523lecturas Sobre Venezuela

download 523lecturas Sobre Venezuela

of 48

description

reflexiones sobre la realidad venezolana

Transcript of 523lecturas Sobre Venezuela

TALLER SOBRE ACTUALIDAD SOCIAL Y POLTICA

INSTITUTO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES: ACADEMIAS ADUNI Y CSAR VALLEJO

TEMA: LA SITUACIN POLTICA EN VENEZUELA

TALLER SOBRE LA SITUACIN POLTICA EN VENEZUELALECTURAS POR GRUPO

GRUPO UNOLECTURA

VENEZUELA SLO QUIERE CAMBIO

JULIO BORGES25 FEB 2015 - 02:55CET

Ante la enorme crisis econmica y social que vive Venezuela, producto del fracasado modelo econmico impuesto al pas durante los ltimos 16 aos,el Gobierno ha decidido radicalizarse y atacar de forma violenta a todos quienes piensan distintoy plantean la necesidad de cambio. Es as como han retomado un libreto de un presunto Golpe de Estado y magnicidio con argumentos polticos, acusando a quienes siempre hemos demostrado nuestro apego a la democracia y al poder del voto como herramienta de cambio.Detrs del libreto reciclado del Gobierno estn las encuestas polticas que lo muestran con una aprobacin de solo alrededor del 20%. Las mismas muestran que la gran mayora de los venezolanos culpan al Gobierno dela dramtica escasez de productos bsicosy las largas colas para conseguir lo poco que hay, de la inflacin que el ao pasado alcanzo el 70% y de lainseguridad que impone el miedo en nuestros ciudadanos a salir de sus casas. Es por esto que el Gobierno busca desviar la atencin de tales problemas, tomando acciones desesperadas como ladetencin ilegal y violenta del Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y las absurdas acusaciones en mi contra de formar parte de una conspiracin golpista.Venezuela ya tomo una decisin: quiere un cambio para tener ms unin, progreso y una democraciaHace ya 16 aos, junto con unos compaeros preocupados por el rumbo que tomaba Venezuela, funde el partido Primero Justicia (PJ), el cual naci de una ONG del mismo nombre que ofreca servicios legales a los venezolanos ms pobres. Nuestro partido naci precisamente como respuesta a la debacle poltica que dio pie a la aparicin deHugo Chvezen los noventa y su posterior llegada al poder con una promesa de una supuesta revolucin que finalmente no result en nada. Toda Venezuela y el mundo democrtico conocen la trayectoria del PJ, el cual en poco ms de 15 aos se ha convertido en el principal partido de oposicin en Venezuela.En medio del caos econmico que vive el pas, el liderazgo y lamilitancia del PJ, junto con la gran mayora de las fuerzas democrticas en Venezuela, hemos ido sealando que precisamente en este ao 2015 tenemos una oportunidad clave para lograr ese cambio que tanto anhelamos y merecemos todos los venezolanos. En pocos meses tendremos las Elecciones Parlamentarias que definirn un nuevo balance en el Poder en Venezuela. Slo dndole la palabra al pueblo a travs del voto, podemos construir el espacio para la unin de Venezuela, la proteccin de los derechos humanos y el cambio del modelo econmico.Cuando logremos una mayora contundente en la nueva Asamblea Nacional los venezolanos podremos contener a un Gobierno que pretende seguir haciendo lo que le da la gana. La nueva Asamblea podr renovar los Poderes Pblicos que actualmente estn secuestrados por el Gobierno y permitir la contralora esencial en toda democracia. Podr aprobar de inmediato las leyes necesarias para enfrentar como corresponde la inseguridad ciudadana y la crisis econmica. La nueva Asamblea podr impulsar los cambios legales y constitucionales que permitan concretar el cambio definitivo de un Gobierno que les ha dado la espalda a los venezolanos.Segn las encuestas, solo un 20% aprueba el Gobierno de MaduroPor eso estamos convencidos de que a pesar de todos los ataques que el Gobierno lanza contra nosotros y los obstculos que nos imponen, todos unidos vamos a derrotar democrticamente a un sistema que se ha vaciado de democracia. Un modelo que se burla de un pueblo que merece y exige vivir mejor.Estamos convencidos, ms ahora que nunca, que el cambio por la va electoral nunca ha estado ms cerca. El total caos econmico, poltico y social generado por el Gobierno ha llevado a que un 80% de los venezolanos estemos convencidos de la necesidad de un cambio radical de un modelo fracasado que ha duplicado la pobreza en nuestro pas en apenas dos aos. En la actualidad, la mitad de los venezolanos sufren en pobreza y a una cuarta parte ni siquiera les alcanza para comer completo al ubicarse en pobreza extrema. Esto se produce luego de la mayor bonanza petrolera de nuestra historia, con ingresos que han superado el billn de dlares slo por la venta de petrleo.Ante esta situacin, lo sensato sera que el Gobierno convocase al pas entero, para construir un entendimiento nacional, una tregua para salir de la crisis, un plan para reparar a una Venezuela fracturada. Eso es lo que dicta la razn y el amor a Venezuela. Sin embargo, la respuesta ha sido la contraria: insistir en el modelo fracasado, y utilizar la justicia para perseguir e inyectar sobredosis de miedo para tratar as de paralizar a Venezuela.La buena noticia es que Venezuela ya tomo una decisin: quiere un cambio para tener ms unin, progreso y una democracia gobernante, no una democracia gobernada. Por ello insistimos en la ruta que hemos marcado y justamente a la que el gobierno teme. Insistimos en que el voto, con todo y el ventajismo del Estado, ser una llave para abrir una puerta al futuro.Julio Borgeses el Coordinador Nacional del partido Primero Justicia y diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela.

GRUPO DOSLECTURA

LA VERDADERA AMENAZA A LA DEMOCRACIA EN VENEZUELADANIEL WILKINSON16 ABR 2014 - 00:00CETRecientemente, el presidente venezolano, Nicols Maduro, public una columna de opinin en el peridicoThe New York Timesen un intento por contrarrestar la cobertura desfavorable que ha recibido su Gobierno en la prensa tras la represin de mltiples protestas en los dos ltimos meses. Acus a los medios internacionales de haber distorsionado la realidad de Venezuela al describir las protestas como pacficas y a la democracia del pas como deficiente. Sin embargo, las medidas que adopt para responder a las protestas en el pas demostraron que las deficiencias de la democracia venezolana son absolutamente palpables. No slo las fuerzas de seguridad han cometido abusos contra manifestantes que no estaban armados, sino que adems su Gobierno ha censurado la transmisin informativa de las manifestaciones y encarcelado a un dirigente opositor que apoy las movilizaciones.El presidente Maduro ha enfrentado dificultades importantes desde que triunf por una ajustada diferencia en las elecciones presidenciales celebradas hace un ao. Fiel discpulo de Hugo Chvez, fallecido en marzo pasado, Maduro hered el apoyo de cerca de la mitad de los votantes del pas, muchos de los cuales se han beneficiado con los programas sociales gestionados por el Gobierno durante la ltima dcada. Pero tambin hered una de las tasas de homicidio ms altas del mundo y una economa que atraviesa serios problemas, con un ndice de inflacin que el ao pasado sobrepas el 56%, al cual se agrega una escasez crnica de alimentos, medicamentos y otros artculos de primera necesidad.Las actuales protestas comenzaron a principios de febrero, cuando estudiantes universitarios del Estado de Tchira se congregaron para exigir mayor seguridad pblica. Las protestas se propagaron rpidamente por el pas, y a las demandas iniciales se fueron sumando otras, como crticas a la inflacin y al desabastecimiento. Poco despus se sumaron tambin miembros de la oposicin poltica venezolana, cuyo candidato moderado, Henrique Capriles, casi haba conseguido derrotar a Maduro en los comicios de abril pasado. El posterior intento de Capriles por convertir las elecciones regionales de diciembre en un referendo sobre la continuidad de Maduro fracas, y los candidatos oficialistas finalmente se impusieron. Luego, varios de los lderes ms combativos de la oposicin llamaron a sus simpatizantes a participar en las marchas y declararon que no abandonaran la protesta hasta conseguir la salida, o sea, que Maduro dejara de ser presidente.El 12 de febrero, Caracas fue escenario de sucesos violentos en los que algunos manifestantes arrojaron piedras y miembros de las fuerzas de seguridad dispararon municiones. Tres personas murieron a causa de los disparos, incluidos dos manifestantes y un partidario del Gobierno, lo cual suscit una nueva ola de protestas en ms de 20 ciudades. Si bien la mayora de las protestas se han desarrollado pacficamente, en muchos lugares los manifestantes han instalado barricadas, y algunos han lanzado piedras yccteles Molotov.Las fuerzas de seguridad fueron movilizadas para contener las manifestaciones, y hay numerosas acusaciones de abusos, incluidos casos en que se abri fuego contra manifestantes que no estaban armados y de personas que sufrieron palizas mientras permanecieron detenidas. Bandas de civiles armados afines al Gobierno han circulado en motocicletas por distintas ciudades y han atacado a manifestantes e infundido temor para evitar que nuevas personas se sumaran a las protestas. Gran cantidad de personas han resultado heridas y ms de 30 han perdido la vida, incluidos civiles, policas y miembros de la Guardia Nacional.En su columna en elTimes, Maduro reconoci que las fuerzas de seguridad cometieron abusos, pero insisti en que haban sido muy aislados y que su Gobierno haba respondido con la detencin de los presuntos responsables. Las autoridades han arrestado, en efecto, a ms de una decena de miembros de las fuerzas de seguridad en las ltimas semanas (si bien lo hicieron a raz de que se trascendieran grabaciones de vdeo que mostraban el uso de armas de fuego contra manifestantes). Sin embargo, su primera reaccin a los asesinatos del 12 de febrero consisti en arrestar a polticos de la oposicin.El primero fue Leopoldo Lpez, lder del partido Voluntad Popular y uno de los actores que ms enrgicamente ha exigido la salida de Maduro. El ministro de Relaciones Exteriores, Elas Jaua, seal a Lpez como el autor intelectual de los acontecimientos violentos del 12 de febrero, y la Fiscala General gestion rpidamente una orden de detencin en su contra por diversos cargos, incluido el de homicidio. Consigui asimismo que se librara una orden de arresto contra Carlos Vecchio, tambin dirigente de Voluntad Popular, y otras dos figuras de la oposicin. Despus de ocultarse varios das, Lpez finalmente se entreg y fue trasladado a una prisin militar, donde lleva detenido casi dos meses. Vecchio y los otros opositores se mantienen en la clandestinidad. El Gobierno an no ha presentado evidencias crebles que vinculen a Lpez o los dems con hechos de violencia u otros delitos.En marzo, las autoridades tambin comenzaron a perseguir a alcaldes opositores. El 19 de marzo arrestaron a Daniel Ceballos, alcalde de la ciudad de Tchira, donde comenzaron las primeras protestas, quien haba denunciado el uso de la fuerza contra manifestantes por el Gobierno, y a Enzo Scarano, alcalde de uno de los municipios de la ciudad de Valencia donde tambin se haban producido protestas. El mismo da de las detenciones, el Tribunal Supremo conden al alcalde Scarano a ms de diez meses de prisin por no acatar una orden judicial que dispona el levantamiento de cortes de vas de circulacin organizados por los manifestantes, y la semana siguiente conden al alcalde Ceballos a un ao de prisin por el mismo delito. Desde entonces, el Tribunal ha dictado rdenes de detencin contra otros cuatro alcaldes, y confirm la decisin de la mayora oficialista en la Asamblea Nacional que destituy a la legisladora Mara Corina Machado, aliada poltica de Lpez, para que ella tambin fuera procesada.Estas causas penales alertan sobre uno de los problemas ms flagrantes de la democracia venezolana en la actualidad: la ausencia de un poder judicial independiente. Desde que el Tribunal Supremo fue copado por magistrados chavistas en 2004, sus miembros han rechazado abiertamente la nocin de separacin de poderes y se han comprometido pblicamente a apoyar las polticas del Poder Ejecutivo. Numerosos jueces de tribunales inferiores han recibido fuertes presiones para no emitir pronunciamientos que vayan contra intereses del Gobierno. El juez que reconozca los derechos de Lpez y otros lderes de oposicin se expone a ser destituido de manera sumaria por el Tribunal Supremo, o incluso sufrir represalias ms severas. En 2009, cuando la jueza Mara Lourdes Afiuni, para dar cumplimiento a una recomendacin de la ONU (y a lo dispuesto por el Derecho venezolano), otorg la libertad condicional a un opositor del Gobierno, el presidente Chvez exigi que fuera encarcelada. Permaneci ms de un ao en prisin, al cual se aadieron otros dos bajo arresto domiciliario.El presidente Maduro y su ministro de Justicia han sealado en varias oportunidades que corresponde al sistema judicial determinar si los polticos que fueron encarcelados son culpables de los delitos que se les atribuye. Sin embargo, a la luz del control que ejerce el Gobierno sobre la justicia, estas garantas pierden plausibilidad, al igual que la afirmacin de Maduro de que los funcionarios pblicos que han cometido abusos respondern por sus actos.Los esfuerzos del Gobierno por controlar la informacin sobre las protestas han sido igualmente alarmantes. El 11 de febrero, antes de que se produjeran vctimas fatales, el director del rgano del Estado que regula a los medios de comunicacin les advirti que podran sufrir consecuencias legales por sus transmisiones de los sucesos violentos en el marco de las protestas. La advertencia era vlida. Durante la presidencia de Chvez se dictaron normas que prohben difundir mensajes que fomenten zozobra en la ciudadana uofendana funcionarios gubernamentales, y autorizan al Gobierno a cerrar canales de televisin y estaciones de radio cuando lo considere conveniente a los intereses de la Nacin.Pocas horas despus de las primeras muertes el 12 de febrero, el presidente Maduro oblig a proveedores de televisin por cable a interrumpir la seal de NTN24, un canal internacional de noticias que se transmite en toda Amrica Latina, debido a su amplia cobertura de los hechos violentos. Al da siguiente, anunci que su Gobierno tomar[a] medidas contra la agencia de noticias France Presse por haber distorsionado la verdad de los acontecimientos ocurridos el mircoles 12 de febrero. El 16 de febrero, la ministra de Comunicaciones e informacin anunci que el Gobierno tomar[a] acciones judiciales contra peridicos nacionales e internacionales por utilizar fotografas manipuladas para la cobertura informativa.El presidente Maduro se dirigi luego a CNN, y anunci el 20 de febrero que haba iniciado los procedimientos para sacar del aire al canal en Venezuela. Segn afirm, CNN participaba en propaganda de guerra con la intencin de justificar la guerra civil en Venezuela y la intervencin del ejrcito gringo [en el pas]. Siete periodistas de CNN informaron que les fueron revocadas sus licencias de prensa. Al da siguiente, Maduro cambi repentinamente el rumbo y declar con tono victorioso que CNN haba rectificado su cobertura y, por lo tanto, se le permitira seguir transmitiendo desde el pas.Las embestidas contra estos canales internacionales no constituyeron simples actos de improvisacin ante la inminencia de una crisis, sino la ms reciente medida de presin de una estrategia que, desde hace una dcada, pretende controlar el contenido de las noticias de la televisin venezolana. Cuando Chvez fue separado brevemente del poder en 2002 durante un fugaz golpe de Estado, los cuatro principales canales privados de televisin dieron amplia cobertura a la intentona golpista, y luego suspendieron la transmisin cuando partidarios de Chvez se movilizaron masivamente para exigir que fuera restablecido en el cargo. Tras el golpe, Chvez adopt medidas enrgicas para reducir el acceso de sus opositores a las seales de radio y televisin, incluso advirtiendo reiteradamente a los canales y estaciones que podran perder su licencia. Dos de los cuatro canales privados redujeron su programacin crtica, un tercer canal fue obligado a salir del aire y el cuarto fue acosado mediante sanciones administrativas y acciones penales, hasta que su titular finalmente lo vendi a inversionistas aparentemente vinculados con el Gobierno, que han limitado significativamente su programacin crtica.El Gobierno tambin aument de uno a seis la cantidad de canales de televisin gestionados por el Estado y ejerci asiduamente su facultad de transmitir "cadenas" o emisiones obligatorias. As, ha exigido a todos los canales de televisin y estaciones de radio del pas que interrumpieran su programacin habitual para transmitir cientos de mensajes presidenciales: en estas transmisiones, Chvez anunciaba nuevas polticas, inauguraba escuelas, se diriga a los asistentes de reuniones polticas, tocaba la guitarra, celebraba su cumpleaos y, casi sin excepcin, increpaba a sus detractores.Estas tcticas continan con la presidencia de Maduro. Los canales venezolanos han evitado transmitir en vivo protestas contra el Gobierno, pero s lo hacen cuando se trata de manifestaciones a favor del actual mandatario. Desde el 12 de febrero, el Gobierno ha ordenado ms de 30 cadenas nacionales, que suman ms de de 45 horas de transmisin, algunas de las cuales han sido usadas por Maduro para denunciar que los manifestantes intentaban instigar un golpe fascista. Si bien algunos programas de noticias han entrevistado a dirigentes opositores y crticos del Gobierno, lo hacen acatando restricciones legales y polticas. Un defensor local de derechos humanos que fue invitado a un programa me coment, por ejemplo, que el conductor le advirti antes de salir al aire que el canal haba recibido instrucciones del Gobierno de tratar el tema de las barricadas con suma cautela. Esta semana, un presentador de noticias de uno de los principales canales renunci mientras estaba al aire debido a las restricciones impuestas a la cobertura que, segn indic posteriormente, incluan instrucciones especficas de no usar las palabras barricada, desbastecimiento ni protesta pacfica.Las amenazas contra CNN y la censura de NTN24 tambin han enviado un mensaje a los medios venezolanos, segn sealan defensores locales de la libertad de prensa, quienes aseveran tambin que miembros de las fuerzas de seguridad han intimidado a periodistas que informan sobre los enfrentamientos en las calles. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela ha documentado ms de 170 actos de agresin cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad contra periodistas, incluidas agresiones fsicas, amenazas y detenciones. Por ejemplo, el fotgrafo de la revistaExcesoRafael Hernndez fue detenido luego de captar con su cmara el momento en que un polica golpeaba a una mujer, y recibi varias palizas durante las nueve horas que permaneci retenido. La polica confisc su cmara y las imgenes.Las cifras del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa seran ms alarmantes si tomaran en cuenta las agresiones contra ciudadanos comunes que han documentado por su propia iniciativa la violencia contra manifestantes.Marvinia Jimnez, de profesin costurera, fue atacada por una oficial de la Guardia del Pueblo cuando intent filmar con su telfono a miembros de la Guardia Nacional mientras disparaban a manifestantes. Jimnez fue arrojada al asfalto, y una vez all la oficial la inmoviliz sentndose encima de ella y la golpe en la cabeza con su casco, a raz de lo cual sufri graves contusiones en el rostro. Pas la noche detenida y actualmente enfrenta cargos por resistirse a la detencin. Afortunadamente, varias personas filmaron la golpiza con sus telfonos celulares y pudieron mostrar al mundo lo sucedido.Los defensores de Chvez y Maduro a menudo intentan restar gravedad a las preocupaciones sobre la situacin de la libertad de prensa en Venezuela, mostrando para ello ejemplos de informacin crtica con el Gobierno que se publica en varios peridicos del pas. Es cierto que el Gobierno no ha atacado a la prensa escrita con la misma determinacin con la que arremeti contra medios televisivos, posiblemente debido a que los venezolanos que leen peridicos son slo un pequeo sector comparado con quienes ven televisin. Sin embargo, varios peridicos han sido objeto de sanciones administrativas e incluso acciones penales por su cobertura informativa. En noviembre pasado, el director deEl Mundo, un diario de baja circulacin, fue despedido despus de que Maduro fustigara pblicamente la perversidad de los dueos, en reaccin a un titular donde se criticaba a su Gobierno.Y desde que empezaron las protestas,ltimas Noticias,el peridico de mayor circulacin del pas, ha recibido presiones por su lnea informativa independiente. Tal vez su artculo ms importante haya sido un anlisis de grabaciones de vdeo tomadas el 12 de febrero, que captaron imgenes de policas uniformados acompaados por hombres vestidos de civil mientras disparaban contra manifestantes que intentaban escapar del lugar, y en las cuales incluso se ve cmo uno de ellos cae abatido a causa de un balazo mortal en la cabeza. Cuando este material se difundi por Internet el 19 de febrero, se convirti en la primera evidencia firme de que los agentes de las fuerzas de seguridad haban empleado fuerza letal contra manifestantes que no estaban armados, y para el Gobierno se torn ms difcil atribuir esa violencia a la oposicin. Slo despus de este informe comenzaron los arrestos de miembros de las fuerzas de seguridad, y la fiscala se sinti obligada a retirar los cargos de homicidio contra Leopoldo Lpez.Sin embargo, pronto se hizo evidente que no sera fcil para el peridico seguir publicando estas revelaciones. Poco despus de la difusin del informe, el presidente del grupo de medios al cual perteneceltimas Noticiasrenunci a su cargo y fue reemplazado por un exgobernador y abierto partidario del Gobierno de Maduro. La vicepresidenta del grupo renunci una semana despus, y explic que su decisin se debi a que el nuevo presidente le haba pedido que politizara el contenido del peridico. Y a fines de marzo, la directora de la Unidad de Investigacin del peridico, que haba preparado el informe del 19 de febrero, renunci a modo de protesta cuando este medio decidi en el ltimo momento no publicar otro artculo sobre las manifestaciones debido a que era demasiado poltico.Ese artculo que desde entonces ha sido publicado de manera independiente es obra de la experimentada periodista Laura Weffer, quien estuvo presente y dialog con manifestantes y tambin con miembros de la Guardia Nacional durante enfrentamientos en la Plaza Altamira, la principal plaza de Caracas donde se han congregado los manifestantes desde el 12 de febrero. El artculo de Weffer describe a los manifestantes como personas de origen humilde que se vuelcan al activismo debido a la difcil situacin econmica. Tambin ofrece a varios soldados la oportunidad de contar su perspectiva. Un joven soldado de la Guardia Nacional cuenta: Mi mam, del Zulia, tiene que calarse la misma cola que la que hacen estos chamos, para comprar cualquier pote de aceite. Yo creo que ellos tienen razn, pero a veces se pasan.Pero esta informacin no coincide con la versin que ofrece el Gobierno de la realidad, segn la cual, como Maduro escribi en elTimes, las protestas son organizadas por personas de los sectores ms privilegiados de la sociedad que no estn en contacto con las aspiraciones del pueblo venezolano.De hecho, para Maduro y sus seguidores, la verdadera ofensa cometida por Lpez y otros opositores es haber usado la salida como su eslogan. En su opinin, el reclamo de que el presidente renuncie al poder equivale a un golpe de Estado. Sin embargo, exigir la salida no constituye un golpe de Estado; tampoco es, ni debera ser, un delito. Un golpe se produce cuando se toma el poder por la fuerza, y no cuando simplemente se reclama la dimisin. En una sociedad democrtica, las personas deberan tener la libertad de tomar un megfono, marchar por las calles y pedir lo que quieran a sus lderes electos.Si la salida es o no una estrategia poltica acertada, eso ya es otro asunto. Algunos lderes de oposicin han criticado esta retrica. El ex candidato presidencial Capriles ha instado a la oposicin a que se ocupe de problemas concretos que afectan a la mayora de la poblacin. Difcilmente la oposicin pueda sumar a sus filas a expartidarios de Chvez si estos creen que un nuevo golpe est en ciernes. Tambin es menos probable que los manifestantes puedan estar seguros en las calles si miembros de las fuerzas de seguridad y bandas afines al Gobierno tambin creen en la posibilidad de un golpe de Estado. Y no debera sorprendernos que esta creencia est extendida: durante ms de una dcada, el Gobierno se ha ocupado de mentalizar a sus partidarios para que vislumbren el riesgo de un golpe de Estado prcticamente en cualquier situacin. Tambin lo hace Maduro en su artculo enThe New York Times, cuando pone de relieve que algunos opositores apoyaron el breve golpe de 2002.Ese evento se produjo hace doce aos. En cambio, el dao que el Gobierno venezolano le est causando a la democracia en el pas est sucediendoahora: encarcela a opositores polticos, controla al Tribunal Supremo, intimida a jueces, golpea a manifestantes, comete abusos contra detenidos, tolera a violentas bandas de civiles armados que defienden al Gobierno, cierra canales de televisin, censura a periodistas y llena las ondas con transmisiones obligatorias en las cuales el presidente califica de criminales y fascistas a sus crticos.Algunas voces sensatas, tanto dentro de Venezuela como en el exterior, han sealado que la nica salida a la crisis actual es a travs del dilogo entre el Gobierno y sus opositores, y el 8 de abril el presidente y lderes de la oposicin acordaron iniciar conversaciones. Para que se produzca un dilogo genuino, la oposicin deber, casi sin ninguna duda, abandonar la exigencia de que el Gobierno deje el poder. Pero, sobre todo, el Gobierno deber dejar atrs las tcticas autoritarias que ha estado empleando para dirigir el pas.Daniel Wilkinsones subdirector para las Amricas de Human Rights Watch. Este artculo fue publicado en ingls por elNew York Review of Books.

GRUPO TRESLECTURA

MADURO HUYE HACIA DELANTEPor Carlos Alberto Montaner01/24/2015 3:00 PMEl presidente venezolano, Nicols Maduro, participa en la celebracin del 57 aniversario de la instauracin de la democracia en Venezuela el viernes 23 de enero de 2015, en Caracas.EFESANTI DONAIREMaduro anunci su nueva estrategia para enfrentarse a la catstrofe venezolana. Insiste en los errores de siempre. No va a rectificar. Minti. Invent culpables y conspiraciones. Opt por huir hacia delante. Lo hizo tras un intil recorrido en busca de recursos por varios pases, incluida China. Apenas consigui unos pocos crditos y la vaga promesa de ciertas inversiones. Ya no le creen. Incluso, los que tienen ciertas simpatas ideolgicas no le creen. Por eso le han cerrado el grifo.Hacen bien en no confiar en el chavismo. Nadie ignora que esta patulea de incapaces, adems de maltratar severamente a la poblacin, y de convertir al pas en un narcoestado terriblemente corrupto el ms podrido de Amrica Latina de acuerdo con Transparencia Internacional, ha malgastado miles de millones de petrodlares. Cuntos? Para que el azorado lector se haga una idea: la cifra es mayor que la suma de todos los ingresos recibidos por el Estado venezolano desde que Simn Bolvar consigui la independencia en el primer cuarto del siglo XIX.Si los chavistas hubieran sabido y querido gobernar razonablemente, tras una dcada del barril de petrleo a cien dlares, Venezuela hoy sera un pas del primer mundo y no una sociedad en plena descomposicin, donde las personas se pelean a puetazos en los supermercados y las farmacias por adquirir un poco de leche o una ampolleta de insulina.Cmo llegaron a este desastre? Tomen nota los espaoles: adems del catastrfico padrinazgo cubano, siguieron de cerca los consejos de los profesores comunistas Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, hoy en Madrid al frente del partido Podemos. Estos personajes llegaron a tener despacho en Miraflores, la casa de gobierno en Venezuela, desde donde pontificaban y recetaban a sus anchas.Durante ms de seis aos, y al costo de varios millones de dlares que recibieron por sus asesoras, los jvenes expertos acadmicos espaoles ensearon a los chavistas a demoler sin compasin la economa de la nacin ms rica de Amrica Latina.Arribaron a Caracas borrachos de populismo marxista, sin la menor experiencia empresarial lo que se traduce en que ignoran cmo se crea, conserva o malgasta la riqueza, convencidos de que la principal tarea de los gobiernos es igualar a las personas por abajo. Objetivo, por cierto, que lograron con creces. Hoy el pas es una inmensa pocilga colectiva.Y ahora qu va a pasar en Venezuela? Un experto en seguridad lo ha vaticinado en un tono sombro: el chavismo me ha dicho no marcha hacia una revolucin o contrarrevolucin poltica, sino hacia un saqueo nacional, monstruoso y definitivo, que llegar a los hoteles y a las casas suntuosas, donde quiera que haya comida.Venezuela va hacia el caos, regido por la ley del ms fuerte, con cien mil Kalashnikovs, pistolas y cuchillos empuados por la gente de rompe y rasga. Esos mismos que en el 2014 asesinaron a 25,000 personas para despojarlas de los telfonos mviles, las billeteras y los anillos, ahora acompaados por una enorme turba que se robar televisores, enseres domsticos y todo lo que encuentre a su paso.Por qu no? Eso fue lo que aprendieron de Hugo Chvez en aquellos paseos televisados en los que el difunto militar repeta alegremente el fatdico exprpiese ante cualquier bien que le llamara la atencin, mientras sus cmplices, vestidos de rojo, rean y aplaudan irresponsablemente. El teniente coronel les ense que en la contempornea selva urbana no existen los derechos de propiedad. Sencillamente, el dueo es el que tiene la pistola en la mano y est dispuesto a utilizarla. Menudo legado.Por supuesto, Maduro todava tendra la posibilidad de impedir este horror. Cmo? Rectificando. Debera comenzar por abrir los calabozos y liberar a los presos polticos, al tiempo que convoca a un urgente dilogo nacional con la oposicin que hoy tiene el 75% de respaldo popular para darle un vuelco a la situacin mediante una inmediata reforma consensuada.Por qu no lo hace? Probablemente, se lo impiden los narcogenerales que temen por su bolsa y por su vida, la legin de los corruptos que prefiere continuar esquilmando al pas, y sus mentores cubanos, que anualmente reciben miles de millones de dlares en subsidios y estn dispuestos a pelear hasta el ltimo venezolano por mantener ese vital flujo de recursos.Atrapado en medio de esas fuerzas, Nicols Maduro marcha a paso firme hacia el precipicio.Periodista y escritor. Su ltimo libro es la novelaTiempo de Canallas.

GRUPO CUATROLECTURA

LOS ESTUDIANTESMARIO VARGAS LLOSA 4 MAY 2014

Las palabras tambin se gastan con el uso. Libertad, democracia, derechos humanos, solidaridad, vienen a nuestros labios a menudo y no quieren decir ya casi nada porque las utilizamos para decir tantas cosas o tan pocas que se desvalorizan y afantasman al extremo de convertirse en meros ruidos. Pero, de pronto, unas circunstancias sociales y polticas las recargan de contenido y de verdad, las impregnan de sentimiento y de razn y es como si resucitaran y expresaran de nuevo el sentir de todo un pueblo.Es lo que vivo en estos das, en Venezuela, escuchando a dirigentes estudiantiles y lderes de oposicin, a hombres y mujeres comunes y corrientes que nunca antes hicieron poltica y ahora la hacen, jugndose los trabajos, la tranquilidad, la libertad y hasta la vida, impelidos por la conciencia de que, si no hay un sobresalto nacional democrtico que lo despierte y movilice, su pas se va a la ruina, a una dictadura totalitaria y a la peor catstrofe econmica de toda su historia.Aunque el proceso viene de atrs las ltimas elecciones han visto crecer de manera gradual la oposicin al rgimen chavista, el cambio cualitativo tuvo lugar a comienzos de febrero de este ao, en San Cristbal, Estado de Tchira, cuando un intento de violacin de una joven en la Universidad de los Andes llev a los estudiantes a convocar una gran marcha contra la inseguridad, la falta de alimentos, los secuestros, los desmanes de los sicarios y la sistemtica restriccin de las libertades ciudadanas. El rgimen decidi aplicar la mano dura. La Guardia Nacional y las fuerzas paramilitares individuos armados con pistolas, cuchillos y garrotes, montados en motos y con las caras cubiertas atacaron a los estudiantes, los golpearon y abalearon, matando a varios de ellos. A las decenas de detenidos los llevaron a cuarteles alejados donde fueron torturados con picanas elctricas, golpes, sodomizados con palos y fusiles y las muchachas violadas.La ferocidad represiva result contraproducente. La movilizacin estudiantil se extendi por todo el pas y en todas las ciudades y pueblos de Venezuela gigantescas manifestaciones populares expresaron su repudio del rgimen y su solidaridad con las vctimas. Por doquier se levantaron barricadas y el pas entero pareci vivir un despertar libertario. Los 500 abogados voluntarios que han constituido el Foro Penal Venezolano, para defender a los detenidos y denunciar los asesinatos, desapariciones y torturas, han elaborado un informe que documenta con lujo de detalles el salvajismo con que los herederos del comandante Chvez tratan de hacer frente a esta formidable movilizacin que ha cambiado la correlacin de fuerzas en Venezuela, atrayendo a las filas de la oposicin a una inequvoca mayora de venezolanos.Mi impresin es que este movimiento es indetenible y que, incluso si Maduro y sus cmplices tratan de aplastarlo con un bao de sangre, fracasarn y la matanza solo servir para acelerar su cada. La libertad ha ganado las calles de la tierra del verdadero Bolvar (no la caricatura que hizo de l el chavismo) y el pregonado socialismo del siglo veintiuno est herido de muerte.Mientras ms pronto se vaya, ser mejor para Venezuela y para Amrica Latina. La manera como el rgimen, en su empeo frentico de colectivizar y estatizar la nacin, ha empobrecido y destruido a uno de los pases potencialmente ms ricos del mundo, quedar como un caso emblemtico de los desvaros a que puede conducir la ceguera ideolgica en nuestro tiempo. Adems de tener la inflacin ms alta del mundo, Venezuela es el pas de menor crecimiento en todo el continente, el ms violento, y en el que la asfixia burocrtica se reproduce ms rpido al extremo de mantener en la parlisis casi total a la administracin pblica. El rgimen de controles, precios justos, intervencionismo estatal, ha vaciado todos los almacenes y mercados de productos, y el mercado negro y el contrabando han alcanzado extremos de vrtigo. La corrupcin es el nico rubro en el que el pas progresa a pasos de gigante.Desconcertado por la movilizacin popular encabezada por los estudiantes que no consigue aplastar mediante la represin, el Gobierno de Maduro, con la complicidad de los pases del Alba, trata de ganar tiempo, abriendo unos dilogos de paz. La oposicin ha hecho bien acudiendo a ellos, pero sin desmovilizarse y exigiendo, en prueba de buena fe gubernamental, por lo menos la liberacin de los presos polticos, empezando por la de Leopoldo Lpez, a quien, encarcelndolo, ha convertido, segn todas las ltimas encuestas, junto con Mara Corina Machado, en el lder poltico ms popular de Venezuela. He conocido a su madre y a su esposa, dos mujeres admirables, que enfrentan con coraje fuera de lo comn el hostigamiento de que son vctimas por estar en la vanguardia de la batalla pacfica que da la oposicin por impedir la desaparicin de los ltimos resquicios de libertad que an quedan en Venezuela.Pero quisiera subrayar una vez ms el papel principalsimo que juegan los estudiantes en la gran gesta libertaria que vive Venezuela. La chavista debe ser la nica revolucin en su historia que se las arregl para, desde el principio, merecer la hostilidad casi generalizada de los intelectuales, escritores y artistas, as como la de los estudiantes, que, en este caso, dieron mucha ms muestra de lucidez y olfato poltico que, en el pasado, sus congneres latinoamericanos.Es estimulante y rejuvenecedor ver que el idealismo, la generosidad, el desprendimiento, el amor a la verdad, el coraje estn tan vivos entre la juventud venezolana. Quienes, frustrados por la inanidad de las luchas polticas en sus pases de democracia adocenada y rutinaria, se vuelven cnicos, desprecian la poltica y optan por la filosofa de lo peor es lo mejor, deberan darse una vuelta por las guarimbas venezolanas, por ejemplo, aquella de la avenida Francisco de Miranda, en el centro de Caracas, donde muchachos y muchachas conviven ya desde hace varias semanas, organizando conferencias, debates, seminarios, explicando a los transentes sus proyectos y anhelos para la futura Venezuela, cuando la libertad y la legalidad retornen y el pas despierte de la pesadilla que vive hace quince aos.Quienes han llegado a la deprimente conclusin de que la poltica es un quehacer inmundo, de mediocres y ladrones, y que por lo tanto hay que darle la espalda, vengan a Venezuela y, hablando, oyendo y aprendiendo de estos jvenes, comprobarn que la accin poltica puede ser tambin noble y altruista, una manera de enfrentarse a la barbarie y derrotarla, de trabajar por la paz, la convivencia, la justicia y la libertad, sin pegar tiros ni poner bombas, con razones y palabras, como hacen los filsofos y los poetas, y creando cada da gestos, espectculos, ideas, como hacen los artistas, que conmuevan y eduquen a los otros y los embarquen en la empresa libertaria. Cientos de miles, millones de jvenes venezolanos estn dando en estos das a Amrica Latina y al mundo entero un ejemplo de que nadie debe renunciar a la esperanza, de que un pas, no importa cun profundo sea el abismo en el que la demagogia y la ideologa lo han precipitado, siempre puede salir de esa trampa y redimirse.Algunos de estos jvenes han pasado ya por la crcel y sufrido torturas, y algunos de ellos pueden morir, como los cerca de cincuenta compaeros que han perdido ya la vida en manos de los asesinos con capuchas con que pretende acallarlos Maduro. No los silenciarn, pero no es justo que estn tan solos, que los Gobiernos y las organizaciones democrticas no los apoyen y ms bien, a veces, hagan causa comn con sus verdugos. Porque la ms importante batalla por la libertad de nuestros das se da en las calles de Venezuela y tiene un rostro juvenil.

VACEN LOS ANAQUELES!

MARIO VARGAS LLOSA17 NOV 2013

Como el desabastecimiento y la caresta estaban haciendo estragos en Venezuela y aumentando el descontento popular, el presidente Nicols Maduro, que no sabr mucho de economa pero es hombre de pelo en pecho y bravuconeras, decidi resolver el problema en un dos por tres. Explic a su pueblo que la alta inflacin que padece el pas (57%, la ms alta de Amrica Latina) es producto de una conjura maquinada por los Estados Unidos, los empresarios y comerciantes acaparadores y los partidos de oposicin para destruir la revolucin bolivariana o el socialismo del siglo XXI. Y, de un plumazo, orden bajar los precios de los alimentos y productos electrodomsticos en 50 y hasta 70%, a la vez que mandaba soldados y cuerpos de choque a ocupar los establecimientos comerciales y enviaba a la crcel a buen nmero de conspiradores, es decir, los dueos de tiendas y almacenes.La campaa fue lanzada por el presidente Maduro con la consigna de: Vacen los anaqueles!. La orden fue entendida por buen nmero de despistados como una carta blanca para el saqueo y, sobre todo en Valencia, pero tambin en Caracas y otras ciudades, se produjeron asaltos y pillajes en medio de una soberbia confusin. Era pattico escuchar a las sufridas amas de casa venezolanas, explicando a los reporteros de la televisin oficial lo felices que estaban con esas espectaculares rebajas que les permitiran, en adelante, renovar sus neveras y cocinas y asegurar dos comidas diarias para la familia.Al mismo tiempo que derrotaba la inflacin de un puetazo en la mesa, es decir, subastando y confiscando cadenas de productos alimenticios y electrodomsticos, el presidente Maduro, mediante la aprobacin de la Ley Habilitante, se aseguraba los poderes absolutos que durante un ao le permitirn gobernar sin leyes, de la manera cmoda y expeditiva de los dictadores. Para conseguir este atributo, la Asamblea Nacional Venezolana procedi a retirarle la inmunidad a una diputada de la oposicin, Mara Mercedes Aranguren, y a reemplazarla por su suplente, el diputado Carlos Flores, quien, de la noche a la maana (y mediante generosas prebendas) se volvi chavista y vot a favor de la ley de marras.En suma, pasada la ilusin que estas operaciones han creado en una opinin pblica desesperada por la corrupcin, el empobrecimiento y la anarqua creciente que vive Venezuela, el precio que el pas tendr que pagar por la demagogia irresponsable de estos das ser muy alto. Sin duda, contrariamente a los clculos del Gobierno, se traducir en una nueva y ms aplastante derrota del Gobierno en las prximas elecciones del 8 de diciembre, lo que obligar a aqul, al igual que en las presidenciales, a un nuevo fraude monumental a fin de mantenerse en el poder pese a su descrdito y a la ruina a la que precipita cada da ms a su desdichado pas.Venezuela nunca tuvo una agricultura floreciente, a la altura de las enormes posibilidades agrcolas con que cuenta; pero con el chavismo, sus expropiaciones e invasiones, las tomas arbitrarias de fincas y la asfixiante burocratizacin imperante, la produccin agraria en ciertas regiones se redujo a mnimos y en otras simplemente desapareci. El resultado de todo ello es que el pas debe importar casi el 95% de lo que consume, algo que en la poca del apogeo del petrleo, apenas se adverta. Pero el control revolucionario implantado por Chvez y Maduro en la industria ha rebajado la produccin petrolera venezolana de manera radical, a la vez que la poltica de control de divisas, una de las fuentes ms prsperas de la corrupcin, ha convertido la obtencin de dlares para los comerciantes y empresarios que necesitan importar materias primas y productos del extranjero en una verdadera pesadilla. Slo los enchufados en el Gobierno consiguen divisas, o los que estn dispuestos a pagar por ellas comisiones millonarias. Los otros deben obtener las divisas en el mercado negro, donde el dlar vale diez veces el precio oficial.Esa es la explicacin de la subida desmedida de los precios y del desabastecimiento generalizado. Las valientes rebajas impuestasmanu militaripor Maduro slo servirn para acelerar el desabastecimiento generalizado los anaqueles se quedarn vacos, en efecto, y el mercado negro, que crecer de manera elefantisica, estar slo al alcance de los privilegiados, es decir, los favorecidos por el rgimen o por la vertiginosa corrupcin generada por la poltica intervencionista en la economa. En otras palabras, la poltica del socialismo chavista habr contribuido a agravar las diferencias econmicas y sociales que se propona abolir.Al mismo tiempo que ocurran estas cosas en Venezuela, en Pekn, el Comit Central del Partido Comunista Chino, anunciaba una nueva poltica econmica, ampliando los mercados libres ya existentes para asegurar una mejor distribucin de los recursos y permitir una participacin de empresas privadas, tanto chinas como extranjeras, en las industrias de Estado. (Adverta tambin, eso s, que esta apertura econmica no tendra su correspondencia poltica, pues el Partido Comunista seguir siendo el rbitro supremo de la vida social). Es improbable que el Partido Comunista chino adopte estas medidas de inequvoco sesgo capitalista por una conversin ideolgica y que las emprenda con felicidad. No, se resigna a ellas porque, fiel al pragmatismo tradicional de su cultura, ha comprendido que el colectivismo y el estatismo econmico llevan a la ruina a los pases y, adems de empobrecerlos y atrasarlos, multiplican las injusticias sociales, creando una distancia creciente entre los funcionarios privilegiados de la nomenclatura, y los ciudadanos comunes y corrientes que, adems de padecer la inseguridad y el temor, viven haciendo colas, ganando salarios miserables y sin la menor igualdad de oportunidades. Estas verdades elementales, que ya llegaron a la Unin Sovitica antes de su desplome, y que empiezan a apuntar, aunque muy tmidamente todava, en Cuba, parecen fuera del alcance intelectual y del olfato poltico del presidente Maduro y sus asesores econmicos.No es difcil prever, por eso, lo que depara el futuro inmediato a Venezuela, un pas que dada su cuantiosa abundancia de recursos deba tener los ms altos niveles de vida de Amrica Latina. En vista de que el desabastecimiento y la caresta que obedecen a leyes econmicas y no a ucases polticos se agravarn, el siguiente paso del rgimen ser proceder a la estatizacin progresiva de las tiendas y comercios que conspiran contra la revolucin, especulando y hambreando al pueblo. Los pequeos espacios de economa privada se irn cerrando hasta desaparecer y caer en manos de una burocracia inepta y corrompida, de modo que la racionalizacin de los productos de la canasta familiar, que en buena parte ya existe, se ir extendiendo como una hidra por todos los resquicios de la economa hasta hacer de Venezuela un pas tan estatizado como Cuba o Corea del Norte. Corolario inevitable de esta hegemona estatal: la desaparicin de los escasos medios de comunicacin independientes que a costa de enormes sacrificios y valenta resisten todava el acoso gubernamental.Habr valido la pena todo lo que ha significado en ilusiones, esfuerzos y violencias la revolucin chavista? Es verdad que la democracia que ella trajo era ineficiente, derrochadora, demaggica y bastante insensible a los grandes problemas sociales. Y haba generado por eso un gran descontento en un pueblo que ingenuamente vio una vez ms en la desgraciada historia de Amrica Latina en un caudillo carismtico y lenguaraz a su salvador. El resultado est a la vista: una Venezuela empobrecida, enconada, devastada por la demagogia y la corrupcin, llena de nuevos ricos mal habidos, que, una vez que recupere la libertad y la sensatez, tardar muchos aos en recuperar todo lo que perdi con el desplome de su democracia. Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAS, SL, 2013. Mario Vargas Llosa, 2013.

GRUPO CINCOLECTURA

VENEZUELA: DERROTAR AL FASCISMO ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDEJames PetrasRebelin

El capitn Jos Guilln Araque, de la Guardia Nacional de Venezuela, le alert a Maduro sobre la ofensiva nazi, diciendo: "el fascismo debe ser derrotado antes de que sea demasiado tarde". En represalia por esta advertencia proftica, el patritico y joven capitn fue atacado por un asesino respaldado por EE.UU. en las calles de Maracay, en el estado de Aragua, el 16 de marzo de 2014. Su muerte elev a 29 la cantidad de soldados y policas asesinados desde que comenzaron las revueltas fascistas. El asesinato de un oficial prominente y patritico en una calle principal de una capital de provincia es una indicacin ms de que los fascistas venezolanos estn en la ofensiva, confiados en el apoyo de Washington y de una amplia franja de la clase alta y media de Venezuela. Son parte de una minora electoral que no tiene ilusiones de tomar el poder por la va constitucional usando medios democrticos.El capitn Guilln Araque dio un paso al frente recordndole a Maduro que, en la historia contempornea, en el camino hacia el poder de los grupos totalitarios fascistas y nazis yacen los cuerpos de demcratas y social-demcratas bien intencionados pero incapaces de usar los medios constitucionales para aplastar a los enemigos de la democracia.

La historia del avance del fascismo en las democraciasEn Venezuela, el trmino "fascista" se aplica apropiadamente a los grupos polticos organizados y violentos que llevan adelante campaas masivas de terror para desestabilizar y derrocar al gobierno bolivariano, que fue elegido democrticamente. Los acadmicos puristas podran argumentar que los fascistas venezolanos no tienen la ideologa nacionalista y racista que imperaba entre sus predecesores de Alemania, Italia, Espaa y Portugal. Es cierto, y es a la vez, irrelevante. El tipo de fascismo existente en Venezuela es altamente dependiente del imperialismo estadounidense y de sus aliados, los caudillos militares colombianos; y actan bajo sus rdenes. El racismo de los fascistas venezolanos se pone de manifiesto en los ataques directos contra las clases obrera y campesina, que son multirraciales y afro-indgenas -como qued demostrado por las vitrilicas expresiones racistas contra el fallecido presidente Chvez. La conexin esencial con los movimientos fascistas precedentes se centra en los siguientes puntos:1) profunda hostilidad de clase contra la mayora del pueblo;2) odio visceral hacia el Partido Socialista Chavista, que gan 18 de las 19 elecciones pasadas;3) uso de la toma armada del poder por una minora que acta en representacin de las clases dominantes locales y de EE.UU.;4) intencin de destruir las instituciones y los procedimientos democrticos, a los que, al mismo tiempo, usa con fines propagandsticos, para ganar espacio poltico;5) se enfoca en la destruccin de las instituciones de la clase trabajadora -concejos comunales, asociaciones barriales, clnicas mdicas y dentales, escuelas pblicas, transporte, almacenes subsidiados de alimentos, centros de discusin poltica, cooperativas bancarias, sindicatos y cooperativas de campesinos;6) y por el apoyo que recibe de la gran banca, y de las corporaciones del agro y firmas manufactureras capitalistas.En Alemania, Italia, Espaa, Francia y Chile, los movimientos fascistas tambin comenzaron como pequeos grupos terroristas, que consiguieron el apoyo financiero de la lite capitalista gracias a la violencia ejercida contra las organizaciones de la clase trabajadora y las instituciones democrticas, y que reclutaron adeptos principalmente entre los estudiantes universitarios de la clase media, los profesionales de la elite (especialmente doctores) y los oficiales militares de alto rango en actividad y en retiro -unidos por su hostilidad contra el orden democrtico.Trgicamente y con demasiada frecuencia, los lderes democrticos de los gobiernos constitucionales, tienden a ver a los fascistas como "simplemente otro partido", y se niegan o no tienen voluntad para aplastar las pandillas armadas, que combinan el terror en las calles con las elecciones para ganar el poder estatal. Los demcratas constitucionalistas han fracasado o no tuvieron la voluntad para ver al brazo poltico, civil, de los nazis como parte integral de un enemigo orgnico y totalitario; entonces negociaron y debatieron una y otra vez con las elites fascistas, que durante el proceso, destruan la economa mientras que los terroristas atacaban los cimientos poltico-sociales del estado democrtico. Los demcratas se negaron a enviar a sus millones de simpatizantes para frenar a las hordas fascistas. Peor an, hasta se vanagloriaban de haber encarcelado a los policas y soldados acusados de haber usado "fuerza excesiva" al confrontar a los pandilleros fascistas. Por ello, los fascistas se movieron fcilmente de las calles al poder del estado. Los demcratas elegidos por voto estaban tan preocupados por las crticas de los medios internacionales capitalistas, de los crticos de la elite y de las auto-llamadas organizaciones de derechos humanos, que contribuyeron a facilitar la toma del poder de los fascistas. El derecho del pueblo a la defensa armada de la democracia ha sido subordinado al pretexto de respetar las normas democrticas -normas que ningn estado burgus bajo ataque hubiera respetado! Los demcratas constitucionalistas fallaron en reconocer cuan drsticamente haba cambiado la poltica. Ya no tenan enfrente de ellos a una oposicin parlamentaria preparndose para la prxima eleccin; se enfrentaban a terroristas armados y a saboteadores que usaban la lucha armada para tomar el poder por cualquier medio -incluyendo golpes de estado violentos.En el lxico fascista,conciliacin democrticasignifica "debilidad", "vulnerabilidad" y una invitacin a incrementar la violencia; explotan eslganes como 'paz y amor' y 'derechos humanos'; llaman a 'negociaciones' como prembulos de la derrota; y 'acuerdos' como preludios de la capitulacin.Los polticos democrticos que alertan sobre una "amenaza fascista" se vuelven blancos de los ataques violentos de los terroristas, que mientras tanto actan como si estuvieran participando en "negociaciones parlamentarias".As es como los fascistas llegaron al poder en Alemania, Italia y Chile, mientras los demcratas constitucionalistas, hasta el final, se negaron a armar a los millones de trabajadores organizados que podran haber rechazado a los fascistas, y salvado la democracia preservando a la vez sus propias vidas.El fascismo en Venezuela: una amenaza letal en la actualidadLa advertencia del hroe y mrtir, capitn Guilln Araque, de un inminente peligro fascista en Venezuela tiene un fundamento slido. Mientras que las olas de violencia terrorista van y vienen, las estructuras bsicas del fascismo en la economa y en la sociedad continan intactas. Como tambin siguen en su lugar, las organizaciones subterrneas que financian y organizan la provisin de armas a los fascistas.Los lderes polticos de la oposicin juegan un doble juego, se mueven constantemente entre las protestas legales y la complicidad con los terroristas armados. No hay dudas de que, en todo golpe fascista, la oligarqua poltica emerge al final como la verdadera duea del poder -compartiendo cuotas de poder con los lderes de las organizaciones fascistas. Mientras tanto, su 'respetabilidad' le provee cobertura poltica; sus campaas de 'derechos humanos' para liberar a los pandilleros encarcelados les gana el apoyo de los 'medios internacionales', mientras hacen el papel de intermediarios entre las agencias de EE.UU. que los financian y los terroristas que estn en la clandestinidad.Al medir el alcance y la profundidad del peligro fascista, es errneo limitarse a simplemente contar la cantidad de bombas, incendios y francotiradores sin incluir la logstica, la retaguardia, los grupos perifricos de respaldo y los apoyos institucionales detrs de los actores que dan la cara.Para "derrotar al fascismo antes de que sea demasiado tarde" el gobierno debe evaluar realistamente los recursos, la organizacin y el cdigo operativo del comando fascista; y rechazar los pronunciamientos excesivamente temperamentales y triunfalistas emitidos por algunos ministros, consejeros y legisladores.Primero, los fascistas no son simplemente una pequea banda que se limita a golpear cacerolas y atacar a trabajadores municipales en los barrios de clase media alta de Caracas para el beneficio de los medios corporativos e internacionales. Los fascistas estn organizados a nivel nacional; sus miembros son activos en todo el pas.Sus blancos de ataque son las instituciones y la infraestructura esenciales en numerosas ubicaciones estratgicas.Su estrategia est coordinada por un comando central; sus operaciones estn descentralizadas.Los fascistas son una fuerza organizada: su financiamiento, armamento y acciones son planificados. Sus acciones no son espontneas, no son organizadas localmente en respuesta a la 'represin" gubernamental como las describen los medios burgueses e imperialistas.Los fascistas renen a diferentes corrientes cruzadas de grupos violentos, combinando frecuentemente profesionales de derecha, pandillas de delincuentes a gran escala y traficantes de droga (especialmente en las zonas fronterizas), grupos paramilitares, mercenarios y conocidos delincuentes. Ellos son la "avanzada fascista", financiada por los principales especuladores con el tipo de cambio, protegidos por autoridades locales, amparados por los inversionistas en bienes races y los burcratas universitarios de alto rango.Los fascistas son "nacionales" e "internacionales": incluyen a matones pagados localmente y a estudiantes de familias de clase media-alta; a paramilitares colombianos, a mercenarios, a profesionales de todo tipo, a francotiradores asesinos de fuerzas de "seguridad" de EE.UU. y a miembros encubiertos de las Fuerzas Especiales de ese mismo pas; y a fascistas "internacionalistas" reclutados en Miami, Amrica Central y el resto de Amrica Latina y Europa.Los terroristas organizados tienen dos santuarios estratgicos para lanzar sus operaciones violentas -Bogot y Miami, donde dirigentes locales prominentes, como el ex presidente lvaro Uribe y legisladores de EE.UU., les proveen respaldo poltico.La convergencia de actividades econmicas delictivas y altamente lucrativas, y el terrorismo poltico representa una temible amenaza de dos facetas para la estabilidad de la economa y la seguridad del estado venezolano... Los criminales y los terroristas hallaron un terreno comn bajo la proteccin poltica de EE.UU., armada con el fin de derrocar al gobierno democrtico de Venezuela y aplastar la revolucin bolivariana del pueblo venezolano.Las conexiones y el interaccionar entre criminales y terroristas desde dentro y fuera del pas, entre los dirigentes polticos de alto nivel de Washington, los traficantes callejeros de droga, y los contrabandistas "camellos", les proveen a la elite internacional de voceros y msculos para la lucha callejera y los francotiradores.Los blancos de ataque de los terroristas no son elegidos al azar; ni son causados por una ciudadana con bronca que protesta por las desigualdades sociales y econmicas. Los blancos, elegidos cuidadosamente, son los programas estratgicos que sostienen al gobierno democrtico; primero y por encima de todo, los ataques se enfocan contra las instituciones sociales de masa que forman la base del gobierno. Esto explica porqu las bombas terroristas destruyen clnicas de salud para los pobres, escuelas pblicas y centros de alfabetizacin de adultos en los barrios, las tiendas de comida subsidiadas por el estado y el sistema de transporte pblico. Todas estas instituciones forman parte del vasto sistema de bienestar social puesto en funcionamiento por el gobierno bolivariano. Ellos son los cimientos que sostienen el voto masivo a favor en 18 de las 19 ltimas elecciones y del poder popular en las calles y en las comunidades. Al destruir la infraestructura de la red de bienestar social, los terroristas intentan romper el vnculo social entre el pueblo y el gobierno.Los terroristas atacan el legtimo sistema nacional de seguridad: principalmente, la polica, la Guardia Nacional, a los fiscales pblicos y otras autoridades encargadas de salvaguardar a los ciudadanos. Los asesinatos, ataques violentos y amenazas contra funcionarios pblicos, el uso de artefactos incendiarios contra edificios y transporte pblico apuntan a crear un clima de miedo y demostrar que el estado es dbil e incapaz de proteger la vida diaria de sus ciudadanos. Los terroristas quieren proyectar la imagen de "poder dual" al tomar espacios pblicos y bloquear el comercio regular... y al ejercer "el gobierno de las calles usando armas". Por encima de todo, los terroristas quieren desmovilizar y reducir las contra-demostraciones populares al bloquear calles y dispararle a quemarropa a los activistas involucrados en actividades polticas en barrios en conflicto. Los terroristas saben que pueden contar con el respaldo de los aliados polticos de la oposicin "legal", quienes les proveen la base para las protestas en la va pblica, las que sirven como escudo para los asaltos violentos y como un pretexto para escalar el sabotaje.

ConclusinEl fascismo, bsicamente el terrorismo armado con el fin de derrotar por medios violentos al gobierno democrtico, es una amenaza real e inmediata en Venezuela. El da a da, los altibajos de la lucha callejera y los incendios no dan una dimensin real de la amenaza. Como lo hemos sealado, los respaldos estructurales y organizativos de fondo, que explican el auge y el crecimiento del fascismo son mucho ms significativos. El desafo de Venezuela es lograr cortar las bases econmicas y polticas del fascismo. Desafortunadamente, hasta hace poco tiempo, el gobierno haba sido demasiado delicado frente a las crticas hostiles de las elites internacionales y nacionales que defienden a los fascistas -en nombre de las "libertades democrticas". El gobierno de Venezuela tiene enormes recursos a su disposicin para extirpar la amenaza fascista. Incluso si un accionar firme causara una reaccin negativa de losamigos liberales del exterior, la mayora de los defensores de la democracia creen que es responsabilidad del gobierno actuar contra la oposicin que contina incitando a la rebelin armada.Recientemente, hubo signos claros de que el gobierno de Venezuela, investido de un poderoso mandato democrtico y constitucional, ha avanzado en la toma de conciencia de la amenaza fascista y que actuar con determinacin para frenarla en las calles y en las oficinas.La Asamblea Nacional ha votado para quitarle la inmunidad a Corina Machado, diputada de la Asamblea Nacional, para que esta pueda ser juzgada por incitacin a la violencia. El Presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello ha presentado documentacin detallada que prueba el rol de Machado como organizadora y promotora de la rebelin armada. Numerosos alcaldes de la oposicin, que respaldaron activamente a francotiradores, pandilleros e incendiarios, fueron arrestados y enfrentan cargos legales.La mayora de venezolanos, al verse confrontados con la ola de violencia fascista, respondi apoyando el enjuiciamiento de los funcionarios involucrados en el sabotaje. Los servicios de inteligencia venezolanos, al igual que la ciudadana, piensan que sin una accin firme del gobierno, los polticos de la "oposicin" seguirn promoviendo la violencia y amparando a los asesinos paramilitares.El gobierno se ha dado cuenta de que est involucrado en una verdadera guerra, planeada por un liderazgo centralizado y ejecutada por operativos de manera descentralizada. Los dirigentes legislativos han comenzado a entender la psicologa poltica del fascismo, la que interpreta los ofrecimientos de conciliacin poltica del presidente y la tolerancia judicial como debilidades a ser explotadas con el uso de ms violencia.El avance ms significativo para detener la amenaza fascista reside en el reconocimiento por parte del gobierno de la conexin entre las elites parlamentarias y de negocios y los terroristas fascistas: que los especuladores financieros, los contrabandistas y los grandes acaparadores de alimentos y otros bienes esenciales forman parte del mismo grupo que puja por el poder en conjunto con los terroristas, quienes ponen bombas en los mercados pblicos y atacan los medios de transporte de comida hacia los barrios pobres. Un trabajador revolucionario me dijo despus de una escaramuza callejera: "Por la razn y la fuerza no pasarn!"...

GRUPO SEISLECTURA

ACOTACIONES SOBRE EL GOLPE FRUSTRADO EN VENEZUELA

Por Atilio A. Boron

Hace poco ms de un ao la derecha fascista venezolana lanzaba una nueva ofensiva dirigida a provocar la salida del presidente Nicols Maduro. La salida era un eufemismo para designar una convocatoria a la sedicin, es decir, la destitucin por medios violentos, ilegales y anticonstitucionales del mandatario legal y legtimamente electo por el pueblo venezolano. Esta iniciativa fue rodeada por un halo de herosmo por la prensa de derecha de todo el continente, que con sus engaifas y sus mentiras que parecen verdades -segn la perspicaz expresin de Mario Vargas Llosa- intent concretar una audaz de operacin de alquimia poltica: convertir a un grupo de sediciosos en picos combatientes de la libertad. Todo esto, naturalmente, fue alentado, organizado y financiado desdela Casa Blancaque a la fecha an no ha reconocido el triunfo de Maduro en las elecciones presidenciales del 14 de Abril del 2013. Washington ha sido en cambio veloz como un rayo para bendecir la eleccin de Otto Prez Molina, un general guatemalteco involucrado en una macabra historia de represin genocida en su pas; o para consagrar la eleccin de Porfirio Lobo en un fraudulento proceso electoral urdido por el rgimen golpista que destituy al presidente legtimo Jos Manuel Mel Zelaya y sumi a Honduras en un interminable bao de sangre. Pero una cosa son los amigos y otra muy distinta los enemigos o, mejor dicho, los gobiernos que por no arrodillarse ante los kases imperiales se convierten en enemigos.La Repblica Bolivarianade Venezuela es uno de ellos, al igual que nuestra Cuba, Bolivia y Ecuador. Al desconocer el veredicto de las urnas Washington no slo transgrede la legalidad internacional sino que, adems, se convierte en instigador y cmplice de los sediciosos cuya obra de destruccin y muerte cobr la vida de 43 venezolanas y venezolanos (en su gran mayora chavistas o miembros de los cuerpos de seguridad del estado).

En estas ltimas semanas Estados Unidos ha redoblado sus esfuerzos desestabilizadores, pero levantando la apuesta. Si antes proceda a travs de una pandilla de sediciosos que en cualquier pas del mundo estaran en la crcel y sentenciados a cumplir dursimas condenas, hoy desconfa de sus peones venezolanos, toma el asunto en sus propias manos e interviene directamente. Ya no son aquellos obscenos paniaguados del imperio, tipo Leopoldo Lpez, Mara Corina Machado o Henrique Capriles los que impulsan la desestabilizacin y el caos, sino la propia Casa Blanca. Un imperio atendido por sus dueos que descarga una batera de medidas de agresin diplomtica y sanciones econmicas que se montan sobre la campaa de terrorismo meditico lanzada desde los inicios dela Revolucin Bolivarianahasta llegar, en los das pasados, a promover un golpe de estado en donde las huellas dela Casa Blancaaparecen por todos lados. Respondiendo a esas imputaciones la vocera del Departamento de Estado Jen Psaki dijo que eran ridculas y que los Estados Unidos no apoyan transiciones polticas por medios no-constitucionales. Las transiciones polticas deben ser democrticas, constitucionales, pacficas y legales. Es obvio que la vocera es una mentirosa serial y descarada o, hiptesis ms benvola, padece de una grave enfermedad que le ha borrado la memoria de su disco duro neuronal. Para repararlo bastara con invitarla a que vea un despacho dela CBC Newsque muestra a una de sus superiores,la Secretariade Estado Adjunta para Asuntos Euroasiticos, Victoria Nuland, conversando amablemente con los neonazis que ocupabanla Plaza Maidande Kiev y exigan la renuncia del Presidente Viktor Yanukovich, cosa que lograron pocos das despus luego de una serie de violentas acciones.[1]Ms tarde las bandas neonazis del Pravy Sektor atacaron un local sindical en Odessa donde se agruparon los opositores al golpe perpetrado en Ucrania, le prendieron fuego y quemaron vivos una treintena de personas mientras desde afuera disparaban contra quienes trataban de huir del edificio en llamas. Esos bandidos, alentados por Washington con la presencia de Nuland, actuaron al igual que los criminales del Estado Islmico cuando capturaron a un piloto del avin caza jordano, lo encerraron en una jaula y le prendieron fuego. Esto fue una atrocidad incalificable, lo otro un lamentable incidente que apenas si mereci un comentario del Departamento de Estado. Por ltimo, habra que recordarle a la desmemoriada vocera que fue el propio Presidente Barack Obama quien dijo que Estados Unidos "en ocasiones tuerce el brazo a los pases cuando no hacen lo que queremos". Venezuela desde 1998 no hace lo que Washington quiere, y por eso trata de torcerle el brazo con una parafernalia de iniciativas dentro de las cuales ahora vuelve a incluirse, como en el 2002, el golpe militar.[2]

Algunos podran objetar que la denuncia del gobierno bolivariano es alarmista, infundada y que no hubo tentativa golpista alguna. Quienes piensan de ese modo ignoran (o prefieren ignorar) las lecciones de la historia latinoamericana. Estas demuestran que los golpes de estado siempre comienzan como acciones puntuales, aparentemente insensatas y alocadas de un grupo, y que no deben ser tomadas en serio. Es ms: se suele acusar a los gobiernos que desbaratan o denuncian este tipo de actividades-que son el embrin del golpe de estado!- como irresponsables que llevan zozobra a la poblacin viendo fantasmas donde hay tan slo un pequeo ncleo de fanticos que desean llamar la atencin de las autoridades. En todo caso, cmo olvidar la labor preparatoria de la derecha venezolana cuando pocas semanas atrs invit a los ex presidentes Andrs Pastrana, Felipe Caldern y Sebastin Piera para visitar a Leopoldo Lpez, con el pretexto de participar en un foro sobre el empoderamiento de la ciudadana y la democracia? O cuando da a conocer un comunicado conjunto firmado por los principales lderes fascistas venezolanos: Leopoldo Lpez, Mara Corina Machado y Antonio Ledezma, oportunamente fechado el 14 de Febrero y que luego de un diagnstico apocalptico de la realidad venezolana termina diciendo que ha llegado la hora del cambio. El inmenso sufrimiento de nuestro pueblo no admite ms dilaciones. En todo ese comunicado slo se utilizan los trminos que son marca registrada dela Casa Blanca: transicin, cambio de rgimen sin la menor alusin al referendo revocatorio, dispositivo institucional de recambio de gobierno previsto por la constitucin chavista e inexistente en los pases de los ex presidentes arriba mencionados, pese a lo cual se acusa a Venezuela de ser un estado totalitario a la vez que los pases que no disponen de semejante clusula son caracterizados como ejemplares democracias, cuyos presidentes pueden ir ala RepblicaBolivarianaa dar lecciones de democracia. Por qu no se alude a ese recurso? Porque ni Washington ni sus secuaces piensan en un cambio dentro de la legalidad. El libreto imperial es el recambio violento, estilo Libia o Ucrania o, en el mejor de los casos, un golpe parlamentario, como el que derroc a Lugo, o en uno judicial, como el que precipit la cada de Zelaya.[3]Olvdense de la constitucin!

Recapitulando: tenemos la voluntad de Washington para acabar con el proceso bolivariano, como lo hicieron en tantos otros pases; estn tambin las tropas de choque locales, la derecha fascista o fascistoide que cuenta con un impresionante apoyo meditico dentro y fuera de Venezuela; y apareci tambin la vanguardia golpista que fue descubierta y desbaratada por el gobierno de Maduro. La tcnica del golpe de estado ensea que hay que proceder metdicamente: siempre se comienzacon un pequeo sector que toma la delantera y sirve para probar los reflejos del gobierno y la correlacin de fuerzas en las calles y los cuarteles.Nunca son la totalidad de las fuerzas armadas y el bloque sedicioso quienes salen al ruedo y, al unsono, se sublevan en masa. No fue eso lo ocurrido en contra de Salvador Allende en Chile.Fuela Infanterade Marina la que a primeras horas de la maana del 11 de Septiembre ocup las calles de Valparaso, desencadenando una reaccin en cadena que termin con el golpe de estado. Lo mismo ocurri con el derrocamiento de Juan Pern en la Argentina de 1955, cuando una guarnicin de Crdoba se levant en armas. Y otro tanto se verific en el Ecuador el 30 de Septiembre de 2010, cuando se produjo la insubordinacin de la Polica Nacional que retuvo durante ms de unas 12 horas en su poder al presidente Rafael Correa. La inmediata reaccin popular abort el golpe, impidiendo que la vanguardia golpista recibiera el respaldo militar y poltico necesario para que el proceso rematara en el derrocamiento del presidente ecuatoriano. La inaccin o la subestimacin oficial ante lo que al principio aparece como una manifestacin extravagante, minscula e inofensiva de una patrulla perdida es lo que termina desencadenando el golpe de estado.[4]

Cabra preguntarse por las razones de esta desorbitada reaccin del imperio, evidenciada no slo en el caso de la Repblica Bolivariana sino tambin en Ucrania. La respuesta la hemos dado hace tiempo: los imperios se tornan ms violentos y brutales en su fase de decadencia y descomposicin.[5]Esta es una ley sociolgica comprobada en numerosos casos, comenzando por la historia de los imperios romano, otomano, espaol, portugus, britnico y francs. Por qu habra de ser la excepcin Estados Unidos? Mxime si se tiene en cuenta que la decadencia norteamericana reconocida por los principales estrategas del imperio- va acompaada por una rpida recomposicin de la estructura del poder mundial, en donde el fugaz unipolarismo norteamericano que brotara de las ruinas de la Unin Sovitica un infantil espejismo alentado por Bill Clinton y George W. Bush y sus inefables asesores- y que anunciaba con bombos y platillos el advenimiento del nuevo siglo americano se deshizo como un pequeo pedazo de hielo arrojado en las ardientes arenas del Sahara. Ahora el imperio tiene que vrselas con un mundo multipolar, con aliados ms tibios y reticentes, tributarios cada vez ms desobedientes y enemigos cada vez ms poderosos. En ese contexto Venezuela, la primera reserva de petrleo del planeta, adquiere una importancia esencial y la reconquista de ese pas no puede demorarse mucho ms. O, como dice el comunicado golpista de la derecha, sin ms dilaciones.

Una ltima referencia tiene que ver con los blancos escogidos por los frustrados golpistas para realizar sus bombardeos. Aparte de edificios gubernamentales clave la lista inclua las instalaciones de Telesur en Caracas. Se comprenden las razones detrs de este siniestro plan pues tantos los golpistas como sus instigadores, de afuera y de adentro del pas, saben muy bien el fundamental aporte de Telesur en informar desde una perspectiva nuestroamericana y en despertar y cultivar la conciencia antiimperialista en la regin. Producto de la visin estratgica del Comandante Chvez, que concibi a esa empresa pblica multinacional como un instrumento eficaz para librar la gran batalla de ideas en la que estamos empeados, su gravitacin internacional y su credibilidad no han dejado de crecer desde entonces. Su programacin tiene un notable contenido informativo y educativo, y la capacidad de quienes all trabajan ha permitido que millones de personas en todo el mundo puedan comprobar las mentiras propaladas por los medios delestablishment. Mencionaremos slo dos casos, de los tantos que podran escogerse: el informe sobre el golpe de estado en contra de Zelaya, minuciosamente omitido por la televisin del sistema y cuando ya no podan ocultarlo lo tergiversaban; y el desenmascaramiento de la noticia que deca que la aviacin de Gadaffi estaba bombardeando posiciones de indefensos civiles en la ciudad de Bengasi, cabecera de playa de la OTAN en su proyecto, desgraciadamente culminado exitosamente, de matar a Gadaffi y destruir Libia. Mientras toda la prensa internacional menta alevosamente Telesur fue el nico medio que durante cuatro das dijo la verdad que luego todos debieron reconocer. Que no hubo bombardeos y que los supuestos civiles indefensos eran en realidad una sanguinaria pandilla de mercenarios lanzados al saqueo y el asesinato por Estados Unidos y sus compinches europeos. Por eso los fascistas tenan a esa empresa como objetivo a destruir. Y esto es un timbre de honor del cual los colegas y amigos de Telesur pueden enorgullecerse. Habra sido motivo de preocupacin que hubieran desestimado a Telesur en sus planes golpistas. Pueden decir, con orgullo, el Quijote: ladran Sancho, seal que estamos cabalgando.

[1]Ver la nota enhttp://www.cbsnews.com/news/us-victoria-nuland-wades-into-ukraine-turmoil-over-yanukovich/[2]Obama pronunci esa desgraciada (pero sincera) frase en un reportaje concedido a VOX. Verhttp://actualidad.rt.com/actualidad/166016-obama-torcer-brazos-paises

[3]El texto ntegro puede consultarse enhttp://elimpulso.com/articulo/comunicado-de-lopez-machado-y-ledezma-en-2014-la-salida-era-urgente-en-2015-es-impostergable#[4]Sobre este tema es imprescindible consultar el estudio de Marcos Roitman Rosenmann,Tiempos de Oscuridad. Historia de los golpes de estado en Amrica Latina(Madrid: Akal, 2013)[5]Desarrollamos esta tesis en nuestroAmrica Latina en la Geopoltica del Imperialismo (ediciones varias en Argentina, Estado Espaol, Cuba, Mxico, Venezuela y prximamente en Bolivia, Brasil y Ecuador)