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51 1273 51.1. INTRODUCCIÓN La neonatología (del griego neos, ”nuevo“, del latín natus, ”nacido”, y del grie- go logos, ”estudio”) es la ciencia que estudia el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del ser humano durante los primeros 28 días de vida. El desarrollo de los diversos estudios en el recién nacido fomenta el conoci- miento de los problemas más frecuentes durante este periodo, sus causas, su tratamiento y sus repercusiones. Dada la importancia que tiene el hecho de que una adecuada asistencia contribuya significativamente a la dismi- nución de la mortalidad del recién nacido (RN) y una mejora de calidad de vida, la enfermería juega un papel decisivo. Por ello, es necesario conocer los principios básicos en los que se fundamenta la atención especializada del neonato. La tasa de supervivencia en el recién nacido se ha incrementado en los últimos 30 años. La mortalidad neonatal supone hasta el 50% de la mor- talidad infantil en nuestro medio y, dentro de la mortalidad neonatal, el 85% muere en la primera semana de vida, y de éstos un 40% el primer día de vida. 51.1.1. Periodo de transición El recién nacido lleva a cabo un proceso de adaptación de la vida intrauterina a la extrauterina y sufre unos cambios en el mecanismo de sus funciones fi- siológicas, denominado periodo de transición, el cual se trata de un conjun- to complejo y ordenado de trastornos físicos y químicos a los que se ve sometido el recién nacido. El medio fetal es líquido. El intercambio gaseoso se realiza a través de la placenta. Asimismo, la alimentación se lleva a cabo por la vía vascular y la placenta se encarga de la renovación de los productos de desecho. En la transición, tras los trastornos químicos de la sangre, como la disminución de la temperatura corporal, los estímulos sensoriales y físicos que afectan a la función respiratoria, etc., el neonato pasa a la función pulmonar de intercam- bio gaseoso, a una nutrición intermitente y a la digestión intestinal. Consecu- tivamente se inicia la existencia dependiente de otros procesos: circulación no fetal, sistema inmunológico, sistema urinario, sistema neurológico, etc. 51.1. Introducción 51.2. Recién nacido sano 51.3. Cuidados generales 51.4. Parámetros del desarrollo y crecimiento 51.5. Detección precoz de enfermedades congénitas y metabolopatías Cuidados al recién nacido sano: cuidados generales. Parámetros de desarrollo y crecimiento. Detección precoz de enfermedades congénitas y metabólicas. Plan para la detección precoz de la hipoacusia

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51.1. INTRODUCCIÓN

La neonatología (del griego neos, ”nuevo“, del latín natus, ”nacido”, y del grie-

go logos, ”estudio”) es la ciencia que estudia el diagnóstico y tratamiento de

las enfermedades del ser humano durante los primeros 28 días de vida.

El desarrollo de los diversos estudios en el recién nacido fomenta el conoci-

miento de los problemas más frecuentes durante este periodo, sus causas,

su tratamiento y sus repercusiones. Dada la importancia que tiene el hecho

de que una adecuada asistencia contribuya signifi cativamente a la dismi-

nución de la mortalidad del recién nacido (RN) y una mejora de calidad de

vida, la enfermería juega un papel decisivo. Por ello, es necesario conocer

los principios básicos en los que se fundamenta la atención especializada

del neonato.

La tasa de supervivencia en el recién nacido se ha incrementado en los

últimos 30 años. La mortalidad neonatal supone hasta el 50% de la mor-

talidad infantil en nuestro medio y, dentro de la mortalidad neonatal, el

85% muere en la primera semana de vida, y de éstos un 40% el primer día

de vida.

51.1.1. Periodo de transición

El recién nacido lleva a cabo un proceso de adaptación de la vida intrauterina

a la extrauterina y sufre unos cambios en el mecanismo de sus funciones fi -

siológicas, denominado periodo de transición, el cual se trata de un conjun-

to complejo y ordenado de trastornos físicos y químicos a los que se ve sometido

el recién nacido.

El medio fetal es líquido. El intercambio gaseoso se realiza a través de la

placenta. Asimismo, la alimentación se lleva a cabo por la vía vascular

y la placenta se encarga de la renovación de los productos de desecho. En la

transición, tras los trastornos químicos de la sangre, como la disminución de

la temperatura corporal, los estímulos sensoriales y físicos que afectan a la

función respiratoria, etc., el neonato pasa a la función pulmonar de intercam-

bio gaseoso, a una nutrición intermitente y a la digestión intestinal. Consecu-

tivamente se inicia la existencia dependiente de otros procesos: circulación

no fetal, sistema inmunológico, sistema urinario, sistema neurológico, etc.

51.1. Introducción

51.2. Recién nacido sano

51.3. Cuidados generales

51.4. Parámetros del desarrollo y crecimiento

51.5. Detección precoz de enfermedades

congénitas y metabolopatías

Cuidados al recién nacido sano: cuidados generales. Parámetros de desarrollo y crecimiento. Detección precoz de enfermedades congénitas y metabólicas. Plan para la detección precoz de la hipoacusia

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El conocimiento de estos cambios es fundamental para la de-

tección precoz de cualquier patología y su respectivo trata-

miento. Cuanto antes se constaten las diversas anomalías, me-

nores serán las secuelas para el recién nacido.

A. Cambios respiratorios fetales

Los movimientos respiratorios fetales están presentes desde

la undécima semana de gestación. No son continuos y sólo se

producen cuando el feto está dormido en la fase REM. El feto

tiene los alveolos colapsados, ya que contienen líquido que se

va secretando y sintetizando por el propio pulmón. La presen-

cia de líquido pulmonar fetal (LPF) contribuye al desarrollo del

pulmón y éste a su vez a la formación del líquido amniótico. La

formación de líquido amniótico se inicia desde la 22 o 23 se-

mana de edad gestacional y va madurando progresivamente.

Mediante el análisis bioquímico del líquido amniótico se puede

valorar la madurez pulmonar.

La correcta adaptación respiratoria lleva a cabo los siguientes

procesos:

• La evacuación del líquido pulmonar: el líquido disminu-

ye su producción al iniciarse el trabajo de parto, dejando

de producirse a partir del nacimiento. El drenaje se realiza a

través de las vías respiratorias superiores y por la vía linfáti-

ca. La presión torácica ejercida por la conducción del canal

del parto permite la entrada de aire y la evacuación de lí-

quido. Con la primera inspiración se fuerza el paso hacia el

espacio intersticial, donde pasa a la circulación sanguínea

y linfática.

• Establecimiento de una respiración continuada y efec-

tiva: el principal estímulo térmico es el enfriamiento brus-

co del recién nacido, que origina un impulso sensorial en

la piel que se transmite al centro respiratorio. La acidosis

forma parte del cambio químico más importante, la sangre

pobre en oxígeno y rica en CO2 origina impulsos que esti-

mulan el centro respiratorio. Con el nacimiento y el campla-

je del cordón umbilical se establece un patrón respiratorio

estable.

• Formación de la capacidad residual funcional: en la pri-

mera inspiración entra todo el aire a los pulmones, pero du-

rante la espiración no sale todo el aire. Se va desarrollando

la capacidad residual funcional, permitiendo que cada res-

piración resulte menos costosa al neonato, ya que requiere

menos presión. Debido a la existencia del surfactante en

los pulmones se favorece la estabilidad de los alveolos a no

colapsarse. El surfactante, una lipoproteína compuesta por

fosfolípidos, lípidos neutros y proteínas, sirve como estabi-

lizador de los alveolos disminuyendo la tensión superfi cial

de éstos.

B. Cambios hemodinámicos

La circulación fetal se desarrolla simultáneamente a la pul-

monar para la función del intercambio gaseoso. En la vida fe-

tal, la sangre oxigenada llega a través de la placenta y, luego,

Figura 51.1. Circulación fetal y extrauterina

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| Tema 51

a través de la vena hepática y del conducto venoso de Aran-

cio hasta la vena cava inferior y, desde allí, hasta la aurícula

derecha. La mayor parte de esta sangre pasa por el foramen

oval (FO) de nuevo hacia la aurícula izquierda. Una pequeña

parte de la sangre procedente de la aurícula derecha, pasa a

través de la válvula tricúspide hasta el ventrículo derecho y

sale por la arteria pulmonar. Sin embargo, por las elevadas

presiones de las ramas de las arterias pulmonares, la sangre

se desvía por el ductus arterioso mezclándose en la aorta con

la sangre que proviene del ventrículo izquierdo. La sangre de

la aurícula izquierda, mezcla de la que proviene del foramen

oval y de la que llega de venas pulmonares, pasa a través de

la válvula mitral al ventrículo izquierdo y se dirige a través

de la aorta y, después, a las arterias femorales e ilíacas, de

donde se envía la sangre a la placenta a través de las arterias

umbilicales.

Al nacer, el recién nacido deja de producir las sustancias quími-

cas (las más importantes son las prostaglandinas E) que dejan

abiertas el conducto y éste empieza a cerrarse progresivamen-

te de forma natural.

La circulación neonatal comienza por la interrupción de la

circulación fetal al cortar el cordón umbilical. Con la prime-

ra inspiración se expanden los alveolos gracias al oxígeno,

por lo que disminuyen las resistencias pulmonares, lo que

origina que la sangre procedente del ventrículo derecho no

pase por el conducto arterioso hasta la aorta sino por la ar-

teria pulmonar. Las presiones de las aurículas se equilibran

progresivamente y el foramen oval se cierra por yuxtapo-

sición.

El conducto venoso se cierra completamente a los 2 meses, se

convierte en el ligamento fi broso del hígado. Los vasos umbili-

cales se contraen y la vena umbilical se trombosa y forma parte

del ligamento redondo del hígado. El cierre fi siológico posnatal

del conducto arterioso es variable y oscila desde pocas horas

tras el nacimiento a algunos días.

51.2. RECIÉN NACIDO SANO

El conocimiento de las características del recién nacido per-

mite, a la hora de realizar la exploración, detectar problemas

genéticos, neurológicos, metabólicos o malformaciones con-

génitas. Se considera un RN sano cuando es a término (37-

42 semanas de edad gestacional), parto eutócico, con peso

adecuado, hijo de padres sanos y su examen físico es asinto-

mático; no presenta malformaciones congénitas, ni enferme-

dades hereditarias.

51.2.1. Características morfológicas

del neonato

A. Cabeza

En comparación con el niño mayor, el recién nacido nace con

una cabeza desproporcionada al resto del cuerpo (1/4 de la lon-

gitud total); por tanto, es macrocéfalo.

Los niños nacen con las fontanelas abiertas, debido a que la

unión de los huesos craneales presenta unos espacios romboi-

dales más anchos, formados por tejido membranoso no osifi ca-

do, denominados suturas, que unen los huesos craneales del

recién nacido. En el nacimiento son palpables dos fontanelas, la

bregmática o anterior (2,5-4 cm), que une los huesos frontal y

parietal, y la posterior o lambdoidea (0,5-1 cm), en la unión de

los huesos parietal y occipital. La evolución del cierre de ambas

se produce a lo largo del primer año y medio de vida, la pos-

terior suele cerrarse en los primeros cuatro meses de vida y la

anterior suele hacerlo entre el noveno y el decimoctavo mes de

vida (Figura 51.2).

Figura 51.2. Suturas y fontanelas del cráneo de un recién nacido

Al pasar por el canal del parto, el niño puede sufrir una presión

prolongada en el occipucio, originando una lesión denomina-

da caput succedaneum (Figura 51.3), que se defi ne como una

protuberancia edematosa del tejido blando del cuero cabelludo

(aponeurosis). El caput succedaneum puede abarcar una zona

con sutura cefálica. Esta alteración presenta signo de fóvea po-

sitivo, que sirve para distinguirlo de un cefalohematoma. Se pre-

senta inmediatamente después del parto, desaparece en pocos

días y no precisa tratamiento específi co, sólo observación.

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Figura 51.3. Caput succedaneum

Otra lesión que se puede producir, menos común, es una he-

morragia de los vasos subperiósticos de uno de los huesos

craneales, también llamado cefalohematoma (Figura 51.4).

Evoluciona progresivamente en las primeras 24 o 48 h de vida,

no presenta signo de fóvea positivo y los límites no abarcan

suturas. No precisa tratamiento, se reabsorbe entre las dos se-

manas y tres meses según su tamaño. Nunca debe extraerse la

sangre acumulada por riesgo de infección. Puede ir asociado a

la anemia e ictericia tardía.

Figura 51.4. Cefalohematoma

Ocasionalmente, se encuentran en el cráneo zonas de menor

consistencia en los parietales y cerca de la sutura digital, aun-

que si la afectación es muy extensa, cabe valorar la posibilidad

de estudio. Se trata de los craneotabes que aparecen en situa-

ción de hipofosfatasia, raquitismo congénito y osteogénesis no

desarrollada adecuadamente.

Los signos de alarma ante la posibilidad de anomalías son:

• Fontanela ensanchada, tensa y sobresaliente o deprimida

en reposo.

• Microcefalia o macrocefalia.

• Suturas fusionadas (craneosinostosis).

B. Ojos

Los ojos suelen permanecer cerrados pero se abren espontá-

neamente. Se debe observar la simetría, el tamaño y las hen-

diduras palpebrales. La esclerótica es generalmente blanca, no

hay producción efectiva de lágrimas y las pupilas son reactivas

a la luz, contrayéndose.

El control de los movimientos de los ojos, como consecuencia

de la inmadurez nerviosa y muscular, provoca lo que se conoce

por nistagmo o estrabismo. Ambos son hallazgos comunes en

el recién nacido.

Algunos recién nacidos presentan un edema palpebral unilate-

ral o bilateral durante las primeras horas de vida que desapare-

ce por sí sólo. También se pueden observar pequeñas hemorra-

gias conjuntivales en el recién nacido a término.

La supuración purulenta, la ausencia de refl ejos o la incapaci-

dad de seguir un objeto son indicadores de alteraciones que

determinan una posible patología.

C. Cara

Los fenotipos paternos determinan los rasgos faciales del neo-

nato. Se pueden identifi car anomalías o facies sindrómicas ca-

racterísticas, como el síndrome de Down, el síndrome de Pierre

Robin, etc.

D. Orejas

La parte superior de los dos pabellones auriculares debe estar

situada a la altura del ángulo externo de los ojos. Igualmente

hay que constatar la existencia del conducto auditivo externo.

La capacidad de audición se manifi esta por el refl ejo cocleo-

palpebral, y consiste en el cierre de los párpados al producirse

un ruido cercano. La falta de respuesta auditiva o exudado óti-

co son signos de alarma.

E. Nariz

La nariz suele ser plana y chata después del nacimiento tras el

paso por el canal del parto. El examen físico incluye la presencia

de las coanas bilaterales (su ausencia unilateral o bilateral está

relacionada con trastornos respiratorios importantes). Los estor-

nudos son frecuentes, así como la mucosidad blanca y acuosa.

1277

| Tema 51

Indican alguna patología subyacente el aleteo nasal y la secre-

ción purulenta o con sangre.

F. Boca

La valoración de la estructura de la boca se determina con un

paladar arqueado, la úvula en la línea media, el frenillo de la

lengua y la observación del labio superior.

El endurecimiento que se observa en la parte media del labio

superior o callo de succión es frecuente y desaparece espontá-

neamente (Figura 51.5).

Figura 51.5. Callo de succión

La salivación del recién nacido ha de ser mínima. Una salivación

continua, candidiasis (muguet) o la detección de malformacio-

nes congénitas como el labio leporino o la fi sura palatina y el

paladar hendido (Figura 51.6) son las principales anomalías que

se pueden encontrar en el examen físico de la estructura bucal.

Figura 51.6. Labio leporino y paladar hendido

La presencia de dientes al nacimiento no es frecuente y puede

ocasionar problemas en la lactancia materna o riesgo de atra-

gantamiento. La primera dentición comienza alrededor de los

6 a 8 meses, por lo general con la aparición del incisivo central

inferior. Al año de vida presenta entre 6 u 8 piezas (en los casos

donde el número de piezas es inferior no es señal de patología).

A los 2 años habitualmente han aparecido todos los dientes de

la dentición no defi nitiva. La dentición defi nitiva se adquiere

durante la adolescencia hasta los 21 años. Los primeros dientes

permanentes en salir son los primeros molares y los últimos, los

terceros molares.

G. Tórax

El tórax presenta una forma cilíndrica (forma de campana) de-

bido a que su diámetro anteroposterior es igual al lateral. El

tejido muscular del tórax es escaso. Las clavículas del recién

nacido deben palparse para detectar crepitación por fractura;

se tiene que palpar una superfi cie lisa y uniforme. Las costillas

están aplanadas (horizontales, no oblicuas). La protuberancia

de la apófi sis xifoide es normal y está débilmente insertada

con el esternón. Ambos se mueven con los movimientos res-

piratorios.

Las mamas han de ser simétricas. La hipertrofi a mamaria o gi-

necomastia neonatal consiste en la secreción de una sustancia

láctea como consecuencia de la existencia de los estrógenos

maternos circulantes. Se inicia a las 72 h y desaparece espon-

táneamente.

Es posible observar malformaciones en el tórax como el pectus

excavatum (hundimiento del esternón en los movimientos ins-

piratorios) y pectus carinatum (tórax en horquilla).

H. Abdomen

El abdomen del recién nacido es globuloso y prominente como

consecuencia de la hipotonía de la pared abdominal y del pre-

dominio de la respiración diafragmática. En el examen físico

se puede palpar el borde costal del bazo y 2 o 3 cm del borde

hepático.

La presencia del cordón umbilical puede proporcionar mucha

información. Se comprobará la existencia de las dos arterias

(calibre inferior) y una vena (calibre superior), cubiertos por la

gelatina de Wharton. Un cordón umbilical seco indica un esta-

do de malnutrición intrauterino. En el caso de ser grueso y muy

gelatinoso se puede deducir que la madre puede ser diabética

o lo ha sido durante el embarazo (Figura 51.7).

El cordón umbilical normal se seca en las primeras dos sema-

nas, quedando en su base una herida que hasta que cicatrice

está expuesta a infecciones.

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Figura 51.7. Esquema del cordón umbilical

La hernia umbilical es frecuente en los recién nacidos y no pre-

cisa tratamiento. Otro fenómeno que se manifi esta con relativa

frecuencia es la diástasis del recto que se produce por la sepa-

ración de los lados derecho e izquierdo del músculo recto ab-

dominal y hace visible a lo largo de la línea media del abdomen

una protuberancia cada vez que el niño realiza un esfuerzo. Es

una condición normal del recién nacido que tampoco precisa

tratamiento porque se debe a la inmadurez de la musculatura

de la pared abdominal.

I. Piel y tegumentos

La piel del recién nacido a término está recubierta por una sus-

tancia grasa blancuzca denomina vernix caseosa, presente so-

bre todo en axilas, ingles y entre los dedos de las manos. La for-

mación de este manto graso aparece a partir de la 25 semana de

gestación y tiende a desaparecer en la 37 semana de edad gesta-

cional. Por ello, los recién nacidos pretérmino tienen este manto

más abundante. Se recomienda no retirarlo dado que sirve como

capa protectora y térmica, salvo en los casos de infección.

La piel del recién nacido es sonrosada. Debido al frío y a la pre-

sente inmadurez vasomotora se pueden observar unas zonas

más oscuras que otras. Este fenómeno se conoce como cutis

marmorata. En las primeras horas de vida la acrocianosis o tinte

azulado periférico se defi ne como el color azulado en manos

y pies, visible en el recién nacido, que se produce debido a la

inmadurez vascular. Su mantenimiento en días posteriores in-

forma de una anomalía.

El fenómeno arlequín consiste en que una de las mitades del

cuerpo (izquierda o derecha) o una de sus partes, adquiere súbi-

tamente un color pálido separado de una línea que permanece

enrojecida y que se adquiere cuando se mueve al niño. Tras unos

segundos de duración recupera el estado normal de la piel.

En la piel se pueden observar otras peculiaridades que no in-

dican ninguna patología pero que están presentes como, por

ejemplo, la mancha mongólica o de Baltz, que es un cúmulo de

melanocitos de la piel localizado en la región lumbrosacra y se

da, sobre todo, en los niños asiáticos e hispanos; presenta un

color verde oscuro, de 4 a 5 cm hasta 8 o 10 cm de tamaño. En

la mitad de los recién nacidos aparece el eritema tóxico o exan-

tema toxicoalérgico fi siológico, que consiste en un eritema ma-

cular rodeando a una pápula o vesícula de contenido blanco o

amarillo, con gran contenido de eosinófi los.

A partir de la 16 semana de gestación se empieza a formar el

lanugo y desaparece hacia la 32 semana de gestación. Se trata

de un vello que recubre la cara, el tórax y las extremidades, de

tal modo que en los recién nacidos postérmino no se observará

tanto lanugo como en los pretérminos.

El milium lo constituyen pequeñas papilas blanquecinas (vesí-

culas) formadas por la obstrucción de las glándulas sebáceas.

Se localiza sobre todo en las alas de la nariz. No se debe elimi-

nar y no precisa tratamiento.

También es posible detectar en los neonatos unas tumoracio-

nes benignas que son los llamados angiomas o hemangiomas

vasculares. En la mayoría de las ocasiones se localizan en la

nuca, en plano y desaparecen en meses o años.

Pasadas 48 h los recién nacidos pueden presentar descamación

de la piel, sobre todo en manos y pies. No está indicado un tra-

tamiento específi co, sólo una correcta hidratación.

En cuanto a las uñas, al nacer sobrepasan el pulpejo de los dedos.

No se deben cortar hasta los 10 días de vida y se recomienda

limarlas de modo que el recién nacido no se arañe a sí mismo.

J. Miembros inferiores y superiores

La inspección de los miembros merece una atención específi ca

para descartar traumas, malformaciones o deformidades.

El recién nacido presenta una hipertonía en brazos y piernas

con una ligera fl exión. La actitud que tiende a mantener está

relacionada con la posición durante el periodo intrauterino. De-

bido a la posición fetal, el recién nacido puede presentar aduc-

ción del antepié o arqueamiento de la tibia. Los problemas más

habituales son las anomalías de los dedos, como el número su-

perior o inferior de los mismos y la sindactilia. Otras malforma-

ciones congénitas de las extremidades son pies zambos donde

el pie se curva hacia dentro y hacia abajo (Figura 51.8).

1279

| Tema 51

Figura 51.8. Pies zambos

Los huesos están formados principalmente por cartílago. Al

igual que las articulaciones, son fl exibles para la conducción a

través del canal del parto.

El control muscular se adquiere en función del desarrollo del

tono muscular cefalocaudal. Los temblores de labios y extre-

midades cuando llora son normales en el recién nacido. Hay

que prestar atención cuando el temblor se produce durante el

sueño y se acompaña de movimientos oculares porque puede

ser patológico.

En cuanto a la exploración de la espalda, se coloca al niño boca

abajo sobre la mano del examinador y se palpan las protube-

rancias vertebrales. La presencia de abultamientos de consis-

tencia blanda situados en la línea media, curvatura de la colum-

na y/o desarrollo anormal de las vértebras puede indicar una

anomalía como, por ejemplo, la escoliosis congénita.

La exploración de la cadera sirve para identifi car la luxación

congénita, que es una malformación no visible y que se detecta

mediante maniobras específi cas. Los signos de alarma son la asi-

metría de pliegues de los glúteos y del muslo, y la limitación de la

separación de la cadera explorada a 90º de fl exión. Existe mayor

riesgo en aquellos neonatos que desarrollan un parto de nalgas,

con antecedentes familiares de displasia y en el sexo femenino.

Hoy en día se ponen en práctica dos técnicas para la detección

de la inestabilidad de la articulación coxofemoral (Figura 51.9):

• Maniobra de Ortolani (reducción): el bebé debe estar

relajado y apoyado sobre una superfi cie fi rme; se fi jan las

caderas y las rodillas a 90º. Las caderas se examinan inde-

pendientemente. El médico coge el muslo del RN ponien-

do el tercer dedo sobre el trocánter mayor y eleva el muslo

para traer la cabeza femoral desde su posición posterior

luxada contra el acetábulo. De forma simultánea, abducien-

do suavemente el muslo, se reduce la cabeza femoral en el

acetábulo. La positividad del hallazgo indica al examinador

la reducción por palpación, junto con un ”clic“ audible. Se

realiza en las primeras 24 h de vida y sirve para la confi rma-

ción del diagnóstico.

• Maniobra de Barlow (luxación): a la inversa de la prueba

anterior. Se realiza para descubrir una posible inestabilidad

de la cadera, si la cabeza femoral se encuentra en el acetá-

bulo. Se coge el muslo del bebé como en la maniobra an-

terior y se aduce, aplicando una presión posterior suave. La

luxación es palpable cuando la cabeza femoral se desplaza

fuera del acetábulo.

Figura 51.9. Maniobras de Ortolani y Barlow

La exploración de la cadera se realiza hasta el año de edad. Se

debe hacer una ecografía de la cadera en el primer mes de vida,

y a los 2 meses (o radiografía si es mayor de 3 meses) ante la

sospecha clínica. La importancia de los métodos mencionados

radica en la utilidad del tratamiento ortopédico precoz que evi-

tará problemas graves en la deambulación. No está indicado

como tratamiento el uso de doble pañal.

K. Perímetros antropométricos

El peso, la talla y el perímetro cefálico son los principales indi-

cadores del crecimiento. Se deben valorar en relación a la edad

gestacional.

El peso normal del recién nacido sano a término está entre 2.500

a 4.000 g. El peso se diferencia con respecto al sexo: las niñas tie-

nen un peso inferior a los niños, entre 2.300 a 3.800 g; los niños de

2.600 a 4.150 g. Su control tiene que ser diario durante la estancia

hospitalaria y ha de estar registrado en cada consulta médica. El

instrumento de medición es una báscula llamada pesabebés. Los

requisitos específi cos para una buena medición son:

• El peso debe estar bien equilibrado sobre una superfi cie

estable e inmóvil.

• La superfi cie ha de ser aislante y de un solo uso, la hora ha de

ser siempre la misma (preferiblemente antes de la primera

toma del día) y se le colocará desnudo y en posición supina.

1280

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• Es importante conocer que el recién nacido sufrirá una pér-

dida fi siológica máxima del 5-10% a los tres días de nacer.

• Los factores fi siológicos que justifi can esta pérdida son la

expulsión de meconio, la pérdida de líquido extracelular,

la eliminación de vernix caseosa y, entre otras, la disminu-

ción de la ingesta durante la secreción del calostro. La re-

cuperación del peso se estima entre el séptimo y décimo

día de vida. Lo duplica hacia los 5 meses, lo triplica al año

de vida y lo cuadriplica a los 2 años (Tabla 51.1).

La medición de la talla consiste en encontrar la distancia más

larga desde la parte más distal de la cabeza hasta los talones. En

la talla infl uyen factores genéticos, pero también las condicio-

nes de la gestación determinan su desarrollo. Ha de medirse en

posición decúbito supino. El instrumento se llama tallímetro. El

recién nacido a término mide 48-52 cm (media 50 cm). La evo-

lución de su crecimiento es progresiva (Tabla 51.1).

PESO TALLA

Primer trimestre 25 g/día 8 cm

Segundo trimestre 20 g/día 8 cm

Tercer trimestre 15 g/día 4 cm

Cuarto trimestre 1 g/día 4 cm

Tabla 51.1. Ganancia de peso y talla en el primer año de vida

El perímetro cefálico (32-37 cm) está directamente relaciona-

do con el crecimiento y el desarrollo craneal. El instrumento

que se utiliza es una cinta fl exible con la que se mide desde

la zona supraorbitaria, pasando por encima de las orejas y del

occipucio.

La normalidad de los datos de talla, peso y perímetro cefálico

se verifi ca en las curvas de crecimiento intrauterino que están

comprendidos entre los percentiles 10 y 90.

Existen también otros parámetros, como el perímetro abdo-

minal, cuya medición se realiza en decúbito supino y se mide

por encima del ombligo, y el perímetro torácico, que se mide

en decúbito supino hasta los 5 años y a partir de esa edad en

bipedestación.

En el niño la línea media del cuerpo pasa por el ombligo, sin

embargo, en los adultos pasa por la sínfi sis púbica.

L. Genitales

1. Genitales femeninos

Los labios menores y el clítoris son prominentes y suelen es-

tar edematosos. Normalmente, los labios mayores cubren a

los menores y al clítoris. Esta característica sirve para estimar la

edad gestacional, ya que no es igual en las niñas nacidas pre-

término.

El himen es visible generalmente en el orifi cio posterior de la

vagina. La uretra, en cambio, se localiza por debajo del clítoris y

antes de la vagina. La presencia de secreción mucosa entre los

labios o vernix caseosa es normal. La supresión de hormonas

que se transmiten de madre a feto puede producir la tinción

de sangre en los días posteriores al nacimiento, denominado

pseudomenstruación. En la vagina se observan secreciones

blanquecinas secundarias a la estimulación fetal por hormonas

maternas.

En las niñas es muy importante informar a los padres del aseo,

que siempre se realiza desde la uretra hacia el ano y nunca en

sentido contrario para evitar posibles infecciones del conducto

urinario.

2. Genitales masculinos

El pene tiene un tamaño de unos 3 o 4 cm de longitud y un

escroto pigmentado y rugoso (un pene de 1 cm de longitud

es anormal y precisa estudio endocrinológico). El pene se en-

cuentra cubierto por el prepucio. Este pliegue cutáneo debe

retraerse con facilidad diariamente para evitar la formación de

esmegma (secreción de las glándulas sebáceas y células epite-

liales en la zona balanoprepucial). El momento idóneo para la

retracción del prepucio es durante el aseo y así se previenen

infecciones bacterianas.

La erección del pene es bastante común y carece de signifi -

cado. La circuncisión está indicada cuando el prepucio no es

retráctil hasta el punto de llegar a causar la constricción de la

circulación y hemorragia.

En los varones la posición, tamaño, rugosidad y pigmentación

de los testículos son indicadores que sirven para determinar la

edad gestacional. Los testículos descienden hacia el escroto

antes del nacimiento.

En algunas ocasiones, el testículo no lo hace y permanece en

el abdomen o canal inguinal. A este trastorno se denomina

criptorquidia, su tratamiento es quirúrgico y tiene buen pro-

nóstico.

Otros hallazgos menos habituales son: hidrocele (retención de

líquido que ocasiona un cambio de volumen y turgencia escro-

tal), hipospadias (es la situación anómala del meato urinario

con abertura en la parte distal o base escrotal) y epispadias (es

un defecto del meato urinario situado en el dorso del pene). En

los dos últimos casos el tratamiento es quirúrgico y habitual-

mente no constituye una emergencia (Figura 51.10).

1281

| Tema 51

51.2.2. Características fi siológicas

del neonato

El desarrollo de la fi siología de los órganos y sistemas del recién

nacido durante la adaptación a la vida extrauterina se funda-

menta en diversos cambios. Algunas de las características de

las diferentes estructuras y funciones comienzan después del

nacimiento. Su conocimiento ayuda a comprender la compleji-

dad de los diversos procesos por los que ha de transcurrir y per-

mite facilitarle, en función de los medios disponibles, la mejor

adaptación posible.

A. Sistema nervioso

El sistema nervioso es el órgano que dirige y coordina la mayor

parte de la actividad del cuerpo. Al nacimiento es el sistema

más inmaduro. El desarrollo del SNC, el aumento de comple-

jidad y la capacidad neurológica se desarrollan durante los

últimos meses de gestación. En el periodo intrauterino el feto

muestra a través de movimientos voluntarios e involuntarios su

actividad neurológica preparándose para la vida extrauterina:

los movimientos de la pared torácica estimulan el desarrollo

pulmonar; la succión, la deglución y el refl ejo de búsqueda le

preparan para la alimentación; los movimientos de brazos y

pies mantienen los miembros elásticos y fl exibles promovien-

do el crecimiento muscular…

Los refl ejos del recién nacido a término, como el parpadeo, el

estornudo o la succión se adquieren de forma innata. El tono

muscular activo se valora observando la respuesta del recién

nacido frente a una situación en la que debe responder.

Se distingue una serie de refl ejos que forman parte del examen

motor del neonato que ayudan a determinar el grado de ma-

durez del sistema nervioso. La ausencia de algunos de estos

refl ejos indica signos de anormalidad neurológica.

Los refl ejos arcaicos son propios del recién nacido y desapare-

cen a los 4 meses de vida. Son los siguientes:

• Refl ejo de moro: respuesta a un cambio repentino de la

cabeza con el desarrollo de los movimientos de extensión y

abducción de los brazos, y abertura de manos y llanto.

• Refl ejo de succión: está presente a partir de las 34 sema-

nas de gestación. Se evidencia con la introducción de un

dedo en la boca del recién nacido.

• Refl ejo de presión: al presionar con un dedo sobre la pal-

ma de la mano del recién nacido, éste lo agarra.

• Refl ejo de los puntos cardinales: un estímulo ejercido ha-

cia una dirección concreta y en una zona sensible hace que

el niño voltee la cabeza hacia la dirección indicada.

• Refl ejo plantar o de Babinski: cuando al niño se le toca

el borde externo de la planta del pie no encoge los dedos,

sino que los estiran en forma de abanico.

En la exploración neurológica a nivel del tronco y de los miem-

bros inferiores se explora el refl ejo de la marcha automática, el

refl ejo de la escalera y el refl ejo de enderezamiento del tronco:

• Refl ejo de la marcha: se observa al colocar en posición

horizontal sobre un plano fi rme, los movimientos de las ex-

tremidades inferiores simulando los pasos al llevarle hacia

delante de forma automática.

• Refl ejo de la escalera: adelantando ligeramente al niño

sobre un escalón sube con los dos pies.

• Refl ejo de enderezamiento del tronco: al contactar con

los pies una superfi cie horizontal, el niño tensa brevemente

la musculatura de las piernas y el tronco.

También se tiene que llevar a cabo la evaluación de la capaci-

dad para despertar, mantener la vigilia, las interacciones con

Figura 51.10. Hipospadias y epispadias

1282

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

el entorno, las orientaciones visual y auditiva, la transición de

estados y la consolabilidad. En la exploración, el RN debe ser

capaz de mantenerse en estado de alerta, con una adecuada

orientación y respuesta a los estímulos. Un estado de letargo,

un llanto débil y la irritabilidad inconsolable indican que el RN

no mantiene un buen estado de salud.

B. Sistema circulatorio

La circulación fetal se interrumpe tras el cese de suministro al

cortar el cordón umbilical y, por tanto, pasa a ser sistemática y

pulmonar. Durante el transcurso del cierre de las aberturas que

aún no se han ocluido, se pueden producir soplos funcionales

(transitorios) u orgánicos (anormalidades en la formación car-

díaca).

Dichas alteraciones cardíacas no suelen tener trascendencia,

pero es importante su conocimiento y seguimiento en las re-

visiones médicas correspondientes. La medición del pulso api-

cal se realiza en neonatos y lactantes. El foco de máxima aus-

cultación cardíaca se localiza entre el cuarto o quinto espacio

intercostal izquierdo, en la línea medioclavicular. La frecuencia

cardíaca media es de 90 a 180 latidos por minuto (lpm), en re-

poso. La presión sanguínea arterial es baja y oscila entre 80/46

mmHg.

C. Termorregulación

La termorregulación se constata mediante la medición de la

temperatura corporal y no tiene variación respecto a la del

adulto. La temperatura corporal traduce el balance entre el ca-

lor generado en el interior del organismo y el calor perdido a

partir de la superfi cie corporal.

La temperatura del recién nacido desciende tras el nacimiento

de forma brusca hasta los 35,5 ºC debido a la inmadurez del

propio sistema de regulación. El sistema termorregulador se

origina a partir del metabolismo de la grasa parda, cuyos depó-

sitos se encuentran localizados en la región superior torácica y

paravertebral, área interescapular, cuello y axilas, y alrededor

de los grandes vasos. La normalidad se consigue en cuestión

de horas hasta alcanzar los 36,6 a 37,2 ºC.

El mantenimiento de la temperatura es una de las principales

responsabilidades del personal de enfermería, por lo que se

debe tener en cuenta siempre el control de la temperatura

corporal, la temperatura ambiental y evitar los mecanismos de

pérdida de calor.

La temperatura ambiental ha de ser neutra tanto en la sala de

partos como en la habitación donde se encuentra el neonato.

Depende del peso y de los días de vida, pero si se trata de un re-

cién nacido a término, ha de estar entre 20 y 25 ºC; la humedad

ambiental no ha de sobrepasar el 55% ni ser inferior al 45%. El

aire debe circular fresco pero sin corrientes.

La medición inicial de la temperatura corporal consiste en la co-

locación vía rectal de un termómetro con el fi n de determinar

la permeabilidad del recto. El resto de las mediciones rutinarias

se han de realizar por turno y en axila, para no dañar la mucosa

rectal.

La causa de inestabilidad térmica más frecuente es la hipoter-

mia, relacionada con la superfi cie corporal y el peso. A mayor

superfi cie en relación con la masa corporal, más alta posibili-

dad de pérdida de calor.

D. Sistema respiratorio

En la vida intrauterina el feto realiza movimientos respiratorios

a partir del segundo trimestre, facilitando la entrada y la salida

del líquido amniótico en los pulmones. El pulmón produce un

factor surfactante formado por lípidos, cuya función es man-

tener la tensión superfi cial e impedir que el alveolo se colapse

con los movimientos respiratorios. El recién nacido expulsa el

líquido amniótico al pasar por el canal del parto o lo reabsorbe

por los vasos linfáticos.

La primera respiración se produce tras pinzar y cortar el cordón

umbilical, favoreciendo la eliminación del dióxido de carbono

y la expansión de los alveolos colapsados. El recién nacido, en

ocasiones, precisa la colaboración del ginecólogo o personal

cualifi cado para abrir las vías respiratorias con estímulos me-

cánicos, como sujetando boca abajo la cabeza del niño y gol-

peando con la palma de la mano para despejar la mucosidad

residual de los pulmones.

Las primeras horas de vida del recién nacido es uno de los pe-

riodos más críticos del neonato, debido al cambio sufrido tras

el paso a la vida extrauterina. Las respiraciones no son regula-

res y siempre se deben contar en un minuto completo. El neo-

nato tiene una respiración diafragmática y respira por la nariz.

El control de la función respiratoria se determina una vez que

el recién nacido esté tranquilo y el ambiente sea el adecuado.

La frecuencia respiratoria tiene un ritmo irregular y oscila en-

tre 40-60 respiraciones por minuto (rpm) en reposo. Presenta

interrupciones de 5 a 8 s. En las siguientes 24 h desciende has-

ta 30-50 rpm. Unos valores correctos son signos de una buena

oxigenación.

E. Sistema genitourinario

La función renal no se encuentra todavía desarrollada, pero sí

está completa su estructura. La capacidad de fi ltración de los

glomérulos para la carga de agua es baja, por tanto, existe una

limitación para la concentración de la orina. El recién nacido no

1283

| Tema 51

tolera la sobrecarga de solutos (el fl ujo renal es sólo una terce-

ra parte que el de un adulto). Los túbulos renales, al ser más

cortos que los de un adulto, poseen una delimitada capacidad

de reabsorción de aminoácidos, fosfato, glucosa y bicarbonato.

La evacuación de la primera orina ha de ser antes de las prime-

ras 24 h y no debe sobrepasar las 48 h después del nacimien-

to. Las características de la orina son de color amarillo claro o

transparente e inodora.

La hematuria es patológica, pero durante las primeras semanas

de vida se confunde con la pseudomenstruación en el caso de

las niñas. La concentración de uratos amorfos por la concentra-

ción de la orina tiñe de rojo la orina y no constituye daño renal.

El número aproximado de micciones diarias es 15 a 20, ya que la

vejiga se vacía de forma espontánea cuando ocupa toda su ca-

pacidad. El recién nacido debe orinar como mínimo 1 ml/kg/h.

Es importante observar la permeabilidad del meato urinario

tras el nacimiento y el manejo del aseo para evitar infecciones.

F. Sistema gastrointestinal

Las funciones del tracto gastrointestinal comienzan transcu-

rrido el nacimiento. La capacidad para digerir, absorber y me-

tabolizar los alimentos es limitada. El aparato digestivo está

adaptado a las necesidades de alimentación del recién nacido.

La succión y la deglución se adquieren a partir de la 35 sema-

na de edad gestacional y por esta razón en raras ocasiones se

puede hallar deposiciones del feto en el líquido amniótico y

lanugo.

El meconio es la primera evacuación del neonato formada por

restos de líquido amniótico y secreciones de las glándulas in-

testinales. Se caracteriza por ser de color verde oscuro con un

aspecto pegajoso y pastoso. La evacuación de esta deposición

se debe producir antes de las 48 h de su nacimiento y continúa

los siguientes 4 o 5 días. El color de las deposiciones va cam-

biando progresivamente en función de la alimentación. Una

vez iniciada la lactancia materna, se vuelve de un color más cla-

ro o amarillo con mucosidad (estas heces se denominan tran-

sicionales). Las deposiciones son entre 3 a 6 evacuaciones por

día, incluso las puede efectuar por toma como consecuencia

del hiperperistaltismo. La hipervagotomía intestinal es normal

por la inmadurez del sistema nervioso autónomo. A medida

que se va desarrollando, éstas disminuyen gradualmente hasta

1 o 2 deposiciones diarias.

El estreñimiento es una alteración que se produce en los neo-

natos con cierta frecuencia: una de sus causas principalmente

es la inmadurez de la musculatura abdominal, aunque también

puede aparecer con el cambio de alimentación con fórmulas

adaptadas. La leche materna, además de tener numerosas cua-

lidades, es digestiva y facilita el tránsito intestinal. En la estancia

hospitalaria es necesario realizar un registro diario de la can-

tidad, color y aspecto de las evacuaciones. La regularidad de

las evacuaciones forma parte de la adaptación a la vida extra-

uterina, por eso es una de las responsabilidades del personal

de enfermería informar a los padres sobre sus características

fundamentales. Las heces muy líquidas, en pequeña cantidad

o pastosas y sanguinolentas son patológicas.

La alimentación debe iniciarse desde el mismo momento del

nacimiento para la estimulación de la producción de leche. El

llanto, el refl ejo de búsqueda y la succión son mecanismos ad-

quiridos del recién nacido para pedir alimento. La capacidad

gástrica es de 90 ml (el estómago es muy pequeño) y el tiempo

de digestión es de aproximadamente 2 o 3 h.

Existe un défi cit de la enzima lipasa pancreática, cuya función

consiste en la absorción de la grasa. También el hígado pre-

senta una defi ciencia para conjugar la bilirrubina, regular la

glucosa sanguínea y coagular la sangre. La hiperbilirrubinemia

se puede presentar en el recién nacido en valores críticos du-

rante los primeros días de vida y permanece de forma residual

durante el periodo neonatal. A pesar de la sufi ciente función

hepática, todavía es inmadura y puede presentarse la ictericia

fi siológica, que en caso de que perdure tras los 3 o 4 primeros

días en valores críticos, se habla de una ictericia patológica y

precisa tratamiento mediante fototerapia intensiva o exangui-

notransfusión.

El hipo es bastante frecuente en neonatos, no es indicativo de

patología ninguna. Desaparece de forma espontánea a medida

que se desarrolla el tracto gastrointestinal.

La aerofagia fi siológica es normal en los recién nacidos y lactan-

tes porque al deglutir tragan mucho aire. Pueden tener refl ujo

gastroesofágico o regurgitaciones acompañados de aire tras

cada toma. Se diferencia de los vómitos porque es menos can-

tidad y se observa que el alimento no está digerido.

51.2.3. Valoración del neonato

Los RN sanos, aunque no presenten ningún problema, requie-

ren una serie de cuidados y procedimientos rutinarios post-

natales. Se considera que las primeras 6-12 h constituyen el

periodo transicional. Un neonato se considera aparentemente

sano cuando es a término y su historia, su examen físico y su

adaptación lo garanticen.

La valoración en la fase inmediata al parto incluye revisión de

la historia clínica de la madre, hábitos tóxicos, revisiones gine-

cológicas, pruebas serológicas frente a rubéola, antígeno de la

1284

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

hepatitis B, tuberculosis, gonorrea, infección por Chlamydia,

sífi lis y VIH. La atención de enfermería al recién nacido en el pa-

ritorio consiste en la adecuada asistencia que debe recibir tras

el parto. El objetivo es ayudar al RN a cumplir los ajustes fi sio-

lógicos necesarios en la transición de la vida fetal a la neonatal.

Los cuidados en el paritorio se basan en la coordinación entre

la asistencia obstétrica y pediátrica, procurando anticiparse a las

situaciones que se presenten. Antes del parto es imprescindible:

• La preparación del personal y del material que precise cada

procedimiento: parto o cesárea.

• La restricción de entradas y salidas que sean innecesarias

al paritorio.

• El lavado de manos y antebrazos es fundamental antes y

después de cualquier manipulación.

• Procurar un ambiente totalmente aséptico.

• Mantener un ambiente térmico adecuado. La temperatura

del paritorio debe ser de 20 a 25 ºC.

• Es importante evitar las pérdidas de calor. Se recibirá al RN

bajo una fuente de calor adicional (lámpara de luz infrarroja

o manta térmica) a 36 o 37 ºC.

• Si el transcurso del parto es normal y no existen problemas

previos, se debe procurar dejar al RN directamente sobre la

piel de su madre.

• Las corrientes de aire se han de evitar y las ventanas de la

habitación tienen que mantenerse cerradas.

Inmediatamente tras el parto se debe realizar una valoración

individualizada del nivel de atención que requiera. La valora-

ción de las necesidades que el RN tiene y el tipo de reanimación

se realiza según el test de Apgar, diseñado por la anestesista

Virginia Apgar en 1952 (Columbia). Se valoran cinco paráme-

tros: frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, tono muscu-

lar, respuesta a estímulo y coloración (Tabla 51.2). Se inicia al

primer minuto de vida, a los 5 minutos y a los 10 minutos. Si

al minuto de vida tiene una puntuación muy buena, se hace a

los 5 minutos, si continúa igual, no se repite a los 10 minutos.

Las puntuaciones son de 0, 1 y 2 para cada uno de los paráme-

tros. Las puntuaciones fi nales del test son:

• Apgar de 8 a 10 puntos: RN que responde en buenas con-

diciones, no presenta asfi xia. No es frecuente una puntua-

ción de 10 debido a que todos los recién nacidos presentan

un ligero grado de acrocianosis.

• Apgar de 5 a 7 puntos: RN que no responde adecuada-

mente y precisa una valoración física inmediatamente. Pre-

senta asfi xia leve.

• Apgar de 3 a 4 puntos: RN que no responde y precisa una

atención urgente con asistencia respiratoria y medicación

intravenosa. Presenta asfi xia moderada.

• Apgar de 0 a 2 puntos: RN que presenta depresión respira-

toria grave y requiere reanimación cardiopulmonar activa.

Mayor probabilidad de alteraciones neurológicas a largo

plazo.

Las puntuaciones de Apgar están destinadas a monitorizar la

transición neonatal y la efi cacia de las medidas de reanimación,

y su utilidad sigue limitándose a este importante papel.

El test de Silverman Andersen valora el esfuerzo respiratorio en

el neonato basado en los signos respiratorios (véase Apartado

de distrés respiratorio del recién nacido, Tema 52). Al contrario

que el test de Apgar la puntuación baja es la de mejor pronós-

tico.

Seguidamente a los test anteriores, se obtiene sangre del cor-

dón umbilical para realizar una gasometría y una prueba de

Coombs, si es precisa. Todos los RN deben evaluarse desde el

punto de vista clínico y analítico (hemograma completo, he-

mocultivo y proteína C reactiva) aunque estén asintomáticos.

Una puntuación de Apgar de 0-3 presenta un pH en sangre de

cordón de más de 7,25.

Se ha de identifi car al recién nacido mediante la colocación de

una pulsera homologada (véase Apartado de identifi cación del

RN). Se debe comprobar con pulsioximetría la correcta adap-

tación, considerándose aceptable una saturación por encima

de 95% respirando aire ambiente. Se seca y envuelve al RN con

paños calientes y, si es posible, se entrega a la madre. En situa-

SIGNOS 0 1 2

Frecuencia cardíaca Ausente < 100 lpm > 100 lpm

Frecuencia respiratoria Ausente Regular e hipoventilación Bueno. Llanto fuerte

Tono muscular Hipotonía Discreto. Alguna fl exión

de las extremidades

Bueno. Movimientos activos

Respuesta a estímulos Sin respuesta Mueca, llanto. Alguna

movilidad

Tos o estornudo. Llanto

vigoroso

Coloración de la piel Cianosis Acrocianosis en pies y manos.

Cuerpo sonrosado

Sonrosado

Tabla 51.2. Valoración del test de Apgar

1285

| Tema 51

ciones concretas como cesárea o complicaciones postparto

inmediato donde se emplee anestesia general se espera a que

la condición general y el estado de consciencia permita el con-

tacto madre-hijo.

En la planta de hospitalización, se verifi ca la identifi cación y se

comprueban los datos obtenidos del neonato, la evolución del

embarazo y del parto o cesárea. Durante su estancia se llevarán

a cabo los cuidados de enfermería que se describen a conti-

nuación:

• Los recién nacidos deben ser pesados, tallados y medido

su perímetro craneal, teniendo en cuenta el caput succe-

daneum o la presencia de cefalohematoma que alteran la

medición.

• Valorar la frecuencia respiratoria: la respiración mantiene

un ritmo irregular durante un minuto con periodos de au-

sencia de respiración de 5 a 10 s (se considera un signo de

normalidad). Nada más nacer la frecuencia respiratoria es

superior a 60 respiraciones por minuto (rpm) y en horas

posteriores se estabiliza.

• Evaluar la frecuencia cardíaca, que puede llegar a superar

los 160 latidos por minutos (lpm).

• Medir la temperatura, que suele ser de 37 ºC.

• No es preciso tomar la tensión arterial.

A las 48 h del nacimiento se vuelve a realizar una exploración

pediátrica completa, verifi cando el peso y el porcentaje de pér-

dida al nacimiento, así como que ha orinado y defecado. Se

hace hincapié en signos como ictericia, letargia, irritabilidad,

difi cultad respiratoria, cianosis u otras alteraciones de la piel,

hipotermia, hipertermia, succión, etc.

Finalmente, se repasa con los padres las dudas que tengan so-

bre los cuidados y se les recuerda la primera visita al pediatra

a las dos semanas de vida o antes si existe cualquier situación

de riesgo.

51.3. CUIDADOS GENERALES

Los cuidados han de centrarse en la familia y en el recién naci-

do, con el objetivo de supervisar que el proceso de adaptación

del mismo se realice de forma normal y ayudar a los padres a

comprender las características propias de este periodo y los

fenómenos fi siológicos que no ocurren en ninguna otra edad.

Se debe respetar el momento acontecido a pesar de las explo-

raciones pediátricas y cuidados posnatales. El seguimiento del

recién nacido durante la estancia hospitalaria constituye una

parte fundamental para la detección de problemas o cambios

que surgen en este periodo de adaptación a la vida extrauteri-

na. El estado de salud del recién nacido depende de ello.

51.3.1. Identifi cación del recién nacido

Los recién nacidos tienen derecho a ser debidamente identi-

fi cados desde el momento del nacimiento. Este derecho está

recogido en el artículo 8 de la Convención de los Derechos del

Niño de las Naciones Unidas (Nueva York, 20 de noviembre de

1989), ratifi cada por España el 30 de noviembre de 1990.

Los objetivos de los procedimientos para la adecuada identifi -

cación y custodia de los RN son:

• Evitar intercambios de RN en la sala de partos.

• Evitar intercambios de RN en los nidos o en las salas de hos-

pitalización de obstetricia.

• Permitir la verifi cación de forma rápida de la identidad del

RN en caso de duda.

• Permitir la comprobación de la identidad del RN y de su ma-

dre en el momento del alta.

• Evitar consecuencias de tipo legal al personal sanitario ante

posibles intercambios de RN.

El método que se utiliza para la correcta identifi cación del re-

cién nacido en el ámbito hospitalario consiste en la colocación

de una pulsera en el tobillo o muñeca del niño y en la muñe-

ca de la madre desde el nacimiento (Figura 51.11). La pulsera

presenta una codifi cación numérica individual para el registro

de cada neonato en la que se adjuntan los datos maternos y

del niño. Esa misma numeración la tiene la pinza del ombligo

del RN y la pulsera de la madre. En el caso de parto múltiple se

deberá señalizar la numeración correspondiente a la expulsión

de cada feto.

También se tomará la huella plantar del pie derecho del bebé y

la huella dactilar del dedo índice de la madre. La Comisión de la

Asociación Española de Pediatría (AEP) para la identifi cación del

recién nacido recomendaba que, dada la inefi cacia de la huella

plantar, en las unidades de neonatología y maternidad los pro-

cedimientos adecuados son: propiciar la unión madre e hijo sin

separaciones salvo en casos de salud, la colocación (poniéndolas

en la sala de parto) de pulseras homologadas y pinzas umbilica-

les estériles con la identifi cación del RN, la toma de sangre del

cordón con el consentimiento paterno, la implantación de sis-

temas de identifi cación como huella dactilar digitalizada y con

carácter voluntario, la realización de un carnet de identidad neo-

natal con la identifi cación neonatal de la huella dactilar.

La pulsera debe conservarse hasta el momento del alta y com-

probar en cada turno el registro de entrada y salida de la habi-

tación.

1286

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

Figura 51.11. Identifi cación del recién nacido

51.3.2. Profi laxis e infecciones

Las enfermedades presentes en el medio se transmiten por vía

respiratoria, conducto gastrointestinal, genital y sistema tegu-

mentario a través de las fi suras. Todo el equipo sanitario que se

use para la atención del recién nacido debe ser individual y ha

de estar esterilizado. El lavado de manos es el procedimiento

más efi caz para la prevención de infecciones. El personal sani-

tario implicado debe realizar esta técnica de forma adecuada

antes y después del manejo del neonato. Se trata de evitar el

contagio directo o indirecto de los microorganismos de los que

se puede ser portador y que, por tanto, se puedan transmitir.

Los signos y síntomas de infección más comunes son:

• Hiperrefl exia.

• Anorexia.

• Heces abundantes líquidas o sanguinolentas.

• Vómitos continuados.

• Letargo e irritabilidad.

• Petequias u otras erupciones cutáneas.

• Secreciones en ojos, nariz u ombligo.

La mejor defensa natural es la alimentación precoz con lactan-

cia materna, ya que la leche materna presenta ventajas tanto

inmunológicas como nutricionales (cubre las necesidades bá-

sicas del recién nacido).

La profi laxis neonatal consiste en la prevención precoz de las

enfermedades que afectan al RN durante el primer mes de vida

y se consigue mediante la anticipación del tratamiento una vez

que el niño esté estable. El protocolo indica que su administra-

ción se debe realizar antes de las primeras 24 h de vida.

A. Profi laxis ocular

El objetivo de la profi laxis ocular es la prevención neonatal de la

oftalmía gonocócica por Neisseria gonorrohoeae y/o Chlamydia

trachomatis. Se realiza mediante la aplicación a todos los re-

cién nacidos de una pomada oftálmica de eritromicina al 0,5%

o clortetraciclina al 1% o terramicina en su defecto. El uso es

individual y se aplica en cada ojo sin retirar posteriormente. Se

pueden usar otros fármacos como nitrato de plata 0,5-1% o po-

vidona yodada al 2,5%, pero aunque ambos son efectivos sus

contraindicaciones no los hacen aconsejables para el neonato

y tampoco están comercializados en esa solución.

B. Administración de vitamina K

La fi nalidad de la administración de vitamina K es la profi laxis

de las enfermedades hemorrágicas del recién nacido (EHR).

Después del nacimiento se administra una única dosis de 1

ml vía intramuscular (en el tercio externo superior del cuá-

driceps).

La administración de vitamina K por vía oral asegura unos ín-

dices de coagulación seguros hasta los dos primeros meses de

vida con varias dosis, pero no existen estudios que demuestren

su efi cacia tardía.

C. Vacuna contra la hepatitis B

El virus de la hepatitis B es una de las causas más frecuentes

de hepatitis aguda y crónica. El riesgo de padecer cirrosis y

carcinoma hepatocelular en los portadores de este virus es

alto. La transmisión de esta enfermedad tiene lugar por vía

cutánea o a través de las mucosas a partir de sangre o líquidos

corporales.

La principal prevención en estos casos consiste en la inmuno-

profi laxis del recién nacido antes de las primeras 24 h de vida.

Las pautas de vacunación vigentes en el calendario 2013 de

Andalucía son tres dosis: recién nacido, a los 2 meses y a los 6

meses de vida.

Las reacciones adversas son múltiples como dolor, eritema e

infl amación en la zona de administración; en ocasiones, puede

aparecer fi ebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Se deberá

informar a los padres de las posibles reacciones y de cómo ac-

tuar ante ellas.

Su administración se realiza vía intramuscular (en el tercio ex-

terno superior del cuádriceps). El registro del número de lote,

laboratorio y localización de la punción forma parte de la labor

de enfermería. Está contraindicado realizar la administración

de la vacuna y la vitamina k en el mismo muslo, para así ase-

gurarse en caso de reacción alérgica cuál de las dos ha sido el

desencadenante.

En el embarazo todas las mujeres deben someterse al criba-

do para HBsAg. Si el resultado es negativo, no se recomienda

1287

| Tema 51

ninguna indicación posterior. Si durante su embarazo la ma-

dre ha mantenido un posible contacto de riesgo, es necesario

repetir la prueba. Si hay confi rmación de la positividad, debe

recibir inmunoglobulina de la hepatitis B además de la vacuna

recombinante de la hepatitis B y exactamente igual ocurre en

el recién nacido antes de las primeras 12 h de vida y con las

dosis de las próximas vacunas correspondientes al calendario

vacunal normal.

51.3.3. Higiene y seguridad

Hay que tener presente que no se debe lavar al niño recién na-

cido en el paritorio nada más nacer, sólo se le secará con paños

calientes para retirar la sangre, meconio o líquido amniótico

procurando no eliminar la vernix caseosa.

La hora del baño establece una rutina en el recién nacido, diaria

y a la misma hora (preferiblemente a última hora de la tarde).

El agua ha de estar templada, en torno a los 36-37 ºC. Los jabo-

nes y el champú han de ser neutros (pH 5,5) y no perfumados.

La zona perineal y las nalgas se pueden lavar con una esponja

fi na. Se debe limpiar de la zona genital a la anal para impedir

arrastrar gérmenes que provoquen infecciones. El tiempo del

baño no debe prolongarse y después se seca cuidadosamente

con una toalla limpia. Es importante prestar atención durante el

secado a los pliegues y a la zona que rodea al cordón para que

no queden húmedos.

La cuna del bebe debe tener un colchón fi rme. Es necesario

evitar almohadas, colgantes alrededor del cuello o juguetes.

Durante los 3-6 primeros meses se aconseja que duerma en

la habitación de los padres para así favorecer la lactancia y

los cuidados durante el sueño. Las posiciones aconsejadas

son lateral o decúbito supino. La habitación donde se en-

cuentre el recién nacido ha de ser tranquila, con un ambien-

te limpio y una temperatura óptima. La ropa que use ha de

ser cómoda, amplia y de algodón. No es aconsejable abrigar-

le en exceso.

51.3.4. Cuidados del cordón umbilical

El cordón umbilical ha de estar seco y clampado por una pinza

doble de plástico (clamp de Hollister) que permanecerá hasta

que se caiga en 7 o 15 días.

Existen diferentes métodos para el cuidado del cordón sin que

se haya demostrado mayor efi cacia de uno sobre el resto. Los

estudios realizados no manifi estan la prevención de la onfalitis,

pero sí una menor mortalidad por infección.

La solución empleada ha de ser antiséptica, por excelencia

se recomienda la clorohexidina al 4%, así como el alcohol

de 70º. La técnica se basa en utilizar la solución elegida con

unas gasas y arrastrar suavemente alrededor del cordón.

Después de secar bien la zona, se coloca una gasa seca alre-

dedor del mismo. A ser posible el pañal ha de quedar situado

por debajo de la línea media. No deben colocarse ombligue-

ros o fajas.

En los neonatos están contraindicadas las soluciones yodadas

para minimizar la exposición al yodo, debido a la posibilidad

de producir elevación transitoria de la TSH con la consiguiente

alteración del cribado de hipotiroidismo congénito.

Se recomienda que los baños no sean prolongados para no

macerar el cordón y que éste a su vez se pudra. Igualmente es

importante secar la zona bien tras el baño.

Al cortar el cordón umbilical en la sala de partos es importante

exprimirlo para eliminar los restos de células y líquidos y, de ese

modo, evitar posibles complicaciones.

Las alteraciones más frecuentes que puede presentar el cordón

umbilical son:

• Granuloma umbilical (Figura 51.12): pequeño nódulo re-

dondo muy vascular de apariencia normal en el interior del

ombligo que rara vez aparece tras la caída del cordón. Pre-

senta una superfi cie húmeda y secreción serosa.

Figura 51.12. Granuloma umbilical

• Hernia umbilical (Figura 51.13): es una protuberancia ha-

cia afuera (protrusión) de la cavidad abdominal o de parte

de los órganos abdominales a través del área alrededor del

ombligo por un defecto del cierre de la pared abdominal. El

tratamiento es quirúrgico.

1288

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

Figura 51.13. Hernia umbilical

• Sangrado del cordón umbilical: causado normalmente

por el roce del pañal.

• Humedad o exudación umbilical: presencia de hume-

dad, exudación o pus en su superfi cie. Es preciso recoger

un cultivo del exudado y analizarlo. Además es necesario

vigilar los signos de infección: secreciones purulentas de

color amarillo o verdoso, olor desagradable, infl amación y

eritema.

• Desprendimiento tardío: debe desprenderse a partir del

5.º-20.º días como máximo.

La sangre del cordón se conserva durante dos semanas. En los

casos de neonatos nacidos de mujeres Rh negativas con criba-

do positivo en anticuerpos, o madre cuyo hijo presentó una

anemia hemolítica (test de Coombs positivo) y mujeres con

grupo sanguíneo tipo O se realizará un examen del tipo de san-

gre y una prueba de Coombs.

También está indicado si el neonato presenta ictericia en las

primeras 24 h después del nacimiento o si es preciso para la

detección de una infección intrauterina.

La sangre del cordón umbilical se ha consolidado como una

fuente alternativa para el trasplante en pacientes pediátricos.

Está formada por un tipo especial de células que se encuentran

en el organismo desde el periodo embrionario y que persisten

hasta el periodo adulto (las células madres). Poseen la capaci-

dad de autorenovación celular, son capaces de regenerar teji-

dos dañados o reparar órganos malformados y forman parte de

uno de los campos más avanzados en trasplantes de médula

ósea.

Actualmente son muchos los padres que desean hacer uso de

dichas células y, por tanto, se debe facilitar toda la información

que necesiten al respecto.

51.3.5. Establecimiento del vínculo afectivo

Establecer un primer contacto satisfactorio de los padres con

su hijo, identifi car los factores que lo favorecen y los problemas

potenciales que pueden presentarse forma parte del trabajo

del personal de enfermería. Aunque este vínculo es algo na-

tural, pueden aparecer problemas por desengaño, trabajo de

parto prolongado, anestesia, hijo no deseado, etc. Ante estas

situaciones, se debe estar alerta y estimular a los padres a que

expresen todo lo que sienten.

51.3.6. Iniciación de la lactancia materna

Los recién nacidos sanos tienen la capacidad de succionar

al nacer de forma innata; el inicio precoz de la alimentación

produce grandes ventajas en su desarrollo físico, psíquico y

social. La adaptación del aporte uterino relativamente cons-

tante de nutrientes a las tomas de leche intermitentes se pro-

duce de forma efi caz y rápida.

La lactancia materna es natural y aporta todos los nutrientes

que ayudan a cubrir las necesidades basales del bebé. Según

la American Academy of Pediatrics, es la fuente de elección de

nutrición durante el primer año de vida. En el embarazo, las

glándulas mamarias se preparan para la lactación. Tras el parto

la liberación de prolactina es continua y la estimulación del pe-

zón por la succión del recién nacido da lugar a la liberación de

oxitocina y la eyección de leche. Durante los primeros días de

vida se secreta una leche más espesa llamada calostro. Éste se

forma en el segundo trimestre de gestación debido a la acción

del lactógeno placentario. Los factores externos como el estrés,

el dolor o la enfermedad materna afectan de forma negativa al

refl ejo de la subida de leche, lo que puede producir un retraso

o disminución de la producción de leche.

Los neonatos que se alimenten con leche materna deberán

hacerlo dentro de la primera hora de vida. Se aconseja que la

lactancia sea a demanda siempre que no se prolongue más de

2 o 3 h.

Las ventajas a tener en cuenta para el lactante son la facilidad

de digestión, absorción y tránsito intestinal, menor frecuencia

de alergopatías, posee propiedades antiinfecciosas, etc. Los be-

nefi cios maternos son menor frecuencia de cáncer de mama,

recuperación física más rápida, menor riesgo de desarrollar

enfermedades a partir de la menopausia como osteoporosis y

cáncer de ovario…

Los padres que decidan la lactancia artifi cial precisan fórmu-

las adaptadas, que deben iniciar una hora después del na-

1289

| Tema 51

cimiento. Las primeras tomas se limitan a 30 ml cada 3 o 4 h.

Las necesidades metabólicas del recién nacido son entre

120-130 kcal/kg/día. El metabolismo basal oscila entre 38-

42 kcal/kg/día.

La técnica correcta ha de ser lo más cómoda posible tanto para

la madre como para el recién nacido. La posición habitual de la

madre es sentada con la espalda descansando en el respaldo y

apoyando el pie del mismo lado del pecho sobre una superfi cie

ligeramente elevada. La postura del niño entre los brazos es ho-

rizontal al pecho de la madre. En el transcurso de la lactancia la

madre deberá coger el pecho en “C” (Figura 51.14). La lactancia

ha de ser a demanda (sin contar el número de tomas) y todo el

tiempo que lo pida (sin fi jarnos en la duración de cada toma).

No es conveniente retirar al bebé del pecho, sino que es prefe-

rible que éste lo suelte.

Figura 51.14. Lactancia materna

Las tomas deben realizarse en un ambiente tranquilo y relaja-

do. Es importante informar a los padres de la técnica de ama-

mantamiento, la subida de leche, la utilización de pezoneras,

los horarios, las posturas y sobre todo aclarar todas las dudas

que les puedan surgir. Se debe respetar siempre la decisión de

otras alternativas alimentarias siempre que sean factibles para

el niño.

51.3.7. Otoemisiones

La sordera infantil debe diagnosticarse antes de los 3 meses y

la iniciación de su tratamiento hacerse antes de los 6 meses. La

hipocusia infantil afecta a 5.000 de los RN vivos y el 80% está ya

instaurada en el periodo perinatal.

La sordera se defi ne como la pérdida o alteración anatómica y/o

fi siológica del sistema auditivo, cuya defi ciencia provoca una dis-

capacidad para oír. Las pruebas diagnósticas para la valoración

del desarrollo auditivo son obligatorias según marca la Conser-

jería de Salud de la Junta de Andalucía antes del alta hospitala-

ria. El cribado para la audición de todos los recién nacidos se rea-

liza mediante la audiometría convencional en niños mayores de

4 años, y los potenciales evocados auditivos del tronco cerebral

automatizados (PEATC-a) y las otoemisiones acústicas evoca-

das (OEA) en neonatos.

La técnica de la OEA consiste en recoger la respuesta de las

células ciliadas externas mediante un receptor colocado en el

conducto auditivo externo (CAE), tras la emisión sonora de un

clic emitido por un micrófono. Es una prueba sencilla y rápida

cuando el niño permanece dormido. Precisa de la combinación

de los PEAT-a para completar la exploración auditiva; estos úl-

timos utilizan un estímulo sonoro determinado que se envía al

oído por una sonda hasta unos auriculares adhesivos alrede-

dor del pabellón auditivo o por una sonda que se introduce en

el CAE, y se recoge mediante electrodos situados en la piel. La

respuesta generada a lo largo de la vía auditiva llega hasta el

tronco del encéfalo mediante un algoritmo matemático auto-

matizado. Una respuesta normal indica que pasa la prueba; por

el contrario, si resulta alterada, la prueba no se pasa. En tal caso

se deriva al servicio de otorrinolaringología para el diagnóstico

defi nitivo (Figura 51.15).

Figura 51.15. Algoritmo de derivación al servicio de ORL (fases

de intervención según la AEP: neonatología)

1290

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

Esta prueba se realizará por personal sanitario cualifi cado para

ello; normalmente la realiza la enfermera de la planta de mater-

nidad capacitada.

En ausencia de cribado neonatal se debe valorar en las explo-

raciones habituales a los grupos de alto riesgo. Los indicadores

de riesgo auditivo son:

• Infección connatal o meningitis bacteriana.

• Anomalías craneofaciales o morfológicas del conducto au-

ditivo o pabellón auricular.

• Peso al nacer inferior a 1.500 g.

• Hiperbilirrubinemia que precise exanguinotransfusión.

• Apgar de 0-4 al minuto, o de 0-6 a los 5 min de vida.

• Antecedentes familiares.

• Ventilación mecánica durante 5 o más días.

51.3.8. Sueño y descanso

De las 24 h del día, el recién nacido pasa el 80% del tiempo en

fase de reposo y el resto lo dedica a su alimentación. La inco-

modidad la expresa llorando, y una vez satisfechas sus necesi-

dades sigue durmiendo. Cada RN es individual y efectuará una

respuesta diferente que condicionará la necesidad de estimu-

lación.

Durante el primer año de vida la posición para dormir será de

lado o decúbito supino (Figura 51.16). El niño realiza movimien-

tos de las extremidades espontáneamente volviendo a su posi-

ción simétrica de fl exión; se aconseja evitar ropa ajustada.

Las cunas deben ser amplias, de fácil manipulación, que tengan

buena visibilidad y seguras. Nunca hay que dejar solo al bebe

en la habitación o nido.

Figura 51.16. Actitud correcta del descanso y seguridad

en recién nacidos

51.4. PARÁMETROS

DEL DESARROLLO Y CRECIMIENTO

La vida del ser humano, desde la fecundación hasta la muer-

te, es en sí misma una evolución, un cambio fl uctuante, en el

que cabe diferenciar etapas bien marcadas que están estre-

chamente relacionadas entre sí pero que son independientes,

como la edad gestacional, la etapa pediátrica hasta la madu-

ración y la senectud o vejez.

El estudio del crecimiento y desarrollo dictamina un conjunto

de parámetros que ayudan a la valoración del niño en las dife-

rentes etapas.

El crecimiento o aumento del tamaño corporal es, en esencia, la

expresión de una hipertrofi a celular en un mínimo grado; en su

mayoría consecuencia de la multiplicación celular.

En cambio, se habla de desarrollo al hacer referencia a la dife-

renciación, perfeccionamiento de las funciones y maduración

de los órganos. La diferenciación se describe como el proce-

so biológico a través del cual las células y estructuras prima-

rias se modifi can para obtener propiedades físicas y químicas

con características específi cas. El aumento de las capacidades

y de la adaptabilidad es el término empleado para describir un

cambio cualitativo o en la complejidad de las estructuras para

iniciar sus funciones a un nivel más elevado (maduración).

Los indicadores de crecimiento son el peso, la talla y el perí-

metro cefálico, constituyendo el mejor índice de evolución

normal. El peso va incrementándose progresivamente hacia el

10.º día del nacimiento, tras sufrir una pérdida fi siológica de

250 g aproximadamente en los primeros días de vida. Durante

el primer trimestre el aumento semanal de peso corresponde

a unos 200 g. A partir del cuarto mes el incremento es menor,

pero se duplica en el quinto mes, se triplica al año y cuadrupli-

ca a los 2 años. Por el contrario, el crecimiento de la talla de-

pende en su mayoría de los factores exógenos y endógenos.

51.4.1. Factores exógenos y endógenos

que infl uyen en el crecimiento y desarrollo

Existen numerosos factores que modifi can el crecimiento y de-

sarrollo del neonato, tanto endógenos como exógenos.

Los factores endógenos más relevantes son aquéllos relacio-

nados con la genética, las circunstancias personales o fami-

liares, raciales y sexuales. Las circunstancias generacionales o

1291

| Tema 51

gestacionales provocan que los hijos de madres jóvenes o de

edad avanzada tengan un peso y talla más pequeña que la

media. Los factores hereditarios cuentan de manera decisiva

en el peso y la talla de los niños. Se ha observado que los pri-

mogénitos son más pequeños que los hermanos menores. La

presencia de algunas enfermedades endocrinas, como el hi-

potiroidismo, pubertad precoz o diabetes mellitus afectan al

metabolismo del recién nacido. Los factores neurohormona-

les contribuyen activamente sobre el crecimiento. Las hormo-

nas antehipofi siarias que participan de un modo directo o a

través de las glándulas efectoras se describen a continuación:

• Hormona hipofi siaria de crecimiento (GH): ejerce su ac-

ción a partir del 2.º año de vida mediante la participación

de la somatomedina. Potencia la síntesis proteica y estimu-

la el crecimiento de forma decisiva.

• Hormona tiroidea: favorece la liberación de GH para el

desarrollo óseo. Tiene un papel fundamental en el metabo-

lismo oxidativo, la síntesis de proteínas y la diferenciación y

multiplicación celular.

• Hormona liberadora de gónadas (GnRH): ayuda al creci-

miento y desarrollo sexual aumentando la síntesis proteica

(gónada masculina: testículos; gónada femenina: ovarios).

Las hormonas sexuales son anabolizantes por excelencia.

• Insulina: su presencia es necesaria para la producción de GH.

• Parathormona: interviene entre sus múltiples acciones en el

metabolismo fosfocálcico y contribuye al crecimiento del niño.

Las infl uencias estacionales y ambientales ejercen como factor

exógeno decisivo en el niño. Para que exista un desarrollo y un

crecimiento óptimo, el entorno en el que el niño se desenvuel-

ve debe cubrir tanto las necesidades físicas básicas (comida,

vestido, casa, etc.) como las psicológicas (juego, cuidado, afec-

to, emociones…), de lo contrario puede alterarse. Dichas nece-

sidades vendrán marcadas por la edad y la etapa de desarrollo.

El entorno afecta a todas las características humanas, incluso

a los rasgos físicos. Las deprivaciones afectivas o las perturba-

ciones orgánicas importantes y mantenidas (cardiopatías, ne-

fropatías, etc.) afectan en sentido negativo al crecimiento. Es

indispensable una normalidad psicofísica.

El aporte adecuado de nutrientes en el niño y el adolescente

es decisivo para conseguir un estado de salud adecuado y un

desarrollo óptimo. Constituye un papel importante en la pre-

vención de determinadas enfermedades del adulto.

Igualmente las circunstancias económicas y sociales pueden

repercutir en el crecimiento. La renta per capita infl uye en las

condiciones de salud y calidad de vida, ocasionando en su au-

sencia la subalimentación en la población. La disminución de

los recursos económicos es uno de los problemas más comu-

nes que existen hoy en día en nuestra sociedad. Ello conlleva al

hacinamiento, la falta de higiene y, en sí misma, a la producción

de infecciones.

51.4.2. Periodos de crecimiento

Los periodos del crecimiento son diferentes según la edad y las

características físicas y psíquicas.

El periodo prenatal abarca desde la concepción hasta el naci-

miento. Comprende el periodo celular desde el momento de la

concepción hasta dos semanas aproximadamente después del

nacimiento. Se caracteriza por una rápida división celular y el

inicio de la diferenciación de las mismas. El periodo embriona-

rio transcurre desde la 3.ª semana hasta la 8.ª semana después

de la concepción. Durante este periodo se empiezan a formar

las principales estructuras externas e internas del cuerpo. Por

último, el periodo fetal que va desde la 8.ª semana hasta el na-

cimiento. Los órganos crecen en tamaño y complejidad.

El periodo de lactancia abarca desde el nacimiento hasta los

12 meses; éste se divide en el periodo neonatal (1.er mes de

vida) y lactancia (hasta los 12 meses). La característica fun-

damental de este periodo es la alimentación a base de leche

materna o artifi cial, por lo que se produce un crecimiento más

acelerado.

La primera infancia va desde el 1.er año hasta los 6 años. Este

periodo se caracteriza por un crecimiento estable en el que

tiene lugar una deceleración gradual del crecimiento lineal.

Se divide en dos subperiodos: el de lactante mayor y el de

preescolar. El periodo del lactante mayor incluye hasta los 3

años. El bebé ha triplicado su peso al nacer, ha aumentado su

talla unos 12 cm al año en el segundo año de vida, y entre los

2 y 3 años aumenta de 8-10 cm al año. Tiene control de su ca-

beza, manos y pies. Se descubre como persona independien-

te de su madre. Es una fase muy importante del desarrollo

psicosocial, pues durante este periodo el niño sale de un com-

portamiento social rudimentario limitado a la unidad familiar

para abrirse al exterior como, por ejemplo, la escuela infantil.

El periodo preescolar va desde los 3 a los 6 años. Entre los

3-4 años suele aumentar su altura 7-8 cm, a partir del cuarto

año se inicia un periodo de crecimiento estable y lento cre-

ciendo de 5 a 7 cm al año, entre los 5 y 6 años remonta la

desaceleración, aunque su ritmo de crecimiento sigue siendo

lento. Su maduración cerebral le permite un mayor control y

coordinación de las extremidades, pudiendo moverse a ma-

yor velocidad y con más desenvoltura. En relación al peso, a

los 6 años dobla el peso que tenía al año y cambian las pro-

porciones del cuerpo (sus brazos y piernas se alargan debido

a la osifi cación y crecimiento de las epífi sis de los huesos lar-

gos mientras el tronco y la cabeza lo hacen con más lentitud).

Durante este periodo hay un crecimiento intelectual, social y

emocional notable, en el que busca consolidar el sentimiento

de autonomía e independencia y adquirir iniciativa.

1292

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

La infancia media o edad escolar comprende de los 6 a los

12 años. Se constata un ligero aumento en la velocidad de cre-

cimiento alrededor de los 7 años (lo que se conoce como “el

estirón”) observable en la altura y en algunos segmentos cor-

porales. Los músculos y la grasa se desarrollan con mayor ra-

pidez que la estatura, de forma que se aprecia un cuerpo más

robusto y defi nido.

El fi nal de la infancia (pubertad y adolescencia) se estable-

ce de los 12 a los 20 años. Esta etapa viene marcada por los

cambios biosociales, cognitivos y psicosociales. Además ex-

perimentan cambios asociados con el crecimiento sexual que

contribuyen a dar una nueva dimensión a la forma de funciona-

miento de sus cuerpos y a la manera de pensar sobre sí mismos

y sobre los demás. Es una etapa de crecimiento inducido por

las hormonas sexuales, responsables de la maduración sexual,

muscular y ósea, coincidiendo con un mayor peso y talla en los

varones y aconteciendo la eclosión de la pubertad antes en el

sexo femenino.

51.4.3. Crecimiento y desarrollo físico

El crecimiento físico es un proceso irregular con periodos de

aceleración y de relativo estacionamiento.

El aumento de peso se produce a lo largo de toda la infancia,

pero es más importante durante el periodo de lactancia debido

al incremento ponderal de 20-30 g diarios hasta los 6 meses de

vida aproximadamente. A su vez aumenta el depósito de tejido

adiposo, que primero se incrementa en la cara (se denomina

bola adiposa de Bichat: acúmulos de masa grasa facial que se

encuentran situados en el espacio del masetero y el bucinador),

luego en extremidades y tronco, y fi nalmente en el abdomen.

Éste va desapareciendo de forma espontánea a la inversa.

El crecimiento de la talla, o longitudinal, es continuo hasta la

pubertad. El neonato nace con una talla de 48-52 cm y alcanza

los 72-75 cm al año de vida. El perímetro craneal es de 33 cm

aproximadamente al nacer y llega a los 47 cm al cabo del año.

El perímetro torácico es de 32 cm en un principio y aumenta

hasta los 47 cm a los 12 meses de edad.

En el desarrollo musculoesquelético se observan unos puntos

de osifi cación al nacer visibles de forma radiológica: distal del

fémur, proximal de la tibia, astrágalo y cuboides. En el noveno

mes se evidencia la cabeza femoral. El objetivo de la valoración

es la notifi cación de las posibles alteraciones morfológicas o re-

trasos del desarrollo óseo. Uno de los métodos más usados son

los datos obtenidos del atlas de Greulich y Pyle. Es un conjunto

de imágenes de los huesos de la mano y antebrazo que permi-

ten la estimación de la “edad ósea”.

51.4.4. Crecimiento y desarrollo de aparatos

La infancia es el periodo de la vida que se caracteriza por el au-

mento de tamaño, la maduración de las estructuras y la capaci-

dad funcional de los diferentes órganos y sistemas.

Cada sistema madura cuando su actividad se hace imprescin-

dible para el organismo. La madurez completa de un órgano

puede tardar más o menos en alcanzarse independientemente

del momento en que inició su actividad. Las características rele-

vantes del crecimiento y desarrollo del organismo son:

• Aparato circulatorio: los tonos cardíacos y el ritmo son em-

briocárdicos al nacer. En los primeros meses el segundo tono

pulmonar resulta más fuerte que el aórtico. La tensión arte-

rial sistólica va incrementándose paulatinamente desde los

5-6 mmHg en el periodo neonato hasta los 10-11 mmHg a

los 10 años aproximadamente. Simultáneamente, en la ten-

sión diastólica pasa lo contrario, de 3 a 6-7 mmHg. La silueta

cardíaca es relativamente mayor en el recién nacido que en

el adulto y poco a poco su relación con la caja torácica dis-

minuye. Las alteraciones del ECG son visibles debido al au-

mento de la presión arterial pulmonar con la desviación ha-

cia la derecha del complejo QRS. La repolarización también

sufre alteraciones, las ondas T pueden ser positivas en las

derivaciones precordiales derechas en las primeras 24 h y se

vuelven negativas hasta que el niño se hace mayor. La carac-

terística hematológica más relevante es la existencia de una

linfocitosis fi siológica hasta los 4 años. La madurez del centro

termorregulador está relacionada con la superfi cie corporal

y la pérdida calórica de la piel, además también pierde más

calor por los continuos movimientos respiratorios.

• Aparato respiratorio: alrededor de los 10 años pasa a ser

una respiración toracoabdominal, comenzando a actuar los

músculos intercostales. La frecuencia respiratoria es muy

elevada al principio y disminuye a 20 rpm, en reposo.

• Aparato digestivo: las regurgitaciones propias de los lac-

tantes van desapareciendo a medida que se desarrolla la

capacidad de digestión y la absorción del tracto gastroin-

testinal. Las deposiciones siguen siendo abundantes hasta

el primer año de vida.

• Aparato genitourinario: en las primeras semanas de vida

mejora la fi ltración glomerular, aumenta la secreción de

urea y la capacidad de fi ltración.

• En cuanto a determinadas funciones audiovisuales, hacia

las cuatro semanas empieza a percibir la forma de los objetos

sin sensación de profundidad, no distingue los colores hasta

el fi nal del primer trimestre. El control del volumen y la distan-

cia depende de la vista y de las sensaciones táctiles. Durante

la primera semana de vida apenas oye ruidos normales hasta

pasada la primera semana. A las 8 semanas dirige la cabeza

en función de la dirección del estímulo emitido. Se conoce

que a los 3 meses empieza a distinguir la voz de sus padres.

1293

| Tema 51

51.4.5. Crecimiento y desarrollo psíquico

El desarrollo psicológico del niño está determinado por la com-

plejidad, equilibrio e integración de su crecimiento mental a

través de la conducta. En la exploración se han de valorar por

separado los diferentes aspectos conductuales, así como la ca-

pacitación motora, el pensamiento, la vida afectiva, la sociabili-

dad y la comunicación.

El conocimiento de las características de cada una de estas fa-

cetas del desarrollo psíquico permite determinar el tipo de test

psicométrico que mejor valora al niño. El periodo infantil se ma-

nifi esta por una gran inmadurez psicológica con tendencia a la

somatización de los confl ictos.

Entre las pruebas de inteligencia más usadas se encuentran las

desarrolladas por Brunet-Lézine en niños de 2 a 6 años, la de

Terman para niños de 3 a 7 años, el WISC para niños de 6 a 15

años y el EDEI formulado por Piaget que se usa en los trastor-

nos del aprendizaje. En los niños con edad inferior a 6 años se

estudia el coefi ciente de desarrollo y se calcula en relación con

la edad estimada para el desarrollo psicomotor y la edad cro-

nológica correspondiente. Las pruebas instrumentales valoran

las funciones cognitivas como la organización grafoperceptiva

del ritmo, de la lateralidad y del esquema corporal. Las pruebas

que exploran los aspectos emocionales se caracterizan por su

objetividad y se basan en la interpretación del juego y del dibu-

jo del niño (prueba de personalidad diseñada por Rorschach).

Todos estos estudios determinan las respuestas conductuales

según la interpretación de cada uno de los expertos que la des-

criben. Sin embargo, tienen en común la distinción de cuatro

etapas en diferentes límites cronológicos, pero con criterios di-

dácticos y de sistematización.

En la etapa del lactante la madre representa la dependen-

cia física y emocional del niño durante el primer año de vida.

Piaget defi ne la “inteligencia” como sensorial y motriz, lo que

signifi ca que la funcionalidad se obtiene mediante esquemas

de acción repetidos con los que el niño dispone de placer o dis-

placer. Hasta el segundo trimestre de vida el esquema detalla

ejercicios refl ejos. La pasividad del lactante hacia su entorno

no tiene carga emocional alguna. A partir de los 6 meses dicha

actitud se convierte en más activa en relación a la realización

de esquemas más complejos. Hasta el primer año los objetos y

personas del entorno adquieren personalidad propia, y mayor

carga emocional a la aparición o desaparición de los mismos.

La consecución de la pinza manual, la marcha y el inicio del len-

guaje culmina con esta fase y marca el comienzo de la sociali-

zación del niño.

A los 2 años se observa la diferenciación de su persona respec-

to al medio. Mantiene una relación de ambivalencia afectiva

que caracteriza lo bueno como positivo y lo malo como negati-

vo. La dependencia materna se asocia a las conductas cotidia-

nas como la alimentación, el control esfi nteriano… El lenguaje

se convierte en el vehículo mediante el cual expresa el pensa-

miento. Su capacidad de comunicación se va desarrollando y

perfeccionando. En los primeros meses el lactante se expresa a

través del llanto y posteriormente se convierte en una combi-

nación de sonidos (balbuceo). Alrededor del año aparecen las

primeras palabras entre las que está incluida el “no” en su opo-

sición frente al adulto.

El juego constituye la integración del pensamiento infantil des-

de el aspecto emocional y social. La actividad lúdica permite al

educador estimular la creatividad infantil. La evolución del jue-

go es paralela al lenguaje. A los 3 meses el lactante es capaz de

coger los juguetes pero no interacciona con ellos, mientras que

a partir de los 6 meses los manipula. Alrededor del año el juego

es dinámico e imitativo. A los 15 meses se introduce el dibujo,

siendo capaz de trazar una línea vertical. Al fi nal de esta etapa

el niño no necesita los objetos para apoyarse, adquiriendo la

capacidad de interacción con las personas y el desarrollo de sus

vivencias emocionales de rechazo o aceptación.

En la etapa preescolar (que comienza a los 3 años) el niño con-

cibe la realidad como algo mágico, dotado de intención y fi nali-

dad. Piaget lo describe como la fase de pensamiento subjetivo.

Es donde empieza a preguntar el porqué de las cosas y es capaz

de percibir la dimensión del espacio. La noción del tiempo no

la adquiere hasta los 5 años. En esta etapa se produce la identi-

fi cación sexual y adquiere hábitos cotidianos como comer con

la cuchara. Entre los 4 y 5 años se produce la actividad moto-

ra, como subir escaleras, lanzar la pelota con manos y pies, el

mantenimiento del equilibrio y el sentido del ritmo corporal.

Los cambios del lenguaje son importantes a partir de los 4 años

con la formación de frases cortas.

La etapa del pensamiento lógico, o según describe Piaget

como inteligencia “concreta o discursiva”, comienza en la edad

escolar. La autonomía empieza a ser visible y se observa un

gran crecimiento intelectual. La escolarización sustituye en

buena parte a la comunidad familiar, desde el punto de vista

social. Inicia una evolución moral propia con pautas ya vigen-

tes. Sobre los 11 años posee la capacidad de realizar análisis

complejos con las nociones de espacio y tiempo. El juego se

concibe en deportes grupales. En relación al lenguaje, muestra

una capacidad de estructurar oraciones pasivas, progresa con

la lectura y la escritura.

Finalmente, la adolescencia se caracteriza por la identifi cación

sexual y de autonomía completa. Para Piaget es la etapa de la

inteligencia operatoria “formal” o del pensamiento “refl exivo y

reversible” de Wallon. Desde el punto de vista social, surgen los

deseos de trascendencia. La rebeldía contra el entorno marca

1294

Oposiciones de Enfermería

Manual CTO

un egocentrismo al negativismo. El juego se convierte en la ac-

tividad cultural y profesional.

51.5. DETECCIÓN PRECOZ

DE ENFERMEDADES CONGÉNITAS

Y METABOLOPATÍAS

La detección de errores congénitos del metabolismo (ECM) se

inscribe en Andalucía en el Programa de detección precoz de me-

tabolopatías congénitas. El cribado neonatal tiene como obje-

tivo identifi car casos de enfermedad antes de que presenten

síntomas clínicos.

Las pruebas metabólicas o del talón consisten en la detección pre-

coz de las enfermedades endocrinohereditarias o congénitas en

el recién nacido, ya que son enfermedades que provocan serios

problemas de salud en los primeros meses de vida del neonato,

aunque no presenten todavía ningún signo aparente. La muestra

para el cribado es una única muestra de sangre del talón del recién

nacido con la que se analizarán todos los metabolitos necesarios

para la detección precoz de una serie de enfermedades. Esta única

muestra debe tomarse entre el tercer y quinto día (con preferencia

el tercer día, entre las 48-72 h) y habitualmente en los centros de

Atención Primaria. Si el RN permanece en el hospital más de 48 h,

la muestra de sangre del talón se recogerá en el hospital.

La técnica utilizada para la realización del cribado es la toma de

muestra capilar, por la que se consigue una pequeña cantidad

de sangre capilar para su análisis (Figura 51.17). Los cartones

comunes para todos los recién nacidos poseen cinco círculos,

que se deben impregnar hasta traspasar el papel de fi ltro. La

técnica está contraindicada en neonatos con infecciones en la

piel, vasoconstricción periférica o cianosis, presencia de hema-

tomas, edemas o punción anterior.

La organización del cribado en Andalucía tiene dos laborato-

rios de referencia, situados en los siguientes hospitales:

• Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, cuyo Laboratorio de

Referencia para el cribado neonatal de errores congénitos

del metabolismo atiende a los centros sanitarios públicos y

privados de las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva, Sevi-

lla y Ceuta.

• Hospital Carlos Haya de Málaga, a cuyo Laboratorio de Re-

ferencia para el cribado neonatal de errores congénitos del

metabolismo están adscritos los centros sanitarios públicos

y privados de las provincias de Almería, Granada, Jaén y

Málaga.

Una vez que se ha completado el estudio de la muestra enviada

(en un periodo no superior a 40 días), las familias recibirán en

sus domicilios una carta de comunicación de normalidad en los

resultados del RN que será emitida por el Laboratorio de Refe-

rencia. Si los resultados son dudosos o positivos en cualquiera

de los cribados, el Laboratorio de Referencia se pondrá en con-

tacto por vía telefónica de manera urgente o por cualquier otro

medio para proceder a la repetición de la muestra o para conti-

nuar con otros procedimientos diagnósticos que confi rmen el

resultado.

El cribado neonatal es un arma diagnóstica importante para

una serie de enfermedades metabólicas que cumplen ciertos

requisitos reportados por la OMS desde 1968. Según los países

y las Comunidades Autónomas varía el número de enfermeda-

des que se incluyen en este cribado.

Actualmente en Andalucía, las enfermedades cribadas en la

prueba del talón ampliada son las siguientes:

• Hipotiroidismo:

- Hipotiroidismo congénito.

• Aminoacidopatías:

- Fenilcetonuria, hiperfenilalaninemia, défi cit de cofactor

BH4.

- Tirosinemias tipos I* y II.

- Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce

(MSUD).

- Homocistinuria*.

- Argininemia.

- Citrulinemia.

- Aciduria arginosuccínica*.

• Defectos de la β-oxidación de los ácidos grasos:

- Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena cor-

ta (SCAD).

- Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena me-

dia (MCAD).

- Defi ciencia de carnitina/acilcarnitina translocasa

(CACT).

- Défi cit de 3 hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena

larga (LCHAD).

- Defi ciencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena muy

larga (VLCAD).

- Defi ciencia múltiple de acil CoA deshidrogenasa (MAD).

- Defi ciencia de carnitina/palmitoil transferasa (CPT)

I y II.

- Defecto del transporte de la carnitina.

• Acidurias/acidemias orgánicas:

- Acidemia propiónica.

- Acidemia metilmalónica*.

- Acidemia isovalérica.

1295

| Tema 51

- Aciduria glutárica tipo I*.

- Defi ciencia múltiple de carboxilasa.

- Metilcrotonilglicinuria.

- Défi cit de HMG o 3OH metil-glutaril CoA Liasa.

- Défi cit de β-cetotiolasa.

• Fibrosis quística*.

* Algunas formas de esta enfermedad pueden no ser captadas en la

prueba de cribado, esto es especialmente relevante en las enferme-

dades que aparecen con asterisco.

Figura 51.17. Material necesario para la prueba de detección

de enfermedades congénitas y metabolopatías

Algunas de estas patologías se resumen a continuación.

51.5.1. Hipotiroidismo congénito

Es la alteración de la glándula tiroidea que provoca una secre-

ción insufi ciente de hormonas tiroideas, necesarias para el de-

sarrollo y crecimiento de órganos como el cerebro, el corazón y

el aparato respiratorio.

Su incidencia es de 1/4.000 RN vivos. Son frecuentes en los re-

cién nacidos con síndrome de Down, trísomía 18, cardiopatías

congénitas, afectaciones tiroideas familiares autoinmunitarias

y síndrome de Pierre Robin.

Los signos que se observan en primera instancia son: ictericia

prolongada, estreñimiento, hipotermia, hipotonía, piel motea-

da y difi cultad para la alimentación.

En los niños hipotiroideos, la secreción de la hormona hipofi sia-

ria de crecimiento (GH) se encuentra disminuida. Si no se trata

de forma precoz, provoca discapacidad física y psíquica. El tra-

tamiento es sustitutivo con T4 (L-tiroxina oral).

51.5.2. Fenilcetonuria

Se trata de un defecto del metabolismo de los aminoácidos por

défi cit de fenilalanina hidroxilasa, que produce una incapaci-

dad de transformar parcial o totalmente el aminoácido fenila-

lanina. El aumento excesivo de fenilalanina en sangre puede

provocar alteraciones neurológicas, siendo posible desarrollar

una discapacidad psíquica leve o profunda según el grado de

alteración. Puede asociar vómitos precozmente, olor a moho y

alteraciones neurológicas. El tratamiento indicado se basa en

una dieta pobre en fenilalanina.

51.5.3. Fibrosis quística

Es una enfermedad de origen genético que afecta a los órga-

nos, fundamentalmente al pulmón y al páncreas. Se transmite

de forma autosómica recesiva. La frecuencia de portadores os-

cila entre 1 de cada 25-30 individuos. La causa de la enferme-

dad es por una mutación del gen que codifi ca la proteína CFTR

(cystic fi brosis transmembrane conductance regulator), cuya fun-

ción consiste en el transporte del cloro a través de la membrana

celular.

El 85% de los afectados presentan insufi ciencia pancreática,

que se manifi esta en forma de esteatorrea. La prevalencia de

diabetes en estos pacientes con más de 10 años es de un 8%.

Presentan alteraciones en el intestino causando deshidratación

y compactación de secreciones, así como refl ujos con microas-

piraciones bronquiales. La afectación respiratoria que produce

es un incremento patológico del espesor de las secreciones, ge-

nerándose un círculo de obstrucción-infección-infl amación con

degeneración de la pared bronquial y aparición de bronquiecta-

sias. Pese a ser una enfermedad multisistémica, es la neumopatía

obstructiva crónica la que produce el 95% de la mortalidad.

El tratamiento es preventivo e incluye suplementos pancreá-

ticos vitamínicos, sales, un correcto aporte nutricional y trata-

miento de las complicaciones cuando aparezcan. Precisa admi-

nistración de antibióticos y pautas especiales de vacunación.

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