madrid, pero durante la dictadura de Franco en panorama filosófico perderá importancia.

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