55 Health & Technology (Tecnología y Salud)

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Tecnología y Salud Usted habrá observado en nuestra ciudad que los hospitales y profesionales de la medicina, ofrecen sus servicios ahora resaltando la “nueva tecnología” de la que disponen para la asistencia sanitaria, poniendo de un lado de la báscula los resultados esperados en el paciente y del otro el costo de la atención médica, con el fin de determinar el valor de la tecnología. De ello les comentaré a propósito de un documento recién publicado por la unidad de inteligencia de “The Economist” –www.eiu.com/healthcare- Determinar el valor de una intervención –atención- médica es crucial para desarrollar las mejores vías de atención, asegurando que los sistemas de salud sea asequibles y eficaces; a esto se le llama evaluaciones basadas en el valor, que se han utilizado en el sector farmacéutico, donde los fabricantes de medicamentos han adaptado sus estrategias con el fin de prosperar. Ahora en nuestro país disponemos por ejemplo de dos tipos de medicamentos: de patente y genéricos. La decisión es simple estimados lectora lector, usted puede comprar el mismo producto con dos opciones de precio, donde la más cara es de patente y los genéricos son más baratos. Con la tecnología y los dispositivos médicos la evaluación económica es diferente a los medicamentos por las siguientes razones expuestas en el libro blanco antes citado: 1. Los dispositivos médicos se utilizan para un conjunto de intervenciones más diversas, desde las jeringas hasta la resonancia magnética nuclear, complicando tanto su regulación como su evaluación. 2. La industria en sí es más compleja, desde las grandes multinacionales hasta pequeñas empresas de nueva creación o locales basadas en un solo dispositivo y que dependen de capital de riesgo. 3. El ciclo de vida de un producto sanitario típico es mucho más corto, por lo general de 18 a 24 meses –en medicamentos 20 años-, con mucho más débil protección de la propiedad intelectual. 5. Para algunas categorías de dispositivos médicos, la compra es una inversión a largo plazo, tradicionalmente hecha de los presupuestos de gastos de capital. 6. Por último, la relación entre el dispositivo y el profesional que lo utilizará es estrecho, y su éxito depende de esta conexión. Los grandes hospitales de la ciudad están –por fortuna- poniendo mucha presión sobre los medianos y pequeños al hacer inversiones en tecnología de punta que entrega un mejor resultado en la salud, y el costo está relacionado a la oferta-demanda del equipo. Por ejemplo, el valor de una tomografía computarizada disminuyó de manera significativa cuando llegaron más equipos a la ciudad. Las políticas de inversión de los dueños o accionistas de los sanatorios consideran sin duda la evaluación basada en valor de tener por ejemplo, un equipo sofisticado para tratar el cáncer o la tecnología necesaria para atender con éxito un infarto al corazón. Imagine usted cuántos estudios y a qué precio se debe pagar un equipo de cuesta millones de pesos y que puede tener una vida media de 5 años para ser reemplazado por nueva tecnología. Como supondrá es complejo, por ello, cuando se planea la construcción y operación de un hospital a través de un proyecto de prestación de servicios, conocido como PPS, la mayor complejidad resulta cuando se determina quién correrá el riesgo de la obsolescencia tecnológica de los dispositivos médicos más costosos. El Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío de la Secretaría de Salud Federal es un ejemplo hoy vigente: entrando a su sexto año de funcionamiento, el equipo puede estar ya obsoleto y el costo de las nuevas adquisiciones correría ya por cuenta de la Federación, quién puede no tener recursos. Concluyo que los “ecosistemas de salud y atención médica” son complejos y que los dispositivos médicos deben ser los más actualizados y diferenciados por nivel de atención. La inversión realizada siempre será insuficiente si no alinean con evidencia basada en el valor de la intervención. La vida o su calidad depende en muchas ocasiones de un profesional capacitado y de la mejor tecnología disponible. Que tengan buen fin de semana. *Cirujano General Derechos reservados © 2014 por Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba Esto o lo Otro Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba [email protected] @ectorjaime Sábado 27 de septiembre de 2014 http://ectorjaime.com/tecnologia-y-salud/ León | Opinión

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Usted habrá observado en nuestra ciudad que los hospitales y profesionales de la medicina, ofrecen sus servicios ahora resaltando la “nueva tecnología” de la que disponen para la asistencia sanitaria, poniendo de un lado de la báscula los resultados esperados en el paciente y del otro el costo de la atención médica, con el fin de determinar el valor de la tecnología. De ello les comentaré a propósito de un documento recién publicado por la unidad de inteligencia de “The Economist” –www.eiu.com/healthcare- Determinar el valor de una intervención –atención- médica es crucial para desarrollar las mejores vías de atención, asegurando que los sistemas de salud sea asequibles y eficaces; a esto se le llama evaluaciones basadas en el valor, que se han utilizado en el sector farmacéutico, donde los fabricantes de medicamentos han adaptado sus estrategias con el fin de prosperar. Ahora en nuestro país disponemos por ejemplo de dos tipos de medicamentos: de patente y genéricos. La decisión es simple estimados lectora lector, usted puede comprar el mismo producto con dos opciones de precio, donde la más cara es de patente y los genéricos son más baratos. Con la tecnología y los dispositivos médicos la evaluación económica es diferente a los medicamentos por las siguientes razones expuestas en el libro blanco antes citado: 1. Los dispositivos médicos se utilizan para un conjunto de intervenciones más diversas, desde las jeringas hasta la resonancia magnética nuclear, complicando tanto su regulación como su evaluación. 2. La industria en sí es más compleja, desde las grandes multinacionales hasta pequeñas empresas de nueva creación o locales basadas en un solo dispositivo y que dependen de capital de riesgo. 3. El ciclo de vida de un producto sanitario típico es mucho más corto, por lo general de 18 a 24 meses –en medicamentos 20 años-, con mucho más débil protección de la propiedad intelectual. 4. Los reglamentos se orientan a las evaluaciones de seguridad y riesgo, requiriendo ensayos clínicos solo los más peligrosos, mientras que para los de bajo riesgo, gran parte de los datos sobre la eficacia del dispositivo se obtiene después y no antes del lanzamiento. 5. Para algunas categorías de dispositivos médicos, la compra es una inversión a largo plazo, tradicionalmente hecha de los presupuestos de gastos de capital. 6. Por último, la relación entre el dispositivo y el profesional que lo utilizará es estrecho, y su éxito depende de esta conexión. Los grandes hospitales de la ciudad están –por fortuna- poniendo mucha presión sobre los medianos y pequeños al hacer inversiones en tecnología de punta que entrega un mejor resultado en la salud, y el costo está relacionado a la oferta-demanda del equipo. Por ejemplo, el valor de una tomografía computarizada disminuyó de manera significativa cuando llegaron más equipos a la ciudad. Las políticas de inversión de los

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Tecnología y Salud

Usted habrá observado en nuestra ciudad que los hospitales y profesionales de la medicina, ofrecen sus servicios ahora resaltando la “nueva tecnología” de la que disponen para la asistencia sanitaria, poniendo de un lado de la báscula los resultados esperados en el paciente y del otro el costo de la atención médica, con el fin de determinar el valor de la tecnología. De ello les comentaré a propósito de un documento recién publicado por la unidad de inteligencia de “The Economist” –www.eiu.com/healthcare-

Determinar el valor de una intervención –atención- médica es crucial para desarrollar las mejores vías de atención, asegurando que los sistemas de salud sea asequibles y eficaces; a esto se le llama evaluaciones basadas en el valor, que se han utilizado en el sector farmacéutico, donde los fabricantes de medicamentos han adaptado sus estrategias con el fin de prosperar. Ahora en nuestro país disponemos por ejemplo de dos tipos de medicamentos: de patente y genéricos. La decisión es simple estimados lectora lector, usted puede comprar el mismo producto con dos opciones de precio, donde la más cara es de patente y los genéricos son más baratos.

Con la tecnología y los dispositivos médicos la evaluación económica es diferente a los medicamentos por las siguientes razones expuestas en el libro blanco antes citado:

1. Los dispositivos médicos se utilizan para un conjunto de intervenciones más diversas, desde las jeringas hasta la resonancia magnética nuclear, complicando tanto su regulación como su evaluación.

2. La industria en sí es más compleja, desde las grandes multinacionales hasta pequeñas empresas de nueva creación o locales basadas en un solo dispositivo y que dependen de capital de riesgo.

3. El ciclo de vida de un producto sanitario típico es mucho más corto, por lo general de 18 a 24 meses –en medicamentos 20 años-, con mucho más débil protección de la propiedad intelectual.

4. Los reglamentos se orientan a las evaluaciones de seguridad y riesgo, requiriendo ensayos clínicos solo los más peligrosos, mientras que para los de bajo riesgo, gran parte de los datos sobre la eficacia del dispositivo se obtiene después y no antes del lanzamiento.

5. Para algunas categorías de dispositivos médicos, la compra es una inversión a largo plazo, tradicionalmente hecha de los presupuestos de gastos de capital.

6. Por último, la relación entre el dispositivo y el profesional que lo utilizará es estrecho, y su éxito depende de esta conexión.

Los grandes hospitales de la ciudad están –por fortuna- poniendo mucha presión sobre los medianos y pequeños al hacer inversiones en tecnología de punta que entrega un mejor resultado en la salud, y el costo está relacionado a la oferta-demanda del equipo. Por ejemplo, el valor de una tomografía computarizada disminuyó de manera significativa cuando llegaron más equipos a la ciudad. Las políticas de inversión de los dueños o accionistas de los sanatorios consideran sin duda la evaluación basada en valor de tener por ejemplo, un equipo sofisticado para tratar el cáncer o la tecnología necesaria para atender con éxito un infarto al corazón.

Imagine usted cuántos estudios y a qué precio se debe pagar un equipo de cuesta millones de pesos y que puede tener una vida media de 5 años para ser reemplazado por nueva tecnología. Como supondrá es complejo, por ello, cuando se planea la construcción y operación de un hospital a través de un proyecto de prestación de servicios, conocido como PPS, la mayor complejidad resulta cuando se determina quién correrá el riesgo de la obsolescencia tecnológica de los dispositivos médicos más costosos. El Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío de la Secretaría de Salud Federal es un ejemplo hoy vigente: entrando a su sexto año de funcionamiento, el equipo puede estar ya obsoleto y el costo de las nuevas adquisiciones correría ya por cuenta de la Federación, quién puede no tener recursos.

Concluyo que los “ecosistemas de salud y atención médica” son complejos y que los dispositivos médicos deben ser los más actualizados y diferenciados por nivel de atención. La inversión realizada siempre será insuficiente si no alinean con evidencia basada en el valor de la intervención. La vida o su calidad depende en muchas ocasiones de un profesional capacitado y de la mejor tecnología disponible.

Que tengan buen fin de semana.

*Cirujano General

Derechos reservados © 2014 por Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba

Esto o lo OtroDr. Éctor Jaime Ramírez [email protected]@ectorjaime

Sábado 27 de septiembre de 2014

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