46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus...

8
revistautopíajulio2012 46 entretenimiento 47 entretenimiento

Transcript of 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus...

Page 1: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 46 entretenimiento 47

entretenimiento

Page 2: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 48 entretenimiento 49

Estefanía Contreras

Las calles llenas de puestos en las que el esplendor de los colores se vuelve el protagonista del escenario; un aroma dulce que seduce

a propios y extraños; un cielo que se une al festejo mostran-do todo su esplendor con un destello multicolor de formas circulares al ritmo de la música popular… Estas son expresio-nes traducidas en siete días de mezcla entre fe y tradición, en honor al Santísimo Sacramento. Así, cuencanos y cuencanas rinden homenaje al Corpus Cristi dando paso a la semana más dulce del año.

Son las 22h00 y las calles y vere-das de Cuenca en esos días se tor-nan más estrechas, todos caminan con la misma dirección, pues la cita es en el Parque Abdón Calderón. Los juegos pirotécnicos se escuchan cada vez más cercanos, mientras peque-ños círculos de colores vuelan por el aire. Los priostes preparan con esme-ro cada detalle, algunos son los en-cargados de lanzar enormes globos al cielo que al alejarse se ven como pequeñas estrellas de colores, mien-tras que otros preparan esplendidos castillos de luces. “Este es un signo de fe… Al lanzar los globos al cielo le rendimos honor a nuestro Señor To-dopoderoso”, menciona Jaime Baculi-ma, fabricante de los castillos.

El Corpus Christi tuvo su origen en América Latina como una necesidad de la Iglesia Católica de cristianizar la festividad indígena que rinde honor al sol y a las cosechas, sin embargo esta celebración se esparció rápidamente por varios lugares que empezaron a organizar rituales para venerar a Cristo representado en la Eucaristía. En Cuen-

ca la celebración convocaba a todos los fieles a la Catedral, pero con el paso del tiempo se unieron al festejo las delicias gastronómicas que las Madres Concep-tas regalaban a todos los creyentes: a cada persona se le entregaba peque-ños dulces; sabores que fueron here-dados de generación en generación y que paulatinamente, de las manos de varias cuencanas, se apoderaron de las veredas aledañas a la Catedral de la In-maculada perpetuando a través de los años esta sabrosa tradición.

Antes de iniciar con estas celebra-ciones la iglesia se viste con sus me-jores galas: arreglos florales y cirios blancos resguardan el altar mayor. Este año estuvieron previstas alre-dedor de 15 celebraciones litúrgicas durante los siete días para exaltar a Cristo representado en la Eucaristía.

“Después de alabar al Santísimo es grato llevar un dulce a la casa y com-partirlo en familia”, así lo menciona Rosa Tacuri, mientras su hijo peque-ño, Kevin, hala de su saco indicando uno de los coloridos dulces.Fotografía: Paola Muñoz

La semana más dulce del añoEl Corpus Cristi

La variedad de diseños que van des-de pequeñas ostias con manjar hasta las grandes y llamativas fundas de ros-cones, pasando por quesadillas, enco-cados, relámpagos, entre otros, sedu-cen al paladar e invitan a probar estas delicias culinarias. El secreto para tan-ta delicia es “el amor por cocinar junto con la ayuda de mis hijos…” afirma Carmela Torres mientras sonríe. Ella es una de las muchas vendedoras de dulces que todos los años se dan cita alrededor del Parque Calderón, y que durante 15 años ha sido participe de esta celebración, dando testimonio de la admiración de turistas nacionales y extranjeros, quienes, mientras guar-dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce.

Las festividades de este septena-rio llegan a su fin, pero el próximo año seguramente volverán con la misma fe de los creyentes hacia el Santísimo Sacramento, así también el dulce sabor que engalana las ca-lles que es un reflejo de la felicidad del pueblo cuencano.

Fotografía: Paola Muñoz

Page 3: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

entretenimiento 51revistautopíajulio2012 50

Kande Kampos

La “bici” y su espíritu insurgente: libertad, amistad, entrenamiento y diversión

Las calles de la capital empiezan a tornarse oscuras, la noche comienza a jugar entre sus som-bras, los residuos del día transitan

reflexivos por el asfalto, las estre-llas no se convencen de salir por las espesas nubes de polución que las persiguen y las luces de neón protagonizan la seductora propuesta de la verbena semanal.

Y sobre la otra cara de la ciu-dad, la luna se vuelve testigo de un escenario diferente, las ruedas empiezan a tornarse excitantes, agitan y encienden la quimera de la libertad, transportando en ellas los sueños de una metamorfosis urbana. La tradicional multitud se encuentra con un ambiente distin-to. Un escenario que evidencia la presencia de ciclistas en plazas, avenidas, gradas y callejones, los cuales se reúnen de diferentes par-

tes de la ciudad desde un determi-nado punto de partida para recorrer y explorar las calles quiteñas.

Bajo un cielo difuminado por to-nalidades grises, que la noche ca-pitalina les brinda, el colectivo “Hell Street” convoca a los ciclistas de toda índole a ser parte de un trán-sito alterno, pensado en función del bienestar de todos; “downhilleros”, “streeteros”, “free stylers”, gen-te que hace “crosscountry”, entre otros, se preparan los miércoles de cada semana para apropiarse del espacio público y hacerse visibles frente al resto de la sociedad.

“Hell Bikers” es un grupo de ami-gos que ha encendido las calles de la ciudad capitalina en búsqueda de un cambio colectivo; sus raíces surgen desde hace un año y medio con el apoyo de Alexandra Montal-vo, David Miñaca y Daniel Rivas. Estos tres amantes de la bicicleta propusieron la idea de formar un grupo de panas que practique y en-trene ciclismo urbano. Actualmen-te, se ha incluido a Álvaro Rojas a ser partícipe de su organización.

A las descomunales “Noches de Street” se suman grupos entre 20 y 30 personas de espíritu aventurero. La convocatoria es abierta y se rea-liza a través de “Facebook”, su ac-tual punto de encuentro es sobre la calle Reina Victoria entre Baqueda-no y Wilson. El objetivo también es otro –como lo explica David Miña-ca– “el poder tener un espacio para compartir la experiencia de cada uno, tanto novatos como de élite”.

Alexandra Montalvo o mejor di-cho la “Negra”, como la conocen sus panas, asegura que todos son bienvenidos, que no hay restricción en nada pues lo más importante es compartir un buen momento. Alexandra Montalvo, la mamá de

los “streeteros” hace “bici” desde los 8 años y para ella es su medio de transporte desde los 17. Su pa-sión por los caballitos de metal la ha llevado a involucrarse en el mo-vimiento ciclístico y hacer respetar sus derechos y nuevas opciones de vida. Cada pedaleada es una lucha espartana cuando los choferes de carros particulares y públicos no respetan a los ciclistas.

“No hay respeto ante los ciclistas y muchas veces la mala energía que te comparten los conductores de buses y carros particulares te pasan y vos sabes que en cualquier momento te botan encima el auto y a ellos no les importa nada, por eso te toca ponerte a la defensiva” –dice la Negra.

Frente al espantoso tráfico de una metrópoli contaminada de ele-mentos tóxicos, tanto visuales como auditivos, la bicicleta no es ni cómplice ni partícipe de este estalli-do cobarde: es la nueva propuesta de una civilización protectora de su planeta.

La “bici” y su ambi-ción imaginativa irrumpe con la cotidianidad; su desobe-diencia reivindicativa discute con la estereotipada formación del ser; su esencia original es la de ser porta-voz de la utopía de los pueblos mo-dernos para detener la contamina-ción global, en defensa a su alma ecologista. Es la esperanza del hoy y del mañana. Es la poesía traspor-tada sobre las ruedas detonantes de una sublevación civil y estética, en defensa de los derechos de un

pueblo con decisiones diversas que busca resaltar a la sociedad la exis-tencia de otras formas de vida.

Hoy en día, los bares para ci-clistas empiezan a posesionarse de los espacios. “La Cleta” es uno de ellos. Otro recién inauguradito es “Green Wheels”. Todos con un hilo conductor que ponen a la “bici” como el centro artístico, de pensa-miento y de coloquio. Para Ismael Sebastián Tobar Vaca, uno de los dueños de “Green Wheels”, “la rueda es el eje de la evolución del ser humano y, por eso, debemos guardarle respeto”. Asimismo, con-sidera que la gente debe darse la oportunidad de pasear en bicicleta, para liberarse del tráfico y del es-trés, pero siempre teniendo precau-ciones, como en todo; así también para que se pongan en el lugar del otro y se forje un respeto mutuo.

La bicicleta va dibujando los cami-nos de la imaginación y

sueño que sus con-ductores buscan

en esta, pero también, puen-tes fraternos de unión y asociación. Su arte crea

nuevas rutas y define nue-

vos contrastes de lucha autóno-

ma; difunde la ruptura de complejos asociados en

contra de una sociedad moderna de vehículos que arbitrariamente contaminan. Pone a todos por igual, sin distinguir sexo o clase; no es im-portante la edad, sino las ganas de ir pedaleando por la ciudad; conocién-dola y, sobre todo, desde otra pers-pectiva, que combina meditabundas noches de mágica oscuridad que hacen de terrenos urbanizados sitios más habitables.

Conquista tu libertad, mientras descubres tu

fortaleza

Page 4: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 52 entretenimiento 53

Es frecuente escuchar –y con mucha razón– que la inspiración y curiosidad que Quito despierta a propios y extranjeros, es pro-ducto de la belleza de

la ciudad, de los imponentes paisajes que la rodean y de las manifestacio-nes artísticas acordes al mestizaje lle-nas de contrastes históricos, cultura-les, religiosos, políticos y sociales.

El Pucará de Rumicucho

El mestizaje es un ‘enigma’ que en pocas ocasiones los habitantes de Quito intentan descifrar, pues está incorporado de manera casi imperceptible en la psiquis colecti-va y en las culturas. Sin embargo, existen aquellos que buscan en el presente y en el pasado pistas para desentrañar este misterio, tan vigente en identidades e ima-ginarios de la realidad social qui-teña y ecuatoriana.

Por fortuna, existen en la actua-lidad huellas de la historia que se expresan de formas tangibles e in-tangibles en la vida cotidiana y que requieren cierto grado de interés para ser apreciadas. Una de estas se encuentra a cuatro kilómetros de San Antonio de Pichincha, a 30 kilómetros de la ciudad de Quito en la parte oriental de la llanura de Rumicucho y se la conoce como Pucará de Rumicucho.1

Esteban Sacoto

1. “En la arqueología andina, la palabra pucará tiene amplia difusión por Sudamérica, como un topó-nimo que identifica una montaña o la cima de ella, desde el cual se domina un amplio panorama en el horizonte” (Almeida, 2000).

Page 5: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 54 entretenimiento 55

Para entender la importancia de este sitio arqueológico, es necesario ubicar el momento histórico de su construcción a finales del siglo XV, época cuando el im-perio Inca, conocido como Tahuantinsu-yo2, alcanzó su máxima expan-sión: desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile y el nores-te argentino.

Pero, en este pe-riodo “la presencia inca en los Andes sep-tentrionales de Ecuador soportó una intensa resis-tencia por parte de los pueblos quitus y caranquis3, quienes frente a este factor externo se unieron y conformaron una confederación de señoríos, que luego de más de quince años de guerras y luchas cruentas fueron vencidos en la batalla de Yahuarcocha”4 (Almeida, 2000).

En efecto, el Pucará de Rumicucho fue una fortaleza preincásica construida en la cima de una colina, que luego fue readecua-da por los incas para ejercer el dominio visual de la zona, pues desde este lugar se obser-va el nudo de Mojanda Cajas, los volcanes Cochasquí, Cayambe y finalmente la entrada norte de Quito.

Esta construcción de aproximadamente 600 m de largo por 150 m de ancho y 24 m de altura –medidos desde la llanura de Ru-michucho–, se estructuró por cinco terrazas construidas mediante la técnica de la pirca5 se constituyó –como se evidencia en sus di-mensiones– como un importante pucara, que sirvió de puesto de avanzada para la lucha

contra los aguerridos cacicazgos de Cayam-be, Caranqui y Cochasquí, asimismo, como un lugar estratégico para la comunicación y el intercambio comercial con la nación yumbo.6

Como lo evidencian restos de alfare-ría, lítica7 y huesos de llamas, Pu-

cará de Rumicucho fue un cen-tro ceremonial consagrado a

la adoración del sol y demás divinidades indígenas, y, como un lugar para la ob-servación de las estrellas. Además, este sitio contó con una población constante

de mitimaes y yanaconas.8

El acceso a los recursos de sub-sistencia de los pobladores de la zona

se realizó a través de la producción de ali-mentos como el maíz, la papa, el melloco y la quinua; el intercambio comercial con otras naciones y señoríos ubicados en diferentes pisos climáticos9; y con el consumo de ani-males domésticos y salvajes.

Sin duda, Pucará de Rumicucho aporta un conocimiento del pasado invaluable porque, en primer lugar, ayuda a entender ciertos ras-gos que se mantienen en las culturas actua-les, fortalece la memoria histórica y permite entender los procesos que dieron cabida a identidades e imaginarios propios de Quito y de un pequeño país llamado Ecuador.

Para aquellas personas que no conocen este sitio, la invitación para descubrir un trozo de su historia e identidad está abierta, solo es necesario pagar un dólar para la entrada y tomar un bus hacia la mitad del mundo, llegar hasta la avenida Equinoccial y 13 de Junio en San Antonio de Pichincha y abordar otro bus que dirija hasta el sector de Rumicucho.

Sin duda, Pucará de

Rumicucho aporta un conocimiento

del pasado invaluable porque en primer lugar

ayuda a entender ciertos rasgos que se

mantienen en las culturas actuales.

2 El Tahuantinsuyo se refiere a un modelo de organización política aplicado en cuatro regiones: Chinchasuyo, al norte donde se en-cuentran los Andes de páramo; Collasuyo, al sur donde se ubican los Andes de puna; Con-tisuyo, al oeste, llanura costera; y Antisuyo, al oriente, selva amazónica.3 Caranquis es el nombre que se designa a los pueblos que ocuparon el territorio compren-dido entre los ríos Guayllabamba y Chota. Su existencia se comprende desde el año 700 d.C. hasta aproximadamente 1490 d.C. Si bien es cierto, los Caranquis tenían una cultura similar, se organizaron en varios señoríos o cacicazgos independientes que fueron princi-

palmente los de Quito, Cayambe, Cochasquí, Otavalo, Pifo y Caranqui..4 La traducción de la palabra kichwa Yahuar-cocha es “lago de sangre”.5 Técnica de construcción inca que consiste en formar dos hileras de piedras unidas con arga-masa de tierra y agua, dejando en el centro un espacio rellenado con piedras pequeñas, que en este caso eran materiales de la localidad.6 La nación Yumbo fue un pueblo comerciante ubicado en el noroccidente de la actual provin-cia de Pichincha. Los vestigios arqueológicos más conocidos de este pueblo son los que se encuentran en Tulipe.7 Los materiales líticos o de piedra están

elaborados a partir de cuatro materias primas básicas: canto rodado, rocas andesitas, basalto, obsidiana y piedra pómez.8 Los yanaconas fueron sirvientes de la localidad, encargados de la atención de la clase dirigente. En cambio los mitimaes fueron grupos más o menos numerosos en-viados, junto con sus familias y sus propios jefes étnicos subalternos, de sus lugares de origen a otras regiones para cumplir tareas o misiones específicas.9 A lo largo de la sierra ecuatoriana, la diversi-dad en el intercambio era muy accesible pues existe poca distancia entre los diferentes pisos climáticos de la serranía.

Page 6: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 56 entretenimiento 57

Fátima Aguinaga

s í e x i s t e nLos Superhéroes,La historia de un superhéroe de carne y hueso

Él es apenas un niño que, con tan sólo 5 años de edad, ha vivido uno de los acon-tecimientos más dolorosos para

cualquier ser humano. La mayo-ría de personas nunca quisiera que ocurra eso en sus vidas, pero ninguna puede librarse, eso pasa a negros, blancos, indios y mulatos, a esclavos y reyes, a ricos y pobres, eso no mira condición, solamente ocurre en quien está vivo: la muerte.

Su madre ha fallecido, y con ella se fue el amor, con su partida se fue el desayuno que da vida, la compañía que ahuyenta el miedo en aquellas noches cuando no se puede dormir por los fantasmas que habitan el clo-set, con ella se fue tanto.

Desde hace ya mucho tiempo, el padre del niño ha decidido educar-

lo a base de golpes, ha decidido no mandarlo a la escuela para que no sea vago, para que aprenda a traba-jar; ha decidido, entre otras cosas, llamar a cierta mujer como su nue-va esposa y llevarla a vivir a la casa donde también vive el niño, su hijo. Esa cierta mujer ha pensado también ignorar al niño, pasa todo el día acos-tada en una cama ignorando la rea-lidad: el niño debe tener hambre. Y su padre llega en la tarde y escucha al niño decir: – ¡Papá, tengo hambre! Y a gritos le responde: – ¡Carga este barril y trae agua primero!

¿Con qué fuerzas cargará el niño de cinco años ese barril tan grande, si no ha metido un pedazo de pan a su boca? Tal vez se siente en un pe-queño rincón de la casa, cierre sus ojos y mientras una gota de agua re-corra su morena mejilla, logre sentir el abrazo de esa madre muerta.

Con el paso de los años, el padre de Segundo, que bebe mucho alcohol, ha

vuelto a tomar una decisión y ha de-jado a Segundo en una casa botada para irse con esa cierta mujer. El niño ha tenido que salir por las calles del Quilotoa a pedir posada. Finalmente, ha llegado donde unos familiares.

Al cabo de un tiempo, Segundo Bastuña ha vuelto a encontrarse con su padre, que valiéndose de cualquier motivo, volvió a patearlo y le hizo rodar hasta llegar a la casa de su madrastra. Allí, el muchacho lloró tanto pero tanto, que sus entenados hermanos le propu-sieron viajar a Quito, la gran capital.

Antes de partir a la capital, Segun-do miró los más bellos paisajes del Quilotoa; dibujó con un esfero en una hoja de papel esa montaña que tantas veces lo había visto pensar, esa laguna que se había hecho más grande porque había acumulado las lágrimas del muchacho, ese cóndor que a varias personas les hace sentir que son buenas para algo y solo tie-nen que descubrirlo.

El muchacho ha llegado a la ca-pital, se ha despedido de sus ente-nados hermanos y ha comenzado a buscar trabajo. Ha hallado uno como cargador, pero no se gana lo suficiente, así que el niño, que ya no lo es tanto, decide ir a la Loma de Puengasí, donde pasará tres días sin comer, bebiendo solamen-te agua, y donde le dará un fuerte dolor de estómago y donde cono-cerá a Lucas Jauri, un ángel guar-dián. Él es un señor que ha visto en el muchacho demasiado sufrimien-to y ha decidido llevarlo a su casa para ayudarlo.

Desde hace alrededor de dos años y medio, Segundo está viviendo en Cumbayá con Lucas Jauri. Durante el transcurso de este tiempo, Segun-do ha dibujado, ha pintado y decidió empezar a vender sus obras.

Pero pasa algo inesperado, Segun-do abrió la puerta de la casa de Lucas Jauri y, en la calle, volvió a ver a su pa-dre, que al verlo le ha dicho que vuelva con él a su tierra. Segundo ha decidido no volver. Pero al cabo de tres meses, su padre ha vuelto a rogarle que vuelva con él. Lucas Jauri que ha escuchado la conversación, le dice a Segundo que

no vuelva al Quilotoa, que Lucas quie-re que Segundo estudie mecánica. El muchacho dice que a pesar de todo, el señor que está en la calle es su padre, que él volverá al Quilotoa para visitarlo y después regresará. Solo en la mente del padre de Segundo se sabe que el regreso será difícil.

El muchacho de 17 años ha vuelto a despertar, esta vez en el Quilotoa. Ha salido al campo y su padre le ha obli-gado a trabajar; ha vuelto a golpearle. Varios intentos ha hecho el asustado joven por escapar, pero su padre lo ha hecho regresar.

Page 7: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 58 entretenimiento 59

Esta vez, el padre de Segundo quie-re que su hijo se case con una mucha-cha de 15 años, de padres ricos, a la cual Segundo no ha visto ni una sola vez. Segundo grita: “¡Conmigo no pue-de ser porque yo tengo que trabajar, yo quiero casarme con una mujer que yo quiera…!”. Finalmente, Segundo se ha desposado con María Delia, la mucha-cha de 15 años, a quien conoció muy poco antes de casarse.

Después de esto, Segundo regre-só a Quito prometiendo a su esposa trabajar para traerla a la capital; en-tonces, empezó como albañil, pero al cabo de tres años, descubrió un oficio que le cambió su vida: el de fotografiar con pinceles los paisajes que sueña.

Segundo ha pintado algunos cuadros y ha salido a las calles de la av. Ama-zonas para venderlos, pero ocurre algo.

Cada vez que alguien se acerca a mirar-los, él los esconde bajo su brazo, como avergonzándose de plasmar en miniatu-ra los más bellos paisajes de su mente.

Él no sabe que sus pinturas encan-tan pero será algo que no demore en descubrir, pues sus fascinados clientes le darán muchos sucres por ellos; le dirán: “Eres muy bueno en esto”, y en-tonces, al igual que el cóndor del Quilo-toa que hace pensar a varias personas que son buenas para algo, Segundo descubrirá que es bueno pintando.

Los años han pasado rápido mien-tras Segundo va al Quilotoa a visitar a su mujer y regresa a Quito para pintar.

Finalmente, Segundo Bastuña ha traído definitivamente a María Delia de Bastuña a vivir en la capital, junto con sus 10 hijos.

Pero a Segundo le ha dado una grave enfermedad: acromegalia; se le han hinchado los brazos y las manos junto con su rostro, le duele la cabeza, casi ya no puede tomar el pincel de la forma que lo hacía antes; ha tenido que disminuir el número de pinturas que realiza y someterse a una operación del ce-rebro, la cual ha pagado su hijo, que es guía turístico.

Son ya 10 años luchando contra la enfermedad y el pintor se siente triste cuando, por la calle, la gente se pone detrás y se le ríen. Segun-do piensa que en la juventud nadie pasa por enfermedades así, más cuando viene la edad, todos pasan dificultades. Él sabe que Dios es el encargado de juzgar y solo pide que sea Dios, quien vea hasta cuándo le tiene en este mundo.

Hoy, Segundo Bastuña, el maltra-tado niño de 5 años, el joven que se casó a los 17, el esposo que comen-zó a vender sus cuadros a los 20, tie-ne 51 años. Vive junto a María Delia de Bastuña, su esposa fiel, de quien se ha enamorado, la que, como él mismo dice: “nunca lo ha botado y siempre lo ha querido”. Vive con sus 8 hijos (pues dos hijas se han casado ya). Él les ha enseñado a no beber alcohol, pues no quiere que ninguno de ellos sea borracho como lo fue su padre al que, después de su matri-monio, nunca volvió a ver. Justamen-te por eso ha dado a sus hijos tanto amor como ha podido, para él no ha-bría vida el día en que desvalorizará a uno de sus hijos.

Es domingo y el sol ha salido en Quito. Como es costumbre, Segun-

do se ha instalado con sus cuadros frente a la Iglesia de la Compañía, los vende entre 15 y 20 dólares, junto con pulseras y caretas que ha hecho a mano y otras obras realizadas en ma-dera, cuero y lienzo. El pintor aspira a vender al menos 2 o 3 cuadros para poder comprar la comida del hogar y ayudar a sus hijos con el estudio. Los fines de semana gana de 30 a 45 dó-lares, mientras que de lunes a viernes gana alrededor de 10 a 30 dólares.

Él está muy agradecido con los pro-yectos del Municipio que le permiten promocionar sus obras pero pide más ayu-da, pues ne-cesita permiso para poder sa-lir a vender.

Ahora bien, ¿qué es un súper hé-roe? Más allá de la ficción de un hom-bre musculoso que se disfraza para poder luchar contra el mal, un súper héroe real es quien lucha contra los males del mundo y los vence con su vida, él que es perfecto cada día, no porque nunca se equivoque sino por-que aprende de los errores y logra así ser mejor, es quien haciendo lo que le gusta, se siente volar por los cielos, un súper héroe es quien, sin traje que lo recubra, es capaz de luchar contra todo cada segundo de su vida.

Él es Segundo Bastuña, el señor humilde que aprendió de

los errores de su pa-dre, que se siente

afortunado al tener un hogar en donde es amado, que agradece a Dios por de-mostrarle su

amor en me-dio del dolor

de la vida; él es el súper héroe de

carne y hueso que venció el dolor sin hacer

daño a nadie, que luchó contra lo malo del mundo donde vivió y jamás se rindió, el súper héroe que escogió el camino correcto a pesar de lo inco-rrecto de su alrededor, el súper héroe que despegó a un largo vuelo cuando vio que era un gran pintor.

Él es Segundo Bastuña, quien pin-ta paisajes nacidos de su mente; en cada paisaje crea una nueva historia de indígenas, montañas y borregos. En muchos de sus cuadros no pinta a un hombre solo, pone a dos para que se hagan compañía.

Un súper héroe real es quien lucha

contra los males del mundo y los vence con

su vida, el que es perfecto cada día, no porque nunca se equivoque sino porque aprende de los errores y

logra así ser mejor.

Page 8: 46 - utopia.ups.edu.ecutopia.ups.edu.ec/documents/2917333/2923930/4.pdf · dan en fotografías sus recuerdos de esta tierra nuestra rica en tradiciones, prueban un dulce. Las festividades

revistautopíajulio2012 60 entretenimiento 61

Cuenca vivió

En un fondo montañoso, un lobo aulla al cielo y muy cer-ca un niño fija su mirada en el animal. Así fue diseñado el afiche publicitario de Siberie Monamour, película ga-nadora del X Festival Internacional de Cine de Cuenca, llevado a cabo del 1 al 7 de junio. La cinta, dirigida por el ruso Slavan Ross obtuvo el reconocimiento a mejor película y mejor dirección y se ganó un premio econó-

mico de 5.000 dólares y un viaje a las Islas Galápagos

La noche de la inauguración, un viernes de tráfico y movimiento en el Centro Histórico, se extendió la alfombra roja en el Salón de la Ciu-dad, donde se estrenó la película nacional Nada Personal de Charlie Pérez. El evento contó con la pre-sencia de los actores ecuatorianos Xavier Pimentel y Rossana Iturral-de, además de cineastas interna-cionales, los cuales, luego de la proyección, disfrutaron de la gastro-nomía azuaya: degustaron tortillas de maíz, dulces de corpus y brinda-ron con yaguana, una bebida tradi-cional hecha con frutas y especias.

Cuando el Festival de Cine de Cuenca (FICC) inició en el 2002, en Ecuador se producía una película cada cinco años. El panorama en la actualidad es diferente, con la crea-ción de escuelas de cine, produccio-nes nacionales que son reconocidas a nivel internacional y un mayor gus-to por parte del público cuencano ha-cia el arte. Patricio Montaleza, direc-tor del FICC, define al evento como un “festival diferente” y recuerda que con este proyecto se logró sentar un precedente para la promulgación de una Ley de Cine en el país.

Este año el festival estuvo dirigi-do hacia los jóvenes; participaron doce películas; algunas de ellas ya fueron premiadas en certáme-nes internacionales. El cine no se quedó en los teatros, también se programaron funciones en el barrio Cayambe, la cárcel de mujeres, las parroquias rurales Baños y Llacao, el cantón Paute y la provincia del Cañar. El país invitado fue Uruguay,

con la proyección de las cintas El baño del Papa, Jamás leí a Onetti, Gigante y El círculo, películas que no estuvieron en competencia.

La premiaciónEl jurado estuvo conformado por

la actriz peruana Dhyana Lee Men-doza, la productora cubana Nitsy Grau, el productor español Emilio Cartoy Díaz, el director ecuatoria-no Tito Jara y la periodista y productora guayaquileña Ileana Matamoros.

Además de Siberie Monamour, que se llevó los premios a Mejor Película y Mejor Dirección, fue-ron galardonadas Sal como Mejor Guión, escrita y dirigida por Diego Riego Rougier y Bolero de noche como Mejor Fotografía. El reco-nocimiento a Mejor Actor fue para Francisco Bolívar, por su papel en Silencio en el Paraíso y Mejor Actriz para Lucía Uribe, protagonista de Un mundo secreto. El premio del públi-co fue para la película cubana Haba-nastation, del realizador Ian Padrón.

Sobre la ganadoraDesde su estreno en el 2011,

Siberie Monamour ha ganado 39 premios, su director Slavan Ross recibió con aplausos y una gran sonrisa el resultado de los jueces; con la ayuda de un traductor se diri-gió a los asistentes y habló del pro-ceso de creación de su filme que le tomó cerca de 12 años, desde la escritura del primer libreto en el 2000, el guion final le tomó 7 años

más, para llegar a la etapa de pro-ducción que en medio de dificulta-des económicas, climáticas y otros inconvenientes dio como resultado una historia que se desarrolla en un pueblo olvidado de Rusia; así logró mediante sus recursos narra-tivos conmover al público que pudo disfrutar de su proyección.

Películas que compitieron en el Festival:

Habanastation (Cuba 2011)Sal (Chile 2012)Silencio en el Paraíso (Colombia 2011)Siberie Monamour (Francia 2011)Iceberg (España 2011)Play (Suecia 2011)All She Can (EEUU 2011)Un mundo secreto (México 2011)Intocable (Francia 2011)Bolero de noche (Perú 2011)Vaho (México 2009)

Jackeline Beltran